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Traducción Mecánica
¿Tiene memoria el corazón?
¿Podrán los dos hombres superar sus miedos y dudas para arriesgarse
con un amor que promete brillar más que el sol? ¿O utilizarán los
obstáculos que enfrentan como excusas para evitar posibles angustias?
Prólogo
Elijah Mckinney
15 de mayo de 1899
Noah Mckinney
Maverick Rodríguez
Noah
Querido Maverick,
Noah
Maverick
Noah
Maverick
Noah
Maverick
Noah
Maverick
Mi polla era tan dura que podría haberla usado para machacar uñas. Ya
tenía un semi mientras trepaba por el puto enrejado, sabiendo que
pronto estaría en su habitación, desnudo, y dentro de él. Rápidamente
encontré la habitación que estaba usando, me quité la ropa y me
acosté en el centro de su cama. Escuché el agua correr de la habitación
de al lado y no pude quitar las manos de mi polla. Mantuve el ritmo
lento, bromeando, mientras imaginaba el agua y el jabón cayendo en
cascada por su cuerpo. El cuerpo que anhelaba más que nada.
Los nervios se apoderaron de mí cuando escuché que se cortaba el
agua. ¿Parecí desesperado? Bien, porque estaba desesperado por
tenerlo. ¿Estaba asumiendo demasiado? Era una oportunidad que tenía
que tomar, porque estaba all-in en ese momento. Apareció envuelto en
una toalla; gotitas de agua que la toalla no vio brillaron contra su piel.
Su boca se abrió por la sorpresa cuando me vio en su cama, sus ojos
inmediatamente se fijaron en mi acción de acariciar. Podría haberme
venido en ese momento con él mirándome tan intensamente, el anhelo
y la lujuria oscurecieron sus ojos. No quería interrumpir su lectura de
mí, así que le conté exactamente cómo llegué a su cama.
–Oh Dios. – Dos palabras dichas con una voz cargada de tanta
necesidad como la sentí.
–Él no puede salvarte ahora, Noah–. Mis palabras parecieron sacarlo
de su trance. Sus ojos se desviaron hacia los míos. Noah se pasó la
lengua por los labios, pero no estaba seguro de si era por hambre de
probarme o de burlarse de mí. Sus manos fueron a su toalla y comenzó
a aflojarla de alrededor de su cintura.
–No estaba pidiendo ayuda–, su toalla cayó al suelo, –Le estaba
dando las gracias–. Mis caricias flaquearon cuando se acercó a la
cama. –Eres más hermoso de lo que jamás podría haber imaginado–.
¿Quién era el que estaba seduciendo aquí? Tan pronto como puso su
rodilla en la cama, me levanté y lo agarré.
Nos unimos, nuestras bocas devorando y manos codiciosas
tocándose, buscando grabar nuevos recuerdos en nuestros cerebros y
borrar cada noche solitaria que perdimos juntos. Noah se sentó a
horcajadas sobre mis caderas y envolvió sus piernas alrededor de mí.
Me senté abrazándolo con fuerza contra mi pecho, sin querer
soltarme de él. Aun así, no estaba lo suficientemente cerca de él para
satisfacerme. Temí que nunca conseguiría la cercanía que ansiaba de él.
Noah rompió nuestro beso, pero no movió mucho sus labios; se
sentó envuelto alrededor de mí y se esforzó por sacar aire a sus
pulmones. Su aliento pasó como un fantasma por mis labios y me hizo
temblar. Deslicé una mano en su cabello y luego tiré de su cabeza hacia
atrás, dándome acceso a la larga columna de su cuello. Lamí un rastro
desde su clavícula hasta su barbilla con hoyuelos antes de reclamar sus
labios nuevamente. Extrañé el sonido áspero de su lengua cuando se
deslizó contra la mía.
Rompí nuestro beso y regresé a su cuello donde besé y pellizqué su
carne tensa. Sentí los quejidos y gemidos vibrando en su garganta
mientras lo disfrutaba, prestando especial atención a su nuez de
Adán. Me abrí camino hasta su oreja y mordí la tierna carne de allí.
–¡Mierda! – Noah gritó antes de apretar ambos puños en mi cabello
y acercar mi boca a la suya.
–Pronto, nene–. Mi promesa se perdió en el torrente de la necesidad
de probar sus labios de nuevo. Este no iba a ser un apareamiento
rápido y codicioso. Yo había, los dos habíamos esperado demasiado
tiempo. Había estado buscando durante más de dos décadas volver a
tener este sentimiento, y no estaba dispuesto a apresurarme. Mi toque
fue un tempo lento, moviéndose a un ritmo en mi mente que solo yo
escuché. Ignoré los salvajes latidos de mi corazón y el impulso de mi
cuerpo de tomar y reclamar; en cambio, lo adoraba.
Noah no estaba en la misma página que yo. Giró las caderas y frotó
nuestras erecciones, lo que hizo que fuera muy difícil no empujarlo de
espaldas y ...
–Fóllame–. No fue una súplica; fue una demanda. Su cuerpo me
suplicaba, pero su voz mandaba.
–Todavía no, Noah–. Apreté los dientes cuando presionó su erección
más fuerte contra la mía, sin querer esperar. Sentí la humedad de
nuestro pre-semen combinado deslizándose por nuestros ejes,
haciendo que el deslizamiento de piel sobre piel fuera más sexy.
–Está bien, entonces te follaré–. Me empujó de espaldas sin más
advertencia. Noah se sentó a horcajadas sobre mí y apretó nuestras dos
pollas en su mano y comenzó a acariciar de arriba abajo. Quería cerrar
los ojos y dejar que las sensaciones se hicieran cargo, pero no podía
apartar mis ojos de los suyos. Me llevó al borde del abismo solo para
ayudarme a bajar. Noah mantuvo mi cuerpo y mi mente nerviosos.
¿Tomar o ser tomado? Esa era la pregunta.
–Llévame–, le dije a Noah. Se tomó la decisión. Nunca había tenido
el placer de tenerlo dentro de mí; de hecho, nunca había tenido a nadie
dentro de mí. Parecía apropiado que Noah fuera el primero y único
para mí. –Hazme tuyo. –
Arder sonaba como un término tonto, pero ¿de qué otra manera
podría describir el calor ardiente en los ojos de Noah? Sostuvo mi
mirada durante varios segundos, buscando y evaluando. ¿Sabía que
estaba a punto de reventar mi cereza? ¿Le dije? Noah rompió el
contacto visual cuando se movió en la cama para abrir el cajón de la
cabecera.
–Tenía esperanzas–, dijo cuando miré el lubricante y la gran caja de
condones que sacó del cajón. –Esto casi se siente como un sueño, Mav–
–No es un sueño. Estoy aquí. – Lo alcancé y lo coloqué encima de mí.
Nuestros labios se volvieron a encontrar en un beso menos frenético
y más reverente. Éramos nosotros, juntos de nuevo y a punto de
reconectarnos de formas que nunca conectamos con nadie más. Podría
haber sido arrogante para mí pensar que nadie había tocado el alma de
Noah de la forma en que yo lo hice, pero sabía que no lo habían hecho.
En cuanto a mí, solo conocía la lujuria y un medio para lograr un fin,
excepto con Noah. Siempre había sido diferente; la conexión era mucho
más fuerte que la simple atracción sexual.
Sentí que Noah se acercaba y escuché el sonido del lubricante al
abrirse.
Mi cuerpo se tensó momentáneamente hasta que me recordé a mí
mismo que este era Noah y que nunca me haría daño. Podía curarme
con un simple toque, un dulce beso y su aceptación interminable de mí,
defectos y todo. Toda mi vida, solo Noah me hizo sentir completamente
amado y apreciado. Necesitaba esa conexión más que un orgasmo.
Sentí sus dedos fríos y húmedos frotando mi entrada. Terminaciones
nerviosas y sensaciones que nunca antes había explorado cobraron vida
y me dejaron jadeando en la boca de Noah. Animado por mi respuesta,
deslizó un dedo dentro lo suficiente para abrir y provocar mi agujero.
Mi aliento siseó entre mis labios ante la ligera sensación de ardor.
Lo haré mejor, Mav. Lo prometo. – Vi en sus ojos que entendía que
era mi primera vez para la penetración. Quizás leyó la vacilación en mis
ojos o sintió la tensión en mi cuerpo. Independientemente, él lo sabía y
yo confiaba en que él cumpliera su promesa. Su dedo se soltó y volvió a
tocar mi borde. –Lo rogarás cuando termine contigo–. Noah capturó mi
boca en un beso posesivo y hambriento y me relajé en él, permitiendo
que su dedo se deslizara hacia atrás con más facilidad y profundidad. –
Eso es, Mav. Relájate y déjame amarte –.
Mi corazón latía salvajemente ante su elección de palabras, a pesar
de que mi cerebro sabía que estaba haciendo referencia al acto físico
de amar mi cuerpo, no a la conexión emocional que mi corazón
ansiaba. Ser amado por él, total y completamente, era más de lo que
me atrevía a esperar.
Sus labios nunca dejaron los míos mientras me abría con paciencia y
amor. Para cuando hubo metido dos dedos en el interior, mis caderas
empujaban para encontrar su penetración, mis uñas se clavaban en su
trasero y mi polla amenazaba con estallar.
–Por favor–, le dije, arrancando mis labios de los suyos. No estaba
seguro de lo que estaba rogando, pero Noah sí. Torció los dedos y
presionó ligeramente sus dedos contra mi próstata. –Joder, eso se
siente ...– Noah se relajó y luego presionó de nuevo, esta vez hizo
círculos con los dedos y frotó la glándula. Me quedé sin palabras, con la
boca abierta mientras luchaba por llevar oxígeno a mis pulmones. Era
como si mi cerebro no pudiera procesar todas las sensaciones
asombrosas y enviara señales a mis pulmones para inhalar, exhalar
simultáneamente. Le rogué a Noah con mis ojos, implorándole que me
llevara.
–Se pone mucho mejor, Mav–. Lentamente quitó los dedos de mi
pasaje y se sentó sobre sus talones. Verlo abrir el envoltorio del condón
con los dientes fue muy sexy; Pensé que verlo enrollarlo sobre su
cuerpo duro era lo más caliente que había presenciado hasta que se
untó con lubricante. El movimiento lento y constante de su mano arriba
y abajo de su erección envió una necesidad a través de mi cuerpo. Sentí
su mirada hambrienta sobre mí donde no podía esperar a estar. –
Vuelve a poner las rodillas en el pecho–. No tuvo que decírmelo dos
veces.
Aun así, no pude evitar tensarme de nuevo cuando lo sentí presionar
la punta roma de su polla contra mi abertura. Se inclinó hacia adelante
y abrí las piernas para hacerle espacio. Su beso calmó mis nervios y me
encontré derritiéndome en el colchón debajo de él. Usó mi flexibilidad
para presionar dentro de mí lo suficiente como para permitirme
ajustarme a su circunferencia y se detuvo. La boca de Noah nunca dejó
la mía cuando me relajé de nuevo, lo que le permitió penetrarme
completamente, centímetro a centímetro dolorosamente duro.
Había esperado el ardor y el estiramiento, pero la plenitud y la
presión de él dentro de mí me tomó por completa sorpresa. Y aun así
me besó. Subió mis piernas sobre su hombro, mantuvo mis muslos
abiertos y comenzó a deslizarse lentamente hacia adentro y hacia
afuera. Y aun así me besó. Enredé mis manos en su cabello sedoso y
sostuve su cabeza contra la mía, sin querer romper nuestro beso.
El ritmo de Noah se aceleró e inclinó su penetración para raspar mi
próstata con cada entrada. Sentí la presión y la exigente necesidad de
mi cuerpo de correrse al igual que sentí su cuerpo temblar con su
propia necesidad. Levanté las caderas para encontrarme con sus
empujes hacia abajo, necesitándolo más nervioso, necesitando más. Y
aun así me besó.
Noah deslizó su mano entre nuestros cuerpos y comenzó a acariciar
mi polla al mismo ritmo que sus embestidas. Fue una sobrecarga de
sensaciones y vine sin previo aviso - largo, duro, mis gritos capturados
por la boca de Noah. Lo sentí ponerse rígido; su cuerpo se tensó en
todos los lugares que conectamos, mientras inundó su condón
profundamente dentro de mí. Y aun así me besó. Solo una vez que
nuestra respiración volvió a la normalidad, se apartó y me miró.
Noah, el dulce adolescente era un alma hermosa, pero Noah el
hombre era deslumbrante. Todavía tenía el alma hermosa de su
juventud, pero la confianza añadida del hombre lo hacía irresistible
para mí. Levanté la mano y le toqué la cara, sin importarme si no era el
movimiento más varonil del mundo. Noah se inclinó hacia mi toque y
besó mi palma.
No tenía palabras. ¿Qué podría decir después de tal experiencia?
¿Fueron siquiera necesarios? Tenía que haber sentido la forma en
que mi cuerpo reaccionaba al suyo, tenía que haber sentido nuestra
conexión hasta el nivel molecular como yo. No dije nada, solo lo miré a
los ojos hasta que salió de mí. Luego, dejé escapar un leve siseo por la
ternura.
–Traté de ser fácil–, dijo Noah preocupado, las arrugas del ceño
aparecieron en su frente.
–Estuviste perfecto–. Su preocupación se alivió y se dejó caer para
un beso rápido.
–Déjame cuidar este condón y conseguir algo para limpiarte, vuelvo
enseguida–. Se detuvo a medio camino de la puerta, se volvió y me
inmovilizó con una mirada sospechosa. –Si te atreves a salir por la
ventana esta vez, te seguiré. Justo así –. Señaló su cuerpo desnudo.
–No voy a ninguna parte. – Mis piernas se sentían como fideos
flácidos y mis ojos se llenaron de cansancio. No podría haberme ido
aunque quisiera, y no lo hice. –Estaré aquí cuando regreses–.
–¿Y por la mañana? – Ambas manos estaban en sus caderas.
–Aún aquí. – Me asintió con la cabeza y salió de la habitación. No
estaba seguro de cuánto tiempo estuvo fuera, pero me había quedado
dormido en su ausencia. La sensación de una toalla tibia en mi
estómago me despertó. Parpadeé, abrí los ojos y miré sus ojos
sonrientes. –Todavía aquí–, susurré.
Noah limpió mi abdomen, puso la toallita sobre la mesita de noche y
apagó la luz. El colchón se hundió cuando se subió a mi lado y nos
cubrió a los dos con la sábana y la manta. Noah rodó sobre su costado,
puso su cabeza sobre mi corazón y pasó su pierna por mis muslos.
–Te tengo ahora–. Chico, lo hizo alguna vez.
– Sí, lo haces–. Dejé un beso en su frente, cerré los ojos y me
sumergí en la satisfacción del momento que había estado esperando
durante más de la mitad de mi vida.
11
Noah
Maverick
Noah
*****
Maverick
SEIS DÍAS NO Sonaban como mucho tiempo antes de que volviera a ver
a Noah, pero se prolongó para siempre. Me mantuve muy ocupado
durante el día y pasaba algunas horas cada noche con Noah al
teléfono. Era como si lo estuviera conociendo de nuevo. Esta vez,
aprendí sobre el hombre en el que se había convertido y no sobre el
chico que solía conocer.
Gran parte del hermoso chico que había sido permanecía dentro de
él, pero no esperaría nada más. Tenía una familia amorosa que lo apoyó
cuando finalmente salió del armario. Me reí mucho de la forma en que
habló con su padre. A pesar de que la familia escuchó las historias de
que Elijah era gay, Noah todavía estaba preocupado por hablar con sus
padres. Su padre pensó que le estaba haciendo un favor a su hijo al
deslizarle una revista Playboy cuando cumplió los dieciocho. Noah
recordó que se estremeció dramáticamente y le dijo a su padre que
tenía su propio alijo de pornografía. Me dijo que las cosas habían
estado tensas por un tiempo, pero su papá se recuperó rápidamente.
¿Noah se dio cuenta de lo afortunado que era? Probablemente no,
porque él no sabía nada diferente, pero yo sí.
Alejé esos pensamientos por el momento. Había decidido
sincerarme con Noah ese fin de semana, no solo porque quería, sino
porque quería que me dijera por qué él y Justin eran tan incompatibles
como pareja. Incluso le pregunté directamente. ¿Me dijo que sus
objetivos de relación no eran los mismos? ¿Metas de la relación? Se
expandió un poco para decirme que quería matrimonio e hijos, pero
Justin no lo hizo. Me di cuenta de que estaba reteniendo algo más, pero
no presioné. Después de todo, no le había contado sobre mi pasado,
entonces, ¿cómo era justo esperar que él me revelara todo? Si íbamos
a hacer que esta relación funcionara, y sabía que haría cualquier cosa
para que eso sucediera, entonces teníamos que ser completamente
honestos el uno con el otro y yo tenía que ir primero.
Una de las preocupaciones que tenía era que Justin había cambiado
de opinión acerca de sus –metas de relación– y él y Noah reavivarían su
romance. Quiero decir, Noah me amaba cuando era adolescente, pero
amaba a Justin como un hombre adulto. Noah me dijo que Justin
todavía no estaba enamorado de él, estaba enamorado de los
momentos más felices que tenían cuando su relación era nueva y las
cosas iban bien entre ellos. Noah dijo que ambos habían cambiado y
querían que sus vidas fueran por caminos diferentes.
Noah dijo que el primer día o dos en el trabajo fueron incómodos
entre ellos, pero sintió que con el tiempo podrían ser amigos y trabajar
juntos. Eso en sí mismo me confundió, porque esperaba que Noah se
mudara a casa y estuviera conmigo todo el tiempo y que no tuviera que
compartirlo con su ex.
Toda mi preocupación se derritió cuando Noah y Madge entraron
por la puerta de su apartamento ese viernes por la noche. Había
pasado la noche con una llave, la llave de repuesto que le había
quitado a Justin, para que yo pudiera entrar y sentirme como en casa.
Yo no había estado allí mucho tiempo antes de que llegaran.
Madge estaba feliz de haber salido de la guardería para perros y aún
más feliz de verme. Sonreí para mis adentros, porque Noah me dijo que
a Madge no le agradaba Justin en absoluto. Aprovecharía cualquier
ventaja que pudiera obtener cuando se tratara de ganar y mantener el
corazón de Noah. Dios sabía que Noah siempre tuvo mi corazón.
–Dios, es tan bueno verte, Mav–.
Envolví mis brazos alrededor de Noah y lo abracé tan fuerte como
pude sin cortarle el aire. La sensación de él presionado contra mí, la
forma en que olía y los sonidos felices que hacía al estar en mis brazos
harían más difícil que el infierno alejarme de él el domingo. La
alternativa a esta frustración era no verlo, abrazarlo, tocarlo o
saborearlo. ¡A la mierda! –Te sientes tan jodidamente bien, Doc–, no
pude evitar responder a su cercanía y sentí la misma reacción de
él. Quería sumergirme en él, pero quería más que solo sexo. Mi
estómago gruñó para enfatizar cuánto tiempo había pasado desde la
última vez que comí.
–Parece que será mejor que te alimente, Mav, antes de darme un
festín contigo–. El beso que me dio me quemó hasta los dedos de los
pies: largo, seductor y húmedo. No hizo nada para frenar mi respuesta
y me encontré con el mástil completo en segundos.
–¿Podemos comer esta noche? – Presioné mi frente contra la de
Noah. –Estoy muy cansado de conducir y solo quiero estar contigo–.
Madge ladró en voz alta en protesta. –Y tú también, niña–. Le rasqué
las orejas para apaciguar a su majestad. Exhalé un profundo suspiro y
miré a Noah a los ojos. –Finalmente estoy listo para contarte lo que
pasó cuando desaparecí. No será fácil y prefiero simplemente ... –
–chino, mexicano, hamburguesas, italiano, tailandés ... Lo que
quieras comer, Mav, se puede entregar–. Presionó su palma contra mi
mejilla y buscó mis ojos. Vi la preocupación en su expresión. –No es
necesario que me digas nada que no estés listo para contar–.
–Se lo agradezco, Doc, pero no seré el único que se sincerará–.
Frunció el ceño en confusión y elegí iluminarlo en lugar de
mantenerlo adivinando. –Creo que hay algo que no me estás diciendo
sobre ti y Justin. Quiero que sienta que puede decirme cualquier cosa,
pero no es correcto esperar eso cuando le estoy ocultando cosas –. Se
veía pensativo, como si fuera a negar lo que dije, pero luego asintió.
Tomé su barbilla en mi mano y mantuve su mirada fija en la mía. —
No hay absolutamente nada que puedas decirme que me haga pensar
menos de ti, Noah. Ninguna cosa.– Cerró los ojos y dejó que mis
palabras se hundieran antes de volver a abrirlos y me ofreció una
pequeña sonrisa. Sabía que tendría que demostrárselo con acciones en
lugar de palabras.
Noah pidió comida mientras yo me duchaba. Solo. Si venía conmigo,
todas mis buenas intenciones se irían por la ventana. Mi cuerpo
reaccionó al aroma de su gel de ducha y champú mientras usaba sus
productos. Me hizo sentir como una adolescente cachondo otra vez, lo
cual era bueno la mayor parte del tiempo, pero no cuando estaba
tratando de demostrarme a mí misma ya Noah que quería más que
sexo.
Regresé a su sala de estar con mi vieja camiseta favorita y un par de
sudaderas. Noté que Noah se había puesto una camiseta y suda
mientras me duchaba. ¿Se excitó al oírme en la ducha? ¿Me estaba
imaginando mojado y desnudo? Chico, le ordené a mi polla. Los
ardientes ojos de Noah sobre mí no ayudaron mucho.
–La comida debería estar aquí en unos cinco minutos–, dijo Noah
mientras me dejaba caer a su lado en su sofá. Incliné mi cuerpo para
poder mirarlo. –Estoy tan contento de que estés aquí, Mav. Lo
necesitaba más de lo que pensaba –.
Dejo que mi beso sea mi respuesta; para mostrarle con más que
palabras lo feliz que era estar con él. Traté de mantener mi beso suave,
pero como siempre con él, rápidamente se calentó. Deslicé mi lengua
entre sus labios entreabiertos, pero mantuve el deslizamiento de mi
lengua contra los suyos lenta y gentilmente. Estos fueron los momentos
a los que me aferraría y reviviría solo, hasta que estuviéramos juntos de
nuevo.
Noah se apartó de nuestro beso con una sonrisa maliciosa cuando
sonó el timbre. Se puso de pie y se ajustó antes de bajarse la camisa
para cubrir su excitación. Me volví y miré mientras recogía nuestra
comida y le pagaba al repartidor. De repente, la comida era lo último en
mi mente. Pude ver que estaba pensando lo mismo cuando regresó a la
sala de estar con las bolsas de papel marrón.
Mordí el interior de mi mejilla con fuerza para volver a concentrarme
en donde tenía que estar y no en extender a Noah debajo de mí.
Comida y luego llegó la hora de la confesión. Noah recuperó algunos
platos y cubiertos de la cocina mientras yo desempaquetaba las
distintas cajas de comida china. Olía tan malditamente bien que esperar
unos minutos extra por platos y utensilios fue casi una tortura. La
mirada de Madge me desafió a clavar mis dedos y arrojarle un poco
también mientras estaba en eso. Noah regresó justo a tiempo, antes de
que aceptara su desafío.
Comimos en silencio, probablemente ambos preocupándonos de
cómo se sentiría el otro con cada confesión. Para mí, estaba cerca de lo
que ganaría: el miedo o el apetito. Al final, pensé que necesitaría las
calorías para compensar el agotamiento emocional que sentiría
después de abrirme y sangrar por todo el lugar. Estaba más preocupado
por cómo se sentiría Noah que yo mismo; Había vivido con la verdad
durante mucho tiempo donde él la estaría escuchando por primera
vez. No iba a ser fácil.
Ayudé a Noah a guardar las sobras y limpiar la cocina. Me serví una
segunda cerveza para un poco de valor líquido y llevé a Noah de
regreso al sofá. Miré sus amables ojos y supe que era el momento.
Respiré hondo y le conté la verdad de lo que sucedió hace veintidós
años.
–Mi papá me atrapó entrando a escondidas a mi habitación esa
última noche que estuvimos juntos. Sabía lo que acababa de hacer,
probablemente había sospechado durante bastante tiempo lo que
había estado pasando entre nosotros. Se puso furioso, porque 'ningún
hijo suyo iba a ser maricón' –. Noah se estremeció y le cogí las manos. –
Me dio dos opciones: podía salir con él, ya sea voluntaria o algo malo
hubiera sucedido a usted. No podía dejar que eso sucediera, Noah.
Aceptaría cualquier castigo que él repartiera siempre y cuando no
estuvieras herido –. Pensé que había dejado atrás todas estas
emociones: el miedo de que Noah saliera lastimado y la vergüenza que
mi padre me hacía sentir por amarlo.
–Mav.– La voz de Noah estaba ahogada por el dolor. –Yo ...– Puse mi
dedo contra sus labios para detenerlo. Necesitaba sacar todo esto de
una vez.
–Fuimos a la casa de mi abuela en Alabama, donde mi padre me
mantuvo bajo llave hasta que hizo los arreglos para que asistiera a un
campamento cristiano para que pudieran 'arreglarme'–. Noah negó con
la cabeza con incredulidad. –No se llamaba terapia de conversión en
ese entonces, pero eso es lo que soporté durante algunas semanas–.
Los ojos de Noah se llenaron de lágrimas y temí que sus lágrimas
fueran inminentes. No estaba segura de poder contenerme si lo hacía
llorar. Curvé mi mano alrededor de su cuello y lo empujé hacia adelante
hasta que nuestras frentes se tocaron.
–No fui abusado físicamente como escuché que sucedió en muchos
casos, pero fue una oración constante y sermones sobre los males de la
sexualidad. El daño psicológico puede ser tan malo, si no peor, que el
físico. Vi a muchos niños derrumbarse y perderlo. Lloraban por la noche
y suplicaban que se fueran a casa, prometiendo ser buenos. Algunos
incluso intentaron hacerse daño a sí mismos –. Mi voz se quebró en la
última parte, porque había estado tan cerca de hacer lo mismo en un
momento. Soñé con Noah esa noche y me dio la fuerza que necesitaba
para superarlo.
–Dije todas las cosas correctas durante el día cuando se me pidió que
hablara, pero por la noche me acostaba en mi catre y te recordaba a ti y
la forma en que me hacías sentir. Sabía que no estaba mal, Noah. Nada
tan maravilloso podría estar mal. ¿A quién estábamos lastimando?
¿Quién? – La frustración que sentí en ese entonces era evidente en
mi voz. –Al final del campamento, esperaba volver a nuestra casa en
Beaufort, pero mi padre había trasladado a nuestra familia a Alabama
mientras yo estaba fuera. Mi papá te usó como una amenaza contra mí
para que cooperara. Sabía tu dirección de memoria, pero le tomé en
serio que te haría daño si trataba de contactar contigo –.
Noah me rodeó con sus brazos y prácticamente se subió a mi
regazo. –Jesús, Maverick–. Tomé consuelo de su agarre y me dejé
consolar. Nos quedamos así durante mucho tiempo hasta que lo aparté
para poder terminar el resto de mi historia.
–Interpreté el papel de un hijo obediente. Puse todo mi esfuerzo en
mis calificaciones y béisbol para poder ganarme una beca. La escuela a
la que asistí tenía un equipo de béisbol promedio en el mejor de los
casos, por lo que la universidad fue lo mejor que pude hacer. Sin
embargo, cualquier cosa era mejor que quedarse en casa. Salí de esa
casa cuando me fui a la universidad y nunca volví. No he visto ni
hablado con mis padres en veinte años y puedo decir honestamente
que no los extraño –.
Limpié las lágrimas silenciosas que se deslizaban por el rostro de
Noah y traté con todas mis fuerzas de mantener a raya mis emociones.
–Me tomó años, tal vez incluso una década, aceptar dejar atrás a
todos los que conocía para forjar mi propio camino. Una vez leí un
artículo sobre padres tóxicos y los daños que causan a los niños y ya no
me sentí culpable por alejarme. Me volé el brazo y perdí mi sueño de
jugar béisbol, pero finalmente construí un nuevo sueño. Un sueño que
me llevó de regreso a ti –.
–Estoy muy agradecido de tenerte de regreso, pero desearía que no
hubieras pasado por tanto para llegar aquí. Odio la terapia de
conversión –, dijo apasionadamente. –¿Sabes cuántos niños se han
hecho daño a sí mismos por lo que han dicho y hecho esos supuestos
cristianos? Muchos han recurrido a las drogas y el alcohol para hacer
frente a las cosas odiosas que les dicen y sobre ellos. ¿Cuántos niños sin
hogar viven en los EE. UU. ¿Porque se escaparon de sus hogares o
fueron expulsados? ¿Cuántos de ellos han recurrido a la prostitución
como una forma de intentar alimentarse? – Cerró los ojos y negó con la
cabeza. –Hay que hacer algo, Maverick–.
–La gente como tú está haciendo algo, Noah–. Me miró confundido.
–Usted mismo ha dicho que el trastorno de estrés postraumático no
es solo el resultado de la guerra; puede ser causado por accidentes
trágicos o eventos traumáticos. Déjame decirte que la terapia de
conversión es un evento traumático en la vida de una persona joven.
No estoy diciendo que debas dejar de trabajar con veteranos; Solo
sugiero que amplíe su práctica. Tal vez sea voluntario en un centro
juvenil LGBT, porque las personas que más lo necesitan probablemente
no puedan pagarlo –.
–Eres un genio, Maverick–. Me enrojecí por sus elogios. –¿Te das
cuenta de lo fuerte que eres, Mav? –
–Noah, no sucedió de la noche a la mañana. Fue una curación lenta y
probablemente se podría decir que no me curé por completo hasta que
regresaste –. Pasé mis pulgares por sus mandíbulas. Te he
estado buscando a mi manera. Después de tanto tiempo, supuse que
habías dejado atrás lo que teníamos a los dieciséis años. Todavía te
busqué en cada multitud –.
–¿Tus viajes a Charlotte? – Me golpeó juguetonamente en la costilla,
pero no hubo censura en su voz.
–Sí.– Era la verdad y vi en sus ojos el momento en que se dio
cuenta. –Un hombre puede fingir muchas cosas con los ojos cerrados,
Noah–. Él no retrocedió ante mí y yo estaba agradecido. Eso podría
haber sido algo grosero de decir, pero fue brutalmente honesto. –Esos
hombres en mis viajes de fin de semana eran meros sustitutos de lo
que realmente quería–. Puse mi mano sobre su corazón. –Tú–, le dije
en caso de que no fuera lo suficientemente claro.
–Ese es el cumplido más brusco que he recibido–, dijo con una
sonrisa torcida, –pero lo aceptaré–.
Podía sentir el borde del agotamiento arrastrándose. Había sido una
semana larga, un viaje largo y una conversación muy emotiva; la
combinación de todo eso me estaba desgastando. –Es su turno, Doc.
Cuéntame tu profundo y oscuro secreto –. Bajé la voz con cada
palabra para que sonara como si Noah fuera a revelar algo siniestro.
Sabía en mi corazón que no había ni una mancha oscura en el alma
del hombre.
–Me gusta el sexo pervertido–. Su respuesta repentina no fue nada
que esperaba escuchar de él. No sé qué esperaba, pero no fue eso. –
Quiero estar atado y ceder todo mi control–. Estaba seguro de que mis
cejas habían llegado a la línea del cabello en ese momento. ¿El
problema con esto era? –No quiero que me golpeen ni nada por el
estilo. Solo quiero que el sexo sea un poco más atrevido de vez en
cuando –. Miró su regazo como si tuviera miedo de ver cómo
reaccionaría a su anuncio.
–¿Podrías ser más perfecto? – ¿En serio? No tuve ningún problema
en atarle las manos y golpearlo como un infierno si eso era lo que
necesitaba. –Noah, si no estuviera tan exhausto, me convertiría en un
hombre de las cavernas contigo ahora mismo. Te arrojaría sobre mi
hombro y jugaría con cada fantasía que hayas tenido –. Me incliné hacia
delante y dejé caer un beso en sus tiernos labios para sellar mi
promesa. –Así como te dejaría hacer lo mismo conmigo–.
–¿Lo harías? – Pareció sorprendido por mi respuesta, como si fuera
demasiado buena para ser verdad.
–Nunca me harías daño, Noah. Nunca tomarías nada que yo no
estuviera dispuesto a dar. Confío. Tú.–
Nos juntamos en un dulce beso que nos reconfortó y tranquilizó el
uno al otro. Noah se puso de pie y me llevó a su habitación. Nos
desnudamos y nos metimos bajo las mantas, uno frente al otro. Nos
alcanzamos el uno al otro al mismo tiempo y nos encontramos en el
medio. Había planeado sexo intenso durante todo mi viaje, pero no
consideré lo agotado que me sentiría después del largo viaje y la
discusión que tuvimos.
El momento parecía requerir una conexión emocional más cercana,
en lugar de sexual. Noah deslizó su pierna entre la mía y metió su
cabeza debajo de mi barbilla, acomodándose tan fuerte como pudo
contra mí. Podía sentir su aliento en mi piel y su corazón latiendo
contra mi pecho. Era exactamente lo que necesitaba para derretir la
tensión de mi cuerpo. El cuerpo de Noah no se había relajado por
completo y entendí por qué.
Tomé la parte de atrás de su cabeza y pasé mis dedos por su cabello
corto. –Todavía estaré aquí–, le prometí. Se derritió contra mí y no pasó
mucho tiempo antes de que ambos nos quedamos dormidos.
15
Noah
Maverick
Noah
Maverick
Había estado sintiéndome como Jekyll y Hyde durante semanas con mis
emociones por todo el maldito lugar. Era una montaña rusa
nauseabunda de giros locos, curvas irregulares y caídas desgarradoras a
través de un parque temático en el infierno. Había estado en mal
estado y las personas que más me importaban, mi equipo, Roxie y Betty
Jean, me estaban dejando atrás. Bueno, no Roxie. Ella nunca se alejó de
un desafío o de un idiota, como se refería a mí casi a diario durante las
últimas semanas.
No estaba siendo justo ni razonable con nadie, especialmente con
Noah. Mudarse aquí tenía que ser mucho más difícil de lo que
imaginaba. Parecía tan fácil, encontrar un nuevo trabajo y mudarse.
Noah estaba preocupado por sus pacientes existentes y debería
haber encontrado esa cualidad más entrañable, no aterradora. Había
llegado a esas conclusiones por mi cuenta después de hacerme
miserable, y probablemente Noah también.
Apareció en el garaje ese día como un regalo caído del cielo. La
alegría en sus ojos cuando me miraron, la hermosa sonrisa y la forma
en que me abrazó tan fuerte contra él fue toda la prueba de que
necesitaba que él estaba comprometido en darle una oportunidad
honesta a nuestra relación. ¿Cómo pude haber dudado de él?
Noah tenía esa misma mirada amorosa cuando me recibió en la
puerta principal cuando llegué a cenar esa noche. Madge se paró a su
lado en el porche e hicieron una hermosa imagen, una que yo quería
ver todos los días. Lo memoricé para poder sacarlo cuando volviera a
bajar por la distancia entre nosotros. Una vida con él era mi objetivo
final y no había ningún sacrificio demasiado grande para lograrlo.
–Hola, guapo. – Noah dijo mientras subía los escalones.
Sus ojos buscaron mi rostro antes de mirarme a los ojos. Sé que vio
el cansancio que había estado sintiendo. Hubiera sido obvio para la
gente más despistada, y mucho menos para un psiquiatra capacitado.
Tenía que encontrar una mejor manera de lidiar con las decepciones
y entender que algunos contratiempos no significaron el final para
nosotros. Tenía que tener fe en Noah, en nosotros.
Mi respuesta a su saludo fue un beso cálido y húmedo. Se derritió
contra mí y mi cuerpo cobró vida, tarareando y vibrando por su
proximidad. El aroma combinado de jabón y hombre penetró mis
sentidos y me dio ganas de besarlo de la cabeza a los pies.
–¿Cuánto tiempo hasta la cena? – Le pregunté después de que
nuestro beso se rompió. Ni siquiera intenté disimular mi necesidad por
él.
–No hay tiempo suficiente para un saludo adecuado antes de que
esté listo–. Entrelazó sus dedos con los míos y me llevó a la casa detrás
de él. –Sin embargo, tenemos tiempo para chupar la cara como un par
de adolescentes cachondos, mientras las costillas están echando humo
hacia atrás–.
Acepté su oferta empujándolo contra la mesa de la cocina. Se sentó
en el borde de la mesa en un intento por mantener el equilibrio.
Aproveché el cambio de altura para pasar mis manos por su cabello
e inclinar su cabeza hacia atrás para poder hacerle cosquillas en el
cuello con mi barba y luego violar su boca. Todo sobre Noah hizo que
mi corazón se disparara y envió sangre corriendo por mis venas, pero
sus besos me llevaron al siguiente nivel. Ansiaba sentir sus labios contra
los míos y su sabor en mi lengua. Lentamente exploré su boca, amando
la sensación del deslizamiento resbaladizo de nuestras lenguas juntas.
Sonó un temporizador en la cocina que indicaba que alguna porción
de la cena necesitaba la atención de Noah. Lentamente chupé su
lengua mientras me apartaba para romper nuestro beso. Cuando abrí
los ojos, vi que las pupilas de Noah habían explotado y la cena ya no
estaba en su mente. Siempre tuvimos ese efecto el uno en el otro y
pensé que probablemente siempre lo tendríamos.
–Aliméntame, Noah–. Quise decir más que comida. Necesitaba
deleitarme con la forma en que él me hacía sentir, atiborrarme de la luz
y la felicidad que traía a mi vida. Me hice a un lado para dejarlo fuera
de la mesa y sonreí mientras se paraba con las piernas temblorosas.
La cena estuvo deliciosa y mantuvimos la conversación ligera
durante todo el tiempo, pero había una sensación subyacente de que
se tendría una conversación más seria antes de que terminara la
noche. Como hombre, hablar no era algo que quisiera hacer en la
mayoría de las ocasiones, especialmente después de estar separado de
Noah durante semanas, pero hubo momentos en que era necesario.
Esa noche fue definitivamente uno de esos momentos.
–Mi computadora portátil no estaba realmente mal–, confesé
después de ayudar a Noah a limpiar los platos de la cena.
–Lo sé–, fue su única respuesta a mi confesión. No me preguntó por
qué ni presionó para obtener más información. Esperó pacientemente
a que le explicara a mi manera y a mi propio ritmo.
Solté un profundo suspiro y le di la explicación que se merecía. –Me
tomé el retraso de tu viaje a casa más duro de lo que dije. Dejé que la
decepción se convirtiera en duda y causó algunos estragos,
especialmente en lo que respecta al sueño –. Vi el dolor que le
causaban mis palabras y me moví rápidamente para hacerle entender
que nada de eso era culpa suya. Lo atraje hacia mí y apoyé mi frente
contra la suya. Cerré los ojos y respiré su cercanía.
–Noah, no eres responsable de mis reacciones o de la forma en que
dejo que la duda se filtre y arruine algo hermoso que estamos tratando
de construir juntos. Fue completamente egoísta de mi parte actuar
como lo hice y no quiero ser ese tipo. No quiero presionarlos ni
hacerlos sentir mal cuando esto vuelva a suceder. Necesito encontrar
una manera más saludable de vencer a mis demonios –.
–Yo también necesito esforzarme más, Mav–. Negué con la cabeza,
pero me detuvo con un rápido beso en los labios. –Lo hago. No he
hecho mucho más que hablar de trasladar mi vida aquí y necesito
mostrarte lo serio que soy. Voy a hacerlo. Habrá contratiempos y
retrasos, Maverick, pero estoy comprometido con nosotros –.
–La gente va a pensar que estamos locos, Noah. Aquí estamos
corriendo hacia adelante como si hubiéramos estado saliendo durante
años. Vas a desarraigar por completo tu vida por mí después de solo
volver a conocerme por poco más de un mes. Al mundo exterior ... –
—No me importa lo que piensen los demás de nosotros, Maverick.
Sabemos lo que es correcto para nosotros. Solo nosotros sabemos lo
completos que nos hacemos sentir el uno al otro. Somos como un
candado y una llave, Mav; diseñados de manera diferente, pero
funcionan maravillosamente juntos para cumplir un propósito. ¿De qué
sirve una cerradura sin llave y viceversa? Eso es lo que siento por
nosotros. Sí, puedo funcionar y existir sin ti, pero soy solo la mitad del
hombre que soy cuando estoy contigo –.
–Tiene hermosas palabras, Doc.– No era un mago de las palabras,
pero expresaba mis sentimientos de diferentes maneras. –¿Estás listo
para tu sorpresa? –
–¡Sí!– El entusiasmo de Noah nunca dejaba de hacerme sonreír.
Lo dejé en la cocina para hacer una revisión rápida y asegurarme de
que todo estaba como yo quería. Trabajé rápido, porque sabía que su
curiosidad se apoderaría de él y no podría resistirse a seguirme. Una
vez que terminé, regresé a la cocina y deslicé mis dedos entre los suyos
y lo llevé al ático del tercer piso.
–Cierra los ojos y mantenlos cerrados hasta que te diga que los
abras–. Noah sonrió como un tonto, pero hizo lo que le dijeron.
–¿Convirtió el ático en una sala de sexo, Jefe69?– Su broma
juguetona alivió mis nervios al exponerme a Noah en la forma de mi
arte, pero sentí que era la única manera de mostrarle verdaderamente
el impacto que siempre había tenido en mi vida.
Mi respuesta fue una rápida palmada en el trasero que me hizo reír a
carcajadas. –Mantenlos cerrados–. Guie a Noah al centro de la
habitación y lo dejé el tiempo suficiente para seleccionar una canción
en mi iPhone y ponerla en la base. Me coloqué detrás de él, envolví mis
brazos alrededor de él y presioné mis labios contra su oreja mientras
las cuerdas iniciales de la guitarra de –Wicked Game– de Chris Isaak
comenzaban a sonar. –¿Recuerdas esta canción? – Yo pregunté.
–Dios, sí–. Nuestros cuerpos comenzaron a balancearse de un lado a
otro con la música. –Jugamos esto en un bucle sin fin mientras
chupamos la cara ese primer verano que nos dimos por vencidos y
compartimos nuestro primer beso–.
–Abre los ojos, Noah–. No pude evitar la emoción de mi voz. Vi como
abrió lentamente los ojos. Supe el momento en que su cerebro se puso
al día con lo que estaba viendo.
Había colgado cientos de luces blancas de Navidad a través de las
vigas, bañaban la habitación con una iluminación que era lo
suficientemente brillante como para iluminar las pinturas de abajo,
pero no tan dura como para arruinar el ambiente romántico que
quería. Los había puesto en orden cronológico de los eventos que
inspiraron las pinturas. El primero fue el de nuestro primer beso
compartido entre soplar sábanas en los tendederos.
Noah se tapó la boca con la mano y dejó escapar un suave jadeo. Se
liberó del círculo de mis brazos y se acercó al primer cuadro. Me quedé
clavado en el mismo lugar y observé cómo lentamente extendía la
mano y pasaba el dedo por una de las sábanas que se agitaban con el
viento. No necesitaba ver la expresión de su rostro para saber cuán
afectado estaba por la pintura.
Silenciosamente pasó a la siguiente pintura donde recreé el
momento en que Minnie nos llevó a un parque temático y nos
montamos en la noria por la noche y nos tomamos de la mano en
secreto. Todavía podía oler las palomitas de maíz y el algodón de azúcar
en el aire, pero estaba tan perdido en los ojos de Noah que sintonicé
cualquier sonido del mundo que nos rodeaba. Noah extendió la mano y
tocó ese lienzo también.
Continuó de pintura en pintura hasta que llegó a las dos únicas
pinturas creadas a partir de recuerdos recientes. El primero fue el
momento en que mi corazón comenzó a latir de nuevo cuando vi a
Noah y Madge jugando en el océano. Capturé la sonrisa feliz en sus
rostros cuando Noah regresó al lugar que le corresponde en el mundo:
a mí. La última pintura era de Noah durmiendo la mañana después de
que hicimos el amor por primera vez. Esperaba haber transmitido en el
lienzo lo hermoso que era para mí.
Regresó a donde yo estaba en el centro de la habitación. Nuestra
canción se había reproducido en un bucle continuo mientras él miraba
las pinturas como lo hizo el primer verano que nos besamos. La gente
piensa que la música no puede capturar un momento y convertirlo en
un recuerdo eterno, pero puede hacerlo. Noah envolvió sus brazos
alrededor de mi cuello, envolví los míos alrededor de su cintura y
bailamos.
–Son tan hermosos Maverick–. Vi la verdad de sus palabras en la
emoción que brillaba en sus ojos. La luz recogió las lágrimas no
derramadas de sus ojos y las tornó iridiscentes.
–Te amo, Maverick. Amaba al chico que se convirtió en mi mejor
amigo, al adolescente que me dio mi primer beso, y estoy locamente
enamorado del hombre que ahora me abraza –.
Esas tres palabras mágicas, las que se lanzan como si no
significaran nada, lo significaban todo para mí. Eran palabras que nunca
le había dicho a nadie, ni siquiera a Noah durante el apogeo de la
pasión de nuestro último verano juntos. Entonces lo sentí en mi
corazón, pero nunca expresé las palabras. Pensé que tenía tiempo. No
volvería a cometer el mismo error.
–Siempre has sido mi luz y mi felicidad. Te amo, Noah –. Me sentí
más ligero que nunca en mi vida; Me sentí como un globo lleno de helio
listo para flotar. Solo los brazos de Noah me envolvieron y su suave
beso me mantuvo con los pies en la tierra.
Bailamos y nos besamos mientras nos desnudábamos lentamente.
Tenía la esperanza de ese resultado exacto cuando preparé mi
sorpresa, así que estaba preparado con todo lo necesario para hacer el
amor cómodamente con Noah. Dejé las mantas y las almohadas que
había escondido antes de ponerlo encima de ellas. Le dije que lo amaba
con palabras y que quería amarlo con mi cuerpo.
Las manos vagaban por la carne que ardía de deseo, las bocas
capturaban suspiros y gemidos, mientras uníamos nuestros cuerpos.
Sus piernas se envolvieron alrededor de mi cintura con tanta fuerza
como el agarre que tenía en mi corazón. Este era el único hombre para
mí; Lo supe desde una edad temprana. Fue fácil convencerme de que lo
que sentía no había sido real hasta que él regresó a mí.
Entrelacé nuestros dedos y sujeté sus manos por encima de su
cabeza mientras me movía más profundamente dentro de él. Noah
cruzó sus tobillos sobre mi trasero para abrazarme más fuerte contra
él. Hice el amor con su boca con tanta seguridad como hice el amor con
su cuerpo, sin soltarme hasta que sentí su cuerpo temblar y apretarse
alrededor del mío, lo que indica que estaba cerca de correrse.
–Te amo, Noah–. Le susurré las palabras al oído, llevándolo al límite.
–Los quiero mucho.– Sus palabras se rompieron cuando vino a mi
alrededor y sobre mí, pero no fueron menos ciertas debido a su placer
físico. Vi el amor en sus ojos, por lo que las palabras fueron solo la
guinda del pastel y me enviaron al precipicio tras él.
Estuvimos abrazados durante mucho tiempo, sonriendo y hablando
de un futuro juntos. Froté mi mano arriba y abajo por su columna
mientras él pasaba sus dedos por mi cabello. Su toque suave y el
cansancio por la falta de sueño me alcanzaron y me encontré dormido
en sus brazos en nuestra cama improvisada en el suelo. Sabía que me
arrepentiría a la mañana siguiente cuando me desperté con la espalda
rígida y el cuerpo adolorido, pero no podía levantarme del suelo.
Algún tiempo después, Noah me despertó y nos dirigimos a
su habitación del segundo piso. Me volví a dormir tan pronto como mi
cabeza golpeó la almohada y no volví a despertar hasta tarde a la
mañana siguiente cuando Noah me llevó el desayuno a la cama. De
inmediato puse la bandeja en la mesita de noche porque la única carne
de desayuno que quería estaba entre sus piernas.
–Veo cómo estás–, se quejó Noah burlonamente mientras deslizaba
mis labios hacia arriba y hacia abajo por su polla. –Un tipo se esclaviza
en la estufa ... Oh, Dios ...– Perdió el hilo de sus pensamientos
inteligentes cuando tragué alrededor de su polla.
–¡Fóllame! Jesús, Mav –.
No me detuve hasta que se deshizo por completo y bajó por mi
garganta. Volví a subir por su cuerpo hasta que me senté a horcajadas
sobre su cabeza sobre la almohada. –Mi turno, Doc.– Presioné mi polla
llorosa contra sus labios y se abrió de par en par para recibirme.
Deslicé mi longitud en su boca lentamente para no estrangularlo,
pero mi preocupación fue en vano. Clavó sus dedos en mis caderas,
instándome a follar su boca. Noah me tragó profundamente la polla
como un profesional y rápidamente me encontré empujándome contra
él, mis bolas golpeando su barbilla desaliñada. Me imaginé esta misma
escena pero con las manos atadas sobre la cabeza. Los inmovilizaría
bajo mis manos mientras montaba su boca. Rugí su nombre y bajé por
su garganta.
Rápidamente me dejé caer en la cama junto a él, donde un sueño
profundo y sin sueños me reclamó una vez más.
19
Noah
Maverick
*****
Las cosas encajaron para nosotros bastante rápido con nuestras rutinas
diarias. Comenzamos cada día con una carrera en la playa con Madge y
luego una ducha compartida, para ahorrar agua, por supuesto. Nos
turnamos para preparar el desayuno y luego compartimos un beso
largo y dulce antes de tomar caminos separados. Noah nunca dejaba de
asegurarse de que usaba ropa interior antes de irse, lo que siempre me
hacía reír. Jugar con pelota libre en un lugar de trabajo nunca fue parte
de mi juego, pero si lo hacía sentir mejor, ¿quién era yo para
desanimarlo?
Un fin de semana fuimos a la cafetería de Tara a tomar un gran
desayuno y vimos a Dante, Hunter y Macy sentados en una mesa en la
parte de atrás. Dante parecía un poco abatido mientras empujaba su
comida alrededor de su plato en lugar de comérsela. Me di cuenta de
que Macy estaba preocupada por él porque lo miró varias veces en los
pocos minutos que había estado allí.
–Disculpe un minuto, Doc.– No había visto ni escuchado de Dante
desde que me dijo lo que sospechaba sobre Hunter. No quería intentar
traspasar los límites de la familia, pero me preocupaba cómo habían ido
las cosas con Hunter.
–Buenos días, – dije mientras me acercaba a su mesa. Tres cabezas
se volvieron hacia mí exactamente al mismo tiempo, pero todas tenían
una expresión diferente. Macy pareció aliviada de verme, el rostro de
Hunter se volvió cinco tonos de rojo en cuestión de diez segundos, y
Dante todavía parecía abatido. Era como si toda la chispa animada
hubiera abandonado al niño y yo no tuviera nada de eso. –¿Qué pasa,
Sprout?–
–Nada.– Él se encogió de hombros.
–Su entrenador de béisbol está realmente enfermo y preocupado
por él, pero no es bueno reconocerlo, y también está triste porque su
temporada ha terminado. No hay nadie calificado para entrenar a su
equipo y tampoco quiere hablar de eso. Se siente culpable por estar
molesto porque la temporada terminó temprano cuando su entrenador
está tan enfermo –, explicó Macy.
Volví a mirar a Dante, pero él había vuelto a mirar su plato. Sus
hombros se hundieron aún más, como si solo escuchar sus
pensamientos en voz alta le causara más vergüenza. No sé qué diablos
pasó por mi mente, aparte de hacer que Dante se sintiera mejor,
cuando abrí la boca y dije: –Puedo entrenar a tu equipo–.
–¿Usted puede? – Los tres preguntaron a la vez, haciéndome reír.
–Comencé a jugar béisbol a los seis años y seguí jugando durante la
escuela secundaria, la universidad e incluso las ligas menores antes de
que una lesión terminara con mi carrera de pitcheo–. Miré a Macy y
agregué: –¿Puedes decirme con quién necesito hablar? –
–¡Por supuesto! Buscaré el número del presidente de la liga cuando
lleguemos a casa y te llamaré –. Sus ojos comenzaron a lagrimear y
sentí que estaban a punto de producirse obras hidráulicas. –Debes ser
un ángel–. ¡Decir ah! Nunca antes me habían llamado así.
–Para nada. Tengo tiempo y me encantaría ayudar –. Entonces miré
a Dante. –Estoy seguro de que su entrenador se sentirá mejor sabiendo
que el equipo sigue jugando. Estoy seguro de que decepcionarlos a
ustedes, niños, le pesó mucho. Si quieres, podemos hablar con él
primero y obtener su aprobación –.
–Mamá le preparó una cazuela y nos encargaremos más
tarde. Hablaré con él y veré si le parece bien –.
–Solo avísame, amigo–. Le di una palmada en el hombro y me
despedí antes de regresar a nuestra mesa.
–Seguí adelante y ordené lo de siempre–, me dijo cuando me
senté. –¿Está todo bien con ellos? – Le conté a Noah sobre las
emociones conflictivas por las que estaba pasando Dante. Eres un tipo
increíble, Mav. Has sido una muy buena influencia para Dante durante
algunos momentos realmente difíciles. Espero que puedas entrenar a
su equipo –.
Más tarde ese día, recibí una llamada del mismísimo entrenador
Barrett. Estaba agradecido de que me ofreciera a ayudar y, de hecho,
me recordaba de mis días en la escuela secundaria en Beaufort antes
de mudarnos. Me preguntó acerca de mis años como jugador en la
universidad y las ligas menores y con mucho gusto le hablé al respecto.
Me di cuenta de que había alcanzado niveles con los que algunas
personas solo soñaban y no me importaba compartir mis experiencias.
Luego, el entrenador me proporcionó el número del presidente de la
liga y me informó sobre algunas de las certificaciones que debería
completar antes de poder entrenar. Agradecí al entrenador Barrett por
contactarme directamente y le transmití mis deseos de que se mejorara
pronto.
–Esto se siente como lo correcto–, le dije a Noah esa noche mientras
llevábamos a Madge a dar un paseo por la playa. –No estoy nada feliz
de que el entrenador Barrett esté enfermo, pero estoy emocionado de
involucrarme nuevamente en el juego que amo tanto. Espero que
pueda volver el año que viene y recuperar a su equipo –.
Noah llevó nuestras manos unidas a su boca y besó el dorso de mi
mano. –Estoy seguro de que está aliviado de que estés interviniendo
para ayudar. Sé que los niños tendrán suerte de que usted los entrene
en su ausencia –. Se quedó en silencio durante varios minutos como si
estuviera eligiendo sus próximas palabras. –Tengo una confesión que
hacer. –
–¿Tú lo haces? ¿Qué tipo de confesión? Pregunté con sospecha.
–Me molestaba el tiempo que pasabas en la práctica y los juegos en
lugar de estar conmigo–. Dijo tímidamente.
–Yo sabía. – No pude evitar la sonrisa de mi rostro. –No eras muy
bueno ocultando tus emociones en ese entonces. Ese puchero antes de
irme me dio ganas de besar tus labios, pero siempre esperé hasta que
volví a casa y pude saborear tu sonrisa –. Incliné la cabeza cuando se
me ocurrió un pensamiento. –Quizás por eso jugué tan duro todos esos
veranos. Cuanto más rápido ganáramos, más rápido volví a ti –.
–Me encantaría atribuirme el mérito de tu increíble atletismo, pero
eso sería exagerado, Mav. Sin embargo, aceptaré que fui un gran
incentivo para que regresaras a casa más rápido –. Se inclinó más cerca
y susurró en mi oído. –Creo que tengo algo para incentivarte a que
regreses a casa más rápido esta noche también–.
–¿Sí? –
–Oh si. – Sacó su mano de la mía y comenzó a correr hacia casa.
Solté una breve carcajada antes de empezar a correr tras él. Madge
la siguió ladrando y brincando juguetonamente a sus papás.
Noah corrió alrededor de la parte delantera de la casa y se detuvo en
seco cuando encontró a un hombre y una mujer parados en nuestro
porche delantero. Parecían sorprendidos por su apariencia y aún más
cuando Madge y yo subimos corriendo los escalones pisándole los
talones.
–Um, ¿puedo ayudarte? – Yo pregunté. No quería comprar nada de
lo que pudieran estar vendiendo, pero quería aprovechar todo lo que
Noah tenía para ofrecerme.
Ambos nos miraron con desaprobación antes de que el hombre
abriera la boca para hablar. –Vivimos al otro lado de la calle–. Hubiera
ofrecido mi mano para estrechar la suya, pero era obvio que no sería
aceptada. Miró a la mujer, que supuse que era su esposa; ella asintió
con la cabeza para que continuara. –Hemos venido para pedirle
amablemente que deje de exponer flagrantemente a nuestros hijos a
su estilo de vida–.
–Disculpe, – dije, acercándome a Noah. –¿Qué es lo que le estamos
exponiendo flagrantemente a alguien? –
–Escuche–, dijo el Sr. Sour Face a la defensiva. –No soy homofóbico,
pero ...–
–Esto debería ser bueno, Mav–, dijo Noah, interrumpiendo al
idiota. Ambos sabíamos que cualquier cosa que dijera estaba
garantizada como una declaración homofóbica.
–... Le agradecería que dejara de besar y tomarse de la mano en
público–, continuó el chico. –¿Cómo se supone que voy a explicarles a
ustedes dos a mis hijos? –
–¿Por qué no intenta explicarles a sus hijos que algunas personas
nacen amando al mismo sexo y que no está mal? O, ¿qué tal si les dices
que deberían tener tanta suerte de encontrar a alguien a quien aman
tanto como yo amo a Noah? – Nunca levanté la voz, pero mis palabras
fueron firmes e inflexibles. –A mi modo de ver, señor, es que si usted
puede tomar de la mano a su esposa, yo puedo tomar de la mano a mi
novio–.
–Creo que hemos terminado aquí amigos–, agregó Noah. –Nos
ocupamos de nuestros propios asuntos y te sugiero que te ocupes de
los tuyos–.
–¿Cómo les va, amigos? – Otra voz se unió a la mezcla mientras
nuestro vecino Willis cruzaba nuestros patios. Me gustó el hombre la
primera vez que lo conocí y disfruté charlando con él desde
entonces. Me iba a decepcionar mucho que se uniera al carro anti-
gay. –¿Missy y Mark vinieron y te trajeron un pastel de manzana para
darte la bienvenida al vecindario como lo hicieron cuando me mudé?
– Detecté más que una pizca de sarcasmo en su voz.
–No señor.– Noah respondió. –Mark y Missy se detuvieron y nos
pidieron que dejáramos de tomarnos de la mano y de despedirnos en el
camino de entrada por las mañanas. Tienen miedo de que estemos
asustando a sus hijos –.
–Eh–, respondió Willis. –Me parece que no es asunto tuyo, ¿verdad?
– Les preguntó. –Paso mucho de mi tiempo en mi porche delantero o
sentado frente a la ventana panorámica en mi sala de estar desde que
soy un anciano. Veo todo tipo de cosas en este vecindario –, dijo,
inmovilizando a los intrusos con los ojos entrecerrados. –Imagínense si
fuera a llamar de puerta en puerta para abordar las cosas raras que veo
que suceden en sus hogares–. Mark y Missy empezaron a parecer un
poco preocupados por lo que Willis podría haber visto. –Estos dos tipos
no están molestando a nadie, así que tal vez deberías llevar a tu
entrometido de regreso a tu propia casa antes de darme ideas de que
este tipo de comportamiento es aceptable y alentado–.
Missy y Mark no dijeron una palabra más mientras salían de nuestro
porche y volvían a cruzar la calle hacia su casa. Miré a Noah y ambos
nos encogimos de hombros al mismo tiempo antes de volver a mirar a
Willis.
–No tienen lugar para criticar a nadie–, dijo mientras los veía
retirarse. –No quiero hablar mal de nadie, pero hasta que uno de los
dos pueda aprender a ser fiel el uno al otro, será mejor que mantengan
la boca cerrada–. Se dio cuenta de lo que dijo y luego pareció
avergonzado. –Perdóname, muchachos. No quise chismear así. Soy un
hombre mejor que eso. Simplemente no puedo soportar a los
hipócritas –.
–No te preocupes, Willis–, dijo Noah. –No se lo diremos a
nadie. Dime, ¿su pastel era bueno? ¿Nos perdimos?
–Diablos, no–, dijo con un dramático movimiento de cabeza. –Ni
siquiera mi perro Trixie se comería esa mierda pegajosa y viscosa–.
Sonrió cuando Noah y yo nos echamos a reír. –Muchachos, que
tengan una buena noche–.
–Tú también–, Noah y yo dijimos al unísono.
–Bueno, es bueno saber que tengo los ojos puestos en el lugar
cuando no estoy cerca–, dijo Noah una vez que estuvimos dentro de la
casa. Será mejor que te cuides.
–No tiene nada de qué preocuparse, Doc.– Lo atraje hacia mí para
darle un beso. –¿De qué me estabas burlando en la playa? ¿Algo sobre
un incentivo?
Me interrumpió una llamada telefónica, que resultó ser el presidente
de la liga de la organización de béisbol. Me dio la información sobre las
clases en línea y en persona que tenía que tomar y que las clases
comenzaban la próxima semana. Hasta entonces, dejaría que mi equipo
practicara con el suyo y se aseguraría de tener entrenadores suplentes
para los pocos partidos que me perdí.
Cuando terminé, fui en busca de mi hombre. Madge estaba tirada
fuera de la puerta del baño, así que sabía exactamente dónde estaba él,
porque nunca estaba lejos de Noah si podía evitarlo. Cúbrete los oídos,
niña. Los papás están a punto de ponerse ruidosos –.
Esperaba encontrar a Noah en la ducha, pero en cambio estaba
descansando en la gran bañera con patas de garra. Se encendieron
velas por toda la habitación y el aroma de vainilla flotaba en el aire. No
esperé a que me invitaran antes de empezar a quitarme la ropa.
Además, la mirada en sus ojos era la única invitación que
necesitaba. Levanté el lubricante y los condones que había colocado
cerca de la bañera.
–Alguien se siente terriblemente seguro de sí mismo, ¿no es así?
– Mi pregunta fue recibida con una sonrisa arrogante cuando volví a
colocar los condones y el lubricante y me deslicé en el agua en el lado
opuesto de la bañera. Levanté sus pies y los puse en mi regazo,
masajeándolos. –Soy una apuesta segura, Doc.–
–¿Por qué estás sentado todo el camino allí? – Preguntó Noah. Clavé
mis pulgares en sus arcos y él gimió en voz alta antes de decir: –Está
bien, puedes quedarte allí un rato–.
No pasó mucho tiempo antes de que me deslizara y me montara a
horcajadas sobre las caderas de Noah. No estaba convencido de que los
condones y el lubricante funcionarían bien en la bañera, pero perdí el
hilo de mis pensamientos una vez que nuestras pollas se rechinaron. En
ese momento, estaba dispuesto a intentar cualquier cosa.
Me encantaba el deslizamiento húmedo de la piel contra la piel
cuando nos tocábamos en todas partes. Nuestros gemidos mezclados y
el agua salpicando contra la bañera y por los lados eran los únicos
sonidos en la habitación mientras Noah y yo nos hacíamos el amor.
Agradecí el gran tamaño de la bañera mientras me sentaba sobre la
polla cubierta de condón de Noah. Extendí la mano por encima de sus
hombros y me agarré al borde de la bañera y lo monté hasta que
ambos estábamos locos por la necesidad de venir.
Noah levantó los labios para un beso y yo acepté con entusiasmo su
oferta. Deslizó su mano entre nuestros cuerpos y comenzó a mover mi
polla hacia arriba y hacia abajo. La sensación de burla de sus nudillos
contra mis abdominales aumentó mi placer. Estaba tan cerca, pero me
contuve porque quería que nos uniéramos. Sentí su pene hincharse aún
más dentro de mí y supe que estaba igual de cerca. Deslicé mis manos
en su cabello y tiré de su cabeza hacia atrás para poder profundizar
nuestro beso. Noah se estremeció y gimió en mi boca ante mi agresiva
demostración.
Me relajé y me dejé correr tan pronto como sentí la primera
sacudida de su orgasmo de Noah en mi trasero. Noah apartó su boca de
la mía y me miró con los ojos desenfocados llenos de tanto
placer. Seguí montando sobre él hasta que nos entregamos todo lo que
teníamos.
Me moví para levantarme de él, temiendo que pesara demasiado,
pero él me tiró hacia abajo. –Todavía no–, murmuró adormilado. –
Quedate. – No necesité mucho ánimo para apoyarme contra él en el
círculo de sus brazos. Después de todo, no hay ningún lugar en el
mundo en el que prefiera estar.
21
Noah
El mes siguiente pasó bastante bien para Mav y para mí. Tuvimos
algunos contratiempos, pero ¿qué relaciones no? Agregue
los obstáculos de larga distancia y nos hizo las cosas más difíciles, pero
nada que no resolviéramos. Estábamos hablando mejor de las cosas
cuando nos molestaron, pero fue difícil cuando quise extender la mano
y tocar la cara de Maverick o abrazarlo para asegurarle que las cosas
mejorarían. Me había llevado más tiempo de lo que esperaba encontrar
otro médico que Justin y yo pensamos que sería una buena opción.
Maverick se frustraba con todo lo que me demoraba en regresar a
casa de forma permanente. Me molestaba todo el tiempo que pasaba
entrenando béisbol, especialmente porque Derrick era su asistente de
entrenador. No pudimos hablar por teléfono las noches en que sus
juegos llegaban tarde. Estaba orgulloso de él por intervenir, feliz de
escuchar la emoción en su voz cuando hablaba del equipo, pero quería
ser su enfoque número uno. ¿Cuán jodidamente egoísta fue eso?
Finalmente llegó el momento en que todo encajó en su lugar y pude
empacar el resto de mis cosas y despedirme de mi vida en DC. Disfruté
el tiempo que pasé allí, pero estaba ansioso por pasar a la siguiente
fase de mi vida. con el hombre que amaba. Tenía que despedirme por
última vez antes de irme a casa.
–Hola Liam, ¿está Jack esta noche? – Le pregunté a Liam quién
estaba trabajando detrás de la barra de Bottoms Up cuando me detuve.
Liam me dio la misma sonrisa feliz que siempre hacía cuando nos
veíamos.
–Está en su oficina. ¿Viniste a despedirte de él? La sonrisa
desapareció de su rostro. Ya le había dicho a Jack que me iba y él se
había reunido con los otros médicos, pero no podía irme sin decir adiós.
–Los dos, en realidad. –
Liam asintió y me hizo un gesto para que lo siguiera. Liam me llevó a
un pasillo trasero y nos detuvimos frente a una puerta cerrada. Dio un
golpe rápido y luego nos dejó entrar a su oficina. Jack levantó la vista de
su papeleo y saludó a su esposo con una cálida sonrisa.
–¿Es esto? – Jack me preguntó, poniéndose de pie.
–Sí. Simplemente no me sentí bien despegar y no decir adiós –.
Extendí mi mano y la estrechó con firmeza. Al mirarlo, una persona
nunca hubiera adivinado lo cerca que había estado de darse por
vencido.
–Estoy tan emocionado por ti, Noah–, dijo Liam cuando me
abrazó. Liam no era tan reservado cuando se trataba de espacio
personal y de mostrar emociones y sentimientos como su esposo. Por
supuesto, no había sido mi paciente durante más de dos años, por lo
que era más aceptable para mí abrazarlo.
–Gracias–, le dije cuando me aparté de él. –Quiero extenderles una
invitación a ambos para que vengan al sur de visita. Maverick y yo
tenemos mucho espacio. También somos amantes de los perros —dije,
señalando a Charlie.
–Podríamos aceptarlo–, dijo Jack con una sonrisa. –¿Cómo está
enero? Odio el clima frío.
–Son bienvenidos en cualquier momento, muchachos–.
Temprano a la mañana siguiente, o a media noche, dependiendo de
su punto de vista, me dirijo a casa. No podía dormir ni una mierda, así
que cuando me desperté a la 1:00 am y no podía cabecear de nuevo,
decidí que era hora de volver con Maverick y Madge. No traje a Madge
conmigo en mi último viaje a DC. Parecía perfectamente feliz de
quedarse en casa con su otro papá en lugar de pasar la mayor parte de
sus días en la guardería para perros. Extrañaba a mi mejor chica, pero
significaba menos paradas para poder afeitarme un poco y volver antes
con mi hombre y mi bestia. Me encantaba la idea de meterme en la
cama con él y despertarlo con un beso como lo había hecho en muchos
viajes a casa. Solo ese pensamiento me mantuvo despierto durante el
largo viaje.
Mi imaginación se ensuciaba más y más con cada kilómetro que me
acercaba a Maverick. Mmm, quería ponerlo boca arriba, montarlo a
horcajadas y deslizar su polla dentro de mí. Me imaginé tomándome mi
tiempo y amándolo de la manera correcta, sabiendo que teníamos
todos los días por el resto de nuestras vidas para amarnos unos a
otros. Claro, tendríamos nuestros altibajos fuera del dormitorio, pero
siempre encontraríamos un camino de regreso el uno al otro.
Seguramente llevaba una sonrisa estúpida y cursi en mi rostro hasta
que un auto se desvió hacia mi carril. Sucedió tan malditamente rápido
que no tuve tiempo de reaccionar. Hubo una luz cegadora de los faros,
el espantoso sonido del metal crujiendo, y luego no hubo nada más que
silencio y oscuridad.
*****
Maverick
Noah
*****
La próxima vez que abrí los ojos, la habitación estaba a la sombra del
sol poniente. Estaba confundido acerca de cuánto tiempo había estado
durmiendo. Habíamos llegado a casa al mediodía, así que debí haber
estado fuera durante algunas horas, si es que todavía era el mismo día.
Entonces me di cuenta de otras cosas, a saber, el gran cuerpo
acurrucado protectoramente alrededor del mío. Maverick estaba
presionado contra mi espalda lo más fuerte que podía, imitando mi
posición exactamente, incluida la forma en que mantuve mi pierna
inferior recta y mi pierna superior doblada por la rodilla. Trajo su bulto
justo contra mi trasero y pude sentir mi agujero arrugado contraerse
con la necesidad de sentirlo de nuevo.
Sentí la respiración uniforme de Maverick contra mi cuello y supe
que todavía estaba dormido. No le había ido mejor que a mí durante mi
estancia en el hospital. Se negó a irse e insistió en dormir en esa silla
hasta que le rogué y le pedí a una enfermera que le trajera un catre y lo
pusiera al lado de mi cama. Esa cosa escuálida apenas podía soportar su
peso, pero me encantó despertarme y encontrarlo allí a mi lado.
En ese momento, no podía pensar en las implicaciones románticas
de su devoción porque otras partes de mí, es decir, mi dolorido pene y
bolas, que se sentían como globos llenos de plomo colgando entre mis
piernas, tenían necesidades más urgentes. ¿Lo desperté y le exigí que
me complaciera? ¿Lo seduje para que me abriera y se deslizara dentro
de mí? No podía esperar ni un minuto más para hacer nada. En cambio,
elegí meter la mano dentro de mis bóxers y tocarme, y dejar que la
sensación de su cálido cuerpo presionado contra el mío fuera suficiente
para su participación.
No pude resistir empujar mi trasero contra su ingle mientras
acariciaba mi saco hinchado con una mano mientras me levantaba
lentamente con la otra. Se sintió increíble y no pude evitar los
pequeños gemidos que escaparon de mi boca. No estaba seguro de qué
lo despertó de su sueño profundo, yo apretando mi trasero contra su
polla mientras me follaba el puño o la forma ahogada en que gritaba su
nombre.
Maverick deslizó su mano fuera de mi cintura y detuvo mi mano
acariciada. Casi le gruñí, porque había estado tan cerca de disparar. –
Déjame. –
Dios, sí. ¡Finalmente! – El solo pensamiento fue casi suficiente para
hacerme correr.
Maverick comenzó a bajarme la ropa interior y me moví para
ayudarlo. Perdí la conexión de su cuerpo brevemente mientras se
quitaba su propia ropa interior. Luego, estaba de espaldas contra
mí. Puso su gran mano en la parte posterior de mi muslo y movió mi
pierna hasta el ángulo que tenía antes de desnudarse. Su polla caliente
y hambrienta presionó entre mis nalgas y podría haber llorado por las
sensaciones que me hizo sentir.
Maverick colocó besos calientes a lo largo de la parte posterior de mi
cuello mientras lentamente alcanzaba mi polla llorosa.
El pelo recortado de su barba contra mi piel envió escalofríos por mi
espalda. –El médico dijo que no hubo movimientos duros o bruscos
durante los próximos días o te daría la puta que me has estado
pidiendo–. Sus palabras fueron malvadas y tenían muchas promesas
oscuras. –¿Crees que no quería meterme en esa cama contigo y
recordarte mi toque y la forma en que te hago sentir? – La mano de
Maverick lentamente comenzó a mover mi polla hacia arriba y hacia
abajo mientras la aplastaba entre mis nalgas. Podía sentir su pre-
eyaculación resbaladiza contra mi tierna carne. –¿Crees que quería
esperar para recordarte dónde y a quién perteneces? –
–Maverick. – Me eché hacia atrás y puse mi mano en su cabello.
Tu cuerpo lo sabe. Tu corazón lo sabe. Tu mente recordará con el
tiempo, porque, Noah, fuiste hecho para mí. ¿Me escuchas? – Su puño
bombeó un poco más rápido, aumentando mi necesidad. –He pasado
por demasiado y he esperado demasiado para que vuelvas a rendirte
con nosotros–. Más tarde, reflexionaría sobre lo que quiso decir cuando
dijo que había pasado por demasiado, pero en ese momento todo mi
enfoque estaba en su toque y mi necesidad de venir por toda su mano
hábil.
Quería sentirlo reventar su nuez por todo mi trasero, saber que su
necesidad por mí era tan salvaje y fuera de control como lo que yo
sentía por él. Todo lo que pude hacer fue gemir y rogar por más,
porque realmente estaba a su merced. No podía imaginar lo bien que
se sentiría tenerlo dentro de mí; solo su mano en mi polla y el chirriar
de su polla en mi culo me volvieron loca. Estaba tan cerca pero
necesitaba más fricción. Empecé a follar con su puño, lo que hizo que
su polla se endureciera más contra mi piel.
–Noah. – Maverick gruñó, advirtiéndome. Joder, sin movimientos
bruscos y rápidos. Sabía lo que necesitaba y no me negarían. Clavé mis
uñas en su cuero cabelludo y me gané un silbido enojado de mi
torturador.
–Vas a pagar por esto, Doc. Todavía tengo esa cuerda negra sedosa
esperando para atarte a esta cama para poder follarte como es debido
–.
Jadeé por la emoción que me produjeron sus palabras. Esa fue mi
fantasía más candente, una que nunca había vivido, o al menos
recordaba. –¿Me has atado? – Los mundos temblaron fuera de mis
labios.
–Oh sí. También te vende los ojos. Estabas completamente a mi
merced y viví todas las fantasías que has tenido, te llevé a alturas que
nadie se había atrevido antes y nunca volveré a tener la
oportunidad. Tú. Eres. Mío.–
–Maverick. – Mis bolas se retrajeron y perdí mi carga. Salí como un
géiser, bombeando cuerda tras cuerda de semen que había estado
estallando para escapar de mí. Cubrí su mano, mi estómago y algunos
incluso aterrizaron en mi barbilla. Maverick gruñó y giró mi cabeza para
poder lamer mi liberación de mi cara.
Ven, Mav. Quiero sentirte encima de mí –. Empujé mi agujero con
fuerza contra su polla y fui recompensado cuando se corrió por todo mi
culo. Me di cuenta de que no era el único que había estado deseando
dar de alta durante mi estadía en el hospital. Era bueno saber que no se
estaba escapando para borrar uno mientras yo sufría en la miseria.
–¡Oh mierda! Necesitaba eso –, dijo Maverick una vez que terminó. –
Dame un minuto y nos limpiaré–.
–Quédate–, urgí mientras el cansancio comenzaba a aparecer de
nuevo. ¿Podré permanecer despierto durante más de una hora?
Debería haberme alegrado de que alguien no me obligara a
despertarme para revisar mi daño cerebral con tanta frecuencia, pero
esperaba un punto medio feliz.
Vuelvo enseguida, cariño. Solo voy a nuestro baño –. A pesar de que
teníamos un baño principal en suite, parecía una separación demasiado
larga.
Me había quedado dormido en esos pocos minutos que le tomó
mojar una toalla y regresar. La presión del calor húmedo en mi piel me
despertó. Lo alcancé y traté de llevarlo de vuelta a la cama. Su risa fue
un estruendo profundo que hizo que se me doblaran los dedos de los
pies.
–Déjame tirar esto al baño muy rápido–.
–Piso–, dije, sonando como un borracho. Intenté levantar mi brazo y
señalarle que lo tirara al suelo, pero mi miembro cansado simplemente
colapsó. –Me jodiste hasta la muerte–.
–Todavía no–, prometió sombríamente.
Una vez más me quedé dormido, pero me desperté cuando volvió a
meterse en la cama. Me acurruqué contra él una vez más y pasé una
pierna sobre su muslo para mantenerlo allí en un movimiento que me
resultó familiar. Su risa me calentó mientras me acurrucaba más cerca.
Tan cansado como estaba, sentí un miedo irracional a permanecer
despierto; como si pudiera despertarme y todo esto hubiera sido un
sueño. ¿Estaba soñando ahora?
–Todavía estaré aquí–, susurró Maverick en mi cabello y me calmó
con su mano en mi espalda. Una vez más, me resultó tan familiar que
me pregunté si había sucedido antes. ¿Estaba recordando algo? Sentí
una pequeña sonrisa en mi rostro cuando me di cuenta de que era algo
que sabía. Quería aferrarme a él y ver si desencadenaba algo más, pero
no podía permanecer despierto. Me quedé dormido con la esperanza
en mi corazón de que todo volvería a la normalidad pronto.
24
Maverick
Noah
*****
Maverick
Noah
*****
Maverick
–TU Parece que has estado montó duro y guardar mojar–, dijo Roxie a
mí cuando volvió al trabajo el lunes por la mañana. –Oh, eso es
probablemente porque lo estabas. – Se rió tanto de su propia broma
que estuvo a punto de volcar la silla de su escritorio. ¡Eso fue gracioso!
Noah me había montado con fuerza la mayor parte del fin de
semana, tanto dentro como fuera de la cama. Sin embargo, no me
quejé ni un ápice. Siempre había tenido un fuerte impulso sexual, pero
si lo añadía a la mezcla, era completamente insaciable. Volví a ser un
adolescente cachondo con una erección perpetua. Noah era tan malo
como yo. Estaba sobre mí con el más mínimo estímulo.
Ahora que había aceptado irse conmigo durante un fin de semana
largo por su cumpleaños, tenía que poner mi plan en acción. Sabía
exactamente a dónde quería llevarlo y el único problema que podía
prever era que ninguno de los dos querría regresar después de solo
cuatro días.
Solo necesitábamos encontrar el objeto que sujetaba a Elijah a la
casa. En ese momento, me sentía un poco desanimado por todo el
asunto, porque a Noah no le quedaba mucho por derribar. Pensé que
para acelerar las cosas, comenzaría a reemplazar las paredes derribadas
mientras Noah continuaba derribando las partes viejas. Podríamos
enlodar, lijar y pintar una vez que regresemos. Si nos íbamos de
vacaciones, eso era. Tenía que tener fe y creer que sucedería. Por lo
tanto, tuve que empezar a hacer planes pensando en la victoria.
– Rox , me tomaré un fin de semana largo libre a fin de mes. Sé que
se avisa con poco tiempo, pero es para el cumpleaños de Noah –.
–Lo haremos realidad, cariño. Ambos merecen un tiempo especial
juntos después de todo lo que han pasado en tan solo unos pocos
meses –. Se puso de pie y extendió los brazos para un abrazo.
–Te amo, Rox –.
–Oh, tú–, me golpeó con fuerza en el trasero. –No me hagas llorar a
primera hora un lunes por la mañana. Pasé mucho tiempo obteniendo
este delineador de ojos alado a la perfección –. Me miró parpadeando y
luego me obligó a salir de la oficina para ir a trabajar.
La siguiente llamada que hice fue a Jennifer. Fue la decisión más
difícil de hacer, porque Noah no había regresado al trabajo por mucho
tiempo. Odiaba poner más presión sobre ella de lo que ella ya había
estado sintiendo, pero tenía mi mente puesta en barrer a mi chico.
–Debería decir que no–, dijo con un profundo suspiro, –pero no
puedo hacerles eso a ustedes. Encontraré una manera de volver a
trabajar en las citas sin avisarle –.
Está bien si se le escapa, Jen. Ya le dije que quería llevárselo, pero no
sabe dónde –.
A continuación, reservé el vuelo y el resort sin dudarlo.
Encontraríamos lo que buscábamos y saldríamos de viaje.
Probablemente sería el último lugar en el que miramos,
¿verdad? ¿No es así como suele ser? Bueno, como dice esta historia en
particular ...
–Último pie de espacio en la pared–, dijo Noah y luego procedió a
morderse el labio. –¿Y si no está ahí? –
Está ahí, Doc. Sé que lo esta. – Mi corazón latía con fuerza en mi
pecho y sabía que estaba allí. El sentimiento había estado conmigo todo
el día y solo se había vuelto más fuerte una vez que comenzamos. Le di
un beso tranquilizador y luego lo ayudé a quitar el último pie de la
pared.
–Solo veo lo que parecen montones de aserrín–, dijo Noah cuando
se despejó el último trozo de pared.
Ambos nos arrodillamos y escudriñamos el aserrín. No había aserrín
en las otras secciones, así que este debe haber sido el último lugar
donde Elijah había trabajado. La familia probablemente terminó
apresuradamente el trabajo después de su fallecimiento. Tal vez por
eso estaba enojado y se quedó con él durante más de cien años. No
terminaron bien su trabajo.
Una brisa fría sopló y nos hizo saber que Elijah finalmente nos había
bendecido con su presencia fantasmal. ¿No podría habernos dado al
menos alguna maldita guía? ¿Golpeó la sección de la pared que
contenía su tesoro o algo así?
–¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! – Me volví hacia Noah y sostuvo un
objeto circular en su mano. –Parece un anillo–. Noah lo sopló y luego lo
frotó contra su camiseta. –Es un anillo de sello. Tiene un escudo de
armas, Mav. Apuesto a que Octavius se lo dio y debe haberse caído. Por
eso no podía irse. Lo siento con tanta fuerza en este momento, como si
me envolviera con sus brazos –.
Tomé el anillo de la mano de Noah y lo sostuve a contraluz. Era difícil
distinguir el escudo de armas bajo la tierra y la mugre, pero sabía en mi
corazón que Noah tenía razón. Como dijo, sentí que Elijah me envolvía
como si me estuviera abrazando. El aire frío que asocié con él se
calentó hasta que no quedó nada y ya no lo sentí. –Creo que se ha ido,
Noah–. Le devolví el anillo y lo rodeó con la mano en un puño
protector.
–Yo también lo creo–. La sonrisa que me dio fue lo suficientemente
brillante como para iluminar toda la costa este de los Estados Unidos. –
Lo hicimos, Maverick–.
– Usted lo hizo, Noah. Simplemente seguí el juego para tener sexo
sucio y deprimido. Has creído toda tu vida que podrías liberarlo y lo
hiciste –. Lo tomé en mis brazos, sin importarme que estuviéramos
cubiertos de suciedad y mugre. –Eres increíble. –
–Lo que va a ser increíble es este viaje de vacaciones al que me
llevarás–. El rápido cambio de tema de Noah me demostró que yo no
era el único que se sentía incómodo con los elogios. –¿Estás seguro de
que no quieres decirme adónde me llevas? –
–No. –
–¿Crees que puedo torturarte? – Movió las cejas y supe que me
encantaría su forma de tortura.
–No. –
–Ya veremos. – No estaba dispuesto a dejar pasar ese desafío por
nada.
Así fue como me encontré atado a nuestra cama por primera vez
después de una ducha conjunta que ya me tenía excitado y nervioso.
Estaba convencido de que las manos y la boca de Noah debían ser
armas registradas. Me encantaba la sensación de la cuerda envuelta
alrededor de mis muñecas y lo intensos que estaban mis otros sentidos
cuando me habían quitado la vista. Mi audición fue especialmente
aguda cuando escuché los sonidos familiares que hace una casa vieja, el
viento fuera de las ventanas y todos los ruidos que esperaba escuchar
excepto el de Noah.
Mi chico me ató a la cama y me dejó ahí. Sonreí cuando me di cuenta
de que realmente iba a sacar mi tortura antes de que intentara joderme
el destino de nuestro viaje. Estaba planeando vengarse de las veces que
lo dejé esperando y preguntándose qué tenía reservado para él. Nunca
lo dejé esperando por mucho tiempo, pero no parecía que Noah
estuviera preocupado en absoluto por volver pronto a mí.
Un olor impregnó el aire y me hizo cosquillas en los sentidos.
Chocolate. Chocolate caliente. Mierda, estaba calentando salsa
dulce. Reconocería ese olor en cualquier lugar. Mi polla dura se sacudió
y goteó de emoción cuando me lo imaginé asfixiándome con la salsa y
luego lamiendo.
Escuché a Noah silbar mientras subía los escalones diez o quince
minutos más tarde. Me di cuenta de que esperaba que me molestara
por estar atado durante tanto tiempo, pero estaba seguro de que una
vez que viera el estado de mi excitación sabría que estaba más
que feliz de esperarlo.
–Parece que alguien está anticipando un muy buen momento–. No
pude quitarme la sonrisa de la cara. Noah movió mi polla haciéndome
jadear ante el inesperado mordisco de placer. –¿Te dolió, Mav? – Sentí
el calor de su aliento en mi polla palpitante mientras hablaba. –Déjame
ver si puedo hacerlo sentir mejor–. La sensación de su lengua cálida y
húmeda lamiendo desde la raíz hasta la punta me hizo temblar en la
cama.
–No me romperé–. Lo desafié. –No te estoy diciendo a dónde
vamos–.
–Hmmm–, respondió sin comprometerse. –Creo que esta noche
requiere una celebración, ¿no crees? Quizás un helado con crema
batida, cerezas y nueces –. Noah acarició mis bolas cuando dijo –loco–.
–Absolutamente. – No podría haber estado más de acuerdo con él.
Esperaba que Noah me molestara con un poco de dulce de azúcar
aquí y un poco de helado allí, pero convirtió todo mi torso en su
postre.
Roció mis pezones con crema batida y colocó cerezas encima de los
montículos, dejó caer una bola de helado en la parte superior de mi
ombligo y luego roció salsa de dulce de azúcar por todo mi torso.
Se tomó su tiempo para comer todo él solo. Esperaba que lo
compartiera conmigo un poco, pero nada hasta que me besó después
de terminar. Solo entonces pude probar el helado, pero fue fugaz. Si
mis manos hubieran estado libres, habría sostenido su cabeza entre mis
manos y devorado su boca. Noah se rió entre dientes contra mis labios
mientras seguía evadiendo mi lengua.
Pensé que se había divertido y esperaba que llegara a la parte en la
que me lo jodió. Oh, cómo subestimé a mi dulce hombre. Se tomó su
tiempo y sacó mi placer con todas las armas disponibles para él,
excepto su pene. Me trabajó con su boca hasta que me corrí y luego
movió sus dedos dentro de mí para provocar mi próstata hasta que me
endurecí de nuevo.
Siguió moviendo sus dedos dentro y fuera de mí, volviéndome loco
por él. A veces, sus dedos simplemente rozaban mi próstata, pero otras
veces se quedaban en la protuberancia redonda de los nervios, dando
vueltas y masajeando hasta que pensé que moriría de placer. Justo
cuando pensaba que vendría, él se alejaría hasta que volviera a estar
bajo control.
–Noah–, gruñí su nombre.
–¿A dónde vamos de vacaciones, Maverick? – ¿Qué se suponía que
debía hacer un chico? Necesitaba correrme o algo se rompería dentro
de mí. Lo sabía. Entonces, le dije lo que quería saber, excepto que no
era exactamente la verdad.
–Cabaña en Tennessee. Ventanas de pared a pared en el lado este
para que podamos ver salir el sol sobre las montañas. Gran jacuzzi en la
terraza –. Noah siguió moviendo sus dedos dentro de mí,
masajeándome justo donde lo necesitaba. –Bañera de hidromasaje–.
–Suena como el cielo–. Noah deslizó sus dedos fuera de mi trasero
justo cuando estaba a punto de correrme.
–¡Regresar!– Yo rogué.
–Estoy aquí–, dijo Noah, mientras deslizaba su polla dentro de mí. –
Muy bien, Mav–.
De repente, no quería venir todavía. Quería arrastrarlo y sentirlo
dentro de mí por más tiempo, escuchar la forma en que mi cuerpo
complacía al suyo, sentirlo llevándome más y más alto, mientras
disfrutaba de la parte de mí que solo le di a él. Podía sentir que su
orgasmo se acercaba por la forma en que su cuerpo temblaba y la
forma en que su respiración se aceleraba. Envolví mis piernas con más
fuerza alrededor de su cintura y clavé mis talones en su trasero,
urgiéndolo más y más fuerte.
–Bésame–, le supliqué.
Noah capturó mis labios en un beso carnal caliente. Estaba tan
perdido, perdido en mi cuerpo que me empujó al límite. Noah rompió
nuestro beso para poder mirarme a los ojos cuando se perdió dentro de
mí. Me encantó la forma en que su cuello se encorvó y su cuerpo se
arqueó y luego se tensó con tanta fuerza que parecía como si estuviera
hecho de mármol mientras se derramaba dentro de mí.
Nos tomó un tiempo bajar de ese subidón sexual e incluso más
tiempo para que la fuerza regresara a mis piernas para poder salir de la
cama y caminar hacia la ducha. Incluso entonces necesitaba ayuda,
pero Noah no era mucho mejor. Nos abrazamos como dos
supervivientes de un naufragio arrastrados a la orilla.
No fue hasta que ambos estuvimos casi en coma en la cama cuando
le di la noticia a Noah. –Realmente no vamos a ir a Tennessee, Doc.–
–Lo sé.– Su voz era presumida y alegre al mismo tiempo. –Realmente
no quiero saber a dónde vamos. Solo estaba buscando una excusa para
atarte y burlarte de ti. Fue muy divertido.–
–No necesitas una excusa, Noah–. Acaricié su espalda como lo hacía
todas las noches y me deleité en la forma en que presionó más fuerte
contra mí. –¿Realmente no te importa que te sorprendan?–
–Mav, me encantan las sorpresas. Nadie se ha tomado la molestia de
hacer algo ni la mitad de dulce de lo que estás haciendo –. Levantó la
cabeza y me dio un suave beso. –Además, si no sé a dónde voy, tendrás
que hacer todo el embalaje o te arriesgarás a estropear la sorpresa–.
–Ohhh, eso podría ser muy, muy peligroso para usted, Doc.– De
repente, mi cerebro estaba dando vueltas con posibilidades de qué
empacar y qué dejar –accidentalmente–.
29
Noah
*****
Nunca había disfrutado cuatro días más de los que pasé con Maverick
en el Caribe. Hicimos muchas cosas divertidas, pero aún así
encontramos mucho tiempo sexy. A pesar de que bromeé con Mav
sobre el buceo en busca del tesoro, debería haber sabido que él
planearía algo así para mí, ya que era mi obsesión cuando era más
joven.
Guardó ese regalo para nuestro último día completo en la isla. El día
comenzó con un simulacro de pelea entre dos barcos piratas en el
puerto. Era muy realista con el retumbante y negro humo de los
cañones y los mosquetes disparando, las luchas de espadas y los piratas
colgados de cuerdas de un barco a otro. Después de que terminó el
espectáculo, pudimos recorrer los barcos y conocer a los actores.
Maverick y yo posamos para fotos con algunos miembros del equipo
amante de la diversión.
Pensé que el espectáculo habría sido lo más destacado del viaje,
pero estaba equivocado. Tanto Maverick como yo teníamos experiencia
en el buceo, así que me alegré mucho cuando Maverick contrató un
barco capitaneado para llevarnos a diferentes lugares para bucear.
Nunca antes había nadado en aguas tan claras o entre peces tan
coloridos y vida marina. Fue un paraíso puro y me encantaron los
momentos mágicos que compartí con él. Sabía que la sonrisa feliz que
tenía Maverick mientras se mezclaba con las tortugas marinas y
las caras que hacía para imitar a los peces tropicales sería algo que
apreciaría para siempre.
Esa noche tuvimos una cena de cumpleaños privada en nuestro
balcón, que fue perfecta porque no quería compartirlo con el
público; Quería mantenerlo a él y a toda su belleza para mí. Sabía que
cada emoción que sentía estaba escrita claramente en mi rostro para
que él la viera, pero esa era la belleza de nosotros. Sin pretensiones,
solo emociones crudas y honestas. A veces los sentimientos se
manifestaban en sexo intenso y otras veces, como esa noche, eran
suaves caricias y tiernos besos. La necesidad de tocar a Maverick con mi
alma superó la necesidad de tocarlo con mis manos.
Después de la cena, Maverick sacó un anillo de su bolsillo y lo
sostuvo para que yo lo viera. Mi respiración se atascó en mi garganta
cuando mi corazón comenzó a acelerarse. –No es ese tipo de anillo. Sin
embargo, –corrigió. Levantó mi mano de la mesa, la puso con la palma
hacia arriba y colocó la banda de oro en mi mano. –Lo hice limpiar en
los joyeros y quería sorprenderte con él–.
Sostuve el anillo pulido de Elijah en mis manos. Podía distinguir
mejor el escudo de armas ahora que tenía más de un siglo de polvo y
mugre quitado de su superficie. –Es hermoso–, dije, trazando la cabeza
del león rugiente. –Esto significa mucho para mí, Maverick–.
–Espero que no estés enojado conmigo, pero tengo algo grabado en
el interior–.
Le di la vuelta y lo sostuve junto a la vela para poder ver lo que
decía. –Veritas–, leí en voz alta. Miré a Maverick, pero era difícil verlo a
través de las lágrimas que se acumulaban en mis ojos. –Es bonito.–
–Creo que a Elijah le encantaría si usaras su anillo en lugar de
guardarlo dentro de una caja en tu tocador. De esa manera, su amor se
mantiene vivo a través de ti, Noah –. Asentí y comencé a deslizarlo en
mi dedo, pero él me detuvo. —No ese dedo anular, Doc. Ese me
pertenece –.
Deslicé el anillo en mi mano derecha y lo miré durante unos minutos,
contemplando mi próximo movimiento. Maverick no fue el único con
una sorpresa. Había comprado lo que creía que era un regalo para mí
mismo, pero después de su comentario anterior, tuve que preguntarme
si era el momento equivocado. Parecía que quería un compromiso
permanente conmigo, pero también sonaba como si no estuviera
listo. ¿O pensó que no estaba lista? Solo había una forma de estar
seguro, y si aprendí algo, fue vivir tu vida como si cada segundo fuera el
último.
Metí la mano en el bolsillo y saqué un anillo. Lo sostuve para que
Maverick lo viera, tal como lo había hecho conmigo. Se quedó mirando
el anillo durante varios segundos sin parpadear. –Mav–, dije, volviendo
sus ojos a los míos, –este es ese tipo de anillo–. La sonrisa que se
extendió por su rostro me animó a continuar. –No es suficiente poder
dormir a tu lado todas las noches o tomar tu mano en público. Quiero -
necesito - más contigo. Quiero pertenecer a ti de todas las formas
posibles. – Así que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que
Dios juntó, no lo separe el hombre. Eres mi veritas, mi verdad. ¿Qué
dices, Mav?
– Hasta que la muerte nos separe, Noah–. Deslicé el anillo de platino
en su dedo. Mi pecho se apretó y mi garganta se sintió constreñida por
la emoción de saber que Maverick realmente me pertenecería, no solo
en mi corazón, sino a los ojos de la ley.
El postre fue olvidado por unas horas mientras Mav y yo practicamos
cómo sería nuestra noche de luna de miel. Me sentía bastante seguro
de que nuestra primera noche como esposo y esposo iría muy bien
después de que nos derrumbáramos uno al lado del otro en la cama.
–No puedo esperar para empacar su maleta de luna de miel por
usted, Doc.–
–¿Condones y lubricante? –
–Y manties–. La sonrisa lasciva que tenía me hizo reír.
–¿Qué diablos son las manties?– Yo pregunté.
–Supongo que lo sabrás en nuestra noche de bodas–.
Cogí mi teléfono para buscarlo en Google, pero Maverick anticipó mi
movimiento. Me arrastró sobre mi espalda y temporalmente me
distrajo de mi investigación. Para cuando me acordé de buscarlo,
estábamos en el aeropuerto esperando para abordar el avión a
casa. Tenía una idea bastante clara de a qué se refería y solo podía
imaginar las imágenes que aparecerían en mi teléfono. Había decidido
esperar hasta que estuviéramos solos antes de buscarlos. Eso fue hasta
que vi la sonrisa de suficiencia de Maverick mientras miraba por la
ventana del avión.
Me reí por última vez cuando sostuve mi teléfono con los resultados
de la búsqueda frente a su cara y le pregunté: –¿Prefieres el encaje
blanco o negro? Creo que el blanco lucirá mi bronceado –. El leve
gruñido que detecté de él me hizo reír a carcajadas. El calor ardiente
que vi en sus ojos me hizo callar bastante rápido y me hizo moverme en
mi asiento. –Ambos entonces.–
30
Maverick
EL GRAN día había llegado - el día que había soñado durante tanto
tiempo, pero nunca estaba convencido de que sucedería. Decir que
estaba nervioso era quedarse corto. Quería que el día fuera perfecto
para nosotros y tener una boda al aire libre era una gran apuesta.
Quería planificar una contingencia, pero no Noah.
–Entonces nos casaremos bajo la lluvia torrencial–, dijo con un
encogimiento de hombros casual. –Quiero casarme contigo en nuestra
playa un año desde el día en que nos volvimos a conectar. Me casaré
contigo con un esmoquin, un speedo o nada en absoluto. Me casaré
contigo si llueve, nieva, duerme o graniza –. Sonaba como un cruce
entre un libro del Dr. Seuss y el lema del Servicio Postal de los Estados
Unidos. –Lo único que me importa es que tú estarás ahí, el pastor y al
menos un testigo para que sea legal–.
Esa había sido su actitud relajada durante todo el tiempo que
planeamos nuestra boda. Creo que le hubiera gustado servir perros
calientes, frijoles horneados y Kool Aid en la recepción. Ninguna de esas
cosas materiales parecía importarle, ni un poquito. No es que no le
importara o que no contribuyera a los planes; simplemente no quería
que la atención se centrara en las decoraciones, la comida o incluso el
clima.
–Usted sabe que yo estoy todo sobre los votos, 'combate los votos–,
que cantar- songed una parodia de una canción que nunca había oído
antes cuando salía de la habitación una noche cuando ya no podíamos
estar de acuerdo en el menú.
–Siempre ha sido así, Maverick–. Jamie me dio unas palmaditas en el
brazo mientras suspiraba exasperada. Art y ella habían pasado de visita
unos meses antes de la boda. Te prometo que se está tomando esta
ceremonia en serio. Solo tiene el ojo puesto en el premio, que eres
tú. Planee sorprenderse con esta consideración el día de su boda –.
Se decidió que me quedaría en mi antiguo apartamento la noche
anterior a la boda, porque Noah dijo que era tradición. Sí, el mismo
Noah que estaba dispuesto a decir –Sí, quiero– en un velocímetro bajo
la lluvia. Estaba un poco irritado, pero luego pensé que él estaba
tramando algún tipo de sorpresa, así que seguí adelante y acepté, pero
solo después de que me desquité.
–¿Qué quieres decir con no más sexo antes de la boda? Eso es una
semana a partir de ahora –. Estaba de pie en nuestro dormitorio, con
una mano en la cadera y la otra agitando su erección como un sable de
luz. –¿Qué diablos se supone que debo hacer al respecto? – Acarició su
polla para enfatizar.
–Bueno, tú tienes tu tradición y yo tengo la mía–. Entrecerró esos
ojos azul verdoso hacia mí, pero continué. –Quiero ser puro para
nuestra noche de bodas–.
–¡Decir ah! Tienes que estar bromeando –.
–No estoy bromeando, Noah. Leí un artículo que hablaba de lo
intenso que era el sexo después de abstenerme durante una semana
antes de la boda –.
–Lo que no dijeron fue que el sexo terminó después de diez
segundos de haber pasado tanto tiempo sin alivio–. Sacudió la cabeza
con furia. –¡De ninguna manera! No estaré de acuerdo con eso –.
Tampoco te masturbes. Lo arruinará todo –. Mordí el interior de mi
mejilla para evitar reírme de su expresión de indignación.
–¿Qué? No podemos pasar una semana sin sexo o al menos
masturbándonos, Mav. Follamos como animales todos los días que
terminan en –y– y, a veces, tres veces los domingos. Seguramente algo
se romperá por la presión del esperma acumulado dentro de nosotros –
.
Al final, no pasamos una semana entera sin sexo o
masturbándonos. Aunque, pude rechazarlo las tres noches previas a
nuestra boda. Temí que su advertencia sobre la duración de diez
segundos fuera más como una premonición. Luego me envió un
mensaje de texto la mañana de nuestra boda que decía que nos
compró anillos para el pene a juego para ayudarnos a tener algo de
control. Genial, pensé que estaría treinta segundos dentro de su calor
antes de avergonzarme a mí mismo entonces.
–Vamos, Mav, tenemos una boda a la que asistir–. Roxie gritó desde
el final de los escalones. –Tengo su traje y su equipaje empacados en el
auto y listos para partir–
Corrí escaleras abajo y la encontré esperándome. Tenía el aspecto de
Marilyn Monroe con un vestido blanco sin mangas. –¿No es de mala
educación vestirse de blanco para una boda o algo así?– Sabía que
había algún tipo de regla al respecto.
–Solo si hay una novia, cariño–. Ella puso los ojos en blanco y me
dejó atrás para seguirla hasta el coche.
Llegamos a la casa con unos treinta minutos para ponerme
presentable. No tardé en vestirme y prepararme. Pensé en intentar
echar un vistazo al patio trasero y la playa a través de la ventana para
ver si Noah tenía sorpresas para mí. Descorrí la cortina sólo para
encontrarla cubierta con papel de construcción con las palabras –NO
MIRAR– escritas repetidamente con rotulador mágico. Todavía me reía
cuando Roxie y Betty Jean vinieron a buscarme.
–Estamos muy orgullosos de poder ser parte de su día especial–, dijo
Betty Jean mientras envolvía sus brazos alrededor de mi cintura. –Eres
el hijo que nunca tuvimos–.
–No podríamos amarte más si fueras nuestra carne y sangre–, me
dijo Roxie, mientras se ponía de puntillas para besar mi mejilla.
Demonios, ni siquiera estaba en el altar y estaba comenzando a
llorar. –No puedo imaginarme a nadie más caminando conmigo por el
pasillo que ustedes dos, señoras. Gracias por compartir este día
conmigo. Significa todo –.
–¡Mierda! Ahí va mi rímel –. Roxie agarró un pañuelo y se secó los
ojos. –Vamos antes de que mi maquillaje se arruine y termine
pareciéndome a Tammy Faye en las fotos de la boda–.
Nos paramos en la cocina y esperamos a que Hunter y Dante nos
dieran el visto bueno de que Noah había llegado al altar con sus
padres.
Los chicos se veían tan guapos con sus trajes y más felices de lo que
nunca los había visto. Se sorprendieron de que les pidiéramos que
fueran parte de nuestra fiesta de bodas, pero los chicos y Macy habían
llegado a significar mucho para Noah y para mí.
Salí del porche trasero e inmediatamente noté los toques especiales
que Noah agregó a nuestra boda. Parecía tan desinteresado en
cualquiera de las decoraciones, pero ahora sabía por qué. Tenía sus
propias sorpresas bajo la manga, como decía su mamá. No eran un
adorno cualquiera para el disfrute de todos. Todo fue para mí, ya que
era el camino que solo Noah y yo caminaríamos con nuestros padres. El
resto de los invitados entraron a la playa por un camino separado.
–Oh, Dios–, dijo Betty Jean mientras miraba a nuestro alrededor.
–Alguien ha estado en Pinterest–, agregó Roxie. –Es impresionante.–
El camino había sido iluminado con tarros de cristal llenos de luces
blancas que estaban suspendidas de ganchos de pastor que habían sido
pintados de blanco. Noah había colocado adoquines que parecían
mensajes escritos en arena.
Octavius
¡fin!