Binding 13 - Chloe Walsh

BOYS OF TOMMEN #1
CHLOE WALSH 1 BINDING 13

BOYS OF TOMMEN #1
CONTENIDO
A V I S O L E G A L .................................... 4 CAPÍTULO 30.......................................... 406
AVISO DE T R A D U C C I Ó N ...... 5 CAPÍTULO 31.......................................... 415
A V I S O D E L A A U T O R A ............... 6 CAPÍTULO 32.......................................... 449
CAPÍTULO 1 ................................................ 7 CAPÍTULO 33.......................................... 462
CAPÍTULO 2 .............................................. 23 CAPÍTULO 34.......................................... 470
CAPÍTULO 3 ............................................. 33 CAPÍTULO 35.......................................... 486
CAPÍTULO 6 ........................................... 106 CAPÍTULO 38.......................................... 518
CAPÍTULO 10 ......................................... 175 CAPÍTULO 42.......................................... 547

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 64 ......................................... 857 ADELANTO DE KEEPING 13 .............. 908
CAPÍTULO 65 ......................................... 864 ILUSTRACIÓN ........................................ 910
CAPÍTULO 66 ......................................... 873 SOBRE LA AUTORA............................. 911

BOYS OF TOMMEN #1
AVISO LEGAL
Este libro es una obra de ficción. Todos los nombres, personajes,

lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o se utilizan
de forma ficticia. Cualquier parecido de Cualquier parecido con
acontecimientos, lugares o personas, vivas o muertas, es coincidencia.
El autor reconoce que todos los títulos de canciones, letras de
canciones, títulos de películas, personajes de películas, marcas registradas,
o marcas comerciales que se mencionan en este libro son propiedad y
pertenecen a sus respectivos dueños. La publicación/utilización de estas
marcas no está autorizada, asociada ni patrocinada por sus propietarios.
Chloe Walsh no está afiliada a ninguna de las marcas, canciones,
músicos o artistas mencionados en este libro.
Todos los derechos reservados ©.

BOYS OF TOMMEN #1
AVISO DE TRADUCCIÓN
Esta traducción fue realizada sin fines de lucro, por lo cual no tiene
costo alguno. Es una traducción hecha por fan para fans.
Empezando había tomado la decisión de traducir este libro,
especialmente para mí, debido a que las traducciones que hay al español
no son de mi agrado, pero me gustaría compartirlo con más personas.
Si el libro logra llegar a tu país, te animo a adquirirlo.
No olvides que también puedes apoyar a la autora siguiéndola en sus
redes sociales, recomendándola a tus amigos, promocionando sus libros e
incluso haciendo una reseña en tu blog o foro.
Espero la historia sea de su entero disfrute.
NO resubir a ninguna plataforma
ADVERTENCIA: El libro puede contener algunos errores
ortográficos.
IMPORTANTE
De igual forma motivo a comprar el libro de manera legal, ya que el
25 de enero de 2024, se estrena formalmente en español, el libro lo
pueden adquirir a través de Amazon. Por acá les dejo el link, donde pueden
pre-ordenar.
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BOYS OF TOMMEN #1
AVISO DE LA AUTORA
Binding 13 es la primera entrega de una serie totalmente nueva, que sigue

las vidas de un grupo de nuevos personajes del sur de Irlanda. Espero que
disfrutes leyendo sobre estos personajes tanto como yo disfruté
escribiéndolos.
Este es el principio.
Gracias por leernos.
Chloe. XOX
Me gustaría dedicar Binding 13 a todos aquellos que alguna vez han

tenido un sueño que se han atrevido a perseguir con un hambre y un
empuje insaciables.
Esta historia es para ti.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 1
Grandes Esperanzas
Era el 10 de enero de 2005.

Un año nuevo, y el primer día de vuelta al colegio tras las vacaciones de
Navidad.
Estaba nerviosa, tanto que había vomitado tres veces esta mañana. Mi
pulso latía a un ritmo preocupante; mi ansiedad es la culpable de los latidos
erráticos de mi corazón, sin mencionar la causa de que mi reflejo me abandonara
de tanto vomitar.
Alisando mi nuevo uniforme escolar, miré mi reflejo en el espejo del baño
y apenas me reconocí.
Jersey azul marino con escudo de Tommen College en el pecho con
camisa blanca y corbata roja. Falda gris que llegaba hasta la rodilla, dejando al
descubierto dos piernas flacas y subdesarrolladas, y terminando con medias
color canela, calcetines azul marino y zapatos de salón negros de cinco
centímetros.
Parecía un injerto y también me sentía como tal.
Mi único consuelo fue que los zapatos que me compró mamá me

BOYS OF TOMMEN #1
permitieron alcanzar el metro sesenta y cinco. Era ridículamente pequeña para
mi edad en todos los sentidos.
Yo era extremadamente delgada, subdesarrollada y con huevos fritos en
lugar de pechos, claramente no tocada por el auge de la pubertad que había
afectado a todas las chicas de mi edad. Mi cabello largo y castaño estaba suelto
y caía hasta la mitad de mi espalda, apartado de mi cara con una simple cinta
roja.
Mi cara estaba libre de maquillaje, lo que me hacía lucir tan joven y
pequeña como me sentía. Mis ojos eran demasiado grandes para mi cara y,
además, de un impactante tono azul.
Intenté entrecerrar los ojos, para ver si eso hacía que mis ojos parecieran
más humanos, e hice un esfuerzo consciente para adelgazar mis labios
hinchados metiéndolos en mi boca. Pero no, los ojos entrecerrados sólo me
hacían parecer discapacitada y un poco estreñida.
Exhalando un suspiro frustrado, me toqué las mejillas con las yemas de
los dedos y exhalé un suspiro entrecortado. Me gustaba pensar que lo que me
faltaba en altura y pecho lo compensaba con madurez. Era sensata y un alma
vieja. Nany Murphy siempre decía que nací con una cabeza vieja sobre mis
hombros.
Era cierto hasta cierto punto, ya que, nunca me habían asustado los chicos
ni las modas. Simplemente no estaba en mí.
Una vez leí en alguna parte que maduramos con el daño, no con la edad.
Porque si era así, yo era una jubilada en el terreno emocional.
Gran parte del tiempo me preocupaba no funcionar como otras chicas. No
tenía los mismos impulsos ni el mismo interés por el sexo opuesto. No me
interesaba nadie: chicos, chicas, actores famosos, modelos sexys, payasos,
perritos...Bueno, sí, me interesaban los cachorros y los perros grandes y

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esponjosos, pero el resto, me daba igual.
No tenía ningún interés en besar, tocar o acariciar. No podía soportar la
idea. Supongo que ver cómo se desmoronaba la tormenta de mierda que era la
relación de mis padres me había alejado de la perspectiva de formar equipo con
otro humano de por vida. Si la relación de mis padres era una representación del
amor, entonces yo no quería formar parte de ella.
Preferiría estar sola.
Sacudiendo la cabeza para despejar mis estruendosos pensamientos antes
de que se oscurecieran hasta el punto de no retorno, miré fijamente mi reflejo
en el espejo y me obligué a practicar algo que rara vez hacía estos días: sonreír.
«Respira hondo, me dije. Este es tu nuevo comienzo.»
Abrí el grifo, me lavé las manos y me eché un poco de agua en la cara,
desesperada por enfriar la acalorada ansiedad que ardía dentro de mi cuerpo, la
perspectiva de mi primer día en un nuevo colegio era una idea desalentadora.
«Cualquier colegio tenía que ser mejor que el que dejaba atrás.»
La idea se me pasó por la cabeza y me estremecí de vergüenza. Colegios,
pensé abatida, en plural.
Había sufrido un acoso implacable tanto en primaria como en secundaria.
Por alguna razón desconocida y cruel, había sido el blanco de las frustraciones
de todos los niños desde la tierna edad de cuatro años. La mayoríade las chicas
de mi clase decidieron el primer día del jardín infantil que no lescaía bien y que
no debían relacionarse conmigo. Y los chicos, aunque no eran tan sádicos en
sus ataques, no eran mucho mejores.
No tenía sentido porque me llevaba bien con los demás niños de nuestra
calle y nunca había tenido ningún altercado con nadie en la urbanización en la
que vivíamos.
¿Pero la escuela?

BOYS OF TOMMEN #1
La escuela fue para mí como el séptimo círculo del infierno, los nueve
años de primaria -en lugar de los ocho habituales- habían sido una tortura.
El primer curso del Jardín Infantil fue tan angustioso para mí que tanto mi
madre como mi profesora decidieron que lo mejor sería retenerme para que
pudiera repetir el primer curso con una nueva clase. Aunque me sentía igual de
mal en mi nueva clase, hice un par de amigas íntimas, Claire y Lizzie, cuya
amistad me había hecho más llevadera la escuela.
Cuando llegó el momento de elegir colegio en nuestro último año de
primaria, me di cuenta de que yo era muy diferente de mis amigas. Claire y
Lizzie iban a ir al Tommen College en septiembre; un lujoso colegio privado de
élite, con cuantiosos fondos e instalaciones de alta gama, procedentes de los
sobres marrones de padres adinerados empeñados en asegurarse de que sus hijos
recibieran la mejor educación que el dinero pudiera comprar.
Mientras tanto, a mí me habían matriculado en el colegio público del
centro, superpoblado. Aún recuerdo la horrible sensación de que me separaran
de mis amigas.
Estaba tan desesperada por alejarme de los matones que incluso le roguéa
mamá que me enviara a Beara a vivir con su hermana, la tía Alice, y su familia
para poder terminar mis estudios.
No había palabras para describir el sentimiento de desolación que me
invadió cuando mi padre se opuso a que me fuera a vivir con la tía Alice.
Mamá me quería, pero estaba débil y cansada y no opuso resistencia
cuando papá insistió en que asistiera a la Escuela Comunitaria de Ballylaggin.
Después de eso, empeoró.
Más cruel.
Más violento.
Más físico.

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Durante el primer mes del primer curso, me acosaron varios grupos de
chicos, todos exigiéndome cosas que yo no estaba dispuesta a darles. Después
me tacharon de frígida porque no quería salir con los mismos chicos que habían
hecho de mi vida un infierno durante años.
Los más crueles me tacharon de transexual, sugiriendo que la razón por la
que era tan frígida era porque tenía partes masculinas bajo la falda. Por muy
crueles que fueran los chicos, las chicas eran mucho más ingeniosas.
Y mucho peores…
Difundían rumores despiadados sobre mí, sugiriendo que era anoréxica y
que todos los días tiraba mi almuerzo en los baños después de comer.
No era anoréxica, ni bulímica.
En el colegio me quedaba petrificada y no soportaba comer nada porque
cuando vomitaba, y era algo frecuente, era una respuesta directa al peso
insoportable del estrés al que estaba sometida. Además, era pequeña para mi
edad; bajita y delgada, lo que no ayudaba a mi causa para ahuyentar los rumores.
Cuando cumplí quince años y aún no me había venido la regla, mi madre
pidió cita con el médico de cabecera. Tras varios análisis de sangre y exámenes,
el médico nos aseguró a mi madre y a mí que estaba sana y que era normal que
algunas chicas tuvieran la regla más tarde que otras.
Había pasado casi un año desde entonces y, aparte de un ciclo irregular en
verano que había durado menos de medio día, aún no había tenido una
menstruación propiamente dicha.
Para ser sincera, había renunciado a que mi cuerpo funcionara como el de
una chica normal cuando estaba claro que no era así. Mi médico también había
animado a mi madre a que evaluara mi situación escolar, sugiriendo que el estrés
al que estaba sometida en la escuela podría ser un factor que contribuyera a mi
evidente retraso físico en el desarrollo.

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Tras una acalorada discusión entre mis padres, en la que mamá expuso mi
caso, me enviaron de nuevo a la escuela, donde me sometieron a un tormento
implacable. Su crueldad iba desde insultarme y propagar rumores hasta pegarme
compresas en la espalda, pasando por agredirme físicamente.
Una vez, en clase de Economía Doméstica, algunas de las chicas que
estaban sentadas detrás de mí me cortaron un trozo de coleta con unas tijeras de
cocina y lo agitaron como si fuera un trofeo. Todo el mundo se había reído y
creo que, en aquel momento, odié más a las que se reían de mi dolor que a las
que lo causaban.
En otra ocasión, durante Educación Física, las mismas chicas me habían
hecho una foto en ropa interior con uno de sus teléfonos con cámara y se la
habían enviado a todos los de nuestro curso. El director tomó medidas
rápidamente y suspendió a la propietaria del teléfono, pero no antes de que
medio colegio se riera a mi costa.
Recuerdo haber llorado mucho aquel día, no delante de ellos, claro, sino
en los aseos. Me encerré en un cubículo y pensé en acabar con todo. En tomarme
un puñado de pastillas y acabar con todo el maldito asunto.
La vida, para mí, era una amarga decepción y, en aquel momento, no
quería participar más en ella. No lo hice porque era demasiado cobarde, tenía
demasiado miedo de que no funcionara y de despertarme y tener que afrontar
las consecuencias.
Era un puto desastre.
Mi hermano, Joey, dijo que me eligieron porque era guapa y llamó zorras
celosas a mis atormentadoras. Me dijo que era guapísima y me ordenó que lo
superara.
Era más fácil decirlo que hacerlo, y yo tampoco estaba muy segura de esa
afirmación. Muchas de las chicas que me acosaban eran las mismas que me

BOYS OF TOMMEN #1
habían estado acosando desde preescolar. Dudaba de que mi aspecto tuviera
algo que ver. Simplemente era antipática.
Además, por mucho que intentara estar a mi lado y defender mi honor,
Joey no entendía cómo era para mí la vida escolar. Mi hermano mayor era el
polo opuesto a mí en todos los sentidos.
Donde yo era de estatura baja, él era alto. Yo tenía los ojos azules, él los
tenía verdes. Yo era castaña, él era rubio. Su piel era dorada por el sol. Yo era
pálida. Él era franco y ruidoso, mientras que yo era callada y reservada.
El mayor contraste entre nosotros era que mi hermano era adorado por
todos en la Ballylaggin Community School, también conocida como BCS, la
escuela secundaria pública local a la que ambos asistíamos.
Por supuesto, conseguir un puesto en el equipo menor de hurling de Cork
ayudó a la popularidad de Joey en el camino, pero incluso sin deportes, era un
gran tipo. Y siendo el gran tipo que era, Joey trató de protegerme de todo, pero
era una tarea imposible para una sola persona.
Joey y yo teníamos un hermano mayor, Darren, y tres hermanos menores:
Tadhg, Ollie y Sean, pero ninguno de nosotros había hablado con Darren desde
que se marchó de casa cinco años antes, tras otra infame bronca con nuestro
padre. Tadhg y Ollie, que tenían once y nueve años, sólo estaban en la escuela
primaria, y Sean, que tenía tres, apenas había dejado los pañales, así que no me
sobraban precisamente protectores a los que recurrir.
En días así echaba de menos a mi hermano mayor.
Con veintitrés años, Darren era siete años mayor que yo. Grande e
intrépido, era el hermano mayor por excelencia para todas las niñas que crecían.
Desde pequeña, adoraba el suelo que pisaba, le seguía a él y a sus amigos,
los acompañaba a todas partes. Siempre me protegía, cargando con la culpa en
casa cuando yo hacía algo mal.

BOYS OF TOMMEN #1
No fue fácil para él y, como yo era mucho más joven que él, no comprendí
el alcance de su lucha. Mamá y papá sólo llevaban viéndose un par de meses
cuando ella se quedó embarazada de Darren a los quince años.
Calificado de bastardo por haber nacido fuera del matrimonio en la Irlanda
católica de los años ochenta, la vida siempre había sido un reto para mi hermano
y cuando cumplió once años, todo empeoró mucho para él.
Como Joey, Darren era un fenomenal jugador de hurling y, como yo,
nuestro padre lo despreciaba. Siempre encontraba algo malo en Darren, ya fuerasu
pelo o su letra, su rendimiento en el campo o su elección de pareja.
Darren era gay y nuestro padre no podía aceptarlo. Culpaba de la
orientación sexual de mi hermano a un incidente del pasado, y nada de lo que
le dijeran podía hacerle entender que ser gay no era una elección.
Darren nació gay, igual que Joey nació hetero y yo nací vacía.
Era quien era y me partía el corazón que no le aceptaran en su propia casa.
Vivir con un padre homófobo era una tortura para mi hermano, odiaba a papá
por eso, más que por todas las otras cosas terribles que había hecho a lo largo
de los años. La intolerancia y el descarado comportamiento discriminatorio de
mi padre hacia su propio hijo era, con diferencia, el más vil de sus rasgos.
Cuando Darren dejó de jugar al hurling durante un año para concentrarse
en sus estudios, nuestro padre se puso como una fiera. Meses de acaloradas
discusiones y altercados físicos habían desembocado en una gran bronca en la
que Darren hizo las maletas, salió por la puerta y no volvió jamás.
Habían pasado cinco años desde aquella noche y, aparte de la postal
navideña anual, ninguno de nosotros lo había visto ni sabía nada de él. Ni
siquiera teníamos su número de teléfono o su dirección. Había desaparecido.
Después de eso, toda la presión que nuestro padre había ejercido sobre
Darren se trasladó a los chicos jóvenes, que eran, a ojos de nuestro padre, sus

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hijos normales.
Cuando no estaba en el bar o en las casas de apuestas, nuestro padre
llevaba a los chicos a los entrenamientos y a los partidos.
Centró toda su atención en ellos, ya que yo no le servía para nada, por ser
una chica y todo eso. No se me daban bien los deportes y no destacaba en la
escuela ni en ningún club. A los ojos de mi padre, sólo era una boca que
alimentar hasta los dieciocho años.
Eso tampoco era algo que se me hubiera ocurrido a mí. Papá me lo dijo en
innumerables ocasiones. Después de la quinta o sexta vez, me hice inmune alas
palabras.
Él no tenía ningún interés en mí, y yo no tenía ningún interés en tratar de
estar a la altura de alguna expectativa irracional suya. Nunca sería un niño y no
tenía sentido intentar complacer a un hombre cuya mente estaba en los años
cincuenta.
Hacía tiempo que me había cansado de mendigar el amor de un hombre
que, según sus propias palabras, nunca me había deseado. Sin embargo, la
presión que ejercía sobre Joey me preocupaba, y era la razón por la que me
sentía tan culpable cada vez que tenía que acudir en mi ayuda.
Estaba en sexto curso, el último de secundaria, y tenía sus propios asuntos
entre manos: la GAA, su trabajo a tiempo parcial en la gasolinera, el examen de
fin de estudios y su novia, Aoife.
Sabía que cuando a mí me dolía, a Joey también. No quería ser una carga
alrededor de su cuello, alguien a quien tuviera que cuidar constantemente, pero
había sido así desde que tenía uso de razón.
Para ser sincera, no podía soportar mirar la decepción en los ojos de mi
hermano ni un minuto más en aquel colegio. Al cruzarme con él por los pasillos,
sabía que cuando me miraba, su expresión se derrumbaba.

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Para ser justos, los profesores de BCS habían intentado protegerme del
linchamiento, y la profesora de orientación de BCS, la señora Falvy, incluso
organizó sesiones quincenales de asesoramiento con un psicólogo escolar
durante todo el segundo curso hasta que se cortaron los fondos.
Mamá había conseguido reunir el dinero para que me atendiera una
psicóloga privada, pero a 80 euros por sesión, y teniendo que censurar mis
pensamientos a petición de mi madre, sólo la había visto cinco veces antes de
mentirle y decirle que me sentía mejor.
No me sentía mejor.
Nunca me sentí mejor.
Simplemente no podía soportar ver a mi madre luchar.
Despreciaba ser una carga económica para ella, así que me aguantaba,
sonreía y seguía caminando hacia el infierno todos los días.
Pero el acoso nunca cesó, nada se detuvo.
Hasta que un día lo hizo.
La semana antes de las vacaciones de Navidad del mes pasado -sólo tres
semanas después de un incidente similar con el mismo grupo de chicas- había
vuelto a casa llorando a lágrima viva, con el jersey del colegio rasgado por
delante y la nariz rellena de papel de seda para contener la hemorragia de la
paliza que me había dado un grupo de chicas de quinto curso, que habían
insinuado con vehemencia que había intentado ligarme a uno de sus novios.
Era una mentira descarada, teniendo en cuenta que nunca había puesto los
ojos en el chico al que me acusaban de intentar seducir, y otra más en una larga
lista de patéticas excusas para pegarme.
Ese fue el día en que dejé de hacerlo.
Dejé de mentir.
Dejé de fingir.

BOYS OF TOMMEN #1
Simplemente… dejé de hacerlo.
Ese día no fue sólo mi punto de quiebre, también fue el de Joey. Me había
seguido a la casa con una semana de suspensión por... por haberle dado una
paliza al hermano de Ciara Maloney, mi principal verdugo.
Nuestra madre me echó un vistazo y me sacó del colegio. En contra de los
deseos de mi padre, que pensaba que necesitaba endurecerme, mamá fue a la
cooperativa de crédito local y pidió un préstamo para pagar la matrícula del
Tommen College, un instituto privado de pago situado a unos veinticinco
kilómetros al norte de Ballylaggin.
Mientras me preocupaba por mi madre, sabía que, si tenía que cruzar las
puertas de ese colegio una vez más, no volvería a salir.
Había llegado a mi límite.
La perspectiva de una vida mejor, una vida más feliz, estaba colgada
delante de mi cara y la había cogido con las dos manos.
Y aunque temía la reacción de los niños de mi barrio por ir a un colegio
privado, pero sabía que no podía ser peor que la mierda que había soportado en
el colegio que dejaba atrás.
Además, Claire Biggs y Lizzie Young, las dos chicas de las que había sido
amiga en la escuela primaria, estarían en mi clase en el Tommen College; el
director, el señor Twomey, me lo había asegurado cuando mi madre y yo nos
habíamos reunido con él durante las vacaciones de Navidad para matricularnos.
Tanto mamá como Joey me animaron con un apoyo incesante, y mamá hizo
turnos extra de limpieza en el hospital para pagarme los libros y el nuevo
uniforme, que incluía un Jersey.
Antes del Colegio Tommen, las únicas americanas que había visto eran
las que llevaban los hombres en misa los domingos, nunca las adolescentes, y
ahora formaría parte de mi vestuario diario.

BOYS OF TOMMEN #1
Abandonar la escuela secundaria local en mitad de mi primer año de
bachillerato -un importante año de exámenes- había provocado una gran ruptura
en nuestra familia. Mi padre estaba furioso por gastarse miles de euros en una
educación que era gratuita en el colegio público que había al final de la calle.
Cuando intenté explicarle a mi padre que la escuela no era tan fácil para
mí como lo era para su preciado hijo, estrella de la GAA, me hizo callar,
negándose a escucharme y haciéndome saber en términos inequívocos que no
me apoyaría asistiendo a una glorificada escuela preparatoria de rugby con un
grupo de payasos engreídos y privilegiados.
Todavía puedo recordar las palabras "Bájate de esa nube, niña" y "Esto
está lejos del rugby y de las escuelas preparatorias en las que te criaste", por
no mencionar mi favorita, "Nunca encajarás con esos bastardos", saliendo de la
boca de mi padre.
Quería gritarle "¡Tú no lo pagarás!", ya que papá no había trabajado ni un
solo día desde que yo tenía siete años y el sustento de la familia quedaba en
manos de mi madre, pero valoraba demasiado mi capacidad de andar.
Mi padre no lo entendía, pero, de nuevo, tenía la sensación de que el
hombre no había sufrido Bullying ni un solo día en toda su vida. Si había que
intimidar, Teddy Lynch era quien lo hacía.
Dios sabe que ya intimidaba bastante a mamá.
Debido a la indignación de mi padre por mi escolarización, me había
pasado la mayor parte de las vacaciones de invierno encerrada en mi dormitorio
e intentando mantenerme alejada de él.
Como era la única chica en una familia de cinco hermanos, tenía mi propia
habitación. Joey también tenía la suya, aunque era mucho más grande que la
mía, ya que la había compartido con Darren hasta que se mudó. Tadhg yOllie
compartían otra habitación más grande, y Sean y mis padres residían en la mayor

BOYS OF TOMMEN #1
de las habitaciones.
Aunque no era más que el trastero de la parte delantera de la casa, sin
apenas espacio para columpiar a un gato, apreciaba la intimidad que me
proporcionaba la puerta de mi propio dormitorio, con cerradura.
Al contrario que los cuatro dormitorios del piso de arriba, nuestra casa era
diminuta, con un salón, una cocina y un cuarto de baño para toda la familia.Era
una casa semi adosada y estaba situada al borde de Elk's Terrace, la mayor
urbanización municipal de Ballylaggin.
La zona era peligrosa y estaba plagada de delincuencia, y yo lo evitaba
todo escondiéndome en mi habitación. Mi pequeña habitación era mi santuario
en una casa -y una calle- llena de bullicio y locura, pero sabía que no duraría
para siempre. Mi intimidad estaba de prestado porque mamá estaba embarazada
de nuevo y si tenía una niña, perdería mi santuario.
―¡Shan! ―Se oyeron golpes al otro lado de la puerta del baño,
sacándome de mis pensamientos impermeables―¡Date prisa! Tengo ganas de
mear.
―Dos minutos, Joey―respondí, y luego continué evaluando mi
aspecto.
―Puedes hacerlo― me susurré―Puedes hacerlo, Shannon.
Los golpes se reanudaron, así que me sequé las manos en la toalla que
colgaba del perchero y abrí la puerta. Los ojos se posaron en mi hermano, que
sólo llevaba unos calzoncillos negros y se rascaba el pecho.
Sus ojos se abrieron de par en par al verme, y la expresión somnolienta de
su rostro se tornó alerta y sorprendida. Tenía un ojo morado por el partido de
hurling que había jugado el fin de semana, pero no parecía preocuparle ni unpelo
de su hermosa cabeza.
―Te ves…―La voz de mi hermano se entrecortó al hacerme esa

BOYS OF TOMMEN #1
valoración fraternal. Me preparé para las bromas que inevitablemente haría a
mi costa, pero nunca llegaron―Encantadora―dijo en su lugar, con sus ojos
verde pálido cálidos y llenos de una preocupación tácita―El uniforme te sienta
bien, Shan.
―¿Crees que estaré bien? ―Bajé la voz para no despertar al resto de la
familia.
Mamá había trabajado doble turno ayer y tanto ella como papá estaban
durmiendo. Podía oír los fuertes ronquidos de mi padre detrás de la puerta
cerrada de su dormitorio, y a los más pequeños tendrían que sacarlos de sus
colchones más tarde para ir al colegio.
Como de costumbre, estábamos solos Joey y yo.
Los dos amigos.
―¿Crees que encajaré, Joey? ―Pregunté, expresando mis
preocupaciones en voz alta.
Podía hacerlo con Joey, él era el único miembro de la familia con el que
podía hablar y confiar.
Me miré el uniforme y me estremecí sin poder evitarlo.
Sabía que se había levantado tan temprano no porque estuviera
desesperado por ir al baño, sino porque quería despedirme en mi primer día.
Eran las 6:15 a.m.
Al igual que el Tommen College, el BCS no empezaba hasta las 9:05, pero
yo tenía que coger un autobús y el único que pasaba por la zona lo hacía alas
6:45. Era el primer autobús de la mañana que salía de Ballylaggin, pero era el
único que pasaba por el colegio a tiempo. Mamá trabajaba casi todas las
mañanas y papá seguía negándose a llevarme.
Cuando anoche le pregunté a papá si me llevaría a la escuela, me dijo que,si
me bajaba de las nubes y volvía a Ballylaggin Community School como Joey y

BOYS OF TOMMEN #1
todos los demás niños de la calle, no necesitaría que me llevaran a la escuela.
―Estoy jodidamente orgulloso de ti, Shan―dijo Joey con una voz
cargada de emoción―Ni siquiera te das cuenta de lo valiente que eres―
Carraspeando un par de veces, añadió―Espera, tengo algo para ti―Con eso,
cruzó el estrecho rellano y entró en su dormitorio, regresando menos de un
minuto después―Toma―murmuró, dándome un par de billetes de 5 euros en
la mano.
―¡Joey, no! ―Inmediatamente rechacé la idea de quitarle el dinero que
tanto le había costado ganar. Para empezar, no ganaba mucho en la gasolinera,
y el dinero era difícil de conseguir en nuestra familia, así que quitarle diez euros
a mi hermano era inimaginable―No puedo...
―Coge el dinero, Shannon. Sólo son diez libras―me ordenó, con una
expresión seria―Sé que Nany te dio el dinero del autobús, pero ten algo en el
bolsillo. No sé cómo funciona la mierda en ese sitio, pero no quiero que entres
sin unas cuantas libras.
Me tragué el nudo de emoción que me subía por la garganta y le dije.
―¿Seguro?
Joey asintió y me abrazó.
―Vas a estar bien―me susurró al oído, abrazándome tan fuerte que no
sabía a quién quería convencer o consolar.
―Si alguien te echa la más mínima mierda, mándame un mensaje de texto
y yo iré allí y quemaré ese puto colegio hasta los cimientos y a todos los pijos
y bastardos de rugby que haya en él.
Ese fue un pensamiento aleccionador.
―Todo va a salir bien―dije, esta vez poniendo algo de fuerza en mi voz,
necesitando creerme las palabras―Pero llegaré tarde si no me pongo en marcha
y eso no es lo que necesito en mi primer día.

BOYS OF TOMMEN #1
Le di un último abrazo a mi hermano, me encogí de hombros, me puse el
abrigo y cogí la mochila, que me eché a la espalda, antes de dirigirme a la
escalera.
―Mándame un mensaje―me dijo Joey cuando estaba a mitad de la
escalera―Lo digo en serio, un soplo de mierda de cualquiera e iré a
solucionártelo.
―Puedo hacerlo, Joey―susurré, lanzando una rápida mirada hacia donde
él estaba apoyado en la barandilla, observándome con ojos
preocupados―Puedo.
―Sé que puedes―Su voz era grave y dolorida―Yo sólo... estoy aquí
para ti, ¿sí? ―terminó con una fuerte exhalación―Siempre estaré aquí para ti.
Me di cuenta de que esto era duro para mi hermano, mientras le veía despedirme
para ir al colegio como un padre ansioso haría con su primogénito.
Siempre luchaba en mis batallas, siempre saltaba para defenderme y
ponerme asalvo.
Quería que estuviera orgulloso de mí, que me viera como algo más que
una niña pequeña que necesitaba su protección constante. Yo también lo
necesitaba. Con renovada determinación, le dediqué una brillante sonrisa y salí
a toda prisa de casa para coger el autobús.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 2
Todo ha Cambiado
Cuando bajé del autobús, descubrí con alivio que las puertas del Colegio
Tommen se abrían a los estudiantes a las 7 de la mañana, obviamente para
acomodar los diferentes horarios de los alumnos de la residencia y de los que
iban de día.
Me apresuré a entrar en el edificio para resguardarme del mal tiempo.
Afuera llovía a cántaros, y en cualquier otra circunstancia lo consideraría un
mal presagio, pero estábamos en Irlanda, donde llueve una media de 150 a 225
días al año. Además, era principios de enero, época típica de lluvias.
Descubrí que no era la única madrugadora que llegaba antes del horario
lectivo, y observé que varios estudiantes ya deambulaban por los pasillos y
holgazaneaban en el comedor y las zonas comunes.
Sí, zonas comunes.
El Colegio Tommen tenía lo que sólo podía describir como amplias salas
de estar para cada curso. Para mi inmensa sorpresa, descubrí que no era el
blanco inmediato de los matones como lo había sido en todos los demás
colegios a los que había asistido.

BOYS OF TOMMEN #1
Los alumnos pasaban caminando a mi lado, sin interesarse por mi
presencia, claramente absortos en sus propias vidas. Esperé, con el corazón en
la boca, a que llegara un comentario cruel o un empujón.
Pero no fue así.
Trasladada a mitad de curso desde el colegio público vecino, me esperaba
un aluvión de burlas y nuevos enemigos.
Pero no pasó nada, aparte de un par de miradas curiosas, nadie se me
acercó. Los alumnos de Tommen no sabían quién era, o no les importaba. En
cualquier caso, estaba claramente fuera del radar en esta escuela y me
encantaba.
Reconfortada por el repentino manto de invisibilidad que me rodeaba, y
sintiéndome más positiva de lo que me había sentido en meses, me tomé el
tiempo para echar un vistazo a la zona común de tercer año.
Era una sala grande y luminosa, con ventanas del suelo al techo en un
lado que daban a un patio de edificios. Placas y fotografías de antiguos alumnos
adornaban las paredes pintadas de color limón. El amplio espacio estaba repleto
de sofás de felpa y cómodos sillones, junto con algunas mesas redondas y sillas
de roble a juego. En un rincón había una pequeña cocina con un hervidor de
agua, una tostadora y un microondas.
Oh, por Dios.
Así que así era como se vivía al otro lado. Era como un mundo diferente
en el Colegio Tommen. Un universo alternativo del que yo venía.
Guau.
Pude llevarme unas rebanadas de pan y tomar té y tostadas en la escuela.
Sintiéndome intimidada, me escabullí y deambulé por todas las salas y pasillos
intentando orientarme.
Estudiando mi horario, memoricé dónde estaba cada edificio y cada ala

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en la que tendría clase. Me sentía bastante segura cuando sonó el timbre a las
8:50, quince minutos antes del comienzo de la jornada escolar, y cuando me
saludó una voz familiar, estuve a punto de llorar de puro alivio.
―¡Dios mío! ¡Dios mío! ―chilló una rubia alta y curvilínea con una
sonrisa del tamaño de un campo de fútbol, atrayendo mi atención y la de todos
los demás, mientras se abría paso entre varios grupos de estudiantes en su
intento de alcanzarme.
No estaba ni mucho menos preparada para el abrazo monstruoso en el
que me envolvió cuando me alcanzó, aunque no debería haber esperado menos
de Claire Biggs. Ser recibida por caras sonrientes y amistosas en lugar de lo que
estaba acostumbrada fue abrumador para mí.
―Shannon Lynch―soltó Claire medio riendo, medio ahogada,
apretándome con fuerza―¡Estás aquí de verdad!
―Estoy aquí―acepté con una risita, dándole palmaditas en la espalda
mientras intentaba liberarme de su abrazo que me aplastaba los
pulmones―Pero no lo estaré por mucho tiempo si no aflojas este abrazo.
―Oh, mierda. Lo siento―se rió Claire, dando inmediatamente un paso
atrás y liberándome de su abrazo mortal―Olvidé que no has crecido desde
cuarto curso―Dio otro paso atrás y me miró―Olvídalo, desde tercero.
Se rió, con los ojos llenos de picardía.
No era una indirecta, sino una observación y un hecho. Yo era
excepcionalmente pequeña para mi edad, empequeñecida aún más por el metro
setenta de mi amiga. Ella era alta, de constitución atlética y excepcionalmente
bella. Tampoco era una belleza recatada.
No, salía disparada de su cara como rayos de sol.
Claire era sencillamente deslumbrante, con sus grandes ojos marrones y
sus rizos rubios. Tenía un carácter alegre y una sonrisa capaz de calentar el

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corazón más frío.
Ya a los cuatro años sabía que esta niña era diferente.
Podía sentir la bondad que irradiaba. La había sentido cuando estuvo a
mi lado durante ocho largos años, defendiéndome, aunque fuese perjudicial para
ella. Conocía la diferencia entre el bien y el mal y estaba dispuesta a defender a
cualquiera que fuera más débil que ella.
Era una guardiana.
Nos habíamos distanciado desde que íbamos a institutos distintos, pero
con solo mirarla supe que seguía siendo la misma Claire de siempre.
―No todos podemos ser tan altos―le respondí con buen humor,
sabiendo que sus palabras no pretendían herirme.
―Dios, me alegro tanto de que estés aquí―Sacudió la cabeza y me
sonrió. Hizo un adorable baile de la felicidad y volvió a abrazarme―No puedo
creer que tus padres por fin hicieran lo correcto por ti.
―Sí―respondí, incómoda de nuevo―Con el tiempo.
―Shan, aquí no será así―el tono de Claire era serio ahora, los ojos llenos
de emoción no expresada―¿Toda esa mierda que has sufrido? Está en el
pasado.
Volvió a suspirar y supe que se estaba mordiendo la lengua,
absteniéndose de decir todo lo que quería.
Claire lo sabía.
Ella estaba allí en la escuela primaria, fue testigo de cómo me iba
entonces. Por alguna razón desconocida, me alegré de que no hubiera visto lo
mucho que había empeorado. Era una humillación que no quería sentir más.
―Estoy aquí para ti―continuó diciendo―Y también Lizzie, si alguna
vez decide arrastrar el culo fuera de la cama y venir de verdad al colegio.
Sonriendo alegremente, desterré mis demonios al fondo de mi mente y

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dije―Brindo por un nuevo comienzo.
―¡Sí, chica! ―dijo Claire con entusiasmo, chocándome el puño―Un
nuevo comienzo con el lado positivo.
La primera mitad del día fue mejor de lo que jamás podría haber previsto.
Claire me presentó a sus amigos y, aunque no podía recordar los nombres de la
mayoría de las personas que había conocido, me sentí increíblemente
agradecida por haber sido incluida y, me atreví a decir, aceptada.
La inclusión no era algo a lo que estuviera acostumbrada, y me esforcé
por seguir el ritmo del flujo constante de conversaciones y preguntas amistosas
dirigidas a mí.
Pasar tanto tiempo en mi propia compañía me dificultaba volver a
integrarme en la sociedad adolescente normal. Tener a otras personas, aparte de
Joey y sus amigos, dispuestas a sentarse conmigo, hablar conmigo y pasear
conmigo por el colegio fue una experiencia alucinante.
Cuando mi otra amiga de primaria, Lizzie Young, se presentó en el
colegio a mitad de la tercera clase de la mañana, culpando a una cita con el
dentista de su ausencia, inmediatamente volvimos a caer en la amistad familiar
que siempre habíamos tenido.
Lizzie llegó al colegio con pantalones de colegio de chico y zapatillas,
sin importarle lo que dijeran de su aspecto. Sinceramente, no parecía importarle
lo que pensara la gente. Se vestía según su estado de ánimo y proyectaba
vibraciones de la misma manera. Podía aparecer mañana con falda y toda la cara
maquillada. Hacía lo que quería cuando quería, sin importarle la opinión de los
demás.
Era una perezosa confianza en sí misma con su larga coleta rubia oscura
y su rostro desmaquillado, en el que destacaban sus grandes ojos azules.
También observé durante las clases que Lizzie recibía mucha atención

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masculina a pesar de los pantalones anchos y el pelo desordenado que llevaba,
lo que demuestra que no hace falta desnudarse y pintarse la cara para atraer al
sexo opuesto.
Una sonrisa genuina y una personalidad agradable ayudan mucho. Lizzie
era muy parecida a Claire en muchos aspectos, pero muy diferente en otros.
Como Claire, Lizzie era rubia y de piernas largas. Ambas eran altas para su edad
y asquerosamente guapas.
Pero mientras Claire era extrovertida y, a veces, un poco exaltada, Lizzie
era tranquila y ligeramente introvertida. Claire era sobre toda desenvuelta y
Lizzie se tomaba su tiempo para tomar una decisión sobre algo. Claire iba
siempre impecable, con la cara llena de maquillaje y un atuendo perfectamente
coordinado para cualquier ocasión, mientras que el estilo de Lizzie era
impredecible.
Mientras tanto, yo era la pequeña con cabello castaño que se juntaba con
las chicas más guapas de la clase.
Suspiro...
―¿Estás bien, Shan? ―preguntó Lizzie después del gran descanso.
Caminábamos hacia nuestra siguiente clase, inglés en el ala sur, cuando
me detuve a mitad de camino, provocando un amontonamiento de estudiantes.
―Oh, mierda―murmuré, dándome cuenta de repente de mi metedura de
pata ―Dejé el celular en el baño.
Claire, que estaba a mi izquierda, se giró y frunció el ceño.
―Ve a buscarlo, te esperamos.
―El baño del edificio de ciencias― respondí con un gemido. Tommen
era ridículamente grande, con varias clases que tenían lugar en diferentes
edificios alrededor de la vasta propiedad―Tengo que recuperarlo―añadí,
sintiéndome ansiosa ante la idea de que alguien encontrara mi teléfono e

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invadiera mi intimidad. El celular en sí no valía nada, era uno de los prepagos
más baratos del mercado y ni siquiera tenía cámara, pero era mío. Estaba lleno
de mensajes de texto privados y lo necesitaba de vuelta.
―Maldición.
―Que no cunda el pánico―intervino Lizzie ―Te acompañaremos.
―No―Levanté una mano y negué con la cabeza―No quiero que lleguen
tarde a clase. Iré a buscarlo.
Yo era nueva. Era mi primer día. Dudaba que el profesor se pusiera duro
conmigo por llegar tarde a clase. Claire y Lizzie por otro lado no eran nuevas y
no tenían ninguna excusa para no estar en sus asientos a tiempo.
Podía hacerlo.
No necesitaba -o al menos no debería necesitar- una niñera que me
acompañara por el instituto.
Claire frunce el ceño, su incertidumbre es evidente―¿Estás segura?
―Sí― Asentí con la cabeza ―Recuerdo el camino.
―No lo sé, Shan― Lizzie se mordió el labio inferior ―Quizá una de
nosotras debería ir contigo― Encogiéndose de hombros, añadió―Ya sabes, por
si acaso...
El segundo timbre sonó con fuerza, indicando el comienzo de la clase
―Vamos― insté, haciéndoles señas para que se fueran―Enseguida voy.
Giré sobre mis talones, corrí por el pasillo hasta la entrada y eché a correr
cuando llegué al patio. Tardé nueve minutos corriendo a toda velocidad bajo la
lluvia torrencial por un pasillo que rodeaba varios campos de entrenamiento
deportivo hasta llegar al edificio de ciencias, una hazaña nada fácil con tacones.
Cuando llegué al baño de chicas, estaba sin aliento y sudando. Por suerte,
mi teléfono estaba exactamente donde lo había dejado: en el lavabo, junto al
dispensador de jabón.

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Me desplomé aliviada, lo saqué del lavabo, comprobé rápidamente la
pantalla, me desplomé de nuevo al ver la pantalla bloqueada e imperturbable y
lo guardé en el bolsillo delantero de mi mochila.
Si esto hubiera ocurrido en mi antiguo colegio, un teléfono desatendido
en un baño no habría sobrevivido ni quince segundos, y mucho menos quince
minutos.
«Ahora caminas hombro con hombro con los ricos, Shannon, pensé. Ellos
no quieren tu teléfono de mierda.»
Me eché un poco de agua en la cara y me eché la mochila a la espalda,
usando ambas correas de la mochila. Aún no había ido a mi taquilla y llevaba
allí lo que parecía una piedra. Las dos correas eran totalmentenecesarias en esta
situación.
Cuando salí del edificio de ciencias y contemplé el largo y poco
apetecible camino de vuelta al edificio principal, donde estaba mi clase, reprimí
un gemido.
No iba a volver a correr, físicamente no podía. Me había quedado sin
energía. Desesperada, mi mirada se desvió entre el poco atractivo camino cuesta
arriba y los campos de entrenamiento.
Había tres campos en total en este lado de la escuela.
Dos campos más pequeños, bien cuidados, que estaban vacíos, y un
campo más grande que en ese momento estaba ocupado por unos treinta chicos
y un profesor que les gritaba órdenes.
Cansada, debato mis opciones.
Si tomaba el atajo por los campos de entrenamiento, ahorraría varios
minutos de camino. Ni siquiera se darían cuenta de mi presencia. Era pequeña
y rápida. También estaba cansada y ansiosa. Atravesar los campos era lo más
lógico.

BOYS OF TOMMEN #1
Claro, había una cuesta empinada y cubierta de hierba al otro lado del
campo que separaba los campos del patio, pero podía subirlo sin problemas.
Miré el reloj y sentí una gran consternación al ver que ya había perdido quince
minutos de los cuarenta que duraba la clase.
Decidida, trepé por la valla de madera que separaba el campo de
entrenamiento del sendero y me dirigí a pie hacia mi destino.
Con la cabeza gacha y el corazón martilleando violentamente contra mi
caja torácica, me apresuré a atravesar los campos vacíos, dudando sólo cuando
llegué al mayor de los campos de entrenamiento: el que estaba lleno de chicos.
Chicos enormes.
Chicos sucios.
Chicos enfadados.
Que me miraban fijamente.
Oh, mierda.
―¿Qué estás haciendo?
―¡Sal del maldito campo!
―¡Jesucristo!
―Malditas chicas
―¡Muévete!
Presa del pánico, ignoré los gritos y abucheos mientras me apresuraba a
pasar junto a ellos, obviamente perturbando su entrenamiento. La mortificación
me recorre el cuerpo y acelero el paso, trotando torpemente.
El suelo estaba mojado y embarrado por la lluvia, así que no podía
moverme tan deprisa como me hubiera gustado, ni a mí ni a aquellos chicos.
Cuando llegué al borde del campo, me entraron ganas de llorar de alivio
mientras subía cojeando la empinada ladera. Sin embargo, mi alivio fue sólo
una sensación momentánea y fugaz que fue rápidamente sustituida por un dolor

BOYS OF TOMMEN #1
abrasador cuando algo muy duro y muy pesado se estrelló contra mi nuca,
sacándome el aire de los pulmones y los pies de debajo de mí.
Instantes después, caía hacia atrás, dando tumbos por la orilla fangosa,
con el dolor rebotando en mi cabeza, lo que me impedía pensar con claridad o
detener mi propia caída.
Mi último pensamiento coherente antes de caer al suelo con un ruido
sordo y de que una espesa nube de oscuridad se cerniera sobre mí fue el
siguiente: nada cambia.
Pero me equivocaba.
Todo cambió después de aquel día.
Todo.

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CAPÍTULO 3
Bolas Voladoras
El maravilloso chico cautiva al cuerpo técnico de la academia - El joven
Johnny Kavanagh, de 17 años, natural de Blackrock (Dublín) y residente
actualmente en Ballylaggin (condado de Cork), ha superado con éxito
la evaluación médica y se ha asegurado un puesto en la prestigiosa
academia de rugby de Cork. Aquejado de una lesión crónica en la ingle
desde el comienzo de la temporada pasada, el joven ha recibido el visto
bueno de los médicos del equipo. El estudiante de secundaria del
Tommen College ganará este fin de semana su decimoquinto partido
internacional con la academia, tras haber sido nombrado 13 titular del
prestigioso equipo juvenil. El pívot natural ha llamado la atención de
entrenadores de nivel internacional, incluidos clubes del Reino Unido y
del hemisferio sur. Liam Delaney, seleccionador irlandés sub-20,
comentó lo siguiente acerca de la acelerada progresión de este
colegial: ―Estamos entusiasmados con el nivel de los prometedores
jugadores de todo el país. El futuro parece brillante para el rugby
irlandés― Cuando se le preguntó específicamente por el colegial de
Cork, Delaney afirmó―Conocemos a Kavanagh desde sus tiempos de
jugador en Dublín y hemos mantenido estrechas conversaciones con
sus entrenadores y preparadores durante los últimos dieciocho

BOYS OF TOMMEN #1
meses.
Los seleccionadores sub-18 están impresionados. Seguimos muy de

cerca su progresión y estamos impresionados por el nivel de
inteligencia y madurez que desprende sobre el terreno de juego. Sin
duda, es un jugador a tener en cuenta cuando alcance la mayoría de
edad.
Estaba agotado.
En serio, estaba tan cansado que me costaba mantener los ojos abiertos y
la concentración. Mi día del infierno se estaba convirtiendo en la semana del
infierno, y eso era una hazaña especial teniendo en cuenta que era lunes.
Volver directamente a la escuela, por no mencionar el entrenamiento y el
gimnasio seis noches a la semana, le hacía eso a uno. Para ser honesto, había
estado agotado desde el verano pasado, después de regresar de una campaña
internacional con la sub-18, donde jugué junto a los mejores de Europa, para
dirigirme directamente a un intenso campamento de acondicionamiento de seis
semanas en Dublín.
Después de eso, tuve un descanso de diez días antes de volver a la escuela
y reanudar mis compromisos con mi club y la Academia. También estaba
hambriento, lo que no auguraba nada bueno para mi temperamento. No me
sentaban bien los largos intervalos entre comidas Mi estilo de vida y mi intenso
régimen de entrenamiento me obligaban a comer a intervalos regulares.

BOYS OF TOMMEN #1
Cada dos horas era ideal para mi cuerpo cuando consumía una dieta de
4.500 calorías al día. Si dejaba a mi estómago esperando más de cuatro horas,
me convertía en una perra malhumorado y cabreado.
No es que esperara con especial impaciencia la montaña de pescado y
verduras al vapor que me esperaba en la lonchera, pero tenía una rutina, maldita
sea.
Joder, con mi régimen era una forma segura de despertar a la bestia
hambrienta que llevaba dentro. Llevábamos menos de media hora en el campo
y ya había derribado a tres de mis compañeros y me había llevado una bronca
de nuestro entrenador. En mi defensa, cada entrada que les hice fue
perfectamente legal, aunque un poco despiadada.
Pero de eso se trataba, maldita sea. Estaba demasiado molesto como para
reprimirme con unos chicos que no estaban ni cerca de mi nivel de juego.
Chicos era la palabra adecuada en este caso. Eran chicos. Yo jugaba con
hombres. A menudo me preguntaba qué sentido tenía jugar en el equipo del
colegio. No me servía de nada. El nivel del club era bastante básico, pero el
rugby escolar era una maldita pérdida de tiempo. Especialmente en esta escuela.
Hoy era el primer día de vuelta después de las vacaciones de Navidad, pero el
equipo de la escuela había estado entrenando desde septiembre.
Cuatro meses.
Cuatro putos meses y parecíamos más desorganizados que nunca.
Por millonésima vez en los últimos seis años, me encontré resentido por
la mudanza de mis padres. Si nos hubiéramos quedado en Dublín, estaría
jugando en un equipo de calidad con jugadores de calidad y progresando de
verdad.
Pero no, en lugar de eso estaba aquí, en medio de la puta nada, haciendo
el vacío a un entrenador poco hábil y rompiéndome los cojones para mantener

BOYS OF TOMMEN #1
a nuestro equipo a la vista de la clasificación. El año pasado ganamos la Copa
de la Liga porque teníamos un equipo sólido con la capacidad de jugar un puto
rugby decente.
Con la ausencia de varios jugadores de la plantilla del año pasado, que
ahora se habían ido a la universidad, mi agitación y preocupación por nuestras
posibilidades este año crecía por momentos.
Tampoco era el único que se sentía así.
Quedaban seis o siete jugadores excepcionales en esta escuela que eran
lo suficientemente buenos para la división en la que jugábamos, y ese era el
problema. Necesitábamos un banquillo de veintitrés jugadores decentes para
destacar en esta liga.
No media docena.
Mi mejor amigo, por ejemplo, Gerard Gibson -o Gibsie para abreviar-,
era un ejemplo de excepción.
Era, sin lugar a dudas, el mejor flanker con el que había jugado o contra
el que había jugado en este nivel de rugby y podía subir de categoría fácilmente
con un poco de compromiso y esfuerzo. Sin embargo, a diferencia de mí, el
rugby no era la vida de Gibsie.
Renunciar a las fiestas y a las novias durante unos años era un pequeño
precio a pagar por una carrera profesional en el deporte. Si dejaba la bebida y
los cigarrillos, estaría fenomenal.
Sin embargo, Gibs no estaba tan convencido y prefirió dedicar su tiempo
de entrenamiento a follarse a la población femenina de Ballylaggin con
entusiasmo y a beber hasta que su hígado y su páncreas gritaran en señal de
protesta. Me pareció un desperdicio espantoso.
Otro pase mal dado por Patrick Feely, nuestro flamante número 12 y mi
compañero en el centro del campo, me hizo perder la cabeza allí mismo, en

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medio del campo. Me saqué el protector bucal y se lo lancé, golpeándole
directamente en la mandíbula.
―¿Ya viste? ― rugí ―Se llama dar en el puto blanco.
―Lo siento, Capi― murmuró el central, con la cara roja, dirigiéndose a
mí por el apodo que me había ganado en el campo desde que me convertí en
capitán del equipo del colegio en cuarto curso y conseguí mi primera
internacionalidad ese mismo año―Lo haré mejor.
Me arrepentí inmediatamente.
Patrick era un chico decente y muy buen amigo mío. Aparte de Gibsie,
Hughie Biggs y Patrick eran mis amigos más cercanos. Gibs, Feely y Hughie
ya habían estado juntos en Scoil Eoin, una escuela primaria sólo para chicos,
cuando me ingresaron en su clase para el último año de primaria.
Nos unía nuestra afición por el rugby y seguimos siendo buenos amigos
durante toda la secundaria, aunque nos habíamos emparejado en el sentido de
mejores amigos: Hughie estaba con Patrick y yo con el idiota de Gibsie.
Patrick era un chico tranquilo. No se merecía mi ira, y el pobre no se
merecía que le lanzara a la cabeza mi protector bucal lleno de saliva.
Bajé la cabeza, corrí hacia él y le di una palmada en el hombro,
murmurando mis disculpas. Por eso necesitaba que me dieran de comer. Y tal
vez una bolsa de hielo para mi polla. Lléname con suficiente carne y verduras
y sería una persona diferente y tolerante. Incluso educado.
Pero mi único objetivo en ese momento era no desmayarme de hambre y
dolor, así que no tenía tiempo para sutilezas. Teníamos un partido de
clasificación para la Copa esta semana y, a diferencia de mí, estos chicos habían
pasado su tiempo libre siendo, bueno, adolescentes.
Las vacaciones de Navidad fueron un buen ejemplo.
Yo me había pasado el tiempo trabajando como un loco para volver a los

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terrenos de juego, después de haber estado de baja por lesión, mientras que estos
chicos se habían pasado las vacaciones comiendo y bebiendo la mierda de la
vida.
No tenía ningún problema en perder un partido si éramos no realmente
un buen equipo. Lo que no podía aceptar era perder por falta de preparación y
de disciplina.
Liga escolar o no.
Eso no era lo suficientemente bueno en mi desempeño. Me sentí
perturbado más allá de toda racionalidad cuando una chica se paseó por el
campo de entrenamiento.
Irritado, la fulminé con la mirada, sintiendo una rabia en mi interior que
rozaba lo maníaco. Así de jodidamente malo era este equipo. A los demás
alumnos ni siquiera les importaba que estuviéramos entrenando.
Varios de los chicos le gritaron, pero eso sólo pareció irritarme más. No
entendía por qué le gritaban, la culpa era de ellos. Los tontos que despotricaban
y gritaban eran los que tenían que mejorar su juego o dejar de soñar con el
rugby. En vez de concentrarse en el juego, se concentraban en la chica.
Malditos imbéciles.
―Gran demostración de capitanía, Kavanagh―se burló Ronan McGarry,
otro de nuestros últimos fichajes y una excusa de mierda para ser medio de
campo, mientras trotaba hacia atrás junto a mí―¿Muy sobrevalorado? ―se
burló el más joven.
―Sigue corriendo, joder― le advertí mientras me preguntaba en qué lío
me metería si le rompía las piernas, aquel tipo me caía realmente mal.
―Quizá deberías seguir tu propio consejo―se burló Ronan―Escoria de
Dublín.
Decidí que no me importaban los castigos, cogí la pelota y se la lancé a

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la cabeza. Certera y precisa, la pelota golpeó a McGarry en la zona deseada: la
nariz.
―¡Cálmate, muchacho! ―gritó el entrenador, corriendo hacia Ronan,
que se estaba tapando la cara.
Resoplé al verlo.
Le pegué con una pelota, no con el puño.
Mierda.
―Esto es un deporte de equipo―gruñó el entrenador, mirándome
fijamente ―No el show de Johnny.
―¿Ah, ¿sí? ―respondí, gruñendo, sin poder evitar morder el anzuelo.
No le caía muy bien al Sr. Mulcahy, el entrenador de rugby de la escuela,
y el sentimiento era completamente mutuo.
―Sí― bramó el entrenador ―Maldita sea.
Corrí hacia donde había caído el balón, lo cogí y me acerqué a él y a
McGarry, sin querer soltarlo.
―Entonces deberías recordárselo a estos bastardos―gruñí, señalando a
mis compañeros―¡porque parece que soy el único idiota que ha venido a
entrenar hoy!
―Estás patinando sobre hielo fino, chico― me espetó ―No te pases.
Sin poder evitarlo, siseé―Este equipo es una puta broma
―A las duchas ahora, Kavanagh―ordenó el entrenador, con el rostro
tornándose de un peligroso tono púrpura, mientras me clavaba un dedo en el
pecho―¡Estás fuera!
―¿Estoy fuera? ―Le respondí, burlándome de él―¿Fuera de qué
exactamente?
Yo no estaba fuera de una mierda, el entrenador no podía sacarme. Podía
prohibirme entrenar, suspenderme o darme un castigo. No importaba una

BOYS OF TOMMEN #1
mierda que hiciera porque el día del partido, yo estaría en el campo.
―No harás nada― me burlé, dejando que mi temperamento se apoderara
de mí.
―No me presiones, Johnny―advirtió el entrenador―Una llamada a tus
pequeños y elegantes entrenadores del país y te meterás en más mierda de la
que podrás salir.
Ronan, que estaba de pie junto al entrenador, sonrió sombríamente,
claramente encantado ante la perspectiva de que me metiera en problemas.
Furioso por la amenaza, pero sabiéndome derrotado, me lancé a por el balón
que tenía en las manos, pateándolo con una furia insaciable que me recorría las
venas sin importarme la dirección.
En el momento en que el balón salió despedido por el pie de mi bota, la
rabia que llevaba dentro se disipó en un santiamén, expulsándose de mi cuerpo
como una derrota.
Maldita sea, estaba siendo un idiota y lo sabía.
Que el entrenador me amenazara con la Academia fue un golpe bajo, pero
sabía que me lo merecía. Me estaba volviendo loco en su campo, con su equipo,
demasiado emocionado y exaltado para controlarme.
Ni en un millón de años sentiría siquiera una pizca de remordimiento por
haber golpeado a McGarry con el balón, ese cabrón se merecía algo mucho peor,
pero Feely y el resto de los chicos eran harina de otro costal. Se suponía que yo
era el capitán de este equipo y estaba actuando como un idiota. No era lo
suficientemente bueno, y estaba decepcionado conmigo mismo por mi arrebato.
Sabía lo que me pasaba.
Me había excedido demasiado estos últimos meses y había vuelto
demasiado pronto de una lesión. Los médicos me habían dado el visto bueno
para volver a entrenar esta semana, pero hasta un ciego podría decir que no

BOYS OF TOMMEN #1
estaba en forma y eso me estaba cabreando muchísimo.
La perspectiva de hacer malabarismos con la escuela, el entrenamiento,
los compromisos del club y la Academia, mientras me recuperaba de una lesión, era
una tensión tanto para mi mente como para mi cuerpo, y estaba luchando por
encontrar la disciplina impecable de la que normalmente hacía alarde.
En cualquier caso, no era una excusa.
Me disculparía con Patrick después de comer, y con el resto de los chicos
también. El entrenador, al notar el cambio en mi temperamento, asintió con la
cabeza.
―Bien― dijo en un tono más tranquilo que antes ―Ahora, ve a limpiarte
y, por el amor de Dios, descansa un maldito día. Sólo eres un crío, Kavanagh,
y estás hecho una mierda.
El hombre no me apreciaba mucho y chocábamos a diario como un viejo
matrimonio, pero nunca dudé de sus intenciones.
Se preocupaba por sus jugadores y no sólo por nuestra capacidad para
jugar al rugby. Nos animaba a triunfar en todos los aspectos de la vida escolar
y no paraba de repetirnos la importancia de los periodos de exámenes.
Probablemente también tenía razón cuando decía que me veía como una mierda.
―Es un año importante para ti―me recordó ―Quinto año es más crucial
para tu examen de graduación que sexto y necesito que mantengas tus notas...
¡mierda!
―¿Qué? ― pregunté, sobresaltado.
Siguiendo la mirada horrorizada del entrenador, me di la vuelta y clavé
los ojos en el balón arrugado en el borde del campo.
―Oh, mierda―murmuré cuando mi mente encontró sentido a lo que
estaba viendo. La chica.
La puta chica que había estado haciendo el tonto por el campo estaba

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tumbada de espaldas sobre la hierba. Una pelota yacía en la hierba a su lado y
no un balón cualquiera.
¡Mi maldito balón!
Horrorizado, mis pies se movieron antes de que mi cerebro pudiera
ponerse al día. Corrí hacia ella, con el corazón martilleándome la caja torácica
a cada paso.
―Hey, ¿estás bien? ― grité, cerrando el espacio que nos separaba.
Un suave gemido femenino salió de sus labios mientras intentaba ponerse
en pie. Intentaba ponerse de pie y fracasaba estrepitosamente, claramente
asustada. Sin saber qué hacer, me agaché para ayudarla, pero me apartó las
manos de un manotazo.
―No me toques― exclamó, con el tono un poco arrastrado, y la sacudida
la hizo caer de rodillas.
―¡Esta bien! ―Automáticamente di un paso atrás y levanté las
manos―Lo siento mucho.
Lentamente, se puso en pie, balanceándose de un lado a otro, con la
confusión grabada en el rostro y los ojos desenfocados. Agarrada con una mano
a un lado de su falda embarrada y balanceando el balón de rugby en la otra, miró
a su alrededor, con los ojos desorbitados.
Su atención se posó en el balón que tenía en las manos y luego volvió a
fijarse en mi cara. En sus ojos brillaba una especie de furia vidriosa mientras se
tambaleaba, medio acechándome. Llevaba el pelo hecho un desastre, suelto
sobre sus pequeños hombros, con trozos de barro y hierba incrustados en los
mechones.
Cuando me alcanzó, golpeó la pelota contra mi pecho y siseó.
―¿Es esta tu pelota?
Me quedé tan anonadado al ver a aquella chica diminuta y cubierta de

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barro que me limité a asentir como un puto imbécil. Dios mío, ¿quién era esta
chica?
Me aclaré la garganta, le cogí la pelota y le dije―Sí. Es mi pelota.Era
pequeña, jodidamente pequeña, apenas me llegaba al pecho.
―Me debes una falda―gruñó, todavía agarrando la tela por la cadera―Y
un par de medias―añadió, echando un vistazo a la gigante abertura de sus
medias color piel.
Su mirada recorrió su cuerpo y luego se posó en mi cara, con los ojos
entrecerrados.
―De acuerdo―respondí asintiendo con la cabeza, porque, sinceramente,
¿qué otra cosa debía decir?
―Y una disculpa―añadió la chica antes de desplomarse en el suelo.
Cayó pesadamente de culo y soltó un pequeño gruñido por el contacto.
―Mierda―murmuré. Tiré la pelota al suelo y fui a ayudarla―No
quería...
―¡Para! ―Volvió a apartarme las manos―Ay― gimió, encogiéndose al
hablar. Se agarró la cara con ambas manos y respiró con dificultad―Mi cabeza.
―¿Estás bien? ―Pregunté, sin saber qué mierda hacer.
¿Debía levantarla en contra de sus deseos?
No parecía una buena idea, pero no podía dejarla aquí.
―¡Johnny! ―El entrenador gritaba―¿Ella está bien? ¿Le hiciste
daño?
―Ella está bien― le dije, haciendo una mueca cuando un sonido de hipo
salió...de su pecho―¿Estás bien, ¿verdad?
Esta chica me iba a meter en problemas y ya tenía bastantes. Estaba
peleado con el entrenador. Casi decapitar a la chica no iba a mejorar mi
situación.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Por qué hiciste eso? ―susurró, apretando su pequeña cara en sus
manos aún más pequeñas―Me hiciste daño.
―Lo siento―repetí. Me sentía extrañamente impotente y era una
sensación que no me gustaba―No era mi intención.
Lloriqueó entonces, con los ojos azules llorosos, y algo dentro de mí se
quebró.
Ay, mierda.
Horrorizado, levanté las manos y dije.
―Lo siento mucho―antes de agacharme y levantarla de la
hierba―Dios―murmuré, impotente, mientras la ponía en pie―No llores.
―Es mi primer día―resopló, balanceándose sobre sus pies―Mi nuevo
comienzo y estoy cubierta de barro. Mi papá me va a matar―continuó con voz
entrecortada, agarrando sufalda rota―Mi uniforme está arruinado.
Un siseo de dolor salió de su garganta y la mano con la que sujetaba la
falda se disparó hacia su sien, haciendo que el trozo de tela se desprendiera de
su cuerpo. Mis ojos se abrieron de par en par, una reacción natural al ver la ropa
interior de una mujer.
Los chicos silbaron y vitorearon.
―Oh, Dios―gritó ella, luchando torpemente para recuperar su falda.
―¡Vamos, preciosa!
―¡Danos una vuelta!
―¡Váyanse a la mierda, imbéciles! ―rugí a mis compañeros,
poniéndome delante de la chica para bloquearles la vista.
Podía oír a los chicos riéndose y diciendo estupideces detrás de mí, pero
no podía concentrarme en nada de lo que decían porque el sonido de mi corazón
martilleándome en el pecho me estaba ensordeciendo.
―Toma―cogí el dobladillo de mi camiseta, me lo pasé por la cabeza y

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ordené―Ponte eso.
―Está asqueroso―sollozó, pero no me detuvo cuando se lo bajé por la
cabeza.
Metió las manos en las mangas y sentí un inmenso alivio cuando el
dobladillo le cayó hasta las rodillas, cubriéndola.
Dios, era realmente una cosita diminuta ¿Tenía edad para ir a la escuela
secundaria? No lo parecía.
Ahora mismo, parecía muy, muy joven y... ¿triste?
―Kavanagh, ¿la chica está bien? ―Preguntó el entrenador.
―¡Está genial! ―Repetí, mis palabras eran un ladrido áspero.
―Llévala a la oficina― ordenó ―Asegúrate de que Majella la revise.
Majella era la primera responsable de la escuela. Trabajaba en el comedor
y era la mujer a la que se acudía cuando un alumno sufría una lesión.
―Sí, señor―respondí, nerviosa, agachándome rápidamente para
recogerle la falda y la mochila.
Me acerqué y ella se apartó de mí.
―Sólo intento ayudarte―dije en el tono más amable que pude,
levantando las manos para demostrarle que no quería hacerle daño―Te llevaré
a la oficina.
Parecía un poco aturdida y me preocupó haberle provocado una
conmoción cerebral. Conociendo mi suerte, eso es exactamente lo que había
hecho.
Mierda.
Me eché la mochila al hombro, me metí su falda en la cintura de los
pantalones, le puse una mano en la espalda y traté de convencerla de que subiera
por la ladera que separaba el campo de la escuela.
Se tambaleaba como un potrillo y tuve que resistir el repentino impulso

BOYS OF TOMMEN #1
de rodearla con el brazo por los hombros.
Un par de minutos más tarde, tuve que hacer exactamente lo mismo,
porque la chica se tambaleaba una y otra vez.
El pánico se apoderó de mí.Dañé a la maldita chica.
Le rompí la cabeza.
Me iban a suspender por perder los nervios y a poner una orden de arresto
contra mí. Era un idiota.
―Lo siento― continué diciéndole, mirando fijamente a cada imbécil
entrometido que decidía pararse a mirarnos mientras caminábamos a paso de
tortuga.
Ella llevaba mi camisa y le caía como un vestido. Yo me estaba
congelando las tetas a su lado en nada más que un par de pantalones cortos de
entrenamiento, calcetines y botas de fútbol.
Ah, y la maldita mochila escolar rosa colgada a mi espalda. Podían mirar
todo lo que quisieran; mi única preocupación era que le revisaran la cabeza a
esta chica.
―Maldición, lo siento mucho.
―Deja de decir lo siento―gimió, agarrándose la cabeza.
―Claro, lo siento―murmuré, sintiendo como apoyaba su peso en
mí―Pero realmente lo siento, para que te quede claro.
―Nada está claro―musitó, tensándose contra mi tacto―El suelo da
vueltas.
―Ay, Dios, no digas eso―dije, apretando el brazo alrededor de su
cuerpo rígido―Por favor, no digas eso.
―¿Por qué hiciste eso? ―gimoteó, tan frágil, pequeña y cubierta de
barro.
―Soy un imbécil―le informé, volviendo a poner su mochila rosada

BOYS OF TOMMEN #1
sobre mi espalda mientras la arropaba más―Suelo cagarla mucho.
―¿Lo hiciste a propósito?
―¿Qué? ―Sus palabras me desconcertaron lo suficiente como para
detenerme―No― Girando el cuerpo para poder mirarla a la cara, fruncí el ceño
y dije―Nunca haría algo así a propósito.
―¿Me lo prometes?
―Sí―gruñí, enganchándola con mi brazo y uniendo su cuerpo a mi
lado―Te lo prometo.
Era enero.
Estaba mojado.
Hacía frío.
Y por alguna extraña y desconcertante razón, estaba ardiendo por dentro.
Mis palabras, por la razón que fuera, parecieron aliviar la tensión en el
interior de esta chica, porque soltó un enorme suspiro, aflojó su rígido armazón
y me permitió soportar todo su peso.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 4
Plantar la Cara
Con gran esfuerzo y una sorprendente muestra de autocontrol, por lo

general ausente, conseguí respetar sus deseos y acompañarla a la oficina,
cuando lo único que quería era cogerla en brazos y salir corriendo en busca de
ayuda.
Sentía pánico y preocupación, y cada vez que gemía o se hundía contra
mí, aumentaba mi ansiedad.
Sin embargo, después de haber pasado los últimos diez minutos fuera del
despacho del director, escuchando al Sr. Twomey despotricar y desvariar, se me
había acabado la preciada paciencia.
¿Por qué no me la quitaba de encima? ¿Por qué demonios seguía yo fuera
de su despacho sujetando a una chica medio desmayada?
Él era el adulto aquí.
―Su madre está en camino―anunció Twomey con un suspiro
exasperado, deslizando el teléfono en el bolsillo―¿Cómo pudo pasar esto,
Johnny?
―Ya se lo dije, fue un accidente―siseé mientras seguía sosteniendo a la
chica, manteniendo su pequeño cuerpo pegado a mi costado―Tiene que hacer
que Majella la revise―repetí por quincuagésima puta vez―creo que tiene una

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conmoción cerebral.
―Majella está de baja por maternidad hasta el viernes―ladró el señor
Twomey―¿Qué se supone que debo hacer con ella? No tengo formación en
primeros auxilios.
―Entonces será mejor que llamé a un médico―respondí
acaloradamente, aun sujetando a la chica ―porque le rompí la puta cabeza.
―Cuida tu lenguaje, Kavanagh― me espetó Twomey.
Yo solté el típico ―sí, señor― sin que me importara una mierda y sin
sentirme especialmente apenado por ello.
Mi papel en la academia de rugby significaba que me daban mucha
libertad de acción en esta escuela, mucho trato preferencial que otros
estudiantes no recibían, pero no iba a forzarlo en mi primer día de vuelta.
No cuando había agotado mi cuota mutilando a la chica nueva.
―¿Está bien, Srta. Lynch? ―preguntó el Sr. Twomey, pinchándola como
si fuera un pavo crudo del que no quería contagiarse la salmonela.
―Me duele―gimió, hundiéndose en mi costado.
―Lo sé―la tranquilicé, acercándola más―Mierda, lo siento mucho.
―Por Dios, Johnny, esto es lo último que necesito―siseó el Sr. Twomey,
pasándose una mano por el pelo cubierto de canas―Es su primer día. Que sus
padres vengan a destrozar la escuela es lo último que necesito.
―Fue un accidente―le dije, enfadado. Ella gimió e hice un esfuerzo
consciente por bajar la voz cuando dije―No quería hacerle daño a la chica.
―Sí, bueno, díselo a su madre cuando llegue―resopló el señor
Twomey―Ya la sacaron de la Escuela Comunitaria de Ballylaggin por haber
sido agredida verbal y físicamente. ¿Y qué pasa en su primer día en Tommen?
Esto.
―Yo no la ataqué― espeté ―Hice una mala jugada.

BOYS OF TOMMEN #1
La puse bajo mi brazo y fulminé con la mirada a la supuesta figura de
autoridad.
―Espere―espeté, recordando sus palabras anteriores―¿Qué quiere
decir con que la agredieron?
Miré a la pequeña criaturilla que llevaba bajo el brazo. ¿Quién podría
atacarla? Era tan pequeña y frágil.
―¿Qué le pasó? ― me oí preguntar, con la atención puesta de nuevo en
el director.
―Creo que me voy a caer―murmuró, distrayéndome de mis
pensamientos. Se levantó, me agarró el antebrazo con su pequeña mano y
suspiró―Todo me da vueltas.
―No dejaré que te caigas― respondí automáticamente en tono
tranquilizador―Está bien―Sentí que se resbalaba y tiré de ella para ponerla en
pie, sujetando la diminuta cosa por todos los medios―Te tengo― la tranquilicé,
apretando mi brazo alrededor de ella―Buena chica.
―Siéntate con ella―ordenó el Sr. Twomey, señalando el banco que
había junto a la pared de su despacho―Iré a buscar una compresa o algo.
―¿Me deja con ella? ―Pregunté con la boca abierta―¿Solo?
El director no me contestó.
Por supuesto que no lo hizo, el maldito cobarde, porque ya estaba a
kilómetros por el pasillo, desesperado por alejarse del tipo de responsabilidad
por la que le pagaban.
―Maldito cobarde―gruñí en voz baja.
Frustrado, nos acerqué al banco de madera.
Dejé su mochila en el suelo y bajé con cuidado nuestros cuerpos hasta
que quedamos sentados uno al lado del otro. La rodeé con el brazo por los
hombros, sin atreverme a separarme de ella por miedo a que se cayera.

BOYS OF TOMMEN #1
―Esto es genial―exclamé, enfurruñado―Jodidamente maravilloso.
―Estás tan caliente―susurró y sentí su mejilla acariciarme el pecho
desnudo―Como una bolsa de agua caliente.
―De acuerdo, tienes que mantener los ojos abiertos―le dije, aterrado
por sus palabras.
Con las rodillas rebotando nerviosamente, la giré en mis brazos y agarré
su cara entre mis manos.
―Oye― la insté, dándole una pequeña sacudida en la cara con ambas
manos―Hey... ¿chica? ― añadí torpemente porque ni siquiera sabía su nombre.
Casi había matado a la chica y no sabía su puto nombre―Abre los ojos.
No los abrió.
―¡Hey - hey! ―Dije más alto ahora―Mírame―Le sacudí la cabeza―
Mírame a la cara.
Esta vez lo hizo.
Abrió los ojos y joder, sin querer aspiré un fuerte suspiro.
Jesús, esta chica era hermosa.
Lo había notado antes, por supuesto, tenía un aspecto llamativo, pero
ahora, viéndola así de cerca y pudiendo contar las pecas de su cara -once, por
cierto-, me daba cuenta de lo llamativa que era. Sus ojos azules eran grandes,
redondos y jodidamente hermosos, con pequeños matices amarillos
salpicándolos y rodeados de gruesas y largas pestañas.
Ni siquiera estaba seguro de haber visto antes ese tono de azul. Desde
luego, no removía nada en el banco de recuerdos.
Sin lugar a dudas, poseía el par de ojos más hermosos que había visto en
mi vida. Tenía el pelo castaño oscuro, largo hasta los codos, espeso y rizado en
las puntas. Detrás de la montaña de pelo se escondía un rostro pequeño, en
forma de corazón, de piel suave y clara, con un pequeño hoyuelo en la barbilla.

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Cejas oscuras de forma perfecta que se arqueaban sobre sus ojos asesinos.
Una nariz pequeña, pómulos altos y unos labios hinchados. Que eran de un color
rosado natural y que parecían como si hubiera estado chupando un helado o
algo así, cosa que yo sabía que no había hecho porque me había pasado la última
media hora intentando mantenerla despierta.
―Hola―exhaló.
Exhalé un suspiro de alivio―Hola.
―¿Esa es realmente tu cara? ―preguntó, con los ojos caídos, mientras
me estudiaba con expresión vacía―Es tan bonita.
―Eh, ¿gracias? ―le respondí incómodo, todavía ahuecando sus mejillas
en mis manos―Es la única que tengo.
―Me gusta―susurró―…es una buena cara ―dijo justo antes de volver
a cerrar los ojos, hundiéndose hacia delante.
―No, no, no―le dije, sacudiéndola bruscamente―Quédate conmigo.
Gimió y volvió a parpadear.
―Buen trabajo―la elogié con una fuerte exhalación―Ahora mantente
despierta.
―¿Quién eres? ―balbuceó, dependiendo por completo de mis manos
para mantener la cabeza erguida.
―Soy Johnny―le dije, conteniendo una sonrisa de satisfacción―¿Quién
eres tú?
―Shannon―susurró. Sus párpados se cayeron un poco pero
rápidamente, pero se abrieron rápidamente cuando le di un golpecito en las
mejillas―Como el río― añadió con un pequeño suspiro.
Me reí entre dientes ante su respuesta.
―Bueno, Shannon “como el río” ―dije alegremente, desesperado por
mantenerla concentrada y hablando―Tus padres están en camino,

BOYS OF TOMMEN #1
probablemente te llevarán al hospital para una revisión.
―Johnny―gimió y luego hizo una mueca de dolor ―Johnny. Johnny.
Johnny. Esto está mal...
―¿Qué? ―Le insistí ―¿Qué está mal?
―Mi papá―susurró.
Fruncí el ceño―¿Tu papá?
―¿Puedes salvarme?
Fruncí el ceño ―¿Necesitas que te salve?
―Mmm-hmm― murmuró somnolienta―Frótame el pelo.
Me opuse a su petición ―¿Quieres que te frote el pelo?
Asintió y se inclinó hacia delante―Me duele.
Me acerqué más a ella, ajusté su cuerpo para que apoyara la cabeza en mi
hombro y, mientras le acariciaba la cara con una mano, utilicé la otra para
acariciarle el pelo. Era una posición incómoda, pero me las arreglé.
Jesús, ¿qué demonios estaba haciendo?
Sacudí la cabeza, sintiéndome como un imbécil, pero seguí haciendo lo
que me pedía. Iba bien, justo hasta que se plantó de cara sobre mi polla.
Sacudido por el contacto tan íntimo, por no hablar de la repentina
sacudida de conciencia en mi polla y el dolor abrasador en mi ingle, intenté
apartar su cara de mi entrepierna, pero ella gimió ruidosamente resistiéndose.
Luego subió las piernas al banco y se acomodó para darse un buen
descanso sobre mi polla.
A la mierda mi vida.
Con las manos en alto y lejos de su cuerpo, porque lo último que
necesitaba era una acusación de acoso sexual, miré a mi alrededor en busca de
alguien que me ayudara, pero no vino nadie.
Los pasillos estaban convenientemente vacíos de adultos.

BOYS OF TOMMEN #1
A la mierda este instituto.
Pensé en salir corriendo, pero apenas podía quitármela de encima. Sí,
porque romperle la cabeza no era lo suficientemente malo. Así que me quedé
allí sentado con su cabeza en mi regazo y su mejilla acariciando mi polla y recé
a Dios para que me diera fuerzas para ignorar los sentimientos que crecían en
mi interior y no tener una erección.
Aparte de la razón obvia del horrible momento, mi polla estaba rota.
Bueno, no era tanto mi polla la que estaba rota sino la zona que la rodeaba, pero
si se me ponía dura podría desmayarme junto con ella.
Pero entonces gimoteó y el sonido trajo de vuelta la preocupación y la
inquietud, el desastre evitado.
Como si tuviera mente propia, mi mano se acercó a su cara.
―Estás bien―la tranquilicé, luchando contra mi ansiedad, el impulso de
cuidar a esta niña era una sensación nueva e igualmente aterradora para mí―
Shh, estás bien.
Le aparté el pelo de la mejilla, le pasé los mechones castaño oscuro por
detrás de la oreja y volví a acariciarle la cabeza dolorida. Se le había formado
un bulto impresionante en el cuero cabelludo donde la pelota había hecho
contacto, así que le acaricié la zona con las yemas de los dedos, suavemente.
―¿Está bien?
―Mmm― respiró―Está... bien.
―Bien―murmuré, aliviado, y continué con las caricias. Una leve
cicatriz me llamó la atención donde la sien se unía con el nacimiento del pelo.
Sin pensar en lo que estaba haciendo, pasé un dedo por la hendidura de
piel de dos centímetros y pregunté―¿Qué te pasó aquí?
―¿Hmm?
―Aquí― Pasé el dedo sobre la vieja marca. ―¿De qué es esto?

BOYS OF TOMMEN #1
―Mi papá―contestó, exhalando un fuerte suspiro.
Mi mano se detuvo mientras mi cerebro registraba su jodida respuesta
―¿Cómo dices?
Como no respondió, usé la otra mano para sacudirle suavemente el
hombro.
―¿Shannon?
―¿Hmm?
Le di un golpecito en la vieja cicatriz con la punta del dedo y le dije.
―¿Me estás diciendo que tu padre te hizo esto? ―Intenté mantener el tono
tranquilo, pero era un reto con el repentino impulso de mutilar y matar que bullía en
mi interior.
―No, no, no―susurró.
―Entonces, ¿tu papá no te hizo esto? ―pregunté para confirmarlo―¿Él
definitivamente no lo hizo?
―Claro que no―murmuró.
Gracias a Dios.
Solté el aliento que no me había dado cuenta que había estado conteniendo.
―¿Jimmy?
―Es Johnny.
―Oh. ¿Johnny?
―¿Sí?
―¿Estás molesto conmigo?
―¿Qué? ―Su pregunta, formulada en voz tan baja, me desconcertó y la
miré fijamente, sintiendo una punzada de protección en las tripas―No. No
estoy molesto contigo―le dije, haciendo una larga pausa, con los dedos
engarrotados, antes de preguntar ―¿Tú estás molesta conmigo?
―Creo que sí―susurró, volviendo a frotarse. Puse los ojos en blanco y

BOYS OF TOMMEN #1
reprimí un gemido.
¡Mierda!
―No puedes hacer eso― le dije, sujetándole la cabeza.
―¿Hacer qué? ―suspiró contenta y luego frotó su mejilla contra mi
muslo―¿Molestarme?
―No― balbuceé, volviendo a sujetarle la cabeza―Moléstate todo lo que
quieras, pero deja de apoyar la cabeza en mi regazo.
―Me gusta tu regazo― respiró con los ojos cerrados―Es como una
almohada.
―Sí, bueno, está bien, pero...―Hice una pausa para sujetar su cara con
mis manos una vez más―Pero estoy adolorido, así que necesito que no hagas
eso.
―¿Hacer qué?
―Frotarte― espeté―Ahí.
―¿Por qué te duele? ―Suspiró pesadamente y preguntó―¿Tú también
estás roto?
―Probablemente― admití, moviendo su cara hacia mi muslo bueno, o
más bien era el que me dolía menos ―Quédate ahí, ¿sí? ― Fue más una súplica
que una orden―No te muevas.
Obedeció y no volvió a mover la cabeza.
Con mi mano libre presioné la tensión que se formaba en mi sien y pensé
en la mierda en la que me iba a meter.
Falté a clase.
Tenía hambre.
Tenía entrenamiento en el club esta noche.
Tenía una sesión de gimnasia con Gibsie justo después de clase.
Mañana tenía fisioterapia con Janice después de clase.

BOYS OF TOMMEN #1
Había un partido escolar el viernes.
Tenía otra sesión de entrenamiento con los chicos el fin de semana.
Tenía una agenda jodidamente apretada y no necesitaba este drama.
Transcurrieron varios minutos en un silencio doloroso antes de que volviera a
moverse y, en ese tiempo, debatí todas las formas en que el señor Twomey era
un director incompetente. Tenía una lista tan larga como mi brazo, cuando
intentó sentarse de nuevo.
―Ten cuidado― le advertí, cerniéndome sobre ella como una gallina.
La ayudé a incorporarse y me las arreglé para levantarme del asiento.
Cada músculo al sur de mi ombligo gritó en señal de protesta, pero no me aparté.
Seguí agachado frente a ella, con las manos a ambos lados de su cintura, para
sujetarla.
―¿Estás bien, Shannon?
Su largo pelo castaño cayó hacia delante, cubriéndole la cara como una
manta.
Asintió lentamente, con las cejas profundamente fruncidas.
―Creo que sí.
Me relajé, con un alivio palpable―Bien
Se inclinó hacia delante, apoyando los codos en los muslos, con los ojos
abiertos y clavados en los míos, y de repente se acercó demasiado a mí... y eso
ya era mucho decir, teniendo en cuenta que hacía menos de dos minutos tenía
la cara en mi regazo.
Estábamos demasiado cerca y de repente, me sentí muy expuesto.
Mis manos pasaron de su cintura a sus muslos, una reacción automática
cuando una mujer inclina su cara hacia la mía. Me controlé rápidamente y aparté
las manos para apoyarlas en el banco.
Me aclaré la garganta y esbocé una pequeña sonrisa―Estás viva.

BOYS OF TOMMEN #1
―Apenas―susurró con una mueca de dolor, los ojos azules quemando
agujeros en los míos, estudiándome con más claridad ahora―Tienes una
puntería terrible.
Me reí de sus palabras.
Estaba tan lejos de la verdad que no pude evitarlo.
―Bueno, es la primera vez― reflexioné―No estoy acostumbrado a que
me critiquen por mi habilidad para lanzar un balón.
Aunque no era al diez por naturaleza, tenía una puntería decente y la
habilidad de patear desde larga distancia cuando era necesario.
―Sí―balbuceó―Bueno, tu habilidad para lanzar un balón casi me mata.
―Tienes razón― reconocí, encogiéndome de hombros.
Sin pensármelo dos veces, levanté la mano y le pasé el pelo por detrás de
las orejas. La sentí temblar por el contacto y me reprendí por el movimiento.
«No la toques, imbécil. No la toques»
―Tu voz es extraña―anunció entonces, con los ojos azules clavados en
los míos.
Fruncí el ceño―¿Mi voz?
Ella asintió lentamente, luego gimió y se ahuecó la cara una vez más
―Tu acento― aclaró, respirando con dificultad―No es acento de Cork.
Seguía agarrándose la cabeza, pero ahora estaba más alerta.
―Eso es porque no soy de Cork― respondí, sin poder evitar estirar la
mano y alisarle un mechón de pelo―Nací y crecí en Dublín― me oí explicar,
colocando el mechón rebelde detrás de su oreja―Me mudé a Cork con mis
padres cuando tenía once años.
―Así que eres dublinés―afirmó, claramente divertida con la
información―Un jackeen.
Me burlé del término y lancé uno de los míos―Y tú eres una Culchie.

BOYS OF TOMMEN #1
―Mis primos viven en Dublín―me dijo.
―¿Ah, ¿sí? ¿Dónde?
―En Clondalkin, creo― contestó―¿Y tú?
―Blackrock.
―¿La zona sur? ―Su sonrisa se amplió, los ojos más alerta ahora ―Eres
un chico pijo.
Ladeé una ceja―¿Te parezco pijo?
Se encogió de hombros―No te conozco lo suficiente como para decirlo.
No, no me conocía.
―Pues no lo soy― añadí, incómodo ante la idea de que me juzgara de
forma preventiva.
No debería importarme. Demonios, normalmente nunca me ha importado
¿Por qué me molestaba ahora?
―Te creo― su vocecita irrumpió en mis pensamientos―Nunca podrías
ser elegante.
―¿Y eso por qué?
―Porque maldices como un marinero.
Me reí de su razonamiento―Sí, probablemente tengas razón en eso.
Se rió conmigo, pero enseguida se detuvo y gimió, apretándose las sienes.
El arrepentimiento se apoderó de mí.
―Lo siento―le dije, ahora con tono ronco y marcado.
―¿Por qué? ―susurró ella, inclinándose hacia mí mientras se mordía el
labio inferior.
―Por hacerte daño―respondí con sinceridad.
Dios, mi voz ni siquiera parecía mía. Estaba tensa... áspera.
Me aclaré la garganta y añadí―No volverá a ocurrir.
―¿Lo prometes?

BOYS OF TOMMEN #1
Ya estaba otra vez con las promesas.
―Sí― dije, ahora con un tono grueso―Lo prometo.
―Dios―gimió, haciendo una mueca―Todo el mundo se va a reír de mí.
Esas palabras, esa jodida frasecita, hicieron revivir una jodida emoción
rara que no había experimentado antes.
―Estoy tan avergonzada―continuó murmurando, con la mirada
baja―Seré el chisme de la escuela.
―Mírame―No lo hizo.
―Hey...― Hice una pausa y le levanté la barbilla con el pulgar y el
índice. Una vez que tuve su atención de nuevo, continué―Nadie va a decir una
palabra sobre ti.
―Pero todos me vieron...
―Nadie va a abrir la boca al respecto―Al darme cuenta de que mi tono
rozaba el enfado, bajé el tono y volví a intentarlo―Ni el equipo, ni el
entrenador, ni nadie. No lo permitiré.
Ella parpadeó confundida―¿No lo permitirás?
―Así es― confirmé con un movimiento de cabeza―No se los permitiré.
―¿Me lo prometes? ―susurró, con una pequeña sonrisa dibujándose en
sus labios hinchados.
―Sí―respondí bruscamente, sintiendo que haría todas las putas
promesas del mundo sólo para hacer que esta chica se sintiera mejor―Te
cubriré la espalda.
―No, cúbreme la cabeza― gruñó. Miró su cuerpo y suspiró―En
realidad, creo que me arruinaste por completo.
«Gracias a Dios, porque tú me estás arruinando a mí ahora mismo,
pensé» Jesús, ¿de dónde demonios ha salido eso?
Parpadeé y me conformé con un comentario más seguro.

BOYS OF TOMMEN #1
―Arreglaré esto.
Eso le arrancó una sonrisa, una sonrisa de verdad, no tímida ni pequeña.
Era una sonrisa de verdad. Era jodidamente bonita. Odiaba esa palabra,
"bonita" era una palabra cursi usada por las mujeres y los ancianos, pero eso era
lo que ella era.
Joder, tenía la sensación de que su cara bonita se quedaría grabada en mi
mente durante mucho tiempo. Pero fueron esos ojos salvajes los que realmente
me impactaron y tuve unas ganas locas de buscar en Google tablas de colores
de ojos sólo para poder averiguar el puto color azul de sus ojos.
Decidí que lo haría más tarde. Espeluznante o no, necesitaba saberlo. Así
que tenté a la suerte preguntándole
―¿Es tu primer día?
Volvió a asentir con la cabeza, con una sonrisa un poco vacilante.
―¿Cómo te ha ido?
Una pequeña sonrisa inclinó sus labios hacia arriba
―Estaba yendo muy bien.
―Bien―Me avergoncé―Lo siento otra vez.
―No pasa nada―susurró, estudiando mi cara con esos ojos grandes―Y
ya puedes dejar de pedir perdón. Te creo.
―¿Me crees?
―Sí― Asintió y exhaló un suspiro agudo―Te creo cuando dices que fue
un accidente― exhaló ―No creo que lastimes a nadie intencionalmente.
―Bueno, eso está bien―No tenía ni idea de por qué ella pensaría lo
contrario, pero no iba a cuestionar a la chica. No cuando la había medio
matado―Porque definitivamente yo no lo haría.
Volvió a quedarse callada, apartándose de mí, y me encontré
devanándome los sesos en busca de algo que decir. No tenía ninguna

BOYS OF TOMMEN #1
explicación de por qué quería que siguiera hablando conmigo. Supongo que
podría achacarlo a la necesidad de mantenerla consciente.
Pero en el fondo sabía que esa no era la razón.
Rebuscando en mi cerebro para encontrar algo que decir, solté.
―¿Tienes frío?
Me miró con expresión somnolienta―¿Eh?
―Frío―repetí, resistiendo el impulso de pasarle las manos por los
brazos―¿Estás bien abrigada? ¿Te traigo una manta o algo?
―Estoy...― hizo una pausa y se miró las rodillas. Soltando un pequeño
suspiro, volvió a mirarme a la cara y dijo―En realidad estoy caliente.
―Una descripción jodidamente detallada.
La respuesta tan inapropiada salió de mi boca antes de que pudiera
filtrarla. Rápidamente le seguí tocando su frente, en mi patético intento de
comprobar su temperatura, y luego asentí firmemente.
―Definitivamente estás caliente.
―Te lo dije― Sus grandes ojos se abrieron y se clavaron en los
míos―Estoy muy, muy caliente.
Dios.
Maldición.
―Así que―solté casualmente, tratando de distraerme de mis
pensamientos pervertidos―¿En qué año estás?
«Por favor, di quinto año. Por favor. Por favor. Por favor, Dios, haz que
diga quinto año»
―Tercer año.
«Sí, y eso fue todo. Ella estaba en tercer año»
Y así como así, vi mi sueño de cinco minutos escapar por la ventana.
A la mierda. Mi. Vida.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Y tú? ― preguntó entonces, con voz suave y dulce.
―Estoy en quinto año― le dije, distraído por la repentina y prominente
punzada de decepción que se agitaba dentro de mí―Tengo diecisiete años y dos
tercios.
―Y dos tercios― soltó una risita―¿Los tercios son importantes para ti
o algo así?
―Ahora lo son―murmuré en voz baja. Suspirando con resignación, la
miré y le expliqué―Debería estar en sexto año, pero repetí sexto de primaria
cuando me mudé a Cork. Cumpliré dieciocho años en mayo.
―Oye, ¡yo también!
―¿Tú también qué? ―Pregunté con cautela, tratando de no hacerme
ilusiones, pero era algo difícil de hacer con ella sentada tan cerca.
―Repetí un año en la escuela primaria.
―¿Sí? ―Me enderecé, una pizca de esperanza se encendió en mi
interior―¿Cuántos años tienes?
«Por favor, que tengas diecisiete. Por favor, Dios, que tenga diecisiete»
―Tengo quince
A la mierda mi suerte.
―No se me ocurren las fracciones para cumplir dieciséis en
marzo―Frunció el ceño un momento antes de añadir―No soy muy buena en
matemáticas y me duele la cabeza.
―Diez doceavos― dije con desgana.
«Qué asco. Joder, qué asco. Yo cumpliría dieciocho en mayo y ella
seguiría teniendo dieciséis durante otros diez meses»
Ni hablar. De ninguna manera. No va a pasar.
«Maldito mal plan, Johnny»
―¿Tienes novio?

BOYS OF TOMMEN #1
¿Por qué demonios tuve que preguntar eso?
¡Eres casi dos años mayor que esta chica, imbécil! Es demasiado joven
para ti. Conoces las reglas. Retírate de una puta vez.
―No― respondió lentamente, con las mejillas sonrosadas―¿Y tú?
―No, Shannon― Sonreí burlonamente―No tengo novio.
―No quería decir...― Hizo una pausa, exhaló un suspiro y se mordió el
labio inferior, claramente nerviosa―Quise decir...
―Sé lo que querías decir― completé, sin poder evitar que mi sonrisa se
extendiera, mientras volvía a acomodar ese rizo rebelde detrás de su oreja―
Sólo estaba bromeando contigo.
―Oh.
―Sí― bromeé―Oh.
―¿Y bien? ―insistió, con un tono suave. Miró su regazo antes de volver
a fijarse en mi cara―¿Tú...?
―¡Shannon! ―Una voz femenina de pánico gritó, distrayéndonos a
ambos―¡Shannon!
Desvié la mirada hacia la mujer alta y de cabello castaño que corría
por el pasillo hacia nosotros, con una pequeña barriguita.
―¡Shannon! ―exigió, acercándose a nosotros―¿Qué pasó?
―Mamá―murmuró Shannon, dirigiendo su atención a su madre― Estoy
bien.
Muy incómodo al ver el estómago prominente de su madre, tomé esto
como una señal para alejarme de su hija menor de edad. Las mujeres
embarazadas me ponían nervioso, pero no tanto como Shannon “como el río”.
Me levanté e intenté alejarme, sólo para ser acorralado por lo que sólo se
podía describir como una madre oso trastornada.
―¿Qué le hiciste a mi hija? ―me preguntó, pinchándome el hombro con
el dedo―¿Y bien? ¿Te da risa? ¿Por qué en nombre de Dios los niños son tan

BOYS OF TOMMEN #1
jodidamente crueles?
―¿Qué...? ¡No! ―respondí, levantando las manos en señal de
retirada―Fue un accidente. No quería hacerle daño.
―Sra. Lynch―la subdirectora la persuadió, interponiéndose entre la
mujer y yo―Estoy segura de que si todos nos sentamos y hablamos de esto...
―No― espetó la señora Lynch, con la voz cargada de emoción―¡Me
aseguró que este tipo de cosas no sucederían en esta escuela y mire lo que pasó
en su primer día! ―Se volvió para mirar a Shannon y su expresión cedió de
dolor―Shannon, ya no sé qué hacer contigo―sollozó la mujer―De verdad que
no, cariño. Pensé que este lugar sería diferente para ti.
―Mamá, él no pretendía hacerme daño― afirmó Shannon, defendiendo
mi caso. Sus ojos azules me miraron durante un breve instante antes de volver
a su madre―Fue un accidente.
―¿Y cuántas veces me has dicho eso? ―preguntó cansada su
madre―No hace falta que lo encubras, Shannon. Si este chico te está haciendo
pasar un mal rato entonces dilo.
―No lo hago―protesté al mismo tiempo que Shannon gritaba―No lo
hace.
―Cállate, tú― siseó su madre, empujándome con fuerza en el pecho―
Mi hija puede hablar por sí misma.
Apretando los dientes, me callé. No iba a ganar ninguna disputa verbal
con su madre.
―Fue un completo accidente―repitió Shannon, con la barbilla levantada
desafiantemente, todavía sujetándose la cabeza con su pequeña mano―¿Crees
que estaría aquí ayudándome si hubiera sido a propósito?
Aquello dio que pensar a la mujer.
―No― admitió finalmente―No, supongo que no... ¿Qué demonios

BOYS OF TOMMEN #1
llevas puesto?
Shannon se miró y se puso roja―Se me rompió la falda cuando me caí
por la orilla― dijo tragando saliva―Johnny... eh, me dio su camiseta para que
nadie viera mis... mis... bueno, mis bragas.
―Sí, tenga― murmuré mientras sacaba el trozo de tela gris de la cintura
de mis calzoncillos y se lo tendía a su madre―Yo, eh, rompí eso, también.
Su madre me arrebató la falda y yo di un paso atrás.
―A ver si lo he entendido―exigió su madre, con la mirada entreShannon
y yo. En sus pálidos ojos azules brilló el reconocimiento, del que no tenía ni
puta idea porque ahora mismo me sentía despistada―¿Te golpeó,te desgarró la
ropa y luego te puso su camiseta encima?
Murmuré una retahíla de maldiciones y me pasé una mano por el pelo.
Sonaba tan jodidamente mal cuando lo decía así.
―Yo no...
―Él me ayudó, mamá― espetó Shannon.
Se levantó y, como el imbécil que era, fui a ayudarla, recibiendo una
mirada fulminante de su madre.
Fui hacia ella de todos modos. Que se jodan todos.
Hace una hora que había visto a esta chica medio inconsciente, no iba a
correr ningún riesgo con ella.
―Mamá―suspiró Shannon―Él estaba entrenando fútbol y la pelota
me golpeó…
―Rugby―intervino con orgullo el señor Twomey―Nuestro Johnny es
el mejor jugador de rugby que el colegio Tommen ha visto en cincuenta años
Puse los ojos en blanco. No era el momento de hablar bien de mí ni del
colegio.
―Fue un error involuntario―añadí con un encogimiento de hombros

BOYS OF TOMMEN #1
impotente―Y le pagaré el uniforme.
―¿Y eso qué significa? ―preguntó su madre.
Fruncí el ceño―Significa que le pagaré el uniforme―repetí
lentamente―Su falda...
―Y las medias― intervino Shannon.
―Y sus medias―Le dediqué una sonrisa tranquila y luego me serené
cuando su madre me fulminó con la mirada―Se lo compraré todo.
―¿Porque no tenemos dinero? ―exclamó la señora Lynch―¿Porque no
puedo permitirme vestir a mi propia hija?
―No―dije lentamente, confundido como la mierda por la incubadora
humana que me declaraba la guerra silenciosa―Porque es culpa mía que estén
arruinados.
―Pues no, gracias, Johnny― resopló―Mi hija no es un caso de caridad.
Dios, esta mujer era increíble.
Lo intenté de nuevo―Nunca dije que lo fuera, Sra. Lynch...
―Basta, mamá―gimió Shannon, con las mejillas enrojecidas―Sólo
intenta ser amable.
―Lo amable habría sido no agredirte en tu primer día― resopló la señora
Lynch.
Ahogué un gemido. No iba a ganar ningún tipo de popularidad con esta
mujer, eso estaba claro.
―Lo siento― solté la palabra por enésima jodida vez.
―Johnny― dijo el Sr. Twomey, aclarándose la garganta―¿Por qué no
vas y te pones el uniforme y vas a tu próxima clase?
Me hundí aliviado, encantado ante la perspectiva de alejarme de aquella
maldita loca. Di unos pasos en dirección a la entrada principal y luego me
detuve, dudando.

BOYS OF TOMMEN #1
¿La dejo? ¿Me quedo? Irme no me parecía lo correcto.
Inseguro, hice ademán de devolverme, pero fui detenido por una voz
severa.
―Sigue caminando, Johnny―me ordenó su madre, señalándome con el
dedo.
Y así lo hice.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 5
Dictar Leyes E Incumplirlas
Cuando volví a los vestuarios, después de dar un paseo hasta el comedor

para hablar con la vicedirectora, la señora Lane, el equipo ya había terminado
el entrenamiento y la mayoría de los chicos habían terminado de ducharse.
Ignorando los murmullos y las miradas cuando entré, me dirigí
directamente a Patrick Feely, le pedí disculpas por haberme portado como un
gilipollas con él antes, me desahogué y luego me escabullí hacia el banquillo.
Me senté junto a mi bolsa de equipo, levanté los pies, apoyé la cabeza en
la fría pared de losa que había detrás de mí y exhalé un fuerte suspiro mientras
mi cerebro se aceleraba, obsesionado con cada detalle de los acontecimientos
del día.
Menudo puto día.
Bullying.
Yo no era un bravucón, nunca en mi vida había puesto los ojos en la chica.
Al parecer, esa pequeña revelación se le escapó a nuestra vicedirectora,
que había sido llamada por el señor Twomey para ayudar a disipar el drama.
Tras diez minutos de bronca con la mano derecha de Twomey, recibí
instrucciones estrictas de mantenerme alejado de la pequeña Lynch.

BOYS OF TOMMEN #1
Su madre pensaba que la estaba acosando y no quería que me acercara a
su hija. Si me acercaba a ella otra vez, me enfrentaría a una suspensión
inmediata. Era una estupidez total y absoluta y esperaba que Shannon tuviera la
decencia de arreglarlo y defenderme.
A la mierda.
Lo que sea.
Me mantendría alejado.
No necesitaba problemas.
Las chicas eran una jodida complicación que no necesitaba; incluso las
pequeñas con ojos azules salvajes.
Maldita sea, ahora estaba pensando en sus ojos otra vez.
Aún tiene tu camiseta, me di cuenta mentalmente, lo que me entristeció
por una razón totalmente distinta. Era nueva y solo me la había puesto una puta
vez.
Aunque a ella le quedaba mejor, reconocí a regañadientes. Podía
quedársela. Sólo esperaba que no la tirara. Tendría que pagar ochenta euros para
reemplazar la maldita cosa.
―¿Estás bien, Johnny? ―preguntó Gibsie, interrumpiendo mis
pensamientos, mientras se dejaba caer en el banco a mi lado. Estaba recién
duchado y en calzoncillos―¿Cómo está la chica? ―añadió, agachándose para
rebuscar en su bolsa de equipo.
Sacudí la cabeza y me volví para mirarle―¿Eh?
―La chica― me explicó, sacando un bote de desodorante―¿Quién es?
―Shannon― murmuré―Es nueva. De tercer año. Hoy es su primer día.
―¿Está bien? ―preguntó, rociando cada axila con Lynx antes de tirar el
bote en su mochila y coger sus pantalones grises del colegio―Parecía fuera de
sí.

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―Como si lo supiera, amigo. Creo que realmente causé estragos en su
cabeza― murmuré con una mueca de impotencia―Su madre la va a llevar al
hospital para que la revisen.
Gibsie hizo una pausa, frunciendo el ceño―Mierda.
―Sí― asentí con gesto sombrío―Mierda.
―Jesús, eso debe haber sido mortificante para ella―Metió los pies en los
pantalones, se levantó y se los subió por las caderas―Tener el culo a la vista del
equipo de rugby en tu primer día.
―Sí― respondí, porque ¿qué otra cosa podía decir?
Era humillante para ella y yo era responsable de ello.
Exhalé un suspiro frustrado―¿Se dijo algo de ella? ―Miré a mis
compañeros de equipo y luego a mi mejor amigo con una sola cosa en mente.
«Control de daños» ―¿Hablaron de ella?
Gibsie enarcó las cejas ante mi pregunta.
En realidad, creo que las cejas levantadas y la expresión de sorpresa
tenían más que ver con mi tono de voz.
―Bueno―empezó despacio ―Ella tenía el coño y el culo a la vista, Cap,
un culo muy bonito que coincide con todo ella- así que sí, amigo. Se ha
comentado.
―¿Qué clase de comentarios? ―pregunté, sintiendo una oleada
irracional de ira hervir dentro de mí. No tenía ni puta idea de dónde venía la
irritación, pero estaba ahí, era fuerte y me estaba haciendo sentir medio loco.
―Interés, amigo― explicó Gibs con calma, mucho más que yo―Mucho
interés―Metió la mano en la mochila, sacó la camisa blanca del colegio y se la
puso encogiéndose de hombros―Por si se te pasó por alto -y por tu reacción sé
que no-, esa chica es un bombón.
Se abrochó la camisa con manos firmes.

BOYS OF TOMMEN #1
Mientras tanto, yo temblaba de una energía que necesitaba expulsar de
mi cuerpo, y rápido.
―Es preciosa y es nueva y los chicos son... curiosos― añadió, eligiendo
cuidadosamente sus palabras―Lo nuevo siempre es divertido―hizo una pausa,
sonriendo, antes de añadir―lo bonito es mejor.
―Para― gruñí, molesto ante el hecho de que mis compañeros hablaran
de ella.
Vi esa mirada en sus ojos.
La oí en su voz.
Esa vulnerabilidad.
No era como las demás.
Esta chica era diferente.
Apenas la conocía, pero me di cuenta de que necesitaba protección.
Algo le había pasado a Shannon Lynch, algo tan malo que la hizo cambiar
de escuela. No me sentó bien.
―Sí― se rió mientras terminaba de arreglarse la camisa y se colocaba la
corbata roja ―Buena suerte con eso, amigo.
―Tiene quince años―advertí, tensándome. Dieciséis en marzo, pero,
aun así, durante los dos meses siguientes, seguiría teniendo quince años―Es
demasiado joven.
Gibsie resopló―Lo dice el imbécil que lleva metiendo la polla en todo lo
que tiene pulso desde primero.
Gibsie dio en el clavo con esa afirmación.
Por el amor de Dios, perdí mi virginidad en primer año con Loretta
Crowley, que era tres años mayor que yo -y tenía toda una vida más de
experiencia que yo- detrás de los cobertizos de la escuela después de clase.
Sí, fue un desastre.

BOYS OF TOMMEN #1
Yo era todo nervios y movimientos torpes, muy consciente de que era
demasiado joven para clavar la polla en otra cosa que no fuera mi mano, pero
algo debí de hacer bien porque Loretta se unió felizmente a mí detrás de los
cobertizos casi todos los días después de clase durante varios meses antes de
que yo estuviera demasiado ocupado con el entrenamiento y diera por
terminados nuestros encuentros.
Si tuviera que decir qué tipo de mujer me interesaba, no serían rubias o
morenas, con curvas o delgadas.
Mi tipo era mayor - todas las chicas con las que había estado me sacaban
al menos un par de años.
A veces muchos más. No era un fetiche ni nada parecido. Simplemente
disfrutaba del aura libre de drama que las chicas mayores traían a la mesa.
Disfrutaba cuando estaba con ellas y disfrutaba aún más cuando no lo
estaba. Eso no quería decir que no me gustara cuando estaba con la chica con la
que andaba.
Me gustaba.
Y también era leal.
No la engañaba.
Si una chica quería algo exclusivo, sin ataduras, yo estaba encantado de
complacerla. No me gustaba la caza ni la persecución que atraía a la mayoría de
los chicos. Si una chica esperaba que la persiguiera, se equivocaba de chico.
Ahora mismo no estaba en condiciones de ser novio. No es que no quisiera una
novia, es que no tenía tiempo para una. No tenía tiempo para citas constantes ni
para ninguna de esas exigencias.
Estaba demasiado ocupado.
Era otra de las razones por las que prefería a las chicas mayores. No
esperaban milagros de mí. Ahora mismo, por ejemplo, andaba tonteando con

BOYS OF TOMMEN #1
Bella Wilkinson de sexto año, y llevaba así desde abril del año pasado.
Al principio, Bella me gustó porque no me respiraba en la nuca. Tenía
diecinueve años y me llevaba un par de años de ventaja, no me exigía un
requisito de conducta invisible que yo no podía o no quería cumplir y, después,
yo podía irme y concentrarme en el rugby, mientras ella me dejaba en mi
ambiente.
Pero al cabo de unos meses, me di cuenta rápidamente de que no era yo
lo que le interesaba a Bella. Era la mierda que suponía estar conmigo. Con Bella
todo era cuestión de estatus, y para cuando me di cuenta, estaba demasiado
cómodo y perezoso para hacer algo al respecto.
Ella quería mi polla. Eso era todo. Bueno, mi polla y mi estatus. Ahora,
me quedaba porque ella era familiar y yo era perezoso. Bella tenía una
expectativa de mí, un requisito que, hasta hace un par de meses, yo era más que
capaz de proporcionar.
No había hecho casi nada con Bella desde antes de mi operación -no le
había puesto un dedo encima a la chica desde principios de noviembre, cuando
se había vuelto demasiado doloroso incluso contemplarlo-, pero la cuestión era
que, cuando ocurría, para mí sólo era sexo.
Una liberación constante.
En algún lugar de mi mente, reconocía que era una actitud poco saludable
hacia la vida y las relaciones con el sexo opuesto, y que probablemente estaba
profundamente hastiado, pero era difícil seguir siendo un chico cuando vivía en
un mundo de hombres.
Tampoco ayudaba que jugara al rugby a un nivel en el que estaba rodeado
de hombres mucho mayores que yo.
Conversaciones que estaban destinadas a personas mucho mayores que
yo. Mujeres que estaban destinadas a hombres mucho mayores que yo.

BOYS OF TOMMEN #1
No chicas, sino mujeres.
Jesús, si mi madre supiera la mitad de las mujeres que se me habían
ofrecido -mujeres adultas hechas y derechas- sacaría mi culo de la Academia y
me encerraría en mi habitación hasta que cumpliera veintiún años.
En cierto modo, mi infancia me fue robada por mi habilidad para jugar al
rugby. Crecí muy rápido, asumiendo el papel de un hombre cuando era poco
más que un niño; entrenado y empujado, presionado y favorecido. No tuve vida
social ni infancia. En cambio, tenía expectativas y una carrera.
El sexo era la recompensa que me permitía por ser, pues, bastante bueno.
Por controlar todo lo demás en mi vida. Por equilibrar mi escuela y mi deporte
conun control impecable y una voluntad de hierro.
Yo no era el único así.
Aparte de un par de chicos con novias de mucho tiempo, el resto de los
chicos de la Academia eran como yo.
En realidad, eran peores. Yo era discreto.
Ellos no.
―No estamos hablando de mí― le dije a Gibsie, arrastrando mi atención
de nuevo al presente, mi ira creciendo por segundos―Es una jodida niña,
demasiado joven para todos ustedes, imbéciles calenturientos, y todos los
idiotas de esta sala tienen que respetarlo.
―¿Quince años es una niña? ―replicó Gibsie, con cara de
confusión―¿De qué demonios estás hablando, Johnny?
―Quince años es ser joven― espeté, frustrado―E ilegal.
―Ah― Gibsie sonrió con complicidad―Ya veo.
―Tú no ves una mierda, Gibs― le respondí.
―¿Desde cuándo te importa una mierda lo que hacemos?
―No me importa. Haz lo que quieras y con quien quieras―repliqué

BOYS OF TOMMEN #1
enfadado―Pero no con ella.
Sonrió ampliamente, claramente provocándome, cuando bromeó.
―Sigue hablando así y voy a empezar a pensar que te estás ablandando
por la chica.
―No estoy bromeando―repliqué, mordiendo el anzuelo.
―Relájate, Johnny― dijo Gibsie con un suspiro―No tengo intención de
acercarme a la chica.
―Bien― Solté un suspiro que no me había dado cuenta de que había
estado conteniendo.
―Aunque no puedo responder por el resto― añadió, haciendo un gesto
con el pulgar detrás de él.
Asentí rígidamente con la cabeza, volví mi atención hacia el concurrido
vestuario y me levanté, hirviendo de irritación.
―Escuchen― grité, atrayendo la atención de todos hacia mí―¿La chica
de antes, la del campo?
Esperé a captar la atención de mis compañeros y a que la comprensión se
reflejara en sus facciones antes de empezar a vociferar.
―¡¿Lo que le pasó hoy ahí fuera?! Para cualquier persona sería
vergonzoso y más para una chica. Así que no quiero oír ni una palabra de ello
repetida por el colegio o el pueblo― Mi voz adquirió un tono amenazador
cuando dije ―Si llega a mis oídos que alguno de ustedes ha estado hablando de
ella... bueno, no tengo que explicar lo que sucederá.
Alguien soltó una risita y dirigí mi mirada hacia el culpable.
―Tienes dos hermanas, Pierce―espeté, fulminando con la mirada el
rostro enrojecido del imbécil―¿Cómo te sentirías si eso le pasara a Marybeth o
a Cadence? ¿Te gustaría que los chicos hablaran así de ellas?
―No, no me gustaría― Pierce enrojeció aún más―Lo siento,

BOYS OF TOMMEN #1
Capi―murmuró―No lo escucharás de mí.
―Muy bien―respondí, asintiendo con la cabeza antes de encarar al
equipo―No le saquen a nadie el tema de lo que pasó con su ropa, ni a sus
compañeras de cama ni a sus amigas. Se acabó. Borrado. Y ya que estamos
hablando de eso, no hablen con ella― añadí, ahora en serio, esta vez por razones
totalmente egoístas en las que no me atrevía a pensar demasiado―No se hagan
ilusiones con ella. De hecho, no la miren en absoluto.
Para ser justos con ellos, la mayoría de los jugadores veteranos del equipo
se limitaron a asentir y volvieron a lo que habían estado haciendo antes de mi
arrebato, haciéndome notar que estaba siendo irracional al respecto.
Pero luego estaba el puto Ronan McGarry y su boca para replicar esto.
No me caía bien, no lo soportaba, para ser sincero. Era un bocazas de tercer año
que se pavoneaba por el colegio como si fuera el rey de la colina.
Su actitud arrogante sólo había aumentado en molestia este año cuando
fue traído en el equipo senior de la escuela después de una lesión del ligamento
cruzado y anterior a eso había terminado la temporada de Bobby Reilly antes
de tiempo.
McGarry era un mediocre jugador de rugby en el mejor de los casos,
jugando de medio centro para el colegio esta temporada, y un maldito dolor en
el culo para cubrir en el campo.
Sólo estaba en el equipo porque su madre era la hermana del entrenador.
No fue por su talento.
Me encantaba bajarle los humos en cualquier momento.
―¿Por qué? ―se burló desde la seguridad del otro extremo del
vestuario―¿Estás reclamándola? ―El rubio de mierda, animado por un par de
sus compañeros de banquillo, continuó―¿Es tuya ahora o algo así, Kavanagh?
―Bueno, desde luego no es tuya, imbécil― respondí sin vacilar. ―No

BOYS OF TOMMEN #1
es que te estuviera incluyendo en esa afirmación― Resoplé y le miré lentamente
de arriba abajo con fingido disgusto antes de añadir―Sí, no eres un problema
para mí.
Varios de los muchachos estallaron en carcajadas a costa de McGarry.
―Que te jodan― espetó.
―Ay― fingí dolor y luego le sonreí desde el otro lado de la
habitación―Eso ha dolido mucho.
―Está en mi clase― soltó.
―Bien por ti―Aplaudí, sin que me gustara lo más mínimo esta nueva
información, pero disimulando mi enfado con una buena dosis de
sarcasmo―¿Quieres una medalla o un trofeo por eso?
Volviendo la atención a mi equipo, añadí ―Es joven, chicos, demasiado
joven para cualquiera de ustedes. Así que manténganse alejados.
―No para mí― dijo el idiota―Tiene la misma edad que yo.
―No. No es una cuestión de edad para ti― respondí―Es demasiado
buena para ti.
Más risas a su costa.
―Todo el mundo puede actuar como si fueras una especie de Dios en
esta escuela―gruñó―pero ella es un juego limpio en lo que a mí
respecta―Hinchando el pecho, me sonrió. ―Si la quiero, la tendré.
―¿Juego limpio? ―Solté una carcajada―¿Si la quieres, la tendrás?
Dios, chico, ¿en qué mundo vives?
Las mejillas de Ronan se sonrojaron.
―Vivo en el mundo real― espetó ―En el que la gente tiene que trabajar
por lo que tiene, y no que se lo den porque esté en La Academia.
―¿Eso crees? ―Arqueé una ceja, inclinando la cabeza hacia un lado para
mirarle―Parece que no, cuando eres tan iluso como para pensar que a mí me lo

BOYS OF TOMMEN #1
han dado todo en la vida, y sobre todo cuando te refieres a las chicas como un
juego limpio―Sacudiendo la cabeza, añadí ―Son chicas, McGarry, no cartas
Pokémon.
―Dios, te crees tan genial, ¿verdad? ―espetó, con la mandíbula
apretada―¡Te crees tan jodidamente increíble! Pues no lo eres.
Aburrido de sus payasadas, sacudí la cabeza y le dije―Lárgate, chico.
Hoy no voy a jugar a esto contigo.
―¡Por qué no nos haces un favor a todos y mejor te largas tú, Johnny!
Me gustaría que te fueras a la mierda con los demás y acabaras de una
vez―rugió, y su rostro adquirió un feo tono púrpura―Para eso estás en la
Academia, ¿no? ―exigió, con tono furioso―¿Para aprender? ¿Para ascender y
conseguir un contrato? ―Soltando un suspiro, gruñó―Entonces múdate,
maldita sea. Deja Tommen. Vuelve a Dublín. Coge tus contratos y vete a la
mierda.
―La educación es muy importante, Ronan― Sonreí, entusiasmándome
con su odio hacia mí―La Academia nos enseña eso.
―Apuesto a que los directivos irlandeses ni siquiera te quieren― me
espetó enfadado―Todo eso de que te vas a unir a la sub20 en verano son
patrañas que tú mismo te inventaste.
―Chico, es mejor que pares ya― intervino con un suspiro Hughie Biggs,
nuestro número diez y buen amigo mío―Pareces un puto payaso.
―¿Yo? ―exclamó Ronan, mirando a Hughie desde el otro lado de la
habitación―Él es el imbécil que se pasea por este pueblo como si fuera suyo,
recibiendo un trato especial de los profesores y dándole órdenes a todos ustedes.
Y solo lo aceptan.
―Y tú estás apestando la habitación con tus celos― contraatacó Hughie
en un tono perezoso―Déjalo ya, niño― añadió, pasándose una mano por el

BOYS OF TOMMEN #1
pelo rubio, mientras se colocaba a mi lado y al de Gibs―Estás haciendo el
ridículo.
―¡Deja de llamarme niño! ―Ronan rugió, con la voz alterada, mientras
arremetía contra nosotros―¡No soy un puto niño!
Ni Gibsie, ni Hughie, ni yo nos movimos ni un milímetro, todos muy
entretenidos con su rabieta.
Ronan había sido un problema para el equipo desde septiembre;
desafiando órdenes, rompiendo filas, haciendo tonterías en el campo que casi
nos cuestan varios partidos.
Este pequeño arrebato no era el primero. Era una más en una larga lista
de rabietas. Era ridículo y había que controlarlo. Si su tío no estaba dispuesto a
hacerlo, yo sí.
―Es tu capitán― dijo Patrick Feely, para mi sorpresa, mientras él y
varios miembros del equipo se acercaban y se colocaban frente a mí,
bloqueando el patético intento de McGarry de exhibir su poder y mostrándome
su apoyo―Muestra un poco de respeto, McGarry.
Bueno, mierda. Ahora me sentía fatal.
Miré a Feely, con los ojos llenos de remordimiento por mis anteriores
payasadas en el campo. La mirada que me dirigió me aseguró que, para él, ya
estaba olvidado.
Aun así, no me sentó bien.
McGarry tenía razón en una cosa, recibía un trato preferente en la ciudad.
Trabajaba como un perro en el campo y me recompensaban
fabulosamente fuera de él.
Aprovechaba ese beneficio para invitar a Feely a una cerveza en Biddies
los fines de semana, y también a Gibs y Hughie.
―Corre a casa con mamá, Ronan― le ordenó Gibsie, empujándolo hacia

BOYS OF TOMMEN #1
la salida de los vestuarios―A lo mejor te saca los Legos― Abriendo la puerta
con una mano, Gibsie le empujó con la otra―No estás preparado para jugar con
los mayores.
―Apuesto a que Shannon no dirá eso― gruñó Ronan, forzándose a entrar
de nuevo en la habitación―O debería decir que no podrá―sonrió
sombríamente, con los ojos clavados en mi cara―…cuando mi polla esté
enterrada en su garganta.
―Sigue hablando así de ella―gruñí, con los puños formando bolas
apretadas a los lados―Me encantaría tener una razón para arrancarte la puta
cabeza.
―Me senté detrás de ella esta mañana en francés, ¿sabes? ―se burló,
sonriendo ampliamente ahora―Si hubiera sabido lo que escondía bajo esa
falda, habría sido más amable― Guiñando un ojo, añadió ―Siempre habrá otro
día.
―Y así, amigos, es como se firma el certificado de defunción―murmuró
Hughie, levantando las manos con resignación―Pequeño estúpido.
Nadie intentó detenerme cuando me lancé hacia Ronan. Nadie se atrevió.
Había alcanzado mi cuota de estupideces del día y los chicos lo sabían.
―Ahora escúchame, hijo de puta― siseé, con la mano alrededor de su
garganta, mientras lo arrastraba de vuelta a la habitación, cerrando la puerta por
cualquier testigo, con mi mano libre―Y escúchame bien, porque sólo te lo voy
a decir una vez más.
Golpeé a Ronan contra el muro de hormigón y me puse delante de él,
superándole en unos quince centímetros.
―No te agrado. Y lo entiendo. A mí tampoco me agradas― Le apreté la
garganta lo suficiente como para dificultarle la respiración, pero no tanto como
para cortarle la circulación y matarlo. Intentaba aclarar algo, no cometer un

BOYS OF TOMMEN #1
crimen―No tengo por qué agradarte, pero como tu capitán, te aseguro que
respetarás mi autoridad en el campo.
Con 1,70 y dieciséis años, Ronan no era pequeño ni mucho menos, pero
con diecisiete, 1,90 y creciendo, yo era un cabrón grande.
Fuera del campo, rara vez utilizaba mi tamaño para intimidar a alguien,
pero lo haría ahora. Estaba harto de este chico y de su boca. No tenía ningún
maldito respeto,y diablos, tal vez yo podría soportar su actitud de mierda y su
agresividad hacia mí.
Pero no hacia ella.
No me gustaba, no podía soportarlo, y no lo toleraría hablando de ella de
esa manera. Esa inquietante mirada de vulnerabilidad en sus ojos me impulsó al
ataque, haciéndome perder el poco control que tenía sobre mi temperamento.
―Cuando le digo algo a mi equipo― añadí, gruñendo ahora, el recuerdo
de sus solitarios ojos azules nublando mi juicio―Maldición, cuando les
advierto, que dejen en paz a una chica vulnerable, espero que hagan caso de mi
maldita advertencia. Espero tu obediencia. Lo que no espero es tu bocaza y tu
desafío― La garganta de Ronan emitió un leve sonido ahogado y yo aflojé mi
agarre, pero mantuve mi mano allí―¿Está claro?
―Vete a la mierda― alcanzó a decir Ronan, balbuceando y
jadeando―No puedes decirme lo que tengo que hacer― espetó, sin
aliento―¡Tú no eres mi padre!
Este bastardo. Estaba decidido a desafiarme incluso cuando no podía
ganar.
―Soy tu padre en el campo, hijo de puta― Sonreí oscuramente y apreté,
cortando su suministro de aire―No lo ves porque eres un pequeño idiota,
narcisista y engreído ―Apreté más fuerte―Pero ellos sí― Hice un gesto con
la mano detrás de nosotros, señalando al equipo que se había retirado, sin que
ninguno de ellos interviniera―Todos y cada uno de ellos. Todos lo entienden.

BOYS OF TOMMEN #1
Todos saben que soy tu capitán―añadí con calma―Sigue presionándome,
chico, y no importará con quién estés emparentado, estarás fuera de este equipo.
Pero acércate a esa chica y ni el mismísimo Dios podrá salvarte.
Decidí que había aterrorizado al joven lo suficiente como para
convencerle, le solté el cuello y di un paso atrás.
―Ahora― cruzando los brazos sobre el pecho, lo fulminé con la mirada
y le pregunté ―¿Está claro esta vez?
―Sí― balbuceó Ronan, sin dejar de mirarme.
No me importaba. Podía mirarme todo lo que quisiera. Por mí, podía
clavarme agujas de alfiler en una versión vudú de mí y seguir odiándome toda
la vida. Todo lo que necesitaba de él era su obediencia.
―Está claro―escupió.
―Buen chico― Le di una palmada en las mejillas y sonreí―Ahora vete
a la mierda.
Ronan siguió murmurando sus recelos, pero como lo hacía en voz baja,
le di la espalda y me dirigí directamente a las duchas ahora vacías, optando por
sacarme el mal genio con agua.
―Johnny, ¿podemos hablar? ―preguntó Cormac Ryan, nuestro lateral
número 11, mientras me seguía a las duchas.
Me di la vuelta y lo miré fijamente, mientras mis dedos se desprendían de
la cintura de mis calzoncillos.
―¿Puede esperar? ―pregunté, con el tono tenso y la mandíbula apretada,
mientras lo miraba.
Mi enfado se encendió al verlo, y sabía muy bien de qué quería hablarme o
debería decir de quién quería hablarme.
Bella.
El momento de hablar había pasado hacía meses. Ahora mismo, con el humor

BOYS OF TOMMEN #1
que tenía, las posibilidades de que nos limitáramos a hablar eran escasas. Cormac
pareció darse cuenta de ello porque asintió con la cabeza y se retiró de la puerta.
―Sí, no hay problema― respondió, tragando hondo, mientras retrocedía―Ya
nos veremos en otro momento.
―Sí―dije, mirándolo marcharse―Lo haremos.

Sacudiendo la cabeza, me desnudé y entré en la ducha.
Giré la boquilla del grifo cromado, me metí bajo el chorro de agua helada
y esperé a que se calentara.
Apoyé una palma contra la pared de azulejos, bajé la cabeza y exhalé un
suspiro frustrado. No necesitaba otra pelea. Mantenerme limpio esta temporada
era primordial, incluso en la mierda de liga escolar.
Sería mala publicidad darles una paliza a mis propios compañeros de
equipo. Incluso cuando mis dedos se crisparon con el impulso de hacer
precisamente eso.
Cuando terminé de ducharme, los chicos ya se habían ido a sus clases,
dejándome solo en el vestuario. No me molesté en volver corriendo a clase, sino
que di prioridad a mi almuerzo y a un batido de proteínas preparado de
antemano. No fue hasta que terminé de comer cuando me fijé en la bolsa de
hielo que había encima de mi mochila. Encima había una pequeña nota que
decía: "Ponte hielo en las pelotas, Capi".
Maldito Gibsie.
Sacudí la cabeza, me senté en el banco y cogí la bolsa de hielo.
Envolviéndola con una camiseta vieja, liberé mi toalla e hice exactamente
lo que indicaba la nota.
Cuando terminé de ponerme hielo en los huevos, me tomé mi tiempo para
evaluar algunas de mis lesiones a largo plazo, la más preocupante de las cuales
era la cicatriz de aspecto feo que tenía en la ingle.

BOYS OF TOMMEN #1
La piel estaba caliente, me picaba, estaba hinchado y daba puto asco
mirarlo. Jugar con una lesión era una dolencia común para un tipo en mi
situación, pero después de dieciocho meses de sufrir una lesión inguinal
crónica, tiré la toalla y acepté operarme en diciembre.
Pasar cuatro días en el hospital retorciéndome de dolor por haber
contraído una infección ya era bastante malo, pero las últimas tres semanas de
rehabilitación postoperatoria habían sido una puta tortura.
Según mi médico de cabecera, mi cuerpo se estaba curando bien y me
había dado el visto bueno para jugar -sobre todo porque había mentido
descaradamente-, pero los moratones y la decoloración de los muslos y la zona
circundante eran dignos de ver.
También me dolía mucho ahí abajo. La polla, los huevos, la ingle, los
muslos. Me dolía todo. Todo el maldito tiempo. No estaba seguro de si me
dolían más las pelotas por la lesión o por la necesidad de liberarlas.
Aparte de mis padres y entrenadores, Gibsie era la única persona que
conocía los detalles de mi operación, de ahí la bolsa de hielo.
Había sido mi mejor amigo desde que me mudé a Cork. A pesar de que
era un gilipollas rubio y desmedido, aficionado a follarse a las administradoras
del instituto y capaz de volverme loco con su actitud despreocupada, sabía que
podía confiar en él para que me cubriera las espaldas.
La única razón por la que se lo conté fue porque sabía que podía guardarse
cosas para sí. Normalmente, me guardaba ese tipo de cosas para mí.
Compartir los detalles de una lesión era peligroso y una forma segura de
que los equipos contrarios se fijaran en ella.
Además, era vergonzoso.
Era una persona segura de sí misma por naturaleza, pero andar por ahí
con la polla fuera de servicio - sin ningún objetivo a la vista - significaba que

BOYS OF TOMMEN #1
mi autoestima había sufrido un duro golpe.
En el último mes, más gente me había tocado las pelotas de lo que podía
recordar, y no de forma divertida. Que se me levantara después de la operación
no me suponía ningún problema; lo que me molestaba era el horrible y punzante
dolor que me producía la erección.
Ese dato en concreto lo había aprendido por las malas después de que un
sábado un maratón de porno de mierda me llevara a un embarazoso viaje a
urgencias.
Era la noche de San Esteban, diez días después de la operación, y me
había estado revolcando en la autocompasión todo el día, habiendo recibido
innumerables mensajes de texto de los chicos preguntándome si iba a salir al
pub, así que cuando me fui a la cama esa noche, me había echado una película
porno para animarme. En el momento en que las tetas de la actriz estaban fuera,
mi polla se había disparado a la atención.
Sintiendo una ligera incomodidad que se vio eclipsada por la
comprensión de que aún poseía una polla que funcionaba, me masturbé con
cuidado de evitar los puntos de sutura de la ingle. Dos minutos después de
pajearme, me di cuenta del terrible error que había cometido.
El problema surgió cuando estaba a punto de correrme. Se me tensaron
las pelotas, como siempre que la sangre acudía a la cabeza del pene, pero los
músculos de los muslos y la ingle empezaron a contraerse y a sufrir espasmos,
y no en el buen sentido. El dolor abrasador que me recorrió el cuerpo fue tan
intenso que grité de agonía antes de vomitar sin contemplaciones sobre las
sábanas.
El dolor no se parecía a nada que hubiera experimentado antes.
La única forma de describirlo era decir que era como si me dieran patadas
en los huevos repetidamente mientras alguien me clavaba una picana al rojo

BOYS OF TOMMEN #1
vivo en la polla.
Desgraciadamente, la imagen de la mujer de pechos plásticos siendo
follada en la pantalla y el fuerte sonido de sus gritos de "fóllame más fuerte",
tan sexy como el infierno, hicieron que me resultara prácticamente imposible
contener mi voz.
Me tiré al suelo y me arrastré de rodillas hasta el televisor con la intención
de atravesar la pantalla con el puño. Ese fue el momento exacto en que mi madre
irrumpió en mi habitación.
Acabó teniendo que ayudarme a vestirme, con erección y todo, y luego
me llevó corriendo al hospital, donde el médico de guardia me regañó por
interferir conmigo mismo.
No me jodas, utilizó esas mismas palabras antes de entrar en una
conversación profundamente perturbadora sobre los peligros de masturbarme
tan poco tiempo después de la operación y las consecuencias a largo plazo que
podría tener para mi pene, con mi madre sentada a mi lado.
Siete horas, una ronda de análisis de sangre, una inyección de morfina y
un examen testicular más tarde, me enviaron a casa con una receta para una
nueva ronda de antibióticos e instrucciones estrictas de no tocarme el pene.
Eso fue hace dos semanas y todavía no me había tocado la polla. Estaba
traumatizado. Era un hombre arruinado.
Sabía que debía estar agradecido por no tener ningún daño nervioso a
largo plazo en la zona, y lo estaría una vez que todo se curara y volviera a
funcionar, pero por ahora, era un chico de casi dieciocho años cabreado, con la
polla rota y el ego por el suelo.
El maldito Ronan McGarry creía que me lo habían dado todo hecho. Si
se diera cuenta de los sacrificios que hice y de los límites a los que llevé mi
cuerpo, dudo que pensara lo mismo.

BOYS OF TOMMEN #1
Por otra parte, tal vez lo haría.
Tenía tal problema conmigo que pensé que nada podría desviarlo de su
campaña "Odio a Johnny".
No es que me importara una mierda.
Me quedaban menos de dos años en esta escuela, y posiblemente un año
más en la Academia. Después de eso, dejaría atrás Ballylaggin y a todos los
Ronan McGarry rencorosos.
Estiré las piernas y froté suavemente la zona con el gel antiinflamatorio
que me habían recetado, mordiéndome el labio para no gritar de dolor.
Cerré los ojos y me obligué a mover las manos sobre los muslos,
realizando el ejercicio que mi fisioterapeuta me había ordenado después de cada
sesión de entrenamiento.
Una vez completado, y con la seguridad de que no me desmayaría de
dolor, trabajé en los hombros, los codos y los tobillos, empaquetando y
vendando cada viejo dolor y lesión como el aprendiz obediente que era.
Aunque parezca mentira, mi cuerpo estaba en muy buenas condiciones.
Las lesiones que había sufrido jugando rugby durante los últimos once
años, incluida una rotura de apéndice y un millón de huesos rotos, eran
minúsculas en comparación con las lesiones que llevaban algunos de los chicos
de la Academia.
Era algo bueno para mí, teniendo en cuenta que estaba a punto de
conseguir un lucrativo contrato y una carrera en el rugby profesional.
Para conseguirlo, necesitaba estar lo más cerca posible de la perfección
en todos los aspectos de mi vida.
Eso significaba rendir en el campo, mantener una salud óptima tanto
física como mentalmente, y mantener mis narices -y mi polla- limpias.
La protección era algo imposible de olvidar con la Academia respirando

BOYS OF TOMMEN #1
en nuestras nucas, sermoneando sobre como este era un momento crucial en
nuestras carreras y como no debíamos, bajo ninguna circunstancia, dejar que
una chica se nos metiera en la cabeza o nos ensillara con un bebe.
Maldición.
Preferiría cortarme la polla que tan mal me funcionaba antes de dejarme
caer en esa trampa. Los condones y los anticonceptivos eran una necesidad
absoluta.
Siempre llevaba uno, siempre usaba uno, y si la chica con la que estaba
no tomaba la píldora o no estaba en condiciones, también si no confiaba en que
estuviera siendo sincera conmigo, siempre me retiraba.
Sin riesgos.
Sin excepciones.
No es que importe ahora, pensé mientras me miraba las pelotas
magulladas.
Aparte de no dejar embarazada a ninguna chica y sin ETS, tenía que
mantener miscalificaciones arriba.
Todo era cuestión de percepción para los reclutadores y los clubes
potenciales, y ellos querían lo que se percibía como perfección.
Querían a los mejores jugadores de las mejores escuelas y universidades
del país. Querían méritos y títulos, tanto en el terreno de juego como en
loacadémico. Era un trabajo agotador, pero hice lo mejor que pude.
Por suerte, se me daban bien los estudios.
No me gustaba ir mucho a clases, carajo, pero se me daba bien.
Todas mis asignaturas eran de matrícula de honor y siempre había sacado
de sobresaliente a sobresaliente en todas ellas, con la excepción de Ciencias, en
la que era una estudiante renuente al Aprobado.
Odiaba esa maldita asignatura.

BOYS OF TOMMEN #1
Hombre, se me ponían los pelos de punta sólo de pensar en las tablas
periódicas. No me interesaba, y era la única asignatura en la que siempre me
dormía.
No fue ninguna sorpresa para mis padres que, cuando llegó el momento
de elegir las asignaturas del bachillerato, evitara las tres asignaturas de ciencias
como si fueran la peste.
No, podían quedarse con la biología, la química y la física para los nerds
empedernidos. Yo me dedicaría a los negocios y la contabilidad.
Una pasión improbable para un jugador de rugby, pero que me iba como
anillo al dedo. Me licenciaría en Empresariales, jugaría hasta bien entrados los
treinta, me retiraría antes de que mi cuerpo me abandonara por completo y luego
cursaría un máster.
Lo tenía todo planeado.
No había lugar para cambios.
Sin espacio para novias.
Y ningún maldito espacio para las lesiones.
Mis elecciones de vida y mi estricta rutina cabrearon a mi madre en
proporciones épicas.
Sabía que a mamá no le gustaba mi estilo de vida y siempre estaba
regañándome. Decía que estaba muy limitado. Que me estaba perdiendo
muchas cosas de la vida. Me rogaba que fuera como los demás chicos. El
problema era que no había sido un niño desde los diez años.
Cuando el rugby despegó para mí, dejé atrás esa mierda, mis sueños
infantiles de jugar al rugby se transformaron en una obsesión centrada,
hambrienta y motivada.
Me había pasado los últimos siete años en modo bestia las 24 horas del
día, los siete días de la semana, y tenía la forma física y el tamaño para

BOYS OF TOMMEN #1
demostrarlo.
Mi padre me lo ponía más fácil.
Tranquilizaba a mi madre y la engatusaba para que dejara de preocuparse
tanto, diciéndole que podría ser peor. Podía salir a drogarme como un loco
después del colegio o a quedarme en el bar con el resto de mis amigos para
perder el control.
En lugar de hacer todo eso, me dedicaba a entrenar.
Pasaba los días estudiando, las tardes en el campo, las noches en el
gimnasio y los fines de semana alternando las tres cosas.
Jesús, no recuerdo la última vez que dejé de ir al gimnasio para salir una
noche con los chicos o que me comí un paquete de helados sin preocuparme por
el derroche de calorías y el desequilibrio de la dieta.
Comía sano, entrenaba duro y seguía todas las órdenes, sugerencias y
exigencias de mis entrenadores. No era un estilo de vida fácil de mantener, pero
era el que había elegido para mí. Confié en mi instinto y perseguí mis sueños con
un ímpetu implacable, consolándome con el hecho de que casi lo había
conseguido.
Hasta que lo consiguiera -y lo conseguiría-, seguiría haciendo sacrificios
y me mantendría centrado, dedicado y sin distraerme de tonterías y dramas
adolescentes. Precisamente por eso me sentía tan nervioso.
Una chica, una maldita mujer a la que no conocía desde hacía más de dos
horas, había conseguido lo que nadie había conseguido nunca: sacarme de
quicio.
Shannon “como el río” estaba en mi mente, y no me gustaba una mierda.
No me gustaba que estuviera ocupando un tiempo valioso en mi cabeza. Tiempo
que no me sobraba ni podía dedicar a nada ni a nadie que no fuera el rugby.
"Ya la sacaron de la Escuela Comunitaria de Ballylaggin por ser

BOYS OF TOMMEN #1
agredida verbal y físicamente. ¿Y qué pasa en su primer día en Tommen? Esto".
"¡Me aseguraste que este tipo de cosas no pasarían en esta escuela y mira
lo que pasó en su primer día!"
"Shannon, ya no sé qué hacer contigo. De verdad que no, cariño. Pensé
que este lugar sería diferente para ti".
¿Qué demonios estaba pasando? ¿Qué le había pasado? ¿Y por qué coño
me estaba obsesionando así con ella? Apenas conocía a la chica. No debería
importarme. Diablos, tenía que conseguir una vida.
Ver algún programa de telerrealidad o algo así, lo que fuera para bloquear
los acontecimientos de hoy y esos ojos azules solitarios.
Me obligué a bloquearla y me concentré en curarme las heridas, mientras
pensaba en posibles estrategias y tácticas para el partido del viernes. Cuando
me curé y volví a ponerme el uniforme, miré la hora en el móvily me di cuenta
de que, si me daba prisa, llegaría a la última clase.
Hojeé un par de mensajes nuevos de Bella, preguntándome si estaba
mejor y si quería que quedáramos.
Le envié una respuesta rápida diciendo que seguía de baja y esperé su
respuesta. Llegó casi de inmediato, seguida de varios mensajes más.
Me estoy hartando Todo el mundo habla de ti.

de esta mierda No me gusta que me Diciendo que tu rendimiento en el
Johnny. ignoren. campo es una mierda.
Salió en el periódico. Dicen Estás siendo un imbécil inútil y tienes una polla inútil. Sé
que estás perdiendo tu toque que no te pasa nada, solo intentas liberarte de llevarme a la
y estoy de acuerdo. gala de premios al final del mes.
¿Por qué nunca me llevas a esas cosas? Nunca te pido

NADA. Si no empiezas a valorarme, conozco a muchos
chicos que lo harán…
BOYS OF TOMMEN #1
Exhalé un fuerte suspiro y leí rápidamente cada mensaje. Sí, esto se me

estaba yendo de las manos.
Sentía que la soga me apretaba el cuello.
Contesté rápidamente:
Haz lo que quieras,

no soy nada tuyo.
Antes de apagar el teléfono y volver a la escuela, deteniéndome en la

oficina.
―¡Johnny! ―Dee, la secretaria del colegio, me saludó cuando entré por
la puerta―¿Has vuelto? ―preguntó, observando lentamente mi cuerpo―El Sr.
Twomey no te ha mandado llamar, cariño.
La secretaria del colegio era una mujer bajita de unos veinte años, rubia
teñida, aficionada a los adolescentes y con una gran debilidad por los jugadores
de rugby.
Tenía los ojos azules delineados con demasiado delineador negro y un
rímel espeso y pastoso que combinaba bien con la montaña de base de
maquillaje que tenía en la cara y los labios rojo sangre.
No era una mujer poco atractiva.
Tenía una bonita figura y un culo fantástico.
Pero era un caso de lobo disfrazado de oveja.
A pesar de sus intentos de conquista y su flagrante falta de decencia, la
mujer me caía extrañamente bien. Me ayudó en más de una ocasión a lo largo
de los años, apuntándome a clases, cubriendo mis ausencias, enterrando faltas
y todo tipo de mierdas incriminatorias que pudieran quedar mal conmigo.

BOYS OF TOMMEN #1
En tercer curso, cuando volví a casa del campo de entrenamiento, le dejé
una camiseta de Irlanda con la mayoría de las firmas del equipo.
Fue una muestra de agradecimiento de última hora por mi parte, sabiendo
que ella se había tomado muchas molestias para conseguir que el Consejo de
Educación me eximiera de un examen oral obligatorio que me había perdido
durante mi ausencia.
Llevaba la camiseta en la mochila y se la di, porque sentía que tenía que
recompensarla por sus esfuerzos. Después de eso, se convirtió en mi mayor
defensora, haciéndome innumerables favores, a menudo moralmente
cuestionables. Y yo, a cambio, le conseguía entradas para los partidos siempre
que podía. Teníamos un buen acuerdo.
―Estoy aquí para verte, Dee― le respondí con un guiño coqueto.
Luchando contra las ganas de huir de la atractiva mujer, me acerqué al
mostrador que separaba su despacho del resto de la recepción y
sonreí―Esperaba que pudieras ayudarme con algo.
―Siempre estoy dispuesta a ayudar a mi estrella favorita―
ronroneó―En lo que sea.
―Te lo agradezco― respondí, reprimiendo el impulso de estremecerme
cuando se inclinó sobre el mostrador y me acarició los nudillos con sus uñas de
un centímetro de largo, de un rojo llameante―¿Tienes un sobre?
―¿Un sobre? ―Sus cejas arqueadas se levantaron
sorprendidas―Oh―murmuró, un poco decepcionada.
Metió la mano detrás del escritorio y rebuscó antes de dejar un sobre
marrón sobre el mostrador. Saqué mi billetera, cogí dos billetes de 50 euros y
los metí adentro.
―¿Tienes un bolígrafo? ―le pregunté.
Con un pequeño resoplido, me dio uno.

BOYS OF TOMMEN #1
―Me salvaste la vida―murmuré mientras garabateaba rápidamente una
nota en el sobre antes de dejar el bolígrafo sobre el mostrador.
―¿Eso es todo?
―En realidad no, no lo es.
Apoyando los codos en la encimera, manoseé el sobre entre las manos y
le sonreí.
Aquí va...
―Busco información sobre una alumna―Dee frunció el
ceño―¿Información sobre una alumna?
―Sí― Asentí, ampliando mi sonrisa. ―Shannon Lynch.
¿A quién quería engañar con eso de distraerme con programas de
televisión? Yo era un bastardo obsesivo por naturaleza, con una mente
unidireccional que actualmente -y únicamente- estaba programada para ella.
Tenía que saber más.
Necesitaba más.
No era tan tonto como para pensar que esto no me importaba. O que mi
reacción a McGarry en los vestuarios antes no importaba. Importaba lo
suficiente para que ella fuera capaz de hacerme esto. Importaba que, horas
después, siguiera pensando en ella, preguntándome por ella e, inevitablemente,
preocupándome por ella. El hecho de que ella me interesara cuando nadie me
había importado antes. Joder, ahora estaba confundido sobre todas estas cosas.
―Oh, Johnny― Dee apretó los labios y frunció el ceño mientras me
devolvía al presente. ―No estoy segura. El señor Twomey dejó claro que no
debías tener ningún contacto con la chica Lynch...―se interrumpió y cogió su
bloc de notas―¿Ves? ―golpeó con su dedo en el bloc garabateado―Está
escrito y todo. Su madre exigía que te suspendieran por el incidente de hoy en
el campo. Lo llama agresión. El señor Twomey tuvo que convencerla mucho

BOYS OF TOMMEN #1
para que no llamara a la policía...
―Vamos, Dee―engatusé, sofocando mi indignación con lo que
esperaba que fuera encanto―Ya me conoces. Nunca lastimaría
intencionalmente a una chica.
―Claro que no― suspiró, parpadeando―Eres un buen chico.
―Y tú eres muy buena conmigo― Acercándome más, cubrí su mano con
la mía y susurré ―Así que lo único que necesito es que me digas lo que sabes
de ella o, mejor aún, que me dejes ver su expediente.
―De ninguna manera, Johnny―Se mordió el labio inferior―Si alguien
se enterara, mi trabajo estaría en peligro...
―¿Crees que te metería en problemas, Dee? ―le dije con un pequeño
movimiento de cabeza―Puede ser nuestro pequeño secreto.
Dios, era un completo cabrón, jugando con las emociones de esta pobre
mujer. Pero quería ese archivo, maldita sea. Tenía una ardiente curiosidad por
saber algo de Shannon, más concretamente qué le había pasado en su antiguo
colegio. Las palabras del Sr. Twomey habían plantado la semilla en mi cabeza
y me moría por averiguarlo.
―Lo siento, cariño, pero esta vez no puedo ayudarte― respondió Dee,
con los labios fruncidos―Necesito este trabajo.
Frustrado, sacudí la cabeza y controlé mi temperamento antes de volver
a intentarlo.
―¿Puedes darme al menos el número de su taquilla?
Dee entrecerró los ojos―¿Por qué lo necesitas?
―Simplemente lo necesito― respondí, con un tono un poco más seco.
Estaba molesto. No estaba acostumbrado a que me dijeran que no.
Cuando pedía algo, normalmente lo conseguía. Era una mierda, pero así es la
vida para mí.

BOYS OF TOMMEN #1
―Ya te lo dije― replicó―El Sr. Twomey dijo que se supone que no
debes acercarte a ella...
―Es el número de su taquilla, Dee, no la puta dirección de su casa―
espeté, con la irritación en aumento―Juraría que soy un puto asesino o algo así,
por la forma en la que estás actuando.
Con un fuerte suspiro, Dee asintió abatida y se acercó al archivador.
―De acuerdo.
―Gracias― respondí, con un tono cargado de sarcasmo.
―Pero no quitarás esto―refunfuñó, rebuscando en cada cajón hasta
encontrar la carpeta que quería.
―De acuerdo.
―Hablo en serio, Johnny. No quiero problemas.
―Yo tampoco.
Abrió la carpeta y escaneó rápidamente la primera página antes de
cerrarla.
―Taquilla 461. En el ala de tercer año.
―Genial, gracias por esto― Cogí el bolígrafo y garabateé el número en
el dorso de la mano antes de dirigirme a la puerta. Al detenerme en el umbral,
me volví y pregunté ―¿Puedes decirme al menos cómo está?
Dee suspiró―Lo último que supe es que su madre la había llevado a
urgencias para que le hicieran un escáner.
―¿Un escáner? ―Fruncí el ceño, con la ansiedad carcomiéndome las
entrañas―Pero está bien, ¿no? ¿Cuándo se fue? ¿Estaba caminando y eso?
Quiero decir, se pondrá bien, ¿no?
―Sí, Johnny, seguro que está bien ―Cogió el bolígrafo de la encimera y
le puso la tapa―Es sólo una medida de precaución.
―¿En serio?

BOYS OF TOMMEN #1
―Ajá
Inseguro, solté ―¿Crees que debería ir al hospital? ―Encogiéndome de
hombros, añadí―¿Debería visitarla? Es culpa mía que esté en el hospital. Soy
responsable.
―¡Claro que no! ―espetó Dee, con un tono de autoridad―Si sabes lo
que te conviene, Johnny Kavanagh, te mantendrás bien lejos de la chica― Dejó
escapar un fuerte resoplido antes de añadir en un tono mucho más tranquilo―
Entre tú y yo, su madre quiere tu sangre. Harías bien en evitar todo contacto con
ella. Y si te soy sincera, la chica no parece...―hizo una pausa, mordiéndose el
labio inferior un momento antes de terminar― Bueno, estable.
Arrugué las cejas―¿Cómo que no está estable?
Dee mordisqueó su bolígrafo, parecía incómoda.
―¿Dee? ―insistí―¿Qué quieres decir con eso?
―Quizá estable no sea la palabra adecuada― admitió, con el tono
bajo―Pero hay algo... raro en ella.
―¿Algo raro?
―Preocupante―aclaró Dee y luego se corrigió diciendo―Problemas.
Parece problemática.
Bueno, mierda.
Yo soy muy bueno fijándome en gente problemática.
―Está bien― murmuré, girándome hacia la puerta de nuevo―Gracias
por el aviso.
―Mantén la distancia, Johnny― me dijo―Y no te acerques al hospital.
Sumido en mis pensamientos, salí del despacho con el sobre en la mano.
Recorrí el ala izquierda del edificio principal y me detuve ante una hilera de
taquillas azules recién pintadas fuera de la zona común de tercer curso.
Busqué en las filas la taquilla número 461.

BOYS OF TOMMEN #1
Cuando encontré la que buscaba, empujé el sobre por el pequeño hueco
que había en la parte superior de la puerta metálica. Me daba igual que su madre
no quisiera el dinero, por mí podía quemarlo, pero tenía que dárselo... a ella.
Me acomodé la mochila en el hombro, metí la mano en el bolsillo y saqué
las llaves del coche; había tomado la decisión de olvidarme del resto del día y
esperar a Gibsie en el coche.
Además, no tenía sentido ir a clase ahora mismo. No podría concentrarme
en los deberes, aunque lo intentara. Mi cabeza estaba demasiado nublada con
palabras de advertencia e imágenes de ojos azules y tristes.
Bajé hasta el aparcamiento de los estudiantes, abrí el coche y dejé mis
cosas en el asiento trasero antes de caer desplomado en el interior. Agotado y
dolorido, eché hacia atrás el asiento y ajusté el respaldo para poder estirar las
piernas. La idea de conducir con el dolor que me subía por los muslos era
desagradable, pero no era lo que más me preocupaba ahora. Teníamos muchos
internos en Tommen, estudiantes que venían de todo el país y de algunas partes
de Europa para estudiar.
Yo vivía a media hora de la escuela, así que era uno de los que iban
caminando durante el día. La mayoría de mis amigos también se iban
caminando. Sabía que Shannon también era de Ballylaggin, pero nunca la había
visto hasta aquel día.
No era una zona muy grande, pero sí lo suficiente como para que nuestros
caminos no se hubieran cruzado hasta hoy, o quizá sí y yo no la recordaba.
No se me daban bien las caras. No miraba una el tiempo suficiente para
memorizarla. No me importaba. Ya tenía suficientes nombres y caras que
recordar. Añadir nombres innecesarios de desconocidos a esa lista me parecía
una hazaña inútil. Hasta ahora.
Problemática.

BOYS OF TOMMEN #1
Así la llamaba Dee.
¿Pero no eran todos los adolescentes un poco jodidos y problemáticos a
veces?
Estaba tan absorto en mis propios pensamientos que no me di cuenta de
que sonaba el timbre final, cuarenta y cinco minutos más tarde, ni de la
avalancha de estudiantes que subían a los coches a mi alrededor. Sólo cuando
la puerta del pasajero de mi coche se abrió de golpe volví al presente.
―Hola―dijo Gibsie, dejándose caer en el asiento del copiloto a mi
lado―Veo que sigues empeñado en lucir el aspecto de un vagabundo―añadió,
apartando un montón de mierda de sus pies. Metió la bolsa en el asiento trasero
―Maldición, viejo, aquí apesta.
―Siempre puedes respirar aire fresco caminando―refunfuñé,
frotándome el sueño de los ojos. Sí, estaba así de cansado.
―Relájate―replicó Gibsie, y luego se rió a carcajadas cuando
añadió―No hace falta que te pongas tan irritable.
―Muy gracioso, imbécil―contesté, llevándome inmediatamente la
mano a la polla―Ahora sí, puedes largarte y caminar.
―Toma―hizo una pausa para dejarme una carpeta de color vainilla en
el regazo ―no puedes obligarme a caminar después de conseguirte esto.
Me quedé mirando la carpeta―¿Qué es esto?
―Un regalo― contestó Gibsie, ajustándose el visor.
―¿Tareas? ―Me quedé mudo―Vaya. Muchas gracias
―Es el expediente de Shannon―corrigió, bajándose las mangas del
jersey―Sin duda tu culo obsesivo lo estaba buscando.
Bueno, mierda.
Una inquietante oleada de excitación me recorrió mientras miraba la
carpeta que tenía en las manos. Mi mejor amigo me conocía demasiado bien.

BOYS OF TOMMEN #1
―Cuando no volviste a clase después del entrenamiento, supuse que
estabas aquí enfurruñado por ella... o suspirando― se encogió de hombros antes
de añadir ―O como coño se llame lo que hiciste antes en el vestuario.
―Yo no me enfurruño―Resopló―No lo hago, imbécil―le
respondí―Ni suspiro. No estaba haciendo nada de eso. Sólo estaba...
―¿Perdiendo la cabeza? ―Gibsie completó con una sonrisa
burlona―No te preocupes, nos pasa a los mejores.
―¿Por qué iba a perder la cabeza? ―Pregunté y luego respondí
rápidamente―¡No estaba perdiendo nada!
―Error mío― Gibsie levantó las manos, pero su tono me aseguró que
estaba lejos de lamentarlo―Debí de haberlo interpretado mal. Dame su
expediente y lo devolveré.
Alcanzó la carpeta y yo se la arrebaté―¡Qué... no! ―Gibsie se rió, pero
no dijo nada más.
La sonrisa de complicidad que me dedicó fue respuesta suficiente.
―¿Cómo te las arreglaste para convencer a Dee de que te la
entregara?―pregunté, cambiando de tema.
―¿Cómo crees?
Reprimí un escalofrío―Jesús.
―No es del todo malo―Gibsie sonrió satisfecho―La mujer chupa como
una aspiradora, y la emoción de que te atrapen siempre da momentos divertidos.
Levanté una mano―No necesitaba saber eso.
Resopló―Eso ya lo sabías.
―Sí―suspiré pesadamente―Bueno, no necesitaba que me lo
recordaran.
―Jesús―murmuró, tirando del cuello de su camisa del colegio para
poder mirarse bien el cuello en el pequeño espejo rectangular―Siempre el

BOYS OF TOMMEN #1
cuello.
Insatisfecho con esa visión, giró el espejo retrovisor para mirarse y gimió.
Girándose para mirarme, Gibsie dijo―¿Ves los sacrificios que hago por ti?
―Mis ojos se posaron en el moratón púrpura que se le estaba formando en el
cuello.
―Más vale que haya algo que merezca la pena leer ahí
dentro―refunfuñó.
Volví a centrar mi atención en la carpeta, la abrí por la primera página y
luego me tensé, moviendo los ojos hacia los suyos.
―¿Lo leíste?
―No.
―¿Por qué no?
―Porque...―respondió rebuscando en su bolsillo―No es asunto
mío―Sacó un paquete de cigarrillos y un mechero―Voy a fumar―Abrió la
puerta de un empujón y salió, deteniéndose para inclinarse y anunciar―Los
orgasmos hacen que quiera nicotina―antes de cerrar la puerta y encender.
Sacudiendo la cabeza, volví mi atención al expediente que tenía en las
manos, fascinado por cada detalle de información que revelaba el archivo
confidencial de Shannon Lynch.
Páginas y páginas de incidentes e informes cuidadosamente
mecanografiados en papel blanco, en los que se detallaban todas las terribles
experiencias que la chica había sufrido en su antiguo colegio, y habían sido
muchas.
Catorce páginas de incidentes. Por delante y por detrás. Unas cuantas
páginas más y me enteré de que Shannon había pasado de ser una alumna de
sobresaliente al principio del primer curso a suspender y suspender al final del
segundo.

BOYS OF TOMMEN #1
Junto con los resultados de sus exámenes, que no eran tan buenos, había
notas de sus antiguos profesores en las que elogiaban su carácter amable y su
ética de trabajo diligente y meticuloso.
No necesitaba una nota para explicar el constante descenso de sus notas,
lo había deducido en la primera página. Era víctima de acoso escolar. Le
cortaron la coleta cuando estaba en primer curso. Cuando tenía trece años. El
castigo por tal crimen era una semana de suspensión. En serio. Una semana
fuera de la escuela por cortarle el pelo a una chiquilla.
Chicas. Eran tan malditamente enfermas y retorcidas. Cómo alguien
podía esperar que la chiquilla se concentrara en un ambiente de clase tan volátil
como ese, estaba más allá de mí.
En serio, ¿qué demonios le pasaba a la gente? ¿Qué les pasaba a esa
escuela y a esos profesores? ¿En qué mierda estaban pensando sus padres al
dejarla allí dos años?
Cuanto más leía, más enfermo me sentía...
Incidente en educación física con sangre en la nariz.

Vómito en el baño.
Incidente en carpintería con una pistola de pegamento.
Problema después de clase con las chicas de tercero.
Otro vómito en el baño.
Incidente antes del colegio con las chicas de cuarto.
Negativa a participar en el retiro nocturno de unión escolar.
¿Estaban bromeando?
Muchas, muchas más incidencias de vómitos.
Consulta con un psicólogo escolar.
El hermano mayor presenta la cuarta denuncia por acoso escolar.

BOYS OF TOMMEN #1
El hermano mayor debería haber encontrado a algunas de las alumnas
mayores y hacer que les dieran una paliza a esas chicas malas.
Grafiti en las paredes del baño.
Agresión en el patio de la escuela, hermano mayor suspendido, supongo
que debió solucionarlo él mismo.
Aislamiento denunciado por varios profesores.
Agresión física grave por parte de tres estudiantes mayores, llamaron a
la policía.
«No me digas, Sherlock»
Hermano mayor suspendido de nuevo por intervenir.
Retirado de la escuela a petición de la madre. Joder, ya era hora.
Expedientes escolares solicitados por el director del Colegio Tommen.
Horrorizado no era suficiente para describir mis sentimientos cuando
terminé de leer, molesto tampoco encajaba.
Asqueado, perturbado y totalmente enfurecido parecía una
evaluación más precisa de mis sentimientos. Jesús, era como leer un maldito
informe policial de una víctima de violencia doméstica. No es de extrañar que
la madre de Shannon se volviera loca conmigo hoy. Si yo estuviera en su lugar,
habría hecho algo mucho peor.
Dios, ahora estaba aún más molesto conmigo mismo por haberla herido
que antes. ¿Quién demonios había hecho esto? En serio, ¿qué clase de
monstruos estaban criando en esa escuela?
―¿Y bien? ―La voz de Gibsie irrumpió en mis pensamientos cuando
subió... de vuelta al coche, oliendo a cigarrillo―¿Encontraste lo que
necesitabas?
―Sí―murmuré, devolviéndole la carpeta antes de arrancar el motor―Sí.
Me miró expectante―¿Y?

BOYS OF TOMMEN #1
Volví mi atención a la carretera―¿Y qué?
―Pareces molesto.
―Estoy bien.
Necesitaba hacer algo, pisar el acelerador, ir a la sala de pesas, cualquier
cosa para expulsar la tensión que se acumulaba dentro de mi cuerpo.
―¿Seguro, amigo?
―Sí.
Salí de mi plaza de aparcamiento, metí segunda y luego tercera,
ignorando las señales de precaución al paso de niños en mi intento de llegar a
la carretera principal.
A veces hacíamos ejercicio en el garaje de mi casa, pero ahora pensaba
que el trayecto de treinta minutos hasta el gimnasio de la ciudad me vendría
bien. Sabía que me había pasado de la raya al violar así su intimidad, pero no
me arrepentí.
Maldita sea, sabía que era vulnerable. ¿Esa sensación que tuve hoy? El
dolor que estaba tan seguro de haber visto en sus ojos.
Era real, estaba ahí, lo reconocí, y ahora podía hacer algo al respecto.
Podía evitar que algo así volviera a suceder.
No volvería a pasar.
No bajo mi maldita vigilancia.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 6
Hormonas Despiertas
Tuve una conmoción cerebral moderada que me obligó a pasar la noche

en el hospital en observación y a pasar el resto de la semana sin ir al colegio.
Para ser sincera, habría preferido quedarme en el hospital todo el tiempo
o volver al colegio inmediatamente porque la idea de pasar la semana en casa
con mi padre respirándome en la nuca era una forma especial de tortura que
nadie se merecía.
Milagrosamente, conseguí sobrevivir a la semana encerrándome en mi
habitación todo el día, todos los días, y en general evitando a mi padre y sus
tumultuosos cambios de humor como a la peste.
Cuando volví al colegio la semana siguiente, esperaba que me cayera un
montón de burlas y mofas. La vergüenza era un sentimiento problemático para
mí, y a veces me dificultaba funcionar. Me pasaba todo el día, nerviosa, presa
delpánico y en alerta máxima, esperando que ocurriera algo malo. Algo que
nunca llegaba.
Aparte de algunas miradas curiosas y sonrisas cómplices del equipo de
rugby -como si supieran qué aspecto tenía en ropa interior-, en general había

BOYS OF TOMMEN #1
salido indemne.
No podía entender cómo un suceso tan humillante podía pasar
desapercibido. Para mí no tenía sentido. Nadie mencionó el incidente en el
campo aquel día. Era como si nunca hubiera ocurrido. Sinceramente, si no fuera
por el persistente dolor de cabeza, habría dudado de que hubiera sucedido.
Los días se convirtieron en semanas, pero el silencio se mantuvo. Nunca
me dijeron nada. Nunca se volvió a hablar de ello. No era un objetivo. Y tenía
paz. Había pasado casi un mes desde el incidente en el campo y me encontré en
una rutina estable con Claire y Lizzie a mi lado. Empezaba a tener ganas de ir
al colegio.
Era el cambio más extraño de mi vida, teniendo en cuenta que la mayor
parte de mi vida había detestado la escuela, pero Tommen se había convertido
casi en un lugar seguro en el que estar.
En lugar de la habitual sensación de terror al bajar del autobús, lo único
que sentía era un inmenso alivio.
Alivio por alejarme de mi casa.
Alivio de estar fuera del radar de los matones.
Alivio por alejarme de mi padre.
Alivio por poder respirar durante siete horas al día.
Estaba acostumbrada a vivir sola, a estar sola, a sentarme sola, a comer
sola... en fin, ya me entiendes. Siempre había estado sola, así que mi último
apuro, o debería decir la última evolución de mi estatus social, fue inesperado.
Dicen que la unión hace la fuerza, y yo lo creía firmemente. Me sentía mejor
cuando estaba con mis amigas. Quizá fuera una inseguridad adolescente, o quizá
el resultado de mi pasado, pero me gustaba que ya no tuviera que ir sola a clase,
y que siempre tuviera a alguien con quien sentarme o que me dijera si tenía algo
entre los dientes.

BOYS OF TOMMEN #1
Su amistad significaba mucho más para mí de lo que nunca sabrían, ya
que me proporcionaba un sistema de apoyo que necesitaba desesperadamente y
un amortiguador en momentos de pánico e incertidumbre. En mi antiguo
colegio, estaba tan estresada y ansiosa durante las clases que me retrasaba
mucho y tenía que trabajar hasta altas horas de la noche la mayoría del tiempo
para ponerme al día.
Sin la amenaza constante del ataque de mis compañeros, seguía el ritmo
de mis clases sin problemas, inhalando mis lecciones como si fuera crack.
Incluso conseguí aprobar la mayoría de los exámenes de selectividad, excepto
Matemáticas y Empresariales. Ninguna cantidad de estudio parecía ayudarme
con esas asignaturas. Pero en Ciencias había sacado mi primer sobresaliente
desde el primer curso, así que me consolaba.
Durante la comida, me senté con las chicas, no en un asiento de
compasión con mi hermano y sus amigos, sino con un grupo de verdad. Nunca
había tenido este nivel de normalidad. Nunca me había sentido segura.
Pero empezaba a sentirlo.
Y tenía la sensación de que él tenía algo que ver.
Johnny Kavanagh.
Quiero decir, tenía que hacerlo, ¿verdad?
Yo no tenía esa clase de poder, así que quedaba él.
No era una coincidencia que todo el evento había sido borrado de la
mente de todos. Lo había visto muchas veces desde aquel día, habiéndome
cruzado con él innumerables veces en los pasillos entre clases y en el comedor
durante el almuerzo, y aunque nunca se me acercaba, siempre me sonreía al
pasar.
Para ser sincera, me sorprendió que me sonriera teniendo en cuenta la
reacción de mi madre aquel día delante del despacho del director. No sabía si

BOYS OF TOMMEN #1
disculparme o no por su comportamiento hacia él.
Mamá había exagerado hasta el punto de estar al borde de las amenazas
hacia él, pero, de nuevo, las acciones de Johnny me habían hecho pasar una
noche en el hospital y una semana más en casa con mi padre, así que decidí no
disculparme. Además, lo había dejado pasar demasiado tiempo.
Acercarme a él ahora, después de que hubieran pasado casi cuatro
semanas, sería raro. A través de mis amigos -y de los susurros y rumores de las
chicas en el baño- había aprendido todo tipo de detalles e información sobre
Johnny Kavanagh.
Estaba en quinto curso, algo que ya sabía. Era originario de Dublín, lo
cual tampoco me sorprendió. Era increíblemente popular, bueno, yo no lo sabía,
pero no hacía falta ser un genio para darse cuenta, ya que estaba rodeado de
estudiantes todo el tiempo. Era un éxito masivo entre el alumnado femenino -
de nuevo, hasta un ciego podría darse cuenta.
Y contrariamente a su terrible imprudencia con el balón y las evidentes
heridas hacia mí, se suponía que era muy bueno jugando al rugby.
Era el capitán del equipo de rugby de la escuela, y ese estatus conllevaba
popularidad, chicas y cierta presión tanto con los profesores como con los
alumnos. Yo no tenía ni idea de los fundamentos del rugby, nuestra familia
giraba en torno a la GAA1 , y me importaban aún menos los rangos de
popularidad en la escuela teniendo en cuenta que normalmente me dejaban al
final, pero la forma en que las chicas de la escuela retrataban a Johnny Kavanagh
no se parecía en nada a la persona que conocí ese día.
Según las chicas, era agresivo, intenso y un completo presumido, con un
cuerpo para morirse y una actitud horrible. Lo pintaban como un engreído, rico
y rugbista obsesionado con el deporte, que jugaba duro en el campo y follaba
1
Asociación Atlética Gaélica (trata sobre el deporte conocido como Hurling)

BOYS OF TOMMEN #1
con más ganas cuando no estaba jugando; evidentemente, lo suyo eran las chicas
mucho mayores que él.
De acuerdo, era muy posible que de hecho hiciera todas esas cosas, pero
era difícil relacionar esa información con la persona que había conocido. Mis
recuerdos de aquel día seguían nublados, los sucesos que condujeron a mi
accidente seguían confusos y los posteriores eran un revoltijo, pero me acordaba
de él.
Recordaba cómo me había cuidado.
Cómo se había quedado conmigo hasta que llegó mi madre.
Cómo me había tocado con manos grandes, sucias y suaves.
Cómo me hablaba como si quisiera oír lo que tenía que decir.
Y luego escuchaba mis divagaciones como si fueran importantes para él.
También recordaba las partes embarazosas, las que me mantenían despierta
hasta altas horas de la noche con las mejillas encendidas y la mente llena de
imágenes desconcertantes y palabras torpes. Las partes que no me atrevía a
reconocer.
Sin embargo, guardé el sobre que había encontrado en mi taquilla la
semana que volví a la escuela, con el apresurado garabateo de "De mi para ti"
en el sobre. Los dos billetes de 50 euros se los había dado a mamá al volver del
colegio, pero había metido el sobre vacío entre la funda de mi almohada para
guardarlo.
No tenía una explicación de por qué no lo había tirado, del mismo modo
que no podía explicar por qué mi cuerpo sudaba frío, mis manos se ponían
húmedas, mi corazón palpitaba rápidamente y mi estómago se hacía un nudo
cada vez que lo veía.
Bueno, eso no era técnicamente cierto. Había una razón obvia y
perfectamente lógica para mi reacción hacia él. Era guapísimo. Cada vez que lo

BOYS OF TOMMEN #1
veía por los pasillos, era como si todos los impulsos, sentimientos y hormonas
que habían estado latentes en mi cuerpo durante los últimos quince años
cobraran vida.
Lo notaba con dolor y mi cuerpo se ponía en alerta cada vez que nuestros
brazos se rozaban en los pasillos abarrotados entre clase y clase. Pero no era su
aspecto ni su enorme musculatura lo que había sacado a mis testarudas
hormonas de la cuarentena. Fue su forma de ser aquel día.
Durante el pequeño descanso de la semana pasada, cuando Lizzie me
pilló in fraganti mirando a Johnny Kavanagh, decidió contarme toda la
información que tenía.
Según Lizzy, Johnny Kavanagh nunca había estado ligado a ninguna
chica en particular ni había sido tildado de novio de nadie, aunque estaba Bella
Wilkinson. La pareja llevaba mucho tiempo saliendo. Bella era un par de años
mayor que él, tenía más experiencia y, por lo que Lizzie me había contado,
según le habían informado los chicos, chupaba la polla como una aspiradora
Dyson.
Así que sí, era una apuesta segura decir que Johnny había estado en el
lugar donde se le habían hecho un buen número de mamadas y Dios sabe qué
más. Agradecí que en casa tuviéramos una aspiradora Henry y no una Dyson de
lujo, para no tener arcadas cada vez que limpiaba mi habitación con esa imagen
en particular. Sin embargo, no me sorprendía nada. Johnny tenía casi dieciocho
años.
Yo tenía dos hermanos mayores, así que sabía muy bien lo que hacían los
chicos de esa edad a puerta cerrada. La información era deprimente, pero era la
fría dosis de realidad que necesitaba para fortalecer mi determinación y apagar
mis esperanzas.
Fue terriblemente desafortunado desarrollar mi primer enamoramiento

BOYS OF TOMMEN #1
por una persona como él, teniendo en cuenta que sólo habíamos hablado aquella
vez y que estaba liado con una succionadora de sexto curso.
No es que estuviera remotamente interesado en mí. Me gustaba la
seguridad. En mi mundo, la invisibilidad equivalía a seguridad. Estaba feliz de
ser papel tapiz y pasar desapercibida. Y Johnny Kavanagh era lo más opuesto a
invisible que podía imaginar. Antes de él, nunca me había interesado el sexo
opuesto. Nunca me había interesado por nadie. ¿Pero él?
Me encontré buscándolo en la escuela sólo para poder mirarlo. Era
espeluznante y acosador por mi parte, pero sinceramente no podía evitarlo. Me
consolaba saber que no tenía intención de actuar en consecuencia ni de
perseguir a mi primer y único enamorado.
En cualquier caso, me conformaba con observarle desde la distancia,
conformándome con echarle miradas a escondidas siempre que podía.
Justificaba mi comportamiento de acosadora recordándome a mí misma que no
era la única chica del instituto que deseaba al delicioso Johnny Kavanagh.
No, yo era una más en una larga lista de muchísimas chicas. Pero era tan
interesante observarlo. No actuaba como el resto de los chicos de la escuela.
¿Parecía estar por encima de ellos de una manera extraña? ¿Como si, fuera
mayor que sus años? ¿O aburrido por lo mundano de la vida escolar?
Era difícil de describir.
Parecía llevar su propio ritmo. Irradiaba confianza en sí mismo y tenía
una actitud de "no me jodas" que era ridículamente adictiva. Se forjó su propio
camino en la escuela y, como la mayoría de los líderes natos, todos los demás
le siguieron. Supongo que ésa era la clave de la popularidad: no querías tenerla
o no te importaba tenerla.
El hecho de que fuera guapo y tuviera un cuerpo perfecto tampoco le
venía mal. Me daba un poco de envidia si era sincera. No me importaba ser

BOYS OF TOMMEN #1
popular. Era el hecho de que fuera tan fácil para algunas personas mientras que
otras, yo incluida en el último grupo, sufrían terriblemente.
Emitía eso de 'Soy el mejor. Estás follando con el mejor aquí mismo. No
vas a encontrar a nadie mejor que yo. Buena suerte' y caminaba con una
expresión constante de 'jódete' en la cara.
Era el típico comportamiento de macho alfa que se golpea el pecho con
los puños, lo que supuse que tenía mucho que ver con el hecho de que todas las
chicas en un radio de quince kilómetros se sintieran atraídas por él.
La cuestión era que, cuando sus ojos se cruzaban con los míos, nunca veía
nada de ese machismo fabricado ni su famoso ceño fruncido. Era difícil
describir la mirada que recibía porque, normalmente, cuando nuestros ojos se
cruzaban, era porque Johnny me había sorprendido mirándole fijamente, ya
fuera en el comedor o fuera de las aulas, y yo siempre me apartaba rápidamente,
avergonzada.
Sin embargo, en las raras ocasiones en que conseguía mantenerme firme
y mirarle fijamente, era recompensada con una curiosa inclinación de cabeza y
una pequeña sonrisa. No sabía qué pensar ni cómo sentirme.
En cierto modo, me sentía como uno de esos patitos que se adhieren a la
primera persona que ven al nacer.
Había visto una película sobre eso cuando era niña. ¿Quizás era eso lo
que estaba pasando aquí? Quizá me había apegado a Johnny porque no sólo fue
la primera persona a la que vi al volver en mí, sino que fue la primera persona
que me mostró verdadera amabilidad.
Me pregunté si eso era algo real que podía ocurrirles a los humanos
después de sufrir conmociones cerebrales moderadas, pero luego descarté
rápidamente la descabellada idea.
Pensar así no era normal y no me aportaba absolutamente nada. Además,

BOYS OF TOMMEN #1
no sentía apego por él. Simplemente disfrutaba admirándolo. Desde una
distancia segura. Cuando él no miraba.
Sí, eso no tenía nada de malo.
―¿Quieres venir hoy después de clase? ―Claire me preguntó durante

gran receso del miércoles.
Estábamos sentadas al final de una de las enormes mesas del lujoso
comedor que yo aún intentaba asimilar. En BCS, teníamos una cafetería
pequeña donde la gente se turnaba para sentarse en las pequeñas mesas
redondas.
Aquí en Tommen, era un salón de banquetes de gran tamaño, con mesas
de seis metros, comida caliente y espacio suficiente para sentar a toda la escuela.
El comedor estaba a reventar, con otros estudiantes gritando y hablando tan alto
que tuve que inclinarme sobre la mesa para responder.
―¿A tu casa?
Claire asintió―¿Podemos pasar el rato y ver unas películas o algo?
―¿No vas a ir a la ciudad con Lizzie a ver a Pierce? ―pregunté.
Al menos eso creía que iban a hacer hoy después de clase. De eso había
estado hablando Lizzie toda la mañana. Al parecer, estaba saliendo con un chico
de quinto curso llamado Pierce, y llevaban meses saliendo juntos. Por lo que
había deducido, habían vuelto.
Para ser justos, Lizzie me había invitado a ir con ellos después de clase,
pero me había negado porque la ciudad era el último lugar en el que quería estar.
Mi antigua escuela estaba situada en el centro de la ciudad y yo solía evitar las
zonas de los alrededores como la peste. Había demasiadas caras indeseables que
merodeaban por allí.

BOYS OF TOMMEN #1
―No, Lizzie está de mal humor ―explicó Claire, apuñalando su tarro de
yogur con la cuchara. ―Supongo que hoy se volvieron a pelear.
Eso explicaba la notable ausencia de Lizzie en la comida. Era difícil de
entender. Se guardaba muchas cosas y yo nunca sabía realmente lo que pensaba
o sentía, a diferencia de Claire, que era un libro abierto. Supongo que por eso
siempre había estado más cerca de Claire mientras crecía. Quería a Lizzie, por
supuesto, y la consideraba una buena amiga, pero si tuviera que tener una mejor
amiga, sería Claire.
―Además, no me gusta ser la tercera en discordia con esos dos― añadió
Claire, metiendo la cuchara en la fiambrera―Entonces, ¿qué me dices? Mamá
nos recogerá y te llevará a casa cuando quieras― Se recostó en la silla y me
dedicó una enorme sonrisa―¿O siempre puedes quedarte a dormir?
Me dio un vuelco el estómago―¿Segura que a tu madre no le importará?
―Shannon, claro que no le importará― respondió Claire, mirándome
extrañada―Mi mamá y mi papá te adoran― Sonriendo, añadió ―Mamá no
para de preguntarme cuándo vendrás otra vez.
Una cálida sensación me inundó.
La señora Biggs trabajaba en la unidad de cuidados intensivos delhospital
de Cork y era una de las mujeres más agradables que había conocido. Claire se
parecía mucho a su madre, con un carácter dulce y un corazón bondadoso.
Cuando éramos pequeñas y Claire y Lizzie celebraban un cumpleaños o
salían a jugar, la señora Biggs siempre se encargaba de recogerme. Incluso me
invitaba a las fiestas de cumpleaños del hermano mayor de Claire y, aunque
nunca asistía a las fiestas de Hughie, agradecía la invitación. Eran las únicas
invitaciones que recibía mientras crecía.
―Me encantaría, pero tendré que consultarlo con mis padres― le dije, y
a continuación saqué el móvil y le envié un mensaje a mi hermano para ver

BOYS OF TOMMEN #1
cómo estaba la cosa en casa.
―Será genial― me animó feliz―Hay una tarro de helado Ben and Jerry's
en el congelador y tengo la nueva película de Piratas del Caribe en DVD―
Moviendo las cejas, añadió ―Johnny y Orlando, ¿qué chica puede decir que no
a eso?
―Tú no― me reí.
Claire estaba obsesionada con Johnny Depp. Era el fondo de pantalla de
su teléfono y su cara estaba pegada por todas las paredes de su habitación.
―Lo amo― anunció ella con un suspiro soñador. ―Lo amo. Es amor de
verdad y un día vendrá a Irlanda, me verá y corresponderá a mis sentimientos
al instante. Y entonces huiremos juntos y crearemos adorables bebés piratas
híbridos.
―Eso suena como un buen plan ―me reí entre dientes. ―Aunque te das
cuenta de que no es un pirata de verdad, ¿no?
―¡Shh! ―Claire se rió entre dientes―No me quites eso. Déjame
disfrutar de lo que estoy imaginando.
Mi teléfono vibró en mi mano con un mensaje de Joey.
'Mala idea, Shan. Anda de mal humor'.
Abatida, volví a meterme el teléfono en el bolsillo y solté un fuerte
suspiro.
―No puedo ir.
―¿Tu papá? ―preguntó con tristeza.
Asentí con la cabeza. Claire parecía tan decepcionada como yo, pero no
insistió. En el fondo, creo que ella lo sabía. Nunca lo verbalicé y ella nunca me
presionó. Por eso la amaba.
―Entonces, en otra ocasión― Claire me ofreció una enorme sonrisa que
casi enmascaraba la preocupación de sus ojos marrones.

BOYS OF TOMMEN #1
Casi.
―La próxima vez lo planearemos mejor, te avisaremos con tiempo― se
apresuró a decir, acomodándose el largo cabello rubio detrás de las orejas―Pero
nuestra sesión de Johnny y Orlando se va a celebrar.
―¿Cómo estás Osita Claire? ―Preguntó una voz masculina,
distrayéndonos a las dos.
―Oh, hola Gerard― respondió Claire en un tono despreocupado,
mientras miraba al enorme chico rubio que estaba al final de nuestra
mesa―¿Cómo estás?
―Mejor ahora que hablo contigo―ronroneó mientras se acercaba y
apoyaba el culo en la mesa, manteniendo su enorme espalda hacia mí y su
atención fija en mi amiga―Estás tan guapa como siempre.
La mirada de Claire se desvió de su cara a la mía y me miró con ojos de
WTF antes de serenarse rápidamente y decir.
―¿No te oí decirle lo mismo a Megan Crean el miércoles?
Me tragué una carcajada al ver a mi amiga jugar la carta de la indiferencia
como una profesional, a pesar de que estaba claramente afectada por ese chico.
Era alto y bronceado, con el pelo rubio oscuro y despeinado, y claramente tenía
músculos debajo del uniforme escolar. No la culpaba por sentirse afectada por
un chico con ese aspecto. La mayoría de las chicas lo harían.
Pero no esta chica.
―¿Estás celosa? ―se burló Gerard, con un tono muy coqueto―Sabes

que eres mi número uno.
―Ahórratelo― exclamó Claire con una falsa mueca.
―¿He oído que vendrás a Donegal con el equipo? ―le preguntó―Tu
clase consiguió el visto bueno, ¿no?
―Sí, nuestra clase fue elegida para ir―respondió Claire con

BOYS OF TOMMEN #1
despreocupación―Aunque mamá no me ha firmado el permiso para ir.
La mía tampoco. El Tommen College tenía un partido fuera de casa
contra una escuela de rugby de Donegal el mes que viene, después de las
vacaciones de Semana Santa.
Era un partido importante para el equipo, una final de alguna copa de la
liga, y mi clase, junto con otra clase de sexto curso, había sido seleccionada al
azar para asistir.
Como el partido se celebraba el primer viernes que debíamos volver al
colegio después de las vacaciones de Semana Santa, el autobús escolar salía de
Tommen a las 10:45 de la noche del jueves para evitar el tráfico y poder hacer
paradas, ya que el norte de Donegal estaba a ocho horas de viaje en autobús
desde Cork.
Según Lizzie, los asistentes personales de Tommen eran unos tacaños y
sólo habían financiado una noche de alojamiento para el viaje. Dormiríamos en
el autobús el jueves por la noche, nos alojaríamos en un hotel el viernes por la
noche y volveríamos a Cork el sábado.
Lizzie estaba muy disgustada con la idea de tener que dormir en el
autobús porque los directores del colegio eran unos tacaños y no querían pagar
una noche más de hotel.
Personalmente, no veía cuál era el problema. Era un viaje con todos los
gastos pagados financiado por el colegio y un día libre aprobado. Aparte del
viaje de ocho horas en autobús, en el que la mayoría de los pasajeros eran
adolescentes llenos de testosterona, todos salíamos ganando.
Por supuesto, esa parte me aterrorizaba hasta la médula, pero estaba
empezando a aprender a controlar mi ansiedad, negándome a permitir que mis
experiencias pasadas arruinaran la oportunidad de un descanso muy necesario.
Intentaba con todas mis fuerzas mantenerme al margen, tomarme un momento

BOYS OF TOMMEN #1
y leer las situaciones y los escenarios con pensamientos claros y racionales en
lugar de con la paranoia inducida por el terror que parecía controlarme.
A pesar de mi entusiasmo ante la perspectiva de alejarme de Ballylaggin
durante un par de noches, no tenía muchas esperanzas de ir. Como se trataba de
una excursión nocturna, el colegio exigía que los padres firmaran un permiso.
La semana pasada le había dado a mamá los formularios que tenía que firmar
para poder ir. Esta mañana seguía sin firmar encima de la barra de la cocina.
―Ah, tu mami te dejará ir― se burló el rubio, alborotando el pelo de
Claire―Seguro que tu hermano mayor estará allí para vigilarte, y yo, por
supuesto― Se acercó más a Claire y le colocó un mechón de pelo detrás de la
oreja―Siempre juego mejor cuando sé que me vigilas.
Me reí de lo ridícula que había sido aquella frase cursi.
Yo sabía de deportes y aún no había conocido a ningún chico que jugara
mejor gracias a una chica. Sin embargo, cuando intenté contener la risa, acabó
saliendo como un bufido. Me tapé la boca con una mano, miré la expresión
horrorizada de Claire y le pedí perdón con los dedos.
Como si acabara de darse cuenta de mi presencia, el rubio se dio la vuelta,
probablemente para buscar al culpable del bufido. Su mirada se posó en mi
rostro y un reconocimiento inmediato parpadeó en sus llamativos ojos plateados
y grises.
―¡Hola! Pequeña Shannon―reconoció, sonriendo
cálidamente―¿Cómo te va?
―Eh, bien― le dije, mientras lo miraba fijamente y me preguntaba cómo
demonios sabía mi nombre.
Miré a Claire, que se encogió de hombros y me lanzó una mirada que me
decía que estaba tan confundida como yo.
―No sabía que eras amiga de Shannon― dijo, volviendo a centrar su

BOYS OF TOMMEN #1
atención en Claire―Eso habría sido información útil.
―Uh, ¿no sabías que era amiga de Shannon? ―Claire se quedó en
blanco―¿Y útil para qué?
―No es nada― Sacudió la cabeza. ―Y no importa― Se volvió hacia mí
y sonrió de nuevo.
―Soy Gerard Gibson― se presentó. ―Pero todo el mundo me llama
Gibsie.
―Yo no― soltó Claire con aire despreocupado.
Gibsie soltó una risita. ―De acuerdo, todo el mundo menos ella me llama
Gibsie― Señaló con el pulgar a mi amiga, mostrándole una sonrisa indulgente,
antes de volver a centrar su atención en mí―Le gusta hacerse la difícil.
―No, Gerard, me gusta dirigirme a la gente por su nombre de pila―
corrigió Claire, mirándolo mal. Volvió su atención hacia mí y empezó a
explicarme. ―Gerard es amigo de mi hermano Hugh. Te acuerdas de Hughie,
¿verdad, Shan?
Asentí, recordando claramente al hermano mayor y guapo de Claire.
De pelo rubio claro y ojos castaños, Hugh Biggs era el equivalente
masculino de su hermana, pero con abdominales, rasgos masculinos y las obvias
partes de chico. Hugh no iba a la misma escuela primaria que nosotras, pero
siempre había sido amable conmigo cuando iba a su casa. Era uno de los pocos
chicos, aparte de Joey, con los que no me sentía nerviosa. Hughie siempre me
dejaba en paz y yo lo agradecía.
―Bueno, han estado en la misma clase desde Infantil, y este monstruo de
aquí ―hizo una pausa para dar un pequeño empujón a Gibsie antes de
continuar― ha sido alguien constante en mi cocina durante la mayor parte de
mi vida. Vive al otro lado de la calle― añadió―Por desgracia.
―Vamos, Osita Claire― se burló él―¿Es esa la forma de hablar del

BOYS OF TOMMEN #1
chico que te dio tu primer beso?
―Eso fue el resultado de un desafortunado juego de girar la botella―
replicó ella, con las mejillas sonrosadas, mientras lo miraba fijamente―Y te he
dicho un millón de veces que dejes de llamarme así.
―Es todo un espectáculo― me informó Gibsie con una enorme
sonrisa―Me quiere de verdad.
―De verdad que no― replicó Claire, nerviosa ahora―Le tolero porque
trae galletas a mi casa― Se volvió hacia mí y dijo ―La madre de Gerard tiene
una pastelería en la ciudad. Sus pasteles son increíblemente deliciosos.
―¡Gibs! Vamos, hombre. El equipo te está esperando― gritó alguien
desde el otro lado del comedor, haciendo que los tres nos giráramos.
Mi corazón se paralizó durante un breve instante antes de dar un vuelco
en mi pecho cuando mis ojos se posaron en Johnny Kavanagh, de pie en el arco
del comedor, con la mano haciendo gestos en el aire y una expresión fulminante
grabada en su rostro.
―Cinco minutos― gritó Gibsie.
―El entrenador nos llama ahora― ladró Johnny con ese acento dublinés
tan marcado que había memorizado―No en cinco malditos minutos― añadió,
sin importarle un bledo quién lo estuviera escuchando.
Estaba bastante claro que no le importaba si la gente le miraba o no.
Ignorándolo, Gibsie levantó dos dedos y volvió a centrar su atención en

Claire. Empezó a hablarle en voz baja, pero yo no me enteré de nada.
Toda mi atención se centró en el par de ojos azules que me miraban
fijamente. Normalmente, cuando me pillaba mirando fijamente, apartaba la
vista o agachaba la cara, pero esta vez no podía. Me sentí atrapada. Completa y
totalmente atrapada en su mirada.
Johnny inclinó la cabeza hacia un lado, mirándome con una expresión

BOYS OF TOMMEN #1
curiosa, la irritación anterior en sus ojos sustituida por algo que no podía
descifrar. Mi corazón martilleó violentamente contra mi caja torácica.
Entonces sacudió la cabeza y miró hacia otro lado, dirigiendo su atención
al reloj de su muñeca izquierda, rompiendo aquella extraña mirada de trance.
Exhalando un suspiro tembloroso, me aparté de él, me desplomé hacia
delante y dejé que mi pelo cayera hacia delante para ocultar mis mejillas
encendidas.
―Espero ver pompones y las palabras 'Gibsie' encerradas en un corazón
en letras de neón en tus tetas la semana que viene en la final del School Boy
Shield.
Fue todo lo que conseguí oírle decir a Gibsie antes de que nos hiciera un
gesto con la mano y se marchara corriendo.
―Lo siento por él― dijo Claire, pasando la mirada de mi cara a la parte
de atrás de mi espalda. Tenía las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes. Se
sacudió una pelusa imaginaria de su jersey del colegio antes de añadir ―Es un
poco raro.
―Le gustas mucho―afirmé, agradecida por distraerme de mis
pensamientos.
―A Gerard le gusta todo el mundo― respondió ella con un fuerte
suspiro―Bueno, todas las que tienen vagina.
―No sé, Claire. Parecías gustarle de verdad― empecé a decir, pero ella
me cortó rápidamente.
―Bueno, yo sí lo sé, Shan― dijo, con las mejillas aún sonrojadas―Es
un ligón. Un puto fan de los polvos. Se monta cualquier cosa con
falda―añadió―Todos lo hacen.
―¿Todos?
―Los chicos del equipo de rugby―explicó―Con la excepción de

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Hugh... y posiblemente Patrick.
Arrugué la nariz―Oh.
―Sí, oh― respondió Claire, haciendo una mueca―Y la única razón por
la que Gerard sigue así conmigo es porque soy la hermana pequeña de Hughie
y sabe que no puede tenerme―Suspirando, añadió ―Para él es un inofensivo
juego de flirteo que no llegará a nada.
―¿Y tú? ―pregunté, con tono suave―Qué es para ti?
Claire se mordió el labio inferior durante varios segundos antes de
susurrar ―Un tormento.
Esa fue toda la aclaración que necesitaba para confirmar mis sospechas.
A Claire le gustaba Gerard -o Gibsie- o como se llamara.
En ese momento, dada la reciente oleada de hormonas que azotaban a mi
aparato reproductor, provocada por la inyección de Johnny Kavanagh en mi
vida, podía identificarme con mi amiga de la forma más fundamental.
―Los chicos con ojos bonitos y músculos grandes lo estropean todo para
las chicas― resopló Claire.
―Sí― asentí débilmente―Desde luego que sí.
―¿Cómo es que nos parecemos tanto? ―Claire se rió a medias―A las
dos nos gusta lo peor.
―¿Yo? ―Sacudí la cabeza y salté a modo de negación―No me gusta
nadie.
―Sí, claro―se burló Claire―Ni siquiera intentes fingir, pequeña
señorita rubor. Veo cómo lo miras.
―Claire― Sacudí la cabeza y suspiré―Te estás imaginando cosas.
―Oh, mira― jadeó, señalando detrás de mí―Johnny viene hacia aquí.
¿Qué? Sobresaltada, me di la vuelta solo para descubrir que estaba
mintiendo.

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―Ja―se rió Claire―Lo sabía.
―No es gracioso―murmuré, dándome palmaditas en las mejillas
encendidas.
―No te preocupes, Shan― respondió, sonriendo con complicidad―Tu
secreto está a salvo conmigo.

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CAPÍTULO 7
Azul Medianoche
Shannon Lynch tenía unos ojos del color del azul medianoche que no se
me quitaban de la cabeza. Al menos esa es la comparación más parecida que
pude encontrar en las innumerables búsquedas que había realizado en internet.
Las búsquedas de tablas de colores en Internet eran confusas, pero ni de
lejos tan desconcertantes como mi jodido cerebro que, como un disco rayado,
parecía estar atascado en la repetición. La pista elegida por mi cerebro: Shannon
“como el río”, con sus preciosos ojos azules, su cara de ángel y su pasado
turbulento.
Después de leer su expediente, tardé varios días en asimilar su contenido,
y varios días más en encontrar la calma que necesitaba para no conducir hasta
BCS y darles una paliza de muerte a sus matones. Durante la primera semana
tras las vacaciones de Navidad, me preocupé por la chiquilla, esperando a ver
si regresaba al colegio el día siguiente. Mi nivel de ansiedad estaba por las nubes
cuando llegó el viernes y no había vuelto. Me preocupaba tanto que pasé por el
despacho del Sr. Twomey para ver cómo estaba.
Fue allí donde me enteré de que, en efecto, le había provocado a la chica
una conmoción cerebral tremenda y que estaba en casa en reposo durante el

BOYS OF TOMMEN #1
resto de la semana.
Cuando Shannon volvió a la escuela el lunes siguiente, me llamaron
directamente a la oficina, donde me recibieron el señor Twomey, la señorita
Nyhan, la jefa de curso de tercero, el señor Crowley, mi profesor de curso, y la
incubadora humana que era la señora Lynch.
Allí me explicaron que, aunque eran conscientes de que mis acciones en
el campo habían sido accidentales, lo mejor sería que mantuviera las distancias
con ella para evitar futuros incidentes.
También me entregaron una bolsa de plástico de su madre con mi
camiseta dentro, junto con una disculpa entre dientes por haberme empujado en
el pasillo ese día -obviamente intentando cubrir su error por haberle puesto las
manos encima a un alumno- y otra severa advertencia para que me mantuviera
alejado de su hija.
Furioso por verme acorralado en una intervención jodida e innecesaria,
por no hablar de que me trató como a un villano por un error involuntario,
respondí con un tajante ―No pasa nada― antes de agarrar mi camiseta y volver
a clase con toda la intención de cumplir mi parte.
No necesitaba ese tipo de problemas en mi vida.
No necesitaba la amenaza de una suspensión sobre mi cabeza. Se metía
en mis planes, y no había ninguna chica por la que mereciera la pena poner mi
futuro en peligro. Siguiendo las reglas, más por mi propio bien que por el de
ella, me mantuve alejado. No le hablé, ni me acerqué cuando la vi entre clases
o en el comedor durante el recreo.
Me mantuve alejado de aquella chica y de las complicaciones que
parecían seguirla. Pero a pesar de lo cabreado que estaba, no la perdía de vista
por los pasillos.
Llámalo sobreprotección hacia una chica vulnerable o llámalo otra cosa,

BOYS OF TOMMEN #1
pero mantenía los oídos abiertos cuando se trataba de Shannon Lynch y me
deshacía de cualquier mierda que pudiera ser un problema, asegurándome de
que tuviera una tranquila adaptación en Tommen.
Sin embargo, después de un par de días, rápidamente quedó claro que no
necesitaba la ayuda de nadie. Shannon era bien vista en Tommen.
Les gustaba a los profesores.
Les gustaba a los estudiantes.
A mí me gustaba.
Ese era el problema.
Además, ella tenía sus propios guardaespaldas en forma de las dos rubias
que siempre parecían estar rodeándola donde quiera que fuera. Reconocí a la
más protectora de las dos chicas como la hermana de Hughie Biggs, el defensa
de nuestro equipo y uno de mis mejores amigos. La otra rubia era la novia
intermitente de Pierce Ó Neill, otro compañero de equipo.
No recordaba el nombre de la novia de Pierce, pero sí lo despiada que
podía ser hablando y que cualquier chico en su sano juicio debería mantenerse
alejado de ella.
Sumergido en mi rutina, intenté ignorar y olvidarme de Shannon,
prefiriendo concentrarme en seguir jugando e ignorar todas las distracciones a
mi alrededor, siendo los coños el tipo de distracción más peligroso.
Lo intenté de verdad, joder. Pero entonces uno de los chicos sacaba el
tema en una conversación, o ella se cruzaba conmigo en el pasillo de la escuela,
y yo volvía al punto de partida.
No podía entenderlo e intentaba no pensar demasiado en ello. Pero eso
no impidió que saliera a relucir en todas las conversaciones en las que me había
visto envuelto desde su llegada a Tommen.
Los chicos eran imbéciles y la edad no significaba nada para la mayoría

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de ellos. Demasiados imbéciles de mi curso hablaban de ella, pensaban en ella
y tramaban cosas sobre ella, y eso me volvía loco.
La semana pasada, por ejemplo, expresé mi frustración diciéndole a un
grupo de compañeros que se fueran a la mierda, que solo tenía quince años. No
les importaba que sólo estuviera en tercer curso, y a mí me molestaba que me
importara cuando en realidad no debería. Muchos de tercer año se metían con
gente de cuarto, quinto, y diablos, incluso con algunos de sexto.
Yo no.
Nunca yo.
A diferencia del resto de los chicos, que no tenían ningún problema en
follar con chicas más jóvenes, yo era plenamente consciente de las
implicaciones que podían surgir. Los entrenadores y los antiguos profesionales
me habían dado más de un sermón sobre las catastróficas repercusiones de
acostarse con la chica equivocada.
Y aunque no me sentía especialmente orgulloso de mi comportamiento
con las chicas a lo largo de los años, ponía un límite a las más jóvenes que yo.
Sabía que eso me convertía en un hipócrita, teniendo en cuenta que estaba más
que dispuesto a ir con chicas mayores que yo, pero tenía que estar seguro,
maldita sea. Tenía un sueño y una visión clara de lo que tenía que hacer para
conseguirlo. Andar con chicas más jóvenes era peligroso.
Por eso esta chica en particular me cabreaba tanto. En cuanto la vi, algo
me golpeó con fuerza en el pecho. Algo desconocido y desconcertante. Había
pasado más de un mes y yo seguía dándole vueltas. Estábamos en febrero y yo
seguía obsesionado en silencio con Shannon “como el río”.
No me gustaba y ella me gustaba aún menos por ser la única causa de mi
incertidumbre. No tenía sentido. Era un diminuto trozo de chiquilla, toda
extremidades y huesos. No tenía curvas y dudaba que siquiera llevara sujetador,

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si era sincero conmigo mismo.
«¿Lo ven? Demasiado joven. Demasiado jodidamente joven»
Pero eso no me impidió buscarla entre la multitud. Y no me impidió mirar
cuando la encontré. Cuanto más trataba de bloquearla, más la buscaba. Hasta
que la buscaba entre cada maldita clase. A veces, la encontraba mirándome.
Siempre me miraba como deslumbrada antes de agachar la cara. No sabía qué
pensar de todo aquello. Reconocía que estaba teniendo una reacción irracional
hacia la chica.
No era normal.
El problema era que no podía controlarme, no podía apagar mi cerebro.
Bella era otro probmenslema para mí. Estaba harto de lo que ella llamaba
"ser engañada" y me había enviado un mensaje de texto hace un par de semanas
para dar por terminada nuestra relación.
Sabía que debería haber sentido algo al respecto -llevaba casi ocho meses
acostándome con la chica-, pero lo único que sentía era vacío.
No había ninguna conexión y estaba harto de sentirme utilizado. No
quedamos para charlar, ni fuimos al cine ni nada parecido. Ella no quería eso de
mí. Ni siquiera cuando se lo ofrecí.
Claro, no había sentimientos de por medio, y yo nunca había estado
interesado en tener una relación con ella, pero después de pasar seis de los ocho
meses con mi polla dentro de ella, no me oponía a invitarla a cenar o llevarla al
puto cine.
Me había ofrecido en muchas ocasiones y ella había rechazado cada una
de ellas. Porque eso no era lo suficientemente público. Porque Bella sólo me
quería cuando estaba a la vista de todos en el pub o en el colegio, donde podía
enseñarme a todas sus amigas como si fuera un puto toro cotizado.
Bella me había informado por mensaje de texto de que se había acostado

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con Cormac Ryan de sexto curso. Hacía tiempo que sospechaba que había algo
entre los dos, porque se había comportado de forma muy sospechosa conmigo.
Cormac había recibido la llamada de la Academia durante el verano.
Había asistido a algunas sesiones con los jóvenes y había competido en varias
pruebas. Hasta el momento, Cormac no había conseguido un contrato de puesto
permanente y yo no tenía muchas esperanzas puestas en él.
No estaba siendo un gilipollas rencoroso. Era yo exponiendo los hechos.
Era un delantero decente, pero tenía que sacar algo de magia de la bolsa
si quería entrar en la nómina principal del club.
Si lo lograba, bien por él.
Si no lo hacía, me importaba una mierda.
Cormac estaba en un curso superior al mío, así que nunca habíamos sido
amigos, pero habiendo jugado en el mismo equipo durante los últimos cinco
años, esperaba un poco más de lealtad.
Y si Bella buscaba provocarme una reacción tirándose a mi compañero
de equipo, se llevaría una gran decepción porque nunca le daría esa satisfacción.
¿Dolió? Sí.
¿Me sentí traicionado? Sí.
¿Significaba eso que la quería de vuelta? Joder, no.
Porque no soportaba a los mentirosos, y eso era lo que ella era. Tampoco
me gustaban los jueguecitos mentales, que era exactamente lo que ella intentaba
hacerme.
Romper conmigo, irse con mi compañero de equipo y luego inundar mi
bandeja de entrada diciéndome que me quería de vuelta era un buen ejemplo de
los juegos que a esta chica le gustaba jugar conmigo.
Lo que ella no entendía era que no importaba cuántos juegos intentara
jugar o cuántas veces prometiera chupármela.

BOYS OF TOMMEN #1
No había vuelta atrás.
No para mí.
Tal vez estaba muerto por dentro, como Bella había sugerido en el millón
de mensajes de texto que me había enviado después de que rechazara sus ofertas
de arreglar las cosas.
Yo no lo creía.
Tenía sentimientos.
Me importaban los demás.
Pero no las mentirosas.
―Tengo una confesión que hacer―anunció Gibsie durante el

entrenamiento del miércoles.
Estábamos en la vigésima novena de las treinta vueltas ordenadas al
campo y él empezaba a desfallecer. En realidad, yo estaba en mi vigésima
novena vuelta. El resto del equipo estaba en la decimocuarta. Gibsie estaba en
la octava, y el desgaste comenzó en la cuarta vuelta.
Ahora, se parecía a un chico que sale de un club nocturno a las tres de la
mañana con la barriga llena de bebidas alcohólicas.
Él, junto con el resto de ellos, tenían que ponerse las pilas porque nos
jugábamos el School Boys Shield la semana que viene y yo no tenía ninguna
intención de echarme a perder si el resto del equipo tampoco estaba
comprometido con la causa. Estos imbéciles tenían diez días para ponerse las
pilas.
―¿Me estás escuchando? ―gruñó Gibsie en un tono sin aliento,
agarrándose a mi hombro con la esperanza de que arrastrara su culo
perezoso―Porque esto es serio.

BOYS OF TOMMEN #1
―Te escucho― le dije, aspirando una bocanada de aire y expulsándola
lentamente―Confiesa.
―Tengo unas ganas locas de darte una patada en los huevos... ―Gibsie
soltó una bocanada de aire antes de terminar con ―Y romperte lo que te quede
ahí abajo.
―¿Qué demonios? ―Sacudiéndome por enésima vez su fornida mano
del hombro, cambié de posición, trotando hacia atrás para poder fulminar con
la mirada al cabrón―¿Por qué?
―Porque eres un fenómeno de la naturaleza, Kav― jadeó, arrastrándose
tras de mí. ―No hay forma de que un tipo en tu situación…―me señaló con el
dedo y se echó hacia delante, llevándose las manos a la nuca―…con la polla rota
pueda correr tanto tiempo sin caer muerto―Gimiendo, añadió―¡Mi pene
funciona perfectamente y está llorando de esfuerzo, Johnny! ¡Está llorando! Y
mis pelotas han vuelto a hibernar a su posición de antes de la pubertad.
―Mi polla no está rota, imbécil― gruñí, mirando a mi alrededor para ver
si alguien nos oía.
Por suerte, el resto del equipo estaba al otro lado del campo.
―Quiero una foto― resolló ―Para enseñársela al entrenador y fingir que
es mía. Nunca más me hará correr.
―Sigue hablando de ello y no necesitarás una foto para enseñársela al
entrenador― le dije―Te cortaré la polla y podrás dársela en su lugar.
Gibsie hizo una mueca―¿Todavía es pronto para hacer bromas?

Asentí con rigidez y luego giré sobre mí mismo, recuperando mi ritmo
anterior, mientras me acercaba a la línea de meta.
―Lo siento, amigo― jadeó, volviendo a correr cojeando a mi lado―Es
antinatural moverse a esa velocidad cuando estás lesionado.
―¿De verdad crees que esto es fácil para mí? ―Le dije.

BOYS OF TOMMEN #1
Si lo pensaba, entonces estaba jodidamente loco. Tenía 'velocidad'
porque pasé la mayor parte de mi infancia y toda mi adolescencia trabajando en
mi cuerpo. Mientras Gibsie y los muchachos jugaban a golpear y correr y a girarla
puta botella, yo estaba en un terreno de juego. Cuando ellos perseguían chicas,
yo perseguía avances. El rugby era mi vida.
Era todo lo que tenía.
Pero el ritmo que mantenía hoy estaba tan lejos de mi nivel habitual que
resultaba lamentable.
Estaba un poco lento y la única razón por la que no se notaba era porque
éste era el nivel de la escuela. Si estuviera así de lento en la Academia, donde
jugaba con los mejores jugadores del país, me llamarían la atención al instante.
Mi cuerpo estaba en llamas y me movía por pura voluntad. Todo me dolía
hasta el punto de tener que respirar por la nariz para no vomitar. Pagaría el
esfuerzo con una noche en vela retorciéndome de dolor, media docena de
analgésicos y un baño caliente con sales de Epsom.
Pero no podía parar.
Me negaba a ceder.
Si le daba al entrenador Mulcahy el más mínimo indicio de que no estaba
a la altura, llamaría a los jefes de la Academia. Y si llamaba a la Academia,
estaba jodido.
Disminuí el ritmo cuando llegué a la zona de anotación, caminando,
manteniendo los músculos sueltos y en movimiento. Si me detenía, iba a sufrir
un ataque, y pensaba hacerlo en la intimidad de mi coche. Cogí una botella de
agua del suelo y me paseé por la banda como un loco durante varios minutos,
intentando desesperadamente calmar el dolor.
No me atreví a hacer estiramientos después de correr. No era tan
masoquista. Cuando mi ritmo cardíaco volvió a la normalidad, esperé a que el

BOYS OF TOMMEN #1
entrenador me diera el visto bueno para la salida anticipada y me dirigí a los
vestuarios, con mi trabajo del día terminado.
No me había dado cuenta de que Gibsie me había seguido por el sendero
hasta que le oí soltar un silbido.
―¡Te ves bien, osita Claire!
Con curiosidad, le seguí el rastro y me encontré con dos rubias de aspecto
familiar acurrucadas bajo el toldo del edificio de ciencias. Una de ellas nos
miraba con el dedo corazón dirigido hacia mi mejor amigo.
―¿Otra vez viéndome entrenar? ―Gibsie llamó a través del
patio―Sabes que me encanta cuando haces eso.
Tardé unos segundos en reconocer a la rubia de piernas largas como la
hermana pequeña de Hughie Biggs.
―¿Qué has dicho? ―respondió Claire, tapándose la oreja con la
mano―No te oigo.
―¡Sal conmigo!
―¡Lárgate, Gerard!
―Sabes que quieres ―rió Gibsie, haciéndole un gesto con los dedos a
modo de saludo―Mi pequeña de ojos marrones.
―¡No lo hagas, Gerard! ―La cara de Claire se puso roja. ―No te
atrevas a cantar eso...
Gibs la cortó con una estrofa de Van Morrison.
―¡Te odio, Gerard Gibson! ―siseó Claire cuando terminó de cantarle la

serenata como un cuervo demente.
―Y yo también te quiero― rió él, antes de volver su atención hacia
mí―Jesucristo― gimió para que sólo yo pudiera oírlo―Te juro por Dios,
hombre, que esa chica me vuelve loco.
―Ya estás loco― le recordé―No necesitas que nadie te ayude con eso.

BOYS OF TOMMEN #1
―Mírala, Johnny― gimió, ignorando mi pinchazo. ―Mira qué guapa es
esa chica. Cristo, puede que sea ese pelo brillante como el sol, pero te juro que
resplandece.
―Ni se te ocurra― fueron las palabras que salieron de mi boca.
―No lo haré... por ahora― replicó Gibs, con los ojos encendidos de
picardía. ―Pero tengo la sensación de que voy a casarme con ella.
Su comentario me paró en seco―¿Qué?
Era demasiado raro. Incluso para él.
―Siempre que ambos salgamos de nuestra juventud sin ningún bebé
accidental―añadió pensativo―Y que su hermano no me corte la polla antes,
claro.
―Claire está en tercer año― dije en tono inexpresivo. ―Y es la hermana
pequeña de tu compañero de equipo ¿Qué demonios te pasa, Gibs?
―¿Dije que me iba a casar con ella hoy? ―Gibsie contraatacó―No,
imbécil, no lo hice, así que límpiate los oídos. Quise decir cuando sea viejo
como la mierda y haya terminado de esparcir mi semilla.
―¿Viejo como la mierda? ―Me quedé boquiabierto―¿Esparcir tu
semilla?
―Sí― Se encogió de hombros―Ya sabes, como treinta o algo así.
Puse los ojos en blanco―Sí, bueno, un consejo, Gibs: embolsa esa
semilla mientras la esparces. Y mantenlos lejos de chicas como esa.
―Oye, no me mires con esos ojos tan criticones ―se burló Gibsie―Yo
siempre embolso mi polla. Y no tiene nada de malo que me guste. Tú eres el
que tiene fobia a las chicas de tu edad, amigo, no yo.
Consciente de que estábamos teniendo esta conversación
extremadamente desastrosa en medio del patio, busqué a mi alrededor para ver
si alguien estaba escuchando a escondidas. Gibsie no era el más inteligente de

BOYS OF TOMMEN #1
todos, pero me sentiría jodidamente solo si Hughie lo oyera hablar así de su
hermanita y lo asesinara.
Fue en ese preciso momento cuando mi mirada se posó en la pequeña con
melena castaña, cargada con un montón de libros, que bajaba las escaleras del
edificio de ciencias y se acercaba a toda prisa a las rubias.
Una repentina oleada de algo me llenó el pecho cuando reconocí a la
chica de pelo castaño como Shannon.
Maldita sea, ¿por qué tenía que tener ese aspecto? ¿Por qué me llamaba
la atención todo lo que tenía que ver con esa chica tan pequeña?
No era justo. En realidad, a la mierda con lo justo, era francamente cruel.
No tenía ningún sentido que la encontrara atractiva. No se parecía en nada a las
chicas con las que normalmente follaba.
Me gustaban las curvas. Me encantaban las tetas. Y me encantaban los
culos grandes.
Ella no tenía nada de eso.
Pero tenía piernas. Y pelo. Y una sonrisa.
Y esos malditos ojos azul medianoche, que no me pareció una palabra
suficientemente buena para describir el color. Deberían haberse llamado azul
alma, porque eran profundos como el demonio y absorbían a las persona...
Y entonces se le cayeron los libros.
Se esparcieron por el suelo y Shannon se agachó para recogerlos,
haciendo que su falda se levantara demasiado. Dos muslos suaves y pálidos
llenaron mi visión, provocando una oleada de banderas rojas que se dispararon
en mi cerebro y una oleada de calor que recorrió mi cuerpo.
―¡Mierda! ―murmuré en voz baja, sorprendido tanto por su presencia
como por la reacción explosiva de mi cuerpo al verla.
Dejé de mirarla y respiré con calma, intentando desesperadamente

BOYS OF TOMMEN #1
recuperar el control de mi problemática polla.
―¿Qué pasa? ―preguntó Gibsie, mirando a nuestro alrededor en busca
de la fuente de mi evidente malestar.
―Nada―murmuré frustrado, pasándome una mano por el
cabello―Vámonos.
Gibsie, dándose cuenta de mi evidente problema, echó la cabeza hacia
atrás ante mi reacción y se echó a reír a carcajadas.
―¿Tienes una... ¡Mierda, la tienes! ―ahogó entre carcajadas―¡Y te
estás sonrojando! ―Me dio una palmada en el hombro y resopló
ruidosamente―Ay, hombre, me encanta.
―No es culpa mía― gruñí mientras me alejaba estruendosamente en
dirección a los vestuarios, caminando como el puto cowboy de pedrería―No
puedo controlarlo estos días.
Entré en los vestuarios, me quité la ropa y me fui directamente a las
duchas con la intención de quemar el dolor y el malestar de mi organismo. No
funcionó. Mi cuerpo seguía sufriendo un dolor insoportable y yo seguía
luciendo un cuerpo sólido.
Agaché la cabeza, miré la parte inferior de mi cuerpo y debatí mis
opciones. Pero no podía hacerlo. No podía tocarme la maldita polla. Me
asustaba demasiado.
Los vívidos recuerdos de aquel horrible viaje a urgencias y las horribles
advertencias que los médicos me habían dado en Navidad me habían jodido
oficialmente la cabeza.
«Dios, era un maldito desastre»
Apoyé la frente en la pared de azulejos y dejé que el agua hirviendo me
bañara mientras esperaba lo que me pareció una eternidad a que mi problema
se resolviera por sí solo, mordiéndome los nudillos para ocultar mis gemidos de

BOYS OF TOMMEN #1
dolor.
Si antes no estaba claro que tenía que mantener las distancias, ahora sí
que lo estaba.
Tenía que alejarme de esa chica.
Cristo...
―¿Te sientes mejor? ―Gibsie se rió cuando por fin volví a entrar en el
vestuario, con una toalla alrededor de la cintura.
Todavía estábamos solos aquí dentro, gracias a Dios, ya que el resto del
equipo se estaba poniendo al día con los entrenamientos. Ignorando su
comentario, le di la espalda y dejé caer la toalla.
Antes de la operación, no me lo habría pensado dos veces antes de
pasearme desnudo delante de cualquiera. Ahora, no tanto. Aparte de tener que
ocultar mi problema, me sentía acomplejado. Era otra sensación nueva y
desagradable.
Siempre había estado orgulloso de mi cuerpo. Había sido bendecido con
una musculatura y una fuerza física naturales, y cada abdominal lo pagaba con
un régimen de entrenamiento agotador.
Trabajaba muy duro para mantenerme en plena forma física, pero las
bolas moradas, e hinchadas y la cicatriz que rezumaba no era algo que quisiera
que nadie viera. Ni siquiera yo mismo.
Por eso no bajé la mirada cuando me puse unos calzoncillos limpios. En
mi estado actual de desesperación y pánico, la negación era un río embravecido
y si seguía adelante, mejoraría, porque no tenía otra opción.
Rendirse no era una opción.
Más tiempo libre no era una opción.
Perderme la pretemporada con la selección sub-20 no era una opción.
Perder mi puesto en el equipo titular por culpa de la debilidad no era una

BOYS OF TOMMEN #1
puta opción. Jugar y luchar era mi única opción porque me negaba a
derrumbarme a los diecisiete años.
―¿Estás bien, Johnny? ―preguntó Gibsie, rompiendo el silencio que se
había formado.
Su tono, por una vez, era serio, por lo que respondí con un asentimiento
de cabeza.
―¿Ya estás listo para hablar de ello?
―¿Hablar de qué?
―De lo que sea que te ha estado volviendo loco desde que volvimos de
las vacaciones de Navidad.
―Nada me preocupa ―respondí, subiéndome los pantalones del colegio
por los muslos. Me abroché el cinturón y cogí la camisa.
―Y una mierda ―replicó.
―Estoy estupendo ―añadí, abrochándome rápidamente los botones.
―Has estado muy irritado desde que volviste a la escuela... Y no me
digas que es por tu operación porque sé que hay algo más...
Mi teléfono empezó a sonar, distrayéndonos a los dos. Metí la mano en
el bolso, lo saqué, miré la pantalla y me aguanté las ganas de tirarlo contra la
pared.
―Maldita Bella ―refunfuñé, cancelé la llamada y volví a meter el
teléfono en el bolso.
Gibsie hizo una mueca―¿Qué pasa ahí?
―Nada ―respondí―Se terminó.
―¿Lo sabe Bella?
―Debería ―respondí rotundamente―Ella fue quien lo terminó.
―¿Sí?
―Sí―Pellizcándome el puente de la nariz, exhalé un suspiro

BOYS OF TOMMEN #1
tranquilizador antes de añadir―Ahora está follando con Cormac Ryan.
―¿Y te parece bien?
―Me importa un carajo si te soy sincero, hombre― respondí
rotundamente―Estoy más aliviado que otra cosa.
Gibsie negó con la cabeza―¿Estás seguro? Estuviste tonteando con ella
durante mucho tiempo.
―Terminé hace mucho tiempo, Gibs― admití―Créeme, amigo, lo
único que quiero es que me deje en paz de una puta vez.
―Bueno, si eso es cierto, entonces es la mejor noticia que he oído en todo
el año― declaró Gibsie―Porque honestamente no puedo soportar a esa chica.
Es una mujer jodidamente peligrosa. Temía que la dejaras embarazada y no
pudiéramos deshacernos de ella de por vida.
―No hay posibilidad de que eso ocurra― le dije mientras reprimía un
escalofrío―Yo siempre me pongo condón.
―Ella es del tipo de chica que es capaz de pinchar los condones,
viejo―Gibsie replicó de vuelta―Y tú eres como un reflector de luz para esas
chicas, con un enorme letrero de neón en forma de euro colgando sobre sus
cabezas.
―Yo lo saco― respondí―Siempre.
―¿Siempre?
―¿Por qué me preguntas por mi salud sexual? ―exclamé.
Gibsie hizo una mueca―Porque ella es una perra.
―Gibs, no digas estupideces como esa sobre una chica― advertí―No
está bien visto.
―No digo eso de cualquier chica― Se encogió de hombros,
añadiendo―Lo digo por esa chica.
―Bueno, estoy bien― le dije―Me hice los análisis el mes pasado y

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estoy limpio como el agua.
―Gracias a Dios ―Suspiró, parecía aliviado ―Porque ella...
―¿Podemos dejar de hablar de ella? ―Interrumpí, completamente
asqueado de pensar en ella―Estoy cansado de oír hablar de ella, Gibs.
―De acuerdo, pero déjame hacerte una pregunta más― respondió―Sólo
una y lo dejaré.
Suspiré cansado y esperé a que hablara, sabiendo que no importaba si
estaba de acuerdo o no.
Aclarándose la garganta, preguntó―¿Estás aliviado de que Bella
terminara lo que sea que ustedes dos estuvieran haciendo porque estabas
cansado de ella? ―Estudió mi cara unos instantes antes de añadir: ―¿O porque
te gusta la chica?
Su pregunta me hizo detenerme a medio botón―¿La chica?
―Sí, la chica.
―¿Qué chica? ―pregunté, fingiendo ignorancia.
―La puta chica, Johnny ―gruñó Gibsie, levantando las manos―La que
noqueaste. Por la que tuve que sacarle un orgasmo a Dee para poder conseguir
su expediente. Con la que te pasas el día intercambiando miradas pegajosas en
el colegio.
―¿Miradas pegajosas? ―Me bajé la camisa por encima del estómago y
me puse los zapatos. ―¿Qué demonios son las miradas pegajosas?
―Miradas ardientes ―espetó Gibsie, exasperado ahora―Miradas que
queman. Miradas de fóllame. De “quisiera comerte el coño a señales” ―
Sacudió la cabeza y cogió un bote de desodorante de la bolsa―Como las quieras
llamar.
―Estás delirando, Gibs― anuncié, decidiendo desviarme―En serio
amigo, a veces me preocupa de verdad lo que pasa por esa cabeza tuya.

BOYS OF TOMMEN #1
―A mi cabeza no le pasa nada, Kavs. Tú eres el que tiene un jodido tic
en el ojo cada vez que esa chica anda por aquí―Me tiró el desodorante y lo
atrapé en el aire―No creas que no me he dado cuenta de lo está pasando.
―No sé de qué estás hablando, hombre― Me metí la mano bajo la
camisa y me rocié las axilas―Mis ojos funcionan perfectamente.
―Tu polla también está en perfecto estado― replicó. Se puso el jersey
del colegio por encima de la cabeza y continuó ―Cuando esa chica está por
aquí.
Me tomé mi tiempo para contestarle por dos razones. La primera era que
no quería reaccionar por instinto y hacer el ridículo. La segunda era que no tenía
ni puta idea de qué decir. Permanecí en silencio y me concentré en atarme los
cordones.
―¿No vas a contestarme? ―sonrió Gibsie.
―No hay nada que decir― dije, concentrándome demasiado en hacer el
nudo perfecto de la corbata. ―No voy a hablar de ella.
―¿Por qué no? ―insistió.
―Porque no estoy de humor, Gibs
―Porque ella te gusta ―afirmó Gibsie.
―Porque ella no está en discusión ―espeté.
―Porque te gusta de verdad ―corrigió―Porque la quieres.
Lo miré mal y volví a mirarme los zapatos.
―Ojalá lo admitieras, amigo― murmuró Gibsie.
―Y a mí me gustaría que te metieras en tus putos asuntos― le dije con
sarcasmo ―Ya es tema viejo, hombre. No me oyes decir estupideces sobre tu
vida amorosa.
En cuanto las palabras salieron de mi boca y vi que sus ojos se
iluminaban, me arrepentí.

BOYS OF TOMMEN #1
―Ah, ¿así que estás pensando en acostarte con ella? ―Preguntó Gibsie
con entusiasmo, los ojos bailando de puro placer―Maldición, lo sabía.
―No― corregí―No lo estoy.
―¿Por qué no?
―Porque sí.
―¿Porque sí? ―insistió.
―Porque no, joder, ¿entendido? ―Gruñí―Ahora déjalo.
―Eres ridículo ―anunció Gibsie, metiendo todas sus cosas en la bolsa―Le
das demasiadas vueltas a todo, amigo. Hablas de mi cabeza hecha un lío, pero la tuya
debe ser un lugar jodidamente horrible para estar, con todo ese exceso de análisis
que haces.
―Déjalo, Gibs.
―Es que no entiendo cuál es el problema― argumentó―He visto cómo
la miras. Está claro que te gusta Sharon.
―No se llama Sharon― Le miré mal y volví a hacer la maleta ―Es
Shannon, y no me gusta.
―Era una pregunta capciosa― Sonrió―Y la has pasado con éxito.
Gruñí mi respuesta.
Su sonrisa se amplió aún más cuando dijo―Y sí, te gusta.
―No, carajo, no lo sé.
―Pues yo creo que deberías invitar a salir a esa tal Shannon― añadió
Gibsie, echándose la mochila al hombro―¿Qué es lo peor que podría pasar?
―Podrían arrestarme― dije sarcásticamente―Tiene quince años.
―No, no podrían arrestarte― se burló, poniendo los ojos en
blanco―¡Tienes diecisiete años, idiota, no setenta!
―Por tres meses más― Me puse el jersey y me levanté―Y, además, esta
conversación es irrelevante― Recogí mi mochila y me la eché al hombro antes

BOYS OF TOMMEN #1
de añadir ―Yo no invito a salir a las chicas―Me acerqué a la puerta del
vestuario y la abrí de un tirón―No tengo tiempo para esas mierdas.
―La novia de Hughie, Katie, está en el cuarto curso― me ofreció Gibsie,
saliendo del vestuario―Y Pierce O'Neill está en nuestro curso y lleva años
tonteando con la malvada amiga de Claire, que por cierto está en tercero.
―Hughie no tiene a La Academia respirándole en la nuca― respondí
rotundamente mientras le seguía fuera―Y Pierce O' Neill puede tontear con
quien le salga de los cojones.
―Relájate ―Gibsie levantó las manos―Lo único que digo es que no
sería para tanto si te gustara.
―No vayas por ahí.
―Es natural sentirse atraído por una chica guapa...
―Basta.
―A nadie le importaría si la invitas a salir.
―En serio. Déjalo ya.
―Ella también te mira, sabes.
―Cállate, Gibsie.
―La he visto hacerlo.
―Cállate, Gibsie.
―En los pasillos y en...
―¡Cierra la puta boca, Gibsie!
―Bien― resopló, frunciendo el ceño―No hablaré.
Conté mentalmente en mi cabeza, preguntándome cuánto tiempo podría
Gibsie mantener la boca cerrada, pero sólo llegué a siete cuando volvió a
empezar con sus idioteces verbales.
―¿Cómo llevas lo de eyacular?
Giré la cabeza hacia él―¿Disculpa?

BOYS OF TOMMEN #1
―Eyaculando― aclaró Gibsie, con la cara seria―Pareces lleno de
frustración contenida. Me pregunto si tiene que ver con tu polla. Te estás
masturbando, ¿verdad? Sé que estuviste fuera de combate durante un tiempo
cuando te operaron las bolas, pero eres capaz de volver a masturbarte, ¿verdad?
―¿Qué demonios? ―Me quedé mirándolo―¿Estas palabras salieron
realmente de tu boca?
Me miró con expresión expectante. Dios mío, hablaba en serio. Y estaba
esperando a que le respondiera. Cuando Gibsie se dio cuenta de que no iba a
contestarle, siguió divagando.
―Oh amigo, pasó antes de tu operación, ¿no? ―Me miró con
comprensión―No te has corrido en meses. No me extraña que estés tan molesto
todo el tiempo ―murmuró Gibsie con el ceño fruncido―Por eso se te puso dura
cuando tu Shannon se agachó y te dio una buena dosis de su culo. Tu pobre
polla debió pensar que era Navidad―Temblando, añadió―Pobre, pobre
bastardo.
―No voy a hablar de esto contigo― le dije mientras me dirigía al edificio

principal―Hay algunas cosas de la vida que no compartimos, Gibs.
―Bueno, demándame por preocuparme por mi mejor amigo― replicó,
poniéndose a mi lado―Vamos, Johnny, lo he visto―Se trataba de mis genitales
destrozados―Puedes hablar conmigo.
―No quiero hablar contigo― ladré―Y menos sobre esto.
―¿Sabes lo perjudicial que puede ser para tus pelotas no liberarte? ―
exclamó Gibsie, decidiendo torturarme un poco más―Es muy malo, Johnny.
Vi este vídeo en internet. Era más que perturbador. Las bolas del tipo se
hincharon hasta el punto de explotar...
―¡Para! ―Exclamé―¡Por favor, para!
―Bien. Respóndeme a esta pregunta y lo dejaré― Deteniéndome, Gibsie

BOYS OF TOMMEN #1
me puso las manos en los hombros, me miró fijamente a los ojos y me
preguntó―¿Te estás masturbando?
Mirándole mal, le empujé el pecho y siseé ―¡Jódete!
―¡Ya lo hago! ―siseó Gibsie, con los ojos muy abiertos―Tres veces al
día. ¿Tú puedes?
―Sí, no voy a escuchar esto― anuncié, tratando desesperadamente de
enmascarar mi pánico mientras imágenes de bolas explotando bailaban en mi
mente.
Me di la vuelta y volví por el pasillo hacia la entrada. Me iba a mi puta
casa. Para alejarme del absoluto caso perdido que era mi mejor amigo. Y a ver
cómo tenía las pelotas.
―¡Mejor afuera que adentro, amigo! ―Gibsie me llamó―La práctica
hace al maestro. Hazme saber cómo va.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 8
Diarrea Explosiva
El sábado era mi día favorito de la semana por muchas razones. Primero,

era el primer día del fin de semana y el más alejado del lunes. Segundo, no había
colegio.
Tercero y más importante: era el día de la GAA.
Joey, Ollie y Tadhg siempre estaban fuera de casa la mayor parte del
sábado con entrenamientos y partidos. Por suerte, eso significaba que mi padre
también estaba fuera, participando en actividades no relacionadas con el
consumo de alcohol.
Lo que hacía que este sábado en particular fuera mejor que la mayoría era
el hecho de que mi padre no solo estaba fuera de casa todo el día con los chicos,
sino que esta noche se iba a la despedida de soltero de su amigo en Waterford.
Con este conocimiento y el permiso de mamá, acepté ir a casa de Claire
el sábado por la tarde para pasar el rato con ella y con Lizzie. A las tres ya había
terminado todas mis tareas, que consistían en limpiar la casa de arriba abajo,
poner pilas de ropa sucia a lavar y preparar la cena.
Y aunque casi me da un infarto cuando su hermano Hughie se presentó

BOYS OF TOMMEN #1
en mi casa con su novia para recogerme, conseguí serenarme lo suficiente como
para subirme a su coche y aceptar que me llevara a su casa.
Toda la noche nos habíamos atiborrado de comida basura, habíamos visto
repeticiones de One Tree Hill y habíamos chismorreado sobre cualquier
tontería.
Fue el mejor sábado que había tenido en años. A las siete, estaba rendida
y tirada en la cama de Claire, sufriendo una sobrecarga de azúcar y escuchando
a Lizzie hablar sin parar de lo mucho que despreciaba a Pierce.
―No sé qué vi en él― refunfuñó por enésima vez―Pero fuera lo que
fuera, no valía la pena darle mi tarjeta V.
―¡Cierra la boca! ―chilló Claire, saltando de su posición sobre mis
piernas para mirar boquiabierta a Lizzie―¿Te acostaste con Pierce?
―¿Ya no eres virgen, Lizzie? ―Me quedé con la boca abierta―Pero
sólo tienes dieciséis años.
―No me miren con prejuicios ―refunfuñó―Sólo porque nunca han
visto un pene.
―No he visto― dijo Claire, levantando la mano―Ni siquiera la punta.
―Yo tampoco― admití, negando con la cabeza―Ni siquiera he besado
a un chico.
―Eso es triste, Shan― replicó Lizzie.
Me puse roja.
―No seas una perra― bromeó Claire―Cuéntanoslo.
Lizzie se encogió de hombros―¿Qué hay que contar?
―¿Cuándo ocurrió? ―le pregunté.
―El jueves.
―¿Y no se te ocurrió decírnoslo? ―Claire chilló―¡Dios mío, Liz,
estuvimos en el colegio contigo todo el viernes y ni una sola vez mencionaste

BOYS OF TOMMEN #1
nada!
Lizzie se encogió de hombros, pero no respondió. Claire y yo nos
miramos a los ojos antes de que Claire preguntara.
―¿Dónde ocurrió?
―En su coche.
―Ugh ―ambas gemimos en compasión.
Ninguna chica quería que su primera vez sucediera en el asiento trasero
de un coche,
―¿Dónde?
―En los terrenos de la GAA.
―Ugh―gritamos a coro otra vez.
―Sí― dijo Lizzie―Y un consejo, chicas, no lo hagan ―Acomodándose
en una almohada, Lizzie apoyó la espalda en el cabecero y recogió su revista
antes de añadir ―Duele, es decepcionante, hay sangre, y el chico se convierte
en una completa tortura después.
―¿Rompió contigo? ―Jadeé
―Le patearé el culo― siseó Claire.
―No― respondió Lizzie―Pero ha estado actuando como un imbécil
desde entonces.
―Menudo imbécil― gruñó Claire.
―Sí― coincidió Lizzie.
―¿Te dolió mucho? ―pregunté, curiosa.
―Como si te clavaran un hierro caliente en el coño― contestó.
Claire y yo nos compadecimos.
―¿Estás bien? ―pregunté, sintiendo una profunda compasión por mi
amiga. Lizzie era dura como una roca y rara vez mostraba un ápice de emoción,
pero esto era un gran problema para cualquier chica.

BOYS OF TOMMEN #1
―Siempre estoy bien, Shan― fue su cortante respuesta.
―Ves, esa es exactamente la razón por la que nada entra en mi
coño―declaró Claire con un escalofrío, volviéndose a tumbar y apoyando la
cabeza enmis piernas―Creo que me moriría si viera un pene viniendo hacia mí.
―Claire― me reí entre dientes―Para.
―Habla en serio― me informó Lizzie―Le da miedo la P.
―Es verdad― afirmó Claire sin un ápice de vergüenza―Sólo he besado
a un chico - Jamie Kelleher. Estuvimos saliendo seis semanas en segundo curso,
y cuando intentó empujar mi mano por delante de sus vaqueros en la discoteca
del instituto, le grité.
―No. ¿Enserio? ―jadeé.
―Oh, sí lo hizo― respondió Lizzie―A pleno pulmón. Montó un
escándalo en la discoteca.
―Entré en pánico―se defendió Claire, sonriendo tímidamente―No
quería tocarle el pene.
―¿Qué pasó?
―Me llamó puta de mierda y rompió conmigo allí mismo, en la pista de
baile, delante de todo el instituto― replicó.
―Menudo cretino― le dije.
―No pasa nada― intervino Lizzie. ―Claire se desquitó con él, ¿no?
―No intencionadamente― objetó ella.
―Venga ya― Lizzie puso los ojos en blanco―Sabías exactamente lo
que él iba a hacer cuando fuiste a llorarle.
―¿A quién? ―pregunté―¿Qué hiciste?
Lizzie sonrió satisfecha. ―Fue corriendo hacia su sombra.
Arqueé una ceja―¿Quién?
―Gibsie― completó Lizzie.

BOYS OF TOMMEN #1
―Dios mío― Se me iluminaron los ojos―¿Qué hizo?
―¿Qué crees que hizo? ―Lizzie respondió―Saltó para defender su
honor.
―¡No te creo!
―Lo hizo ―dijo Claire alegremente.
―Le rompió la nariz a Jamie ―añadió Lizzie.
Claire suspiró feliz―Fue épico.
―Podrías haber acudido a mí― dijo Lizzie―Con mucho gusto le habría
dado un rodillazo en las pelotas a ese imbécil en tu nombre...
La puerta de la habitación de Claire se abrió de golpe, sobresaltándonos
a los tres.
―Dios mío― chilló Claire, lanzando una almohada al chico alto y rubio
que había invadido su intimidad.
―¡Tengo un problema! ―anunció Gibsie, atrapando la almohada en el
aire.
―¡Gerard! ―siseó Claire, fulminándolo con la mirada―¿Has oído
hablar alguna vez eso de llamar a la puerta?
―No hay tiempo― replicó él―Necesito tu ayuda, nena.
―No soy tu nena― refunfuñó Claire y le lanzó otra almohada―¿Y si
hubiera estado desnuda aquí?
―Entonces moriría feliz―replicó mientras la segunda almohada le
golpeaba el pecho―Es el gato.
Ella frunció el ceño―¿Brian?
―¿Le pusiste Brian a tu gato? ―Me reí entre dientes.
―No es mi gato― contestó Gibsie―Ni siquiera me gustan los gatos.
Fruncí el ceño―¿Entonces de quién es?
―De mi mamá― respondió Gibsie―Él es su tesoro y alegría―Se volvió

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hacia Claire y le dijo ―Tuvo un episodio.
―¿Otro? ―Se levantó de la cama, se ajustó los pantalones cortos del
pijama y caminó hacia él―¿Dónde está?
―Eh...―Encogiéndose de hombros tímidamente, Gibsie señaló la
puerta.
―¿Está en mi casa? ―chilló Claire.
―¿Por qué está tu gato en su casa? ―Lizzie hizo la pregunta que todo el
mundo tenía en la mente.
―No se encontraba bien― respondió Gibsie―Lo saqué a pasear.
―¿Sacaste a pasear a tu gato? ―Lizzie negó con la cabeza―Este chico
necesita que lo internen.
―No es tan raro― resopló a la defensiva―Vivo al otro lado de la calle.
―¿Le pusiste una correa?
―Obviamente―Gibsie la miró como si fuera la cosa más tonta que
hubiera oído nunca―¿Cómo si no iba a pasearlo hasta aquí?
Lizzie negó con la cabeza―Entonces mantengo mi afirmación anterior
―Vaya, eres muy graciosa, ¿verdad? ―replicó Gibsie con
sarcasmo―Pierce es un chico con suerte.
Lizzie respondió dándole la espalda.
―Concéntrate―espetó Claire, chasqueando los dedos en la cara de
Gibsie―¿Dónde está ahora?
―Está en tu baño―Haciendo una mueca, añadió―Ha tenido un
accidente.
―¿Qué clase de accidente? ―gruñó Claire.
Él se encogió de hombros tímidamente―¿Diarrea explosiva?
―¡Gerard! ―gritó Claire, golpeando su enorme bíceps―Te dije que no
lo trajeras aquí después de la última vez.

BOYS OF TOMMEN #1
―Estaba preocupado―gimió, frotándose el brazo―Lo siento. Pero
tienes que ayudarme.
―Pídele a Hughie que te ayude― gruñó ella, plantando las manos en las
caderas―Estoy cansada de rescatarte.
―No puedo― gimió―Está dejando a Katie en casa y recogiendo a los
chicos antes de que salgamos.
―Entonces, ¿por qué sigues aquí? ―bromeó Lizzie, mientras hojeaba
una revista.
―Oye― la reprendí en voz baja, pinchándole una costilla―No seas
mala.
―¡Ugh! ―gruñó Claire saliendo de la habitación con Gibsie pisándole
los talones.
―Ese chico es un idiota― murmuró Lizzie, sin levantar la vista de su
página―Nuestra amiga está enamorada de un idiota de clase A.
―No es tan malo― repliqué y luego retrocedí rápidamente―Espera,
¿crees que Claire está enamorada de Gibsie?
Ahora Lizzie me miró.
―¿No es obvio? ―preguntó―¿Qué chica en su sano juicio aguanta años
de coqueteo y tormento si no tiene sentimientos reales por él?
―¡Gerard! ―Claire gritó a pleno pulmón, distrayéndonos a las dos―¡Tu
gato se está cagando en mi bañera!
―Lo sé― gimió Gibsie en voz alta―Huele muy mal y no para.
―Tengo que ver esto―solté una risita, levantándome de la
cama―¿Vienes?
Lizzie negó con la cabeza―No. He visto más que suficiente de sus
payasadas como para toda la vida, muchas gracias.
Sacudiendo la cabeza, salí a toda prisa del dormitorio y crucé el rellano,

BOYS OF TOMMEN #1
llegando a la puerta del baño para ver a un enorme, y digo enorme, gato persa
blanco como la nieve en el borde de la bañera de la familia Biggs.
De pie en la puerta, observé su extraña interacción con la mano
tapándome la boca, en parte por el olor, pero sobre todo porque era muy
divertido.
―¡Brian! ―Gibsie estaba bramando―¿Qué demonios te pasa? ―Abrió
el grifo y agarró la alcachofa de la ducha―Dios, es lo más jodidamente
desagradable que he olido en mi vida.
―Ya lo sé, Gerard― siseó Claire, tapándose la nariz y la boca con la
mano mientras usaba la otra para echar cloro en la bañera―Yo también puedo
olerlo, ¿sabes?
―Lo hizo a propósito― le dijo él, con tono acusador―Porque anoche le
eché de mi habitación. Me está castigando.
―Te está fulminando con la mirada― le dijo ella.
―Lo sé ―Gibsie se estremeció―Cógelo y ponlo en el lavabo.
―Ahora me está mirando ―chilló Claire, alejándose del gato.
―Está intentando intimidarte, nena ―la persuadió Gibsie―No lo mires
a los ojos.
―Dios, da más miedo que el señor Mulcahy― gimió Claire, quedándose
atrás del enorme cuerpo de Gibsie.
―Acércate por detrás y recógelo―instruyó mientras sostenía la
manguera de la ducha frente a ellos como si fuera un arma―Mantén sus patas
lejos de ti, aléjalo de tu cuerpo y corre.
―No voy a agarrarlo, Gerard―siseó Claire, con los ojos muy
abiertos―Parece que está a dos segundos de asesinarme.
―Te protegeré―juró él valientemente.
―¡Le tienes miedo!

BOYS OF TOMMEN #1
―Bien, sostén esto―refunfuñó, pasándole la manguera a mi amiga―Yo
me encargaré de que el maldito salga.
―¿Crees que deberíamos bañarlo con la manguera? ―preguntó
Claire―Tiene caca por todo el pelaje.
―Joder, no― exclamó Gibsie―La última vez que intenté limpiarle el
culo, me arañó.
Me reí a carcajadas.
―No tiene ni puta gracia, Shannon―refunfuñó Gibsie, sorprendiéndome
al recordar mi nombre―Tuve que vacunarme contra el tétanos por su culpa.
―Lo siento―solté una risita, tapándome la boca con una mano―No me
estoy riendo de ti, te lo prometo― me reí entre dientes. ―Más bien de la
situación― Estudiando al peludo felino, añadí ―Parece el gato del Inspector
Gadget.
―Sí, bueno, desde luego es bastante malvado―replicó Gibsie―Algunas
noches me despierto y está sobre mi cama, de pie junto a mí, con esos ojillos
malignos―Sacudió la cabeza―Nunca debieron castrarlo. Desde entonces es un
homicida. Hubiera sido una vida más fácil dejar que el pobre bastardo
conservara sus pelotas.
―Vamos, Gerard―insistió Claire, empujando a Gibsie hacia la
bañera―Puedes hacerlo. Confío plenamente en ti.
―¡Joder, bien! Está bien ―Con los brazos estirados, Gibsie se acercó al
gato―Aquí gatito-gatito― lo engatusó, acercándose a la bañera para
cogerlo―Buen gatito... eso es... me encantan los gatitos... de verdad... No
te haré daño... ¡ahhhhh!
Brian gruñó y le dio un zarpazo a Gibsie, que, a su vez, gritó como una
niña y se lanzó detrás de Claire.
―Maldito maricón de mierda ―espetó, arrastrando a Claire lejos del

BOYS OF TOMMEN #1
gato agitado que estaba siseando y bufando a los dos―¿Me arañó? ―preguntó,
poniendo la mano de Claire en su cara. ―Siento que me arañó.
―No lo sé―chilló Claire, empujándolos a ambos hacia la esquina del
baño―Pero realmente odio a tu gato― espetó, acurrucándose bajo el brazo de
Gibsie.
―Deja que te ayude― le ofrecí, acercándome a la zona de peligro.
Ahogando la risa, aparté una toalla de la barandilla y me acerqué con
precaución.
―No lo hagas, Shannon―advirtió Gibsie mientras Claire y él se
aferraban el uno al otro, acobardándose ante el gato―Es un cabrón con
tendencias violentas.
―Eso no es cierto―insinué, agachándome frente a la bañera, con los ojos
clavados en el impresionante, aunque letal, gato―No eres malo, ¿verdad,
Brian? ―pregunté mientras alargaba la mano y acariciaba la cabeza de Brian.
Sorprendentemente, me dejó acariciarlo sin chistar.
―Miau― maulló, con los pelos de punta retirados.
―No pasa nada― lo tranquilicé, acariciándole suavemente―Estás bien.
―Jesucristo ―respiró Gibsie―Tu amiga es como una encantadora por
excelencia.
―Shannon― chilló Claire―Por favor, ten cuidado. Es salvaje. Puede
volverse contra ti en un instante.
―Sí, Shannon― Gibsie estuvo de acuerdo―Ten cuidado, joder. Sólo
deja que mi madre o Kav lo sostengan. Es muy peligroso.
―Chicos, no griten― advertí cuando a Brian se le volvieron a poner los
pelos de punta―Ustedes dos lo están poniendo nervioso―les expliqué―Puede
sentir su ansiedad y está haciendo que se enfurezca.
Me quedé varios minutos más acariciándole la cara y las orejas hasta que

BOYS OF TOMMEN #1
me acerqué y lo cogí en brazos.
―Buen chico― le arrullé cariñosamente, estrechándolo contra mi pecho.
Afortunadamente, fui recompensada con un profundo ronroneo. Desviando la
mirada hacia Gibsie, le pregunté―¿A qué distancia está tu casa?
―Justo enfrente― respondió Gibsie.
―Muy bien ―Seguí acariciando a Brian―¿Quieres que te lo lleve a tu
casa?
Asintió agradecido.
Incliné la cabeza hacia la puerta y dije―Ve delante.
Gibsie salió arrastrando los pies, nervioso, sin dejar de mirarme. Con
cuidado de no alterar al gato en mis brazos, lo seguí fuera de la lujosa casa de
los Biggs y crucé la calle hasta otra impresionante propiedad de tres plantas.
―Me salvaste la vida, pequeña Shannon―anunció Gibsie cuando Brian
estuvo a salvo en su casa―En serio.
―De nada― respondí, sintiéndome tímida ahora que mi misión había
terminado y estaba a solas con un auténtico desconocido―No fue para tanto.
―Lo fue para mí― se rió Gibsie mientras cerraba la puerta principal y
se metía la llave en el bolsillo de los vaqueros―Esta noche salgo a tomar unas
copas por mi cumpleaños y me acabas de salvar el culo de aparecer cubierto de
arañazos.
―¿Es tu cumpleaños? ―pregunté, poniéndome a su lado mientras
cruzábamos la tranquila calle sin salida que llevaba a casa de Claire―¿Hoy?
―En efecto― Gibsie sonrió―El gran cumpleaños número diecisiete.
―Bueno, feliz decimoséptimo cumpleaños― le contesté―Espero que
pases una gran noche.
―Ah, sólo voy a pasar un rato tranquilo con los chicos―me explicó

BOYS OF TOMMEN #1
mientras subía por el sendero del jardín―Las grandes celebraciones serán a
finales de mayo.
―¿Qué hay en mayo?
―Los dieciocho años de mi mejor amigo― me dijo. Sonriendo con
complicidad, añadió ―Lo conoces, ¿verdad? ¿Johnny Kavanagh?
―Ah― Mi cara se tiñó de rojo al oír el nombre de Johnny―Sí, nos
conocemos.
―Para entonces ya lo habrán llamado― añadió Gibsie con orgullo―Será
una celebración doble con una gran fiesta esa noche.
¿La llamada? ¿Qué llamada?
Quería preguntárselo, pero me mordí la lengua, sabiendo que no me
serviría de nada. No necesitaba añadir más pensamientos obsesionados con
Johnny a mi mente ya llena de Johnny.
―Va a salir con nosotros esta noche― siguió divagando Gibsie, ajeno a
mi sonrojo―Lo cual es un puto milagro en sí mismo teniendo en cuenta que ya
nunca sale con nosotros ―Abrió la puerta principal de la casa de los Biggs y
me hizo un gesto para que entrara primero―Hughie está recogiendo a Kav y
Feely después de dejar a Katie en casa― Mirando el reloj de la cocina, añadió―
Llegarán dentro de un rato. Deberías esperar aquí abajo y saludarlo― Guiñando
un ojo, añadió―Apuesto a que le encantará verte.
¿Me estaba tomando el pelo? No lo creo. Pero definitivamente me estaba
provocando. Sólo que no estaba segura de sí era para mi beneficio o no. En
cualquier caso, no me iba a quedar abajo para saludar a nadie.
―No, está bien ―murmuré, sintiendo cada gramo de sangre correr a mi
cara―Las chicas me están esperando.
―Como quieras, pequeña Shannon― rió Gibsie.
―Feliz cumpleaños ―Le saludé con la mano y me volví para subir las

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escaleras―Que pases una buena noche.
―Lo haré― gritó tras de mí. No tuve que girarme para ver que sonreía;
podía oírlo en su voz.

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CAPÍTULO 9
Fiesta De Cumpleaños Y Vasos Rotos
Los pubs y los bares eran una tentación de la que intentaba alejarme todo
lo posible. Con mi horario de entrenamiento, no podía permitirme perder el
tiempo como mis amigos. El alcohol no entraba en mi dieta y siempre me sentía
perezoso durante días después de una sesión.
Sin embargo, esta noche era el decimoséptimo cumpleaños de Gibsie, así
que después de incesantes llamadas y mensajes de texto, había cedido y
accedido a salir a celebrarlo con él y algunos miembros del equipo en Biddies.
Biddies era nuestro local en la ciudad y, al contrario de lo que indica su
nombre, era bastante moderno, con un pequeño número personas en la barra.
Durante el día, Biddies servía la mejor comida de la ciudad, y por la
noche se convertía en el centro de reunión de los jóvenes de la ciudad.
Yo comía mucho allí cuando mis padres no estaban. El copropietario y
jefe de cocina, Liam, era un tipo muy decente que no tenía ningún problema en
adaptarse a mis necesidades dietéticas. Era el único sitio de la ciudad al que
podía ir y donde me garantizaban una alimentación sana.
En cuanto a las salidas nocturnas, no solía beber allí muy a menudo, era
más cosa de Gibsie, pero cuando lo hacía, teníamos garantizado que nos
servirían y nos emborracharíamos.

BOYS OF TOMMEN #1
Era una mala idea, teniendo en cuenta que los dos teníamos partido
mañana por la mañana, pero Gibsie había justificado nuestra imprudencia
repitiendo que un chico sólo cumple diecisiete años una vez.
Eso era cierto.
El problema era que para mí no era tan fácil. Los chicos podían soltarse
una noche y volverse locos si querían. Nadie, excepto sus madres, los juzgaría
por la mañana.
Si yo metía la pata, por otro lado, mi nombre sería arrastrado
públicamente por el barro, las cabezas de rugby estarían en mi caso, y mi
posición en la Academia estaría en peligro.
Y esta noche iba a empeorar por varias razones.
La primera, tenía diecisiete años y había cedido a la implacable presión
de Gibsie bebiendo hasta caer en un estado semi-paralítico junto con él.
Y segundo, Bella estaba aquí.
Ambas eran cosas muy malas con un posible final desastroso. A los pocos
minutos de mi llegada al bar Biddies, quedó bastante claro que Cormac no era
la prioridad de Bella; en cuanto me senté a la mesa con los chicos, se dirigió a
mi regazo y no se había ido desde entonces.
Pasé la mayor parte de la noche intentando evitar el contacto visual con
la falda corta que llevaba y la visión de aquel trozo de encaje negro entre sus
muslos cada vez que se inclinaba sobre la mesa para susurrar algo al oído de
uno de sus amigos.
Me dolía físicamente.
No porque tuviera una fuerte reacción física hacia ella ni nada por el
estilo, sino porque me dolían las pelotas.
No es que Bella no fuera una chica atractiva. Hay que reconocer que
probablemente era la chica más guapa del bar. Con el pelo negro peinado en un

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corte recto, un cuerpo alto y curvilíneo, y un par de tetas enormes, era muy
atractiva.
La cuestión era que yo había terminado. Lo había superado, fuera lo que
fuera lo que hubo entre nosotros, y lo había hecho durante mucho tiempo. Y no
estaba interesado en volver al ring para otra ronda. A la chica no parecía
importarle lo más mínimo, porque era como un perro con un hueso.
Yo era el hueso.
Había perdido la cuenta del número de veces que había ido a la barra a
por otra ronda sólo para poder reubicarme en un asiento lejos de ella. No
funcionaba. Su culo siempre volvía a mi regazo, y yo acababa
emborrachándome más rápido.
Ninguna cantidad de "no" o "esta noche no" o "nunca más" parecía hacer
la diferencia. No me dejaba en paz. Sin embargo, no quería avergonzar o herir
a la chica. No era un completo imbécil. Por eso estaba tolerando esta mierda.
A la una y media, mi cabeza empezó a nublarse; el alcohol en mis venas,
mezclado con la fuerte medicación que seguía tomando, me volvía torpe y
descoordinado.
Como nota positiva, ya no me dolía nada.
No sentía nada.
Super.
―¿Quieres ir a otro sitio? ―Bella ronroneó, acercándose a mi oído.
Deslizó la mano por la abertura de mi camisa y me pasó los dedos por la
clavícula―¿Algún sitio un poco más privado?
―No ―Sacudiendo la cabeza, aparté su mano -la que subía de puntillas
por mi brazo- y busqué el vodka con Red Bull que había cambiado por cerveza.
Mis movimientos fueron torpes, haciendo que la bebida resbalara por el
borde del vaso y cayera sobre la rodilla de mis vaqueros.

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Llevaba toda la puta noche intentando besarme y acariciarme, y yo
llevaba toda la noche girando la cabeza y apartando sus manos inquietas. Yo no
era un tipo de contacto físico y ella lo sabía.
Sentarse en mi regazo así no era algo que toleraría en una noche normal
cuando estábamos en buenos términos, y la única razón por la que no había sido
expulsada de mi regazo por ahora era porque estaba borracho como la mierda y
no quería dejarla caer accidentalmente al suelo y causar daños.
Sin embargo, esto no me gustaba. Borracho o no, yo no apreciaba esta
basura sentimental.
―Vamos, cariño― Imperturbable por mis acciones, Bella alcanzó el
cuello de mi camisa de nuevo―¿Podemos ir al coche? ―sugirió, abriendo otro
botón.
Tenía que ser el cuarto puto botón que conseguía desabrochar.
―No, Bella― refunfuñé, arrastrando las palabras―Deja de hacer
eso―Tomé su mano, la saqué de mi camisa y la puse de nuevo en su
regazo―No estoy de humor.
―Puedo ponerte de humor―bromeó, llevando la mano a la hebilla de mi
cinturón.
―Para― Le agarré la mano y la puse firmemente sobre su regazo. La
volví a coger―Todavía me estoy recuperando y ya terminamos.
―¿En serio? ―Ella deslizó su mano dentro de mi camisa, haciendo caso
omiso de lo que dije―Puedo cambiar eso, también.
―No―Aparté su otra mano de mi entrepierna, gruñendo de dolor cuando
me tocó la polla bruscamente―Bella, para... ―Hice una pausa para sacudirme
la mano que me rodeaba la nuca―Por favor, para.
Dios mío, si seguía tocándome después de que le dije que parara, habría
guerra. Maldita doble moral.

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―¿Que pare? ―Bella chasqueó, mirándome.
―Sí ―Volví a bajarle la mano al muslo y salí de debajo de ella―Estoy

cansado.
―¡Siempre estás cansado, Johnny! ―me dijo―Y ya nunca estás de
humor.
«Me pregunto por qué será», pensé para mis adentros, pero no hice
ningún movimiento para responderle. Tenía cuidado con mis palabras con las
chicas. Podían -y lo harían- ser malinterpretadas en su beneficio.
Borracho como estaba, recordaba exactamente lo que me habían
enseñado en la Academia y esta chica no iba a conseguir nada de mí.
Esta noche no, Satanás.
Encogiéndome de hombros, eché una mirada sombría alrededor de la
mesa. Nuestros amigos estaban mirando. No había sorpresas. Mi mirada se posó
en Gibsie y le lancé mi mejor mirada de "eres un maldito bastardo".
Su respuesta fue una mueca de disculpa.
―No me ignores cuando te hablo― exigió Bella, con la voz alta y aguda,
haciéndome saber, incluso en mi estado de embriaguez, que estaba en apuros.
―No te estoy ignorando―respondí, tratando de mantener la calma en
medio de la confusión.
―Sí― siseó, alzando la voz―¡Sí!
―No, Bella ―Solté un suspiro cansado ―No te ignoro.
―Bien ―Cogiéndome la cara con las dos manos, Bella arrastró mi cara
hacia la suya―Entonces demuéstralo―gruñó antes de aplastar sus labios contra
los míos.
Debido al alcohol que corría por mis venas, tardé unos segundos más en
darme cuenta de lo que estaba pasando. La sensación de su lengua deslizándose
por mis labios fue como un baldazo de agua.

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Aparté la cabeza de un tirón, pero ella me agarró del pelo y mantuvo mis
labios sobre los suyos. Con el mal genio en aumento, me levanté bruscamente,
golpeando la mesa en el proceso y, afortunadamente, liberándome de su agarre.
Las bebidas cayeron al suelo y los cristales se hicieron añicos a nuestro
alrededor, atrayendo la atención de toda la sala hacia nuestra mesa.
―¡Qué demonios, Johnny! ―gritó Bella, mirándome desde su
asiento―¿Qué te pasa?
―Cuando te digo que no― gruñí, limpiándome la boca mientras la
miraba―¡Es no, carajo!
―Sólo quería que me besaras―gritó―¿Es mucho pedir?
―¡No quiero besarte, maldición! ―rugí, perdiendo el control de mi
temperamento―No quiero tu boca en la mía. No quiero tus manos en mi cuerpo,
porque no me gustas, carajo.
Me arrepentí inmediatamente de mis palabras. Pero ya era demasiado
tarde. Bella se echó a llorar, y por supuesto, yo fui el bastardo que la hizo llorar.
Miradas de odio de media docena de chicas en la mesa, todas dirigidas a mí,
había terminado por esta noche.
Solté un gruñido bajo, me pasé la mano por el pelo y me quité del camino
de la camarera, que me apartó de un empujón con un recogedor y una escoba.
Salí a hurtadillas, saqué el teléfono del bolsillo de los vaqueros y pedí un
taxi, aliviado como un demonio cuando la voz al otro lado del teléfono dijo que
en cinco minutos.
Necesitaba salir de aquí y alejarme de mis malas decisiones. La peor de
todas era la peligrosa chica con la que me había enredado. En ese momento, me
alegré de que mi cuerpo estuviera roto. Me alegraba de no haber podido tener
sexo desde Halloween.
¿Quizás era el destino?

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Sin que la polla cegara mi capacidad de tomar buenas decisiones en lugar
de pensar en sexo, pude ver a través de la fachada de Bella. Y no era bonita.
Saber que preferiría arrancarme la piel antes que volver a tocarla me reconfortó
un poco.
«Nunca más, Johnny. Nunca más, hombre»
Apoyado contra la pared del bar, dejé que mis pensamientos volvieran a
esos ojos solitarios. Quería ver esos ojos. Y a la chica a la que pertenecían.
El alcohol que corría por mis venas bloqueaba mi conciencia y me
permitía obsesionarme con Shannon Lynch sin sentirme como un pedazo de
mierda.
Mañana, cuando me despertara con la cabeza despejada, sin duda sentiría
cada pizca de las implicaciones de mis pensamientos caprichosos, pero por
ahora, mientras estaba temporalmente vacío de brújula moral, imaginaba todas
las terribles fantasías con todo lujo de detalles.
Era agradable.
Era agradable pensar en ella, era jodidamente hermosa.
Su voz. Su pelo. Su olor.
Su forma de hablar. Cada parte de ella.
Estaba sumido en mis pensamientos, contemplando lo diferente que
habría sido si hubiera sido Shannon quien me hubiera puesto la boca encima,
cuando el sonido del claxon del taxi me distrajo.
―Johnny, chico― me llamó en tono alegre el taxista, cuyo nombre nunca
parecía ser capaz de recordar―¿Qué tal? ―Para ser justos, en las raras
ocasiones en que nuestros caminos se habían cruzado, yo había estado borracho
hasta las orejas―¿Tu amigo no está contigo esta noche?
Por amigo, se refería a Gibsie. Porque Gibsie solía ser la influencia detrás
de decisiones terribles como la que tomé esta noche.

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―Todavía está dentro― expliqué, usando cada gramo de concentración
para no tambalearme mientras me empujaba de la pared―Gracias por venir tan
rápido, amigo.
―Como si fuera a dejarte aquí, chico― se rió―No te olvides de tu viejo
amigo Paddy cuando estés en las grandes ligas con los peces gordos.
Yo no recordaba a Paddy, “mi viejo amigo”, pero no iba a decírselo.
―¡Johnny… espera, hombre! ―Hughie Biggs, gritó mientras salía a
trompicones del pub hacia mí. Me agarró del brazo y tiró de mí hasta que me
detuve―Tendrás que llevarnos a nosotros contigo.
―¿Quiénes son nosotros? ―respondí lentamente―Si te refieres a esa
maldita loca, entonces olvídalo, Hughie. Ella no es mi responsabilidad, y
prefiero cortarme la polla que volver dentro y lidiar con ella.
―¿Quién, Bella? ―Hughie frunció el ceño y sacudió la cabeza―No,
muchacho.Que se joda. Ya volvió con Cormac. Estuvo escondido en el salón
toda la noche. No salió hasta que te fuiste, el muy cobarde― Me arrastró hasta
la ventana y señaló hacia dentro―No puedes dejarlos aquí.
Mi mirada pasó de Hughie a Gibsie, que en ese momento estaba boca
abajo sobre la mesa, roncando como un loco, a Patrick Feely, que estaba siendo
acosado por una de las amigas de Bella, a Bella, que se estaba follando en seco
a Cormac Ryan, y luego de nuevo a Hughie.
―¿Por qué yo? ―gemí.
―Porque somos tus bebés―anunció Hughie, apoyando su peso sobre
sobre mí.
―¿Mis bebés? ―Balbuceé―¿Cómo demonios van a ser ustedes tres
los bebés de alguien?
―Eres nuestro capitán―dijo Hughie―Somos algo así como tu
responsabilidad.

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―En el campo, imbécil.
―Vamos, Cap, tú eres el que tiene la casa vacía. Sabes que la madre de
Feely perderá la cabeza si vuelve a casa en estas condiciones, y mi madre no
nos dejará pasar por delante. Y Gibs...―señaló la ventana con el pulgar―Es
como tu hermano, amigo.
Todas verdades desafortunadas.
―Son un montón de malditos imbéciles, eso es lo que son― refunfuñé
antes de ceder―Bien― Me pasé una mano por el pelo y suspiré―Tráelos. Me
voy ya.
―Eres una joyita, Kavanagh―elogió Hughie mientras volvía
tambaleándose al pub a por los chicos.
En cualquier otra ocasión, me ofrecería a ayudarle. Gibs era difícil de
manejar después de beber, pero prefería caminar sobre brasas antes que volver
a entrar y enfrentarme a Bella.
―Perdona por esto, Paddy―murmuré, acercándome para apoyarme en
el taxi mientras esperaba a que los tres malditos chiflados salieran del
bar―Pensé que estaría solo.
―No te preocupes, muchacho―respondió el hombrecillo
regordete―Cualquier amigo de Johnny Kavanagh es amigo mío.
―¿Sí? Bueno, mis amigos son idiotas―admití encogiéndome de
hombros.
Y aficionados a vomitar. En los taxis...

―Paddy...―Rascándome la nuca me volví para mirarle, con la mente
puesta en un posible control de daños―Recuérdame que te dejé un par de
entradas para uno de nuestros partidos en casa, en verano, si te interesa.
―Jesús, Johnny, ¿hablas en serio? ―Al taxista se le iluminaron los
ojos―Estaría encantado, muchacho. Encantadísimo. Veo todos tus partidos.

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Incluso hago que mi hija retransmita en directo los que no se emite por la tele.
Siempre le digo a mi mujer que el joven Kavanagh es el mejor que he visto
vistiendo la camiseta número trece.
Me encogí de hombros ante sus palabras, sabiendo que a los diecisiete
años debería sentirme desconcertado al oír a un hombre que me triplicaba la
edad elogiándome tanto, pero había oído esas mismas palabras tantas veces que
el cumplido me cayó como anillo al dedo.
―Te agradezco el apoyo, amigo ―le contesté―Tienes mi número en tu
lista de llamadas. Sólo envíame un mensaje para recordármelo porque estoy
borracho hasta la mierda ahora mismo y no recordaré ni una palabra de esto por
la mañana.
―Lo haré― respondió Paddy―Y no es por pasarme de la raya, pero te
libraste muy bien de esa chica.
Le miré con el ceño fruncido y me rompí la cabeza pensando en algún
momento de la historia en el que hubiera sido tan tonto como para llevármela a
casa. Sólo así lo sabría el taxista.
En la niebla de mi mente, recordé vagamente una noche de fiesta durante
las vacaciones de Halloween del año pasado, cuando Bella había montado una
enorme rabieta en la puerta del pub porque me negué a llevarla en el taxi hasta
mi casa. Fue una de las últimas veces que estuve con ella.
―De la que hablaba tu amigo― me explicó―Es mala para un chico
como tú― Tocándose la sien, añadió―Confía en el viejo Paddy, muchacho.
Las chicas como esa son unas aprovechadas.
Él tenía razón.
Joder.
Hughie y Feely salieron del bar arrastrando a Gibsie, que cantaba a pleno
pulmón su propia versión de Trust Me I'm A Doctor, de The Blizzard.

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Sacudí la cabeza al verle.
―Nadie―balbuceé mientras me acercaba y les quitaba el peso de
encima―Y quiero decir nadie, confiaría en que vas a ser médico, Gibs.
―Tu futura mujer me salvó hoy de un puto
arañazo―balbuceó―Cómprale un anillo, amigo― Pasándome un brazo por
encima del hombro, añadió―La encantadora es una buena compañera.
Fruncí el ceño y miré a Hughie, que me devolvió la mirada confundida.
―¿Cuánto bebiste, amigo? ―Le pregunté a Gibsie mientras luchaba por
mantenerlo en un solo lugar.
Tenía la costumbre de escabullirse cuando estaba borracho.
―Suficiente― balbuceó Gibsie antes de estallar de nuevo con el coro de
la canción, dando pisotones en el suelo para acentuar.
―Sí, sí, idiota―le dije mientras lo llevaba a medias hasta el taxi―Eres
médico.
―Sin pies ni cabeza―levantó un dedo y declaró antes de caer en el
asiento trasero del coche.
―Nunca pensé que los tuvieras―coincidí, subiendo a su lado para
abrocharle el cinturón.
―¿Cómo estás, Paddy? ―Gibsie hizo una pausa en mitad de la
canción―A la mansión Kavanagh ―añadió antes de volver a la canción.
Maldito Gibsie.
―¿Cuál es la historia contigo y Bella? ―preguntó Hughie.

Estábamos sentados en el porche de mi casa, terminando la noche con
una botella de Jameson.
El whisky era una forma terrible de terminar la noche, pero muy necesaria

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después de haber pasado las últimas tres horas haciendo de niñera por turnos de
Gibsie y su vómito.
El bastardo había vomitado por toda la habitación de invitados y ahora
estaba en la bañera de abajo con media docena de toallas encima.
Afortunadamente, por fin tenía el estómago vacío y roncaba a pierna
suelta. Hughie y yo éramos los únicos que seguíamos despiertos, ya que Patrick
se había desmayado en el sofá del salón nada más llegar a casa.
―No hay ninguna historia, amigo―dije, haciendo rodar mi vaso medio
vacío entre las manos.
―¿Supongo que oíste el rumor? ―preguntó, con tono cauteloso y
ligeramente arrastrado.
Exhalé con fuerza―¿Cuál? ¿Sobre ella y Cormac? No hace falta oír
ningún rumor para saber lo que pasa allí, viejo―gruñí―Lo he visto con mis
propios ojos esta noche.
―No―dijo Hughie lentamente―Aquella en la que se fue a casa con
Cormac la noche de San Esteban―Hizo una mueca y añadió―Y todos los fines
de semana desde entonces.
―No― dije―No lo sabía.
―Te habría dicho algo, pero acababas de salir del hospital― suspiró con
pesadez―No quería que se metiera con tu recuperación.
―No te preocupes por eso, amigo ―Le di vueltas al whisky en el vaso,
miré fijamente el líquido ámbar y admití la verdad―Ya tenía mis sospechas
mucho antes.
―¿Sí? ―Arqueó una ceja―¿Por qué no dijiste nada?
―¿Porque quería una vida tranquila? ―Ofrecí débilmente―Soy un
maldito idiota, amigo.
―Ryan es el imbécil― corrigió Hughie―Traicionando a su compañero

BOYS OF TOMMEN #1
de equipo por una chica.
Demasiado borracho para fingir frialdad o enmascarar mis emociones,
bajé la cabeza y solté un pesado suspiro.
―Cometí un error con esa chica, Hugh― Me llevé el vaso a los labios y
bebí el resto del líquido antes de añadir ―Un error de ocho meses.
―Al menos saliste ileso, Capi ―Metió la mano entre los dos, cogió la
botella de whisky medio vacía y rellenó su vaso―Podría haber sido un error de
nueve meses―añadió, tendiéndome la botella―Con una cadena perpetua de
dieciocho años.
―Se puede decir que si― murmuré de acuerdo, tomando la botella―¿Te
imaginas lo que me habrían hecho Dennehy y Ó Brien si me hubiera presentado
al entrenamiento con un bebé?
―Que les den a tus entrenadores en la Academia―contraatacó
Hughie―Imagínate lo que te habría hecho tu madre.
―Mierda, hombre, no vale la pena pensarlo― Llené mi vaso, dejé la
botella en el suelo y sacudí la cabeza―Ugh.
―Amigo, ¿te imaginas lo que diría mi madre si entrara por la puerta con
Katie y le dijera que la dejé embarazada? ―balbuceó Hughie―Me cortaría las
pelotas allí mismo.
―Para―Me estremecí violentamente―Ni se te ocurra hablar de
ello―Ambos nos recostamos contras las barras de madera del porche para
desentumecernos.
Pasaron varios minutos en agradable silencio antes de que Hughie
volviera a hablar.
―¿Hablaste alguna vez con Shannon Lynch después de aquel día en el
campo?
Volví mi mirada sombría hacia él, demasiado borracho para enmascarar

BOYS OF TOMMEN #1
mi curiosidad.
―¿Mi Shannon?
Hughie se rió―¿Ahora es tu Shannon?
Me encogí de hombros, demasiado borracho para defenderme o negarlo.
―Amigo, tengo que decir, que me sentí aliviado cuando llamaste al
equipo por el incidente del campo y lo cortaste de raíz―dijo Hughie con un
fuerte suspiro―Si no lo hubieras hecho, yo lo habría hecho. La pobre chica se
merece un descanso.
Fruncí el ceño―¿La conoces?
―Es amiga de mi hermana desde que eran pequeñas.
―Claire― completé, rompiéndome la cabeza en busca de la información
que necesitaba―La rubia de tercero.
―Sí, amigo― Hughie bebió otro sorbo de su vaso antes de decir―De
hecho, hoy estuvo en casa.
―¿Qué? ―Le miré―No lo mencionaste
Se encogió de hombros―¿Por qué iba a hacerlo?
Buena observación.
―Una chica encantadora― añadió pensativo ―Horrible familia.
―¿Qué quieres decir?
Hughie sacudió la cabeza, pero no contestó.
Eso me molestó por un montón de razones diferentes. No me gustaba que
él supiera cosas de ella que yo no sabía.
―Voy a ver cómo está la princesa en el baño―anunció cuando terminó
su vaso―Y luego voy a poner mi cabeza a descansar por esta noche.
―Coge la habitación que quieras―murmuré, sumido en mis
pensamientos. Hughie me puso una mano en el hombro.
―Sigue cuidando de ella, Capi― dijo, apretándome el hombro―Dios

BOYS OF TOMMEN #1
sabe cuánto necesita que alguien lo haga.
Y luego se fue.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 10
El Chico Va A Brillar
El último viernes de febrero, el Tommen College se enfrentaba al colegio

rival Kilbeg Prep en los terrenos del colegio por el School Boys Shield.
Como era uno de los pocos partidos de la temporada que quedaban en
casa y había que ganar una copa prestigiosa, se invitó a todas las clases a asistir
para apoyar a su equipo.
Según Claire, el Escudo de los Colegiales que se disputaba hoy no era ni
de lejos tan importante o lucrativo como la copa de la liga que el equipo se
jugaría el mes que viene en Donegal, pero seguía siendo un bonito trofeo y a
Tommen le encantaban los trofeos.
En Tommen no tardé mucho en darme cuenta de que lo que había dicho
mi padre de que el colegio era una escuela preparatoria de rugby glorificada era
cierto.
Era evidente que todo giraba en torno al deporte. Personalmente, podría
haber pensado en un millón de lugares en los que hubiera preferido estar en
lugar de ver a los chicos de Tommen arrasar a los chicos de Kilbeg, pero la vida
tiene una forma curiosa de fastidiar a las personas.

BOYS OF TOMMEN #1
Envuelta en mi abrigo de invierno y un gorro de lana, me senté entre
Lizzie y Claire -que vestía los colores de nuestro colegio-, agradecida por haber
conseguido un asiento en las gradas.
Otros cientos de alumnos tuvieron que permanecer de pie a ambos lados
del campo. No es que a ninguno de ellos pareciera importarle estar de pie bajo
una lluvia torrencial. Estaban demasiado ocupados gritando y animando al
equipo de rugby de nuestro colegio.
A los diez minutos de juego, fui testigo directo de por qué tanto alboroto
por Johnny Kavanagh. Podía sentir literalmente la electricidad que vibraba en
el aire cuando el balón estaba en sus manos, y por lo que se escuchaba, todos
los demás también.
Parecía sentirse como en casa sobre el terreno de juego, y cuando tenía el
balón en las manos. Se producía la magia. Ocurrían cosas maravillosas. Era tan
alto que no tenía sentido que fuera tan ligero de pies. Era ancho y fuerte, grueso
y musculoso. Pero también era ligero y ágil.
Era casi como si bailara alrededor del oponente con un elegante trabajo
de piernas y ágiles movimientos corporales. Tenía una velocidad de locos y la
forma en que corría era una locura. Era increíble verlo.
Se podían ver los engranajes de su cerebro en movimiento mientras
analizaba cada jugada, pase y ataque con una precisión experta. Era un jugador
inteligente, con un buen ojo para interceptar jugadas y una autodisciplina que
parecía rivalizar con la de un santo.
No parecía importarle lo mucho que le golpeasen o le atacasen los rivales
-y era evidente que lo atacaban-, pero se las arreglaba para mantener la calma.
Los golpes que recibía, los ataques físicos a su cuerpo, y él simplemente se
levantaba y seguía adelante.
Yo estaba asombrada, su forma de moverse era extraordinaria. Me quedé

BOYS OF TOMMEN #1
embelesada con su forma de moverse en el campo. No me extraña que todo el
mundo hable de él.
Estaba claramente muy por delante de los chicos con los que jugaba y
pensé que merecía estar en un campo de juego más prestigioso. Si podía jugar
así a los diecisiete años, sólo podía imaginar lo que unos pocos años más harían
por su juego.
―¡Sí, Hughie! ―vitoreó Claire, distrayéndome de mis pensamientos
cuando su hermano, el número diez de Tommen, pateó el balón por la banda. El
balón consiguió rozar los dedos del contrario antes de salir fuera de juego.
―¡Sí!―gritó Claire, levantando el puño―¡Buen trabajo, chicos!
―¿Qué pasa ahora? ―Pregunté, sin saber por qué aplaudía cuando su
hermano obviamente había pateado el balón―¿Esto es bueno para Tommen?
Estaba claro que ella estaba tan metida en el juego como yo, considerando
que había pasado los últimos cincuenta minutos rotando entre explicarme las
reglas y gritando blasfemias a todo pulmón.
No entendía nada, mis nervios estaban demasiado alterados para asimilar
algo más que lo básico que ya sabía por ver el Seis Naciones todos los años,
pero fingí que lo entendía por su bien.
―Esto no es fútbol, Shan―se rió―Es una jugada excelente. Es nuestro
line out.
―¿Line out?
―Mira― me animó y luego empezó a gritar como una loca cuando el
número 2 de Tommen lanzó el balón y Gibsie, que llevaba el número 7, fue
empujado al aire por sus compañeros y atrapó el balón en el aire.
―¡Sí! ―vitoreó Claire, aplaudiendo como una foca demente―¡Vamos,
Gerard!
Sonaba gracioso oír a Claire llamarle Gerard cuando todos los demás a

BOYS OF TOMMEN #1
nuestro alrededor vitoreaban el nombre de Gibsie. Literalmente, nadie lo
llamaba Gerard excepto Claire.
El balón salió disparado del campo y llegó a las manos de Johnny, y mi
corazón dio un vuelco. Mi pulso se aceleró al instante al verle en movimiento.
―¡Dios mío! ―grité, con el corazón acelerándose erráticamente en mi
pecho, cuando cuatro delanteros del Kilbeg derribaron a Johnny al suelo,
enterrándolo bajo una montaña de músculos y peso muerto―¿Se les permite
hacer eso?
Las extremidades volaban, las zapatillas de futbol se clavaban en el
montón de tierra arrugada que había debajo del campo. Observé las maniobras
que se desarrollaban en el campo.
―Están intentando matarlo―grité, incapaz de creer lo que estaba
presenciando―Mierda― Agarrando los brazos de ambas chicas, apreté con
fuerza―¿Eso no es ilegal?
―No me preguntes a mí― respondió Lizzie encogiéndose de hombros.
Soltando su brazo de mi mano, volvió a hojear su revista―Se me ocurren un
millón de cosas mejores que podría hacer con mi tiempo que sentarme aquí
fingiendo animar un deporte que me importa un bledo.
Al menos fue sincera.
Yo había pensado que sentiría lo mismo, sin embargo, él estaba jugando
y yo estaba a regañadientes hipnotizada.
―Está claro que lo tienen en el punto de mira―gruñí, viendo cómo el
árbitro hacía sonar el silbato y corría hacia el montón de chicos.
―Claro que lo tienen en el punto de mira― añadió Claire, apretándome
la mano―Johnny es el mejor jugador de Tommen. Si lo eliminan, el campo
queda libre― continuó diciendo―Serían tontos si no lo intentaran.
Quise gritar "¡Déjenlo en paz!" con todas mis fuerzas, pero me conformé

BOYS OF TOMMEN #1
con un―Eso es horrible―mientras una abrumadora preocupación por él me
llenaba el pecho.
―Eso es rugby―coincidió Claire.
―Odio el rugby―dijo Lizzie.
―A nadie le importa lo que odias, pequeña pesimista― replicó
Claire―Vuelve a tus horóscopos.
Claire y Lizzie discutieron durante unos minutos, antes de que Lizzie se
marchara enfadada, murmurando algo sobre la necesidad de salvar sus
neuronas, pero yo no estaba escuchando a ninguna de las dos.
Estaba absorta en lo que ocurría en el campo, donde el médico del equipo
se ocupaba de Johnny, tocándole y curándole la cara con gasas y vendas. Su
camiseta a rayas blancas y negras con el número 13 en la espalda estaba pegada
a su piel, y los pantalones cortos blancos que llevaba estaban manchados de
hierba y sangre.
Tenía las rodillas llenas de barro. El pelo alborotado y resbaladizo por el
sudor. Uno de sus ojos se estaba poniendo morado y se hinchaba a gran
velocidad, y por su ceja corría un reguero constante de sangre, pero no parecía
inmutarse lo más mínimo. La atención de Johnny no estaba en el médico ni en
el árbitro que le gritaba órdenes al oído.
Estaba demasiado ocupado mirándome.
El corazón me golpeó la caja torácica cuando me miró fijamente y sin
pudor: con ojos ardientes, la expresión era visiblemente intensa.
Respirando con dificultad, se levantó el dobladillo de la camiseta y utilizó
la tela para limpiarse la sangre de la frente, deshaciendo los intentos de la pobre
mujer de ponerle un parche y mostrando un estómago de abdominales duros.
El movimiento fue tan primario, tan decididamente masculino, que me
golpeó directamente en el pecho. Mi cara empezó a arder y sentí que mis

BOYS OF TOMMEN #1
hombros se hundían al sentir el peso de su intensa mirada.
―¿Qué demonios está pasando? ―siseó Claire, agarrándome la
mano―Johnny Kavanagh te está mirando, Shan. En serio, chica, ¡ese chico te
está mirando!
―Mierda― Sin saber qué hacer, pero sabiendo que tenía que hacer algo,
volví mi cara hacia el cuello de Claire y le susurré ―Escóndeme.
―¿Qué? ―chilló.
―Sólo dime cuando se haya ido, ¿de acuerdo? ―le supliqué, centrando
mi atención en la peca de su cuello―Haz como si estuvieras hablando conmigo
o algo.
Menos de un minuto después, Claire dijo ―De acuerdo, se fue.
Exhalando un suspiro, me volví a tiempo para ver a Johnny corriendo
hacia su posición mientras el árbitro pedía un scrum2 de Tommen.
―¿Qué pasa entre ustedes dos? ―preguntó―Creí que habías dicho que
no habías hablado con él desde aquel día en la oficina.
―No pasa nada entre nosotros―respondí, con las mejillas
encendidas―Y no lo he hecho.
Claire me miró incrédula―Pues a mí esa mirada que te acaba de echar
no me ha parecido que sea nada.
―No fue nada―le aseguré... y a mí misma―En serio, Claire, ni siquiera
conozco al tipo...
En ese momento estallaron a nuestro alrededor abucheos y silbidos, y
ambas nos giramos para ver que el número 15 de Kilbeg había marcado un try3.
Su número 10 lo había conseguido con facilidad, igualando la contienda.
2
El scrum es un medio de reiniciar el juego después de una detención causada por una infracción menor a las normas del
juego.
3
Se marca un try cuando se apoya la pelota sobre o más allá de la línea de goal de los oponentes en la zona de in-goal (vale 5
puntos)

BOYS OF TOMMEN #1
―Oh, mierda―murmuré, sintiéndome mucho más ansioso de lo que
debería―¿Cuánto tiempo queda?
―Como un minuto y medio, y no creas que luego no hablaremos de
esto―me dijo Claire antes de volver a centrar su atención en el juego y
gritar―¡Vamos Tommen! ¡Woo! Kilbeg, ¡eres una mierda!
Kilbeg ganó la reanudación, haciéndose con la posesión del balón y
ganando varios metros. Todos parecían completamente agotados a excepción
de Speedy González - alias Johnny Kavanagh - que parecía tener un tanque
ilimitado de energía.
Las palmas de mis manos empezaron a sudar demasiado cuando el
número 10 de Kilbeg se colocó entre los postes, a tiro de un drop kick4.
Estaban en diecinueve y el resultado se empataba a 20 puntos por bando,
al menos eso decía Claire.
―Ya está―seguía gritando Claire―Llegó el momento. Llegó el
momento. Oh Dios. No puedo mirar.
Contuve la respiración, incapaz de hacer frente a la anticipación.
Finalmente, el número 9 de Kilbeg se colocó en el ruck5, la palabra que
había aprendido para el definir el amontonamiento de jugadores sobre la hierba.
Con el balón en las manos, lanzó un pase al número 10 de Kilbeg. Se me
paró el corazón. Los aficionados de las gradas que me rodeaban se callaron.
Falla. Falla. Cágala. Fuera.
Todas mis plegarias fueron escuchadas cuando el balón salió disparado
de su bota y fue bloqueado por Johnny, enviando el balón volando hacia arriba
en dirección a la línea de gol.
El reloj se detuvo, cayendo en rojo.
4
Suele ser una patada bien alta que le da la posibilidad a los atacantes de disputar la pelota arriba.
5
Centro del campo

BOYS OF TOMMEN #1
―¡Sí! ―gritó Claire, poniéndose en pie de un salto, junto con todos los
demás seguidores de la banda―¡Vamos, Johnny! Vamos, Kavs.
Incapaz de respirar, vi cómo tres defensas del Kilbeg lo perseguían. Pero
no fueron lo bastante rápidos.
Como un rayo, Johnny persiguió su intercepción, moviéndose más rápido
de lo que cualquier chico de su tamaño debería ser capaz.
La grada se deshizo en vítores, gritos y rugidos de ánimo cuando Johnny
pateó el balón hacia delante, acercándolo a la línea de Try mientras corría a toda
velocidad tras él.
―¡Adelante! ―rugió Claire entusiasmada―Sí, ya casi has llegado.
Sigue corriendo. Mueve esas piernas sexys.
El balón rodó sobre la línea. Milisegundos después, Johnny se abalanzó,
superando a los defensas del Kilbeg que le pisaban los talones. Fue una ráfaga
de movimientos que acabó con Johnny mandando el balón al suelo.
Todo el mundo a nuestro alrededor se volvió loco. El número 10 de
Tommen se colocó frente a los postes y rápidamente pateó la pelota, asegurando
los dos puntos.
Y eso fue todo.
Todo había terminado.
Tommen había ganado.
Y yo estaba tambaleándome.
―Tienes que dar algunas explicaciones, señorita― chilló Claire mientras
daba saltitos de celebración―¡Woo-hoo! ¡Vamos Tommen, vamos!
―¿Explicaciones? ―Le respondí―¿Sobre qué?
―Sobre por qué ese chico de ahí abajo te mira como si quisiera
comerte―contestó, y luego señaló con un dedo descaradamente visible a
Johnny, que volvía a mirarme fijamente.

BOYS OF TOMMEN #1
―No lo sé― le dije―No tengo ni idea de lo que está pasando aquí.
Todos sus compañeros de equipo corrían como locos, saltando y
brincando en celebración, y Johnny parecía distraído. Estaba literalmente
inundado de gente, desde profesores a estudiantes, pasando por periodistas
locales y cámaras con micrófonos en la cara.
Lo que destacaba era su impecable serenidad. Nada de aquello le
perturbaba. En absoluto. Parecía la personificación de la frialdad, la calma y la
serenidad mientras respondía a los periodistas y daba las gracias a los
seguidores que le aplaudían, pero cada pocos instantes su mirada volvía a mí.
No lo entendía.
Peor aún, su atención me emocionaba.
―¿Por qué se le echan encima? ―pregunté confundida, sintiéndome mal
por los otros chicos del equipo.
Claire puso los ojos en blanco―Eh, porque es Johnny Kavanagh.
―¿Y?
No lo entendía.
―Vamos―chilló, me cogió de la mano y me arrastró literalmente a
través de las gradas hasta el campo.
Puede que no pareciéramos fuera de lugar, con la mitad del colegio en el

campo, pero yo lo sentí mientras me arrastraba torpemente detrás de ella.
―¡Hughie! ―gritó Claire, corriendo para abrazar a su hermano
mayor―Estuviste increíble.
―Gracias, hermanita― respondió él, dándole palmaditas en la espalda,
mientras se abría paso entre la multitud.
Obviamente, al encontrar lo que buscaba en la forma de una pequeña
pelirroja, Hughie apartó rápidamente a su hermana y se apresuró en dirección a
ella.

BOYS OF TOMMEN #1
―Yo quiero eso― suspiró Claire, viendo cómo su hermano levantaba a
su novia y la balanceaba―Obviamente no con mi hermano―hizo una
mueca―Pero lo que tienen― Volvió a suspirar―Quiero eso algún día.
―¡Osita Claire! ―gritó una voz familiar.
Claire se dio la vuelta y juraría que se le iluminó la cara cuando vio a
Gibsie corriendo hacia nosotros.
―¡Lo consiguieron! ―gritó y se lanzó hacia él.
Él parecía tan emocionado como ella y la atrapó. Los observé durante
varios minutos, balanceándose uno alrededor del otro, completamente atrapados
en su propia burbuja mientras hablaban animadamente sobre distintos puntos
del juego.
O Claire no tenía ni idea, o Gibsie tampoco, o ambos estaban tan ciegos
como el otro, porque podía sentir, ver y saborear la química que desprendían.
Sintiéndome incómoda y fuera de lugar, me metí las manos en los
bolsillos del abrigo y me di la vuelta rápidamente, escabulléndome entre una
masa de seguidores de Tommen.
El día del partido me resultaba familiar. Había asistido a bastantes
partidos de Joey, pero esto era diferente. Y me sentía como en otro mundo.
―Hey―Oí una voz dolorosamente familiar que me distrajo de mis
pensamientos―¡Espera!
La naturaleza humana me hizo girarme para ver quién gritaba y si iba
dirigida a mí. Cuando mis ojos se posaron en Johnny que trotaba hacia mí, mi
corazón retumbó contra mi caja torácica, martilleando violentamente.
Dios mío.
¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué venía hacia mí? ¿Qué demonios estaba
pasando?
―¿Cómo va todo? ―preguntó Johnny, cerrando el espacio entre

BOYS OF TOMMEN #1
nosotros, la voz comprensiblemente sin aliento por el esfuerzo en el campo.
―Eh, está, ah, está yendo bien ―balbuceé las palabras, completamente
desconcertada al estar tan cerca de Johnny otra vez―¿Está yendo bien para ti?
―añadí torpemente, e inmediatamente me avergoncé―Debes sentirte bien―
Suspirando, reprimí el impulso de gemir y terminé con un murmurante―Quiero
decir ¿cómo te está yendo...?
―Todo va bien―respondió Johnny con una sonrisa que acentuó los dos
pequeños hoyuelos de sus mejillas.
Era la primera vez que veía esos hoyuelos y mi memoria los absorbió
como una esponja.
―Qué bien―respiré, luchando por concentrarme.
A diferencia de la última vez que estuve cerca de él -cuando veía
estrellas- o en los pasillos, cuando era un borrón de movimiento o estaba
demasiado lejos para verlo bien, tenía una visión clara, sin contusiones y sin
obstáculos de su cara.
Y esa vista era impresionante.
De verdad, era asombrosamente, dolorosamente, distraídamente
atractivo. Tenía una estructura ósea notable, con pómulos altos y mandíbula
fuerte, labios carnosos y un desordenado mechón de pelo castaño oscuro
peinado con estilo a los lados y un poco más largo en la parte superior.
Su rostro mostraba las marcas de un chico que había participado en
muchas peleas. Sobre su ceja izquierda había una cicatriz recién coagulada, su
nariz había sido claramente rota una o dos veces, y su pómulo derecho se estaba
amoratando a un ritmo rápido.
―Te acuerdas de mí, ¿verdad? ―preguntó, todavía sonriendo, aunque
ahora parecía un poco nervioso, probablemente porque yo lo estaba mirando
como un bicho raro―Shannon “como el río”.

BOYS OF TOMMEN #1
Oh, Dios.
―Sí― le dije, sintiendo cómo cada gramo de sangre de mi cuerpoacudía
a mis mejillas mientras me acomodaba un mechón de cabello suelto detrás de
la oreja― Me acuerdo de ti―Sin saber qué más decir o hacer, levanté
estúpidamente la mano y saludé― Hola, Johnny.
¿Qué me pasaba? ¿En serio? ¿Acabo de saludarlo? ¿Mientras le
hablaba? Dios...
La sonrisa que lucía se convirtió en una sonrisa completa, perfectamente
recta y blanca como perlas.
―Hola, Shannon.
Oh rayos...
―Bueno, estoy bien― dije, en un tono un poco tenso― Y tú estás bien.
Así que todo está... bien.
―Está bien ―respondió, con los labios curvados hacia arriba.
―Sí, todo está bien― respondí, encogiéndome ante mi torpeza.
Johnny me sonrió con satisfacción―Bien.
Mortificada, levanté la vista hacia su rostro y la aparté rápidamente
mientras me esforzaba por no volver a pronunciar la palabra "bien”.
―Vi el partido― solté en su lugar―En hora buena.
«Ah, sí, Shannon, porque eso está mucho mejor». Deberías haberte
quedado con la palabra “bien”, idiota.
―Lo sé― respondió Johnny con una pequeña sonrisa―Te vi.
Abrí la boca para decir algo, cualquier cosa para salvarme, pero me quedé
en blanco y en su lugar me encogí de hombros con impotencia.
―¿Recibiste mi nota? ―Johnny preguntó, afortunadamente salvándome
de tratar de formar una frase coherente.
―Sí, y quería darte las gracias por el dinero―le dije, con la voz

BOYS OF TOMMEN #1
entrecortada―Es que no sabía si debía...
―No te preocupes por eso―me interrumpió con una sonrisa―No
esperaba que me dieras las gracias.
―Es demasiado, por cierto― añadí rápidamente, acomodándome el pelo
detrás de la oreja―Mi mamá me compró una falda nueva por treinta euros.
―Espero que te haya comprado las medias que querías― replicó con una
sonrisa cómplice.
Oh, Dios mío.
La sonrisa de ese chico era otra cosa...
―Eh, sí ―Me ruboricé―Costaron sólo cinco euros―Metí las manos en
los bolsillos del abrigo, me miré los zapatos, respiré entrecortadamente y volví
a mirarle―Puedo devolverte el resto...
―De ninguna manera―se apresuró a decir Johnny, limpiándose una
mancha de barro de la mejilla―Quédatelo.
―¿Quedármelo? ―Me quedé con la mirada perdida―¿No quieres quete
devuelva los sesenta y cinco euros restantes?
―Te hice daño―replicó, con sus intensos ojos azules clavados en los
míos―La cagué. No me devuelvas nada.
«Menos mal, porque mis padres nunca me devolverían el dinero»
―¿Estás seguro? ―balbuceé.
Johnny asintió y dijo―Sí, claro―antes de seguir con―¿Cómo está tu
cabeza?
Le sonreí ―Mejor.
―¿Segura? ―preguntó, sonriendo ahora―¿Ningún secuela restante que
pueda meterme en problemas? No hace falta que llame a los abogados, ¿verdad?
―¿Qué? ―Me quedé mirándolo―No, no. Estoy bien. Nunca te
demandaría...

BOYS OF TOMMEN #1
―Te estoy molestando, Shannon―se rió Johnny. Sacudiendo la
cabeza, añadió―Me alegro mucho de que estés bien.
―Ah, sí― Me sonrojé―Gracias.
―¡Johnny! ―gritó una voz masculina retumbante, distrayéndonos a los
dos.
Giré la cabeza y vi a un hombre corpulento que venía hacia nosotros con
una cámara impresionante colgada del cuello.
―Haznos una foto para el periódico, ¿quieres, hijo?
Estaba bastante segura de haber oído a Johnny murmurar las palabras
"que te jodan" en voz baja, pero se volvió hacia el fotógrafo y le hizo un gesto
cortés con la cabeza.
―No hay problema.
―Muy bien hombre―elogió el fotógrafo y apuntó con la cámara a
Johnny, pero se detuvo y se volvió hacia mí―Quítate de en medio, ¿quieres,
chica?
―¡Oh, claro, lo siento! ―exclamé y me apresuré a apartarme de la línea
del lente.
―Estábamos hablando―dijo Johnny. Lanzó una mirada feroz al
fotógrafo y se acercó a mí.
―Sonríe― me ordenó en voz baja mientras me acercaba a su lado y me
ponía una mano enorme y cubierta de barro en la cadera.
Atónita, lo miré fijamente―¿Cómo?
―Sonríe― repitió Johnny con calma, arropándome bajo su brazo.
Aturdida, me volví hacia el fotógrafo e hice exactamente lo que Johnny
me dijo.
Sonreí.
El fotógrafo arqueó una ceja y me miró con curiosidad, pero enseguida

BOYS OF TOMMEN #1
se apresuró a hacer lo que parecían un millón de fotos. Los flashes que salían
de su cámara eran cegadores y, cuando se les unieron muchos más flashes de
otros fotógrafos, empecé a temblar de ansiedad.
¿Qué demonios estaba pasando?
―De acuerdo, ya basta― dijo Johnny mientras levantaba una mano y me
soltaba de la cadera―Gracias por venir hoy. Agradezco el apoyo.
―¿Johnny, Johnny? ―gritó una de las mujeres que se aglomeraban entre
nosotros―¿Cuál es su relación?
―Es privado― respondió Johnny con frialdad.
―¿Cómo te llamas, chica? ―preguntó el fotógrafo del inicio mientras
sacaba un bolígrafo del bolsillo de su abrigo.
Temblando, me quedé allí de pie, sintiéndome como una tonta, sintiendo
un millón de pares de ojos curiosos en mi cara.
―Shannon Lynch―dijo Johnny asintiendo con la cabeza y, haciendo
caso omiso de la media docena de fotógrafos que nos observaban, volvió a
centrar su atención en mí―¿Vienes a la fiesta después de clase?
―¿Qué están haciendo? ―pregunté insegura, incapaz de concentrarme
en lo que acababa de decir, porque estaba demasiado ocupada mirando al
fotógrafo que escribía algo en el dorso de la mano y a varios reporteros más que
merodeaban cerca.
―Ignóralos― dijo Johnny moviendo la cabeza―Se irán.
―Te están mirando― susurré―¿Y creo que, me miran a mí?
Soltando un gruñido frustrado, Johnny se dio la vuelta.
―Estoy en el colegio― declaró en tono cortante―En el recinto escolar.
Con una menor.
Afortunadamente, eso pareció funcionar porque se dispersaron
lentamente.

BOYS OF TOMMEN #1
―Eso fue muy raro―le dije a Johnny cuando volvió a mirarme.
Me miró con curiosidad―¿No te gustan ese tipo de cosas?
―Fue horrible―exclamé―Toda esa atención por un juego tonto.
Johnny me dirigió otra mirada curiosa. Le devolví la mirada, totalmente
confundida.
―Entonces, ¿vienes? ― preguntó Johnny.
Cuando seguí mirándolo sin comprender, me aclaró.
―A la fiesta. La madre de Hughie está organizando una fiesta para el
equipo en su casa.
―¿Yo?
―Sí, tú ―contestó, dirigiéndome una mirada peculiar.
Mi ritmo cardíaco aumentó a un nivel peligroso mientras miraba
fijamente a ese chico tan guapo que me estaba invitando a una fiesta. Espera,
¿me lo estaba preguntando o invitando? Dios, no lo sabía.
Frunciendo el ceño, Johnny añadió ―Eres amiga de su hermana, Claire,
¿verdad?
―Oh―Sacudí la cabeza enérgicamente―Oh, ah, no, yo no. Quiero
decir, sí, soy amiga de Claire, pero no voy a ir a la fiesta.
Arqueó una ceja―¿Por qué?
―Porque no se me permite ir a ninguna...―Me detuve en seco y
rápidamente dirigí mis palabras en una dirección más segura―Tengo que
ayudar a mi madre por las tardes.
―Está embarazada―dijo en tono pensativo.
―Sí― respondí y luego, como me encantaba incomodar las situaciones,
añadí ―El parto será en agosto.
―¿Felicidades? ―ofreció Johnny, moviéndose incómodo.
«Buen trabajo, Shannon», siseé mentalmente.

BOYS OF TOMMEN #1
―Gracias―respondí, retorciéndome.
―¿Segura que no quieres venir? ―preguntó entonces. ―No beberé, así
que te puedo llevar a casa cuando quieras...
―Capi―gritó entonces uno de sus compañeros―Trae tu culo aquí,
hombre, y levanta esta puta copa.
―Estoy hablando, Pierce―espetó Johnny, dándose la vuelta para mirar
a quien le llamaba―Dame un maldito minuto.
―Te llaman tus amigos― me apresuré a decir, sabiendo que necesitaba
alejarme de este chico antes de hacer algo increíblemente estúpido como aceptar
su invitación.
Porque yo quería. Realmente lo deseaba. Y si me quedaba aquí y seguía
mirándolo, sabía que lo haría.
―Será mejor que me vaya―añadí, saludando a Johnny con la
mano―Pásalo bien.
No esperé a oír su respuesta.
En lugar de eso, giré sobre mis talones y me alejé a toda prisa con el
corazón martilleándome en el pecho.
―¿Segura que no quieres venir durante una hora? ―Oí a Johnny
llamarme.
―Segura―le contesté por encima del hombro mientras me alejaba a toda
prisa―Adiós, Johnny.
―Eh, sí, adiós, Shannon.
El sonido de las risas de los chicos detrás de mí me llenó los oídos, pero
no me atreví a mirar atrás. En lugar de eso, hice lo más sensato y me alejé de la
tentación con las palabras de Claire resonando en mis oídos.
"Los chicos con ojos bonitos y músculos grandes lo estropean todo para
las chicas".

BOYS OF TOMMEN #1
Cuánta razón tenía.
Eran poco más de las ocho de la noche cuando por fin llegué a casa
después de la escuela aquella tarde.
Estaba a cinco kilómetros de Tommen y el autobús se había averiado.
Durante dos horas, nos vimos obligados a permanecer en el autobús mientras
enviaban otro autobús desde la ciudad de Cork para transportarnos a casa.
Fue ridículo.
Había pasado cada minuto de esas dos horas dándome patadas
mentalmente por no haber aceptado la oferta de Johnny.
¿Qué demonios me pasa? Me gustaba. Realmente me gustaba.
Me preguntó si iba a una fiesta, se ofreció a llevarme a casa, y yo me di
la vuelta y prácticamente corrí lejos de él.
No, corrige eso: Hui de él.
En mi defensa, me había sorprendido completamente. Ni una sola vez en
las semanas que habían pasado desde mi accidente ninguno de los dos se había
acercado al otro. Rompió la regla imaginaria que se había impuesto entre
nosotros. Me sorprendió hablándome y yo seguía muy confundida.
Durante toda la noche, mi mente siguió dándole vueltas al encuentro
hasta que me puse azul de tanto pensarlo y me sentí totalmente disgustada
conmigo misma. Debería haber ido a la fiesta.
Si lo hubiera hecho, no habría pasado dos horas en un autobús helado en
condiciones semiáridas. Al menos, si hubiera ido a la fiesta, haber llegado tarde
habría merecido la pena.
Porque la mirada de mi padre cuando entré en casa me aseguró que las
dos horas que había pasado sentada sola en un autobús averiado desde luego

BOYS OF TOMMEN #1
que no lo valieron.
―¿Dónde estabas? ―preguntó papá, observándome como un halcón
desde su puesto en la mesa de la cocina cuando entré por la puerta.
El pánico se apoderó de mí. Mi padre era un hombre de aspecto poderoso,
que medía 1.80, tenía el pelo rubio oscuro y una complexión, atlética que se le
había quedado grabada desde sus tiempos de jugador de hurling.
Él también había jugado en Cork, pero a diferencia de mis hermanos, yo
no hablaba abiertamente de los méritos y logros de mi padre. Porque no estaba
orgullosa del hombre que me miraba. Ya ni siquiera estaba segura de sí lo
quería.
O si alguna vez lo había hecho…
No cuando me aterrorizaba más que cualquiera de los matones de la
escuela...
―¿Y bien? ―insistió, con tono tenso. Estaba volviendo a colocar la
empuñadura de goma en lo que parecía la hurley de Ollie y verle sujetando la
hurley de madera hizo que un temblor de pánico me recorriera la espina
dorsal―¡Llegas tarde!
De repente me sentí muy agradecida por haber huido de Johnny
Kavanagh cuando me invitó a la fiesta después de clase. Un escalofrío recorrió
mi cuerpo al pensar en lo que mi padre podría hacer si hubiera aceptado su
invitación.
―El autobús se averió ―dije mientras dejaba la mochila contra la
pared―Tuvimos que esperar dos horas a que otro autobús nos recogiera.
Mi padre me miró con dureza. Me quedé donde estaba, sin atreverme a
respirar. Finalmente, asintió con la cabeza.
―Malditos autobuses―murmuró mi padre, volviendo a centrar su
atención en su tarea.

BOYS OF TOMMEN #1
El aire que había estado reteniendo salió de mis pulmones en un fuerte
jadeo.
«No pasa nada, Shannon, me dije, no está arrastrando las palabras, no
huele a whisky ni hay indicios de muebles rotos»
Pero no fui tan tonta como para tentar a la suerte a mi padre y me dirigí a
la barra de la cocina con la intención de prepararme un bocadillo de queso para
llevar.
Salir de la cocina y subir a mi dormitorio sin enfrentamientos fue mi
objetivo durante el minuto siguiente, mientras me apresuraba a preparar un
sándwich chueco y me servía un vaso de agua del grifo.
―Buenas noches, papá―susurré cuando tuve el sándwich y el agua
listos.
―No vuelvas a llegar tarde ―fue lo único que contestó, sin apartar los
ojos de la hurley que tenía en las manos―¿Me oyes, niña?
―Te escuché ―balbuceé, y subí las escaleras hasta la intimidad de mi
dormitorio.
Una vez dentro, abrí la cerradura y me hundí contra la puerta, tratando
desesperadamente de controlar mi ritmo cardíaco.
Hoy era viernes.
El viernes era un día seguro.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 11
Es Preferible Un Puñetazo En La Cara Que Un Pastel
Mi cabeza y mi cuerpo estaban destrozados. No podía disfrutar de la

victoria ni celebrarlo de verdad con el equipo porque estaba molesto.
Molesto por algo que no podía entender.
Rechacé las innumerables botellas de cerveza que me lanzaron a la cara
y me quedé pensativo en el sofá del salón de Hughie, con el trofeo de mejor
jugador del partido apoyado en el cojín a mi lado y la medalla de ganador
colgada del cuello, esperando el momento de escabullirme, conducir hasta casa
y ahogarme en un baño helado.
Era mi deber estar con mis compañeros después de una gran victoria
como ésta. Al ser el capitán, se suponía que debía encabezar las celebraciones.
En el equipo de música de la esquina sonaba a todo volumen I'll Fly with
You, de Gigi D'Agostino, y sabía que esa estúpida canción de duh, duh do de
duh foghorn se me quedaría grabada en la cabeza toda la noche.
La casa estaba llena de gente del equipo y del colegio, todos bebiendo,
comiendo y bailando.
En lugar de unirme a las bromas, me estaba poniendo hielo en el muslo
porque ponérmelo en las pelotas no sería socialmente aceptable, arrastrando por
el plato un trozo de filete que me había cocinado Sinead, la madre de Hughie, y

BOYS OF TOMMEN #1
pensando en una chica que parecía no apartarse de mí cabeza lo suficientemente
rápido.
Eso lo demostraba todo.
Todos los demás bebían y se divertían, mientras yo reponía proteínas y
me volvía loco por una chica.
¿Así se sentía el rechazo? Si era así, apestaba.
Nunca sabré qué me llevó a acercarme a Shannon, pero todo el mundo
gritaba a mi alrededor, la multitud me daba en la cara, necesitaba un respiro, y
la vi allí de pie, con los ojos grandes y sola, y algo cambió dentro de mí.
En ese momento tenía sentido acercarme y hablar con ella. Porque no
quería que estuviera sola. Porque apenas podía concentrarme durante el partido
sabiendo que me estaba mirando. Porque cuando se dio la vuelta para irse, mis
piernas se movieron solas, desesperadas por interceptarla.
“¿Puedo llevarte a casa cuando tengas que irte?”
¿Qué demonios?
También podría haberle gritado a la chica, “quiéreme, quiéreme, carajo”.
Me sentí como un maldito imbécil. ¿En qué estaba pensando al invitarla a la
fiesta? Peor aún, ¿en qué estabapensando al esperar que dijera que sí? Yo era un
extraño para ella.
Por Dios.
Estaba tan decepcionado conmigo mismo. Durante los dos últimos meses,
me había ido tan bien, tan condenadamente bien, en mis intentos de alejarme de
ella. No podía sacármela de la cabeza, pero maldita sea, mantenía las distancias.
Una victoria cargada de adrenalina y la cagué. Peor que arruinarlo, la
arrastré a una foto conmigo.
Y parecía aterrorizada...
―¿Estás bien, amigo? ―Feely preguntó, hundiéndose en el sofá a mi

BOYS OF TOMMEN #1
lado junto a mí.
Gruñendo, saqué el cojín de detrás de mi espalda y lo coloqué en mi
regazo cubriendo el moratón que se extendía por mi muslo derecho. Yo seguía
con el uniforme puesto, al igual que la mayoría del equipo. Seguían vistiendo
sus camisetas porque querían presumir, y con toda la razón. Haber ganado cinco
veces seguidas el School Boys Shield era un nuevo récord para Tommen y para
algunos de los más jóvenes era su primer trofeo.
Todavía llevaba puesto el equipo porque no tenía fuerzas para vestirme
después del partido. Si no resultara tan atractivo para los reclutadores, tiraría la
toalla con el equipo de la escuela y reservaría mi cuerpo para los partidos de la
academia o del club.
―Sabes, Sinead te echaría un vistazo, si se lo pidieras―interrumpió
Feely mis pensamientos diciendo―Es enfermera, amigo.
Me volví para mirarle―¿Qué?
Señaló mi pierna―¿Te está dando problemas otra vez?
Esforzándome por contener mi irritación, sacudí la cabeza y dije―No,
estoy bien. Recibí una patada en el campo, eso es todo, amigo.
Patrick me miró con recelo, pero no insistió.
Eso me gustaba de él.
Él no presionaba nada.
Si no era asunto suyo, no preguntaba.
―¿No bebes esta noche? ―Le pregunté, desviando el tema de mis
fracasos―Una gran victoria para la escuela, amigo. Deberías estar
celebrándolo.
―¿Debería estar celebrándolo? ―Patrick sonrió satisfecho―¿Qué hay
del mismísimo Sr. MOM? Si alguien debería estar celebrándolo, eres tú.

BOYS OF TOMMEN #1
Sonreí ante el término Sr. MOM6 -que significa hombre del partido- y dije:
―Los sábados entreno con la academia ¿Cuál es tu excusa?
―No estoy de humor ―fue todo lo que respondió.
Como antes, cuando no me presionó para que le diera información, le
devolví el favor.
―En realidad estoy pensando en irme―añadió, poniéndose de pie―Me
preguntaba si podrías llevarme a casa.
Como un perro hambriento al que le regalan un jugoso hueso, respondí
con un suspiro de alivio. Dejé el plato y la bolsa de hielo sobre la mesita, me
incorporé e inspiré varias veces por la nariz antes de apoyar la pierna.
―Cuando tú quieras.
Patrick sonrió con satisfacción, pero no dijo nada sobre mi entusiasmo.
Se agachó, recogió mi trofeo del sofá y me lo entregó; menos mal, porque
si hubiera tenido que volver a agacharme no habría sido capaz de levantarme.
―Espera, espera, espera ―Gibsie gritó por encima de la música al darse
cuenta de mi intento de irme―Siéntate ahí, Capi―ordenó, abriéndose paso entre
la multitud hacia mí―Todavía no te vas a ninguna parte.
Abrí la boca para decirle que se fuera a la mierda, pero dos de los chicos
del equipo, Luke Casey y Robbie Mac, vinieron corriendo hacia mí,
arrastrándome de nuevo al sofá antes de plantarse a ambos lados de mí.
Miré a Patrick, que se encogió de hombros resignado.
Ambos sabíamos que no íbamos a salir de aquí pronto, no cuando Gibsie
apagó la música y anunció.
―Tengo que dar un discurso.
―Lo siento, Capi ―se rió Robbie Mac―Pero tienes que oír esto.
Resistiendo las ganas de gemir por el dolor que me recorría la parte
6
En inglés es “man of the match”

BOYS OF TOMMEN #1
inferior de la pierna, sacudí la cabeza y cogí la bolsa de hielo.
―Maldición, Gibs.
Con su medalla de campeón aun colgando del cuello, Gibsie arrastró la
mesita hasta el equipo de música y se subió. Con la camiseta enrollada en la
cabeza como un puto pañuelo, cogió el control del televisor que tenía detrás y
se lo llevó a la boca como si fuera su micrófono personal.
Los chicos del equipo echaron la cabeza hacia atrás y soltaron una
carcajada mientras él pulsaba el mando a distancia y realizaba una prueba de
sonido.
Maldito imbécil...
Con una sonrisa de idiota grabada en la cara, Gibsie tocó su "micro" y
dijo ―¿Qué tal están esta noche? ―Miró la medalla que llevaba en el pecho y
sonrió―Podríamos acostumbrarnos a esto, ¿verdad, chicos?
Un ensordecedor estallido de aplausos y gritos de aprobación surgieron
de la sala.
―Muy bien, chicos, Jesús, no hace falta que me griten―se
burló―¡Joder, estoy en la misma habitación que ustedes!
Su respuesta juguetona provocó una respuesta aún más ruidosa del equipo
y de nuestros amigos.
―De todos modos ―se rió ―yendo al grano, tengo una pequeña canción
que me gustaría cantar, para la persona más especial de mi vida.
Oohs y awwws vinieron de un grupo de chicas en la puerta.
Puse los ojos en blanco al ver la facilidad con la que el chico guapo,
lateral del equipo, podía cautivarlas.
Gibsie se aclaró la garganta para mayor efecto, y luego dijo ―Sin las
malditas manos mágicas de esta persona especial, yo no estaría aquí hoy... con esta
hermosa pieza de plata ―Sacudió la cabeza y se llevó una mano al corazón―¡Gracias,

BOYS OF TOMMEN #1
cariño!
Por las miradas que recibía de los chicos y las risitas de Robbie y Luke,
me di cuenta de que la fiesta de Gibsie iba a ser a mi costa.
―¡No hagas nada estúpido! ―Advertí a Gibsie justo cuando se acercó y
pulsó un botón del equipo de música.
Al instante, mis hombros se tensaron cuando el sonido familiar de Walk
of Life de Dire Strait empezó a sonar por los altavoces.
Inmediatamente, supe lo que se avecinaba.
Ese bastardo...
―Johnny, cariño― gritó el idiota de mi mejor amigo con fingida pasión
en la voz, apuntando sus dedos atados con tiras en mi dirección. ―Esta es para
ti―se rió antes de ponerse a cantar, canturreando la letra que se había
convertido en la pesadilla de mi vida desde que entré en un campo con esos
estúpidos culchies76 en sexto curso.
Los chicos a mi alrededor se unieron a Gibsie en el coro ruidoso y burlón.
Se tiraron sillas hacia atrás mientras los chicos celebraban nuestra victoria.
Robbie y Luke me arrastraron fuera del sofá donde me lanzaron al aire y
me sostuvieron mis compañeros de equipo. Feely, el traidor, estaba
inconsolable mientras se partía de risa a mi costa. Oh sí, ahora podían reírse
todo lo que quisieran, pero yo iba a enterrar a estos bastardos en el
entrenamiento del lunes.
7
Forma informal irlandesa de llamar a las personas fuera de Dublín, campesinos poco sofisticados.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 12
Hora De Confesar
Estaba terminando las últimas tareas del domingo por la noche cuando
unos golpes en la puerta de mi habitación interrumpieron mi concentración.
Doblé el cuaderno, lo metí en el libro de Matemáticas y grité.
―Adelante.
La puerta de mi habitación se abrió de golpe y la cabeza de mi hermano
asomó por la rendija.
―¿Qué pasa, Joe? ―pregunté, volviendo a meter los libros en la
mochila.
―Iré a la tienda―anunció mi hermano, echando un rápido vistazo
alrededor de mi habitación antes de que sus ojos volvieran a mi cara―¿Quieres
algo?
―¿Dónde está Aoife?
―En mi habitación.
―¿Se quedará a dormir?
―Sí.
Aoife iba a BCS y estaba en sexto curso con Joey, así que no era raro que

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se quedaran en casa del otro una noche de colegio y fueran juntos a clase.
Estaban en una edad en la que estaba permitido quedarse a dormir.
O al menos, nadie le decía una palabra a Joey cuando llevaba a una chica
a casa. Había un gran caso de doble moral en esta casa, una casa que había
estado excepcionalmente tranquila este fin de semana.
Mi padre se comportaba de forma extraña. Se comportaba como un ser
humano. Anoche incluso nos compró comida china para llevar y me pasó el
control remoto en lugar de arrojármelo como solía hacer.
No era tan ingenua como para creer que la decisión de mi padre de no
romper la casa este fin de semana se debía a que había decidido pasar página.
No, yo había sido miembro de esta familia el tiempo suficiente para
reconocer este período de tranquilidad como la calma que precede a la tormenta.
Pronto estallaría.
Siempre lo hacía.
Sólo podía esperar no estar en el ojo del huracán cuando ocurriera.
―¿Quieres algo de la tienda o no? ―Joey preguntó, sonando
impaciente―Va a cerrar pronto.
Miré la pantalla de mi teléfono para comprobar la hora. Las 10:45 de la
noche―¿Por qué vas a la tienda tan tarde? ―pregunté―¿Qué necesitas que sea
tan importante?
Joey sonrió―¿Quieres que te responda con sinceridad?
―No ―gemí, fingiendo una arcada cuando me di cuenta―Lárgate.
―Buenas noches, Shan ―rió entre dientes, cerrando mi puerta.
―¡Cuídate! ―grité tras él―Soy demasiado joven para ser tía.
Mi teléfono vibró contra mi muslo, alertándome de una llamada entrante
de Claire.
―¿Hola? ―dije acercándomelo a la oreja.

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―Hola, pollito ―me dijo contenta―¿Qué vas a hacer el próximo fin de
semana?
Me levanté de la cama, corrí hacia la puerta y giré la cerradura.
―Nada―respondí. Como siempre―¿Por qué?
―Porque, mi querido amigo, Gerard Gibson aprobó su examen teórico
el viernes por la mañana y algún idiota demente de la oficina de impuestos
decidió darle un permiso de conducir provisional.
―¿En serio? ―Me reí, pensando en Gibsie al volante de un vehículo.
―Oh, sí ―suspiró Claire―Me pasé la última hora y media intentando
echarlo de mi habitación.
―¿Por qué estaba en tu habitación?
―Para regodearse ―explicó―Agitando su pequeño carnet verde como
si fuera el rey de la colina.
―¿Qué tiene que ver que Gibsie se saque el carné de conducir con el
próximo fin de semana?
―Sus padres le compraron un coche por su cumpleaños la semana
pasada― explicó ella―Quiere que todos demos una vuelta con él.
Mis cejas se alzaron―¿Quiénes son todos?
―La pandilla de siempre―respondió Claire con despreocupación―Yo,
Gerard, Hughie, Katie, Pierce, Lizzie, Patrick, Johnny y tú, por supuesto.
El corazón me dio un vuelco al oír el nombre de Johnny. Y luego se
disparó aún más ante la perspectiva de pasar tiempo real con él.
―¿Por qué yo? ―alcancé a preguntar.
―Porque eres nuestra amiga―respondió.
Negué con la cabeza―No, Claire, soy tu amiga. Tuya y de Lizzie.
―Bueno, Gerard me dijo que te invitara.
―¿Por qué? ―Exclamé sin poder evitarlo―No me conoce.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Lo ayudaste con Brian?
Negué con la cabeza―Eso no nos convierte en amigos.
―Bueno, él sabe que eres mi mejor amiga ―explicó―Lo que significa
que cualquier invitación que reciba se extiende automáticamente a ti también.
―Bueno, no puede meter a toda esa gente en un coche.
―Entonces tal vez puedas ir en el coche de Johnny―replicó Claire en
tono burlón―Por cierto, el viernes te vi con él en el campo, pequeña coqueta.
―No estaba coqueteando con él―prácticamente balbuceé―Se me
acercó.
―Mejor aún ―soltó una risita―Él era el que coqueteaba.
―Nadie estaba coqueteando― le dije ―Sólo estábamos...
―¿Sólo qué? ―bromeó Claire.
―Hablando― completé con un encogimiento de hombros impotente.
―¿Sobre qué?
―No lo sé ―murmuré―Sólo cosas, supongo.
―Y haciéndose fotos juntos― añadió con una carcajada―Yo también
vi eso.
―Oh, Dios ―Gemí derrotada y me dejé caer sobre la almohada―Me
pilló tan desprevenida― balbuceé―Deberías haberme escuchado intentando
hablar con él―añadí, mordiéndome el labio―Se me trabó la lengua y me quedé
embobada durante toda la conversación, Claire. Fue completamente humillante.
―Se te trabó la lengua porque te gusta―insistió.
Sin molestarme en negarlo, me limité a suspirar por lo bajo.
―Dios mío ―jadeó, emocionada―¿Por fin admites que te gusta?Asentí
y entonces me di cuenta de que ella no podía verme.
―No creo que tenga sentido negarlo ―susurré, sintiendo que me ardía
la cara de pensarlo―Me gusta, Claire, creo que me gusta de verdad.

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―Vaya, Shan― respondió Claire con suavidad―Esto es algo realmente
grande para ti.
Ella tenía razón.
Era enorme y aterrador.
Absolutamente aterrador.
―Es ridículo―murmuré cabizbaja―Ni siquiera lo conozco.
―Sí que lo conoces― argumentó Claire.
―No muy bien― respondí con un suspiro.
―Bueno― musitó ella―Nunca he conocido a Johnny Depp en persona
y eso no me ha impedido enamorarme perdidamente de él.
Puse los ojos en blanco ante su respuesta―Sí, porque eso es lo mismo.
―Tengo su número de teléfono, ¿sabes? ―se ofreció entonces
Claire―Puedo dártelo y podrías mandarle un mensaje.
Mis ojos se abrieron de par en par―De ninguna manera.
―¿Estás segura?
―Segura― exclamé―No hay forma en la tierra verde de Dios de que yo
pueda ser el tipo de chica que hace eso―Mordiéndome el labio, pregunté
rápidamente―¿Cómo tienes su número?
―Gerard siempre toma prestado mi teléfono ―explicó ―Siempre llama
a Johnny cuando usa mi teléfono. Johnny es prácticamente su gemelo siamés.
Así que guardé el número de Johnny en Llamada para sexo― Y añadió
riéndose―Fue muy gracioso. Gerard estaba tan molesto conmigo, exigiendo
saber con quién me estaba enrollando y por qué no era él el que aparecía bajo
ese nombre.
―Claire, no puedes decirle a nadie que me gusta― solté, sintiendo
pánico de haber dejado salir al gato de la bolsa―Por favor. Ni siquiera a Lizzie
y sobre todo a Gibsie.

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―No lo haré, lo prometo― juró―Pero si le mandaras un mensaje, creo
que te llevarías una grata sorpresa― añadió―Sé que Lizzie te contó un montón
de cosas sobre él, pero sinceramente, la mayoría son chismes inventados.
Johnny no es el chico que todas las chicas del colegio pintan que es.
―Sí― susurré―Ya he deducido eso.
Él era mejor.
Mucho mejor.
―Entonces, ¿vendrás con nosotros el próximo fin de
semana?―preguntó
―No me dejarán ir.
―Vamos, Shan, no puedes decir que no, así como así ―se quejó Claire―¿No
sin preguntar, al menos?
―No necesito preguntar, Claire―le dije entre dientes―Ya sé la
respuesta.
―Entonces no le preguntes― se apresuró a decir ―Invéntate una excusa
o algo y ven a mi casa. Ni siquiera tenemos que ir con los chicos.
Suspiré pesadamente ―Claire...
―Podemos cenar en mi casa―se apresuró a decir―Y ya sabes, si Johnny
se pasara por aquí por casualidad, debido a un mensaje de texto pícaro enviado
desde mi teléfono, entonces tal vez ustedes dos podrían subir a mi habitación
y...
―Basta― le advertí, estremeciéndome ante la idea.
Claire se rió por lo bajo―Estoy bromeando.
―Más te vale― refunfuñé―Porque me moriría.
―Entonces, ¿quieres hacerlo? ―preguntó, sofocando la risa―¿Venir a
mi casa a comer algo y ver una película? ¿O podríamos ir al cine? ¿O a comer
a un restaurante? Lo que tú quieras― me dijo―Tú eliges y yo invito.

BOYS OF TOMMEN #1
―Te quiero por ofrecérmelo― le dije, mordiéndome el labio para que no
me temblara―Pero sabes que él nunca lo permitirá.
Claire suspiró pesadamente―Shan...
―No lo hagas― le supliqué en voz baja―Por favor, no digas nada.
Hubo una larga pausa antes de que susurrara ―No lo haré
Me sentíaliviada―Gracias.
―Estoy aquí para ti ―fue todo lo que Claire respondió con un tono de
voz triste―Para siempre.

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.
CAPÍTULO 13
Arrastrándose E Improvisando
Todos los días, desde que empecé en Tommen, me sentaba exactamente

en la misma mesa del comedor para el recreo. Estaba cerca de la puerta y
consistía en una mesa de banquete de diez metros, llena de mis compañeros de
equipo y algunas de sus amigas.
Siempre me sentaba al final de la mesa, de espaldas a la pared, mirando
al resto de la sala, desde donde tenía una visión nítida de todo lo que ocurría a
mi alrededor. Me gustaba porque tenía espacio para respirar y no tener a las
putas chicas metiéndome mano y tocándome la espalda cada quince segundos.
Y como siempre, Gibs y Feely se sentaban frente a mí, y Hughie se
sentaba a mi derecha. La diferencia hoy era que tanto Hughie como Feely
estaban castigados, y Gibsie me miraba con el ceño fruncido.
―¿Podrías dejar de mirarla durante cinco putos minutos y fingir que me
escuchas? ―siseó Gibsie―En serio, amigo― Tiró el bocadillo a la mesa y
levantó las manos, frustrado―Se está volviendo espeluznante, y me estás
desplazando de mi comida.
―No estoy haciendo nada ―refunfuñé mientras me recostaba en mi silla
y hacía rodar distraídamente mi botella de agua entre las manos.

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Shannon estaba sentada al otro lado del comedor con sus dos amigas,
sonriendo y riéndose de algo que decía la hermana pequeña de Hughie. Llevaba
el pelo recogido en dos largas trenzas que descansaban sobre sus pequeños
hombros, y cada vez que enrollaba una de esas trenzas alrededor de su dedo, yo
tenía que reprimir un gemido.
En serio, llevaba veinticinco minutos aquí sentado, sin escuchar una sola
palabra de lo que Gibsie decía, porque estaba demasiado jodidamente ocupado
observando a una chica que claramente no quería tener nada que ver conmigo.
Todo el fin de semana, Shannon había estado en el fondo de mi mente -
de acuerdo, al frente.
Llevaba días dándole vueltas a su reacción ante mí en el campo el viernes,
y a cómo se alejó de mí a toda prisa. Cuando se cruzó conmigo en el pasillo esta
mañana después de la primera clase, me sentí demasiado excitado al verla. Por
supuesto, sonrió tímidamente antes de bajar la cabeza y pasar a toda prisa junto
a mí, pero estaba aquí.
Estaba en mi espacio.
Lo que significaba que mi atención y mis pensamientos estaban fijados
únicamente en ella.
Y lo odiaba.
Me di cuenta de que la deseaba, y que era totalmente inapropiado y de
mala suerte para mí, pero lo hice.
Deseaba a Shannon Lynch.
Y peor que desearla, realmente me gustaba. Tenía ese algo dulce y me
gustaba lo que sentía cuando estaba cerca de ella. Me gustaba como miraba,
como hablaba, como se comportaba.
Me gustaban un montón de cosas de ella y, por extraño que parezca, no
tenía nada que ver con lo que había debajo de su ropa.

BOYS OF TOMMEN #1
Bueno, eso no era del todo cierto. Pensaba mucho en lo que encontraría
bajo su ropa y me gustaban mucho esas imágenes.
Pero era más que eso. Todo iba a más cuando se trataba de ella. Pero no
estaba en posición de dedicarle tiempo a una chica, y pasar tiempo con esa en
particular podría meterme en un mundo de problemas. Sabíacómo funcionaban
las cosas; pasaba demasiado tiempo con una chica y surgían sentimientos, y
donde surgían sentimientos, surgía follar. Era una peligrosa situación para
sopesar. Una a la que no estaba dispuesto a llegar.
―No, no estás haciendo nada― dijo Gibsie sarcásticamente, moviéndose
en su asiento para bloquear mi perfecta visión de ella―Sólo la estás desnudando
mentalmente en tu cabeza.
―No lo estoy haciendo― gruñí, mirándolo desde el otro lado de la mesa.
«Lo estaba haciendo. Maldición, Lo estaba haciendo. Dios, ¿era tan
obvio?»
―Sí, lo eres― dijo Gibsie, leyendo claramente mis pensamientos―Y te
diré quién más es obvio―añadió, señalando con el pulgar a nuestra
derecha―Esa zorra malvada.
No necesité mirar para saber que se refería a Bella.
Estaba sentada en el extremo opuesto de nuestra mesa con algunos de los
chicos del equipo de sexto curso, donde había pasado la mayor parte de la
comida intentando sacarme de quicio.
No funcionó.
No iba a morder el anzuelo.
―Ignórala― Le quité el corcho a mi botella y bebí un trago de
agua―Ella no merece la pena.
―Amigo, sé que lo estoy repitiendo, pero sinceramente no sé cómo
pudiste tocarla― gimió.

BOYS OF TOMMEN #1
―Yo tampoco lo sé―admití, mientras volvía a tapar mi botella y
reanudaba mi mirada fija en Shannon.
Se recostó en su silla y arqueó una ceja―Deberías acercarte y hablar con
ella.
―¿A Bella? ―Fruncí el ceño―No, joder, gracias.
―No a ese demonio―contraatacó Gibsie con una mueca―Shannon.
Negué con la cabeza―No.
―Ella es frígida, ¿sabes? ―afirmó Gibsie con indiferencia―O al menos
lo era ―Me dirigió una mirada mordaz―No le habrás metido la lengua en la
garganta, ¿verdad?
―No― siseé.
―De acuerdo entonces― reflexionó―Sigue siendo frígida 8.
Lo miré con el ceño fruncido―¿Cómo sabes eso?
―Escucho atentamente― se rió, dándose golpecitos en la sien―¿Qué?
―Oí por casualidad a las chicas hablar de ello en el dormitorio de Claire
hace un rato― admitió―Esa víbora a la que Pierce está follando estaba
hablando de lo terrible que fue Pierce, y salió a colación que Shannon nunca ha
besado a un chico ―Frunciendo el ceño, añadió ―A la víbora realmente no le
gustó como se la folló Pierce.
―Jesucristo―murmuré―¿Ahora escuchas fuera del dormitorio de la
chica? ―Cuando no lo negó, negué con la cabeza―Tienes un problema, Gibs.
Uno grande.
―Sólo es un problema si lo admites―replicó con una sonrisa
cómplice―¿No es así como funciona, Johnny?
―Vete a la mierda― gruñí, sabiendo exactamente a dónde quería llegar.
―Vamos, Johnny. Ve allí y habla con ella― me animó―Puedes hacerlo.
8
Gibsie aquí da a entender que Shannon no tiene experiencia de ningún tipo.

BOYS OF TOMMEN #1
―No, Gibs ―le dije―Déjalo así.
―¿Por qué no? ―exigió en tono exasperado.
―Porque no quiero― espeté.
―Mentiroso.
―¿Sabes qué? Para un tipo que se hace llamar mi mejor amigo, estás
haciendo un trabajo de mierda― gruñí―Te dije que no voy a ir allí con esa
chica. Te dije que es demasiado joven para mí.
―Tú eres el que no puede dejar de mirarla― ladró.
―Pues dime que pare― le respondí―No me digas que vaya allí.
―Sí te dije que pares― siseó Gibsie, sonando exasperado―Hace como
dos minutos. Te dije que dejaras de mirarla como un rastrero, y sin embargo
aquí estás, todavía follándotela con los ojos, y todavía mirando como si alguien
se hubiera cagado en tus cereales― Levantó las manos―¿Qué se supone que
debo hacer contigo?
―Se supone que tienes que recordar que soy el imbécil que casi muere
esta mañana siendo el copiloto de tu culo de aprendiz― refunfuñé―Así que,
en vez de animarme a tomar malas decisiones, ¿por qué no intentas apoyarme
por una vez?
―¡Soy un buen conductor!
Puse los ojos en blanco―Eres un peligro.
―Y yo no soy más que un apoyo para ti―resopló dramáticamente― Soy
tu puto apoyo número uno, Johnny Kavanagh― Se echó hacia atrás en el
asiento, cruzó los brazos sobre el pecho y me miró con dureza―Acabas de herir
mis sentimientos.
―¿Herí tus sentimientos? ―Enarqué una ceja―¿Quién es ahora el
cabronazo?
―Discúlpate― me ordenó.

BOYS OF TOMMEN #1
―Ya basta, idiota― me reí.
Me devolvió la mirada ―Pídeme perdón.
―¿Por qué?
―Por herir mis sentimientos― resopló―Ahora discúlpate.
―Lo siento, Gibs― me apacigüé, decidiendo que era más fácil darle al
imbécil lo que quería.
―Podrías decirlo en serio― argumentó.
―Podrías aprender a no tentar a la suerte― le advertí.
Nos miramos fijamente durante quince segundos hasta que sonrió y
dijo―Acepto tus disculpas.
―Bien― murmuré―Me alegro por ti.
―Y ya que pareces necesitar tanto apoyo estos días...―Echando hacia
atrás su silla, Gibsie se levantó y me guiñó un ojo―Iré a hablar con ella por ti.
―No te atrevas...―Hice una pausa para agarrarlo, pero se zafó de mi
agarre y se alejó―¡Gibs!
―Tranquilo, Kav, yo me encargo―me dijo mientras hacía ademán de
ajustarse la corbata del colegio. Moviendo las cejas, añadió―Mira cómo se
hace.
Y se dirigió a la mesa de las chicas y se sentó.
Mierda...
Mis pies se movieron antes de que mi sentido común tuviera la
oportunidad de convencerme de que abandonara la situación en la que estaba a
punto de caer.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 14
Licencias Provisionales
El lunes podía sentir los ojos de Johnny en mi cara desde el otro lado del
comedor.
Como la acosadora que era, sabía exactamente dónde se sentaba a comer
cada día: el último asiento al final de la glorificada mesa de rugby, en la fila
interior, junto al pasadizo de salida. Durante todo el almuerzo, ignoré
obedientemente la sensación de ardor en las mejillas, el mismo ardor que sentía
hasta los dedos de los pies, y me concentré en Claire y Lizzie.
Porque sabía lo que pasaría si volvía a mirarle. Me delataría y él no tenía
por qué saber lo mucho que me afectaba. Me confundió el viernes pasado y me
estaba confundiendo de nuevo.
¿Por qué me miraba? ¿Por qué me invitó a esa fiesta? ¿Por qué hizo que
mi corazón se acelerara tan violentamente?
No entendía lo que estaba pasando y, en la tormenta de mis turbulentas
emociones, necesitaba aferrarme a alguna sensación de control.
No era fácil, sin embargo, y ese control me fue arrebatado de mis
tambaleantes garras en el momento en que Gibsie se acercó a nuestra mesa, con

BOYS OF TOMMEN #1
su pelo rubio y su gran sonrisa.
―Señoritas― dijo en ese tono coqueto al que me había acostumbrado
mientras se sentaba al otro lado de Claire―¿Cómo están hoy?
―¿Qué quieres, Gerard? ―Claire gimió, zafándose de su agarre cuando
él le rodeó el hombro con el brazo―Estamos intentando comer aquí.
―Tengo algo que enseñarte― le dijo él, moviendo las cejas.
―No pienso mirarte el pene―siseó Claire―Así que deja de intentar
enseñármelo.
―Eso no― resopló Gibsie y luego procedió a sacar un juego de llaves
de su bolsillo y colgarlas en la cara de Claire―Estas.
―Dios mío― jadeó Claire, arrebatándole las llaves de las manos― ¿Tus
padres te dieron el coche antes de tiempo? Creí que no te iban a dar las llaves
hasta el fin de semana.
―Cedieron― le dijo él, sonriendo―Lo que significa...
―¿Han soltado a un maníaco por las carreteras irlandesas? ―intervino
Lizzie.
―Dios― murmuró Gibsie, frunciendo el ceño a través de la mesa hacia
Lizzie―Eres tan graciosa.
Lizzie se limitó a enseñarle el dedo y volvió a su almuerzo.
Sacudiendo la cabeza, Gibsie volvió a centrar su atención en Claire.
―Hay más―anunció, prestándole toda su atención―Se fueron a
Tenerife ― Movió las cejas―Hasta el lunes.
―¿Te dejaron solo? ―preguntó Claire―¿A ti?
―Y sabes lo que eso significa, ¿verdad? ―Le guiñó un ojo―Fiesta de
pijamadas.
―¿Tus padres te dejaron a cargo de su casa? ―repitió ella, con cara de
asombro.

BOYS OF TOMMEN #1
Sonrió y le quitó la manzana de la mano―Lo hicieron.
―¿Durante una semana entera? ―Claire negó con la cabeza, con la boca
abierta―¿Solo? Sin supervisión.
Su sonrisa se ensanchó mientras Claire le lanzaba una manzana.
―Pareces sorprendida― añadió, atrapando la manzana sin esfuerzo.
Intrigada por su interacción, me apoyé en la mesa y observé con interés.
―Porque lo estoy―balbuceó Claire, devolviéndole la mirada―¿Ellos lo
saben?
―Obviamente no― resopló―Ahora vete a casa y recoge tus
cosas―Enarcó las cejas antes de darle un mordisco a la manzana de
Claire―Porque te vas a alojar en el Hotel Gibson esta semana―añadió a medio
masticar―Es momento de divertirse.
―¿Ah, ¿sí? ―Claire se recostó en su silla y sonrió con satisfacción―¿Y
el Hotel Gibson tiene buenas críticas?
―Viene incluida una polla, Osita Claire ―anunció Gibsie, y no en voz
baja―Un suministro ilimitado de pollas de cinco estrellas.
―Dilo más alto ―siseó ella, dándole una palmada en el hombro―Creo
que no te ha oído todo el mundo.
―¡Viene con una polla, Claire! ―se burló él, aceptando su desafío sin
un ápice de vergüenza―Mi polla.
―Que te follen la polla ―gruñó Claire, con cara de mortificación.
―Claro que puedes―asintió él con una sonrisa―Pero aquí no es
realmente el lugar.
―No sé por qué soy tu amiga―murmuró Claire, con las mejillas
encendidas―Eres tan inapropiado.
―Eres amiga mía porque me quieres―ronroneó él―Porque soy el único
que hace que tus mejillas se vuelvan rosas…―hizo una pausa y le acarició la

BOYS OF TOMMEN #1
mejilla con el dedo―…en más de un sentido.
―Cuando tenía once años, Gerard ―replicó ella―¡Y fue un maldito
beso!
―Estoy listo para repetir ―le dijo él―Di la palabra, Osita Claire, dime
que estás lista para nosotros, y soy todo tuyo…
―¡Deja de estar haciendo eso! ―Lizzie ladró entonces, mirando a
Gibsie.
―¿Haciendo qué?
―Jugando con sus sentimientos ―resopló.
―¡No es un juego!
―Lizzie, no pasa nada ―empezó a decir Claire, pero Lizzie la cortó.
―No está bien ―le espetó―Lleva haciéndolo desde que teníamos cuatro
años. Está mal.
―No estoy jugando con sus sentimientos―replicó Gibsie, con cara de
confusión―Ella sabe que la quiero.
Claire se puso roja como una remolacha y Lizzie gruñó.
―Sí, imbécil― siseó Lizzie―La quieres, ¿verdad? Por eso vas por ahí
tirándote a medio instituto, ¿no?
―¿Cuál es tu problema? ―gruñó Gibsie, mirándola ahora.
―Tú ―espetó Lizzie―Tú y tus amigos de mierda creyéndose la última
gota de agua en el desierto. Yendo por ahí jugando con las chicas como si fuera
un gran juego. Son todos unos repugnantes. Hasta el último de ustedes, cabezas
de rugby.
Gibsie se quedó boquiabierto, con cara de afrenta―¿Qué te hizo Johnny
a ti?
―Sí― preguntó una voz familiar―¿Qué hice?
El corazón se me aceleró en el pecho al oír aquel acento dublinés tan

BOYS OF TOMMEN #1
familiar. Destacaba entre todos los que nos rodeaban, igual que él destacaba
entre todos los que nos rodeaban.
―Eres tan malo como el resto de ellos ―siseó Lizzie, sin perder un
segundo, mientras dirigía su furiosa mirada hacia Johnny, que, para mi
desgracia, estaba apartando la silla a mi lado―Peor aún. Tú eres su líder.
―Bueno, eso es nuevo para mí ―replicó Johnny con calma.
Se sentó a mi lado y sentí que el trozo de pan que estaba masticando se
me pegaba en la garganta. Al tragarlo, lo miré con los ojos muy abiertos y
confusa.
Me sonrió―Hola, Shannon.
―Hola, Johnny―susurré, devolviéndole la mirada, sintiendo que el
corazón estaba a dos segundos de salírseme del pecho.
―¿Cómo estás? ―preguntó, con la voz ronca, ojos azules quemando
agujeros en los míos.
―Estoy bien― respiré―¿Cómo estás tú?
Sonrió satisfecho―Yo estoy bien.
«Maldita sea, otra vez esa palabra...»
―¿Tuviste un buen fin de semana?
―Mmm, estuvo bien―Me sonrojé.
―¿En serio?
― Sí ¿Y tú?
―Me pasé la mayor parte entrenando ―Sonrió satisfecho―Igual que
siempre.
Asentí, sin entender nada de lo que estaba pasando―¿Cómo estuvo la
fiesta?
―No me quedé mucho tiempo ―Johnny apoyó el codo en la mesa, giró
el cuerpo hacia dentro y me prestó toda su atención―En realidad sólo fui a dar

BOYS OF TOMMEN #1
la cara.
―¿Por qué? ―Respiré, ardiendo de estar tan cerca de él.
―Por compromiso con los chicos ―me explicó, golpeando la mesa con
sus largos dedos, con los ojos azules clavados en los míos―Trato de evitar las
fiestas durante la temporada…
―Jesús, tú también no― gruñó Lizzie―Ya es bastante malo que Thor
por allí esté tirando su mierda con Claire sin que tú te metas con Shannon.
Johnny volvió sus ojos azules hacia Lizzie―¿Perdona?
―Ya me escuchaste ―replicó ella.
―¿No se me permite hablar con ella? ―cuestionó, arqueando una
ceja―¿No te gusta compartir a tus amigos?
―Ya sé lo que haces ―replicó Lizzie desafiante.
―Tienes razón, Gibs ―musitó Johnny sacudiendo un poco la cabeza.
Inclinándose hacia atrás en su silla, añadió―Pierce es un jodido santo.
―Respeto total ―replicó Gibsie, apoyando el brazo en la silla de Claire.
―Ugh―se mofó Lizzie, lanzando una mirada de asco tanto a Johnny
como a Gibsie.
―Los odio a todos.
―Cuando dices todos, ¿eso se aplica sólo a nosotros...? ―Gibsie hizo un
gesto de sí mismo a Johnny―¿O a todos los hombres?
―A ti más que a nadie, estúpido rubio con cabeza en forma de
rugby―espetó Lizzie. Echó la silla hacia atrás, se levantó y miró a Johnny―Y
tú lesigues de cerca, Capitán Fantástico, por no controlar mejor a ese imbécil.
Dicho esto, Lizzie dio media vuelta y salió del comedor.
―Vaya―suspiró Gibsie cuando Lizzie se fue―Esa chica realmente me
odia.
―Odia a todo el mundo―replicó Claire, dándole unas palmaditas
tranquilizadoras en el brazo―No te lo tomes como algo personal.

BOYS OF TOMMEN #1
―Es verdad ―decidí añdir―Sólo le gustan dos personas.
―Exacto― coincidió Claire―Realmente no es nada personal. Lizzie
sólo nos protege.
―Sí, bueno, yo no tengo una cabeza con forma de rugby― refunfuñó
Gibsie. Luego miró a Johnny. ―¿La tengo?
―No, Gibs― suspiró Johnny―Tu cabeza no tiene forma de balón de
rugby.
―¿En serio? ―Se tocó la cabeza cohibido―Porque pesaba como doce
libras cuando nací, y mi mamá siempre se queja con sus amigas de cómo la
destrocé con mi gran cabeza.
―Es una cabeza perfectamente normal, Gibs―le dijo Johnny―Muy
redonda.
―¿No es demasiado grande?
―Te fue creciendo ―le aseguró―Ahora te queda bien.
Sin poder contenerme, solté una risita al ver a Johnny consolando a
Gibsie.
―¿Otra vez riéndote de mí desgracia, pequeña Shannon? ―Gibsie
replicó con una sonrisa diabólica―Adelante, desahógate.
Me encogí de hombros con impotencia, sin dejar de sonreír. Era tan
inusual y divertido.
―Ahora, volvamos a los negocios― continuó Gibsie, reclinándose en su
silla―¿Qué quieres ver esta noche?
Claire frunció el ceño. ―¿Esta noche?
―Iremos al cine― afirmó con una sonrisa diabólica.
―¿Quiénes? ―exclamó Johnny, tensándose a mi lado.
Gibsie nos rodeó a los cuatro con el dedo.
Me quedé con la boca abierta―¿Eh?

BOYS OF TOMMEN #1
―La loba también puede venir ―le dijo a Claire―Si prometes ponerle
un bozal.
―Gibs ―dijo Johnny en tono de advertencia, sacudiendo la cabeza.
―Vamos, hombre ―contraatacó Gibsie―Puedes perderte una sesión por
una noche. Necesito un chófer hasta que me sienta cómodo conduciendo solo.
Girándose para mirarme, dijo ―¿Qué dices, pequeña Shannon?
Miré a Claire, que me devolvía la mirada con una confusión reflejada, y
luego a Johnny, que parecía sufrir algún tipo de dolor físico, antes de decidirme
por Gibsie.
«Di que sí, Shannon.Ve con ellos. Tú quieres. De verdad, de verdad que
quieres. Pero él te matará. Si lo descubre, serás una chica muerta andante»
Sacudí la cabeza y balbuceé―No puedo.
―¿No puedes? ―Gibsie frunció el ceño―¿Por qué no?
―Porque yo... yo no... es...―Sacudiendo la cabeza, exhalé un suspiro
entrecortado―Yo no...
―Ella no puede ir, Gibs ―intervino Johnny afortunadamente ―Déjala.
―Pero...
―¡Déjala!
La campana sonó entonces, señalando el final del almuerzo, y Johnny se
puso de pie.
―Vamos, imbécil ―gruñó, mirando a Gibsie―Tenemos cosas que
resolver.
―¿Me pasaré por tu casa sobre las siete? ―Gibsie le preguntó a
Claire― ¿Te parece bien?
Claire asintió contenta.
Gibs le dedicó una enorme sonrisa antes de levantarse y despeinarle los
rizos―Nos vemos entonces, Osita Claire.

BOYS OF TOMMEN #1
Mi mirada encontró el camino de vuelta a Johnny, que estaba de pie en el
borde de la mesa con una expresión aterradora grabada en la cara.
―Adiós, Johnny― le dije en voz baja.
Sus facciones se suavizaron al instante, me miró y sonrió.
―Adiós,Shannon.
―Bueno, eso ha sido lo más extraño que ha pasado en mucho
tiempo―anunció Claire cuando los chicos se habían ido.
―Sí― respiré―Muy extraño.

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CAPÍTULO 15
Pausas Para Ir Al Baño Y Propuestas
Cuando la gente dice que algo es demasiado bueno para ser verdad,
normalmente lo es. Eso fue exactamente lo que sentí cuando salí del cuarto de
baño el martes por la tarde después de clase y choqué con un pecho duro.
Sorprendida de encontrar a alguien de pie fuera del baño cuando hace
rato que había sonado el timbre final, dejé escapar un pequeño chillido.
―¿Qué tal, Shannon? ―me preguntó el chico rubio, vagamente familiar,
sonriéndome.
Los pasillos estaban relativamente vacíos, con sólo unos pocos
estudiantes deambulando por los pasillos, lo que me llevó a creer que me había
estado esperando aquí fuera.
Después de todo, el baño de las chicas era un lugar poco habitual para
que un chico merodeara fuera de él, especialmente uno vestido con camiseta,
pantalones cortos y botas de fútbol.
El pánico se mezcló con una gran dosis de recelo en mi interior.
―Um, bien― respondí, acomodando y volviendo a acomodar mi cabello
detrás de mioreja, un claro rasgo de nerviosismo―¿Cómo estás?

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―Mejor ahora que hablo contigo―anunció, confirmando mi peor
pesadilla, mientras se acercaba, las tachuelas de sus botas repiqueteando contra
el suelo.
―¿Me estabas esperando aquí fuera? ―Me obligué a preguntar,
necesitaba la confirmación de su voz. No me preguntes por qué, pero necesitaba
aclarar esta locura―En tu...―Señalé su atuendo―¿equipo de rugby?
―Estaba entrenando y me olvidé el protector bucal en la taquilla―
explicó, sin avergonzarse lo más mínimo por nada de esto―Te vi entrar en el
baño cuando me dirigía a mi taquilla, así que pensé en esperar para hablar
contigo― Encogiéndose de hombros como si su explicación sin sentido fuera
perfectamente aceptable, añadió―Por cierto, soy Ronan. Ronan McGarry.
Tenemos francés juntos.
Su tono era amistoso, pero yo sabía que no debía dejarme engañar.
Amistoso podía convertirse en matón en un nanosegundo.
―Sí, lo sé―Dando un paso atrás para recuperar mi espacio personal,
añadí―Bueno, ha sido muy amable por tu parte venir a saludarme, pero tengo
que agarrar el autobús. Sale pronto y el conductor no me esperará…
―Ese día te vi en el campo, Shannon―ronroneó, con la voz baja y los
ojos encendidos de excitación―De eso quería hablarte―Dio otro paso hacia
mí, invadiendo mi espacio una vez más―¿En bragas? Esas piernas asesinas...
Te vi visto entera.
Mi corazón se hundió.
Cada músculo de mi cuerpo se tensó con pavor.
Era esto.
Lo que había estado esperando.
La inevitable burla.
Conocía vagamente a Ronan McGarry, me había sentado frente a él en

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clase de francés las últimas semanas, pero no me había dado cuenta de que
estaba en el equipo de rugby. No me había fijado en él en el campo la semana
pasada, pero tampoco me había fijado en nadie más que en Johnny aquel día.
Supongo que tenía sentido, con el equipo lleno de barro que llevaba y el
pómulo magullado. Pero no tenía nada que decirle, así que me callé y esperé a
que hablara.
Hablaría.
Siempre lo hacían.
―Y tengo que ser sincero, Shannon―Levantó la mano y tiró de mi trenza
con su mano manchada de barro, no con fuerza, fue más bien en plan juguetón,
pero no me gustó la intromisión―No he podido dejar de pensar en ti desde
entonces.
«Finge indiferencia, Shannon. Finge que no te importa»
Me hice a un lado para liberar mi pelo de su agarre, me deshice de sus
palabras con un pequeño encogimiento de hombros y me acomodé la mochila
sobre los hombros.
Se me quedó mirando largo rato, con los ojos bailando de emoción, antes
de decir ―Eres una cosita tímida, ¿verdad?
―No― le contesté, con la voz pequeña, y era la verdad.
No era tímida. Podía ser tan franca y expresiva como cualquiera cuando
estaba con gente en la que confiaba.
Pero era prudente.
Tenía buenas razones para serlo.
Y no confiaba en él.
―Bueno, tímida o no, eres jodidamente preciosa bajo esa ropa― dijo en
voz baja, arrastrando el labio inferior a la boca mientras sus ojos recorrían
descaradamente mi cuerpo―Me encantaría tener tu número.

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Me quedé mirándolo. ¿Lo decía en serio? Me quedé pasmada mirándole
a la cara, intentando evaluarle. Parecíacompletamente serio.
―Yo, ah, yo, no...―Sacudiendo la cabeza, evité por poco su mano una
vez más cuando intentó tirar de mi trenza otra vez―Lo siento, Ronan, pero no
doy mi número a extraños.
Lo último que quería era darle mi número de teléfono a alguien que no
fueran Claire y Lizzie. Dar mis datos significaba que los matones tenían línea
directa con mi cabeza 24 horas al día, 7 días a la semana.
Y aunque ya había cometido ese error una vez en mi antiguo colegio, un
nuevo número de teléfono y los restos llameantes de una sabiduría ganada con
esfuerzo significaban que no volvería a hacerlo.
Ronan se burló―No soy un extraño.
―Lo eres para mí―respondí, obligándome a mantenerme firme.
―Vamos, Shannon, no muerdo―Continuó sonriéndome, pero era más
duro, sus ojos un poco más fríos ahora―Sólo dame tu número.
―No― Negué con la cabeza―Lo siento, pero no te conozco lo suficiente
como para darte mi número.
―Siempre puedes llegar a conocerme―coqueteó, poniendo una mano
firme en mi hombro.
Aunque no podía sentir su tacto a través de mi grueso abrigo de invierno,
retrocedí inmediatamente ante el contacto, pero él no movió la mano.
―Tengo que agarrar el autobús―balbuceé, repitiendo mis palabras
anteriores. Mis hombros estaban más rígidos que el cemento cuando
añadí―Tengo que irme ya o lo perderé―Me estaba aferrando por completo a
lo que podía, pero necesitaba alejarme de aquel chico―En serio, el conductor
no me esperará.
―Habrá otro autobús― replicó ―No habrá otro yo.

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«Dios mío, esperaba que no»
―Escucha―insistió Ronan, con un tono coqueto―Se supone que tengo
que estar en una charla después del entrenamiento con el equipo en el campo.
Al entrenador le gusta reunirnos a todos para hablar de estrategia después de los
entrenamientos.
Me lo dijo como si pensara que me importaba.
No me importaba.
Sólo me importaba que se alejara de mí.
―Pero no tengo que ir― Su mano pasó de mi hombro a mi codo ―Podría
dejarlo por ti― Su mano bajó, recorriendo el dobladillo de mi falda―¿Qué te
parece? ―preguntó, acercándose a mi oído―¿Te apetece volver al baño y
conocerme un poco mejor?
―No― espeté, apartándome de su contacto―No me interesa.
―Vamos, Shannon―me espetó, con un tono exaltado y los ojos
brillantes de irritación―Mira a tu alrededor―Volvió a ponerme la mano en el
hombro, esta vez sin delicadeza ―Nadie va a vernos...
Ronan no tuvo oportunidad de terminar la frase cuando un chico mucho
más grande y mucho mayor se lo llevó literalmente a rastras.
―Eres un hijo de puta suicida, ¿verdad? ―decía el chico en un tono
extrañamente suave mientras se paseaba por el pasillo con su enorme mano
ahuecando la nuca de Ronan, obligándolo a doblarse y a moverse para seguir
sus largas zancadas.
Llevaba el mismo atuendo, un jersey de rayas blancas y negras, unos
pantalones cortos blancos y unas botas que hacían ruido contra el suelo al
caminar, desprendiendo de las zapatillas de futbol restos de tierra y hierba.
El único contraste era un número 9 en la espalda de la camiseta de Ronan
y un número 7 en la del grandullón.

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Me di cuenta de inmediato. El número 7.
Gerard "Gibsie" Gibson. El enamorado de Claire. El paseador de gatos. El
extraño.
¡Gracias a Dios!
Todos los alumnos que aún merodeaban por el pasillo dejaron de hacer
lo que estaban haciendo para ver el drama, pero nadie intervino. Ni una sola
persona intervino en favor de Ronan mientras el gigante, rubio, hombre-niño lo
hacía marchar por el pasillo.
―Suéltame, Gibsie―chillaba Ronan, intentando liberarse del
monstruoso agarre―Sólo estaba bromeando.
―Sabes que va a matarte, ¿verdad? ―preguntó Gibsie, con un tono
cargado de diversión, mientras acompañaba a Ronan hasta la entrada principal
y lo arrojaba con toda seriedad por la doble puerta de cristal.
―¡Gibsie! ―Ronan gritaba, con la cara roja, mientras luchaba con el
picaporte de la puerta―Deja de molestar. Sólo estaba siendo amistoso con ella.
―Eso no sonó amistoso, chico―se burló Gibsie―Eso sonó desesperado
y un poco violador.
En ese momento, ambos chicos estaban jaloneando; con Ronan tratando
furiosamente de abrir la puerta, y Gibsie cerrándola con razonable facilidad.
―¡Déjame entrar, Gibsie! ―Ronan rugió, tirando de la manija como un
loco. Era un tira y afloja y él no conseguía empujarla hacia dentro―Necesito
mi inhalador.
―No, ni siquiera intentes esa mierda conmigo, McGarry―gritó Gibsie
con una carcajada, sosteniendo la puerta cerrada cuando Ronan intentó con la
manija―Conocías las reglas y ni siquiera tienes asma.
―¿Y qué? ―exigió Ronan, con cara de indignación―¿Vas a dejarme
fuera del colegio porque él dijo que no?

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¿Qué?
―Absolutamente.
¿De qué demonios estaban hablando?
―¡Él no es mi capitán! ―Ronan gruñó, apretando la frente contra el
cristal.
Estaba muy confundida.
―Oh, pero sí lo es― replicó Gibsie, todavía riendo, y estaba segura de
que la situación le estaba pareciendo muy divertida―Y los perros que no pueden
comportarse con la nueva amiga del Capi se quedan fuera.
―Vas a pagar por esto, Gibs― siseó Ronan―Te juro por Dios que, si no
me dejas entrar, le voy a contar esto a mi tío.
―¿En serio?
―Te echarán del equipo por esto.
―Por la amenaza, me voy a follar a tu madre, McGarry― respondió
Gibsie―Y luego me voy a correr en todas sus tetas, y a ella le va a encantar
cada minuto―Con otra risita, dijo―Ve y cuéntale al tío Coachy todo lo que
planeé con su hermana.
―¡Te voy a matar! ―Ronan gritó, golpeando sus puños contra el cristal.
―Chúpame las bolas…
―¿Qué está pasando? ―una voz masculina familiar retumbó en el aire.
Me di cuenta de quién era de inmediato.
Conocía ese acento.
Sin pensarlo dos veces, mis ojos buscaron frenéticamente al dueño de la
voz, y cuando lo encontré, caminando rígidamente hacia la salida del comedor,
con una bolsa de hielo en el muslo derecho, el corazón me martilleó
salvajemente contra la caja torácica.
De pie, a unos seis metros de distancia, estaba en desventaja visual, pero

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lo bastante cerca como para ver cómo cada centímetro de la parte superior del
cuerpo de Johnny se tensaba contra el confinamiento de su camiseta, desde sus
anchos hombros hasta sus bíceps del tamaño de un tronco de árbol y su torso
largo y delgado.
Tenía las piernas largas y los muslos gruesos y musculosos, todo ello
cubierto de hierba y barro. Me fijé en el pequeño desgarro de la manga de su
camiseta, donde se le abultaba el bíceps.
Señor, estaba literalmente reventando la tela. Iba vestido igual que los
otros chicos, con el mismo maillot y los mismos pantalones cortos, pero era
incomparablemente diferente por el tamaño de su cuerpo.
Era demasiado grande.
Demasiado musculoso.
Demasiado aterrador.
Demasiado guapo.
Demasiado.
Sacudiendo la cabeza para despejar mis pensamientos errantes, me centré
en la acalorada discusión que tenía lugar en el otro extremo del pasillo.
―¿Qué hizo ahora el muy imbécil? ―exigió Johnny mientras cerraba el
espacio entre él y Gibsie.
Me di cuenta mentalmente de que caminaba con la misma ligera cojera
que había observado en innumerables ocasiones. Apenas se notaba, pero si te
fijabas bien, como yo hacía constantemente, estaba claro que intentaba
mantener el peso alejado de la pierna derecha.
Mi mirada danzó entre los tres, pasando de Ronan, que ya no tiraba de la
manilla -de hecho, se había alejado unos pasos de la puerta-, a Gibsie, que
sonreía como el gato de Alicia, antes de parar y quedarse junto a Johnny. En
serio, por muy alto que fuera Gibsie, Johnny sobresalía por encima de él.

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Tenía una mancha de barro seco en la mejilla que intentó apartar con el
dorso de la mano libre. El pelo castaño oscuro le revoloteaba por todos lados.
Probablemente por el sudor, observé mentalmente, o por jugar fuera bajo la
lluvia.
Estaba de pie de tal forma que podía ver su perfil lateral y cómo fruncía
el ceño cuando Gibsie le hablaba en voz baja al oído.
No entendía lo que decían y no quería abandonar el santuario de mi rincón
fuera del cuarto de baño, sabiendo que siempre podía meterme dentro,
encerrarme en el retrete y llamar a Joey si la cosa se ponía fea.
Segundos después, el cuerpo de Johnny se tensó visiblemente.
―¿Qué?
Tiró la bolsa de hielo al suelo y cerró los puños mientras miraba por el
cristal, mostrando el número 13 en su espalda.
Dio un paso adelante y se detuvo justo al lado de la puerta cuando Gibsie
le puso una mano en el hombro.
―¡Me estás jodiendo! ―bramó, reaccionando a lo que fuera que su
amigo le estuviera susurrando al oído.
Johnny giró la cabeza en dirección a Ronan antes de girar rápidamente
hacia mí. Sus ojos se posaron en mi cara y, demonios, parecía furioso. Fue sólo
una mirada fugaz y rápidamente volvió a centrar su atención en Ronan.
Esta vez pude oír claramente lo que decía.
―Te voy a dar cinco segundos de ventaja, hijo de puta― rugió a través
del cristal―Y luego te voy a cortar la polla y te la voy a dar de comer.
―Vete a la mierda, Kavanagh―le gritó Ronan, pero su cara estaba
mucho más pálida que antes―No puedes tocarme.
―Uno― ladró Johnny―Dos, tres, cuatro...
―¿Qué estás esperando? ―Gibsie gritó, agitando sus manos en el aire

BOYS OF TOMMEN #1
alentadoramente―En marcha, Forrest.
¿De verdad iban a pelear? ¿Por mí? ¿Realmente era por mí? No podía ser.
Ni siquiera me conocían. No me gustaban los enfrentamientos, no podía
soportarlos, y esto parecíaestar a punto de convertirse en una tormenta.
Decidí distraerme de la situación, giré sobre mis talones y salí corriendo
hacia el baño, sin detenerme hasta que estuve a salvo en uno de los baños con
la puerta cerrada detrás de mí.
Con manos temblorosas, me quité el bolso de los hombros y lo dejé caer
contra el suelo de baldosas. Me dejé caer sobre el retrete cerrado, me incliné
hacia delante, apoyé los codos en las rodillas y me hundí las manos en el pelo,
tambaleándome.
¿Qué demonios acababa de ocurrir? ¿Qué había pasado? ¿Qué habría
hecho si Gerard o Gibsie o como se llamara no hubiera venido? ¿Dónde estaría
ahora?
A medida que mi adrenalina anterior se desinflaba, las lágrimas goteaban
por mis mejillas, pero no era porque tuviera miedo. De acuerdo, sí, tenía miedo,
pero mis lágrimas eran de rabia. En realidad, estaba cabreada.
¿Quién demonios se creía Ronan McGarry? Más aún, ¿quién se creía que
era yo? Invitándome a los baños con él. Dios, parecía que esperaba que dijera
que sí.
Parpadeando, aparté las lágrimas, apreté y luego abrí los puños, con las
rodillas golpeando, mientras la ira y la humillación me recorrían.
Odiaba a los humanos.
Eran una decepción.
Y pensar que Dios había cambiado a los dinosaurios por los hombres.
Debía de estar furioso.
Me pasé una mano por la cara, me enjugué rápidamente las mejillas

BOYS OF TOMMEN #1
húmedas y luché por controlar mis emociones. Estaba molesta conmigo misma
por ser el tipo de persona que lloracuando se enfada.
Quería ser una persona que gritara. Gritar era mucho mejor que llorar.
También estaba disgustada conmigo misma por congelarme.
No tenía derecho a ponerme las manos encima y no hice nada para
impedírselo. Las palabras no parecían suficientes para aquel chico, y en lugar
de darle una patada en los huevos o apartarle la mano de un manotazo, me había
callado como hacía siempre.
Ya debería haber aprendido que ser débil no me hacía ningún favor, y no
defenderme tampoco era una opción. En situaciones como la que acababa de
vivir, tenía que defenderme. Tenía que evitar que el miedo no se apoderara de
mí.
Tenía derecho a defenderme. Defenderme no significaba provocar. Lo
sabía, pero el problema era que, cada vez que me enfrentaba a una confrontación
o una crisis, mi cuerpo -y mi mente- reaccionaban siempre con elmismo instinto
roto: congelarse.
La gente hablaba del instinto de lucha o de huida. Yo no tenía ninguno
de los dos. En lugar de luchar o huir, me paralizaba. Siempre, joder.
Respiré lenta y largamente, tratando de calmar mis nervios y mis erráticos
latidos. Tuvieron que pasar tres intentos de sacudirme la mano hasta que
conseguí desabrocharme los botones superiores del abrigo y sacar el teléfono
del bolsillo de la camisa que llevaba debajo del jersey.
Temblorosa, desbloqueé la pantalla sólo para liberar una nueva oleada de
pánico en mi torrente sanguíneo cuando mis ojos se posaron en el reloj digital
de la parte superior de la pantalla.
Eran las 5:47pm.
Mi autobús salía a las 5:30 en punto. Lo había perdido. No pasaría otro

BOYS OF TOMMEN #1
por la ruta que yo necesitaba hasta las 9:45 de la noche.
―Mierda― susurré gritando, desplazándome rápidamente por mi lista de
contactos para encontrar el nombre de mi hermano.
Al pulsar "Llamar", me acerqué el teléfono a la oreja, pero en lugar del
típico sonido de llamada, me recibió una voz robótica pregrabada que me
informaba de que no tenía crédito suficiente para realizar la llamada.
―¡Maldita sea!
Gruñendo, tecleé rápidamente el código que me permitía enviar un
mensaje de texto gratuito de "llámame" a Joey. Al no obtener respuesta
inmediata, envié otro, y luego tres más por si acaso.
Mamá estaba en el trabajo y no llevaría el teléfono encima, y yo prefería
dormir aquí mismo, en este retrete, que llamar a mi padre para que viniera a
buscarme, aunque ni siquiera vendría si se lo pidiera.
Treinta minutos más tarde, había enviado al menos otros veinte mensajes
gratuitos de "llámame" a mi hermano, pero sin resultado.
Obviamente, o no llevaba el teléfono encima o lo había puesto en silencio.
Mi apuesta era que estaba en modo silencioso, ya que Joey rara vez salía
de casa sin él. Probablemente se olvidó de quitar el modo silencioso al salir del
colegio.
No sabía qué más hacer aparte de esperar en el colegio hasta que llegara
el próximo autobús. Sabía que el colegio permanecía abierto hasta tarde para
los programas extraescolares y las clases particulares. Técnicamente nunca
cerraba, ya que también era un internado, pero la zona principal permanecía
abierta al menos hasta las nueve de la noche.
Mi estómago retumbó ruidosamente, rompiendo el silencio. Volví a mirar
la hora y vi que eran las 6:18 de la tarde. Tenía esas rebanadas de pan guardadas
en mi lonchera. Podía ir a hacerme unas tostadas en la zona común mientras

BOYS OF TOMMEN #1
esperaba.
Estaría en serios problemas cuando llegara a casa, pero de ninguna
manera en la tierra dada por Dios iba a caminar las quince millas hasta casa. La
caminata, estaba segura de poder soportarla. Lo que me preocupaba era con
quién me encontraría.
Me levanté, volví a meter el teléfono en el bolsillo de la camisa, me
abroché el abrigo, cogí el bolso y salí del baño, parando para lavarme las manos
antes de abandonar la seguridad del cuarto de baño.
Apreté el oído contra la puerta y escuché durante un largo rato.
Cuando no se oyeron gritos ni violencia del otro lado, abrí la puerta y salí.
Como en un horrible caso de déjà vu, salí del cuarto de baño y me
encontré de frente con un duro pecho musculoso.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 16
Mantén Las Manos Alejadas
Mi entrepierna ardía y mi cuerpo hervía de rabia apenas contenida.

Recibir una patada en la entrepierna al final de un saque durante un
entrenamiento no era mi idea de una sesión de entrenamiento productiva.
Tardé cinco minutos en respirar por la nariz mientras yacía en el campo
antes de poder confiar en que el contenido de mi estómago se quedaría ahí y me
levantaría. Resistiendo la reacción natural de mutilar y matar al culpable, que
resultó ser un Hughie con cara de oveja, me olvidé de los últimos cinco minutos
de entrenamiento para ir en busca de una bolsa de hielo.
Teníamos la final de la liga a la vuelta de la esquina y los gilipollas de
mis compañeros iban a acabar conmigo antes incluso de llegar allí.
Salir el fin de semana pasado estuvo muy bien, y el trofeo fue una bonita
victoria para el equipo, pero yo tenía la vista puesta en la copa y ellos también
debían tenerla... aunque, al parecer, no era así, a juzgar por la floja sesión de
entrenamiento de ayer y la pésima sesión de esta tarde.
Salía de la cafetería con una bolsa de hielo atada a la espalda y otra al
muslo cuando la voz de Gibsie retumbó en el aire seguida de la molesta voz de
Ronan McGarry.
―¿Qué hizo ahora el muy imbécil? ―les grité cuando aparecieron, de pie

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a ambos lados de la puerta de cristal de la entrada.
―No pierdas la cabeza―dijo Gibsie en tono bajo―Lo tengo bajo
control.
―¿Qué? ―Pregunté.
Gibsie soltó un suspiro―Estaba molestando a Shannon afuera de los
baños― Se restregó la cara con la mano―Intentando que se metiera en el baño
con él.
Todo mi cuerpo se tensó mientras una niebla roja me nublaba la vista.
Había estado muy molesto con Gibsie por el numerito que montó ayer en la
comida, pero ahora mismo estaba agradecido por su intromisión.
Tiré la bolsa de hielo al suelo, miré por la ventana y gruñí―¡Me estás
jodiendo!
―No. También se puso un poco majadero con ella―añadió Gibsie,
mirando a McGarry a través del cristal―Al parecer McGarry tiene un problema
de oído porque la chica le dijo claramente que no.
Mis piernas se movieron antes de que mi cerebro tuviera la oportunidad
de ponerse al día.
Se lo advertí.
Le advertí que la dejara en paz.
Iba a matar a ese hijo de puta.
―No―Gibsie advirtió mientras me agarraba del hombro y me tiraba
hacia atrás―Ella está justo ahí, amigo.
Me di la vuelta y me encontré con una Shannon con los ojos muy abiertos
que me miraba fijamente.
Parecía aterrorizada.
―Por el amor de Dios― gemí, apartando rápidamente la mirada para no
ver el miedo en sus grandes ojos azules.

BOYS OF TOMMEN #1
Llevaba todo el día intentando mantener las distancias, pero el puto
McGarry lo había fastidiado todo.
Lo odiaba.
Era una palabra fuerte, pero acertada a la hora de evaluar mis
sentimientos hacia ese imbécil. Le advertí que se mantuviera alejado de ella, y
fue y lo hizo de todos modos. Tal vez una vez que usara mis puños en lugar de
mis palabras, me tomaría en serio. Si no lo hacía, íbamos a tener un problema
aún mayor.
Volviéndome hacia Ronan, siseé―Te voy a dar cinco segundos de
ventaja, hijo de puta, y luego te voy a cortar la polla y te la voy a dar de comer.
―Vete a la mierda, Kavanagh―escupió McGarry―No puedes tocarme.
―Uno― gruñí, agarrando la manilla de la puerta―Dos, tres, cuatro...
―¿Qué estás esperando? ―Gibs se rió, haciendo gestos con las
manos―Ponte en marcha, Forrest.
―Cinco― gruñí y abrí la puerta de un tirón.
McGarry salió disparado como un perro asustado, corriendo a toda
velocidad. Podía moverse tan rápido como le permitieran sus piernas y aun así
no podría dejarme atrás.
Herido o no, yo era una maldita bala.
―Lo siento― gritó por encima del hombro mientras atravesaba el
patio―¡Para, lo siento! No volveré a acercarme a ella.
―Demasiado tarde, hijo de puta― le respondí, acercándome a él.
Lo agarré por detrás de la camiseta y tiré de él hasta que se detuvo
bruscamente.
―Suéltame―siseó, resistiéndose a mi agarre.
―Ven aquí, pedazo de mierda―gruñí mientras lo arrastraba por los
escalones hasta la Sala de Educación Física.

BOYS OF TOMMEN #1
―Detenlo― le gritó Ronan a Gibsie, que nos seguía―Gibs, vamos,
viejo.
―Pocas posibilidades de que eso ocurra, chico― le respondió Gibsie―A
diferencia de tu estúpido culo, no soy un suicida y no tengo intención de
ponerme en la línea de fuego.
Salí al pasillo a toda velocidad y golpeé con la palma de la mano la puerta
de los vestuarios, empujándola para abrirla. El equipo estaba dentro y se volvió
para mirarnos.
―Oh, por el amor de Dios― gimió Hughie, viéndonos entrar con cara de
resignación―¿Qué hizo ahora?
―Rompió las reglas―se rió Gibsie―El chico va a ir a misa.
―Y nos estaba yendo tan bien― suspiró Feely.
―¿Johnny? ―murmuró Cormac Ryan, rascándose la barbuda
mandíbula―No deberías hacerle eso al sobrino del entrenador...
―Alégrate de no ser tú, imbécil― gruñí, manteniendo un agarre mortal
sobre McGarry mientras lo arrastraba hacia las duchas.
―¡Deténganlo! ―Exigió Ronan―¡Chicos, ayúdenme!
Nadie se movió.
Estos muchachos tenían lealtad.
―¿Crees que puedes ponerle las manos encima? ―Siseé cuando
estábamos en las duchas y lejos del equipo. Liberando su cuello, lo empujé
contra la pared―¿Y bien?
―Sólo estaba bromeando con ella― gruñó, apartándose de la
pared―Era una broma. Cristo, relájate.
―¿Te parezco relajado? ―Di un paso hacia él―¿Me estoy riendo,
idiota?
―Retrocede―advirtió McGarry, levantando los puños delante de él―Lo

BOYS OF TOMMEN #1
digo en serio, Kavanagh. Retrocede de una puta vez.
―Bonitas palabras― gruñí, acechándole―Lástima que no sepas lo que
significan.
Me lanzó un golpe y consiguió alcanzarme en la mandíbula.
Un movimiento peligroso.
―Maldito insolente―Cerré el espacio entre nosotros, le agarré la cabeza,
le enterré mi puño en el puente de la nariz.
Un crujido extremadamente satisfactorio llenó mis oídos. El chorro
constante de sangre que corría por su cara no sirvió para calmar la furia que me
quemaba por dentro.
―Ahhhh, Dios! ―rugió Ronan, desplomándose en el suelo, agarrándose
la nariz―Creo que me rompiste la nariz, Johnny.
―Tu nariz sanará después de un descanso―Lo agarré de la camiseta y
lo arrastré hasta la ducha, golpeé con la mano la boquilla circular cromada que
sobresalía de la pared y vi cómo le caía agua helada―Pero tu columna no― Me
agaché frente a él y le puse la cara bajo el agua―Y eso es exactamente lo que
aplastaré si vuelves a mirarla.
―Sólo hablaba con ella― estranguló, con la cara roja―Por Dios.
―¡Pues no hables con ella! ―le dije, mirándole a su estúpida cara―No
la mires y no la toques. No es para ti―Con gran esfuerzo, me obligué a soltarle
y a apartarme―¿Está claro esta vez?
―Como el agua ―murmuró McGarry en voz baja.
―Más te vale que lo digas en serio esta vez, chico―dije en tono de
advertencia―Porque si me presionas con esto, te mataré.
―Ya entendí― refunfuñó―Carajo.
Le lancé a Ronan una última mirada de muerte antes de volver al
vestuario.

BOYS OF TOMMEN #1
Como era de esperar, Gibsie estaba sentado en el banco con una sonrisa
de comemierda grabada en la cara.
―¿Está vivo?
―Por ahora― dije.
Me quité las zapatillas de fútbol, cogí un par de pantalones deportivos de
la bolsa y me las puse por encima de la pantaloneta. Podría ducharme cuando
llegara a casa. Ahora mismo, tenía que largarme de aquí antes de que me diera
un patatús. Había demasiados imbéciles cerca de mí, McGarry y Ryan para ser
exactos, y no confiaba en mí mismo.
Irónicamente, me vino a la cabeza la letra de la canción Stuck in the
Middle. Sacudiéndome el pensamiento, me concentré en hacer la maleta.
Cuando lo había metido todo en la bolsa, salí del vestuario sin decir palabra a
mis compañeros.
Por suerte, Gibsie no me siguió.
Había metido la mochila en el asiento trasero de mi coche y estaba dando
la vuelta al lado del conductor cuando una repentina punzada de incertidumbre
me golpeó en las tripas.
¿Se encontraba bien? ¿Debería volver a ver cómo estaba? No,
probablemente se había ido a casa.
Debería irme a casa.
¿Y si no estaba bien?
«No tienes tiempo para esto, idiota, siseó mi cerebro, tienes una sesión de
fisioterapia dentro de una hora»
Sacudiendo la cabeza, abrí la puerta del coche para cerrarla de golpe y
volver al instituto.
«Sólo vas a ver cómo está, asegurarte de que está bien y luego largarte
de allí», me dije mientras caminaba por el colegio hacia el baño de chicas. No

BOYS OF TOMMEN #1
hay nada malo en ello.
Pero lo había.
Había algo muy malo en esta imagen. Estaba de pie fuera del baño de
chicas, esperando a que saliera una chica que, para empezar, podría no estar allí.
Yo era tan malo como McGarry.
Disgustado conmigo mismo, me di la vuelta para marcharme. Recorrí
metro y medio antes de volver sobre mis pasos hacia el baño de las chicas.
¿Qué demonios me pasaba?
Estaba sumido en mis pensamientos, librando una batalla interna con mi
conciencia, cuando la puerta del cuarto de baño se abrió de golpe y apareció una
diminuta silueta corriendo y se estrelló contra mi pecho.
En cuanto la vi, supe que tenía problemas.
«Deberías haberte ido a casa mientras podías, imbécil, siseó mi mente,
ahora ya no puedes irte»
Era la verdad.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 17
Tienes Un Coche Rápido
Mi cuerpo chocó contra un duro pecho de músculos, haciendo que mi

mochila cayera al suelo por el impacto. Instintivamente, las manos se me
pusieron delante de la cara, activado el modo de supervivencia. Si no estuviera
tan asustada, me habría sentido orgullosa del grito que salió de mi pecho.
Era el progreso.
Dos grandes manos salieron disparadas, atrapando mis agitadas manos y
estabilizándome.
―Hey, Hey, relájate ―Reconocí el acento de Dublín
inmediatamente―Shh, relájate. Sólo soy yo.
Aliviada, levanté la vista hacia su cara y noté que me resultaba familiar.
―Oh, Dios―Mis palabras salieron en un jadeo agudo, mientras lo
miraba, respirando fuerte y rápido―Casi me provocas un infarto.
―Mierda, lo siento― Johnny me soltó y dio un paso atrás, extendiendo
las manos delante de él―Estuviste en el baño tanto tiempo que pensé que
tendría que llamar a un equipo de rescate o algo así.
Dio otro paso atrás y se llevó una mano a la nuca, un poco incómodo.

BOYS OF TOMMEN #1
Seguía vistiendo el mismo jersey con las mangas ligeramente rasgadas en los
bíceps, pero había cambiado los pantalones cortos por unos grises de chándal y
las botas de fútbol por un par de zapatillas de correr.
―Sólo quería comprobar que estabas bien― Encogiéndose de hombros,
dejó caer las manos a los lados y preguntó ―¿Lo estás?
¿Lo estaba?
―Creo que sí ―El corazón me latía a cien por hora y me sentía a dos
segundos de desmayarme por la adrenalina que me recorría las venas.
Me llevé una mano al pecho y respiré hondo para calmar los nervios antes
de hablar. Era tanto más alto que yo que tuve que inclinar la cabeza hacia atrás
para poder mirarle a la cara cuando le pregunté.
―¿Me estabas esperando aquí fuera?
―Sí― Metiendo sus grandes manos en los bolsillos de su sudadera,
Johnny asintió―Quería asegurarme de que estabas bien. Gibsie me contó lo
que te dijo.
―¿Te lo dijo?
―Sí―Johnny asintió sombríamente―Ese bastardo no volverá a
molestarte.
―¿Ronan?
Asintió, con la mandíbula tensa―Escucha, necesito que confíes en mí
cuando te digo que esa escenita con McGarry tuvo más que ver conmigo que
contigo―Se movió incómodo y se pasó una mano por el pelo revuelto―Le
gusta sobrepasar los límites, los míos más que a la mayoría.
«¿Exceder los límites? ¿Tenía más que ver con él?»
―Oh―No sabía qué responder. Estaba muy
confundida―Gracias―añadí, porque darle las gracias parecía lo correcto para
hacer.

BOYS OF TOMMEN #1
―No hay problema.
―¿Lo atrapaste? ―Le pregunté, entonces de inmediato me arrepentí de
mi pregunta.
¿Por qué estaba conversando con él? Esa era mi señal para irme. ¿Por qué
no me iba? ¿Y por qué mi corazón no dejaba de intentar salirse de mi pecho?
¿Esto iba a pasar cada vez que me encontrara con él? Si era así, necesitaba
medicarme.
―Ronan― aclaré, cavándome un agujero más profundo―
Estabas contando hasta cinco.
―Como he dicho―respondió Johnny, con la mandíbula tensa―No
volverá a molestarte.
Mis ojos se abrieron de par en par―No lo mataste, ¿verdad?
Soltó una carcajada―No, Shannon, no lo maté
―Ah, está bien― Exhalé un fuerte suspiro―Eso está bien.
Ladeó la cabeza, con expresión curiosa y voz suave―¿Lo está?
―Bueno, sí― espeté―Supongo que siempre es bueno evitar una
acusación de asesinato.
―Supongo que es verdad― respondió con una sonrisa socarrona.
―Bueno, estoy, ah, bien― dije, con el tono un poco tenso―Gracias por
comprobarlo.
Arqueó una ceja oscura―¿Segura?
―Sí.
―Bien.
―Bien.
No hizo ningún movimiento para alejarse y, por extraño que parezca, yo
tampoco. Nos quedamos allí, a unos metros de distancia, él mirándome y yo
mirándole fijamente. Era difícil explicar lo que estaba pasando, pero casi

BOYS OF TOMMEN #1
parecía que estaba recordando mi aspecto.
Al menos, eso es lo que yo estaba haciendo.
Sus ojos azul oscuro estaban en mi cara, moviéndose de mis ojos a mis
labios, y de nuevo hacia arriba. Me estaba mirando abiertamente y no intentaba
ser discreto. Era desconcertante y excitante a la vez.
Mi teléfono vibró entonces contra mi pecho, sobresaltándome y,
afortunadamente, dándome un respiro muy necesario de la extraña tensión que
nos envolvía. Me desabroché el abrigo, saqué el teléfono del bolsillo, miré el
nombre de Joey que parpadeaba en la pantalla y pulsé rápidamente aceptar.
―¡Shannon! ¿Qué pasa? ―preguntó mi hermano al otro lado de la
línea―¿Estás bien? Pasó algo...―se le cortó la voz y gruñó por la línea ―Si
uno de esos hijos de puta pijos te hizo algo, perderé la...
―Estoy bien― solté, interrumpiéndole a mitad de sus palabras―Estoy
bien. Cálmate.
Mis ojos se desviaron hacia Johnny, que seguía allí, observándome con
aire pensativo.
―Perdí el autobús―continué diciendo, dándole la espalda para recuperar
la compostura que tanto necesitaba―Y el próximo no sale hasta las 9:45 p.m.―
me apresuré a explicar, manteniendo la voz baja y baja. ―Ya oscureció y no
quiero caminar por si...―Me detuve antes de terminar lafrase y me apresuré a
preguntar―¿Estás con Aoife? ¿Pueden venir a recogerme?
Joey tenía el carné de conducir en regla, pero no tenía coche. Su novia,
que aún tenía el carné provisional, tenía un Opel Corsa de catorce años. Era
viejo y lento, pero funcionaba. Joey estaba incluido en su seguro y era su
chófer habitual la mayoría de los días, y sabía que ella se lo prestaba siempre
que quería.
―Estoy en aprietos, Joe ―añadí, con la voz bajita―No te lo pediría si

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no estuviera desesperada.
―Ay mierda, Shan. Trabajo hasta las nueve ―refunfuñó Joey―Me
llamaron para cubrir a uno de los chicos, y Aoife trabaja hasta las diez y media
los martes, así que tiene el coche. ¿Probaste con mamá?
―Trabaja en el turno de noche― murmuré―Y no voy a llamar a papá.
―¡No! Jesús, no lo llames― coincidió Joey, con tono duro. Suspiró
pesadamente por la línea y dijo―Mira, cuelga y dame unos minutos. Llamaré
a algunos de los chicos, a ver si alguien puede recogerte. Te llamaré dentro de
un rato.
―No, no hagas eso― me apresuré a interponer, la idea de subirme a un
coche con uno de sus amigos, por muy tolerantes que fueran conmigo, no era
un concepto atractivo―El colegio está abierto hasta tarde. Puedo esperar aquí
hasta que llegue mi autobús.
Un suave golpecito en el hombro desvió mi atención de la llamada
telefónica. Me di la vuelta, levanté la vista y miré a Johnny a los ojos.
―Puedo llevarte a casa―dijo con sus ojos azules clavados en los míos.
―¿Eh? ―Abrí la boca, pero sólo salieron balbuceos.
―Mi coche está aparcado afuera ―Inclinó la cabeza hacia la
entrada―Puedo llevarte a casa.
―Yo, eh, yo...―Sacudiendo la cabeza, aspiré con fuerza y volví a
intentarlo―No, no, está bien. No tienes por qué hacerlo.
―Sé que no tengo que hacerlo― respondió lentamente―Me ofrezco.
―¿Hacer qué? ―Joey exclamó por la línea―¿Shan? ¿Qué pasa? ¿Con
quién estás hablando?
―Oh, ah, sólo con un chico del colegio―expliqué, con la cara ardiendo
de calor.
Johnny arqueó una ceja.

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Me ruboricé.
Mi reacción le hizo sonreír.
―¿Un chico? ―preguntó mi hermano, llamando mi atención de nuevo
sobre nuestra llamada telefónica―¿Qué chico?
―Un chico que conozco― espeté, con un tono nervioso. Mordiéndome
el labio inferior, miré a Johnny y le dije―Sinceramente, no pasa nada. No tienes
que llevarme a casa.
―Espera, ¿quién te quiere llevar a casa, Shannon? ―Joey interrumpió,
distrayéndome una vez más―¿Por qué hablas con chicos de edad suficiente
para llevarte a casa? Tienes quince años.
―Sé la edad que tengo, Joey― repliqué, con los nervios a flor de
piel―Mira, relájate―Presionándome la frente con la palma de la mano,
dije―Esperaré aquí hasta que llegue mi autobús.
―Ponlo al teléfono ―ordenó Joey
―¿Qué? ―Me quedé pasmada ―¿A quién?
―Al chico que no es más que un conocido con un coche―espetó,
devolviéndome las palabras.
Me resistí―¿Por qué?
―Porque quiero hablar con él ―respondió Joey con impaciencia.
Miré aJohnny, que me miraba expectante.
Bajando la mirada, susurré―¿Por qué quieres hablar con él?
―Porque quiero hablar con el bastardo que se ofrece a llevarse a
mi hermana pequeña a casa en su coche, por eso.
Dejando escapar un suspiro impaciente, Johnny se aclaró la garganta y
extendió la mano. Miré fijamente su mano y parpadeé confundida.
―Dame tu teléfono― me indicó con calma.
―¿Mi teléfono?

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―Sí ―Johnny asintió―Tu teléfono.
Como no hice ademán de entregárselo, Johnny me lo arrebató de la mano
y se lo acercó a la oreja.
―Hola, soy Johnny―dijo al otro lado de la línea, acercándose mi
teléfono de mierda a la oreja―Sí, conozco a tu hermana...―Hizo una pausa
antes de decir ―Kavanagh... sí, soy yo ―Hizo otra pausa antes de
asentir―Gracias. Fue un gran partido.
Mortificada, levanté la mano e intenté coger mi teléfono, pero él era
demasiado alto. Interponiendo una mano entre nosotros para mantenerme a
raya, Johnny siguió hablando... con mi hermano.
―Probablemente ―dijo al teléfono―Sí, es una jugada arriesgada. No,
las entradas para la gira de verano no salen a la venta hasta mayo... Sí, veré lo
que puedo hacer. Pero sólo los partidos en casa... Genial.
¿Qué? En serio, ¿qué?
Confundida no alcanzaba a explicar cómo me sentía en ese momento.
―Estoy al tanto― dijo Johnny en tono serio, obviamente respondiendo
a algo que Joey estaba diciendo―No, no lo sé... Somos, eh, sí, somos amigos...
obviamente... una licencia en regla... sí...―Su mirada parpadeó hacia mi cara
―Diecisiete... lo sé... sí, lo entiendo... conozco la diferencia... no lo
haré―dijo Johnny antes de pulsar finalizar la llamada y tenderme el teléfono.
―¿Qué acaba de pasar? ―balbuceé, mirando la pantalla negra de mi
teléfono―¿Qué te dijo?
Johnny se encogió de hombros, pero no respondió a mi pregunta. En lugar
de eso, se acercó a mí y agarró mi mochila.
―Vamos ―Se echó la mochila al hombro, me puso una mano en la
espalda y me empujó hacia delante―Tu hermano mayor me dio permiso para
llevarte a casa.

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―¿Y tú mochila? ―exclamé, al ver que sólo llevaba la mía.
―Está en el coche―contestó, y siguió llevándome hacia la
puerta―Vámonos.
Como un cordero al matadero, fui con él, sabiendo que era una idea
terrible, pero sin poder evitar que mis pies se movieran.
Sólo había un puñado de estudiantes en los pasillos, pero juro que sentí
cada una de sus miradas mientras caminaba hacia la puerta principal con
Johnny.
Johnny abrió de un tirón la puerta de cristal y esperó a que saliera antes
de seguirme. No sabía qué hacer, ni qué decir. Estaba tan lejos de mi zona de
confort que apenas podía funcionar. Si he de ser sincera, me sentía un poco
mareada. Caminamos codo con codo en silencio por el patio y por la avenida
hacia el aparcamiento de estudiantes.
Aunque hoy era primero de marzo y el segundo mes de la primavera en
Irlanda, afuera estaba oscuro, por no decir que hacía un frío que te helaba. No
me gustaba nada estar afuera en la oscuridad y me pegué a él. Conmocionada o
no, una parte de mi cerebro me decía que estaba a salvo con este chico.
Probablemente era la parte conmocionada la que hablaba.
―Él no te hizo daño, ¿verdad? ―preguntó Johnny, rompiendo el silencio
cuando entramos en el aparcamiento.
―¿Qué? ―Giré la cara para mirarle―No, no, estoy bien.
―¿Segura? ―Él miraba fijamente hacia el frente, así que yo hice lo
mismo, sintiéndome demasiado expuesta a su alrededor―¿No te puso las
manos encima?
―Estoy segura ―Metí las manos en los bolsillos del abrigo y mantuve
la mirada fija en la fila de coches―Estoy bien.
Johnny se tensó y el movimiento hizo que su brazo rozara el mío―Sabes,

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puedes decirme si lo hizo― Metió la mano en el bolsillo y sacó un juego de
llaves―No tienes por qué tener miedo.
―No lo hizo.
―De acuerdo, está bien― murmuró, pulsando un botón en la llave de un
elegante coche negro. Se encendieron las luces de un vehículo cercano y nos
dirigió hacia él―Este es el mío.
―Vaya― murmuré cuando estuve lo bastante cerca para distinguir el
impresionante coche―¿Tienes un Audi?
―Sí― aceptó, abriendo de un tirón una de las puertas traseras
―¿Es tuyo?
―¿Por qué iba a conducirlo si no?
Me encogí―Pensé que sería de tus padres o algo así.
―No, es mío― respondió―Mis padres tienen su propio vehículo.
―Oh― respiré, boquiabierta de admiración.
Debido a la oscuridad, no podía distinguir si el coche era negro o azul
marino, pero Dios todo poderoso, oscuro o no, podía decir fácilmente que era
elegante.
Y nuevo.
Y rápido.
Y caro.
No me extraña que no quisiera que le devolviera los 65 euros.
―¿Es un A3? ―pregunté, asombrada.
―Sí― contestó Johnny, metiendo mi mochila en el asiento trasero,
donde se unió a otra mochila escolar y varias bolsas más, todas con escudos de
diferentes clubes.
Podía reconocer una bolsa de deporte a leguas, ya que había pasado la
mayor parte de mi vida tropezando con ellas. También era dolorosamente

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consciente del hedor a adolescente que desprendía una de esas bolsas. Era
similar al hedor que salía de la habitación de Joey; un olor característico
compuesto por una combinación de sudor, sexo y hombre.
Asomándome por encima de su hombro, ignoré el hedor a chico y me
maravillé con el interior de cuero.
―¿Te gustan los coches o algo así? ―preguntó, girando la cabeza justo
a tiempo para pillarme husmeando por encima de su hombro.
―La verdad es que no―Di un paso atrás y me encogí de hombros,
sintiendo una oleada de calor inundar mi cara y un gran alivio por haber sido
sorprendida mirando su coche y no su culo en esos pantalones.
Porque yo también lo miré.
Era difícil no hacerlo.
Era redondo y firme y...
―Pero mi hermano Joey si, así que conozco muchos de los modelos por
escucharlo―me apresuré a explicar y distraerme de mis peligrosos
pensamientos―Es un coche rápido.
―Sí, es bastante decente por ahora.
―¿Por ahora?
Asintiendo, Johnny cerró la puerta trasera y me dedicó una rápida sonrisa
antes de abrir la puerta delantera del pasajero.
―Oh, mierda―refunfuñó, mirando horrorizado―Lo siento. No pensaba
llevar a nadie aquí.
Mis ojos contemplaron la terrible calamidad que era su asiento delantero.
Santo cielo.
Era un desastre total.
―¿Puedo sentarme atrás si te es más fácil? ―Le ofrecí, sin querer
molestarlo más de lo que ya estaba.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Qué?... ¡no! ―murmuró Johnny, rascándose la mandíbula―Dame un
segundo.
Se metió en el coche, cogió un brazo lleno de botellas vacías, calcetines,
envases de plástico, paquetes de chicles, botes de desodorante y toallas, y los
tiró por encima del respaldo del asiento.
Tuvo que repetir este ciclo tres veces más, tirando la basura desde el
asiento delantero hasta el trasero, antes de que el espacio quedara libre -
haciendo una pausa a mitad de camino para enfundarse una cartera negra a la
que me informó de que la había estado buscando. Por último, cuando terminó
con la limpieza improvisada, volvió a bajarse,sonriendo tímidamente.
―Creo que ya estamos bien.
Sonreí―Gracias de nuevo por ofrecerte a llevarme a casa.
―No hay problema― respondió―Me imagino que todavía te debo una
por la cabeza rota, ¿eh?
―No me la rompiste― me apresuré a aclarar―Sólo me diste un pequeño
golpe en el cráneo.
Johnny hizo una mueca― Más o menos así fue, ¿no?
―Bueno― reflexioné―Hay quince millas hasta mi casa. Así que, entre
el dinero, la amenaza de cortarle el pene a Ronan y la vuelta a casa, creo que
podemos darlo por saldado.
―No está en tu clase, ¿verdad? ―Johnny expulsó un suspiro
frustrado―Porque eso también se puede arreglar.
―Sólo tenemos una clase juntos dos veces por semana―le expliqué.
La proporción entre hombres y mujeres en tercer curso estaba muy
desequilibrada, con ochenta chicos y sólo cinco chicas. Las cinco chicas fueron
colocadas en la misma clase, 3A. Por suerte para mí, Ronan McGarry estaba en
la clase 3D, así que, a excepción de un par de clases mixtas durante la semana,

BOYS OF TOMMEN #1
no tendría que mirarle.
―Nunca me había dirigido la palabra hasta esta noche― añadí.
―Bueno, si te da, aunque sea un toque, házmelo saber― gruñó
Johnny―Y lo arreglaré.
―¿Lo arreglarás? ―Le pregunté―Lo dices como si estuvieras en la
mafia o algo así.
Johnny soltó una carcajada y mantuvo la puerta abierta, haciendo un
gesto con la mano.
―Vamos, Shannon “como el río”, sube a mi coche.
Fue tan inesperado, y yo estaba tan distraída con él, que no sentí ninguna
vacilación. Simplemente subí y me abroché el cinturón de seguridad,
observando cómo cerraba mi puerta y trotaba por la parte delantera del coche
hacia su lado.
No fue hasta que se sentó en el asiento del conductor a mi lado, con las
puertas cerradas, cuando sentí que aumentaban los latidos de mi corazón y se
agitaba mi habitual oleada de ansiedad.
―Dios, qué frío hace― anunció Johnny, frotándose las manos antes de
arrancar el motor.
Tenía razón.
Hacía mucho frío aquí.
―Es tarde para agarrar un autobús― añadió, encendiendo la luz del
techo―La escuela termina a las cuatro.
―Sí, lo sé― Junté las manos, con todo el cuerpo hecho un manojo de
nervios―Pero el autobús de las cinco y media es el único que pasa por mi calle.
―Eso es una mierda.
―No es tan malo― repliqué, ajustándome el cinturón de
seguridad―Normalmente consigo hacer la mayor parte de los deberes antes de

BOYS OF TOMMEN #1
salir de clase por las tardes.
Un pequeño escalofrío me recorrió entonces, a lo que Johnny preguntó
automáticamente―¿Tienes frío?
Alcanzó el calefactor, lo encendió a toda potencia y volvió a frotarse las
manos y a temblar.
―No debería tardar mucho en derretirse― añadió señalando la fina capa
de hielo del parabrisas.
―Estoy bien, pero deberías ponerte un abrigo― dije, mirando sus brazos
desnudos―O al menos un jersey. Hace como 2 grados ahí fuera. Acabarás
enfermando.
―No, estoy acostumbrado― me dijo―Paso la mayor parte del invierno
en un campo bajo la lluvia.
―Jugando al rugby― completé pensativo.
―Sí― Se llevó las manos a la boca, sopló y siguió frotando―¿Practicas
algún deporte?
―No― Sacudí la cabeza y acaricié un botón de mi abrigo―Pero me
gusta verlos.
Ladeó la cabeza y me miró a la cara―¿Ves mucho rugby?
Sentí el peso de su mirada en mis mejillas.
Me ardían.
―Eh, no― murmuré―Es decir, vi el partido la semana pasada, veo a
Irlanda en el campeonato de las Seis Naciones todos los años y a veces sigo el
fútbol. Pero es sobre todo GAA - fútbol gaélico y hurling― Lo miro―Mi
hermano Joey, ¿el del teléfono? Juega en el equipo de Cork.
―¿Enserio? ―Johnny levantó las cejas―¿Nivel superior?
―No, sólo tiene dieciocho años, así que por ahora está en las menores―le
contesté―Pero se habla de que lo llamen al equipo senior la próxima

BOYS OF TOMMEN #1
temporada.
―Sabes, ahora que lo pienso, el nombre de Joey Lynch me
suena―reflexionó Johnny. Se giró en su asiento para mirarme, con expresión
llena de interés―Está en BCS, ¿verdad? ¿Un lanzador?
―Sí― Asentí con la cabeza―Fue jugador suplente durante años, como
la mayoría de la gente, pero cuando lo llamaron a nivel de condado, dejó el
fútbol.
―Qué bien―Johnny exhaló un suspiro. Sonaba impresionado cuando se
recostó contra su puerta y dijo―No es fácil que te llamen para jugar en el
condado en ningún sitio, pero especialmente en Cork, donde la competencia es
tan feroz.
―Realmente no lo es― Me mantuve en posición recta, pero giré la
cabeza para mirarle―La gente no entiende lo increíblemente difícil que es jugar
a ese nivel y mantenerse allí. Suponen que es fácil para los deportistas, que están
mimados y tienen derechos, pero no se dan cuenta de los enormes sacrificios
que hacen a diario.
―Se puede decir que sí― responde asintiendo con la cabeza. Apoyando
un pie en el asiento, Johnny enganchó el brazo en torno a su rodilla y apoyó el
otro brazo en el volante y me dedicó toda su atención―¿Tu hermano está
aprovechando esta oportunidad?
―Supongo― respondí, pensando en mi hermano y en la forma en que
afrontaba la vida.
Esto era extraño, normalmente no era muy habladora, al menos no con
desconocidos. Sin embargo, no me sentía así con él, no esta noche, al menos.
Me sentía extrañamente comunicativa y el interés de Johnny por lo que
tenía que decir me animaba a seguir hablando. Además, mi hermano era un
tema seguro. Todo el mundo quería a Joey, yo incluida, y estaba muy orgullosa

BOYS OF TOMMEN #1
de sus logros.
―Pero todavía está en la escuela, haciendo su examen de fin de estudios
este año y hay muchas distracciones para él. Nuestro padre quiere que se centre
en el hurling las 24 horas del día, pero Joe es un chico sociable. Le cuesta decir
que no a sus amigos― continué divagando y él siguió escuchando atentamente
lo que decía.
―Sinceramente, Joey tiene el talento y la habilidad para jugar a cualquier
nivel― afirmé con sinceridad, apreciando cada asentimiento que Johnny hacía
mientras hablaba―Su mayor problema es mantener la cabeza fría, y las
distracciones están por todas partes. Todo el mundo quiere un trozo de ti cuando
estás en el ojo público, y a Joey le cuesta mantener los pies en el suelo―Agité
una mano desdeñosa en el aire mientras hablaba―Supongo que es difícil
mantener los pies en el suelo cuando eres un adolescente jugando en un mundo
de hombres y cosechando las recompensas por ello...―Hice una pausa,
exhalando un pesado suspiro antes de añadir―Ya sabes cómo es eso de las
fiestas, las chicas, el trato especial y todo eso.
―Sí― contestó Johnny, frotándose la mandíbula casi distraídamente.
Tenía una expresión extraña grabada en la cara mientras me miraba, una que no
podía describir―Lo sé.
―A Darren le pasó lo mismo― añadí pensativa, recordando lo parecidas
que eran las vidas de mis hermanos a los dieciocho años.
Johnny frunció las cejas―¿Darren?
Me sonrojé―Es mi hermano mayor. Jugó un año a nivel senior antes de
dejarlo.
―¿No me digas? ―Las cejas de Johnny se dispararon―¿Por qué se
rindió?
―¿Por la presión? ―Dije débilmente, sin querer ahondar en los

BOYS OF TOMMEN #1
problemas de mi familia―Supongo que se desanimó con el juego.
Hubo una larga pausa en la que ninguno de los dos habló. Fue inquietante
y trajo consigo mis ansiedades anteriores.
―Lo siento―murmuré, colocándome el pelo detrás de la
oreja―Probablemente te aburrí hasta casi dormirte con todo eso― Me toqué la
trenzacon nerviosismo y le miré a él desde el parabrisas ya sin hielo antes de
decir―Yo diría que podemos irnos.
Johnny no hizo ademán de irse.
En lugar de eso, me sorprendió diciendo―¿Y tú?
―¿Y yo qué? ―respondí, un poco desconcertada.
―¿Eres una experta jugadora del camogie9? ―Me sonrió―Está claro
que viene de familia.
―Ah, no― respondí, sonrojándome―Desde luego que no. Nunca se me
dio bien. Pero me encanta verlo. Me encanta que el juego sea tan físico.
Johnny asintió, asimilando todo lo que le estaba contando con perfecta
educación, sólo para sorprenderme de muerte cuando dijo.
―Creo que te gustaríael rugby.
Mis cejas se alzaron ante la extraña afirmación.
―Creo que lo que has querido decir es que podría morir jugando al
rugby― corregí, señalando mi cuerpo―Por si no te has dado cuenta, soy un
poco pequeña.
Una enorme sonrisa se dibujó en su cara, con hoyuelos.
―Sí, me he dado cuenta― rió entre dientes―Me refería a que creo que
te gustaría ver el rugby. Si te gusta tanto la GAA, te encantará el aspecto físico
del rugby.
―Me gusta― le recordé―Cuando juega Irlanda.
9
El camogie es la variante femenina del hurling

BOYS OF TOMMEN #1
Dado que no tengo ni idea de lo que pasa, omití añadir eso.
―¿Y los equipos locales? ¿Rugby escolar? ¿Los equipos provinciales?
¿Has ido a algún partido antes de la semana pasada?
Lanzaba preguntas más rápido de lo que yo podía responder. Intenté
responderle lo mejor que pude.
―No, no sigo a ningún equipo aparte de la selección internacional, y
nunca he ido a ningún otro partido.
Johnny volvió a asentir, asimilando todo lo que le decía como si fuera
importante.
―Yo juego10― dijo finalmente.
―Para Tommen. Sí, lo sé― bromeé―Te vi, y todavía tengo un chichón
en la nuca para demostrarlo.
Johnny hizo una mueca―No― insistió, con un tono extrañamente
serio―Quiero decir que, juego.
Le devolví la mirada perdida―¿Eso es... bueno?
Soltó una carcajada impaciente―No tienes ni idea de lo que estoy
hablando, ¿verdad?
―No― Sacudí la cabeza―De verdad que no.
Se lo pensó un buen rato antes de asentir―Eso me gusta.
―¿Qué te gusta?
―Que no sepas de lo que hablo― respondió sin dudar―Es un poco
insultante y muy refrescante.
―Eh, bueno, ¿de nada? ―Ofrecí, sin saber qué decir a eso―Así que el
rugby es lo tuyo, ¿eh?
Johnny sonrió satisfecho―Se podría decir que sí.
Sentí que me estaba perdiendo de algo―¿Y eres bueno?
10
Esto es como una referencia de toda la carrera de él, ya que ella no tiene ni idea de lo famoso que es Johnny, por eso él dice
eso, si ella conociera un poco más, sabría que Johnny desde que era un niño juega al rugby, así como todos en cork que lo
saben.

BOYS OF TOMMEN #1
Pensé que era bueno. Pensaba que era el mejor el viernes pasado, pero no
tenía ni idea de este deporte. Su sonrisa se ensanchó, los ojos arrugados
ligeramente, mientras repetía sus palabras anteriores.
―Se puede decir que sí.
De acuerdo, definitivamente me estaba perdiendo algo.
―¿Me voy a sentir avergonzada por esto? ―pregunté, rompiéndome la
cabeza en busca de información que pudiera ayudarme.
No tenía ninguna.
Claro, sabía que era el capitán del equipo de la escuela y que aquellos
fotógrafos y reporteros le pisaban los talones, pero supuse que eso tenía que ver
con que era el capitán y el mejor jugador en el campo aquel día. Sin embargo,
no podía evitar la sensación de que me estaba perdiendo algo.
―Si hago una búsqueda en Internet sobre ti, ¿voy a descubrir que eres
una especie de dios del rugby?
Johnny echó la cabeza hacia atrás y se rió.
―No― reflexionó―No soy ningún dios.
―Entonces, ¿qué? ―le pregunté.
Con una sonrisa de pesar, Johnny volvió a centrar el tema en mí.
―Así que lo tuyo es la GAA, ¿eh?
―Bueno, la verdad es que no tengo muchas opciones―respondí,
siguiéndole la corriente―Tengo cinco hermanos y un padre fanático de la
GAA, así que...―Dejé que mis palabras se interrumpieran con un pequeño
encogimiento de hombros.
―¿No tienes hermanas?
―No― respondí―Sólo estamos los chicos y yo.
―¿Cómo te sientes con respecto a eso?
Su pregunta me desconcertó y tardé unos instantes en formular una

BOYS OF TOMMEN #1
respuesta.
―Bien, supongo.
Nadie me había preguntado eso antes. Ni siquiera mis padres.
―Llevo una vida muy ajetreada―añadí, sintiendo la necesidad de dar
más detalles―A veces es una locura.
―Ya lo creo.
Cambiando la mano del volante a la pierna que había plantado en el suelo,
Johnny empezó a frotar su gran mano sobre la parte delantera de sus pantalones
de chándal, deteniéndose para amasarse el muslo con los nudillos.
Me habría asustado mucho si no fuera porque parecía hacerlo
inconscientemente, como si estuviera calmando un dolor.
―¿Eres cercana? ―preguntó, distrayéndome de mi mirada
―¿Cercana? ―Parpadeé rápidamente―¿A quién, a mis hermanos?
Asintió con la cabeza.
Me lo pensé un momento antes de responder―Estoy muy unida a Joey,
el del teléfono de antes. Cumplió dieciocho años en Navidad, así que es el más
cercano a mí en edad. Darren no vive en Cork, y los tres más pequeños sólo
tienen once, nueve y tres años, así que no estamos muy unidos.
―¿Es bueno contigo?
―¿Quién? ¿Joey?
Asintió.
―Sí ―Sonreí―Es un gran hermano.
―¿Protector?
Me encogí de hombros―A veces.
Johnny asintió pensativo antes de decir ―Entonces, ¿eres la del medio?
―Sí, soy la tercera.
―Son muchos hijos.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Y tú? ―Le di la vuelta a la tortilla―¿Tienes hermanas o hermanos?
―No― respondió encogiéndose de hombros―Soy hijo único.
Vaya…
―¿Cómo se siente?
―Tranquilo―bromeó antes de volver a centrar la atención en mí―¿Has
vivido aquí toda tu vida?
―Sí, nací y crecí en Ballylaggin― confirmé―Eres de Dublín, ¿verdad?
¿Te mudaste aquí cuando tenías once años?
Sus ojos se iluminaron―¿Recuerdas que te lo conté?
Asentí con la cabeza.
―Dios, estabas tan ida aquel día que no creí que te acordaras de
nada―contestó pensativo, rascándose la barbilla.
―Aunque no lo hubiera hecho, tu acento te delata.
―¿Sí?
Asentí con la cabeza, puse mi mejor acento del sur y dije―Soy de
Blackrock, cariño.
Johnny se rió de mi intento―Ni por asomo.
―Déjame adivinar, ¿te gusta sumergirte en Sandycove antes de ir a
comer al distrito 4? ―añadí con una risita y otro acento forzado.
Me ardían las mejillas.
«Dios, qué torpe era»
―Yo no tengo nada de pijo, Shannon― replicó Johnny, con la sonrisa
debilitada―Puede que venga de una zona acomodada, pero mis padres trabajan
duro para conseguir todo lo que tienen. Empezaron de cero y se forjaron a sí
mismos.
―Tienes razón.
No sonaba nada pijo.

BOYS OF TOMMEN #1
Mi intento de imitarlo fue un fracaso épico.
Qué idiota...
Avergonzada por mi rara y mal ejecutada broma, jugueteé con mi trenza
y murmuré.
―Lo siento.
―No lo sientas ―respondió con desdén, sonriendo de nuevo―Mi
madre, en cambio, tiene un acento norteño muy marcado.
Se me iluminaron los ojos ―¿Como en Fair City?
Johnny arrugó la nariz ―¿Ves telenovelas?
―Me encantan― admito con una sonrisa―Fair City es mi favorita.
―Bueno, sí oyeras a mi mamá, estarías en tu elemento―se rió entre
dientes, ajeno a sus extraños movimientos de mano contra el muslo―Mi papá
nació y creció en Ballylaggin. Así que es nativo de Cork, como
tú―Encogiéndose de hombros, añadió ―Supongo que parezco una jodida
mezcla de ambos.
No lo era.
No tenía ni una pizca de acento de Cork, era cien por cien dublinés, pero
decidí no decírselo y preguntarle.
―¿Por qué se mudó aquí tu familia?
―Mi abuela por parte de mi papá estaba enferma―explicó―Él quería
volver a casa para, eh, ya sabes, así que nos mudamos para cuidarla ―Dejó caer
las manos sobre el regazo y se frotó con los pulgares―Se suponía que era algo
temporal, yo estaba matriculado en el Royce College para el siguiente
septiembre. Se suponía que volveríamos a casa después del funeral.
―¿Pero no volvieron a Dublín?
Sacudió la cabeza―No, ellos decidieron que les gustaba la vida tranquila
de aquí, así que pusieron la casa de Dublín en venta y nos mudamos

BOYS OF TOMMEN #1
definitivamente.
―¿Cómo fue… mudarse a esa edad?
No tenía ni idea de por qué le hacía estas preguntas. No recordaba haber
hablado tanto tiempo con una persona cualquiera. Pero esto era agradable y
Johnny era interesante, era diferente.
Me sorprendió lo fácil que era hablar con él―Debe haber sido duro.
―Fue como un grano en el culo―murmuró Johnny, claramente
pensando en el recuerdo―Llegar a una nueva escuela a mitad de curso. Cambiar
de club y encontrar mi sitio en un nuevo equipo. Ocupar el puesto de otro
compañero en el equipo y tener que lidiar con las consecuencias― Sacudió la
cabeza y se pasó la mano por el pelo―Tuve que repetir sexto de primaria por
la mudanza... alguna mierda sobre normativa o algo así.
―¿Dónde?
―Scoil Eoin― dijo con una mueca.
La escuela primaria católica sólopara chicos.
Levanté las cejas―¿Igual que Hughie Biggs?
Asintió con la cabeza, sonriendo―Sí, allí conocí a Hughie, Gibs y Feely.
―¿Esos chicos son tus amigos?
Asintió, sonriendo ahora―Desgraciadamente.
―¿Te molestó? ―Pregunté entonces―¿Tener que repetir sexto de
primaria en Scoil Eoin?
―Estaba furioso, Shannon.
―¿Lo estabas? ―pregunté, ignorando la forma en que mi interior se
estremeció cuando dijo mi nombre.
De hecho, intentaba desesperadamente ignorar la corriente eléctrica de
calor que me recorría las venas.
―Sí, tenía muchas ganas de ir a Royce con mis amigos y los chicos del

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club― explicó―Cristo, estaba que echaba humo con mis padres cuando me
sacaron y me matricularon en Tommen―Dejó escapar una pequeña carcajada,
y luego dijo ―Seis años después y sigo cabreado por ello.
―Bueno, parece que te va bien aquí―le ofrecí, sin saber qué
decir―Tienes muchos amigos y sigues jugando al rugby y esas cosas.
―Y esas cosas― se rió Johnny, muy divertido con mis palabras. Estudió
mi cara durante un largo rato antes de preguntar ―¿Bailas?
―No, ¿por qué preguntas eso?
―No lo sé ―Johnny se encogió de hombros―Algunas chicas bailan en
vez de hacer deporte― Sus ojos me recorrieron durante un breve instante antes
de volver a mi cara―Parece que podrías ser una de esas...―agitó una mano,
obviamente buscando una palabra, antes de terminar―Ya sabes, una de esas
bailarinas de tutú.
Mis ojos se abrieron de par en par―¿Crees que parezco una bailarina?
Asintió y una carcajada brotó de mis labios.
―¿Qué? ―Sonrió tímidamente―Eres pequeña― señaló mi cuerpo con
la mano antes de añadir ―No es tan descabellado.
―Bueno, no soy bailarina de tutú― me reí―O cualquier otro tipo de
bailarina, para el caso. Simplemente soy pequeña.
Johnny arqueó una ceja divertido―¿Pequeña?
―¿Me has visto? ―Me señalé a mí misma―Tengo quince años, apenas
mido 1,52 metros, y peso como 85 libras.
―¿Pesas 38 kilos? ―suspiró, con los ojos abiertos de incredulidad.
Mientras tanto, mis ojos se abrieron de par en par al ver lo rápido que era
capaz de convertir libras en kilos.
Guao.
―Jesús, levanto el doble de lo que pesas tú en el gimnasio― Johnny me

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miró de arriba abajo antes de preguntar ―¿En serio sólo mides 1,52?
―Si me pongo muy derecha, sí.
―Dios, yo mido 1,90 ―Sacudió la cabeza―Eres tan pequeña.
―Exacto ―Hice una mueca―ENany.
―Cielos, no me extraña que cuando el balón te golpeó te doblaras como
una silla de jardín― murmuró Johnny, frotándose de nuevo la mandíbula
mientras sus ojos me recorrían―Podría haberte hecho pedazos.
―Es una forma de decirlo―respondí, arrugando la nariz ante la analogía.
―¿Tu mamá sigue enfadada conmigo?
―¿Mi mamá?
―Sí― Asintió con la cabeza―Aquel día parecía que estaba a dos
segundos de arrancarme la cabeza.
―Mi mamá sólo se llevó un susto― murmuré―Vio que estaba herida y
sacó la primera conclusión.
―¿Y la primera conclusión fue que yo te había golpeado?
Me encogí de hombros incómoda, pero no revelé nada.
―Son cosas que pasan.
―De mí parte, no―señaló, el tono un poco más áspero ahora, los ojos
clavados en los míos―Nunca de mí.
―Oye, no lo niegues tan rápido ―Intenté bromear―Acabo de ver cómo
amenazabas con cortarle el pene a Ronan.
―Ese pequeño imbécil no cuenta ―fue su respuesta gruñendo. ―No
soporto a ese chico, pero su tío es el entrenador de la escuela, así que no tengo
más remedio que tolerarlo. Siempre me saca de quicio y se comporta mal en el
campo, haciendo maniobras peligrosas y provocando dramas innecesarios. Es
como hacer de niñera de un puto niño pequeño durante los partidos. Lo juro, es
una prueba diaria para mi autocontrol no estrangular al pequeño idiota.

BOYS OF TOMMEN #1
Sonreí―Entonces, ¿no son amigos?
Johnny se burló de la idea―Definitivamente no somos amigos.
―Bueno, todavía es joven― dije con optimismo―Así que quizá madure
con el tiempo.
―¿Como tú?
―¿Eh?
―Quiero decir que estás en el mismo curso que él―se apresuró a
explicar ―Pero tú no actúas como si tuvieras quince años.
―¿No lo hago?
Sacudió la cabeza―Pareces mucho mayor.
―Eso es porque soy una mujer de noventa años disfrazada de
adolescente― bromeé.
―Eso es...―Johnny arrugó la nariz―Un concepto un tanto perturbador.
―Sí― murmuré, avergonzada por mis bromas de mierda―Lo es.
―Entonces, ¿a qué te dedicas? ―me sorprendió preguntando.
―¿A qué me dedico? ―Esperaba que pusiera fin a la conversación.
―Sí ―Asintió alentador―En tu tiempo libre.
Hice una pausa y reflexioné sobre su pregunta―En realidad no hago
nada― dije finalmente―Supongo que veo la televisión y escucho música en mi
tiempo libre... eh, y leo mucho― Encogiéndome de hombros, añadí ―Como
puedes ver, no soy muy interesante.
Johnny inclinó la cabeza hacia un lado, estudiándome con sus intensos
ojos azules―¿Qué tipo de libros?
―Autobiografías, ficción, crímenes, novelas de suspenso y romance ―
Suspiré, pensando en la pila de libros de mi habitación―No soy exigente con
los géneros. Sólo me tiene que gustar la portada. Si la contraportada del libro
me atrae, entonces me convence.

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Johnny me observó mientras hablaba, con una mirada intensa y
penetrante.
―Eres lectora― dijo por fin. No era una pregunta, sonaba más comosi
estuviera guardando esa información en su mente ―Eso está muy bien.
―¿Tú lees? ―le pregunté.
Hizo una mueca―No tanto como debería.
―Entonces, ¿nada? ―bromeé.
―Sinceramente, no ―admitió con una sonrisa ladeada. Acercándose un
poco más, dijo ―El último libro que leí que no era de la escuela era sobre
Chicken Licken y el cielo cayendo sobre todos esos animalitos parlanchines...
¿lo conoces?
―Sí―solté una risita, pensando en Johnny leyendo cuentos
infantiles―Se lo he leído un par de veces a Sean.
―¿Sean?
―Mi hermano pequeño ―le expliqué―El de tres años.
―No deberías― advirtió Johnny, reprimiendo un escalofrío―Ese libro
me dio un susto de muerte. De ahí no he vuelto a leer por diversión.
Me quedé con la boca abierta―¿Hablas en serio?
―Joder, sí, lo digo en serio― replicó Johnny, con cara de cómicamente
herido―Sólo era pequeño. Era uno de esos libros de "Para todas las edades"
con dibujos en lugar de palabras y toda esa mierda. Deberían haberlo clasificado
para mayores, porque juro por Dios que creí de verdad que todo el puto cielo
iba a derrumbarse sobre mí ―Sacudió la cabeza al recordarlo―Dormí debajo
de mi cama, en lugar de encima, durante tres putas semanas hasta que mi papá
finalmente cedió y me trasladó a una de las habitaciones de abajo.
―¿Por qué? ―Me reí a carcajadas―¿De qué iba a servir mudarse abajo
si el cielo se estaba cayendo?

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Johnny sonrió y sus hoyuelos se hicieron más profundos en sus mejillas.
―Ah, mira― dijo riendo y dándose golpecitos en la cabeza con el
índice―En mi ingenua mente de seis años, pensaba que, si el cielo se caía,
podría romper el tejado, pero no el techo de abajo. Tendría más posibilidades
de sobrevivir en la planta baja.
―Eras muy listo, ¿verdad?
―Sí, lo era ―contestó Johnny, riéndose conmigo―Un maldito genio.
―Vaya―me reí entre carcajadas―Eso es supervivencia en estado puro.
Me dedicó una sonrisa maliciosa―Un boy scout original.
―¿Estuviste en los boy scouts?
―Ni por asomo― respondió Johnny, riéndose más fuerte ahora―Estaba
jugando― Sus ojos bailaban divertidos―¿Por qué? ¿Tú estuviste con los
Brownies?
―Ah, desde luego que no― Sacudí la cabeza, conteniendo una
risita―Mis habilidades de supervivencia son terribles.
La voz de Johnny era un poco más profunda cuando dijo―No estoy
seguro de eso.
Su expresión cambió y se hizo más intensa. Incapaz de soportar la
tensión, aparté la cara y miré el reloj del panel de mando.
Eran las 8:25 pm.
«Dios, ¿cuánto tiempo llevábamos aquí sentados hablando?»
―Dime una cosa― me distrajo Johnny diciéndome. Seguía sonriendo, y
sus ojos eran cálidos, su tono suave, cuando preguntó ―¿Por qué te transferiste
a Tommen?
Su pregunta me agarró desprevenida.
―Yo...―juntando las manos, me crují los nudillos y exhalé un pesado
suspiro ―Necesitaba un cambio.

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―¿Un cambio? ―Arqueó una ceja incrédula―¿A mitad de curso?
―Es complicado y algo privado...―se me cortó la voz, y volví la cara
para mirar por la ventana, aunque lo único que veía era oscuridad fuera.
No me sentía cómoda con el rumbo que había tomado la conversación.
Cada vez que pensaba en mi antigua escuela, me invadía una nueva oleada de
terror. Mis razones para estar aquí no eran algo de lo que estuviera dispuesta a
hablar con nadie.
―Hola ―Sentí sus dedos rozar el dorso de mi mano, su voz más cercana
ahora, suave y penetrante―¿Dónde has ido?
Sorprendida por el contacto, eché la cabeza hacia atrás y desvié la mirada
de su rostro al lugar donde su pulgar seguía rozando mi mano, trazando suaves
círculos sobre mis nudillos.
No era más que una caricia inofensiva destinada a captar mi atención,
pero lo que más me sorprendió fue que yo no lo apartara inmediatamente. La
conciencia de que me gustaba su tacto era inquietante, pero no tanto como las
ganas que tenía de darle la vuelta a mi mano y entrelazar mis dedos con los
suyos.
―Mierda ―Johnny apartó la mano y se apoyó en la puerta, haciendo una
mueca que parecía de incomodidad.
Su mano se dirigió automáticamente a su muslo.
―Lo siento― gruñó, y fue un sonido notablemente dolorido. Se aclaró
la garganta y añadió ―No debí hacerlo.
―Está bien ―susurré, mordiéndome nerviosamente el labio inferior―No
me importa.
Exhaló un fuerte suspiro y luego se pasó una mano por el pelo con la
mano libre.
―No, no está bien ―Su mirada se desvió hacia mi boca y exhaló otro

BOYS OF TOMMEN #1
fuerte suspiro―No está nada bien, carajo.
―Está bien― intenté calmarlo diciéndole―No te molestes por eso.
―No estoy molesto ―dijo Johnny, con la mandíbula apretada―Es
que...¡Maldición!
Sí que estaba enfadado.
Mi mirada se desvió hacia su pierna derecha, la que estaba en el suelo, y
luego hacia donde sus nudillos se habían vuelto blancos por la presión que
estaba ejerciendo para amasarse el muslo.
Distraída por la escena, solté ―¿Qué te pasa?
Johnny frunció las cejas, confundido―¿Qué quieres decir?
―Antes en el colegio te pusieron una bolsa de hielo en la pierna― le dije,
señalando con la mano el lugar donde seguía clavándose el puño en el
muslo―¿Estás herido?
Su mirada siguió la mía hasta su muslo y apartó rápidamente la mano.
―Jesús― gruñó, con cara de consternación ―No me había dado cuenta
de que estaba haciendo eso.
―Te has estado tocando desde que subimos al coche― anuncié.
―¡Jesucristo! ―siseó Johnny, mirándome horrorizado.
Inmediatamente me arrepentí de mis palabras y lo corregí de inmediato.
―No me refiero a eso. Obviamente, no te estabas “tocando”...
―Por favor, para ya ―suplicó Johnny, levantando una mano.
Cerré la boca y asentí.
Moviendo el cuerpo con cautela, volvió a sentarse en el asiento,
estremeciéndose ligeramente al moverse. Observé en silencio cómo se
abrochaba el cinturón de seguridad, inspiraba hondo y lo expulsaba lentamente.
―Para que quede claro― dijo tras una larga pausa de
silencio―Realmente no estaba “tocándome” ni nada por el estilo. Sólo estoy...

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Adolorido? ―le pregunté, recordando sus palabras de aquel día. Su
mirada se clavó en la mía, cautelosa ahora.
―Sí ―admitió con un suspiro de dolor.
Asentí en señal de comprensión―¿Tienes una herida?
Johnny miró de mi cara a su pierna, una expresión frustrada cruzando sus
rasgos.
―Tengo algo, de acuerdo ―murmuró en voz baja, y luego soltó otro
suspiro agitado antes de soltar―Me lastimé el músculo aductor cuando tenía
dieciséis años. Fue brutal. Nada ayudaba, y comprometía mi juego. Me dolía
constantemente, Shannon. Constante. Los fisioterapeutas no funcionaban y ya
no podía soportar el dolor, así que cedí y me operé en Navidad.
Sonaba enfadado consigo mismo, lo que me empujó a preguntar.
―¿Y estás molesto porque...?
Johnny negó con la cabeza y se pasó una mano por el pelo.
Estuvo callado tanto tiempo que creí que no iba a contestarme, pero luego
murmuró ―No se cura.
―¿La pierna? ―susurré, con la preocupación bullendo en mi
interior―¿O los puntos?
―¿Ambos? ―respondió con un movimiento resignado de la cabeza, y
luego susurró ―Todo.
Era una confesión extraña entre dos desconocidos, y tuve la sensación de
que Johnny no solía compartir demasiado. Parecía molesto consigo mismo, y
no estaba segura de sí era porque estaba herido o porque me lo había contado.
En cualquier caso, me entraron ganas de consolarlo.
―Bueno...―hice una pausa, me giré en el asiento para mirarle y
reflexioné antes de decir ― Normalmente se tarda mucho más que unas semanas
en recuperarse por completo de una operación. No eres una máquina, Johnny.

BOYS OF TOMMEN #1
El proceso de curación lleva su tiempo. Un compañero de equipo de Joey se
operó el año pasado de los isquiotibiales. Tardó cinco meses en recuperarse.
―Han pasado diez semanas― replicó, con un tono duro que reflejaba la
frustración de sus ojos―Mi cirujano me dijo que estoy en vías de recuperación
total, y mi médico de cabecera me autorizó jugar después de tres semanas. Se
suponía que era un procedimiento menor, pero parece jodidamente horr... ―
Johnny se detuvo en seco y sacudió la cabeza, exhalando un suspiro
frustrado―No debería tardar tanto ―reiteró, mirándose el muslo como si fuera
el enemigo―Es un puto desastre.
―¿Te dieron el visto bueno para jugar después de tres semanas? ―Fruncí
el ceño―No parece un plazo suficiente para que tu cuerpo se cure― me oí
responder, con tono suave.
―Sí, bueno, lo era ―resopló.
―Johnny ―dije en voz baja―Probablemente sólo deberías entrenar.
Sacudió la cabeza y murmuró ―No lo entiendes.
No, definitivamente no lo entendía, pero eso no me impidió decir.
―¿Dijiste que tus puntos de sutura no se han curado?
Me miró con recelo, pero no respondió.
―¿Puedes enseñármelo? ―le pregunté ―Soy buena con los puntos.
Ya he tenido bastantes de ellos.
―Shannon, me operaron del aductor―espetó Johnny, con un tono áspero
y los ojos llenos de confusión.
―Lo sé ―repliqué―Pero he visto un millón de lesiones deportivas en
piernas y rodillas, así que tal vez pueda decirte cuál es el problema―
Encogiéndome de hombros, añadí―Probablemente tarda más en curarse
porque estás de pie todo el tiempo.
―Mi pierna no es el problema, Shannon.

BOYS OF TOMMEN #1
―Oh, lo siento, lo supuse porque te vi cojear ―respondí ―¿Es tu muslo?
―No ―contestó inexpresivo.
Mis mejillas pasaron de ligeramente calientes a ardientes como un horno
en el tiempo que tardé en darme cuenta de que la herida de Johnny estaba mucho
más arriba de lo que había pensado en un principio.
Mi boca formó una "O" y en mi mente aparecieron imágenes de partes de
miembros masculinos amputados.
―Sí―Johnny dijo burlonamente, pareciendo frustrado e
incómodo―Oh.
―Bueno, yo...―Divagando, sacudí la cabeza y volví a intentarlo―No sé
cómo ayudarte con eso.
―Relájate, no iba a dejar que lo examinaras ―me espetó a la defensiva.
―Lo siento ―susurré, completamente mortificada―Yo no... eh, me di
cuenta de dónde estaba.
―Y, por cierto― añadió, con los ojos entrecerrados―Me operaron de la
ingle, no del pene, así que te agradecería que te informaras bien antes de hablar
de más.
«¿Cómo?»
―¿Hablar de más? ―Mis ojos se desviaron de su cara a su entrepierna,
una reacción inevitable al oír la palabra "pene" salir de su boca―Yo no...
―Sé cómo son las chicas para cotillear―soltó, tensando la
mandíbula―Demonios, ¿qué estoy haciendo?
Me quedé boquiabierta―¿Cotillear?
«¿Habla en serio?»
―Mira, olvida todo lo que te dije― resopló―Se está haciendo tarde.
Metió la mano entre los dos, colocó una gran mano sobre la palanca de
cambios y metió la marcha.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Adónde te llevo?
Exhalé un suspiro―No tengo ni idea.
Se volvió para mirarme―¿Qué?
Me retorcí en el asiento―¿Qué?
―Tu dirección, Shannon ―Tamborileó los dedos contra el volante con
impaciencia―Tienes que decirme dónde vives para que pueda llevarte a casa.
―Oh ― «Dios» ―Lo siento. Um, terraza Elk en Ballylaggin.
Con una leve inclinación de cabeza, Johnny dio marcha atrás fuera de su
plaza de aparcamiento y luego puso el coche en marcha hacia adelante antes de
salir por el camino de entrada de la escuela. Al encender el intermitente, Johnny
se detuvo al llegar a la entrada, se inclinó hacia delante y miró a ambos lados,
antes de entrar en la carretera principal a la velocidad del rayo.
Jesús…
Echándome hacia atrás en el asiento, levanté una mano y agarré la
empuñadura del coche y me concentré en contar los coches que nos adelantaban
en un intento de distraerme y dejar de obsesionarme con el velocímetro de su
panel de mandos.
Podía sentir la tensión que emanaba de él, su anterior amabilidad
sustituida por un silencio sepulcral, nuestra conversación obviamente fue el
catalizador detrás del cambio en su estado de ánimo.
El silencio que nos envolvía era denso e incómodo, y eso me decepcionó
irracionalmente.
Más que decepcionada.
Estaba aturdida.
Por primera vez en mucho tiempo, me había divertido. Me había soltado,
bromeando de un lado a otro sin el temor de, bueno, la reacción. Y entonces me
llegó un golpe de realidad. No lo había visto venir y me arrepentí de haber salido

BOYS OF TOMMEN #1
del baño. Cuando Johnny extendió la mano por la consola y empezó a cambiar
los CD de su elegante equipo de música, tuve quesentarme sobre las manos para
no agarrar con fuerza los mandos del coche.
Unos instantes después, se decidió por una canción, la número cinco, y el
coche se llenó con una introducción de guitarra familiar, que me distrajo
temporalmente de mis inquietantes pensamientos.
Johnny subió el volumen y The Middle, de Jimmy Eat World, sonó por
los altavoces del coche tan fuerte que podía sentir la vibración del bajo en mis
huesos.
Me encantaba esta canción y la consideraba mi himno. En serio, me
ahogaba en su letra a diario. Si la música curaba a los corazones rotos, entonces
la letra de esta canción calmaba mi alma.
Estaba en un CD que la novia de Joey le regaló por Navidad. Obviamente,
a él no le gustaba el CD que le había regalado Aoife, porque yo se lo había
robado de su habitación el mes pasado durante una inspección aleatoria y Joey
aún no había descubierto que lo había perdido. Ahora estaba en mi reproductor
portátil, donde lo repetía todas las noches antes de acostarme.
Concentrada en la letra de la canción, que ya me sabía de memoria,
intenté controlar mis nervios, pero el ritmo punk rock sólo parecía alentar la
locura de mi conductor designado, porque en cuanto nos metimos en la carretera
principal, Johnny pisó el acelerador a fondo. Cuando el velocímetro superó los
120 km/h, cerré los ojos y dejé de respirar.
Cubriéndome la cara con las manos, miré entre los dedos, gimiendo
cuando el destello de los faros de los coches de los carriles opuestos pasó rápido
junto a nosotros.
―¿Qué pasa? ―Se acercó y bajó el volumen del equipo de
música―¿Shannon? ―Su atención pasó de la carretera a mi cara―¿Estás bien?

BOYS OF TOMMEN #1
―Vas demasiado rápido ―le dije.
―Tranquila, vamos al límite ―respondió, pero redujo la velocidad del
coche―Y soy un buen conductor. Conmigo vas segura.
―Está bien ―murmuré, todavía con la sensación de que íbamos mucho
más rápido de 100 kilómetros por hora―Pero me sentiría mejor si redujeras la
velocidad.
Exhalando fuertemente, Johnny redujo aún más la velocidad.
―¿Ya estás contenta? ―preguntó dando golpecitos en el volante.
Me incliné y miré el velocímetro '80 kilómetros'.
―Sí ―respiré, mis músculos enroscados se relajaron
ligeramente―Gracias.
Me eché hacia atrás en el asiento y dejé que mi mirada se perdiera en él.
Tenía la mirada fija en la carretera, una mano apoyada en la palanca de cambios
y el otro codo apoyado en la puerta. Como si sintiera que le observaba, Johnny
miró de reojo y me pilló con las manos en la masa.
Sonreí débilmente.
Él me devolvió la mirada acalorada, sin sonreír.
Mi sonrisa se desvaneció.
Con un gruñido bajo y frustrado, volvió a centrar su atención en la
carretera. Sacudiendo la cabeza, murmuró algo incomprensible en voz baja, con
las manos apretando el volante.
Sintiéndome rechazada, junté las manos sobre el regazo y miré por el
parabrisas, sin atreverme a lanzarle otra mirada. No hablamos durante el resto
del trayecto, y sólo las canciones del equipo de música rompieron el espeso
silencio.
―Escucha ―anunció Johnny, rompiendo el silencio cuando las luces de
la ciudad de Ballylaggin se hicieron visibles―¿Lo que te dije antes? ¿Lo de mi

BOYS OF TOMMEN #1
operación? ―Su tono era tranquilo, incluso cortés, mientras miraba al frente,
maniobrando por las estrechas calles y callejuelas―Apreciaría tu discreción.
¿Mi discreción? ¿Le avergonzaba tener la ingle lesionada?
Debería probar el tener un padre inútil cuyo único talento era jugarse el
dinero de la paga y dejar embarazada a su madre, mientras se metía con
cualquier prostituta lo suficientemente estúpida como para hacerle caso.
Frustrada, me volví hacia él y le dije ―¿A quién se lo diría, Johnny?
―A tus amigos ―replicó, y luego, en voz mucho más baja, murmuró ―A
mis amigos.
―Pues yo no se lo voy a decir a nadie―le dije, molesta e insultada―No
soy una chismosa.
Apretó el volante, pero no respondió.
Irritada por la repentina formalidad de su voz, por no mencionar el hecho
de que se había pasado los últimos quince minutos ignorándome, le miré
fijamente a un lado de la cara y gruñí ―De todas formas, ¿por qué iba a
molestarme en decírselo a alguien?
―Porque... ―soltó, manteniendo la atención en la carretera―Sé cómo
son la mayoría de las chicas.
¿La mayoría de las chicas?
Si me consideraba como la mayoría de las chicas, ¿por qué dedicaba tanto
tiempo hablándome? ¿Por qué hacerme todas esas preguntas y hacerme sentir
lo suficientemente cómoda como para responderle si me consideraba como la
mayoría de las chicas? ¿Por qué molestarse conmigo?
―Estás siendo ridículo― murmuré.
―Estoy siendo prudente ―corrigió Johnny con calma―No debería
haberte dicho nada, fue increíblemente imprudente por mi parte, y ahora te pido
que me hagas un favor y te lo guardes para ti. Me juego mucho, Shannon, y que

BOYS OF TOMMEN #1
se corra la voz de esto podría complicarme mucho las cosas. Más de lo que te
imaginas.
Me crucé de brazos―Bien.
―¿Bien? ―repitió con recelo.
―Sí― contesté, mirando al frente―Bien.
―Estupendo―Exhaló un fuerte suspiro y dijo― Gracias―y varios
segundos después añadió ―Te lo agradezco.
Siguió un silencio denso, pesado e insoportable. El giro de los
acontecimientos me causó un gran conflicto.
¿Estaba jugando conmigo? ¿Había sido esto un gran juego para él?
¿Jugando con mis emociones siendo amable y haciéndome sentir una falsa
sensación de seguridad con toda esa charla sobre conocerse en la escuela?
¿Haberme ofrecido la posibilidad de una amistad con toda esa amabilidad
y esas charlas y luego habérmela arrebatado? No sería la primera vez que me
pasa. Debería haberlo visto venir y medecepcioné por haber bajado la guardia
tan fácilmente con él.
¡Demonios!
―¿Estás bien? ―preguntó rompiendo el silencio.
No respondí porque no podía.
Estaba demasiado concentrada en no llorar.
―Shannon, yo no...―Johnny empezó a decir, pero se detuvo en seco. Se
frotó la mandíbula y volvió a dejar caer la mano sobre el volante―Yo no... ―Se
detuvo de nuevo, esta vez sacudiendo la cabeza. ―Olvídalo.
No lo presioné para que terminara lo que había estado tratando de decir.
No quería oírlo. Apartándome de la fuente actual de mi confusión y frustración
-que era mi conductor designado- centré todos mis esfuerzos en ignorarle y
mantener a raya mis emociones.

BOYS OF TOMMEN #1
Si pudiera saltar del coche ahora mismo, lo haría, pero él era un conductor
rápido y no me gustaban mis posibilidades de sobrevivir al impacto después del
salto.
―¿En qué estás pensando? ―Johnny finalmente dijo, haciendo un giro
a la izquierda en mi barrio.
Era una subida empinada y profunda hasta mi casa, con varios cientos de
casas unidas a ambos lados de la carretera, la mía en lo más alto. Muchas de las
casas estaban tapiadas, otras eran ruinosas y tenían los jardines desatendidos -
incluida la mía-, pero ahora mismo estaba demasiado molesta para preocuparme
por lo que él pensara.
Desvié la mirada hacia él―¿Quieres saber lo que estoy pensando?
Johnny me miró de reojo, con los ojos llenos de ira y frustración apenas
contenida, y asintió con la cabeza antes de volver a centrar su atención en la
carretera.
―Bien―espeté, parpadeando el familiar escozor de las lágrimas
mientras procedía a decirle exactamente lo que estaba pensando―Creo que te
da paranoia que la gente se entere de que estás lesionado porque sabes que no
deberías jugar.
Las palabras salieron de mi boca antes de que tuviera la oportunidad de
controlarme. Pero en lugar de disculparme o tratar de retirarlas seguí adelante,
sorprendiéndome con la emoción en mi tono.
―Creo que te estás negando tu proceso de curación y sé que estás herido.
Cojeas en el colegio. ¿Lo sabías? Todo el tiempo. Puede que los demás no lo
noten, pero yo sí. ¡Lo veo y lo haces todo el tiempo! Creo que estás jugando un
juego peligroso con tu cuerpo, Johnny. Y creo que si tus médicos supieran
cuánto dolor sientes, no te habrían dado el alta para jugar.
No tenía ni idea de dónde venía esto, pero las palabras estaban a punto de

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salir de mi boca, así que dejé que se derramaran.
―Creo que ha sido un terrible error, nunca debería haber aceptado que
me trajeras. Creo que esta noche te pasaste. Creo que te comportaste fatal. Y
creo que lo mejor sería que tú y yo no habláramos más.
Exhalé un gran suspiro, con el pecho agitado por el esfuerzo vocal. Me
ardía la cara de calor, pero estaba orgullosa de haberme desahogado. No era
propio de mí tener un arrebato de esa magnitud con alguien ajeno a mi familia,
pero me alegré.
Supongo que decía mucho el hecho de que me sintiera tan enardecida y
extrañamente cómoda con aquel chico como para perder los papeles, pero
estaba demasiado nerviosa como para ahondar en el funcionamiento de aquel
enigma en particular.
Por ahora, seguiría sumida en mi ansiedad y decepción.
―Escucha, aprecio tu preocupación― dijo finalmente, deteniéndose un
momento antes de añadir ―Al menos creo que era eso. Pero no es necesario.
Lo tengo controlado...
―Está claro que no ―le repliqué, interrumpiéndole.
―¡No tienes ni puta idea de lo que estás hablando! ―replicó―Entiendo
que tienes buenas intenciones, pero conozco mi propia mierda. Conozco mi
propio cuerpo.
―Claro que no ―murmuré, volviendo la cara para mirar por la ventanilla
del copiloto―Como la mayoría de las chicas.
―No me conoces―continuó argumentando―No me conoces, Shannon.
Sin fuerzas, exhalé un suspiro desinflado.
―Tienes razón, Johnny―susurré dándole la razón―No te conozco.
―¡Deja de hacer eso! ―espetó, pasándose una mano impaciente por el
pelo ―Por Dios.

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―¿Hacer qué?
―Tergiversar mis palabras―replicó enfadado―No darme la
oportunidad de explicarme. Es una estupidez y no puedo... ¡Mierda! ―rugió,
frenando en seco para esquivar una bicicleta que estaba tirada en medio de la
carretera―Por el amor de Dios. ¿Qué demonios le pasa a la gente? ¿Acaso la
carretera parece un maldito lugar para aparcar una bicicleta?
―Puedes dejarme aquí―afirmé rotundamente, desabrochándome el
cinturón de seguridad―Puedo hacer el resto del camino a pie.
Abrí la puerta del coche y me levanté del asiento antes de que pudiera
responder. Cerré la puerta de un portazo, abrí la puerta trasera y busqué mi bolso
entre los montones de basura y ropa sucia.
―Shannon, espera, no te vayas...
―Adiós, Johnny ―susurré antes de cerrar la puerta y cruzar al sendero.
No me volví cuando bajó la ventanilla y me llamó por mi nombre tres
veces. Y tampoco me volví cuando se detuvo en la acera, sino que opté por
deslizarme por el callejón, con la cabeza gacha y la punzada de un amargo
remordimiento pesando sobre mis hombros.

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CAPÍTULO 18
Reacciones Exageradas Y Sueños Que Se Desvanecen
Estuve furioso todo el trayecto de vuelta a casa, apenas podía

concentrarme en la carretera por el mal humor. Cuando llegué a casa, todo mi
cuerpo latía de frustración.
Ella se alejó de mí.
La llamé y se marchó de una puta vez.
No estaba acostumbrado a que me rechazaran o ignoraran, y yo no era un
engreído de mierda. Era la verdad, tocarla fue un error, volver a hacerlo era un
error que no podía permitirme cometer.
Tenía quince años.
¿Qué demonios me pasa?
Ya era bastante malo cuando todo lo que habíamos tenido eran un par de
conversaciones, pero ahora que había pasado dos horas en el coche con ella,
estaba tambaleándome. Cuando ella hacía sus preguntas, eran más profundas
que la mierda habitual que me preguntaban.
Eso me confundió.
No podía leerla.
No podía entender lo que pensaba.

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Vivía en una de las urbanizaciones de la ciudad, la grande que estaba
plagada de redadas antidroga y acosada por la policía y eso era algo
preocupante.
¿Cómo mierda alguien como ella había salido de un sitio así?
Cuando me detuve en mi lugar habitual en la parte trasera de mi casa, mi
humor era sombrío y mi temperamento estaba fuera de control. Apagué el motor
y me quedé sentado durante varios minutos, mirando por el parabrisas, tratando
de controlar la horrible sensación de desesperación que me invadía.
Dejé caer la cabeza entre las manos, me agarré mechones de pelo y tiré
de ellos. Pero esta noche había aprendido una valiosa lección: nunca le
preguntes a una chica qué está pensando si no estás dispuesto a recibir un puto
golpe en el ego.
"Creo que estás en negación sobre tu proceso de curación y sé que estás
herido. Creo que estás jugando un juego peligroso con tu cuerpo. Y creo que si
tus médicos supieran cuánto dolor sientes en realidad, de ninguna manera te
habrían dado el visto bueno y te habrían dado el alta para jugar".
Sus palabras me perseguían, probablemente porque tenía razón. Odiaba
que tuviera razón sobre mi cuerpo. Yo era así de testarudo, y por eso me ponía
a la defensiva cuando me llamaba la atención por mis idioteces. Sin embargo,
Shannon no me conocía. No tenía ni idea de la presión a la que estaba sometido.
Nadie lo entendía.
Y menos ella.
¡Y yo no cojeaba en absoluto! ¡Jesucristo!
Molesto conmigo mismo por darle más tiempo a la chica en mis
pensamientos, la aparté rápidamente y me concentré en no pensar en nada.
Cuando me tranquilicé lo suficiente, salí del coche y cerré la puerta de un
portazo, solo para arrepentirme inmediatamente cuando empezaron a oírse

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ladridos.
Las luces automáticas del patio estaban encendidas, por lo que era fácil
ver a los dos Golden Retrievers corriendo por el césped hacia mí, seguidos de
un labrador negro mucho más lento y viejo.
―Lo siento, chicas―grité, con el mal humor disipado al verlas―No
quise despertarlas.
Me metí las llaves en el bolsillo y les rasqué la cabeza a Bonnie y
Cupcake, los perros de mi madre, antes de dirigirme a la labradora mayor. A
sus casi quince años, el pelo alrededor de los ojos, la nariz y la barbilla de Sookie
se había vuelto más blanco. Estaba tiesa y cojeaba más estos días, pero seguía
siendo una cachorra para mí y sería para siempre el mejor regalo de cumpleaños
que un niño de tres años hubiera recibido jamás.
Sookie se arrastró hasta mis brazos y luego se dejó caer sobre mi pie,
moviendo la cola con tanta fuerza que le temblaba la espalda.
―Hola, preciosa ―Me arrodillé y rodeé a mi perra con los
brazos―¿Cómo está mi niña?
Ella me recompensó con besos babosos en la cara y un intento plagado
de artritis de darme la pata.
Acunando su cara entre mis manos, le rasqué las orejas y apreté mi nariz
contra la suya―Te extrañé.
Dios, amaba a esta perra. Era mi niña. No me importaba lo que dijeran
los chicos o lo mucho que me regañaran por su nombre. Sookie era mi chica,
leal hasta la exageración, y yo la quería muchísimo.
Era una suerte que no pudiera hablar, porque la vieja sabía más de mi
mierda que nadie en este planeta. Esos grandes ojos marrones de cierva siempre
me conmovían, y la pequeña barba blanca alrededor de su boca siempre me
tocaba la fibra sensible.

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No entendía cómo la gente podía hacer daño a cualquier animal, pero
especialmente a los perros. Eran demasiado buenos para nosotros. Los humanos
no se merecían el amor y la lealtad que les daban los perros. Yo era amante de
los perros. Confiaba en ellos. Había algo en la forma en que un perro te miraba;
no les importaba si eras un famoso jugador de rugby o un vagabundo de la calle.
Sólo les importaba cómo les tratabas, y una vez que te elegían como su
humano, tenías un amigo fiel para el resto de sus vidas. No creía que los
humanos fueran capaces de tanta compasión y compromiso.
Bonnie y Cupcake, disgustadas por la falta de atención que recibían,
lloriqueaban ruidosamente y saltaban y me arañaban la espalda.
Si no hiciera tanto frío y yo no estuviera tan adolorido, daría unas vueltas
por el césped con ellos para cansarlos, pero me estaba costando mucho
mantenerme erguido, así que decidí no hacerlo.
Me tomé el tiempo necesario para darles a los tres un masaje en la barriga
y me detuve para darle un masaje extra en la oreja a Sookie antes de levantarme
y entrar.
La maleta justo dentro de la puerta trasera me alertó de que mi madre
estaba en casa. Si no hubiera visto la maleta, me habría dado cuenta por el
inconfundible aroma a estofado de ternera que flotaba en el aire.
Con el estómago gruñendo de acuerdo, atravesé el lavadero y seguí el
delicioso olor hasta la cocina. Encontré a mi madre junto a los fogones.
Estaba de espaldas a mí y llevaba uno de esos trajes de pantalón que usaba
para trabajar. Llevaba el pelo rubio recogido con una elegante pinza, y estaba
como en casa.
Al verla, sentí que me quitaba un peso de encima. Mi madre trabajaba
para una consultora de moda en Londres. Viajaba constantemente por trabajo y
la había echado de menos las tres semanas que había estado fuera. No me había

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dado cuenta de cuánto hasta ahora.
―Hola, mamá ―murmuré, haciéndome notar―¿Cómo estás?
―¡Johnny! ―Girándose con una cuchara de madera agarrada en la mano,
Mamá me sonrió―Ya estás en casa―Dejó caer la cuchara sobre la encimera,
se limpió las manos en el delantal y se dirigió hacia mí―Ven aquí y deja que te
abrace.
Me acerqué para darle un abrazo rápido que se convirtió en un abrazo
completo de treinta segundos.
―Mamá― me reí, liberándome de su agarre mortal―Todavía estoy
aquí, relájate.
―Te extrañé demasiado ―De mala gana, me soltó y dio un paso atrás,
mirándome con esa extraña mirada maternal que siempre me dirigía― Jesús,
has crecido otro metro.
Enarqué una ceja―¿En tres semanas?
Mamá me devolvió el sarcasmo con el ceño fruncido―No te hagas el
listo.
―Siempre soy listo ―Le di un beso en la mejilla y luego la esquivé, con
la vista puesta en la olla de estofado―Me muero de hambre.
―¿Has estado comiendo?
―Por supuesto.
―¿Correctamente?
―Siempre.
―¿Qué tal la escuela?
―Es la escuela.
Ella no preguntaba sobre el rugby. Siempre eran preguntas sobre cosas
como el colegio, mis amigos, mis deberes, mi día, y Dios no lo quiera, mis
sentimientos.

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Pero nunca rugby.
No era que a mamá no le importara mi pasión. Sólo que siempre me hacía
saber que lo primero y más importante para ella era el resto de mí.
―¿Y Gerard? ―Mi madre siempre usaba el primer nombre de
Gibsie―¿Cómo está?
―Está igual que siempre ―contesté, echando estofado en un cuenco
antes de pasar a la isla―¿Ya papá volvió de Dublín?
Mi padre era abogado, y bastante productivo, y pasaba gran parte de su
tiempo rotando entre Cork y su sede en Dublín. Todo dependía del cliente al
que defendía y de la gravedad del caso. Pero básicamente era así: cuanto mayor
era el delito, mayor era el desplazamiento. Los compromisos laborales y los
horarios de mis padres hacían que pasara mucho tiempo solo cuando ellos
viajaban, y eso era exactamente lo que me gustaba.
Hasta los catorce años, Maura Reilly, nuestra vecina, venía a quedarse
conmigo, pero era sobre todo para llevarme al colegio y a los entrenamientos.
Yo ya era lo bastante maduro para valerme por mí mismo y bastante
autosuficiente.
Maura seguía viniendo cuando mi madre estaba de viaje de negocios,
pero era más bien para limpiar y preparar la comida. Después de tantos años
viviendo así, por no hablar de la libertad infinita, no creía que pudiera soportar
tenerlos a mi alrededor las veinticuatro horas del día.
―No volverá de Dublín hasta mediados de marzo como muy
pronto―contestó mamá, que venía a reunirse conmigo en la isla―Volé a
Dublín esta mañana y almorcé con él antes de venir en coche― explicó antes de
sentarse en el taburete frente al mío.
―¿Por qué hiciste eso? ―pregunté entre bocados de
estofado―Podrías haberte quedado con él unos días.

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―¿Por qué crees? ―Mamá apoyó los codos en la encimera y
sonrió―Porque quería ver a mi bebé.
Puse los ojos en blanco―No soy un bebé, mamá.
―Eres mi bebé― replicó ella―Y siempre lo serás. No me importa si
llegas a medir dos metros. Seguirás siendo mi pequeño Johnny.
Jesús.
¿Qué se puede hacer con una mujer así?
Sacudiendo la cabeza, abandoné la cuchara y me llevé el cuenco a la boca,
escurriendo la última gota de sopa que quedaba en el fondo antes de dejar el
cuenco y suspirar de satisfacción.
Nadie cocinaba como mi madre. Ni los cocineros de la academia ni los
restaurantes de comida para llevar de la ciudad. Aquella mujer me había traído
al mundo y tenía línea directa con mi estómago.
―Veo que tus modales no han mejorado ―bromeó mamá, frunciéndome
el ceño con desaprobación.
―No puedo evitarlo, mamá―respondí con un guiño―Estoy creciendo.
Me levanté, llené mi tazón y me paré sobre la estufa para comer. No tenía
sentido sentarme cuando pensaba limpiar la olla.
―¿Cómo te fue en el chequeo de la semana pasada? ―preguntó―¿El
Dr. Murphy está contento con cómo te estás curando?
«No podría saberlo, porque no fui...»
Gruñí una respuesta indiferente, demasiado ocupado tragando mi comida.
―¿Y los médicos de la Academia? ―insistió―Sé que no querían que
volvieras tan pronto...
Volví a gruñir, porque hablar de esto con mi madre era una discusión de
la que podía prescindir esta noche.
Si mentía, me descubriría.

BOYS OF TOMMEN #1
Si le decía la verdad, se asustaría.
En cualquier caso, mi madre insistiría en ver mi lesión, es decir, mi polla
y mis pelotas.
Y, en cualquier caso, perdería la cabeza y le diría que no.
Entonces ella reaccionaba exageradamente y llamaba por teléfono a mi
padre y lloraba quejándose de que yo no le enseñaba mis "partes íntimas" y que
él tenía que venir a casa a ocuparse de mí porque probablemente me estaba
muriendo de "gangrena del pene" o de alguna otra enfermedad horrible y
exagerada.
La distracción y la evasión eran la clave para una mamá sin lágrimas y
sin traumas.
―Me alegro de que estés en casa, mamá, pero voy a subir a mi habitación
y a empezar los deberes―decidí decir en su lugar―Quinto año me está
pateando el trasero. De hecho, estoy pensando en pagar algunas horas extras de
tutoría― Añadí esto último para darle más efecto. No necesitaba ayuda para
nada. No había sacado menos de sobresaliente en ningún examen desde tercero.
De hecho, podía ser yo quien pusiera las putas tutorías. Seguro que pasaba
bastante tiempo ayudando a los chicos en mis clases de empresariales y
contabilidad.
Pero mi distracción funcionó, desviando las preocupaciones de mi madre
de mis dolencias y centrándolas en mi educación.
―Oh, cariño, no pasa nada―anunció rápidamente, con tono
reconfortante―Estoy orgullosa de que seas tan valiente como para admitir que
tienes un problema. Haré unas llamadas por la mañana para ver qué hay
disponible.
―Sí, podría ser una buena idea ―acepté con un solemne movimiento de
cabeza.

BOYS OF TOMMEN #1
Estiré los brazos por encima de la cabeza y me obligué a bostezar.
―Pareces destrozado, cielo ―me dijo mi madre, con sus ojos castaños
llenos de empatía―¿Por qué no te acuestas temprano y te escribo un
comunicado para que puedas hacer los deberes?
―Gracias, mamá, estoy hecho polvo.
Me acerqué, le di un beso en la mejilla y salí corriendo de la cocina antes
de que pudiera recordar su pregunta.
―Ah, y antes de que se me olvide― me llamó, parándome en seco―He
reservado una cita en el taller para revisar tu coche. La fecha más cercana que
pude conseguir fue el lunes 15, así que te llevaré a la escuela y podemos recoger
tu coche después.
―Oh, mierda― refunfuñé, girándome en la puerta para mirarla―¿Qué?
Tengo sesiones reservadas con el fisioterapeuta en la Academia todas las tardes
del mes que viene― Exhalando un suspiro frustrado, me froté la frente―
Necesito mi coche, mamá ―La miré con expresión esperanzada antes de
añadir―A menos que quieras llevarme y recogerme en la clínica, o ¿prestarme
el jeep?
―Perderte una sesión no te matará― respondió mamá en tono tranquilo.
«No, probablemente no, si no hubiera faltado a la sesión de esta noche
por culpa de Shannon» +
―Además―continuó mamá―Al día siguiente vuelo de vuelta a Londres
y quería pasar todo el tiempo que pudiera contigo antes de irme.
Sí, sabía que diría eso.
A esa mujer le encantaba pasar tiempo conmigo.
Maldita sea.
―Se acerca la final de la liga ―argumenté, aunque sabía que no tenía
sentido―Es importante para la escuela. Necesito estar en forma.

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―¿Y no estás en forma ahora?
―Claro que sí.
―¿Entonces por qué cojeas? ―Me quedé pasmado.
―¿Qué?
―Tu pierna― respondió―No apoyas el peso en ella.
Las palabras anteriores de Shannon llenaron mi mente y me puse
nervioso―¡No estoy cojeando, joder!
Ma me fulminó con la mirada―¡Cuida tu lenguaje, Johnathon!
―Pues yo no cojeo, mamá ―respondí a la defensiva.
―¿Por qué te pones tan susceptible? ―replicó ella―¿Son tus testículos,
amor? Porque puedes decirme si les pasa algo.
Abrí la boca para responder, pero la cerré rápidamente.
No tenía sentido discutir con esta mujer. No iba a ganar, y si seguía
insistiendo, ella haría esa maldita cosa furtiva que hacían las madres cuando te
obligaban a revelar cosas sin preguntar.
Por Dios.
―Buenas noches, mamá― dije y me di la vuelta para irme.
―¿Una cosa más? ―Mamá me llamó.
Inhalando un suspiro para calmarme, me volví hacia ella―¿Sí?
―¿Quién es? ―preguntó, crispando los labios mientras daba golpecitos
con el dedo en el periódico abierto sobre la encimera.
Fruncí el ceño―¿Quién es quién?
Con una enorme sonrisa, cogió el periódico y lo levantó para
enseñármelo―Esto― preguntó mamá, con una sonrisa de oreja a oreja,
mientras golpeaba con la uña una foto mía a todo color con Shannon en el
partido de los colegiales de la semana pasada.
―¿Local o nacional?

BOYS OF TOMMEN #1
―Nacional.
A la mierda. Mi. Vida.
―Dame eso― espeté, acercándome para verlo mejor.
Le quité el periódico de las manos a mi madre y me quedé mirando a la
chica que me había estado volviendo loco durante casi dos meses.
Jesús, estaba preciosa, con los ojos muy abiertos y sonriendo mientras la
sostenía a mi lado. Llevaba el pelo castaño suelto y lo movía la brisa. La parte
superior de su cabeza rozaba mi axila, así de pequeña era. Y entonces me dio
un vuelco el corazón cuando leí el pie de foto.
11
Johnny Kavanagh, de 17 años, en la foto con su amiga del
colegio, Shannon Lynch, mientras celebraban la victoria de Tommen
College contra Kilbeg en la final del School Boy Shield el pasado
viernes. Kavanagh capitaneó a su colegio en su quinta victoria
consecutiva del escudo, sumando otra pieza de plata en su
impresionante carrera, y acallando cualquier rumor de lesiones
existentes. La guapa colegiala se mostró muy sonriente ante las
cámaras mientras felicitaba a Kavanagh por una nueva victoria.
Cuando se le pidió que comentara el estado de su relación, Kavanagh
declinó cortésmente la invitación, aunque dicen que una imagen vale
más que mil palabras...
11
Claramente no salen así, pero me gustó la referencia.

BOYS OF TOMMEN #1
―Es una chica despampanante, Johnny― musitó mamá,
distrayéndome―Ustedes se ven absolutamente adorables juntos.
―No es eso, mamá―murmuré, sabiendo muy bien lo que estaba
insinuando―Sólo es una amiga.
―Nunca te había visto en los periódicos con amigas que se parecieran a
ésta― bromeó mamá―Es una foto preciosa, cielo, el editor también debe
haberlo pensado, porque te dieron una página entera.
―Fui el capitán de nuestro colegio en la final de la semana pasada― dije,
incapaz de mirarla porque toda mi atención estaba puesta en la foto―Ganamos.
Es muy importante. Por eso me dieron una página entera.
―Me alegro por ti, amor― dijo mamá con alegría―Ahora, ¿cómo se
llama?
―Shannon.
―¿Y?
―Y ese es su nombre― dije en tono inexpresivo.
―¿Voy a conseguir algo más?
―¿Qué más quieres? ―espeté―Ya te dije que es sólo una amiga.
―Es una amiga ―se rió mamá, con un tono cargado de sarcasmo―Claro
que lo es, y yo soy la Virgen María.
―No me hables de tu virginidad ―gemí.
―¿Por qué? ―contestó mamá―¿Prefieres que hable yo de la tuya?
«No. No. Por Dios, ¡no!»
―Me voy a la cama ―Me metí el periódico bajo el brazo antes de salir
a trompicones de la habitación... y no cojeando como un bastardo.
―Dame mi papel ―llamó mamá tras de mí, riendo―Quiero enmarcar
esa foto.
―No, demonios, no ―le respondí con un resoplido.

BOYS OF TOMMEN #1
Cuando llegué a mi dormitorio, cerré la puerta con llave y dejé caer el
papel sobre la cama antes de dirigirme directamente al cuarto de baño.
Me quité la ropa, abrí la ducha y entré. Bajé con cuidado hasta el suelo,
pasé los brazos por las rodillas e incliné la cabeza. No tenía fuerzas para
levantarme.
Mamá tenía razón.
No estaba en forma.
Sentado bajo el chorro de agua hirviendo, cerré los ojos mientras me
recorría un escalofrío. Con una mano, me aparté el pelo de la cara y exhalé un
amargo suspiro mientras todos los miedos y preocupaciones sobre mi futuro
pasaban al primerplano de mi mente.
Mi vida se iba al infierno.
Mi cuerpo se desmoronaba.
Mis sueños se escapaban por la ventana.
Tenía un montón de problemas de los que preocuparme, y, aun así, no
podía sacármela de la cabeza.
Malditos ojos azules y palabras dolorosamente precisas.
Y ahora era peor porque no sólo estaba en mis pensamientos 24/7, sino
que tenía una maldita foto de ella para atormentarme.
Y me atormentaría con esa imagen. Ya lo había planeado.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 19
La Realidad A Altas Horas De La Noche
―¿Tuviste un buen día? ―fueron las palabras con las que me recibieron
cuando entré por la puerta principal después de mi desastroso viaje en coche
con Johnny.
Ahora bien, si cualquier otra persona en todo el mundo me hubiera hecho
esa pregunta, habría tenido una respuesta, pero estábamos hablando de mi papá.
Estaba de pie en el pequeño pasillo, con un periódico enrollado en la
mano, preguntándome por mi día, y eso era un concepto aterrador.
―¿Carajo, estás sorda? ―me preguntó mientras me miraba fijamente, con
el blanco de sus ojos marrones completamente inyectado en sangre―Chica, te
hice una pregunta.
El hedor a whisky de su aliento empaló mis sentidos y mi ansiedad se
disparó mientras intentaba mentalmente descifrarlo.
Cobraba sus prestaciones sociales los jueves.
Ese era el día malo.
No los martes.
Entonces pensé qué día era y me abofeteé mentalmente por no estar

BOYS OF TOMMEN #1
preparada.
Hoy era 1 de marzo
Y era el primer martes del mes.
El día del subsidio infantil.
El día en que el gobierno irlandés pagaba mensualmente en efectivo a los
padres por cada hijo que tenían. Lo que significaba cientos de euros
desperdiciados en las casas de apuestas y los bares.
Lo que significaba que nuestra familia pasaría semanas luchando y
sobreviviendo a duras penas por culpa de la incapacidad de mi padre para
controlarse.
Se me encogió el corazón.
Murmurando una respuesta rápida, saqué la llave de casa de la cerradura,
me la metí en el abrigo y esquivé su enorme figura con la intención de coger un
paquete de galletas del armario de la cocina y luego irme corriendo al santuario
de mi habitación.
Con la cabeza fría y el cerebro en estado de alerta, conseguí llegar hasta
la cocina, pero como un mal olor, tanto en sentido figurado como literal, mi
padre me persiguió.
Papá se apoyó en el marco de la puerta, apretando el periódico en la mano
e impidiéndome la salida.
―¿Qué tal el colegio?
Me mantuve de espaldas a él, ocupada en hojear paquetes de sopa y latas
de judías cuando respondí―Bien.
―¿Bien? ―se mofó―Estamos pagando cuatro mil euros al año por
¿bien?
Ahí estaba.
―Estuvo bien, papá ―dije rápidamente―Tuve un día productivo.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Un día productivo? ―remedó, con tono burlón y cruel―No te hagas
la jodidamente lista conmigo, niña.
―No lo hago.
―Y llegas tarde― ladró, con palabras de borracho―¿Por qué mierda
llegas tarde otra vez?
―Perdí el autobús― le dije, aterrada.
―Putos autobuses― gruñó―Maldito colegio privado. Eres un grano en
el culo, chica.
No había nada que decir, así que me callé. La forma en que siempre me
llamaba chica, como si fuera un insulto ser mujer, ni siquiera me molestó esta
noche.
Estaba en pleno modo de autoconservación, sabiendo lo que tenía que
hacer para salir ilesa de esta habitación: aguantar su mierda, mantener la boca
cerrada y rezar para que me dejara en paz.
―¿Sabes dónde está tu madre, niña? ―gruñó.
De nuevo, no respondí.
No era una pregunta de verdad.
Me estaba bombeando con información antes de la embestida.
―¡Rompiendo su espalda sobre ti! ―Papá rugió―Trabajando hasta la
extenuación porque eres una niña mimada que se cree mejor que nadie.
―No me creo mejor que nadie―murmuré, e inmediatamente me
arrepentí de haber echado gasolina verbal a su ya ardiente temperamento.
―Mírate ―se mofó papá, haciéndome un gesto con la mano―Con tu
maldito uniforme de colegio privado. Llegando tarde a casa. Creyéndote el puto
regalo de Dios. ¿Te estabas prostituyendo? ―Exigió, dando unos pasos
tambaleantes hacia mí―¿Por eso llegas tarde otra vez? ¿Te hiciste un
noviecito?

BOYS OF TOMMEN #1
Retrocedí de inmediato, pero no me atreví a abrir la boca para
defenderme. De todos modos, no me creería.
Nueve de cada diez veces, empeoraba las cosas.
Y diez de cada diez veces, contestarle resultaba en una mejilla ardiendo.
―Eso es, ¿no? Has estado tonteando con uno de esos pijos de rugby con
dinero de papá, en tu preciado Tommen― se mofó ―¡Abriendo las piernas
como la sucia puta que eres!
―No tengo novio, papá ―espeté.
Echó el brazo hacia atrás y me golpeó en la cara con el papel enrollado
―¡No me mientas, niña!
―No estoy mintiendo― sollocé, agarrándome la mejilla ardiendo.
Recibir una bofetada en la cara con un periódico enrollado puede no
parecer algo doloroso, pero cuando el hombre que te daba los golpes pesaba tres
veces más que tú, dolía.
―Explícame esto― exigió mi padre. Abrió el periódico y lo hojeó con
brusquedad hasta detenerse en la sección de deportes―¡Explícalo!
Ahuyentando las lágrimas, bajé la vista a la página que papá señalaba e
inmediatamente sentí que se me helaba la sangre. Allí estaba yo, a todo color,
sonriendo para el estúpido fotógrafo, con el brazo de Johnny rodeándome la
cintura, todo sonrisas y mejillas sonrojadas. No podía pensar en la foto ni
preguntarme por qué había salido en el periódico más importante de Irlanda,
porque estaba aterrorizada.
Estaba tan asustada que podía saborearlo.
«Vas a morir, Shannon. Esta es la noche en que te va a matar...»
―Es el capitán del equipo de rugby― me apresuré a decir, tratando de
inventar una mentira para librarme de la paliza que sabía muy bien que estaba
a punto de recibir―Ganaron algún partido importante―divagué, agarrándome

BOYS OF TOMMEN #1
desesperadamente a un clavo ardiendo―El señor Twomey, el director, nos hizo
a todos hacernos una foto con él... ¡Ni siquiera lo conozco, papá, te lo juro!
Sabía que debería haberme esperado el siguiente movimiento de mi
padre, lo había perfeccionado con el paso de los años, pero cuando me agarró
por la garganta y me estampó contra la nevera, me pilló desprevenida.
Apretándome con fuerza, siseó ―Me estás mintiendo...
―No... estoy mintiendo―le dije, arañándole las manos―Papá... por
favor... no puedo... respirar...
El sonido de la puerta principal abriéndose y cerrándose rápidamente
llenó el aire. Papá me soltó la garganta y yo me desplomé aliviada. Jadeando,
me alejé de él.
Segundos después, Joey apareció en la puerta, parecía un regalo enviado
por Dios con la cara manchada de grasa y el mono cubierto de aceite.
Joey palmeó el hombro de papá y luego lo apartó con facilidad antes de
entrar en la cocina, balanceando un juego de llaves entre sus dedos.
―¿Cómo va todo, familia?
Parecía relajado y sonaba alegre, pero la tirantez alrededor de sus ojos me
aseguraba que era cualquier cosa menos eso. Actuar como si no le importara
nada era el mecanismo de Joey. El mío era permanecer en silencio.
―Joey―reconoció papá, que parecía algo más alerta ahora ante la
presencia del alfa más dominante de la familia.
Nuestro padre podía ser grande y amargado, pero Joey era más grande y
rápido.
―¿Los chicos están en la cama? ―preguntó Joey, cogiendo una lata de
Coca-Cola de la nevera.
Papá asintió, pero no me quitó los ojos de encima.
―¿Dónde está mamá? ―preguntó Joey, obviamente tratando de aliviar

BOYS OF TOMMEN #1
la tensión. Abrió la tapa, bebió un trago y se limpió la boca con el dorso de la
mano―¿Todavía en el trabajo?
―Tu madre está en el trabajo y ésta llega tarde a casa otra vez ―ladró
nuestro padre. Me señaló con el dedo y balbuceó―Parece que perdió el puto
autobús.
―Lo sé―respondió Joey con despreocupación, antes de volver su
atención hacia mí―¿Qué haces, Shan?
―Hola, Joe ―balbuceé, apretando y soltando los puños para evitar que
las manos se me fueran a la garganta, mientras intentaba desesperadamente
controlar los latidos de mi corazón―Nada. Tengo hambre. Estaba por comer
algo.
Joey se acercó a donde yo estaba, con los pies congelados en el suelo, y
juguetonamente me dio un golpecito en la mejilla con los nudillos. Fue una
tierna muestra de afecto y una silenciosa muestra de solidaridad.
―¿Se quedó mucho tiempo Aoife cuando te trajo a casa?
Mis ojos se abrieron de par en par, confundidos. La mirada de mi
hermano me dijo que siguiera la corriente.
Me di cuenta.
Mi hermano me estaba dando una salida.
―No― espeté, con los ojos clavados en Joey―Me dejó y se fue
directamente a casa.
Joey me guiñó un ojo y me rodeó, metiendo la mano en el fondo del
armario, al que yo no podía llegar sin la ayuda de una silla.
―Toma― Sacó un paquete de galletas de chocolate y me las dio―Sin
duda, ¿son éstas las que buscas?
―No es una casa de acogida― replicó papá.
―Esta es mi comida, viejo― replicó Joey con frialdad, volviéndose

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hacia nuestro padre―Comprada con mi dinero. De mi trabajo.
―¡Esta es mi casa!
―Una casa que te dio el gobierno―replicó Joey con frialdad―Por
nuestra culpa.
―No te hagas el listo conmigo, muchacho― replicó papá, pero su tono
carecía de su habitual fuerza.
Por muy borracho que estuviera, nuestro padre era muy consciente de que
las mierdas que hacía conmigo no saldrían a flote con mi hermano.
A lo largo de los años habían tenido varios enfrentamientos a golpes, pero
la pelea que más brillaba en mi memoria era la que había tenido lugar el pasado
noviembre. La pelea había sido por lo de siempre: infidelidad.
Papá había sido pillado con otra mujer, nada sorprendente, y había
decidido dejarnos por la otra mujer, tampoco nada sorprendente. Mamá se había
enterado de que estaba embarazada el día que él se fue y se había ido a la cama.
Joey y yo habíamos pasado casi dos semanas cuidando de los más pequeños
y limpiando el desastre que habían hecho nuestros padres. Cuando nuestro
padre entró por fin por la puerta, diez días después, apestando a whisky y
tirándole mierda a mamá, mi hermano se volvió loco.
Papá y él acabaron peleándose en el salón, destrozando muebles y
adornos cuando iban a por el otro. Pero no era por eso por lo que destacaba.
Destacó porque la pelea había terminado con mi padre acurrucado en el
suelo del salón en posición fetal mientras mi hermano le asestaba golpe tras
golpe sin piedad en la cara.
Fue una carnicería absoluta, y aunque papá había conseguido romperle la
nariz a Joey, fue mi hermano quien salió vencedor. Papá estaba muy mal
después de la paliza que le habían dado y, en cierto modo, eso había jugado a
su favor, porque mamá se había compadecido de él y lo había aceptado.

BOYS OF TOMMEN #1
Por muy deprimente que fuera aquel día para nosotros, hijos de padres
tóxicos, también significó un cambio de poder. Los acontecimientos de aquel
día demostraron a nuestro padre que ya no era el alfa de la casa.
Había un nuevo alfa en la zona, alguien a quien él le había dado
demasiadas palizas y que estaba dispuesto a callarle la boca en cualquier
momento.
―Shannon― dijo Joey, con tono tranquilo, los ojos fijos en nuestro
padre―Se está haciendo tarde. ¿Por qué no te vas a la cama?
Joey no necesitaba decírmelo dos veces.
Tomé el escape ofrecido como una víctima que se ahoga tomaría un
chaleco salvavidas, hice una línea recta hacia las escaleras, deteniéndome en
mis pasos cuando papá bloqueó la puerta.
―No he terminado de hablar con ella― espetó.
―Bueno, ella ha terminado de hablar contigo―comentó Joey,
poniéndose detrás de mí―Así que apártate de su camino, viejo. Ahora mismo.
Estuvieron mirándose fijamente durante treinta segundos antes de que
papá se apartara.
Salí corriendo de la cocina y subí las escaleras a toda velocidad, sin
detenerme hasta que estuve a salvo en mi dormitorio, con la puerta cerrada y la
cerradura puesta.
Sin apenas tiempo para respirar, tiré las galletas a la mesilla de noche, me
quité el uniforme lo más rápido que pude y me puse la pijama antes de meterme
de lleno en la cama.
Me metí bajo las sábanas, busqué el reproductor portátil debajo de la
almohada y me tapé hasta la barbilla. Me había puesto un tapón cuando
empezaron los gritos. Segundos después, el ruido de los muebles al chocar me
llenó los oídos.

BOYS OF TOMMEN #1
Se me revolvió el estómago y me puse rápidamente el otro tapón antes de
encender el viejo y descolorido reproductor. Apreté los botones, le di al play y
subí el volumen al máximo, rezando para que las pilas tuvieran suficiente carga
para bloquear el infierno que era mi casa. Al seleccionar la canción de metal
más dura y ruidosa del CD, me recosté en la almohada y permanecí totalmente
inmóvil, con el cuerpo rígido y tenso.
Llevaba cuatro canciones y los latidos de mi corazón habían vuelto a su
ritmo normal. Tres canciones más y recuperé la capacidad de formar
pensamientos coherentes.
No siempre fue así.
La mayoría de las noches entre semana estaban bien, con la excepción de
los jueves, cuando papá recibía el dinero de la asistencia social en la oficina de
correos. Los fines de semana podían ser complicados, pero se me daba de
maravilla evitar los enfrentamientos con mi padre.
Si bebía un día entre semana, siempre me encargaba de estar en casa a las
seis de la tarde, con la cena servida y encerrada en mi dormitorio. Si bebía los
fines de semana, no salía de mi habitación. Sin embargo, los acontecimientos
de hoy me habían desconcertado y había cometido un error fatal.
Johnny me había confundido.
Bajé la guardia.
Me olvidé.
El disco sonó hasta el final y volví a encenderlo, repitiéndolo en bucle.
Sólo cuando oí el sonido de la puerta de la habitación contigua a la mía cerrarse
de golpe por encima de la música en mis oídos, desbloqueé mis músculos
enrollados.
Estaba bien.
Exhalando un suspiro tembloroso, bajé el volumen y escuché

BOYS OF TOMMEN #1
atentamente.
Silencio.
Me quité los auriculares, tiré de las mantas y salí de la cama. Me acerqué
de puntillas a la puerta de mi habitación, giré la cerradura y entré sigilosamente
en el pasillo vacío. Tanteé en la oscuridad hasta la puerta de Joey, agarré el
picaporte y entré.
―¿Joe? ―susurré cuando mis ojos se posaron en él. Estaba sentado en
el borde de la cama, en calzoncillos, llevándose un fajo de papel higiénico a la
boca―¿Estás bien?
―Estoy bien, Shan― dijo con tono cortante mientras se frotaba el labio
inferior con el pañuelo―Deberías irte a la cama.
―Estás sangrando―murmuré, con los ojos clavados en el pañuelo
manchado de sangre.
―Es sólo un labio roto― respondió, sonando un poco irritado―Vuelve
a tu habitación.
No lo hice.
No pude.
Debí de quedarme en su puerta mucho rato, porque cuando Joey levantó
la vista y me miró, su expresión era de resignación. Suspirando pesadamente,
se pasó una mano por el pelo y luego palmeó el colchón a su lado.
―Vamos.
Me desplomé sobre la cama y rodeé el cuello de mi hermano con los
brazos, aferrándome a él como si fuera la única cosa que mantenía unido mi
mundo. A veces pensaba que podía ser cierto.
―No pasa nada, Shan― susurró, consolándome.
―Lo siento―le dije, apretándome más a su cuello. Mis mejillas se
llenaron de lágrimas―Lo siento mucho, Joe.

BOYS OF TOMMEN #1
―No es culpa tuya, Shan.
―Pero lo hice enojar...
―No es culpa tuya ―repitió mi hermano, con tono severo.
―Ya no quiero estar aquí, Joe.
―Yo tampoco.
―Estoy harta de sentir miedo todo el tiempo.
―Lo sé―Me dio unas palmaditas en la espalda y se levantó―Uno de
estos días, todo irá mejor. Te lo prometo.
Se acercó a su armario, abrió las puertas y sacó el saco de dormir y las
almohadas de repuesto. No tuve que preguntarle qué hacía; no cuando ya lo
sabía y eso hizo que se me apretara el corazón. Cuando Joey terminó de montar
la cama improvisada en el suelo, se dejó caer sobre ella.
Cruzó los brazos detrás de la cabeza y soltó un fuerte suspiro.
―Apaga la luz, ¿quieres, Shan?
Obedecí, me incliné sobre la cama y apagué su lámpara antes de subirme
a su cama vacía.
―Gracias, Joey ―resoplé, limpiándome la nariz con el dorso de la mano,
mientras me acomodaba bajo las sábanas.
―No hay de qué.
Me puse de lado y lo miré tumbado en el suelo de su habitación. Las
cortinas estaban cerradas, pero las farolas de la acera que había fuera de la casa
cubrían la habitación con un tono apagado, iluminando las sombras de la cara
de mi hermano.
―Eh, ¿Joe?
―¿Sí?
―¿Puedes hacerme un favor?
Levantó la barbilla, haciéndome saber que me escuchaba.

BOYS OF TOMMEN #1
―Por favor, no me hagas lo que Darren nos hizo a nosotros ― Juntando
las manos bajo la mejilla, susurré ―No me dejes.
―No lo haré―juró mi hermano, con un tono lleno de dureza y
sinceridad―Nunca te dejaré aquí con él.
Exhalé un suspiro tembloroso―Mamá nunca va a dejarlo...
―Mamá puede hacer lo que le salga de los cojones ―interrumpió Joey,
endureciendo el tono ― Ella hizo su propia elección cuando lo aceptó la última
vez. Por mí, que siga teniendo hijos suyos y aguantando su mierda el resto de su
maldita vida. ¿Pero tú y yo? Seguimos juntos ―Volvió la cara hacia mí y
dijo―Cuando salga de este agujero de mierda, y saldré, te llevaré conmigo.
Mordiéndome el labio, pregunté ―¿Y los chicos?
Joey exhaló pesadamente pero no respondió.
Nany Murphy, nuestra bisabuela materna, recogía a nuestros hermanos
pequeños del colegio todos los días y los dejaba en casa, alimentados, bañados
y vestidos para irse a la cama sobre las ocho de la noche.
Nany había hecho lo mismo con Darren, Joey y conmigo hasta que
pasamos a la escuela secundaria. Era un acuerdo extraño, teniendo en cuenta
que mis padres y ella apenas se hablaban, y le pregunté a Nany ¿por qué? Quería
saber por qué a la edad de 81 años seguía ayudando a mis padres cuando ellos
claramente no la apreciaban.
Había criado a mi madre y a su hermana, Alice, cuando sus padres
fallecieron cuando eran niñas, pero jurarías que Nany era una extraña por la
forma en que nuestra madre la trataba.
Nany me dijo que no lo hacía por ellos, lo hacía por nosotros. Porque nos
quería, y no debíamos sufrir por las malas decisiones de nuestros padres. Ella
nos había enseñado a ir al baño a cada uno de nosotros cuando nuestra madre
trabajaba todas las horas que Dios le daba y nuestro padre no estaba interesado.

BOYS OF TOMMEN #1
Nany Murphy había intervenido cuando nuestra madre y nuestro padre
no lo hacían. Nany dejó claro que amaría y cuidaría a todos los niños nacidos
de su jodida unión porque éramos sus bisnietos.
Tadhg, Ollie y Sean estaban relativamente protegidos del tornado que era
nuestro padre porque teníamos la suerte de tener una bisabuela que nos quería.
El problema era que Nany avanzaba sin parar en la vida, y no podía hacerlo para
siempre. No podía seguir interviniendo y salvando el día.
Su salud se estaba debilitando, la vejez estaba llegando y el dinero era tan
escaso para ella como para nosotros. Nany no tenía dinero para alimentarnos a
nosotros además de a nuestros tres hermanos pequeños, y cada vez que
acudíamos a ella con otro problema, aparecía otra arruga en su cara y se
acumulaba otra cita con el médico. Por ésas y muchas otras razones Joey y yo
habíamos reducido nuestras visitas.
―Son nuestros hermanos― susurré, sacándome de mis pensamientos.
―No soy su padre― exclamó Joey―Y quién sabe, quizá mamá entre en
razón antes de que los jodan por completo como hicieron con nosotros y Darren.
En cualquier caso, no puedo hacer nada. No puedo cuidar de ellos, Shannon. No
puedo permitírmelo y no tengo tiempo. Voy a sacarnos fuera de aquí. Es lo
mejor que puedo hacer.
―¿Lo prometes?
Asintió―En cuanto termine el colegio y me instale en la universidad el
año que viene, me buscaré un piso. Puede que me lleve algún tiempo reunir el
dinero y arreglármelas, pero saldré de aquí, Shannon. Te sacaré de aquí. Te lo
prometo, joder.
―Te creo― le dije.
Y le creí.
Llevaba diciéndome ese plan desde que Darren salió por la puerta hace

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cinco años y nos dejó solos ante la ira del whisky de nuestro padre. Creí que
mi hermano hablaba en serio, cada palabra que decía, cada promesa que hacía.
El problema era que podía ver los inimaginables sacrificios que tendría
que hacer mi hermano para que esto funcionara para nosotros, y sabía en el
fondo de mi corazón que la probabilidad de que realmente se hiciera realidad
era escasa. En cualquier caso, la niña que llevaba dentro se aferraba a la promesa
por todo lo que valía. Y promesas como esa para chicas como yo lo valían todo.
―De todos modos, basta de la charla de mierda de los padres― dijo Joey,
mirando a mi cara.
―Dime de qué conoces a Johnny Kavanagh.
―¿Qué? ―Me quedé mirándolo, sorprendida por el repentino cambiode
conversación.
No era raro que después de una noche así cambiáramos de tema y
habláramos de cosas ridículas. A otros podría parecerles extraño que fuéramos
capaces de pasar de una conversación seria y significativa a una simple
charlatanería, pero para nosotros era lo normal.
Llevábamos toda la vida lidiando con la mierda de nuestro padre.
Cambiar de tema era algo natural para nosotros. Era un mecanismo que
habíamos perfeccionado a lo largo de los años: desviar y distraer. ¿Pero
preguntarme por Johnny? Eso me desconcertó.
―Kavanagh― confirmó Joey, con ojos incisivos y curiosos―¿De qué
conoces al tipo?
―Va a Tommen―expliqué, agradecida por la penumbra para que mi
hermano no pudiera ver lo roja que se me había puesto la cara ―Está en quinto
año, creo ―«en realidad estoy segura»―Y lo he visto unas cuantas veces en el
colegio. Es el que me dejó inconsciente el primer día.
Joey giró la cabeza hacia mí―¿Fue Kavanagh quien te noqueó?

BOYS OF TOMMEN #1
―Fue un accidente―Me apresuré a repetir las palabras que ya había
pronunciado una y otra vez en el último mes―Hizo un mal pase, o pateó mal el
balón, o algo así... de todos modos, se disculpó como un millón de veces, así
que todo está bien...―Terminé con un gran suspiro, sin ganas de dar más
información sobre el asunto―Todo está en el pasado y ya está.
―Bueno, mierda― musitó Joey, rascándose el pecho―Uno pensaría que
un tipo en su posición no cometería errores de principiante como ése.
―¿Un tipo en su posición? ―comenté―Estoy bastante segura de que no
es la única persona en el mundo que patea un balón como la mierda.
―No...―Joey se encogió de hombros―Aun así; no creía que cometieran
ese tipo de errores de colegial en La Academia.
―¿Academia? ―Exhalé un resoplido―Se llama Colegio Tommen, Joe.
No Academia.
―No estoy hablando de tu colegio, Shan―dijo Joey―Hablo de La
Academia, ya sabes, el Instituto de Perfeccionamiento. La Academia es sólo un
apodo.
―¿Qué demonios es el Instituto de Perfeccionamiento? ¿Y cómo lo
conoces?
―Exactamente lo que parece; un instituto de progresión
adicional―replicó con sarcasmo―Y todo el mundo sabe quién es Johnny
Kavanagh.
Yo no lo sabía.
Estaba desconcertada.
―Entonces, ¿por qué apodarla La Academia?
―Porque La Academia suena mejor que El Instituto― Joey soltó una
suave carcajada―Realmente no tienes ni idea de quién es, ¿verdad?
Como no respondí, Joey volvió a reírse.

BOYS OF TOMMEN #1
―Eso no tiene precio―musitó, claramente entretenido―Estabas
montada en su coche esta noche y ni siquiera lo sabías.
―¿Saber qué? ―espeté, sintiéndome nerviosa y molesta por mi falta de
comprensión.
Las palabras anteriores de Johnny flotaron en mi cabeza.
"Yo juego... No, enserio, juego..."
Maldita sea, sabía que había hecho el ridículo.
―¿Qué? ―Pregunté―¿Es un jugador de rugby de primera o algo así?
Joey resopló con fuerza―No puedo creer que no lo sepas.
―¡Dímelo!
―Deberías haber hecho una foto ―añadió pensativo―Oh, espera - lo
hiciste. ¿Cuál es la historia de que salgas en los periódicos con él? El viejo
prácticamente me lo echó en cara.
―No tengo ni idea, Joe―Sacudí la cabeza y exhalé
pesadamente―Ganaron alguna copa el viernes pasado y me sacaron en una foto
con él ―Me encogí de hombros con impotencia ―No tenía ni idea de que
acabaría en los periódicos.
―Acabó en los periódicos porque es Johnny Kavanagh―afirmó mi
hermano, enunciando su nombre como si debiera significar algo para
mí―Vamos, Shan.
Cuando me quedé en blanco, Joey soltó un suspiro impaciente.
―Es un jodido pez gordo en el circuito de rugby. Jesús, sólo tienes que
encender un ordenador o abrir los periódicos para leer todo sobre él―continuó
diciendo―Fue reclutado en la academia de rugby cuando tenía como catorce
años o alguna edad insanamente joven como esa.
―¿Ese es precisamente el lugar de la academia? ―Me moví,
inclinándome hacia el borde de la cama para tomarle la medida―¿Es para tanto

BOYS OF TOMMEN #1
o algo así?
―Es un jodido gran negocio, Shan―confirmó Joey―Tienes que ser
elegido por los mejores reclutadores del rugby irlandés para que te hagan las
pruebas. El dinero y la influencia no influyen. La selección se basa puramente
en el talento y el potencial. Les enseñan todo lo que necesitan saber sobre una
carrera profesional en el rugby, y tienen a los mejores entrenadores,
fisioterapeutas, nutricionistas y preparadores del país vigilándolos. Llevan a
cabo programas de acondicionamiento y campamentos de locura para sus
jugadores, y es el mejor lugar para conocer a posibles reclutadores. Es como
una escuela de excelencia para los futuros jugadores profesionales de rugby,
pero no es una escuela. Es una instalación deportiva de vanguardia en la ciudad.
En realidad, es más como una granja de cachorros donde producen jugadores
de rugby de pura sangre, de alto calibre, en lugar de perros.
―Qué asco ―Arrugué la nariz―Asquerosa analogía, Joe.
―Así es ―se rió Joey―Sólo los adolescentes más prometedores del país
tienen la oportunidad de trabajar con La Academia, e incluso en eso, es brutal.
Tienes que estar hecho de algo jodidamente especial para superar las pruebas y
conseguir una temporada con ellos, por no hablar de ser preseleccionado.
Personalmente, respeto muchísimo a cualquiera con ese tipo de autodisciplina.
Tiene que tener una ética de trabajo enorme para rendir a ese nivel en su deporte.
―Entonces, ¿Él es bueno?
―Es mejor que bueno, Shan―me corrigió mi hermano―He visto
algunos partidos de Kavanagh con la selección sub-18 que se emitieron por
televisión durante la campaña de verano y te digo que es como como un arma
cargada en el campo. Dale una oportunidad y expondrá a la defensa y dará en
la diana todas las veces. Mierda, el chico sólo tiene diecisiete años y ésta es su
segunda temporada con el equipo juvenil irlandés sub-18, y pasará directamente

BOYS OF TOMMEN #1
al sub-20 cuando cumpla dieciocho. Después, irá a la selección mayor.
Así que Johnny no bromeaba cuando decía que había jugado.
―No sabía nada de esto― murmuré, sintiéndome como una idiota.
¿Porqué nadie lo había mencionado? Todo lo que las chicas decían en el
colegio era que era increíble jugandoal rugby y que era el capitán del equipo
del colegio. Ni siquiera había oído hablar de la academia.
―Estás sonrojada―dijoJoey, sonando divertido.
Era una apreciación totalmente acertada, que yo negué furtivamente.
―Nolo estoy.
Resopló―Sí, lo estás, joder.
―Está demasiado oscuro para verme, así que ¿cómo sabes siquiera que
me estoy sonrojando?
Joey rió suavemente―Entonces, ¿lo admites?
―No lo admito ―Mordí una maldición―Y yo no…
Se burló―No me vengas con esa mierda.
―¿Qué mierda?
―Dejaste que te llevara a casa―Me quedé pasmada.
―Sí. ¿Y?
―Ni siquiera te subes al coche con Podge, y ha sido mi mejor amigo
desde que estaba en pañales ― desafió Joey―Nunca he visto ni oído que seas
amiga de chicos.
―Eso es porque no tengo amigos― gruñí―O al menos no los tenía.
―Entonces, ¿eres amiga de él?
―No, no soy amiga suya― espeté―Perdí el autobús. Me oyó hablar
contigo por teléfono y se ofreció a llevarme a casa. El resto ya lo sabes.
―Sí, bueno, un consejo― respondió con despreocupación―No te hagas
ilusiones con él.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Ilusiones?
―Sí― Joey bostezó perezosamente―No acabará bien.
―¿Qué estás...? ¿Por qué iba a hacerme ilusiones? ―Respondí de vuelta,
nerviosa―¿Ilusiones de qué?
―Cualquier mierda en la que las adolescentes se ilusionen― contraatacó
Joey, bostezando de nuevo―A riesgo de parecer un hermano sobreprotector: es
demasiado mayor y tiene demasiada puta experiencia para ti.
―No me hago ilusiones con nadie―negué acaloradamente antes de
añadir rápidamente ―¿Por qué me dices todo esto?
―No soy tonto, Shan ―replicó Joey―Sé muy bien cómo las chicas se
obsesionan y se ponen sentimentales con tipos de su posición ―Se movió en su
cama improvisada, estirándose―Todo lo que digo es que no creas que por
hacerse una foto contigo o llevarte a casa esta noche, te hace diferente. Es más
que probable que lo haga con muchas chicas.
―¡No me hago ilusiones! ―Me quejé―Ni siquiera sabía de su posición
hasta que me lo dijiste― Y continué ―Y sé perfectamente que el hecho de que
me llevara era un intento de compensar la conmoción cerebral.
―¿Estás segura?
―Por supuesto.
―¿Segura que solo fue por eso?
balbuceé con indignación―Sí, Joey.
―Pues qué bien―suspiró―Porque por lo que he leído en los periódicos,
se irá de aquí después de las vacaciones, así que suspirar por él sería una mala
idea. Los clubes ya lo están pidiendo a gritos, incluso en el hemisferio sur. Es
sólo cuestión de tiempo que lo contrate el mejor postor.
―¿Y? ―Mi tono era defensivo―¿Por qué iba a importarme? Ni siquiera
me gusta el rugby.

BOYS OF TOMMEN #1
―Cálmate un poco, Shannon― resopló Joey―Sólo intentaba darte un
consejo fraternal.
―Bueno, no es necesario― refunfuñé, con la cara ardiendo―Y para tu
información, en realidad no es tan genial― decidí soltar en tono despectivo.
Mi altercado anterior con Johnny aún estaba fresco en mi mente, y tenía
unas ganas locas de bajarle los humos, aunque sólo fuera con mi hermano.
―Es muy malhumorado y conduce como un maníaco... y su coche es una
vergüenza, está muy sucio.
―¿Qué auto conduce?
―Un Audi A3 ―Hice una mueca antes de admitir a regañadientes ―Es
muy bonito.
―Claro que sí. Prácticamente regalan coches de alta gama a sus
jugadores.
Joey exhaló un suspiro y sonó un poco como un fan cuando dijo―Qué
suerte tiene el bastardo.
Entonces se hizo el silencio a nuestro alrededor, mientras yo me
tambaleaba en silencio con mis pensamientos. Intenté descifrar la información
que Joey me había dado. Intenté relacionarla con el Johnny que había conocido,
pero no pude. No me parecía una superestrella del rugby. Bueno, físicamente
tenía toda la pinta de serlo, pero no era... no...
Sacudí la cabeza, con los pensamientos confusos.
Ahora que sabía exactamente cuánto le interesaba el rugby, podía
entender su reacción irracional de esta noche. No quería que nadie supiera lo de
sus lesiones porque tenía miedo. No lo había admitido, pero ahora que yo sabía
lo que estaba en juego para él, tenía todo el sentido.
Si mi futura carrera, en la que había invertido tanto tiempo y energía,
estuviera en juego por una lesión, haría lo que hiciera falta para volver a la

BOYS OF TOMMEN #1
normalidad.
¿Pero mentir sobre su recuperación?
Eso me parecía una jugada arriesgada. Un movimiento peligroso. Él
mismo lo había dicho; no se estaba curando bien. Entonces, ¿por qué arriesgar
su cuerpo de esa manera?
―¿Qué le pasa a un chico cuando se rompe el músculo aductor?
La pregunta salió de mi boca antes de que pudiera pensarla.
―¿Qué, como en la ingle?
―Sí― Asentí con la cabeza―¿Qué pasa?
―Depende de la gravedad del desgarro― respondió Joey sin
vacilar―Pero estaría adolorido como la mierda durante un tiempo. Si fuera
grave, probablemente necesitaría fisioterapia y rehabilitación.
―¿Y si fuera muy grave? ―Me mordí la uña y pregunté ―¿Y si fuera
tan grave que tuvieran que operarle ahí abajo?
―¡Shannon, para! ―Joey se estremeció visiblemente y se agarró los
testículos―No quiero ni pensarlo.
―¿Sería realmente malo? ―Seguí insistiendo―¿Para un chico?
¿Dolería?
―Pongámoslo de esta manera―añadió Joey, todavía
temblando―Prefiero romperme las dos piernas que sufrir ese tipo de trauma en
mi paquete.
―¿Dolería caminar y esas cosas? ―pregunté―¿Y para hacer deporte?
―Shannon, te dolería para mear ―contestó Joey inexpresivo―Ni hablar
de correr por un campo.
Oh, Jesús.
No me extraña que Johnny estuviera dolorido.
―¿Por qué? ―preguntó entonces.

BOYS OF TOMMEN #1
―Oh, me lo preguntaba porque Lizzie dijo que su novio, Pierce, se había
operado para reparar su músculo aductor allá por diciembre―Encogiéndome
de hombros, seguí mintiendo entre dientes. No sabía el apellido del novio de
Lizzie, y mucho menos el estado de sus músculos aductores―Lizzie me ha
dicho que ha vuelto a jugar al rug…eh…fútbol, pero que aún le duele mucho.
Me preguntó si sabías algo al respecto, ya que juegas al hurling. Le dije que te
preguntaría.
―Bueno, puedes decirle que dije que el pobre bastardo se merece un
suministro ilimitado de morfina―murmuró Joey―Y una cama. Y un
suministro interminable de bolsas de hielo para sus bolas.
―¿Sus bolas? ―Tragué saliva y abrí los ojos ―¿Por qué necesitaría una
bolsa de hielo para eso?
―Porque cuando los cirujanos te abren para ese tipo de procedimiento,
hacen una incisión justo debajo de tus... ¡ugh! No puedo ― Sacudiendo la
cabeza, Joey espetó ―No puedo ni pensarlo sin compadecerme del pobre
desgraciado.
―Pero, ¿y si...?
―¡No!
―Pero yo sólo...
―¡Buenas noches, Shannon! ―Joey se tumbó de espaldas a mí y
refunfuñó ―Gracias por mis pesadillas futuras.
Me tumbé de espaldas, me acuné la parte superior de la cabeza con las
manos y respiré lenta y tranquilamente, con la esperanza de calmar mis
temblorosos pensamientos y dejar la mente en blanco.
Cuando el sonido de los ronquidos de Joey, profundamente dormido,
llenó mis oídos, varias horas más tarde, aún estaba muy despierta.
Estaba cansada, deseaba que llegara el sueño, pero por más que lo

BOYS OF TOMMEN #1
intentaba, no conseguía que mi cerebro se apagara. Con la mirada fija en el
techo, repasé mentalmente mi catálogo personal de penas.
Era una forma enfermiza de autolesionarme, porque pensar en ello no me
hacía ningún bien, pero aun así reviví todas las discusiones, los comentarios
crueles y los recuerdos dolorosos que había sufrido, desde las burlas en el patio
del colegio a los cuatro años hasta los comentarios de mi padre esta noche.
Era la forma definitiva de masoquismo y un ritual que siempre realizaba
después de un mal día.
Cerrar los ojos tampoco ayudaba. Cada vez que dejaba que mis ojos se
cerraran, las imágenes mentales de Johnny Kavanagh bailaban sobre mis
párpados. No estaba segura de sí prefería que fuera sólo el desconocido que me
había noqueado y sonreía en los pasillos, o el idiota malhumorado e hiperactivo
que había explotado esta noche. Definitivamente sabía que me arrepentía de
haber sabido lo que sabía de él.
Descubrir que Johnny era una prometedora estrella del rugby con una
brillante carrera deportiva en el futuro fue deprimente por varias razones, pero
una en particular se me quedó grabada en la cabeza.
Yo también tenía un hermano superestrella, un chico guapo que no se
equivocaba ante nadie y al que elogiaban por su rendimiento en el campo y
recompensaban con libertad de movimientos.
Joey, por muy bueno que fuera conmigo, también era un completo
capullo que había dejado un rastro de corazones rotos desde Ballylaggin hasta
la ciudad de Cork.
Llevaba unos ocho meses saliendo en exclusiva con su novia, Aoife, y
parecía completamente entregado a ella, pero aún no sabía si se había reformado
del todo o no.
La experiencia me decía que los chicos eran como perros.

BOYS OF TOMMEN #1
Y los padres.
Los padres eran unos bastardos y los hombres no eran de fiar. No todos
los hombres, admitía a regañadientes, pero la mayoría lo eran. Especialmente
los atléticos.
Siendo hermana de uno de ellos, tenía una visión de la mente de estos
atletas adolescentes y sabía que lo más seguro era ser pariente de ellos, amiga
platónica, o simplemente evitarlos como a la peste. Tenían grandes egos,
actitudes exageradas e impulsos sexuales muy intensos. Leales a sus familias, a
su equipo y a poco más. Confiaba en que mis testarudas hormonas adolescentes
se volverían locas ante la visión de uno de ellos.
Reconociendo que era la opción más segura, decidí que seguiría adelante
con los acontecimientos de esta noche bloqueando todo lo que había aprendido
sobre Johnny Kavanagh y evitándolo.
Era joven, pero no estúpida, y sabía que albergar cualquier tipo de
sentimiento, inofensivo o no, por un chico como Johnny Kavanagh no me haría
ningún favor a largo plazo. Porque, sinceramente, desde el día en que me dejó
inconsciente, había estado albergando un montón de emociones contradictorias
hacia él.
Pero la horrible forma en que Johnny manejó su molestia esta noche,
junto con la charla de Joey, fue la fría y dura dosis de realidad que necesitaba
para ponerme de nuevo en alerta.
Necesitaba olvidarme de él.
Y lo haría.
Eso esperaba.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 20
Las Madres Lo Saben Todo – Solo en las Películas
El miércoles por la mañana, cuando me levanté para ir al colegio, mi

madre me estaba esperando. Con las prisas por salir de casa y alejarme de mi
padre, casi no la vi.
Sólo cuando me detuve en el vestíbulo para coger el abrigo me di cuenta
de que estaba sentada a la mesa de la cocina, con una taza de café entre las
manos.
―¿Mamá? ―Fruncí el ceño al verla.
Parecía agotada, con ojeras, la tez pálida y demacrada. Estaba envuelta
en su vieja bata de lunares deshilachada, el último regalo de Navidad que Darren
le había hecho antes de marcharse.
Dejé el abrigo en el barandal y entré en la cocina.
―¿Qué haces levantada?
―Shannon― respondió, forzando una débil sonrisa―Ven y siéntate
conmigo un rato.
Lo hice porque era tan inusual verla a esta hora de la mañana, y sabía que
algo andaba mal. Miré mi reloj, asegurándome de que no me había quedado

BOYS OF TOMMEN #1
dormida por accidente o algo así.
05:45 am.
No, estaba con tiempo y algo iba mal.
Eché una silla hacia atrás, me senté frente a ella y le pregunté.
―¿Qué pasa, mamá?
―¿No puedo levantarme para despedirte antes de que te vayas a la
escuela?
No.
La verdad es que no.
En absoluto.
Mi respuesta silenciosa debió de ser elocuente, porque mamá dejó la taza
en el suelo y me cogió la mano.
―Shannon― por fin se puso a ello y dijo ―Sé que sientes que no… que
a veces tu padre no es muy… Sólo quiero que sepas que quiero a todos mis hijos
por igual, pero tú eres la más especial.
Eso era mentira. Yo no era nada especial para ella. Darren era su favorito,
y cuando se fue, mamá nunca volvió a ser la misma. A decir verdad, entre los
turnos en el trabajo y él cuidado de los niños más pequeños, apenas se fijaba en
mí. Quería a mi madre, de verdad, pero eso no significaba que no me molestara
su debilidad, cosa que si lo hacía.
Y mucho.
Incómoda, saqué la mano de debajo de la suya y le pregunté.
―¿Firmaste mi permiso para el viaje escolar a Donegal?
Sabía que no lo había hecho.
Seguía encima de la cesta del pan, sin firmar.
―No me parece bien que estés tan lejos de casa, Shannon―explicó
preocupada mientras se mordía el labio inferior―Donegal está muy lejos.

BOYS OF TOMMEN #1
Exacto.
―Quiero ir, mamá ―susurré―Claire y Lizzie van a ir y yo tengo muchas
ganas de ir. Tengo que entregar el permiso antes del viernes, porque si no, no
me dejarán ir.
De acuerdo, era mentira, tenía hasta después de las vacaciones para
entregar el impreso, pero presionarla era la única posibilidad que tenía de
conseguir que firmara esos formularios
―¿Y si te pasa algo ahí fuera? ― dijo mamá―¿Y si alguien va por ti?
―Hay más posibilidades de que eso ocurra en esta casa―murmuré en
voz baja.
Mamá se estremeció―Shannon...
―¿Él te contó lo que pasó anoche? ―Solté la frase mordazmente,
sabiendo que eso era de lo que quería hablarme, de lo que quería asegurarse de
que no hablara.
Enderezando los hombros, miré fijamente a mi madre al otro lado de la
mesa.
―¿Te contó lo que le hizo a Joey?
―Él tiene un nombre― dijo mamá con voz tensa.
―¿Te lo contó? ―fue todo lo que respondí.
―Sí, tu padre me contó lo que pasó ―respondió finalmente.
―¿Y eso es todo? ―Me eché hacia atrás en la silla y estudié su
rostro―¿Eso es todo lo que tienes que decir al respecto?
―Shannon, es complicado―Mamá suspiró pesadamente y bajó la
cabeza―Todos estamos bajo mucha presión en este momento, con la llegada
del bebé en verano y tu padre sin trabajo. Hay poco dinero, Shannon, y eso
afecta a tu padre. Tiene muchas cosas en la cabeza...
―¡Le partió el labio a Joey, mamá! ―Me tragué el nudo en la

BOYS OF TOMMEN #1
garganta―Por un paquete de galletas. Y si le preocupa el dinero, tal vez debería
dejar de jugar y de beberse la pensión de los niños.
Mi madre se estremeció ante mis palabras, pero me alegré de haberlas
pronunciado. Era necesario decirlo. Sólo deseaba que empezara a escuchar.
―Tu padre me dijo que llegaste tarde del colegio―continuó
diciendo―Estaba muy molesto por una foto tuya en el periódico...
―¡Era una foto del colegio!
―¿Con un chico?
―¡Dios mío! ―grité―No tú también.
―No ―Sacudió la cabeza―Claro que no. Entiendo estas cosas, pero tu
padre estaba muy disgustado por ello. Ya sabes cómo se pone...
―Entonces, ¿es culpa mía que le pegara a mi hermano e intentara
estrangularme? ―Reprimí el sollozo de indignación que amenazaba con salir
de mí―¿Por llegar tarde a casa, por hacerme una foto del colegio o por
cambiarme a Tommen? ¿Por cuál, mamá? ¿O todo lo que hago está mal?
¿Tengo yo la culpa de todo lo que va mal en esta familia?
―No, claro que no es culpa tuya, Shannon―intentó retractarse
rápidamente―Tú no tienes la culpa, y tu padre te quiere mucho. Pero sabes que
tiene miedo de que acabes como yo. Y él y Joey tienen una relación
complicada―dijo, tratando de eludir sus responsabilidades con mentiras―Joey
sabe que no debe irritarlo así...
La interrumpí con un movimiento de cabeza.
―Deja de defenderlo―siseé, manteniendo la voz baja para no despertar
al hombre que había estado arruinando mi vida todos los días desde el 13 de
marzo de 1989, el día en que llegué a este mundo y a la maldita familia tóxica
―¡Para, mamá! Nada de lo que dices ayuda. Sigue pasando una y otra
vez. Así que deja de disculparte y de intentar explicar su comportamiento.

BOYS OF TOMMEN #1
Estamos cansados de oírlo.
―Hago lo mejor que puedo, Shannon―susurró mi madre.
―¿Por quién, mamá?
Sus ojos brillaron de ira cuando me miró y espetó ―Por mi familia.
―Por él― murmuré en voz baja.
Mi madre se estremeció, pero yo no me retracté. Era la verdad.
―No puedes hablarme así ―espetó―No tienes ni idea de lo duro que es
volver a casa cada noche a la tercera guerra mundial.
No respondí.
No tenía nada que decir.
Si de verdad creía que yo no sabía lo que era vivir en una zona de guerra,
estaba delirando y era una madre negligente.
―Estoy cansada de esto, Shannon ―dijo―Estoy cansada de vivir así. Y
estoy cansada de ser juzgada por mis propios hijos.
―Pues únete al club, mamá ―le dije―Todos estamos cansados de vivir
así.
―No me insultes―me advirtió―No lo toleraré, Shannon, te lo digo
ahora o se lo diré...
―¿A mi padre? ―La interrumpí, con el tono alto y agudo―Eso es lo que
ibas a decir, ¿verdad, mamá? ¿Se lo vas a contar?
―Tienes que mostrarme algo de respeto, Shannon―gruñó―Me estoy
matando a trabajar para que puedas ir a la escuela, ¡y te aseguro que no me gusta
que me hables como si fuera la mierda en tu zapato!
―Bueno, a mí no me gusta que me llamen puta cada vez que entro por la
puerta principal ―exclamé, con mis emociones desbordándose.
La culpa por haber disgustado a mi madre se agitaba en mi interior,
mezclándose con el resentimiento, el miedo y la ira de toda una vida.
―Porque así es como me llama, mamá―exclamé con voz ronca―Según

BOYS OF TOMMEN #1
mi padre, no soy más que una sucia puta.
―Estaba preocupado por ti ―respondió―No sabía cómo llegaste a casa
anoche.
―¿Estaba preocupado por mí y por eso me llamó puta? ―Negué con la
cabeza, horrorizada―Porque es ilógico.
―Porque estabas en esa foto...
―¿Has visto la foto?
―No.
―Si la hubieras visto, verías que no hice nada malo―Ahuyentando una
lágrima traicionera, moqueé y dije―Ni siquiera he estado con un chico, mamá,
y lo sabes. Pero él me llama puta y tú no haces nada.
―Lo hice― se defendió―Hablé con tu padre de ello y ha prometido no
volver a hacerlo.
―Olvídalo ―Empujé mi silla hacia atrás, me levanté rápidamente y me
dirigí a la puerta, no estaba dispuesta a escucharla explicar las acciones de mi
padre―Olvídalo, mamá.
Ya había oído suficientes explicaciones a lo largo de los años.
―Tengo que irme― añadí con voz ronca―No quiero volver a perder el
autobús y causar más problemas.
―Para― advirtió, siguiéndome―No he terminado.
―Sí, bueno, yo sí ―espeté, encogiéndome de hombros ante la mano que
me ponía en el hombro.
Era un toque suave, pero dolía más que cualquier bofetada que pudiera
darme. Ignorando las protestas de mi madre, salí de la cocina.
―¿Cómo llegaste a casa anoche?
Me detuve en la puerta y me giré para mirarla―¿Qué?
―Tu padre cree que Aoife te dejó anoche en casa después del

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colegio―dijo, con los ojos llenos de preocupación―Pero sé que no es cierto,
ella trabaja los martes por la noche. Entonces, ¿cómo llegaste a casa?
―¿Acaso importa?
―¡Importa porque hay quince millas hasta Tommen desde nuestra casa,
Shannon Lynch, y quiero saber cómo hiciste ese viaje! ―exigió―¿Estás
teniendo problemas otra vez? ¿Perdiste el autobús a propósito para evitar sufrir
más acoso?
―No, mamá, no tengo problemas en el colegio― le dije.
―No sería la primera vez que evitas el autobús, Shannon ―replicó, con
los ojos azules clavados en los míos―Si tienes problemas, dímelo. Puedo
ayudarte.
―¡Amo Tommen, mamá, soy feliz allí! ―Las palabras que salieron de
mi boca me sorprendieron porque eran ciertas.
Sorprendentemente, me di cuenta de que, de hecho, me encantaba mi
nueva escuela.
―Entonces, ¿cómo llegaste a casa? ―repitió por tercera vez―¡Dímelo!
―Johnny Kavanagh me trajo a casa―dije, conteniendo las ganas de
gritar―¿Y bien? ¿Estás contenta ahora? Es el chico con el que salí en el
periódico. Me hice una foto con él la semana pasada y luego me subí a su coche
y me dejó en casa anoche, así que supongo que puedes subir corriendo a decirle
a papá que siempre tuvo razón y que soy una puta de mierda.
La cara de mamá se puso blanca como la muerte.
―Voy a llamar al colegio.
―¿Qué? ―Mis ojos se abrieron de par en par―¿Por qué?
―Ese chico no debe acercarse a ti ―espetó.
―¿Por qué no?
―¡Porque te hizo daño, Shannon!
―Fue un accidente.

BOYS OF TOMMEN #1
―Voy a llamar al Sr. Twomey.
Mamá se volvió hacia la cocina para coger el teléfono y me vi
persiguiéndola.
―¡No, mamá, no!
―Dame mi teléfono, Shannon ―ordenó mi madre cuando se lo arranqué
de las manos―Ahora mismo.
―¡Ni siquiera sabes por qué! ―grité, apretando su móvil contra mi
pecho.
―Me da igual ―ladró mamá y me arrancó el teléfono de las manos―Él
conoce las normas. Se las expliqué muy claramente. No debe hablar contigo. Se
le advirtió, Shannon. En términos inequívocos. Debería haber sido suspendido
por lo que te hizo. Para cuando termine con él, lo estará.
―Johnny no es el problema aquí―espeté. El corazón me martilleaba en
el pecho, la idea de volver a meter a Johnny en problemas me estaba
mareando―Se disculpó por lo ocurrido. Me compró el uniforme. Me defendió
en el colegio cuando un chico me dio problemas. Sólo se ha portado bien
conmigo, mamá.
Mi madre no era una mujer corpulenta, pero con su 1,70 de estatura y un
embarazo de cuatro meses y medio, me sentía muy pequeña en aquel momento.
Cuando sus dedos golpearon el teclado del teléfono, llegué a mi punto de
ruptura.
―¡Perdí el autobús! ―grité, presa del pánico cuando empezó a
marcar―Tenía miedo de llegar tarde. Tenía miedo de llegar tarde a casa y
encontrármelo. Acepté que me trajera porque estaba desesperada. Porque sabía
lo que él me haría si esperaba al siguiente autobús.
―Shannon― susurró mamá, haciendo una pausa en mitad de la llamada.
―No tienes que tener miedo de volver a casa.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿No tengo? ―Me aparté el pelo de la cara y me señalé la cicatriz de la
sien. La que mi padre me hizo cuando casi me mutila con una botella de whisky
a los once años. Había muchas más, pero ella ya lo sabía.
―Estás tan preocupada por luchar contra los matones del colegio,
mamá― sollocé, con las lágrimas cayendo por mis mejillas―Cuando el mayor
matón de todos vive bajo este techo.
Mi madre se estremeció como si la hubiera abofeteado. No lo había
hecho. Lo que estaba sintiendo en ese momento era una fría y dura dosis de
realidad golpeándola en la cara.
―¡Tienes que dejar a Johnny en paz! ―Grité con todas mis fuerzas, con
voz chillona y furiosa―¡No ha hecho nada indebido allí! Absolutamente nada.
Ya no me importaba.
Si despertaba a mi padre, lo despertaba.
Si me daba una paliza, entonces me curaría.
Estaba más allá de contenerme, y toda mi preocupación estaba dirigida al
chico que no había hecho nada para merecer ser arrastrado en medio de mi
locura.
―Lo digo en serio, mamá ―advertí, con la voz entrecortada―¡Llama al
colegio creando problemas a Johnny y contaré todo lo que no quieres que se
sepa!
Mamá se agarró el pecho y sacudió la cabeza―Shannon.
―Todo ―le dije.
Esta vez, cuando me di la vuelta, no me volví.
―Shannon, espera― fueron las últimas palabras que oí antes de cerrar la
puerta a mis problemas.
Incliné la cabeza hacia el cielo plagado de tormentas, cerré los ojos y
absorbí la sensación de las gotas de lluvia cayendo sobre mi piel. Me quedé allí,

BOYS OF TOMMEN #1
en medio del torrencial aguacero de marzo, y recé por una intervención divina
o, al menos, por un pequeño respiro del infierno que era la familia en la que
había nacido.
Nunca quise volver a esta casa. Saber que no tenía elección y que tendría
que volver era una forma particular de sufrimiento. Por una vez en mi vida,
quería un lugar seguro al que huir en lugar de huir de él. Sentía que moría
lentamente en esa casa.
En mi hogar.
Donde se suponía que debía recostar la cabeza. Donde se suponía que
debía sentirme segura.
La puerta se abrió detrás de mí y cada músculo de mi cuerpo se tensó con
temible anticipación. Se había levantado y yo estaba acabada.
―Shannon―La voz de mi madre llenó mis oídos, consiguiendo disipar
parte del miedo que amenazaba con ahogarme―Olvidaste tu abrigo.
Rígida como un hierro, me giré para encontrar a mamá de pie en la puerta
con mi abrigo en las manos.
―Necesitas tu abrigo―me explicó en tono áspero, haciendo un gesto con
la mano hacia el cielo―Pronostican otra tormenta.
―¿No te cansas nunca, mamá? ―pregunté con la voz entrecortada.
Parpadeando y conteniendo las lágrimas―¿Nunca te cansas de fingir?
Su expresión cedió―Shannon...
Ella dio un paso hacia mí y yo di otros tres hacia atrás.
No podía seguir así.
No podía seguir viviendo así. Le expuse mi corazón a mi madre. Y ella
estaba preocupada por un abrigo.
―¡A la mierda mi abrigo! ―grité mientras echaba a correr hacia la
parada del autobús, desesperada por poner la tan necesaria distancia entre mi

BOYS OF TOMMEN #1
familia y yo―¡Y a la mierda mi vida!

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 21
Cierre
Cuando llegué a la escuela, la rabia no se había disipado ni un milímetro.

Estaba tan furiosa que prácticamente podía saborearla y, en cierto modo,
agradecía la emoción. Era mejor que la desesperación y el miedo habituales que
me invadían.
La rabia me hizo valiente y me dio el coraje holandés que necesitaba para
hacer lo que tenía que hacer. Por mucho que mi cerebro me dijera que era una
mala idea, sabía que tenía que hacerlo.
Aclararía algunas cosas con Johnny Kavanagh y luego me marcharía con
el corazón intacto y la conciencia tranquila porque no podía, de buena fe,
ignorar lo que mi madre había dicho.
Impulsada por la adrenalina que aún corría por mis venas a causa de la
discusión anterior con mi madre y el desastre de anoche, inhalé una bocanada
de aire y avancé por el pasillo hacia la zona de taquillas de quinto curso.
Cuando vi a Johnny, apoyado en las taquillas al final del pasillo de quinto
curso, hablando con un par de chicos de aspecto mayor que yo, exhalé un
suspiro entrecortado.

BOYS OF TOMMEN #1
La invisibilidad era a la vez algo hermoso y una herramienta de
supervivencia necesaria que buscaban personas como yo. Relacionarme con una
futura estrella del rugby irlandés era como meter una pata de dos metros.
Recurriendo a cada gramo de valentía que llevaba dentro, me acerqué a
él, confiando en la adrenalina que corría por mis venas para empujar mis pies
hacia él.
Levantó la cabeza cuando me acerqué, su mirada aguda se clavó en mí,
sus ojos azules ardientes y cautelosos, pero no me detuve. No podía detenerme.
―Necesito hablar contigo―anuncié cuando llegué hasta él, temblando
de pies a cabeza, mientras el peso de lo que parecía un millar de pares de ojos
se posaba en mi cuerpo.
Esperaba que en ese momento ocurrieran dos cosas: o Johnny me
mandaba a la mierda o accedía a ir a un lugar tranquilo para hablar conmigo.
Cuando Johnny levantó la barbilla y pronunció la palabra "largo", me di
cuenta de que había acertado en la primera hipótesis. Mi adrenalina y mi
valentía me abandonaron de golpe y mis hombros se hundieron.
Asentí con la cabeza y me di la vuelta para marcharme, sintiéndome
completamente bajoneada, sólo para que una mano cálida me rodeara la muñeca
y me atrajera de nuevo a su lado.
―Tú no―me susurró Johnny al oído, acomodándome frente a
él―Ellos―Su mirada de ojos azules se desvió hacia los dos chicos mayores que
nos observaban con expresión curiosa y, en un tono que no dejaba lugar a
discusiones, dijo―Váyanse.
Observé con una especie de estupefacción que los dos chicos con los que
había estado hablando, junto con los siete estudiantes que merodeaban por el
pasillo, simplemente se daban la vuelta y se marchaban.
―Vaya― respiré cuando nos quedamos solos en el pasillo―Realmente

BOYS OF TOMMEN #1
tienes mucha influencia en la escuela―Me giré para mirarlo y tuve que volver
a levantar la cabeza para verle la cara―Eso fue épico.
Johnny me recompensó con una sonrisa infantil que rápidamente se
transformó en un ceño fruncido cuando me miró a la cara.
―¿Qué te pasó? ―me preguntó mirándome fijamente―¿Quién
demonios te hizo llorar?
―¿Qué? ―Respiré, negando con la cabeza―No estoy llorando.
―Tienes los ojos enrojecidos e hinchados―replicó―Has estado
llorando― Sus ojos se dirigieron a mi mejilla―¿Qué mierda te pasó en la cara?
―¿Qué?
―Tu cara― me dijo―Tienes la mejilla roja.
―Estoy bien― dije, dando un paso atrás para alejarme de sus ojos
demasiado observadores.
Fue entonces cuando me di cuenta de que seguía sujetándome la muñeca.
Johnny también se dio cuenta, porque me soltó la mano rápidamente, dio
un paso atrás y se pasó una mano por el pelo revuelto.
―¿Qué te pasó en lacara?
«Mi papá me golpeó con un periódico...»
―Eh, no te preocupes por eso― murmuré, limpiándome las mejillas con
el dorso de la mano para borrar cualquier resto de lágrimas.
―Dame un nombre― gruñó Johnny, bajando las manos a las caderas―Y
me encargaré de ello.
―¿Qué...? ¡No! Estoy muy bien―respondí rápidamente―Tengo alergia.
―Yo también. A los idiotas y a las idioteces―gruñó Johnny―Ahora,
dime quién te hizo llorar y lo arreglaré.
Por una fracción de segundo, me debatí en nombrar a mi padre sólo para
ver si Johnny cumplía su palabra y se ocupaba de él. Parecía que podría.

BOYS OF TOMMEN #1
Desde luego, era lo bastante grande.
Sacudiendo la cabeza para aclarar mis ridículos pensamientos, lo miré y
le dije.
―Tengo que decirte algo.
―Sí, tienes que hacerlo― replicó―Un nombre.
―¿Qué? No, para un momento―Sacudiendo la cabeza, levanté una
mano―Tengo algo importante que decir y me estás distrayendo.
Johnny abrió la boca para responder, pero la cerró rápidamente.
Con una vena palpitándole en el cuello, asintió rígidamente y dijo.
―Te escucho.
Allá vamos...
―Al parecer, se supone que no debes hablar conmigo―empecé
diciendo, manteniendo un tono bajo y silencioso―Al menos eso es lo que dice
mi madre, que ¿te advirtieron que te mantuvieras alejado de mí? En fin, lo
siento― me apresuré a decir―¿Por mi mamá? ¿Qué te tratara así? No tenía ni
idea de todo eso.
―Creo que las palabras 'mantente alejado' no fueron las que eligió tu
madre―bromeó Johnny, metiéndose las manos en los bolsillos―Y no te
preocupes por eso, Shannon― Frunciendo el ceño, añadió―Ya soy mayorcito.
Sé cuidar de mí mismo.
―¿Pero lo hiciste de todos modos? ―pregunté, asombrándome de lo
franca que podía ser con este chico que, a todos los efectos, era un extraño para
mí―Es decir, ¿no te abstuviste de acercarte a mí?
Asintió lentamente, con ojos cautelosos e inseguros.
Solté un suspiro―Bueno, quería que supieras que no te causará ningún
problema. Le hablé bien de ti.
―¿De eso querías hablar? ―Johnny me miró con cautela―¿De tu

BOYS OF TOMMEN #1
madre?
Asentí
―Eso y que le dejaré claro al Sr. Twomey que no hay ningún problema
entre nosotros―Exhalé un suspiro pesado y forcé las palabras―También
quería disculparme por cómo me fui anoche.
Los hombros de Johnny se pusieron rígidos por un breve momento y
luego oí su fuerte exhalación.
―Tenías razón― respondió finalmente―Exageré y lo manejé mal.
―Puede que sí― le dije, con voz de susurro―Pero entonces no sabía lo
que significaba para ti jugar al rugby.
―¿Y ahora lo sabes? ―preguntó con voz grave y tono ronco―¿Ahora
crees que lo entiendes?
―No, la verdad es que no― Me mordí el labio antes de añadir―Pero
entiendo el miedo, lo que me hace más fácil comprender por qué sentirías la
necesidad de jugar a pesar del dolor.
Volvió la rigidez a sus hombros y se quedó callado tanto tiempo que
renuncié a esperar una respuesta.
―Bueno, eso es todo lo que necesitaba decir― susurré―Adiós, Johnny.
Me di la vuelta y me marché.
Como me prometí, no busqué a Johnny Kavanagh después de eso.

Despejé el ambiente y me alejé.
Durante todo el día, me mantuve alejada de los pasillos por los que sabía
que transitaba entre clases -los que había trazado en las semanas anteriores- y
evité el comedor durante el recreo.
Se sentaba con un montón de jugadores de rugby justo al lado de la

BOYS OF TOMMEN #1
entrada, así que no era cuestión de ignorarlo. Era una evasión innecesaria por
mi parte, porque en las pocas ocasiones en que nuestros caminos se habían
cruzado durante el día, Johnny me había ignorado obedientemente; sin sonrisas,
sin contacto visual, y yo, a mi vez, había fingido que no me importaba.
No debería.
Lo sabía.
Pero aun así...
Como la masoquista que era, cedí a la curiosidad por él, e investigué
durante la clase de informática de aquella tarde. Las búsquedas en Internet en
el aula de informática, por no mencionar la información de boca en boca de mis
amigos, no habían hecho más que reforzar lo que Joey me había contado.
Johnny Kavanagh era alguien importante.
Intenté concentrarme en mis deberes para no pensar en él, pero era difícil,
ya que era el tema que estaba en boca de todos en el colegio.
No podía escapar de él.
Cuando le confesé a Claire que Johnny me había dejado en casa durante
el almuerzo, sus pupilas se dilataron tanto que pensé que estaba a punto de sufrir
un derrame cerebral. Fue una confesión de la que me arrepentí al instante,
teniendo en cuenta que ella no había dejado pasar el asunto.
Si no estaba haciéndome preguntas sobre lo que habíamos hablado, nada
de lo cual divulgué, estaba señalándolo en los pasillos o garabateando los
corazones de S.L. y J.K. en nuestros cuadernos de deberes.
Por suerte para mí, tenía el don de la distracción y la negación, y después
de unas horas de no morder el anzuelo, ella había renunciado a sacarme más
información. Me alegré porque no quería que nadie supiera el desastre que era
por dentro.
Ella sabía que me gustaba y eso ya era bastante malo.

BOYS OF TOMMEN #1
El único lado positivo de todo este calvario era que Ronan McGarry no
me había dirigido ni una sola mirada en todo el día. Durante la clase de francés,
en lugar de sentarse detrás de mí, se sentó al otro lado del aula y me ignoró
como si no existiera.
Me venía perfecto.
No quería llamar la atención de nadie, y mucho menos de él.
Sin embargo, no pasé por alto el moratón que tenía bajo el ojo izquierdo
ni el labio roto que lucía.
Un labio roto que sabía de corazón que se lo había hecho Johnny.
Dejarme el abrigo en casa me pareció una idea estúpida cuando me dirigía
a la parada del autobús después del colegio, sobre todo porque todas las prendas
que llevaba estaban empapadas.
No. Sacudo la cabeza. Pensándolo mejor, prefería quedarme empapada.
Era mejor que aceptar la patética ofrenda de paz de mi madre, que había
sido mi abrigo. Otros días era chocolate o una taza de té, o un nuevo par de lazos
para el pelo, o alguna otra forma de soborno dado con la intención de hacerme
callar.
Sabía muy bien que el mensaje de texto que había recibido de ella en el
recreo diciendo "No le causaré problemas al chico" había sido enviado con la
esperanza de recibir un mensaje de texto recíproco de mi parte diciendo lo
mismo.
No respondí por dos razones. Uno, no tenía saldo.
Dos, no se merecía que la tranquilizara. ¿Por qué iba a merecerlo si yo
me había pasado toda la vida en un estado de inquietud constante? La había
desconcertado amenazándola con decírselo aldirector. No fue la única que se
sintió desconcertada por mi reacción errática. Me había sentido como un animal
enjaulado, arrinconado.

BOYS OF TOMMEN #1
Nunca había contraatacado así y nunca había sentido algo tan fuerte.
Mi pequeño acto de rebeldía fue inútil, porque lo más probable era que
acabara enfermando yo, pero, sinceramente, si me hubiera puesto el abrigo esta
mañana, habría sido lo mismo que hacer la vista gorda ante lo ocurrido.
Y me negué a hacerlo.
Cuando entré por la puerta principal, ignoré obedientemente a mi padre,
que estaba dando vueltas en la cocina, y me dirigí directamente a mi dormitorio,
sabiendo que preferiría morirme de hambre antes que poner un pie en esa cocina
y enfrentarme a él.
Sobrio o no esa noche, lo detestaba con cada fibra de mi ser.
De vuelta en la casa del sufrimiento, cerré la puerta de mi habitación y
me quité rápidamente la ropa mojada antes de ponerme mi pijama. Por el rabillo
del ojo, vi un sobre sobre la cama con el escudo del colegio Tommen grabado
en la parte delantera.
Me acerqué, cogí el sobre y lo abrí. Se me abrieron los ojos al ver el
permiso. Mi madre lo había firmado.
Con el permiso en la mano, me tumbé en la cama y respiré
entrecortadamente.
Me iba a Donegal.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 22
Tiempo Prestado
Todos los sábados, desde los seis años, me pasaba el día en un campo con
un balón de rugby en las manos y sueños vívidos pasando por delante de mis
ojos.
A medida que fui creciendo, esos sábados pasaron de jugar al rugby con
mi padre, a jugar con los juveniles, a entrenar y disputar partidos con mi club,
y a entrenar en el Instituto Nacional de Rugby de Perfeccionamiento, también
conocido como La Academia, cuando cumplí catorce años.
La rutina cambiaba, los campos variaban, pero el sueño seguía siendo el
mismo. El objetivo era siempre el mismo.
Jugar para mi país y ser el mejor. Este sábado era diferente, porque tenía
problemas. Porque metí la pata en el entrenamiento de La Academia. Mostré mi
debilidad y estaban sobre mí. Estuve lento y distraído, metiendo la pata a diestra
y siniestra toda la mañana hasta que el entrenador me sacó del campo y me llevó
a la oficina.
Exigió saber qué me pasaba. Mi problema era simple, no podía moverme
bien, mi cuerpo se caía a pedazos y mi cabeza estaba atascada en una chica.

BOYS OF TOMMEN #1
Mintiendo como un loco, me las arreglé para salir de la zona de peligro,
y evitar más exploraciones y pruebas, pero aun así terminé expulsado del
entrenamiento antes de tiempo.
Jodidamente increíble.
Deprimido y desmoralizado, conduje durante horas, intentando controlar
mi cabeza. No podía hacer nada con mi cuerpo, pero ¿con mi cabeza?
Necesitaba poner mi cabeza en el juego.
El problema era que la había dejado con Shannon Lynch.
Todos mis grandes planes de olvidarme de ella salieron volando por la
ventana en el momento en que se me acercó con su pequeño culo en la escuela
el miércoles pasado y exigió hablar.
Me sentí tan jodidamente sorprendido que no pude hacer otra cosa que
quedarme allí, inmóvil como un imbécil ante aquella chiquilla pequeña que
tiraba de cada uno de mis hilos.
Por si fuera poco, fue y me hizo polvo la cabeza al pedirme disculpas. No
me lo esperaba y no me lo merecía. Yo no era estúpido. Sabía que me había
portado muy mal con ella, sabía que había exagerado. Si me hubiera dado medio
minuto para pensar, lo habría aclarado.
Pero no lo hizo.
En lugar de eso, se alejó de mí -otra vez- y no había vuelto a mirarme en
la escuela desde entonces. Una parte de mí pensó que sería lo mejor. Si seguía
evitándome, como yo sabía que tenía que evitarla, tal vez podría superar esta
extraña fase y olvidarme de ella.
Pero entonces sentí una punzada de amargo arrepentimiento en el pecho
cuando pasó a mi lado en el pasillo sin mirarme ni un segundo, su champú con
aroma a coco golpeó mis sentidos como una bola de demolición, y supe que eso
no iba a funcionar conmigo.

BOYS OF TOMMEN #1
No había nada olvidable en la chica, y me encontré gravitando hacia ella,
queriendo encontrarla mirándome, y luego frustrándome cuando no lo hacía.
Saber que yo escucharía lo que ella tuviera que decir, cuando ella quisiera
decirlo, sin importar el tiempo o los inconvenientes, era un concepto aterrador.
Durante toda la semana estuve deprimido, sin escuchar ni una sola
palabra de mis profesores. No podía concentrarme en nada y todo era culpa
suya.
Furioso conmigo mismo por ser tan estúpido y dejar que una verdadera
desconocida me fastidiara así, la aparté de mi mente, puse el equipo de música
del coche al máximo e intenté silenciarla.
Cuando llegué a casa después del entrenamiento, Gibsie me estaba
esperando sentado en el porche trasero e inmediatamente me arrepentí de
haberle enviado un mensaje de texto de cuatro páginas sobre las chicas que te
joden la mente la noche anterior.
―Nos vamos de fiesta― anunció en cuanto salí del coche.
―No ―Cuando llegué a la puerta trasera, me deshice de su mano, la abrí
de un empujón y me hice a un lado para que pasara―No lo haremos.
―Sí― argumentó, entrando en mi casa―Joder que sí.
Mantuve abierta la puerta trasera, dejé escapar un silbido y esperé a que
mi chica viniera corriendo.
Saliendo del garaje, Sookie corrió hacia mí.
―Buena chica― le dije, animándola a levantar el culo antes de que las
otras dos se dieran cuenta.
Me agaché y la ayudé a subir el escalón antes de volver a cerrar la puerta.
―No me apetece mucho esta noche ―expliqué, atravesando la cocina
hasta el pasillo con Sookie a mi lado ―Pero ve tú. Yo me quedaré aquí.
―No vas a pasar otra noche de sábado solo en la mansión― argumentó

BOYS OF TOMMEN #1
Gibsie, siguiéndome―Vas a salir conmigo.
Gibsie se refería a mi casa como la mansión; lo había hecho desde que
nuestra jodida amistad se había formado en sexto curso de primaria y yo lo
llevaba a casa a jugar a la PlayStation.
Sabía que me molestaba mucho, así que siguió haciéndolo.
Era una gran propiedad de ocho dormitorios situada en el campo, con
césped y jardines que se extendían a lo largo de varias hectáreas, todos ellos
cercados con vallas para que los perros de la familia pudieran vagar libremente
sin restricciones.
Los anteriores propietarios solían gestionar un centro de equitación en la
propiedad, por lo que estaba llena de establos y cobertizos sin utilizar, y la única
vía de acceso a la propiedad era a través de la entrada con verja electrónica de
la parte delantera.
Mamá hablaba a menudo de comprar un caballo para los establos, pero
por suerte mi padre la convenció de que no lo hiciera. No tenía remedio con los
animales. El problema era que viajaba mucho, así que no era práctico ni justo.
Mi padre puso el límite en tres perros.
Mis padres habían convertido uno de los garajes en un gimnasio casero
para hacer ejercicio. Apoyaban mi estilo de vida y alentaban mis sueños, aunque no
siempre estuvieran de acuerdo con mis métodos para alcanzarlos.
También hicimos construir hace años una cabaña independiente con
jacuzzi y sauna. Fue un salvavidas después de los partidos.
Nuestros vecinos más cercanos vivían a un kilómetro y medio por la
carretera, así que estaba bastante aislado, y la casa estaba orientada al sur, por
lo que captaba el sol constantemente.
Aunque echaba de menos el ruido y el bullicio de Dublín y me pasé dos
años intentando acostumbrarme a la tranquilidad, no podía negar que donde

BOYS OF TOMMEN #1
vivía ahora era jodidamente bonito.
No era una mansión, sólo un lugar agradable para vivir.
―Vamos, Johnny―suplicó Gibsie―Llevas semanas de un humor
horrible.
―Me pregunto por qué― refunfuñé―Escucha, viejo, sé que tienes
buenas intenciones...―Hice una pausa para apretar los dientes cuando un dolor
nervioso me subió por la pierna―…pero no voy a salir esta noche.
―¿Por Bella? ―preguntó Gibsie, apoyándose en la barandilla―¿O por
Shannon?
―Por mí― espeté, erizándome―Porque estoy agotado.
Forzándome a no cojear, llegué a la escalera, inhalé una bocanada de aire
y obligué a mis piernas a obedecer y no dejarme caer.
Como hicieron antes.
―Estás cojeando, Johnny― reconoció Gibsie en tono tranquilo mientras
me seguía hasta mi habitación.
―Baja la puta voz― siseé, empujando la puerta de mi habitación―Mi
mamá está en su despacho.
―Bueno, pues tú también―replicó en un tono extrañamente
serio―¿Estás bien?
―Me caí en el entrenamiento...―Hice una pausa para subir a Sookie a
mi cama ―Nada que una noche de sueño no pueda arreglar.
―¿Seguro que es sólo eso? ―preguntó Gibsie, hundiéndose en uno de
los pufs que había junto al televisor, su puff―Si no quieres que tu mamá se
entere, puedo llevarte al hospital para que te revisen...
―Estoy bien―Me acerqué al puf que había junto al suyo y me senté a su
lado, siseando cuando un dolor agudo me subió por la pelvis―Absolutamente
bien, joder.

BOYS OF TOMMEN #1
Gibsie sacudió la cabeza y cogió el mando a distancia, afortunadamente
guardándose sus pensamientos por una vez.
Encendió la televisión y empezó a buscar canales―¿Qué quieres ver?
―Puedes salir―le dije, estirando las piernas delante de mí―No te estoy
reteniendo.
―No― Se levantó, se acercó a la PS2 y la encendió antes de volver a
sentarse a mi lado―Sólo intentaba sacarte de casa.
―Te lo agradezco― murmuré, cogiendo el mando que me tendía―Pero
esta noche no.
―Vas a entrar en ese equipo, Johnny― murmuró mientras preparaba una
partida de FIFA 05―Lo sabes, ¿verdad?
Exhalando un suspiro tranquilizador, hice retroceder el pánico que
amenazaba con invadirme y me concentré en la pantalla que tenía delante.
―Lo harás― añadió en voz baja.
―Eso espero― dije, concentrándome demasiado en el mando que tenía
en la mano―De verdad que lo espero, Gibs.
De lo contrario, iba a perder la cabeza.
―¿Quieres emborracharte? ―me ofreció―¿Aquí, con el whisky de tu
papá, sin que nadie te acose y te atormente?
Me lo pensé un momento y exhalé un fuerte suspiro.
―Sí, amigo― respondíasintiendo con la cabeza―Realmente lo quiero,
joder.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 23
Ex Y Demonios ¡No!
Hoy la volví a ver.

Nos hemos cruzado no menos de cinco veces en el pasillo, y todas las
veces ha bajado la cabeza y ha pasado a mi lado sin siquiera mirarme de reojo.
No era algo nuevo, por supuesto.
Shannon llevaba más de una semana ignorándome como si fuera
invisible. Nueve días para ser exactos. Que me ignoraran no me sentaba bien.
Era un terreno desconocido para mí y estaba aprendiendo rápidamente
que no me gustaba nada. Sobre todo, cuando la persona que me ignoraba era la
misma que atormentaba cada uno de mis pensamientos despierto, y también mis
sueños.
Así es, ahora estaba soñando con la chica. ¿Cómo de jodido era eso?
Anoche, por ejemplo, soñé que Shannon me veía jugar. Excepto que, en
lugar de estar en el campo de la escuela, estábamos en el Aviva en Dublín. Y
en vez de vestir el blanco y negro de Tommen, yo vestía de verde y blanco.
Shannon llevaba una camiseta irlandesa a juego, con mi nombre y mi número
en la espalda, y me animaba en las gradas. Me lanzaron el balón, pero cuando
lo cogí, Shannon se echó a llorar.
De verdad, su cara estaba contorsionada por el dolor y me estaba

BOYS OF TOMMEN #1
señalando.
Fue entonces cuando se volvió realmente inquietante, porque cuando
miré hacia abajo, mis piernas habían desaparecido. En su lugar había dos
muñones. Entonces empecé a encogerme, a achicarme como el tipo
espeluznante de los libros de Harry Potter.
La cara de angustia de Shannon fue lo último que vi antes de despertarme
de un tirón. Fue jodidamente horrible.
Me desperté empapado en sudor y me pasé cinco minutos dándome
palmaditas en las piernas para asegurarme de que seguían ahí. No podía
quitarme la sensación de que era una señal de alarma.
No tenía ni idea de qué, pero tenía una horrible sensación de terror en la
boca del estómago que no desaparecía. Esa sensación me había acompañado
todo el día.
No lograba sacármela de la cabeza…
Nada de esto tenía sentido para mí, y no tenía ni puta idea de por qué ella
era la persona a la que quería acudir.
Ni a Gibs.
Ni a mi madre.
Ni a mis entrenadores.
Estaba enloqueciendo por dentro, preocupándome hasta la muerte por la
campaña de verano, y era una chica que apenas conocía, con ojos profundos, en
quien quería confiar.
Porque algo me decía que podía.
Porque en algún lugar muy dentro de mí, sentí que ella me conocía.
¿Como si pudiera salvarme?
Jesús, me estaba volviendo loco...
Después de la desastrosa última clase del viernes, en la que no había

BOYS OF TOMMEN #1
retenido ni un ápice de lo que el profesor había estado parloteando, me dirigía
fuera del edificio principal hacia la sala de educación física para ponerme al día
con el entrenador, cuando oí una voz familiar que gritaba mi nombre.
Durante una fracción de segundo, me planteé fingir que no la había oído
y salir por la puerta, pero entonces ella me cogió de la mano y tiró de mí hacia
atrás, y los modales se impusieron.
Respiré hondo y me recordé mentalmente que debía ser amable, antes de
girarme para mirarla.
―Bella― reconocí con un gesto seco de la cabeza.
Tenía tan buen aspecto como siempre, con el pelo negro peinado en un
recogido y toda la cara maquillada. Era alta y curvilínea, y su uniforme escolar
le sentaba de maravilla.
Afortunadamente, no me afectó en absoluto.
―Hola, Johnny―respondió Bella con una enorme sonrisa. Era alta, 1,70,
pero tuvo que levantar la cabeza para mirarme―¿Cómo estás?
Tenía las palabras "como si te importara una mierda" en la punta de la
lengua, pero moderé mi impaciencia y le dije―¿Qué tal?
―Oh, ya sabes, como siempre― contestó, acomodándose el pelo oscuro
detrás de las orejas.
En realidad, no lo sabía.
No sabía nada de ella y ella sabía aún menos de mí. No hablábamos.
Follábamos.
Y eso había sido decisión suya más que mía.
―Salía de la oficina y te vi caminando afuera― continuó diciendo Bella,
pasando su pulgar por mi muñeca―Así que pensé en venir a saludarte.
Me solté de su mano, me metí las manos en los bolsillos y me balanceé
sobre los talones.

BOYS OF TOMMEN #1
―Hola. Siento como si no hubiéramos hablado en mucho
tiempo―añadió.
La fulminé con la mirada―Hablamos hace unas semanas.
Cuando intentabas forzarme.
Y no nos olvidemos del millón de putos mensajes y buzones de voz que
me ha dejado.
―¿Lo hicimos?
Entrecerré los ojos―Sí, Bella, lo hicimos.
―Oh, Dios―soltó una risita, haciéndose la tímida―Aquella noche
estaba completamente borracha― añadió―Apenas recuerdo nada―Se acercó
un paso más―Definitivamente no recuerdo haberte visto esa noche.
Di un paso atrás―Bueno, lo hiciste.
No me creía esa mierda de la falta de memoria. Ella había jugado esa
carta demasiadas veces conmigo.
―De todos modos, no me refería a eso― Se recogió el pelo detrás de la
oreja y me sonrió―Me refería a la última vez que nos vimos. Tiene que haber
sido antes de Navidad, ¿verdad?
Más bien Halloween, pensé para mis adentros, pero estaba ansioso por
irme, así que no me opuse a sus fechas.
En lugar de eso, asentí con la cabeza ydije―Sí, eso me parece.
Mientras deseaba conocer la forma adecuada de tratar con chicas
vengativas a las que había sido tan tonto como para meterles la polla.
―Así que― dijo en un tono pausado―¿Cómo has estado?
―Eso ya me lo preguntaste― respondí con tono uniforme, intentando
disimular mi impaciencia ante aquella charla sin sentido―Estoy bien.
―Ah, sí, pues yo también estoy bien― contestó Bella, exhalando un
sonoro suspiro―Quiero decir, supongo que estoy un poco aburrida.

BOYS OF TOMMEN #1
Sí, bueno, yo también estaba aburrido.
Con esta conversación.
―Ya sabes de que hablo― dijo por segunda vez, y por segunda vez me
quedé mirándola sin comprender.
Nop.
No tenía ni puta idea de lo que estaba hablando.
―¡Oh, Dios mío! ―soltó entonces, agarrando mi mano una vez
más―Olvidé preguntarte, ¿cómo está tu pierna?
Bella no conocía los pormenores de mi operación, sólo sabía que me
había operado en Navidad.
Cuando le dije que estaría fuera de combate durante un tiempo, su mayor
preocupación había sido saber cuándo volvería a los terrenos de juego, si
seguiría jugando con Irlanda en verano o no, y cuándo quería volver a follar.
Además de todo eso, no confiaba en ella de esa manera. Tener sexo con
ella era una cosa, pero confiar en ella era otra muy distinta.
―Mejor― respondí en tono inexpresivo antes de reclamar mi mano.
―Es una noticia fantástica, cariño―respondió sonriendo
ampliamente―Estaba muy preocupada por ti.
No, no lo había estado.
Si en algún momento Bella hubiera estado realmente preocupada por mí,
me habría preguntado algo más que "¿estás listo para quedar?" o "date prisa,
estoy cachonda" en los miles de mensajes que me había enviado.
No acabaría jodiéndome como lo hizo con uno de mis compañeros.
―Apuesto a que sí― dije, escuchando el sarcasmo en mi propia voz.
Ahora bien, entendía que en ningún momento durante el tiempo que Bella
y yo habíamos estado tonteando habíamos sido algo remotamente serio, pero
seguía sintiéndome traicionado por lo de Cormac.

BOYS OF TOMMEN #1
En mi opinión, era muy turbio por parte de ambos, y yo nunca me habría
acostado con una de sus amigas. Le tenía el suficiente respeto como para
mostrarle esa decencia. Obviamente, Bella no me tenía el mismo respeto.
Miré por encima de su hombro hacia la puerta y luego mi reloj antes de
preguntar.
―¿Necesitas algo más? Tengo que hablar con el entrenador sobre un
partido.
―Ah, sí― suspiró―Tienes el partido de desempate dentro de poco, ¿no?
Asentí con rigidez.
Desgraciadamente, como habíamos perdido un par de partidos a
principios de temporada, y el Royce College de Dublín había ganado su partido
la semana pasada, eso les igualaba en puntos con nosotros y nos colocaba en el
segundo puesto conjunto de la liga, por detrás del Levitt.
Fue un giro inesperado de los acontecimientos y un grano en el culo,
porque Royce debería haber perdido su último partido, lo que nos habría
facilitado las cosas teniendo en cuenta que la final ya se había organizado entre
Levitt y Tommen.
Su victoria había echado por tierra los planes de Tommen porque Royce
era un puto grupo incómodo y se negaba a permitir que la eliminatoria se
celebrara en Cork. Habíamos viajado para los tres últimos partidos de liga, así
que nos tocaba jugar en casa, pero ellos no querían.
Ya se habían retirado de otras dos fechas propuestas para el play off - una
en Cork y otra en Dublín. Era una maniobra alucinante que estaban llevando a
cabo con la esperanza de hacernos tropezar y chocar con los calendarios de los
partidos. Disputaban todo, desde la hora del saque inicial hasta el día de la
semana en que debía celebrarse el partido, pasando por el color de las camisetas
de visitante.

BOYS OF TOMMEN #1
Cambiar los días, adelantar los partidos y cambiar las sedes estaba en el
derecho de Royce, pero era una canallada y pocas escuelas se comportaban así.
El entrenador de Royce estaba siendo difícil, discutiendo sobre dónde debía
celebrarse el partido, y quejándose de la imparcialidad de que el equipo de
Tommen tuviera un jugador internacional en la plantilla.
El imbécil se aferraba como a un clavo ardiendo porque yo era un jugador
muy valioso. Tommen era mi escuela y el entrenador estaba en su derecho de
jugar conmigo. Yo habría sido el jugador internacional de Royce si mis padres
se hubieran quedado en Dublín y ese era el verdadero problema aquí.
Por eso el entrenador quería hablar conmigo pronto.
Quería repasar mi próximo calendario porque necesitaba acordar una
fecha. Nos íbamos de vacaciones de Semana Santa el próximo viernes, así que
tenía que ser cuanto antes.
Tenía que centrarme en la campaña de verano e impresionar a los
reclutadores, así que abril y mayo no me vendrían bien. El entrenador de Royce
también lo sabía, por eso estábamos estancados.
Puede que la liga escolar me pareciera aburrida y poco estimulante, pero
odiaba a los perdedores. Con eso en mente, tenía planes de enterrar al Colegio
Royce lo más rápido posible.
―¿Cuándo van a jugar contra ellos? ―Bella preguntó.
―Tan pronto como sea posible.
―Vas a jugar contra tus antiguos compañeros de equipo y amigos,
¿no?― preguntó ella―Se suponía que ibas a ir a Royce, ¿verdad?
―Ahora estoy aquí, ¿no? ―dije.
―¿Te preocupa jugar contra tus viejos amigos?
«Sí»
―No.

BOYS OF TOMMEN #1
―Entonces, ¿estás preparado?
La miré sin comprender―Siempre estoy preparado.
―Sé que lo estás― ronroneó, con tono coqueto.
Ugh.
Sacudí la cabeza y me di la vuelta para marcharme, pero ella volvió a
hablar.
―También quería hablarte de otra cosa― añadió, acercándose un paso.
―¿Ah, ¿sí? ―Di un paso atrás―¿De qué?
―De nosotros, Johnny―ronroneó, mirándome con sus grandes ojos
azules.
―Nunca hubo un “nosotros”, Bella―repliqué, frunciendo el
ceño―Nunca existió.
―Entonces, ¿qué mierda estuvimos haciendo el año pasado,
Johnny?―me espetó, y se le cayó la inocente máscara de colegiala.
Genial. Yo sabía lo que había debajo de todos modos, no necesitaba hacer
una actuación delante de mí. Conocía muy bien su verdadera personalidad.
―No lo sé, Bella― respondí en tono llano―Pero sea lo que sea, es
pasado.
―¿Me estás jodiendo? ―exigió, poniendo las manos en las
caderas―Estoy intentando aclarar las cosas.
¿Hablaba jodidamente en serio?
―Tú lo terminaste―dije―Te estás follando a mi compañero de equipo,
Bella. Tú misma me lo dijiste―«Con gran detalle en un mensaje de
texto»―Estuviste con él en Biddies. Justo delante de mí. Te sientas con él en el
almuerzo. En lo que a mí respecta, no hay nada que arreglar entre nosotros.
―No es serio.
―No me importa.

BOYS OF TOMMEN #1
―Pensé que estábamos tomando un descanso.
―Lo estamos― confirmé ―Uno permanente.
―No tengo que estar con él― se ofreció, batiendo sus largas pestañas
hacia mí―¿Podríamos volver?
―No, gracias― respondí en tono tajante.
―Vamos, Johnny― gimió ―Lo hemos pasado bien juntos.
―Sí, lo pasamos bien ―asentí―¡De los cual te pasaste la mitad de
tiempo follando a mis espaldas con mi maldito fullback12!
Se quedó con la boca abierta―¿De qué estás hablando?
―Cormac.
―Hasta ahora estoy con él ―resopló―Entonces no.
―No te molestes en mentir― le dije―Ya sé que te lo estabas follando
cuando estabas conmigo.
―Eso es mentira― replicó―¿Quién te dijo eso?
―Todo el mundo lo sabe, Bella―respondí, y luego solté un suspiro
cansado―Lo sé desde hace tiempo.
«Simplemente opté por bloquearlo...»
―Y no fuiste nada discreta ―decidí soltar porque, francamente, me
apetecía.
―Bueno, yo no era tu novia, Johnny. No éramos exclusivos―se defendió
diciendo―Y tú desapareciste completamente del mapa. Nunca quisiste salir ni
quedar.
―¡Porque me estaba recuperando de una operación! ―le dije.
―¿Durante meses? ―preguntó con tono acusador―Sí, claro, Johnny.
―Lo estuve―le dije.
«Todavía lo estoy»
12
Defensa o Zaguero

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Y antes de eso? ―me preguntó―¿Y las otras seis largas semanas
antes de tu operación, cuando te negaste a quedar conmigo? Cuando me
ignorabas. ¿Cuál es tu excusa para eso?
―No te ignoraba.
―¡Sí, lo hacías!
―No, maldición, no lo hacía. Simplemente no podía...―Cerré la boca
degolpe, sacudí la cabeza y me obligué a contener la lengua.
«No te pelees con las chicas, me recordé. Nunca ganarás. Tergiversarán
tus palabras»
―No me dabas lo que quería―siguió atormentándome―¡No me
prestabas suficiente atención! Todas esas ceremonias de entrega de premios y
bailes en Dublín el año pasado y ni una sola vez me invitaste a ir―siseó―
Nunca me quisiste allí.
―Porque nunca fuiste mi novia―repliqué, devolviéndole sus palabras
anteriores.
―Porque nunca me pediste que fuera tu novia, Johnny―espetó.
―No, Bella, porque nunca me quisiste―le respondí―Tú sólo querías la
parte brillante de mi vida. La fama. Nunca te interesó la parte real. Mi verdadero
yo.
―¡Eso no es verdad! ―argumentó.
―¿Por qué no lo dices directamente, Bella? ―siseé, perdiendo el control
de mi temperamento―Te largaste con Ryan porque pensaste que no iba a estar
en forma para el partido. Viste que estaba de baja por lesión, pensaste que no
llegaría a tiempo para la campaña de verano, así que fuiste a por la siguiente
mejor opción para estar segura.
Se sonrojó.
Lo sabía.

BOYS OF TOMMEN #1
―Pídemelo ahora― me instó, cerrando el espacio entre
nosotros―Pídeme que haga todas esas cosas y lo haré.
―No quiero pedírtelo― dije mordazmente, desenganchando sus brazos
de mi cuello.
―Johnny, vamos― suspiró―No seas así.
―Vuelve con Cormac― le dije, totalmente disgustado―Y reza para que
ascienda en la Academia y pueda llevarte a todas esas fiestas de premios a las
que quieres asistir. Es tu única oportunidad de conseguirlo, Bella, porque hemos
terminado.
―Me lastimaste, Johnny―dijo balbuceando―Estuve con Cormac
porque quería devolverte el daño.
―¿Hacerme daño? ―Me resistí―¿Por qué exactamente? ¿Por
lesionarme? ¿Por estar estancada conmigo durante semanas mientras follabas a
mi amigo a mis espaldas? ¿Por arruinar tus posibilidades de ir a cenas
elegantes?―Sacudí la cabeza y la miré con desprecio, arrepintiéndome de
haberla tocado con cada fibra de mi ser―Jesús, soy un bastardo horrible y
desconsiderado.
―Por ignorarme― siseó, con las mejillas sonrosadas―Por utilizarme.
―¿Yo usándote? ―Me burlé.
―Sí, porque eso es lo que estaba pasando ¡Así es como me hiciste sentir,
Johnny!
―¡Entonces lo siento! ―Le respondí con un chasquido, esforzándome
por tener paciencia ante esta tormenta de mierda mental inducida por esta chica.
―Tienes que tener sentimientos para lamentarte, Johnny― replicó―¡Y
tú no tienes corazón!
«Mantén la cabeza. Tómatelo con humor. Y luego aléjate de ella»
Respirando con calma, exhalo lentamente antes de decir.

BOYS OF TOMMEN #1
―Bella, siento si en algún momento te he hecho sentir ignorada o
utilizada. No era ésa mi intención. Te pido sinceras disculpas por mi falta de
corazón y de sentimientos, y sólo te deseo lo mejor para todas tus futuras
aventuras con mi compañero de equipo. Ahora, si no te importa, estoy cansado
de seguir hablando contigo y tengo cosas que hacer.
Me acerqué a la puerta, pero ella me agarró de la mano y me hizo
retroceder.
―Espera, ¿estás con alguien más? ―preguntó, apretando mi mano.
―¿Y ese es tu problema?
Sus ojos se abrieron de par en par.
―Dios mío ―exclamó―Lo estás, ¿verdad?
Jesús. ¿En qué demonios había estado pensando metiéndome con esta
chica?
―No, Bella, no estoy con nadie más―Solté la mano, sacudí la cabeza y
solté un suspiro frustrado―Pero tampoco estoy contigo. Y nunca volveré a estar
contigo.
―¡He oído rumores, Johnny! ―Insistió Bella, ignorando mis
palabras―Sobre ti y la chica nueva de tercero. He oído que le pegaste a Ronan
McGarry por su culpa. Y vi esa foto tuya con ella en el periódico.
―Eso no es de tu incumbencia―musité entre dientes apretados mientras
luchaba por refrenar mi temperamento.
―Vamos, Johnny― desafió ella―Nunca me has sacado en ninguna foto
contigo para los medios y soy la chica con la que más tiempo has estado. ¿Qué
pasa con ella?
―No es de tu maldita incumbencia―le dije, recién agotada mi
paciencia―joder.
―¿Por qué te peleaste con McGarry por ella? ―Preguntó ―¿Por qué

BOYS OF TOMMEN #1
Cormac me dijo que advertiste a todo el equipo sobre ella?
―No voy a seguir teniendo esta conversación contigo―advertí,
sacudiendo la cabeza ―Ya no.
―Deja de esquivar la pregunta, Johnny― siseó ―Si estás con otra chica
entonces tengo derecho a saberlo.
―Ya te di una puta respuesta― espeté, harto de estas estupideces―Tú
eres la que parece que no quiere escuchar.
―¡Estás mintiendo! Lo veo en tus ojos―gritó, tan alto como para
despertar a los muertos―Lo llevas escrito en la cara, Johnny. Algo pasa con esa
chica.
―Tienes que controlarte―dije, con un tono de disgusto―Esto es
patético.
―Bien― se mofó Bella, con aspecto totalmente enfurecido―Si no me
lo dices, se lo preguntaré a ella― Sonriendo sombríamente, añadió ―Shannon,
así se llama, ¿verdad?
Sí, a la mierda.
―Te mantendrás alejada de ella― susurré, consciente de que estábamos
cerca de la recepción.
Aunque Dee no me causaría ningún problema, no me apetecía
arriesgarme si el Sr. Twomey salía y veía que tenía problemas con otra chica.
―Cualquier mierda que esté pasando entre nosotros no tiene nada que
ver con Shannon.
―¿Cuál es el problema? ―se burló, presionando cada uno de mis
botones―¿Tienes miedo de que descubra algo que no quieres que se sepa?
―Lo digo en serio, Bella―gruñí, sintiendo una oleada de ira surgir
dentro de mí―No estoy bromeando. Mantén las distancias con ella.
―Bueno―musitó ella, con los ojos entrecerrados―Mira quien está

BOYS OF TOMMEN #1
perdiendo el control de sus emociones ahora.
Tenía toda la razón. Estaba mostrando mis emociones. Porque me
importaba. Me importaba mucho más una chica que apenas conocía que Bella.
Era retorcido, confuso y completamente jodido, pero lo hice.
En lugar deadmitir esta aterradora novedad, dije ―Déjala en paz
Y entonces hice lo que debería haber hecho la primera vez que la vi.
Mealejé de Bella Wilkinson.
―Voy a hacer que te arrepientas de haberte alejado de mí― me dijo.
―Créeme, ya me arrepiento― le respondí―Siento haber estado allí en
primer lugar.
Furioso, me alejé de la chica que parecía empeñada en hacer de mi vida
un infierno.
Cargado de amargos remordimientos y ardiente ira, doblé la esquina del
edificio principal sintiendo que estaba a dos segundos de romper algo.
Por desgracia para mí, ese algo resultó ser una chica.
No cualquier chica.
Shannon.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 24
Te Llevo A Casa
Siempre sabía cuándo se avecinaba una tormenta en casa. Siempre podía

sentirlo. Era como una especie de sexto sentido que me avisaba y alertaba a mi
cuerpo del peligro y el dolor.
El viernes, durante todo el día de clase, tuve la sensación de pavor más
desgarradora en la boca del estómago. Esa sensación de miedo me persiguió
durante todo el día, y ninguna respiración profunda ni ningún ejercicio
tranquilizador pudieron apartarla de mi corazón.
Era tan intenso, tan potente y transparente, que tenía miedo de volver a
casa. Los acontecimientos del miércoles por la noche no habían ayudado.
Fue una noche en la que mis padres se gritaron tan fuerte que la policía
llamó a la puerta tras recibir una llamada anónima por “alteración del orden
público”
Mi paz.
Porque yo hice la llamada.
Porque tenía miedo de que le hiciera daño.
Furiosa con mi madre o no, no podía soportar la idea de que la golpeara

BOYS OF TOMMEN #1
en el piso de abajo mientras yo me escondía en mi dormitorio como la cobarde
que era.
Joey se estaba quedando de nuevo con Aoife, y yo no era lo
suficientemente grande o valiente como para salvarla yo mismo. Por suerte, mi
papá no le había puesto un dedo encima a mamá y, una vez hubo convencido a
los guardias de que su mujer tenía una rabieta relacionada con el embarazo, se
largó a pasar la noche fuera. Por supuesto, volvió ayer por la mañana con un
ramo de flores y la promesa de no volver a hacer lo que demonios había hecho
esta vez.
Funcionó.
Ella lo abrazó y lo besó, y yo estaba bastante segura de que, si no
estuviera ya embarazada, lo estaría después de pasar la mañana encerrada en su
dormitorio con él.
La odiaba.
A veces más que a él.
Ayer fue una de esas veces.
Cuando volví al colegio el viernes por la mañana, fue con el cuello
dolorido y una seria falta de esperanza. Ah, sí, porque, aunque papá y mamá se
habían vuelto a querer, yo seguía siendo su blanco favorito.
Aparentemente, todavía no había superado esa foto mía con Johnny. Algo
que me recordó anoche cuando, tontamente, fui a comer a la cocina y me vi
envuelta en su rabieta de whisky. Añadió nuevos moratones a los viejos y me
había pasado buena parte de la noche contemplando los peores pensamientos
posibles.
Cuando terminó la última clase del día, tenía el cuerpo tan tenso que
apenas podía hacer que mis pies caminaran en línea recta desde el edificio de
ciencias hasta el edificio principal, adonde tenía que llegar.

BOYS OF TOMMEN #1
Sabía que tenía que volver allí y ese pensamiento me paralizaba. No
quería que llegara el fin de semana y ahora estaba aquí, mirándome a la cara.
Era una perspectiva aterradora.

Llevaba todo el día con un horrible dolor de estómago que rozaba lo
insoportable. Mi mente estaba tan sobrecargada, repasando lista tras lista los
posibles problemas a los que podría enfrentarme cuando entrara por la puerta
principal, que no prestaba atención a la lluvia que caía sobre mí ni a los
estudiantes que pasaban a toda velocidad.
No prestaba atención a nada, porque lo sabía, sabía en el fondo de mi
corazón y de mi alma que se acercaba el peligro. No sabía dónde, ni cuándo, ni
cómo podría desarrollarse. Pero sabía que se avecinaba.
Sin embargo, el peligro que preveía llegó antes de tiempo cuando doblé
la esquina del edificio principal y choqué con un sólido pecho masculino. Estaba
tan poco preparada para el contacto, tan sumida en mis propios pensamientos,
que no tuve tiempo de estabilizarme ni de frenar la caída. Me derrumbé como
una baraja de naipes, sin ser rival para la persona contra la que había chocado,
y caí de culo sobre el suelo frío y húmedo.
―Mierda, lo siento mucho―me dijo una voz profunda y familiar desde
arriba. No necesité levantar la vista para saber con quién me había chocado.
Reconocería su voz en cualquier parte.
―Shannon, ¿estás bien? ―preguntó Johnny mientras dejaba caer su
mochila al suelo y se agachaba para ayudarme a levantarme.
―Estoy bien―murmuré, apartando su mano.
No necesitaba que me tocara, ya estaba demasiado afectada por él.
Con los ojos fijos en el suelo, me giré sobre las manos y las rodillas y me
levanté.
―Lo siento mucho―continuó diciendo.

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―No pasa nada―susurré, bajándome la falda―Estoy bien.
―¿Segura?
Asentí, pero mantuve la mirada baja. No podía mirarlo.
No quería que me viera.
No así.
―¿Shannon?
―Tengo que irme―balbuceé, lo rodeé y me dirigí al edificio principal.
Con la cabeza gacha, entré a toda prisa en el edificio principal y fui directa
a la zona de taquillas de tercer curso.
«Respira. Que no cunda el pánico. Respira»
Cuando llegué a la zona de taquillas de tercer curso, que por suerte estaba
vacía, dejé que la mochila se me cayera de los hombros y apoyé la frente contra
el frío y duro metal, inspirando agudas y audibles bocanadas de aire.
Temblorosa, apoyé los antebrazos en la taquilla y me agarré la cabeza,
intentando desesperadamente controlar este ridículo terror que amenazaba con
poseerme y evitar que mi cuerpo entrara en modo vómito. Me temblaban tanto
las piernas que sabía que no llegaría a tiempo al baño, así que mi única
esperanza era calmarme antes de vomitar.
Demasiado tarde, pensé justo cuando las piernas se me doblaron. Caí al
suelo sobre mis manos y rodillas, mientras mi estómago se vaciaba allí mismo,
en medio de la escuela. Para empezar, no tenía mucho en el estómago, nunca
solía tenerlo, pero el agua y la media tableta de chocolate que había agarrado en
el almuerzo reaparecieron de forma gloriosa.
El sonido de los pasos por el pasillo me llenó los oídos y gemí para mis
adentros, sabiendo que ni en un millón de años superaría esto. Momentos
después, sentí una mano en la espalda mientras alguien se arrodillaba a mi lado
y me apartaba el pelo de la cara.

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―No pasa nada―la voz de Johnny llenó mis oídos mientras me frotaba
la columna vertebral con su gran mano―Shh, estás bien.
«Oh Dios, no. ¿Por qué hizo eso? ¿Por qué me siguió? Se suponía que no
debía hablarme. Ese era el plan»
Estuve vomitando en seco durante dos minutos más hasta que por fin se
me calmó el estómago, mientras él se arrodillaba a mi lado, me sujetaba el pelo
para que no vomitara y me frotaba la espalda.
―¿Estás bien? ―preguntó Johnny, cuando volví a respirar.
Asentí débilmente, y entonces sentí su mano aún en mi espalda. Me
encogí con fuerza por instinto.
―¿Qué es esto? ―lo oí preguntar momentos antes de que las yemas de
sus dedos rozaran mi cuello, justo por encima del cuello de mi camisa del
colegio―Tienes el cuello magullado.
El pánico se apoderó de mi corazón cuando sentí que me apartaba más
pelo y volvía a tocarme el cuello.
―¿Shannon? ―repitió Johnny―¿Cómo te hiciste esto?
―Es viejo― balbuceé, todavía jadeando.
―No parece viejo―replicó tocándome el cuello.
―Bueno, lo es―espeté, deshaciéndome de su contacto.
Afortunadamente, obedeció y se apartó de mí.
Débil y mortificada, me quedé exactamente dónde estaba, de rodillas y
con la mirada clavada en el suelo, mientras me invadía una oleada de
humillación absoluta.
―¿Shannon? ―dijo en un tono suave, con la mano en mi espalda una
vez más―¿Estás bien?
Asentí débilmente y me puse de rodillas, con las manos en el regazo y la
mirada hacia abajo.

BOYS OF TOMMEN #1
―Espera aquí, ¿sí? ―ordenó Johnny mientras se ponía de pie―Iré a
buscar al conserje.
―No, no― dije, mortificada―Yo lo limpiaré.
―No, no lo harás― argumentó―Está bien. Espérame aquí y vuelvo
enseguida.
En cuanto oí sus pasos alejándose, me puse en pie, cogí mi mochila y salí
corriendo hacia el baño más cercano de esta ala del colegio. Me apresuré a
entrar, fui directa al lavabo, abrí la cremallera del bolsillo delantero de la
mochila y saqué el cepillo de dientes y la pasta de tamaño de viaje que llevaba
religiosamente conmigo.
Era una persona ansiosa y mi ansiedad me ponía enferma. Me ocurría en
los lugares más inapropiados e inoportunos, normalmente en el colegio, como
hoy, así que siempre estaba preparada.
Temblando de pies a cabeza y con lágrimas en los ojos, me cepillé
rápidamente los dientes y sentí arcadas cuando el cepillo me rozó la garganta.
Cuando terminé de cepillarme la boca, enjuagué el cepillo y lo metí en la bolsita
con la pasta antes de guardarla en la mochila.
«Estás bien -me dije mentalmente mientras me lavaba las manos y me
echaba agua en la cara- todo va a salir bien»
Pero sabía que no era así.
Por mucho que intentara mentirme a mí misma, nada estaba bien en mi
vida.
Resoplando, me até la mochila a la espalda, empujé una de las puertas del
retrete y cogí un bote de desinfectante que había detrás de la cisterna. Volví al
fregadero, saqué un par de docenas de toallitas de papel del dispensador y me
dirigí de nuevo a la escena del crimen.
Pero ya no estaba.

BOYS OF TOMMEN #1
Borrada por el conserje que volvía por el pasillo con una fregona y un
cubo tras él.
―Te dije que me esperaras―me dijo una voz familiar.
Me di la vuelta y vi a Johnny apoyado en las taquillas.
―Tenía que lavarme los dientes― solté, sorbiéndome los mocos.
Arqueó una ceja―¿En el colegio?
―Me pasa a menudo― le dije.
Frunció el ceño, mirándome con aquellos intensos ojos azules.
―¿Ya teencuentras mejor?
Asentí, mortificada―Estoy bien.
―Bien―Apartándose de las taquillas, Johnny se acercó a donde yo
estaba y me quitó de las manos el desinfectante y las toallitas de papel.
Tambaleándome, vi cómo abría la puerta del baño de chicas y volvía a
tirar el desinfectante y las toallitas dentro.
―Ahora te llevaré a casa― dijo mientras me quitaba la mochila de los
hombros y se la colgaba del hombro izquierdo.
Se me abrieron los ojos ―No, no, no tienes que...
―Te llevaré a casa―repitió, con los ojos azules clavados en los
míos―Vámonos.
―¿Por qué? ―balbuceé.
Johnny frunció el ceño―¿Por qué, que?
―¿Por qué me ayudas?
Me miró fijamente durante un largo rato antes de exhalar un pesado
suspiro―Porque quiero.
―¿Quieres?
Asintió―¿Tienes un abrigo?
―¿Un abrigo? ―balbuceé, sintiéndome impotente mientras miraba a

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aquel chico tan guapo.
―Sí, afuera está lloviendo a cántaros.
―Yo...―Me llevé la mano a la frente, tratando de ordenar mis
pensamientos―Está en el perchero― logré decir finalmente―En el edificio de
ciencias.
Con los ojos muy abiertos, vi cómo Johnny bajaba la cremallera del
abrigo negro que llevaba y me lo ponía sobre los hombros.
―Vamos― me dijo en tono tranquilizador mientras me rodeaba los
hombros con un brazo, me arropaba a su lado y me llevaba afuera del
colegio―Yo cuidaré de ti.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 25
Problemas
Herí sin querer a Shannon Lynch.

Otra vez.
La tiré de culo en la escuela.
Otra vez.
Y entonces ella fue y casi me da un ataque al corazón.
Sinceramente, nunca sentí miedo como cuando la vi desplomarse en el
suelo junto a su taquilla. Sabía que era una idea estúpida seguirla de vuelta a la
escuela, pero necesitaba ver cómo estaba.
Para ser sincero, tenía miedo de que Bella la interceptara. Encontrarla así
en el suelo era más que aterrador. El corazón se me paró literalmente en el pecho
cuando la vi y sólo se me volvió a poner en marcha cuando llegué hasta ella y
me di cuenta de que estaba bien.
Estaba avergonzada, pero estaba bien. No me importaba el vómito.
Todo el mundo vomitaba.
Incluso las chicas.
Al parecer, esta chica lo hacía mucho.
Recordé exactamente lo que estaba escrito en el expediente. Vomitaba
mucho. Eso me preocupaba, más de lo que debería. Lo que me preocupaba aún

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más era por qué sucedía esto, Shannon claramente vomitaba por ansiedad.
Estaba escrito en su expediente escolar. Por el amor de Dios, llevaba un
cepillo de dientes al colegio.
Yo ardía en mi propia forma de ansiedad por la necesidad de saber qué la
había alterado. Pero no quería tentar a la suerte ni empeorar la situación, así que
me callé. Meterla en mi coche probablemente no fue mi mejor idea, dado que
no parecía querer hablarme nunca más, pero no iba a dejarla aquí para que
cogiera un autobús de mierda.
No me dirigió la palabra en todo el trayecto hasta su casa, salvo para
disculparse un millón de veces por algo que obviamente no podía controlar.
No sabía qué hacer o decir para tranquilizarla. Le decía que estaba bien,
pero no me escuchaba. Era como si estuviera atrapada en su propia cabeza,
preocupándose hasta la muerte por algo que yo no podía ver...
Me sentía impotente.
Quería ayudarla, pero era imposible hacerlo cuando no podía ver a quién
se enfrentaba.
―Lo siento―me dijo Shannon cuando me detuve frente a su casa,
después de pasar cinco minutos tratando de convencerla de que me dijera cuál
era la suya―De verdad que...
―No tienes por qué disculparte―le dije antes de apagar el motor y
girarme para mirarla.
Dios mío, ¿qué le pasaba? ¿Alguien le había dicho una mierda en el
colegio? ¿Alguien la había vuelto a molestar?
Parecía aterrorizada.
―Johnny, yo...―se le cortó la voz cuando desvió la mirada hacia la
pequeña casa de dos plantas que había al final de la calle y luego volvió a
mirarme a mí―Por favor, no lo cuentes ―dijo por fin, con la voz entrecortada,

BOYS OF TOMMEN #1
los ojos muy abiertos y llenos de lágrimas no derramadas.
Fruncí el ceño y sentí que se me aceleraba el corazón.
―¿Contar que, Shannon?
Se recogió el pelo detrás de las orejas y exhaló un suspiro tembloroso.
― Lo que me pasó en el colegio.
Mis manos se crisparon sobre el volante mientras luchaba contra el
impulso de subirla a mi regazo y abrazarla.
―No voy a decirle nada a nadie― le dije en el tono más suave que pude
reunir.
―¿Me lo prometes? ―balbuceó.
Asentí con la cabeza―Lo prometo.
Shannon exhaló otro suspiro entrecortado―Lo siento... es que... me pasa
cuando me asusto.
Se me heló la sangre.
―¿De qué tienes miedo, Shannon? ―Me sorprendí a mí mismo por lo
calmado que sonaba cuando estaba a dos segundos de perder la cabeza aquí
mismo en este coche―¿Pasó algo?
―¿Pasar algo de qué? ―preguntó, mordiéndose el labio inferior.
―¿En la escuela? ―Asentí lentamente―¿Alguien te estaba molestando?
Cerró los ojos y se mordió aún más el labio, tanto que me acerqué y se lo
arranqué de los dientes.
―No lo hagas― le dije.
Abrió los ojos―¿Eh?
―Te harás daño―le dije, retirando la mano, aunque era lo último que
quería hacer.
―Lo siento ―susurró.
―No hace falta que lo sientas― respondí en tono ronco.

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Shannon bajó la mirada para mirarse las manos entrelazadas y, tras una
pausa de silencio dolorosamente larga, asintió para sí misma.
―Será mejor que entre ya― dijo finalmente, con la voz
entrecortada―Gracias por el viaje.
Vi cómo se desabrochaba el cinturón de seguridad y abría la puerta y el
pánico revivió dentro de mi estómago, lo cual no tenía sentido porque no sabía
de qué coño me estaba preocupando.
―Me lo dirías, ¿verdad? ―la llamé cuando salió de mi coche―¿Si te
estuviera pasando algo? ―Me incliné sobre el asiento del copiloto para mirarla,
sabiendo que estaba haciendo un lío, pero necesitaba decirlo de todos
modos―¿Me dirías si alguien te estuviera dando problemas en la escuela?
Shannon se quedó con la mano agarrada a la puerta de mi coche durante
un largo rato, con sus grandes ojos azules fijos en los míos.
Finalmente, asintió.
Sentí que mi cuerpo se hundía de alivio.
―Adiós, Johnny ―susurró y cerró la puerta.
―Adiós, Shannon― murmuré para mis adentros mientras giraba la llave
en el motor.
Necesitaba salir de aquí antes de hacer algo realmente estúpido, como
volver a meterla en mi coche y llevarla a casa conmigo.
Porque un jodido fallo en mi cerebro me decía que hiciera precisamente
eso. Dejarla se sentía mal.
«Vete, Johnny. Da la vuelta y vete. Ella está bien. Está perfectamente
bien. Concéntrate en el juego, Kav. Tienes entrenamiento. No necesitas perder
la cabeza por una chica»
Sacudiendo la cabeza, puse el coche en marcha y me obligué a
controlarme y conducir.

BOYS OF TOMMEN #1
No funcionó. Porque no podía seguir.
Puse el coche en punto muerto, abrí la puerta de un empujón y salí.
―¡Espera!
Shannon se dio la vuelta y me miró con los ojos muy abiertos―¿Eh?
«¿Qué haces, Kav? ¿Qué mierda estás haciendo?»
―Ven conmigo― Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera
detenerme o retirarlas.
―¿Ir a dónde contigo? ―susurró Shannon, pasando la mirada de mí a la
casa al final de la calle.
«No lo sé, Shannon. No tengo ni puta idea. Y no tengo ni puta idea de lo
que me está pasando. Sólo sé que mi instinto me dice que no te deje ahora
mismo»
―¿A cualquier sitio? ―Me ofrecí, y luego me aclaré la garganta antes
de añadir―¿Podríamos ir a dar una vuelta? ¿O comer algo?
Jesús, ¿qué me pasa?
Entonces vi que algo brillaba en sus ojos, algo que se parecía muchísimo
al alivio.
―¿Quieres que vaya? ―preguntó Shannon en voz baja―¿Que vaya
contigo?
Asentí inseguro
―Sí, Shannon―Mi voz era gruesa―Quiero que vengas conmigo.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 26
El Chico Es Un Héroe
Estaba de vuelta en su coche.

No tenía ni idea de adónde íbamos, ni de por qué Johnny me había pedido
que fuera con él en primer lugar después de llevarme en coche todo el camino
hasta casa, pero en ese momento, no me importaba.
No me importaba que hubiera herido mis sentimientos la semana pasada
y no me importaba que pudiera meterme en problemas por estar con él. Cuando
abrió la puerta del pasajero de su coche y me ofreció un escape temporal del
infierno que era mi casa, lo acepté.
Lo acepté con ganas.
Prácticamente me zambullí en ese asiento.
Cuarenta y cinco minutos más tarde, me encontraba sentada frente a él en
un bar de la ciudad llamado Biddies, con un plato de sopa a medio comer delante
de mí, una botella de Coca-Cola y el corazón acelerado.
En cuanto cruzamos la puerta del bullicioso bar, todo el mundo se giró y
se concentró en Johnny. Era increíblemente intimidante verle tratar de lidiar con
la atención que le lanzaban.

BOYS OF TOMMEN #1
Yo estaba abrumada, así que no podía imaginar lo que debía ser para
Johnny.
Sólo tenía diecisiete años.
Al igual que aquel día en el campo con los periodistas, Johnny no hizo
más que mostrarse profesional, aceptando apretones de manos y palmadas en el
hombro mientras esperábamos en el bar a una de las camareras.
Estaba tan distraída por la atención que recibía y por la mano que
mantenía en la parte baja de mi espalda mientras hablaba, que me limité a asentir
cuando se inclinó hacia mi oído y me preguntó si tenía hambre. Pasaron otros
cinco minutos hablando con gente al azar hasta que por fin nos sentamos en la
única mesa vacía del bar.
Me sentí absolutamente mortificada de que me hubiera invitado a comer,
habría protestado y me habría ofrecido a pagar, pero no tenía dinero.
No tenía nada que ofrecerle a ese chico.
Nada de nada.
―¿Cómo te sientes ahora? ―preguntó Johnny, sacándome de mis
pensamientos.
Levanté la cabeza del lugar donde había estado mirándome las manos y
lo encontré observándome desde el otro lado de la pequeña mesa redonda. Ese
calor familiar se encendió en mi vientre cuando me obligué a mirarlo. Tenía su
abrigo bien envuelto a mi alrededor, pero eso no me impidió temblar.
―Me siento mucho mejor ahora― respondí, ruborizada por el peso de
su mirada―Gracias.
―Bien ―Johnny se reclinó en su silla, con los ojos aún clavados en mí,
y golpeó distraídamente el posavasos sobre la mesa―Me alegro.
―Gracias por la cena ―añadí, sintiéndome tímida y torpe y un millón de
emociones más―Te lo agradezco de verdad.

BOYS OF TOMMEN #1
Por alguna razón mis palabras dibujaron una enorme sonrisa en Johnny.
―¿Consideras que un plato de sopa es una cena? ―preguntó con una
sonrisa tan amplia que aparecieron sus hoyuelos.
―Bueno, era un tazón enorme―ofrecí encogiéndome de hombros―Así
que, sí, lo consideraría una cena.
―Es sopa, Shannon― se rió Johnny―Es prácticamente agua.
―¿Por qué? ―Miré el plato y el cuenco vacíos que tenía
delante―¿Todavía tienes hambre?
No podía tenerla.
Acababa de verle engullir un cuenco gigantesco de sopa, antes de seguir
con una montaña de verduras y pollo. Era físicamente imposible tener hambre
después de consumir esa cantidad de comida.
Johnny resopló―Esto solo era un aperitivo.
―¿Un aperitivo? ―Apoyé los codos en la mesa y pregunté―¿Piensas
cenar otra vez cuando llegues a casa?
―Probablemente comeré al menos cuatro veces más antes de irme a la
cama―me dijo.
Me quedé pasmada mirándolo―Pero son las cinco.
―Lo sé―Sacudió la cabeza, sonriendo apenado―Deberías ver lo que lo
que ordeno a diario. Probablemente te sorprendería.
―Bueno, no estás gordo para ser un tipo que come tanto―solté, e
inmediatamente me arrepentí de mis palabras.
Johnny se rió suavemente―No, no lo estoy.
Me puse de color carmesí.
―Lo siento mucho― espeté―No quería llamarte...
―No te disculpes― me dijo, todavía sonriendo―Entreno, muy duro.
Necesito el combustible para bombear mi cuerpo.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Por el rugby? ―pregunté, recogiéndome el pelo mojado por la lluvia
detrás de las orejas.
Johnny asintió―Necesito consumir 4.500 calorías diarias cuando estoy
entrenando.
Volví a quedarme pasmada―¿Cómo es eso humanamente posible?
Johnny sonrió satisfecho―Hago que funcione.
―¿Cómo? ―pregunté, completamente intrigada.
―Separando las comidas― explicó―Como lo adecuado en el momento
adecuado―Se encogió de hombros antes de añadir―Suelo comer cada dos o
tres horas. Mi nutricionista dice que es lo mejor para mi cuerpo.
―Entonces, ¿tienes un horario de alimentación? ―Añadí
riéndome―Como un bebé.
Johnny me dedicó una sonrisa de complicidad y bebió un trago de su jugo
de naranja diluido. Ignorando al ruidoso grupo de chicas de una mesa cercana,
me concentréen el chico que tenía delante.
―Entonces, ¿no puedes comer nada apetecible?
―¿Define apetecible?
―Coca-Cola, chocolate, helado, papas fritas― enumeré mis golosinas
favoritas―Gominolas, cereales, pizza, hamburguesas con queso, frituras,
comida china, donas...
―Estoy en plena temporada―interrumpió Johnny, lanzándome una
mirada ofendida―Lo único que entra en mi cuerpo es orgánico, sin procesar y
cargado de proteínas.
Me quedé boquiabierta―¿Ni siquiera una rica magdalena con té?
Johnny sacudió la cabeza.
―¿Por qué? ¡Dios mío! ¿Es porque te meterías en problemas con esa
gente de la academia de rugby? ―Mis ojos se abrieron de par en par ante la

BOYS OF TOMMEN #1
injusticia―Mi hermano Joey me contó cómo preparan a los chicos jóvenes
como si fueran cachorros―Horrorizada, pregunté―¿Te dan una lista de
alimentos prohibidos y luego te castigan si los comes?
―No― dijo Johnny lentamente, frunciendo el ceño―¿Qué clase de lugar
crees que es la Academia?
―Si no te permiten comer golosinas, entonces es un lugar
terrible―respondí firmemente.
―Comer saludable es mi elección―explicó, observándome con una
expresión perpleja―No me obligan a nada. Mi vida depende de mí. Y no
atiborrarme de mierda procesada y cargada de azúcar se llama estar sano y
ejercer el autocontrol.
―¿Pero todo el tiempo? ―pregunté―¿Como 24/7?
―Tengo una actitud de todo o nada―respondió―O estoy metido de
lleno en algo o no pierdo el tiempo. No tiene sentido hacer algo a medias.
―Pues lo siento por ti― anuncié―No sabes lo que te pierdes.
Me metí la mano en el bolsillo de la falda y saqué la chocolatina a medio
comer -mi marca favorita-, eché un vistazo rápido para comprobar que la
camarera no me estaba viendo traer comida al local, antes de ponérsela delante
de la cara.
―El olor es lo mejor― le dije―Y también te dan endorfinas.
Sus labios se curvaron―Entreno seis horas al día, Shannon. No necesito
complementar las endorfinas con una chocolatina.
Le quité el envoltorio y se lo puse delante de la nariz unos instantes.
―Huélelo―lo animé, sintiéndome extrañamente a gusto con
él―Vamos.
―Apártate― se rió Johnny, apartando suavemente mi mano.
―Tú te lo pierdes― dije encogiéndome de hombros, y mordí un trozo de

BOYS OF TOMMEN #1
chocolate, gimiendo cuando el delicioso sabor a chocolate llegó a mi lengua.
―Tú ganas― se burló mientras removía un poco de hielo en su vaso.
―Vaya― resoplé, guardándome el chocolate en el bolsillo―Si yo fuera
una chica más gruesa, podrías haber herido seriamente mis sentimientos.
―¿Qué? ―El pánico se reflejó en su rostro. ―¡Demonios, no! Era una
broma― Se inclinó hacia delante en su asiento―No quería decir... No te estaba
llamando gorda... Eres la cosa más pequeña que he... Mierda, eres tan pequeña
que podría...
―Relájate― me reí―No me ofendí.
Johnny me miró fijamente durante un largo rato y luego soltó un fuerte
suspiro―Dios mío, casi me da un infarto―Frotándose el pecho sonrió
pícaramente―Sé que la mayoría de las chicas se vuelven locas por su peso.
―Bueno, yo no soy como la mayoría de las chicas―respondí con una
mueca y me señalé a mí misma―Como puedes ver.
―No―confirmó Johnny en voz baja, con los ojos siguiendo los
movimientos de mis manos―No, no lo eres.
Hubo una larga e incómoda pausa en la que ambos nos miramos
fijamente. El silencio era desconcertante, pero no tanto como la intensidad de
sus ojos azules.
Eran demasiado penetrantes.
Lo veían todo.
Demasiado.
―¿Quieres otra Coca-Cola? ―preguntó Johnny, rompiendo la tensión.
―Eh...―Miré mi reloj y luego a él―No sé.
Johnny frunció el ceño―¿No lo sabes?
«Sí. No. Vete a casa antes de que tu padre descubra que estás en un bar
y te mate. No, quédate aquí con él»

BOYS OF TOMMEN #1
Dios...
Me encogí de hombros impotente.
―Bueno, ¿tienes sed? ―preguntó―¿Crees que te apetece otra bebida?
―Yo...―Miré nerviosa a mi alrededor, sólo para encontrarme con
docenas de pares de ojos fijos en nuestra mesa.
Los latidos de mi corazón se dispararon.
Esto no me gustaba.
Ni un poquito.
―¿Shannon? ―dijo Johnny, captando mi atención una vez más. Me
miraba expectante, con la billetera en la mano―¿Te traigo otra bebida?
―Eh...―Acercándome, me incliné sobre la mesa e hice un gesto a
Johnny para que se acercara.
Frunció el ceño.
―Johnny―le susurré al oído―Siento como si nos estuvieran
observando.
Al apartarme, volví a mirar a mi alrededor y me di cuenta de que la mesa
de las adolescentes se había acercado a la nuestra. Dirigí mis ojos a los suyos y
asentí enérgicamente.
―La gente nos está observando, Johnny.
Johnny parecía increíblemente irritado cuando exhaló pesadamente y se
pasó una mano por el pelo.
―Lamento todo esto.
―¿Es por el rugby?
Me hizo un gesto de resignación―Lo siento, no les hagas caso.
―¿Cómo? ―balbuceé, sintiéndome muy expuesta en ese momento.
Johnny me miró fijamente durante un largo rato, sin decir nada, antes de
apartar su silla y levantarse.

BOYS OF TOMMEN #1
―Vamos― anunció, tendiéndome la mano―Te traeré otra bebida y nos
sentaremos en el salón.
―¿El salón?
―Es más tranquilo―Miró a su alrededor y murmuró en voz baja―Quizá
tengamos algo de maldita paz y tranquilidad.
Esto tampoco le gustaba, podría actuar como si no le molestara. Pero no
era algo con lo que se sintiera cómodo. Fue al darme cuenta de esto que me
encontré tomando su mano extendida.
Abrumada, seguí a Johnny a la barra, donde nos pidió más bebidas antes
de cruzar una puerta lateral y entrar en una habitación poco iluminada. Esta sala
tenía un aire más juvenil, con mesas de billar y tableros de dardos en las paredes,
y una rocola sonando en un rincón.
Me fijé en varios adolescentes que vestían diferentes uniformes escolares
de la zona. Al igual que cuando entramos en el bar principal, todos se giraron
para mirarle, pero tras unos cuantos asentimientos con la cabeza y un "qué tal,
Kav", volvieron a su sitio.
Johnny me llevó a una mesa en el rincón más alejado del salón, pero esta
vez, en lugar de ocupar uno de los taburetes del otro lado de la mesa, dejó
nuestras bebidas y se sentó en el banco de cuero a mi lado. Desde aquí, teníamos
una vista perfecta del resto de la habitación, con la ventaja de estar ligeramente
apartados.
«Deberías irte a casa, Shannon, me ordenaba mi sentido común, no
deberías estar aquí»
―¿Mejor? ―preguntó Johnny, sentándose a mi lado.
Asentí y cogí mi Coca-Cola, con los ojos fijos en lo que pasaba a mi
alrededor a mi alrededor.
Pude ver a varios chicos en el otro extremo de la sala de estar con el

BOYS OF TOMMEN #1
uniforme del BCS y me dieron ganas de esconderme debajo de la mesa. Estaba
tan nerviosa que tuveque usar las dos manos para evitar que la botella temblara.
Ver a Ciara Maloney, mi mayor atormentadora de mi antiguo colegio y
la causante de mi cicatriz en el párpado, sentada entre ellos hizo que todo mi
cuerpo se enroscara de pavor.
Como si sintiera que la observaba, Ciara giró la cara en mi dirección.
Estupendo.
Simplemente genial.
En el momento en que me reconoció, ese familiar destello de intención
maliciosa brilló en sus ojos durante unos dos segundos antes de que su mirada
se dirigiera a Johnny, que estaba sentado a mi lado. Su boca se abrió
visiblemente y empezó a empujar a la chica sentada a su lado, Hannah Daly, su
mejor amiga y otra de mis acosadoras.
Nos estaban observando otra vez.
Pero ahora, tenía más que ver con que me odiaran a mí que con que él
fuera la celebridad local. Presa del pánico, dejé caer la mirada hacia la botella
de cristal que tenía entre las manos.
Respira, Shannon.
Sólo respira...
***
―Eres una zorra mentirosa ―gruñó Ciara mientras me inmovilizaba contra la
pared de detrás del colegio y me miraba con desprecio―Lo estabas mirando.
Sabiendo que era más seguro no decir nada, mantuve la boca cerrada y me
preparé mentalmente para la paliza que sabía que iba a recibir.
―¡Contéstame, zorra! ―gruñó, golpeándome los hombros contra el hormigón,

haciendo que el aire saliera de mis pulmones en un gemido fuerte y dolorido.

BOYS OF TOMMEN #1
Varias de las chicas que nos rodeaban se rieron y se burlaron cuando un gemido
brotó de mi garganta. Ya me dolía más de lo que cualquiera de esas chicas podía
comprender -la última rabieta de mi padre con el whisky era la causa de mi dolor- y ellas
estaban disfrutando de mi evidente incomodidad.
No era nada nuevo para mí.
Estaba acostumbrada a que se rieran de mí.
Estaba acostumbrada a ser el saco de boxeo. Y me odiaba por aceptarlo.
Cuando Ciara volvió a empujarme contra la pared, me obligué a tragarme el
sollozo que amenazaba con brotar de mi garganta, forzando en su lugar las palabras.
―No miré a tu novio. Él me miró a mí.
Esa era la verdad.
Su novio tenía la horrible costumbre de mirarme.
Mi explicación me valió una bofetada en la cara y un puñado de pelo del que me
tiró con tanta brusquedad que me tambaleé hacia delante, sintiéndome débil e
impotente.
―Maldición, te voy a destrozar―me siseó al oído antes de rasgarme la mejilla
con las uñas.
«Hazlo, pensé. Pero no puedes destruir lo que ya está roto...»
***
―Relájate― me susurró Johnny al oído, distrayéndome de mis

recuerdos―Estás a salvo conmigo.
Sus palabras me desconcertaron y giré la cara para mirarle. Dios, era tan
hermoso que resultaba doloroso. Todo en Johnny Kavanagh era pura
perfección. Era grande y fuerte, ¿y su cara?
Oh Dios, su cara era la mejor cara que jamás había visto.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Por qué no estaría a salvo? ―Era una pregunta defensiva hecha con
desesperación porque este chico me estaba desconcertando como nadie lo había
hecho antes.
No podía entender nada de esto, y mi pobre corazón estaba trabajando a
toda marcha para mantener el ritmo de los sentimientos que bombardeaban mi
cuerpo debido a su proximidad. El miedo, la incertidumbre, la lujuria y el pánico
me estaban pateando el culo.
―Sólo te hago saber que lo estás― respondió, con sus ojos azules
clavados en los míos―¿De acuerdo?
Exhalando un suspiro entrecortado, asentí con la cabeza y me acerqué
más a él. Si pudiera, me subiría a su regazo y enterraría la cara en su pecho en
este momento, pero era prácticamente un desconocido para mí y eso estaría
socialmente mal visto, así que me conformé con arrimarme a él.
Sabía que probablemente pensaría que estaba loca, pero estaba a dos
segundos de sufrir un ataque de pánico y su presencia me tranquilizaba. Johnny
me miró con ojos curiosos antes de dirigir su atención a la mesa de los alumnos
de sexto curso de BCS.
Entonces lo vi, una chispa de reconocimiento iluminó los ojos de Johnny
antes de que su rostro adoptara una expresión endurecida.
―¿Podemos irnos ya? ―susurré, con el corazón latiéndome rápidamente
mientras resistía el impulso de acurrucarme a su lado―¿Por favor?
―Nos iremos cuando estemos listos para irnos ―dijo en una voz tan baja
y suave que apenas era audible― Levanta la cabeza, Shannon “como el
río”―Momentos después, me pasó el brazo por encima del hombro y me atrajo
haciasí― Nadie va a hacerte daño.
Aliviada, me acerqué más, demasiado para que se sentaran extraños, pero
no me importó. Era grande y fuerte y tuve la clara sensación de que me estaba

BOYS OF TOMMEN #1
diciendo la verdad. Le creí cuando me dijo que estaba a salvo con él.
―¿Esas chicas? ―preguntó, inclinando la cara hacia abajo para mirarme
mientras hablaba―¿Cuál es la historia?
―No hay historia― murmuré, agarrando mi botella con fuerza
―¿Por qué me cuesta creerlo?
Me encogí de hombros y agaché la barbilla, dejando que mi pelo cayera
hacia delante, deseando tener la capa de invisibilidad de Harry Potter envuelta
alrededor de mi cuerpo para poder escapar de esta situación sin más dolor.
No aguantaba más.
―Mírame.
No lo hice
―Mírame―repitió, con tono tranquilo y persuasivo.
No pude.
Sentí que se movía a mi lado y entonces sus dedos estaban en mi barbilla,
inclinando mi cara hacia la suya.
―Estás a salvo―susurró, cogiéndome la mejilla con la mano y
clavándome los ojos en el alma―Te lo prometo.
Esa palabra.
Dios.
Esa sola palabra me rompió.
Todo era demasiado.
Mi vida.
Esas chicas.
Mi padre.
Y en medio de todo, sólo podía verlo a él.
A este chico.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 27
Mantener La Cabeza
Lo que me llevó a traer a Shannon a Biddies nunca lo entendería del todo,

pero ahora estaba aquí, y parecía más disgustada que cuando la había
encontrado vomitando en el colegio hacía una hora.
Yo también lo estaba.
Intentaba disimular mi furia, pero juro por Dios que estuve a punto de
matar a alguien.
De verdad.
Abso-jodida-lutamente.
Shannon estaba petrificada por estas chicas. Su cuerpo temblaba.
Temblaba.
Razón por la cual en ese momento estaba arropada a mi lado con mi brazo
fuertemente envuelto alrededor de sus frágiles hombros. Sabía que me estaba
pasando de la raya, pero me negaba a dejarla huir de esas cabronas.
Sabía que no debía tocarla, pero ¿cómo diablos no iba a hacerlo? ¿Cómo
podía dejarla allí sentada, tan asustada e insegura?
No podía.
Para ser sincero, era una suerte que me estuviera tocando, porque estaba
a dos segundos de estallar y que me metieran en la cárcel.

BOYS OF TOMMEN #1
Este no era yo.
Yo no era un impulsivo.
Yo pensaba las cosas.
«No cuando se trataba de esta chica...»
La rubia con el uniforme de BCS del otro lado del salón me volvió a
llamar la atención y sonrió. Respondí a su sonrisa con una mirada fría y dura, y
me deleité en una especie de placer enfermizo cuando su sonrisa desapareció y
el miedo llenó sus ojos.
«Ten miedo, me dije, no sabes con quién te estás metiendo.»
Podría arruinar a esta gente.
Lo deseaba.
Cada célula de mi cerebro no proyectaba más que rabia y venganza,
exigiendo que les devolviera lo que le habían quitado a Shannon.
Quitarles su orgullo como se lo quitaron a ella. Asustarlos como la
asustaron a ella. Infligirles dolor como la torturaron a ella. Podía saborear mi
ira, era jodidamente potente.
Maldita sea, necesitaba controlarme, pero cada vez que lo intentaba,
seguía pensando en su expediente. ¿Fue una de esas zorras la que le cortó la
coleta? Tenía un mal presentimiento sobre la rubia. Otro problema que tenía y
que me iba a hacer perder la puta cabeza era la forma en que esos imbéciles la
miraban.
Con anhelo.
Necesitaban apartar sus jodidos ojos de esta chica porque no podía
soportarlo. No necesitaban mirar en su dirección, nunca. Tenía mi brazo
alrededor de ella, por el amor de Dios.
Toma la maldita indirecta.
No me extraña que la rubia estuviera molesta, pensé. El maldito moreno

BOYS OF TOMMEN #1
estaba claro que salía con ella y, sin embargo, miraba a Shannon comosi fuera
su cena.
Mi cena, imbécil, quería gruñir.
―Estoy lista para irme―dijo Shannon, sacándome de mis pensamientos
y de mi mirada fija en el idiota moreno que la miraba desde el otro lado del
salón. Dejó la botella vacía sobre la mesa y me miró con esos grandes ojos
azules―¿Si te parece bien?
«Cálmate, corazón. Cálmate de una puta vez.»
Forcé una sonrisa―Sí, Shannon, está bien.
Por razones obvias, mantuve mi brazo alrededor de ella mientras
pasábamos por delante de la mesa de gilipollas de su antiguo colegio. No me
pasó desapercibida la forma en que sus dedos se anudaban en mi jersey, o cómo
todo su cuerpo se ponía rígido cuando una de las chicas hacía algún comentario
despectivo sobre “putas persiguiendo pollas ricas”.
Sin perder la cabeza, la acompañé fuera del salón y luego tiré de ella hasta
que se detuvo en la barra.
―¿Puedes hacerme un favor?
Shannon me miró con los ojos muy abiertos, asintiendo.
―Sí, por supuesto.
Saqué la billetera y las llaves del bolsillo y se las entregué.
―¿Puedes pagarle a la camarera y esperarme en el coche?
Su cara palideció―¿Por qué?
―Tengo que hablar con uno de mis amigos―mentí,
sonriéndole―Enseguida salgo.
Me miró con recelo durante un largo rato antes de exhalar un suspiro.
―Claro― dijo finalmente, aliviada―Puedo hacerlo.
―Gracias.

BOYS OF TOMMEN #1
Esperé a que Shannon se acercara a la barra para girar sobre mis talones
y volver al salón, sin detenerme hasta que estuve frente a la mesa de los idiotas.
―Ahora―me burlé, mirándolos a la cara―¿Quién quiere llamar puta a
mi novia en mi cara?
Añadí la palabra "novia" para conseguir el máximo efecto y alinearla con
el máximo daño que estaba a punto de causar. Varias cabezas se giraron hacia
mí y me importó una mierda. Alguien iba a pagar por su dolor.
―¿Y bien? ―Pregunté, mirando a la rubia―¿Tú? ―pregunté antes de
desviar la mirada hacia la pelirroja sentada a su lado―¿O eres tú?
―Escucha, no sé qué te dijo―empezó a decir la rubia, pero la corté con
un movimiento de cabeza.
―¿Este es tu chico? ―pregunté, inclinando la cabeza hacia el imbécil
moreno que estaba mirando a Shannon hace menos de cinco minutos, pero que
ahora se había vuelto convenientemente silencioso―¿Es él?
La rubia enrojeció y asintió.
―Es bueno saberlo―musité, y luego me acerqué a la mesa, le agarré el
jersey del colegio y le estampé el puño en la cara.
―¿Qué demonios estás haciendo? ―gruñó el chico, doblándose.
―Estoy aplicando sus propias reglas, imbécil―le dije mientras lo
arrastraba por encima de la mesa y lo golpeaba de nuevo.
Las dos chicas empezaron a gritar y a agitarse. Uno de sus amigos se
acercó a mí.
―Maldición, atrévete― gruñí, mientras seguía golpeando a su amigo.
Dio un paso atrás y levantó las manos. Puse los ojos en blanco, maldito cobarde.
Había perdido la cuenta del número de peleas en las que Gibs se había metido
por mí a lo largo de los años, y viceversa.
Este idiota tenía que buscarse mejores amigos.

BOYS OF TOMMEN #1
―¡Para! ―gritó la rubia cuando seguí golpeando con el puño la cara de
su novio―¡Le estás haciendo daño!
―Oh, ahora te das cuenta de eso, ¿verdad? ―Espeté―¿Así que eres
capaz dedistinguir el bien del mal?
―¿Cuál es tu problema? ―gritó ―¡No te hemos hecho nada!
―Seguro que a ella sí le hiciste algo― gruñí―Y cuando te metes con
ella, te metes conmigo.
La rubia palideció y solté a su novio.
Se hundió en el suelo, ahuecándose la cara y gimiendo como un gatito.
Ella se dirigió directamente hacia él.
―¿Te gustó eso? ―pregunté, mirando al imbécil cuya cara acababa de
reorganizar―¿Estuvo bien?
―Jesús, hombre― gimió el chico, tapándose la nariz para contener la
sangre―No te he hecho nada.
―No― gruñí―Y mi chica... ―Señalé la puerta del salón―no le hizo
nada a tu chica, pero eso no le impidió aterrorizarla― Miré fijamente a la
rubia―¡De cortarle el pelo y darle una paliza!
La cara de la rubia se puso escarlata.
Lo sabía.
―Por el amor de Dios, Ciara―gimió el moreno mientras se sacudía la
mano de la rubia―¿Qué le hiciste ahora?
―Nada―argumentó Ciara―Ni siquiera la he visto desde Navidad, bebé.
―¿Te gusta que te intimiden? ―Le pregunté, dando un paso más
cerca―¿Qué se siente no tener poder?
―Ya entendí, viejo― gimió el muchacho, agitando una mano frente a
mí―Alto y claro.
―Asegúrate de que tu novia lo entienda―siseé, mirándole con el ceño

BOYS OF TOMMEN #1
fruncido―Porque si no...―Hice una pausa para señalar a la rubia y a la pelirroja
antes de continuar―Si ella o cualquiera de sus putas amigas vuelve a mirar a
mi novia, me las pagarás.
Me quedé allí de pie durante un largo minuto, mirando a cada una de esas
escorias de la BCS y esperando una respuesta. Cuando no obtuve ninguna, como
sabía que no recibiría, me di la vuelta y me alejé, sólo para detenerme en la
puerta.
Llámalo infantil, pero no pude evitar volver a su mesa y tirarla de lado.
Me sentí ridículamente satisfecho cuando sus bebidas se derramaron y cayeron
al suelo, giré sobre mis talones y salí.
―¡Johnny! ―exclamó Liam, el dueño, mientras rodeaba el bar
principal―¿A qué diablos estás jugando, niño?
Por el amor de Dios.
Inhalando un suspiro tranquilizador, me volví hacia él.
―Siento haber causado problemas en tu bar. No volverá a ocurrir.
―¿Problemas? ―Arqueó una ceja―Te vi en las cámaras. Podrías haber
matado a ese chico.
Agitado, me pasé una mano por el pelo.
―Esos idiotas le estaban haciendo pasar un mal rato a mi novia―dije
mordazmente―Ahora siento haber resuelto el asunto en tu bar, y pagaré los
vasos rotos o los daños que haya causado, pero esta será la última vez que ponga
dinero detrás de tu barra.
Liam se sobresaltó―Por Dios, relájate, Johnny, no te estoy prohibiendo
la entrada.
―No me relaciono con escoria, Liam― le dije en tono tenso. Señalando
hacia la puerta del salón, añadí―Y esos bastardos son la mayor escoria que
puedes encontrar. Así que tú sigue sirviéndoles y yo buscaré un nuevo sitio para

BOYS OF TOMMEN #1
mi equipo.
―Johnny, muchacho, espera...
―No, no lo creo― siseé, apartándole el brazo mientras me dirigía a la
puerta―Tengo una reputación que mantener y no puedo hacerlo en un lugar
que atiende un montón de escoria.
―Será la última vez que vengan― me dijo Liam―Mañana les tendré
preparado lo de siempre.
Me detuve en la puerta y me volví.
―Volveré cuando la clientela no esté compuesta por unos jodidos
bravucones de mierda.
Me di la vuelta y salí.
Shannon estaba sentada en el asiento del copiloto de mi coche cuando
entré.
―Lo siento― le dije mientras cerraba la puerta y me ponía el
cinturón―Me entretuve hablando.
―No, no―se apresuró a decir Shannon con esa vocecita suya―No pasa
nada. No tienes que disculparte conmigo.
Sí, tenía que.
La dejé aquí en un coche helado durante media hora.
No fue bueno. No para ella.
―¿Estás bien? ―Pregunté, girándome para mirarla.
―Sí, y muchas gracias por pagar ―dijo y vi cómo sus mejillas adquirían
un tono rosado brillante―Te lo agradezco mucho.
¿Lo decía en serio? ¿De verdad me lo estaba agradeciendo?
Dios, esta chica no se parecía a ninguna de las otras.
―No hay problema, Shannon―respondí, mirándola con ardiente
curiosidad―Sólo eran un par de botellas de Coca-Cola y un plato de sopa.

BOYS OF TOMMEN #1
―Bueno, significa mucho para mí, así que gracias―susurró,
acomodándose ese cabello jodidamente hermoso detrás de la oreja.
Sus ojos se clavaron en mí tan profundamente que tuve que apartar la
mirada antes de perderme por completo en la chica.
Era demasiado.
―Aquí están tus cosas― me dijo, colocándome las llaves y la billetera
en el muslo izquierdo.
Mi muslo bueno, me di cuenta.
Mierda, esta chica era demasiado.
―Puedes contarlo aquí si quieres―añadió Shannon―Tu billetera,
quiero decir― Se acomodó otro mechón de pelo detrás de la oreja―No me
sentiré insultada.
¿Qué mierda?
La miré fijamente―¿Qué?
Shannon se sonrojó―Bueno, yo sólo... pensé que podrías...
―Confío en ti― le dije―No voy a contar nada. Ni siquiera se me pasó
por la cabeza, ¿bien?
―¿Estás seguro? ―susurró, mirándome con esos ojos grandes.
Asentí y resistí las ganas de inclinarme y besar esos labios hinchados.
―Estoy completamente seguro.
La sonrisa que iluminó su rostro entonces fue tan sorprendente que hizo
que mi corazón se acelerara temerariamente. Me quedé mirándola fijamente
durante un largo rato, preguntándome cómo demonios había llegado hasta este
punto y cómo demonios iba a salir.
―Será mejor que te lleve a casa― dije finalmente mientras metía la llave
en el contacto y arrancaba el motor.
―Por supuesto― respondió Shannon, todavía sonriéndome. Tuve que

BOYS OF TOMMEN #1
apartar la mirada.
No podía arriesgarme a volver a mirarla. Esta noche no.
«Aléjate de esta chica antes de que cometas la estupidez de perder tanto
el corazón como la cabeza», siseó mi cerebro mientras salía del aparcamiento
con los nervios a flor de piel.
«Demasiado tarde, imbécil, se burló mi corazón»
―O― me oí decir, cediendo a la urgente necesidad que tenía dentro de
mí de mantener a esta chica aquí conmigo.
Shannon me miró con ojos brillantes―¿O?
«No te pongas en el camino de la tentación»
―¿Podríamos ir a ver una película? ―Me ofrecí, sabiendo que estaba
jodido en el momento en que las palabras salieron de mi boca.
―¿Una p-película? ―balbuceó Shannon.
Por Dios.
Asentí inseguro―¿Si quieres?
―¿En el cine? ―preguntó, con las mejillas sonrojadas. Me encogí de
hombros―O en mi casa.
Maldito estúpido.
―Yo... yo no... no tengo exactamente...―hizo una pausa para
acomodarse el pelo detrás de las orejas antes de decir―…permiso para ir.
―¿No tienes permiso para ir a dónde? ―pregunté, sintiendo una enorme
punzada de decepción en el estómago.
―¿A cualquier sitio? ―respondió encogiéndose de hombros con
impotencia―Mis padres son algo protectores.
Comprensible.
Si yo estuviera en su lugar, también la protegería, dado por lo que
Shannon había pasado en su antiguo colegio.

BOYS OF TOMMEN #1
Diablos, yo era muy protector ahora.
―Pero quiero―añadió, sonriéndome tímidamente―Me encantaría, de
hecho... si tú quieres, claro.
Vaya mierda.
Joder.
¿Qué demonios se suponía que tenía que hacer ahora? Mi mamá estaba
en casa, así que eso quedaba descartado. Me obligué a concentrarme en la
carretera y no en la chica sentada a mi lado, encendí el intermitente y me metí
en la salida de la ciudad.
―Cine, está bien―respondí en el tono más despreocupado que pude
reunir mientras por dentro ardía en deseos de morir

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 28
Padres Sustitutos
Me pasé todo el sábado haciendo de canguro de mi hermano pequeño

Sean, que era lo habitual cada vez que la Nany decidía hacer un viaje a Beara
para visitar a la tía Alice y a su familia, y mamá estaba trabajando.
La diferencia este fin de semana era que nuestro padre no estaba y nuestra
madre había desaparecido. Sabía que se avecinaba una tormenta. Mi instinto
siempre me daba la razón.
Anoche, después de que Johnny me llevara a casa, hubo una discusión
acalorada que acabó con mi padre dándome una paliza de muerte, sobre todo
por ese estúpido recorte de periódico que seguía sin soltar. Mamá me lo quitó
de encima, ganándose una bofetada por las molestias. Le ordenó que se fuera y
que no volviera jamás.
Papá llenó el coche familiar con todo lo que tenía, nos llamó putas a
mamá y a mí y se marchó borracho.
Una hora más tarde, mamá salió a toda prisa de casa con una bolsa de
viaje, se subió a un taxi y no se le ha vuelto a ver. No era raro que nuestra madre
se fuera molesta después de una discusión. Sin embargo, era raro que no
volviera. Yo sabía que volvería, sólo era cuestión de saber cuándo.

BOYS OF TOMMEN #1
También sabía que mi padre volvería.
No me consoló verlo irse anoche. No era la primera vez que le decían que
se fuera. Y no era la primera vez que me daba una paliza. Tarde o temprano,
volvería, prometiendo el cielo y entregando el infierno.
Nada cambiaría.
Nunca lo haría.
Tadhg, Ollie y Sean podían creer que se había ido para siempre, pero Joey
y yo sabíamos que no. Sin la presencia de nuestros padres, nos tocaba a Joey y
a mí cuidar de nuestros hermanos pequeños.
Cuando por la mañana no había rastro de ninguno de nuestros padres,
Joey sacrificó su propia sesión de entrenamiento con el equipo de Cork para
poder llevar a Tadhg y Ollie a un partido de fútbol en el que ambos jugaban.
Me quedé con Sean, que se había pasado la mayor parte del día llamando
a gritos a mamá.
Fue un desastre.
Incontables llamadas telefónicas a nuestra madre habían quedado sin
respuesta, así que había renunciado a ponerme en contacto con ella.
Me puse a trabajar en la interminable lista de tareas que me asignaban
semanalmente y limpié la casa de arriba abajo, fregando el suelo debajo de los
muebles y cambiando las sábanas a medida que avanzaba. A las ocho de la tarde
del sábado, había lavado cuatro veces la ropa, preparado la comida y la cena
para mis hermanos, bañado y vestido a Sean para irse a la cama y limpiado la
casa a conciencia.
Por supuesto, no había durado nada.
En cuanto los chicos entraron por la puerta principal, se reanudó el caos
y el desorden. Con un cuenco de cereales en una mano y una botella de leche en
la otra, empujé la puerta del salón con la cadera y entré.

BOYS OF TOMMEN #1
―Aquí tienes, Sean.
Dejé el tazón y la taza en la mesita, delante de mí hermanito, le acaricié
los rizos rubios y luego me levanté y estiré la espalda.
―Cómetelo todo antes de acostarte―añadí, gimiendo de alivio cuando
sentí que los músculos de la espalda volvían a su sitio.
Me dolía tanto que me costaba caminar en línea recta.
―Quiero a mamá― replicó Sean, haciendo pucheros ante sus
cereales―Mamita se ha ido.
―Mamá está trabajando, Sean―repetí la misma frase que le había dicho
cincuenta veces hoy. Esforzándome por ser paciente, añadí―Pronto estará en
casa.
Y salí corriendo de la habitación antes de que pudiera preguntar cuándo.
No tenía una respuesta para él y odiaba mentirle.
La verdad era que no sabía cuándo volvería mamá.
Con los hombros caídos, volví a la cocina y fui a por la tetera.
Necesitaba té.
Mucho té.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 29
Sudaderas De Cambio
Mi día de entrenamiento en la academia el sábado cayó como una bomba.

Estaba débil y se notó en el campo. Me llamaron al despacho del entrenador a
media mañana, donde recibí algo que yo consideraría similar a la puta
Inquisición española por parte del entrenador Dennehy.
Después, me enviaron directamente al médico del equipo para que me
hiciera otro reconocimiento, seguido de una revisión con Janice, la
fisioterapeuta. Como había predicho mi entrenador, no pasé las pruebas físicas
ni las médicas.
Dolorido y desmoralizado, me dieron una severa charla sobre los peligros
de no revelar el dolor antes de enviarme a casa con otra maldita receta y una
carta formal en la que se me dispensaba temporalmente de todos los
entrenamientos y obligaciones de la academia hasta mi próxima prueba de
aptitud física dentro de tres semanas.
Si no superaba la siguiente ronda de pruebas, volvería a pasar por el
quirófano y estaría de baja entre cuatro y seis semanas más. Eso significaba que
hasta principios o mediados de mayo no volvería a ver un terreno de juego.
Eso significaba que perdería mi oportunidad.
Era imposible que en dos o cuatro semanas estuviera en condiciones de

BOYS OF TOMMEN #1
disputar un partido para entrar en la selección “sub-20”.
Así que sí, era seguro decir que estaba jodido.
Mi único consuelo era que aún podía participar en entrenamientos ligeros
con mi escuela y mi club; no había una puta cosa que pudieran hacer para
impedirlo, pero no era mucho a lo que aferrarse en forma de esperanza. No
cuando era una garantía de que tanto mis entrenadores en Ballylaggin RFC y
Tommen recibirían la misma carta.
Había pocas posibilidades de conseguir cualquier tiempo de juego ahora
con el club. No había forma de que el entrenador Mulcahy me dejara en el
banquillo, no podía permitírselo, pero eso eran gilipolleces de colegial.
Furioso por haber sido excluido de los próximos partidos de juveniles,
estaba hirviendo de tensión cuando llegué a casa esta tarde y me encontré con
una casa vacía, por suerte.
Mamá se había ido a Dublín a pasar el fin de semana con mi padre, así
que no tuve que enfrentarme al castigo materno durante unos días.
Tenía ganas de llorar, pero no quería hacerlo. Debería haber superado el
dolor, no debería haberme operado. Si no lo hubiera hecho, aún tendría
posibilidades de formar parte del equipo titular en la campaña europea sub-20
de junio.
La sub-20 era un gran salto desde la sub-18 y yo estaba en el maldito
camino de dar el salto.
Ahora ya no.
Si no pudiera recuperarme, nadie me querría.
No con un cuerpo roto.
Pasé el resto de la tarde en el gimnasio de mi casa, trabajando mi cuerpo
hasta los huesos, desesperado por borrar la horrible sensación de desesperación
que amenazaba con apoderarse de mí.

BOYS OF TOMMEN #1
Este último contratiempo fue la cereza del pastel de un año infernal.
Para ser sincero, me arrepentía de haber vuelto a clase después de las
vacaciones de Navidad. Debería haberme quedado en la maldita cama y hacer
que mi madre me escribiera tres meses de baja por enfermedad o algo así.
Todo se había ido al infierno para mí desde entonces.
Mi cuerpo.
Mi cerebro.
Mis pensamientos.
Estaba hecho polvo.
En medio de mi crisis de ansiedad personal, mi mente seguía centrándose
en la única persona en la que necesitaba no pensar.
Shannon “como el río”, con esos ojos azul noche...
―Tienes un problema, Kavanagh, y estoy organizando una
intervención―la voz de Gibsie perforó mis pensamientos, haciendo que
perdiera momentáneamente la concentración y casi me golpeara con la barra de
280 libras.
―Dios― exclamé, poniendo los músculos en posición justo a tiempo para
salvarme de una asfixia segura― No te me acerques así, maldito imbécil―
Levanté la vista y vi a mi mejor amigo en la puerta del garaje―Podría haberme
matado.
―Sí, podrías haberlo hecho―Desplegando los brazos, Gibsie caminó
hacia donde yo estaba y cogió la barra. La dejó en el suelo, buscó una toalla en
el soporte y la dejó caer sobre mi pecho antes de decir―No vuelvas a hacer esto
solo―Señaló la barra apilada con expresión de desaprobación―Es una
irresponsabilidad.
Volví a dejar caer la cabeza sobre el banco y respiré entrecortadamente
antes de intentar hablar.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Me estás dando un sermón sobre la responsabilidad? ― Exhalando
una carcajada sin aliento, me quité la toalla del pecho y me sequéel sudor―Por
Dios, el hipócrita que hay en ti está de lo más crecido hoy, amigo.
―No intentes despistarme de mi misión con tus bromas de
mierda―replicó―Tengo planes para ti.
―No sé de qué estás hablando, Gibs―Me incorporé y respiré
tranquilamente antes de ponerme de pie―Pero sea lo que sea, no estoy de
humor.
―Sea como sea― replicó Gibsie alegremente―Aun así, vamos a
salir―Me siguió hasta la nevera que había en un rincón del gimnasio de mi casa
y sacó una lata de Coca-Cola―Así que ve a cagar, a ducharte y a afeitarte porque
los chicos han quedado con nosotros en Biddies a las ocho y media.
Destapé una botella de agua y la bebí antes de responder.
―No―respiré, empapado en sudor y sintiéndome como una mierda―No
vamos.
Liam me había telefoneado ayer no menos de tres veces para tratar de
tranquilizarme, así que esa no era la razón por la que no quería salir.
Mi problema era que estaba cerca de mi punto de ruptura.
Estaba a una conversación de perder la maldita cabeza.
―Si vamos, joder―replicó Gibsie―Recibí tu mensaje sobre tu
entrenador enviándote a casa hoy, y tengo que ser honesto contigo, viejo, estoy
aliviado de que estén empezando a ver a través de tu mierda de farsa de 'estoy
bien, no me duele'.
―Vaya ―Arqueé una ceja―Muchas gracias, amigo.
―No me vengas con esa mierda― replicó Gibsie―Sabes que quiero que
entres en ese equipo en junio más que nadie, pero no a riesgo de sufrir daños
permanentes― Sacudió la cabeza―Es un precio demasiado alto.

BOYS OF TOMMEN #1
―No lo entiendes― murmuré, arrepintiéndome del mensaje de texto de
desahogo que le había enviado antes.
―No, sinceramente, probablemente no lo entiendo―respondió
Gibsie―Nunca me he implicado tanto en nada como tú con el rugby, pero veo
lo quete estás haciendo. Lo veo, Johnny.
―Sí, bueno― refunfuñé―A menos que pueda hacer un milagro y poner
mi mierda en orden, todo está en riesgo.
―Qué es exactamente por lo que vas a salir conmigo
―argumentó―Necesitas relajarte y olvidarte del rugby― Sonriendo, se señaló
a sí mismo y dijo―¿Y qué mejor hombre para ayudarte a hacerlo que yo?
―No lo sé, Gibs― Tiré la botella vacía a la papelera cercana, me pasé
una mano por el pelo y suspiré―Estoy bastante destrozado.
Esa era la verdad.
El agotamiento era la constante para mí y en especial en estos últimos
días, estaba adolorido como la mierda y esto no ayudaba a mi mal humor.
―Probablemente voy a quedarme dormido delante de la tele toda la
noche.
―Eres un puto robot, eso es lo que eres― replicó Gibsie―Bueno, no
esta noche.
Me puso una mano en el hombro y me empujó hacia la puerta abierta del
garaje.
―Mañana no tienes que madrugar ni nada de esa mierda de la
Academia que te impida disfrutar de una noche con tus amigos.
Dejé que me acompañara hasta el exterior por una única razón: estaba
demasiado cansado para decirle algo.
―Esta noche vamos a ir a tomar por culo y…―me dio un apretón en el
hombro para enfatizar y me dirigió en dirección a mi casa ―…vas a ser

BOYS OF TOMMEN #1
humano. Mañana puedes volver a ser tan robótico y aburrido como el
lavavajillas.
―Estoy demasiado adolorido― refunfuñé.
―Claro que estás adolorido― respondió―No le das tiempo a tu cuerpo
para que se repare, nunca descansas, joder, y hace meses que no tienes sexo.
Guiñando un ojo, añadió―Es hora de que te quites las bolas de hielo y te pongas
tu sudadera de cambio13.
―¿Mi sudadera de cambio? ―Una sonrisa rompió mi mal
humor―¿Tenemos trece años otra vez y vamos a la discoteca de menores?
―Llevo puesta mi camiseta de shifting ―respondió orgulloso,
flexionando los bíceps para enfatizar―Tiene una tasa de éxito del cien por cien.
Enarqué una ceja―Probablemente porque la etiqueta de atrás dice que es
para 12-13 años.
―Ya está ―Gibsie sonrió ampliamente―No estés celoso de mi
espectacular forma.
―De tu espectacular mierda más bien.
Me deshice de su mano cuando llegamos a la puerta trasera, la empujé y
me hice a un lado para que pasara y luego me dirigí a mi parte favorita de mi
casa: la nevera.
―Este es el plan― dijo Gibsie. Recorrió mi cocina como si fuera suya -
y bien podría haberlo sido por la cantidad de tiempo que pasaba aquí-, se acercó
a los armarios y cogió una sartén y un cuchillo del cajón antes de sacar un
taburete de la isla central y sentarse―Y no me vas a dar ninguna excusa de
mierda esta noche.
―¿Quién va?
―Hughie y Katie se reunirán con nosotros abajo…― Hizo una pausa y
13
Sudadera de cambio, es un dicho que hace referencia a hacer un cambio radical en su vida o rutina.

BOYS OF TOMMEN #1
luego dijo ―Y Pierce y Feely podrían aparecer.
―¿Va alguna de las chicas del colegio?
―Katie―replicó Gibsie con un tono de voz duh.
―Aparte de Katie― espeté.
Katie era un hecho.
Hughie rara vez se iba del lado de la chica.
―No― Gibsie me miró con el ceño fruncido―¿Por qué iban a estar?
Le miré con una expresión de WTF ―Porque siempre jodidamente
aparecen.
―¿Acaso importa que aparezcan?
―No estoy de humor para lidiar con ellas.
―Querrás decir que no estás de humor para lidiar con la loca― corrigió
Gibsie con una mueca.
―No, no voy a hacerlo― respondí, rebuscando en la nevera―No voy a
tratar con ella este fin de semana― Con los brazos cargados de provisiones para
el sándwich, me acerqué a la isla y las arrojé sobre la encimera de mármol
negro―Necesito un descanso, Gibs.
Gibsie sacudió la cabeza y cogió el pan.
―¿Qué pasó? ―Cogió un cuchillo y el paquete de jamón cocido y
preguntó―¿Volvió a ponerse en contacto contigo?
―¿Cuándo no se ha puesto en contacto conmigo? ―le dije mientras
picaba lentamente un tomate―Es un flujo constante de mensajes y llamadas.
Todo el maldito tiempo.
Dejé de leer los mensajes de Bella hace semanas, pero seguía
volviéndome loco cada vez que se encendía mi teléfono porque nueve de cada
diez veces, era ella al otro lado de la línea.
―Debes de ser increíble en la cama―reflexionó Gibsie―Si ella te

BOYS OF TOMMEN #1
persigue de esta manera.
―No se trata de eso, Gibs― gruñí―No significa no, amigo.
―Puedes cambiar de número― me ofreció.
―¿Cuál es el punto? ―Gruñí―Ella encontrará la forma de conseguir el
nuevo.
―Sé que siempre lo digo, pero de verdad que tengo que decirlo una vez
más, amigo ―Untando dos rebanadas de pan con mantequilla, Gibsie puso una
capa de queso, echó media docena de lonchas de carne por encima, y luego
procedió a doblar su sándwich por la mitad y metérselo en la boca antes de
continuar―No sé cómo pudiste meter la polla dentro de esa chica.
―Perdí la maldita cabeza― dije, concentrándome demasiado en untar la
mantequilla uniformemente en mi rebanada―Así fue.
―Puedes decir eso otra vez―replicó Gibsie, preparándose otro
sándwich―Te cegaron las tetas grandes―añadió entre grandes bocados de
jamón y queso―Y coños fáciles.
―Sí―Dejé el cuchillo sobre la encimera, cubrí el pan con rodajas de
tomate y añadí unos trozos de pollo fresco antes de doblarlo―Bueno, ya no
estoy ciego―Cogí el bocadillo y le di un buen mordisco, mastiqué y tragué
antes de añadir ―Ahora lo veo todo claro.
―Tienes que buscarte una novia, amigo― dijo Gibsie―Es la única
manera de que te quites de encima a Bella.
―No quiero tener novia― le dije―Estoy demasiado ocupado para tener
novia, Gibsie. Ya lo sabes.
―¿Incluso la pequeña Shannon? ―soltó con una sonrisa.
El corazón medio un vuelco al oír su nombre.
Dios...
―¿Qué te dije sobre hablar de ella? ―solté, tirando el resto de mi

BOYS OF TOMMEN #1
sándwich en el plato, sin apetito―¿Qué demonios te he estado diciendo durante
los dos últimos meses?
―No es lo que dices― respondió con una risita―Es cómo actúas.
―No pienso seguir por ese camino― gruñí―Lo he dicho cien putas
veces.
―Y puedes decirlo cien más― replicó Gibsie con una carcajada―Y
seguiré sin creerte.
Por Dios.
―Te gusta la chica―continuó burlándose―Tal vez incluso te encanta...
―Si acepto ir a Biddies, ¿dejarás de hablar de ello? ―pregunté,
desesperado por detenerlo antes de que entrara en pleno modo Gibsie y me
volviera loco―¿Dejarás de hablar de esto?
Mi mejor amigo asintió con entusiasmo―Por supuesto.
―De acuerdo― Suspiré derrotado y me dirigí a la puerta―Voy a darme
una ducha.
―Buen hombre― Gibsie llamó después de mí. ―Voy a llamar a un taxi
para nosotros.
Me giré hacia él―Puedo llevarnos...
―No, no puedes― me interrumpió Gibsie, llevándose el teléfono a la
oreja―Vamos a emborracharnos. Los dos.
Con los hombros caídos, me di la vuelta y me dirigí a mi habitación.
Maldito Gibsie.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 30
Nosotros Nos Encargaremos
―¿Cómo está tu cara, Shan? ―preguntó Joey cuando entré en la cocina

poco después de medianoche.
Él y Aoife estaban sentados a la mesa con tazas de café delante y llevaban
las mismas caras de preocupación.
―Jesús― murmuró, estremeciéndose al verme.
―Estoy bien, Joe ―Forcé una sonrisa para consolarlo―Se ve peor de lo
que es.
Era mentira.
La cara me estaba matando. Cada centímetro de mi cuerpo estaba en
agonía. Estaba amoratada de pies a cabeza. Por suerte, la única prueba visible
de la noche anterior era un pequeño moratón en el pómulo. Era el resto de mi
cuerpo el que se había llevado la peor parte de su furia.
Mi única salvación era que hacía frío y podía ocultar los moratones con
pantalones de chándal anchos y camisas de manga larga. Sin embargo, mi
mentira no pareció consolar a mi hermano. Se limitó a mirarme fijamente, con
la mirada rota y derrotada.

BOYS OF TOMMEN #1
―Lo siento muchísimo, Shan― murmuró mi hermano, dejando caer la
cabeza entre las manos―Debería haber estado aquí.
Joey había ido al cine con Aoife la noche anterior y me alegré. Si hubiera
estado aquí, sabía en el fondo de mi corazón que alguien habría salido de esta
casa en una bolsa para cadáveres.
―No es culpa tuya― le dije secamente―Nada de lo que pasó anoche fue
culpa tuya. Tienes derecho a tener una vida, Joey.
―¿Conseguiste que Sean se durmiera? ―preguntó Aoife, sonriéndome
tristemente mientras cambiaba de tema, agradecida.
―Por fin― Suspiré con pesadez―Tadhg y Ollie están dormidos. Pero
Sean... Dios, está fatal por lo de mamá― Me recogí el pelo revuelto detrás de
las orejas y me apoyé en la encimera de la cocina―Estuvo llorando
desconsoladamente durante horas. Acabó llorando hasta quedarse dormido.
―Malditos bastardos―murmuró Joey en voz baja.
―Joey―insistió Aoife―No digas eso.
―¿Decir qué, nena? ―replicó él acaloradamente―¿La verdad? Porque
eso es lo que son. Un puñado de bastardos de mierda.
―Sigue siendo tu madre― replicó Aoife con tristeza.
―Y ella es peor que él― replicó mi hermano―Dejar a esos niños aquí
solos― Se pasó una mano por el pelo rubio y gruñó―Podría coger el teléfono
y hablar con los chicos, pero no, como siempre, huye y entierra la cabeza en la
arena.
A diferencia de Aoife, no me inmuté ante las palabras de mi hermano.
Podían ser duras de oír, pero no encerraban más que la verdad.
La novia de Joey era absolutamente despampanante, con una figura
envidiable, una larga melena rubia y una cara preciosa, pero esta noche parecía
estremecida.

BOYS OF TOMMEN #1
Aoife estaba enamorada de mi hermano, así que supuse que eso explicaba
la expresión horrorizada de su rostro y la forma en que le acariciaba
constantemente el dorso de la mano con los dedos.
―Veamos a qué nos enfrentamos―dijo Joey con un suspiro.
Metió la mano en el bolsillo de los vaqueros, sacó la cartera, la tiró sobre
la mesa y volvió a coger el cambio suelto que traqueteaba en sus vaqueros.
―No me vuelven a pagar hasta el próximo jueves― murmuró más para
sí mismo que para nosotros mientras volcaba el contenido de su cartera sobre la
mesa y empezaba a contar―Lo que nos deja exactamente...―hizo una pausa
para apilar algunas monedas―Ochenta y siete euros con treinta céntimos para
los próximos seis días.
―Eso está bien, ¿no? ―ofreció Aoife con forzado optimismo.
Joey asintió con cautela―Debería funcionar.
―Sabes que ayudaría si pudiera―farfullé, sintiéndome como un peso
muerto alrededor del cuello de mi hermano―Pero no me deja conseguir
trabajo...
―Para― me ordenó Joey―Ni se te ocurra cargar con la culpa de esto,
Shan.
Pero lo hice.
Me sentí increíblemente culpable.
Había algo en mí que causaba todo este dolor. Si yo no estuviera en esta
casa, estaba segura de que mi familia no tendría ni la mitad de los problemas
que tenía. Mamá recibió una paliza de mi padre por mi culpa, porque me
odiaba.
Yo era el problema.
Joey exhaló pesadamente―Revisa la nevera por mí.
De mala gana, hice lo que me dijo.

BOYS OF TOMMEN #1
Abrí la nevera de un tirón y sostuve la puerta para que Joey la viera por
sí mismo.
―Malditos bastardos― gruñó una vez más, viendo los estantes casi
vacíos dentro de la nevera.
―Los armarios están igual― decidí completar antes de que me pidiera
que los abriera también―Mamá suele hacer la compra los sábados.
―Normalmente― espetó Joey con amargura.
―Ella no se iría así, Joe― susurré―Ella nunca nos dejaría sin la compra.
―Pues lo hizo― espetó―Y es bastante, Shan. Nos las arreglaremos.
―De acuerdo― balbuceé.
Pasándose una mano por el pelo, Joey dejó caer los codos sobre la mesa
y murmuró para sí unas cuantas palabrotas incoherentes antes de decir.
―Le haré un telefonazo a Mark por la mañana. Tiene un trabajo de
construcción en la ciudad la semana que viene. Le preguntaré si necesita un
obrero.
―De ninguna manera, Joey. No puedes faltar a clase―le amonestó
Aoife―Es el examen de graduación.
―No, nena ―respondió Joey con cansancio―No puedo dejar que los
niños pasen hambre, y sólo Dios sabe cuándo volverá esa zorra.
―Puedo ayudarte con...
―No voy a aceptar tu dinero, Aoife― la cortó Joey diciendo―Así que,
por favor, no te ofrezcas.
―Joey, quiero ayudarte.
―Y te quiero por eso, pero no voy a aceptar limosnas de mi novia.
―¿Sabes dónde está? ―Aoife preguntó entonces, dirigiendo la pregunta
hacia mí.
Estaba claramente desesperada por consolarlo y no sabía cómo. Quise

BOYS OF TOMMEN #1
decirle que no podía, que estábamos demasiado dañados, pero me mordí la
lengua y respondí a su pregunta.
―Supongo que fue a buscarlo.

Era un pensamiento deprimente, pero lo más probable es que fuera cierto.
―Chicos― dijo Aoife en tono nervioso―No me arranquen la cabeza por
esto, pero ¿No deberían pensar en llamar a las autoridades?
Joey la miró como si le hubieran crecido tres cabezas. El pánico se
apoderó de mi pecho. Aoife, al darse cuenta de nuestras reacciones, se puso
roja.
―No puede seguir haciéndote esto― se apresuró a explicar―Y los dos
están aquí solas cuidando a tres niños pequeños... No está bien ni es justo para
ninguno de ustedes.
―No, no está bien ni es justo para nosotros―espetó Joey―Pero Shannon
y yo ya hemos pasado por eso antes y de ninguna puta manera vamos a volver
allí.
―¡Joey! ―Siseé, sacudiendo la cabeza.
―Míranos, Shan― gimió. ―Ella ya puede ver lo jodidos que estamos.
Yo lo sabía, pero continué sacudiendo la cabeza. Ignorando mis
silenciosas protestas, Joey se puso a despotricar, revelando nuestro mayor
miedo, el que nos mantuvo en silencio durante la mayor parte de nuestras vidas.
―Cuando éramos pequeños. Antes de que nacieran los niños, cuando
sólo éramos Darren, Shannon y yo, nos pusieron a los tres en acogida durante
seis meses.
Aoife abrió los ojos y yo ahogué un gemido―Nunca me lo habías
contado.
―No es algo de lo que vaya por ahí hablando, nena―respondió
bruscamente―Además, para ese entonces sólo tenía seis años― Inclinó la

BOYS OF TOMMEN #1
cabeza hacia mí y dijo ―Shan sólo tenía tres años. Mamá nos puso en acogida
voluntaria, dijo que estaba demasiado enferma para cuidarnos en aquel
momento. Nos dejó y se largó. Shannon y yo tuvimos suerte. Nos colocaron
con una buena familia― Exhalando con fuerza, añadió ―Darren tenía once
años entonces y no tuvo tanta suerte.
Se me llenaron los ojos de lágrimas porque sabía lo que Joey iba a decir
a continuación.
―Joe, por favor, no― le supliqué.
―Lo enviaron a una residencia donde le pasaron cosas― se entrecortó
Joey―Cosas que se supone que no deben ocurrirles a los niños.
Aoife se tapó la boca con la mano―¿Estás diciendo...?
Joey asintió con rigidez.
Los ojos se le llenaron de lágrimas―Oh, cariño.
―No lo hagas― susurró, sacudiendo la cabeza―A mí no pasó.
―Lo sé― espetó Aoife, cogiéndole la mano―Es que... es horrible.
―De todos modos, cuando la salud de mamá mejoró, ella fue a la corte
y consiguió que nos devolvieran― se apresuró a decir―Todo salió a la luz en
el juicio sobre lo que había pasado en aquella residencia, y como nos había
entregado voluntariamente por 'problemas de salud', de alguna manera le
volvieron a conceder la custodia― Joey se miró las manos unidas durante un
largo rato antes de continuar―Darren nunca volvió a ser el mismo, ni tampoco
nuestro padre.
Suspirando cansado, añadió―En realidad no era tan mal tipo antes de
eso. Pero después de que se supiera todo lo de Darren, el viejo perdió la puta
cabeza. No pudo superarlo y se refugió en la bebida. Se le metió en la cabeza la
ridícula idea de que lo que le pasó a Darren lo había convertido de alguna
manera en homosexual.

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Joey sacudió la cabeza y soltó un suspiro frustrado―Si nos hubiera
prestado una pizca de puta atención mientras crecíamos, lo habría sabido.
―No sé qué decir― susurró Aoife, pasando la mirada de mí a Joey.
―Nada de lo que pasa en esta casa está bien, pero es mejor que lo que
hay en algunos de esos hogares―afirmó Joey―De ninguna puta manera voy a
dejar que cuiden de mi hermana y mis hermanos, nena. De ninguna maldita
manera. Al menos cuando están aquí, están todos en el mismo sitio y puedo
mantenerlos a salvo.
―¿Tienen a alguien a quien llamar? ―preguntó, con los ojos llenos de
preocupación―¿Un pariente o un amigo de la familia?
―Nany tiene ochenta y un años― susurré, secándome las lágrimas―Es
demasiado vieja y frágil para...
―Shannon y yo nos tenemos el uno al otro― interrumpió Joey, haciendo
un gesto con un dedo entre nosotros―Ya está.
―Ya no―le dijo Aoife a mi hermano―Tú me tienes a mí― Extendiendo
el brazo por encima de la mesa, cubrió su mano con la suya y sonrió
débilmente―A todos nosotros.
Los hombros de Joey se hundieron visiblemente cuando ella le agarró la
mano y apretó los labios contra sus nudillos.
―Cristo, te amo tanto― le dijo, con voz baja y ronca.
Me di la vueltaporque era demasiado duro de ver.
Quería a Aoife Molloy.
Realmente amaba a la chica como a una hermana. Pero también le
guardaba rencor. Porque sabía exactamente lo atractivos que eran el amor
incondicional, el afecto y la seguridad para alguien como Joey.
A mí me ocurría lo mismo.
Y porque sabía en mi corazón y en mi alma exactamente cómo resultaría

BOYS OF TOMMEN #1
esto. De ella, Joey estaba recibiendo una forma de amor que se le había negado
toda su vida. Y si esa chica saltaba, él saltaría junto con ella. No lo culparía.
Si tuviera la oportunidad, yo también saltaría.
Pero saber que su tiempo en esta casa estaba llegando a su fin me hacía
difícil respirar. Podía sentirlo bajar por las vías como un tren de carga. Nuestro
padre volvería.
Siempre volvía.
Y sinceramente no veía a mi hermano quedándose una vez que lo hiciera.
Había soportado dieciocho años de palizas y abusos. No estaba segura de que
pudiera soportar mucho más.
―¡Está bien! ―Aoife dio una palmada y se levantó. Resoplando, se secó
las lágrimas de las mejillas y forzó una sonrisa brillante―Me muero de hambre
y sé que ustedes también. Así que voy a ir a comprar un poco de comida chatarra
y nos vamos a dar un capricho.
Joey negó con la cabeza―Aoife, te dije...
―Yo invito, cariño― interrumpió ella, dirigiendo a mi hermano una
mirada dura―Ahora, ¿vienes conmigo?
―Sí, iré― murmuró Joey, poniéndose en pie―No vas a conducir tú sola
por la ciudad en mitad de la noche.
―¿Estarás bien sola, Shan? ―preguntó Aoife, sonriendo tristemente.
Asentí con la cabeza―Estaré bien.
―¿Qué te gustaría comer?
―Nada, gracias― respondí, forzando un bostezo―Me voy a la cama.
―¿No me digas que eres tan cabezota como tu hermano y que no quieres
comerte una maldita bolsa de patatas fritas? ―Aoife frunció el ceño―Estás
demasiado delgada, chica ―añadió, con preocupación en sus ojos de
nuevo―Tenemos que poner algo de carne en esos huesos.

BOYS OF TOMMEN #1
Sonreí ante su expresión nerviosa―Sinceramente, estoy demasiado
cansada para comer.
―¿Estás segura? ―No parecía convencida.
―Lo estoy.
―No tardaremos, Shan― llamó Joey por encima del hombro mientras
conducía a Aoife fuera de la cocina.
―Tómate tu tiempo― le respondí―Los chicos están bien y yo estaré en
la cama.
Esperé a oír girar la llave en la cerradura antes de ir de puntillas a la cama.
Entré en mi habitación y no me molesté en encender la luz. No mentía
cuando decía que estaba cansada.
Arrastrándome por la cama, me metí bajo el edredón y me acurruqué,
sabiendo que dormiría mejor esta noche ahora que mis padres se habían ido que
en los últimos meses.
Así de jodida era mi vida.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 31
Chicas Malas Y Aliento A Hamburguesa
En cuanto entré en Biddies, supe que había cometido un terrible error.

Tacha eso, en cuanto dejé que Gibsie abriera la botella de whisky de mi
padre, supe que había cometido un terrible error.
Después de ducharme, intenté convencerlo de que se tomara unas copas
en casa conmigo en lugar de salir, pero el whisky me hizo obediente. Me
convertía en un imbécil agradable y achispado.
Y así fue exactamente como Gibsie consiguió sacarme de mi mal humor,
ponerme lo que él llamaba mi "sudadera de cambio" y subirme al asiento del
copiloto de su coche.
Debería haberlo sabido cuando no estaba bebiendo conmigo.
Bastardo.
El hecho de que me diera de beber Jameson a chorros era la razón por la
que ahora mismo estaba en la puerta del bar Biddies, tres copas más allá de la
borrachera, y deseando estar en cualquier sitio menos en este maldito pub.
No sólo estaban la mitad de las chicas de sexto año adentro... Sino que
también estaba Bella. En cuanto Bella se fijó en nosotros, agarró a Cormac, que
parecía nervioso, y pegó su cara a la de él.
Cualquier atisbo de entusiasmo que me hubiera despertado la idea de que

BOYS OF TOMMEN #1
esta noche iba a ser divertida se había esfumado al verla. No tanto porque
estuviera marcando con Cormac delante de mí, aunque eso no ayudaba, sino
porque todavía estaba furioso por la forma en que se había comportado ayer en
la escuela.
Todo lo que quería era que se fuera.
Que se fuera y me dejara en paz.
Sinceramente, no me parecía mucho pedir.
―Ignóralos― me murmuró Gibsie al oído.
―Es un poco difícil teniendo en cuenta las circunstancias― respondí,
señalando el lugar en el que mi ex lo que sea le estaba succionando la cara a mi
fullback a menos de tres metros de mí.
Al instante sentí que mi cerebro cobraba vida y comenzaba el proceso de
recuperación de la sobriedad, porque sabía exactamente lo peligrosa que era esa
chica y, maldita sea, tenía que estar en pleno uso de mis facultades mentales
para defenderme.
―Comprensible―dijo Gibs en acuerdo―Al menos sabes que el
espectáculo es por tu beneficio.
―No quiero que sea para mi beneficio. Quiero que se vaya a la
mierda―gruñí, reprimiendo un estremecimiento ante la visión―Por favor,
dime que nunca hice algo así con ella.
―Bueno, no sé cómo lo hacías a puerta cerrada― replicó Gibs―Pero
nunca te dejaste llevar así en público.
―Gracias a Dios― murmuré.
―Vamos, Johnny―Poniéndome una mano en el hombro, Gibsie me
dirigió hacia la mesa en la que solíamos sentarnos―Siéntate. Traeré una ronda
de cervezas.
―Vodka, Gibs― corregí, sabiendo que iba a necesitar algo mucho más

BOYS OF TOMMEN #1
fuerte que la cerveza de barril para aguantar esta noche―Un vodka doble con
Red Bull... y un montón de chupitos.
A la mierda estar sobrio.
Iba a por todas.
Gibsie podría cuidar de mí por una vez.
―Estoy en ello, amigo―rió Gibsie antes de desaparecer entre la
multitud.
Ignorando la mesa de chicas del colegio que se habían colocado
convenientemente en la mesa contigua a la nuestra, una mesa en la que estaban
Bella y Cormac, me desplomé junto a Hughie y su novia, Katie Wilmot.
―Hughie― murmuré a modo de reconocimiento.
Miré la botella de 7up con una pajita que sobresalía del borde que la novia
de Hughie sostenía y mis labios se crisparon.
―¿Todo bien, Capi? ―reconoció Hughie con una sonrisa floja―¿Qué
tal el entrenamiento?
Gruñí mi respuesta, demasiado dolorido e incómodo para esforzarme y
mentir. Era una mierda. Todo era una mierda, mi mundo se iba a la mierda. Y
el espectáculo de esta noche era la cereza que lo remataba todo.
―¿Va venir Feely esta noche?
Hughie negó con la cabeza―No, amigo. Ha surgido algo.
―No me sorprende― respondí con complicidad.
―Ni que lo digas― respondió Hughie con un suspiro cansado.
Patrick era un pez tranquilo y, aunque éramos amigos desde hacía siete
años, no sabía mucho de él, aparte de que era evasivo, callado y tenía tendencia
a echarse atrás en los planes en el último momento.
Después de alcanzar a Hughie, incliné la cabeza hacia la pequeña y bonita
pelirroja que tenía a su lado. "Katie".

BOYS OF TOMMEN #1
―Hola, Johnny―dijo Katie con una tímida sonrisa mientras se
acurrucaba bajo el brazo de Hughie.
No me extraña que te acurruques, pensé.
Yo también me acurrucaría si fuera una tímida chica de dieciséis años
sometida a las horrendas chupadas de boca de la otra mesa. Katie era demasiado
joven para estar en un bar, todos lo éramos, pero hay que felicitar a mi amigo
por tener la decencia de no llenarla de alcohol.
Ni por un minuto pensé que lo haría.
Por alguna razón desconocida, Hughie estaba obsesionado con la
pequeña pelirroja que llevaba bajo el brazo. Lo había estado desde que ella
cruzó las puertas de Tommen como una fresca cara de primer año. Estábamos
en segundo año cuando Hughie echó su suerte con Katie Wilmot.
En ese momento, yo, junto con todos nuestros amigos y compañeros de
equipo... habíamos pensado que Hughie era un lunático y había expresado mis
pensamientos en voz alta con regularidad.
Pero ahora que tenía la edad y la experiencia de mi lado, tenía que admitir
que su situación parecía mucho más atractiva que la mía.
«La devoción tenía que sentar mejor que ser utilizado»
―Esta noche estás muy guapa, Katie― le dije, porque era la verdad y se
sentía insegura.
Conocía este dato porque su novio me hablaba a menudo de su relación.
Probablemente sabía mucho más de su relación de lo que Katie se sentiría
cómoda, pero me llevaría esos detalles a la tumba.
Katie sonrió tímidamente y se acurrucó más al lado de Hughie.
―Gracias
Hughie me lanzó una mirada de agradecimiento. No necesitaba darme las
gracias por nada, su novia era preciosa. Gibsie se acercó a la mesa unos instantes

BOYS OF TOMMEN #1
después, distrayéndome con una bandeja llena de vasos.
―Hasta el fondo, Cap― anunció, golpeando la bandeja frente a mí
delante de mí.
―Salud― No me molesté en preguntar qué me ofrecía esta noche ya que
bebería hasta gasolina con el humor que tenía, cogí dos vasos de chupito de la
bandeja y comencé a beber. Y luego, por si acaso, me tomé otros cuatro chupitos
antes de decidirme por mi vodka con Red Bull.
Lo necesitaba porque ver el espectáculo que se celebraba en la mesa de
al lado no era divertido. Desde donde estaba sentado, tenía una vista perfecta de
Bella a horcajadas sobre Cormac.
Él tenía las manos bajo su falda, y las piernas de ella rodeaban su cintura.
Podían estar desnudos y follando, así de obvio era. Apoyándose en el taburete
frente a mí, Gibs me tapó la vista.
―Soy más guapo para ver― anunció con un guiño y luego procedió a
tomar chupitos como si estuvieran agotados.
Siempre podía confiar en este cabrón. Granizo, lluvia o nieve, Gibsie me
cubría las espaldas. Era un pensamiento reconfortante.
―Ryan es un payaso―dijo en voz alta Hughie, leyendo mis
pensamientos―Ella lo está haciendo a propósito para sacarte de quicio, y él está
dejando que le utilice para ello.
―Tuviste suerte, Johnny―aceptó Katie con una sonrisa comprensiva.
Me encogí de hombros y cogí otro chupito.
―Puede hacer lo que quiera― Apretando el vaso contra mis labios, eché
la bebida hacia atrás y tragué rápidamente―Los dos pueden.
Lo decía en serio, no quería tenerla de vuelta, nunca volvería allí. Pero
eso no significaba que fuera fácil verlo.
Porque no lo era.

BOYS OF TOMMEN #1
Fue un ataque intencional y dolió.
Sobre todo, porque Cormac le seguía la corriente.
―Sí, pero restregártelo así por la cara es asqueroso―replicó Katie,
frunciendo el ceño hacia la pareja―Si la cosa fuera al revés, y tú hicieras eso
con una de las amigas de Bella delante de ella, se volvería loca.
―Cierto― coincidieron al unísono Gibs y Hughie.
Durante las dos horas siguientes, ignoré a Bella y a Cormac, centrando
mi atención en mis amigos y en la banda que tocaba en directo en la esquina del
bar. Intenté relajarme y soltarme participando en la conversación, mientras me
bebía una copa tras otra, pero no me resultaba fácil.
Estaba demasiado estresado.
Cuando no estaba intentando evitar a Bella y a Cormac, mi mente volvía
a la preocupación que tanto me costaba evitar.
Mi salud.
El problema era que el alcohol que corría por mis venas me impedía
bloquear mis miedos. ¿Y si no me recuperaba? ¿Y si mi cuerpo no se curaba?
¿Qué mierda iba a hacer con mi vida?
Cada uno de mis mayores deseos estaba firmemente anidado en la cesta
con la etiqueta "carrera en el rugby".
Ahora mismo, esa cesta se estaba derrumbando y yo era incapaz de
impedirlo. En otras palabras, estaba completamente indefenso y totalmente
jodido.
―Bien, amigos, la siguiente canción es de Reckless Kelly― anunció el
cantante por el micrófono, distrayéndome de mis pensamientos de borracho.
Rasgueó su guitarra y añadió ―Wicked Twisted Road.
Me incliné hacia delante, apoyé los codos en la mesa y me esforcé por oír
la letra por encima del ruido de la multitud. Una estrofa y ya estaba enganchado.

BOYS OF TOMMEN #1
Borracho como estaba, sabía que tenía que recordarla, necesitaba volver a oírla.
Las palabras me atravesaban, las sentía duras y profundas, y me identificaba
con cada línea de cada verso.
Como era de esperar, pero aun así estaba completamente confundido, fue
el rostro de Shannon el que revoloteó por mi mente mientras la letra se abría
paso en mi cerebro atontado. Shannon, la de los ojos solitarios. Toda una vida
luchando por ser el mejor, el miedo a no ser lo bastante bueno y la constante
sensación de miedo en la boca del estómago.
Saqué el teléfono del bolsillo de los vaqueros y escribí un mensaje rápido,
esperando haber tecleado bien el nombre de la canción antes de salir de los
mensajes y dejar el texto en mis borradores.
Con el teléfono en las manos, reflexioné sobre lo que haría si tuviera el
número de teléfono de Shannon, era bueno que no lo tuviera. Nunca en mi vida
me había aficionado a marcar borracho, pero ahora mismo tenía unas ganas
tremendas de marcar su número ausente.
¿Contestaría el teléfono? Si lo hacía, ¿qué le diría? ¿Hablaría conmigo?
Joder, quería oír su voz al otro lado de la línea.
«Esta chica es diferente, me decía mi estúpido cerebro. Esta es para
siempre»
Quería volver a mi habitación, con el teléfono pegado a la oreja,
escuchándola hablar sin parar mientras me contaba cada uno de sus
pensamientos. Quería volver a estar aquí con ella, viéndola sonrojarse y sonreír
y mirarme a través de esas largas y espesas pestañas.
Quería estar sentado en aquel cine oscuro con ella, sin prestar ni un ápice
de atención a la película que se proyectaba, mientras le robaba miradas secretas
y ardía en calor cuando descubría sus ojos clavados en mí.
Sólo la quería a ella.

BOYS OF TOMMEN #1
Podrías amar a esta chica toda tu vida, la loca idea persistía en mi cerebro
una y otra vez, si te lo permitías.
Un fuerte codazo en las costillas me hizo levantar la cabeza.
―¿Pero ¿qué demo...? ―Dirigí mi mirada hacia Hughie, molesto por ser
distraído de mi lugar feliz ―¿A qué ha venido eso?
―Tenemos compañía― murmuró, inclinando la cabeza
―Oh Dios, aquí vamos― murmuró Katie en voz baja.
Con los ojos aturdidos, seguí su movimiento, mi mirada se posó en
Cormac Ryan justo cuando rodeaba nuestra mesa, con la cara sonrojada y el
lápiz de labios untado en la boca.
Le pisaba los talones una Bella de aspecto engreído.
―¿Todo bien, chicos? ―reconoció Cormac, metiéndose las manos en los
bolsillos―¿Cómo va todo?
Me eché hacia atrás en mi asiento y los miré de manera indiferente.
Hughie asintió con la cabeza, pero no hizo ademán de entablar
conversación con él.
Katie ni siquiera lo miró.
Gibsie lo miraba a él; una expresión asesina sustituía a su habitual sonrisa
ladeada.
―Johnny― La mirada cautelosa de Cormac se posó en mí―¿Podemos
hablar, amigo?
Me tomé mi tiempo para mirarlo de arriba abajo antes de decidirme ―Si
es de eso de lo que quieres hablarme...―Señalé a Bella, que estaba detrás de él
con una sonrisa burlona ―Entonces no hace falta. Tus acciones hablaron
claramente por ti esta noche.
―Escucha, Johnny, no quiero problemas― replicó Cormac, pasándose
una mano frustrada por el pelo negro―Lo único que quería era aclarar las cosas

BOYS OF TOMMEN #1
y asegurarme de que no hay resentimientos entre nosotros― Encogiéndose de
hombros, añadió ―Tenemos que jugar juntos y no quiero malos rollos.
―La oportunidad para hablarme de esto fue hace meses―respondí en
tono seco―Y teniendo en cuenta que estábamos jugando juntos cuando
decidiste traicionarme, me cuesta creerlo.
―No fue así, viejo― contraatacó Cormac, nervioso ―Pensé que en ese
momento no estaban juntos.
―Sinceramente, no me importa― le dije―En lo que a mí respecta, ella
es tu problema ahora.
―Johnny, vamos...
―Ahora vete― le interrumpí, haciéndole señas para que se fuera―Y
buena suerte con eso... ―Le lancé a Bella una mirada mordaz―Porque la vas
a necesitar.
―¿Eso? ―espetó Bella―¿De quién demonios crees que estás hablando,
Johnny Kavanagh?
―Estoy hablando de ti― respondí con una mueca―Y me pregunto qué
demonios me poseyó para meter mi polla dentro de algo tan jodidamente
venenoso.
Un coro de risitas estalló en la mesa de al lado, Gibsie se rió a carcajadas,
Hughie y Katie también. Me habría sentido mal por el comentario, pero el
alcohol que corría por mis venas era como la poción de la verdad.
―Sí, bueno, fuiste una mierda total― me gritó Bella. ―Y nunca volveré
a tocarte.
―Alabado sea el puto Jesús― le respondí sarcásticamente. ―Esa es la
mejor noticia que he oído en todo el año.
―¡Oye, no seas así! ―advirtió Cormac, adoptando una postura
protectora frente a ella―Bella es mi novia ahora, y no permitiré que le hables

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así.
Arqueé una ceja―¿Tu novia?
―Así es― siseó Bella, sonriendo satisfecha―Soy su novia.
―Oh, Dios― Me pasé una mano por la cara y gemí―Casi siento pena
por ti, Ryan, porque está claro que no tienes ni idea de con quién estás tratando.
―Sé exactamente quién eres, Kavanagh― gruñó―Lo sé todo sobre ti.
―Yo no, imbécil― gruñí―¡Ella!
Cormac me fulminó con la mirada, la cara se le puso roja.
―¿Qué sesupone que significa eso?
―Significa que vigiles a tus compañeros, hombre― le respondí―Porque
esa no tiene madera de novia.
Sus ojos se entrecerraron―Sal afuera y dímelo a la cara.
―Te lo estoy diciendo aquí mismo― contesté―En la cara.
―Con una mesa delante y tus amigos a tu lado― se burló―Gran hombre
eres. Sal fuera y háblame mal de ella en la cara.
―No― respondió Gibsie por mí, alcanzando otro vaso de chupito―No
va a pasar. Así que puedes seguir andando, traidor, porque él no va a caer en
eso.
―Que te den, Gibs― Cormac le fulminó con la mirada―No hablaba
contigo.
―Puede que no― replicó Gibs, dejando de lado su bebida―Pero yo sí
estoy hablando contigo― Empujó el taburete hacia atrás, se puso en pie y se
encaró con Cormac―Ahora date la vuelta y llévate a tu noviecita de vuelta al
agujero del que ambos salieron arrastrándose.
―¿O qué? ―Cormac gruñó, presionando su frente contra la de Gibsie.
Mala jugada por parte de Ryan.
―No hay ningún contrato colgando sobre mi cabeza como lo hay sobre

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la suya, imbécil― Gibsie gruñó, siendo empujado hacia atrás―No tengo
ningún puto problema en intervenir en nombre de Kav y patear la mierda de tu
culo de traidor.
Con sus dos metros y medio de estatura, ambos chicos estaban parejos,
pero Gibsie superaba a Cormac en unos diez kilos, porque en el campo, Cormac
era un corredor habilidoso y Gibs un pesado flanker.
―Oh, mierda―gimió Hughie, expresando mis pensamientos en voz
alta―Tenía que empujarlo.
―Sí― convino Katie cabizbaja―Seguro que lo hizo.
Gibsie tenía un carácter despreocupado, pero dale unas copas y un motivo
para pelear y se lanzaba a por todas.
―No tengo ningún problema contigo, Gibsie―ladró Cormac―Mi
problema es con Kavanagh.
―Pues qué pena, porque yo tengo un puto problema enorme
contigo―gruñó Gibsie―¿Quién diablos te crees que eres, viniendo aquí con
ella, tratando de causar drama?
―Intentaba aclarar las cosas― dijo Cormac, con la mandíbula apretada.
―No, estabas intentando provocarlo ―corrigió Gibsie,
gruñendo―Intentabas joderle la temporada― Empujó a Cormac en el pecho y
reclamó el espacio cuando se tambaleó hacia atrás―Porque eres un idiota
celoso y La Academia no te quiere.
―Empújame una vez más y te rompo las piernas―gruñó Cormac,
devolviendo el empujón a Gibsie.
Sin inmutarse por la amenaza, Gibsie continuó con su alboroto.
―Tú y esa zorra estaban intentando sacarle de quicio porque él no la
quiere, y no puedes hacerlo donde cuenta― Apretando su frente contra la de
Cormac, siseó ―En el campo.

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―No queremos problemas aquí esta noche, chicos―gritó la camarera
por encima de la multitud―¡Ya basta!
―¿Problemas? ―Gibsie se rió sin gracia, y luego balanceó el puño,
golpeando a Cormac directamente en la mandíbula―Voy a arrancarle la cabeza
a este hijo de puta― vociferó, arremetiendo contra él.
Las chicas que nos rodeaban profirieron varios gritos agudos cuando
ambos cayeron sobre una mesa cercana, haciendo volar sillas y estrellando
vasos contra el suelo. Me levanté de mi asiento y me acerqué a mi amigo en
cuestión de segundos.
―¡Gibs! ―rugí, arrastrándolo fuera de Cormac, que estaba recibiendo
unos cuantos puñetazos.
―Aléjate, amigo― le ordené en voz baja mientras le ponía una mano en
el hombro y tiraba de él hacia mí―Este no es tu problema.
―Como mierda no va a ser mi problema―gruñó, abalanzándose con
tanta fuerza que tuve que redoblar mis esfuerzos para mantenerlo a raya―Eres
mi mejor amigo y este imbécil lleva meses faltándote al respeto.
―Déjalo―respondí con calma, llamando la atención de Hughie y
haciéndole un gesto para que trajera su culo aquí pronto―No me importa, y a
ti tampoco.
―Oh, sí que me importa―gruñó Gibsie, con los ojos clavados en
Cormac.
―Aleja a este loco de mí o lo mato― gruñó Cormac, limpiándose un
rastro de sangre de la boca―Eres un puto lunático, Gerard Gibson.
―No harás nada― gruñí, fulminando con la mirada a Cormac, mientras
adoptaba una postura protectora frente a Gibsie.
Bella, que había estado chillando a un lado, decidió que era el momento
perfecto para deslizarse a mi alrededor y meterse delante de Gibsie.

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―Imbécil―gritó, dándole una bofetada en la cara―No te atrevas a
tocarlo.
―Apártate de su cara― le advertí, empujando a mi mejor amigo detrás
de mí―Ahora mismo.
―¿O qué? ―siseó, dándome una bofetada en la cara―¿Vas a poner a tu
perro guardián sobre mí, también?
―¿Te gustó? ―gruñí, sin inmutarme―Porque es la única forma en que
vuelvas a ponerme las manos encima.
Se echó hacia atrás y volvió a abofetearme.
Me reí en su cara―Vamos. Vamos. Pégame toda la puta noche. No
cambiará nada.
―Para― ordenó Cormac, empujándola detrás de su espalda―No le
pegues.
―Se lo merece― gritó.
―¿Porque no te quiero? ―Me eché hacia atrás y me reí―Oh sí, porque
así es como funciona la vida.
―¡No me obliguen a llamar a la policía! ―gritó la mujer mayor detrás de
la barra―Manada de idiotas.
―No hace falta, Mags ―anunció Hughie, lanzándose a interceptar con
la mano el puño volador de Gibsie.
―Sácalo de aquí― ordené, arrastrando a Gibsie hacia atrás una vez más.
―¿A tu casa? ―preguntó Hughie.
―Donde sea―Me pasé una mano por el pelo, exasperado―Sólo
mantenlo vigilado.
Hughie asintió y volvió su atención a Gibsie.
―Vamos, Rocky Balboa―dijo alegremente―Antes de que hagas que
nos metan a todos en el calabozo a pasar la noche.

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―Él se lo buscó― espetó Gibsie―Pedazo de mierda.
―Lo sé, hombre― lo persuadió Hughie―Vamos.
Enroscando sucuerpo alrededor del de Gibsie, lo sacó a la fuerza del
bar.
―¿Vienes, Johnny? ―Preguntó Katie, mirando nerviosamente entre
Cormac y yo.
―Estaré bien― le dije y volví mi atención hacia Cormac.
―¿Estás seguro? ―insistió Katie―Deberías venir con nosotros...
―Adelante, Katie― le ordené, girándome para captar su mirada―Yo iré
por mi cuenta a casa.
―Si estás seguro.
―Lo estoy.
Esperé a que Katie hubiera seguido a Hughie y Gibsie fuera del bar antes
de volver a centrar mi atención en Cormac.
―¿Quieres hablar conmigo? ―Gruñí, haciendo un gesto hacia la
puerta―Pues vamos.
Sin esperar respuesta, me abrí paso a través del abarrotado bar hacia la
salida, recibiendo varias palmadas en los hombros y frases del tipo “¡Gran
partido, Johnny” y “Estoy deseando verte de verde en junio” mientras me
esforzaba por caminar en línea recta!
«Lo dudo, pensé. Es muy jodidamente dudoso»
Cuando llegué a la puerta del pub y salí a la calle, me sentí aliviado al no
encontrar a los chicos esperándome fuera. Unos minutos más tarde, la puerta se
abrió y Cormac salió.
―Ella no―ladré, señalando con el dedo a Bella, que salió tras él―Que
se mantenga alejada de mí.
―Es un país libre― replicó Bella, mirándome como una daga―Puedo ir

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donde me dé la gana.
―O se va ella o me voy yo― gruñí, dirigiéndome a Cormac―Tú eliges.
.Bella abrió la boca para decir algo más, algo rencoroso, sin duda, pero
Cormac habló primero.
―Vuelve dentro― le dijo―No tardaré.
―Pero yo...
―Necesito hablar con él― insistió Cormac―Ve dentro.
Con lo que parecía una gran resistencia, Bella volvió a entrar, dejándome
solo en la calle con Cormac.
―Bien― gruñó él, estirando los hombros―Hagámoslo, Kavanagh.
Arqueé una ceja, divertida por la postura de lucha que había adoptado
Ryan. Si pensaba que iba a tirar mi carrera por la borda para pelearme por Bella,
estaba muy equivocado.
Si fuera Shannon, por supuesto, pero ¿Bella? Ni hablar.
―Aparta los puños, maldito imbécil ―le ladré ―No voy a tocarte.
Me observó durante unos instantes, con los ojos llenos de desconfianza,
esperando a que me abalanzara sobre él.
Era casi cómico.
Casi.
―Lo creas o no, Johnny―dijo finalmente rompiendo la
tensión―Intentaba sinceramente aclarar las cosas entre nosotros.
―¿Cuándo los dos estamos hasta arriba de alcohol?
―De acuerdo― concedió―Pero no era mi intención que eso ocurriera.
―¿Qué no querías que pasara exactamente? ―pregunté, apoyando mi
hombro contra la pared del pub para mantener el equilibrio―¿No querías
joderme o no querías golpear a mi mejor amigo y compañero de equipo?
El aire de la noche me había golpeado como una puta bola de demolición

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y sabía muy bien que, sin la pared como apoyo, me estaría balanceando como
la torre de Pisa.
―Gibs me golpeó primero―soltó Cormac y luego levantó las
manos―Estaba en mi cara.
―Porque estabas en la mía― respondí con calma―Porque te dijeron que
te fueras y no quisiste, y porque soy su capitán y eso sí significa algo para él.
Cormac hizo una mueca ante mis palabras. Bien.
El cabrón necesitaba sentirlas.
―Y no pretendía joderte― añadió, con las mejillas enrojecidas―Creí
que habían terminado. La chica me gusta de verdad, Johnny, siempre me ha
gustado.
―Entonces lo único que tenías que hacer era coger el teléfono―repliqué,
arrastrando las palabras a pesar de mis esfuerzos―Y oírlo de la boca del otro.
―Debería haberlo hecho― admitió finalmente.
―¿Sabes cuál es el problema? ―reflexioné, expresando mis
pensamientos en voz alta―Es que, si me hubieras dicho que te gustaba, habría
dado un paso atrás― Cruzando los brazos sobre el pecho, lo miré fijamente―Te
habría respetado a muerte por ser un hombre con eso, y me habría alejado.
Bella y yo nunca fuimos en serio. No tuve una relación con ella. Pero tuve una
contigo. Y me traicionaste.
―Cap.…
―No, cállate y déjame decir esto― Exhalando fuertemente, dije ―No
es que ella fuera a mis espaldas con mi compañero de equipo. Es que mi
compañero de equipo fue a mis espaldas con ella.
Cormac gimió con fuerza. ―Johnny, amigo, no era mi intención...
Levanté una mano, ahuyentándole con sus estupideces.
―No me vengas con que no querías que pasara. He tenido sexo, Cormac,

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muchas veces, y ambos sabemos que cuando metes la polla dentro de una chica,
siempre lo haces consciente. No se desliza sin avisar.
―Tienes razón―admitió tras una larga pausa―Mierda, viejo, tienes
razón.
―Sé que la tengo― respondí, con tono cortante.
―¿Y de verdad se acabó? ―Me observó con expresión recelosa―¿No
quieres que volver con ella?
Negué con la cabeza y expulsé un suspiro frustrado―No sé de cuántas
maneras puedo decirlo, Ryan; no quiero tener nada que ver con esa chica. Así
que haz lo que te dé la gana con ella. Sólo mantenla alejada de mí, aleja tu
asistente personal de mi cara, y estaremos bien.
―¿No lo dices para quedar bien? ―insistió.
―Creí que ya sabías que hablo sin rodeos―gruñí―Cuando te digo que
he terminado, lo digo en serio.
―Entonces, ¿eso es todo?
―Sí― Asentí con la cabeza―Ya está.
―¿Por qué no estás más molesto conmigo? ―preguntó, lanzándome
una mirada de desconfianza.
―Porque me das pena― le dije y sorprendentemente era la verdad.
Cormac me daba pena. También estaba decepcionado con él. Yo estaba
sintiendo muchas cosas, pero el enojo no era una de ellas. No ahora, al menos.
Él era un peón en uno de los juegos de Bella y, aunque estaba borracho, podía
verlo tan claro como el agua.
―Escúchame―empecé, esforzándome por no arrastrar las palabras
mientras intentaba decirle algunas verdades duramente aprendidas―Llevo
mucho tiempo en esto y sé lo que está pasando. Bella te está usando para llegar
a mí y tú estás dejando que te convierta en un imbécil.

BOYS OF TOMMEN #1
Sólo Dios mismo sabía por qué le estaba dando consejos después de
apuñalarme por la espalda, pero continué.
―Ella ya no puede tenerme y tú eres la siguiente mejor
opción―musité―Es por dinero, Ryan…Dinero y estatus―Sacudiendo la
cabeza, añadí―Pelear con tu compañero de equipo por una puta chica es el
principio del fin. Sigue por ese camino y se acabó para ti antes incluso de que
haya empezado.
Incluso en mi estado de embriaguez, sabía que estaba haciendo una puta
declaración hipócrita. Justifiqué mis razones sabiendo que Shannon valía la
pena. Bella no.
Cormac me fulminó con la mirada―Te crees mejor que yo.
¿Habla en serio? ¿Eso era todo lo que sacaba de mi esfuerzo por ayudarle?
―Soy mejor que tú― espeté, frustrado porque no me escuchaba―Si
quieres estar a mi nivel, da un paso adelante en el campo. Esfuérzate más.
Entrena más. Sé jodidamente mejor. Y abre tus malditos ojos al peligro. Porque
esa supuesta novia tuya te desangrará, muchacho.
―Ella es mi novia― gruñó―Así que no hables así de ella.
Dios, dame fuerzas...
―Bien― Levanté las manos―Mantén a tu novia lejos de la mía y todo
irá bien.
―Tú no tienes novia―respondió lentamente, con expresión de
confusión.
―Yo― corregí, desconcertado por las palabras derramadas―Mantenla
alejada de mí y no tendremos problemas.
―Entonces, ¿qué pasa ahora? ―preguntó Cormac, con el rostro
contorsionado en una mueca angustiada―¿Vamos a tener problemas para jugar
juntos después de esto?

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―No.
―No ―Sus cejas se alzaron―¿Por qué no?
―Porque no soy lo suficientemente estúpido como para dejar que una
chica como esa me joda la cabeza― le dije―Eres un lateral decente y el equipo
te necesita. Sería un bastardo egoísta si permitiera que mis problemas
personales afectaran al equipo.
―¿Y Bella? ―preguntó Cormac tras una larga pausa―¿Vas a causar
problemas con ella?
―¿Porque estás con ella? No― le dije―¿Si ella jode a Shannon? Por
supuesto.
―¿Shannon?
―Sí, Shannon― le dije, con tono duro.
Cormac se quedó con la miradaperdida―¿Quién es Shannon?
―Shannon es la razón por la que vas a acabar con la mandíbula rota.
―¿Qué demonios?
―Bella me amenazó con ir tras ella― gruñí―Si eso ocurre, te joderé.
Palideció―¿Por qué yo?
―No puedo pegarle a una chica, lo que significa que iré por la siguiente
mejor opción― le expliqué―Así que, ten en cuenta que cada vez que tu Bella
decida hacer una amenaza, difundir un rumor desagradable, o molestar a mi
Shannon, te devolveré el favor en la cara. Cada maldita vez.
Cormac palideció visiblemente, y la visión, aunque ligeramente borrosa,
fue extremadamente satisfactoria.
―Bien―gruñí, sacando el teléfono del bolsillo para llamar a un
taxi―Me alegro de que nos entendamos.
Sacudiendo la cabeza, parpadeé un par de veces para aclarar mi visión
mientras sacaba mi agenda y marcaba el número etiquetado como Gordo Paddy.

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Maldito Gibsie.
Debería haber sabido que no debía dejar mi teléfono a solas con él cuando
iba a ducharme.
La última vez que se apoderó de mi teléfono, rebautizó a mi mamá como
Tetas Dulces y a Bella como Coño del Diablo. Todo era bromas hasta que Tetas
Dulces me mandó un mensaje en mitad de la noche exigiéndome que bajara y
abriera la puerta porque estaba fuera y quería entrar.
Sin saber quién demonios me estaba mandando el mensaje, le contesté
con más palabrotas de las que me atrevía a pensar antes de amenazar con llamar
a la policía…por mi maldita madre.
Menudo malentendido.
―¿Quieres tomar un trago? ―preguntó Cormac, distrayéndome de mi
misión de llevar mi culo borracho a casa, mientras extendía su mano hacia mí.
―Aleja esa puta cosa de mí― Fruncí el ceño mientras me acercaba el
teléfono a la oreja―Sé dónde ha estado.
Su expresión se ensombreció, pero tuvo la sensatez de no tentar a la suerte
por esta noche. Con un gesto de asentimiento, Cormac se dio la vuelta y volvió
a entrar en el bar.
Cuando sonó el número de Gordo Paddy, lo intenté cinco veces más antes
de darme por vencido. Los taxis de por aquí apagaban los teléfonos los sábados
por la noche cuando había mucha gente, y por la cantidad de gente que había
por las calles esta noche, sabía que tendría que esperar mucho tiempo para llegar
a casa.
Frustrado, volví a centrarme en mi teléfono y me puse a buscar el nombre
de Hughie entre mis contactos.
―Menuda estupidez― maldije cuando me di cuenta de que Gibsie había
vuelto a cambiar el nombre de todos y cada uno de los contactos de mi lista.

BOYS OF TOMMEN #1
Tetas Dulces y Coño del Diablo volvían a estar presentes en mis
contactos, junto con otros nuevos como; Gran Papi G, Solapas de Culo, Llamar
en caso de detención, No llamar en caso de detención y mi favorito personal:
Judas hijo de puta.
Al hacer clic en ese contacto en particular, reconocí que el número era de
Cormac.
Podía quedarse así.
Coño del diablo, también.
Pasé una cantidad ridícula de tiempo intentando encontrar el número de
Hughie porque no podía averiguar quién hacía a quién en mi teléfono. Tras
marcar accidentalmente el contacto Sexo Casual y oír la voz del entrenador
Mulcahy en la otra línea, colgué rápidamente.
Cancelé otra llamada entrante de Rey del Clítoris, porque quién en su
sano juicio iba a contestar a un número con ese nombre, apagué el teléfono y
me lo metí en el bolsillo.
Malhumorado, crucé la calle hasta el establecimiento de comida rápida y
pedí media docena de hamburguesas con queso y dos bolsas de papas fritas.
Ya no necesitaba cuidar mi dieta, no cuando mi cuerpo se empeñaba en
abandonarme. Apoyado en la pared, lo devoré todo y bebí una botella de agua.
La grasa me sabía extraña y sabía que lo pagaría mañana, pero por ahora no me
importaba.
―¿Johnny Kavanagh? ―me llamó una voz vagamente familiar―¿Eres
tú?
Levanté la vista y vi a un muchacho alto de mi edad que me miraba
expectante. Llevaba el brazo colgado del hombro de una atractiva rubia.
¿Amigo o admirador?
¿Amiga o admiradora?

BOYS OF TOMMEN #1
Intenté ubicar la cara y no pude, así que me decidí por fan.
―Nada de fotos esta noche, chicos―dije, con el tono
arrastrado―Johnny está de descanso.
El tipo se echó a reír, pero no hizo ademán de ponerme una cámara en la
cara, lo cual me pareció muy bien teniendo en cuenta mi estado actual.
En lugar de eso, me dejó estupefacto al decirme.
―Hablé contigo por teléfono la semana pasada. Conoces a mi hermana,
Shannon. La llevaste a casa desde el colegio.
Levanté la cabeza y me concentré mucho más en el chico que tenía
delante.
―Tú eres el jugador de hurler... ―Hice una pausa y me devané los sesos
buscando su nombre―¡Joey! ―solté, orgulloso de mí mismo por haber
conseguido recuperar esa información en mi estado―Joey “el lanzador” y
Shannon “como el río”.
―¿Como el río? ―se rió la chica―Dios, ¿cuánto has bebido?
―Una cantidad como de río por lo que parece―afirmó Joey con
sarcasmo, mirándome con curiosidad―¿No crees que deberías irte a casa,
tío?―añadió―Pareces bastante embriagado.
―Lo haría si pudiera― admití refunfuñando―No hay taxi.
―Seguro que podemos llevarte, ¿verdad, cariño? ―anunció la chica,
señalando calle abajo―Sólo hemos aparcado el coche al final de la calle.
Abrí la boca para protestar, pero en su lugar dije ―Estupendo, gracias.
―Sí, claro, no hay problema―aceptó Joey, un poco sorprendido. Se
movió incómodo durante un minuto y luego inclinó la cabeza―Vamos.
Conseguí ponerme de pie, pero me costó mucho trabajo mantenerme
erguido. Golpeándome el hombro contra la pared, conseguí mantener el
equilibrio mientras les seguía. Por suerte, la chica, que supuse que era la novia

BOYS OF TOMMEN #1
de Joey, no se andaba con bromas cuando dijo que habían aparcado al final de
la calle.
Unos cuantos tropezones más y llegamos al Opal Corsa rojo. Al menos
eso me pareció. Era difícil saberlo porque la cabeza me daba vueltas y el coche
era un cubo de óxido. A la mierda, sin embargo, no estaba en estado de
cuestionar sus medios de transporte. Estaba más que agradecido por el viaje.
―Por cierto, soy Aoife Molloy― anunció la chica, dedicándome una
sonrisa radiante antes de dirigirse al lado del copiloto―La novia de Joey, el
jugador de hurling―Se rió por lo bajo y se subió al asiento delantero.
―Encantado de conocerte―respondí, manteniendo mi peso contra la
puerta mientras Joey abría la puerta del lado del conductor y luego hacía rodar
el asiento hacia delante.
―Dos puertas―dijo a modo de explicación―Vas a tener que meterte
atrás.
―Está bien, amigo―Me separé de la pared y apoyé mi peso en el coche
antes de entrar por el diminuto espacio.
Mis esfuerzos fueron tan eficaces como navegar en un barco de papel,
porque Joey tuvo que empujarme en la espalda para meterme dentro.
―Dios― murmuré cuando por fin estuve dentro.
Hundiéndome en el centro del asiento, tuve que torcer el cuerpo hacia un
lado, con las piernas mirando hacia la ventanilla lateral, para que Joey pudiera
empujar hacia atrás su asiento.
―¿Estás bien, Kavanagh? ―gritó cuando se metió dentro y empujó su
asiento hacia atrás otros cinco centímetros.
―Todo bien― balbuceé, con el cuerpo aplastado entre el respaldo de su
asiento y el mío―Gracias de nuevo por traerme.
―No hay de qué― respondió Joey. Se inclinó y estampó un beso en los

BOYS OF TOMMEN #1
labios de su novia antes de abrocharse el cinturón―¿Adónde vamos?
«Directo a tu casa porque quiero follarme a tu hermana», pensé para mis
adentros, sonreí satisfecho ante la fabulosa idea y luego ahuyenté el loco
pensamiento con un movimiento de cabeza.
«Probablemente también la quiera, me dije a mí mismo, y mucho», antes
de expulsar también esa locura.
¡Que te den, imbécil!
―Unos seis kilómetros al otro lado del colegio Tommen― balbuceé.
Intenté encontrar mi cinturón de seguridad, pero mis manos torpes no
cooperaron―Sal por la carretera principal hacia la ciudad― Renunciando a
encontrar mi cinturón dejé caer la cabeza contra el respaldo y suspiré―Avisaré
de los desvíos cuando lleguemos a ellos.
―No hay problema.
Arrancó el motor y acababa de incorporarse a la carretera cuando sentí
que el coche frenaba de repente.
―¿Qué mierda? ―ladró Joey segundos antes de que dos manos se

abalanzaran sobre el capó de su coche―¡Sal de mi coche, imbécil!
―Me estás robando a mi Centro― exclamó Gibsie por la ventanilla
mientras se inclinaba sobre el capó del coche―Devuélvemelo―Sus ojos se
desviaron de Joey a mí, reconociéndome―Hola, Capi―Sonrió, con la cabeza
ladeada―¿Cómo te va? Te he buscado por todas partes.
―¿Y este payaso es? ―preguntó Joey, con tono burlón, la atención fija
en Gibsie, que mantenía una conversación unidireccional conmigo a través del
parabrisas de su coche.
―Es mi flanker ―refunfuñé antes de volver a centrar mi atención en el
hombre-niño que abrazaba el capó―¡Gibs! ¿Qué mierda haces,
viejo?―exclamé, mirando por el parabrisas―¿No se supone que deberías

BOYS OF TOMMEN #1
haberte ido a casa conHughie?
―La policía lo detuvo para revisarle los papeles del coche― respondió
a través del parabrisas, como si eso respondiera a mi pregunta.
Me quedé boquiabierto―¿Y? Hughie está en regla.
―Me miró, Johnny, me apuntó con su puta linterna a los ojos―me
contestó―Me asusté y salté del coche― Encogiéndose de hombros.
Añadió―He estado corriendo por la ciudad desde entonces―Entrecerró
los ojos― ¡Intenté llamarte, pero no dejabas de cortarme!
Lo fulminé con la mirada―¿Eres Rey del Clítoris?
―Ah, sí― se rió Gibsie―Lo había olvidado.
―¿Cómo se llama Hughie?
―Pubis Pelirrojo ―respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
«No lo era»
―Él es rubio― gruñí.
―Pero su novia no lo es.
―Jesucristo― gemí, frotándome la frente.
―¿Qué quieres que haga con él? ―preguntó Joey.
Me encogí de hombros y contemplé la posibilidad de decirle que pasara
por encima de ese cabrón molesto, pero entonces supe que me sentiría
terriblemente solo sin él. Y para ser justos, se había llevado unas cuantas
bofetadas defendiendo mi honor esta noche.
―Probablemente debería llevarlo a mi casa―admití a regañadientes―O
a un hospital psiquiátrico.
Joey murmuró algo incoherente en voz baja y se bajó. Sonaba algo así
como "más les vale a estos cabrones no vomitar en este coche".
No prometía nada.
Mi amigo era una máquina de vomitar.

BOYS OF TOMMEN #1
Tirando del asiento, Joey lo arrastró hacia delante e indicó a un intoxicado
Gibsie que se subiera.
Así lo hizo.
Pero en lugar de trepar o arrastrarse dentro, el bastardo se lanzó al asiento
trasero.
―¡Mierda! ―exclamé, doblándome de dolor cuando su codo aterrizó en
mi entrepierna.
«Ahí va tu último disparo...»
―Mierda, amigo, ¿te di en la polla? ―Gibsie balbuceó mientras
intentaba y fallaba en trepar sobre mí―Conseguiré hielo para tus pelotas
cuando lleguemos a casa.
―Quítate. De encima. Mío ―le dije, casi seguro de que me estaba
poniendo morado del dolor, mientras él trepaba por el asiento, dándome
codazos y rodillazos.
Finalmente, consiguió arrastrar el culo hasta el otro lado del asiento.
―Dios―musitó, acomodándose a mi lado―Este es el agujero más
apretado en el que he estado en meses.
Joey volvió a subir y encendió el motor antes de alejarse rápidamente
calle abajo.
―Espero que no haya más de ustedes― dijo―El coche pesa en la parte
de atrás.
―Lo siento― empecé a decir, pero Gibsie me cortó.
―Es culpa de este gordo infeliz ―anunció. Girándose hacia mí,
añadió―Oye, ¿tu polla está bien, amigo? Lo siento mucho. Espero no haberte
aplastado las pelotas.
Entrecerré los ojos―Vete a la mierda, Gerard.
―Estaba siendo sincero, Johnathon ―replicó, herido ―Por eso, puedes

BOYS OF TOMMEN #1
conseguirte tu propio maldito hielo esta noche... ¡espera!
Me agarró de la camisa, me arrastró hacia él y me olió la boca.
―¡Traidor! ―ahogó, cómicamente horrorizado―¡Fuiste por comida
chatarra!
―Sí, fui― respondí, apartándome de él―Y estaba jodidamente
delicioso, y no me arrepiento.
―¿Qué comiste?
―Unas hamburguesas con queso y papas fritas.
―¿A qué sabía?
―Mejor que el sexo.
―¡Se supone que estamos a dieta! ―Gibsie siseó en tono horrorizado
antes de preguntar rápidamente―¿Me trajiste algo?
―Sí, te traje una hamburguesa.
―Gracias, Johnny.
―Y luego me dio hambre, así que me lo comí.
―Eres un monstruo.
―Ustedes dos son tan raros ―rió Aoife―¿No son graciosos, Joey?
―Sí que lo son ―contestó el hermano de Shannon.
―Hola―Al darse cuenta de repente de que estaba en compañía de
extraños, Gibsie se inclinó hacia el centro de sus asientos y preguntó―¿Quién
diablos son ustedes?
―Johnny es amigo de la hermana de mi novio― explicó Aoife.
―¿Hermana? ―La palabra pareció confundir a Gibsie, que me miró sin
comprender durante unos instantes.
Lanzando una plegaria a los cielos para que pudiera controlarse, asentí y
dije.
―Shannon.

BOYS OF TOMMEN #1
Gibsie se sentó a mi lado y frunció el ceño―¿Shannon?
―Sí, Shannon ―Le fulminé con la mirada.
Los ojos de Gibsie se abrieron de par en par al darse cuenta de repente.
―¡Oh, Shannon! ―exclamó―Ah, sí, la pequeña Shannon de tercer
curso ―Sonriendo, me dio un codazo en las costillas―Johnny tiene una gran
debilidad por tu hermana.
―¿Ah sí? ―Joey respondió con dureza.
Joder.
―Sí, siempre está pendiente de ella en el colegio― añadió Gibsie con un
guiño―Asegurándose de que no tenga problemas.
Reprimí un gemido y resistí el impulso de rodearle el cuello con las
manos y estrangularlo. Para ser justos, podría haber sido peor. Gibsie era capaz
de decir cosas mucho peores.
―Qué bonito― dijo Aoife, y me fijé en cómo ponía una mano en la
rodilla de su novio―¿No es amable de su parte, Joe?
―¿Por qué? ―preguntó Joey, con tono duro y suspicaz―¿Qué ganas con
eso?
Suspiré pesadamente y traté de inventar algo creíble―Porque la jodí…
―¿Que qué? ―rugió Joey, frenando en seco.
La brusca sacudida del coche al detenerse hizo que Gibsie y yo nos
abalanzáramos hacia delante.
Al darse la vuelta, Joey me fulminó con la mirada―Será mejor que te
largues ahora mismo, Kavanagh, porque juro por Cristo que...
―¡Espera! ―Me apresuré a explicar, arrastrándome hacia el asiento―La
cagué en su primer día. La avergoncé en el campo cuando la noqueé.
«Pero quiero follármela...Quiero metérsela a tu hermana tanto que no lo
creerías... Las cosas queme imagino haciéndole te impactarían...»

BOYS OF TOMMEN #1
Esperé a que la mirada homicida de sus ojos se desvaneciera antes de
continuar.
―Pensé que se lo debía a ella, así que me limité a vigilarla, a asegurarme
de que se instalaba bien. No es fácil empezar en un colegio nuevo― Me encogí
de hombros y añadí ―No quería que se metiera en problemas innecesarios.
Yo era un blanco fácil esperando a que su hermano hiciera el siguiente
movimiento. Si Joey me pegaba, yo no le devolvería el golpe.
No tomaría represalias.
Eso era lo aterrador de la situación.
Sentado en su coche, borracho como nunca, sabiendo que era más que
capaz de darle una paliza, pero sabiendo que no lo haría.
Por ella.
Porque él era importante para ella. Porque si lo golpeaba, la lastimaría. Y
hacerle daño a ella era malo. Herirla a ella me hacía querer hacer daño a algo
más fuerte. Esa noción era más enredada y complicada de lo que mi culo
borracho podía comprender.
Joey no contestó, pero volvió su atención a la carretera y empezó a
conducir de nuevo. Exhalé un suspiro de alivio. Me volví hacia Gibsie y le dije
que mantuviera la boca cerrada. Él respondió con un teatral movimiento de
cierre de boca.
Cuando llegamos al desvío de mi casa, media hora más tarde, murmuré
unas breves indicaciones. Joey respondió con una inclinación de cabeza y giró
a la derecha, dejando la carretera principal por la carretera secundaria que
conducía a la entrada de la propiedad.
Ahora me sentía más lúcido; supongo que el roce con la muerte a manos
del hermano de Shannon me había hecho entrar en razón y me había puesto
sobrio. Ojalá pudiera decirse lo mismo de Gibsie, que estaba desmayado a mi

BOYS OF TOMMEN #1
lado, roncando como un oso pardo.
Cuando Joey se detuvo frente a las puertas de la propiedad, le dije.
―Podemos bajarnos aquí, amigo.
―¿Ahí es donde vives? ―preguntó el hermano de Shannon, hablando
por primera vez desde el casi desastre que fue nuestra falta de comunicación.
Su atención estaba clavada en las enormes puertas de hierro fundido con
las feas águilas en cada pilar.
―¿A qué distancia está tu casa? ―preguntó―Unos 400 metros.
―Nunca conseguirás que él camine tanto― murmuró―Te llevaré hasta
la puerta.
―310587―le di el código, que casualmente era mi fecha de
nacimiento―Tecléalo en el teclado de ahí y te abrirán.
Joey tecleó el código en el teclado y esperó a que las puertas se abrieran
hacia dentro.
―De nuevo, te lo agradezco― sentí la necesidad de mencionar―Sé que
está lejos de tu ruta.
―Sólo te devuelvo el favor―respondió, conduciendo por el estrecho
callejón hacia la casa.
―Este lugar es increíble― dijo Aoife con un suspiro soñador―Mira
todos los árboles y... ¡Dios mío! Mira el tamaño de esa casa― chilló cuando la
casa apareció a la vista, iluminada como un puto árbol de Navidad.
Mamá estaba paranoica por si los ladrones pensaban que la casa estaba
vacía, así que había instalado sensores automáticos e iluminación temporizada
por todas partes.
En el patio.
En la casa.
En el césped.

BOYS OF TOMMEN #1
Era ridículo, pero mi yo borracho estaba agradecido por la iluminación.
Joey apagó el motor y se bajó, ajustando el asiento hasta el tope.
Estaba mucho más firme al salir que al subir.
―Gracias de nuevo― dije antes de meter la mano en la parte trasera y
sacar a la bella durmiente del coche―Te debo una.
Rodeando con un brazo la cintura de Gibsie, que seguía medio dormido,
lo arrastré hasta la puerta principal y luché por sacar las llaves.
Al no poder sacarlas del bolsillo de mis vaqueros, lo dejé caer sobre su
trasero y luché con mis vaqueros durante un largo momento antes de recuperar
finalmente mis llaves.
―Para, ¿quieres? Estoy sensible― gimió Gibsie antes de acurrucarse y
reanudar los ronquidos.
―Dame― Joey anunció cuando me las arreglé para apuñalar el marco de
madera con la llave, perdiendo el agujero de la cerradura por un
centímetro―Deja que te eche una mano.
Agradecido por la intervención, le entregué las llaves y volví mi atención
hacia mi amigo.
―Levántate―gruñí, dándole un codazo con el pie―Estamos en casa.
El bastardo no se movió.
―¡Gibsie! ―Gruñí.
Nada más que ronquidos.
Maldita sea.
Solté un suspiro frustrado, me agaché, le agarré por los hombros e intenté
levantarlo del suelo.
Joey, que tenía la puerta abierta, se acercó y me ayudó a levantarlo. No
estaba en condiciones de rechazar su ayuda, así que, cada uno, por un lado,
arrastramos su peso muerto hasta la casa.

BOYS OF TOMMEN #1
―Déjalo aquí― le dije, señalando el salón
―¿Seguro? ―Joey preguntó, encendiendo la luz―Ese sofá es blanco,
amigo.
―Es de cuero―murmuré, demasiado cansado y dolorido para
preocuparme por la colección de tres piezas de mi madre. Arrastrando los pies
hasta el sofá, tiramos a Gibsie ―Si vomita, lo limpiará él solo con una
manguera por la mañana.
―Me parece justo― respondió Joey encogiéndose de hombros antes de
darse la vuelta y dirigirse a la puerta.
Le seguí, sin saber muy bien qué decir. La noche había pasado de
deprimente a exasperante y a francamente confusa en cuestión de horas.
―Escucha― dijo Joey cuando salió a la grava―Sobre Shannon.
«Allá vamos, pensé»
Había estado esperando esto desde que subí a su coche de mierda.
«Compórtate, Kav, mantén la boca cerrada»
―¿Qué pasa con Shannon? ―Pregunté, apoyándome en el marco de la
puerta.
―Es frágil― dijo directamente―Vulnerable.
―Sí― Mi voz era ronca, así que me aclaré la garganta y lo intenté de
nuevo―Yo... ya lo suponía.
Joey asintió y se metió las manos en los bolsillos. Mantuve la boca
cerrada, esperando a que continuara.
―Lo que intento decir es que te agradezco que cuides de mi
hermana―dijo finalmente―Ha pasado unos años difíciles y Tommen parece
ser una buena opción para ella. Así que supongo que espero que sigas
vigilándola en la escuela, ya sabes, asegurándote de que nadie la moleste.
Levanté las cejas―Ah, sí, claro. No hay problema.

BOYS OF TOMMEN #1
Volvió a asentir con la cabeza, pero sus palabras eran más rápidas.
―Parece que se está adaptando a Tommen, y no para de decirme que los
chicos son amables con ella, pero estoy en BCS, así que no tengo forma de saber
si está bien o no, y nunca le cuenta a nadie lo que le pasa por la cabeza hasta
que es demasiado tarde.
Fruncí el ceño―¿Demasiado tarde?
―Mierdas de chicas― me explicó―Mi hermana tiene una diana en la
espalda desde que estaba en pañales.
―Eso es bastante jodido―murmuré, ya sabiendo todo esto, pero
teniendo el sentido común de no decírselo a su hermano.
―Los chicos son crueles― dijo.
―Claro que lo son― murmuré.
Me miró fijamente durante un largo rato antes de decir.
―¿Me lo contarás?
Oh, Jesús.
¿Qué carajo quería que le dijera? Me devané los sesos y no se me ocurrió
nada, así que mantuve la boca cerrada.
―El novio de Ciara Maloney―completó Joey, mirándome con
extrañeza―Un tipo de Tommen le dio una paliza ayer en la ciudad.
―¿Oh? ―Arqueé una ceja y crucé los brazos sobre el pecho―¿Ah, ¿sí?
Joey sonrió satisfecho―Sí, así es.
―Bueno, espero que lo dejara hecho polvo― mascullé, sintiendo que mi
cuerpo palpitaba de rabia al recordar a esas desagradables putas―He oído que
su novia es una zorra.
―Oí que estaba mal ―respondió Joey―Nariz rota. Unos cuantos puntos
de sutura.
―Qué horror― dije.

BOYS OF TOMMEN #1
Joey me miró durante otra larga pausa antes de negar con la cabeza.
―En fin, sólo quería que supieras que agradezco que mi hermana tenga a
alguien quecuide de ella. Cuando yo no puedo.
Se dio la vuelta para marcharse, pero volvió sobre sus pasos.
―Amigo― Su palabra era mordaz―Mi hermana necesita un amigo,
Kavanagh― aclaró―No necesita ilusionarse con un tipo que se irá en el verano.
Oí su advertencia alto y claro.
Mi jodido cerebro podría no prestar atención a la advertencia, pero
definitivamente lo oí.
Sin decir nada más, Joey se dio la vuelta y se marchó, dejándome de pie
en la puerta, mirándole fijamente con sólo dos cosas en la cabeza.
La primera: encontrar una bolsa de hielo para mis bolas.
La segunda: fantasear con todas las cosas terriblemente inapropiadas que
deseaba hacer con su hermana.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 32
Días Libres Y Hermanos Demoníacos
―Creo que tienes que comprarle un anillo a esa chica, Joe― anuncié
mientras leía y luego releía la nota que Aoife había dejado en la mesilla de noche
de mi hermano el domingo por la mañana―Es para quedársela.
―Sí― murmuró Joey, rascándose la mandíbula―Debe quererme de
verdad.
―¿Tú crees? ―Puse los ojos en blanco―Te adora.
―Pero no entiendo por qué haría esto por mí.
―Yo tampoco― bromeé―Sobre todo cuando te pareces tanto a Shrek.
―Descarada de mierda― se rió, jugando a empujarme―Déjame ver esa
nota otra vez.
Se la tendí -la misma nota que ya había leído al menos una docena de
veces- y luego me acerqué a la mesa de la cocina con mi taza de té. Tomé asiento
y miré a mi hermano leer la nota de nuevo, con las cejas fruncidas por la
confusión.
―¿Por qué hizo esto, Shan? ―Meneando la cabeza, caminó de puerta en
puerta del armario, abriéndolas y cerrándolas―Se habrá levantado al amanecer

BOYS OF TOMMEN #1
para hacer esto―Abrió el frigorífico, dejando ver una pila de comestibles en su
interior―Debe haberle costado una fortuna.
Joey tenía razón.
Aoife tenía que haberse levantado temprano para hacer esto, teniendo en
cuenta que sólo eran las once. También tenía razón en que le había costado una
fortuna. Había encontrado el recibo de la compra en la papelera por 143,67
euros.
―Aquí dice que volverá sobre la una con los chicos― añadió, releyendo
la nota que había estado estudiando desde que se despertó―Van a ir primero al
parque y después al campo a dar una vuelta.
―¿Viste esto? ―pregunté mientras hojeaba siete sobres ordenadamente
apilados, etiquetados por día de la semana.
Agité uno de los sobres marrones y sonreí al oír el tintineo de las
monedas.
―Tu novia asignó tu dinero en paquetes de presupuesto diario.
Joey me miró boquiabierto.
―¿Qué?
―Sí― solté una risita, volviendo a colocar el sobre del martes en el
montón.
―No me jodas― murmuró mientras se acercaba a donde yo estaba y
cogió un puñado de sobres rectangulares.
―Y les puso corazoncitos para ti― me reí―Es una preciosidad.
―¿Es normal molestarse con una persona porque te quiere? ―preguntó,
mirando los sobres con confusión. Volvió sus ojos verdes hacia mí y
preguntó―¿Es normal?
―¿Por qué me lo preguntas a mí? ―Me encogí de hombros,
incómoda―No tengo experiencia en este tipo de cosas.

BOYS OF TOMMEN #1
―Oh, ¿quieres mirar esto? ―dijo con un suspiro, señalando el billete de
20 euros alojado bajo las llaves del coche de Aoife y la nota adhesiva al lado
que decía: Fondo para el desayuno de Joey y Shannon.
Debajo, en mayúsculas, se leía: ALIMENTA A TU HERMANA, CARIÑO.
ESTÁ DEMASIADO DELGADA.
―Mi novia me dejó dinero para gastos― El tono de Joey estaba cargado
de sarcasmo ―Jesucristo, Shan.
―No te enfades con ella― le dije―Está intentando ayudarnos.
―Lo sé― Se pellizcó el puente de la nariz y exhaló con fuerza―Y no
estoy molesto. Sólo que no sé cómo manejarlo.
―¿Tal vez simplemente dando las gracias? ―le ofrecí―¿Y también dando
un te amo? ¿O flores? Eso también está bien.
Joey sonrió satisfecho―Estás llena de ideas, ¿verdad?
Le devolví la sonrisa y luego suspiré, obligándome a abordar el elefante
en la habitación... o la falta de él.
―¿Crees que mamá volverá pronto a casa?
La luz de los ojos de mi hermano se apagó.
―Realmente me importa un carajo lo que ella haga, Shan―respondió
con firmeza―Mientras ese imbécil se mantenga alejado de esta casa.
«Volverá, Joey. Tú lo sabes. Deja de mentirte a ti mismo»
―Sí― Me mordí una uña, contemplando su respuesta un momento antes
de decir ―¿Qué vamos a hacer si mamá no vuelve, Joe?
Ahí era donde descansaban mis preocupaciones, con mi madre. Porque
ella nunca nos había dejado así de la noche a la mañana.
―Nos las arreglaremos, Shan― respondió Joey, con la manzana de Adán
balanceándose―Como hacemos siempre.
―¿Y el colegio? ―susurré.

BOYS OF TOMMEN #1
―Nany volverá de Beara esta noche― afirmó Joey con un tono de voz
serio―Se encargará de los chicos como siempre, con el colegio y todas esas
cosas― Se pasó una mano por la cara antes de añadir ―Lo único que tenemos
que hacer es mantener la casa, pagar las facturas, prepararles la comida por las
mañanas y estar aquí por la noche cuando Nany los deje.
―Se suponía que tenía que ir al viaje escolar después de Pascua, pero si
ella no está en casa lo cancelaré...
―No― espetó―No lo harás.
―Joey―Suspiré―Si mamá no ha vuelto para entonces, no podrás cuidar
de los chicos tú solo.
―No lo haré― contraatacó―Ya te dije que Nany me ayudará; Aoife,
también. No hay manera de que te pierdas ese viaje. Necesitas salir de este
agujero de mierda, Shan. Más que cualquiera de nosotros.
―¿Estás seguro? ―Le dije.
Respirando con calma, dije―Sé que no digo esto a menudo, pero quiero
que sepas que te quiero y que estoy jodidamente agradecida de que seas mi
hermano mayor.
Joey puso mala cara―¿Te estás poniendo sentimental conmigo,
hermanita?
―No―Me sonrojé―Sólo quiero que sepas que eres importante para
nosotros. Y que apreciamos todo lo que haces por nosotros.
«No nos dejes. Por favor, no me dejes nunca»
―Bueno, lo mismo digo, pequeña―contestó, pareciendo un poco
incómodo.
―Algún día serás un gran padre―decidí bromear y hacerlo sentir aún
más incómodo.

BOYS OF TOMMEN #1
Joey resopló―Sí, eso no va a pasar jodidamente nunca.
Le guiñé un ojo―Nunca digas nunca, Joe.
―Créeme, he tenido más que suficiente jugando a ser papá de los hijos
de otro hombre para toda la vida― respondió. ―Ahora, sube y ponte algo de
14
ropa y nosotros iremos a un Delicatessen a comer unos rollitos de filete de
pollo.
―La nevera ya está llena― le informé.
―Sí― Sonrió―Pero mi novia me dejó una orden directa y no soy tan
tonto como para ignorarla.
No había comido nada desde ayer y mi estómago gruñó de anticipación.
―Papas fritas― prácticamente ronroneé mientras pensaba en lo que iba
a comer―Unas golosinas y una lata de Coca-Cola.
Me levanté de la silla y corrí hacia la escalera con la comida en la cabeza.
―Espera, Shan. Casi se me olvida...―Interrumpiendo la frase, Joey
entró en lacocina, regresando unos momentos después con un pequeño paquete
envuelto en papel de regalo en sus manos. Joey me entregó el regalo y me
alborotó el pelo―Felices dieciséis, Shan.
―Gracias, Joey― Sonreí, agarrando lo que ya sabía que era un CD bajo
el papel de regalo rosa.
―Te compraría más si pudiera―me dijo encogiéndose de hombros
avergonzado―Y se me olvidó traer una tarjeta...
―Para― le dije mientras reposaba en el escalón de la escalera y rasgaba
el papel sólo para retumbar de emoción―¡El álbum de McFly! ―Con los ojos
muy abiertos por la emoción, miré el CD que tenía en la mano y
sonreí―Realmente quería esto.
―Lo sé― resopló―Eres toda una adolescente.
14
Delicatessen: Este término se utiliza generalmente para aquellos alimentos que se consideran de lujo o exóticos como las
carnes y quesos importados. En otras palabras, van a ir a un restaurante.

BOYS OF TOMMEN #1
Metió la mano en el bolsillo de sus vaqueros y me puso otra caja en el
regazo.
―Este es de Aoife― me explicó.
Emocionada ante la perspectiva de recibir dos regalos, rasgué el
envoltorio de lunares y me quedé boquiabierta cuando vi lo que había dentro.
―Vaya―suspiré, boquiabierta ante el frasco de perfume de marca que
tenía en las manos―Le habrá costado una fortuna.
―A ti también te debe querer―bromeó Joey.
Puse los ojos en blanco―Ajá.
―Date prisa y cámbiate―ordenó, dirigiéndose a la puerta
principal―Estaré en el coche.
Entré en mi habitación con los regalos a cuestas y los coloqué con
cuidado en la cómoda antes de quitarme mi pijama.
Me puse un jersey y unos pantalones de chándal, abrí la caja que contenía
mi nuevo frasco de perfume, me eché un chorro por todo el cuerpo y corrí detrás
de Joey. Me metí los pies en las zapatillas del vestíbulo, cogí el abrigo de la
barandilla y salí corriendo hacia el coche. En cuanto subí al asiento del copiloto,
el olor a alcohol asaltó mis sentidos.
―Jesús, Joey―tosí mientras bajaba la ventanilla―Esto huele como una
cervecería.
―Lo sé―respondió Joey mientras arrancaba el motor y se alejaba de la
acera―Puedes culpar de eso a tus amigos de Tommen.
―¿A mis amigos? ―Sacudí la cabeza y me quedé mirando su perfil
lateral―¿De qué estás hablando?
―Johnny Kavanagh―afirmó Joey―Anoche acabamos dejándole en
casa desde el pub.
―Ah.

BOYS OF TOMMEN #1
«Espera. Espera. ¿Qué?»
―¿Dejaste a Johnny en su casa? ―Odiaba la forma en que mi voz era
fuerte y aguda―¿Cuándo... Cómo... ¿Por qué?
―Anoche, cuando íbamos a recoger la comida para llevar― explicó Joey
mientras salía de la urbanización y entraba en la carretera principal―Estaba
tirado contra un muro fuera del establecimiento de comida rápida del pueblo.
Estaba muy mal.
―¿En serio?
Dios mío.
La preocupación me llenó el pecho―¿Qué le pasó?
―Estaba borracho hasta las tetas― refunfuñó Joey―Su amigo estaba
peor.
―¿Su amigo? ―Pregunté, con cuidado de disimular la emoción en mi
voz―¿Su novia?
―No, un bastardo rubio y grandote―corrigió Joey y yo me relajé
mentalmente con alivio―Creo que se llamaba Gussie, Gillie o algo así.
―Gibsie―confirmé en voz baja, pensando en cómo esos dos no se
despegaban del otro en el colegio.
―Ese mismo―Joey asintió, luego soltó una risita baja―El maldito
imbécil se tiró encima del coche, exigiendo que le devolviera su
centro―Riendo, añadió ―También parecía serio. Como si pensara de verdad
que estaba secuestrando a Kavanagh.
Mis cejas se fruncieron―¿Por qué Gibsie llamó a Johnny su centro?
―La posición de Johnny es la de centro exterior en rugby―me
explicó―Es el número 13.
Ah, sí, lo sabía.
Recordé su camiseta.

BOYS OF TOMMEN #1
―Entonces, ¿los dejaste a los dos en casa? ―Pregunté, sintiendo
calor―¿En casa de Johnny?
―Sí― confirmó mi hermano―Tuve que ayudar a Kavanagh a llevar a
ese Gibsie a la casa. Estaba desarmado, Shan. Un maldito desastre. Lo dejamos
en el salón.
―¿Estuviste dentro de la casa de Johnny?
Mi cerebro se tambaleaba, tratando de digerir todo lo que mi hermano me
estaba diciéndome.
Estuvo con Johnny anoche.
Estuvo en su casa.
Estuvo dentro de su casa.
Quería preguntarle si preguntó por mí, pero me las arreglé para evitar que
esa pregunta saliera de mis labios.
―Sí, Shan, y Jesucristo, por el aspecto de su propiedad, su familia debe
estar forrada― Joey exhaló un suspiro―Nunca he visto nada tan lujoso en mi
vida…
El sonido de un teléfono sonando cortó el aire, distrayéndonos a ambos.
Nos palpamos los bolsillos.
―El mío no― dijo Joey.
―El mío tampoco― murmuré, mirando el salpicadero y luego el suelo a
mis pies.
El timbre se cortó y volvió a sonar unos segundos después, vibrando con
fuerza.
―Comprueba el asiento trasero― me indicó Joey mientras se detenía en
el borde de la carretera y encendía las luces de emergencia.
Me desabroché el cinturón, me arrastré entre los asientos y me dejé caer
en el asiento trasero, buscando el ruido con la mirada.
―¿Algo? ―preguntó Joey, incorporándose al tráfico.

BOYS OF TOMMEN #1
―No.
Dejándome caer entre los asientos eché un vistazo bajo el asiento del
conductor.
―¡Oh, espera, está aquí! ―exclamé, con los ojos fijos en el teléfono de
aspecto elegante que se iluminaba y vibraba contra el suelo―Ya lo veo.
El timbre se cortó de nuevo y estiré la mano para coger el teléfono. Volví
a sentarme en el asiento y me abroché rápidamente el cinturón, con los ojos
clavados en el teléfono.
―¿Es de Aoife? ―Miré el aparato de aspecto caro―¿Le regalaron un
teléfono nuevo por Navidad?
―No―responde Joey―Sus padres le regalaron una plancha para el pelo.
El teléfono empezó a sonar de nuevo, la pantalla se iluminó con el nombre
Rey del Clítoris parpadeando.
―Ew, Joe― gemí―Qué asco.
―¿Qué?
―Quien quiera que llame a este número figura como Rey del Clítoris.
Mi hermano echó la cabeza hacia atrás y se rió.
―Eso no tiene gracia―le reprendí, viendo cómo la pantalla volvía a
quedarse en blanco al terminar la llamada―Es bastante inquietante.
―Es tu hombre, el tal Gibsie. Anoche oí a Johnny despotricar contra él
por cambiar sus contactos― dijo Joey riendo entre dientes―Él es Rey del
Clítoris.
El teléfono volvió a encenderse, vibrando en mis manos y sonando con
fuerza.
―Bueno, contesta― ordenó mi hermano, con tono impaciente―Seguro
que lo está buscando.
―No quiero― Metiendo la mano entre los asientos, intenté empujar el

BOYS OF TOMMEN #1
teléfono hacia mi hermano―Contesta tú.
―¿Cómo demonios se supone que voy a contestar? ―siseó Joey,
apartando mi mano―Estoy conduciendo, Shannon. Contesta al teléfono.
―No―me negué, sacudiendo la cabeza―Pensarán que lo robamos.
―No, no pensarán eso― replicó Joey malhumorado. El timbre dejó de
sonar y Joey soltó un gruñido―¡Cuando vuelva a sonar, contesta!
Como un reloj, el teléfono sonó cinco segundos después. Temblando,
pulsé el botón de aceptar y me acerqué el teléfono a la oreja.
―Eh, ¿hola?
―Vaya, mierda, no esperaba que contestara nadie―respondió la voz al
otro lado―Tienes el teléfono de mi amigo.
―Sí, lo sé― Cerrando los ojos, me presioné la frente con el talón de la
mano y exhalé con fuerza―Anoche lo dejó en el coche de mi hermano.
―Lo de anoche está un poco borroso― me dijo Gibsie―Entonces, ¿me
refrescas la memoria diciéndome quién es tu hermano?
―¿Joey Lynch? ―Solté, intentando no hiperventilar delante de mi
hermano―Él y su novia Aoife los llevaron a casa desde la ciudad anoche. El
teléfono estaba bajo su asiento― Retorciéndome incómoda, hice un rápido
comentario ―Lo encontré hace dos minutos.
―No―respondió Gibsie tras una larga pausa―No recuerdo que eso haya
pasado.
―Bueno, está claro que sí―le respondí, nerviosa―Teniendo en cuenta
que el teléfono de tu amigo está en el coche de mi hermano.
―¿La pequeña Shannon? ―Gibsie sonaba divertido―¿Eres tú?
―Sí― Me puse roja―Soy yo.
―¿Está tu hermano contigo ahora? ―preguntó.
―Sí, pero está conduciendo, así que no usará el teléfono.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Recuerda dónde nos dejó anoche?
―Espera, voy a preguntar... ―Haciendo una pausa, tapé el auricular y
miré a Joey―Quiere saber si recuerdas dónde está la casa.
Joey asintió y volví a la llamada―Sí, se acuerda.
―¿Puedes ponerme en altavoz?
―Lo intentaré― Pulsando unos botones, acerqué el teléfono a la oreja
de Joey―De acuerdo, ahora estás en altavoz.
―Hola amigo, ¿cómo te va? ―La voz de Gibsie sonaba mucho más
fuerte ahora, aunque estaba notablemente ronco.
―Mejor que tú por lo que parece―bromeó mi hermano―¿Qué
necesitas?
―¿Podrías venir a dejarle el teléfono a Kav? ―preguntó―Siento
molestarte, viejo, pero está perdiendo los nervios. Se pone como loco cuando se
trata de su información personal.
―¿Qué hay para mí? ―Joey respondió, sin perder un segundo.
―Joey―susurré.
Me sonrió descaradamente.
―Mierda, amigo, no lo sé― murmuró Gibsie―¿Un sándwich y una taza
de té? No tengo mucho para hacer trueques.
Horrorizada, moví la cabeza y dije que no, pero Joey dijo.
―Sí, estupendo. Estaremos en treinta.
―¡Joey! ―exclamé.
―Un millón de gracias―respondió Gibsie, sonando aliviado―Eres un
sol.
―No es molestia― contestó Joey, quitándome el teléfono de la mano―Y
me gustan crujientes―añadió antes de cortar la llamada y dejar caer el
teléfono en el asiento de al lado―Nos desviamos.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Qué haces? ―balbuceé, con los ojos muy abiertos―¡No vamos a ir
por ahí!
―¿Cuál es el problema? ―inquirió―Creí que eran amigos.
―Lo conozco del colegio, Joey―le dije―¡Eso no significa quesea su
amiga!
―Relájate, sólo hablamos por teléfono.
―¡Y tomarán un desayuno!
―Bueno, difícilmente me desvío tanto de mi camino para nada― Joey
se rió―Además, tengo hambre.
―Sí, de un plato de filete de pollo― le recordé
―Cambié de idea.
―¿Y Aoife? ―Pregunté―¿Y los chicos?
―Aoife y los chicos no volverán hasta la una― respondió―Ella misma
lo dijo.
―Joey, no podemos ir allí― le supliqué―Por favor.
―Shannon Lynch― dijo Joey en tono burlón―¿Te estás sonrojando?
―No― refunfuñé.
―Sabes que me parece bien que te guste, ¿verdad? ―Joey se rió entre
dientes―No soy esa clase de hermano. Lo único que quiero es que tengas
cuidado. Ya te he dicho de qué va. Se irá en verano, así que depende de ti si
quieres obsesionarte con algo temporal.
―No lo hago― mentí, mortificada.
―Pues relájate, ¿de acuerdo? ―dijo Joey ―Por lo tanto, no deberías
tener problema en parar a comer algo.
―Puedes hacer lo que quieras― Enfurruñada, crucé los brazos sobre el
pecho y resoplé―No pienso bajarme de este coche.
Media hora de tenso silencio después, nos detuvimos frente a un par de

BOYS OF TOMMEN #1
gigantescas puertas de hierro pintadas de negro y Joey bajó la ventanilla, estiró
el brazo y tecleó algo en el teclado. Unos instantes después, las puertas se
abrieron.
Me quedé pasmada.
―¿Tienes la contraseña de su puerta?
Mi hermano se rió.
Unos instantes después, las enormes puertas se abrieron y continuamos
por un largo y recto camino bordeado a ambos lados por enormes árboles. Al
cabo de unos minutos, vi una casa y respiré hondo.
Dios mío.
¿Aquí era donde vivía? Claro que sí.
"Guau", susurré para mis adentros, contemplando la enorme mansión de
estilo victoriano con un billón de ventanas y la puerta principal más grande que
jamás había visto.
―Lo sé― coincidió Joey con un suspiro impresionado.
Apoyé la mejilla en la ventanilla y contemplé el extenso césped y los
jardines mientras oía el crujido de la grava bajo los neumáticos. Era de color
gris piedra, pero estaba cubierto de tanta vegetación que parecía casi
majestuoso.
―Parecen seis de nuestras casas una al lado de la otra―susurré,
contemplando la propiedad―Hay como doce ventanas sólo en el nivel superior.
Joey se detuvo frente a la puerta principal y apagó el motor antes de salir.
―Deberías verlo desde dentro―dijo mientras se acercaba y cogía el
teléfono―Jodidamente increíble.
Seguí con la mirada a Joey mientras se acercaba a la puerta, llamaba una
vez y entraba.
Dios mío, mi hermano acaba de entrar en casa de Johnny Kavanagh.

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CAPÍTULO 33
Rey Del Clítoris Es Un Peligro
Estaba volcando el colchón de la cama cuando Gibsie entró en mi

habitación silbando para sí mismo.
―Localicé tu teléfono, Kav― anunció con orgullo.
―Gracias a Dios ―Me desplomé hacia delante aliviado y volví a dejar
caer el colchón sobre la base―¿Dónde estaba?
―En el coche de Joey.
Mis cejas se alzaron―¿Joey “el lanzador”?
Gibsie asintió―Alparecer.
―Imbécil― refunfuñé―Todo esto es culpa tuya.
―Lo sé― dijo alegremente―Pero te lo traerá.
―¿Sí? ―Suspiré aliviado―Me parece perfecto.
Cogí el edredón del suelo, lo tiré a la cama y volví a levantar a Sookie
con cuidado.
―Buena chica― le dije, sintiéndome fatal por haberla molestado.
―Eso es muy asqueroso, Johnny― dijo Gibsie frunciendo el
ceño―¿Dejarla dormir así en tu cama? ―Se estremeció ―Eres un maldito
asqueroso, viejo.
―Tú sí que eres asqueroso―gruñí, girándome hacia él―Ella está más

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limpia que tú― Le lancé una mirada de desprecio antes de añadir―Al menos
Sook no se vomita encima mientras duerme y se revuelca en el sofá de mi
madre.
―Prometiste que no volverías a sacar el tema― se quejó, con cara de
herido―Rompe promesas.
―Gibs―solté, esforzándome por tener paciencia―Estoy cansado.
Estuve despierto toda la noche cuidando de tu culo borracho. Me pasé media
noche poniéndote de lado para que no te ahogaras y dándote cuerda como a un
maldito bebé, y la otra media me la pasé limpiando tu vómito. Destrozaste el
salón. Llenaste de vómito el baño de abajo. Casi me matas de asfixia con tus
pedos Guinness cuando te traje aquí. Dame unas horas para recuperarme antes
de pedirme que no lo mencione.
―Bueno, al menos limpié con la manguera todos los restos―contestó
Gibsie tímidamente―Y el salón, el pasillo y el baño han vuelto a su antiguo
esplendor.
―Bien― dije―Es lo mínimo que tenías que hacer. Es tu puto vómito.
―¡Me hiciste dormir en el suelo, Johnny! ―resopló―Eso fue mezquino.
―Porque no se puede confiar en ti en las cosas bonitas.
―¿Ni siquiera una cama?
―Sí, Gerard, ni siquiera una cama.
―Sí, bueno, soy tu mejor amigo y me pones en el suelo― replicó con un
resoplido―La perra se queda en los pies de tu cama y yo en el puto suelo.
Arqueé una ceja―¿Estás diciendo que quieres dormir a los pies de mi
cama?
Gibsie me miró durante unos segundos antes de soltar una risita.
―Sí,bueno, no tengo ni idea de adónde quería llegar con eso.
―Yo tampoco, viejo― murmuré sacudiendo la cabeza―Yo tampoco.

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―Por cierto― dijo Gibsie con una sonrisa pícara―Le dije a tu hombre
Joey que le haría un desayuno como compensación por las molestias.
―Bien. Sólo déjalo todo ordenado. Mi mamá volverá por la
mañana―respondí, demasiado cansado para contemplar la terrible idea que era
tener a Joey Lynch en mi casa cuando era claramente escéptico de mis
intenciones hacia su hermana.
Y con justa razón...
Gibsie me miró expectante.
―No me mires así― le dije―Ya sabes dónde está la cocina. No voy a
cocinar para ti, joder.
―No estoy acostumbrado al gas―Gibsie se encogió de hombros con
impotencia―En casa tenemos electricidad.
―Tu mamá es repostera― espeté―¿Cómo es que no sabes manejar una
maldita cocina?
―Y la tuya es una diseñadora de moda llamativa― replicó―Pero no te
veo pavoneándote por ahí con abrigos de piel y bolsos de Prada.
―Eres un bebé, ¿lo sabías? ―gruñí―Eres como un bebé de gran tamaño
al que me han dado la custodia para que lo cuide.
Pasé junto a él y bajé las escaleras hasta la cocina.
―Saca la sartén... y lo que sea que estés planeando hacer― ordené―Y
no voy a cocinarlo para ti―refunfuñé mientras me acercaba a los fogones y
encendía el gas―Eres más que capaz de hacerlo por ti mismo.
―Eso espero― se rió Gibsie, arrastrando los pies hacia mí con los brazos
llenos de productos de cerdo y una bandeja de huevos.
―¿Crees que podrás arreglártelas sin quemar la casa? ―bromeé mientras
me alejaba de los fogones.
―Seguro―contestó Gibsie mientras se ponía manos a la obra y se

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acercaba demasiado a la llama.
Le miré con recelo, poco convencido―No te vayas a quemar.
―De acuerdo, papá― se burló antes de preguntar―¿Tienes
panecillos?― Volviéndose hacia mí, añadió―Me encantaría uno de los
panecillos de tu madre con el té.
Negué con la cabeza y me mordí la lengua, decidiendo dejar pasar este
momento de locura.
―Puede que haya un lote en el congelador, tendrás que calentarlos en el
horno primero.
―Ya lo sé― se burló.
―¿Lo sabes? ―murmuré en voz baja.
«Era un peligro. Un gran, tonto, leal como él solo, pero un tonto»
―¿Te conté la vez que tu chica me salvó de Brian? ―preguntó Gibsie
mientras rompía un huevo sobre la sartén, distrayéndome de mis pensamientos.
―¿Brian? ―Cuestioné, pensando en el malvado bastardo del gato de la
señora Gibson―¿Shannon te salvó de Brian?
―Claro que sí―musitó. Cogió una espátula del estante y la giró en su
mano mientras hablaba―Me encanta que ya ni siquiera niegues que es tuya,
amigo.
―Vete a la mierda―refunfuñé. La curiosidad se apoderó de mí entonces,
y puse el culo en un taburete de la isla y le miré―Dímelo.
Gibsie soltó una risita ante mi respuesta.
―Fue el día de mi cumpleaños, el mes pasado― explicó, echando media
docena de salchichas en la grasa chisporroteante―Había llevado a Brian a dar
un paseo hasta casa de Hughie, ya sabes cómo se pone cuando se le deja solo
demasiado tiempo.
―Sí― Asentí, sin pestañear ante esta información.

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Había habido al menos nueve ocasiones en los últimos dieciocho meses
en las que había llegado a mi casa con el gato parecido al Inspector Gadget.
―Se volvió loco, amigo―dijo―Se soltó de la correa y se fue al baño y
se cagó en la bañera.
―Como su dueño― bromeé.
―Mi madre nunca ha cagado en la bañera de nadie― gruñó Gibsie.
―Tu madre no― repliqué―Tú.
Gibsie frunció el ceño e inclinó la cabeza hacia un lado, devanándose
claramente los sesos en busca del recuerdo.
Decidí ayudarle―¿El partido contra el colegio de Tipperary en tercero
de primaria?
En sus facciones apareció el reconocimiento.
―Oh, sí― se rió―Eso no era un baño. Era una ducha en los vestuarios
del colegio y esos bastardos se lo merecían. Y en mi defensa, sólo tenía catorce
años.
―En defensa de Brian, sólo es un gato― le respondí.
―Ese bastardo sabe perfectamente lo que hace― refunfuñó Gibsie―De
todos modos, destruyó el collar, Johnny, y fue por nosotros cuando intentamos
recogerlo. Shannon entró, cogió al bastardo peludo y se lo llevó a casa. ¿Y sabes
lo que le hizo? Ronroneó. Estaba en su maldito elemento, amigo. Encantado de
la vida acurrucado junto a ella.
Afortunado Brian.
―¿Por qué sólo me entero de esto ahora? ―pregunté, intentando
mantener un tono neutro.
―Lo siento― se rió Gibsie―No sabía que tenía que comentarte cada vez
que hablo con la chica.
―No tienes que hacerlo― murmuré―Yo sólo...

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El sonido de golpes en la puerta principal llenó mis oídos momentos antes
de que el cierre de una puerta llenara el aire.
―¿Kavanagh? ―gritó una voz grave.
―¡Sube! ―gritó Gibsie, respondiendo por mí. Girándose hacia mí, me
guiñó un ojo y dijo ―Compórtate, amigo. Su hermano mayor está aquí.
Brillante, jodidamente brillante.
―Jesucristo―dijo Joey Lynch cuando entramos en la cocina unos
instantes después, con mi teléfono en la mano y luciendo un moratón purpura
bajo el ojo derecho que yo había estado demasiado borracho para notar la noche
anterior.
A la clara luz del día, me encontré midiendo a este tipo.
Era alto, pero yo le sacaba unos centímetros, como a la mayoría de los
chicos de nuestra edad.
Obviamente, también estaba en buena forma, pero era el típico físico de
jugador de hurling, con músculos delgados y recortados, hecho para la agilidad
y la velocidad, más que para una musculatura considerable.
―Deberías tener un guía turístico en la puerta principal―añadió,
mirando alrededor de mi cocina antes de posar su mirada en mí―Esta casa es
como un museo.
―Así es― se rió Gibsie―Es una mansión.
Levantándome del taburete, cerré el espacio entre nosotros y lo saludé.
―Gracias por esto―dije, agarrando el teléfono―Te agradezco que
hayas venido hasta aquí con él.
―Sí, bueno, Rey del Clítoris fue muy persuasivo―respondió con una
sonrisa burlona. Volviendo la mirada hacia Gibsie, arqueó una ceja
expectante―¿Cómo va mi comida, chef?
―Más rápido que una puta en un burdel, mi buen señor―le respondió

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Gibsie por encima del hombro―¿Huevo?
―Viejo―musitó Joey, acercándose a donde Gibsie se agachaba y
esquivaba salpicaduras de grasa―¿Tienes edad para usar la cocina sin tu mami?
Cristo, este tipo tenía un gran valor para entrar en mi casa y exigir comida
y por extraño que parezca, me gustó. Joey Lynch parecía una persona directa y
yo respetaba eso en una persona.
―Lo dudo― respondió Gibsie riendo―Es mi primera vez.
Gibsie jugueteó con las perillas de la estufa y una enorme llama voló
hacia arriba, chamuscándole la ceja.
―¡Dios! ―rugió Gibsie, dándose una palmada en la cara―Estoy
ardiendo.
―Dame eso antes de que te hagas daño―ordenó Joey, arrebatando la
espátula de la mano de Gibsie, y dando un paso para voltear las tortillas y los
huevos.
Ajustando la placa a fuego medio, Joey le quitó el paño de cocina del
hombro a mi mejor amigo y empezó a limpiar las salpicaduras de grasa.
―Malditos chicos de colegio privado―murmuró en voz
baja―Acostumbrados a que les hagan todo.
―Mierda, Kav―se rió Gibsie, dando un paso atrás de la estufa―Estaba
equivocado. Este bastardo de aquí es el papá.
―Hazme un favor, Kav― Joey llamó por encima del hombro―Ve a ver
cómo está mi hermana, ¿quieres?
Mi corazón saltó en mi pecho―¿Shannon?
Joey asintió y cogió un plato de la encimera. Puso varios trozos de beicon
en el plato y añadió ―Está en el coche.
―¿Por qué la dejarías en el coche? ―Pregunté, con el tono
endurecido―Afuera hace un frío de muerte.

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―Porque no quiso venir conmigo― replicó Joey con un tono que sonaba
a "duh"―Puedes intentar que entre si quieres, pero no cede.
No necesitaba pedírmelo dos veces.
O darme permiso una vez, para el caso.
Ya estaba de pie y me dirigía a la puerta principal.

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CAPÍTULO 34
Destrozada Por Perros Y Sentimientos
Conmocionada, me senté en el asiento trasero del coche de Aoife y me

quedé mirando la casa de los Kavanagh, debatiendo mis opciones.
¿Debía entrar? ¿Esperaba aquí fuera? ¿Me hacía un ovillo y fingía que no
estaba aquí? ¿Estaba su madre dentro? ¿Estaba su padre?
Estaba mortificada por lo que había pasado el viernes, y aunque había
estado bien cuando estuvimos juntos en el pub y en el cine, me había pasado las
dos últimas noches despierta y ahogándome en la humillación por haber
vomitado delante de Johnny.
Ese chico me había sacado de quicio, y estar en su espacio personal era
algo que no sabía cómo manejar. No estaba segura de poder manejar mis
sentimientos por él. Mis pensamientos se interrumpieron cuando dos enormes
patas amarillas golpearon la ventana.
Sobresaltada, desvié la mirada y me encontré con dos perros de aspecto
idéntico con collares de color rosa brillante que me devolvían la mirada,
gimoteando ruidosamente, con la boca abierta y la lengua hacia un lado.
Sin pensármelo dos veces, desplacé el asiento de Joey hacia delante y salí

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del coche. En cuanto mis pies tocaron la grava, me asaltaron besos y
aullidos mientras los dos perros intentaban trepar por mi cuerpo.
―¡Hola, chicas! ―Me agaché y las acaricié a las dos.
Mi afecto sólo pareció emocionarlas porque una de las perras saltó sobre
mí, sus patas golpeando con fuerza contra mi pecho.
―¡Wow!
Perdí el equilibrio y me caí de culo con un sonoro ooof.
En cuanto caí al suelo, las dos se lanzaron sobre mí, babeándome la cara
y el cuello. Riéndome, intenté agachar la cara, pero fue inútil, porque estos
perros eran persistentes con sus cariños.
De lo que no me di cuenta en el coche fue de que ambos perros se habían
revolcado claramente en estiércol de vaca últimamente, porque no sólo tenían
el pelaje enmarañado de barro, sino que apestaban muchísimo.
Después de una batalla infructuosa para ponerme de pie, acabé de
espaldas sobre la grava empapada por la lluvia, mientras ellos me olfateaban y
manoseaban y básicamente lamían cada centímetro de piel expuesta.
―Son un par de amistosas―me reí entre dientes, renunciando a cualquier
intento de escapar. Podía sentir la humedad filtrándose en mi ropa, pero no hice
ningún movimiento para levantarme.
Aunque quisiera, no podría.
―Hola― me reí, sonriendo a la que había decidido que mi estómago era
el lugar perfecto para su trasero. Tenía las patas firmemente apoyadas en mis
hombros mientras me lamía la cara―Eres una chica encantadora, ¿verdad?
Arrullé, mientras me agachaba y esquivaba un lengüetazo en la boca. Era
bastante inútil teniendo en cuenta que la otra estaba de pie junto a micabeza,
luchando por llamar la atención.
―Cuidado―advertí al que estaba junto a mi cabeza―Mi cara está

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sensible.
―¡Bonnie! ¡Cupcake! Suéltala ―ordenó una voz familiar desde cerca,
pero ninguno de los dos perros hizo caso.
En lugar de eso, parecieron redoblar sus esfuerzos por dejarme en un
coma perruno. Unos instantes después, un par de manos se engancharon bajo
mis axilas. Sobresaltada por el repentino contacto, mis extremidades se trabaron
por sí solas mientras me levantaban del suelo.
Johnny me puso de pie y me empujó rápidamente detrás de él mientras
las perras se abalanzaban sobre nosotros.
―¡No! ―ordenó. Me rodeó con un brazo y levantó el otro en señal de
advertencia―Bonnie― gruñó―Eres una chica mala―Sus ojos se desviaron
hacia el otro perro que se acercaba sigilosamente―Cupcake, ni se te ocurra
hacer esa mierda.
Metió la mano en el bolsillo, sacó una pelota de tenis y la agitó delante
de los perros, captando su atención al instante.
―Sí, lo ven, ¿verdad? ―les dijo Johnny, y luego la lanzó al otro lado del
patio.
Aterrizó en algún lugar fuera de la vista y las dos perras salieron
corriendo tras él. Aproveché su momentánea distracción para quitarme la goma
del pelo y colocármelo sobre el hombro izquierdo, ocultando el lateral de mi
cara a su vista.
―Lo siento por ellas― dijo Johnny cuando perdió de vista a los perros.
Se volvió hacia mí, me echó un vistazo rápido e hizo una mueca―Jesús, te
destrozaron.
Estaba tan aturdida al verlo, tan insegura de qué hacer o decir, que tardé
unos instantes en aclarar mis ideas y darme cuenta de que me estaba hablando
a mí.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Cómo?
―Tu ropa― me explicó, haciendo gestos de arriba abajo. Me miré y
reprimí un gemido.
Sí, tenía razón.
Estaba destrozada por una combinación de barro, lluvia, mechones de
pelo y babas de perro.
―Oh, ah, si―Mortificada, intenté limpiarme las manos en mis
pantalones de chándal azul marino, pero la baba se me quedó pegada a los
dedos―Sí, lo estoy―dije, forzando una pequeña risa, cuando lo único que
quería era zambullirme en la parte trasera del coche de Aoife y desaparecer.
―Lo siento por ellas―se disculpó Johnny, pareciendo un poco
avergonzado―Esas dos son salvajes.
Sacudiendo la cabeza, exhalé un fuerte suspiro y dije ―No, está bien. No
me importaba. Bonnie y Cupcake son muy lindas.
―Bonnie y Cupcake no están muy entrenadas ―corrigió Johnny con una
mueca. Metiendo las manos en los bolsillos del pantalón de chándal gris que
llevaba, añadió―Son las mascotas de mi madre. Ella las trata como si fueran
humanos, así que ellas creen que lo son.
―¿Están tus padres en casa? ―pregunté, sintiéndome increíblemente
nerviosa ante la idea de que mi hermano estuviera cerca de alguno de sus padres.
Joey no se andaba con rodeos y solía decir lo que se le pasaba por la
cabeza. Era muy posible que hablara del incidente de la conmoción cerebral.
―No, están en Dublín― me dijo Johnny―Mi padre está trabajando allí
en este momento.
Mis ojos se abrieron de par en par―¿Te dejaron solo en casa?
Sonrió satisfecho―No tengo cuatro años.
―Ya lo sé― respondí, ruborizándome.

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―Mis padres viajan por trabajo―explicó, apiadándose de mí―Suelo
estar siempre solo.
Por alguna razón, esas palabras me molestaron.
“Suelo estar solo”.
Era una declaración que me causaba tristeza.
Frunciendo el ceño, Johnny se acercó y me apretó -sí, literalmente me
apretó- la barbilla con la mano.
―¿Qué mierda es eso? ―preguntó, con la voz muy baja, mientras sus ojos
azules ardían.
―¿Qué? ―exclamé, presa del pánico.
Me levantó la barbilla, me apartó el pelo del hombro y soltó un gruñido
grave.
―Eso― gruñó, pasándome el pulgar por el pómulo―Y eso― añadió,
rozando la curva de mi ojo.
El contacto fue tan suave que me hizo dar un respingo de nervios más que
de dolor. Me quitó la mano de la cara, pero se quedó exactamente dónde estaba,
tan cerca que pude ver la vena de su cuello al apretar y aflojar la mandíbula.
―Shannon, ¿qué te pasó en la cara?
―Oh, ¿eso? ―Riendo nerviosamente, me recogí el pelo detrás de la
oreja.
Inmediatamente me arrepentí de la acción cuando sentí la baba parecida
a los mocos escurrirse entre mis dedos y el pelo. No era suficiente con parecer
una vagabunda, tenía que añadir a la ecuación un pelo empapado de babas.
―Sí, eso― dijo Johnny, mirándome la mejilla―¿Quién te hizo eso?
―Nadie. Anoche me caí sobre la torre de Lego de mi hermano y casi me
pego un golpe en la mesa de la cocina.
La frase que había ensayado a la perfección para mañana en el colegio
salió de mi boca con la precisión necesaria para sonar creíble. Llevaba tanto

BOYS OF TOMMEN #1
tiempo mintiendo sobre la procedencia de los cortes y moratones de mi cuerpo
que la mentira salía de mis labios sin esfuerzo.
―¿Esperas que me crea eso? ―me sorprendió Johnny.
Lo miré con el ceño fruncido.
Era una buena historia, de hecho, era una historia creíble. ¿Por qué no
la creía?
―Sí― balbuceé, nerviosa por su franqueza―Porque eso es lo que pasó.
Arqueó una ceja
―¿Intentas decirme sinceramente que te hiciste una herida en el ojo?
Me encogí de hombros sin compromiso― Son cosas que pasan.
―Normalmente no― me dijo―Debes haber corrido a toda velocidad
para golpearte así― añadió, con los ojos clavados en los míos,
incrédulo―¿Estabas corriendo? ―preguntó―¿De algo? ―Se acercó más ―¿O
de alguien?
La autopreservación rugió en mi interior; las caras de mis tres hermanos
pequeños fueron la fuerza motriz de mis siguientes palabras.
―¿Qué intentas decir exactamente?
―No estoy tratando de decir nada aquí, Shannon―contraatacó
acaloradamente―Te estoy pidiendo que me digas la verdad.
―Te estoy diciendo la verdad―solté, con la voz quebrada―Deja de
presionarme―Se me llenaron los ojos de lágrimas y las aparté
rápidamente―¡Dios!
Me sentía fatal por haberle mentido, pero no podía decir: "Ah, sí, cuando
mi papá está borracho, le gusta darme una paliza y tirarme como a un muñeco
de trapo".
Fue en ese preciso momento cuando el cielo decidió abrirse sobre
nosotros, descargando una lluvia torrencial de marzo que nos empapó a los dos.

BOYS OF TOMMEN #1
Agradecida por el aguacero, me di la vuelta y me apresuré a volver al coche.
―No hagas eso― me pidió Johnny―No vuelvas al coche.
Sacudí la cabeza y abrí la puerta de un tirón.
―Lo siento, ¿sí? ―Johnny me rodeó y volvió a cerrar la puerta del
coche―No te presionaré―Girándome hacia él, dijo―No diré ni una palabra
más al respecto.
Extendió la mano para tocarme la cara, pero rápidamente desvió sus
movimientos, ahuecándose la nuca en su lugar.
―¿Está bien?
Asentí con la cabeza y solté un suspiro entrecortado―De acuerdo.
Johnny exhaló pesadamente, con expresión de alivio―¿Quieres entrar
conmigo?
―Probablemente debería esperar en el coche―murmuré, apenas capaz
de mirarle a los ojos―No quiero molestar, a diferencia del idiota de mi
hermano, que aparentemente no tiene reparos en entrar en casa de extraños y
comerse su comida.
―En primer lugar, yo no soy un extraño para ti, y tú no me estás
importunando―corrigió Johnny bruscamente mientras la lluvia caía sobre los
dos ―En segundo lugar, te estoy invitando a mi casa― añadió, pasándose una
mano por el pelo ahora empapado―Te estás empapando―Su mirada me
recorrió una vez más antes de inclinar la cabeza hacia la casa―Quiero que
entres.
―¿Estás seguro? ―pregunté.
Asintió lentamente―Por supuesto.
―De acuerdo―susurré insegura―¿Solo si estás seguro de estar seguro?
―Estoy seguro de estar seguro ―bromeó Johnny―Vamos.
Johnny se dio la vuelta y corrió hacia la puerta principal, sólo para darse

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la vuelta y volver trotando hasta donde yo estaba clavada al suelo. Me puso las
manos en los hombros y me acompañó hasta el interior de lacasa.
―¿Ves? ―me dijo cuando estuvimos dentro y la enorme puerta se cerró

detrás de nosotros―No salió tan mal, ¿verdad?
Negué con la cabeza.
Johnny se sacudió como lo haría un perro, haciendo que las gotas de
lluvia salpicaran por todas partes.
―¿Te ríes de mí, Shannon “como el río”? ―bromeó al notar mi sonrisa.
Volví a negar con la cabeza.
Esbozó una de esas grandes sonrisas de dobles hoyuelos que hacían que
se me saliera el corazón del pecho antes de hacerme un gesto para que lo
siguiera por el largo vestíbulo y entrara en un espacioso recibidor con dos
enormes arcos a cada lado de la habitación, que llevaban a Dios sabe dónde.
Con cuidado de mantener los labios apretados -y no dejar que se me
abriera la boca como quería-, contemplé la enorme escalera que ocupaba el
centro de la escena, con su intrincada estructura de madera con cabecitas de
león talladas en la parte superior.
Mi mirada se dirigió hacia la parte superior de la escalera, donde ambos
lados del rellano eran claramente visibles a través de las barandillas de madera
que acababan uniéndose a la pared a ambos lados.
―Es una casa antigua― dijo Johnny a modo de explicación. ―Como de
ciento cincuenta años o algo así― Parecía incómodo mientras hablaba. ―Mi
mamá no quiso cambiar demasiado el diseño original cuando la compramos.
Reformamos la mayoría de las habitaciones y pusimos una cocina nueva, pero
mamá quería conservar algunas de las partes originales―Encogiéndose de
hombros, añadió―Ella dice que el lugar tiene carácter o alguna mierda por el
estilo.

BOYS OF TOMMEN #1
―Tiene razón―suspiré, dando un giro de 360° grados para contemplar
los techos ridículamente altos y las lámparas de cristal―Creo que podría caber
toda mi casa en este salón.
―¡Johnny! ―La voz de Gibsie atronó desde el arco de la izquierda―La
comida está lista.
―¿Tienes hambre? ―preguntó Johnny mientras me llevaba por el largo
pasillo hasta la puerta del fondo―Conociendo a Gibsie, está dispuesto a freír
todo el contenido de la nevera.
Sacudí la cabeza, mis brazos se movieron para envolver mi cuerpo casi
de forma protectora, mientras seguía tras él.
―Estoy bien.
En el momento en que Johnny empujó la puerta de la cocina para abrirla,
nos vimos bañados por la luz del sol y el delicioso aroma de las tortitas
cocinándose.
―Hey, es la pequeña Shannon―dijo Gibsie, dando vuelta de su posición
en una gama de la estufa que miraba impresionante para sonreír y agitar una
espátula en mí―¿Consiguió Johnny que entraras o fue el olor de mi increíble
cocina lo que te atrajo?
―Está lloviendo―murmuré, conteniendo un escalofrío cuando la
humedad de mi ropa empezó a filtrarse en mi piel.
―Cocinaste un huevo, Gibs, bajo mi supervisión― dijo Joey, que estaba
sentado en un taburete en el centro de la isla―No eres Darina Allen.
―Gracias por eso, Lynchy ―Con la sartén en la mano, Gibsie se acercó
a donde estaba sentado mi hermano y le puso un huevo en el plato―Y me
gustan más mis partes masculinas.
Extendiendo la mano por la encimera, Joey cogió la tetera cubierta de té
y sirvió dos tazas de té antes de agitar la tetera en nuestra dirección.

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―Shan, Kavs, ¿té?
¿Gibs? ¿Lynchy? ¿Kavs?
Eso era típico de Joey: crear una amistad con la misma facilidad con la
que chasqueaba los dedos. Una repentina sacudida de celos me quemó por
dentro, la injusticia de lo fácil que le resultaba la vida a mi hermano me hacía
sentir mal. Esa pizca de celos fue rápidamente sofocada por el enorme tsunami
de culpa que me envolvió.
Joey no tenía nada fácil.
Sacaba lo mejor de cada situación.
Sólo intentaba sobrevivir como el resto de nosotros.
―¿Puedo traerte una toalla o algo? ―Johnny se ofreció en voz baja, con
la mirada recorriéndome. Frunciendo el ceño, añadió―Estás empapada.
―Mierda― exclamó Joey, sobresaltándome―En el nombre de Jesús,
¿qué te pasó?
Dejó la tetera en el suelo, se levantó y se acercó a mí.
Acercándose, Joey me olió y retrocedió rápidamente.
―Por Dios,Shannon― se atragantó―¿En qué te revolcaste, en mierda
de perro?
«Vaya, qué tacto, hermano mayor, muchas gracias...»
―¡No! ―Me resistí y traté de olfatearme discretamente―No huelo.
―¿No hueles? ―replicó Joey burlonamente―Hueles tan mal que me
lloran los ojos.
¡Dios, Joey!
―Mis perros la machacaron―intervino rápidamente Johnny, pasándose
otra mano por el pelo. Gotas de agua seguían goteando de sus anchos hombros
a las baldosas del suelo mientras hablaba―La tiraron al suelo y se revolcaron
sobre ella.

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―Huh― dijo mi hermano―Es curioso que mi hermana siempre parece
ser maltratada y golpeada cuando estás cerca de ella, Kavanagh.
La mandíbula de Johnny se crispó, pero no respondió.
Volviendo su atención hacia mí, Joey dijo―Tienes que quitarte esa ropa
mojada, Shan, antes de que cojas una pulmonía.
Abrí la boca para responder, pero mi hermano continuó sin darme
oportunidad.
―¿Tienes algo que pueda ponerse? ―Joey preguntó, mirando a
Johnny―¿O algo para enmascarar ese olor espantoso?
Johnny asintió lentamente―Sí, puedo encontrar algo...
―¿O podemos irnos? ―Ofrecí, mirando a mi hermano, rezando para que
entendiera la indirecta―Deberíamos irnos a casa, Joey.
―No vas a entrar en el coche de mi novia oliendo así―replicó Joey.
―No seas tonto― gruñí―Llévame a casa.
―No pueden irse a casa todavía. Aún no hemos tomado el té y
charlado― dijo Gibsie―Y tengo bollos cociéndose en el horno.
―¿Horneaste bollos? ―pregunté, momentáneamente distraída―¿Tú?
―Sí, yo―replicó Gibsie, con cara de herido―Que sepas que soy un
panadero maravilloso.
―Lo siento―contesté rápidamente, sin querer ofenderle―Es que no me
pareces un panadero.
―Tranquila, te estoy tomando el pelo― se rió―No tengo ni idea de lo
que hago―Señaló la estufa y dijo ―Por lo que sé, esos bollos podrían matarnos.
―¿Bollos asesinos? ―Arrugué la nariz ante el concepto―Entonces
espero que no te importe que pase.
Gibsie se rió―Me caes bien―Miró por encima de mi cabeza y dijo―Me
gusta― antes de volver a centrar su atención en mí―Pero no el olor― Se tapó

BOYS OF TOMMEN #1
la nariz con los dedos y añadió―Tu hermano tiene razón: tienes que cambiarte.
―Está bien, me voy a casa… ―Empecé a decir, pero una vez más, fui
interrumpida, esta vez por Gibsie.
―Johnny, ella puede ducharse aquí, ¿no? ―Mis ojos se abrieron de par
en par.
―¿Qué?
―Eh, sí, supongo― Johnny, que todavía estaba de pie detrás de mí,
respondió lentamente―¿Si ella quiere?
Joey, que había vuelto a su posición en la isla, asintió con la cabeza.
―Buena idea, Gibs― aceptó entre bocados de huevo y salchicha.
―Lávate ese olor a perro mojado antes de que tengamos que conducir a
casa confinados.
―Yo no huelo― murmuré.
―Apestas― dijeron Gibsie y Joey al unísono.
―Váyanse a la mierda los dos y déjenla en paz―dijo Johnny, sonando
molesto―No huele nada mal.
―No la hueles porque eres inmune―replicó Gibsie. Volviéndose hacia
Joey y dijo―Él deja que su perra mugrosa duerma en su cama todas las noches.
―Vuelve a llamar mugrosa a mi perra y te golpearé con ese
sartén―advirtió Johnny.
―Mis más sinceras disculpas, amigo― Gibsie levantó las manos en señal
de retirada―Nunca quise insultar a tu preciosa perra.
Ignorando las risitas y las bromas, me di la vuelta y miré fijamente a
Johnny.
―Siento mucho todo esto.
Su atención pasó de los chicos a mí y se quedó allí.
―No pasa nada, Shannon― Su voz era indiferente, pero sus ojos ardían

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con algo que me daba miedo descifrar porque tenía la clara sensación de que en
ese momento mis ojosreflejaban lo mismo que los suyos―Puedes ducharte en
mi baño.
―No, de verdad, está bien―Mi cara ardía de vergüenza―No tengo que
ducharme en tu casa.
―Ah no, sí que tienes― espetó Joey―Lo dije en serio cuando dije que
no te subirías al auto de Aoife oliendo de esa manera. Podría darte una calada
con el estado en el que te encuentras.
―Por el amor de Dios―espetó Johnny.
Abrió de un tirón la puerta de la cocina, me cogió de la mano y
prácticamente me arrastró por el pasillo.
―Vamos― me ordenó―Yo cuidaré de ti.
―Eh, de acuerdo―le dije, porque, sinceramente, ¿qué esperanza teníade
negarme cuando un gigantesco jugador de rugby me arrastraba por su casa?
―Para que conste―dijo Johnny por encima del hombro mientras me
empujaba escaleras arriba, girando a la derecha cuando llegamos al piso de
arriba―No creo que huelas tan mal.
―Um, ¿gracias? ―exclamé con dificultad, insegura de cuál sería la
respuesta adecuada a un chico que te dice que no hueles tan mal, y sin fuerzas
para pensar en algo mejor.
Se movía deprisa, con mi mano aún enredada en la suya, y tuve que correr
para seguir sus largas zancadas. No dejó de moverse hasta que llegamos al final
del pasillo y nos encontramos ante una puerta cerrada.
Me di cuenta de que habíamos pasado al menos por media docena de
puertas más en este sector del pasillo, pero estaba demasiado mareada por
intentar seguirle el ritmo como para fijarme realmente en lo que me rodeaba.
Johnny me soltó la mano, empujó la puerta hacia dentro y entró,

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haciéndome un gesto para que le siguiera. Lo hice, y fue como entrar en una
versión de dormitorio del salón de la fama. La habitación era enorme, las
paredes azules y la enorme cama con dosel ocupaba el centro del escenario.
Frente a la cama había un centro de entretenimiento que parecía un cine
en miniatura, pero ninguno de esos detalles fue lo que más me llamó la atención.
Fueron las filas y filas de trofeos y medallas que adornaban las paredes lo que
atrajo mi atención de inmediato. Las paredes estaban repletas de camisetas
enmarcadas, gorras de aspecto peculiar y posters de la selección irlandesa de
rugby.
En la pared del fondo, entre dos ventanas, había un enorme escritorio de
roble. Encima del escritorio había un ordenador portátil de aspecto caro y
montones de libros de texto y exámenes. También había una enorme pizarra de
corcho pegada a la pared.
Pegadas a la pizarra había innumerables fotografías de diferentes
deportistas famosos. Todos ellos aparecían junto a Johnny.
―Así que…―dijo Johnny encogiéndose de hombros―Esta es mi
habitación.
Se acercó a su cama y metió varias prendas de ropa debajo de ella.
―Es una bonita habitación…―respondí, mordiéndome el labio mientras
miraba a mi alrededor.
Como era típico en los adolescentes, estaba completamente desordenada,
con los posters obligatorios de chicas semidesnudas con pechos enormes
adornando las paredes. Había ropa esparcida por todas partes, y los mandos de
la PlayStation y los juegos estaban tirados por el suelo junto al televisor y un
par de pufs de cuero.
―Puedes ducharte aquí― dijo Johnny. Sacudiendo la cabeza, se puso en
marcha, dirigiéndose a una puerta en la esquina izquierda de su habitación, cerca

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de su cama.
―¿Estás seguro? ―exclamé, sintiéndome increíblemente intimidada por
estar de pie en su espacio personal y potencialmente quitándome toda la ropa.
Éramos prácticamente desconocidos.
Parecía incorrecto estar en su espacio.
Parecía mal, pero estaba tan bien...
―Sí, no hay problema―respondió rápidamente, abriéndome la puerta.
Asomó la cabeza dentro un momento antes de volver a salir―Hay toallas
limpias en el perchero. Usa las que quieras.
Mierda.
Esto era una locura.
Era demasiado surrealista.
Salí de casa esta mañana para comprar unas patatas fritas y una lata de
Coca-Cola, y ahora estaba en la habitación de Johnny Kavanagh, a punto de
ducharme en su cuarto de baño. ¿Cómo era posible?
―¿Quieres que meta tu ropa en la secadora mientras te duchas? ―me
preguntó, devolviéndome al presente.
―¿Mi ropa? ―Me llevé las manos al medio y negué rápidamente con la
cabeza―No, está bien.
Asintió con rigidez y le vi meter varias prendas más debajo de la cama.

―Te daría algo de mi madre, pero cierra con llave su cuarto de ropa
cuando viaja.
―¿Su cuarto de la ropa?
―Sí, mi madre confecciona ropa― Johnny se movió incómodo―En mi
opinión, es más bien un puto armario gigante, pero ella lo llama su
oficina―Hizo una mueca, claramente pensando en algo gracioso―Gibs entró
allí una vez y destrozó una pieza importante para una nueva línea en la que

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estaba trabajando, así que ahora la mantiene cerrada cuando está en Londres.
―¿Tu mamá diseña ropa?
―Sí.
Mis ojos se abrieron de par en par―¿Como una diseñadora de moda?
Johnny asintió.
―¿En Londres? ―Otro asentimiento―¿En serio?
―Sí.
Guao...
―¿Qué es tu padre? ―Murmuré―¿Médico?
―No, es abogado―respondió sin pestañear.
Jesús.
Su madre era diseñadora de moda y su padre un maldito abogado de clase
alta. Bueno, al menos eso explica la mansión en la que estoy.
La mirada de Johnny se desvió entonces hacia su mesilla de noche y se
apresuró a abrir de un tirón el cajón superior antes de esconder el contenido que
había encima.
―Voy a buscarte algo que puedas ponerte―murmuró, con las mejillas
ligeramente sonrosadas, mientras cerraba el cajón de un empujón y metía debajo
de la cama un montón de papeles que se habían caído de la cómoda―Dejaré
algo de ropa sobre la cama por si quieres... Elige lo que quieras.
Dudé, dando un paso hacia delante y tres hacia atrás, antes de respirar
hondo y acercarme a la puerta del baño. Johnny se hizo a un lado para que yo
pasara, pero era tan grande que aun así conseguí rozarle.
―Gracias, Johnny―susurré antes de entrar corriendo en su cuarto de
baño con las hormonas revolucionadas y el corazón palpitante.
―De nada, Shannon―le oí decir justo antes de cerrar la puerta.
Dios mío.
¿Qué demonios estaba pasando?

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CAPÍTULO 35
Respuestas
―Tengo una pregunta, Joey “jugador de hurling” ―gruñí cuando volví

a la cocina tras dejar a su hermana desnuda en la ducha.
―Adelante, señor Rugby― respondió Joey, imperturbable.
Desvié la mirada hacia Gibsie e hice un gesto hacia la puerta.
―Necesito un minuto a solas, Gibs.
Mi mejor amigo debió de ver la furia en mis ojos porque, por una vez en
su vida, no hizo ningún comentario inteligente ni soltó ningún chiste.
Simplemente se levantó y salió de la cocina, cerrando la puerta tras de sí.
―Ahora―dije cuando nos quedamos solos, con los ojos clavados en
Joey―¿Quién demonios le está poniendo las manos encima a tu hermana?
Joey enarcó las cejas.
―Sí, ya me oíste―gruñí―El viernes la encontré de rodillas en el
colegio, vomitando― Me pasé una mano por el pelo, furioso y más que
agitado―Algo le está pasando y quiero saber qué es.
―¿Por qué?
―Porque quiero arreglarlo.
―¿Por qué?
―Porque nadie debería poner su maldita mierda sobre ella― exclamé.

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―¿Qué te dijo? ―preguntó con calma.
―Que se cayó encima de los Legos― le dije.
«Se cayó sobre Legos mi culo, más bien, se cayó sobre un puño»
Joey me estudió con sus agudos ojos verdes durante un largo rato antes
de asentir.
―Si Shannon dice que eso es lo que pasó, entonces eso es lo que pasó.
―¡No, no! No me vengas con esa mierda ―siseé, frustrado―No es la
primera vez que la veo con marcas ―Recordé claramente una marca roja en su
cara hace un par de semanas, y esa marca en la nuca el viernes―¿Qué le está
pasando?
Joey se recostó en su taburete, mirándome con una jodida expresión de
superioridad que odiaba. Él sabía algo que yo no sabía, y me estaba volviendo
loco. Sí, ya no estaba seguro de que Joey “el lanzador” me cayera tan bien.
―¿Quién está lastimando a tu hermana? ―Repetí.
Tenía que darme algo antes de que sacara conclusiones precipitadas y le
pateara el culo.
―¿Son esos imbéciles de tu colegio?
«¿La golpearon por lo que hice en el bar el viernes?»
―¿Fueron ellos? ―Pregunté―¿Esas chicas?
Joey permaneció en silencio.
―¿Le están haciendo daño? ―pregunté.
Siguió mirándome fijamente
―¿Le estás haciendo daño?
Arqueó una ceja.
―Amigo, será mejor que empieces a hablar, porque hermano o no
hermano, te patearé el puto culo.
―Tendrás que hablar con Shannon― dijo finalmente―No puedo darte

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las respuestas que quieres.
―Sí que puedes― espeté―Abre la boca y habla.
―No― Sacudió la cabeza―No puedo y no lo haré. Si confía en ti lo
suficiente, te lo dirá. Si no, no lo hará. En cualquier caso, no es mi decisión.
―¿Qué mierda se supone que significa eso? ―Pregunté, furioso―¿No
es tu decisión?
―Es exactamente lo que escuchaste― replicó Joey―Quiere decir que
no es mi decisión. Pero puedo asegurarte que nunca le he puesto las manos
encima a mi hermana― añadió, fulminándome con la mirada―Ni a ninguna
otra mujer, para el caso.
―Quiero saber qué está pasando aquí, Lynch―espeté, esforzándome por
mantener el control―Si está siendo intimidada o alguna mierda así, entonces
puedo ayudar. Puedo arreglarlo si me lo dices.
Sus cejas se alzaron―¿Puedes arreglarlo?
―¿Por ella? ―Asentí con determinación―Por supuesto.
―Te gusta― Arqueó otra ceja y ladeó la cabeza.
―Quizá incluso es mucho más que gustarme.
No me molesté en negarlo.
No a él.
No era Gibsie, o uno de los chicos de la escuela tratando de sacarme de
quicio. Él era su hermano. Sabía que no debía soltar esa mierda en estos
momentos.
―Quiero saber qué está pasando―fue todo lo que respondí―Lo
necesito.
―Escucha, me encantaría contártelo―dijo finalmente Joey con un
pesado suspiro ―Yo no tendría ningún maldito problema en contártelo todo.
No tengo nada que ocultar. Pero ella -señaló la puerta detrás de mí- no querrá

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que lo haga. Se moriría si pensara que alguien conoce sus asuntos. Después de
toda la mierda que le cayó encima en BCS, quiere ese borrón y cuenta nueva en
Tommen. Yo también quiero eso para ella.
―¿Así que está siendo intimidada? ―Mi corazón se hundió―¿Alguien
en Tommen? ―Si alguien de Tommen le hizo eso en la cara, entonces iba a
quemar el maldito colegio―¿O de su antigua escuela?
Me costaba creer que esos asquerosos del bar fueran tan estúpidos como
para hacer otra jugarreta con ella. Llámame engreído, pero el viernes les di un
susto de muerte.
Joey me miró fijamente durante un largo rato antes de negar con la
cabeza.
―Escucha, Kavanagh― dijo finalmente―Si quieres saber lo que pasa
dentro de su cabeza, entonces merécelo.
―¿Que me lo merezca? ―Fruncí el ceño ante sus palabras―¿Merecer
qué?
―Eres un tipo listo― replicó―Ya te darás cuenta.
Negué con la cabeza―Yo no...
Mis palabras fueron cortadas por el sonido del teléfono de Joey mientras
sonaba con fuerza.
Tranquilo como una brisa, levantó un dedo y sacó el teléfono del bolsillo,
echó un vistazo a la pantalla y murmuró una retahíla de maldiciones antes de
acercárselo a la oreja.
―¿Qué demonios quieres? ―espetó.
Levantándose del taburete, Joey se acercó a la estufa y me dio la espalda
mientras hablaba en voz baja.
―No, ya te lo han dicho... no hay vuelta atrás... me importa una mierda
cuánto lo sientas... no... ¿Ella está dónde?
Vi como todo el cuerpo de Joey se ponía rígido. Me esforcé por oír a la

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persona de la otra línea, pero era imposible.
―¿Cuándo pasó eso...y el bebé...bueno...no...qué mierda quieres que te
diga... por qué iba a estar triste... es un maldito alivio, eso es lo que es... bien...
sí, allí estaré... acabo de decir que allí estaré, ¿no?
Joey miró detrás de él y me pilló mirándoló. Arqueé una ceja, sin
importarme una mierda que supiera que estaba escuchando a escondidas.
Eso era lo que estaba haciendo.
No iba a negarlo.
―Estaré allí― dijo Joey en un tono bajo―Estoy en camino. Con
eso, terminó la llamada y se metió el teléfono en el bolsillo.
―Tengo que irme― dijo en ese tono tranquilo, frío y sereno suyo.
―¿Irte? ―Me quedé boquiabierto―¿A dónde?
―Tengo que ir a un sitio―fue lo único que contestó y se dirigió a la
puerta.
―Mierda, espera―le ordené interponiéndome en su camino―Tu
hermana está en la ducha.
―Sí―Se frotó la mandíbula y dijo―Voy a necesitar que la cuides por
mí.
―¿Cuidarla? ―Sacudí la cabeza, intentando comprender qué
demonios estaba pasando―¿Quieres que me quede con tu hermana?
―Eso es lo que dije, ¿no? ―Joey respondió con fuerza.
―No dices nada― gruñí―Ese es el problema. No me dices una mierda.
―Sí te lo dije― espetó―Te dije que le preguntaras a Shannon.
―Entonces, ¿vas a dejarla aquí? ―Le pregunté―¿Por cuánto tiempo?
―No lo sé― respondió Joey.
―¿No lo sabes?
―Sí, maldición, no lo sé― espetó―¿Es eso un problema?

BOYS OF TOMMEN #1
―No es un problema que ella esté aquí― gruñí―Es un problema que la
dejes aquí y no tenga ni puta idea de qué decirle.
―Bien― espetó Joey, mirándome con sus ojos verdes llameantes―Dile
a mi hermana que nuestro padre acaba de llamar. Nuestra madre tuvo un aborto
espontáneo el viernes por la noche, y ahora está de camino a casa desde el
hospital con ella.
―Mierda― murmuré.
―Ni te lo imaginas―dijo Joey mientras pasaba a mi lado y se alejaba
por el pasillo.
―¿Quieres que la lleve directamente a casa? ―pregunté, sin tener ni puta
idea de cómo afrontar la situación. Lo seguí, sintiéndome completamente
perdido―O que la lleve al hospital...
―Quiero que no la dejes irse―espetó Joey. Se detuvo en la puerta
principal, giró sobre sí mismo y me fulminó con la mirada―¿Puedes hacer eso,
Johnny Kavanagh? ¿Puedes cuidar a mi hermana por mí?
―Sí― dije, sin que me gustara su tono, pero sabiendo que debía de sentir
algún tipo de pesar―Sí, puedo.
―Bien― espetó―Llamaré cuando pueda para recogerla. Quédate con
ella hasta que te llame, ¿bien?
¿Recogerla? ¿Qué rayos se creía que era su hermana? ¿Un maldito
paquete? Sabiendo que debía de estar pasando por un infierno, asentí con la
cabeza, introduje mi número en el teléfono que me tendía y se lo devolví.
―¡Gussie! ―Joey gritó, deslizando su teléfono de nuevo en su
bolsillo―Me voy ahora si quieres que te lleve a la ciudad para recoger tu coche.
Gibsie asomó la cabeza por la puerta del salón.
―¿Está todo bien? ―preguntó, mirando entre nosotros con confusión.
―Anda― le dije a Gibsie, haciéndole un gesto para que siguiera a Joey,

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que se dirigía a su coche por el camino de entrada.
―¿Estás seguro?
Asentí con rigidez.
Por suerte, Gibsie tuvo la sensatez de no hacer preguntas.
En lugar de eso, me hizo un rápido saludo y se apresuró a seguir al
hermano de Shannon.
Exhalando un suspiro entrecortado, me acerqué a la puerta y la cerré en
silencio.
¿Qué mierda iba a hacer?

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CAPÍTULO 36
Malas Noticias
Tardé un tiempo ridículo en conseguir la temperatura adecuada en la

ducha de Johnny, porque, al parecer, le gustaba incinerarse la piel al ducharse.
Cuando por fin conseguí bajar la temperatura a un calor soportable y sentí
cómo los chorros de agua bañaban mi cuerpo, me costó mucho salir. En serio,
su ducha era increíble. Era una combinación de bañera y ducha, y tenía que estar
de pie en una bañera ovalada con una cortina cruzada, pero juro que eso
contribuyó a que me diera el baño más placentero de mi vida.
Usar su champú y su jabón me pareció extrañamente inapropiado, como
si no debiera hacerlo, pero estaba sucia y olía fatal, así que me enjaboné el
cuerpo con muestras de todos los frascos de aspecto elegante que había en el
estante.
Cuando por fin estuve limpia y olía a gel de baño para chicos, en vez de
a perro mojado, salí, me envolví en una toalla limpia y me hice un ovillo con la
ropa sucia. El olor que desprendía mi ropa era tan asqueroso que enseguida dejé
caer el bulto y tuve que respirar por la boca durante unos instantes para evitar
las arcadas.

BOYS OF TOMMEN #1
Joey y Gibsie tenían razón, realmente apestaba. No había forma de volver
a ponerme nada de lo que tenía sin vomitar.
Apoyé la oreja en ella y escuché atentamente para asegurarme de que su
dormitorio estaba vacío antes de abrir la puerta y salir. Al ver que estaba vacía,
exhalé un suspiro de alivio y me acerqué de puntillas a su cama, donde había
una enorme pila de ropa amontonada en el borde del colchón.
Recogiéndome el pelo húmedo sobre un hombro, empecé a ordenar el
montón de ropa que me había tendido. Rebuscando entre media docena de
camisetas, cogí la más pequeña, que resultó ser la talla XL.
Era azul, suave al tacto y olía a Johnny, me la puse rápidamente. El
dobladillo me llegaba a medio muslo y las mangas cortas me llegaban hasta los
codos, haciéndome saber que yo era prácticamente un hobbit en comparación
con él.
Temblando de frío, me puse a rebuscar entre los pantalones, y mi
ansiedad aumentaba con cada par enorme de pantalones de chándal que cogía.
Apreté un par contra mi cuerpo y solté un sollozo frustrado cuando me llegaron
al pecho.
Mis ojos se posaron en el par de calzoncillos blancos tirados en medio
del montón y exhalé un suspiro.
¿Acaso los había dejado allí? ¿Eran para mí? ¿No era raro? Diablos, ¿eran
de Calvin Klein?
Al mirarlos más de cerca, confirmé que, efectivamente, eran calzoncillos
de diseñador. Mis bragas venían en un paquete de siete por cinco euros. En ese
momento, fui muy consciente de nuestras diferencias sociales. Su madre era
diseñadora de moda, por el amor de Dios, la mía era conserje. Su padre era
abogado, el mío también pasaba mucho tiempo en los tribunales, solo que al
otro lado de la ley. Su casa apestaba a dinero y lujo, la mía apestaba a whisky y

BOYS OF TOMMEN #1
dolor.
Miré los pantalones de chándal que tenía en las manos y luego los bóxeres
de cintura elástica que había sobre la cama. Si algo que perteneciera a Johnny
iba a quedarme remotamente bien, serían esos. Intentando no pensar demasiado
en ello, cogí los calzoncillos, me los puse y me los subí. Supuse que eran los
calzoncillos ajustados, pero a mí me quedaban holgados, aunque se mantenían
en las caderas.
«¿Pero ¿qué haces? ¿Qué demonios estás haciendo? El pene de Johnny
ha tocado estas cosas y ahora tu vagina también, prácticamente te estás
acostando con él»
La incertidumbre se apoderó de mí y me los quité de un tirón antes de
volver a ponerme los pantalones de chándal. Como había previsto, el chándal
me quedaba enorme, me llegaba al pecho, y en cuanto solté la cintura me cayó
hasta los tobillos. Volví a subirlos, me agarré a la cintura y entré torpemente en
el baño, intentando no tropezar con las piernas.
Recuperé la goma del pelo que había dejado en el estante de la ducha,
hice un nudo flojo en el lateral de los pantalones y los aseguré. Durante unos
dos segundos, hasta que volvieron a caer al suelo.
Malhumorada, volví a ponerme los calzoncillos, ignoré la voz de mi
cabeza que me decía que aquello estaba mal, saqué la goma del pelo del chándal
traidor y le hice un nudo firme a los calzoncillos. Sin saber qué hacer a
continuación, volví a su habitación y empecé a doblar la ropa tirada.
No tenía ni puñetera idea de por qué lo hacía, pero tenía la sensación de
que él tampoco y no quería que se quedara con la ropa arrugada por haberla
sacado toda de su armario en mi beneficio.
Estaba doblando la última camiseta sobre la cama de Johnny cuando noté
que algo sobresalía de debajo de su cama, algo que se parecía a mí. Me agaché,

BOYS OF TOMMEN #1
cogí el periódico con manos temblorosas y me quedé mirando la foto de
nosotros.
La guardaba, en su habitación y debajo de su cama.
Mi corazón saltó contra mi pecho.
No significa nada.
Es una bonita foto.
Eso es todo.
No leas esto.
Estaba completamente absorta en mis pensamientos cuando se oyó un
gemido grave procedente de algún lugar cercano. Dejé caer el periódico al suelo,
me quedé completamente inmóvil y escuché con atención. Unos segundos
después, el gemido volvió a sonar, procedía de la cama. Asustada, agarré con
fuerza una camiseta doblada al azar y bajé la cara hasta donde estabael edredón,
hecho un ovillo a los pies de la cama.
Estaba segura de que de ahí provenían los gemidos
―¿Hola? ―susurré, con los ojos clavados en el edredón.
Este se movió en respuesta, el edredón estaba moviéndose hacia adelante
y hacia atrás rápidamente.
―Dios mío― grité, tambaleándome hacia atrás.
Dejé caer la camiseta de Johnny al suelo, me llevé una mano al pecho y
observé la cama como si fuera una escena sacada de Poltergeist.
―¿Hay alguien ahí? ―pregunté cuando recuperé la voz.
Tenía que estar imaginándomelo. En realidad, no se había movido, sólo
me sentía en estado de alerta. Estaba perdiendo la maldita cabeza.
―¿Hola?
El edredón se movió de nuevo―¡Oh Dios mío!
El edredón empezó a levantarse. ¡A la mierda!

BOYS OF TOMMEN #1
Esta vez grité con todas mis fuerzas y me lancé lejos de la cama. Al
golpearme contra la cómoda que tenía detrás, perdí el equilibrio y caí de bruces
al suelo, rozándome la barbilla con la madera.
Sin inmutarme, me puse en pie, pero me caí al suelo cuando mis pies se
atascaron en sus pantalones gigantes que me había olvidado de recoger. Liberé
el pie de una patada y, sin dejar de gritar, me levanté del suelo y salí corriendo
hacia la puerta del dormitorio.
Al mismo tiempo que tiraba de la manilla, la puerta se abrió hacia dentro
y me encontré con un Johnny de mirada desconcertada.
―¿Qué pasa? ―preguntó, con ojos brillantes de preocupación―Shannon,
¿qué rayos pasó?
―¡Hay algo en tu habitación! ―Grité, abalanzándome sobre él―Dios
mío―medio sollozaba/gritaba mientras me arrastraba por su enorme cuerpo y
le rodeaba con los brazos y las piernas―¡Tienes que ayudarme!
―¿Qué quieres decir con que hay algo en mi habitación? ―Preguntó
Johnny mientras me rodeaba la cintura con sus brazos―¿Shannon?
Intentó apartarme de él, pero yo me agarré con más fuerza, apretando los
muslos y los brazos todo lo que pude. Exhalando con fuerza, me frotó la espalda
con una mano y preguntó en un tono mucho más suave.
―¿Qué pasó?
―Hay algo en tu cama.
Cerré los ojos y me aferré a su cuerpo con todas mis fuerzas.
―Bajo las sábanas― le dije estrangulada mientras me recorría un enorme
escalofrío―No estoy bromeando. Lo vi moverse... ¡dos veces! ―Enterré la cara
en su cuello y dije ―¡Creo que tienes un fantasma en la cama!
―Shannon, no tengo un fantasma en mi cama―respondió Johnny,
sonando divertido ahora.

BOYS OF TOMMEN #1
―Sí, lo tienes― espeté, estremeciéndome de nuevo―Lo vi, y no te rías
de mí.
―No me estoy riendo de ti―me dijo, mientras se reía―Vamos, te
demostraré que aquí no hay ningún fantasma.
Se movió para entrar en la habitación y mis manos salieron disparadas,
agarrando el marco de la puerta para detenerlo.
―Sácame de aquí―le supliqué, con los ojos muy abiertos y
horrorizada―Por favor, no me lleves allí. Tengo mucho miedo, Johnny.
Me hizo entrar de todos modos, caminando hacia la habitación conmigo
encerrada a su alrededor como un mono bebé.
―Mira tú fantasma, Shannon―se rió cuando llegamos a la cama.
―No puedo―Cerré los ojos y sacudí la cabeza, volviendo a enterrar la
cara en el pliegue de su cuello―No quiero verlo.
Olía tan bien que la colonia que llevaba me llegaba a la nariz, así que al
menos podía morir oliendo algo maravilloso.
Un ladrido me llenó los oídos, deteniéndome a mitad del colapso.
―Hola, nena―arrulló Johnny―Le diste un susto de muerte a mi amiga.
¿Nena?
Lentamente, levanté la cabeza y me volví hacia la cama. Un labrador
negro se asomaba por debajo del edredón. Un tsunami de alivio se apoderó de
mí, seguido de una generosa dosis de realidad. El perro salió de debajo de las
sábanas moviendo la cola con tanta fuerza que golpeó el colchón.
―Shannon, ésta es Sookie―se rió Johnny―Tu fantasma.
―Oh―Desatando mis brazos y piernas, me deslicé por su cuerpo, cada
centímetro de mi piel ardiendo de vergüenza―Oh, eso tiene más sentido.
Mareada, me senté en el borde de su cama, me llevé la mano al pecho y
exhalé un suspiro tembloroso.

BOYS OF TOMMEN #1
―Tu mascota―jadeé, respirando con dificultad―Duerme en tu cama.
No era una pregunta, intentaba atar cabos.
La saludé y movió la cola―Pensé que era un...
―¿Fantasma? ―completó Johnny, sonriendo. Negué con la cabeza.
―No hagas bromas―susurré, todavía temblando mientras la adrenalina
dentro de mí se disipaba lentamente―Todavía no.
Sookie tocó con su húmeda nariz mi muslo desnudo y lo acarició
suavemente, distrayéndome.
―Mírate― susurré, prestándole atención. Por el pelo blanco de su cara
estaba claro que era una perra vieja― Eres tan dulce.
Me acerqué, puse mi mano sobre su cabeza y la acaricié suavemente.
―Esta sí que es un encanto―dijo Johnny―Es mía, y se porta mucho
mejor que las otras dos.
―Bueno, Sookie, casi me provocaste un infarto con tus impresionantes
habilidades para esconderte―añadí, sintiendo que mi corazón volvía
lentamente a su ritmo natural―Pero sigues siendo muy dulce.
―¿Estás bien? ―preguntó Johnny, ahora con tono serio.
Sentí que el colchón se movía a mi lado, pero no levanté la vista de su
perro.
―Debería haberte avisado de que estaba aquí―añadió―Estoy tan
acostumbrado a ella que se me olvidó por completo. Se puede quedar dormida
durante horas aquí arriba.
―Está bien, no pasa nada― susurré, manteniendo mi atención en Sookie.
―¿Está bien o estás bien?
Me mordí el labio y me lo pensé un momento antes de decir.
―Está bien y estaré bien.
Dejando caer la cabeza entre las manos, solté un gemido bajo.

BOYS OF TOMMEN #1
―Dios, qué vergüenza. ¿Me escucharon gritar en la cocina?
―En realidad, sólo fui yo―respondió―Iba a subir a hablar contigo
cuando te oí gritar.
Mi corazón se aceleró―¿Hablar conmigo?
―Sí, tu hermano tuvo que irse mientras estabas en la ducha.
―¿Joey se fue? ―Balbuceé, sintiendo una repentina oleada de pánicoa
través de mí―¿Ocurrió algo?
Johnny asintió y juntó las manos, apoyando los codos en sus enormes
muslos.
―¿Qué pasa? ―le pregunté―¡Dímelo, Johnny!
―Es, eh, es tu mamá, Shannon―dijo finalmente, con tono áspero.
―¿Qué pasa con mi mamá? ―susurré―Oh Dios mío, ¿está muerta?
―No, no, joder, no ―se apresuró a decir Johnny. Volviéndose hacia mí,
exhaló un suspiro dolorido, tomó mi mano temblorosa entre las suyas, grandes
y cálidas, y dijo―Tuvo un aborto espontáneo.
Aborto.
«Tu madre perdió al bebé, Shannon. ¡Siente algo! ¡Siente algo, maldita
sea!»
Estaba muerta por dentro. Tenía que estarlo, era eso, o era totalmente
malvada. No había otra explicación, sentir alivio por la pérdida de un embarazo
era el crimen más repugnante, horrible e imperdonable sobre la faz del planeta.
Y eso fue lo primero que sentí cuando esas palabras salieron de la boca de
Johnny.
Una abrumadora oleada de puro alivio inundó mi cuerpo durante
brevísimos instantes, mientras mi cerebro registraba la gratitud que embargaba
mi corazón al saber que otro niño no nacería en este infierno.
«Ya era bastante malo que nosotros hubiéramos nacido en esta vida»

BOYS OF TOMMEN #1
―Lo siento muchísimo, Shannon―dijo Johnny, apretándome la
mano―Odio haber tenido que decirte eso.
―¿Ella está bien? ―balbuceé, cuando me salieron las palabras.
Johnny asintió
―Tu hermano dijo que está bien, y que tuvo el aborto el viernes…
aunque probablemente sabías que estaba en el…
―Sí―mentí rápidamente para encubrir la escena, sintiendo que las
lágrimas me punzaban los ojos mientras el asco y el odio a mí misma se
apoderaban de mí―Sabíamos que había un problema.
¿Fue eso lo que pasó? ¿Fue allí adonde fue? ¿Estuvo sola en el hospital
todo el fin de semana y ninguno de nosotros lo sabía? Nos quejábamos de que
era una mala madre y ella estaba en una cama de hospital, perdiendo a su bebé.
Dios mío.
―Por supuesto― Johnny asintió y exhaló otro fuerte suspiro―Joey me
dijo que te dijera que tu padre fue recogerla al hospital y que los dos estarán
pronto en casa.
Se me heló el cuerpo, el pesado dolor y la temerosa expectación se
posaron sobre mis hombros como la mano de un viejo amigo. Así de
familiarizada estaba con la sensación de miedo. Mi corazón no podría haberse
hundido más, aunque le atara unas pesas y lo arrojara al océano.
Había vuelto. ¿Por qué había vuelto? ¿Por qué no podía irse para
siempre?
―Tu hermano quiere que te quedes aquí un rato. Dijo que me llamaría
cuando pudiera venir a buscarte...―Johnny hizo una pausa antes de
añadir―Pero puedo llevarte a casa cuando quieras, ¿bueno?
―Joey no debería haberte puesto en esa situación―balbuceé, luchando
por mantener a raya mis emociones―Siento mucho todo esto―Me levanté para

BOYS OF TOMMEN #1
irme―Ya puedo irme.
―Shannon― La mano de Johnny se estiró y me rodeó la muñeca―No
quiero que te vayas―dijo rápidamente, tirando de mí hacia abajo a su lado―Te
quiero aquí― Apoyó una mano en la cama, justo detrás de mi espalda, y se
inclinó hacia mí―Quiero que te quedes conmigo.
Negué con la cabeza, incapaz de articular palabra, tenía un sabor horrible
en la boca y coincidía con el que tenía en la boca del estómago.
Perdición inminente, reconocí.
Eso era lo que estaba saboreando y sintiendo ahora mismo. Mi padre
había vuelto. Una vez que saliera de esta casa y volviera a la mía, el círculo
vicioso e interminable continuaría y de repente, no quería salir de esta
habitación.
«No llores, Shannon Lynch, me advertí a mí misma. No derrames ni una
lágrima más»
Bajé la cabeza y parpadeé como una loca, intentando desesperadamente
contener las lágrimas que amenazaban con derramarse por mis mejillas en
grandes y gruesas gotas.
No lo conseguí.
Una lágrima resbaló por mi mejilla, seguida en rápida sucesión por otra
y luego otra.
―Voy a abrazarte―me susurró Johnny al oído―¿Dime si no te parece
bien?
Moqueando, me volví hacia dentro y enterré la cara en su costado,
respondiendo a su pregunta con hechos. Los brazos de Johnny me rodearon,
acercándome, y yo apreté su camisa con la mano, apretando la tela con fuerza,
mientras los sollozos me recorrían el cuerpo.
―Estoy aquí para ti―me dijo, con voz ronca y gruesa, mientras su mano

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se movía lentamente en círculos sobre mi espalda―Si necesitas a alguien con
quien hablar―me acercó más―aquí estoy.
No podía dejar de llorar y no estaba segura de sí era el miedo a
enfrentarme a mi padre lo que me estaba llevando al límite, o el aborto de mi
madre, o las emociones que se acumulaban en mi interior por culpa de aquel
chico en cuyos brazos me encontraba.
Incapaz de controlarme, y buscando desesperadamente el consuelo y la
seguridad que rezumaba de él en oleadas, hice algo increíblemente imprudente.
Me subí a su regazo, Johnny se tensó y sus manos se apartaron de mi
cuerpo, pero no me detuve.
No podía.
Con las rodillas a ambos lados de sus muslos, lo rodeé con los brazos y
enterré la cara en su cuello.
―¿Qué quieres que haga, Shannon? ―Johnny estranguló―Dime qué
tengo que hacer aquí.
―Abrázame― sollocé, enterrando mi cara en su cuello―No me sueltes.
―De acuerdo―Su gran mano ahuecó la parte posterior de mi cabeza y
su otra mano se movió hacia mi espalda mientras me sujetaba contra su pecho,
meciéndome lentamente en su regazo―No lo haré― susurró, estrechándome
entre sus brazos.
Temblorosa, me aferré a su cuerpo y le rogué que fuera mi fuerza en ese
momento, porque ya no podía seguir así.
No podía vivir así.
Estaba tan sola.
Toda mi vida.
Tenía tanto miedo.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 37
Es Tu Cumpleaños
Me pasé veinte minutos envuelta en los brazos de Johnny mientras

intentaba desesperadamente controlar mis emociones. Finalmente, cuando sentí
que no me quedaba ni una lágrima más que derramar, me aparté para mirarlo.
Sus ojos azules ardían de simpatía mientras me observaba atentamente.
―Hola―solté, avergonzada.
―Hola―dijo Johnny roncamente mientras me apartaba el pelo húmedo
de la cara y me lo pasaba por encima del hombro.
―Gracias―murmuré, resistiendo el impulso de apretar mi mejilla contra
su mano.
―¿Por qué? ―me preguntó con voz ronca, colocándome los mechones
de pelo sueltos detrás de las orejas.
―Por abrazarme y no soltarme―dije débilmente.
Sonrió con tristeza―Cuando quieras.
―¿Quieres que me vaya ya? ―pregunté, sintiéndome insegura―¿Ahora
que te empape la camisa y el cuello?
Johnny negó con la cabeza y repitió las mismas palabras de antes.

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―Quiero que te quedes conmigo.
―¿Quieres? ―Moqueé, apretando más mi agarre a su cuello.
Asintió lentamente―Sí, quiero.
―Está bien― susurré, con el corazón acelerándose violentamente.
―¿Quieres que hablemos de ello? ―preguntó entonces, con sus ojos
azules clavados en los míos.
Sacudí rápidamente la cabeza, sabiendo que quería bloquearlo todo y
concentrarme en lo único bueno de mi vida.
En él.
Johnny me miró con recelo―¿Estás segura?
―Quiero olvidarlo―confesé―Ni siquiera quiero pensar en ello. En
absoluto... al menos hasta que tenga que volver a casa y afrontarlo.
―Si eso es lo que quieres, entonces eso es lo que haremos― respondió
Johnny roncamente.
Me hundí aliviada.
Este chico.
Dios mío…
―¿Tienes hambre? ―ofreció entonces, soltando mis caderas y
eliminando la reconfortante sensación de sus manos sobre mi piel.
Mi estómago gruñó ante su ofrecimiento mientras bajaba de mala gana
de su regazo.
―Tomaré eso como un sí― dijo Johnny con una risita.
Sacudiendo la cabeza, se levantó y ayudó a Sookie a bajar de la cama
antes de volverse para sonreírme.
―Vamos, Shannon “como el río” ―Inclinó la cabeza hacia la
puerta―Deja que te dé de comer.
Con piernas temblorosas, seguí a Johnny y a Sookie por el largo pasillo

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hasta la enorme escalera.
Tuve que luchar contra la sonrisa que amenazaba con soltarse cuando
Johnny se detuvo en lo alto de la escalera para agarrar a Sookie y luego procedía
a bajar a la enorme labradora de 80 libras como mínimo, como si fuera un bebé
acunado en sus brazos.
Sonriendo, los seguí.
―Artritis― me explicó en tono avergonzado cuando me sorprendió
mirándole―Vejez― La dejó en el suelo con cuidado al llegar a la planta baja y
la vio alejarse por el pasillo antes de añadir―Pero es joven de corazón.
En cuanto mis pies descalzos tocaron las frías baldosas, di un grito y salté
de nuevo al escalón enmoquetado.
―¡Dios! ―chillé, temblando―El suelo está muy frío.
―Espera― dijo Johnny, que subió corriendo la escalera y volvió unos
minutos después con un par de calcetines.
Me los dio y me senté en el escalón para ponérmelos.
―Gracias― susurré mientras me ponía los enormes calcetines negros en
los pies. Para mi sorpresa, eran calcetines de la marca Nike.
Y no era de las falsas.
―No hay problema―respondió Johnny, observándome. Rascándose la
mandíbula, añadió―No sé por qué no pensé en los calcetines.
―No pasa nada― le aseguré, subiéndomelos hasta las pantorrillas antes
de ponerme de pie―Yo...―Me encogí de hombros con impotencia y señalé mis
piernas desnudas, cubiertas sólo en los muslos por sus bóxer―No pude
mantener tus pantalones subidos.
Sus labios se movieron divertidos―¿No?
Negué con la cabeza, con las mejillas encendidas.
―Soy demasiado pequeña.

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―No pasa nada― respondió con aspereza―Me gusta.
―¿Te gusta?
―Quiero decir...―Sacudió la cabeza y exhaló un suspiro―Quiero decir
que no me importa.
―¿A tus padres les importará? ―Me acomodé el pelo detrás de la oreja,
nerviosa―Quiero decir, no pensarán...
―No―contestó Johnny, pero sonaba distraído.
―¿Estás seguro?
Su mirada me recorrió entonces, haciendo que mi piel se inundara de
calor.
―No, está bien.
Mis cejas se alzaron―¿Bien?
Se sonrojó, haciendo que yo me sonrojara mucho más.
Oh, Dios...
―Sólo estamos nosotros―añadió tosiendo―Mi mamá no volverá hasta
por la mañana.
―Oh, está bien.
―Entonces, ¿qué te apetece? ―preguntó Johnny, desviando el tema
hacia la comida.
―No soy exigente―murmuré, siguiéndolo por el largo pasillo hasta la
puerta del fondo.
Me quedé en el umbral, admirando la hermosa cocina de diseño moderno
que tenía delante. No se parecía en nada al resto de la casa, que era tradicional
y majestuosa.
―Gracias a Dios― respondió Johnny, llamando mi atención hacia donde
él estaba de pie junto a una enorme isla de mármol negro, revisando su
teléfono―Porque mis habilidades en la cocina son jodidamente básicas, y

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Gibsie vació la nevera hace un rato.
―¿Si quieres, puedo cocinar? ―Me ofrecí tímidamente.
―¿Qué? No ―se apresuró a decir, dedicándome una sonrisa
apenada―Eres mi invitada, no vas a cocinar para mí.
―No me importa―respondí.
―Pues a mí sí―me dijo mientras dejaba su teléfono sobre la encimera y
me dedicaba toda su atención―¿Te apetece un sándwich tostado?
Sonreí alegremente―Me parece estupendo.
―Buena elección―se rió entre dientes―Porque era sándwiches o
cereales.
―Podemos comer solo cereales― le ofrecí―No me importa.
Johnny guiñó un ojo y dijo―Vamos a ir con todo y comeremos las dos
cosas.
No protesté.
Estaba más que feliz de comer lo que me pusieran delante ―¿Bebes té?
―Sólo a puñados― respondí con una sonrisa―Barry's Teabags con dos
de azúcar y una gotita de leche.
Se rió entre dientes―Así que eres una chica de té, no de café.
Sentí arcadas―Odio el café.
Johnny sonrió y señaló la gran isla de mármol que había en medio de la
cocina.
―Siéntate― me indicó mientras se acercaba a los armarios y empezaba
a rebuscar―Pondré los sándwiches en la tostadora y podemos comer los
cereales mientras esperamos.
―Gracias por esto― dije en voz baja.
―¿Por qué? ―preguntó mientras preparaba los bocadillos en un tiempo
récord.
―Por cocinar para mí―respondí, observando la espalda de Johnny

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mientras trabajaba.
Llevaba una camiseta gris y la tela de la camisa se extendía gloriosamente
sobre la envergadura de su ancha espalda.
―Yo no llamaría cocinar para ti a una tostada de jamón y queso― replicó
Johnny con una sonrisa pícara.
―Bueno, nadie cocina nunca para mí, así que te lo agradezco―le dije,todavía
rondando por la puerta―Yo cocino casi todo en casa.
―¿Sí? ―Parecía sorprendido―¿Por qué?
―Porque soy la única chica― murmuré―Y la mayoría de las tareas
domésticas recaen sobre mis hombros.
―¿Y? ―contestó Johnny, todavía de espaldas a mí―Tener una vagina
no te ata automáticamente a una cocina... o a una puta aspiradora―Sacudió la
cabeza―Dios, si se me ocurriera hacerle esa mierda sexista a mi mamá, me
cortaría las pelotas.
―Es una bonita forma de ver las cosas―le dije, emocionada por sus
palabras.
―Es la única forma de ver las cosas― me corrigió―Estamos en el siglo
XXI ―añadió―No en el mil ochocientos.
Colocó los sándwiches en la tostadora y se giró para mirarme.
―Puedes sentarte, Shannon―dijo con suavidad―No pasa nada.
―Eh, ¿está bien? ―Me acerqué a la isla y cogí uno de los taburetes, pero
me dio vergüenza no poder subirme. Lo intenté de nuevo y fracasé
estrepitosamente―¿Hay un resorte para bajar esto?
Sabía que era pequeña, pero esto era ridículo. El asiento de cuero del
taburete me rozaba la caja torácica.
―¿Eh? ―gritó Johnny por encima del hombro mientras rebuscaba en la
nevera con una caja de cereales bajo el brazo.

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―El taburete― respondí, con la cara roja―No llego.
Lanzó una rápida mirada por encima del hombro y sonrió al darse cuenta
de mi apuro.
―Había― explicó, acercándose a mí. Puso una caja de Cheerios y medio
litro de leche sobre la isla―Pero Gibsie tiene la costumbre de romper todo lo
que toca.
Sin previo aviso, Johnny me agarró por las caderas y me subió al taburete.
―Le gusta fingir que es un cohete despegando―añadió, sin darse cuenta
de lo afectada que estaba por su tacto.
―El bastardo rompió los seis taburetes en menos de una semana desde que
mi madre los compró―Dejó las cucharas y los cuencos sobre la isla y me
sonrió―Están todos puestos a tope.
Arqueé una ceja―¿Te estás burlando de mí?
Johnny sonrió―Nunca lo haría ― Me acercó un cuenco y una cuchara y
añadió ―¿Las Cheerios sirven de aperitivo? Si lo prefieres, tengo Rice Krispies.
―Las Cheerios sirven.
Johnny se sentó en el taburete junto al mío y cogió la caja de cereales. Su
brazo rozó el mío mientras vertía cereales en los cuencos de ambos y volví a
estremecerme. Se acercó a otro armario, sacó dos cuencos y luego abrió un cajón
y cogiódos cucharas.
―¿Tienes frío? ―preguntó volviéndose para mirarme.
Negué con la cabeza―Estoy bien.
―¿Segura? ―preguntó, vertiendo leche una vez más en nuestros dos
tazones.
Asentí con la cabeza
―¿Seguro que a tus padres no les importará que esté aquí?
Frunció el ceño―¿Por qué iba a importarles?

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―No lo sé― me apresuré a decir.
―No pasa nada― me tranquilizó―No les importará.
―Sí, bueno― Incapaz de soportar el calor de su mirada, dejé caer la vista
hacia mi cuenco―Supongo que están acostumbrados a que traigas chicas a
casa.
―¿Qué se supone que significa eso? ―preguntó, con un tono un poco
cortante.
―Nada―Me sonrojé, cogí la cuchara y me metí una cucharada de
Cheerios en la boca.
―¿Shannon? ―preguntó Johnny, con los ojos fijos en mi cara. Me
encogí de hombros con impotencia ―No traigo chicas aquí.
―¿No?
―No― confirmó―No las traigo.
―¿Y Bella? ―las palabras salieron de mi boca antes de que tuviera la
oportunidad de retractarme.
―¿Qué pasa con Bella? ―preguntó frunciendo el ceño.
―¿No tienes algo con ella?
Johnny frunció el ceño―Eso es cosa del pasado.
―Lo siento― Cogí una cucharada de cereales, mastiqué y tragué antes
de añadir ―Ustedes dos estuvieron saliendo mucho tiempo, así que supuse que
ella habría venido a tu casa.
Johnny se volvió y me miró sin expresión―¿Estuvimos?
Fruncí el ceño―¿No estuvieron?
Se encogió de hombros y volvió a centrar su atención en su cuenco
―No.
―Ah, de acuerdo― murmuré, completamente confusa.
―No estuvimos juntos así, Shannon―explicó Johnny antes de meterse

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una enorme cucharada de cereales en la boca.
―Entonces, ¿cómo fue? ―le pregunté―¿Tú y ella?
Sabía que debía dejar de buscar información, pero no podía evitarlo.
Tenía que saberlo, Johnny se metió otra cucharada de cereales en la boca, la
masticó un momento y luego tragó antes de volverse para mirarme.
―¿Sinceramente?
―Fue físico―admitió, pareciendo incómodo―Fue sólo sexo, Shannon.
―Sólo sexo― repetí, mis palabras eran apenas más que un susurro.
―Sí― respondió―Y antes de que lo digas, sé cómo suena eso. Pero es
la verdad, y fue lo mismo para ella. Así que tampoco vayas a pensar que yo soy
el malo y que ella quería algo más de mí, porque en absoluto.
―¿Y lo sabes con seguridad?
―Sí, lo sé―replicó ahora un poco a la defensiva―Ella no estaba
interesada en mí como persona. Estaba contenta con lo que yo podía hacer en el
campo y bajo su falda. Era puramente físico. Y cuando no pude darle lo que
quería, se fue con mi compañero de equipo.
―Eso es bastante terrible― susurré, con las mejillas encendidas.
―Sí, bueno, a veces las cosas no son todo color de rosa―refunfuñó―A
veces follar es sólo follar.
―Ya puedes dejar de hablar de eso― susurré, apartando mi cuenco.
―Tienes razón― gimió, dejando caer la cuchara de nuevo en su
cuenco―No necesitas estar escuchando esto. Sólo tienes quince años, por el
amor de Dios―Sacudió la cabeza―¿Qué demonios estoy pensando hablando
de esta mierda contigo?
―Tengo dieciséis años― le informé―Y no soy una niña.
Johnny giró la cabeza hacia mí, con expresión cautelosa.

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―Tienes quince años.
―No, no los tengo― le corregí―Tengo dieciséis.
Johnny frunció el ceño―¿Desde cuándo?
―Desde hoy― respondí.
Johnny pasmado―¿Es tu cumpleaños?
Me encogí de hombros.
―¿Por qué no dijiste nada?
―No lo sé― Volví a encogerme de hombros―¿Se me olvidó?
―Shannon, por favor.
―Porque no es para tanto― me apresuré a decir―Es sólo otro día.
«Un mal día. Un día terrible. Mejorado sólo porque estoy contigo...»
―No, Shannon―argumentó Johnny, con cara de estar completamente
perdido―Es algo importante.
―Johnny, hoy es mi cumpleaños― solté, avergonzada―Ya está.
―Ojalá lo hubiera sabido antes― refunfuñó―Te habría comprado un
regalo.
―No necesito un regalo― le dije, con el corazón desbocado―No digas
tonterías.
Johnny sacudió la cabeza y murmuró―Sí, bueno, si me lo hubieras dicho,
podría haberte regalado algo mejor que un tazón de malditos Cheerios.
―Y un sándwich tostado― dije débilmente.
Johnny suspiró pesadamente―Y un sándwich tostado.
―¿No deberían estar listos ya? ―pregunté.
―¡Mierda! ―Empujando su taburete hacia atrás, Johnny se apresuró
hacia la sandwichera y los sacó―Todavía no están incinerados― anunció con
el ceño fruncido―Pero van por buen camino.
―No pasa nada― le aseguré mientras saltaba del taburete―Me gustan

BOYS OF TOMMEN #1
crujientes.
Levantando los dos cuencos, me acerqué al fregadero para lavar los
platos.
―Ni se te ocurra―me advirtió Johnny mientras emplataba nuestros
bocadillos.
―¿Ni se me ocurra, ¿qué? ―pregunté confusa.
―No vas a lavar una mierda en tu cumpleaños― afirmó, sosteniendo un
plato en cada mano.
―No me importa...
―Y tu rostro―Sacudió la cabeza―Y tu mamá. Dios, es tu cumpleaños...
―Dijiste que podíamos olvidarlo―dije, sintiendo que mi voz temblaba,
mientras el pánico se apoderaba de mí.
No quería pensar en ello, sabía lo que me esperaba cuando saliera de esta
casa y quería olvidarlo. Durante un par de horas más, quería fingir que el
infierno no me esperaba al otro lado de su puerta principal.
Johnny parecía querer discutir conmigo, pero sacudió la cabeza y exhaló
un gruñido bajo.
―Tienes razón, lo siento― dijo por fin―Deja los cuencos en el
fregadero y ven conmigo. Los lavaré más tarde.
Iba en contra de mi naturaleza dejar un desastre tras de mí, pero acaté las
instrucciones de Johnny y lo seguí por el pasillo hasta una gran sala de estar con
un fuego abrasador ardiendo en la chimenea. Sin pensarlo, me dirigí
directamente hacia él, gimiendo de alivio cuando el calor me acarició las piernas
y las manos desnudas.
Johnny dejó los platos en la mesa de cristal frente al fuego y arrastró el
sofá desde la pared, colocándolo justo delante de la chimenea.
―No tienes que hacer eso por mí― me apresuré a decir.

BOYS OF TOMMEN #1
―Hace un frío del carajo― me explicó―Y esta casa es tan grande que
tarda una eternidad en calentarse―Agitando una mano delante del sofá,
dijo―Siéntete como en casa. Vuelvo enseguida.
Sin decir nada más, Johnny se marchó, dejándome sola en su enorme
salón. Demasiado aturdida para hacer otra cosa que mirar, me quedé junto al
fuego, calentándome la espalda y controlando mis emociones.
Cuando Johnny volvió unos minutos después, llevaba dos tazas de té.
―Dos de azúcar y una gotita de leche― anunció con un guiño, dejando
las tazas junto a nuestros platos.
―Gracias― susurré, abrumada por su amabilidad.
Johnny se sentó en un extremo del sofá y me miró con una ceja arqueada.
Tras un par de minutos de debate interno, le seguí con cautela, ocupando el otro
extremo del sofá, dejando un espacio entre nosotros.
Johnny cogió el mando a distancia y encendió el televisor que estaba
instalado en la pared, encima de la chimenea.
Era enorme.
Al menos 80 pulgadas.
―¿Alguna preferencia? ―me preguntó, desplazándose por la guía de
canales de la pantalla.
Negué con la cabeza―Lo que tú quieras.
―La cumpleañera elige.
Me sonrojé―Sorpréndeme.
Johnny echó un vistazo hacia el televisor y luego sonrió tímidamente.
―Irlanda juega dentro de un rato en el Campeonato de las Seis
Naciones―Encogiéndose de hombros, añadió―Pensaba verlo.
―Pues ponlo―lo animé.
Levantó las cejas―¿No te importa?

BOYS OF TOMMEN #1
―Es tu televisor―respondí―¿Por qué iba a importarme?
―Si te aburres, dímelo―murmuró mientras encendía el partido, con la
atención inmediatamente pegada a la pantalla―…y podemos poner otra cosa.
Cuando la selección mayor irlandesa saltó al campo para cantar el himno
nacional, a Johnny se le iluminó toda la cara.
Sus ojos bailaban de emoción mientras golpeaba el sofá con la mano.
Parecía un niño.
Y era adorable.
Esperé a que Johnny recogiera su sándwich antes de coger el mío y darle
un pequeño mordisco. El sabor del jamón y el queso fundido goteó en mi lengua
y gemí antes de apresurarme a devorarlo.
―Algún día estaré allí― afirmó Johnny, ladeando la cabeza en dirección
a la tele―Uno de estos días voy a ser yo, Shannon.
―Lo sé― respondí, creyendo cada palabra. Mordiéndome el labio, me
volví hacia él y le dije ―No te olvides de mí cuando seas un jugador de rugby
rico y famoso.
―Nunca se sabe―dijo con una sonrisa socarrona―Puede que te lleve
conmigo para que me animes en las gradas.
«Por favor, hazlo. Por favor, llévame contigo»
―Estás muy seguro de ti mismo― dije en su lugar.
―Puedes llevar mi número y gritar 'Johnny, Johnny' desde las gradas.
Se rió entre dientes antes de volver a acomodarse para ver el partido.
No me tientes...
Sentada en el sofá del salón de sus padres, con la chimenea crepitando y
la lluvia cayendo a cántaros desde el enorme ventanal, sentí que mi cuerpo se
relajaba poco a poco mientras intentaba seguir el partido.
No me esforzaba en entablar conversación para romper silencios

BOYS OF TOMMEN #1
incómodos porque no los había.
En este momento, estar aquí con él era tan fácil como respirar. Era una
reacción extraña estar tan cerca de Johnny, pero así era. Estaba disfrutando de
estar con él, no me presionaba para que hablara y eso me gustaba.
Se limitó a sentarse a mi lado, con un enorme cojín entre los dos y Sookie
a nuestros pies, mientras lanzaba órdenes al televisor.
Cuando Johnny estiró las piernas encima de la mesita, esperé unos diez
minutos antes de intentar hacer lo mismo, pero fracasé estrepitosamente cuando
los dedos de los pies apenas tocaron la esquina antes de caer al suelo.
Johnny se rió por lo bajo y acercó la mesa al sofá.
Avergonzada, mantuve los pies firmes en el suelo.
Menos de un minuto después, Johnny se acercó, levantó mis piernas y las
colocó sobre la mesa. Me volví para mirarlo, pero su atención había vuelto a la
pantalla.
De vez en cuando, Johnny paraba el partido para poner un poco de carbón
o bloques en el fuego antes de volver a acomodarse en el sofá.
A la tercera vez que lo hizo, aparté el cojín de su camino cuando volvió
a sentarse y me lo acerqué al pecho. Al final del partido, nuestros hombros se
tocaban.
No me aparté.
Era grande, sólido y cálido, y me gustaba sentirlo a mi lado.
Un rato después, cuando mis ojos empezaban a caer, levantó el brazo y
ni siquiera me inmuté cuando me rodeó el hombro.
En lugar de eso, apoyé la mejilla en su costado y cerré los ojos,
dejándome llevar por el sueño sin un ápice de miedo en el corazón, porque no
podía existir dentro de mí, no cuando aquel chico me rodeaba con su brazo.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 38
Era su cumpleaños.
Hoy era el decimosexto cumpleaños de Shannon y lo iba a pasar conmigo.
Me alegré.
¿Qué locura era esa?
Esta chica que antes de Navidad era una total desconocida, y desde
Navidad, no podía imaginar pasar un día sin pensar en ella. No quería
devolverla. Algo dentro de mí me decía que, si lo hacía, ella volvería con otro
moratón.
Al menos, si me la quedaba, estaría a salvo. Había algo muy jodido en su
vida, algo que me hacía querer arrebatarla y llevármela conmigo, dondequiera
que fuese.
No era estúpido.
Sabía que alguien había puesto esas marcas en su cara, en sus muslos y
en los brazos. Y estaba jodidamente seguro de que, si desnudaba a la chica,
encontraría muchas más. No sabía qué estaba pasando, ni quién la acosaba, pero
lo averiguaría. Preguntarle directamente era imposible.
Era tan reservada que era casi imposible atravesar los muros que había
levantado a su alrededor. Pensé que podría estar haciendo un buen trabajo, pero
si presionaba más de la cuenta y demasiado rápido, volvería a meterse en su

BOYS OF TOMMEN #1
caparazón. Quería aplastar ese maldito caparazón y a los bastardos responsables
de que se escondiera allí en primer lugar.
Era encantadora, jodidamente encantadora. No tenía por qué esconder
nada de su brillo detrás de esos malditos barrotes.
Shannon tembló entonces y el movimiento me distrajo. Eran más de las
diez de la noche y no había abierto los ojos ni una sola vez desde que se había
dormido esta tarde.
―Shh― susurré cuando gimió en sueños.
Ni siquiera intenté dejar de acariciarle el pelo. Estaba más allá de ayudar
cuando se trataba de ella. Estaba jodidamente fuera de control. Todo dentro de
mí estaba cambiando, concentrándose en esta pequeña chica.
Acariciando su mejilla contra mi muslo, Shannon se acurrucó más cerca,
formando la bola más pequeña en la que jamás había visto a una persona de su
edad. Como el obsesivo que era, dejé que mi mirada se posara en su pómulo
magullado por millonésima vez esta noche.
Sabía que no debía mirarlo.
Me hacía estremecer de rabia. Pero, aun así, no pude contenerme.
Me quedé mirando la marca de su cara hasta que me invadió la rabia
suficiente para derribar un pueblo entero, y entonces dirigí mi atención a los
moratones de sus muslos.
Mi teléfono vibró en mi bolsillo y la sensación me sacó de mis
pensamientos asesinos. Saqué el teléfono y me quedé mirando la pantalla, sin
reconocer el número que parpadeaba ante mis ojos. Con cuidado de no despertar
a Shannon, salí de debajo de ella y esperé a que se volviera a dormir.
Me quité la sudadera, se la coloqué sobre las piernas desnudas y salí de
la habitación para atender la llamada.
―¿Sí? ―Dije cuando estaba en el pasillo.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Cómo está? ―La voz de Joey Lynch llegó por la línea.
―Está dormida―respondí, manteniendo un tono bajo porque si se
despertaba y me pedía ir a casa, sinceramente no sabía qué haría. No podía
negarme, pero desde luego no quería hacerlo―Ha estado inconsciente todo el
día.
―Bien― respondió con un suspiro―Lo necesitaba.
―¿Qué pasa, Lynch? ―Me dirigí a la puerta principal, la abrí de un tirón
y salí al aire frío de la noche―¿Qué mierda le pasa a tu hermana?
―Ya te lo dije― espetó―Pregúntaselo a ella.
―Te lo pregunto a ti― gruñí.
―Estaré en tu casa en cinco minutos―fue todo lo que respondió Joey
antes de cortar la llamada y dejarme tan desorientado como siempre.
Furioso y completamente perdido, me paseé por el pasillo, sabiendo que
necesitaba controlarme, pero sin encontrar la contención para hacerlo.
Exactamente cinco minutos después, alguien llamó a la puerta.
Como el lunático furioso que era, me quedé esperándolo. Abriendo la
puerta de un tirón, abrí la boca, listo para perder mi mierda en Joey Lynch,
cuando la voz de Shannon vino de detrás de mí.
―¿Joe? ―dijo con voz soñolienta mientras rondaba por la puerta del
salón.
Me moví para ir hacia ella, para decirle que fuera a mi habitación y se
quedará allí, pero su hermano la interceptó antes de que pudiera.
―Es hora de irse, Shan― anunció Joey.
―¿En serio? ―Sus ojos se abrieron de pánico por un breve instante
antesde cambiar a resignación―Está bien.
―Sí― Exhaló un suspiro pesado―Mamá necesita una mano con los
niños.

BOYS OF TOMMEN #1
―Ella puede quedarse― me apresuré a decir. Miré a Shannon y
añadí―Tú puedes quedarte.
―No, tenemos que irnos― afirmó Joey mientras rodeaba el hombro de
Shannon con un brazo protector y la acompañaba fuera de mi casa―Gracias
por tu ayuda, Kavanagh.
Agitado, los seguí a los dos.
―Gracias, Johnny― susurró Shannon, mirándome con ojos tristes
mientras su hermano la llevaba fuera―Por todo.
―Shannon, no tienes que...
―Vamos, Shan― me interrumpió Joey diciendo―Tenemos que volver
a casa.
―¿Mamá se encuentra bien? ―preguntó Shannon cuando su hermano la
acompañó hasta el lado del copiloto y abrió la puerta.
―Se pondrá bien― le dijo Joey―Pero tenemos que irnos a casa.
No tenía ni puta idea de por qué mis piernas me movían hacia el lado del
copiloto del coche, pero eso fue lo que pasó.
Sintiéndome impotente, vi cómo su hermano la metía en el asiento del
copiloto antes de rodear el coche por el lado del conductor.
―Adiós, Johnny― susurró Shannon mientras Joey arrancaba el motor.
Se dispuso a cerrar la puerta del coche, pero mi mano la detuvo. Me miró
con esos grandes ojos azules. «Quédate conmigo. Quédate conmigo, Shannon.
Puedo mantenerte a salvo...»
―Adiós, Shannon―le dije, y con una desgana que rayaba en el
arrepentimiento, cerré la puerta.
Los neumáticos del coche de su hermano patinaron con la fuerza con la
que salió de mi entrada. De pie bajo la lluvia torrencial, vi cómo se la llevaba
lejos de mí.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 39
Malas Y Peores Noticias
―¿Tú también lo sientes? ―Joey soltó, con las manos agarrando el

volante con tanta fuerza que se le pusieron blancos los nudillos, mientras nos
alejábamos de la casa de Johnny Kavanagh.
―¿Sentir qué? ―le dije.
Joey me miró fijamente a los ojos y me hizo sentir un poco menos sola
en mi desgracia cuando dijo―¿Alivio?
Asentí con la cabeza, odiándome por pensarlo siquiera, pero lo sentía.
Y él también.
―¿Ella está bien? ―dije, cuando volví a encontrar las palabras.
Joey asintió con rigidez―Se supone que sí.
―¿Eso es lo que pasó? ―susurré, sintiendo que se me llenaban los ojos
de lágrimas mientras el asco y el odio a mí misma se apoderaban de
mí―¿Estuvo en el hospital todo el fin de semana y no lo sabíamos?
De nuevo, mi hermano asintió rígidamente.
―Oh, Joey― sollocé―Estaba sola.
―Lo tenía a él― dijo Joey, con la mandíbula apretada―Estaba con ella
y ahora está en casa.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Qué vamos a hacer? ―Pregunté, necesitando que él tuviera las
respuestas que yo no tenía―¿Joe?
―No lo sé― espetó finalmente, con la voz entrecortada―Ya no sé qué
hacer, Shannon.
―Está bien― me obligué a decir―No tienes por qué saberlo. Sólo tienes
dieciocho años.
―No puedo estar allí, Shan― dijo finalmente, con el rostro inundado de
culpa―No puedo seguir viviendo así.
―Lo sé― respiré, sintiéndome desfallecer al oír esas palabras salir de su
boca.
Ya había oído esas palabras antes. De Darren.
―Creo que deberíamos considerar lo que dijo Aoife― añadió Joey, con
la voz gruesa por la emoción.
―¿Qué pasa con lo que dijo Aoife? ― pregunté, horrorizada.
―Llamar a la policía.
―Debes de estar bromeando― le dije.
Joey me miró con ojos culpables, pero no respondió.
―No voy a entrar en el servicio de cuidados―espeté, sintiéndome
traicionada―Tú estarás bien. Podrás vivir tu propia vida y marcharte. A mí me
meterán en un orfanato.
―Shannon, anoche ella me habló de mi futuro y tenía mucho sentido...
―Tu futuro― exclamé.
Joey gimió con fuerza―No sólo yo, Shannon. Todos nosotros...
―¡No puedo creer que lo pensaras después de lo que le pasó a
Darren!―Exclamé, perdiendo todo control sobre mis emociones―¿Cómo se te
ocurre hacernos eso, Joey?
Mi padre me aterrorizaba.

BOYS OF TOMMEN #1
Me maltrataba.
Vivía con miedo constante.
Pero nunca me tocó así.
Nunca me violó.
Que es exactamente lo que le ocurrió a Darren repetidamente durante
meses y meses, una y otra vez hasta que casi lo matan. Leí los informes años
después de que ocurriera. Sabía todo sobre las cirugías a las que tuvo que
someterse para reparar el daño que esos bastardos le causaron.
¿Y ahora Joey estaba contemplando arriesgar eso?
«Regresa. Da la vuelta y regresa con él. Vuelve con Johnny. Díselo.
Díselo y deja que te ayude. Te dijo que lo haría»
«No, idiota, él no puede ayudarte. Nadie puede. ¡Tu propio hermano te
está abandonando!»
―¡Si quieres irte, vete! ―Grité mientras lágrimas calientes caían por mis
mejillas―Vete y déjanos. Vete con Aoife y tengan una vida maravillosa juntos.
Yo protegeré a los chicos.
―¡Ni siquiera puedes protegerte a ti misma! ―rugió Joey―Yo lo estoy
haciendo, Shannon. YO. Yo soy el que intenta suavizar los putos golpes y ellos
siguen llegando.
―Entonces quizá papá y tú tengan suerte y él acabe conmigo la próxima
vez―siseé mientras un enorme sollozo me sacudía―Te ahorraría la
preocupación, y a él la energía.
―¡No digas eso, Shannon! ―bramó Joey, golpeando el volante con la
mano.
―¿Por qué no? ―Le dije entre jadeos―Es la verdad.
―Shannon, respira―ordenó Joey en un tono más suave mientras se
acercaba y me frotaba la espalda―Respira.

BOYS OF TOMMEN #1
No podía.
No podía respirar, mierda.
Inclinándome hacia delante, intenté desesperadamente llevar aire a mis
pulmones.
―Buena chica― me dijo Joey mientras conducía con una mano y me
frotaba la espalda con la otra―Despacio.
Cuando volvimos a la casa, había conseguido calmarme hasta el punto de
poder llevar aire a los pulmones. Durante varios minutos, nos quedamos
sentados fuera de la casa, mirando el coche de nuestro padre aparcado en la
entrada.
No quería entrar en aquella casa y Joey tampoco. Los dos estábamos
completamente jodidos.
No, tú estás jodida.
Él estará bien...
―¿Shannon? ―La voz de Joey irrumpió en mis pensamientos.
No lo miré.
Tampoco respondí.
―¿Me estás escuchando? ―preguntó.
Asentí débilmente, manteniendo los ojos fijos en el coche.
―La próxima vez que te ponga las manos encima, quiero que te
defiendas.
Me puse rígida.
―¿Me estás escuchando? ―Asentí con la cabeza.
―Si vuelve a tocarte, Shannon, quiero que cojas el cuchillo más afilado
que puedas y se lo hundas en el corazón.
Lloriqueando, me volví para mirarlo―No vas a volver, ¿verdad?
Joey se me quedó mirando, con los ojos llenos de lágrimas.

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―No puedo―susurró mientras una lágrima rodaba por su mejilla―Si
vuelvo a entrar en esa casa, los mataré a los dos.
Observé su rostro, registré la verdad que me estaba diciendo, y entonces
me desabroché el cinturón de seguridad y abrí la puerta.
―Adiós, Joey― susurré entumecida, salí y entré.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 40
Líneas Y Buldócer
El lunes por la mañana estaba de un humor horrible, en parte por el

terrible dolor que sentía, pero sobre todo porque no había cerrado ni un ojo la
noche anterior.
Me pasé toda la noche dando vueltas en la cama con la cabeza dando
vueltas sobre Shannon. Durante toda la noche, sólo me acompañaban mis
remordimientos y la maldita foto del periódico.
Debería haberla detenido.
No debí dejar que se la llevara.
No tenía ni idea de por qué, pero había una voz en mi cabeza que me
gritaba que la protegiera.
Quería hacerlo, pero no sabía de qué tenía que protegerla o de quién.
Estaba completamente perdido, armado y listo para ir a la guerra por una chica
que no conocía, contra un enemigo del que nadie me hablaría.
Jesús, estaba tan jodido de la cabeza por ella, se me estaba yendo de las
manos. Ella estaba perturbando mi manera perfectamente contenta de la vida, y
yo no sabía cómo carajo hacer frente a ella.
La chica me jodió la cabeza y me hizo débil y tambaleante.

BOYS OF TOMMEN #1
No estaba bien, y ella no tenía nada que hacer en mi vida en este momento
crucial. Era como un tornado que nunca vi venir. El único problema que no
anticipé al hacer mis planes, la única persona que podría destrozar todo mi duro
trabajo.
Y lo más angustioso de todo era que me gustaba.
Me gustaba el hecho de que estuviera poniendo mi vida patas arriba y
alentando nociones y sentimientos nunca vistos dentro de mí, y luego odiaba
que me gustara. Estaba completamente adicto a cada cosa de la chica y no tenía
nada que ver con el físico - y el físico era jodidamente perfecto.
Y lo más importante, no me miraba como si fuera un ticket de comida.
Ella miraba a través de toda la mierda. Me veía a mí, sólo me veía a mí y
eso me hizo querer mover algunas cosas y ponerla en el centro de mi mundo.
Sabía que tenía que controlarme, pero no podía. Porque ella era adictiva y yo
estaba obsesionado.
Había perdido la cuenta del número de chicos con los que había jugado
al rugby a lo largo de las temporadas que habían abandonado o perdido la
disciplina por una chica. No podía permitir que eso me pasara a mí, había
demasiado en juego.
Todo estaba en juego.
Antes de Shannon, nunca había tenido problemas de concentración.
Antes de ella, nunca había tenido dudas sobre nada. Sabía exactamente quién
era, de dónde venía y adónde iba.
¿Y ahora?
Ahora era un desastre, no necesitaba esto.
No necesitaba este maldito estrés.
Tenía exámenes de aptitud en menos de tres semanas en los que
necesitaba concentrarme. Exámenes que, si no aprobaba, ponían todo mi futuro

BOYS OF TOMMEN #1
en peligro. En eso tenía que concentrarme.
En mi carrera.
No una chica.
Cuando llegué al colegio, estaba distraído, desequilibrado y
alucinando. Había algo muy malo en mí y necesitaba una intervención
inmediata.
―Necesito un favor―fueron las primeras palabras que salieron de mi
boca cuando encontré a Gibsie fuera del aula de carpintería antes de la primera
clase―¡En serio! ―Exhalando un fuerte suspiro, lo empujé por el pasillo hacia
la zona común de quinto curso―Tienes que ayudarme.
―De acuerdo, pero tengo clase dentro de dos minutos―se quejó Gibsie,
arrastrando los pies delante de mí.
―Yo también, Gibs―le dije, dirigiéndolo a la, afortunadamente, vacía
sala común―Contabilidad doble con Moggy Dan. Pero esto es mucho más
urgente que yo cuadrando hojas de cálculo y tú diseñando una puta mesa de
centro para tu madre.
―Muy bien, amigo, relájate―me dijo. Se sacudió, se acercó a una de las
mesas y sacó una silla. Dejó su bolso en el suelo, se sentó y me miró―Soy todo
oídos.
Cerrando la puerta tras nosotros, cogí un sillón de cuero y lo empujé
contra la puerta antes de dejarme caer en la silla.
―Tenías razón, Gibs― gemí―Estoy muy jodido.
―¿La tenía? ―Sus cejas se alzaron con sorpresa―¿Sobre qué? ―Antes
de que tuviera oportunidad de responder, sus ojos se abrieron de par en par,
cómicamente conscientes ―¿Lo de masturbarte? ―O al menos, habría sido
cómico si no fuera tan jodidamente deprimente. ―Mierda, Johnny. ¿No lo has
hecho o no puedes?

BOYS OF TOMMEN #1
―Lo intenté, fracasé, no lo he vuelto a intentar, así que ahora estoy
bastante seguro de que no puedo―decidí soltar.
No tenía sentido tratar de evadir la pregunta. No iba a dejarlo pasar, y yo
tenía problemas más importantes que mi temperamental testosterona.
―¿Cuánto tiempo ha pasado?
―Antes de Navidad― contesté rápidamente antes de decir―Pero ese no
es el problema aquí.
―Jesús, Kav, yo diría que ese es un problema muy grande,
amigo―Gibsie dejó escapar un silbido bajo―¿Probaste con lubricante?
―¿Qué? ¡No! Deja de hablar de mi polla― exclamé, luego me pasé una
mano frustrada por el pelo―Es ella, amigo. Tenías razón. Estoy completamente
jodido de la cabeza, y necesito que me impidas hacer algo estúpido con esa
chica.
―¿Qué chica?
―¿Qué chica crees, imbécil? ―Gruñí―Shannon.
―Oh, esa chica― Gibsie se rió. ―La resurreccionadora.
―Deja de reírte. No tiene gracia. Necesito tu ayuda―solté, nervioso―Y
resurreccionador no es una palabra.
―Sí que lo es― desafió Gibsie. ―Jesús resucitó. Fue una resurrección
realizada por Dios: el resucitador. Parecido a Shannon: la resucitadora de tus
bolas aquel día fuera de la sala de Educación Física―Risueño, añadió con voz
grave―Ella aparecerá y él se levantará.
―Lo que convertía a Dios en resurreccionista y/o
resucitador―gruñí―En ningún lugar de la lengua inglesa se le llamaba un
maldito resurreccionador.
―Hablo de la Biblia, no del diccionario.
―Estás hablando desde el culo― repliqué.

BOYS OF TOMMEN #1
―Es como el exterminador se le llama el puto exterminador,
idiota―replicó Gibsie―No el maldito terminista.
―Terminista―reflexioné ―Otra palabra que no existe.
―Bueno, resurreccionador sí es una palabra.
―No, maldita sea, no lo es― Sacudí la cabeza, molesto―No es correcta
ni fonética ni gramaticalmente.
―¿Gramaticalmente correcto? ―me espetó Gibsie―Mírate, señor
inglés de nivel superior, creyendo que lo sabes todo con tu Gran Gatsby y
Shakespeare. Bueno, esta vez no― Se dio un golpecito en la sien―Esta vez, yo
soy el listo.
―Se llama comprensión básica, Mister Inglés de Nivel Básico, y te digo
ahora, que estás equivocado.
Se rascó la cabeza.
―Concéntrate, Gibs― le ordené―Necesito tu ayuda aquí, hombre.
―No puedo―refunfuñó, con el ceño fruncido―Sé que tengo razón,
Johnny, voy a misa todos los domingos, ¿sabes?
―Bien por ti― me burlé―Quizá deberías rezar a Jesús para que te dé un
poco de sentido común...―Mis palabras se soltaron de mi lengua cuando él se
acercó hacia mí y arrastró mi asiento fuera del camino―¡Maldición,
Gibs!―exclamé―¿A dónde demonios vas?
―A la biblioteca―respondió, abriendo la puerta de un tirón―Te
equivocas. Voy a buscarlo en Google. Y luego lo imprimiré y lo publicaré por
todo el puto instituto―añadió mientras salía de la habitación―Mírame
resucitar la verdad.
―Bien― murmuré con cansancio―Adelante.
Menos de diez minutos después, Gibsie regresó con expresión
avergonzada.

BOYS OF TOMMEN #1
―No es una palabra― anunció, volviendo a entrar por la puerta.
―Lo sé― le dije con tono inexpresivo―Ahora que te has desahogado,
¿crees que puedes ayudarme?
―No lo entiendo― gimió Gibsie, dejándose caer en el sillón frente al
mío―¿Cómo que no es una palabra?
―¡Gibsie, por favor!
―Sólo quiero la palabra, Johnny.
―Bien, es tu palabra― acepté, exasperado―Puedes quedártela. Por mí,
llama al Diccionario Oxford y registra la maldita palabra. Sólo ayúdame.
―Sí, bueno, puede que lo haga― resopló Gibsie, pasándose una mano
por el pelo rubio―Bien, cuéntame tu problema.
Exhalé un pesado suspiro―Me gusta.
―Bueeeno ― dijo―Cuéntame cuál es el problema.
―Ese es mi problema― espeté―Me gusta, Gibs. Creo que me gusta de
verdad, viejo. De verdad, mucho. Mucho más que gustarme, ¡maldición!
Se encogió de hombros―Todavía no veo el problema aquí, amigo.
―Yo. No. Quiero. Que. Ella. Me. Guste ― le dije, ya sin paciencia.
―¿Porque ella tiene quince años y tú diecisiete?
―Tiene dieciséis―admití con un gemido―Su cumpleaños fue ayer.
―Entonces sabes que lo de la edad es una estupidez, ¿no? ―Gibsie
contraatacó―Te estás aferrando como a un clavo ardiendo, amigo. Lo de la
edad es una gran excusa porque tu Shannon te ha puesto nervioso y tienes pánico
porque nunca te has sentido nervioso en tu vida.
―Estoy nervioso― admití sin dudarlo―Completamente nervioso.
―Esto es brillante―Gibsie rió alegremente, disfrutando plenamente de
mi raro colapso.
―No es para reírse― le dije.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Estas bromeando? ―resopló―Es lo más gracioso que he oído en
años.
Al notar mi expresión asesina, dejó de reírse y me hizo un gesto para que
continuara. Me eché hacia delante, ignoré el dolor en la ingle y apoyé los codos
en los muslos
―La llevé a casa la otra semana, viejo. Perdió el autobús por el numerito
que hizo McGarry fuera de los baños, y no podía dejarla allí...
―¿Y sólo me lo dices ahora? ―me acusó.
Me encogí de hombros con impotencia―Sé que debería haberme
marchado, pero no lo hice. La metí en mi coche y estuvimos hablando durante
horas. Y no sólo de rugby, Gibs. De todas esas tonterías sin sentido que deberían
haberme aburrido hasta las lágrimas. Pero no fue así. Fue como aquel día en que
la dejé inconsciente y me pasé una hora afuera del despacho de Twomey
hablando con ella, excepto que mejor, porque estaba en sus cabales. Es tan fácil
hablar con ella, Gibs. Como no te lo creerías―Solté un fuerte suspiro y
dije―No quería dejarla marchar, amigo.
Gibsie se frotó la mandíbula―Mierda.
―Exacto― Inclinándome hacia delante, junté las manos sin apretar y
miré fijamente a mi mejor amigo―En todos los años que me conoces, Gibs,
¿cuándo me ha pasado eso?
―Sin duda es la primera vez que te pasa―convino, con expresión
pensativa.
―Se pone peor― refunfuñé.
―¿Peor? ―Frunció el ceño―¿Cómo?
―Le conté lo de mi operación.
Las cejas de Gibsie se alzaron―¿Hablas en serio?
―Muy enserio― Exhalé un suspiro frustrado―Le conté todo y luego

BOYS OF TOMMEN #1
perdí la cabeza con ella.
―¿Por qué?
―Entré en pánico, Gibs―respondí a la defensiva―Se me escapó y me
entró el puto pánico. Ya sabes lo que pasaría si los entrenadores de la sub20 se
enteraran de que no estoy en plena forma.
No es que importara mucho ahora, pensé amargamente. Si no me ponía
las pilas, mis sueños se iban al demonio.
―¿Y crees que hablaría? ―preguntó.
―Sinceramente, no, amigo. No creo que sea el tipo de chica que habla
de nadie― le dije―Pero siempre soy tan cuidadoso, que perdí la cabeza y me
asusté. Estaba más molesto conmigo mismo que nada y exageré― Bajando la
cabeza avergonzado, añadí ―Estoy bastante seguro de que la hice llorar.
―Entonces, ¿la cagaste?
―Se podría decir―murmuré―Pero entonces ella se me acercó en la
escuela a la mañana siguiente y me pidió disculpas.
―¿Por qué?
―Que me jodan si lo sé, viejo.
―¿Le aclaraste las cosas?
―No pude, se marchó antes de que pudiera― murmuré―Y luego lo
volví a hacer el viernes.
―¿Qué hiciste?
―Meterla en mi coche― admití.
―Bueno, mierda.
―Y luego fui un poco más allá.
―¿Cómo? ―Gibsie me miró con recelo―¿Qué hiciste, Johnny?
―La dejé en casa― Expulsando otro aliento frustrado, me hundí en mi
asiento y gemí―Pero luego me la volví a llevar.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Qué diablos?
―Lo sé― gruñí―Lo sé.
―¿Cómo es que te llevaste a la chica, Johnny?
Me encogí de hombros impotente―Vete a saber, pero lo hice.
―¿Por qué?
―Porque no podía dejarla ir― admití con sinceridad, omitiendo la parte
de que Shannon estaba enferma―No podía dejar que me dejara, amigo.
―¿La montaste?
―¿Qué te acabo de decir sobre mi polla?
―Entonces, ¿intentaste montarla?
―¿Qué? ¡No! ―Exclamé ―La llevé a Biddies, imbécil.
―¿Se supone que eso significa algo para mí? ―Gibsie respondió―Estás
hablando conmigo, viejo. Estoy jodidamente al tanto de lo que pasa en ese
sitio―Y añadió ―Suelo estar en medio.
―No, no la monté y no digas montar.
―¿Por qué no?
―No sobre ella― Inclinándome hacia atrás, me pellizqué el puente de la
nariz y suspiré―Sólo... no sobre ella, ¿bueno?
―Muy bien, ¿le hiciste el amor dulcemente? ―se burló―¿En el
aparcamiento? ¿O en los baños? ¿O en ese rincón dulce del fondo del salón?
―Eres un imbécil― gruñí―Un completo y absoluto imbécil.
―¡Dios mío! ―Gibsie se encogió y se pasó una mano por la boca―Oh,
no―gimió―No funcionaría, ¿verdad?
―¡Mi polla funciona, Gibs! ―Le dije―Se me pone dura, idiota. Sólo
me duele cuando...
―¿Cuándo qué? ―preguntó con los ojos muy abiertos
―No puedo acabar― murmuré.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿No puedes correrte? ―se atragantó―¿En absoluto?
―Quiero decir, supongo que podría si lo intentara―Suspiré
abatido―Pero la última vez que lo intenté fue tan doloroso que vomité y casi
me desmayo.
―Jesús ¿Cuándo fue la última vez que lo intentaste?
―La noche de San Esteban.
―Mierda―jadeó Gibsie―Johnny, eso fue hace meses. Tienes que
correrte, amigo.
―¿Crees que no lo sé? ―espeté―No es que esté disfrutando con esto,
Gibs.
―Eso no es natural.
―Sí, Gibs, es mi polla. Soy muy consciente de lo anormal que es.
―No me extraña que cojees― murmuró―Tienes los huevos tan llenos
de semen que te pesan.
―No tiene ni puta gracia, Gibs.
―Oh, Dios. ¿Y si te cosieron mal? ―siseó, con los ojos
desorbitados―Demonios, amigo, ¿y si te cortaron un cordón espermático
cuando estaban jugueteando cerca de tu saco de bolas?
―¿Un cordón espermático? ―Me quedé boquiabierto―¿Qué mierda de
drogas estás tomando?
―Leí sobre ese procedimiento, ¿sabes? ―afirmó, con cara de
horror―Tantas cosas pueden salir mal...
―No― Sacudí la cabeza, enterrando mi terror―No pueden.
―Sí, amigo― se atragantó―Sí que pueden, joder. Te cortaron tan cerca
de tu... eso.
―¡Puedes parar! ―Exclamé, temblando ahora―Jesucristo, no puedo
oír más.

BOYS OF TOMMEN #1
―Lo siento―Reprimiendo una mueca, me hizo un gesto con la mano y
dijo―Termina de contarme lo que pasó con Shannon.
―No la toqué―Moviéndome incómodo, murmuré―Pero quería
hacerlo― Dejé caer la cabeza entre las manos y gemí―Después de Biddies,
sabía que tenía que llevarla a casa, pero no podía, Gibs. Rayos, no podía.
Así que la llevé al cine. Yo sólo... necesitaba más tiempo con ella, ¿sabes? No
era suficiente. Necesitaba más...
―¿Más? ―Arqueó una ceja―¿Más de qué, Johnny?
―Más de ella ―respondí cabizbajo―Todo es más cuando se trata de
ella― Sacudí la cabeza y suspiré con fuerza―Jesús, la deseo tanto que no puedo
pensar con claridad, Gibs.
―Mierda― musitó Gibsie.
―Y le di una paliza de muerte a un imbécil de su antiguo colegio en el
bar―admití.
―Maldito idiota― espetó Gibsie―¿Alguien te vio?
―Liam― murmuré, tirándome del pelo―Se me fue de las manos,
amigo. Dijeron algo sobre ella y perdí el control total y absoluto de mis
sentidos.
―Tienes suerte de que no le llegara a Dennehy― señaló.
―Sí, Gibs― refunfuñé―Soy muy consciente de lo cerca que estuve de
joderme a mí mismo.
«No necesito que nadie más me lo diga...»
―¿Y ayer? ―preguntó―¿En tu casa? ¿Qué pasó?
Negué con la cabeza y me hundí en la silla―Su madre tuvo un aborto.
―Mierda.
―Sí.
―¿Ella está bien?

BOYS OF TOMMEN #1
―No lo sé ―Me encogí de hombros con impotencia―Se la llevó lejos
de mí.
―¿Quién se la llevó?
―Joey, “el lanzador”.
―Bueno, él es su hermano, amigo― añadió Gibsie―Obviamente iba a
volver por ella.
―Me importa una mierda― espeté, pensando en su cara magullada―Yo
no quería que se fuera, Gibs, y él me la arrebató. Y yo se lo permití.
―Sabes que no está permitido tener humanos como mascotas,
¿verdad?―preguntó en tono irónico―Sabes que eso es sólo para perros
y gatos, ¿verdad?
―Vete. A. La. mierda. ―gruñí.
―Relájate― murmuró―Estaba bromeando contigo.
―Pues no tiene ni puta gracia, Gibs―le contesté―Nada de esto es
divertido, me costó todo dejarla ir con su hermano anoche. Todo, joder.
―Bueno, amigo―dijo finalmente Gibsie, exhalando un suspiro―Como
nota positiva, al menos por fin puedes admitir que te gusta.
―Pero no quiero que me guste― dije―De eso se trata. No tengo tiempo
para que me guste. No puedo tenerla ocupando mi espacio mental, Gibs. Sabes
lo que me juego. Necesito mantener el rumbo, y esa chica hace que mi mente
se desvíe tanto que es ridículo.
Ya estoy en problemas.
―Bueno, obviamente, no tienes ningún control sobre eso―respondió
Gibsie en un tono extrañamente serio―No puedes evitar quien te gusta, Johnny.
Así es la vida.
―Así no es mi vida― argumenté débilmente―Yo no funciono así.
―Así es como funcionamos todos ―corrigió.

BOYS OF TOMMEN #1
―La cosa es que Shannon no es una chica cualquiera, Gibs― dije
estranguladamente―Ella es diferente. No es un ligue, ni un follar y tirar, ni una
arrimada en busca de una oportunidad. No puedo sacármela de encima. Ni
siquiera sabía quién era yo, no tenía ni puta idea. Y era genuino. No estaba
fingiendo. He conocido suficientes de esas pegajosas como para que me duren
toda la vida y me di cuenta de que no tenía ni idea― Sacudí la cabeza y me dejé
caer sobre el cuero―Y aparte de todo eso, es frágil.
―¿Frágil?
―Frágil ―confirmé, sin querer dar más información
―¿Es por lo que leíste en ese expediente?
Lo fulminé con la mirada, tensa.
―Relájate― me dijo, levantando las manos―Nunca lo leí. Sólo se lo
devolví a Dee.
Exhalé pesadamente y asentí―Sólo créeme cuando te digo que esa chica
es una línea que no puedo cruzar.
―Entonces no lo hagas― respondió Gibsie tras una larga pausa―Si te
está fastidiando tanto cuando apenas la conoces, entonces es mejor que te vayas
ya, amigo.
―Esa es la cuestión... no sé si puedo― admití con voz ronca―Ya sabes
cómo soy cuando se me mete algo en la cabeza. Pierdo la noción de mí mismo
y voy con todo.
―Ya lo creo―se rió Gibsie―Arrasas, con todo y todos los que se
interponen en tu camino.
―Bueno, ¡detenme!
―Detente―resopló Gibsie―Haz uso de ese famoso
autocontrol―Sonriendo, añadió―Últimamente te sobra.
―No lo entiendes, Gibs. Anoche casi me mato, te juro que me pasé toda

BOYS OF TOMMEN #1
la noche en vela, mirando las llaves y obligándome a quedarme en la cama y no
conducir hasta allí y traérmela a casa―admití cabizbaja―No tengo ni una pizca
de autocontrol cuando se trata de ella, por eso necesito tu ayuda.
―Entonces, ¿qué me estás pidiendo que haga aquí, Johnny? ―preguntó,
sonriendo con satisfacción―¿Estás diciendo que quieres que te bloquee la
polla?
―Digo que, si ves que me paso de la raya, me apartes ―le dije―No
confío en mí mismo cerca de ella.
―¿Te das cuenta de que las líneas que existen entre ustedes dos son las
que tú has trazado en tu cabeza?
―No puedo ir allí con ella, Gibs, y no lo haré.
―¿Hablas en serio?
Asentí con la cabeza―Ella es demasiado jodidamente peligrosa para mí.
―¿Por qué?
―¡Te lo acabo de decir! ―Solté.
―No― Sacudió la cabeza lentamente―Básicamente has dado vueltas en
círculos, amigo―Encogiéndose de hombros, añadió―Todavía no he oído un
argumento decente contra ella.
No le contesté por tres razones.
La primera, no me entendería.
La segunda, no me creería.
La tercera, no estaba seguro de que yo me creyera.
―Entonces, ¿estás contento con dar un paso atrás y ver como McGarry
o algún otro payaso de la escuela hace un movimiento? ―Gibsie preguntó
entonces―¿Estás completamente bien con eso?
La forma en que mi cuerpo se tensó automáticamente fue suficiente
respuesta.

BOYS OF TOMMEN #1
―Es una chica preciosa, Johnny, con un montón de atención de chicos
dirigido hacia ella― afirmó Gibsie con calma―No puedes tener las dos cosas,
amigo― Se encogió de hombros―O la quieres o no la quieres. O vas a por ella
o das un paso atrás.
―No― gruñí, tensándome.
Era lo único que podía decir, simplemente no.
―¿Y estás seguro de que no quieres probar lo de un noviazgo con
ella?―me preguntó.
―No funcionaría― gemí―Aparte del hecho de que soy demasiado
mayor para ella, y ella probablemente no sienta lo mismo, estoy demasiado
ocupado y demasiado poco disponible para comprometerme con algo
remotamente parecido a una relación.
―¿Quién lo dice?
―Tú sabes cómo es mi vida, Gibs― Exhalé otro pesado suspiro―Sabes
por qué no tengo pareja. Es demasiada presión y no puedo permitirme perder la
concentración. No tengo ni una hora libre al día, y en cuanto llegue el verano,
me iré de aquí― Me encogí de hombros con impotencia―¿Cómo es eso justo
para cualquier chica?
―Cierto― musitó Gibsie―Pero está claro que ella no es una chica
cualquiera.
―Exacto―grité―Es demasiado... más... demasiado... mejor...
importante...―Me corté y me pasé una mano por la cara―Nunca
funcionaría―dije finalmente, con tono cansado―Acabaría yéndome,
escribirían un montón de mierda en los periódicos y en internet como siempre
hacen mientras estoy fuera, ella se volvería paranoica, yo me molestaría, ella
acabaría herida y los dos acabaríamos siendo unos completos putos
desgraciados.

BOYS OF TOMMEN #1
―Vaya ―respiró Gibsie―Has pensado mucho en esto, ¿verdad?
«Cada minuto del día desde que la vi por primera vez»
Asentí cabizbajo.
―Entonces hazte su amigo― me ofreció.
Levanté la cabeza―¿Su amigo?
―Sí, idiota, su amigo―dijo Gibsie con sarcasmo―¿Conoces el
concepto de amistad? Lo creas o no, se te da bastante bien. Y si no puedes hacer
nada más y no puedes mantenerte alejado de ella, entonces la amistad es tu
mejor opción.
―Pero es una chica, Gibs.
Puso los ojos en blanco―Sí, Johnny, lo sé.
―No tengo ninguna chica que sea amiga.
―Bueno, entonces, ella puede ser tu primera.
Reflexioné sobre la idea ¿Podría ser amigo de Shannon? ¿Podría ser sólo
su amigo?
―Amigos― repetí, levantando mi mirada hacia la suya―Supongo que
podría intentarlo.
―Eso es― me animó Gibsie con una sonrisa complacida.
Podría ser su amigo, sería un buen amigo para ella. Podría hacerle la vida
más fácil, quería hacer eso por ella.
―Pero, ¿y si no quiere ser mi amiga? ―pregunté, sintiendo esa oleada
desconocida de incertidumbre que parecía acompañar a cualquier pensamiento
que tuviera sobre esa chica.
―Sigue con esa patética charla de mierda y ya no querré ser tu amigo,
pedazo de mariquita― resopló Gibsie―"¿Y si no quiere ser mi amiga?" ―se
burló y luego resopló―Vete a casa y búscate las pelotas -recuerda quién mierda
eres- y ya que estás, date un jalón de polla también. Aunque te desmayes del

BOYS OF TOMMEN #1
dolor, tener un orgasmo tiene que merecer la pena.
―Entonces, ¿me ayudarás? ―pregunté, optando por ignorar su última
burla.
―¿A tener un orgasmo? ―Gibsie respondió con un movimiento de
cabeza―Te quiero, amigo, pero no lo suficiente como para excitarte.
―Vete a la mierda― refunfuñé.
―Relájate― se rió―Estoy bromeando.
―Sí, mi vida es una puta gran broma para ti, ¿no? ―espeté.
―No seas tansusceptible― se rió.
―Gibs― le advertí―No estoy bromeando. Necesito que me ayudes con
esto.
Dejó escapar un fuerte suspiro―¿Si es lo que realmente quieres?
No.
―Tiene que ser así― balbuceé.
―Bien, amigo, te ayudaré― respondió Gibsie con un suspiro―Aunque
nunca funcionará, estás condenado al fracaso, y lo más probable es que acabe
dando el discurso de padrino en tu boda a una edad ridículamente temprana
porque habrás arrasado con todo, pero por ahora, te ayudaré absolutamente a
enterrar la cabeza en la arena.
―Eso no tiene gracia, Gibs― espeté, erizándome.
―Lo sé― replicó, mientras se partía de risa―Pero es divertidísimo.
―Ni siquiera un poco― gemí.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 41
Bloquéalo
Pasé la semana siguiente en casa, sin ir al colegio, cuidando de mis

hermanos y de mi madre, que, como sospechaba, no me hablaba.
No hablaba con ninguno de nosotros, excepto a él.
Él había vuelto.
Como sabía que haría.
El aborto había sido la oportunidad perfecta para que mi padre se metiera
en las frágiles emociones de mi madre. Cuando volvió esa noche, Joey se fue.
Se fue en coche y no volvió a casa en tres días. Esos tres días, viví aterrorizada,
temiendo que nunca volviera a casa.
Finalmente lo hizo.
Pero yo sabía que no sería para siempre. Uno de esos días, Joey saldría
por la puerta principal igual que Darren y no volvería jamás.
Mamá volvió al trabajo el sábado siguiente. Como un robot, se vistió con
su bata de limpieza, bajó las escaleras, se preparó una taza de café, se fumó siete
cigarrillos y se fue a trabajar.
Sabía que mamá no debería trabajar en su estado, estaba claro que no se
encontraba bien de la cabeza, pero cuando intenté decírselo, lo único que hizo

BOYS OF TOMMEN #1
fue dedicarme una sonrisa llorosa, besarme la mejilla y salir por la puerta.
Me pasé todo el día preocupándome por mi madre y escuchando a mi
padre decir que era culpa mía que perdiera el bebé.
Yo era la puta.
Yo le hice perder el control.
Yo era la culpable de que me pusiera las manos encima.
Yo fui la razón por la que empujó a mamá cuando ella intentó sacármelo
de encima aquella noche y yo fui la razón por la que la abofeteó.
Todo fue culpa mía. Porque yo era una puta.
Así es, yo era una chica de dieciséis años que ni siquiera había besado a
un chico, pero para mi padre era una golfa. Cuando anoche rompió su promesa
de sobriedad a mi madre, ni siquiera me sorprendió. Cuando usó mi cuello como
juguete, ni siquiera me inmuté. Estaba tan cansada.
Una parte de mí rezaba para que acabara de una vez. Aunque Joey había
bajado la escalera a toda velocidad y me había quitado a papá de encima, el
daño ya estaba hecho. Había añadido nuevos moratones a los viejos y me había
pasado buena parte de la noche contemplando los peores pensamientos posibles.
Esto no tenía remedio.
No tenía salida.
No en esa casa.
Ni en una residencia.
Estaba atrapada.
Cuando bajé del autobús y atravesé las puertas de Tommen esta mañana,
el alivio que había inundado mi cuerpo era tan potente que podía saborearlo.
Volver después de una semana en el infierno se sentía como la mayor
recompensa por haber sobrevivido.
Ver a Claire y Lizzie de nuevo, y saber que me amaban, que me decían

BOYS OF TOMMEN #1
que me querían, ayudó a recomponer algo dentro de mi cuerpo.
Cuando me dieron una magdalena de cumpleaños tardía y regalos en la
comida, casi lloro. Cuando les conté la versión para todo público de lo que le
había pasado a mamá, me conocían lo suficiente como para dejarlo estar.
No quería hablar de ello, ni pensar en ello, ni que me lo recordaran.
Nunca más.
Claire y Lizzie lo sabían y respetaron mis deseos.
Siguiendo la rutina, fui a todas mis clases y borré a mi familia de mi
mente durante las siguientes siete horas.
Fue maravilloso.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 42
Atrapar Zapatos Y Sentimientos
Mi última clase del lunes era de Educación Física y, debido al torrencial

aguacero que caía fuera, el señor Mulcahy se había apiadado de nosotros y había
organizado un partido de fútbol gimnasio bajo de techo de baloncesto.
El Sr. Mulcahy era el entrenador de rugby de la escuela y era bastante
evidente, por la forma en que estaba recostado en una silla plegable en la línea
lateral, con los ojos concentrados en el portapapeles que tenía en la mano, que
no le preocupaba nuestra educación física. Además, me las había arreglado para
echar un vistazo a dicho portapapeles cuando intenté y fracasé en mi intento de
dejar de jugar, y estaba cubierto de garabatos y jugadas relacionadas con el
rugby.
Acabé en el equipo con Claire, gracias a Dios, y un par de chicas más,
mientras que Lizzie había conseguido librarse de participar y se había ido a la
biblioteca.
Ojalá yo fuera tan persuasiva como ella.
En cambio, yo llevaba un babero amarillo e intentaba correr sin que los
chicos me aplastaran.
Con Lizzie pasándoselo en grande en la biblioteca, sólo quedaban cuatro

BOYS OF TOMMEN #1
chicas en la pista para jugar con los otros dieciocho chicos del 3A.
Yo era la peor con diferencia.
Shelly y Helen, las otras dos chicas de mi clase, no eran mucho mejores,
pero tenía la sensación de que eso tenía más que ver con su desinterés general
por el juego que con su falta de habilidad.
Claire era increíble en los deportes, la mejor chica de la pista, y los chicos
la trataban con el respeto que se merecía pasándole la pelota cada vez que
lograba liberarse. Hasta ahora, había marcado dos goles.
Para ser justos, mis compañeros lo habían intentado conmigo al principio
del partido, pero después de hacerme tropezar y costarle un gol a nuestro equipo,
me evitaron. Pensaba que era lo mejor.
―¿Te estás divirtiendo? ―preguntó Claire, corriendo hacia mí cuando
uno de los chicos de nuestro equipo volvió a marcar.
Llevaba la misma camiseta negra, los mismos pantalones cortos blancos
y el mismo peto amarillo que yo, pero, a diferencia de mí, la ropa de
entrenamiento le quedaba bien. Su larga cola de caballo rubia y rizada se agitaba
de un lado a otro mientras se movía. Tenía las mejillas coloradas y los ojos
encendidos de emoción. Era asquerosamente impresionante.
―¿No es esta la mejor manera de terminar el día?
―¡Sí, claro! ―Fingí una sonrisa y le di dos entusiastas pulgares arriba.
―Odias esto, ¿verdad? ―Se rió y apoyó el codo en mi hombro. El hecho
de que pudiera hacerlo con tanta facilidad no hacía más que confirmar lo
pequeña que era―No te preocupes. Sólo quedan diez minutos.
―El fútbol no es realmente mi...―Hice una pausa para agacharme,
evitando por poco un pelotazo en la cara―No es lo mío― empecé a decir, pero
Claire ya estaba persiguiendo el balón, gritando a nuestras compañeras que
estaba "abierta".

BOYS OF TOMMEN #1
Unos instantes después, una estampida de adolescentes se acercó a toda
velocidad a mí, a la caza del balón. Así que hice lo que cualquier persona de
1,52 metros en mi posición haría: corrí hacia la pared y apoyé la espalda contra
ella.
Evité por los pelos otro atropello y decidí que ya había tenido bastante
educación física por hoy. Llevaba todo el día con un horrible dolor de estómago
y correr de un lado para otro no ayudaba.
Mi cuerpo estaba hecho pedazos.
Me dolía tanto que apenas podía soportarlo.
Para ser sincera, tenía la sensación de que el dolor de estómago que sufría
era inducido por la ansiedad y estaba relacionado con mi padre. El viernes
terminábamos las clases de dos semanas enteras, y cada vez que me permitía
pensar en todos esos días encerrada en casa con mi padre, peor era el dolor.
La mayoría de la gente estaba deseando irse de vacaciones. Mientras
tanto, yo era un desastre tembloroso.
Agotada, me quité el babero y busqué por el pasillo al señor Mulcahy,
para preguntarle si podía salir antes y sentarme en los vestuarios. El corazón me
dio un vuelco cuando lo encontré de pie en la entrada del vestíbulo, hablando
nada menos que con Johnny Kavanagh.
Dios mío.
¿Cuánto tiempo llevaba ahí?
El suficiente para ver mi patético intento de evadir la muerte. Todo el día,
sentí que me observaba. Donde quiera que iba, juro que podía sentir ojos sobre
mí.
Sabía que quería hablar conmigo, por eso me había pasado el día
esquivándolo. Tendría preguntas sobre la semana pasada, querría saber. Y no
creería mis mentiras, eso era aterrador. Porque era demasiado listo para que una

BOYS OF TOMMEN #1
chica de mi posición anduviera con él.
Cuando estaba con él, me olvidaba de mentir y esconderme.
Me olvidaba de todo.
El Sr. Mulcahy golpeaba el portapapeles que tenía en la mano, inmerso
en una conversación con Johnny, cuya atención oscilaba entre lo que había en
el portapapeles y, bueno, yo.
Yo estaba exactamente enfrente de él, con la pista entre nosotros, pero
juro que podía sentir el calor de su mirada hasta en los dedos de los pies. Cada
vez que cambiaba su atención del portapapeles a mí, recibía una mirada tan
acalorada y llena de intensidad que no podía entender lo que estaba viendo.
¿Era ira? ¿Frustración? ¿O algo más? No sabría decirlo.
No tuve que pensarlo demasiado, porque unos segundos después, el señor
Mulcahy hizo sonar su silbato e indicó a nuestra clase que abandonara la cancha
y recogiera sus cosas.
El entrenador y Johnny permanecieron en la entrada, inmersos en una
discusión, mientras nuestra clase pasaba junto a ellos hacia los vestuarios.
Sentí que era la opción más segura y me dirigí hacia Claire, enlazando mi
brazo con el suyo y haciéndole un montón de preguntas sin sentido sobre el
partido que acabábamos de jugar... bueno, sobre el partido que ella acababa de
jugar. Seguí mirándola a la cara, escuchando atentamente sus respuestas, cuando
nos cruzábamos.
No fue hasta que estuve a salvo en el vestuario de las chicas que solté la
respiración temblorosa que había estado conteniendo.
―Ouch… Shannon, ¿qué demonios te pasa? ―me preguntó Claire en
cuanto la puerta del vestuario se cerró detrás de nosotras.
―¿Eh?
―¿Mi brazo? ―le espetó Claire―¿Intentas cortarme la circulación a

BOYS OF TOMMEN #1
propósito?
Mi mirada se dirigió a su brazo, más concretamente al lugar donde mis
dedos se clavaban en su piel.
―¡Dios mío! ―La solté y me tapé la boca con una mano―Lo siento
mucho.
―¿Qué pasa? ―Se acercó un paso, con la preocupación reflejada en sus
facciones―Pareces muy asustada.
―Nada―contesté rápidamente―Estoy bien. Es que...―Sacudí la
cabeza y exhalé un suspiro entrecortado―No esperaba que él estuviera ahí
afuera.
―¿Johnny?
Asentí lentamente.
Entonces sus ojos se abrieron de par en par.
―¡Dios mío! ―Apuntándome con un dedo a la cara, susurró―¡Me
mentiste! La otra semana pasó algo, ¿no?
―No―Negué con la cabeza, con las mejillas encendidas―No pasó nada.
―Te estaba mirando fijamente, como si te estuviera acechando con los
ojos― siseó, un poco mareada―¿Pasó algo? Por favor, dime que pasó algo...
―Te prometo que no ha pasado nada entre nosotros― le dije por lo bajo,
arrepintiéndome de haberlo mencionado―Y no me estaba mirando.
―¿Pero tú querías que lo hiciera?
Abrí la boca para negarlo, pero Claire me interrumpió.
―¡Ja! Ni siquiera mientas, puedo ver a través de ti―se rió―Hasta tus
orejas se sonrojan.
―¡Claire, por favor, no puedes decírselo a nadie! ―dije, mortificada.
―Ya te prometí que no lo haría.
Me sentí aliviada―Gracias.

BOYS OF TOMMEN #1
―Pero deberías saber que te estaba mirando, Shan. Te miraba en
serio―Claire aplaudió, chillando fuerte―Oh Dios, esto me hace tan feliz.
―No, él no estaba... y yo no... no puedo... yo sólo...―dije
atropelladamente, inhalé una bocanada de aire para calmarme e intenté de
nuevo―Tuvimos una pelea esa noche en su coche.
―¿Una pelea? ―Claire enarcó las cejas―¿Sobre qué?
―No importa― murmuré, ruborizándome―Y yo...
―¿Tú qué?
―Me volvió a dejar en casa el viernes anterior a mi cumpleaños.
Se le iluminó toda la cara―¡Oh, Dios mío!
―Y luego vomité delante de él―admití cabizbaja―Posiblemente sobre
él. Estaba muy cerca de la zona de peligro. Mientras me sujetaba el pelo.
Claire se encogió de compasión―¿En su coche?
―No― respondí débilmente―En la escuela. En mi taquilla.
Sonrió con tristeza―¿Y después te dejó en casa?
―Y entonces yo…
―¿Tú qué, Shan?
―Fui al pub con él.
―¿Al pub? ―chilló―¿Qué pub?
Lo pensé un momento antes de recordar el nombre―¿Biddies, creo?
―Dios mío― jadeó―Ese es su pub.
―¿Qué? ―Mis ojos se abrieron de par en par―¿Es de su familia?
No me sorprendería.
―No, no― se apresuró a decir Claire―No son los dueños, pero es como
su bar. Su sitio. Su... su... cuartel general.
―¿Qué significa eso?
―Ahí es donde van todos―dijo Claire―Todos los chicos del equipo,

BOYS OF TOMMEN #1
Biddies es su lugar de reunión.
―Oh― respiré, nerviosa―Bueno.
―Entonces― musitó―¿Qué hiciste en el pub?
―Me invitó a cenar― confesé.
―Espera ¿por qué te llevó a Biddies si estabas enferma?
Me encogí de hombros
―Me llevó a casa, pero cuando llegamos a mi casa, me pidió que diera
una vuelta con él― Frunciendo el ceño, añadí―Y me llevó al cine después de
Biddies.
―Cierra la boca― chilló.
―Y en mi cumpleaños, acabé yendo a su casa.
―¿Qué? ―Claire gritó―¿Su casa?
―Fue culpa de Joey. Pero estuve allí... y me duché... y luego él cocinó
para mí... y me quedé dormida en su...―Cerré la boca rápidamente cuando la
puerta se abrió de golpe y Shelley y Helen irrumpieron en la habitación.
Claire me miró con el ceño fruncido, pero no dijo nada más. Una mirada
a su cara, sin embargo, y estaba claro que esta conversación estaba lejos de
terminar para ella.
Aproveché la ocasión para recoger mi uniforme del banco y meterme en
una de las duchas para cambiarme. No era una mojigata ni nada por el estilo,
pero me faltaba mucho cuerpo en comparación con esas chicas. Para ahorrarme
una humillación innecesaria, siempre me cambiaba en una de las cabinas con
una cortina que me tapaba los pechos.
Cuando volví a ponerme el uniforme y controlé mis nervios, regresé con
las chicas justo a tiempo para escuchar el último drama de Shelly y Helen.
Shelly era una morena alta con el tipo de curvas que yo sólo podía esperar
llegar a tener algún día. Helen era la versión pelirroja de Shelly, más bajita y

BOYS OF TOMMEN #1
con algo menos de curvas. Eran muy cotillas y se pasaban el día pegadas la una
a la otra, cuchicheando y riéndose, pero había conocido a gente mucho peor que
ellas. La verdad es que ambas me caían bien de alguna manera. Son
completamente inofensivas si no les cuentas tus cosas.
―¡Dios, es un espectáculo! ―Shelly siguió chillando.
Estaba de pie en sujetador y bragas, completamente a gusto con su
cuerpo, y haciendo gestos animados con las manos a su mejor amiga.
―Te juro por Dios, Hells, que me subiría a ese chico como a un tubo de
pole dance ―Se pasó la larga cola de caballo por encima del hombro y fingió
un desmayo―Él sería asombroso en eso, también.
―No mientas, Shell―replicó Helen con una risita―Si te mirara lo
suficiente, te desmayarías del susto.
―Podría― convino Shelly riendo―Pero entonces podría
revivirme―Moviendo sus finas cejas, añadió―Con su lengua.
―¿De quién estamos hablando, chicas? ―intervino Claire con una
sonrisa amistosa. Estaba sentada en el banco, abrochándose la camisa del
colegio―¿Alguien interesante?
―¿Quién crees? ―se burló Shelly con una enorme sonrisa―El
mismísimo señor sexo andante.
―¿Le has visto mirándonos? ―añadió Helen excitada, mordiéndose el
labio inferior.
―Sí, lo vi. Nos estaba mirando cuando estábamos en la cancha.
―Ojalá― Shelly suspiró―Dios, ¿por qué los chicos de nuestro curso no
pueden parecerse a él?
―Lo sé― coincidió Helen soñadoramente―Ese chico es cien por cien
de cosecha propia, sexy como Cork.
―No es de aquí― me oí decir―Es de Dublín.

BOYS OF TOMMEN #1
―No...―Helen desafió con una expresión confusa grabada en su
rostro―Es de Ballylaggin.
―Si es de Johnny Kavanagh de quien están hablando, entonces Shannon
tiene razón―intervino Claire―Sinceramente, chicas, si fueran y hablaran con
el chico, sabrían enseguida que es dublinés.
―No es dublinés― dijo Shelly, ligeramente horrorizada―Es de Cork.
―Siento decepcionarte, pero Johnny es un gran dublinés de sangre
azul― replicó Claire, sonriendo―Dios, chicas, en cuanto abre la boca, es tan
obvio.
―Bueno, su padre es de Cork, así que es medio corkoniano― refunfuñó
Shelly―Y vive en Cork.
―Y nació y creció en Dublín, lo que le convierte en dublinés― bromea
Claire―Pregúntale qué colores llevará el día de la final irlandesa―añadió―Te
prometo que no será rojo.
Está claro que Shelly se tomó muy a pecho la rivalidad deportiva entre
Cork y Dublín, porque pareció terriblemente disgustada ante la noticia.
―Eso no lo sabes―desafió―Se mudó aquí cuando era pequeño,
probablemente ahora apoya a Cork y Munster.
―En realidad, sí lo sé―replicó Claire, sonriendo―En septiembre,
Hughie invitó a todos los chicos del equipo a ver la final de hurling, y adivina
quién era el único que vestía de verde en un mar de camisetas rojas.
―Bueno, no me importa―suspiró Helen―El acento sólo lo hace más
sexy.
―Exacto―resopló Shelly―Seguiría trepando por él como si fuera un
tubo de pole dance.
―Entonces será mejor que te des prisa en trepar, Shell―Riéndose, Claire
siguió echando sal en las heridas rebeldes de Shelly añadiendo―Porque se irá

BOYS OF TOMMEN #1
de aquí cuando termine el colegio. Cuando termine la Academia y los
reclutadores irlandeses le ofrezcan un contrato, te aseguro que no se quedará en
Cork. Volverá directamente a Dublín y lo recibirán con los brazos abiertos.
Porque éles su 'cosecha propia', no la nuestra.
―¿Cómo sabes todo esto? ―preguntó Helen, mirando a Claire como si
le hubieran crecido dos cabezas.
―Porque me paso el tiempo rodeada de chicos que juegan al rugby con
él― respondió Claire―He oído a Hughie y a Gerard hablar de que Johnny sólo
se quedará en Irlanda un par de años. Los chicos creen que lo más probable es
que juegue en el extranjero durante unos años, mientras el actual centro de su
equipo se retira y Johnny adquiera experiencia de juego a nivel senior. Mi
hermano apuesta por Francia, los clubes de allí tienen mucho dinero para gastar.
Entonces lo traerán a casa como un jugador de clase mundial con un mundo de
experiencia a sus espaldas y la juventud todavía de su lado.
―Dios―murmuré, sintiéndome un poco mareado por esta
conversación―Haces que suene como un trozo de carne.
―Porque eso es lo que es en su mundo, Shan―respondió Claire,
volviendo su atención hacia mí―Un trozo grande, gordo y jugoso de filete de
primera.
―No puedo ni imaginar lo que se siente al estar bajo tanta
presión―susurré, y mis pensamientos volvieron inmediatamente a aquella
noche en su coche.
No me extraña que reaccionara tan mal. Había visto la atención que le
prestaba la gente cuando salíamos. Toda la vida de Johnny se estaba
representando ante el país. Todo el mundo hablaba de él.
Todo el tiempo.
Creo que, si yo fuera él, me metería debajo de la cama y me escondería.

BOYS OF TOMMEN #1
Una enorme oleada de simpatía llenó mi pecho, toda dirigida a él.
―Pobre chico―murmuré, pensando en lo desesperado que debía sentirse
por tener que ocultar su lesión.
―¿Pobre chico? ―Helen se burló e hizo un ruido de pffft―No hay nada
de pobre en Johnny Kavanagh, Shannon. El hermoso, chico que va montado
directo a los profesionales. Ya aparece en blogs y revistas populares de rugby.
¿Eso te suena a alguien pobre?
―Deberías ver el público y los medios de comunicación en sus partidos
locales― añadió Helen con un suspiro de ensueño―Es una locura.
«Lo sé. Lo he visto»
Quizá fuera profesional o quizá no.
No creía que fuera asunto nuestro hablar así de él. Era su vida la que se
estaba discutiendo abiertamente y no me sentía cómoda.
―Estás muy callada, Shannon―dijo Shelly mientras me miraba con
interés―Ni siquiera finjas que no es el chico más guapo en el que has puesto
los ojos.
Era, con diferencia, el chico más guapo que había visto en persona. Sin
embargo, tengo la clara sensación de que sin el atractivo de la fama y el dinero
que le acompaña, estas chicas no estarían tan obsesionadas.
Pero quizá sí.
Mientras tanto, a mí me importaba un bledo la manera en que pateaba el
balón en el campo. El rugby era un deporte, era un juego. No era todo lo que él
era, era sólo una parte de él. La única parte que les importaba a estas chicas,
aparentemente. Era asqueroso y me negué a unirme a una conversación que me
recordaba mucho a las conversaciones que las chicas de arriba tenían sobre
Joey.
―Supongo―Me encogí de hombros sin compromiso―Es muy buen

BOYS OF TOMMEN #1
jugador.
Las dos chicas se rieron.
―Está totalmente sonrojada―se burló Shelly―Mira, ni te molestes,
Shan.
Fruncí el ceño
―¿Molestarme por qué?
―En que te guste― contestó ella―Johnny ni siquiera mira de reojo a las
chicas de su propio curso, y mucho menos a las del humilde tercer curso.
―En realidad, eso no es cierto― replicó Claire―Él la llevó a casa desde
la escuela― Me lanzó una sonrisa maliciosa―Dos veces.
Me sonrojé y tomé nota de no volver a decirle nada a Claire.
Las dos chicas dirigieron sus miradas hacia mí.
―Perra afortunada―dijo Shelly, con los ojos muy abiertos
―¿Estuviste en su coche? ―preguntó Helen.
Me encogí de hombros, sintiéndome muy expuesta en ese momento, pero
no contesté.
―Y estaba en los periódicos con él―añadió Claire―Hughie me lo
enseñó. Todos los chicos hablaban de ello porque Johnny nunca sale en las fotos
con chicas.
―Nunca sale en los periódicos con chicas―acusó Helen―¿Cuándo
ocurrió?
―Antes de salir a cenar con él a Biddies― añadió Claire con una enorme
sonrisa―Y al cine. Ah, y después de que pasara su cumpleaños en su casa.
―¡Oh, Dios mío! ―Las dos chicas jadearon al mismo tiempo.

―¿Conseguiste ligar con él? ―Helen preguntó - en realidad, era más una
demanda―Dios mío, ¿te montaste a Johnny?
Claire me miró con expresión expectante.

BOYS OF TOMMEN #1
―¡No! Dios, claro que no―musité, balbuceando mis palabras―¿Por
qué preguntas eso?
―Eh, porque es Johnny Kavanagh― Shelly puso los ojos en blanco con
sarcasmo―Y estabas en su casa. Cualquier chica en su sano juicio querría
montárselo.
―Lizzie no―Claire agitó una mano en el aire―Ella desprecia a los
jugadores de rugby.
―Eso es porque Lizzie está peleada con Pierce. Volverá a querer a los
jugadores de rugby la semana que viene, cuando él la suavice de nuevo―replicó
Shelly, y luego volvió a centrar rápidamente su atención en mí―¡Dios
mío!―Plantando las manos en las caderas, chilló ―¿Viste su dormitorio?
¿Cómo es? ¿Tiene una cama enorme? Seguro que es enorme. ¿Te va a llevar a
casa desde el colegio otra vez? ¿Por eso está aquí? Oh dios mío, ¿son pareja?
―Oh Dios, Bella va a estar muy mal―Helen intervino―Se pondrá como
loca cuando se entere de que vas detrás de su chico.
―Johnny no es el chico de Bella― resopló Claire―Ella, en cambio, es
la chica de todos.
―De hecho―dijo Shelly, levantando un dedo―Oí a algunas chicas de
sexto año en el baño el otro día hablando de que Bella está con Ryan
Cormac―Arqueando una ceja, añadió―Al parecer, se lo ha estado tirando
durante meses.
―¿Mientras estaba con Johnny? ―Helen jadeó.
―Mmm-hmm― dijo Shelly―Una chica estúpida, ¿eh?
―Bueno, Cormac es un chico guapo―respondió Helen frunciendo el
ceño―Pero no es Johnny Kavanagh.
―Lo sé, ¿verdad? ―asintió Shelly.
Claire hizo una media reverencia dramática.
―Y ahí lo tienen― dijo―La chica de todos.

BOYS OF TOMMEN #1
―Aun así―Helen se mordió la uña, con la mirada fija en la mía―Bella
no estará contenta contigo.
―Ella no es su dueña―se burló Claire―Nunca fueron pareja de verdad,
y aunque lo fueran, Bella no puede hablar. Todo el mundo sabe que ella ha
estado follando a medio colegio a sus espaldas durante meses.
―Sí, pero él es como su caballo en la carrera―razonó
Helen―¿Operación Binding 13 les suena?
―Ugh, esas chicas son idiotas―refunfuñó Claire―Creí que esa
estúpida competición había desaparecido el año pasado.
―Lo hizo― dijo Shelly en tono enfurruñado. ―Ganó Bella.
―¿Operación Binding qué? ―balbuceé.
―Binding 13― repitió Helen, mirándome como si yo no tuviera ni idea.
En este caso, así era.
―¿Qué significa eso?
―Las chicas de quinto y sexto curso organizaron una estúpida
competición el año pasado para ver quién se liaba con Johnny―refunfuñó
Claire―Lo llamaron Operación Binding 13 porque son completamente
lamentables y poco originales ―Hizo una mueca antes de añadir―Al parecer,
ganó Bella.
―No lo entiendo― admití, mortificada.
―El número de la camiseta de Johnny es el trece― explicó Claire, con
cara de asco―Y Binding es una referencia de rugby para participar en un scrum-
aunque, estoy bastante segura de que esas chicas se referían a participar15 con
Johnny de forma totalmente diferente.
―¿Por qué le harían eso?
15
En otras palabras, esas chicas hacían referencia con lo de Binding a tener sexo con Johnny, más adelante Johnny explica
que es un Binding.

BOYS OF TOMMEN #1
―Porque es imposiblemente selectivo― gimió Shelly―Y rara vez mira
a alguna de las chicas de por aquí. Es un completo engreído cuando se trata de
con quién está.
―Supongo que puede permitirse estar con el tipo de mujeres de las que
se rodea en esas giras―le espetó Helen.
―Cierto― dijo Shelly cabizbaja―¿Viste a esas chicas en su última gira?
―¿A la modelo? ―preguntó Helen y asintió resignada―Tenía como
veintisiete.
―Estaban por todo internet― suspiró Shelly.
―Bella no estará contenta con la competencia―ofreció Helen con una
mueca―Shan, deberías alejarte de él, porque ella te sacará los ojos.
―Es una zorra―convino Shelly―No importa si se están tomando un
descanso en este momento o no. Se volverá loca contigo.
―No se están tomando nada porque nunca tuvieron una
relación―refunfuñó Claire―Eran follamigos en el mejor de los casos, chicas,
difícilmente fue el romance del siglo.
―No importa―replicó Helen―Ya sabes cómo es ella, Claire. A los ojos
de Bella, ella y Johnny están en un descanso, y ella perderá su mierda si alguien
se interpone en su camino.
―Yo no estoy con él― les dije, el miedo a que una alumna de sexto año
me sacara los ojos me revolvía violentamente el estómago. No sería la primera
vez, y todavía tenía una leve cicatriz en el párpado derecho para
demostrarlo―Te lo juro.
―Shannon, relájate―intervino Claire, poniéndose a mi lado―Nadie va
a tocarte.
―Yo no estaría tan segura de eso―dijo Helen, preocupada―Bella puede
ser una zorra cuando quiere.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Ah, ¿sí? ―replicó Claire, poniéndome una mano en el hombro―Pues
yo también.
―¿Qu-qué? ―Susurré, sintiendo que el estómago se me iba a salir por el
culo―Pero yo no... Yo no... yo no hice nada…
El sonido de la campana de la escuela llenó mis oídos, interrumpiéndome,
y en lugar de tratar de explicar mi salida de esta conversación desordenada,
agarré mi bolsa de equipo y salí corriendo hacia la puerta.
―¡Shannon, espera! ―Claire me gritó ―¡Espérame!
No esperé.
En lugar de eso, salí corriendo a toda velocidad de la sala de educación
física, empujando a los chicos que salían del vestuario de chicos y bajando los
escalones a trompicones en mi intento de alejarme lo más posible de una posible
confrontación.
No podría soportar esto.
Hoy no.
No podía soportar otra discusión.
Ni con mis padres, ni con Bella Wilkinson, ni con nadie.
Simplemente nopodía hacerlo.
Era demasiado.
Llegué al pasillo de salida del colegio, con los pies todavía golpeando el
cemento, cuando el tacón de mi zapato se atascó en una grieta en medio de la
carretera y casi me hizo caer de cabeza sobre el asfalto mojado.
Afortunadamente, conseguí enderezarme a tiempo para salvarme de otra
conmoción cerebral. Consciente de que varios estudiantes estaban observando
abiertamente mi mini-colápso, reduje la marcha a paso ligero. Cojeando, me
acerqué a la acera y esperé a que pasara un grupo de chicos para ponerme a
varios metros de ellos.

BOYS OF TOMMEN #1
Dios mío.
¿Tenían razón Helen y Shelly? ¿Iba a venir Bella a por mí? ¿Porque
Johnny me llevó a casa? Oh Dios, mi corazón, mi pobre y agotado corazón
estaba golpeando mi caja torácica.
Mi estómago se revolvía.
Sentía que iba a vomitar.
No, mejor dicho, iba a vomitar.
Trepé por la valla baja que separaba el camino de una zona boscosa, corrí
hacia los arbustos, dejé caer la mochila sobre la hierba mojada, me agaché detrás
del árbol más cercano y vomité violentamente. Tenía muy poca cosa en el
estómago, pero la manzana que me había comido antes apareció gloriosamente.
Temblando de asco, permanezco en cuclillas, respirando varias veces
para calmarme, mientras intento tranquilizarme. Todo mi cuerpo temblaba
violentamente, y no estaba segura de sí era por la lluvia que caía sobre mí o por
el terror que sentía en el corazón.
Sospechaba que ambas cosas.
Varios minutos después, cuando estaba segura de que podía volver a
moverme, me levanté con cautela y me limpié la boca con el dorso de la mano.
Me llevé una mano al estómago, exhalé un suspiro entrecortado y miré a mi
alrededor. Por suerte, había conseguido colocarme fuera de la vista desde el
camino.
Esta vez sí.
Busqué mi botella de agua en la mochila y me di cuenta de que, con las
prisas, me había equivocado de mochila. Mi mochila estaba en la sala de
educación física.
―Mierda.
Con los hombros caídos, me colgué la mochila a la espalda y volví al

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camino. Esta vez no me molesté en correr, me había quedado sin energía.
Me había quedado sin nada.
Si Bella quería hacerme daño, por mucho que huyera no cambiaría nada.
Ella encontraría una manera, siempre lo hacían. Lo preocupante era que no sabía
qué aspecto tenía, no sabía de quién cuidarme.
«De todos, insistía mi cerebro. No confíes en nadie»
Con la lluvia cayendo a cántaros sobre mí, filtrándose a través de mi ropa,
caminé lentamente de vuelta a la sala de educación física con la cabeza gacha y
el modo de huida desactivado. Había una corriente constante de agua rápida que
corría por la carretera y el muro de hierba a la izquierda del camino estaba
sumergido, por lo que tuve cuidado de evitarlo cuando crucé hacia el edificio
de educación física.
A diferencia de antes, cuando había estado corriendo sin fijarme en el
tiempo, ahora era dolorosamente consciente de lo que me rodeaba y del tiempo
de mierda que hacía en Irlanda. Dios, si no dejaba de llover pronto, la ciudad se
pondría en alerta por inundaciones.
No era algo raro en Cork en invierno y a veces a principios de primavera.
Demonios, incluso podía inundarse en verano en Cork. Sin la protección del
abrigo que había dejado en mi taquilla, mi ropa estaba empapada.
Tenía los pies mojados y los calcetines empapados de tanto corretear
intentando encontrar un lugar en el bosque para vomitar. La sensación de mi
uniforme mojado pegado a mi piel igualmente mojada me hacía sentir asquerosa
y fría a la vez.
Todo el mundo se había ido cuando volví al vestíbulo; el ruido y el
bullicio de mis compañeros de clase habían desaparecido. Agradecida por el
refugio temporal del intenso clima, me dirigí directamente a los vestuarios de
las chicas y respiré aliviada cuando vi mi mochila en el banco donde la había

BOYS OF TOMMEN #1
dejado.
Todavía me estaba acostumbrando a que no tocaran mis cosas en este
colegio. Me acerqué a la mochila y la cogí, sólo para darme cuenta de que una
página arrancada de un cuaderno se caía al suelo.
Lo ignoré.
Empapada hasta los huesos, cogí mi bolsa de emergencia, entré en el
cuarto de baño y me lavé rápidamente los dientes. Cuando terminé de limpiarme
la boca, me enjuagué el dentífrico, lo metí en la bolsita con la pasta y volví a
coger la bolsa.
Consulté mi reloj y vi que eran las 4:25 de la tarde.
Aparte de los pantalones cortos, el maillot y un par de bragas limpias,
algo que siempre llevaba encima, no tenía ropa de recambio en el colegio, así
que tendría que aguantar hasta llegar a casa.
Shan,
Debería haberme callado la boca. No quería molestarte. Pensé que
estábamos bromeando y me dejé llevar por las bromas. A veces, me olvido de
todas las cosas horribles que aquellas chicas te hicieron. Es difícil porque
pareces tan feliz aquí... ¿y tan diferente? Diferente en el buen sentido.
Y no les hagas caso a Shelly y Helen. Son unas putas dramáticas, Bella
no te pondrá un dedo encima. Te lo prometo.
De todas formas, lo siento mucho y por favor mándame un mensaje
cuando llegues a casa. Con amor Claire. x.x.x
Leí la nota tres veces más antes de metérmela en el bolsillo de la falda.

Luego metí mi bolsa de ropa debajo del banco junto a la de Claire antes de salir

BOYS OF TOMMEN #1
del vestuario.
No estaba enfadada con Claire, sus bromas eran perfectamente normales.
Lo que me enfadaba era mi reacción a las bromas, mi constante reacción
exagerada a todo, por lo que, necesitaba trabajar en mí misma y tenía que dejar
de tener miedo todo el tiempo.
Sin embargo, era difícil cuando pasaba la mayor parte de mis horas
despierta en un estado constante de paranoia y ansiedad. Joey me dijo que tenía
que luchar, me lo repitió anoche cuando me frotaba la espalda mientras
intentaba respirar durante un ataque de pánico. Me dijo que si volvía a ponerme
las manos encima debía coger algún arma.
Pero tenía miedo.
Me aterrorizaba desatar algo que tal vez no pudiera volver a controlar de
nuevo. Fue debido a mi falta de acción que mi hermano terminó recibiendo una
paliza anoche.
Sabía que Joey no me culpaba por su nariz rota, pero el mensaje de texto
que había recibido de él antes, haciéndome saber que se quedaba con Aoife por
la noche, hizo que la perspectiva de volver a casa fuera aterradora.
Se estaba echando atrás y no lo culpaba. Si tuviera un lugar seguro donde
arrojarme, me lanzaría hacia él. Eso es lo que Aoife era para mi hermano.
Joey tenía a Aoife y yo no tenía a nadie.
Sumida en mis pensamientos, estaba al pie de la escalinata del edificio de
Educación Física cuando el sonido de mi nombre resonó en el aire.
―Shannon.
Me di la vuelta y vi cómo Johnny bajaba trotando los empinados
escalones del edificio, subiéndose la capucha de su sudadera azul marino a
medida que avanzaba.
«No te pongas a correr, me ordené en silencio mientras mis pies se

BOYS OF TOMMEN #1
sacudían debajo de mí. Limítate a saludar»
Al darme cuenta de que estaba asintiendo físicamente a mis afirmaciones
mentales, me aclaré la garganta y dije un débil ―Hola, Johnny.
―Hola, Shannon― resopló, deteniéndose frente a mí―¿Cómo estás?
―Bien― le dije mientras intentaba mantener mis facciones inexpresivas.
Era una hazaña imposible cuando cada gramo de sangre de mi cuerpo corría
hacia mi cara, alentada por los estruendosos latidos de mi corazón―¿Estabas
en el pasillo?
―Sí―Johnny asintió―Tenía que repasar algunas cosas con el
entrenador―Una pequeña sonrisa tiró de sus labios―No estabas bromeando
cuando dijiste que no practicabas ningún deporte, ¿eh?
Me avergoncé ―Ah, no, no estaba bromeando.
―¿Cómo está tu mamá? ―preguntó, con sus ojos azules penetrantes.
―Oh, ella está...―Hice una pausa para recogerme un mechón de pelo
empapado detrás de la oreja―Ahora está mucho mejor.
―Eso es bueno― dijo, y sonó como si lo dijera en serio―¿Estuviste en
casa ayudándola la semana pasada? ¿Por eso no viniste a la escuela?
―Sí, necesitaba ayuda después del.…―Sacudí la cabeza antes de
añadir―Mamá está bien ahora. Ha vuelto al trabajo y todo eso.
Johnny levantó las cejas―¿Tan pronto?
Mira quien habla, señor aductor...
Me encogí de hombros―Eso es lo que ella quería.
―¿Y tú? ―preguntó entonces Johnny.
Fruncí el ceño ―¿Qué pasa conmigo?
Sus ojos azules se clavaron en los míos cuando dijo ―¿Estás bien?
―Estoy bien―balbuceé, sintiéndome increíblemente nerviosa por
volver a estar tan cerca de él.

BOYS OF TOMMEN #1
―Sabes― musitó―Empieza a no gustarme esa palabra.
―Pues a mí sí― espeté―Bueno, así es…
―Eso está bien ―dijo ―Y tu familia...
―Realmente no quiero hablar de ello―dije en voz baja. Nunca
más―Estamos pasando página, así que prefiero que no me lo
recuerden―añadí―¿Teparece bien?
―Mierda, sí― murmuró―No diré ni una palabra más al respecto.
Me sentí aliviada.
―También lo siento mucho―añadí―Por la forma en que te molestamos
en tu casa aquel día.
―¿Qué? ―Johnny me miró con el ceño fruncido―No me molestaron.
―Sí que lo hice― admití, avergonzada―Y Joey también.
―Shannon, no lo siento así― me dijo, con tono rudo―Yo no... así que
no pienses así. ¿De acuerdo?
―De acuerdo― Asentí con la cabeza―Bueno, probablemente debería
irme ya―Sonriendo débilmente, le saludé con la mano y le dije―Adiós,
Johnny― antes de girar sobre mis talones y alejarme.
¿Ves? No estoy corriendo.
―Espera―gritó Johnny, su voz venía de cerca detrás de mí―¿Vas a irte
caminando a casa?
Irracionalmente afectada por su proximidad, agarré las correas de mi
bolso y asentí con la cabeza, pero no dejé de caminar.
―¿Con este tiempo? ―me preguntó, poniéndose a mi lado.
―No, sólo voy a la parada del autobús―le expliqué en voz baja,
manteniendo la vista fija en el sendero, con cuidado de evitar el desbordamiento
del agua de lluvia que parecía brotar de todas las alcantarillas.
No era tarea fácil, con el corazón a punto de salírseme del pecho.

BOYS OF TOMMEN #1
Esa era otra de las cosas en las que tenía que trabajar: controlar la
reacción de mi cuerpo en torno a ese chico.
Caminaba a mi lado y cada vez que daba un paso, su brazo rozaba el mío.
Era claramente accidental, dudaba que se diera cuenta, y era tan grande
que estaba segura de que no podía evitarlo, pero eso no significaba que mi
cuerpo no reaccionara al sentirlo.
Al menos ahora estaba ardiendo, me ayudaba con la humedad.
―¿A qué hora sale tu autobús? ―Johnny preguntó, con voz profunda y
grave.
Temblando, me quité una gota de lluvia del labio con la lengua antes de
responder.
―Agarro el autobús de las cinco y media todos los días.
―Eso es dentro de una hora.
No respondí, seguí caminando.
―¿Piensas quedarte de pie bajo la lluvia durante una hora? ―preguntó,
poniéndose delante de mí y deteniéndome en seco.
Los dos parecíamos ratas empapadas por el aguacero, y tuve que apartar
la vista para no admirar la forma en que su pelo mojado se pegaba a su frente.
Tenía un pelo precioso.
También olía muy bien.
Un olor que no pude evitar inhalar mientras estaba demasiado cerca de
mí para sentirme cómoda. Desodorante Lynx, hierba recién cortada y varonil,
todo en uno. A quién iba a engañar; todo él era precioso. Cuando volví a pensar
en el presente y me encogí de hombros, Johnny soltó un gruñido impaciente y
sus penetrantes ojos azules me atravesaron.
―Vamos― dijo bruscamente ―Te llevaré a casa.
Oh, no.

BOYS OF TOMMEN #1
Dios santo, no.
―No― Sacudí rápidamente la cabeza―Tranquilo.
Arqueó una ceja, metiéndose en mi espacio personal con su gigantesco
cuerpo.
―¿Por qué no?
―Porque ya me has llevado a casa―respondí, dando un paso atrás con
seguridad.
―¿Y? ―replicó él, dando otro paso hacia mí.
―Entonces, ya es suficiente―Metí la barbilla en el pecho e intenté
rodearle―Gracias de todos modos.
Una vez más, Johnny me bloqueó el paso, encerrándome con su enorme
cuerpo. Y como antes, tuve que levantar el cuello para mirarlo.
―¿Prefieres estar una hora bajo la lluvia a que yo te lleve a casa? ―me
preguntó con los ojos salvajes y ardientes―¿Por qué?
«Porque tu novia ocasional puede o no, querer causarme graves daños
corporales.
Porque la primera vez que me subí a un coche contigo, acabó mal.
Porque la segunda vez que me subí a un coche contigo, casi te cuento
secretos.
Y sobre todo porque la forma en que me haces sentir me asusta»
Cuando no respondí, porque sinceramente no podía, Johnny soltó otro
gruñido, pero este sonaba como si estuviera frustrado.
―¿Estás molesta conmigo?
―¿Molesta contigo? ―Sacudí la cabeza, con los ojos muy abiertos―No,
no, claro que no.
―¿Entonces por qué estás así?
―¿Así cómo?

BOYS OF TOMMEN #1
―Evitándome― dijo en voz baja.
―No lo hago― mentí―Yo sólo... yo sólo...
―¿Tú sólo qué, Shannon?
Me encogí de hombros, sin saber qué decir. Sacudió la cabeza, dejó caer
su mochila al suelo y, con un mínimo esfuerzo, me la quitó la mía de los
hombros. Sorprendida, vi cómo tiraba mi mochila al suelo junto a la suya antes
de bajar la cremallera de su sudadera de diseñador y quitársela sin más.
―¿Qué estás haciendo? ―exclamé, con los dientes castañeteando por el
frío.
―¿Qué crees que estoy haciendo? ―replicó mientras se acercaba a mí
por detrás, me ponía la capucha de la sudadera en la cabeza y me rodeaba los
hombros con ella―Te estás empapando aquí fuera.
―Pero no tendrás sudadera― solté.
―Pero tú sí― replicó―Ahora, ¿vas a meter los brazos en las mangas o
voy a tener que hacerlo yo por ti?
Como no le ayudé, francamente estaba demasiado aturdida para hacer
otra cosa que mirarle boquiabierta, Johnny agarró los dos extremos de la
sudadera y me subió la cremallera hasta la barbilla, dejándome las manos
atrapadas a los lados y las mangas vacías balanceándose a mi lado.
Tiró de la capucha hacia delante, cubriéndome el pelo de la lluvia, y luego
se agachó y cogió nuestras dos bolsas.
―Ahora― dijo, asintiendo con la cabeza, mientras se echaba una bolsa
a cada hombro―Vámonos. Te llevaré a casa. Mamá probablemente esté
esperando en la entrada.
―¿Tu madre? ―pregunté.
―Sí― respondió―Mi coche está en el taller para una revisión.
―Pero no conozco a tu madre― solté. Intenté agitar los brazos para dar

BOYS OF TOMMEN #1
énfasis, pero la cremallera de la sudadera me dejaba poco espacio para hacerlo.
―Pero me conoces― fue su respuesta.
Abrí la boca para decir algo, lo que fuera, pero Johnny se alejó por el
sendero con mi mochila.
―Mueve las piernas, Shannon― me dijo por encima del hombro, sin
mirarme―Antes de que nos dé neumonía a los dos.
Me quedé tan pasmada que hice exactamente lo que Johnny me dijo.
Moví las piernas y me apresuré a seguirle, esquivando los charcos de
lluvia y las grietas del pavimento. Ya era bastante difícil seguirle el ritmo con
mis tacones de cinco centímetros, y casi imposible mantener el equilibrio con
los brazos atrapados a los lados.
―Mierda―chillé cuando calculé mal un salto y aterricé en un charco
helado.
Tampoco era un charco normal. No, era un charco irlandés, que consistía
en unos ocho centímetros de agua de lluvia helada, lodosa y sucia.
Inmediatamente, el agua empezó a llenar mis zapatos, haciendo insoportable
caminar. Sobre un pie, saco un brazo por debajo de la sudadera y me quito el
zapato. Al volcarlo, vi con espanto cómo se derramaba un chorro de agua.
Mi pobre calcetín estaba empapado.
Mis pantorrillas estaban moteadas de hojas y de aguanieve de color
marrón. Gemí de consternación mientras volvía a meter el pie en el zapato y
procedía a vaciar el otro.
―¿Qué estás haciendo? ―gritó Johnny desde delante de mí.
―Hay agua en mi zapato― le respondí, mientras murmuraba una serie
de palabrotas dirigidas al clima irlandés―No puedo caminar así. Dame un
segundo...
Se me cayó el zapato y me lancé a por él.

BOYS OF TOMMEN #1
Mala idea teniendo en cuenta que estaba en equilibrio sobre un pie y mis
brazos estaban atrapados. Me sentí como un fideo y conseguí engancharme el
zapato en el aire, pero volví a perderlo al no encontrar el equilibrio.
El zapato salió volando de mi mano y me agité hacia atrás, intentando
mantenerme en pie sin éxito. Sabiendo que era una causa perdida, abandoné la
batalla y preparé mi cuerpo para el impacto que seguramente sentiría.
Caí hacia atrás, con el culo rozando el cemento durante un breve instante,
antes de que me levantaran. Con una mano en la parte delantera de la sudadera
que llevaba puesta, Johnny me mantuvo literalmente suspendida del suelo como si
mi cuerpo fuera algo obscenamente minúsculo e insignificante.
Y no lo era.
Pesaba 38 kilos, pero no lo habrías adivinado por la forma en que me
colgaba de un brazo.
―Buena atrapada― respiré por fin, mirándole a la cara con una mezcla
de asombro y admiración, mientras sostenía todo mi cuerpo con una mano.
Sus labios se crisparon―Gracias.
―Bueno, definitivamente eres mejor atrapando que lanzando.
Sonriendo, Johnny me arrastró hasta ponerme de pie antes de abrir la
cremallera de la sudadera y liberar mis manos.
―¿Mejor? ―preguntó, posando sus manos en las ligeras curvas de mi
cintura.
En realidad, no, porque podía sentir el calor de sus manos en mi cuerpo
y, aunque una capa entera de ropa separaba su tacto de mi carne, seguía
sintiéndolo hasta los dedos de los pies.
Esto era malo.
Esto no estaba nada bien.
Enrojecida y ruborizada, me agarré a sus antebrazos, haciendo equilibrios

BOYS OF TOMMEN #1
sobre mi único pie enfundado, y solté lo único que se me ocurrió en aquel
momento ―No quiero que me golpeen.
Sus manos me apretaron la cintura mientras me miraba a la cara.
―¿Quién te golpearía?
―Tu novia.
―No tengo novia ―respondió lentamente, con la cautela y la confusión
grabadas en el rostro―Ya lo sabes.
―Bella.
―¿Te ha dicho algo? ―preguntó Johnny, con tono duro y expresión
enfadada.
Enarcó una ceja―¿No?
―No― confirmé en voz baja.
―¿Estás segura de que no te ha dicho nada? ―sondeó.
―Estoy segura― respondí―Pero no quiero darle motivos para que lo
haga.
Johnny me miró fijamente y repitió su afirmación anterior con algunos
retoques―Nunca fue mi novia, Shannon.
―Sí, bueno, un par de chicas de mi clase decían que tenías una...
―¿Estabas hablando de mí? ―interrumpió, con un toque duro en su tono.
―¿Con ellas?
―No ―Negué con la cabeza ―Me hablaban de ti. A mí
Johnny arqueó una ceja indignado ―¿Hay alguna diferencia?
―Sí― Asentí con la cabeza―…una grande― Tragué hondo y negué
con la cabeza―Escucha, Johnny, no necesito... no puedo meterme en
más...―Exhalando un suspiro entrecortado, me obligué a mirarlo―No quiero
salir perjudicada porque me hayas hablado―Mis palabras salieron rápidas y

BOYS OF TOMMEN #1
entrecortadas―No necesito ese tipo de problemas en mi vida. No soy ninguna
luchadora. Necesito mantener la cabeza baja y pasar por la escuela sin dramas.
Hubo una larga pausa de silencio en la que ninguno de los dos habló.
―¿Crees que dejaría que alguien te hiciera daño? ―Johnny finalmente
preguntó, sus ojos oscuros e intensos y enfocados únicamente en mi
cara―¿Crees que dejaría que te pasara algo malo, Shannon “como el río”?
Lo miré fijamente, insegura de qué decir e insegura de mis sentimientos.
Cuando no respondí, Johnny soltó un gruñido bajo y sacudió la cabeza,
haciendo que gotas de lluvia rociaran mi cara.
―Porque no lo haré― respondió a su propia pregunta―No te va a pasar
nada malo―añadió, con los ojos azules oscuros y fijos en los míos―Porque no
voy a dejar que nadie te haga daño, ¿sí?
Asentí insegura―¿Está bien?
Me observó detenidamente, con los ojos ardientes y fijos en los míos.
―¿Me crees?
―Quiero―respiré mientras mis dedos se clavaban en la dureza de sus
hombros -como reacción impotente de mi cuerpo a sus palabras.
Dios, quiero creerle...
―Bien―respondió bruscamente, acercándose más, con las manos
apretando mi cintura―Yo también quiero eso.
Una extraña pesadez se apoderó de nosotros mientras el interminable
ciclo de la lluvia seguía cayendo a cántaros. Como una sensación de presión,
como si el aire se hubiera debilitado a nuestro alrededor.
Me miraba fijamente, molesto y emocionado a la vez. Era una mirada
confusa, no sabía qué pensar.
Un enorme todoterreno Range Rover negro se detuvo junto a nosotros,
rompiendo la extraña tensión y evitando que dijese algo peligroso.

BOYS OF TOMMEN #1
Bajó la ventanilla tintada y asomó la cabeza de una mujer.
―¿Johnny? ― gritó la mujer del Range Rover. Era rubia y guapa y
parecía ligeramente horrorizada mientras nos miraba―¿Qué le estás haciendo
a esa pobre chica?
―Esa es mi mamá― murmuró Johnny, mirando brevemente a su madre
antes de volver su atención a mí―Vamos.
―¡Espera! ―exclamé, agarrándole de los brazos antes de que pudiera
irse, todavía en equilibrio sobre un pie―¿Y mi zapato?
Johnny me miró los pies y luego detrás de mí. Soltó un fuerte suspiro, me
rodeó la cintura con un brazo, tiró de mí hacia él, me levantó del suelo y nos
acercó al jeep.
Abrió de un tirón la puerta trasera con una mano y me depositó en el
asiento trasero con la otra antes de volver corriendo al sendero para recoger las
mochilas que habíamos tirado.
―Estoy empapada―advertí, avergonzada ante la idea de estropear la
costosa tapicería del coche―En serio, Johnny―añadí con un escalofrío cuando
volvió a la puerta con nuestras mochilas―Estoy empapada hasta la cintura.
Sus labios se crisparon hacia arriba durante un breve instante y luego
sacudió la cabeza como si desechara un pensamiento inoportuno que se le había
ocurrido.
―Mamá, esta es mi... esta es Shannon― espetó, claramente incómodo.
Me lanzó una mirada nerviosa y luego se volvió hacia su madre, aclarándose la
garganta dos veces antes de añadir―Ella es mi... es nueva ― Me empujó más
hacia el fondo del asiento trasero del jeep de su madre y luego metió las dos
mochilas a mi lado―Le dije que la llevaríamos a casa.
―Hola, Shannon―dijo su madre, girándose en su asiento para
mostrarme una sonrisa de oreja a oreja.

BOYS OF TOMMEN #1
―Shannon, esta es mi mamá― anunció bruscamente―Iré a buscar tu
zapato.
Cerró la puerta del coche, dejándome encerrada con su madre, y se fue
corriendo. Mortificada, me desplomé en el asiento trasero del Range Rover de
su madre, bueno, esto no era incómodo.
Esto no era para nada incómodo.
Tratar de no hiperventilar por la ardiente incomodidad era
sorprendentemente difícil, teniendo en cuenta que estaba segura de que la
hipotermia se estaba apoderando de mí.
―Encantada de conocerla, Sra. Kavanagh―parloteé, con las rodillas
agitadas, mientras me frotaba las manos por los brazos.
Estaba tan increíblemente fuera de mi zona de confort que no sabía qué
hacer. Saber que estaba goteando agua por todo el interior de cuero del coche
de esta amable dama tampoco ayudaba.
―Gra-gracias p-por el a-aventón.
―Es Edel, amor― respondió, sonando distraída mientras miraba por la
ventana―En el nombre de Jesús, ¿qué está haciendo ese hijo mío ahora?
Murmurando varias palabrotas para sí misma, la señora Kavanagh pulsó
un botón de la puerta y bajó la ventanilla.
―¡Johnny! ―gritó―¿Qué haces corriendo bajo la lluvia, maldito
idiota? ¡Entra!
―Está buscando un zapato―señalé, con las mejillas encendidas―Se me
cayó el zapato― Más bien lo tiré―Está tratando de encontrarlo por mí.
La señora Kavanagh se dio la vuelta para sonreírme, pero su sonrisa
vaciló y su expresión se transformó en un ceño fruncido de preocupación.
―Oh, Dios― jadeó―Mira cómo tiemblas. Debes estar muriéndote.
Estaba muerta.

BOYS OF TOMMEN #1
Estaba más que muerta.
Mi cuerpo se sacudía violentamente mientras la humedad de mi ropa
seguía asaltando mi piel.
La madre de Johnny encendió la calefacción al máximo y gemí de alivio
cuando una ola de calor me golpeó la cara. Se quitó de los hombros el grueso
cárdigan de punto que llevaba y me lo puso por encima de las piernas.
―Vamos, cielo―me dijo en tono tranquilizador―Te calentaremos
enseguida.
―M-muchas g-gracias―respondí mientras me desvanecía lentamente
por dentro. Su pequeño acto de amabilidad fue abrumador para mí―No quiero
ensuciar su sudadera.
―Para eso están las lavadoras―respondió, recuperando la sonrisa.
Guao, la madre de Johnny era hermosa.
Y extremadamente bien vestida. En serio, su ropa era como wow. Todo
iba a juego, desde los pendientes hasta el cinturón. Diseñadora de moda,
recuerda, siseó mi cerebro, por supuesto que va a estar guapa.
Con el pelo rubio y los ojos marrones, la señora Kavanagh no se parecía
mucho a su hijo, pero sin duda había heredado su estructura ósea y sus labios
carnosos. Sin embargo, Johnny tenía razón sobre su acento dublinés; era
marcado y mucho más marcado que el suyo.
―Parece que tienes un admirador―añadió la señora Kavanagh,
señalando hacia donde Johnny trotaba arriba y abajo por el sendero,
escudriñando el suelo y los pantanos en busca de mi zapato perdido.
Mierda, esperaba que no se hubiera ido flotando en el agua del desagüe.
Papá se pondría furioso si volvía a casa con otro gasto.
―Ha hecho un trabajo terrible para mantenerte escondida―añadió la
señora Kavanagh con una sonrisa―Te vi en los periódicos con él la otra

BOYS OF TOMMEN #1
semana. Una foto preciosa, cariño. Se les ve muy bien juntos.
Ella pensó...
―¿Qué? Oh no… ¡No! ―Me sonrojé con un feo tono rojo
remolacha―No es así.
―¿Ah, ¿no? ―Sonrió con satisfacción―Pensé que tal vez Johnny se
había conseguido una noviecita mientras yo no estaba.
―Um, no―Me retorcí de incomodidad―Sólo somos...
―¿Amigos? ―bromeó la señora Kavanagh, con una pequeña sonrisa en
la comisura de los labios―Eso he oído.
¿Éramos amigos?
No estaba segura.
A lo mejor todavía estaba intentando hacer las paces.
Asentí y dije ―Sí, sólo somos amigos.
―Ah, es una pena― respondió tras una larga pausa―Por un momento
pensé que habías conseguido hacer lo imposible.
―¿Lo imposible?
―Distraerlo del rugby.
―Oh― Junté las manos, insegura de cómo responder a eso―Bueno, no
lo he hecho― fue todo lo que se me ocurrió, seguido de ―Sólo somos amigos.
Cuando la señora Kavanagh volvió a hablar, tenía el ceño fruncido por la
preocupación.
―Quiero a mi hijo con todo mi corazón, pero a veces me gustaríaque se
acordara de que tiene diecisiete años y se soltara un poco. Divertirse,
enamorarse, romper las reglas, ser un adolescente en vez de una...
―¿Máquina? ―ofrecí en voz baja.
―Sí―coincidió su madre, asintiendo con entusiasmo―Su alimentación,
el entrenamiento, los viajes, los patrocinadores, todo eso... da miedo― Suspiró

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de nuevo, frunciendo las cejas―Sólo quiero que se suelte de vez en cuando. Sé
cómo suena viniendo de una madre, pero él está tan controlado. Cada parte de
su vida está completamente estructurada y planificada. Para mí, como madre,
es abrumador verlo. No puedo imaginar lo que se siente a los diecisiete años y
vivir así, día tras día. Pero con Johnny todo es rugby, rugby y más rugby. Come,
duerme y respira ese maldito deporte.
Abrí la boca para decir algo, lo que fuera, pero la señora Kavanagh
continuó.
―Se levanta y entrena. Va al colegio y entrena. Vuelve a casa y entrena.
Y luego se va a la cama y repite todo el ciclo de nuevo al día siguiente.
―Suena agotador―acepté, sintiéndome un poco incómoda por la
repentina y profunda visión que me estaba dando de su vida.
―Desde luego, es agotador verlo―Con un pequeño suspiro, se tocó la
frente y dijo ―Ojalá pudiera encontrar una salida para la frustración, la ira o lo
que sea que lleva dentro. Tengo miedo de que un día de estos explote.
No sabía qué responder.
Mi cerebro luchaba por registrar toda la nueva información sobre Johnny.
―Y acabo de darme cuenta de que estoy divagando―dijo entonces la
señora Kavanagh, riendo suavemente―Lo siento. Mi marido siempre me lo está
recordando.
―No pasa nada― respondí mientras un pequeño escalofrío recorría mi
cuerpo―No me importa.
Y no me importaba. Me sentí extrañamente a gusto escuchándola hablar.
La madre de Johnny era simpática y amable, todo lo contrario, al tipo de madre
con la que yo volvería a casa.
―Dime, ¿de qué se conocen Johnny y tú? ―me preguntó―¿Están en la
misma clase? ¿Cómo se hicieron amigos el uno del otro?

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―Eh, no, estoy en tercer año― respondí, moviéndome en mi asiento.
―¿En serio? ―Los ojos de la señora Kavanagh se abrieron de par en
par―Creí que eras mucho mayor.
Sonreí ante el cumplido; al menos me lo estaba tomando como un
cumplido. No era frecuente que alguien me tomara por más mayor de lo que
era.
―Tengo dieciséis años. Debería estar en cuarto curso―expliqué,
encantada conmigo misma por parecer mayor―Pero me retuvieron en primaria.
―A Johnny también― me dijo la señora Kavanagh con una cálida
sonrisa.
―En sexto de primaria― añadí con una pequeña inclinación de
cabeza―No estaba contento.
―No―se rió―Desde luego que no lo estaba―Sonriendo,
añadió―Deben de conocerse bien si te contó la historia de "mis padres me
arruinaron la vida cuando me trasladaron al campo".
―No tan bien―me encontré explicando―Honestamente, Johnny
ofreciéndose a llevarme a casa es probablemente otra de sus maneras de intentar
compensarme por haberme dejado hecha polvo en el campo16.
―¿Cómo dices? ―balbuceó la señora Kavanagh, con los ojos
desorbitados.
―Fue un accidente―intervine rápidamente―No quería que ocurriera. Si
alguien tiene la culpa, soy yo. No debería haber ido allí. Lo distraje. Pero
después me atendió muy bien― Exhalé un suspiro antes de añadir ―Fue muy
amable.
―¿Y cuándo ocurrió el accidente?
16
En inglés la forma en la que Shannon se expresó, da pie, para malinterpretarlo, porque lo que Edel entendió fue que
Shannon y Johnny se acostaron y que Shannon quedó embarazada por ese desliz. 😂

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―En enero― le expliqué, y automáticamente me llevé la mano a la
nuca―Los médicos del hospital dijeron que todo estaba bien y que el chichón
había desaparecido hacía tiempo, pero Johnny ha intentado compensarme desde
que ocurrió.
―¿Lo sigue haciendo ahora?
―Creo que todavía se siente responsable de lo que pasó―dije
encogiéndome de hombros―Los dos sabemos que él no quería que pasara.
Ninguno de los dos lo hizo. Fue un accidente. Pero ya está todo arreglado.
―¡Con justa razón debe sentirse responsable! ―La cara de la Sra.
Kavanagh se volvió de un tono blanco mortal cuando siseó―Voy a castrar a
esa pequeña mierda...
―¡Oh, Dios mío, ¡no! ―chillé.
Pensando en mis palabras, de repente me di cuenta de lo mal que le debió
sonar eso a la señora Kavanagh y, desesperada por borrar la expresión de terror
de su cara, aclaré rápidamente.
―Noqueada. Johnny me dejó noqueada. No me levantaba.
Oh, Dios mío, déjame morir.
―Inconsciente― recalqué por enésima vez―El golpe fue en la cabeza.
―¿Cómo te lastimó? ―preguntó su madre, preocupada y a la vez
enormemente aliviada.
Suspiré pesadamente―Con la pelota.
―¿Con la pelota? ―repitió horrorizada―¿Johnny te noqueó con sus
bolas?
―Las bolas―recalqué, retorciéndome en mi asiento―Sólo una bola...
Dejé de hablar, sabiendo que estaba haciendo un lío.
―¿Pelotas? ¿Bolas? ¿Golpes? ―La Sra. Kavanagh exhaló un fuerte
suspiro―Shannon, amor, por favor explícame bien esto antes de que me dé un

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ataque.
―¡No estoy embarazada ni nada de eso! ―solté, sintiendo la necesidad
de dejarlo claro―Nunca he estado embarazada―añadí para aclarar―Ni de su
hijo ni de nadie.
―Es bueno saberlo―respondió su madre, con un tono ligeramente menos
agudo―Ahora, cuéntame qué ha pasado.
―Oh, Dios...―Me llevé las manos a las mejillas encendidas e inhalé un
suspiro tranquilizador antes de volver a intentarlo―Me trasladé a Tommen
después de las vacaciones de Navidad. Era mi primer día de clase y llegaba
tarde, así que crucé el campo donde estaban practicando rugby para llegar más
rápido. Johnny pateó el balón y me golpeó en la nuca. Caí por la orilla del campo
y me golpeé la cabeza contra el suelo. Debí de golpearme con una piedra o algo
al caer, porque me desmayé. Todavía lo tengo todo bastante borroso, pero
Johnny me ayudó a llegar a la oficina y esperó conmigo hasta que mi mamá
llegó a la escuela. Mamá me llevó al hospital para que me examinaran― Exhalé
un suspiro tembloroso y añadí ―Eso es todo.
La señora Kavanagh me observó durante un largo e incómodo instante,
obviamente examinándome.
Supuse que se había dado cuenta de que le estaba diciendo la verdad,
porque su voz estaba cargada de preocupación cuando por fin preguntó.
―¿Y estuviste bien?
―Sí ―Asentí, aliviada por haber aclarado el desastroso
malentendido―Sólo fue una contusión moderada.
―Oh, Jesús― jadeó―Shannon, amor, lo siento mucho.
Alargó la mano hacia la otra parte de la consola, cogió del suelo un bolso
de diseño y lo abrió.
―Las facturas del hospital― empezó a decir, con tono distraído mientras

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rebuscaba en el bolso―¿Sabes cuánto cuestan? Maldita sea, dejé el bolso en la
encimera de la cocina. Necesitaré el teléfono de tu madre―Siguió rebuscando
en su precioso bolso de diseño―¿Por qué no se ha puesto en contacto conmigo
el colegio?
―¿Qué? ―Me quedé boquiabierta y negué con la cabeza―No, no,
señora Kavanagh. No pasa nada. No hay factura. Tengo seguro médico.
Me miró durante varios segundos antes de sacar la mano del bolso. Me
alegré de que lo hiciera porque había agarrado con fuerza el pomo de la puerta
y estaba a dos segundos de salir corriendo del jeep, con zapatos o sin ellos.
―Bueno, siento mucho lo que te ha pasado, Shannon― dijo finalmente,
dejando el bolso en el suelo del lado del acompañante―Pero me gustaría hablar
con tus padres para disculparme. Quizá pueda hacerlo cuando te lleve a casa.
―No hace falta―solté, sintiendo que el pánico me oprimía el pecho
mientras la sangre de mis venas se convertía en hielo―Mi mamá trabaja todo
el tiempo, así que no estará en casa, y mi padre no... no... por favor, no lo llame...
no está…―Mis palabras se quedaron en mi lengua y exhalé una respiración
entrecortada y dije con dificultad ―…No es necesario.
La señora Kavanagh se mordisqueó el labio inferior con inseguridad
mientras estudiaba mi rostro.
Sus ojos marrones estaban llenos de preocupación silenciosa, su
expresión coincidía.
―Shannon, cielo, yo no...
Fue en ese preciso momento cuando la puerta del pasajero delantero se
abrió de golpe, sobresaltándonos a los dos y haciendo que la Sra. Kavanagh,
afortunadamente, dejara de hablar.
―¡Mierda, qué frío hace ahí afuera! ―Johnny anunció mientras saltaba
dentro y se sacudía hacia abajo, haciendo que el agua salpicara por todas

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partes―Yo diría que es hora de cerrar las compuertas y sacar los barcos de
goma, chicas. El tiempo se fue a la mierda.
―Lo dice el genio que ha estado dando vueltas en medio de una tormenta
durante la última media hora― bromeó su madre―Estamos en alerta naranja
por inundaciones. La cuarta en un mes.
―Sabes que no sé cuándo rendirme, mamá― replicó Johnny, levantando
mi zapato en señal de triunfo.
Girándose en su asiento para mirarme, arqueó una ceja y dijo.
―¿Una propina para la próxima vez que hagamos esto? ―Su tono era
serio pero sus ojos bailaban con picardía, mientras el agua goteaba de su pelo
aplastado por la lluvia sobre su frente―No te saques los zapatos.
Me guiñó un ojo y me tiró el zapato al regazo antes de darse la vuelta y
ponerse el cinturón de seguridad.
―Lo siento― murmuré, con la cara roja.
Recogí el zapato viscoso de mi regazo y metí el pie a regañadientes,
estremeciéndome por la sensación de chapoteo.
―Gracias por salvar mi zapato.
―Sí, bueno, agradécemelo aprendiendo a andar con ellos―replicó
Johnny en tono burlón.
Me ruboricé―Sí, está bien.
―Mierda, vaya cantidad de lluvia para ser marzo.
―Cuida tu lenguaje― reprendió la señora Kavanagh mientras arrancaba
el motor y se alejaba―¿Y qué es eso que he oído de que has dejado inconsciente
a Shannon?
Johnny se dio la vuelta y me miró fijamente, la expresión de su cara decía
¿en serio? me hundí en mi asiento.
―¿Y bien?

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―¡Maldición, mamá!
―¿Qué te he dicho sobre tu lenguaje? ―espetó la Sra.
Kavanagh―Tranquilízate, Johnny.
―Dios― Johnny se hundió contra el reposacabezas y gimió―Twomey,
Lane, el entrenador y la madre de Shannon ya me regañaron. Por favor, no tú
también.
―¿Y bien? ―preguntó la señora Kavanagh, lanzando una rápida mirada
a su hijo antes de volver a centrarse en la carretera―¿Él no pensó que debería
habérmelo dicho?
―Lo siento―solté, juntando las manos con ansiedad―Tu madre pensó
que yo era tu... que estábamos... que me tenías... con tus pelotas embarazada...
ugh…―Carraspeando, susurré―Lo siento.
Johnny se volvió hacia mí y sonrió burlonamente.
―¿Mis pelotas embarazadas?
―No, yo embarazada y con tus pelotas―balbuceé y luego me encogí
ante mis palabras―No importa.
Ignorando mis divagaciones, Johnny se volvió hacia su madre y le dijo.
― Fue un accidente. Estaba en el campo durante el entrenamiento. Ni
siquiera la vi hasta que el balón la golpeó en la cabeza.
―Sí, ahora lo sé. Shannon me lo explicó―contestó la señora
Kavanagh―Espero que te hayas disculpado con ella, Johnny.
―Claro que le pedí disculpas, joder― resopló Johnny, con los hombros
rígidos.
Desde mi posición en el centro del asiento trasero, vi cómo se pasaba la
mano por el muslo, el muslo herido.
Meneando la cabeza, Johnny exhaló un suspiro frustrado y murmuró.
― Llevo disculpándome desde entonces.

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―Aun así, me hubiera gustado que me lo contaran cuando ocurrió.
―Bueno, ahora ya lo sabes―dijo―Fue un accidente. No era mi
intención que ocurriera, y no voy por ahí golpeando a las chicas en la cabeza
por tonterías.
―No te pongas a la defensiva, Johnny―replicó ella, suavizando el
tono―Nadie te acusa de hacerlo a propósito, amor.
―Sí, claro, joder―murmuró él―Déjalo ya, mamá.
Sonaba agitado, no, era más que eso. Sonaba como si estuviera sufriendo,
lo cual era más que probable. Mis recuerdos de nuestra conversación en su
coche flotaron en mi mente con gloriosos detalles de colores.
«No se está curando lo bastante
rápido.Es un puto desastre.
Me duele.
No se lo digas a nadie»
La preocupación surgió en mi interior y me pregunté si su madre sabría
cuánto dolor sentía.
Lo dudaba.
Basándome en mi escasa interacción con la mujer, no me pareció el tipo
de persona que permitiría a sabiendas que su hijo se pusiera en peligro.
―Vas en dirección contraria―dijo Johnny cuando la señora Kavanagh
giró a la izquierda en el cruce en lugar de seguir recto hacia la
autopista―Shannon vive en el pueblo de Ballylaggin, en el lado más lejano.
―Oh, lo sé, cielo―espetó la señora Kavanagh―Sólo pensé que sería una
buena idea invitar a Shannon a tomar el té.
―¿Té? ―balbuceé.
Johnny suspiró pesadamente―Mamá.
―¿Bebes té, Shannon, tesoro? ―Preguntó la señora Kavanagh.

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―Um... ¿sí?
―Mamá― siseó Johnny en un tono bajo―¿Qué estás haciendo?
―Las chicas están en la peluquería del pueblo y hay que recogerlas a las
siete―explicó la señora Kavanagh―Ya son casi las cinco. No tiene sentido
conducir todo el camino hasta Ballylaggin con Shannon, sólo para conducir
todo el camino de vuelta de nuevo para los perros.
―Entonces recógelas ahora―siseó, poniéndose tenso.
―No puedo―respondió la señora Kavanagh con
despreocupación―Dejé el bolso en casa.
―Mamá, no―dijo Johnny en tono de advertencia mientras sacudía
lentamente la cabeza―Ella quiere irse a casa.
―A Shannon no le importa que vayamos una hora antes de dejarla en
casa―replicó la señora Kavanagh.
―Ni siquiera se lo has preguntado― espetó Johnny.
―¿Shannon? ―me llamó la señora Kavanagh―¿Te importa, amor?
«Di que no, Shannon. Dile que sí te importa. Si él se entera, te matará.
Sabes que esto está mal. Este chico no es seguro para ti...»
―No me importa― exclamé entrecortadamente, desgarrada por el miedo
que sentía en el corazón y la ardiente curiosidad que sentía en el cuerpo―Por
mí no hay problema.
―¿Lo ves ahora? ―bromeó su madre, acariciando la mejilla de
Johnny―A Shannon no le importa, cariño.
Johnny se volvió y me dirigió una mirada de disculpa. No supe qué decir
ni qué hacer, así que me encogí de hombros y le sonreí débilmente. Me miró
fijamente durante un largo rato antes de exhalar un fuerte suspiro y volver a
mirar hacia el parabrisas.
Oh, Dios.

BOYS OF TOMMEN #1
Oh, Señor.
«Oh, dulce y misericordioso niño Jesús... Respira, Shannon, respira...»
Permanecí callada, observando la interacción entre Johnny y su madre, y
hablando sólo cuando me hacían una pregunta directa. Fue raro, incómodo, y
fui dolorosamente consciente de su presencia todo el tiempo, mi cuerpo en alerta
máxima.
No tenía ni idea de por qué.
Pero cada vez que estaba cerca de él, me costaba respirar. Tras unos
minutos de viaje por una estrecha carretera secundaria, nos detuvimos frente a
las familiares puertas de hierro negro.
La señora Kavanagh bajó la ventanilla, estiró el brazo y tecleó el código
en el teclado. Y al igual que cuando llegué aquí con Joey hace poco más de una
semana, las enormes puertas se abrieron. Concentrada en mi respiración, intenté
no concentrarme en lo hermosa que era su casa y en lo inferior que me sentía
por estar, una vez más, a punto de entrar en ella.
―Ahora―anunció la señora Kavanagh, aparcando ante lo que parecía
una puerta de dos metros y medio de altura―Lleva a tu amiga adentro, cariño,
ytráele algo caliente y seco para que se ponga.
Apagó el motor y se desabrochó el cinturón.
―Debo hacer una llamada rápida al trabajo y luego les prepararé algo de
comer.
―Mamá...―Johnny empezó a decir, pero la señora Kavanagh salió del
coche y se apresuró a abrir la puerta principal.
Atónita, no pude hacer otra cosa que ver cómo la señora Kavanagh
desaparecía dentro de la casa, dejándonos solos en su Range Rover.
―Siento muchísimo todo esto― anunció Johnny, distrayéndome de mi
confusión interior. Se giró en su asiento para mirarme―No tengo ni puta idea

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de lo que está pensando.
―No pasa nada― respondí, juntando las manos con fuerza―Tu mamá
es muy simpática.
―Es algo bueno―murmuró Johnny en voz baja mientras miraba por
encima del hombro hacia la casa―¿Y tu mamá?
Mis cejas se alzaron―¿Qué pasa con ella?
―¿Necesitas estar en casa? ―preguntó, encogiéndose un poco por la
evidente incomodidad―¿Ayudándola o algo?
―Ella está en el trabajo― respondí en voz baja.
―Mierda, sí, ya lo habías dicho― murmuró, pasándose una mano por el
pelo empapado―¿Estás bien?
―Y eso ya lo dijiste tú también―murmuró moviendo la cabeza
―Mierda, me dijiste que no hablara de ello.
―Lo sé― susurré.
―Se acabó― prometió―No volveré a sacar el tema. Sonreí
débilmente― Gracias.
Me miró durante un largo momento, como si intentara descifrar algo en
su cabeza, antes de exhalar un pesado suspiro.
―Bien, será mejor que entremos.
―No hace falta―me apresuré a ofrecer, sintiéndome incómoda e
insegura―¿Puedo esperar aquí fuera si lo prefieres?
―¿Qué? ¡No! ―Salió y abrió mi puerta―No quiero eso.
―¿Estás seguro? ―susurré, sintiendo que el corazón se me aceleraba en
el pecho.
Johnny asintió, pero parecía tan inseguro como yo.
―Quiero que entres, Shannon.

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―¿Seguro?
―Sí.
Respiré hondo para tranquilizarme, salí del coche y le miré a la cara,
sintiéndome muy pequeña y muy perdida. Necesitaba que él tomara la
iniciativa. Era un terreno desconocido para mí, no sabía cómo abordarlo.
―Vamos― dijo finalmente Johnny, afortunadamente tomando el control
de la extraña situación en la que nos encontrábamos, mientras me agarraba del
codo y nos sacaba de la lluvia.
Cuando entramos en la casa, Johnny me soltó el codo y cerró la puerta
tras nosotros.
Mientras tanto, me quedé de pie en el enorme vestíbulo e intenté por todos
los medios no mirar fijamente la antigua mesa de recibidor que cubría la pared
ni el perchero de aspecto caro que había al otro lado de la puerta, y
definitivamente intenté no quedarme boquiabierta ante el enorme reloj de pared,
que sonaba con fuerza, ni ante los innumerables cuadros que cubrían las
inmaculadas paredes de marfil.
Cuando Johnny se quitó los zapatos, lo imité automáticamente, sin querer
pisar con barro las baldosas blancas y negras perfectamente pulidas.
Hacía poco más de una semana que había estado en este mismo vestíbulo,
pero había estado demasiado nerviosa para asimilar lo que me rodeaba.
Todavía estaba nerviosa.
Puede que incluso más.
Pero hoy era diferente.
No había Joey o Gibsie para distraerme.
Sólo estábamos Johnny y yo.
Y su mamá.
Oh, Dios...

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CAPÍTULO 43
Madres Entrometidas
Me pasaba algo muy malo, porque correr durante veinte minutos bajo la
lluvia torrencial en busca de un zapato era un buen indicio de que esta chica me
estaba haciendo perder la cabeza.
En cuanto vi a Shannon correteando por la sala de Educación Física, un
monstruoso sentimiento de protección se apoderó de mi cuerpo al verla
intentando protegerse de un atropello, y supe que mi problema era mayor de lo
que pensaba.
Me entraron unas ganas locas de entrar en la pista y decirles a sus
compañeros que se alejaran de ella. Durante toda la semana pasada, me había
comportado como un acosador desquiciado, vigilándola por los pasillos y
poniéndome cada vez más nervioso cuando no aparecía.
Había tanteado el terreno con la esperanza de aplastar cualquier mierda
que pudiera estar pasando sin mi conocimiento, dejando claro que cualquiera
que jodiera con ella, me jodía a mí.
Gracias a Dios que hoy ha vuelto al colegio, porque tenía pensado ir hasta
allí esta tarde si no lo hacía. Cada minuto de cada día desde el día en que su
hermano se la llevó lejos de mí había estado invadido por la preocupación.

BOYS OF TOMMEN #1
No sabía por qué me comportaba así.
Sólo sabía que algo dentro de mí me exigía protegerla.
No tenía ni puta idea de qué era ese algo ni por qué lo sentía, pero era tan
fuerte que prácticamente podía saborearlo. Tampoco sabía cómo manejar el
aborto de su madre. Ninguna maldita pista de cómo consolarla sin ser
demasiado duro. Parecía tener la costumbre de hacerlo cuando se trataba de esta
chica. Sabía que tenía que dar un puto paso atrás, pero no podía.
Mi reacción hacia ella sólo se intensificó cuando la vi alejarse bajo la
lluvia, toda pequeña e insegura, y me lancé de inmediato por ella. Estaba claro
que no quería que la llevara a casa, pero insistí de todos modos.
Hice algo más que insistir: la metí físicamente en la parte trasera del
Range Rover de mi mamá, demasiado molesto y agitado por mis sentimientos
como para dar un paso atrás y escuchar.
Sí, fue una estupidez. No debería haberle puesto las manos encima.
Servicial o no, no era la forma correcta de actuar con esta chica. Lo peor era
saber que si mi mamá no hubiera aparecido cuando lo hizo, había una gran
posibilidad de que la hubiera besado.
Lo deseaba.
Muchísimo.
Y eso era aterrador.
Peor aún era el hecho de que mi entrometida madre me hubiera jodido y
trajera a Shannon a casa. Eso de que se dejó el bolso en casa, una mierda. La
mujer tenía una tarjeta de crédito en su bolsillo trasero en todo momento. Lo
hizo a propósito.
Yo lo sabía.
Mamá lo sabía.
La única que no lo sabía, gracias a Dios, era Shannon.

BOYS OF TOMMEN #1
Ahora estaba aquí, de pie en mi casa, mirándome con esos ojos grandes
y solitarios, esperando a que hiciera algo, y yo estaba completamente
desquiciado.
―¿Quieres subir a mi habitación? ―Le pregunté, porque, francamente,
¿qué otra cosa podía hacer con ella? ¿Llevarla a la cocina y dejar que mamá le
hiciera cincuenta preguntas?
Por supuesto que no.
Si estaba aquí, estaba aquí conmigo.
Era mía y no quería compartirla.
―Eh, ¿de acuerdo? ―respondió nerviosa, aunque sonó más como una
pregunta―¿Si quieres que vaya?
Jesús, tenía que dejar de preguntarme qué quería que hiciera. Si seguía
así, podría ser lo bastante estúpido como para decirle la verdad. Y entonces
ambos estaríamos jodidos. Decidí que era más seguro no contestar, simplemente
hice un gesto hacia la escalera y empecé a caminar, sólo llegué al tercer escalón
cuando me di cuenta de que no me seguía.
Cuando me volví, encontré a Shannon exactamente donde la había
dejado, mirándome con expresión nerviosa. Llevaba los brazos envueltos
alrededor de sí misma, con el pelo largo y castaño empapado por la lluvia y
pegado a la cara en mechones húmedos, y en toda mi vida no había visto nada
tan hermoso.
Dios mío.
¿Cómo iba a manejar esto? ¿Cómo iba a manejarla?
―¡Johnny! ―Escuché a mamá llamar desde el pasillo―¿Le trajiste algo
a Shannon para que se cambie? La pobre chica está como una rata mojada por
la lluvia.
―Estoy bien, Johnny―se apresuró a decirme Shannon―De verdad, lo

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estoy― La miré con inquietud.
Temblaba como nunca y a su alrededor se estaba formando un pequeño
charco por el agua que goteaba de su ropa.
Dios...
―Vamos, está bien―le dije, volviendo sobre mis pasos―Yo cuidaré de
ti.
Y entonces tomé su mano entre las mías y la llevé escaleras arriba,
sabiendo que era una idea terrible, pero resignado a hacerlo de todos modos.
Estaba completamente jodido.

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CAPÍTULO 44
Así que, Esta Es Mi Habitación – Otra Vez
Johnny Kavanagh me sostenía la mano y me llevaba arriba.

Otra vez.
A su dormitorio.
Otra vez.
Donde dormía, en su cama y probablemente con muy poca ropa.
Oh, Dios...
A diferencia de la última vez que hice este viaje con Johnny, él caminó a
mi ritmo, dándome la oportunidad de asimilar la absoluta maravilla que era su
hogar. Quiero decir que era difícil expresar con palabras lo impresionante que
era.
A diferencia de la enorme y moderna cocina a la que me había llevado la
semana pasada, esta ala de la casa era tradicional y casi, ¿majestuosa?
Todo el recibidor del piso de arriba tenía el suelo de madera teñida y un
precioso papel pintado tan limpio y brillante que parecía de seda. Por lo que yo
sabía de telas y diseños, podría haberlo sido. Toda la casa y el chico que me
cogía de la mano apestaban a dinero. Mucho, mucho dinero.
Era aterrador.

BOYS OF TOMMEN #1
El suelo crujió un poco bajo nuestros pies mientras caminábamos por el
ala derecha de la casa, pasando por al menos otras cinco puertas, hasta que
llegamos a la puerta que yo sabía que era la suya la puerta que yo sabía que era
la suya.
Johnny empujó la puerta hacia dentro y nos introdujo en su habitación,
todavía agarrándome de la mano, todavía haciendo que mi corazón diera saltos
violentos. Por desgracia, me soltó la mano unos instantes después, y la falta de
contacto me hizo sentir extrañamente desamparada.
―Así que ésta es mi habitación―dijo con una sonrisa de satisfacción,
agitando una mano alrededor de la habitación todavía desordenada―Otra vez.
―Y sigue siendo una bonita habitación―le ofrecí con una tímida
sonrisa.
Él sonrió―No soy un excelente amo de casa.
Se nota…
Sintiéndome dolorosamente incómoda por estar de pie en medio de su
habitación, me acerqué a la pila de DVD que había junto a su televisor, con la
esperanza de conocer alguno de los títulos para poder entablar conversación en
lugar de quedarme aquí parada como una tonta.
Me ardió la cara de calor cuando leí el título en la caja del DVD que
estaba encima de la pila: Placer vaginal XXX.
―Mierda―murmuró Johnny cuando se dio cuenta de dónde estaba
mirando. Se apresuró a acercarse y tiró el porno detrás del televisor―Eso
es...―Se interrumpió, exhaló un fuerte suspiro y se frotó la cara con la
mano―Lo siento. No traigo chicas aquí―Frunció el ceño un momento antes
de añadir― Excepto a ti.
Retorciéndome incómoda, respondí―No te preocupes.
―Entonces― musitó.

BOYS OF TOMMEN #1
―Entonces―susurré.
―Esto es jodidamente extraño―murmuró Johnny.
―Sí―asentí mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en mi rostro.
Johnny notó mi sonrisa y me la devolvió.
―Apuesto a que no pensabasestar aquí encerrada esta noche, ¿eh?
―La verdad es que no me importa―le dije, y sorprendentemente, lo
decía en serio.
Estar aquí retrasaba volver a casa a otra noche de sufrimiento. Y estar
aquí con Johnny era un buen tipo de terror. Quería estar aquí conél. Lo quería,
y punto.
―Entonces―dijo Johnny de nuevo, moviéndose inquieto mientras se
pasaba una mano por el muslo―¿Qué quieres hacer?
―No me importa― respondí―¿Haré lo que tú quieras hacer?
―Carajo― Johnny cerró los ojos y gimió.
―Oh Dios, ¿estás bien? ―me apresuré a preguntar, consciente de que le
dolía algo.
―Todo bien― me aseguró en tono tenso.
―¿Estás seguro? ―pregunté, insegura de nuevo.
Sus ojos azules estaban brillantes y llenos de incertidumbre cuandodijo.
―Estoy un poco fuera de mi zona de confort, Shannon.
―¿Quieres que me vaya?
Negó con la cabeza.
―¿Estás seguro?
Asintió lentamente ―Quiero que te quedes.
―De acuerdo― respiré.
Respirando con calma, me rodeé la cintura con los brazos y me acerqué
a su enorme escritorio, donde había montañas de libros de texto sin abrir.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Eres un buen estudiante? ―pregunté, echando una mirada por encima
del hombro.
―Soy aceptable―contestó Johnny, siguiéndome.
―¿Ningún ejemplar de Chicken Licken?
Johnny soltó una sonora carcajada―No― Se colocó detrás de mí y soltó
una risita―Definitivamente, nada de Chicken Licken.
Con la cara encendida, mantuve la atención en su escritorio, pasando el
dedo por encima de los papeles de los exámenes y los libros mientras mi mirada
se desviaba hacia la pizarra de corcho que había encima del escritorio.
―Vaya, has conocido a mucha gente famosa―susurré, con la mirada
pasando de foto en foto de Johnny con una serie de celebridades y atletas
diferentes―¿Cuál de estos tipos es tu héroe?
Supuse que había uno, era un adolescente y todos tenían héroes.
Johnny me rodeó y arrancó una de las fotos de la pizarra. La tachuela que
la sujetaba cayó sobre su escritorio.
―¿Ves ésta? ―preguntó mientras se colocaba detrás de mí con el brazo
estirado alrededor de mi cuerpo para que pudiera ver.
Respira, Shannon, respira...
Me obligué a concentrarme en su pregunta y no en cómo reaccionaba mi
cuerpo ante su proximidad.
―Sí, la veo―susurré, mirando la única fotografía en la que no parecía
haber ningún famoso.
Inmediatamente reconocí a la rubia despampanante que estaba tumbada
en la manta de picnic sobre la hierba como una versión más joven de la señora
Kavanagh.
Llevaba unas enormes gafas de sol cubriéndole los ojos y un gran
sombrero blanco con visera en la cabeza mientras miraba sonriente a un hombre.

BOYS OF TOMMEN #1
El hombre en cuestión -un hombre guapísimo que parecía una versión mayor
de Johnny- estaba de pie junto a ella y sobre sus hombros se sentaba unniño
pequeño de pelo oscuro de no más de cinco o seis años. El niño iba vestido con
un jersey de rayas blancas y azules y unos pantalones cortos blancos.
Llevaba el pelo alborotado por todos lados, sostenía con orgullo un balón
de rugby por encima de la cabeza y esbozaba una enorme sonrisa desdentada
con doble hoyuelo.
―Esta es mi foto favorita―dijo Johnny, sacándome de mis
pensamientos. Dio un golpecito a la foto―Y ese es mi héroe.
―¿Tu padre? ―susurré, con los ojos clavados en la foto―¿Ese eres tú
con tu mamá y tu papá?
―Sí― respondió Johnny―En todo nuestro esplendor.
―¿Y es tu foto favorita porque es de ti y de tus padres?
Johnny se encogió de hombros y el movimiento hizo que su duro pecho
rozara mi espalda.
―En parte por eso es mi favorita.
Me estremecí involuntariamente.
―¿Cuál es la otra parte? ―susurré.
―Porque es real.
―¿Real?
―Inocente, bueno, puro, de antes de toda la atención―explicó―Cuando
lo único que me importaba era una pelota y mis padres.
―Oh―respiré, mirando a lo que parecía el niño más feliz del
mundo―Bueno, eras un niño precioso.
―¿Era? ―bromeó Johnny―¿Ya no lo soy?
―Eh, no... quiero decir, sí, claro... yo no... eh... ahora tienes todos los
dientes―balbuceé, sintiéndome nerviosa y tonta por haber expresado mis

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pensamientos en voz alta.
Johnny se rió ante mi respuesta.
―Sólo estoy bromeando contigo, Shannon.
Avergonzada, dejé el cuadro sobre el escritorio y lo rodeé, necesitando
poner algo de espacio entre nosotros. No podía pensar cuando estaba tan cerca
de él.
―¿Juegas GTA? ―pregunté entonces, mirando con emoción la caja de
la PlayStation que había en el suelo.
―Sí― Johnny me miró con curiosidad ―¿Tú juegas?
Asentí con la cabeza―Soy increíble.
Arqueó una ceja―¿Ah, ¿sí?
―Ajá―Se me daban fatal casi todas las cosas de la vida, pero era
buenísima en GTA―Joey tiene Vice City y San Andreas y me pasé los dos
juegos ―Levantó las cejas ―En una semana.
Se quedó pasmado―No.
―Ah, sí― Asentí, sonriendo con orgullo―Soy la mejor.
Johnny inclinó la cabeza hacia un lado, dedicándome una sonrisa
curiosa―¿Quieres jugar?
Sonreí con satisfacción―¿Si tú quieres?
Sonrió―¿Crees que eres tan buena?
―Sé que lo soy― respondí, y por una vez en mi vida, tuve la confianza
de decir eso.
No decía mucho de mí como persona cuando en lo único que destacaba
en la vida era pateando culos en GTA, pero era mejor que nada.
―Bueno, niñita, será mejor que te lo tomes en serio―respondió Johnny
con una sonrisa burlona―Porque yo soy el mejor.
Resoplé―Adelante, muchachito.

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Johnny sacudió la cabeza, claramente divertido con mis palabras
socarronas, y se apresuró a preparar el juego.
―Nada progresos en el juego―dijo por encima del
hombro―Empezamos de cero, y la persona que complete más misiones antes
de morir es el ganador ... y las chicas primero.
―Esa seré yo― respondí, aceptando el mando que me tendía.
―¿Porque eres una chica?
―Porque soy la mejor.
―¿Tú...? ―Johnny se rascó la cabeza y señaló su cama―¿Quieres
jugar aquí?
―¿En tu cama? ―chillé.
Se encogió de hombros, tan inseguro como yo ―¿O en los puff, si lo
prefieres?
―Sí, bueno― respondí. Me acerqué a los sacos de piel que había uno al
lado del otro, pero dudé y me eché hacia atrás para mirarle―Si prefieres...
―Siéntate, Lynch, para que pueda patearte el trasero―me
interrumpió Johnny, con un tono divertido.
Me hundí en una de las bolsas y le di mi mejor expresión de "vas a caer".
―Deberías ponerte cómodo―le dije cuando se tumbó en el saco
contiguo al mío―Vas a estar mirando un rato―Entré en el juego, pulsé el
mando, con la atención fija en su enorme pantalla de televisión, y
murmuré―Un buen rato.
―¡Sin trampas! ―Johnny se quejó una hora más tarde―Eso es hacer

trampas, joder.
―No, no lo es― me reí mientras tecleaba otro código de trucos para

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cargar de vida a mi chico―Nunca dijiste nada de códigos secretos.
―Maldición, sí, lo dije― resopló Johnny a mi lado.
―Nada de progresos en el juego. Empieza de cero, y la persona que
completé más misiones antes de morir es el ganador― imité su voz―Nunca
dijiste nada de códigos secretos.
―Eres peligrosa― refunfuñó Johnny―Y escurridiza.
―Soy la mejor―tarareé mientras superaba otra misión―Intenté
advertirte.
―Sí, bueno, no esperaba que fueras el puto Bill Gates de Grand Theft
Auto, ¿bueno?
Me reí a carcajadas, sintiéndome completamente a gusto con él en ese
momento.
―¿Porque soy una chica?
―Porque pensé que eras adorable― replicó Johnny, y no tuve que mirar
para saber que estaba haciendo pucheros.
Llevaba casi una hora haciendo pucheros. Me reí entre dientes.
―Ahora lo sé mejor― resopló Johnny―Eres un pequeño demonio.
Mordiéndome el labio para no reírme de su rabieta, me concentré aún
más en evadir a los policías que me perseguían.
―¿Cómo estás haciendo esto? ―preguntó Johnny, claramente
indignado. Saltando hacia delante, agitó la mano hacia la pantalla―Tienes
cinco putas estrellas. Cinco. Y aún no estás muerta.
Detuve el juego, me volví y le presté toda mi atención―¿Eres un mal
perdedor, señor soy una gran estrella del rugby?
La cara de Johnny se puso de un rojo muy gracioso.
―¿No te gusta cuando una chica te gana? ―continué burlándome,
utilizando las mismas burlas que volvían loco a Joey cuando jugábamos

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juntos―¿No puedes afrontar las derrotas como un hombre?
―Tienes tanta suerte de ser una chica ahora mismo― me dijo Johnny,
con los labios fruncidos.
―¿Por qué? ―me reí―¿Prefieres perder contra chicos?
―Dame ese puto mando―gruñó Johnny y luego se abalanzó sobre
mí―El poder se te sube a la cabeza.
―¡No! ―Grité/reí, girando sobre mi costado para proteger el
mando―¡No he terminado-Ahhhhh!
―Dámelo―se rió Johnny mientras intentaba deslizar su mano por debajo
de mi brazo.
―Nunca―declaré entre carcajadas―Es mío…para, por favor… Ahhhh,
tengo cosquillas…
―Bueno, Shannon, cielo, lo siento mucho por eso. Mi llamada de trabajo
se demoró más de lo esperado―anunció la señora Kavanagh mientras entraba
en la habitación de Johnny sin llamar, lo que me hizo saltar del puff y a Johnny
gemir de desesperación.
―Ve al baño y quítate esa ropa mojada― me ordenó la señora Kavanagh
mientras colocaba un montón de ropa doblada a los pies de la cama―Pondré tu
uniforme en la secadora y estará listo antes de que te vayas.
―No, no―me apresuré a decir, blandiendo el mando de la PlayStation
delante de mí como si de algún modo pudiera alejar su amabilidad―Estoy bien
como estoy... gracias.
―Tonterías, amor―dijo la Sra. Kavanagh con un gesto de
desaprobación―No puedes estar con la ropa mojada. Te vas a resfriar.
―Mamá― dijo Johnny con un suspiro dolorido. Se puso en pie y exhaló
un suspiro frustrado―Déjala en paz, ¿quieres?
―No seas tan grosero, Johnny― le advirtió la señora

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Kavanagh―Acompaña a la pobre chica al baño y bájame su ropa para que se
seque.
―De verdad que estoy bien―dije, mirando a Johnny suplicante―
Me estoy secando.
No lo estaba.
Estaba húmeda y tenía frío, pero me había estado divirtiendo tanto que
me olvidé por completo de mi uniforme empapado. Me había olvidado
literalmente de mis problemas, de mi ropa mojada, de mis padres, de todo,
durante la última hora. En el momento en que mi cerebro registró la humedad
calándome los huesos, me estremecí por dentro.
Maldición.
―Acaba de decirte que está bien, mamá―gimió Johnny, mirando
horrorizado a su madre―Déjala en paz. Por favor.
Ignorando las protestas de su hijo, se volvió hacia mí, sonriendo.
―Una buena ducha caliente te calentará, cielo.
―¿Qué? ―balbuceé―No puedo ducharme en su casa.
Otra vez.
¿Porqué la gente siempre me decía que me duchara en casa de este chico?
Por Dios.
―Claro que puedes― respondió con la sonrisa más cálida que había visto
nunca.
―Mamá, ¿puedes irte? ―dijo entre diente, Johnny―¿Ya? Estábamos en
medio de algo aquí.
Ella lo miró con dureza―¿En medio de qué?
Le hice un gesto con el mando―Le gané en la PlayStation.
―No― corrigió Johnny―No me ganó en nada…―Johnny hizo una
pausa para fulminarme con la mirada―Todavía no has ganado…―y luego se

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volvió hacia su madre y añadió―Acaba de hacer que la barrera se mueva hacia
afuera.
―Al espacio― murmuré en voz baja.
―Ya escuché― replicó él, sonriendo satisfecho.
La señora Kavanagh miró entre nosotros y luego sonrió.
―Es un terrible perdedor, ¿verdad?
―¡No lo soy, joder!
―Lo sé―solté una risita.
―Su padre es igual―añadió la señora Kavanagh―Deberías verlo si
pierde en el juicio. No habla en horas.
―Mamá― espetó Johnny―¿Puedes dejarnos en paz? ¿Por favor?
―Lo haré― respondió ella―Una vez que esa pobre chica tenga una
ducha caliente y algo de ropa seca encima.
―Ella no quiere...
―¿Sabes qué, Shannon, amor? ―añadió, ignorando una vez más a su
hijo―Puede que tenga algo en mi oficina que te sirva ―Me miró de arriba abajo
y se dio un golpecito en el labio antes de decir ―¿Eres talla 6 del Reino Unido?
Sorprendida, me quedé de pie mientras la Sra. Kavanagh me miraba
concentrada.
―¡Mamá! ―Johnny exclamó―Déjalo.
―No, no― musitó la señora Kavanagh, ignorando a su hijo.
Frunciendo el ceño, se acercó, tiró del dobladillo de mi falda y frunció
los labios.
―Eres un cuatro pequeño―Sus ojos me recorrieron―Con una estructura
ósea increíble. Shannon, cariño, es una pena que no seas más alta. Serías la más
hermosa mode...
―Por Dios, mamá―ladró Johnny, pasándose una mano exasperada por

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el pelo―No es una maldita muñeca.
Los ojos de su madre se abrieron de emoción cuando dijo.
―¿Te gustaría venir a ver si podemos encontrar algo para que te pongas
en mi...?
―No, mierda, no lo hará― interrumpió Johnny mientras interceptaba a
sumadre y la acompañaba hasta la puerta―Ella no es un proyecto, mamá, ni
una maldita percha.
―Bien― resopló la señora Kavanagh.
―Gracias―gruñó Johnny.
Volviéndose hacia su hijo, le susurró―¡La puerta está abierta,
Johnathon!―y le dirigió una dura mirada antes de salir de su habitación,
tarareando suavemente para sí misma.
Johnny la vio caminar por el pasillo y perderse de vista antes de cerrar la
puerta de un tirón y girar la cerradura.
Exhalando con fuerza, se volvió para mirarme.
―Otra vez, lo siento muchísimo por ella―Johnny se encogió de hombros
con impotencia―No sé qué le pasa hoy a esa mujer.
―No pasa nada―me apresuré a tranquilizarle―Es... es muy simpática.
―Sí― murmuró―Alégrate de que no te arrastró a ese cuarto de
ropa―Temblando, añadió ―Nunca saldrías de allí.
―¿En serio?
―Oh, sí― murmuró.
―Oh.
―Perdona otra vez por el asunto de que te estuviera midiendo― dijo,
pareciendo mortificado―Ella quería una niña. En realidad, les dijeron que iban
a tener una hija― Sonriendo tímidamente, añadió―En vez de eso, me tuvo a
mí.

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―Un hijo de 1,90 que juega al rugby― reflexioné, sonriéndole―Ya veo
por qué la echaste.
―Sí― se rió y luego se pellizcó la nariz en un acto de vergüenza―Ella
y mi papá querían un montón de niños, pero no les salió así― Luego arrugó la
nariz, obviamente pensando en algo personal―Les llevó un montón de intentos
de fecundación in vitro o alguna mierda de esas― Se encogió de hombros y se
señaló a sí mismo―Esto es lo que consiguieron con su dinero.
―Tú― le ofrecí con una sonrisa.
Sonrió―Qué suerte tienen, ¿eh?
«Sí. Qué suerte tienen.»
―Ella está fuera por trabajo la mayor parte del tiempo―continuó
diciendo―De hecho, vuela a Londres mañana temprano para trabajar unas
semanas. Pero cuando está en casa le gusta participar en mi vida.
―Es agradable― le dije―Tienes suerte de tener una madre como ella.
―Sí― replicó con sarcasmo―Claro que la tengo.
Si la tiene.
Johnny no se daba cuenta, pero en el transcurso de una hora o dos, su
madre se había interesado por mí más de lo que mi propia madre lo había hecho
en meses. Tal vez incluso años.
―Escucha, será mejor que te des una ducha y me des tu ropa―dijo
Johnny con un suspiro―Si no, va a volver y va a seguir insistiendo con lo de la
neumonía y toda esa mierda.
¿Habla en serio? ¿Tenía que volver a ducharme en su casa?
―Hablo en serio― murmuró Johnny, leyendo mis pensamientos―Y lo
siento.
―Oh― Me sonrojé, anudé las manos delante de mí y me encogí de
hombros insegura―Um, ¿está bien?

BOYS OF TOMMEN #1
Me miró fijamente durante un largo rato antes de negar con la cabeza.
―Ven aquí.
―¿Dónde?
―Aquí―me indicó, haciéndome un gesto para que le siguiera al cuarto
de baño.
Como un potrillo, me apresuré a seguirle, temblorosa y torpe. En el
umbral de su lujoso cuarto de baño, vi cómo se acercaba a la bañera y abría la
ducha.
―Dijiste que tuviste un problema la última vez―murmuró encogiéndose
de hombros.
―¿Lo dije?
―Sí― contestó, moviéndose incómodo―Murmurabas en sueños que mi
ducha te estaba quemando.
Me puse roja.
―Oh, Dios, lo siento―dije, sintiéndome nerviosa de nuevo.
―Para― me advirtió con una sonrisa―Fue bonito.
―¿Bonito? ―Solté, prácticamente hiperventilando.
―Sí, volveré a sacarte algo de ropa― Las mejillas de Johnny se tiñeron
de rosa cuando me rodeó y se apresuró a entrar en su habitación―Igual que la
última vez.
―¿Dónde pondré mi ropa?
―Tíramela cuando estés desnuda... eh, cuando estés lista―murmuró
bruscamente―Las meteré en la secadora― añadió antes de cerrar la puerta y
dejarme sola en su cuarto de baño.
Temblorosa, me senté sobre la tapa cerrada del inodoro y exhalé un
suspiro entrecortado.
Dios mío.

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CAPÍTULO 45
Soy Virgen
Tenía muchos putos problemas. Pero por primera vez, mis problemas no
tenían nada que ver con mi aductor y todo que ver con la chica desnuda en mi
cuarto de baño.
―¿Qué demonios fue eso? ―siseé cuando encontré a mi mamá en la
cocina.
―Hola, amor― contestó mi madre, mientras seguía cortando zanahorias,
claramente ajena a mi indignación.
―¿Hola? ―exclamé―¿Eso es todo lo que tienes que decir?
Dejó el cuchillo sobre la tabla y se volvió hacia mí.
―Esa chica es frágil, Johnny―Mamá se mordisqueó el labio, con las
cejas fruncidas de preocupación―Hay algo en ella que me hace querer
abrazarla y quitarle la tristeza de los ojos.
Sí, conocía esa sensación.
Conocía esa sensación jodidamente bien.
―Entonces, ¿la obligas a venir aquí? ―Siseé―Dime por qué fue una
buena idea.

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―Oh, Dios― Mamá murmuró―No la he disgustado, ¿verdad?
―No, ella está bien― dije ―pero yo no.
Estaba tan lejos de estar bien, que la palabra era un destello en mi radar
―¿Qué pasa, cariño?
―¡¿Qué pasa?! ―Prácticamente grité―¡Mamá, me engañaste! ¿En qué
estabas pensando al traerla aquí?
―Te lo estabas pasando bien ahí arriba―dijo mamá con una sonrisa―Te
estaba ganando a la PlayStation, ¿eh?
Sí, así es.
Shannon me estaba pateando el culo en GTA y arruinando otras partes de
mi anatomía. No tenía ni idea de cómo acabé recibiendo una paliza de esa chica
tan pequeña, pero eso fue lo que pasó. Verla dominar por completo mi
PlayStation fue jodidamente excitante.
En serio, su destreza con el mando y su habilidad para patearme el culo
como lo hacía, sólo la hacían infinitamente más sexy.
Era jodidamente perfecta. Yo estaba tan atrapado en ella que podría
sentarme allí toda la noche, sólo para estar con ella. Y entonces mi madre tuvo
que arruinarlo todo y hacer que todo fuera incómodo y tenso de nuevo.
Jesús, estaba desnuda en mi habitación. Desnuda.
No podía soportar eso. No cuando todo lo que quería era estar desnudo
con ella. Yo sólo tenía diecisiete años. Era una tentación que dudaba que un
hombre que me doblara la edad pudiera resistir.
Sacudí la cabeza y exhalé un suspiro frustrado.
―¿Por qué, mamá? ¿Por qué me haces esto? Y esto...―Levanté el jersey
de Shannon y lo sacudí―¿Porqué la hiciste ducharse aquí?
―¿Se duchó?
―Actualmente está en mi ducha.

BOYS OF TOMMEN #1
―Oh, eso es bueno.
¿Bueno?
―¿Qué estás tratando de hacerme, mamá? ―Pregunté ―¿Por qué harías

esto?
―¡Estaba mojada! ―se defendió mamá―Y tú también― añadió con
cara de preocupación―Ve a cambiarte de ropa antes de que cojas una
pulmonía.
―Lo haré― gruñí―Cuándo me digas ¿por qué me fastidiaste?
―No te fastidié, Johnny― contestó mamá―No seas tan dramático.
―Sabías que tenía una sesión de fisioterapia a la que tenía que ir esta
tarde.
Desde que me habían expulsado del campo, Jason, mi entrenador
personal, quería mi culo en la piscina todas las tardes durante el resto de la
semana.
¿Y ahora?
Ahora estaba tratando de averiguar cómo salir de una situación que sólo
tenía un resultado atractivo. Shannon desnuda en mi cama, conmigo desnudo
encima de ella y preferiblemente dentro de ella.
Si mi jodida polla aguantaba.
«Para, imbécil. ¡Detén esos pensamientos!»
―Sabías que necesitaba que me llevaras porque no tengo mi maldito
coche―siseé, frustrado―¿Y ahora? Ahora, tengo una chica desnuda en mi
habitación, mamá. Una puta chica desnuda y estoy sujetando su maldita
ropa―Caminando hacia ella, tiré el uniforme mojado de Shannon sobre la
encimera y la fulminé con la mirada―¿Qué clase de madre le hace eso a su
hijo?
―Bueno, estás aquí abajo conmigo―respondió mamá con calma,

BOYS OF TOMMEN #1
acariciándome la mejilla―Así que te he criado bien.
―Mamá― gruñí.
―Pensé que te vendría bien descansar―resopló―Pareces muy cansado,
cariño.
Dame fuerzas...
―Y te estabas divirtiendo tanto―añadió con una sonrisa de
pesar―Hacía años que no te veía relajarte así.
«Cierto, pero no viene al caso.»
―¿Y mi coche? ―le pregunté―¿Qué se supone que voy a hacer sin mi
coche?
―Tu padre lo recogerá de camino a casa esta tarde―contestó ella, que
tenía una maldita respuesta para todo―Hubo un contratiempo con el caso, así
que estará en casa esta noche y me llevará al aeropuerto por la
mañana―Consultó su reloj y suspiró feliz―Llegará en cualquier momento.
Salió de Dublín hace más de tres horas.
Normalmente, cuando mi madre me presionaba, mi padre suavizaba las
cosas, pero esta vez no.
No, porque por mucho que me alegrara oír que mi papá pasaría la noche
en casa, esta vez mamá había ido demasiado lejos. Se había entrometido en algo
en lo que yo no quería que nadie se entrometiera.
Se metió con Shannon.
―¿Por qué hiciste esto? ―Repetí.
―Porque creo que ustedes dos estaban haciendo una línea juntos a
escondidas―dijo mamá con una sonrisa burlona―Se ven tan adorables juntos.
―¿Haciendo una línea? ―Miré boquiabierto a mi madre―¿De qué estás
hablando? Sabes que no tomo drogas. Me hacen pruebas todo el puto tiempo.
―No, cariño― se rió mamá―Haciendo una línea juntos como viéndose

BOYS OF TOMMEN #1
en secreto― Encogiéndose de hombros, añadió―Intentaba que supieras que
me parecía bien que tuvieras novia y que Shannon se sintiera bienvenida.
Dios.
Esta mujer.
―Bueno, puedo asegurarte que no estoy haciendo líneas de nada -
cocaína o chicas― espeté―Sólo somos amigos.
―Es una chica encantadora, Johnny― me ofreció mamá―Parece que le
gustas mucho―Se volvió para mirarme cuando dijo―Podrías estar en algo peor
¿qué mejor que una chica tan agradable como ella?
―Sí, bueno, yo no la veo así.
Mentira.
Mentira.
Una descarada mentira.
―Es sólo una amiga― «Más mentiras» ―Eso es todo, mamá.
―¿De verdad crees que puedes venderme esa mierda, Johnny
Kavanagh?―Mamá respondió, con los labios crispados―Soy tu madre. Yo te
traje a este mundo, y sé cada vez que me dices una mentira.
―No estoy mintiendo―mentí.
―Me estás mintiendo ahora mismo.
―Maldición, no lo estoy haciendo.
―No pasa nada si lo haces, cielo― dijo mamá en tono tranquilizador.
―Somos amigos― le dije―Eso es todo.
―¿Pero te gusta? ―preguntó mamá tras una larga pausa de silencio.
Me volví para mirarla―¿Qué?
―Shannon―completó mamá, con un tono suave y persuasivo―Te
gusta―Negué con la cabeza y exhalé pesadamente, sin hacer ademán de
responder. Esta conversación era más que perturbadora ―Sólo ve con cuidado

BOYS OF TOMMEN #1
y ten paciencia. Ella es más joven que tú, y como estoy segura de que eres más
que consciente, tienes que moverte a su ritmo.
―Mamá, por favor― eché la cabeza hacia atrás y suspiré―Sólo dame
un descanso.
―Todo lo que intento decir es que tengas cuidado―respondió
mamá―No la lastimes, Johnny―Me acarició la mejilla y sonrió con
tristeza―No cuando ya parece estar rota.
―No te preocupes― murmuré―No tengo intención de ir allí con ella.
―¿Ir allí con ella? ―preguntó mamá―¿Adónde?
―Una relación― dije―Sentimientos y mierdas.
―Oh, ahí―Mamá se quedó callada un largo rato antes de
decir―¿Seguro que no estás ya ahí, amor?
«Dios, esperaba que no, por el bien de los dos…»
―Tiene quince años―decidí soltar, no dispuesto a dejar escapar mi
enfado por su intromisión―Lo entiendes, ¿verdad?
Los ojos de mamá se abrieron de par en par.
―Creí que tenía dieciséis años.
―No, mamá, tiene quince― siseé.
―No, Johnny―replicó mamá con las cejas fruncidas―Estoy segura de que
tiene dieciséis.
Me quedé pasmado.
Mierda.
Tenía razón.
Maldita sea.
―Eso es aún peor―exclamé, nervioso―Ahora mismo hay una chica de
dieciséis años desnuda en la habitación de tu hijo de diecisiete... ¡una que tú has
puesto ahí, por cierto!

BOYS OF TOMMEN #1
―Johnny, tesoro, necesitas relajarte...
―¿Y cómo propones que lo haga? ―Pregunté―¿Cuándo pones a una
adolescente desnuda en mi habitación?
―Oh, amor― murmuró mamá, humedeciéndose el labio―Creo que es
hora de que tengamos una charla.
―¿Una charla? ―La miré fijamente―Estamos charlando. Estamos
teniendo una jodida charla muy importante, mamá. Sobre la falta de límites en
esta familia. Sobre que tienes que respetar mis límites.
―Sobre Shannon y tú.
―¿Qué pasa conmigo y Shannon?
―Sobre tus sentimientos.
La miré sin entender―¿Mis sentimientos?
―Y tus intenciones, amor― contestó mamá.
―¿Mis intenciones?
¿Qué mierda?
―Sé que es pronto y que lo que voy a hablarte está muy lejos para ustedes
dos, pero es importante que lo sepas.
La miré con recelo―¿Sobre qué?
―Sobre sexo, cielo.
Me quedé aturdido―¿Por qué no me oyes? ¿Por qué ya nadie me
escucha?
―Sé que tu padre te habló hace unos años de los pájaros y las abejas―Me
puso una mano en el hombro y me dirigió hacia la isla, obviamente sin volver a
oírme―Pero teniendo en cuenta este último acontecimiento, creo que sería
buena idea que habláramos de ello. Para que todos tengamos claro lo importante
que es tomarse las cosas con calma.
―¿El último acontecimiento? ―Me senté en un taburete y la miré

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fijamente―No tengo ninguna maldita novedad. No tenemos nada de que hablar.
―Aun así...―Encogiéndose de hombros, mamá se sentó en el taburete a
mi lado y me dio unas palmaditas en el muslo―No vendría mal refrescarte la
memoria.
―Sinceramente espero que estés bromeando, mamá―le dije.
―Tal vez deberíamos llamar a Shannon, para que pueda hablar con
ustedes sobre esto...
―No te atrevas, maldita sea― exclamé―Déjala en paz.
¡Ya la traumatizaste bastante!
―De acuerdo entonces― respondió―Nosotros hablaremos de esto.
―Por favor, no...
―El sexo es algo hermoso, amor― dijo mamá en ese tono maternal que
actualmente me daba ganas de clavarme lápices en los oídos―Cuando es entre
dos personas que se aman y están comprometidas la una con la otra.
Levanté una mano―Sólo somos amigos.
―Ajá― bromeó mamá con una sonrisa incrédula―Eso es lo que dicen
todos.
―Esa es la pura verdad ―espeté―Eso es todo lo que somos.
«Dios, incluso tu madre puede ver a través de ti...»
―Es completamente natural querer experimentar placer con una
pareja―siguió diciendo mamá, ignorando mis súplicas―Cuando los dos tengan
edad suficiente para comprender plenamente el acto de amar.
―Jesucristo― gemí―Por favor, para.
―Pero, sé cómo pueden ir estas cosas. No todo el mundo espera, por muy
importante que sea esperar― hizo una pausa para mirarme con
complicidad―Cuando suceda, que espero que sea dentro de mucho, mucho
tiempo, entonces es necesario usar un preservativo―insistió―¿Sabes cómo
ponerte uno correctamente, cariño? ¿Te explicó tu padre cómo funciona?

BOYS OF TOMMEN #1
Tienes que asegurarte de que el eje de tu parte privada esté...
―No puedo oír esto― gemí con desesperación―En serio, mamá.
―El sexo en la vida real no se parece en nada a lo que ocurre en esas
películas azules que te pone Gerard― continuó mamá―Es importante saber
que una mujer tiene necesidades. En la vida real, no todas las chicas gritan y
hablan como las estrellas del porno. Y tienes que respetar el cuerpo de una chica
en todo momento ...
―Por favor―Apreté fuertemente los puños contra las cuencas de mis
ojos hasta ver las estrellas―Para ya.
―Estoy tratando de ayudarte, cielo, para que sepas qué esperar.
―Sé qué esperar, mamá―gemí mientras contemplaba bañarme en
lejía―No soy un maldito niño.
La cabeza de mi madre se giró hacia mí, con los ojos muy abiertos.
―Asíque no eres ...
―No, mamá―Dejé caer la cabeza entre las manos y luché contra las
ganas de llorar―No soy virgen.
―Oh, cariño... de acuerdo. No pasa nada. Está perfectamente
bien―divagó, con tono forzado―Sólo supuse que como nunca habías traído
una chica a casa hasta ahora, o hablado de novias, que no estabas persiguiendo
ninguna pareja amorosa…
―Sigue hablando y saltaré por una ventana―le advertí―No estoy
bromeando. Subiré y me lanzaré desde el puto tejado.
―Sé que es incómodo, pero puedes hablar de este tipo de cosas conmigo,
hijo―me instó mamá―Yo también fui adolescente hace tiempo, ¿sabes?
―añadió, acercándose para acariciarme el hombro―Entiendo todos los
impulsos por los que pasa tu cuerpo, y una perspectiva femenina puede ser útil.
―¿En qué me ayuda todo esto? ―exclamé, horrorizado―Pensé que me

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amabas.
Mamá se rió suavemente―Claro que te amo.
―Entonces, ¿por qué me haces esto? ―le pregunté―¿Por qué te
entrometes en mi vida?
―Porque no estoy ciega, Johnathon― respondió mamá, nombrándome
por completo para hacerme saber lo seria que iba con esto―Veo la forma en
que miras a Shannon, y la forma en que ella te mira a ti.
―Sólo somos amigos― le dije
―Están enamorados.
Se me desencajó la mandíbula―No lo estamos.
Mi madre me miró con incredulidad―¿Te estás tomando las cosas a su
ritmo?
―Hablo en serio, mamá―espeté―Sólo somos amigos. No la he tocado.
Mamá se hundió visiblemente de alivio.
―Entonces, no hiciste, uh, llamémoslo el acto, con Shannon...
―¡Jesucristo, no, mamá! ―La interrumpí antes de que me causara un
trauma permanente en el cerebro.
―Oh, eso es bueno― mi madre respiró―Eres un buen chico.
¿Un buen chico? ¿Era yo un maldito perro?
Y no había nada bueno en lo que quería hacerle a Shannon Lynch.
―Gracias por asumir automáticamente que soy un cabrón, mamá― dije
con sarcasmo―Realmente aprecio la falta de fe que mi propia madre tiene en
mi moral.
―Bueno, me sueltas la bomba de que no eres virgen el mismo día que
traes a tu novia a casa― resopló mamá―La primera chica con la que te he visto,
si me permites añadir. ¿Qué se supone que tengo que pensar? Intentaba
prepararte para el futuro.

BOYS OF TOMMEN #1
―Primero, por última maldita vez, Shannon no es mi novia― solté,
nervioso―Segundo, no he sido virgen desde primer año. Y tercero, puedo
ponerme un condón en la oscuridad con una mano atada a mi maldita espalda,
así que no necesito la charla sobre sexo, ni consejos, ni nada de esa mierda.
Mamá soltó un grito de horror y yo, mentalmente, me di una patada en el
mental.
―Estoy mintiendo― la tranquilicé―Soy virgen.
―Primer año― sollozó―¡Primer año!
―No, no, no― me apresuré a asegurarle―Soy virgen, mamá. Lo soy.
―No― lloró, sacudiendo la cabeza―No lo eres.
¿Qué mierda se suponía que tenía que hacer ahora?
Dios, ¿dónde estaba mi padre cuando lo necesitaba?
―Sólo tenías catorce años en primero―siguió lamentándose.
―Trece― murmuré en voz baja mientras la abrazaba contra mi pecho y
le acaricié la espalda.
―Santa María Madre de Dios―sollozó con más fuerza, oyéndome
claramente.
Mierda.
Joder.
―Soy virgen―continué diciendo una y otra vez mientras mi madre
lloraba en mi jersey del colegio―Me estoy reservando para el matrimonio,
mamá.
―Es el rugby―sollozaba, apretando mi jersey―Culpo al maldito rugby
por esto.
―¿De qué?
―¡Por perder tu inocencia! ―siseó mamá. Me miró y rompió a llorar de
nuevo―Esos chicos con los que juegas, son demasiado mayores para ti y

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obviamente te llevaron por el mal camino.
«No, mamá, mi polla me descarrió cuando llegó la pubertad...»
―Y ella está en tu habitación―se lamentó mamá, dejando caer su cabeza
contra mi pecho de nuevo―Oh, Dios mío.
―Porque tú la trajiste aquí, mamá, no yo―respondí mientras seguía
frotándole la espalda―Digamos, por el bien de la discusión, ¿si yo estuviera
con Shannon? Que no es así― aclaré rápidamente. ―Pero si lo estuviera y te
preocupara que me metiera en líos, ¿por qué demonios la trajiste aquí?
―Porque aún tenía la impresión de que eras virgen cuando la traje aquí,
¿no? ―Mamá resopló, dándome una palmada en el pecho―Creí que estabas
teniendo tu primer flechazo. Creí que te había pillado a tiempo.
Buen punto.
―Mamá, tengo casi dieciocho años― traté de consolarla diciéndole―Te
casaste con papá a los dieciocho.
―Eso es diferente― sollozó.
―¿Por qué?
―Porque eres mi bebé―lloriqueó mamá―Oh, Dios, mi bebé es
sexualmente activo.
―No, no lo soy― le dije, abrazándola―Lo prometo, no estoy teniendo
sexo ― «Ahora mismo» ―No lo estoy, mamá.
―¿Al menos te estás cuidando? ―dijo entrecortadamente, mirándome
con sus grandes ojos marrones llenos de lágrimas.
―Estoy jugando a la maldita PlayStation con la chica―dije ―¿No debería
eso decirte lo bien que me estoy portando?
―Es verdad― Mamá asintió y moqueó.
Suspiré―Gracias.
―Entonces, no tengo que preocuparme, ¿verdad? ―añadió―¿Estás

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cuidándote? ―Lloriqueó ―Usando... Dios mío, condones...
―No, mamá, no tienes que preocuparte porque no estoy teniendo
relaciones sexuales―me ceñí a la historia diciendo, y tiré de ella hacia mi
pecho―Así que relájate.
¿Cómo demonios me habían metido en esta situación? ¿Adónde había
llegado mi vida? En el lapso de un día, había disgustado nada menos que a tres
mujeres.
La que me creó diciéndole que ya no era virgen.
La que me utilizó mandándola a la mierda por mensaje de texto.
Y la que me voló la puta cabeza. Dios santo, mi polla tenía mucho a lo
que responder.
Para ser justos, no creí haber molestado a Shannon hoy, pero aún era
pronto y tenía una suerte de mierda, así que mis posibilidades de salir de esta
glorificada cita de juegos sin cagarla eran escasas.
―Mamá―le dije después de diez minutos de que me lloriquease en el
pecho―Voy a tener que volver con Shannon ahora.
―Está bien, amor―lloriqueó―No harás nada...
―No, mamá―la persuadí, liberándome de su agarre y poniéndome de
pie―No le pondré un dedo encima porque sólo somos amigos y soy virgen.
―Sé que no lo eres― farfulló―Pero confío en que harás lo correcto.
―Puedes confiar en mí, porque no pasa nada entre nosotros― repetí por
millonésima vez―Pero necesito ducharme porque estoy jodidamente
empapado, así que voy a usar tu baño, ¿bien? ―Me dirigí hacia la puerta sólo
para volverme y decir―Llámame cuando sea hora de recoger a tus perros
dementes.
―Acerca de eso― lloriqueó mamá.
―Mentiste, ¿verdad? ―La fulminé con la mirada―No tienes que

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recoger a Bonnie y a Cupcake esta noche, ¿cierto?
Por supuesto que mintió.
Una mirada a su expresión avergonzada y era evidente.
―Eres una entrometida― la acusé.
―Sexista― Mamá respondió en un tono igualmente acusador.
Por el amor de Dios.
No iba a ganar.
Levantando las manos en señal de derrota, me apresuré a salir de la cocina
antes de que me ahogara en una nueva tanda de lágrimas.

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CAPÍTULO 46
Las Consecuencias De Besar A Un Chico En El Dormitorio
Al igual que la última vez que me duché en el glorioso cuarto de baño de

Johnny, tardé una barbaridad. No pude evitarlo, culpé a la regadera y a su jabón
corporal y a su olor.
Dios, me estaba volviendo loca.
Cuando por fin salí de la bañera, me envolví en una de las enormes y
esponjosas toallas blancas que colgaban de su perchero y suspiré cuando el
lujoso tejido rozó mi piel.
Johnny nunca entendería lo afortunado que era por haber crecido en un
hogar así, con padres como los suyos y toallas tan suaves.
Durante un buen rato, me quedé de pie en medio de su cuarto de baño,
sin escuchar absolutamente nada. Ni voces gritando, ni pisotones, ni el ruido de
los picaportes. Ninguna sensación de fatalidad inminente, sólo paz.
Cuando el frío me venció, me sequé y volví a ponerme el sujetador.
Llevar sujetador era una pérdida de tiempo teniendo en cuenta que no tenía
mucho que ocultar y que las que tenía eran firmes y se mantenían erguidas por
sí solas. Desde luego, no estaban a la altura de los pechos que aquellas modelos
de la pared de su dormitorio que se alzaban con orgullo...

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Sin embargo, a los diez segundos de ponerme el sujetador, me lo quité
rápidamente con un escalofrío. Estaba empapado, al igual que mi ropa interior.
Dediqué un tiempo desmesurado a hacer de mi ropa interior la bola más
pequeña que pude antes de envolverla con el sujetador. Avergonzada por no
tener mi mochila para meterlos adentro, me quedé como una tonta en medio de
su cuarto de baño, con miedo.
La lógica me decía que estaba siendo tonta, pero la idea de que Johnny
viera mi ropa interior me hizo sentir un poco mareada. Me di por vencida y
decidí guardármelos en las medias del colegio antes de envolverme en una toalla
y volver a su habitación. Esta vez, cuando salí del baño, estaba preparada para
Sookie y la encontré durmiendo en la cama.
Sin embargo, no estaba preparada para la visión del culo desnudo de
Johnny. Estaba de pie frente a su cómoda, de espaldas a mí, con una toalla en
el suelo a sus pies, y se estaba subiendo un par de bóxer por los muslos.
Dios, hasta tenía músculos en el culo. ¿Cómo era posible?
Y entonces Johnny miró por encima de su hombro y me pilló con las
manos en la masa.
―¿Te gusta lo que ves? ―bromeó, arqueando la ceja.
―Oh, Dios― chillé y luego aparté la mirada de su redondo y apretado
culo. ―Lo siento mucho ―Me di la vuelta, me mordí el labio y me obligué a
contener un gemido―No esperaba que hubiera nadie aquí.
―No pasa nada, Shannon― se rió―No te preocupes.
Quiero morir…
«Querido Dios, abre el suelo y déjame caer a través de él.»
―Yo...―Sacudiendo la cabeza, apreté con fuerza la toalla―Es... uh…
―Me duché en el baño de mis padres―explicó Johnny―Venía acoger
algo de ropa.

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―Oh― Exhalé un suspiro entrecortado y me moví de un pie a otro―Está
bien, sí, tiene sentido.
―Está bien, Shannon―dijo Johnny en tono amable―Todo está bien.
―Ya lo sé― solté, con pánico.
Se rió suavemente―¿Entonces por qué sigues mirando a la pared?
Maldita sea.
Inhalando un suspiro tranquilizador, me giré hacia él. Mi mirada lo
recorrió automáticamente y mi pulso se aceleró. Por una vez, la cara de Johnny
no era la razón de mi pulso acelerado. No, eso se debía al resto de él. El resto
casi desnudo. Llevaba un par de calzoncillos blancos ajustados y eso era todo.
Sin camiseta.
Sin pantalones.
Ni jersey.
Ni calcetines.
Sólo un par de Calvin Klein que le colgaban de las caderas, idénticos a
los que yo había llevado la semana pasada.
El par con el que yo había dormido durante noches.
Dios, era patética.
Todo lo que había imaginado desde el momento en que puse mis ojos en
él estaba justo delante de mí. Y con esta vista sin obstáculos me di cuenta de
que tanto mi imaginación como mi memoria visual apestaban.
Ya sabía que tenía un buen cuerpo.
Recordaba su pecho de aquel día o al menos eso creía.
Aparentemente no, porque Santa María Madre de Dios, de cerca, era otra
cosa. Su pecho estaba desnudo y sus pectorales tonificados, su estómago estaba
marcado.
Quiero decir, estaba muy musculoso.

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No como el paquete de seis que lucía mi hermano o cualquiera de los
chicos que había visto intercambiando camisetas después de los partidos de
Joey.
Todo su cuerpo era una masa sólida de músculos duros y cincelados.
Contuve la respiración y dejé que mis ojos lo recorrieran, absorbiendo la visión
de sus abdominales ondulados, su piel dorada y bronceada, el rastro oscuro de
vello bajo su ombligo y su increíble olor.
A jabón, a hierba y a Johnny.
No era justo dar tanta belleza a una sola persona.
Podrían haberlo repartido por toda la escuela y seguiría siendo perfecto.
―¿Qué te pasó aquí? ―preguntó Johnny, distrayéndome de mis miradas,
mientras se acercaba a mí y me acariciaba la mejilla con el pulgar.
Confundida y agotada, solté un suspiro tembloroso y levanté la vista hacia
él.
―¿Eh?
―Tienes una marca roja―murmuró Johnny, mirándome con el ceño
fruncido―No me había fijado antes.
Mis cejas se alzaron―¿Ah, ¿sí?
Asintió con los ojos azules clavados en los míos―Sí, Shannon.
Lo esquivé y entré en el cuarto de baño para mirarme en el espejo.
Efectivamente, mi mejilla derecha estaba roja y manchada mientras queel resto
de mi cuerpo estaba pálido como una botella de leche.
«Eso sería el golpe bajo de mi padre», pensé para mis adentros.
―¿Y bien? ―preguntó Johnny, asomándose a la puerta.
Me incliné hacia delante, estirándome sobre el lavabo para verme mejor
en el espejo. Johnny se acercó a donde yo estaba y se colocó detrás de mí, con el
pechodesnudo rozándome la espalda, mientras miraba mi reflejo en el espejo

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con el ceño fruncido. No creo que se diera cuenta de lo que estaba haciendo:
rozandosu cuerpo contra el mío.
Su mirada se había desplazado de mi mejilla a mi cuello. Su expresión
era sombría y su rostro se tornó de un tono púrpura oscuro.
―¿Qué mierda es esto? ―siseó.
Seguí su mirada hasta las débiles huellas dactilares violáceas de mi
cuello.
Me di cuenta.
Mi papá.
Anoche.
Dios mío.
―No lo sé―respondí, fingiendo confusión, decidiendo que era más
seguro ceñirme a la historia original.
Si me echaba atrás ahora, Johnny olería la mentira.
―¿No lo sabes? ―preguntó en voz baja, con los ojos clavados en los
míos en el espejo.
Sacudí la cabeza y dejé caer los hombros―No tengo ni idea.
―¿Alguien te está haciendo daño, Shannon? ―preguntó en un silencio
sepulcral.
―Nadie me hace daño, Johnny―susurré, con los ojos pegados a los
suyos en el espejo.
El corazón me latía tan deprisa que temí que me estallara. Era una terrible
mezcla de miedo, incertidumbre y lujuria, todo en una complicada bola de
emociones en la boca del estómago. Levantó una mano, mecogió la barbilla y
me apartó el pelo del cuello con la otra.
No me pidió permiso para tocarme, simplemente lo hizo. Luego, sus
dedos trazaron las huellas dactilares dejadas por mi padre, y su tacto ligero como

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una pluma hizo temblar todo mi cuerpo.
―Alguien te tocó―me susurró Johnny al oído, colocando sus dedos
sobre las marcas―Quiero saber quién.
El aire escapó de mis pulmones en un jadeo audible.
Incapaz de contenerme, me hundí contra su pecho, con los ojos pegados
a nuestro reflejo en el espejo mientras él me devolvía la mirada, con sus ojos
azules abrasándome el alma, esperando una explicación que nunca podría darle.
―Dime quién te puso las manos encima―me dijo mientras se colocaba
detrás de mí, con mi cara entre sus manos y sus dedos en mi garganta―Y lo
arreglaré.
«Piensa, Shannon, piensa...»
―¿Y bien?
«Date prisa...»
―¿Shannon?
―Fue en Educación Física―fue todo lo que se me ocurrió.
Johnny no respondió, se limitó a seguir mirándome el cuello con
expresión sombría.
Con pánico, me apresuré a añadir a mis mentiras.
―Fue culpa mía. Me interpuse en el camino de los chicos durante el
fútbol y cuatro de ellos acabaron chocando conmigo.
Deslizándome alrededor de Johnny, volví a entrar en su dormitorio,
poniendo algo de espacio entre nosotros.
―Acabé en el fondo de un choque masivo. Ocurrió justo antes de que
llegaras―Sacudiendo la cabeza, forcé una pequeña carcajada―Fue una
carnicería total.
Johnny se quedó en la puerta del baño, con expresión tensa, ojos
penetrantes e inteligentes.

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―¿Así que la mano de uno de los chicos de tu clase se posó en tu cuello
por casualidad? ―preguntó, con un tono cargado de incredulidad―¿Sus dedos
por casualidad te apretaron la garganta?
«Este no es ningún tonto, pensé. Miente mejor, Shannon.»
―No lo sentí así en ese momento―Me encogí débilmente de hombros y
me senté en el borde de la cama―Pero supongo que es lo que pasó.
―¿Supones? ―repitió, cruzando los brazos sobre el pecho.
El movimiento hizo que sus enormes bíceps se abultaran.
Era realmente enorme, he increíblemente intimidante. Pero sabía que no
me haría daño. Era una de las pocas cosas en mi vida de las que estaba
absolutamente segura. Este chico nunca me pondría las manos encima por ira.
Respirando tranquilamente, añadí―Quizá me agarró cuando intentaba
levantarse.
―Quizá― musitó Johnny, asintiendo con la cabeza.
Me sentí aliviada.
―O tal vez fueron esos Legos otra vez―Mi corazón se hundió―¿Si
fueron? ―preguntó Johnny―¿Te caíste sobre los mismos Legos dejando esas
huellas en tu garganta como cuando te rompiste la cara en tu cumpleaños?
―Johnny...
―¿Y qué me dices del moretón que tenías en la nuca la vez anterior? ¿O
la marca roja en tu cara la vez anterior a esa otra? ¿O los moretones en tus
muslos? ¿Y en los brazos? ¿Y en el resto de tu cuerpo? ―Me fulminó con la
mirada― ¿También fueron esos molestos Legos?
―¿Crees que mi uniforme ya está listo? ―Cambié de tema
preguntando―Probablemente debería irme a casa.
«Sí, necesitaba salir de aquí. Y rápido.»
―No. ¡No! No hagas eso ―Johnny me reprochó mi distracción―No

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trates de ignorarme― gruñó―Quiero saber qué te pasó, Shannon.
―Quiero irme a casa―Resoplando, me limpié rápidamente la cara con
el dorso de la mano―Ahora, por favor.
Se pasó una mano por el pelo húmedo y suspiró―¡Por Dios, Shannon,
no llores!
Desplegó los brazos y se acercó a mí, pero negué con la cabeza y levanté
una mano para advertirle de que no se acercara. Johnny se detuvo en seco y se
pasó una mano por el pelo.
―Puedo ayudarte― suplicó―Deja que te ayude.
―Entonces ayúdame trayéndome la ropa―resoplé―Es la única ayuda
que necesito de ti.
Exhalando un gemido de dolor, Johnny cerró el espacio entre nosotros y
se agachó frente a mí.
―Quiero ayudarte―Puso las manos en la parte exterior de mis muslos y
me miró, con los ojos azules muy abiertos y sinceros. Me apretó suavemente
los muslos―Todo lo que tienes que hacer es decirme qué te pasa,
¿bien?―Levantó la mano y me colocó un mechón de pelo mojado detrás de la
oreja― Dime quién te hace daño y haré que desaparezca.
«No puedes ayudarme. Nadie puede… Recibí esa paliza por hablar
contigo… Por hacerme una puta foto contigo. Eres la última persona que
puede ayudarme.»
―Estoy bien, Johnny―balbuceé, sintiendo que las lágrimas se
agolpaban en mis ojos―No necesitas ayudarme.
―Me estás mintiendo― gruñó, furioso―Me estás jodidamente
mintiendo, y no lo soporto.
―Por favor, llévame a casa―dije con dificultad, apartándome de
él―Llévame a casa y no tendrás que aguantarme.

BOYS OF TOMMEN #1
Johnny gimió ―Shannon, vamos. No tergiverses mis palabras, sabes que
no es eso lo que quise decir…
―Quiero irme a casa, Johnny―dije ahogadamente―Si no quieres
llevarme, entonces llamaré a Joey para que venga a recogerme.
―De acuerdo― Johnny suspiró resignado―Bien― Soltándome, se puso
de pie y levantó las manos―Iré por tu ropa y te llevaré a casa.
Exhalando un suspiro tembloroso, asentí―Gracias.
Me observó durante un largo rato antes de sacudir la cabeza con
resignación―Ahora vuelvo, ¿sí?
Asentí con la cabeza y le vi salir de la habitación, esperando a que se
fuera para desplomarme en la cama.
―Dios―grité, apartando furiosamente las lágrimas
traidoras―Contrólate, Shannon.
«Ni se te ocurra decirle nada. Su padre es abogado. Ya sabes cómo son
esos tipos… Se involucrarán y los separarán a todos y los pondrán bajo
cuidado. Como Darren...»
La mascota de Johnny se acercó a mí, distrayéndome de mi crisis, y apoyó
la cabeza en mi muslo.
―Hola― sollocé, dejando caer la mano sobre su cabeza.
Sookie me acarició la mano con el hocico y me lamió los dedos. Su cariño
sólo hizo que me sintiera peor. No me lo merecía, acababa de mentirle a su
humano.
―Ojalá tuviera un perro― le susurré, centrando toda mi atención en ella,
desesperada por bloquear mis pensamientos―Uno como tú― le dije mientras
subía los pies a la cama y giraba el cuerpo para mirarla―Si alguna vez tengo
un perro, será uno que se parezca a ti, porque eres muy guapa. Sí, lo eres.
Ella recompensó mi atención subiéndose a mi regazo, o al menos lo

BOYS OF TOMMEN #1
intentó. Era una labradora adulta y yo probablemente pesaba menos que ella.
―¿Qué quieres? ―susurré, rascándole el cuello con ambas
manos―¿Eh? ―Le hice cosquillas en las orejas y le di un beso en la
nariz―¿Quieres que te dé amor?
Meneó la cola como una loca y me llenó la cara de besos perrunos y
húmedos. Fue una distracción bienvenida y se me escapó una carcajada ante su
entusiasmo.
―Qué buena chica― arrullé, entrando en un juguetón juego de lucha con
ella―Así es, eres la mejor. Lo eres.
Animada por mi respuesta, Sookie se subió sobre mí, empujando todo su
peso sobre mi pecho y haciéndome caer de espaldas sobre las almohadas.
―¿Qué? ―Solté una risita entre lágrimas mientras le acariciaba las
orejas―¿Te caigo bien?
Ella gimió en el fondo de su garganta, su aprobación obvia mientras se
estiraba encima de mí y me acariciaba la cara con su nariz húmeda.
―Gracias― alabé cuando me dio una palmada con la pata en el
hombro―Eres una chica tan educada, dándome la pata.
―Tu uniforme aún está húmedo, pero te lo subí de todos modos...
Sobresaltada por la voz de Johnny, intenté incorporarme, pero no pude
porque Sookie seguía en pleno modo de juego.
―Sookie, abajo― ordenó Johnny en un tono de voz tenso, con los ojos
clavados en los míos.
Obediente, Sookie se bajó inmediatamente de mí y saltó torpemente de
la cama, sus patas resbalaron sobre el suelo de madera.
―Fuera―ordenó Johnny mientras mantenía la puerta abierta, sin dejar
de mirarme.
Sookie salió corriendo de la habitación y él cerró rápidamente la puerta,

BOYS OF TOMMEN #1
con expresión estrepitosa.
Dios...
―Lo siento―balbuceé, incorporándome sobre los codos―Sólo estaba
jugando con tu mascota.
―No lo sientas―respondió Johnny con voz tensa mientras se acercaba a
la cama, dejaba caer mi uniforme y luego se sentaba en el borde.
De espaldas a mí, Johnny se inclinó hacia delante, con los músculos
flexionándose bajo su piel dorada, apoyó los codos en los muslos e inhaló lo
que parecieron varias respiraciones tranquilizadoras.
Y entonces hizo algo por lo que sabía que perdería incontables años de
sueño: se volvió hacia mí, agarró los dos lados de mi toalla y los juntó.
Para cubrirme, me di cuenta. Porque, obviamente, me había estado
exhibiendo. Porque, admitámoslo, esa era exactamente la suerte que tenía.
―Lo siento mucho― espeté, mortificada.
―Todo está bien―me dijo con un tono de voz grave.
―¿Me viste...?
¡Oh, Dios!
―Lo siento mucho.
―Deja de pedir perdón― replicó, con la voz tensa―No hay nada que
lamentar.
―Siento que hayas tenido que ver eso― le dije.
Johnny sacudió la cabeza y volvió a darme la espalda.
―No me pidas perdón por verte―gimió, dejando caer la cabeza entre las
manos―¡Joder!
El corazón me latía tan fuerte en el pecho en ese momento que me
encontré respirando más rápido, exhalando en respiraciones cortas e hinchadas.

BOYS OF TOMMEN #1
¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Huir? ¿Irme? ¿Esconderme?
¿Arrojarme sobre él? No lo sabía.
No tenía ni idea de qué hacer.
Sólo sabía que mi cuerpo estaba pegado a su colchón, con los ojos
clavados en su musculosa espalda.
―Voy a llevarte a casa―dijo Johnny en voz baja, con la cabeza entre las
manos.
―Sí, está bien―susurré mientras el sonido de mi pulso martilleaba mis
oídos.
―Eso es lo que voy a hacer― añadió, aunque no estaba segura de sí me
hablaba a mí o a sí mismo―Te llevaré a casa―repitió, pero no hizo ademán de
levantarse.
Pasaron varios segundos en los que permaneció completamente inmóvil.
Incapaz de soportar la tensión que se acumulaba en su habitación, alarguéla mano
y le toqué el omóplato.
―¿Johnny?
Un pequeño temblor recorrió su enorme cuerpo. Y entonces se dio la
vuelta para mirarme.
―No puedo estar a solas contigo así― susurró, con los ojos clavados en
los míos―Yo...―Exhaló un suspiro entrecortado―No aquí... no cuando tienes
ese aspecto.
Sus ojos estaban ardientes y llenos de incertidumbre y recorrían
salvajemente mi cuerpo. Su pecho subía y bajaba a gran velocidad, como el mío.
Lo miré a los ojos y sentí que el corazón me apretaba tanto que me costaba
respirar. Con una sola mirada, sentí que colisionaba contra él. Fue instantáneo
e impactante. Mis sentimientos explotaron dentro de mí, absorbiendo al chico y
todo lo que era como una esponja desesperada por agua.

BOYS OF TOMMEN #1
Estaba desesperada por él.
Todo de él.
Cada pieza y cada parte.
Las hormonas, alentadas por mis emociones, se sobrepusieron a mi
sentido común y me llevaron a hacer algo completamente fuera de lugar.
Dejando escapar una respiración agitada, levanté la mano, agarré a
Johnny por el cuello y atraje su cara hacia la mía.
Y entonces… lo besé.
No sabía qué hacer a continuación, mi valentía me abandonó en un
momento de necesidad, me arrodillé en su cama y le sostuve la cara entre las
manos.
Johnny tenía los ojos muy abiertos y fijos en los míos, claramente atónito,
mientras yo acercaba mis labios a los suyos.
Pero no me devolvió el beso.
De hecho, estaba segura de que no respiraba. Mis acciones lo habían
convertido en piedra entre mis manos. Tenía los ojos muy abiertos cuando
rompí el beso y le devolví la mirada horrorizada.
―Lo siento mucho―solté, mortificada.
―Está bien― me dijo, respirando con dificultad.
―No ―Sacudí la cabeza furiosamente―No, no está bien.
―Shannon, no pasa nada...
―¡Oh, Dios mío! ¿Qué hice?
―Shannon―me dijo Johnny, con un tono más firme―Para. Está
bien…
―No está bien― espeté mientras me levantaba de la cama y retrocedía,
golpeándome contra su cómoda en el proceso―Yo sólo... ¡Oh Dios!
Trastabillando hacia atrás, sacudí la cabeza y extendí una mano para

BOYS OF TOMMEN #1
advertirle cuando dio un paso hacia mí―Lo siento mucho.
―Shannon, está bien―dijo Johnny mientras levantaba las manos―Deja
de moverte un segundo y háblame, ¿quieres?
No paré de moverme y no paré para hablar, porque no podía. Estaba en
modo de pánico total y, por una vez, mi instinto de huida habíaentrado en acción.
―Tengo que irme―anuncié, mortificada.
―No, no tienes que irte―respondió con calma―Podemos hablar de esto.
―¡No! ―Sacudiendo la cabeza, me deslicé alrededor de Johnny y cogí
mi ropa de la cama―Tengo que irme―añadí antes de entrar corriendo en el
cuarto de baño y encerrarme dentro.
―Shannon, vamos―gritó Johnny, llamando a la puerta―Abre la puerta.
Sin palabras, me tambaleé hasta el retrete, empujé la tapa y me desplomé
encima.
―Oh, Dios― respiré, mientras dejaba caer la cabeza entre las manos.
¿Qué demonios acababa de hacer? No sólo le enseñé mi cuerpo desnudo
a Johnny Kavanagh, sino que fui más allá y lo besé.
Mi primer beso.
La primera vez que puse mis labios en un chico y él no me correspondió.
Dios mío...
¿En qué demonios estaba pensando?
¿Por qué sentía que mi corazón se rompía en mil pedazos? Y lo más
importante, ¿cómo iba a salir de este baño? Porque no había forma de que
pudiera enfrentarme a Johnny ahora.
De hecho, estaba bastante segura de que nunca podría volver a
enfrentarlo.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 47
Chicas Llorando Y Corazones Ardiendo
Alguien le puso las manos encima. Ese tipo de marcas no se producían

en un maldito tumulto, y mucho menos durante un partido de fútbol en
Educación Física.
Era ridículo, y ella era ridícula por soltarme ese rollo.
¿Qué se creía que era yo, un imbécil que no sabía distinguir entre un
moretón accidental y un golpe adrede?
Yo jugaba rugby, había pasado toda mi vida golpeando y noqueando a
chicos. Sabía la maldita diferencia entre daño accidental y daño intencionado.
Alguien le apretó la garganta, y lo hizo tan fuerte que le dejó las putas
huellas dactilares. Si estaba siendo acosada en Tommen, entonces iba a
averiguarlo. Si fue McGarry, entonces iba a terminar en una celda.
Si eran esos bastardos de BCS, entonces también podrían meterme en una
camisa de fuerza. Me faltaron unos diez segundos para ponerme en plan CSI,
pero entonces sus grandes ojos azules se llenaron de lágrimas y se me presentó
otra situación inesperada.
No tenía ni idea de cómo manejar las lágrimas de las chicas.
Y las lágrimas de esa chica en particular me afectaron muchísimo.

BOYS OF TOMMEN #1
Y ahí estaba mi triplete...
En contra de todos mis instintos, porque tenía el juicio nublado por la
necesidad de consolarla, había cedido a sus súplicas de que la vistiera y la
llevara a casa.
Pero entonces la vi -la vi jodidamente entera- acostada en mi cama, con
mi mascota encima y la toalla abierta, y mi cerebro se desconectó y mi cuerpo
tomó el control. Y entonces ella fue y destrozó mi mundo cuidadosamente
construido poniendo su boca sobre la mía.
Shannon me besó y me quedé helado.
Me paralicé por completo, atacado por todas las emociones y sensaciones
anormales y extrañas que se le puedan ocurrir a una persona.
No me lo esperaba.
Todo me golpeó como una colisión frontal en ese preciso instante y me
paralicé, sintiéndome más expuesto y vulnerable en ese momento que en toda
mi vida.
Al contrario de lo bien que mi cuerpo me aseguraba que estaba teniendo
sus labios en los míos, o lo mucho que mi corazón tenía que trabajar cuando
ella estaba cerca, mi cabeza sabía que no era así.
No era bueno.
No estaba nada bien.
Necesitaba cada gramo de autocontrol que tenía dentro de mi cuerpo para
contenerme. Especialmente cuando todo dentro de mí me exigía hacer lo
contrario, pero lo sabía. Sabía que si cedía a la ardiente necesidad que sentía
dentro de mí y le devolvía el beso, eso sería todo.
Estaría completamente jodido y Shannon también.
Porque mi presencia aquí era temporal y esa chica apestaba a
permanencia. Lo mejor que podía ofrecerle era amistad, aunque fuera lo que

BOYS OF TOMMEN #1
menos quería.
―¿Shannon? ―Apoyando la frente en el marco de madera, seguí
llamando―¿Quieres salir, por favor? ―Se había encerrado en mi baño hacía
treinta minutos y no había salido desde entonces―¿Por favor?
Silencio.
Exhalando fuertemente, volví a llamar―Sólo abre la puerta y podemos
hablar de ello.
Nada.
―Por favor, Shannon―gruñí, resistiendo el impulso de golpearme la
cabeza contra el marco―Sólo sal. Ni siquiera tienes que hablar conmigo si no
quieres. Te llevaré a casa y no diré ni una palabra si...
Dejé que mis palabras se interrumpieran cuando sonó el chasquido de la
cerradura. Momentos después, la puerta de mi baño se abrió hacia dentro y allí
estaba ella, completamente vestida con su uniforme húmedo, con los ojos
hinchados y las mejillas manchadas.
Mierda.
La hice llorar, otra vez…
―Ya estoy lista para irme a casa―me dijo en voz baja, sin mirarme a los
ojos―¿Si te parece bien?
―Sí, por supuesto que está bien― respondí con voz gruesa.
―Gracias―Con la cabeza gacha, Shannon me rodeó y se acercó a la
puerta de mi habitación.
Parecía tan vulnerable e insegura que todo lo que quería hacer era
envolverla en mis brazos.
Me ardía el corazón.
«Contrólate, Kavanagh, no hagas ninguna estupidez. No la beses.»
Sabes que no podrás parar.

BOYS OF TOMMEN #1
Con gran esfuerzo, no me acerqué a ella y en su lugar caminé hacia mi
armario.
―Sólo dame un segundo, ¿de acuerdo? ―le dije.
Ella asintió y dejó de mirar sus manos entrelazadas. Suspirando, abrí el
armario y me puse rápidamente una camiseta, un pantalón de chándal y una
sudadera con capucha.
Cogí un par de calcetines de la cómoda, me senté en la cama y me los
puse antes de calzarme un par de zapatillas. Mientras tanto, Shannon
permanecía en silencio junto a la puerta, con el pelo mojado cayéndole hacia
delante y ocultándole la cara.
Parecía tan sola en ese momento que me dolía físicamente mirarla.
Porque sabía que yo era el responsable de esa mirada y mi corazón me exigía
que lo arreglara.
Quería hacerlo.
Pero no sabía cómo hacerlo sin hacernos daño a los dos.
―Toma―dije, agarrando una sudadera de los pies de mi cama―Póntela.
Sus ojos nerviosos se desviaron hacia la sudadera que le tendía e
inmediatamente empezó a negar con la cabeza.
―No, no, no―balbuceó―Estoy...
―Estás bien. Sí, lo sé―respondí mientras me levantaba y cerraba el
espacio entre nosotros―Pero afuera sigue lloviendo a cántaros y no me parece
bien que te pongas enferma. Póntelo.
―¿Seguro? ―preguntó, extendiendo la mano vacilante.
«Cristo, esta chica me estaba matando...»
―Sí―Le di la sudadera y me dirigí a la puerta, con cuidado de no rozarla,
sabiendo que mi pobre polla no aguantaría la presión.
Esperé a que se pusiera la sudadera y salí de mi habitación, sabiendo que

BOYS OF TOMMEN #1
estaba conmigo, aunque se quedara atrás. Aquello me parecía una mierda, lo
contrario de lo que debía hacer, lo cual no tenía ningún sentido porque ahora
estaba pensando con el cerebro y no con la polla.
―Necesito las llaves de mamá― le dije cuando estábamos en el vestíbulo
de la planta baja―Dame un segundo, ¿sí?
―Um, sí, de acuerdo― respondió Shannon mientras deslizaba sus manos
en mi sudadera que la envolvía―¿Espero aquí?
¿Me estaba preguntando?
Parecía que sí.
No lo sabía con certeza porque no me miraba.
No podía saber cómo se sentía porque la ventana a sus emociones eran
sus ojos, que estaban fijos en sus pies. Era una mierda, pero sabía que tenía que
darle espacio ahora mismo. El problema era que cuanto más nos acercábamos a
la puerta, más deprimido me sentía.
Mi polla estaba devastada.
Me ardía el pecho.
Mi cerebro dudaba.
Estaba completamente jodido.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 48
Estás Bien
No había palabras para explicar la turbulencia de emociones que me

recorría el cuerpo. Tratando de controlarme, me concentré en respirar lenta y
profundamente. No sabía qué hacer.
Pedir disculpas no parecía suficiente. Además, ya lo había hecho.
Me planteé decirle que había perdido temporalmente el control de mis
sentidos, pero pensé que ya lo sabría. Completamente mortificada por mis
acciones, miré por el parabrisas hacia el cielo cada vez más oscuro e ignoré al
chico que estaba sentado a mi lado en el asiento del conductor.
―¿Vamos a hablar de ello? ―preguntó por fin Johnny tras varios
minutos de tenso silencio.
Negué con la cabeza, con las mejillas encendidas por la vergüenza, y
seguí mirando por la ventanilla a la nada.
―¿Vas a hablar conmigo? ―preguntó entonces, con voz baja y ronca.
Volví a negar con la cabeza, demasiado avergonzada para mirarle.
―Entonces, ¿qué? ―preguntó―¿Vas a ignorarme por completo?
Me encogí de hombros sin poder hacer nada.
Sabía lo que me esperaba si hablábamos.

BOYS OF TOMMEN #1
Iba a darme la charla.
Y ahora mismo, con mis emociones crispadas y el estómago revuelto por
la ansiedad, sinceramente no creía que pudiera escuchar esa charla. No podría
soportar su rechazo.
―Shannon―gruñó Johnny, claramente frustrado.
Encendió el intermitente, se detuvo a un lado de la carretera y apagó el
motor.
Oh, no. Por favor, Dios, no…
―Shannon―Se giró en el asiento, empujó hacia arriba el reposabrazos
que nos separaba y giró el cuerpo para mirarme―Tenemos que hablar de lo que
pasó allí.
―Lo siento―llegué primero y dije. Con el corazón martilleándome en el
pecho, me giré en mi asiento y le miré de frente―Lo siento mucho.
―No quiero que lo sientas―respondió, con sus ojos azules clavados en
los míos―¿Y lo qué pasó en mi habitación? ―Sacudió la cabeza y soltó un
gruñido de dolor. ―No me lo esperaba, no me lo esperaba de ti―Su aliento me
acarició la cara mientras hablaba, haciendo que mi cuerpo se estremeciera
involuntariamente―No me arrepiento―añadió―Y no me arrepiento de que lo
hicieras...
―¿Pero? ―completé, manteniendo los ojos fijos en mis manos cruzadas
sobre mi regazo, sabiendo muy bien que venía un, pero.
―Pero me voy en un par de meses, Shannon―dijo Johnny
finalmente―…cuando llegue el verano, me iré de aquí y no volveré hasta el
otro año que empiece el colegio.
―Lo sé― susurré, juntando las manos con fuerza.
Joey me lo contó todo, se iba para ser una gran estrella.
―Así son las cosas para mí―añadió Johnny con brusquedad―Y sólo va

BOYS OF TOMMEN #1
a empeorar; temporadas más largas fuera, más viajes, mudanzas
permanentes…Eso es lo que me espera. Pronto. No sería justo por mi parte no
revelarlo ahora―Suspiró con cansancio y se pasó una mano por el pelo
completamente despeinado―Tienes que saber que no voy a estar aquí mucho
más tiempo.
―Lo sé―susurré, sintiendo el dolor ardiente en el pecho―Y sé que no
debería haberte besado―dije con dificultad, con la voz desgarrada―¿Está
bien? Lo sé. Estuvo mal. Lo comprendo. Yo sólo... yo sólo...
―¿Sólo qué, Shannon? ―insinuó.
―Creí que te gustaba―le dije.
―Por Dios―gimió Johnny, dejando caer la cabeza entre las
manos―Claro que me gustas―Se tiró del pelo y suspiró―Creo que está
bastante jodidamente claro que estoy loco por ti―Exhalando un gemido
dolorido, añadió―Pero cumpliré dieciocho en mayo, Shannon.
―Tengo dieciséis― susurré.
―Lo sé, Shannon, joder, lo sé―gimió, con la voz desgarrada―Pero
estoy intentando hacer lo correcto.
Mi corazón revoloteaba inseguro.
No sabía qué pensar ni cómo sentirme. Me estaba rechazando y
diciéndome que le gustaba, todo en un suspiro, y era demasiado para mi
corazón.
―¿Por quién? ―balbuceé.
―Por los dos―respondió Johnny―Mi carrera está despegando y
necesito centrarme. Y tú te mereces a alguien que te dé prioridad―Volvió a
pasarse una mano por el pelo, parecía estresado y cansado―…Yo no puedo
hacer eso ―Me miró a los ojos y me dijo ―Quiero, de verdad que quiero,
joder. Pero no estoy en condiciones de hacerlo por ti―Exhalando con fuerza,

BOYS OF TOMMEN #1
añadió―No puedo darte una relación, Shannon, y sería egoísta por mi parte
pedirte algo que no puedo cumplir.
Ahí estaba.
El rechazo que había estado esperando.
―No te pedí una relación, Johnny―respondí, completamente
humillada―Nunca te he pedido nada. Así que no te preocupes por soltarme el
rollo de que me has decepcionado porque es innecesario.
Johnny soltó un gruñido frustrado―No estoy tratando de defraudarte,
Shannon, estoy tratando de resolver esto contigo…
―Escucha, Johnny, estoy muy cansada― susurré, volviéndome hacia la
ventana―Sólo quiero irme a casa ahora.
―Vamos, Shannon―gimió, el tono agitado ahora―No puedes evitar
esto.
«Tenía toda la intención de evitarlo por el resto de mi vida.» Planeaba
empezar a evitarlo en cuanto saliera del coche.
―Shannon, háblame.
Permanecí en silencio.
―Shannon, vamos―suplicó Johnny―No seas así.
No creí que hubiera otra forma de serlo dadas las circunstancias.
Lo besé.
Me rechazó.
Me ofrecí para él.
Me rechazó.
Fue totalmente mi culpa.
Acepté la responsabilidad de mi imprudencia. Pero eso no significaba que
fuera lo suficientemente fuerte como para escuchar las dolorosas repercusiones
verbales de mis acciones.

BOYS OF TOMMEN #1
―Háblame de una puta vez―exigió Johnny, poco dispuesto a dejarlo
pasar.
―¿Qué hay que decir? ―grazné, volviéndome para mirarlo, cediendo a
su implacable interrogatorio―No me quieres. Te oí. Entendí el mensaje.
―Claramente no lo hiciste si eso es lo que sacaste de ello― respondió,
parecía furioso.
Cuando no respondí, Johnny literalmente gruñó.
―Bien, si no quieres discutirlo, no diré ni una palabra más―anunció,
levantando las manos―¿Es eso lo que quieres, Shannon?
―Eso es lo que quiero, Johnny―susurré.
―Como quieras― dijo, arrancando de nuevo el motor―Me rindo.
Con sus palabras de rechazo resonando en mis oídos y mis emociones
revueltas, cerré los ojos y recé para que el tiempo se acelerara. Sentía el peor de
los dolores en el estómago junto con el dolor palpitante en el pecho, que parecía
florecer y arder con cada kilómetro que él marcaba en el reloj.
Cuando Johnny se detuvo en mi calle, mentí como cada vez que me
llevaba a casa y le dije que mi casa era la que estaba al otro lado de la calle,
sabiendo perfectamente que, si mi padre me veía salir de su coche, me daría por
muerta. Sin embargo, no preví que pudiera volver a apagar el motor, que es
exactamente lo que hizo.
―¿Estás bien? ―me preguntó, girándose en su asiento para mirarme.
―Sí ―respondí.
Asintió lentamente―Shannon, escucha...
―No tienes que decir nada más―lo detuve rápidamente diciéndole―No
volverá a ocurrir.
Frunció el ceño―No, eso no es lo que estaba…
―Lo siento―solté y luego agarré el picaporte y empujé la puerta para

BOYS OF TOMMEN #1
abrirla―De verdad que lo siento mucho.
Me desabroché el cinturón, salí del jeep y cerré la puerta antes de que
pudiera decir otra palabra.
No podía aguantar más.
Esta noche no.
Mortificada, me quedé afuera del muro del jardín de mi vecino hasta que
quedó claro que Johnny estaba esperando a que yo entrara para marcharse, y
entonces hice lo único que podía hacer: agaché la cabeza y corrí por el sendero
hasta mi casa, sin atreverme a mirarlo.
Al entrar, cerré la puerta y exhalé una bocanada de aire antes de registrar
rápidamente el piso de abajo.
La casa estaba vacía.
Ollie, Tadhg y Sean iban a casa de Nany Murphy los días laborables, a
excepción de los viernes, cuando Nany los dejaba directamente en casa después
del colegio porque los fines de semana iba a Beara a visitar a su nieta y no volvía
hasta por lo menos las ocho.
Joey y mamá trabajaban los lunes, y mi padre mantenía caliente un
taburete en la casa de apuestas casi todas las tardes. Nada cambió, con aborto o
sin él, mi jodida familia seguía como siempre...
Agradecida por haber evitado otro enfrentamiento inútil, me quité los
zapatos de una patada y me apresuré a subir las escaleras para quitarme la ropa
húmeda.
Teníamos una secadora de segunda mano en el lavadero que se suponía
que no debía usar por lo cara que era para la electricidad, pero iba a usarla esta
noche.
No tenía elección.
De vuelta en la casa del dolor, cerré la puerta de mi habitación y me quité

BOYS OF TOMMEN #1
rápidamente la ropa mojada antes de ponerme mi pijama. Estaba a medio
camino de la escalera con el uniforme hecho un ovillo entre las manos cuando
llamaron a la puerta principal.
Me detuve a mitad de camino, entrecerré los ojos e intenté distinguir
quién podía ser la sombra alta que había tras el cristal esmerilado. Volvieron a
llamar, esta vez con más fuerza, así que bajé los escalones que me quedaban y
abrí la puerta de un tirón, para encontrarme a Johnny de pie bajo la lluvia, con
aspecto de ángel semi-ahogado.
Al instante, el corazón se me aceleró en el pecho y empezó a latir tan
fuerte que casi me dolía.
¿En serio, Dios? ¿Por qué?
―Hola―susurré, agarrando la puerta con fuerza. El escalón de nuestra
casa tenía por lo menos medio metro de altura, pero aun así me encontré
mirándole fijamente.
―Hola― respondió Johnny, con los ojos azules clavados en los
míos―Vives en el 95.
Asentí, mortificada.
―Creí que tu casa era el número 81―Frunció el ceño―Ahí es donde te
he estado dejando.
Me encogí de hombros sin saber qué hacer.
―Bueno, dejaste el bolso en el coche―Se quitó el bolso del hombro
derecho y me la tendió.
―Lo siento― murmuré, sintiendo que mis mejillas se sonrojaban de
nuevo―Tu sudadera está en mi habitación. Iré a buscarla―Me di la vuelta
tratando de subir las escaleras, pero me detuvo con una mano en la muñeca.
―No te preocupes― me explicó, retirando rápidamente la mano―Te la
pediré en el colegio o algo así.

BOYS OF TOMMEN #1
―De acuerdo.
Metiendo las manos en los bolsillos, Johnny se balanceó sobre sus
talones, considerándome por un breve momento antes de exhalar un suspiro.
―¿Estás bien?
―Sí―susurré, sin sentirme ni un poco bien.
―Shannon, no quiero que pienses que no te quiero...
―Por favor, no digas nada―supliqué, más que mortificada a estas
alturas―Por favor.
―Las cosas están complicadas para mí en este momento...
―Johnny, por favor, olvida lo que pasó.
Me miró fijamente durante un largo y doloroso instante antes de asentir
con rigidez.
―Si eso es lo que quieres.
Me hundí ligeramente―Lo es.
Su mirada se desvió hacia mi cuello y su expresión se ensombreció al
instante.
―Tengo que entrar ahora―dije, temerosa de que volviera a empezar
donde lo había dejado.
―Claro―dijo moviendo un poco la cabeza―Por supuesto, sí, y será
mejor que me vaya.
―De acuerdo.
―Supongo que te veré mañana―dijo Johnny, y luego se dio la vuelta y
se alejó de mí.
Sintiéndome desolada, me mordí el labio mientras lo veía alejarse.
―Adiós, Johnny.
―Adiós, Shannon―respondió él, lanzando una rápida sonrisa por
encima del hombro.

BOYS OF TOMMEN #1
Dios mío.
Con el corazón agitándose en mi pecho, cerré la puerta y subí las
escaleras. Necesitaba acostarme un momento para procesar mis pensamientos.
Volví a entrar en mi pequeña habitación y me dirigí directamente a mi
cama individual con la intención de tirarme de bruces contra el colchón, pero
me detuve en seco cuando mis ojos se posaron en la sudadera de Johnny tirada
en mi cama.
Como la enredadera que era, me hundí a los pies de la cama, agarré su
sudadera y me la llevé al pecho.
Su olor estaba por todas partes, en su sudadera, en mí. Sujeté la tela
empapada, inhalé profundamente el olor familiar de su desodorante y me
reprendí mentalmente por ser tan rara.
¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué me permitía sentir esas emociones? Eran
peligrosas.
Tenía que parar.
Él no te quiere.
Nadie te quiere.
Con el estómago revuelto por el remordimiento y la ansiedad, aparté las
mantas, me metí en la cama y me hice el ovillo más pequeño que pude.
Me dolía todo.
El cuerpo.
El cerebro.
El corazón.
Respirando lentamente, intenté liberar mi mente de todos los malos
pensamientos que me asaltaban. Cada recuerdo vergonzoso y destructivo para
el alma de lo ridículamente estúpida que me había comportado.
No duró mucho, quince minutos después de mi luto silencioso, el sonido

BOYS OF TOMMEN #1
de la puerta de entrada llenó mis oídos. No menos de tres minutos después, la
puerta de mi habitación se abrió de golpe.
―¿Dónde está la cena?
Permaneciendo inmóvil, me aferré al edredón mientras mi cuerpo se
retorcía de ansiedad.
―Se me olvidó.
―Pues sal de esa puta cama y baja a la cocina―gruñó papá desde el
umbral de mi puerta―Tienes trabajo que hacer en esta casa, niña, y eso incluye
hacer la cena. Ya es hora de que te ganes tu sustento.
―Me siento mal― balbuceé.
No era mentira.
Tenía calambres en el estómago.
―Te sentirás mucho peor si no sacas tu trasero inútil de esa cama―me
advirtió mi padre―Enferma. Tu madre está jodidamente enferma y está
trabajando para pagar tus malditos gastos escolares, puta desagradecida.
Sabía que hoy no había bebido, pero mi padre sobrio seguía aterrándome.
―Tienes cinco minutos para bajar esas escaleras, niña― añadió―No me
hagas volver a subir.
Cerró la puerta de mi habitación de un portazo y, mientras le oía bajar las
escaleras, me debatía entre mis opciones.
¿Quedarme donde estaba y recibir una paliza, o hacer lo que me pedía y
arriesgarme a recibir una de todos modos?
No había elección.
Nunca la hubo.
Al menos no para mí.
Tirando las sábanas hacia atrás, salí de la cama y bajé al infierno.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Sigues queriendo hablar conmigo? ―fueron las primeras palabras

que salieron de la boca de Claire cuando respondí a su llamada esa misma
noche.
Estaba terminando de fregar el suelo de la cocina antes de acostarme,
después de haber preparado la cena y fregado todos los platos. Con el teléfono
entre la oreja y el hombro, tiré el agua del cubo de la fregona por el fregadero y
la guardé rápidamente en el cuarto de servicio.
―Teniendo en cuenta que acabo de responder a tu llamada, diría que es
bastante obvio que sigo hablándote―contesté en voz baja.
Eran más de las once de la noche, pero mi padre seguía en el salón viendo
algún partido en la televisión, y yo sabía que no debía molestarle.
―Lo siento mucho―gimió Claire por la línea―No pretendía
avergonzarte hoy, lo juro. Es que estaba harta de escuchar a esas dos hablando
sobre Johnny y quería ponerlas en su sitio.
―No te preocupes― Cogí la sudadera de Johnny de la secadora, apagué
la luz de la cocina y salí―No estoy molesta―añadí, con la voz apenas más que
un susurro.
―¿Puedes hablar ahora? ―preguntó.
―Sí―susurré, arrastrándome hacia la escalera―Sólo dame dos
segundos.
―Bien― respondió.
Sujetando el teléfono contra el pecho, subí la escalera de puntillas,
evitando cada crujido con experta precisión.
―De acuerdo, ya estoy de vuelta― le dije en un tono más audible una
vez que estuve a salvo dentro de mi dormitorio con la puerta cerrada.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Segura que no estás molesta conmigo?
Negué con la cabeza y me acosté en la cama―De verdad que no.
―Oh, gracias a Dios― Claire suspiró con fuerza―Estuve martirizada
toda la noche preocupándome por eso. Mañana no iré a clase y temía que no
contestaras cuando te llamara.
Se me encogió el corazón―¿No vas a venir mañana a clase?
―Tengo ese torneo relámpago de hockey con el colegio― explicó―Pero
Lizzie estará allí.
Al menos está eso.
―Bueno, no estoy enojada.
―¿Estás segura?
―Tengo buenas noticias―dije, decidiendo cambiar de tema. Por lo
general, terminaríamos dándole vueltas a lo mismo toda la noche―Olvidé
decírtelo la semana pasada, pero creo que te gustará.
―Suéltalo, Lynch.
―Mamá firmó los formularios, los entregué la semana
pasada―Exhalando fuertemente, dije ―Puedo ir a Donegal contigo después de
Pascua.
Tuve que apartar el teléfono de la oreja unos instantes mientras Claire se
desahogaba.
―Es la mejor noticia de mi vida―exclamó―No sabes lo feliz que me
has hecho. Pensé que iba a estar atrapada en un país extranjero durante dos días
con Lizzie y Pierce―continuó diciendo―Y ya sabes lo jodida que es su
relación.
―Un condado extranjero―solté una risita, y luego gruñí cuando un dolor
agudo me rebotó en el costado.
―¿Estás bien?

BOYS OF TOMMEN #1
―Sí, es sólo mi estómago― respondí, acariciando la curva de mi
vientre―Me ha estado molestando todo el día―Mordiéndome el labio,
añadí―Espero que no me esté enfermando.
―Entonces será mejor que te tomes un paracetamol y se te pase― replicó
Claire con burla―¡Porque nos vamos a Donegal, nena! Woo!
―Después de Semana Santa―le recordé.
―¿Y qué? ―replicó―Sigue siendo la mejor noticia.
Me reí de su entusiasmo porque, sinceramente, ¿cómo no iba a hacerlo?
Era contagioso.
―Entonces, ¿ya sabes cómo te las vas a arreglar para estar cuarenta y
ocho horas con Gerard? ―pregunté con un tono burlón, agradecida por la
distracción de mi vida.
Claire gimió con fuerza―Me vuelve loca, Shan.
―Le gustas―le dije―Y antes de que me calles y me digas que le gusta
todo el mundo, quiero decir que tú le gustas de verdad, Claire. Es obvio cuando
están juntos que le gustas.
Realmente lo era.
En la escuela, se observaban constantemente. Él siempre se acercaba a
ella para gastarle bromas y entablar conversaciones sin sentido. Cuando estaban
juntos, se comportaban como un viejo matrimonio, con bromas ingeniosas y
réplicas rápidas, y yo no entendía por qué no eran ya pareja.
Parecía tan inevitable.
―Que me trate así no es un cumplido―refunfuñó Claire cuando se lo
reproché. Resoplando, añadió―Cualquier chica que pase por delante de ese
chico le gira la cabeza.
―Sí, pero no sólo le has hecho perder la cabeza, Claire―le dije―Creo
que le has cambiado el corazón.

BOYS OF TOMMEN #1
―No puedes cambiar algo que no está ahí, Shan― replicó con tono triste.
―No me lo creo― repliqué.
―Eso es porque no lo conoces como yo―fue todo lo que respondió.
―Bueno, creo que tú y Gibsie juntos tiene mucho
sentido―insistí―Mucho más que Lizzie y Pierce.
―Eso no sería difícil― se rió Claire―El señor Mulcahy y yo tenemos
más sentido que esos dos.
―Cierto― reflexioné.
―Entonces, esto es lo que haremos―dijo entonces―Tú puedes
mantenerme centrada y alejada de Gerard cuando estemos en Donegal, y yo
haré lo mismo por ti con Johnny.
Exhalé un suspiro tembloroso―Sobre eso...
―Continúa― me instó.
Cerrando los ojos, solté ―Me ha vuelto a dejar en casa.
―¿Qué? ―gritó Claire.
Solté un suspiro―Lo sé.
―Dios mío, Shan, ¿de qué va esto?
―De verdad que no lo sé― gemí, restregándome la cara con la
mano―Estoy tan confundida.
―¿Confundida?
Decidida a contárselo todo, susurré―No sólo me dejó en casa, Claire, fui
a su casa otra vez.
―Cierra la boca― jadeó.
Asentí con la cabeza y gemí en mi mano―Y lo besé.
―¡Cierra la boca! ―repitió, ahora más alto y en un tono mucho más
excitado―¿Dónde ocurrió esto?
―En su dormitorio― confesé, y luego añadí de mala gana ―En su cama.

BOYS OF TOMMEN #1
―Dios mío― chilló―¡Oh, Dios mío, ¡Shan!
―No me devolvió el beso― admití, haciendo una mueca.
―Ese maldito idiota―gruñó, el tono cambió al instante.
―Yo soy la idiota, Claire―me apresuré a decir, sintiéndome tan
mortificada ahora como lo estaba en su coche en el camino de la vergüenza a
casa―¿En qué demonios estaba pensando?
―¿Fue malo contigo? ―me preguntó―Porque le patearé su gran culo
amante del rugby si fue malo contigo...
―No fue malo conmigo, Claire― le dije―Fue... simpático.
―No, Shannon, tú eres la simpática. Él es un imbécil―me corrigió Claire
molesta―Porque sólo un completo imbécil lleva a mi mejor amiga a su casa, la
lleva a su dormitorio, y luego, cuando ella se expone por primera vez en su vida,
él va y la rechaza.
―Lo besé, Claire― susurré―No al revés.
―Y está claro que no se merecía tu beso―me espetó Claire―Eres
demasiado buena para ese imbécil.
―Creí que te gustaba Johnny.
―Me gustaba―aceptó enfadada―Solía pensar que era un buen tipo.
Pensaba que era mejor que su reputación― gruñó―Ahora ya no.
―Es culpa mía, Claire.
―No, Shan―gruñó ella―Te engañó, y te mereces algo mucho mejor
que un imbécil con cabeza de rugby que te haga eso.
―Realmente no lo hizo― admití―Fui yo.
―No me importa― me espetó―Es un imbécil.
―¿Qué hago ahora? ―pregunté, sintiéndome insegura.
―Tengo su sudadera― Confesé―Tengo que devolvérsela.

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―¿Por qué tienes su sudadera?
―Él me la dio…―Hice una pausa antes de añadir―En realidad es la
segunda que me da. También me dio su abrigo al salir del colegio, pero ese
estaba empapado por la lluvia, así que me dio otro.
―¡Eso es! ―espetó―¡Te está engatusando!
―No creo que fuera eso lo que estaba haciendo―argumenté
débilmente―Sólo estaba siendo amable, Claire―Exhalando con fuerza,
añadí―Es simplemente un buen tipo.
―De acuerdo―suspiró, cediendo un poco en su enfado―Sólo
devuélvele su abrigo mañana en la escuela y termina con el imbécil.
―De acuerdo― respondí, triste ante la idea.
―Es un tonto, ¿sabes? ―añadió―Eres preciosa, amable, dulce, leal y un
millón de otras cosas brillantes que nunca encontrará en putas como esa Bella
Wilkinson.
―Gracias―respondí, apreciando su intento de consolarme. No era
cierto, por supuesto, pero sus palabras me ayudaron―Pero no tienes por qué
odiarlo por esto.
―¿En serio? ―se quejó―¿En serio?
―No ha hecho nada malo, Claire― insistí―En serio. No podría haber
sido más amable conmigo.
―¿Entonces por qué no te devolvió el beso? ―Preguntó.
―Porque no me quiere― dije―Obviamente.
―Entonces está loco― refunfuñó―Si tuviera pene o me gustaran las
chicas, te querría a ti.
―Gracias― medio sollocé/medio reí―Si tuviera pene o me gustaran las
chicas, también te querría a ti.
―Entonces, ¿de verdad no vamos a odiarlo?

BOYS OF TOMMEN #1
―No― respondí―De verdad que no.
―Ugh― Claire gimió―Bien.
―Eres una gran amiga, Claire― le dije―No sé qué haría sin ti.
―¿Soy lo suficientemente buena amiga como para que me cuentes los
detalles?
―¿Qué tipo de detalles? ―pregunté nerviosa―¿Qué quieres saber?
―Todos los detalles― respondió.
Ugh.
―Es tan embarazoso― murmuré―Humillante, de hecho.
―Está bien, lo siento― respondió rápidamente―No tienes que hablar de
ello.
―Es guapísimo―susurré tras una pausa.
―Sí, sí ―refunfuñó―Eso ya lo sabe todo el mundo.
―No, Claire―la insté―Quiero decir que es muy guapo―Cerrando los
ojos, susurré ―Debajo de la ropa.
―¡Dios mío! ―me gritó al oído―¿Cómo sabes lo que hay debajo de su
ropa?
―Porque se duchó y estaba a medio vestir cuando salí…
―¿Saliste de dónde?
―De su ducha.
―¡Espera! ―Claire chilló―¿Te duchaste con Johnny Kavanagh?
―¿Qué? ¡No! ―Sacudí la cabeza―Me duché en su ducha.
―De acuerdo, tienes que volver al principio porque estoy perdiendo el
hilo de mi sucia imaginación.
―Los dos estábamos empapados por la lluvia― expliqué con un suspiro
cansado―Su madre bajó mi ropa para secarla. Usé la ducha de su cuarto de
baño. Él se duchó aparte. Y luego acabamos los dos en su habitación.
―¿Sin ropa?

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―Llevaba calzoncillos― respondí, resistiendo el impulso de contarle lo
que vi antes de que llevara los calzoncillos puestos―Eso es todo.
―¿Y tú? ―insistió.
―Sólo una toalla― Me mordí el labio, sintiendo que mi cara ardía de
calor―Creo que le enseñé mi... ya sabes y no sé muy bien cómo pasó, pero
acabamos los dos en su cama―me apresuré a decir, manteniendo la voz
baja―Y entonces él estaba justo ahí, con su cara tan cerca de la
mía―Exhalando un suspiro entrecortado, añadí―Y perdí la cabeza y lo besé.
―Dios― jadeó Claire―Es como ver un choque de trenes, excepto que,
en vez de verlo, lo estoy escuchando.
―Lo sé― gemí―Y entonces entré en pánico y me encerré en su
baño―Me encogí al recordarlo―Y fue tan amable conmigo, Claire. Podría
haberse vuelto loco y haberme echado, pero no dejaba de hablarme desde el
otro lado de la puerta, intentando convencerme...
―Ugh, no puedo― gimió―Me duele demasiado el corazón.
―Me prometió que no hablaría de ello si salía― continué hablando a
pesar de sus protestas, necesitaba desahogarme―Por supuesto, mintió. Cuando
volvimos a su coche, me dio la charla...
―La charla no― exhaló―Por favor, dime que no te dio la charla.
―Lo hizo―afirmé―Y luego siguió diciéndome que no había necesidad
de tener vergüenza y creo que lo decía en serio, pero estoy tan avergonzada por
todo. Juro que nunca más me expondré así por nadie.
―Maldita sea― suspiró Claire―Desearía no tener ese estúpido evento
mañana. No quiero que estés sola en la escuela mientras te sientas así.
―Yo también―asentí cabizbaja―Al menos Lizzie estará allí.
―Quizá es mejor que no se lo menciones a Liz―intervino Claire―Le
cortará la polla.

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―Nadie puede enterarse de esto, Claire― susurré―Nadie.
―De acuerdo.
Me agarré el estómago cuando otro dolor punzante me atravesó,
haciéndome gruñir de dolor una vez más.
―Oye, quizá deberías tomarte mañana libre― me dijo preocupada―No
pareces estar muy bien.
―Estaré bien― susurré.
Y lo estaré.
Eso esperaba.

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CAPÍTULO 49
La Cagué
―Buenos días―saludó Gibsie, hundiéndose en el asiento del copiloto de

mi coche el martes por la mañana―¿Cómo te fue ayer en el entrenamiento?
―¡La cagué! ―solté.
―¿La cagaste? ―Gibsie arqueó una ceja mientras se abrochaba el
cinturón―¿En el entrenamiento?
―No―Negué con la cabeza―No fui.
―¿Por qué no?
―¡Porque la cagué!
―¿Cómo?
―La cagué―Gimiendo, metí la marcha y me alejé de su casa―Tan
condenadamente mal―Apretando las manos en el volante, solté un gruñido de
dolor―Tan jodidamente, jodidamente mal, Gibs.
―¿Vas a decir algo más que no sea “la cagué”? ―dijo mientras sacaba un
CD en blanco de su mochila y lo deslizaba en mi estuche? ―Por cierto, anoche
grabé esto para ti―añadió con una sonrisa burlona―Creo que te gustará.
―Gracias―refunfuñé, demasiado distraído para concentrarme en otra
cosa que no fueran mis furiosos pensamientos.
―Ahora―dijo Gibsie, sacando una caja de cigarrillos. Se puso uno entre

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los labios y lo encendió―¿Vas a contarme cómo la has cagada?
―Baja la ventanilla― refunfuñé―Sabes que no soporto el olor de esas
cosas.
―Supongo que esta crisis tiene algo que ver con la pequeña
Shannon―me contestó mientras bajaba la ventanilla y exhalaba una nube de
humo por ella.
Volví a asentir, sintiendo pánico. Llevaba toda la noche esperando
desahogarme, apenas podía respirar con la presión que sentía en el cuerpo; eso,
y mis remordimientos, y el olor de ella en mis sábanas.
Ni siquiera podía disfrutar de una cena con mi padre, algo que no
habíamos podido hacer desde el día de Año Nuevo por culpa del conflicto de
horarios. Durante toda la cena de anoche, estuve demasiado perdido en mi
propia cabeza. Estaba demasiado atrapado en ella.
«Pensé que te gustaba…»
Bueno, mierda, casi se me parte el corazón cuando dijo esas palabras
―¿Qué hiciste, Johnny? ―Gibsie empujó, sacándome de mis
pensamientos.
―Lo hice otra vez― admití.
Me miró con recelo―¿La llevaste a casa otra vez?
Asentí con la cabeza y solté un gemido estrangulado―Sólo que esta vez,
fui más allá y la obligué a subirse al auto después de clases.
―Johnny...
―Literalmente la recogí y la metí en el puto coche, Gibs― Expulsando
otro aliento frustrado, me hundí en mi asiento y gemí―Con mi mamá.
Se rió―Eres idiota.
―Lo sé― gemí―Y entonces mamá hizo lo que mejor sabe hacer.
―Se entrometió― añadió Gibsie con conocimiento de causa.
―La llevó a casa.

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Las cejas de Gibsie se alzaron―¿Tu casa?
―Oh, sí― siseé, aun sintiéndome amargado―Luego fue y me dio la
charla.
Gibsie se estremeció―Oh, Jesús.
―Lo sé, viejo― Sacudí la cabeza, obligándome a concentrarme en la
carretera―Fue brutal.
―¿Dónde estaba Shannon cuando se hablaba de esto?
―Esa es la peor parte―respondí con una mueca, mientras conducía hacia
la escuela―Mamá decidió que sería una idea maravillosa hacer que Shannon
tomara una maldita ducha― Le lancé una mirada fulminante―Otra más.
―¿Me estás jodiendo? ―Gibsie se rió.
―No te miento―le dije, dando la vuelta por el camino familiar hacia
Tommen―A mamá también le pareció una puta idea fabulosa coger su ropa y
meterla en la secadora.
―Para. No puedo. Esto no tiene precio― Echó la cabeza hacia atrás y
soltó una carcajada―¡Mami Kavanagh es mejor compinche que yo!
―¡Concéntrate, Gibs! ―exclamé mientras entraba en el
aparcamiento―Estuvo mal. Jodidamente mal.
―¿Cómo de malo? ―preguntó.
Conduje hasta mi plaza de aparcamiento habitual y apagué el motor.
―¿Cómo de malo, Johnny? ―insistió Gibsie.
Exhalando un gruñido de dolor, me giré en el asiento para mirarle.
―Me besó.
A Gibsie se le iluminaron los ojos―¿Sí?
Asentí con la cabeza―En mi cama. En toalla. Parecía un puto sueño
húmedo. Y acababa de poner su puta boca sobre mí, Gibs.
―¿En una toalla?

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―Mamá tenía su ropa, ¿recuerdas? ―dije con dificultad―Estaba
envuelta en una toalla y nada más.
Gibsie sonrió―¿Nada más?
―Nada más― repetí, enunciando la palabra nada.
―¿Viste...?
―Sí― espeté y luego gemí con fuerza―Maldición.
―¿Y?
―Es perfecta.
―Mierda.
―Sí.
―Bueno, mierda, amigo― musitó Gibsie, con expresión pensativa
mientras se rascaba la mandíbula―Nunca hubiera imaginado que ella daría el
primer paso― Volviéndose para mirarme, preguntó―¿Qué hiciste?
―Me quedé paralizado―admití con una exhalación de dolor―Me quedé
completamente helado, amigo. Y entonces entró en pánico y se encerró en el
baño. Fue un maldito desastre. Tardé siglos en sacarla e incluso entonces, no
me dirigió más de tres palabras en el camino de vuelta a su casa.
―Eso...―Gibsie sacudió la cabeza―…es un desastre.
―Del más alto nivel― acepté cabizbajo―Intenté hablarlo con ella, pero
no lo aceptó, amigo. No quería oír ni una palabra de lo que tenía que decir.
―¿Qué intentaste decirle?
―¿La verdad? ―Le dije con cansancio―Que me voy en un par de meses
y no puedo prometerle nada.
―Eres un poco estúpido para ser un genio, ¿no? ―musitó Gibsie.
Me volví para fulminarlo con la mirada.
―¿Perdón?
―La llevas a casa varias veces, la llevas al pub, al cine, la traes a tu casa

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-dos veces- y luego te besa y tú la rechazas― replicó―¿Qué esperabas que
hiciera? ¿Sentarse y escucharte?
―No la rechacé, maldición― le dije―¡Nunca la rechazaría!
―Oh, bueno ―se rió Gibsie―Por supuesto, eso no fue lo que hiciste.
―Y tú eres el que me dijo que fuera su amigo― acusé.
―Pues me equivoqué― repitió―No puedes hacerlo. Nunca funcionará.
Ríndete ya.
―Sí, funcionará ―siseé―Tiene que funcionar.
―¿Por qué tiene que funcionar? ―preguntó.
―Porque la necesito ―Sacudí la cabeza y exhalé otro suspiro
frustrado―Porque quiero tenerla en mi vida.
―Quieres tenerla, y punto―replicó Gibsie―Porque estás perdidamente
enamorado de esa chica.
―Basta― le advertí.
―Bien―Levantó las manos―No diré nada más al respecto.
Estuvimos sentados en silencio durante un buen rato mientras Gibsie se
fumaba otro cigarrillo, hasta que por fin rompí el silencio diciendo―¿Sabes que
es increíblemente buena con la PlayStation? Como una jodida estrella de los
videojuegos.
Gibsie me miró sorprendido―¿En serio?
Asentí con la cabeza―Me pateó el culo, viejo. Nunca he visto a nadie
despejar misiones tan rápido como ella.
Exhaló otra nube de humo y tiró el cigarrillo por la ventana.
―¿Llevaba una hoja de trucos?
―No la necesitaba―murmuré mientras pulsaba un botón y subía las
ventanillas―Se sabía de memoria todos los códigos.
―Oh, Dios― Gibsie gimió―Eso es tan jodidamente sexy.

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Señalé la puerta del copiloto―Sal de mi coche.
―No pienso así de ella― se rió mientras abría la puerta y salía.
Sí, claro que sí.

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CAPÍTULO 50
Tiempo De Fugas Y Héroes
Cuando me desperté el martes por la mañana, tardé un tiempo ridículo en

salir de la cama. Me dolía tanto que lo único que quería era meter la cabeza bajo
el edredón y quedarme allí.
Saber que quedarme en casa significaba pasar todo el día en la misma
casa que mi padre era un incentivo suficiente para ir al colegio. Pero la idea de
tener que enfrentarme de nuevo a Johnny me lo impedía, no me sentía bien.
La mente me daba vueltas y el cuerpo me dolía. Cuando me bajé del
autobús en Tommen, sentía que mi cuerpo intentaba destrozarse desde dentro y
empezaba por el estómago.
Tenía la sudadera de Johnny lavada, seca y envuelta en una bolsa de
plástico en el bolsillo delantero de mi mochila, lista para devolvérsela, como
habíamos hablado Claire y yo. Tenía la intención de devolvérsela y salir
corriendo.
Mejor aún, si veía a Gibsie, podía dársela y acabar de una vez. Durante
toda la mañana estuve pendiente de él en los pasillos, pero nunca nos cruzamos.
Un millón de pensamientos ridículos y preocupaciones llenaban mi

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mente. ¿Se había lesionado?
Ya sabía que estaba lesionado. ¿Pero era peor? ¿Era su aductor? ¿Estaba
en el hospital? ¿Estaba enfermo?
Dios, era patética…
Habría pensado aún más en su ausencia de no ser por el horrible dolor de
estómago que reclamaba toda mi atención. Tenía calambres en el estómago,
cada uno de mis músculos abdominales se contraía agónicamente como un
ataque de cuchillas que me cortaran de adentro hacia afuera.
Esto no era inducido por la ansiedad. No, esto era definitivamente otra
cosa. El dolor era tan intenso que apenas podía concentrarme en mis deberes, y
no tenía a las chicas para distraerme, porque Claire estaba en el partido del
equipo femenino de hockey fuera de la ciudad y Lizzie no se había presentado
hoy.
Conociendo mi suerte, Lizzie estaba enferma con vómitos y yo estaba
igual. Siguiendo mi rutina, fui a todas las clases, me senté sola, intenté pasar
desapercibida y recé para no desmayarme.
Cuando llegó el gran recreo, ya había tenido bastante de clase por un día
y estaba dispuesta a hacer cosas moralmente cuestionables por un par de
paracetamoles y un vaso de agua.
Sin embargo, mi día dio un giro predominantemente hacia lo peor cuando
una chica de sexto curso me apartó en el pasillo y pronunció las palabras que
toda adolescente sobre la faz del planeta temía oír en el colegio.
―Perdona, Um, creo que estás sangrando.
Como yo era yo, mi cerebro tardó varios segundos en comprender lo que
decía, y varios más antes de entender lo que quería decir. En cuanto lo hice,
quise que el suelo se abriera y me tragara entera.
Tacha eso; quería estallar en llamas y desintegrarme en el aire porque el

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hecho de que una chica de sexto año te señalara que estabas sangrando en medio
de un pasillo del colegio tenía ese efecto en una chica.
Mortificada, corrí al baño de chicas para investigar. Por suerte, cuando
entré, el baño estaba vacío. Dejé la mochila en el suelo, me puse de espaldas al
espejo y giré la cabeza.
―¡Oh, Dios, ¡no! ―Sollocé/jadeé cuando mi mirada se posó en la
mancha de sangre de la parte trasera de mi falda gris del colegio.
Tampoco era una mancha pequeña, claro que no. Hablábamos de mí, y
yo nunca me avergonzaba ni me avergonzaba a medias.
Así que así era.
Hoy era el día en que la madre naturaleza decidió hacerme una visita,
nueve días después de mi decimosexto cumpleaños. Más vale tarde que nunca,
en medio de la escuela.
Dios mío.
Bueno, al menos los insoportables calambres estomacales tenían sentido
ahora. En mi defensa, ¿cómo demonios iban a saberlo? Nunca en mi vida me
había encontrado con una dolorosa punzada pélvica. Porque era mi primera
menstruación propiamente dicha.
Cogí mi mochila y un puñado de toallitas de papel, me metí en uno de los
lavabos y cerré la puerta tras de mí. Me quité la falda y me arranqué las medias
y las bragas, llorando cuando la sangre me manchó las piernas.
«Dios mío... No te asustes, Shannon. No te asustes…»
Inspirando tranquilamente, me puse rápidamente a limpiarme con una
única idea en la cabeza.
Huir.
En cuanto tuviera un aspecto razonablemente respetable, me iría directa
a casa a enterrar la cabeza bajo las mantas y morirme de vergüenza en paz.

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Saqué mi teléfono y le envié una llamada gratuita a Joey porque, como de
costumbre, no tenía ningún maldito crédito y, también como de costumbre,
necesitaba que viniera a salvarme.
No respondió.
Rebuscando en mi bolso, busqué el tampón que sabía que no encontraría
porque, ¿por qué demonios iba a encontrar uno? Era como si la madre naturaleza
hubiera decidido agraciarme con tres años de dolores menstruales y vergüenza
en ese mismo momento.
Dios mío.
Gruñendo con dificultad, me agarré el estómago y me quedé quieta,
esperando encontrar algo de alivio.
No lo encontré.
También busqué el dinero que no tenía para poder comprar compresas
que no podía permitirme en la máquina del baño. Dos euros. Todo lo que
necesitaba era una patética moneda de dos euros y ni siquiera tenía eso.
Por suerte, encontré un par de bragas de repuesto, así que me hice una
compresa improvisada con toallitas de papel mientras las lágrimas corrían por
mis mejillas.
Era consciente de que no tenía por qué llorar, era perfectamente normal.
Pero estaba disgustada, avergonzada y desprevenida. Por una vez en mi vida,
deseé que las cosas me salieran bien. Estaba harta de que mi vida fuera sobre
rieles.
Necesitaba un respiro.
Me limpié la falda lo mejor que pude antes de volver a ponérmela. Luego
me quité el jersey de un tirón y me lo até a la cintura para ocultar la mancha de
vergüenza.
Tenía las piernas desnudas, los brazos descubiertos y un aspecto

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totalmente fuera de lugar para el mes de marzo. Resoplando, rebusco sin rumbo
en mi mochila y mis dedos se posan sobre la bolsa de plástico que contiene la
sudadera de Johnny. Saqué la sudadera de la bolsa de plástico, metí rápidamente
las mallas y la ropa interior en la bolsa y las enterré en el fondo de mi mochila.
Salí del baño, me acerqué al lavabo, dejé la mochila y la sudadera en el
suelo y me lavé las manos con abundante jabón, incapaz de contener las
estúpidas lágrimas que me caían por las mejillas.
―¿Estás bien? ―me preguntó una voz femenina, sobresaltándome.
Resoplando, me doy la vuelta y veo a una chica con un uniforme a juego
que sale del retrete situado al final del cuarto de baño, el que tiene el cartel de
"fuera de servicio".
Una espesa nube de humo la rodeaba, sin que la alarma de incendios del
techo la detectara. Había estado tan absorta en mi crisis personal que no me di
cuenta de que había alguien más aquí.
―Lo siento― murmuré―No sabía que había alguien más aquí.
―Sigue lloviendo a cántaros ―anuncia sacudiendo una caja de
cigarrillos―No me apetecía quedarme afuera bajo la lluvia para fumar.
Mi uniforme era lo único que tenía en común con la chica que tenía
delante. Era mucho mayor que yo y mucho más guapa. Llevaba el pelo negro
recogido en uno de esos elegantes cortes bob que lucían todas las famosas y su
rostro era perfecto.
Era alta y tenía una figura de reloj de arena, con unas tetas enormes que
sobresalían de la tela de su jersey azul marino. Se acercó a donde yo estaba y se
apoyó en el lavabo junto al mío.
―¿Por qué llorabas?
―Oh, estoy bien― me desentendí rápidamente―No ha sido nada.
―No parecía nada―musitó, con los ojos azules clavados en los

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míos―Estabas llorando como un bebé.
Me encogí de hombros, sintiendo que se me encendía la cara de
vergüenza.
―¿Un mal día?
Más bien mala vida...
Exhalé pesadamente―Podría decirse que sí.
―He tenido unos cuantos de esos―respondió.
Lo dudo, parecía demasiado perfecta para haber tenido un mal día en su
vida.
Inclinó la cabeza hacia un lado, estudiando mi cara.
―Eres la chica nueva ―Asentí con la cabeza―¿De la escuela pública?
Se me encogió el corazón, el miedo me erizó la piel. Pero me las arreglé
para asentir y permanecer impasible.
―¿Cómo te llamas?
―Um, es Shannon―respondí, con voz pequeña―Shannon Lynch.
―Shannon―El reconocimiento brilló en sus ojos, y no estaba segura de
que me gustara.
Me sentí incómoda, la rodeé, me acerqué a la calefacción y me sequé las
manos durante tres segundos antes de coger mis cosas.
―Soy Bella―anunció, apartándose del lavabo―Y eso... ―me arrebató
la sudadera de las manos―No te pertenece.
Se me cayó el corazón al suelo.
―¿Cómo conseguiste esto? ―preguntó. Su tono seguía siendo ligero,
pero su expresión era estruendosa―¿Te lo dio Johnny?
―Oh, no, lo siento― respondí tímidamente, acomodándome la mochila
sobre los hombros―La habré agarrado del perchero por error.
―No mientas― me advirtió―¿Cómo conseguiste su sudadera?
―Me la dio― susurré mientras un ligero temblor me recorría el cuerpo.

BOYS OF TOMMEN #1
Ella arqueó una ceja finamente depilada―¿Johnny te dio su sudadera?
Asentí y tragué hondo.
―¿Cuándo?
―Ayer.
Entrecerró los ojos―¿Por qué?
―Estaba lloviendo.
―¿Y qué? Es Irlanda― Se puso una mano en la cadera y me miró con
desprecio―Siempre llueve.
Me moví incómoda―Sólo estaba siendo amable.
―Johnny no es amable, y menos con desconocidos― me espetó.
Me encogí de hombros y traté de pasar a su lado, pero ella me cerró el
paso con una mano.
Me aparté.
―Espera― me ordenó, pasando la mirada de la sudadera que tenía en la
mano a mi cara―No he terminado de hablar contigo.
«Si te pega, devuélvele el golpe, Shannon, repetí mentalmente una y otra
vez el consejo de mi hermano. No eres el saco de boxeo de nadie. No dejes que
nadie te mangonee.»
―Un pajarito me dijo que él te ha estado llevado a casa en su coche.
No parecía una pregunta, así que no contesté. Había tenido suficientes
altercados con chicas como Bella como para saber que cualquier cosa que dijera
podría ser utilizada en mi contra.
Era más seguro permanecer en silencio.
―¿Sabes quién soy? ―preguntó finalmente.
―¿Sabes quién es él?
Volví a asentir.

BOYS OF TOMMEN #1
―Ahora, ¿sabes lo que eres?
―Una don nadie―dijo Bella en voz baja―No eres nadie, pequeña. No
para él. No para mí―Se acercó y tuve que obligarme a no estremecerme ―Así
que, sea cual sea el juego al que estás jugando, tienes que retirarte
porque...―Hizo una pausa para apartarme un pelo del hombro, sonriéndome
dulcemente―…cualquier pequeño drama que hayas tenido en ese cubículo del
baño se quedará corto en comparación con el infierno que te haré pasar si se te
ocurre ir tras él.
―No lo quiero― dije entrecortadamente, a punto de desmayarme.
«Y él no me quiere a mí…»
Bella echó la cabeza hacia atrás y se rió.
―Todo el mundo lo quiere―respondió finalmente, todavía riendo sin
humor―Y una advertencia: no eres nada especial. Johnny sólo es amable
contigo porque fuiste una estúpida zorrita que se metió en uno de sus
entrenamientos y le causaste un montón de problemas.
―¿Pensaste que no me había enterado de tu pequeño alboroto en el
campo aquel día? ―Arqueó una ceja―Sé todo lo que pasa por aquí.
―Fue un accidente―susurré, sintiendo que se me llenaban los ojos de
lágrimas.
―Sí, claro―se burló―Buscabas su atención y la conseguiste.
―No― murmuré―No es así.
―Por favor― siseó―Desde que apareciste aquí, no le has causado más
que problemas. ¿Peleando con Ronan McGarry? ―Arqueó una ceja―Apuesto
a que eso te encantaba, ¿verdad?
Negué con la cabeza, mortificada.

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―Espero que sepas que se porta bien contigo porque no tiene más
remedio― añadió, mirándome fijamente―Porque tu madre intentó que lo
suspendan y tiene que tener la cabeza bien limpia para la Academia.
Me quedé con la boca abierta.
―¿Creíste que yo tampoco lo sabía? ―Se rió suavemente―Lo sé todo
sobre ti. Todos tus secretitos. Todos los esqueletos de tu armario.
―Yo no... Yo no he... No es...
―Ahórratelo―soltó Bella―Tu numerito de víctima pobre no funcionará
conmigo. Te hago saber que lo que te hicieron esas chicas de ese colegio de
mierda del que vienes te parecerá un paseo por el parque en comparación con
lo que yo haga si no te apartas―Me miró con dureza antes de añadir―Estoy
siendo amable, Shannon. No seré tan amable si tengo que decírtelo otra vez.
―No tendrás que hacerlo― le dije.
Sin darle oportunidad de responder, la esquivé y salí corriendo del baño.
Tenía que largarme de aquí y rápido.
Como era la hora de comer y llovía, los pasillos estaban llenos de
estudiantes que se resguardaban del mal tiempo. Con el corazón martilleándome
rápidamente en el pecho, maniobré entre la multitud con la cabeza gacha y la
mente puesta en la salida.
Sólo había llegado a metro y medio de la puerta del baño cuando me
estrellé contra una pared de músculos.
El impacto me hizo rebotar hacia atrás y aterrizar en el suelo.
―Vaya, mierda―gruñó una voz familiar―Lo siento―Dos manos
grandes me rodearon los brazos y me levantaron―No te había visto, pequeña
Shannon―se rió Gibsie mientras me ponía de pie―¿Estás bien?
Había visto lo suficiente como para saber que dondequiera que estuviera
Gerard Gibson, Johnny Kavanagh nunca andaba muy lejos, y viceversa. Era un

BOYS OF TOMMEN #1
concepto preocupante teniendo en cuenta la guerra que acababan de declararme.
Asentí una vez e intenté esquivarlo.
El problema fue que Gibsie interceptó mi movimiento y me cerró el paso.
―Oye― me dijo, con un tono repentinamente serio―¿Estás bien? ¿Te
hiciste daño o algo?
―Estoy bien―resoplé, tratando desesperadamente de contener los
sollozos.
No lo conseguí.
En cuanto se agachó y me miró a los ojos, un sollozo enorme me recorrió
el cuerpo.
―Mierda―murmuró, mirando a su alrededor con nerviosismo―Te
hice daño.
―No, no lo hiciste. Necesito ir a casa―balbuceé, llorando como una niña
delante de él―Ahora mismo.
Era demasiado para mí.
La sangre.
Las amenazas.
El miedo.
Era demasiado y me estaba volviendo loca.
―¿Debería abrazarte?
―¿Te llevo a casa? ―Me encogí de hombros con impotencia―¿Ahora
mismo?
Moqueé como respuesta.
―Sí, eh, bueno―respondió Gibsie, con un tono lleno de confusión―Te
llevaré a casa ahora.
―¿Shannon?

BOYS OF TOMMEN #1
El sonido de mi nombre siendo gritado, seguido unos momentos después
por Johnny viniendo a pararse al lado de Gibsie, sólo confirmó mi teoría sobre
el par viajando en manada.
―¿Qué pasa? ―Preguntó Johnny, mirándome con preocupación. Se
volvió hacia Gibsie―¿Qué le hiciste?
―Nada, hombre―contestó rápidamente Gibsie, levantando las
manos―Lo juro.
―Está llorando, Gibs―gruñó Johnny, acercándose a su amigo―Está
claro que le hiciste algo.
El miedo rugió en mi interior, impulsado por la visión de Bella de pie
junto a la puerta del baño, observando nuestra interacción con expresión
sombría. Conocía bien esa mirada, venía acompañada de una promesa de dolor.
―Shannon―gruñó Johnny, volviendo su mirada hacia mí―¿Qué pasó?
―Por favor, no me hables― dije entrecortadamente antes de esquivarlo.
Los reflejos de Johnny eran mucho más rápidos que los míos, porque su
mano salió disparada y sus dedos rodearon la curva de mi codo.
―¿Shannon?
―¡No me toques! ―Siseé, con miedo, y tiré de mi brazo.
Johnny retrocedió como si lo hubiera golpeado―¿Qué te pasa?
―Johnny, amigo―intervino Gibsie, siguiéndonos―Tal vez deberías
escucharla…
―Gibsie, tal vez deberías irte a la mierda y dejarnos solos― respondió
Johnny acaloradamente―Esto es privado.
―Como quieras, Buldócer― dijo Gibsie antes de marcharse.
―Shannon, ¿qué pasa? ―Johnny repitió, toda su atención en mi cara.
―¿Es por lo que pasó anoche? Porque no necesitas...
―No―dije ahogadamente, rogándole al Señor que se apiadara de mí y

BOYS OF TOMMEN #1
que Johnny no sacara el tema de anoche en medio de la escuela―No es por lo
de anoche.
―¿Entonces qué pasa? ―preguntó―¡Háblame!
―Sólo necesito que me dejes en paz―dije con dificultad, moviéndome
para rodearlo de nuevo.
―Lo haré―Johnny volvió a agarrarme del brazo cuando intenté
esquivarle y tiró de mí antes de terminar―Cuando me digas qué demonios está
pasando...
Mi mirada se desvió hacia Bella, que me fulminaba con la mirada. Me
estremecí al ver su expresión amenazadora y Johnny se dio cuenta, giró la
cabeza y todo su cuerpo se tensó visiblemente.
―Por Dios― gruñó, pasándose una mano por el pelo en lo que parecía
una evidente frustración―¿Qué te hizo?
Negué con la cabeza―Nada.
―Shannon, dime qué te dijo―Me miró con dureza―Sé que te dijo algo.
Como no le contesté, Johnny negó con la cabeza.
―Bien― gruñó, dándome la espalda―Lo averiguaré por mí mismo.
―Espera...―agarrando por la espalda la sudadera con capucha azul
marino que llevaba sobre su uniforme, lo arrastré hacia mí ―Por favor, no le
digas nada.
―¿No decirle nada? ―Johnny me miró boquiabierto―Shannon, si ella
te está haciendo una mierda, entonces definitivamente voy a decir algo― Se
volvió para mirar a Bella―Un montón de putas cosas.
―¡No lo hizo! ―Mentí, desesperado por calmar la situación y evitar que
esto explotara―Lo juro.
―Ni se te ocurra volver a mentirme―respondió Johnny, furioso―Estás
llorando y hay una chica ahí con una venganza contra mí disparándonos

BOYS OF TOMMEN #1
puñales―Entrecerrando los ojos, dijo―Estoy haciendo cuentas, Shannon, y
dos más dos es igual a una maldita perra.
―No, te equivocas, yo sólo...―Mis palabras se interrumpieron y gruñí
mientras un dolor agudo rebotaba por mi vientre.
―Mierda―Su mano salió disparada y me agarró el codo,
estabilizándome―¿Estás bien?
―Sí―espeté, respirando por la nariz, mientras me agarraba el
costado―Estoy bien.
―Por Dios―exclamó Johnny, mirándome con expresión
horrorizada―¿Te golpeó?
―¿Qué? ¡No! ―balbuceé, con miedo.
Su mirada se ensombreció.
―¿Es ella? ¿Te ha estado dando problemas? ―Levantó la mano y me
tocó el cuello―¿Era ella?
―No me mientas, Shannon― gruñó―Odio a los mentirosos.
―¡No te estoy mintiendo!
―Entonces dime qué está pasando― exigió, pasándose una mano por el
pelo. Exhalando un gruñido frustrado, añadió―Por favor, dímelo antes de que
pierda la cabeza y me vuelva loco.
Oh, Dios…
Mortificada, le hice señas a Johnny para que se acercara y, cuando lo
hizo, me puse de puntillas y le susurré al oído.
―Me está viniendo la menstruación ―Cerré los ojos al decir esto,
pateándome mentalmente por haberle dicho esto―Es la primera―me apresuré
a decir, observandoatentamente su perfil lateral mientras lo complacía con mi
peor pesadilla―Y me duele mucho.

BOYS OF TOMMEN #1
Me balanceé sobre los talones, exhalé temblorosamente y lo miré a la
cara, esperando que se diera la vuelta y saliera corriendo. Johnny parecía
ciertamente horrorizado, y todo su cuerpo se había congelado, pero no corrió, y
la mano que tenía en mi codo tampoco se movió.
Se tensó.
Me quedé clavado en el sitio y lo miré aterrorizada mientras él me
imitaba.
―¿Vienes, Kav? ―gritó uno de sus amigos.
Johnny hizo un gesto con la mano, indicando que estaba ocupado.
―¿Johnny?
―Vete a la mierda, Feely ―gruñó―Estoy hablando aquí.
―Está bien, amigo, pero vamos a la ciudad a almorzar...
―¡Dije que estoy hablando aquí! ―Johnny gruñó―Vete a la mierda.
―Probablemente no debería habértelo dicho―terminé rápidamente,
dando un paso atrás, poniendo algo de espacio entre nosotros, con las mejillas
ardiendo de un tono escarlata poco favorecedor―Sigue con tu amigo. Estoy
bien.
―¿Eso es lo que te pasa? ―preguntó, ignorando mis palabras, los ojos
azules escudriñando los míos―¿Por eso lloras?
―Sí― susurré.
―¿Te duele mucho?
Me mordí el labio y forcé otro pequeño asentimiento.
Exhaló un suspiro―Tengo ibuprofeno en el bolso por lo del aductor―Me
miró con expresión esperanzada―¿Ayudarían?
―Dios, sí―suspiré, sintiendo que una oleada de gratitud me inundaba al
pensar en el alivio del dolor.
―Mi bolso está en los vestuarios de Educación Física― dijo, señalando

BOYS OF TOMMEN #1
la entrada―Ven conmigo.
Miré insegura hacia donde Bella seguía mirándome y debatí mi próximo
movimiento antes de decidirme a ir con Johnny. Necesitaba la medicina y él me
estaba lanzando un salvavidas al ofrecerme una escapatoria temporal.
¿Vergüenza o dolor, Shannon, vergüenza o dolor? Vergüenza, decidí, y
me puse a su paso.
―¡Puta! ―gritó Bella, lo suficientemente alto como para atraer la
atención de todos. Gemí internamente―Así es―siseó cuando mi paso
vaciló―¡Estoy hablando de ti, zorra!
―No lo hagas―le supliqué cuando sentí que se ponía rígido a mi
lado―Johnny, por favor, no hagas nada...
Johnny no me dio la oportunidad de terminar antes de darse la vuelta y
dirigirse furioso hacia donde estaba Bella.
―¡La única que puede hablar de putas eres tú!
Congelada hasta la muerte, observé su acalorada interacción, sabiendo
que era mi oportunidad perfecta para huir, pero incapaz de hacer que mis piernas
corrieran. Estaba agotada de huir, y en algún lugar profundo de mi mente, me
preguntaba si este chico era el indicado para anclarme.
Así me lo pareció cuando lo oí gritar blasfemias a una chillona Bella. Una
gran multitud se estaba reuniendo alrededor para ver, y no parecía molestar a
Johnny ni un poco.
―Déjala jodidamente en paz― vociferaba―Ella no es asunto tuyo.
―Tú eres asunto mío―le gritó Bella.
Johnny levantó las manos―Estás delirando.
―¿Supongo que me mentiste cuando me dijiste que no pasaba
nada?―gruñó ella.
―Tómatelo como quieras, Bella. Me importa un carajo lo que

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pienses―respondió él en voz alta―Sólo déjala fuera de tus maquinaciones de
mierda.
Me estaba defendiendo.
No mi hermano.
No Claire.
No Lizzie.
Ni un profesor.
No, ese chico que hacía que mi corazón se desbocara en mi pecho a cada
rato y que mi sentido común se paralizara, estaba de pie en medio del pasillo de
la escuela, defendiendo mi honor.
Anoche me había rechazado y hoy se enfrentaba a mis matones. Mi mente
daba vueltas, me sentía tan confusa.
―¿Ella, Johnny? ―siseó Bella, lanzándome una mirada mordaz―¿En
serio?
―Aléjate de ella― advirtió en tono amenazador―Si sigues insistiendo
con esto no te gustarán las consecuencias.
―¿Me estás amenazando? ―siseó―¿Qué crees que dirán al respecto tus
entrenadores en La Academia?
―¿Por qué no los llamas y lo averiguas? ―espetó antes de girar sobre
sus talones y volver acechante hacia donde yo estaba.
Su expresión era tan aterradora que sentí que me encogía.
―Vamos― ordenó Johnny cuando llegó hasta mí. Me puso una mano en
la parte baja de la espalda y me instó a caminar―Nos vamos.
Insegura, dejé que me guiara lejos de la multitud que me miraba
fijamente.
―¿Adónde vamos? ―susurré, apresurándome a seguir su ritmo.
―Lejos de aquí ―dijo apretando la mandíbula.

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―¿Por qué?
―Porque si me quedo aquí y ella te dice algo, perderé la cabeza. Y si tú
te quedas aquí y ella te dice algo, perderé la cabeza―me explicó en tono
tenso―Por lo tanto, tengo que irme…― hizo una pausa para abrir la puerta de
cristal y acompañarme fuera―…y tú tienes que venir conmigo―terminó,
guiándome hacia la lluvia.
―Sí, de acuerdo― susurré mientras me apresuraba a su lado.
Mis emociones se agolpaban en mi interior mientras él me guiaba a través
del patio.
―Me mentiste, Shannon― dijo Johnny en voz baja mientras nos dirigía
hacia la sala de educación física―Ella si te dijo algo.
―No quería causar problemas― admití.
―Esa no era tu decisión― replicó―¿También mentiste sobre que no te
había golpeado? ¿Sobre el motivo de tu dolor?
―No― balbuceé―Esa parte era verdad.
Lamentablemente…
―¿Y tu cuello?
―No era ella―fue todo lo que contesté.
Johnny guardó silencio durante un largo momento.
―No vuelvas a mentirme―dijo finalmente en tono tranquilo, mientras
me lanzaba una mirada de reojo―No puedo soportarlo.
―No lo haré―le dije, odiando la mentira mientras caía de mis labios.
Llegamos a la sala de educación física y nos apresuramos a entrar, los dos
contentos de salir de la lluvia.
Me puse detrás de él, esta zona de la escuela era más su fuerte que el mío.
Mantuve los ojos fijos en su espalda, caminando tras él. Dudé cuando entró en
el vestuario de los chicos, pero entonces me abrió la puerta y me indicó que

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entrara con una mirada expectante. Como un potrillo asustadizo, me apresuré a
entrar y me sorprendí cuando la pesada puerta se cerró tras nosotros.
Lo primero que percibí fue el penetrante olor a adolescente. El hedor a
sudor, desodorante y fluidos corporales era tan fuerte que tuve que contener las
ganas de vomitar.
No era un olor con el que no estuviera familiarizada - ¿alguien recuerda
a Joey? - pero este hedor en particular me hacía los ojos agua, intensificado por
el hecho de que unas cuarenta personas del sexo opuesto utilizaban esta
habitación en un momento dado.
Sintiéndome completamente fuera de lugar y con mis fosas nasales
completamente violadas, vi a Johnny acercarse a un banco a la derecha de la
habitación. Se sentó en el banco, sacó un bolso de debajo de las piernas y la
abrió rápidamente.
―Ven aquí―ordenó mientras rebuscaba en el interior de la bolsa,
sacando calcetines, botes de desodorante y botellas vacías de Lucozade
sport―Ven aquí, Shannon―repitió con calma.
Así que lo hice.
Caminé hacia donde él estaba.
Johnny apartó con un codazo una mochila cualquiera del banco y señaló
el espacio que había hecho―Siéntate.
Miré el banco con recelo.
Johnny sacudió la cabeza y me cogió la mano.
―Siéntate―me dijo, tirando de mí y sentándome en el banco a su lado.
Nuestros hombros se rozaron y me alejé unos centímetros, antes de
rodearme el estómago con los brazos. Era grande, fuerte y de una belleza
intimidante, me sentía muy pequeña a su lado.
Muy joven… Muy insegura… Muy rechazada…

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Me intimidaba, no porque diera miedo, no lo daba, o al menos a mí no
me daba miedo. Estoy segura de que aterrorizaba a los chicos con los que
jugaba, pero eso no era lo que pasaba aquí.
No para mí…
No, me intimidaba porque él tenía ese aspecto y yo era infinitamente
inferior. Cualquier chispa de esperanza que tenía en mi corazón se apagó. Él
nunca me miraría cuando podía tener a su disposición a alguien como Bella.
Hacían juego.
Él se veía bien con ella.
Alguien que parecía una modelo de portada. Alguien que parecía una
mujer digna de serlo y yo era una adolescente con un caso grave de lujuria.
―Por fin, joder―murmuró Johnny, sacando una caja rectangular de
ibuprofeno del bolsillo lateral de su bolso.
Sacó dos pequeños comprimidos del envoltorio de aluminio y me los
tendió. Torpemente, intenté arrebatarle las pastillas de los dedos, sin
conseguirlo. Sonrojada, lo intenté una y otra vez, fracasando estrepitosamente
hasta que conseguí quitárselas de las manos.
―Relájate― me animó, agachándose para recoger las pastillas. Vi cómo
las limpiaba en la parte delantera de su sudadera con capucha y luego me dejó
pasmada con tres palabras ―Abre la boca.
Me quedé inmóvil―Puedo hacerlo.
―Obviamente no puedes― replicó con una sonrisa socarrona―Abre la
boca.
Me quedé perpleja durante varios segundos antes de abrir la boca. Dejó
caer las dos pastillitas sobre mi lengua y me guiñó un ojo.
Metió la mano en el bolso, me acercó una botella de agua tapada y me
dijo―Bebe.

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Y lo hice.
Como un perro bien adiestrado, hice exactamente lo que me dijo.
Molesta conmigo misma por ser tan obediente, y aún más molesta por
estar enfadada con un chico que claramente estaba dedicando tiempo de su
pausa para comer en ayudarme, me tragué las pastillas y suspiré. Esperé a que
Johnny se levantara y me dijera que tenía que volver con sus amigos, pero no
lo hizo.
Se quedó sentado conmigo mientras el analgésico hacía efecto. No se
burló ni huyó. No reaccionó como la mayoría de los chicos. Tomó el control de
la situación. Allí supe que era excepcionalmente especial y que no tenía nada
que ver con sus capacidades deportivas.
También era excepcional por dentro.
―¿No vas a ir a almorzar? ―le pregunté―Estaré bien en un rato...
―Me encantaría quedarme―me interrumpió Johnny rápidamente. Se
frotó el cuello con la mano y dijo―Me gusta la paz y la tranquilidad.
Entonces, nos sentamos.
Nos sentamos y no dijimos nada, ni una sola palabra. Ahora mismo estaba
sintiendo una multitud de emociones, que iban desde la vergüenza a la
mortificación pasando por el miedo, pero con cada minuto que pasaba, me iba
calmando poco a poco.
Pasaron varios largos minutos de silencio tácito entre nosotros cuando
Johnny por fin lo rompió aclarándose la garganta.
―¿Qué tal ahora?
―No tan mal―susurré, aliviada por la rapidez con la que estaba
haciendo efecto la medicación―Ya no me siento como si me estuvieran
clavando mil cuchillos afilados.
Frunció el ceño, horrorizado, y sacudí la cabeza, molesta conmigo misma

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por haberle revelado de nuevo demasiada información.
―No sé una mierda de lo que le pasa a tu cuerpo―añadió, con las
mejillas sonrosadas―Pero espero que se vaya a la mierda pronto.
Sus palabras, tan burdas e infantiles, pero sinceras y cariñosas, hicieron
que una pequeña carcajada se abriera paso a través de mi nerviosismo.
―No creo que funcione así―respondí, obligándome a mirarle a los
ojos―Pero gracias por ayudarme.
―Tengo que decir que es la primera vez para mí― Frunció el ceño antes
de murmurar―Gracias a Dios, joder.
―Oh, Dios, lo siento― Me levanté de un salto para irme, pero me agarró
de la mano y me volvió a sentar en el banco.
―No quiero que lo sientas―dijo bruscamente―No hay nada que
lamentar. Sólo quería decir que no tengo hermanas, así que esta mierda me
resulta extraña.
―Ya lo creo― murmuré, avergonzada.
¿Me consideraba como una hermana?
Parecía que sí.
Reaccionó a mi beso como si lo hiciera ¿Me había convertido en una
hermana para él?
―Deja de pensar demasiado―me dijo Johnny en tono persuasivo,
distrayéndome de mi batalla interna―Todo está bien.
Me volví para mirarlo―¿Qué te hace pensar que pienso demasiado?
Se encogió de hombros, mirándome con esa increíble sonrisa infantil.
―¿Me equivoco?
No…
«No, claro que no. Pensar demasiado era mi especialidad…»
Maldición.

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―No puedo evitarlo―admití, sintiendo que se me calentaba la
cara―Está en mi naturaleza. Soy ansiosa de nacimiento.
―Bueno―suspiró―De lo que no tienes que preocuparte es de Bella.
En cuanto oí su nombre, empecé a preocuparme automáticamente.
Preocuparme y pensar demasiado. ¿Qué diría ahora? ¿Qué iba a hacer? ¿Me
daría una paliza la próxima vez que me viera en los baños? ¿Debía huir ya?
―Para― ordenó Johnny, interceptando mi pánico―No tienes que
preocuparte por ella―Se apoyó en la pared y juntó las manos sobre el
regazo―Si se le ocurre acercarse a ti otra vez, lo sabré y lo solucionaré.
―Ella tiene tu sudadera―solté―La lavé y la llevé al colegio para
devolvértela, pero ella... me la quitó.
―Tengo muchas más― respondió―Sólo lamento que ella te haya
echado mierda sobre mí. Eso no debería haberte pasado. Te diría que es una
psicótica, pero seguro que ya te has dado cuenta por ti misma.
―Le gustas mucho, Johnny―le dije, con la voz pequeña.
«Y a mi también...»
―Le gusto por mi estilo de vida―corrigió con un fuerte suspiro―Ni
siquiera me conoce, Shannon.
―Soy un premio para ella. Un trofeo brillante―murmuró en voz
baja―Eso es todo lo que soy para la mayoría de la gente.
―Para mí no―le dije.
Johnny me miró.
Me obligué a no apartar la mirada.
―¿No? ―En sus ojos azules brillaban la frustración y la esperanza.
―No― confirmé en voz baja.
―Bueno, es bueno saberlo― respondió, con los ojos azules clavados en

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los míos, el tono ronco.
―Siento mucho lo que hice anoche― susurré, forzándome a abordar el
elefante de la habitación.
―Shannon ―Johnny se inclinó hacia delante, apoyó los codos en los
muslos y suspiró pesadamente―No hay nada que lamentar.
―Lo hay―murmuré―No debería haberlo hecho―Sacudiendo la
cabeza, resistí el impulso de salir corriendo y opté por comportarme como una
adulta ante la situación. Cosa difícil de hacer dada mi edad y mis emociones
desenfrenadas en torno a este chico, pero lo hice―No volverá a ocurrir.
―No quiero que te arrepientas, Shannon― respondió bruscamente.
Exhalé temblorosamente―¿No?
Negó lentamente con la cabeza―No.
Y sin más, el aire cambió a nuestro alrededor.
―Probablemente debería irme―susurré, rompiendo rápidamente la
tensión. Me puse de pie antes de hacer algo estúpido, como besarlo.
«Oh, espera, ya lo había hecho…»
Ugh...
―Hay un autobús que hace mi ruta a las dos de la tarde.
«Y si llego a casa antes de las seis, no tendré que lidiar con mi papá.»
Johnny frunció el ceño―¿No vas a volver a clase?
Negué con la cabeza―No, necesito ir a casa y, eh, cambiarme.
―Sí, claro― murmuró―Por supuesto―Miró su reloj y dijo ―Son las
dos menos cuarto―antes de volver a mirarme―Yo te llevo.
Abrí la boca para negarme, pero Johnny se adelantó.
―Quiero llevarte a casa― me dijo―Necesito asegurarme de que estás
bien.
―¿Por qué?

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―Porque sí― Levantándose, Johnny cogió mi bolso y se lo echó al
hombro antes de girarse para mirarme―Déjame llevarte a casa, Shannon.
«No lo hagas, Shannon. No vuelvas a hacerlo. Y no te atrevas a hacerte
ilusiones.»
Exhalé un suspiro entrecortado―Sí, está bien.

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CAPÍTULO 51
Perdiendo El Rumbo De Mi Mismo
Shannon estaba en mi coche otra vez, hasta aquí habíamos llegado en

cuanto a no arrasar. Más valía que me pusieran una pegatina de JCB en la frente
y me encendieran los intermitentes, parecía que lo hacía mucho cuando estaba
con esta chica.
Y estaba nervioso, tanto que mi estúpido corazón podría haber sido un
firme aspirante al oro olímpico en boxeo, de tan fuerte que me latía en el pecho.
Maldita Bella.
Necesitaba tener una maldita vida y dejar de interferir en la mía.
Necesitaba dar un maldito paso atrás y dejarme ir, meterse con Shannon era
algo que no toleraría. Esperaba que hoy recibiera el mensaje alto y claro, porque
yo no me andaba con rodeos.
No cuando se trataba de la chica sentada a mi lado.
―¿Estás lo suficientemente caliente? ―Echarle la calefacción a la cara
probablemente no fue mi mejor idea, pero no sabía qué hacer.
Tenía cero experiencias con el jodido funcionamiento del cuerpo
femenino, sólo conocía las partes divertidas. Ya le había puesto la sudadera por
la cabeza y le había metido pastillas por la garganta en mi patético intento de

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ayudar.
Quería que se pusiera mejor, quería hacer lo correcto. De la forma que
ella necesitara, simplemente no sabía cómo. Cualquier cosa que necesitara de
mí, yo estaba más que dispuesto a dárselo y ese fue un pensamiento
preocupante.
«Jesucristo, me había abierto al peligro con esta chica»
―Estoy bien― respondió Shannon mientras se acomodaba en el asiento
del copiloto de mi coche.
Se sacó el pelo largo y castaño del cuello de mi sudadera y se lo puso
sobre el hombro.
―Gracias de nuevo―añadió tímidamente―Te prometo que te la
devolveré.
―De nada―Apretando la mandíbula, me obligué a mantener la vista en
la carretera y no en la forma en que su falda se ocultaba bajo el dobladillo de mi
sudadera y en lo alto que ésta subía por sus muslos desnudos cuando estaba
sentada―Quédatela.
―¿Cómo?
―La sudadera― Me aclaré la garganta y apreté el volante para no
cometer una imprudencia―Quédatela.
―¿Por qué?
Podía sentir sus ojos azules clavados en mí, sabía que la voz se me
escuchaba gruesa, no obstante, podía, y la sensación hizo que se me pusieran
los brazos de gallina.
Me encogí de hombros―Porque te queda bien.
¡Johnny, maldito imbécil!
―¿Te encuentras mejor? ―me apresuré a preguntar, y a
distraerme―¿Ayudó el ibuprofeno?

BOYS OF TOMMEN #1
La miré y reprimí un gemido.
Era tan jodidamente hermosa que resultaba doloroso, con esos grandes
ojos azules que me miraban inocentes y llenos de incertidumbre. No necesitaba
la tentación de estar tan cerca de ella, el problema era que cada vez que ella
huía, me encontraba persiguiéndola, desesperado por estar con ella.
―Estoy bien, Johnny―respondió en voz baja―Me ayudaste
mucho―Sonrió tímidamente―Otra vez.
Volví a mirar a la carretera y luché por controlar mi cuerpo.
―No hay problema―No tenía ni idea de lo que esta chica me estaba
haciendo, pero me estaba consumiendo―Cuando quieras.
―Me gusta tu música―dijo entonces Shannon, dándome una bienvenida
distracción de mis pensamientos rebeldes―Tienes buen gusto.
―Vamos― la animé cuando sus dedos se acercaron al equipo de música.
Me acerqué, cogí del panel de instrumentos el iPod que estaba conectado al
equipo de música y se lo di―Busca algo que te guste.
―¿Estás seguro? ―preguntó, con voz pequeña e insegura. Asentí y
sonreí, tratando de tranquilizarla. Debió de funcionar, porque susurró―Me
encantan todas―mientras empezaba a escuchar una canción tras otra―Tienes
un gusto increíble.
―Gracias― Me moví incómodo, sintiendo un extraño cosquilleo en la
boca del estómago―Me gusta la buena música.
Pasar incontables horas entrenando solo me dio la oportunidad de ampliar
mis gustos.
―A mí también― coincidió―Y tu música es épica.
No es que no estuviera acostumbrado a recibir cumplidos, sólo que
normalmente giraban en torno al rugby. Estaba claro que a Shannon no le
impresionaba mi desempeño, era a la vez un alivio y una preocupación.

BOYS OF TOMMEN #1
No sabía cómo manejarlo.
Me estaba confundiendo.
―No te habría tomado por una fan de los Beatles― reflexionó Shannon,
deteniéndose en un viejo número―Here Comes The Sun―preguntó, arqueando
una ceja―¿Te gusta ésta?
―Es mi favorita―le dije, con las palmas de las manos sudorosas bajo su
mirada.
―La mía igual―dijo en voz baja―Mi bisabuela Murphy solía cantarme
esto cuando era pequeña.
La miré―¿Sí?
Shannon asintió en señal de confirmación―Sí, siempre que me asustaba
o me ponía nerviosa, me sentaba en su regazo y me cantaba esa letra al
oído―Suspiró contenta―Y siempre funcionaba.
Por alguna razón desconocida, tomé nota mental de ese dato y lo guardé
para tenerlo en cuenta en el futuro.
Shannon se quedó en silencio, claramente inmersa en la canción.
Mientras tanto, yo agarraba el volante con fuerza, tratando desesperadamente
de concentrarme en la carretera y no en la chica que estaba sentada a mi lado,
arruinando mis planes.
―¿Tienes un iPod? ―le pregunté cuando me detuve frente a su casa, esta
vez su casa de verdad.
Me estaba entreteniendo, no quería que se bajara del coche.
La punzada de decepción que sentí cuando llegamos a nuestro destino era
la misma que me consumía cada vez que ella se iba, y eso era increíblemente
desconcertante.
―¿Podría ponerle algo de mi música? ―le ofrecí―¿Si quieres?
―¿Yo? ―Shannon se sonrojó de color rosa brillante y negó con la

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cabeza―Uh, no, yo nunca podría permitirme uno de esos― Se desabrochó el
cinturón―Uso un viejo CD discman de Joey para escuchar música.
Asentí despreocupadamente mientras mentalmente me daba una paliza
por ser tan tonto.
―¿Te gustan los clásicos? ―solté, sintiendo pánico cuando se acercó a
la manilla de la puerta.
―Sí―respondió, volviéndose hacia mí con los ojos brillantes de
emoción―¿Y a ti?
―Me gustan muchas cosas― le dije.
«Especialmente, tú…»
―¿Muévete ahora, cariño?
Levanté las cejas―¿Cómo dices?
―Shake it off baby― Shannon me miró inocente y tierna―¿Te gusta?
Tardé unos segundos en darme cuenta de que no me estaba llamando
cariño y que se refería a una canción.
―Querrás decir Twist and Shout―corregí bruscamente―Sí, esa es
buena.
―¿Te gusta Reckless Kelly? ―preguntó entonces.
Negué con la cabeza―Creo que nunca he oído hablar de ellos.
―Sacaron una canción nueva que se llama Wicked Twisted Road―me
explicó―¿Seguro que no la has escuchado?
El corazón se me paró en el pecho.
Esa canción del pub.
La que me jodió la cabeza.
Jesús...
―Deberías―continuó diciendo Shannon―Escucharla, quiero
decir―Sus mejillas se sonrosaron cuando dijo ―Me recuerda a ti.

BOYS OF TOMMEN #1
Aturdido.
Esta chica me puso de los nervios.
En parte porque me había identificado con la letra de la canción, pero
sobre todo porque ella también me había relacionado con la letra de la canción.
Sus labios rojos y sus mejillas sonrosadas eran jodidamente hermosos y
tuve que tomarme un momento antes de poder formar una frase coherente y no
sonar como un jodido imbécil.
―Lo haré― fue todo lo que se me ocurrió.
―Bueno, gracias por ayudarme― susurró. Su mirada pasó de mis ojos a
mi boca varias veces antes de inclinarse y presionar sus labios contra mi
mejilla―Otra vez.
Fue el beso más pequeño, breve, no el más sexy, pero había salido de sus
labios y eso lo cambió todo. Igual que la noche anterior lo había cambiado todo.
Profundizó todo lo que había estado intentando negar desesperadamente, las
señales de las que me había estado escondiendo. Se dispararon como carteles
de neón en los lados de los edificios, esta chica me había desquiciado.
Aturdido, no pude hacer otra cosa que mirarla fijamente y murmurar las
palabras.
―De nada.
Con las mejillas enrojecidas, Shannon empujó la puerta del coche y se
dispuso a salir.
―¡Espera! ―exclamé con pesar, alargando una mano para agarrarla por
la muñeca.
Shannon me miró con los ojos muy abiertos.
«Suéltala, imbécil, deja que se vaya. No puedes hacer nada por ella.»
―Toma...―Metí la mano en la guantera, saqué un estuche de cuero y
hojeé rápidamente un montón de CD mixtos, deteniéndome cuando encontré el

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que quería―Escucha la pista nueve―Prácticamente le empujé el CD en la
mano y me encogí de hombros―Me recuerda a ti.
―Oh, bueno― contestó, sujetando el CD con cuidado―Lo escucharé.
―Bien.
―Gracias.
―De nada.
―Adiós, Johnny―susurró antes de cerrar rápidamente la puerta y
alejarse a toda prisa.
―Adiós, Shannon―respondí bruscamente, observando todos sus
movimientos mientras se alejaba de mí.
Problemas.
Estaba metido en un buen lío.
Conduje todo el camino a casa en piloto automático con mi cerebro

tambaleándose, mis hormonas alborotadas y la vida dándome un pequeño giro
inesperado. Estaba tan absorto en mis pensamientos que no me di cuenta de que
su mochila seguía en el coche hasta que aparqué en mi plaza habitual.
Gruñendo, apoyé la cabeza en el volante y recé por una intervención. La
necesitaba, porque esta chica iba a arruinarme.
Media hora más tarde, me encontraba ante la puerta de Shannon con las
palmas de las manos sudorosas y el corazón acelerado ¿Qué demonios estaba
haciendo aquí? Esto era una locura.
«Deja la mochila en el suelo y vete a la mierda, me ordenó mi parte más
sensata.»
Pero, por supuesto, no hice caso.
No, porque tuve que llamar a la puerta.

BOYS OF TOMMEN #1
Al otro lado de la puerta se oyó un ruido de pasos en la escalera, seguido
de una llave que giraba en la cerradura, y entonces apareció ella, de pie frente a
mí, anulando cualquier idea de marcharme.
―Hola, Johnny―dijo Shannon, mirándome fijamente con los ojos muy
abiertos y dejándome sin respiración―Volviste.
Sí, había vuelto.
Como un puto mal olor que parecía seguirla a todas partes.
―Sí, volví― Sacudiendo la cabeza, me saqué su bolso del hombro yse lo
tendí―Volviste a olvidar esto en mi coche.
―Lo siento mucho―Se sonrojó con el rosado más adorable―¿Estuviste
llamando mucho tiempo? ―Agarró su bolso y lo metió en la casa ―Estaba en
la ducha.
Sí, me di cuenta.
Llevaba el pelo largo suelto, rizos húmedos que le caían por el cuerpo,
vestía un chaleco blanco y un pantalón corto de pijama más pequeño que había
visto en mi vida y lo único que mi cerebro podía registrar era piel desnuda,
demasiada piel desnuda.
―No lo sientas―dije bruscamente, intentando concentrarme en mis
palabras y no en mis pensamientos rebeldes―Y no, acabo de llegar.
―Bueno, gracias por traérmela de vuelta― dijo Shannon, arrastrando mi
atención de nuevo a su cara―Ni siquiera me había dado cuenta. Habría entrado
en un gran pánico por la mañana.
―De nuevo, no es molestia―respondí y luego procedí a mirarla
fijamente como un maldito idiota.
Bueno, esto no era incómodo en absoluto.
«Mueve los pies, Johnny y deja a la chica en paz.»
―¿Tienes entrenamiento esta tarde? ―preguntó.

BOYS OF TOMMEN #1
Sí.
―No.
―¿Quieres entrar? ―me ofreció nerviosa.
Levanté las cejas―¿Entrar?
Se mordió el labio inferior y se encogió de hombros. Parecía insegura,
como si no debiera invitarme a su casa.
―¿Quieres que entre? ―pregunté frunciendo el ceño.
Ella asintió tímidamente y abrió la puerta hacia dentro―¿Si tú quieres?
«No lo hagas, muchacho, me advirtió mi cerebro, no te pongas en el
camino de la tentación.»
En contra de mi buen juicio, entré. Metiéndome las manos en los
bolsillos, vi cómo Shannon volvía a cerrar la puerta rápidamente. Centré mi
atención en ella y no en el deteriorado entorno.
La casa estaba ordenada, pero las paredes necesitaban un enyesado y una
pintada.
―No habrá nadie en casa hasta la noche― anunció mientras me conducía
por el corto pasillo hasta la cocina.
No era una buena información. Nada buena.
―¿Quieres una lata de Coca-Cola? ―Abrió la nevera, sacó dos latas y
sonrió―Joey es adicto y siempre compra la de marca auténtica.
Me tendió una lata y negué con la cabeza.
―No puedo beber eso― respondí, y entonces me sentí como un idiota
cuando se le borró la sonrisa.
―Oh.
―Quiero…―le aseguré rápidamente―Pero estoy entrenando.
―Ah, sí―murmuró, volviendo a colocar una de las latas en la
nevera―Me había olvidado de lo del rugby.

BOYS OF TOMMEN #1
Contuve una sonrisa―Sí, lo del rugby.
Me miró fijamente, tan insegura como yo―¿Quieres subir a mi
habitación?
Mis cejas se dispararon, al igual que el repentino aumento de mi ritmo
cardíaco.
―¿Tu habitación?
Sonrojada, se recogió el pelo detrás de la oreja y se apresuró a decir.
―Esque normalmente no me quedo aquí abajo... Quiero decir que sí, pero
no... porque...―Su voz se quebró y suspiró pesadamente―No importa, es una
estupidez...
―De acuerdo.
Sus ojos se abrieron de par en par―¿Enserio?
Asentí con la cabeza
―Adelántate.
Esperé a que Shannon se diera la vuelta para golpearme la frente con el
talón de la mano. Era tan jodidamente estúpido, esto era peor que entrar.
Esto estaba mal.
Sabía que lo estaba.
Y, aun así, la seguí por una estrecha escalera, esquivando Legos
extraviados y pisando juguetes infantiles en el ascenso.
La habitación a la que Shannon me condujo en la parte delantera de la
casa era un cuarto destinado a un trastero diminuto. Me rodeó, lo que no era
fácil en un espacio tan pequeño, y giró la cerradura de la puerta antes de dar los
cuatro pasos que había que dar para llegar a su cama.
Mientras tanto, yo me quedé de pie como un inútil en su minúsculo
dormitorio, sin saber qué demonios se suponía que tenía que hacer ahora.
La cama individual pegada al otro extremo de la habitación ocupaba todo

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el ancho de la pared. Junto a ella había una mesilla de noche, una cómoda
pegada a la pared opuesta y no mucho más.
―Es una casa pequeña para una familia de ocho―reconoció Shannon en
voz baja, al darse cuenta de que la miraba fijamente. Dejó la Coca-Cola en la
mesilla de noche y se encogió de hombros―Soy la única chica, así que me toca
la habitación del trastero.
―Es una buena habitación― respondí mientras me acercaba a su cama y
me sentaba.
Ya estaba en la zona de peligro, más me valía estar cómodo.
―No mientas― dijo con una sonrisa triste―Es una pocilga.
―No― la corregí―Es bonito.
Eché un vistazo a su pequeño dormitorio pintado de morado en busca de
un televisor y no encontré nada.
No tenía.
Tampoco tenía equipo de música, pero tenía libros. Muchos.
―No estabas bromeando cuando dijiste que te gustaba leer― reflexioné,
observando varias pilas de libros cuidadosamente apilados en el suelo de su
habitación, bajo el marco de la ventana. Me volví hacia ella y sonreí―¿Eres
una pequeña nerd, Shannon Lynch?
―Créeme, ojalá pudiera llamarme a mí misma pequeña nerd― respondió
con una mueca―Me encanta leer, pero no soy académicamente inteligente.
Fruncí el ceño mirándola con incredulidad―Mentira.
―No, la verdad es que no lo soy―contestó negando con la
cabeza―Tengo que esforzarme mucho para estar al día en mis clases, y la
mayoría son asignaturas de nivel ordinario.
―¿Qué asignaturas te dan más problemas? ―pregunté, relajándome en
la conversación.

BOYS OF TOMMEN #1
Esto podía manejarlo, aprender más sobre ella alimentaba a la bestia y
distraía a la otra bestia.
―Negocios― contestó Shannon, frunciendo la nariz ante la idea―Y
Matemáticas… soy terrible con los números.
―Esas son mis mejores asignaturas―reflexioné, rascándome la
mandíbula―Estoy estudiando Empresariales y Contabilidad para el examen de
fin de carrera del año que viene.
―¿Qué más vas a estudiar? ―me preguntó, sonando realmente
interesada
―Irlandés, inglés, matemáticas, contabilidad, empresariales...―Me
moví hasta que mi espalda apoyé la espalda en la pared antes de
continuar―Historia y francés.
―¿Por qué francés?
«Porque hay muchas probabilidades de que me mude allí cuando acabe
los estudios.»
―Necesito un idioma para la universidad― dije en su lugar―El francés
me venía bien.
―¿De nivel superior17? ―preguntó Shannon, impresionada.
Asentí con lacabeza.
―¿En serio? ―Sus ojos se abrieron de par en par―¿Cuáles?
―Todas.
―¿Por qué no me sorprende? ―bromeó Shannon mientras metía las
piernas debajo de ella y se sentaba frente a mí―Y tú me llamaste nerd a mí.
―La escuela nunca ha sido un problema para mí― admití frunciendo el
ceño.
―Qué suerte tienes― susurró―Yo apenas pasé la preparatoria.
17
Esto se refiere a las materias que tiene buenas notas.

BOYS OF TOMMEN #1
―Puedo echarte una mano― me oí ofrecer sin pensarlo.
―¿Qué? ¿Ahora? ―chilló.
―O después―Me encogí de hombros, fingiendo indiferencia―Cuando
quieras.
―¿Es algo que haces? ―preguntó Shannon, mirándome con sus ojos
grandes e inseguros―¿Das clases particulares a otros alumnos?
«Yo te daría clases…»
―Tienes tu examen junior en junio, ¿verdad? ―le pregunté.
Shannon asintió.
―Yo lo he aprobé―le expliqué, tratando desesperadamente de mantener
un tono inexpresivo y ligero―Si necesitas que alguien te ayude con los
ejercicios, dímelo.
―¿Harías eso por mí? ―preguntó con voz suave.
«Haría casi cualquier cosa por ti…»
―Sí― respondí, incapaz de evitar la aspereza en mi tono―Lo haría.
―Pero estás muy ocupado.
―No importa.
―¿Por qué siempre intentas ayudarme, Johnny? ―susurró, con sus ojos
azules quemándome por dentro.
Ahí estaba la pregunta del millón.
Y no tenía ni puta idea de cómo responderla.
―Porque quiero―dije finalmente, decidiéndome por la verdad―Quiero
ayudarte, Shannon.
―¿Quieres? ―preguntó ella.
―Sí, quiero― Arrancando mi mirada de ella antes de que hiciera algo
estúpido, me moví para ponerme cómodo en su cama de culo diminuto y le
dije―Ahora, ve a buscar tus libros y puedes mostrarme que te resulta difícil.

BOYS OF TOMMEN #1
―Sí, está bien― contestó Shannon mientras se levantaba de la cama y
corría hacia la puerta―¿Estás seguro? ―se detuvo en la puerta para
preguntarme.
No.
―Siempre estoy seguro, Shannon.
Sonriendo, asintió con la cabeza y se apresuró a bajar las escaleras para
coger su bolso.
―Mierda―Saqué mi teléfono del bolsillo y escribí un mensaje rápido de
SOS a Gibsie, pero lo borré antes de enviarlo.
Exhalando un suspiro de frustración, escribí otro mensaje, éste a Jason,
haciéndole saber que no llegaría a la sesión de hidro piscina de esta tarde y luego
apagué rápidamente el teléfono antes de que pudiera llamarme para soltarme
una retahíla de improperios.
Ya sabía que lo estaba haciendo mal, me había perdido la sesión de ayer
y dos más un par de semanas atrás.
Por su culpa.
Porque cuando ella saltaba, yo salía disparado tras ella. No necesitaba que
mi entrenador me dijera algo que ya sabía. Me decía que tenía que volver a
concentrarme. Me gritaba y me decía que me centrara en mi futuro, en la
próxima prueba de aptitud física que necesitaba aprobar más que respirar. El
problema era que no podía concentrarme, porque mi cabeza se había ido.
Se había ido a la mierda.
Perdida dentro de la chica en cuya habitación estaba sentado.
Estaba guardando el móvil en el bolsillo de los pantalones del colegio
cuando Shannon volvió con su bolso.
―Creo que negocios no sería tan difícil si pudiera manejar la parte
matemática―dijo en un tono ligeramente jadeante mientras arrastraba su bolso

BOYS OF TOMMEN #1
hasta la cama.
La dejó caer al suelo, corrió hacia la puerta y la cerró rápidamente antes
de volver a colocarse en la cama, con las piernas cruzadas y de cara a mí.
―En mi antiguo colegio me costaba concentrarme―añadió mientras
rebuscaba en su bolso―Me las arreglaba para seguir el ritmo de las clases de
lengua, pero dejaba de lado las matemáticas.
Ya lo sabía.
Lo había leído todo en su expediente.
―Es comprensible― le dije, asintiendo.
Shannon me miró con expresión recelosa― ¿Por qué es comprensible?
Mierda.
Joder.
―Porque tienes que cursar un número absurdo de asignaturas para la
prueba junior― dije disimuladamente. Encogiéndome de hombros, añadí ―No
se te pueden dar bien todas.
―Apuesto a que sí― contestó ella, volviendo a centrar su atención en su
mochila, con el desastre evitado. Sacó su libro de Matemáticas y lo dejó caer
sobre la cama, entre los dos―Déjame adivinar, ¿también aprobaste todas las
asignaturas en nivel superior para tu examen junior?
―Dame ese libro― refunfuñé, avergonzado.
―¿Todos sobresalientes? ―bromeó.
―No― respondí, hojeando las páginas de su libro de texto―Saqué un
aprobado en ciencias de nivel ordinario―le dije y luego suspiré antes de
admitió―El resto fueron sobresalientes de nivel superior.
―¿En serio?
Asentí, sintiéndome acalorado e incómodo―¿Eres buena?
Me limité asonreír.

BOYS OF TOMMEN #1
―Bueno, saqué mi único sobresaliente en ciencias― reflexionó―Es mi
única asignatura de nivel superior.
―Bueno, me quito el sombrero ante ti―murmuré―Porque detesto
ciencias, joder.
―Para― se rió entre dientes―Ciencias no es tan malo.
Arqueé una ceja―Oh, ¿cómo tampoco lo son las matemáticas?
Hizo una mueca―Bueno, es cierto.
―Vamos― dije con una sonrisa burlona, volviendo a centrar mi
atención en el libro que tenía en las manos―Saca tu cuaderno y te enseñaré.
―¿Me enseñarás? ―Ella se rió y Cristo, era un sonido encantador.
Shannon no se reía mucho.
Me devané los sesos pensando en otras cosas que podría hacer para repetir
ese sonido. Tenía un montón de ideas, ideas terribles, horribles.
Concéntrate, Kavanagh...
Así lo hice.
Durante la hora siguiente, más o menos, repasé su trabajo con ella,
observando atentamente cómo intentaba cada problema. No bromeaba cuando
decía que le costaban las matemáticas. Shannon tenía serios problemas con la
asignatura.
Al verla, me entraron ganas de meterme de lleno en la tarea, que era
exactamente lo que parecía estar haciendo mientras me tumbaba de lado, con
mis largas piernas colgando de su cama, desmenuzando todas las sumas,
ecuaciones, fracciones y porcentajes que se nos presentaban.
Uno de sus mayores problemas era que no sabía utilizar la calculadora
con eficacia. Rápidamente descubrí que no tenía ni idea de Sin, Cos y Tan.
Fingía que sabía lo que hacía, cuando era evidente que no lo sabía.
Cuando por fin cedió, me tiró la calculadora al regazo y admitió que no

BOYS OF TOMMEN #1
tenía ni la más remota idea de lo que estaba haciendo, acabé pasando otros
cuarenta y cinco minutos repasando con ella los métodos básicos.
Cuando por fin empezó a resolver los problemas sin que yo estuviera
encima de su cuaderno con una goma de borrar, sentí como si me hubiera
anotado un maldito gol, estaba tan orgulloso de ella.
Era ridícula la satisfacción genuina que sentía cuando esos grandes ojos
azules se iluminaban cuando ella resolvía un problema. Justo cuando empezaba
a pensar que Gibsie tenía razón y que yo podía hacer esto de ser amigos, me
enfrenté a mi propio problema.
Tontamente, dejé que mis ojos se desviaran del cuaderno en el que
Shannon estaba garabateando furiosamente y los dirigí hacia su cuerpo.
Seguía sentada con las piernas cruzadas y de cara a mí, pero estaba
inclinada hacia delante, trabajando duro en una suma, lo que hizo que la
camiseta de tirantes que llevaba se cayera, dándome una gloriosa vista de sus
tetas sin sujetador.
«Dios santo, me encantaban las tetas...»
Y las tetas de esta chica eran aún más atractivas. Eran pequeñas y firmes,
con pezones sonrosados. Era jodidamente hermosa.
Se me puso dura al instante.
―¿Estás bien? ―Shannon preguntó, colocando su pequeña mano en mi
antebrazo.
―¿Eh? ―Dirigí mi mirada a su cara, totalmente jodido.
―¿Estás bien? ―repitió, con los ojos azules clavados en los míos y
expresión inocente.
Yo estaba lo más lejos que una persona podía estar de bien. Pero por su
bien, asentí con la cabeza y dije ―Sí, es que, tengo un poco de hambre.
¿Qué carajo, Johnny?

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―¿Puedo traerte algo? ―preguntó rápidamente―¿Qué te gustaría
comer?
«A ti… Me gustaría comerte, Shannon.»
―Probablemente deberíamos pensar en terminar con esto―dije
bruscamente ―Se está haciendo tarde.
Hice un gran esfuerzo para comprobar mi reloj sólo para fruncir el ceño
cuando me di cuenta de que en realidad se estaba haciendo tarde.
―Mierda― murmuré―Son las seis y media.
¿Habíamos estado en su habitación durante cuatro horas? ¿Dónde
demonios se habían metido el tiempo? Nunca me perdí una comida y ni siquiera
tenía hambre. No podía recordar la última vez que pasé cuatro horas sentado,
porque, de hecho, no había pasado, hasta ahora.
«Jesús, esta chica me estaba haciendo perder la noción de todo.»
―Sí, claro, por supuesto―murmuró Shannon, tropezándose con las
palabras de esa forma adorable que tenía cuando se ponía nerviosa.
«No te preocupes, nena, pensé, yo también me siento nervioso.»
―Te agradezco mucho que me hayas ayudado―añadió, cerrando los
libros y metiéndolos de nuevo en la mochila―Me ayudaste mucho―Exhaló un
suspiro antes de añadir ―Otra vez.
―Podemos hacerlo otro día― le ofrecí―¿Si quieres?
Se le iluminó la cara y se acercó más a mí―¿De verdad?
Asentí lentamente y resistí el impulso de acercarme y tocarla.
―¿No te importaría? ― preguntó Shannon, con los ojos muy abiertos,
mientras se acercaba tímidamente hasta que sus rodillas tocaron mi muslo
izquierdo.
―No, Shannon―Sin conseguirlo, me acerqué y le pasé un mechón de
pelo por detrás de la oreja―No me importaría.

BOYS OF TOMMEN #1
Basta, Johnny. ¡Basta ya!
Lo intenté.
De verdad, honestamente, traté de hacer que mi cuerpo saliera de su
cama, pero ella estaba allí, estaba jodidamente allí, y no pude encontrar una
pizca de determinación dentro de mí. Me quedé allí sentado, sabiendo lo que se
avecinaba, sabiendo que era lo peor que podía permitir que pasara, y aun así
deseándolo más que mi próximo aliento.
―Tal vez en la biblioteca la próxima vez― finalmente encontré las
palabras para decir―O en la escuela.
Su pequeña cara en forma de corazón asintió de arriba abajo.
―De acuerdo.
―Porque no debería estar aquí― añadí débilmente―En tu habitación.
―Lo sé― respondió ella, con voz pequeña e insegura.
―Es que...―Tragué saliva―Probablemente debería irme a casa ahora.
―¿Johnny? ―susurró.
―¿Sí?
―Hola―respiró, acercándose.
―Hola―balbuceé, apretando su edredón con tanta fuerza que estaba
seguro de que iba a rasgar la tela.
―¿Johnny? ―Shannon susurró de nuevo.
―¿Sí?
―Ahora voy a abrazarte ―Ella enganchó su pierna sobre la mía―¿Te
parece bien?
«No lo hagas. Nunca olvidarás a esta chica…»
―Sí― exhalé un suspiro entrecortado, sintiendo mi corazón chocar
contra mi caja torácica, mientras ella se cernía sobre mí―Está bien.
―Gracias por lo de hoy―me susurró al oído mientras se sentaba a

BOYS OF TOMMEN #1
horcajadas sobre mí.
―De nada―respondí ásperamente, aferrándome a mi autocontrol por
todos mis medios.
«No le pongas las manos encima.»
Demasiado tarde.
Mis manos se movieron por sí solas, saliendo disparadas para sujetar sus
caderas. La sensación de tenerla encima de mí era demasiado.
Era demasiado.
―Debería irme― gemí, mientras la arrastraba sobre mi regazo, incapaz
de contenerme de empujar hacia arriba.
A la mierda el dolor en mi ingle, estaba ardiendo por esta chica.
Shannon me rodeó los hombros con los brazos y balanceó las caderas
sobre mí en el mejor y más jodido abrazo que jamás había recibido.
―No quiero que te vayas― gimió, de hecho, gimió en mi oído.
Gimiendo, me eché hacia delante y tiré de ella con fuerza contra mí,
abrazándola y meciéndome sobre ella, y perdiendo la cabeza en ella.
«Estás jugando con fuego… Esta chica te va a arruinar.»
Mierda.
―Debería irme―seguí diciéndole mientras enterraba la cara en su
precioso cuello y rezaba para que la intervención divina me detuviera antes de
que le quitara algo que no pudiera devolverle. Antes de que ella me quitara algo
que nunca podría recuperar, porque nunca había sentido tanto por nadie. Y fue
con ese conocimiento que supe que nunca podría ser egoísta con ella.
―Shannon, realmente necesito ir a casa ahora―le dije, tono grueso y
grave―De verdad.
―Oh... por supuesto. Lo siento mucho―susurró mientras se bajaba de
mi regazo―¿Si eso es lo que quieres? ―añadió, retirándose a la esquina más

BOYS OF TOMMEN #1
alejada de su cama.
No.
No, eso no era lo que yo quería. Pero era lo correcto.
Maldita sea.
Con un autocontrol que no sabía que poseía, me bajé de la cama y me
puse de pie. Dándole la espalda a Shannon, me acerqué a su ventana y fingí
mirar hacia fuera, mientras me recolocaba discretamente el enorme puto
problema que tenía en los pantalones. Sabía que probablemente estaba
asustando a Shannon al quedarme así, pero no podía irme hasta que me hubiera
calmado.
Estaba dolorido y cachondo, era una combinación terrible.
Inhalando varias veces para calmarme, cerré los ojos y me esforcé por
controlarme, y pensé en todas las cosas poco sensuales imaginables, desde mi
abuela muerta, que Dios bendiga su alma, hasta Gibsie travesti.
Cuando Shannon volvió a hablar, ya me había calmado
―¿Johnny? ― dijo en voz baja desde su posición en la cama―Lo siento.
―No lo sientas― respondí, con tono grueso y ronco, confiado en que no
la traumatizaría cuando me diera la vuelta―No pasa nada. Yo sólo... me voy a
casa ahora.
―De acuerdo―Ella asintió tímidamente y se bajó de la cama―Te
acompaño.
Me mantuve alejado de su cuerpo mientras la seguía, sabiendo que si no
lo hacía había una buena posibilidad de que la llevara de nuevo a ese dormitorio
y lo estropeara sin remedio.
Como cada vez que me alejaba de esta chica, cuanto más cerca estaba de
irme, más deprimido me sentía.
―Entonces, ¿supongo que te veré mañana? ―Shannon dijo cuando salí.

BOYS OF TOMMEN #1
―Sí― Metiéndome la mano en el bolsillo, saqué las llaves del
coche―Seguro que sí.
―Gracias de nuevo por lo de hoy.
―Gracias por enseñarme tu habitación―contesté, retorciéndome
internamente por el estúpido comentario.
―Oh, no hay problema. Puedes verlo cuando quieras―contestó Shannon
sonriendo.
Yo sonreí ante su metedura de pata verbal.
―Oh, Dios―Se tapó la boca con una mano, con los ojos
desorbitados―Yo no...
―Relájate― me reí entre dientes―Sé lo que querías decir.
Entonces di un paso adelante, porque era un bastardo masoquista
aficionado a torturarme, le di un beso en la mejilla―Adiós, Shannon.
―Adiós, Johnny― susurró ella, temblando en el umbral.
Entonces me di la vuelta y caminé directamente hacia mi coche, sin
atreverme a volver a mirarla.
Masoquista o no, si me volvía y miraba de nuevo aquellos ojos azul
noche, iba a acabar ahogado en ellos.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 52
Brusco Despertar
―¿Qué haces levantada? ―gritó papá cuando entré en la sala de estar

más tarde esa noche para coger mi teléfono que había olvidado tontamente en
el sofá cuando estaba haciendo una limpieza de emergencia después de que
Johnny se fuera.
―Dejé el teléfono aquí abajo―le expliqué rápidamente.
Había estado tan distraída con Johnny que tuve que hacer todas mis tareas
en un tiempo récord.
―Entonces cógelo y vete― ordenó papá―El United está jugando.
No era propio de mí dejar cosas tiradas por la casa, pero tenía la cabeza
en las nubes.
Nube Johnny, para ser precisos.
Sabía que había jugado una peligrosa partida de ruleta rusa al llevar a
Johnny a mi habitación esta tarde. Si mi padre hubiera llegado a casa, me habría
matado. El problema era que, si se presentaba la oportunidad, sabía que volvería
a hacerlo. Tenerlo así en mi espacio, aunque sólo fuera un ratito, era maravilloso.
Era íntimo.

BOYS OF TOMMEN #1
Y me sentía segura.
Como si nada pudiera tocarme cuando él estaba cerca. En cierto modo,
creo que lo hice a propósito. Como si esperara que mi padre volviera a casa para
ver al chico enorme que sabía que no dejaría que me hiciera daño.
Era un pensamiento loco y me estaba volviendo loca. Pensar en Johnny
sentado en mi cama, ofreciéndose a darme clases, hizo que mi corazón golpeara
contra mi caja torácica.
Él era tan inteligente.
De verdad, era increíblemente inteligente, paciente y un millón de cosas
increíbles.
Cuando se marchó, me pasé el resto de la tarde con una sobrecarga
emocional, pensando en lo imprudente que había sido. No tenía ni idea de lo
que estaba pensando cuando me subí así a su regazo, pero no me importó porque
Johnny me devolvió el abrazo. Me estrechó contra su cuerpo y me abrazó tan
fuerte que aún temblaba por el contacto. Y luego me dio un beso de despedida.
De acuerdo, fue en la mejilla, pero, aun así. Sus labios habían tocado mi
cuerpo sin ninguna razón. Ahora ni siquiera me importaba Bella.
Al menos no esta noche.
Era difícil pensar en lo negativo cuando me acababa de pasar algo tan
increíblemente positivo. Entendía que él no me viera como yo lo veía a él, y
entendía que esto nunca llegaría a ser nada más que amigos, pero no me
importaba porque él parecía seguir a mi lado.
Parecía decidido a ayudarme.
No estaba segura de lo que estaba pasando, pero fuera lo que fuera, no
quería que se detuviera.
Me alegraba de ser su amiga.
Sólo quería mantenerlo en mi vida. De cualquier manera, que pudiera.

BOYS OF TOMMEN #1
«Quería que se quedara...»
―¿Estás sorda? ―la voz arrastrada de mi padre penetró en mis
pensamientos, devolviéndome a la realidad con un golpe deprimente.
―¿Eh?
―Dije que te quites de en medio, maldita sea― gritó papá, lanzándome
elmando a distancia―¡No puedo ver el partido contigo ahí enfrente!
El mando golpeó mi cadera y cayó al suelo, haciendo que las pilas
salieran volando y rodaran bajo el sofá.
―Lo siento―me apresuré a apartarme de su camino de la televisión y
rápidamente me apresuré a recuperar las pilas y ponerlas de nuevo en el mando
a distancia para él.
―¿Por qué te pones así? ―preguntó entonces papá, mirándome con
oscura desconfianza.
Exhalando lentamente, dejé el mando en la mesita y cogí el móvil antes
de girarme para mirarlo.
―¿Así cómo, papá?
―Actuando de forma extraña―me acusó, mirándome
fijamente―Sonriendo de la nada.
Me encogí de hombros, sin saber qué responder.
―¿Qué está pasando? ―gruñó, observándome como un halcón, con sus
ojos marrones duros e inflexibles.
―No pasa nada― respondí en voz baja.
Empujó su sillón hacia abajo y se levantó. El movimiento provocó un
tsunami de terror que inundó mi cuerpo y me escabullí hacia atrás.
―Dame eso― me indicó tendiéndome una mano.
Levanté las cejas―¿Mi teléfono?
―Sí, tu teléfono― se burló―Dámelo.

BOYS OF TOMMEN #1
Temblando, me acerqué a él y se lo puse en la palma de la mano.
Inmediatamente, empezó a hojear mis mensajes y mi lista de llamadas.
No entendí por qué, teniendo en cuenta que se balanceaba tanto que
dudaba que pudiera leer en su estado. Pero no me atreví a moverme, sabiendo
que, si me iba, esto podría volverse turbio.
―¿Dónde está su número? ―preguntó agarrando mi teléfono con su
enorme mano.
―¿El número de quién, papá? ―balbuceé.
―El chico que anda rondándote― gruñó―El pez gordo de los
periódicos.
Se me encogió el corazón―¿Qué?
Su mirada pasó de mi teléfono a mí.
―Fran, la vecina, dijo que vio a un chico de tu escuela conduciendo por
aquí― espetó―Dijo que lo vio dejarte en casa hoy―Volvió a centrar su
atención en mi teléfono―¿Dónde está su número? ¿Dónde están sus mensajes?
¿Con quién demonios estás saliendo? ¿Es él? ¿Ese niñato del rugby? ¿El
estúpido de Kavanagh?
¡Maldita sea, Señora Fran!
―Nadie, papá― mentí entre dientes―Hoy estuve enferma en la escuela
y Claire y su hermano Hughie me trajeron a casa.
―¿Hughie Biggs? ―Papá siseó, balanceándose sobre sus pies de
nuevo―¿Ese imbécil saltarín? ¿Por eso andas por ahí con una sonrisa de
comemierda en la cara?
―¿Qué? ¡No! ―Sacudí la cabeza y retrocedí―No estoy con Hughie. No
estoy con nadie.
―No te creo― gruñó.
―No estoy mintiendo― le dije―No tengo novio.

BOYS OF TOMMEN #1
―No hace falta tener novio para ser una puta― siseó―Pregúntaselo a tu
madre.
―No estoy saliendo con nadie― dije, con pánico―¡Juro por Dios que
no!
Extendió la mano, me la puso en el hombro y apretó con fuerza.
―Si me estás mintiendo...
―No, papá―grité, doblándome bajo la fuerza de su contacto―Por
favor...
Mis palabras se interrumpieron cuando el puño de mi padre conectó con
mi mejilla, golpeándome tan fuerte que mi cabeza se echó hacia atrás por la
fuerza.
«Defiéndete, Shannon. Agarra algo. Cualquier cosa. Haz algo.»
El dolor me quemaba la cara, las lágrimas me llenaban los ojos y, aun así,
no hice nada. No me defendí. No intenté huir. Simplemente me quedé allí.
―Ven aquí― gruñó. Con la mano en el hombro y los dedos clavados en
los huesos, papá me llevó a la cocina, sin detenerse hasta que llegamos al
fregadero.
―Ábrelo― me ordenó.
Sin dudarlo, me acerqué y abrí el grifo.
―Llénalo― me ordenó, tirando un vaso de medio litro del escurridor a
la pila del fregadero.
Por suerte, no se rompió y me apresuré a llenar el vaso, resistiendo el
impulso de agacharme y girar para liberarme de su agarre.
―¿Ves esto? ―siseó mientras dejaba caer mi teléfono al agua―¿Lo ves,
chica?
Inmóvil, asentí con la cabeza, viendo cómo mi teléfono se hundía en el
fondo del vaso de cerveza.

BOYS OF TOMMEN #1
―Si descubro que me estás mintiendo, no será tu teléfono lo que se
ahogue―gruñó, clavándome los dedos tan fuerte en el hombro que mi espalda
se arqueó sin el permiso de mi cerebro―¿Me oyes?
―Te oigo― gemí, temblando de pies a cabeza.
―Tampoco vayas corriendo a contarle historias a tu hermano― me siseó
al oído. Apartándome de un empujón, añadió ―O los echaré a los dos a la calle.
"Ojalá lo hicieras", me contuve de decir. Pero, ¿qué sería de Tadhg,
Ollie y Sean si nos fuéramos? Tadhg era el siguiente en la línea sucesoria a mí,
por lo tanto, se llevaría la peor parte de la ira de mi padre.
Aquel concepto me resultaba aborrecible.
Me froté la mejilla y me obligué a no llorar.
Me dirigió una última mirada antes de negar con la cabeza.
―Vamos, desaparece de mi vista.
Sin decir nada más, salí a toda prisa de la habitación con los ojos llenos
de lágrimas.
«Te odio, grité internamente mientras corría hacia mi habitación ¡Te odio,
maldición!»
Cuando llegué arriba, tomé la decisión consciente de pasar de puntillas
por delante de la habitación de Joey, obligándome a no hacer ruido, y luego me
encerré rápidamente en mi habitación.
Apagué la luz, me metí en la cama, me tapé con las sábanas y cogí el
discman. Menos de dos minutos después, llamaron suavemente a la puerta de
mi habitación.
―¿Shan? ―La voz de Joey llegó desde el otro lado del marco―¿Todo
bien?
Debatí no contestarle, pero decidí no hacerlo, sabiendo que el
automáticamente sacaría la conclusión correcta y todo el infierno se desataría.
Acababa de volver de casa de Aoife y no quería que se fuera otra vez.

BOYS OF TOMMEN #1
En vez de eso, le dije ―Estoy bien, Joe. Sólo me siento cansada.
Hubo una larga pausa antes de que volviera a hablar―¿Segura?
―Sí― balbuceé, apretándome el labio inferior con los dedos para que no
me temblara la voz.
―No pareces estar bien― replicó mi hermano.
Mierda…
Me aclaré la garganta y añadí ―Tengo problemas femeninos.
―¿Problemas femeninos? ―replicó confuso.
―Tengo la regla.
―Joder, no necesitaba saberlo, Shan―gimió Joey, y me lo imaginé
estremeciéndose al otro lado de la puerta.
Unos instantes después, el sonido de la puerta de su habitación al cerrarse
llenó mis oídos.
Solté un suspiro entrecortado y ahuyenté las lágrimas ardientes que me
quemaban las mejillas.
Uno de estos días, iba a salir de esta casa. Y cuando lo hiciera, no volvería
jamás. Con ese pensamiento, esa pequeña brizna de esperanza y el CD de
Johnny sonando en mis oídos, me quedé dormida.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 53
Regalos Adherentes
Desde los seis años, me había centrado exclusivamente en el rugby. Creía

en mí mismo y en mis habilidades. Había algo dentro de mí que cobraba vida,
una sensación casi danzante que revoloteaba sobre mi piel, cuando tenía el balón
en las manos. Sabía que iba a ir a la Academia, y cuando llegué allí no me
sorprendió lo más mínimo.
Así de seguro estaba de mi futuro, me negaba a aceptar cualquier otro
camino en la vida. Una carrera en el rugby profesional era mi meta, mi
propósito, mi puto destino, y lo estaba agarrando con las dos manos.
No era impulsivo, era firme.
Orientado a objetivos.
Impulsado.
Decidido.
Probablemente también tenía muchos otros rasgos negativos, pero sólo
me centraba en mis puntos fuertes. Las únicas debilidades que me interesaba
conocer eran las que afectaban a mi juego. Una vez descubiertas, trabajaba
como un loco para corregirme, era una persona bastante decidida.
No les daba vueltas a mis decisiones ni nada de eso.Tomé una decisión y

BOYS OF TOMMEN #1
la mantuve.
Como cuando tenía seis años y decidí que mi pasión sería mi carrera.
Hecho.
O cuando decidí que una licenciatura en Empresariales era la solución
perfecta para mí, sencillo.
Tomé una decisión y la mantuve.
Tenía que ser muy cuidadoso con mis elecciones porque una vez que
tomaba una decisión, una vez que me decidía por algo, o peor aún, lo hacía con
el corazón, estaba en mi naturaleza seguirlo con un hambre obsesiva. No había
marcha atrás, ni dudas, ni cambios de opinión. Lo más probable es que mi
personalidad tuviera mucho que ver con mi indecisión.
No me relacionaba con la gente porque sí, y nunca con las chicas. Era
consciente de que tenía una personalidad obsesiva. Era la razón por la que estaba
en mi puesto tan pronto inicié mi carrera. Sabiendo esto, mi situación actual era
aún más deprimente. En cuestión de meses, había perdido la cabeza por una
maldita chica.
¿Y mi corazón?
Que me jodan, el trozo de piedra funcionaba después de todo, y me había
lanzado una bola curva uniéndose a una chiquilla escuálida de tercer año con
trenzas castañas y ojos azules que me abrasaban el alma. Tenía que tener mucho
cuidado con mi próximo movimiento, porque una vez que decidiera que ella era
la chica para mí, eso sería todo.
Una vez que me comprometiera, una vez que mi corazón la reclamara,
también podría ponerme una etiqueta en la frente que dijera: "Soy tuyo, por
favor sé amable conmigo porque estoy aquí para quedarme".
Lo más aterrador de todo era saber que me estaba conteniendo a duras
penas, y que la tentación me parecía más atractiva cada vez que la miraba.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Qué estás haciendo? ―preguntó Gibsie cuando entró en mi
habitación sin tocar la puerta el martes por la noche, distrayéndome de mis
pensamientos.
―¿Qué parece que estoy haciendo? ―Dejé caer el bolígrafo sobre el
escritorio, me giré en mi silla giratoria y le miré fijamente―Los deberes.
No era raro que Gibsie llegara a mi casa a cualquier hora del día o de la
noche. Me alegré de que esta vez no le acompañara el puto gato.
Con él era más que una posibilidad.
―Amigo, realmente eres un nerd― Gibsie tiró su mochila al lado de mi
escritorio y luego se tiró en mi cama, cruzando los brazos detrás de la
cabeza―¿Recibiste un mensaje del entrenador?
―En efecto― respondí, terminando un problema de trigonometría que
estaba resolviendo cuando él irrumpió―Esperemos que esta vez consiga que
alguien que no sea la señora Moore le ayude a hacer de chaperona.
Gibsie se estremeció―Esa mujer está chiflada.
―Sí, lo está― asentí.
El entrenador había enviado un mensaje de grupo hacía una hora,
haciéndonos saber que Royce finalmente había aceptado jugar contra nosotros.
Este viernes, en Dublín.
En los terrenos de su escuela.
Con la condición de que yo no jugara.
Sonreí para mis adentros, feliz de haber tenido tal efecto en esos
entrenadores.
―Bastardos Dublineses―refunfuñó Gibsie―Haciendo la vida
incómoda para todos.
―¿Hola, imbécil? ―le dije ―¡Soy un bastardo de Dublín!
―Tú no― respondió, avergonzado.

BOYS OF TOMMEN #1
―Lo que tú digas, culchie, escoria de las montañas― refunfuñé mientras
garabateaba la respuesta a la pregunta B.
―Sabes que eso no es socialmente aceptable―replicó Gibsie―Lo de
llamarme culchie.
―También lo es llamarme marica― repliqué―Sin embargo, lo haces a
diario.
―Eres un marica―argumentó.
Puse los ojos en blanco―Y tú eres un puto culchie maloliente del puto
culo de nadie.
―Que te jodan, chico de ciudad.
―Que te jodan de vuelta, campesino.
―Gran cretino.
―Sucio pajero.
Gibsie se rió―¿Cómo somos amigos?
―Llevo años preguntándomelo― respondí, con la mirada clavada en mi
tarea―Es uno de los mayores misterios sin resolver de la vida.
―Tengo deberes― anunció entonces.
―Lo sé― respondí, sin perder el ritmo―Me encanta la forma poco sutil
en que dejaste caer tu bolso en mi escritorio.
―No puedo hacerlo― gimió.
―No― corregí con calma―Puedes hacerlo― Saqué la calculadora,
calculé la fórmula que necesitaba y garabateé los resultados―Es que eres
demasiado vago.
―Es difícil― se quejó.
―La vida es dura, Gibs― afirmé―Saca tus libros. No voy a volver a
hacerlo por ti.
―Pero lo haces mucho mejor que yo― gimió.

BOYS OF TOMMEN #1
―Lo dice el tipo que hace cinco minutos me acaba de llamar "nerd" ―le
respondí.
―Sabes que eso es un cumplido― argumentó―Vamos, Johnny...
―Bien, pero estoy cansado y tengo que ir a la piscina antes de ir al
colegio por la mañana así que sólo voy a hacer una asignatura― le dije,
terminando mi propio trabajo ―Elige tu asignatura.
―Inglés― me dijo asintiendo con la cabeza―Tengo una redacción para
mañana.
Exhalando un fuerte suspiro, abrí la cremallera de su mochila y saqué su
libro de inglés.
―¿Sabes que el año que viene tendrás que leer los libros antes de los
exámenes? ―añadí―Todos los deberes del mundo no te servirán de nada si
entras ahí sin estudiar.
Gibsie sonrió―Te prometo que me pondré al día durante las vacaciones
de Semana Santa, papá.
―No me vengas con esa mierda de papá― refunfuñé mientras me
disponía rápidamente a realizar su tarea―Tienes que empezar centrarte,
Gibs―añadí antes de ponerme manos a la obra―Nos vamos de la escuela el
viernes, amigo. Tienes que aprovechar esas dos semanas libres para ponerte al
día.
―Lo haré― refunfuñó
―Más te vale― le advertí.
Gibsie me dejó trabajar en silencio durante unos veinte minutos, lo cual
era un récord histórico para él, antes de romper mi concentración preguntando.
―¿Arreglaste el problema de Bella por el numerito que hizo en el
colegio?
―Demonios, claro que sí―gruñí, enfadado al instante al recordarlo―Le

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envié un mensaje de texto para recordárselo.
―¿Shannon estaba bien? ―preguntó―¿Qué le dijo?
―Nada bueno― murmuré, terminando un párrafo―Ella no me lo dijo,
amigo, pero tú y yo sabemos lo venenoso que tenía que ser si venía de la boca
de Bella.
―Ugh― gimió―No sé cómo pudiste tocarla.
―Yo tampoco― admití con un estremecimiento.
―¿Por cierto? ―musitó Gibsie, distrayéndome una vez más―Volviste
a arrasar.
Me volví para fulminarlo con la mirada―No lo hice.
―Sí, amigo, lo hiciste―se rió entre dientes―Intenté detenerte, después
de tu discurso de 'sálvame, Gibsie, por favor, sálvame de mí mismo' de la otra
semana, y tú seguiste adelante y arrasaste como un tren de carga.
―Bueno, ¿qué demonios se supone que tenía que hacer? ―dije, tirando
el bolígrafo―¿Simplemente quedarme atrás y no hacer nada mientras Bella la
llamaba zorra delante de la mitad de la maldita escuela por mi culpa?
―¿Bella llamó zorra a Shannon? ―Gibsie se burló, esponjando una
almohada―El burro hablando de orejas.
―Lo sé― refunfuñé―Eso es lo que le dije.
―Así que desapareciste del colegio con Shannon y no volviste después
de comer― añadió, arqueando una ceja―¿La volviste a subir a tu coche?
―Tal vez― dije.
―¿Hiciste algo además de llevarla a casa?
―¿Cómo qué?
―No lo sé―Se encogió de hombros―¿Invitarla a tomar el té o algún
truco típico como ese?
Bajé la cabeza.
―Lo hiciste― se rió Gibsie.

BOYS OF TOMMEN #1
―Cállate― murmuré, apartándome de mi escritorio.
Había terminado por esta noche, la concentración que tenía se había
esfumado.
―Eso es un sobresaliente― le dije, señalando su redacción de cinco
páginas―Da las putas gracias.
―Estoy agradecido― me aseguró con una sonrisa radiante antes de
decir―Y creo que tienes que revisar la idea del amigo. Te dije esta mañana y
te lo repito, nunca funcionará.
―No― Negué con la cabeza―Te equivocas. Puedo hacer lo del amigo.
―Está claro que no puedes― se rió Gibsie―Chico amoroso.
―Hoy la ayudé―solté, tensándome―Eso es lo que los amigos hacen por
los amigos.
―Por cierto, Robbie Mac me preguntó si podía sacarle su número a Claire
durante el almuerzo―declaró Gibsie en tono impasible. Incorporándose para
apoyarse en los codos, me miró y añadió―Dijo que le encantaría llevar a la
pequeña Shannon al cine el fin de semana.
―¡Espero que le pongas las cosas claras a ese hijo de puta! ―siseé―Gibs,
será mejor que no le hayas dado su número a ese imbécil.
Volvió a tumbarse en la cama y se rió―Te estoy tomando el pelo. Robbie
no es un suicida. Todos los chicos te oyeron alto y claro aquel día, Capi.
Lo fulminé con la mirada―Eso no tiene gracia.
―Es divertidísimo―se rió―Eres una causa perdida para esa
chica―Sonriendo, añadió―Será mejor que te pongas las pilas, amigo. Ninguna
chica quiere una polla rota.
―Yo no...―Hice una pausa, me pellizqué el puente de la nariz y apelé a
toda la paciencia que llevaba dentro antes de continuar―No voy a ir por ahí con
ella. Y mi polla y mis pelotas son asunto mío.

BOYS OF TOMMEN #1
―Sólo estoy cuidando de ti―respondió Gibsie―Oh, casi lo
olvido...―Metió una mano en el bolsillo de sus vaqueros y sacó una botella
tamaño viaje―Toma―dijo, lanzándome la botella al otro lado de la
habitación―De mis pelotas para las tuyas.
Lo cogí en el aire y leí la descripción de la botella
―¿Lubricante? ― Gruñí―Jesús, Gibs.
―Oye, no lo critiques hasta que lo pruebes― se burló―Me costó un gran
esfuerzo buscarlo en una docena de farmacias y conseguirlo para ti― Moviendo
las cejas, añadió ―El farmacéutico me dijo que es de tacto sensible.
Lo miré fijamente―Está medio vacío.
Se encogió de hombros―Tenía que probarlo antes de recomendártelo.
Inmediatamente dejé caer la botella al suelo de mi habitación.
―Eres un puto asco―gemí, limpiándome las manos en los
muslos―Joder.
―No seas mojigato― se rió Gibsie―Es perfectamente normal.
―El lubricante es normal― asentí―Tú, en cambio, no lo eres.
―No veo cuál es el problema― resopló―Te compré un regalo. No tiene
nada de raro, deberías agradecerme que me interese por tu vida.
―Amigo, acabas de comprarme un regalo para mi polla―le dije sin
gracia―No hay nada más raro que eso.
―Como quieras, viejo― Se encogió de hombros, sin inmutarse―No
me importa lo que piensen los demás.
―Sí, Gibs― respondí―Creo que ya lo hemos dejado claro.
―¿Pero sabes a quién le importará? ―musitó, sonriendo―A tu Shannon.
―Ella no es mi Shannon― espeté.
―¡Y nunca lo será si no solucionas tu puto problema! ―replicó.
Jesucristo…

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―Nada ha cambiado―dije en el tono más paciente que pude reunir―No
puedo, no quiero y nunca iré allí.
Mentira. Mentira. Mentira.
Mi mejor amigo me miró fijamente durante un largo momento antes de
preguntar.
―¿Estás seguro de eso, Johnny?
«Ni siquiera un poco…»
―Absolutamente.
―Como quieras― respondió Gibsie.
―Gracias.
―Pero para que lo sepas― añadió ―ella siempre ha sido tu Shannon.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 54
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―No preguntes―le advertí a Claire el miércoles por la mañana, cuando

la encontré en la puerta del baño de chicas con una expresión de horror en el
rostro. La cogí del brazo y la empujé hacia el baño―Ayúdame a esconderlo.
―Shannon, yo... yo...―Claire sacudió la cabeza y me miró
fijamente―Shan...
―Por favor―supliqué, dejando caer el bolso al suelo y agarrándole las
manos―Ayúdame―Los ojos se le llenaron de lágrimas― No hagas eso― le
supliqué, apretando sus manos ―Sólo ayúdame.
Siguió mirándome fijamente durante un largo rato con una expresión casi
de trance antes de salir de ella.
―Bien― resopló y luego me dedicó una sonrisa radiante―Tengo la
solución.
Exhalé un enorme suspiro de alivio―Gracias.
Veinte minutos después, miré mi reflejo en el espejo y apenas me
reconocí.
―Tuve que maquillarte la cara con ojos ahumados y glamour para que
coincidiera con el tono de base que usé para cubrir tu...―Se le quebró la voz y

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carraspeó varias veces antes de añadir ―Bueno, ¿qué te parece?
―Guau― respiré, tocándome los labios pintados de rojo―Mis labios
son enormes.
―Sí, lo son― asintió Claire―Las mujeres pagan miles de euros por unos
labios como los tuyos y tú ni siquiera los aprecias.
―Y mis ojos― Sacudí la cabeza y me quedé boquiabierta, agitando las
pestañas con admiración―Vaya, son...
―¿Preciosos? ―me dijo Claire, poniéndose a mi lado―Porque eres
asquerosamente preciosa.
―Es el maquillaje―le aseguré, avergonzada.
―Es la chica―corrigió Claire mientras me pasaba un brazo por el
hombro. Me estremecí por el contacto, aún sensible por el arrebato de mi padre,
y la cara de Claire se desencajó.
―Shannon, no puedo seguir...
La puerta del baño crujió y Lizzie entró en él, haciendo que Claire cerrara
la boca y yo me hundiera aliviada.
―Vamos, chicas― dijo, agitando una mano hacia nosotras―Llegamos
tarde a clase.
Nunca en mi vida había estado tan agradecida de verla como en ese
momento
―Voy a matar a esa zorra―siseó Lizzie ese mismo día durante el

almuerzo.
Se había corrido la voz por todo el colegio sobre el incidente de ayer con
Bella y mi amiga estaba que echaba pestes.
―En serio― añadió Lizzie, mirando fijamente a la mesa del lado opuesto

BOYS OF TOMMEN #1
del comedor en la que se sentaban al menos cincuenta estudiantes, una de las
cuales era Bella Wilkinson―Si mira hacia aquí una vez más, voy a ir hasta allí
y le arrancaré esas brillantes extensiones nuevas del pelo.
―Están muy feas― coincidió Claire con una mueca.
―¿Feas? ―espetó Lizzie―Parece como si se hubiera pegado algas
negras al pelo― Murmurando algo más en voz baja, añadió―Es un troll.
―Ignórala―le supliqué, prefiriendo mantener los ojos fijos en mi
sándwich y no en la mesa de la que recibía miradas asesinas.
Era más seguro agachar la cabeza.
Durante todo el día, donde quiera que fuera, me seguían ojos curiosos. No
sabía cómo manejar este tipo de atención, necesitaba no alterar las cosas.
Y pasar tiempo con Johnny era como hacer tambalear el barco. Me había
topado con él no menos de tres veces entre clase y clase, y cada vez me había
dedicado esa hermosa sonrisa de doble hoyuelo, me había preguntado cómo me
iba el día y me había dicho que me vería más tarde.
Podía sentir sus ojos clavados en mí desde el otro lado de la habitación.
Y me aterrorizó.
Por primera vez en mi vida académica, me habían dado un hermoso
manto de invisibilidad en Tommen. Johnny Kavanagh amenazaba con
quitármelo y yo no era lo bastante valiente para no permitírselo.
Toda la bondad de la noche anterior había sido absorbida por las
amenazas de mi padre y el miedo a la ira de Bella.
Ahora volvía a tener miedo.
De Bella.
De mi padre.
De las otras chicas de la escuela.
De mis sentimientos.

BOYS OF TOMMEN #1
De Johnny.
De mi propia maldita sombra.
―Y tuvo el descaro de llamarte zorra―siguió despotricando Lizzie,
mientras Claire y yo la mirábamos impotentes―Ella es la que está a horcajadas
sobre Cormac Ryan por allí.
―No importa― le dije rápidamente, rezando para que lo dejara estar.
―Sí importa, Shannon― espetó Lizzie―Nadie puede hacerte esto. Aquí
no. No otra vez.
―Liz― dijo Claire en tono de advertencia―Déjalo, ¿sí?
―Nos dan las vacaciones el viernes―susurré, más para mí misma que
para las chicas, mientras intentaba desesperadamente calmarme―Dos semanas
sin Bella.
―Exacto―ofreció Claire con suavidad―Todo el mundo lo habrá
olvidado para cuando volvamos.
―No puedo creerlo― espetó Lizzie, fulminando a Claire con la
mirada―¿Cómo te parece bien que esa zorra hable mal de nuestra mejor amiga?
―No me parece bien― replicó Claire con calma―Sólo sé que montar
una escena es lo último que alguien necesita.
―¿Sabes lo que todo el mundo está diciendo? ―preguntó Lizzie, y
continuó antes de que ninguna de las dos pudiéramos responder―Todos están
diciendo que Shannon está teniendo sexo con Johnny Kavanagh.
―Genial― gemí y dejé caer la cabeza entre las manos.
Claire me puso una mano tranquilizadora en el hombro.
―Bueno, no es verdad.
―Ya lo sé― resopló Lizzie ―Pero Bella ha estado diciendo por ahí que
Shannon es la razón de que ella y Johnny hayan terminado―siseó Lizzie―Por
culpa de esa zorra y sus mentiras, todo el mundo en el colegio habla de nuestra

BOYS OF TOMMEN #1
amiga y dice que debe de tener una vagina de oro para tener la atención de ese
gran imbécil...
―¡No! ―siseó Claire―No lo repitas.
―Me voy a casa―solté, echando la silla hacia atrás, dispuesta a salir
corriendo.
―No―respondió Claire con calma, empujándome hacia mi asiento―No
te vas.
―Y una mierda con irte a casa―gruñó Lizzie―No has hecho nada malo.
Mal o no, no me iba a quedar aquí.
Sacudiéndome la mano de Claire, empujé la silla hacia atrás y me levanté.
―Lo siento― dije, mirando a mis amigas―Pero no puedo volver a hacer
esto.
―Iremos contigo― me dijo Claire―Shan, no corras...
―No, está bien― murmuré―Ustedes quédense. Yo sólo... me voy a
ir...ahora.
Me di la vuelta, empujé las mesas y sillas que me bloqueaban el paso y
salí disparada hacia la salida. Sin embargo, no preví la mano que salió de la
mesa de rugby que estaba cerca de la puerta y me agarró de la muñeca, tirando
de mí hasta detenerme bruscamente.
―¿Qué ocurre? ―Johnny estaba sentado en su silla, con la mano
alrededor de mi muñeca, mirándome con expresión preocupada―¿Shannon?
Sacudiendo la cabeza, tiré de mi mano, pero Johnny no me soltó. En lugar
de eso me acercó más a él, haciendo que esto fuera mucho peor.
―¿Qué pasa? ―preguntó.
―Necesito irme a casa―le dije, mirando nerviosa a mi alrededor y
encontrándome con varios pares de ojos fijos en mi cara. Volviéndome hacia
Johnny, susurré―Tengo que irme ya.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿A casa? ―Johnny frunció el ceño―¿Por qué?
―Echa un vistazo a tu alrededor, jodido señor calenturiento― siseó
Lizzie, poniéndose a mi lado―O mejor aún, abre los oídos.
―Tengo los ojos abiertos― respondió Johnny mientras me soltaba la
mano y dirigía su atención a Lizzie―Y mis oídos están aquí mismo.
―Lizzie― musité, sacudiendo la cabeza―Déjalo ya.
―No, si tiene algo que decirme, que lo diga― dijo Johnny―Adelante.
―Bien― gruñó Lizzie, cogiéndome la mano que Johnny había
soltado―La zorra malvada de tu novia está difundiendo mentiras sobre mi
amiga y yo te hago totalmente responsable por no aclarar los hechos o ponerla
en su lugar.
―¿De qué está hablando? ―preguntó Gibsie, que estaba sentado frente
a Johnny.
―Ni idea― espetó Johnny.
―Estoy hablando de que la reputación de mi amiga se ha visto empañada
porque fuiste lo bastante estúpido como para meterle la polla a esa chica―gruñó
Lizzie.
―¿Qué chica? ―Hughie Biggs giró la cabeza desde donde estaba
acariciando el cuello de su novia para preguntar. ―¿A quién le metiste la polla,
Capi?
―Vete a la mierda, Hughie―espetó Johnny, dirigiendo sus ojos hacia
mí. Me ruboricé y dejé de mirarle.
―Jesús―preguntó otro chico que andaba con ellos. Patrick Feely, creo
recordar que Claire lo llamó una vez―¿Qué hiciste ahora, Gibs?
―No fui yo, Feely― se rió Gibsie.
―Sí― murmuró Patrick―Por primera vez.
―¿Pueden dejar de distraerme? ―ladró Lizzie―Estoy intentando

BOYS OF TOMMEN #1
resolver algo.
―Cariño―llamó un chico de cabeza rapada desde unos asientos más
arriba de la enorme mesa―¿Qué haces?
―Métete en tus malditos asuntos― replicó Lizzie.
―Nena...
―Ahora mismo estamos peleados, Pierce Ó Neill, así que ni me mires.
Soltando lo que sonó como un gemido de dolor, Pierce empujó su silla
hacia atrás y rodeó la mesa hacia nosotros.
―Santo―tosió Gibsie fingiendo, dándole una palmada en el brazo al
pasar a su lado.
―Lo siento― anunció Pierce, con las manos en alto mientras se acercaba
a su novia con cautela―Todo es culpa mía.
―¿Por qué lo sientes? ―le preguntó ella.
―¿Por todo? ―respondió Pierce, aunque sonó más como una
pregunta―¿Lo que quieras que lamente?
―¿Tenía algún sentido lo que acabas de decir? ―preguntó Johnny,
atrayendo de nuevo la atención de todos hacia él.
―Sí― espetó Lizzie, fulminándolo con la mirada.
―Pues ve al grano― replicó él con frialdad.
―Bien― siseó Lizzie―Estaba hablando de Bella diciéndole a todo el
mundo que la razón por la que terminaron las cosas es porque estás follando con
Shannon. Le está diciendo a todo el mundo diciendo que mi amiga debe ser una
fantástica folladora para girar tu estúpida cabeza de balón de rugby.
―Su cabeza no tiene forma de balón de rugby―se burló
Gibsie―También dijiste eso de mi cabeza.
―Ahora no, Gerard―le advirtió Claire mientras se desplomaba en la
silla junto a él.

BOYS OF TOMMEN #1
―Está mintiendo― espetó Johnny, erizado por la tensión.
―Obviamente― se mofó Lizzie, sacudiéndose la mano de Pierce cuando
éste intentaba colocársela en el hombro―Así que ahora quiero saber qué vas a
hacer al respecto.
―Nada― balbuceé―¡No va a hacer nada al respecto porque no hay nada
que hacer!
―Es culpa tuya, Johnny―continuó Lizzie hablando por encima de
mí―Esto es culpa tuya, es la loca de tu ex. Así que arréglalo.
Johnny permaneció completamente inmóvil durante unos quince
segundos, con los ojos clavados en Lizzie, sin decir una sola palabra, antes de
estallar en acción.
Empujó su silla hacia atrás y se levantó, con los ojos clavados en mí
―Vamos.
―¿Qué? ―pregunté, mirándolo asustada.
―Ven conmigo― me ordenó, tendiéndome la mano―Vamos a arreglar
esto, ahora.
Miré a Lizzie, que tenía las manos cruzadas sobre el pecho y una
expresión de satisfacción en la cara, a Gibsie, que parecía extasiado, a Claire,
que estaba nerviosa, a los otros chicos, que parecían simplemente confusos,
antes de fijarme finalmente en Johnny.
Parecía furioso y expectante.
―No― dije estrangulada, sacudiendo la cabeza―De ninguna manera.
No voy a ir allí.
―Va a pedirte disculpas públicamente― me dijo―¡Va a poner a todo el
mundo en su sitio, públicamente! ―Echó un vistazo a la habitación antes de
añadir ―¡Y yo voy a enderezar a todas las demás mierdas que acompañaron
sus mentiras, públicamente!

BOYS OF TOMMEN #1
―No― Mis ojos se abrieron de par en par, horrorizados―Está bien, no
quiero una disculpa.
Exhaló un suspiro frustrado―No está bien, Shannon…
―No voy a ir allí― repetí, temblando ante la idea―No quiero.
―Bien― gruñó Johnny, dando un paso a mi alrededor. Apartó una silla
de su camino de una patada, haciendo que Pierce y Lizzie se apartaran como el
Mar Rojo antes de rodear la mesa―Lo arreglaré yo mismo.
―No...―Me apresuré a seguirlo, agarré la manga de su jersey y clavé los
talones―Por favor, no.
Johnny me arrastró un metro y medio antes de detenerse.
―Entonces, ¿qué quieres que haga? ―me preguntó, girándose para
mirarme.
―¡Nada! ―balbuceé, todavía agarrada a su manga―Absolutamente
nada.
―No puedo no hacer nada―Se pasó la mano libre por el pelo, claramente
agitado―Están hablando de ti.
―No importa― Sacudí la cabeza, ignorando las miradas que sabía que
estaba recibiendo, y tiré de su manga―No me importa.
Johnny me miró fijamente durante un largo momento antes de sacudir la
cabeza.
―¿Ah sí? pues a mí sí― dijo finalmente―¡Me jodidamente importa!
―¿Por qué no nos largamos todos de aquí el resto del día? ―intervino
Gibsie, que prácticamente se había caído de la silla en su intento de interceptar
a Johnny―Tómate un respiro del drama―añadió mientras sujetaba con sus
manos los hombros de Johnny―Y diviértete un poco.
Johnny le fulminó con la mirada―¿De qué estás hablando?
―Buen plan, amigo―dijo Hughie mientras se deslizaba sobre la mesa y

BOYS OF TOMMEN #1
se colocaba junto a Gibsie.
―Me apunto― dijo Claire.
Gibsie le dirigió una mirada de agradecimiento.
―Tu madre volvió a Londres, ¿verdad? ―preguntó, apartando la mirada
de Claire para mirar a su amigo, con las manos aún sujetas sobre los
hombros―¿Tienes la casa vacía?
Johnny asintió lentamente con la cabeza, mirando entre Gibsie, Hughie y
la mesa detrás de ellos.
―Se fue ayer por la mañana.
―Entonces iremos a la tuya y pasaremos el rato durante una
hora―Gibsie afirmó con calma antes de volver sus ojos grises hacia mí―¿Qué
te parece, pequeña Shannon? ―Me dirigió una mirada significativa―¿Te
gustaría salir de aquí antes de que Kav convierta el comedor en una escena de
Juego deTronos?
Me estremecí al pensarlo, habiendo leído todos esos libros.
―En realidad, Thor tiene razón por una vez― dijo Lizzie, aportando su
granito de arena. Se volvió hacia mí y me dijo ―Síguele la corriente.
¿Seguirle la corriente?
―Eh... ¿de acuerdo?
―¡Perfecto! ―Gibsie realizó un pequeño redoble de tambores en el
pecho de Johnny antes de pasarle un brazo por encima del hombro y dirigirlo
hacia la salida―Vamos―nos llamó por encima del hombro antes de
desaparecer por el arco ―Ahora.
No tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero me puse a la altura de los
demás mientras seguíamos a Johnny y Gibsie.
―Probablemente van a algún sitio para que ella pueda chuparle la
polla―gritó una voz horriblemente familiar lo bastante alto como para captar

BOYS OF TOMMEN #1
de nuevo la atención de todos―Ya conocen a esas de Elk Terrace. Están
dispuestas a todo.
―Oh, demonios, no―gruñó Johnny mientras se soltaba de Gibsie y se
abalanzaba sobre todos nosotros―Esto se está arreglando ahora―rugió
mientras rodeaba la mesa y acechaba a Bella.
―Por el amor de Dios― gimió Hughie.
―No puedes evitarlo, ¿verdad? ―rugió Johnny, apuntando con un dedo
a la cara de Bella.
―Yo no he hecho nada― se rió Bella―Salvo decir la verdad.
―¿La verdad? ―siseó Johnny, claramente furioso―No reconocerías la
verdad, aunque te diera una bofetada en la cara.
No tenía ni idea de qué parte de mi cuerpo brotaba mi repentina valentía,
pero surgió con fuerza y rapidez, e impulsó mis piernas hacia él.
―Johnny, no― exclamé mientras le perseguía. Por una vez en mi vida,
me alegré de ser pequeña.
Me permitió deslizarme en el diminuto espacio entre Johnny y la mesa
sobre la que estaba inclinado.
―Johnny― respiré, presionando con fuerza su pecho―Aléjate― No me
miró―Johnny―repetí, levantando la mano y tocándole la cara. Me miró
furioso―Aléjate―le ordené, mirándolo fijamente con el corazón en la
boca―Por favor.
Una vena le latía en la sien mientras me miraba fijamente, más furioso de
lo que jamás le había visto. No me atrevía a respirar mientras lo veía tomar una
decisión. Finalmente, soltó un gruñido furioso y asintió con la cabeza.
Exhalé un suspiro entrecortado.
Gracias a Dios...
―Mantén su nombre fuera de tu puta boca― gruñó, con el pecho agitado,

BOYS OF TOMMEN #1
mientras me permitía empujarlo hacia atrás, alejándolo de la mesa.
―Es una sucia zorra del ayuntamiento―dijo Bella con maldad―Eso no
es mentira.
―Será mejor que cuides tu puta boca― gruñó Johnny, deslizándose a mi
lado.
Se me encogió el corazón.
Lo intenté y fracasé.
―¿Por qué? ¿Qué vas a hacer si no lo hago, Johnny? ―Bella siseó,
saltando de su silla y golpeando su pecho―¿Pegarme?
―No…―Johnny hizo una pausa para arrastrar de la silla a quien Lizzie
había llamado Cormac Ryan―Pero a él si.
Y entonces estampó su puño contra la cara de Cormac Ryan. A diferencia
de ayer, no esperé a ver el resultado. En lugar de eso, giré sobre mis talones y
salí corriendo del comedor. Porque sabía que esto podía acabar de dos maneras.
En cualquier caso, yo perdería. Había presenciado incidentes como éste,
en los que Joey saltaba para defender mi honor, no hacía diferencia con chicas
como esa. Yo siempre perdía.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 55
Calma Las Tetas
―¿Qué mierda están haciendo? ―gruñí cuando Gibsie y Hughie me

arrastraron fuera del comedor antes de que tuviera la oportunidad de darle un
segundo puñetazo a Cormac.
―Impidiéndote hacer algo realmente estúpido―explicó Gibsie con
calma mientras me dirigía fuera del edificio principal―Otra vez, buldócer.
―¿En qué estabas pensando? ―exigió Hughie cuando llegamos al patio
y estuvimos fuera de la vista de la oficina―¡Sabes los problemas que tendrías
con La Academia si supieran que te peleaste en la escuela!
―Que se joda La Academia―gruñí, sacudiéndome sus manos de
encima―Estaba intentando defenderla.
―Bueno, lo único que conseguiste fue avergonzar a la chica―gruñó
Hughie―Felicidades, Capi. Como si no tuviera suficiente mierda con la que
lidiar. Tú solito la convertiste en el blanco de todas tus fans.
Furioso, me pasé una mano por el pelo para evitar darle un puñetazo a
uno de mis amigos.
―Oíste lo que ésa dijo― siseé, sintiendo que mi cuerpo vibraba de
rabia―¿Qué esperabas que hiciera?
―Amigo, ella no quería que la defendieras― añadió Gibsie―Ella te lo

BOYS OF TOMMEN #1
dijo.
―Pues se equivocaba― le dije.
―Bueno, ahora ya se fue― me dijo Gibsie―Así que calma tus tetas.
¿Se fue?
Eso me dio que pensar.
Al girarme, vi a Claire, la víbora y Kate junto a nosotros, pero no a
Shannon.
―Sí, definitivamente se fue―añadió Feely mientras se acercaba a
nosotros con las manos metidas en los bolsillos.
―¿Estás con la chica nueva, Capi? ―preguntó Pierce, uniéndose al
interminable círculo de jodidas molestias―A esa la mantuviste en secreto.
―¿Qué? No― murmuré, exhalando un suspiro cansado mientras la ira
se disipaba de mi cuerpo―Ya no sé quién soy. No sé qué mierda me está
pasando.
―Bueno―dijo Lizzie―Acabas de ganarte unos cuantos puntos a mis
ojos― Me dio una palmadita en el brazo―Y créeme, no los doy a menudo.
―No lo hace― dijo Pierce con una mueca de complicidad.
―¿Todavía nos dirigimos a tu casa? ―Preguntó Feely―Parece inútil
volver a entrar ahora.
Negué con la cabeza, necesitaba un minuto para ordenar mis
pensamientos. ¿Qué demonios acababa de pasar? ¿Cómo me permití perder así
el control? ¿Y dónde mierda se había metido ella? ¿Estaba bien?
Iba a matar a alguien.
Podía sentir la ira creciendo de nuevo dentro de mí al pensar en la
expresión resignada de Shannon.
Sí, parecía malditamente resignada.
Debería haber estado furiosa y en lugar de eso, simplemente lo aceptó.

BOYS OF TOMMEN #1
Eso podría haber sido la forma en que funcionó para ella en BCS, pero
no era así como iba a funcionar en Tommen. Ella no era el maldito objetivo de
nadie, y yo iba a asegurarme de eso.
―¿Johnny?
El sonido de mi nombre me sacó de mis pensamientos―¿Qué?
Levanté los ojos y miré a mis amigos, sintiéndome completamente
perdido.
―¿Nos vamos? ―preguntó Hughie, mirándome con extrañeza.
―¿Adónde vamos? ―espeté, erizándome, no me gustaba nada este tipo
de atención.
Me sentía como si estuviera aquí de pie, desnudo, con mis jodidos
sentimientos a la vista, dándoles a los siete una visión de algo que ni yo mismo
entendía.
―Debería encontrarla―me dije a mí mismo más que a nadie. Con
pánico, giré sobre mí mismo, dando una vuelta de 360 grados―Debería ir a
verla.
―No―dijo Hughie con calma―Deberías irte a casa y tranquilizarte.
Está claro que no quiere venir con nosotros. Por eso se fue.
Lo fulminé con la mirada―¿Qué mierda sabes tú de lo que ella
quiere?
Hughie enarcó las cejas, sorprendido.
―Dame las llaves de tu casa, Capi―me ordenó entonces Gibsie,
poniéndose delante de mí.
Sin preguntarle nada, saqué las llaves del bolsillo y se las di.
―Los alcanzaremos―dijo Gibsie a nuestros amigos mientras le
entregaba mis llaves a Hughie y luego me pasaba un brazo por encima del
hombro, llevándome de vuelta hacia la sala de Educación Física.

BOYS OF TOMMEN #1
Lo acompañé porque mi mochila estaba en el pasillo y no sabía qué más
hacer.
―¿Estás bien? ―preguntó Gibsie cuando entramos en el vestuario vacío.
―¡No! ―rugí ―Estoy tan lejos de estar bien que ya no sé lo que significa
la puta palabra.
―Sé que ahora no es el momento de decirlo, pero voy a decirlo de todos
modos― dijo Gibsie―Te lo dije. Te lo dije en cuarto año cuando empezó a
merodear por ahí, que ésa era una de las malas.
―No necesito que me lo recuerden― espeté mientras me acercaba al
banco y cogía mis cosas ―Sé que la cagué.
―Lo hiciste― asintió, sin molestarse en mentir, mientras cogía su propia
bolsa―Viste un par de buenas tetas, una vida fácil y dejaste que tu polla, que
entonces trabajaba, pensara por ti― Encogiéndose de hombros, se echó la bolsa
al hombro y dijo ―Este es el resultado. Otra chica pegajosa que no suelta una
mierda.
―Bueno, mi polla ya no piensa por mí― le dije.
―Gracias a Dios. Y si te sirve de algo, yo también habría perdido la
cabeza― me dijo―Si una zorra hablara así de Claire, yo le habría reventado la
cabeza diez veces.
―Es culpa mía lo que le pasó a Shannon―gruñí―Bella está encima de
ella por mi culpa.
―No― corrigió Gibsie y luego sacudió la cabeza―Bueno, sí, ella está
encima de Shannon en parte por ti, pero eso no es culpa tuya, amigo.
―No me deja en paz, Gibs― Exhalando un suspiro entrecortado, me
pasé una mano por el pelo y gruñí ―No para.
―¿Podrías hablar con tu padre para conseguir, no sé, una orden de
alejamiento o algo así?

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―¿Para qué, Gibs? ―Le respondí, nervioso―¿Por molestarme en el
colegio?
―Y por seguirte por los bares― intervino.
Negué con la cabeza―No, la única restricción que debería haber hecho
era yo restringiendo mi polla.
Gibsie se rió mientras salíamos del vestuario―Restringiendo tu polla.
―No tiene gracia― ladré―No he tenido sexo con ella desde Halloween.
Estamos en marzo, Gibs. Maldito marzo. Uno pensaría que ya lo habría dejado.
―Deberías haber parado las cosas entonces―Abrió la puerta del
vestíbulo y ambos salimos al sol de la tarde―Lo dejaste pasar hasta enero,
Johnny.
―Sí, bueno, tenía muchas cosas en la cabeza―resoplé, bajando los
escalones―Y ella lo terminó, así que no tengo ni puta idea de por qué no se va
sin más.
―Ya sabes por qué no se va, amigo―replicó Gibsie, dándome un codazo
enel hombro mientras entrábamos en el aparcamiento.
Suspiré pesadamente.
Sí, lo sabía.
El puto rugby.
―¿Puedes prometerme algo? ―dijo mientras sacaba las llaves del coche
y abría su nuevo y reluciente Ford Focus.
―Sí, amigo―suspiré, metiendo las maletas en el maletero del coche.
―Prométeme que nunca volverás allí, no importa lo jodidamente tentador
que sea.
Me ofendí―Gibs, no volvería allí ni, aunque fuera la última chica del
maldito planeta.
Se rió de mi respuesta y se subió al asiento del conductor.

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―Hablo en serio―le dije, hundiéndome en el asiento del copiloto―No
volvería a tocar a esa chica ni, aunque fuera la única cura para mi polla que no
eyacula...―Hice una pausa para abrocharme el cinturón―Preferiría andar por
ahí el resto de mi vida con las pelotas azules y la polla arrugada antes que volver
a ponerle las manos encima. Así de mucho me repugna.
―Bueno, bien por ti― Gibsie encendió el motor―Porque esa chica tiene
tantas ganas de atarte el culo que da miedo.
―No me ataré a nadie― le respondí―Y menos a ella.
Arqueó una ceja―¿Estás seguro?
―Cállate y ponte el cinturón de seguridad―le ordené, mirando a su
alrededor en busca de alguna cosa a la que pudiera hacerle daño―Y mira por
los retrovisores.
―Sí, papá― murmuró Gibsie, acatando mis órdenes.
―De acuerdo, ya puedes salir, despacio y con cuidado―le dije cuando
estuve seguro de que podría salir de su plaza de aparcamiento sin causar daños
corporales graves, cosa que era muy capaz de hacer―Despacio, Gibs.
―Binding 13― se rió Gibsie mientras arrancaba demasiado rápido para
su comodidad―La pequeña Shannon ha hecho que explote esta mierda.
―Desacelera tu culo―gruñí, resistiendo el impulso de arrebatar el
volante―¿Y qué demonios significa Binding 13?
―¿No sabes nada de eso?
Negué con la cabeza―Obviamente no, ya que te lo estoy preguntando
―Eso es lo que dicen, amigo― me explicó Gibsie.
―¿Quiénes? ―Pregunté mientras agarraba el asidero del coche y lanzaba
unos cuantos Ave Marías al hombre de arriba.
«Dios, no dejes que este bastardo me mate…»
―Las chicas del colegio―se rió, entrando en la carretera principal sin

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mirar a ambos lados y evitando por los pelos una furgoneta de leche―Eso es lo
que dicen de ti.
Oh, Jesús.
Iba a morir en este coche.
Él iba a quitarme mi maldita vida.
Saludando tímidamente al lechero que nos sacudía el puño, me volví para
fulminar con la mirada a Gibsie.
―¿Me llaman Binding 13? ― Negué con la cabeza―¿Por qué? No lo
entiendo.
―No es como te llaman― me corrigió―Es lo que quieren hacer contigo.
―¿Qué?
―Eres el número 13― se rió―Y quieren ligar contigo―Se giró para
hacerme un gesto con las cejas―Al estilo Scrum18.
―Eso es... asquerosamente espeluznante― refunfuñé,
estremeciéndome―¡Pon los ojos en la carretera!
―Totalmente―rió Gibsie, volviendo a centrar su atención en el
parabrisas―Claire me lo contó el año pasado. Dijo que oyó por casualidad a un
grupo de sexto año hablando de algo llamado "Operación Binding 13" en el
baño.
―Por Dios― gruñí.
―Más o menos cuando empezaste a tocar a Bella― completó―Haz las
cuentas.
No tuve que hacerlo.
Ya lo había calculado
―Oh, mierda― gemí.
―Sí― asintió Gibsie con una mueca. ―Alégrate de haber salido de esa,
18
Scrum o melé en el juego de rugby es una formación fija cuya función es disputar la pelota y volver a ponerla en juego.
(Básicamente la pelota es Johnny y ellas son las que pelean por ver quién se la queda)

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Johnny, alégrate mucho, joder.
Lo estaba. Más de lo que las palabras podrían expresar
―¿Qué voy a hacer, Gibs?
―¿Sobre Shannon?
Asentí cabizbajo.
―Ríndete― respondió sin vacilar
―No puedo― balbuceé.
―Puedes― me aseguró―Sólo tienes miedo.
Sí, tenía miedo.
Estaba jodidamente aterrorizado de lo que sentía por ella.
―Ya ni siquiera siento que tenga elección― confesé―Estoy perdiendo
mi maldita mente, Gibs.
―No, tu mente sigue ahí― rió Gibsie, dándome una palmadita en el
hombro―Lo que estás perdiendo es el corazón, amigo.
―Mierda― dije, mordiéndome el labio mientras el terror se apoderaba
de mi pecho.
―Sí― asintió―Terriblemente inconveniente, ¿no?
―Ya lo creo― murmuré.

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CAPÍTULO 56
Amenazas Cargadas
El jueves no llegó al colegio, lo sabía porque la vigilaba en los pasillos

entre todas mis clases.
Nunca apareció…
No me sentó bien saber que había una gran posibilidad de que Shannon
faltara a clase por lo que había pasado en el comedor.
No me sentó bien porque sabía que era mi culpa. No pude concentrarme
una mierda en todo el día. Todas las lecciones, palabras y órdenes se me pasaban
por la cabeza, porque dejé mi cabeza con ella.
¿Estará bien? ¿Estará molesta conmigo? ¿Debería ir a su casa? ¿Debería
dejarla sola? No lo sabía. Y ni siquiera tenía su número de teléfono para llamar
y comprobarlo, mañana nos íbamos de vacaciones durante dos semanas.
Mañana tenía un partido en Dublín.
¿Y si no la veía antes? ¿Y si no volvía a la escuela? ¿Qué mierda iba a
hacer entonces?
Dios mío, me estaba volviendo loco.
Usando cada gramo de autocontrol que tenía dentro de mí, me obligué a
apartarla de mi mente, mientras me dirigía a entrenar después de clase. Porque

BOYS OF TOMMEN #1
no necesitaba esto -no necesitaba estos sentimientos- jodiendo mi juego.
―¿Estás con ella? ―Bella exigió cuando llegué a la entrada de la sala de
Educación Física, sacándome de mis pensamientos.
Sacudiendo la cabeza, seguí caminando con toda la intención de
ignorarla, pero me agarró del brazo y siseó―Contéstame.
―Métete en tus putos asuntos―dije, reprimiendo el impulso de
estremecerme ante su contacto―Y no te metas en mi vida.
Necesitaba que hoy no se me acercara. Andaba con mucha rabia y mi
lengua no era algo que creyera poder controlar si ella me presionaba.
―Responde a la puta pregunta, Johnny―siseó Bella en tono de
advertencia.
―¿Y si estoy con ella? ―respondí, mirándola con desprecio―¿A ti qué
te importa?
―Entonces eres un puto idiota― siseó, con los ojos brillando con una
mezcla de dolor y rabia―Porque esa chica tiene escrito virgen por todas partes.
―No todo es sexo, Bella― repliqué, soltando el brazo―Y no vuelvas a
ponerme las manos encima― añadí, con un tono de desdén―Tus roces no son
bienvenidos.
―¿No todo es sexo? ―se burló―Ja. Te daré un mes con la frígida antes
de que te aburras y te alejes.
―Me aburrí de ti después de una noche― me burlé.
―¿Entonces por qué volvías por más? ―preguntó.
―Porque yo era perezoso y tú eras tan fácil como se puede ser―Perdí el
temperamento y siseé―Estabas a una llamada de distancia, Bella… un texto
rápido para mojar mi polla. Eso es todo lo que siempre fuiste para mí.
Esperaba la mano que golpeó mi mejilla, me merecía una bofetada.
Ninguna chica merecía que la llamaran fácil, por muy cierto que fuera. Fue un

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golpe bajo y me encontré disculpándome por ello.
―No quería decir eso― dije―Fue una mierda decir eso.
―Sí, Johnny, lo fue― resopló, cruzando los brazos sobre el pecho.
―Lo sé― espeté, sin encontrar ni una pizca de paciencia dentro de mí
para tratar con esta chica―Por eso digo que lo fue.
―¿Por qué te pones así? ―preguntó Bella, con un tono más suave―¿Por
qué estás siendo cruel conmigo?
―No estoy siendo nada contigo― espeté―Sólo quiero ir a entrenar, y
me estás impidiendo el paso.
―Porque quiero hablar contigo― replicó acalorada.
―No tenemos nada que decirnos, Bella―le dije sacudiendo la
cabeza―Ya no.
―¿Me has visto? ―preguntó entonces, claramente
provocándome―¿Con tu compañero de equipo?
―Me importa una mierda lo que hagas con mis compañeros de
equipo―respondí con calma.
―No lo quiero.
―Eso es asunto tuyo.
―Te quiero de vuelta.
―No puedes tenerme de vuelta.
―Johnny.
―Bella.
―¡Por favor!
―No, joder, gracias.
Bella me miró fijamente durante mucho tiempo antes de gritar y dar un
pisotón. No miento, en realidad dio un pisotón.
―¿Por qué eres tan irrazonable? ―siseó―Siento haber ido a tus

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espaldas, ¿sí? Lo siento.
―De acuerdo, estás más que perdonada―le dije, pasándome una mano
por el pelo de pura frustración―Ahora vete a la mierda con Cormac o con quien
mierda quieras. No me importa. Déjame en paz.
―¿De verdad estás diciendo que te parece bien que esté con
Cormac?―me preguntó, bloqueando la puerta cuando intenté pasar a su
lado―Me pidió salir, ¿sabes? Ahora soy su novia. ¿No te sientes celoso?
―Me importa una mierda― le dije―No sé qué más puedo hacer o decir
para que te quede más claro.
―Es la verdad― espetó―Ella es como una simple aguja― Encogiéndose
de hombros, añadió―Parece anoréxica.
―Y tú pareces y suenas como una zorra de corazón frío― Reprimiendo
el impulso de perder la cabeza aquí mismo, fuera del vestíbulo, reuní toda la
calma que pude y siseé ―Si vuelves a meterte con ella, te arruinaré.
Me fulminó con la mirada―Me gustaría verte intentarlo.
―Te arruinaré―repetí, con voz mortalmente fría―Tu reputación. Tu
estatus. Tus amigos. Tus futuras relaciones. Todo. Si vuelves a joder a Shannon
Lynch, te lo quitaré todo.
Sus ojos se abrieron de par en par―Johnny...
―Sabes que puedo―añadí, manteniendo la voz baja―Al contrario de lo
que crees, tengo más cosas a mi favor que una camiseta con el número trece y
una polla.
―¿Y si te dijera que estoy embarazada? ―se atragantó―¿Qué dirías
entonces?
Eché la cabeza hacia atrás y me reí―Eres increíble.
―Deja de reírte―sollozó fingidamente―No tiene gracia.
―Te diría que fueras a hablar con Cormac porque no te he tocado en

BOYS OF TOMMEN #1
cuatro meses y medio―Con una mueca de disgusto, añadí―Además, estoy
bastante seguro de que ya lo habrías usado contra mí. Estoy jodidamente seguro
de que también se te notaría.
―No necesariamente― me dijo.
―¿Estás diciendo que te dejé embarazada, Bella? ―Me quedé en
silencio ―Ten mucho cuidado con la siguiente respuesta.
Ella sabía quién era mi padre.
Sabía a dónde la llevarían sus mentiras si me imponía esta mierda a mí.
Bella me miró fijamente durante un largo rato antes de refunfuñar.
―No, no estoy embarazada.
―Lo sé― me burlé.
―Era una pregunta hipotética―replicó a la defensiva.
―No― la corregí. ―Fue una manipulación fallida.
―Te quiero― sollozó ―Siento no haber querido que funcionara.
―Pues no me quieras― exclamé, agitado―¡Porque no te quiero ni te
querré nunca te querré!
Me giré hacia un lado, la esquivé y salí al pasillo.
―A partir de ahora, mantente alejada de mí.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 57
Excursiones Imprevistas
El miércoles no volví a mis tres últimas clases y el jueves me quedé en

casa sin ir al colegio. Sabía que estaba mal faltar a clase, pero no podía
afrontarlo.
Era demasiado.
Bella, Johnny, las miradas, los susurros.
Todo era demasiado.
Me sentía emocionalmente agotada y físicamente maltratada, y
necesitaba algo de tiempo para pensar las cosas antes de volver. Mi intento de
tomarme un respiro fue un completo desastre que consistió en que mi padre
perdió la cabeza conmigo anoche por haber quemado la cena y acabó con un
puñetazo en la cara.
Por lo visto, yo no sabía cocinar espaguetis a la boloñesa.
Y al parecer, eso fue delito suficiente para ganarse otro infame golpe en
la cara. Me sentía como una absoluta mierda esta mañana, pero me habría
arrastrado sobre mis manos y rodillas fuera de esa casa si hubiera tenido que
hacerlo.

BOYS OF TOMMEN #1
Nada de lo que Bella me hacía en el colegio se acercaba a lo que era capaz
de hacerme en casa.
Cuando por fin llegué al colegio -con más de una hora de retraso porque
me quedé dormida sin la ayuda de la alarma de mi teléfono-, el Sr. Mulcahy,
nuestro profesor de Educación Física, casi me arrancó la cabeza por retrasar el
programa.
―¿Qué programa? ―pregunté, porque sinceramente no sabía qué
demonios estaba pasando.
Al parecer, no me consideraron lo suficientemente digna de esa
información porque, en lugar de explicarme lo que estaba ocurriendo, el Sr.
Mulcahy me había metido a empujones en un autobús escolar abarrotado y me
había ordenado que buscara un asiento y rápido.
Lo que me llevó a mi situación actual de terror inducido, ya que estaba
de pie en la parte delantera del autobús, en una absoluta pérdida en cuanto a lo
que estaba pasando o por qué estaba siendo forzada en un autobús escolar lleno
de caras desconocidas.
―¡Shan! ―gritó Claire, haciéndome señas para que me acercara.
Con pánico, mis ojos la buscaron en la tercera fila de delante, con Lizzie
sentada a su lado. Todas las chicas del autobús parecían estar sentadas delante,
cerca del conductor. Sólo había cuatro chicas más en mi clase, y Shellyy Helen
estaban emparejadas en el asiento de detrás de mis amigas.
Varias chicas más de sexto curso estaban sentadas cerca de ellas, entre
ellas una fulminante Bella y un enorme chico moreno que la rodeaba con el
brazo y le acariciaba el cuello.
Me obligué a no mirar a Bella y corrí hacia Lizzie y Claire.
―¿Qué está pasando? ―siseé cuando las alcancé.
―Es el día del partido―me dijo Claire, con la sonrisa desvanecida―¿Te

BOYS OF TOMMEN #1
acuerdas?
Me quedé mirándola sin comprender―¿Qué día de partido?
Claire abrió mucho los ojos.
―Dios mío―susurró―Me enviaron un mensaje el martes por la noche.
―¿Un mensaje? ―balbuceé―No recibí ningún mensaje.
―Ella es nueva, así que probablemente no está en el sistema―murmuró
Lizzie.
No, no recibí el mensaje porque mi teléfono estaba flotando en el agua el
martes por la noche.
―¿Qué está pasando, chicas? ―pregunté, aterrorizada.
Miré a mialrededor, nerviosa.
―El desempate es hoy― explicó Lizzie―Entre Tommen y Royce.
Me quedé mirándola sin comprender―¿Eh?
―Por el amor de Dios, Claire― gimió Lizzie―¡No puedo creer que no
se lo dijeras!
―¡Creí que lo sabía! ―respondió Claire, con la cara roja―Lo siento,
Shan. Creía que sabías que el partido era hoy.
―No, no, no― balbuceé―El partido de Donegal no es hasta después de
las vacaciones ― «Que supuestamente empezaban hoy» ―¿Te acuerdas?
―El Royce College ganó sus tres últimos partidos― me dijo Lizzie, con
un tono cargado de simpatía.
Al parecer, yo parecía tan perpleja como petrificada, porque Lizzie no
repartía miradas de simpatía en vano.
―Ganar su último partido colocó a Royce College segundo en la tabla
con Tommen―se apresuró a explicar―Royce y Tommen juegan hoy un
desempate para ver quién se enfrenta a Levitt en la final.
Me pellizqué la nariz, esforzándome por comprender lo que me decían.

BOYS OF TOMMEN #1
―¡Pero se supone que íbamos a ir a Donegal después de Pascua!
―No habrá viaje a Donegal si los chicos no ganan hoy―me explicó
Claire.
―¿Por qué no me lo dijeron?
―No sabíamos con seguridad cuándo se celebraría el partido.
―¿Por qué?
―Porque Royce estaba complicando las cosas―explicó
Lizzie―Haciéndole la vida imposible a Tommen con la esperanza de que
Johnny no estuviera disponible.
―¿Qué?
―Tiene un horario― explicó Claire―Todo lo que hace relacionado con
el rugby tiene que pasar por La Academia ―Encogiéndose de hombros,
añadió―Supongo que esperaban pillar a Tommen en un bucle.
―Cosa que no hicieron― se burló Lizzie ―Mala suerte para ellos.
―Oh, Dios― balbuceé, nerviosa―¿Dónde está pasando esto?
―Dublín― Claire hizo una mueca.
―No me dejan ir a Dublín― Mis ojos se abrieron de par en par ―Si mi
papá se entera...
―Yo me muevo― intervino Lizzie, levantándose―Shannon, puedes
sentarte aquí...
―Siéntese, señorita Young― espetó el señor Mulcahy―La Srta. Lynch
es la que nos desvía del horario con sus pobres habilidades de cronometraje.
Puede buscarse un asiento.
―Está bien― le dije, mortificada―Encontraré un asiento.
―Hoy sería estupendo― refunfuñó.
Con la cabeza gacha y la voz impaciente del señor Mulcahy en el oído,
tuve que hacer el temido paseo de la vergüenza, arrastrando los pies por el

BOYS OF TOMMEN #1
pasillo central con la mochila a la espalda, mirando a un lado y a otro para ver
si había un sitio libre.
No lo había.
Al final tuve que caminar hasta la parte trasera del autobús, donde se
refugiaba el equipo. Cuanto más avanzaba en el autobús, mayor era el bullicio.
Quería darme la vuelta, quería bajarme del autobús y volver a casa por mi propio
pie.
«No, me armé de valor. No. Ya no tienes que correr. Estás bien. ¿A quién
le importa si te están mirando? No te conocen. Sólo respira.»
Finalmente, cuando llegué a la parte trasera del autobús y vi la última fila,
tenía las mejillas tan calientes que estaba segura de que irradiaba fuego.
Sinceramente, si alguien me hubiera puesto una rasqueta en la cara, habría
echado chispas. Toda la fila de atrás estaba llena de miembros del equipo de
rugby.
Oh, Dios…
Estaba en la zona de peligro.
Con el rabillo del ojo, me di cuenta de que el asiento de la ventana a mi
derecha, justo delante de la última fila, estaba libre.
Sintiéndome aliviada, apreté las correas de mi bolso y giré el cuerpo para
deslizarme en la fila, pero me detuve en seco al ver quién estaba en el asiento
del pasillo.
El corazón me dio un vuelco en el pecho.
Johnny llevaba los auriculares puestos, y la música que emitían estaba tan
alta que podía distinguir claramente el sonido de Jay-Z cantando sobre tener
noventa y nueve problemas.
«Te escucho, Jay-Z.…»
No me estaba mirando a mí.

BOYS OF TOMMEN #1
No miraba a nadie.
Toda su atención se centraba en el iPod que tenía en las manos. Encima
del asiento de al lado, el único que quedaba en todo el autobús, había un montón
de bolsas, obviamente del equipo.
Dios mío.
Me aclaré la garganta y señalé el asiento.
No levantó la vista.
Su pelo perfectamente peinado era la única parte de su cabeza que podía
ver mientras miraba el iPod que tenía en las manos. El motor del autobús rugió,
vibrando bajo mis pies, y una gran dosis de pánico se apoderó de mí. Alargué
la mano y le toqué el hombro antes de retirarla rápidamente. Johnny levantó la
cabeza y el gesto de fastidio de sus facciones se transformó rápidamente en una
mirada de sorpresa cuando me miró detenidamente.
―¿Shannon?
―Tengo que sentarme―le dije con voz ahogada, mortificada por los
gritos y comentarios insinuantes del resto de los chicos.
Durante las dos últimas noches, había luchado con mis emociones sobre
él, apenas durmiendo, y ahogándome en el pánico y la duda. Ahora que me
enfrentaba a la inesperada perspectiva de pasar varias horas junto a Johnny,
podía sentir cómo perdía el control por dentro. En serio, se me revolvía el
estómago y estaba casi segura de que, si no me sentaba pronto, iba a vomitar.
Dios...
Con las cejas fruncidas, Johnny continuó mirándome, mientras yo seguía
parloteando.
―No queda ningún otro asiento en el autobús y el conductor se marcha
ya, así que necesito que me dejes entrar…―Miré de él a la horda de gente que
nos observaba y luego al asiento libre―¿Puedes moverte o quitar las maletas

BOYS OF TOMMEN #1
para que pueda sentarme, por favor?
―Lo siento―dijo Johnny en tono de disculpa. Se levantó y se quitó los
auriculares―No escuché.
Un aluvión de risas estalló entre los chicos de la última fila. Me puse
colorada, señalé la pila de bolsas que había en el asiento de allado y le susurré.
―No tengo dónde sentarme.
―Mierda, sí, lo siento― contestó Johnny y rápidamente empezó a tirar
los bolsos al suelo junto a mis pies―Dame un segundo para quitarlas.
―¡Por el amor de Dios, Lynch, siéntate ahí atrás! ―ladró el Sr. Mulcahy
desde la parte delantera del autobús―¡Y abróchate el cinturón!
Avergonzada, miré hacia Claire en busca de ayuda, pero me encontré con
una enfurecida Bella.
Mierda.
«Te va a matar, Shannon. Bella Wilkinson va a matarte. Si tu padre no
lo hace antes...»
Mortificada, me lancé hacia el asiento, tratando de pasar entre las piernas
demasiado largas de Johnny, al mismo tiempo que él se estiraba para depositar
otra bolsa.
El resultado final no fue bonito.
Hubo un montón de sacudidas, miembros enredados y una de mis rodillas
impactando de lleno con su nariz y un coro de oooohhs y oh mierda de los
chicos que nos rodeaban.
―Jesucristo― siseó Johnny. Apoyándose en el reposacabezas, se ahuecó
la cara y gruñó―¡Maldición, Shannon!
Me tapé la boca con una mano, con los ojos muy abiertos.
―¡Lo siento mucho!
―¡Vamos, Johnny! ―gritó uno de los chicos desde la última

BOYS OF TOMMEN #1
fila―¡Levántate!
―Vete a la mierda, Luke― espetó Johnny.

Se tocó la nariz dos veces, buscando sangre, y cuando se aseguró de que
no había, soltó lo que sonó como un gruñido molesto.
―De verdad que no quería hacer eso―le dije, mortificada, mientras
intentaba desesperadamente desenredarme de entre sus muslos.
No fue fácil con la mochila a cuestas.
Llevaba un día entero de libros en la mochila, ya que no había podido ir
a mi taquilla antes de que me metieran en el autobús, y el peso atado a la espalda
me desequilibraba.
Agarrada a la parte trasera del reposacabezas de Johnny, levanté una
pierna e intenté pasar por encima de la suya, pero mi pie debió de acercarse
peligrosamente a su zona, porque Johnny sacó una mano y me agarró el tobillo,
sujetándome el pie y haciendo que se me subiera la falda.
―¡Cuidado! ―dijo mientras sus ojos brillaban de preocupación―Deja
de moverte.
No lo culpaba por parecer preocupado, yo era un estorbo. Sacudiendo la
cabeza, Johnny exhaló un fuerte suspiro, me soltó el tobillo y se puso en pie.
Fue un movimiento terrible que hizo que nuestros cuerpos quedaran aplastados
sin un centímetro de espacio libre.
―Me habría movido, ¿sabes? ―explicó Johnny, con los ojos clavados
en mí. Estábamos tan cerca que podía oler su colonia―Si me hubieras dado
media oportunidad.
Abrí la boca para responder, pero todo lo que salió fue una bocanada de
aire. Era imposible formar palabras cuando estaba completamente encajonada
entre su pecho y el asiento de delante, mi estúpida mochila escolar me impedía
escapar.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Van a follar o qué? ―gritó alguien
―Eso parece― se rió otro.
―¿Qué demonios está pasando ahí detrás? ―El Sr. Mulcahy rugió a
todopulmón―¡Kavanagh! ¡Lynch! Dejen de besuquearse y tomen asiento.
Todo el mundo en el autobús estalló en silbidos y risas. Mientras tanto,
yo me moría por dentro.
―¡Lo estamos intentando, joder! ―Johnny rugió―Danos un maldito
minuto, ¿quieres?
―¿Tan difícil es sentarse en un maldito asiento, Kavanagh? ―preguntó
el profesor.
―Mucho, por lo visto― murmuró Johnny en voz baja antes de volver a
centrar su atención en mí.
―Ve a la izquierda a la de tres― ordenó―Uno, dos...
Mis ojos seabrieron de par en par.
―¿Mi izquierda o tu izquierda?
―Dios―Murmurando una retahíla de maldiciones en voz baja, Johnny
refunfuñó―No importa, ven aquí.
Y procedió a agarrarme por la cintura, acercar mi cuerpo al suyo -como
si eso fuera posible- y girarnos de lado. Me soltó de la cintura y prácticamente
me dejé caer en el asiento de la ventanilla, con la cara encendida y el cuerpo
tembloroso. En cuanto nos sentamos, el autobús empezó a moverse bajo
nuestros pies.
―Gracias―murmuré mientras me apretaba contra el asiento, con los
hombros caídos.
―No hay problema― murmuró Johnny mientras se recostaba, tocándose
el puente de la nariz―Dios, eres un poco problemática, ¿verdad?
―Ah, sí― me las arreglé para responder, aunque mi voz era entrecortada

BOYS OF TOMMEN #1
y aguda―Siento mucho haberte dado un rodillazo en la nariz.
Me quité la bolsa de los hombros, la empujé al suelo y me desplomé hacia
atrás. Johnny se volvió para mirarme, con una pequeña sonrisa en los labios.
―¿Estás segura de que no estabas siendo astuta e intentando devolverme
el balón?19
―¿Qué...? ¡No! ―exclamé, negando con la cabeza―Por supuesto que
no. De verdad que no pretendía...
―Tranquila, Shannon―se rió entre dientes―Sólo estoy bromeando
contigo.
Sí, ciertamente estaba jugando conmigo.
Mi capacidad de respirar, por ejemplo.
Mis latidos erráticos eran otra. Johnny se movió en su asiento,
obviamente tratando de encontrar la posición cómoda que tenía antes de que yo
lo molestara.
―Odio viajar en autobús―explicó cuando por fin se acomodó.
Estiró las piernas, inclinando la izquierda de tal manera que se apoyó en
mi rodilla. No movió la pierna, prefiriendo dejarla allí, mientras yo me obligaba
a no estremecerme.
Estaba claro que no lo hacía a propósito.
Medía 1,90 y era demasiado grande para el poco espacio que le habían
asignado. Sin embargo, estaba demasiado cerca. Estaba excesivamente cerca.
Había demasiada cercanía.
―Estás de mi lado―susurré, golpeando su muslo con mi rodilla, rezando
por un respiro.
No llegó.
No movió la pierna.
19
Se refiere a que si ella no está tratando de desquitarse por lo del golpe que Johnny le dio al inicio de la novela con el balón.

BOYS OF TOMMEN #1
En lugar de eso, enarcó una ceja y respondió ―Estás en mi autobús.
Mis mejillas se sonrojaron.

Agaché la cabeza y me concentré en tirar de un hilo invisible de mi jersey
escolar, el único jersey escolar que estaba a la vista en todo el autobús.
El memorándum de no uniforme fue otro que no recibí.
Dios...
―Estaba bromeando―dijo Johnny, sacándome de mis pensamientos.
―Lo sé― respondí, aunque no lo sabía.No podía leerlo.
Estaba confundida.
Me sentía nerviosa.
Y quería salir de este autobús.
―Entonces, ¿eligieron a tu clase para venir al partido? ―preguntó,
ofreciendo algo de conversación.
Asentí y traté de ignorar la sensación de su pierna sobre la mía.
―Al parecer.
Arqueó una ceja―¿Al parecer?
Solté un fuerte suspiro―Ni siquiera sabía nada de este estúpido partido
hasta que entré en el instituto y me metieron en este autobús.
―¿Estúpido partido? ―se rió ―Gracias por eso.
―Lo siento.
―No te preocupes por eso― respondió―Entonces, ¿en serio no tenías
ni idea del partido?
Negué con la cabeza―Ni idea.
―Mierda― murmuró―Entonces, ¿no llevas nada contigo?
―Tengo todos los libros que necesito para las nueve clases de
hoy―expliqué débilmente, con los hombros caídos.
―Si se hace tarde, puede que tengamos que quedarnos a dormir― dijo

BOYS OF TOMMEN #1
frunciendo el ceño.
―¿Qué? ―balbuceé ―Por favor, no digas eso.
Johnny se encogió de hombros disculpándose―Son cosas que pasan.
―Dios― respiré.
―¿Quieres que vayamos rápidamente a tu casa y cojamos una
mochila?―preguntó―Puedo hablar con el entrenador y pedirle que pase por tu
casa...
―No― le espeté―Dios, no, está bien.
―¿Estás segura?
Asentí.
―Escucha, te llevaré a casa después del partido de esta noche― dijo
Johnny frunciendo el ceño―¿Si es eso lo que te preocupa?
―¿Preocupada? ―Negué con la cabeza ―No estoy preocupada.
―Pareces preocupada―dijo en voz baja, con los ojos fijos en los míos.
―Es que...―Luchando contra una oleada de ansiedad, pregunté―¿Me
prestas tu teléfono, por favor? ―Retorciéndome incómoda, añadí―Necesito
avisar a mi hermano de que llegaré tarde a casa.
Y luego tengo que pedirle a Joey que ponga en marcha los preparativos
de mi funeral porque soy una muerta andante...
―Sí, no hay problema―respondió Johnny.
Metió la mano en el bolsillo y sacó su teléfono de aspecto lujoso antes de
entregarme el brillante aparato negro.
―Um―Me quedé mirando la pantalla, despistada―¿Puedes
desbloquearlo?
―Mierda, sí, lo siento― murmuró mientras se acercaba y desbloqueaba
la pantalla.
Cuando seguí tanteando el teléfono, me lo quitó de las manos y me dijo

BOYS OF TOMMEN #1
que llamara al número.
―Gracias―susurré, agarrando el teléfono.
Pulsé el botón verde de llamada, me lo llevé a la oreja y recé para que
Joey contestara. Varios timbres después, me conecté a su contestador
automático―Hola, soy Joey. Ya sabes lo que tienes que hacer...
―Joe― murmuré, agachando la cara―Soy yo, Shannon. Estoy de
camino a Dublín con la escuela. No volveré hasta la noche. ¿Puedes decírselo a
mamá? Él tiene mi teléfono, así que no me llames, ¿sí? No podrás localizarme,
pero estoy bien, Joe. No te preocupes por...
El teléfono sonó, haciéndome saber que se me había acabado el tiempo.
Terminé la llamada, le devolví el teléfono a Johnny y exhalé temblorosamente.
―Gracias.
―¿Quién tiene tu teléfono? ―preguntó Johnny, guardándose el teléfono
en el bolsillo.
―Mi papá― murmuré.
―¿Por qué?
Me encogí de hombros, pero no respondí.
―Eso es diferente― dijo entonces.
Me quedé mirándole sin comprender―¿Eh?
Se acercó y me tocó la mejilla―El maquillaje.
―Oh―Agaché la cara, sintiéndome increíblemente agradecida por la
bolsa de maquillaje que Claire me había dado el miércoles por la mañana. Era
cien por cien necesario―Lo sé.
Johnny se movió en su asiento, obviamente intentando ponerse cómodo.
Bajé la cabeza y me concentré en tirar del mismo hilo invisible de mi jersey del
colegio.
―¿Estás molesta conmigo?

BOYS OF TOMMEN #1
Su pregunta me desconcertó y alcé la vista hacia unos penetrantes ojos
azules.
―¿Molesta contigo?
Johnny asintió lentamente―¿Por lo que hice en el comedor?
Mi corazón martilleaba violentamente, mientras evaluaba su pregunta.
Estaba avergonzada, insegura y tenía miedo.
Pero no estaba molesta con él.
―No― respondí finalmente―No estoy molesta contigo.
―No volviste― dijo, con la voz baja.
Bajé la mirada―Estaba enferma.
―¿Ya estás mejor?
―Supongo― respondí, con voz baja.
―¿Por lo de la menstruación? ―Johnny me pasmada al preguntarlo
directamente.
Dios mío…
―Eh... sí―Con la cara roja, me moví incómoda―Pero ya estoy bien.
―No hagas eso― dijo Johnny frunciendo el ceño.
―¿Que no haga qué?
―Avergonzarte―Me dio un codazo en el hombro con el suyo―Es
natural, Shannon.
Oh, Dios…
Estaba más que avergonzada. A estas alturas, me tambaleaba hacia una
humillación que me cambiaría la vida.
―¿De acuerdo? ―Le dije.
Sacudió la cabeza y sonrió―¿Escuchaste la pista nueve?
Ahora me sentía avergonzada de nuevo.
―Sí― susurré.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Te gustó?
―Um― Me encogí de hombros, sin saber qué decir.
―¿Qué te pasa?
―No sé qué decir, ¿sí?
Frunció el ceño, esperando una explicación.
Me moví incómoda antes de decir ―¿Fuck her Gently?
Johnny me miró boquiabierto―¿Qué?
―¿La pista nueve del CD? ―Me encogí de hombros―Era Fuck Her
Gently de Tenacious D.
―Maldición.
―Si, y estaba también Blink 182 y esa era la pista cuatro― respondí.
―Joder.
―No― corregí―FACK de Eminem era la pista diez.
―¿Qué? ¡No! ―Johnny sacudió la cabeza y gimió―Jesús, ¿qué más
había?
Me lo pensé un momento antes de decir ―Pretty Fly for a White Guy,
The Ballad of Chasey Laine, um…, Stacey's Mom, The Bad Touch, Pony y
algunas otras que no recuerdo.
Johnny gimió de nuevo―Te di el CD equivocado.
―¿Lo hiciste?
Asintió lentamente―Ese era de Gibsie.
―¿Cuál querías darme?
Johnny tenía una expresión afectada cuando dijo―Una canción de
Maroon 5.
―¿Ah? ―Levanté la vista hacia él―¿Cuál?
Se movió incómodo. ―She Will Be Loved.
Oh, vaya…

BOYS OF TOMMEN #1
Cuando no respondí, porque francamente no podía, Johnny me hizo
algunas preguntas más al azar, claramente tratando de iniciar una conversación.
Cuando todo lo que le di a cambio fueron un par de respuestas de una
sola palabra, se acomodó en su asiento con su brazo rozando el mío y volvió a
sacar su iPod. Jugueteó con los botones de la elegante pantalla, escuchando una
canción tras otra, hasta que finalmente se decidió por Daughters, de John
Mayer.
―Pregúntame si quieres volver a usar mi teléfono, ¿sí? ―se ofreció antes
de ponerse los auriculares en las orejas―O si necesitas algo más.
Puso el volumen de su iPod tan alto que no necesité sacar mi Discman
para entretenerme, no cuando podía oír claramente cada palabra desde mi
asiento.
Agradecida por haberme librado de su intensidad, exhalé un suspiro
tembloroso e intenté controlar los nervios.
Pero no era fácil.
No con la raíz de toda mi ansiedad sentada a mi lado. Y la letra de esa
canción atormentándome.
«Si él supiera lo cierta que era esa letra, pensé. Si tan sólo...»

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 58
¿Dónde Tengo La Cabeza?
Acabo de preguntarle por su periodo. ¿Qué demonios me pasa? ¿Se le

podía preguntar a una chica por su periodo? No tenía ni puta idea.
Dios, necesitaba que los médicos me escanearan tanto el cerebro como
las pelotas porque había algo suelto revoloteando por ahí arriba. Shannon estaba
sentada a mi lado, su olor me llegaba a la nariz, su brazo tocaba el mío y yo
apenas podía formar una frase coherente.
En serio, esto no era normal.
Me había pasado toda la vida exhibiéndome, como un maldito poni de
feria, y nunca nada me había inquietado.
Pero ella sí.
Esta chica de aquí lo hizo. Tal vez lo había dejado tanto tiempo que había
recuperado mi virginidad, porque ciertamente me sentía como si hubiera vuelto
a mi estado virginal. Ningún chico de mi edad que se respete, con mi experiencia de
vida, temblaba por una chica.
Joder, temblaba.
Y, sin embargo, aquí estaba yo, intentando que mi cuerpo se calmara de
una puta vez para poder fingir al menos que era medio normal y no asustarla de
vuelta al caparazón en el que le gustaba esconderse. Las preguntas que se me

BOYS OF TOMMEN #1
escapaban de la boca eran más que embarazosas, pero no conseguía
controlarme.
Estaba maquillada.
Una cara llena de maldito maquillaje que me daba ganas de llorar. Estaba
guapísima sin ponerse nada en la cara, pero saber que lo llevaba puesto delante
de todos mis compañeros me inquietaba.
Sabía que la estaban mirando.
Sólo en la última media hora, había tenido que fulminar a Luke con la
mirada para que dejara de mirarla desde su posición al otro lado de la fila. Estaba
tan fuera de lugar que me encontré moviéndome en mi asiento sólo para poder
bloquear su vista y la de todos los demás.
Gracias a Dios por la señora Moore, que había sido obligada a ayudar al
entrenador como supervisora del viaje. La orientadora de Tommen estaba como
una cabra, pero había planeado un montón de juegos y ejercicios de unión de
equipo para las tres horas y media de autobús. Incluso tenía una bolsa de putos
huevos de Pascua y pequeñas tablas de premios como recompensa.
Lo hacía cada maldita vez que nos acompañaba a un partido fuera de casa,
y yo solía ignorarla hasta que se daba por vencida y me dejaba en paz.
Siempre me sentaba solo para que no pudiera emparejarme con la persona
que tenía al lado y obligarme a hacer esos ejercicios de los malditos
sentimientos -y, Dios no lo quiera, el tiempo de reflexión- que tanto le gustaban.
Pero, ¿hoy?
Hoy me encontré participando en los aburridísimos concursos de
preguntas y respuestas y en los juegos de adivinanzas, por no hablar del maldito
espía.
Sabía que Gibsie, Hughie y Feely se estaban riendo a carcajadas de mí
desde la parte de atrás del autobús -sabían que nunca participaba en esos

BOYS OF TOMMEN #1
juegos-pero me importaba una mierda porque jugar a esos juegos significaba
que Shannon tenía que hablar conmigo.
Cada vez que ganaba, la chica a mi lado sonreía.
Cada vez que le entregaba otro huevo de Pascua o un estúpido premio,
salía de su caparazón.
Eso valía la humillación que iba a recibir de mi equipo.
Ella lo valía todo.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 59
Susurros Silenciosos Y Verdaderos Colores
Sentarse en un autobús con Johnny Kavanagh fue inesperadamente

brillante. Cuando la señora Moore, nuestra chiflada orientadora, llamó la
atención de todos y empezó a repartir pruebas y juegos para que participáramos,
yo esperaba que Johnny la ignorara, porque, admitámoslo, era una maldita
estrella del rugby.
Pero no fue eso lo que hizo. No, Johnny estaba jugando.
Como estábamos sentados juntos, formamos equipo para los juegos y las
tareas, y conseguimos trabajar juntos en una extraña especie de armonía,
completando nuestros juegos y actividades con facilidad.
Los juegos que nos propusieron eran tontos e infantiles, pero al cabo de
una hora me sentí completamente relajada con él. Además, mi compañero
parecía ser un genio que, cuando le dieron a cada pareja un cubo de Rubik para
resolver, completó el nuestro con facilidad en menos de diez minutos.
Fue realmente impresionante, teniendo en cuenta que ninguna otra
persona del autobús había resuelto su cubo. Ganamos todas las pruebas que nos
hicieron o todas las competiciones contra las otras parejas.
Bueno, Johnny ganó.

BOYS OF TOMMEN #1
Pero era mi compañero de equipo, así que eso significaba que yo también
ganaba. Nunca había ganado tantos concursos sin sentido en mi vida, ni huevos
de Pascua. La verdad es que nunca había ganado nada hasta hoy.
Teníamos una pila de doce huevos de chocolate en el suelo porque el
chico parecía brillar y destacar en todo lo que se proponía.
Doce huevos.
Tadhg, Ollie y Sean iban a estar encantados.
Era tan divertido estar con Johnny, y me sumergí tanto en el juego con él,
que no tuve tiempo de preocuparme.
Curiosa e intrigada, lo estudié durante nuestras sesiones de reflexión...
absorbiendo cada pequeño detalle, tomando nota de la variedad de canciones
que escuchaba, de la forma en que cronometraba sus ingestas de comida y de
cuántas veces se pasaba la mano por el muslo, que era constantemente.
Parecía tranquilo, calmado y sereno, pero si mirabas bajo la superficie
podías ver que era como un animal enjaulado dentro del autobús. Johnny era
demasiado grande para el asiento, demasiado rechoncho dentro de las diminutas
filas, demasiado ancho para estar realmente cómodo, y se rebelaba
despatarrándose en cualquier oportunidad, sin importarle si me tocaba o no.
Yo estaba segura de que lo hacía porque necesitaba estirar sus largas
piernas. Durante nuestra primera sesión de reflexión, a los cuarenta minutos de
viaje, Johnny metió la mano en su bolso y sacó una botella con un batido de
aspecto caro, cuyo contenido se bebió en cuestión de segundos.
En la siguiente sesión, miró el reloj y se comió un plátano.
Cuando el conductor del autobús paró en una gasolinera a las dos horas
de viaje, el resto del equipo y los estudiantes se apresuraron a ir al baño y
comprar provisiones del viaje, pero Johnny no bajó del autobús.
―¿Quieres entrar en la tienda? ―preguntó, ofreciéndose a moverse por

BOYS OF TOMMEN #1
mí.
Yo negué con la cabeza―No, está bien, no tengo hambre.
«Y no tengo dinero…»
―¿Segura? ―preguntó, volviendo a sentarse en su asiento, con las
piernas rozando las mías en el proceso―Puedo traerte algo si...
―No, no, no necesito nada―lo corté rápidamente―Gracias por
ofrecerte.
―¿Si estás segura?
―Lo estoy.
Johnny rebuscó en su interminable bolsa de provisiones y sacó un
recipiente hermético y un tenedor. Vi con el rabillo del ojo cómo quitaba la tapa
y dejaba al descubierto una selección de verduras al vapor, cuatro pechugas de
pollo sin piel y un par de sobres de pimienta negra molida.
―¿No vas a calentar eso? ―me oí preguntar, mi boca indagando sin el
permiso de mi cerebro.
―¿Por qué? ―Se volvió para sonreírme―¿Tienes un microondas en la
mochila?
―No, pero puede que tengan uno en la tienda―afirmé, obligándome a
no apartar la mirada―Sabrá mejor si está caliente.
―No, estoy acostumbrado―contestó y se metió un bocado en la
boca―Además, como por combustible, no por sabor.
―Eso suena fatal― solté.
Johnny sonrió entre bocado y bocado―Es lo que hay.
―¿Quieres ir a sentarte con ellos a comer? ―Señalé por la ventana hacia
donde un grupo de compañeros de Johnny estaban sentados alrededor de una
mesa de picnic fuera de la tienda, comiendo y charlando―No me
importa―añadí, no quería que sintiera que tenía que quedarse aquí conmigo

BOYS OF TOMMEN #1
cuando sus amigos estaban todos juntos allí.
―Estoy bien aquí― se apresuró a decir.
―¿De verdad nunca te dejan comer comida normal? ―No pude evitar
preguntar, recordando lo que me dijo aquel día en el pub―Sé que estás
entrenando...―Arrugué la nariz ante la idea antes de añadir ―¿Pero en serio
nunca puedes tomarte un día libre?
Ahora Johnny se volvió para mirarme―¿No consideras que el pollo y las
verduras son comida normal?
―Bueno, sí, claro que sí―murmuré, reprimiendo mi malestar―Pero
todos los demás chicos de tu equipo comen filetes de pollo y embutidos. Y tú
comes comida precocinada.
―Sí, bueno, todos los demás chicos del equipo no tienen una malvada
nutricionista con la que lidiar―me explicó entre bocado y bocado―O un
camión lleno de entrenadores y ojeadores respirando en sus cuellos.
Me lo pensé un momento
―¿Te importa? ―Pregunté entonces.
Sonrió satisfecho―No, nena, no me importa.
El corazón se me paró en el pecho.
La cara de Johnny se sonrojó y negó con la cabeza―Quiero decir...
―Tranquilo― susurré―No pasa nada.
Me miró con expresión adolorida y luego exhaló pesadamente. Sacudió la
cabeza, volvió a meter el táper en el bolso y se frotó la frente. Desesperada por
romper la pegajosa tensión que nos envolvía, dije.
―Enséñame rugby.
Johnny me miró sorprendido―¿Quieres que...? ―Su voz se cortó y
arqueó una ceja―¿Por qué?
―Me están obligando a verlos jugar otra vez―respondí―Debería saber

BOYS OF TOMMEN #1
lo que estoy viendo―Encogiéndome de hombros, añadí―Por ejemplo, ¿en qué
posición juegas en el equipo?
―Juego de central―me explicó, mirándome todavía con expresión
perpleja―De pívot exterior es donde me siento más cómodo.
―De acuerdo― Asentí, asimilando la información―Entonces, ¿te metes
en los scrums y esas cosas?
Johnny resopló.
―¿Qué? ―Le contesté a la defensiva―Sólo he visto uno de sus partidos
y las reglas y las posiciones se me pasaron por alto. Ya te he dicho que soy una
chica de la GAA.
―Lo sé― Riéndose, levantó las manos y dijo―No estoy juzgando.
―Pero te estás riendo―le recriminé.
Me miró fijamente durante un largo rato antes de preguntar―¿De verdad
quieres que te enseñe?
Asentí―Quiero aprender.
Johnny exhaló un suspiro y asintió―¿Por qué no? Así pasaremos el
tiempo antes de la próxima misión de mierda que nos dé la loca.
―Creo que es meditar, en cuanto volvamos a la carretera―solté una
risita.
―Para―Johnny se estremeció―¿Tienes papel y bolígrafo en la
mochila?
Fruncí el ceño, pero no le pregunté.
En lugar de eso, metí la mano en el bolsillo delantero de mi mochila,
saqué un pequeño cuaderno y un bolígrafo, y se los entregué.
―¿Qué mierda es esto? ―preguntó Johnny, mirando la bola rosa y
esponjosa que colgaba del bolígrafo de bienvenida a Tommen que Claire me
había comprado.

BOYS OF TOMMEN #1
―Dios― Acarició la bolita, haciéndola brillar, y luego dirigió su mirada
acusadora hacia mí―¿Podrías ser más femenina?
―Dijiste que no juzgarías―murmuré, sintiendo que me ardían las
mejillas―Y soy una chica.
―Ya―Sacudiendo la cabeza, dirigió su atención a mi bloc de
notas―Hagámoslo―anunció, aclarándose la garganta―Prepárate para recibir
una lección―Me dedicó una sonrisa de complicidad antes de añadir―Otra vez.
Sonreí―Soy toda oídos.
Johnny abrió mi cuaderno en una página en blanco y empezó a dibujar
una cuadrícula con quince casillas pequeñas, explicando mientras trabajaba.
Dentro de cada casilla, garabateó palabras como Flanker (blindside y
Openside), Hooker, Right Wing, Left Wing, y luego explicó cada posición.20
Al lado de cada casilla asignó un número.
Al lado de la casilla Centro exterior escribió 13.
―Centro exterior, ¿eres tú, ¿verdad? ―le pregunté―¿Tienes el número
13?
Johnny asintió.
―Mala suerte para algunos― reflexioné.
―No para mí― respondió con una sonrisa.
―Y ahí se acaba tu oportunidad de fingir modestia.
―No tiene sentido―respondió encogiéndose de hombros con
indiferencia―Soy lo que soy y no me disculpo por ello―Me dio un ligero
golpecito con el bolígrafo en la nariz―Ahora, concéntrate.
Y así lo hice.
―Tienes a los delanteros: los números del 1 al 8. Así que son los dos
Prop, los dos flankers, el hooker, los dos locks y el número 8. Estos jugadores
20
Al final les dejé una imagen de los nombres de ingles a español y un gráfico de cómo están posicionados. ILUSTRACIÓN

BOYS OF TOMMEN #1
suelen ser los más grandes y pesados―explicó mientras garabateaba pequeñas
notas.
La letra de Johnny era sorprendentemente pulcra para tratarse de un
hombre; pequeña, sin uniones y fácil de leer.
Guardé ese fragmento de información en mi mente para tenerlo en cuenta.
―Y luego tienes la parte de atrás― anunció, atrayendo de nuevo mi
atención hacia él―Números del 9 al 15; Son el scrum-half, el fly-half, los dos
centros, los dos wings y el full back. Son los jugadores más pequeños, más
ligeros y generalmente más rápidos del equipo―Con un suspiro de satisfacción,
agitó una mano delante de la página ―Y ahí lo tienes; las quince posiciones que
componen un equipo de rugby.
―Entonces, ¿estos tipos son los delanteros? ―pregunté, señalando los
números del 1 al 8.
Johnny asintió―Exacto.
―¿Como en el fútbol?
―No, no como en el fútbol―prácticamente se atragantó con las palabras,
horrorizado―No es igual al fútbol.
―¿Gaélico?
―No―refunfuñó, pellizcándose el puente de la nariz.
―¿Hurling?
―¿Qué? ¡No! Deja de hablar―Nervioso, se pasó una mano por el pelo y
gruñó―Olvídate de otros deportes un rato y escucha.
―La otra noche no fuiste un profesor tan mandón― refunfuñé.
―Y tú tampoco fuiste una alumna tan testaruda entonces―replicó,
golpeando el bolígrafo contra el bloc de notas―Ahora,
21
concéntrate―Exhalando un suspiro frustrado, dijo―En el rugby, los backs
21
Los backs son los jugadores número (9-10-11-12-13-14-15)

BOYS OF TOMMEN #1
se colocan detrás de los delanteros al inicio del juego. Esa es la norma. Así es
como se juega.
―Entonces, ¿todos estos tipos de aquí forman el scrum? ―pregunté
señalando los números del 1 al 8―¿Los delanteros? ―Frunciendo el ceño,
agregué ―¿Y se unen, se colocan y se enfrentan con el otro equipo cuando el
árbitro pide un scrum?
―Sí― aceptó, asintiendo alentadoramente.
―¿Qué es un "bind"? ―pregunté, recordando lo que Claire, Helen y
Shelly me habían contado sobre el concurso de binding que organizaban las
chicas de sexto curso.
―Binding es cuando tu primera línea conecta con la primera línea del
equipo contrario―explicó Johnny.
―¿Como chocar? ―pregunté ―¿Conectando por la fuerza?
―Es un poco más complicado y técnico que eso, pero sí― respondió,
arrugando la nariz ante la idea―Por el bien de nuestra lección, llamémoslo así.
Fruncí el ceño ante la idea, que no me pareció nada atractiva, antes de
preguntar―¿Y el scrum-half introduce la pelota en el scrum?
―Exacto.
―¿Y la pelota tiene que ser jugada hacia atrás y detrás de los jugadores
en todo momento? ¿Un pase o lanzamiento hacia adelante resulta en un penal?
―Sí―Se le iluminaron los ojos―Eso está muy bien, Shannon.
.Me sonrojé por el elogio.
Animada, le escuché atentamente. El rugby parecía ser su vida y yo quería
saberlo todo sobre él. Cada pequeño, minúsculo e insignificante detalle. Era
patético en todos los sentidos, pero me consolé diciéndome que era una forma
inofensiva de pasar el tiempo.
Johnny siguió hablando, tratando de enseñarme las reglas del juego y las

BOYS OF TOMMEN #1
funciones de cada jugador, por no hablar de las diferentes jugadas y
formaciones.
Para ser sincera, tenía que asimilar una gran cantidad de información y
gran parte de ella me sobrepasaba, pero cuando empezó a explicarme el papel
de un pívot, le escuché atentamente.
―En un equipo hay dos centrales: el inside-centre y el outside-centre22.
Jugar de central significa que mi trabajo consiste en romper la línea defensiva
contraria―me explicó―También tenemos que mantener nuestra propia línea
defensiva, leer el juego del rival, anticipar la dirección del balón, saber cuándo
hacer un ataque defensivo y saber cuándo no.
―Eso suena increíblemente complicado―admití, sintiéndome un poco
abrumada y asombrada.
―No es una posición fácil de la que ser responsable―coincidió
Johnny―Todo el mundo habla del fly-half, pero los dos centros son
primordiales para jugar. Supongo que se puede decir que son el centro del
campo de un equipo de rugby.
―Pero dijiste que eras un back.
―Soy un back.
―Pero también dijiste que eres centrocampista.
―Lo soy.
―¿Cómo?
―Jesús, por favor, deja de hacer preguntas y escúchame―Johnny se
pellizcó el puente de la nariz y murmuró varias palabrotas en voz baja―Te lo
estoy explicando lo mejor que puedo, Shannon.
―Lo siento― murmuré―No te enfades conmigo por eso.
―No me enfado contigo, estoy intentando...―Johnny se detuvo en seco
22
Esa es la posición del número 13 en el campo, ósea Johnny es el segundo centro. ILUSTRACIÓN

BOYS OF TOMMEN #1
e inhaló profundamente antes de volver a intentarlo―Aparte de los 9 y los 10,
que suelen controlar el juego, la velocidad y la dirección del juego, los centros
son los creadores del juego―explicó, con un tono más suave
ahora―Protegemos al fly-half, vigilamos al scrum-half, aguantamos el embate
de los delanteros rivales, que son jodidamente más grandes que nosotros. Somos
más pequeños, más rápidos y más ágiles que los delanteros. Tenemos que serlo
para jugar rápido y enlazar y asistir a otros miembros de nuestro equipo.
―Pero...―Levanté la mano y esperé a que me diera el visto bueno antes
de continuar ―Te he visto jugar, eres el más grande del equipo.
Johnny negó con la cabeza, moviendo los labios―Es rugby escolar. La
mayoría de los chicos de las ligas escolares juegan por diversión. En el rugby
profesional y competitivo, no soy el más grande.
―¡Pero si eres enorme! ―exclamé.
―Soy alto―corrigió antes de continuar rápidamente―La velocidad es
vital para un centro. Tengo que ser ágil con los pies y acelerar a fondo cuando
llega la oportunidad.
Pensaba que Johnny era macizo, pero ¿qué sabía yo? Al parecer, no
mucho.
―Mantener y defender - ese es mi trabajo como 13― dijo―Mantener la
línea y defenderla. Competir en el suelo o anular un ruck23. Eso también es cosa
mía― añadió―El 12 y el 13 juegan cerca el uno del otro.
―¿Quién es tu 12 en el equipo del colegio?
Johnny inclinó la cabeza hacia el grupo de chicos―Patrick Feely.
―Ah― Asentí―Y son buenos amigos, ¿verdad?
Asintió.
23
Un ruck se forma si la pelota está en el suelo y uno o más jugadores de cada equipo sobre sus pies se agrupan alrededor de
ella.

BOYS OF TOMMEN #1
―Sí, es un buen amigo. Vigilo constantemente a Feely y viceversa. Si
tiene el balón, tengo que estar encima de él, listo para quitarle el pase y sacar
provecho enlazando con uno de los wings.
―¿Los wings24?
―11 y 14― me explicó.
Asentí con la cabeza―De acuerdo, los 11 y 14 son los wings.
―Exacto. Ahora, se necesita confianza entre los dos centros: 12 y
13―explicó ―Tienen que tener una jodida fe total el uno en el otro, conocer a
su compañero como la palma de su mano, leer sus jugadas, sus lenguajes
corporales, diablos, a veces tienen que leer sus pensamientos.
―¿Por qué?
―Porque si me llevo al rival por fuera, dependo del número 12 para
controlar el interior y viceversa. Si uno de los dos la caga, el otro sufre, con el
resultado de que todo el equipo sufre―Exhaló un suspiro pesado y dijo―Es
una asociación estrecha que necesita una comunicación transparente.
―No podrías haberte hecho la vida un poco más fácil, ¿verdad?―respiré,
sintiéndome intimidada―Tenías que elegir el puesto más difícil del equipo.
―Todas las posiciones son desafiantes― dijo―Como los rayos de una
rueda, si uno cae todos caemos.
―¿Das patadas?
Johnny se encogió de hombros―Puedo, y lo hago cuando lo necesito,
como patadas en línea o algún que otro grubber, pero no es una gran parte de
mi juego.
―¿Grubber?
―Una patada en el campo a la que hay que perseguir, sirve para romper
las líneas defensivas del rival.
24
Los wings son el extremo derecho y extremo izquierdo

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Pero no lo haces a menudo?
―No tan a menudo.
―¿Por qué no?
―Porque normalmente estoy ocupado compitiendo por el balón y
defendiendo la línea. Necesito ser capaz de enfrentarme al rival tanto en ataque
como en defensa. Mi cuerpo tiene que estar preparado para los golpes que
recibo, y recibo muchos putos golpes, Shannon.
―¿Por qué lo haces?
―Rugby― le expliqué―¿Por qué lo haces?
―Me encanta―respondió simplemente―Todo lo que tiene que ver con
él. La forma del balón. El físico del juego. La adrenalina. La presión. La
recompensa. El esfuerzo. Me encanta este deporte.
Te quiero, estuve a punto de soltar, pero contuve las tres aterradoras
palabras justo a tiempo.
¡Oh, Dios mío!
¿De dónde había salido eso? No quería a Johnny, ni siquiera lo conocía.
Al menos, no bien.
Y claro, las partes que conocía de él eran partes buenas, partes decentes,
partes bonitas, pero eso no significaba en absoluto que sintiera algo más
profundo por Johnny que una evidente atracción física y un enamoramiento
adolescente.
Era ridículo.
Yo era ridícula.
«Deja de mentirte a ti misma, siseó mi cerebro, lo quieres con cada pedazo
de tu fracturado corazón...»
Sobresaltada y desorientada por aquel inquietante pensamiento, tardé

BOYS OF TOMMEN #1
unos instantes en darme cuenta de que seguía hablándome.
―... te asignan un montón de estupideces extra con las que no voy a
entrar en detalles ni aburrirte― logré oírlo decir.
Volvía a moverse, con las piernas estiradas en un ángulo incómodo.
―¿Estás bien? ―Pregunté.
―Sí― Se llevó la mano al muslo, pero enseguida la quitó y me miró con
recelo―Odio estos viajes largos en autobús―dijo a modo de
explicación―Voy demasiado apretado.
―Entonces, ¿por eso prefieres sentarte solo? ―Le pregunté―¿Por el
espacio para las piernas?
―Sí― Johnny asintió, con los ojos brillando de alivio―Con el tamaño
que tengo, es más fácil.
―¿También te sientas solo en tus clases?
Asintió―Sí, lo prefiero así.
―¿Por qué?
―Porque soy ancho― respondió―Y esos pupitres son estrechos como
la mierda.
Era ancho, enorme y hermoso.
Johnny me miró de reojo, sonriendo, y dijo ―Sin embargo, yo me sentaría
contigo.
El corazón me dio un vuelco―¿Lo harías?
Sonrió― Eres tan pequeña que no cuentas.
Exhalé un suspiro―Claro que cuento.
―Ya sabes lo que quiero decir― rió en voz baja―No hay que pelearse
por el espacio para las piernas― Bajó la mirada hacia mis pies, con la sonrisa
aun firmemente pegada, y bromeó ―¿Tus pies tocan siquiera el suelo?
―Por supuesto― confirmé, y luego palpé rápidamente el suelo con los

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dedos de los pies para ver si estaba en lo cierto―¿Lo ves? ―volví a decir, feliz
de descubrir que, de hecho, tenía razón. Es cierto que los dedos de los pies
apenas tocaban el suelo, pero había un claro contacto de puntillas―Ja, ja.
―¿Ja, ja? ―Johnny echó la cabeza hacia atrás y se rió―¿Tienes cuatro
años?
―Lo dice el que se burla de mí por mi estatura― repliqué, lanzándole
mi
mejor mirada indignada.
―Sólo digo la verdad― respondió inocentemente. Una sonrisa pícara se
dibujó en su rostro antes de añadir―Esperaba que trajeras un booster 25 al
autobús.
En contra de mi buen juicio, esbocé una sonrisa ante su comentario.
Había algo en su tono que me aseguraba que no se trataba de un comportamiento
vengativo. Johnny estaba siendo juguetón. Era extraño, inesperado y
sorprendentemente bienvenido.
―Decidí dejarlo en casa―contesté imponiéndome―Menos mal que lo
hice, porque apenas hay sitio aquí con tu ego.
―Shannon Lynch sabe bromear―Johnny se echó hacia atrás, sonando y
pareciendo impresionado a regañadientes―¿Quién lo habría adivinado?
―Bueno, obviamente tú no―Le sonreí dulcemente, ignorando el
revoloteo en mi estómago cuando dijo mi nombre, mientras mi cuerpo se
relajaba lentamente, y mi sentido del humor se asomó por encima de mis altos
muros protectores, fascinada por el persuasivo engatusamiento de este chico.
―Bueno, mierda― Johnny sonreía ahora―Eres una cosita sarcástica
cuando quieres, ¿verdad?
Sintiendo un repentino arrebato de jovialidad, me encogí de hombros y
25
Está diseñado para elevar la altura de un niño de manera que el cinturón de seguridad se ajuste correctamente.

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dije ―Pues sí, pero ¿qué sé yo?
―Ahora te estás burlando.
―Pues sí, pero ¿qué sé yo? ―repetí sonriendo.
―Los palos y las piedras me romperán los huesos 26
―bromeó,
siguiéndome la corriente―Pero las chicas nunca me harán daño.
―Son las palabras las que nunca me harán daño―corregí,
encontrándome reflejando su sonrisa―Las chicas no.
―No en mi mundo― respondió con una risita baja.
―Mentiroso, mentiroso― le espeté ―Tus pantalones están ardiendo27.
Soltó un sonoro bufido.
―Supongo que ahora me vas a soltar el rollo de que ‘perra significa
perro, perro significa naturaleza y naturaleza significa belleza21’28
―Depende―le repliqué, sintiéndome a la vez a gusto y nerviosa a su
lado.
Empezaba a darme cuenta de que cada vez que estaba con él me
embargaba una turbulenta oleada de emociones. Una ola de emociones que me
hacía sentir nerviosa y excitada a la vez. Para mí no tenía sentido, pero sus
sonrisas eran adictivas.
Cuantas más me ofrecía, más ansiaba.
Johnny se inclinó hacia mí, con los ojos brillantes de emoción
―¿Sobre qué?
―Sobre si me estás llamando perra o no― completé.
26
Esta frase se usa para explicar que las ofensas verbales a veces son más dolorosas que los daños físicos, es como devolverle
la pulla a alguien que te está ofendiendo.
27
Esta parte se explica mejor en ingles que es (Liar, liar, pants on fire, nose is longer than a telephone's wire) es como el (lero
lero, calzón de cuero la vaca llora por su ternero) en Latinoamérica.
28
Esto es como devolver la pulla a alguien que está tratando de insultarte, es como decirle que el insulto no fue insulto sino más
bien un cumplido.

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―Ni se me pasaría por la cabeza―replicó Johnny en tono
sarcástico―Además, si lo hiciera, probablemente me delatarías con mi mamá.
―Sabes que no quería hacer eso― protesté―Nunca quise meterte en
problemas con nadie.
―Claro que sí―insistió Johnny, lanzándome un guiño burlón―Siempre
que estás cerca de mí, los problemas no tardan en llegar― Sonrió, mostrando
los hoyuelos de sus dos mejillas―Si no te conociera mejor, pensaría que
disfrutas metiéndome en líos serios con la autoridad.
No era tan ingenua como para no reconocer el hecho de que esta
conversación estaba mezclando la línea entre la broma y el coqueteo.
Al menos así lo sentí yo.
Johnny probablemente ni siquiera lo pensaba así. Pero no importaba,
porque cuando me miraba así, todo sonrisas y ojos interesados, no podía evitar
seguirle el juego.
Reprimí un sonrojo y respondí ―Eso no es cierto.
―¿Ah, ¿no? ―Me lanzó otro guiño burlón antes de añadir ―¿Y ahora
quién es la mentirosa con los pantalones en llamas?
―Sigues siendo tú―respondí―Y no llevo nada rosa.29
Frunció el ceño, confundido.
―¿Eh?
―Rosa para que los chicos anden guiñando el ojo― aclaré, sintiéndome
satisfecha de haberle hecho tropezar en este jueguecito al que parecíamos estar
jugando―Llevo azul, no rosa. No hace falta que me guiñes el ojo.
Con una sonrisa diabólica grabada en la cara, Johnny se inclinó hacia mi
oído y susurró.
29
Se supone que cuando una persona se viste de color rosa es como una indirecta para que te coqueteen porque el rosado
sirve para atraer el romance.

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―Creo que puedo hacer que esas bonitas mejillas tuyas se vuelvan rosas.
Me puse escarlata―¿Qué?
―Demasiado fácil― se rió, muy satisfecho de sí mismo.
Consciente de que llevaba las de ganar, pero sin encontrar una respuesta
decente a una valoración desgraciadamente acertada, recurrí a sacarle la lengua.
Johnny me miró a la boca y sus ojos bailaron con picardía cuando dijo:
―Sigue sacándome la lengua y te la voy a agarrar.
Volví a meter la lengua y lo miré con recelo.
―Sí, claro.
―Inténtalo―me retó, sonriendo―Vamos.
Mis ojos se abrieron de par en par y di un respingo. No confiaba en que
no siguiera con la amenaza. Mi reacción sólo hizo que Johnny se riera más.
―Deja de mirarme así―me ordenó, llevándose una mano al costado para
evitar reírse.
―¿Así cómo? No estoy haciendo nada― repliqué, sin poder evitar que
la sonrisa se dibujara en mis labios―Eres tú quien amenaza con robarme la
lengua.
―Es esa mirada nerviosa que tienes con los ojos muy abiertos―me
explicó Johnny, que seguía riéndose para sí mismo―No te preocupes― musitó
sonriéndome―No te robaré la lengua.
Fingí incredulidad―No estoy segura de creerte.
―Me crees― me aseguró en tono confiado.
―¿Ah, ¿sí? ―Arqueé una ceja―¿Por qué estás tan seguro?
―Porque confías en mí― respondió con una enorme sonrisa radiante.
―No confío en nadie, Johnny―enmendé en voz baja, sintiendo que mi
despreocupación se evaporaba en el aire, sustituida por la familiar pesadez de
la desesperación que se cernía sobre mi cabeza como un nubarrón constante.

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Johnny guardó silencio durante un largo rato, reflexionando sobre mis
palabras.
―¿Por algo que pasó? ―preguntó finalmente―¿En tu pasado?
―Por muchas cosas―fue todo lo que respondí, incapaz y sin ganas de
darle más.
―¿Cosas malas? ―insistió, con voz grave y penetrante.
―Cosas personales― balbuceé, sin que me gustara el giro repentino y
serio que había tomado la conversación. Me aclaré la garganta y añadí ―Cosas
privadas.
―Cosas que te dificultan la confianza en la gente―dedujo finalmente
Johnny, observándome atentamente.
―No―Sacudiendo la cabeza, junté las manos con fuerza y exhalé un
suspiro pesado―Cosas que hacen imposible confiar en la gente.
―¿Quieres hablar de ello?
Sacudí la cabeza.
―Ya sabes lo que dicen cuando compartimos un problema― insistió.
―No siempre―susurré.
Me estudió durante un largo momento, obviamente reflexionando sobre
mis palabras.
―¿Quieres saber lo que pienso? ―preguntó finalmente.
―¿Qué piensas?
―Creo que no quieres confiar en nadie―afirmó, sin dejar de
insistir―Pero confías en mí a pesar de ti misma.
Abrí la boca para negarlo, pero me detuve en seco, perpleja ante sus
palabras. ¿Él tenía razón? ¿Confiaba en él? Tal vez sí, a mi peculiar manera.
Confiaba en que no intentaría hacerme daño o sabotearme
intencionadamente. Confiaba en que era una buena persona con un corazón

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amable y una mente hermosa. ¿Pero todo lo demás? ¿Lo que me daba miedo?
¿Los sentimientos aterradores que me provocaba y que no me atrevía a
interpretar por miedo a lo desconocido?
No estaba tan segura.
―Porque puedes, Shannon―la voz de Johnny irrumpió en mis
pensamientos―Puedes confiar en mí―Su mirada se clavó en la mía, sus
sorprendentemente intensos ojos azules quemando agujeros dentro de mí―No
te haré daño.
―No te tengo miedo―repliqué a la defensiva, sintiéndome
desconcertada por su inquietante y acertada apreciación.
―Bien―respondió Johnny con calma, con los ojos clavados en los
míos―No quiero que lo tengas.
―Pues no lo tengo.
―Me alegro.
Sintiéndome increíblemente expuesta y vulnerable, me quedé allí
sentada, incapaz de formar una frase coherente, mientras miraba fijamente al
chico que había hecho pasar mi corazón por el aro desde aquel primer día.
«Te defraudará, argumentó la parte defensiva de mi cerebro. Te hará más
daño que todos los demás.»
―No lo haré―afirmó Johnny, aparentemente capaz de leer mis
pensamientos―A quienquiera que estés acostumbrada―continuó diciendo,
con los ojos clavados en los míos―O a quienquiera que estuvieras
acostumbrada. Lo que sea responsable de esa mirada triste en tus ojos...―hizo
una pausa para rozarme el pómulo con el pulgar―Ese no soy yo, yo no soy así,
y no te haré eso.
―¿Me lo prometes? ―susurré, y luego me reprendí rápidamente.
Cuando estaba ansiosa, siempre pedía una promesa. Era un hábito terrible

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que tenía por haber pasado años de mi vida viviendo en un estado constante de
ansiedad incierta. Por lo general, pedía esas promesas a mi hermano, y Joey me
las proporcionaba en abundancia para mitigar parte del estrés.
Tanto si mi hermano pretendía cumplir esas promesas como si no, la
pequeña afirmación, por imposible o ridícula que fuera, apaciguaba algo dentro
de mí durante un rato, haciendo la vida un poco más llevadera.
―Te lo prometo―me sorprendió Johnny diciéndome.
En ese momento, y con esas dos pequeñas palabras, Johnny Kavanagh,
sin saberlo, hizo un agujero a través del muro que rodeaba mi corazón.
―Por favor, no hagas eso―susurré/supliqué, mientras intentaba
frenéticamente reparar el agujero que había dejado en mí con facetas de
información como: «no te encariñes porque se va pronto, y experiencias
pasadas como la noche en que me hizo daño, o peor aún, la noche en que me
rechazó.»
Johnny frunció el ceño―¿Hacer qué?
―Hacer promesas―respiré, con el corazón golpeándome la caja
torácica―Por favor, no lo hagas.
―Acabo de hacerlo―me dijo sin disculparse―Ya está hecho y no me
voy a retractar.
Se me revolvió el estómago.
Se me aceleró el corazón.
Todo mi cuerpo tembló.
«Esto no es seguro, me advirtió el cerebro. Bloquéalo. Protégete. No lo
dejes entrar.»
―No me retracto de mi palabra, Shannon― añadió Johnny―Así que
tendrás que aceptarlo.
Luego volvió su atención al cuaderno que aún tenía en las manos y

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empezó a garabatear furiosamente algo en su interior antes de devolvérmelo un
minuto después, más o menos.
―¿Qué me dices? ―preguntó con una sonrisa burlona.
Miré la página y se me escapó una carcajada.
Era ridículo, adorable, y no podía borrar la estúpida sonrisa de mi cara.
―Para ser justos, creo que somos amigos desde hace tiempo―dijo
Johnny con una sonrisa infantil―Sólo lo pongo por escrito para que dejes de
esquivarme en el colegio.
―No te he estado evitando en el colegio―negué rápidamente,
demasiado rápidamente. Johnny arqueó una ceja y la mirada que me dirigió
gritaba mentiras―Bien, si te he estado evitando―Admití, mortificada.
―Me gusta la sinceridad― me animó con un tono burlón en la voz―Es
la base de una amistad sólida.
Me reí y sonreí ante la nota―¿Y de verdad quieres que firme esto?
―He hecho un gran esfuerzo de imaginación para redactarlo―replicó
Johnny―Me sentiría insultado si no lo hicieras.
Sacudí la cabeza y reprimí una sonrisa―Eres ridículo.
―Pero te lo advierto― rió entre dientes―No tengo hermanas y nunca he
sido amigo de una chica, así que, si meto la pata o digo algo equivocado, tendrás
que tener paciencia conmigo.
―Bueno, tengo muchos hermanos―respondí―…así que estoy
acostumbrada a que los chicos digan cosas equivocadas.
Marqué la casilla del sí, firmé la página con mi nombre y la arranqué del
cuaderno antes de devolvérsela a Johnny. La sonrisa con la que Johnny me
recompensó fue amplia, genuina e impresionantemente hermosa.

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Dios, parecía otra persona cuando sonreía. Toda su cara se transformaba.

Sus ojos se iluminaron, se le veían los hoyuelos de las mejillas. Era
sencillamente hermoso, y estuve a punto de decírselo. Por suerte, me detuve
justo a tiempo y en su lugar le dije.
―Te ves radiante.
Johnny levantó las cejas, con expresión inquisitiva, mientras yo me
hundía aún más en mi asiento.
―¿Estoy radiante? ―preguntó mientras me observaba con interés, con

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una pequeña sonrisa en los labios.
―En perfecto estado―le corregí rápidamente y carraspeé varias veces,
ganando tiempo para buscar una mentira, antes de encontrarla y
añadir―Teniendo en cuenta que llevas una herida tan grave.
Un destello de pánico iluminó sus ojos durante un breve instante antes de
que se cerrara la persiana. Y así como así, la versión juguetona y tierna de
Johnny había desaparecido.
―No vayas por ahí, Shannon―le advirtió, con sus labios sonrientes
aplanados en una fina línea. Mientras todo su cuerpo se tensaba visiblemente.
Miró a su alrededor, observando la fila de estudiantes que se amontonaban en
el autobús, antes de volver a centrar su atención en mí―Y menos aquí.
Su reacción fue como una bofetada en la cara.
―¿Estás bien? ―pregunté, odiando lo insegura que sonaba―Sabes que
no pretendía...
―Estoy bien― terminó por mí―Y lo sé. No pasa nada. Es sólo que... no
puedo... por favor, olvídalo.
El rechazo y el desprecio nunca eran sentimientos agradables de soportar,
que era exactamente lo que me pasaba cada vez que me abría tontamente a este
chico. Tenía el don de edificarme con palabras, sonrisas y falsas esperanzas,
sólo para aplastarme con el silencio.
Me dolía más de lo debido. Me aplastaba.
Varios alumnos volvieron a subir al autobús y su ruidoso parloteo nos
distrajo a los dos.
―Ya era hora―murmuró Johnny en voz baja.
Apartándome de su repentino cambio de humor, me concentré en la fila
de estudiantes que volvían a subir al autobús. Varios chicos del equipo pasaron
junto a nuestro asiento y se detuvieron para darle una palmada en el hombro a

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Johnny. Él los ignoró a todos, manteniendo la atención pegada a la hoja de papel
que tenía en las manos.
―¿Intercambiando cartas de amor? ―se burló Gibsie mientras descendía
hacia la parte trasera del autobús―¡Qué romántico!
―Vete a la mierda, Gibs―replicó Johnny, sonando irritado, mientras
doblaba la nota y se la metía en el bolsillo―Hoy no estoy para tus estupideces.
―Sí, bueno, te mandaría a la mierda, pero veo que ya lo tienes
resuelto―replicó Gibsie riendo.
Su comentario recibió mucha atención por parte de otros estudiantes que
decidieron subirse al carro y lanzar comentarios sugerentes.
―¿Lo ven, chicos? Se quedaron en el autobús cuando estábamos en la
tienda.
―No tenía hambre de lo que tenían en la tienda.
―¡Venga ya! ¡Vamos, pequeño Johnny! ¡Entra ahí, chico!
Ansiosa, me estiré para hacer señas a Claire y Lizzie, rezando para que
una de ellas cambiara de asiento conmigo, pero me hundí rápidamente en mi
asiento cuando mis ojos se posaron en Ronan McGarry, dos filas más arriba, en
el lado opuesto del autobús. Otra docena de filas más arriba estaba Bella.
Me sentí atrapada y miré a Johnny, que se había girado en su asiento e
intercambiaba insultos con los chicos de la fila de atrás.
―Anotas en el campo, anotas en el autobús. ¿Cuántos intentos le has
clavado en la línea de gol, Johnny?
Me avergoncé y bajé la cabeza, aprendiendo rápidamente que pasar
cualquier cantidad de tiempo con Johnny significaba recibir mucha atención,
atención no deseada.
No entendí lo que dijo a continuación, pero Johnny saltó de su asiento y
se dirigió a la parte trasera del autobús, así que supuse que era algo explícito.

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No me atreví a mirar. En lugar de eso, mantuve la cabeza gacha y la mirada fija
en mis manos temblorosas.
―¿Qué mierda estás diciendo de ella?
―Estaba bromeando... ¡ah, joder, para! ¡Jesús, relájate! Era una broma.
―¿Me estoy riendo, Robbie?
―Relájate, Cap.
―¿Me estoy riendo, imbécil?
―No. Dios... ¡ay! Para.
―¿Crees que ella se está riendo?
―No.
―No―se burló Johnny―No me provoques de nuevo, pequeño culchie
de mierda.
―Lo siento.
―Dilo otra vez.
―Lo siento, Johnny...
―¡A ella! ―Johnny rugió, lo suficientemente fuerte como para llamar la
atención de todo el autobús―Discúlpense con ella. Ahora.
―Lo siento, Shannon― gritó un coro de voces masculinas.
―Um, ¿está bien? ―Le respondí, porque ¿qué otra cosa podíahacer?
―Malditos imbéciles―gruñó Johnny cuando recuperó su asiento a mi
lado… un minuto después.
Me dio un empujón en la pierna y atrajo mi atención hacia él.
―No les hagas caso―dijo en voz baja―Se trata de mí, no de ti, ¿sí?
Asentí con la cabeza, exhalé un suspiro tembloroso y me volví para mirar
por la ventana.
Me hizo daño, me rechazó y luego se lanzó a defender mi honor.
¿Y ahora? Ahora estaba tan confusa que me dolía el cerebro.

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El autobús rugió a la vida unos minutos más tarde y estábamos de vuelta
en el camino. La señora Moore llamó entonces la atención de todos y anunció
la hora de reflexión. Nunca me había sentido tan aliviada al oír esas palabras.
Sentada en el silencio, intenté procesar mis emociones desbocadas.
―Shannon, lo siento.
Sobresaltada, me volví para mirar a Johnny, preguntándome si estaba
oyendo cosas, sólo para encontrarme con que me devolvía la mirada con
expresión expectante.
―¿Qué?
―Soy un imbécil―Johnny sacudió la cabeza y exhaló un suspiro
frustrado―¿Te digo que confíes en mí y luego me doy la vuelta y actúo así? ―se
apresuró a explicar, sólo para tropezar con su siguiente obstáculo de
palabras―No debería... Es sólo que... Normalmente nunca... Yo no... Eres la
única chica que he... ―Exhaló un suspiro y señaló entre nosotros antes de decir
finalmente―No soy bueno en esto, Shannon.
―¿No eres bueno en qué? ―Ahora me tocaba a mí poner cara de
confusión―¿Hablar? Porque no tienes que hablar de ello, no te lo he pedido.
―No me estás oyendo― espetó, y luego sacudió la cabeza, con cara de
fastidio consigo mismo―No… No lo estoy diciendo bien.
―¿Diciendo bien qué?
Johnny se pasó una mano frustrada por el pelo y expulsó un suspiro
áspero.
―Exageré― dijo finalmente.
―Sí― respondí rotundamente―Eres bastante bueno en eso.
Decepcionada, crucé los brazos sobre el pecho y me volví hacia la
ventana, pero él me agarró del brazo, tirando de mí para que le mirara.
―No hagas eso― dijo, con voz grave y ronca, manteniendo la mano en

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mi brazo.
Solté un suspiro tembloroso, obligando a mi cuerpo a no volverse loco
por el contacto, y pregunté.
―¿Hacer qué?
―Ignorarme.
―Tú eres el que me ignoró― le dije, volviendo la cara hacia otro lado.
―No puedes ignorarme―insistió Johnny, tratando de hacer
humor―Tenemos un contrato de amistad.
No me hacía gracia…
―Entonces rómpelo―le dije, luego tiré de mi brazo libre.
―Shannon, déjame explicarte.
―Déjame tranquila.
―Shannon, vamos...
―No.
―Mírame.
Crucé los brazos sobre el pecho.
―No.
Johnny suspiró―Shannon, por favor.
―¡Dije que no! ―Me quejé―Me hiciste esto en tu coche y lo estás
haciendo de nuevo ahora. Eso es un patrón. No me gustan ese tipo de patrones.
Así que, ¡no!
Johnny soltó un gruñido frustrado. Segundos después, sentí su mano en
mi cuello mientras se inclinaba sobre mi asiento y tiraba de mi cuerpo hacia un
lado para mirarlo.
Atónita, no pude hacer otra cosa más que mirarlo fijamente.
―¿Qué estás haciendo?
Los ojos de Johnny estaban desorbitados y acalorados, asustados e

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interesados, mientras parpadeaban de mis ojos a mis labios. Por un breve
instante, pensé que estaba a punto de besarme.
Por supuesto, no lo hizo. En lugar de eso, soltó un suspiro entrecortado,
me acercó el cuello y tocó mi mejilla con la suya. Apretó los labios contra mi
oído y, con voz apenas más que un susurro, dijo.
―Tengo miedo, Shannon.
―¿Miedo?
Sentí que asentía con la cabeza y que su mejilla rechoncha rozaba la mía.
―¿De qué?
―De ti.
―¿De mí? ―El corazón me dio un vuelco en el pecho―¿Por qué?
―¿Lo que te conté aquella noche? ―susurró, agarrando suavemente el
lateral de mi cuello con su enorme mano―¿Toda esa mierda sobre mi operación
y lo mucho que me duele? Estoy furioso conmigo mismo por perder la cabeza
y contarte algo que puede ser usado en mi contra. Te di poder sobre mí y ahora
me da miedo, ¿de acuerdo? Perdí la calma contigo en el coche porque tocaste
un nervio. Porque me llamaste la atención por mis estupideces y porque tenías
razón.
―¿Yo tenía razón?
Asintió y el movimiento hizo que su mejilla rozara la mía.
―No soy estúpido―continuó susurrando―Sé lo que estoy arriesgando
al jugar, pero todo depende de los próximos quince meses, de que mi cuerpo
aguante. Es mi carrera― me dijo con voz apenas audible.
Sus palabras eran tan graves y rápidas, mezcladas con un acento dublinés
cada vez más marcado, que era difícil seguirle el ritmo.
―Es mi futuro y no soporto ver cómo se me escapa de las manos. He
trabajado demasiado duro para llegar a este puesto como para dejarlo escapar.

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Me están haciendo una prueba, Shannon. No se lo he dicho a nadie. Y si no lo
paso, si descubren que no estoy al cien por cien, me echarán y estaré fuera
meses, Shannon. Meses. Puede que a ti no te parezca gran cosa, pero para mí,
es mi vida. Me perderé mi oportunidad con la sub-20 en junio. Lo perderé todo.
Eso no puede pasar, joder.
Sus labios rozaron el lóbulo de mi oreja mientras hablaba. No fue un
movimiento intencionado ni remotamente coqueto, estaba claramente agitado,
pero aun así tuve que reprimir un escalofrío ante el contacto.
―¿Y tú sabiendo todo esto? ¿Yo contándotelo? ¿Sabiendo que se me
podría venir encima? ―Johnny suspiró pesadamente, su cálido aliento
abanicando la curva de mi mandíbula―Yo no hago eso, Shannon. No me
expongo a nadie. Nunca―Sus dedos temblaban contra mi cuello mientras
hablaba―Y me da mucho miedo haberte entregado ese tipo de poder.
―¿Entonces por qué lo hiciste? ―pregunté, mientras un pequeño
escalofrío recorría mi espina dorsal. Inclinándome hacia atrás para poder
mirarlo a la cara, le pregunté ―¿Por qué me lo dijiste?
Parecía tan impotente que se encogió de hombros.
―Llevo mucho tiempo haciéndome la misma pregunta y aún no tengo
respuesta, Shannon―masculló, con sus atormentados ojos azules clavados en
los míos―No entiendo lo que está pasando entre nosotros.
Me di cuenta de que estaba presenciando un raro momento de
vulnerabilidad por parte de Johnny, y mi corazón apenas podía soportar la
presión.
Verlo así, tan expuesto y desprotegido... Me hizo algo.
Me hizo sentir protectora. Como si tuviera que cuidarlo o algo así, lo cual
era una locura, porque con sólo mirarlo era obvio que no necesitaba la
protección de nadie.

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Pero aun así lo sentí.
Lo observé durante un largo rato, absorta en su expresión derrotada y en
la forma en que me miraba, casi esperanzada, como si yo tuviera las respuestas
a todas sus preguntas.
No las tenía, lo correcto sería consolarlo con palabras tranquilizadoras,
no lo hice.
En lugar de eso, le susurré mi verdad.
―No quiero que juegues―Dejándome llevar por el instinto, metí las
piernas debajo de mí, me acerqué y apreté los labios contra su oreja―Hoy no y
mañana tampoco. No quiero que salgas y te pongas en peligro, Johnny. No
quiero que te hagas daño. Quiero que pares. Quiero que descanses tu cuerpo y
quiero que te cuides.
―Shannon...
―Déjame terminar―susurré.
Asintió con rigidez.
Temblorosa, levanté la mano y le apreté la mandíbula.
―Lo dije en serio cuando te dije que no se lo diría a nadie.
Sentí que su cuerpo se ponía rígido, pero no me aparté, la necesidad de
consolarlo me empujaba hacia delante.
―No estoy de acuerdo con tus decisiones―espeté―Pero respeto que
sean tuyas.
Algo dentro de este chico me llamaba. No tenía ni idea de qué era ese
algo, pero me hizo valiente. Me hizo querer salir de mi zona de confort y
ayudarlo, incluso si eso significaba hacer lo incorrecto.
―Puedo guardar un secreto, Johnny Kavanagh―susurré, acariciando su
mejilla con los dedos―Y te prometo que guardaré el tuyo.
Con la mano todavía en mi cuello, Johnny exhaló un fuerte suspiro y dejó

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caer la cabeza hacia mí, rozándome el cuello con el pelo.
―Me duele mucho, Shannon―confesó, con un tono grueso y
áspero―Todo el tiempo― añadió, cubriendo mi mano con la suya―Me duele
tanto que apenas puedo dormir por la noche. No puedo concentrarme una
mierda en la escuela. La cago en el campo. En los entrenamientos. Todo se va
al carajo, y la única persona con la que puedo hablar de ello es una chica que
apenas conozco―Exhalando un fuerte suspiro, me acercó más―Eres lo único
que me distrae, en lo único que puedo concentrarme, y ni siquiera te conozco.
Me siento más cerca de ti que de mis propios compañeros de equipo. Te digo
cosas que no le diría ni a mi mejor amigo. ¿Cómo de jodido es eso?
―No es jodido―Mi corazón martilleaba tan fuerte contra mi caja
torácica que me hacía respirar fuerte y rápido―Está bien.
―No está bien―refutó Johnny, enterrando su cara en mi cuello―Ni una
maldita cosa de lo que está pasando en mi vida ahora mismo está bien.
En un momento tenía su cara enterrada en mi cuello y al siguiente ya no
estaba.
―¡Maldición! ―gruñó Johnny, apartándose de mí como si le hubiera
escaldado―¡Maldición! ―repitió, pasándose una mano por el pelo―Lo he
vuelto ahacer. Lo he vuelto a hacer, carajo.
Atónita, permanecí de rodillas, observando cada uno de sus movimientos.
―¿Hay alguna posibilidad de que olvides todo lo que acabo de
decir?―preguntó en un tono desganado, mientras me miraba, con los ojos
ardiendo de desesperación.
Incapaz de articular palabra, le devolví la mirada, negando con la cabeza.
No podía fingir.
No podía seguir fingiendo.
―No― Johnny asintió cabizbajo y se frotó la cara con la palma de la

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mano―No lo creo.
El razonamiento detrás de mi siguiente afirmación se basó en el instinto
humano básico más que en el pensamiento, alentado por la necesidad
desesperada que tenía dentro de mi pecho de evitar que este chico sufriera.
―Fui víctima de acoso escolar― solté, sorprendiéndonos a ambos con la
confesión.
Quería tranquilizarlo, y la única forma que se me ocurrió de hacerlo fue
confesarle algo muy íntimo.
―Mucho― aclaré, con la voz apenas más que un susurro.
Los ojos de Johnny se clavaron en los míos―¿En tu antiguo colegio?
―Sí― Asentí y luego negué con la cabeza―No sólo en BCS, ocurría en
todas partes.
―¿En todas partes? ―repitió Johnny lentamente, con las cejas
profundamente fruncidas.
―En todas partes―confirmé, mordiéndome el labio para evitar que
temblara.
―¿Durante cuánto tiempo? ―preguntó finalmente, volviendo a girar el
cuerpo para mirarme.
―Toda mi vida―le dije cansada, obligándome a mantener el contacto
visual―No recuerdo ninguna época en la que no me odiara todo el mundo.
―¿Qué? ―exclamó, sonando horrorizado―¡No! Shannon, no deberías
pensar así...
―Es la verdad, Johnny― me apresuré a aclarar―Soy antipática30. Es la
realidad. Así de sencillo.
―Eso es mentira― gruñó―No eres antipática.
―No es mentira― repliqué―Soy antipática.
30
Es por así decirlo, una persona que con el simple hecho de existir le genera a otras personas sentimientos negativos que
llevan a agresiones. Sinónimos de antipatía: desagradable, repulsivo, insufrible, etc.

BOYS OF TOMMEN #1
―A mí me gustas― me contestó Johnny sin dudarlo lo más mínimo.
«Bueno, ¡yo a ti te quiero, Johnny Kavanagh! Aunque te vayas. Aunque
no sientas lo mismo y aunque amarte me va a romper el corazón. Te quiero con
todo lo que tengo y probablemente siempre lo haré.»
―Bueno, eso te convierte en uno de muy pocos― Exhalé un suspiro
tembloroso―¡Fui odiada mientras crecía, Johnny! Me odiaban mucho. Nadie
quería jugar conmigo. Nadie me quería en su equipo de educación física, ni
sentarse conmigo en clase, y nunca me invitaban a las fiestas de cumpleaños de
los demás niños. Me molestaban constantemente. Por mi pelo. Por mi talla. Por
mi ropa. Mis libros de segunda mano. El coche de mi familia. Por el barrio de
dónde vengo. Por respirar. No importaba lo que hiciera o cuánto me esforzara
por llevarme bien con los otros niños, siempre encontraban un defecto en
mí―Sacudí la cabeza y suspiré con cansancio ―He tenido dos amigas toda mi
vida. Eso es todo.
―¿Claire Biggs y la novia de Pierce Ó Neill? ―preguntó Johnny, con
voz grave.
―Lizzie Young― confirmé con un movimiento de cabeza―Sí, fueron a
mi escuela primaria y, sinceramente, si no fuera por ellas, me habría quedado
completamente sola.
―¿Pero se fueron a Tommen después de la primaria?
―Lo hicieron.
―¿Y tú fuiste a BCS?
―Sí― afirmé.
El desconcierto estaba grabado en la cara de Johnny, como si le costara
entenderlo. Y para un tipo como él, probablemente lo era. No le faltaban amigos
ni chicas que lo adoraran, era popular y una gran estrella. No tenía la menor
idea de lo que se sentía estar en el otro lado del espectro de la popularidad que

BOYS OF TOMMEN #1
era donde yo residía.
El tono de Johnny era cuidadoso cuando preguntó ―¿Te pasó lo mismo
allí?
―No― Inspirando tranquilamente, seguí abriéndome al peligro―Fue
peor.
Johnny guardó silencio un largo rato antes de preguntar.
―¿Te hicieron daño allí? ―Reprimiendo un escalofrío, asentí con la
cabeza―¿Shannon?
―Todos los días― confesé.
―Dios― prácticamente gruñó mientras se pasaba una mano por el pelo.
―No me extraña que tu madre se volviera loca ese día.
Suspiré pesadamente―No era la primera vez que iba del colegio a
urgencias.
―Jesús― Exhaló un fuerte suspiro y me atrajo hacia sí―¿Cómo de mal
se puso?
Me encogí de hombros con impotencia, incapaz de pronunciar las
palabras, o tal vez simplemente no estaba dispuesta a verbalizar el trauma.
Quería que desapareciera de mi memoria y quería borrar para siempre esa parte
de mi vida.
―¿Shannon? ―insistió Johnny, con un tono dolorosamente suave,
mientras me acercaba tanto que mis rodillas tocaban su muslo. Manteniendo un
brazo enganchado alrededor de mi espalda, se inclinó más cerca y repitió su
pregunta anterior―¿Hasta qué punto había llegado?
«Hasta el punto de que me quería morir…»
―Lo bastante mal como para que mi madre tuviera que enterrarse en
deudas para transferirme a Tommen― admití, con voz apenas audible―Y lo
bastante mal como para que yo la dejara hacerlo― añadí, obligándome a mirarlo

BOYS OF TOMMEN #1
y odiando la expresión de compasión que le encontré.
―¿Esas chicas? ―preguntó entonces―¿En el pub?
―Ciara era la peor.
Sus ojos se ensombrecieron―La rubia.
Asentí débilmente―No pude volver a BCS después de Navidad, habían
pasado demasiadas cosas y se estaba saliendo de control.
―¿Se estaba saliendo de control? ―Johnny me miró
fijamente―Ciertamente creo que se salió de control durante años.
―Oh, lo sé― asentí―Pero estaba empezando a afectar de verdad a mi
hermano y mis padres estaban preocupados.
―Tu hermano― respondió Johnny tajante.
―Sí― Asentí―A Joey lo suspendían constantemente por pelearse por
mí. Ya tenía cuatro suspensiones por mi culpa en Navidad, y mamá estaba
preocupada de que fuera a conseguir que lo expulsaran en su último año de
instituto. Papá estaba furioso porque pensaba que el comportamiento de Joey le
costaría su plaza en las ligas menores. Fue una auténtica
pesadilla―Encogiéndome de hombros, exhalé un fuerte suspiro y dije ―Al
final, mamá convenció a nuestro padre de que sería mejor para Joey que me
sacaran de BCS.
―¿Y tú? ―preguntó Johnny, con los ojos azules clavados en los
míos―¿Fue mejor para ti?
―Fue la mejor decisión que se tomó para mí―respondí sin dudar.
―¿Y Tommen? ―insistió Johnny, con toda su atención puesta en
mí―¿Qué tal es?
―Aparte del problema con Ronan, no he tenido ningún problema en
Tommen―respondí honestamente, las mejillas ardiendo bajo su aguda

BOYS OF TOMMEN #1
observación―Ah, y Bella amenazándome con la guerra por hablar contigo.
―¿Y esto? ―Me pasó los dedos por el cuello, donde tenía las marcas,
mirándome con sus ojos azules ardiendo, dijo ―Necesito saberlo.
Me estremecí al contacto con él―Te lo dije.
―No me mientas― insistió.
―Entonces no me obligues―le supliqué, sabiendo que se lo estaba
dando todo -mi corazón, mis secretos, mi confianza- y que era incapaz de
parar―Por favor, no me obligues.
―Shannon...―empezó y se detuvo rápidamente. Me miró fijamente
durante un largo rato antes de asentir―Por ahora.
Me sentí aliviada―Gracias.
―Pero voy a averiguarlo― susurró―Me lo digas o no― Me acarició la
mejilla con el pulgar―Lo averiguaré y los haré sufrir.
El corazón se me agarrotó en el pecho.
Lo sabía.
No iba a dejarlo pasar…
Pude verlo en sus ojos aquella noche en su dormitorio.
Johnny Kavanagh estaba empeñado en sacar a la luz todos mis secretos.
―Y Bella no hará una mierda― continuó Johnny con tono ronco, ojos
ardientes e intensos ―Si ella va a la guerra contigo, entonces ella va a la guerra
conmigo, también.
―No me gustan las guerras ni los enfrentamientos―repliqué nerviosa,
con miedo, al pensar en su aterradora ex y en el daño que era capaz de
causarme―No quiero que me odie, Johnny. No he hecho nada malo.
―Se siente amenazada por ti― dijo bruscamente―Su reacción hacia ti
se basa en los celos.
―¿Amenazada por mí? ―Negué con la cabeza―¿Por qué?

BOYS OF TOMMEN #1
―Porque eres preciosa―afirmó, haciendo que mis mejillas se
sonrojaran.
Esas palabras extra me arruinaron. Y podía sentir mi cuerpo temblar
mientras volvía mi mirada hacia la suya.
―¿Sí?
Asintió lentamente―En todos los sitios.
Oh, Dios.
Mi corazón.
No podía con esto. No podía con él…
Presa del pánico y de la incertidumbre por mis sentimientos, dije
rápidamente.
―Ahora estamos en igualdad de condiciones. Conozco tus secretos y
ahora tú conoces los míos, así que puedes estar tranquilo porque no anunciaré
tu lesión a todo el mundo― le dije, sintiéndome vulnerable y expuesta a la
vez―No cuando tienes tus propios trapos sucios sobre mí.
―Sí, supongo que sí― respondió Johnny en tono pensativo, antes de dar
marcha atrás rápidamente―Espera... ¿me contaste todo eso para que tuviera
influencia sobre ti?
Johnny frunció el ceño―¿Por qué hiciste eso?
―Intentaba que te sintieras seguro― solté.
―¿Quieres hacerme sentir seguro? ―No pude descifrar la expresión de
la cara de Johnny mientras me miraba fijamente con ojos azules llenos de
tormenta―¿Por qué?
―Porque te asusta que yo sepa lo de tu... tu...―Señalé su entrepierna,
con las mejillas encendidas, y luego exhalé un suspiro―Está claro que te
molesta, y quería hacerte sentir mejor. Quería ofrecerte eso para que no te

BOYS OF TOMMEN #1
sintieras acorralado.
―No lo entiendo― Johnny sacudió la cabeza con evidente
confusión―Quiero decir, me alegro de que me lo contaras -me siento
jodidamente honrado, pero ¿qué me contaras algo tan extremadamente personal
como eso con la expectativa de que lo usara en tu contra y que yo me sintiera
bien por ello? El hecho de que estuvieras de acuerdo con eso... ¿qué pensaras
que yo estaría de acuerdo con eso? ―Exhaló un suspiro. ―Esa es la parte que
no entiendo.
―Quizá tenías razón en que confiaba en ti a pesar de todo― susurré,
sintiendo un torrente de calor y hielo chocar dentro de mi pecho.
Sus cejas se alzaron―Así que confías en mí.
Me encogí de hombros, impotente, porque así era exactamente como me
sentía en aquel momento: confusa y totalmente indefensa.
―Palabras, Shannon―insistió, con tono rudo―Necesito palabras.
―¿Qué quieres que diga? ―balbuceé.
―Dime por qué confías en mí.
―Porque cuando estoy contigo, siento...
―¿Te sientes?
―Segura, ¿sí? ―Exclamé estrangulada―Cuando estás cerca, me siento
segura.
―Porque lo estás― confirmó Johnny en tono ronco―Ya te he dicho que
no voy a hacerte daño, y también espero habértelo demostrado.
Exhalé un suspiro entrecortado y agaché la cara, desesperada por ocultar
lo profundamente que me afectaban aquellas palabras.
―Shannon, mírame.
Negué con la cabeza, rechazando su petición.
No podía.

BOYS OF TOMMEN #1
Era demasiado.
Él era demasiado.
―Mírame― repitió, con un tono suave y persuasivo.
Como no hice ademán de obedecerle, Johnny me levantó la barbilla con
la mano, obligándome a mirarle a los ojos azules, que se clavaron en los míos.
―Estás. A. Salvo―dijo, pronunciando cada palabra con dolorosa
lentitud, mientras me pasaba la yema del pulgar por la barbilla―Sea lo que sea
que te haya pasado en tu antiguo colegio― dijo, traspasando las barreras una
vez más―No te seguirá hasta Tommen― Con los ojos azules encendidos de
sinceridad y determinación, añadió― No dejaré que te ocurra nada malo
aquí―Apretó la frente contra la mía y exhaló un suspiro dolorido―Y si me
dices dónde más necesito mantenerte a salvo, también lo haré.
―¿Por qué? ―Era una palabra cargada de tantos pensamientos y
nociones tácitas, pero era todo lo que se me ocurría.
Johnny dudó un momento y luego dijo ―Porque me importa.
―¿Por qué?
―Simplemente me importa―Se encogió de hombros con
impotencia―No puedo evitarlo.
―Fuiste tú, ¿verdad? ―susurré―¿Eres la razón por la que nadie me ha
molestado por el incidente del campo? ¿Me has estado protegiendo?
Me miró con recelo, pero no respondió.
―Vamos, Johnny― suspiré―No soy tonta. Sé que tuviste algo que ver.
Estaba medio desnuda delante de un campo de chicos. Vomité fuera de mi
taquilla, por el amor de Dios. Un chisme así no se evapora en el aire.
―Te dije ese día fuera de la oficina de Twomey que no dejaría que nadie
te hiciera daño―admitió finalmente.
Sí, lo hizo. Lo prometió. Y lo cumplió...

BOYS OF TOMMEN #1
―Bueno, gracias por preocuparte― respiré.
―Gracias por merecerlo―respondió Johnny, con la mano aún en mi
mejilla. Temblando por el contacto, me incliné hacia él, buscando más.
Intentaba controlarme, pero era prácticamente imposible cuando tenía sus
manos sobre mi cuerpo. Quería arrastrarme hasta su regazo y al mismo tiempo
huir lejos de él.
Para mí no tenía sentido, estaba increíblemente confusa.
Mis sentimientos me aterrorizaban.
Sus palabras. Sus ojos.
Sus acciones.
Me estaba lanzando. Me estaba perdiendo.
―¿Cómo están los tortolitos? ―una voz familiar retumbó cerca de mi
oído. Sobresaltada, miré por encima del hombro de Johnny y me encontré con
un sonriente Gibsie―Hola, pequeña Shannon― dijo Gibsie con un guiño
travieso―No te preocupes por mí. Sólo necesito que me prestes a mi colega un
segundo.
Oh, Dios.
Mortificada, retrocedí rápidamente, rompiendo el contacto.
Johnny murmuró una serie de palabrotas ininteligibles en voz baja antes
de darse la vuelta.
―Más vale que sea importante―le dijo, con los hombros tensos.
―Depende― respondió Gibsie con indiferencia.
―¿De qué? ―espetó Johnny.
―¿De si todavía quieres que te recuerde eso que me pediste que te
recordara?
―¿Cosa? ―Johnny negó con la cabeza―¿Qué cosa? ¿De qué mierda estás
hablando?

BOYS OF TOMMEN #1
―Líneas y buldóceres 31, amigo mío―le respondió Gibsie con una
mirada significativa.
No tenía ni idea de a qué se refería Gibsie, pero estaba claro que Johnny
sí, porque exhaló un fuerte suspiro, expulsando con él la palabra "mierda".
―De nada―respondió Gibsie, dándole una palmada en el hombro a
Johnny antes de volver a su asiento.
―¿Qué fue eso? ―pregunté cuando volvimos a estar relativamente
solos.
―¿Hmm? ―respondió Johnny, obviamente distraído.
No paraba de girarse para mirar a su amigo.
―¿Estás bien? ―susurré.
―¿Qué? Sí, sí, estoy genial― Me lanzó una rápida mirada y luego volvió
a decirle otra cosa a Gibsie.
No entendía muy bien lo que se decían.
Parecía que se comunicaban a través del lenguaje corporal, aunque era
bastante fácil entender lo que Johnny quería decir cuando le hizo un gesto con el
dedo a Gibsie.
Sacudiendo la cabeza, renuncié a intentar descifrar el código de su
conversación tácita y dirigí mi atención al iPod de Johnny, algo que me había
dado para escuchar durante uno de nuestros descansos para reflexionar.
Me coloqué los auriculares en los oídos, me desplacé con cuidado por
sus listas de reproducción y casi me da un infarto cuando mis ojos se posaron en
la que se llamaba Canciones para Shannon.
Con el corazón acelerado, eché un rápido vistazo a Johnny, pero seguía
inmerso en un vulgar lenguaje de signos con Gibsie.
31
Gibs llama a Johnny Buldócer (que por cierto es una excavadora) porque cada que está involucrada Shannon en la
ecuación, Johnny arrasa con todo.

BOYS OF TOMMEN #1
Exhalando una pequeña bocanada de aire de mis pulmones, pulsé en la
lista de reproducción y me desplacé rápidamente por la lista de canciones.
Coldplay - Yellow
Guns N' Roses - Sweet Child O' Mine
Goo Goo Dolls - Iris
The Fureys - When You Were Sweet Sixteen
Howie Day - Collide
Declan Ó Rourke - Whatever Else Happens
The Offspring – Want You Bad
Busted – Fall At Your Feet
Aerosmith – Crazy
Counting Crows – Colorblind
David Gray – This Year's Love
Bon Jovi – In These Arms
Westlife – World of Our Own
Eagle-Eye Cherry – Save Tonight
Metallica – Tuesday's Gone.
Snow Patrol – Run
The Verve – Lucky Man
HIM – Wicked Game
The La's – There She Goes
Eran canciones de amor, todas eran canciones de amor. Guardadas en

una lista de reproducción con mi nombre. ¿Por qué?
¿Por qué haría esto? ¿Acaso él...? No. No, no lo hizo. Por supuesto que
no lo hizo.

BOYS OF TOMMEN #1
Entonces por qué...
―Shannon, ¿podemos hablar? ―La voz de Johnny penetró en mis
pensamientos, sobresaltándome y haciendo que se me cayera el iPod.
Por suerte aterrizó en mi regazo y no en el suelo del autobús. Me giré
hacia él, sintiendo que el corazón se me aceleraba violentamenteen el pecho.
―¿Hablar?
―Sí―Johnny asintió lentamente, con los ojos azules oscuros y
ardientes―Necesito hablar contigo de algo.
―Eh, sí, bueno...―Limpiándome las palmas de las manos en la falda,
exhalé un suspiro tembloroso antes de añadir―¿De qué quieres hablar?
―Aquí no―dijo Johnny, mirando alrededor del autobús―Esta
noche―añadió, volviendo a clavar sus ojos en los míos―Después del partido.
¿Te llevo a casa y hablamos en mi coche?
―Eh...―Me mordí el labio, sintiendo ansiedad ante la idea de tener que
esperar tanto―¿Si eso es lo que quieres?
―Probablemente sea lo mejor― respondió bruscamente.
Oh, Dios.
¿Era malo? ¿Me iba a decir algo terrible?
―No estés tan asustada―dijo Johnny, distrayéndome una vez más de
mis pensamientos―No te haré daño― Se acercó, me levantó la barbilla con el
dorso de la mano y me dedicó una pequeña sonrisa―Te lo prometo.
Estaba tan perdida en este chico que apenas podía respirar.
―Muy bien, se acabó el tiempo de reflexión―dijo la Sra. Moore,
aplaudiendo para llamar la atención de todos―Sólo nos quedan cuarenta
minutos antes de llegar a Dublín, así que propongo otro examen.
―Por el amor de Dios―gimió Johnny, soltando la mano―No otra
maldita prueba.

BOYS OF TOMMEN #1
Me reí entre dientes ante su reacción.
―¿De qué te ríes? ―preguntó, sonriéndome―¿No me digas que
realmente disfrutas con estas cosas?
«Disfruto estando contigo.»
―Estoy en el equipo ganador― bromeé, dándole un codazo en el hombro
con el mío―Claro que disfruto esto.
―Cierto―coincidió Johnny con una sonrisa ladeada. Sacó de su bolso la
pila de certificados que habíamos recogido a lo largo de las tareas del día, los
dejó sobre mi regazo y dijo―Formamos un equipo bastante bueno, Shannon
“como el río”
Sí, así es…
Esperé a que los demás bajaran del autobús antes de levantarme de mi
asiento.
―Buena suerte hoy―dije mientras revoloteaba por el pasillo,
observando a Johnny mientras rebuscaba entre las bolsas desechadas en la parte
trasera del autobús, claramente buscando la suya.
―¿Cómo? ―contestó Johnny, obviamente distraído, mientras
murmuraba en voz baja algo sobre bastardos desordenados.
Parecía estresado, de hecho, cuanto más nos acercábamos al Royce
College, más agitado se ponía. Ahora que estábamos aquí, Johnny vibraba de
tensión.
Comprendí por qué.
Se suponía que iba a ir a la escuela aquí, lo que significaba que muy
probablemente jugaría contra sus viejos amigos y compañeros de equipo. Eso
era mucha presión y escondía una lesión.
―El partido― aclaré―Espero que ganes.
Le hice un pequeño gesto con la mano antes de apresurarme por el pasillo

BOYS OF TOMMEN #1
hacia la salida, desesperada por poner algo del tan necesario espacio entre
Johnny Kavanagh y mi corazón.
―¿Shannon? ―Johnny me llamó.
Me detuve en la puerta y me giré para mirarlo―¿Sí?
Sus ojos azules me quemaron por dentro cuando dijo― Gracias.
―¿Por qué? ―susurré.
Johnny sonrió ―Por no ser como los demás.
―¿Está bien?
―Nos vemos en un rato, ¿sí?
Asentí ―Adiós, Johnny.
Sintiéndome desorientada, me apresuré a bajar del autobús, donde fui
interceptada inmediatamente por Shelly y Helen. Me agarraron del brazo y me
sacaron del autobús.
―Chica, tienes que dar algunas explicaciones―dijo Shelly con
entusiasmo.
―Y queremos todos los detalles― asintió Helen con un movimiento de
cabeza.
―¿Detalles? ―pregunté, sonrojada por la emboscada―¿Sobre qué?
―Ni siquiera lo pienses― advirtió Helen―Acabas de pasar tres horas de
viaje cerca con Johnny.
―No tuve elección― respondí―El asiento al lado del suyo era el único
que quedaba.
―¿De qué hablaron? ―preguntó Shelly, con los ojos bailando de
emoción―¿Qué te dijo?
―No lo sé―Me encogí de hombros, sintiéndome incómoda―Sólo
cosas.
―¿Sólo cosas? ―Helen balbuceó.

BOYS OF TOMMEN #1
―Shannon, estoy intentando vivir a través de ti. Tienes que darme algo
más que 'sólo cosas'― resopló Shelly.
―Atrás, buitres― exclamó Lizzie―Vayan a buscar otro cadáver por el
que pelear.
Estaba apoyada en la parte trasera del autobús, con un chico enorme de
pie frente a ella. Al instante lo reconocí como Pierce. Me imaginé que debían de
estarde vuelta cuando vi las manos de él en la cintura de ella y la forma en que
le acariciaba el cuello.
Claire, Gibsie, Hughie, el entrenador Mulcahy y Patrick Feely estaban
cerca, aunque no nos prestaban atención. De hecho, todos parecían debatir sobre
algo mientras rodeaban al entrenador Mulcahy.
―¡Lizzie! ―Se quejó Shelly―Sólo estaba preguntando.
―Si quieres saber de qué hablaba Johnny Kavanagh, entonces ve y
pregúntale a Johnny Kavanagh― replicó Lizzie―A Shannon no― Volviendo
su mirada hacia mí, dijo ―Vamos, Shan. Estamos aquí.
Agradecida por su interrupción, me escabullí entre las cotillas, las saludé
con la mano, ignoré sus expresiones de decepción y me apresuré a acercarme a
mis amigas. Cuanto más me acercaba a mis amigas, más fuerte parecía hacerse
la discusión entre los demás.
―Está bromeando, entrenador― gruñía Hughie ―No pueden hacer esto.
―Estoy de acuerdo, Biggs― respondió el entrenador con un teléfono en
la oreja ―Esta mierda no se quedará así - Hola, sí, me gustaría hablar con el
director―Con el móvil pegado a la oreja, el entrenador se apresuró a ladrar
órdenes al teléfono.
―Menuda manada de maricones― espetó Gibsie con rabia.
―Maricas― estuvo de acuerdo Hughie.
―Para ser justos― reflexionó Patrick Feely ―…el equipo parece

BOYS OF TOMMEN #1
dispuesto a jugar. Es su entrenador el que tiene el problema.
―¿Problema? ―pregunté, acercándome a Claire porque la boca de
Lizzie estaba ocupada por la lengua de Pierce―¿Qué pasa? ¿Se canceló el
partido?
―El entrenador de Royce se niega a permitir que su equipo juegue si
nuestro entrenador hace jugar a Johnny―explicó Claire, pareciendo tan
enfurecida como todos los demás.
―¿Qué? ―La miré con confusión―¿Por qué?
―¿Porque son una banda de putos cobardes demasiado asustados para
jugar contra él? ―ofreció Gibsie, con un tono cargado de sarcasmo ―Cobardes.
―Entonces, ¿qué? ¿Intentan castigarlo por ser un buen
jugador?―pregunté, francamente sorprendida.
―Creo que tiene más que ver con ser un jugador que ha jugado quince
capitulaciones con Irlanda, Shan― respondió Hughie.
―¿Capitulaciones con Irlanda?
―La cantidad de partidos que ha jugado con su país―se apresuró a
explicar.
―¿Y qué? ―Dije a la defensiva―Se ganó cada uno de ellos. No selos
dieron en bandeja.
―No estoy discutiendo contigo―replicó Hughie, riendo entre
dientes―Es que eso intimida a algunos entrenadores.
―¿Qué está pasando? ―La voz de Johnny llenó mis oídos, momentos
antes de que viniera a ponerse a mi lado.
Su brazo rozó el mío y, aunque había varias capas de ropa entre nosotros,
la piel se me puso de gallina.
―La mierda de siempre― le informó Gibsie―No jugarán si tú juegas.
Johnny se encogió de hombros con indiferencia―Ah, bueno.

BOYS OF TOMMEN #1
Me volví para mirarlo, atónita por su falta de respuesta.
―Esto pasa a menudo―explicó Johnny rápidamente al darse cuenta de
mi expresión―El entrenador lo arreglará― antes de volverse hacia los chicos
y decirles―Reúne a los chicos en el vestuario. Salgan y empezaremos a
calentar.
Asintiendo con la cabeza, Hughie y el otro chico salieron corriendo en
dirección a la sede del club, llamando a sus compañeros de equipo a medida que
avanzaban.
―Johnny, amigo, esto podría tardar horas en aclararse― gimió Gibsie.
Con todos los rastros de su anterior vulnerabilidad desaparecidos, Johnny
dijo
―Entonces tendremos horas de práctica. Ahora mueve el culo.
―Reza una oración por mí― le dijo Gibsie a Claire. Luego se lanzó hacia
ella y le dio un sonoro y húmedo beso en la mejilla antes de alejarse corriendo.
―¡Gerard! ―gritó Claire tras él, limpiándose la mejilla sonrojada con la
manga.
―Pierce―espetó Johnny, volviendo su atención al chico de cabeza
rapada con la lengua en la garganta de mi amiga ―Sal de la chica y entra en el
campo.
Murmurando en voz baja algo sobre el capitán bloqueador de pollas,
Pierce apretó un último beso en los labios de Lizzie antes de salir corriendo
hacia el equipo.
Johnny inclinó la cabeza hacia mí―¿Estás bien?
Levantó la mano y me acomodó un mechón de pelo detrás de la oreja,
luego susurró―Nos vemos luego.
Y luego se dio la vuelta y salió corriendo para unirse a sus compañeros

BOYS OF TOMMEN #1
de equipo.
«Vaya, pensé, la determinación corre por las venas de ese chico con la
misma fuerza que el terror corre por las mías.»
―¿Johnny? ―grité tras él, incapaz de contenerme.
Cuando dejó de correr y se volvió hacia mí, me apresuré a cerrar el
espacio que nos separaba, sin detenerme hasta que estuve justo delante de él.
―¿Qué pasa? ―preguntó, frunciendo el ceño, confundido.
―Nada, es que...―Sacudiendo la cabeza, me acerqué a su cuello,
acercando su cara a la mía. Poniéndome de puntillas, le susurré al
oído―Necesito que estés a salvo ahí afuera, ¿sí? ―Resistiendo el impulso de
estrecharme contra él, solté su cuello y di un paso atrás―Ten cuidado― Di otro
paso atrás, con los ojos clavados en los suyos ―¿De acuerdo?
Johnny asintió lentamente, con los ojos azules encendidos―De acuerdo.
―Adiós, Johnny― susurré y me di la vuelta.
Johnny me cogió de la mano y tiró de mí hacia él.
―¿Vendrás a casa conmigo esta noche? ―preguntó roncamente, con los
ojos ardiendo de calor, mientras jugueteaba con aquel mechón de pelo rebelde
que tenía―¿Todavía quieres hacerlo?
―Sí―susurré, acercándome, incapaz de resistir el impulso de anudar mis
dedos en su camisa―Sí quiero.
―Shannon, me siento tan...―Exhaló un suspiro agudo y sacudió la
cabeza―Esta noche― Su mano pasó de mi pelo a mi mejilla―Hablaremos esta
noche.
―De acuerdo, Johnny― respiré, apoyando la mejilla en su gran palma.
Sin decir nada más, se inclinó y me dio un beso en la frente.
Luego se dio la vuelta y se marchó.
Estupefacta, le observé hasta que desapareció en la sede del club y luego

BOYS OF TOMMEN #1
volví con mis amigas. Confundida era poco para describir cómo me sentía.
La profundidad de mis sentimientos por él era enfermiza.
La adoración, la lujuria, la franca obsesión que sentía por él... era una
locura.
Nunca había sentido tanto.
Nunca me había sentido tan consumida.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 60
Estrangulamiento De Cupido
Si los sentimientos eran objetos, entonces me estaba tambaleando al borde

de un gran precipicio, y si las chicas eran armas, entonces Shannon Lynch era la
mayor arma de destrucción masiva a la que mi corazón había estado expuesto
jamás.
Porque estaba jodido.
Ya no me molestaba en negarlo, no tenía sentido. Nunca había sentido
tanto por otra persona en toda mi vida. Me costó cada gramo de autocontrol que
tenía dentro de mi cuerpo alejarme de ella allí. Especialmente cuando todo
dentro de mí me exigía arrebatársela al mundo y quedármela para mí solo.
"Necesito que te mantengas a salvo ahí fuera, ¿sí?"
Sí, en esta etapa, era seguro decir que estaba completamente jodido
cuando se trataba de esa chica. No podía seguir haciendo esto, no podía luchar
contra mis sentimientos. Al igual que ese juego en la PlayStation, ella me estaba
pateando el culo.
Cuando me contó lo del acoso, algo que lamentablemente ya sabía, sentí
que algo se rompía dentro de mí. Sentí cómo se evaporaba el último trozo de mi
determinación.
La vulnerabilidad que había visto en sus ojos cuando expuso sus secretos

BOYS OF TOMMEN #1
en mi beneficio fue mi punto de ruptura. Las chicas que conocía no hacían eso,
no actuaban como Shannon.
Si Gibsie no hubiera interrumpido, la habría besado.
Sabía que lo habría hecho. Ya sabía cómo se sentían esos labios, deseaba
tanto volver a saborearlos y los saborearía de nuevo. Estaba hambriento de ella
y de todo lo que era, cada parte de ella, tanto por dentro como por fuera.
Quería luchar todas sus batallas. Quería regalarle todas sus sonrisas y
hacerla reír y arrebatársela al resto del mundo y quedármela para mí solo. Sólo
la quería a ella, para siempre.
Sabía que era increíblemente egoísta por mi parte, y sabía que
probablemente iba a acabar jodiéndolo todo y rompiéndole el corazón, pero el
problema era que mi corazón también estaba implicado.
Necesitaba hablar con ella esta noche porque necesitaba decírselo. No
podía pasar otro día sin desahogarme. Meses de quererla, desearla y suspirar
por ella me habían dejado en un punto en el que ya no podía ver bien. Porque
había captado sentimientos por Shannon, sentimientos enormes y permanentes.
Sabía que era demasiado mayor para ella. Sabía que era demasiado dulce
y pura para ser arrastrada a los focos que venían con mi vida. Y sabía que estaba
demasiado jodidamente rota para que un tipo como yo se enredara con ella.
Pero yo ya sentía que me estaba ahogando con ella. Así de consumido
estaba por esta chica.
Eso es lo mucho que la amaba.
Maldición.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 61
Respira, Shannon, Solo Respira
Todos los del Royce College apestaban. En serio, eran patéticos. El

partido se retrasó más de dos horas porque los entrenadores de Royce se
molestaron públicamente porque Johnny jugaba.
Fue vergonzoso.
Dos horas de pie bajo la lluvia, mientras los entrenadores de Royce
intentaban por todos los medios que Johnny fuera retirado de las alineaciones.
No paraban de protestar por lo injusto que era que un internacional
irlandés jugara en la liga.
Se trataba de un partido de rugby escolar. Johnny era un estudiante de
una de las escuelas, era menor de edad. Tenía derecho a jugar si quería, Tommen
no estaba infringiendo ninguna regla.
Finalmente, después de varias llamadas telefónicas a la junta, una
vergonzosa y muy pública publicación del reglamento e innumerables
discusiones a gritos entre el entrenador Mulcahy y el entrenador de Royce, los
equipos salieron al campo a las seis y media, con Johnny entrando en el campo
con su uniforme número 13 y una sonrisa de satisfacción en la cara.

BOYS OF TOMMEN #1
Al principio del partido, quedó claro por qué el entrenador del Royce
estaba tan en contra de dejar jugar a Johnny.
Su equipo era terrible.
Bueno, tal vez no terrible, pero no eran rival para un Tommen motivado.
Cómo se las arreglaron para empatar en segundo lugar con Tommen no
lo entiendo, porque realmente no había competencia. El enorme grado de
orgullo que rugió dentro de mí al verlo enfrentarse a sus viejos amigos y
patearles el trasero fue aterrador.
Estaba ridículamente enamorada de ese chico y me vi gritando y
animándolo desde la barrera, ignorando las miradas asesinas que recibía de
Bella y sus amigas.
No me importaba.
Estaba muy orgullosa de él.
En el descanso, Tommen ganaba 48-3.
Faltaban cinco minutos para el final del partido y todo parecía aún peor
para Royce, ya que Tommen había conseguido tres tries más en la segunda
parte. Todo iba a favor de Tommen hasta la última jugada del partido.
A menos de un minuto para el final, Johnny le quitó el balón a uno de los
delanteros de Royce. Parecía ser lo suyo: asestar el golpe definitivo en el último
minuto del partido.
Con una velocidad inigualable, Johnny se lanzó al ataque en busca del
último tanto del partido. Fue una ráfaga de movimientos que acabó con él en el
suelo segundos antes de que una estampida de jugadores rivales lo aplastara.
Se había marcado el try32.
El equipo empezó a celebrarlo, pero él no volvía a levantarse.
Hughie, el hermano de Claire, se colocó delante de los postes y pateó
32
Se marca un try cuando se apoya la pelota sobre o más allá de la línea de goal de los oponentes en la zona dein-goal.

BOYS OF TOMMEN #1
rápidamente la pelota, asegurando la victoria, antes de correr hacia Johnny, que
seguía sin levantarse.
―Claire― murmuré, agarrando el brazo de mi amiga mientras observaba
horrorizada cómo nuestros compañeros y colegas celebraban a nuestro
alrededor―¿Se está moviendo?
Todos los de nuestro colegio aplaudían, los chicos del equipo se
abrazaban para celebrarlo, pero Johnny seguía desplomado boca abajo detrás de
la línea de ensayo. Hughie, junto con varios jugadores del Royce College,
estaban arrodillados a su lado. Uno de ellos hacía señas con la mano a los
entrenadores que estaban en la línea lateral.
Otro estaba gritándole al árbitro y Hughie llamaba al entrenador
Mulcahy.
―Claire― repetí, presa del pánico―¿Qué está pasando?
―¡No lo sé! ―exclamó, igualmente aterrada.
Un enjambre de camisetas blancas y negras corrió entonces en su
dirección, arropando a su capitán. Me levanté de un salto, con los pies
moviéndose por sí solos, y me abrí paso entre la multitud.
―¿Está muerto? ―grité con la mano entrelazada en la de Claire, que me
seguía de cerca―Dios mío, Claire, ¿está muerto?
―No, no, no― repetía, pero no parecía segura.
―¡Claire!
―No lo sé, Shannon― gritó.
No llegamos muy lejos, sólo alcanzamos el borde del campo antes de ser
absorbidas por la multitud de otros estudiantes.
De un salto, intenté ver por encima de sus hombros, pero era demasiado
baja. Pensé rápido, me arrodillé y miré entre sus piernas. Johnny seguía en el
suelo.

BOYS OF TOMMEN #1
Boca abajo e inmóvil.
Por el rabillo del ojo, vi a dos hombres con uniforme amarillo que
entraban en el campo con una camilla a cuestas.
El tiempo pareció detenerse entonces, cuando vi que se arrodillaban junto
a Johnny y se ponían a trabajar para trasladarlo a la camilla. Los gritos y los
vítores se habían convertido en murmullos mientras todos observaban.
Mi corazón, que parecía haber estado en pausa en mi pecho durante los
últimos minutos, golpeó violentamente contra mi caja torácica cuando Johnny
se incorporó lentamente. Tenía los ojos abiertos, movía el pecho y, aunque
parecía sufrir mucho, estaba vivo.
Sacudía la cabeza y se negaba a que lo subieran a la camilla. No podía oír
lo que decía, pero sus labios se movían a gran velocidad mientras seguía
sacudiendo la cabeza y gritando algo a los médicos. Finalmente, los hombres
desistieron de intentar ayudarle y retrocedieron.
El público, tanto los seguidores de Tommen como los de Royce,
empezaron a aplaudir mientras Johnny se ponía en pie. Sus brazos estaban
colgados sobre los hombros de Hughie y Gibsie, y su cabeza estaba inclinada,
mientras cojeaba fuera del campo.
Prácticamente lo sacaron arrastrado del campo.
Por un momento, me arrodillé sobre la hierba embarrada y respiré,
dejando que un tsunami de alivio me invadiera mientras lo veía irse. No
entendía mi reacción y no me importaba.
Él estaba bien.
Y por fin podía volver a respirar.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 62
Se Acabó El Tiempo Muchacho
―¡Esto se acabó, Johnny! ―me siseó Gibsie al oído mientras me

ayudaba a salir de la ducha y a subirme a la cama plegable en la que había
pasado la hora anterior mientras el médico de urgencias me pinchaba y me
cosía.
―¿Puedes bajar la maldita voz? ―siseé, mirando hacia la puerta que nos
separaba del resto del equipo―No quiero que nadie se entere.
―Demasiado jodidamente tarde para eso―espetó Gibsie―Dejaste un
rastro de sangre desde el campo hasta la sede del club.
―Jesús― dije con dificultad, temblando.
―Esto se acaba ahora mismo, Johnny― volvió a advertirme mientras me
subía un par de calzoncillos por los muslos, con cuidado de no molestarme en
la ingle―Se acabó el entrenamiento―gruñó, ajustándome la cinturilla en las
caderas―Se acabó lo de ocultar el dolor―Se acercó al banco y cogió una
toalla―Se acabaron las mentiras―Me limpió una mancha de sangre del
muslo―¡Se acabó, carajo!
―Estaré bien―le dije estrangulada, temblando de pies a cabeza.
―¿Bien? ―espetó Gibsie, deteniéndose a medio paso para mirarme―Oh
sí, porque te ves de puta madre ahora mismo, sangrando tu mini puto Johnny's

BOYS OF TOMMEN #1
por toda la cama.
―Para...
―Te estás matando. Te das cuenta de eso, ¿verdad? Entiendes que estás
poniendo toda tu vida en juego por una puta camiseta verde que no significa una
mierda a largo plazo.
―Gibs, para, hombre―le supliqué―No puedo oír esto ahora, maldición.
―¡Oh, sí que vas a oírlo!
―No puedo oír esto, joder―le dije, con la voz entrecortada―¿De
acuerdo? No puedo...
―¡Mírate! ―Gibsie exigió, clavando un dedo en mi entrepierna―Mira
en qué estado estás.
La sangre rezumaba por el corte de la pierna donde me habían cosido.
―Eso debería haberse curado hace semanas―siseó―Estamos en marzo,
Johnny. Maldito marzo, y tú andas por ahí con la pierna medio abierta.
―Me desgarró con los tacos de sus botas―dije
entrecortadamente―Podría haberlepasado a cualquiera.
―Sí, bueno, ¡no habría sido capaz de abrirte así si hubieras dejado que
tu cuerpo se curara bien en primer lugar! ―Gibsie me gritó en la cara―Estás
débil. Tu cuerpo no se está curando. Y tú casi te matas a ti mismo.
Gruñendo, dejé caer la cabeza sobre la cama plegable y solté un suspiro
de dolor.
―No es para tanto.
―¿No es para tanto? ―prácticamente gritó con una expresión furiosa
grabada en el rostro―Amigo, ¡tú pierna parece estar a cuatro horas de una
auténtica septicemia33!
―Gibs...
33
Es la presencia de bacterias en la sangre. La septicemia es una respuesta grave y potencialmente mortal a una infección
que puede empeorar de forma muy rápida

BOYS OF TOMMEN #1
―¡No, Johnny! ―espetó, sacudiendo la cabeza―Ya oíste lo que dijo el
médico. Oíste lo grave que dijo que podía haber sido.
―Lo oí, Gibs―balbuceé, cubriéndome la cara con el brazo.
Claro que oí lo que dijo ¿Cómo demonios no me di cuenta cuando mi
mundo se hizo pedazos?
Cirugía…
Otra puta cirugía, de manera inmediata. Lo que significaba más tiempo.
Tiempo que no me sobraba, se había acabado. La campaña de verano, la
sub20. Podía sentir cómo se me escapaba de las manos, me lo estaban quitando
todo y no podía con ello.
―El entrenador llamó a Dennehy en la Academia―Exhalando un
suspiro entrecortado, dio un paso atrás y levantó las manos―Y ya llamé a tu
madre.
―Dios―dije entrecortadamente, sintiendo que se me llenaban los ojos
de lágrimas.
―Va a coger el próximo vuelo a Dublín―añadió―También llamé a tu
padre. Se reunirá con nosotros en el hospital.
Sacudí la cabeza, incapaz de asimilar lo que estaba oyendo. Incapaz de
respirar por la absoluta devastación que me desgarraba
―Volverás a jugar, Johnny―dijo Gibsie en un tono más tranquilo―Sólo
que no ahora.
―Ahora mismo es cuando importa― dije―Ahora mismo es todo lo que
importa.
―No, amigo― me corrigió―Lo único que importa es que estés sano.
―¿Qué voy a hacer, Gibs? ―dije ahogadamente, manteniendo mi mano
sobre mi cara―Es toda mi vida.
Lo oí exhalar con fuerza y luego su mano estaba en mi hombro.

BOYS OF TOMMEN #1
―Lo resolveremos, Johnny―Me apretó el brazo―Descansa aquí durante
rato y deja que los medicamentos hagan efecto. La ambulancia no tardará
mucho, amigo.
―No quiero salir ahí afuera― Sacudí la cabeza―No quiero que lo vean.
―Nadie sabe ningún detalle―me aseguró―Sólo que te caíste y quedaste
inconsciente.
―No lo cuentes― le supliqué―Por favor... no puedo...
―No lo haré― prometió.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 63
Oops Lo Hice De Nuevo
No tenía una explicación racional de por qué había pasado la última hora
y media de pie fuera de la sede del club bajo una lluvia torrencial.
No quería pensar demasiado en ello. Mis sentimientos me preocupaban,
pero no tanto como lo que estaba ocurriendo dentro de aquel vestuario.
Debería haber vuelto al autobús con Claire y Lizzie y todos los demás de
nuestro colegio, pero no pude. No conseguía que mis pies se movieran en la
dirección del sentido común.
En lugar de eso, esperé.
Y me preocupé.
Y luché desesperadamente contra el impulso de irrumpir en el vestuario
de los visitantes.
Merodeando en la oscuridad, observé cómo los jugadores de Royce y
Tommen salían del club, seguidos por los entrenadores, el señor Mulcahy y el
médico del partido. Nadie pareció fijarse en mí y no me sorprendió. Todos
aquellos chicos parecían medir al menos medio metro más que yo.
Eso fue hasta que salió Gibsie.
―Hola, pequeña Shannon―dijo, fijándose en mí

BOYS OF TOMMEN #1
inmediatamente―¿Qué haces aquí de pie bajo la lluvia?
―Oh, yo sólo... quería... .... él estaba... y yo...―Agitando las manos con
impotencia, me di por vencida y me encogí de hombros―Estaba preocupada.
―¿Por Johnny?
Mis hombros se hundieron y asentí derrotada―¿Está mal?
Gibsie frunció el ceño, parecía inseguro.
―Vamos, Gibsie― le supliqué―Dímelo.
―Él está bien, pequeña Shannon…
―No me mientas―le dije― Por favor―Exhalando un suspiro
entrecortado, continué ―Necesito saberlo.
―Está mal―admitió en voz baja―Dependiendo de lo que digan los
médicos cuando llegue al hospital, le espera un largo tiempo fuera de los
terrenos de juego― Exhalando con fuerza, se pasó una mano por el pelo ―Está
fuera para la final, eso es seguro.
―No quiero saber si puede jugar al rugby o no―le dije mientras una
oleada de culpabilidad me engullía―¡Quiero saber si está bien! Él. Johnny. La
persona. No el puto jugador de rugby.
Gibsie inclinó la cabeza hacia un lado, estudiándome con una mirada
curiosa.
―Bueno, ¿acaso eres cuidadora? ―musitó finalmente, con el tono bajo.
―¿Qué?
―No importa―Gibsie sacudió la cabeza y exhaló
pesadamente―Escuché al entrenador llamar a hoteles para ver si algún sitio
puede alojarnos esta noche―Haciendo una mueca, añadió―Creo que a Johnny
lo llevarán directamente a cirugía esta noche.
Oh, Dios.

BOYS OF TOMMEN #1
Sabía que él no debía jugar, sabía que estaba herido.
Lo sabía y no hice nada.
Debí haberle dicho algo a su madre, debí haberle dicho algo al entrenador.
Sabía que jugaba lesionado y como siempre, no hice nada.
―Esto es culpa mía― dije con dificultad.
―¿Porque lo sabías? ―susurró Gibsie.
Bajé la cabeza avergonzada.
―Entonces también es culpa mía― me dijo―Entra, pequeña
Shannon―añadió, dedicándome una pequeña sonrisa―Está ahí dentro solo,
esperando a que lo lleven en la ambulancia.
―Eh, tal vez no debería…
―Deberías―me interrumpió diciendo.
―¿Debería? ―pregunté, insegura.
Gibsie asintió―Deberías.
Y sin decir una palabra más, se marchó en dirección al aparcamiento,
hacia el autobús escolar. Me quedé allí de pie durante otros cinco minutos
intentando convencerme de que me bajara de la roca de la que amenazaba con
saltar.
No lo conseguí.
Ya nada parecía tener sentido, nada excepto ir a buscarle.
Temblando de pies a cabeza, me lancé al vacío y me apresuré a entrar en
el edificio y a recorrer el pasillo de cemento, sin detenerme hasta que estuve
delante de una puerta blanca con la palabra Visitantes grabada.
Inhalé una gran bocanada de aire, empujé la puerta hacia dentro y entré
en el camerino vacío, donde de inmediato me invadió el hedor de Calor
Abrasador. Era tan potente que me lloraban los ojos, el vapor salía de un arco
que, supuse, conducía a la zona de duchas.

BOYS OF TOMMEN #1
La mayoría de los vestuarios tenían la misma distribución: sala grande,
paredes de ladrillo blanco, bancos de madera a ambos lados de la sala y duchas
situadas al fondo.
«Está en la ducha, idiota. ¿Qué estás haciendo? Sal. ¡Sal ahora mismo!»
Avergonzada, me di la vuelta y salí disparada hacia la puerta, sólo para
detenerme en seco cuando Johnny gritó mi nombre.
―¿Shannon?
Mortificada, me giré hacia él.
―Hola―dije, obligándome a respirar, aunque sentía que el corazón se
me aceleraba en el pecho al verlo.
Johnny llevaba una toalla colgada del hombro, agarraba una muleta
metálica con la mano y tenía una expresión de dolor en el rostro. Llevaba de
nuevo un par de Calvin Klein.
Los de esta noche eran negros.
―Hola―respondió Johnny, distrayéndome de mis peligrosos
pensamientos―¿Qué haces aquí?
―Quería ver cómo estabas―solté, tratando desesperadamente de no
mirar la forma en que los músculos de su estómago se contraían cuando se
dirigió hacia el banco, apoyando todo su peso en la muleta―Estaba preocupada.
Cojeaba de nuevo, ahora era evidente, y me puse alerta al instante.
Alerta y preocupada.
―Estoy preocupada― murmuré.
―Uno de esos imbéciles de Royce me desgarró con la bota― refunfuñó
Johnny.
Se sentó con cautela, apoyó la muleta a su lado y se colocó la toalla sobre
el muslo derecho.
―¿Te desgarró? ―exclamé, horrorizada.

BOYS OF TOMMEN #1
Dios mío.
Exhalando con fuerza, Johnny se echó hacia atrás y apoyó la cabeza
contra la pared de azulejos a su espalda.
―Imbécil.
―No te levantaste, Johnny― susurré, mordiéndome el labio. Mi mirada
se desvió hacia su muslo―Durante mucho tiempo.
―Me desmayé del dolor― admitió a regañadientes.
―¿Te enviarán al hospital? ―le pregunté, obligándome a quedarme
donde estaba y no correr hacia él como deseaba desesperadamente―¿Para
hacerte pruebas?
―Es el protocolo dadas las circunstancias―Exhalando pesadamente, se
echó hacia atrás y apoyó la cabeza contra la pared de azulejos a su espalda―Es
una puta broma.
―Debería dejarte tranquilo―Junté las manos y tragué hondo―Iré a
esperar al autobús.
Me di la vuelta y me apresuré hacia la puerta.
―¿Puedes quedarte conmigo?
Mis pies se detuvieron y mi corazón se aceleró. Me volví para mirarlo.
―¿Cómo?
―Por favor― espetó Johnny―No quiero estar solo.
El corazón se me oprimió en el pecho y me costaba respirar.
―¿Si quieres puedo ir a buscar a Gibsie? ―ofrecí débilmente.
Johnny negó con la cabeza―Sólo te quiero a ti.
Sabía que debía irme.
Debía salir de esta habitación y sentarme en el autobús. Sería lo correcto,
lo más sensato. Pero no lo hice, porque no podía dejarlo.
Torpemente, avancé hacia él, sin detenerme hasta sentarme a su lado.

BOYS OF TOMMEN #1
Micerebro era desconfiado y receloso, pero mi corazón no, y mi cuerpo
estaba más que feliz de compensar ambas cosas. Me sentía físicamente atraída
por él, emocionalmente conectada y mentalmente aterrorizada.
Era un horrible campo de batalla de angustia dentro de mí. La
preocupación por este chico era incontrolable dentro de mí. No lo entendía y en
este momento, no me importaba.
El alivio que sentí cuando crucé aquella puerta y lo vi vivo y respirando
seguía abrumándome. Sabía que estaba aterrorizado por sus perspectivas de
jugar al rugby, pero en lo único que podía pensar era en que estaba de una pieza.
Fue ese alivio abrumador y la preocupación que corría por mis venas lo
que provocó mi siguiente movimiento.
―No pasa nada―le prometí, cogiendo su gran mano entre las mías―Te
pondrás bien.
Johnny se puso rígido, pero no apartó su mano de la mía. Yo tampoco la
solté, tiré de su mano hacia mi regazo y la agarré con fuerza.
―Me duele, Shannon―confesó, bajando la cabeza―Estoy jodidamente
asustado.
―Sé que lo estás―susurré, acercándome más, con los dedos crispados
por el impulso que tenía dentro de mí de comprobar el daño que escondía bajo
esa toalla―¿Te dieron algo para el dolor?
Johnny exhaló un suspiro entrecortado―Sí, el médico me dio una
inyección de algo, un relajante muscular, creo.
―¿Te está ayudando?
Sacudió la cabeza.
―Apuesto a que ahora desearías no haber desperdiciado esos
ibuprofenos conmigo, ¿eh? ―Bromeé, tratando de distraerlo de la evidente
incomodidad que sentía―Te habrían venido muy bien ahora mismo.

BOYS OF TOMMEN #1
―Un tranquilizante sería de gran ayuda―replicó cabizbajo, con los
hombros caídos.
―Déjame verte― le dije en voz baja.
Manteniendo mi mano derecha alrededor de la suya, utilicé la izquierda
para acercarme y girarle la barbilla.
―Esos malditos―refunfuñé, observando los moretones púrpuras en el
costado de su mejilla y el corte sobre su frente que volvía a coagularse―Tu
pobre cara.
Johnny soltó una risita.
―¿De qué te ríes? ―Pregunté, emocionada de oír ese sonido salir de él.
―Es raro oírte maldecir―explicó con una sonrisa cansada.
―Me gustan bastante las palabrotas, ¿sabes? ―le dije, intentando
desesperadamente distraerlo de su dolor.
―No, no lo haces―respondió ásperamente, demasiado listo para su
propio bien―Sólo lo dices para distraerme.
―¿Funciona?
Asintió con la cabeza―No pares.
Devanándome los sesos en busca de algo que decir, dejé que mi mirada
vagara por él, absorbiendo cada rincón y cada borde duro hasta posarse en la
mano que envolvía la mía.
Su mano era grande y masculina, y sus nudillos tenían una forma extraña
debido a lo que supuse que habían sido años de rudeza. Tenía los dedos largos,
las uñas cortas y una larga cicatriz en el dorso de la mano izquierda.
Levanté una ceja.
Rozando con la punta de los dedos la línea irregular del dorso de su mano,
le pregunté ―¿Qué te pasó aquí?
―Botas de futbol―me explicó, mirándonos las manos juntas―Un

BOYS OF TOMMEN #1
pisotón ilegal en un ruck durante una semifinal de clubes hace dos años, que
resultó en siete puntos de sutura y una vacuna contra el tétanos.
Hice una mueca de dolor―Ay.
Expulsó un fuerte suspiro ―Sí.
―¿Tienes más?
―Tengo unas cuantas― respondió, mirándome con curiosidad.
―¿Puedo ver?
Johnny me observó durante un largo momento antes de asentir
lentamente―Si quieres.
―Quiero―respondí, queriendo mantener su mente ocupada mientras
esperaba a que llegara la ambulancia.
―Me he roto esto más veces de las que recuerdo―me dijo Johnny,
señalándose la nariz―La peor vez fue el verano pasado―Hizo una mueca antes
de añadir ―Tuvieron que limar el hueso y volver a romperlo para colocarlo en
su sitio.
Mis ojos se abrieron de par en par―¿Colocarlo en su sitio?
―Sí― Sonrió satisfecho―Iba por ahí con la nariz rozándome la mejilla.
―Dios―gemí, con el estómago revuelto―Eso es una barbaridad.
―Eso es rugby―se rió y luego gruñó fuerte, estremeciéndose de dolor.
―¿Qué más? ―Me apresuré a preguntar.
Soltando un suspiro de dolor, Johnny me contó en detalle cómo se les
reventó el apéndice a los trece años y cómo se le revolvió el estómago durante
la recuperación, lo que le obligó a someterse a otra intervención, antes de
invitarme a ver de cerca la cicatriz de su barriga.
Barriga era una palabra estúpida para describirlo. Era un término
demasiado suave, demasiado inocente para describir lo que poseía. Los chicos
tenían barriga.

BOYS OF TOMMEN #1
Estaba bastante claro que Johnny ya no era un chico. Aquellos
abdominales y aquel rastro oscuro de vello bajo el ombligo lo demostraban.
Johnny se inclinó entonces hacia delante y señaló un trozo de piel rasgada
de aspecto repugnante que tenía encima de la rodilla derecha.
―Este me dejó en cama durante todo un verano.
―¿Qué pasó? ―chillé. ―¿Rugby?
―Por única vez, no. Esta ocurrió fuera del campo cuando tenía diez
años― respondió―Unos chicos mayores de mi colegio me retaron a saltar
desde el acantilado de Sander's Point...
―¿Sander's Point?
―Es un lugar de buceo de quince metros que solíamos frecuentar en
casa―explicó Johnny―Yo era un pequeño bastardo loco por aquel entonces,
enfrentándome a los grandes, creyéndome el increíble puto Hulk― Sacudió la
cabeza y sonrió con cariño―Resultó que no lo era y tengo las radiografías y
una semana en el hospital para demostrarlo.
―¡Jesús! ―le espeté―¡Sólo tenías diez años! Podrías haber muerto.
―Ahora soy más grande― Sonrió tristemente―Más difícil de romper.
―Sí― Apreté su mano con fuerza―Lo eres.
Johnny me mostró varias más de sus heridas de batalla, riendo entre
dientes cada vez que yo gemía o tenía arcadas. La conversación parecía
distraerle de su dolor y me alegré. Sus hombros ya no estaban tan tensos y,
cuanto más hablábamos, más se evaporaba la rigidez de su cuerpo.
―Ah, y me fracturé el pómulo a los catorce años― Johnny acercó su cara
a la mía―¿Ves ahí? ―Señaló una frágil línea en el punto más alto de su mejilla
izquierda―Ahora casi no se ve, pero dolía muchísimo.
―Oh, sí―musité, inspeccionando la fina cicatriz―Nunca me había
fijado hasta ahora― Desvié la mirada hacia su ceja. Sin poder evitarlo, levanté

BOYS OF TOMMEN #1
la mano y volví a pasar el pulgar por su frente―¿Por qué siempre sangra?
―No ha tenido tiempo de cicatrizar―me explicó, quedándose quieto
mientras yo le tocaba inoportunamente―Se cerrará bien cuando acabe la
temporada.
―Oh― susurré, buscando en su cara más heridas de batalla, ocultas.
Cuando mis ojos llegaron a los suyos de nuevo, lo encontré mirándome,
sus ojos azules oscuro acalorados y fijos en los míos.
―¿El jugador de Royce te hizo daño ahí? ―Incliné la cabeza hacia donde
tenía la toalla sobre el muslo―¿Por eso te desmayaste?
Johnny asintió de mala gana.
―¿Puedo verlo? ―pregunté, mi voz apenas más que un susurro.
Se puso tenso.
―¿Por favor?
Negó lentamente con la cabeza―Shannon, no creo que sea una buena
idea.
―¿Por favor? ―Repetí, mirándolo nerviosamente―Ya sé que está ahí y
me has enseñado los otros.
―Se ve mal, Shannon―respondió bruscamente―Créeme, no querrás
verlo.
―Puedes confiar en mí―susurré―No lo contaré.
Johnny me miró fijamente durante largo rato, con los ojos clavados en los
míos, antes de exhalar con fuerza. Con los hombros caídos, se llevó las manos
a los costados, pero no hizo ademán de enseñármelas.
―¿Puedo? ―le pregunté.
Cerró los ojos y asintió con rigidez.
Me di cuenta de que me estaba dando libertad para hacer lo que quisiera.
Temblorosa, aparté la toalla y observé lo que parecía una cicatriz recién
cosida en la cara interna de su muslo derecho. Tenía el muslo hinchado, de color

BOYS OF TOMMEN #1
púrpura, y la cicatriz llorosa y de mal aspecto estaba parcialmente oculta por la
tela de los calzoncillos.
―Oh, Dios, Johnny―exclamé, deslizándome del banco al suelo para
verla mejor.
―No me hagas daño―advirtió en un tono dolorosamente vulnerable.
―No lo haré―prometí mientras me arrodillaba entre sus piernas y
esperaba a que me diera el visto bueno.
Asintiendo rígidamente, Johnny echó la cabeza hacia atrás y cerró los
ojos, con la mandíbula apretada. Suavemente, cogí el dobladillo de la pernera
de su bóxer y aparté con cuidado la tela de su carne, para quedarme boquiabierta
al verlo.
Tenía el muslo cubierto de vello, salvo por un trozo de piel de quince
centímetros. Y ese trozo de piel de quince centímetros en concreto estaba
hinchado, tenía un aspecto irritado y un horrible color amarillento parduzco.
―Está supurando―susurré, alisando con los dedos el rastro irregular y
lleno de baches donde lo habían vuelto a coser. Los frágiles puntos, apenas
cicatrizados, habían sido claramente desgarrados por la bota del jugador del
Royce que había conectado con su ingle. El pus que goteaba de la herida era de
un color amarillo rojizo―Johnny, esto es malo.
―Lo sé― respondió, con los ojos aún cerrados―El médico me lo dijo.
Suavemente, tracé la cicatriz y el hematoma que la rodeaba con los dedos.
―¿Te duele cuando te toco así?
―Duele― respondió con el tono ronco.
Exhalando un fuerte suspiro, le acaricié el muslo y luché contra el
impulso de darle un beso en el corte.
―Por una razón totalmente distinta― balbuceó.
Y entonces me di cuenta de lo que estaba haciendo, de lo que había estado

BOYS OF TOMMEN #1
haciendo durante el último minuto. Estaba sentada de rodillas entre sus piernas,
acariciándole la cara interna del muslo, intentando calmar su dolor.
Mis ojos se desviaron hacia la zona de peligro y se me secó la boca. Por
eso la gente lo llamaba levantar una tienda de campaña. No estaba segura de
que esa afirmación se aplicara a este tipo concreto de adolescente, porque
Johnny no sólo estaba montando una tienda con esos calzoncillos, sino una
carpa.
Soltó un gemido bajo, me apartó la mano y se dispuso a cerrar los muslos,
pero le detuve.
―No― murmuré, con voz entrecortada y suave.
Sentía el calor de su mirada en mi cara, volvió a cerrar las piernas y yo
negué con la cabeza. Volvía a tener los ojos abiertos, las pupilas oscuras y
dilatadas.
―¿Qué haces? ―susurró, mordiéndose el labio inferior hinchado.
No sabía lo que estaba haciendo.
No sabía lo que pensaba.
No podía hablar.
Apenas podía respirar.
Estaba perdiendo la cabeza aquí mismo, de rodillas, en medio de un
vestuario en Dublín.
Y todo era culpa suya, un desliz temporal de cordura me hizo inclinarme
hacia delante y darle un beso en el muslo. El sonido que salió del pecho de
Johnny fue un gemido dolorido y gutural.
―Shannon, por favor...
Volví a besarlo.
―Joder―gruñó, ahora le temblaban las piernas―No puedo...
La tercera vez que lo besé, me agarró del pelo y me acercó la cara a la

BOYS OF TOMMEN #1
suya.
―Shannon―gimió Johnny, sonando a la vez dolorido y sin aliento
mientras presionaba suavemente su frente contra la mía―No podemos...
Silencié lo que iba a decir poniendo mis labios sobre los suyos. Y como
antes, se convirtió en piedra.
―Lo siento―dije pasmada, apartándome―Lo he vuelto a hacer.
―Está bien―me dijo, respirando con dificultad igual que antes.
―No, no, no―dije mientras me ponía en pie y me abalanzaba hacia la
puerta―¡Estás herido! Estás esperando para ir al hospital, por el amor de Dios,
y yo... ¡Dios! Lo siento mucho.
―Shannon, espera―Johnny gritó mientras se apresuraba a agarrar su
muleta―¡Espera!
No esperé.
En vez de eso, hice lo que debería haber hecho antes. Me alejé corriendo
de Johnny Kavanagh. Corrí hacia la puerta y la abrí de un tirón. Se abrió unos
diez centímetros antes de volver a cerrarse de golpe, sin duda por la presión de
la palma de la mano.
―Espera―me ordenó, tan cerca de mí que podía sentir su pecho
subiendo y bajando contra mi cuello.
Con el corazón martilleándome en el pecho, me di la vuelta y miré
fijamente a Johnny mientras me aprisionaba con su enorme cuerpo.
―Lo siento mucho―susurré, incapaz de apartar mis ojos de los
suyos―Yo sólo... yo...―Sacudiendo la cabeza, exhalé un suspiro entrecortado
y susurré ―No debería haber hecho eso.
Sacudió la cabeza y se acercó con la muleta, apretando su cuerpo contra
el mío.
―Yo también lo siento―contestó bruscamente, pasando la mirada de

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mis ojos a mi boca.
―¿Por qué lo sientes? ―jadeé, temblando de pies a cabeza. Me cogió la
mejilla con la mano libre y me levantó la barbilla―Porque no debería
hacerlo―susurró.
Y entonces me besó.
En el momento en que sus labios chocaron contra los míos, una fuerte
oleada de calor recorrió mi cuerpo, encendiendo un delicioso y ardiente dolor
en mi vientre.
Incapaz de pensar con claridad, y mucho menos de respirar, hice lo único
que podía hacer dadas las circunstancias: Me empiné, le agarré de los antebrazos
y le devolví el beso.
Era mi primer beso de verdad, sin contar el desastre de su habitación, y
no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Sólo sabía que no quería que se
detuviera.
Cuando sentí que una de sus manos bajaba por mi brazo y se posaba en
mi cadera, me volví loca. Perdí el sentido por completo.
Temblando sin control, dejé que mi espalda se hundiera contra el marco
de la puerta mientras mis caderas se acercaban más a él. Me ahogaba en mis
sentimientos, que se abatían sobre mí como una bola de demolición.
Cuanto más me besaba, más temblaba mi cuerpo sin control.
Y más lo deseaba.
Gemí en su boca cuando sentí la punta de su lengua rozar mi labio
inferior. Al darme cuenta de que estaba esperando a que le abriera la boca,
separé los labios y contuve la respiración cuando sentí su lengua deslizarse
dentro de mi boca.
Suavemente, rozó su lengua contra la mía con movimientos lentos y
pacientes.

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Dios mío.
Dios mío.
¡Estaba besando a Johnny Kavanagh!
Johnny Kavanagh me devolvía el beso, tenía su lengua en mi boca, su
mano en mi pelo y mi corazón en su bolsillo.
Esto era... Esto era...
Todo lo que nunca había esperado y más.
Insegura, saqué tímidamente la lengua y acaricié la suya. Johnny me
recompensó con un gruñido de aprobación que salió de algún lugar profundo de
su pecho.
Temblorosa, le rodeé la cintura con los brazos y lo atraje hacia mí,
insegura de lo que hacía, pero sabiendo que mi cuerpo necesitaba más. Mi
confianza crecía con cada roce de nuestros labios, con cada masaje de nuestras
lenguas, hasta que ronroneé en sus brazos, balanceando mi cuerpo contra él con
impaciencia, mientras nos besábamos y nos movíamos torpemente hacia el
banco más cercano.
¿Cómo es que esto estaba ocurriendo? ¿Por qué?
No lo sabía.
No lo sabía y no me importaba.
Johnny se tambaleó hacia atrás y cayó con fuerza sobre el banco de
madera. El impacto le arrancó un gruñido de dolor del pecho, pero no apartó los
labios de los míos mientras se quitaba la muleta y me metía entre sus piernas.
Sus manos pasaron de mi cara a mi cintura, apretándome con fuerza, y el
movimiento hizo que un gemido brotara de mi garganta.
Respondió a mi pequeño grito de placer con un gruñido bajo de
aprobación.
―¿Estás bien? ―Respiré contra sus labios mientras me aferraba a sus

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hombros.
―Sigue besándome ―murmuró―Te deseo tanto.
Me estremecí violentamente―¿De verdad?
―Jodidamente demasiado―gimió contra mis labios, y entonces sus
manos se posaron en mis muslos, sus dedos subieron mi falda ajustada hasta
acumularse en mis caderas antes de tirarme sobre su regazo, animándome a
sentarme a horcajadas sobre él.
Consciente de su herida, coloqué un muslo a cada lado de él y me coloqué
sobre su regazo, manteniendo mi peso lejos de él, mientras tomaba su hermoso
rostro entre mis pequeñas manos y le devolvía el beso con todo lo que tenía
dentro de mí.
Johnny se estremeció al contacto conmigo, pero yo no me aparté. No
podía evitarlo.
Quería tocarle la cara.
Quería tocarlo por todas partes.
―¿Lo estoy haciendo bien? ―Respiré contra sus labios, sintiéndome
dolorosamente consciente de mi inexperiencia.
―Más que bien―me aseguró, reclamando mi boca una vez más
―Es mi primer beso―gemí contra sus labios.
―Eres jodidamente perfecta―me aseguró, llenándome la boca con su
lengua caliente.
Volví a caer en un beso profundo y narcotizante, me permití relajarme y
absorber las sensaciones que me sacudían.
Me sentía tan bien.
Sus labios eran tan suaves, su cuerpo era tan duro y olía tan bien.
Sabía tan dulce.
Me ahogaba en sentimientos.

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Incapaz de contenerme, pasé una mano por su pelo mojado y tiré de él.
Recompensó mi valentía con un gruñido bajo mientras me agarraba por
las caderas y me arrastraba hacia su regazo al mismo tiempo que empujaba sus
caderas hacia arriba.
Jadeando en su boca, me dejé llevar voluntariamente, demasiado
consumida por la embriagadora y deliciosa sensación de su cuerpo apretado
contra el mío como para pensar que podía estar haciéndole daño.
Estaba claro que disfrutaba.
Podía sentir su placer mientras se apretaba contra mí. Acurrucado entre
mis piernas, Johnny no presionó más.
En lugar de eso, siguió besándome con lengüetazos calientes,
arruinándome sólo con su boca.
Me estaba poniendo caliente y dolorida por todas partes. Perdiendo el
control de mí misma, y persiguiendo la presión, gemí en su boca y me hundí
con fuerza en su regazo.
Johnny gruñó en mi boca y me quedé helada, consciente de repente de su
herida.
―¿Te estoy haciendo daño? ―pregunté contra sus labios.
―Sólo si paras― Anudó la mano en mi pelo y profundizó el beso.
«Creo que estoy enamorada de ti. Creo que me estoy enamorando. Por favor,
no me hagas daño. Por favor, nunca me hagas daño»
Mi mente se aceleraba con pensamientos enloquecidos, inducidos por la
lujuria, todos dirigidos a Johnny. No podía evitar caer al borde del suicidio
emocional.
Estaba hambrienta de él.
Voraz.
Necesitaba a ese chico.

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Estaba desesperada por él.
Me dolía y lo anhelaba y lo admitía ahora, con la mente abierta y el
corazón vulnerable. Cuanto más me balanceaba contra él, más me animaba a
moverme, tirando de mis caderas, estrechando nuestros cuerpos.
Estaba tan absorta en nuestro beso que no oí cómo se abría y cerraba la
puerta del vestuario, y sólo fui vagamente consciente de que alguien se aclaraba
la garganta.
Sólo cuando el entrenador Mulcahy dijo.
―Veo que te encuentras mejor― la realidad se abatió sobre mí con un
tremendo estruendo.
―Mierda― gimió Johnny en mi boca.
Sobresaltada, rompí el beso e intenté zafarme del regazo de Johnny.
Intenté, porque Johnny me agarró de la mano y tiró de mí hacia él. Cuando bajó
la mano y me ajustó la falda, casi me muero en el acto.
―Comportamiento inapropiado en el recinto escolar, Kavanagh― espetó
el entrenador Mulcahy, lanzándonos miradas fulminantes a los dos―¿Qué
demonios les pasa?
Mi mirada se posó en los dos paramédicos de aspecto divertido que
estaban detrás del entrenador, y gemí en voz alta.
―No estamos en horario escolar, señor―replicó Johnny con calma
mientras tiraba de mí para sentarme a su lado.
―Están en horario escolar―ladró el entrenador.
―En realidad, no―replicó Johnny, cogiéndome la mano.
Me sentí increíblemente agradecida por su contacto en ese momento. Me
tranquilizó y me impidió vomitar de ansiedad. Algo por lo que era conocida.
―Son las nueve y media de la noche― añadió Johnny encogiéndose de
hombros―Ya pasó el horario escolar.

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―Es un comportamiento inapropiado―bramó el entrenador,
dirigiéndonos una mirada furiosa―No me vengan con tecnicismos. Los dos son
menores de dieciocho años―Claramente furioso, añadió―Tendré que informar
de esto al señor Twomey y a sus padres.
―Oh, Dios― dije, presa del pánico―Por favor, no se los diga.
―¿Por un beso? ―Johnny se burló, apretando con más fuerza mi mano
temblorosa―¿Vas a denunciar un puto beso? ―Se rió sin gracia―Dese una
vuelta por el pasillo de ese autobús, entrenador. Seguro que encontrará algo peor
que un beso.
―Eres una estudiante menor de edad que estaba a solas con un
compañero menor de edad en un vestuario―replicó el profesor
acaloradamente―En una posición extremadamente comprometedora― El
entrenador se volvió entonces hacia mí―¿Es ese el tipo de reputación que
quiere para empezar en Tommen, señorita Lynch? ―preguntó―¿Quiere ser
una de esas chicas?
Se me llenaron los ojos de lágrimas y negué rápidamente con la cabeza.
―Oye, no le hables así―espetó Johnny, inclinándose hacia delante,
protegiéndome de la vista del señor Mulcahy.
―¡Vamos, Johnny! ―El entrenador refunfuñó impaciente―Piensa en
cómo se ve esto.
―Me importa una mierda lo que parezca― gruñó Johnny. Se puso en pie
de un tirón sólo para tambalearse rápidamente hacia atrás y desplomarse en el
banquillo con un gruñido de dolor―No hable así de ella― le dijo, con lasfosas
nasales encendidas―Nadie habla así de ella.
―¡Mírate! ―Exigió el entrenador, señalando la mitad inferior de
Johnny―Mira en qué condiciones estás.
Johnny no miró, pero yo sí.

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Miré y solté un grito ahogado al verlo.
La sangre manaba del lugar donde el jugador del Royce lo había
desgarrado con los tacos de sus botas.
―Johnny―balbuceé, y volví a agarrarle la mano.
Dios, le temblaba la mano.
Me volví para mirarlo.
Todo el cuerpo de Johnny temblaba, tenía la cara contorsionada por el
dolor y temblaba de pies a cabeza.
―Estás lesionado, chico―le espetó el entrenador―¿Me oyes? ¡Tu
cuerpo está cayendo a pedazos y estás aquí haciendo el puto idiota con una
chica!
―Muy bien, que todo el mundo se calme―ordenó el paramédico
masculino, mientras se acercaba a Johnny y se arrodillaba―¿Qué tenemos aquí,
hijo?
―Ya se lo he dicho al médico―dijo Johnny, temblando violentamente.
―Sígueme la corriente― respondió el paramédico.
―Aductor desgarrado―Exhalando un suspiro entrecortado, Johnny se
echó hacia atrás y cerró los ojos―Me operaron el 20 de diciembre―explicó,
sonando completamente derrotado―No se ha curado.
―Porque no le ha dado a su cuerpo la oportunidad de curarse― intervino
el entrenador―Su compañero de equipo y amigo me dijo que ha sido un
problema continuo que nos ha estado ocultando.
―Como si te importara una mierda―gruñó Johnny, con los ojos
brillando de furia―Tienes tus trofeos y tu final asegurados, ¿no?
―Claro que me importas, pedazo de imbécil―espetó el
entrenador―¡Jodidamente me importas, aunque no sé por qué!
―Nos informaron de que quedaste inconsciente durante varios minutos

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en el partido de rugby― preguntó el otro paramédico, tomando notas.
―Por el dolor―admitió Johnny con brusquedad―No hubo lesión en la
cabeza.
―Todavía― espetó el entrenador―Pero aún hay tiempo para eso.
―Joder, inténtalo―refunfuñó Johnny abatido. Su cabeza se inclinó
ligeramente y volvió a levantar la cabeza, todavía temblando.
―Oye, oye, está bien―le susurré, cogiéndole la cara para
tranquilizarlo―Estás bien.
Sacudió la cabeza de nuevo, con los ojos ligeramente vidriosos antes de
centrarse en mi cara.
―Lo siento― balbuceó, arrastrando un poco la voz―¿Por qué?
―Por no...―Cerró los ojos y exhaló un gemido de dolor―Por no
devolverte el beso aquella noche.
―No te preocupes―susurré, apretándole la cara con las manos―Ni
siquiera pienses en ello ahora, ¿sí?
―Quería hacerlo―gruñó, cerrando los ojos mientras un enorme
escalofrío recorría su cuerpo―Te lo prometo.
―Johnny, no pasa nada―balbuceé, apartando las lágrimas.
Parecía que le dolía tanto que apenas podía soportarlo.
―Necesita que le revisen todo―ladró el entrenador, con un tono de
preocupación―Análisis de sangre. Radiografías. Escáneres. Lo que sea que te
diga, ignóralo. Es un engreído de mierda que no te dirá cuando haya un
problema.
―Entendido―musitó la paramédico con el portapapeles.
―Tiene contrato con la Academia Irlandesa de Rugby―añadió el
entrenador, restregándose la cara con la mano―Todos los datos médicos están
en Cork, pero necesita que lo envuelvan entre algodones...

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―Entendido― respondió el paramédico masculino. Volviéndose hacia
Johnny, le guiñó un ojo―No eres el primer cachorro de La Academia que he
tratado.
―Tal vez tu novia pueda salir, Johnny―sugirió la paramédico. La
respuesta de Johnny fue apretarme más la mano.
Dios, estaba temblando tanto que todo mi cuerpo vibraba por el contacto.
―Sí―El entrenador asintió y volvió su atención hacia mí―Señorita
Lynch, le sugiero que vaya a tomar asiento en el autobús― ladró el entrenador,
echándome.
―¿Estás bien? ―pregunté, girándome para mirar a Johnny.No parecía
estar bien, parecía un animal acorralado.
Herido y desesperado.
Me miró fijamente durante un largo rato, con los ojos azules llenos de
ansiedad, antes de asentir con resignación y soltarme la mano.
―¿Puedo quedarme? ―susurré, insegura de si dejarle era lo
correcto―¿O esperar afuera?
No me parecía bien dejarlo. De hecho, me sentí mal.
―Estaré bien―me dijo Johnny, guiñándome un ojo antes de gruñir de
dolor cuando el paramédico le pinchó el muslo―¡Mierda!
―Fuera, señorita Lynch―ladró el entrenador, empujándome hacia la
puerta.
―¿Puedo ir con él? ―Me oí preguntar―¿Por favor?
―Puedes volver al autobús como te dije― ordenó―¡Ahora fuera! ―La
vergüenza, la culpa y la responsabilidad llenaron mi cuerpo mientras me dirigía
a la puerta.
―Adiós, Johnny―susurré, de pie en la puerta, luchando contra el
impulso de volver corriendo hacia él.

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Sus ojos llenos de dolor se posaron en los míos―Adiós, Shannon.
Te amo.
Estoy tan enamorada de ti.
Por favor, recupérate.

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CAPÍTULO 64
Juego En Pausa
―¿Shan? ―Claire me susurró al oído―¿Sigues despierta?

―Estoy despierta―susurré mientras me tumbaba de lado,
completamente inmóvil, y miraba por la ventana las luces de la capital.
No me había movido de esa misma posición desde que Claire, Lizzie,
Shelly y Helen me habían empujado a la habitación del hotel hacía varias horas
y una agotada Sra. Moore me había dicho que no me moviera.
Hacía tiempo que las chicas se habían dormido, Lizzie en la cama
individual contigua a la nuestra y Shelly y Helen en la cama de matrimonio del
lado opuesto de la habitación.
Pero yo no, no había cerrado ni un ojo. Me ahogaba en mi preocupación
y de vez en cuando, miraba la hora en elreloj analógico de la mesilla de noche.
05:38 era su lectura más reciente.
Johnny estaba en alguna parte, tumbado en uno de esos grandes hospitales
iluminados, con Dios sabe qué en el cuerpo. Yo no sabía lo que estaba pasando,
nadie me decía nada. No tenía su número de teléfono, y aunque lo tuviera, no
tenía un teléfono que usar.
El corazón se me heló en el pecho.

BOYS OF TOMMEN #1
Un miedo como ningún otro que hubiera experimentado antes me
atormentaba.
Estaba aterrorizada por él.
―¿Crees que ya habrá salido del quirófano? ―preguntó Claire.
Me encogí de hombros, entumecida hasta los huesos.
Claire se puso de lado en la pequeña cama individual que compartíamos
y me rodeó con el brazo.
―Se lo iban a llevar sobre medianoche, ¿no fue eso lo que dijo Gerard?
Volví a encogerme de hombros sin poder evitarlo, ya que, no tenía ni
idea.
―Se va a poner bien, Shan―susurró, apretándome con fuerza―Estoy
segura de ello.
―Siento que no puedo respirar―confesé mientras lágrima tras lágrima
caían de mis pestañas―Claire, tengo tanto miedo por él, y mi cuerpo está
helado.
―Es comprensible―replicó ella, frotándome el brazo con tono
tranquilizador.
―¿Enserio? ―pregunté, luchando contra las ganas de gritar― Porque no
tengo ni idea de por qué siento que me estoy muriendo ahora mismo―Respiré
entrecortadamente, desesperada por controlar mis emociones― Nunca he
estado tan asustada en toda mi vida.
―Shan― Claire suspiró suavemente―Te sientes así porque te importa
Johnny.
Asentí con la cabeza, cerré los ojos y tensé el cuerpo para detener los
temblores que me sacudían.
―¿Y tal vez porque lo amas?
Exhalando un suspiro entrecortado, rodé sobre mi espalda y giré la cara
para mirar a mi mejor amiga.

BOYS OF TOMMEN #1
―Estoy tan enamorada de él, Claire―confesé, y entonces rompí a
llorar―Lo quiero tanto que la idea de que no esté bien me está matando.
―¿Sabe Johnny cómo te sientes?
Sacudí la cabeza y lloré con más fuerza.
―No debería haberlo dejado―sollocé―Debería haberme quedado con
él.
―No podías―dijo en tono amable―El Sr. Mulcahy nunca te lo habría
permitido.
―Parecía tan asustado, Claire―le dije, mientras mi cuerpo se desgarraba
por los sollozos―Tú no lo viste, pero estaba muy asustado. Y luego se lo
llevaron en esa ambulancia. Vi cómo se lo llevaban. Vi el estado en que se lo
llevaban. ¿Y ahora? Ahora no sé dónde está ni si está solo...
―Está bien―me dijo, envolviéndome en sus brazos―Shh, está bien.
Todo va a salir bien.
―¿Y si le pasa algo? ―sollocé, agarrándola con fuerza―¿Y si algo sale
mal en el quirófano?
―No―me interrumpió, con voz severa―Se pondrá bien…
Un suave golpe en la puerta me sobresaltó y nos hizo saltar a los dos sobre
la cama. Miré a las tres chicas dormidas y luego a Claire. Me miró con los ojos
muy abiertos.
―Chicas―una voz familiar y apagada llegó desde el otro lado de la
puerta de la habitación del hotel―Déjenme entrar.
Claire levantó una mano, indicándome que me quedara donde estaba,
antes de bajarse de la cama y cruzar la habitación de puntillas.
―¿Gerard? ―susurró, pegando la oreja a la puerta.
―Sí, soy yo, nena―la voz de Gibsie llegó desde el otro lado.
Gracias a Dios.
Me levanté de la cama y corrí hacia la puerta justo cuando Claire la abría.

BOYS OF TOMMEN #1
Las dos nos estremecimos cuando la luz del pasillo casi nos cegó.
―Hola―saludó Gibsie, de pie en la puerta, envuelto en un abrigo y una
gorra―Pensé que estarías levantada.
―¿Qué pasa? ―le preguntó rápidamente Claire―¿Has oído algo?
―¿Está bien Johnny? ―Pregunté―¿Ya salió del quirófano?
―¿Hablaste con sus padres? ―Claire preguntó―¿Está su madre con él?
―¿Está bien? ―Repetí, levantando la voz.
―De una en una, chicas, Cristo―murmuró Gibsie mientras volvía al
pasillo y nos hacía un gesto para que lo siguiéramos.
Las dos fuimos sin dudarlo.
―Acabo de hablar por teléfono con su padre―dijo Gibsie mientras se
apoyaba en la pared, pálido y agotado―Este asunto se queda entre nosotros
tres―añadió, lanzándonos miradas de advertencia―¿Está claro?
Los dos asentimos y Gibsie, a su vez, asintió cansado.
―Ya salió del quirófano; todo salió bien―añadió rápidamente,
mirándome―Tu chico está bien, pequeña Shannon, ya puedes respirar.
―Gracias a Dios―respiré, apretándome la mano contra el pecho.
El alivio que inundó mi cuerpo fue tan fuerte que tuve que retroceder un
par de pasos y apoyarme en la pared de enfrente.
―Cuando lo abrieron, encontraron una adherencia enorme de donde le
operaron del aductor en Navidad― me explicó―Al parecer, era bastante grave.
―¿Cómo de grave? ―susurré con miedo, de nuevo.
Gibsie hizo una mueca―Según su padre, estaba bloqueando el cordón
espermático de Johnny o alguna puta catástrofe horrorosa por el
estilo―Estremeciéndose, añadió―Podría haber dañado seriamente sus
posibilidades de tener una familia más adelante.
―¿Eso es lo que le causaba tanto dolor? ―balbuceé, devastada al pensar

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que sufría tanta agonía―Oh, Dios.
―No sólo eso―dijo Gibsie con un suspiro―Tiene una grave infección
en la pierna y el señor John dijo que tenían que realizar algo llamado cirugía
concomitante porque Johnny tenía algo llamado Pubalgia Atlética que no
detectaron en sus últimas pruebas y escáneres...
―¿Qué demonios es eso? ―jadeó Claire.
―Joder, qué sé yo, nena― le dijo Gibsie―No soy médico, y no tengo ni
puta idea de lo que significa nada de eso, pero sea lo que sea, le estaba
incapacitando.
―Es una hernia deportiva―susurré, recordando haber leído sobre eso
una vez en un artículo en la escuela.
―Eso es bastante malo, ¿verdad? ―preguntó Claire.
―Es insoportable―dije con dificultad, palideciendo al pensar en el dolor
que Johnny tuvo que haber soportado estos últimos meses―Debió de dolerle
mucho jugar con ese tipo de lesión.
Gibsie asintió sombríamente―Los médicos le dijeron a su padre que no
saben cómo caminaba con el dolor, y mucho menos como seguía jugando al
rugby.
―¿Está despierto? ―preguntó Claire con expresión esperanzada.
Gibsie negó con la cabeza―No, sigue en recuperación. Lo tienen
medicado hasta los cielos, así que estará fuera de combate un rato más.
―¿Vas a verlo? ―Pregunté.
―Joder, sí, voy a verle― refunfuñó Gibsie―Y tú vienes conmigo.
―¿Yo?
―Sí, tú, pequeña Shannon― contestó Gibsie―Querrá verte.
―¿Querrá?
Asintió con la cabeza―Ve a vestirte. Llamaré a un taxi.

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―¿Y el señor Mulcahy? ―Claire añadió, preocupándose por su labio―
Él y la señora Moore han dicho que no podemos salir de nuestras habitaciones.
―El entrenador puede besar mi culo blanco como la nieve―replicó
Gibsie sin vacilar―Ese es mi mejor amigo tumbado en una cama de hospital,
nena.
―Pero, Gerard, sólo son las seis de la mañana― añadió Claire, sonando
preocupada―Y no quiero que te metas en problemas...―hizo una pausa para
mirarme―ninguno de los dos.
―En palabras del difunto gran Freddie Mercury: no me detengas ahora― le
dijo―Vuelve a la cama, te mandaré un mensaje en un rato.
―Shannon, no te vayas―me dijo Claire, con los ojos llenos de
preocupación―Si te pillan y se lo cuentan a tu padre...
―Iré―dije, deteniéndola antes de que pudiera terminar la frase.
Sabía lo que pasaría.
También sabía que ocurriría a pesar de todo.
Estaba aquí, en Dublín, cuando se suponía que debía estar en casa. Él iba
a matarme de todos modos.
Tenía que ir.
Volví corriendo a la habitación, me volví a poner el uniforme -no era fácil
en la oscuridad y con compañeros de habitación durmiendo- y salí rápidamente
al pasillo, donde Claire seguía de pie con Gibsie.
―Cuida de ella, Gerard Gibson, ¿me oyes? ―siseaba―No la dejes sola
en ningún momento y por ningún motivo. Y si te pillan, te llevas la bronca, ¿sí?
No me importa lo que tengas que hacer, pero piensa en algo para que no la
culpen de esto...
―Pequeña Shannon― anunció Gibsie, dando un empujón en el hombro
de Claire para alertarla de que yo había vuelto y podía oírlos.

BOYS OF TOMMEN #1
―Hola―respiré, alisándome el abrigo
―¿Lista para salir de la cárcel? ―añadió con una sonrisa.
Miré a Claire, que se mordía el labio y negaba con la cabeza, antes de
volver a Gibsie.
Aparté de mi mente la imagen del rostro de mi padre, exhalé un suspiro
entrecortado y asentí―Estoy lista.

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CAPÍTULO 65
Encuentras A La Chica
Cuando abrí los ojos, estaba en una habitación oscura y oía pitidos en los
monitores.
Como no sabía dónde demonios estaba, empecé a asustarme y a
arrancarme los cables que tenía atados al pecho y los brazos. También tenía
algunos metidos por la nariz y los agarré para intentar liberarme.
Sentía las manos extrañas, como si no me pertenecieran. Lo mismo sentía
en la cabeza, los ojos me daban vueltas en la cabeza.
En serio, no podía controlarlos.
Intenté concentrarme y comprender lo que me rodeaba, pero los ojos me
daban vueltas y la habitación daba vueltas.
¿Estaba drogado? ¿Gibsie me había drogado?
Ese bastardo...
―Johnny… está bien, hijo―La voz de mi padre llegó desde cerca―No
tires de la vía, te harás daño.
―¿Papá?
―Estoy aquí, hijo.
El sonido de una silla raspando las baldosas llenó mis oídos.
―Papá―balbuceé, calmándome al sentir su cálida mano cubriendo la

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mía―¿Dónde estoy?
No podía verlo, pero sabía que estaba cerca.
Su voz estaba junto a mi oído, haciéndome sentir seguro. Su mano me
tocó la frente, echándome el pelo hacia atrás, como solía hacer cuando yo era
pequeño.
―Estás en la sala de recuperación, hijo.
Dios mío, ¿lo estaba? Apenas recordaba el trayecto en ambulancia hasta
el hospital. Todo estaba borroso y sin dolor, no tenía dolor. Nada.
―Te operaron, hijo― me explicó mi padre.
―Joder― balbuceé―¿Sigue ahí mi polla?
―Sigue ahí― se rió suavemente papá.
―¿Y mis pelotas?
―También ahí― musitó―Todo está en orden.
Exhalé un suspiro entrecortado―Gracias a Dios.
―¿Recuerdas el partido de anoche? ―preguntó―Estabas muy mal, hijo.
―Me acuerdo de la chica― balbuceé―¿Por qué está todo oscuro?
―Porque se supone que estás durmiendo―me dijo mi padre―Son las
seis de la mañana. Todavía está oscuro fuera.
―Entonces, ¿no hay luces en ningún sitio? ―pregunté, confundido―¿Se
han ido todas?
Oí su risa tranquila ―No habrá luces hasta dentro de unas horas, Johnny.
―¿Seguro que mi polla sigue ahí? ―Moví los pies, pero no
cooperaban―Me gusta mucho mi polla, papá. Lloraré si se va.
―A la mayoría de los chicos les gusta esa parte de su anatomía,
Johnny―se rió papá―Y te prometo que sigue ahí.
―Compruébalo por mí―murmuré, sintiéndome mareado como la
mierda―Sólo para asegurarme.

BOYS OF TOMMEN #1
Oí a mi padre suspirar con fuerza y sentí que me quitaba las mantas del
cuerpo.
―Todo está ahí, muchacho―me aseguró antes de envolverme en las
mantas una vez más.
―Ya no funciona, papá―gemí, sintiendo que una enorme oleada de
devastación llenaba mi cuerpo―Lo rompí.
―Los médicos lo arreglaron― me dijo―Volverá a funcionar.
―¿Podré jalarme la polla de nuevo?
―Sí, Johnny― se rió―Dentro de unas semanas, podrás jalarla a gusto.
―Tengo la cabeza confusa, papá―balbuceé―Todo está caliente y
hormigueante... y me siento atontado hasta la mierda.
―Es la medicación, Johnny. Te está dando sueño―me dijo―Vuelve a
dormir y te sentirás mejor en un rato.
―¿Cómo le va? ―preguntó una voz desconocida, trayendo consigo un
pequeño destello de luz y el sonido de una puerta haciendo clic.
―Hablando tonterías―le dijo mi padre a la voz.
―Ah, será la morfina―musitó la voz, acercándose―Intenta que se
duerma. Volveré en una hora para hacerle la obstetricia.
―Papá, hay una chica―anuncié cuando la puerta volvió a sonar.
―Lo sé, Johnny―dijo papá con calma―Era tu enfermera.
―No, no, no―balbuceé, sacudiendo la cabeza―Hay una chica, papá.
Una chica.
―¿Dónde, hijo?
―Hay una chica en el autobús―balbuceé―Necesito que la
encuentres.
―No hay ninguna chica, cariño―me dijo papá―Tampoco hay un
autobús. Estás drogado con morfina.

BOYS OF TOMMEN #1
―Oh, joder― gemí―¿Me estoy muriendo o algo así?
―No, Johnny, amor, no te estás muriendo.
―Gracias a Dios― gemí―Porque quiero volver a ver a esa chica.
―Está bien, Johnny. Relájate, amigo.
―No, no, no, papá, hablo en serio―balbuceé―Creo que amo a esa chica.
―Bueno, ¿quién es esa chica?
―Ella es un río― suspiré y cerré los ojos―Me la quedaré, papá.
―De acuerdo, hijo― me engatusó―Quédate con la chica.
―Ella hace que mi corazón vaya, como, Woo.
―¿De veras? ―reflexionó.
―Tan mal, papá―suspiré―Pum, pum, puto pum―Sacudí la
cabeza―Todo el tiempo.
―¿Está despierto? ―la voz de mi madre llenó mis oídos, seguida de otro
destello de luz y el sonido de otra puerta haciendo clic.
―Está algo bien― se rió papá
―Johnny, amor, soy mamá.
―Mamá― balbuceé, sintiendo su mano tocar mi mejilla―No te enfades.
―Estoy más que molesta― sollozó―Podrías haber muerto.
―¿Está llorando, papá? ―balbuceé, golpeando algo que tocaba mi
nariz―Es porque tuve sexo―Sonriendo, añadí―Mucho sexo― Me reí para
mis adentros, pero sonó gracioso―Sólo bromeaba, mamá... nada de sexo para
mí.
―Edel, amor, está drogado hasta las nubes―oí decir a mi padre―No
recordará ni una palabra de esto. Mejor espera a darle la charla hasta que vuelva
en sí.
―La charla― gemí en voz alta―Todas las putas charlas.
―Johnny, amor...

BOYS OF TOMMEN #1
―El sexo es algo hermoso―balbuceé―Cuando es entre dos malditos,
bla, bla, bla.
Mamá se rió―Así que me pones atención.
―¡Mamá! ―exclamé―¡Conoces a la chica!
―¿Qué chica, amor?
―Mi chica―Me di una palmada en la nariz, picándome el rasguño, o
rascándome el picor. Ya no sabía nada de nada, pero me sentía de puta madre
―¿Ves, papá?―Me di una palmada en el pecho―Pum, puto pum.
―¿De qué está hablando, John?
―Sólo Dios lo sabe―contestó mi padre, sonando completamente
divertido―Pero es el mejor entretenimiento que he tenido en años.
―Mi polla volverá a funcionar, mamá―dije arrastrando las
palabras―Papá lo comprobó. Mis pelotas también están ahí.
―Oh, Jesús― murmuró mamá.
―Está bien―arrullé, apretando los labios―Ya tiene dieciséis años y
yo...―Me di una palmada en la frente―Diecisiete.
―¿De qué estás hablando, Johnny?
―Las fracciones34, mamá― gemí―Se están acercando.
―¿Fracciones de qué, amor?
―No hay que esperar mucho más― Suspiré―Menos mal, porque estoy
enamorado.
―¿Estás enamorado?
Asentí feliz―Y ella es un río.
―Bueno, eso es... encantador, cariño―me sonsacó mamá, sonando
confusa―Buen chico.
―Voy a navegar con mi barco por su río― me reí―Mi barco polla.
34
Recordemos que Johnny es muy bueno en las matemáticas y al inicio cuando le preguntó la edad a Shannon mencionó
cuantas fracciones de diferencia hay entre la edad de él y la de ella.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Pueden volver a noquearlo? ―Mamá refunfuñó―Me va a dar un
derrame cerebral con toda esta charla.
―Está bien, mamá― le dije―También me la voy a quedar. Haré todos
mis bebés con ella porque mis pelotas funcionan… y papá dice que puedo jalar
mi polla otra vez. ¡Woo!
―¡John! ―Mamá jadeó―¿Qué le has estado diciendo a nuestro hijo?
Papá se rió―Tiene diecisiete años, Edel. Es lo primero que va a preguntar
después de una operación así.
―Oh, querido Jesús―gimió mamá.
―Y voy a comprarle un anillo... y un perro... y navegar en barco... y voy
a mirarle las tetas porque puedo― Suspiré satisfecho―Tiene las mejores tetas,
papá.
―Toc, toc― gritó una voz familiar, seguida de más luz y más chasquidos
de puertas―¿Cómo está el paciente?
―Gerard― suspiró mamá feliz.
―¡Gibs! ―grité, buscando a mi mejor amigo por la habitación y sin
encontrar nada―Gibs, viejo. ¿Qué malditas drogas me diste?
―Está muy... colocado ahora mismo, Gibs―explicó papá―No hagas
caso de lo que dice.
―¿En serio? ―Gibsie se rió entre dientes―Hola, colega. ¿Cómo te va?
―Me arreglaron la polla, Gibs―Con mucho esfuerzo, conseguí
mantener un pulgar en alto y agitar la mano sin rumbo―Días felices.
―Woo-hoo―Gibsie vitoreó, agarrando mi mano―La mejor noticia que
he oído en todo el año― Me apretó la mano―Sabes lo que eso significa, ¿no?
―Cambio de sudadera―balbuceé.
―Exacto― rió Gibsie―En cuanto te recuperes, te sacaré a las calles.
―Chicos― reprendió Mamá―Gerard, no lo animes.

BOYS OF TOMMEN #1
―Lo entiendes, Gibs―balbuceé feliz―Me entiendes.
―Te entiendo, amigo―me engatusó, apretándome la mano―¿No
debería estar inconsciente todavía?
―Debería― respondió mi padre, sonando divertido―Pero el chico es
fuerte como un toro.
―Soy un toro― balbuceé.
Gibsie soltó una risita―¿Eres un toro?
Asentí―Con grandes pelotas.
Gibsie se rió―Grandes pelotas que funcionan.
―Voy a usar ese lubricante, Gibs―decidí, girándome para
encontrarlo―Eh, ¿a dónde has ido?
―Aquí estoy―me dijo, dándome una palmadita en la cabeza―Y te
compraré una canasta llena cuando lleguemos a casa.
―Eres mi mejor amigo―le dije, pero él parecía una almohada―Me
encanta tu gran cabeza con forma de pelota de rugby.
Mamá gimió―Oh, Johnny.
―Escuchen―dijo Gibsie en tono serio―Traje a una amiga para que lo
vea.
―Tú eres mi amigo―respondí con un suspiro―Mi maldito mejor y
favorito amigo.
―Sé que lo soy, colega―me engatusó Gibsie, apretándome la mano―Y
tú eres el mío.
―¿Una amiga? ―Cuestionó mamá.
―Sí, está justo afuera.
―¡La encontraste, Gibs! ―Exclamé―Menos mal. Creí que la había
perdido.
―Lo hice, amigo― Gibsie rió suavemente―Te he devuelto a Shannon.

BOYS OF TOMMEN #1
―Shannon “como el río” ―suspiré satisfecho.
―¿Shannon Lynch? ―exclamó mamá―¿Es de ella de quien está
divagando?
―Ah, sí― musitó Gibsie.
―¿Qué pasó con lo de ser solo amigos, Johnny? ―Preguntó mamá.
―Mentí― solté una risita―He estado mintiendo todo el tiempo.
―Johnny― suspiró mamá―Nunca tuviste que mentir, cariño. Me gusta
esa chica.
―Es mía― refunfuñé―No puedes tenerla.
Gibsie soltó una sonora carcajada―Todo el mundo lo sabe, Capi.
Torciendo la cabeza, traté de encontrar a mi padre―¿Papá?
―Sigo aquí― me aseguró papá, apretándome la mano derecha.
―Es ella― susurré, tratando de mirarle en la oscuridad―La de las tetas
perfectas.
―¿Le has visto las tetas? ―preguntó Gibsie.
Asentí feliz―Sí.
―¿Cuándo?
―Cuando estaba usando la calculadora―balbuceé―La amo, Gibs.
Muchísimo. Hasta las pelotas.
―Ya lo sé― musitó Gibsie, dándome una palmadita en el hombro―Eres
un Buldócer.
Me encogí de hombros―Y ni siquiera me arrepiento.
―Gerard, tal vez no deberías traer a Shannon aquí― dijo mamá, sonando
preocupada―Es posible que diga cualquier cosa ahora mismo.
―No, no, no― refunfuñé, no sintiéndome feliz ahora―Quiero verla.
―Johnny, amor, ella puede venir de visita cuando estés más consciente…
―¡Shannon! ―grité su nombre a todo pulmón―¡Shannon!

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―Deja entrar a la niña, Edel― musitó papá―Si no, va a destrozar todo
el lugar a gritos como un niño pequeño.
―¡Shannon!
―¡Oh Jesús, bien! ―Murmuró mamá―Será mejor que te comportes,
Johnathon.
El sonido de tacones altos haciendo clic en las baldosas llenó mis oídos,
y luego me cegó la luz.
Pasaron unos instantes entre susurros. Y entonces oí esas dos palabras.
―Hola, Johnny.
―Pum, pum, puto pum, papá― gemí, golpeándome el pecho con una
mano―Estoy acabado.

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CAPÍTULO 66
No Te Abandonaré
―Shannon, cielo―reconoció a la señora Kavanagh cuando salió de la

habitación de Johnny en el hospital y me encontró merodeando por el
pasillo―Me alegro de volver a verte.
―Hola, señora Kavanagh―balbuceé, sintiéndome increíblemente
insegura.
Llevaba más de diez minutos merodeando fuera de la habitación de
Johnny, obligándome a no entrar a empujones por la puerta. Sabía que sus
padres estaban allí y eso debería haberme aterrorizado, pero no fue así. Porque
necesitaba ver a ese chico más de lo que necesitaba tener miedo.
Apartándome de la pared, junté las manos y pregunté.
―¿Johnny está bien?
―Si, está bien― dijo, mordiéndose el labio―Está un poco fuera de
forma ahora mismo, cielo.
Oh, Dios…
La preocupación estalló dentro de mí.
―¿Puedo verlo? ―Me obligué a ser valiente y preguntar.

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La Sra. Kavanagh frunció el ceño.
―¿Por favor? Será muy rápido―supliqué, esperando que su madre se
apiadara de mi frágil corazón―Sólo necesito verlo... eh, quiero decir, necesito
comprobar que está... bien.
Con un fuerte suspiro, la señora Kavanagh asintió y me hizo un gesto
para que entrara.
Con pies inseguros, entré en la oscura habitación, iluminada únicamente
por las luces de la ciudad que brillaban desde el otro lado del cristal de la
ventana. Mis ojos se dirigieron inmediatamente a la cama que había en medio
de la habitación.
Había un hombre sentado en una silla a la derecha de Johnny, y Gibsie
estaba de pie a su izquierda. Al instante reconocí al hombre como el de la
fotografía que había en la habitación de Johnny aquel día.
El héroe.
Su padre sostenía la mano de Johnny, sentado junto a su cama, y se
parecía a su hijo treinta años en el futuro. Mientras tanto, yo me quedé allí, en
medio de su habitación de hospital, con el corazón martilleándome en el pecho
y los ojos clavados en su cuerpo desplomado.
―Hola, Johnny― dije, con la voz apenas más que un susurro.
―Bum, bum, puto bum, papá―balbuceó Johnny, agarrándose el
pecho―Estoy acabado.
Sus palabras provocaron una sonora carcajada de Gibsie y un gemido de
desesperación de la señora Kavanagh, que se había reunido con nosotros.
―Tienes que encender las luces, papá―ordenó Johnny, arrastrando las
palabras―Ilumina el mundo. Tienes que ver a esta chica.
―Johnny― dijo su madre en tono de advertencia―Compórtate.
―Quiero verla, mamá― gimió―No puedo verla.

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El corazón me dio un salto en el pecho.
―¿A mí? ―exclamé.
―Siempre tú― gimió Johnny―Malditas pelotas.
―No es él mismo, Shannon―se apresuró a decir la señora
Kavanagh―No hagas caso de nada de lo que salga de su boca.
―Eh...―La miré y asentí insegura―¿De acuerdo?
Su padre encendió entonces una pequeña luz superior, bañando la
habitación en un suave resplandor. Con el corazón acelerado, vi a Johnny
conectado a una máquina que emitía pitidos junto a su cama. Tenía cables atados
al pecho desnudo y uno que salía del brazo conectado a un gotero.
Por una vez, me las arreglé para no contemplar su pecho desnudo,
concentrándome en su hermoso, magullado y cansado rostro.
―¿La ves, papá? ¿La ves? Es jodidamente hermosa―Johnny
anunció―Te lo dije.
Oh, Dios...
―Oh, Johnny― suspiró su madre.
―Déjalo en paz, Edel― se rió su padre―Ahora no puede evitarlo.
―Shannon―balbuceó Johnny, sonando terriblemente aturdido―Ella
está demasiado lejos.
―Estoy aquí, Johnny― balbuceé.
―¿Estás aquí? ―Asintió, más para sí mismo que para nadie―No
vuelvas a dejarme.
El corazón se me estrujó en el pecho y mis palabras salieron en un
pequeño suspiro.
―No lo haré.
Me sentí increíblemente incómoda, teniendo a sus dos padres en la
habitación, pero rechacé esos sentimientos e hice que mis piernas caminaran

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hacia él.
―¿Cómo te sientes? ―Pregunté, cerrando el espacio entre nosotros,
eligiendo venir alrededor del lado de Gibsie hacia la cama―¿Estás bien?
―Acércate―dijo Johnny sonriendo, con sus ojos soñolientos fijos en mi
cara, mientras apuntaba con el dedo―Quiero enseñarte algo.
―Eh, ¿de acuerdo?
Rodeando a Gibsie, me acerqué a la cama.
―¡No te atrevas! ―espetó la Sra. Kavanagh, haciéndome retroceder y a
Johnny gemir.
―Agua fiestas―resopló Johnny.
―John, mete las mantas debajo del colchón―le ordenó antes de fulminar
a su hijo con la mirada―No me importa lo drogado que estés, Johnathon Robert
Kavanagh Jr., te la cortaré si se te ocurre enseñársela.
―¿Enseñarme qué? ―pregunté nerviosa.
―Mi polla―anunció Johnny, girándose para mirarme―¿Quieres
ver?―Me sonrió perezosamente―Ya está mejor.
Gibsie echó la cabeza hacia atrás, lanzó una carcajada y el Sr. Kavanagh
se le unió.
―Y Jesús lloró― sollozó la Sra. Kavanagh.
―Está drogado, pequeña Shannon―explicó Gibsie, todavía riendo a
carcajadas―Está elevadísimo, como una jodida cometa.
―Oh, bueno, está bien―susurré, sintiendo mis mejillas arder de
vergüenza.
―Toma mi mano― Johnny instruyó, agitando una mano hacia mí.
Miré a su madre, insegura de si le importaría que tocara a su hijo en ese
estado. La señora Kavanagh suspiró y asintió.
―Estaba preocupada por ti―le dije, tomando su gran mano entre las

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mías―Me diste un susto horrible.
―Y yo estaba preocupado por ti― respondió Johnny, con los ojos muy
abiertos y sincero―Siempre estoy preocupado por ti.
Dio un fuerte tirón y me arrastró hasta la cama.
―¡Johnny!
―No pasa nada―le aseguré al señor Kavanagh antes de tomar asiento
en el borde de la cama, insegura.
No tenía elección.
Era sentarme en el borde de la cama de Johnny o dejar que me tirara
encima de él porque no me iba a soltar.
―No sabía dónde estabas―continuó diciéndome Johnny mientras
sacudía la cabeza, todo nervioso y sonando confuso―Pensé que te había
perdido... ¿y mi cabeza? Mi cabeza está volando como las nubes, nena.
¡Te llamó nena!
Te llamó nena otra vez.
―Ya estoy aquí―susurré, sin poder evitar sonreír por lo adorable que
era en ese momento―Y vas a estar bien.
―Te amo, Shannon “como el río”―balbuceó.
Se me paró el corazón. ¿Acaba de...?
No. No, claro que no.
―Te amo, carajo― dijo Johnny otra vez.
Oh, Dios.
«En definitiva, lo dijo, dos veces. Está drogado, Shannon. No sabe lo que
dice, no te lo tomes a pecho.»
―¿Gibs?
―¿Sí, amigo?
―Mi cordón espermático no se rompió―Johnny suspiró feliz―Nada de

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explosión de bolas.
Gibsie soltó una risita―Es bueno saberlo, Capi.
―Ves, mamá―dijo Johnny en tono aturdido―Ella tendrá a mis
bebés...― Giró la cabeza de un lado a otro hasta que encontró mi cara. Y
entonces sonrió―Tendrás a mis bebés, ¿verdad?
―Yo...―Carraspeé y exhalé un suspiro entrecortado―Yo...
―Shannon, lo siento mucho―dijo la Sra. Kavanagh.
―Dilo― gimió Johnny, agarrándome la mano―Dime que tendrás a mis
bebés.
―Johnny...
―Sólo dime que lo harás―suplicó en voz alta―¡Dilo, Shannon! Por
favor. No puedo soportarlo.
―¿Sí? ―balbuceé, sintiéndome débil―Lo que quieras, Johnny.
―Gibs― gritó Johnny alegremente―¿Oíste eso, amigo?
―Claro que sí, Buldócer.
―¿Verdad que lo hice bien, papá? ―continuó delirando―¿Ves? ¡La
encontré!
―Hiciste un gran trabajo―le dijo el Sr. Kavanagh.
―Lo siento, amigos, pero el señor Kavanagh sólo tiene permitido que un
familiar se quede con él fuera de las horas de visita―llamó una enfermera desde
la puerta, sobresaltándome a la vez que me ahorraba tener que responder a la
afirmación de Johnny ―Si todos son familia, pueden rotar― añadió―Hay una
habitación familiar en el tercer piso, pero tendré que pedirles a tres de ustedes
que se vayan.
―Yo me quedo―anunció la señora Kavanagh―John, puedes llevar a
Shannon y Gerard a desayunar. Te llamaré en un par de horas.
―Escucha, tengo que irme―susurré, volviendo a centrar mi atención en
Johnny, con el corazón aun martilleándome en el pecho―Intentaré volver más

BOYS OF TOMMEN #1
tarde, antes de que salga el autobús, ¿sí?
―No, no, no― gimió Johnny, aferrándose a mi mano con las dos
suyas―Dijiste que no me dejarías.
Oh, Dios.
―Johnny, lo sé, pero tengo que irme―susurré, nerviosa―Solo están
permitidos los familiares.
―Ella es mi esposa― anunció entonces, volándome la cabeza.
―Johnathon Kavanagh― gritó su madre―¡Detente ahora mismo! Vas a
asustar a la chica.
―¿De qué estás hablando? ―Johnny balbuceó―No la estoy asustando.
La quiero.
―Johnny, volveré―le engatusé, exhalando una respiración
temblorosa―Te prometo que volveré, ¿de acuerdo?
Intenté soltar mi mano de la suya, pero no me soltó. Sacudía la cabeza y
me miraba con ojos grandes, anchos y elevadísimos como una cometa por la
morfina.
―Tengo que irme―repetí, sintiéndome completamente desgarrada―Lo
siento mucho.
―Iré contigo―anunció, y luego procedió a usar una mano para rasgar
sus cables.
―Para ya―le ordené, atrapando su mano rebelde con la que tenía
libre―Te harás daño.
―Te quiero a ti―gimió, tirando de mis brazos―Sólo a ti.
Perdida, miré a sus padres, que estaban observando nuestro pequeño
combate. El Sr. Kavanagh se limitó a negar con la cabeza y sacó de la habitación
a un Gibsie risueño.
―Iré― le prometí a la señora Kavanagh―Sólo necesito...―mis palabras

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se interrumpieron cuando Johnny rodeó mi cintura con sus brazos y se aferró a
mí―Eres como una lagartija― murmuré desesperada, sintiendo los ojos de su
madre en mi cara.
―Apaga las luces y quédate conmigo, Shannon “como el río”
―Siento mucho todo esto―musité mientras intentaba y no conseguía
liberarme de su agarre―Sólo será un minuto...
―Quédate con él.
Levanté la mirada―¿Cómo?
―No tiene sentido agitarlo― afirmó en voz baja, con la mirada clavada
en su hijo, que en ese momento me estaba acariciando el estómago―Si te
sientes cómoda quedándote con él, Shannon, entonces puedes quedarte.
No quería dejarlo.
Ni en el vestuario de Royce.
Ni ahora.
Ni nunca.
Asintiendo lentamente, susurré ―Yo cuidaré de él.
―De acuerdo, entonces―La Sra. Kavanagh suspiró
pesadamente―Volveré en un rato.
Se dio la vuelta y salió de la habitación.
―Tendrás serios problemas conmigo―le dije a Johnny una vez que la
puerta se hubo cerrado, dejándonos solos―Cuando vuelvas en ti, hablaremos
de lo que acabas de hacer.
―No me importa― balbuceó somnoliento―Conseguí lo que quería.
―¿Y qué era? ―le pregunté―¿Avergonzar a tu madre?
―A ti― balbuceó―Te tengo a ti.
Oh, Dios. Mi corazón.
―Johnny, estás diciendo cosas raras ahora mismo― respiré.

BOYS OF TOMMEN #1
Y tienes que parar, porque duele...
―Mira esa cara―susurró, mirándome fijamente con una expresión
peculiar―Voy a quedarme contigo.
―De acuerdo― Cediendo a su locura, lo engatusé para que se recostara
en la almohada―Puedes quedarte conmigo.
Sentada a su lado, me incliné hacia delante, apoyé un brazo a un lado de
su cabeza y le acaricié la mejilla con la mano libre. Sus manos seguían rodeando
mi cintura, pero ya no con tanta fuerza
―Cierra los ojos― le dije suavemente―Estaré aquí cuando despiertes.
―Dime que me amas―me suplicó.
―Johnny...
―Dímelo.
Inspirando tranquilamente, susurré―Johnny, te amo.
―Gracias, joder― gimió, exhalando con fuerza.
―No recordarás esto― añadí temblorosamente―Pero yo sí.
Que era la única razón por la que le estaba diciendo mi verdad.
―Me encantan tus tetas―me informó entonces.
―No las has visto.
Asintió solemnemente―Claro que sí.
Negué con la cabeza―No, debes estar pensando en otra persona.
―Sólo pienso en ti― respondió―Sólo en ti.
Mi corazón.
Mi pobre, pobre corazón.
No tenía ninguna oportunidad con este chico.
―Y en tu coño― Cerró los ojos y gimió―También vi eso.
Sí.
Sí, lo vio.

BOYS OF TOMMEN #1
Oh, gracias a Dios que no dijo eso delante de sus padres...
―Es mío.
―¿Qué es tuyo? ―Pregunté.
―Tú―Suspiró y me agarró con más fuerza―Y tu coñito perfecto.
―Johnny― respiré―No puedes decir cosas así.
―Tócame la polla.
―No, Johnny, no te voy a tocar la polla.
―¿Estás segura?
Me reí entre dientes―Estoy segura.
―Pero lo harás, ¿verdad? ―preguntó con cara de desolación―¿Algún
día?
―Algún día―le susurré al oído―Lo prometo.
Me sonrió con esa adorable expresión de borracho.
―Dame un beso―ronroneó. Sacudiendo la cabeza, me incliné hacia
delante y apreté mis labioscontra los suyos―No me dejes―gimió entonces,
con la cara contorsionada por eldolor―Ya no sirvo... pero ¿no me abandones,
¿sí?
―¿Qué?
―Estoy... roto.
Sacudí la cabeza―No estás roto.
Johnny gimió como si le doliera―No más... rugby― balbuceó y luego
sacudió la cabeza.
―No importa.
Asintió solemnemente―Sí que importa.
―Mírame...―Incliné su cara hacia la mía―Johnny Kavanagh, abre los
ojos y mírame.
Con un gran esfuerzo, lo hizo. Esperé varios segundos a que enfocara mi
cara antes de continuar.

BOYS OF TOMMEN #1
―Vales mucho más que el rugby―Besé sus labios porque, francamente,
tenía un problema con los besos inapropiados cuando se trataba de este
chico―Si nunca cogieras un balón de rugby en el resto de tu vida, no me
importaría.
―Creo que te necesito para siempre― balbuceó.
―Creo que yo también te necesito― confesé.
―Eres tan bonita― dijo―Ese primer día. Pum.
―¿Pum? ―Solté una risita.
Asintió solemnemente―Pum.
―Escucha, voy a ir a sentarme en la silla que hay junto a tu cama―le
engatusé mientras intentaba desenredarme de sus cables y sus manos
resbaladizas―Así podrás dormir un poco.
Johnny negó con la cabeza y me acercó―Duerme conmigo.
―Johnny, acabas de salir de una operación―suspiré―Necesitas
descansar.
―Si esto es amor, entonces eres tú―replicó, arrastrándome hasta
tumbarme a su lado.
―¿Eh? ―pregunté mientras me ponía de lado e intentaba por todos los
medios no tocarle las piernas.
―Tú―murmuró somnoliento, pasándome un pesado brazo por los
hombros.
―¿Yo qué? ―susurré mientras le ponía la mano en el estómago y me
acurrucaba a su lado.
―Tú eres el amor― Suspiró satisfecho ―Quédate conmigo.
Siempre…
―Me quedaré contigo―susurré, sintiendo más en este momento de lo
que podía soportar.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Quién te pone triste? ―preguntó entonces, con la voz arrastrada y
somnolienta ―Dímelo, nena.
―Nadie, Johnny.
―Mientes y me duele el corazón―gimió, apretándome con más
fuerza―Todas esas marcas. Duele cuando sé que alguien está lastimando a mi
Shannon.
―Johnny...
―¿Quién te hace daño, nena? ―balbuceó somnoliento. Bostezó
ruidosamente y luego suspiró―Lo arreglaré.
―Es un secreto― respiré, sintiendo que mi cuerpo temblaba.
―No lo contaré― susurró.
Inhalando un suspiro tembloroso, cerré los ojos y apreté los labios contra
su oreja.
―Mi papá.
Esperé varios segundos a que dijera algo.
No lo hizo.
Cuando abrí los ojos y le miré a la cara, comprendí por qué. Johnny
estaba dormido.

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 67
Plan B
Me dolía todo.
Mis bolas.
Las piernas.
La polla.
La cabeza.
Me sentía como si me hubiera arrollado un tren de carga. Sentía una
presión en el pecho, algo no estaba bien.
¿Y podía oler coco? Y entonces recordé.
Se había acabado.
Todo mi duro trabajo.
Todos los años de implacables y agotadoras sesiones de entrenamiento
habían sido en vano. Porque mi cuerpo me abandonó y ahora estaba destrozado.
Me desperté de un tirón y abrí los ojos de golpe, presa del pánico y al
borde de un ataque de nervios. Durante unos instantes, me quedé mirando al
techo, absorbiendo la devastación que inundaba mi corazón como un maremoto
de destrucción.
Respiré hondo varias veces y traté de incorporarme, pero volví a caer al
suelo cuando me fijé en el pequeño cuerpo acurrucado en la cama a mi lado.
Dios mío.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Shannon?
―¿Hmm?
―Shannon―balbuceé, dándole un empujoncito con la
mano―Despierta.
Bostezando en silencio, se arrastró fuera de donde había estado
acurrucada en el pliegue de mi brazo.
―Estás despierto― dijo sonriéndome.
Asentí con cautela.
―¿Recuerdas dónde estás?
Volví a asentir.
―¿Recuerdas el partido?
―Recuerdo por qué estoy aquí―le dije, con la boca seca y ronca―No
recuerdo por qué estás tú aquí.
Shannon me miró durante un largo momento y luego sus ojos se abrieron
de par en par y se apartó rápidamente de la cama.
―Querías que me quedara contigo― explicó en tono tranquilo, juntando
las manos.
Fruncí el ceño―¿Yo quería?
No me acordaba, era como una nebulosa.
Shannon asintió―Sí, vine a verte con Gibsie esta mañana… bueno, ¿eran
como las seis de la mañana así que supongo que podrías llamarlo de madrugada?
No sé...
―¿Cuánto tiempo? ―La interrumpí preguntando.
Me sentía demasiado desesperado como para escuchar divagaciones.
Shannon me miró sin comprender―¿Cómo?
―¿Cuánto tiempo estaré fuera? ―Le dije.
Ella miró su reloj―Son las 11:45, así que casi seis horas.

BOYS OF TOMMEN #1
―No― Sacudí la cabeza y solté un gruñido frustrado―¿Cuánto tiempo
fuera?
Ella negó con la cabeza―No te entiendo.
―¡Cuánto tiempo estaré de baja por lesión! ―Siseé, apretando las
sábanas mientras la devastación se instalaba en mi hotel del desconsuelo.
―Johnny, no importa...
―Importa, Shannon― solté, con la voz entrecortada―Me importa a mí.
Se me quedó mirando con esos ojos grandes llenos de miedo,
preocupación y compasión. No podía soportarlo...Ahora no.
No quería que me viera derrumbarme. No podría soportarlo.
―¿Puedes pasarme eso, por favor? ―Señalé el gráfico que colgaba de
los pies de mi cama―Necesito verlo.
Se mordió el labio y miró mi historial con nerviosismo―Johnny, quizá
deberías esperar a un médico...
―Necesito ver el puto historial―le dije―Necesito verlo por mí
mismo―Shannon se estremeció y me sentí peor que nunca―Por
favor―Exhalé un fuerte suspiro― Pásame el gráfico ―Sin decir nada más, me
pasó el portapapeles―Gracias.
Ella bajó la cabeza y moqueó.
Joder.
¡Joder!
―¿Puedes ir a buscar a mi papá? ―pregunté, tratando
desesperadamente de contener mis emociones.
Me miró sola y dolida―¿Eso es lo que quieres?
Reprimí un gemido y asentí―Eso es lo que quiero.
―¿Y tu mamá?
―No, sólo mi papá― le advertí―Sólo mi papá.

BOYS OF TOMMEN #1
―Está bien―susurró Shannon, mirando insegura hacia la puerta.
Contuve la respiración, desesperado por no derrumbarme delante de ella.
―¿Iré? ―dijo, pero era más bien una pregunta.
Asentí con rigidez, resistiendo el impulso de rogarle que se quedara, me
abrazara y le hiciera promesas que ninguno de los dos podría cumplir.
Ella no podía arreglar esto por mí, y me aterrorizaba perder más de lo que
ya tenía. Sabía que era frágil y no quería asustarla. Si ella se quedaba en esta
habitación, eso era exactamente lo que yo iba a terminar haciendo. Si lo hacía,
si veía mi lado feo, mi debilidad, también la perdería.
No podía perderla a ella también.
Con el corazón martilleándome, la vi abrir la puerta y detenerse en el
umbral.
―Adiós, Johnny― susurró, mirándome por última vez.
Tragué hondo antes de pronunciar con dificultad las palabras.
―Adiós, Shannon.
Esperé a que la puerta se cerrara tras ella antes de arrancarme las mantas
del cuerpo para comprobar los daños.
Por Dios.
Dejé caer la cabeza sobre la almohada, mordí el puño y ahogué el llanto.
Cuando mi papá entró en la habitación treinta minutos después, estaba solo.
―Buenos días, semental―me dijo con una sonrisa burlona.
―Papá―dije entrecortadamente, con las lágrimas corriéndome por las
mejillas. En cuanto papá vio mi expresión, se le borró la sonrisa.
Dejó el vaso de plástico en la mesilla, se sentó en el borde de la cama y
me abrazó.
―Johnny―suspiró―Desahógate, hijo.
Y fue justo ahí cuando lloré como un puto niño sobre el hombro de mi

BOYS OF TOMMEN #1
papá
―¿Qué es lo que estoy viendo? ―pregunté, cuando las palabras salieron.
―Seis semanas mínimo―me dijo con esa honestidad que yo le
respetaba.
―Papá, ya no está―Sacudí la cabeza y resistí el impulso de rugir― La
campaña de verano... La sub-20... ¡se acabó para mí!
―No se ha acabado―me aseguró―Será difícil, pero no imposible.
―Difícil―dije, sintiendo que mi corazón latía tan fuerte que pensé que
se detendría por completo―Maldición.
―No olvides quién eres―Se levantó entonces y me ayudó a sentarme al
borde de la cama―Eres mi hijo―añadió, bajando mis pies al suelo―Y eres un
luchador.
Bajé la cabeza―No me siento un puto luchador.
―Has sido un luchador desde que naciste―me corrigió, levantándome
la barbilla y obligándome a mirarle a los ojos azules―Nunca has dejado que
nada se interponga en el camino de tus objetivos, y te aseguro que no vas a dejar
que seis semanas te detengan.
―¿Y si no lo consigo? ―dije con dificultad, expresando mi mayor
temor―¿Y si para entonces no estoy en forma?
―Entonces no lo conseguirás―respondió simplemente.
Sacudí la cabeza y solté un sollozo de dolor―Papá, no puedo soportarlo...
―Si no lo consigues este verano, entonces no lo consigues este
verano―repitió―Sigues siendo Johnny Kavanagh. Sigues siendo un estudiante
de honor. Sigues siendo un buen hombre. Y sigues siendo mi mejor decisión.
Por millonésima vez en mi vida, miré al hombre que me había criado y
pensé: ¿seré alguna vez tan fuerte como tú?
Observé a mi padre mientras acercaba una silla y la dejaba frente a mí.
―Ahora―dijo mientras se sentaba y se aflojaba la corbata―Seamos

BOYS OF TOMMEN #1
realistas, hijo.
Oh, mierda.
―¿En serio? ―balbuceé.
Papá asintió―Digamos que no entras en la sub-20 en junio...
―Papá, no puedo...
―Escúchame―dijo con calma.
Cabizbajo, asentí.
―Digamos que no lo consigues en junio―continuó diciendo papá,
expresando mi peor pesadilla―Es devastador. Tu madre y yo lo entendemos.
Puede que creas que no, pero nosotros te trajimos a este mundo, y en cada
momento doloroso de tu vida que pasas, y en cada obstáculo con el que
tropiezas, estamos ahí, Johnny. Estamos justo detrás de ti, sintiéndolo todo. Tu
dolor, tu frustración y tus miedos. Todo se refleja en nosotros. Tus logros son
los nuestros y tu dolor es el nuestro. Porque eres todo lo que tenemos, Johnny.
Sólo a ti. Eso es todo.
Ahora me sentía peor que cuando desperté―Papá...
―Cuando seas mayor y tengas tus propios hijos, un hijo propio,
entenderás lo que quiero decir―añadió, tranquilo como siempre―Pero por
ahora, tendrás que creer en mi palabra.
Asentí, sintiéndome como una mierda y sabiendo muy bien lo que venía
a continuación.
―¿Qué hiciste, Johnny? ―Papá dijo―¿El peligro en que te
pusiste?―Sacudió la cabeza y exhaló un suspiro tembloroso―No hay
palabras para comprender lo desolados que quedamos al recibir esa llamada
anoche―Se inclinó hacia delante en su asiento y juntó las manos―Saber que
nuestro hijo estaba arriesgando así su salud y su futuro, y que llevaba meses así.
Mis hombros se hundieron de vergüenza―Lo siento, papá.

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―No necesito una disculpa―replicó papá sin una pizca de enfado en el
tono―Necesito que lo entiendas. Que des un paso atrás de este sueño que has
estado persiguiendo y te des cuenta de que tu vida ya está sucediendo.
―Es que lo deseo tanto, papá―confesé, mordiéndome el labio―Tanto,
joder.
―Y yo lo quiero para ti―me dijo―Quiero que persigas tus sueños,
Johnny. Quiero que los hagas realidad. Quiero que te ocurra todo lo que quieres
de la vida. Pero necesito que hagas todo eso con la cabeza fría―Se reclinó en
su silla y me miró fijamente durante un largo momento antes de volver a
hablar―Hasta los mejores se caen a veces, hijo. Lo que hagas después -con
pensamiento claro, calculado y lógico- es lo que te definirá.
Sí.
Lo entendí. Lo había oído.
Exhalando un pesado suspiro, me pasé una mano por la cara y pregunté.
―Entonces, ¿cuál es el plan?
Papá sonrió satisfecho.
Le fruncí el ceño―¿Por qué me miras así?
Ladeó la cabeza, sin dejar de sonreír―Sólo estoy mirando a mi hijo y
sintiéndome agradecido de ver de nuevo el fuego en sus ojos.
Me encogí de hombros sin poder evitarlo―¿Se había ido?
―No por mucho tiempo―me dijo―Y el plan es recuperación y reposo
en cama. De 7 a 10 días.
Exhalé un suspiro entrecortado―Jesús, papá...
―Ese es el plan, hijo―dijo papá con severidad―A partir de ahí,
seguiremos adelante con la rehabilitación.
―¿La Academia? ―Tragué hondo―¿Se puso en contacto contigo el
entrenador Dennehy?

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―Están furiosos contigo―contestó papá, sin pelos en la lengua―Lo cual
es de esperar cuando el pívot número uno del país casi pone fin a su carrera
antes de cumplir dieciocho años.
Gemí―Dios, no lo digas así.
―La verdad siempre es mejor que la mentira―replicó con una sonrisa
cómplice―Más dolorosa, pero mucho más beneficiosa a la larga.
―Eres abogado―resoplé―Te pagan una puta fortuna por mentir.
―A ti no―respondió papá con una sonrisa―Mis servicios son gratuitos
y cien por cien verídicos―Sonriendo, añadió―Si quieres que alguien te
apacigüe, entonces deberías tener esta charla con tu madre.
―Sí, bueno―murmuré―Podrías ablandar un poco el tema, papá. Este
punza.
―Las punzadas te endurecerán―me dijo―Hay un mundo grande y malo
ahí fuera, hijo. Todo tiene bordes afilados.
―¿Qué pasa con mi contrato de La Academia? ―me atreví a preguntar.
―Sigue muy vigente.
Exhalé un enorme suspiro de alivio.
―No te sorprendas―musitó papá―Eres brillante. Un idiota descuidado,
testarudo y suicida con una mente brillante para el rugby y el talento para
llevarte a cualquier nivel al que desees llegar. Ellos lo saben, Johnny. No te
dejarán ir.
Cuando me dijo esto, supe que no era mentira. No me mentiría.
―¿Crees que lo lograré, papá? ―Pregunté entonces, mirando fijamente
la cara de mi padre―¿Crees que puedo hacerlo?
―Sí―respondió sin vacilar.
El corazón me dio un vuelco―¿De verdad?
Mi padre asintió―Sí, Johnny, de verdad.

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Con esas palabras, sentí que una pequeña raíz de esperanza brotaba
dentro de mí. Podía sacar esto del borde. Podía hacerlo. Mi padre creía que
podía hacerlo.
―Pero estás relevado de tus funciones―añadió papá.
Suspiré pesadamente―Era de esperar.
―Y el entrenador Dennehy tendrá una acalorada conversación contigo.
Hice una mueca―También era de esperar.
―Y tendrás que pasar tres evaluaciones distintas antes de volver a pisar
un terreno de juego, ya sea de La Academia, del club o del rugby
escolar―remató―Y esos pies deberán permanecer firmemente alejados del
césped hasta mayo.
―Estupendo―Me pasé una mano por el pelo y suspiré―Jesús.
―Que no cunda el pánico―dijo con calma―Ya conoces el plan. Lo
tienes ahí, justo delante de ti. Parte de volver al equipo es la curación. Descansar
tu cuerpo ahora mismo es tan crucial como cualquier otro entrenamiento o
compromiso de rugby.
Entendí eso.
―Es una mierda―murmuré.
―Míralo de esta manera―ofreció papá con una sonrisa
burlona―Tendrás tiempo ilimitado para pasarlo con Gibsie.
―Oh, Dios.
Papá se rió―Que supongo que nunca te dejará olvidar lo de anoche.
―No―Hice una mueca―Probablemente no lo hará―Lo miré entonces,
y pregunté―¿Cuánto tiempo voy a estar en el hospital?
―Un par de días más―contestó papá―Entonces te llevaremos a casa y
podrás empezar la rehabilitación.
―¿De verdad crees que puedo salir de esta, papá?

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Papá asintió―Si empiezas a seguir las normas, claro que podrás salir de
esta.
Volví a negar con la cabeza―¿Por qué demonios no hablé contigo
hace meses?
―Porque soy un padre adicto al trabajo que debería haber dedicado más
tiempo a mantener a mi hijo fuera de peligro que a mantener a los hijos de otros
padres fuera de la cárcel.
―Papá, detente―le advertí―No es culpa tuya. Ni de mamá.
―Tampoco tuya―convino, volviendo a aguijonearme con la
verdad―Pero eres joven, novato y testarudo, y se supone que yo debo estar ahí
para controlarte. Estaré ahí, Johnny―añadió entonces―Más.
―No te culpo por amar tu trabajo―respondí―A mí me pasa lo mismo.
Sonrió con satisfacción―Sé que lo haces. He despejado mi agenda para
el resto de las vacaciones de Semana Santa.
Levanté las cejas―¿Vienes a casa?
―Sí, hijo.
―¿Y mamá?
Mi padre se rió―Oh, Johnny, si por ella fuera te volvería a meter en un
cochecito y te llevaría a empujones con ella. No te va a perder de vista.
―Mierda.
―Tienes que ganártela de nuevo, hijo.
―¿Confianza?
Papá asintió―Así es.
―Entonces, ¿dónde está? ―refunfuñé, pensando en la cantidad de
llantos que iba a tener que afrontar por parte de mi madre.
―Volverá en un rato―dijo papá―Ha ido a buscarte ropa.
―¿Y Gibsie?

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―Está en la cafetería―respondió con una sonrisa―Le llamó la atención
la chica que está detrás del mostrador.
―Apuesto a que sí―murmuré.
Bastardo calenturiento.
―Gibsie se quedará con nosotros hasta que te llevemos a Cork―dijo
entonces papá―Y probablemente se enfrente a una suspensión cuando vuelva
de las vacaciones de Semana Santa―Sonriendo, papá añadió―Deberías haber
oído cómo llamó a tu entrenador cuando vino antes al hospital; por eso tardé
tanto en volver contigo. Gerard se negó en redondo a volver al autobús. Al
parecer, se escapó del hotel para venir a verte esta madrugada. Tiene serios
problemas con tu entrenador. Tuve que telefonear al colegio y a sus padres antes
de que el entrenador Mulcahy accediera a que se quedara con nosotros.
―Oh, joder―gemí―No puedo llevarlo a ninguna parte.
―Es un amigo leal para ti, Johnny―replicó papá―Tienes suerte de
tenerlo.
Ya lo sabía.
―¿Y Shannon? ―pregunté, estremeciéndome al recordar lo
horriblemente que había reaccionado con ella cuando la vi recién―¿Está bien?
¿Está en la cafetería con Gibs? ―Tragué hondo, sintiéndome
increíblemente expuesta en ese momento―¿Puedes ir a buscarla, papá? Necesito
hablar con ella.
Papá suspiró pesadamente―Shannon se ha ido a casa, Johnny.
―Me dejó―afirmé.
Era el momento.
Esto era el principio.
Yo no valía una mierda sin rugby.

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―No. Se quedó contigo―corrigió papá―Cuando estabas fuera de tus
cabales y cualquiera en su sano juicio habría huido a las colinas, esa chica se
quedó junto a tu cama, escuchándote hablar como un loco.
―Sí, bueno, ahora se fue, ¿no? ―Murmuré, sintiendo una maldita lástima
por mí mismo.
―Anoche, cuando estabas entre la espada y la pared, ¿quién se sentó aquí
contigo? ―Lo miré fijamente―¿Quién te sostuvo de la mano, Johnny?
―Papá.
―¿Quién esperó a la ambulancia contigo?
―Papá, para...
―¿Quién vino a verte cuando estabas peor?
Lo miré. ¿Acaso él...?
―Sí, soy muy consciente de lo que pasó entre ustedes dos en ese
vestuario―Papá sonrió satisfecho―Tu entrenador me contó todo sobre la
comprometedora posición en la que los encontró a ti y a Shannon.
―Ese maldito traidor―refunfuñé.
―Es tu profesor, Johnny. Tiene que informar de incidentes de esa
naturaleza. No tiene elección en el asunto, es obligatorio.
―¿Y sus padres?
―Supongo que están al tanto de la situación.
Sacudí la cabeza―Por el amor de Dios.
Suspiró pesadamente antes de añadir―Sospecho que ella misma tiene
bastantes problemas por haberse colado aquí.
―Mierda―Dejé caer la cabeza entre las manos e ignoré el dolor punzante
que me subía por las piernas―Maldición, papá, fui un completo imbécil con ella
cuando me desperté.
―Pues arréglalo―respondió con calma.

BOYS OF TOMMEN #1
―No lo entiendes―dije, sintiéndome el peor pedazo de mierda del
planeta―Entré en pánico y reaccioné mal contra ella, pero es frágil, papá. Ella
es tan... Y yo estoy tan...
―¿Enamorado de ella? ―Papá sonrió satisfecho―Sí, todos lo sabemos,
Johnny. Lo gritaste desde el tejado anoche.
―Mierda―gemí―¿Se asustó?
―Tu madre sí que lo estaba―se rió papá―Cuando le dijiste que
Shannon sería la madre de tus hijos.
―Jesucristo―gemí―¿Por qué no me lo impidieron?
―No podíamos―respondió―Sólo te conformabas con Shannon. Te
quedaste dormido en sus brazos.
Ugh. Dios mío.
―Voy a buscar un café y a ver cómo está ese mejor amigo tuyo―anunció
papá mientras se levantaba de la silla―Pero, ¿puedes hacerme un favor?
Cuando tu madre venga más tarde, ¿puedes tranquilizarla? ―Sonriendo,
añadió―Algunas de las cosas de las que despotricabas anoche estremecieron a
la pobre mujer.
―No me acuerdo de nada―me quejé―Todo está borroso.
―Puede que no lo recuerdes―se rió papá mientras se acercaba a la puerta
y la abrió―Pero ella lo recordará el resto de su vida.
Esperé a que papá saliera de la habitación para agarrar el móvil.
Mi papá.
Mi padre.
¿Por qué demonios estaba oyendo a Shannon decir esas palabras? ¿Y por
qué mi corazón me decía que era vital?
Jesús, deben haberme noqueado con alguna droga fuerte de clase A.
Concéntrate, Johnny. Recuérdalo.

BOYS OF TOMMEN #1
Busqué entre mis contactos con la intención de llamarla para
disculparme, pero me desplomé consternado al recordar que no tenía su número.
Y aunque lo tuviera, no podría llamarla. Porque su padre le había quitado
el teléfono.
Mi papá.
Mi papá.
¿Qué me estaba perdiendo?

BOYS OF TOMMEN #1
CAPÍTULO 68
Miedos Frustrados
No quería volver a casa, pero sabía que tenía que hacerlo.

No quería que me pegaran, pero sabía que lo harían.
De una manera desordenada, acepté mi destino.
Sabía que no había otra salida, por eso no me sorprendió que lo primero
que me recibiera al cruzar la puerta principal el sábado por la noche fuera el
puño de mi padre.
La fuerza del golpe me dejó sin aire en los pulmones y caí de rodillas al
suelo del vestíbulo.
―¡Lo sabía! ―gruñó papá mientras se alzaba sobre mí, con los ojos
desorbitados y apestando a whisky―Sabía que te estabas prostituyendo
―rugió―Se lo dije a tu madre y no me creyó.
No tuve oportunidad de responder ni de defenderme antes de que me
agarrara por el pelo y me arrastrara hacia el interior de la casa.
―Suéltame―grité, arañando su mano que se clavaba dolorosamente en
mi cuero cabelludo―¡Basta!
Ya está.

BOYS OF TOMMEN #1
Este es el día de tu muerte.
―Eres una zorra―gruñó mi padre, sin parar hasta que estuvimos en la
cocina.
Literalmente me arrastró hasta ponerme de pie para luego tirarme como
un muñeco de trapo.
Por el rabillo del ojo, vi a mi hermano de nueve años encogido en el
pasillo con Sean, de tres años, bajo el brazo. Los tres niños eran reencarnaciones
de nuestro padre, con el pelo rubio arenoso y grandes ojos marrones, y los tres
niños en ese momento miraban a nuestro padre horrorizados.
―Suban a sus agujeros antes de que los reviente―gruñó papá. Sean
corrió hacia la escalera y Ollie se lanzó hacia la puerta principal. Pero Tadhg se
quedó dónde estaba.
―No puedes hacerle eso―desafió, mirando a nuestro padre con la
barbilla levantada―Joey dice que no pegamos a las chicas.
Temblando, me puse en pie y me apresuré a interceptar a Tadhg antes de
que lo hiciera nuestro padre.
―Ve con Fran la vecina y llama a Joey― le supliqué, mientras intentaba
empujarlo fuera de la cocina y fuera de peligro.
Aunque sólo tenía once años, ya era más alto y fuerte que yo. Pero era mi
hermano pequeño y lo protegería con mi vida.
―Por favor, Tadhg―le supliqué―Sólo vete.
Tadhg no cedió.
―Te protegeré―me dijo antes de girarse para mirar a nuestro padre.
Oh, Dios, no...
―¡No te tengo miedo! ―siseó, adoptando una postura protectora frente
a mí―¡Te crees muy duro, pero no eres más que una basura alcohólica que va
por ahí pegando a las chicas!

BOYS OF TOMMEN #1
Nuestro padre se acercó un paso amenazador y mi corazón se llenó de
pavor. Presa del pánico, abracé a mi hermano pequeño y me preparé para el
impacto. El golpe me llegó en medio de los omóplatos, sacándome el aire de los
pulmones y las piernas. Caí al suelo y me hice el ovillo más pequeño que pude
mientras la bota de mi padre me golpeaba la espalda una y otra vez.
―¡Para! ―Tadhg gritaba, golpeando con los puños la espalda de nuestro
padre―La estás matando.
―Tadhg, corre...―Jadeando, intenté ponerme en pie, pero papá meagarró
de la coleta y me levantó del suelo.
―Eres una puta mentirosa―gruñó segundos antes de que su puño
conectara con mi cara―Una sucia puta.
―¡Shannon! ―gritó mi hermano pequeño, agitándose
impotente―¡Shannon!
―Lo siento―le dije, tosiendo cuando la sangre se escurría por mi
garganta―Por favor, para...
Otro puñetazo en la cara hizo que los dientes me traquetearan tan fuerte
en la boca que mis piernas cedieron una vez más y me desplomé en el suelo,
sintiendo cómo un trozo de mi pelo se desprendía de mi cuero cabelludo.
―Déjala en paz―sollozó Tadhg, rodeándome con los brazos―Por
favor, no le hagas daño.
Oí el grito de mi hermano pequeño justo cuando lo arrastraban lejos de
mí.
―Papá―jadeé, tratando desesperadamente de arrastrar aire a mis
pulmones―Papá, por favor...
Su bota golpeó mi cara y perdí la concentración.
Mi cabeza cedió.
Mis vista se tornó borrosa.
«Va a acabar contigo, se acabó.»

BOYS OF TOMMEN #1
Temblando, me acurruqué todo lo que pude y cerré los ojos con fuerza.
«Vuelves a estar en esa habitación con Johnny.
Te está diciendo que te quiere.
Estás bien.»
Patada tras patada tras patada.
Balbuceando y resollando, intenté desesperadamente aferrarme a la
imagen de su cara, la cual se estaba desvaneciendo.
El cuerpo ya no me dolía tanto y ya no sentía las patadas ni los golpes, no
oía los gritos de mis hermanos. Todo era cálido y ligero.
«Te estás muriendo…»
Cierra los ojos y ríndete.
«Cierra los ojos, Shannon, y todo terminará pronto...»
―¡Ya viene! ―Oí gritar a mi otro hermano pequeño, Ollie, mientras el
sonido de la puerta de entrada llenaba mis oídos―¡Suelta a mi hermana!
Usando cada gramo de energía que quedaba dentro de mi cuerpo, me
obligué a cubrirme la cabeza con las manos y protegerme de los golpes de mi
padre.
«No te duermas, aún no ha terminado. No vas a morir en esta casa. Hoy
no.»
Entonces pude oír voces: la de mamá y la de Joey.
Joey, podía oír a Joey. Estaba aquí y de repente el dolor desapareció. Las
patadas cesaron.
La sensación de dos pares de manos envolviendo mi cuerpo llenó mis
sentidos -lo que quedaba de ellos- y abrí los ojos a la vista de mis hermanos
pequeños intentando proteger mi cuerpo con el suyo.
Tadhg estaba sangrando, al menos, eso creía. Tenía la mejilla manchada
de sangre roja y brillante. Quizá era mi sangre. Ya no lo sabía.

BOYS OF TOMMEN #1
Jadeando, me esforcé por meter aire en los pulmones, mientras la vista se
me nublaba durante varios latidos antes de volver a enfocarla.
Mi madre estaba de pie en medio de la cocina y mi padre se había retirado
a varios metros de mí, mirando cautelosamente hacia la puerta.
Mamá nos echó un vistazo a mí, a Ollie y a Tadgh, acurrucados en el
suelo, y rompió a llorar. Joey, que estaba congelado en la puerta, tuvo una
reacción diferente. Dejando caer su bolsa de equipo al suelo, se abalanzó sobre
papá, lanzándolo al suelo.
―Maldito bastardo―gruñó mientras enterraba sus puños en la cara de
nuestro padre―¡Maldito y sucio animal!
Se echó hacia atrás, dio un puñetazo a nuestro padre y luego se puso en
pie de un salto.
―Pégame―exigió, arrastrando a papá del suelo―Vamos, pedazo de
mierda―Empujándose el pecho, le hizo un gesto a papá para que le
pegara―Pégale a alguien de tu puto tamaño.
―¡Joey! ―Mamá gritó―Por favor, no...
―¡Cierra la puta boca! ―Joey le rugió―Eres la excusa más patética para
una madre que jamás haya pisado la tierra.
―Pequeña mierda―Papá golpeó con su puño la mejilla de mi
hermano―¡Ya te pondré modales, muchacho!
―¿Viste eso? ―Preguntó Joey, dirigiendo su pregunta a mamá―¿Has
visto cómo me ha pegado? ―Esquivando otro puñetazo de nuestro padre, Joey
se lanzó hacia adelante y le propinó un puñetazo en la cara―¿No ves lo que les
está haciendo a tus hijos?
La sangre salpicó por todas partes.
Papá se tambaleó hacia atrás, cayendo al suelo, y Joey se le echó encima.
―Joey―dije con dificultad, agarrándome el pecho, sintiendo como si mi

BOYS OF TOMMEN #1
esternón estuviera a punto de colapsar dentro de mi cuerpo―¡Detente! No vale
la pena ir a prisión por él.
Joey no se detuvo y siguió pegándole.
―Suéltalo―gritaba mamá―Joey, detente… ¡vas a matarlo!
―¡Bien! ―Joey rugía mientras se sentaba a horcajadas sobre nuestro
padre y continuaba golpeándolo. Sus puños se movían tan rápido que apenas
podía mantener la concentración.
―Joey...―Escupiendo una bocanada de sangre, me puse a cuatro patas
y arrastré mi cuerpo destrozado hasta mi hermano, desesperada por evitar que
hiciera algo de lo que no podía retractarse―Lo prometiste…―balbuceé
mientrasintentaba débilmente tirar de su brazo. Sintiéndome mareada, sacudí la
cabeza y volví a intentarlo, obligando a mis manos a obedecer mientras me
aferraba a su antebrazo―…P-prometiste que nunca me dejarías.
Mis palabras parecieron calar en mi hermano porque exhaló un suspiro
derrotado y se echó hacia atrás. Asintiendo rígidamente, Joey dejó caer los
brazos a los lados y se bajó depapá.
―Teddy―sollozó mamá, sacudiendo la cabeza. Agarrándose el
estómagose arrodilló junto a nuestro padre―Oh, Dios, Teddy, ¿qué has hecho?
Entumecida, corrí hacia donde Ollie estaba sentado con la espalda pegada
a la nevera, llorando desconsoladamente. Tadhg, por su parte, miraba a nuestro
padre con una expresión aterradora. Yo conocía esa mirada, era la misma
mirada que tenía Joey.
―No pasa nada―susurré, tratando y fracasando miserablemente de
consolar a Ollie―Shh, está bien.
―Creí que ibas a morir―sollozó, rodeándome con los brazos y
haciéndome estremecer de dolor.
―Ollie―gritó Joey, volviéndose hacia nosotros―Sube a buscar a Sean.

BOYS OF TOMMEN #1
―¿Por qué? ―lloriqueó nuestro hermano pequeño.
―¡Porque nos vamos! ―dijo Joey secamente―No nos quedaremos en
una casa con ese pedazo de mierda ni un día más.
Sin decir nada más, Ollie se zafó de mis brazos y salió corriendo hacia
las escaleras.
―Tadhg―dijo Joey, haciendo una mueca al notar la expresión de odio
en el rostro de nuestro hermanito―Ve con Ollie.
―Pero yo...
―Por favor―espetó Joey, pasándose una mano por el pelo rubio y
mechones rojos―Sube y haz las maletas, chico.
Tadhg miró a Joey con dureza antes de asentir y salir de la habitación.
Volviendo su atención hacia mí, Joey caminó hasta donde yo estaba
desplomada en el suelo y se arrodilló a mi lado.
―Estás bien―me susurró al oído, estrechándome entre sus
brazos―Estoy aquí... estoy aquí, Shan.
Entumecida hasta los huesos, me quedé allí sentada, desplomada contra
su enorme cuerpo, con las manos colgando sin fuerza a los lados, mientras mi
hermano intentaba consolarme. Toda mi atención se centraba en nuestros
padres.
―Estás sangrando―ahogó mamá mientras limpiaba la cara de papá con
la manga de su jersey―Oh, Dios, Teddy.
Sus palabras hicieron que Joey se tensara.
―¿Estás jodidamente ciega? ― rugió. Girándose hacia ellos, me apartó
suavemente el pelo de la cara y me señaló―Ella está sangrando―gruñó Joey,
señalando mi cara―Shannon. Tu hija.
―Shannon―lloró mamá mientras se encogía de horror―Oh, cariño, tu
cara.

BOYS OF TOMMEN #1
Ya no me importaba mi aspecto.
No importaba.
Porque mi madre acababa de acabar con mi mundo.
Ella fue a él.
Él, quien nos golpeó, aterrorizó y nos torturó.
Y ella acudió a él. Ella lo eligió.
Nuestra propia madre.
―No te atrevas a decirle 'oh, cariño'―gruñó Joey mientras se ponía en
pie y me ayudaba a levantarme. Me rodeó los hombros con el brazo, me acercó
a la mesa y me sentó en una silla―Estás bien―susurraba, y yo no estaba segura
de sí me lo decía a mí o a sí mismo―Estás bien. Estoy aquí, Shan.
Agarrando un paño de cocina del escurridor, Joey volvió a mí y me lo
puso en la cara mientras yo me quedaba allí sentada, mirando a través de la
habitación a las personas que nos habían traído al mundo.
―Shannon―balbuceó papá, sacudiendo la cabeza como si estuviera
despertando de un sueño profundo―No pretendía...
―¡No le hables, maldito asqueroso! ―rugió Joey, dando un paso
amenazador hacia él―Te mataré―rugió, con un tono frío y aterradoramente
sincero―¿Me oyes? Te cortaré el puto cuello si vuelves a mirar a mi hermana.
Ollie, Tadhg y Sean se apresuraron a entrar en la cocina con las mochilas
a la espalda. Los tres fueron directamente a Joey, porque él era nuestro
protector. Él era la razón por la que todos estábamos de una pieza.
Él era nuestro héroe.
―Así es como va a ir esto―gruñó Joey, de pie frente a nosotros cuatro,
protegiéndonos de nuestros padres―O tú -señaló a nuestra madre- encuentras
algo de instinto maternal en lo más profundo de ese jodido y frío corazón tuyo
y echas a ese bastardo para siempre, o me llevo a estos niños de esta casa y no

BOYS OF TOMMEN #1
volverán jamás.
―Joey―sollozó mamá―Lo siento tanto...
―No te disculpes―le dijo mi hermano―Protege a tus hijos y ponlo
fuera.
―Joey, yo...
―Elige, mamá―gruñó Joey mientras miraba a nuestra madre―¿Él o
nosotros?
~Continuará~
Serie Boys Of Tommen

Keeping 13 (libro #2)

BOYS OF TOMMEN #1
ADELANTO DE KEEPING 13
―Shannon, respira―Mi madre se agachó entonces frente a mí,

arrodillada junto a los pies de Joey, tocándome la cara con una mano mientras
con la otra me acercaba al pecho una bolsa de guisantes congelados―Respira,
Shannon―repetía una y otra vez―Respira, cariño.
¿Ayudaba? ¿Empeoraba las cosas? No lo sabía. Sólo sabía que no podía
respirar.
Lo más aterrador era que no me importaba.
No tenía pánico.
No tenía miedo.
Simplemente... había terminado.
―Shan―repitió Joey, alzando la voz mientras el miedo envolvía sus
facciones―Shannon, por favor―Agachándose frente a mí, puso ambas manos
sobre mis hombros y me sacudió suavemente―¡Por Dios, Shannon, háblame!
Lo intenté, pero no salió nada.
Tosí y empecé a sentir náuseas por el extraño sabor metálico que salía de
mi boca en un chorro espeso y viscoso. Mi cabeza se inclinó hacia un lado, pero
Joey volvió a erguirla cuando me sujetó la cara con las manos.
―Aoife, dame las llaves― musitó, con los ojosverdes clavados en los
míos. Me soltó la cara y se perdió de vista―La llevaré yo mismo.
―Joey, no la muevas, puede tener una herida interna...
―¡Dame las putas llaves, nena!
Sin la fuerza de sus manos que me sostenían, me desplomé
automáticamente hacia adelante, sólo para caer pesadamente contra mi madre.
―Está bien―susurró ella, rodeándome con los brazos y moviéndome los
dedos por el pelo―Todo va a salir bien.

BOYS OF TOMMEN #1
Deseé poder sostener mi propio peso y no apoyarme en mi madre. No
quería que me tocara, pero ya no sentía nada en mi interior.
Lo último que recordaba antes de que la oscuridad me envolviera era el
tacto de mi hermano cuando me estrechó entre sus brazos, seguido del sonido
de su voz cuando me susurró las palabras.
―No me dejes…

BOYS OF TOMMEN #1
ILUSTRACIÓN
Por acá dejo una ilustración de las posiciones del juego, con sus
respectivos nombres tanto en inglés como en español. Así se entiende con más
facilidad el capítulo 59

BOYS OF TOMMEN #1
SOBRE LA AUTORA
Chloe Walsh tiene veintiocho años, es madre de dos hijos y vive en el
condado de Cork, al sur de Irlanda. La menor de cinco hermanos, la lectura y la
escritura fueron su vía de escape cuando era niña.
En enero de 2014, a la madura edad de veinticuatro años, comenzó a
escribir sobre un hombre engreído y seguro de sí mismo llamado Kyle Carter,
y cinco semanas más tarde, el Día de San Valentín de 2014, autopublicó su
novela debut, Break my Fall, para un puñado de amigos que habían llamado a
tomar el té, habían leído fragmentos de Kyle y querían leer la historia en sus
lectores electrónicos en lugar de en hojas impresas.
Sorprendentemente, y nadie se sorprendió más que ella, el libro fue un

gran éxito y alcanzó el número 1 en la lista de libros más vendidos del Reino
Unido. Chloe siguió en abril de 2014 con la secuela, Fall to Pieces, prometiendo
que este segundo libro sería el capítulo final para Kyle.
La demanda de una tercera entrega fue abrumadora y ¡había nacido una

serie! El último libro se convirtió en dos: Fall on Me, el tercer libro de la serie
accidental Broken, se publicó en agosto de 2014, y Forever we Fall se publicó
en octubre de 2014.
Treacherous, el primer libro de su serie Carter Kids salió a la venta en

marzo de 2015, seguido de Always (Carter Kids #1.5) en junio de 2015.
Thorn, su undécimo libro, salió a la venta en febrero de 2016, en el

segundo aniversario de su carrera editorial. Tame le siguió en septiembre de

BOYS OF TOMMEN #1
2016.
Torment, publicado en diciembre de 2016, fue seguido por Off Limits,

en enero de 2017. En febrero de 2017, en el tercer aniversario de su carrera
como escritora, Chloe publicó Off the Cards, seguido de Off the Hook en abril
del mismo año.
Endgame, publicada en junio de 2017, es la primera novela

independiente de Chloe, seguida de Inevitable en octubre de 2017. Altered salió
a la venta en diciembre de 2017. Binding 13, publicada en julio de 2018, eleva
a veinte el número de libros que Chloe tiene en su haber.
Ávida lectora, Chloe disfruta acechando en un rincón con su E-reader y

jugando, viendo y básicamente devorando deportes.
Siente un profundo amor por el romance paranormal y la fantasía para

jóvenes adultos y espera dar el salto a los géneros en un futuro no muy lejano.

Binding 13 - Chloe Walsh

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Era el 10 de enero de 2005.

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