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REVISTA DE PSI QUIA TRÍA

INF ANTO-JUVENIL Artículos de revisión


Número 4/98
Octubre-Diciembre 1998

263

E. M. Garcés Intervención familiar en las


M. A. Quintanilla
l. Olza conductas suicidas
A. Bonals
J. M. Velilla
adolescentes

Sección de Psiquiatda Infanta-Juvenil. Departamento de Psiquia-


tría. Hospital Clínico Universitario. Zaragoza. Family therapy of adolescent
suicida! behavior
Correspondencia:
E. M. Garcés Trullenque
Don Pedro de Luna, 5-7 4° E
50010 Zaragoza

RESUMEN SUMMARY

El tratamiento de las conductas suicidas The treatment of adolescent suicida! behaviour


adolescentes incluye actuaciones a tres niveles: should include three approaches; psychiatric
tratamiento de la patología psiquiátrica, treatment, social intervention and family
intervención sobre el entorno social e therapy.
intervención a nivel familiar. Current investigation suggests that family
La investigación existente señala que las problems are an important factor in adolescent
dificultades en la familia constituyen un factor suicide, along with poor parental relations,
importante en cuanto al suicidio adolescente, general/ami/y conflicts, disorganised nuclear
asociándose a la conducta suicida malas families and the inability to maintain
relaciones con sus padres y conflictos relationships.
familiares, familias nucleares desorganizadas y We present the most frequent patterns of /ami/y
una incapacidad para mantener relaciones problems and general principies to orient
adecuadas. intervention.
Exponemos los patrones familiares más
frecuentes, así como los principios generales
que orientan la intervención. KEY WORDS

Family Therapy; Suicida! Behaviour;


PALABRAS CLAVE Adolescence.

Intervención familiar; Conducta suicida;


Adolescencia.
E.M. Garcés Intervención familiar en las conductas suicidas adolescentes
M. A. Quintanilla
I. Olza
A. Bonals
J. M. Velilla

264 INTRODUCCIÓN Por tanto, las primeras actuaciones desde el Ser-


vicio de Urgencias pasan por pactar con el pa-
Si las tentativas de suicidio en los adultos supo- ciente una conducta no suicida, así como asegu-
nen un reto para el terapeuta, las producidas en rarnos la adhesión al tratamiento, concretando una
edades infanta-juveniles precisan de planteamien- cita con carácter preferente en la Unidad de Salud
tos más sutiles, lo que implica necesariamente Mental Infanta-Juvenil correspondiente. Es impor-
investigar tras ellas aspectos psicológicos y am- tante en estos momentos que el paciente pueda
bientales, además de los puramente psicopatoló- opinar sobre el tipo de intervención y tratamien-
g1cos. to a seguir dentro de los medios disponibles e
Aunque las tasas de suicidio consumado tien- implicar a la familia u otros significantes adultos
den a estabilizarse, las conductas autolesivas entre con influencia sobre el joven.
los jóvenes y adolescentes parecen incrementarse Una vez asumido el caso por la Unidad de Psi-
progresivamente. A diario, constituyen una reali- quiatría Infanta-Juvenil, el tratamiento del adoles-
dad clínica que debe ser afrontada. cente suicida incluye actuaciones a tres niveles:
Ante una conducta suicida adolescente debemos l. Tratamiento de la patología psiquiátrica de base.
valorar tres aspectos fundamentales: Un correcto diagnóstico psiquiátrico con su
correspondiente tratamiento es una de las prin-
Existencia de psicopatología subyacente.
cipales medidas preventivas frente al suicidio
Factores sociales y ambientales que rodean el
consumado, que propugnan algunos autores.
gesto suicida.
2. Intervención sobre el entorno social. Toda ten-
Núcleo familiar: situación familiar, calidad de tativa de suicidio modifica el entorno que ro-
Las interacciones familiares, posible psicopato- dea al adolescente. El gesto suicida podría ir
Logía en La familia. encaminado a intentar modificar el entorno,
No obstante, en la mayoría de las ocasiones una forma de escapar de una situación insoste-
nuestra primera intervención ante una conducta nible, es decir, más que un deseo expreso de
adolescente suele desarrollarse desde un Servicio morir es una llamada de atención. Sobre este
de Urgencias, por lo que el primer objetivo será aspecto, en un estudio realizado en nuestro
evitar que se consume el suicidio. Si se valora el Servicio sobre pacientes adolescentes que ha-
riesgo de que esto suceda es preciso plantear la bían intentado suicidarse, encuentran como las
necesidad de un internamiento hospitalario. Da- tres cuartas partes de ellos afirman que el en-
tos que orientan hacia una indicación de ingreso torno inmediato había reaccionado de forma
los obtendremos de las características del gesto (alta favorable tras el gesto autolesivo, en forma de
letalidad, planificado, dificultades para evitar el una mayor afectividad, con un incremento de
éxito, ... ), presencia y gravedad de psicopatología la preocupación y atención mostrada por los
y la ausencia de consistencia en el soporte fami- familiares.
liar. lgualmente, una situación de estrés ambiental
En este momento, la actuación se basa en prin- puede haber precipitado la conducta, por lo
cipios básicos de intervención en crisis. Se debe que debemos valorar la persistencia de éste
permitir al paciente expresarse en un medio em- como elemento mantenedor o desencadenante
pático y proporcionar apoyo con nuestra escu- de nuevas tentativas y actuar de manera que se
cha. Cuando sea posible, la intervención de ur- pueden reducir las presiones sobre el joven. Es
gencia intentará superar el obstáculo concreto que importante, por consiguiente, no descuidar el
haya precipitado el gesto, así como generar un adiestramiento del paciente en métodos de re-
puente de esperanza, creando alternativas posi- solución de problemas y manejo de contingen-
bles al suicidio. Igualmente, debemos reforzar el cias, así como favorecer la tolerancia a la frus-
soporte familiar, fundamentalmente en el medio tración y mejorar el afrontamiento al estr~s.
familiar.
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Número 4/98
Octubre-Diciembre 1998

3. Intervención a nivel familiar. Casi todos los tes. Según Joseph Sabbatch (1969, 1971), los ado- 265
autores están de acuerdo en señalar la desor- lescentes que intentan suicidarse tienden a perci-
ganización del entorno familiar y las pérdidas bir sus conflictos familiares como prolongados y
afectivas como los principales factores predis- extremos. Manifiestan que sus hogares están do-
ponentes de la conducta suicida adolescente. minados por peleas frecuentes, malestar y desor-
Tras una tentativa de suicidio siempre debe- ganización emocional; hay un agudo resentimien-
mos investigar "cómo es" y "qué pasa" en el to hacia los padres y/ o padrastros, acompañado
medio familiar de ese chico, ya que una pron- por una creciente incomunicación. De hecho, se
ta y correcta intervención puede ser la clave ha establecido que el conflicto grave entre el ado-
para el éxito en el tratamiento de estos pa- lescente y las figuras parentales es el factor aislado
cientes. más comúnmente presente en los casos de remi-
siones urgentes de adolescentes, debido a inten-
tos o amenazas de suicidio (Mattesson, Seese y
Hawkins, 1969).
SUICIDIO Y FAMILIA. IMPORTANCIA DE Aun en los casos en que los problemas princi-
LA FAMILIA pales se encuentran en el contexto más amplio, la
familia refleja, y a men,udo exacerba, las presiones
La investigación existente señala que las dificul- externas que sufre el adolescente. Una familia ines-
tades en la familia constituyen un factor impor- table puede dificultar el manejo de las tensiones
tante en cuanto al suicidio adolescente. Diferentes externas por parte del adolescente, haciendo que
estudios y autores refieren que los adolescentes sui- las perciba más catastr6-ficas de lo que en reali -
cidas tienen malas relaciones con sus padres y dad son. El contexto que brinda la familia debe
conflictos familiares que impiden que se establez- hacerse lo más favorable y coherente que sea
can las relaciones y los modelos propicios que le posible.
permitirían al joven enfrentar los problemas y Una falta de coherencia en el contexto familiar
tensiones asociados con la adolescencia (T eicher puede producir la contradicción y la desesperación
y Jacobs, 1966); otros estudios clínicos indican incontrolables que caracterizan al ado lescente de-
qu e existe una relación entre la presencia de una primido en transición al suicidio. A fin de resol-
fomilia nuclear desorganizada y los intentos de ver las agudas y profundas contradicciones que
suicidio del adolescente (Williams y Lyons, debilitan la autoestima del adolescente, el tera-
1976); igualmente, la constatación de que los peuta debe detectar y atacar las paradojas exis-
jóvenes suicidas experimentan una mayor des- tentes en su contexto. Es responsabilidad del tera-
organización familiar que los no suicidas, y que peuta tratar el sistema a efectos de producir su
la persistencia de la conducta suicida en los ado- congruencia.
lescentes puede estar asociada con una incapaci- Los factores familiares de riesgo que se han re-
dad para mantener relaciones familiares adecua- lacionado con la conducta suicida, de especial con-
das (Petzel y Riddle, 1981). La pérdida de uno sideración al plantearse el abordaje terapéutico, son
de los padres, los conflictos familiares y una di- los siguientes:
versidad de características parentales disfuncio- Historia familiar: de suicidio y/ o trastorno
nales, tales como problemas emocionales, pro- mental o abuso de tóxicos, planteándose la
blemas de salud y actitudes negativas en las existencia de una vulnerabilidad genética.
relaciones padre-hijo, son todos factores coad- Ambiente familiar roto: por separación, di-
yuvantes. vorcio o viudedad, con violencia familiar,
Otros investigadores han comprobado que la abuso sexual o físico. Destacando la ausen-
tensión familiar, en especial la resultante del con- cia de uno de los padres, sin diferenciar sea
flicto marital y entre padre e hijo, es un factor por muerte, abandono o separación.
clave en las tendencias suicidas de los adolescen- Nivel socioeconómico bajo.
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M. A. Quintanilla
I. Olza
A. Bonals
J. M. Velilla

266 PATRONES FAMILIARES FRECUENTES un signo de debilidad cualquier necesidad apre-


miante de dependencia, con lo que decrecerá su
En las familias de los adolescentes suicidas hay autoestima. La desvinculación prematura, a me-
una serie de posibles patrones y situaciones para- nudo, se ha producido por haberse juzgado des-
dójicas que aprisionan al adolescente. acertadamente la edad emocional del adolescente .

Triangulación La familia perfecta


Existen contradicciones básicas en las directivas Se ha descrito que muchos de los sistemas fami-
que recibe el muchacho. Estas directivas contra- liares de los adolescentes suicidas se podrían definir
dictorias suelen originarse en una escisión entre como extremadamente rígidos, lo que implica que
las figuras parentales. La vida del hogar está mar- tengan dificultades para adaptarse a los nuevos re-
cada por la presencia de lealtades divididas que querimientos. Un ejemplo de estos sistemas rígid os
fuerzan al adolescente a tomar partido por uno u lo brindan las familias que insisten en la p erfe1'
otro de sus padres, lo que le provoca una enorme ción, siendo sistem as extremadamente opresivos.
tensión. Este tipo de patrón de triangulación cró- En estos casos, el terapeuta debe evaluar a la
nica tiene el efecto de erosionar la autoestima del familia para comprobar si la misma es capaz de
adolescente, debido a su sentimiento de culpa por confirmar al adolescente como persona.
estar hiriendo a uno de sus padres. Desde luego,
el adolescente también puede experimentar una
triangulación en el contexto social más amplio, al PRINCIPIOS GENERALES
sentirse presionado por las exigencias de los pa-
res, el colegio o de otros factores significativos.
Cambiar tanto la estructura como la
La triangulación debilita la sensación de seguri-
comunicación afectiva
dad del adolescente. El mensaje que le transmite
es que el mundo no es un lugar seguro. El terapeuta tiene que ocuparse no sólo de los
Los cambios físicos, la emocionalidad, la bús- aspectos organizativos de la estructura, sino tam-
queda de identidad, la sensibilidad de los adoles- bién de lo que deriva de esa estructura: empatÍa,
centes a la emotividad caprichosa de los pares, ... calidez y comunicación afectiva. Esto permitirá
todos estos elementos incrementan la vulnerabili- ayudar al adolescente suicida a sentirse valorizado
dad del adolescente ante la triangulación. y perdonado, es decir, a concederle no sólo tole-
rancia sino también voz.
El sistema permanece desligado
Modular el sistema impulsivo
Un adolescente a veces parece ser muy seme-
jante a un adulto, al menos en cuanto a su apa- La familia que se somete a todos los caprichos
riencia y madurez físicas. Suponemos, entonces, del adolescente debe ser modificada. Si cada uno
que al igual que al adulto se le debe instar, y aun de sus deseos es inmediatamente satisfecho, el ado-
obligar, a ser autónomo. Pero, para muchos ado- lescente no estará preparado para tolerar las inevi-
lescentes en nuestra cultura, esta situación es pa- tables frustraciones de la vida.
radójica. Detrás de la fachada de su madurez física
hay un niño que aún requiere supervisión, guía y
Ayudar a la familia a que evite formar un
apoyo. Y muchas veces, si se presupone y se fo-
chico vulnerable
menta la autonomía del adolescente, la desvincu-
lación prematura del sistema provoca una gran Tras un intento de suicidio, hay veces que la
depresión y una conducta suicida. Debemos re- familia se vuelve exc.esivamente protectora hacia
cordar que el adolescente puede interpretar como el adolescente. Esto puede llevar a la formación
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de un chico vulnerable. Tras la tentativa, los pa- existencial, y si bien los padres pueden prestar 267
dres no pueden comenzar a relacionarse con su apoyo y empatÍa, la intervención pone el acento
hijo de un modo normal. Esta situación se agrava e11 la neces idad de qu e el adolescente lu che y
cuando se da en un sistema marcado por la evita- super este des,tHo con ayuda. Los problemas de
ción del conflicto, como suele ocurrir, debiendo sobreprotección y diferenciación no contribuyen
abordarse de igual manera por el terapeuta, tanto en la terapia, si bien la diferenciación sólo debe
si se trata de un gesto suicida aparente o de un abordarse un.a vez que el adolescente haya supera-
intento real. En definitiva, lo que se necesita en do los problemas depresivos que tornan tan vul-
este caso es un profundo análisis de la comunica- nerable y peligrosa su situación.
ción que se produjo en torno al hecho.
En algunos casos, los sistemas familiares son
emocionalmente inaccesibles y no están dispues- UN MODELO DE TRATAMIENTO
tos a esforzarse por crear alternativas. Con estos
chicos, el terapeuta debe conectar co n el chico y De la misma forma que no existe w1 tra tamien-
con otros recursos externos que puedan ser Útiles to específico para la conducta suicida infantojuvenil
y confiables. y que la complejidad del tema requiere, habitual-
mente, un enfoque y tnuamiento multimodal en
Tener en cuenta el contexto más amplio función de las características individuales y fami-
liares del paciente, el abordaje familiar debe ser
Se debe rechazar la idea generalizada de que el igualmente individualizado. Exponemos a continua-
contexto del adolescente está constituido única- ción las líneas generales de la intervención familiar
mente por los padres y que, por consiguiente, la que son comunes en la mayoría de los casos.
II II
familia ha estado haciendo algo que provocó la
conducta suicida. Este tipo de presupuesto que
provoca sentimientos de culpa no ayuda a los Reacción ante la emergencia
padres ni a la terapia. Es importante que la primera entrevista fami -
liar tenga lugar en el período más corto de tiem-
Estar dispuesto a actuar como cuerda po, ya que ante la sensación de emergencia, es
salvavidas posible que la familia coopere plenamente. El es-
tado de "emergencia" es simplemente una situación
En algu nos casos el terapeuta debe estar dis- en la que la gente siente la necesidad de pedir ayuda
puesto a actuar como cuerda salvavidas, bri.ndan- a alguien de fuera.
do una valoración positiva al adolescente, que si
bien puede implicar desplazar a la famiüa es váli-
Comprometer a la familia
do cuando la situación familiar es tan mala que lo
único que mantiene a flote al adolescente es esa El terapeuta debe profundizar el sentido de fa-
cuerda salvav idas. Es de esperar que, con el tiem- milia. La técnica más utilizada consiste en pasar
po, la valo raci ón del adolescente, por parte del por alto la enumeración de las quejas individuales
tei·apeuta, tendrá eco denti-o de la familia. y, en cambio, trabajar a partir de la historia fami -
liar, concentrándose ya sea en cómo se llegó a la
Ensefíar la finalidad situación actual, ya sea en qué es lo que la familia
debió enfrentar en los últimos tiempos.
El adolescente debe adquirir la comprensión
introspectiva de su sí mismo, independiente y de Definición del problema
la responsabilidad respecto de ese sí mismo. Por
consiguiente, una tarea clave de la terapia reside El plan de trabajo en la intervención familiar
en facilitar la experiencia de asumir esta realidad resuelve muchos problema , revelando los secre-
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268 tos, confrontando los problemas, sonsacando las sutiles logradas por la otra, y cerciorándose de que
preocupaciones de todos, describiendo a grandes ninguna espera que la otra alcance la perfección.
rasgos la realidad del adolescente y poniendo fin a Los padres aceptan de buen grado la mayoría
las definiciones disyuntivas del problema. La pri- de las tareas prescritas para resolver las crisis del
mera entrevista, por lo general, facilita que la fa- adolescente. No obstante, los padres pueden opo-
milia esté más unid:i, abierta y segura de lo que ha ner resistencia a ciertos aspectos de la terapia. Esta
estado en los últimos tiempos. resistencia se convierte entonces, en foco de la
El objetivo es hacer que la gente traduzca sus terapia.
expresiones emocionales a propos1c10nes concre-
tas y prácticas. Terminación
Los cambios específicos que puede efectuar la
familia para resolver el problema dependen, desde El cambio suele ser rápido, como todos los cam-
luego, de la naturaleza de éste. bios de la adolescencia, pero puede ser alarmante-
mente pasajero, a menos que se le refuerce. De
Resistencia a la negociación ahí, la importancia de mantener cierto contacto
con la familia una vez superada la crisis, o bien,
A menudo se negocia la resistencia al cambio, estar a su disposición ante nuevos problemas que
haciendo que cada generación advierta las mejoras puedan surgir.

BIBLIOGRAFÍA

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