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El enfoque basado en

derechos humanos fortalece la


seguridad alimentaria y la
nutrición: el derecho a la
alimentación nutritiva y de

Derechos Humanos y
calidad.

Equidad de Género
Mtra. Martha Patricia Aguilar
Espinosa

Maestría en Administración
Pública

Eliel Antonio Alamo

MAP 82
Contenido
Introducción..................................................................................................................................... 3
I. ¿QUÉ ES LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN
NUTRITIVA Y DE CALIDAD? ........................................................................................................ 4
A. Aspectos fundamentales de la seguridad alimentaria ......................................... 4
B. Aspectos fundamentales del derecho a la alimentación ..................................... 4
C. El Vinculo entre el derecho a la alimentación y otros derechos humanos .... 5
D. Marco normativo nacional del derecho a la alimentación saludable y
nutritiva ......................................................................................................................................... 5
II. SITUACIÓN ACTUAL A NIVEL INTERNACIONAL Y NACIONAL DEL DERECHO A
LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE Y NUTRITIVA. .................................................................... 6
III. POLÍTICAS PÚBLICAS DESARROLLADAS EN MATERIA DE DERECHO A LA
ALIMENTACIÓN .............................................................................................................................. 8
A. Política alimentaria ........................................................................................................ 8
B. Programa de Alimentos Escolares (PAE .................................................................. 9
C. Programa de Comedores Sociales ............................................................................ 9
IV. ¿MEJORAS O RETROCESO? ¿LA AUTORIDAD CUMPLE CON SUS
OBLIGACIONES? ......................................................................................................................... 10
V. PROPUESTAS........................................................................................................................ 11
Introducción

Los avances que se han realizado para erradicar el hambre a nivel mundial se han
estancado. La reducción en las tasas de desnutrición y hambre se han desacelerado
después de décadas de disminución, mientras que el número de personas que
padecen de hambre y desnutrición han ido en aumento (FAO, 2019). Estos
problemas eran evidentes incluso antes de la aparición de COVID-19 y el impacto
que tuvo en las economías y la seguridad alimentaria mundial (FAO 2020). Todos
estos desafíos requieren de una serie de enfoques para fortalecer la seguridad
alimentaria y la nutrición, particularmente, evaluaciones basadas en evidencia de
enfoques subutilizados o que se han pasado por alto y que pueden ser capaces de
superar obstáculos al progreso donde enfoques más establecidos no lo han hecho.
Algunos enfoques para alcanzar los objetivos de seguridad alimentaria se han
clasificado en términos generales según su enfoque: aumento de productividad
agrícola, fortificación de alimentos para suministrar micronutrientes específicos para
cada tipo de población y, una muy importante en la que se basará este ensayo,
hacer realidad los derechos humanos de las poblaciones vulnerables. Dentro de
estos enfoques, el aumento de la producción agrícola es el más arcaico y sigue
siendo el principal enfoque institucional que se encarga de garantizar la seguridad
alimentaria y la nutrición, de la misma manera, coordina las políticas agrícolas en
cada país. La explicación que da este enfoque es que el aumento de la
productividad satisfará las necesidades de alimentación de la población al tratar de
que los alimentos estén disponibles y sean accesibles para las personas más
vulnerables. Sin embargo, desde esta perspectiva, una mayor disponibilidad de
alimentos o un mayor poder adquisitivo para comprarlos no garantiza una nutrición
suficiente, por ejemplo, el consumo de alimentos altos en calorías ha aumentado a
lo largo de los años lo que ha provocado una epidemia de obesidad en nuestro país
(Gaona, et al. 2023).
Un enfoque alternativo y mucho más reciente a los enfoques utilizados de seguridad
alimentaria centrados en la producción se basa en los derechos. La teoría del
enfoque basado en derechos es garantizar los derechos humanos necesarios para
lograr la seguridad alimentaria y una nutrición saludable. Esto de alguna manera,
implica abordar conflictos políticos, negación de derechos humanos básicos y otras
formas de opresión que de cierta forma causan problemas de hambruna y
desnutrición.
Sen (1981) discutió de manera precisa que los problemas de hambruna no son
causados por la falta de alimentos, sino por la falta de “derechos y capacidades”, o
de los medios sociales, económicos y políticos para producir y adquirir alimentos
suficientes. Este enfoque tan interesante, abrió puerta a investigaciones sobre
condiciones políticas y económicas que dan forma al acceso de alimentos más allá
de la producción agrícola e innovaciones tecnológicas. Entonces, si el hambre tiene
causas políticas, se puede deducir que la seguridad alimentaria puede fortalecerse
o incluso garantizarse a través de políticas públicas y acciones por parte del
gobierno. En este ensayo, me centrare en el enfoque basado en el derecho a la
alimentación nutritiva y de calidad. El objetivo es responder ¿Cuáles son las
contribuciones del enfoque del derecho a la alimentación a la seguridad alimentaria?
Tomando en cuenta el marco normativo tanto a nivel nacional como internacional, y
la situación actual en nuestro país.

I. ¿QUÉ ES LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y EL DERECHO A LA


ALIMENTACIÓN NUTRITIVA Y DE CALIDAD?

A. Aspectos fundamentales de la seguridad alimentaria


Basado en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, la seguridad
alimentaria se define cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso
físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos que satisfagan sus
necesidades dietéticas y sus preferencias alimentarias para llevar una vida activa y
saludable. Esta definición que es ampliamente aceptada a nivel mundial engloba las
siguientes dimensiones:
• Disponibilidad: aborda el lado de la oferta de la seguridad alimentaria y está
determinada por el nivel de producción de alimentos, existencias y el
comercio neto.
• Acceso: se refiere al acceso físico y económico, el suministro de alimentos a
nivel nacional o internacional no garantiza por si solo la seguridad alimentaria
en los hogares. Las preocupaciones sobre el acceso insuficiente han dado
lugar a que las políticas públicas se centren más en los ingresos, los gastos,
los mercados y los precios.
• Utilización: se entiende comúnmente como la forma en que el cuerpo
aprovecha al máximo los diversos nutrientes de los alimentos, ya que la
ingesta suficiente de alimentos promueve prácticas de cuidado y
alimentación.
• Estabilidad: esta dimensión se refiere a que las tres dimensiones anteriores
mantengan estabilidad al paso del tiempo.
B. Aspectos fundamentales del derecho a la alimentación

El derecho a la alimentación ha sido reconocido como un derecho humano desde la


Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, en varios instrumentos
jurídicamente vinculantes y no vinculantes. El Pacto de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales del que México es parte desde 1981 estableció esta obligación
y se puede describir el derecho a la alimentación de la siguiente manera:
El derecho a la alimentación adecuada se ejerce cuando todo hombre, mujer,
niñas y niños, ya sea solo o en comunidad, tiene acceso físico y económico, en
todo momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla. (Naciones
Unidas, 1966)
El artículo 11 de este pacto, establece el derecho a un nivel de vida adecuado,
incluida la alimentación, y el derecho a no padecer hambre. Por otro lado, el artículo
12, establece que el derecho de toda persona disfrute del más alto nivel posible de
salud física y mental. Sin embargo, aún no se disponía de ninguna directriz sobre
su aplicación hasta el año 2004, en donde los Estados Miembros incluido nuestro
país adoptaron las “Directrices Voluntarias” en apoyo a la realización progresiva del
derecho a la alimentación adecuada en el contexto de seguridad alimentaria
nacional. Estas directrices se prepararon para combatir el problema de hambre
utilizando un enfoque basado en los derechos, tomando en cuenta la persistencia
de la alta prevalencia de desnutrición.
C. El Vinculo entre el derecho a la alimentación y otros derechos
humanos

Los derechos humanos son interdependientes e indivisibles. Esto significa que la


violación del derecho a la alimentación puede socavar el goce de otros derechos
humanos, como a la educación, a la vida, y viceversa. A continuación, muestro de
manera resumida algunos ejemplos de esta correlación.
Vínculos entre el derecho a la alimentación y otros derechos humanos
El derecho a la salud: la nutrición es un componente tanto del derecho a la salud
como del derecho a la alimentación. Cuando una mujer gestante ve denegado
su acceso a alimentos, ella y el bebé pueden sufrir desnutrición.
El derecho a la vida: cuando las personas no se pueden alimentar y enfrentar el
riesgo de muerte por hambre, desnutrición o las enfermedades resultantes, se
puede poner en riesgo el derecho a la vida.
El derecho a la educación: el hambre y la desnutrición afectan la capacidad de
aprendizaje de los niños y pueden obligarlos a abandonar la escuela y a trabajar
en lugar de educarse, esto menoscaba el ejercicio del derecho a la educación.
El derecho al trabajo: el trabajo t la seguridad social suelen ser medios
importantes para obtener alimentos.

D. Marco normativo nacional del derecho a la alimentación saludable y


nutritiva
El 13 de octubre de 2011 mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación, el derecho a una alimentación adecuada fue incorporado al artículo 4°
constitucional como un derecho fundamental, en virtud del cual el Estado se
encuentra obligado a garantizar a todas las personas una alimentación nutritiva,
suficiente y de calidad. En la legislación mexicana, el derecho a la alimentación se
encuentra en la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos, la Ley de
General de Desarrollo Rural y la Ley de Desarrollo Sustentable, principalmente.

II. SITUACIÓN ACTUAL A NIVEL INTERNACIONAL Y NACIONAL DEL


DERECHO A LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE Y NUTRITIVA.

Como se mencionó anteriormente, a pesar de los avances, el hambre y la


desnutrición persisten, incluso han empeorado en los últimos años. Esto afecta
gravemente a personas en situación de pobreza y personas vulnerables, lo que
refleja desigualdades cada vez mayores entre los países y dentro de ellos. Las
crisis recientes ponen de relieve la fragilidad de los sistemas agroalimentarios.
Bajo este contexto, es importante que los sistemas agroalimentarios inicien la
transformación para adoptar medidas centradas en las personas para abordar
las causas que producen hambre. Sería importante que se invierta en derechos
humanos en todos los sectores para que estos sistemas sean más inclusivos,
resilientes y sostenibles.
Según el resumen sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en
el mundo 2023 publicado por la FAO, más de 3.100 millones de personas en el
mundo (42%), no pudieron permitirse una dieta saludable en el año 2021.
En el año 2022 a nivel global, se estima que 148 millones de niñas y niños
menores de 5 años (22.3%) padecían retraso en el crecimiento, 45 millones
(6.8%) padecían emaciación que es una forma de desnutrición definida como un
bajo peso para la altura y 37 millones (5.6%) tenían sobrepeso. La prevalencia
del retraso en el crecimiento y la emaciación fue mayor en zonas rurales y el
sobrepeso en zonas urbanas.
En el 2021 31.9% de mujeres en el mundo padecían inseguridad alimentaria
moderada o grave, frente al 27.6% de hombres.
Finalmente, si no se realiza un cambio de manera urgente, 670 millones de
personas seguirán pasando hambre en el 2030. (FAO, 2023)
Ahora bien, veamos la situación actual en México. La ley de Desarrollo Social
dio cabida para el reconocimiento de los derechos sociales dentro de la política
pública mexicana, a través de la formación del Consejo Nacional de Política
Social. En el caso del derecho a la alimentación, es necesario que se cumplan y
justifiquen los requerimientos mínimos para que la población tenga acceso a este
derecho. No obstante, a pesar de que la población mexicana tiene el derecho a
una alimentación de calidad y en cantidades adecuadas, el CONEVAL en el
diagnostico más reciente del 2018 sobre este derecho, menciona que, en el
2016, el porcentaje de personas en el país con inseguridad alimentaria medida
mediante el indicador de carencia por acceso a la alimentación fue de 20.1%, es
decir, 24.5 millones de personas.
Respecto a grupos etarios, se pudo observar que las y los niños menores de
cinco años son un grupo vulnerable en términos de seguridad alimentaria, el
porcentaje de éstos que sufrió carencia por acceso a la alimentación en el 2016
fue de 21.7%, lo que equivale a 2.6 millones de niños y niñas.
En el 2016, la desnutrición y otras deficiencias nutricionales fue la séptima causa
de muerte en niños y niñas menores de 1 año, la sexta entre la edad de 1 a 4
años y la octava para los de 10 a 14 años.
De la misma manera, si analizamos las brechas se pude observar que las
personas que viven en condiciones de pobreza enfrentan más desafíos para
poder adquirir alimentos en cantidad y variedad para llevar una dieta correcta.
Se ha estratificado el gasto de hogares por decil de ingreso y se observó que el
gasto de alimentos y bebidas de población con ingresos bajos (decil I de ingreso)
correspondió al 49.9% del total del ingreso. Esto nos indica que a menor ingreso
la inseguridad alimentaria aumenta. La prevalencia de la carencia por acceso a
alimentos entre la población hablante de lengua indígena fue de 31.5% en 2016,
esto representa 2.2 millones de personas, y los coloca en el grupo de mayor
vulnerabilidad (CONEVAL 2018).
Con estos datos podemos observar que la condición socioeconómica es uno de
los factores más relevantes para determinar la alimentación de las personas. De
la misma manera, la composición y el tipo de alimentos que se adquieren y
consumen están determinados en gran medida por las condiciones
socioeconómicas. Mientras que en la alimentación de los hogares con más bajos
ingresos tienen especial importancia el pan, los cereales, las verduras y los
tubérculos, conforme las condiciones socioeconómicas son mejores, toman
importancia las frutas, carne, huevo y lácteos, lo que se traduce en una dieta
más variada.

III. POLÍTICAS PÚBLICAS DESARROLLADAS EN MATERIA DE


DERECHO A LA ALIMENTACIÓN

El enfoque de derechos humanos en las políticas públicas representa un gran salto,


ya que incorporar este enfoque para el diseño e implementación de políticas permite
que los instrumentos internacionales sean la guía de los Estado en el respeto,
protección, garantía y cumplimiento de los derechos, y al mismo tiempo sea una
estrategia de desarrollo para las poblaciones altamente marginadas (Giménez,
2010). Asimismo, el carácter progresivo y universal de los derechos humanos se ha
trasladado al campo de las políticas públicas guiando la acción pública bajo el
criterio de igualdad. Como consecuencia, se puede inferir que la política pública en
materia alimentaria a partir de sus elementos fundamentales tiene como tarea
garantizar el derecho humano a la alimentación.
A. Política alimentaria

La alimentación es vista desde como una necesidad que se debe satisfacer y un


problema a resolver por el Estado, desde esta perspectiva se deben analizar las
acciones del gobierno para impulsar o no la producción o abasto de alimentos.
Respecto al concepto de política alimentaria, podemos integrar la definición del
Instituto Nacional de Salud pública (INSP), la cual nos menciona que las políticas
públicas de alimentación y nutrición “son aquellas que tienen como principal objetivo
garantizar que la población pueda tener acceso a alimentos que le permitan
satisfacer sus necesidades y cumplir con los requerimientos nutritivos para una vida
saludable” (INSP, 2007). Por otro lado, el Centro de Estudios para el Desarrollo
Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, menciona que “la política alimentaria
es el conjunto de acciones e iniciativas del Estado desarrolladas para resolver el
problema de la inseguridad alimentaria y nutricional mediante leyes, planes,
programas, presupuesto e instituciones, relacionadas con el hambre, la
desnutrición, la pobreza y la malnutrición” (CDRSSA, 2011)
El enfoque de derechos en los Programas públicos se ha visto obligado a remontar
una fuerte inercia de Programas centralizados y verticales, la toma de decisiones
se realiza mediante criterios arbitrarios, y orientados por intereses ajenos y,
frecuentemente, contrarios a los objetivos explícitos. Por otro lado, los Programas
de asistencia alimentaria suelen ser presa fácil de contaminación de intereses
políticos y clientelares, así como de corrupción en la definición y compra de sus
insumos. Un elemento central para conjurar este tipo de riesgo es la participación
activa de la ciudadanía en la formulación de las políticas alimentarias basadas en
derechos humanos. El enfoque de derechos es contrario a la concepción de que los
receptores de los Programas son beneficiarios pasivos que deben conformarse con
las dádivas gubernamentales. Es claro que las llamadas transferencias
condicionadas son contrarias en extremo al enfoque de derechos: el acceso a los
servicios de salud, educación y alimentación se conciben como obligaciones de los
beneficiarios, y se les imputa a éstos la responsabilidad por no acceder a la oferta
de servicios
B. Programa de Alimentos Escolares (PAE

El objetivo general del PAE es contribuir a que las niñas y los niños, inscritos en
escuelas públicas de la CDMX en los niveles de educación inicial, preescolar,
primaria y especial, ubicadas preferentemente en unidades territoriales con un
Índice de Desarrollo Social (IDS): medio, bajo y muy bajo, mejoren su alimentación
mediante la entrega de raciones alimenticias basados en los criterios de calidad
nutricia, aproximándose a un aporte energético promedio del 25% de la Ingesta
Diaria Recomendada (IDR) de acuerdo con la etapa de crecimiento de las niñas y
los niños.
El programa ha contribuido a garantizar el derecho a la alimentación a un nivel
adecuado, impulsándolo a través de metas a corto, mediano y largo plazo
relacionadas con la disminución de la desnutrición y el mejoramiento de esta. No
obstante, me parece que el programa al tener un enfoque asistencialista que
corresponde a conceptos ajenos e incluso contrarios al enfoque de derechos, se
debe iniciar un proceso de adecuación del programa al modelo de protección
integral de los derechos de las niñas y niños como interés y no simplemente dar
alimentos.
C. Programa de Comedores Sociales

El objetivo de este programa es contribuir a garantizar el derecho a la alimentación


de la población que reside o transita unidades territoriales clasificadas como media,
alta o muy alta marginación o que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Este Programa responde a la construcción de una política pública que busca
beneficiar a la sociedad en su conjunto, a través de estrategias, acciones,
actividades y resultados que de manera conjunta pueden generar mayor bienestar
social a la población atendida. La opinión que merece este programa va enfocada
a su poca planeación y estrategias de implementación ya que la población objetivo
a la cual va dirigido y las zonas de atención prioritaria está bien definida en sus
reglas de operación, pero la realidad que se ha detectado es que se da atención a
cualquier persona que solicite el servicio, muchos comedores están ubicados fuera
de las zonas prioritarias dejando de lado a algunas personas que tienen problemas
para desplazarse por lo que sería importante analizar el impacto que se genera en
la población objetivo respecto al derecho a la alimentación.

IV. ¿MEJORAS O RETROCESO? ¿LA AUTORIDAD CUMPLE CON SUS


OBLIGACIONES?

Nuestro país reconoció en el 2011 los derechos humanos en su marco constitucional


como un principio rector. Sin embargo, no ha realizado una legislación reglamentaria
que lleve a cabo la protección del derecho a una alimentación nutritiva y de calidad,
la cual como sabemos viene prevista en el artículo 4 de la Constitución al decir:
“toda personas tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El
Estado lo garantizara”; este concepto es vago, ya que dentro de todo ello no se
menciona como se llevará a cabo el cumplimiento de este derecho, por otro lado,
no hay una regulación sobre las dimensiones de la seguridad alimentaria, lo que
abre la puerta a que se violente este derecho humano.
También existen normas que regulan cuestiones de producción de alimentos y
temas análogos, incluso en la Ciudad de México existe la Ley de Seguridad
Alimentaria. Todo este marco jurídico no hace mención la manera en que se deben
de tutelar las cuatro dimensiones de dicha ley y carece de un mecanismo de
exigencia judicial para el cumplimiento de este derecho; aunado a esto, tampoco se
menciona a las autoridades competentes para su tutela.
El NO cumplimiento de las obligaciones que tiene el Estado de vigilar, proteger
garantizar y en su caso reparar los derechos humanos, tiene como consecuencia
que se debería garantizar el derecho a la alimentación, situación que para millones
de personas no es violentado de manera asilada sino que se realiza de manera
continua mediante la falta de alimento, afectando de manera grave a las personas
vulnerables que tampoco cuentan con un mecanismo jurídico idóneo para poder
acudir a un tribunal a exigir la tutela efectiva de esa potestad.
Por todo ello, parece que solo a través de una mayor claridad en el marco regulatorio
se pueden diseñar políticas públicas con un enfoque en derechos que contribuya de
manera efectiva a combatir el problema alimentario que existe en nuestro país.
Mientras no se tomen acciones, los esfuerzos que se han realizado de manera
aislada solo desperdiciaran recursos debido a malas estrategias. (Dubravka, 2010)
Si tomamos en cuenta este contexto podemos dar cuenta que a partir del 2011, se
realizó un gran avance en materia de derechos humanos pero aun quedan algunos
aspectos que hay que mejorar, actualmente el cumplimiento de este derecho se ha
visto estancado por lo que se ha mencionado anteriormente, si bien se cumple el
principio de universalidad, debemos tomar en cuenta que los principios de
interdependencia e indivisibilidad se han visto socavados debido a que el derecho
a la alimentación implica que su goce y su ejercicio está vinculado a que se garantice
el resto de derechos, por consiguiente, si no hay una buena alimentación, la salud,
se ve mermada y la vida de las personas vulnerables está en riesgo.
La política pública actual en México se ha orientado principalmente a un modelo
asistencial, aun cuando siempre se menciona la aplicación de Derechos Humanos,
existe evidencia del desconocimiento en la forma de ejercerlo y garantizarlo por
parte de autoridades de las instituciones involucradas en hacer efectivo este
derecho a la población en su totalidad.

V. PROPUESTAS

Como hemos ido observando a lo largo de este breve escrito, el derecho a la


alimentación puede fortalecer los resultados de seguridad alimentaria, de la misma
manera, la perdida o violación de este derecho o la imposibilidad de garantizarlos
da lugar a resultados negativos en materia de seguridad alimentaria.
Existe evidencia clara de que una buena implementación políticas gubernamentales
sobre el derecho a la alimentación a través de la intervención gubernamental mejora
el acceso físico y económico a alimentos adecuados, en este apartado resalto la
importancia de incluir a la población en los programas públicos ya que se ha
demostrado que esta inclusión mejora la conciencia del derecho a la alimentación
como un derecho básico (Mathur, 2015). Además, si no se garantiza el derecho a la
alimentación a través de estas políticas o programas puede tener graves
consecuencias para la salud de las personas, socavando nuevamente el principio
de interdependencia.
De la misma manera, existe evidencia de los impactos positivos de los programas
de desayunos escolares en el derecho a la alimentación. Sin embargo, aquí la
propuesta sería analizar y rediseñar el programa para dar opciones más saludables
a los niños y niñas, ya que actualmente este programa provee alimentos
industrializados, provocando problemas de salud.
Otra parte que me pareció interesante agregar, se han realizado algunos trabajos
sobre equidad de genero y el derecho a la alimentación con un impacto positivo en
la seguridad alimentaria, las mujeres que trabajan la tierra para alimentar a ellas
mismas y a su familia, tuvo efectos a largo alcance en el derecho a la alimentación
y la seguridad alimentaria de su comunidad, esto también generó empoderamiento,
incluida la participación política de su comunidad. Entonces, sería interesante
impulsar a la mujer en temas de seguridad alimentaria en todas las áreas
geográficas, pero principalmente en aquellas que tienen un alto grado de
marginación a través de políticas que empoderen a la mujer y comuniquen la
importancia de revitalizar alimentos tradicionales de cada Estado, incluso con
campañas a través de medios de comunicación sobre el valor de los alimentos para
que la comunidad en general para mejorar aspectos nutricionales.
Por último, parece indispensable establecer mecanismos para vigilar y evaluar la
realización progresiva del derecho a la alimentación en el contexto nacional. Al ser
programas mayormente asistencialistas deben rediseñarse para tener el enfoque
basado en derechos, es decir, incorporar las ventajas y el valor añadido de este
enfoque para promover su integridad, esto facilita el consenso, aumenta la
transparencia y disminuye el llamado “bagaje político”, mejorando los objetivos e
indicadores ya que tomarían como base las normas universales convenidas en los
instrumentos internacionales sobre derechos humanos.
Desde esta perspectiva de vigilancia, existen algunos aspectos que se deben de
tomar en cuenta, son las tres dimensiones del derecho a la alimentación:
alimentación adecuada, disponibilidad y accesibilidad. Estas tres dimensiones
presentan diferencias claras y puntos de contacto. El objetivo es separar las
dimensiones relativas a la cantidad y disponibilidad de aspectos del derecho sobre
la alimentación que tienen un carácter cualitativo. Es decir, las dimensiones de
adecuación y accesibilidad son decisivas para entender el alcance normativo de
este derecho; no obstante, la adecuación presenta atributos tanto cualitativos como
cuantitativos, mientras que la accesibilidad da idea de atributos materiales y
económicos. Por su parte, la disponibilidad guarda relación con la cantidad y al
mismo tiempo establece las obligaciones del Estado.
Con todo ello, la vigilancia de la aplicación del derecho a la alimentación puede
realizarse con un buen marco que involucre a las instancias responsables y dar
evidencia de que están cumpliendo con las obligaciones de respetar, proteger y
garantizar el derecho. Asimismo, los Estados deben de promover políticas
encaminadas a contribuir a la realización progresiva del derecho a una alimentación
adecuada de la población participando de manera activa en actividades orientadas
a fortalecer el acceso de la población a los recursos y medios necesarios para
garantizar su subsistencia, incluida la seguridad alimentaria. Los Estados deberían
establecer y mantener, en la medida en que lo permitan los recursos, redes de
seguridad u otros mecanismos de asistencia para proteger a quienes no puedan
mantenerse por sí mismos.
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