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Módulo 2 - Lectura 4
Módulo 2 - Lectura 4
¿A qué nos referimos cuando hablamos de ciencia jurídica? Acepciones del término
Referencias
Antes de ingresar de lleno en el ámbito del conocimiento científico jurídico, es preciso dar una mirada al
conocimiento científico en general. Como explica Klimovsky (1997):
Por otro lado, Bunge (1987) explica que, mientras los animales inferiores solo están en el mundo, los
hombres tratan de entenderlo y "en este proceso, construyen un mundo artificial: ese creciente cuerpo de
ideas llamado ciencia que puede caracterizarse como racional, sistemático, exacto, verificable y por
consiguiente falible" (p. 6).
Según este último autor, no toda investigación científica busca un conocimiento científico objetivo. En ese
sentido, Bunge (1987) divide entre ciencias formales (o ideales) y ciencias fácticas (o materiales). Respecto
de las ciencias formales dice:
Con esa distinción primaria, establece que una gran diferencia entre ciencias formales y fácticas está dada
por la especie entre los enunciados que se proponen establecer: "Mientras los enunciados formales
consisten en relaciones entre signos, los enunciados de las ciencias fácticas se refieren, en su mayoría, a
entes extracientíficos: a sucesos y procesos" (Bunge, 1987, p. 7). Esta división, además, tiene en cuenta el
método en virtud del cual se ponen a prueba los enunciados verificables:
Mientras las ciencias formales se contentan con la lógica para demostrar rigurosamente
sus teoremas (los que, sin embargo, pudieron haber sido adivinados por inducción común
o de otras maneras), las ciencias fácticas necesitan más que la lógica formal: para
confirmar sus conjeturas necesitan de la observación y/o experimento. En otras palabras,
las ciencias fácticas tienen que mirar las cosas, y, siempre que les sea posible, deben
procurar cambiarlas deliberadamente para intentar descubrir en qué medida sus hipótesis
se adecuan a los hechos. (Bunge, 1987, p. 8).
A continuación, te presento una situación problemática.
Flavia es estudiante de Derecho y tiene una duda: no sabe si la jurisprudencia —es decir, las sentencias de
los distintos jueces y juezas del país— forman o no parte de la ciencia del derecho. Ella va a emprender la
carrera de Abogacía y no conoce, efectivamente, qué va a estudiar para considerarse científica del derecho.
Lo primero que se cuestiona: ¿es el derecho una ciencia?
Podríamos responder esa pregunta a partir de esta primera lectura y decir: para saber que dos más dos son
cuatro requiero aplicar la lógica-matemática para comprobar la verdad de dicho enunciado. De esta manera,
estamos frente a una ciencia formal. En cambio, si sostengo que toda persona mayor de 60 años tiene más
probabilidad de sufrir un ataque cardíaco, requiero comprobar dicha hipótesis aplicando la observación. Así,
estamos frente a ciencias fácticas porque requerimos aplicar otros métodos para comprobar los
enunciados. El derecho, entonces, podría ser considerado una ciencia fáctica, que depende de la
observación de las normas y las conductas que regula.
Recordemos que, como explica Klimovsky (1997), para algunos epistemólogos "lo que resulta característico
del conocimiento que brinda la ciencia es el llamado método científico, un procedimiento que permite
obtenerlo y también, a la vez, justificarlo" (p. 22).
A continuación, nos concentraremos en las ciencias fácticas. Estas alcanzan, en palabras de Bunge (1987),
tanto a las ciencias de la naturaleza como a las de la sociedad, cuyos rasgos esenciales son la racionalidad
y la objetividad. Veamos en el siguiente cuadro a qué se refiere el autor:
En su texto La ciencia, su método y filosofía, Bunge (1987) nos brinda un inventario de las principales
características de la ciencia fáctica. De esta forma, muestra un panorama claro acerca de las
características de las ciencias fácticas, las que se encuentran brevemente expuestas en el siguiente
cuadro.
1) "El conocimiento científico es fáctico: parte de los hechos, los respeta hasta cierto
punto y siempre vuelve a ellos" (Bunge, 1987, p. 11).
2) "El conocimiento científico trasciende los hechos: descarta los hechos, produce
nuevos y los explica" (Bunge, 1987, p. 11).
5) "El conocimiento científico es claro y preciso: sus problemas son distintos y sus
resultados son claros. El conocimiento ordinario, en cambio, usualmente es vago e
inexacto" (Bunge, 1987, p. 13).
10) "El conocimiento científico es general: ubica los hechos singulares en pautas
generales y los enunciados particulares en esquemas amplios. El científico se ocupa
del hecho singular en la medida en que es miembro de una clase o caso de una ley;
más aún, presupone que todo hecho es clasificable y legal" (Bunge, 1987, p. 17).
11) "El conocimiento científico es legal: busca leyes (de la naturaleza y de la cultura) y
las aplica. El conocimiento científico inserta los hechos singulares en pautas
generales llamadas leyes naturales o leyes sociales" (Bunge, 1987, p. 18).
12) "La ciencia es explicativa: intenta explicar los hechos en términos de leyes y las
leyes en términos de principios. Los científicos no se conforman con descripciones
detalladas. Además de inquirir cómo son las cosas, procuran responder al porqué: por
qué ocurren los hechos como ocurren y no de otra manera. La ciencia deduce
proposiciones relativas a hechos singulares a partir de leyes generales y deduce las
leyes a partir de enunciados nomológicos aún más generales (principios)" (Bunge,
1987, p. 19).
pero también es la clave del control y aun de la modificación del curso de los
acontecimientos" (Bunge, 1987, p. 20).
14) "La ciencia es abierta: no reconoce barreras a priori que limiten el conocimiento.
Si un conocimiento fáctico no es refutable en principio, entonces no pertenece a la
ciencia, sino a algún otro campo. Las nociones acerca de nuestro medio, natural o
social, o acerca del yo no son finales: están todas en movimiento, todas son falibles"
(Bunge, 1987, p. 21).
15) "La ciencia es útil: porque busca la verdad. La ciencia es eficaz en la provisión de
herramientas para el bien y para el mal. El conocimiento ordinario se ocupa
usualmente de lograr resultados capaces de ser aplicados en forma inmediata, con lo
cual no es suficientemente verdadero y no puede ser suficientemente eficaz. Cuando
se dispone de un conocimiento adecuado de las cosas, es posible manipularlas con
éxito. La utilidad de la ciencia es una consecuencia de su objetividad; sin proponerse
necesariamente alcanzar resultados aplicables, la investigación los provee a largo o
corto plazo" (Bunge, 1987, p. 22).
Explica Vernengo (1988) que conocer el derecho, normalmente, significa conocer el derecho de un país (por
ejemplo, el derecho argentino), "pero no cualquier tipo de conocimiento, sino un conocimiento que
calificamos de objetivo y que pretende la dignidad de científico: queremos lograr un conocimiento científico
y, por ende, objetivo, de un cierto derecho positivo" (p. 13).
El autor agrega que aquellos conocimientos que queremos adquirir se nos transmiten a través de un sistema
institucionalizado de enseñanza, como, por ejemplo, a través de las universidades. Todo ello es transmitido a
través de la literatura, lo que
nos lleva a interrogarnos sobre los elementos básicos con que trabaja ese lenguaje
organizado que encontramos en los textos de derecho [ya que] no todo lo que luce como
ciencia es conocimiento, y bien puede ser que mucho de los que se nos transmite como
ciencia del derecho no sea seriamente conocimiento objetivo expresado en un lenguaje
adecuado. (Vernengo, 1988, pp. 13-14).
La información que aparezca en esos textos deberá ser —para que tenga validez como conocimiento— una
información verídica, por ejemplo, sobre el derecho penal argentino (Vernengo, 1988).
Toda ciencia debe delimitar con rigor el campo objetivo en el cual pone su atención. El campo objetivo, ya
sea el tema u objeto de una ciencia, va a determinarse en el transcurso de la actividad científica, mediante la
especificación de ciertos conjuntos finitos de notas que son definitorias de los objetos de su dominio
(Vernengo, 1988).
Afirma Vernengo (1988) que, para que un discurso científico pueda proveer de cierta información susceptible
de verdad o falsedad, este debe revestir coherencia. Un discurso científico para ser válido o verdadero como
información exige que sus enunciados sean confrontables entre sí.
Para Vernengo (1988), el discurso científico debe estar compuesto de enunciados, es decir, de oraciones
gramaticalmente bien formadas de un determinado lenguaje natural y esos enunciados deben ser
susceptibles de verdad o falsedad. Al discurso científico le interesan aquellas proposiciones que son
verdaderas, puesto que las que son contradictorias no permitirán decidir cuál es la verdad enunciada que
integra el cuerpo de la ciencia en cuestión. En concreto, el discurso jurídico debe ser coherente, sin
contradicciones.
Además de esos enunciados que lo componen, deben poder establecerse relaciones deductivas, es decir,
que algunos enunciados son derivaciones lógicas de otros, cuya verdad se da por establecida. Concluye
Vernengo (1988), entonces, que una ciencia de una cierta región objetiva es un conjunto de proposiciones
verdaderas relacionadas lógicamente.
En ese sentido, primero debe tenerse en cuenta que el derecho argentino es un conjunto de normas que
regulan la forma de actuar de los miembros de una sociedad (los argentinos). Con eso en mente, la ciencia
jurídica es, para Vernengo (1988), una disciplina científica que se ocupa de desarrollar el estudio objetivo de
diversos aspectos de los sistemas normativos que se encuentran vigentes en una sociedad y en sus grupos
componentes. ¿Qué formula? El autor nos dice que la ciencia jurídica
pretenderá formular, en un lenguaje lógicamente coherente, en un conjunto de
proposiciones verdaderas sobre su tema de investigación, en forma tal que los enunciados
que las expresen sean racionalmente controlables, sea en cuanto empíricamente
verificables, sea en cuanto lógicamente derivables de otras proposiciones cuya verdad se
asume o ha sido acreditada. (Vernengo, 1988, p. 24).
Vale decir que el conocimiento científico jurídico no siempre fue considerado como tal. En ese sentido, han
existido múltiples discusiones sobre su cientificidad. A continuación, nos ocuparemos brevemente de ello.
Sostiene Bobbio (1990) que este tipo de razonamiento ha decantado en "una forma de saber jurídico
modelado sobre los esquemas metodológicos de las verdaderas ciencias, totalmente distinto de la
jurisprudencia" (p. 173). El resultado es una jurisprudencia que no es ciencia y una ciencia que no tiene nada
que ver con la jurisprudencia.
Han existido distintas concepciones de la ciencia que no hacían un lugar a la jurisprudencia como
conocimiento científico. Entre ellas, la concepción racionalista (para la cual la jurisprudencia era un arte
práctico) y la positivista (para la cual la jurisprudencia permanecía apartada porque no realizaba su trabajo
sobre hechos experimentales, sino sobre proposiciones dadas e intocables —las normas jurídicas—).
¿Cuál es la propuesta de Bobbio? El autor habla desde una concepción moderna de ciencia. En ese sentido,
sostiene que
Entonces, en este modelo, se pasa "de la verdad al rigor". (Bobbio, 1990, p. 182). En ese sentido,
A) "Cuando todas las palabras de las proposiciones primitivas del sistema están definidas, o sea, cuando
están establecidas todas las reglas de su uso y no son nunca usadas más que respetando tales reglas"
(Bobbio, 1990, p. 183). Estas son las llamadas reglas de formación.
B) "Cuando están establecidas las reglas con base en las cuales, de las proposiciones primitivas, se puedan
recabar proposiciones derivadas y no se usan otras reglas fuera de las establecidas" (Bobbio, 1990, p. 183).
Estas son las llamadas reglas de transformación.
Por lo tanto, aquí la ciencia es un sistema cerrado y coherente de proposiciones definidas: mientras más
coherente, es más científico. Es necesario, entonces, desde un primer momento, la elaboración de un
lenguaje científico.
En esta concepción de ciencia presentada por Bobbio (1990), la jurisprudencia sí puede ser considerada
científica. A continuación, nos ocuparemos de las diferentes acepciones que tiene el término ciencia del
derecho.
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LECCIÓN 2 de 4
Hemos visto antes que delimitar la ciencia jurídica no es tarea fácil. Núñez Vaquero (2014) sostiene que
"pese a ser una discusión que dura ya varios siglos […] no está claro de qué estamos hablando cuando
usamos la expresión ciencia jurídica u otras similares" (p. 17).
Sin embargo, el autor sistematiza diferentes acepciones del término en virtud de posiciones que toman
distintos autores. De esta manera, por ciencia jurídica puede entenderse lo siguiente:
2) Para Scarpelli: "Estudios sobre las obligaciones morales de los juristas, es decir,
sobre los compromisos éticos que tendrían que respetar los estudiosos del derecho"
(Núñez Vaquero, 2014, p. 18).
3) Para Hernández Gil y Larenz: "Análisis acerca de la historia de las ideas jurídicas,
que exponen cuáles han sido los tipos de métodos jurídicos prevalecientes en cada
periodo histórico" (Núñez Vaquero, 2014, p. 18).
Acepciones de ciencia jurídica
4) Para Courtis: "Trabajos que pretenden dar cuenta del papel que desarrollan los
juristas en la sociedad. Estos trabajos suelen mostrar una especial atención por las
relaciones entre derecho y política y cómo los juristas interactúan con el poder"
(Núñez Vaquero, 2014, p. 18).
5) Para Cruz Parcero: "Análisis descriptivos acerca de cuáles son las actividades
llevadas a cabo por los estudiosos del derecho, que recopilan y analizan el conjunto
de operaciones intelectuales desarrolladas por ellos" (Núñez Vaquero, 2014, p. 18).
6) Para Lariguet y Calsamiglia: "Análisis que pretenden equiparar o trazar una analogía
entre el estudio del derecho positivo y otras disciplinas o que analizan la ciencia
jurídica con base en alguna otra disciplina como la sociología de la ciencia o como
una parte de la filosofía práctica" (Núñez Vaquero, 2014, p. 19).
10) Para Tarello: "Los trabajos que tratan de dar cuenta de la influencia que tiene el
trabajo de los estudiosos del derecho sobre las decisiones judiciales" (Núñez
Vaquero, 2014, p. 19).
Algunas de estas acepciones podrán ser identificadas cuando veamos los modelos de ciencia que propone
Nino.
La ciencia jurídica según Nino
Es preciso comenzar explicando que el concepto de ciencia jurídica, al igual que el concepto de derecho,
reviste ciertos problemas para ser determinado. Como bien sostiene Nino (2004), ciencia es un término
ambiguo (por ejemplo, existen dudas de cuándo el término se utiliza para describir la actividad llevada a cabo
por el científico, o bien para describir el conjunto de proposiciones que son el resultado de esa actividad.
Veremos más adelante que este tipo de ambigüedad se denomina proceso-producto) y, a la vez, se trata de
un término vago (tiene una denotación imprecisa, con zona de penumbra y un cúmulo de actividades en las
que dudamos si el término se aplica o no); además, tiene una carga emotiva favorable (porque aplicarle el
término a una determinada actividad implica condecorarla con un cierto status) (Nino, 2004).
Ahora bien, ¿qué sucede con el discurso científico jurídico? Sostiene Vernengo (1988) que la ciencia del
derecho, como ciencia social, no queda reducida a un tejido de enunciados formalmente relacionados pero
vacíos de contenido; por el contrario, el discurso científico habla del derecho. ¿Cuál es el campo objetivo o
tema sobre el cual enunciaría proposiciones verdaderas la ciencia jurídica? Las ciencias dogmáticas que
estudian el derecho argentino formularán proposiciones verdaderas sobre un objeto que puede decirse que
es el derecho positivo argentino (que no es una cosa material que pueda percibirse a través de los
sentidos).
Sobre esta pequeña base introductoria, cabe preguntarnos lo siguiente: ¿qué modelos de ciencia jurídica se
han desarrollado para dar respuesta a preguntas como la de Vernengo? Muchos. Aquí hablaremos de tres,
que son los que presenta Nino (2004) en la obra que hemos venido estudiando, a saber:
Entonces, para Kelsen (2011), la ciencia jurídica se compone de enunciados que describen normas. Esos
enunciados se llaman proposiciones normativas. Cada proposición normativa da cuenta de una norma
jurídica.
A modo de ejemplo, supongamos que existe una norma jurídica en el ordenamiento jurídico argentino que
reza: "Si alguien mata a otro, debe ser castigado con diez años de prisión". La proposición jurídica —que
forma parte de la ciencia del derecho y, por ende, su tarea es describirlo— dirá: "Existe una norma jurídica en
el ordenamiento jurídico argentino que dispone que, si alguien mata a otro, debe ser castigado con diez
años de prisión". Como vemos, tanto la norma jurídica como la proposición normativa tienen el mismo
contenido y son un calco en su estructura lógica.
¿Qué las diferencia? La diferencia, según el autor que nos guía en este modelo, es su función lingüística
(ver usos del lenguaje en el concepto la norma jurídica, del módulo 2); en suma, que las normas jurídicas
son prescriptivas, mientras que las proposiciones son descriptivas (y, por ende, susceptibles de verdad o
falsedad). Una de las principales críticas que se le ha formulado a esta distinción llevada a cabo por Kelsen
es que este autor les atribuye tanto a la norma jurídica como a la proposición normativa el carácter de
deber ser (esta crítica es formulada, por ejemplo, por Alf Ross, a quien estudiaremos a continuación).
¿Qué es el derecho vigente para Ross? Es el conjunto de directivas que probablemente los jueces utilizarán
en sus decisiones judiciales. Esto quiere decir que, para el autor, el sistema jurídico puede estar compuesto
por normas válidas (porque fueron dictadas por un legislador competente por medio del procedimiento
determinado por otra norma válida, etc.) y, sin embargo, no ser utilizadas por los jueces en sus decisiones.
Esto sucede a menudo: los ordenamientos jurídicos contienen muchas normas que, a pesar de ser válidas
formalmente, no son utilizadas por los jueces en sus decisiones. Esas normas, para Ross, no son derecho
vigente.
¿Qué es la ciencia jurídica para Alf Ross? Un conjunto de predicciones acerca de qué directivas (se refiere a
normas jurídicas) serán aplicadas por los jueces en sus decisiones. Ahora bien, ¿cómo se formulan esas
predicciones? El jurista puede valerse de aportes de otras ciencias (como la sociología y la psicología) que
le suministren datos sobre el contexto social, económico, etcétera, que rodea al juez, lo que permite tener
mayor certeza en los juicios de probabilidad relativos a sus futuras decisiones (Nino, 2004).
Volviendo al caso: Flavia está por rendir el primer examen de Derecho Civil y debe resolver un caso. La
profesora le indica la siguiente consigna: "Pedro ha dejado de pagar el alquiler del inmueble que habita. Está
atrasado cuatro meses. Le llega una carta documento a su domicilio e indica que, si no paga lo adeudado
en un plazo de diez días, se iniciarán las acciones legales correspondientes. Pedro no cumple y no abona
en los diez días. El dueño lo demanda por cobro de alquileres. ¿Qué debe hacer la jueza de la causa según
el derecho vigente y la ciencia jurídica?". Flavia responde: en caso de que una jueza deba resolver si Pedro
ha dejado de pagar el alquiler —y el derecho vigente es el conjunto de directivas que los jueces utilizarán y
la ciencia jurídica es un conjunto de predicciones acerca de qué directivas (se refiere a normas jurídicas)
serán aplicadas por los jueces en sus decisiones—, el Código Civil ordena a la jueza que, una vez
comprobado que Pedro adeuda los cuatro meses de alquiler —siendo que no ha presentado en la causa
recibo que compruebe que ha pagado—, la jueza debe cumplir con el Código y sentenciar a Pedro a abonar
lo adeudado más los intereses computables desde que se ha atrasado.
Los filósofos del derecho parecen estar de acuerdo en que la tarea o, por lo menos, la
más importante tarea de la ciencia jurídica consiste en la descripción del derecho
positivo y su presentación en forma ordenada o "sistemática", mediante lo cual se tiende
a facilitar el conocimiento del derecho y su manejo por parte de los individuos sometidos
al orden jurídico y, en especial, por quienes deben hacerlo por razones profesionales
(abogados, jueces, funcionarios, etcétera). (2006, p. 113).
Sin embargo, los mismos autores explican que ese acuerdo básico es solo aparente, puesto que las
expresiones descripción o sistematización son usadas en diferentes sentidos. Por esa razón, Alchourrón y
Bulygin (2006) se detienen en explicar qué es, a su juicio, la tarea del jurista. Para ello, distinguen dos tipos
de tareas u operaciones que la ciencia jurídica desarrolla: en primer lugar, consideran que tiene una tarea
empírica, esto es, busca determinar qué enunciados constituyen la base de un ordenamiento jurídico (esta
sería la tarea principal de la ciencia jurídica en el modelo de Ross); en segundo lugar, la ciencia jurídica
formula operaciones lógicas de sistematización del derecho, las cuales constan de dos pasos:
1. Primero se derivan las consecuencias lógicas de los enunciados que constituyen la base del sistema
y, para ello, se emplean ciertas reglas de inferencia. Esto permite determinar defectos lógicos del
sistema (lagunas, contradicciones y redundancias). Estudiaremos los defectos lógicos en el módulo
4.
2. Se trata de reemplazar la base original del sistema por una base más económica, pero equivalente a
ella; en suma, un conjunto más reducido de principios que sean lo más generales posible, siempre
que tengan las mismas consecuencias lógicas que las normas que reemplazan.
¿Cómo podemos ejemplificar esto? Siguiendo a Nino (2004), supongamos que podemos identificar en el
sistema jurídico dos normas que disponen lo siguiente:
Norma 1: "Los ciudadanos del sexo masculino pueden votar a partir de los 21 años".
Norma 2: "Las mujeres que sean ciudadanas pueden votar a partir de los 21 años".
Las normas 1 y 2 pueden ser reemplazadas por una sola norma, a saber, la norma 3, la cual dispone: "Todos
los ciudadanos pueden votar a partir de los 21 años" (Nino, 2004).
Es decir, que en una sola norma se logra economizar el sistema normativo sin modificarlo sustancialmente.
Ahora bien, una norma que no cumpliese con lo que requieren los autores sería la siguiente:
Norma 4: "Todos los habitantes del país pueden votar a partir de los 21 años".
¿Por qué? Porque el término habitantes es mucho más amplio que el término ciudadano; por tanto, la norma
4 no sería una forma de economizar el sistema en cuanto a las normas 1 y 2, sino que se trataría de una
norma diferente.
En el siguiente concepto principal, nos ocuparemos del desarrollo de lo que se conoce como dogmática
jurídica. Para ello, es importante que repases lo aquí expuesto para comprender la dogmática jurídica y los
problemas que acarrea.
Flavia es estudiante de Derecho y tiene una duda: no sabe si el derecho debe ser
considerado una ciencia o no. ¿Cuáles de las siguientes afirmaciones indicaría
que el derecho es una ciencia?
C y D son correctas.
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LECCIÓN 3 de 4
Referencias
Alchourrón, C., y Bulygin, E. (2006). Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales.
Buenos Aires, Argentina: Astrea.
Bunge, M. (1987). La ciencia. Su método y su filosofía. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veinte.
Imagen sin título sobre la portada del libro Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas. (s.f.).
Recuperada de http://www.libreriaolejnik.cl/images/libros/10011.jpg
Kelsen, H. (2011). Teoría pura del derecho. Buenos Aires, Argentina: Colihue.
Klimovsky, G. (1997). Las desventuras del conocimiento científico. Una introducción a la epistemología.
Buenos Aires, Argentina: AZ.
Vernengo, R. (1988). Curso de teoría general del derecho. Buenos Aires, Argentina: De Palma.
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LECCIÓN 4 de 4
Dogmática jurídica
–
En esta lectura trabajamos sobre una noción de dogmática jurídica y sus manifestaciones: el modelo del
legislador racional, técnicas dogmáticas para justificar soluciones originales, formulación de teorías y la
llamada “naturaleza jurídica”.
La norma jurídica
–
Se trabajó sobre los usos del lenguaje para luego dar paso a la teoría de Von Wright sobre las normas, las
que clasifica en principales y secundarias. Luego, se ingresó al estudio de las prescripciones y su
estructura, bajo el ala del mismo autor.
La teoría de Kelsen
–
Se presentó la teoría de Kelsen acerca de la norma jurídica y su clasificación. En el mismo marco, se
explicó la norma como juicio del deber ser.
Modelos de ciencia jurídica
–
Se realizó un repaso sobre el conocimiento científico y el derecho como ciencia. Como núcleo central, se
mostraron tres modelos de ciencia: 1) Kelsen; 2) Ross; 3) Alchourrón y Bulygin.