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Propuesta de política pública

con enfoque de derechos humanos


en materia de seguridad alimentaria
para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia
(2020)
Propuesta de política pública
con enfoque de derechos humanos
en materia de seguridad alimentaria
para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia (2020)
Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez)
© 2020

Directores
Juan Berríos Ortigoza
Carlos Pedraja Araujo
Patricia Peña Barroeta

Facebook | Instagram | Twitter @Codhez


Dirección de correo electrónico: codhez@gmail.com

Maracaibo, Venezuela
Índice
Introducción, p. 4

1. Delimitación del problema, p. 5


1.1. Identificación del derecho humano vulnerado, p. 5
1.2. Esquema de ejes centrales del problema, p. 12
1.3. Descripción de los ejes del problema, p. 12

2. Definición de objetivos de la política pública, p. 26


2.1. Determinación del objetivo principal, p. 26
2.2. Determinación de los objetivos específicos, p. 26
2.3. Descripción de situación objetivo, p. 26
2.3.1. Derechos a proteger, p. 26
2.3.2. Grupos especiales de atención, p. 27

3. Revisión de antecedentes en la materia, p. 27


3.1. Análisis de estándares internacionales en la materia, p. 27
3.2. Identificación de mejores prácticas en los ámbitos regional e internacional, p. 31

4. Formulación de propuesta de política pública, p. 33

5. Descripción de cronograma de actividades, p. 38

6. Análisis de influencia de actores, p. 40

7. Formulación de mecanismos de control, p. 42

8. Evaluación de conformidad de la política, p. 43

Conclusiones, p. 45

Referencias, p. 46
Introducción
La seguridad alimentaria no es tema nuevo. Desde hace siglos el hombre en sociedad ha
construido y manejado diversos sistemas que aseguren la disponibilidad y acceso sostenido en el
tiempo de los alimentos adecuados para su supervivencia.

Lo que sí resulta novedoso es la realidad posmoderna, donde a pesar de ser uno de los
tiempos más favorables para la humanidad debido a la cantidad de desarrollo e innovación
disponible, existan problemas tan básicos y esenciales para la mayoría, como el de asegurarse una
comida al día.

La emergencia humanitaria compleja que padece Venezuela se intensifica con los altos
índices de inseguridad alimentaria que sufren miles de familias a nivel nacional. Según los datos de la
Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2019-2020 (Encovi 2020), la realidad apunta que 33% de
los hogares venezolanos experimenta inseguridad alimentaria severa, porque concurre la angustia por
la falta de alimentos y la insuficiencia de recursos para adquirir, tanto en calidad como en cantidad,
alimentos balanceados.

En este preocupante marco, la Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia
(Codhez), ha decidido emprender esfuerzos en torno a la definición de acciones localizadas que
busque asegurar un marco adecuado para la concreción del derecho a la alimentación por parte de la
ciudadanía venezolana, en especial de la población del municipio Maracaibo.

Es por ello que el presente documento tiene por objeto proponer un marco de acción que
facilite y renueve niveles adecuados de los elementos que componen la seguridad alimentaria en el
municipio Maracaibo del estado Zulia.

En este sentido, se desarrolla una propuesta de política pública en materia de seguridad


alimentaria para el municipio Maracaibo del estado Zulia. Para el desarrollo de esta política, se toma
como principal marco jurídico la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pues
Venezuela, configurada como un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, propugna
como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación “…la preeminencia de los
derechos humanos…” (artículo 2); además, el Estado “…tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de
la persona y el respeto a su dignidad…la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del
cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución” (artículo 3).

Por tanto, para garantizar ese bienestar del pueblo y dar cumplimiento a los derechos
reconocidos en el texto constitucional, se pretende dejar en relieve un diagnóstico de la seguridad
alimentaria en Maracaibo, así como proponer un escenario eventual de objetivos y acciones
encaminadas a dar solución a la problemática en cuanto al acceso y disponibilidad de alimentos en la
región.

Con esta propuesta, se espera fomentar un sentido de conciencia en los actores de los
sectores público y privado, así como organizaciones ciudadanas, sobre sus capacidades para lograr
materializar niveles adecuados de seguridad alimentaria en Maracaibo.
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1. Delimitación del problema


1.1. Identificación del derecho humano vulnerado
Para dar inicio, puede surgir la siguiente pregunta: ¿Por qué atender este problema? ¿Qué es
la seguridad alimentaria? ¿Es realmente un derecho? Tal como lo plantea el título de este
documento, la política pública que se busca desarrollar está orientada a la atención de la seguridad
alimentaria y, por consiguiente, el derecho a la alimentación. La presente sección, busca perfilar
cómo se define en el ámbito internacional, y cómo en particular Venezuela lo ha adaptado en su
normativa y, por ende, cuáles son las obligaciones del Estado en esta materia.

De esta forma, en un panorama global, podemos observar que la Declaración Universal de


Derechos Humanos de 1948, en su artículo 25, consagra el derecho de toda persona a un nivel de
vida adecuado que le asegure, así como a su familia, el derecho a la alimentación.

Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966,


establece en su artículo 11, el reconocimiento por parte de los Estados del derecho que toda persona
tiene a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, y a una mejora continua
de las condiciones de existencia.

Para ello, el referido Pacto indica que los Estados, reconociendo el derecho fundamental de
toda persona a estar protegida contra el hambre, adoptarán, individualmente y mediante la
cooperación internacional, las medidas, incluidos los programas concretos, que se necesitan para
mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos mediante la plena
utilización de los conocimientos técnicos y científicos, la divulgación de principios sobre nutrición y
el perfeccionamiento o la reforma de los regímenes agrarios de modo que se logren la explotación y
la utilización más eficaces de las riquezas naturales; así como asegurar una distribución equitativa de
los alimentos mundiales en relación con las necesidades, teniendo en cuenta los problemas que se
plantean tanto a los países que importan productos alimenticios como a los que los exportan.

Igualmente, en el año 1996 la Cumbre Mundial de la Alimentación, en la Declaración de


Roma, acordó dar un contenido más concreto y operativo al derecho a la alimentación, reconocido
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y, a su vez, consagrado en el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966. De esta forma, se adoptaron
una serie de iniciativas, entre las cuales destaca la Observación General número 12 sobre el derecho
a la alimentación, que representa la interpretación oficial del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, vinculante para los Estados Parte de este tratado.

En tal sentido, la Observación General número 12 sobre el derecho a la alimentación, prevé


que el derecho a la alimentación adecuada se ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea solo o
en común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a una alimentación
adecuada o a medios para obtenerla.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura


(FAO, por sus siglas en inglés, 2019), define el derecho a la alimentación como:

…el derecho a alimentarse con dignidad; a tener un acceso permanente a los recursos que permiten
producir, obtener o comprar suficientes alimentos no sólo para prevenir el hambre, sino también para
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asegurar la salud y el bienestar. El derecho a la alimentación solamente en pocas ocasiones significa que
una persona tiene derecho a suministros gratuitos…

En este aspecto, la FAO explica que los Estados que han ratificado el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales se han obligado a respetar, proteger y cumplir el
derecho a la alimentación, siendo este tratado un primer paso esencial. Sin embargo, se hicieron
pocos progresos en la realización de este derecho hasta la Cumbre Mundial de la Alimentación de
1996, en la cual los jefes de estado y de gobierno publicaron la Declaración de Roma, antes citada,
en la que reafirmaban el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos, en
concordancia con el derecho a una alimentación apropiada y con el derecho fundamental de toda
persona a no padecer hambre. El plan de acción de la asamblea solicitaba que se aclarase el
contenido del derecho a una alimentación suficiente y del derecho fundamental de toda persona a no
padecer hambre.

Por ello, el Consejo de la FAO adoptó las Directrices Voluntarias en apoyo de la Realización
Progresiva del Derecho a una Alimentación Adecuada en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional, en el
año 2004, definida como una herramienta para explicar con exactitud lo que implica la realización
del derecho a la alimentación y describir las medidas concretas que permitirán realizar este derecho
humano para todos.

Ahora bien, De Schutter (2015), define el derecho a la alimentación como: “…un derecho
humano, reconocido por la legislación internacional, que protege el derecho de todos los seres humanos a alimentarse con
dignidad, ya sea produciendo su propio alimento o adquiriéndolo…”. En este sentido, continúa De Schutter
(2015), para poder producir su propio alimento:

…una persona necesita tierra, semillas, agua y otros recursos, y para comprarlo, necesita dinero y la
posibilidad de acceder al mercado. El derecho a la alimentación requiere, por tanto, que los Estados
proporcionen un entorno propicio en el que las personas puedan desarrollar plenamente su potencial
para producir o procurarse una alimentación adecuada para sí mismas y para sus familias. Para
comprar alimentos, una persona necesita una base de ingresos adecuada: el derecho a la alimentación
requiere que los Estados garanticen, por consiguiente, políticas salariales y redes de seguridad social
que permitan a los ciudadanos poder realizar su derecho a una alimentación adecuada…

En el mismo orden de ideas, De Schutter (2015), afirma que el derecho a la alimentación no


es el derecho a una mínima ración de calorías, proteínas y otros nutrientes específicos, o el derecho
de una persona a ser alimentada. Se trata de que se garantice el derecho de todo individuo a poder
alimentarse por sí mismo, lo que supone no sólo que los alimentos estén disponibles —que la
proporción de la producción sea suficiente para toda la población— sino también que sea accesible
—esto es, que cada hogar pueda contar con los medios para producir u obtener su propio
alimento—. Sin embargo, si las personas no son capaces de alimentarse por sus propios medios, el
Estado tiene la obligación de proporcionarles alimento de modo directo.

Por otra parte, de la Observación General número 12 sobre el derecho a la alimentación, se


extraen unos elementos clave de la referida prerrogativa, los cuales De Schutter (2015) resume de la
siguiente manera: disponibilidad, accesibilidad y adecuación.

El primero de los elementos clave del derecho a la alimentación, la disponibilidad, implica,


por una parte, que los alimentos estén disponibles a través de fuentes naturales, ya sea mediante la
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producción de alimentos (agricultura y ganadería) o por otros medios que permitan obtener
alimentos (pesca, caza, recolección). Por otra parte, significa que los alimentos deben estar
disponibles a la venta en mercados y tiendas.

El segundo de los elementos, supone que se garantice el acceso físico y económico a los
alimentos. La accesibilidad económica significa que los alimentos deben ser asequibles. Toda
persona debería ser capaz de procurarse alimento para una alimentación adecuada sin tener que
comprometer por ello ninguna otra necesidad básica (entre otras, medicamentos, alquiler de
vivienda, gastos escolares). La accesibilidad física significa que los alimentos deben ser accesibles a
todos, incluyendo a los grupos más vulnerables físicamente (niños, adultos mayores, personas
enfermas o con discapacidad), para los cuales resulta difícil salir para conseguir alimento.

El tercero y último de los elementos significa que una alimentación adecuada debe
satisfacer las necesidades alimentarias de cada persona, teniendo en cuenta su edad, sus condiciones
de vida, su salud, ocupación, sexo, etc. Por ejemplo, si la alimentación de un niño no contiene los
nutrientes necesarios para su desarrollo mental y físico, entonces no es adecuada. La alimentación
también debe ser apta para el consumo humano, libre de sustancias adversas, como contaminantes
procedentes de procesos industriales o agrícolas, especialmente residuos de pesticidas, hormonas o
medicamentos veterinarios. Para que una alimentación pueda ser considerada adecuada también
debe ser culturalmente aceptada. En este sentido, por ejemplo, la ayuda humanitaria que contenga
alimentos que sean prohibidos o perjudiciales desde un punto de vista religioso o cultural para los
beneficiarios, o que sea inconsistente con sus hábitos alimentarios, no podrá ser culturalmente
aceptada.

Ahora bien, sobre este tema, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2019b), expone el
concepto de seguridad alimentaria abarcando cuatro dimensiones:

En primer término, la disponibilidad de alimentos, que se refiere a la oferta de alimentos


en los ámbitos nacional o local. Ésta puede ser generada a través de la producción agrícola
doméstica o el intercambio comercial, y puede ser incrementada mediante intervenciones dirigidas a
aumentar la producción en los ámbitos nacional, regional o local y/o facilitar las importaciones de
alimentos.

En segundo lugar, el acceso a los alimentos, como la disponibilidad de recursos con la que
cuentan los hogares (financieros, físicos, por ejemplo), para adquirir una cantidad apropiada de
alimentos. Este puede ser mejorado a través de intervenciones que aumenten los ingresos de la
población, promoviendo la producción agrícola para aumentar el autoconsumo y generando empleos
de calidad.

En tercer lugar, la utilización de los alimentos, refiriéndose a la calidad requerida de los


alimentos para obtener un estado nutricional adecuado y tener una vida saludable. Ésta se puede
mejorar aumentando la inocuidad de los alimentos, ampliando el acceso al agua potable, mejorando
la calidad de la dieta y reduciendo la obesidad.

En cuarto lugar, la estabilidad de los alimentos, refiriéndose a la capacidad de tener acceso


constante a cantidades adecuadas de alimentos de calidad. Esta puede ser mejorada reduciendo la
vulnerabilidad de los sistemas alimentarios a los desastres naturales, el cambio climático y a las
fluctuaciones de precios.
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Por otra parte, la República Bolivariana de Venezuela, en el marco de la Declaración


Universal de Derechos Humanos, como Estado parte del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, así como de su Protocolo Facultativo, como país miembro de la
FAO, tiene la obligación de garantizar el derecho a la alimentación de sus ciudadanos, en
concatenación con lo consagrado en el artículo 305 de la Constitución, cuyo texto dispone:

El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral a fin
de garantizar la seguridad alimentaria de la población; entendida como la disponibilidad suficiente y
estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público
consumidor. La seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción
agropecuaria interna, entendiéndose como tal la proveniente de las actividades agrícola, pecuaria,
pesquera y acuícola. La producción de alimentos es de interés nacional y fundamental para el desarrollo
económico y social de la Nación. A tales fines, el Estado dictará las medidas de orden financiero,
comercial, transferencia tecnológica, tenencia de la tierra, infraestructura, capacitación de mano de obra y
otras que fueren necesarias para alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento. Además, promoverá
las acciones en el marco de la economía nacional e internacional para compensar las desventajas propias
de la actividad agrícola.

De esta forma, queda plenamente identificado, el derecho a la seguridad alimentaria y el


derecho a la alimentación, en el panorama internacional y su ratificación por el Estado venezolano.

Como corolario de lo anterior, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), desde la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, la
seguridad alimentaria: “…a nivel de individuo, hogar, nación y global, se consigue cuando todas las personas, en
todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades
alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana…”.

En este sentido, de acuerdo al Folleto N° 34 de la Organización de las Naciones Unidas y la


FAO, relativo al derecho humano a una alimentación adecuada —que reproduce lo previsto en la
Observación General número 12—, el Estado venezolano tiene el deber de proteger y promover el
derecho a la alimentación, a través de tres categorías de obligaciones: respetar, proteger y cumplir.

En primer orden, los Estados tienen que respetar el acceso real de las personas a los
alimentos y los medios para obtener alimentos. Esto significa que toda medida que produzca como
resultado impedir el acceso a los alimentos está prohibida. Los Estados no pueden suspender la
legislación o las políticas que otorguen a las personas acceso a los alimentos, a menos que se
justifique con plenitud. Los Estados deben garantizar que las instituciones públicas, no menoscaben
el acceso de las personas a los alimentos. Para ello, los Estados deben examinar con periodicidad sus
políticas y programas nacionales relacionados con los alimentos para garantizar que respeten de
modo efectivo la igualdad del derecho de todas las personas, sin discriminación alguna, a la
alimentación.

En segundo orden, los Estados tienen que proteger el derecho que tiene toda persona de
ejercer su derecho a la alimentación contra las violaciones de terceros. Los Estados deben impedir
que terceras partes destruyan las fuentes de alimentación. La obligación de proteger incluye además
garantizar que los alimentos que lleguen al mercado sean seguros y nutritivos. Los Estados tienen la
obligación de establecer y aplicar normas de calidad y seguridad de los alimentos, y garantizar
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prácticas justas e iguales en el mercado, así como adoptar las medidas legislativas y de otro orden
necesarias para proteger a las personas, en especial los niños, de la publicidad y las promociones de
alimentos que no sean sanos, con el fin de apoyar los esfuerzos de los padres y de los profesionales
de la salud por estimular pautas más sanas en cuanto a comida y ejercicio físico. También, el Estado
debe tener en cuenta sus obligaciones jurídicas internacionales con respecto al derecho a la
alimentación al concertar acuerdos con otros Estados o con organizaciones internacionales.

En tercer orden, los Estados tienen la obligación de cumplir el derecho a la alimentación, que
incorpora tanto una obligación de facilitar como otra de suministrar. La obligación de cumplir
(facilitar) significa que los Estados deben ser proactivos para reforzar el acceso de las personas a los
recursos y a los medios para asegurar su medio de vida, y el derecho de usarlos, incluida la salud
alimentaria. Entre las medidas típicas se incluyen la aplicación de programas de reforma agraria o de
reglamentos relativos a un ingreso mínimo. Al adoptar políticas alimentarias, es necesario que los
gobiernos equilibren, además, de manera cuidadosa la inversión en cultivos para la exportación, con
el apoyo del cultivo de alimentos para el consumo interno.

Otras medidas posibles consisten en aplicar y mejorar programas de alimentación y nutrición y


asegurar que los proyectos de desarrollo consideren la nutrición. Para facilitar la plena realización del
derecho a la alimentación es necesario que los Estados informen a la población acerca de sus
derechos humanos y refuercen su capacidad para participar en los procesos y en la adopción de
decisiones al respecto. En caso contrario, cuando las personas o los grupos no pueden, por razones
que escapan a su control, ejercer el derecho a la alimentación por los medios a su alcance, los
Estados tienen la obligación de cumplir (suministrar), por ejemplo, mediante la prestación de
asistencia alimentaria o la garantía de redes de seguridad social para los más desvalidos y para las
víctimas de desastres naturales o de otro orden.

Sobre el mismo tema, el Folleto N° 34 de la Organización de las Naciones Unidas/FAO,


relativo al derecho humano a una alimentación adecuada, explica que existen para los Estados unas
obligaciones graduales, inmediatas, con dimensiones internacionales y con responsabilidad
de terceros.

En cuanto a las obligaciones de realización gradual, algunos tratados y constituciones


nacionales permiten que los Estados logren la plena realización del derecho a la alimentación de
forma gradual, siendo un reconocimiento implícito de que los Estados pueden tener limitaciones de
recursos y que pueden tardar en cumplir con plenitud las obligaciones relativas al derecho a la
alimentación. No obstante, esto no significa que los Estados no necesitan hacer nada mientras no
tengan recursos suficientes. Por el contrario, significa que los Estados deben formular con
inmediatez un plan para lograr la plena realización del derecho a la alimentación, y demostrar que
están haciendo todo lo posible, utilizando todos los recursos disponibles, para respetar, proteger y
cumplir mejor el derecho a la alimentación.

En referencia a las obligaciones de efecto inmediato, en el precitado Folleto N° 34 se enuncian


cuatro categorías de obligaciones de efecto inmediato con arreglo al Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales. La primera de ellas, la eliminación de la discriminación,
de modo que los Estados deben prohibir de forma inmediata la discriminación en el acceso a la
alimentación y a los recursos conexos en razón de la raza, el color, el idioma, la edad, la religión, la
opinión política o de otro orden, el origen nacional o social, la propiedad, el nacimiento, la
discapacidad u otras condiciones, y adoptar medidas para erradicar la discriminación por esos
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motivos. La segunda categoría implica adoptar medidas en cuanto al hecho que no se permite que
los Estados se queden inactivos, sino que deben hacer esfuerzos constantes por mejorar el ejercicio
del derecho a la alimentación, logrando el objetivo en un plazo razonable, debiendo ser medidas
deliberadas, concretas y orientadas de la manera más clara posible, con todos los medios y recursos
apropiados.

La tercera categoría, la prohibición de las medidas regresivas, implica que los Estados no
pueden permitir que el nivel existente de ejercicio del derecho a la alimentación se deteriore a menos
que haya fundadas circunstancias. La cuarta categoría, referida a la protección del nivel esencial
mínimo del derecho a la alimentación, implica que los Estados tienen que garantizar la satisfacción al
menos del nivel mínimo esencial para proteger del hambre, incluso en tiempos de desastres naturales
o de otro orden, siendo que si un Estado deja de cumplir esas obligaciones como consecuencia de
limitaciones de recursos, debe demostrar que ha hecho todo lo posible por utilizar todos los recursos
disponibles para satisfacer, como cuestión prioritaria, esas obligaciones básicas.

En cuanto a las obligaciones con dimensiones internacionales, alude a que un Estado tiene
la responsabilidad principal de respetar, proteger y cumplir el derecho a la alimentación de toda
persona que habite dentro de sus fronteras, y por cuanto las causas estructurales de la seguridad
alimentaria tienen dimensiones internacionales que escapan del control de un Estado, se requieren
esfuerzos coordinados entre los Estados. La cooperación internacional no sustituye las obligaciones
nacionales, pero si un Estado no puede adoptar medidas efectivas respecto del derecho a la
alimentación por cuenta propia, debe procurar de modo activo la asistencia necesaria de otros
Estados o coordinar en la medida necesaria con otros Estados para hacer frente a los obstáculos del
ejercicio del derecho a la alimentación que tengan dimensiones transfronterizas.

Además, los Estados deben abstenerse de adoptar medidas que menoscaben el ejercicio del
derecho a la alimentación en otros países, y adoptar medidas por medio de la asistencia y la
cooperación internacionales para permitir que otros Estados cumplan sus obligaciones respecto del
derecho a la alimentación. A tal efecto, los Estados deben velar por que se preste la debida atención
a la protección y promoción del derecho a la alimentación al concertar acuerdos internacionales o al
adoptar medidas internas que tengan efectos extraterritoriales.

En este sentido, conforme al artículo 2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,


Sociales y Culturales, los Estados tienen la obligación de adoptar medidas para hacer efectivo el
ejercicio de los derechos en él reconocidos, incluido el derecho a la alimentación, tanto de manera
individual como mediante la asistencia y la cooperación internacional. El artículo 11, numeral 2, del
Pacto obliga a los Estados partes a adoptar medidas, incluso mediante la cooperación internacional,
para mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de los alimentos y asegurar
una distribución equitativa de los alimentos mundiales. El papel de la asistencia y la cooperación
internacionales se refleja además en otros instrumentos jurídicos y documentos normativos, como la
Carta de las Naciones Unidas (artículos 1, numeral 3, 55 y 56), la Declaración Universal de Derechos
Humanos (artículos 22 y 28), la Convención sobre los Derechos del Niño (artículos 4, 24 y 27), la
Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (artículo 32) y la Declaración de
Roma de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (Folleto N° 34).

Por último, las responsabilidades de terceros, por cuanto la obligación de un Estado de


proteger los derechos humanos incluye garantizar que otros actores no estatales no los violen.
Además, se intensifica el debate acerca de la medida en que otros actores de la sociedad (individuos,
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organizaciones intergubernamentales, ciudadanas y empresas) tienen responsabilidad con respecto a


la promoción y protección de los derechos humanos. En una época de globalización e
interdependencia cada vez mayor, las responsabilidades de los Estados con respecto a los habitantes
de otros países, así como de otros actores, como las organizaciones internacionales y las empresas
transnacionales, han sido objeto de debate.

En este sentido, en cuanto a las organizaciones intergubernamentales, de acuerdo con la Carta


de la ONU, se indica que uno de los propósitos de las Naciones Unidas es promover el respeto de
los derechos humanos, y los tratados internacionales de derechos humanos asignan una función
particular a los órganos y organismos especializados de las Naciones Unidas en su cumplimiento. La
Asamblea General de las Naciones Unidas y el Consejo de Derechos Humanos han pedido a todas
las organizaciones internacionales, incluidos el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional,
que promuevan políticas y proyectos que tengan una repercusión positiva en el derecho a la
alimentación, que garanticen que los asociados respeten el derecho a la alimentación cuando ejecuten
proyectos comunes, que apoyen las estrategias de los Estados miembros que tienen por objeto hacer
realidad el derecho a la alimentación y que eviten toda medida que pueda tener alguna consecuencia
negativa en la realización del derecho a la alimentación.

En el mismo orden de ideas, muchas organizaciones internacionales tienen responsabilidad


con respecto al ejercicio efectivo del derecho a la alimentación. A solicitud de sus Estados
miembros, y dentro de su mandato y especialidad, apoyan a los Estados miembros en el ejercicio del
derecho a la alimentación. Por ejemplo, la FAO apoya el ejercicio del derecho a la alimentación con
sus conocimientos especializados de alimentación y agricultura. El Programa Mundial de Alimentos
y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados desempeñan también
un rol importante en el contexto del socorro en casos de desastre y de la asistencia humanitaria en
las emergencias.

Ahora bien, en lo que respecta al sector privado, que incluye las empresas transnacionales,
tienen un efecto sustancial sobre el ejercicio del derecho de las personas a la alimentación. En
comparación con la educación o la salud, por ejemplo, el sector privado desempeña una función
significativamente mayor que el sector público cuando se trata de la alimentación. Buena parte de los
alimentos son producidos, procesados, distribuidos y comercializados a través de las entidades
privadas. Esto significa que corresponde al sector privado una función importante en la garantía y el
mejoramiento de la salud alimentaria.

De igual forma, las empresas privadas pueden afectar de forma negativa el ejercicio del
derecho de las personas a la alimentación. Por ejemplo, si las grandes empresas gozan de una ventaja
desproporcionada en la competencia por la tierra, los recursos o el acceso al mercado, esto puede
marginar a los productores y vendedores de alimentos en pequeña escala y, como resultado,
menoscabar su seguridad alimentaria. Al vender alimentos inseguros o al comercializar alimentos
con información engañosa las empresas productoras de alimentos pueden menoscabar el acceso de
las personas a la alimentación adecuada.

Las actividades comerciales que pueden tener un efecto sobre el ejercicio del derecho de las
personas a la alimentación no están limitadas solamente a las empresas productoras de alimentos y la
agroindustria. Por una parte, al respetar las normas laborales aplicables en el país, como los salarios
mínimos, las empresas ofrecen empleo que permite que los trabajadores se alimenten ellos y sus
familias. Por otra parte, diversos tipos de empresas, incluidas las industrias extractivas o pesadas,
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pueden menoscabar los medios de las personas para obtener alimentos al contaminar las fuentes de
tierra y agua o al desalojar a comunidades agrícolas, pesqueras o nómadas de sus tierras y de su agua
sin garantías de ningún tipo. La especulación descontrolada en alimentos y recursos productivos
necesarios para la producción de alimentos puede provocar el aumento del precio de los alimentos.

En el derecho internacional, los Estados tienen la obligación de proteger a las personas que
viven bajo su jurisdicción contra los abusos de derechos humanos de los actores no estatales,
incluidos los abusos de las empresas. Si bien los tratados internacionales no se refieren directamente
a las obligaciones del sector privado en materia de derechos humanos, se reconoce cada vez más,
incluso en el Consejo de Derechos Humanos y en los instrumentos regionales e internacionales no
vinculantes, que las empresas tienen una responsabilidad respecto de los derechos humanos, incluido
el derecho a la alimentación. Esto significa que las empresas y otros actores no estatales no deben
obstaculizar el ejercicio de los derechos humanos y que es necesario que las víctimas cuenten con
recursos efectivos en caso de sufrir daños.

1.2. Esquema de ejes centrales del problema


Ahora bien, una vez desarrollado las implicaciones que conlleva la ratificación al derecho a la
alimentación y a la seguridad alimentaria, es momento de realizar una revisión del panorama real que
enfrenta el entorno venezolano, en concreto el municipio Maracaibo.
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1.3. Descripción de los ejes del problema


Como punto previo, de acuerdo con lo establecido en el Plan de Respuesta Humanitaria Venezuela
2020, elaborado por la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Coordinación de
Asuntos Humanitarios (OCHA, por su siglas en inglés), en referencia a la desnutrición e inseguridad
alimentaria, uno de los impactos de la situación en las personas ha sido la reducción en el acceso a
alimentos nutritivos y a una dieta variada, sobre todo por la erosión del poder adquisitivo de los
hogares, pero también por limitaciones en la disponibilidad de algunos productos, debido a desafíos
para garantizar los insumos necesarios (semillas, fertilizantes, entre otros) para los sistemas de
producción local. Las medidas preventivas implementadas en el país para enfrentar la pandemia de la
COVID-19 han podido afectar aún más los ingresos y medios de subsistencia de las personas más
vulnerables. Según resultados de la Encuesta del Sistema Patria del Gobierno en abril 2020, 88% de las
personas encuestadas perciben que el abastecimiento de alimentos requiere acción prioritaria en el
contexto de la COVID-19.

El Plan de la OCHA, que hace referencia al Estado de Seguridad Alimentaria y Nutrición en el


Mundo (SOFI), indica que en 2019, Venezuela ha visto un aumento en la tasa de subalimentación, de
11,7% (3,7 millones de personas) en 2012-2014, a 21,2% (6,8 millones de personas) en 2016-2018.
Considerando el riesgo de un posible deterioro de la situación actual, la FAO ha incluido a
Venezuela en la lista de países bajo observación y monitoreo. En contraste, la administración de
Nicolás Maduro indica que la tasa de subalimentación de 2016-2018 es de 10,3%.

Por otra parte, la evaluación de seguridad alimentaria llevada a cabo por el Programa Mundial
de Alimentos (PMA) entre julio y septiembre 2019, estimó que 2,4 millones de personas sufren de
inseguridad alimentaria severa. Estas personas serán el enfoque de la respuesta humanitaria por
presentar brechas extremas en el consumo de alimentos, o padecer un agotamiento de los medios de
vida que conduce a brechas importantes en el consumo. La evaluación del PMA también identificó a
unas siete millones de personas con inseguridad alimentaria moderada.

Tanto la evaluación del PMA como grupos focales organizados por el Sistema de Naciones
Unidas (SNU), indican que, como estrategia de afrontamiento, muchas familias se han visto
obligadas a reducir el número de comidas al día, el tamaño de las porciones de las comidas y el
consumo de varios tipos de alimentos, especialmente las proteínas y/o comprar alimentos baratos o
menos preferidos. Los hogares también han tomado medidas negativas que impactan sus medios de
vida, como por ejemplo el endeudamiento, el gasto de ahorros, la venta de bienes y la reducción de
gastos en salud y educación.

En la implementación de estas actividades se toma en cuenta que la inseguridad alimentaria


tiene un impacto diferenciado según el género. Análisis basados en la Encuesta de Hogares por Muestreo
(EHM) del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el segundo semestre de 2018, señalan que
alrededor de 46% del total de hogares tienen jefatura femenina, de los cuales 34,8% tiene bajo nivel
educativo y desempeña trabajos de escasa calificación o se dedica a oficios del hogar, con
propensión a tener mayores dificultades para cubrir sus requerimientos básicos como la
alimentación.

Asimismo, se ha incrementado la carga de trabajo de cuidado no remunerado de las mujeres


en la familia y la comunidad, debido a la mayor destinación de tiempo para conseguir y preparar
alimentos, así como cambios en la dieta y su alimentación —privilegiando alimentar a sus hijos e
hijas, por ejemplo—. En el contexto de la pandemia por COVID-19, ONU Mujeres ha alertado
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cómo se ponen en riesgo las estrategias de supervivencia y de autonomía económica de las mujeres
jefas de hogar, que tienden a estar sobrerrepresentadas en los trabajos de la economía informal.

La inseguridad alimentaria también impacta de manera diferenciada según la edad. Varias


fuentes, incluyendo los grupos focales con personas afectadas, reportan que las personas adultas
mayores tienen más dificultades en acceder a alimentos. En relación con los niños, niñas y
adolescentes, los programas de alimentación escolar son críticos para la seguridad alimentaria y la
asistencia escolar. Al respecto, el Ministerio del Poder Popular de Educación de la administración de
Maduro reportó haber proporcionado cinco millones de comidas a través del Programa de
Alimentación Escolar en 2018. Por su parte, la evaluación del PMA de 2019 registró que 59% de
niños, niñas y adolescentes reciben comidas escolares diarias o casi diarias.

Las limitaciones en el acceso a alimentos, agua segura, artículos de higiene e información


básica sobre buenas prácticas de alimentación en los hogares más vulnerables también han afectado
el estado nutricional de los niños y niñas menores de cinco años, con consecuencias sobre su salud y
desarrollo físico y cognitivo. Según datos del Instituto Nacional de Nutrición (INN), en 2019
106.326 niños y niñas menores de cinco años (el 4% de este grupo poblacional) estuvieron afectados
por desnutrición aguda severa. Las tasas más altas se registraron en los estados Zulia, Miranda, Lara,
Distrito Capital, Carabobo y Portuguesa. El INN también estimó, para entonces, que 284.591 niños
y niñas menores de cinco años (el 10,6% de este grupo poblacional) se encontraban en riesgo de
desnutrición aguda.

Algunas organizaciones ciudadanas reportan casos adicionales en sus zonas de intervención


que no están recogidos en el tamizaje del INN. Los niños y niñas de hogares más vulnerables que se
han recuperado están a riesgo de recaída en la desnutrición, debido a las dificultades enfrentadas por
las familias más pobres para tener una dieta variada y nutritiva. Los grupos más afectados incluyen
también a adolescentes, que tienden a percibir menores raciones alimentarias en hogares vulnerables
donde es necesario priorizar la distribución de alimentos.

Además, las mujeres embarazadas y en período de lactancia, en particular las de grupos


indígenas y adolescentes, son más vulnerables a la desnutrición y están más expuestas a las
complicaciones relacionadas con la falta de acceso a agua, higiene y saneamiento. Según datos del
INN se estimó que 125.305 mujeres embarazadas y en período de lactancia tenían un bajo peso
(9,8% del grupo poblacional), con las tasas más altas reportadas en los estados Mérida, Trujillo,
Yaracuy y Táchira. El informe SOFI reporta también 304.910 mujeres embarazadas y en período de
lactancia afectadas por anemia (24% del grupo poblacional).

De acuerdo con el Plan de Respuesta Humanitaria de la OCHA, la continuidad y calidad de la


prestación de servicios esenciales (salud, educación, protección, agua, electricidad, gas, combustible y
transporte) se han visto afectadas, impactando los estándares de vida de la población. Se reportan
limitaciones asociadas a la falta de inversiones en el mantenimiento de las infraestructuras, la salida
de personal cualificado, y la falta de insumos. Las fallas en los servicios son interdependientes: los
cortes eléctricos, por ejemplo, afectan al funcionamiento regular de los servicios de agua, salud y
educación; las fallas en el suministro de agua afectan la prestación de otros servicios como los de
salud, educación, entre otros.
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Por otro lado, las personas enfrentan más dificultades para acceder a esos servicios esenciales
debido a la disponibilidad de combustible y transporte público, su reducido poder adquisitivo, y las
medidas de prevención adoptadas en el contexto de la pandemia por COVID-19.

La evaluación del PMA reflejó que 59% de hogares entrevistados reportó interrupciones
recurrentes en el servicio de agua y el 14% declaró que no tenía acceso a agua corriente en casa.

El caso particular de la carencia de suministro de agua en calidad, cantidad, continuidad y


presión apropiadas dificulta que las personas consuman agua necesaria para la asimilación de
alimentos, manipulen y preparen alimentos de forma apropiada, y realicen adecuadas prácticas de
higiene personal y de su entorno inmediato. Los hogares más vulnerables que no tienen los medios
financieros para resolver su falta de acceso a agua potable se ven obligados a usar fuentes no seguras,
aumentando riesgos de salud pública. En adición, la falta de agua limita el funcionamiento correcto
de las instalaciones sanitarias.

En relación con el suministro de electricidad, se estima que dentro de los estados más
afectados por la situación de electricidad, es decir los estados donde no hubo electricidad al menos
un día completo al mes, se encuentran Zulia, Carabobo, Aragua y Lara. Las fallas en el suministro
eléctrico también afectan la prestación de otros servicios críticos, por ejemplo, en los hospitales y
centros de salud, incluyendo el funcionamiento de equipos e infraestructura clave, como ascensores,
aire acondicionado y sistemas de abastecimiento y provisión de agua.

Deficiencias en el servicio de suministro de gas doméstico también han tenido un impacto


sobre las condiciones de vida, por su utilización para cocinar alimentos y hervir agua. La evaluación
del PMA indica que 55% de los hogares encuestados reportó tener que esperar mucho tiempo para
comprar bombonas de gas y que la prestación de servicios era intermitente, mientras que 21% dijo
que el costo de la bombona de gas era demasiado elevado. En general, también se convierte en un
problema acceder al servicio porque se debe realizar el pago en efectivo, que es cada vez más escaso
e insuficiente o a través de la estructura de los consejos comunales, que a veces no puede hacer
frente a la demanda. Como estrategias de afrontamiento, las personas recurren a comer alimentos
que no requieren cocción, comparten sus instalaciones de cocina con otras familias, o usan fuentes
alternativas no seguras (carbón y biomasa) para cocinar, lo que puede ocasionar enfermedades
respiratorias.

Concluyendo con el repaso al Plan de Respuesta Humanitaria de la OCHA, este establece que,
ante la falta de acceso a bienes, servicios básicos y oportunidades económicas, la población en
necesidad recurre a distintos mecanismos de afrontamiento. Algunas de las estrategias
implementadas son positivas como el emprendimiento, la diversificación de actividades económicas,
el desarrollo de huertos familiares y de mecanismos de apoyo solidario (madres cuidadoras, uso
compartido de los vehículos para reducir el consumo de gasolina, creación de redes de apoyo e
intercambio de información en las redes sociales, remesas familiares, trueque).

Por otra parte, muchas personas se ven obligadas a recurrir a mecanismos de afrontamiento
negativos. Durante los talleres de análisis de necesidades y los grupos focales con personas afectadas,
se identificaron las siguientes estrategias de afrontamiento negativas: (i) aumento de compras en las
economías informales; (ii) cambios en dieta y cantidad de comidas para enfrentar el acceso reducido
a alimentos; (iii) trabajo en intercambio de alimentos; (iv) uso de ahorros o venta de los activos
familiares para satisfacer las necesidades básicas; (v) reducción de gastos de salud y educación para
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destinar fondos a la compra de comida; (vi) mendicidad, búsqueda de comida en desechos de basura,
o pedir comida en la calle; (vii) uso de combustibles sólidos y alternativos para cocinar (incluyendo
uso de leña); (viii) uso de agua de fuentes no seguras y pago para recibir agua por camiones cisternas
o embotellada; (ix) separación familiar, con riesgos de protección tanto para las personas que se
desplazan como para las que se quedan, en especial niños, niñas y adolescentes y personas adultas
mayores; (x) movilidad humana interna y externa en búsqueda de mejores condiciones de vida y/o
protección; (xi) trabajo infantil, con impacto sobre la asistencia escolar; (xii) empleos riesgosos,
incluyendo criminalidad, contrabando y estrategias de supervivencia que afectan la dignidad de las
personas; (xiii) pagos irregulares y corrupción para obtener servicios.

Como ya se anotó, el PMA, en su Evaluación Alimentaria sobre Venezuela (2019), estima que 7,9%
de la población en Venezuela (2,3 millones) está en inseguridad alimentaria severa. 24,4% adicional
(7 millones) está en inseguridad alimentaria moderada. Basándose en el Enfoque Consolidado para
Reportar Indicadores de Seguridad Alimentaria (CARI, por sus siglas en inglés), el PMA estima que una de
cada tres personas en Venezuela (32,3%) está en inseguridad alimentaria y necesita asistencia.

En este sentido, la evaluación muestra que la inseguridad alimentaria es una preocupación en


todo el país. Incluso en los estados con los índices más bajos de inseguridad alimentaria, incluyendo
Lara (18%), Cojedes (19%) y Mérida (23%), se estima que una de cada cinco personas está en
inseguridad alimentaria. Once estados presentan índices superiores a la prevalencia nacional de
inseguridad alimentaria severa. Estos índices más altos se encuentran en Delta Amacuro (21%),
Amazonas (15%), Falcón (13%), Zulia (11%) y Bolívar (11%). Por tanto, se observa, que el Zulia es
uno de los estados que presenta mayor índice de inseguridad alimentaria severa.

Por otra parte, el PMA establece en la referida evaluación que la falta de una dieta diversificada
es una preocupación importante. Las familias venezolanas consumen cereales, raíces o tubérculos a
diario y complementan su consumo de cereales con legumbres (caraotas, lentejas) tres días a la
semana y con lácteos cuatro días a la semana. El consumo de carne, pescado, huevo, vegetales y
frutas está por debajo de los tres días a la semana para cada uno de estos grupos de alimentos. La
falta de diversidad en la dieta indica una ingesta nutricional inadecuada.

Ahora bien, en el ámbito nacional, en cuanto a las estrategias de sobrevivencia relacionadas al


consumo de alimentos, el PMA afirma que 74% de las familias las ha utilizado reduciendo la
variedad y calidad de la comida; 60% de los hogares reportó haber reducido el tamaño de la porción
de sus comidas. Tres de cada cuatro familias encuestadas había aplicado al menos una estrategia de
sobrevivencia relacionada a medios de vida, y en promedio, las familias habían utilizado cuatro
estrategias en los 30 días antes de la encuesta. Para sobrevivir, 33% de los hogares ha aceptado
trabajar a cambio de comida, y 20% ha vendido bienes familiares para cubrir necesidades básicas.
Seis de cada diez familias ha gastado sus ahorros en comida.

En cuanto a la percepción de la disponibilidad de alimentos, la evaluación del PMA indica que


siete de cada diez venezolanos reportó que siempre hay comida disponible. Sin embargo, el acceso a
la comida es difícil debido a que los precios son demasiado altos en comparación con los ingresos de
los hogares.

En cuanto a las fuentes de ingreso, la evaluación del PMA establece que la hiperinflación ha
afectado la habilidad de las familias para adquirir comida y otras necesidades básicas. 59% de los
hogares no tiene ingresos suficientes para comprar comida y 65% no es capaz de comprar artículos
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esenciales de higiene, ropa y calzado. Cuando se les preguntó cómo ha afectado la situación actual en
Venezuela las fuentes de ingreso del hogar, la mitad de los encuestados declaró haber tenido una
pérdida parcial de sus ingresos (51%), como una reducción de sus salarios o la pérdida de un trabajo.
Más de un tercio de los encuestados (37%) había experimentado una pérdida total de sus ingresos,
como haber perdido su único trabajo o su negocio. Los resultados muestran que 18% de los hogares
depende de asistencia gubernamental y sistemas de protección social. La salida constante de
migrantes, aunque permite a las familias depender de remesas, se traduce en una preocupante
pérdida del capital humano y social, incluyendo una reducción en el número de profesores, doctores,
científicos y otros trabajadores calificados.

En cuanto a los servicios básicos, la evaluación del PMA recolectó datos sobre el acceso a
servicios básicos (agua, saneamiento, vivienda, electricidad, instalaciones de cocina) para entender las
condiciones de vida. Los resultados muestran que las familias están gravemente preocupadas por el
deterioro de los servicios básicos. Al momento de la encuesta, cuatro de cada diez hogares tenía
interrupciones diarias en el servicio de electricidad y 72% denunciaba un suministro irregular de gas.
Cuatro de cada diez hogares tenía interrupciones recurrentes en el servicio de agua, y de hecho, 25%
de los hogares no tenía acceso estable a agua potable.

Finalizando con esta cuestión previa, una vez que se toman en consideración los datos y
resultados nacionales previstos en el Plan de Respuesta Humanitaria 2020 de la OCHA, así como la
Evaluación Alimentaria sobre Venezuela 2019 del PMA, podemos afirmar que el Zulia es una de las
regiones que requiere atención prioritaria en materia de seguridad alimentaria, tal como se expone a
continuación con los ejes del problema.

Al analizar el primer eje del problema, disponibilidad, deben recordarse los aspectos
señalados en la sección anterior. Se trata de una disponibilidad a través de fuentes naturales, sea
mediante la producción de alimentos (agricultura y ganadería) o por otros medios que permitan
obtener alimentos (pesca, caza y recolección). Por otra parte, significa que los alimentos estén a la
venta en mercados y tiendas.

Tras brindar este concepto se encuentra una realidad de campo con un panorama
contrastante. Esto se puede evidenciar en varias fuentes. Sin embargo, para el desarrollo de esta
política se tomarán los datos de los estudios de Codhez en Maracaibo que resultan del monitoreo de
oferta y precios de alimentos, un diagnóstico preliminar sobre la situación de la producción,
distribución y comercialización de alimentos, y la encuesta sobre seguridad alimentaria de 2020.

De esta forma, al analizar la disponibilidad de los alimentos en Maracaibo, se encuentra una


realidad marcada por la escasez de alimentos en los mercados. Según el monitoreo de alimentos
realizado en la última quincena de septiembre de 2020, se pudo determinar un porcentaje de escasez
elevado en alimentos como la pechuga de pollo con hueso (76%), muslo de pollo (71%), alitas de
pollo (67%), frijoles (71%), yuca (67%), costilla de res (57%), lentejas (57%), cebolla (52%), tomate
(52%), arvejas (48%), corte de carne de res de primera (43%), pollo entero (43%), corte de carne de
res de segunda (38%), y caraotas (38%). Las tasas de escasez de estos alimentos son preocupantes,
considerando que se trata de alimentos proteicos.

Al estudiar más a fondo esta rama del problema, se puede encontrar que la raíz fundamental se
encuentra en los bajos niveles de producción de alimentos en el país, y en particular, en el Zulia.
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Esta circunstancia tiene múltiples raíces. De hecho, este problema de escasez de alimentos
puede estudiarse como una consecuencia de un panorama mucho más complejo. La ausencia de
alimentos y los bajos niveles de producción, comienzan por los altos niveles de inseguridad jurídica y
ciudadana que enfrenta la nación. Desde hace unas décadas, las garantías esenciales del derecho a la
propiedad privada han sido vulneradas. Esto se evidencia en la serie de expropiaciones y
apropiaciones indebidas de tierras de alta productividad en toda la región zuliana y la vulnerabilidad
que padecen las empresas privadas.

De esta forma, se ha mantenido un ambiente de inseguridad y desconfianza que ha redirigido


recursos e inversión de productores e inversionistas a otros sectores que les brinde un entorno
seguro a sus inversiones. Por ello, aquellos productores que una vez estuvieron muy implicados en el
desarrollo productivo de la región zuliana, fueron poco a poco desapareciendo y desalojando sus
terrenos y propiedades agrícolas.

En este sentido, los productores del Zulia manifiestan su profunda preocupación por diversas
acciones que denotan la inseguridad jurídica y ciudadana existentes. Por un lado, la inestabilidad del
sector rural ha causado escasez de mano de obra, pues el campesino se ve en la necesidad de
trasladarse a las ciudades o incluso a otros países a buscar nuevas fuentes de empleo. La ausencia de
medidas claras que protejan al productor y a su inversión, la falta de líneas de financiamientos
agrícolas, las expropiaciones gubernamentales fuera de los parámetros legales, así como el abuso de
poder por parte de algunos representantes del Estado para la tramitación de permisos o la ejecución
de inspecciones, entre otros, colocan en incertidumbre jurídica al productor, muchas veces objeto de
coacciones o retardos injustificados por los excesivos trámites burocráticos que debe cumplir. Por
otro lado, prevalece un contexto de inseguridad ciudadana, caracterizada por la comisión de delitos
como extorsión, robo, homicidio, abigeato, presencia de insurgencia armada y de grupos de
narcotráfico, aunada a atropellos de las autoridades como formas de corrupción, entre otros.

En un entorno más inmediato, las pocas inversiones realizadas en zonas productivas, no solo
se enfrentan a arbitrariedades gubernamentales, sino a una gravísima escasez de insumos y materia
prima. En particular, gremios del área productora del país y de la región zuliana denuncian la falta
de insumos básicos y materia prima para el sector agroindustrial como uno de los mayores
inconvenientes percibidos.

Esta escasez de insumos abarca todos los posibles, desde la falta de combustible, lubricantes,
repuestos, maquinarias, equipos y tecnologías de avanzada, medicina animal y vegetal como
fertilizantes y vacunas para el control de las enfermedades de las plantas y animales, hasta productos
agroquímicos y alimentos concentrados.

Todo ello se traduce en el aumento de los costos de estos insumos debido a la poca oferta en
el mercado, y en la mayoría de los casos produce dependencia de insumos provenientes de otras
regiones del país o importados. De todos estos factores, la escasez de gasolina es la más palpable,
pues afecta toda la cadena de producción dado que se requiere desde el inicio del proceso
productivo hasta la colocación del producto final en los comercios. Ello ha obligado a que los
productores se vean en la necesidad de acudir al mercado paralelo y adquirirla a precios exorbitantes,
por lo que ahora esta responsabilidad recae más en el productor, pues son pocos los
comercializadores que poseen una flota de vehículos para la compra a puerta de finca, representando
un riesgo para la calidad de la producción o, incluso, se pierda.
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En tal sentido, en consideración al informe de la Red Agroalimentaria de Venezuela (RAV),


referente a una encuesta en la región Andes-Sur del Lago de julio 2020, a nivel de agricultura vegetal,
en ella la producción del principal cultivo con respecto al año anterior es menor, mucho menor o
desapareció (69%), mientras que el restante 31% de las respuestas corresponde a las opciones igual,
mayor o mucho mayor. Las tres principales causas de la reducción de la producción en la región son
en orden de importancia: la falta de combustible (38% de los cuestionarios), la falta de insumos
(36% de los cuestionarios), y la falta de financiamiento (27% de los cuestionarios). En cuanto a los
cultivos para el autoconsumo, en la región el 54% de las respuestas coinciden en que ha disminuido,
31% que sigue igual, y 15% que han aumentado. El informe RAV destaca que en el Sur del Lago se
siembra cebolla, papa, tomate y otras hortalizas, maíz, leguminosas, cacao, café, musáceas, mango,
cítricos, aguacate, lechosa, palma aceitera, y coco.

En el mismo orden de ideas, continuando con el informe RAV sobre la región Andes-Sur del
Lago de julio 2020, a nivel agrícola animal, 69% de las respuestas coinciden en que con respecto al
año anterior la producción de carne es menor, mucho menor o desapareció; 23% de las respuestas
consideran que sigue igual, y un 8% que es mayor. En cuanto al envío de animales al matadero este
año con respecto al año anterior, 81% de las respuestas coinciden en que es menor, mucho menor o
desapareció; entre tanto, 12% considera que es igual, y 8% que es mayor.

Dentro del mismo sector agrícola animal, 65% de las respuestas coinciden en que la
producción de leche, con respecto al año anterior, es menor, mucho menor o desapareció; 23%
piensa que la producción de leche es mayor; y 12% que es igual. En cuanto al tamaño del rebaño de
vacas lecheras, con respecto al año anterior, 64% de las respuestas dicen que es menor, mucho
menor o desapareció; el 20% dice que es mayor; y 16% que es igual. De acuerdo con el referido
informe, sobre las tres principales causas de la caída de la producción las respuestas se reparten así:
falta de combustible (36%), falta de insumos (34%), y falta de financiamiento (30%). Cabe destacar
que el informe RAV indica que las zonas que perciben crecimiento de la producción lechera realizan
la venta de la producción básicamente en pesos colombianos o dólares americanos.

Asimismo, 73% de las respuestas coinciden en que han disminuido los animales para el
autoconsumo, 12% dicen que han aumentado, y 15% que sigue igual. A la vez, explican que en la
región las especies animales que se explotan son en mayor medida ganado vacuno y la combinación
de vacunos con bufalinos en el Sur del Lago (Santa Cruz del Zulia y Coloncito). Hay pocas granjas
de pollos, huevos y cerdos, y las mismas tienen un porcentaje de paralización de producción de 75%
o más, de acuerdo a las encuestas realizadas por la RAV.

Por otra parte, tomando en cuenta el informe de la RAV sobre la región Norte del Lago-
Paraguaná de julio 2020, en cuanto a la situación de la producción agrícola vegetal, en términos
generales, en el presente año, se ha visto una significativa reducción de la actividad, a consecuencia
de la deficiencia en los servicios públicos como el suministro de electricidad y agua en Falcón y
electricidad en toda el área zuliana de la región. En las consultas realizadas se informa que la
producción agrícola vegetal este año ha sido significativamente menor, debido a la falta de insumos,
ausencia total del financiamiento, y limitaciones en los servicios y disponibilidad de combustible para
hacer regadío y movilización de la maquinaria para la siembra y/o comercialización de la
producción.

En este sentido, con respecto a los cultivos semipermanentes y/o permanentes en la zona, de
acuerdo al informe RAV precitado, se observa siembras de plátano, palma africana y caña de azúcar
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en los municipios del sur de la región, sea tanto en los municipios fronterizos de la costa occidental
del Lago de Maracaibo (palma africana), como en la costa oriental (plátano y caña), compartiendo
esta actividad con la ganadería, la actividad fundamental de toda la región. En lo referente a los
cultivos estacionales, la siembra bastante disminuida para este año, se ha concentrado en maíz
amarillo en los municipios centrales del estado Falcón y en la costa oriental del Lago de Maracaibo.

Según el informe RAV de la región Norte del Lago-Paraguaná de julio 2020, desde la
perspectiva agrícola animal, la región se encuentra caracterizada básicamente por la actividad
ganadera, sea bovina o caprina.

Con respecto a la actividad ganadera bovina, la especie predominante es la vacuna con un


crecimiento relativo o disminución del rebaño debido a la situación económica y/o migración hacia
la actividad bufalina, que evidencia un crecimiento relativo importante, en especial en los municipios
occidentales del Lago de Maracaibo (Rosario de Perijá, Machiques de Perijá, la Cañada de Urdaneta y
Jesús María Semprún). El sistema de producción más extendido en toda la región, tanto en los
municipios del estado Zulia, como los del estado Falcón, es el semi-intensivo con énfasis en la
producción de leche, existiendo también, en menor proporción, unidades a pastoreo semi-intensivo
para el levante y engorde de ganado macho. La comercialización de la producción se da
generalmente por intermediarios que acopian leche para vendérselas a las queseras industriales
ubicadas en las poblaciones de Machiques y Maracaibo, o pequeñas transformadoras semiformales
en las poblaciones de baja densidad de habitantes.

La actividad propiamente dicha de venta de leche y/o producción de queso en finca y entrega
a mataderos de los machos con destino a la matanza, ha bajado significativamente a partir del
segundo trimestre de 2020, como consecuencia de dos factores coadyuvantes: la caída de los precios
por falta de demanda, y la imposibilidad de movilizar la leche cruda o el queso artesanal procesado
en la finca a causa de la falta de combustible.

En referencia a la actividad caprina, el informe RAV indica que es significativa en la región,


pero igualmente es importante destacar que su estructura de producción es eminentemente de acción
individual, familiar y/o grupal étnicamente. Es una actividad extensiva, sin contratación de personal
externo, con manufactura de quesos en forma informal artesanal, cuya comercialización igualmente
es informal. La actividad en 2020 se ha visto disminuida por la caída de la demanda y por la crítica
situación socioeconómica de las pueblos indígenas originarios, que han abandonado rebaños y
actividad productiva, para incorporarse al mercado informal en las zonas fronterizas, en lo que
respecta a los criadores de los municipios del norte del estado Zulia y en el caso, de los criadores de
Falcón se han reorientado, al comercio informal y/o trabajo ocasional, como medio de subsistencia.

Respecto a la pesca y acuicultura, de acuerdo al informe RAV, dicha actividad se da en


Venezuela en tres dimensiones: (i) la pesca de captura artesanal, sea marítima o fluvial; (ii) la pesca de
captura industrial; y (iii) la acuicultura.

En este sentido, en cuanto a la pesca artesanal marítimo-lacustre, la quinta parte de la


superficie total de la subregión zuliana está representada por el Lago de Maracaibo, que comunica
con el Mar Caribe a través del Golfo de Venezuela, donde existe una fuente de pesca artesanal
lacustre-marítima importante, por la capacidad y potencial de sus recursos y fuente abundante de
numerosas especies pesqueras. En la parte norte predominan las especies típicamente marinas, tales
como corvina, róbalo, jurel y carite, debido a su integración con el Golfo de Venezuela. En la parte
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sur del Lago, el agua es apenas salobre, predominado la manamana y el bocachico, que constituyen
35% de las capturas en todo el Lago. Es una actividad de suma importancia en la región, con la
característica que es individual-familiar, lo que significa que no tiene contratación laboral ni está
sujeta a las ventajas, apoyos y/o subsidios laborales, y sus ingresos vienen dados exclusivamente de
la comercialización directa de los bienes capturados.

En 2020 la actividad, al igual que las actividades agrícolas, se ha visto afectada y mermada por
la falta de combustible, indispensable para la movilidad de las embarcaciones, unidades de
producción de la actividad. Los pescadores artesanales del estado Zulia y Falcón, están forzados a
depender de cupos y asignaciones oficiales para adquirir el combustible necesario para ejercer su
actividad comercial.

Una excepción a lo antes señalado, explica el informe RAV, es la pesca del cangrejo azul,
actividad individual, pero que tiene un mercado exclusivo y garantizado, por cuanto no siendo de
consumo popular, su demanda se concentra en diecinueve empresas procesadoras de este producto
ubicadas en Maracaibo y orientadas en exclusiva al mercado de exportación hacia Estados Unidos,
gran demandante de este producto, por cuanto se aprovecha la ventaja competitiva que tiene
Venezuela en la producción de este crustáceo durante casi todo el año.

En el mismo orden de ideas, respecto a la acuicultura del camarón blanco, la bondad que tiene
Venezuela y en especial el Lago de Maracaibo, es la posibilidad de tener una producción de camarón
blanco para todo el año, al disponer los 365 días de las temperaturas ideales para su producción, lo
que le ha permitido a la región desarrollarla, considerándose una excepción con respecto a la
situación de sus trabajadores en los centros de producción y manufactura de este crustáceo. Al
tratarse de una actividad netamente orientada a la exportación, como la del cangrejo azul, sin que
ello afecte ningún mercado interno, el subsector ha logrado privilegios y apoyos institucionales para
no paralizar su actividad en las fincas ubicadas en los estados Zulia y Falcón, en las costas interiores
del Lago de Maracaibo y del Golfo de Venezuela, contando con generación propia de energía y
dotación preferencial por parte de la administración de Maduro del combustible necesario para sus
operaciones.

En cuanto al área de distribución de alimentos, resaltan los altos costos del mantenimiento de
los sistemas de transporte terrestre y su obsolescencia. También, los repuestos y lubricantes escasean
o se encuentran a precios muy elevados. Se presenta el mismo problema por la escasez de la gasolina
pues, muchos productos de origen animal y vegetal se pierden por la tardanza en su traslado a los
centros de comercialización. Ante esto, los transportistas se ven en la necesidad de comprar el
combustible en el mercado paralelo con sobreprecio e, inevitablemente, ello repercute en el precio
final del producto, sin obtener una respuesta eficaz y permanente por parte de las autoridades.

Ahora bien, existe otro factor que amplifica el problema: la baja calidad de servicios públicos
prestados por el Estado. En todo el territorio nacional, desde hace unos años se ha ido registrando la
decadencia de los servicios públicos que debe suministrar el Estado. Y entre estas fallas, resalta
exponencialmente la inestabilidad de los sistemas eléctrico y de gas, lo que conduce a fallas y
desperfectos de equipos eléctricos y la reducción de horas útiles de fábricas y centros de producción.
Igualmente, estas fluctuaciones y horas de racionamiento eléctrico, no permiten la adecuada
conservación de alimentos perecederos, tanto en sus lugares de producción, como en los lugares de
su comercialización.
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De igual manera, existe un marcado deterioro en la prestación del servicio de agua,


denunciado por gremios de los sectores productivos del país. Esta situación ha obligado que los
productores acudan a la construcción de pozos artesanales, lo que conlleva la autogestión de los
servicios públicos.

Otro punto de quiebre en esta materia es la marcada ausencia de vías vehiculares de calidad
que permitan el adecuado transporte por vías rurales y zonas productoras agricultoras y ganaderas a
zonas de comercialización. De esta forma, se atenta en contra de la vida útil de otro de los equipos
necesarios por los productores para satisfacer sus niveles de producción: los vehículos maquinarias
de transporte.

Además, existe preocupación entre transportistas por diversas acciones que denotan la
inseguridad jurídica y ciudadana existente. La referida inseguridad jurídica se manifiesta en el abuso
de autoridad por parte de algunos funcionarios encargados de supervisar el proceso de distribución
de alimentos, materializado en detenciones arbitrarias con carácter extorsivo, coimas, retención
arbitraria de las cargas, retención de las unidades de transporte en los centros de distribución,
decomiso de parte de la mercancía transportada o la no autorización del ingreso o venta de algún
producto. Desde el punto de vista de la seguridad ciudadana, es insuficiente la seguridad pública
desplegada por los órganos del Estado, pues estos órganos solo están apostados en los puntos de
control, no hay patrullaje, escolta ni apoyo a transportistas ni productores, lo que facilita asaltos en
carreteras, robo de vehículos de transporte y particulares. Es decir, de igual forma se producen
secuestros, extorsiones y homicidios.

Lo anterior ha traído como consecuencia que muchos productos hayan bajado su distribución,
tales como leche, carnes (de res, cerdo y aves), cereales, leguminosas de grano, hortalizas, frutas. Es
decir, alimentos perecederos, siendo los municipios rurales los que experimentan mayores
complicaciones para la distribución de alimentos. Así, Miranda, Valmore Rodríguez, Baralt,
Almirante Padilla, Mara, Jesús María Semprún, y Guajira carecen de estructuras comerciales para
llevar a cabo la distribución urbana de los alimentos.

La disponibilidad de los alimentos no solo abarca su adecuada producción y distribución, sino


la capacidad de encontrar alimentos en las estanterías de los mercados. En este sentido, la
comercialización de los alimentos, además de los problemas por falta de combustible y falta de
insumos en general, se encuentra duramente afectada por el cierre de muchos mercados populares y
pequeños comerciantes que se han visto en la obligación de cerrar sus instalaciones a causa de la
grave recesión económica que sufre el país.

De igual forma, la inseguridad jurídica se manifiesta en la aplicación excesiva por parte del
Estado de restricciones en las carreteras y puntos de atención o control, restricción de combustibles,
inestabilidad en la expedición de guías de movilización, limitaciones impuestas a la comercialización
en general, regulación de precios, sanciones y amenazas impuestas a los propietarios o empresas,
además de las presiones y extorsiones oficiales. Los comerciantes son víctimas de constantes abusos
de poder, así como las presiones sancionatorias por parte de funcionarios, quienes interfieren los
procesos comerciales de forma rutinaria. También, se verifican constantes amenazas de cierre
temporal o de multas excesivas.

Todo ello causa a su vez, poca oferta, causando la elevación de los costos de distribución en
cada eslabón de la cadena. En general, se percibe falta de estrategia de planificación y organización
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
Zulia (2020) | 24

que permita la sincronía, comunicación directa e inmediata entre los miembros de la cadena
distribuidora hasta los comercios, y así evitar retrasos de los productos a los centros de
comercialización, pues no se cumplen de forma oportuna con los lapsos de abastecimiento de
alimentos hacia los establecimientos de ventas. Además, el tema de la escasez de combustible afecta
negativamente la distribución, facturación, operaciones bancarias, transporte colectivo y de personas
(trabajadores) y mercancía.

En tal sentido, el otorgamiento de los permisos para la comercialización también afecta la


correcta disponibilidad de alimentos en la ciudad de Maracaibo. Al igual que en todos los sectores,
los entes encargados del otorgamiento de medidas y permisos se ven afectados por la deficiente
prestación de los servicios públicos (telefonía, electricidad, internet, etcétera) y por trabas
burocráticas.

Ahora bien, retomando los elementos que componen la seguridad alimentaria, el acceso,
supone que se garantice el acceso físico y económico a los alimentos. La accesibilidad económica
significa que los alimentos deben ser asequibles. Toda persona debería ser capaz de procurarse
alimento para una alimentación adecuada sin tener que comprometer por ello ninguna otra
necesidad básica, en tanto, como ya se mencionó, la accesibilidad física significa que los alimentos
deben ser accesibles a todos, incluyendo a los grupos más vulnerables físicamente, para los cuales
resulta difícil salir para conseguir alimento.

Sobre este punto, el diagnóstico que puede desarrollarse es sumamente preocupante, pues
ninguno de los conceptos descritos en estos elementos es apreciable en la sociedad de la región y de
la ciudad. El escenario de Maracaibo está caracterizado por altísimos niveles de precios en comida y
bienes básicos para la subsistencia.

En este aspecto, el Centro de Documentación y Análisis para los trabajadores de la Federación


Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), publicó el precio de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF)
de septiembre de 2020, que se ubicó en Bs. 114.028.154,47 (USD 253,20), aumentando Bs.
22.194.096,48 (24,2%) con respecto al mes de agosto. Lo anterior, en palabras del Cendas-FVM,
implica que se requieren aproximadamente 285 salarios mínimos (Bs. 400.000,00) para adquirir la
canasta alimentaria, referida a una familia de cinco miembros: Bs. 3.800.938,48 diarios, 9,5 salarios
mínimos cada día, equivalentes a 8,44 dólares diarios, mientras el salario mínimo es de 0,88 dólares
mensuales.

Y todo ello no es más que evidencia de los problemas en la disponibilidad. Sin insumos
básicos los pocos existentes elevan sus precios como consecuencia inevitable.

Lo más preocupante de esta situación es la situación económica de los marabinos. De acuerdo


con la Encuesta sobre seguridad alimentaria de Codhez, realizada en las 18 parroquias del municipio
Maracaibo del 19 al 29 de septiembre, cinco de cada diez entrevistados (48,3%) afirmó que su hogar
tenía un ingreso mensual entre menos de Bs. 800.000,00 y Bs. 2.000.000,00, es decir, entre USD 1,90
y USD 4,75 (según una tasa de cambio en los mercados de Maracaibo de Bs./USD 421.193,87).
Recordemos que tanto el salario mínimo vigente como el pago a los pensionados es de
Bs.400.000,00 mensuales, que conforme a la tasa de cambio oficial publicada por el Banco Central
de Venezuela del 29 de octubre (Bs./USD 506.541,78) equivale a USD 0,79, mientras que el umbral
de pobreza extrema de acuerdo al Banco Mundial es de un ingreso inferior a USD 1,90 diarios. La
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hiperinflación, el alto costo de la vida y el bajo poder adquisitivo influyen de manera negativa en el
acceso a los alimentos.

Sobre este tema, conforme a lo previsto en la Encuesta de 2020, en relación con los principales
problemas que enfrentan las familias que habitan Maracaibo, 33,5% de los encuestados alegó
problemas económicos (crisis económica, falta de efectivo, escasez de gasolina, no alcanza el dinero);
27,1% hizo referencia a problemas con los servicios públicos (crisis eléctrica, falta de agua potable,
transporte público); 17,6% enfrenta problemas debido al área de salud (cuarentena por COVID-19,
costo de medicinas); 13,7% tiene problemas con la alimentación (alto costo de los alimentos, mala
alimentación); y 1,9% de los encuestados manifiesta presentar problemas con la inseguridad.

En efecto, respecto a la situación económica y familiar, nueve de cada diez entrevistados


(86%) percibe negativamente la situación actual de la comunidad donde viven; nueve de cada diez
(85,4%) reporta una mala situación económica personal y familiar; y nueve de cada diez (85,4%)
declara que su situación económica personal y familiar ha empeorado después de la cuarentena por
Covid-19. En específico, 86% manifestó que la cuarentena por Covid-19 lo ha afectado mucho;
63,1% reportó haber trabajado siempre durante la cuarentena; 52% afirmó haber dejado de comer
algunas veces durante este período; y 52,5% señaló haber dejado de comprar alimentos algunas
veces en estos meses de pandemia.

En tal sentido, resaltando la decisión de compra de los marabinos en lo que se refiere a la


alimentación, en dos de cada diez hogares no se desayuna (23%). La arepa con queso es consumida
con regularidad en 23,10% de hogares que desayunan, mientras que la arepa con huevo se consume
en 8% de los hogares. En casi la totalidad de hogares se almuerza (98,9%), siendo los plátanos y
verduras la combinación que más se reporta (8,5%), seguida de arroz, verduras y granos (6,4%), y
arroz y granos (6,1%); en contraste, carne, arroz y verduras fue reportado por 3,3%, y pollo, arroz y
verduras por 1,9%. En uno de cada diez hogares no se cena (8,8%), la arepa con queso al momento
de cenar es consumida en 25,8% de hogares, seguida de la arepa con huevo en 7,1%.

86,3% de los entrevistados piensa que la carestía de los alimentos es lo que más les afecta al
realizar su compra. Carnes de res y de pollo, pescado, leche y queso son los alimentos que, en mayor
grado, los entrevistados han dejado de comprar por su alto precio. 6 de cada 10 hogares (55%)
realiza las compras de alimentos en abastos. 79,1% paga sus alimentos con tarjeta de débito o tarjeta
de crédito, mientras que 12,8% lo hace con dólares en efectivo. En 5 de cada 10 hogares (54,3%) la
compra de alimentos se hace a diario.

En lo que respecta a los programas de asistencia estatal, 91,5% de los entrevistados afirmó
recibir ayuda económica del gobierno nacional, a través de pensiones, bonos, misiones, etc. 71,4% la
percibe cada mes. Seis de cada diez (59%) gasta la totalidad de esta ayuda en la compra de alimentos.
Es necesario destacar que de acuerdo a la Encovi 2019-2020 del Instituto de Investigaciones
Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el valor de las
transferencias no laborales, oscila entre USD 1,00 y USD 5,00.

En el mismo orden de ideas, 94,3% de los entrevistados reportó haber adquirido las cajas
CLAP. Sin embargo, 0,8% ha tenido la posibilidad de adqurirlas cada quince días. 93,6% opina que
las cajas CLAP no contienen los alimentos suficientes para alimentar de forma adecuada a sus
familias. 3 de cada 4 (75%) piensa que los venezolanos afiliados al oficialismo, reciben más ayudas
económicas del gobierno que aquellos que no lo están.
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Indudablemente, estas familias zulianas se han visto en la necesidad de buscar soluciones


alternativas para poder subsistir y alimentarse. Y de esto, ha surgido una situación más que
universalizada en la región. Es el hecho de que al menos un miembro familiar ha decidido emigrar
del país hacia otro que le brinde condiciones para trabajar, dándole la posibilidad de enviar remesas
y/o alimentos.

De acuerdo a la Encuesta, 51,9% de los marabinos reportó que alguien de su familia cercana
está viviendo fuera de Venezuela. Asimismo, tres de cada cuatro entrevistados (75,5%) respondió
que cada mes recibe ayuda económica de sus familiares en el extranjero. Al considerar la totalidad de
hogares con familiares en el exterior, 55,83% estaría recibiendo remesas entre USD 11 y USD 50
cada mes, en tanto, si se considera la totalidad de hogares de Maracaibo, 28,75% estarían
percibiendo entre USD 11 y USD 50 cada mes de sus familiares en el exterior. Cinco de cada diez
(45,4%) gastan el 100% de la ayuda de los familiares en el exterior en la compra de alimentos.

Por tanto, existe una práctica general de envío de remesas que permite paliar y mitigar los
costos de alimentación y necesidades básicas. Sin embargo, aunque esto ha ayudado a mejorar la
situación de precariedad en muchos hogares, no ha evitado que muchas familias sigan teniendo
graves necesidades y limitaciones para acceder a una dieta y alimentos adecuados. Es así como el
elemento de accesibilidad se ve duramente comprometido en la región.

El tercero de los elementos se refiere a la alimentación adecuada, relativa a la satisfacción de


las necesidades alimentarias de cada persona, teniendo en cuenta su edad, condiciones de vida, su
salud, ocupación, sexo, etc.

De acuerdo la Encuesta, sólo 38% de los adultos entrevistados manifestaron comer tres veces al
día. En contraste, 56,6% de los entrevistados indicó que comen dos veces al día, y 4,8% manifestó
comer una vez al día. En este aspecto, es preocupante que 16,5% de los hogares del Oeste 1 de
Maracaibo (parroquias Antonio Borjas Romero, Venancio Pulgar, Idelfonso Vásquez, San Isidro)
manifestaron comer tres veces al día.

Al considerar el cuestionario de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria


(Elcsa), que indaga la experiencia de alimentación en hogares en los tres meses anteriores, según los
resultados de la Encuesta, en 82% se expresó preocupación por la posibilidad que se acabaran los
alimentos, mientras que en ocho de cada 10 (75,1%) se manifestó que alguna vez se acabaron los
alimentos en el hogar.

81,4% afirmó que los adultos dejaron de tener una alimentación saludable, siendo más
acentuada esta situación en el sector Oeste 1 de Maracaibo (88,8%). De igual forma, 81,8% reportó
que los adultos tuvieron una alimentación basada en poca variedad de alimentos, siendo el sector
Oeste 1 el más afectado (88,8%).

Respecto a la situación de omitir las comidas, en siete de cada diez (73%) hogares se señaló
haber dejado de desayunar, almorzar o cenar. 80,90% consideró que los adultos comían menos de lo
que debían, siendo el Oeste 1 la zona con tasa más elevada con esta circunstancia (89%). Ocho de
cada diez hogares (78,80%) afirmó que, por falta de dinero u otros recursos, alguna vez en los
últimos tres meses los adultos sintieron hambre pero no comieron.
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
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Por otra parte, en referencia a los hogares con niños, niñas y adolescentes (NNA), de acuerdo
a la Encuesta, en 20,80% reportó que NNA comen una vez al día. En el estrato E se presentó la tasa
más alta en esta circunstancia (33%), y de acuerdo a la ubicación geográfica, el sector Oeste 1 de
Maracaibo presentó el mayor porcentaje (28%).

Siete de cada diez hogares (66,20%) manifestó que sus NNA dejaron de tener una
alimentación saludable, siendo más intensa esta situación en el sector Oeste 1 (73,40%). De igual
forma, 66,40% afirmó que sus NNA tuvieron una alimentación basada en poca variedad de
alimentos por falta de dinero u otros recursos, siendo el Oeste 1 el más afectado (73%).

Respecto a la situación de omitir las comidas, cinco de cada diez hogares entrevistados
(52,90%), manifestaron que sus NNA dejaron de desayunar, almorzar o cenar. 65,40% declararon
que sus NNA comían menos de lo que debían, siendo el Oeste 1 la zona con el porcentaje más alto
con esta circunstancia (73%). Seis de cada diez (62,90%), manifestó que sus NNA sintieron hambre,
pero no comieron. Entre tanto, 73,30% indicó que a sus NNA se les disminuyeron sus porciones de
comida servida, siendo la tasa más alta con esta situación la correspondiente al estrato D (81%).

Haciendo énfasis en el impacto de los problemas de los servicios públicos en la alimentación,


según la Encuesta, los marabinos manifestaron que afectan mucho los problemas con la electricidad
(94%), el agua potable (96%), el gas doméstico (25,50%), la escasez de gasolina (89,60%), y el
transporte público (84%).

Estos datos revelan cómo se encuentran afectados los elementos esenciales de la seguridad
alimentaria. También, se evidencia la urgente necesidad de generar soluciones y políticas que
permitan garantizar el derecho a la alimentación y seguridad alimentaria a las familias de la región.

2. Definición de objetivos de la política pública


2.1. Determinación del objetivo principal
La propuesta de política pública en materia de seguridad alimentaria, tiene por objetivo
principal presentar un marco de acción para el restablecimiento de los niveles de seguridad
alimentaria en el municipio Maracaibo del Estado Zulia, que se articula con lo previsto en la
Constitución.

2.2. Determinación de los objetivos específicos


Los objetivos específicos están destinados a desarrollar marcos de acción relacionados a los
tres aspectos fundamentales que abarca la seguridad alimentaria: oferta y disponibilidad de alimentos,
acceso económico y físico a la oferta disponible, y suficiencia y adecuación nutricional, con
referencia a la estabilidad en el tiempo de las tres dimensiones anteriores.

2.3. Descripción de situación objetivo


Esta propuesta pretende que, luego de su aplicación, existan condiciones que aseguren la
oferta y disponibilidad de alimentos, su acceso, su adecuada utilización y la estabilidad de estos tres
elementos en el tiempo. Como población y locación objetivo tiene a las personas que viven en el
municipio Maracaibo del Estado Zulia. En este sentido, se toma como referencia que la población
en Maracaibo es 1.776.686 de habitantes, según proyecciones del INE para 2020.
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
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2.3.1. Derechos a proteger


Con la formulación de esta propuesta se busca la protección mediata e inmediata del derecho
a la alimentación adecuada de la población de Maracaibo. Tal como se mencionó, existen suficientes
elementos que exigen la restitución de este derecho fundamental para rescatar la dignidad de las
personas que habitan en esta ciudad. De igual forma, la puesta en marcha de esta política permitirá
tener incidencia no solo en ese marco de acción del derecho a la alimentación y seguridad
alimentaria, sino también tener impacto directo en la dignidad humana y en los derechos a la salud y
a la vida, según lo previsto en la Constitución y los compromisos internacionales de Venezuela.

2.3.2. Grupos especiales de atención


Si bien la formulación de esta propuesta está dirigida a todas las personas habitantes de
Maracaibo, se plantea prestar atención especial a niños y adultos mayores.

En adición, se tendrá especial consideración a ciertas zonas geográficas del municipio. En


concreto se considerará especialmente a 15 de las 18 parroquias de la ciudad, de las cuales la mitad o
más, de los hogares que la conforman tienen inseguridad alimentaria grave: Venancio Pulgar (96%),
Cecilio Acosta (92,5%), San Isidro (86,67%), Antonio Borjas Romero (85%), Chiquinquirá (80%),
Cacique Mara (80%), Luis Hurtado Higuera (78%), Coquivacoa (77,5%), Bolívar (73,33%), Cristo de
Aranza (68%), Santa Lucía (66,67%), Raúl Leoni (66%), Caracciolo Parra Pérez (64%), Juana de
Ávila (63,33%), e Idelfonso Vásquez (50%).

3. Revisión de antecedentes en la materia


3.1. Análisis de estándares internacionales en la materia
Sobre este tema, los principales referentes internacionales en materia alimentaria son el PMA
y la FAO. El PMA (2019) afirma que durante las últimas dos décadas la región de América Latina y
el Caribe, ha realizado importantes progresos en la eliminación del hambre, el logro de la seguridad
alimentaria y la mejora de la nutrición. Por tanto, es evidente que la región cuenta con capacidad
para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS 2) de la Agenda de Desarrollo Sostenible, el
denominado Hambre Cero. Sin embargo, la alimentación aún presenta distintos desafíos, y a la vez
aparecen otros nuevos, que agravan los problemas de malnutrición y ponen en riesgo el alcance de
otros ODS. Establece el PMA que es fundamental mantener y acelerar la reducción de la
subalimentación y de otros retos asociados a la falta de acceso a alimentos suficientes y adecuados
para cubrir los requerimientos mínimos de energía y nutrientes de las personas.

En el mismo orden de ideas, las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS 2) de la
Agenda de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas son los siguientes:

En primer término, para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las
personas, en particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a
una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año. Sobre este punto, el PMA (2019)
incluye dos indicadores: el indicador de la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o
grave según la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES, por sus siglas en inglés), que
deriva de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (Elcsa). Esta medición permite
comprender mejor la complejidad del fenómeno del hambre, valorando la experiencia de los hogares
para acceder a suficientes alimentos de calidad. De acuerdo al PMA (2019), es un indicador
especialmente relevante para América Latina y el Caribe dado que presenta mayor capacidad para
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
Zulia (2020) | 29

identificar los cambios en la seguridad alimentaria de países de renta media y media-alta porque los
problemas de inseguridad alimentaria en estos países están más frecuentemente asociados con
fenómenos estacionales que permanentes. A su vez, permite desagregar la información por
individuos, lo que facilita la caracterización de la inseguridad alimentaria, por ejemplo, según sexo o
grupo étnico. Sobre Venezuela, el PMA (2019), afirma que el número de personas con hambre se
multiplicó por más de dos, de 2,9 millones de personas en 2013-2015 a 6,8 millones en 2016-2018.

Sobre este punto, de acuerdo al PMA (2019), se dice que las personas se encuentran en
situación de inseguridad alimentaria grave cuando el miembro o miembros del hogar, se hayan
quedado sin alimentos, hayan experimentado hambre y, en las situaciones más extremas, hayan
pasado varios días sin comer. En cambio, se habla de inseguridad alimentaria moderada cuando los
miembros de una familia se ven obligados a modificar la cantidad o calidad de los alimentos como
consecuencia de las incertidumbres asociadas a su capacidad de acceder a alimentos. Finalmente,
existe seguridad alimentaria cuando se tiene acceso suficiente a los alimentos, tanto en términos de
calidad como de cantidad.

En segundo lugar, para 2030, poner fin a todas las formas de malnutrición, incluso logrando,
a más tardar en 2025, las metas convenidas internacionalmente sobre el retraso del crecimiento y la
emaciación de los niños menores de 5 años, y abordar las necesidades de nutrición de las
adolescentes, las mujeres embarazadas y lactantes y las personas de edad. De acuerdo a la FAO
(2019), la subalimentación se define como la condición de un individuo cuyo consumo habitual de
alimentos es insuficiente para proporcionarle la cantidad de energía alimentaria necesaria para llevar
una vida normal, activa y sana. En cambio, la desnutrición es el resultado de una ingesta nutricional
deficiente en cantidad o calidad, o de la absorción o uso biológico deficientes de los nutrientes
consumidos como resultado de casos repetidos de enfermedades. La desnutrición incluye la
insuficiencia ponderal en relación con la edad, la estatura demasiado baja para la edad (retraso del
crecimiento), la delgadez peligrosa en relación con la estatura (emaciación) y el déficit de vitaminas y
minerales (malnutrición por carencia de micronutrientes).

En tercer lugar, para 2030, duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los
productores de alimentos en pequeña escala, en particular las mujeres, los pueblos indígenas, los
agricultores familiares, los pastores y los pescadores, entre otras cosas mediante un acceso seguro y
equitativo a las tierras, a otros recursos de producción e insumos, conocimientos, servicios
financieros, mercados y oportunidades para la generación de valor añadido y empleos no agrícolas.

En cuarto lugar, para 2030, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de


alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción,
contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio
climático, los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y
mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.

En quinto lugar, para 2020, mantener la diversidad genética de las semillas, las plantas
cultivadas y los animales de granja y domesticados y sus especies silvestres conexas, entre otras cosas
mediante una buena gestión y diversificación de los bancos de semillas y plantas a nivel nacional,
regional e internacional, y promover el acceso a los beneficios que se deriven de la utilización de los
recursos genéticos y los conocimientos tradicionales y su distribución justa y equitativa, como se ha
convenido internacionalmente. Para tal fin, se utilizan dos indicadores: número de recursos genéticos
vegetales y animales para la alimentación y la agricultura en instalaciones de conservación a medio y
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largo plazo; y la proporción de razas locales clasificadas según su situación de riesgo, ausencia de
riesgo o nivel de riesgo de extinción desconocido.

En sexto lugar, aumentar las inversiones, incluso mediante una mayor cooperación
internacional, en la infraestructura rural, la investigación agrícola y los servicios de extensión, el
desarrollo tecnológico y los bancos de genes de plantas y ganado a fin de mejorar la capacidad de
producción agrícola en los países en desarrollo, en particular en los países menos adelantados. Por
ello, se utilizan dos indicadores: índice de orientación agrícola para los gastos públicos; y total de
corrientes oficiales (asistencia oficial para el desarrollo más otras corrientes oficiales) destinado al
sector de la agricultura.

En séptimo lugar, corregir y prevenir las restricciones y distorsiones comerciales en los


mercados agropecuarios mundiales, entre otras cosas mediante la eliminación paralela de todas las
formas de subvenciones a las exportaciones agrícolas y todas las medidas de exportación con efectos
equivalentes, de conformidad con el mandato de la Ronda de Doha para el Desarrollo. Para tal fin,
se toma en cuenta el indicador de los subsidios a la exportación de productos agropecuarios.

Por último, adoptar medidas para asegurar el buen funcionamiento de los mercados de
productos básicos alimentarios y sus derivados y facilitar el acceso oportuno a información sobre los
mercados, en particular sobre las reservas de alimentos, a fin de ayudar a limitar la extrema
volatilidad de los precios de los alimentos. Para ello, se utiliza el indicador de anomalías en los
precios de los alimentos.

Por otra parte, continuando con los estándares internacionales en materia alimentaria,
podemos destacar las Directrices Voluntarias en apoyo de la Realización Progresiva del Derecho a una
Alimentación Adecuada en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional, emitidas por la FAO en 2004.

En este sentido, la FAO (2004) establece que existe seguridad alimentaria cuando todas las
personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y
nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a
fin de llevar una vida activa y sana. De acuerdo al organismo, los cuatro pilares de la seguridad
alimentaria son la disponibilidad, la estabilidad del suministro, el acceso y la utilización.

En el mismo orden de ideas, la FAO (2004) contempla que la realización progresiva del
derecho a una alimentación adecuada exige que los Estados cumplan sus obligaciones pertinentes, en
virtud del derecho internacional, relativas a los derechos humanos. Las Directrices Voluntarias tienen
por objeto garantizar la disponibilidad de alimentos en cantidad suficiente y de calidad apropiada
para satisfacer las necesidades alimentarias de los individuos; la accesibilidad física y económica
universal, incluso de los grupos vulnerables, a alimentos adecuados, libres de sustancias nocivas y
aceptables para una cultura determinada; o los medios para procurárselos.

Por ello, según la FAO (2004), los Estados tienen diversas obligaciones en virtud de los
instrumentos internacionales para la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada.
En especial, los Estados partes en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales tienen la obligación de respetar, promover y proteger el derecho a una alimentación
adecuada, así como de tomar las medidas oportunas para lograr progresivamente su plena
realización. La FAO concluye que los Estados partes deberían respetar el acceso existente a una
alimentación adecuada absteniéndose de adoptar medidas de ningún tipo que tengan por resultado
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
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impedir ese acceso, y deberían proteger el derecho de toda persona a una alimentación adecuada
adoptando medidas para velar por que las empresas o los particulares no priven a las personas de su
acceso a una alimentación adecuada.

Asimismo, indica la FAO (2004), que los Estados partes deberían promover políticas
encaminadas a contribuir a la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada de la
población participando de manera activa en actividades orientadas a fortalecer el acceso de la
población a los recursos y medios necesarios para garantizar su subsistencia, incluida la seguridad
alimentaria, así como a reforzar la utilización de aquellos, debiendo establecer y mantener, en la
medida en que lo permitan los recursos, redes de seguridad u otros mecanismos de asistencia para
proteger a quienes no puedan mantenerse por sí mismos.

Sobre este tema, en el plano nacional, la FAO (2004) confirma que el enfoque de la
seguridad alimentaria basado en los derechos humanos resalta la universalidad, interdependencia e
indivisibilidad de los derechos humanos y las interrelaciones entre éstos, las obligaciones de los
Estados y los papeles de las partes interesadas pertinentes. Asimismo, hace hincapié en la
consecución de la seguridad alimentaria en cuanto resultado de la realización de los derechos
existentes y engloba determinados principios esenciales: la necesidad de poner a las personas en
condiciones de realizar el derecho a tomar parte en la gestión de los asuntos públicos, el derecho a la
libertad de expresión y el derecho a buscar, recibir y transmitir información, incluso en relación con
la adopción de decisiones relativas a las políticas para la realización del derecho a una alimentación
adecuada.

Por ello, concluye la FAO (2004), un enfoque de este tipo debería tener en cuenta la
necesidad de prestar especial atención a las personas pobres y vulnerables, que a menudo resultan
excluidas de los procesos que determinan las políticas de promoción de la seguridad alimentaria y la
necesidad de crear sociedades incluyentes libres de discriminación en lo que se refiere al
cumplimiento por el Estado de sus obligaciones de promover y respetar los derechos humanos. Con
arreglo a este enfoque, la ciudadanía considera que sus gobiernos tienen que rendir cuentas y
participar en el proceso de desarrollo humano, en lugar de limitarse a ser receptores pasivos. Un
enfoque basado en los derechos humanos exige no sólo tender al resultado definitivo de la abolición
del hambre, sino también proponer formas de alcanzar ese objetivo. La aplicación de los principios
de los derechos humanos forma parte integrante del proceso.

Por otra parte, podemos destacar como estándar internacional el enfoque estructural del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2019a), en el Documento de Marco Sectorial de Seguridad
Alimentaria, que establece los principales desafíos que enfrenta la región de América Latina y el
Caribe, así como las directrices y políticas dirigidas al logro de este objetivo.

De acuerdo al BID (2019a), el concepto de seguridad alimentaria abarca cuatro dimensiones:


En primer término, la disponibilidad, que se refiere a la oferta de alimentos a nivel nacional o local.
Esta puede ser generada a través de la producción agrícola doméstica o el intercambio comercial y
puede ser incrementada mediante intervenciones dirigidas a aumentar la producción a nivel nacional,
regional o local y/o facilitar las importaciones de alimentos.

En segundo lugar, el acceso, refiriéndose a la disponibilidad de recursos con la que cuentan


los hogares para adquirir una cantidad apropiada de alimentos. Este puede ser mejorado a través de
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
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intervenciones que aumenten los ingresos de la población, promoviendo la producción agrícola para
aumentar el autoconsumo y generando empleos de calidad.

En tercer término, la utilización, la cual se refiere a la calidad de los alimentos requerida para
obtener un estado nutricional adecuado y vivir una vida saludable. Esta se puede mejorar
aumentando la inocuidad de los alimentos, ampliando el acceso al agua potable, mejorando la calidad
de la dieta y reduciendo la obesidad.

En cuarto lugar, la estabilidad, refiriéndose a la capacidad de tener acceso constante a


cantidades adecuadas de alimentos de calidad. Esta puede ser mejorada reduciendo la vulnerabilidad
de los sistemas alimentarios a los desastres naturales, el cambio climático y a las fluctuaciones de los
precios.

Todo lo anterior, de acuerdo al BID (2019a), implica facilitar una coordinación eficaz entre
todos los sectores e instituciones involucrados, lo que significa que las intervenciones que tienen
como objetivo mejorar la seguridad alimentaria deben estar alineadas para abarcar múltiples
dimensiones que incluyen la producción agrícola, la salud y la nutrición, la protección social, el agua
y el saneamiento, entre otros. Por lo tanto, las líneas de acción propuestas deben estar alineadas con
las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria y con el objetivo transversal de fomentar la
coordinación intersectorial.

A modo de conclusión, el BID (2019a), considera que las intervenciones en los sectores de
agricultura y protección social tienen el mayor potencial para mejorar la seguridad alimentaria y la
nutrición. La coordinación entre los dos sectores, podría ser un medio para integrar acciones
sensibles a la nutrición con esfuerzos para aumentar la productividad agrícola y la resiliencia al
cambio climático. Una clave para lograr esta coordinación es la adopción de mecanismos en todos
los niveles de gobierno para garantizar la coherencia de las políticas entre los diversos sectores y el
fortalecimiento de complementariedades y sinergias.

Sobre este aspecto, es relevante destacar el Marco de Programación por Países de la FAO para
Venezuela en el período 2013-2016, que fue elaborado con la colaboración de la FAO y el gobierno
venezolano, tomando en consideración las prioridades nacionales, enfocadas en el apoyo al
desarrollo agrícola sustentable, el apoyo a las iniciativas conducentes a lograr la seguridad y soberanía
agroalimentaria, el apoyo en la adaptación al cambio climático, la gestión de riesgo y la preservación
del ambiente, y la promoción de la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre (Ialcsh), y apoyar la
Cooperación Sur-Sur.

3.2. Identificación de mejores prácticas en los ámbitos regional e internacional


Al momento de identificar las mejores prácticas a nivel regional e internacional, hay que
tomar en cuenta los esfuerzos multilaterales que se encuentran vigentes, en el marco de la Agenda de
Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas.

En primer lugar, podemos destacar el Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación
del Hambre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) 2025. La Celac ha afirmado
que América Latina es la subregión que mayores avances ha hecho, logrando tanto la meta del
Objetivo de Desarrollo del Milenio, al disminuir su prevalencia de subalimentación de 14,4% en
1990/1992 a 5,1%% en 2012/2014, como también la meta más ambiciosa de la Cumbre Mundial de
la Alimentación (CMA) de 1996, reduciendo su número total de personas que sufren hambre, de
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
Zulia (2020) | 33

60,3 millones a 29,5 millones en el mismo período. Estos logros alcanzados, establece la Celac,
reflejan el compromiso de los países con la implementación de políticas orientadas hacia la
reducción de la pobreza y la desigualdad, aplicadas en el marco de un enfoque de derechos humanos.
El compromiso político tanto a nivel nacional como regional para erradicar el hambre se transformó
en la base para la implementación de marcos institucionales, mecanismos de gobernanza y políticas
públicas integrales para la seguridad alimentaria y nutricional, permitiendo llevar a cabo
intervenciones de corto y largo plazo (enfoque de doble vía).

A tal efecto, la Celac establece que ha asumido el compromiso de garantizar la seguridad


alimentaria y nutricional a través de una estrategia de erradicación del hambre y la pobreza en los
Estados miembros. Por ello, la Celac afirma que la voluntad política ha estado determinada y
direccionada a generar mecanismos efectivos para lograr la meta en 2025, en una región que muestra
importantes avances en la materia, con la aplicación de políticas sectoriales que promueven el
bienestar de las poblaciones, aumentando la resiliencia y promoviendo mejores prácticas. El
compromiso, que fue adquirido por los países de la región en el año 2005 a través de la Iniciativa
América Latina y Caribe sin Hambre, en el marco de la Cumbre Latinoamericana sobre Hambre Crónica,
permanece vigente tal como se señala en las dos declaraciones de jefes de estado y de gobierno de la
Celac (2013 y 2014).

En este sentido, la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre 2025 (Ialcsh) de la FAO,
acompaña procesos políticos vinculados a la erradicación del hambre y de la malnutrición,
entendiendo, en todo momento, que son los Estados y sus sociedades, los responsables de enfrentar
los principales retos vinculados con la aplicación del derecho a la alimentación. Por tanto, en
conjunto con otras unidades y proyectos de FAO, ejerce un rol facilitador para impulsar el diálogo y
la cooperación entre múltiples actores provenientes de las ramas de gestión de los Estados (ejecutiva,
legislativa y judicial), la academia, la sociedad civil, la empresa privada, entre otros sectores. En ese
contexto, la FAO establece que el objetivo general de la Ialcsh es lograr amplios consensos que
conduzcan a una efectiva implementación de las políticas públicas en seguridad alimentaria y
nutricional, en cada uno de los países de América Latina y el Caribe.

En este sentido, la Celac puso en marcha el Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y


Erradicación del Hambre 2025, que, junto a la Agenda de Desarrollo Sostenible, corresponden a las
principales hojas de ruta de los países de la región para responder a la Iniciativa América Latina y el
Caribe sin Hambre 2025.

La Celac, por otra parte, pese a la amplitud, diversidad y las diferencias de proyectos
políticos, sociales y económicos de la región, para la elaboración del Plan para la Seguridad Alimentaria,
Nutrición y Erradicación del Hambre 2025 se consideraron como lineamientos conceptuales y
estratégicos los siguientes aspectos:

En primer lugar, las diversas declaraciones de las cumbres que orientan para procesos de
reducción de brechas y asimetrías en materia de desarrollo de los países; en segundo lugar, fortalecer
procesos de integración regional y el compromiso político de erradicación del hambre y la pobreza
extrema; en tercer lugar, proposiciones desde perspectiva de los derechos humanos; en cuarto lugar,
retoma y propone directrices de la Celac para el tema social que parten del Plan de Acción de Políticas
Públicas en Materia de Acción Social de la Celac (2013) y el Plan de Acción de la Celac (2014), ambos
refrendados por los Presidentes y Jefes de Estado en La Habana, donde se orienta la elaboración y
organización de las propuestas según los cuatro pilares de la seguridad alimentaria y nutricional:
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
Zulia (2020) | 34

disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad, y se solicita a la FAO, con el apoyo de la Asociación


Latinoamericana de Integración (Aladi) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal), la preparación del referido Plan; en quinto lugar, se toman las buenas prácticas de diversas
políticas públicas que los Gobiernos están actualmente aplicando en sus países y con gran impacto
sobre las familias vulnerables; y en sexto lugar, los temas de género, pueblos indígenas y
fortalecimiento de la sociedad civil y movimientos sociales, desafíos globales para la erradicación del
hambre y la pobreza, acceso al agua potable y segura, y producción sustentable, como transversales y
orientadores de las acciones.

En el mismo orden de ideas, la Celac ha establecido que el citado Plan tiene como objetivo
contribuir a alcanzar resultados concretos que se traduzcan en mejoras significativas en la calidad de
vida de nuestros pueblos, dirigidas a la erradicación de la pobreza, en especial de la pobreza extrema,
que garanticen la seguridad alimentaria y la nutrición, con enfoque de género y respetando la
diversidad de hábitos alimentarios, para afrontar los desafíos de la seguridad alimentaria y la
nutrición con vistas a la erradicación del hambre y al disfrute del derecho a la alimentación, y en
concreto, de todos los sectores en situación de vulnerabilidad.

Asimismo, en la definición de las líneas de acción, se ha considerado un enfoque político del


problema, refrendado en diferentes foros multilaterales de promover una agenda común en torno a
la seguridad alimentaria y nutricional. Se fundamenta, además, en que la solución para la erradicación
del hambre se puede conseguir con el fortalecimiento y articulación de políticas que los países ya
están implementando, reconociendo siempre las características propias y los procesos llevados a
cabo por cada uno de ellos, incorporando una visión integradora y en función de la diversidad de
condiciones presentes en América Latina y el Caribe y sus propias dinámicas internas, partiendo de
los pilares definidos en el Programa Latinoamericano y Caribeño de Erradicación del Hambre y la Pobreza.

En efecto, la Celac indica que el Programa Latinoamericano y Caribeño de Erradicación del Hambre y
la Pobreza constituye uno de los componentes del Plan de Acción de Políticas Públicas en Materia de Acción
que fue acordado en la I Reunión de Ministros de Desarrollo Social de la Celac (Caracas, julio 2014)
y refrendado por los presidentes y jefes de estado y de gobierno en la II Cumbre de la Celac en La
Habana (enero 2014), planteando la revisión de las políticas nacionales con una mirada regional
desde la óptica de cuatro pilares, que se han considerado como línea de base para generar líneas de
acción en el Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la Celac, preparado
por FAO con el apoyo de Aladi y Cepal.

4. Formulación de propuesta de política pública


Continuando con la metodología de trabajo de este documento, la formulación de esta
propuesta de política pública se lleva a cabo a través de la descripción de una serie de actividades en
función de cada elemento que conforma la seguridad alimentaria. De esta manera, se desarrollan
respuestas destinadas al alcance de cada elemento que conforma la seguridad alimentaria, mitigando
de manera directa o indirecta los diversos problemas descritos en secciones anteriores.

Cada actividad a desarrollar tiene expresado la acción a tomar, su objetivo, los recursos y
actores necesarios para llevarla a cabo, así como la descripción de los indicadores necesarios para
llevar a cabo su correcto monitoreo.
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia (2020) | 35

Elemento Actividad Objetivo Recursos Actores involucrados Indicadores

Incluir objetivos y Cumplimiento del Acuerdos y Presidencia de la 1. Número de objetivos en


políticas en favor del marco jurídico voluntades República, Ministerios favor del derecho a la
derecho a la nacional de políticas relacionados con la alimentación incluidos en las
alimentación en entes protección al materia, Asamblea normativas del Ministerio
del Estado derecho a la Nacional, Gobernación,
seguridad alimentaria Alcaldía del Municipio
01 Maracaibo, Dirección
de Educación de
Maracaibo, Partidos 2. Número de políticas
políticos, Actores impulsadas en favor del
internacionales, Medios derecho a la alimentación
de comunicación, OSC por órganos y entes estatales
de la región

Generar acuerdos de Facilitación a la Voluntad Cuerpos de Seguridad 1. Número de


despliegue de producción política, Estatales, Gobernación cuerpos policiales
Disponibilidad seguridad y protección despliegue de desplegados
en zonas productoras fuerzas de
02 del Estado Zulia seguridad del 2. Número de eventos
Estado violentos (robo, hurto,
extorsión) en zonas
productores del Estado
Zulia

Brindar un marco Facilitación al Voluntad Asamblea Nacional, 1. Número de medidas


normativo de comercio política, actos Presidencia de la tomadas para la facilitación
facilitación de internacional y legislativos República y Ministerios de comercio internacional
importación de aseguramiento de nacionales, relacionados a la
productos, materias materia prima e recursos materia 2. Número de
03 importaciones de productos
primas y mercancías insumos económicos
(aranceles, medidas no objetivo
arancelarias,
adecuación de
procesos aduaneros a
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia (2020) | 36

estándares
internacionales)

Reforzar y aplicar el Cumplimiento del Voluntad Asamblea Nacional, 1. Número de normas de


marco jurídico marco normativo y política, Presidencia de la normas aplicadas
sancionatorio vigente garantizar la acuerdos, actos República y Ministerios
04 2. Número de funcionarios
en casos de abusos de seguridad jurídica legislativos relacionados con la
poder materia, Gobernación, sancionados
Alcaldía

Brindar incentivos e Fomento a la Acuerdos, actos Dirección de 1. Número de


invertir directamente inversión e legislativos, Educación, Bancos incentivos brindados
en capacitación y innovación en recursos regionales,
educación formal sectores productores económicos Universidades e 2. Número de ciudadanos
05 técnica, agrícola, y de de alimentos Institutos de capacitados
oficios Formación Técnica y
Superior 3. Número de graduados
con trabajo en el área de
estudio

Realizar convenios Intercambio de Voluntad Alcaldía, Dirección de 1. Número de


con Institutos de técnicas y métodos política, Educación, estudiantes beneficiados
Educación de innovación de acuerdos, Universidades,
Internacionales agricultura y sectores recursos Institutos Técnicos, 2. Número de técnicos
especializados en productivos económicos Gremios de sectores capacitados
06 sectores productores productivos
de alimentos 3. Número de
investigaciones desarrolladas

4. Número de convenios
formalizados

Reactivar gradual y Aseguramiento de Voluntad Alcaldía, Gobernación, 1. Número de


07 completamente materia prima e política, Inversionistas/Sector empresas proveedoras de
empresas proveedoras insumos acuerdos, actos Privado servicios básicos reactivadas
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia (2020) | 37

de servicios básicos legislativos 2. Número de fallas en la


(energía eléctrica, prestación de servicios
agua, gas doméstico, públicos
telefonía)

Reactivar planes de Aseguramiento Voluntad Alcaldía, Gobernación, 1. Número de


inversión en plantas materia prima e política, Inversionistas/Sector horas de trabajo en la
generadoras de insumos acuerdos, actos Privado, Actores reactivación de las plantas
08 electricidad en la legislativos, internacionales eléctricas en la región
región mediante recursos (financieros)
financiamiento económicos 2. USD invertidos en
internacional materia necesaria para la
restauración

Otorgar Fomento de Acuerdos, Presidencia de la 1. Número de


financiamiento directo inversión e recursos República, Ministerios préstamos otorgados
a productores innovación en económicos relacionados con la
agrícolas de la región, sectores productores materia, Asamblea 2. Número de productores
mediante inyección de de alimentos, Nacional, Gobernación, beneficiados
09 capital a través de generación de Alcaldía del Municipio
préstamos empleo y Maracaibo, 3. Número de cosechas
reactivación de Actores internacionales, producidas producto del
consumo Gremio del sector financiamiento
agrícola
4. USD invertidos en
préstamos

Brindar un marco Aseguramiento de Voluntad Asamblea Nacional, 1. Número de medidas


normativo e materia prima e política, actos Presidencia de la tomadas para incentivar la
incentivos para la insumos legislativos República y Ministerios producción interna de
producción interna de nacionales, relacionados con la materia prima
10
materia prima recursos materia, Gobernación,
(semillas, medicina económicos Alcaldía 2. Cantidad de materia
animal y vegetal, entre prima producida
otras)
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia (2020) | 38

Reactivar la Aseguramiento de Voluntad Presidencia de la 1. USD


producción interna de materia prima e política, actos República y Ministerios invertidos en materia
combustible y insumos legislativos relacionados con la necesaria para la
aplicación de un plan nacionales, materia, Gobernación, reactivación
11 especial de surtido recursos Alcaldía
para las productores, económicos
2. Número de productores,
distribuidores y
distribuidores y
comerciantes de
comerciantes beneficiados
alimentos

Otorgar permisos a Readecuación de Voluntad Ministerios 1. Número de materiales e


organismos capacidades físicas y política, relacionados con la insumos recibidos
internacionales para materiales de la acuerdos, materia, Alcaldía,
dar entrada a insumos población y recursos Gobernación, Actores
y material de ayuda reactivación del económicos internacionales,
humanitaria, con consumo Hospitales,
especial orientación a Instituciones dedicadas
12
insumos para niños y a la atención de 2. Número de beneficiados
adolescentes, adultos población vulnerable,
mayores, mujeres, OSC de la región
personas con
discapacidad, personas
con enfermedad
Accesibilidad crónica

Atender a población Readecuación de Voluntad civil y Alcaldía, Gobernación, 1. Número de


vulnerable en riesgo capacidades de política, recursos Actores materiales e insumos
de desnutrición o físicas y materiales económicos Internacionales, distribuidos
13
estado crítico, a través de la población y Hospitales, Geriátricos,
de un programa de reactivación del OSC de la región 2. Número de beneficiados
atención nutricional consumo

Realizar transferencias Readecuación de Voluntad Alcaldía, Actores 1. USD


directas a jefes de capacidades físicas y política, internacionales, OSC de transferidos a los
14 familia (dinero, materiales de la acuerdos, la región beneficiarios
alimentos e insumos) población y recursos
2. Número de insumos y
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia (2020) | 39

con especial énfasis en reactivación el económicos materias distribuidas a


parroquias y zonas consumo beneficiarios
más vulnerables
3. Número de beneficiados

Incrementar el Satisfacción de Voluntad Gobernación, Alcaldía 1. Número de


número de necesidades política, alimentos distribuidos a
destinatarios, sin alimentarias acuerdos, beneficiarios
distinción alguna, inmediatas de la recursos
15 optimizando los población económicos
períodos de
distribución de los 2. Número de beneficiados
programas oficiales de
entrega de alimentos

Ajustar y adecuar el Readecuación Voluntad Asamblea Nacional, 1. Número de beneficiados


salario mínimo capacidades físicas y política, Presidencia de la
mensual y pensiones materiales de la acuerdos, actos República,
16 población y legislativos Ministerios
reactivación del relacionados con la
consumo materia, Gobernación,
Alcaldía

Desplegar contenido Satisfacción de Voluntad civil y Alcaldía, Escuelas de 1. Número de oyentes


educativo nutricional necesidades política, recursos Nutrición y
en escuelas, abastos, alimentarias de la económicos relacionadas a la Salud,
mercados, autobuses y población Dirección de
Suficiencia y 17 lugares de mayor Educación, Actores
concentración internacionales, OSC de 2. Número de contenidos
adecuación
nutricional poblacional (énfasis en la región, Medios de desplegados
parroquias y zonas comunicación social
vulnerables)

Reactivar institutos Brindar información Voluntad Alcaldía, Escuelas de 1. Número de


18
encargados de brindar sobre condiciones política, recursos Nutrición y entes reactivados
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia (2020) | 40

cifras y estadísticas en físicas y de salud de económicos relacionadas a la Salud, 2. Número de estudios


materia de salud, la población Dirección de desarrollados
alimentación e índices Educación, OSC de la
nutricionales región 3. Número de datos
publicados

4. Número de población
estudiada

Reactivar gradual y Aseguramiento de Voluntad Alcaldía, Gobernación, 1. Número de empresas


completamente materia prima e política, Inversionistas/Sector proveedoras de servicios
empresas proveedoras insumos acuerdos, actos Privado básicos reactivadas
de servicios básicos legislativos
07 2. Número de fallas en la
(energía eléctrica,
agua, gas doméstico, prestación de servicios
telefonía) públicos

Optimizar programas Satisfacción de Voluntad Gobernación, Alcaldía, 1. Número de alimentos


oficiales de entrega de necesidades política, Escuelas de Nutrición distribuidos a beneficiarios
alimentos saludables y alimentarias y acuerdos,
proporcionales con un disminución de recursos
19
cierto número de adopción de económicos
kilocalorías estrategias de 2. Número de beneficiados
establecidas en las afrontamiento
pautas de nutrición perjudiciales

Reactivar institutos 1. Número de entes


encargados de reactivados
Alcaldía, Escuelas de
controlar los índices
Nutrición y 2. Número de estudios
nutricionales de los Brindar información
Voluntad relacionadas a la Salud, desarrollados
alimentos y las sobre condiciones
20 política, recursos Dirección de
porciones y raciones físicas y de salud de 3. Número de datos
económicos Educación, Actores
necesarias por la población publicados
internacionales, OSC de
persona, en atención a
la región
sus condiciones físicas 4. Número de población
y de salud estudiada
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
Zulia (2020) | 41

5. Descripción de cronograma de actividades


Este cronograma de actividades se realiza atendiendo a estimaciones y consideraciones
propias, y calificando la prioridad de las acciones que deben ser ejecutadas a corto y mediano plazo.
Por ello debe hacerse su lectura entendiendo que las numeraciones expresadas hacen referencia al
número de período en el que se recomienda el desarrollo de las actividades, y en ninguna forma, a
días, meses o años, pues esto corresponde ser establecido a los actores involucrados en la puesta en
marcha del marco de acción. Se recomienda consultar aspectos específicos de desarrollo de
infraestructura y establecimiento de relaciones y acuerdos con consultores y expertos específicos
para cada materia, de tal forma que pueda especificarse en tiempos concretos de meses en los que
cada acción deba desarrollarse.

En cuanto a los colores señalados, se hace referencia a un conjunto de actividades en color


amarillo, para resaltar la urgencia con la que dichas actividades deben llevarse a cabo. Es decir, estas
actividades, frente a las de color púrpura, se consideran de carácter urgente a aplicar para el logro de
los objetivos planteados.
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia (2020) | 42

Actividad 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Otorgar permisos a organismos internacionales para dar entrada a insumos y material de ayuda humanitaria, con
12 especial orientación a insumos para niños y adolescentes, adultos mayores, mujeres, personas con discapacidad,
personas con enfermedad crónica
Atender a población vulnerable en riesgo de desnutrición o estado crítico, a través de un programa de atención
13
nutricional
01 Incluir objetivos y políticas en favor del derecho a la alimentación en entes del Estado
02 Generar acuerdos de despliegue de seguridad y protección en zonas productoras del Estado Zulia
16 Ajustar y adecuar el salario mínimo mensual y pensiones
Realizar transferencias directas a jefes de familia (dinero, alimentos e insumos) con especial énfasis en parroquias
14
y zonas más vulnerables
Incrementar el número de destinatarios, sin distinción alguna, optimizando los períodos de distribución de los
15
programas oficiales de entrega de alimentos
Optimizar programas oficiales de entrega de alimentos saludables y proporcionales con un cierto número de
19
kilocalorías establecidas en las pautas de nutrición
Reactivar planes de inversión en plantas generadoras de electricidad en la región mediante financiamiento
08
internacional
Reactivar gradual y completamente empresas proveedoras de servicios básicos (energía eléctrica, agua, gas
07
doméstico, telefonía)
Otorgar financiamiento directo a productores agrícolas de la región, mediante inyección de capital a través de
09
préstamos
Desplegar contenido educativo nutricional en escuelas, abastos, mercados, autobuses y lugares de mayor
17
concentración poblacional (énfasis en parroquias y zonas vulnerables)
Brindar un marco normativo de facilitación de importación de productos, materias primas y mercancías
03
(aranceles, medidas no arancelarias, adecuación de procesos aduaneros a estándares internacionales)
Reactivar institutos encargados de brindar cifras y estadísticas en materia de salud, alimentación e índices
18
nutricionales
Brindar un marco normativo e incentivos para la producción interna de materia prima (semillas, medicina animal
10
y vegetal, entre otras)
05 Brindar incentivos e invertir directamente en capacitación y educación formal técnica, agrícola, y de oficios
Realizar convenios con Institutos de Educación Internacionales especializados en sectores productores de
06
alimentos
04 Reforzar y aplicar el marco jurídico sancionatorio vigente en casos de abusos de poder
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
Zulia (2020) | 43

6. Análisis de influencia de actores


En esta matriz se señalan los actores correspondientes a cada actividad del marco de acción.
Con el número 1, se indica que el actor de la primera columna tiene incidencia o interviene en el
desenvolvimiento de dicha actividad, mientras que con el 0 se señala que no interviene en su puesta
en marcha.

Ahora bien, el análisis de esta herramienta se sustrae de la siguiente forma: al sumar de


manera vertical, se obtiene el número de actores que deben intervenir para el desarrollo de esta
actividad. Obteniendo que las actividades número 1, 9 y 12, son las que requieren mayor cantidad de
actores para llevarlas a cabo. Esto resulta importante porque estas actividades requerirán una buena
coordinación, comunicación y negociación entre la cantidad de actores involucrados.

Ahora bien, al sumar de manera horizontal, se obtiene la cantidad de actividades en las que
cada actor está involucrado o del que se requiere cierta intervención. Es así como resultan la Alcaldía
del Municipio Maracaibo, Gobernación del Estado Zulia, Presidencia de la República y sus
ministerios de acuerdo a la materia, actores internacionales, y OSC de la región, con mayor número
de actividades en las que se ven involucrados. Esto significa que estos actores van a resultar
indispensables, requiriéndose un contexto de confianza para promover relaciones fuertes y
provechosas. Esta propuesta se presentará a estos actores en un primer momento para consultar sus
opiniones, tomarlas en cuenta y generar compromisos.
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado Zulia (2020) | 44

Actores intervinientes / Actividades 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Total


Presidente de la República 1 0 1 1 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 7
Ministros 1 0 1 1 0 0 0 0 1 1 1 1 0 0 0 1 0 0 0 0 8
Asamblea Nacional 1 0 1 1 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 6
Gobernación 1 1 0 1 0 0 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 0 0 1 0 13
Alcaldía del Municipio Maracaibo 1 0 0 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 17
Dirección de Educación de Maracaibo 1 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 6
Cuerpos de Seguridad Estatales 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1
Partidos políticos 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1
Universidades e Institutos de Formación Técnica y Superior 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 5
Hospitales 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 2
Geriátricos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 2
Gremios de sectores productivos 0 0 0 0 0 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2
Inversionistas/Sector Privado 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 3
Medios de comunicación social 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 2
Bancos Regionales 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1
Actores Internacionales 1 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 1 1 1 0 0 1 0 0 1 8
OSC de la región 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 1 1 0 1 7
Total 10 2 3 5 3 4 3 4 7 5 4 7 6 3 2 5 6 4 3 5
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
Zulia (2020) | 45

7. Formulación de mecanismos de control


Una vez desarrollado el marco de acción para el restablecimiento de los niveles de seguridad
alimentaria en el municipio Maracaibo del estado Zulia, se hace necesario formular ciertos criterios o
mecanismos de control aplicables.

Este control abarca dos aspectos: (i) el control del desarrollo de las actividades propuestas; y
(ii) la evaluación periódica del derecho que se pretende restablecer. Y sobre ambos, se exponen
ciertas consideraciones.

En relación con el primer aspecto, referido al control y evaluación de puesta en marcha de


las actividades que conforman la política pública, debe señalarse que fue propuesto un esquema de
indicadores que permite una adecuada evaluación. Estos indicadores fueron diseñados para abarcar
no solo el elemento práctico al desarrollar las actividades si no también su efectividad y alcance. Esto
puede notarse al encontrarse algunos indicadores referidos a la cantidad de personas beneficiadas
con la actividad correspondiente. Ello por tanto, permitirá obtener resultados concretos del número
personas al que efectivamente ha impactado de forma positiva la puesta en marcha del marco de
acción.

Esto a su vez, puede ser utilizado para denotar un marco positivo del desarrollo de las
actividades, pues permite plantear pequeñas victorias consolidadas y generar apoyo e implicación por
parte de la ciudadanía para aplicar esta y las demás actividades planteadas.

Sobre el segundo aspecto, cabe resaltar varios señalamientos realizados por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH, 2018). Esta ha sostenido que este proceso de
evaluación y control está orientado a indagar sobre diversos aspectos que abarca el diseño e
implementación de la política pública, pero la evaluación con un enfoque particular de derechos
humanos va a tener como objetivo revisar la efectividad de la política como herramienta para la
realización de derechos.

Es por ello que la creación de sistemas de monitoreo y evaluación se vinculan al


cumplimiento adecuado de las obligaciones internacionales de los Estados y a los principios relativos
al buen gobierno y, en particular, el principio de transparencia y de rendición de cuentas.

Estos mecanismos pueden contar con procesos de monitoreo periódico como herramientas
de relevamiento y sistematización de información que permitan identificar a lo largo de la etapa de
implementación de la política algunos aspectos que deban modificarse o reforzarse para garantizar la
obtención de los resultados esperados, así como permitirán contar con información sobre los
resultados e impactos de la política.

Para ello, la CIDH ha señalado que la construcción de indicadores es crucial para el


monitoreo, la evaluación, la transparencia y la rendición de cuentas, a la vez que pone de manifiesto
la eficacia y la efectividad de las políticas y los servicios. En ese sentido, se recomienda que, en
conjunto a la aplicación de esta política pública y en particular la actividad orientada al
restablecimiento de instituciones dedicadas a la publicación de datos y estadísticas, se coordinen
esfuerzos privados para la aplicación continua de mecanismos periódicos de monitoreo y evaluación
Propuesta de política pública con enfoque de derechos humanos en materia de seguridad alimentaria para el Municipio Maracaibo, Estado
Zulia (2020) | 46

que brinden información adecuada para verificar el cumplimiento o no de las obligaciones del
Estado para la protección de este derecho en particular que se busca restablecer.

8. Evaluación de conformidad de la política


Ahora bien, una vez descrito el marco de acción para el logro de los objetivos planteados es
momento de formular su evaluación conforme a estándares internacionales. Para esto, se tomarán
los principios desarrollados por la CIDH, que han sido recomendados por ésta para el adecuamiento
de las políticas públicas a un enfoque de derechos humanos.

En este sentido, el primer y segundo principio sobre los cuales se evaluará el marco de
acción, son los principios de universalidad o no discriminación, e identificación y atención de
grupos afectados/brechas de desigualdad. Estos principios, en especial el primero, han sido
reiterados como pilares de los sistemas democráticos y una de las bases fundamentales del sistema de
protección de derechos humanos establecido por la OEA. La CIDH (2018) plantea que tanto la
Declaración como la Convención Americana fueron inspiradas en el ideal de que “todos los hombres
nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Es por ello que en el desarrollo de la interpretación que el Sistema Interamericano de


Derechos Humanos ha realizado sobre estos principios no sólo ha venido adoptando una noción
formal de igualdad, limitada a exigir criterios de distinción objetivos y razonables y, por lo tanto, a
prohibir diferencias de trato irrazonables, caprichosas o arbitrarias, sino que ha impulsado un avance
hacia el concepto de igualdad material o estructural, que parte del reconocimiento de que ciertos
sectores de la población requieren la adopción de medidas especiales de equiparación.

En este sentido, la CIDH señala que en materia de política pública, el Estado debe adoptar
medidas fundadas en el reconocimiento de la dignidad y derechos de todas las personas en
condiciones de igualdad y sin distinción alguna. También, se plantea la necesidad de diseñar
mecanismos y herramientas bajo un enfoque diferenciado que atienda las condiciones particulares de
ciertas personas, grupos o poblaciones, a fin de garantizar una protección suficiente para lograr la
igualdad sustantiva. Y finalmente, requiere una participación de las personas, grupos y poblaciones
en situación de discriminación histórica en los asuntos que les conciernan.

De esta forma, la política pública se convierte en un instrumento de transformación de las


condiciones que provocan esas desigualdades estructurales permitiendo cambios relevantes.

Ahora bien, este principio puede verse expresado desde el primer momento de la revisión del
problema y desarrollo del diagnóstico. Según esta premisa, el marco de acción debe hacer énfasis en
poblaciones que se encuentran más comprometidas, procurando hacer parte a población con
capacidades especiales para medir cómo el problema les afecta, especialmente en sus hogares y
conformaciones familiares.

De igual manera, en el marco de las actividades a ejecutar, se ha hecho énfasis en la creación


de capacidades, principalmente económicas, que permitan restablecer hábitos de consumo y
reactivar capacidades de consumo de la población de estratos más bajos y de sectores más
vulnerables (entre ellos, mujeres embarazadas, niños y adolescentes, adultos mayores, personas con
discapacidad, y personas en grave estado de desnutrición y salud).
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Este principio se evidencia en el énfasis propuesto en la creación de capacidades y aplicación


de la política en general en las parroquias más afectadas.

Igualmente, respecto a la recomendación al Estado de adoptar medidas fundadas en el


reconocimiento de la dignidad, y en este caso al derecho a la alimentación, fue tomada para el
desarrollo de la primera actividad, donde se establece la inclusión de objetivos y políticas en favor
del derecho a la alimentación en entes estatales. Así, se busca que los derechos ya reconocidos en la
Constitución e instrumentos internacionales, generen lineamientos y armonicen acciones concretas
de entes operacionales.

Un tercer principio para la evaluación sobre este marco de acción, es el principio de acceso
a la justicia. Sobre esto la CIDH (2018) destaca que el reconocimiento y la operacionalización de la
potestad de la población a reclamar tienen un papel central al momento de diseñar, poner en marcha
y evaluar políticas públicas desde un enfoque de derechos. Esta capacidad no sólo coloca a las
personas en un lugar activo en cuanto a la gestión estatal, sino que permite tener información sobre
la calidad de las medidas adoptadas, esto es, poder identificar déficits, obstáculos, omisiones,
falencias, entre muchas otras cuestiones que alertan sobre la necesidad de corregir o de adoptar
medidas que no han sido siquiera diseñadas y/o implementadas.

Lo anterior se ve materializado de manera indirecta en el diseño de la política pública, debido


a que la misma no estuvo orientada a generar mecanismos directos de reclamación de derechos al
Estado. Sin embargo, indirectamente se generaron lineamientos cuyo objetivo a largo plazo es
apalancar reclamaciones de la población. En particular, con la actividad referida a la reactivación de
institutos encargados de brindar cifras y estadísticas en materia de alimentación y salud, se busca que
la población pueda estar informada de sus condiciones y de esta forma pueda motivar correctamente
sus reclamos.

Igualmente, la creación de mecanismos de evaluación e indicadores, permite a la población


medir el estado de desarrollo de las acciones diseñadas y, por tanto, formular reclamos ante
desviaciones.
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Conclusiones
El presente documento tiene como objetivo presentar un marco de acción para el
restablecimiento de los niveles de seguridad alimentaria en el municipio Maracaibo del
estado Zulia. Este documento está sustentado en un estudio pormenorizado de la situación actual
que atraviesa a todos los sectores y estratos del municipio. La propuesta fue realizada sobre la base
del concepto de seguridad alimentaria y sus tres elementos fundamentales (disponibilidad,
accesibilidad y adecuación alimentaria, en atención a su estabilidad en el tiempo).

Para su formulación se llevó a cabo una revisión de estándares internacionales en la materia,


así como también se estudiaron diferentes experiencias internacionales sobre la materia desarrollada
bajo condiciones similares. Esto ofreció un marco de referencias que permitió perfilar las acciones
para ofrecer un mejor desempeño y alcance de objetivos. Esta propuesta busca prestar especial
atención a la población de niños y adolescentes, adultos mayores, mujeres, personas con
discapacidad, y personas en grave estado de desnutrición y salud. De igual forma, se consideraron
grupos focalizados en parroquias con peores tasas de inseguridad alimentaria.

La propuesta está compuesta por actividades, con señalamiento expreso de sus objetivos
particulares, recursos necesarios, actores intervinientes e indicadores que permitan su posterior
evaluación. Consecutivamente, se brinda una estructura temporal para la puesta en marcha de estas
actividades a través de periodos de tiempos no necesariamente estrictos.

Igualmente, se estudia la influencia de cada actor interviniente, concluyendo que las


actividades número 1, 8 y 12, son las que requieren mayor cantidad de actores para llevarlas a cabo, y
que la Alcaldía del Municipio Maracaibo, Gobernación del Estado Zulia, ministerios de acuerdo a la
materia, actores internacionales y OSC de la región, son los que están involucrados en el mayor
número de actividades de la política.

Y, finalmente, se formula una evaluación de la política según los principios que la CIDH ha
planteado como fundamentales para la formulación de una política pública con enfoque en derechos
humanos.

Las respuestas para mitigar el problema están servidas. El cambio es necesario.


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Zulia (2020) | 49

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