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1.
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af'ttes las condiciones bajo las cuales es posible plantear
el problema del 'no' y de su carácter de tal y de la posi­
'. ,bilidad de éste? ¿Ni dónde podrían encontrarse sino en
la aclaración temática del sentido del ser en general?»
1 SZ, 58 (310-311). Estos interrogantes son justamente
los que Heidegger trata de contestar en su posterior
ensayo ¿Qué es metafísica? Segunda Parte
Capítulo siete
Planteamiento del tema

1. METAFÍSICA

En 1929, dos años después de la aparición de El Ser


y el Tiempo, Heidegger fue nombrado catedrático de
filosofía en la Universidad de Friburgo. Su «lección
inaugural» fue ¿Qué es metafísica? En ella, Heidegger
habla largamente de la Nada, tema más bien sorpren­
dente para una ocasión semejante y ante un auditorio
compuesto de científicos y eruditos. Sin embargo, a me­
dida que vayamos avanzando en el asunto se hará pa­
tente que la Nada no sólo era una materia provocativa,
sino que era también perfectamente adecuada al mo­
mento.
, Ya hemos visto que aunque Heidegger discute la Nada
en El Ser y el Tiempo, sobre todo en relación con la
angustia y la muerte, su punto de partida en dicha obra
es siempre el Dasein. Desde luego que se espera este
hincapié en el Dasein, puesto que ya en el comienzo
de El Ser y el Tiempo Heidegger anuncia que va a exa­
minar el Dasein por tratarse del ente que está abierto
al Ser.
Sin embargo, en ¿Qué es metafísica? Heidegger dis­
cute la cuestión de la Nada en términos de metafísica.
El asunto se considera aquí en relación con la filosofía
y la ciencia. Se discute asimismo la correspondencia que

1?h 127
.existe entre la Nada y la negación, que sin duda es otra tafísieo.. Después dé observar que una de las caracterís­
cuestión metafísica. Finalmente, se considera la Nada tiCas 'de los, problemas metafísicos consiste en absorber
en conexión con el Ser. En el «Epílogo» y en la «Intro­ en: la pregunta al interrogador, Heidegger declara que
ducción», de que luego hablaremos, se trata la Nada su . existencia, al igual que la de aquellos que forman
en relación con el pensar esencial. Por eso creo que parte de la comunidad intelectual, está regida por la
podemos declarar sin temor a equivocarnos que el punto ciencia. Para ellos la ciencia es una pasión. Las palabras
de partida de la discusión sobre la Nada es más amplio de Heidegg~r revelan, así, que sus comentarios no se
o sistemático en ¿Qué es metafísica? que en El Ser j' dirigen, o no se dirigen sólo, al mundo en· general, sino
sobre todo a su auditorio: a sus colegas intelectuales.
el Tiempo. «Nos preguntamos, aquí y ahora, para nosotros. Nues­
Podemos considerar que este ensayo es el principio
de la Kehre o del llamado «viraje» del pensamiento de tra existencia --en la comunidad de investigadores, maes­
Heidegger. El filósofo ya no se conGentra en el Dasein, tros y discípulos- está determinada por la ciencia».
sino que enfoca su atención más directamente sobre el WM, 24 (76). Heidegger prosigue como si fuese a deba­
Ser. Esto no significa desde luego que no estuviera inte­ tir la naturaleza de la ciencia. Un científico, observa,
resado en el Ser en su primera obra. No ha cambiado está interesado en la naturaleza de lo-que-es (das Sein­
su principal interés, pero sí el flanco del ataque. Sin de), a saber, le interesa la naturaleza de los entes. «Lo
embargo, el ataque varía gradualmente. Como ha obser­ que· hay que inquirir es tan sólo el ente y, por lo demás
vado Richardson, se trata de un cambio.que tiene lugar -nada,' el ente sólo y -nada más; únicamente el ente, ,y
muy suavemente, sin llamar la atención sobre SÍ, pero fuera de él -nada.» W M, 26 (80). Luego, en la frase
que no por eso es menos importante. (Richardson;pá­ siguiente, pregunta inesperadamente «¿Qué pasa con
gina 207.) esta Nada?». Es como si de repente se trasladara desde
Aunque. Heidegger ha variado su ataque, eS obvio una discusión científica a una investigación de algo que
que sigue preocupándole el mismo problema, a saber, el no tiene relación en absoluto con los objetos o cuestio­
problema del Ser. Ello nos permitirá mostrar que la nes científicos, esto es, la Nada. Sin embargo, ¿no hay
noción de la Nada, según se presenta en ¿Qué es me­ alguna conexión entre estos dos temas?
tafísica?, no difiere significativamente del concepto. de
la Nada que se ofrece en El Ser yel Tiempo, anteS bien,
le sirve de complemento. Me atrevería inclusive a.·man­ 2. LA TRANSICIÓN DE LA CIENCIA A LA NADA
tener que la Nada de la primera obra no puede ·com­
prenderse plenamente a menos que se tomen en consi­ Heidegger no explica qué justificación hay para tras­
deración .los puntos que se desarrollan y se hacen explí­ ladarse desde la expresión «nada más» y otras seme­
citos en el segundo ensayo. Estoy convencida de. que jantes al problema de la Nada en cuanto Nada. ¿Ha
hay una vigorosa continuidad de pensamiento entre El introducido simplemente el problema de la Nada echando
Ser y el Tiempo y ¿Qué es metafísica? . mano de expresiones cor.dentes en las que la palabra
Heidegger comienza su lección inaugural con la pre­ «nada» ocurre por casualidad? Si consideramos de modo
gunta «¿Qué es metafísica?» Añade que tal interroga­ superficial esta transición, lo que dice parece bastante
ción podría hacernos esperar un debate acerca de· la sospechoso. La línea de pensamiento que sigue aquí
metafísica, pero no así como el autor aborda el asunto. tiene' un aire tan obviamente falso que casi es impera­
En vez de ello, trata de revelar la naturaleza de -la me­ tivo examinar por segunda vez y más completamente
tafísica con el examen de un determinado oroblema me-
L .
este asunto. Si, por ejemplo, quitáramos sencillamente

12R 129
guaje. Ya en El. Ser y el Tiempo Heidegger declaró, en­
las expresiones que contienen la palabra <mada» del con­ tre otras cosa~; que «Hablar es articular 'significativa­
texto en el que aparecen, ¿no cambiada eso el signifi­
mente' la comprensibilidad del 'Ser en el mundo'» y
cado de un modo decisivo? Podríamos parafrasear las
«A las significaciones les brotan palabras, lejos de que
declaraciones de Heidegger y decir, a título de muestra,
a esas cosas que se llaman palabras se las provea de sig­
que «la ciencia trata únicamente con el ente», o si
nificaciones». SZ, 34 (180). Esta cuestión, que sólo se
no que «la materia del sujeto de la ciencia concierne ex­
" , clusivamente al ente». ¿No hemos mostrado que las expre­
manifiesta como de paso en El Ser y el Tiempo, culmina
en célebre frase de la Carta sobre el 'humanismo': «El
siones que contienen la palabra <mada» son superfluas y
lenguaje es la casa del ser.» Estas breves citas ponen de
que por tanto la transición que existe de la ciencia al
problema de la Nada es de algún modo frívola o, a lo relie-v;e el aspecto revelador del lenguaje. Heidegger cree
sumo, artificiosa? Parece ser, pues, que al inquirir acer­ que el lenguaje goza de una cierta independencia. No 10
ca de la Nada lo que hace Heidegger es pasar del debate hace el ,hombre. Pero tampoco es completamente arbi­
sobre la naturaleza de la ciencia a la discusión de un trario.El lenguaje y el empleo de ciertas palabras (con
preferencia sobre otras) no son cosa meramente acciden­
nuevo tema. tal o caprichosa. Verdad es que estas nociones concer­
Con todo, la conclusión anterior no es enteramente
válida por cuanto aunque es muy cierto que hasta ese nientes "" al lenguaje" no se presentan específicamente en
momento Heidegger no había discutido el problema de el contexto de ¿Qué es metafísica?, aunque pienso que
la Nada, al menos explícitamente, también es verdad Heidegger apunta claramente a estas ideas cuando pre­
que cualquier interrogatorio a fondo acerca de la natu­ gunta: «¿Es un azar que hablemos tan espontáneamente
raleza de la ciencia desembocará en la Nada. Justamente de este modo? ¿ Será una manera de hablar, y nada
al declarar que la ciencia se interesa por el ente, estamos más?» WM, 26 (80). Heidegger no contesta a estas pre­
apuntando a la Nada, porque ¿cómo vamos a entender guntas, pero a la luz de sus consideraciones sobre el
el ente si no entendemos 10 que abarca? Pero al pre­ lenguaje me parece que su respuesta sería negativa. De
guntar qué queremos decir con «el ente», «qué es 10 todos modos, no es un mero accidente o una manera de
que abarca» o «en qué consiste», estamos preguntando hablar que en relación con nuestro tema usemos expre­
oor las fronteras o las limitaciones del ente. Es como siones como <mada más», etc. El mismo hecho de que
~i el ente lo incluyera todo; todo 10 que es. Pero sucede tales expresiones parezcan naturales, simples o claras,
que la Nada proporciona la frontera del ente: la Nada demuestra que su empleo no es completamente arbitra­
es el horizonte en el que puede entenderse el ente. Por rio, inventado o casual. Si, como es posible que ocurra,
tanto, no importa cuán vehementemente la ciencia re­ el lenguaje revela el Ser-en-el-mundo o el Ser mismo, en­
chaza el problema de la Nada o cuántas veces afirma tonces "la transición desde tales expresiones a la investi­
que no tiene nada que ver con el problema, porque lo gaciónde la nada se basa en este primordial descubri­
cierto es que la ciencia invoca a esa misma Nada a la miento que lleva a cabo el mismo lenguaje utilizado. Y
que denuncia como «abominación y fantasmagoría». si estas suposiciones son exactas, entonces la transición
ni será ni caprichosa ni artificiosa.
WM, 27 (81). Frecuentemente se ha criticado la introducción de la
Quienes mantienen qu.ehay un abismo conceptual
o una grieta lógica entre las expresiones que incluyen Nada por considerarla excesivamente «dramática». Esta
la palabra <mada» y la jnvestigación de la Nada en crítica, sin embargo, no tiene por qué llevar a descartar
cuanto Nada, descuidan un tema que corre "a 10 largo por completo la nada. Sin duda que en sus escritos
de todo el pensamiento de Heidegger, esto es, el len­ Heidegger tiende a ser «dramático». Su selección de pa­

130 131
labras'y las relaciones que se revelan en el uscf de:las f91'Záse' '3 ,formularla, puesto que «El preguntar por la
palabras derivadas, o poseedotas, de la misma raíz f ¡corro­ Náda''4ué y cómo sea la Nada- trueca lo preguntado
boran' vívidamente "-tanto de un modo visual ':cbtno en sU! contrario». WM, 28(82). Cada vez que tratamos
verbal-' lo, que trata de poner de relieve. Estos; hedhós, de cbnéeptualizar la Nada, «la pregunta se despoja a sí
por lo demás, son lo bastante conocidos para 'que"nos misma-de su propio objeto». WM, 28 (82). Consecuen­
detengamos demasiado en ellos. Además, ,Heidegge:r.pe­ temente, cualquier pensamiento acerca de la ,Nada va
dría argüir que no es'él quien es dramático, sino 'el'propio contra 10, que Heidegger denomina «la norma fundamen­
lenguaJe en tanto que éste revela al Ser. Por otio¡~ado, tal: que:; se suele adscribir comúnmente al pensamiento»,
no creQ' que haya mucha diferencia entre sostener" que WM)"28 (83), a saber, el principio de no contradic­
Heidegger es «dramático» o decir que el lenguaj.e,es ción; '. La razón o la lógica parecen gobernar, pues, la
más~hien el que se presenta de un modo dramático. 'En inteligibilidad de la pregunta acerca de la Nada. '
cualquier caso, al lector no se le permite pasar, pbralto Aún': ;queda otro problema relativo a este preguntar,
el problema de la Nada porque está acostumbrado,g'ver ya ,qu~ ¡ si todo pensamiento es pensamiento acerca de
cuán fácilmente usamos de este modo dramático Y' viVido algo; !entonces ni siquiera podemos pensar en el' pro­
la palabra «Nada» en frases como <<nada más»,' etc.,; y blema ;de la Nada.
cuán 'rápidamente parecemos entender tales frases 'aun­ ,Llegados a este punto, podría tentamos formular va­
que, en puridad, no tengamos una clara comprensióh rias objeciones a determinados supuestos de Heidegger.
de' la' Nada .. Por ejemplo, ¿qué base tiene para decir que el pensar
.. "
es intencional? ¿Cómo se relaciona exactamente la ló­
gica con'el pensamiento? ¿Por qué considera Heidegger
3. ,LA IMPOTENCIA DE LA LÓGICA
".í.

que: eL principio de no contradicción es una norma del


pensar?·:Tales objeciones, sin embargo, no serían muy
a) La imposibilidad de preguntar acerca de la' ,nada pertinentes para una dilucidación del problema. La
idea'. de :Heidegger está bastante clara: nuestro mismo
Heidegger ha subrayado el hecho de que la' ciencia lengu~je: o manera de pensar hacen ininteligible cual­
rechaza desdeñosamente el problema de la Nada:. «La quie1'l:pregunta acerca de la Nada.
Nada es lo que la ciencia rechaza Y abandona por',ser "El : concepto mismo de la Nada parece ir a contra­
nadería» (Nichtige). WM, 26 (80). Sin embargo; tal
recusación es algo temeraria porque hasta al decir' que
pelo ae la propia razón. ¿Puede ser atacada la razón?
¿Deben',ser las leyes de la lógica' y la razón «la suprema
la nada es nadería se la caracteriza como algo y,'eso sig­ instancia»? WM, 28 (83). Se podría ceder a la tenta­
nifica admitir la existencia. Tan pronto como' I se ' dice ción' de contestar afirmativamente a la primera pregunta,
algo acerca de la Nada, se habla de ella como una :'cosa pero el 'ataque a la razón antes sugerido sería rechazado
existente. Pero la Nada no es algo y, por tanto', ,parece aun ~ántes de empezar la marcha porque sólo con el
como si inclusive el preguntar por ella fuese imposible. auXilio' de la razón puede definirse la Nada y formularse
De la misma manera, cualquier respuesta a la; pregunta la pregunta acerca de la Nada. Si se define la Nada de
sería igualmente imposible porque toda respuesta ten­ la manera en que comúnmente se la entiende, a saber,
dría que declarar que la Nada es tal o cual cosa 0 1 fun­ como la negación de la totalidad del ente (Denn das
ciona de esta o de esta otra forma. Sería entonces i ló­ Nicbts ist die Verneinung der Allheit des Seienden, das
gico que aunque la ciencia no rechazara la pregunta, schl{!c~hin Nicht·Seiende), W M, 28 (86), entonces sería
acerca de la Nada nuestro propio raZonamiento!,hós como .si se la entendiera en términos de negación, lo
132 1 ? ?
todo es que tales asertos desorientan. Heidegger sos­
que, a su vez, se cree que es un acto de la razón. Como
mínimo, pues, sería paradójico afirmar.· que .la noción tiene que la lógica es «impotente» para tratar con la
de la Nada no es accesible a la 'razón. ¿Por qué, no ha Nada, pero eso no significa ni mucho menos que la
de ser capaz la razón de captar el concepto de la, Nada ''',1#
Nada sea impensable; lo que pasa es que el «pensa­
si la Nada cae dentro de la categoría de la negación
'~1:· miento lógico» no es el único género p9sible de pensar.
y ésta es sólo uno de los aspectos del razonamiento? Por eso Heidegger no «repudia» la lógica, pero aunque
Heidegger afirma, sin embargo, que la razón no ipuede así fuese, sería falso decir que lo que queda es «mís­
captar la Nada porque la Nada no es un género particu­ tico» e «inefable». De hecho, la descripción de la Nada
lar de negación. Ocurre precisamente lo contrario, a como constituyendo el horizonte de toda nuestra con­
saber, que la negación es un género de la Nada., Lo que ceptualización no es más mística que, digamos, el in­
aquí da a entender Heidegger es que, como ocurre con tento que hace Kant en la Crítica de la raz6n pura para
frecuencia, el entendimiento corriente es un «malenten­ proporcionar un fundamento al pensamiento conceptual.
dido». Por consiguiente, no' es exacto suponer;,' como
comúnmente se hace, que la negación prodUce la Nada;
acontece exactamente al contrario: la Nada produce el 4. EL NO Y LA NEGACIÓN
no. En otras palabras, la Nada es anterior o «más'. ori­
ginaria» que la negación. WM} 28 (84). a) La prioridad del no
Heidegger trata de probar que la razón y el «no»
b) Una crítica dependen de la Nada, y no al revés. Al hacerlo así,
En el comentario a su traducción de Was istMetapby­ trae a colación problemas concernientes a la negación
sik?, Walter Kaufmann hace PIla serie de afirmaciones que no eran acaso tan obvios como se creía. De acuerdo,
que confunden y desorientan. En primer lugar, sostiene una vez más, con Bergson, Heidegger señala que antes
que ciertos pasajes de la obra citada son principalmente de poder negar algo, ese algo debe estar antes ahí o ha­
un ataque a «las leyes de la lógica». En segundo lugar, llarse presente en algún sentido. Además, indica que
asegura que Heidegger «ha asociado su protesta contra todo lo que ha de ser negado debe verse primero como
la adecuación del pensamiento lógicamente organizado negativo (nichthaft) y esto sólo es, posible si «todo pen­
junto a su determinación de hablar acerca de la 'Nada'» sar, en cuanto tal pensar, tiene ya la vista puesta en el
(Walter Kaufmann, Prom Shakespeare to Existentia­ no». WM, 36 (100). Por otra parte, el no sólo puede
lism) N. Y., 1960, p. 353), y añade que en esta relación mostrarse cuando aparezcan su origen, el anonadamien­
el error de Heidegger a este respecto es usual, por cuan­ to de la Nada y la misma Nada. WM, 36 (100). Hei­
to «lo cometen todos los que consideran la experiencia degger prueba parte al menos de esta su afirmación:
mística como lo único inefable» (Kaufmann, p. 353). la negación presupone un no. Dicho de otro modo, «la
Ahora bien, las afirmaciones de Kaufmann confunden negación no saca de sí misma el no», WM, 36 (99-100),
porque, aunque fuesen aceptables, se ajustarían más sino que aquello que ha de ser negado implica que de
exactamente al pensamiento de Heidegger según se ex­ alguna manera es deficiente antes de ser realmente ne­
presa en el «Epílogo» a ¿Qué es metafísica? o' en In­ gado. Brock expresa con toda claridad este punto al
troducci6n a la metafísica (que., por cierto, Kaufmann . decir «... sólo puede vislumbrarse algo del carácter del
introduce sin decirlo con el fin de probar su interpre­ 'no' si nosotros, en todos nuestros pensamientos, anti­
tación) que en ¿Qué es metafísica? Pero lo peor de cipamos que el 'no' está ahí. Por eso se piensa que la

1 ~ I 135
negación 'depende' de un 'no' 'dado' de algún modo> y cmtades: con el coche, afirma Sartre, mirará o iQ.dagará
no al contrario». (W. Brock; Existence and Being) pá­ en ·el:carburador, las bujías, etc. «Lo que espero, del
gina 217.) Heidegger no intenta negar que la negación c~1"burador ... no es un juicio, sino una develaciónde
sea un acto de la razón; al contrario, parece decir 'que Ser :sobre el fundamento de la cual pueda. emitirse un
si algo ha de negarse debemos reconocer de alguna for­ juicio~ )i si espero una develación de Ser, quiere~decir
ma que este objeto que en algún sentido es dado, no es, qu~ ,estoy a la vez preparado para la eventualidad de la
a saber, antes de negar' nosotros realmente algo, debe­ develación de un no-ser. Si interrogo al carburador,
mos ver o reconocer que no es lo que pensábamos, espe­ quiet;'e decir que considero como posible que en el
rábamos o suponíamos que era. Si es así, ello significa carhu.tador no haya nada. Así, mi interrogación ,involu­
que la idea del no precede a la negación efectiva. El cra," por naturaleza, cierta comprensión prejudicativa del
converso ,de esta tesis puede aclarar algo el argumento no-ser», (EN, p. 46). El ejemplo más comprensible y
de Heidegger: en vez de manifestar que el no precede conoCido de Sartre es el de Pedro en el café. Sartre ex­
.a la negación, podem.os decir que la negación es impo­ pli~a como gran detalle cómo antes de que podamos
sible a menos que vaya precedida del no. Imaginemos declarar ,que Pedro no está en el café, debemos, real­
que estamos explicando los colores a Wl niño y decimos mente. ¡tener la experiencia de que no está allí. Como
«Esta bola no es azul». Si nos estamos refiriendo a Wla dice Sartre, «hay una intuición de la ausencia de Pe­
bola real, entonces debemos comprender que pudiera ser drb» (EN, p. 48). Sartre observa lo absurdo que'parece
azul, pero, de hecho, y antes de que podamos hacer tal el· decir que podemos tener la intuición de la, ausencia
declaración, no es azul, esto es, debemos saber que la de Pedro, precisamente porque eso sería tener una in­
descripción «no es azul» se ajusta o se aplica a esta bola. tuición; de nada; y, sin -embargo, eso es lo que pasa.
Primero debemos saber que el azul es una posible des­ Antes. de describir esta experiencia, Sartre hace notar
cripción aplicable a la bola y luego comprender que en que -la. percepción envuelve la construcción de una figura
este ejemplo partícular la descripción, aunque posible, sobre un fondo. (EN) p. 48). El sentido de mi atención
no se ajusta a ella. El saber que no se ajusta a ella es es lo que determina qué objeto es fondo y cuál es forma.
lo que nos permite afirmar que no ocurre así. La forma es el objeto directo de mi atención; es' aquello
a cuyo alrededor está organizado el fondo. Lo que expe­
rimentamos cuando estamos buscando a Pedróen el
b) La «prueba» de Sartre café .en el intento que hace cada elemento de percepción
¿No es precisamente esta misma idea, a saber, que para ~- .alzarse del fondo indiferenciado y convertirse en
hay. una experiencia del no o de la Nada que precede a objeto de mi 'atención. Lo que ocure es que cada ele­
la verdadera negación verbal o escrita, la que tan '." mento, que lucha por llegar a ser forma, es desechado
casi ·con. la misma rapidez con que es observado, y vúel­
vívidamente ilustra Sartre al principio de El Ser y, la
Nada? Sartre plantea la misma pregunta que Heidegger ve a caer nuevamente en el fondo. Por ejemplo,explica
en los términos de «si la negación, como estructura de Sartlie, .cada persona observada es descartada muy pron­
la proposición judicativa, está en el origen de la Nada, to, : por no tratarse del individuo que se está buscando,
o si, al contrario, esta nada, corno estructura de lo real, o sea; Pedro,' y por tanto esa persona vuelve a caer
es el origen y fundamento de la negación» (EN, p. 45). velozmente en el fondo. A esta experiencia de la falta
Sartre, que nunca es tan elíptico como Heidegger, se de! la 'forma buscada, la llama también Sartre «la riada'
esmera muchísimo en explicar su aserto y ofrece bastan­ del·fondo» (EN) p. 49), y es la que nos permite hacer
tes ejemplos para probar su idea. Si alguien tiene difi­ la declaración negativa de que «Pedro no está aquí».

136 137
Creo que hasta este mome.nto Sartr~ ha ilustrado' mera~ negación, sino que la negación se funda en el no... »
mente la afirmación de Heidegger en cuanto a que la WM, 36 (1000. Pero esto es sólo la mitad 'de"la afir­
idea del no precede a la negativa reaL Sin embargo, m3uón de Heidegger, por cuanto lo que éste dice es
Sartre menciona con brevedad una idea que Heidegger « ... la negación se funda en el no, que naCe del ano­
no considera. Afirma que puede hacer otras declaraciones nadar de la Nada». Y esta declaración última' es pre­
negativas respecto al café, por ejemplo, que «Wellington cisamente la que ni Heidegger ni Sartre hah probado
no está en este café». (EN, p. 50.) Sostiene que tales aún.. Parece estar claro la que podemos suponer que
declaraciones «son puras significaciones abstractas, pu­ una experiencia del no precede a un juicio negativo, al
ras aplicaciones del principio de negación, sin funda­ menos parte de él, pero lo que no está claro en absolu­
mento real ni eficacia, y no logran establecer una rela­ to, al menos hasta ahora, es que esta experiencia tenga
ción real entre el café y \Vellington ... ; en estos casos, relación con la Nada.
la relación 'no está': es simplemente pensada». (EN, pá­
gina 50.) c) Formas de actitud anonadante
Tanto Sartre como Heidegger han hecho hincapié en
que algún tipo de experiencia de negación precede Heidegger debe mostrar que el no se funda en la
a la formulación de cualquier juicio negativo. No obstan­ Nada. Mantiene que «el no~ solamente puede hacerse pa­
te, entre los dos filósofos existe una importante dife­ tente sacando de su latencia lo que le da origen: el
.rencia que no debemos pasar por alto: Sartre no esta­ anonadar de la Nada y, con él, la Nada misma». WM, 36
blece las mismas distinciones que· Heidegger. Sartre ( 100). Además, afirma que la negación es una' forma
habla de la Nada o del na-ser de muy distintas formas, de actitud anonadante aunque de ningún modo la única,
pero no los distingue entre sí. En el ejemplo que se porque la contravención, la execración, el fracaso, la
acaba de mencionar, Sartre distingue únicamente: ~ntre prohibición y la privación son otras tantas formas de
los juicios negativos y la Nada. Su juicio negativo «Pe­ conducta. WM, 37 (101). No debemos pensar qo.e es­
dro no está en el café» lo basa en la experiencia que él tas actitudes son formas de negación; la negación es
llama de «Nada», consistente en la experiencia de la sólo una de las muchas formas de la actitud anonadante.
ausencia de Pedro. Por su lado, Heidegger distingue en­ Heidegger afirma que la negación, al igual que las' otras
tre los juicios negativos,·el no y la Nada, aunque nunca formas de actitud anonadante, depende de la Náda y no
explica con mucho detalle la diferencia que existe entre al revés. Tendemos a pensar que la negación es' anterior
los juicios negativos y el no. En vista de estas distin­ a dichas formas de actitud porque tales nianeras de
ciones, creo que Heidegger pondría a la experiencia de comportarse pueden expresarse y frecuentemente se ex­
la ausencia de Pedro como ejemplo de la experiencia presan a través de la negación. WM, 37 (102). Estos
del no y no como ejemplo de la experiencia de la Nada. modos de conducta clasificados por Heideggetpodrían
Sartre demuestra su aserto de que la Nada precede al ser descritos o como rechazando algo o como rehusando
«no», interpretando como experiencia de la Nada cual­ hacer algo. Por tanto, vemos que hasta ahora tales for­
quier tipo de «experiencia negativa». No distingue, por mas de conducta no están tan alejadas de la idea de
consiguiente, entre la Nada del futuro, la Nada del pa­ negación porque ésta se refiere a una especie de rechazo
sado, la Nada que precede a los juicios negativos, la o fracaso intelectual que se expresa verbal o formal­
Nada de la libertad, la Nada de la ansiedad, etc. Se ve, mente. Brock mantiene que la referencia de' Heidegger
pues, que Sartre ha ilustrado solamente parte del aserto a tales modos de conducta es una buena manera de
de Heidegger en cuanto a que «el no, no nace de la apoyar su afirmación de que la Nada radica en la vida
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misw~ Y'.no meramente en el pensamiento lógico. Brock ; : 1;. . \; \ r:;.:: :. "~
añ:;t.de,¡y treo que tiene razón, que «los érítÍcos tendrían , ; • >' :'1"
que)W)alizar las formas d~ conducta, como en los '-ejem­ 5. EL ESLABÓN CON «EL SER y EL TIEMPO»', <:
,'.: '.; •
. ,,'".'
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1

plos. titados, para probar que en ellas no concurre: nin­


gur~a Juerzá 'negativa' -Heidegger diría: ningún fun­ Parece claro que si ha de' comprenderse la N~da y
cioñami~nto de la 'Nada'-, lo que se me antoja 'que ha de investigarse su naturaleza, entonces debe de ser
sería ¡:Q1uy:difícil de afirmar y demostrar; o que la 'ne­ de algún modo accesible. El problema es dónde se em­
gacióA,'::r .según se aplica en el pensamiento racional y pieza a buscar esa huidiza nada. Heidegger observa que
lógico;, ~ un fenómeno tan peculiar que las' otras for­ si se va a buscar algo, hay que suponer que existe. De
mas de ·~Nada') 'según se experimentan en el 'estado de nuevo nos encontramos aquí con una de esas excesiva­
la angustia o según se manifiesta en las formas' especí­ mente elípticas declaraciones de Heidegger -y con una
ficas de conducta, no sólo son de un tipo fundamen­
talmente distinto (una línea de razonamiento .queHei­ que, a primera vista, no parece ser cierta. Cierto que si
degger... habría admitido sin duda), sino que la 'nega­ supiéramos que algo no existe, no lo buscaríamos. Nadie
ción~ ,nQ!,muestrarunguna semejanza con ellas y no de­ parece buscar en serio los unicornios. Por otra parte,
pend.~·,de, ¡ellas». (W. Brock, Existence and Being~' pá­ hay gente que busca el monstruo de Loch Ness. ¿Signi­
gin:k2,~~.) Creo que estamos empezando a ver, aunque fica eso que presuponemos su existencia? No lo creo.
de ,uná;,manera más bien vaga e intuitiva, la idea de No sabemos si existe tal monstruo y precisamente por
Heid~gg~r. en cuanto a que la Nada no sólo es el drigen eso continúa la búsqueda. Quizás la declaración de Hei­
del ,il,o; ¡ sino también de otros modos anonadantes de degger signifique únicamente que si uno busca, lo hace
conducta • porque al menos hay una posibilidad de que la cosa bus­
. Debe' riotarse que Heidegger dedica poco tieiripo a cada exista. Heidegger no de más explicaciones, y, den­
discutir la forma en que los modos de conducta' ' antes tro del contexto de ¿Qué es metafísica?, debo admitir
mencionados se relacionan con la nada. Permítaseme que ello parece tener poca a ninguna importancia. Con
añadi:r de, pasada que apenas tiene necesidad de hacerlo 'todo, sobreponiendo lo que dice a lo que había dicho
en ,¿,Qué es metafísica?, porque ya ha examinado> am­
en El Ser y el Tiempo, resulta claro que Heidegger se
pliamente tales modos en El Ser y el Tiempo. En el
últimQ: .escrito citado no se propone discutir la conducta está refiriendo al Dasein como ese ente cuyo Ser está
-la,«actitud»-- en general, sino aclarar la relaci6n >que abierto a la Nada. A la luz de El Ser y el Tiempo, pues,
existe. e.m:tre la negación y la Nada. Heidegger relata esta declaración significa que el Dasein posee realmente
simplemente estos modos de conducta, ya sea 'para algún conocimiento de la Nada, por. vago que ese cono­
demostrar que apuntan a la Nada, o bien para probar cimiento sea. Heidegger no trata de probar esta idea
que la 'Nada no se halla por completo separada: del por la sencilla razón de que ésta es al menos una parte
Dasein~ «El que esta actitud anonadante atraviese de de lo que ha hecho en su obra principal y también, cla­
punta: á p'Únta la existencia, testimonia la perenne y' en­ ro, por el motivo de que tales explicaciones estarían
sombrecidapatencia de la Nada.» WM, 37 (102). Pero fuera de lugar en ¿Qué es metafísica? Si recordamos
es la angustia, y sólo la angustia, la que revela a-la,Nada que el punto de partida de este ensayo ya no es el
«origilo:ariamente». WM, 37 (102). Dasein, sino el intento de elucidar la naturaleza de la
metafísica, y si además presuponemos que Heidegger
\1 r·

l.1n
141
da por sentado que comprendemos El Ser y el Tiempo
--cosa para la cual no tenemos fundamentos explíci­
tos--, entonces nos causará menos perplejidad el signi­
ficado de algunas de estas demasido elípticas, pero muy
provocativas, declaraciones.
Capítulo ocho
La captación de la Nada

1. LA COMPRENSIÓN CORRIENTE DE LA NADA

a) La negación de la totalidad del ente


Supóngamos para empezar que el Dasein tiene una
cierta' comprensión de la Nada, una comprensión análo­
, ga a la que tiene de su propio Ser. La cuestión es en­
,
1, ~
tonces dónde ha de buscarse esta Nada. Si en un sen­
;

tido la Nada está dada, ¿cómo se halla dada exacta­


mente? Heidegger comienza la búsqueda de la Nada
con el examen de la manera corriente y cotidiana en que
se entienda la palabra «Nada». No importa si tal com­
prensión se basa en un descuidado y casual modo de
hablar; «algo· de que hablamos a diario en todas par­
tes». WM 29 (86). Este «vulgar» y «desteñido», WM,
J

29 (86)· entendimiento de la Nada nos proporciona el


punto de partida para la investigación metafísica. La
comprensión ordinaria de la Nada puede definirse como
«la negación pura y simple de la omnÍtud del ente».
WM, 29 (86). Heidegger dice prudentemente que esta
es l,Ula' definición «impremeditada» (kurzerhand). Como
era de esperar, se da cuenta de que la comprensión co­
mún • de la Nada no está enteramente separada o sin
relación con una comprensión existenciaria más pro­
funda.

142 143
-- -.
:"·,'1
Si la comprensión común de la Nada como la negación degger, imaginando el ente en total de la misma manera
de la totalidad del ente fuese exacta, entonces esta tota­ ! que podemos, imaginar cualquier otra cosa. Pero esta
lidad tendría que estar al alcance del Dasein. En otras
palabras, si la Nada fuera la negación de la totalidad
del ente, entonces dicha totalidad debería hacerse pre­
I totalidad que creemos estar captando será sólo el pro­
ducto de nuestra imaginación. Es únicamente lo que
Heidegger llama una «idea». WM} 30 (87). Podemos
sente para que el Dasein pudiera negarla. negar esta idea y ver luego si tal negación nos revela
, <En" efec,to, para comprender la Nada son necesarias la noción de la Nada. Pero, de acuerdo con Heidegger,
dos condiciones, a saber, debemos ser capaces de captar el concepto de la Nada captado de este modo es sólo
la tbtálidad del ente y debemos ser capaces de negar «el concepto formal de una Nada figurada». WM, 30
esta totalidad. Sin tener en cuenta momentánamente el (87). La pretensión de que hemos llegado al concepto
hecho de que esta comprensión ordinaria de la Nada formal o imaginario de la Nada es en realidad de poca
hace surgir a ésta de una negación, ¿puede ser accesi­ importancia, toda vez que lo que vamos buscando es la
ble «en sí mismo», WM, 28 (87) el todo del ente y «auténtica» Nada. Es evidente que no podemos tener
puede ser accesible para el Dasein? La respuesta de dos Nadas: la Nada formal o imaginaria y la Nada real
Heidegger es negativa; según ello, nunca podemos cap­ o auténtica, porque si la Nada es «la completa indife­
tar la totalidad del ente y por tanto no disponemos de renciación», WM, 30 (87), entonces no hay manera
la oportunidad de negarlo. de distinguir entre las dos Nadas 20. En resumen, Hei­
John C. Sallis muestra claramente el motivo por el degger ha argüido que el Dasein parece haber captado
que Heidegger ha de mantener que la totalidad del' ente realmente algo de la idea de la Nada. Luego investiga
no .puede captarse: «... no puede sostenerse que la tota­ la comprensión corriente de la Nada, según la cual ésta
lidad del ente se da antes de la Nada ... si recordamos es una negación del ente en total, y encuentra que no
que todo el problema de la Nada surgió del intento en podemos captar semejante totalidad. Las únicas conclu­
El Ser y' el T iempQ de determinar el carácter de ese siones a que podríamos llegar, pues, serían: 1) que,
horizonte, el mundo, en el que llega a ser posible' en­ después de todo, el Dasein no puede captar la Nada,
contrar. un ente. Fue precisamente ese horizonte~.. de o 2) que la Nada no es la negación del ente en total.
la primera obra (El Ser y el Tiempo) el que se mostró Heidegger no acepta la primera conclusión, puesto que
inicialinente a sí mismo como Nada. Si la Nadacóincide intenta probar que el Dasein capta realmente la Nada
entorices con ese horizonte anterior a todo encuentro mediante la angustia. Por consiguiente, acepta la se­
con los entes, en el sentido, de constituir el fundamento gunda: conclusión de que la Nada no es la negación
de la posibilidad de todo encuentro, en tal caso es' obvio del ente en total. Consecuentemente, debe llegar a la
que la '. totalidad del ente no puede darse antes de la conclusión de que la comprensión corriente de la Nada
Nada:. Si esta totalidad pudiera darse de verdad, 'en­ es una deformación.
tonces sucedería lo contrario 19. En El Ser y el Tiempo Nuestro autor trata de aclarar su afirmación de que
hemos Visto que la Nada de la angustia era la Nada no se puede captar el ente en total. Aunque declara
del mundo. Ahora veremos que la Nada de que habla inequívocamente que nunca captaremos el todo del ente,
Heidegger en ¿Qué es metafísica? es, en realidad, la es, sin embargo, cierto que nos hallamos situados en
misma Nada que presentó en la primera obra. Por con­ medio del ente y que éste se revela a nosotros en su
siguente, Sallis tiene toda la razón al identificar las, dos totalidad. Dicho de otro modo, Heidegger contrasta la
nociones. comprensión,·de la totalidad del ente (Ganzen des Seien­
Podemos intentar la captación de la Nada, dice Hei­ den) con el descubrirnos a nosotros mismos en medio
144 14')
del ente en total (Seienden im Ganzen). WM, 30 (87). mosaburridos de esto o aquello, sino cuando estamos
Este punto no es muy discutible: Heidegger se limita aburridos sencillamente, aburridos de «todo». :ESte-a6ü- 1.
rññiíento"<que" -Heidegger'-aescrib¿-'"como·«roCIanao or:~
las simas aé'-la:-exisféñoacomoúna··silenciosa-nieb~ ;;
a decir que nos es imposible captar la totalidad de todos
los entes, puesto que eso significaría que no sólo ten­ WM;")<r--(a-Sj;'nacequetodo-;-'-ñQ'Importa-qüe-se'a-Uña
dríamos que comprender todos los entes en sí mismos,
cosa, una persona'·o'-iJiClüso· uno mismo,resulte--iibti­
sino también entender cómo se relacionan entre sí. Si rMo-:--Lo---.ué-.sucéde -'ue'-iQdo
no he entendido mal el concepto que tiene Heidegger q .___e-á -esta exP_,......__
,·,.eJ_.·........_ __
erk~Í:lda--es'~
._,___ ............91 ____._ ..
de la totalidad del ente, entonces la implicación es cla­ ñosresüliaIñdiférente, y por tanto las distinciones, las
cliÍerrocí-as''''-hásfá''Ia-s--refereñéiái-'''ue-tenemos'-habífüaI­
. .. P, ". -' -'. __q .. ,.....
ra, a saber, que todos los entes se ven «dentro» de o,..... ... _0,., __ " _ .......... _

una especie de totalidad o integridad. Esta integridad rñeñte~ parecen de~~a~c:e~~<:. Es muy fácil ver enton­
es justamente lo que, en El Ser y el Tiempo, Heidegger ées que-t§.~- ~~=~<?~ _~r.1.t<?Ja..Jo. ~istrl:0 Y', por consiguien.­
llamaba «mundo». Por consiguiente, lo que Heidegger te, se muestra como un todo. La experiencia de este
:-t::"--.-........_ ...--."......-.-_.,...... -' .. 0..-- ---.,.. ". -:----,---- .......-.----- ....... 0·1 -,
pone aquí de relieve es que, aunque nunca podamos co­ aourrlmlento no es, en rru Opln10n, poco usua. La
ñiayoifá-'ae'lÍos'otios °puede""recü-idru.:--i-aIgüien -~mani­
nocer tal totalidad en sí misma, podremos comprender
que existe, y que nos encontramos situados en ella. festando tal aburrimiento. La réplica habitual a tal
Según Heidegger, esta última comprensión surge a me­ confesión es normalmente una sugerencia -a veces una
larga lista de sugerencias- sobre las cosas que podría
nudo en nosotros. hacer: ¿No te gustaría ir aICine?--'Y--¿dar-unpaseo?
¿Qiñeres~comér~i<g~---¿Te-~p~~~~~l~~t:~W1·g~l<2.?=·~~(
b) El aburrimiento d5iltesfa:cróñ--á:-'tá1es sugerencias suele ser un disgustado
Puede no parecer que el Dasein sepa que está situa­ «ño;>~" como' sr todas~s_ªs_ activicladesqué, usualmente
do dentro del ente en su totalidad, ya que parece dedi­ soh'-tañe-ñtretenldiSIuesen todas iguales. Lo común es'
car la mayor parte de su atención a una cosa o a una trifar--de-enéoiiirar''''álgoo''''que realmente sea interesante
actividad y no parar mientes en la noción de «integri­ hacer -no 0~!2_,_~is1l!º-_ocl~ sje1llP~e-. Si se sigue ade­
dad» o totalidad. Brock señala que esta noción de ser lante con las preguntas podría resultar muy difícil ex­
en totalidad se halla usualmente en el fondo de nuestra plicar con exactitud cómo puede ser 10 mismo leer un
experiencia (W. Brock, Existence and Being, p. 208), libro que dar un paseo, pero lo evidente es que a esa
Y que cuando no estamos completamente absorbidos persona que está aburrida todas las actividades mencio­
por algo determinado, dicha noción se va imponiendo. nadasl~ parecerán iguales, y esto es precisamente 10
Heidegger menciona por lo menos dos temples que nos que quiere decir Heiddeger. ;gtJ~Q1lr.timiemo o.hace_..que.
revelan la mencionada integridad. Uno de ellos es el todas las cosas parezcan iguales, porqt15!e:tQdQ_resul.tª.. ~
aburrimiento que experimentamos cuando alguna cosa abuirido--Oy~~por-taÍlto,pioporcioná üna_~§~ge_g~J~i:
-::-:::r-::::------:::t:-a------.::-...r ...---....-........-.----..-...
o acontecimiento particular nos aburre. El aburrimiento d ao e lntegrloa a ~~2.:._
1
que algunos sienten en un «cocktail» o el aburrimiento 1 •

que .se experimenta cuando uno se ve obligado a oír c) La alegría


por tercera vez el sonsonete del viaje de otro por Eu­
ropa, no es la clase de aburrimiento a la que se refiere Otro estado de ánimo que revela la totalidad de las
Heidegger. El aburrimiento que revela la totalidad del cosases 'la alegfí~C.. H~i4,<:;gg~1;=-J~Í1bla:~~poct::;-rle~est~ca:le­
ente es de naturaleza mucho más profunda que cual­ giía; solo ooservaqué es
la que experimentamos-'·cuan­
quiera de los tipos citados. Nos llega no cuando esta­ do,~~_h.~~~~ll~1i_s(!i ~ql:!~~12g'»':-wM;-3r "(89):
1At: 147
Como quiera que Heidegger no explica la forma en que
11 lan que experimentamos la noción de integridad, pero
la alegría revela la totalidad del ente, no tenemos más no la conocemos --o no la conocemos lo suficiente
remedio que tratar de interpretar su idea al respecto. para poder negarla? Acaso Heidegger aspire a poner de
Supongo que en cierto sentido !leidegger" piensa de relieve que la nocióñ"'de iñfegriCIacr-sel1an;;ttañ-estré:
t:c-'-'-
cnamente ""--1"19ada a. un
""", .....temp
'-" 1"e "---·'-<.:.:::r"-···'~""'·-·"·---"-·-"·~':.:r"­
partKwar que no poue­
la alegría algo parecido a 10 que piensa del aburrimien­
to. En el "" aburrimiento cada "cosa resüItaba'-áburrida rñós"separarlos y, pot"'''coñslgüiente, -somos incapaces~de
y'; por tanto; parecía ]0 mismo. Este ser lo lDÍsmo"de-his negarestá'l~f~giKªiid~- En otras palaoras;sl seeniíeilde
cosas parece conducir por su parte a la idea de la tof~~ cótrientemente la Nada como la negación del ente en
'lidad' del' ente. Si la alegría hace también patente la total y si a esta totalidad la descubren temples como
totalidad de las cosas, supongo que lo consigue porque el aburrimiento y la alegría, entonces lo que tendría­
<la alegría que experimentamos ante la presencia dd mos que hacer para captar la'''Nada sería" riegar-esfos
teñlp1es-.·"-~(Cuál-"es la "negaCión del a:bürtiiniento? -¿No
'sér querido no sólo se vierte sobre esa persona,smo
que se difunde hasta el punto dé «verlo todó'-a"'través eStar aburrido?· Inmediatamente se suscita "un proble~<
'del resplandor de la alegría». Pór este motivo todo ~'e: má: ¿qüésigrufica no estar aburrido? Porque la verdad
-ffánsfói:-rná"y"se muestra "beneficioso o amable. Conse­ es que no estamos aburridos cuando estamos interesados
cuentemente, las diféreñdas y--aiStiñci5rfés-qtfédan. oscu:' por algo o haciendo algo, y, sin embargo, en esos mo­
'recidas y todo parece ser lo mismo. Esta experiencia de mentos no tenemos ninguna captación en absoluto de
'ser"1ó-mismo"'ha-ée recordar~ la"Unidad o totalidad del la Nada. En el último estado no tenemos ninguna na­
ente. P..29r_Íamos afirmar que ante la presencia del ama­ ción de la totalidad del ente. ¿Cuál es la negación del
do nos sentimos uno con él y que este sentiinierito de estar en presencia de alguien a quien amamos? ¿No es­
Unidád~vaeñ aumento hasta llegar a ver como totaliaad tar en su presencia? ¿No amarle? Ninguna de estas
Tódolc'-'qü-é'hay en el muriClo.'El Clisé de que el amores sugerencias parece ser fructífera. Por tanto, podemos
ciego-'atestigua hi 'Ialta de discriminación o la incapacidad <
concluir únicamente que el aburrimÍ<~rlt:o y hi 'al<::g!ía no
que experimenta la persona que se halla en un estado de i nós conducen a la Nada, a pesar de que ambos temples ,
alegría ,para reconocer aquellas distinciones que son ab­
solutamente obvias para el que no siente la misma ale­
I pateiú:izan el ente en total. Tampoco nos lleva esta to'­
lalidad a la Nada por cuanto somos incapaces de ne­
garla para alcanzar la Nada. Parece claro, pues, que
gría.
¿Qué conclusiones acerca de la Nada podemos ex-
traer de las descripciones del aburrimiento y la alegría?
Il Heidegger rechaza tácitamente la comprensión cotidiana
cie1áNada como negación de la totalidád-del ente.
"'" '.' ,-~ .. -._.
,.,..... ~ ..
~_."-,- ~

Heid~gger no es nada explícito en cuanto al significado PI~ ")o ~.~:-: •• )"': ~"-.,'" t,:...~­

;r t..~t.c; de sus ejemplos. Se limita a afirmar que «cuando estos'­


!' r_", " ".101'." • t_ .. :"t ..~

(:.1. temples del ánimo nos conducen de esa suerte frerit~


~ , ,': al ente en total» (1.10r das Seiende im Ganzen) , «nos
I 2. LA ANGUSTIA

Ocultan, precisamente, la Nada que. buscamos». WM,


31 (89). Es~o(!stá, pues; "daro. Sin embargo, no está
I Aun si los temples del aburrimiento y de la. alegr!a
nos 'hübieran revelado la Nada, lo habrían hecho sólo
tan claro el motivo por el que estos temples no" revelaIi iñdirectaniente: es decir, lo habrían hecho así debido sólo
lo'-que' büscamos. ¿Quiere' deCir Heidegger que la al~­ I a-que' nos habl:ían presentado ante todo la noción de la
gría y el aburrimiento revelan el ente en total (Seienden totalidad del ente que luego habrían negado. Heidegger
'im Ganzen5 y no la totalidad del ente (Ganzen des afirma que tal modo indirecto es inadecuado para reve­
Seienden)? ¿Quiere demostrar qué- estos temples reve­ lar la. Nad,a.: E~ta sólo puede._ ser revelada «en un temple
14R 149
de ánimo que por su más auténtico sentido descubridor en El Ser y el Tiempo. Por, __g.~~g~ºª.1_.H~iºe.gg(~LJ;t.o
añade ningüila:6ifa-expucación sobre el asunto.
nos"'patentiiára la' Nada»: 'WM 3r-(90): Creo que'lo
J
----vórr;ñmera-.vez,-·HélClegger nos dice que Iª_.ª!1ruJ§'~i.ª
~e'quiere-'indicar Heidegger es que la NaaaaeDe·.1~
«no.s.._.x~Jª JaspªJªl:m~~~~~_WMJ_.J.~..J.2l)~J~~_.sQlpQ.-!i aflt:­
revelada 'directamente"eñ~Vez"'de .ser patentizada por la mara que. al esc~arse todo de nosotros.,L no sólono
negación de-alguná otra-' cosa: Si recordamos los asertos quedá" tiíidaa-roque agarrarños~s1ñ.o-que
aé"Hddegger"eñ-Cüí:iñio"g:-que la Nada es anterior a la ~--'---a"-'- . . ,.. .t: .....-._ ...-.. - .•... podamos
--~
no po emos nacer nmgun aserto acerca e na a, esto
...... _. . . --'''- ..... _..... ···d'"-' ···d--.. ·.... ·· ­

negación, el punto de vista citado pareceser'entera:: es~ no pOdemos-asíflO'que se'escapanl'Tampoco"hablar


mente raZonable. Por otra parte, Heidegger'intenta"mos~ de ello. El ente se aleja, y al hacerlo así fuerza a saltar
irarquea-'la'·~Nacfii'~oJ~ .. é.~l?~.a. ,~Lg~~eEo.2rdip.3tig··4~' al primer- plarió"'a-"Ja'" Nada:~-'Páh::ce""entcirices' 'probaole'
peñsañlleniO:-que--'es .-indirecto en el sentido qe que que"si1o'''''qü-e' está' ahí es la Nada, no podemos hacer
ésfé-'é!iléüfa-movlenoose paso a' paso:' 'A-li'Nada la' c'ápúi' declaraciones acerca de las cosas. ¿Cómo vamos a decir
un'~'t1po~él~' pensamiento enteramente d1stÍntó, a saber, que algo «es», WM 32 (91), cuando todo se nos esca­
J
1 . .al ~~'. '~;;) ' . c. •
~~.!l..lia~~~.!.2~S~!.1f1. _.!. pa? Cuanto hay. es: ....Ja .. ~ª9.a.AJ<>..,s.~!!!<?,. po.ge~o~
El temple que nos enfrenta con 'la Nada es, una vez intentar~'''fómpei "este silencio encantado acudiendo a
prualJras' iriéoIiereñtes:--~---""" , ......._._ .... ' . ._-' __,o
más, el de la angustia. La descripcióD.:._9:e e.ste~<:'J:ll.ple
en ¿Qué es metafísica? 'es semejante en muchOs sen­ -':Aunque ·'la"-d.e~crip~ión de la angustia en ¿Qué es
"1Idos'-'a'-li'que-'s'e'-cra-en"ErSer-y el Tienip-D;aunque,
'C~~I?.~·~ra-:~d~~" esperar,se .' desúlcailfÍeruentemente ~~:
, :eectos .distintos. De nuevo Heidegger, si bien con mu­
'cha brevedad, distingue entre la angustia y la ansiedad
I metafísica? es más breve que en El Ser y el Tiempo~
contiene mucho de similar. En ¿Qué es metafísica? se
revelan nuevos y diversos aspectos de la angustia; pero,
con la única excepción ya notada, las descripciones no
sólo son compatibles, sino mutuamente explicativas.
( Aengstlichkeit) a la que asocia con el 'rle¡jiosismo:
J

4~~I!!Í~.-'!!º, ..4t~.t.í~me_,~mt:~ .la.. ~ngu§~ia.. Y.~l.J~Qr. W M, A Heidegger lejnteresa la angustia sólo en tanto que
" 32 (90). Cuando se tiene miedo, afirma Heidegger, lo le sirve para indicar que revela la Nada. En efecto;todo~
que se hace es tratar de protegerse de lo' que'se t~~~, érpropósito 'del 'e'nsayo es demostrái' que el problema
1.:',".. ' .-,

y al hacerlo así se «pierde la segúrid:icrjúlra ~ todO-Jo de­ de'laNada es un problema metafísico y, por consigüieri­
más;'es"'déclr, se 'pierde la, cabeza'>>,. WM 32 '"C91TSin te~'~lúmiiülr' la natu!ªleza d~lametªf~s.ica._ Sin embargo:
J

embargo, la angustia no produce tal confusión; al con­ antes de empezar a explicar por qué la Nada es un pro­
trario, se l1alla:-Caracfefizada -po:r~' tiná"'e~pecie-'<:le""'tran:~ _...blema metafísico, Heidegger realiza un último esfuerzo
quilidad. 'WM 32 (91). Heidegger insiste en que-¿illa para disipar cualquier posible malentendido. LaNada;
J

angustia el ente en total parece escaparse de .~g~o..!~i, insiste Heidegger, no es una negación; no es liria --nega­
pero' aña:cte'qúe--el-que' -expeiimenüi'la' añgüitia' se escapa ti6Ii'''de 'ún «algo», ""trátese de lo cjue se trate. Como'
cléf sfmismo.Este es<:ap:lr.seºe... sí;ji"Q~~~~i~ una idé~:~ qü,1!
hemos visto ya, ni siquIera'es la iíégación de la totalidad
Heidegger no na' mencionado en El .Ser_'1.. el Tiempo, dél-"ente. Además, no podemos considerar'la'Nada"como
u-niversaliZa -6 .' despersonaliza-'al que expei:imenta la . an­ ñegaCi6n por otro motivo, a saber, la naturaleza de la
gústia:'-«-:-:'ñijsotrós':~::';'estaiído en medio del ente; nos negación es «explícita», mientras qué la Nada de la a!!~
éscapamos de nosotros mismos. Por esto, en realidad, gustia no 10 es. WM 34 (94). En vez de ser una nega­
J

no somo~ 'yp' ni '~ú,' 19S. desazonados, smo.'!l!lO' .,» W M Cion, 1á:'Nádá' es laque posibilita la negación .. Por otra
32 (92). Pero es como si esta «despersonalización» con­
J
parte~ nopodemos entender la Nada como 'aniquilación!
tradijera la singulariz~éión' que ha 'descrit~'~~ei~e~ger La retira:d~f du6iñte la . angustia del ente no es una aní­

150 151
quilación producida por la Nada. En la descripción que pues, en comprender el sentido exacto que tiene degr
hace Heidegger del funcionamiento de la Nada queda gU las cosas se 'acatan. '
claro que a ésta no se la puede definir en términos-ae B . ste _~~~~~i~~s_as cosas se describ~ In!~c­
aruqiIilación cí -destrucCió:ri: La "Nada-hace-"resoáhü:'-~Clas ~-#-:r'E.~~a.t!!.li~!t.i~-:~;~~~Jg-9~~ est~~a la ,q:th'~­
cosas, pero""esto' nÓ-'significa-que" -seiñ~'déStrwdas:-ne tlon IUIlQamenta ue t<:KHl.m~tª:g.g~ª-~.~«¿Por que ay
néClio:~-erIuñCioliafuieht6"de'''lifNad~Cse~opoiíe"casrara­ eñ generaT'eñte"y"no--inás bien Nada?», Heidegger trata
métralrrleñte-'itlá '-destrucción':"
Sería' mucho' más- 'exáctü de probar"que-este--íñterrogante ~ñoes equivalente a la
niibraréri" t'éiÍnirios de úna empresa creadora en el sen­ pr,eguntª_<~ ¿P?r, _q,u{)'~~y',e~ "g~º,t;!faJ~te?»(EM;cap1­
tido de que l~LNada hace posible que las cosa~ ,-~e.ª!l tulo 1, especialmente pp. 20-22, 60-64.)'"'"Esta m!~Lh.:t.~e
vistas en su «otredad» o «alteridad» y, por tanto, _~<:>:D.?~ formulación de la pregunta tiene que ver cqrt.~1...~nte;
" ..., ,.-------'- -"~~-I~'-'''''''---'''-''''''ál . ­
cosas.
-.." T'~ -"."

~~;~~.P'! fo~~f;;¡e~-!'~;~n~~~rl~s ~~é~'i;;;~~


interrogarse se presentan de alguna manera como dados.
3. EL FUNCIONAMIENTO DE LA NADA No obstante, la naturaleza de 1~.p~~!I!!n~~~L!.~.ffiL~Qmpl~­
tamente-coñ '10'- qué 'a priineravista parece ser el agre­
ga"Ooíññecesarío-deTas-I;~i1aoiás«y-rio 'mas bieñ~Naaá».
a) La escapada La pregunta «¿1'oi"qUé hay en general ente . y" no-más
Puesto que no podemos describir lo qué es la Nada, bien Nada?» es Uña-CüesfIc5ii-'iiidicálmente'--rus"tiñia de
tratemos al menos-'de, e~plicar CÓIllº.S~ .C;,o:r;!lpºJj:ª,~S~· ésta que"tlene una resonancia semejante «¿Por qué hay
~~J~;,,'c6mQ~ tuIlCio.na: La Nada no sólo 'es la causa de en general ente?». Tan pronto como se añade «y no
que las cosas se escapen; también nos deja suspensos más bien Nada» se varía el status o situación del ente.
(wir schweben). WM, 32 (92). Por el momento no Ya no es el ente dado, sino que ahora «se mantiene
está clara la manera eQ. que la angiistia' y laNada -que problemáticamente en-Ola "posibilidad del no-ser;>. - EM:
la . angustiá revela se' relacionan con un'estar suspeiiso. ir(66). Ahora la cuesii6ri"srgniHca'-«¿Por__ :g~~, el ente
TampOco está claro lo que es este escaparse. '1?~-up es arrebatado a la posibilidad del no-ser? ¿Por 'qúe',D.9
modo un tanto intuitivo podemos comprender vaga­ recae~"sin más y éoristanterÍlente: en él?» Heidegger in­
mente que las cosas se escapan de nosotros -podemos diCá que el ente empieza -a Ínovers'e y 'a oscilar entre dos
ifuagloatl¡Y-rilirando -por él lado córitrariode unos pris­ posibilidades: <~o '~nte -._0, nada'». EM, 22 (67).
mático5-. Con todo, 10 que quiere decir Heidegger si­ Por' consiguiente, preguntar «¿Por qué ... ?» no es
gue estando un tanto en la oscuridad. Es evidente que mefámellteinterrogar por el fundánieÍlto real dé las
este- escaparse no ha ue entenderse de modo ¡;siéológico, cOsas~pres~eri:t~s"--~óriio'eii"lá -forml.iladon--más breve
porqYJ:_si así fuese, 'entonces la' angustia y "la-nada "no cIeIiiCüestión-, sino que es más bien preguntar por la
senan más--fúnaaÍneñtiles que' cualquier otra einodói!; forma en que el e~~~~_~_~,l!per~_éIo__aJa N-ª9a. «El ~­
y·-srnó~'fueséii·fundamentales sería muy difícil mo'strar a~~~iiJ:(r intc::rrogado es preguntado ahora como tlll1da­
que la Nada es un problema metafísico. ~,~híque est~ mento delidécisión del ente éoiúra la -Nada; mas rI­
escaparse no sea meramente el resultado de una descrip­ gurosameñfe'- dicho:'-como'· fuildañiéntó -de- la- "oscilaCión
ción-dél temple del Dasein, a saber, no se tiata dé' úri' áeTeñt¿"que,-á-medias'siendo y a medias-nó sTéñdo~--ño~
s~n~n:!!~_nio_o una emoción. Por otra parte, sería: ridícu~ sop~!ta y n~~~'~ºª,l1~na:-:~» -EM':'-22-(66):--Cüimdo'''d
lo creer quetreiéIégger-quiere decir que las cosas se eñié- empieza a vacilar, «la pregunta misma pierde toda
están escapando real o físicamente. La dificultad estriba, base firme. También nuestra existencia cuestionante llega
152 153
a estar suspendida; pero, sin embargo, se sostiene por ·'·1' como' he intentado mostrar es inherente a El Ser 'y el
sí misma en esa suspensi6n». EM, 22 (67). " ' Trempo-, ~C:_S!~~'_?;'~~?a'g~e ..E2Di#-=~.~2jes~ar~ .aIi.?
La distinci6n entre las dos formulaciones de lacues- de lo ~e nosotros aepen emos. cno oe otro' mo o,
ti6n en Introducción a la metafísica muestra el sentido j hemos ado tan livianamente Eor supuesto que hay ca­
exacto en que podemos entender la escapada de las co­ sas, "que"ru "siqUiera 'nos-ñemos-dadO"Cüeñta--'aé"~que1o
sas y también la manera en que estamos suspendidos. dabamospor--süptiesto~"~ETaSilñtOsenosñiuestta aliara
Quizá nos sea más fácil explicar la relaci6n si la· enten­ con mucna iñ:enos certeza. Y esta falta de certidumbre
demos desde un punto de vista ligeramente distinto. Si nos asusta. Nos enfrentamos con el hecho de que· los
las cosas o los entes estuvieran dados, se les entenderla entes existen -de verdad, ·pero·-iio parece Eabef'runguna
6 se les capraría-como-preseñtesynonañfía'aeruiíguñ raz6n por la qué deban ~existir. Yal iguruque-ño·parece
liaber motIvo por' d -"que -éX1staif'lós--efites;'-paréCé' ser
~~K~JXo~s~1~~~~~~~~~~!.r!,-0=&~~acasi ~~::n;! igualiñeñté" "derto'
.-.. .__.......... -._........_ "--ue" no-hay-·razon--"·ar~.~=~ººª~=que
............9:......-.............._-
a causa de que existen ahora seguirán existiel:Lg. Con
~_ . .,-... , ,.., P_..".. d
la ignoremos y aun la olvidemos- de que las cosas po­
drían no existir o no existir como son,'las cosis--olos el reconoCimiento" de "¡ruposibllidád p'arecé"qmtárseIe
éñtes~pareceñ--'résoaIar--a- "-través"- de"nuesfra" captacióti': U.!1;_~ªpºYQ._~.. paseil1~ .. ~4~más,. ,si)()s et?:~e~ 'p~cI§F'añ' ~
·Eri-este--·sentidó--·se···escapan dé ·nosotros.·· Es'. conio"~'si eXIstIr, entonces habrla tamblen la poslbilidaa de que
Heídeggei-estuviera ':;l' 'puñto-ae'- caer"eñ- la trampa del nosótroS'~·"qü·é-exístim.os,~pud1és:eñios_asurusniQ~,ño· e~~-
idealismo, pero no hay duda de que se da cuenta de úF:Cabe"decir, .pues,. q':!~~~9~~,.~m~~._~~!~!L~.~[L:§gªP'~~g
este riesgo. Por eso afirma explícitamente que no está en el séñti?o~'ª~~3~~~~ siemp!~._.~Ek~_~_._ªºte _~g2~:_4~s
diciendo que al ente le cambie nuestro pensamiento pOSibiliaade.s; y nunca excluyen permanentemente nin­
acerca de él o nuestro cuestionar por él. El pensar y el guni....Asiñíismo, nosotros estamos en suspenso respecto
cuestionar son procesos mentales que como tales no a la existencia de los entes, la cual es tan importante
pueden afectar al ,ente. Por otro lado, indica que la po­ para la propia. ~~~.!i-~P~<?Pa'i~.,~~~~~!l~ia -:::<>,..ll~.aI!clo. ~l :
~~~,ip9a<:l .9.:~.. qu~_c:!.I é!p:t,~=-pu.~da .no wS1:Íc.rio_.. es . a1.go lenguaje «anterIor» .ele Hei egger, nuestro__ propio~ Ser.:'
,que añadamos a la idea del ente. EL ente. debe.,content:r eh~el~mundo-- se halla amenazada. Y puesto que no.

__
\éñ~ .sí -.' IÍlis~o' "es~~, 9c:si?il!-?ad, .y nuest!~.p~s.~!,.~E; . . ~P9
{:~,~61~}!-~.~~.~~va~?!.~~ ª~ v~.~_ .~t~º!~_.c9.1!l<?_.;:~ente
¡~s. En otras paIáEras, c:.I_.. ~.J1!é!, se ~scflPi!.9~r.gQ§ºt.:r9~,
pOOemos' 'álcanzaF'nññca-runguña conclusi6n definitiva
e

acerca de nuestra propia existencia, también estamos en


suspenso. :Q~gatr,lo~ qtl_~.. ~s~amos suspendido~.. entr~ esta~

t~rOn~~s~:~ait~áe(~ñ~e~sf~~~'~cisit~~~'l~~;Ñ~ ~~s~%?{¡t~~~~*~-;~~~~jf';~~#Iéqii~ \
éste'~"Coriíó'dice'Heidegger, «De
níngún modo experi­ nos pone en 'su:sp'éñs'ó~ No hay runguna certidumbre" que \.
apóye"·"rniesfroS"er.·c~",' -..-------. _."~"-. -.'. ... .'" ~ ..,
.J. __._~. _.:.~ --J ,
m.entamos esta posibilidad como algo que sobreentende­ --.-.. ' . . . .,. if;~" _ _~~··_ -+0.( ¡~ J.,t C)!.J. 1.<& (..t.<.t ':;, .(
mos, sino que el ente mismo la delata, es decir; que
ella se delata como ente. Nuestro preguntar s610 mani­ b) El rechazo
fiesta el dominio para que el ente pueda seguir en lo
que tiene la dignidad de ser preguntado.» EM, 22..23 La Nadª.. n() s610 hace .que.1as.co~as"se .. ~s..capen,'S.ino
(67). Lo que habíamos dado por sentado, pues, o sea, que
~_
también..--'d·
.., ......
··_'~t:-'·~·
rechaza.
.. · d .. Heidegger
.... ...... describe este rechazo
-~,,..-.~ ~_ <'-'
''''''---:''::T"r;;'~'---''-'---'

q~~_.e~.é!l~~.. ~xi~t~,nº. ,Pll~d~. ~segt!!arse, porque siempre como recnazo es e SI mIsmo y tamOlen como un «re­
hay la posibiJidad de que no exista. Por consiguiente, fuitirnóS»-;-Es-una-~«fótar- recliázaaora remlsZóñ-'31 < ente
--si el Dasein depende de los entes -afirmad6n que
. . __ , . _ ... , , _ . ~ "~'_ ""~ ___ .' ' " 'O,' .,. '. •• •
en. tofa!.. :.9:?-=.~:'.?os _escap'~» (DieAbweziiing-"vo'ñ'stch
istaber als solche entgleitenlassende Verweisen auf das tal manera tiene su atenci6n puesta en el libro que el
versinkende Seiende im Ganzen). WM) 34 (95). Es di­ sonido de la voz de alguien o e! ruido del timbre de la
fícil saber lo que Heidegger tiene en mente si creemos puerta le pasa inadvertido. Creo que Heidegger no se
que este funcionamiento de la Nada es completamente refiere a esto cuando afirma que nuestra atenci6n está
distinto o está separado de ese otro funcionamiento de dirigida hacia el ente-en-totalidad. Nº~~t!:ª_ . ~!~I!~i~~~o
la Nada que hace que las cosas se escapen. En cambio, se dirige hacia las cosas en e! sentido de quedar absortos
si salvo para fines de explicación no cabe separar real­ eñ-"éllás: En la angustia; nuestra ateneioñ"se-dírIge-1iáCia
mente a estos dos funcionamientos, entonces creo que las cosas en e! sentk!o de que las ve11l0s º,l:lj<:>,!:lrl~ªE':~yg
el significado de lo que Heidegger dice queda claro. Si résplailaor: las. observamos de un 'modo diferente del
consideramos que la escapada es la manera en que fuii: cótidiano porque lo .qtié"'capta· nuestraateñci6ri·-y'üos
cion~f lirNada en relaci6n con las cosas, entoncés pooe­ hace'quedar boquiabiertás es el ,. purá'-lieého"~«-de"-qüe
sean»: Por consiguiente, en 'tamo qúe' sentimos'er re­
mes'estimar también que el rechazo es el efecto de la
Náda sobre- el . Daseili.--Conseruentemerite,--Ia-' escapada éliaio de la Nada, somos a la vez remitidos a lo que
y elreChazoparécen-ser la misma función. Si hubiese precisamente se escapa de nosotros, o sea, al ente en
la posibilidad de que las cosas podrían no eXistir, estó total.
es,laposibilidad de la Nada;jrj}orotra parte asimismo' Este «rechazar» y «remitir» eXElica e! sentido en
la: posibilidad de que las cosas podrían no ser' como" que la Nada'-es-uñácon-eT ente.Si volvemos por un
son, entonces nos quedaríamos fascinados, boquiablertós' Instante ara- primera terminología de Heidegger, pode­
aeptifi ádriiiraci6n 21, suspensos ante lá '··máiáVill~i"'aé­ mos decir que las cosas son o a-la-mano o ante-los:O¡ós;
que;a:iiñque-las 'cosas podrían no ser o podrían no ser erdedr;'podemos 'vér'a'!ás cosas"como s~~iiªori~-~óiili§,
como son, las cosas son. Esta experiencia en la que la eiCcuyo caso '5011' )itensi!ios, o pOdell1<?~ v_~r~as_~~._ t!!l~
angustia revela la nada hace concentrar nuestra atención especre· de sentido. derivativo como e~ist~end() . de ",1l9
de una forma muy peculiar sobre las cosas, una forma modo naturaJ.. En cualquier caso las cosas' se muestran
que ninguna otra experiencia puede lograr. Alguien po­ para nosotros como son. Pero en la experiencia de_ la
dría alegar que si nuestra atención está centrada sobre angustia no vemos las cosas- a la luz de nosotros mismos,
rugo, en tal caso, y de un modo u otro ese algo ejerce sioo frente a la Nadá y, por tanto,las vemos como <dé
uria- atracción sobre nosotros o nos acerca a él. Pero lo abiólutamente otro»: WM) 34 (96). Resumiendo, pues,
qüesucede realmente en la experiencia de la angiisthi' ·es· el escaparse de las cosas y el retroceder de! Dasein
h

'

és'-que cuanto más se escapan las cosas, más se--muéstra­ 10 que describe el funcionamiento de la Nada. Heideg­
lá"Nadi;' yen cuanto' aparece la Nada nosotros some,s ger ha llamado a esto «el anonadamiento de la Nada» 22.
rechazados --quizá por la misma extrañeza de ver que Consecuentemente, cuando dice que «la Nada misma
las cosas se muestran en su «peculiaridad» desnuda-, !!É..qti.~di1>:;; WM) 34 (96), comprendemos que esta. expr~­
y cuanto más sentimos el rechazo, más dirigimos nues­ sÍón se refiere a la escapada de las cosas y al retroceder
tra atención hacia las cosas. ~tél~~~Aºa_ Y.1"por taI!to,,~ la, visiótl a~ las",~o.~~_fº~º
Esta idea del rechazo quedará aclarada sí la contras­ s?ñ
..
en su pura «otredad» o «alteridaª». I /

tamos con la manera más usual en que dirigimos' nnes­


traáte.rición hacia algo. Consideremos por un momento
qu.e'''ññ relojero· está arreglando un reloj. ¿Quién se
atreverá a negar que su atención está dirigida hacia el
reloj? O pensemos en alguien absorto en un libro. De

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