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TEMA 3 EL ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO

1.- CONSTITUCIONALISMO Y PRINCIPIO DEMOCRÁTICO.

En los inicios del Constitucionalismo, para garantizar la libertad de los ciudadanos, fue
necesario establecer el pp de división de poderes y el reconocimiento de los derechos de
los ciudadanos. Pero sin duda, el desarrollo y la consolidación de los regímenes
constitucionales y la garantía de la libertad se consiguió con un elemento imprescindible
y que de hecho contribuye a definir el constitucionalismo moderno: el establecimiento
de instituciones democráticas y la consagración del pp democrático como inspirador de
la estructura del Estado.

¿Qué significa el pp democrático? Que las decisiones públicas y las instituciones


que las toman, son fruto de la participación directa o indirecta de los ciudadanos. Solo
así las decisiones tomadas por las instituciones y órganos públicos serán legítimas en
tanto en cuanto responden a la voluntad popular. (Históricamente esto no siempre ha
sido así: s. XIX, durante los primeros regímenes constitucionales, aunque había una
separación de poderes, algunos de estos se atribuían a instituciones basadas en una
legitimidad histórica, no democrática: P. Ejecutivo, al Rey, y parte del poder Legislativo
a la nobleza. Por tanto una coexistencia de instituciones no derivadas de la voluntad
popular con otras que representaban al pueblo (aunque no desde los comienzos
representaban a todos los ciudadanos).

La adopción del pp democrático dentro de los regímenes constitucionales


comienza a principios del s. XX: constitucionalismo de tradición democrático-
igualitaria y no elitista.

En la actualidad el mantenimiento de la Corona no es un obstáculo para


nuestro Eº Democrático, precisamente por su carácter simbólico, con funciones de
representación y no de dirección de los asuntos públicos.

En definitiva: el pp democrático implica la participación de todos los


ciudadanos, mediante sufragio universal, en la selección de los gobernantes y, directa o
indirectamente, en la adopción de decisiones públicas.

2.- DEMOCRACIA REPRESENTATIVA VS DEMOCRACIA DIRECTA.

El art 23.1 CE hace referencia a dos tipos de participación: directamente o por


medio de representantes.

a) Democracia Representativa

Origen: Inglaterra por necesidades prácticas. (el representante actúa, no


por instrucciones sino por su propia apreciación del interés general)

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En Francia: se justifica teóricamente con la doctrina del mandato
representativo: la soberanía reside en la Nación, única e indisoluble; la Nación
solo puede actuar por delegación, que recae en sus representantes, que lo son de
toda la Nación y no de los electores de su circunscripción. Por tanto no están
sujetos a las instrucciones de los electores; es el interés de la nación quien debe
guiarles. No están sujetos a revocación por sus electores. (formulada en la Const.
Francesa de 1791. Una vez terminado el mandato, los representados exigirán
responsabilidades al representante por su gestión: la no reelección (partido
Político).

Diferencias entre: Mandato imperativo y Mandato representativo


(disciplina de grupo/ libertad del representante)(intereses particulares/intereses
generales).

El mandato imperativo es el vínculo en función del cual los electores


(ciudadanos) otorgan a sus representantes instrucciones concretas a las que han
de sujetarse obligatoriamente ya que, si no, pueden ser removidos de su cargo.

En cambio, el mandato representativo excluye esta relación imperativa


entre los electores y los representantes elegidos. Por tanto, estos representantes
del “pueblo” van a poder defender sus ideas, emitir los votos que consideren en
cada caso, sin que por ello pueda ser revocado su mandato antes de las siguientes
elecciones (aunque dejen al margen el programa electoral que defendieron en su
día en campaña electoral)

El mandato Imperativo: Vigente en Alemania: Bundesrat: cámara de


representación territorial: los gobiernos de los Länder envían a sus
compromisarios con directrices concretas para defender en dicha Cámara.
Origen: Edad media (mandante y mandatario).

En conclusión: el representante, una vez elegido en las urnas, se


convierte en representante de toda la nación.

b) Democracia Directa: (como complemento a la democracia representativa)


(defendida por Rosseau)

Hoy en día constituye una excepción: dada la extensión y población de los


modernos Estados y la cantidad y la complejidad de las decisiones a adoptar. Y tampoco
es fácil porque se ven afectados muchos intereses, muy variados y opuestos que
requieren soluciones más elaboradas que un simple “si” o “no”; normalmente se
requieren negociaciones entre las partes interesadas para llegar a soluciones pactadas
admitidas por todos. Ello requiere un proceso previo de deliberación y acuerdo que solo
puede llevarse a cabo por unos pocos. De ahí que algunas materias se excluyan de
pronunciamientos referendarios.

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Las fórmulas más extendidas: el referéndum y el concejo abierto.

El referéndum consiste en el sometimiento de una resolución al conjunto de los


ciudadanos para que se pronuncien si están de acuerdo o no con ella (art 92 CE, LO
2/80

En cuanto a la materia: pueden versar sobre la aprobación de normas


(referéndum constitucional) o sobre otro tipo de propuestas (medidas concretas).

En cuanto a la necesidad del referéndum, cabe distinguir referéndums


preceptivos, obligatorios y su resultado afirmativo es necesario para la validez de una
decisión (art 168 CE, art 152.2 referéndum de reforma estatutaria (CCAA que se
constituyeron bajo el procedimiento del art 151 CE); y R. facultativos, cuando son una
posibilidad y la decisión puede adoptarse también sin recurrir al referéndum. Ej. Art 167
CE: (Ref de los arts 135 CE; art 13.1 CE).

En cuanto al momento del referéndum: suele celebrarse antes de que la decisión


sobre la que versa sea efectiva: aprobación de un proyecto o propuesta. Pero tb puede
versar sobre resoluciones o normas ya en vigor, para decidir si esa norma que es válida,
se mantiene en el ord jco o desaparece del mismo (ref abrogatorio).

En relación con los efectos del referéndum: de efecto vinculante o de efecto


consultivo. El art 92.1 CE asume un referéndum consultivo y facultativo “para las
decisiones de especial transcendencia”. El Presidente del Gobierno decide recabar
la opinión de los ciudadanos sobre una decisión política. Ej. Ref OTAN sobre la
permanencia de España en la Alianza Atlántica (12-03-86) conforme a la LO 2/80;
Ref. para la ratificación de la Constitución Europea (20/12/05): ref consultivo. Ley
Orgánica 17/2003, de 28 de noviembre, de medidas para la celebración simultánea de
las elecciones al Parlamento Europeo y del Referéndum sobre el Proyecto de
Constitución Europea.
Iniciativa del Pte del Gobierno con la autorización del Congreso de los Diputados por
mayoría absoluta, correspondiendo al Rey la convocatoria por Real decreto acordado en
Consejo de Mtros, refrendado por el Pte del Gobierno.

El Concejo Abierto: democracia directa en el ámbito local, en comunidades


reducidas: deliberación y toma de decisión (art 140 CE) a modo de asamblea ciudadana:
Inglaterra los town-meetings.

Democracia semidirecta:

La Iniciativa Legislativa Popular: la posibilidad de que los ciudadanos presenten


proposiciones de ley para que sean discutidas y en su caso adoptadas por las Asambleas
Legislativas. En algunos ordenamientos incluso se admiten sobre la reforma
constitucional.

La ILP art 87-3 CE: se remite a una LO para su regulación, pero se establecen unos
condicionamientos: aval de 500.000 firmas acreditadas, y limites materiales: no

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procederá en materias propias de LO, tributarias o de carácter internacional ni en lo
relativo a la prerrogativa de gracia, tb materia presupuestaria y planificación económica.
(LO 3/84 de 26 de marzo- LO 4/2006, 26 mayo).

Las excesivas limitaciones han provocado una cierta impotencia por parte de los
ciudadanos. Desde hace ya varios años la democracia es verdad que no está en crisis,
pero sí su calidad, que es la que resulta cuestionada. Ciertamente, poco hemos avanzado
desde el año 78 en el objetivo de abrir la participación en los asuntos públicos a los
ciudadanos si tenemos en cuenta que institutos participativos claves para este fin, como
resulta la ILP, a pesar de la última reforma del 2006, continúa sin responder a su espíritu
y finalidad, esto es, el impulso y la colaboración de los ciudadanos en la función
legislativa. Decía N. Bobbio, preocupado por ampliar los espacios democráticos, que cuando
se quiere conocer si ha tenido lugar un desarrollo democrático en un determinado país, se
debería comprobar si se ha aumentado, no el número de aquellos que tienen derecho a
participar en las decisiones que les afectan, sino los espacios en los cuales pueden ejercer este
derecho.

Además, conviene tener en cuenta que, tanto en el caso de los Parlamentos de las
CCAA que cuentan con ILP, como en el caso del Congreso de los Diputados, el éxito o
el fracaso de las iniciativas ciudadanas va a depender en gran medida del juego de
mayorías y, de esta forma, en las legislaturas donde un único grupo parlamentario ha
detentado la mayoría absoluta de la Cámara, esta ha constituido una barrera
infranqueable para la cooperación legislativa entre ciudadanos y representantes.

A pesar de estas dificultades que en ocasiones pueden llegar a justificar el


desánimo ciudadano, desde la entrada en vigor de la LO 3/1984, de 26 de marzo,
reguladora de la ILP, hasta su reforma por la LO 4/2006, de 26 de mayo, fueron
presentadas 37 iniciativas legislativas aunque solamente una de ellas superó con éxito
el trámite de la toma en consideración.
Tras la reforma de 2006 y, hasta la fecha, se han ido incrementando
considerablemente el número de Iniciativas legislativas populares presentadas. El
contexto de crisis económica, las políticas de austeridad llevadas cabo por un gobierno
apoyado por una mayoría absoluta del PP, y los numerosos y graves casos de corrupción
que iban saliendo a la luz, sin ninguna duda, contribuyeron a acrecentar el clima de
desafección de los ciudadanos hacia la clase política, en general, y a enfrentarse a sus
decisiones a través de instrumentos participativos como la ILP, a pesar, ya de entrada,
de su escasísimo éxito.
Como no podía ser de otra manera, la temática de dichas iniciativas, sobre todo a
partir de la IX Legislatura (2008-2011) y X Legislatura (2011-2016), se centraron de
manera especial en solicitudes de eliminación de “privilegios” de la clase política, así
como en materia de derechos sociales y protección de grupos vulnerables; de esta
forma, graves problemas sociales que no obtenían respuesta ni por parte del Gobierno ni
tampoco del Parlamento, llegaron ante esta sede en forma de proposiciones de ley de
iniciativa popular. Este fue el caso de la ILP: la regulación de la dación en pago, de
paralización de desahucios y de alquiler social (esta proposición de Ley, presentada el

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13 de diciembre de 2011, fue tomada en consideración por el Pleno del Congreso el 12
de febrero de 2012 aunque finalmente el texto se fusionó con el Proyecto de Ley de
medidas urgentes para reforzar la protección de los deudores hipotecarios. El resultado
fue la Ley 1/2013, de 14 de mayo de medidas para reforzar la protección de los
deudores hipotecarios, reestructuración de deuda y alquiler social, una Ley que no
contempló el objetivo prioritario de la Proposición avalada por un millón y medio de
firmas como era la dación en pago, la paralización de los desahucios y el acceso a un
alquiler accesible)

Sin duda, el pluripartidismo de esta XII Legislatura puede ser determinante para
invertir la tendencia y demostrar si el Parlamento verdaderamente asume el compromiso
de garantizar la finalidad de este instituto participativo, abriendo el debate y la discusión
a los ciudadanos a partir de sus propuestas.
Aunque la práctica nos va mostrando un mayor compromiso de la ciudadanía
hacia la necesidad de un cambio de rumbo en las políticas sociales, el obstáculo de las
500.000 firmas podría verse “atemperado” si el legislador ampliara el plazo para la
recogida de firmas. Sin embargo, tanto el legislador del año 1984 como el legislador del
año 2006 no lo consiguieron, en la medida en que el plazo pasa de seis meses
prorrogable hasta nueve, a nueve meses prorrogable hasta doce, y ello teniendo en
cuenta que la experiencia de este instituto ha mostrado cómo muchas de las iniciativas
presentadas caducaron precisamente por falta de tiempo.
El Congreso ha comenzado a debatir en este nuevo período de sesiones –febrero-
la primera iniciativa legislativa popular del curso parlamentario, promovida por el
Comité Español de representantes de Discapacidad (CERMI) con el objetivo de
suprimir los copagos abusivos en la Ley de dependencia, evitando su fijación arbitraria
por parte de las Comunidades Autónomas. Esta iniciativa viene avalada por 740.000
firmas. Sin duda una buena oportunidad para valorar el grado de compromiso de
nuestros representantes a partir de un parlamento más plural. Precisamente esta
pluralidad parlamentaria ha dado ya resultados muy positivos en la Comunidad
Autónoma de Cataluña con la Ley 24/2015, de 29 de julio de medidas urgentes para
afrontar la emergencia en el ámbito de la vivienda y la pobreza energética. La ILP llegó
al Parlamento avalada por 143.000 firmas, teniendo en cuenta que la normativa Catalana
exige 50.000 firmas para iniciar su tramitación (Disposición 9725 del BOE núm. 216 de
2015).

- El dº de Petición
El art 29 CE regula este derecho que reviste la forma de derecho de configuración legal:
“se ejercitará en la forma y con los efectos que determine la Ley”.
La CE solo recoge algunos elementos indisponibles por el legislador en cuanto
al contenido y límites de este derecho: está abierto a todos los españoles, podrá
ejercitarse individual y colectivamente, excepto esta última para miembros de las FFAA
o Institutos armados sometidos a disciplina militar (art. 29.2), y se protege en cuanto se
efectúe por escrito. En lo demás, queda sujeto a la configuración del legislador.

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Este derecho tuvo su importancia en otras épocas, como un instrumento
fundamental para que los ciudadanos pudieran plantear reivindicaciones o quejas a los
poderes públicos. Pero el desarrollo de procedimientos específicos de defensa de los
derechos e intereses de los ciudadanos (recursos administrativos y contencioso-
administrativos) relegó este derecho a una posición secundaria. En la actualidad la tutela
de los derechos e intereses del ciudadano se lleva a cabo mediante la tutela judicial
como garantía principal.
De ahí que hoy en día, el dº de petición se refiera a materias de tipo discrecional,
y no a pretensiones fundadas en Dº, por ejemplo, solicitudes de información, o
requerimientos diversos a los parlamentarios.
La LO 4/2001, 12 noviembre, regula este derecho.
Los Reglamentos de las Cámaras regulan también este derecho desde una
perspectiva formal: Estableciendo la existencia de una Comisión de Peticiones en el
Congreso y otra en el Senado.
También en la Normativa de las CCAA, en los reglamentos de las Asambleas
Legislativas, se recoge el desarrollo de este derecho a partir de su reflejo en el Estatuto
de autonomía.
Al igual que la ILP, este derecho también tiene una dimensión supranacional: en
el Reglamento del Parlamento Europeo, que también establece una Comisión.

Otras formas de participación: los presupuestos participativos y los debates


públicos sobre grandes obras, de corte francés como formas de participación ciudadana.

La participación ciudadana, tal y como se ha ido desarrollando en Europa, nos ha


ido mostrando su potencialidad, demostrando que estas formas participativas que
quedarían fuera de un concepto de participación en sentido estricto, responden al
objetivo común: la ampliación de los espacios de decisión ciudadana
independientemente de los ámbitos institucionales y territoriales en que se desarrollen,
teniendo en cuenta que para medir el grado de calidad democrática debemos atender a la
ampliación de los espacios de participación, y no tanto al número de los participantes,
como así lo ha defendido de manera acertada N. Bobbio. En definitiva, nuevas formas
de gestión y de gobierno que vendrían a completar la democracia institucional,
fundamentalmente representativa, buscando la colaboración y la corresponsabilidad en
la toma de decisiones.

En Europa, los dos instrumentos de democracia participativa más utilizados y


que revisten especial interés son el debate público de corte francés sobre grandes
obras y los presupuestos participativos Ambos instrumentos comparten un mismo
objetivo como es el de crear un recurso de discusión pública para encontrar soluciones,
lo más compartidas posibles, en torno a decisiones importantes que van a afectar a una
comunidad territorial. En España, de estos últimos ya se han puesto en marcha, en
algunos municipios y ciudades de Andalucía y Castilla La Mancha y P. Vasco.

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Todas estas formas de democracia directa y semidirecta sin duda vienen a ser un
complemento importantísimo de la democracia representativa y sin duda contribuyen a
mejorar la calidad de nuestra democracia, concretando así el principio democrático.

- ¿Es la institución del Jurado una forma de democracia directa/semidirecta?

Los ciudadanos participan en la administración de justicia mediante la institución del


Jurado, órgano compuesto por ciudadanos seleccionados por sorteo. Es el juez quien
aplica la ley, igual para todos, pero es el jurado quien decide sobre si se ha producido o
no una actuación contraria a la ley.

Por tanto y a modo de conclusión, el Estado democrático se apoya en el pp


democrático y, más concretamente: art 1.2, soberanía nacional, art 1.1 pluralismo
político, art 14, dº de igualdad ante la ley, art 23 igal acceso a la representatividad y a
los cargos públicos, art 6, la constitucionalización de los Partidos Políticos, así como art
7 en relación con las organizaciones sindicales y empresariales.

3.- EL ESTADO SOCIAL Y LA IMPORTANCIA DE LOS DERECHOS SOCIALES.

El Estado Social se fundamenta, principalmente, en la igualdad, en su


reconocimiento y garantía, así como tb, en la libertad y en la justicia.

El carácter social del Estado refleja la importancia de las relaciones sociales con
el ejercicio del poder: el objetivo es precisamente el Estado del Bienestar o Eº Social,
que a modo de postulado ético marca una línea de acción y unos objetivos, bien de
forma general bien de forma más concreta, a los poderes públicos.

Preceptos constitucionales claves en este sentido: art 9.2 y art 14 CE, preceptos
con distinta ubicación constitucional pero sin duda íntimamente relacionados.
Concretamente, la potencionalidad del art 9.2 resulta evidente para impulsar la acción
de los poderes públicos, especialmente del legislador, en relación con el desarrollo de
políticas sociales en aras a la consecución de la igualdad social, económica y cultural.

Este contenido social y económico que la Constitución recoge en el marco de


nuestro Estado Social, se refleja en varios ámbitos: (Cap II y III, Título I CE)

*Dentro de las relaciones de producción: dº sindicación, dº de huelga, dº conf.


Colectivo, dº al trabajo….

*Dentro de la asistencia social: dº a la Seguridad social, dº a la educación, dº a la


vivenda, dº a la salud, a la sanidad, protección medio ambiente, atención a la juventud,
3ª edad, menores, discapacitados…

*Y en los límites constitucionales, función social, interés general,….

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El papel del Estado, en el marco del Eº social, es el de gestor y garante. Porque
cumple una función asistencial (en forma de derechos, servicios, prestaciones a través
de una labor de orientación); una función de intervención y de tutela: Estado
planificador, regulador y empresario; y una función de remodelación social: fijando
metas, objetivos (art. 9.2 CE).

El carácter social de nuestro Estado, por tanto, vincula: es una cláusula de valor
hermenéutico que se proyecta sobre todo el ordenamiento jurídico. Obliga a todos los
poderes del Eº: amplios márgenes de concreción (juego político democrático).

El Eº Social es una consecuencia de la democratización del Eº. Un Eº


democrático necesariamente tiene que convertirse en un Eº social en la medida en que
tiene que atender y dar respuesta a las demandas de todos los sectores de la sociedad y
no exclusivamente a las demandas de una parte de las mismas.

EL ESTADO DE DERECHO : Imperio de la Ley como expresión de la voluntad


popular. Seguridad frente al poder arbitrario.

Pero no todo Estado con Derecho es un Estado de Derecho: inescindibilidad de los 3


elementos o adjetivos de nuestro Estado: se deben garantizar valores y principios
fundamentadores como el pp de división de poderes desde un fundamento democrático,
garantías y límites al poder (a través de los derechos fundamentales que funcionan como
límites y como contenidos que impulsan la labor de los poderes públicos. La ley como
expresión de la voluntad popular y el sometimiento a la misma del Gobierno, de la
Administración y del Poder Judicial. Y subordinación de la Ley a la Constitución. (art
9.1 CE)

El art 9.3 CE: P. de legalidad, la interdicción de la arbitrariedad de los poderes


públicos, el pp de responsabilidad de los poderes públicos, el pp de seguridad jurídica,
el pp de jerarquía normativa, pp de publicidad de las normas.

Debemos partir de la inescindibilidad de los tres elementos para una


interpretación constitucionalmente adecuada de nuestra forma de Estado. Es un
concepto que se va a ir definiendo en la práctica. De hecho se ha ido definiendo a lo
largo de la historia y aún continúa este proceso de definición: implica que nuestro
Estado tiene un objetivo social, que además comprende una concepción democrática del
poder, y la sumisión de ambos términos a la disciplina del Derecho.

De esta forma, el componente social no podrá desarrollarse ni autoritaria ni


arbitrariamente, sino por métodos democráticos y sometido a la disciplina del Derecho.

El componente democrático también se encuentra limitado por la estructura


normativa del Estado de Dº a la vez que este componente democrático se considera una
parte esencial del estado de Derecho. Y, a su vez, el decisionismo democrático se va a
ver condicionado por los valores sociales constitucionalmente protegidos.

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Por otro lado, el Estado de Derecho no puede ser entendido como un Estado
meramente legalista, por lo que debe adecuarse a los valores sociales y democráticos.
De ahí la importancia de la sumisión de los organos constitucionales y de los poderes
públicos, en general, a una jurisdicción constitucional, por lo que el Estado español no
es solamente un Eº legal de Dº sino tb y esencialmente un Eº constitucional de Derecho.

Por tanto debemos hablar de una interdependencia significativa entre los tres
elementos. Para el TC, de hecho, este principio supone un punto de referencia
interpretativo.

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