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FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES

ESCUELA DE DERECHO

Informe Monografía:
“La constitucionalización del arbitraje en el Perú:
algunas consideraciones en torno a la Constitución,
los derechos fundamentales y el Estado de derecho”

Autores:
Barrera Coronado, Christopher Charlton
Castope Camacho Keyla manuela
Cieza Pérez, Vilma Edith
Posada Suárez Cesar Aristides
Santamaria Acosta, maría Andrea

Curso:MARSC

Ciclo: Noveno

Docente:
Mg. PALACIOS BRIAN, Roberto Alejandro

Pimentel – Perú
Año 2022

Resumen:
El presente trabajo, trata de reconocer el origen del proceso del Arbitraje, como estructura
jurídica, desde la Grecia y roma antigua, hasta la actualidad, entendiendo que el principio
de generación de justicia, mantiene márgenes de legalidad, manifestadas por la propia
Constitución Nacional, la misma que reconoce una jurisdicción distinta del poder judicial,
con el reconocimiento de los principios expresos del debido proceso, como garantizador
de los derechos humanos, el cual se manifiesta en sus laudos arbitrales, documento final
de la controversia presentada y la solución solicitada voluntariamente.
Problema planteado:

El reconocimiento del arbitraje como jurisdicción alterna de la justicia nacional; por ello
reconocemos como tema:

La constitucionalización del arbitraje en el Perú: algunas consideraciones en


torno a la Constitución, los derechos fundamentales y el Estado de derecho

Objetivos generales y específicos:


Analizar el proceso jurídico desde su inicio, para ver la aplicación de la validez de la
justicia
Tipos de investigación realizada:
Descriptiva-Bibliográfica:
Técnicas e instrumentos de recolección de datos:
Fichas de lectura, e identificación de temas.
Conclusiones –Recuerda que deben responder a tus objetivos
 Identificar los procesos originarios del arbitraje y la interpretación de justicia
 Elaborar Juicios concluyentes de los temas y subtemas

Impacto de tu investigación:
El presente trabajo permitirá reconocer la importancia del laudo como manifestación de un
proceso de arbitraje en el Perú

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- Introducción:

Cada sección del trabajo contiene argumentación relevante, desde el origen del contexto
jurídico y posible manifestación del arbitraje; la relación y reconocimiento constitucional
del arbitraje, como elemento solucionador con jurisdicción reconocida; así como las
ventajas generadas por la aplicación, el mismo que se encuentra relacionado con la
manifestación plena de los derechos humanos dentro de este ejercicio; el
reconocimiento jurídico, la manifestación jurídico moral así como el valor dado por el
tribunal Constitucional.

Marco teórico en síntesis Planteamiento del problema


Se tomo como relevancia del marco teórico la tradición del derecho romano germánico y
su potencial aplicación de lo que hoy se llama arbitraje: Mendez a Rafael Bernad; el valor
el estado de derecho : Diaz, Mario Castillo, al valor constitucional:, Quiñones. Paces,
Bustamante; al proceso mismo a la Impugnaciones: Lacruz; al valor de los MARSc:
Caivanno; incluido una casación.

Los objetivos que te planteaste

Nos comprometimos; analizar el proceso juicio donde se manifiesta, el arbitraje y se


concreta en su manifestación denominada laudo arbitral

Justificación e importancia de tu trabajo+

Nos servirá como elemento ilustrativo en el reconocimiento de este instrumento de


resolución de conflictos, el mismo que tiene una jurisdicción reconocida proe el estado en
la carta magna de constitución

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I. El laudo arbitral y su implicancia jurídica:

Para comprender el tema del laudo arbitral, su función y su implicancia jurídica, debemos
de recurrir al análisis del Ius Romano Germánico al Lex imperial romano, llevándolo a
nuestra realidad peruana a la justicia estatal y el arbitraje.

Méndez (2019); toma las palabras del libro el Digesto, y la definición de Celso, al referirse
a Ius como: “el arte de lo bueno y equitativo” (p.46); aunque, estaba dirigida hacia los
grupos menores, aunque originariamente era una versión creada por los hombres
contraria al fas, que era una manifestación aceptable e indubitable de lo divino; esta
manifestación, estaba dirigido por personas especializadas, y que generaban fidelidad en
sus decisiones.

Este criterio que tenía su fundamento en la voluntad de acudir a este grupo de personas
que le generaban confianza en la forma de solucionar problemas mediante un proceso
lógica, “fundado en la intuición, más que en razonamiento lógicos deductivos e inductivos”
(Rafael Bernad; 2019, p.60), y que se manifestaba antes de la codificación de las normas
y en el momento de la misma, generando su aplicabilidad como Lex imperial romana; que
era la una norma o código estructurado el mismo que emanaba de un “acuerdo de las
asambleas del populus romanus (pueblo romano), era su iussum (mandato)”
(Mendez:2019,p.74)
Viendo esta condición podemos concluir que la Ius, es el deseo de la gente, para que se
autorregule, mediante la manifestación del estado y la Lex, es el reconocimiento como
norma de carácter impositivo, en ambos casos están orientadas hacia la decisión
convencional y aceptación, como una forma de “dura lex sed lex” expresión latina, con
una significación que Ossorio( 2010); nos indica como : “entender, que la ley aunque
dura, es ley y por ello debe de ser cumplida” (p. 367); como ambos son la manifestación
de la ley la misma estratificada y elaborada y la otra la aplicación convencional de la
misma y aceptada por ambas partes podemos establecer qué; la expresión del Ius
imperium, palabra romana que determina una la facultad o “derecho otorgado por el
pueblo a los magistrados superiores para ejercer los supremos poderes judiciales,
ejecutivos y militares” Ossorio(2010) p.498)
El imperio de la ley, no es la manifestación de una Ley sino que son principios que
fortalecen “en el contexto ideológico-político en que surge y desarrolla el concepto del
estado de derecho“ Quiñones (2012, p 19); estos principios, permiten darla la legalidad
de su configuración, al Estado de Derecho, permitiendo la representatividad del poder
legislativo y constitucional al generar una norma fundamental, llamada constitución que
surge como documento que permite garantizar los Derechos Humanos y que toma como
resultado de la misma el principio referencial del debido proceso dándole igualdades de
condiciones a todos los sujetos jurídicos que acuden a reclamar justicia y que también
rige al arbitraje, como acción jurisdiccional alternativo y convencional de justicia.

En la actualidad, las naciones modernas que consideran el estado de derecho, como la


manifestación más pura de su origen y que es la continuidad de la tradición germánico

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romana; la formación del estado moderno, tiene a ser la manifestación del poder
constituyente, que logra generar un poder constituido; la constitución, y es ella la que
genera una estructura de organización de la misma.

Entonces es la constitución, como tal, que es la que determina la manifestación del Ius
Puniendi, tanto administrativo como validez de justicia, gracias a la concepción del imperio
de la ley; en el caso peruano, manifiesta que reconoce dos jurisdicciones de
administración de justicia; el primero el poder judicial y el segundo el arbitraje tal como lo
señala el Art. 139 inciso 1 primer párrafo, parte final; señalando el Art. 63, en su tercer
párrafo, señala como condición de los contratos

Y siguiendo la concepción del Ius, desde la concepción griega, ateniense y romano,


basado en la concepción de justicia; donde el valor reconocido como el término fidelidad
generada por su especialidad en ejecutar conclusiones y soluciones a los problemas que
recurre; por ello, el valor del arbitraje, sería la continuación de este principio;
determinando su resolución como laudo, el mismo que señala Ossorio (2010) como:” la
decisión de los árbitros arbitradores, dictada en consciencia” (p.560).

Además, según el Decreto Legislativo N° 1071; Ley de Arbitraje; en Art. 54 señala que, el
laudo es la decisión de la controversia; aunque considera también que para que se
ejecute la misma debe de recurrir voluntariamente y adquirir un compromiso llamado
Convenio arbitral, el mismo que esta regulado en el Art.13 de la misma norma

II. Arbitraje y la constitución

El arbitraje es un medio o mecanismo alternativo de solución de conflictos en el Perú, por


la cual las partes enfrentadas por una controversia deciden acudir a un tercero llamado
árbitro quienes el encargado de escuchar y proponer soluciones definitivas que
convengan y convenzan a las partes y asientan ante la propuesta de solución que se les
propone.(Lacruz Mantecon, 2011)

Los árbitros son personas especializadas en materia de conflictos, además de ser el


responsable de dirigir, evaluar y sostener un desarrollo armonioso para buscar una
solución definitiva al conflicto.

Las ventajas que nos da el arbitraje son:

Nos permite ahorrar tiempo y dinero ya que es más corto que un proceso judicial, es una
de las principales ventajas por las que se acude al arbitraje, estar inmersos en proceso
judicial demanda tiempo y dinero, además de mantener los intereses en conflicto.

La imparcialidad y la calificación de los árbitros hace del desarrollo del conflicto un


proceso seguro y los dictámenes son de confort para las partes en controversia.
La ventaja es que el Laudo arbitral tiene los mismos efectos que una sentencia judicial
firme, su cumplimiento es de carácter obligatorio para ambas partes, ya que tiene efecto
de cosa juzgada como lo señala el artículo 62 de la L.A. En el artículo 59 inciso 1 de la
Ley Arbitral nos señala que todo laudo arbitral es definitivo, inapelable y de obligatorio
cumplimiento desde su notificación a las partes. Esto hace que la calidad de cosa juzgada
que le atribuye la ley arbitral no se configure con su sola emisión o notificación pues al ser
susceptible de un recurso de anulación, el laudo no gozaría todavía del carácter de no
revisable que caracteriza a la cosa juzgada en temas arbitrales.

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El arbitraje esta normado mediante el decreto legislativo número 1071 mediante esta
jurisdicción independiente, y también está contenida en el artículo 139 de nuestra carta
magna. Nuestro sistema normativo, nuestro ordenamiento constitucional consagra la
naturaleza excepcional de la jurisdicción arbitral lo que determina que en el actual
contexto en el que se desarrolla la justicia en nuestro país, él justiciable tenga la facultad
de recurrir ante el órgano jurisdiccional del Estado para demandar justicia, pero también
ante una jurisdicción privada. Cuando en busca de justicia abreviada el justiciable recurre
al arbitraje con jurisdicción especial de naturaleza privada, estamos dentro de lo que
señala los parámetros constitucionales.

El árbitro no tiene imperio o facultad para ejecutar forzosamente y por sí mismo, sin tener
en consideración los que las partes opine, no tienen la facultad de evaluar y decidir de
manera independiente, el árbitro es el tercero de analizar y proponer medidas de solución
ante las partes, y son las partes las que tienen que aceptar los acuerdos, la solución que
se busca en el arbitraje es de mutuo acuerdo, y recién redactar los acuerdos, firmar,
notificar y publicar el laudo.

En el artículo 139 de la C, P del Perú podemos resaltar que se utiliza el término


jurisdicción para referirse al arbitraje lo que las concepciones nos lleva a controversia, los
problemas es que la en la constitución se señala que la jurisdicción es una sola y la
ejercen de manera exclusiva los que enmarca la ley. (Bustamante Alarcón, 2020) Por lo
que no se puede establecer jurisdicción independiente salvo las excepciones que la
misma constitución señala en las que no se encuentra la justicia administrativa ni los
órganos sancionadores de naturaleza privada, como se ha mencionado en el informe el
arbitraje está contemplado como un mecanismo privado.

Este nos lleva a buscar la precisión conceptual de que es el arbitraje, siendo este un
mecanismo de justicia que se desarrolla de manera privada cuya finalidad es resolver o
evitar un conflicto que enfrenta a las partes, las partes con intereses contrapuestos
acuden a un tercero llamado árbitro quien es elegido de manera directa o indirectamente
por las partes.(Ledesma Narvaez, 2013) Lo mejor para el arbitraje es entender que es un
mecanismo de justicia que opera de manera privada, así no se generará confusión con
alguna de las instituciones jurídicas que la ley enmarque en nuestro sistema de justicia.
En el derecho no se trata de ser exquisitos con los términos, sí que la precisión es la
forma en la que nos permite diferenciar de otros mecanismos de justicia enmarcados en
nuestro cuerpo normativo. Imaginemos en los problemas que nos ocasiona si
interpretamos que los árbitros ejercen jurisdicción de manera similar a los jueces, nos
genera un conflicto en las funciones que ambos desempeñan entendiendo que los árbitros
no tienen jurisdicción ya que son mecanismos privados en resolución de conflictos,
cuando la constitución otorga jurisdicción para el cumplimiento de su función a los jueces. 

La C.P. del Perú es la carta magna en la que se rige el sistema de justicia en el Perú y es
la precisión en conceptos que no permitiría evitar una interpretación o aplicación
inconstitucional por lo que debe estar armonizado con los principios y derechos de la
constitución. Sabiendo quien tiene la capacidad y facultad de administrar justicia es el
estado a través de las instituciones y representantes que la ley señale.

III. Arbitraje y los derechos fundamentales

Hoy en día es pacífico afirmar que el arbitraje se ha convertido en un mecanismo útil para
resolver diversas controversias patrimoniales que surgen en las relaciones civiles,

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comerciales, económicas o de cualquier otro tipo, específicamente. Prueba de ello es el
continuo desarrollo que ha experimentado el Perú y otras regiones del mundo.
El arbitraje está asociado a los derechos fundamentales. No se puede prescindir de él,
porque desde el momento en que afirmamos que el derecho es un sistema, todas sus
normas se vinculan entre sí en términos de complementariedad, jerarquía y coordinación
de aplicación. es tu meta En todo derecho entendido como sistema, no hay regla o
instituto de derecho que sea distinto de otras reglas o institutos, sino que se afectan
mutuamente. Dado que el arbitraje y los derechos fundamentales son elementos
normativos de un mismo sistema, es imperativo mantener las relaciones normativas entre
ellos, que son características de este sistema.

Además, dado que en el derecho peruano el arbitraje y los derechos fundamentales


tienen una aceptación similar en el texto constitucional, las relaciones entre ellos se
presentan en forma coordinada y complementaria, pero no ordenada, de rango o
dependencia. Ello no impide que los reglamentos de arbitraje en particular y todas las
normas jurídicas en general se elaboren, interpreten y apliquen de manera que aumenten
el contenido y la aplicabilidad de los derechos fundamentales.

También se ha enriquecido el concepto de derechos fundamentales. Hoy en día, ya no se


los considera únicamente como derechos humanos básicos para que cada uno de ellos
pueda alcanzar el máximo desarrollo posible en todos los aspectos de su dignidad (los
llamados aspectos de la dignidad humana, sujeto de derechos), pero también son
elementos esenciales de todo derecho. Un sistema que se precie de justicia o de
pertenencia a una sociedad organizada, si se quiere, a una sociedad organizada: libre,
abierta, pluralista y democrática (la llamada dimensión objetiva de los derechos).

Peces (2013), Enunciar y atender la pregunta que surge, ¿por qué estos derechos son
indispensables para cualquier derecho que quiera ser justo? Al igual que el sistema
peruano, trató de lograr su fin último: el desarrollo integral de todas las dimensiones
humanas. Una conclusión ejemplar para una teoría de la justicia.

Entonces, por supuesto, regirán los derechos básicos de arbitraje. Sin embargo, muchos
han expresado su rechazo a esta afirmación por considerar que la aplicación práctica de
los derechos fundamentales es un asunto que debe garantizarse en el marco de las
relaciones con el Estado, a fin de proteger a las personas de daños. El Estado puede
estar obligado, pero no tiene sentido extenderlo, al menos no de la misma manera, en el
contexto de las partes privadas, por ejemplo, el arbitraje, porque en él desaparece esa
disparidad, o al menos se reduce por la autonomía. Mala postura por varias razones.

De hecho, hace tiempo que el concepto de derechos fundamentales ha superado esta


visión, convirtiéndolos en meros instrumentos defensivos frente al Estado. Hoy se ha
dicho que los derechos fundamentales son un elemento esencial de todo ordenamiento
jurídico que desee un contenido adecuado de justicia; Es decir, cuando estos elementos
normativos, junto con otras normas constitucionales, constituyen el cuerpo de derecho,
que organiza los diversos ámbitos del poder, público y privado, y orienta a la sociedad,
bajo las diversas formas y estructuras, para fines específicos (asegurar el desarrollo
integral de cada persona).

En este sentido, junto con otras normas constitucionales, los derechos fundamentales
constituyen el principal criterio de corrección de todo el ordenamiento jurídico, y son
normas básicas que vinculan tanto al Estado como al individuo. Como componente

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esencial del ordenamiento jurídico, todo se construye sobre él, por lo que no puede haber
ámbito jurídico donde los derechos fundamentales no extiendan su influencia normativa,
incluido el arbitraje.

El Tribunal Constitucional (2006), Afirma que “si la independencia del tribunal arbitral está
protegida constitucionalmente, sigue siendo cierto que éste, como cualquier individuo,
debe respetar los derechos fundamentales”. En cuanto a los criterios de validez, el mismo
tribunal concluyó que “es nulo y punible todo acto que prohíba o restrinja el ejercicio de
los derechos de los ciudadanos, de conformidad con el artículo 31 de la carta
fundamental.

No debemos olvidar que la visión de los derechos fundamentales desde la perspectiva de


la autodeterminación de la voluntad es una visión que sigue una ideología liberal de la
libertad, pero no es la única visión en torno a ella. Puede haber otros conceptos, como los
extraídos de las tradiciones republicanas. Para el liberalismo, el libertarismo, mejor
conocido como “la libertad de negación o la libertad de la no injerencia”, incluye “el hecho
de que todos los hombres no me impidan tomar la decisión como yo quiero”; Esto significa
que la libertad aquí significa disfrutar de la posibilidad de elegir sin obstáculos ni coacción.

Ve que cada individuo es capaz de actuar de modo que otras personas no puedan resistir
los obstáculos que se le presenten. La única limitación es no atentar contra la libertad de
los demás.

Los derechos fundamentales se presentan aquí como derechos de protección a favor del
individuo, como cobertura no intrusiva frente a la autoridad. El Estado es el único
responsable de la "política" o protección de estos derechos, debiendo actuar "con estricta
imparcialidad" en su ejercicio. Sólo cuando se violan los derechos, si hay una injerencia
ilegítima en la esfera de la libertad individual, se requiere la intervención del Estado.

Además, la conducta del Estado, en todo caso, es vista como una intervención en el
ámbito de la libertad que exige una justificación sobre la base de bienes y valores
individuales distintos de la propia libertad análoga.

Así mismo el autor Cela hace un comentario complementando lo siguiente y señala que
“no conduce a una posición neutral en el marco de los derechos humanos”. Más bien,
además de defenderla, debe participar en su formación, organización y realización,
teniendo en cuenta no sólo los intereses individuales sino también el bien común, pues la
República tiene derecho no sólo a satisfacer el interés personal sino también el
proclamado. Por esta razón, es posible adaptar esta actividad para proteger el interés
común o colectivo del objetivo. Las cuestiones sobre los derechos fundamentales surgen
no solo por intereses personales sino también por el bien de la sociedad.

IV. Fundamentos jurídicos constitucionales

Díaz (2015), Menciona que cuando las partes acuerden que la resolución de sus
controversias se lleve a arbitraje, ya sea de derecho o de conciencia, elegirán a los que
serán responsables de su resolución, y también les darán el derecho y la facultad para
tomar tal decisión.
Sin embargo, esto no significa que renuncien a sus derechos básicos, y mucho menos a
la posibilidad de suspensión laboral. Tampoco significa que, al someterse a un árbitro

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consciente, las partes le den a éste la facultad de tomar una decisión indisciplinada, o le
autoricen a emitir un laudo desprovisto de parámetros constitucionales.
A pesar de que todo estado dicta una ley, aparece un cierto grado de regulación, que
depende de una forma u otra de la legalidad de la posesión, y quizás incluso de la moral.
Al final, no todos los estados son estados de derecho. Para ello, debe cumplir al menos
con los requisitos básicos.
Si se afirma lo contrario, el árbitro será colocado fuera de la ley y el laudo será nulo y sin
efecto. De hecho, el estado de derecho presupone, al menos, un estado en el que el
poder, público y privado, esté organizado, limitado y controlado por la ley.
Un concepto que se opone a cualquier forma de poder absoluto o ejercicio arbitrario del
poder, que tenga como objetivo primordial los derechos fundamentales. cuando el poder
es irrestricto y está sujeto a la ley, o cuando no existe un control efectivo por la ley sobre
el ejercicio del poder, o cuando no existe una clara separación y equilibrio de poderes, o
cuando los derechos fundamentales no se respetan o no tienen valor o efecto real, no
existirá el estado de derecho.
Así, el hecho de que las partes estén sujetas a un arbitraje imparcial no significa que el
árbitro pueda ejercer su jurisdicción dejando de lado las normas constitucionales, es decir,
los derechos básicos, y menos aún que su sentencia o decisión no pueda ser revisada,
particularmente por la Corte Constitucional. El árbitro de la conciencia privada este está
sujeto a la constitución y a los derechos fundamentales, los cuales le está prohibido eludir
porque en tal caso su actuación sería arbitraria y por tanto inconstitucional.

V. Análisis De La Casación 2267-2017-Lima

Demandante: Oficina de Normalización Previsional- ONP


Demandados: Sociedad JAR OUTSOURCING Sociedad Anónima Cerrada (Buro
OUTSOURCING SAC)
Órgano Jurisdiccional: Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
Republica.
Pretensión: Declarar fundado el Recurso de Casación interpuesto por la Sociedad JAR
OUTSOURCING Sociedad Anónima Cerrada (Buro OUTSOURCING SAC).
Contradicción: Existencia de colusión por la vulneración del deber de independencia,
imparcialidad y deber de información, entre el árbitro Juan Huamaní Chávez (Arbitro) y el
abogado Jhon Díaz Huamaní representante de la empresa JAR OUTSOURCING
Sociedad Anónima Cerrada (Buro OUTSOURCING SAC)
Según lo analizado la Casación N° 2267-2017-LIMA, del 27 de noviembre de 2017, de la
Sala Civil Interina de la Corte Suprema de Justicia, en el caso entre JAR Outsoursing SAC
(JAR) y la (ONP), el caso del error de apreciación puede analizarse en relación con las
obligaciones de divulgación. Así, la sentencia de casación es muy importante en relación
con la posición de la doctrina arbitral en relación con la obligación de revelar información.
La División Civil Interina de la Corte Suprema, en 23 citas, enfatiza la importancia de las
obligaciones de divulgación en el arbitraje. Esto es notable porque representa un alto nivel
de investigación legal para respaldar una decisión judicial.

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Sin embargo, todo este desarrollo en la doctrina arbitral se ve ensombrecido por la
decisión que se dicte de no ajustarse a la doctrina invocada ni a las normas o estándares
internacionales para la apreciación de la comparecencia de partes y de tercero razonable
o adecuado. Aun si se siguiera el juicio establecido por la Corte Suprema, se reduciría a la
insignificancia y la no revelación, cuando un árbitro omite advertir que conoce a los
abogados y representantes de una de las partes y, además, no es trascendente revelar
que ha establecido un tribunal arbitral con uno de ellos.
La gran pregunta que nunca se aborda en la oración debajo del comentario es si, a los
ojos de una tercera persona con buen juicio y comprensión del asunto, debe tolerarse sin
violar la equidad o no. Así, la sentencia de casación N° 2267-2017-LIMA no solo es
abusiva, sino que flexibiliza el requisito de publicidad a estándares inaceptables para el
adecuado desarrollo del arbitraje interno.
La decisión de la Corte Suprema de Justicia se realizó en el caso número 2267-2017,
que pretendía pronunciarse sobre la independencia y equidad de los árbitros. Como ya
hemos mencionado, si bien la decisión final de la sentencia de casación opta por la
confirmación del laudo arbitral (y con ello, la no intervención de la autoridad judicial en el
mecanismo de solución de controversias voluntarias), es relevante analizar el fondo de la
Sala Suprema de la Razón y verificar si las tres características anteriores de la
adjudicación del árbitro están de acuerdo.
Al respecto, si bien se reconoce la independencia y objetividad como principio y derecho
de la función judicial, en la sentencia analizada, la Corte Suprema de Justicia no regula la
existencia de tal institución procesal a la naturaleza del arbitraje, sino que traslada sus
características judiciales, necesidades y requisitos a un procedimiento alternativo de
solución de controversias, destacando la lógica distinta de que se lleva a cabo el arbitraje
versus el proceso de adjudicación.
Esta insuficiencia procesal distorsiona el arbitraje, porque es en este método de solución
de controversias que las partes pueden designar sus propios árbitros, creando la
confianza de las partes en la persona que resolverá su controversia; Este último hecho
no ocurre en un proceso judicial, donde la designación de un litigante es aleatoria y la
parte obviamente no sabe de antemano quién será el oficial de resolución de disputas, ni
la posibilidad de una resolución de disputas, ni cómo serán sus pagos de solvencia
moral.
Evidencia de ello implica que incluso la jurisprudencia de las autoridades judiciales sigue
teniendo una visión “estatal” de la práctica arbitral, que no se traduce, sino como una
supuesta igualdad en el manejo de situaciones (o mecanismos de solución) claramente
desiguales. Asimismo, cuando la Corte Suprema de Justicia interpreta las garantías de
equidad e independencia de los árbitros en la sentencia comentada, de conformidad con
las normas contenidas en la Constitución Política, que este tribunal insistió tácitamente en
que sólo había una vía. entender las referidas instituciones: cómo lo establece el texto
literal de la ley o cómo lo entiende el poder judicial. Además de estas explicaciones,
parece que estamos ante una vulneración de normas.
Además, si bien en la última parte de la sentencia de la Corte Suprema se analizan las
garantías de equidad e independencia de los árbitros desde la doctrina arbitral
especializada, consideramos que no es necesaria la formulación de garantías procesales,
siendo similar la verificación de su cumplimiento para el arbitraje, ya que pueden existir
otras casos similares en los que, debido a la falta de estricta observancia de las normas
procesales anteriores, el órgano adjudicador finalmente decidió anular el laudo arbitral.

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Esto quiere decir que la Corte Suprema de Justicia adopta, a nuestro juicio, una
concepción monista del derecho procesal, declarando que sus interpretaciones o
desarrollos que hagan los órganos del Estado para una determinada ley, la cual debe
prevalecer sobre la interpretación de un organismo, una solución separada, o la voluntad
común de las partes. (Caivano, 2007, p. 53).
Finalmente, es relevante mencionar el hecho de que, no obstante, lo anterior, al dictar el
laudo en cuestión, la Corte Suprema de Justicia reconoció el carácter del arbitraje como
alternativa a la solución de la controversia, tal como se indica en el mismo, las
interpretaciones hechas de conformidad con la práctica arbitral no deben generar
demoras innecesarias que desvirtúen el objetivo para el cual se busca el procedimiento.
Finalmente, declaran FUNDADO el recurso de casación interpuesto por JAR
OUTSOURCING Sociedad Anónima Cerrada (antes Buro Outsourcing S.A.C.), por lo cual,
Resolución No. 12, de fecha 01 de marzo de 2017, emitida por la Primera Cámara
Permanente de Comercio de la Corte Superior de Lima, en fin, la declaración formulada
contra la nulidad del laudo arbitral por las causales literales c) N° 2 del artículo 63 de la ley
de arbitraje; y fallando en el caso de que la acción de nulidad del laudo REPETIDO se
funde en la mencionada causa, reformándola, se declara improcedente; ORDENÓ la
remisión de los autos a la Sala Superior para la eventual adjudicación de las demás
causas previstas en la solicitud de nulidad del laudo arbitral.

Conclusiones

 Originalmente los valores de Ius, y del lex, que tienen orígenes diferentes y practicas
diferentes, nos permite, reconocer primero un arte, y segundo una codificación, la
misma que fue aplicada por la tradición romana y que llega a nuestro país, gracias a la
tradición del derecho canónico primero y del romano germánico romano aplicado por la
independencia, y en la actualidad uno de esos valores, el Ius es reconocido como
arbitraje.
 La importancia del Estado de derecho en el Arbitraje, se encuentra en el valor que la
ley otorga a las decisiones de los árbitros al momento de dirimir controversias mediante
la emisión de un laudo. Es importante destacar que derechos fundamentales rige la
actividad arbitral, es inevitable mencionar las garantías judiciales tal como lo explica la
Corte Constitucional.
 Una conclusión, en materia arbitral, está en armonía con el derecho de la Corte
Constitucional cuando, en cuanto a los fundamentos del arbitraje, afirma: Esa es
precisamente la naturaleza del arbitraje y sus características definitorias, que permiten
concluir que es fundamentalmente subjetivo porque su fin es proteger los intereses de
las partes, tiene también un aspecto objetivo, que está determinado por el respeto al
más alto nivel normativo de la Constitución.
 Podemos concluir que la CAS.Nº2267-2017 que determina los recursos de anulación
de  laudo arbitral, la cual la Declararon FUNDADO el recurso casatorio interpuesto por
la sociedad JAR OUTSOURCING Sociedad Anónima Cerrada (antes Buro Outsourcing
S.A.C.); en consecuencia, NULA la Res.Nº12, de fecha 01/03/2017, expedida por la
PSCP de la CSJ-LIMA, en el extremo que declara fundada el recurso de Anulación de
Laudo Arbitral por la causal contenida en el literal c) numeral 2 del artículo 63 de la Ley
de Arbitraje; y actuando en sede de instancia, REVOCARON la sentencia que declara
fundado el recurso de anulación por la citada causal, reformándola se declara

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infundada; ORDENARON el reenvío de los autos a la Sala Superior a fin de que
resuelva las demás causales formuladas en la demanda de anulación de laudo arbitral.

Referencias:

Bustamante Alarcón, R. (19 de enero de 2020). Obtenido de La constitucionalización del


arbitraje en el Perú: algunas consideraciones en torno a la relación del arbitraje con la
Constitución los derechos fundamentales y el Estado de derecho.:
https://www.corteidh.or.cr/tablas/r32501.pdf
Caivano, R. (2007). Los métodos alternativos de resolución de conflictos en América
Latina: Logros y desafíos. Revista peruana de análisis, prevención y gestión de
conflictos (p.53).
CASACIÓN Nº.2267-2017 (27 de noviembre de 2017). Anulación de laudo arbitral.
Recuperado de:
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f
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Lacruz Mantecon, M. L. (2011). La impugnacion del arbitraje. Editorial Reus.
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Anexo:

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