Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2
MARGINALIA
MARGINALIA
ISBM: 978-0-557-63077-6
Pintura de Tapa:
©Tato (EERM)
-El Falo De La Esfinge- acrílico y cerámica sobre tela.
Para esta segunda edición en ebook: ©Edgar E. Ramírez Mella, agosto 2010
Segunda edición:
©Edgar E. Ramírez Mella 2009
©Editorial Tao Rojo, colección de poesía Mesa de Mimbre, 2009
(Urb. San Francisco, C-34 Aguada, Puerto Rico, 00602)
Segunda edición al cuidado del autor. Email taorojo@yahoo.com
3
Palabras del autor
Fabio organizó una criba de toda esa marabunta poemística, de ese alud
vertiginoso de versos frágiles y dura verborrea que se le vino encima, en su torre de
vigía (con celda nocturnal y pararrayos), vía emilio (e-mail)… y así cocimos y cosimos
esta especie de cadáver untosísimo.
Edgar E. Ramírez
Aguada, Puerto Rico, 24-11-2009
4
Prólogo
Marginalia es un libro de poesía. Eso es todo o bastante más. Es un libro escrito por
un poeta de exquisita sensibilidad, mano firme y voz bien modulada a la que los años
han afirmado el tono. Es un libro maduro, pleno, tan vivo como vital. También es un
libro escrito por un meticuloso lector que agradece a cada paso -sin cometer el error
de escamotear su intensa personalidad y pasión de escritor- a la poesía, la literatura y
el arte. Es un libro lleno de letras negras en el silencio del blanco, de sangre y otros
colores, de ensueños y nuevos alucinógenos, de realidades oxidadas y utopías
encendidas, de amor y desencanto. Es un libro musical lleno de imágenes en
movimiento. Es un libro de poesía. Eso es todo o bastante más. Marginalia es poesía,
y eso es lo que se nos ofrece a leer.
Edgar E. Ramírez Mella, es un poeta que sabe el oficio de escritor y con trazo
experimentado se vale de todos los recursos de la poesía para hacer poesía. Logra,
sin violencia ni tramposos golpes de efecto, introducirnos en una cosmogonía a veces
vertiginosa, a veces nostálgica y dolida, donde siempre hay una belleza etérea
sobrevolando como un pájaro a punto de convertirse en pez, o esperándonos como un
gato que nos concede una sonrisa de sombras amablemente tristes. Marginalia ratifica
tanto al autor en su plenitud, como a la poesía en su esencia mas íntima. Esa doble
ratificación es lo que ningún lector dejará de gozar y agradecer.
O. Fabio Morasso,
Mar del Plata, Argentina 2006
5
***
A Teresita y Edgar, mis padres.
Y a F. M. por la complicidad.
***
6
la golonfina aúlla con tristura e pavor
E ploran muchos ommes por pena e por error.
A todos los consuela el ángel Altazor.
Eduardo Anguita
7
CIUDAD TRANSIDA
8
LAS ESTRELLAS ESTA NOCHE
Y digo yo:
¿Existe debajo de esta vida la verdad?
¿Debajo de tu piel: la miel,
las perdidas espigas,
las uvas de la ira,
el sexo de Adán,
el verbo,
9
el logos esencial a la sonrisa?
10
JÙBILO DEL CUERPO
11
arrancada a las sonrisas
de ese cauce volcado en nuestras lenguas.
Qué revoloteo de abejas alteradas como chispas,
qué silencio solemne de coquíes,
qué austeros y atentos esos grillos,
al rozar mi alma con tu alma,
al pasar la tuya por la mía,
qué aullido unísono de perros.
12
EMOCIONADO
Pulsación de arterias
acorde al mar
palabra palpitante
en la respiración de azules autopistas.
Asombro:
Nacer y no quedar inmóvil.
Asombro:
morir de golpe y descansar.
Voy pensando
el hilo que engarcé con la palabra,
pulsación acorde con los trenes de las venas
de tantos pulmones juntos en el mismo viaje.
Vallejianamente Emocionado.
13
APUNTES DE VIAJE
I (uno de Espantos)
Tengo un visitante,
no lo veo:
su olor es de siglos.
Deshago la cama,
me recuesto
y está encima de mis labios.
Yo no me apropio de su nada
y mi nada enriquece su soledad.
Tengo un visitante:
ahora que el ruido cesa
y la noche al fin acude a nuestra mesa.
14
II (nostálgico)
Cuanta fiebre!
Cuanta roja hiedra!
Aquí sobre esta lápida antiquísima
y aquella escondida entre los sauces
de une Belle Dame Sans Merci que acoge
en sus entrañas las arañas y las sierpes.
Cuanta luz en esos pinos milenarios
Cuanta hiedra mortecina!
Cuanta fiebre!
15
aún así siempre tan cerca,
que de todo hago un acertijo
por no olvidar mi tierra.
16
III
Isnt’ it a pity, isnt’it a shame
George Harrison
Es una lástima
una pena
mi órgano sexual en la ventana
como una enseña o un mandala,
apenas el frío del otoño.
Ha llovido
pero no lo suficiente
para ocultar el cálido aliento
y sonrisas de la gente.
Soy afortunado
-como una hoja
amarilla que cae sobre la yerba-
siempre tu mano,
y la cerveza de los compañeros
hacen sublime mi viaje.
Warwick , Inglaterra .
17
FUGAZ REMINISCENCIA
18
NO VOLVIMOS A LLORAR...
Uno va arrastrándose entre espinas
Enrique Santos Discépolo
No volvimos a llorar
No cantamos a los pueblos.
No No fue la mañana
No tus ojos
No tu piel
No tu boca
Ni tu ombligo
No, no fue tu dolor.
19
Apenas tus piernas
Que luchaban con sus pasos fríos.
No No era yo
El hombre que cantaba.
No los labios
Lamiendo tus entrañas.
No fue la mañana
Inexistente.
El olor que salía
De tu axila
No era.
No No era
Mi mano por tus pechos.
20
EL TERROR DE LA PALABRA
El terror de la palabra,
el abismo,
vértigo del sonido
desterrando el silencio o la nada.
Las palabras
que no quieren ser dichas,
hartas del texto ambiguo:
distorsión de la ciudad,
caricatura del cadáver,
del cáncer triunfante y exquisito,
del odio común y necesario viajando por las venas.
La caída,
el escape hacia la piedra,
precipitación en la inacción entumecida,
la impotencia de los alcoholes:
21
II
yo era un tonto y lo que he visto
me ha hecho dos tontos
Rafael Alberti
22
III
El horror de la palabra,
venganza del silencio sinuoso
detrás del cielo en las noches sin luna,
al acecho desde la otra orilla del río,
castración del aliento creciente
aturdido
que espera anhelante entre las piernas
y hundirse feliz en la almohada mugrienta,
aspirar de cuando en vez el polvo,
revuelto por los ventiladores del cuarto,
lleno de caca seca y telarañas
como si fuese el polen de diez primaveras,
la vergüenza de la propia vida,
vista en la miradas de los ojos más recónditos,
la indolencia y la nausea de todos los siglos,
la traición la mentira la miseria,
muda oscuridad donde se agitan los pueblos.
23
DESASOSIEGO INTERMITENTE
(a modo de collage)
24
Qué sé yo
lo que hay detrás de una caricia oscura?
Lo sordo murmullea,
pequeña prisión de eternidades,
río interior cayendo hacia el abismo:
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
aquí el hombre defiende su estatura
mientras la noche cuida la ciudad.
25
PINK FLAMINGOS
26
HAY UNA CANCIÓN
27
una guerra del instinto con todas las palabras.
28
SOBREVIVIR EN ESTE ANDURRIAL…
29
FUMANDO LA NADA
(de un sueño)
30
Despertar…
-Frío sudor de escalpelos-
con un sabor en la lengua y los labios
a terribles e inusitados narcóticos:
El corazón golpeando las sienes con pedernales y rayos.
31
COMO EL BUEN ALFARERO
Develar y ya no hacer,
y allí donde todo se asemeja
y se hace forma, dando vida, soplo
como un pequeño Dios
huyendo de su todo.
32
A MI AMIGO BAUDELAIRE
33
ELEMENTOS
34
CUADRO CON MEMORIA Y CON HOJA
¿la memoria es también una hoja que cae?
35
II
(-estribillo en forma de verga, que es hoja y cae también-)
la
es también
una memoria
que cae hoja
que cae también es una memoria la hoja
la hoja también que cae una memoria es
la que cae también hoja una es memoria
una es que cae la memoria también hoja
una que cae
memoria
también
la hoja
es
36
NO PUDIMOS... ENCONTRARNOS
37
ÁRBOL PARADO AL BORDE DE LA SOMBRA
Nada es bastante real para un fantasma
Enrique Lihn
Un golpe de aguas,
barrunto de chispas, de pedernales y machetes,
desbordados los cauces negros del río mortuorio
que aniquiló las esperanzas paupérrimas y ya podridas.
(Las agónicas nubes de las ciudades desahuciadas
auspician todo esa muerte promisoria del terror y la nada)
38
un barco negrero con traficantes crueles,
vaciando su carga humana en los acantilados inhóspitos del dolor.
39
DEL CAMINO
40
II
(-paisaje de nervios y alfileres-)
Densos alaridos.
Gritos desesperados y elásticos de cornisa a cornisa.
Vagido oscuro de carcomidas gárgolas.
Una nevada de estiércol de palomas
como el Pollack del MOMA en New York.
41
III
42
LA MARIPOSA GENITAL
43
PEQUEÑO HOMENAJE A J. CORTÁZAR
44
OTRA DE VIAJES
Estupores
pedruscos de estas llagas,
el resplandor del viento de un tórrido diciembre,
colmillos de la jauría de sus fiebres
en articulo mortis, y el rigor
que ruge en el horizonte feral
de extremidades, hoy, irreconciliables
con ese clamor de féretros,
autores del dolor:
largas procesiones del amor eterno,
por estos sueños, con grifos y esfinges fantasmagóricos,
lánguidos, globales, posmodernos...
45
ES TRISTE EL RUIDO
Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman
Luis Cernuda.
46
A UNOS OJOS
47
HAY UNA PAUSA AQUÍ PARA LO ÍNTINO
48
NOS SEPARAN (lil rap)
Nos separan.
49
NOCHE DE UN FAUNO
y en el sexo ardía una flor.
Rubén Darío
La noche
tiene cuerpo de doncel
entre relámpagos,
caricias de cuchillos.
En el lavabo en sombras
dos jadean
y arde un clavel.
Hechizante y pánico
un eco de siringas,
una niebla etílica
del fuego escapa.
Oficiante giróvago,
-corrido egipán-
bebiendo estremecido
la luz de espumas.
50
TE QUISE TANTO
51
CANTILENA
oculto de la luz
y de estas manos
que son su brillo y fuego.
52
AMARILLA EXPLOSIÓN
tantas legas mar adentro
Rosalía de Castro
53
en el murmullo sensual de los incitadores trinos,
anhelando unos pies que hollen las hierbas del jardín escondido.
54
YA VES
(en homenaje a José Hierro)
Ya ves
todo lacera
el corazón que entrego
Di que me amas. Di: te amo
Un hombre como yo
libre
primordial
deviene torpe
repercute raro
por este horizonte provincial.
Yo no sé,
nunca he aprendido como amar
pero surge natural,
aún con susto:
mi reino por un 'te amo', sangrándote en la boca.
55
y por fin creo, he aprendido a ser sincero.
Ya lo dijo Borges:
La noche es una fiesta larga y sola.
Perro yo de mis instintos
la celebro:
Privado festín en llamas.
56
REGRESO AL PAIS DE ORIGEN
Vuelvo de la nada
sin ropa y sin tus labios,
buscando mi ayer: mi casa.
57
AL MARGEN
58
CANCIÒN
59
EN LAS CARCELES TURCAS
60
II
estás en una celda mal iluminada
y te acuerdas de un día luminoso
José A. Goytisolo
61
Oh linces de la libertad, en los hervores del té
puedo escuchar hoy también vuestras amenazadas voces.
62
ESTA HABITACIÒN
63
AMISTADES
64
AL CALOR DE LA NOCHE
[nocturno para percusión tropical, piccolo y viola de gamba]
Amigo mío
que vida de golpes nos trabaja el destino,
inesperadas peripecias,
loterías nefastas.
Sabemos muy bien de la materia de sombra
que la vida esta hecha,
tal vez y por eso ya apenas me irritan
los postmodernos e imperdonables holocaustos,
el 1,000,000 de muertos del genocidio en Ruanda,
o las bombas judías en los guetos de Gaza de las que Bush y Sharon hacen
gala;
ni las riadas que arrasan los pueblos que el pobre levanta temerario en la orilla;
ni los altos decibelios de los pútridos templos,
cueva de usureros, inmutables e infames;
ni las secuestradas escuelas
sobre las que se avecinan las cimitarras asesinas del terror;
ni que decir de esos ríos podridos de marginales quirófanos
con órganos de criaturas desafortunadas,
y esos bosques desforestados por el hombre
y las envenenadas islas con corales y mangles desahuciados;
ni las vírgenes transexuales sonrientes que trafican opio y ajenjo
ni la letal amapola del ritual
y encantamiento de astrólogos tibetanos y rabinos sefardíes.
65
Busco entonces, al calor de la noche, sí, entonces cuando nadie nos vé
entonces, sí, en el roce inconsciente de nuestros sexos hinchados,
-de hombres tristísimos-
escupiendo en los labios añiles de la sífilis;
busco, sí, busco -y casi te hallo,
amor de tuétanos profanos y radiantes como la luz impecable
o la cirrosis de los verdaderos chamanes-
para ocultar sí, sí escamotear, sí por siempre jamás, sí,
esas patrias vendidas en los mercados de pulgas,
de los trópicos tecatos, otra vez, por los ganglios violetas del sida,
nuestras lágrimas, y el romántico llanto de bugarrones
melancólicos, en ese manto de azules rapsodias,
en el radiante ano de las soberbias meretrices,
el cantazo de sangre que escupen la venas,
en ese tórrido roce que negamos.
66
como los hilos del humo de incensarios antiguos;
solubles peces e insolubles venenos
sobre la arena de las pasiones nocturnas.
Ay Amigo mío!
Son los vientos asesinos de la primavera,
inusitadas catástrofes
como el cáncer que ayer echó a perder: aquel amor
y la novísima cadera de Omar -dulce poeta-
de titanio deslumbrante.
Exilados mis ojos del día,
ausentes como tu ausencia,
en la hermética oscuridad sello mis pasos,
saqueo los faros de las costas
e incendio los altares de los cultos cobardes,
como un bárbaro Atila arrebatado
por el rayo de luna mortal que me envenena.
67
COLOFÒN
Las torturas
Las hogueras
Las cámaras de gas
Las interminables guerras
La hambruna, la opresión y la miseria...
Son los regalos
Que vuestra delirante y democrática religión
Acostumbra dar
A mi pobre humanidad agonizante.
68
Guía por páginas y título
69
44 Pequeño Homenaje a J. Cortázar
45 Otra de Viajes
46 Es Triste el Ruido
47 A Unos Ojos
48 Hay una Pausa aquí para lo Íntimo
49 Nos Separan
50 Noche de un Fauno
51 Te Quise Tanto
52 Cantinela
53 Amarilla Explosión
55 Ya Ves
57 Regreso al País de Origen
58 Al Margen
59 Canción
60 En las Cárceles Turcas I
61 II
63 Esta Habitación
64 Amistades
65 Al Calor de la Noche
68 Colofón
69 Índice
70