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3.2. Desarrollo:
Para tener una mejor comprensión del tema, te invito a subrayar las ideas fundamentales y
buscar aquellas palabras que no comprendas.
1.FILOSOFAR ES PENSAR.
Pero ¿qué es pensar? Pensar es, como dice Ortega y Gasset, una tarea, algo que el ser humano
hace por algo y para algo, una ocupación y no solo una actividad que ejerce ocasionalmente.
La necesidad de pensar del ser humano surge frente a la dificultad de solucionar los
interrogantes y los enigmas del universo, de la sociedad y del mismo ser. El saber cotidiano, el
científico, el artístico, el religioso y el saber filosófico son herramientas que no solo nos ayudan
a entender lo que nos rodea y lo que somos, sino también a mejorar el mundo en el que vivimos.
Pero, ¿En qué consisten esos saberes? ¿en que se parecen y en qué se diferencian?, ¿Qué ayuda
nos proporciona cada uno de ellos?
La filosofía nos enseria a adoptar una actitud crítica cuyas metas deben ser la de descifrar los
secretos del universo, descubriendo sus verdades, y la de aprender a organizar nuestra vida de
una forma tan inteligente que logremos vivir bien, ser felices. Sin embargo, para que el
pensamiento crítico se pueda desarrollar adecuadamente, el ser humano debe aprender a
expresarse claramente mediante argumentos para lograr transmitir sus pensamientos y poder
validar lo que otros dicen.
Según la posición denominada innatismo, defendida per autores come Gottfried Leibniz (1646-
1716) y Rene Descartes (1596-1650), es necesario que algunos de nuestros conceptos sean
poseídos desde antes de nacer y, por ende, al menos algunos de nuestros saberes tendrían
como fuente el entendimiento mismo y no la experiencia. Podemos considerar que hay saberes
en los que la mente se sirve de sí misma para generarlos, como las operaciones lógicas. También
podemos decir que hay conceptos necesarios para poder tener experiencias y, por ende, no
pueden ser dados por la experiencia, sino que deben ser previos a ella.
Supongamos que las experiencias comunes son de objetos que tienen unas determinadas
propiedades (por ejemplo, una silla que es roja). Ahora, imaginemos a un bebe recién nacido
que aún no ha tenido suficientes experiencias para comprender conceptos ilustrasdos como
objeto o propiedad y que está mirando una silla roja. El innatista apelaría a que sería muy difícil
postular que él bebe puede percibir una silla como roja, cuando no tiene tales conceptos
abstractos que le permitan ordenar su experiencia en términos de un objeto (silla) que tiene
una propiedad roja. De tal manera, el bebe percibe la silla como roja solo porque posee los
conceptos de objeto y de propiedad de manera innata.
b) Saber cultural, popular o convencional: Supongamos que alguien tiene un dolor muy fuerte
en alguna parte de su cuerpo. Algún familiar puede sugerirle que tome infusiones de tallo de sauce
y, al recibirlas, la persona presenta un gran alivio. También es posible que la persona busque el
consejo de un médico naturista y que este le haga la misma recomendación, obteniendo los mismos
resultados. ¿Cuál es la diferencia entre el saber del familiar y el del médico? Que el familiar no tiene
una explicación de su consejo más allá de que en efecto funciona, mientras que el médico puede
apelar a ciertas propiedades del sauce para argumentar su efecto sobre el paciente. Si bien no es
intuitivo saber que el sauce sirve para calmar el dolor, esta utilidad hace parte de la cultura popular
y se acepta como un saber sin mayor justificación.
Semana 2:
Explicación por parte de la profesora y actividad
2. EL SABER CIENTÍFICO
La noción de ciencia ha estado muy ligada a la de filosofía. En el mundo griego, ciencia era episteme, es
decir, el tipo de conocimiento superior, el más elaborado. Platón lo oponía a opinión (doxa), que era el
conocimiento propio del mundo sensible, el de los objetos empíricos. La episteme era el conocimiento
propio del mundo inteligible, eterno e inmutable. Aristóteles, por su parte, lo concebía como un tipo de
conocimiento universal y necesario producido por deducción a partir de principios, y por ello no afectado
por las imperfecciones del conocimiento puramente sensorial, limitado y contingente. En la jerarquía de
conocimientos que proponía, la episteme era el conocimiento previo al nivel supremo de conocimiento
sabiduría (Sofía).
Así, tanto la ciencia como la filosofía eran tipos de conocimiento con pretensiones de universalidad,
necesidad, inmutabilidad y eternidad. La episteme tenía muy poco de nuestro actual concepto de
ciencia, tan ligado a la indagación observacional y experimental de la naturaleza y de un carácter
eminentemente hipotético y, por ello, revisable. La noción moderna de ciencia se elabora en el
Renacimiento, cuando se produce la llamada Revolución científica. Es entonces cuando ciencia y filosofía
se diferencian. Y esto ocurre porque determinadas ciencias particulares, sobre todo algunas de las
ciencias empíricas de la naturaleza, como la física y la astronomía, se organizan, determinan sus rasgos
específicos y desafían su propio método.
Los dos elementos que diferenciaron el saber científico del filosófico fueron la experiencia, entendida
como experimentación, y la aplicación de las matemáticas al estudio de la realidad. Entendemos por
experimento un conjunto de actividades convenientemente planificadas con ayuda de fórmulas
matemáticas, con las que se pretende descubrir cómo se comportan las cosas. El objetivo del
conocimiento científico no es determinar que son las cosas, sino cómo se comportan, y para ello no basta
con observar que sucede espontáneamente, sino que es preciso construir la experiencia, controlarla, de
modo que muestre los aspectos que interesa conocer.
3.3. Cierre:
En conclusión, la filosofía es una disciplina que permite elevarse por encima del saber científico
y observar la vida desde otra perspectiva.
4. TALLER:
Semana 1: debate (participación del video) y mapa mental del apartado 1
Semana 2: Explica con imágenes (realizadas o pegadas) del apartado 2 y 3
Semana 3: Evaluación
5. PROCESO DE EVALUACIÓN: