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CASO PRÁCTICO PARA ENTENDER EL PROCESO COMUNICATIVO, LA ADECUACIÓN

PRAGMALINGÜÍSTICA Y LA COMUNICACIÓN NO VERBAL.

Cuando hablamos de comunicación nos estamos refiriendo a la principal función del lenguaje y al
objeto de estudio de disciplinas muy variadas. Nuestro campo de reflexión se reducirá principalmente
a la comunicación humana entendiéndola como: “el acto en el que dos o más personas comparten
informaciones, opiniones, experiencias, sentimientos, etc., e interactúan entre sí”.

Desde esta perspectiva nos encargaremos de relacionar y contrastar las características de diferentes
papeles sociales.

El papel comunicativo que asume el cantante de un concierto y la capacidad de este para orientar la
señal de su mensaje al receptor o receptores es compartido por el profesor de idiomas cuando se dirige
a sus alumnos, ya que es más fácil la comprensión cuando el receptor está cara a cara y puede observar
los gestos y el movimiento de los labios.

El cantante a pesar de programar con antelación las canciones de un concierto, puede variar su orden
dependiendo del estado anímico del público o de la respuesta que obtengan las piezas musicales. A
este rasgo básico de la comunicación lo llamamos capacidad retroalimentaria y es compartido por el
papel social que desempeña un político durante el transcurso de los debates en el Congreso.

El medio principal de transmisión del cantante, del profesor y del político es su voz y la fuente emisora
es la boca; el aparato receptor es el oído del público, de los alumnos y del resto de parlamentarios.

Es conveniente señalar que el cantante no suele tener la capacidad para interrumpir las señales de su
mensaje, a diferencia de lo que ocurre con los profesores de español, los cuales tienen capacidad para
emitir o interrumpir las señales cuando, por ejemplo, resuelven dudas o intercambian ideas o
pensamientos en una clase.

El artista manifiesta sus sentimientos a través de la música gracias a la función expresiva del lenguaje
igual que hacen los profesores de español con sus estudiantes a la hora de dar ejemplos personales e
intercambiar información, y con sus compañeros de departamento, cuando tienen que valorar sus
clases.

La función apelativa que se da cuando, por ejemplo: un profesor lanza una propuesta a la clase que
requiere de la participación y colaboración del resto; o cuando un político busca atraer la atención de
los ciudadanos para conseguir votos; o cuando un vendedor de fruta intenta llamar la atención de sus
clientes. Esta función, apenas tiene presencia en el papel comunicativo del cantante.

Asimismo, la producción de sonidos del tipo: “mmm” “ajá” “entiendo” “ya veo” producidos para
hacer entender al emisor que se está recibiendo el mensaje y que son típicos de los profesores de ELE
a través de Internet no se da en el papel social del cantante.

Por último, el cantante carece de la principal función común a todos los profesores de español: la
función metalingüística, cuyo objeto de estudio es la reflexión lingüística sobre el lenguaje objeto.

Respecto a los aspectos psicofisiológicos cabe decir que igual que el cantante debe memorizar la letra
de las canciones; los alumnos de español realizan actividades que fomentan la memoria permanente
y de corta duración; los vendedores y comerciantes en general fomentan su memoria momentánea y
permanente al recordar los gustos y preferencias de sus clientes. La atención auténtica juega un papel
importante en estos papeles sociales: imaginemos por ejemplo que en una frutería pedimos un kilo de
peras y nos despechan dos kilos de naranjas, nuestra opinión sobre la profesionalidad del tendero
distará mucho de ser satisfactoria.

Existen papeles sociales que pese a estar relacionados presentan claras diferencias. Por ejemplo, en
el papel del profesor presencial, la comunicación con los estudiantes se realiza cara a cara, por el
contrario, en el caso del docente que enseña español a través de skype, la comunicación es telemática.

En la enseñanza virtual apenas hay margen para la comunicación no verbal, al contrario de lo que
sucede con los profesores que enseñan cursos de idiomas de tipo presencial donde la comunicación
verbal es particularmente relevante y, muy especialmente, en aquellos grupos en los que la
competencia lingüística de los aprendientes se sitúa en un nivel básico.

Gracias a la gesticulación, el mensaje del emisor llega a los receptores de una manera clara y directa,
permitiendo que esa comunicación se realice también de manera recíproca dejando a los alumnos que
se comuniquen con el profesor mediante signos, por ejemplo: afirmaciones o negaciones con la
cabeza para expresar acuerdo o desacuerdo y bostezos para expresar aburrimiento o falta de interés
entre otros.

En esta segunda parte de la exposición vamos a trabajar sobre una escena de la película Traffic,
ganadora de cuatro Oscars en el año 2000 y que aborda la problemática de las drogas.

Entendiendo la comunicación como transmisión de mensajes podemos señalar que las principales
funciones comunicativas que predominan en la secuencia, según la clasificación que hace el filósofo
alemán Karl Bühler (1950) son las funciones expresiva, apelativa y representativa. En esta última, la
mujer del multimillonario encarcelado transmite una información objetiva describiendo la situación
que están viviendo ella y su hijo pequeño: ‘Me han limitado las tarjetas ‘, ‘He recibido una carta del
gobierno’, ‘Ya no tenemos amigos’.

A través de la función apelativa, Elena (la mujer del presidiario) intenta influir en el receptor (su
marido) esperando una reacción por su parte tras pronunciar las siguientes frases: ‘¿Tienes la menor
idea de lo que estamos pasando?’ , ‘¡si supieras como me miran cuando entro allí!’ ,’dime qué debo
hacer’, ‘quiero recuperar nuestra vida’; el marido intenta aportar una visión positiva de la situación
con la promesa de un futuro mejor: ‘Vamos a salir de ésta, te lo prometo, y te compensaré’.
Finalmente, y mediante la función expresiva del lenguaje, Elena exterioriza sus sentimientos y su
estado anímico: ‘No voy a traer a un hijo a la miseria en la que yo me crié ‘.

En este punto conviene hacer un pequeño análisis sobre la incidencia que tiene la comunicación no
verbal en el comportamiento de los intervinientes de la escena. Como punto de partida tomaremos la
definición que A.M. Cestero (1999) establece sobre comunicación no hablada (C.N.V) según la cual
abarcaría todos los signos y sistemas de signos no lingüísticos que comunican o se utilizan para
comunicar.

Comenzaremos analizando los códigos de la C.N.V. como un sistema alternante a la comunicación


lingüística; en este contexto, constatamos la presencia de elementos diferenciadores que:”
caracterizan y ‘diferencian’ reacciones fisiológicas (muchas como reflejos) y estados fisiológicos y
reacciones emocionales”; suspiros en el caso del marido y sollozos en el caso de la mujer.

La secuencia inicia con un plano del marido mirando con tristeza a Isabel, que se mantiene en silencio
observándole con una mirada fría y penetrante. Durante la mayor parte de la conversación, Carl
mantiene la mirada baja al contrario que Elena, quien mira fijamente a su marido. Este último,
seguramente con intención de reforzar su mensaje, mantiene la mirada fija cuando promete a Isabel
que saldrán juntos de esa situación.

Para el análisis de los gestos partiremos de la definición aportada por Poyatos: “Los gestos como
movimientos conscientes o inconscientes principalmente con la cabeza, la cara sólo (incluyendo la
mirada) o las extremidades, dependientes o independientes del lenguaje verbal-paralingüístico,
alternando con él o simultáneamente y que constituyen una forma principal de comunicación”

Los gestos se concentran en la cara y, a pesar de las diferencias culturales, ha establecido un catálogo
de los gestos universalmente aceptados. Durante la conversación los gestos faciales de Carl expresan
pesadumbre mientras que Elena pasa del disgusto y la cólera a la tristeza.

Veamos ahora de manera simplificada cuáles son las fases del proceso comunicativo desde su
gestación en el emisor hasta que el receptor interpreta el mensaje.

Partiremos del momento en que el emisor (Elena) quiere comunicar algo, una información a la que
llamaremos mensaje. Elena quiere transmitir a Carl que David, el hijo de ambos, sufre una depresión
al no saber dónde está su padre y si volverá a verlo algún día. Una vez elegido el mensaje, Elena debe
seleccionar el código que va a utilizar, en este caso la lengua inglesa; producirá una señal: ‘¡está de
maravilla, de maravilla!’. En este momento, se inicia la interpretación del receptor.

Carl, tras escuchar la señal, inicia el proceso de descodificación. La primera fase de este proceso es
la llamada indicación notificativa, que se inicia en el momento en el que se produce una señal la cual
indica que el emisor quiere transmitir un mensaje al receptor. La segunda fase es la llamada de
indicación significativa: la señal, en nuestro ejemplo ‘¡está de maravilla, de maravilla!’ proporciona
a Carl una segunda indicación: que el mensaje que Elena se propone comunicar es uno de los mensajes
que admite esa señal.

El emisor (Elena) parte de la información que quiere transmitir (estado anímico de su hijo) y a partir
de ahí, configura un mensaje con significado para después codificarlo en un mensaje con significante
y que llegue como señal lingüística a su marido.

Carl por el contrario, recorre el camino inverso: a partir de la señal lingüística la descodifica para
obtener los contenidos de los que partía la acción comunicativa. Nos referimos a la tercera fase del
proceso comunicativo o también llamada especificativa, si el mensaje que trata de comunicar el
emisor es reconocido por el receptor.

En nuestro ejemplo, podemos constatar el éxito del acto sémico puesto que el mensaje que quería
transmitir Elena (emisor), el sentimiento de angustia y tristeza de su hijo provocado por la ausencia
de su padre; y el mensaje que Carl (receptor) ha atribuido a la señal son el mismo mensaje.

Nuestro análisis quedaría incompleto si no hiciéramos, aunque sea de forma muy breve, mención
alguna a las reglas de organización y funcionamiento “internas” y “externas” del discurso,
entendiendo como tal:” cualquier manifestación de interacción comunicativa, sea hablada o escrita,
conversación, debate o monólogo, con predominio de una función comunicativa u otra”

El autor prefiere usar el término discurso en detrimento de texto al considerar que este último tiene
una fuerte connotación con la producción escrita. La organización (interna) de los discursos varía
dependiendo del tipo de discurso, si bien podemos definir como elementos comunes a todos ellos: un
inicio, un desarrollo y una conclusión.
En todo caso, el discurso debe mostrar cohesión, respetando las reglas de concordancia y el orden
sintáctico requeridos. Siguiendo la definición del Instituto Cervantes entendemos por cohesión:” la
propiedad textual por la que los textos se presentan como unidades trabadas mediante diversos
mecanismos de orden gramatical, léxico, fonético y gráfico.

La establece el emisor y el destinatario la reconoce, y se materializa en guías puestas en el texto por


aquél a disposición de éste, con el fin de facilitarle su proceso de comprensión del mismo”.

El dominio de la cohesión textual deberá tener un papel importante dentro de la didáctica de lenguas
prestando atención a los elementos que permiten esa cohesión dentro del discurso y que llamamos
conectores del discurso. En la escena de la película, creo que el discurso de Elena está bien
cohesionado ya que tras iniciarlo dando información sobre el estado de David (el hijo de ambos) pasa
al desarrollo del mismo exponiendo la situación en la que se encuentran: tarjetas limitadas, embargo
de bienes, rechazo social; y termina a modo de conclusión, preguntando a su marido (Carl) qué
soluciones tiene y advirtiéndole de un posible aborto si la situación en la que se encuentran no mejora.

Como hemos visto la coherencia es una propiedad muy importante del discurso, no obstante, por sí
sola no es suficiente.

Para que haya una interacción comunicativa exitosa, el discurso deberá respetar: “un hilazón
conceptual que haga comprensible su interpretación”; es decir, deberá ser coherente. Entendida como
propiedad gramática la coherencia de un texto es:” es el resultado de la acción conjunta y cooperativa
de su emisor y su destinatario”

La coherencia no supone necesariamente que emisor y receptor coincidan en los conocimientos que
tengan del mundo real, sino que ambos hagan el esfuerzo de entender el mundo conceptual al que
pertenecen cada uno de ellos.

Volviendo a nuestro ejemplo, podríamos afirmar que el discurso elaborado es un discurso coherente
ya que ambos interlocutores (receptor y emisor) pertenecen a la misma comunidad social y por tanto
poseen los mismos conocimientos del mundo.

La finalidad que debe perseguir la enseñanza de una lengua debe incluir no solo la instrucción en el
correcto dominio del código lingüístico, sino también en el no lingüístico. Saber qué decir en
situaciones y contextos variados, cuándo guardar silencio, cómo pedir o ‘robar’ el uso de la palabra,
cómo actuar correctamente dependiendo del papel social que estemos interpretando, saber qué
significan y cómo pueden ser interpretados nuestros gestos y miradas y, en definitiva, todo los factores
que intervienen en el uso lingüístico dentro del contexto social en que participamos; son factores que
los estudiantes deberán dominar para conseguir una competencia comunicativa plena.

1. ¿Realiza una relatoría donde hagas un informe de lectura analítica, describiendo y


explicando con tus palabras y entendimiento el caso anterior?

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