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METODOLOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES

Sede: Avellaneda – Cátedra Mombrú Ruggiero


Docente: Prof. Alicia Gartner
Ma y Vi. Com. 47304 (7 a 9 hs.) 47306 (9 a 11 hs.) 47308 (11 a 13 hs.)

MATERIAL PARA TRABAJOS PRÁCTICOS - PARTE 1 (primera)

INTRODUCCIÓN

La materia Metodología de las Ciencias Sociales pertenece al primer tramo de todas las
carreras de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Se
trata de una materia introductoria y por lo tanto apunta a una formación general
profesional. Por eso, entre sus propósitos generales figuran los de adquirir vocabulario y
conceptos que son necesarios para un estudio de nivel universitario. Es decir, no tendrán
una “utilidad” inmediata. Cada saber desarrollado en la cursada no responde a la
pregunta ¿Para qué sirve? De todos modos, una posible respuesta general a este
interrogante puede ser: sirve para pensar, requisito indispensable en una formación
universitaria. No se trata de una formación técnica, de aplicación mecánica, sino de
formar categorías de análisis, propias de estudios de nivel superior. Como la Facultad de
Ciencias Económicas es una casa de estudios de “ciencias”, es decir de estudios
científicos, esta materia está orientada a abordar algunos conceptos elementales de ese
tipo de conocimiento: el conocimiento científico, que a su vez, abarca el estudio de las
metodologías que lo producen. Y como la Economía es una ciencia social, es por eso
que se tratarán cuestiones del conocimiento y de las metodologías propias de las
ciencias sociales.

Algunas carreras están orientadas a la realización de investigaciones, para ellas esta


materia será muy pertinente. Pero aunque no se dediquen a investigar, estudiarán
contenidos que son el resultado de una investigación. Al leer un texto, deberán poder
discernir la teoría y las hipótesis que subyacen en el mismo, la metodología usada para
llegar a la justificar o demostrar esas hipótesis. El dato en sí mismo no es investigación,
siempre está interpretado. Preguntarse por ejemplo: ¿Hay contradicciones en este texto?
¿El objeto de estudio está centrado en la comercialización o en la producción? ¿Qué
concepto de demanda está manejando este autor? ¿Está demostrada la hipótesis que se
planteó? ¿Cómo la demuestra? ¿Qué variables utilizó? Y muchos otros interrogantes
que tendrán relación con el análisis de lo que estudiarán.

Comenzaremos en la cursada a distinguir tipos de conocimientos, examinaremos las


características del conocimiento científico y las distintas clasificaciones de la ciencia.

Luego continuaremos con un recorrido histórico. El conocimiento científico es


construido por los seres humanos, no es natural sino que es cultural. Esto significa que
se fue modificando a través del tiempo y seguirá transformándose en el futuro. Además,
el conocimiento científico no se da aislado de la sociedad que lo produce. En este
sentido, realizaremos un recorrido histórico donde analizaremos qué se entendía por

1
conocimiento científico en distintos momentos del pasado, para poder comprender la
cosmovisión, los sistemas de ideas hegemónicos en cada etapa y sus vinculaciones con
el contexto social. De este modo podremos entender el tipo de ciencia y la metodología
utilizada. Este ejercicio de problematizar el conocimiento y concebirlo como una
construcción, en lugar de pensarlo como algo dado, como algo que simplemente “fue
así” o “se dio”, nos permitirá a su vez comprender y problematizar el conocimiento
actual.

2
EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO Y

LA CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS

Para conocer, los seres humanos tenemos ciertos mecanismos de adquisición de


conocimientos que nos son innatos, es decir, con los que nacemos. Gracias a los
estudios de J. Piaget, sabemos que el conocimiento humano atraviesa una sucesión de
diferentes etapas o estadios. No es posible que un niño de un año de edad aprenda a leer
y escribir, necesita pasar por etapas de madurez cognitiva para lograrlo. Chomsky ha
planteado que desde pequeños podemos aprender un idioma, esa compleja capacidad
cognitiva es innata. Aprendemos el idioma de y con nuestra familia, y luego el de la
sociedad en la que vivimos. Es decir, que si bien tenemos capacidades cognitivas con
las que nacemos, los saberes se aprenden socialmente. Es la sociedad y su cultura, en un
determinado momento, en un determinado lugar, en un determinado contexto, la que nos
presenta los objetos a conocer. Conocemos socialmente.

Existen distintos tipos de conocimiento. El conocimiento natural es el que aprendemos


en forma espontánea e informal. Es útil e imprescindible para manejarnos en nuestra
vida cotidiana: conocer nuestro cuerpo y nuestro entorno, comprender y compartir el
ámbito familiar, el laboral, etc. Se adquiere por experiencia y se expresa por medio del
lenguaje natural. El “sentido común” se basa en este tipo de conocimiento pero con
frecuencia se asiente en prejuicios que constituyen un obstáculo para el conocimiento
científico. Para algunos autores existe una continuidad entre el conocimiento
proveniente del sentido común, llamado también conocimiento vulgar, y el
conocimiento científico. En cambio para otros, como el epistemólogo francés Bachelard
constituyen obstáculos epistemológicos, porque se presentan en el acto de conocer. Así,
menciona a la opinión y a la observación básica. Al respecto dice:

La ciencia, tanto en su principio como en su necesidad de coronamiento, se


opone en absoluto a la opinión. Si en alguna cuestión particular debe
legitimar la opinión, lo hace por razones distintas de las que fundamentan la
opinión; de manera que la opinión, de derecho, jamás tiene razón. La
opinión piensa mal; no piensa; traduce necesidades en conocimientos. Al
designar a los objetos por su utilidad, ella se prohibe el conocerlos. Nada
puede fundarse sobre la opinión: ante todo es necesario destruirla. Ella es el
primer obstáculo a superar. No es suficiente, por ejemplo, rectificarla en
casos particulares, manteniendo, como una especie de moral provisoria, un
conocimiento vulgar provisorio. El espíritu científico nos impide tener
opinión sobre cuestiones que no comprendemos, sobre cuestiones que no
sabemos formular claramente. Ante todo es necesario saber plantear los
problemas. Y dígase lo que se quiera, en la vida científica los problemas no
se plantean por sí mismos. Es precisamente este sentido del problema el que
sindica el verdadero espíritu científico. Para un espíritu científico todo
conocimiento es una respuesta a una pregunta. Si no hubo pregunta, no
puede haber conocimiento científico. Nada es espontáneo. Nada está dado.
Todo se construye.1

Y continúa:

1
Bachelard, Gastón (1985) La formación del espíritu científico. México, Siglo XXI. P. 16

3
La experiencia básica o, para hablar con mayor exactitud, la observación
básica es siempre un primer obstáculo para la cultura científica. En efecto,
esta observación básica se presenta con un derroche de imágenes; es
pintoresca, concreta, natural, fácil. No hay más que describirla y
maravillarse. Se cree entonces comprenderla. Comenzaremos nuestra
encuesta caracterizando este obstáculo y poniendo de relieve que entre la
observación y la experimentación no hay continuidad, sino ruptura.
(Bachelard, p.22)

Para este autor, el conocimiento científico debe realizar una ruptura con la opinión, el
parecer o la creencia que suelen estar cargados de prejuicios y generan estereotipos. La
observación básica a la que se refiere el autor, es creer lo que se percibe por los sentidos
en forma ingenua. Las explicaciones científicas contradicen la observación básica. Un
ejemplo sencillo: Veo el sol al este por la mañana, al mediodía sobre mi cabeza y al
atardecer en el oeste, la observación básica indica que el sol “se mueve”. La explicación
científica contradice esto y plantea que es la tierra (y yo en ella claro) la que rota. Desde
el sentido común se confunde con frecuencia lo que “es” de lo que “debe ser” y el
lenguaje con la realidad. El sentido común parte de los hechos, no va más allá de ellos,
no establece relaciones que los trascienden.

Siguiendo con este debate:

En un famoso texto de Eddington en defensa de la radical diferencia entre


conocimiento vulgar y científico se hace referencia a dos mesas, una es la
mesa sólida y dura de nuestro conocimiento natural, la otra es un enjambre
formado por cargas eléctricas en movimiento y amplios espacios vacíos.
¿Cuál de las dos mesas es la real?, se pregunta Eddington. Sin duda la mesa
científica. Pero Hempel responde a esta dicotomía diciendo que la mesa
científica pretende en última instancia dar cuenta de la mesa de nuestra
experiencia natural. No hay en definitiva dos mesas, sino un intento de
explicar a través de un modelo científico la mesa de nuestra experiencia
natural. Mientras que el conocimiento natural tiende a ser rígido y responde
a estereotipos, el conocimiento científico es crítico. Muchas de las creencias
ordinarias se ven cotidianamente refutadas y cierto conservadurismo, o
atrincheramiento del sentido común, ligado algunas veces a prejuicios y a
economías de esfuerzos, no dan cuenta de las discrepancias. 2

En los fenómenos sociales suele ser más difícil distinguir el sentido común u opinión de
la explicación científica, más aún en los tiempos actuales donde los medios de
comunicación y las redes sociales son formadores de “opinión”. Con frecuencia apelan
a presentar las emociones, impresiones, imágenes, estereotipos, distorsiones,
ocultamientos y explicaciones mágicas que se arraigan en prejuicios y por lo tanto
resultan convincentes. Las ciencias sociales necesitan romper con ese tipo de
explicaciones que se presentas como evidentes, y buscar la comprensión de los
fenómenos en toda su complejidad favoreciendo el pensamiento crítico.

Para diferenciar el conocimiento científico del conocimiento natural o sentido común,


puntualizaremos las principales características del conocimiento científico:
2
Gianella, Alicia (2004) Introducción a la Epistemología y a la Metodología de la Ciencia. Edulup, Bs.
As. P. 32

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Buscan explicar y comprender fenómenos. Intentan predecir (en el caso de las
ciencias naturales) e interpretar (en el caso de las ciencias sociales) fenómenos.

No se limita a los hechos observados, va más allá de las apariencias. Intenta


explicar los fenómenos con hipótesis y teorías. Busca leyes universales.

Búsqueda de la verdad, aunque eso no significa que pueda alcanzarla o que tenga
certeza de ella.

Es verificable, debe haber fundamentos que soporten las hipótesis y teorías.

Conocimiento racional, que presenta argumentos, fundamentos o razones.

Es coherente. Las partes que lo componen tiene conexiones o relaciones lógicas.


No presenta incongruencia.

Es un saber crítico. No se basa en la intuición, ni en el criterio de autoridad ni en


un dogma. Es un conocimiento que reflexiona sobre sí mismo, que se pone en
duda, que es revisable y falible. Es un saber corregible y provisorio.

Es analítico, trata de descubrir los elementos que componen la totalidad y las


vinculaciones que explican su integración.

Sistemático. Busca la integración de los conocimientos es sistemas


estructurados, en conjuntos ordenados cuyos componentes están ligados entre sí.

Busca ser preciso, sea a través de lenguaje formal y técnico, o a través de


definiciones. El sentido común es vago, impreciso y difuso

Metódico. Utiliza procedimientos aceptados por la comunidad científica para


producir conocimiento.

Podemos decir que una ciencia (del latín scientĭa, conocimiento) es un cuerpo
organizado, sistemático y clasificado de conocimientos. Pero esta definición es
estructural. Se debe tener en cuenta que la ciencia es una actividad que tiene objetivos y
desarrollos, es decir, una función. Y además tiene una práctica, se hace ciencia haciendo
ciencia.

En cada área del conocimiento científico se establecen los correspondientes universos


de hechos y fenómenos a estudiar. Esto implica diferentes perspectivas que pueden
suponer: o que los hechos configuran una realidad dada y se trata de descubrirla; o que
la realidad se construye vía hipótesis o se constituye por su intermedio. Este es una
cuestión que surge a partir de cómo se concibe la relación entre el objeto de estudio y
el sujeto que conoce. Esta concepción es tratada por disciplinas que reflexionan sobre
el conocimiento científico.

El concepto de ciencia y el conocimiento científico son históricos, es decir, tienen


una dimensión temporal y espacial. Aquello que se consideraba ciencia y cómo se
creía que se conocía científicamente en la Antigüedad no era lo mismo en el siglo XVII
o en la actualidad. Pero siempre poseer y manejar el conocimiento es tener poder.

5
Hoy en día no podemos imaginar un científico/a o un grupo de científicos/as aislados de
todos los intereses que están presentes en una sociedad: intereses económicos, políticos,
sociales, culturales, corporativos, etc. Por lo tanto, a lo largo de la materia iremos
revisando los conceptos y características de las que hablamos más arriba.

Algunos conceptos elementales: Epistemología y Metodología

Las disciplinas científicas constituyen conocimientos de primer nivel, son las que
seleccionan una porción de la realidad como objeto de estudio. Por ejemplo: la
astronomía, la física, la economía, la sociología, la biología, etc. Las disciplinas que se
ocupan de reflexionar sobre las ciencias y el conocimiento científico se las considera de
segundo nivel, son metateóricas (teorizan sobre teorías). A continuación, nos
ocuparemos de las de segundo nivel.

No pretendemos aquí llenar de definiciones para memorizar, sino de aproximarnos al


campo que desarrollaremos en este texto, y que va a ir quedando más claro a medida
que avancemos. Comencemos con la disciplina de la reflexión: la Filosofía, que no es
una ciencia, sino que consiste en un conjunto de reflexiones y razonamientos
sistematizados que ayudan al desarrollo del pensamiento crítico. Como dijimos al inicio,
existen distintos tipos de conocimientos y de ellos se ocupa una rama de la filosofía: la
Teoría del conocimiento o gnoseología. Otra rama de la filosofía es la Filosofía de la
ciencia que se ocupa de la reflexión sobre el saber, pero de un saber específico: el
científico. Se suele identificar con la epistemología aunque la filosofía de la ciencia es
más general. Pone de manifiesto o hace explícitos los aspectos filosóficos-conceptuales
de la actividad científica.

La epistemología –la palabra deriva de la palabra griega “episteme”- se ocupa


específicamente del conocimiento científico. En un sentido amplio y desde nuestra
mirada, la epistemología es una reflexión o teorización sobre los fundamentos,
construcción, organización, métodos, validación y difusión del conocimiento científico.
Preguntas que trata de responder la epistemología son por ejemplo: ¿Qué conoce la
ciencia? ¿Cómo conoce? ¿Cómo se estructuran las teorías científicas? ¿Cómo se
relacionan las teorías entre sí? ¿Cómo se vinculan las teorías con los referentes reales o
no? ¿Cuáles son los criterios para aceptar un conocimiento como verdadero? ¿Cómo se
aplica el conocimiento científico? ¿Cuál o cuáles son los métodos que utiliza? ¿Cómo
difunde la ciencia sus conocimientos? ¿Cómo funciona la comunidad científica? ¿Cómo
es la relación entre ciencia y sociedad? etc.

La epistemología no es una ciencia, sino que es una disciplina especulativa, es decir


que se ocupa del conocimiento científico en sí mismo y no como debería ser; y es
abstracta, trata de la reflexión sobre las ciencias y no se basa en la observación y
experimentación. Tampoco es normativa, su objeto específico de estudio no son las
reglas de comportamiento moral, aunque puede reflexionar sobre las conductas de la
comunidad científica. Comparte el objeto de estudio –las ciencias- con la Historia y la
Sociología de la Ciencia.

El método comprende un conjunto ordenado y sistematizado de actividades racionales


y/o técnicas, que constituyen los pasos a seguir, los modos o formas de dar respuesta a
problemas o solucionarlos.

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La Metodología estudia los diferentes métodos, o sea, esos procedimientos intelectuales
sistematizados y estructurados que permiten solucionar problemas o producir nuevos
conocimientos. Según su objeto de estudios diferenciamos distintas Metodologías, así
podemos hablar de Metodología de la enseñanza, de la producción o de la investigación
científica.

Las ciencias (entendiéndolas en sus formas teóricas y en sus prácticas) son actividades
racionales y sistemáticas, que buscan estrategias y aplican métodos para construir y
ampliar el conocimiento. La Metodología de investigación científica se ocupa de los
métodos de las ciencias. Ahora bien, no existe una sola forma de obtener conocimiento
y validarlo, por eso hablamos de metodologías en plural. Pero toda elección del método
más adecuado para obtener un conocimiento científico o para resolver determinados
problemas supone una posición epistemológica. Es por eso que si bien esta materia de
llama “Metodología de las Ciencias Sociales” abordaremos algunas nociones de
epistemología.

El conocimiento técnico y tecnológico

Saber hacer algo no es lo mismo que conocer científicamente. Puedo poner en


funcionamiento un lavarropas y desconocer las leyes de la fuerza centrífuga que rigen
sus movimientos. Puedo por otra parte, cambiar el enchufe del artefacto, pero no saber
cómo se forma la energía eléctrica. Por eso, técnica y ciencia no son lo mismo aunque
se relacionan.

La técnica conforma un espacio de conocimiento que tiene una finalidad práctica.

La tecnología es un tipo especial de técnica que adopta una metodología científica y


presupone conocimientos científicos.
Tanto la técnica como la tecnología tienen un aspecto informativo y otro prescriptivo, es
decir, otorgan reglas para cursos de acción. Estas acciones pueden ser para evitar,
modificar, controlar y crear productos o artefactos.

Si querés hacer una pausa y ver otra forma curiosa de entender la “epistemología”, mirá
en youtube a Les Luthiers, interpretando Dilema de amor (Cumbia Epistemológica)
https://www.youtube.com/watch?v=p9ZdeARKTzE

CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS

Todo conocimiento necesita algún orden para poder investigar y estudiar. No se puede
abordar el conocimiento de algo en su totalidad y en su complejidad al mismo tiempo,
aunque siempre tenemos que tener presente que estudiamos un aspecto de esa totalidad.
Uno de los procedimientos para comenzar a conocer es separar por partes, y esas partes
surgen de clasificar el todo en porciones o aspectos. Por ejemplo, en un libro existe un
índice que agrupa y ordena los temas de todo el libro. Vamos leyendo por partes, pero
sabemos que se trata de todo un libro. La distinción en capítulos la realizó el autor con
un criterio de clasificación de los contenidos. Para clasificar, se utiliza un “criterio”.
Otro ejemplo, si clasificamos animales con el criterio de vertebración, habrá animales
vertebrados e invertebrados, sin un criterio, no los podemos clasificar. Es necesario
tener en cuenta las características de ese criterio, pero hablaremos más delante de eso.

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En el caso de la clasificación de las ciencias, se fueron adoptando distintos criterios. El
más aceptado actualmente es la clasificación por el objeto de estudio, por el tipo de
entes que estudian. Pero antes de eso, vamos a decir qué es un ente.

¿Qué es un “ente”? 3

Ente: Se llama ente a todo aquello que “es”. Puede tratarse de una silla, de una
montaña, de un ángel, de Don Quijote, de la raíz cuadrada de 2, o aún de absurdos como
los triángulos redondos o las maderas de hierro: todo esto “es”, de todo ello puede
predicarse el término “es”, y en la medida en que ello ocurre, se trata de “entes” – así
como “pudiente” es “el que puede”. “viviente” lo que vive, “floreciente” lo que florece,
“amante” el que ama, “lo que es” se llama “ente”-. A lo que hace que los entes sean, se
lo llama ser: los entes, por lo tanto, son porque participan del ser- tal como el pudiente
participa del poder, lo viviente del vivir, etc.-
La clasificación más aceptada de entes es la que distingue tres tipos de entes: sensibles o
reales; ideales o abstractos o formales; y los valores. Este último tipo de entes, los
valores, no pertenecen al área científica (aunque como toda actividad humana la
atraviesa) y es por eso que no los mencionaremos aquí.
Entes sensibles o reales:
Se captan a través de los sentidos, sean fisiológicos como la vista, el olfato, el oído, etc.
o sea por la autoconciencia como darnos cuenta que estamos angustiadas o alegres. Por
eso puede subdividirse en físicos o psíquicos. Los entes físicos son espaciales, ocupan
un lugar mientras que los entes psíquicos no. Pero todos los entes sensibles son
temporales: Tienen un origen, duran en el tiempo, tienen una causalidad por ejemplo de
causa-efecto que es una primero que la otra.
Entes ideales, o abstractos, o formales:
Son producto de la razón, son intemporales. Por ejemplo, los números, no se encuentran
en la naturaleza, no nacen y mueren. Una característica de los entes ideales es la
relación de principio a consecuencia. O relación de implicación, con la que se alude al
especial tipo de vinculación que enlaza unos entes ideales con otros. Esta relación se
diferencia de la relación causal, entre otras cosas, porque mientras esta última está
enlazada con el tiempo, tal enlace no se da entre los entes ideales. Piénsese lo siguiente:
a = b, b = c, c = d,….x = y; luego a = y. ¿Quiere esto decir que al amanecer a = b; a la
mañana b = c, al mediodía c = d, y que solo a altas horas de la noche ocurre x= y? Es
evidente que no ocurre tal cosa, y es evidente también lo absurdo del planteo. El
matemático ordena estas igualdades para ir de lo que se conoce primero a lo que se
conoce después; pero las cosas mismas, los entes de los que aquí se trata, y las
relaciones que los ligan son todos a la vez.

Clasificación de las ciencias por su objeto de estudio

Desde la antigüedad hasta la actualidad se han establecido distintas clasificaciones para


las ciencias. En las últimas décadas, el criterio más utilizado para clasificarlas es por el
tipo de objeto de estudio. Si el objeto de estudio es un ente formal, esto es, abstracto o
ideal, se trata entonces de Ciencias Formales. Si el objeto de estudio es un ente empírico
o real, se trata de Ciencias Fácticas.

3
Seguiremos la explicación y clasificación de Adolfo Carpio (2003) Principios de Filosofía. Una
introducción a su problemática. Bs. As. Glauco. Páginas 1-4.

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CIENCIAS FORMALES CIENCIAS FÁCTICAS

 Matemática, geometría  Físico-Naturales: Física, Química,


 Lógica Biología, Astronomía, geología, etc.
 Sociales: Sociología, Antropología,
Economía, Psicología, etc.

Estudian entes abstractos, ideales o Estudian entes empíricos, reales:


formales: Por ejemplo, la matemática es Estudian entes o fenómenos que existen en
una ciencia formal, se ocupa de entes la realidad natural o en la realidad social.
ideales como los números. Los números Por ejemplo: los plantes, el fenómeno de la
no existen en la realidad, no son gravedad, una revuelta social, el trato hacia
empíricos, no los puedo percibir por mis los ancianos en una determinada sociedad,
sentidos. No puedo “ver” un 5 en la el fenómeno inflacionario, un brote
naturaleza. Veré objetos que en nuestra psicótico, etc.
cultura los “contamos” pero en sí, los
números son abstracciones, son creados
en nuestra razón.

Verdad: dada por coherencia interna Verdad dada por la correspondencia


dentro del sistema: Se establece que un entre el enunciado y la realidad: Si digo:
enunciado es verdadero cuando “El agua alcanza el punto de ebullición a
aplicando las reglas del sistema (sistema nivel del mar a los 100 grados centígrados”
matemático, sistema lógico) no se ese enunciado será Verdadero si lo
presentan contradicciones. Si digo: El contrasto con la realidad, lo pongo a prueba
enunciado 2 más 2 es igual a 4 es colocando agua al fuego y con un
Verdadero; y: El enunciado 2 más 2 es termómetro compruebo la temperatura. Si
igual a 5, es Falso ¿Cómo lo sé? Porque el termómetro marca 100°C y observo que
apliqué las reglas de la suma de la hierve, entonces diré que el enunciado es
matemática. El primero de los Verdadero porque se corresponde con la
enunciados (Verdadero) no presenta realidad.
incoherencia, el segundo (Falso) sí. La verdad es ante todo, una propiedad del
Para calcular la raíz cuadrada de 4, no se discurso declarativo; lo verdadero o lo
necesita demostrarlo en los hechos, se falso pertenece a los enunciados, no a los
puede resolver usando la razón y hechos. En el ejemplo anterior: no es
aplicando las reglas de la matemática. Si verdadera o falsa el agua que hierve a 100
se aplican bien las reglas del sistema g., no es verdadera o falsa la realidad. El
matemático se llegará a una verdad enunciado (lenguaje) que se refiere a la
formal. realidad es verdadero o falso.

Utiliza enunciados a priori: Significa Utilizan enunciados a posteriori:


enunciados independientes de la Enunciado que deben contrastarse con
experiencia. No son anteriores en un alguna observación. Son posteriores a la
sentido temporal, sino que son experimentación o comprobación empírica.
independientes de la experiencia. Son
enunciados puramente racionales.

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Sus enunciados son analíticos:4 Sus enunciados son sintéticos: (no
Identidad entre el sujeto y el predicado, confundir con sintáctico)
el predicado no agrega información al El predicado agrega información al sujeto.
sujeto. Por ejemplo: El triángulo es una Por ejemplo: La mesa es blanca. El
figura de tres lados. El sujeto, el predicado le agrega una cualidad al sujeto
concepto “triángulo” por definición es que puede ser de otra manera, por ejemplo,
una figura de tres lados, el predicado no puede ser verde, roja, etc. Es un enunciado
agrega información. No puede ser que el contingente, es decir, La mesa es blanca
triángulo no tenga tres lados (principios puede ser un enunciado verdadero; La
de identidad y contradicción). mesa es blanca puede ser un enunciado
Necesariamente es verdadero, es falso.
verdadero por definición.

Demuestran en forma final y Demuestran en forma provisoria: El


definitiva: Una vez que demostré que 2 conocimiento en ciencias fácticas es
más 2 es igual a 4 es definitivo, no revisable, falible, perfectible, es decir,
cambiará con el transcurso del tiempo. puede suceder que con la realización de
No puede suceder que a la luz de nuevos nuevas pruebas y nuevas investigaciones,
descubrimientos pueda modificarse y teorías que se sostenían como verdaderas
comience a dar como resultado 5. resulten falsas. Por eso el conocimiento se
acepta como verdadero, o mejor dicho,
como confirmado o corroborado en forma
provisoria.
Método deductivo: Utilizan la Método: Pueden utilizar distintos métodos.
deducción. Esto dependerá de la corriente
epistemológica y metodológica. Para
Doble rol: ciencia y herramienta: Son algunas corrientes existe un solo método
ciencias pero también son utilizadas por para todas las ciencias (monismo
otras ciencias. metodológico) para otras se pueden utilizar
varios. Mencionaremos:
Hipotético deductivo
Inductivo
Hermenéutica (sociales)

Clasificación de las ciencias por su finalidad

La ciencia moderna nace con una doble dimensión que la inscribe en el mundo del
conocimiento y en el mundo del hacer. Así, tomando como criterio la finalidad Mario
Bunge5 las clasifica además en ciencia básica y ciencia aplicada. Este epistemólogo
argentino además, diferencia el área de la técnica.

Ciencia básica: le interesa el conocimiento por el conocimiento mismo (interés


puramente cognoscitivo). Se propone descubrir leyes universales con el fin de
comprender la realidad íntegra. El investigador propone él mismo sus planes de
investigación y puede cambiarlos cuando le parezca necesario, no hay injerencia de una
factor externo (como una institución, empresa). La evaluación de sus resultados la
realizan otros científicos de ciencia básica. Utiliza el método científico.
4
Algunos cuestionan esta clasificación entre enunciados analíticos y sintéticos. Kant suma sintéticos a
priori. Pero a efectos de este curso introductorio solo lo mencionamos.
5
Bunga, Mario (1997) Ciencia, técnica y desarrollo. Bs. As. Sudamericana.

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Ciencia aplicada: investiga problemas de posible interés social. Aplica los
conocimientos de la ciencia básica. Su planificación está dada por organismos externos
(institutos, agencias, empresas, universidades, etc.) y debe dar cuenta de sus resultados.
Puede producir conocimientos que aporten a la ciencia básica. Utiliza el método
científico.

Técnica: No le interesa todo el universo sino el recurso natural o artefacto. Emplea


conocimiento científico y puede agregar nuevo conocimiento para diseñar artefactos.
Sus problemas no son cognitivos sino que los problemas de la técnica son de índole
práctica.

Sin duda, Bunge jerarquiza la ciencia sobre la técnica, ya que algunos autores llaman a
la ciencia aplicada tecnología, es decir, la técnica con base científica. Esta clasificación
de ciencia y técnica se debe enmarcar en los debates sobre qué tipo de ciencia debe
estimular un país para ser desarrollado. Bunge atribuye el atraso de los países
subdesarrollados a que cuando se discute la distribución de fondos entre una y otra,
suele unirse en una sola rúbrica, Investigación y Desarrollo (I&D en inglés) siendo el
menor porcentaje de ese presupuesto el destinado a la ciencia básica. Actualmente,
muchos discuten la distinción sostenida por Bunge ya que los desarrollos de la ciencia y
de la tecnología están muy relacionados. Ambas aportan, interfieren y dependen entre sí.
Tanto el desarrollo de la ciencia como de la tecnología son fundamentales para el
progreso de un país. Por eso, ambas, deben ocupar un lugar decisivo en las políticas de
Estado que trascienden los gobiernos coyunturales.

Cuando hablamos de ciencias, el término comprende también a las ciencias sociales. En


cuanto a su clasificación y denominación podemos decir:

Desde el ámbito se lo social, y especialmente del campo de la historia, se propuso


una nueva forma de clasificación. A fines del siglo XIX y comienzos del XX se
distinguieron las ciencias de la naturaleza de las ciencias del espíritu (Dilthey).
Pero posteriormente (al considerar que de algo como el espíritu no se puede hacer
ciencia), en el campo anglo-sajón, se prefirió la designación de ciencias sociales
(privilegiando el papel de la sociología, la antropología, etc.) en tanto en el
continente europeo se prefirió ciencias humanas o ciencias del hombre.

Pero los problemas de clasificación se incrementaron. Hay ciencias como la


psicología que ha sido ubicada en diferentes grupos y esto depende de la
concepción de psicología que se posea. Existen epistemologías que la colocan
dentro de las ciencias naturales, otras que la reconocen como ciencias sociales de
las humanas colocando a la psicología en éste último grupo. (Durand y Aguirre,
1999)6

Para nuestros fines, distinguiremos: ciencias formales, ciencias naturales y ciencias


sociales.

Leeremos el texto de Folguera La ciencia sin freno7, pp 19 a 22, para ampliar los temas.

6
Durand, S y Aguirre, R. (1999) Aproximación histórica al concepto de ciencia y a su problemática. P.29
7
Folguera, G. (2020) La ciencia sin freno. De cómo el poder subordina el conocimiento y transforma
nuestras vidas. CABA, CFP24 Ediciones.

11
Guillermo Folguera
LA CIENCIA SIN FRENO
DE CÓMO EL PODER SUBORDINA
EL CONOCIMIENTO Y TRANSFORMA
NUESTRAS VIDAS

CFP24
Ediciones
CFP24 Ediciones

© Guillermo Folguera, 2020

diseño: Juan Pablo Fernandez


imágen de portada: Sergio Langer
edición y corrección: Elina Kohen y María Fernanda Ocón
coordinación: Andrés Bracony

El taller de edición de libros y otras publicaciones funciona todos los cuatrimestres


los martes de 18 a 21 h y los viernes de 18 a 20 h en el CFP24.
Para comunicarse pueden escribir a:
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Folguera, Guillermo
La ciencia sin freno / Guillermo Folguera 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos
Aires : CFP24 Ediciones, 2020.
216 p. ; 20 x 14 cm.

ISBN 978-987-3687-74-7

1. Ciencias sociales. 2. Filosofía de la ciencia. 3. Política.


CDD 305.4201

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PALABRAS PRELIMINARES
CIENCIAS Y TECNOLOGÍAS EN
TEMPORADA DE PANDEMIAS

L a pregunta acerca de cómo vivimos y su relación con las ciencias


y las tecnologías es el centro de este libro. Se trata de un interro-
gante con una larga historia y un significativo presente. Y esta pregunta
toma especial relevancia durante una pandemia. De hecho, respecto de
nuestro presente, las voces dominantes suelen señalar algo así como que:
Estamos sufriendo el impacto de un virus excepcional, surgido en algún
mercado de China, para el cual la ciencia y la tecnología posiblemente
encuentren la cura para dar una solución definitiva.

¿Qué transmite esta frase? Veamos qué nos dice.


El impacto y la idea de lo inevitable. La palabra impacto no es una
mera forma de nombrar, no es una metáfora elegida al azar. Un impacto
es una forma particular de percibir el problema al analogarlo, por ejem-
plo, con un meteorito que golpea la Tierra. Pero no, el virus no es un
meteorito, y lo que nos sucede no es inevitable. Todo esto se ha generado
y expandido a raíz de ciertas condiciones específicas, y las respuestas
institucionales también han encontrado particularidades que han sido
claves. Avancemos.
El supuesto origen en un mercado arroja un manto de lejanía y
singularidad que, aun cuando se pueda narrar una historia literariamen-
te más interesante, no pone en juego la pregunta estructural. No es lo
mismo que se cuente la historia a partir de una sopa de murciélago o que
se lo haga mencionando los modos de producción o la devastación de
la naturaleza. En la versión del mercado chino, no estamos incluidos ni
nosotros ni el resto de las comunidades latinoamericanas, tampoco las

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LA CIENCIA SIN FRENO Guillermo Folguera

instituciones ni las lógicas que gobiernan nuestro accionar. La ingesta de


murciélago se percibe como una práctica mayoritariamente extraña des-
de nuestras culturas, que ocurre en algún lugar lejano que no conocemos
ni probablemente conoceremos. En cambio, conectarlo con los modos
de producción y consumo conlleva una lógica imperante, implica un
sistema con beneficiados y perjudicados, una forma particular de pro-
ducción que se reproduce. Tampoco la posibilidad de repetición en uno
y otro caso es la misma. Hay una diferencia fundamental en pensarlo
apenas como un evento aislado o bien asumirlo como la consecuencia
esperada de un conjunto de causas que, si no se alteran, hacen al evento
repetible o incluso posibilitan que este se agrave.
Causas, dije. ¿Qué son estas causas? El listado es largo. La alimen-
tación, la manera de obtener energía, la salud y las enfermedades, las
formas de control y las dependencias, los principios rectores, las tasas y
formas de consumo, las políticas demográficas, las desigualdades socia-
les, la omisión de riesgos, la mercantilización de todo. Un listado largo y
heterogéneo que nos atraviesa. La lista agobia. Pero claro, lo sabemos: no
esperemos soluciones simples a problemas complejos.
¿Y qué sucede con las ciencias y las tecnologías? En la narración he-
gemónica, sin estar involucradas en el origen del problema, las ciencias y
las tecnologías prometen una solución. Pero esta estructura publicitaria
oculta más de lo que devela. De hecho, en el listado de causas que nos
han traído hasta aquí, ciencias y tecnologías tienen mucho que decir.
Roles diversos a favor de una lógica mercantil que las ha guiado para
generarlas, posibilitar su técnica, transferir su legitimidad, brindar cierto
carácter publicitario e incluso transformar en irracionales las diversas re-
sistencias sociales. Mientras su relación con las causas permanece oculta,
se acuñan promesas de una solución definitiva. Esta forma publicitaria,
límpida, de prácticas y saberes que son atravesados por tantos intereses,
instituciones, grupos sociales involucrados pide una revisión urgente. Y
que el signo sea sin más el opuesto (pensar las ciencias y las tecnologías
como generadoras de todos los males) es otro aspecto de lo mismo, pues
también anula la pregunta política por excelencia, la pregunta acerca de

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Ciencias y tecnologías en temporada de pandemias PALABR AS PRELIMINARES

cómo queremos vivir. Una y otra son aspectos de lo mismo, estrategias


que nos impiden siquiera pensar qué nos ha traído hasta aquí.
Solución definitiva. ¿Solución definitiva de qué? ¿Qué es esta pesa-
dilla llamada pandemia? ¿Solo un virus sin más? ¿Qué hay de las causas?
¿Qué de la destrucción ambiental fuertemente asociada a su origen y
expansión? ¿Qué sucede con la producción de los alimentos? ¿Qué pasa
con el consumo? ¿Cómo juegan las lógicas de control de las comuni-
dades? ¿Qué sucede con las desigualdades sociales? ¿Y con los lugares y
formas de vida? ¿Por qué se sostiene una lógica mercantil en todos los
ámbitos? ¿Por qué se venden problemas como soluciones?
La excepcionalidad que suele señalarse no es ajena al hecho de que
no se mencionan las causas que nos han traído hasta aquí. Sin embargo,
nada sugiere que esto se acote apenas a una pequeña ventana en el tiem-
po, a un evento aislado. Tampoco es una distopía, pues se trata solamen-
te de asumir que las causas suelen traer consecuencias. Y es que la iden-
tificación no es tal: la pandemia no es (únicamente) el Covid-19, aunque
sin dudas la expansión del virus SARS-CoV-2 deja muerte y dolor. Pero
la pandemia es algo más general que es preciso que reconozcamos, ana-
licemos y pongamos en discusión, en teoría y en práctica. Y, con ella, la
discusión en torno a cuáles son las ciencias y las tecnologías que deben
ser consideradas frente a las políticas públicas, y cuáles las dirigidas me-
ramente a consolidar la mercantilización de cuerpos y territorios.
Y, entonces, otra frase bien distinta es la que ofrece este prólogo:
Estamos sufriendo las consecuencias intensificadas de una multiplicidad
de causas que involucran ciencias y tecnologías tanto en su origen como en
posibles alternativas.

De este modo, las ciencias y las tecnologías requieren ser pensadas


cuando discutimos políticas públicas. Y requieren ser pensadas en plural.
Esto último no es una mera formalidad: es el reconocimiento de que los
criterios técnicos que se consideran u omiten ante cada problema po-
drían ser otros. Preguntarse por qué se consideran algunos y se ocultan
otros también es preguntarse acerca de las decisiones y del poder. Y esto

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LA CIENCIA SIN FRENO Guillermo Folguera

anticipa un elemento fundamental para este libro: que las ciencias y las
tecnologías han sido adoptadas y transformadas para la reproducción, el
control y la permanencia de los poderes de turno.
Discutir qué ciencias y tecnologías tenemos y cuáles necesitamos
es fundamental para comprender un poco mejor cómo vivimos aquí y
ahora. En esa dirección intenta sumar, de alguna forma, el libro que aquí
da inicio.

Guillermo Folguera
Buenos Aires, 2020

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