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TABLA DE CONTENIDO

Tı́tulo
Parte uno
Uno: Magnolia
Dos: B.J.
Tres: Magnolia
Cuatro: Magnolia
Cinco: BJ
Seis: BJ
Siete: Magnolia
Ocho: BJ
Nueve: Magnolia
Diez: BJ
Once: Magnolia
Doce: BJ
Trece: Magnolia
Catorce: Magnolia
Quince: BJ
Diecisé is: BJ
diecisiete: magnolia
Dieciocho: Magnolia
diecinueve: magnolia
Veinte: BJ
Veintiuno: BJ
Veintidó s: Magnolia
Veintitré s: BJ
Veinticuatro: Magnolia
Veinticinco: BJ
Veintisé is: Magnolia
Veintisiete: Magnolia
Veintiocho: BJ
Veintinueve: Magnolia
Treinta: BJ
Treinta y uno: BJ
Treinta y dos: Magnolia
Treinta y tres: Magnolia
Treinta y cuatro: BJ
Treinta y cinco: BJ
Treinta y seis: Magnolia
Treinta y siete: BJ
Treinta y ocho: Magnolia
Treinta y nueve: BJ
Cuarenta: Magnolia
La segunda parte
Cuarenta y uno: BJ
cuarenta y dos: magnolia
Cuarenta y tres: BJ
Cuarenta y cuatro: Magnolia
Cuarenta y cinco: BJ
cuarenta y seis: magnolia
Cuarenta y siete: BJ
Cuarenta y ocho: Magnolia
Cuarenta y nueve: BJ
cincuenta: magnolia
Cincuenta y uno: BJ
Cincuenta y dos: Magnolia
Cincuenta y tres: Magnolia
Cincuenta y cuatro: BJ
Cincuenta y cinco: BJ
Cincuenta y seis: Magnolia
Cincuenta y siete: BJ
Cincuenta y ocho: Magnolia
Cincuenta y nueve: BJ
Sesenta: BJ
Sesenta y uno: Magnolia
Sesenta y dos: Magnolia
Sesenta y tres: BJ
Sesenta y cuatro: Magnolia
Sesenta y cinco: BJ
Sesenta y seis: Magnolia
Sesenta y siete: BJ
Sesenta y ocho: Magnolia
Sesenta y nueve: Magnolia
Setenta: BJ
Setenta y uno: BJ
Setenta y dos: Magnolia
Setenta y tres: BJ
Setenta y cuatro: Magnolia
Setenta y cinco: Magnolia
Setenta y seis: BJ
Setenta y siete: BJ
Setenta y ocho: Magnolia
Setenta y nueve: BJ
Ochenta: Magnolia
Ochenta y uno: BJ
Ochenta y dos: Magnolia
Agradecimientos
Biografı́a del autor
PARQUES DE MAGNOLIA

El largo
camino a casa

JESSA HASTINGS
Derechos de autor del texto © por Jessa Hastings, 2022
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicació n
puede ser reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma o
por ningú n medio electró nico, mecá nico o fotocopiado, grabació n o de
otro modo, sin el permiso expreso del editor.
ISBN 979-8-9853317-3-8
Vientos del este, niebla entrando
Como si algo se estuviera gestando y estuviera a punto de comenzar.
No puedo poner mi dedo en lo que hay en la tienda
Pero siento que lo que va a pasar todo pasó antes.
– Bert de esa pelı́cula protagonizada por la segunda chica favorita de BJ
para ben Quizá s algú n dı́a termines de leer un libro que he escrito antes
de que salga el pró ximo. No aguantaré la respiració n. Pero tomaré tu
mano hasta que muera.
PARTE UNO
UNA

Magnolia

Los hipsters no son mis personas favoritas. Solı́an ser el tipo de


persona que menos me gustaba, pero en realidad han sido usurpados.
Han sido reemplazados por, posiblemente, un subconjunto del
hipster que es peor que el anterior, como una mutació n de un virus que
es un dolor de cabeza má s grande que el original. Este subconjunto
suele ser mucho má s sucio y, desafortunadamente, por lo general al
menos semidesnudo. Creo que se llamarı́an a sı́ mismos "de espı́ritu
libre".
Los veo parados en topless en campos que probablemente esté n
invadiendo porque difı́cilmente pueden poseer una propiedad
trabajando cuatro horas a la semana como baristas artesanales. Por lo
general, sus brazos parecen estar levantados en el aire, hay nudos en su
cabello descuidado y probablemente esté n sosteniendo bengalas
mientras usan iltros granulados y sobreexpuestos para que parezca
que sus fotos no fueron realmente tomadas en lo que solo puedo
imagine es un iPhone 7 roto, pero en lugar de eso, una cá mara antigua
por la que cambiaron un poema.
Cuando los veo, solo quiero ponerme unos guantes de lá tex, pasarles
una camiseta, sacudirlos bien y gritar: "¿DE QUE ESTAS SONRIENDO?
TUS JEANS SON DE H&M POR EL AMOR DE DIOS".
De hecho, he conocido a muchas de estas personas en Nueva York.
Muchos espı́ritus libres en el metro, que nunca tomarı́a. Sin embargo,
hay una parada en mi apartamento, ası́ que veo pasar a muchos
sinvergü enzas.
Es má s solitario aquı́ de lo que pensaba, y pensé que serı́a solitario.
No podrı́a haber sido de otra manera, lo sabı́a, dejando todo atrá s.
Dejá ndolo.
Sin empacar, sin despedidas. Solo el primer vuelo que salı́a de
Londres para alejarme de todo lo má s rá pido que pudiera.
Ha pasado casi un añ o. No exactamente, pero casi.
Y todo es diferente ahora.
Hay un golpe incesante en la puerta de mi casa.
Vivo en el ú ltimo piso del 995 de la Quinta Avenida. Elegı́ vivir aquı́
porque se parece a Londres, o tanto como un apartamento en el piso 16
en Manhattan puede parecerse a Londres.
Los golpes son má s fuertes e insistentes que los toc-toc-toc está ndar
que harı́a una persona normal. Este es un golpe agresivamente
brillante y rı́tmico. Toc-toc-toc. TOC Toc. Una y otra vez.
Es obvio quié n está al otro lado de la puerta incluso antes de que la
abra. Lo que no es obvio es por qué está aquı́ o có mo subió sin que yo
la llamara.
Abro la puerta y allı́ está ella, con los brazos cruzados sobre su pecho,
las cejas fruncidas detrá s de sus gafas de sol Cartier Trinity cat-eye en
el caparazó n de tortuga que luego empuja sobre su cabeza y me mira.
"Te tomó mucho tiempo", gruñ e Taura Sax.
"Estaba arriba", me encogı́ de hombros. Y no esperaba compañ ı́a.
Miro hacia abajo a sus pies. "¿De verdad te atreves a usar esas
monstruosidades de Balenciaga en mi presencia?"
"Lo sé , lo sé ", gime.
Niego con la cabeza hacia ella salvajemente. "Parecen-"
“—Zapatos geriá tricos”, salta. “Lo sé ”.
“¿No tienes orgullo, Taura? ¿Ningú n sentido de autoestima?
"Está bien-" Ella pone los ojos en blanco. “Estoy usando un zapato
que no te gusta, no vendı́ a mi bebé …”
"Hubiera preferido que lo hicieras".
“Son muy có modos”. Ella se encoge de hombros como si fuera
inocente.
—Tambié n lo es la desnudez, Taus, pero hay un tiempo y un lugar. Y
para estos…” Miro deliberadamente sus zapatillas de deporte de cuero,
nubuck y malla con logo bordado de Triple S Clear Sole. “—ese lugar es
una unidad de rehabilitació n para ancianos despué s de una
desagradable caı́da.” Me cruzo de brazos y la miro con sospecha. "¿Qué
está s haciendo aquı́, de todos modos?"
Mete su pequeñ o equipaje de mano Brics y me sigue a la cocina.
"Pensé que me necesitarı́as", se encoge de hombros.
Envuelvo mi cá rdigan de cachemir blanco Juliet de Khaite má s
apretado contra mı́. "Eso es muy considerado".
"Sı́." Ella me da una sonrisa de su iciencia. "Soy bastante considerada
cuando no piensas que soy una puta furiosa".
Le doy una mirada. "Sin embargo, eres un poco puta".
Ella se rı́e alegremente. "Sı́, yo soy."
“Estoy aquı́ para volar a casa contigo”, me dice.
Frunzo el ceñ o. "¿Por qué ?"
"Porque." Ella se encoge de hombros. "No has vuelto en un añ o, y está
la boda, y tu madre es bá sicamente una concursante en su propia
versió n personal de Love Island ". Pongo los ojos en blanco, aunque sé
que es verdad. Mi madre ha tomado a mi padre casá ndose con la niñ era
de mi infancia como un campeó n absoluto, si consideramos a los
campeones de hoy como alcohó licos de alto rendimiento y rameras.
Sigues sin hablar con Jonah. BJ está saliendo con alguien ahora”. Ella
me mira de cerca mientras dice esto y evito sus ojos, mirando el
sujetador deportivo elá stico a cuadros que estoy usando de Burberry.
Está saliendo con alguien nuevo. Ese es el que preocupa a todos. No
dejo que se note, ni siquiera un parpadeo en mi rostro, y puedes
apostar tu ú ltimo dó lar a que la bestia a la que he golpeado, atado y
enterrado durante la mayor parte de un añ o está tan restringida,
controlada y sedada que no incluso una brizna de emoció n pasa por mi
carita serena.
Arqueo una ceja en desafı́o a ella, ella de poca fe, esperando que las
rodillas de mi corazó n se doblen ante su nombre.
Nunca má s.
“Van a ser un par de semanas difı́ciles para ti”, me dice con cautela.
“Estoy aquı́ para llevarte a casa porque eso es lo que hacen los mejores
amigos”.
Miro hacia ella. "¿Somos mejores amigos ahora?"
Se sienta en la isla de la cocina y le entrego una copa de pinot gris.
2014 Hans Herzog. Tinte de rubor melocotó n. Seco pero no
demasiado á cido. Taninos refrescantes.
Estuve durmiendo aquı́ con un chico durante aproximadamente un
mes cuya familia posee viñ edos por todas partes: Napa, Borgoñ a,
Champagne, Marlborough.
El alcohol era un componente importante de la relació n.
Durante ese tiempo adquirı́ algunas cualidades desagradables,
adyacentes al sommelier, que fueron las ú nicas conclusiones reales de
la relació n.
“¿No lo somos?” Ella frunce el ceñ o. "¿Quié n má s serı́a tu mejor
amigo?"
Me encojo de hombros. "No sé . ¿Enrique? ¿Mi hermana?"
“Las hermanas no cuentan”. Ella rueda los ojos. muy azul Son como
za iros. Solı́a odiarlos, pero ahora les tengo mucho cariñ o.
"¿Por qué ?"
“Porque no tengo uno, ası́ que no es justo”.
"Multa." Pongo los ojos en blanco. “Ademá s de Bridget y Henry, eres
mi otro mejor amigo”.
No le digas a Henry. Ella me da una mirada que yo re lejo.
Nunca pude.
Nunca escucharı́a el inal.
El dı́a que apareció en Nueva York con Taura Sax podrı́a haberlo
tirado frente a un taxi.
Llevaba aquı́ unos cinco meses entonces.
Henry me visitaba cada pocas semanas. Todavı́a lo hace. Era su
sé ptimo viaje y supe que se gustaban porque me habı́a dicho que
estaban durmiendo juntos cuando lo conocı́ en Cannes y ya habı́amos
tenido una pelea por eso. Nunca habı́amos tenido una pelea antes, no
realmente. Bueno, ademá s de la vez que se molestó cuando descubrió
que Christian y yo está bamos juntos, pero esa fue una pelea de un solo
lado y solo duró el viaje a casa hasta que le conté lo que habı́a hecho BJ
y luego fue volver a la programació n programada regularmente, por lo
que pelear en Cannes fue grande. Cannes en general era grande por
otras razones menos ideales, ası́ que me fui temprano con Rush sin
despedirme y luego, unos dı́as despué s, apareció en Nueva York con
ella. ¿Puedes creerlo? El acababa de traerla aquı́ con é l.
Hacia New York.
A mi apartamento. Quedarse. ¡En mi casa!
Lo miré en el vestı́bulo, parpadeando hasta que tuvo sentido.
Se acercó a mı́ con manos apaciguadoras.
"No te asustes-" comenzó . "O ser un idiota".
Le di una mirada oscura. Sacudió la cabeza mientras me abrazaba
con má s fuerza.
"Solo pensé ... que ustedes dos serı́an amigos ahora..." Levantó las
cejas con expectació n esperanzada. "Ahora que sabes que no fue ella
quien se folló a Beej".
Sonrisas grandes e incó modas de ambos.
La miré durante unos segundos, sin impresionarme, y luego volvı́ a
mirar a Henry.
"Sı́, pero se folló a BJ, ası́ que..."
"Sı́." Taura puso los ojos en blanco. “¿Pero quié n no lo ha hecho?”
Enrique se congeló .
La miré ijamente durante unos segundos.
Y luego solté una carcajada. En sentido igurado, obviamente. En
realidad no bufo.
Y ası́ fue como sucedió . Ası́ fue como Taura Sax se abrió camino en
mi corazó n y en el territorio de la autoproclamada mejor amiga.
Salta del banco y va a pescar en mi nevera.
Es sobre todo un montó n de vino y aceitunas allı́ porque todavı́a no
cocino, pero estoy en nombre de pila con la mitad de los conductores
de Uber Eats en esta ciudad.
Taura saca con tristeza un frasco de pepinillos, muerde uno.
"¿Có mo está Tom?" pregunta y frunzo el ceñ o.
"¿Có mo deberı́a saberlo?"
Ella se encoge de hombros inocentemente. "Puedes hablar, no sé ".
Por si no lo saben, aquı́ está n los huesos de mis ú ltimos meses:
Salı́ de Londres y volé aquı́.
Tom voló al dı́a siguiente para encontrarse conmigo, solo para estar
allı́ para mı́, porque é l es ası́. Y luego volvimos a estar juntos. Hasta que
no lo fuimos.
Le estaba haciendo dañ o. lo estaba lastimando No está bamos solo en
la trinchera. Era má s como un escudo y una manta de seguridad y un
chupete y una venda y un punto para mi corazó n roto.
Lo usé como un chaleco antibalas. Me aburrió mucho, lo puedo ver
en retrospectiva. Recibió muchas, muchas balas. De hecho, sospecho
que una de esas balas tambié n le cortó el corazoncito, el que merece
mucho má s de lo que yo podrı́a darle.
El lo detuvo. Fue repentino.
No lo vi venir.
Voló , tuvimos sexo, tuvimos una pelea, se fue. Fue malo, y ası́ de la
nada.
No lo hago tan bien por mi cuenta. Yo nunca he. Y esa noche, tarde si
vamos a ser especı́ icos, porque recuerdo la pequeñ a luz que se
inclinaba alrededor de las persianas oscuras que habı́amos bajado
porque no me gusta tener sexo a la luz del dı́a, peleamos por una
pelı́cula y luego é l acaba de irse. Cogió algunas cosas del apartamento
que té cnicamente era solo mı́o pero que en realidad compartı́amos (un
cargador de telé fono, un reloj en un cajó n, su pasaporte de repuesto) y
luego Tom se fue.
Su partida fue como encontrarse en medio del Cı́rculo Polar Artico
con nada má s que un cá rdigan ligero.
Dolor punzante, de la cabeza a los pies.
Era como estar de vuelta en el mandarı́n de nuevo.
No podı́a ver bien, no podı́a respirar.
¿Morir, probablemente solo metafó ricamente, pero tal vez tambié n
literalmente?
Mi vecina Lucı́a me encontró . Me arrastró a un bar donde procedı́ a
cometer muchos, muchos errores con Rush Evans en un guardarropa.
Rush y yo continuamos saliendo y saliendo cada vez que é l estaba en
la ciudad.
No sé si fue má s mierda de mı́ o de é l. Yo, la ex novia de su mejor
amigo. El, el mejor amigo de mi exnovio.
“Té cnicamente, Sam era mi mejor amigo”, decı́a a veces para
hacernos sentir mejor despué s de haberlo hecho. Nunca funcionó .
Se fue por un mes a ilmar una pelı́cula y yo tropecé literalmente y
borracho en los brazos de Stavros Onasis, el hijo del magnate petrolero.
Eso no duró tanto, lo cual estuvo bien porque para entonces Rush habı́a
regresado. Luego se fue de nuevo para volver a ilmar, y encontré a ese
chico del viñ edo, Dieter Van Lauers.
No hay mucho má s que decir que eso, no creo que durá ramos un
mes.
Brevemente, hubo un niñ o de Sudá frica, un hombre, deberı́a decir,
Addington Van Schoor, un maestro de escuela en Nightingale Bamfords.
Muy guapo, pero no mucho allı́. Solo quı́mica y un callejó n sin salida. Sin
embargo, todos ellos son callejones sin salida. Supongo que ese es el
punto.
Rush y yo ı́bamos de un lado a otro como amigos con muchos
bene icios. El era un desastre y yo era un desastre, ambos lo sabı́amos
y no lo ocultá bamos. Sin embargo, a menudo nos abrazá bamos. Se
convirtió en uno de mis amigos má s cercanos, en realidad, aunque le
costó mucho en el proceso. Rush nunca pidió un Negroni delante de mı́,
una vez le dijo a una chica que se fuera a la mierda porque olı́a a azahar,
peleó con un viejo de Varley cuando le dije que comenzó un rumor
sobre mı́ en la escuela, é l tomarı́a yo de compras y me dejaba vestirlo y
é l se volvı́a hacia el otro lado por la noche, ingı́a que no tenı́a que
rociar Dark Rum de Malin + Goetz para conciliar el sueñ o.
Rush y yo lo llamamos correctamente alrededor de agosto, un poco
porque estaba muy atrasado: comenzamos a complicarnos. Creo que
solo hay un tiempo en el que puedes ser lo que eras antes de que
ciertas cosas comiencen a aparecer: posesividad y sentimientos y
cosas estú pidas como esa, ası́ lo llamamos. Tambié n lo llamamos por
Jack-Jack.
Jack-Jack fue su compañ ero de casa hace mucho tiempo. Nos
conocimos a travé s de Rush y accidentalmente nos besamos una noche
mientras é l estaba fuera de la ciudad. Estaba un poco enojado por eso,
pero no realmente porque realmente é ramos té cnicamente 'solo
amigos', pero de todos modos, despué s de que eso sucedió , Rush dijo
que realmente tenı́amos que terminar porque Jack-Jack es un
romá ntico empedernido y Rush se dio cuenta de que lo era. ya todo
adentro. Desafortunadamente para Jack-Jack, nunca volveré a estar all-
in.
"¿Está s listo para decirme qué pasó con Lover-Boy?" Taura pregunta
con una mirada mordaz.
"No." Le arrebato el vino de las manos y lo devuelvo. "No no soy."
DOS

BJ

Exhala aire por la boca, nerviosa, se encoge de hombros.


Como si estuviera a punto de entrar en una pelea de jaula, ası́ es
como se ve su rostro.
Hago todo lo posible por no reı́rme, pero sonrı́o un poco. Ella frunce
el ceñ o y me golpea en el brazo.
"No es gracioso." Ella mira. Sonrı́o má s pero es solo por su acento.
Australiano. Bastante caliente.
“Me odian”, me dice.
"No lo hacen". Ruedo los ojos hacia ella.
Odio es una palabra fuerte, y mis padres de initivamente no la odian.
Ellos no odian a nadie. Ni siquiera creas que mi madre podrı́a odiar a
Mussolini, y mucho menos a Jordan Dames, la ú nica chica que he traı́do
a casa para que ella la conozca ademá s de... bueno, ya sabes a quié n. Ası́
que mamá de initivamente no la odia.
Aunque mis hermanos...
"¡Jordá n!" Mamá canta en cuanto abro la puerta y J me ofrece unas
lores y una botella de vino. Ella insistió en ambos. Sin embargo, no
tiene sentido porque a mamá ya le gusta y puedo ver a Madeline
poniendo los ojos en blanco en la esquina de la habitació n. ("Bé same el
culo", le susurra a papá , quien le da un codazo para que se quede
quieta).
Mamá toma las lores, me da un beso en la mejilla y se va.
"¡No te ves hermosa!" Mamá le responde mientras los pone en un
jarró n.
Ella hace. Ella es. Cabello negro, ojos azules, boca grande para una
chica blanca. Algo ası́ como una Blancanieves caliente.
“Sié ntense, sié ntense, estamos a punto de comer”, nos dice mamá .
Jordan se sienta entre mamá y yo.
Inteligente.
Protecció n en ambos lados.
Henry se sienta a mi otro lado, asiente con la barbilla a modo de
saludo. Es bastante reservado con ella, siempre lo ha sido,
probablemente tiene que serlo, supongo, pero al menos no se acumula
como nuestras hermanas. No en su cara, de todos modos.
Sin embargo, Madeline se sienta directamente frente a Jordan.
Le sirvo vino. Vierta un poco para mı́.
"Jordá n." Mads le da una sonrisa frı́a.
Nos conocimos a travé s de los primos estú pidamente atractivos de
Jonah de Australia que vinieron a buscar la escoria del verano europeo.
Dos hermanas, Scotland y Taylor Barnes. Irı́a allı́ si pudiera, pero no
puedo. Aunque no vale la pena el drama. De todos modos, las chicas
trajeron a Jordan con ellas.
Nos conectamos una noche despué s de que Man U destrozara a
Bristol y está bamos con buen pie y luego ella simplemente se atascó .
Decidió quedarse un rato. Aplazó su ú ltimo añ o de universidad,
consiguió un trabajo aquı́ en PR, cubriendo a alguien con licencia de
maternidad.
Yo no le pedı́ que fuera mi novia. La escuché referirse a sı́ misma una
vez en una cena, y luego, al dı́a siguiente, me desperté y estaba
jodidamente en todas partes. Me gusta ella, es divertido. Se sintió como
una conversació n pesada para decirle que no estaba en el mercado
para una novia, ası́ que no la tenı́a y ahora es lo que es. Segunda
relació n que he tenido en mi vida y caı́ en ella.
Es bueno. Ella es buena. Ella es fá cil. En el buen sentido, no en el otro
sentido. Es fá cil con ella. Y llegó en un buen momento, aunque fue una
llegada bastante imprevista. Estaba mejor cuando ella vino, pero en
realidad, eso no tenı́a nada que ver con ella y todo que ver con este
artı́culo que The Sun publicó en septiembre.
Magnolia en The Met, BJ de vuelta en Blighty, borracho y solo.
Ese era el tı́tulo del artı́culo.
Me dieron la mitad de la razó n. De initivamente borracho, aunque
rara vez solo.
Sabı́a que Magnolia habrı́a visto ese artı́culo, sabı́a que habrı́a visto
esa foto mı́a hundida en la silla, con los ojos borrosos y toda esa
mierda. Sé que ella conoce mi boca mejor que nadie y sé que ella sabrı́a
por esa foto que habı́a estado besando a alguien. Tambié n sé que ella
sabrı́a que estaba jodido. Alto como la mierda. Olvida que Parks
tambié n estaba en la portada de la revista, brillando en el brazo de
Rush jodidamente Evans, olvida que me revolvió el estó mago donde su
mano estaba en su cintura; sin ni siquiera una palabra de ella, sabı́a en
el centro de mı́ có mo se habrı́a sentido al verme ası́. Odiaba la
sensació n de que ella se avergonzara de mı́, y sabı́a que lo estarı́a.
Habrı́a mirado ese artı́culo, tragado pesado, luego volteado y tirado.
Probablemente lo amontonó debajo de un montó n de otras revistas,
tratando de enterrar la verdad de en lo que me habı́a convertido
porque le darı́a vergü enza asociarse conmigo cuando era ası́, y siempre
estamos asociados, incluso cuando no lo hemos hecho. No se habla en
casi un añ o.
Dejé de tomar drogas despué s de que se publicara esa foto.
Y luego la terapia, ya habı́a estado haciendo eso por un tiempo, lo
estaba haciendo Bridget Parks, apostarı́a mi vida en eso. Aunque ella lo
negará .
Bridge no me ha hablado directamente desde que todo se vino abajo,
pero alrededor de junio, el dı́a despué s de que se publicara un artı́culo
particularmente condenatorio sobre mı́ en The Mail , diez sesiones
prepagas con uno de los mejores psicó logos de Londres llegaron por
correo con una nota que decı́a: leer O perderla para siempre .
Cuatro meses y medio de sesiones de terapia semanales y puedo
decirte esto: probablemente la he perdido para siempre.
Y un poco de eso siempre puede sentirse como un puñ etazo en el
estó mago, pero está bien, creo.
la jodı́
Por muchas razones. Algunos de ellos podrı́an incluso ser vá lidos,
algunos de ellos incluso podrı́an borrar lo que hice, pero aú n ası́ la
cagué . Nadie má s me obligó a hacer lo que hice.
Y yo siempre iba a perderla con la forma en que iba...
No sé por qué se lo oculté durante tanto tiempo. Ella siempre iba a
averiguarlo, y cada vez que lo hacı́a, al menos siempre habı́a una
posibilidad de que terminara conmigo en ese momento.
Eso me mató un rato.
Que tal vez siempre ı́bamos a terminar sin importar qué ...
Pero cuando acepté eso, que tal vez é ramos amantes
desafortunados, o lo que sea, ya sabes, fuego y pó lvora, morir en
nuestro triunfo, toda esa mierda, estaba má s bien de lo que pensaba.
Empecé la terapia para recuperarla, queriendo convertirme en el
tipo de persona con la que le gustarı́a estar, ser lo su icientemente
bueno, ser el tipo de persona digna de una chica como Parks.
De initivamente no lo era antes y tal vez nunca lo sea, incluso si
estamos muertos en el suelo para siempre, no está de má s tratar de ser
lo su icientemente bueno de todos modos.
Puse mi brazo alrededor de mi novia.
Mi novia. Extrañ o de decir. Fresco para decir tambié n.
Solo ha pasado alrededor de un mes desde que se publicó ese
artı́culo y simplemente lo seguı́. Sin embargo, he estado saliendo un
poco má s que eso. Nos conocimos a ines de agosto y comenzamos a
salir a ines de septiembre.
Ahora aquı́ estamos. Casi mediados de noviembre y tengo la novia
nú mero dos a la avanzada edad de veinticinco añ os.
¿Dó nde está Taura? Allison le pregunta a Henry alegremente.
Henry aplasta una sonrisa, inge que no nota la marcada diferencia
entre su interé s en Taura Sax y su total desdé n por Jordan.
Mads siempre ha sido raro con las chicas con las que salgo. Allie y
Jemima suelen estar bien, pero ninguna de ellas está bien con Jordan.
Es como si todos hubieran estado poseı́dos por el fantasma de mi ex
novia que vivı́a en Holland Park y no era muy amigable con la gente
nueva.
"Nueva York, en realidad". Enrique asiente. Voló hace dos dı́as.
"Vaya." Papá asiente. "¿Para qué ?"
Henry me mira, nervioso. Se lame el labio inferior. "Uh, para llevar a
Magnolia a casa".
"¿Qué ?" Jordan olfatea, divertido y confundido. "¿Ella no puede volar
sola?"
Y la mirada que le da Henry... Si yo fuera un mejor novio, lo
denunciarı́a. Quiero decir, joder, si alguien alguna vez mirara a Parks
ası́, lo golpearı́a. Pero Jordan no es Parks, ası́ que le echo un vistazo a mi
hermano.
"Ella no creció aquı́, Hen".
“Pueden ser bastante malos con ella”, dice Jemima, tomando un
sorbo de vino.
Jordan frunce el ceñ o, confundido. "¿Por qué ?"
“Porque es hermosa”. Jemima se encoge de hombros como si no
estuviera lanzando granadas alegremente.
“Dios mı́o, ¿la viste en The Met?” Ale niega con la cabeza.
Maddie pone los ojos en blanco. “¿Con Rush Evans otra vez? Tiene
tanta suerte...
“Su vestido era perfecto”. Jemima suspira. "¿Versace?" le pregunta a
nadie en particular.
De initivamente fue Gucci, no deberı́a saberlo, pero lo sé . Ademá s,
sentı́ que podrı́a haber sido para mı́. ¿No para mı́, para mı́, tal vez? Un
só lido 'vete a la mierda', edició n de alfombra roja. Extrañ o toda su
charla sobre la ropa. Lo mucho que ella los ama me hizo amarlos. Se ve
bien, aunque siempre lo hace. A veces, sus fotos simplemente aparecen.
Algoritmos y mierda, ¿sabes? Ademá s, la amo, ası́ que a veces me
asomo. Un poco raro, probablemente no deberı́a, pero su cara es su
cara y ruega que la miren.
“La gente puede ser bastante cruel con las cosas hermosas. Sin
ninguna razó n real en absoluto. Mi madre le da a Jordan una sonrisa
pensativa, pero su rostro cambia y me doy cuenta de que extrañ a a la
misma chica que siempre extrañ o, aunque ya no deberı́a hacerlo.
Mamá niega con la cabeza, la sacude como yo tambié n deberı́a hacerlo.
“La fascinació n pú blica por Magnolia siempre ha sido una carga
privada”.
"¿Por qué la gente se preocupa tanto por ella?" Jordan pregunta, y
creo que es una pregunta genuina, a pesar de que Henry lo escucha
como un mal humor.
“Porque ella es Magnolia Parks”, dice Madeline. Si Parks alguna vez
escuchara a esta hermana mı́a en especı́ ico defendié ndola,
probablemente morirı́a feliz. Desearı́a poder enviarle un mensaje de
texto, decirle, alegrarle el dı́a. Espero que Henry lo haga porque sé que
yo no puedo. Ella no responderı́a de todos modos. Le escribı́ un
montó n de cartas durante meses. Ni siquiera sé cuá ntos. Nunca
escuché de nuevo.
Lleno el vaso de Jordan y miro a Henry. “¿Un poco de circo,
entonces?”
"Por supuesto que es un circo, BJ". Allie pone los ojos en blanco con
impaciencia. "Ella no ha estado en casa desde-"
"-Allison", gruñ e mamá .
"¿Qué ?" Ella se encoge de hombros con impaciencia. “El sabe que la
engañ ó . Todos saben."
"Allison", dice papá esta vez.
"¿Está n esperando mucha prensa?" Le pregunto a mi hermano,
ignorando al resto de ellos.
Enrique asiente.
“Muchas personas vuelan por eso”. Se encoge de hombros. "Conoces
a Harley".
"Derecha."
“La reservaron en un vuelo de BA, le dijeron a un agente de viajes que
hablaba en voz alta que voları́a el lunes pero tomarı́a el avió n el
domingo”.
"Inteligente." Asiento con la cabeza. Quiero preguntarle si está bien,
pero no puedo, ¿no puedo o no deberı́a? No sé , ambos, probablemente.
"Entonces, ¿por qué viene ella, de todos modos?" Jordan pregunta
alegremente.
Madeline suena mientras hace una mueca. "Incó modo."
Respiro, le doy una mirada a mi hermana menor. “Su papá se va a
casar”.
“A la niñ era de su infancia”, agrega Allie teatralmente. “Solı́a venir de
vacaciones con nuestras familias. Es muy loco-"
“Creo que los atrapé una vez”, anuncia Jemima.
"No lo hiciste." Mamá pone los ojos en blanco al mismo tiempo que
los jó venes jadean colectivamente.
“Sı́, cuando está bamos en el agua y é l nos estaba ayudando a todos a
retroceder, su mano estaba sobre su trasero, pero cuando me vieron
verlo, simplemente se rieron y dijeron algo sobre que estaba
resbaladizo”.
"¡Bruto!" Madeline arruga la cara.
“De todos modos, la boda es la pró xima semana”, anuncia Allie.
"Todos vamos".
“Bueno”, Madeline lanza a Allie una mirada de perra. “No todos
nosotros…”
“Madeline”, gruñ e papá .
"¿Qué ?" Se encoge de hombros como si no lo supiera. Ella sabe.
Madeline es una manipuladora de grado A. "Ella no es…"
"Gracias, Mads". Le lanzo una mirada y Jordan me lanza una sonrisa
incó moda.
“De todos modos”, salta Henry. “Ella no se quedará mucho tiempo de
todos modos”. El mira de mı́ a Jordan, y no puedo decir si me está
lanzando una lı́nea o tratando de hacer un punto. A veces es difı́cil
saberlo con é l, ası́ que bebo mi vino.
Está bien, por cierto. Estoy jodidamente bien.
Sabı́a que iba a volver, y Henry tiene razó n. Es solo por un rato y
luego se irá de nuevo. Entonces todo volverá a la normalidad.
O al menos volver a esto, lo que sea 'esto', supongo.
Los parques se han ido. Eso es normal ahora.
Jordan estuvo bastante callado por el resto de la cena despué s de eso
y no nos quedamos por mucho tiempo, un poco porque mis hermanas
siguen acosando a Henry por cada pizca de informació n que tiene
sobre Magnolia y Rush, y é l no se lo dice para que ellos se está
volviendo cada vez má s molesto, y no quiero escucharlo de todos
modos, ası́ que le agradecemos a mamá por la cena y nos vamos
bastante rá pido.
Caminamos unas pocas casas antes de que Jordan se detenga en la
calle y me mire, entrecerrando los ojos. "¿Por qué no me llevas?"
Le doy una mirada. “Es la boda del papá de mi ex-novia. No puedo
traer a mi nueva novia.
Ella niega con la cabeza, molesta. "Entonces, ¿por qué está s
invitado?"
—Porque —me encojo de hombros— es la alta sociedad londinense
y esa mierda. No me sorprenderı́a del todo que invitaran a su madre”.
Ella me da una mirada, pero creo que entiende mi punto. Con suerte,
de todos modos.
Su rostro se suaviza un poco. "¿Por qué no me dijiste?"
“Porque no es gran cosa”. Me encojo de hombros con desdé n.
Eso es una mentira. Puedo sentirlo en mi pecho mientras lo digo.
Jordan pone los ojos en blanco. "Parece que ella siempre es un gran
problema".
"¿Sı́?" Deslizo mis brazos alrededor de su cintura. "¿Y có mo lo
sabes?"
Ella me da una mirada. “Todos en mi trabajo preguntan por ella todo
el tiempo, como si realmente supiera que está saliendo con quien sea
ese tipo en esas estú pidas pelı́culas…” Ella pone los ojos en blanco.
Por esas 'pelı́culas estú pidas' se re iere a la franquicia
cinematográ ica má s taquillera del mundo, pero sı́, 'pelı́culas
estú pidas' funciona para mı́.
Le molesta todo esto. Un poco porque ella no lo entiende y eso es
difı́cil, y un poco porque al menos una vez a la semana saldremos y se
me acercará una chiquilla de diecisé is añ os, le pedirá a Jordan que le
tome una foto. yo con ellos y luego normalmente me preguntan si
Magnolia y Rush está n realmente juntos. Los comunicados de prensa
dicen que solo son amigos, y Henry dice que es verdad. Creo que está
diciendo la verdad. No sé por qué mentirı́a sobre eso.
Una vez le pregunté si estaban durmiendo juntos y dijo que no, pero
no sé , esa foto en Cannes con la mano de Rush en su cintura, tenı́a algo.
Ası́ que tal vez la está cubriendo de una manera que no creo que lo
harı́a por mı́.
Jordan suspira en voz baja pero lo escucho.
“Mira, Jords—” Niego con la cabeza para aplacarla. Probablemente ni
siquiera me hable. Evı́tame como a la peste.
Ella se ve esperanzada. "¿En realidad?"
Asiento con la cabeza.
"Ella me odia", le digo. Incluso me las arreglo para entregar la lı́nea
sin el Super Mario El efecto de sonido de la muerte de Bros. se
reproduce en todo el universo.
Esto la alivia, puedo verlo en su rostro.
Y Hen tiene razó n: entrará y saldrá . Ni siquiera sabrá s que ella está
aquı́.
Esto tambié n es una mentira obvia, pero funciona para mı́ porque
Jordan nunca ha conocido un Londres donde Parks y yo existamos al
mismo tiempo.
ella no sabe no lo entiende No sabe lo de los ojos y las fotos. No sabe
có mo somos si estamos en la misma habitació n. Có mo somos imanes,
có mo nos miramos, có mo nos encontramos.
Ella no sabe que soy un lobo y Parks es la luna cuyo nombre aullo
desde que tenı́a quince añ os.
Jordan no sabe có mo somos Parks y yo.
Fueron.
Me re iero a eran.
Ella sonrı́e má s, se relaja, toma mi mano entre las suyas. Lo besa. La
presiono contra mi coche. bé sala. Es consciente pero no pienso en
Parks cuando la beso, si puedes creerlo.
Tampoco pienses en Parks cuando duermo con Jordan. Intenta no
hacerlo, de todos modos. Má s difı́cil de hacer a veces que otras, como
ahora, cuando hemos estado hablando de ella.
Dé jenme ser claro: Jordan es tan atractivo.
Probablemente sea má s fá cil que ella tampoco se parezca en nada a
Parks, incluso en la oscuridad. Sus cuerpos se sienten tan diferentes.
Jordan atlé tico, tetas y trasero y curvas. Y ella es genial, accesible y
tranquila. ella es divertida Nivelado. Bebe cerveza. Viste mezclilla. Se
pone el pelo en uno de esos moñ os de niñ a encima de la cabeza.
Ella no es un alboroto.
Ella confı́a en mı́.
Aunque supongo que no le he dado una razó n para que no confı́e en
mı́.
Estoy un poco nervioso por ver a Parks si soy honesto.
Nerviosa, me va a joder un poco. No me digas que no lo hará , siempre
lo hace, incluso si es de la forma que me gusta.
Es má s fá cil salir con alguien que no te arranca el corazó n todo el
maldito tiempo. Y Parks siempre lo hará . Ella no puede evitarlo. Una
mirada a sus estú pidos ojos y estoy deshecho. O solı́a serlo: niego con
la cabeza, mirando a mi novia.
Ya no.
Por el amor de Dios. Por favor, no má s.
TRES

Magnolia

Mi hermana se arroja a mis brazos tan pronto como cruzo la puerta.


La veo todo el tiempo. Ella vuela hacia mı́ o se encuentra conmigo en
algú n lugar de Europa para mis viajes de trabajo, pero han pasado un
poco má s de quince dı́as desde la ú ltima vez que nos vimos.
Me levanta del suelo a pesar de que es má s baja que yo.
"¡Está s en casa!" Ella deja escapar un chillido de emoció n y la saco de
mi cuerpo, frunciendo el ceñ o un poco.
“Eso es demasiada emoció n, Fridget. Y está s aplastando mi vestido.
Vestido de tul estilo bailarina de Miu Miu con zapatos de saló n con
lores recortadas de Dolce & Gabbana.
Mi hermana pone los ojos en blanco y me golpea en el brazo. "¿Có mo
estuvo el vuelo?" Mete una de mis maletas adentro y me lanza otra
mirada. "¿Cuá ntos de estos hay?"
"¿Mmm?" La miro sin pensar. "Vaya. ¿Doce quizá s?
"Está s aquı́ una semana". Ella parpadea.
"En realidad", miro de ella a Taura, "estoy aquı́ poco menos de tres".
"Vaya." Taura carga en otra bolsa antes de que todos nos demos por
vencidos y los dejemos en el patio. ¿No es esto para lo que están los
padres? No lo sabrı́a, supongo. El mı́o ha sido terriblemente inú til hasta
ahora.
"¿Tres semanas?" —pregunta Henry, asomando la cabeza fuera del
estudio. "¿Para qué ?"
Un par de reuniones de trabajo. Me encojo de hombros y es un poco
mentira, pero ¿qué má s puedo decir? 3 de diciembre?
Nunca lo entenderı́an, ni siquiera Henry.
Salto a sus brazos y é l los envuelve a mi alrededor mientras besa la
parte superior de mi cabeza. Me huele. “Tu cabello huele raro.”
"Vaya." Arrugo la frente. “Es el champú Philip B White Truf le, ¿no te
gusta?”
Me da una mirada. “¿Por qué querrı́as que tu cabello oliera a hongo?”
"Es muy costoso." Le frunzo el ceñ o.
El niega con la cabeza. "Eso no responde a la pregunta".
“Uso Clairol Herbal Essences—”, anuncia mi hermana.
Le doy una mirada. "No presumas de eso, Bridget".
Henry la agarra por la cintura y le huele el pelo. “Presume, Bridge.
Hueles como un puto prado.
Enlazo mi brazo con el de Taura y los miro, especı́ icamente a mi
hermana.
"¿Esto es lo que usas para mi gran regreso a casa, terrible moza?"
Se mira a sı́ misma con su chá ndal verde a juego y luego vuelve a
mirarme a mı́, con el ceñ o fruncido. "Tengo esos estú pidos toboganes
hinchados de Chloé que me compraste".
"Me gusta." Henry lanza un brazo defensivo alrededor de mi
hermana.
"Estoy bastante seguro de que lo harı́as". Lo miro con su camiseta
Wild Thang de Golf Wang con los pantalones de chá ndal negros con
logo estampado de Vetements. "Dime, ¿ustedes dos hicieron algú n tipo
de pacto de usar chá ndal para bajar la moral o todo se ha venido abajo
por completo en mi ausencia?"
Mi hermana trata de patearme y yo le maldigo en ucraniano,
esquivando su pierna tonta y desgarbada porque no quiero que se me
ensucie el vestido blanco.
"¿Dó nde está n todos, de todos modos?" Estoy medio molesto de que
mi hermana, mi mejor amiga de toda la vida y mi nueva mejor amiga
sean el ú nico comité de bienvenida para mi gran regreso a Londres.
No sé a quié n má s esperaba. ¿Cristiano, tal vez? No he hablado con
Jonah desde entonces. Sin embargo, tener a Marsaili aquı́ con algunas
lores y una pancarta habrı́a sido agradable, ¿no crees?
“Aquı́”, asiente hacia la puerta del comedor, luego se detiene. La cena
está en la mesa. Llegas casi una hora tarde, tan tı́pico de ti.
Me encojo de hombros, imperturbable. "Harley deberı́a haberme
enviado el G700 en ese momento y no el Bombardier, y esa es solo una
consecuencia que tendrá que soportar".
Taura se para frente a Henry y é l desliza su mano debajo de su sué ter
de jersey de algodó n estampado Get Back de la colaboració n Stella
McCartney x The Beatles.
"¿Y qué consecuencia podrı́a ser?" Ella parpadea. "¿La patata
gratinada se enfrı́a un poco?"
Frunzo el ceñ o juguetonamente. “¿Qué es una patata?”
Henry pasa un brazo a mi alrededor. “Es de donde viene el vodka”.
Bridget mira a travé s de todos nosotros, bloqueando el camino.
“Ası́ que mira, al otro lado de esta puerta hay mucho drama
familiar…”
Pongo los ojos en blanco. "Excelente."
Bushka no está hablando con Marsaili...
"-¿Por qué ?" interrumpo.
“Porque Marsaili no la deja ser dama de honor”, me dice Taura.
Ella pasa un poco de tiempo con Bridget, me dijeron. Qué lindo. Me
alegro de que se tengan aquı́ en mi ausencia.
“El trasero nuevo de mamá está aquı́…”
"¡Bridget!" La golpeo en las costillas. “Si insiste en crear un acró nimo
de Boyfriend Of The Month, le ruego, por favor, que no lo diga
foné ticamente”.
Henry empieza a reı́r.
“Papá odia el BOTM…”
Henry inclina la cabeza. "Interesante."
“Sigue preguntando por qué está aquı́…”
“Parece justo”, considera Taura.
“Entonces mamá está enojada porque el tı́o Alexi está dolido porque
no está invitado…”
"¿El hermano de tu madre está enojado porque no está invitado a la
pró xima boda de su exmarido?"
Bridget se encoge de hombros, impotente. “Solo estoy aquı́ con los
hechos”.
"Guau." Parpadeo. "Yo realmente era el pegamento por aquı́, ¿no?"
"Sı́." Mi hermana me da una mirada simplista. "Eso es lo que es."
Y luego Henry empuja a travé s de la puerta.
Mi madre es la primera en subir.
Manos en mis hombros, besa-besa cada una de mis mejillas
chocá ndolas con las de ella.
"Bienvenido a casa, cariñ o".
"No estoy en casa." Le sonrı́o corté smente.
Mi padre se levanta, me da un abrazo rı́gido e incó modo para los dos.
"Me alegro de que esté s en casa, cariñ o".
—No estoy en casa —digo de nuevo con una sonrisa cortante.
Marsaili me toca la cara con las manos y sonrı́e con ternura antes de
abrazarme.
("Bienvenida a casa, Magnolia", susurra. "No estoy en casa", le
susurro. Ella me mira. "Sı́, lo está s").
Me siento entre Henry y Bushka, apretando su brazo para saludarla.
"¿Dó nde has estado?" Ella me da una mirada molesta.
Mi cara vacila. "Nueva York."
"¿Desde cuando?" Ella frunce el ceñ o.
Miro alrededor de la habitació n incó modamente. “Casi un añ o”. Le
doy una pequeñ a mirada. “¿Me visitaste el mes pasado? ¿Fuimos en
coche a Bedford para visitar a Martha Stewart? ¿Ella te hizo unas mulas
de Moscú especiales?
Marsaili me da una mirada. “¿Quizá s uno de má s?”
“Para ser justos”, Taura se encoge de hombros, “ella tiene una mano
dura, esa Martha. Le encanta un buen vertido.
"¿Quié n no?" Mamá asiente apreciativamente. "Oh, Magnolia,
querida, Henry, este es Enzo". Ella le hace un gesto a su BOTM que
acaba de estar sentado allı́, sonriendo agradablemente.
Estoy contento de estar aquı́, viejo Enzo.
Un poco guapo, supongo. Si te gusta la basura europea y las
salchichas bratwurst. No sé exactamente lo que quiero decir con eso,
pero es apto.
“Magnolia”, canta mi nombre con un marcado acento italiano. Es un
gran placer conocer a la famosa chica á rbol...
("¿Qué ?", susurro, parpadeando a mi hermana, que niega con la
cabeza, frotá ndose la oreja. "El no es excelente en inglé s").
Enzo se pone de pie para abrazarme, pero extiendo mi mano para
detenerlo.
“Oh, no, no—” Niego con la cabeza mientras le doy palmaditas en el
brazo con cautela. “Gracias, Enzo. No necesitamos abrazarnos. Pero
estoy muy feliz de encontrarte aquı́. Ahora. En mi primera noche de
regreso en Londres, en una cena ı́ntima con mi familia y mis mejores
amigos”. Le doy una sonrisa cordial.
Hace una pequeñ a reverencia.
Marsaili y yo cruzamos miradas.
“El nú mero de Enzo…”, comienza mi papá , contando con los dedos.
"Harley-" Mars gruñ e.
“ восемь ”, dice Bushka al mismo tiempo que Bridget dice, “Ocho”.
Mamá bebe su vino con las cejas altas y agita su mano una vez para
despedirlos a todos.
"Entonces, ¿has tenido noticias de BJ, cariñ o?"
"No lo he hecho", le digo, con la nariz en el aire. "Yo tampoco".
Bridget pone los ojos en blanco pero lo atrapo.
"¿Qué ?" Frunzo el ceñ o. “No lo he hecho. Y no lo haré . Y lo odio y, en
realidad, nuestro amor está muerto…
"-¡Vaya!" suspira el BOTM de mamá con remordimiento.
“No-no, Enzo—” Niego con la cabeza hacia é l, mostrá ndole una
rá pida sonrisa. “No es algo triste, es algo que empodera”.
"¿Lo es?" Henry inclina la cabeza y le doy un codazo para que se
quede callado.
“Estoy muy empoderada. ¿Es como esa parte de esa pelı́cula, con el
helecho del amor? Y muere. Y ella está bien. Aliviado, incluso…
"¿Tu planta tambié n murió ?" pregunta, un poco devastado.
Tauro niega con la cabeza. "¿No se vuelve loca cuando el helecho del
amor muere en la pelı́cula?"
Le disparo una mirada.
"UH no. No, todos escuchen. Yo, metafó ricamente —intento aclararle
solo a é l—, tiré la —metafó ricamente— planta de nuestro amor al
desierto y la abandoné voluntariamente allı́. Entonces, solo para
dilucidar, no triste… Le doy a Henry una mirada severa. “Muy
empoderada”.
Le doy a Taura una mirada exasperada.
Bridget piensa por unos segundos. “Por curiosidad, ¿qué tipo de
planta era? ¿Tu metafó rica planta de amor?
Soplo una frambuesa y me encojo de hombros ante su estú pida
pregunta antes de darle una respuesta estú pida. “No sé , algo sú per
aburrido como un arbusto feo. Como una... como una Sprinter
Boxwood. Sú per feo.
"Vaya." Ella entrecierra los ojos hacia mı́. “¿Te re ieres a un á rbol de
hoja perenne? ¿Las plantas que nunca mueren?
La miro, alarmado.
"¿Qué ?" Niego con la cabeza. Hen me mira, divertida. "¡No! Quiero
decir, no, eso es no, entiendo las implicaciones de eso y no. Mierda. "He
cambiado de opinion. Es una rosa inglesa. Flor muy frá gil y estú pida.
No puedo sobrevivir a una mierda.
"Vaya." Ella asiente con sarcasmo. "Entonces, la planta metafó rica de
tu amor es solo la lor má s icó nicamente hermosa... jamá s".
Parpadeo hacia ella.
“¿Qué diablos, Bridget? ¿Eres un jodido botá nico en tu tiempo libre
ahora?
Taura empieza a reı́r.
“Y tambié n no… Aunque sı́, pero no.” Le doy a mi hermana una
mirada severa. "Por supuesto. Quizá s es muy bonito por fuera pero
tiene muchas espinas. muy espinoso Tambié n está en el desierto ahora.
Donde nadie pueda verlo. O regarlo. No hay posibilidad en el desierto.
Está hecho por ahı́, seguro. Muerto al cien por cien. Y no existen los
fantasmas de rosas, ası́ que eso es genial”.
Bebo mi vino rá pidamente y luego el de Henry tambié n y mantengo
la cabeza gacha durante el resto de la cena.

Mi habitació n está como la dejé .
Conservado perfectamente y se siente como cien cortes de papel en
todo mi corazó n por un segundo, todas las formas en que mi habitació n
me hace pensar en é l, y luego bebo un poco má s de vino y borra esos
sentimientos.
O los ahoga.
Bridget se acuesta en mi cama justo donde solı́a hacerlo.
"¿Está s bien?"
Parpadeo un par de veces, probablemente un par de veces porque
probablemente no lo hago, pero miento de todos modos porque es
fá cil.
"Grandioso." Asiento con la cabeza.
Ella asiente y sé que sabe que estoy mintiendo.
Y luego ella sonrı́e. "Fantasma rosa..."
Enrique
21:52

¿Te sientes bien por verlo?

¿Quié n?

no hagamos esto

Acordado

solo responde mi pregunta

No, no me siento bien por verlo.

¿Se siente bien por verme?

No rompas las reglas.

Lo siento.

Te veré mañ ana.

será bueno
CUATRO

Magnolia

Ayudé a plani icar gran parte de la boda desde lejos.


La paleta de colores, las lores, los vestidos (Marsaili tiene dos
hermanas, ambas tambié n son damas de honor), la mayor que de
alguna manera logró asegurarse el tı́tulo de dama de honor sobre mı́
tiene el estilo de Christopher Walken y es tan visionaria como un
ladrillo. La má s joven, o 'la de mierda', como la llamamos Bridget y yo,
tambié n es inú til.
Bridget tambié n lo es. Trató de ayudar, pero sugirió rosas y
ranú nculos en el mismo ramo, por lo que obviamente era un callejó n
sin salida absoluto e inmediato.
Pero toda la plani icació n fue buena para mı́. Me mantuvo ocupado.
Porque resultó que solı́a pasar mucho tiempo con mis amigos en
Londres, y en Nueva York no tenı́a tanta gente alrededor todo el
tiempo.
Estaba Rush cada vez que estaba en la ciudad. Y Lucı́a Nieves-
Navarro, mi loca vecina heredera de las telecomunicaciones de Mé xico
que compartió mi piso conmigo. Luego hubo otros que conocı́ a lo
largo del añ o, pero Nueva York es tan transitoria.
Todavı́a viajaba mucho por trabajo, estaba ocupado, tenı́a cosas que
hacer. Supongo que no me habı́a dado cuenta conscientemente de
cuá nto tiempo habı́a ocupado con BJ y Paili.
Ella está viviendo en Españ a ahora, escuché . Estoy bastante seguro
de que la gripe españ ola está bastante oculta ahora, pero si no es ası́,
espero que se contagie.
De todos modos.
La boda es en St George's. Obviamente. Como si hubiera otro lugar
para casarse en Londres ademá s de la Catedral de San Pablo, pero ahı́
es donde quiero casarme, ası́ que me aseguré de alejar a Marsaili de ese
lugar.
Llegamos a Hanover Square veinticinco minutos despué s de que se
suponı́a que la boda habı́a comenzado, pero eso apenas fue cosa mı́a y
se debió principalmente al horrible trá ico de Londres y tambié n un
poco porque Bridget decidió 'maquillarse ella misma'. ', que si alguna
vez la has visto intentar maquillarse ella misma, entenderı́as por qué
llegamos tarde y tú tambié n habrı́as luchado con esa parodia de color
fucsia oscuro y alto pigmento de sus pequeñ as manos ciegas al color.
El vestido de Marsaili es precioso.
De la colecció n The New Oasis SS2022 de Pronovias: el vestido Kufra.
Escote asimé trico con una manga larga, otra sin mangas, un corte
sirena ceñ ido al cuerpo con alguna ligera pedrerı́a y una cola sutil pero
bastante bonita.
La dama de honor lleva un vestido azul polvoriento adornado con
volantes en los hombros de Marchesa que en mi madre se verı́a como
un vestido de los Oscar, pero en esta dama es un desastre. Como si
fuera al Baile de Navidad de Hogwarts.
The Shit One está en un sencillo vestido de capa de seda de Valentino
que es muy elegante, algo sutil... No quiero decir lila porque las lilas son
estú pidas, pero no lilas .
Le pedı́ a Bridge que se pusiera este hermoso vestido azul cielo de
Tony Ward con una falda de tul luida y estas hermosas mangas
abullonadas y la obligué a usar los zapatos de tacó n de cristal Anilla
100 de Jimmy Choo y, para ser honesto, se parece un poco a Cenicienta
y estoy casi celosa, pero puedo decir que se siente hermosa, ası́ que
mis celos hierven a fuego lento en un 30% de salud.
¿Y yo? Un vestido de la pasarela de Alta Costura Primavera 2011 de
Elie Saab que le pedı́ que recreara para mı́. Bonito, pastel, pú rpura
brillante. Paneles de encaje transparentes, ceñ idos a la igura,
sutilmente ceñ idos con organza de cristal de seda drapeada que
combiné a la perfecció n con el Carrie Crystal Bow Mule 75 de
Aquazzura.
Todos tenemos ramos de lores de hortensias, lavanda y rosas
blancas y el tema del color para la boda es para morirse, si lo digo yo
mismo.
Estoy nervioso, parado ahı́ afuera, esperando para entrar.
Bridget primero, luego yo.
Sé que voy a verlo. Sé que va a estar aquı́. Fue algo grande, una gran
discusió n en nuestra familia. Todos volaron para hablar conmigo sobre
eso.
Me llevó a Nobu para animarme. Bridget pensó que era
profundamente inapropiado que lo invitaran. Mi padre y mi madre
dijeron que tenı́a que ser invitado porque estaban invitando al resto de
los Ballentine, y luego mi padre dijo que mi madre tenı́a que irse y ¿qué
estaba haciendo aquı́ de todos modos? Y luego Bushka dijo que tiene
un gran culo y para pasar la tempura de gambas de roca. Marsaili dijo
que serı́a de mala educació n no hacerlo y que si estoy tan por encima
de é l como le digo a todo el mundo que lo estoy, no me importarı́a que
é l estuviera allı́, pero que si insistı́a en que no viniera, ella tambié n
insistirı́a.
Ası́ que lo invitaron porque no podı́a decirles que en realidad é l es el
desagü e en el centro de mı́ donde caen todas las cosas felices y que
siento su ausencia en todo. Todo. Hora del desayuno, tazas de té .
Abejorros. Cariñ o. Las estrellas. Gucci. El canal de descubrimiento.
Viajes largos. Conducció n en general. Arboles de sauce. Uno.
Furgonetas de la vieja escuela. Tiffany's. de Maserati. Chicos con
tatuajes.
Y ahora aquı́ estoy, de pie en los escalones de St George's con el
corazó n desbocado en la garganta y ojos que no saben dó nde mirar
porque tengo miedo de que encuentren lo que se mueren por ver.
Henry y Taura aparecen en lo alto de las escaleras y luego é l las baja
corriendo y me abraza.
"¿Qué tan bueno es tenerte aquı́ en Londres?" Me levanta del suelo,
empujá ndome.
Le doy una mirada iró nica y enderezo su pajarita. Azul y lindo de
Tom Ford. Lo sé , lo elegı́. Traje de esmoquin clá sico de Giorgio Armani,
gemelos de luna creciente azul y estrella con mocasines Elkan Penny
tambié n de Tom Ford.
“Bueno, no debes acostumbrarte”, le digo mientras Taura enrosca
sus brazos alrededor de mi cuello.
Vestido Maxi Sky Rocket (La Esposa del Vampiro) en oxblood. Muy
elegante.
Si ella no fuera (aparentemente) mi mejor amiga y si no estuviera
durmiendo con mi (otro) mejor amigo real, estarı́a inseguro acerca de
ella.
Ella me mira de arriba abajo. "¿Está s tratando de matarlo?"
Puse mi nariz en el aire. "No sé a qué te re ieres".
Ella me ignora. "¿Nervioso?"
La miro, mis ojos van de ella a Henry, y asiento.
Me pasa una botellita de vodka.
“Bé bete este ahora, y este otro”, lo mete en mi ramo, “despué s”.
Ella me da un pequeñ o guiñ o mientras retrocede por las escaleras.
“Estamos del lado de tu papá . Medio-frente-ish. Hacia la izquierda.
“No me importa—” miento.
“El no la trajo”, grita Henry mientras camina hacia atrá s por las
escaleras.
hago una pausa "Todavı́a no me importa".
Levanta una ceja y me señ ala. "Mierda."
Luego vuelven a entrar.
"Bueno, eso es interesante", dice Bridget, deslizá ndose a mi lado.
"No, no lo es", le digo rá pidamente.
Ella me mira, molesta e intrigada.
"¿Sin novia?" ella repite.
La ignoro.
("Muy interesante", dice en voz baja, pero respira por la boca, por lo
que es muy fuerte).
La mú sica se hincha. Ave Verum Corpus.
Bridget comienza a caminar por el pasillo.
Entonces yo.
Y mis ojos está n al frente. No giran a la izquierda, no giran a la
derecha. Y aun ası́, puedo sentir sus ojos en mı́: está a la derecha de la
iglesia, no solo porque el lado derecho es tradicionalmente el lado del
novio, sino porque lo sé .
Ese tiró n que tenemos, la resaca del universo siempre
arrastrá ndonos el uno hacia el otro, tiene que signi icar algo, ¿no crees?
Esa gran fuerza magné tica que he pasado la mejor (o la peor) parte de
un añ o luchando y desa iando y aú n la siento, mis piernas tratando de
llevarme de regreso a su ó rbita, creo que signi ica algo.
O tal vez no y solo quiero que ası́ sea porque eso le darı́a un
propó sito a todo nuestro dolor.
No escucho mucho del sermó n de la boda.
Todos son má s o menos iguales, ¿no crees?
El amor es paciente, el amor es amable. No tiene envidia, no se jacta,
no es orgulloso. No deshonra a los demá s, no es egoı́sta, no se enoja
fá cilmente, no lleva registro de los errores. El amor no se deleita en el
mal sino que se regocija con la verdad. Siempre protege, siempre
confı́a, siempre espera, siempre persevera. El amor nunca falla.
Pero es una mierda. Es todo una mentira.
No é ramos ninguna de esas cosas, pero ni por un segundo intentes
decirme que no está bamos enamorados. Lo amaba má s que nada y al
inal de todo, es todo lo que tenı́amos y no perseveraba. Falló .
La recepció n es en el Royal Hospital Chelsea, hermosa, por supuesto.
Hago las rondas: pongo un poco de tiempo cara a cara con mi
padrino, ası́ como con Bridget. (Graham Norton. Lo sé , tambié n estoy
celoso de eso). Mucha gente voló desde Estados Unidos. Chris Martin,
los Timberlake, Usher. Todo está vergonzosamente repleto de estrellas,
pero Marsaili y mi padre parecen complacidos, ası́ que eso es bueno,
supongo. Si insistimos en mirar el lado positivo, supongo que es bueno
que sean felices... Ahora son viejos asquerosos enamorados. Aunque no
les gusta cuando les digo eso. "Guarda algo para el discurso, cariñ o". Mi
padre miró a su nueva novia.
“Oh, no voy a dar un discurso,” digo. “El de Mierda es.”
"¿Podrı́as dejar de llamarla ası́?" Marsaili resopla. "Esa es mi
hermana."
Mi padre la mira. "Ella es un poco mierda sin embargo..."
"¡Harley!" Marsaili gruñ e.
“Pregunta—” interrumpo, dá ndoles a ambos una mirada. “Arrie
Parks está aquı́…”
Observo a mi madre, que está vestida con el atuendo má s brillante
de toda la recepció n: un vestido rosa de dos tonos hasta el suelo de
Carolina Herrera. Marsaili me lanza una mirada impaciente. "Esa no es
una pregunta, Magnolia".
"Un poco complicado, ella está aquı́, ¿no?" Miro entre ellos.
“No”, dice Marsaili al mismo tiempo que mi papá dice:
“Absolutamente”.
Todos miramos có mo Enzo le aprieta el culo como si fuera un
maldito limó n en la esquina trasera de una recepció n en la que no hay
duda de que é l no deberı́a estar.
Marsaili agita su mano en el aire. "Hubiera sido de mala educació n
no-"
"¿Verdad?" mi padre y yo decimos al mismo tiempo y no me importa
la sincronizació n.
Y luego hay un toque en mi hombro.
Estoy nervioso por darme la vuelta, pero lo hago de todos modos
porque soy ası́ de valiente, pero deberı́a haber sabido por el grifo que
no era é l.
Lo sentirı́a si lo fuera.
Sin embargo, es alguien má s a quien amo.
“Bueno”, sonrı́e Gus Waterhouse. “Si no es mi rompecorazones
favorito…”
Le frunzo el ceñ o juguetonamente. "Signi icar."
Me da una mirada. "Verdadero."
Pongo los ojos en blanco.
"¿Está s aguantando bien?" pregunta tentativamente.
“No es mi mejor dı́a”. Me encojo de hombros alegremente. "Aunque
tampoco es mi peor—"
Gus asiente. "¿Lo ha visto?"
"No."
Inclina la cabeza. "¿Intencionalmente?"
Lo miro porque es molesto ası́. "Sı́."
El me da una pequeñ a sonrisa, complacido de que su evaluació n
fuera correcta.
Tomo la bebida de su mano y le doy un sorbo. "¿Có mo está Tom?"
"Bueno." El asiente. "Si bien. Mejor."
Esto me hace feliz. Se merece ser bueno. "Me alegro."
“El ama Hawá i”.
"El harı́a." Sonrı́o al pensar en é l. “Todas esas montañ as para escalar,
las olas…”
“—Las chicas.” Gus me lanza una mirada mordaz. Creo que está
tratando de hacer un punto, para asegurarse de que sepa que Tom está
bien sin mı́.
Nunca pensé que no estarı́a. Tom es Tom Inglaterra. El hombre má s
maravilloso, ı́ntegro y hermoso que jamá s haya adornado el planeta. El
nunca me necesitó y nunca tuve la impresió n de que tenı́a suerte de
tenerme; Siempre supe que era al revé s. Lo que sucedió despué s de que
se fue prueba que yo tenı́a razó n. Mis ojos pellizcan a Gus porque creo
que es de mala educació n que me esté golpeando con una pelota de
bé isbol en la estú pida boda de mi propio padre.
—No me has visitado en mucho tiempo —le digo y é l inclina la
cabeza y arquea la ceja. "¿Hawai llamando?" Supongo.
Gus exhala por la nariz. "El es mi mejor amigo…"
“¿Y yo qué soy?” Frunzo el ceñ o, ofendido. "¿Hı́gado picado?"
"Nah-" Se encoge de hombros con frialdad. “Solo la chica que le
rompió el corazó n”. Levanta las cejas. “Y se folló a su mejor amigo
heterosexual”.
Ay.
Me lo merezco, supongo.
Lo hice y es verdad.
Clara ayudó (con romper, no con follar), pero creo que al inal fue
mucho de mı́. BJ y yo. Rush y yo.
"Deberı́a volver con mi cita", me dice, asintiendo con la cabeza hacia
alguien que reconozco que me saluda con la mano, abrumado.
"¿Jack Giles?" Parpadeo. Es tan hermoso: ojos color chocolate que
siempre está n ardiendo como si estuviera usando delineador de ojos
incluso si no lo lleva, cabello castañ o sexy peinado hacia atrá s y una
mandı́bula sensacional, me hace desear ser un hombre gay. O era
heterosexual. “No sabı́a…” Niego con la cabeza. "¿Cuando?"
Es reciente. El asiente, sonrojá ndose un poco. Tomemos un trago
antes de que vueles de regreso. Te alcanzaré —”
Besa mi mejilla.
Despué s de eso, se pronuncian los discursos y hay un baile de padre
e hija que esquivo arrojando a mi hermana a los brazos de mi padre y
haciendo que Henry baile conmigo. Me mantengo cerca de mi Safe
Three porque todos en el mundo quieren hablar conmigo sobre Nueva
York y Rush y por qué desaparecı́ en la oscuridad de la noche de la
forma en que lo hice.
Como si no lo supieran todos. Todos saben.
Estaba en todas partes. Todo el Rosebery lo oyó . Hay videos de eso
en internet. ¿Tienes alguna idea de lo que se siente cuando todos ven tu
quizá s peor momento, cuando tu corazó n se rompe en tu cara frente a
todo el mundo para que todos lo vean, solo para que luego lo usen para
una pequeñ a charla en las iestas cuando el la conversació n se calma?
Me dirijo al bar.
"¿Puedo tomar un martini, por favor?" Le pregunto al cantinero.
"Vodka."
Y entonces siento un cuerpo ensillarse a mi lado.
Sentirlo.
A pesar de que no me está tocando en absoluto, lo siento en mis
huesos. Un dolor curioso y profundo y un episodio leve de TSV.
Se apoya contra la barra.
“¿Có mo está el clima, Parks?” pregunta y no me doy la vuelta para
mirarlo.
No puedo. Mi corazó n va demasiado rá pido, se me sube a la garganta.
Hago mi mejor esfuerzo para estabilizar mi respiració n.
Tomo un largo sorbo, no desvı́es la mirada de mi vaso. "¿Te acuerdas
de Geotormenta?" Respondo con frialdad.
El huele pero creo que es una risa.
"Sı́, saliste de eso".
Todavı́a no lo miro. "Bueno, fue terrible".
"Me está s evitando", me dice, buscando mis ojos.
"Sı́, lo digo. Y ahora lo miro.
Oh Dios mı́o. El es hermoso.
Me golpea en el pecho, se extiende a travé s de mı́ como una telarañ a.
Se ve diferente pero igual a la vez. Má s viejo, creo. ¿Pero má s saludable,
tal vez?
Algunas pecas nuevas.
Má s desaliñ ado en su rostro que cuando lo vi por ú ltima vez. Solo un
poquito.
Mi arco favorito de nomeolvides todavı́a en su pulgar.
Lucho contra el viejo impulso de empujar mi mano a travé s de su
cabello perfecto, un impulso que pensé que sacudı́ pero supongo que
nunca puedes realmente, no con un chico como é l.
Y su estú pida boca de almohada rasga las costuras de mi
determinació n de no amarlo como me preocupa que siempre lo amaré ,
y mi mente cae en una in inidad de recuerdos que he tenido con é l y
pensé que tendrı́a con é l y la preocupació n gané nunca má s volveré a
tener con é l.
Yo trago. Cuenta hasta tres, respirando por la nariz.
No le dejaré saber que todavı́a me hace esto. Preferirı́a morir.
"Soy." Lo miro y asiento lentamente. “Muchas gracias por respetar
mis deseos y no acercarte a mı́…”
El sonrı́e y dice "hah" y lo extrañ o.
"Vamos", lo reprende con una sonrisa medio torcida. “Tenı́a que
decir hola. Grosero no…”
Tomo un sorbo considerable de mi bebida. "Supongo."
Traje de lana con solapa de pico y pajarita de saté n de seda preatada,
ambos de Tom Ford. Camisa formal blanca de Dolce & Gabbana con
mocasines Jordaan Horsebit Gucci. Lo amo con traje.
BJ se lame el labio inferior e inclina la cabeza para mirarme. "Oi,
¿está s en lila?"
Mierda. Frunzo los labios por un segundo y luego pongo los ojos en
blanco.
“Yo no elegı́ la paleta de colores”. Me encojo de hombros
recatadamente.
"Sı́, claro", se burla. "¿Vas a decirme que Marsaili eligió esta obra
maestra monocromá tica por su cuenta?"
Tengo la sensació n de que está tratando de halagarme, pero pongo
los ojos en blanco de todos modos porque no quiero ponerle nada fá cil.
El asiente hacia mı́ juguetonamente. "¿Có mo llamaste al tablero de
Pinterest?"
"Nada", le digo, con la nariz en el aire.
“Dime—” é l presiona.
"No." Cruzo los brazos sobre mi pecho.
"¿Supernova violeta?" el adivina
Lo miro entrecerrando los ojos, divertida y molesta a partes iguales.
“Crepú sculo de amaranto”, concedo.
Su rostro se abre en una amplia sonrisa.
Frunzo el ceñ o, no tengo ganas de que nadie me moleste hoy, y
menos que nadie é l. “Me veo bien en lila”.
Su rostro se suaviza un poco. "Si tu puedes."
Nuestros ojos sostienen.
"Lo sé ", le digo, con la nariz en el aire.
Vuelve a decir “ja” y los añ os silban alrededor de nuestros tobillos
como hojas en el viento y somos amantes en otoñ o bajo un á rbol
lloviendo naranjas y arrepentimiento, y en ese momento seguimos
siendo el uno para el otro y el tiempo nos envuelve en el in inito que
creı́amos tener pero ya no lo tenemos porque nos rompió .
El sonrı́e un poco, mirá ndome de cerca. "¿Está s bien?"
"Sı́." Le doy una sonrisa simplista. “Estoy simplemente emocionado
de estar aquı́ celebrando un amor nacido en el canal de la in idelidad”.
Se rı́e y por alguna razó n suena como si estuviera tocando el timbre
de la casa en la que crecı́.
"¿Aquı́ por mucho tiempo?" Sin soltar mis ojos.
“Solo unas pocas semanas”.
“Te quedará s hasta—”
“—Sı́,” interrumpı́.
El asiente, yo asiento. Me siento mareado. Agarro mi bebida, tomo
unos sorbos grandes para calmar mis nervios.
"Entonces", tomo otro trago, "Escuché que tienes novia".
Su cara tira divertido. Tenso. ¿Incó modo? ¿Arrepentido?
¿Decepcionado? ¿Frustrado? Tal vez nada de lo anterior, tal vez solo
siente pena por mı́.
El asiente una vez. "Hago."
¿Hemos perdido el contacto? Me pregunto. El pensamiento me hace
sentir pá nico. ¿Un añ o de diferencia ha cambiado nuestros canales?
Creo que ya no puedo escuchar sus pensamientos.
"Ella no está aquı́." Miro a mi alrededor.
El niega con la cabeza. "Sentı́ que eso podrı́a ser inapropiado-"
"-Y, sin embargo, aquı́ está s". Le doy una sonrisa cortante como si no
me aferrara a cada palabra que dice.
"Fui invitado." Sus cejas parpadean en defensa y se encoge un poco
de hombros. "Mamá me obligó ", miente.
Y puedo decir que está mintiendo: su boca cae en un á ngulo
particular cuando está mintiendo. Ni siquiera me importa que lo sea,
solo me alegro de poder decirlo todavı́a. Me alegro de no haberlo
perdido por completo.
“Ademá s”, se encoge de hombros de nuevo, “no querı́a que Mars
corriera por el pasillo y la derribara. Los perió dicos de sociedad han
estado sorprendentemente libres de drama en tu ausencia —me dice
con una mirada—.
Pongo los ojos en blanco.
"¿Está s saliendo con alguien?" pregunta y me gustarı́a poder decir
que sı́. Desearı́a tener un niñ o que pudiera usar como un casco para mi
corazó n, pero no lo tengo.
—Lo estaba —digo porque es un poco menos paté tico que un simple
no.
"¿Qué sucedió ?"
Le doy una mirada frı́a. "No es asunto tuyo."
El asiente una vez. "¿Lo conozco?" pregunta despué s de unos
segundos de silencio.
Lo pienso por un segundo: todos conocen a Rush, pero no es con
quien he estado saliendo. No por un tiempo, de todos modos. Si fueras
a llamar a lo que está bamos haciendo 'citas', lo cual no harı́a, aunque
mi abuela podrı́a hacerlo. Rush y yo les hemos dejado pensar que
estamos juntos porque la gente siempre habla y, a veces, es má s fá cil
que hablen de cosas equivocadas. Me dio un minuto para averiguar si
lo otro era lo correcto, pero no lo era. no lo estaba No creo que nadie
má s lo sea nunca. No importa de todos modos. Me encojo de hombros
tanto con los hombros como con la boca.
“No estoy seguro, no lo sé . No, probablemente.
El asiente de nuevo, quizá s un poco aliviado, y mis ojos se enganchan
justo debajo de su pulgar derecho.
Muevo mi barbilla hacia é l, lo que me hace sentir extrañ o porque
hace mucho tiempo me habrı́a acercado para tocarlo solo para poder
tocarlo. “¿Es ese un tatuaje de dos abejas muertas?”
Se ve saltado y lo cubre con su mano, mostrá ndome una sonrisa de
disculpa y mis escudos se deslizan hacia arriba.
"Sı́." Se encoge de hombros como si fuera tonto y no cruel.
Asiento una vez. "Derecha."
El mira hacia abajo, la boca tirando un poco extrañ amente. Alguien
me dijo una vez que nunca se extinguirı́an... Me mira. "Ella mintió ."
Le doy una sonrisa cortante. “Ella no fue quien los mató ”.
Sus ojos caen y traga, respirando por la nariz.
“De todos modos”, canto alegremente mientras hago girar mi anillo
de diamantes con lores de Jennifer Meyer alrededor de mi dedo,
“deberı́a volver a mis deberes de dama de honor”. Le digo esto
rá pidamente, no sé por qué , tal vez porque a pesar de que
igurativamente mató la metá fora de nosotros y la mostró
permanentemente en su cuerpo, todavı́a no creo que pueda soportar la
idea de que é l me deje primero.
Aprieta los labios mientras asiente. "Sı́."
Doy un paso lejos de é l.
“Adió s—” Hago un gesto extrañ amente pasivo de no saludar pero
casi saludar.
Su boca se tuerce, divertido. "Adió s."
Me doy la vuelta.
—Hola, Parks— me llama y miro hacia atrá s. “¿Podemos
encontrarnos antes de que regreses? ¿Tener una conversació n?"
Mi corazó n comienza a correr.
"Sı́." Asiento muy, muy casualmente. "Supongo... Podemos hacer eso".
"De acuerdo." El sonrı́e un poco. "Te llamare."
“Ya no tienes mi nú mero”, le digo solo porque quiero, no sé por qué .
—Se lo pediré a Hen —dice, sin soltarme la mirada.
Asiento de nuevo y me alejo, ignorando todos los ojos en mı́ y en é l,
no me he perdido esto, el efecto de pecera, pero no me importa porque
es BJ y algo en é l siempre valdrá la pena.
Me deslizo en el bañ o, cierro la puerta y me apoyo en ella mientras
una terrible revelació n cae sobre mı́. Es como el sol de la mañ ana
cuando te olvidas de cerrar la cortina: es mi culpa, deberı́a haber
cerrado la cortina, sabı́a que el sol estaba allı́, sabı́a que el sol volverı́a a
salir, pero no cerré la cortina y ahora esta luz invasiva, brillante y
reluciente me despierta del sueñ o que estaba usando para evitarla.
Todavı́a lo amo.
CINCO

BJ

"¿Como estuvo la boda?" Jordan pregunta al dı́a siguiente.


Estamos desayunando en un café cerca de su casa en Fulham.
A ella le gusta estar aquı́. Yo no.
El café siempre es una mierda y los huevos está n demasiado cocidos,
pero está al otro lado de la calle, ası́ que lo llama su local.
Un poco triste local.
Má s triste por mı́ que por ella, porque ella bebe café con leche pero
yo lo bebo negro. La leche cubre muchos pecados cuando se trata de
café quemado.
Le agrego un poco de azú car porque el brebaje es particularmente
malo esta mañ ana.
“Sı́, bien…” Me encojo de hombros.
Es un nivel necesario de restar importancia a có mo fue realmente la
boda.
jodido Ası́ fue la boda. Para mı́ de todos modos.
Dios, ella es hermosa, eso es todo lo que sigo pensando. Parks, no mi
novia, por desgracia. ¿Y en la lila? Mierda de mierda de ella. Lo hizo a
propó sito, lo sé . Conocerla. Ese es el tipo de mierda que harı́a para
quitarme la alfombra debajo de mı́.
Estoy bien por in, voy bien, ella vuelve y se viste de puto lila, el
pendejo.
"¿La viste?" Jordan pregunta, mirá ndome de cerca.
Me hace sentir má s mierda.
La miro, trato de sonreı́r de una manera que la haga sentir bien.
"Sı́." Me encojo de hombros de nuevo. “Solo por un segundo—”
Ella pregunta, barbilla en mano. "¿Hablaste?"
“Sip…” Tomo un trago de café malo y luego asiento. "Un poquito.
Nada mayor."
Eso es mentira y lo sé porque esa pequeñ a conversació n con Parks
fue lo má s emocionante que he hecho en los ú ltimos diez meses y se
trataba literalmente del color pú rpura.
Jordan aprieta la mandı́bula distraı́damente.
"Se va", le recuerdo, injo que el pensamiento no se siente como una
entrada.
"Derecha." Ella golpea su mano. "Y no es como si la fueras a ver de
nuevo..."
Entrecierro los ojos incó modamente. “En realidad, probablemente la
veremos un poco durante las pró ximas dos semanas. Como... en lo de
Christian en unos dı́as.
ella suspira "Excelente."
Me rasco la nuca. “Todos tenemos los mismos amigos—”
Jordá n niega con la cabeza. "Sı́, pero ella se fue-"
"Sı́, porque me follé a su mejor amiga".
Ella se mueve, incó moda.
No sé si es porque soy un in iel o porque estoy defendiendo a mi ex
novia.
Las dos opciones son una mierda.
“Tambié n,” digo y luego hago una mueca un poco. Ella me da una
mirada oscura. Golondrinas. "Me voy a encontrar con ella".
"¿Qué ?" Ella parpadea. "¿Por qué ?"
Bonitos ojos. Azul loco.
Me encojo de hombros. “Porque lo necesito.”
"¿Pero por qué ?"
Jordan... Niego con la cabeza. Parks y yo hemos sido amigos desde
que tenı́a seis añ os. Y estuvimos juntos durante... ¿cuá ntos añ os? Me
encojo de hombros. Y yo la he lastimado má s que nadie. Necesito
hablarle."
Ella cruza los brazos sobre su pecho. "¿Qué pasa?"
“Solo tenemos que arreglar nuestra mierda”.
"¿Tienes mierda?" Ella parpadea, pospuesta. "¿Qué mierda?"
La miro, molesto. Má s molesto de lo que pretendo estar. “Por
supuesto que tenemos mierda”.
Ella respira por la nariz, mira ijamente su plato. Ensalada de frutas.
Parks nunca ordenarı́a eso. Demasiadas cosas tocá ndose entre sı́.
Ella suspira despué s de unos segundos. "¿Tienes que?"
Asiento con la cabeza. "Sı́ lo hago."
Sus ojos pinchan. "¿Pensé que se iba?"
“Primera semana de diciembre.”
Ese es otro globo ocular de ella. Justi icado, supongo. "¿Conoces los
detalles de su vuelo ahora?"
Sı́.
Hago una mueca.
Lo hago, pero no por una razó n que pueda explicarle.
Y sabes qué , lo siento por ella. Jordá n, quiero decir. Ella está en el
ú ltimo pie aquı́. Todas las chicas está n a la defensiva cuando se trata de
mı́ y de Parks.
“¿Por qué vendrı́a ella a lo de Christian? ¿Pensé que no habı́a hablado
con Jonah en un añ o?
"Ella no lo ha hecho". Me froto las sienes sin darme cuenta. “Pero
Christian y ella son cercanos”.
Me preparo para la mueca que mi cara naturalmente quiere hacer,
aunque sé que ahora es diferente y no tengo una maldita pierna sobre
la que pararme.
Su cercanı́a, en contexto, sigue siendo una patada en el pene.
A veces la visita con Henry me encojo de hombros.
Borré Instagram cada vez que se fueron. Má s seguro de esa manera.
"Sı́, pero é l es tu mejor amigo". Suena molesta para mı́, lo cual es
dulce de su parte, supongo.
"Sı́—" suspiro, empujando mis manos a travé s de mi cabello. “Pero é l
era de ella primero”. Le doy una sonrisa rá pida. No sé por qué la estoy
defendiendo, por costumbre, supongo. “Ella y los niñ os estaban en la
misma clase desde la guarderı́a”.
"Vaya." Ella asiente pero no lo entiende. No es su culpa. Jordan no nos
vio crecer como lo hizo el resto de Londres, todos en los bolsillos de los
demá s y esa mierda.
Parks y su familia han estado en los perió dicos desde que era
pequeñ a. Viene con el territorio con lo que hacen sus padres, supongo.
Para mı́ y los chicos no empezó hasta má s tarde, pero empezó . Y
siempre ha tenido sus trampas. Hay un montó n de mierda que decir
sobre ser observado de una forma u otra todo el tiempo, pero una de
las partes redentoras (por lo general) es que no tengo que explicar
mucho. La gente simplemente sabe.
Pero Jordan no es de aquı́. Creció en un rancho de caballos en el
interior. Del dinero tambié n, pero no del dinero como nosotros. Y ahı́ es
diferente, con las pá ginas de sociedad y esa mierda. Ası́ que ella dice, de
todos modos. La gente puede saber quié n eres allı́, pero no es
australiano, ası́ que a nadie le importa.
Jordan no nos ha visto a mı́ ya Parks juntos, no entiende la conexió n
que tenemos... Desearı́a poder decir eso en tiempo pasado, pero la
boda me mostró que no puedo.
Ası́ que esto, aquı́ y ahora, Jordan todo raro que Parks sea cercano a
mis amigos, raro que yo y Parks todavı́a tengamos mierda entre
nosotros, es solo una fractura de entendimiento, eso es todo.
Sin embargo, Jordan fue a un internado, por lo que probablemente
podrı́a haber propagado su propia experiencia si le diera un golpe, pero
supongo que entiendo por qué no quiere hacerlo. Ser la chica con la que
estoy que no es Magnolia Parks tiene que ser un trago amargo.
Jordan traga, luciendo nervioso de nuevo. "¿Es ella agradable?"
Se siente como una trampa. Rasca mi cuello otra vez.
—Depende —olfateo.
Su rostro parpadea. "¿En que?"
Golpeo mi puñ o distraı́damente sobre la mesa. "No con iarı́a en que
ustedes dos sean los mejores amigos, Jords".
“No quiero ser su amiga”, dice con el ceñ o fruncido. "Ella te lastimó ".
Asiento con la cabeza y le lanzo una pequeñ a sonrisa agradecida.
"La lastimé primero", le recuerdo.
Ella se encoge de hombros. "Sı́, bueno, ella y yo no vamos a dormir
juntos, ası́ que es má s difı́cil que me importe una mierda".
SEIS

BJ

Jonah se está cagando por ver a Parks.


Cagá ndose a sı́ mismo.
Me envió mensajes de texto toda la mañ ana.
Ella lo tomó a sabiendas. No ha hablado con é l desde entonces. El
intentó . La llamé , le escribı́, incluso volé una vez.
Ella no lo verı́a.
Es una persona con la que es difı́cil estar en la cuerda loja.
Hay algo en Magnolia, es tan molesto como fascinante, incluso
cuando la odias, incluso cuando está siendo la idiota má s grande del
mundo, quieres estar en sus buenos libros.
Como si hubiera algo sagrado en estar bajo su luz o alguna mierda.
Jo y yo hemos estado en las sombras desde diciembre pasado y é l
está preocupado porque ella esté en el almuerzo.
Inauguració n del bar de Christian hoy: Verona. Verano italiano
durante todo el añ o, ası́ es como se supone que debe sentirse. Box Set,
menos los dos con los que ninguno de nosotros habla má s, ademá s de
Taura y Jordan, ası́ que ¿seguimos siendo Box Set?
Jordan tarda una eternidad en prepararse esta mañ ana y sé que es
porque Parks estará allı́.
Lleva un vestido con cuello blanco y negro que compró en Balmain y
sé que le encanta.
Sié ntete triste porque lo lleva puesto. No sé por qué .
Su vestimenta para impresionar a una chica que nunca conoció
gracias a mı́. Está jodido, pero yo tambié n lo hago. Usar una chaqueta
de mezclilla de Balmain que creo que a Parks le gustarı́a.
Tomo la mano de Jordan cuando llegamos. Dedos entrelazados.
Verdadera mierda de pareja.
Los chicos miran hacia arriba.
“Oye”, sonrı́e Jonah, besa a Jordan en la mejilla, me da una palmada
en el brazo, me abraza mientras susurra, “todavı́a no ha llegado”.
No sé si lo susurra para mı́ o para é l.
Pongo los ojos en blanco, luego miro de é l a Henry.
"¿Dó nde está Tauro?"
Nunca se sabe a quié n preguntar. Situació n bastante estresante en
estos dı́as: tanto Henry como Jo actú an como si no lo fuera, pero lo es.
Ambos está n durmiendo con ella. A ambos les gusta (má s que gustar,
en mi opinió n) ella. Y a ella le gustan los dos. Es un maldito desastre.
La mayor parte de ese lı́o está bajo la super icie, al acecho. Aparece
cuando uno de ellos se enoja o ella abiertamente favorece a uno sobre
el otro en pú blico, pero hace todo lo posible para no hacerlo.
“Viene con Parks”, me dice Henry.
"¿Dijiste que Parks está aquı́?" Jonah gira la cabeza, buscá ndola como
un maldito manı́aco.
"Cá lmate, hombre". Le doy una mirada.
Pone los ojos en blanco, continú a enloqueciendo.
Le frunzo el ceñ o. "¿Que pasa contigo?"
No sé por qué digo eso, sé lo que le pasa.
He estado allı́.
Es el peor sentimiento. Cuando ella no está hablando contigo, es
como vivir en la sombra.
Ha estado viviendo fuera de la luz del sol durante un añ o.
Pero ú nete al maldito club, amigo.
“No lo complazcas”, le digo y tambié n un poco a mı́ mismo.
“Beej, hombre—” Jo niega con la cabeza hacia mı́.
"¡A sido un añ o!" Yo le digo.
"Sı́." Se encoge de hombros. “Y ella todavı́a no me habla por eso”.
Pongo los ojos en blanco.
"Y está bien", se encoge de hombros de nuevo, "en el esquema,
pistola en mi cabeza, eres mi chico, lo harı́a de nuevo, pero... no habı́a
una pistola en mi cabeza y aun ası́ lo hice". entonces ella me odia por
eso”.
Le frunzo el ceñ o. Sin embargo, sié ntete triste por é l. Sié ntete un
poco responsable. Se encoge de hombros como si no pudiera evitarlo.
“Ella ha sido una de mis mejores amigas desde que yo tenı́a ¿cuá ntos
quince añ os?” Me mira con pena, como si estuviera siendo un mal
amigo para mı́ al querer arreglar las cosas con ella. Golpea su mano en
el aire. “Ademá s, sabes có mo es ella cuando está enojada…”
Pongo los ojos en blanco. "Estoy familiarizado, sı́".
El me da una mirada severa. Jodidamente aterrador.
"Eres un jefe de pandillas", le recuerdo.
Jonah se encoge de hombros pero no exactamente indiferente. “No
es mi té rmino favorito, pero seguro”.
"Un capo de la pandilla", repito. "Solo quiero que pienses en eso por
un minuto".
El asiente.
“Y quiero que pienses en lo agradecido que está s de que yo sea el jefe
de la pandilla y no ella”. Deja caer la barbilla, levanta las cejas. “Imagine
Londres si fuera Magnolia quien gobernara con mano de hierro”.
Respiro, divertida. “¿Y con qué clase de puñ o gobiernas?”
Christian camina detrá s de nosotros. "¿En comparació n con ella?" El
relojes a su hermano. “Aluminio, en el mejor de los casos”.
abrazo a cristian “Buena participació n, hombre—”
"Sı́." El sonrı́e, complacido.
Está aquı́ con Vanna.
Se inclina, me besa en la mejilla, ignora a mi novia.
“Vans, te acuerdas de Jordan”. Le doy un poco de mirada. "Mi novia."
Jordan le sonrı́e.
"Por supuesto." Vanna le devuelve la sonrisa solo con la boca. “Me
encanta el vestido.”
Y luego hay una onda a travé s de la barra como cuando el viento
golpea la hierba en un campo y se dispersa sobre ella, en forma de
abanico.
Sé que ella está aquı́ antes de saber que está aquı́ porque puedo
sentir que todos los ojos está n sobre mı́. Miro hacia ella porque siento
que serı́a má s raro no hacerlo.
Ella está en este mini top de tartá n rojo y blanco con una pajarita
negra, un abrigo negro, un lazo verde en el pelo y estas botas negras
que hacen que sus piernas se vean estú pidamente largas. Ella es tan
jodidamente caliente que quiero besarme a mı́ mismo.
Es tan Magnolia, todo al respecto. Si me dejo tomar por sorpresa
aquı́, creo que podrı́a ahogarme.
Parks salta hacia Christian, salta a sus brazos y se envuelve alrededor
de é l como un jodido oso koala.
Ya no le gusta ella, está con Vanna, pero aun ası́ miro hacia otro lado.
Jordan está como congelado. Está viendo a Parks como ves la
gimnasia olı́mpica: un poco de asombro y este miedo subyacente de
que algo está a punto de romperse. Aprieto su mano. Ella me mira,
muestra una sonrisa agradecida.
Parks besa a mi hermano en la mejilla y luego sus ojos se posan en
mı́.
Pasan de mı́ a Jordan.
Sus ojos se quedan en Jordan demasiado tiempo para que sea
có modo. Leyé ndola, observá ndola, absorbié ndola. Honestamente, no
sé qué esperar.
Conocı́ a los nuevos novios de Magnolia miles de millones de veces,
pero nunca antes habı́a tenido una novia. Nuevo territorio para todos
nosotros.
Mierda. Esto podrı́a salir mal.
Magnolia extiende su mano hacia Jordan y, boom, sonrisa de
megavatios.
"Tú debes ser Jordan". Ella inclina la cabeza, sonriendo. Como si ella
tambié n lo dijera en serio. "Es tan maravilloso conocerte".
La mandı́bula de Jordan se abre. Tambié n el mio.
"Tú tambié n." Jordan frunce el ceñ o un poco, confundido. Se
contiene, corrige su rostro, fuerza una sonrisa. "B-bienvenido a casa",
tartamudea Jordan.
Magnolia niega con la cabeza a Jordan como si estuviera haciendo el
tonto.
“No estoy en casa, de verdad. Só lo por un minuto—” Luego le da otra
cá lida sonrisa. "Pero gracias."
Ella se vuelve hacia mı́.
“Ella es hermosa, Beej, bien hecho”. Se inclina. Golpea mi mejilla con
la suya. Y ahı́ es cuando lo siento en ella: la mentira. Es mentira. Odia
ese tipo de besos. son falsos Su mamá los hace. La vuelve loca.
Magnolia se aleja de mı́, sus ojos ijos en los mı́os. "Ella es una
guardiana".
No sé por qué se siente como una bofetada, pero lo hace.
Y luego se aleja de mı́ y se coloca entre Taura y Jonah, que resulta que
está justo enfrente de mı́. Sin embargo, no me mira a mı́, mira a Jonah.
El le da una gran sonrisa nerviosa.
"Si no es el peor amigo que he conocido". Ella le da una sonrisa
cortante.
“… ¿No serı́a eso Paili?” pregunta Taura, asomando la cabeza, y
Magnolia gira la cabeza en su direcció n, frunciendo el ceñ o.
“Lo siento, lo siento…” Taura niega con la cabeza y me mira, haciendo
una mueca.
Parks mira a Jonah, sus ojos lo recorren de arriba abajo. “Y no está s
usando todo negro—” Ella mira sus pantalones blancos. "¿Qué ha
pasado?"
Siempre quisiste que diversi icara mi guardarropa. El le da una
sonrisa esperanzada y ella lo recibe con los ojos entrecerrados.
"Lo siento", dice Jo. El lo dice en serio.
Magnolia cruza los brazos sobre su pecho. "Deberı́a pensarlo."
El deja escapar una risa cansada, un poco de alivio mezclado allı́
tambié n.
"¿Qué puedo hacer, Parques?" El inclina la cabeza hacia ella. “Para
compensarte…”
“¿-oh Torino?” dice Jordan y de repente me doy cuenta de que me
está hablando a mı́ y no he oı́do nada.
Mierda.
Niego con la cabeza, aclará ndome. "Lo siento, Jords, ¿qué ?"
Ella frunce el ceñ o. “¿Qué hay en un Milano Torino? ¿Has tenido uno?
“Um—” trato de pensar. Concé ntrate en mi novia, no en lo que Parks
le está diciendo a Jonah. "No sé . He tenido uno, sı́—”
Sus hombros se desploman un poco, molesto. "¿Crees que me
gustarı́a?"
Arrugo la frente. Que pasa con migo. "Em-"
“Es Campari y vermú dulce”, le dice Magnolia con una mirada.
"Agridulce. Personalmente, creo que es asqueroso”.
"Vaya." Jordá n asiente. "Gracias."
Magnolia se vuelve hacia Jonah y siguen hablando, y yo me inclino
hacia Jordan. Obligarme a concentrarme.
La mesera pregunta por mi pedido.
Negroni.
Parks llama mi atenció n, divertido. Tal vez aliviado de que algo no
haya cambiado.
"¿Y usted, señ orita?" la camarera le pregunta a Jordan.
“Un Milano Torino.”
Los ojos de Magnolia vuelven rá pidamente a los mı́os y captan.
Lamo una sonrisa divertida.
Jordan ve, me mira un poco.
Y luego una sombra se proyecta sobre nuestra mesa.
Miro hacia arriba.
Juliá n Haites.
Le sonrı́o para saludarlo, pero ni siquiera se da cuenta de que estoy
allı́. Sus ojos está n ijos en Parks.
"Oh, mierda...", dice, mirá ndola mientras ella lo mira. “Aquı́ hay
problemas…”
Su boca cae en una sonrisa encantada.
El le da un pequeñ o ceñ o fruncido. “Vamos, levá ntate y aprié tame”.
Ella salta a sus brazos y sé que al menos un poco es para mostrar.
Tratando de desviar mi brazo alrededor de mi novia saltando a los
brazos de otro hombre con una maldita chaqueta de cuero.
Parques antiguos.
Julian la está tocando como siempre lo ha intentado. Siempre le ha
gustado su atenció n, incluso cuando está bamos juntos.
No puedo culparla por eso, supongo, é l es ese tipo de persona. Nunca
me molestó antes porque sabı́a que no signi icaba nada y ella nunca.
Ella todavı́a nunca ahora, lo sé . Es un maldito capo de una pandilla,
pero aun ası́...
Mirá ndolo aquı́, quiero golpear una maldita pared porque sus manos
caen sobre ella de una manera que antes la habrı́a asustado, pero ahora
solo lo deja sentir su camino por su cuerpo, juguetona y mierda, y me
pregunto de cuá ntas maneras nuevas. York ha cambiado de parques y
si todos me van a dar ganas de morir.
El la planta de espaldas en el suelo, le sonrı́e.
"¿Có mo está Nueva York?"
Ella toma aire y le sonrı́e. “Tiene sus ventajas”. Parpadea.
¿Por qué mi estó mago se siente como un barco que se hunde?
"¿Có mo qué ?" Levanta una ceja, mira má s allá de ella hacia Ed
Bancroft y la chica con la que está , sentados junto a Taura.
Levanta la barbilla hacia ellos, sin decir palabra, dicié ndoles que se
muevan.
Ellas hacen. Rá pidamente. Eso la impresiona. Puedo verlo rodar por
su cara.
Le gusta sentirse poderosa. El es poderoso.
Juliá n se sienta. Atrae a Parks a su lado.
Aparto la mirada, me siento un poco molesto.
“Como si a los paparazzi de Nueva York no les importara una
mierda…”, comienza.
No puedo mirarla, estoy mirando a Jordan, que me mira a mı́
mirá ndolos a ellos.
Me siento mareado.
Mierda.
Me inclino para besarla.
Ella me devuelve el beso má s de lo que necesita, pero estoy
agradecido por la distracció n.
“—carruajes tirados por caballos,” es donde vuelvo a sintonizar. “—
Mi completamente ridı́cula vecina, Lucı́a. 5ta Avenida. Central Park a
medianoche...
—¿Central Park a medianoche? Julian frunce el ceñ o y mis cejas se
bajan. "¿Tienes un deseo de muerte?"
Parks se rı́e como si nada, pero estoy enojado con ella por eso.
¿Por qué ella? Niego con la cabeza.
Lo molesto que estoy me hace volver a concentrarme en Jordan,
quien en este momento está siendo llevado socialmente por Jonah.
"¿Có mo es?" Asiento con la cabeza hacia su bebida.
Ella arruga un poco la cara. “Bastante asqueroso.”
Hago todo lo posible por no reı́rme, casi lo hago de todos modos, ası́
que la beso de nuevo.
Feliz de besarla de nuevo.
No solo porque es mi novia y estamos juntos, sino porque es un buen
recordatorio para mı́ de en qué deberı́a concentrarme.
Parks no se queda. Ella solo parlotea sobre todas las cosas que le
encantan de la puta Nueva York. Ha terminado con Londres. hecho
conmigo
Y eso está bien, porque ahora estoy con Jordan.
Tomo su mano, la aprieto.
Me inclino sobre la mesa para llamar la atenció n de Parks. Ella inge
que no se da cuenta de inmediato, pero sus ojos se dan por vencidos.
Le sonrı́o, entrecerrando los ojos. "Escuché que un sueñ o tuyo de
toda la vida se hizo realidad mientras estabas allı́..."
Ella sonrı́e. "¿Vagina humea con Gwyneth?"
Jordan se queda boquiabierto. "¿Gwyneth Paltrow?"
Magnolia apenas puede mantener la compostura, es tan engreı́da al
respecto.
Bufo una carcajada. "¿Todo lo que esperabas?"
Ella asiente una vez. "Y má s."
“¿Dijiste 'la vagina echa vapor'? ¿Con Gwyneth Paltrow? Julian se
entromete de nuevo.
"¿Con quié n má s harı́as eso?"
“¿Con quié n má s lo harı́a?” El enfatiza la I en esa oració n, luego
inclina la cabeza hacia mi ex novia.
Me voy a enfermar viendo có mo Parks se traga eso. Sus mejillas se
ponen rosadas. Mierda. ¿Quizá s ella está interesada en é l?
"¿De qué hablas cuando te vaporizan la vagina?" Juliá n pregunta con
curiosidad.
Pregunta justa, si soy honesto.
"Quiero decir, ¿de qué no hablas?" ella responde. “Ya está todo sobre
la mesa—”
"¿Está s en una mesa?" pregunta Jordá n.
Parks huele una carcajada y me llama la atenció n. "Lamento decir
que no te fue particularmente bien durante los monó logos de la
vagina".
Jordan deja escapar una pequeñ a risa y me encojo de hombros,
culpable. “No puedo imaginar que lo hubiera hecho”.
Jordan niega con la cabeza, mirando a Parks, ahora un poco
deslumbrada. "¿Có mo conoces a Gwyneth Paltrow?"
"Somos amigos nuevos". Magnolia se encoge de hombros
recatadamente, como si no hubiera sido una de sus principales
manifestaciones desde que tenı́a once añ os.
“Mi padre ha trabajado mucho con Chris a lo largo de los añ os, ası́
que siempre la he conocido, pero creo que se compadeció de mı́ porque
yo era un alma perdida allı́”.
"De nada." Le doy un asentimiento corté s que en su mayorı́a se
encuentra con una mirada divertida.
"Derecha." Ella me da una mirada simplista. "Gracias por eso."
Le saco la lengua.
Ella empuja la suya hacia atrá s.
Jordan me mira y no puedo leer su rostro. No es triste, pero es algo.
"¿Quié n es su papá ?" ella susurra.
“¿Cada buena canció n en los ú ltimos veinte añ os que se estrelló ?
Escribió aproximadamente la mitad de ellos”.
"Vaya." Ella frunce el ceñ o como si eso fuera algo molesto de
escuchar. Supongo que podrı́a ser, ası́ que tiro mi brazo alrededor de
ella otra vez y ella se inclina, besá ndome. Al inal del beso ella se
demora y puedo decir que intentará tener sexo má s tarde. Espero no
pensar en Parks.
"¿Escuché que escogiste golf en mi ausencia?" dice Magnolia,
sosteniendo mi mirada.
Asiento con la cabeza. "Sı́, sin que me detuvieras, he prosperado..."
"¿Te detuve?" Jordan pregunta, frunciendo el ceñ o entre nosotros.
Inclino mi cabeza en direcció n a Magnolia. “No tenı́a mucha
paciencia para eso”.
“Es un juego tan largo para tan poca recompensa”. Magnolia rueda
los ojos.
"2 millones de libras esterlinas en el bote no son calderilla".
“Oh—” Magnolia asiente sarcá sticamente. “¿Jugando el PGA ahora
estamos? Dios, debes ser bueno.
La miro con má s ternura de la que deberı́a, siento una vieja forma de
extrañ arla en mi pecho que desearı́a que simplemente muriera, pero
parece que no puede tomar su ú ltimo aliento. Cada vez que toma uno,
toma otro y otro, y nunca es un ú ltimo aliento. Amarla ası́ es una
especie de respiració n que se siente morir.
"Probablemente podrı́as ser mejor si quisieras serlo", le digo. No
deberı́a haberlo hecho porque fue un corte profundo. Los ojos de Park
giran. Se parece a la niñ a de cuatro añ os que tenı́a el dı́a que nos
conocimos hace veinte añ os y lo siento en mi pecho: viejas llamas que
nunca murieron de todos modos, del tipo que nunca han necesitado
avivar un dı́a en su vida. Las sujeciones sobre los hombros descienden
sobre mı́ y estoy encerrado.
Estoy en el viaje, lo quiera o no.
"Entonces, ¿cuá ndo regresas?" —pregunta Julian, señ alando con la
cabeza a Parks.
Me jode cuá nto se está enfocando en ella, pero es un hablador de
mierda, ası́ que sé que no signi ica nada.
Parks me mira, nuestros ojos se cruzan por menos de un segundo.
“Vuelo el 5 de diciembre”.
“Tal vez iré a visitarte”, le dice.
Devuelvo el resto de mi Negroni. Hago mi mejor esfuerzo para no
verlos.
Parks le sonrı́e con ojos juguetones.
"Deberı́as", le dice ella. Aunque ella no lo dice en serio.
“Creo que podrı́as hacerme pasar un buen rato”, le dice, sonriendo.
Magnolia bebe su martini de un trago. "Oh, no creo que puedas
seguir el ritmo".
Julian deja escapar una risa desagradable, y he terminado ahora.
El timó n del barco se sale de control y ¿por qué diablos cuando
Magnolia Parks está en mi vida soy todo acertijos y metá foras
ná uticas?
Me inclino hacia Jordan, inclino la cabeza hacia la puerta y susurro:
“Salgamos de aquı́”.
Ella asiente, lista. “Encantada de conocerte”, le dice a Parks.
Magnolia la mira por un par de segundos. "Si tu tambien."
“Nos vemos, Parks”. Asiento con la cabeza hacia ella.
Jordan camina hacia la puerta.
—Te enviaré un mensaje de texto —le digo a Parks.
Ella me da un pequeñ o guiñ o y luego me voy.
parques
23:56

Oye

Es BJ.

Lo supuse.

La ú nica persona en el planeta que me saluda con 'oi' y vive para contarlo.

Ja

Juliá n Haites oye?

Nada de qué preocuparse, Ballentine...

Ja.

¿Sigues interesado en esa charla?

Sı́ :)

Mañ ana bien?

Por supuesto

¿Dó nde?

Dunstan?

4?

Está bien x

X
SIETE

Magnolia

“Julian Haites no podı́a tener su iciente de ti”, dice Taura en la edició n


de Vogue de este mes , en la que su nariz está enterrada.
Ella y mi hermana está n acostadas en mi cama mientras reviso toda
la ropa que dejé aquı́ para ver si hay algo que valga la pena traer
conmigo. Mi vestido rosa. Esto probablemente deberı́a estar en una
bó veda, no en mi armario. Es demasiado importante.
"El es simplemente amistoso". Le doy una mirada.
“No, no lo es”, aclara Bridget. “Solo tienes piernas largas. Y cree que
eres tú quien se escapó .
me burlo "Yo no soy."
"Son tambié n." Taura levanta la vista. —Daisy me lo dijo.
La miro, curiosa. Aunque yo nunca irı́a allı́. Con Julian siempre supe
que podı́a, pero tambié n que no podı́a.
Por un lado, BJ estarı́a tan enojado. Y dos, es peligroso.
Aunque guapo. Como, dolorosamente ası́.
Ojos azul oscuro. Rubio muy oscuro, cabello casi castañ o. Barba
desaliñ ada. Cejas muy serias: el tipo de hombre que tomas dos veces.
Aparentemente, es el hombre má s peligroso de todas las
habitaciones, por lo que lo tomarı́as dos veces de todos modos por
temor a perder tu vida, pero lo harı́as principalmente porque es
hermoso.
Taura me está mirando de cerca. Sus ojos se pellizcan, divertidos.
"El es una repisa en el saco", me dice.
Bridget niega con la cabeza rotundamente. “Magnolia, ni siquiera
pienses en eso—”
Pongo los ojos en blanco. "No soy."
“Sin embargo, lo es”, insiste Taura.
Los ojos de Bridget se pellizcan. "Bueno, entonces, ¿qué tan bueno?"
Taura la mira. "Bueno."
“¿Qué lo hace tan bueno?” Me acomodo en el borde de mi cama.
"No sé ." Ella se encoge de hombros. "¿El es simplemente bueno?"
"¿Mejor que BJ?" Bridget pregunta entrometida.
Ambos me miran, Taura con cierta incomodidad y remordimiento,
Bridge con la molesta indiferencia que solo un hermano puede mostrar.
“A la par”, considera Taura. "Probablemente mejor, un poco".
Eso me sorprende porque BJ es... BJ. Todo en é l rezuma atractivo
sexual. Accidentalmente está sacando los pantalones de todo el mundo
en todo momento, es prá cticamente una fá bula.
Presiono mis manos en mis mejillas distraı́damente.
Estoy nervioso por reunirme con BJ, no sé por qué . Pensarı́as que
querrı́a esto… el 'perdó n' que asumo que estoy recibiendo. Para é l,
limpiar el aire, hacerlo mejor.
Lo hago, pero me pone nervioso porque de cualquier manera,
signi ica algo.
O está limpiando el aire porque sigue adelante y ası́ es como lo
haces, o está limpiando el aire para seguir adelante, é l y yo.
Creo que podrı́a decirme que todavı́a me ama...
¿Derecha? Seguramente. Despué s de có mo me estaba mirando en el
lanzamiento del bar de Christian, sabı́a que lo estaba. Fui su ojo
favorito durante toda la tarde.
Me sentı́ drogado por eso. Echaba de menos la sensació n de ser su
centro. No hay nada igual en el mundo, esa es mi conclusió n en este
punto. Y puedo estar enojada con é l, puedo sentirme herida por é l,
puedo tener miedo de é l, e incluso con todo eso todavı́a, puedo querer
toda su atenció n.
que hago
Todo ello. Quiero toda su atenció n, todo su tiempo, todos sus ojos
errantes y sus labios mordidos. No quiero compartir esas cosas con
esa chica australiana, las quiero todas.
Me pregunto si nos besaremos.
¿Me besarı́a? ¿Lo dejarı́a? Por supuesto que lo dejarı́a. Odio eso de mı́
un poco, pero lo harı́a.
Las mariposas en mi estó mago ante la idea de estar en algú n lugar a
solas con é l, estar en casa de Dunstan con é l, son de un tamañ o
prehistó rico. Como murcié lagos volando por ahı́. Enfermos de
nerviosismo y nerviosismo.
“¿Nervioso por lo de mañ ana?” Bridget pregunta mientras sostengo
la ropa contra mi cuerpo, decidiendo qué ponerme cuando lo vea. Estoy
en mi cabeza al respecto, porque de cualquier manera quiero
lastimarlo cuando me vea. Si me deja para siempre, quiero que me
recuerde perfectamente, y si empieza de nuevo, quiero que tambié n
me recuerde perfectamente.
Abrigo de tartá n verde oscuro y azul marino de Botonadura sencilla
de Miu Miu, probablemente el Intarsia-Knit azul marino, una especie de
polo blanco debajo... una minifalda blanca plisada. El de Habitos
Recreativos, creo. ¿Quizá s unos zapatos Horsebit negros de Gucci?
Taló n medio probablemente. Ya es mucho má s alto que yo, pero me
gusta má s cuando se siente como una torre.
Supongo que siempre me supera de una forma u otra. ¿Eso es algo
bueno?
Miro a mi hermana y niego con la cabeza como si estuviera loca, pero
creo que sabe que estoy mintiendo.
“No, me siento bien, en realidad estoy deseando que llegue”. Me
encojo de hombros alegremente.
Tauro sonrı́e. "Apuesto que lo eres."
OCHO

BJ

He pensado en lo que le dirı́a mil veces.


Estoy nervioso como la mierda.
Necesitaba decı́rselo durante demasiado tiempo, deberı́a habé rselo
dicho hace mucho tiempo, probablemente.
Ahora es má s para ella que para mı́.
Estoy bien.
Hablé mucho sobre todo esto con Claire, la psicó loga a la que he
estado viendo desde las diez sesiones anó nimas.
Ella piensa que es una parte importante de mı́ seguir adelante,
contá rselo a Parks, pero me preocupa. Por un montó n de razones.
Algunos egoı́stas, otros no.
No quiero que piense en mı́ de manera diferente, que quiera
conservar lo que queda de mı́ en el pedestal de su mente, pero creo que
necesita saberlo.
Está de pie bajo nuestro arco, apoyada en la piedra caliza.
Gran abrigo de cuadros escoceses, faldita blanca corta debajo,
tacones negros, calcetines blancos.
Pasa por mi mente como una nube de tormenta có mo en otra vida
podrı́a haberme acercado a ella, deslizar mi mano detrá s de su cabeza y
besarla realmente bien contra la pared.
Pero en esta vida solo le doy un pequeñ o asentimiento.
"Oye." Modero la sonrisa que quiero regalarle.
Se ve nerviosa, retorcié ndose las manos como una toalla mojada.
"Hola."
“Buen abrigo”, le digo.
"El tuyo tambié n", dice con ojos tı́midos.
Arqueo una ceja juguetonamente. "¿Qué es?"
Sin perder el ritmo, "La cazadora gigante Damier Laces es Louis
Vuitton, obviamente". Ella asiente.
¿Y los vaqueros?
Ella me mira con los ojos entrecerrados por un segundo, da un paso
má s cerca, desliza su dedo a travé s de un lazo del cinturó n y me hace
girar una vez. "Estudios de acné ".
Dejo escapar una sola risa y me acerco a ella.
"Todavı́a lo tiene..."
Ella me mira, sonriendo un poco.
"Oye". Asiento con la cabeza hacia ella, frunciendo el ceñ o un poco.
"¿De verdad vas a Central Park a medianoche?"
Ella baja los ojos como si supiera que está a punto de meterse en
problemas. Mira hacia los jardines en su lugar. "Solo a veces."
Respiro por la nariz. "¿Por qué ?"
Ella se encoge de hombros. "Esta calmado."
Le doy una mirada. "Es peligroso."
Ella me mira desa iante durante unos segundos. “Solo de una manera
obvia”.
Niego con la cabeza, molesto. "¿De qué mierda está s hablando?"
Ella me da un pequeñ o e indiferente encogimiento de hombros y
mira hacia otro lado. "Despué s de lo que pasó contigo y Paili, ya nada
me da miedo".
Dejo caer la cabeza, dejo salir el aire de mis pulmones.
Parece que me hirió .
Hice un poco.
Muerdo mi labio inferior, la miro.
"Derecha. Entonces sobre eso…”
Ella se pone nerviosa de nuevo. La tomo de la muñ eca, la tiro hacia el
banco en el que siempre nos sentá bamos cuando é ramos niñ os, y nos
sentamos.
Tengo que decirte algo... Trago saliva. "Y va a ser difı́cil para ti
escuchar, pero necesito que sepas que estoy bien ahora..."
Ella frunce el ceñ o. "¿De acuerdo?"
Tomo aire, me tranquilizo.
“Cuando tenı́a catorce añ os sucedió algo”.
Era el decimoctavo cumpleañ os de Jemima. Mi hermana siempre ha
sido bastante mansa, pero algunos de sus amigos pueden ser salvajes.
Salieron a bailar, volvieron a casa, nuestros padres no estaban.
Tenı́a una amiga, Sadie Zabala, sú per sexy, con ojos como de gato.
Pensé que era genial en esa forma de niñ a mayor. A veces jugaba al
FIFA conmigo y con Hen, nos robaba cervezas y esas cosas.
La noche del cumpleañ os de Jemima, entró en mi habitació n con una
botella de vodka, se sentó en mi cama.
Sı́rveme uno. La primera vez que bebı́ vodka, en realidad. Se sirvió
uno, luego yo otro.
Comenzó a verter dobles.
Realmente no sé despué s de eso.
Llegó un poco má s tarde, sin ropa. Ella estaba a mi lado, igual.
Solo mirá ndome, me dio una pequeñ a sonrisa orgullosa, pasó su
mano por mi cabello.
"Buen trabajo." Me besó en la mejilla, salió de mi cama y nunca volvió
a hablarme.
Parks parpadea mucho; su corazó n se rompe en sus ojos mientras le
cuento la historia.
“Beej…”, susurra en voz baja.
“Y no le dije nada a nadie”. Asiento para mı́ mismo. “Me quedé
callado, traté de olvidarlo. Pero la noche que me acosté con Paili, vi a la
persona que lo hizo por primera vez desde... Y yo solo... querı́a... ¿no
sentirme como me sentı́a? Me encojo de hombros y la miro.
Ella solo me está mirando. Ojos muy abiertos, boca cerrada con
fuerza.
Ella asiente.
“Querı́a sentirme en control. Necesario. Querı́a que me pasaran
cosas, no querı́a que me pasaran cosas a mı́, y entonces, sı́, la vi. Bajé las
escaleras, Pails me siguió , sucedió . Te dije. Entonces rompiste conmigo
y…
"Oh, Dios mı́o", susurra. Se ha puesto pá lida.
Toco su cara. "Está bien."
Ella niega con la cabeza. "No, no es."
Agacho la cabeza para mirarla a los ojos. "Todavı́a tengo má s que
decir, si me dejas".
Ella asiente, evitando mis ojos porque los suyos está n todos
hú medos ahora.
“Despué s de que rompimos, todo lo que podı́a hacer era sentir lo que
me pasó . Querı́a que desapareciera, y desaparecı́a cada vez que tenı́a
relaciones sexuales”. Mis ojos se apartan de los suyos, sintié ndome un
poco avergonzado, pero sus ojos no se inmutan, se quedan en mı́.
Me aclaro la garganta.
“Se convirtió en un mecanismo de supervivencia, supongo. Nunca se
trató de ti, Parks… Niego con la cabeza. "Alguna vez. Se trataba de mı́. Yo
tratando de lidiar, yo tratando de procesar. Y el añ o pasado, despué s
de... ya sabes, volvimos a estar juntos, inalmente, y luego, cuando te
fuiste, quiero decir, jodı́ mucho, hice lo que pensarı́as que harı́a. Salı́
demasiado de iesta, me perdı́ má s, y luego me crucé con Bridget una
vez, y ella estaba tan enojada conmigo… Me rı́o al pensar en eso.
Parks muestra una dé bil sonrisa.
"Me dijo que era un perdedor y un maldito idiota y que estaba tan
destrozado porque era tan brutal, pero ella tenı́a razó n y yo lo sabı́a".
Ambos nos reı́mos ahora. “Y luego estas sesiones de psicologı́a
prepagadas aparecieron en mi buzó n poco despué s…” Le doy una
pequeñ a sonrisa. "Ası́ que fui. Y ahora soy diferente”.
Tratando de serlo, de todos modos.
Se mira las manos y asiente.
La empujo con el codo, sin que sus ojos se ijen en mı́.
—Sigo siendo yo, Parks —le digo una vez que los encuentro. Son
redondos y temerosos. Má s triste de lo que quiero que esté n. Tal vez
má s triste de lo que nunca los he visto. “Sucedió antes de que
estuvié ramos juntos. La ú nica versió n de mı́ que alguna vez ha estado
contigo le pasó a é l—” Le doy un pequeñ o encogimiento de hombros.
"Simplemente no lo sabı́as".
"Lo siento mucho", susurra.
Niego con la cabeza hacia ella. "No tienes que arrepentirte".
"Sı́. YO-"
“Parks—” Aprieto su mano, sacudo mi cabeza hacia ella. “Te lo digo
porque sé por ti, el quié n y el por qué fueron grandes problemas, y no
pude decı́rtelo antes. Sabı́as quié n. Ahora sabes el por qué . Asiento una
vez antes de negar con la cabeza. “No estoy cambiando la culpa. Fue mi
culpa. Lo hice, lo jodı́. Paili no se acercó a mı́, yo me acerqué a ella, fui
yo”. Asiento con la cabeza. “Eso depende de mı́. Esa vez que te dije que
lo hice porque querı́a… Me encojo de hombros. “Fue lo má s cerca que
pude llegar a explicarlo. ¿No era que quisiera, sino que lo necesitaba?
Aprieto los labios, pensando. “Eso hizo que lo que pasó fuera menos
malo en mi cabeza, creo. Si quisiera tener sexo con otras personas, si
fuera en mis té rminos, bajo mi control, no lo sé . Nunca se trató de ti,
eso es todo lo que trato de decir. Solo querı́a que lo supieras.
Ella asiente rá pidamente, se frota la cara para secarse una lá grima.
Y entonces ella empieza a llorar. Me re iero a llorar llorar. Sollozos
apropiados. Hombros temblando, pecho agitado. Y no sé qué hacer
excepto ponerla en mi regazo.
Ella se acurruca en mı́. La gente podrı́a estar mirando, pero no me
importa. Lo triste que está porque me hace algo a mı́ o en mı́, cambia
parte del peso que he estado cargando o algo ası́, y rá pidamente me
doy cuenta de que deberı́a habé rselo dicho hace añ os.
Sé que no estaba listo entonces, Claire y yo hemos hablado de eso, y
no tiene sentido insistir en lo que deberı́a tener en la vida, pero puedo
decir que deberı́a haberlo hecho.
A Parks no le habrı́a importado, no me habrı́a mirado diferente, no se
habrı́a sentido diferente por mı́, podrı́a haberme gritado menos, en
todo caso.
Aunque no me hubiera gustado eso, me encanta cuando me grita.
Pero ella no me está gritando ahora.
Su cara está enterrada en mi cuello, sus manos está n cerradas en
puñ os, aferrá ndose al cuello de mi camisa.
Ella está llorando por mı́ de una manera que nunca he hecho por mı́
mismo y la amo por eso.
Muevo la cabeza para mirarla por un segundo.
Nuestros ojos atrapan. Los suyos son como cristales: el azul, el verde
y el gris ahora se iluminan con el rojo de sus lá grimas.
Quiero besarla, eso es lo que quiero hacer. Y ella se inclina, mirando
mi boca. Su pequeñ o pecho tomando respiraciones tambaleantes. Ella
tambié n quiere devolverme el beso, puedo verlo en ella. Nuestras
narices rozan y…
Recuerdo a Jordá n. Mierda. Jordá n.
Ası́ que me aclaro la garganta y eso saca a Parks de eso.
Ella retrocede re lexivamente, se aleja como si la hubiera
abofeteado, toma una extrañ a y tambaleante respiració n.
"Me tengo que ir", dice ella, ponié ndose de pie de repente, rozando
su rostro con ambas manos.
"¿Ir a donde?" Arrugo la frente.
Mira a su alrededor frené ticamente como si hubiera perdido algo,
pero no es ası́, solo yo, tal vez. "Al aeropuerto."
Frunzo el ceñ o má s. "¿Pensé que estarı́as aquı́ hasta la pró xima
semana?"
Asiento con la cabeza hacia la nada, pero ambos sabemos a lo que me
re iero.
"Um". Ella niega con la cabeza. "En Europa. Aqui no. Hasta entonces.
Salir de aquı́ ahora, pronto. Pronto, ahora… Está entrando en pá nico.
Tengo que empacar. Por donde voy. ¿Eres p... no vas a venir...? Ella niega
con la cabeza una vez.
Me pongo de pie, la alcanzo. Ella niega con la cabeza cuando la toco.
Yo suspiro. "¿Está s bien?"
"Por supuesto, sı́-" Ella está sacudiendo la cabeza, pasá ndose la
mano por el pelo. "No. Sı́. Esto esta bien. Estoy bien. Esto no cambia...
nada. Estamos... estamos bien. Ella asiente. "¿Estas bien?"
Asiento con cautela. "Sı́."
"Perfecto. Entonces... —Presiona una mano temblorosa en su boca—.
"Esto es-"
“Parques…” La alcanzo de nuevo.
Mi pecho se siente apretado.
Ella se aleja de mı́, tirando hacia atrá s como si mi toque la quemara.
Mierda. Deberı́a haberla besado.
“No, estoy bien, estoy bien. ¿Y a quié n le importa si estoy bien? Ella
se rı́e alegremente. “Nada de esto es sobre mı́. Estoy bien. Estoy tan
bien, Beej, solo que estoy tan… Suspira, se detiene en seco, su pecho
todavı́a palpitante. "Solo... desearı́a que me lo hubieras dicho".
Exhalo una vez, encogié ndome de hombros. “No sabı́a có mo”.
Ella asiente. Ella está llorando de nuevo.
La miro ijamente, meto las manos en los bolsillos y le hago la
pregunta que sé que no debo hacer, la pregunta que podrı́a deshacer
toda la mierda que he hecho tratando de seguir adelante.
"¿Hubiera cambiado algo?" Me aclaro la garganta. "¿Si supieras?"
Ella me devuelve la mirada; su respiració n es irregular. Creo que está
llorando má s de lo que se da cuenta. Nueva York la ha deshecho un
poco. Ella sin re inar o algo ası́, ¿o tal vez no?
Quizá s soy yo. Yo deshacié ndola, porque nos hacemos eso entre
nosotras.
No sé si eso es algo bueno o malo, pero ella es pura emoció n.
Ella no dice nada. Sus ojos no se mueven de mı́. Solo somos ella y yo
solos en el universo, como solı́a ser, como se supone que debe ser en
todas las vidas. Tal vez incluso este.
Sı́, es la respuesta.
No lo dice con la boca, pero lo tiene escrito por todas partes, por
todas partes.
Y luego se da vuelta y se va.
NUEVE

Magnolia

Me alejo de é l lo má s rá pido que puedo, echando a correr una vez que
estoy fuera de su lı́nea de visió n.
No puedo ver bien.
Creo que estoy teniendo un ataque de pá nico.
¿Qué hice?
¿Có mo pude haberlo dejado como lo dejé hace tantos añ os?
Una ola de ná useas me recorre y empujo a alguien para vomitar en
un cubo de basura.
No sé dó nde estoy cuando Gus me agarra por los hombros y frunce el
ceñ o.
"¿Magnolia?" Me sacude un poco. "¿Qué está s haciendo?"
"Nada." Parpadeo. "Estoy bien. No se trata de mı́, todo está bien…”
Me limpia la cara con las manos.
"¿Estas borracho?" Inclina la cabeza, mirando a su alrededor en
busca de pistas.
Niego con la cabeza.
"¿Tomado algo?"
"No." Miro hacia el pasado distante, mirando a travé s de todas las
formas en que nuestras vidas podrı́an ser diferentes si lo hubiera
sabido.
Entonces Gus me mete en su auto y estoy en casa.
Bridget y Taura está n sentadas en mi cama, esperá ndome, casi
esperando que entre con un anillo en el dedo, creo, o al menos con una
sonrisa. No puedo decir que los culpo. No estarı́a completamente fuera
de lugar que é l y yo despué s de estos ú ltimos añ os estemos juntos de
nuevo en un santiamé n sin pensarlo dos veces.
Hacié ndolo para siempre con é l por un capricho.
Erase una vez que estrictamente tenı́a que ser é l arrodillado en el
lugar má s bonito del mundo con una roca del tamañ o de la luna, y ahora
no sé có mo sucederı́a. Si pudiera…
Tal vez despué s de que retroceda contra la parte delantera de mi
auto y me arroje un diamante a la cabeza. Tal vez despué s de que me
abra de par en par para una cirugı́a de corazó n, me preguntará a travé s
de la anestesia.
Tal vez nunca.
Probablemente nunca porque nunca antes me habı́a besado. Nunca
me ha besado nunca en la existencia del tiempo.
Su pequeñ o pato de cabeza de mı́ habla un tesauro de callejones sin
salida y rechazos y ¿qué diablos me pasa?
¿Por qué estoy pensando en esto cuando me acaba de decir eso?
Mi pecho comienza a sentirse como si me estuviera ahogando de
nuevo. Mi respiració n se va.
Es por eso.
Porque no puedo pensar en eso. No puedo pensar en lo que le pasó ,
có mo lo dejé .
Los rostros de mi hermana y de Taura rá pidamente se desesperan
cuando Gus Waterhouse me guı́a a travé s de la puerta.
Bridget salta de la cama para abrazarme. La dejo pero no le devuelvo
el abrazo.
“La encontré vagando aturdida por Tower Hill”, les dice Gus.
"¿Qué sucedió ?" Bridget le pregunta.
Se encoge de hombros.
"¿Magnolia?" ella presiona
Niego con la cabeza.
Mi hermana frunce el ceñ o. "Dime."
"No quiero hablar de ello."
Taura me mira con incredulidad. "¿Qué te dijo?"
“Nada…” Niego con la cabeza. Una mentira obvia. Miro de ella a mi
hermana. "No puedo-"
Ambos asienten hacia mı́, apenas, luego intercambian miradas.
“Te haré un té …” Bridget se mueve hacia la puerta.
“No,” le digo y ella se detiene.
Su cabeza se inclina, triste por mı́. “Pondré un milló n de azú cares”.
“No quiero un té —”
Ella se para frente a mı́. "¿Entonces que quieres?"
"Quiero irme." les digo
"¿Dejar dó nde?" Gus frunce el ceñ o.
"Londres."
Bridget niega con la cabeza. “Magnolia, no puedes simplemente—”
"-Ahora." Sacudo la cabeza para silenciarla. "Necesito ir ahora. Le
dije que me iba de la ciudad, que tengo que irme”.
“Pero se supone que debes estar en casa por otra semana, no puedes
huir cada vez que sucede algo”.
“No me voy a escapar”. Niego con la cabeza. “Hemos terminado. No
hay nada de lo que huir”.
Mi hermana inclina la cabeza. “Magnolia, no es—”
“—Nos reservó un vuelo a Parı́s”, anuncia Taura con una mirada
entre nosotros despué s de levantar la vista de su telé fono. Es en tres
horas.
"¿Qué ?" Bridget frunce el ceñ o.
“Tengo trabajo”, nos dice Gus.
Trabajas para su padre. Taura pone los ojos en blanco. "Creo que
estará s bien". Ella me mira. "¿Deberı́a ir a casa y tomar una bolsa o
pre ieres que me quede aquı́?"
"Vete a casa. El aeropuerto está bien, te veré , estoy bien —le digo,
pero en realidad no le digo a ella, le digo a mi estanterı́a.
Ella me mira y entrecierra los ojos. "Me quedaré . Ve tú ”, le dice a Gus.
“20:00 en Heathrow. Nos encontraremos en el mostrador de BA.
Gus le frunce el ceñ o, un poco impresionado. "Muy mandó n".
"¿Derecha?" frunce el ceñ o Bridget.
"Grandes tetas, sin embargo", dice Gus, saliendo por mi puerta. "Te
veo en un rato."
Taurs mira a mi hermana. “¿Por qué está s parado aquı́? Continuar. Ve
a empacar. Ella empuja a Bridget hacia la puerta.
“Y cá mbiate”, grita detrá s de ella. “Nunca te dejará n entrar en
primera clase con esos pantalones de pijama”.
Bridget se mira a sı́ misma y luego vuelve a mirar a Taura, con el ceñ o
fruncido. "Estos son solo mis pantalones".
"Vaya." Taura hace una mueca. “Entonces no hagas las maletas. Te
compraremos un guardarropa nuevo en Parı́s.
BJ
11:33

¿Quié n sabe?

Nadie.

Solo tu.

De acuerdo

Probablemente tampoco quiero que nadie má s lo sepa.

Nadie va a.

Gracias x

¿Jordan lo sabe?

Solo tú , parques

Bueno.

lo siento mucho Beej

Lo siento mucho.

Estoy bien, parques.

Ahora estoy bien. X


DIEZ

BJ

“Se lo dije,” le digo a Claire.


Ella es buena. Mayor, emite un ambiente de mamá .
Aunque no sé si tiene hijos o no.
Ella es galesa, lleva aquı́ un tiempo, el tiempo su iciente para saber
quié n soy y qué somos, pero no se ha interpuesto en el camino. Util en
todo caso... menos para explicar.
Me sentı́ raro al principio, ir a ver a alguien. No habrı́a ido si no
hubiera adjuntado la nota.
O perderla para siempre. No iba a correr el riesgo. Me alegro de no
haberlo hecho.
"¿Acaso tú ?" Claire parece complacida. "¿Có mo se lo tomó ella?"
“Sı́…” Me lamo el labio inferior, niego con la cabeza. “Está
destrozada”.
Ella asiente pensativa. "Pensé que ella podrı́a ser".
“Lloré má s de lo que he visto…”
Ella frunce el ceñ o un poco. "¿Hizo ella?"
Asiento, juego con el anillo de cuarzo ahumado de Tom Wood. Parks
me lo consiguió hace un tiempo. Lo uso todo el tiempo todavı́a. Sobre
todo porque está enfermo. Un poco porque solo quiero.
“Creo que lo cambia todo”, le digo a Claire sin mirarla a los ojos.
Ella cruza las piernas hacia el otro lado.
"¿Magnolia dijo eso?"
Miro hacia arriba. "No."
Pero si. No en voz alta, pero aun ası́ sı́.
Tenemos todo un lenguaje entre nosotros en las cosas que no
decimos. No necesito que diga una maldita cosa para saber lo que
quiere decir.
Claire frunce la boca, pensando.
“Cuando viniste a mı́ al comienzo de tus sesiones, tu principal
prioridad era volverte lo su icientemente bueno para Magnolia.
¿Sientes que has llegado a ese lugar?”
Frunzo el ceñ o un poco ante la pregunta. “Creo que ya no le importa”.
"¿En realidad?" Ella inclina la cabeza.
"No." Me encojo de hombros. "Creo que ella podrı́a quererme de
cualquier manera-"
"¿Entonces ya no te importa?" Garabatea algo rá pidamente. "¿Porque
ella no parece?"
Pasa mis manos por mi cabello. "Eso no es lo que quiero decir."
Baja la mirada a su libreta y vuelve a mirarme a mı́. Piensa unos
segundos.
"¿Alguna vez te dijo que no eras lo su icientemente bueno para ella?"
"No."
"Entonces, ¿por qué lo piensas?"
"Porque no soy."
"¿Por qué ?"
Simplemente no soy... Me encojo de hombros, a la defensiva. “Si la
conocieras, lo entenderı́as”.
Ella asiente, deja el bolı́grafo.
“Ya hemos hablado de esto antes, BJ, pero hablemos de nuevo. ¿Có mo
está s de iniendo 'su icientemente bueno'?” Ella me da una larga
mirada. "¿Qué crees que eso signi ica para ella?"
"No sé ." Me encojo de hombros. “Simplemente siendo un buen tipo.
Con iable... y tratando de ser honorable y esa mierda.
Ella asiente. "¿Y crees que eres esas cosas?"
"Quizá s." Levanto mis hombros. “Estoy tratando de ser…”
"Bueno." Ella sonrı́e. "¿De qué manera lo está s intentando?"
Me lamo el labio inferior, miro hacia la esquina de la habitació n.
“Terminé con las drogas. Ya terminé de mentir, encubrir mierda. Soy
honesto acerca de có mo me siento, lo que quiero”.
Claire asiente. “Son todas cosas geniales”.
Vuelvo a mirarla. “Creo que tal vez deberı́a llamarlo con Jordan.
¿Volver a intentarlo con Parks?
"Hmm", dice ella.
No es un sonido alentador... aunque tampoco del todo desalentador.
Es observacional. Molesto en todo caso.
"¿Crees que eso serı́a lo má s honorable de hacer?" Sus cejas se
doblan. "¿Terminar las cosas con tu novia actual, bastante nueva,
porque tu ex novia está de vuelta en la ciudad por un breve tiempo?"
"No es ası́." Niego con la cabeza hacia ella por no entenderlo. “Jordan
y yo hemos estado saliendo por un mes—”
"-Lo sé ."
“Ni siquiera fue a propó sito”.
"Lo sé , pero decidiste seguir con eso de todos modos", me recuerda.
"Sı́, pero eso fue antes..."
"¿Antes que?"
Magnolia volvió es la respuesta, pero no se la voy a decir.
Parks y yo... suspiro. “Es una bestia diferente”.
"'Bestia' es una forma interesante de decirlo".
"¿Lo es?" Arrugo la frente.
"¿No es ası́?"
Me encojo de hombros. “Es salvaje, indomable. Algo asombroso. Algo
aterrador. Se esconde en tu armario, debajo de tu cama. Es má s grande
que tú , no puedes dejarlo atrá s…
Ella asiente. "Explı́came eso".
y no puedo Realmente no. No todo el camino, de todos modos.
No puedo explicar lo que necesito para que tenga sentido.
Sé que podrı́a decı́rselo porque es terapeuta, es su trabajo guardar
secretos. Pero dijimos que nunca lo harı́amos, ası́ que no lo haré .
Claire toma mi silencio como una oportunidad para zambullirse.
“Tú y Magnolia tienen un historial de tomar decisiones
codependientes, pero debes comenzar a tomar decisiones solo para ti
en funció n de la informació n que tienes a mano. Ahora mismo esa
informació n es: Magnolia vive en Nueva York. Ella se fue. Ella está
basada allı́ ahora. Tiene un vuelo desde Londres en una semana. Ella no
se queda aquı́. Siendo ese conocimiento la ú nica informació n concreta
que tienes, ¿todavı́a sientes que tomarı́as la decisió n de terminar con
Jordan?
"No sé ." Suspiro, me encojo un poco de hombros. "No, supongo, pero
¿no es una mierda de mı́?"
Ella sonrı́e, un poco divertida. "¿Por qué serı́a?"
“Porque todavı́a amo a Magnolia”.
"Por supuesto." Ella asiente.
"¿Pero está s diciendo que deberı́a quedarme con Jordan?"
"No estoy diciendo eso." Ella niega con la cabeza. "Sugiero que no
termines tu relació n actual por una anterior sin considerar realmente
todos los hechos".
La miro con los ojos entrecerrados. “Aunque todavı́a la amo”.
“Es posible que siempre la ames de alguna manera, BJ. Incluso si no
está n juntos”.
Pongo los ojos en blanco. “Bueno, joder—”
Claire se rı́e, inclina la cabeza y me mira con delicadeza.
“BJ, puedes amar a alguien y no dejar que te gobierne, que no dicte
cada uno de tus pensamientos y decisiones. Puedes amar a alguien y
aun ası́ conservar tu poder y autonomı́a. Puedes amar a alguien y hacer
que esté ahı́, una parte de ti, y aun ası́ tener una vida completamente
funcional… Hace una pausa y me mira largamente. “Incluso si es una
vida sin ellos”.
En realidad, no se parece mucho a ninguna vida que me interese.
ONCE

Magnolia

Lloré los primeros dı́as.


No salió de la habitació n del hotel.
Terrible compañ ı́a para Gus.
Segú n Bridget, cada uno deberı́a tener el suyo propio, que es algo que
declara en voz alta en el desayuno todas las mañ anas del viaje cuando
viene a desayunar a mi cama.
("Ustedes dos no son personas econó micas", nos dijo con un dedo
acusador. "Magnolia, literalmente te he visto sonarte la nariz con un
billete de £ 20". Fruncı́ el ceñ o. "Bueno, no lo hice". toma un pañ uelo…
Pero la verdad es que compartimos habitaciones porque no me gusta
estar sola.)
Nos alojamos en el Hô tel de Crillon. Mala elecció n por parte de Taura:
Beej y yo solı́amos venir aquı́ todo el tiempo.
Sin embargo, ella no lo sabrı́a, porque estaba demasiado ocupado
rehuyé ndola en ese momento por ser la chica con la que me engañ ó , lo
que nunca fue, y nada de eso importa ahora de todos modos, no a la luz
de todo.
Todos está n preocupados por mı́, puedo verlo en la forma en que se
mueven a mi alrededor. Có mo fruncen el ceñ o cuando me miran, có mo
mi hermana se hurga las uñ as sin pensar mientras está a mi lado.
No estoy hablando, no realmente. No comer, no comprar. Solo
durmiendo y bebiendo.
Sin embargo, el deseo de Taura se hizo realidad. Conmigo abajo para
el conteo, tuvo que llevar a Bridget a comprar todo ese guardarropa
nuevo como si fuera su propia muñ equita Barbie sarcá stica, renuente e
inobediente.
El hecho de que no aproveché la oportunidad de darle un cambio de
imagen a mi hermana tampoco aplaca las preocupaciones de nadie.
Pero no puedo evitarlo.
Mi mente está analizando los ú ltimos diez añ os, tratando de ver
alguna pista que podrı́a haber pasado por alto, cualquier forma en que
é l podrı́a haber tratado de decirme sin decirme que era demasiado
egoı́sta o demasiado estú pida para ver.
Pienso en la noche en que me engañ ó constantemente, y por primera
vez desde que sucedió , me duele. No por mı́, sino por é l.
¿Haber visto a la chica? La matarı́a. Si alguna vez la veo, le cortaré la
maldita garganta.
Pero si lo supiera, esa noche, si é l me lo hubiera dicho...
Creo que lo habrı́a entendido? Eso espero. Ahora lo entiendo, ası́ que
no sé por qué no lo habrı́a hecho entonces. Hubiera estado triste y aú n
me hubiera dolido, pero creo que lo habrı́a entendido, ¿tal vez?
O tal vez es solo que ahora lo entenderı́a en retrospectiva, despué s
de añ os de no entender, de no saber todos los hechos. Como si hubiera
estado tratando de armar un rompecabezas en la oscuridad.
Estoy de luto, absolutamente. Para é l. Para mi. Para nosotros.
No quiero hacerlo sobre mı́ porque no se trata de mı́, en absoluto, y
supongo que ese es un poco el punto. Porque pensé que era...
Me dijo que se acostó con otra persona porque querı́a, ¿sabes có mo
se siente eso? Pensar durante añ os que la persona a la que amabas má s
que a nada, en la que con iabas má s que nadie, hizo algo para
lastimarte, aunque sabı́a que te lastimarı́a, sin otra razó n que porque
querı́a hacerlo.
¿Sabes lo que te hace eso?
Te despoja, te hace sentir inseguro en el mundo, hace que los bordes
del amor se sientan agudos y peligrosos. Envenena todo lo bueno que
podrı́a venir a continuació n y borra todas las cosas que solı́an hacerte
feliz antes, porque es un tipo diferente de traició n cuando es una
decisió n consciente y coherente. Fue é l eligié ndolo a é l sobre mı́
porque querı́a.
He pensado en BJ follá ndose a Paili porque querı́a hacerlo casi a
diario desde que me fui a Nueva York. Era la parte que era
irreconciliable, la parte que sobresalı́a como un pulgar dolorido,
porque nada sobre BJ hasta ese momento me hizo creer que é l joderı́a
todo entre nosotros solo porque querı́a. Esa fue la parte má s difı́cil de
aceptar y, de hecho, creo que lo acepté . Despué s de que Tom y yo
inalmente terminá ramos correctamente, y comencé a tener citas
rá pidas con los chicos en Page Six. Creo que acepté que me lastimó solo
porque podı́a lastimarme, y de ahı́ en adelante solo dejé entrar a los
niñ os hasta cierto punto.
Eso es lo que pasó con Jack-Jack.
"¿Está s bien?" —pregunta Gus, recostá ndose en mi cama dos noches
antes de que nos vayamos.
Me acerco a é l, mi cara en blanco. Me acomodo el cá rdigan azul y lila
con cierre de botones y acabado texturizado de Dolce & Gabbana.
"No."
Sirve rosado y me lo da. "¿Quieres hablar de eso?"
"Sı́." Le dedico una dé bil sonrisa.
"De acuerdo." El asiente, sentá ndose. Niego con la cabeza. “—¿Pero
no puedes?”
Asiento una vez. El asiente de vuelta.
"¿Es malo?"
Frunzo la boca. "Muy."
"¿Está s bien? Como, ¿está s herido? aclara.
"Indirectamente."
El suspira, se estira y quita un poco de pelusa de mi polo corto
Cashmere in Love que tengo debajo.
"Lo siento." El hace una mueca. El lo dice en serio.
Mis ojos se vuelven llorosos de nuevo. "Yo tambié n."
Se frota la barbilla. “¿Podrı́as hablar sobre eso? ¿Có mo puedo
ayudar? Te ves como una mierda.
Olfateo una risa cansada.
"Realmente lo haces. Es raro." El niega con la cabeza. “Tan
antinatural. Lo odio. ¿Puedo cepillarte el pelo? Parece la cola de una
ardilla…
"Agosto." Lo golpeo con una almohada y se rı́e.
Me cambio de posició n, abrazando mis rodillas. “No puedes
preguntar por qué cuando digo lo que voy a decir—”
"De acuerdo." El asiente con cautela.
“Pero nunca debı́ haber roto con é l”. Mi voz se ahoga un poco.
Parpadea un par de veces. "¿A pesar de que te engañ ó ?"
Asiento con la cabeza solemnemente. "Aunque me engañ ó ".
Pienso en Clara England, lo que me dijo aquella noche en la cena con
Tom y sus padres…
Que hay cosas peores que hacer trampa.
Ella tenı́a razó n.
DOCE

BJ

Fuera a comer algo en Shack Fuyu con los Lads y J. Consigue las Yuzu
Margaritas, cré eme.
Se suponı́a que era una cita, pero le pedı́ a Jonah que viniera, lo que
se convirtió en la venida de Christian, lo que signi icaba que Hen
tambié n vendrı́a.
Simplemente no tenı́a ganas de tener una cita con mi novia a quien
siento que deberı́a dejar. Se siente falso. Quiero hacer lo correcto, no
solo por mı́, sino tambié n por ella.
Y Parques.
Muchas pelotas en el aire que no sé có mo atrapar, pero siento que
necesito romper un poco el romance, incluso si es solo por mi bien.
Dilú yelo con mis mejores amigos ruidosos que le quitan la ternura a
todo. Sin embargo, es una gran admiradora de ellos, piensa que son
divertidos. Está n. Sin embargo, no todos está n enojados con ella, si soy
honesto. No es culpa de ella, tampoco de ella.
Ella les gusta lo su iciente, no me malinterpreten, no podrı́a no
gustarles, es genial, caliente y tranquila; ella mira deportes, bebe
cerveza, come hamburguesas y esa mierda, y si Magnolia no fuera esta
presencia ominosa en el fondo de todas nuestras mentes, si no tuviera
estas locas expectativas de lealtad, creo que les gustarı́a má s Jordan .
Sin embargo, está feliz de irse temprano, a ellos no les gusta eso.
Siempre quiere llevarme a casa con ella.
“Ella te ha domesticado”, es lo que dice Jonah sobre ella.
Parks y Paili encajaron fá cilmente conmigo y con los chicos.
Probablemente porque crecimos juntas, pero Taura e incluso Daisy
encajaron perfectamente tambié n. Feliz de estar despierto toda la
noche, feliz de dormir todo el dı́a.
“Ya pasó nuestra hora de acostarnos”, declaró Jordan una vez a las 11
de la noche de un sá bado.
Christian estaba jodidamente horrorizado.
"¿Hora de acostarse?" se quedó boquiabierto. “¿Quié n crees que es?
¿Pequeñ o maldito Tim?
Solté una carcajada. Está bien, está bien. Me dio un manotazo. Le dije
que ahora me gustaba irme a dormir temprano.
“Porque nos levantamos para tomar un café a las 7 am”, le dijo Jordan
con una gran sonrisa.
Henry hizo una mueca por encima de su cabeza que ella no podı́a ver
y lo golpeé en el estó mago por eso, los dejé riendo.
Aunque es una mierda.
Odio esos café s de las 7 am y no solo porque está n en ese café de
mierda al lado de su casa, sino porque no me gusta irme a dormir
temprano. Ni ahora, ni nunca.
Ni siquiera me voy a dormir. Solo me acuesto allı́, en mi iPhone. Lee
un libro. Trate de no mirar fotos de mi ex novia en Internet.
Yo no hago eso ú ltimo. No me dejes.
Sin embargo, pienso en hacerlo la mayorı́a de los dı́as. Lucha contra
el impulso.
Las ganas han ganado los ú ltimos dı́as.
Se ve feliz en Nueva York.
Eso me asusta.
Parece haber encajado perfectamente con un grupo de personas que
pensarı́a que son muy divertidas.
Cenas con los Timberlake (Justin es un viejo amigo de su padre),
compras con la chica principal de Sex and the City. En los bares con la
chica ruidosa de los Juegos del Hambre.
Mierda.
Eso es lo que estaba pensando anoche una vez que Jordan se durmió
y yo estaba acostado en la cama mirando fotos de una chica que no es
ella. Que se ve bien, y quiero que lo esté , pero se ve bien sin mı́.
Mierda.
¿Dó nde está Taura? Jordan pregunta alegremente, dispersando su
mirada uniformemente entre Henry y Jonah para no causar molestias.
“En Parı́s con Parks”, dice primero Jonah.
“Por ese viaje de ú ltima hora que hicieron”, agrega Henry.
Miro hacia arriba, curioso. "¿No fue planeado?"
Henry huele una carcajada y niega con la cabeza. “No. Tausie me
llamó de camino al aeropuerto, dijo que habı́an decidido ir. Parks
querı́a salir de la ciudad”.
Trago una vez. Ignora el puñ etazo en el estó mago, evita una metá fora
marı́tima.
"Ah". Asiento con la cabeza, le ofrezco una sonrisa casual mientras
tiro mi bebida. Pide otro.
"¿Ella se fue de aquı́ temprano, entonces?" Jordan pregunta, sonando
complacido.
“No sé . Supongo que sı́. Quizá s." Joná s se encoge de hombros. "Tiene
sentido. ¿Por qué volverı́a aquı́ primero para volar a casa?
No sé , ¿para despedirte de mı́?
Me paso las manos por el pelo y respiro por la nariz.
¿Ella se acaba de ir?
"Bueno, bien por ella". Jordan sonrı́e, má s alegre de lo que ha estado
en semanas. Parı́s en invierno es tan agradable, ¿no crees? Es tan
soñ ador... Me mira. "¿Tó mame?"
"¿Qué ?" Parpadeo un par de veces, procesando lo que me ha dicho
porque no estoy pensando en ella en absoluto.
"Por supuesto. Sı́. Iremos en el verano…
Jordan olfatea, no puede decir si está divertido o herido.
Jonah me lanza una mirada.
no me importa
¿No puedo creer que ella acaba de irse? Otra vez.
Sin un adió s real. Otra vez. ¿Incluso despué s de eso? Ese casi beso en
mi regazo, ella en mi cuello, llorando por mı́. Y antes del 3 de diciembre.
Niego con la cabeza en la mesa de la cena. A la mierda con ella Lo
digo en serio. Es bueno que se haya ido. Ahora todo puede volver a ser
normal.
Fá cil de nuevo.
Es asombroso có mo puede estar en casa durante quince dı́as y lograr
convertir mi vida entera en un maldito caos y luego simplemente irse a
la mierda otra vez.
Miro a Jordan, alboroto su cabello y me inclino, besando su mejilla.
“Parı́s en invierno, Jords. Señ alado."
Tema:

████████ @condenaste.com
a mi ▾

Magnolia querida,

Espero que esto te encuentres bien.


Me encanta tenerte de vuelta en la o icina en casa.
Esperaba que pudieras encontrar tiempo para tener una pequeñ a charla en algú n momento de la
pró xima semana sobre un puesto vacante que nos encanta para ti.

Para resumir, Sophie sigue adelante y tú eres la elecció n uná nime para reemplazarla como editora
de estilo.
Sé que has estado amando Nueva York, no quiero presionarte, ha estado trabajando, tú allı́,
viajando por las piezas, podemos seguir por ese camino, pero entre nosotros, aquı́ es donde
perteneces.
En Londres, a la moda.
Re lexiona y nos vemos la semana que viene.

No puedo esperar a escuchar sobre tu vapor con Gwen.


RD. X

+
TRECE

Magnolia

No fue hasta el dı́a antes de que nos fué ramos de Parı́s que realmente
comencé a disfrutarlo, pero ¿no es ası́ siempre?
Todos trataron de convencerme de que me quedara má s tiempo,
pero les dije que no podı́a… Que tenı́a que llegar a casa para una
reunió n. Ese pequeñ o e-mail sorpresa de RD la semana pasada,
convirtié ndome en una mujer honesta.
No habrı́a importado de cualquier manera. Habrı́a mentido para
llegar a casa el 3 de diciembre. Ni siquiera los caballos salvajes...
Por cierto, no le dije a nadie sobre el correo electró nico.
Tampoco le dije a nadie que asistı́ a la reunió n esta mañ ana cuando
volamos desde Parı́s. No le dije a nadie que me ofreció el papel. No le he
dicho a nadie que lo acepté en el acto.
Quiero que la primera persona a la que le diga sea BJ. No sé por qué ,
no me quedo por é l. Aunque no me quedo por él . Me encanta. Má s
ahora que nunca, creo, de alguna manera.
Y quiero hacer que esto funcione. Entonces, cuando Rich me ofreció
el trabajo hoy, sentı́ que esos viejos y astutos Destinos estaban de
nuevo, tejiendo las lá grimas en el tapiz de nosotros de nuevo juntos.
Por favor, Dios, deja que nos vuelvan a unir.
El viaje hasta allı́ es tierno y familiar, aunque es largo. Es
especialmente ası́ por mi cuenta, pero a menudo comienza ası́.
Nosotros llegando separados y luego saliendo juntos.
Es nuestro vı́nculo lo que nos une, nos acerca, independientemente
de lo lejos que nos hayamos alejado. No importa qué , o dó nde estemos,
nunca nos hemos perdido el 3 de diciembre. Ni siquiera el primer añ o
que rompimos, cuando estaba (en secreto) con Christian, y BJ y yo no
nos hablá bamos. Incluso entonces.
Es nuestro pequeñ o peregrinaje de regreso el uno al otro, un lento
avance hacia el ú nico hogar adecuado que hemos tenido.
Mi mente se remonta al añ o pasado, cuá nto tiempo esperamos,
cuá nto lo querı́amos, cuá n perfecto fue. Mi corazó n comienza a latir
con fuerza al pensar en sus manos sobre mi cuerpo y me pregunto si
volverá a suceder.
Ya sea que esté parado allı́, esperando debajo del á rbol, por supuesto
que está debajo del á rbol, ¿dó nde má s podrı́a estar? Simplemente no sé
si é l pensarı́a que está sobre la mesa.
Y tal vez no esté sobre la mesa porque tiene novia.
Excepto que tal vez se separaron mientras yo estaba en Parı́s.
Podrı́an haberlo hecho.
No es necesario que esté sobre la mesa.
Estaré aliviada de verlo, aliviada de decirle que me quedo, aliviada
de ver mi alivio re lejado en su rostro.
Me detengo en el camino de entrada de la inca y tomo el camino
largo hacia el jardı́n.
Paso al dulce Sr. Gibbs y sus dos perros lobo irlandeses. Le doy un
pequeñ o saludo, é l me da uno grande. Aparco el coche y miro a mi
alrededor.
El no está aquı́ todavı́a.
Compruebo la hora.
Un poco má s de las tres.
Supongo que todavı́a está en su camino hacia arriba.
Salgo del auto y me enderezo: el minivestido de lana de punto
pointelle adornado con lentejuelas en blanco y negro de Gucci con el
cá rdigan largo con detalle LV negro de Louis Vuitton.
Deambulo por el camino empedrado hacia el á rbol.
Se vuelve má s bonito cada añ o, y si lo estuvieras buscando, verı́as
que sobresale como un pulgar dolorido.
En su mayor parte, los terrenos de nuestra casa de Dartmouth son
tı́picos del jardı́n de una inca. muy ingles Setos y rosas de hiedra y
pastel.
Pero el camino a nuestro á rbol es todo lores salvajes y ocupadas.
Tendı́a a, por supuesto. Nada descuidado al respecto. Un lı́o intencional.
Es un amor, Sr. Gibbs. Creo que es la ú nica persona en el mundo que
podrı́a saber lo que pasó , ademá s de la madre de Jonah.
Llego al á rbol y mi corazó n se hunde como de costumbre.
Como era de esperar, considerando todas las cosas.
Miro a mi alrededor en busca de é l, con la esperanza de que esté a
só lo un momento de distancia. Mis ojos recorren el á rbol, encuentran
nuestras iniciales talladas en é l.
Los tres nuestros.
Y luego mis ojos bajan por el baú l hasta la piedra que pusimos para
recordar a la pequeñ a bebé que perdimos y que nadie sabe que
tuvimos, y hay magnolias allı́ y sé que estuvo aquı́.
Estuvo aquı́ y ahora se ha ido.
Siento como si alguien colocara una aspiradora sobre mi boca y
succionara el aire de mis pulmones.
Lo pierdo de nuevo y la pierdo a ella tambié n por billoné sima vez en
mi vida y siento que el mundo se está acabando de nuevo.
¿Es horrible o milagroso que puedas sentir esa sensació n tantas
veces a lo largo de tu vida?
Milagrosamente sobrevives, horrible vives para sentir que el mundo
se te escapa de nuevo.
El mundo se me escapa.
"El llegó justo antes del amanecer", me dice el Sr. Gibbs en voz baja
desde atrá s.
No sé de dó nde viene, cuá nto tiempo lleva allı́.
"Oh", digo y asiento, pero sale estrangulado y extrañ o.
Tropiezo hacia atrá s desde el á rbol un poco.
"¿Está bien, señ orita Parks?" Gibbs pregunta, creo. Es difı́cil saberlo
por ese sonido.
¿Qué es ese sonido?
"Sı́." Asiento con la cabeza, mis ojos se han vuelto raros.
Ese es un sonido tan extrañ o. ¿De dó nde viene? Miro a mi alrededor.
Es como un animal herido, como si algo estuviera siendo desgarrado.
El Sr. Gibbs me está observando atentamente.
"Estoy bien", le aseguro.
Toco mi cara. ¿Está mojado?
Miro hacia arriba. ¿Cuá ndo empezó a llover?
El alcanza para mı́. no sé por qué
Y ahı́ está ese sonido otra vez. Ese gemido de tripas y ese sonido
apresurado.
¿Qué es eso?
"Está bien", me dice suavemente. Me dice que estoy bien có mo le
dices a un niñ o perdido que encuentras en una tienda de comestibles.
"Está s bien", me dice de nuevo y los bordes de mi visió n comienzan a
desvanecerse.
Todo se está desvaneciendo a negro. Realmente desearı́a que ese
sonido se detuviera. BJ siempre hace que las cosas se pongan negras
para mı́, pero esto es diferente. No somos solo é l y yo en todo el mundo
y el mundo se queda en silencio mientras é l y yo escuchamos el
esté reo, no es ese tipo de desvanecimiento. me estoy desvaneciendo
¿Qué mierda es ese sonido?
Mis piernas está n saliendo de debajo de mı́.
Mi corazó n se acelera.
no puedo ver
¿Estoy cayendo?
Creo que soy el sonido.
CATORCE

Magnolia

No me di cuenta durante mucho tiempo.


Nunca habı́a sido una de esas chicas con un ciclo espectacularmente
regular, ası́ que si un mes llegaba y pasaba sin que tuviera mi perı́odo,
estaba bien. Cuando llegó y pasó un segundo mes sin que me lo
consiguiera, todavı́a no era del todo insó lito... Alrededor de ese tiempo,
Bushka se sometió a una cirugı́a de bypass, por lo que la vida en casa
era agitada y ni siquiera tuve tiempo de darme cuenta mientras mi
madre se las arreglaba. para hacer que la cirugı́a de su madre se
convirtiera en una gran experiencia teatral en la que todos tenı́amos
nuestro papel. Hubo muchas cenas, lores, una entrevista en Marie
Claire que requirió una sesió n de fotos con toda la familia, ası́ como
una aparició n pú blica en un museo (¿por qué ?), y recuerdo estar en el
bañ o del museo, usar el bañ o y pensar, ¿deberı́a tener mi perı́odo? Pero
entonces mi madre accidentalmente prendió fuego a una cortina y
todos fuimos evacuados y me olvidé de hacer un seguimiento.
Entonces pasó otro mes y luego me di cuenta: todavı́a nada.
Fue un domingo por la noche cuando lo atrapé .
Beej y yo ı́bamos a cenar tarde en Circus y luego me iba a quedar en
su casa para ir a la escuela al dı́a siguiente, pero mientras me ponı́a
rı́mel en el bañ o, mis ojos se ijaron en una caja de tampones sin abrir
que me di cuenta de que no habı́a tenido que usar durante meses, y me
congelé .
Hice los cá lculos en mi cabeza, inú tilmente, porque sabı́a que llegaba
tarde má s tarde que tarde.
Recuerdo haber pensado que probablemente no lo estaba. Recuerdo
que esperaba estar desnutrido. Una cosa rara de esperar, pero podrı́a
haberlo sido. Habı́a sucedido antes.
Y recuerdo racionalizar que eso es lo que era, probablemente.
Debido a que habı́a sido la semana de la moda recientemente, habı́a
caminado en un par de grandes espectá culos, fui completamente Miso
por un tiempo, parecı́a probable, en realidad, que eso era lo que era.
Pero hubo una molestia. Ası́ que me puse un abrigo sobre el pijama
que habı́a estado usando todo el dı́a, me puse mis Hunters negros y
corrı́ a mi auto. Entré en la farmacia, compré dos de cada marca de
pruebas, las compré con gafas de sol, solo para estar seguro, porque
nunca se sabe. Corrı́ de regreso a mi auto y llamé a Beej de camino a
casa.
"Hola", dijo en el segundo timbre. “A punto de dejar el mı́o para ir a
buscarte, ¿está s listo?”
"Uh—" tartamudeé . "No."
No sé por qué lo llamé , no querı́a decı́rselo por telé fono. Tampoco
querı́a decı́rselo antes de saber nada.
Lo llamé por defecto. Si alguna vez me preocupé por algo, solo... fue
una llamada distraı́da.
"No puedo ir esta noche", me encontré diciendo de repente.
"¿Vaya?" dijo, sorprendido. "¿Está s bien?"
"¡Mmhm!" Mentı́. "Marte está en camino de guerra despué s de que
obtuve C+ en mandarı́n".
"Vaya. ¿Deberı́a ir entonces? preguntó alegremente. Treparé por la
ventana.
"¡No!" Dije, un poco urgente.
Podı́a escucharlo fruncir el ceñ o. "¿De acuerdo?"
"No solamente. No porque. Yo tambié n he estado vomitando”. Lo cual
era cierto. Yo Tuve. En la mañ ana. Una vez ese dı́a y una vez tres dı́as
antes. Pero a veces lo hacı́a de todos modos, y entonces mi estó mago
se ponı́a raro con las comidas.
“¿Está s seguro de que está s bien? ¿Quieres que te traiga algo?
"Estoy bien. ¡Completamente!" Agregué con entusiasmo para hacer
todo lo posible para liberarlo. Me aclaré la garganta. "¡Sales! Ve con
Paili y Jo. Que te diviertas. Estoy bien, lo prometo.
"Está bien..." dijo, inseguro. "Te llamaré má s tarde."
"¡De acuerdo!" Colgué sin decir te amo o adió s, lo cual fue raro de mi
parte y sabı́a que é l se darı́a cuenta de eso, pero me estaba
manteniendo unido por un hilo.
Atravesé la puerta principal cuando Mars y mi hermana salı́an de la
cocina.
"¿Está s bien?" Marsaili preguntó , mirá ndome, ojos perspicaces.
"¡Multa!" Asentı́, dá ndole una sonrisa con los labios apretados.
Ella me miró con sospechosa incredulidad.
“Magnolia…” comenzó , pero mi hermana la interrumpió , esa
hermosa mocosa.
"¿Qué hay en la bolsa?" Bridget, de catorce añ os, dijo con una nariz
puntiaguda.
“¡Condones!” Grité y luego corrı́ escaleras arriba.
"¡Magnolia!" Marsaili gruñ ó detrá s de mı́. "¡Tiene catorce añ os!"
"¡Sı́! ¡No te preocupes! ¡Nadie va a querer tener sexo con ella de
todos modos!” Grité de vuelta, semi orgullosa de mı́ misma por no
permitir que mis circunstancias actuales inhibieran mi habilidad para
una frase ingeniosa.
Corrı́ de regreso a la seguridad de mi habitació n y cerré la puerta
detrá s de mı́.
Unos siete meses antes, Marsaili quitó el candado de mi puerta
porque pensó que BJ y yo está bamos teniendo sexo (lo está bamos)
pero mi mamá salió y consiguió un candado y se lo puso ella misma, ası́
que a irma, diciendo que merecı́a privacidad si Yo lo queria. Parte de
esa historia ciertamente fue embellecida, pero no lo cuestioné porque
estaba complacido de tener un candado de vuelta.
Bebı́ una tonelada de agua y luego oriné sistemá ticamente en las
doce pruebas.
Todos y cada uno de ellos dieron positivo.
Cuando esas dos lı́neas rosadas aparecieron en mi ú ltima prueba,
dejé caer mi cabeza entre mis manos, respiré hondo y clavé mis uñ as
en mis manos. Todavı́a tengo una pequeñ a cicatriz en forma de media
luna en la palma de la mano donde un clavo me rompió la piel. BJ solı́a
trazarlo con el dedo siempre que podı́a.
Siempre me ha gustado esa cicatriz, en realidad.
Serı́a extrañ o que no me quedaran marcas despué s de todo eso. No
tengo muchas otras formas de saber que algo de lo que pasó fue real.
Necesitaba un aná lisis de sangre, lo sabı́a.
A pesar de que doce pruebas en casa eran bastante condenatorias,
no estaba lista para estar condenada hasta el inal sin que un mé dico
me lo dijera.
Recogı́ todas las pruebas en un bolso Moschino turquesa que nunca
má s usé , agarré mi abrigo de nuevo y bajé las escaleras.
“¡Quedarse en casa de BJ esta noche!” Le grité a cualquiera que
estuviera escuchando y salı́ corriendo por la puerta hacia mi auto.
A una calle de distancia, tiré la bolsa a la papelera (lo siento, Jeremy)
y me dirigı́ directamente a St. Thomas's. Era tarde para entonces.
¿Alrededor de las 23:00? ¿Tal vez má s tarde?
Me dirigı́ directamente a la recepció n y le sonreı́ secamente a la
mujer detrá s del mostrador.
Aparentaba unos cuarenta y cinco añ os, muy laca, bastante ratonil.
"Necesito ver un doctor."
"Está bien", dijo ella, sonrié ndome. "¿Por qué ?"
“Es con idencial,” le dije y ella me miró con curiosidad.
"Si me dice por qué necesita ver a un mé dico, puedo priorizarlo má s
rá pido", me dijo, posiblemente tratando de ser ú til, pero no pasó
mucho tiempo antes de que los documentos comenzaran a despertar
un poco de interé s. en BJ y yo.
Imagı́nese eso: seguir a niñ os de quince y diecisé is añ os y vender sus
fotos.
Alguien de la escuela me ilmó tomando algo en una iesta unos
meses antes de esto. Les dijeron a todos que era Molly pero que era
valium. Me pongo nervioso a veces.
Mamá dijo que preferı́a que todo el mundo pensara que era MDMA,
ası́ que no corrigieron los rumores, ya mı́ tampoco me importaba.
No habı́a experimentado atenció n negativa antes. Este fue mi primer
coqueteo con é l y fue genial. Me hizo ver el mundo de manera diferente
y me hizo con iar menos en la gente.
“No puedo decirte por qué ,” dije.
La mujer ratonil miró a su compañ ero de trabajo que no nos estaba
prestando atenció n.
“Sin embargo, puedo decirles que esta ala—” Señ alé el pasillo a mi
izquierda, “—se llama ası́ por Linus Parks. Mi nombre es Parques
Magnolia. Algú n dı́a pronto mis abuelos van a morir y me dejará n
millones. Y tendré que regalar algo como compensació n de impuestos.
A mi padre le gusta St. Thomas porque nació aquı́, pero a mı́ me gusta
Great Ormond Street por Peter Pan —le dije a la mujer sin pestañ ear—.
“Y recordaré esto”.
Ella me miró por un largo momento.
"¿Por favor?" Suspiré , y creo que mis ojos deben haber lucido algo
desesperados.
Ella asintió una vez y me llevó a una pequeñ a habitació n lateral.
"Espera aquı́." Cerró la puerta detrá s de ella.
Aproximadamente una hora má s tarde, entró una doctora. Era joven,
bonita, con el pelo largo y rubio recogido en una cola de caballo.
"Hola." Ella sonrió , cruzando las manos sobre su pecho.
"Hola", le dije, sentá ndome nerviosamente sobre mis manos.
Leyó la habitació n, leyó mi rostro, supongo, y se sentó a mi lado en la
cama.
“Soy Sarah, soy residente de tercer añ o aquı́. ¿Cuá l es tu nombre?"
“Parques Magnolia”.
“Está bien, Magnolia. ¿Có mo puedo ayudarte hoy?"
“Necesito una prueba de embarazo”. Las palabras salieron de mi
boca.
"De acuerdo." Ella asintió y se puso de pie para buscar uno.
“Pero no uno estú pido de bañ o—” la llamé . “No funcionan, necesito
uno de sangre”.
"¿Has tomado algunos de los del bañ o en casa?" preguntó
suavemente.
Asenti. "Doce de ellos".
Su cara tiró .
"Magnolia", dijo despué s de aclararse la garganta, "¿cuá ntos añ os
tienes?"
"Diecisé is."
"¿Está s aquı́ solo?"
Asenti.
"¿Dó nde está n tus padres?"
“Um…” Me encogı́ de hombros. "Singapur, creo?"
"¿Alguien sabe que está s aquı́?"
"¡No!" Negué con la cabeza rá pidamente. “Le dije a mi niñ era que me
iba a quedar en casa de mi novio”
"¿Está el aquı́?" Miró hacia la puerta.
Negué con la cabeza. "No."
"¿Hay alguna razó n por la que está s solo?" preguntó , incliná ndose.
“No quiero decı́rselo hasta que lo sepa, y no lo sabré hasta que me
haga un aná lisis de sangre…” Negué con la cabeza. No puedo decı́rselo
sin saberlo con seguridad. Tiene un gran partido esta semana”.
“No creo que debas hacer esto por tu cuenta”, me dijo suavemente.
"Y no lo haré ", le dije con irmeza. "Solo necesito saberlo
de initivamente primero".
Una hora y media despué s, regresó a la habitació n con un archivo en
la mano y una mirada seria en su rostro. Se sentó frente a mı́ y miró
hacia arriba.
Sabı́a la respuesta antes de que ella la dijera.
Lo sabı́a antes de venir.
Doce pruebas no mienten, y mi aná lisis de sangre tampoco.
“Está s embarazada”, me dijo.
"De acuerdo." Salté de la cama en la que habı́a estado acostado toda
la noche.
“Magnolia, espera—” Sarah trató de detenerme.
"Gracias." Me volvı́ para darle una mirada agradecida.
Y estaba agradecido, de verdad, pero me quedaban unos cuarenta
segundos antes de perder los estribos.
Corrı́ a mi auto, lloré todo el camino a casa.
Volvı́ sigilosamente a mi casa, pero me topé con Marsaili que pasaba
por el pasillo.
"Magnolia." Ella sacudió su cabeza. “Son las 3:30 en una noche de
escuela—”
“—Lo siento,” apenas me atraganté .
"¿Está s llorando?" preguntó , alcanzando mi muñ eca.
"No." Me aparté de ella.
"¿Tuvisteis una pelea con BJ?" ella presionó .
"No." Negué con la cabeza de nuevo. “Solo está vomitando, ası́ que
volvı́ a casa”.
Ella me miró , buscando una razó n para dudar de mi historia.
“Huelo a vó mito…” Negué con la cabeza. "Necesito ducharme."
Cerré la puerta. Me bañ é . Lloré hasta la mañ ana.
QUINCE

BJ

Hoy siempre es duro.


Extrañ a mezcla de emociones.
Un viejo tipo de dolor por alguien que ni siquiera he conocido. Sin
embargo, alguien a quien querı́a conocer.
Alguien que ha cambiado mi vida de todos modos.
Tal vez sea má s el luto por una vida que imaginamos.
Se ha vuelto má s fá cil con los añ os. Divertido con el dolor, có mo se
propaga, crece dentro de ti, se convierte en parte de ti. Te moldea un
poco.
Es un poco diferente para Parks, lo sé : D&C la jodió por un tiempo. La
rompió má s de lo que dijo, siempre me di cuenta.
Siempre estoy agradecido por el á rbol. Algo para señ alar mi dolor.
No hay ceremonia para el 3 de diciembre, pero tal vez el ritual es que
siempre encontraremos una manera de abrazarnos.
A veces es mani iesto, simplemente toma su mano en la mı́a, la besa.
A veces viene y apoya su cabeza en mi brazo. No diré nada.
Eso es lo que hizo el añ o que estuvo jodiendo con Christian.
Simplemente sin decir palabra se apoyó contra mı́.
Nos estabilizamos el uno contra el otro como lo hemos hecho toda
nuestra vida.
El á rbol es un poco como un reinicio completo para nosotros.
Mentirı́a si dijera que una parte de mı́ no se preguntaba si Parı́s era
solo una tapadera y ella vino aquı́ temprano, ese es el tipo de mierda
que harı́a para estar a solas conmigo. Sé que es porque yo tambié n lo
harı́a para tenerla conmigo por un dı́a o incluso la mitad de uno.
Pensé en ello, en levantarme temprano en caso de que ella estuviera
allı́, en caso de que me estuviera esperando y no se fuera a la mierda de
nuevo sin decir una palabra. Aunque Jordan era dura, hacı́a preguntas.
Supongo que es justo que se le deberı́a permitir preguntarles. Pero
independientemente de lo que pregunte, no hay nada que pueda decirle
que no le demuestre que no he cambiado en absoluto, que no la
defraudará , porque lo haré . Decepcionarı́a al mundo entero para
mantener a lote a Magnolia si tuviera que hacerlo. O lo hubiera hecho
antes. Ahora no, me digo. Pero sé que es mentira. Trato de
convencerme por ené sima vez esta semana de que Parks no es má s que
el há bito má s difı́cil que tendré que romper.
Jordan va a tener preguntas sobre el dı́a de hoy. Acabo de irme. Le
dije que no podı́a quedarme a dormir anoche, me sentı́a mal.
Me levanté a las 6 am y me fui.
Bastante ansiosa de mi parte, aunque estaba enojada con Parks por
irse temprano, sin adió s y esa mierda. Esa parte vergonzosa de mı́
pensó que ella todavı́a podrı́a haber estado allı́.
No lo era, obviamente.
Lloré un poco de camino a casa, no en el á rbol. Ella no está enterrada
allı́ de todos modos.
Todo sucedió tan rá pido y é ramos tan jó venes que no sabı́amos qué
hacer. Tan pronto como estuvo bien despué s de la operació n, nos
fuimos. Siempre se ha arrepentido de esa parte.
No hablamos mucho de eso, pero cuando lo hacemos, por lo general
se calla al respecto.
Tranquila es su manera de hablar de ello.
Jordan me llamó varias veces hoy, los ignoró , porque ¿qué dices?
Es por eso que nunca se lo he dicho a nadie, ni siquiera a Jo.
En este punto, todo se siente como un sueñ o febril que nos ha unido
durante los ú ltimos nueve añ os.
Me detengo frente al lugar de Jo y yo; es de noche ahora. Estoy listo
para estrellarme por la noche. Duermelo. Duerme perdiendo a las
ú nicas chicas que he amado.
¿Puedes amar a alguien que nunca has conocido? Pienso en eso a
veces. Probablemente me encanta la idea de ella, me encanta la idea de
una pequeñ a Parks que ayudé a hacer mandá ndome para siempre,
volvié ndome loco. Ahora todo es en vano, estos pensamientos, pero los
pensaré esta noche mientras me quedo dormido de todos modos.
Abro la puerta de mi casa y Jordan me mira desde el sofá .
Mierda.
Yo no le pedı́ que viniera aquı́. No quiero que ella esté aquı́.
“Oye—” fuerzo una sonrisa.
"Hola." Se pone de pie, camina hacia mı́, coloca sus brazos alrededor
de mi cuello. "¿Donde has estado?"
Hago esta risa extrañ a que suena má s como una respiració n.
Trabajo… Asiento con la cabeza. "Tenı́a una cosa de trabajo".
Desde el otro lado de la habitació n, los ojos de Jonah se pellizcan.
Sabe que estoy mintiendo. Sin embargo, la novia no, gracias a la
mierda.
"Vaya." Ella sonrı́e. "¿Un tiro?"
"Sı́." Asiento con la cabeza.
"¿Para quien?" pregunta, mirá ndome con ojos brillantes.
Me lamo el labio inferior, sin pensar lo su icientemente rá pido.
Mi cerebro no está funcionando. Mierda.
—Nuevo —dice Jonah, mirá ndome a los ojos y asintiendo hacia mis
jeans—.
Ella asiente. “No puedo esperar a verlos”.
Beso su mejilla. "Solo voy a tomar una ducha, ¿sı́?"
Ella me da una sonrisa y se vuelve a sentar en el sofá , cambiando el
canal.
Bajo las escaleras a mi habitació n, dejo la puerta abierta porque sé
que Jo me siguió .
Se para en la puerta, me mira.
Asiente con la barbilla hacia mı́. ¿Estabas con Parks?
“No, hombre—” le hago un gesto con el ceñ o fruncido. "Ella se ha
ido."
Parece confundido. "¿Ha ido a dó nde?"
"¿Atrá s?" Me encojo de hombros. "Hacia New York."
Me da una mirada. “No, no lo ha hecho. Regresaron de Parı́s ayer por
la mañ ana.
"¿Qué ?" Parpadeo.
"Sı́. Tausie dijo que tuvo una pelea con un hombre en el carrusel de
equipaje porque llamó kitsch a sus zapatos y…
No estoy escuchando.
Mierda. Me froto la boca distraı́damente.
Deberı́a llamarla. ¿Deberı́a llamarla?
No puedo volver allı́ ahora. ¿Y si cree que me olvidé ? Las lores,
supongo, ella sabrá que estuve allı́.
Mi corazó n se hunde como una piedra.
"¿Está s bien?" Jo frunce el ceñ o mientras me mira.
"¿Qué ?" Lo miro.
El niega con la cabeza. "¿Qué está pasando contigo?"
"Nada." Le lanzo una mirada como si é l fuera el idiota. Quı́tate la
camisa, tı́rala a la lavanderı́a.
"Estoy bien."
El no lo está comprando. "¿Está s seguro?"
Le doy una sonrisa tensa. "Sı́-"
Y luego cierro la puerta del bañ o.
DIECISEIS

BJ

Nunca lo vi venir. Alguna vez.


No te hubiera creı́do aunque me lo hubieras dicho.
Esa mañ ana recuerdo que estaba muy concentrado en un partido de
rugby contra Westminster.
He estado entrenando para ello durante semanas.
Era un lunes. La recuerdo parada allı́, a unos metros de mı́,
simplemente mirando.
Los ojos se veı́an un poco raros. Cansado, vidrioso.
"Oye." Le di una sonrisa cautelosa mientras la atraı́a hacia mı́.
La amaba con ese uniforme escolar. Falda de cuadros escoceses,
calcetines hasta la rodilla, camisa abotonada con corbata. Casi todos
mis sueñ os. Todavı́a la amo en cuadros.
Presioné mi boca contra la de ella, tiré de su cola de caballo
juguetonamente. "¿Está s bien?"
Forzó una sonrisa y me di cuenta de que algo en ella estaba mal.
"¿Está s bien?" —pregunté , estirando el cuello hacia abajo para que
estuvié ramos cara a cara.
"¿Podemos hablar?" dijo, apenas má s que un susurro.
"Sı́." Fruncı́ el ceñ o un poco. Me sentı́ un poco nervioso, si soy
honesto. Comprobé la hora. "¿Ahora?"
"¿Puede?"
Movı́ la cabeza, pensando. “Solo tengo esa gran prueba de historia
este perı́odo”.
“Oh, lo olvidé …” Ella negó con la cabeza. Sus mejillas se sonrojaron
pero sus ojos se veı́an llorosos.
"¿Me lo puedo perder?" Ofrecı́, tratando de mantener sus ojos en los
mı́os.
En aquellos dı́as podı́a leerla mejor si podı́a ver sus ojos. Ya no los
necesito. Puedo leerla con los ojos cerrados y las manos detrá s de su
espalda.
"No." Ella sacudió la cabeza con fervor. “De initivamente no te lo
pierdas.”
"¿De acuerdo?" Asentı́, sintié ndome confundido. "¿Todo bien?"
"-Sı́."
La pausa que hizo fue el regalo. Ella estaba mintiendo.
Nunca nos mentimos el uno al otro.
Tomé su mano en la mı́a. "¿Acompañ arme a clase?"
No dijo nada en todo el tiempo, solo frunció el ceñ o y se mordió el
labio.
"¿Seguro que está s bien?" Le pregunté cuando llegamos a mi clase.
Todo en ella era raro, toda ella estaba inquieta y yo tenı́a el mismo
impulso que todavı́a tengo ahora: si algo anda mal con ella, tengo que
arreglarlo.
"Sı́", dijo ella mecá nicamente.
"Derecha." Asentı́, le dediqué una rá pida sonrisa lo má s
tranquilizadora que pude y entré en el saló n de clases.
“Señ orita”, llamé a la maestra.
Miss Platt era su nombre. Joven y engreı́do, dolor en el culo. Amaba la
historia má s de lo que amaba a los niñ os a los que se la enseñ aba.
¿Sı́, señ or Ballentine?
"Me voy a saltar la clase hoy".
Ella me dio una mirada seca. —No lo es, señ or Ballentine. Tenemos
una prueba. Sié ntate." Ella me dio una mirada severa. "Ahora."
“En realidad,” incliné mi cabeza hacia ella disculpá ndome, “no era
una pregunta. Só lo para que lo sepas."
“Si te saltas esta clase, no jugará s el in de semana”, me miró ,
obviamente molesta porque la desa iaban frente a la clase.
Le hice una pequeñ a mueca. Yo era bien conocido como el mejor
jugador de nuestro primer equipo de 15 y la escuela de rugby de Varley.
"Vamos-" Le di una mirada. Ambos sabemos que no puedes hacer
esa llamada...
“Señ or Ballentine, si sale de este saló n de clases, tendrá una
detenció n el viernes”.
Asentı́ una vez.
"¡Sı́, suena justo!" Sonreı́. "Demasiado fá cil. Pá saselo a Jonah,
¿quieres? Me lo dará má s tarde.
Y luego salı́ del saló n de clases, cerrando la puerta detrá s de mı́. Miré
a la chica que amo, levanté las cejas a pesar de que ya se sentı́an
agobiadas. "Hablemos."
Le ofrecı́ mi mano, la conduje por el pasillo.
No dijo nada durante mucho tiempo, no hasta que caminamos sin
rumbo ijo hacia el estacionamiento.
La miré expectante, esperando a que dijera algo. Recuerdo que sentı́
que algo venı́a. Estaba solo en ella, esta energı́a nerviosa que no habı́a
visto antes.
"¿Vamos a romper?" pregunté rá pidamente.
Ella hizo una pausa. Fue una larga pausa. "Espero que no."
Me acerqué y empujé un poco de cabello detrá s de sus orejas.
“Parques, ¿qué está pasando?” Levanté las cejas con impaciencia, un
poco por encima.
"Estoy embarazada."
Recuerdo que habı́a un petirrojo en un á rbol junto a nosotros,
gorjeando.
Ese es el sonido que escucho cuando pienso en ese momento. Y el
viento movié ndose por el aire. La forma en que las hojas volaban
alrededor de los neumá ticos del coche. El aire era cortante.
Su rostro, mirá ndome ijamente, esperando que dijera algo má s que
la mierda que le estaba ofreciendo.
Mi boca se habı́a secado.
Me aclaré la garganta. "¿Está seguro?"
"Sı́." Ella asintió una vez.
"¿Qué tan seguro?"
"Mucho", dijo en voz baja.
"Oh", dije, como la vocal. Como un gilipollas.
Tenga en cuenta que ninguno de nosotros se preguntó có mo
quedamos embarazadas.
Ella sabı́a có mo. yo sabı́a có mo Eramos tan cuidadosos casi todo el
tiempo. Dirı́a que, en general, tenı́amos un margen del cinco por ciento
de pereza, y esa pereza se convirtió en arrogancia cuando se
encontraba continuamente sin ningú n tipo de consecuencia.
Unos meses antes de todo esto habı́amos tenido una iesta en la casa
de Dartmouth.
No tenı́a padres, era enorme y suelto, y no sé de qué se trataba esa
noche, pero recuerdo estar parado en la cocina, los niñ os y yo,
bebiendo cervezas. Bebı́ el mı́o primero, tiré la lata al suelo, me acerqué
a Parks, con la mano detrá s de su cabeza, la besé con fuerza contra la
pared. Toda la sala vitoreó . Deslicé mi mano sobre su rostro,
sosteniendo su mejilla mientras la besaba má s. La sala pensó que lo
estaba haciendo para mostrar, pero solo lo estaba haciendo por mı́. Ası́
la besé aunque nadie estuviera mirando.
Le sonreı́ mientras me alejaba, caminando hacia los chicos,
dejá ndola sin aliento contra la pared, sus ojos deseá ndome de una
manera obvia.
Parks y yo pasamos la mayor parte de esa iesta separados porque a
veces se sentı́a divertido hacer eso, jugar duro para estar juntos. Nos
mirá bamos el uno al otro desde el otro lado de la habitació n, la tensió n
crecı́a, los ojos follando como locos.
De vez en cuando, si sentı́a que otra chica me estaba charlando
demasiado, la apartaba del camino.
"¿En qué habitació n deberı́amos quedarnos esta noche?" preguntó
en voz alta, a pesar de que era su casa y Lacey Talbot se habı́a
escabullido, puesto en su lugar.
Me reı́, deslicé mi mano en la parte baja de su espalda, má s abajo que
abajo, y la atraje hacia mı́, besando la esquina superior de su labio. "El
maestro." Le sonreı́, amando cada oportunidad de poder jugar con su
padre. Empujé un poco de cabello detrá s de su oreja. "¿Está s bien?"
Ella asintió , sonriendo. "¿Eres?"
Le devolvı́ la cabeza, presioné mis labios contra los de ella y ella se
alejó .
Pasó una hora y poco y no la habı́a visto en mucho tiempo.
La extrañ aba, tenı́a ganas de abrazarla. Estaba listo para que todos
los demá s se fueran a la mierda a casa para poder tenerla para mı́ otra
vez.
Fui a dar un paseo, en busca de parques. La encontró sentada en la
cama del amo con Pails y otra chica de la escuela con las que todos
estaban muy unidos porque a Henry le gustaba. Romilly algo.
Parks se sentó un poco má s derecha en la cama, sus mejillas se
sonrojaron tan pronto como me vio.
Camine hacia ella; mis ojos no se inmutaron.
Solo querı́a estar con ella.
“¿Pueden darnos un minuto, chicas?” Asentı́ con la cabeza a sus
amigos sin mirarlos.
Romilly soltó una risita y se bajó de la cama, pero Paili se quedó
sentada junto a Parks, congelada.
“¿Paili?” Romilly la llamó , pero Paili me miraba extrañ ado.
En retrospectiva, ese fue probablemente el dı́a en que me di cuenta
por primera vez de que ella sentı́a algo por mı́. Un poco jodido cuando
lo piensas, no me importaba una mierda en ese momento. Todo lo que
podı́a ver era Parks.
—Paili... —volvió a llamar Romilly.
Recuerdo a Parks mirando a su mejor amiga confundida.
“Pails, vete a la mierda…” Me reı́.
“Pero está bamos—” Empezó y me saqué la camiseta por la cabeza.
"Oi, escucha, voy a tener sexo con mi novia, Paili, ası́ que te vas o nos
dirigimos al armario".
Dejó escapar un sonido de vergü enza y se alejó corriendo.
Negué con la cabeza mientras la veı́amos irse, y luego cerré la puerta
detrá s de ella.
"Joder, ella es rara".
Parks me miró . "Ella es mi mejor amiga."
"¿Pensé que era tu mejor amigo?" Deslicé mis brazos alrededor de su
cintura.
"¿Y cuá les podrı́an ser tus intenciones aquı́, mejor amigo?"
"Ahh", le sonreı́, "me alegro de que hayas preguntado".
Deslicé mi mano debajo de su pequeñ o vestido rosa, la palpé .
Me desabrochó los vaqueros y me los quité .
Le di la vuelta para desabrochar la parte de atrá s de su vestido y
justo cuando se le estaba cayendo el cuerpo justo cuando el puto
trasero borracho de Thatcher Hendry entró a trompicones en la
habitació n.
“¡Oye! ¡Que está pasando aqui!" Nos sonrió . Parks se echó a reı́r,
avergonzado.
Corrı́, lo empujé hacia atrá s por la puerta. Vuelva a cerrar la puerta.
Lo probé para comprobar que estaba bloqueado. no lo fue Intenté
bloquearlo de nuevo. No funcionó .
Para entonces, Parks habı́a captado las risitas en toda regla, y yo
estaba mirá ndola, frunciendo el ceñ o y rié ndome, dicié ndole que se
callara.
Es una cerradura está ndar... Ella puso los ojos en blanco.
"¡Desde el jodido 1821!"
“Es muy fá cil de usar, simplemente giras la llave…”
“—Es un roto—”
Ella se acercó para demostrarme que estaba equivocado y la agarré y
la besé , la levanté del suelo, le quité el vestido que todavı́a está en su
armario hoy, apuesto. Ella nunca se desharı́a de é l.
Luego agarré la colcha de la cama, tomé su mano y la llevé a la
ventana, asintiendo con la cabeza hacia el jardı́n.
Está bamos en el segundo piso y ella tomó mi mano sin pensarlo dos
veces.
Bajamos por el techo, yo primero, luego ella.
La mierda que hicimos para estar solos juntos en ese entonces...
Joder, la mierda que harı́a todavı́a para estar a solas con ella ahora.
Me envolvı́ alrededor de ella y del edredó n alrededor de ambos
(movimientos suaves, incluso para mı́), la hice retroceder hacia el
á rbol y la golpeé contra é l.
Le quité el sosté n con una mano, me sentı́ orgullosa de mı́ misma
porque esas cosas se sentı́an como Fort Knox en ese entonces y de ahı́
fue una escalada rá pida a lo bueno.
"¡Esperar! Mierda… Ella apartó la cara. “No puedo recordar si tomé
mi pı́ldora hoy”.
Me mordı́ el labio. "Mierda."
“¿Tienes un…” Su pregunta se desvaneció sin aliento en mi oı́do.
"No. Mierda." Mi cabeza cayó consternada. No los habı́amos usado en
una eternidad. No desde que empezó a usar la pı́ldora.
Y esa noche, no sé , algo sobre la combinació n de pura arrogancia
adolescente y lujuria pura que nubla todas las decisiones inteligentes,
ya estaba dentro de ella para entonces, se estaba mordiendo el labio y
estaba ese dolor que sientes. tus huesos a veces, para terminar lo que
empezamos. Las consecuencias eran abstractas hasta entonces; ella
era y yo era y nosotros é ramos invencibles.
Y luego la vocecita ronca de Parks susurró : "No me importa".
Le sonreı́. "Esperaba que dijeras eso".
Recuerdo haber pensado en eso mientras ella estaba parada frente a
mı́ en el estacionamiento de la escuela, cambiando mi vida para
siempre mientras yo no respondı́a.
Nada.
¿Alguna vez le dijiste a alguien que está s embarazada y luego te
miran ijamente? Durante quince segundos. Yo conte. Porque yo era un
gilipollas.
No dije nada, no movı́ un mú sculo.
"¿Qué vas a hacer?" Finalmente pregunté . Tonto.
Estaba nervioso. Nunca estoy nervioso.
Ella me miró como si la hubiera golpeado. La cara se a lojó . Podı́a
verlo, todo triste y agobiado por la decepció n. Ella tambié n estaba
asustada, eso me dolió , incluso entonces. Incluso entonces, cuando
estaba jodidamente paralizado por todo, su aspecto asustado me hizo
pedazos.
Pero sobre todo, Parks parecı́a indignado.
Como hasta entonces, habı́amos llevado el mundo dividido entre
nosotros dos, y luego simplemente fui y me dejé caer de lado.
"¿Que voy a hacer?" ella repitió de nuevo.
"Sı́." Tragué saliva una vez.
Ella dejó escapar una pequeñ a burla.
"Bueno, supongo que no sé lo que voy a hacer". La forma en que lo
enfatizó cuando comenzó a alejarse lentamente de mı́ es uno de esos
recuerdos en los que me quedo despierto por la noche pensando,
sintié ndome enferma, deseando poder retroceder en el tiempo y hacer
que no se sienta sola en ese momento. ¿Pero sabes que? no lo hice
Acabo de mirarla. No se movió . No hizo clic en la marcha, no trató de
detenerla. Só lo la miré .
Si me hubieras dicho entonces que llegarı́a un momento en nuestras
vidas en el que la lastimarı́a de nuevo, má s de lo que lo hice en ese
momento, sinceramente no te habrı́a creı́do.
Ella subió a su auto. Ahuyentaba.
Me asusté de cojones. Me subı́ a mi auto, conduje tambié n. Condujo a
ninguna parte. Gritó en mi coche. Golpea el volante. Se enojó con ella, se
enojó má s conmigo. Estudié detenidamente todas las formas en que mi
vida se estaba haciendo ahora. Ni siquiera tenı́a dieciocho añ os y mi
vida estaba jodida.
Querı́a viajar por el mundo con Parks, má s de lo que ya tenı́amos. Iba
a jugar al rugby por el paı́s, ella serı́a mi pequeñ a WAG al margen,
animá ndome. Quedarme despierto toda la noche y ver National
Geographic, besarla tanto como pudiera en las pausas publicitarias. Iba
a casarme con ella, construir una vida con ella y esa mierda...
Y luego me di cuenta de que todos mis planes la tenı́an incluida a ella
de todos modos.
Y un niñ o habrı́a sido parte del plan eventualmente, ¿ası́ que estaba
llegando un poco temprano?
El ú nico plan que habı́a tenido para mi futuro era Magnolia Parks, y la
dejé conducir sola despué s de que me dijo que estaba embarazada de
mi bebé .
Y luego me asusté de nuevo, de manera diferente esta vez.
Conduje lo má s rá pido que pude de regreso a Londres. Se trata de
una hora en coche de Varley a Kensington.
No usé la puerta principal, no querı́a levantar ninguna ceja,
deberı́amos haber estado en la escuela, ası́ que escalé el tubo de
desagü e y me metı́ por su ventana, bastante difı́cil de hacer con los
globos rosas y azules y un gigante. osito de peluche, pero tenı́a que
compensarla.
Estaba de pie allı́, con las manos en las caderas, mirando el jodido
diagrama de lujo má s grande que jamá s hayas visto.
Aterricé sobre mis pies y la miré con ojos de disculpa. Extendió los
globos, pero ella no los alcanzó . Solté los globos y me acerqué a ella,
dejando caer mi mochila en mis tobillos antes de tomar su rostro entre
mis manos.
"Soy lo peor, Parks", le dije. “Eso fue una mierda de mi parte. Lo
siento. Solo necesitaba pensar.
"¿Acerca de?" preguntó desa iante, y la amé por eso. Me lo merecı́a.
Los globos lotaban en el techo.
Le di un encogimiento de hombros casual. “Acerca de có mo serı́a
nuestra vida”.
“¿Y có mo serı́a?” preguntó , con la nariz en el aire.
Busqué sus ojos, los encontré bastante fá cilmente.
"Se verá como lo que quieras, Parks".
Ella me miró con cautela. “¿Có mo quieres que sea tu vida?”
Me encogı́ de hombros, indiferente. "Solo quiero uno contigo".
“No me voy a hacer un aborto”, me dijo resuelta.
Le sonreı́.
"¡Esperaba que dijeras eso!" Metı́ la mano en mi mochila y saqué una
bolsa de Dolce & Gabbana. “¿Sabı́as que hacı́an ropa de bebé ?” Sacó un
diminuto vestido con estampado de rosas. “¡Y mira estos!” Saqué un
par de Timberland de bebé .
Ella me sonrió de mala gana.
“Beej.” Puso su mano encima de la mı́a. "Este es un gran problema…"
"No realmente, Parques". Me encogı́ de hombros. “Porque estamos
ordenados. Cuando tengamos veintiú n añ os, entre los dos tendremos
algo má s de mil millones de dó lares en activos lı́quidos. Ella puso los
ojos en blanco pero yo seguı́ adelante. “Estoy bastante seguro de que la
mayorı́a de la gente vive con menos que eso toda su vida. Puedo
trabajar para mi papá , estará entusiasmado, siempre tendremos
dinero, estará bien”.
Ella no dijo nada. En lugar de eso, me miró con sospechosa
esperanza.
"¿De qué está s sonriendo?" Ella sacudió su cabeza. "Está mos
jodidos."
Olı́ una risa.
“Sı́, pero eso es lo que quiero: que me follen. Por ti, contigo, sobre ti…
Me encogı́ de hombros. "Siempre."
Tengo ese deseo, ¿no?
“Beej, eso es algo muy romá ntico para decir, pero en realidad no
está s pensando en el…” Ella se encogió de hombros. "…¿No sé ?
¿Detalles?"
“¡Y tú tampoco deberı́as! ¡Esa no es la parte importante!”
“De initivamente es la parte importante—”
"No." Negué con la cabeza mientras tocaba su estó mago y le sonreı́a.
“Esa es la parte importante”.
Y luego se perdió en eso.
“Haremos un plan esta noche,” le dije mientras la rodeaba con mis
brazos. Reloj el diagrama de lujo correctamente por primera vez.
"Woah, esto es detallado". La miré . “¿Dó nde encajo yo en este plan?”
"Vaya. Tú no. Ella hizo una mueca. "Pensé que habı́amos terminado".
"Pensaste mal."
DE DIECISIETE

Magnolia

Tobermory era el plan.


Ibamos a mudarnos a la costa, lejos de todo en Londres, de los ojos y
las opiniones, y vivir en una gran propiedad allá arriba. Ninguno de los
dos ı́bamos a trabajar porque no lo necesitá bamos. En su lugar,
harı́amos buenas inversiones y criarı́amos a nuestro bebé juntos.
Casarse.
Siempre ı́bamos a hacerlo de todos modos.
Mi ecografı́a de las doce semanas (que en realidad se realizó en mi
semana quince de embarazo) fue integral porque despué s tendrı́amos
esas fotos de ultrasonido. Con ellos en la mano, pensamos en decı́rselo
a nuestros padres.
Querı́amos demostrarles que podı́amos hacerlo solos.
Mi mayor temor era que pensaran que solo porque té cnicamente
todavı́a tenı́a una niñ era, no era capaz de criar a un bebé . Necesitaba
demostrarles que tenı́amos esto bajo control, que no necesitaba a
nadie en absoluto excepto a BJ, y que ı́bamos a estar bien.
Beej me convenció de que necesitá bamos la ayuda de la madre de
Jonah.
Rebecca es su nombre. Rebeca Barnes.
Dijo que tenı́a un amigo mé dico que hacı́a las cosas en privado, en
silencio y con discreció n, lo que signi icaba mirar hacia otro lado
porque yo tenı́a diecisé is añ os. Y un Parques.
Beej dijo que podı́amos con iar en Rebecca y que guardarı́a nuestro
secreto para siempre, y para su cré dito, lo ha hecho.
Cristian no tiene idea. Sé que no tiene idea, porque si tuviera una
idea, nunca habrı́a salido conmigo.
El mé dico tenı́a un consultorio privado en Bristol. La mamá de Jo se
ofreció a venir, pero pensamos que estarı́amos bien. Beej y yo salimos
temprano de la escuela un mié rcoles por la mañ ana. Casi cuatro horas
de viaje.
Pasamos toda la mañ ana hablando de dó nde vivirı́amos y có mo
vivirı́amos y tal vez Beej cambiarı́a casas porque siempre le han
gustado las casas, y yo tomando lecciones de cocina, y é l terminarı́a la
escuela, pero ¿lo harı́a yo? Tal vez irı́a tan lejos como pudiera y
conseguirı́amos una niñ era para el primer añ o que viviera en la casa
con nosotros para poder hacer una larga distancia y graduarme, y luego
estarı́amos listos.
Nuestros ojos estaban tan estrellados sobre todo.
No fue mucho esperar, Anne era su nombre, la doctora que nos
atendió . Nos llevó a una sala de ultrasonido. Me acosté y todo se sentı́a
ligero, animado y emocionante.
"Esto va a estar frı́o". Ella me sonrió cá lidamente mientras exprimı́a
el gel en mi estó mago.
En las pantallas frente a nosotros, todo en blanco y negro, habı́a un
bebé diminuto.
Tambié n parecı́a un bebé .
No es un extraterrestre, no es un frijol, sino un bebé diminuto y
adecuado. Con un estó mago gordo y piernas y brazos pequeñ os.
Beej agarró mi mano, la apretó todo lindo y emocionado, sus ojos
pegados a la pantalla.
Ella movió la varita. "Aquı́ está la cabeza". Ella sonrió . “Y sus brazos…
y encontremos ese latido del corazó n”. Ella me sonrió y movió la varita.
Ella movió la varita de nuevo.
"Mmm". Ese fue el ruido silencioso que hizo, y solo cuando la miré se
me ocurrió que tal vez algo andaba mal. "Vuelvo enseguida".
Ella nos dio una sonrisa tranquilizadora en la que no con iaba y luego
se agachó .
BJ me miró y conozco muy bien las arrugas y las lı́neas de su rostro:
me sonrió , pero fue forzado. El tambié n lo sintió . Algo estaba mal.
Un minuto despué s, otro mé dico volvió con Anne.
"Soy el doctor Lewis". Sonrió cá lidamente, estrechando la mano de
BJ. Levantó la vista hacia el monitor y luego a mı́. "¿Có mo te sientes?"
"Bien", dije en voz baja.
"¿Algú n calambre?"
"No."
"¿Sangrado?"
"No." Negué con la cabeza.
Frunció los labios antes de levantar la varita y moverla lentamente,
pero para entonces ya lo sabı́a.
No hubo movimiento.
Ninguno en absoluto.
El mé dico se dio la vuelta para mirarnos. "Lo siento", dijo.
Negué con la cabeza rá pidamente. "No es necesario que lo digas".
Beej echó la cabeza hacia atrá s y miró al techo.
Mi corazó n estaba acelerado, las palmas de las manos estaban
sudorosas. De repente fue como si pudiera sentirlo. Algo muerto
dentro de mı́ y me enfermó .
"¿Có mo?" preguntó BJ, con los ojos vidriosos.
El mé dico le dedicó una sonrisa con los labios apretados. “Estas
cosas simplemente suceden a veces. Su-"
El mé dico llevó a BJ a la esquina. Hablaron, pero no pude seguir lo
que decı́an. No me importaba de todos modos. Mi cerebro estaba
dando vueltas. Pensé que me iba a desmayar.
“Hay dos maneras en que podemos proceder”, me dijo el mé dico con
cautela cuando é l y BJ volvieron a estar a la vista. Miré a Beej, su mano
presionada en su boca. “Podemos inducirte o podemos hacer una
dilatació n y legrado”.
“La gente a menudo encuentra que inducir les da má s cierre”, ofreció
Anne.
Beej me miró y negué con la cabeza rá pidamente. “Solo sá calo”.
Eso lo golpeó como un tren. Lo vi en su rostro. Lo negará , dirá que
dependı́a de mı́, que fue mi elecció n, mi cuerpo, bla, bla, bla, pero vi que
lo mató un poco que dije eso.
Pero no podrı́a hacerlo de otra manera.
En las pocas semanas desde que descubrı́ que estaba embarazada,
no habı́a aprendido mucho sobre el trabajo de parto, pero sabı́a lo
su iciente como para saber que no querı́a pasar por eso para no tener
un bebé al inal. . Las mujeres que pueden hacer eso son má s valientes
que yo.
Despué s de esa elecció n, todo sucedió muy rá pido.
Me sacaron, me pusieron anestesia general y luego, cuatro horas má s
tarde, nuestras vidas, una vez má s, eran completamente diferentes de
lo que habı́amos planeado que fueran.
Anne estuvo conmigo todo el tiempo. No recuerdo mucho má s.
Recuerdo que me ayudó a vestirme, me acompañ ó lentamente de
regreso a BJ en la sala de espera, é l con sus ojos rojos. Llevaba una
sudadera con capucha gris, lo recuerdo. Colgaba de é l tan grande, y
mientras me acompañ aba hacia el auto, todo su cuerpo me envolvió de
una manera que lo hizo sentir como si fuera mi capucha.
Me puso en el auto, caminando rá pidamente hacia el lado del
conductor.
"¿Parques?" dijo en voz baja, mirá ndome de cerca. "Lo que mierda
necesites".
"No me importa", dije, apenas.
El asintió y comenzó a conducir. Lloré todo el camino de vuelta. Todo
el camino.
Ni siquiera sabı́a adó nde ı́bamos.
Puso el asiento de mi auto en el suelo mientras yo me acurrucaba y
lloraba. Pasó sus dedos por mi cabello y condujo y condujo.
No sé por qué ni có mo, pero acabamos en Dartmouth.
Volver a donde la hicimos.
Era ella, por cierto. Nos dijeron eso.
Se detuvo, dejá ndome por un minuto para encontrar al Sr. Gibbs. No
sé qué le dijo BJ, pero Gibbs me miró , abrió la casa, encendió el fuego y
la tetera y luego nos dejó .
Beej me cargó dentro de la casa, escaleras arriba y dentro de la
ducha.
Nos desnudó a ambos suave y lentamente y abrió el agua y recuerdo
mirar mi cuerpo y sentir que todo era extrañ o.
Mi estó mago ahora vacı́o, como si todo fuera un sueñ o arrancado de
mı́.
Lo siguiente que recuerdo es estar en la cama.
No sé có mo llegué allı́, no recuerdo haber llegado allı́. Pero recuerdo
un edredó n tragá ndonos a los dos enteros, é l sostenié ndome por
detrá s y nosotros permaneciendo ası́ durante casi dos dı́as.
La mañ ana que me levanté de la cama por primera vez despué s de
todo, BJ no estaba conmigo.
Lo llamé pero no estaba en la casa.
Y entonces lo vi por la ventana. Estaba cargando un pedazo grande y
plano de piedra arenisca y colocá ndolo debajo del sauce. Se levantó la
camisa para limpiarse la cara y luego se cubrió la boca con el codo
doblado, y lo vi tomar una gran y tambaleante respiració n, luego otra,
luego otra. Se secó la cara y las lá grimas con la muñ eca, bruscamente,
como hacen los chicos cuando no solo se secan las lá grimas sino
tambié n los sentimientos.
No supe qué hacer cuando vi eso, o có mo consolarlo.
Está bamos tan espectacularmente sobre nuestras cabezas.
No sabı́a qué decir. No pensé que se suponı́a que debı́a ver lo que vi.
Me senté en la cama, esperando a que entrara. Eventualmente lo hizo, y
nos dimos otra ducha, y luego volvimos a la cama y nos quedamos una
noche má s.
Cuando nos ı́bamos y el señ or Gibbs nos despedı́a, me volvı́ hacia é l.
“Nunca estuvimos aquı́, ¿entiendes?” Mi voz era má s aguda de lo que
pretendı́a que fuera, pero no era aguda con rudeza, solo desesperació n.
"Por favor."
"Sı́." Gibbs asintió .
“Y esa piedra que é l colocó ”, señ alé hacia ella. “Nunca se mueve”.
Entonces el Sr. Gibbs asintió de nuevo, rá pidamente, y aunque no lo
sabı́a, yo sabı́a que lo entendı́a.
BJ deslizó su mano en la mı́a, me metió en el auto, me abrochó el
cinturó n y luego me besó en la nariz.
Regresamos a Londres en silencio. Era un sá bado por la noche
cuando llegamos a casa. Y mierda, nuestros padres estaban locos.
Marsaili estaba prá cticamente trastornado.
Cuando llegué a los escalones de la entrada con BJ de pie detrá s de
mı́, ella abrió la puerta, me empujó adentro y mi cuerpo bloqueó
fı́sicamente a BJ para que no me siguiera.
"Vete", dijo ella con un dedo puntiagudo. "Ahora. No quiero verte
cerca de ella. ¡Absentismo escolar! ¡Huyendo! Inaceptable. Voy a llamar
a tu madre. Ella le cerró la puerta en la cara. “No puedo creerlo, ve a tu
habitació n”, gruñ ó . “No le hables a ese chico, no lo llames. No lo metas a
escondidas por tu ventana. Lo estoy clavando. Magnolia Parks, ¿me
oyes? No… Marsaili me miró con los ojos má s oscuros que jamá s me
habı́a dado. “—incluso soñ ar con contactarlo. Tendrá s suerte si alguna
vez lo vuelves a ver.
La cosa fue que, en el momento en que estaba en mi habitació n, todo
lo que hice fue llorar. Y no mi llanto normal. No llorar para salirme con
la mı́a, no llorar por insolencia o porque estaba borracho, era llorar
diferente y todos podı́an escucharlo porque yo estaba llorando como si
tuviera el corazó n roto.
"¿Magnolia?" preguntó Marsaili, pará ndose a mi lado. "¿Qué
sucedió ?" preguntó amablemente, su tono repentinamente muy
diferente al darse cuenta de que yo era diferente.
Pero no pude decirle. Negué con la cabeza mientras lloraba de una
manera que no sonaba como si viniera de mi cuerpo.
“Magnolia, cariñ o, ¿está s herida?” preguntó mi madre mientras
acariciaba con sus manos mi cabello y yo la rechazaba.
“Cariñ o, cariñ o”, susurró mi padre, “quiero que me digas qué está
pasando. ¿Que necesitas?"
"BJ", es todo lo que logré ahogar porque incluso entonces sabı́a que
era verdad. El es lo que necesito.
Eso hizo que Marsaili se encendiera de inmediato. "No lo soy", gruñ ó
ella. “No voy a llamar a ese chico. No puede desaparecer durante media
semana y huir con é l y tener una rabieta cuando no puede verlo…
“¿Crees que esto es una rabieta?” mi madre le gritó , una de las ú nicas
veces que la escuché defenderme. “¡Mı́rala! Es un esbozo de lo que era
cuando se fue de aquı́ el lunes por la mañ ana”.
“¡Entonces obviamente algo sucedió !” Marte gritó . “Magnolia, ¿te
lastimó ?”
“Nunca lo harı́a”, susurró mi hermana desde la puerta.
Todos seguı́an haciendo equipo y tratando de que me calmara, pero
me alejarı́a de ellos si alguna vez se acercaban demasiado.
Despué s de unas pocas horas, probablemente, retrospectivamente,
de estar muy metido en un ataque de pá nico muy serio, alguien (mi
dinero está en Bridget) llamó a BJ.
Lily lo llevó y é l subió corriendo las escaleras, Lil lo siguió de cerca.
Podı́a sentirlo moverse por la casa, escucharlo, antes de poder verlo.
Empujó a mi padre fuera del camino, se subió el sué ter y se lo quitó por
la cabeza, lo tiró al suelo y simplemente se metió en mi cama,
atrayé ndome hacia é l.
Nuestros padres se pararon en la puerta mirá ndonos,
completamente desconcertados por lo que estaba sucediendo y por
qué : có mo comenzamos la semana como dos personas separadas y
luego volvimos al inal fusionados como uno. Se acostó conmigo,
respiró ruidosamente en mi oı́do hasta que mi respiració n se hizo má s
lenta para igualar la suya, y luego se quedó . Me quedé hasta el lunes por
la mañ ana cuando volvimos a la escuela donde mentimos sobre
nuestra semana. Les dijimos a todos nuestros amigos que nos
escabullimos a Cannes para alejarnos de nuestros padres. El estuvo de
acuerdo, lo que sea que yo necesitara, incluso antes de que eso fuera
una cosa, siempre fue nuestra cosa.
Pensé que siempre lo serı́a.
DIECIOCHO

Magnolia

Estoy despierto en mi mente antes de que mis ojos puedan abrirse,


¿eso te sucede a ti? Donde tu conciencia se adelanta a tu despertar, y
algo en ti sabe que no quieres estar despierto, que no deberı́as estar
despierto. Trata de mantenerte en la seguridad del sueñ o, pero la vida
de vigilia es tan ruidosa, incluso cuando está tranquila, te empuja hacia
la luz de la vida, incluso si no hay luz, incluso si todas las cortinas de
todas las ventanas en el el mundo entero se ha cerrado para siempre.
Mis ojos parpadean y se abren eventualmente.
No reconozco inmediatamente dó nde estoy. En una cama. ¿Qué
habitació n es esta? Me levanto de un tiró n.
Entonces me doy cuenta de que estoy en el dormitorio principal de la
casa Dartmouth.
Miro a mi alrededor, en pá nico.
Mi hermana está sentada en una silla en la esquina (cá rdigan
cruzado de punto mixto de Alanui, sué ter de cuello alto de mezcla de
alpaca de Anine Bing Denver debajo y pantalones deportivos de mezcla
de cachemira Journey de Extreme Cashmere) con las piernas metidas
debajo de ella, con una taza de té abrazada a ella. cofre.
"Oye." Ella me da una sonrisa amable.
Parpadeo hacia ella un par de veces. "¿Qué está s haciendo aquı́?"
Ella deja la taza.
"El señ or Gibbs me llamó ", dice con el ceñ o fruncido.
"Vaya." Asiento una vez.
Se acerca a mı́, se posa en el borde de la cama, se mira las manos.
Juguetea con la punta de su dedo ı́ndice, re lexionando sobre las
palabras que sé que quiere decir.
Ella me mira. Dijo que te desmayaste.
"¿Hice?" Trato de sonar confundido. "Debo haber olvidado
desayunar".
"¿Durante cuantos dias?" Ella frunce el ceñ o.
Niego con la cabeza. "Ası́ no-"
"Entonces, ¿qué carajo te está pasando?" Mi hermana niega con la
cabeza, molesta.
"Vaya." Agito mi mano en el aire, dejo escapar una pequeñ a risa.
“Solo estoy un poco disperso, jet lag, ¿sabes?”
Los ojos de mi hermana se pellizcan. Dijo que estabas histé rica.
Pongo los ojos en blanco. “Sabes có mo me pongo cuando no duermo
nueve horas completas”.
Voy a llorar. Si sigue presioná ndome, lloraré .
"Magnolia."
"¿Qué ?" Parpadeo mucho.
"Dime la verdad." La cara de Bridget es seria. “No me mientas. Por
favor."
Tomo un gran respiro. "De acuerdo."
"¿De acuerdo?"
Me siento un poco.
Pero no debes decı́rselo a nadie. Le doy una mirada. “Esto se queda
entre nosotros, para siempre”.
"De acuerdo." Ella asiente de nuevo. Ella parece nerviosa. Estoy
nervioso.
Nunca antes lo habı́a dicho en voz alta excepto a BJ y eso no fue
particularmente bien. Al menos no al principio.
Me aclaro la garganta una vez.
“Cuando tenı́a diecisé is añ os, BJ y yo quedamos embarazadas”. Le
doy una sonrisa cortante.
Ella me parpadea.
"Accidentalmente", agrego como una ocurrencia tardı́a.
Mi hermana me mira ijamente. "Oh Dios mı́o."
"Ibamos a mantenerlo-"
"Oh Dios mı́o-"
Murió alrededor de las quince semanas.
Le doy a mi hermana una sonrisa forzada, conteniendo todas mis
lá grimas detrá s de ella.
"¿Ella?" El puente parpadea. Sus ojos se han vuelto vidriosos.
Asiento con la cabeza.
“Tuve una dilatació n y legrado…”
Se lleva las manos a la cara mientras me mira. "Magnolia-"
“Fue el in de semana que les dijimos a todos que fuimos a Cannes,
¿recuerdas? Y nos metimos en tantos problemas... Olfateo una pequeñ a
risa al recordarlo. Y Marsaili dijo que tenı́a prohibido ver a BJ y...
“—Y no podı́as dejar de llorar.” Ella asiente.
Asiento con la cabeza. "Y llamaste a BJ".
"Bien." Ella se encoge de hombros. Lo necesitabas. Podrı́a decir."
Asiento con la cabeza.
"¿Y quié n diablos podrı́a dormir con todo tu estú pido llanto?"
Dejé escapar una risa mocosa.
Mi hermana se sube a la cama junto a mı́, une su brazo con el mı́o,
apoya su cabeza en mi cabeza.
"Nunca apareciste".
"Sı́." Asiento con la cabeza. “Aparentemente tengo algo llamado ú tero
inclinado”.
Ella suelta una carcajada. "Por supuesto que sı́." Ella me mira,
sacudiendo mi brazo distraı́damente. "¿Nadie sabe?"
Jugueteo con el ló bulo de mi oreja. "Nadie sabe."
Bridget se queda en silencio por un tiempo. Siguen unos buenos
minutos de silencio, ninguno de los dos dice nada. Es agradable, en
realidad. Que alguien má s lo sepa y se siente conmigo en é l.
Exhala ruidosamente por la nariz y me empuja con el codo.
“No hacer esto sobre mı́—” Ella me da una pequeñ a mirada. “Pero
dije vı́nculos de trauma con ustedes dos, ¿no? Lo llamó una milla de
distancia.
Empiezo a reı́r. Está cansada pero es genuina.
Y luego Bridge me da una mirada exasperada. "Santa mierda".
Le doy una pequeñ a y tierna sonrisa.
"Sı́. Fue."
DIECINUEVE

Magnolia

Decı́rselo a Bridget me hace algo. Desbloquea algo.


Un montó n de cosas, en realidad. Desde el alivio hasta el dolor, la
libertad y la tristeza, tal vez incluso un poco de capricho que
probablemente no deberı́a estar ahı́.
Dice que me llevará a casa esa tarde.
Reclino la silla del Brabus G63 de mi padre que tomé sin decirle lo
má s lejos posible y me acurruqué , mirando a mi hermana.
Me mira y luego vuelve a mirar la carretera.
"¿Por qué nunca le dijiste a nadie?"
Frunzo los labios.
“Guarda un secreto el tiempo su iciente y te mantendrá a ti”.
Ella asiente, mira su espejo retrovisor.
“Probablemente al principio pensamos que estarı́amos en
problemas, ¿sabes? Como si estuvieran tan enojados esa noche que
llegamos a casa”.
Ella huele una sonrisa.
“Marsaili especialmente. Y no querı́a que hiciera nada dramá tico o
que dijera que é ramos malos el uno para el otro o algo ası́. Lo que ella
habrı́a hecho. Pero no é ramos malos el uno para el otro… Frunzo los
labios. “Solo é ramos… el uno para el otro”.
"¿Está s molesto porque no vino?" Ella mira mi cara de cerca.
Cambié mi posició n, dejé escapar un suspiro que no sabı́a que habı́a
estado conteniendo.
"Sı́." Yo suspiro. “Quiero decir, é l estaba allı́. Dejó las lores. El señ or
Gibbs lo vio. Simplemente no querı́a verme, supongo.
Ella niega con la cabeza. “No puede ser.”
Ahora tiene novia, Bridge. Me encojo de hombros. "Tal vez se está
mudando".
"¿De ti?" Ella parpadea y luego niega con la cabeza una vez. “En
ningú n mundo”.
Miro por la ventana.
Me pregunto có mo dejar de amarlo.
Si pudiera.
Lo llevaré como una insignia de honor para siempre que é l me amó
primero, que me amó en absoluto. ¿Alguna vez has tenido un amor ası́?
Siempre me sentı́ como la chica má s afortunada por tener sus ojos en
mı́, sus manos en mı́. Y su boca. Me encanta esa boca.
Creo que necesito un trago.
"¿Có mo es ella?" pregunta Brı́gida.
"¿Quié n?" Miro hacia arriba, agradecida por la mano que sale de las
arenas movedizas de mi cerebro.
"Lizzo", dice ella inexpresiva.
"Vaya." Frunzo el ceñ o y luego me encojo de hombros. “Sı́, quiero
decir que es muy divertida. Un poco demasiado entusiastas con la
lauta como suelen ser los mú sicos de viento de madera, pero sin
embargo lo pasamos genial”.
"Su novia, idiota".
"¡Vaya!"
Ella me da una mirada.
"Oh, ella está bien".
"¿Ella esta bien?"
"Sı́." Me encojo de hombros. "Ella esta bien."
"¿Bonita como tú ?"
Saco algo de mi ojo y lo miro. "No seas ridı́culo".
Ella sonrı́e.
“Ella me da la energı́a de una persona que voluntariamente cenarı́a
en una cafeterı́a llamada algo estú pido como 'cá scara de huevo'”. Niego
con la cabeza ante mi propia suposició n. “Y no puedo evitar
preguntarme qué dice eso sobre una persona. Quiero decir, eso no es
solo manifestar que las cá scaras de huevo está n en tu comida, sino que
me atrevo a decir que de hecho lo está exigiendo”.
"¿Esa es tu lectura sobre ella?" Bridget parpadea. “¿Mal ambiente de
cafeterı́a?”
"Sı́." Me encojo de hombros un poco impotente. “Un poco insı́pido.”
"Está bien el gusto en chicos, aunque—"
"BJ no es gusto en chicos, é l es chicos". Pongo los ojos en blanco. “A
todos los que les gustan los chicos les gusta BJ”.
"Yo no." Ella me da una sonrisa cortante.
“En primer lugar, estabas absolutamente enamorada de é l en tu
primer añ o en la escuela…”
“De initivamente lo hice.” Ella asiente. “Estaba tan caliente”. Hace
una pausa para pensar en eso. “¡Qué asco!” Ella hace una mueca. "¿Por
qué me recordaste eso?"
Pongo los ojos en blanco.
"¿Está n amenazados por ella?"
“Bueno, ella es la ú nica persona con la que ha salido ademá s de mı́,
ası́ que sı́, supongo…”
Bridget mira ijamente a la carretera durante unos segundos antes
de preguntar ultrabrillante: "¿Entonces por qué crees que le gusta?"
"No sé ." Me encojo de hombros.
"Tal vez ella es salvaje en la cama".
Le doy una mirada. “Bridget—”
"Lo digo en serio. Alguien como é l, eso es probablemente una
consideració n”.
"¿Qué quieres decir con 'alguien como é l'?" Frunzo el ceñ o a la
defensiva.
"Oh, me re iero a una gran suspensió n vieja".
Me muerdo la uñ a del pulgar sin pensar. "¿Fue malo mientras yo no
estaba?"
Hace un sonido de exasperació n con la boca mientras me lanza una
mirada. "Uno pensarı́a que estaba tratando de romper algú n tipo de
ré cord".
Arrugo mi cara. Me siento má s triste otra vez, como si lo estuviera
perdiendo má s. No sé a cuá ntas personas diferentes y de cuá ntas
maneras diferentes lo he perdido, pero el sentimiento es familiar. Lo he
estado sintiendo de una forma u otra durante los ú ltimos casi cinco
añ os. A veces pienso que podrı́a sentirse como caer en un pozo muy
profundo. Cada bache y piedra que golpeo en el camino hacia abajo es
una persona diferente y un error que hemos cometido, é l ha cometido,
y parece que nunca toco el piso de perderlo. Sigo alejá ndome cada vez
má s de la luz del dı́a de nuestro tal vez algú n dı́a.
—No era muy salvaje en la cama —le digo a la ventana—.
“No lo digas”, le dice al camino con sarcasmo. La miro, pero ella no
parece darse cuenta.
“Tal vez ella es realmente una gran persona”, ofrece Bridget.
"Quizá s." Asiento, un poco desin lado.
"Ella es de Australia, ¿verdad?"
"Sı́."
“A los chicos les encantan los australianos porque son sú per
relajados, tranquilos, lo que tiene que ser al menos un poco de alivio
para é l, porque contigo, eres ah…”
"Puente-"
"¿Qué ?" Me mira y reconoce la desesperació n en mi rostro. "Mierda.
Lo siento… Me lanza una mirada de disculpa. "Sin embargo, lo eres".
"Bridget". Yo suspiro.
"Eres un puñ ado, Magnolia, pero é l te amará para siempre de todos
modos".
Pero puede que no. Esas magnolias en la piedra. Con é l y conmigo,
nunca ha sido solo una vieja razó n para tocarme, sino cualquier razó n
para verme y estar cerca de mı́ y lotar a mi lado. Tenı́a una razó n y la
pasó .
"Necesito un trago", le digo.
Ella me da una mirada. "En realidad, creo que necesitas varios".
Y ası́ es como termino en Buckley's (uno de los clubes de Jonah) con
mi hermana unas horas despué s.
machacado.
Yo, no ella. Bridget no es muy bebedora. Só lo la he visto borracha
unas pocas veces. Todos hacemos todo lo posible para mantenerla
sobria porque Bridget, completamente borracha, es muy honesta,
mordazmente honesta. Se emborrachó tanto el dı́a de Navidad del añ o
pasado en Nueva York y le dijo a Harley que pensaba que é l "se
arrepentirı́a sexualmente" de haberse divorciado de nuestra madre,
pero que emocionalmente probablemente habı́a tomado la decisió n
correcta. Ella le dijo a Tom que é l era el mejor hombre, pero que
esperaba que é l estuviera preparado para jugar el segundo violı́n para
siempre, se lo dijo como si le estuviera diciendo el clima afuera, tan
prá ctico.
Ella no toma rehenes. Nunca hay ganadores.
Trató de llamar a BJ para que entrara en mi edi icio cuando é l voló
para recuperarme. El cuerpo de Harley le impidió entrar. Creo que
tuvieron una pelea?
Bridget, sobria, nunca harı́a eso, ası́ que, como medida de seguridad
para todos nosotros, nadie abusa de Bridget.
Sin embargo, me han servido en exceso. Me he servido en exceso.
Estoy completamente enyesado.
Y no sé có mo terminamos en lo de Buckley, o por qué accedió a
llevarme, probablemente sea por el tema del bebé .
Lo del bebé es por lo que estoy borracho.
Y lo de BJ.
Pero, ¿no son en realidad, cuando lo piensas, uno y lo mismo?
Llevamos aquı́ no sé cuá nto tiempo, porque antes está bamos en un
bar.
Me veo muy bonita, obviamente. Primero nos fuimos a casa. Llevo un
minivestido de tweed amarillo y rosa con hombros descubiertos de
Oscar de la Renta y Bridget dijo que hacı́a demasiado frı́o para
poné rmelo, ası́ que de initivamente me lo puse, y aunque lo combiné
con el de lana cepillada cruzada y cachemira -abrigo de mezcla de
Sergio Hudson, no me lo puse porque tener una hermana es raro y
querı́a fastidiarla aunque fuera a costa de mı́ mismo, y durante los
cinco segundos de caminata desde la limusina hasta el club yo Pensé
que probablemente estaba a punto de morir de hipotermia.
me veo genial No importa que luzca genial, solo somos mi hermana y
yo, pero no puedo no lucir genial en el caso de las fotos. No hay muchas
cosas que pueda controlar en esta vida; estoy aprendiendo esto ahora a
la avanzada edad de veinticuatro añ os. No puedo controlar có mo me
ves, pero puedo controlar có mo me verá n. Y solo me verá s muy
arreglada. No necesitas saber sobre las partes de mı́ que no lo son.
Tengo la clara sensació n de que si el pú blico supiera mis debilidades,
se utilizarı́an en mi contra. Lo vi suceder el añ o pasado cuando todos se
enteraron de Paili. Uno pensarı́a que las personas podrı́an ser
respetuosas o incluso consideradas sobre có mo eso podrı́a haberme
lastimado. Escú chame: nunca debes leer la secció n de comentarios de
una fotografı́a que publicas de ti y un chico que no es el chico con el que
el mundo quiere que esté s.
Probablemente nunca deberı́as leer los comentarios.
Bridget me dejó vestirla pero se negó a usar un vestido. Jodidamente
tı́pico. Pero hice lo que pude: cá rdigan Francis de lana merino con
bloques de color de Alex Mill, la camisa blanca de gasa de algodó n
Lucien de Khaite, pantalones negros de corte palaciego de Philipp Plein
y sandalias abiertas con estampado de leopardo de Dolce & Gabbana.
El tiempo se vuelve resbaladizo para mı́ de la forma en que pasa
cuando has bebido demasiado, y en la mitad de mi tercera pelea con un
completo extrañ o, Bridget pide refuerzos.
Primero veo a Taura, deslizá ndose hacia mı́ con la velocidad, la
gracia y la destreza de lo que, para mı́, en este momento, se siente
como un patinador olı́mpico, pero para una persona comú n podrı́a ser
un caminar normal.
—¡Tausie! La miro radiante con su minivestido de cota de malla con
espalda abierta Hailey de color rosa brillante de Fannie Schiavoni.
"¡Bebé !" Ella parpadea, mirando de mı́ a Bridget. "Guau."
Bridget le da una mirada exasperada y yo frunzo el ceñ o. Entonces
mi hermana mira má s allá del hombro de Taura.
“Oh, dios…” Bridget pone los ojos en blanco. "¿Trajiste a toda la
caballerı́a?"
Taura suspira, molesta. “Traté de sacudirlos. Alguien… —le da a mi
hermana una mirada mordaz que pasa por encima de mi cabeza—, que
creo que intentaba ser sutil, en realidad dejó muy claro que sentı́a que
era necesario que viniera.
"¿Có mo se siente la novia de alguien al respecto?" Bridget pregunta
en voz baja.
"No es bueno." Taura la mira.
Taurs sostiene mi cara entre sus manos y me sonrı́e. "¿Có mo te
sientes, niñ a?"
Abro la boca para decir algo, pero luego lo veo detrá s de ella; mi
pesada cabeza cae hacia un lado, mirá ndolo ijamente. Nuestros ojos se
cruzan y entierra una sonrisa mientras camina hacia mı́ con un poco de
cautela.
"Escuché que estabas en el lá tigo". El me sonrı́e, divertido.
"Parece que podrı́a ser una mala educació n decirle a alguien tan
elegante como yo". Parpadeo hacia é l y é l huele una carcajada.
Camisa marró n YMC Military abotonada sobre una camiseta blanca
lisa de Visvim, pantaló n cargo recortado negro de Dickies y las Old
Skools Golden Brown y True White. Se ve tan guapo y quiero tocar su
rostro, pero no debo, ası́ que pongo mis brazos sobre Henry en su lugar.
“Mi Ballentine favorita en el mundo,” digo y le doy a BJ una mirada
intensa. El solo pone los ojos en blanco. ¡Y cristiano! ¡Y Joná s! Y… Veo a
Jordan. "Vaya."
Y luego frunzo el ceñ o. fruncir el ceñ o completamente. Justo en su
cara. No es mi intenció n, pero mis iltros sociales se han ido a la
mierda.
Henry entierra una sonrisa.
“Parques”, BJ agarra mi ojo, sostenié ndolo con el suyo. ¿Te acuerdas
de Jordan?
"Mm", le digo, mostrá ndole una sonrisa rá pida y molesta.
Ella le da a BJ una mirada aguda.
Jonah lanza un brazo alrededor de mı́, tirando de mı́ hacia la barra.
"Entonces, ¿te gusto de nuevo?"
Muevo la cabeza. “Está s en prevenció n”.
"¿Quieres decir 'libertad condicional'?"
Me encojo de hombros. "Podrı́a ser."
“¿Quieres decir hacer? ¿Podrı́a hacer?"
Las correcciones no te ayudará n.
"Señ alado." El asiente una vez. "¿Puedo obtener una ronda de tiros,
por favor?" le dice al cantinero (y tira "agua" sobre mi cabeza,
señ alá ndome).
"¿Có mo puedo recuperarte, Parks?"
“Podrı́as encontrarme una má quina del tiempo y retroceder en ella y
evitar que tu estú pido mejor amigo sea estú pido in initas veces y dejar
de ser un embustero mentiroso”. Le doy una breve sonrisa.
"Podria intentar." El hace una mueca. "¿O no podrı́a simplemente
comprarte una bolsa o algo ası́?"
"¿Una bolsa?" Lo miro, horrorizada.
"Un coche", dice rá pidamente.
“Solı́as comprarme una bolsa todas las semanas en Baggy Tuesday,
por eso lo llamaste ası́”.
"Eso... En realidad no fue... Eso fue algo má s que secuestraste".
"¡Secuestrado!" gruñ o.
"¡Hecho mejor!" El niega con la cabeza. “Hecho mucho mejor. Tus
maletas son... mejores. ¡Mas saludable! Para mi. Tal vez no en las
vacas…
Frunzo el ceñ o, confundida, y Jonah me da un codazo. "Continú a,
vuelve a ser mi amigo".
Me acerco a é l, justo en su oı́do y le susurro: "¿Te gusta?"
Se aleja un poco, me mira divertido. "Ella esta bien." Se encoge de
hombros, indiferente. "Sin embargo, nada contra ti".
Jonah lleva los tragos de regreso a nuestra á rea acordonada y todos
los bebemos, pero yo bebo dos porque conozco los trucos de Jonah: me
ha pedido tragos de agua desde que tenı́a quince añ os.
La novia de BJ está sentada lo má s cerca posible de é l sin estar en su
regazo. Ella lo está tocando, sus muñ ecas, sus manos, su cabello, y cada
uno me desgarra un poco, la ú nica parte aceptable es la parte en la que
sus ojos está n solo en los mı́os.
Ella le está susurrando cosas, y é l la mira rá pidamente, reconociendo
lo que está diciendo, asintiendo, apenas prestando atenció n, creo,
porque me está prestando atenció n.
Le doy una pequeñ a sonrisa desde el otro lado de nuestra mesa.
Se lame el labio inferior. Sonrı́e un poco de vuelta. Traga
nerviosamente. Vuelve a mirar a su novia.
Ella desliza su mano sobre su regazo y me atrapa mirá ndolo.
Aparto la mirada rá pidamente, poniendo toda mi atenció n en Henry.
"¿Por qué está s tan borracho?" pregunta, divertido.
“Mal dı́a”, le digo. “Mala semana, en realidad—”
Inclina la cabeza, todo triste por mı́, mi viejo mejor amigo. "¿Sı́?
¿Quieres decirme qué pasó ?
Le doy una sonrisa cansada, porque creo que ya estoy cansada de
todo esto. "No puedo."
"¿No puedes decirme?" El huele una risa. "Magnolia, me cuentas
todo..."
Niego con la cabeza hacia é l. “Sı́, excepto por esta cosa especı́ ica
porque BJ y yo dijimos que nunca se lo dirı́amos a nadie, literalmente a
nadie, lo que incluso se re iere a ti, ¿lo sabı́as? Lo cual fue muy difı́cil
para mı́, como estoy seguro de que puedes imaginar, porque soy un
bocazas para ti…
"Sı́ es usted." El asiente, curioso.
Me encojo de hombros. Pero una promesa es una promesa, ¿no? Y lo
prometı́, aunque fue lo peor, lo cual fue bueno de mi parte, ¿verdad?
El asiente, apenas ocultando una sonrisa.
“Pero entonces—” lo considero. "Supongo que rompe un poco las
promesas, ¿no?"
Enrique asiente. “El ha sido conocido por...”
"Supongo que no hubo ninguna promesa externa de que no me
engañ arı́a, pero en mi ingenuidad asumı́ que era un acuerdo tá cito".
"¿Tu ingenuidad?" repite, divertido.
Niego con la cabeza a mı́ mismo. “Deberı́a haberlo hecho por
escrito...”
El vuelve a negar con la cabeza. "No, no deberı́as haberlo hecho".
Parpadeo mucho y la cara de Henry vacila, curiosa.
“Oi”, dice mi voz favorita en el mundo mientras se acerca
sigilosamente a mi lado, con los ojos brillantes.
"Hola." Le sonrı́o. "¿Dó nde está Australia?"
"Hemisferio sur." Pongo los ojos en blanco porque eso fue terrible.
Incluso yo sé que eso fue terrible en mi estado actual. "El cuarto de
bañ o."
"Oh-" Le doy una mirada. "¿Ası́ que ella va a volver entonces?"
BJ sonrı́e, disfrutando de la atenció n. "Sı́."
Da un paso má s cerca de mı́, sosteniendo mis ojos. "¿Pensaste que
volaste?"
Me encojo de hombros de una manera que me parece recatada, pero
en la vida real estoy segura de que parece un poco como si estuviera
teniendo un derrame cerebral. “No me apetecı́a”.
"¿Por qué ?" pregunta BJ.
Sostengo sus ojos. "Sabes por qué ."
El niega con la cabeza. "No, no lo hago".
Yo suspiro. Es grande y ruidoso y molesto y dramá tico, y las palabras
que siguen se dicen má s fuerte de lo que realmente pretendo. “Porque
es nuestro peor dı́a”.
Mira a nuestro alrededor, un poco cohibido ahora, pero sus ojos se
suavizan. “¿Está s triste, Parks?”
Me inclino cerca de su oı́do, tan cerca que mi boca está contra é l.
“Siempre estoy triste, Beej”.
Se mueve un poco, nuestras caras está n tan cerca, me pregunto có mo
se ve para todos los que nos rodean. ¿Se ve tan ı́ntimo como se siente?
"¿Sobre eso?" Su mirada va de mis ojos a mi boca ya mis ojos.
Asiento una vez, decididamente. "Y tú ", ofrezco como una ocurrencia
tardı́a.
Se aleja un poco, me da una sonrisa triste. "¿Y yo?" Le doy un gran y
ú nico asentimiento. Inclina la cabeza. “¿Qué hay de mı́, Parks?”
“Oh, todo sobre ti…” suspiro, borracho. “Lo que é ramos… Lo que no
somos… Lo que hicimos…”
Su rostro parpadea con sorpresa mientras mira por encima del
hombro para ver si alguien lo escuchó . no lo hicieron "Oye—" susurra,
con las cejas bajas.
"Oye." Le sonrı́o con ojos llorosos.
Traga y sus ojos se ven preocupados ahora. "¿Está s bien?"
Jordan está de vuelta ahora. Ella está tratando de actuar con calma,
no lotando exactamente sobre nosotros, simplemente lotando junto a
nosotros. La miro ijamente durante unos segundos. Mis ojos podrı́an
estar empezando a llenarse de lá grimas. Estoy... estoy bien. soy
sensacional Multa. Estoy totalmente bien—” Asiento con la cabeza. “¡Y
en realidad soy bueno! ¿Eres?" Lo miro, esperando una respuesta, pero
solo me mira con el ceñ o fruncido. “¿Te gusta mi vestido?”
El lo mira. "Sı́", dice en voz baja, lo su icientemente bajo como para
que la novia no pueda oı́rlo.
“Pensé en ti cuando me lo puse”, le digo.
Una pequeñ a sonrisa rueda sobre esa boca que amo. "¿Acaso tú ?"
"Sı́." Lo miro ijamente, sin pestañ ear. "Y pensé : 'Me pregunto si me
pongo esto si é l pensará en desvestirme'".
El traga. "Vaya."
"¿Funcionó ?" Le sonrı́o.
Sus ojos recorren mi cuerpo como me gustarı́a que hicieran sus
manos. Permanecen bajos durante unos segundos y luego vuelven a
subir hasta los mı́os, presionando su pulgar en su boca.
Sı́, es la respuesta que su boca no dirá .
Exhala, pasando sus manos por su cabello. "Parques, ¿qué tan
borracho está s?"
"Vaya." Me encojo de hombros airosamente. “Como, no mucho. La
buena cantidad. Pero muy no mucho. Hago una pausa y lo miro. "Oye,
¿quieres tener sexo má s tarde?"
Henry escupe su bebida y me giro para mirarlo, sorprendida. No me
di cuenta de que estaba escuchando.
"Henry Austin", le regañ o. "Tirar juntos."
Hen comienza a reı́rse y en realidad habı́a olvidado que habı́a
alguien má s en la habitació n. Olvidé que está bamos en una habitació n
y no en la isla secreta BJ y yo vivimos en mi imaginació n donde
estamos solos y ninguna fuerza externa pone en peligro nuestra tenue
e imposible conexió n.
BJ se rı́e. "¡Guau!"
Henry sigue balbuceando en su medio risa, medio ahogo.
Frunzo el ceñ o un poco. "¿Qué ?"
Me da una sonrisa torcida con cejas altas. "Tengo novia, ¿recuerdas?"
“Oh—” Mis hombros se desploman. "Derecha."
"Derecha." El asiente.
"¿Pero realmente lo crees?" Le frunzo el ceñ o.
"Sı́."
"¿En realidad?"
"Sı́." Asiente con la cabeza hacia Jordan, quien, lamentablemente,
escucha con bastante atenció n. "Esa es ella".
"Oh hola." Vuelvo a notarla. "Otra vez."
Ella me mira ijamente, sin impresionarse. ¿Sabes que cuando está s
sobrio y está s con alguien borracho, son particularmente molestos? Me
imagino que es directamente ası́ excepto in initas veces peor porque
me imagino que me encontrarı́a particularmente molesto en el mejor
de los casos.
("Ella solo está borracha", le susurra Beej. "No me digas". Ella pone
los ojos en blanco. "Ese no es el problema". BJ cruza los brazos sobre el
pecho. "¿Cuá l es el problema?" un idiota, luego agita su mano en mi
direcció n. "Ella te quiere". Pero BJ niega con la cabeza. "Aunque no
realmente", le dice. Y no sé si é l sabe cuá n falso es realmente).
"Me gusta tu vestido", le digo para quitarla de mi olor.
"Estoy usando jeans", me dice, sin impresionarse.
"Vaya." Me estremezco. "Grandes vaqueros".
(“¿No sabe ella que la mezclilla es el material del hombre
trabajador?”, le susurro (sin querer) demasiado alto a Henry, quien me
mira con sufrimiento).
Jordan pone los ojos en blanco y se aleja. BJ me mira exasperado y va
tras ella. Frunzo el ceñ o, odiando tener que verlo perseguir a alguien
má s que a mı́. Só lo soy yo. Deberı́a ser de todos modos. Me dejo caer en
el sofá . Sı́rveme un vodka y vodka.
"¿Está s bien?" Henry asiente hacia mi vaso.
"¿Hm?" Lo miro un poco en blanco. "¿Oh esto? No, sı́, estoy genial”.
"¿Sı́?"
"Mmhm".
"Eso fue mucho alcohol para una chica que jura que una vez se
emborrachó con licores de chocolate".
“Creo que en realidad tenı́a hipoglucemia”.
Henry niega con la cabeza una vez. "No lo eras".
Podrı́a haber sido... Me encojo de hombros, pero Henry vuelve a
negar con la cabeza.
“No podrı́a haber sido”.
"¿El la ama?" Pregunto en voz alta.
Henry mira a su hermano, que está a unos metros de distancia y
tiene una pelea obvia con su novia, quien creo que probablemente sea
una perra, porque nadie puede gruñ irle excepto yo.
"No." El niega con la cabeza.
"¿Amas a Taura?" Pregunto igual de alto, lo su icientemente alto
como para que tanto Jonah como Taura nos miren, mientras sigo
adelante. “Está bien si lo haces, puedes decı́rmelo, ni siquiera te lo
diré …” entonces Henry se rı́e nerviosamente mientras coloca su garra
gigante sobre mi boca para silenciarme.
“Qué carajo-” El me da una mirada de 'cá llate'. Luego sacude la
cabeza y se burla. Eres una pequeñ a bola de demolició n esta noche,
¿no? Mierda —me dice mientras asiente hacia BJ, que camina hacia
nosotros ahora, sin Jordan a la vista. "¿Está s bien?" Enrique asiente.
Beej le da a Henry una mirada fuera de lugar antes de que se siente a
mi lado. "Eres un maldito dolor, Parks". El suspira mientras lanza su
brazo alrededor de la silla detrá s de mı́.
"¿A dó nde fue?" Parpadeo inocentemente.
"Ella se fue."
"Vaya." Suspiro, ingiendo-triste. "¿Por qué ?"
“Porque vamos a tener nuestra primera pelea, gracias a ti”.
Me siento inteligente y no un poco culpable. El puede decirlo, ası́ que
cava má s.
“¿Sabes lo difı́cil que es pelear con alguien que se relajó ? Y luego tres
palabras tuyas, y es un puto caos”.
Me encojo de hombros porque no me importa porque ahora é l está
aquı́ solo para mı́, solo para mı́.
“¿Qué pasó con ese proverbio de la Biblia?” Miro entre ellos
brillantemente y Henry niega con la cabeza, confundido. “Ya conoces el,
um, 'Siempre deja que el sol se ponga en una discusió n'”.
“No es un proverbio”. BJ niega con la cabeza.
“Si fue lo su icientemente bueno para Jesú s—” (“No lo fue”, aclara
Henry.) “—¡es lo su icientemente bueno para mı́!”
"Eso en realidad explica mucho sobre nuestro ú ltimo añ o", le dice BJ
en voz baja a su hermano, pensando que no puedo escucharlo pero
puedo, excepto que ni siquiera sé lo que quiere decir, ası́ que lo que sea.
“Bueno, si no vas a escuchar la Biblia, ve tras ella entonces,” le digo a
la ligera.
Los ojos de BJ se pellizcan ante mi reto hueco.
“Sı́, Beej—” reprende Henry. "Ve tras ella entonces".
BJ le da a su hermano una larga mirada que si estuviera sobrio,
sabrı́a que se trata mucho de mı́, pero no estoy mirando có mo BJ está
mirando a otras personas, solo estoy mirando su boca como si fuera un
pedazo de ilete. Beej asiente con la barbilla hacia Henry. "¿Por qué no
te vas a la mierda por un rato, bueno para nada?" Henry se rı́e y se gira
para hablar con Jonah.
Beej lo observa por un segundo, creo que tal vez evaluando el nivel
de nuestra soledad. Me retuerzo hacia é l, pasando una pierna sobre la
suya. Lo mira ijamente durante unos segundos, tal vez contando en su
mente todas las lı́neas que estamos cruzando para ser como estamos
siendo, luego se mueve má s cerca de mı́.
"¿Por qué está s tan borracho?" me pregunta, apoyando sus manos en
mis piernas de una manera que no creo que sea distraı́da.
"Sabes por qué ." Arrugo la frente. "No viniste".
Me da una mirada amable. "Lo hice, simplemente nos extrañ amos".
“Pero nunca no lo hacemos juntos”. Mi boca se hunde.
"¿Hacer qué juntos?" Jonah pregunta alegremente, incliná ndose
hacia nosotros.
“Nada”, dice BJ rá pidamente al mismo tiempo que digo, “3 de
diciembre”.
Jonah retrocede, curioso. “¿Y qué es el 3 de diciembre, Parks?”
"Nada." BJ niega con la cabeza con desdé n, pero me inclino sobre é l
para hablar con su mejor amigo. Las manos de BJ se mueven con mi
cuerpo, desde mi regazo hasta mi espalda.
“Es solo la fecha má s importante en la mitologı́a de nuestra relació n”.
Le doy una sonrisa borracha.
"Vaya." Jonah sonrı́e, captando la atenció n de su mejor amigo solo
para cagarlo. "Dime má s."
—Parks… —susurra Beej, con la boca pegada a mi oı́do.
lo miro
—Podrı́amos decı́rselo —susurro.
"¿Decirles qué ?" pregunta Jonah, pero ahora lo estamos ignorando.
Mis ojos está n ijos en los de BJ. "Le dije a Bridget".
("¿Le dijo a Bridget qué ?" Jonah gruñ e, pero Beej lo empuja sin
siquiera mirarlo).
Su rostro se ha puesto bastante serio. Agacha sus ojos hacia los mı́os
para que estemos nivelados.
"¿Acaso tú ?"
Asiento con la cabeza.
"¿Có mo?" pregunta suavemente.
Lo miro por unos segundos, sintié ndome de repente un poco má s
borracho de lo que me gustarı́a estar.
“Porque me desmayé en el á rbol, ası́ que Gibbs la llamó y luego tuve
que hacerlo”.
Parpadea un par de veces. "¿Te desmayaste?"
No dije nada; sus ojos recorren mi rostro, con las cejas bajas. Si
estuviera sobrio, podrı́a haberlo visto: todo lo que hay entre nosotros,
todos los lazos que nos unen, nuestros dos corazones destrozados en el
suelo y ya ni siquiera podemos diferenciar nuestras piezas, pero somos
el ú nico pegamento. necesitamos, ası́ que no importa de todos modos,
tal vez si estuviera sobrio y pudiera verlo por lo que era, habrı́a sentido
el susurro del universo dicié ndome que todo va a estar bien.
"¿Estabas bebiendo entonces tambié n?" é l pide.
“No, solo llorando”. Me encojo de hombros.
Su corazó n se rompe un poco en su rostro justo ahı́ frente a mı́.
“Parques—”
Me apoyo en su hombro. "¿Me llevará s a casa ahora?"
VEINTE

BJ

Ella era un pequeñ o desastre esta noche, y lo digo en serio en todas las
formas posibles.
Probablemente deberı́a haber ido tras Jordan, no lo hice.
Probablemente tampoco deberı́a haber vuelto a casa con Parks, lo
hizo.
Sin embargo, sentı́ que tenı́a que hacerlo un poco.
Ella es un desastre debido a un desastre que hicimos juntos, y yo
deberı́a haber estado allı́. Deberı́a haber sabido que ella nunca se lo
perderı́a tambié n.
Parks empieza a vomitar cuando la llevo a casa.
“Puedes irte”, me dice Bridge mientras observa a Magnolia vomitar
en un jarró n de la dinastı́a Qing de £50,000.
Dejé escapar una risa seca y asentı́ hacia su hermana.
"Bridge, creo que esto requerirá el toque de un profesional".
Ella sonrı́e, me da una mirada seca. "Eres un profesional en tocar a
mi hermana".
Ahogo una carcajada, me recuerdo a mı́ mismo que tengo novia y que
la noche no puede ser como me gustarı́a.
Bridget comienza a subir las escaleras, luego se detiene a mitad de
camino y me mira.
"¿Está s bien?"
La miro. Sé lo que quiere decir, lo que realmente está preguntando.
"Sı́." Asiento con la cabeza. "Gracias."
Le doy una pequeñ a sonrisa y luego Magnolia comienza a vomitar de
nuevo, rompiendo el momento.
Bridget se rı́e mientras sube corriendo las escaleras. "Buena suerte
con eso."
Recojo a Parks en mis brazos. "Vamos."
Llé vala por las escaleras. Me encantan estas escaleras. Echaba de
menos estas escaleras. Tengo algo con ella y las escaleras, no sé por
qué .
En realidad, lo hago. Solı́a pensar en pedirle que se casara conmigo
en la Plaza de Españ a en Roma hace unos cien añ os cuando se me
permitió pensar en casarme con ella.
En ese entonces, pensé que ya me habrı́a casado con ella, pero en vez
de eso, la estoy cargando al bañ o para que pueda vomitar de nuevo
porque todavı́a no hemos arreglado nuestra jodida mierda.
La coloco junto al inodoro. Agarra el cuenco y empieza a vomitar de
nuevo.
Me arrodillo detrá s de ella, sujeto su cabello hacia atrá s hasta que se
detiene.
Apoya la cabeza sobre los brazos encima del inodoro, toda exhausta
y toda esa mierda: el cabello es un desastre, los ojos está n manchados.
Ella me mira ijamente.
Inclino mi cabeza. "¿Có mo te sientes?"
Parpadea un par de veces y luego esboza una sonrisa. "Como la chica
má s bonita de la habitació n".
Asiento una vez.
“En cada habitació n, Parks,” le digo pero ella no lo recuerda.
Eso la enoja un poco.
Se levanta del suelo, camina hacia el fregadero y comienza a lavarse
la cara ené rgicamente.
Me acerco, tomo el pañ uelo de sus manos y la lavo yo mismo. Foco
lá ser en esas mejillas suyas que solı́a conocer tan bien y rozar tan a
menudo. Mi dedo se rezaga detrá s de la tela, trazando la hendidura
hueca de su pó mulo, y me pregunto si está bien o si esto es algo nuevo.
Ella me mira, tranquila. ojos grandes Se parece a ese ciervo que amo.
Sin embargo, no puedo mirarla porque si lo hago, la besaré y eso ya
no es lo que estoy tratando de ser.
Está s con Jordan, me recuerdo.
Está s con Jordan y nada de esto es real. Ella se va en unos dı́as.
Magnolia se acerca, me toca la cara con la mano.
Encuentro sus ojos, beso su palma dos veces y guardo este momento
en mi cerebro para siempre en caso de que sea una especie en
extinció n.
Me despierto a la mañ ana siguiente con Magnolia mirá ndome desde
su cama en el suelo.
"¿Qué está s haciendo ahı́ abajo?" Ella frunce el ceñ o.
Me froto los ojos, cansada.
“Yo, um—” Me aclaro la garganta. “Esta parecı́a la opció n má s
segura”.
"¿Má s seguro có mo?" Se sienta rá pidamente pero inmediatamente
se agarra la cabeza con dolor, cierra los ojos de nuevo.
"¿Está s ahı́, sabueso del alcohol?" Pregunto mientras me siento junto
a ella en su cama.
Ella me mira. Repite la pregunta. "¿Má s seguro có mo?"
"Má s seguro, eres la chica má s há bil de Inglaterra cuando está s
bebiendo Sambuca".
Sus ojos se abren como platos. "Oh, no."
Dejé escapar una risa seca. "Resulta", me aclaro la garganta de nuevo,
"borracho, todavı́a recuerdas todos mis", me aclaro la garganta una vez
má s, "... botones".
Su boca forma una O antes de cerrarla de golpe, avergonzada.
Nos sentamos ası́ durante probablemente un minuto, y estoy
jodidamente viviendo para ello, pavoneá ndome haciendo la espalda.
Porque nunca llego a ser el que no la cagó , no hizo la mierda
vergonzosa, y ella está sentada allı́ muriendo por todo porque ella fue la
que me insinuó .
"¿Todavı́a recuerdas mis... botones?" pregunta en voz baja antes de
mirar hacia arriba.
Aprieto la boca, aplasto una sonrisa que no deberı́a estar ahı́.
"Nah", miento mientras mis ojos tocan todos los lugares que está n
grabados en mi mente.
Sus mejillas se sonrojan y luego se mira a sı́ misma (un pijama largo
a cuadros) y luego vuelve a mirarme a mı́.
“El pijama de algodó n Thelma and Leah Gingham.” Sus ojos se
pellizcan, curiosos. “Opció n interesante.”
Le doy un encogimiento de hombros. "No querı́a que pensaras que
estaba siendo oportunista".
Ella me da una mirada juguetona. "¿Está s diciendo que no crees que
me veo sexy en esto?"
Meto la barbilla y observo su espalda. "No, creo que te ves sexy en
todo", le digo aunque no deberı́a. Ella traga y vuelve a lucir nerviosa.
Me giro hacia ella.
“Parks, escucha—” Trago saliva, un poco nerviosa. Ella me mira,
curiosa.
Mete las piernas debajo de ella. “Anoche, en frente de todos, estabas
hablando mucho sobre… todo…” me interrumpo.
Ella me frunce el ceñ o, confundida.
Inclino mi cabeza. “Como, por lo que hemos pasado y esa mierda. 3
de diciembre 'Podemos decirles', ese tipo de cosas”. Exhalo, miro mi
telé fono. Los chicos está n regañ ando como ancianas para que me digan
qué mierda estaba pasando. "Lo dijiste tantas veces que todos está n
haciendo preguntas".
Su rostro se arruga, un pequeñ o jadeo.
"Oh, Dios, lo siento mucho". Las manos vuelan a sus mejillas. "¿Está s
tan enojado conmigo?"
“No, Parques.” Niego con la cabeza, tomo su mano en la mı́a. "De
nada. Creo que lo hemos guardado solo para nosotros durante el
tiempo su iciente. Podemos decı́rselo ahora. Asiento con la cabeza
hacia ella. "Deberı́a, probablemente".
Mira a lo lejos en su mente mientras asiente un poco.
"¿Vas a decirle a Jordan?"
hago una mueca
"Quiero decir, probablemente deberı́a, ¿no?" Me encojo de hombros.
"¿Le ruego me disculpe?" Ella me frunce el ceñ o. "¿Decirle a una chica
que conocemos desde hace un dı́a y medio nuestro secreto má s secreto
en el mundo?"
Le doy una mirada. “Quiero decir, la conozco desde hace má s de un
dı́a y medio”.
Su cara está sombrı́a, mirá ndome, pero no solo está enojada, está
nerviosa.
Lamo mi labio inferior. "¿No quieres que lo haga?"
Ella niega con la cabeza y algo en la forma de su rostro me recuerda a
ella cuando tenı́a diecisé is añ os con ese niñ o nuestro creciendo dentro
de ella y recuerdo de nuevo que la verdad es, para mı́, cuando se trata
de ella, siempre va a sea lo que sea que ella necesite.
"De acuerdo." Asiento una vez.
Su rostro se suaviza y parpadea un par de veces. "¿Prometes?"
Asiento de nuevo, dá ndole una rá pida sonrisa.
"Sı́, lo prometo".
Ella se inclina, me besa en la mejilla.
Voy a reservar The Bingham Riverhouse para cinco. Entonces les
diremos, ¿sı́? Ella asiente obedientemente y me pongo de pie. "¿A
dó nde vas?" pregunta, de nuevo con esos ojos grandes.
Me limpio la boca con la mano, sintiendo la necesidad de quedarme,
ella quiere que lo haga; Yo podrı́a. Deberı́a, tal vez.
Pero nada es diferente, ella todavı́a se va mañ ana, ası́ que me iré
ahora.
"Sı́-" le doy un poco de una mueca. "Probablemente tengo que
suavizar algo con Jordan".
"Vaya." Ella asiente.
“Especialmente si estoy a punto de tener que decirle que voy a cenar
con todos nuestros amigos y ella no está invitada”. Respiro una risa y
Magnolia se encoge de disculpas.
"Ve bien, entonces". Ella me da un pequeñ o ceñ o fruncido.
Asiento con la cabeza hacia ella, lucho contra el impulso de besarla.
"Te veré esta noche."
Me dirijo directamente de Parks' a Jordan's.
Toca el timbre. Ella me abre. Es una mierda como el in ierno, pero me
deja entrar de todos modos.
—Hola —digo, cerrando la puerta detrá s de mı́.
Ella cruza los brazos sobre su pecho. "Hola."
"¿Está s bien?" Deslizo mis brazos alrededor de su cintura.
¿Realmente no sé por qué ? Simplemente lo hago y ella me deja. Ella es
mucho má s fá cil que Magnolia. Supera la mierda rá pidamente, no me
hace trabajar para eso, aunque algo que me gusta de trabajar para eso.
"No." Ella rueda los ojos.
Lamo mi labio inferior. "Lo siento."
“No me llamaste”, me dice.
Eso es cierto, no lo hice.
—Tú tampoco me llamaste —le digo.
Cosa que agradecı́. No podrı́a haber hecho malabarismos con ambos
anoche.
Jordan me mira, con los ojos muy abiertos y preocupados.
¿Estabas con ella?
Trago saliva, asiento. "Sı́."
Ella me mira, me abraza con má s fuerza.
"Ella me necesitaba", le digo.
"¡Te necesité !" ella grita
"¿Por qué ?" Frunzo el ceñ o. "¿Para qué ?"
"¿Para qué ?" Parpadea como si fuera un idiota. "Soy tu novia. ¿Sabes
lo vergonzoso que era estar ahı́ parado viendo a tu ex caer sobre ti y tú
simplemente lamié ndolo?”.
"Jords". Le doy una mirada. “Ella es mi amiga má s antigua en el
mundo”.
Ella me mira, obstinada. “Ella es el amor de tu vida”.
Mi mandı́bula se tensa y no sé qué decir.
Ella lo dijo, no yo.
Yo tampoco la corrijo, sé que probablemente deberı́a, y me señ ala
como interesante que ni siquiera se estremece cuando no lo hago.
Niego con la cabeza. “No puedo explicarlo—”
"Probar." Ella se encoge de hombros, impasible. Se cruza de brazos y
suspiro.
“Tenemos mucha historia. Demasiado... La miro a los ojos para
suavizar el golpe, trato de que parezca que tener demasiada historia
con Magnolia Parks no es el venado montado que colgaré en el pasillo
de lo que soy, como si amarla no lo fuera. lo primero que ves cuando
entras por la puerta de mı́.
"Solo... hay partes de todo esto que nos está n alcanzando, y es difı́cil
para ella", le digo, atrapo su mirada, le doy una mirada que sé que a
Parks le tiemblan las rodillas. Prué balo aquı́, a ver si me aclara. "Para
nosotros dos."
El rostro de Jordan se suaviza y suspira.
"Solo hay una cosa má s que tenemos que atar-"
Jordan pone los ojos en blanco ante eso.
"Vamos a hacerlo esta tarde-"
"¡Esta tarde!" dice, exasperada, pero sacudo la cabeza hacia ella
rá pidamente.
“Esta tarde, y luego estará listo y ella regresará a Nueva York”.
Ella levanta una ceja sospechosa. "¿En realidad?"
"Sı́." Asiento con la cabeza y ella no se da cuenta cuando el puto
camió n atraviesa su sala de estar y me atropella. ¿O es ası́ como me
siento cuando pienso en que Parks se ha ido otra vez?
Los ojos de Jordan me pellizcan. "¿Y volveremos a pedirme que diga
palabrotas con mi acento?"
"Sı́." Sonrı́o mientras deslizo mis brazos alrededor de su cintura y la
atraigo hacia mı́, recordá ndome que hay cosas peores.
Ella deja escapar un gran suspiro. "Multa. ¿Puedes al menos decirle
que su vestido es de la ú ltima temporada o algo ası́?
“Joder, no—” Solté una carcajada. “No tengo un deseo de muerte”.
VEINTE UNO

BJ

Sabı́a que estarı́a nerviosa, ası́ que esperé afuera a que llegara.
Ella llega tarde.
Supongo que probablemente esperaba llegar aquı́ y ya se lo habrı́a
dicho, pero quiero hacerlo juntos. Me sentı́ importante.
Parece una niñ a otra vez saliendo de ese coche de la ciudad. Mi
sué ter colgando suelto sobre su cuerpo, este sué ter azul marino y rojo
de Gucci de hace unos añ os que me quedaba grande, jodidamente
nadando sobre ella, una pequeñ a falda azul marino, un abrigo en los
mismos colores que mi sué ter y zapatos rojos brillantes.
Asiento con la barbilla hacia ella, hago todo lo posible por no leer si
lo lleva puesto, le doy una gran sonrisa, trato de hacerla sentir má s
valiente.
“Me preguntaba a dó nde habı́a ido eso”.
Ella me da una sonrisa rá pida y siento que la está usando como un
escudo.
Ella tira de mi chaqueta, abrochá ndola, frunciendo el ceñ o, los
desabrocha de nuevo. Tocá ndome solo por tocarme.
“Chaqueta universitaria con logo bordado. Saint Laurent”, le dice a
nadie en particular.
Inclino mi cabeza hacia ella. “¿Có mo está el clima, Parks?”
Ella suelta una risa nerviosa. “Un poco picado.”
No sé por qué , pero yo tambié n estoy un poco nerviosa. Son nuestros
mejores amigos.
“No pueden castigarnos”. La empujo juguetonamente.
Ella me mira toda sombrı́a.
Me giro, la agarro por los hombros y la miro. "No tenemos que hacer
esto". Ella asiente un poco. “Solo si quieres”, le digo.
"¿Quieres?" ella pregunta, con los ojos muy abiertos.
Asentı́ con la cabeza y me encogı́ de hombros a la vez. "¿Es hora, tal
vez?"
Ella asiente de nuevo. Le ofrezco mi mano. Ella lo mira por un
segundo pero lo toma de todos modos.
Caminamos hacia nuestra mesa, los chicos y Tausie, todos ellos
mirando nuestras manos en las de los demá s.
“Mierda…” Jo parpadea, mirá ndolo. "¿Son ustedes dos?"
“No”, dice Magnolia rá pidamente, luciendo avergonzada. Ella
arrebata su mano hacia atrá s.
Jodido Joná s.
Ella se sienta al lado de mi hermano, yo me siento al lado de ella.
Si no estuvié ramos a punto de entregarles alguna informació n
desgarradora, me estarı́a riendo de ellos. Los cinco sentados allı́,
mirá ndonos, confundidos.
Parks me mira.
"¿Yo o usted?"
Le lanzo una pequeñ a sonrisa. "Yo."
Puse mi brazo alrededor de su silla. Alrededor de ella, si soy honesto,
pero lo llamamos la silla porque serı́a má s fá cil con la novia si esto
sucediera alguna vez. no lo hará
—Bien, ası́ que... —Miro por encima del hombro, me aseguro de que
no haya nadie escuchando que no deberı́a, y luego me aclaro la
garganta—. “En la escuela secundaria, Parks y yo quedamos
embarazadas”.
Todos sus rostros se congelan.
"¡Por accidente!" Magnolia agrega algo ası́ o lo cambia todo o lo
mejora. Le lanzo una sonrisa divertida.
“No fue planeado…” Le doy un pequeñ o asentimiento. “Tenı́a
diecisiete añ os, casi dieciocho. Ella tenı́a diecisé is añ os. Ibamos a
mantenerlo. Lo perdimos.
"Joder", dice Henry, parpadeando un montó n y mirando entre
nosotros.
Ella le da una dé bil sonrisa. No decı́rselo a mi hermano era difı́cil
para ella a veces, siempre me di cuenta. Antinatural para ellos, de
verdad.
“Lo perdimos un poco, unas quince semanas. Parks tuvo que
operarse. Fue un poco como un calvario”. No puedo evitar mirarla con
orgullo. “Les dijimos a todos que fuimos a Cannes”.
“Oh, mierda—” Jonah asiente. "Yo recuerdo eso."
Christian tiene las manos en la cara, se ve un poco enfermo cuando
me mira.
Joder, si lo hubiera sabido...
"No yo se." Asiento con la cabeza. El no tiene que decirlo. "Es bueno.
Estamos bien."
"¿Sabes si era un niñ o o una niñ a?" pregunta Taura con delicadeza.
Parques sonrı́e. "Una mujer."
“Una niñ a”, arrulla Jo, con la cara toda papilla como no pensarı́as que
serı́a la de un jefe de banda.
Henry está muy quieto y los ojos de Parks está n ijos en é l, grandes y
redondos.
"¿Está s enojado?" pregunta en voz baja.
Su rostro está tenso y no dice nada al principio, solo parpadea dos
veces.
"Un poquito." Se cruza de brazos, mirando entre nosotros. "¿Por qué
no dijiste nada?"
Parks me mira y luego vuelve a mirar a mi hermano, con el labio
inferior hacia abajo.
“No fue realmente algo muy fá cil de decir”.
"Derecha." El asiente una vez, todavı́a con el ceñ o fruncido, pero
toma su mano con la suya. Siento celos de é l, si soy honesto. Tocá ndola
tan libremente, sin tener que saltar a travé s de aros e inventar una
mierda sobre sillas para hacerlo.
“Oi, pero esto es una mierda de cı́rculo interno. No le vamos a decir a
nadie”.
"-Por favor", añ ade Magnolia.
“Las ú nicas personas en el mundo que saben ahora son todos
ustedes, Bridget y, de hecho”, muevo mis ojos de Jo a Christian, “tu
madre”.
"¿Qué carajo?" Joná s frunce el ceñ o.
“Resulta que cuando diriges un tipo particular de negocio, tienes que
conocer a un tipo particular de mé dico que podrı́a estar dispuesto a
mirar hacia otro lado por determinadas sumas de dinero”, dice
Magnolia con mucha delicadeza.
"Ah". Jonah asiente una vez y me da una mirada por encima de su
cabeza. No sé si Jo alguna vez supo que ella lo sabe. Entonces, ¿solo
nosotros, mamá y Bridge?
Asiento con la cabeza.
"¿No Jordá n?" Taura pregunta con curiosidad.
Parques niega con la cabeza. "No."
Jo y yo cruzamos miradas.
"¿Por qué nos lo dices ahora?" Christian mira entre nosotros.
Me encojo de hombros. “¿Se sintió como el tiempo? Ademá s…
Asiento con la cabeza hacia Magnolia. "Blabbermouth aquı́ anoche
prá cticamente te lo dijo todo de todos modos".
Henry niega con la cabeza, la cara todo pellizcado. “Esto en realidad
llena muchos espacios en blanco”.
Christian asiente. "Sı́ lo hace."
“Habrı́a encontrado tus 'añ os perdidos' mucho menos molestos si
hubiera sabido esto”, anuncia Jonah.
"¿Y qué , por favor dime", Parks se inclina hacia adelante, con la
barbilla en la mano que mi hermano no sostiene, "son nuestros 'añ os
perdidos'?"
Jo le da un guiñ o. "Está s en ellos, bebé ".
Parks pone los ojos en blanco; Los atrapo al inal y le doy una rá pida
sonrisa.
"¿Tenı́as algú n nombre?" Tausie pregunta mientras golpea a Jo.
Parks y yo nos miramos, y su rostro se ilumina un poco.
Es agradable. Verla llegar a desarrollar nueve añ os de pensamientos
a la luz abierta.
"Hablamos de eso... antes... antes de cuando-" Ella traga. “Nunca
decidimos nada. Pero… Ella me mira. Sé cuá l creo que era su nombre.
¿Tú ?"
Me lamo el labio inferior y me levanto la camisa, mostrando el
tatuaje nú mero nueve, el nombre en letra diminuta a lo largo de una de
mis costillas.
"¿Billie?" Mi hermano sonrı́e.
Parks asiente una vez, sus ojos son suaves, todo su rostro es solo un
corazó n gigante que late y quiero mantenerlo dentro de mi pecho.
"¿Por qué Billie?" Taura inclina la cabeza. “Quiero decir, me encanta,
pero—”
“Nuestra primera cita”, dice Parks, solo mirá ndome. “Fue en el
aniversario de mis abuelos. Bailamos con Billie Holiday”.
"Te estaré observando." Solo la estoy mirando.
No puedo creer que se vaya mañ ana.
Fuerzo una sonrisa dé bil porque me preocupa lo que podrı́a pasar si
no lo hago.
Henry me mira a los ojos y luego levanta su vaso. "A Billie".
Todos dicen, levantando los suyos, “A Billie”.
Magnolia presiona su rostro contra mi hombro por un segundo, y
desearı́a que nadie estuviera aquı́ y que fué ramos solo nosotros, có mo
deberı́a ser, y estamos hablando de ella inalmente, có mo nunca
llegamos a hacer, solo a su alrededor, como tenemos miedo de decir su
nombre, supongo que lo hemos estado. Entonces escucho a Parks
olfatear antes de que ella se aleje y les sonrı́a a todos brillantemente,
animá ndolos a todos.
"Te veré en casa". Jonah asiente con la barbilla hacia mı́ una vez que
estamos terminando. Se acerca a Parks, la besa en la mejilla y luego se
aleja.
Todos los demá s se han ido. Asiento con la cabeza hacia el rı́o.
"¿Una caspa?"
Ella asiente. Meto las manos en los bolsillos porque es todo lo que
puedo hacer para evitar abrazarla. “¿Feliz con có mo te fue?”
Ella asiente.
“Fuiste muy valiente”, me dice de una manera que me hace má s
grande y desearı́a poder besarla.
"¿Tuviste un buen viaje?" Le pregunto a ella en su lugar.
Ella asiente de nuevo, las mejillas rosadas. Del frı́o o de mı́, no sé .
"Ası́ que probablemente te vayas entonces, ¿verdad?" Pregunto,
tratando de no hacer una mueca. "¿Mañ ana?"
Da unos pasos rá pidos frente a mı́, gira sobre sus talones y camina
hacia atrá s, mirá ndome.
“Um…” Ella deja escapar una sola risa. "En realidad no."
"¿Qué ?"
Ella se aclara la garganta. “Dennen me ofreció Editor de estilo si me
quedo”.
"Vaya." Parpadeo. "Mierda." Ella parece desconcertada. Niego con la
cabeza. "Quiero decir, guau". Me lamo el labio superior, frunzo el ceñ o
má s de lo que pretendo. "Felicidades-?"
Ella me mira, confundida. "¿Gracias?"
No dije nada. Solo mı́rala, con la cara tensa.
Mierda.
¡Mierda! ¿Que voy a hacer?
Ella me mira de cerca.
"¿Es esto un problema?"
"¿Qué ?" Parpadeo. “No—sı́—”
"¿Sı́?" Parece que la he golpeado.
“No—” Niego con la cabeza. No, es... tu casa. Asi que. No. Solo pensé
que te habı́as ido. Como, para siempre, ¿sabes?
Su cabeza se tira hacia atrá s. la he lastimado Conozca la mirada,
conozca la cara. Lo he hecho demasiadas veces para no hacerlo.
Ella da un paso lejos de mı́. "Bueno, lamento decepcionarte".
“No, Parques.” Yo suspiro. Es... tú no eres... yo só lo...
"Tienes una novia. Lo sé ."
Le doy una mirada. "No solo una novia, la ú nica novia que he tenido
ademá s de ti".
Me lanza puñ ales con los ojos.
Y no sé lo que soy. molesto un poco Confundido. ¿Aliviado? Maldita
tirada por seis.
ella se queda? No puedo creer que se quede.
"Sı́, lo sé , eso es genial". Ella asiente. "Mensaje recibido."
“Parques…”
"En realidad-" Ella niega con la cabeza, me señ ala con el dedo.
"¿Sabes que? Vete a la mierda Todo tierno y delicado, y dulce conmigo
estos ú ltimos dı́as…
“Está bamos lidiando con un trauma de una dé cada”.
“'Sexy en todo'”. Ella niega con la cabeza hacia mı́. "¿Todo mientras
pensaba que me iba?"
—Te ibas a ir —grito.
"Bueno, ahora no lo soy". Ella se encoge de hombros, desa iante.
"Excelente." Asiento con la cabeza.
Ella asiente de vuelta. "Excelente."
Ella se aleja de mı́ y la parte de atrá s de mi cuello se calienta.
“Que tengas una gran noche con tu novia, Beej”, escupe.
La observo alejarse por milloné sima vez en mi vida y suspiro.
¿Qué carajo voy a hacer ahora?
VEINTIDOS

Magnolia

No esperaba eso.
No despué s de las ú ltimas semanas, pero especialmente de los
ú ltimos dı́as...
Pensé que tal vez habı́amos doblado una esquina. Que tal vez
trabajarı́amos. Tal vez las Moiras no estaban durmiendo en el trabajo
por una vez en su estú pida existencia, que las estrellas se iban a alinear,
y que cuando Beej escuchó que me quedaba, corrió a casa, rompió con
ese estú pido australiano y vino. a mi casa, bé same y in.
En cambio, se queda con ella. Y está disgustado porque he vuelto.
Ni siquiera sé qué hacer, se siente demasiado vergonzoso decı́rselo a
alguien, aunque sospecho que todos nuestros amigos ya lo saben,
conmigo mirá ndolo como una colegiala enamorada durante la ú ltima
semana. Sé que Enrique lo sabe. Es demasiado decente para decirlo,
por supuesto. Aú n ası́, ha estado extra sin ninguna razó n real, actuando
como si hubiera estado viniendo a todas las exhibiciones de bienes
raı́ces para su propio disfrute y no solo porque lo necesito.
Un pequeñ o respiro en el drama de todo esto es que mi tı́o está en la
ciudad desde Rusia.
Es grande y corpulento como Harley, pero da má s miedo que mi
padre porque incluso 'Te amo' en ruso suena aterrador.
"¡Tı́o Aleksey!" Salto a sus brazos.
Siempre trato de sacarle ventaja a Bridget porque tengo la impresió n
de que es el albacea del testamento de su madre.
“Mark-nolia”, dice con su marcado acento moscovita. Me da un
abrazo. "Tan hermoso. Maravilloso verte.
Saca mi asiento para mı́ y me siento a su lado en la mesa del
comedor, alisando el vestido corto de jersey negro con adornos
multicolores de Dolce & Gabbana. Sigo captando cosas. Un poco
molesto. De initivamente vale la pena.
Recuerdas a Henry, por supuesto. Hago un gesto hacia é l y Henry le
da a Aleksey una sonrisa tan brillante como su sué ter de algodó n con el
logo de gran tamañ o Grow Up de McQ.
Aleksey asiente. "¿Novio, papá ?"
“El hermano del novio,” aclaro. “Y no, é l no es, no es mi, BJ no es, ¡no
es novio!” Sonrı́o brillantemente.
El tı́o Aleksey le da un codazo a su madre. "¿Es un accidente
cerebrovascular?"
Mi hermana y Henry comienzan a reı́rse.
“¿Có mo va mi herencia?” —pregunto, poniendo mi servilleta sobre
mi regazo.
"Bueno." Toma un sorbo de vino. “Nos estamos diversi icando”.
"¿En qué ?" pregunta mi padre.
“Zolote”.
"¡Oh Dios! Me encanta el oro. Asiento con la cabeza. “Siempre
elegante.”
“Y gases”.
“Menos chic.” Ajusto la diadema Five Flowers de Louis Vuitton.
Aleksey se encoge de hombros. "Vale casi £ 5 mil millones".
"Bueno", concedo, encogié ndome de hombros alegremente, "una
chica tiene que comer, ası́ que..."
Bridge y Hen intercambian miradas. Levanto la vista, miro al otro
lado de la mesa para ver a un hombre que nunca he visto antes.
Pelo corto y negro, piel clara, ojos bastante bonitos.
"Vaya." Parpadeo hacia é l. "¿Y quien eres tu?"
“Magnolia, querida—” Mi madre entra. “Este es Eric. Mi novio."
Dejo caer mi barbilla en mi pecho y miro a mi hermana.
"Hola, Eric", dice mi padre dé bilmente. "Me alegro mucho de que
pudieras unirte a nosotros".
Henry le ofrece la mano a Eric, luego Eric me la extiende a mı́.
Lo miro por unos segundos pero no lo tomo. “Encantado, estoy
seguro. Pregunta rá pida." Miro a mi familia. “Considerando que no
vives aquı́…” Señ alo a mi madre. “Y ella es tu madre—” Señ alo a Bushka.
“Y es tu hermano…” Señ alo al tı́o Aleksey y luego a Eric. "Y é l es nuevo...
¿por qué tenemos esta cena aquı́?"
"Gracias." Mi padre agita su mano en mi direcció n. “No estoy
dirigiendo una casa intermedia aquı́, Arrie. Tienes que dejar de dejarte
entrar”.
“Podrı́as simplemente cambiar la cerradura”, le digo.
"¡Magnolia!" mi madre y Marsaili dicen al mismo tiempo en tonos
sorprendentemente similares.
“Probablemente deberı́as al menos dejar de organizar cenas aquı́,
mamá ”, le dice Bridget suavemente mientras se arremanga las mangas
de su sué ter con patró n de cebra deconstruido de R13.
“Pero, queridos…” Ella suspira. “El empapelado de mi comedor me
hace ver gorda”.
“El papel tapiz no te hace ver gordo”, comienza Bushka. “La grasa te
hace ver gordo”.
Henry resopla en su servilleta pero lo convierte en tos.
La señ alo, asintiendo. "Esa es en realidad una ló gica muy infalible".
Eric parece que está luchando por mantenerse al dı́a.
"De todos modos, toda disfunció n a un lado, es conveniente para mı́
que esté n todos aquı́ porque tengo un anuncio que hacer". Les doy una
sonrisa corté s, doblo mis tobillos recatadamente, aunque ninguno de
ellos puede ver eso. Lo cual es una pena porque mis zapatos son lindos.
“Como muchos de ustedes saben—”
"Hay siete de nosotros aquı́ que no eres tú ", interrumpe Bridget.
Me repito má s fuerte. “Como muchos de ustedes saben—”
"Siete", repite ella.
La miro en silencio, esperando que se comporte.
“Ya no regresaré a Nueva York y, en cambio, residiré en Londres,
donde pertenezco, en el trabajo de mis sueñ os”.
“Felicitaciones”, me dice el BOTM de mamá .
"Gracias, Erick". Asiento apreciativamente. “Por lo tanto, a partir de
la pró xima semana, Bridget y yo nos mudaremos”.
"¿Qué ?" dice Marsaili.
"¿Qué ?" parpadea mi padre.
"Lo siento, ¿qué ?" dice mi hermana.
Asiento con la cabeza hacia ella. “Nos estamos mudando. Henry y yo
encontramos nuestra nueva casa esta mañ ana.
Ella niega con la cabeza. “No quiero mudarme”.
Ruedo los ojos hacia ella. "Bueno, absolutamente no todo tiene que
ser sobre ti, Bridget".
Marte me mira. "Magnolia…"
Bridget agita su mano hacia Henry. Vive con é l.
"No, gracias", dice Henry con una sonrisa corté s y frunzo el ceñ o.
“Volveremos a eso má s tarde—” Lo miro y é l hace una mueca, antes
de cruzar mis brazos sobre mi pecho y mirar a mi hermana con
impaciencia. “No seas un gran perdedor. No puedes vivir aquı́ para
siempre.
(Henry se inclina hacia mı́ y susurra: "Eso no es lo que
practicamos").
Respiro molesto, pero le muestro a la habitació n una sonrisa
recatada antes de intentarlo de nuevo.
"Solo un salto rá pido y salta a la mejor tienda de comestibles de
Londres".
“Tú no saltas ni brincas”, me dice Marsaili y la ignoro.
"Una caspa casual de 10 minutos para F&M".
Bridget me mira ijamente. “Eso no es una tienda de comestibles”.
Me aclaro la garganta. “Creo que encontrará que es té cnica y
literalmente una tienda de comestibles”.
“¿Quié n compra alimentos allı́?”
"Yo."
“No sabes cocinar”, interviene Henry. Le echo una mirada antes de
mirar a mi hermana.
"La reina Charlotte entonces".
Bridget parpadea. "Como en... Casa de Mecklenburg".
"Mmhm". Le doy una mirada alta.
Bridget me lanza una mirada. “¿Vas a duplicarte con eso? ¿Enganchar
tu estrella a ese carro?
“Está en Mayfair”, salta Henry. “Grandes techos, muy iluminados, tu
habitació n tiene un rincó n de estudio, Bridge”.
Mayfair. Sus ojos pinchan. "Interesante."
"No es interesante", le digo, con la nariz en el aire.
"Vaya." Ella asiente. "¿Quieres decir justo a la vuelta de la esquina del
hombre que amas?"
“Paul Walker está muerto, Bridget”. Puse mis manos en mis caderas.
“Y te agradecerı́a que descanses en paz el recuerdo del hombre que
amo”.
("Estaba tan bueno". Bridget asiente apreciativamente. "Tan bueno".
Asiento con la cabeza de vuelta, mirando a Henry para que é l tambié n
a irme el calor de Paul, pero no lo hace).
Bridget cruza los brazos sobre el pecho. Entonces, ¿dó nde en
Mayfair?
“Ni siquiera Mayfair realmente, como té cnicamente, sı́, Mayfair, pero
hablando literalmente, es má s Grosvenor Square”. Le doy una mirada
desa iante.
("Que está en Mayfair", me susurra Henry y lo hago callar).
"¿Donde exactamente?" Bridget exhala por la nariz.
Grosvenor superior. Final de Park Street. Le doy una sonrisa
esperanzada.
Vuelvo a mirar a todos los demá s en la habitació n.
“Entonces, si a todos aquı́ no les importarı́a despejar sus agendas
para las pró ximas 168 horas, serı́a fantá stico”.
Todos se rı́en como si estuviera bromeando.
Me inclino hacia Bridget.
"¿Vendrá s?" Le doy una gran sonrisa. “Tú , yo y Taura. Será genial.
Ella pone los ojos en blanco, ingiendo estar renuente al respecto.
"Multa."
VEINTITRES

BJ

Jordan llevó a Parks a quedarse mejor de lo que pensé que lo harı́a.


Mejor de lo que yo querı́a, en realidad.
Creo que un poco de mı́ esperaba que nos peleá ramos, ella se
enojarı́a y canceları́a, pero no lo hizo.
Henry dice que es porque quiere ser una in luencer y soy bueno para
su per il, pero creo que está sola en Londres.
Lo que hace que sea má s difı́cil y má s difı́cil hacer lo que creo que
quiero hacer.
“Entonces,” Jonah se para en mi puerta con los brazos cruzados.
“Parques que se quedan en Londres. Un poco de llave inglesa.
Lo miro. Ha estado bastante callado al respecto. "¿Sabı́as?"
El niega con la cabeza.
"Mierda." Levanto mi barbilla hacia é l. —¿Tausie no te lo dijo?
Vuelve a negar con la cabeza. “Ella tampoco lo sabı́a. Aparentemente,
Parks dijo que querı́a que fueras la primera persona a la que se lo
contara.
Dejo caer mi cabeza hacia atrá s. Mierda.
—No he hablado con ella desde entonces —le digo—.
Me siento culpable por eso, pero no sé qué decir. Mi reacció n fue
mala. Estoy jodidamente contento de que se quede. Quiero que se
quede, es mi mejor amiga. Un poco subestimado, supongo... Solo pensé
que todo estaba fuera de la mesa.
O, no, creo que esperaba que todo estuviera todavı́a sobre la mesa,
pero pensé que tenı́a má s tiempo para preparar la mesa...
No estoy listo, no creo.
Fue una locura para mı́ evitar la idea de salir con alguien que no
fuera Parks y inalmente lo hice y ahora estoy con otra persona, y no sé
qué hacer. Deberı́a ser obvio, lo sé . Sin embargo, Parks y yo nunca
somos obvios; incluso cuando somos muy claros, nos las arreglamos
para encontrar una manera de complicar las cosas.
La lastimaré , ella me lastimará , haré algo a cambio, ella hará algo
peor, ası́ es como somos ahora. Y desearı́a poder detenerlo, pero es
como si estuvié ramos atrapados en una maldita pista. Al menos
estamos juntos en la pista, supongo.
Vuelvo a mirar a Jo. "¿Qué carajo voy a hacer?"
"No sé qué carajo está s haciendo ası́, Beej". Jonah niega con la cabeza
hacia mı́. Estamos hablando de Parks.
"Sı́, pero estoy con Jordan".
Me da una mirada impaciente. "Ası́ que termı́nalo".
Se da la vuelta y sale de mi habitació n.
Lo sigo escaleras arriba, me meto las manos en los pantalones de
chá ndal. "No es ası́ de fá cil."
"¿Por qué ?" El frunce el ceñ o.
“Porque estoy tratando de hacer lo correcto”. Yo suspiro. Estoy
tratando de ser lo su icientemente bueno para ella.
Me mira como si no lo entendiera. "¿De acuerdo?"
"Y serı́a una mierda de mi parte decidir inalmente salir con esta
chica y ser tan importante, luego salir con ella solo un mes y dejarla
porque Parks está de vuelta".
Jonah suspira, recostá ndose contra el banco de la cocina. "¿Verdad?"
"Sı́. Es una vibra de mierda —le digo—. “Y ni siquiera sé si Parks es
como, ya sabes, si ella…”
"Oh, joder-" Jonah sostiene su frente. "Olvidé lo molestos que son
ustedes dos".
"Como, ¿por qué diablos ha regresado?" Me encojo de hombros.
“Pensé que era feliz en Nueva York. Salı́a con los Paltrow, por el amor de
Dios…
"Vaya." Jonah suspira, se lleva el pulgar a la sien y me mira ijamente
durante unos largos segundos. “Voy a tener que empezar a tomar
Ashwagandha”. El asiente para sı́ mismo, movié ndose hacia el armario
del té .
“Quiero decir, ¿qué hay en Londres para ella de todos modos? Es
como si ella tuviera este radar, y es como, estoy bien, por primera vez
en, joder, no sé , ¿añ os? Y ella lo huele en mı́ y vuelve para joderme”.
Sigue asintiendo, hojeando las cajas. “Tanta Ashwagandha”.
"¿Crees que ella está de vuelta para mı́?"
Jo toma una lata de Fortum & Mason de la despensa y me la pega. "Sı́,
creo que ha vuelto por ti, maldito idiota".
Se inclina hacia atrá s sobre el banco, cuelga la cabeza entre las
manos. Se frota los ojos, cansado. "Beej, ustedes pertenecen juntos".
Frunzo el ceñ o un poco. "¿Sı́?"
"Hombre, ¿có mo no puedes saber eso despué s de lo que nos dijiste la
semana pasada?"
"No sé ." Me encojo de hombros. “Desde Paili, nunca hemos sido
fá ciles. Solo ha sido difı́cil”.
Jo pone los ojos en blanco. “Nunca habı́a visto una quı́mica má s fá cil
entre las personas—”
"-Pero-"
“—Simplemente les gusta molestarse unos a otros.” Lo miro pero é l
solo se encoge de hombros. "Tú haces. Quiero decir, me conoces,
hombre. No creo en esa mierda del amor verdadero, ¿de acuerdo? El
niega con la cabeza. "Esa jodida mierda de Brontë , las almas gemelas de
Shakespeare, creo que es algo que les decimos a las chicas para tener
sexo... Pero lo que sea que tú y Parks tengá is, es sobre lo que estaban
escribiendo esos imbé ciles".
Lo miro. "¿Por 'jodidos' te re ieres a Shakespeare y Brontë ?"
"Sı́." El asiente.
"Derecha." huelo
Entrecierro los ojos hacia é l. "¿Ası́ que terminarlo?"
El asiente enfá ticamente. "Terminarlo".
VEINTICUATRO

Magnolia

Todo el mundo se dirige a Mahiki esta noche, pero Henry está haciendo
todo lo posible para convencerme de que no debo ir, que debo
quedarme en casa con Bridge, que no me perderé nada. En cambio, me
estoy duplicando porque siento que necesito hacerlo despué s de lo
jodidamente indiferente que fue su estú pido hermano cuando le dije
que me quedaba.
Miro a Henry desa iante. "¿Qué te parece, el vestido rosa o el rojo?"
"Ninguno de los dos." El niega con la cabeza.
"El rojo." Asiento para mı́ mismo.
Mi mejor amigo niega con la cabeza. "No."
"Sı́." Intento pasar junto a é l hacia el bañ o, pero me agarra por los
hombros.
"No." El niega con la cabeza con irmeza. "No está s listo".
"Estoy demasiado listo". Frunzo el ceñ o, aunque podrı́a no serlo.
“Magnolia—” Se rı́e. “Hace media hora estabas llorando en mis
brazos durante el canto ancestral de Moana .”
Mi labio inferior comienza a moverse. “Es una canció n muy preciosa
para mı́—”
"Tú -" El niega con la cabeza. “No son samoanos”.
"Podrı́a ser", le digo, con la nariz en el aire.
“Tu bisabuelo nació en el rı́o Mississippi”.
me cruzo de brazos "¿Dice quié n?"
Henry cruza la suya. “Su biografı́a má s vendida del New York Times”.
Paso mi mano por el aire y me lanzo hacia el espejo, tratando de
evaluar cuá nto trabajo tengo que hacerme en la cara para que BJ
lamente el dı́a. Henry viene y se para detrá s de mı́. Se ve triste.
"Magnolia", dice suavemente, "no está s lista".
Miro hacia atrá s por encima del hombro. “Pero é l está listo, Hen—”
Me encojo de hombros. "Ası́ que yo tambié n debo serlo".
Para bien o (probablemente) para mal, me estoy fortaleciendo con el
alcohol.
No tanto como la ú ltima vez, eso sı́. Eso se siente vergonzoso ahora.
No puedo recordar lo que sucedió realmente, aparte de despertarme
y BJ estaba en el suelo, tambié n vergonzoso. ¿Porque lo estaba
tocando? Yo podrı́a morir. Honestamente podrı́a morir. Aunque podrı́a
haber dormido en la habitació n de invitados. No era el tipo de
desordenado que le hubiera preocupado que me ahogara con mi
propio vó mito en medio de la noche, por lo que podrı́a haber dormido
en la habitació n de invitados, pero no lo hizo, y antes de que pudiera
haber leı́do en eso, pero incluso despué s de todo, ni siquiera estaba
emocionado de saber que me quedarı́a, ası́ que tal vez no signi ique
nada en absoluto.
Aparte de eso, cuá nto bebı́ esa noche obviamente dejó mucho que
desear, ası́ que para frenarlo esta vez, como una tostada y reservo un
Banana Bag IV para la mañ ana para cubrir mis apuestas.
Me aseguro de lucir extra hermosa para hacerle la vida má s difı́cil,
congelá ndome el culo a mediados de diciembre con el minivestido
loral con aberturas Alexandre en tonos agua de SIR. La etiqueta con el
cá rdigan de punto azul marino con botones y ribete de cadena de Gucci
y las sandalias de terciopelo Gaia de 140 mm de Jimmy Choo, que me
quito tan pronto como entro porque quiero que me vea tanto como sea
posible, ası́ que piensa en tocá ndome pero luego no puede y entonces
su noche se arruina.
“Hola”, les canto a todos mientras Henry y yo entramos. Solo beso a
Taura en la mejilla.
BJ me mira como esperaba que lo hiciera y no me da el subidó n que
buscaba en absoluto.
Su novia me da una sonrisa tensa e incó moda.
Miro a mi alrededor. "Espero que esté todo listo para ayudarnos a
mudarnos este in de semana".
Tausie y yo les mostramos una gran sonrisa y hay un murmullo
general de disgusto pero acuerdo entre los chicos.
BJ asiente hacia mı́. "¿Dó nde está el nuevo lugar?"
Inspecciono mis uñ as como si estuvieran remachadas, aunque no es
ası́, lo cual es a propó sito. Estoy un poco fuera de los diseñ os de uñ as
extravagantes en este momento. Má s allá de los hechos obvios, como si
fueran feos, por no mencionar las mani iestas impracticabilidades de
las uñ as obscenamente largas; por qué todo el mundo está tratando de
hacer que sus manos se vean como si fueran una bruja de una pelı́cula
de Disney está má s allá de mı́. Má s bien hizo que ni siquiera quisiera
uñ as de colores. Una ina punta francesa o quizá s, aú n má s ideal, Nail
Glow de Christian Dior. Eso es lo que mi manicurista y yo hemos estado
sintiendo ú ltimamente.
—Mayfair —le digo sin mirarlo.
“Pero en realidad má s Grosvenor Square”, agrega Taura porque es
una buena amiga.
Le doy una sonrisa rá pida.
"¿Está s emocionado de quedarte?" Jordan me pregunta con una
sonrisa. No parecı́a necesitar armarse ni nada, creo que es una sonrisa
adecuada. Que psicó pata.
Muevo mis ojos hacia ella tratando de parecer amigable. "Soy."
Necesito equilibrar cuidadosamente có mo la trato. Para uno, los
modales lo son todo. Y dos, si soy demasiado malo con ella, me
preocupa que BJ me elimine.
"Este trabajo es perfecto para mı́", le ofrezco, intentando.
“Espera…” Christian frunce el ceñ o. “¿Signi ica esto que no habrá má s
vacaciones gratis con la moneda de diez centavos de Tatler ?”
"Me temo que sı́."
"Mierda." El frunce el ceñ o. "¿No deberı́amos todos votar sobre cosas
como esa?"
"Um". Le doy una mirada. No eres pobre. Creo que puedes inanciar
tus propias vacaciones por un tiempo”.
Golpea su mano con desdé n.
"¿Cuá l es exactamente el papel?" Jordan pregunta, sonando
genuinamente interesado.
"Editor de estilo para Tatler ".
"Vaya. Enfriar." Ella asiente. “Eso es enorme. Felicitaciones."
No me gusta que sea amable conmigo. Mis ojos se sienten tristes
pero fuerzo una sonrisa. "Gracias."
Me bebo el vino muy deprisa y me acerco a Taura, que lleva un
minivestido de cota de malla con la espalda abierta y un arcoı́ris muy
sexy y muy colorido de Fannie Schiavoni. Es intimidantemente
hermosa, Tausie lo es. Estuve intimidado por ella durante tanto tiempo.
Principalmente por lo que pensé que habı́a hecho, pero un poco porque
es tan sorprendentemente atractiva en la forma en que tienden a ser
los euroasiá ticos. Su estructura ó sea es completamente loca y sus ojos
son tan brillantes.
¿Quieres saber algo loco?
Taura sabı́a que era Paili con quien BJ me engañ ó y me dejó pensar
que era ella de todos modos. Enrique me lo dijo. Pensó que serı́a
demasiado triste perder a mi novio ya mi mejor amiga al mismo
tiempo, ası́ que me dejó pensar que era ella.
Escuchó a Paili contá rselo a Perry en el momento en que sucedió , y
fue entonces cuando Perry comenzó el rumor de que se trataba de
Taura.
Sin mi conocimiento, Taura Sax ha sido una mejor amiga para mı́
durante los ú ltimos cinco añ os que casi cualquiera de mis otros
amigos.
Levanto mi mano a la oreja de Taura, cubrié ndola mientras digo en
voz baja: "Te estoy susurrando para que Jordan se sienta excluido".
Ella empieza a reı́r. Susurra de vuelta, "Genial".
"¿Con qué chico te vas a casa esta noche?" Yo, susurrando.
"Por determinar". Tauro.
“No me voy a casa con nadie”. Yo.
"Probablemente sea algo bueno porque está s enamorado de BJ",
susurra y frunzo el ceñ o, alejá ndome.
Yo soy, ella tiene razó n. Mucho. Lo miro ijamente y noto có mo su
camisa Gucci de manga corta con estampado de cachemira se abre
sobre su pecho cuando se inclina para decirle algo a Jo.
Tiene un nuevo tatuaje.
Odio que tenga cosas nuevas en su cuerpo que yo no he visto y ella sı́.
Lo miro con los ojos entrecerrados, inclinando la cabeza. Parpadeo
dos veces, mi boca se abre.
"Es eso…?"
BJ me mira, baja hasta su pecho y luego vuelve a mirarme. Sus ojos se
ven atrapados y va rá pidamente a cerrar su camisa, pero Jordan toma
su mano.
"¡No seas raro!" Ella rı́e. “No es como si ella no te hubiera visto
desnuda antes. Muestrale." Ella se estira, desabrocha un botó n extra y
me muestra su pecho, devolvié ndome una sonrisa orgullosa. No
importa que solo eso, ella tocá ndolo tan caprichosamente, sin pensar,
como si é l fuera suyo y no mı́o, es su iciente para matarme en el acto,
pero allı́, en su pecho, hay una caricatura.
“¡Bebé muerto Bambi!” Jordá n sonrı́e. "¿No es genial?"
("¡Qué raro!", susurra Taura cantando.)
"Es mi favorito." Jordan se encoge de hombros, sin darse cuenta de lo
tensos que se han puesto todos los demá s. Henry se está pellizcando el
puente de la nariz. Christian está sacudiendo la cabeza, evitando todos
los ojos. Jo tira su bebida. Estoy asintiendo. Estoy asintiendo mucho.
"¿Lo es?" digo, mi voz quebrada. "Guau."
Beej, solo me está mirando; nuestros ojos se cruzan, pero yo no
puedo, ası́ que me doy la vuelta, miro a Henry, que nunca se atreverı́a a
decirme que me lo dijo y, en cambio, me pasa su Vieux Carre, que me
tiro de un trago.
Muevo mi mano con impaciencia hacia Christian, quien
obedientemente me desliza la suya. Sazerac. Qué asco. No sé por qué le
gustan esos. Todavı́a un trago sin embargo.
Soplo por la boca para estabilizarme y me pregunto si mi vida en
Londres será solo una serie de momentos en los que me adormezco
para sobrevivir viendo a la persona que amo estar con otra persona.
Un poco má s tarde en la noche, Beej logra abrirse camino hacia mı́ y
Henry.
Jordan está cerca, pero ha encontrado a algunas chicas con las que
trabaja y todas está n observá ndonos, mirá ndonos ijamente, ingiendo
que no lo está n.
La forma en que BJ inclina su cuerpo hace que parezca que está
hablando con Henry en lugar de conmigo. Está tratando de ser
encubierto. "¿Puedo hablar contigo?" dice en voz baja.
Me alejo un poco de é l y golpeo la manga de su hermano. Jersey
oversize con cuello vuelto de ochos desgastado con parches de color
negro de TAKAHIROMIYASHITA TheSoloist. "No."
“Por favor, Parques. Necesito-"
“Beej-” Henry lo mira.
"Enrique." BJ lo mira ijamente. No empieces ahora. Magnolia, solo
quiero…
Niego con la cabeza hacia é l bruscamente y señ alo a Jordan.
“Tienes novia, ¿recuerdas?” Levanto mis cejas hacia é l. Me lo dejaste
muy claro la otra noche. Tambié n me mataste… Apenas puedo decirlo
sin que se me atragante la voz. Sus ojos se vuelven pesados con un
perdó n que no dirá en voz alta. "-en el pecho. Me mataste en tu pecho y
es el tatuaje favorito de tu novia”.
“Magnolia…” Suspira.
“Ası́ que vete a la mierda, Beej. Ve a hablar con ella. Vayan a planear
un pequeñ o viaje de un dı́a a Dartmouth juntos, hagan un dı́a, tomen
una motosierra, ¿por qué no?
Su mandı́bula se tensa y se acerca a mi cara como lo hace cuando nos
estamos volviendo amargos. "Nunca me digas eso, carajo".
Parpadeo como si no me inmutara, como si simplemente pronunciar
esas palabras no se sintiera como un lá tigo que estoy restallando
contra mi propia espalda.
"¿O que?" Arqueo una ceja. "¿Me matará s?"
Su cabeza rueda hacia atrá s y su respiració n es irregular cuando me
alejo de la mesa para alejarme de é l.
Camino hacia el bar solo para que tenga que verme alejarme de é l.
Y entonces sucede algo providencial.
Rodeado de una nube de presentadores de radio y bandas
londinenses, se encuentra Rush Evans.
Me ve al mismo tiempo que yo lo veo a é l.
"¡Oh, mierda!" Se pone de pie, sonrié ndome. "¡Aqui esta ella!"
Se pliega a mı́ alrededor en un abrazo y luego me tira hacia abajo en
el asiento junto a é l.
"Está s aquı́. ¿Que esta pasando?" Sus ojos está n, como siempre,
ocupados como abejas. "¿Qué está s haciendo?"
"Escapar de un ex novio". Hago un gesto en direcció n a BJ antes de
mirar alrededor con cautela. "¿Está mi otro aquı́?"
Me da una mirada. "¿Cuá l?"
Golpeo su brazo.
Probablemente no valió la pena por lo mucho que le dolió a Tom
cuando inalmente se enteró . Está bamos en Cannes y alguien nos tomó
una foto que fue muy difı́cil de explicar. Los perió dicos se lo comieron,
fue muy dramá tico y todo, o al menos una gran parte,
desafortunadamente fue captado por varias cá maras. Esa historia nos
siguió a Rush ya mı́ durante mucho tiempo y aú n ası́, Rush y yo no nos
detuvimos. No sé si eso lo empeora, probablemente lo haga.
Podrı́a excusarlo en mi mente porque Tom me dejó , y Rush solo hace
lo que Rush quiere, y é l me querı́a a mı́. Creo que me deseaba má s
porque sabı́a que no debı́a hacerlo. El secreto lo hizo má s divertido,
aunque en realidad no fue tan secreto. Rush es fotogra iado todo el
tiempo; está bamos en todas partes.
Tom tambié n le habı́a preguntado al respecto antes. Sé que lo hizo
porque llamó a Rush una vez para preguntarle si alguno de los rumores
era cierto y Rush dijo que todo era una tonterı́a y que solo é ramos
amigos, y que no conocı́a a mucha gente aquı́, ası́ que solo me estaba
mostrando los alrededores. , pero yo estaba acostado a su lado
desnudo en su cama mientras lo decı́a.
Lo de los amigos, no era del todo falso. Solo é ramos amigos, pero
tambié n hacı́amos cosas muy, muy amistosas con el cuerpo del otro.
Sin embargo, Rush pagó un alto precio por hacerlos.
"¿Tom ya te está hablando?" Pregunto, con las cejas levantadas.
Rush niega con la cabeza, se ve un poco triste. "No todavı́a."
Frunzo los labios de una manera que implica que soy tan culpable
como lo siento, y é l me mira con sus ojos azules.
"Entonces, ¿alguna vez me ibas a decir que te mudarı́as de regreso a
Londres o simplemente te ibas a ir?"
Lo golpeo en el brazo. “Fue repentino”.
"Sı́." Me da una mirada. “Eso escuché .”
"¿El me odia?" hago una mueca
"No." Rush frunce el ceñ o un poco. “Jodidamente te adora, incluso
cuando haces una mierda como esta”.
"Bueno, eso me hace sentir mal". hago puchero
"Deberı́a." El pone su brazo alrededor de mı́. “Te dice que te ama y
rompes con é l en el acto”.
“No en el acto”. Yo suspiro.
Me da otra mirada. "En el dı́a."
Suspiro de nuevo.
"¿Mismo viejo?" pregunta sin preguntar y nuestras miradas se
cruzan porque, en realidad, a pesar de todos los errores que cometimos
juntos, Rush Evans se convirtió en una persona muy segura para mı́
mientras estuve en Nueva York.
Lo llamarı́a de camino a casa despué s de mis paseos nocturnos por
el parque si tuviera un poco de miedo. Venı́a a recogerme a veces. De
malas fechas tambié n. Si sentı́a que las cosas se estaban poniendo feas,
é l simplemente aparecı́a. Una vez peleó por mı́ en un bar.
"¿Có mo te va con eso, por cierto?" Ladea la cabeza hacia BJ. "Tu chico
tiene una chica..."
Se ve apenado por mı́. Odio eso.
"Lo hace." Asiento solemnemente.
Rush inclina la cabeza. "¿Está s bien?"
"No." Sonrı́o estú pidamente y é l se rı́e. Estoy feliz de escuchar su
risa, en realidad.
Has estado mucho en los perió dicos. Lo empujo y é l suspira. "¿Tú y
Montana todavı́a...?"
"Sı́." El asiente solemnemente.
"¿No es mejor?"
Sacude la cabeza, me da una mirada severa. “Mejoró un poco cuando
estabas con Jack-Jack, pero no. Ha vuelto a la mierda.
Montana Sykes. El amor intermitente de la vida de Rush. Gran actriz
emergente. Ella era una estrella infantil pero hizo una transició n muy
buena. El añ o pasado ganó un Oscar por esa pelı́cula, La de los viejos.
¿Sabes a quié n me re iero?
"¿Está n diciendo cosas terriblemente malas?" Pregunto en voz baja.
"Sı́." Suspira, cansado. "No puedo tener su iciente de nosotros".
"¿Algo de eso es cierto?" Yo le pregunto. Que volvieron a estar juntos,
é l la engañ ó nuevamente, ella se enteró y ahora está saliendo con su
coprotagonista, quien tambié n es su antiguo compañ ero de casa.
Se rasca la nuca y se ve un poco triste. "La mayor parte, me temo".
Frunzo los labios. "Lo siento, Rush".
Se lame los labios. De initivamente triste "Sı́." El suspira. "Yo
tambié n."
Luego me mira y entrecierra sus grandes ojos azules. "No nos vamos
a conectar, por cierto".
"Vaya." Asiento con los ojos muy abiertos. "Bueno. Eso es lo que toda
chica quiere escuchar”.
El huele una carcajada y me da una pequeñ a mirada, pellizca mi
mano. “No no quiero, Parks. Y, quiero decir, olvı́date de que Tom me
matarı́a, otra vez, pero Jack-Jack en realidad podrı́a matarme”.
"Probablemente podrı́as llevá rtelo". Aprieto su brazo
juguetonamente y me aparta de é l con una mirada.
No quiero llevá rmelo. Quiero no tener sexo con la chica de la que
está enamorado uno de mis mejores amigos. Otra vez."
—No hagas que suene ası́ —hago un puchero, porque nunca lo harı́a.
No soy ası́. "Ni siquiera te di una mirada de soslayo mientras estaba
con cualquiera de ellos".
"¿No lo sé ?" El rueda los ojos. "Me dejó caer como una maldita patata
caliente".
“No puedes tenerlo en ambos sentidos”.
"Sı́, puedo." Me mira y habla con voz tonta: "Soy famoso".
Tomo la bebida de Rush de su mano y tomo un sorbo. Mientras lo
hago, mis ojos vuelven accidentalmente a BJ. Me está mirando desde el
otro lado de la habitació n y mi corazó n golpea el suelo porque sus ojos
son los ú nicos ojos que me importan y la ú nica forma en que parece
que puedo tenerlos es estando con otra persona.
Trago una vez.
Rush sigue mi mirada. —¿Sabe Ballentine que rompiste con Jack-Jack
Cavan por é l?
Le doy una larga mirada. "No." Me aclaro la garganta. "Y no lo hice".
"Sı́ claro." El resopla.
Niego con la cabeza. "El ya no me quiere ası́".
"Oi, Parks, cré eme: solo porque esté jodidamente jodido, no signi ica
que no te quiera". Levanta las cejas de esta manera sexy y
desesperanzada y recuerdo por qué seguimos teniendo sexo durante
cinco meses a pesar de que por lo general nos sentı́amos como una
mierda despué s. "Estoy completamente enamorado de Montana y la
cago regularmente".
Puse mi barbilla en mi mano y pestañ eé hacia é l. "Eso es verdad."
Aparta mi cara de la suya. No me apuntes con esas cosas. No vamos a
hacer esto”.
Resoplé , enojada con é l. Termino su bebida de una sola vez.
"¿Llevarme a casa al menos?" Pregunto, con las cejas levantadas.
"¿Hacer que BJ piense que es algo que no es?"
Ladea su barbilla hacia mı́, me da una mirada.
"¿Por qué deberı́a?" pregunta como si estuviera pensando en ello,
pero ya sé que lo hará .
“Porque el chico que amo se hizo un nuevo tatuaje en el pecho. De mı́,
bueno, má s o menos. Es lo que dijo que siempre le he recordado, y
estoy muerta —ofrezco. "Estoy muerto en su pecho".
Rush hace una mueca. "Eso no serı́a un ciervo, ¿verdad?"
Le frunzo el ceñ o. "¿Có mo lo supiste?"
Se mueve incó modo. “Tom tambié n lo consiguió ”.
Mi boca se abre.
"Sı́." El se encoge. “Lo vi cuando tuvimos la pelea. No sé . Te lo
perdiste de alguna manera.
Presiono las yemas de mis dedos en mis ojos y hago lo mejor que
puedo para no llorar.
¿Ambos? ¿Ambas personas a las que amaba se han hecho tatuajes de
mı́ muerto en ellos? ¿Qué les pasa? Y quizá s má s apremiante, ¿qué me
pasa?
"Oh, bien-" Rush gruñ e por lo bajo y lo miro. “Te daré un beso rá pido
frente a Ballentine y luego te dejaré directamente en tu casa”.
Enrique
20:57

llegas bien a casa anoche

Hice.

bueno y luego que paso

Ja

¿Có mo sabes que pasó algo anoche?

tú y prisa

siempre pasa algo

¿Acaso tú ?

¿Hicimos qué ?

….

….

Magnolia

¿Por qué haces esto?

Deja de ser jodidamente evasivo. Me lo dirá s en 5 minutos, ası́ que dı́melo ahora.

Lo hicimos.

Mierda

Espero que Tom no escuche...

Espero que Jack Jack no me escuche.


VEINTICINCO

BJ

Me acuesto en el mostrador de la cocina y gimo.


Jonah toma un sorbo de su jugo, mirá ndome desde el sofá mientras
come un tazó n de cereal. "¿Sabes que no hiciste ese sonido todo el
tiempo que estuvo fuera?"
Gimo de nuevo. "¿Viste su cara?"
“Sı́, hermano—” Jonah me da una mirada. “Parecı́a tan destrozado
como pensé que estarı́a”.
Otro gemido. "¿Por qué no me detuviste?"
Jonah tira su vaso en el fregadero ruidosamente para hacer un punto.
"Dime que está s bromeando". Lo miro, frunciendo el ceñ o. "Beej, tengo
un chip en la barbilla de cuando traté de detenerte para que entraras a
esa puta tienda de tatuajes".
Pongo los ojos en blanco.
Me muestra su barbilla. "Me pegaste."
Entrecierro los ojos. No puedo verlo. El puede ser tan dramá tico.
Jo niega con la cabeza, mirá ndome. “Creo que mis palabras exactas
fueron 'Creo que te vas a arrepentir de esto' y dijiste, 'Ya tengo tantos
de esos, ¿cuá l es otro?'”
Golpeo mi cabeza contra el má rmol. “Parecı́a tan herida”.
“Sı́, bueno, misió n cumplida entonces. ¿No era ese el punto?
"No." Me pongo de pie, cuadro mis hombros. “La liberació n era el
punto”.
“Bueno, ella no es Cuba y tú no pareces liberado”, me dice con
sarcasmo y le doy la vuelta.
Abro la nevera, saco agua y lo miro.
"¿Que voy a hacer?"
Jo se encoge de hombros. ¿Tú y Parks siempre parloteá is sobre una
má quina del tiempo? el ofrece. No hay ayuda allı́.
Haré que me lo eliminen. Lo ignoro, asintiendo para mı́.
"Simplemente me lo quitaré ".
"Esa es una buena idea, hombre". Jonah me da un encogimiento de
hombros. “Sı́, porque tardará unos 3 añ os en desaparecer, que es
probablemente la misma cantidad de tiempo que tardará Parks en
perdonarte”.
Lo miro, bebo un poco de agua. ¿Crees que se fue a casa con Rush?
"¿Creo que se fue a casa con Rush?"
Mi mejor amigo me lanza una mirada. "Beej, los vimos irse juntos".
"Sı́, pero como, ya sabes, ¿crees que ellos...?"
"Sı́, BJ". Jonah asiente enfá ticamente. “Yo creo eso. Por supuesto que
lo hicieron. Lo han hecho antes, sabes que lo han hecho”.
Me siento enferma.
Jo me da una mirada. “Joder, hombre, todos saben que tienen. Hay
una foto de é l con la mano en el vestido de ella en la Cô te d'Azu.
"Eso no signi ica que lo hicieran anoche". Abro la nevera de nuevo,
buscando algo que hacer.
Jonah hace algo en su telé fono y luego lo agita en mi cara. "Sı́, lo
hace".
Es una foto de ella y Rush. Sus brazos alrededor de su cintura, son
una especie de abrazo. No parece necesariamente romá ntico.
"¿Asi que?" Miro del telé fono a é l y luego a la foto de ella. "Esto podrı́a
ser de antes".
“Está afuera de PAULS en Holland Park Avenue—” El me da una
mirada. Tomada esta mañ ana.
"¡Mierda!" Mi cabeza cae hacia atrá s y grito en mis manos. "¿Por qué
ella-"
Jo me mira ijamente. "El ciervo muerto en tu pecho no podrı́a haber
ayudado".
Lo miro ijamente. "¿Cuá ndo se convirtió tu nicho có mico en decir lo
jodidamente obvio?"
“Casi al mismo tiempo, tus elecciones diarias se volvieron tan
ridı́culas que ya no necesitá bamos las bromas”.
Le doy una sonrisa falsa, é l me devuelve una.
"¿Deberı́a ayudarla a moverse?" Me rasco la nuca.
Jo suspira, presiona sus dedos en sus globos oculares y se encoge.
“No puedo hacer esto sobrio. ¿Hacerme un Bloody Mary?
Le lanzo una mirada y empiezo a sacar los ingredientes.
“¿Pero crees que deberı́a? ¿Serı́a esa una buena manera de hacerle
saber que estoy feliz de que haya regresado?
"Sı́." Se encoge de hombros. “O simplemente podrı́as decirle que
está s feliz de que haya regresado”.
Si le digo a Henry que me lo quitaré , é l le dirá ...
Me señ ala, interrumpié ndome. “Oi, pon má s vodka en eso. Un poco
má s… Me mira ijamente. “Un poco má s. Lo juro por Dios, BJ, si quieres
seguir hablando de esto, voy a necesitar que me sirvas un jodido vaso
de verdad”.
"¿Hablando sobre qué ?" Jordan pregunta mientras sube las escaleras.
Jo y yo captamos miradas.
"Vaya. Nada." Se encoge de hombros. "Solo caga conmigo y con Hen".
Jordan hace una mueca porque piensa que está n siendo estú pidos.
Yo tambié n, en realidad. No hablan de eso, simplemente dejan que se
encone entre ellos. Es como Christian y yo, supongo. Nunca parecen
llegar a los golpes. Henry es demasiado controlado. Y creo que Jo tiene
miedo de las consecuencias conmigo.
"Todavı́a está s libre el in de semana, ¿verdad?" me pregunta con una
gran sonrisa.
Mierda. Olvidé que tenı́amos planes.
Oh, en realidad, no, voy a ayudar a las chicas a mudarse”.
Su cara tira.
"¿Las chicas?" ella pregunta.
Jonah pone una cara de incomodidad y hace un sonido extrañ o.
Jordan me mira con los ojos entrecerrados. "¿Como tu ex novia, su
hermana y una chica con la que solı́as acostarte?" Ella frunce el ceñ o.
No dije nada. Se siente como una trampa.
“Sı́, pero, como—” Jo se encoge de hombros. “Ahora estoy durmiendo
con ella, ası́ que…”
Jordan le lanza una mirada.
“Sin embargo, Taurs es una maldita leyenda en el saco, ¿verdad
Beej?” Me golpea en el brazo y siento que estamos de vuelta en la
escuela cuando Jo decı́a mierda para hacerme reı́r y yo luchaba contra
todos mis instintos para no hacerlo. Aprieto mis labios, sin apartar la
mirada de Jordan.
“Ella está entre las cinco primeras con seguridad”, dice Jonah,
sonriendo.
Cruzo los brazos sobre el pecho y le doy la vuelta de forma
encubierta mientras lo hago.
"Sı́, mejor no responder a eso". Jonah asiente para sı́ mismo. "¿Top
tres?"
"Maldita fuera". Señ alo la puerta y comienza a reı́rse y se va a su
habitació n.
Jordan me mira y pone los ojos en blanco hacia Jonah.
"Ella es mi amiga má s antigua", le digo con una mirada de pena.
"Probablemente deberı́a ayudarlos".
“Pero es una cita doble triple”. Ella se cruza de brazos.
"¿Un qué ?" Parpadeo.
Ella rueda los ojos. “Tres parejas en una cita doble. Y sabes lo
molesto que es el novio de Claudia…
yo gimo “Jords, no quiero escucharlo hablar sobre có mo habrı́a sido
elegido como el nuevo Batman si Robert Pattinson no hubiera nacido.
No puedo hacer eso de nuevo.
Se rı́e antes de agarrar mi brazo y mirarme con ojos suplicantes.
"¿Por favor?" Ella me da una mirada esperanzada. “Imagina lo estú pido
que me verı́a en una cita doble sola, como si no tuviera novio ni nada,
cuando en realidad, el mı́o es mucho má s sexy que cualquiera de ellos”.
Ruedo los ojos hacia ella.
“Y Caitlin realmente quiere conocerte”.
hago una mueca “El raro del trabajo.”
"Sı́." Ella se encoge de hombros. Está bastante obsesionada contigo.
"Excelente." Asiento sin entusiasmo.
Ella levanta las cejas. "¿Ası́ que vendrá s?"
Yo suspiro. "Supongo que sı́".
Dije que lo harı́a, supongo que deberı́a.
Me da un apretó n agradecido en el brazo y me besa.
“Eres el mejor”, me dice.
Pero no estoy tan seguro.
VEINTISEIS

Magnolia

Llega el dı́a de la mudanza y nadie ha dicho nada sobre la remera corta


de jersey de algodó n de la colaboració n Balmain x Barbie que estoy
usando, la cual es, sin duda, muy casual pero obviamente muy linda.
Creo que todos está n enojados conmigo, pero en general no es mi
culpa.
Christian está de pie en nuestra nueva sala de estar, con los brazos
cruzados sobre su gran pecho, con el ceñ o fruncido. "¿Me está s
diciendo que renuncié a todo mi sá bado para mudarte a tu nuevo
apartamento, pero contrataste a empacadores, mudanzas y",
entrecierra los ojos para lograr un efecto dramá tico,
"desempacadores?"
Dejé escapar un gruñ ido frustrado.
"Solo me he mudado una vez antes y fue sin previo aviso y en la
oscuridad de la noche, porque tu mejor amigo no podı́a guardarlo en
sus pantalones". Le doy una mirada aguda. “Entré en Sotheby's en York
Avenue y dije: 'Necesito un apartamento que se parezca a Inglaterra,
que esté completamente amueblado, lleno de ropa porque no tengo
nada conmigo, e idealmente disponible esta mañ ana' y me dijeron que
probablemente no estaban expectativas muy realistas, pero harı́an lo
mejor que pudieran, y dije, está bien, iré de compras, llá mame cuando
me encuentres una casa”.
"¿Cuá l, por el amor de Dios, es tu punto?" parpadea Christian.
"¡No sé !" Me encojo de hombros. "¿Supongo que no sé có mo
mudarme de casa?"
El huele una risa y me empuja.
BJ no vino. No es que lo necesitara al inal, supongo. Y pensé que
probablemente no lo harı́a, pero aú n esperaba que pudiera...
simplemente entrar aquı́, agarrarme la cara y presionarme contra estas
nuevas paredes, en todos estos nuevos rincones, besá ndome
demasiado hasta que Henry le dice que se detenga, que es asqueroso,
que somos asquerosos. Echo mucho de menos ser desagradable con é l.
Estoy seguro de que no es bueno que eso sea lo que pienso cuando
estoy en algú n lugar por primera vez, que é l se iltra por las grietas de
cada una de mis cosas. El nunca ha estado aquı́, ni siquiera ha visto una
foto de eso, y aú n ası́ mi mente piensa en có mo se sentirı́a tenerlo de
pie en esa cocina prepará ndome una taza de té y mi corazó n da un
vuelco en pá nico porque me pregunto có mo ¿alguna vez llegaremos
allı́?
Sé el tipo de pareja que se prepara té y no el tipo de pareja que pelea
en la calle y Star difunde mierda sobre lo que es cierto y no es cierto a
la vez.
Y luego, no sé por qué , pero Bushka entra. Ademá s, entra con un
pañ uelo de sarga de seda rosa, crema y loral de Gucci en la cabeza, el
poncho de cuello alto de mezcla de cachemir a rayas con lecos de Chloé
y el gafas de sol deslumbrantes de gran tamañ o de Dolce & Gabbana.
"Oh, no." Hago un puchero, tirando de un lequillo. “Esto no
funcionará , apenas igualas un poco. ¿Qué sucedió ?"
Bushka se mira a sı́ misma. "Me gusta. Todo está en casa de colores.
Ella tiene razó n, supongo. Todo está en la timonera del mismo color.
"Está muy ocupado", le digo, quitá ndole las gafas de la cara y
examiná ndolas. "¿Estos son mı́os?"
Ella se encoge de hombros. “Nunca usaste, ası́ que tomé ”.
Pongo los ojos en blanco. “¿Qué está s haciendo aquı́? Literalmente
no tienes fuerza en la parte superior del cuerpo. O la fuerza de la parte
inferior del cuerpo. O fuerza de cará cter.
“Magnolia”, gruñ e Bridget.
Me encojo de hombros a la defensiva. “Ella era una desertora
militar”.
"Ella desertó de los sovié ticos".
"Sı́." Bushka asiente de manera concluyente. “Mal besador. No es
bueno quedarse.”
Henry empieza a reı́r.
“Quié n—” Bridget parpadea. "¿Está s... está s hablando de Joseph
Stalin?"
Bushka retrocede, ofendido. "¿Qué edad crees que tengo?"
"Mucho", le digo enfá ticamente.
Los ojos de mi hermana se pellizcan. “¿Sı́ o no a Stalin?”
Bushka asiente.
"¿Te habrı́as quedado si é l fuera un buen besador, entonces?" —
pregunta Jonah, incliná ndose—.
Bushka piensa. "¿Está mal decir 'probablemente', papá ?"
"Papá ". Bridget parpadea, con las manos en las caderas de su
cá rdigan Ganni adornado con cristales de color naranja brillante. Se ve
muy linda para el dı́a de la mudanza. Shorts elá sticos con estampado
loral de Sandro, una camiseta recortada de Alexander McQueen, Air
Force 1 que podrı́a prescindir, pero no es una colina en la que moriré .
“Entonces no”, dice Bushka antes de adentrarse má s en nuestro
apartamento.
Nuestro nuevo lugar es de ensueñ o. Incluso a Bridget le gusta,
milagro de milagros. Tomé el má ster porque, bueno, obviamente.
Techos altos. Acentos de má rmol. Paredes blancas, suelos de madera
oscura, mil millones de ventanas.
Y no creas ni por un momento que estoy parado frente a ellos
revisando la calle a ver si aparece en la acera, con cara de extraviado,
tratando de encontrar mi edi icio para sorprenderme, porque no lo
estoy. Eso serı́a muy triste.
Casi tan triste como el alboroto infernal que puedo escuchar en
nuestra sala de estar.
Doblo la esquina sintié ndome increı́blemente entrometida. Suena
como un—
"Vaya." Pisoteo con el pie mientras miro a Bushka. "¿Quié n diablos le
dio un silbato?"
"Yo." Henry me sonrı́e, orgulloso de sı́ mismo.
Le tiro la capucha de su jersey de punto de algodó n estampado
Oregon de Rhude sobre la mitad de su cara solo para molestarlo. "Por el
amor de Dios, ¿por qué ?"
Se encoge de hombros. "Porque ahora que BJ está en los malos libros,
tendrá que descargar esa fortuna de acero de £ 5B a alguien".
"Sı́." Lo miro ijamente. "Yo."
"Dudo." Se encoge de hombros. "¿Cuá ntos silbatos le has dado?"
"Solo el que te voy a empujar por la garganta como penitencia por
este iasco".
Mi mejor amiga se rı́e, me da un beso en la coronilla y se va para ir a
comprar café s para todos.
Estoy acostado en mi cama una hora má s tarde, bebiendo dicho café
y leyendo una revista porque mudarme es lo peor, ¿lo sabı́as?
Horrible.
no lo hagas
Y si es necesario, simplemente deje todo atrá s y comience de nuevo.
Hay un golpe en mi puerta y miro hacia arriba.
Jonah levanta las cejas, esperando que lo invite a entrar.
Sudadera negra Les Tien de jersey de algodó n teñ ido en prenda,
shorts negros de pernera recta con cordó n ajustable de jersey de
algodó n bordado con logo de Celine Homme con calcetines color crema
y Arizonas de ante negro. Aparto la mirada permisivamente pero no
hablo.
Se sienta en el borde de mi cama. "¿Alguna vez me vas a perdonar?"
Lo miro. "No sé ."
"El es mi mejor amigo."
“—Yo tambié n,” respondo rá pidamente.
El asiente una vez. "Son."
Aparto la mirada de é l. “Eso es un poco una calle de un solo sentido”.
El huele una risa, empuja una mano a travé s de su cabello rubio
oscuro.
“¿Al menos obtengo puntos por venir hoy? ¿Desperdiciando mi
sá bado por ti?
"¿Desperdiciando tu sá bado por mı́?" Parpadeo. "Por favor. Todos
vivimos con horarios muy relajados. Podrı́a ser un mié rcoles por lo que
sabemos, no harı́a ninguna diferencia”.
El asiente una vez y me mira. "¿Está s enojado porque no vino?"
"No me importa", le digo, encogié ndome de hombros absolutamente
cero narices en el aire.
“Ası́ que eso es un 'sı́'”.
Lo miro con furia y sus ojos se pellizcan juguetonamente antes de
ablandarse con bastante rapidez.
Iba a venir, Parks.
"Y todavı́a…"
"El tiene una novia."
Gimo y dejo caer mi cabeza en mi revista. "¡Lo sé ! Dios mı́o, escrı́belo
ya en una almohada, ¿por qué no lo haces?”
El rueda los ojos. “Si te cuento un secreto, ¿te gustaré má s?”
He echado de menos a Joná s. No era natural no hablar con é l despué s
de todo este tiempo. En realidad, fue un añ o largo en Nueva York sin é l.
Se esforzó por compensarme, pero no habı́a mucho que pudiera hacer
para deshacer lo que ayudó a encubrir.
Era má s fá cil estar enojado con é l allá que aquı́. Aquı́, con é l en mi
cara recordá ndome al chico que me agarró el pelo mientras yo
vomitaba media botella de vodka en una iesta que dio cuando tenı́a
catorce añ os, es má s difı́cil permanecer estoico.
Es esa estú pida sonrisa de Hemmes que hacen... tan linda, tan
perdonable. Su pobre madre.
"Quizá s." Le doy una mirada tonta.
El frunce la boca, escondiendo un poco de una sonrisa. Sé de buena
fuente que el amor de tu vida...
“—No tengas uno de esos,” interrumpo.
El pone los ojos en mı́. me pongo rosa “—Está llamando tiempo a su
pequeñ a relació n.”
Me congelo, mirá ndolo con los ojos muy abiertos. "¿En este
momento?" Pregunto, mis cejas hacia arriba.
Me da una mirada. "¿En este momento? ¿Có mo diablos lo sabrı́a? En
este momento…"
El niega con la cabeza hacia mı́.
"¿Pero pronto?" Sé que mis ojos se ven má s brillantes y
esperanzados de lo que quisiera. No me importa, es Jonah. Me ha visto
en lo peor y en lo peor aú n, puede verme ahora en mi loreciente
esperanza.
"Pronto." El asiente.
Me dejo caer en mi cama y exhalo, aliviado.
Se acuesta a mi lado. "Pensé que te gustarı́a eso".
VEINTISIETE

Magnolia

El dı́a despué s de la mudanza almuerzo con Henry y Jonah en casa de


Annabel. Solo los tres. Taura tiene trabajo, y de todos modos no me
gustarı́a mucho ir a almorzar con su pequeñ o grupo. Henry y Jonah son
relativamente normales cuando está n con nosotros o solos, pero el
segundo Taura alrededor de las ruedas comienza a caerse. Debido a
que ambos está n saliendo con ella, ambos tienen sentimientos
apropiados por ella, y ella por ellos...
Ella dice que solo está jugando, tratando de averiguar con quié n
estar y qué hacer.
La situació n aquı́ es que tanto Henry como Jonah han pasado toda su
vida adulta, para todos los efectos, evadiendo relaciones
comprometidas. Ninguno de los dos ha querido realmente una hasta
ahora, pero ambos son demasiado orgullosos para admitirlo, y ninguno
quiere admitir la incó moda verdad de que ahora ambos está n
terriblemente interesados en la misma chica. Incluso podrı́an amarla
los dos. Henry lo hace, puedo decirlo.
El hecho de que todavı́a esté en eso, saliendo con ella cuando Jo
tambié n lo está , incluso cuando puedo ver que le duele y esta amistad
que ha tenido durante veintitantos añ os, signi ica que está en lo má s
profundo. Henry es demasiado pragmá tico para permitir que algo
como esto suceda en circunstancias normales, ası́ que solo puedo
suponer que la norma ha cambiado y ahora el amor está involucrado.
No hablamos de eso, ni siquiera menciono su nombre una vez. Lo
cual es difı́cil, en realidad, ya que nos acabamos de mudar juntos y ella
es una parte central de nuestras vidas. De todos modos, trabajamos
alrededor de eso. Charlé principalmente sobre la vida amorosa
desenfrenada y altamente publicitada de mi madre.
“Lo que má s me molesta es su edad”, les digo mientras salimos a
Berkley Square. "Su edad." Asiento con la barbilla hacia Henry.
"Increı́ble…"
Saco las gafas de sol Chanel negras con el logo CC vintage y me las
pongo. Nunca uso anteojos de sol debido a que mis ojos son tan
maravillosos, pero estos son tan adorables que casi serı́a un crimen no
hacerlo.
Jonah gira sobre sus talones para mirarnos mientras camina hacia
atrá s. “Quiero decir, Parks, la verdad honesta de Dios es que Arrie está
bien en forma”. Lo fulmino con la mirada y é l se encoge un poco de
hombros mientras se sube la cremallera de su chaqueta negra
acolchada Fear of God. "Como, si ella no fuera tu madre, estarı́a todo
involucrado en eso".
Henry hace una mueca y yo, simplemente horrorizado, golpeo a
Jonah 12.000 veces desde la cabeza hasta el estó mago.
“¡Joná s!
"¿Qué ?" El frunce el ceñ o a la defensiva, sin inmutarse ante mis
golpes ni una sola vez. “Parques, vamos. Sus ojos, esos ojos de ven-aquı́,
fó llame…” Me da una mirada. "Muy sexy".
Las caras de Henry se arrugan y mi boca se abre, horrorizada.
“¡TENEMOS LOS MISMOS OJOS!” Grito.
"¿Qué ?" El frunce el ceñ o.
“Mi madre y yo tenemos los mismos ojos”.
Jonah pone los ojos en blanco. "Tu no."
"¡Sı́!"
"¿Eres estú pido?" Enrique se burla. "Mı́ralos."
Los señ alo salvajemente y Jonah se inclina para inspeccionarlos.
“Oh, joder—” Jonah se aparta de mı́ dramá ticamente antes de
señ alarme directamente a la cara. "Qué asco".
Aparto su mano de un golpe. “No me señ alen y digan 'puaj'”.
Jonah me mira, con los ojos muy abiertos y completamente
perturbado, señ alando ahora con dos dedos. "¡Eso es jodidamente
repugnante!"
"¡Deja de señ alarme y decir cosas malas!" Doy un pisotó n y Henry se
echa a reı́r.
"Me retracto." Joná s niega con la cabeza. "Me retracto de todo", dice y
luego hace uno de esos estremecimientos involuntarios.
"Está bien", gruñ ı́ por lo bajo. Mi paso por la calle ahora es rá pido y
está alimentado por el mal humor. "Establecerse. Miraste brevemente
mis ojos deslumbrantes, no el in ierno de Dante”.
"Oye, entonces, ¿qué está haciendo Bridget estos dı́as?" Jonah me
llama, con una sonrisa descarada en su rostro. Pellizco mis dedos justo
en su cara.
Hielo ino como el papel, Jonah. Fino como el papel."
Ambos chicos se rı́en y me hace sentir aliviado de que todavı́a
puedan ser normales el uno con el otro cuando sacamos el pepinillo de
la ecuació n.
"Bridget es realmente muy sexy, Parks", admite Henry, abanicá ndose
con su camisa beige de Maison Margiela.
"¡Enrique!" yo lamento
"¿Qué ? ella es...
Y luego, "Oh, Dios mı́o", dice una voz familiar. Perry Lorcan nos
detiene en la calle. "¡Magnolia! ¡Hola!" Me mira ijamente, con los ojos
grandes y abiertos.
Como respuesta instintiva, pienso en lo que estoy usando en caso de
que haya un fotó grafo escondido en algú n lugar, o incluso para cuando
este momento inevitablemente le devuelva a Paili.
La minifalda adornada con cristales de Amen, el jersey negro de
punto de canalé de Maddy y el abrigo de punto negro con cuello abierto
de Dolce & Gabbana. Luzco bien. Es estú pido que me haga sentir un
poco de alivio, pero lo hace.
"Niñ os. Oye." Perry les da una sonrisa incó moda.
Jo asiente con la barbilla hacia é l y doy un paso atrá s hacia Henry,
que no dice una palabra.
"Sidra de pera." Parpadeo un par de veces, mirando má s allá de é l.
"¿Está s aquı́ con...?"
"No." El niega con la cabeza. "Ella está en Españ a".
La verdad es que sé que despué s de todo lo que pasó el añ o pasado,
la vida de Paili y Perry cambió bastante drá sticamente. Y quiero
intervenir y decir que personalmente no tuve nada que ver con eso.
Aunque pueda sonar como si lo hiciera, de hecho, no lo hice. Parece
personal y vengativo, y ciertamente puedo serlo, pero lo que les
sucedió no fue obra mı́a.
Despué s de todo lo que pasó , fue tan publicitado, porque fue captado
por una cá mara. Me enteré , y luego, un dı́a despué s, estaba en todas
partes. Todos lo supieron al instante. Estaba salpicado en cualquier
direcció n que miraras. FINALMENTE REVELADO: BJ Ballentine engañ ó
a Magnolia Parks con su mejor amiga Paili Blythe.
Paili no estaba en los perió dicos mucho antes de eso. La fascinació n
del pú blico se centró principalmente en BJ y en mı́, y luego en los demá s
por asociació n, pero estaban fascinados con ella por esta razó n.
Aunque no eran agradables. BJ lo empeoró .
Henry me dijo que no irı́a a ningú n lugar al que ellos irı́an. Los clubes
y restaurantes comenzaron a rechazar la entrada de Paili y Perry
porque preferı́an tener a BJ. Todos aman a BJ, todos quieren ser
amados por BJ. BJ tiene má s in luencia, má s atracció n, má s carisma,
má s peso en su dedo meñ ique que Paili y Perry en sus dos cuerpos
juntos. Para mantener la buena voluntad de BJ, Paili y Perry (segú n me
cuenta Henry) fueron despedidos extrao icialmente de las altas esferas
de la sociedad britá nica.
"Derecha." Asiento con la cabeza. "No, habı́a oı́do eso... ¿Pensé que
ambos vivı́an allı́ ahora?"
"Hacemos." Me lanza una sonrisa, extendié ndola a los chicos que
está n en silencio detrá s de mı́.
"¿Juntos?" Pregunto. no sé por qué
"Sı́." El asiente. "¿Entonces que está s haciendo aquı́? Escuché que
estabas en Nueva York.
Asiento incó moda. “Me acabo de mudar”.
"Vaya." Sus cejas suben. "¿Por qué ?"
“Se hizo editora de estilo”. Henry le dice sin una sonrisa.
“¡Felicidades, nena! ¡Eso es enorme!” Luego mira má s allá de mı́ a
Henry. “Es bueno verlos, muchachos. ¿Qué ha estado pasando?
Henry no dice nada, solo mira hacia otro lado.
"¿En serio, gallina?" Perry parpadea. Somos amigos desde que
tenı́amos doce añ os.
“Los amigos no mienten”. Enrique se encoge de hombros.
Con mucha valentı́a y algo estú pidamente, Perry le hace un gesto a
Jonah.
La cabeza de Jonah se tira hacia atrá s. "¿Me está s señ alando?"
“Oye—” Perry huele una risa divertida y confundida. "¿Es cierto que
ambos está n saliendo con Taura despué s de todo..."
"No terminarı́a esa oració n, Lorcs". Jonah le da una sonrisa tensa,
sacudiendo la cabeza.
"No". La mandı́bula de Henry se tensa. Termina. A ver có mo se
resuelve…”
"Lo siento chicos". Se encoge de hombros. No quise decir nada con
eso. Estoy seguro de que ella es genial”.
"Ella lo es", le digo con severidad.
"Magnolia, escucha, realmente me encantarı́a ponerme al dı́a, ya
sabes, suavizar todo".
"Sidra de pera." Cruzo los brazos sobre mi pecho. “No hay nada que
suavizar”.
Mueve los ojos, un poco molesto. “Magnolia, yo—”
“—No, escucha.” Niego con la cabeza. “Tengo entendido que eras má s
el mejor amigo de Paili que el mı́o, ¿de acuerdo? Hiciste lo correcto por
ella pero no por mı́. No quiero verte y no quiero ponerme al dı́a.
"Eso es una mierda, Magnolia". Perry niega con la cabeza.
"¿Qué es eso ahora?" Henry cuadra los hombros.
“Es una puta mierda, Parks. Y tı́pico de ti. El se burla. "Siempre todo
sobre BJ".
Levanto mi ceja, esperando por má s.
“Saliste a almorzar con el mejor amigo de BJ…” Hace un gesto a
Jonah, con los ojos nublados por el resentimiento.
"¿Asi que?"
"Entonces, ¿no puedes perdonarme pero puedes perdonar a Jonah?"
"Lo sabes, ¿verdad?" Parpadeo. ¿Que he perdonado a Joná s?
"Claramente."
"Claro, ¿verdad?" Parpadeo un par de veces mientras señ alo a Perry.
"¿Sabes có mo me siento en mi pecho cuando lo veo?" Hago un gesto
hacia Jo. “Jonah, mi amigo desde que tenı́a doce añ os, quien no solo me
mintió durante tres añ os sobre probablemente la experiencia má s
dolorosa y monumental de mi vida, sino que tambié n la ocultó , la
encubrió , me quitó el cierre y me dejó vivir en el oscuro mientras me
tambaleaba en é l, incapaz de seguir adelante, no podı́a dejarlo ir
porque nadie me dirı́a la jodida verdad…
“—Parques.” Jonah suspira, ojos pesados.
“Hicimos las mismas cosas”, me dice Perry, aunque ahora se ve un
poco má s arrepentido. “Solo estaba tratando de proteger a Paili”.
"¿Y quié n estaba tratando de protegerme?" Grito má s fuerte de lo
que pretendo. “Fui el ú nico en toda esa situació n que no hizo nada
malo y ¿quié n se aseguraba de que estuviera bien?”.
"Magnolia." Perry se pasa las manos por el pelo. “Cariñ o, fue hace
tanto tiempo ahora. Y fue una cosa, una vez, un error. Encubrı́ a mi
mejor amiga del mundo cuando hizo algo terrible, pero no soy el villano
que crees que soy…
"-Oh, ¿entonces no trataste de convencer a Paili de que besara a BJ
mientras é l estaba drogado esa vez en Parı́s?" Lo miro ijamente, sin
pestañ ear.
El rostro de Perry se congela, pero Henry y Jo me miran ijamente,
con los ojos desorbitados.
"¿Có mo sabes eso?" —pregunta Perry—.
"Me dijo." En esas cartas que me escribió que ignoré .
Perry retrocede un poco. "¿El te dijo?"
"¿Lo hiciste o no?" Espero su confesió n.
"Magnolia, escucha, te separaste hace casi dos añ os..."
“—Lo sé , Perry.” Asiento con la cabeza. "Yo recuerdo."
Recuerdo todo sobre esa noche porque fue la primera noche que BJ
se drogó desde su sobredosis. Fue hace como dos añ os y pico ahora.
Está bamos todos en Parı́s, habı́a sido un viaje muy divertido hasta ese
momento. BJ y yo conseguimos habitaciones de hotel contiguas para
poder ingir que no dormirı́amos en la misma cama. Habı́amos estado
allı́ unos dı́as y luego esta noche... tuvo una sesió n a la mañ ana
siguiente, dijo que no querı́a beber porque no querı́a sentirse como
una mierda cuando se despertara. Ası́ que hizo un golpe o tres, porque
BJ no puede decir que no cuando está conmigo o con las drogas.
Cuando está bamos en el tercer club de la noche, tuve la sensació n de
que está bamos solos y no en un club con quinientas personas que
sabı́an quié nes é ramos y tenı́an sus telé fonos afuera. y nos señ aló .
Estaba saliendo con una de mis trincheras en ese momento, pero é l no
estaba allı́. No me gustaba traer a mis (posiblemente) novios falsos con
nosotros porque se interponı́an en el camino de estar cerca del chico
que realmente me importaba, pero aú n ası́ no querı́a fotos de BJ
sintié ndome en algú n club en Parı́s. estar pegado por todo el Sol , ası́
que fui al bañ o y cuando salı́ lo vi. Se metió 50€ en la nariz y me eché a
llorar en el acto.
“¡Parques!” Corrió detrá s de mı́, pero yo corrı́ directamente hacia
Henry.
Los chicos estaban furiosos. Tan enojado como yo. Má s enojado, tal
vez.
Todos lo dejamos, incluso Jonah. Los ú nicos que se quedaron con é l
fueron Paili y Perry. Resulta que despué s de que nos fuimos, todos
hicieron ilas juntos, má s y má s. BJ es reactivo cuando está triste por
mı́, tiene una respuesta instintiva, se hace sentir mejor por un minuto
sin importarle si eso lo hará sentir peor de una manera má s
permanente. Y cuando BJ estaba en su punto má s confuso, Perry les
disparó a los tres, y luego los abrazó a ambos y dijo: "Deberı́an
besarse".
BJ dijo que frunció el ceñ o y sacudió la cabeza. Y Perry, borracho y
drogado tambié n, supongo, espero, empujó las cabezas de BJ y Paili y
gritó : "¡Beso, beso, beso, beso!"
BJ dijo que golpeó la mano de Perry y volvió a nuestra habitació n
para buscarme, que pensó en decı́rmelo toda la noche pero yo no
estaba allı́. Habı́a ido a la habitació n de su hermano. No hablé con é l
durante una semana.
Miro a Perry en la calle, mis ojos se vuelven vidriosos ahora.
"No quiero ser tu amigo, Perry". Niego con la cabeza. No estoy muy
seguro de que alguna vez hayas sido mı́o.
Y luego me alejo.
“No sabı́a que te escribı́a cartas”, dice Henry mientras trota detrá s de
mı́.
"Sı́." Asiento con la cabeza. "Un montó n." Le dedico una sonrisa
tensa.
"¿Que dijeron?" pregunta Jo.
Me encojo de hombros. "Cosas diferentes. Disculpas, explicaciones,
confesiones, arrepentimientos. Un poco de ventilació n, supongo. Ese
sobre Paris y Paili, creo que solo estaba tratando de sacarlo todo a la
luz”.
Las cejas de Henry se fruncen. "¿Alguna vez le respondiste?"
Niego con la cabeza.
"¿Por qué ?" Joná s frunce el ceñ o.
Frunzo los labios, hago todo lo posible por no llorar, pero mi labio
inferior tiembla de todos modos sin mi permiso. “Sentı́ que si le
respondı́a, abrirı́a una puerta que apenas podı́a mantener cerrada
como estaba”. Me limpio el ojo. Cerrarlo fue lo má s difı́cil que he hecho,
y obviamente ni siquiera lo hice muy bien.
Henry se acerca, me quita una lá grima de la cara.
Respiro, trato de parecer valiente mientras les hago mi pregunta
má s preocupante. "¿Crees que si le hubiera respondido que tal vez é l no
estarı́a con Jordan?"
Tanto las caras de Henry como las de Jonah se contraen y fruncen el
ceñ o, sus bocas se abren mientras intentan decir no, sé que creen que
la respuesta es sı́.
Asiento sin que digan nada.
Jonah toma su manga alrededor de su mano y limpia mi nariz,
dá ndome una mirada gentil. "El lo está enlatando con ella, ¿recuerdas?"
Henry engancha su brazo alrededor de mı́. “Recta inal, parques”.
parques
21:42

Oye

Hola.

¿Está s bien?

Los chicos me dijeron.

Lo siento.

No me ayudaste a mudarme.

Lo sé .

La pró xima vez que te muevas, lo haré todo.

¿Está s bien?

Gracias por no besarla esa noche en Parı́s.

Sé que nunca respondı́ a tus cartas.

Pero gracias.

X
VEINTIOCHO

BJ

Intenté romper con ella. Empezaré por ahı́.


La invité a un café , uno raro de mierda al azar, porque leı́ que ası́ es
como rompes con las chicas en Internet. ¿Qué jodidamente triste es
eso? Tengo veinticinco añ os y busco en Google có mo romper con una
mujer porque solo he salido con una y ella me rompió .
A todas las demá s chicas simplemente las ignoro o me follo de
nuevo, pero Jordan y yo somos diferentes porque somos o iciales, ası́
que tenı́a que terminarlo correctamente y no sabı́a có mo.
Un conglomerado de consejos de Google:
Llé valos a un lugar que no tenga un signi icado emocional, de ahı́ el
café aleatorio.
Sea completamente honesto pero no brutal.
Alé jate de las falsas promesas.
No te enganches despué s.
Pensé que estaba listo para eso... Para lo que no estaba listo era para
entrar al café al azar y encontrarla llorando. Fue raro. Estaba llorando,
sosteniendo una taza de café en su rostro, tomando una foto de sı́
misma.
"¿Está s bien?" Pregunté con cautela mientras me sentaba a su lado.
“Mis padres se está n separando”, sollozó .
“Oh, mierda…” suspiré .
Mierda.
Ella negó con la cabeza, se apoyó en mi hombro. “Dijeron que ha
tardado un tiempo en llegar. Han ido cuesta abajo desde que estoy aquı́,
eso es lo que dijo mi hermana”.
Asenti. No sabı́a qué decir, mi mente estaba dando vueltas, tratando
de encontrar alguna repisa a la que pudiera haberme agarrado que me
hubiera salvado de no ser el jodido gilipollas má s grande del mundo
por terminar con ella en ese momento. .
No prolongues lo inevitable, esa es una de las cosas que dijo Google.
¿Pero có mo?
“J, lo siento mucho—”
"En realidad..." Ella negó con la cabeza, limpiá ndose la cara con las
manos. "Tengo algo má s de lo que tengo que hablar contigo tambié n".
Oh, mierda.
Espero que mi cara no vacilara cuando dijo eso.
“Anoche Claudia inundó el apartamento. Las elé ctricas está n
quemadas, ası́ que ahora tenemos que mudarnos un poco”. Ella me dio
una mirada horrorizada. “Tal vez por un mes. Tal vez má s. Ella me miró
y yo ya lo sabı́a. “¿Crees que estarı́a bien con Jonah si me quedo? ¿Solo
por unas pocas semanas mientras encontramos un nuevo lugar?
"Oh-"
“Pagaré el alquiler”, dijo.
“No necesito que pagues el alquiler, pero yo—” Negué con la cabeza.
"Consulta con Jo primero". Agarró mi mano mientras asentı́a. Pero
estoy seguro de que estará bien. Taura siempre se queda. Ella se
encogió de hombros.
Asenti. No dije nada, solo asentı́.
"Gracias." Ella sonrió , se inclinó para besarme.
Le dediqué una sonrisa dé bil y luego tomó su telé fono y tomó una
foto de ella apoyada en mi hombro. Sus ojos azules todavı́a llorosos;
obviamente ella habı́a estado llorando. Lo publiqué en Instagram,
escribı́ una leyenda de mierda sobre lo buen novio que soy. Me etiquetó
en é l. Obtuve muchos Me gusta muy rá pido.
Creo que me voy a enfermar.
Mierda.
¡Mierda!
¿Có mo entré allı́ tratando de romper con ella y dejé de vivir con ella?
Estaba planeando terminar con ella allı́ y dirigirme directamente a
Aquavit para cenar con todos, probablemente caminar hasta Parks y
besarla en el acto. Compensar como deberı́a haberlo hecho el otro dı́a.
Usar una camisa de Casablanca que creo que le gustarı́a, piensa en sus
manos deslizá ndose debajo de ella cuando la acompañ aba a casa y
nunca má s me alejaba de ella, y ahora estoy caminando en Aquavit con
Jordan... quien no estaba Ni siquiera se contabilizó en la maldita
reserva, ası́ de seguro estaba de llamarlo. No me molesté en reservarle
un asiento para la cena y, sin embargo, aquı́ estamos. Viviendo juntos,
aparentemente.
Cuando entramos, los ojos de Magnolia encuentran los mı́os primero
y caen por mi cuerpo, observando la camisa que usé para ella y sus ojos
brillan y solo por un segundo brillan como una lucié rnaga. Conozco sus
ojos mejor que nada en el mundo probablemente; ella lo negarı́a, pero
sabı́a lo que iba a hacer, querı́a que yo lo hiciera... y luego Jordan entra
unos pasos detrá s de mı́ y los mejores ojos del mundo se oscurecen.
Parks mira a Jonah, quien me mira con el ceñ o fruncido. Sutilmente
articula: "¿Qué carajo?"
Niego con la cabeza hacia é l.
Parks se da la vuelta, se sirve una enorme copa de vino y se la bebe
de un trago. Vuelve a mirar a Jonah, susurra algo agudo; puedo decir
que es agudo por los á ngulos de su rostro y la forma en que Jonah
sacude sutilmente la cabeza. Se encoge de hombros, impotente.
"Lo siento, soy ası́". Jordan sonrı́e mientras se sienta a la mesa. "No
sabı́a que tenı́amos una cena".
Magnolia deja escapar un solo 'hah' y Jordan la mira confundido.
"Vida. Un viaje ası́...” Parks se encoge de hombros. "Nunca se sabe
cuá ndo es una cena, quié n estará en la cena, cuá l fue el punto de la
cena..."
Jonah y yo intercambiamos miradas inquietas.
“Magnolia”, llama Jordan desde el otro lado de la mesa, “me encanta
tu blusa”.
Parks le lanza una rá pida sonrisa. "Santo laurent."
Es una mala noticia lo tranquila que está siendo. ¿Ni siquiera le dirá
a Jordan el nombre de la camiseta? Mierda. Es la calma antes de la
tormenta.
Jordan me mira y asiente con la cabeza hacia Jonah. "¿Le
preguntaste?"
"¿Pregú ntame qué ?" Jo escucha porque no lo dijo en voz baja.
Le doy una mirada. “Jords, acabamos de llegar. ¿Cuá ndo habrı́a
tenido la oportunidad?
"¿La oportunidad de preguntarme qué ?" Joná s pregunta de nuevo.
“Bueno, mi compañ era de piso, Claudia, ¿la conoces?”
"Intimamente". Jonah asiente y yo pongo los ojos en blanco.
"Vaya." Jordan arruga un poco la cara. “Bueno, ella inundó el bañ o. Y
tenemos que mudarnos por un mes y esperaba poder venir y mudarme
con ustedes”.
Hay un sonido metá lico cuando Magnolia deja caer su iPhone justo
en medio de su plato.
Christian comienza a reı́rse y Parks tambié n, pero puedo decir que
no se está riendo del telé fono, se está riendo porque si no lo hace,
llorará . Los ojos está n vidriosos, se acercan brillantes, y sus ojos solo
brillan antes de llorar. Es uno de sus trucos má s astutos que no tiene
intenció n de hacer.
Jonah es bá sicamente un ciervo en los faros. Probablemente no sea la
respuesta abrumadora que Jordan esperaba porque bá sicamente ha
estado mirando su boca entreabierta durante los ú ltimos 30 segundos.
"¿Beej?" Joná s inalmente dice. Está parpadeando mucho.
"¿Pensamientos? En tu… Hace una pausa por una fracció n de segundo.
"-¿novia mudá ndose con nosotros?"
"Sı́. Dije que habları́a contigo sobre eso má s tarde. Le doy una mirada
a Jordan para devolver la conversació n al océ ano de temas que ella
podrı́a haber sacado a colació n, pero no lo hace y honestamente no sé
si no está sintiendo la vibra o simplemente la está ignorando.
"¡No, no seas tonto!" Parques chirridos. “¡Habla de eso ahora!”
La miro con ojos pesados.
"¿Vas a vivir con tu novia?" me pregunta, con las cejas levantadas.
“Temporalmente”, agrega Jordan como advertencia.
"¿Vas a vivir con tu novia temporalmente?" Magnolia me pregunta de
nuevo, mirá ndome ijamente a los ojos.
Quiero llegar a travé s de la mesa y sostener su rostro en mi mano. Sé
que no puedo por Jordan, pero tampoco sé que podrı́a incluso si Jordan
no estuviera aquı́ porque no sé qué diablos está pasando. Parks, ella es
una chica territorial. A ella no le gusta la gente nueva en general y
nunca le ha gustado que le preste atenció n a nadie má s, pero ya no sé
por qué .
Tal vez ella me ama. Tal vez ella simplemente no sabe có mo estar sin
mı́.
"Oh Dios mı́o." Jordan golpea mi brazo con entusiasmo. Y gracias a la
mierda. No sabı́a a dó nde iba a ir eso, pero sabı́a que serı́a feo. ¿Parks y
yo peleando? Nunca termina bien.
Jordan sacude mi brazo, asintiendo con la cabeza emocionada hacia
la puerta. “¿Ese es Jack-Jack Cavan?”
"¿Qué ?" Me animo, mirando alrededor. "¿Dó nde?"
“Lo siento—” Magnolia parpadea. "¿Que acabas de decir?"
"Nada." Niego con la cabeza hacia ella. Ella no sabrá quié n es é l. “Es
solo un patinador”.
“Convertida en modelo, convertida en celebridad”, agrega Jordan.
"Sú per sexy".
Magnolia se traga. Su cara está quieta. Extrañ o.
Luego se vuelve por encima del hombro y mira hacia la puerta.
Los ojos de Jack-Jack Cavan atrapan los de ella y asiente con la
barbilla hacia ella con frialdad con una gran sonrisa. Magnolia le sonrı́e
un poco, le da un saludo extrañ o.
Y luego comienza a caminar hacia nosotros.
"Oh, mierda." Mi hermano suspira en voz baja y lo miro, confundida.
¿Qué carajo? Henry intercambia una mueca con Parks y luego está
aquı́: cuatro veces campeó n de la Street League, tres veces medallista
de oro en los X Games y el segundo patinador mejor pagado de 2021.
Jack-Jack Cavan está de pie junto a Parks, mirá ndola, sonriendo
"Te encontre." Se agacha, toma su mano, tira de ella para ponerla de
pie y hacia é l.
Ella le devuelve el abrazo, con cautela, tal vez con torpeza. "¿Me
estabas buscando?"
"Sı́." El asiente y lo diré de nuevo má s fuerte para la gente en la parte
de atrá s: ¿Qué ? Los. Mierda.
Ella le da una pequeñ a mirada que es demasiado juguetona para que
me guste. "¿Có mo supiste dó nde estaba?"
Se encoge de hombros frı́amente. Rushy tiene el 411. Luego recuerda
al resto de nosotros en la mesa. “Hola chicos, lo siento—” Sacude la
cabeza para sı́ mismo. "Soy Jack-Jack".
(Todos murmuran variantes de 'hola' y 'hola' excepto yo. No digo
nada y solo miro).
"Tauro". El le da una sonrisa familiar.
"Jack-Jack". Ella lo iguala.
"Hey hombre." Alborota el cabello de mi hermano, ese maldito
traidor, luego vuelve su atenció n a Parks. "Entonces, oye". El le sonrı́e
de una manera que odio.
"Hola." Ella reprime una sonrisa.
"Hola." El asiente, y sus mejillas podrı́an estar un poco rosadas.
Mierda.
Parks lo mira. "¿Qué está s haciendo en Londres?"
El asiente con la barbilla hacia ella. "¿Me creerı́as si te dijera que
estoy aquı́ para ti?"
Jonah y yo intercambiamos miradas.
Parques sonrı́e. "Yo no lo harı́a."
Jack-Jack Cavan se rı́e y luego asiente con frialdad. “La sesió n de
Burberry…”
"¡Vaya!" Ella asiente. "Por supuesto. Me olvidé . ¿Como estuvo?"
“Bien, sı́…” Se encoge de hombros. "Hubiera sido mejor si estuvieras
en é l..."
Ella rueda los ojos. “Eso habrı́a sido inapropiado y engañ oso”.
“Estaban preguntando por ti”, le dice y ella los vuelve a enrollar.
"Si bien." Ella pone los ojos en blanco por tercera vez. “Instagram ha
arruinado la industria del modelaje ahora, ası́ que…” (Estoy bastante
seguro de que fue una indirecta para mı́).
"Oh, mierda". Jack-Jack suspira. "No esta charla Ted otra vez".
Arrugo la frente. ¿Cuá ntas Ted Talks le ha dado ella?
“Ası́ que, escucha…” El toma su mano. Ella lo deja. Y aquı́ está el
maldito truco: entrelaza sus dedos con los de ella. ¡Enclavamientos! Me
quedaré en el Lanesborough hasta mañ ana por la noche. ¿Puedo
llevarte a mi hotel? ¿Te daré un montó n de razones para volver a Nueva
York conmigo?
Casi me burlo en voz alta, tal vez lo hago un poco y no me doy cuenta,
porque Jordan me está mirando muy de cerca.
Pero las jodidas piedras sobre este tipo. Pedirle a la maldita
Magnolia Parks que lo acompañ e a algú n lugar para tener sexo.
Y luego agarra su bolso, bastante segura de que se lo compré . Dolce
Gabbana. Rojo. Tiene un corazó n en é l.
Ella le da una mirada juguetona. "Puedes probar."
"Oh, voy a intentar mucho". El asiente con frialdad.
"¿Sı́?" Ella lo mira pestañ eando. "¿Qué tan difı́cil?"
Jonah se atraganta con su vino. Mi boca realmente se abre.
Se lame el labio inferior, le sonrı́e mientras le rodea el cuello con el
brazo como solı́a hacerlo yo.
"Tan duro como quieras, London".
Ella se rı́e y mira hacia atrá s, atrapando los ojos de todos menos de
mı́. "Te veo luego."
Está n a punto de alejarse cuando me mira y, sin soltar a Parks, se
inclina hacia mı́ y me ofrece la mano.
“BJ, ¿verdad?” Le doy la mano, no digo nada. “Escuché mucho sobre
ti, hombre. Es bueno ponerle cara”.
El me da un pequeñ o guiñ o y luego la acompañ a fuera del
restaurante, tocá ndola mientras se van.
Ella se está riendo y retorcié ndose y golpeá ndolo y amá ndolo.
Todos la miramos ijamente.
"Asi que."
"Asi que." Joná s parpadea. Supongo que alguien ha descubierto el
sexo.
VEINTINUEVE

Magnolia

Unos dı́as despué s, es el brunch de Nochebuena en el Wolseley, es una


tradició n. Todos los añ os desde que cumplimos quince añ os, excepto el
añ o pasado.
Henry me advirtió que los chicos se han vuelto locos por Jack-Jack, y
sé que no voy a escuchar el inal.
BJ ha estado, como era de esperar, muy silencioso, pero Jonah y
Christian me han estado enviando mensajes de texto con preguntas
durante todo el dı́a.
Cuando entro, los chicos de Hemmes animan. Aunque no Beej, toma
un sorbo de su Bloody Mary en el momento oportuno.
Pongo los ojos en blanco ante su inmadurez y ahueco la falda larga
roja de talle alto que llevo puesta de Carolina Herrera. Es muy
dramá tico, pero tenı́a ganas de hacer una entrada. Crop top deportivo
con monograma en la cintura de Louis Vuitton y los zuecos de lona con
estampado Carretto y aplicaciones enjoyadas de Dolce & Gabbana para
llevar mi teatro a casa. Soy completamente imperdible y
completamente intencional al respecto. Tambié n me recojo el pelo para
que BJ pueda ver el chupetó n en mi cuello.
Me siento entre los Hemmes porque eso me coloca directamente
frente a Beej, que no tiene Jordan (¡ee!). Me giro y aprieto la mano de
Taura sobre Jonah porque no la he visto en varios dı́as desde que
estuvo en casa de Jo o Henry y Jack-Jack se quedó una o dos noches
má s. Tambié n me da una gran razó n para mostrarle a BJ mi cuello.
Lo mira desde el otro lado de la mesa, parpadeando dos veces.
Parece herido y no me emociona como quiero, pero creo que ya no
entiendo nada.
Esos ojos verdes de su nube encima.
He tocado un nervio.
Nunca ha visto una marca en mi cuerpo que é l no haya puesto allı́.
Quiero alcanzar su mano debajo de la mesa, quiero deslizar mi pie
por su pierna y descansarlo en su regazo, pero no puedo porque tiene
una novia con la que aparentemente vive, ası́ que le muestro mi cuello
de nuevo. .
Beej se quita la chaqueta de bé isbol roja de Louis Vuitton y la cuelga
sobre su silla. Sus ojos tormentosos se pellizcan mientras asiente con
la barbilla hacia mı́.
"Mı́rate. Todavı́a aquı́…” Levanta las cejas. "¿Tu pareja no te dio
su icientes razones para volver?"
Lo miro, la cara agradable. "No, me dio mucho".
Sus ojos se vuelven rendijas.
"Muy bien, dé jalo, Parks". Jonah lanza un brazo alrededor de mı́ y me
acurruco en su chaqueta bomber negra de mezcla de nailon con
estampado de logo Walter de Enfants Riches Dé primé s. "¿Eres el
maldito Jack-Jack Cavan?"
Me encanta esta atenció n. Amando en particular lo enojado que está
haciendo a BJ y lo abierta que es su enfado para todos.
"Bien." Me aclaro la garganta y miro a mi alrededor con delicadeza.
"No ahora."
Joná s sonrı́e. "¿Pero tu eres?"
Lo dejo colgado allı́ por unos segundos, con ganas de ordeñ arlo por
todo lo que vale.
"Era. Yo... salimos. Miro a Henry, quien asiente una vez. De vuelta en
Nueva York.
"Mierda." Christian parpadea y mira a Henry. "¿Y no dijiste nada?"
Gallina se encoge de hombros.
—¿Jack-Jack Cavan? Christian niega con la cabeza hacia nosotros,
recostá ndose en su silla.
“El es la mierda en este momento—” Jonah lanza una mirada de
disculpa a BJ quien lo mira ijamente. "-Lo siento. Quiero decir, er, joder,
um, quise decir...
“¿Ası́ que salisteis en Nueva York?” Henry dice en voz alta a pesar de
que ya lo sabe.
Asiento una vez.
"¿Cuá nto tiempo para?" pregunta cristiano.
"Oh tú sabes." Me encojo de hombros alegremente. “Mi má ximo
habitual. ¿Cuatro meses?
"¿Por qué te separaste?" BJ pregunta, con rostro atrevido, girando el
brazalete chapado en oro de Bottega Veneta alrededor de su muñ eca
sin pensar.
Lo miro ijamente, me chupo el labio inferior.
Porque me dijo que me ama e incluso entonces supe que no volverı́a
a amar a nadie má s.
Es BJ o busto.
Pero en cambio me encuentro encogié ndome de hombros. “Era
demasiado para mı́ en el saco”.
BJ olfatea, molesto. Sacude la cabeza, aparta la mirada de mı́.
"Bien." Joná s asiente. “Ası́ que danos un desglose de tu tiempo en
Nueva York entonces…”
“Está bien, bueno, llegué en diciembre pasado. Mi familia voló justo
antes de Navidad y fuimos a Whistler con Tom. Luego, é l y yo pasamos
el Añ o Nuevo en Hawá i con las hermanas Foster, y luego, en enero, yo…
“—Quise decir sexualmente”, interrumpe Jonah.
Henry lo mira mientras Taura lo mira.
"Un poco pervertido", le digo.
El niega con la cabeza. “No, es solo – ¿tú y el sexo casual? Es como ver
a un perro caminar sobre sus patas traseras... como si no pudiera
comprenderlo".
Christian me hace un gesto. "Es bastante confuso, tu lı́nea de tiempo
allı́".
"No, no es." Niego con la cabeza mientras abrocho la chaqueta de su
camionero negro Dante Nubuck de Nudie Jeans. "Quiero decir, despué s
de que tú y yo nos conectamos, entonces yo..."
Los cubiertos de BJ hacen ruido y é l me mira con ojos raı́dos al
mismo tiempo que Christian grita: "¡Parques!" y se desliza hacia atrá s
en su asiento. “¡¿Qué diablos?! ¿Por qué diablos…?
Jonah presiona sus manos en sus ojos.
"Pensé que decidimos mantener ese bajo nuestros sombreros".
Henry me da una mirada.
Beej se ha quedado quieto.
"Escuchen, reinas del drama". Levanto una mano para silenciarlos a
ambos. “Baxter James Ballentine tuvo sexo P en V en una bañ era en el
apogeo de nuestra relació n con la chica que solı́a ser mi mejor amiga”.
"De ninguna manera." Taura me da una sonrisa sarcá stica. “Esta es
informació n completamente nueva”.
“Sı́, pero…” Christian se sostiene la frente, angustiado. "El va a joder-"
“Está bien”, le dice BJ, pero las palabras está n vacı́as. Aprovecho la
oportunidad a pesar de todo.
"Gracias, Ballentine". Me aclaro la garganta. "Realmente me siento
como BJ follando con Paili y luego mentir sobre eso durante tres añ os
nos da a Christian y a mı́ un poco de libertad para casi tener sexo una
noche en un ascensor en Nueva York".
Le doy a BJ mi sonrisa má s corté s y mezquina.
"Entonces, ¿por qué ustedes dos casi follan, entonces?" —pregunta
BJ, asintiendo con la barbilla hacia mı́ desde el otro lado de la mesa.
"¿Qué te detuvo?"
Christian suspira y mira hacia otro lado, sacudiendo la cabeza.
Estaba triste por Daisy, yo estaba jodida por Beej. Ebrio.
No sé có mo ni cuá ndo a lo largo de la noche empezamos a tocarnos,
primero se rozaban las manos y luego se abrazaban, sus manos en mis
piernas, luego en mi cintura, y luego está bamos en el ascensor camino
a mi apartamento. y me aprisionó contra la pared, manos por todas
partes, grandes besos como solı́amos, manos debajo de la ropa. Apreté
el botó n de parada del ascensor y llegué a la hebilla de su cinturó n
cuando me agarró la mano. “Todavı́a la amo”, me dijo.
Asenti. "Todavı́a lo amo."
“Esto la matarı́a”, me dijo.
Asenti. "Me gustarı́a algo para matarlo", dije en voz baja.
Dejó caer su cabeza sobre la mı́a y suspiró . Abrochó los botones que
acababa de desabrochar.
Y luego comencé a llorar, porque eso es lo que hago cada vez que
Christian y yo intentamos tener sexo, excepto que esta vez é l tambié n
lloró un poco.
Mis ojos y los de BJ se cruzan en la mesa y no necesito decir por qué
porque sé que é l ya lo sabe. El siempre ya sabe. Sus ojos bajan los mı́os.
"¿Có mo estuvo tu primer dı́a, cariñ o?" Taura dice en voz alta,
ganando el control de la conversació n.
La miro con gratitud.
"Um, bueno". Asiento con la cabeza. "Bueno. Acabo de ir de compras,
saqué ropa para una sesió n que haremos la pró xima semana con
Florence Pugh”.
"¿Es ella soltera?" Henry pregunta demasiado esperanzado y creo
que lo dice para molestar a Taura.
"No me parece." Niego con la cabeza. "Sin embargo, si lo es, me
gustarı́a tener una grieta yo mismo".
"Sı́, pero en estos dı́as tendrá s una grieta en cualquier cosa, ¿eh?" BJ
dispara de repente.
“Oi…” Henry mira a BJ, pero yo solo lo miro de arriba abajo.
"Nada de nada."
BJ me dispara unas cuantas lechas y cruzo los brazos sobre el pecho.
"Oye, ¿có mo está tu novia?"
“Sı́, me encanta. Excelente." El asiente una vez.
"Excelente." Asiento de vuelta.
Jonah mira entre nosotros. "Excelente."
"¿No crees, Jo?" Beej lo mira. "Ella es genial."
"Ella está bien". Jonah asiente y se encoge de hombros mientras se
ve un poco atrapado en los matorrales.
"Ella es alegre, relajada, divertida, tranquila y..."
“—Se invita a sı́ misma a vivir contigo”, añ ade Henry y Beej le lanza
una mirada.
"Ella es la mejor. No puedo esperar para pasar la Navidad con ella —
me dice Beej, mirá ndome ijamente a los ojos. La mesa se queda en
silencio. Henry suspira ruidosamente, la mitad en mi nombre. Siempre
pasamos la Navidad juntos y es obvio, aunque solo sea por unos breves
segundos, cuá nto me duele.
Sus ojos que eran como dagas hace un segundo se vuelven plumas
tristes y me pregunto si alguna vez encontraremos un surco para
existir el uno con el otro en el que no nos estemos destrozando el uno
al otro.
Parpadeo rá pidamente, le doy una pequeñ a sonrisa, haciendo un
gesto hacia la puerta.
“Bueno, no dejes que te retengamos. Tu tranquila Navidad te
espera…”
TREINTA

BJ

Estoy tambaleá ndome por Nueva York. Enfermo de mi maldito


estó mago.
Parks se va bastante rá pido despué s de que hago ese corte sobre la
Navidad. Siento una mierda por eso, no deberı́a haberlo hecho, pero
tenı́a que... tenı́a que superarla despué s de esa pequeñ a revelació n.
¿Casi tuvieron sexo en Nueva York? ¿Qué carajo?
Mientras Jo va y paga la cuenta, Christian se levanta y sale. Lo sigo
porque tengo ganas de pelear y no puedo pelear con la chica que
quiero.
Dobla la esquina y detente a un metro de distancia, mirá ndolo.
"¿Está s jodidamente bromeando, hombre?" Parpadeo. “A ella la
entiendo, ¿pero a ti? ¿Có mo pudiste hacerme eso?
Y luego Christian se burla. Se burla, esa pequeñ a mierda arrogante.
Sacude su cabeza. "Beej, por el amor de Dios". Se pasa las manos por el
pelo. “No sé có mo meterte esto en la jodida cabeza, pero debes
entender que no todo se trata de ti”. Sus cejas se arquean. “Eso no fue
por ti.”
Dejé escapar un gruñ ido frustrado mientras empujaba a mi viejo
amigo contra la pared detrá s de é l. “Ella siempre se trata de mı́”.
Nada brilla en sus ojos como antes, no está a la defensiva con ella
como lo estaba antes. Quita mis manos de é l, luciendo molesto má s que
nada.
“Claro, Beej, lo entiendo…” Sacude la cabeza. “Eres de ella, ella es
tuya, pero no estaba pensando en ti…” Me empuja en el pecho. No se me
pasó por la cabeza ni una sola vez. Estaba en Nueva York con uno de
mis mejores amigos y mi corazó n estaba jodido—” Se encoge de
hombros. “Estaba enamorado de una chica con la que no podı́a estar
porque querı́a algo que yo no podı́a darle. Yo estaba jodido y Parks
tambié n. Nos emborrachamos y la toqué y no se trataba de ti. Me mira
ijamente. "Para mı́ de todos modos", agrega como una ocurrencia
tardı́a. “Todo para ella se trata de ti, pero esto no se trata de ti para mı́”.
Me apoyo contra la pared a su lado. Podrı́as haberme dicho.
"Sı́-" El me da una mirada. "Porque histó ricamente siempre has
tomado mierda sobre mı́ y Parks muy bien".
Mi hermano se pasea, mira entre nosotros. "¿Ustedes dos arreglan su
mierda?"
"Yeah Yo supongo." Christian saca su telé fono, ya terminó con la
conversació n.
"¿Supieras?" Miro a mi hermano y trato de no parecer tan
traicionada como me siento. ¿Sobre Christian y Jack-Jack? ¿Y no dijiste
una mierda?
"Sı́." Enrique se encoge de hombros. "Porque creo que es hora de que
a lojes tu control sobre con quié n puede o no puede acostarse Magnolia
ahora que, ya sabes, has tenido una aventura y tienes, como, una novia
interna y esa mierda".
Lo miro, sacudiendo un poco la cabeza. "Sabes, podrı́as ponerte de
mi lado una vez".
Se encoge de hombros completamente indiferente, tal vez con un
toque de ira tambié n. "Podrı́a intentarlo si no estuvieras equivocado la
mayor parte del tiempo".
"Eso no es cierto." Niego con la cabeza. "Está s justo bajo su pulgar".
"Derecha." Henry bosteza. "Sı́, yo soy el que está bajo su control".
TREINTA Y UNO

BJ

Era mentira lo que le dije a Parks sobre la Navidad.


Magnolia me convirtió en un maldito mentiroso, donde solo solté
mierda para superarla porque no sé qué carajo somos, ası́ que necesito
tomar la delantera.
¿No puedes esperar para pasar la Navidad con Jordan? Estoy
sudando jodidamente balas por eso.
No puedo negar que es un poco intenso pasar el dı́a de Navidad con
tu novia de un mes, pero no supe qué hacer cuando me preguntó la
semana pasada qué estaba haciendo por eso. Henry estaba de pie
detrá s de ella agitando los brazos como un maldito idiota diciendo:
"No, no", pero ella es mi novia. Que se suponı́a que debı́a hacer?
"¿Cuá l es el problema?" Le fruncı́ el ceñ o una vez que ella estuvo
fuera del alcance del oı́do. "¿No te gusta ella?"
Enrique frunce el ceñ o. "¿No deberı́as llevar a Parks a Navidad?"
"¿Có mo?" Lo miré . "¿Có mo diablos pensarı́as que esa es una opció n
factible?"
Rodó los ojos. "¿Pero no quieres que Magnolia esté allı́?"
Suspiré como si me hubiera dado un puñ etazo, porque es verdad.
Hago. Quiero que ella esté en todas partes. Donde quiera que esté , la
quiero allı́. Ese es el problema.
Pero no sé lo que somos. Hace mucho tiempo que no.
Somos algo. Soy algo para ella, ella es algo para mı́. A veces pienso
que estamos enamorados y acabamos de tener una mala racha, que
estamos predestinados y esa mierda, que nuestras estrellas está n en
camino de alinearse y tal vez todo lo que sucedió hace un par de
semanas es el comienzo. de nosotros haciendo ejercicio, y luego se va y
se folla a Jack-Jack Cavern durante cuarenta y ocho horas seguidas y no
sé una mierda.
“Siempre pasamos la Navidad con los Parques”, agregó Henry
encogié ndose de hombros.
Tambié n cierto. Desde que é ramos niñ os. Harley y papá son buenos
amigos, pero nuestras Navidades juntos realmente comenzaron
gracias a Henry y Parks.
Pequeñ os mejores amigos desde el primer momento. Sus padres
siempre estaban buscando pasar un buen rato, siempre buscando
formas de prestar menos atenció n a las niñ as, ası́ que empezamos a
hacer viajes familiares. Zagreb, Colmar, Budapest, Dresde, Viena,
Basilea, Trois Vallé es, en todas partes con ella.
No he tenido una Navidad sin ella desde que tenı́a seis añ os hasta el
añ o pasado. Dos seguidos no me matará n.
Pasamos el dı́a de Navidad con mi familia (extendida, por parte de
papá ) en la inca de mis abuelos en Virginia Water.
Es grande y ruidoso y me encanta, por lo general.
Si estamos allı́, normalmente Parks tambié n lo está . No el añ o
pasado, pero yo tampoco.
Los chicos y yo dimos una juerga en Parı́s.
A Jordan le fue bien en Navidad hoy. Hechizó a mis abuelos y mis tı́as
y tı́os de la forma en que los australianos suelen hacerlo. Henry
mantuvo su distancia, pero en su mayor parte fue bastante bueno. Lo
que no fue tan bueno fue cuando mi prima pequeñ a, Chloe, miró a
Jordan directamente a los ojos y dijo: "Tú no eres Magnolia".
Jordan se rió y la empujó , dijo: "¡Buen ojo!"
Las hermanas no se comportaron, como era de esperar, supongo, y
apenas le hablaron, se aseguraron de mencionar a Parks y Jack-Jack,
que dieron la noticia aquı́ en los ú ltimos dı́as. No sabı́an qué hacer
cuando Jordan les dijo que Jack-Jack es aú n má s atractivo en la vida real
y que no culpaba a Parks.
No puedo decir si eso fue una indirecta hacia mı́ o no.
Traté de mantenerme bajo control con todo eso, hice lo mejor que
pude para no parecer que esos chupetones en el cuerpo de Magnolia en
el brunch no me estaban comiendo viva.
Anoche le hice algunos chupetones a Jordan solo para demostrarme
a mı́ mismo que no me importa. No funcionó .
Cuando regresamos a mi casa alrededor de las nueve de la noche, le
digo a Jordan que tengo que salir a correr. Comı́ demasiada mierda
durante el dı́a, obtuve una sesió n de añ o nuevo, lo cual es cierto.
Nada de eso es mentira, lo creas o no.
Ella me sonrı́e, me besa en la mejilla y vuelve a Instagramear sus
regalos desde la cama. Una cama en la que se mete sin ducharse,
porque es normal. Me dice que la despierte cuando llegue a casa y que
me dará un regalo de Navidad extra. digo bien
Pero antes de salir por la puerta, incluso antes de ponerme las
zapatillas deportivas, sé hacia dó nde corro.
Es pura suerte que esté en la casa de Holland Park cuando llegué allı́.
No sabı́a que lo serı́a. Aquı́ ya no es donde vive y no sé su nueva
direcció n.
Sié ntete como si estuvieras cerca de ella.
Me paro afuera de la casa al otro lado de la calle de la suya como un
maldito criminal que revienta el antro, pero ası́ es como me siento con
ella en estos dı́as de todos modos. Alguien en el exterior mirando hacia
adentro.
Solı́a tener una llave aquı́, todavı́a la tengo, en realidad. Nunca lo
devolvió . Probablemente deberı́a.
Probablemente no lo hará .
Estoy allı́ tal vez quince minutos, me alegro de haber usado mallas de
compresió n debajo de mis pantalones cortos, porque hace mucho frı́o
aquı́, y probablemente sean un poco má s de las diez cuando ella y
Bridget salen por la puerta principal hacia el auto de la ciudad.
Tal vez es porque es una noche helada de invierno o tal vez es solo
ella con ese vestido verde oscuro y el abrigo de tartá n, pero me congelo
por un par de segundos cuando la veo.
Bridget me ve primero, toca a su hermana y asiente con la barbilla.
Magnolia me mira, con el ceñ o fruncido y curiosa.
Estabilizarme, tragar pesado, pararme má s derecho mientras se
acercan.
"Oye." Meto las manos en los bolsillos de mi sué ter.
"Hola." Ella me mira, nerviosa.
"Feliz Navidad, Puente". Le doy un beso en la mejilla.
Bridget me mira con los ojos entrecerrados. "Mmhm".
Miro a Parks, asiento con la cabeza calle abajo. "¿Quieres ir por una
caspa?"
Magnolia mira a Bridget, quien pone los ojos en blanco.
"¿Estará s bien?"
¿En el coche de la ciudad? ¿Con nuestro conductor? Sı́, eso creo." Mira
las piernas desnudas de su hermana. "¿Quieres? Te congelará s.
Le doy a Bridget una mirada juguetona como solı́a hacerlo. "No en mi
reloj".
¿Có mo está esa novia tuya, Ballentine? Bridget pregunta
bruscamente y Magnolia la golpea.
"Te veré en casa, ¿de acuerdo?" Magnolia le aprieta la mano.
Bridge asiente con la cabeza y se aleja. Parks y yo intercambiamos
miradas como ella.
"¿No es mi mayor fan?" Le doy una sonrisa sombrı́a.
"Bien." Ella me mira, me da una sonrisa cortante. "¿Quié n es en estos
dı́as?"
Me burlo un poco de su agudeza, pero se mantiene estoica.
Caminamos por la calle en silencio, y es mi noche favorita que he
tenido desde la del club con ella. Ninguna de estas deberı́a ser mi noche
favorita, lo sé . Pero ella ya no deberı́a ser mi persona favorita y todavı́a
lo es, ası́ que...
"¿Que estabas haciendo?" pregunta inalmente.
Me encojo de hombros un poco. "No sé . Salı́ a correr…”
Ella asiente y luego dice: "¿Y corriste a mi casa?"
Dejé escapar una sola risa, me limpié la boca con la mano. Por
supuesto que lo hice.
"Sentı́ que necesitaba verte", le ofrezco, mirando hacia abajo para ver
su reacció n, pero está demasiado preparada para darme una.
"Vaya." Eso es todo lo que ella me da.
No te he visto en Navidad desde que tenı́a seis añ os.
“Aparte del añ o pasado”, dice y me lanza una mirada.
Lo intenté . Llegó a su casa, peleó con su padre para llegar a ella. Ella
no me verı́a. Harley me dio un puñ etazo en la cara cuando traté de
empujarlo. Su madre bloqueó la puerta con su cuerpo. Sin embargo, la
vi allı́, solo por un segundo. La vi y sé que ella me vio. Pienso en có mo
me miró esa noche la mayorı́a de los dı́as ahora. Me pilla con la guardia
baja, se mete en mi mente sin mi permiso. Esos ojos redondos má s
dolidos que nunca los he visto, má s asustados. Nuestros ojos se
encontraron y la llamé por su nombre y luego Tom, el puto de
Inglaterra, se interpuso entre nosotros, protegié ndola de mı́ como si
fuera suya y no mı́a.
Frunzo la boca, no digo nada. Convirtié ndose en una marca
registrada mı́a.
"¿Quieres que me vaya?" Te ofrezco porque siento que deberı́a
hacerlo. "Te conseguiré un taxi".
“No”, dice resueltamente.
Asiento una vez. Tragar. Sigue caminando. Usa el frı́o para
mantenerme bajo control. Agradecido porque signi ica que mis manos
deben permanecer en mis bolsillos; un poco má s de calor y estarı́an en
la calle, tratando de rozar los de ella.
"Entonces", dice despué s de unos minutos má s de silencio, "¿Jordan
sabe que está s aquı́?"
Miro al frente. "No."
Ella me mira. "Bueno, ¿me compraste algo para Navidad?"
"No." Le sonrı́o, mintiendo. Está en mi bolsillo y aú n no estoy listo.
"¿Me traes algo?"
Ella me da una mirada. "Hubiera pensado que haberte perdonado
podrı́a haber sido su iciente".
Camino delante de ella unos pasos, me doy la vuelta para que
estemos cara a cara sin ninguna razó n real má s que porque quiero
verla por completo.
"¿Realmente me has perdonado?"
Su cara se ve triste. "Supongo que no."
Asiento con la cabeza. "Me parece bien."
"Y ahora tienes novia", dice alegremente, pero sus ojos está n
nublados. "Un poco de pila, de verdad".
Ella da un paso a mi alrededor, sigue caminando.
Camino tras ella, es lo que ella quiere que haga. Yo persiguié ndola.
Ası́ es como estamos ahora. Ella me hace trabajar para eso el 100% del
tiempo.
No solı́a ser ası́, pero desde que la engañ é es como si necesitara que
le demostrara que la quiero in initamente. Es un vaso que no se puede
llenar. Hay un agujero en el fondo de la taza donde la rompı́ y todas las
formas en que quiero que caigan a travé s de é l.
La alcanzo y ella se encuentra en el cruce de caminos, con los brazos
cruzados sobre el pecho. Su rostro está un poco fruncido, mirando los
autos pasar mientras esperamos el verde. Ella y yo, siempre estamos
esperando el verde. Siempre es el hombre rojo.
“¿Cuá n diferentes crees que serı́an nuestras vidas si no fué ramos
como somos el uno con el otro?” Ella parpadea hacia mı́.
Me aclaro la garganta una vez. "¿Có mo estamos el uno con el otro?"
"Atrapado", dice ella sin pensar. No sé si estoy aliviado o si mi
corazó n empieza a hundirse.
“Como esas tortugas—” Ella asiente, mirá ndome. “—en los anillos de
plá stico y simplemente crecen con ellos pegados alrededor de ellos.
Deformado."
Mierda. Agarro la cabeza y cruzamos la calle.
“Esta es mi calle”, me dice, señ alando hacia Upper Grosvenor.
Bastante cerca de mı́, en realidad.
"¿Cuá l es tu edi icio?"
Ella lo señ ala. A doscientos metros de distancia.
—Tenemos algo de tiempo —le digo y ella me mira sin decir nada.
¿Cuá nto tiempo tenemos realmente? No creo que ninguno de
nosotros sepa má s.
“¿Te gusta no vivir en casa?” Le pregunto solo para llenar el silencio.
Se pellizca el dedo sin pensar. ella esta nerviosa “Hace má s de un añ o
que no vivo en casa”.
"Derecha." Asiento con la cabeza. "¿Te gusta aquı́?"
“Me gusta vivir con las niñ as”, me dice.
"Tú y Taura, es agradable". Le dedico una rá pida sonrisa. "Me alegro
de que la tengas".
“Yo tambié n”, dice mientras sube uno de los escalones de la entrada.
"¿Eres tú entonces?"
Ella asiente.
"Tendremos que venir a visitarnos en algú n momento".
Su cara se ve tensa. "¿Nosotros?"
Inclino la cabeza, trago. Le doy un encogimiento de hombros, eso es
todo. No sé qué má s puedo darle todavı́a.
"¿Puedo acompañ arte?" Le pregunto y sus ojos giran mientras
asiente sin mirarme. Ella gira sobre sus talones y camina delante de mı́
rá pidamente.
No sé lo que estoy haciendo, pienso para mis adentros mientras
empuja el ascensor.
Sé lo que quiero estar haciendo. Ella y yo en el ascensor, lo hemos
hecho antes. Mis manos en su cabello y subiendo su vestido.
Sale del ascensor y camina hacia la puerta, pará ndose frente a ella
como un guardia.
"Entonces, mentı́ antes", le digo, con las manos todavı́a en los
bolsillos.
"¿Vaya?" Ella me da una mirada nerviosa.
"Te compré un regalo". Su rostro se ilumina. Jordan y yo estuvimos
en una casa de empeñ o el otro dı́a le digo.
Ella me da una mirada. "Horrible. ¿Por qué ?"
"Peó n, no porno".
Su cara no cambia y trato de no reı́rme.
"¿Todavı́a por qué ?"
“Porque Jordan colecciona joyas antiguas…”
Magnolia hace una mueca.
“De todos modos—” le doy una mirada. "Encontré esto."
Lo saco de mi bolsillo y lo dejo caer en su mano, dejá ndome tocarla
un poco má s de lo que deberı́a. Lo mira ijamente, el collar de lazo de
cuerda retorcida de oro que le compré cuando tenı́a diecisé is añ os, el
que amaba y perdió hace añ os. El que tengo un tatuaje en mi pulgar.
Ella me mira parpadeando, con la boca entreabierta.
“Beej.” Ella parpadea. “Me encanta este collar.”
"Lo sé ." Asiento con la cabeza.
"Esto fue lo primero que me diste".
"Lo sé ."
"Lo perdı́."
"Lo sé ." Me rı́o. Siempre buscamos ese puto collar cuando lo perdió
en un club en Grecia cuando tenı́a diecisiete añ os. No porque fuera
caro, sino porque se lo di.
“Estaba tan triste—” Ella me mira ijamente.
Asiento con la cabeza. "Yo recuerdo."
“Ya no los hacen”, me dice como si no lo supiera.
"Entra: casa de empeñ o", digo, tratando de mantener las cosas
ligeras.
"Gracias." Ella traga.
"Sı́, por supuesto." Le doy una sonrisa rá pida porque sus ojos se han
llenado Bambi y yo soy muy fuerte.
"¿Quieres entrar?" me pregunta, sus ojos suaves y mirando mi boca.
Ella se muerde el labio inferior. Si ella se inclina hacia mı́, estaré
perdido.
Habré engañ ado a las ú nicas dos novias que he tenido.
Presiono mi mano en mi boca, apenas logro que mi cabeza tiemble.
“No”, le digo y calculo que sus ojos parpadean en có digo morse POR
FAVOR.
Las comisuras de su boca se convierten en una sonrisa que intenta
ocultar có mo se siente como si la hubiera rechazado y luego asiente
rá pidamente.
Gira sobre sus talones y abre la puerta, se desliza adentro sin decir
nada má s y la cierra detrá s de ella.
Mi cabeza cae hacia atrá s y suspiro. Cubre mi cara con mis manos.
¿Qué estoy haciendo? ¿Qué carajo estoy haciendo? Saco mi telé fono.
Llama la.
"¿Hola?" Ella responde despué s de tres timbres, sonando confundida.
"Oye", digo.
Pausa.
"Hola", dice inalmente.
"¿Qué está s haciendo?"
Ella hace una pausa. "Acabo de llegar de un paseo".
"¿Sı́? ¿Buena?
"Podrı́a haber sido mejor", dice y suspiro. Aunque me encanta mi
collar.
"Bueno." Asiento para mı́ mismo. "Me alegro."
"¿Y qué está s haciendo?" ella pregunta.
Le doy unos segundos. “Paseos a caballo”.
Ella empieza a reı́r, ası́ que me rı́o.
"¿No entraste?" ella pregunta en voz baja.
"No, no lo hice".
"¿Cualquier razó n?" ella pesca
"Sı́."
"¿Algo que esté s dispuesto a revelar?"
Suspiro, niego con la cabeza a mı́ mismo. "Estoy cansado."
“Yo tambié n estoy cansada”, me dice, pero creo que se re iere al otro
tipo de cansancio. Y queda ahı́, lo que realmente estamos diciendo,
ambos rogá ndonos al otro que agite esa maldita bandera blanca. Pero
luego, nada. Simplemente nos quedamos en silencio. Nuestros
telé fonos presionados contra nuestros oı́dos, esperando que el otro
hable. Pero ninguno de nosotros lo hace, se queda ahı́ entre nosotros.
Fuerte y revelador. Asustado y herido. La yuxtaposició n de todo lo que
nos rodea. Có modo y aterrorizado. Todo es viejo y todo es nuevo. Antes
sofocamos nuestros silencios con nuestros cuerpos. Ahora los usamos
para decir todas estas malditas palabras que nunca diremos.
"¿Quieres que cuelgue?" Le pregunto eventualmente.
"No", responde ella rá pidamente.
"De acuerdo." Asiento con la cabeza.
"De acuerdo."
Aprieto mis labios, trato de pensar en algo que decir.
Entonces, ¿sigues odiando la gelatina? Pregunto y ella comienza a
reı́rse.
"¡Sı́! Es la comida má s ridı́cula del mundo. ¿Es un lı́quido? ¿Es un
só lido?
Niego con la cabeza hacia ella. "Es muy claramente un só lido".
"¡No, no es!" ella protesta. “¡Se derrite tan pronto como está en tu
boca!”
"¡Eso no importa, solo porque algo cambia de estado no signi ica que
no era lo que era en primer lugar!"
"¡Sı́ lo hace!" ella se queja
"No", me burlo. —No es ası́, Parks. ¿Qué diablos estabas haciendo
durante tus clases de fı́sica?
Pausa.
"Tú ."
Silencio.
Trago pesado. "... Dijiste que eran gratis".
Exhala una risa que se desangra en todo lo que hay entre nosotros.
"¿Recuerdas esa vez que…?" Empiezo a decir, pero ella me
interrumpe.
“—No lo hagas,” dice ella con urgencia.
"¿No qué ?" —pregunto, pateando el rodapié junto a la puerta
principal.
"Recuerda."
"¿Por qué ?" Mi respiració n se siente atrapada en mi pecho.
"Porque", ella hace un puchero.
"¿Pero porque?" Le pregunto rá pidamente, mirando la manija de la
puerta.
“Porque es demasiado difı́cil”.
“¿Por qué , Parques?”
"Sabes por qué ." Su voz suena temblorosa.
Yo trago. "Dime."
“Tú me dices primero”, dice ella, desesperada.
Y luego se abre la puerta principal.
—Te devolveré la llamada —le digo antes de guardar mi telé fono.
Ella está de pie allı́, con el collar que le acabo de regalar. Ella traga,
nerviosa.
Doy un paso hacia ella, tomo el telé fono de su mano, lo tiro. La mano
izquierda la empuja contra la puerta, agarro su cabeza con la derecha.
Presiono mi cuerpo contra el de ella. Nuestros rostros se tocan,
respiran entrecortadamente y tambaleá ndose. Apoya su frente contra
mi boca y tomo unas cuantas respiraciones lentas y constantes antes
de encontrar sus ojos. Y es solo por un segundo, pero podemos ingir
que no pasó nada. No la lastimé , ella no me jodió . No perdimos un bebé .
Ella no se escapó . Estamos juntos. Es Navidad. Los añ os giran a nuestro
alrededor como la manecilla de un reloj. Podrı́a ahogarme en los qué
pasarı́a si me lo permitiera, tambié n podrı́a hacerlo. Me ahogaré en ella
de todos modos por el resto de mi vida. Felizmente, tambié n. ¡Qué
manera de ir! Qué vida.
Sus ojos parpadean hasta los mı́os mientras espera que la bese.
No puedo.
Porque la amo. Porque ella se merece algo mejor que yo con una
novia de la que me escabullı́ para verla. Porque no sé si alguna vez seré
lo su icientemente bueno. No sé có mo hacerle dañ o como lo hice yo, no
sé si alguna vez lo sabré .
Y luego el momento se rompe como su corazó n en su rostro.
"Probablemente deberı́a regresar", le digo.
"Derecha." Ella asiente una vez, dando un paso consciente alejá ndose
de mı́.
"Jordan", le recuerdo como si ambos pudié ramos olvidar.
"Derecha."
Asiento con la barbilla hacia ella. “Feliz Navidad, Parques”.
Ella me da una pequeñ a y tı́mida sonrisa.
“Feliz Navidad, Beej.”
TREINTA Y DOS

Magnolia

Dı́a del Boxeo. Taura y yo estamos en la casa de los chicos. Y por 'casa
de chicos' me re iero a la casa con los chicos a la que puedo ir.
Hay una fractura multifacé tica en nuestro grupo de amistades, la
primera y má s frecuente de ellas es Jordan Dames, pero la segunda,
aunque má s difı́cil de ver en la super icie, tambié n es bastante
aprensiva.
Taura se acuesta con Henry y Jonah.
A ambos les gusta ella.
A ella le gustan los dos.
Ambos lo saben.
Todos está n funcionando en este momento ingiendo que es solo
sexo, que solo está n teniendo sexo casual de la misma manera que
tienen sexo casual con otras personas, pero esto es diferente.
El hecho es que cuanto mayor me hago, menos seguro estoy de que
el sexo sea casual.
Henry ha tenido novias en el pasado, pero no en mucho tiempo. Y
Jonah nunca ha tenido novia. Realmente no tiene compañ ı́a femenina,
tal vez por lo que le pasó a su hermana.
Solo Bianca Harrington y yo, ninguna sexual, somos las ú nicas chicas
que ha tenido cerca. Ahora Taura está en la mezcla con el componente
sexual añ adido.
Puedo verlos a todos enamorá ndose el uno del otro, los ojos de los
chicos se vuelven tormentosos cada vez que ella presta atenció n al
otro. Sin embargo, eso es lo que es esta noche; ella está tratando de
tratarlos de manera uniforme.
Mañ ana Jonah ha organizado para Tausie, Beej y yo una visita
privada a algunas de las ruinas de la isla de Anglesey con un arqueó logo
neolı́tico. Esto es algo por lo que Taura está emocionada
exclusivamente porque ella es ası́ de rara y eso es lo que querı́a hacer
para su cumpleañ os.
Pero Jonah lo arregló solo para nosotros cuatro. Sin Henry, sin
Christian.
Es una receta para el desastre.
Henry y Taurs está n sentados en un sofá de una sola plaza,
acurrucados, tan apegados como largo este espantoso dı́a.
Quiero decir, como, piernas tiradas una sobre la otra, jugando con las
manos, ella está usando sus calcetines, todo ese tipo de estupideces
horribles.
Los miro ijamente y jugueteo distraı́damente con el collar que BJ me
dio anoche.
"Ustedes chicos son lindos." Me dirijo a Christian, que está sentado a
mi lado en el sofá , e intercambiamos miradas.
"Es jodidamente repugnante", les dice y yo sonrı́o.
Hemos salido mucho estas ú ltimas semanas, Christian Hemmes y yo.
Y por favor cá lmate. No es ası́, no vamos a ir por ese camino de
nuevo.
Ambos estamos simplemente… enamorados de personas que no nos
quieren y/o está n con otras personas. Pasó el dı́a de Navidad con Daisy,
si puedes creerlo, pero dijo que el policı́a lo arruinó . Nuestras dos
Navidades podrı́an haber sido perfectamente perfectas y ambas fueron
secuestradas respectivamente por un policı́a sexy y un australiano
malvado, por lo que somos mutuamente miserables y nuestros
mejores amigos está n enamorados, por lo que todo lo que tenemos es
el uno al otro. ¿Y sabes lo que hacemos?
vamos al gimnasio Hago entrenamiento con pesas con é l, é l hace
Reformer Pilates conmigo (sin embargo, se niega rotundamente a
venir a mis clases de barra), nadamos, vamos al sauna, nos unimos por
lo molesto que es Jordan. De vez en cuando digo: "A la mierda con la
policı́a", para que se sienta mejor porque Daisy Haites está con ese
policı́a sexy con el que está saliendo. Vamos a su casa oa mi casa y
vemos una pelı́cula de desastres para sentirnos mejor con nuestras
propias vidas.
¿Funciona? No estoy seguro, ya que todavı́a estoy aquı́ con mi ropa
de entrenamiento. Ni siquiera se molestó en ducharse.
Sin embargo, sigue siendo má s bonita que Jordan.
De todos modos, la elecció n de esta noche es The Day After Tomorrow
. Muy poco navideñ o.
No estoy muy seguro de por qué Michael Bay aú n no nos ha honrado
con una pelı́cula de desastres con temas navideñ os, pero es probable
que salga eventualmente.
Christian asiente hacia la pantalla del televisor. Es la parte de Nueva
York donde corren a la biblioteca.
"Oi, espera, ¿de dó nde diablos vino este maremoto, entonces?"
Niego con la cabeza hacia é l. “Es una marejada cicló nica”.
“¿Qué es una marejada cicló nica?”
Lo miro y deseo desesperadamente saber la respuesta porque me
encanta saberlo todo. "No sé ."
Henry asiente hacia mi collar. "Pensé que habı́as perdido eso".
"Oh—" Lo presiono contra mi pecho. "Em-"
Christian lo mira. "¿No destrozamos un club en Atenas buscando
eso?"
"Bien…"
“Juro por Dios que si lo tuviste todo este tiempo, volveré a 2014 y te
golpearé en la cabeza”.
Henry lo mira con los ojos entrecerrados, recordando. "¿Tú no...?"
"Sı́." Christian asiente, molesto. “Le di un puñ etazo a un muchacho de
Bristol por eso”.
"Era Manchester, en realidad, y sostengo que lo robó ".
Henry lo mira. "¿De dó nde vino este, entonces?"
Respiro aireadamente, encogié ndome de hombros como si nada. "Tu
hermano me lo dio".
"¿Mi hermano te lo dio?" Se aleja, sorprendido pero un poco
engreı́do.
Asiento con la cabeza.
Las cejas de Henry está n levantadas. "¿Cuando?"
—Ayer —murmuro.
Todos se sientan má s derechos.
"¿El dia de ayer?" Taura parpadea. "¿Quieres decir en Navidad?"
Quiero decir… Frunzo el ceñ o, no me gusta su tono. “Era tarde,
apenas como el 25 de diciembre todavı́a, pero té cnicamente, sı́,
supongo. 'En Navidad', sea lo que sea que eso signi ique.
"Signi ica que te dio un regalo de Navidad". Christian me da una
mirada.
"¿Y qué ?" Agito mi mano. "Eso no signi ica nada".
“¿Tu novia de la infancia y ex-novio con el que tuviste un hijo
amoroso secreto te da un regalo de Navidad y no signi ica nada?
¿Aunque lo lleves puesto? Henry pregunta deliberadamente.
Lo miro y sé que ambos sabemos que signi ica todo para mı́.
Simplemente no sé lo que signi ica para BJ.
"Jake Gyllenhaal", dice Christian en voz alta, echá ndome una lı́nea.
"¿Aplastar?"
“Ten”, le digo a la televisió n.
Y toda la habitació n me mira ijamente.
"¡Es una broma!" Me rı́o. "Fue solo un beso".
Henry me lanza el control remoto. "Callarse la boca. ¿En realidad?"
Me encojo de hombros.
"¿Cuando?" Taura pregunta en voz alta.
"Nueva York. Solo estaba tratando de molestar a Rush”. Me encojo de
hombros de nuevo y ambos ponen los ojos en blanco, pero Christian no
presta atenció n, solo está sentado allı́ acariciando su barbilla.
"¿Deberı́a ponerme una barba?"
"No. ¿Por qué ?" Lo miro. "¿Porque el policı́a sexy tiene un poco de
uno?"
"No", Christian me frunce el ceñ o. "¿Para qué diablos lo educaste?"
Hago una mueca, miro a Henry y Taura. "Alguien es delicado..."
Soy susceptible, Parks. ¿Sabes por qué ?" pregunta en voz alta,
sonando sermoneador. Ya suspiro. No tengo que responder. Sospecho
que me lo dirá de cualquier manera.
“Porque tú y yo estamos sentados en este maldito sofá y las
personas que amamos está n con personas que no somos nosotros”.
Le doy a Christian una mirada despectiva.
"No dirı́a que lo amo... en voz alta".
Todos se rı́en.
Mi cabeza tira hacia atrá s.
"¿Qué ?" Arrugo la frente.
"¿Pensaste que no lo sabı́amos?" Christian mira a los otros dos, antes
de volver a concentrarse en mı́. Me dijiste en Nueva York...
“¡Eso fue hace meses!”
Todos se rı́en má s, sacudiendo la cabeza.
Taura inclina la cabeza hacia mı́. "Bebé -"
La cara de Henry se arruga. "¿Quieres que injamos que no sabemos
que lo amas?"
Resoplé , indignada. “Yo… no. Escucha, yo…
"-Lo amo." Christian asiente. "Tu lo amas."
"YO-"
"-Lo amo." Christian me da una sonrisa cortante. “Lo has amado
desde que tenı́as catorce añ os”, me dice. "Magnolia, nunca te detuviste".
Me lanza una mirada con la que no deberı́a discutir, especialmente
considerando las implicaciones de esa oració n.
"Parques". Henry me da una mirada. “Todos lo sabemos, hablamos
de eso todo el tiempo”.
Miro a cada uno de ellos, mis pies se sienten sudorosos. Parpadeo, un
poco horrorizado. "¿BJ sabe que lo amo?"
¿Y aun ası́ eligió a esa otra chica?
"¡Vaya!" Enrique niega con la cabeza. "No."
Christian niega con la cabeza. "No creo que lo sepa, no".
Taura pone los ojos en blanco. "¿Có mo podrı́a no saberlo?"
“Porque está enredado. Está n enredados. Henry me hace un gesto y
tengo la sensació n de que estos podrı́an ser pensamientos
regurgitados de su hermano en lugar de los suyos propios. “Demasiada
historia. ¿Está enamorada de é l o simplemente está apegada a é l?
"Ambas cosas." Tauro se encoge de hombros.
Miro a Henry. Debe saber que lo amo.
El asiente. “El sabe que lo amas, Parks. Pero nos amas a todos”.
“Pero soy diferente con é l”. Arrugo la frente.
"Tienes una historia con é l, ası́ que ¿por qué no serı́as diferente?"
Henry asiente una vez. “Pero el hecho de que tengas una historia con
alguien no signi ica que esté s activamente enamorado de esa persona”.
"-Lo que eres, por cierto". Christian me da una mirada mordaz.
Lo miro. "Sı́ bien. Gracias."
Miro entre todos ellos. "¿Crees que si supiera con certeza que lo amo,
romperı́a con Jordan?"
Taura asiente enfá ticamente.
Miro entre los chicos. "¿En realidad?"
"¡Dile!" Henry me señ ala. Siempre ha luchado por ti. ¿Qué has hecho?
¡Nada! Escapó , salió con un piloto sexy, se folló a su mejor amigo…
“Por billoné sima vez—” Muevo un dedo entre Christian y yo. “—
Penetració n cero.”
"Sin embargo, mucho trabajo manual", Christian le guiñ a un ojo a
Henry.
(Chocamos los cinco sin mirarnos y Henry pone los ojos en blanco.)
Y luego Christian se inclina y me da un golpecito. Ve a decı́rselo.
Le frunzo el ceñ o. "No." Miro a Taura. “Deberı́a decı́rmelo. Dejé muy,
muy claro que tenı́a sentimientos por é l”.
"¿Sı́?" Christian me frunce el ceñ o. "¿Có mo?"
“He hecho…” Trago saliva, pensando en cosas que pueda decir que
sean cuanti icables. —Bueno, yo... lo hice... cuando le dije que me
quedarı́a y é l... Me aclaro la garganta.
¿Nos hemos mirado de formas que creo que signi ican algo?
¿Hemos... tenido conversaciones pasivo-agresivas?
¿Nos tomamos de la mano cuando les contamos a nuestros amigos
un secreto traumá tico?
“Lo má s claro que fuiste fue cuando estabas borracho y le
preguntaste frente a todos nosotros si querı́a tener sexo”, me dice
Henry mientras estira los brazos sobre su cabeza.
Me resisto a é l. "Lo siento, ¿yo qué ?"
En el club la otra noche. Enrique se encoge de hombros. “Estabas
borracho. Y le preguntaste a BJ si querı́a tener sexo contigo.
Miro a Christian, incré dula. "¿No?"
“Estabas realmente borracho”, ofrece Taura.
"¡Oh Dios mı́o!" Me abanico. Podrı́a vomitar. “¿Y é l me escuchó ?”
“Sı́, todos te escuchamos”, dice Henry alegremente. "Fuiste muy
ruidoso".
Mis manos vuelan a mi cara.
“Si te sirve de consuelo…” Taura me da una mirada. "BJ estaba muy
complacido, aunque fue moderado por el bien de su novia".
Miro de Henry a Christian. "¿El era?"
Ambos asienten, sonriendo un poco.
Me pongo de pie de un salto. "Voy a hacerlo."
"¿Ahora?" Taura salta al suyo.
Asiento, mirando entre los chicos. "¿Donde esta el?"
"¿Solo en casa, creo?" Tauro asiente.
"¿Con Jordan?" Miro entre ellos.
"¡A quien le importa!" Henry canta, demasiado emocionado.
"De acuerdo." Asiento y camino hacia la puerta.
El rostro de Christian vacila. "¿Vas a ir ası́?"
Me miro a mı́ mismo.
Top sin mangas corto con estampado de logo negro de Dolce &
Gabbana con leggings negros con raya lateral de No Ka' Oi. Chaqueta
acolchada con capucha en polié ster rosa caramelo de Prada y Nike Air
Max 270 React en rosa fuego/blanco que combinan a la perfecció n.
“Um—” Asiento con la cabeza. "Sı́."
“Conduciré yo”, asiente Henry.
Niego con la cabeza. "No, creo que necesito hacer esto por mi
cuenta".
"No te acobardes", me dice Christian, con ojos severos.
"No lo haré ".
Yo podrı́a. Trago nerviosamente, les doy un asentimiento solemne y
camino hacia la puerta.
Taura corre detrá s de mı́ y me abraza.
“Solo piensa, como en una hora probablemente estará s de regreso en
nuestro apartamento, besá ndolo”.
Asiento, nerviosa.
“Me quedaré aquı́ esta noche. Denles un poco de espacio”, me dice
mientras me da un guiñ o grosero.
Yo trago. "¿Desé ame suerte?"
Ella niega con la cabeza mientras aprieta mi mano.
"No lo necesitas".
TREINTA Y TRES

Magnolia

Corro allı́, lo que ayuda, creo.


Correr hace que sea má s difı́cil sentir lo nervioso que estoy y
disfraza mis presuntos sudores nerviosos con el hecho de que en
realidad tambié n estoy un poco sudado.
Hacer ejercicio es un poco como un ataque de pá nico, ¿no crees? Al
menos sintomá ticamente. Sin aliento, sudoroso, con respiració n
pesada; de todos modos, serı́a todo eso haciendo esto.
Me entristece mucho pensar que é l no lo sabe.
Siempre pensé que lo sabı́a.
Porque sé que me ama.
Ha sido una de las grandes cargas de mi vida adulta saber que lo amo
y que é l me ama y que simplemente no podemos averiguar có mo estar
juntos. ¿Me necesita? No estoy tan seguro, pero me ama? Siempre lo he
sabido.
Tienen razó n en muchos sentidos sobre la historia. Está n esos
apegos: los vı́nculos traumá ticos de Bridget, el sauce, todas las formas
en que nos hemos lastimado para sentirnos cerca el uno del otro, todas
las formas en que me salvó cuando é ramos pequeñ os, literal y
metafó ricamente, las ostras, los hombres malos. en Grecia, los
perdedores en los clubes nocturnos de Londres con manos
entrometidas, los profesores, Marsaili, chicos de mierda en la escuela
con la boca grande llena de mentiras. Tengo todos estos lazos con é l.
Primer novio, primer beso, primer amor, primera vez, primero todo, de
verdad. Có mo fue mi maestro y mi compañ ero en tantas á reas clave de
la vida. Mi mejor amigo y mi familia y mi almohada y mi edredó n. Cada
uno de ellos son como ladrillos colocados en la casa que construı́ para
amarlo, pero el punto es que la casa que construı́ no es un monumento
a un amor que solı́a tener. Es una casa en la que todavı́a quiero vivir.
Le envı́o un mensaje de texto.
Beej
21:37

¿Puedes bajar?

¿Ahora?
Sı́.

??

Está bien.

Y luego me quedo allı́, frente a su apartamento, paseando.


Soy una bola de energı́a nerviosa cuando sale al frente.
Me mareo cuando lo veo, y no solo porque es perfecto. Incluso con su
sudadera negra con el logo invertido de Maison Margiela y sus
pantalones de chá ndal con el logo estampado de la colaboració n Rhude
x McLaren, es perfecto parado allı́ con esa frente baja y el ceñ o fruncido.
Las rodillas de mi valentı́a empiezan a ceder cuando pienso en có mo
alguna vez é l solo sonreı́a cuando me veı́a.
¿Cuá ndo se detuvo?
¿Cuá ndo dejé de ser su pensamiento feliz? Porque sigue siendo mı́o.
Incluso cuando lo he odiado, lo he amado.
En mis peores noches en Nueva York, cuando estaba má s triste y
sola, no salı́ y me acosté con esos chicos que realmente no conozco. Me
acosté en mi cama y pensé en BJ. Envolvı́ los pensamientos de é l
alrededor de mi corazó n perdido como una manta, dejé que me
calentaran, dejé que me hicieran pedazos, me permitı́ sentir el peso de
perderlo. Y a pesar de todo el dolor y toda la tristeza, por todas las
cosas de mierda que sucedieron, todavı́a me encuentro sin
arrepentirme en absoluto porque é l me amaba. Será lo que pusieron en
mi lá pida, creo.
El la amaba.
Espero que eso sea lo que dirá n de mı́.
Cruza los brazos sobre su pecho y me mira, el brillo familiar de
preocupació n en sus ojos. "¿Está s bien?"
"Mmhm". Asiento, todavı́a paseando.
El frunce el ceñ o má s. "¿Está s seguro?"
Asiento, tan nervioso ahora.
Su ceñ o se convierte en confusió n, mientras me mira de arriba abajo.
"¿Está s en ropa deportiva?"
"Sı́." Golpeé mi mano. "Corrı́ aquı́".
Su rostro titubea. "¿Corres ahora?"
Le ofrezco un encogimiento de hombros. “A medianoche en el
parque, o de lo contrario da miedo”.
"Podrı́as simplemente... no ir al parque a medianoche".
"¿Dó nde está la diversió n en eso?" Le doy una sonrisa
despreocupada aunque ninguno de mı́ es despreocupado.
Me da una mirada. "No morir... muy divertido".
Pongo los ojos en blanco y el ceñ o fruncido se asienta sobre mı́
mientras espera. “¿Qué está s haciendo aquı́, Parks? Es el Boxing Day”.
Le frunzo el ceñ o. "Viniste a mi casa en Navidad".
Marca el collar y traga. Lo presiono contra mi pecho, trato de
recordar có mo me sentı́ cuando me lo dio anoche y lo canalizo para
hacerme valiente.
Aprieto mis manos en puñ os, entierro mis uñ as en mis manos
(mañ ana habrá cicatrices) y luego lo miro.
Mi corazó n se está volviendo loco. Ojalá pudiera agarrarme a é l,
estabilizarme; é l podrı́a ser lo ú nico que podrı́a hacerlo.
Esta es la ú ltima frontera para nosotros, creo. Lo ú nico que nos
queda por hacer para que funcionemos es la honestidad y la
vulnerabilidad.
Qué obvio, pensarı́as, ¿verdad? Pero es bastante difı́cil cuando no
confı́an el uno en el otro.
Es una inmersió n profunda en la oscuridad, con la esperanza de salir
a la luz.
“Te amo”, le digo y las ventanas de mi corazó n se abren de golpe. La
sala se llena de mil tó rtolas y un pequeñ o ciervo.
Parpadea mucho. "¿Qué ?"
"Me encanta, estoy enamorado de ti".
Está completamente quieto ademá s de parpadear.
Un mechó n de cabello cae sobre su ojo y quiero apartarlo de su
rostro para poder verlo completo.
El no dice nada.
No dije nada.
Se lame el labio superior, su respiració n se vuelve má s rá pida y má s
fuerte. "¿Estas borracho?"
Trago nerviosamente, escucho el sonido en mi propia cabeza.
Niego con la cabeza.
"¿En absoluto?" aclara.
Me siento caliente debajo de mi piel. Sacudo má s la cabeza.
Aparta la mirada de mı́, asintiendo. Pensamiento.
Y luego noto que mi propio pecho se mueve má s rá pido, hacia arriba
y hacia abajo, la respiració n se acelera y mi cerebro tambié n comienza
a revolverse porque esto no está yendo como pensé que serı́a.
Pensé que me agarrarı́a y me besarı́a, que me arrastrarı́a detrá s de
su edi icio para palparme y besarme má s a escondidas, que sus manos
recorrerı́an mi cuerpo y estarı́amos cerca como no lo hemos hecho.
estado en un añ o. Pienso en ese dı́a todo el tiempo. La ú ltima vez que
estuvimos juntos en Dartmouth. Su aliento en mi cuello, sus caderas
presionando contra mı́ con tanta fuerza que me lastimé un poco a la
mañ ana siguiente, nosotros contra el á rbol donde deberı́amos haber
estado este mes nuevamente. Lo perdonarı́a por no estar allı́ entonces
si simplemente dijera algo ahora, cualquier cosa. Pero no lo es. El solo
me está mirando.
"¿Por qué me lo dices?" pregunta inalmente, sin quitarme los ojos de
encima.
Ahuyento a todas las tó rtolas, ahuyento al venado y cierro las
ventanas de mi corazó n porque é l no me responde.
“Um…” Mis ojos se vuelven extrañ os, llorosos. No puedo ver bien. No
sé si mis ojos se han puesto llorosos o estoy mareado. ¿Me estoy
sintiendo mareado? - tal vez algo sopló en mis ojos. Le doy un dé bil
encogimiento de hombros.
"¿Henry dijo que no sabı́as...?"
“Yo… yo no sabı́a…” BJ niega con la cabeza una vez. "No estaba
seguro".
Asiento una vez, preguntá ndome cuá n diferente serı́a todo si é l lo
hubiera sabido.
Frunzo el ceñ o, mordié ndome el labio inferior. "¿Có mo es posible que
no lo sepas?"
"¿No sé ?" Se encoge de hombros. “Rompiste conmigo… Saliste con
mi mejor amigo. Saliste con Tom... Saliste con todos… El considera todo
esto. “Te mudaste a otra ciudad en medio de la noche. Te fuiste por un
añ o.
"¿Asi que?"
“Ası́ que no haces esa mierda cuando amas a alguien”, me dice
bruscamente.
Mi labio inferior tiembla. "Me engañ aste cuando me amabas".
"Sı́, pero eso fue diferente".
"¿Por qué ? ¿Có mo?" Arrugo la frente.
“Porque estoy jodido”, me grita, un poco exasperado.
"¡Bueno, yo tambié n!" Lo miro ijamente y luego digo en voz baja:
"Gracias a ti".
Se burla, molesto ahora. Puedo verlo en toda su cara. "Sı́, de vuelta a
ti".
"Está bien, bueno... genial". Asiento con la cabeza, le doy una sonrisa
tensa. "¿Eso es todo, entonces?"
El exhala, me ofrece nada má s que un encogimiento de hombros.
"¿Qué quieres que te diga?"
Dejo escapar una pequeñ a risa pero está enredada con un llanto.
Me paso las manos por la cara; No quiero que vea lá grimas.
Niego con la cabeza hacia é l. "Nada."
TREINTA Y CUATRO

BJ

Es increı́ble que ella haya hecho eso.


Mi novia arriba y Parks me llama para decirme que me ama.
Santa mierda.
Esperé a que me dijera eso desde que se fue en diciembre pasado y
luego allı́ estaba, diciendo todo lo que querı́a escuchar, y no pude
responder.
no se que paso
Me enoje. Realmente no sé por qué .
Me indignó que ahora hiciera esto por capricho. Correr casualmente
hasta mi casa tarde una noche para poner toda mi puta vida patas
arriba. Pasé el peor añ o de mi vida haciendo todo lo posible para
dejarla ir despué s de que ella me dejó por algo que hice cuando tenı́a
veinte añ os. Despué s de todo lo que pasó y todo lo que habı́amos
pasado, porque ya habı́amos pasado por todo. Noticias para todos los
demá s, lo que pasó , pero no para nosotros. Y luego ella terminó
conmigo de todos modos. No entiendo có mo pude haberla extrañ ado,
có mo la he extrañ ado y estar tan jodidamente enojado ahora que ella
está aquı́, haciendo y diciendo todo lo que quise que hiciera todo el
tiempo.
¿La amo? Por supuesto que la amo. Ella es todo lo que siempre he
querido. Pero, sinceramente, fue hace solo unos treinta dı́as que
comencé a aceptar que el hecho de que yo y ella probablemente ya no
estuviera en las cartas. Y ahora ella está de vuelta. Jodiendo todo,
jodié ndome a mı́, porque ella está de vuelta, y eso es lo que hace. ¿Y yo?
Tengo una novia que vive conmigo porque tiene un compañ ero de piso
idiota que no sabe usar un puto bañ o. Y ella está arriba, sentada en mi
sofá , usando un sué ter mı́o que le quedarı́a mejor a Parks porque todo
en mı́ lo hace, y está esperando que le prepare una taza de té . Dije que
necesitá bamos leche, otra mentira para Parks. Odio mentir, y le estoy
mintiendo a Jordan todo el tiempo cubriendo las huellas de cuá nto amo
a esta otra chica cuya ú nica misió n en la vida es joderme la mı́a. ¿Y qué
hay de Jordá n? ¿Parks siquiera pensó en ella antes de que marchara
para declararme su amor? Cuando empezaron a publicarse artı́culos
sobre mı́ y una nueva novia, solo los dejé publicar porque Parks se
habı́a ido. Si pensara que ella iba a regresar, si pensara que era una
opció n que nosotros, nunca habrı́a tenido.
Comenzó puramente como sexo, Jordan y yo.
Y estuvo bien. Yo estaba bien con eso, ella estaba bien con eso.
Entonces empezamos a salir, má s que nada como amigos. Y fue genial,
como ir a un pub a ver fú tbol y cagar con una chica sexy que solo bebı́a
cervezas y comı́a pasteles, alguien con quien no tenı́a la historia de un
continente de corazones rotos, no. piedra secreta debajo de un á rbol,
sin in idelidad, sin visitas al hospital, sin experiencias cercanas a la
muerte donde estoy muriendo en sus brazos, solo una pizarra limpia.
Para mı́, todas las chicas de Londres, de una forma u otra, se sentı́an
como versiones má s baratas y de mierda de Parks. Pero Jordan no me
recordaba en absoluto a Magnolia, que era exactamente lo que
necesitaba. Para acabar.
Necesitaba terminar con Parks.
No porque quisiera serlo, sino porque ella forzó mi mano. ¿Có mo
podrı́a realmente terminar con Parks? no podrı́a ser Ası́ que la alejé de
mi mente. La puse en el armario debajo de las escaleras y puse el
sonido de Jordan muy fuerte para ahogar los golpes de lo mucho que
amaba a Magnolia.
Se volvió má s y má s fá cil tambié n. Para ahogarla, para ignorar el
sonido de estar con alguien con quien no estoy destinado a estar.
Se está poniendo fuerte otra vez, los golpes debajo de las escaleras.
La amo, lo sé . Deberı́a haberle dicho eso. No. Un poco fuera de shock,
pero sobre todo porque estoy orgulloso. Podrı́a ser la muerte para mı́.
O nosotros. Ambos estamos orgullosos.
No amo nada má s de lo que la amo a ella, pero estarı́a mintiendo si
dijera que no me emocioné al verla retorcerse. Sé que está jodido, pero
eso es todo lo que tuve durante tanto tiempo. Verla sentirse incó moda
por las cosas que hice o dije fue, durante añ os, la ú nica forma en que
sabı́a que todavı́a signi icaba algo para ella.
¿Y si cree que puede regresar a mi vida y lo dejarı́a todo porque esos
ojos de Bambi me parpadearon…? Quiero decir, lo harı́a, pero que la
jodan por pensarlo. Por pensar que puede hacerme un boomerang de
esta manera.
"Oye." Jordan levanta la vista y luego mira mis manos vacı́as. "¿Sin
leche?"
Niego con la cabeza, me acerco a ella. ¿Qué carajo estoy haciendo?
Estoy enojado. Estoy haciendo lo que hago cuando estoy enojado con
Parks.
“Levá ntate”, le digo.
Jordan traga, lo hace.
Saco mi sudadera de su cuerpo, la agarro, la sostengo contra mı́.
Ella sonrı́e mientras me devuelve el beso.
No hemos tenido sexo en mucho tiempo, no como antes. Me
pregunto si Jordan sabe por qué . ¿Por qué apenas la he tocado desde
que volvió Parks? ¿O por qué cuando lo hacemos mantengo los ojos
abiertos?
No sé lo que estoy haciendo a pesar de que sé exactamente lo que
estoy haciendo, he hecho esto antes, sin duda, ahora que Magnolia ha
vuelto, lo haré de nuevo. "El sexo no es un arma", me dice Claire a veces
en nuestras sesiones. Pero ella está equivocada.
¿Parks quiere tirarme a Jack-Jack Cavan y luego venir unos dı́as
despué s dicié ndome que me ama? A la mierda con ella
Jordan me quita la blusa, sus manos recorriendo mi cuerpo. Caigo de
espaldas en el sofá , dejá ndola encima de mı́ y hago una nota mental
para cancelar la terapia esta semana. No necesito ese sermó n.
No quiero pensar en eso, solo quiero hacerlo.
Y lo hacemos.
Y no pienso en mi novia ni una sola vez.
Gallina
23:19

¿Qué diablos hiciste?

¿Qué ?

¿Qué hiciste?

Taura se estaba quedando en la mı́a esta noche y le envió un mensaje de texto a Parks y ahora
estamos en su casa y Magnolia está llorando en el bañ o y no nos deja entrar porque no sé por
qué .

Entonces que hiciste

Vete a la mierda

¿Hiciste algo?

Dé jalo, gallina

¿Acaso tú ?

Dije que lo dejes.


TREINTA Y CINCO

BJ

A la mañ ana siguiente, Jo y yo salimos de la casa un poco despué s de las


7 a.m. para ir a buscar a las niñ as para el viaje insoportablemente largo
que tenemos por delante.
A Tausie le gustan mucho las cosas viejas, ası́ que para su
cumpleañ os, Jo organizó un recorrido privado por un montó n de ruinas
con un arqueó logo que conoce a travé s de Banksy.
Solo un viaje de un dı́a, solo nosotros cuatro.
Jordan se ofreció a venir tambié n. Jo inventó una mierda sobre có mo
era una gira ya reservada con asientos limitados. No es creı́ble en
absoluto, pero Jordan parece no darse cuenta de que Jonah está cada
vez má s alejado de ella.
Aunque agradecida de que no venga. Necesito que ella no esté allı́.
Necesito estar a solas con Parks, sentir lo mal que la jodı́ anoche...
Nos detenemos frente a su casa en el nuevo Rolls Cullinan de Jo y é l le
envı́a un mensaje de texto a Tausie para que salga. Un par de minutos
despué s aparece ella y é l sale del auto para darle un beso de feliz
cumpleañ os.
Sigo su ejemplo, la abrazo, pero mientras lo hago ella me mira con
enfado.
—Idiota —susurra entre dientes, lo su icientemente bajo para que
Jonah no la escuche.
Y luego sale Parks.
Enorme abrigo blanco, pelo suelto, gafas de sol.
Gafas de sol.
jodeme Podrı́a contar con mis manos la cantidad de veces en
nuestras vidas que ha usado anteojos de sol. Ella considera que sus
ojos son "demasiado hermosos para cubrirlos" y solo los usa cuando
los oculta.
Me acerco a ella, con la barbilla tan baja como mi voz. "Oye,
¿podemos charlar un segundo?"
Ella pasa junto a mı́ hacia el coche. "No."
"¿Por favor?"
“En ningú n mundo”, apenas susurra antes de subirse y cerrar la
puerta de un portazo.
Ni siquiera me di cuenta de que estoy usando una sudadera con
capucha gris. Ella me ama en sudaderas grises.
Suspiro, miro a los ojos a Taura, que tampoco está contenta conmigo.
Camine, suba al lado de Magnolia.
Joná s se despega.
¿Café s?
“Desesperado por uno.” Taura le lanza una sonrisa y tengo la
sensació n de que ha estado lidiando con el desastre que hice toda la
noche.
Encontramos una cafeterı́a abierta a unos diez minutos y Jo y Tausie
salen para ir a buscarlos.
"Parques, escucha", empiezo.
Pero ella simplemente abre la puerta y camina hacia ellos.
Me recuesto en mi asiento, dejo escapar un sonido de frustració n y
salgo del auto de todos modos, porque es un viaje de cinco horas hasta
Anglesey y deberı́a estar de pie tanto como pueda, supongo. Estaba
emocionado por un viaje largo con Parks antes, pero ahora solo
desearı́a que tomá ramos el avió n. Sin embargo, Taura planeó una
pequeñ a gira de bollos, segú n ella, los mejores bollos de Gran Bretañ a.
Jo me entrega un lote de cerveza y me mira confundido.
Sacude mi cabeza un poco.
No puedo creer que no lo sepa. ¿En este grupo de amistad? Un
maldito milagro.
Empezamos a conducir.
Taura está en las canciones. Jeremy Zucker. Má s sentimientos de los
que quiero, validando cada pensamiento de Magnolia.
“Llevas pantalones,” le digo, tratando de romper la tensió n.
Le pincho la pierna. Polainas negras. Nunca viste de negro. Nunca
usa pantalones, en realidad. Y honestamente, solo quiero tocarla.
Siente que recalibramos cuando lo hacemos. Piel sobre piel y
estaremos bien.
Quita mi mano de ella, ni siquiera me mira.
Mierda.
“Oye, Parks…” Jonah asiente con la barbilla hacia ella despué s de que
acabamos de subir a la M40. “Puedes quitarte esas gafas de sol ahora.
Nadie te va a hacer un pap en mi coche.
Ella toma una respiració n medida. Espera unos segundos. Se los
quita y mira directamente por la ventana, pero no antes de que los
mire.
Parecen jodidas esmeraldas, maldita sea.
Debe haber llorado toda la noche.
Jo los capta en su retrovisor: una dé cada de amistad, conoces la cara
de llanto de tu amigo.
"¿Qué sucedió ?" El se gira para mirarla.
"Nada." Niego con la cabeza.
Me mira ijamente, molesto. "¿Qué diablos hiciste?"
“Nada”, dice Magnolia, todavı́a mirando por la ventana.
Miro hacia ella.
Joná s niega con la cabeza. "¿Qué me estoy perdiendo?"
Ninguno de nosotros dice nada. Gracias a Dios.
Y entonces-
“Le dije a BJ que lo amo”, anuncia Parks.
Jonah desvı́a el auto. "¿Tu que?"
Magnolia lo mira. “Le dije a BJ que estoy enamorada de é l”.
Jo llama mi atenció n en el espejo. “¿Qué dijo BJ?”
Taura mira por encima del hombro y me lanza una mirada gé lida.
"Nada."
Jo me mira por el retrovisor, con los ojos muy abiertos y asesinos.
"¿Qué carajo?" é l habla.
Sacudo la cabeza y miro por la ventana antes de mirar a Parks.
"No dije nada".
Se vuelve hacia mı́ y sé de inmediato, de inmediato, que estoy muy
por encima de mi cabeza, porque está lista para irse.
Puedo verlo. Listo para la batalla. Juego de mandı́bula. Lengua
a ilada.
Tiene sus ojos esmeralda que me debilitan el estó mago y matan toda
mi resolució n.
Ella podrı́a caminar sobre mı́, estrangularme hasta la muerte, y yo no
me darı́a cuenta. Si los ojos esmeralda está n apagados, me estoy
muriendo de todos modos.
Mierda.
“No, tienes razó n—” Ella asiente. “Dijiste, '¿Está s borracho?' y '¿Por
qué me dices esto?'”
“BJ—” Taura suspira como si fuera a ella a quien lastimo.
Le doy una mirada a Parks. "¿No podemos hacer esto frente a ellos?"
"¿Hacer lo?" Ella parpadea. "No tengo nada má s que decirte".
Respiro, molesto. Mirar por la ventana.
"En realidad, tengo algo que decirte". Ella se aclara la garganta.
¿Tienes alguna idea? Ella me golpea en el brazo, una buena señ al, eso.
Cualquier tipo de contacto fı́sico de ella es una buena señ al. “—¿Qué
tan vergonzoso fue eso? ¿Decirte y no tener nada que decirme?
“¿Está s hablando en serio en este momento? Me llamaste en medio
de la noche…
“…fueron como las 11”, gruñ e.
("En realidad, debido a Jordan, se acuesta bastante temprano en
estos dı́as", interviene Jonah).
“—Con mi novia arriba,” sigo adelante. Y te fuiste a la mierda,
¿recuerdas? Te fuiste-"
“¡Porque me engañ aste con mi mejor amigo!”
("Ex-mejor amigo", señ ala Taura, y Jo niega con la cabeza.
"Probablemente no sea el momento").
Hablo sobre los dos. “Y tú está s parado ahı́, en ropa de ejercicio…”
("Aparte un poco raro, amigo". Jonah asiente desde el frente.)
“—Dicié ndome que me amas.” La miro. "¿Qué se supone que debo
hacer con eso?"
Ella me mira. Miradas, en realidad. Sus ojos se pellizcan y una mirada
rueda por su rostro, y luego llega mi compañ ero de entrenamiento
favorito: Petty Parks.
"Nada." Ella se encoge un poco de hombros. "Me retracto."
Bufo una carcajada. "No puedes".
("Este no va a ser un buen cumpleañ os". Taura niega con la cabeza).
"Puedo." Ella asiente. "Me retracto."
Niego con la cabeza hacia ella, desa iante. No puedes. Ya me dijiste-"
("Oh, mierda", suspira Jonah.)
“—Tú me amas,” le digo. "Te oı́. Mi portero te escuchó . Me amas, no
hay vuelta atrá s.
Respira ruidosamente por la nariz, resoplando.
Y mi corazó n está acelerado. Me encanta pelear con ella. Me encanta
todo con ella, en realidad. Dormir, ducharse, leer, conducir. Pero
peleando? Ese es nuestro punto dulce en estos dı́as.
No peleamos antes, pero ahora es todo lo que nos queda. Lo má s
parecido a tirarla contra una pared y besarla es lanzarle palabras.
Se ve un poco como si fuera a llorar, como lo harı́a si pudiera, pero no
lo hará . No perderı́a la cara ante mı́ dos veces seguidas.
Ella se sienta má s derecha.
"Taura", dice alegremente.
"¿Mm?" Taura mira hacia atrá s, nerviosa.
"¿Recuerdas que me preguntaste có mo es Jack-Jack en la cama y te
dije que te lo contarı́a en otro momento?"
Ella parece inquieta. "Mmhm".
"Te lo voy a decir ahora". Parks asiente.
Tausie niega con la cabeza. “No, está bien—”
“—No, está bien, no me importa. Esto es genial." Parks asiente.
Muevo la cabeza. "Parece extrañ o que esta conversació n no haya
tenido lugar orgá nicamente, ya que son compañ eros de piso y todo eso,
pero continú a".
“En primer lugar,” dice Magnolia en voz alta sobre mı́, “está
destrozado. Quiero decir, jacked. Completamente. Cabeza a los pies. El
cuerpo perfecto. Tan bronceado. Bronceado de California…
“—¿Quieres que me quite la camisa?”
("No", dice Taura).
"-Lo haré ", sigo adelante. "¿Volcar? Haré press de banca con Jonah
aquı́ mismo, ahora mismo.
("Lo siento—" Jo me mira. "¿Tengo algo que decir en esto?")
"¿Y sabes lo que má s me gusta de é l?" dice Parks, ignorá ndome.
"¿Nada?" Corté de nuevo. “Porque me amas, me lo dijiste anoche”.
(Joná s se echa a reı́r.)
Sin embargo, Magnolia sigue ası́.
"El no es un puto", dice ella con una mirada hacia mı́. “¡Para nada
cachonda! ¿Sabes lo maravilloso que es estar con un hombre y no
preocuparte por contraer gonorrea?
"En realidad", Taurs lanza una mirada pelirroja a Jonah. "No."
Jo se rı́e y la golpea.
"Bueno, es maravilloso". Magnolia se encoge de hombros. “Muy, muy
liberador. Quitarme un peso de los hombros, porque...
La miro. “—Sabes, Parks, es gracioso que esté s hablando de zorras.
Quiero decir, ¿con cuá ntas personas te relacionaste mientras estabas
en Nueva York?
“Oi—” Jonah frunce el ceñ o desde el frente, pero sé que crucé una
lı́nea.
Matarı́a gente por decirle menos que eso. Pero estamos en medio de
la batalla y pasa por encima de ella. No lo usa ni por un segundo.
“Joná s, está bien. No seas tan tonto... Ella se inclina hacia delante, le
aprieta el hombro y se vuelve hacia mı́. Me preparo, lucho contra el
impulso de besarla. “Gran pregunta, Beej. Durante el casi añ o que
estuve en Nueva York, tuve relaciones sexuales con… menos personas
que tú la semana que rompimos”.
Ella me da una sonrisa de su iciencia.
Mi boca se frunce y entrecierro los ojos hacia ella.
“¿Quieres que te diga quié nes son?” ella pregunta brillantemente.
Asiento una vez. "Te amo".
"Tomá s."
"Sı́, obviamente". Me encojo de hombros como si no fuera el maldito
golpe en la cabeza que es.
"Jack-Jack".
Asiento una vez.
“Deiter Van Lauers. Addington Van School...
"Nombre estú pido". Niego con la cabeza. "Lo odio. Pró ximo."
Ella pone una mirada en su rostro. Stavros Onasis.
Jonah se da la vuelta. “Escuché sobre eso. De todas las personas con
las que joder, Magnolia…
Arrugo la frente.
“—Con fecha”, interviene Taura.
"Mas o menos." Magnolia considera. "Flojamente."
"¿Por cuá nto tiempo?" Jo pregunta y me molesta que le importe.
“Como un mes, si eso”. Parks se encoge de hombros. “Fue raro, en
realidad. Creo que Romeo Brambilla tuvo algo que ver con el inal”.
Una mirada pasa por el rostro de Jonah que no entiendo.
"De todos modos." Magnolia se aclara la garganta. "Entonces una
persona secreta que no puedo decir".
Pongo los ojos en blanco. Entonces, Evans.
Ella frunce el ceñ o.
“Te follaste a Rush Evans, Magnolia. Estaba constantemente en los
perió dicos, idiota.
Y actú o como si me importara un carajo, pero ese me molesta
porque está en todas partes estos dı́as. Podı́a tener a cualquiera y la
tenı́a a ella.
Taura se da la vuelta desde el asiento delantero para mirarnos,
tirando de su rostro.
"¿Vamos a seguir llamá ndolo ası́?"
"¿Qué quieres decir?" Magnolia se cruza de brazos. “¿Có mo má s lo
llamarı́amos?”
Tausie le lanza una mirada insegura. "¿Tener una cita?"
Parques se burla. “Taura, Rush estuvo fuera la mitad del tiempo. Salı́
con, como, tres chicos en el medio—”
"-Sı́, y los dejaste todo el segundo que Rush regresó a la ciudad".
Taura le lanza una mirada impaciente. Saliste con é l.
Parks niega con la cabeza, toda resuelta. “Yo no le harı́a eso a Tom”.
La miro ijamente. "Le hiciste eso a Tom", me burlo, mirá ndola como
si fuera un objeto extrañ o. "Está s tan jodido de la cabeza con todas
estas pequeñ as advertencias y paré ntesis que pones alrededor de todo,
como, no sé por qué , está s tratando de ejercer cierto control sobre
todo".
“—Has estado en terapia por cuatro meses,” interrumpe ella. "No
sabes a qué diablos vas..."
——Signi ica una mierda, Parks —digo por encima de ella. "Es una
mierda. Jodiste a Tom cuando jodiste a su mejor amigo al igual que me
jodiste a mı́ cuando jodiste al mı́o.
Su cabeza se tira un poco hacia atrá s. Todo lo que dije es verdad y lo
digo en serio: ella jodió a Tom y me jodió a mı́ tambié n. Y estoy seguro
de que lo volverá a hacer, pero no es por eso que lo digo todo. Lo digo
porque estoy tambaleá ndome.
Trate de que no parezca que la idea de todo esto me está matando,
pero lo es. Y en realidad, qué carajo, cuando me dejó solo é ramos Tom y
yo. Alguna vez.
¿Y ahora son otros cinco? ¿Cinco personas má s? Quien la ha visto y
tocado y abrazado...
Y sé que estoy siendo un maldito hipó crita. ¿Siete? Esa no es tanta
gente. Podrı́a ser yo en una mala semana.
Pero ella no es ası́.
Ella no es como yo.
Al menos no lo estaba cuando me dejó ...
Ella me está mirando de cerca ahora. leyé ndome. Viendo como me la
pongo, esta nueva versió n de ella. Se siente como si estuviera tratando
de demostrarme que es menos mı́a de lo que creo, pero hasta anoche
no sabı́a que querı́a seguir siendo mı́a. No sé qué está esperando.
¿Vindicació n? ¿Castigo? ¿Juicio? ¿Perdó n? No le doy ninguno de ellos.
Sin embargo, le daré mi corazó n gratis en un santiamé n, si todavı́a lo
acepta.
Mira ijamente al frente, respirando como si estuviera saliendo de un
alto, profundo y moderado descenso. Cansado. Ojalá pudiera ponerla en
mi regazo, dejarla descansar, recordarle que soy su lugar má s seguro.
Quiero decir lo siento. Dile que estoy jodido y que la amo, que he
terminado con los juegos. Pero no puedo encontrar las palabras.
Ella los tomó de vuelta.
La toco suavemente y ella me mira, molesta.
Llá mala con mis dedos.
Ella niega con la cabeza.
Agı́tala de nuevo.
Ella pone los ojos en blanco, pero me obliga esta vez.
Se inclina y, mientras lo hace, siento una oleada de endor inas. Ella es
la mejor droga del planeta. Los he hecho todos y lo sé con seguridad.
Ella levanta la ceja, impaciente.
Me acerco y susurro: "¿Có mo está el clima, Parks?"
Y lo juro por Dios, nuestra pregunta hace su magia. Por un momento,
puedo verlo en ella: me perdona. Las inclusiones en esos ojos de gema
suyos comienzan a desvanecerse y comienzan a aclararse hasta quedar
impecables. Le sonrı́o, sintié ndome orgulloso de mı́ mismo por
recuperarla.
Luego se dispersa. Las esmeraldas se nublan y su rostro vuelve a la
ira.
“¿Te dije que te amo y me preguntas por el clima?” me susurra.
Entonces ella me mira directamente a los ojos. Vete a la mierda.
TREINTA Y SEIS

Magnolia

Esto es todo lo que BJ y yo solı́amos hacer: largos viajes sin rumbo ijo
a partes lejanas del paı́s. Me encanta estar en autos con é l.
Encerrados en nuestra pequeñ a caja, sin fuerzas externas
asomá ndose, solo é l y yo solos en el mundo es como deberı́a ser.
No esta unidad. Odio este disco.
Estoy agitando a los chicos con los que me he acostado como si
fueran salvia. Estoy ardiendo, tratando de alejar el amor verdadero.
Lo hago porque le duele, que es lo que quiero hacer. Esos labios en
mi cuello que no son suyos, el sudor de otro en mi cuerpo y en mi boca.
Pero me duele la espalda porque ya no sé que le importa.
No se inmuta, no me dice que pare. Só lo me mira como si fuera un
objeto extrañ o.
Llegamos a Anglesey un poco despué s de las 10, y estoy mareado por
mirar mi iPhone todo el tiempo, pero ¿qué otra cosa iba a hacer?
Salı́ del auto como una luz, poniendo la mayor distancia posible entre
é l y yo.
Ya no sé có mo manejar el dı́a de hoy porque es el cumpleañ os de
Taura. Jonah la trajo aquı́, lejos de Londres, para que pudieran ser
pareja. No dijo eso, pero sé que es verdad. Ası́ que no puedo hacer que
sea mi amiga. Quiero darles espacio, quiero que se sientan como
quieran. El hecho de que BJ y yo estemos atascados no signi ica que
todos los demá s deban estarlo.
Ademá s se ven tan lindos juntos. Ambos en sus pequeñ os puffers
Moncler, esas monadas.
Cuando salgo del auto, BJ me mira.
"¿Qué diablos tienes en los pies?"
Me miro a mı́ mismo y luego lo miro a é l. “La bota Adhara de la
colaboració n Moncler Genius, 8 Palm Angels, Moon Boot. Obviamente."
Me cruzo de brazos, resoplando hacia é l. “Y no aprecio tu tono al
insinuar que estos no eran los zapatos apropiados para usar”.
Jonah y Taura se dan la mano y caminan hacia quien supongo que es
el guı́a. Jonah me conduce hacia el guı́a, creo que solo para alejarme de
BJ.
Magnolia, este es Angus Welling.
Le doy una sonrisa rá pida, lo reconozco pero solo por poco. Y me
quedo allı́, aburrido pero no aburrido porque BJ está de pie frente a mı́,
mirá ndome con ojos que solı́a pensar que podı́a leer, pero tal vez ya no
sé nada. Aú n ası́, incluso si eso es cierto, quiero pinchar al oso, porque
me encanta pinchar al oso.
Porque me encanta el oso.
Ese oso estú pido, parado allı́ con los pantalones negros de pierna
globo de Tom Wood, una sudadera con capucha gris de Balenciaga (que
se siente como un ataque personal porque sabe que lo amo
especialmente en gris) que lleva debajo de la chaqueta acolchada negra
con monograma invertido de Louis Vuitton, que se siente molesto
porque yo tambié n estoy usando un globo de Louis Vuitton y no tengo
ganas de estar en la misma pá gina que é l porque no estamos en la
misma pá gina de ninguna manera que realmente importe.
Lo miro ijamente, pensando en la mejor manera de enfadarlo,
entristecerlo, enfadarlo o cualquier cosa má s que lo indiferente que me
fue anoche.
Miro a nuestro alrededor. Estamos en medio de la nada. Nos
desviamos de una pequeñ a carretera justo al norte del pueblo de
Llanfaelog. No hay nadie má s que nosotros cuatro y el guı́a.
Vuelvo a mirar la guı́a.
Chico alto, cabello oscuro, casi negro. Amplio. Emite una vibra de
Clark Kent. Guapo.
El no es Ballentine, pero ¿quié n lo es?
En un apuro, ¿sabes?
Enderezo los hombros, me ilumino la cara y me acerco a é l,
pestañ eando.
"Lo siento. ¿Có mo era tu nombre?"
"Angus". El sonrı́e, un poco complacido de tener mi atenció n.
“¿Y qué es este lugar, Angus?”
“Se llama la cá mara funeraria de Ty Newydd”.
BJ pone los ojos en blanco.
Enlazo el brazo de Taura con el mı́o y miro a Angus. “¿Y por qué nos
gusta la cá mara funeraria de Ty Newydd?”
“Nos gusta porque es del Neolı́tico”.
Miro a Tauros en busca de una aclaració n.
“En algú n lugar entre 10,000-4500 aC”, me dice.
(“Un poco de margen grande”, dice BJ.)
"Creemos que este es de alrededor de 4000-2000 aC", agrega Angus.
("Sigue siendo un gran margen", susurra Beej a Jo, quien lo golpea en
el estó mago)
“Y sitios como este son importantes porque nos dan una idea de los
extrañ os del pasado. En este sitio, los arqueó logos han encontrado
puntas de lecha, cerá mica, incluso algo de arte antiguo”, continú a
Angus, un poco ajeno.
“Son solo cuatro rocas”. BJ parpadea.
Jonah le da una mirada.
“¿Te gusta la historia, Magnolia?” Angus pregunta alegremente
mientras caminamos por el prado. Tausie y Jonah está n tomá ndose
fotos en el dolmen, está n muy dulces y juntos, y siento una punzada de
nerviosismo por Henry, por todos nosotros, en realidad.
“Sı́”, dice BJ detrá s de nosotros. “¿Te gusta la historia, Parks?”
"Yo solı́a." Le sonrı́o alegremente a Angus, ignorando a BJ. “Me
encantó , en realidad. Mucho. Pensé que habı́a algo muy romá ntico en la
historia, las formas en que conecta a las personas entre sı́, todas las
formas en que puede hablar de nuestro futuro. Me encantaba la
historia”. Muevo mis ojos hacia BJ, cuya mandı́bula está apretada,
observá ndome. “Pero me rendı́”. Asiento con la cabeza. "Anoche."
"Vaya." Angus asiente, mirando a BJ. "Eso es... extrañ amente
especı́ ico".
Angus huele una risa divertida y luego deja escapar un suspiro triste.
Si no te gusta mucho la historia, me temo que no te seré de mucha
utilidad.
Me doy la vuelta y le doy una brillante sonrisa cuando Taura y Jo se
unen a nosotros.
"Ahora, aunque no amo la historia, amo a un hombre educado".
"¿Tú ?" BJ se burla. "¿Es por eso que te está s cogiendo a un skater
profesional?"
Los ojos de Angus se agrandan, la boca de Taura forma una O y Jonah
se gira hacia é l, con la cabeza echada hacia atrá s. Pero mi cara no
mueve un mú sculo.
Sin embargo, mi corazó n late má s rá pido, porque—
Ding ding suena la campana, y una chica en bikini camina entre
nosotros con un cartel que dice 'Round Two'.
"Lo siento." Entrecierro los ojos hacia é l, dá ndole una sonrisa falsa.
"No sé a qué te re ieres".
"Estoy hablando de ese modelo slash skater con el que te fuiste a
casa la semana pasada".
"Vaya." Asiento con la cabeza. “¿Te re ieres a Jack-Jack? ¿Con quié n
salı́ durante cinco meses? BJ se muerde la lengua. "¿Con quié n está s
obsesionado?" Sus ojos pinchan. “¿Quié n tiene un Má ster en Historia
del Arte?” El rueda los ojos.
BJ asiente con la barbilla ante la nada. "Maldito tı́tulo inú til".
"Completamente." Asiento enfá ticamente. "Oye, ¿cuá l es tu
maestrı́a?"
Joná s se rı́e.
"En realidad—" Lo miro con los ojos entrecerrados. "¿A qué te
dedicas en el trabajo, de nuevo?"
La mandı́bula de BJ se a loja y me alejo.
Vamos a otros cuatro o cinco yacimientos neolı́ticos y, si te soy
sincero, todos son muy importantes, pero BJ está jodidamente furioso
porque estoy ingiendo que me importa, ası́ que puedes imaginar có mo
me he convertido en un personaje de pie. entusiasta de la piedra en las
ú ltimas cuatro horas.
Investigo mucho sobre la 'Edad del Bronce' y el 'Neolı́tico' mientras
conducimos de un lugar a otro. Siento un poco que voy a vomitar, pero
BJ está cada vez má s enojado, ası́ que me anima.
—Ahora, Angus —digo, prá cticamente caminando rá pido hacia é l
una vez que los autos se detuvieron. “Dime qué sigue”.
BJ pone los ojos en blanco.
Taura me mira, sonriendo emocionada. “Estas son las piedras
verticales del Triá ngulo de Llanfechel”.
“Oooh,” arrullo. Suena aburrido si soy honesto. ¿Una piedra en un
campo? Ronquido. De todos modos. "¿Qué tienen de especial estas
piedras?" Miro entre ellos.
“¿Taura?” Angus le hace un gesto. "¿Alguna suposició n?"
"¿Bronce temprano?" Ella parpadea.
"Muy bueno." El asiente. "Bronce temprano o Neolı́tico tardı́o es el
consenso general".
"¿Para qué son estos?" Pregunto, mirá ndolos.
Bastante grande. ¿Dos metros?
"No sabemos exactamente para qué se usaron estos, pero sabemos
que los engastes de piedra como estos a menudo eran monumentos
ceremoniales". El mira a los chicos, quienes está n un poco vidriosos,
benditos sean. “Fueron utilizados para rituales prehistó ricos”.
Jo se anima. "¿Como un sacri icio humano?"
"Ah". Angus se rı́e un poco. “Los celtas practicaban sacri icios
humanos, sı́. Y”, le da a los niñ os una mirada un poco emocionada que
Baxter James Ballentine no devuelve, “aquı́ se ha encontrado tierra
hú mica oscura con residuos de carbó n. Eso podrı́a estar relacionado
con una ofrenda. Sin embargo, no hemos encontrado restos humanos.
"Entonces, ¿qué pasó aquı́?" BJ pregunta, con los brazos cruzados
sobre su pecho.
"Bueno, ¿no es esa la pregunta?" Angus pregunta alegremente. Creo
que serı́a un maestro maravilloso. “La alineació n triangular sugiere a
algunos que podrı́a haber sido un monumento astronó mico…”
En realidad es bastante lindo. Me gusta có mo le gustan tanto estas
rocas. es muy puro Se aleja de nosotros para ponerles las manos
encima, los saluda como viejos amigos.
Miro a BJ que me está mirando, con el ceñ o fruncido, mordié ndose el
pulgar.
Toco una piedra y por un brevı́simo momento me pregunto
genuinamente si caeré a travé s de ella como en Outlander . Yo no. Estoy
atrapada en este lado del tiempo con demasiado amor en mi corazó n
por el chico que no me amará .
Sin embargo, hay algo encantador en ellas, todas estas piedras
antiguas que han visto el mundo a travé s de tantas cosas. Todas las
vidas que se vivieron a su alrededor, todos los amores de los que
habrı́an sido testigos.
BJ y yo tenemos un á rbol que prueba que alguna vez nos amamos y
una piedra frente a é l que espero que permanezca allı́ para siempre,
pero los sauces no duran. Só lo treinta añ os, eso es lo que decı́a cuando
lo busqué en Google.
Ya tiene casi veinte añ os.
El gran monumento a nuestro amor es un á rbol marchito y una
piedra en blanco que signi ica el mundo para mı́ y tal vez nada para
nadie má s.
Angus nos da una breve introducció n al ú ltimo sitio, pero se marcha
siguiendo las instrucciones de Jonah. Hemos ido unas tres horas má s
de lo que se suponı́a que ı́bamos a hacer y é l tiene una conferencia
temprano en Londres mañ ana.
Es una cá mara funeraria llamada Barclodiad y Gawres, que fue
construida entre el 3000 y el 2500 a.
Se nos permite entrar aunque el sol se haya puesto, pero eso solo
signi ica que está completamente oscuro y espeluznante como
cualquier cosa.
No sé si realmente es espeluznante o simplemente creo que es
espeluznante porque es una cá mara funeraria y Angus dijo que
encontraron los restos de dos hombres cremados aquı́, pero de
cualquier manera da un poco de miedo.
Es un miedo que me encanta porque yo en peligro siempre ha sido
hierba gatera para BJ. El no puede evitarlo. Ocurre de forma
subconsciente, creo, como un re lejo. Tan pronto como estoy allı́, está
lotando detrá s de mı́.
Miro atrá s hacia é l; nuestros ojos atrapan en la oscuridad.
No dice nada, no hace nada. Só lo se queda allı́ conmigo.
Entro má s profundo, queriendo ponerlo a prueba, ver hasta dó nde
puedo llegar con é l. Me sigue, se pega má s cerca.
Lo su icientemente cerca como para sentir su calor detrá s de mı́.
Me muevo y é l me sigue como una sombra.
“Cuidado”, me dice en voz baja. “No puedo ver por una mierda—”
Y luego, justo en frente de nosotros, alguien hace el sonido de un
ghoul. Grito y BJ me agarra por detrá s, atrayé ndome hacia é l. Jonah
comienza a carcajearse y Taura tambié n se rı́e, pero nosotros no.
Mi cara está enterrada en el pecho de mi ex novio con sus brazos
alrededor de mı́. Su corazó n late contra mi cara. El no me deja ir, ası́ que
yo no me dejo ir. Se mueve un poquito para que su barbilla esté sobre
mi cabeza.
El traga.
"Lo siento", me dice, pero no se mueve.
"¿Está s listo para irte, Romeo?" Jonah llama desde algú n lugar en la
oscuridad y juro por Dios que el agarre de BJ se aprieta alrededor de
mı́, solo por un segundo, y luego me suelta.
“Sı́”, llama y luego camina delante de mı́.
Saca su iPhone para iluminar el camino, pero corre hacia Jonah.
Taura me agarra del brazo, retenié ndome.
"¿Qué fue eso?" Ella parpadea, con la boca abierta, un poco
esperanzada.
La miro largamente y niego con la cabeza, porque no tengo ni idea.
TREINTA Y SIETE

BJ

Camino lo má s rá pido que puedo para salir frente a Parks y Jonah.
Le doy una mirada, asintiendo con la cabeza fuera de la tumba
funeraria.
"Rá pido", le susurro, con los ojos muy abiertos, llevá ndolo hacia el
coche.
"¿Qué ?" El frunce el ceñ o.
Miro má s allá de é l. Las chicas aú n no han salido, creo que está n
tomando fotos.
—No quiero ir —susurro.
"¿Qué ?" El frunce el ceñ o má s.
“No quiero ir. No quiero ir —le digo, apremiante, sacudiendo la
cabeza.
Parece confundido. "¿Quieres quedarte aquı́?"
"No." gruñ o. “No quiero ir a casa...” Para Jordan, es la parte que no
puedo decir en voz alta, no sin ser un idiota colosal, ası́ que lo dejo
pasar y lo miro.
Inclina la cabeza hacia mı́, con las cejas bajas. “Beej…”
"Por favor, por favor. La cagué , Jo. Sacude mi cabeza. "Tengo que
arreglarlo."
Miro má s allá de é l otra vez, de vuelta a la tumba. Puedo ver la luz de
un telé fono que sale.
"Mierda. Por favor, susurro. Estoy en pá nico ahora, a punto de
perderlo. "¡Mierda! Jo, haz algo. Lo empujo. "Hacer algo."
Hace un sonido molesto, mira por encima del hombro, se mueve a mi
alrededor, saca una navaja de su bolsillo y corta su neumá tico.
“Este auto tiene una semana y media”, dice con una mirada furiosa.
Niego con la cabeza hacia é l. "¿Para qué diablos tienes una navaja en
el bolsillo?"
"Porque mi mejor amigo es un maldito idiota", dice con los dientes
apretados y luego lo mete de nuevo en su bolsillo justo cuando las
chicas se acercan.
"¿Qué ocurre?" Taura mira a Jo en el suelo, quien suspira, pone los
ojos en blanco, hacié ndolo.
“Neumá tico reventado”.
"Oh, mierda." Ella frunce el ceñ o y se mueve hacia é l. "¿Tienes uno de
repuesto?"
Mierda.
Jo y yo intercambiamos miradas.
“Sı́…” Jo asiente, pensando en sus pies. "Pero... eso... tambié n está
roto".
Magnolia lo mira, confundida. "¿No compraste este auto como hace
una semana?"
"Sı́." Jo asiente con frialdad. “Pero lo tomé fuera de la carretera”.
"¿En Navidad?" Parks pone su mano en sus caderas.
"Sı́." Jo sigue asintiendo.
"¿Cuando?" Tauro frunce el ceñ o.
"Anoche." El asiente.
Le lanzo una mirada.
“Sı́, no—” Jo asiente, redoblando su historia de mierda. “Cuando
estabas con Hen, me fui… a todo terreno”.
"¿Metafó ricamente?" pregunta Magnolia.
Jo niega con la cabeza hacia ella. "¿Qué signi icarı́a eso?"
La cara de Taura se arruga.
"¿Qué ?" Jo se encoge de hombros. “¿Quieres comprobar el PSI en el
repuesto? Ve siempre derecho."
“¿Qué es un PSI?” Parks susurra y lamo mi labio inferior, tratando de
no sonreı́r demasiado. ¿Su boca tan cerca de mı́? No puedo evitarlo.
"Libras por pulgada cuadrada", le susurro. Cruza los brazos sobre el
pecho, no le gusta no saber las respuestas a las preguntas por sı́ misma.
“Bueno, entonces, ¿qué hacemos?” Ella frunce el ceñ o, mirando de
Taura a nosotros.
"¿Dormir ahı́?" Jo asiente con la barbilla hacia la tumba, sonriendo.
Magnolia se arrastra un poco hacia mı́. "Absolutamente no."
“—¿Serı́a tan malo?” Le susurro y su cuerpo se tensa y todas las
formas en que podrı́a relajarla luego pasan por mi mente.
“Voy a reservar un hotel para nosotros”, dice Jo, sacando su telé fono.
“Llamaré a un taxi”, le digo.
"¿No crees que tendrı́an autos de la ciudad aquı́?" Magnolia pregunta
con el ceñ o fruncido.
La miro, reprimo una sonrisa. "Probablemente no sea un aviso tan
tarde".
Ella maldice por lo bajo y patea la hierba.
Llamo a un taxi. Tomará añ os por venir.
Jonah y Tausie vuelven a entrar en la cá mara, pero yo me tumbo en el
capó del coche y miro al cielo.
Miro a Parks de pie en la hierba, mirá ndome, y espero a que se una a
mı́. Lo hace lentamente, con nerviosismo. Se sube a mi lado. Se inclina
hacia atrá s, se acuesta. mira hacia arriba.
Me pregunto si alguna vez dejaremos de ser como imanes... no
seremos estas dos cosas que se acercan sin importar nada. Si hay una
manera de romper el hechizo, no quiero saber nada al respecto.
"Hace frı́o." Ella se abraza a sı́ misma.
no digo nada Sin embargo, mué vete un poco má s cerca de ella.
“Me hacen pensar en ti”, me dice, mirá ndolos.
"¿Las estrellas?"
Ella asiente.
La miro. "¿Por qué ?"
Yo se porque.
"Predestinado." Ella me da una mirada tı́mida. “Que estamos escritos
en ellos. Algo estú pido como eso.
No dije nada. Soy bueno en eso ú ltimamente.
“Si amas una lor…” digo eventualmente, mirá ndola. Uno de mis
tatuajes, sobre ella, como todos.
“—Eso vive en una estrella, es dulce mirar el cielo en la noche,” dice,
mirá ndolos. Joder, es hermosa.
Todos estos soles que estamos mirando desde otras galaxias que
nunca podré ver excepto en la forma en que está n haciendo que sus
ojos se iluminen en este momento. Cabello revuelto por el viento aquı́
arriba, sus mejillas sonrosadas por el frı́o.
"Todas las estrellas está n llenas de lores", le digo, mirá ndola y ella
me mira.
Quiero besarla, y tal vez lo haga, esa boca lo está pidiendo. Todavı́a
está congelada, mirá ndome mirarla, ası́ que me inclino. Es el tipo de
frı́o aquı́ donde puedo ver nuestro aliento entre nosotros, espeso y se
aferra a ti con ese frı́o galé s. Me estoy acercando má s y má s y ella. traga
todo nervioso y luego — faros.
Me alejo, molesto.
Se sienta rá pidamente cuando salen Jonah y Taura.
Nos amontonamos en el taxi. Solo un viaje de veinte minutos a Tre-
Ysgawen Hall, ası́ que le envı́o un mensaje de texto a Jo tan pronto como
estemos conduciendo.
Jo
20:01

Ponme en una habitació n con ella.

¿Qué está s haciendo?

Usa el cumpleañ os de Tausie como excusa

¿Pero que estas haciendo?


Nada.

??

Hazlo

Por favor

El hotel está bastante enfermo. Como una manera de paı́s. Mucha


piedra, madera y molduras doradas.
Las chicas se sientan en el vestı́bulo y Jo se inclina sobre el escritorio
hacia el conserje y susurra: "Te daré £ 1000 en efectivo si les dices a las
chicas que solo hay dos habitaciones disponibles".
El hombre mira a Jonah con sospecha.
"Nada viscoso, hermano". Asiente con la cabeza en mi direcció n.
“Solo intento que la pareja má s molesta del mundo vuelva a estar
junta”.
Jo muestra al chico un pulgar hacia arriba mientras arrebata el fajo
de billetes.
Caminamos hacia las chicas con las llaves.
"Malas noticias."
"¿Otra vez?" Parques parpadea.
“Solo quedan dos habitaciones.” Jo hace una mueca y los ojos de
Magnolia parpadean inmediatamente hacia mı́, rá pido, solo por un
segundo. Luego mira a Jonah y espera má s instrucciones.
"De acuerdo." Parques golondrinas.
Jonah se vuelve hacia mı́, me golpea en el pecho.
"Podrı́a ponerlos en una posició n extrañ a, pero ¿les importa?"
Parks me mira, con los ojos muy abiertos, interrogante.
Pongo los ojos en blanco hacia Jonah como si fuera un gran
inconveniente. Parks parece un poco sin aliento.
"Sı́." Me encojo de hombros. "Estaremos bien." Asiento con la barbilla
hacia ella. "¿Te importa?"
Apenas me mira a los ojos cuando niega con la cabeza.
"¿Está seguro?" Taura le susurra.
Parks asiente, la besa en la mejilla. “Que tengas la mejor noche.”
"Ella lo hará ", dice Jonah, enganchando su brazo alrededor de su
cuello, tirando de ella.
Me golpea en el brazo en su camino, me guiñ a un ojo una vez.
Miro a Parks, que solo se mira las manos y parece nerviosa.
"¿Deberı́amos subir?" Asiento con la cabeza hacia las escaleras.
Ella me sigue un paso atrá s, tranquila. Hombros hacia adentro,
barbilla baja.
Abro la puerta, la sostengo para ella.
"Es agradable." Me encojo de hombros una vez que estamos dentro.
Está . Gran cama con dosel. Amame una cama con dosel. La
habitació n es un poco rosada, pero es lo su icientemente agradable.
Ella asiente, mira a su alrededor. Se sienta nerviosa en un silló n,
cruza los brazos sobre el pecho.
La observo durante unos segundos.
"Eres calmado."
"Lo siento-" Ella mira hacia arriba, me lanza una sonrisa cansada.
"No parecı́as del todo complacido con este arreglo".
Bueno, ¿qué puedo decir, Parks? Soy un puto actor.
“No sé qué decir…” Ella se encoge de hombros. O hacer.
Me encojo de hombros. “Nadie tiene la culpa”.
Ella me da un pequeñ o asentimiento. Me siento en el borde de la
cama, la miro.
"¿Todavı́a tienes tus extrañ as reglas para la ducha?" Ella me mira por
el rabillo del ojo. Asiente una vez, consciente de sı́ mismo. "¿Quieres ir
primero?" Le ofrezco con las cejas altas.
Ella me mira un poco incó moda. "De acuerdo."
Encuentra una bata y cierra la puerta del bañ o detrá s de ella.
Mientras se cierra, pienso en có mo no fue hace mucho má s de un añ o
que ella me habrı́a hecho sentar allı́ con ella, hablando para que no
tuviera que estar sola, y ahora estamos aquı́. Se está duchando sola y
yo miento para estar con ella como pueda.
Reaparece veinte minutos despué s, con el cabello lavado, fregado y
con una bata de toalla blanca que quiero quitarle.
Trago pesado.
Deja la puerta entreabierta.
Intenta decirle sin decirle que puede entrar si quiere. Qué dese allı́
má s tiempo para que ella pueda darse cuenta de que debe hacerlo.
ella no
Parks está sentada en su lado de la cama cuando salgo con la bata a
juego.
Sié ntate a su lado. Está tan lejos del medio como sea humanamente
posible sin correr el riesgo de caerse de la cama.
Ha dejado todos los bocadillos del minibar sobre la cama. Ya me he
metido en el vodka tambié n. Me ofrece algunos. Smirnoff. Cosas
á speras, pero lo trago de todos modos. Lo necesito para lo que quiero
que suceda.
La miro... Me inquieta lo callada que ha estado.
"¿Está s enojado conmigo?" Pregunto.
Ella mira por encima, sacude la cabeza.
La miro con recelo. "Nunca está s tan callado".
Ella exhala con delicadeza. "¿Qué te gustarı́a saber?"
"¿Por qué tú y Jack-Jack pueden hacerlo?" Pregunto sin perder el
ritmo.
La pregunta está precargada. Me lo he preguntado ya que ella evitó
contestar la primera vez.
Ella olfatea, divertida, cruza los brazos sobre el pecho.
"El me dijo que me querı́a."
Me retiro un poco. No es lo que esperaba. "Oh-" Niego con la cabeza.
"Quiero decir, ¿entonces?"
“Ası́ que—” Ella se encoge de hombros recatadamente y me da una
mirada controlada. “Ya no estoy en el negocio de amar a la gente”.
Le doy una mirada larga.
Guau.
Mierda.
Asiente una vez. "¿Por mı́?"
Ella asiente de vuelta. "Gracias a ti."
Mi corazó n se hunde como una piedra por un segundo y luego me
enojo. Sacudo mi cabeza hacia ella mientras me pongo de pie.
"¿Sabes que? Eso es una puta mierda, Parks. La señ alo. “Tú tambié n
me jodiste. Y estoy en una relació n funcional—”
"-¿Eres?" Ella se pone de pie, re lejá ndome. "¿Es por eso que está s
solo en una habitació n de hotel con tu ex-novia?"
“No, Parques. Estoy solo en una habitació n de hotel con mi ex novia
porque se nos rompió un neumá tico y saqué la pajita corta”.
Le doy una mirada solo para ganar má s, y su corazó n se hunde un
poco en sus ojos.
"¿Soy... la paja corta?" Ella parpadea, mirá ndome un poco como si
fuera un extrañ o. Inhala y exhala un par de veces, se ve aplastada.
Mierda.
"¿Estar en una habitació n conmigo es la gota que colma el vaso?"
Respiro, inclino mi cabeza como disculpá ndome. Eso probablemente
sonó má s brutal de lo que pretendı́a, sin importar el hecho de que es
una completa mierda.
Pero ella no puede saber eso.
no digo nada No la corrijas, no disipes la mentira que estoy
vendiendo.
"Bueno", resopla, agarrando las almohadas de su lado de la cama, "no
me gustarı́a que tuvieras que compartir una cama con la paja corta".
Ruedo los ojos hacia ella. “No hay otras habitaciones. ¿A dó nde vas?"
Indignada, entra al bañ o y cierra la puerta de golpe.
Cuelgo mi cabeza en mis manos y luego saco mi telé fono para
enviarle un mensaje de texto a Jordan porque deberı́a hacerlo. Necesito
decirle que no volveré a casa. No necesito decirle que estoy en una
habitació n con Parks.
Jordá n
22:11

Oye, tenemos un piso. No estará en casa hasta mañ ana por la tarde. lo siento

Oh, mierda! ¿Todos bien?

Sı́, todo bien. Solo molesto.

¿Dó nde te está s quedadando?

Un hotel que encontró Jo. lo su icientemente bueno

De acuerdo

te extrañ o.

Mismo. Noche.

<3

¿Mismo?
Les estoy mintiendo a todos estos dı́as.
Miro hacia la puerta del bañ o, han pasado unos veinte minutos, estoy
un poco impresionado por su compromiso de ingir que realmente va a
dormir allı́. Pero ella ahı́ dentro y yo aquı́ no es como quiero que vaya
esta noche, ası́ que tambié n le envı́o un mensaje de texto.
parques
22:16

¿Có mo está el tiempo allı́?

Vete a la mierda.

Ası́ es.

¿Bastante helado entonces?

jodeme
Soy tan bueno arruiná ndolo con ella en estos dı́as.
Solı́a saber lo que estaba haciendo con ella, pero ahora estoy muerto
en el agua.
Me paso las manos por el pelo y decido qué hacer a continuació n.
Siento ganas de tocarla o pelear con ella, algo que me permita estar
cerca de ella, porque eso es lo que realmente quiero.
En realidad, lo que quiero es a ella. Sin embargo, ya no sé có mo
actualizar eso.
parques
22:27

¿Qué está s haciendo?

Regresar.

No.

Me levanto de la cama, toco la puerta del bañ o.


"Vete."
Ella me está haciendo trabajar para ello. Lo su icientemente justo en
este punto, supongo.
"¿Desnudo?" Llamo a travé s de la puerta.
"No." Ella suena molesta.
Yo abro la puerta. Está acurrucada en el bañ o, tratando de convertirlo
en una cama.
Se necesita todo mi autocontrol para no reı́rme de ella.
Vuelve a la habitació n. Asiento hacia é l.
"No", dice, desa iante y evitando mis ojos.
"Solo mé tete en la cama".
"No." Ella se cruza de brazos.
Magnolia gruñ o. Mé tete en la maldita cama.
"Dé jame en paz." Ella se da la vuelta en la bañ era.
Respiro ruidosamente y molesto, y luego me acerco a la bañ era y la
miro en el bañ o. Ella me mira, frunciendo el ceñ o un poco.
Y luego me agacho y la levanto y sus ojos van a Bambi completo.
Gracias a Dios.
La amo en mis brazos, có mo se pliega en ellos, có mo encaja. Mi
cuerpo creció cargá ndola; ella encaja en mis ranuras, ¿de cuá ntas
personas puedes decir eso? Nadie má s que ella y todavı́a no sé có mo
decirle que la amo. ¿Y si ella cambia de opinió n? ¿Y si se vuelve a joder?
Dijo la ú ltima vez que estuvo allı́ y que eso fue todo y que me dejó de
todos modos; su palabra no vale ahora.
Ella se relaja un poco en mis brazos y me pregunto có mo es que la he
cargado dos veces en las ú ltimas semanas y nunca he cargado a mi
novia ni una sola vez.
Acuesto a Parks en su lado de la cama, camino a mi lado. Está
mirando ijamente al techo, rı́gida como una tabla. Está toda apretada,
nerviosa.
La miro ijamente porque no puedo evitarlo. Má s hermosa de lo que
sé qué hacer con.
No me mira pero sabe que la estoy mirando, sus ojos revolotean
como una mariposa sin lugar donde posarse.
Muevo mi cuerpo, rodando para enfrentarla. Ella deja de respirar por
un par de latidos. Lenta como una marea, se da la vuelta para mirarme.
Traga nervioso, ojos grandes.
Me da un subidó n que todavı́a la hago ir ası́.
La he hecho ir ası́ desde la primera vez que la besé .
Ultimamente he pensado mucho en ese beso. No sé por qué . Acabo
de estar dando vueltas alrededor de mi cabeza.
El verano que Parks y yo comenzamos, mis padres nos llevaron a
todos a St. Barts durante dos semanas antes de que regresaran las
clases. Y cuando digo todos, me re iero a todos. Yo, Henry, Parks,
Bridget, todas mis hermanas, Jonah, Christian, Paili y Perry. Parks and
Bridge solı́a acompañ arnos en la mayorı́a de los viajes, eso no era
extrañ o. Nuestros padres eran cercanos y, en ese momento, Arrie
estaba pasando por lo que Magnolia llama la "fase de Lagerfeld"
(mucho negro, anteojos de sol, sin sonreı́r), que tambié n era lo que mi
madre llama su "fase lustral".
No sé por qué mis padres lo hicieron. Honestamente, debe haber
sido pura locura mirarnos a todos.
Todos llegaron allı́ antes que yo y Jo porque tuvimos que quedarnos
para un entrenamiento de rugby. Ya habı́a estado enamorado de
Magnolia desde que era un niñ o de esa manera estú pida y abstracta
que eres cuando eres pequeñ o. No era real en absoluto, se sentı́a real,
no sabı́a lo que era real en ese entonces. Nunca sentı́ que pudiera
actuar en consecuencia porque ella estaba tan jodidamente
obsesionada con Christian en ese entonces.
Jonah me gaseó en el vuelo. Me dijo que Christian no estaba
interesado, é l tampoco, al menos yo no sabı́a que lo estaba en ese
momento. Ası́ que no sé si fue Jonah o las bebidas que tomamos en el
avió n en el camino, pero decidı́ que lo querı́a y lo iba a hacer en este
viaje.
Recuerdo entrar a nuestra sala de estar y lo juro por Dios, no puedo
pensar en este momento sin que Mylo Xyloto explote mi corazó n.
Estaba al lado de Christian en el sofá . Un pequeñ o biquini amarillo, con
las piernas dobladas debajo de ella, presionado contra é l, pero en el
momento en que entré , ella se sentó má s erguida. No sé por qué , no sé
qué cambió . Esperé a que se sentara má s derecha cuando entré en una
habitació n desde que tenı́a seis añ os.
Descruzó las piernas y fue la primera vez que nuestros ojos se
encontraron de esa manera. No han parado desde entonces. Mis ojos
recorrieron su cuerpo antes de arrastrarlos de vuelta a su cara, le di
una tı́mida sonrisa.
Saltó y saltó hacia nosotros, primero abrazó a Jonah y luego,
mientras seguı́a abrazando a Jo, se volvió y me miró .
“Hola, BJ”. Ella me sonrió .
Señ alá ndome a mı́ mismo, con las cejas levantadas como si estuviera
ofendido. "¿No recibo un abrazo?"
Me sonrió , triunfante de que su pequeñ o plan funcionara, luego echó
sus brazos alrededor de mi cuello y yo envolvı́ los mı́os alrededor de su
cintura. La levanté del suelo para asegurarme de que supiera que yo
era fuerte y chilló un poco, apretá ndome má s fuerte.
Toda la pró xima semana... juega en mi mente como un carrete.
Esos largos dı́as y largas noches, estú pidos atardeceres que no eran
ni la mitad de buenos que su rostro. La toqué de la manera má s
benigna cada oportunidad que tuve. Puse mi brazo alrededor de su silla
cada vez que está bamos sentados en una mesa, incliné mi cuerpo
alrededor de ella para alcanzar un poco de fruta, luché con ella por el
control remoto a pesar de que querı́amos ver lo mismo. Bebió de su
taza sin razó n. Le quitó el telé fono y lo sostuvo sobre su cabeza para
que saltara sobre mı́ para alcanzarlo. Jugá bamos al tenis y yo la
ayudaba con su swing a pesar de que su swing era mejor que el mı́o y
ella ha tenido clases profesionales desde que tenı́a cinco añ os. Subió
todo a la vista para impresionarla. Escalé la casa, las palmeras, los
acantilados, el má stil de los barcos, todo lo que pude mientras ella me
miraba. Me gritaba que me bajara y me gustaba la sensació n de que se
preocupaba por mı́. La tiré por el costado de los yates y saltaba tras
ella. Ponla en la parte trasera de una moto de agua y conduce como un
puto manı́aco para que me abrace fuerte. A medida que la primera
semana pasó a la segunda, me volvı́ má s valiente con la forma en que
tratarı́a de tocarla. Se zambulló en una piscina y fue a abrazarla
mientras estaba tumbada al sol. Agarró su mano en una multitud. La
puse en mi regazo cuando mirá bamos una pelı́cula por la noche y no
habı́a su iciente espacio. Siempre habı́a su iciente espacio. Solo querı́a
abrazarla.
Nos habı́amos besado antes. Siete minutos en el cielo un añ o antes.
No lo contamos como nuestro primer beso porque despué s no pasó
nada y se sintió ingido. Yo tenı́a catorce añ os, ella trece. Los siete
minutos fueron profundamente infrautilizados. Un beso a boca cerrada
y mucha charla nerviosa por ambas partes. De hecho, me preguntó si
pensaba que Christian estarı́a enojado con ella y me aplastó en ese
momento. Entonces, no es nuestro primer beso.
Sin embargo, estaba en mi cabeza acerca de besarla como es debido.
Sabı́a que tenı́a que hacerlo antes de que volvié ramos a la escuela. Y en
ese punto del viaje, estaba bastante seguro de que le gustaba.
No sé de quié n fue la idea, pero terminamos jugando a la botella.
Jo giró , me sacó directamente de la puerta. Lo picoteé y todos se
rieron. Christian hizo un trompo, consiguió a Paili. Perry hizo un
trompo, consiguió a Parks. Henry giró , tambié n atrapó a Parks:
arrugaron la cara y cerraron los ojos. Sus bocas apenas se tocaban.
Y entonces fue mi turno. La giré y estaba rezando, literalmente
rogando a los cielos que la botella cayera sobre Magnolia, pero no fue
ası́. Aterrizó muy claramente en Paili.
“Paili”, se burló Perry.
Y me puse de pie, miré la botella. Sacudı́ la cabeza. "Es Magnolia".
Paili frunció el ceñ o.
Christian hizo una mueca. "Obviamente es Paili".
Miré ijamente a Parks y negué con la cabeza. "No, es Parks". Primera
vez que la llamo ası́.
Recuerdo a Magnolia mirando la botella para veri icar dos veces
como si se hubiera equivocado la primera vez.
Caminé hacia la botella y lentamente la movı́ con el pie hasta que
apuntó a Magnolia. "Parques".
Camine hacia ella.
“Levá ntate”, le dije.
Tragó saliva y se puso de pie. Las mejillas estaban rosadas de
inmediato. Ella estaba de pie allı́, con los ojos muy abiertos, los brazos
pesados a su lado. Deslicé una mano alrededor de su cintura y con la
otra le tomé la cara y luego la besé hasta dejarla boquiabierta. Mucho
má s de lo que necesitaba. Hubo algunos espacios naturales para que
terminara el beso, pero no tomé uno de ellos. Olvidé que está bamos
frente a nuestros amigos, la gé nesis de todo se desvaneció a negro, yo y
ella en el patio trasero de nuestra casa en esa isla, mi mano en su
cabello, sus manos en mi pecho, bien podrı́a haber irmado mi vida.
lejos en el momento. Nunca má s pasarı́a un dı́a en el que no pensara en
ella, en el que no fuera mi pensamiento despierto. Tal vez eso no sea
saludable, tal vez esté jodido, o tal vez simplemente la amo como
alguien como ella merece ser amado. No sé .
Probablemente todavı́a la estarı́a besando hasta el dı́a de hoy si
Jonah no gritara: "Consigue una maldita habitació n". Magnolia se alejó
rié ndose y yo reprimı́ una sonrisa. La tomó de la mano, le pidió que
fuera a por una caspa.
No sé por qué antes, cuando tenı́a quince añ os, podı́a agarrarla y
besarla y no habı́a nada entre nosotros, quince dı́as y un juego que hice
para estar cerca de ella, y ahora estoy aquı́, un hombre adulto. una
dé cada de amor y muerte literal y todo lo demá s en el medio, cuando sé
que ella tambié n me ama y aú n ası́, no puedo dejar de joderlo.
Incluso si lo estoy, todavı́a estoy contento de estar junto a ella ahora.
Somos jodidamente complicados, lo sé , pero siempre me siento má s
con ella. Má s... algo. Má s cualquier cosa. No siempre es bueno. A veces
está má s enojado, má s triste, má s molesto, pero ahora no.
Ahora siento… mucho. Mas nervioso. Má s conscientes. Má s vivo.
Estoy enamorado de ella, te lo puedo decir. ¿Puedo decirle eso? No
sé .
"Oye." Yo, suavemente.
"Hola." Ella, má s suave.
Me muevo un poco hacia ella. Ella no se mueve.
"¿Está s atascado?" La empujo mientras me muevo un poco.
Ella niega con la cabeza, luciendo nerviosa.
"¿Crees que te voy a morder?"
Ella sonrı́e un poquito. "Dedos cruzados."
Mi cuello se calienta y sonrı́o un poco, sacudiendo mi cabeza hacia
ella. “Magnolia parques…”
Ella me sonrı́e, sus ojos se vuelven suaves. "Me encanta cuando dices
mi nombre".
"¿Sı́?"
Ella asiente. “Me encanta có mo se sienta en tu boca, como si se
suponı́a que debı́as decirlo todo el tiempo”.
Yo era, Parques. Eso es lo que quiero decirle, pero no lo hago. Sin
embargo, mué vete má s cerca de nuevo. Ella traga, se muerde el labio
inferior como me gustarı́a.
Se mueve hacia mı́ para que estemos nariz con nariz. Sus pequeñ os
suspiros calientan mi rostro y siento como si un caballo me hubiera
dado una patada en el pecho, ası́ es como ella me hace sentir.
Sus ojos recorren mi rostro, buscá ndome como una habitació n en la
que perdió algo.
Creciste en un añ o.
"¿Sı́?" medio sonrı́o.
"Mmhm". Ella asiente. O cambiado. Sus ojos se posan en mi boca, sus
ojos está n pesados. “O ambos”, concluye. Se acerca con el dedo y traza
mi lı́nea de la mandı́bula. Mı́rate con una sombra de las cinco y todo…
Le sonreirı́a si pudiera, pero mi corazó n es un martillo. Y ella ha ido
tan lejos como puede ahora, no me besará primero. Ella me está
esperando. Nariz presionada contra la mı́a, nariz presionada contra
una puerta que está esperando que abra.
Estoy buscando la llave.
He progresado mucho en el ú ltimo añ o.
Ya no me drogo, no te pongas cara de mierda. No juegues mucho, no
tengas chicas como Tic Tacs, no uses el sexo para automedicarte; aú n
podrı́a usarlo como arma, pero... pequeñ os pasos. Sin embargo, nunca
progresaré má s allá de ella. Alguna vez. Incluso cuando la he odiado, y
lo he hecho, y conocié ndola lo haré de nuevo, ella será algo a lo que
siempre regresaré .
Ella es mi Meca.
Me acerco, sostengo su rostro en mi mano, sostengo sus ojos como
voy a sostener su cuerpo en un segundo. “Te amo, Parques”.
Sus ojos se abren, me mira ijamente y crece una pequeñ a sonrisa.
Presiono mi boca contra la de ella y ella me devuelve el beso, se
derrite en mı́ como una vela. Envuelvo mis brazos alrededor de ella, ella
encaja como siempre lo ha hecho. Hay algo sobre ella en mis brazos
que hace que todos los demá s sientan que no deberı́an estar allı́. No
deberı́an estar allı́. Yo sé eso. Ella se mueve con mi cuerpo: es el imá n
en su má xima funció n.
Tocar a Parks es como no tocar a nadie má s.
Es como volver a casa. Incluso antes, cuando solı́a tocarla todo el
tiempo, mis manos sobre su cuerpo cepillaban los dı́as má s pesados.
Creo que eso es lo que se supone que debemos hacer el uno por el
otro.
Quı́tale esa bata lo má s rá pido que pueda, solo se interpone en el
camino. Sujetador lila y bragas blancas debajo que tampoco le quedan
mucho tiempo.
Beso su cuerpo, paso mis manos sobre ella como he hecho todo lo
posible por no pensar en hacerlo durante meses. Mis manos está n má s
ocupadas que las de ella, felizmente recordando el terreno familiar.
Parks simplemente me agarra con fuerza, una mano en mi espalda,
una mano alrededor de mi cuello, ella solo está tratando de estar cerca
de mı́, creo. Eso es lo que es esto.
Empujo dentro de ella y sus uñ as se clavan en mı́ y ella hace un
pequeñ o ruido. lo hago de nuevo Traga saliva y cada vez que hago esto
con ella, en un momento u otro, estoy siendo sincero, me pregunto por
qué lo hago con otra persona. Ella se sienta. Eso es todo. De esto se
trata. Todo se reduce a ella y a mı́ y a descubrir có mo estar juntos.
Podemos resolver esto. Puede ser un desastre, pero lo haremos. Tengo
que. No puedo no tenerla de nuevo.
Beso su cuello. Me muerde la oreja, me atrapa cada vez, entierra su
cara en mi cuello, tambié n me atrapa cada vez, pero de manera
diferente. Nunca dejaré que nadie má s la toque de nuevo.
Realmente no puedo expresarlo con palabras, lo que me hace ver a
Parks cuando está ası́, sostenié ndola contra mı́ mientras su cuerpo se
tensa completamente rı́gido, los dedos de los pies puntiagudos como
una bailarina, respirando rá pido. Presiono mi frente contra ella.
Respira má s rá pido, sus uñ as empiezan a dolerme un poco la espalda.
no me importa
No sé cuá ndo empezamos a sentarnos, pero lo estamos.
Piernas alrededor de mi cintura, brazos alrededor de mi cuello, no
podrı́a acercarse a mı́ aunque lo intentara.
"Te amo", exhala.
"Lo sé ." Sonrı́o en su oı́do. "Ya me dijiste."
Ella me pellizca, rié ndose.
Beso su cuello y bajo su mejilla hasta su boca. Retrocede, encuentra
sus ojos.
“Te amo, Parques”.
Un escalofrı́o gigante recorre su cuerpo y se enrosca sobre mı́,
pateando mi espalda, y caigo hacia atrá s, llevá ndola conmigo.
Nos acostamos allı́. Colapsado, jadeando y sudoroso.
Empujo mi mano a travé s de su cabello, mirá ndola como si fuera un
sueñ o que solı́a tener y que acaba de cruzar la puerta.
Supongo que ella lo es.
brı́gida
1:11 A. M.

¡¡¡¡Sexo!!!!

¿¿Qué ??

¡¡¡Tuvimos sexo!!!

!!!!!!!!!!!!!!!!

¡¡¡¡Magnolia!!!!

¿¿Có mo??

Qué

¿¿có mo??

Nos quedamos atrapados aquı́ porque a Jonah se le pinchó una rueda, ası́ que tuvimos que
quedarnos en un hotel y simplemente sucedió .

¿Qué pasa con la novia?

Terminá ndolo mañ ana.

Quiero decir, muy triste por ella, pero estoy emocionado por mı́.

¿Como estuvo?
TREINTA Y OCHO

Magnolia

De hecho, fue perfecto, có mo sucedió , y sucedió un par de veces porque


soy como un pozo sin fondo con é l. No hay tal cosa como su iciente.
Despué s, nos acostamos en la cama durante horas, las manos
entrelazadas, yo en su pecho, nuestras piernas enredadas como
nuestros corazones está n, han estado y siempre estará n. No estamos
hablando de nada serio en absoluto, estamos hablando de todo lo
demá s.
"Bastante en las rocas ahora, ¿eh?" Me mira con una sonrisa.
Respiro, divertida, y entierro mi cara en é l.
"¿Amar a un hombre educado?" pregunta juguetonamente. "Joder,
voy a tener que ir a la uni-"
—Entonces —digo y me alejo de é l. Mis ojos recorren su cuerpo.
"¿Quieres guiarme a travé s de tus nuevas... incorporaciones?" Toco uno
de sus tatuajes que no estaba allı́ la ú ltima vez que hicimos esto.
El hace una mueca. "Realmente no."
"Demasiado." Me siento y me envuelvo en la sá bana para que esté
completamente expuesto. El rueda los ojos.
"Nuevo." Toco las magnolias tejidas a travé s de las astas de un ciervo.
“Solo las lores”. Me da una pequeñ a mirada. "Sabes que amo una
lor".
"Dos abejas muertas". Los observo en su mano derecha. “No es mi
favorito.”
El hace una mueca.
"A la mierda Nueva York". Trazo sobre é l con mi dedo y é l solo me
mira con ojos pesados.
"¿Qué otra cosa?"
Me muestra los dedos ı́ndice y medio de su mano derecha.
Dedo ı́ndice: Carver.
Medio: Hunnisett.
Nuestras casas escolares en Varley.
"¿Hay alguna razó n por la que mi casa está en tu dedo medio?"
Pregunto, con las cejas levantadas.
Suelta una carcajada y asiente una vez. "Sı́."
Mi mirada se desvı́a hacia el Bambi muerto y mi corazó n se hunde.
Creo que se me empiezan a humedecer los ojos porque se apoya en los
codos y niega con la cabeza.
"Estaba jodido, Parks".
—Debes haberme odiado de verdad —digo apenas sin apartar los
ojos de é l.
"Nunca." Y luego señ ala una de sus costillas en su lado derecho.
Es el tiempo que desperdiciaste con tu rosa lo que hace que tu rosa
sea tan importante.
"¿Cuá ntos nuevos obtuviste?"
Cuenta en su cabeza, entrecerrando los ojos mientras lo hace.
"¿Diecisé is? ¿De diecisiete? Dieciocho." El asiente para sı́ mismo y le
doy un golpe en el brazo.
"¡Dieciocho! Eso es tan m… Me muestra su antebrazo izquierdo.
IMPRUDENTE. Lo miro un poco y é l olfatea, satisfecho consigo
mismo.
“Mué strame los que me gustará n”.
Levanta su mano izquierda, tres dedos. En su ı́ndice hay una
pequeñ a nube de tormenta de la que sale un rayo; en su dedo medio,
encima de la vieja lila que ya estaba allı́, ahora hay una nube con un
pequeñ o sol asomá ndose detrá s de ella, y luego en su dedo anular hay
un pequeñ o sol.
Aprieto los labios y sonrı́o. "¿Có mo está el clima, Beej?" Deja caer sus
dedos ı́ndice y medio hacia abajo y me sonrı́e.
"¿Y tú ?" Asiente con la barbilla hacia mı́.
“Muy agradable, gracias.” Asiento antes de agitar mi mano,
dicié ndole que continú e. Beej pone los ojos en blanco antes de
mostrarme su muñ eca izquierda. Es la lor bajo el tarro de cristal en la
luna de las ilustraciones de El Principito . Miro la lor con los ojos
entrecerrados. "Es eso…?"
“Una lila”. El asiente, orgulloso de sı́ mismo.
Se mueve un poco, apunta a su muslo, justo debajo de su cadera
izquierda y hago una doble toma.
"¿Es esa la cerradura de Dartmouth?" Mi boca se abre.
El asiente, sin apartar la mirada de mı́.
“¡Me encanta ese candado!” Le sonrı́o, tocá ndolo.
Pone los brazos detrá s de la cabeza y me mira con ternura. "Sı́ yo
tambié n."
"¿Entonces el resto de ellos son malos?"
—Otra má s que te gustará —dice y levanto las cejas, esperando. Me
muestra la palma de su mano derecha.
En el interior de su pulgar hay un—
"¿Qué es?" Arrugo la frente. "Yo no-"
“—Es la semilla de un sauce.”
"Oh", digo en voz baja. Luego tomo su mano en la mı́a, acercá ndola a
mi cara para inspeccionarla. Me acosté encima de é l y é l se movió ,
envolvié ndome con sus brazos. Tomo su mano de nuevo y beso la
semilla y la pongo en mi mejilla.
“Te extrañ é , Parks”, dice Beej, mirando al techo. "No vuelvas a hacer
eso".
Lo miro. "¿Hacer lo?"
"Dé jame."

A la mañ ana siguiente bajamos a desayunar.
Estoy sosteniendo su mano con las mı́as, escondié ndome un poco
detrá s de é l porque me da vergü enza. La cara de Jonah se abre de par
en par mientras se pone de pie de un salto, apuntá ndonos con ambas
manos, sonriendo como un idiota.
"¡Santa mierda!" Aplaude la cara de BJ entre sus manos, le da un
abrazo.
Nuestro mayor campeó n, Jonah. Es por eso que me mató que lo
cubriera.
Taura corre hacia mı́, con la mandı́bula en el suelo, los ojos mirando
entre nosotros con incredulidad.
“¡No puedo creerlo!” ella susurra-grita. “¡Es un milagro de
cumpleañ os!”
Beej me sonrı́e y me pone en su regazo, con la barbilla apoyada en mi
hombro.
Jonah se recuesta en su asiento, perplejo, sacudiendo la cabeza.
“No los habı́a visto a ustedes dos ası́ en… ¿cinco, seis? Seis añ os."
Lo miro de nuevo, sonriendo.
Besa mi mejilla.
“Lo siento si esto es incó modo—” Taura nos mira. Pero, ¿y Jordan?
“Dependiendo de a qué hora lleguemos a casa”, dice BJ con una
mirada entre nosotros, “lo haré esta noche o mañ ana”.
“Justo a tiempo para el evento de Veuve que tenemos”. Jonah me
sonrı́e. “Puedes hacer tu debut pú blico”.
“Parece insensible”, considero. "¡Estoy dentro!"
BJ resopla y me besa el hombro.
Taura nos observa a BJ ya mı́, con una mirada curiosa sobre su
rostro, barbilla en mano. Nunca nos ha visto juntos, supongo. No desde
la escuela, al menos.
"¿Te sientes mal en absoluto?" pregunta suavemente y mi cabeza se
tira hacia atrá s.
¿Me siento mal? ¿Dormir con el amor de mi vida? Creo que no,
muchas gracias.
El fue mı́o primero.
"Sı́", sonrı́e Jo, "tú eres la otra mujer ahora".
BJ pone los ojos en blanco.
"Vaya." Me quedo quieto, me acaba de dar cuenta, de verdad.
"Mierda. yo no…
"Tu no eres." BJ niega con la cabeza rá pidamente.
“No, yo soy—” Lo miro ijamente. "Ni siquiera habı́a pensado en ella,
solo pensé en mı́, y que eres mı́a y pertenecemos juntos, no habı́a
pensado en la razó n presente y abierta por la que actualmente no
estamos juntos..."
“Magnolia”, BJ sostiene mi rostro con ambas manos. "Estamos bien.
Estas bien."
Pero no somos buenos y niego con la cabeza hacia é l.
“Nunca he engañ ado a nadie antes. Nunca he engañ ado, nunca he
sido la… puta…. amante."
“En realidad—” Jonah vuelve a hablar. "Si te hace sentir mejor, todos
nos hemos sentido durante añ os como si engañ aras a todos tus novios
falsos con Beej-"
"¿Le ruego me disculpe?"
Jonah usa comillas en el aire. "Fiestas de pijamas".
Beej pone los ojos en blanco. "Te lo dije, joder, ellos eran-"
“Sı́, sı́—” Jonah pone los ojos en blanco y BJ lanza una pequeñ a
perorata pero yo no, estoy en espiral. Es rá pido y fá cil porque nunca
antes habı́a hecho tan francamente algo tan malo como esto y no es
una buena sensació n. En realidad, la sensació n es horrible. Me traga
entera, me aplasta. La culpa es una Venus atrapamoscas gigante y yo
soy la mosca.
Nunca querrı́a hacerle a otra persona lo que BJ y Paili me hicieron a
mı́, y honestamente, la verdad es que ni siquiera he considerado a
Jordan como una persona real hasta este mismo momento. No querı́a,
no necesitaba. Ella era un dolor abstracto en mi trasero. Hasta ahora se
sentı́a má s como un fantasma muy musculoso y de pelo negro. No una
persona real que tenga sentimientos reales por el chico de mis sueñ os
con el que me acosté anoche a pesar de que tiene novia.
Me muevo en el regazo de BJ para que estemos uno frente al otro y
creo que debe estar en toda mi cara. Estoy plagado de preocupaciones.
Su cabeza se inclina y sus cejas se doblan en el medio. "No es gran
cosa, Parks".
Me siento un poco hacia atrá s y lo miro ijamente durante unos
segundos antes de moverme de su regazo y sentarme al lado de é l.
"Es un gran problema", le digo solemnemente.
Taura y Jonah se mueven incó modos uno al lado del otro.
Beej se frota la boca con las manos.
"No es, somos tú y yo".
"¿Asi que?" Niego con la cabeza, mi corazó n comienza a latir con
fuerza. "¿Todavı́a hicimos trampa?"
El suspira. "Algo ası́ como."
"¡Algo ası́ como!" grito mientras me pongo de pie.
“Chicos—” dice Jonah, mostrá ndonos una rá pida sonrisa. "Estaba
bromeando".
Niego con la cabeza hacia é l. “No, tenı́as razó n—”
Jonah se encoge de hombros como si fuera culpable. “Parks, solo
estaba tratando de sacarte de quicio”.
BJ se levanta y suspira, cansado.
—Considé rala resucitada —dice, luego alcanza mi muñ eca pero la
alejo de é l.
Lo miro y se siente como si bajo mis pies, el suelo se estuviera
moviendo. Como si estuviera en un terremoto y no puedo encontrar
nada a lo que agarrarme, y de initivamente no puedo encontrar una
mesa debajo de la cual esconderme. ¿Có mo podı́a pensar eso? ¿Despué s
de todo? Lo miro ijamente, no como un extrañ o, sino como si fuera el
mismo chico que me ha preocupado estos ú ltimos añ os que podrı́a ser.
"¿De verdad no crees que esto es un gran problema?"
"¿Honestamente, Magnolia?" Me mira ijamente, con las cejas bajas.
"No, yo no. Porque te amo, y tú me amas y pertenecemos el uno al
otro…
"¡Excepto que perteneces a otra persona en este momento!" Grito y
todos los demá s sentados en el desayuno nos miran ijamente.
Lo miro, mis ojos se llenan de lá grimas.
no quiero llorar No puedo llorar aquı́, hay demasiada gente. En mi
visió n perifé rica ya puedo ver algunos telé fonos, ilmá ndonos,
tomando fotos.
Tomo unas cuantas respiraciones profundas y siento la pregunta
burbujeando dentro de mi cerebro, me la he preguntado tantas veces.
Lo recogió , lo sostuvo bajo un microscopio y miró a travé s tratando de
averiguar si era una anomalı́a o no.
No, supongo.
"¿Es esto lo que haces?" Le pregunto pero apenas sale. "¿Cuando
tienes novia?"
Todo el cuerpo de BJ se desin la. Sus hombros se desploman, su
cabeza cae hacia atrá s y su corazó n se hunde en su rostro.
"Para", me dice. Parece asustado, creo.
"Respó ndeme." Agarro su muñ eca, sostenié ndola con fuerza.
“Cuando está s comprometido con alguien, ¿es esto lo que haces?”
Me mira, exasperado. “Magnolia, eres la ú nica persona con la que me
he comprometido en toda mi vida”.
Lo miro, mi labio inferior tiembla. "Y todavı́a."
“Joder—” Su cabeza cae hacia atrá s y se pasa la mano por el cabello,
antes de mirarme con los ojos rasgados. "¿Está s jodidamente
bromeando?"
No crees que sea gran cosa... Me limpio los ojos. "Es un gran
problema para mı́".
“Parks—” Agarra mi cara de nuevo. “Eso lo entiendo, pero hay que
entenderlo, no es lo mismo. ¿Yo y Jordan, yo y tú ? No es lo mismo.
"BJ, has tenido dos novias y las has engañ ado a las dos".
Sus manos se apartan de mi cara y da un paso atrá s, empujando su
lengua contra su labio inferior.
"¿Alguna vez seré lo su icientemente bueno para ti?"
El dice eso y lo dice en serio. El dolor es viejo, puedo verlo. Un
monstruo del lago que ha acechado bajo la super icie hasta ahora,
deambula hasta la orilla y se interpone entre nosotros.
¿Es lo su icientemente bueno para mı́? El pensamiento literalmente
nunca ha pasado por mi mente, ni una sola vez. Y no me importa si no
lo es, lo quiero de todos modos. Ni siquiera sé qué signi ica
'su icientemente bueno'. Todo lo que quiero de é l, lo ú nico que necesito
de é l en el mundo, es saber que puedo con iar en é l.
Y eso no lo sé .
Tomo un respiro tambaleante, no sé exactamente cuá ndo comencé a
llorar, pero ahora lo hago. Me tapo la boca y la nariz con las manos e
intento respirar hondo.
Taura se pone de pie, movié ndose a mi lado, luciendo inestable entre
nosotros.
Nunca nos ha visto en acció n.
Miro a Jonah.
"Me gustarı́a ir ahora".
Jo asiente, se pone de pie, saca su telé fono y hace una llamada.
Yo sigo tras é l.
"¿Es esto, entonces?" Beej me llama. Su respiració n es irregular. "¿Vas
a volver a joder a Nueva York?"
Giro sobre mis talones y lo empujo. "¡Vete a la mierda!"
"Lo hiciste anoche". El asiente, con frialdad. "Algo ası́ como lo tuyo
ahora, ¿verdad?"
Niego con la cabeza hacia é l, sacudiendo las lá grimas de mi rostro
mientras caen y sigo a Jonah.
“Dale lo mejor a Rush”, me grita el amor de mi vida.
¿Y sabes qué ? Quizá s lo haga.
TREINTA Y NUEVE

BJ

Jo llevó a las chicas a casa y yo volvı́ con uno de los chicos que trabaja
para é l, Ambrose. De todos modos, tuvo que conducir para llevarle a
Jonah un neumá tico especial para el Rolls.
Es bastante amable, pero no estoy de humor para charlar. Mi mente
está jodidamente tambaleá ndose.
No sé có mo sigo tenié ndola y perdié ndola, y estoy jodidamente
enfermo por eso.
Todo el camino hacia abajo estoy tratando de averiguar qué hacer,
có mo puedo hacerlo bien, pero ni siquiera sé si puedo.
Le pregunté en su cara, ¿alguna vez seré lo su icientemente bueno
para ella?, y ella no dijo una maldita cosa. Supongo que eso responde a
eso.
Al menos fue rá pido, como una tirita que se quita.
Un poco desafortunado que en realidad no era una tirita, era un
injerto de piel y lo querı́a allı́, pero aquı́ estamos.
El dolor es increı́ble.
Pensé que conducirı́a a casa hoy para terminar las cosas con Jordan,
pero cuando entro a mi apartamento y la veo sentada en mi sofá sin
nada má s que ropa interior y una gran sudadera con capucha mı́a, esa
vieja voz en la parte posterior de mi cabeza. tuberı́as hacia arriba. Lo sé
bien, no lo he escuchado en mucho tiempo, pero eso es porque no he
tenido nada que perder en mucho tiempo. Amar algo tanto como la
amo te jode un poco, ¿he dicho eso antes? Y tal vez valga la pena, si
llegas al inal y hay un inal feliz y esa mierda, pero ¿y si llegamos y no lo
hay? ¿Qué pasa si llego al inal y resulta que, en realidad, no habı́a nada
lo su icientemente bueno para Magnolia todo el tiempo, ası́ que por
qué intentarlo? El abismo que su ausencia crea en mı́ se abre de par en
par y solo conozco dos formas de llenarlo.
Llevo siete meses limpio. No volveré a usar esa mierda, aunque
quiera. Incluso si el nombre de mi distribuidor todavı́a está en mi
telé fono. ¿Quizá s este es el menor de dos males?
Trago, exhalo. Desplá cese hasta su nombre en mi telé fono, mi dedo
se desplaza sobre 'Enviar mensaje', pié nselo. Por unos buenos
segundos, lo hago. Y luego elimino su contacto.
Soplo mi boca, aliviado.
Queda una opció n. No te va a gustar.
El otro, bueno. Ya sabes cuá l es el otro.
"Oye". Asiento con la barbilla hacia ella, inclino la cabeza hacia el
dormitorio.
Jordan sonrı́e, complacido. Se pone de pie y corre hacia mı́, saltando
y envolviendo sus piernas alrededor de mi cintura.
Probablemente sea una mejor manera de adormecerlo todo, ¿sı́?
¿Y qué importa de todos modos? Ella es té cnicamente mi novia.
Magnolia y yo no estamos juntos. no vamos a ser. ¿Como podemos?
"¿Como estuvo?" pregunta entre besos.
—Maldita mierda —le digo y ella se rı́e.
"¿En realidad?"
"Sı́." Asiento mientras saco la sudadera con capucha de su cuerpo.
Es viejo. Burberry. Magnolia me lo consiguió antes de irse. Tı́ralo
sobre la cama, acuesta a Jordan encima.
Me agarra por el cuello de mi jersey, el mismo que llevaba ayer con
Parks, y me tira hacia ella.
“Oye—” Hago una pausa, cernié ndose sobre ella. Mi mente está
corriendo.
Ella me mira, los ojos nublados por có mo me desea.
"Me acosté con Magnolia mientras estaba fuera".
Su cara es difı́cil de elegir, no creo que sus cejas se muevan cuando
digo eso, simplemente está congelada. Sin embargo, no me suelta, solo
me mira de forma extrañ a durante algunos de los cinco segundos má s
largos de mi vida.
¿No puedo decir lo que está pensando? No puedo decir si está a
punto de llorar, golpearme o reı́r, no tengo idea de a dó nde va esto.
Honestamente, ni siquiera quise decirlo, simplemente se me escapó .
Sentı́ que al menos le debı́a la verdad.
Luego parpadea rá pidamente un par de veces y niega con la cabeza.
"Está bien", dice y luego tira de mı́ hacia ella de nuevo.
“Espera—” me retiro. "¿No escuchaste lo que dije?"
Ella asiente. "Sı́."
Le doy una mirada. "¿No te importa?"
Ella niega con la cabeza. "No."
Y luego me quita los pantalones.

La noche siguiente es el evento de Jo. Ese champá n en su club.
Y estoy bien en mi cabeza en el momento en que rueda, porque sé lo
que sucede a continuació n.
No deberı́a haberme acostado con Jordan. Sié ntete mal por eso.
Tanto para ella como para mı́. Tal vez no deberı́a sentirme mal porque
supongo que té cnicamente todavı́a es mi novia, pero no deberı́a serlo,
y lo hago.
Tenemos que romper, sé que lo hacemos. No sé por qué no rompió
conmigo cuando se lo dije, no sé por qué me siguió la corriente, tuvo
sexo conmigo de todos modos. Agradecido que lo hizo, es lo que querı́a,
al menos en ese momento, ahora en retrospectiva me siento jodido en
mi cabeza por eso. Como si estuviera a la altura de mi vieja mierda otra
vez y no quiero estarlo, pero lo estoy de todos modos porque funciona.
Es un poco una mierda de mi parte, pero antes de llamarlo con
Jordan, estoy esperando a ver a dó nde nos lleva ese maldito viento del
este. Si Magnolia entra a casa de Jo esta noche con Rush del brazo,
entonces a la mierda, ¿Jordan y yo? Le daré otra oportunidad.
Me las arreglé para convencer a J de que no viniera esta noche... Eso
requirió un poco de convencimiento y algunos sobornos no tan sutiles,
pero creo que tuvo un buen dı́a.
Desayuno en el Parque de Bomberos de Chiltern. Un montó n de fotos
allı́, luego prá cticamente compró Fendi en New Bond, luego Sketch para
el almuerzo. Me detuvieron para un montó n de fotos y ella posó
conmigo en cada una de ellas. Me hizo sentir un poco enfermo en caso
de que Parks los viera, ¿quié n sabe lo que pensarı́a? ¿Qué harı́a ella?
¿Pé game? ¿Pelearme en la calle? ¿Llamar a Jack-Jack? Joder, pre iero
recibir el golpe.
Llego al club de Jo y voy a buscarlo en lo profundo de é l.
Area acordonada, rodeada de chicas. ¿Supongo que debe ser la noche
de Henry esta noche? Hago una mueca al verlo. Parece un desastre,
botellas por todas partes, una chica en su regazo, su mano en su
vestido, pero ¿quié n diablos soy yo para juzgar?
"Oi", me siento a su lado.
Me rodea con un brazo. "¿Sosteniendo?"
Asiento con la cabeza. "¿Ella aquı́?"
"No todavı́a." Sacude la cabeza mientras quita a esa chica de su
regazo. Se vuelve hacia mı́. "¿Ustedes dos ya arreglaron su mierda?"
Me estiro para servirme un trago y suspiro. Dale una mirada que diga
que no sin que yo tenga que decirlo.
"Creo que hemos terminado". Le doy un dé bil encogimiento de
hombros. Quiero que me diga que estoy equivocado.
Lo hace cuando pone los ojos en blanco. “Siempre piensas que has
terminado”.
Le doy una mirada. "En realidad, el problema es que nunca creo que
hayamos terminado..."
"Porque nunca estará s con ella". Me da una mirada mordaz. "Es ella."
"Lo sé ." Lanzo mi bebida hacia atrá s, sirvo otra.
Jo gira la cabeza hacia atrá s, molesto. "Estuviste tan cerca".
No ayudaste a la mierda... Lo golpeo en el estó mago. "Llamá ndola la
otra mujer, idiota".
Jo pone los ojos en blanco. "Beej, nunca en mis sueñ os má s salvajes
podrı́a haber previsto que esa broma tomarı́a un giro tan jodido".
Pongo los ojos en blanco y é l asiente con la barbilla hacia mı́.
"¿Terminaste con Jordan?"
"No." Hago una pequeñ a mueca mientras me retuerzo las manos. "En
realidad, cuando llegué a casa me la follé ".
"¿Tu que?" dice una vocecita detrá s de mı́.
Me doy la vuelta y allı́ está : la chica de mis sueñ os, de pie con un
vestidito lila y una chaqueta de punto, con el corazó n que acabo de
romper en pedazos en sus manos.
Suspiro mientras me pongo de pie. "Magnolia-"
Y luego ella sale disparada.
CUARENTA

Magnolia

El no me llamó . Pensé que podrı́a haber... esperaba, supongo.


Ayer giró tan rá pido y tan caó ticamente en una direcció n que no
habı́a previsto, está bamos juntos y luego nos gritá bamos y luego
estaba llorando y hoy me desperté y las fotos estaban en The Daily
Mail.
“At It Again” era el tı́tulo.
Esta parte de nosotros que odio. La falta de privacidad, la posibilidad
de sentir nuestros sentimientos solos por un minuto sin entrometidos
entrometidos. Hace que todas nuestras peleas se sientan ingeniosas y
baratas cuando para nosotros, para mı́, son reales. Pesadillas reales
despiertas desplegá ndose frente a mı́. ¿Hacer trampa no es gran cosa
para é l? Claramente.
Pensé eternamente en lo que me pondrı́a para esta noche, má s de lo
habitual. Sabı́a que lo verı́a, pensé en có mo serı́a la noche. Y estaba
bastante seguro, o al menos esperanzado, de que tal vez arregları́amos
las cosas. Que me dirı́a que lo sentı́a y que es un gran problema y que lo
resolveremos juntos de todos modos. Pensé que probablemente
volverı́amos a estar en los perió dicos una vez que nos vieran
besá ndonos triunfalmente porque ahora somos adultos, y nos amamos
y ambos sabemos eso ahora, lo dijimos ayer. Y qué , pensé : es posible
que tengamos algunos problemas que debemos resolver, algunas cosas
en nosotros mismos que debemos desenredar, pero cuando salı́a de la
casa, estaba bastante seguro de que regresarı́a má s tarde con é l. Serı́a
la primera noche que se quedarı́a en mi nuevo apartamento. Serı́a la
primera vez que verı́a que tengo una estanterı́a de todos los National
Geographic impresos en los ú ltimos cinco añ os. Y estaba seguro de que
recordarı́a esta noche para siempre, porque serı́a el dı́a en que
inalmente comenzarı́amos a arreglarnos y regresarı́amos el uno al
otro.
Algunas personas recuerdan sus momentos en canciones, yo
recuerdo los mı́os en material. El mini vestido lila de cady con apliques
de cristales de David Koma con las sandalias Crystal Twist de 105 mm
de Aquazzura que combinan a la perfecció n, y el cá rdigan extragrande
negro con cuello de pico de Alessandra Rich. A BJ le encantarı́a.
Cuando llegué al club de Jonah con Taura y Henry, me preguntó si
estaba nerviosa.
Asenti. "Un poquito."
Enrique me apretó la mano. "Simplemente no arrojes la primera
granada".
Rodé los ojos y me dirigı́ hacia los chicos en la parte de atrá s.
BJ es fá cil de detectar. Siempre lo es, pero especialmente esta noche.
Chaqueta tipo camisa cargo con estampado de cachemira verde de
Sacai, una camiseta blanca lisa debajo de Y-3 con pantalones negros de
corte relajado con doble rodilla de trabajo de Dickies. Pepper Green Old
Skools, y lo má s importante: sin Jordan.
Se veı́a tan guapo, mi corazó n estaba en mi garganta, me sentı́
aliviado. ¿No es divertido? Aliviado de verlo. Incluso despué s de
nuestra pelea.
Caminé detrá s de é l, no me vio venir, tampoco Jonah, o nunca lo
habrı́a dejado decir lo que dijo.
"En realidad, cuando llegué a casa me la follé ".
Oh Dios mı́o.
Estoy girando. Instantá neamente, estoy enfermo hasta la mé dula.
¿Se acostó con otra persona despué s de mı́ el mismo dı́a? ¿Ese dı́a? Lo
hicimos por la mañ ana.
Ni siquiera puedo contar cuá ntas veces se fue a casa despué s de una
pelea y se acostó con otra persona. ¿Otra vez?
Me siento repugnante.
Lo odio. ¿Cuá ntas veces puede...?
BJ se pone de pie, llama mi nombre de esa manera familiar que hace,
donde es como si estuviera triste porque me está lastimando. Como si
le doliera lastimarme. Como si le pesara hacerme sentir de esta
manera. Pero nunca deja de hacerme sentir ası́.
Niego con la cabeza hacia é l un poco. Rué gale con los ojos que por
favor no me siga. No puedo permitir que me siga.
Camino lo má s rá pido que puedo sin salir corriendo para llegar al
bañ o de la o icina de Jonah. Llego allı́ justo a tiempo para arrojarme a
un cubı́culo antes de que mis piernas cedan. El duelo es extrañ o, ¿no
crees?
Porque estoy de duelo, puedes estar seguro de eso.
Se siente como las ostras, en realidad.
Esa vez, ¿recuerdas? ¿Cuando tenı́a siete añ os y me caı́ del
embarcadero en Capri? Golpeé cada proyectil a ilado en el camino
hacia abajo. Me abrieron de par en par y BJ se zambulló detrá s de mı́. El
me salvó . ¿Quié n me va a salvar ahora?
El agua salada en los cortes por todo mi cuerpo, por todo lo que soy.
Oh Dios mı́o.
no lo creo no puedo creerlo
El dolor es impactante, en realidad. Como si me hubiera golpeado un
meteorito. Un crá ter en el centro de mı́, en llamas. Destrucció n total.
Presiono mi mano en mi boca, reprimo los gritos que intentan,
intentan, intentan venir—
Manos temblorosas, visió n perdida.
Mis hombros tiemblan cuando los gritos llegan de todos modos, cada
uno de ellos aplastá ndome en nombre de é l.
Hay bullicio en el bañ o.
“—Este es el bañ o de las niñ as,” dice alguien. Só lo puedo oı́rlo
vagamente.
Se siente como si mis oı́dos estuvieran bajo el agua.
Me desplomo contra la pared del cubı́culo; mi cuerpo se siente como
si estuviera lleno de plomo.
"¿Parques?" Enrique llama. no me muevo "¿Magnolia?" El llama.
"Abre la puerta."
Yo no.
Se arrastra por debajo y dentro de mi cubı́culo.
Se necesita un buen amigo para gatear en el piso de la sala de chicas
de un club cuando está s usando pantalones cargo Mastadon blancos de
Rick Owens DRKSHDW.
Suspira cuando me ve, se lame el labio inferior, inclina la cabeza
triste por mı́.
“Tuviste sexo con é l”, me dice Henry.
Asiento con la cabeza. Henry asiente hacia mı́, con la boca apretada.
"¿Y ahora se queda con ella?"
Me encojo de hombros.
“Pero se acostó con ella”.
Asiento de nuevo.
"Mierda." Sus fosas nasales se dilatan mientras niega con la cabeza.
"Levantarse."
Me levanta del suelo a pesar de que no estoy cooperando. “Arriba,
Magnolia. Ahora." Me planta sobre mis pies, me mantiene irme.
“Escú chame, ¡escucha! No hay nadie en este mundo que valga Magnolia
Parks sentado en el piso del bañ o de un club”.
Apenas asiento. Me limpia la cara con las manos y se me ocurre que
me enamoré del hermano equivocado.
Henry es el mejor. Simplemente no es el mı́o.
"¿Quieres que pelee con é l?" Henry pregunta con la barbilla.
Agarra un fajo de papel higié nico, me seca la cara mientras se apoya
en el tocador.
huelo
“Esto es mi culpa”, dice Henry, mirá ndome cuidadosamente. "No
deberı́a haberte dicho que le dijeras".
"No", niego con la cabeza. "No es. Es é l… Le digo a su hermano y
nuestros ojos se cruzan.
"Es é l." El asiente una vez. Se ve lı́vido. "Vamos. Te llevaré a casa."
Toma mi mano, me lleva fuera del bañ o, y allı́ está BJ esperá ndome.
Allı́ de pie, con las cejas bajas, los brazos cruzados sobre el pecho.
“Parques, ¿podemos hablar?” Camina hacia mı́, bloqueá ndonos en el
estrecho pasillo.
"Alejarse de mı́." Empujo má s allá de é l.
"Parques". Beej niega con la cabeza, acercá ndose a mı́.
"Alejarse de mı́." Aparto sus manos de mı́.
“Magnolia…” BJ frunce el ceñ o, su corazó n parece estar rompié ndose
en sus ojos pero sé que todo es una mierda ahora.
"Alé jate de mı́". Le escupo.
Y entonces Henry da un paso delante de mı́, empujando a su
hermano mayor.
"Oye, muchachos". Jonah aparece por detrá s de BJ. “Hay algunos ojos
sobre esta noche. Vamos-"
Henry lo ignora, ignora los telé fonos parpadeantes detrá s de
nosotros, niega con la cabeza a su hermano.
Beej se acerca a é l y Henry lo aparta de un empujó n.
“Vete a la mierda, hombre”, le dice Henry en voz baja.
BJ lo ignora. "Magnolia-"
“No, BJ. Deté ngase." Henry lo bloquea de nuevo, siguiendo a BJ
mientras trata de llegar a mı́. “No la mires, mı́rame a mı́, ella está fuera
de tus lı́mites ahora”.
BJ le lanza una mirada de enfado y un empujó n.
“Vete a la mierda, gallina. No voy a hacer esto contigo aquı́.
Henry lo empuja hacia atrá s.
“¿Dó nde quieres hacerlo entonces? Porque he terminado con tu
mierda.
“Chicos…” Jonah niega con la cabeza, tratando de mantenerlos
separados.
“No empieces conmigo, joder…” BJ señ ala con un dedo la cara de su
hermano, y Henry lo aparta de un golpe. Nunca pelean ası́.
"¿Qué diablos está s haciendo?" Henry escupe.
“Te lo juro por Dios, Henry…” BJ niega con la cabeza como un loco. “Si
no te quitas de mi maldita cara…”
"¿Puedes simplemente dejarme ir?" Sollozo mientras trato de pasar
junto a é l.
Me bloquea de nuevo, buscando mis ojos.
"Cometı́ un error."
“¿Conmigo o con ella, Beej?”
Exhala, pesado. “Parks, no estaba pensando, no pensé que te
importarı́a una mierda…”
"¡Te dije Te amo!" Grito.
"¡Y luego te fuiste!" é l grita de vuelta. "Como siempre. ¡Saliste
corriendo!" El me mira.
"¡Hogar!" Le digo mientras respiro tambaleá ndome. "¡Fui a casa!"
"¿Sı́?" El asiente, los ojos como rendijas ahora. "¿A quié n?"
"¿Qué ?" Niego con la cabeza hacia é l, confundida.
"¿Llamaste a Rush?"
Le frunzo el ceñ o. Está en Nueva York.
—¿Cavan?
"San Fran." Le doy una mirada oscura mientras cruzo los brazos
sobre mi pecho. "Mira, a diferencia de algunas personas, cuando las
cosas se tuercen para mı́, no solo me follo a la primera persona que
veo".
“No, lo sé …” El asiente, mirá ndome. “Te follas a sus mejores amigos”.
"Oi-" Henry gruñ e.
BJ golpea a Jonah en el pecho. "Será mejor que lo mires, hermano, ella
vendrá por ti a continuació n".
Mis ojos se ponen vidriosos y me siento como de un metro de altura.
Nunca es agradable escuchar lo que alguien piensa de ti si la opinió n es
desagradable, pero cuando esa opinió n proviene de la persona que má s
amas en el mundo, te atraviesa el centro. Te envenena un poco, te hace
creer que las palabras que dicen son ciertas.
Las palabras son tan poderosas.
No tenı́a intenció n de correr hacia nadie má s. Mi plan para esta
noche era é l. Ayer, despué s de nuestra pelea, fui a casa, me duché e hice
que Henry y mi hermana se quedaran en mi cama conmigo.
No le envié un mensaje de texto a Rush. No llamé a Jack-Jack.
No querı́a hacer nada para arruinarnos justo cuando está bamos a
punto de empezar de nuevo.
Pero lo hizo, ası́ que a la mierda.
Me cubre como una nube.
Mis ojos se oscurecen y si hubiera cortinas, estarı́an ondeando. El
agua estarı́a agitada y los animales comenzarı́an a comportarse de
manera peculiar, buscando frené ticamente un refugio. Bien. Ellos
deberı́an.
BJ frunce el ceñ o, sintiendo el cambio en el aire.
Cierra las escotillas, toca la campana del pueblo.
El traga. "¿Qué es esa cara?"
Niego con la cabeza hacia é l mientras lo empujo para irme.
"¿A dó nde vas?" me llama.
Voy a Central Park a medianoche.
+44 7895 661274
21:58

Oye

Oye.

¿Está s fuera esta noche?

Sı́.

Casa Club.

Permanecer allı́.

Está bien.

¿Por qué ?

Una vez me hiciste una promesa.


LA SEGUNDA PARTE
CUARENTA Y UNO

BJ

Julian Haites organiza estas legendarias iestas de Nochevieja.


Salvaje, verdaderamente loco.
Las celebridades intentan entrar en la lista por ellos.
Kygo jugó el añ o pasado.
Creo que este añ o tiene a David Guetta.
Lo acaba de tener en su casa de Knightsbridge. House lo está
vendiendo a bajo precio. Su padre compró unas cinco casas seguidas y
las convirtió en una sola.
Aquı́ es donde está la iesta.
Llego con Jordan, pensé dos veces antes de traerla, pero no he tenido
noticias de Parks desde hace dos noches, ası́ que voy a sacar una hoja
de su libro y cavar una pequeñ a trinchera australiana.
Los chicos han estado fuera de mı́ un poco sin embargo. Henry no me
habla a mı́, de verdad. Probablemente deberı́a estar enojado porque é l
siempre está de su lado, pero una parte de mı́ está aliviada de que
tenga a alguien en quien confı́o. Má s bien é l en su esquina que Rush
maldito Evans, eso es seguro.
Pensé que verı́a a Parks aquı́ esta noche... Bonito vestido y miradas
robadas: de todas formas pasarı́a el Añ o Nuevo con ella.
Pensé que ella vendrı́a, siempre venimos.
Las ocasiones especiales para ella y para mı́ son bastante difı́ciles de
resistir: me desvié hacia su dı́a de Navidad, ella regresará a mı́ el Añ o
Nuevo.
Estoy un poco decepcionado cuando entro y ella no está con el set.
Taura levanta las cejas como un saludo poco entusiasta, supongo que
tambié n de mı́.
Jo le susurra algo, ella lo mira, se ve un poco molesta y luego asiente.
Camina hacia Jordan, pone una cá lida sonrisa. “Me encanta ese
vestido…”, le dice Taura.
"Oh gracias." Jordan empuja su cabello sobre sus hombros. "Es de
Autorretrato".
“¿Deberı́amos tomar un trago…” Taura enlaza sus brazos con los de
ella. “Jonah me dice que BJ ha sido un completo idiota ú ltimamente”. La
lleva lejos.
Los veo irse, miro a mis amigos.
“Oi”, Jonah se sienta a mi lado. “Tenemos que hablar—”
"¿Se trata de parques?" El alejamiento de Jordan fue un poco
revelador.
"Sı́-"
"No quiero escucharlo".
Christian me da una mirada rara. "Sı́, lo haces".
Lo miro, frunciendo el ceñ o. "¿Ella duele?"
"No-"
“¿Está ella en peligro…” Jo mira por encima, atrapa la mirada de
Christian antes de que sacuda la cabeza.
"No pero-"
Me muerdo el labio inferior y niego con la cabeza.
"Entonces, a la mierda, hombre, no quiero oı́r hablar de eso".
Jo agarra el hombro de mi chaqueta. Burberry. Pensé que a Parks le
gustarı́a.
"Sı́, pero Beej-" comienza y le doy una mirada.
“No, Yo. Ella tambié n me jodió . Ella podrı́a tenerlos a todos envueltos
alrededor de su dedo porque tiene los ojos tristes que ganan en todo,
pero yo tambié n estoy jodido por eso. Solo quiero divertirme,
soltarme, besar a mi novia a medianoche…
Joná s hace una mueca. “¿Seguir con eso? ¿La novia?"
Me encojo de hombros como si no pensara que es estú pido. "¿Por
qué no lo harı́a?"
Christian me mira ijamente, con los dedos presionados en la boca, el
rostro tenso.
"¿Por qué te ves ası́?" Asiento con la barbilla hacia é l.
"Te follaste a Jordan", me dice como si yo no lo supiera. “Para Parks,
eso fue Pearl Harbor”.
Frunzo el ceñ o, confundido. "De acuerdo."
Christian me da una palmadita en el brazo, su boca dibuja una
sonrisa divertida como si lo sintiera por mı́. “Hiroshima está llegando”.
Pongo los ojos en blanco y lo agarro por el hombro. "Mientras no te la
cojas, estoy bien".
Joná s hace una mueca. "Ya veremos."
Me pasa un vaso de whisky.
"Lo vas a necesitar". Me golpea en el brazo antes de alejarse.
Frunzo el ceñ o tras é l, confundida, luego me acerco a Jordan y Tausie
junto a la barra.
La con iguració n aquı́ es una locura.
No es como pensarı́as que serı́a la casa del mayor capo de Londres, o
tal vez lo sea, no lo sé .
Má s blanco, má s dorado de lo que hubieras pensado. Mucho má rmol.
Gran escalera doble desde las habitaciones de arriba que desemboca
en un vestı́bulo: se le perdonará que piense que ha entrado
accidentalmente en un hotel. El vestı́bulo se derrama en una de las
salas de estar: hay al menos cuatro salas de estar. Un bar en la azotea
que está atendido las 24 horas del dı́a, los 7 dı́as de la semana.
Se rumorea que tienen un tigre como mascota en algú n lugar por
aquı́, pero a mı́ me suena a mentira, he estado aquı́ varias veces. Nunca
lo he visto.
“Este lugar es una locura…” Jordan mira a su alrededor. "¿Có mo es
é l?"
"¿Julian?" aclaro
"Sı́."
Me encojo de hombros. "Sı́, quiero decir, es un poco G".
“Es literalmente un G”, dice Taura, aburrida.
huelo “El es genial. Salvaje. Como, las historias que tiene, la mierda
que tira. Es una locura. Como sacado directamente de una pelı́cula de
Stratham”.
"¿En realidad?" Jordan pregunta, con los ojos muy abiertos.
Asiento con la cabeza. “El es divertido. Te gustará . Siempre un buen
momento.”
"¿Es peligroso?"
"Sı́, quiero decir, no me gustarı́a estar en su lado malo". Me encojo de
hombros, mirando a Taurs. “En realidad, deberı́amos saludarnos. ¿Lo
has visto?
Taura me da una mirada un poco rara. "Sı́, lo he visto".
Re lejo su confusió n.
"De acuerdo." Me encojo de hombros. "Entonces, ¿dó nde está ?"
Taura mira má s allá de mı́, asiente hacia la escalera.
Y luego, desde su habitació n en lo alto de las escaleras, sale rié ndose.
Hace una pausa para ayudar a ponerle el vestido a una chica.
Bufo un poco, tı́pico de Jules.
Le pone a la chica su pequeñ o vestido negro ajustado; en realidad, se
ve sexy por detrá s.
El la espera junto a la puerta, má s caballeroso de lo que suele ser, y
luego ella sale.
Santa mierda.
Magnolia salta de su habitació n con un tacó n, se estira y se aferra a
su hombro para ponerse el otro zapato.
El le lanza una sonrisa. Parece orgulloso de sı́ mismo.
Santa mierda.
Ella baja las escaleras, con la mano rozando la barandilla (pelo
sexual, boca sexual), sus ojos son suaves alrededor de los bordes de
una manera que me pone triste, enferma y celosa.
Mi mandı́bula está en el puto suelo. Se siente como si estuviera
cayendo a travé s del espacio.
Ella camina justo a mi lado. Ni una jodida mirada en mi direcció n.
Su labio inferior está pesado como si acabara de ser mordido.
Joder, voy a vomitar.
Simplemente se acerca a Anatole Storm, quien le sonrı́e como si
supiera lo que acaba de hacer. Me dan ganas de morir al verla rebotar
alrededor de personas como é l. ¿Tormenta de Anatole? Uno de los
compañ eros de Julian. Uno de los hombres má s aterradores de Gran
Bretañ a. Dirige milicias.
Julian la sigue, fresco como un maldito pepino, se detiene frente a mı́.
Entrecierra los ojos, ladea una sonrisa.
Se acerca, cierra mi boca abierta, me golpea en la cara dos veces,
té cnicamente en broma, té cnicamente duro.
"Feliz añ o nuevo, hermano". Me da una sonrisa de comemierda.
Mi mandı́bula se tensa.
Cualquier otro, cualquier otro en el jodido planeta y lo matarı́a en el
acto.
¿Pero é l?
En realidad podrı́a matarme de vuelta.
Se mueve hacia Jordan, toma su mano entre las suyas.
"¿Tú debes ser la novia?" El le da la mano y ella se sonroja. “Muy feliz
de conocerte. Un placer... —Sonrı́e y me mira a los ojos—. “Un placer
absoluto. No tienes idea. El placer es todo mio."
El se rı́e de su propia broma, luego camina detrá s de Parks,
deslizando sus brazos alrededor de su cintura por detrá s.
Demasiado familiar.
Sus manos sobre su cuerpo me hacen sentir como si algo se
arrastrara bajo mi piel.
Necesito hablarle.
Me paso las manos por el pelo.
Lanza a Jordan una sonrisa dé bil. Todas mis sonrisas son dé biles en
estos dı́as. O tal vez solo soy yo.
Asiento con la cabeza hacia Taura, dá ndole ojos que le piden que por
favor, se lleve a Jordan por un minuto.
ella lo entiende Sé que ella lo entiende: yo y Taurs estamos muy
unidos, en un buen jive. Sé que ella sabe por qué quiero que se lleve a
Jordan, me mira y dice que no.
vamos de ida y vuelta
Sı́, frunzo el ceñ o.
No, ella frunce el ceñ o má s.
Sı́, mis ojos se abren má s.
No, tambié n la de ella.
¡Sı́! — mis ojos podrı́an caerse de mi maldita cabeza.
¡Multa! — ella habla, ojos rendijas.
“Jordan”, canta. “¿Has visto su cancha de baloncesto cubierta? En.
Cuerdo." Taura la aleja, mirá ndome por encima del hombro. "Vamos, te
mostraré ".
Parks se aleja de Haites y se acerca al bar.
Voy a pararme junto a ella. Mira al frente.
“'No tienes nada de qué preocuparte, Ballentine'”, le repito el
mensaje.
Sus ojos pellizcan, chupan sus mejillas. Inhala, exhala.
“'Te amo, Parks'”, me repite, ajustando su diadema dorada.
"Te amo", suspiro.
"Podrı́a haberme engañ ado", dice mientras me mira, sus ojos son tan
oscuros que las esmeraldas se han convertido en ó nice. Me inclino má s
cerca de ella de lo que deberı́a. Mis ojos recorren su cuerpo.
“Está s de negro”, le digo. Ella nunca viste de negro. "Eso es diferente."
Sus ojos atrapan los mı́os. "Soy diferente."
"¿Por qué ?" La miro, sacudiendo la cabeza. “¿Porque me acosté con
Jordan despué s de una pelea? Tú y yo, no está bamos juntos…
"Claramente." Ella asiente, distante y controlada.
Ruedo los ojos hacia ella.
"¿Y qué ?" Tomo un sorbo de mi bebida. "¿Está s saliendo con un jefe
de pandillas ahora?"
Vintage Parks, sale corriendo con el primer hombre que encuentra
que no sea yo.
“—Gracias”, le dice al cantinero que le entrega un martini. “Los tipos
como Julian no tienen citas”.
Asiento con la barbilla hacia ella. "Entonces, ¿qué está s haciendo?"
Ella toma un largo sorbo. "Joder, Beej".
Vuelve sobre mı́ con un puto camió n, ¿por qué no lo haces tú , Parks?
"¿Te está s follando con é l?" Repito.
"Sı́." Se encoge de hombros con demasiada indiferencia antes de
tomar otro sorbo y agitar la mano en el aire. “Bueno, he sido jodido por
ti durante añ os. Pensé que ya era hora de que le diera un turno a
alguien má s”.
Mandı́bula en el suelo por segunda vez en unos cinco minutos.
Niego con la cabeza hacia ella.
“Parks, es literalmente el hombre má s peligroso de Inglaterra”.
Con los ojos tan destrozados como creo que he hecho su corazó n, me
da una larga mirada.
"No estoy de acuerdo."
jodeme
Podrı́a, podrı́a en realidad, literalmente, odiarme a mı́ mismo.
Yo suspiro. Inclino mi cabeza mientras la miro. "Magnolia-"
"Beej, escucha". Ella toca mi brazo, mirá ndome.
Sorprendido de que me esté tocando. No puedo creerlo. Lo tomaré ,
un puto milagro.
“Solo quiero decir, y realmente lo digo en serio con cada ibra de mi
ser—” Ella me mira antes de hablar sin problemas: “Joder. Su. Uno
mismo."
Parpadeo detrá s de ella mientras ella se acerca a Julian, le arrebata la
bebida de la mano y la tira con demasiada facilidad.
Su rostro parpadea con divertida molestia.
"Tranquilo tigre. Era un whisky escocé s de £2000”, le dice Julian.
Ella lo mira con indiferencia. “Ası́ que sı́rveme otro—”
Se vuelve para hablar con Jonah y Julian hace este sonido de 'hah'. La
has oı́do. Asiente con la cabeza a uno de sus muchachos, ladea la cabeza
en su direcció n y le dice a Declan: "Va a ser una cogida cara, ya puedo
decir..."
Parks lo escucha, se da la vuelta, lo mira ijamente.
"¡Vale la pena!" é l la llama y ella pone los ojos en blanco, mirando
hacia otro lado.
A é l no le gusta que ella se enoje con é l, a nadie le gusta, uno de sus
trucos secretos que guarda en su bolsillo trasero. Todo el mundo quiere
estar en sus buenos libros. No sé por qué o có mo lo hace, pero si la
haces sentir triste o como una mierda, incluso si se lo merece, de
alguna manera siempre te las arreglas para sentirte como un idiota y le
compras un collar de Cartier o algo ası́. toda una jodida loristerı́a para
reconquistarla.
Puedo verlo en é l, lo reconozco bien, en realidad, có mo ella lo mira, lo
empuja hacia un terreno irregular y é l simplemente está trepando para
volver a un campo de juego nivelado.
A la mierda, estoy allı́ ahora. Odio este sentimiento, odio estar mal
con ella, odio estar en desacuerdo e incluso ası́, estoy un poco como
'vete a la mierda' de todos modos -
¿Ella es el jodido Julian?
¿Julian?
De un trago mi bebida al mismo tiempo que Julian agarra a Parks por
detrá s, tira de su espalda contra é l y comienza a besar su cuello.
Dice algo, no puedo oı́r qué , a las personas que nos rodean.
La empuja a travé s de la multitud, se detiene frente a mı́.
“Ir al bar de arriba…” Asiente con la cabeza hacia mı́. "¿Vienes?"
El la lleva de la mano escaleras arriba, luego a un ascensor que sube a
la azotea privada.
Todos nos juntamos. Yo, Parks, Jo, Henry y Taura, Christian, Julian,
Daisy Haites y su novio policı́a, y luego Jordan.
Julian tiene a mi chica atrapada en la esquina del ascensor, debo
aclarar, no a mi novia real. Solo la chica que amo.
El le susurra cosas al oı́do y ella me mira con ojos que me dicen que
está bastante jodida, y cuando las puertas se abren, no puedo salir de
allı́ lo su icientemente rá pido.
Jonah se estira sobre el mostrador, estrecha la mano del camarero
detrá s de é l.
Nunca me importó que é l y Julian fueran cercanos hasta hace treinta
minutos.
Ahora estoy jodidamente enojado.
Camine detrá s de Jo, llé velo a un lado y diga con los dientes
apretados: "Dijiste que ella no estaba en peligro".
Me da una mirada. "Ella no es."
"El es un capo de la pandilla", le digo y Jonah me da esta mirada.
Levanta un poco las cejas. "¿Y?"
“Y es un jefe de pandillas”.
“Soy un jefe de pandillas”. Joná s se encoge de hombros.
"¿Pensaste que no te gustaba ese té rmino?"
Jonah pone los ojos en blanco y asiente con la barbilla hacia mı́.
"¿Qué les pasa a los señ ores de las pandillas, entonces, ey?"
Niego con la cabeza hacia é l. "El no es como tú ".
"¿Có mo está eso ahora?"
Pongo los ojos en blanco e inclino la cabeza en su direcció n: el mega
de Julian está tan jodidamente al norte de su rodilla que quiero saltar
por el balcó n. “Entonces, está s bien con eso—”
“Beej.” Me da una mirada mordaz. “¡Te follaste a alguien má s! ¡No
tenı́as que hacerlo! Podrı́as haberla llamado, decirle que era un gran
problema...
“¡No fue gran cosa, Jo! Eramos yo y el amor de mi vida… Jonah me
interrumpe con una mirada que me dice que hable má s bajo. “Eramos
ella y yo. Lo cual es un gran problema en sı́ mismo, y siendo un gran
problema es por lo que dormir juntos no fue un gran problema para
mı́”.
"Lo entiendo, hermano". El asiente. "Entiendo lo que dices. Te habrı́a
apoyado, en realidad—” Se encoge de hombros. Pero luego te acostaste
con Jordan. Como que le quitó el aliento a su propio punto”.
Pongo los ojos en blanco. "Ella es mi novia."
“Ası́ que sé su novio, entonces”, dice por encima de todo. Asiente con
la barbilla hacia Parks. Y jodidamente dé jala en paz.
Luego pasa junto a mı́, va y se sienta con ellos.
¿Dejala sola? Nunca. Nunca la dejaré sola. Especialmente cuando está
jodiendo con Julian Haites, de todas las personas que podrı́a joder.
Sé que lo que siento al verla con é l es indicativo de que debo
terminar con Jordan, lo sé . Pero no lo haré de todos modos. Podrı́a ser
lo má s grande que hacer, podrı́a ser un atajo a casa para nosotros, pero
nos encanta un desvı́o, Parks y yo. Y ella simplemente nos desvió de la
maldita carretera.
Busco a Jordan a mi alrededor. Está en el bar hablando con un DJ
famoso. Coqueteando con é l, puedo decirlo. Ni siquiera me importa, no
es un pensamiento en mi mente. Todo lo que estoy pensando es en lo
ú nico que realmente me ha importado una mierda y có mo ella se está
acurrucando en los brazos del hombre má s notorio que he conocido.
"¿Qué está s haciendo todo el camino hasta allı́, Ballentine?" Julian
llama, tirando de Parks a su regazo para darme espacio para sentarme.
Solo lo hace para joderme, pero me siento de todos modos, porque la
extrañ o.
Parks se pasa la mano por la cabeza, alisá ndola.
"Ay." Ella frunce el ceñ o. “¿Por qué tengo la cabeza magullada?”
Julian lame una sonrisa. “Se llama cabecero, Tiges”.
Su boca forma una 'O', sus mejillas se sonrojan y tiro mi bebida de
una sola vez.
“Entonces, espera—” El policı́a de Daisy los mira tan confundido
como el resto de nosotros. "¿Cuá nto tiempo han estado saliendo
ustedes dos, entonces?"
Julian y Parks se miran y le devuelven la mirada. Magnolia se chupa el
labio recatadamente, considerando esto.
"Um, ¿probablemente hablando de 74 horas ahora?" Ofertas de
parques.
Julian le muerde el hombro desnudo.
"Sin escalas."
Daisy pone los ojos en blanco.
Y es entonces cuando recuerdo que, té cnicamente, todavı́a tengo
novia. Solo recuerda porque ella se para frente a mı́. Sonrı́e mientras se
sienta en mi regazo y me besa.
"¿Deberı́amos rebotar?" le susurro, ansiosa por salir de aquı́.
Ella frunce el ceñ o, confundida. "Ni siquiera es medianoche".
“Sı́, Ballentine—” Julian sonrı́e, mirá ndome ijamente. "Ni siquiera es
medianoche".
Joder, me encantarı́a pegarle.
Reloj Christian a un lado tambié n miserable como la mierda, pero es
porque está mirando a Daisy y su novio y no traerı́a a Vanna aquı́ a su
casa.
Buen hombre. Decente. ¿Yo? Voy a llevar a Jordan a un rincó n oscuro,
probar mi suerte llegando a la tercera y espero joder a Magnolia Parks y
arruinar su Añ o Nuevo de la forma en que ella jodió el mı́o.
CUARENTA Y DOS

Magnolia

¿Có mo te imaginas el dormitorio de un capo de pandillas? No puedo


decir que lo habı́a pensado mucho hasta que me encontré en uno.
Y sé lo que está s pensando: La habitació n roja de Christian Grey.
Pero estarı́as equivocado.
No es ası́ en absoluto. El tampoco, en realidad.
Su dormitorio ha cambiado desde la ú ltima vez que estuve en é l, que
probablemente fue hace má s de cuatro añ os, si puedes creerlo. Esa
noche infame con los panqueques y el no sexo. Tenı́a tanto miedo de
acostarme con alguien que no fuera BJ, como si hacerlo con alguien
má s pudiera hacerme menos suya. Sin embargo, bromea sobre mı́,
porque BJ no es mı́o como siempre y me despierto todas las mañ anas
para veri icar el estado de mi conexió n con é l. Está revestido de hierro,
incluso ahora.
Solı́a pensar mucho en esa noche. Julian y yo y lo que no hicimos. Es
una persona extrañ a, pero me encanta estar a su lado. Solo existe este
sentimiento que obtienes de estar con é l que no se parece a nada má s
en el mundo.
Nunca supe si no dijo nada sobre la noche porque estaba molesto o
avergonzado o simplemente era un hombre mejor de lo que todos le
damos cré dito, pero se hizo evidente esa noche en su trigé simo que
ninguno de los chicos sabı́a que nosotros. nunca habı́amos ido juntos a
casa.
Me hizo mirarlo un poco diferente una vez que me di cuenta de que
no se lo habı́a dicho a nadie. No sé de qué manera me hizo verlo
exactamente, pero supongo que he leı́do cosas estú pidas en los
perió dicos sobre chicos a los que he besado o con los que
supuestamente me he ido a casa cientos de veces. La mayorı́a de las
veces nunca es cierto, pero lo besé , y me fui a casa con é l, y
aparentemente no se lo contó a nadie.
En ese entonces, su habitació n era má s un piso de soltero. Consolas
de juegos. Creo que habı́a una má quina expendedora de golosinas.
De initivamente una má quina expendedora de condones, lo recuerdo.
Paredes de color gris oscuro, suelos de madera oscura. Gran
candelabro. Casi como si lo hubiera diseñ ado de una manera que pensó
que serı́a sexy a los ojos de las chicas con las que se acostaba.
¿Pero ahora?
Las paredes son de un gris má s claro, con muchos detalles en marró n
y madera. Cama enorme. Ropa de cama blanca. Lá mparas dramá ticas.
Cabecero de estilo rococó de los añ os 50 que, desafortunadamente
para mı́, no tiene capitoné . Hay algunas bellas artes, solo piezas
originales, que salpican las paredes.
En realidad, hay originales por todas partes.
"¿Eres bastante grande en el arte, entonces?" Le pregunté
alegremente la mañ ana despué s de que nos acostamos por primera vez
mientras miraba la impresió n má s convincente de Ernst Ludwig
Kirchner's Street, Berlín que he visto en mi vida.
“Esto es muy realista”. Lo miro má s de cerca.
Juliá n aplastó una sonrisa. “No es una huella”.
Giré sobre mi pie, confundida.
"¿Compraste Street, Berlín ?" Pregunté , sintié ndome un poco celoso.
"¿Cuá nto era?"
Se lamió una sonrisa. “Má s barato de lo que piensas...”
"Eh", dije mientras sacudı́a la cabeza. “Algunas personas
simplemente no aprecian el valor del arte. Gracioso. Juro que vi esto
colgado en el MOMA hace un par de meses…
Se frotó la barbilla. "No sabes mucho sobre mi familia, ¿verdad?" Me
sonrió un poco. “Lo que hacemos”.
Pensé que lo habı́a hecho. Tra ico de armas. Algunos delitos leves.
Probablemente cocaı́na porque es la droga má s elegante. No me gusta
admitir que no sé cosas, ası́ que fruncı́ la boca y é l se inclinó y me besó .
Mucho. Mucho má s que la pregunta requerida.
A Daisy le gusta el arte.
¿Pero sabes lo que no le gusta a Daisy?
Yo.
Ella no me quiere. No sé si es algo juliano o cristiano, pero su
disgusto apenas disimulado por mı́ es ahora mi razó n de ser.
No le gusto a nadie. Alguna vez.
Bá sicamente, no tiene sentido para mı́. Quiero decir, tiene sentido
literal en este caso, ya que estoy durmiendo con su hermano y solı́a
salir con el chico que amaba (¿ama?), pero eso no es ni aquı́ ni allá .
Haré que le guste.
No sé có mo. Ella siempre está escondida en su habitació n con el
policı́a sexy o el perro gigante de Julian y, francamente, ambos me
parecen un poco desagradables, ası́ que mantuve mi distancia, pero
llegaremos allı́.
Le gustaré al inal, lo juro.
De todos modos, estoy acostado en la cama de Julian, mirando al
techo.
Se acerca a casi una semana de esto. Realmente no he salido de su
casa desde la noche que le envié un mensaje de texto. Es divertido, una
especie de agujero negro. Hay una enorme gravedad en é l que te atrae y
pierdes tiempo.
Esa noche fue una combinació n interesante de espectacularidad y
desgarramiento, y tan alimentada por el alcohol como puedas imaginar.
Pero esa es toda mi existencia en este momento: especialmente
alimentada por el alcohol.
Salgo de la cama de Julian y entro en su bañ o, sobre todo porque no
soy tan bueno para estar solo, ni siquiera por pequeñ os momentos. Los
he estado llenando todos con é l, pero sospecho que terminaremos
pronto. Julian no sale con chicas, tampoco tiene invitados durante dı́as
enteros, me dijo Henry. Hay una pequeñ a parte de mı́ que está nerviosa
de que un dı́a se dé la vuelta y me diga que me vaya, eso serı́a muy
propio de é l. Una parte de mı́ puede apreciar lo comunicativo que es,
pero tambié n una parte de mı́ simplemente morirı́a si alguna vez me
dijera eso, ası́ que me cepillo los dientes aunque ya lo hice mientras é l
dormı́a en la cama porque no querı́a. que piense que tengo un aliento
asqueroso por la mañ ana.
"¿Qué vas a hacer hoy?" Julian pregunta mientras sale de la ducha
con una toalla envuelta alrededor de su cintura.
Lo miro a travé s del espejo. "Es el brunch de mierda".
Me parpadea dos veces. "¿El qué ?"
Respiro una sonrisa. “Es esto lo que hacemos todos los añ os. En
realidad es el brunch de Añ o Nuevo de The Fuck Off”. Asiento con la
cabeza hacia é l. Invento de Joná s. El brunch del dı́a de Añ o Nuevo, todo
el mundo tiene resaca y es asqueroso y de todos modos no hay ningú n
sitio bueno abierto para comer, y necesitas el segundo para
recuperarte de lo terrible que es el primer dı́a del añ o, pero para el tres
de enero todo está abierto, nadie está colgado, todo el mundo está
nuevo."
"Eso es lindo". El asiente, sonriendo. “Brunch anual…”
Asiento con la cabeza hacia é l, ignoro có mo me provoca y miro hacia
atrá s a mi re lejo que está frunciendo los labios.
Me mira por un segundo. "¿Nervioso?"
Mi cara parpadea. "No."
Sı́.
"¿Por qué estarı́a nervioso?" Le frunzo el ceñ o.
Viene y se para detrá s de mı́. "Porque é l podrı́a traerla".
No dije nada.
"Incluso si lo hace, será s el má s sexy allı́", me dice, tirando de los
pantalones de chá ndal de mezcla de algodó n con estampado de
logotipo có nico de Vetements.
"Sı́." Asiento una vez, mirá ndome. Como si eso importara, como si
ver có mo me veo hubiera hecho algo por mı́ para hacer que BJ me
amara má s o me quisiera má s o me engañ ara menos. "¿Y entonces
que?" Le doy un encogimiento de hombros.
Me mira a travé s del espejo, apoya la barbilla sobre mi cabeza y me
rodea con los brazos. Me pilla con la guardia baja, estos actos aleatorios
de ternura.
"¿Quiere que vaya?" pregunta, apretando su agarre alrededor de mı́.
Apenas niego con la cabeza. "No."
Me mira con la boca má s rosada de lo que piensas. "¿No?"
“Sé que no estamos…” Me encojo de hombros. "Sé que no eres ası́".
"¿Có mo qué ?"
"Como, el tipo de chico que traes al brunch".
No es un chico... Me da una sonrisa cortante. “Y no lo soy, tienes
razó n.”
Asiento con la cabeza. "Está bien. Puedo ir solo. Beberé mucho,
estará bien”.
“Iré ”, me dice.
"¿En realidad?" Intento no sonar demasiado optimista.
"Sı́." Se encoge de hombros. “No tengo mucho para hoy. Bastante
lento por aquı́ en este momento.
Me giro para enfrentarlo. "De acuerdo."
Sostiene mi cintura, atrayé ndome contra é l.
"¿Está seguro?" Pregunto, mis mejillas sonrosadas pero mi corazó n
se siente aliviado.
El asiente una vez.
"Gracias." Le doy una pequeñ a sonrisa, probablemente luciendo má s
agradecida de lo que pretendo.
Se muerde el labio inferior y me sonrı́e.
"En lo que respecta a las gracias, Tiges, no soy realmente un tipo de
grandes palabras..."
Me rı́o. "¿Está bien?"
Arrastra mi cuerpo hacia é l, me mira. "Ası́ es."
Levanta las cejas en lugar de hacer la pregunta.
Y no hay duda.
Es por eso que estoy aquı́.
Estoy aquı́ para olvidar.
CUARENTA Y TRES

BJ

Aú n no he roto con Jordan. Lo sé , lo sé , no empieces. Decidió no hacerlo


despué s de la pequeñ a exhibició n de Añ o Nuevo de Magnolia. Sié ntete
mal por eso. Todavı́a follá ndola de todos modos.
Jonah rotundamente no hablará sobre Parks y Julian, no me encanta
eso. Dice que si voy a tener novia, tengo que tener una puta novia y no
hacer preguntas que aparentemente no tienen nada que ver conmigo.
No ames eso tampoco.
Henry jura de arriba abajo que vio a Jordan darle su nú mero a ese DJ.
No le pregunté sobre eso. Honestamente, juego limpio si lo hizo, no es
que yo sea un novio demasiado atento en este momento.
Sin embargo, la llevo a almorzar, solo para joder a Magnolia.
Entiendo por qué hizo esto todos estos añ os. Traı́a amantes falsos
con ella a todos lados, sé có mo la miraba cada vez que traı́a a uno de
ellos. Mentirı́a si dijera que no estaba deseando ver su cara cuando trae
a Jordan aquı́ hoy.
El Fuck Off Brunch es una mierda bastante cerrada. No traemos
fechas. Le dije a Jonah que tenı́a que traerla porque es mi novia, no una
cita. El solo puso los ojos en blanco.
Usa una chaqueta de Isabel Marant que tenga un material que
Magnolia necesitará sentir para adivinarlo. Solo quiero estar cerca de
ella por un segundo. Cuando llegamos a TI para el brunch, solo queda
un asiento y Parks aú n no ha llegado. No puedo evitar sentirme aliviado
de saber que ella no lo traerá .
No debe ser una cosa. Julian no es un tipo de brunch. Ella lo traerı́a si
pudiera. Ella lo empujarı́a por mi garganta, sin duda. Aquı́ está la
esperanza de que solo fueran una conexió n de Añ o Nuevo.
Estirar mi brazo alrededor de Jordan, besar su mejilla. Realmente no
estoy escuchando su historia sobre sus amigos de Australia que vienen
un poco —Taylor y alguien má s— pero decido tratar de escuchar. Un
buen novio escucharı́a. Tengo la capacidad de ser un buen novio.
“¿Taylor y quié n?” Pregunto.
“¿Tim Tottle? Su novio." Ella levanta las cejas. “Han estado juntos
desde siempre”.
“Oy, J—” Christian la llama. “¿Tienes amigos australianos atractivos
que podrı́as traer aquı́? Sopla todos mis problemas…”
"Tengo muchos amigos australianos atractivos". Ella asiente. “Pero
todos ellos ya han oı́do hablar de los primos super calientes pero locos
de Scottie y Taylor en Inglaterra. No creo que nadie te arruine nada.
Bufo una carcajada.
Christian pone los ojos en blanco, molesto, luego sus ojos se
iluminan un poco.
"Oi", vitorea, mirando por encima de mi hombro.
Debe ser Parques.
Jonah se levanta, abre los brazos. Miro por encima, la localizo en un
segundo, este vestido de plumas de color naranja brillante y lila que
solo ella podrı́a llevar. Lo que jodidamente no darı́a por ser quien
pudiera quitarle ese vestido, pero no seré yo. Será é l, el que está detrá s
de ella. Follando a Julian Haites.
Abrazos mi mejor amigo. Se acerca, estrecha la mano de Christian,
alborota el cabello de mi hermano.
Siento que debo parecer un poco desconcertado, ası́ que miro a mi
alrededor, tratando de hacerle señ as a un mesero.
Toma uno.
“Vamos a necesitar un asiento extra”, les digo.
“Nah…”, dice Julian mientras empuja a Parks hacia su regazo.
"Estamos bien."
Sus ojos se aprietan mientras me sonrı́e.
Parks tira de su chaqueta como solı́a tirar de la mı́a. Cé line Homme.
Casi lo compro. Me alegro de no haberlo hecho.
“Te extrañ o”, Parks se inclina sobre la mesa, agarrando la mano de
Taura.
"¡Mismo!" Tausie canta.
"¿Donde has estado?" Jordan pregunta alegremente.
Parks la mira con la boca abierta, un poco divertido, tal vez un poco
avergonzado.
“Conmigo”, responde Julian por ella. Se muerde el interior de la
mejilla. "Te dirı́a que te unieras a nosotros, Tauro, pero parece que ya
tienes mucho que hacer".
Magnolia lo golpea y frunce el ceñ o.
"Di que lo sientes."
Pone los ojos en blanco y luego sucede algo que me jode la cabeza:
Julian Haites aprieta los labios y lo dice.
“Estoy bromeando, Tauro. Lo siento."
Taura y Jonah se reclinan en sus sillas, no lo pueden creer.
“Mierda…” Taura mira ijamente a Parks. "¿Qué tan bueno eres en la
cama ?"
Julian aplasta una sonrisa cuando Parks usa su mano para cubrir su
rostro como si estuviera avergonzada, como si no estuviera viviendo
para esto.
Me paso la lengua por los dientes y ella la atrapa.
“Hola Beej.” Ella me da su mejor sonrisa cá lida y falsa. "¿Có mo está
ese clima hoy?"
Jordan me mira, un poco confundida, y levanta las cejas esperando
mi respuesta.
“Sı́, es un buen dı́a…” Me rasco el brazo, encogié ndome de hombros
indiferente. "¿Tú que tal? ¿Está bien en Mayfair?
"No he estado en Mayfair por casi una semana, pero es bastante
agradable en Knightsbridge". Se rasca el cuello para enseñ arme un
chupetó n. "Caliente", agrega al inal, con los ojos listos para pelear.
Trago saliva, actú o como si ella no acabara de clavarme un cuchillo
en el estó mago.
“¿Eso es Knightsbridge?” pregunta Jordá n. "¿Dó nde estuvimos para
el Añ o Nuevo?"
"Sı́." Magnolio asiente.
"Oh, me gusta eso". Jordan se vuelve y me mira. Podrı́amos buscar un
lugar en Knightsbridge.
El rostro de Magnolia vacila, parpadea un montó n de veces.
"¿Te mudas de Park Lane?" ella me mira "¿Juntos?"
Lo dejé colgado allı́. Mı́rala retorcerse. Oculta a medias una sonrisa
pero no del todo. Quiero que Parks lo vea, que vea lo que aú n puedo
hacerle. Miro hacia abajo a la manga de mi chaqueta. Echo de menos ir
de compras con ella. Vestirse solo no es tan bueno como parece.
"No." Jordan se rı́e, sacudiendo la cabeza. "Yo y mi compañ ero de
casa".
Parques golondrinas. "Vaya."
Sus ojos caen; parece avergonzada.
Sigo mirá ndola, feliz de haberla hecho sentir como una mierda por
un segundo.
Suena el telé fono de Juliá n. Lo mira, mira a Parks.
"Vuelvo enseguida-"
Se disculpa y sale rá pidamente del restaurante mientras el camarero
nos trae las bebidas. Parks toma un sorbo extra largo de ella.
Jonah la mira, con el ceñ o fruncido, y luego lo levanta y toma un trago
de su jugo.
“Phwoar—” Jo echa la cabeza hacia atrá s. "¿Quieres un poco de jugo
con ese vodka?"
Magnolia lo mira, los ojos se vuelven suaves alrededor de los bordes
otra vez.
"Vaya." Ella asiente. “¿Porque dices que la proporció n de alcohol por
mezcla es desproporcionada? Qué ingenioso.
Ella le da una sonrisa tensa.
Observo su intercambio, y ni siquiera tengo la intenció n de hacerlo,
simplemente sucede: me inclino, agarro su vaso, ignoro todos los ojos
que está n sobre mı́ y tomo un trago de la bebida de mi ex novia.
Tose un poquito.
Mierda.
Pensé que Jo probablemente estaba siendo un poco idiota, pero es
bastante directo.
Parks me está mirando. Me mira tomar un trago. Me ve reaccionar
aunque no diga una palabra. ella tampoco
Se estira sobre la mesa, toma el vaso de mi mano (nuestros dedos se
tocan solo un latido má s de lo que deberı́an) y luego toma un largo
trago, sin romper el contacto visual conmigo una vez.
Y sé lo que está diciendo sin que ella lo diga. No necesita hablar para
ser escuchada, lo dice lo su icientemente alto: esto es tu culpa.
Eso es lo que me dicen sus ojos cuando lo hunde de una sola vez y
luego señ ala el servidor.
"Otra por favor."
CUARENTA Y CUATRO

Magnolia

Julian está recostado en mi cama con los pantalones deportivos negros


con logo estampado de Off-White. Sin calcetines, sin camisa, nada. Má s
bien de la forma en que me gusta, en realidad.
Está ahı́ sentado haciendo mi YSL Rubik's Cube adornado con
diamantes de imitació n increı́blemente rá pido. Rá pido a nivel de genio.
Como, lo resuelve en menos de veinte segundos sin importar cuá nto lo
arruine. Se vuelve má s y má s arrogante cada vez, y al mismo tiempo se
pone má s y má s caliente cada vez tambié n.
Me lo arroja de vuelta. Lo resolvió en menos de diez segundos.
"Ni siquiera lo está s intentando, Tiges". Me sonrı́e.
Hago un ruido cruzado cuando empiezo a estropearlo lo má s que
puedo, pero luego escucho que la puerta de nuestro apartamento se
abre y se cierra y el sonido de una voz que amo.
Me siento má s erguido, escuchando atentamente.
Julian frunce el ceñ o, confundido.
"¡Gus!" Canto y luego salto de mi cama, emocionado.
Galopo hacia su voz.
"¡Gus!" Doblo la esquina para encontrar a Gus, ya mi padre. "Vaya.
Harley.”
El rueda los ojos.
"Es bueno verte tambié n, primogé nito".
Le doy una sonrisa tensa mientras me acerco y abrazo a Gus de
todos modos. "Esa es la cosa má s paternal que me has dicho".
Miro entre ellos. "¿Qué está s haciendo aquı́?"
Bridget sale vestida con jeans Danielle de pierna recta de Khaite, con
una camisa blanca debajo del chaleco con estampado de rombos de
Marni, sus zapatos son de — me pellizcan los ojos. Los zapatos que no
reconozco.
“Papá me llevará a almorzar”, me dice Bridget.
Hago una mueca. “Supongo que sabemos quié n es el favorito…”
Me da una mirada. “Ella me llama 'papá '”.
—Bueno —concedo—, ella está má s desesperada que yo, ası́ que...
Gus inclina la cabeza y me mira. "¿Está s en pijama?"
"Sı́", le digo, con la nariz en el aire. "Sin embargo, son adorables".
El conjunto de pijama de jacquard satinado con estampado loral
Mimi Martine de Morgan Lane.
“Ella no sale mucho de la cama estos dı́as…” Bridget me da una
sonrisa tempestuosa.
Ruedo los ojos hacia ella.
No es una gran admiradora de Julian, aunque aú n no lo conoce.
“Magnolia”, dice mi hermana e inclina la cabeza hacia mı́. "Es bueno
verte vivo y no asesinado".
Bridget me da una mirada petulante y molesta.
Nuestro padre frunce el ceñ o, mirando entre nosotros. "¿Por qué
serı́a asesinada?"
"Porque ella está durmiendo conmigo". Julian dobla la esquina,
tirando de la sudadera gris de cachemir de manga larga de Brunello
Cucinelli mientras camina directamente hacia nuestro padre. “Harley
—” Julian sonrı́e, extendiendo su mano. Ahora lleva calzoncillos
Moncler negros y creo que es adorable que trajera pantu las a mi casa.
Mi padre niega con la cabeza, rié ndose, ¡si puedes creerlo! - y tira de
é l en un abrazo. "Jules".
Bridget se queda allı́ mirando entre ellos, boquiabierta.
Juliá n y Gus se dan la mano.
“¡Casa de agua!” Julian agarra ambas manos de Gus. “Qué bueno
verte, hombre…” El mira de Gus a Harley. “Chicos, esa canció n de Bieber
estuvo jodidamente apretada”.
Parpadeo un par de veces.
"Espera." Todos los hombres me miran. Miro a mi padre con el ceñ o
fruncido. “¿Somos de dinero sucio?”
Mi padre cruza los brazos sobre el pecho y Julian suelta una
carcajada.
“Lo juro por Dios, Harley, dı́melo ahora mismo. ¿Estamos?"
Miro a Julian, dá ndole una sonrisa corté s. "Sin ofender. El dinero
sucio es mejor que el dinero nuevo”, concedo. “Imagı́nese ser de nuevo
dinero…” Niego con la cabeza y me rı́o. "Qué asco".
Bridget se cubre la cara con las manos, suspirando.
Miro a Julian, con las manos en mis caderas. "¿Qué es lo que haces?"
"Sı́, Julian", bromea Bridget. "¿Qué es lo que haces?"
Sus ojos pellizcan juguetonamente a mi hermana. “Soy un
coleccionista de arte.”
"¿Ah, de verdad? ¿Có mo lo recoges? —pregunta mi hermana,
parpadeando brillantemente.
Julian aplasta una sonrisa. "Canales traseros".
"Vaya." Asiento con la cabeza, en realidad no quiero má s informació n
que eso. Sospecho que hay mucho y sospecho que no me gustarı́a
mucho saberlo.
"¿Có mo sabe uno al otro?" Muevo mi mano en direcció n a los
hombres.
"Amigos en comú n", dice mi padre vagamente.
Julian tambalea la cabeza. "Hemos festejado juntos".
Bridget hace una mueca.
"Extrañ o." Parpadeo.
"Muy raro." El puente asiente.
"¿Lo viste teniendo aventuras con otras mujeres?" Pregunto
brillantemente.
Julian asiente casualmente. "Cientos de veces, sı́".
Mi padre le da una sonrisa tensa y Bridget asiente para sı́ misma.
"Hermoso."
"Vaya." Frunzo los labios.
"Entonces, ¿cuá nto hace que esto ha sido una cosa?" Gus hace un
gesto entre Julian y yo, lanzando una mirada a mi padre.
"No largo." Julian se encoge de hombros con desdé n. "Ella es un
maldito puñ ado".
Mi padre asiente enfá ticamente al mismo tiempo que Gus dice: "Sı́,
sı́", todo mientras mi hermana dice: "¿No es ası́?".
Frunzo el ceñ o a ellos colectivamente.
Julian le tiende la mano a mi hermana.
"Tú debes ser Bridget".
Ella mira su mano antes de estrecharla con cautela. "Soy."
Julian le sonrı́e, imperturbable. "Escuché mucho sobre ti".
"¿Tienes?" Ella parpadea, sin encanto.
El asiente. “Tu hermana habla muy bien de ti. Dice que eres la
persona má s inteligente que conoce, la persona má s divertida que
conoce, y que no te voy a gustar en absoluto. Harley se rı́e de esto.
Julian se inclina y susurra lo su icientemente alto para que todos lo
escuchemos: "Pero espero que podamos hacer que se equivoque en
una de esas cosas, porque no me gusta mucho cuando tiene razó n".
Los ojos de Bridget se pellizcan. "Bueno, tenemos eso en comú n".
Julian la señ ala juguetonamente. "Vendrá s por mı́".
"Lo dudo", canta Bridget antes de mirar a Harley. "¿Deberiamos ir?"
Espera, espera... Señ alo sus pies. "¿Qué está pasando aquı́ en la gran
pista de baile de Dios?"
Bridget frunce el ceñ o. "¿Qué quieres decir?"
"Quiero decir, ¿por qué llevas esos asquerosos mocasines sin marca
con un cá rdigan de cachemira Raey de £ 1200?"
"¿ Eso lo sabes?" Ella parpadea. “Ayer me preguntaste có mo se
escribe 'maniobra'”.
Julian inclina la cabeza, considerando esto. "Palabra bastante difı́cil",
dice y chasquea los dedos en direcció n a Bridget. “¡Pero no para la
persona má s inteligente que Magnolia Parks conoce!”
Pongo los ojos en blanco ante su espectacularidad.
Ella lo mira con una sonrisa reticente.
Es difı́cil que no te guste cuando es ası́.
"De todos modos." Bridget mira hacia abajo. “¿Qué les pasa a mis
zapatos?”
"Oh, Dios", suspiro. "¿Dó nde empiezo? ¿Son de piel sinté tica?
Ella me da una mirada.
"¿100% 'otros materiales'?" Frunzo el ceñ o. "¿De dó nde son?"
"ASOS".
"¿Que es eso?" Pregunto y todos me miran. Y luego esbozo una
sonrisa, agitando mi mano en el aire. "¡Estoy bromeando! Sé que es
Net-A-Porter para la gente pobre”.
("Oh, Dios mı́o". Bridget parpadea de par en par).
Niego con la cabeza hacia ella. “Escucha, saqué un par de Oxfords la
semana pasada para una sesió n: tu talla, negros. Ganni. Fornido. Es fá cil
ir de un lado a otro como si nunca hubieras asistido a terminar la
escuela…
"-Ella no lo hizo", dice Harley, rodando los ojos.
"Bueno", puse mis manos en mis caderas, "eso explica mucho".
“Solo dame los malditos zapatos”, gruñ e Bridget.
Aplaudo, emocionada, y salgo corriendo a buscarlas con un chillido.
"Sabes", oigo decir a Bridget mientras salgo de la habitació n, "ella
tampoco puede deletrear 'parallel'".
CUARENTA Y CINCO

BJ

Hen y yo fuimos llamados a almorzar en casa de mamá y papá hoy.


Con nuestras novias.
Sin nuestras hermanas.
Mamá dijo que les dio su tarjeta para ir de compras y sacarlos de la
casa.
“Dale un respiro a Jordan”, me susurró por telé fono.
Henry todavı́a no me habla realmente. Apenas dijo una palabra en
Añ o Nuevo o en el brunch. Supongo que de eso se trata.
Mamá dijo que era para conocer mejor a nuestras novias, pero Taura
aú n no es la novia de Henry y conoce muy bien a Jordan.
Mamá se pone nerviosa cuando Henry y yo estamos fuera, sobre
todo porque solo ha pasado unas pocas veces en nuestras vidas.
Somos hermanos bastante libres de mierda. Cuando descubrió que
engañ é a Parks, dejó de hablarme por un rato. El mismo dı́a le di una
paliza a Christian, ası́ que eso tambié n podrı́a haber in luido. Cuando se
enteró de que era con Paili, en realidad me golpeó .
Y cuando tomé una sobredosis, estuvo raro conmigo por un tiempo.
Bastante justo, supongo. Es bastante sensato. Si é l está fuera de mı́,
probablemente me lo merezco. Aunque no le digas.
Llegamos al mismo tiempo, y las chicas intercambian saludos.
Asiento con la cabeza, oye, pero é l no dice nada.
"No seas un idiota". Taura lo golpea.
"Nah, ese es su trabajo", dice mientras mamá abre la puerta, lanza
sus brazos alrededor de nosotros.
“¡Queridos!”
Besa nuestras mejillas, luego la mejilla de Jordan, luego la de Taura.
Los queridos de Darling. Las gallinas de Cornualles está n en el
horno”, nos grita mientras nos lleva a la casa. Mi favorito. “Con patatas
gratinadas.” El favorito de Enrique.
Ella conduce a la sala de estar solo para empresas. Henry y yo
cruzamos miradas. Tenemos (casi) veinticinco y (casi) veintisé is añ os
respectivamente y podrı́amos contar con los dedos de una mano la
cantidad de veces que nos han permitido estar en la elegante sala de
estar. “Tu papá está preparando algunos có cteles en el bar. Hablad
entre vosotros.
Espero hasta que ella se vaya.
“¡La buena sala de estar!” Henry parpadea. "¿Qué carajo?"
“No toquen nada”, les digo a las chicas con voz seria, solo un 50%
bromeando.
Tausie me mira, no rompe el contacto visual mientras toca el antiguo
marco ruso Fabergé de plata dorada y esmalte con una foto del viejo
zar que alguien le dio a mi madre hace añ os como regalo de bodas.
Mamá no sabe por qué se lo dieron y se ha convertido en una broma
familiar.
Pongo los ojos en blanco hacia Taurs y ella se recuesta, visiblemente
complacida consigo misma.
Jordan mira entre nosotros.
"Ustedes dos solı́an dormir juntos, ¿sı́?"
Henry hace un par de grandes parpadeos, se inclina, dice en voz baja:
"Aquı́ vamos..."
"Lo siento." Jordan le lanza una pequeñ a sonrisa y luego se vuelve
hacia Taura. “Pero lo estabas, ¿verdad? ¿Dormir con é l?
“Quiero decir—” Taura me mira a los ojos y luego pone los suyos en
blanco. “Fue hace mucho tiempo ahora. Pero sı́, lo estaba. Hasta que me
di cuenta de que está terriblemente enamorado de Magn… Se detiene.
La cara se congela.
La cara de Henry se agrieta con deleite, esa pequeñ a mierda.
Mis ojos se abren como platos. Henry resopla una carcajada.
“….azinas. revistas. Demonio total para ellos. Un poco raro, en
realidad.
Pongo los ojos en blanco ante su intento de salvar eso.
Jodidamente ridı́culo.
Jordan asiente, luego mira de un lado a otro entre Taura y yo.
"¿Y ahora está s con Henry?" Jordá n aclara.
“Sı́…” Taura asiente. "Ish".
Jordan entrecierra los ojos hacia ella. ¿Y Joná s?
Henry respira constantemente por la nariz. Puedo escuchar que uno
lo lastima un poco.
Cada vez es má s difı́cil compartir.
"Sı́." Taura aprieta la mano de Henry.
Ella sabe que se está volviendo má s raro.
Todos lo hacemos.
Es el elefante en la habitació n ahora, y ninguno de nosotros sabe qué
hacer al respecto.
¿Te has acostado con Christian? pregunta Jordan, con las cejas
levantadas.
No puedo decir si ella está preguntando para conseguirlo todo o
simplemente para hacerlos sentir incó modos.
Taura asiente amablemente y, de hecho, esta es una de las cosas que
má s admiro de ella: no le importa una mierda.
Creo que la gente podrı́a llamarla una 'mujer sexualmente liberada', y
ella tampoco ve el juicio de la gente, incluso cuando está ahı́ como
podrı́a estar ahora.
Podrı́a ser un poco extrañ o si lo piensas, tal vez. Le daré eso a Jordan,
pero encué ntrame un grupo de amistades cuyas vidas amorosas no se
superpongan.
"¿Qué puedo decir?" Taura se encoge de hombros, alegre. “Estos
chicos eran mis Poké mon”.
Respiro una risa.
Jordan inclina la cabeza, pensando. "¿Quié n es Pikachu?"
Levanté la barbilla ante la pregunta.
Mierda.
Miro de Tausie a Henry, que se mira las manos.
"Soy Bowser", anuncio solo para romper la tensió n.
"Juego equivocado, imbé cil". Henry me mira.
Soplo aire por la boca, me pongo de pie, voy a ayudar a mamá a
poner la mesa.
Entra al comedor, dale un abrazo de oso por detrá s.
Se da la vuelta, me toca la cara con la mano.
"No me gusta cuando está s en desacuerdo".
"Lo sé ." Asiento con la cabeza.
"¿A é l no le gusta Jordan?" ella pregunta.
Tomo los cubiertos de sus manos, empiezo a colocarlos.
“No creo que sea eso. Aunque podrı́a ser un poco eso —concedo—.
Mamá me mira, esperando má s.
Lastimé a Magnolia con ieso.
"Vaya." Su rostro se tensa. "¿Peor que antes?"
Lo considero, asiento una vez. "Probablemente. Sı́."
Joder, la extrañ o. Siento que he estado atrapado extrañ á ndola
durante cinco añ os. La tuve por un segundo y luego se rompió de
nuevo. O lo rompı́, no puedo decirlo.
“BJ—” Mi mamá frunce el ceñ o.
Le doy una mirada. "Lo sé , mamá ".
El almuerzo es bueno.
Papá pasa la mayor parte del tiempo hablando del dı́a que conoció a
mamá . Obviamente conocemos esta historia como la palma de
nuestras manos, Taus tambié n en este punto, pero es nuevo para
Jordan. Ella mira a mi papá con estrellas en sus ojos, un poco como mi
mamá todavı́a lo hace.
Se conocieron en la universidad, el primer dı́a.
El la vio, la siguió a un bar despué s de una conferencia (raro, y
siempre nos burlamos de é l por esa parte) y le preguntó si podı́a
comprarle un trago. Ella dijo que sı́. Pasaron la noche juntos,
condujeron hasta los acantilados blancos de Dover al dı́a siguiente
porque mamá nunca los habı́a visto y luego é l le pidió que se casara con
é l.
En un dı́a.
Nunca miró hacia atrá s.
Se casaron unos meses despué s y son la pareja má s feliz que he visto.
Cuando sabes, sabes, dice mi papá .
Creo que por eso se enfada tanto conmigo por lo de Parks.
Cuando sabes, sabes.
Estamos destinados a ser, Parks y yo. ¿Derecha?
De eso se trata. Estamos destinados. Entretejido en el tapiz del
universo, mi nombre junto al de ella. Estamos en las estrellas.
Es por eso que lo que sea que esté pasando en este momento es tan
jodido. Estamos destinados a serlo y todos los que nos conocen lo
saben.
Lo sé desde que tenı́a seis añ os. Conocida desde hace casi veinte
añ os, es la ú nica persona con la que he querido estar, pero no puedo
dejar de joderla de todos modos.
“Cuando sabes, sabes”. Mi papá me mira. “¿No es ası́, BJ?” Me da una
cá lida sonrisa.
Intenta devolverlo, pero es dé bil.
El no dice eso para ser un imbé cil, no es un imbé cil. Está tratando de
recordá rmelo, tratando de decı́rmelo sin decı́rmelo.
Estoy con la chica equivocada.
No puedo mirar a Jordan, lo mucho que extrañ o a Parks está en su
punto má s alto y creo que está escrito en toda mi cara; si ella lo ve y si
tiene una pizca de autoestima, ella misma me dejará . Y bien por ella.
Ella deberı́a, probablemente. Hacer lo correcto por sı́ misma, porque no
estoy haciendo lo correcto por nadie, no creo.
Comienzo a limpiar los platos porque no sé qué má s hacer.
Henry se pone de pie, despeja desde su extremo. Me sigue a la cocina,
deja los platos en el banco. me mira
"¿Está s bien?"
Lo miro con una ceja levantada.
"Oh, ¿no has terminado de hablar conmigo?"
“Depende-” Coincide con mi cara. "¿Has terminado de ser un
imbé cil?"
Pongo los ojos en blanco. "Gallina-"
"-Beej", interrumpe. "Es Magnolia".
"Lo sé pero-"
"-No." El niega con la cabeza, correctamente trabajado. “BJ, soy
Magnolia. Mi mejor amigo desde que tenı́a cuatro añ os. Hay una foto
mı́a y de ella el primer dı́a de clases en la repisa de la chimenea en la
habitació n de al lado. Nos hemos ido de vacaciones con su familia
durante los ú ltimos veinte añ os.
"Lo sé , Gallina".
“En la escuela secundaria la dejaste embarazada”.
Le doy una mirada. "Vamos hombre."
"No, hermano", me frunce el ceñ o. Te acostaste con ella. Le dijiste que
la amabas. ¿Y luego te fuiste a casa y te follaste a Jordan? Yo… Suspira.
"¿Qué carajo?"
Me apoyo contra el fregadero. "¿Pensé que habı́amos terminado?"
"¿Y qué ? ¿Pensaste que clavarı́as el puto ataú d para cerrarlo?
"¡Sı́!" Lo miro ijamente. "¿Por qué no lo harı́a?"
"Porque-"
Lo corté . “No me digas que ella no está haciendo lo mismo, lo está .
Estoy jodidamente superado. Niego con la cabeza. ¿Có mo es que ella se
sale con la suya y yo no? Ella me jode tanto como yo le hago a ella y no
te veo metié ndole el culo por eso…
Henry hace una mueca como si estuviera asqueado y me doy cuenta
de lo que dije y ambos comenzamos a reı́rnos torpemente.
Comienza a cargar el lavavajillas. "¿Qué quieres de ella?"
Niego con la cabeza, le doy un encogimiento de hombros como si
fuera simple. Solo la quiero a ella.
"Beej", me da una mirada. La tenı́as.
Miro a mi hermano, su mejor amigo en el mundo. De todos los que la
aman en el mundo, creo que los dos de los tres primeros está n aquı́ en
esta sala. Tienen el tipo de amistad en la que si é l no fuera mi hermano
y yo no estuviera seguro de que ella me fuera tan leal como lo es, me
sentirı́a incó modo.
Si alguna vez tuvié ramos peleas los ines de semana cuando é ramos
adolescentes, ella no dormirı́a en la cama de invitados, dormirı́a en la
de é l. El la ha sostenido a travé s de tanta mierda que yo no he podido.
No creo que nadie la conozca como yo, pero mi hermano
probablemente le sigue de cerca.
"¿Crees que soy lo su icientemente bueno para ella?" Yo le pregunto.
Parece tomado con la guardia baja mientras parpadea hacia mı́.
"¿Qué ?"
"¿Tú ?"
El frunce el ceñ o. "Sı́."
"¿De verdad?"
"BJ". Mi hermano niega con la cabeza. “No sé de qué está s hablando
ab—”
“La engañ é . Y luego jodı́. Hizo drogas. Salı́a de iesta má s de lo que le
gustaba. Luego la engañ é . Sé que ella piensa que soy un jodido…
"Ella no lo hace", me interrumpe. Se ve triste.
"No me mientas". Ruedo mi cabeza hacia atrá s. "Estoy jodido".
"Beej", suspira. “Está s jodido. No eres un jodido.”
Pongo los ojos en blanco, realmente no quiero su semá ntica en este
momento.
"Solo dime Hen, quiero saber, como su amigo, como alguien que la
ama como sé que tú lo haces, si no fuera tu hermano, ¿pensarı́as que
soy lo su icientemente bueno para ella?"
Y es solo por un segundo, la pausa má s pequeñ a, destellos en su
frente, ni siquiera sé si é l sabrı́a que estaba allı́, pero lo veo: la verdad.
No lo soy, y aparentemente todos lo sabemos.
CUARENTA Y SEIS

Magnolia

“Pulsa la X…” Declan me dice con urgencia. “La X. ¡La X!”


"¡Soy!"
"Tu no eres."
Estamos sentados en el sofá de Julian. Decks está tratando de
enseñ arme Grand Theft Auto .
“¡La X!” El grita. “¡La X! ¡La maldita X!”
“¡Estoy golpeando la X!” le grito. "-Oh espera. No lo siento. Ese era el
cı́rculo”.
Declan gime cuando Julian huele una risa desde su silló n detrá s de su
perió dico.
"¡Mierda! ¿Có mo eres tan malo en esto? Declan frunce el ceñ o ante la
televisió n.
"No soy malo en eso". Parpadeo. “No soy malo en nada. Julian… —
hago un puchero. Dile que no soy malo en nada.
Ni siquiera levanta la vista. "Ella no es mala en nada". Entonces sus
grandes ojos azules asoman por encima del papel. "Sin embargo, eres
bastante malo en eso".
Dejo caer el controlador en el sofá y me acerco a é l. Saca el papel de
sus manos, sú bete a su regazo.
Le tengo mucho cariñ o, si te soy sincero. Siempre lo he sido, hasta
cierto punto. Algo sobre é l, ¿no? Usted lo consigue. Tal vez sea lo
profunda que es su voz, o lo grandes que son sus manos, o que sus ojos
son del azul má s peculiar que he visto en mi vida.
Y, ¿sabes?, es lo má s extrañ o: por todas las formas en que
supuestamente es el hombre má s peligroso del paı́s, me siento
increı́blemente seguro con é l.
El es diferente conmigo que cualquier otra persona con la que lo he
visto, má s aú n cuando estamos solos.
Todavı́a hay ese borde á spero, por supuesto. Me toca todo el tiempo,
habla de sexo demasiado casualmente para mis preferencias tambié n.
Es un gran faná tico de dejarme mordidas de amor, pequeñ as marcas
territoriales de dó nde ha estado su boca, pero siempre me pone en su
regazo o apoya su barbilla en mi hombro si estamos sentados o encima
de mi cabeza si estamos sentados. está de pie, es muy alto. Y, cuando
cree que nadie está mirando, me susurra cosas. A veces son tonterı́as, a
veces se trata de lo que le gustarı́a hacerme má s tarde, otras veces
susurra cosas graciosas sobre otras personas en la habitació n, pero de
cualquier manera, cada vez, la forma en que su boca se siente contra mi
oı́do hace que Mis dedos de los pies se curvan y me obligan a tragar
pesado. Todavı́a tengo la sensació n de que me estoy hundiendo en una
montañ a rusa cada vez que pone sus manos sobre mi cuerpo, y sus
manos siempre está n sobre mi cuerpo. Todavı́a es grosero con casi
todos los que nos rodean, puede ser posesivo y descarado, y siempre es
desagradable, pero sabe que amo a otra persona, entonces, ¿en qué
pierna tengo que apoyarme de todos modos? Y si bien puede ser un
bruto absoluto, tambié n puede ser bastante caballeroso: abre puertas,
me pone los zapatos, me lleva sobre charcos, cosas que creo que
morirı́a si otras personas supieran, como la forma en que toma mi
mano a veces. simplemente sin razó n.
Como ahora, su dedo está recorriendo mi brazo distraı́damente.
Acaba de terminar de tocar mi mejilla, y en poco tiempo sus ojos
recorren mi rostro hasta que aterrizan en mi boca.
Presiona su lengua en su labio inferior.
Yo se lo que eso signi ica. Conozco sus pequeñ os relatos ahora.
Le gustarı́a tener sexo. Yo tambié n, en realidad.
La puerta principal se cierra de golpe y todos miramos a Daisy
enfurruñ ada.
"¡Hola!" La llamo alegremente, todavı́a tratando de ganá rmela.
Me mira ijamente, no dice nada y sigue caminando hacia la cocina.
Vuelvo a mirar a Julian, con el ceñ o fruncido.
"¿Cuá l es su problema?"
"Ella te odia", dice Declan desde el sofá . Julian le lanza una mirada
sucia mientras yo le tiro una botella de agua de plá stico.
“Ella y Tiller siguen peleando”, me dice Julian. Luego inclina la cabeza
antes de conceder: "Y ella te odia".
“Oh no—” Frunzo el ceñ o, ignorando lo ú ltimo. "¿Por qué ?"
Julian asiente, su rostro un poco tenso. "¿Por qué no lo está n
haciendo bien?"
"Porque es un idiota", dice Declan, sin apartar la mirada de la
televisió n.
Vuelvo a mirar a Julian, cuyo rostro se contrae un poco. "Con licto de
intereses. Hemos tenido una buena cantidad de enfrentamientos. Me
da un encogimiento de hombros.
"¿A é l no le gustas?" Parpadeo.
“No le gusta lo que hago.” Se encoge de hombros con indiferencia.
“¿Negociació n de armas?” aclaro
El rostro de Declan parpadea en el fondo, divertido.
"Sı́." Julian se lame el labio superior. "Entre otras cosas."
Frunzo el ceñ o al pensar en ello. Es imposible que no te guste, y sé
que hay má s que eso, pero no me gustarı́a pensar tanto en eso, los
matices de lo que no dice y lo que creo que signi ica.
La verdad es que Julian es tan inteligente y tan encantador en ese
horrible estilo de Hemsworth en el que no te disgusta por ser hermoso
y carismá tico, en realidad te gusta má s por alguna razó n.
“Ese policı́a ha tenido deseos de morir desde el dı́a que aterrizó en
esta puerta,” Declan no nos dice a ninguno de nosotros en particular.
Julian lo mira por unos segundos y luego no dice nada, lo que me
pone un poco nervioso. Su rostro se vuelve melancó lico cuando la
tristeza de su hermana pesa mucho sobre é l y empiezo a sentir que me
gustarı́a que sea má s ligera para é l.
Entonces, ¿Daisy está molesta?
"Mmhm". El asiente, mirando mi boca mientras juguetea con mi
cabello entre sus dedos. No sé si é l sabe que lo está haciendo.
Me siento derecho. "Voy a arreglarlo".
El niega con la cabeza con severidad. "No."
"No no. Soy bueno en eso." Asiento con la cabeza.
Inclina la cabeza y lo considera, pero la cara que pone no implica que
tenga tanta con ianza en mı́.
"Lo soy", insisto.
"Siento que no lo eres".
"Bueno, soy muy sutil".
El entrecierra los ojos hacia mı́. "¿Quié n te ha estado mintiendo?"
Le hago un puchero.
"Eres educado", enumera con los dedos. "Eres inteligente. Eres la
chica má s caliente que he visto. Te está s metiendo en la cama…
(“—¿Gracias?” Inclino mi cabeza, frunciendo el ceñ o un poco. “De
nada.” El sonrı́e.)
“Pero Tiges—” Pellizca mi barbilla entre su pulgar y su dedo ı́ndice.
"Eres tan sutil como un ladrillo en la cara".
Mi ceñ o frunce el ceñ o y é l me besa como nunca lo harı́a si no
estuvié ramos detrá s de puertas cerradas y seis capas de seguridad.
Lo miro juguetonamente y luego salto. “Bueno, de todos modos, te
equivocas. Voy a arreglarlo—”
Su cabeza rueda hacia atrá s. "Por favor, no lo hagas".
"Dé jala en paz", dice Declan desde el sofá , todavı́a sin apartar la
mirada de la televisió n.
"¡Sı́!" Asiento con la cabeza. "Gracias, Cubiertas".
“Tú no, idiota—” El mira por encima, rodando los ojos. "Margarita."
"Mı́ralo." Julian lo señ ala con las cejas levantadas. Su cara es un poco
má s a ilada de lo que me gustarı́a.
Empujo el dedo de Julian hacia abajo mientras camino hacia la
cocina con un brillante encogimiento de hombros. “Imagina si yo fuera
el tipo de persona que dice 'vive y deja vivir'”.
"Sı́." El asiente, siguié ndome. "Imaginar."
Miro hacia é l. “Quiero decir, no voy a decir eso”.
"No." Camina delante de mı́, manteniendo la puerta abierta mientras
suspira. "No pensé que lo harı́as".
"¡Margarita!" Yo canto.
"¿Qué ?" Ella me mira con el ceñ o fruncido, mirando de reojo una
tetera de Le Creuset con la chaqueta de sarga de seda estampada y los
pantalones cortos a juego de Gucci.
"Escuché que está s triste".
Vete a la mierda. Señ ala a su hermano con una cuchara de madera
cubierta de salsa cremosa.
Ella se pone un poco en mi chaqueta de punto.
Me rı́o incó modamente.
"Daisy", gruñ e Julian.
—Eso… está bien… Niego con la cabeza. “Es solo mi cá rdigan de
cachemira Juliet de Khaite que costaba alrededor de £ 4000, pero está
bien. Los accidentes ocurren." Le doy una sonrisa alegre.
Ella me mira tan molesta y poco impresionada como siempre parece
estar cerca de mı́, luego lanza su terrible cucharita en mi direcció n de
nuevo, esta vez a propó sito.
Mucha salsa ahora.
Fantá stico.
"¡Oye!" Julian ladra mientras se para frente a mı́. Daisy pone los ojos
en blanco. Dile que lo sientes.
Ella rueda los ojos. "Vete a la mierda."
Miro alrededor de Julian, sosteniendo una de sus manos con las mı́as.
"Lamento que tú y Tiller esté n peleando... Las relaciones pueden ser
tan complicadas".
Ella me mira, ojos rasgados. Lo sabrı́as.
La ignoro y persevero como el pionero emocional que soy.
"¿Has visto a Christian ú ltimamente?" Pregunto rá pidamente antes
de agacharme detrá s de su hermano en caso de que la cuchara vuelva a
salir.
"No." Ella mira a su olla. "¿Has visto a BJ ú ltimamente?" le pregunta a
su olla con rencor.
Ella me mira, y mis ojos son probablemente má s redondos de lo que
me gustarı́a que fueran. Probablemente sea má s obvio que ella ha
tocado un nervio de lo que querrı́as que viera alguien que se burla de ti,
y Julian no hace nada excepto alcanzarme con la mano que no estoy
sosteniendo y me tira con fuerza contra é l.
Nos mira ijamente durante unos segundos y luego su rostro se
suaviza.
“Dame tu sué ter.” Se limpia las manos en el delantal.
"En realidad es un cá rdigan", la corrijo. no sé por qué Parece que
quiere matarme de nuevo.
"Date prisa y dá melo". Ella pone los ojos en blanco por
quincuagé sima vez y extiende su mano, esperando. Sacaré la salsa
antes de que deje una mancha de aceite.
Lo he estado usando como un poco de bata en la casa.
"Oh—" Me abrazo a mı́ misma. “No tengo nada debajo”.
Ella pone los ojos en blanco como si yo fuera el dolor má s grande del
mundo.
“Continú a”, le dice a su hermano con un movimiento de cabeza. "Dale
tu camisa".
Julian se da la vuelta para mirarme. De hecho, tiene dos, la camiseta
negra de jersey de algodó n con estampado de logotipo de Billionaire
Boys Club que lleva puesta sobre la camiseta blanca de lyocell y mezcla
de algodó n de Tom Ford. Me ofrece el negro y observa sin pestañ ear
mientras desabrocho los botones de mi cá rdigan. Inclina la cabeza,
sonriendo un poco, y luego se quita la camiseta sin decir una palabra.
Daisy hace un sonido de disgusto. "No quiero verte tener sexo".
“Entonces vete,” le dice Julian sin apartar la mirada de mı́.
Arroja mi chaqueta de punto a Daisy mientras sostengo su camisa
contra mı́. La miro mientras sale de la habitació n, molesta. Le doy una
pequeñ a sonrisa agradecida.
Ella pone los ojos en blanco, pero es menos agresiva que antes.
El espera a que ella se vaya y luego me sonrı́e. Todavı́a usando su
camisa para cubrir mi cuerpo, la arranca de mis manos, arrojá ndola a
un lado. “Ya no necesitaremos eso”.
CUARENTA Y SIETE

BJ

Bridge y yo estamos de regreso para nuestros almuerzos semanales.


Ha sido durante las ú ltimas semanas. Creo que ella piensa que soy lo
su icientemente bueno. Si Bridget lo piensa, me hace pensar que tal vez
lo soy. O al menos podrı́a serlo.
Feliz de verla de nuevo tambié n, feliz de tener su comentario gruñ ó n
e imponente en nuestras vidas. La extrañ é , no solo por la conexió n con
Parks, sino porque la conozco desde que tenı́a dos añ os y tambié n es
como mi hermana.
Hemos estado haciendo alguna variante de esto desde la escuela
secundaria. Bridge comenzó en Varley cuando yo tenı́a diecisé is añ os, y
yo y Parks ya está bamos prá cticamente juntos para entonces. Una vez a
la semana almorzá bamos solos en la cafeterı́a. Magnolia dijo que lo
odiaba pero de initivamente lo amaba. Ella ama a su hermana má s que
a nadie. Cualquiera que sea bueno con Bridge está en sus buenos libros.
No es por eso que lo hago, pero seguro que es un efecto secundario
divertido.
Un poco directo, nuestro Bridge. Cero tiempo para tu mierda o la
mı́a, y sin importar qué , incluso cuando era un niñ o, despué s de cada
conversació n que tenı́a con ella, me iba má s inteligente o má s sabio o
al menos menos tonto.
La llevo al 45 Jermyn en St. James.
Da un sorbo a su gin-tonic, me mira con los ojos entrecerrados.
“Hubieras sido un buen padre”.
Este es el tema ú ltimamente. El bebé . Obviamente lo está
procesando. Miedo de mencionarlo con su hermana. Me gusta hablar
con ella sobre eso. Me hace sentir bien. Me hace sentir cerca de su
hermana. Me hace pensar que no todo puede estar perdido.
"¿Sı́?" Me siento, feliz.
“Bueno”, considera, “tienes un buen padre, entonces”.
"Lo hago", concedo.
"¿Puedes siquiera imaginar có mo habrı́a sido una versió n infantil de
Magnolia?"
"Puedo, sı́". Asiento con la cabeza. “Quiero decir, sobrevivimos al
original”.
Bridge se encoge de hombros. “Ella era menos ridı́cula en ese
entonces”.
"¿Quien fue?" Magnolia pregunta, de repente en nuestra mesa con las
manos en las caderas, fruncié ndonos el ceñ o. Jersey negro, falda negra,
botas altas negras y un bolso Chanel de los 90 que le compré una
Navidad cuando está bamos juntos.
Detrá s de ella está mi hermano cargando unas veinticinco bolsas de
todo New Bond Street.
La miro, mis ojos está n má s iluminados de lo que quiero que esté n.
Pero conozco todas sus miradas. Ella tambié n está feliz de verme.
Yo, no Jordan.
Ella, no Jules.
Justo como deberı́a ser.
“Entonces,” ella me da las cejas altas, se sienta a mi lado sin una
invitació n. Da la vuelta a mi sombrero al revé s en la direcció n correcta.
"Veo que tu pequeñ o club de almuerzo de los mié rcoles está de vuelta".
Volteo mi sombrero hacia atrá s como quiero solo porque espero que
me toque de nuevo.
"Claramente." Bridget la mira aburrida mientras le sonrı́e a Henry.
El besa su mejilla. "Puente."
"Gallina."
Magnolia suspira ruidosamente para llamar la atenció n de nuevo
sobre ella.
“Mi hermana y mi…”, se arrastra. Nuestros ojos se cruzan y le doy una
mirada divertida mientras espero que intente etiquetarme. Ella
muerde una sonrisa. No sé por qué está sonriendo, solo me alegro de
que lo esté .
"Mi... mayor locura".
Pongo los ojos en blanco.
Menudo golpe. Aunque supongo que es bastante preciso.
Asiento con la cabeza hacia Henry, junto a Bridge.
“¿Y tú eres qué ? ¿De compras con mi hermano?
("Hola, hombre". Hen asiente mientras chocamos los puñ os sobre la
mesa)
"Bueno", se encoge de hombros. “Uno de los Ballentine deberı́a estar
comprá ndome cosas”.
Pongo los ojos en blanco de nuevo.
Y de todos modos, lo que estoy haciendo no es el punto. ¿Qué está s
haciendo?" le pregunta a Bridget, frunciendo el ceñ o.
Bridget se hace un gesto a sı́ misma. "¿Qué estoy haciendo?"
Magnolia asiente, impaciente.
Bridge desliza su mano por el aire.
“Honestamente, Magnolia, solo estoy tratando de poner este
programa en la puta carretera—” Ella agita su mano entre nosotros.
"Excelente." Enrique asiente.
Bridget mira a Henry. "¿Cuá nto tiempo crees que van a durar estos
dolores de crecimiento?"
Se encoge de hombros. "Ya ha pasado demasiado tiempo, en mi
opinió n".
"¿Dolores de crecimiento?" Parks parpadea, ingiendo que no sabe lo
que quiere decir su hermana.
"Sı́." Bridget se rasca la nariz, indiferente. "Es muy tedioso verlos a
ustedes dos estar con otras personas".
Parks me mira, con los ojos muy abiertos por la vergü enza, pero está
feliz.
Lamo una sonrisa.
“Entonces deberı́as ver otra cosa”, le dice Magnolia.
Bridget cruza las manos sobre la mesa.
“Oh, que pudiera, Magnolia. ¡Oh, que pudiera!
Parks pone los ojos en blanco de manera exagerada y me mira.
Quiere que intervenga.
Mis ojos caen por su rostro. Olvida lo que estoy haciendo. Olvida el
dı́a de la semana, el mes, la hora. Que cara.
Sus mejillas se sonrojan, observá ndome mirarla.
“La gente normal no se mira como se miran ustedes en este
momento”, dice Henry, hacié ndonos un gesto. Maldito idiota. “Solo diré
que eso fue un intercambio anormal”.
El puente asiente. "Totalmente extrañ o, sı́".
“Ustedes dos está n locos. Nos miramos el uno al otro”. Magnolia
pone los ojos en blanco, pero sus manos está n presionadas contra sus
mejillas. Un regalo muerto.
Henry la mira. "Esto es una mirada". El y Bridget se miran con total
indiferencia por un segundo antes de regresar a Parks y a mı́.
Bridget presenta con sus manos. "Un vistazo."
Henry deja caer la barbilla sobre el pecho y levanta las cejas. “Lo que
acabas de hacer—”
Y luego Henry y Bridget intentan emular có mo fue que Parks y yo nos
miramos. Cabezas inclinadas, ojos muy abiertos y aturdidos, Henry
haciendo sonidos de besos.
Parks se rı́e en voz baja, pero el puente de su nariz se pone tan
rosado que podrı́a haber estado bajo el sol. Hago una bola con mi
servilleta y la lanzo a la cabeza de mi hermano.
Entonces Magnolia se inclina hacia mı́, mira debajo de mi chaqueta la
camiseta debajo.
La miro, esperando su aprobació n. Ella baja la vista hacia mi mano, la
levanta, inclina mi dedo para ver mi anillo correctamente. No es el
anillo de su familia, me gustarı́a que lo fuera. Es solo uno azul que
combina con mi chaqueta. Sin embargo, la impresiona y eso es
su iciente para mı́.
“Tengo una idea”, dice Bridget, aplaudiendo.
"Oh, bien", dice Parks secamente mientras se acerca y toma el
Negroni de mi mano. Nuestros ojos atrapan.
Ella tiene un sorbo.
Tiene otro.
Sé que hace esto solo para sentirse cerca de mı́. Ella odia Campari.
Un sorbo má s.
Ella me lo devuelve.
Nuestras manos se tocan.
No se perdió en Henry, sonriendo desde el otro lado de la mesa.
Idiota zalamero.
“Hagamos una mini terapia de pareja”. Bridget sonrı́e.
"No." Niego con la cabeza.
"¡Sı́!" Henry aplaude con entusiasmo. "Cien por ciento adentro".
“No está pasando”, le digo.
"Está bien", dice Magnolia y giro mi cabeza en su direcció n. Ella solo
está mirando a Henry. “BJ y yo haremos una terapia de pareja ahora
mismo si tú , Jonah y Taura hacen una y podemos ver la tuya”.
Me muerdo el labio inferior para moderar la sonrisa. Mi novia.
“Er…” La cara de Henry se arruga. "No". El niega con la cabeza.
“En realidad”, asiente Bridget, “eso suena genial. ¡Vamos a hacer eso!
¿Está s libre el viernes?
"No". Henry sigue negando con la cabeza.
“Oh, continú a, Henry…” Magnolia hace un puchero. “Bridget nunca
tiene planes los viernes, ¡no le quites eso!”
Bridget le da la vuelta, pone los ojos en blanco, y Henry sigue
negando con la cabeza.
"No. Está n bien." Hace un gesto vago hacia nosotros. "Está n bien.
Ellos lo resolverá n. Un dı́a simplemente… ya sabes, como… doblará n
una esquina y estará n juntos para siempre”.
Magnolia se queda quieta. Me mira. Hemos redondeado muchas
esquinas. Su corazó n se rompe en sus ojos como un huevo que se cae y
ya no sé qué hago sin ella. Odio estar sin ella. Rebusco en el cajó n de mi
mente lo má s rá pido que pueda para encontrar las palabras que le
digan que voy por ella, que voy de regreso, que este es solo el camino
largo a casa. Pero los cajones son un desastre, las palabras está n todas
desordenadas: la amo y luego ¿qué ? — luego se aparta de la mesa.
"De todos modos." Ella parpadea mucho. "Tenemos que acercarnos a
Bottega".
Henry se pone de pie, parece un poco arrepentido. Le doy una
pequeñ a sonrisa.
“Divié rtanse”, les digo.
"Te amo." Besa su mano y la golpea en la frente de Bridget.
Luego se aleja, no se despide de mı́, pero me vuelve a tirar el
sombrero. Supongamos que eso es mejor.
Capto la mirada de mi hermano, le lanzo mi tarjeta In inite de Barclay
y asiento con la cabeza detrá s de ella.
Ella está en lo correcto. Uno de los Ballentine deberı́a estar
comprando sus cosas. Deberı́a ser yo.
Henry me da un pequeñ o guiñ o, besa la cabeza de Bridget y va tras
Parks, que se ha ido de aquı́ a toda velocidad.
Los veo irse, puedo decir que me veo má s triste por fuera de lo que
quisiera.
"¿Crees que eso es cierto?" Pregunto eventualmente, mirá ndola.
"¿Qué ?" Ella nos vierte un poco de agua. "¿Que volverá n a estar
juntos algú n dı́a?"
Asiento con la cabeza.
"No." Ella niega con la cabeza.
Trago saliva, bajo sus ojos. Mierda.
“Pero—” Ella agacha la cabeza para verme. "Creo que probablemente
algú n dı́a ambos simplemente... decidan estar juntos y funcionará ". Lo
dice como si fuera una verdad confusa.
Entrecierro los ojos hacia ella.
“Pero aú n no has llegado”, me dice con una aguda sonrisa. “Ninguno
de ustedes está dispuesto a hacer las cosas que necesita hacer para que
funcione todavı́a”.
Me da un encogimiento de hombros desdeñ oso.
Frunzo el ceñ o.
"Harı́a cualquier cosa por ella".
Ella asiente una vez, mirá ndome de cerca.
Excepto perder la cara.
Abro la boca para responder algo, pero no sale nada.
Mierda.
Ella me da una mirada que es má s sabia de lo que una chica de
veintidó s añ os deberı́a ser capaz de hacer.
“El orgullo sofoca las relaciones, Beej”.
"Ella está orgullosa", le respondo.
"Sı́." Ella asiente. “Ella lo es, increı́blemente. Sin embargo,
probablemente lo ú nico de lo que está má s que orgullosa es el miedo.
¿No crees?
Ese me hunde como una maldita piedra.
¿Atemorizado?
Mierda.
Odio la idea de que tenga miedo.
Odio aú n má s que soy yo quien la hace ası́.
CUARENTA Y OCHO

Magnolia

Nos dirigimos a uno de los clubes de chicos má s tarde, sin otra razó n
real que Julian tenga ganas.
Voy a buscar a mis amigos porque necesita hablar con Jonah en su
o icina.
Parece precario. no me gusta mucho Me recuerda que Jonah hace lo
que hace Julian.
Ni siquiera sé lo que hace Julian. Es bueno para mantener esos
hechos a raya, y pre iero que esté n allı́, porque sin ellos se siente como
un caballero que lo hace brillar todo, pero sospecho que si yo recibiera
la con irmació n de alguien que, digamos, la impresió n inmaculada de
Beach at Scheveningen in Stormy Weather en su o icina, de hecho, no es
una impresió n, podrı́a empañ ar su imagen en mi mente. O tal vez no,
porque algo en é l es un poco como el te ló n, y todo lo malo se le escapa,
sin importar lo que haga.
Me balanceo hacia todos los reunidos en el á rea acordonada.
Me sumerjo y medio me siento al lado/encima de Taura, apretá ndola,
agradecida de que su asiento elegido esté al lado de BJ para poder estar
cerca de é l tambié n.
Me inclino hacia adelante para sonreı́rle a Jordan y, con la mayor
calidez posible, digo: "Hola".
“Oye—” Ella le devuelve la sonrisa. "Falda genial".
Es la minifalda muy corta y muy verde adornada con lentejuelas de
The Attico.
Los ojos de BJ vagan sobre mı́ y el corsé que llevo puesto má s de lo
que deberı́an. "Está s en un montó n de negro en estos dı́as".
Es porque estoy haciendo mucho luto estos dı́as.
Me gusta tu jersey le digo. Froto el material de su manga entre mis
dedos.
Me sonrı́e como si nadie má s estuviera a nuestro alrededor, y lo
extrañ o mucho. Má s de lo que puedo decir, má s de lo que puedo
procesar realmente, porque no solo estoy enamorada de é l, tambié n es
mi mejor amigo. Y desearı́a poder subirme a su regazo, acurrucarme,
con la cara en su cuello, contarle todas las formas en que este estú pido
muchacho me rompió el corazó n hace unas semanas, pero no puedo
porque es é l, ası́ que le digo que lo amo. é l con mi parpadeo y me dice
que me extrañ a con su pregunta:
"¿Qué es?" pregunta, cubriendo el logo en el frente como si yo no lo
supiera.
"Oh vamos." Pongo los ojos en blanco. “Sudadera con estampado
Versace La Greca.” Siento su dobladillo como si no supiera ya la
respuesta. Acaricia su estó mago como hago yo a propó sito. Nadie lo
sabe excepto é l. Quiero astillas en mi brazo como un hueso roto.
"Algodó n."
Me da una sonrisa triste. "Muy bueno."
Jordan se inclina sobre BJ con un poco de odio.
"¿Có mo es Julian en la cama?" pregunta con curiosidad mientras
mira ijamente al chico con el que estoy durmiendo.
Sospecho que es una pregunta intencionalmente cronometrada.
No puede ver la cara de BJ porque é l solo me está mirando, pero sus
ojos se cierran como si la pregunta tambié n lo lastimara.
Lo miro a los ojos, trato de decirle que lo siento antes de empezar,
pero luego recuerdo que é l hizo esto.
Me dijo que me amaba, tuvo sexo conmigo cuatro veces antes de que
salié ramos del hotel, y luego se fue a casa y tuvo sexo con esta chica
que me pregunta sobre las proezas sexuales del hombre que estoy
usando como Scotch Guard emocional.
“Un atleta olı́mpico”. Asiento con la cabeza.
BJ pone los ojos en blanco, luciendo molesto, toda la ternura entre
nosotros hace un momento en llamas. "No."
"Sı́." Asiento con la cabeza.
Taura se inclina, asintiendo tambié n. "Sı́."
"¿En realidad?" Jordan mira de mı́ a Taura.
"Sı́." Taura asiente con irmeza.
"Es muy atlé tico", le digo a Jordan solemnemente.
BJ saca algo de sus dientes. "¿Có mo?"
"Lo hicimos en el escalador el otro dı́a", le ofrezco, pensando en ello.
“No fue extremadamente arduo para mı́, pero para é l fue todo un
ejercicio”.
Jordan se recuesta en su asiento con las risitas y BJ se ve tan enojado,
si pudiera, verterı́a su expresió n en una copa de martini y tomarı́a un
gran sorbo.
"Sı́." Giro un poco de cabello alrededor de mi dedo. “Una vez me
desmayé un poco…”
BJ parpadea un par de veces como si estuviera rechazando la
informació n que está recibiendo. "¿Qué ?"
"Sı́."
Me da una mirada. "¿Te desmayaste?"
"Mmhm". Asiento con la cabeza.
Sus ojos pinchan. "¿Por qué ?"
"No sé ." Me encojo de hombros. "Fue demasiado, supongo?"
El frunce el ceñ o un poco.
Apenas puedo creerlo cuando pregunta: "¿Qué estabas haciendo?"
Retrocedo, sorprendida.
"Cosas."
Me da una mirada. "¿Qué tipo de cosas?"
Le frunzo el ceñ o. “Cosas normales…”
"¿Có mo qué ?"
"¿Como especı́ icamente qué ?" le pregunto, mis cejas levantadas, un
poco molesto.
Taura está mirando con desconcertado horror.
BJ asiente, desa iá ndome.
“Estaba de pie, é l estaba haciendo…” me arrastro. Las mejillas se
sonrojan y creo que podrı́a vomitar si me lo permito. ¿Yo contá ndole a
BJ sobre el sexo que estoy teniendo con otra persona? Es mi peor
pesadilla. Y le digo como si nada, como si no signi icara nada para mı́,
como si no fuera contra cada ibra de mi ser, dicié ndole có mo alguien
má s me tocó y me abrazó en todas las formas en que siempre he
querido que lo haga. .
“Algo…” Julian estaba haciendo algo, eso es todo lo que puedo decirle.
Y supongo que toda la sangre pasó de mi cabeza a... a otro lugar y luego
me desmayé por un minuto... Me encojo de hombros. “Y luego llegué a…
Y luego llegué ”.
Eso es una simpli icació n excesiva. Lo que estoy dejando de lado es
que entre perder el conocimiento y volver en sı́, Julian llamó a Daisy
para comprobar que estaba bien. Me desperté con los dos Haites
revoloteando sobre mı́ y la cara de Julian era tan linda y tan preocupada
que a veces pienso en eso sin razó n, es solo una cara que lota en mi
mente a veces.
Beej empuja su lengua a un lado de su boca, entrecierra los ojos
como un extrañ o.
“¿Me arden los oı́dos, Tiges?” Julian dice, caminando hacia mı́.
Chaqueta bomber gó tica negra de Raf Simons, camiseta de jersey de
algodó n lavado con logo desgastado de Balenciaga y pantalones rectos
con cintura elá stica de Y-3 en negro. Me toma de la mano, me levanta
del regazo de Taura, me rodea el cuello con un brazo y me acerca a é l
para poder ver a BJ.
"Quizá s." Asiento con la cabeza.
"No pareces muy feliz, Ballentine". Jules asiente hacia Beej.
"¿Braguitas en un montó n?"
Lo miro con el ceñ o fruncido. "Se bueno."
Susurra lo su icientemente alto para que todos lo escuchen: "Eso no
es lo que dijiste anoche..."
“Vale…” Beej pone los ojos en blanco. "Lo entendemos, ustedes
tuvieron sexo".
El rostro de Julian vacila.
"¿Está s hablando conmigo?"
BJ lo mira con indiferencia.
Mierda.
"Sı́, yo soy."
Julian ladea la cabeza hacia un lado. “Si tienes algo que decir,
grandulló n, dilo”.
Beej asiente con la cabeza hacia la puerta. "¿Quieres llevar esto
afuera?"
Niego con la cabeza hacia é l, mirá ndolo con incredulidad. “BJ—”
Julian tiene una mirada peligrosa en sus ojos. “Me encanta.”
BJ se pone de pie.
Me doy la vuelta para enfrentar a Julian, planto mi mano en su pecho.
"Julian."
“Woah, woah—” Jonah se acerca corriendo. "¿Que esta pasando?"
BJ agita su mano invitando. "Continuar-"
“Beej—” Giro mi cabeza para fruncirle el ceñ o. Julian niega con la
cabeza, sonriendo de una manera que me pone nerviosa. Lo señ ala.
Será mejor que revises a tu chico, Jo. Eso no sonó como una
amenaza.
BJ esboza una sonrisa que no deberı́a y se encoge de hombros.
"¿Sabes que? Creo que eres todo palabrerı́a, hombre.
"¿Tú ?" Julian se lame la esquina de su sonrisa torcida. "¿Está s
dispuesto a arriesgar tu vida en eso?"
"Fá cil-" Me doy la vuelta, sosteniendo su rostro en mi mano.
"Mı́rame." Le doy una mirada. “En ningú n mundo. ¿Lo entiendes?"
Jonah lo agarra por los hombros, los sacude jovialmente. Está
jugando bien, pero está nervioso. "Vamos a mi o icina, muchacho".
Jonah asiente antes de mirar a BJ. “Y tú , mete tu maldita cabeza, idiota”.
Julian me mira, levantando una ceja. Sabe que no me gustan las
drogas. "¿Te importa?"
Me importa, en realidad, pero me encojo de hombros como si no lo
hiciera porque harı́a cualquier cosa para disipar esto. Me agarra por la
cintura y me besa má s de lo que necesita. Vuelve pronto.
Espero unos tres segundos antes de caminar rá pido hacia el bar.
Puedo sentir un poco de pá nico acercá ndose. Un disparo. Algo para
quitarle el ilo.
Llego a la barra, me inclino sobre ella. Sı́rveme un doble en un vaso.
Un cantinero me mira pero saben que estoy con Jonah. Vuelvo a mirar a
BJ, observá ndome. Henry le está hablando —gritá ndole, tal vez— pero
é l simplemente está concentrado en mı́.
Bebo la bebida rá pidamente. Vierta otro y espere. El vendrá a mı́. Lo
sé . Puedo sentirlo como un hilo de pescar en el agua que no puedo ver.
El se para a mi lado. "Oye—"
Me estabilizo y no muevo mi brazo por có mo é l lo rozó . Lo miro.
"Oye."
El hace una mueca. "Perdó n por lo de antes".
Niego con la cabeza hacia é l. "¿Que estabas pensando?"
Sus ojos sostienen los mı́os. "No estaba pensando".
"Estará bien." Asiento y me pregunto si lo estoy diciendo un poco por
mı́ mismo. "Sé que puede ser... tempestuoso".
Beej se lame el labio inferior. “El puede ser un maldito idiota, eso es
lo que puede ser”. Miro por encima del hombro para asegurarme de que
estamos a salvo con esas palabras de pelea que está diciendo. "El no
está aquı́. Está consumiendo drogas en la o icina de Jonah, lo cual, por
cierto, ya no hago”.
Me lo dice y puedo decir que está orgulloso.
Le sonrı́o. "¿En realidad?"
El asiente una vez.
"¿Por cuá nto tiempo?"
“Limpio para…” Frunce su boca perfecta mientras piensa. "Desde
mayo. ¿Que es eso? Casi ocho meses.
“¿Qué pasó en mayo?”
“No sé —” Se encoge de hombros, luciendo un poco avergonzado.
"Sentı́ que te estaba decepcionando".
Lo miro ijamente durante unos segundos. "Estabas."
"¡Lo sabı́a!" El rı́e. "Lo sabı́a."
El me sonrı́e y yo le devuelvo la sonrisa, pero mi sonrisa se siente
como si el sol naciera en mi cara. Nervioso, cauteloso, portador de luz,
esperanzado.
"¿Está s limpio para mı́?"
Mira por encima del hombro, comprobando quié n está escuchando,
pero somos solo nosotros en todo el mundo otra vez. "Y yo."
Mi corazó n se abre un poco por lo mucho que lo amo, como la luz del
dı́a atravesando una ventana tapiada. Le sonrı́o, venciendo el impulso
de besarlo. Aprieto su brazo en su lugar.
"Estoy orgulloso de ti."
"Gracias, Parques". Sus mejillas se ponen un poco rosadas.
Muevo mi mano hacia la suya y aprieto su dedo ı́ndice. "Lo digo en
serio. Estoy muy orgulloso”.
Se frota la nuca, traga nervioso.
"¿Como estas, por cierto? ¿Bueno?"
Está preguntando sinceramente.
"Estoy bien." Asiento con la cabeza.
Inclina la cabeza. "¿Sı́?"
"Mmhm". Asiento con la cabeza. "¿Eres?"
"Sı́, bueno, supongo". BJ asiente con la cabeza hacia las o icinas.
"¿Entonces todo va bien con Jules?"
"Quiero decir..." Me muerdo el labio. “Es una relació n de nivel muy
bá sico”.
"Derecha."
“Cumple su propó sito”.
"¿Cuá l es su propó sito?"
Sus pesados ojos atrapan los mı́os.
Una má scara de oxı́geno, es lo que no digo. Ademá s lo que no digo es
que no me he separado del lado de Juliá n apenas. Tampoco digo que
podrı́a ser mi má scara de oxı́geno favorita hasta la fecha, que no me
canso de respirarlo y, de hecho, independientemente de lo que esté
hecha la atmó sfera de Julian, a una pequeñ a parte de mı́ le gusta có mo
se siente en mis pulmones. Sin embargo, no puedo decir nada de eso,
ası́ que levanto las cejas un poco.
"Es só lo sexo", le digo.
BJ me mira en silencio, con una pizca de ceñ o fruncido antes de negar
con la cabeza. “No lo creo. No puedes tener sexo casual”.
“No sé —” Me encojo de hombros. “Tal vez tuviste razó n todos estos
añ os...”
El suspira, sus hombros cayendo como si le hubiera tirado un peso
encima. "No lo hice". El niega con la cabeza.
Le lanzo una mirada que es una delicada mezcla de dolor y temor.
"Veremos."
Su rostro tira, una especie de mueca ante la idea. "Solo sexo, ¿eh?"
Asiento con la cabeza.
¿Juliá n sabe eso?
Le doy una pequeñ a mirada. “No sospecho que le importarı́a…”
BJ mira por encima del hombro y se encoge.
"Puede que tengas razó n."
Sigo su mirada hacia Julian al costado del club, una chica horrible en
su regazo.
Rubio anaranjado con rizos estilo Marilyn Monroe, acariciando su
rostro.
La piel en la parte posterior de mi cuello se eriza y mi pecho se tensa.
no sé por qué Sé lo que Julian es para mı́, Julian sabe lo que é l es para
mı́. Estoy enamorada de otra persona, ası́ que tal vez sea terrible haber
pensado, tal vez incluso esperado, que signi icaba algo má s que eso
para é l.
Cosa que no debo. Tu mente puede jugarte una mala pasada cuando
tienes mucho sexo con una persona, te hará sentir má s cerca de lo que
realmente está s.
Habı́a pensado que yo le gustaba má s que eso, má s que lo poco que
debo preocuparme por mı́ para hacer esto: liarse con una chica
estú pida en un sofá en medio de un club cuando llegué aquı́ con é l hace
cuarenta minutos sosteniendo su mano. mano, cuando los perió dicos
han estado escribiendo sobre nosotros, cuando he pasado todos los
dı́as de la semana en su cama, despué s de que é l me ha dicho una y otra
vez que no me vaya a casa, y ahora é l está aquı́, haciendo esto justo en
frente de mı́ .
Delante de BJ, que es peor, creo, porque tengo una preocupació n
silenciosa pero frecuente de que BJ pueda verme como un poco
desechable y la sola idea de que é l vea a alguien má s perpetuar eso me
hace querer llorar má s de lo que ya lo hago. querı́a llorar de solo ver a
Julian hacer esto en primer lugar.
Todo esto me hace girar demasiado rá pido, de una manera que
pierdo el equilibrio en todos mis pensamientos.
En el mismo segundo que veo a Julian con sus manos en la cintura de
otra chica como las tenı́a en la mı́a esta mañ ana, tambié n pierdo a BJ.
Otra vez. Dos veces. Una vez a Paili, una vez a Jordan, sin importar las
miles de veces en el medio con un milló n de chicas cuyos nombres ni
siquiera é l sabe.
Por todas las formas en que BJ ronda a mi alrededor, todas las formas
en que aparece y dice todas las cosas correctas despué s de hacer las
incorrectas, todas las veces que sus ojos encuentran los mı́os sin
importar en qué habitació n estemos, nada de eso importa porque
nunca puede llegar a amarme má s de lo que ama un orgasmo.
Y lo odio por eso.
Ese es mi proceso mental en dos segundos y medio. Pise el pie en el
acelerador en mi mente que me lleva a la conclusió n de que las
estú pidas manos de Julian en el cuerpo de esa estú pida chica son de
alguna manera culpa de mi estú pido ex-novio.
Ni siquiera miro a Beej mientras me acerco; puedo sentir que está
cerca de mı́ de todos modos.
Me paro frente a Julian, esperando que saque su mano de debajo del
vestido de la chica con la que está .
Declan le da codazos un montó n de veces.
Jules me mira, sus ojos se ven graciosos. Casi como si estuviera
molesto conmigo por la interrupció n.
"¿Oh hola?" Parpadea hacia mı́, inocente.
"¿Oh hola?" Repito atrá s.
Parpadea má s.
“Escucha—” le doy una mirada. "No me importa lo que hagas cuando
no estoy aquı́, que es esto, supongo".
El rueda los ojos.
"No he terminado de hablar". Pongo mis manos en mis caderas y é l
echa la cabeza hacia atrá s, divertido. “¿Quieres sentir chicas al azar que
son sustancialmente menos atractivas que yo? Esa es tu prerrogativa.
Pero cuando estoy en la misma habitació n que tú , soy todo lo que ves”.
Julian levanta una ceja, prestando atenció n.
"¿Está bien?"
"Ası́ es." Asiento con la cabeza.
El arquea una ceja. "¿O que?"
"O hemos terminado", le digo sin perder el ritmo. "Lo cual está bien
para mı́, por cierto". Le doy un encogimiento de hombros poco
entusiasta. “Me has querido por- ooh-” Atrapo los ojos con su
guardaespaldas. “¿Qué dirı́as, Kekoa, cuatro añ os má s o menos?”
El niega con la cabeza. Má s como cinco.
Le doy un asentimiento de aprecio y mi mirada vuelve a posarse en
Julian.
“Me has querido durante unos cinco añ os y yo te he querido tal vez
durante, como, tres semanas, ası́ que no me quita la piel de encima”.
Julian Haites suelta una carcajada.
"Asi que." Arqueo mis cejas. "¿Qué va a ser?"
Julian suspira, molesto.
"Escuchaste al jefe", dice mientras quita a la chica de su regazo sin
contemplaciones.
Se pone de pie, me mira ijamente y luego desliza sus brazos
alrededor de mi cintura.
—No vuelvas a hacer eso —le digo, con la mirada imperturbable.
Se rı́e un poco, sacude la cabeza.
“Fó llame, eres exigente…”
"Oh—" Asiento con la cabeza. "No tienes idea. Pero está s a punto de
hacerlo.
Levanta las cejas juguetonamente.
“Vamos—” Asiento con la cabeza hacia la salida. “Me llevará s a casa y
me acostará s”.
Empuja un poco de cabello detrá s de mis orejas, inclinando la cabeza
mientras me mira. "¿Lo soy?"
"Usted está ."
El aplasta una sonrisa. "¿De qué manera te estoy acostando?"
Capto los ojos de mi exnovio por un segundo antes de mirar
directamente a los de Julian. "Como quieras."
Le sonrı́e a BJ mientras toma mi mano entre las suyas y me saca del
club.
No miro atrá s.
Su equipo de seguridad está esperando abajo. Nos abren la puerta
del coche. El me levanta en é l. Innecesario, pero estoy feliz de tener sus
manos en mi cuerpo. Me distraen bien.
Lo miro mientras el auto se aleja.
"Sabes, si alguna vez lo lastimas, te matarı́a".
Su mandı́bula se tensa, divertido y molesto. "¿Fue eso una amenaza?"
Asiento una vez. "Sı́."
Aprieta los labios juntos.
"Sabes que no respondo tan bien a las amenazas..."
—Está bien —digo, mirando por la ventana antes de volver a mirarlo
—. “Se me ocurre una manera muy funcional para que descargues tu
frustració n conmigo”.
brı́gida
11:17

Verdadero o falso: ¿BJ casi peleó con un jefe de pandillas por ti?

Adyacente verdadero

santa mierda

¿Julian realmente lo lastimarı́a?

No

Le darı́a un puñ etazo, absolutamente...

No hay dos formas de eso…

Sı́, pero ¿quié n no lo harı́a en estos dı́as?

Completamente..

Gran dolor en el culo...

Eso es lo que estoy diciendo

Gran culo aunque...

¿Cuyo?

Ambas cosas

Sı́, pero ¿de quié n es mejor?

Adió s Bridget.

¿BJ?

Adió s.

¿Deberı́amos hablar de quié n es má s grande al menos?

No deberı́amos.

¿Entonces Juliá n?

¡Brı́gida!

¿BJ?

Puente.

¡Tı́rame un hueso!
Honestamente, Bridge, estoy ildeando huesos de izquierda a derecha en este momento.

HAH.
parques
12:16

¿Está s bien?

Te pusiste raro al inal.

Estoy bien.

Nunca está s bien cuando dices que está s bien .

Bueno, estoy bien ahora.

….. pareces estar bien.

Eso es porque lo soy.

Claramente.

Derecha.

Diviertete esta noche.

Trate de no perder el conocimiento.

Vete a la mierda

¿Los padrinos de Julian?

Pasar.
CUARENTA Y NUEVE

BJ

“Tenı́a la intenció n de preguntarte algo”, dice Jo sin apartar la mirada de


la televisió n.
Estamos en el sofá jugando a Madden . Casi tan normal como se ha
sentido la vida desde que accidentalmente conseguı́ una novia interna
y el amor de mi vida comenzó a follar con un ladró n de arte
internacional.
"Está bien—" Lo miro. "Continú a entonces".
Pulsa pausa.
"¿Quié n iba a ser el padrino del bebé y no digas Henry?".
Empiezo a reı́r, sacudo la cabeza hacia é l.
"Lo digo en serio." El me mira.
Está hablando en serio, en realidad.
Lo miro, un poco divertida. ¿Por qué no Enrique?
“Porque hubiera sido tı́o”.
Pongo los ojos en blanco, vuelvo a pausar el juego. Habrı́as sido tı́o.
"Sı́." Joná s parece molesto. "Pero é l es sangre".
Lo detengo de nuevo, lo miro. Bien podrı́as serlo.
Jonah me observa durante unos segundos. "¿Es extrañ o que esté s tan
bien como está s?"
Jordan no está aquı́, bú scala a tu alrededor de todos modos. Por si
acaso. Ha salido con sus amigos del trabajo, dijo. No me sorprenderı́a
mucho que saliera con ese DJ. Vio su nombre aparecer en su telé fono.
No dije nada. ¿Qué podrı́a decir de todos modos que no me cortara las
piernas debajo de mı́?
Observo a Jo por el rabillo del ojo.
"No estuve bien por un tiempo", le digo encogié ndome de hombros.
“Pero Parks y yo pasamos por todo esto hace como diez añ os. Nueva
informació n para ti. No para mı́."
El asiente lentamente.
—Fuiste mi elecció n como padrino —le digo, mirando hacia atrá s a
la televisió n.
"¿Sı́?" Me sonrı́e.
"Sı́." Muevo mis ojos entre é l y la pantalla. “Sin embargo, Parks estaba
bastante empeñ ado en tratar de que Jennifer Garner fuera la madrina”.
Joná s empieza a reı́r.
“Garner o Puente...”
"¿Ella la conoce?"
"No."
El rostro de Jonah parpadea, divertido. "¿Su papá ?"
Nuestros ojos se cruzan y sonrı́o. "No."
Ambos nos reı́mos y la extrañ o. Sentir enojo por el agujero en forma
de ella que hay en mi vida.
Cada vez má s difı́ciles de digerir, Parks y Julian. Se sienta raro
conmigo. Me enfada cada vez que pienso en ello. No sé por qué , lo sé ,
pero es má s que lo obvio.
Lo obvio es que la amo y estoy tratando de arreglar lo que está roto,
lo menos obvio es que ella nos está rompiendo má s. Yo tambié n,
supongo.
Sin embargo, no deberı́a haberle enviado ese mensaje la otra noche.
Eso fue una mierda de mi parte. No hemos hablado desde entonces. No
como nosotros. Exhalo con la nariz má s fuerte de lo que pretendo.
"¿Qué ?" Jo me mira.
Niego un poco con la cabeza.
"No sé ." Me encojo de hombros. "No puedo creer que lo dejes joder
con ella".
Hace una pausa en el juego. Me mira, un poco sorprendido.
"¿Crees que eso es lo que está haciendo?"
Me encojo de hombros de nuevo. "Estaba encima de esa chica la otra
noche".
"¿Qué , como solı́as ser?"
Pongo los ojos en blanco.
"Quiero decir, no ha tenido novia desde la escuela secundaria". Jo se
encoge de hombros. “La otra noche, no creo que se le hubiera pasado
por la cabeza que tocar a esa chica hubiera molestado a Parks”.
Lo miro. "¿Es un idiota?"
"¿Eres?" é l dispara de vuelta.
Mi mandı́bula se tensa.
"Vamos." Me da una mirada. "Beej, ha querido a Parks desde que ella
tenı́a diecisé is añ os".
Mierda.
¡Mierda!
"¿Ası́ que está n juntos?"
"No." El suspira, pensando en ello. “Pero probablemente lo má s
unido que puede estar con cualquiera”.
"¿Qué quieres decir?"
“Como, no joder con nadie má s”.
Lo miro unos segundos. "¿El no está durmiendo con nadie má s?"
Siente mi rostro congelarse.
"Eso es lo que me dijo". Se encoge de hombros. “Bajo el pretexto de
'ella es un jodido puñ ado. ¿Quié n tiene tiempo? Pero, quiero decir, es
Julian, ası́ que si quisiera, lo serı́a”.
Mierda.
"¿Crees que é l saldrı́a con ella?"
Jo niega con la cabeza, seguro.
"No. Sin relaciones.
Pongo los ojos en blanco. “Está n en una relació n”.
“Sin etiquetas entonces. El nunca la llamará su novia. Se encoge de
hombros. “Nunca serı́a su iciente para ella”.
Miro el controlador en mi mano. Ruede los botones analó gicos
debajo de mi pulgar.
"¿Crees que ella se está enamorando de é l?"
Puede oı́r en mi tono que estoy preocupada.
Mierda.
Odio eso de mı́. Odio que ella me entienda ası́.
"No hombre. Realmente no. Quiero decir, la conoces. Se encoge de
hombros. “Se encariñ a con sus baristas. ¿Recuerdas a ese pobre
bastardo de PAUL que cogió gripe? Nos hizo irmar a todos una tarjeta.
¿Y ella le dio un regalo de recuperació n de £ 5000?
Empiezo a reı́r. Creo que tomó una orden de restricció n para ella
despué s de eso. Es una jodida idiota y la extrañ o muchı́simo.
“Ella simplemente se encariñ a con la gente. Problemas de abandono,
hombre…” Jo se encoge de hombros como si fuera solo una herida
super icial, no este gran monstruo de mierda en mi bolsillo. “Si ella es
ası́ con el tipo que le da un café con leche de avena todos los dı́as,
imagina có mo serı́a ella si alguien le estuviera dando un orgasmo,
incluso si solo es para vengarte”. El me da un poco de una mirada, un
poco iró nica, un poco cautelosa. “Pero honestamente, hombre, y odio
decirte esto, pero creo que ella estaba un poco apegada a é l antes de
todos modos. Ha habido una vibra allı́ en los ú ltimos añ os”.
"Me siento enferma." Dejo caer mi cabeza en mis manos.
Me golpea en la espalda.
"Beej, va a estar bien".
“¿Y si ella se convierte en el cuello que gira la cabeza de la dinastı́a
Haites?”
Joná s se rı́e. "¿Te imaginas?"
"Sı́. Puedo, Jo. Lo miro. "Ese es el problema."
Jo vuelve a negar con la cabeza. “Julian piensa que amar a la gente te
hace dé bil. Piensa que le da a sus enemigos algo extra para sostenerlo o
alguna mierda. Entonces, dé jate a un lado, y eres un gran aparte. Me da
una mirada. No durará . El no lo permitirá .
Julian
15:49

Oye

Hola

¿Dó nde está s?

Terminando en la o icina

¿Ası́ que está s en Bond Street?

jajaja

Sı́. ¿Como supiste?

Conjetura afortunada.

¿Venir?

¿En serio?

Sı́

¿Me fui esta mañ ana?

No seas pescador de hombres.

ese es jesus

Y Magnolia Parks, aparentemente.

¿Quieres que vaya a buscarte?

¿Me llevará s de compras?

Por supuesto

Excavadora de hombres.

Tengo má s dinero que tú .

Es tan lindo que pienses eso.


parques
10:01

soy un idiota

Sı́ es usted.

me puse celoso

Lo sé .

Todavı́a se siente raro a veces.

Sı́.

Lo sé .

Ademá s, está s saliendo con el idiota má s grande del mundo .

Como expresaste tan elocuentemente anoche... No estoy saliendo con é l.

Lo siento.

Tampoco estoy convencido de que sea el má s grande...

Conozco a este tipo... me dijo que me amaba. dormiste conmigo Se acostó con otra chica ese
mismo dı́a. Iniciales de un nombre...

que gilipollas

Cué ntame sobre eso

¿Está caliente?

El es bastante bueno.

¿Buen besador?

Gran besador.

El mejor que hay.

¿Mejor amiga?

Mmmm. El solı́a ser.

joder, parques

Só lo má tame, ¿por qué no lo haces tú ?

Ja
Lo siento

<3

yo tambien x
CINCUENTA

Magnolia

No me gusta mucho ir al bañ o delante de nadie. Llá mame loco,


simplemente no es para mı́.
Pistola en mi cabeza, si fuera absolutamente necesario, podrı́a orinar
frente a BJ. ¿Pero Juliá n? No puedo. Nunca podrı́a.
Me preguntó sobre eso una vez. "¿No puedes orinar delante de mı́?"
Orinar. Me dijo la palabra mear, ¿puedes creer el valor de ese chico? De
todos modos, le dije que no y me dijo: “¿Por qué ? Te he visto en
posiciones mucho má s comprometedoras”, y le dije: “DIsculpe, ¿có mo
qué ?”. Y luego dijo, bueno, en realidad, no importa lo que dijo, pero de
todos modos, son alrededor de las 2 a. tengo que orinar porque no
quiero una UTI.
Está muy oscuro aquı́. La gente viene y va. Supongo que es bastante
seguro, con toda la seguridad, pero a veces me pregunto de qué lo está n
protegiendo.
De todos modos, no es necesariamente mi lugar favorito para estar
sin Julian. Julian hace que todo se sienta má s seguro, pero esta casa sin
é l, incluso con é l al inal del pasillo, me asusta un poco. Pero muchas
cosas de mi vida en este momento me asustan un poco, ası́ que me
aventuro.
Julian es tan extrañ o. Ha habido algunas veces en las que comencé a
preguntarme si le gustaba, como si le gustara correctamente, ¿sabes a
lo que me re iero? Me gusta ¿Y luego Jonah le dijo a Taura quié n le dijo a
Henry quié n me dijo que Julian dijo que no podı́a deshacerse de mı́?
Como si lo intentara y yo no cediera. Como que soy yo el que me dice
que no me vaya, como que soy el que me organiza masajistas privados
en su casa, como que soy el que hace que Alexia Clark venga a darme un
entrenamiento privado.
Me molestó cuando escuché eso porque me está haciendo sonar
estú pida. Pero tambié n supongo que me siento aliviado porque a veces
es fá cil sentir que te está s enamorando de Julian, pero en realidad no es
ası́ porque é l no te quiere aquı́ y simplemente no tiene el corazó n para
decı́rtelo. No necesito enamorarme de otra persona. No necesito que
se repita el iasco del añ o pasado. No creo que ninguno de nosotros lo
haga.
Aunque, por supuesto, hay algunas variables en esta ronda.
BJ tiene novia ahora, con quien pensé que ya habrı́a roto, pero se
queda. Henry dijo que es porque estoy con Julian, y yo dije: "No estoy
con Julian", y luego me lanzó una mirada que no me gustó . Dijo que
piensa que si dejo de ver a Julian, BJ terminará con Jordan, pero no creo
que se sienta justo. El deberı́a ir primero. No fui yo quien se acostó con
alguien má s el segundo despué s de que tuvié ramos una pelea. Tuve el
buen sentido de esperar 36 horas completas despué s de dicha pelea
antes de ir a buscar a Julian. Henry tambié n me miró cuando dije eso.
Casi no vine a casa de Julian hoy. Llené mi dı́a con una cantidad
terrible de trabajo, muy, muy sobre-comprometido con varias cosas,
pero mi maldito enfoque lá ser cuando estaba triste se puso en marcha
y terminé todo lo que tenı́a que hacer desastrosamente rá pido, ası́ que
me detuve y encontró a Julian sentado a horcajadas sobre una chica
casi desnuda.
Pensé que tal vez me iba a desmayar, en realidad. No le diré eso. Creo
que suena como algo que no debe signi icar, pero me sentı́ mal cuando
lo vi. Sentı́ un poco como si alguien me arrojara un balde de agua frı́a
mientras estaba teniendo un sueñ o muy agradable, porque sé quié n es
Julian Haites. Es sexy, divertido y aparentemente peligroso, aunque
nunca he visto el fruto de eso. Tambié n es un notorio mujeriego.
Realmente no pensé que yo era la ú nica persona con la que estaba
involucrado sexualmente en ese momento, pero nunca pensé en có mo
me sentirı́a al ver eso. Y no estaban haciendo nada má s que besarse,
pero aun ası́ me hizo sentir raro y cuando giré sobre mis talones para
irme, me dije que estaba bien que é l hiciera eso porque signi icaba que
yo no le gustaba y todo es ingido.
Es importante recordarme có mo me hace sentir Julian, como cuando
sostiene toda mi cara con una de sus manos, que no es real. Y no
necesito que sea real, solo necesito que la persona de la que estoy
enamorado en la vida real venga a buscarme, se arrodille, me diga que
es un idiota y que cometió un error, otra vez. — que solo fue un
malentendido, y por favor, por favor, ¿lo llevaré de regreso? Pretenderı́a
umm y ahh al respecto por un minuto, pero luego me arrodilları́a
tambié n porque lo amo y siempre lo haré .
Sin embargo, Julian corrió detrá s de mı́ y tuvimos un intercambio
extrañ o, me besó y me pidió que me quedara. Ası́ lo hice y ahora son las
2 am y me pregunto si debo llamar a mi auto para que venga a
buscarme o si es egoı́sta hacerlo con mi conductor.
Eso es en lo que estoy pensando cuando camino de golpe contra una
persona invisible en la oscuridad de la noche en la casa del sexy
hombre criminal con el que me estoy acostando.
Cuando te lo digo, grité : Dios mı́o. Cuando tambié n te digo que la
persona que puso su puta mano sobre mi jodida boca no ayudó a
aliviar mis preocupaciones...
No fue hasta que prá cticamente me dio una voltereta sobre su brazo
para enfrentarlo que me di cuenta de que era Christian.
"¡Hijo de puta!" Cubro mi cara. Nunca digo esa palabra. tan vulgar
"¡Lo siento!" Extiendo la mano y toco su rostro donde acabo de
arañ arlo. Hace una mueca ante la picadura.
“No puedo creer que acabas de decir 'hijo de puta'”.
"Lo sé ", suspiro, arrepentido.
“Te follas a un capo de la pandilla durante un par de semanas, Parks, y
obtienes una boca real sobre ti”.
"Bueno, pensé que estaba a punto de morir". Presiono mi mano
contra mi pecho. “¡Uf!” Canto en voz alta mientras me inclino para
recuperar el aliento. Es entonces, en mi posició n inclinada, que
empiezo a darle vueltas a algunas cosas.
Son las 2 a. m.
Christian está mayormente desnudo salvo sus pequeñ os calzoncillos
negros de Calvin Klein. Clá sicos de algodó n.
Espera… Frunzo el ceñ o mirando su ombligo mientras los pedazos
aterrizan en mi mente. "Esperar. ¿Está s en...? Me estiro y rompo la
banda negra de sus Calvins y jadeo.
"¡Oh Dios mı́o!" susurro bastante alto.
Christian me da una mirada. “Magnoli-”
"¡OH DIOS MIO!" susurro aú n má s fuerte.
"¡La amas!" Lo golpeo en el pecho.
"¡Callarse la boca!" Me agarra el dedo.
"¡Solo dile!" Pisoteo mi pie.
El niega con la cabeza. "¡Maldita sea, mantente fuera de esto!"
Está s siendo tan estú pido… Lo empujo, é l me empuja hacia atrá s.
"¡Bueno, siempre eres estú pido y nunca digo nada!"
"¡Entonces eres un amigo terrible!"
"¡Eres un amigo terrible!"
Mi mandı́bula se abre. “Me votaron como el mejor amigo de todo el
grado cuando—”
“¡Eramos nueve!” susurra-grita y me molesta que esté
disminuyendo eso para mı́, ası́ que ahora lo estoy golpeando en todo su
estú pido cuerpo.
"¡Actú as como si tuvieras nueve!"
"¿Con qué carajos está s pasando el rato, niñ os de nueve añ os?"
"¡No salgo con niñ os de nueve añ os, estú pido idiota!"
"¡No soy un idiota, eres un idiota!" Christian comienza cuando me
hace una llave de cabeza y luego alguien se aclara la garganta y nos
congelamos. Christian en ropa interior, yo con nada má s que la bata con
mangas de á ngel y el conjunto de braguitas y sujetador de triá ngulo con
bordado de tigre, todo de Fleur du Mal.
Julian y Daisy está n parados allı́. Daisy, que apenas está vestida con
una camiseta que sé que es de Christian (¡¡J'accuse!!!) y está tan poco
impresionada conmigo como siempre. Juliá n, envuelto en una toalla,
muy guapo cuando estaba mojado, y todo el rostro terso a la
perfecció n.
Entrecierra los ojos hacia nosotros, sus ojos se mueven entre
nosotros. "¿Que esta pasando?"
Solté una risa nerviosa. "Esto no es lo que parece".
Daisy se muerde el labio inferior, molesta. “¿Y qué aspecto tiene?”
Le doy un pequeñ o y recatado encogimiento de hombros y Christian
niega con la cabeza como un idiota. "Todavı́a no estoy enamorado de
ella", anuncia Christian sin contemplaciones mientras hace un gesto
hacia mı́. "En absoluto."
"Derecha." Los ojos de Daisy se pellizcan. Parece sospechosa y siento
una punzada de culpa.
“No, tiene razó n. El no es. En absoluto —salto—. Solo creo que
Christian está siendo un poco tonto.
"¿Porque eso?" Julian pregunta, mirá ndome un poco.
“Porque no le dirá a D—”
Y luego, el jodido Christian Hemmes me tapa la boca con su estú pida
mano, rié ndose a carcajadas para hacerme callar.
“¡Está borracha!”
"¡Yo no soy!" Trato de decir pero apenas sale.
"¡No la escuches!" Comienza a sacudir la cabeza, mirando entre los
haiteses antes de darse cuenta de que todavı́a se aferra a mı́.
Y, ni siquiera vas a creer esto, hace que suene como si yo le hubiera
dado asco y, escucha esto, me arroja lejos de é l hacia Julian, quien, por
cierto, ni siquiera me está mirando. Está mirando a Christian con esta
combinació n desconcertada y desconcertada, pero me atrapa de todos
modos.
Hay algo sexy en la forma en que lo hace.
Terriblemente imperturbable ante el hecho de que me lanzaran hacia
é l, me ayuda a ponerme de pie con facilidad. Y la forma en que me
agarra es tan irre lexivamente fuerte. Observo a mi ex segundo mejor
amigo masculino y le doy una mirada aguda. "No me importaba eso,
Christian".
Sigue sacudiendo la cabeza. “Todos simplemente la ignoran”.
Julian coloca su barbilla sobre mi cabeza. No sé por qué , a veces es
ası́. Sin embargo, no suele estar frente a otras personas. Por alguna
razó n me calma una pulgada.
"¿Y qué diablos es esto, entonces?" Julian asiente con la barbilla hacia
Daisy, moviendo toda mi cabeza con é l. "¿Dó nde diablos está n tus
pantalones?"
Christian le da una sonrisa orgullosa.
“Se los quité ”, le dice a Julian y me pregunto si tiene deseos de morir,
pero Julian solo echa un poco de aire por la boca.
Daisy pone los ojos en blanco, gira sobre sus talones y regresa a su
habitació n.
"¡Buenas noches!" La llamo. Ella no dice nada pero su hermano
desliza sus brazos alrededor de mi cintura.
“Estamos bien, ¿sı́? ¿Parques? Christian busca mis ojos. "Estamos
bien. Como, no vamos a… tú vas a…” Me lanza una pequeñ a mirada
desesperada, rogá ndome que me calle. Pienso en decirle que está
siendo estú pido, porque lo es, está tan enamorado de esta chica que
acostarse con ella se siente como un drogadicto simplemente haciendo
un golpe casual, pero yo tambié n soy estú pido, entonces, ¿quié n soy yo
para hablar?
Le doy un pequeñ o ceñ o fruncido. “Vamos a tener una pequeñ a
charla sobre ese empujó n”.
"Oh." El rueda los ojos con sarcasmo. "Estoy temblando en mis
botas".
"Multa." Me levanto má s alto. "Julian va a hablar contigo sobre ese
empujó n".
Julian comienza a arrastrarnos hacia su habitació n, rodeá ndome con
los brazos.
—No lo soy —me dice mientras cierra la puerta y me giro en sus
brazos, con las manos en las caderas.
"¿No vas a defenderme?"
El rueda los ojos. "Realmente no necesitabas defenderte".
“¡El me empujó !”
"Sı́." El se burla. "En mis brazos."
Lo miro un poco. “BJ habrı́a peleado con é l por eso”, le digo, pero no
sé por qué . Me siento un poco indignado por eso ahora. No lo hice hace
un minuto cuando en mi imaginació n Julian podrı́a haberme defendido
por eso, pero ahora en realidad que dice que no lo harı́a, lo hago. Estoy
enojada porque ocurrió el empujó n y nadie está aquı́ para luchar por
mi honor.
Sin embargo, a Julian no le gusta cuando menciono a BJ, lo noto. Es
una de las razones por las que inicialmente pensé que tal vez le
gustaba, pero é l sigue demostrando que esa teorı́a es incorrecta.
Sus cejas se arquean sin impresionarse de todos modos ante la
menció n de su nombre. "¿Lo harı́a?"
“Sı́”, le digo con orgullo. Un poco para provocarlo y un poco porque es
verdad.
Julian levanta un poco la barbilla y asiente. “BJ probablemente
tambié n se esté tirando a esa chica suya. Ooh—” Echa un vistazo falso
a su reloj. "En este momento. Entonces, si quieres llamarlo y pedirle
que pase para pelear tus batallas falsas, sé mi invitado”.
"Tal vez lo haré ", le digo, con la barbilla en el aire.
Tal vez estarı́a aliviado de que lo llame, tal vez vendrı́a. Usalo como
una excusa para estar cerca de mı́, para salvarme de algo de lo que
realmente no necesito salvarme.
Y luego, sin mi permiso, mis ojos comienzan a humedecerse un poco,
ası́ que dejo caer la mirada que le estoy dando a Julian y giro sobre mi
pie.
En la esquina de la habitació n, veo el abrigo blanco Charles bouclé de
Gabriela Hearst con el que llegué , me lanzo hacia é l y lo recojo del suelo.
"¿Qué está s haciendo?" Juliá n suspira.
Lo ignoro porque mis mejillas está n calientes y busco mis zapatos.
Botı́n calcetı́n Franne marró n de piel de becerro mate tambié n de
Chloé . Los perdı́ en algú n lugar de la casa durante las travesuras de esta
tarde.
“Parques, ¿qué está s haciendo?” pregunta de nuevo, sonando
molesto.
Encuentro un zapato en su mesita de noche y lo abrazo contra mi
pecho como si fuera mi boleto para escapar de una habitació n de la que
ni siquiera quiero salir, pero es un tambor que tocaré para salvar las
apariencias.
“Magnolia—” El camina rá pidamente hacia mı́ y me hace girar,
fruncié ndome el ceñ o. "¿Podrı́as dejar de ignorarme?"
Creo que mi labio inferior podrı́a estar un poco roto porque lo mira
ijamente por un segundo y exhala como si lo sintiera y estuviera
cansado de mı́ al mismo tiempo. Luego desliza su mano hasta mi cara y
la sostiene.
"¿Quieres que lo golpee un poco?"
Me limpio la nariz y olfateo. "¿Cuá l é l?"
Levanta mi barbilla con un dedo y busca mis ojos. “Cualquiera que te
guste…”
Eso me hace sonreı́r un poco y tan pronto como lo hago, sus brazos
me rodean la cintura y me atrae hacia é l, mirá ndome con las cejas
levantadas.
"¿Está s un poco aburrido esta noche, Tiges?"
"¿No?" Arrugo la frente.
“Está s aquı́ buscando drama. Solo me pregunto por qué . Me da una
mirada.
“No, no soy—” le frunzo el ceñ o. “Solo… cuá l es el punto de salir
contigo, si—”
“—No estamos saliendo,” interrumpe.
"Vaya." Mi boca se cierra de golpe y mis mejillas vuelven a tener ese
estú pido rosado. "No. Derecha. Yo no m—”
El me sonrı́e, sin mover un mú sculo. "¿Quieres que cruce el pasillo y
golpee a Christian?"
"Un poco", le digo, todavı́a un poco disgustado por todo el asunto.
Julian asiente una vez, aceptando esto. "Bien." Comienza a moverse
hacia la puerta de su dormitorio.
"¡No!" Me rı́o.
“Nop—” Sacude la cabeza y abre la puerta de su dormitorio.
"Defenderé tu honor", me dice galantemente antes de mirarme
juguetonamente. "Y luego lo tomaré má s tarde".
"¡Julian!" Corro tras é l, agarro su muñ eca y tiro de é l hacia atrá s.
“Tengo que hacerlo, Tiges. No tengo elecció n. El drama me está
llamando —me dice y sale al pasillo. Sigo tirando pero é l es muy fuerte
ası́ que salto sobre su espalda.
No porque crea que realmente golpeará a Christian, sino porque
tengo ganas de estar cerca de é l otra vez.
Y no sé muy bien có mo lo hace, pero se estira hacia atrá s y me jala a
su alrededor para que esté envuelta alrededor de su cintura, ojo con
ojo.
Me mira ijamente durante unos segundos y luego suspira de nuevo.
"Bueno, entonces, supongo que vendrá s conmigo". Sigue caminando
por el pasillo y empiezo a reı́r y é l se está riendo y lo beso porque
quiero hacerlo.
Me lleva hacia atrá s antes de arrojarme sobre su cama. Se acuesta a
mi lado.
"Entonces, ¿de qué se trataba todo eso?" Asiente con la cabeza hacia
el pasillo.
Me apoyo un poco. "¿Qué tan bueno eres para guardar un secreto?"
"Soy un jefe de pandillas", me dice y yo frunzo el ceñ o.
"¿Es ese el tı́tulo del trabajo con el que nos quedamos, entonces?"
"Sı́."
"¿En realidad?" Arrugo la frente.
El asiente.
"Bueno, eso no funciona tan bien para mı́ como una vara de medir lo
bueno que eres guardando secretos porque eres el ú nico adecuado de
los que conozco".
"No soy." El niega con la cabeza. "Para ser un tonto absoluto, tienes
una sorprendente cantidad de amigos vinculados al inframundo
criminal".
Eso me pone nerviosa, ası́ que niego con la cabeza.
"Bueno, de todos modos, volvieron a dormir juntos, ¿lo sabı́as?"
Julian parpadea un par de veces.
"¿Sabı́a que mi hermana y su exnovio está n durmiendo juntos
nuevamente justo despué s de que nos tropezamos con ellos en el
pasillo a las 2 a.m. y ninguno de los dos estaba vestido?" pregunta,
levantando las cejas. “No puedo decir que soy concluyentemente
positivo, pero empı́ricamente, sı́, habı́a adivinado”.
Pongo los ojos en blanco. "Bueno, é l está terriblemente enamorado
de tu hermana".
El niega con la cabeza. “No es una revelació n”.
"¡Y!" anuncio "¡Creo que está enamorada de é l!"
Sigue sacudiendo su estú pida y hermosa cabeza.
"Literalmente, nada de lo que has dicho todavı́a es un secreto", me
dice mientras pasa su pulgar por mi boca.
“Y son idiotas”. Me encojo de hombros.
"Eso es verdad." El asiente de manera concluyente.
“Porque solo está n haciendo lo que solı́an hacer y é l no le dirá que la
ama porque cree que ella lo rechazará , pero ella no lo hará porque ella
tambié n lo ama”.
Julian asiente y se encoge de hombros como si todo fuera inevitable
y las ichas caerá n donde puedan, lo cual es completamente
inaceptable, ası́ que lo miro.
“Deberı́amos ayudarlos a volver a estar juntos”.
"No", dice de inmediato.
"¡Sı́!" Me siento un poco.
"No." El tambié n se apoya un poco.
"¡Sı́! Absolutamente deberı́amos…”
Julian pone una cara desdeñ osa como si pensara que estoy siendo
tonto. "Probablemente deberı́amos darles algo de espacio y tiempo
para resolverlo".
Lo miro como si fuera un idiota.
“Cobardemente poco proactivo…”
Inclina la cabeza. "Solo un poco de tiempo, Tiges".
Cruzo los brazos sobre el pecho y resoplo un poco durante unos
segundos antes de mirarlo por el rabillo del ojo. "¿Quieres saber otro
secreto?"
"Un secreto real o, como, un puto 'secreto' llano como el dı́a", usa
comillas, "como si esos dos estuvieran enamorados".
Yo juego-lo fulmino con la mirada. "Está n solos."
El aplasta una sonrisa. "Dime."
“Christian y yo casi tuvimos sexo en Nueva York”.
Me mira ijamente durante unos segundos. Dos, para ser precisos.
"Sı́. Lo sé ."
"¿Sabes?" Arrugo la frente.
"Mmhm". Se encoge de hombros.
Hago un sonido que es una especie de burla, una especie de balbuceo
extrañ o de desacuerdo. "¿Có mo lo sabes?" Pregunto, sentá ndome
completamente ahora, mis manos en mis caderas.
Se encoge de hombros de nuevo, esta vez totalmente indiferente.
"Hablamos."
Lo miro ijamente. ¿Christian te lo dijo?
"Sı́." Bosteza mientras se recuesta en su cama.
Frunzo el ceñ o mientras lo observo. "¿No está s celoso?"
El me da una mirada que bá sicamente pone los ojos en blanco sin
realmente poner los ojos en blanco. "¿Quieres que lo sea?"
"¿Quizá s?" Me encojo de hombros, con la nariz en el aire de nuevo.
"Está bien-" Se lanza a sı́ mismo. "Vuelvo a golpear a Christian otra
vez..."
"¡Julian!" Me rı́o, agarrando su mano y tirando de é l hacia abajo sobre
mı́.
Me toca la cara y me da los ojos que antes me hacı́an pensar que le
gustaba.
“Eres un problema, Tiges. ¿Lo sabes?"
“Lo he escuchado antes, una o dos veces”. Parpadeo mis ojos hacia é l.
El lame una sonrisa. "Sı́ claro."
Joná s
16:36

Dijiste que no era nada.

Dije que no durarı́a.

no hagas maldita semá ntica conmigo.

Christian dijo que son buenos juntos.

¿Qué quieres que te diga, Beej?

¿Que no lo son?

Está n.

¿Por qué no intentas llamar a tiempo con tu novia y ver si eso cambia algo?

No estoy llamando mierda.

No mientras ella esté con é l.


CINCUENTA Y UNO

BJ

Parks y yo solı́amos hacer viajes todo el tiempo.


No solo nuestros recorridos arriba y abajo de la Isla, sino en todas
partes, cosas para su "trabajo", tambié n cosas para su trabajo real.
Volamos por todos lados. A veces venı́an los demá s, a veces é ramos
solo nosotros. Por lo general, mejor cuando solo é ramos nosotros, pero
a veces era peor. Fui a Bali una vez hace unos añ os. Uno de esos raros
momentos en el tiempo en los que no tenı́a un novio falso. Eramos solo
ella y yo lejos, tal como me gusta.
Sin embargo, me metı́ en eso. Habı́amos estado allı́ unos dı́as, yo
estaba bebiendo, ella estaba bebiendo, y no sé por qué las chicas hacen
este tipo de mierda, pero de repente ella dice: "¿Con cuá ntas chicas has
estado?"
Me retiré . "¿Qué ?" Me preguntaba si realmente me estaba
preguntando qué pensaba que era.
"¿Con cuá ntas chicas has tenido sexo?" Levantó las cejas y esperó la
respuesta.
"¿Alguna vez?" Miré a mi alrededor en busca de un borde al que
agarrarme.
“Bueno, alguna vez…” Ella se encogió de hombros. “Y/o
semanalmente”.
"No sé ." Me encogı́ de hombros, me sentı́a todo atascado por dentro.
Ella frunció . "¿A qué parte?"
Negué con la cabeza, odiá ndolo. "¿Ambas cosas?"
Sus ojos se agrandaron. "¿Pierdes la pista semanalmente?"
"Bueno, nadie esta semana". Negué con la cabeza.
"¿Y por qué es eso?" ella me preguntó a pesar de que ella sabı́a.
Le di una mirada exasperada. "¿Por qué crees?"
Nos pondrı́amos ası́: peleando y tirando de hilos, peleando entre
nosotros por pequeñ as cosas de mierda en lugar de abordar nuestro
ú nico problema real.
¿Qué está s haciendo? Parpadeé .
Ahogá ndome, creo que me dijo.
Entonces negué con la cabeza hacia ella, miré hacia otro lado. "¿Que
te importa?"
"¡No me importa!" me dijo, mintiendo entre dientes. Todo despecho.
"Ası́ que dime. ¿Cuá l es tu nú mero? Aparca la pelota. Ella agitó su mano
alrededor con impaciencia. "¿¡Cuá l es tu parque de pelota!?"
"¿Por qué y-" le fruncı́ el ceñ o. “Deja de decir 'bola par—'”
“—Maldita sea, aparca, Ballentine,” gruñ ó .
"¡No sé !" Grité , exasperado. “Ninguno a veces.”
“¿Y otras veces?”
"¿Dos? ¿Tres? Má s tal vez, si bebo un poco. Me encogı́ de hombros
rá pidamente, sintié ndome atrapada.
¿Dos o tres en una semana? preguntó ella, su voz sonando un poco
aturdida.
olı́. "Nunca."
Y luego su rostro se quedó muy quieto y se sonrojó un poco como si
estuviera avergonzada.
"¿Qué ?" Fruncı́ el ceñ o. "¿Con cuá ntos te has acostado?"
Ella habı́a tenido algunos novios para entonces. Christian habı́a
pasado, un montó n de los otros falsos. habı́a asumido…
"Una." Parpadeó y mi corazó n se zambulló por un precipicio.
"No." Negué con la cabeza, sintié ndome asustada, sintiendo que la
estaba perdiendo de alguna manera. Te has acostado con má s gente
que esa.
Apretó la boca y bajó mis ojos. "Solo tu."
"¿Cristiano?" —pregunté , pero casi sonó como una sú plica. Como si
necesitara que ella lo hubiera jodido para que yo no fuera tan jodido.
Ella sacudió su cabeza. Me di cuenta de que no estaba mintiendo al
respecto. Creo que hubiera preferido haberlo hecho. lo hubiera
preferido.
Me sentı́ enfermo. Presioné mi mano en mi boca, sacudı́ mi cabeza.
"Bueno, no te lo voy a decir ahora".
"¿Por que no?" gruñ ó , borracha.
Agité mi mano hacia ella. “Porque vas a llorar”.
"¡No lo haré !" Ella negó con la cabeza, indignada.
“No, Parques.”
"¿Por favor?"
"No."
"¡Por favor!"
"¡No!"
"¿Por qué ?" Golpeó la mesa con la mano y tiró una bebida. "¿Por qué
nunca me dices nada?" ella gritó .
Ahora, en ese momento, ella aú n no sabı́a que era Paili y, tal vez
recuerden, que el misterio de 'quié n' era nuestro problema nú mero
uno. Mi mayor temor era que ella descubriera que hice eso con su
mejor amiga, y literalmente harı́a cualquier cosa para apaciguarla lo
su iciente como para que lo dejara. Cualquier cosa. Incluso si supiera
que la lastimarı́a de formas diferentes y nuevas.
"Cientos", le dije y presioné mi mano en mi boca, tratando de
estabilizarme. Y luego fue como si tratara de tomar un respiro que no
podı́a encontrar. La habı́a dejado sin aliento.
Atrapados en los ojos del otro, nuestros rostros eran retratos de
dolor.
Ella perdié ndome por cientos de personas diferentes, yo tambié n
perdié ndome por ellos, supongo.
"¿Está s bien?" Pregunté , un poco nervioso.
"¡Sı́!" Parpadeó para contener las lá grimas. "Multa." Ella asintió ,
tragando pesado. "Gracias por decirmelo."
Se pellizcó el labio superior tan fuerte como pudo, dice una de sus
ansiedades. Hecho desde la escuela secundaria.
No dije nada y solo la observé , tratando de averiguar có mo arreglar
lo que sea que acabo de joder.
"Asi que." Se rascó la mano distraı́damente. Otro cuento nervioso.
"¿Solo ligas chicas?"
"¿Supongo?" Me encogı́ de hombros, incó modo.
Ella asintió . "Mué strame."
Hice un gran parpadeo, no podı́a creer lo que escuchaba. "¿Qué ?"
"Mué strame", dijo ella, con la voz temblorosa. "¿Como lo haces? P—”
Ni siquiera podı́a pronunciar las palabras. "Recoger a una chica".
"¿Aquı́?" Miré a nuestro alrededor, horrorizada.
"Sı́."
"¿Ahora?"
"Mmhm". Ella asintió .
"No." Negué con la cabeza.
"¿Por qué ?"
"Porque esto es raro y está s actuando como un loco".
"¡No estoy loco, tengo curiosidad!" Se encogió de hombros como si
nada, como si no me estuviera pidiendo que representara nuestras
pesadillas frente a ella.
La miré ijamente. "¿Curiosidad sobre qué ?"
Ella apretó los labios. "Sobre quié n eres realmente".
Parpadeé , desconcertado. "Sabes quié n soy realmente".
"¿Yo?" preguntó ella, con el labio inferior temblando.
Aparté la mirada de ella, negué con la cabeza, me mordı́ el labio
inferior. Sentı́ ganas de llorar yo mismo. ¿Ella no me conocı́a? Ella es la
ú nica maldita persona que lo ha hecho.
"Mué strame." Tamborileó con los dedos sobre la mesa con
impaciencia.
La miré ijamente, bastante lastimado en ese punto. "¿Por qué me
pides que haga esto?"
“¡Porque no signi ica nada! ¡Obviamente!" ella gritó . “Para ti y para
mı́. No me importa. ¿De acuerdo? Quiero que sepas que no me
importas. Como eso. Má s." Ella respiró entrecortadamente. “Fó llate a
quien quieras tanto como quieras. No lo hagas por mı́. Estaba llorando
cuando lo dijo. “¡Porque solo somos amigos, si es eso!” Ella negó con la
cabeza, se secó la cara. "Obviamente no sé có mo pensé que lo hice, y no
me preocupo por ti de esa manera, ası́ que mué strame".
Su pecho estaba agitado. Era una maldita mentira, yo lo sabı́a, ella lo
sabı́a, pero mierda, todavı́a dolı́a.
Chupé mi labio inferior, asentı́ con la cabeza hacia ella y luego golpeé
con ambas manos la mesa, levantá ndome y alejá ndome de ella.
Si yo fuera un mejor hombre en ese momento, simplemente la habrı́a
llevado a casa y le habrı́a dicho que lo sentı́a. En realidad, si yo fuera un
mejor hombre, no habrı́amos tenido la conversació n en primer lugar. Si
fuera un mejor hombre, habrı́a mirado a Paili en el bañ o esa noche, y
cuando me preguntó si estaba bien, le habrı́a dicho: "No, me siento
como una mierda, ¿puedes llevarme con mi novia?" Y le habrı́a dicho a
Magnolia lo que pasó y a quié n vi y ella habrı́a reaccionado como lo
hizo ese dı́a en casa de Dunstan y nunca hubié ramos terminado, me
habrı́a casado con ella, la habrı́a dejado embarazada de nuevo,
estarı́amos Viviendo al estilo de Devon, tal vez en el sur de Francia, y no
habrı́a estado en Bali buscando una chica para follar para fastidiar a
Magnolia.
Mis ojos se posaron en una chica lo su icientemente caliente con ojos
que eran buenos pero no tan buenos como los de Parks. Pelo rubio.
Gran sonrisa. Me acerqué a ella y me coloqué de modo que Parks
pudiera verlo todo.
Me agaché como disculpa en la conversació n que estaba teniendo
con su amiga, le ofrecı́ mi mano. Miró a su amiga antes de sacudirla,
sonrié ndome como lo hacen todas las chicas.
"¿Son reales?" Asentı́ a sus ojos, el comienzo de mi rutina. Mı́ralos de
una manera que le haga pensar que lo digo en serio. Luego niego con la
cabeza como si fueran los mejores jodidos ojos que he visto en mi vida.
Trabajó todo el tiempo.
Asentı́ a su boca. “¿Tenı́as frenos?” Yo pregunté . A veces pregunto
"¿Son esos tus labios reales?" para cambiarlo, pero todo es solo para
que ella mire mi boca. tengo buena boca Lo morderé , le daré una
sonrisa torcida. Por lo general, eso es todo lo que se necesita.
Todo lo que tomó esa noche, de todos modos.
La chica me preguntó por Magnolia; supongo que me habı́a visto
antes de que yo la viera a ella.
"Só lo un amigo." Me encogı́ de hombros. “Si eso,” agregué , solo por
despecho a pesar de que ella no podı́a oı́rme.
"¿Puedo invitarte una copa?" Yo le pregunte a ella. Ella dijo que sı́, y
luego, bueno, ya sabes el resto.
Ella se fue despué s. Me quedé despierto toda la noche enfermo por lo
que habı́a hecho. Salió de la cama antes de que saliera el sol a la
mañ ana siguiente. Cogió una manta del sofá y se dirigió al balcó n.
Y allı́ estaba ella. Mi persona favorita en el mundo. Pijama diminuto,
cabello azotando alrededor de su rostro mientras contemplaba el
Océ ano Indico.
Abrı́ la puerta y salı́ al balcó n con ella.
Ella me miró , tenı́a una mirada orgullosa en sus ojos. "¿Como estaba
ella?"
No dije nada, solo presioné mi lengua en mi labio superior para
evitar llorar o vomitar en el acto.
¿Tener sexo con otra persona mientras ella estaba en la habitació n
de al lado?
me jodió Jodido Parks tambié n, en realidad.
"¡Parecı́a que se lo habı́a pasado genial!" Su voz goteaba sarcasmo.
Negué con la cabeza, pero apenas. "¿Qué quieres de mı́?"
Ella respiró hondo. "¿Una má quina del tiempo?"
No sabı́a qué hacer ni qué decir, ası́ que hice lo que querı́a. Me movı́
detrá s de ella sin decir palabra, envolvı́ mis brazos alrededor de ella, la
manta alrededor de ambos, y apoyé mi cabeza sobre la de ella.
"Lo siento", susurré en la parte posterior de su cabeza.
Se congeló , se dio la vuelta despué s de unos segundos, enterró su
rostro en mi pecho y lloró . Lloré por siglos. Yo tambié n lloré , no sé si
ella lo sabı́a. Grité que la amaba tan fuerte como pude sin hacer un
sonido. Aunque probablemente no fue su iciente.
Está bamos jodidos en ese entonces, todavı́a jodidos ahora, supongo.
Simplemente la amaba, eso es todo. Y yo era malo en eso a pesar de que
solı́a ser bueno en eso. Hoy en dı́a me preocupa no saber có mo volver a
ser bueno en eso.
"Vamos", le dije inalmente. "Vamos a pedir un poco de desayuno".
"Tú y tus huevos Benedict". Suspiró , mirando mi desayuno. Ella pidió
los panqueques.
olı́. "¿Qué hay de mı́ y mis huevos Benedict?"
Se rascó la punta de la nariz. “Siempre lo consigues”.
E hice lo mejor que pude para aplastar la sonrisa que sentı́ venir,
pero ella la atrapó de todos modos.
"¿Qué ?" preguntó , frunciendo el ceñ o un poco.
Negué con la cabeza, me encogı́ de hombros. Ni una colina en la que
quisiera morir ese dı́a. Sin embargo, mi leve sonrisa comenzó a ser
menos dé bil.
"¿Qué ?" preguntó ella, frunciendo el ceñ o.
"Nada." Negué con la cabeza.
Sus pequeñ os puñ os se cerraron. "¿Qué ?" exigió .
Abrı́ la boca para decir algo, luego negué con la cabeza. No vale la
pena.
“Sigue”, exigió ella, tamborileando con los dedos sobre la mesa con
impaciencia. Suspiré .
"Odio la salsa holandesa". Le di una sonrisa tensa.
Ella parpadeó . "¿Qué ?"
“No me gustan los huevos benedictinos”.
Miró mi plato. "Entonces por qué -"
“—Porque te gusta,” la interrumpı́ encogié ndome de hombros. “Y por
alguna razó n te hace sentir bien pedir diferentes desayunos, porque te
enorgulleces de ser impredecible”.
Se enderezó , puso la mejor nariz del mundo en el aire.
“Soy impredecible”, dijo al unı́sono conmigo.
Su rostro hizo un puchero.
“Honestamente, Parks—” Solté una carcajada. “Deberı́as haberte
visto la mañ ana que pediste Bircher Muesli. Hubieras pensado que
acababas de aterrizar el maldito Rover de Marte de la forma en que te
dedicaste a nuevas exploraciones gustativas.
Su boca se abrió , ofendida, y recuerdo querer besarla entonces.
“No soy predecible”. Ella sacudió su cabeza. "¿Quieres que enumere
todas las formas en que soy impredecible?"
“Realmente no, no—” Bostecé y negué con la cabeza.
“Nú mero uno”, dijimos exactamente al mismo tiempo.
"¡Oye!" ambos dijimos al unı́sono. La señ alé y ella me pisoteó .
Negué con la cabeza hacia ella un poco. "Honestamente, Parks, justo
cuando creo que está s a punto de girar a la izquierda, giras... a la
izquierda".
Me enojé despué s de eso. Tuvo un buen esfuerzo todo el tiempo que
preparó su taza de té .
"¿Es una cosa de la cabeza, entonces?" Le pregunté suavemente.
"¿Le ruego me disculpe?" Ella me miró .
"Sabes-" Me encogı́ de hombros. Señ alando mi cabeza en caso de que
hubiera olvidado dó nde estaba la suya. "Tu cosa de la cabeza".
"¿Mi qué ?" Sus mejillas comenzaron a sonrojarse, ası́ que me encogı́
de hombros nuevamente, no querı́a que se sintiera rara.
"¿Tu obsesivo compulsivo?" Agaché la cabeza para poder mirarla a
los ojos.
"Vaya." Ella se puso rosa. "Sabes sobre eso, ¿verdad?"
"Sı́." Le di una pequeñ a sonrisa.
"¿Có mo lo sabes?" Ella frunció .
Y no fue mi intenció n, pero dejé escapar una sola risa.
"¿Qué ?" Ella se enfurruñ ó .
Magnolia, te conozco desde que tenı́as cuatro añ os. Le di un
encogimiento de hombros. "Por supuesto que lo sabı́a".
Ella tragó . "¿Có mo?"
"Lo de la ropa, por ejemplo", comencé y ella puso los ojos en blanco.
“Siempre has tenido reglas extrañ as por las que vives, y si no las sigues,
te vuelves raro e inquieto”.
Ella se aclaró la garganta. "¿Como?"
Soplé un poco de aire de mi boca. Como lo de la ducha. No puedes
irte a la cama sin ducharte, pero puedes dormir siestas sin ducharte,
incluso si tu siesta es en la cama”. Ella entrecerró los ojos hacia mı́.
“O”, continué , “revuelves el té en mú ltiplos de siete. Necesitas el
sabor a menta en la boca para ir a dormir. O có mo tu comida no se
puede tocar. O có mo una vez que te acuestas a la hora de acostarte, si
vuelves a salir, necesitas lavarte los pies o no puedes dormir”. Ella solo
me miró .
“Probablemente el que realmente lo delató fue, bastante temprano,
supongo, está bamos en la escuela, habı́amos estado juntos un poco
para entonces, y te clavaste una astilla en la muñ eca. ¿Te acuerdas?"
Escuché su respiració n cambiar. Ella asintió .
Se rozó contra una barandilla de madera cuando entraba a
escondidas en mi dormitorio y luego desapareció en mi bañ o durante
mucho tiempo. Finalmente fui a verla y allı́ estaba, con las piernas
cruzadas, sentada en el borde de la bañ era con un imperdible en la
mano y marcas de arañ azos en todo el antebrazo. Mis ojos se
agrandaron. Preocupada de que estaba haciendo otra cosa por un
segundo antes de decir en voz baja: "Hay algo debajo de mi piel". Trató
de no llorar cuando me arrodillé frente a ella. Asentı́, fruncı́ el ceñ o y
limpié la sangre de su brazo con un poco de papel higié nico.
“Ya lo veo”, le dije. Me ofreció una sonrisa con los labios apretados y
sin decir palabra me entregó el broche.
Recuerdo que hice una mueca ante la idea de lastimarla, era un
concepto tan extrañ o en ese momento. No sabı́a que en unos pocos
añ os serı́amos maestros en lastimarnos mutuamente, que causarnos
dolor serı́a el eje de nuestra relació n, lo ú nico má s consistente que el
otro.
"No." Negué con la cabeza en ese bañ o, con ná useas ante la idea.
"Por favor." Ella tragó . “Puedo sentirlo ahı́ sentado. No podré dormir
si no lo haces.
"¿Por qué ?" Suspiré .
Su boca tiró . “Porque no puedo dejar de pensar”.
Hice una pausa, la miré largamente y luego le quité el al iler, tomé su
muñ eca en mi mano y luego saqué la astilla.
Me mostró su muñ eca en esa villa de Bali. Dos cicatrices largas y
inas de donde se habı́a cortado a sı́ misma sin é xito para sacá rselo.
Fruncı́ el ceñ o, tomá ndolo como si los estuviera viendo por primera
vez, como si no conociera todo su cuerpo como la palma de mi mano.
"De todos modos", suspiré , sin soltar su muñ eca. “Esa noche fue un
poco un regalo”.
"¿Crees que estoy loco?" preguntó , en voz baja.
"No." Negué con la cabeza. "Creo que eres el mejor".
"¿A pesar de que conoces las peores partes de mı́?"
“No conozco las peores partes de ti”. Pasé mi pulgar sobre su cicatriz.
"Solo te conozco, Parks".
Levanté la tapa del servicio de habitaciones de mis (sus) huevos
benedictinos y le ofrecı́ el plato. "Ven entonces."
Esperó unos segundos, probablemente haciendo todo lo posible para
demostrar que estaba equivocado, pero sabı́a, como siempre, que
realmente querı́a huevos para el desayuno. Tı́midamente me entregó
su (mi) plato.
Cogı́ el cuchillo y el tenedor, los miré y luego los volvı́ a acercar a los
de ella. "Me sentı́ como panqueques hoy".
Los panqueques fueron un golpe de suerte, sinceramente. Dios me
ayude si alguna vez hubo un jodido parfait de frutas en el menú .
Impotente ante ellos, ella lo es. No le gustan en absoluto, aunque cree
que sı́.
Ası́ que en realidad, ¿sabes qué ? No me importa que los chicos digan
que Parks y Julian se llevan bien juntos. Que se jodan. La amé primero.
Yo la amo má s y é l no la conoce como yo.
Nadie lo hará nunca.
CINCUENTA Y DOS

Magnolia

Daisy inicialmente se habı́a entusiasmado conmigo despué s de esa


noche con la salsa de crema. El otro dı́a incluso me preguntó si podı́a
tomar prestado mi cá rdigan corto de mezcla de lana de Alaı̈a y le dije
que sı́, por supuesto, pero con el espı́ritu de divulgació n total, admitı́
que acababa de tener sexo con su hermano en é l unas horas antes y ella
me agradeció por mi honestidad y se retractó de su pedido. Ahora
estoy de vuelta en la Antá rtida porque asumo que Christian le dijo que
casi tuvimos sexo en Nueva York.
Ası́ que la sigo por su cocina tratando de hacer que vuelva a gustarle,
y como ella es una obsesionada con el control, pensé que tal vez si
permitı́a que me mandara en la cocina, su exterior endurecido se
suavizarı́a hacia mı́. La voy a romper como un macaron. Julian dijo que
no le dijera eso.
Aunque todo es un poco emocionante. Ella es un poco como mi
versió n personal y má s mala de Gordon Ramsey.
"Por el amor de Dios, Magnolia", me gruñ e. “No revuelves los huevos,
los doblas”.
Pisoteo mi pie. “Eso fundamentalmente no tiene sentido”.
Julian y Declan levantan la vista de la mesa.
Ella me parpadea un par de veces. "¿Có mo está eso ahora?"
“Porque no se llaman 'huevos doblados', se llaman huevos revueltos”.
Julian se rı́e y yo le frunzo el ceñ o.
"Sı́." Ella me da una larga mirada. "¿No recuerdas cuando los
revolvimos en un tazó n, no sé , hace cuarenta y cinco segundos?"
Asiento con la cabeza. "Recuerdo eso".
"¿Es posible que haya logrado la codi icació n?"
Puse mi nariz en el aire. "Podrı́a tener-"
"¿Qué está pasando aquı́, entonces?" Jack Giles pregunta, entrando.
"¿Por qué está s haciendo huevos a las 9 p.m. un viernes por la noche?"
"Porque Magnolia no puede cocinar para una mierda", le dice Daisy
alegremente.
"Oye." Arrugo la frente.
Daisy me ignora.
“Probamos pasta, bistec, ceviche…”
"¿Por qué te molestaste en intentar eso?" Juliá n le dice.
Ella tambié n lo ignora.
“Pastelitos, galletas—”
“¡Esos estuvieron buenos!” interrumpo con el ceñ o fruncido.
—Te comiste la masa —me espeta y me rindo, dejando la espá tula en
la sarté n para ir a sentarme en el regazo de su hermano.
Ella mira la espá tula y luego a mı́. “¿Acabas de…” Ella mira ijamente
la sarté n con los ojos muy abiertos. “La estufa está encendida”.
"¿Asi que?" Arrugo la frente.
Ella parpadea má s. "Gracias a Dios que eres bonita". Ella se aleja.
"¿Se enteró que?" Me inclino hacia el oı́do de Julian. "¡Ella piensa que
soy bonita!"
El suelta una carcajada y me besa.
"Entonces, Daisy, cuando termines con tu divertida aventura en la
cocina, que por cierto es muy agradable y no recuerda en absoluto a
Hell's Kitchen para mı́", me mira por eso y le doy una gran sonrisa, "va
a ¿Está s listo para irte?
“Ya te dije que no me iré a ningú n lado”, le dice a la olla que está
fregando.
"¡Oh, no!" Lloro. “Te tienes a ti. Será s mi ú nico amigo allı́.
"No es tu amigo", dice sin levantar la vista.
—Christian estará allı́ —digo tentadoramente y ella se congela
momentá neamente antes de volver a fregar.
"¿Pensé que era tu ú nico amigo allı́?" me dice, con la ceja levantada.
Coincido con su look. "Pensé que no eras mi amigo".
“Vamos, Dais—” Jack gime. Necesito un baile.
“Ademá s”, interrumpo, “eres tan paté tica ahı́ con tu sarté n de hierro
fundido de huevos doblados un viernes por la noche”, le digo antes de
agacharme detrá s de su hermano, para que no empiece a tirar cosas de
nuevo. Deslizo mi mano debajo de la remera negra de jersey de algodó n
lavado con el logo desgastado de Julian de Balenciaga, le paso las
manos por el estó mago, pienso en cosas deplorables y espero que
podamos hacerlas má s tarde.
"¡Bueno, divié rtanse!" Le digo a la chica que intermitentemente me
mira con el ceñ o fruncido y una olla que puedo o no haber arruinado.
"Nunca me divierto contigo", me dice, pero me doy cuenta de que es
al menos una pizca de mentira.
"Soy má s fá cil estar cerca cuanto má s bebes", le digo.
Juliá n asiente. "Eso es verdad."
Lo golpeo y é l presiona su nariz en la parte de atrá s de mi cabeza.
"Multa." Ella deja escapar un gemido frustrado y luego se pone de pie.
"Pero todavı́a no somos amigos".
Me inclino cerca del oı́do de su hermano y susurro: "Por ahora".
BJ
9:08 A. M.

Jo dijo que viniste despué s de que me fui.

Vaya.

¿A propó sito?

No.

¿En serio?

Promesa.

¿Como esta todo?

Está bien.

¿Qué tal está todo?

Si bien.

¿Có mo está Jordan?

Ella esta bien.

¿Aú n juntos?

Sı́.

¿Tú y Jules?

Algo ası́ como.

Sı́ tambié n, supongo.

Mierda.

Jajajaja

¿Está s con é l ahora?

¿Realmente quieres saber?

No

Sı́

Mierda.

Sı́.
Sı́.

Mierda.

Lo siento.

Sı́ yo tambié n.
CINCUENTA Y TRES

Magnolia

El sonido se siente particularmente ofensivo. Los neumá ticos de su


Escalade rechinan mientras miro el coche de Julian alejá ndose de mı́
antes de que tenga la oportunidad de ponerme el abrigo (el abrigo midi
con ribete de piel de oveja de Prada, tan encantador, tan evidentemente
desaprovechado en é l).
No entiendo lo que acaba de pasar en absoluto.
Si sueno confundido, es porque lo estoy.
Está bamos en una cena, é l y yo. Era el nuevo restaurante de su amigo
Carmelo Bambrilla. Estuvimos allı́, todo estaba bien. Los amigos de
seguridad de Julian estaban allı́, pero é ramos solo é l y yo en la mesa
como una cita adecuada; incluso acercó mi silla para estar cerca de é l.
Puso su mano en mi vestido porque es ası́ de malo, y le dije que se
detuviera, pero no lo dije en serio, sonriendo. Me gusta có mo me siento
a su alrededor. Algo en é l me hace sentir muy valiente. Me gusta
sentirme valiente. Amar a BJ tanto como yo, me hace sentir dé bil y
estú pido. Al lado de Julian, me siento bastante poderoso.
Ası́ que está bamos bien, todo está bien y luego hubo un apagó n.
Se asustó por completo. Completamente.
Se tiró encima de mı́, prá cticamente me arrojó a los brazos de Kekoa
y luego fue extrañ amente agresivo conmigo en el auto mientras nos
alejá bamos.
Todo lo que hice fue preguntarle si estaba bien y encendió un
interruptor, me dijo que habı́amos terminado en el acto, que lamentaba
que le importara por un minuto, que ya no lo hace y que no volverá a
hacerlo. Luego me dejó en casa y se fue.
Me quedo afuera por unos minutos recomponié ndome porque me
siento avergonzado. Algo ası́ como mirar su auto y preguntarse si
volverá . Se sentı́a tan caó tico que en realidad me pregunto si lo harı́a.
Pero no lo hace y son má s de las 9 de una frı́a noche de febrero, ası́
que entro.
"¡Está s en casa!" Mi hermana levanta la vista del sofá y cierra su
diario. Está sorprendida de verme.
"¿Está s bien?" Ella frunce el ceñ o.
Asiento de nuevo mirando la televisió n.
"¿Cuá l está s viendo?" le pregunto, caminando hacia la televisió n. Me
siento un poco mareado si soy honesto.
“Oh—” Ella niega con la cabeza, molesta por eso. “La tonta de 1800”.
Me encojo de hombros mientras me siento a su lado. "Me gusta
bastante ese".
Bridget me mira de cerca. "¿Está s seguro de que está s bien?"
Ella lo silencia.
La miro ijamente por un segundo y luego vuelvo a mirar la
televisió n mientras trato inú tilmente de alisar mi vestido. Oscar de la
Renta, mini vestido con bordado loral. Negro.
Hay una sensació n divertida de ser descartado que no me gusta pero
me resulta familiar. BJ, Tom, despué s de nuestra pelea (pero supongo
que me la merecı́a) y ahora Julian.
Es una sensació n bastante horrible, como si me usara como querı́a,
se llenó y me tiró . Realmente no quiero decirle. Mis mejillas se
calientan cuando pienso en decirlo en voz alta.
Mi iPhone suena y mi hermana estira el cuello para ver mi telé fono,
esa pequeñ a y entrometida palabra b, pero mi corazó n da un vuelco
porque estoy seguro de que será Julian dicié ndome que lo siente y que
está de regreso y yo Me alegraré de no haberle dicho a Bridget porque
eso tambié n habrı́a sido vergonzoso, pero diferente.
Kekoa
21:27

Entraste bien?

¿qué ?

Entraste bien?

¿por qué ?

si o no

Sı́.

Bridget me mira confundida. "¿Qué ?"


Ademá s, ¿por qué mi corazó n dio un vuelco justo antes?
Mi telé fono suena de nuevo.
Está bien.

Frunzo el ceñ o a la pequeñ a pantalla en mi mano y escribo algo de


vuelta.
¿No podı́a preguntarme é l mismo?
Ninguna respuesta.
Tiré mi telé fono en el sofá .
“Julian y yo hemos terminado”.
Mi hermana gira la cabeza en mi direcció n. "¿Qué ?"
"Mmm." Miro la televisió n.
Me agarra del brazo y lo sacude para llamar mi atenció n. "¿Qué
sucedió ?"
“Yo no… Nada.” Me encojo de hombros. "Fue raro."
"¿Estas triste?"
"No", miento.
Lo soy un poco, pero eso se siente estú pido y no entiendo por qué lo
serı́a.
"¿Ası́ que acabas de romper?" pregunta, tan confundida como yo.
“No está bamos—”
"-Callate." Ella rueda los ojos. "Usted sabe lo que quiero decir."
“Fuimos a cenar, creo que pensó que sucedió algo peligroso porque
se cortó la energı́a, y luego simplemente… se puso raro”. Me encojo de
hombros. “Traté de preguntarle sobre eso en el auto, pero luego se
puso má s raro y dijo que habı́a terminado conmigo y le dijo a Kekoa
que me llevara a casa”.
“¿El chico de los panqueques?” ella pregunta, tratando de seguir el
ritmo.
"Sı́."
"Derecha." Ella asiente.
"Y eso fue todo. Simplemente se alejó ”.
Toda la cara de Bridget se arruga. "Eso es tan grosero."
"Lo sé ."
“Me estaba empezando a gustar”.
¿Quizá s yo tambié n? Me pregunto.
Bridget exhala por la nariz. "¿Vas a llamar a Beej?"
"Quizá s." Meto mis pies debajo de mı́ ası́ que estoy en una pelota.
"¿Crees que deberı́a?"
Mi hermana pone los ojos en blanco. "Por el amor de Dios."
BJ
23:01

Hola.

Oye
BJ
23:15

Que esta pasando

Nada.

Solo diciendo hola.

OK

Hola

Hola

¿Có mo está el clima?

¿Bien entonces?

Bien entonces.

¿Y para tı́? ¿Có mo está tu clima?

Bastante promedio la mayor parte del dı́a.

Sin embargo, se puso muy soleado alrededor de las 11:01 p.m.

No mates a ese.

Nunca má s.
CINCUENTA Y CUATRO

BJ

Los amigos de Jordan de Australia está n en la ciudad y ella está


tomando unas copas con ellos. No me pidió que viniera, pensó que era
un poco extrañ o porque normalmente quiere que la acompañ e a todas
partes, le gustan las fotos y el alboroto, creo. Pero no hoy.
Tenı́a razó n el otro dı́a, sobre el DJ. Ella no me dijo. Vi una foto.
Estaban en la cena. Nada suspenso, no lo creo. Alguien tomó un video
de ellos en Manteca y se lo envió a Loose Lips. Lo publicaron en su
TikTok, me etiquetaron unas cien veces. Estaba en el sofá a mi lado
cuando lo abrı́. Ella me vio mirarlo. La miré y ella me devolvió la
mirada. Ninguno de nosotros dijo nada. Guardé mi telé fono.
Se metió en la cama anoche y se dio la vuelta para mirarme y me
sonrió . Guarde mi telé fono, acababa de terminar de enviarle un
mensaje de texto a Parks, le dirigı́ una sonrisa.
"Tenemos una relació n extrañ a, ¿eh?" dijo con una mirada divertida
en su rostro.
Me reı́. "¿Qué quieres decir?"
"Solo divertido." Ella se encogió de hombros. "No me importa".
Lucho contra una sonrisa. "A mı́ tampoco me importa".
Pensó en preguntarle sobre el DJ, pero decidió no hacerlo. No se
sentı́a como mi negocio. Sé que es raro, té cnicamente es mi novia, pero
no fue ası́. Todavı́a no. Me hace preguntarme acerca de todos los novios
falsos de Magnolia, pero ¿lo sabı́an por adelantado o se dieron cuenta
con el tiempo? Que yo siempre estarı́a ahı́ y ellos solo tenı́an una
funció n especı́ ica que era exclusivamente para joderme. Yo y Jordan
nos sentimos como amigos que viven juntos y tienen sexo a veces. Un
arreglo bastante só lido si fue intencional, como si hubié ramos llegado
a algú n tipo de acuerdo tá cito, se siente un poco ası́. Incluso si no lo
hemos hecho, no quiero sacudir el barco.
Entro en casa de Jo y yo y encuentro la sala de estar llena.
Jo, Taura, Henry, una chica que no conozco, eso es interesante,
Christian, Parks. No Julian, tambié n interesante.
"¡Oye!" Joná s sonrı́e.
Saludo con la cabeza a todos, estiro la mano para estrechar la mano
de la chica que no conozco.
“Esto es Georgia”, me dice Henry. “Vamos juntos a la universidad”.
Asiento hacia ella con una sonrisa.
Ella es extravagantemente hermosa. Como Stephanie Seymour en la
portada de Playboy en los 90. Miro a Taura, sú per enojada. Parks llama
mi atenció n y modero mi sonrisa con su feliz sorpresa que me envió un
mensaje de texto anoche. Sin razó n. Solı́a hacerlo todo el tiempo.
Perdido. Se pone de pie (gran abrigo acolchado de Gucci y un diminuto
vestido azul debajo) y camina hacia la cocina.
Espero unos segundos y luego la sigo.
Ella está parada allı́ esperá ndome, recostada contra el banco
esperá ndome.
“Pı́deme perdó n”, me dice tan pronto como entro.
Me paro innecesariamente cerca de ella.
Mi cara se tuerce, divertida. "¿Para qué ?"
"No sé ." Ella se encoge de hombros. “Simplemente me siento enojado
contigo y siento que deberı́as pedirme perdó n”.
"¿En realidad cruzar?" La miro de arriba abajo en busca de pistas. "¿O
quieres cruzar la atenció n?"
Su cara pellizca. "El segundo."
Intento no reı́rme. "Bueno, ahora siento que deberı́as pedirme
perdó n".
“Entonces estarı́as equivocado”, me dice, con la nariz en el aire. Que
no darı́a por besar esa nariz. Cualquier cosa, literalmente cualquier
cosa excepto ondear la bandera blanca primero.
“¿Necesitamos 10 segundos?”
Sus ojos perfectos pellizcaron de nuevo. "Quince."
Aun mejor.
"¿Listo?" pregunta ella, con las cejas levantadas.
Asiento una vez.
Ella asiente de vuelta. "Vamos."
La miro ijamente, llego a tres en mi mente antes de sentir que mi
parpadeo comienza a disminuir. No quiero cerrar los ojos, si te soy
sincero.
“Te ves bonita hoy,” le digo.
Su rostro se suaviza por un segundo antes de que su nariz se eleve.
“Se supone que no debemos hablar cuando hacemos esto…”
"Lo siento." Asiento con la cabeza. "Empezar de nuevo."
Ella asiente una vez para indicar que el temporizador se ha
reiniciado y luego me estiro para limpiar una pestañ a de su mejilla que
no está allı́.
Parpadea mucho y lucho contra una sonrisa.
"Lo siento." Me encojo de hombros, mostrá ndole mi dedo. "Pestañ a."
Ella mira ijamente mi dedo por un segundo y luego sus ojos se
contraen, dubitativos. "No hay nada allı́".
Si crees que te estoy tocando la cara solo porque me apetecı́a, está s
loco… Aplasto una sonrisa.
Deja caer la barbilla sobre su pecho, mirá ndome como si no
estuviera complacida, pero está sobre ella que lo está .
Ella exhala por la nariz. "Empieza de nuevo... ahora".
"¿No crees que me veo bien hoy?" Pregunto inmediatamente.
Ella aparta la cabeza de mı́. "Creo que te ves bien todos los dı́as", dice
rá pidamente y luego agarra la manga de mi sudadera. Ella no dice lo
que es en voz alta, pero lo murmura en voz baja. “Sudadera con logo en
punto grueso. JW Anderson”.
Luego exhala por la nariz. “Ahora, sin hablar. Quince, catorce…
—No puedes contar en voz alta, eso distrae —digo solo para
molestarla.
"¡BJ!" Ella pisotea su pie.
Me inclino hacia ella y le susurro: “Me encanta cuando dices mi
nombre”.
Ella traga nerviosa. "Esa es mi linea."
"Lo robé ", le digo y sus ojos se vuelven charcos.
Los mejores putos charcos del mundo
"¿Adivina qué ?" Digo en voz baja, solo porque quiero que siga
mirá ndome ası́.
"¿Qué ?"
“Tuve mi primera sesió n de eliminació n de tatuajes hoy”.
Sus ojos se agrandan. "¿En realidad?"
Asiento con la cabeza.
Se acerca y mira debajo de mi camisa, mirando el vendaje sobre ella.
"¿Dolió ?"
Presiona mi lengua en mi labio superior. "Sı́."
Ella se muerde una sonrisa. "Bueno."
"No hables", le digo. —Quince y listo... —digo y me inclino hacia ella,
con los ojos muy abiertos, tratando de hacerla reı́r.
"¿Qué está s haciendo?" Pregunta Georgia, la chica que Henry trajo
con é l.
“Oh—” Mi hermano pone los ojos en blanco cuando aparece detrá s
de ella. "Ingnó ralos. Lo han hecho durante el tiempo que han estado
juntos”.
"¡Vaya!" Ella asiente. "¿Estan juntos?"
“No,” Magnolia y yo decimos rá pidamente al unı́sono.
"Bueno...", re lexiona Henry.
"No", dice Magnolia con irmeza, pasando a mi lado y de regreso a
todos los demá s.
Golpeo a Henry en el brazo y susurro: "Gracias, hombre", antes de
seguirla porque tengo toda mi vida y los viejos há bitos mueren con
fuerza.
Se sienta en el sofá de una plaza, pero se hace a un lado para que
haya su iciente espacio para mı́. Apenas.
Es lo má s cerca que han estado nuestros cuerpos desde que
dormimos juntos y todo se jodió .
La empujo con el codo.
Ella me mira, me da una pequeñ a sonrisa que se siente como un
secreto.
Me pregunto cuá nto tiempo nos llevará llegar al lugar en el que
pueda pasar mi brazo alrededor de ella, dejarla ser mı́a en voz alta, no
solo dentro de mi cabeza.
¿Dó nde está Jules? Le pregunto en voz baja.
"Oh, eh". Ella tira una pequeñ a cara. “Creo que estamos…” Se corta los
dedos sobre el cuello.
Mis ojos se abren como platos. ¿Hecho? Santa mierda. ¿Qué carajo?
"¿En realidad?" Trato de no sonar demasiado emocionado. Ella
asiente. "¿Qué sucedió ?"
Se encoge de hombros como si fuera un misterio para ella.
"No es nada. Es solo, ya sabes. no lo hizo Nosotros…” ella se arrastra.
“No está bamos—”
Ella me mira, con la boca fruncida.
Nosotros, es lo que ella no está diciendo. Ellos no eran nosotros.
Asiento una vez. Coge mi corazó n de cometa y atornı́llalo al suelo de
mi apartamento.
¿Y dó nde está tu novia? pregunta, mirando a su alrededor.
"Afuera. Con amigos." Golpeé mi mano. "¿Está s bien?" le pregunto a
Parks mientras me muevo un poco má s cerca de ella.
Ella me mira ijamente, con los ojos muy abiertos y un poco nerviosa.
"Estoy bien."
Asiento una vez.
Jo me pasa un vino y lanza un brazo alrededor de Taura mientras
mira a mi hermano. Los ojos de Henry van de los de Jonah a los de
Tausie y luego desliza su brazo alrededor de la chica que trajo.
Mierda. Esto se está complicando.
“Henry nos estaba contando el lugar má s raro en el que ha tenido
sexo”, anuncia Taura con los ojos entrecerrados.
"Vaya." Asiento y hago una mueca a la vez. "¿Que era?"
“Um…” Henry exhala un poco de aire de su boca mientras piensa.
Mira a Georgia. “Robamos una gó ndola el otro dı́a. En los canales.
Los ojos de Taura se oscurecen. "Eso suena divertido." Taura asiente
con la boca apretada.
“Lo fue”, le dice Henry, mirá ndola ijamente.
"¿Cristiano?" Asiento hacia é l solo para mantenerlo en movimiento.
“La cama de Julian”, dice sin perder el ritmo.
Magnolia hace una mueca. “¡Ew! ¿Cuando?"
"Ohh-" El niega con la cabeza, dá ndola cuerda. "No quieres saber".
Magnolia seco se levanta dramá ticamente.
"Está bien, cá lmate". Christian pone los ojos en blanco. "¿Qué hay de
ti, entonces?"
Su rostro tira y me mira.
No sé si es por permiso o quiere que responda por ella o qué .
Me encojo de hombros. “Solı́amos hacerlo en el pequeñ o armario
debajo de las escaleras en Varley”.
Sus mejillas se ponen rosadas.
"¿Qué escaleras?" Joná s parpadea.
"Las escaleras principales hasta Hunnisett". La casa dormitorio de
Parks.
“Tambié n lo hicimos detrá s de una estatua en Carver Hall”, me
recuerda.
Carver Hall, mi dormitorio. Un poco arriesgado, intimidad en los
terrenos de la escuela, pero debo decir: alto riesgo, alta recompensa.
Niego con la cabeza hacia ella, luchando contra una sonrisa.
“Nosotros no hicimos eso, hicimos alguna... otra mierda”.
La habitació n estalla en sonidos inmaduros y las mejillas de Parks
está n ardiendo pero se ve feliz.
"Estoy confundida acerca de su relació n", dice Georgia, mirando
entre nosotros.
"Todos lo somos." Taura asiente solemnemente.
“Parks tiene que irse de nuevo”. Christian asiente hacia ella. "Eso no
cuenta".
"Cabina." Henry asiente hacia ella. Tú y Tom.
Magnolia se queda un poco quieta a mi lado y no puedo evitar
mirarla.
"¿Tuviste sexo en una cabina?"
Ella me mira, parpadeando.
Su cara es rara, un poco incó moda pero tambié n un poco complacida.
“Rush y tú lo hicisteis en el guardarropa de ese bar”, le recuerda
Taura.
"¡Lo hiciste en un maldito escalador!" Christian pone los ojos en
blanco.
"¡Bien!" Se golpea las mejillas con las manos, avergonzada. "¿Pueden
todos dejar de hablar?"
“De hecho, los encontré a ella y a Julian en mi o icina la otra
semana…” Jonah señ ala a Parks, ignorando su pedido. “Lo cual no es tan
extrañ o para ellos, pero fue jodidamente extrañ o para mı́”.
"¿La o icina de Jo?" Christian se rı́e. "Te has vuelto Full Beej".
Todos se rı́en menos Parks y yo.
Ella me sonrı́e, dé bil.
(“Espera”, le susurra Georgia a Henry, observá ndonos. “¿Está n
juntos?”).
La conversació n continú a, Taura cuenta una historia sobre sexo en
un acuario, pero no le presto atenció n.
Mi mente va a mil por hora tratando de averiguar có mo decirle que
no me importa. Que no me importa aunque lo haga, que la sigo
queriendo igual, que nada podrá deshacer lo mucho que la quiero. La
deseo de una manera inmutable, incluso si amarla en este momento se
siente como un pie presionando mi garganta.
Y Parks, ella solo me está mirando, mirando mi cara.
Incluso antes de mirarla, sé que se ve nerviosa.
Triste, casi.
Puedo sentirlo en ella.
Trago saliva, pienso rá pido, trato de hacerle saber que está bien sin
decir las palabras.
Me inclino, la respiro.
“Hueles diferente, ¿es nuevo?”
Ella me mira, sus ojos quietos.
“Heures d'Absence. Louis Vuitton”.
Mantengo sus ojos irmes.
"Me gusta."
CINCUENTA Y CINCO

BJ

Despué s de la otra noche, decidı́ que voy a terminar con Jordan como
es debido. Tan pronto como Parks dijo que ella y Jules habı́an
terminado, supe que tenı́a que llamar. Estaba esperando que me
ofreciera a llevarla a casa anoche, me di cuenta. Tomé toda mi fuerza de
voluntad para no hacerlo tambié n, pero sabı́a que no podı́a. Sabı́a que
si lo hiciera, la besarı́a, le dirı́a que la amo, le quitarı́a la ropa y harı́a
todo lo posible para no jodernos, pero ya estarı́a jodié ndolo porque sé
que a ella le importa que yo sea con Jordan todavı́a. Necesito hablar con
Jordan antes de comenzar con Parks, eso es obvio despué s de có mo se
desarrolló todo antes. El viaje de cumpleañ os que Jordan planeó , ese es
el ú nico inconveniente. Ella nunca ha estado antes y está tan
emocionada de ir, no es que esa sea una razó n para no hacerlo con ella,
solo me hace sentir un poco má s mal por hacerlo. Eso y creo que ha
preparado un montó n de patrocinadores para el viaje, ası́ que solo
necesito un minuto para averiguar có mo decirle que ya no vamos.
Lo pospuse por un dı́a porque estoy tratando de averiguar si serı́a
bueno o una mierda decirle que se vaya sola de todos modos.
Podrı́a tomar a ese DJ, no me importa. Sin embargo, tampoco sé si
puedo decir eso, porque aunque estoy bastante seguro de que estamos
en la misma pá gina, no lo sé con certeza.
En el momento en que entro al Club de Matemá ticas me arrepiento de
no haberlo llamado. Piernas hasta los putos ojos, vestido blanco con un
hombro al aire, una vincha de lores y una francesa de 75 en la mano.
Está en el bar con mi hermano y Christian, y joder, deberı́a haberlo
llamado. Asiento con la barbilla hacia ella mientras me acerco y sus
ojos se suavizan en los bordes. Ella está feliz de verme. O lo era hasta
que ve a Jordan y su amiga del trabajo.
Veo a Parks suspirar. La postura cae, los hombros se desploman un
poco. Odio hacerle esto. Voy a terminarlo esta noche. No deberı́a haber
traı́do a Jordan conmigo despué s de có mo estuvimos Parks y yo
anoche, Magnolia podrı́a tomarlo a mal. No lo estaba planeando, pero
ella y su amiga no aceptarı́an un no por respuesta.
"Oye". Me inclino y beso su mejilla de todos modos antes de mirar a
mi hermano ya Christian. "Niñ os." Asiento con la cabeza hacia ellos.
Jordan me rodea y abraza a un Parks congelado.
"¡Hola!" Jordan canta mientras le da un apretó n.
"Vaya." Magnolia parpadea. "Hola."
No es un gran toque, mi Parks. Solo con migo.
Creo que solo está siendo amistosa. australiano, ¿sabes? Pero Parks
habrı́a odiado eso.
Mierda. Estoy listo para que esto se haga.
“Esta es mi amiga, Caitlyn”. Jordan le hace un gesto y luego Caitlyn
lanza sus brazos alrededor de Parks y tambié n la abraza.
"Derecha." Magnolia frunce el ceñ o mientras el extrañ o se demora
unos segundos má s.
Una mirada a la cara de Magnolia y Henry comienza a toser
histé ricamente para ocultar su risa.
“Encantada de conocerte”, dice Parks, sonando muy insegura y
completamente inconsciente de que se las está quitando del cuerpo
mientras se alisa el vestido. Entonces, ¿les gustan má s los abrazos en
Australia? le pregunta a Caitlyn corté smente.
Caitlyn niega con la cabeza. "Oh, soy de Londres".
"Vaya." Magnolia frunce el ceñ o y me mira. “Pero no nos gustan los
abrazos aquı́”.
Me inclino hacia ella y le digo: “Algunas personas lo hacen”, y luego la
empujo con el codo. Nuestros ojos se atrapan y ella traga.
Jordan se está tomando fotos con el bolso que le compré el otro dı́a y
su amiga está parloteando con Christian.
Me acerco a Parks, asintiendo con la cabeza hacia Julian al otro lado
de la habitació n. "¿Hablaste con é l?"
Ella niega con la cabeza.
"¿Vas a?"
Ella me mira durante unos segundos, luego niega con la cabeza.
Christian agacha la cabeza, agarrando mi ojo con urgencia con el
suyo.
“Voy a…” Asiente con la cabeza hacia Daisy. El pequeñ o amigo de
Jordan está demasiado deslumbrado con é l. Le doy un guiñ o y sale
corriendo. Lanzo mi cabeza sutilmente como puedo hacia la mesa en la
esquina. Juliá n y compañ ı́a.
"¿Está s bien, sin embargo?" Le pregunto a Parques.
Ella me lanza una rá pida sonrisa y asiente.
"¿Qué sucedió ?" Pregunto, solo porque soy entrometida.
Ella niega con la cabeza y se encoge de hombros, y creo que veo un
poco de tristeza genuina deslizarse allı́ y me asusta, ası́ que asentı́ con
la barbilla hacia ella.
"Há blame de este vestido, entonces, ¿a quié n llevamos hoy?"
Se para un poco má s alta, los ojos brillan como siempre lo hacen con
la ropa.
"Adivina."
Inclino la cabeza, aprovechando la oportunidad para observarla. Ella
es irrazonablemente hermosa. Siempre lo ha sido, pero cuando usa
colores claros, se vuelve má s marró n. La amo en blanco. Ha estado
usando mucho negro ú ltimamente, un poco diferente a ella. Ella es la
personi icació n del color y la luz, ası́ que eso es todo lo que deberı́a
usar.
"¿Gucci?" Adivino despué s de recoger el dobladillo de su vestido con
mis dedos.
Ella niega con la cabeza. “Mini vestido de mezcla de algodó n con
ribete de encaje y jersey elá stico de… Miu Miu”.
"Ah". Asiento una vez. “Deberı́a haberlo adivinado. ¿Abrigo?"
“Gabriela Hearst…” Señ ala sus botas. "Chloé ". Señ ala su diadema.
"Jennifer Behr". Me enseñ a su bolso.
“—Saint Laurent,” salto porque no soy idiota.
Los ojos de Magnolia parpadean hacia el otro lado de la habitació n
donde está Julian. Creo que sus ojos deben atrapar porque ella aparta la
mirada rá pidamente y vuelve a mirar el dobladillo de su vestido que
todavı́a estoy sosteniendo.
Jordan se da cuenta. Mira ijamente el material entre mis dedos, mira
por encima del hombro a Julian y luego a Magnolia. la mira
¿Có mo está Juliá n? pregunta mientras inalmente suelto el vestido de
Parks.
Magnolia y mis ojos se cruzan y ella le da a Jordan una sonrisa
delicada. "Ya no estamos", usa comillas, "'involucrados'".
"Oh", Jordan frunce el ceñ o un poco. No puedo colocar totalmente el
ceñ o fruncido. No es empá tico. Tampoco lo siente por sı́ misma. Es
inconveniente, tal vez? "Lo siento."
Magnolia niega con la cabeza. “No, es—” Ella traga. "Multa."
Esto es todo, me digo. Voy a hacerlo ahora.
“Oye, Jords—” Asiento con la cabeza hacia las o icinas. "¿Podemos
tener un..."
Y luego esto sucede tan rá pido. Jordan me está mirando, ası́ que sé
que me escuchó , pero despué s de que registra lo que dije, vuelve a
mirar a Magnolia.
"Nos vamos a Italia la pró xima semana", dice Jordan alegremente,
uniendo su brazo con el mı́o.
voy todavı́a. Mierda. ¿Por qué ?
"Vaya." Magnolia parpadea un par de veces y parece
instantá neamente herida.
"¡Sı́!" Jordan sonrı́e, mirá ndola un poco hacia abajo. "Para su
cumpleañ os. Va a ser tan bueno. Solo nosotros dos en este…
Ella sigue hablando pero yo no la escucho. Estoy tratando de decirle
a Parks con mis parpadeos que Jordan está equivocado, que nosotros
no, que voy a terminar con esto en un minuto, pero Parks no me mira.
Se ha apagado, los ojos se han vuelto vidriosos, se ha ido dentro de sı́
misma como lo hace cuando la lastimo.
Me siento irracionalmente enojado con Jords por este. No sé por qué
lo hizo, por qué lo dijo. Ni siquiera sentı́a que lo estaba haciendo para
ser territorial conmigo, sino que solo estaba tratando de sacar de
quicio a Parks. ¿Dó nde estaba esta iniciativa hace un mes cuando
está bamos sentados en el brunch con Parks y Julian con su mano bajo
su jodida falda? ¿Dó nde estaba este sentido comú n en Añ o Nuevo
cuando Jules estaba besando el cuello de Parks justo en frente de mı́?
¿Decide asomar su maldita cabeza ahora? ¿Ahora que Magnolia
terminó con é l, ahora que yo y Parks estamos en buen pie? ¿Ahora
Jordan decide entregar a Parks con algunos golpes casualmente
devastadores?
Y sé que aú n no hemos tenido esas conversaciones, ası́ que sé que
té cnicamente sigo siendo de Jordan, pero aú n ası́, no lo soy. En cada
susurro silencioso, cada hilo sutil y matizado en el tejido del tiempo,
todas las pequeñ as ondas en el universo te dirá n que en realidad soy
solo Parks.
Necesito que lo sepa, desearı́a que solo mirara mi puta cara en este
momento para poder verla, pero no lo hace. Sus ojos no se apartan de
su copa de champá n.
Y luego hay una pelea.
En la mesa de los muchachos, Juliá n está de pie y está , me doy cuenta
de esto, está empujando a Carmelo Bambrilla.
Parpadeo un par de veces. Eso no puede ser. Son gruesos como
ladrones. Juego de palabras intencionado.
Carmelo lo empuja y yo retrocedo mientras observo. Entonces Juliá n
agarra a Carmelo por el cuello de la camisa y no sé , ¿tal vez empieza a
as ixiarlo? Miro a Parks y no lo veo venir, pero deberı́a, porque lo que
sucede a continuació n es tı́pico de ella.
Ella corre directamente hacia é l. Se abre camino a travé s de la
creciente multitud para llegar a Julian, se sube a una mesa para ser má s
alta que é l y luego le agarra la cara y la gira hacia ella.
¿Sabes que cuando está s borracho existe ese punto sin retorno,
donde todo lo que realmente puedes hacer es aceptar que lo has jodido,
sentir que la enfermedad te recorre y pasa toda la noche?
Siento los enfermos.
¿Có mo es ella ası́? No sé por qué lo hace. Corre directamente hacia el
ojo de la tormenta como si le gustara allı́, le gusta el drama, le gusta el
peligro, y toda mi vida, he corrido detrá s de ella. Pero no la estoy
persiguiendo esta vez. No con ella mirá ndolo ası́. Como si no fuera solo
una tonterı́a, le gusta que haya sentimientos que aú n no conoce, como
si la lor estuviera domando a un nuevo zorro. Ella está de pie sobre esa
mesa con las manos en su pecho, calmá ndolo como si fuera un caballo
asustado y joder, me voy de aquı́.
No puedo ver esto. No otra vez. Ya no puedo seguir con Jordan,
porque joder a Parks con las manos en su pecho, con las manos en su
cintura como si fuera suya y no mı́a, como si en realidad pudiera ser
suya y no mı́a. No puedo hacerlo de nuevo.
Ası́ que tomo la mano de Jordan, tiro de ella hacia la puerta y salgo.
Bé sala estú pida contra mi auto. Ella no me detiene. Sostiene mi rostro,
me devuelve el beso, intensi ica las cosas má s con la forma en que lo
hace tambié n. Mano arriba de mi camisa, tirando de mis jeans.
Agarro su cintura como si no quisiera, presiono mi cuerpo contra el
de ella como si fuera el correcto y lo metemos en el auto.
Y sı́, estoy cayendo de nuevo en el territorio de los viejos há bitos y la
venganza, pero Parks lo está haciendo de nuevo, ası́ que ¿por qué no
puedo?
gus
10:16

Adivinen a quien vi anoche...

¿Quié n?

Jack Giles

¿Oh sı́?

¿Como estaba?

Bueno.

¿Dijo que ustedes ya no está n saliendo?

sı́

¿Estaba solo?

Estaba conmigo, Julian y Daisy.

Se cogió a alguien má s.

Mierda.

Lo siento.

esta bien xx

¿Se veı́a bien?

Mejor contigo

Mentiroso

Almuerzo esta semana?

Por favor, por favor

amar a

Aprovecharé cada oportunidad que tenga para comerse con los ojos a Julian Haites.

Honestamente, yo tambié n.
CINCUENTA Y SEIS

Magnolia

Fue peculiar esa noche en el club. Momento misericordioso, supongo.


Jordan anuncia que ella y BJ se está n yendo para un viaje sexy justo
cuando Julian comenzó a intentar estrangular a Carmelo.
Me resultó má s fá cil alejarme de BJ en ese momento, porque Julian
me necesitaba. Pero en realidad, en silencio, probablemente habrı́a
acudido a Julian en un caso como ese sin importar nada.
Es bueno que te necesiten a veces.
BJ no me necesita, no lo creo. Lo necesito pero no es al revé s, nunca
lo ha sido. Toda mi vida, é l era todo lo que tenı́a de muchas maneras.
Má s que mi novio y mi mejor amigo y mi protector y mi con idente, lo
necesitaba porque cuando se fue me sentı́ terriblemente sola. Pero no
lo hizo. Nunca me ha necesitado, no con su familia funcional con sus
amorosos padres y hermanos saliendo de sus globos oculares, y todas
sus tı́as y tı́os y abuelos que está n sobrios y controlados, que lo aman
muy abiertamente y en voz alta. Todo el tiempo, en sus juegos de rugby,
cuando le fue bien en la escuela, en su cumpleañ os, estuvieron allı́ para
é l como necesitas que sea tu familia. No necesitaba mucho de mı́. En
realidad, creo que lo ú nico que realmente necesitó de mı́ fue, bueno,
una noche satis izo esa necesidad con otra persona en una bañ era.
Calmé a Julian, detuve la pelea. Jules me pidió que me fuera con é l.
Busqué a BJ, no por ninguna razó n real, má s que nada por re lejo, pero
se habı́a ido. Ası́ que me fui con Jules. Pasamos junto al coche de BJ en el
callejó n detrá s del club. Vidrios empañ ados, movimiento detrá s de
ellos. Julian no se dio cuenta y no dije ni una palabra, pero casi me eché
a llorar en el acto, ası́ que me follé a Julian en la parte trasera de su auto
solo para compensarlo.
“Veo a un psicó logo”, me dijo despué s conmigo todavı́a a horcajadas
sobre é l en el asiento trasero. Solo con sus pantalones rectos negros de
cintura elá stica de Y-3, sentado allı́, todo sin camisa y perfecto. Su
camiseta Fear of God de jersey de algodó n aterciopelado de color
blanco roto y su cazadora bomber de mezcla de lana con paneles de piel
sinté tica negra de Kapital se proyectan detrá s de nosotros.
Mis manos estaban envueltas detrá s de su cuello y las movı́ hacia su
cabello.
"¿Tú ?" Yo pregunté .
El asintió , puso su mano en mi cintura y se recostó contra el asiento.
"¿Para qué ?"
Se encogió de hombros. "Todo."
Me movı́ un poco má s cerca de é l y é l me miró mientras lo hacı́a, esta
nueva calma ahora sobre é l y me pregunté si podrı́a estar llevá ndosela.
"¿Todo como qué ?"
“Como siempre preocupá ndome de que algo le vaya a pasar a mi
hermana”. Exhaló un suspiro que no me di cuenta de que estaba
conteniendo. “Como mis padres muriendo frente a mı́”. Me dio una
sonrisa cansada.
“Julian,” dije mientras ponı́a mi mano en su rostro porque no estaba
segura de qué má s hacer, y é l la sostuvo contra é l y besó mi palma y no
dijo nada má s al respecto. Me acostó en la calle de atrá s y me besó má s.
Unos dı́as despué s, é l y yo vamos a almorzar con mi hermana y Gus
en The Athenaeum.
Mi hermana está siendo muy irme y inge que todavı́a no le gusta
Julian, a quien en realidad es casi imposible que no le guste, y estoy
siendo sincero cuando digo eso.
Hay algo en é l, có mo te mira, có mo te habla, aceptació n instantá nea y
total, por eso creo que hay hombres que lo seguirı́an a cualquier parte,
directo a un precipicio con balas en el pecho, si se lo pidiera.
Hay algo salvajemente seductor en é l y ni siquiera de una manera
abiertamente sexual, solo en la forma en que, diga lo que diga, está s
dentro.
chino para la cena? Por supuesto.
¿Se puede quedar con el resto de mi ensalada? Absolutamente.
¿No serı́a tan divertido si fuera a buscarle un café ? Por supuesto que
lo harı́a.
Y es diferente de có mo es con BJ, donde parece que todo, incluso las
peores cosas, son divertidas. Pero Julian se las arregla para hacerte
sentir que todo lo que dice es la mejor y má s inteligente idea.
¿Pensé que era realmente una idea buena o higié nica tener sexo en el
bañ o de hombres en Verona hace un par de noches? No, no lo hice.
¿Tengo algú n remordimiento? No, no lo hago.
Pero todavı́a está trabajando para ganarse a mi hermana, ası́ que
está hablando de los peligros de China como una superpotencia
econó mica y yo no lo escucho en un milló n por ciento.
“—no, pero tambié n es su inversió n en infraestructura en el
extranjero”. Asiente con la cabeza a mi hermana. "¿Usted sabe lo que
quiero decir?"
El juega con su inteligencia mientras ella juguetea con sus aretes
(aretes de aro plateados con hilo de Jennifer Fisher) y luego asiente.
“Su poder blando los hace peligrosos, absolutamente”.
Le doy un codazo a Julian y le susurro: “¿Podemos hablar de otra
cosa? Esto es muy aburrido."
Mi hermana niega con la cabeza hacia mı́. "¿La sucesió n sin
precedentes de la posició n de poder de un paı́s es aburrida?"
Cuelgo la cabeza. Aburrido. Muy aburrido. “Dejé de escuchar de
nuevo. ¿Quizá s deberı́amos hablar má s bien de la democratizació n del
lujo? Estoy seguro de que es un problema que nos está impactando a
cada uno de nosotros muy profundamente”.
"Realmente no." Juliá n frunce el ceñ o.
"Nunca pensé en eso una vez", dice mi hermana tonta.
“Un poco fastidioso…” Gus se encoge de hombros. “Pero bueno para
ellos”.
"¿Quié nes son 'ellos'?" Bridget parpadea.
"La clase aspiracional", le digo alegremente y Julian resopla en su
bebida.
Mi hermana me mira ijamente. "¿Có mo no te han cancelado?"
Niego con la cabeza hacia ella. “No me adhiero a cancelar la cultura,
creo que es antiprogresista y positivamente draconiana”.
Bridget entrecierra los ojos. "¿No cancelaste Paili?"
Me aliso la falda rosa a cuadros de talle alto de Patou. “Yo no la
cancelé . Gran Bretañ a canceló Paili —digo con irmeza. Yo no estuve
aquı́, no tuve nada que ver con eso. "Ocurrió sin mi consentimiento ni
mi aprobació n, pero no ingiré que no estoy nada complacido porque
solo soy humano y ella es una puta gigantesca, ası́ que..."
Gus se rı́e cuando Julian se lame los labios sonrientes y me rodea con
un brazo sin pensarlo dos veces. Gus lo observa con fascinació n.
"Derecha." Juliá n asiente hacia é l. "Ası́ que infó rmame, ¿qué pasó
contigo y Jack Giles?"
Gus balancea la cabeza, luciendo a la vez incó modo y triste.
"El es... complicado", ofrece Gus diplomá ticamente.
Julian asiente, con la mandı́bula apretada. "¿Todavı́a no ha superado
a ese imbé cil?"
"¿Taj Owens?" Gus aclara y luego niega con la cabeza.
Es bueno ingiendo que no le importa, pero sé que le gustaba Jack.
Nunca se ha comprometido realmente con nadie, ası́ me lo dijo Tom
cuando está bamos juntos. Jack era un gran problema. "Sı́."
Julian se recuesta en su asiento y niega con la cabeza. "Lo siento,
hombre".
El lo dice en serio.
Gus se encoge de hombros, concediendo. "Es lo que es. Todo el
mundo tiene una persona con la que se queda atascado”.
Julian me mira y me siento mareado por un segundo.
salto Voy al bañ o… Doy unos pasos hacia é l antes de darme cuenta de
que Bridget no me sigue. ¿Bridget? Pisoteo mi pie.
Ella gruñ e y pone los ojos en blanco, pero me sigue de todos modos.
“Serı́a tan molesto ser tu amigo”, me dice.
Le hago un puchero. "Eres mi amigo."
Ella pone los ojos en blanco, pero puedo decir que en realidad está
complacida. Ella me sigue al bañ o y paso mis muñ ecas debajo del grifo
solo porque sı́.
"¿Ya te gusta?" Pregunto, un poco nervioso. no sé por qué
Ella se encoge de hombros. “¿Por qué importa si me gusta? El solo
inge”.
Me siento fruncir el ceñ o un poco.
"Todavı́a está s enamorado de BJ, ¿verdad?"
"Derecha."
Ella se encoge de hombros de nuevo. “Ası́ que todo es en vano. ¿A
quié n le importa si me gusta o no?
"Hago." Arrugo la frente. “Es mi amigo, es importante para mı́, paso
casi todo mi tiempo con é l. Eres má s inteligente que yo. Me gusta saber
lo que piensas. Te pido que leas los ingredientes en el paquete de mis
bliss balls porque me importa lo que pongo dentro de mi cuerpo”.
Ella parpadea. “Está s poniendo a un capo de pandillas dentro de ti”.
La miro y ella pone los ojos en blanco como una disculpa sin
palabras. Me mira ijamente durante unos segundos.
"Sabes que esto se llama 'transferencia', ¿verdad?" Bridget me dice.
“Está s buscando mi aprobació n porque nunca hemos tenido la
aprobació n de los padres”.
“Mamá aprueba algunas cosas. Le gustan mis zapatos o cuando llevo
un escote pronunciado”.
El puente asiente. “Ella es una gran defensora de tu escote”.
"A ella le gusta BJ", le recuerdo.
"Sı́." Mi hermana me da una mirada severa. “Si no es demasiado”.
A Marsaili no le gustarı́a Julian, no creo... Niego con la cabeza.
Bridget mueve la cabeza. "Bueno, a ella tampoco le gusta BJ". Ella me
mira y luego suspira, arreglá ndose la cola de caballo. "Me gusta é l", me
dice, su expresió n suavizá ndose. Es muy encantador.
Retrocedo, de repente sintié ndome alta y complacida. "¿No es é l?"
Me siento un poco orgulloso de é l, no estoy seguro de por qué .
Volvemos a sentarnos a la mesa y está n hablando de la NBA.
Julian vuelve a rodearme con el brazo sin siquiera pensarlo y los ojos
de Gus vuelven a pellizcarse.
"¿Está s bien?" —pregunta Julian, mirá ndome. Asiento con la cabeza.
Su telé fono suena. Lo saca de su bolsillo, lo mira con el ceñ o fruncido y
lo sostiene contra su pecho.
Vuelvo enseguida... Besa mi mejilla.
Todos lo vemos irse porque es difı́cil no mirarlo.
La camiseta extragrande Chinese Year of the Tiger de Balenciaga
sobre una camiseta blanca de manga larga de Rag & Bone con los
pantalones de chá ndal de mezcla de algodó n con estampado de
logotipo estrecho Vetements negros y un par de botas con cordones
Mercurius de Moncler.
Gus espera hasta que Julian está fuera del alcance del oı́do y luego me
mira con el ceñ o fruncido. "¿Qué diablos está s haciendo?"
Frunzo el ceñ o. "¿Qué quieres decir?"
Sacude la cabeza, molesto. "Lo está s haciendo de nuevo".
Pongo los ojos en blanco. "¿De qué está s hablando?"
"Ese hombre", Gus señ ala en direcció n a Julian, "está perdidamente
enamorado de ti".
Parpadeo hacia é l un par de veces. "¿Estas loco?"
Gus niega con la cabeza hacia mı́. No puede quitarte las manos de
encima.
Suspiro, molesto. “Le gusta mi cuerpo”.
"Le gustas." Gus me echa una mirada.
Bridget frunce los labios. "El es protector contigo".
"Sı́—" Pongo los ojos en blanco. “El fue muy protector conmigo la
otra semana cuando me dejó y me dejó a un lado de la carretera”.
"¿Pensé que no estaban juntos?" Gus pregunta, con las cejas
levantadas.
"No lo somos". Me encojo de hombros a la defensiva.
Gus se encoge de hombros con petulancia. “No puedes dejar a
alguien con quien no está s”.
Pongo los ojos en blanco. "Usted sabe lo que quiero decir-"
“Bueno”, dice Bridget con un gesto para sı́ misma. “Personalmente,
nunca sé a qué te re ieres…”
—Bueno, de todos modos —digo en voz alta—, dije algo que no le
gustó y dijo que habı́amos terminado. En el instante. Me dejó fuera de
nuestro lugar en la oscuridad de la noche…
“¡Eran las 9 de la noche!” Bridget interviene.
“¡Justo en la calle!” La ignoro. "Eso no es lo que haces si te gusta
alguien". Estoy seguro de esto. Tal vez antes de esa noche podrı́a
haberme preguntado, pero esa fue la respuesta. Juliá n no me quiere.
Soy desechable para é l tambié n. Lo cual está bien. Me siento un poco
enferma por el pensamiento, pero está bien. Porque amo a BJ y está
bien.
Gus me da una pequeñ a mirada. “Y sin embargo, aquı́ está s…
almorzando con nosotros. Juntos."
—Bueno, entonces nos volvimos a ver, y no sé … Me encojo de
hombros.
"Hago." Gus parpadea un par de veces. "El te ama."
"Agosto." Suspiro, molesto. “Sé que é l no me ama”.
"¿Có mo?"
“Porque é l no me mira como...” me interrumpo, les doy a ambos una
sonrisa tensa. No sé por qué decir su nombre se sintió bastante difı́cil
en ese momento.
"¿BJ?" Mi hermana salta. “Magnolia, ese no puede ser el punto de
referencia. Nadie te va a mirar como te mira BJ”.
"Aunque Julian es sorprendentemente..." Gus se calla ahora, pensando
en la palabra correcta. “…¿Terminoso contigo?” Me mira. “Lo he visto
con otras chicas. El no es ası́.
Eso es cierto, les daré eso. A veces me sorprende la ternura de Juliá n
conmigo. Y podrı́a haberme preocupado por eso antes, pero luego me
dejó . Y no abandonas a las personas con las que quieres estar
completamente de la nada porque te hacen una pregunta que no tienes
ganas de responder.
No le gusto. Puede que le gusten las facetas de estar conmigo, puede
que le guste mi cuerpo, puede que le guste tener a alguien con quien
pueda ser dulce porque ¿con quié n má s podrı́a ser ası́? Creo que todas
las personas tienen este lado de ellos, todas las personas tienen esta
capacidad de dulzura dentro de ellos, pero ¿cuá ndo un capo de
pandillas que odia estar enamorado llega a explorarlo si no es conmigo
dentro del extrañ o vacı́o sin sentimientos que tenemos? ¿creado?
“Te encanta una estela de destrucció n detrá s de ti, ¿no? Solo un
rastro de hombres tristes y suspirando”.
"Gus". Frunzo el ceñ o, sintié ndome molesta.
"¿Qué ?" Cruza los brazos sobre el pecho, poco impresionado
conmigo. "Tú haces."
"No es completamente tu culpa", interviene Bridget, defendié ndome.
“No…” Gus asiente. “Te dejan hacerlo. De alguna manera les haces
sonar con esos ojos—” Los giro hacia é l. “Y luego te aman, y luego se
sienten miserables porque solo has amado a un chico y un dı́a, Dios
mediante, se arreglará n y estará n juntos. Y luego vas a romper su
pequeñ o corazó n de señ or de la pandilla.
Me rı́o de eso, niego con la cabeza ante su ridiculez.
"¿Está s bromeando?" Empujo mi cabello sobre mis hombros de la
misma manera que alejaré este pensamiento. Ese es Juliá n Haites. No
podrı́a romper su corazó n si lo golpeo con un mazo”.
“Niñ a…” Gus me lanza una mirada. “Tú eres el mazo”.
Joná s
14:41

Oye, ¿vienes conmigo y Tausie esta noche?

Montar en donde?

A la de BJ.

¿Qué ?

Mierda

¿BJ tiene una cosa de cumpleañ os?

sı́

pero no es nada

Jordan lo planeó

no lo hizo

Derecha

Es una sorpresa. el no sabe

Está bien.

¿Está s bien?

Sı́.

grandioso

Haremos algo solo nosotros.

No

Está bien.

Lo siento, Parques.

es una mierda Usted debe estar ahı́.

Está bien.
CINCUENTA Y SIETE

BJ

Para mi cumpleañ os vamos a Aqua Shard.


Creo que se suponı́a que era una sorpresa, pero ella lo reservó en mi
tarjeta y me llamaron para con irmarlo. Cena para siete el 14 de
febrero. Fue amable de su parte. No dije nada. Lo hizo ella misma.
Cuando llegamos al restaurante, Jordan lleva un vestido largo
estampado con demasiados colores. Se ve bonita porque es una chica
atractiva, pero realmente solo quiero ver en qué está Parks.
Vestida de punta en blanco para mi cumpleañ os todos los añ os,
incluso si no estamos juntos. Rojo o rosa porque ella no es una santa y
nunca rodarı́a en el Dı́a de San Valentı́n para mı́. Acostumbrada a que
mi cumpleañ os sea tanto sobre ella como sobre mı́. Tambié n me gusta
de esa manera.
Me pregunto qué consiguió para mı́.
Caminamos hacia nuestra mesa, con grandes sonrisas y Henry grita
una especie de "sorpresa" sin entusiasmo. Pongo los ojos en blanco
porque Magnolia llega tarde a esto.
Entonces todos se sientan y me doy cuenta de que no quedan sillas.
La cena era para siete. Aquı́ somos siete.
Me inclino hacia Jonah y susurro: "¿Dó nde está Parks?"
El me mira, su rostro listo para encogerse. “Jordan planeó esto”.
Parpadeo hacia é l un par de veces. No puedo creerlo. "¿Ella no fue
invitada?"
Mierda.
Jo me da una mirada. "¿Pensaste que tu novia actual invitarı́a a tu ex
novia a la iesta de cumpleañ os que planeó para ti sin preguntar?"
Me encojo de hombros ante é l sin esperanza. "Entonces, ¿por qué no
la incitaste?"
Jo se encoge de hombros. “No es mi circo”.
Dejo caer mi cabeza entre mis manos antes de mirarlo. "¿Ella sabı́a
que habı́a algo para mı́?"
Jo vuelve a hacer una mueca. "Sı́."
Mi mandı́bula se tensa. "Mierda."
"Sı́." El asiente.
"Ella me va a matar".
"¿Quien es?" Jordan pregunta alegremente desde el asiento a mi lado.
Me giro hacia ella, trato de no parecer tan estresado como me siento.
No sé có mo decirlo sin parecer un completo idiota, pero de todos
modos.
"¿No invitaste a Parks?" Digo, cejas arriba. Y Juliá n. Agrego como una
ocurrencia tardı́a.
Jordan se endereza un poco. Ella te molestó la otra noche. Podrı́a
decir."
Frunzo el ceñ o, no digo nada. Ella podrı́a decir? ¿Cuá ndo? Quiero
decir, ella tiene razó n. Ella hizo. Estaba enfadado. Aunque no sabı́a que
ella sabı́a eso.
"No pensé que la querrı́as aquı́-" Ella me da un encogimiento de
hombros. “No pensé que ella mereciera ser invitada”.
Le doy una sonrisa incó moda. Creo que ella está tratando de hacer lo
correcto por mı́.
Quiero decir, ella está equivocada. Está malditamente fuera del
planeta. Pero creo que ella está tratando de ser buena conmigo.
Castigar a Parks o algo ası́. Me hace sentir un poco enfermo. Siento
sudor al pensar en Magnolia sentada en casa pensando que no la querı́a
aquı́.
Siempre la quiero aquı́. La quiero en todas partes. A mi lado, sobre
mı́, todo el tiempo.
No he tenido un cumpleañ os sin ella en mucho tiempo.
Los hace buenos incluso si no lo hace, incluso si los jode por
completo. Pre iero tenerlos con ella que sin ella.
Para mi decimosé ptimo planeó que todos fué ramos al Royal
Myconian en Mykonos. Ella y yo, los chicos, Paili.
No Lorcano. Acababa de empezar a salir con un chico de la ciudad de
Londres y sentı́a que era un mal augurio perderse esa ocasió n
distintiva, ya que era el in de semana de San Valentı́n. Sin embargo,
Parks convenció a Arrie de acompañ ar el viaje bajo la apariencia de un
in de semana de chicas. Tenemos las fotos má s divertidas de nosotros
en el bar de la piscina con la madre de Parks, Jennifer Saunders, Posh y
Helena Bonham Carter.
Sobre el papel, Parks y Paili compartı́an una habitació n y yo y Jo
compartı́amos una habitació n. En realidad, Paili y Jo de initivamente
estuvieron juntas durante todo el viaje y yo me quedé en la habitació n
de Parks todo el tiempo.
Su madre nunca miró hacia adentro una vez, bendiga su alma
desprotegida.
Parks y yo todavı́a no habı́amos tenido sexo, y habı́amos estado
juntos durante siete meses. He hecho otras cosas, como tú . Me
encantaron las otras cosas. Gran admirador.
Y no sé por qué , pero estaba convencida de que ese era el viaje, que
lo ı́bamos a hacer allá . Se habı́a preparado para que sucediera en ese
viaje. Estaba sucediendo e iba a ser genial.
La ropa interior que Magnolia empacó con ella era otro nivel.
No dirı́a, y no le digas que dije esto, que ser sexy no es su punto
fuerte. Nunca la he amado porque es sexy, nunca la he querido porque
es sexy. No me malinterpreten, es hermosa, ridı́cula y enigmá tica y
estaré encerrado en su gravedad hasta que muera, pero no es
abiertamente sexy.
En realidad, en todo caso, la lencerı́a que trajo me asustó un poco.
Hubiera hecho sonrojar a una estrella porno.
"¿De dó nde diablos sacaste esto?" Levanté una cosa con muchas
correas. Ella no pensó que fuera divertido.
Lo esquivé durante dı́as y dı́as. No sé por qué , tal vez ahora lo sepa
en retrospectiva, pero no estaba consciente en ese momento. Sabı́a que
ella querı́a, yo tambié n querı́a, solo me sentı́a nervioso por todo.
La evité con las otras cosas, pero en la mañ ana de mi cumpleañ os
ella estaba lista. No salió con un gran lazo, pero bien podrı́a haberlo
hecho.
La versió n corta de esta historia es que no salió segú n lo planeado.
Dije que no, se encerró en el bañ o, lloró . No saldrı́a. Ni para mi
desayuno de cumpleañ os, ni para estar en el yate que reservó para
todos nosotros. Estaba destrozada. Lo má s herida que habı́a estado
hasta los ú ltimos añ os.
La primera vez que la rechacé , supongo. No lo tomó bien. Deberı́a
haber aprendido de eso. No, bastante. Sin embargo, llegar allı́.
Pails tambié n se saltó el yate. La historia es todo cuesta abajo a
partir de ahı́. Esos dos se pusieron cara de mierda. Los chicos y yo nos
subimos al barco de todos modos. Jo estaba un poco como, 'que se
jodan, es tu cumpleañ os, ¿por qué lo hace por ella?' – y nos lo pasamos
de maravilla con Arrie y las chicas. Pero mientras no está bamos, Parks
y Paili se fueron a un club nocturno enorme, se pusieron má s caras de
mierda y se metieron en algunos escenarios bastante arriesgados.
Vale la pena decir: Paili borracho tiene cero inhibiciones y no puede
distinguir una mierda de otra. Magnolia borracha es un ciervo en los
faros.
Aunque mi ciervo.
Intentó llamarme. No tenı́a servicio en el Egeo. Cuando regresamos
esa noche, un poco despué s de la puesta del sol, mi telé fono tenı́a un
montó n de llamadas perdidas y mensajes de texto. Le devolvı́ la
llamada, pero ella no respondı́a. Los mensajes de voz que habı́a dejado
simultá neamente se volvı́an cada vez má s borrachos y má s caó ticos a
medida que avanzaban. Podı́a escuchar a hombres mayores en el
fondo. Ella estaba llorando un poco. Algo sobre Paili y un chico. Parks
no querı́a dejarla, alguien estaba tratando de quitarle el telé fono de la
mano.
Fue jodidamente aterrador.
Agarró a los niñ os, esquivó a su madre, pero se lo contó a Helena.
Sorprendentemente responsable, ese. Los busqué por todas partes. Jo
hizo la llamada, sacó los ojos de la gente de su madre. Buscado durante
unas horas.
Encontré su telé fono por casualidad al costado de la carretera:
estaba mal. Pensé lo peor por un minuto allı́. Que tal vez, porque
estamos destinados y toda esa mierda de amantes desafortunados, tal
vez lo peor habı́a sucedido.
Está bamos en la playa, decidimos echar un vistazo por si acaso y los
encontramos. Fue arriesgado como la mierda. Chicos mayores, cuatro
de ellos. Dos en parques, dos en baldes. Parks estaba llorando, Paili
estaba congelada. Ambos habı́an recuperado la sobriedad para
entonces, podı́a verlo en sus rostros. Estaba claro que sabı́an que
estaban en problemas. Eran chicos de Londres, sabı́an quié nes eran las
chicas. Al menos sabı́a quié n era Parks.
Poco desencadenante para mı́, en realidad. me jodió Yo tambié n me
congelé durante medio segundo.
Puede ser peligroso cuando quiere serlo, Jo, incluso cuando é ramos
niñ os, eso era cierto. Mayormente solo un buen momento,
mayormente divertido. Sin embargo, podrı́a matarte si fuera necesario.
Supongo que eso es lo que la vida te hace.
"¡Oye!" Jo gruñ ó para llamar su atenció n.
Parks me miró —yaciendo en la arena, con el peso de un hombre que
no era yo— y me llamó por mi nombre.
Có mo lo llamó , todavı́a tengo sueñ os al respecto. Asustada y
atrapada y herida y no puedo llegar a ella. En el sueñ o nunca puedo
llegar a ella.
Empezó a llorar má s, retorcié ndose debajo de é l, tratando de salir.
Luego, una mirada rá pida y sin palabras y añ os de rugby juntos
valieron la pena. Jo y yo les cobramos. Yo sobre el tipo de Parks, Jo
sobre el de Paili. Los eliminó de las chicas. Henry y Christian se llevaron
a los otros dos muchachos. Y luego se convirtió en caos.
Creo que pensaron que iba a ser una pelea fá cil, pero se equivocaron.
Lanzas a Christian en la mezcla de cualquier pelea y la mierda se pone
bastante fea.
Yo, Jo y Hen, todos somos energı́a y sentimientos puros, pero
Christian es agresió n controlada. Todavı́a lo es ahora. Si quieres ganar
una pelea, trae a Christian. Aunque esa noche realmente no lo
necesitaba porque le di una paliza al hombre que habı́a inmovilizado a
Parks. Se puso en un buen swing. Me astillaron el hueso de la barbilla, lo
descubrirı́a má s tarde. Pequeñ a chuleta en el hueso todavı́a allı́ ahora.
A veces lo toca cuando me besa. Lo toco cuando la extrañ o.
Fue duro, todo fue duro. Incluso en ese entonces nos movı́amos
como una manada, y desde entonces solo hemos mejorado en eso.
Nadie pelearı́a con nosotros ahora en Londres de todos modos, pero
¿los cuatro en esa playa con esos hombres tocando a nuestras chicas?
Está bamos buscando sangre. Terminó con cuatro hombres
inconscientes en la playa.
Mis manos estaban magulladas e hinchadas, ojo morado, mejilla
cortada, labio partido. Jo se rompió una costilla. Henry se rompió un
dedo y tuvo que recibir una puntada encima del ojo en Londres. A
Christian le sangraba la nariz, pero estaba bastante bien. Como que
olvidé que las chicas estaban allı́ hasta que Magnolia se arrojó a mis
brazos. La sostuve fuerte contra mı́ por unos segundos, mi pecho
palpitante. Me eché hacia atrá s para mirarla. "¿Te lastimaron?"
Ella sacudió su cabeza. "Realmente no."
“¿Te tocaron?” Pregunté , mis palabras se quedaron un poco
atrapadas en mi garganta. No querı́a que ella se sintiera como yo me
sentı́a. No querı́a manos sobre ella que no fueran las mı́as.
"Un poco-" Ella negó con la cabeza má s. “Me besaste, me agarraste
un poco, si no hubieras venido…” Ella comenzó a llorar de nuevo.
Sostuve su rostro entre mis manos, la sostuve contra mı́, besé su
frente hasta que se detuvo y luego me di la vuelta y me alejé . Ella trató
de sostener mi mano, no la retendrı́a. Conseguimos taxis de regreso al
hotel. Me senté al frente para que ella no pudiera sentarse a mi lado.
Traté de tomar mi mano de nuevo mientras caminá bamos de regreso a
nuestras habitaciones, pero la alejé de un golpe.
“No”, grité , sonaba un poco maltratado, lo recuerdo.
“BJ—” Ella se acercó a mı́.
"No." Volvı́ a negar con la cabeza y le fruncı́ el ceñ o. "Tonto."
Ella agarró mi muñ eca. "BJ, estoy s—"
La sacudı́ y la empujé hacia mi hermano. "Duerme en su cama esta
noche porque no vas a dormir conmigo". Me escondı́.
Henry dijo que lloró durante unas tres horas seguidas.
Pero aquı́ está la cosa jodida, ¿verdad? No podrı́a dormir sin ella de
todos modos. Olvı́dese de que Henry me estaba enviando mensajes de
texto, rogá ndome que viniera a quitá rsela de encima como si fuera un
cachorro nuevo llorando en el bañ o. No podı́a dormir sin ella porque
incluso antes de que pasara nada de la mierda que nos pasarı́a, nos las
arreglamos para cosernos en una.
Siempre que podı́a en la escuela, me colaba en su dormitorio.
Siempre que está bamos en casa, me colaba en su cama. Aú n no
está bamos fusionados, pero nos está bamos fusionando, activamente y
en tiempo real. Y fó llala por eso, fó llala por eso entonces, fó llala por eso
ahora, pero en ese entonces eran las tres de la mañ ana y yo estaba allı́
llamando a la habitació n de hotel de mi hermano para estar cerca de
ella. Abrió la puerta, los ojos rojos y esmeralda como la mierda. Yo
estaba apoyado contra el marco de la puerta y la besé tan pronto como
la vi. La saqué de la habitació n, la presioné contra la pared, mi cabeza
sobre la de ella.
"¿Que estabas pensando?" Presioné mi frente contra la de ella.
Se agarró a mi camisa por la cintura.
"Yo estaba triste." Eso es todo lo que dijo.
“Magnolia, si no te hubié ramos encontrado…”
"Lo sé ." Ella asintió solemnemente.
Le devolvı́ la cabeza y la besé de nuevo. Y luego sus pequeñ as manos
ocupadas comenzaron de nuevo, las mismas manos que comenzaron
todo este lı́o en primer lugar.
Los quité de encima.
"No." Negué con la cabeza hacia ella, frunciendo el ceñ o un poco. "Ası́
no."
Se puso a llorar de nuevo. "No entiendo."
“Parks—” Sacudı́ mi cabeza hacia ella, olfateé una risa. "No está s
listo".
"Lo soy", insistió ella. "Nunca he querido nada como te quiero a ti".
Empujé un poco de cabello detrá s de sus orejas. Sin embargo, ella no
estaba lista. Y no lo estaba. Lo sabı́a. Pero no estar listo y no querer, no
son lo mismo.
Ninguno de los dos estaba listo, pero aun ası́ querı́amos má s que
nada.
Ası́ que lo hicimos unas semanas má s tarde de todos modos.
Seguimos adelante y soldamos nuestros jodidos corazoncitos para
siempre.
De initivamente mi peor cumpleañ os hasta la fecha, pero al menos
en ese pude estar con ella.
Un cumpleañ os, despué s de que rompimos y ella estaba con
Christian, llegué a casa despué s de una noche de iesta con los chicos y
habı́a un pequeñ o DeLorean fundido a presió n en mi almohada. Sin
tarjeta, sin nada, pero sabı́a que era de ella. Habı́amos visto Regreso al
futuro unas noches antes de que nos separá ramos mientras ella estaba
enferma en la cama. No podı́a seguir la historia por una mierda. Pensé
que era muy gracioso, pero ella estaba enojada conmigo, enojada por
eso. “¿Có mo va a ser un coche una má quina del tiempo entonces? Qué
estupidez absoluta”, le hizo un puchero a la televisió n.
Me lo tatué en el brazo ese mismo in de semana.
Al inal de esta noche, Henry se pone de pie, me abraza y me entrega
una caja a escondidas.
"De ella." Me da una sonrisa tensa.
Miro por encima del hombro, asegurá ndome de que nadie me
escuche. Dile que no lo sabı́a.
"Se lo diré a ella." Enrique asiente. Se aleja.
Abro la caja en el bañ o de casa. Cierra la puerta, dame un minuto a
solas con ella, aunque no sea en persona. Una tarjeta en blanco dice: No
creo que nunca deje de buscar una má quina del tiempo. Hasta que
encuentre uno, aquı́ hay un cronometrador.
Es el reloj 'Historiques' de Vacheron Constantin. En el reverso tiene
grabado: En tiempo prestado sin ti.
Presiono mis manos en mi cara.
Traga el sonido que mi cuerpo intenta hacer.
Joder, la extrañ o.
Podrı́a terminar con Jordan ahora. Deberı́a, supongo. Pasé todo mi
cumpleañ os pensando en la chica que ella no invitó , pero conozco a esa
chica. Sepa có mo piensa Parks, qué hace cuando su corazó n está contra
la pared. Fue la otra noche y ni siquiera me dio un minuto para
arreglarlo, simplemente se lo pasó directamente a Julian.
Y quieres pensar que en este punto, lo hemos superado, que estamos
má s allá de lastimarnos unos a otros para sentirnos cerca el uno del
otro, pero no sé .
Y no quiero ni pensar en lo que hará esta noche si siente que la he
rechazado. Pero no necesito pensar en eso, ya sé lo que está haciendo.
yo tambié n lo hago
brı́gida
20:16

No me invitaron al cumpleañ os de BJ.

¿Qué ?

Como si.

Jonah dijo que Jordan lo planeó .

¿Eres su mejor amigo?

soy yo

Sı́

¿Está s bien?

No en realidad no.

¿Dó nde está s?

Voy de camino a casa de Julian.

Si bien.

Joderlo

Lo estoy planeando.

Quise decir BJ.

Oh, no, no haré eso. Podrı́a enviar una señ al mixta.

No estaba siendo literal.

Vaya.

Era.

Sı́, lo sé .

Bien

Disfruta de tu orgasmo triste

Gracias, no disfrutes de orgasmos por billoné sima noche consecutiva.

jajaja

Perra
CINCUENTA Y OCHO

Magnolia

La noche del cumpleañ os de BJ me presento en casa de Julian.


Un poquito borracho y con el corazó n hundido, sediento de sangre.
Jonah me llamó , me dijo que Beej no lo sabı́a. Que ella lo habı́a
planeado, que no me invitó y é l no tenı́a idea, que Beej estarı́a molesto
porque yo no estaba allı́, que me habrı́a querido allı́. No sé .
Le compré un reloj antes de darme cuenta de que no estaba invitado,
pero me sentı́ demasiado triste como para quedá rmelo, ası́ que le pedı́
a Henry que se lo diera. Henry dijo que deberı́a haber venido de todos
modos, pero no podı́a pasar de ser la ú nica persona en el planeta que
vio a ser la chica que aparece en sus iestas de cumpleañ os sin ser
invitada.
No solo porque estoy orgulloso, sino porque mi corazó n no pudo
soportar el latigazo.
De todos modos, los guardias de seguridad me dejaron entrar y
estacioné mi auto; casi nunca conduzco solo a lugares, pero hoy tenı́a
ganas. Camino directamente a su o icina.
Quiero decir negocios.
Esta es la Escuela de afrontamiento cuestionable de BJ y he
aprendido del maestro.
El sexo es un tó nico potente para un corazó n roto.
Julian está en su escritorio. Decks tambié n está allı́, en el sofá de la
esquina viendo fú tbol.
“Oye—” Jules frunce el ceñ o, ponié ndose de pie. "Pensé que estarı́as
en el cumpleañ os".
Doy la vuelta al escritorio y lo miro cara a cara. "No fui invitado".
"Mierda." Parpadea un par de veces. "¿Está s bien?"
Sus manos está n cruzadas sobre su pecho, sus ojos revoloteando
alrededor de mi rostro. Parece molesto casi hasta que sus ojos se
posan en los mı́os y todo se suaviza.
"¿Eres?" Inclina la cabeza.
Llevo un vestido midi de punto elá stico metalizado con ribetes de
saté n rojo de Dolce & Gabbana, una chaqueta Chanel vintage de piel
sinté tica en blanco y negro de 1994 con sandalias de saté n negro con
bordados lorales de Dolce & Gabbana.
Toda la ropa que elegı́ en una tienda la otra semana mientras
imaginaba a BJ sacá ndola de mi cuerpo y me pregunto por unos
segundos qué me pasa. ¿Có mo pude vestirme pensando en el aliento de
BJ arrastrá ndome por la piel y luego subirme al auto y correr directo a
los brazos de Julian? Algo anda mal conmigo, sé que lo hay, y apenas
puedo escribir la oració n en la pá gina de mi mente antes de que se
presente la respuesta.
Lo amo demasiado.
Ese es el problema.
Ese es el ú nico problema que he tenido, de verdad.
La ú nica razó n por la que estoy triste como estoy, la ú nica razó n por
la que me han lastimado como lo he hecho, es porque lo amo
demasiado.
Y me pregunto có mo me he movido por la vida aferrado a amar al
mismo chico desde que tenı́a catorce añ os, que es demasiado joven
para estar enamorado, pero te desafı́o a encontrar a alguien que ame
algo má s de lo que yo lo amo.
Levanto mis brazos en el aire, esperando que Julian me quite la ropa.
Me mira ijamente durante unos segundos, no aparta la mirada
cuando dice: "Declan, vete".
Declan se rı́e por la nariz, pone los ojos en blanco y cierra la puerta
detrá s de é l. Entonces Juliá n me agarra por la cintura. Mis pies está n
fuera del suelo y me golpea contra la pared.
Alcanza detrá s de mi cuerpo, desabrocha la cremallera de mi vestido
y se acumula alrededor de mis tobillos.
Estoy de puntillas tratando de estar cerca de é l y este es un
sentimiento que he comenzado a encariñ arme terriblemente: lo grande
que es, cuá nto se proyecta sobre mı́, có mo sus brazos se sienten como
ramas que me protegen. una tormenta.
Me está besando en el cuello, detrá s de la oreja, su aliento pesado
sobre mı́ como una niebla de bienvenida en una mañ ana de invierno. Se
aparta para mirarme y sus ojos me recuerdan estar solo en algú n lugar
tranquilo a medianoche. Azul oscuro, tinta. De alguna manera todavı́a
un poco brillante. Son demasiado hermosos para ser los ojos del
hombre má s observado de Scotland Yard. Eso es lo que mi hermana
dice que es. Creo que probablemente sea una calumnia de un tra icante
de armas rival.
Tiene manos intré pidas y una boca errante y le desabotono los
vaqueros y me levanta sobre su cintura y me golpea contra la pared de
nuevo y un jarró n de bronce de la dinastı́a Han Fanghu se estrella
contra el suelo, rompié ndose por todas partes.
“Joder…” Se rı́e mientras se mueve alrededor del má rmol destrozado,
llevá ndonos de espaldas a una vitrina de platos y jarrones antiguos, al
menos la mitad de los cuales tambié n se estrellan contra el suelo y
Julian mira al techo y grita un milló n de palabrotas y groserı́as. Estoy
riendo. Mis manos está n en su cabello cuando niega con la cabeza y me
mira. "Te dije que serı́as un carajo caro". Sus ojos se vuelven má s
suaves. "Vale la pena."
Luego me besa má s.
Estoy agradecido de que sea ası́.
El sexo con Julian no es como el sexo con cualquier otra persona. El
hace que sea má s difı́cil para mi mente divagar, lo que intenta hacer a
veces.
Me lleva de vuelta a su escritorio. Se quita su propio sué ter (una
sudadera de punto de algodó n con apliques de logotipo de Stone
Island) y siempre estoy muy interesada cuando se quita la camisa, que
es a menudo. Trato de no mirar.
Hay bastantes cicatrices.
Hay uno. Es redondo. Rosado todavı́a, ası́ que supongo que es nuevo.
Paso mi dedo sobre é l y é l me observa mientras lo hago.
"¿Có mo?" Mis ojos van de la cicatriz a é l.
El traga.
"Peleando en jaula." Me da una pequeñ a sonrisa.
Mi cara vacila. "¿Por qué ?"
"Es divertido."
"¿Hacerse dañ o?"
El niega con la cabeza. "No me lastimo".
Empuja un poco de pelo de mi cara. "Lamento que no te haya
invitado". Es sincero cuando dice eso.
"No quiero hablar de é l".
Me da una mirada. Siempre quieres hablar de é l.
"Julian-" Lo miro ijamente. “¿Crees que estoy acostado aquı́,
semidesnudo, para hablarte de BJ?” Se lame el labio inferior. “Deja de
hablar y ten sexo conmigo”.
"Sı́." El asiente y me desabrocha el sosté n con una mano.
Me empuja hacia abajo, me abre, estira mis brazos por encima de mi
cabeza. Se cierne sobre mı́, mirá ndome con demasiada ternura.
"¿De qué está s sonriendo?" Entrecierra los ojos y luego lo hace má s,
pero por accidente. Niego con la cabeza hacia é l. "No te vuelvas blando
conmigo..."
Y luego se ha ido. Sus ojos se iluminan de nuevo. Siento el avance
antes de que la montañ a rusa caiga y é l sonrı́e. "Nunca."
Me vuelve a subir a su regazo, desliza sus manos por mi cuerpo,
arquea mi espalda é l mismo.
Su respiració n se vuelve má s pesada, la mı́a se vuelve má s rá pida.
Aparta un poco de cabello de mi cara y me derrumbo en la profunda
curva de sus hombros gigantes y gimo.
"Magnolia", jadea sin aliento.
Me alejo y miro su rostro, mis manos enredadas en su cabello, y no
cierro los ojos por un segundo en caso de ver al otro.
Despué s, estamos tumbados en el suelo detrá s de su escritorio.
Estoy acostada sobre su pecho y é l me ha envuelto en una alfombra de
piel de vaca de color beige plateado. Mi barbilla descansa en el pequeñ o
valle de su pecho y empuja su mano a travé s de mi cabello, frunciendo
el ceñ o un poco.
“Piensas en é l cuando está s conmigo”, me dice.
No es una pregunta, es una a irmació n. Uno por el que tampoco está
enojado. Es solo un hecho.
Chupo mi labio inferior y bajo sus ojos.
Yo suspiro. "Trato de que no."
El asiente un poco mientras se encoge de hombros con la barbilla.
Puedo decir cuá ndo lo haces.
"Vaya." No sé por qué eso me hace querer llorar un poco. "Lo siento-"
Julian frunce el ceñ o mientras niega con la cabeza.
Se encoge de hombros.
"¿En quié n piensas?" le pregunto mientras estira sus brazos detrá s
de su cabeza.
"Bastante bueno para permanecer en el momento en estos dı́as-"
"¿Piensa en mı́?" Parpadeo, un poco contento.
El asiente.
"¿Todo el tiempo?" Estoy sorprendido.
El huele una carcajada pero no me responde.
Muevo un poco de cabello detrá s de su oreja. "¿Has estado
enamorado?"
“No puedo—” El niega con la cabeza. Es por eso que está s aquı́. No
tengo ataduras.
Froto mi boca sin pensar sobre su mejilla. "Hay algunas cuerdas".
Me da una pequeñ a sonrisa.
“En otra vida, creo que podrı́a haberte amado”.
Inclino mi cabeza, mirá ndolo.
“En otra vida te hubiera dejado”.
Julian se sienta, apoyá ndose contra su escritorio. Me jala con é l,
apoyando mi cabeza en su regazo.
Me mira desde arriba.
"¿Có mo es amar a alguien como ustedes dos se aman?"
Respiro un poco con tristeza. "Malo."
"¿Malo?" Está sorprendido. "¿En realidad?"
Asiento con la cabeza. "Creo que sı́. Realmente ya no me pertenezco a
mı́ mismo”.
El frunce el ceñ o.
"¿Qué quieres decir?"
“Quiero decir que está en todo, en todo. Siempre estoy pensando en
é l y quiero saber lo que piensa, quiero saber lo que quiere. Y me
preocupa có mo se siente y si está a salvo y qué está haciendo”. Niego
con la cabeza, sintié ndome un poco atrapada por todo. “Con é l pienso
en todas las manos que han estado sobre su cuerpo que no son las
mı́as…”
"-Mierda." El frunce el ceñ o.
“El no es mi cada segundo pensamiento, es cada uno de mis
pensamientos”. La forma en que 'cada' se sienta en mi boca, se siente
como una carga. “Se in iltra en todos ellos. Todas mis decisiones, todos
mis sentimientos…
Juliá n niega con la cabeza. "Odiarı́a eso".
Apenas le sonrı́o, pero hago mi mejor esfuerzo para hacerlo. "Sı́, lo
harı́as".
Me mira ijamente por unos segundos y creo que si tuviera que
reconocer el momento en la plenitud que se merece, pesarı́a diferente
en mi corazó n, pero no lo hago.
Me digo a mı́ mismo que pasa los dedos por el cabello de todas las
chicas con las que hace esto.
“Entonces, ¿có mo es ser un jefe de pandillas?”
“Hah—” Sonrı́e sin mirarme, divertido por la pregunta. "¿Lo has
aceptado entonces?"
Me encojo de hombros. “Creo que todo son mentiras”.
Me da una mirada. "Quiero decir. Ya sabes có mo es. Saliste con
Christian.
Niego con la cabeza hacia é l. “El no me dijo nada”.
"¿Por qué ?"
“No sé —” Me encojo de hombros. "Porque me llamo ası́ por una lor
o algo ası́, creo".
Julian huele y asiente. “Sı́, lo delicado, lo entiendo. Vosotros sois toda
porcelana y nosotros somos toros.
Me siento, frente a é l. “Dime có mo es”.
Me da una mirada larga. "Agotador."
"¿Te gusta?" Descanso mi barbilla en su rodilla.
Frunce la boca mientras piensa en ello. “Nunca fue una elecció n. Es
solo la mano que me repartieron”.
Asiento como si lo entendiera aunque nunca lo haré . Lo observo con
curiosidad, tratando de ubicar có mo alguien que es tan hermoso, cuya
boca es tan rosada y cuyas manos son tan gentiles conmigo podrı́a
tener sangre en ellas.
"En realidad no lastimas a la gente, ¿verdad?" Lo miro ijamente. "Un
poco, pero no realmente... ¿y tú ?"
Se acerca a mi cara, quita una pestañ a de mi mejilla que no está allı́.
“Nah—” El sonrı́e un poco triste. "Soy todo palabrerı́a".
CINCUENTA Y NUEVE

BJ

Estaba destrozado de que Parks no estuviera en mi cumpleañ os.


Y sé que la amo. Incluso sé que pertenecemos juntos.
Eso deberı́a ser su iciente.
Sé que deberı́a
Pero luego hizo exactamente lo que pensé que harı́a cuando pensó
que la rechazaba.
Corrió directamente hacia Julian.
Daisy y Christian estuvieron de visita la otra noche, y Baby Haites
dijo que entró en la o icina de su hermano despué s de mi cumpleañ os y
é l y Parks estaban en el suelo envueltos en una manta.
Christian la miró como diciendo '¿Qué diablos?' y solté una
carcajada, negué con la cabeza y jugué como si no se sintiera como si
alguien hubiera dejado caer un maldito yunque sobre mı́.
No sé por qué , es exactamente lo que esperaba. Cuando la lastimo,
me arroja hombres.
Y hago todo lo posible por no hacerlo, pero ya sabes, a veces la
curiosidad me supera y me pregunto por ella con é l de esa manera. En
esa capacidad. Lo peor es cuando pienso en ellos teniendo sexo
mientras yo estoy teniendo sexo.
Eso es una mierda de mente real.
Hasta entonces, en mi cabeza, sin embargo, si estaba pensando en
ellos teniendo sexo, no sé por qué , simplemente pensé que lo que sea
que estuvieran haciendo, probablemente fue un poco rá pido y sucio en
la parte trasera de un automó vil o algo ası́. mierda. No sé , lo que sea
que pensé que era, no fue sexo lo que terminó con ellos envueltos
juntos en una maldita manta.
Ası́ que, una vez má s, decido no terminar con Jordan. porque no
puedo No hasta que termine con Julian, y deberı́a hacerlo. Porque
Jordan es solo una cabeza de guerra, pero Julian es una bomba nuclear.
Ella intensi icó esto, no yo.
Jords y yo estamos destinados a irnos. Parte de mi regalo de
cumpleañ os, aunque estoy bastante seguro de que lo pagué yo mismo.
Parecı́a una buena idea en ese momento... Me preguntó unos
cuarenta y cinco segundos despué s de esa noche en la que Magnolia le
dijo a Julian que podı́a llevarla a casa y acostarla como quisiera.
Le dijo que sı́ a Jordan sin siquiera pensarlo. Respuesta de disparo.
Y ahora tengo un viaje en la tuberı́a con la chica equivocada. Me voy
con una chica con la que no quiero estar pero con la que no puedo estar
porque resulta que estoy enamorado de un puto terrorista emocional.
Estamos en Ametsa en Knightsbridge, todos está n aquı́ excepto
Parks y Julian. Ellos van tarde. Solı́a llegar tarde a cagar ası́ con ella, ası́
que sé lo que está n haciendo.
Está tan concentrada en el lá ser cuando se está arreglando, tan
indiferente hacia ti que se pone veinte veces má s caliente, como si eso
fuera jodidamente posible. Siempre tenı́amos el mejor sexo antes de
salir.
En realidad, siempre tenı́amos el mejor sexo.
“Lamento que lleguemos tarde”, dice Magnolia, sacudiendo la cabeza
mientras entran. “¡Y lamento que luzca tan loca! Tuvimos un percance
en el auto”.
"¿Un percance?" Julian le susurra pero lo escucho. Está sonriendo.
Joderlo Ella lo golpea en silencio. Lo odio. Odio que ella lo golpee sin
pensar. Ella es demasiado tonta en có mo es con é l alrededor de su
cuerpo.
Me asusta.
“De todos modos, mi zapato se rompió , ası́ que estos son mis pares
de emergencia”.
Daisy frunce el ceñ o. "¿Llevas tacones negros?"
"Sı́." Parks asiente, con los ojos muy abiertos. “Lo sé , lo siento mucho
—”
Christian inclina la cabeza, mirando sus pies. "¿De qué color deberı́an
ser?"
"Ooh-" Sus labios hacen la forma. “No sé ... amarillo crema de
mantequilla, idealmente. Marina habrı́a sido su iciente. Ella mira hacia
abajo, mirando los colores de su vestido. "Cerú leo en un apuro,
supongo".
Daisy pone los ojos en blanco. "Oh, ¿y no tenı́as un par de sandalias
cerú leas de repuesto en la parte trasera de tu auto?"
“Bueno…” Magnolia se encoge de hombros. “Este auto no”.
Me rı́o a pesar de que no quiero.
Ella se sienta frente a mı́, Juliá n a su lado, y de inmediato su mano
está en su cabello. Ella tampoco parece darse cuenta, y me pregunto
cuá ntas veces alguien necesita tocarte antes de que sus manos sobre tu
cuerpo dejen de ser algo que notes.
“Vamos a ir a Italia mañ ana”, le dice Jordan alegremente a la mesa
durante el almuerzo.
Magnolia me mira, se ve un poco herida, al menos eso es positivo,
quiero que su pecho se sienta pesado como el mı́o, observá ndola sin
darse cuenta de que Julian la toca, pero luego le muestro el reloj que me
dio para decirle que yo amarla de todos modos.
"¿Eres?" Julian se recuesta, un poco interesado. "Tenemos una casa
en el lago". Asiente con la barbilla hacia su hermana.
Ella asiente. "No hemos estado en añ os".
Se encoge de hombros. "Deberı́amos irnos".
Mira entre Parks y Daisy.
"Sı́." Asiento con la cabeza. "Ven seguro".
Magnolia me lanza una mirada desconcertada.
La miro a los ojos, trato de decirle sin tener que decirlo en este
punto. No puedo pensar en nada que no harı́a para estar a solas con ella
durante cinco minutos. Volar a otro paı́s, ver a otro chico tocarla en la
piscina solo para poder quedarme despierto hasta tarde para ver
documentales de mierda con ella, tragar fuerte mientras sus dedos
rozan los mı́os cuando me pasa el control remoto.
"¿Dó nde está tu lugar?" —pregunto a Juliá n con la barbilla, ignorando
esa puta mano suya que se deslizó debajo de la mesa.
"Lago de Como", dice, sin apartar la mirada de mı́ mientras Magnolia
se retuerce y deja escapar una pequeñ a risa. “Vá monos todos”, le dice a
Jonah.
"¡Ven, seguro!" Jordan mira entre Daisy y Julian, y no parece
enfadada en absoluto. "Eso suena muy divertido".
Me encojo de hombros, pasando mi brazo alrededor de ella mientras
miro a Julian. "¿Tienes lugar para todos nosotros?"
Julian asiente y Jonah me lanza una mirada confusa.
Levanto mis cejas apenas, lo su iciente para decirle que venga.
“Sı́—” Jonah se encoge de hombros como, a la mierda. "Estoy
dentro."
SESENTA

BJ

A la mañ ana siguiente salimos en el avió n de Parks. Gulfstream G700.


Diez plazas con una suite principal. Bougie como la mierda.
Cuando caminamos hacia é l, Parks inge que no es nada y no está
echando espuma por eso, pero me envió un mensaje de texto sobre eso
toda la semana cuando lo recibió .
“¿Qué hace tu papá otra vez?” Jordan mira a Parks, sin ocultar
remotamente su asombro.
Gus, que sufre de lo que ha descrito como la peor resaca del mundo,
se acuesta boca abajo en el sofá . Magnolia se sienta en uno de los
diseñ os de dos plazas. Tausie se sienta frente a ella.
“El gana premios Grammy”, dice ella, ajustando su diadema de
Versace.
Julian se rı́e porque es el tipo de persona que realmente apreciarı́a lo
desagradable que está siendo. Trato de no sonreı́r, hago lo posible por
no mirar a Parks o me echaré a reı́r.
Jonah, Julian, Daisy y Christian se sientan al frente, acurrucados
alrededor de una mesa y hablando de mierda de pandilleros o algo ası́,
supongo.
Me siento en otro de los dos asientos, me pongo una sudadera con
capucha que sé que Magnolia me compró . Montó n de ropa en mi cama
cuando llegué a casa el otro dı́a. Ella compra ropa para todos nosotros,
especialmente cuando se siente fuera de control.
Jordan se sienta en mi regazo en lugar de frente a mı́, aunque el
asiento está libre y tengo la sensació n de que lo hace a propó sito.
Ella me da una octava parte de una sonrisa, se inclina hacia mı́ y me
sube a Instagram el despegue.
No puedo hacer nada al respecto. ¿Por qué no se sentó en el regazo
de su novio? ¿Por qué no lo pondrı́a en Instagram?
Sin embargo, Magnolia está bien enojada. Observa sombrı́amente
mientras Jordan ahora charla con Bianca Harrington, la chica de la que,
en mi humilde opinió n, Jonah está realmente enamorado, pero é l
malditamente jura que solo son amigos. Amigos que tuvieron sexo una
vez, solo digo.
Ella y Jords se llevan lo su icientemente bien, ası́ que tengo todo el
tiempo del mundo para mirar a la chica que amo con ese vestido y
chaqueta. La observo como no me lo han permitido por mucho tiempo.
El amor te jode, hombre. En qué mundo, qué mierda tiene que pasar
entre tú y alguien que extrañ as solo poder mirarlo, porque he
extrañ ado mirarla.
Me encanta verla no hacer nada, me encanta có mo se mueve,
especialmente cuando sabe que la estoy mirando, lo cual hace ahora
mismo.
Está tragando saliva, nerviosa, y me mira cada vez que puede hacerlo
de forma natural. No puedo apartar la mirada porque estoy pensando
en todas las cosas que solı́a hacer con ella en un avió n. Nunca
desperdicié un minuto que tuve a solas con ella, ni una pulgada de su
piel que hubiera dejado intacta o un rincó n de este plano en el que no la
hubiera besado.
Julian es un maldito idiota.

"¡Esto es bonito!" Magnolia dice mientras entramos al vestı́bulo de la
casa de los Haites y Henry y yo la miramos sorprendidos. No puedo
creerlo, en realidad.
Para poner esto en perspectiva, cuando la llevé a Versalles no dijo ni
una puta palabra. No parpadeó dos veces. En realidad, creo que podrı́a
haber dicho: “Es un poco torpe, ¿no crees? Bastante pesado como el
oro.
La he llevado a los mejores hoteles del mundo —Baur au Lac, el
Mandarin en Doha, Rambagh Palace— y ella no piensa en ellos. Ella es
completamente indiferente. Que sea una vara de medir para ti lo loco
que es este lugar.
Está fuera de la maldita cadena.
“Wow, ¿qué tan bueno es el dinero sucio?” Magnolia parpadea hacia
un techo ornamentado.
Ambos chicos de Hemmes resoplan una carcajada.
“Bueno, supongo que es verdad—” Ella se encoge de hombros,
moviendo sus ojos entre los Hemmeses y los Haiteses. “El crimen
realmente paga”.
Me trago una sonrisa. “La expresió n en realidad es 'el crimen no
paga'”.
Ella me mira con un poco de ceñ o fruncido. “Eso no tiene ni
remotamente sentido…”
Julian engancha su brazo alrededor de su cuello y le sonrı́e por un
segundo antes de besarla.
"Tú les dices".
Aparto la mirada.
"Está bien", dice Juliá n. “Averiguad entre vosotros dó nde queré is
dormir. Daisy, está s en la suite Chinoiserie.
Ella frunce el ceñ o. "Quiero al maestro".
Su hermano se burla, divertido. "Sı́ claro."
Ella frunce el ceñ o má s. "¿Por qué obtienes al maestro?"
El le da una mirada. “Porque yo soy el maestro”.
Daisy pone los ojos en blanco y aparta a Christian.
"Vamos." Julian agarra a Parks, la arroja sobre su hombro como un
puto hombre de las cavernas y la lleva escaleras arriba. “Te voy a
mostrar lo bien que paga”.
Desaparecen por un tiempo.
Estoy enfermo por un tiempo.
Me jode un poco, verlo llevá rsela ası́. Supongo que la decisió n de
hacer que todos vengan a Italia. El besá ndola es su iciente mierda,
¿pero tener que estar en la misma casa que ellos mientras follan?
Realmente no sé qué hacer aparte de Jordan, ası́ que lo hago.
Odio pensar en Parks todo el tiempo. Odio eso. Odiá ndome por ser
ası́ otra vez.
Pensé que habı́a evolucionado má s allá de follar con chicas para
procesar lo mucho que me ha jodido amar a Parks, pero no lo he hecho,
claramente.
Viejos há bitos y mierda.
Me siento peor que antes porque supongo que ahora lo sé mejor.
“Estabas enojado”, dice Jordan, mirá ndome despué s, “que no la invité
a la iesta”.
Ella mira hacia otro lado, pensando.
"No." Niego con la cabeza de manera poco convincente.
"Pensé que te gustarı́a ponerla triste", dice mientras se estira,
empujando mi cabello hacia atrá s. Me hace sentir un poco enferma,
Jordan tocá ndome ası́, hablando de Magnolia.
Le dedico una rá pida sonrisa. “Nunca quiero ponerla triste”.
"Incluso si...", comienza, pero la interrumpo.
—Aunque nada, Jords —le digo con irmeza, pero es una especie de
tonterı́a. Soy un profesional en lastimar a Parks, pero por encima de mi
puto cadá ver voy a dejar que alguien má s lo haga.
Ella me mira, pensando mientras lo hace, luego asiente. Ve có mo una
pregunta sube a la super icie de su mente como un cadá ver en un lago.
Ella exhala con los ojos apretados y sus parpadeos lo hunden de nuevo.
Ella rueda sobre mı́ y me lanza una sonrisa. "¿Te apetece la segunda
ronda?"
Unas horas má s tarde me dirijo a la piscina. Está revestido con
alrededor de mil calentadores para que podamos acostarnos y ingir
que no hace 12 °C.
Daisy, Christian, Henry y Taura salieron al lago; Gus, Jo y Banksy
está n jugando al Spikeball en el cé sped; Parks y Julian yacen debajo de
una cabañ a de la peor manera posible.
Manta alrededor de é l (¿qué diablos pasa con ellos y las mantas?),
ella recostada entre sus piernas.
El está leyendo el perió dico, ella está en su iPhone.
¿Solo parte redentora? Lleva un biquini lila de seersucker.
Levanta los ojos hacia mı́ y luego se mira a sı́ misma, con los ojos
apuntando al color que lleva puesto. Ella me mira, enviá ndome un
mensaje sin decir una palabra.
Me siento en la tumbona justo enfrente de ella para poder verla de
nuevo como lo hice en el avió n.
Jordan hace unos largos en la piscina y luego salta al spa. Solo tomo
las vistas.
Piel mucho má s morena que el resto de nosotros, pelo todo ondulado
por el cloro, ojos esmeralda tan brillantes que podrı́as verlos desde el
lago.
Froto mi mano sobre mi boca sin pensar, mientras ella me mira por
encima de su telé fono.
Mi telé fono vibra.
Ella me envı́a un mensaje de texto.
parques
14:43

¿A que estas mirando?

Tú .

Ella traga, nerviosa. Mejillas enrojecidas.


Sabes que estoy saliendo con un capo de la pandilla, ¿verdad?

La miro, divertido. Arquear una ceja.


Pensé que no estabais saliendo...

Ella me mira, su cara toda inexpresiva y perfecta.


¿De verdad preferirı́as que dijera lo que estamos haciendo en realidad?

Ella me tiene allı́.


No.

¿Có mo estuvo tu iesta?

Bien, ¿có mo estuvo el tuyo?

Ella me mira sombrı́amente.


Intimo.

Mierda. He tocado un nervio.


No lo sabı́a, parques.

¿Creı́ste que lo sabı́a?

Ella frunce la boca. Seguramente ella sabı́a que yo no sabı́a. Jonah


dijo que le dijo que no lo sabı́a.
Yo no le harı́a eso.
Eso fue malo de su parte.

¿Puedes culparla?

Le doy una mirada desde el otro lado de la piscina.


Ella frunce el ceñ o ante mi mensaje de texto cuando lo recibe.
Escribe de vuelta agresivamente.
Puedo sı́, creo que es una perra.

Es ella lanzando el primer puñ etazo y mi mandı́bula se tensa. eso me


molesta Sié ntete a la defensiva de Jordan. Estoy bastante seguro de que
en realidad solo está tratando de ser una buena amiga de una manera
jodidamente extrañ a.
No la llames ası́.

¿La está s defendiendo?

Sı́.

¿Por qué ?

Porque-

La miro por un segundo antes de volver a mirar mi telé fono y dar un


golpe.
estamos saliendo.
Lo sé .

Los ojos de Parks está n apretados, esperando mi respuesta.


Doy el siguiente golpe.
Y no tienes una jodida pierna sobre la que pararte porque está s saliendo con Julian.

Y luego, al má s puro estilo de Magnolia Parks, da el golpe fatal:


*Maldito.

Fó llame, casi podrı́a doblarme por eso. Parpadeo de par en par un
par de veces. Mira mi telé fono. Se me ha apretado la mandı́bula.
Asiento una vez hacia ella desde el otro lado de la piscina y sus ojos ya
se ven llenos de arrepentimiento y me da una pequeñ a inyecció n de
alivio de que algunas cosas nunca cambian.
Derecha

Derecha.

Está a punto de ponerse feo.


Está clavando los talones en el suelo, lista para el empujó n. Estoy
enrollando mi brazo como Popeye.
Puedo sentirlo en mı́.
Estamos a punto de enfrentarnos en UFC, donde no hay reglas,
excepto sacarme los ojos, solo que sé que ella me sacarı́a los ojos
cualquier maldito dı́a de la semana para ganar. Christian era un ojo
gubia. Salir con Tom fue una herida en el ojo. Mudarse a Nueva York fue
una herida en el ojo. Jack-Jack Cavan era un ojo gubia.
Follando a Jules es un jodido ojo gubia.
Y estoy a punto de levantarme e ir a ligar con Jordan en el spa frente
a ella cuando Henry, Christian y las chicas salen del lago.
"¿Cena?" Daisy les pregunta a todos alegremente, y gracias a Dios por
los ú nicos haites que me gustan.
Daisy cocina. Pasteles Huntsman, increı́blemente buenos.
Voy a inscribir a Parks en clases de cocina.
No puedo imaginar que vaya muy bien si soy honesto, pero vale la
pena intentarlo.
Luego, todos se amontonan en (una de) las salas de estar para ver
algo. Christian sugiere una pelı́cula de terror y todas las chicas la vetan,
aunque me encanta ver pelı́culas de terror con Parks, porque ella se
aferra a mı́ cuando tiene miedo, pero luego me doy cuenta de que se
aferrarı́a a otra persona.
Aterrizamos en Jurassic Park , porque es prá cticamente la mejor
pelı́cula de todos los tiempos.
Vemos la pelı́cula. Veo Parques.
Despué s, todos se quedan dormidos excepto Magnolia y yo, porque
ya hemos hecho esto antes. Conozca el taladro. Sepa có mo estar solo en
una casa donde eso deberı́a ser un imposible.
Todos se van a la cama.
Parks se levanta, me mira a los ojos y va a la cocina.
Ella no sabe limpiar. Sin embargo, sé có mo limpiar.
Julian la sigue adentro.
Jordan me mira con cansancio.
“Ve a la cama, les voy a dar una mano…” Asiento en su direcció n.
"De acuerdo." Ella bosteza, estirando los brazos por encima de su
cabeza.
—Estaré despierto en un minuto —le digo, esperando que sea una
mentira.
Entro en la cocina y Julian está en la puerta al telé fono, levantando un
dedo hacia ella diciendo que tardará un minuto.
Cuadro de caballerı́a.
Me mira, asiente con la barbilla y dice: "¿Está s bien?"
Parks me mira.
"Le daré una mano". Asiento con la cabeza hacia Parks. "Toma tu
llamada".
Julian mira de mı́ a Parks, saca un poco la boca y luego se encoge de
hombros.
"Mejor tú limpias que yo, hombre".
Se acerca a ella, desliza una mano alrededor de su cintura y la otra
detrá s de su cabeza. Besa la mierda fuera de ella. Ella se pone rosada
mientras é l lo hace.
“Despié rtame cuando subas”, le dice.
Ella se pone má s rosa. Asiente.
Camina hacia la puerta, pero se da la vuelta.
“Cuidado con esas manos, Ballentine”. Me señ ala. “Sé có mo la dejé ”.
Ella inclina la cabeza hacia é l, pone los ojos en blanco avergonzada.
Le doy un breve asentimiento y se va.
La miro, con los ojos muy abiertos, el corazó n acelerado.
"Guau."
Ella golpea sus manos, avergonzada.
“El es solo territorial…”
me burlo "Es un gilipollas, eso es lo que es".
Ella me da una mirada y ladeo la cabeza en su direcció n.
"Como si eso no te molestara".
"No realmente", dice en voz baja, con la nariz en el aire. Y no puedo
decir si está mintiendo. "Es bueno que te necesiten a veces".
Mueve una pila de platos al fregadero y mi corazó n hace lo mismo.
La miro ijamente, me pregunto qué quiere decir.
Traigo unas tazas. Está abriendo el agua, llenando el lavabo.
Le doy una mirada. "¿Quieres que te necesiten para eso?" Le digo
mientras la muevo por la cintura lejos del fregadero, hacié ndome
cargo.
Por cierto, hay un lavavajillas, obviamente. No quiero usarlo. Quiere
una razó n para estar cerca de ella.
Le entrego un pañ o de cocina, aunque me moriré de la sorpresa si
sabe qué hacer con é l. Ella me mira, frunciendo el ceñ o.
Ella me da este encogimiento de hombros dé bil que me aplasta por
alguna razó n. "Mejor que nada,"
"¿Está s bromeando?" Niego con la cabeza hacia ella. “¿De eso se trata
toda esta mierda? Joder, Parks, te necesito para eso…
Su rostro se tensa. "Ah, bueno, eso no es estrictamente cierto,
¿verdad, Beej?" Se muerde el labio inferior, luciendo seria. “Paili,
Jordá n…”
Lamo mi labio inferior. No puedes retener a Paili sobre mı́ para
siempre.
"¿Dice quié n?" Ella me da una mirada orgullosa y desa iante.
"Ademá s." Se encoge de hombros como si la conversació n no la
estuviera matando. “Has encontrado a muchas otras personas para
satisfacer esa necesidad”.
Niego con la cabeza hacia ella, solemnemente. "No, no lo he hecho".
He intentado. Lo he probado con mil personas diferentes de mil
maneras diferentes. No es lo mismo. Le paso un plato para que se
seque.
Ella lo envuelve con la toalla. Lo sostiene mientras me da una
pequeñ a mirada desconsolada. "Lo siento, pero no te creo".
Aprieto la mandı́bula y niego má s con la cabeza. No sé có mo decirle
que es verdad, no quiero a nadie má s que a ella, es lo ú nico que
necesito en este puto planeta y me casarı́a con ella ahora mismo aquı́
mismo si pudiera trabajar. có mo ser lo su icientemente bueno para
ella.
Pero en vez de eso, le paso otro plato para que se seque y ella
parpadea.
“¿Qué hago con esto?”
Respiro una carcajada, la tomo y el pañ o de cocina se ofrece.
"Cambia conmigo", le digo. Luego asiente con la cabeza en el
fregadero de los platos. “El objetivo es lavar los residuos de comida de
los platos”.
Ella me mira, lava un par de platos tan mal que tomo nota de
ponerlos en el lavavajillas despué s de que se haya ido a la cama.
Ella frunce los labios y me mira.
“Pienso mucho en las escaleras. En Varley.
La miro. "¿Desde la otra noche?"
Ella niega con la cabeza. "Antes de eso tambié n".
El dormitorio de Potter, solı́amos llamarlo. Es bastante difı́cil
encontrar tiempo a solas en un internado, pero el armario debajo de las
escaleras que subı́an a su dormitorio funcionaba de maravilla. Nadie lo
supo.
Yo trago.
"¿Qué pasa con eso?"
“Sobre có mo nos escabullı́amos cada vez que podı́amos y tanto
como podı́amos. Está bamos tan enamorados, tan emocionados por
eso…” Ella se muerde el labio inferior como desearı́a estar haciendo.
“Se siente vergonzoso ahora, un poco estú pido…” Sus ojos se apartan
de los mı́os. Habrı́a hecho cualquier cosa por ti. Engañ ado por ti, mintió
por ti. hubiera muerto por ti. Creo que tal vez lo hice”.
"Parques—" apenas digo porque estoy ahogado...
"¿Alguna vez lo imaginaste?" ella me interrumpe. "¿Que serı́amos
nosotros los que nos lastimarı́amos má s que nadie?"
Mierda.
Niego con la cabeza. —No —digo demasiado bajo.
Ella se chupa el labio ahora. Asiente.
"Triste, ¿no?"
Dejo caer el plato que estoy secando en el banco, vuelvo su cuerpo
hacia el mı́o.
Podrı́amos parar.
"¿Có mo?" ella interrumpe. “Dime có mo y lo haré ”.
Suspiro, le doy una mirada mesurada. "Termina con é l. Sé el primero
en ondear la bandera blanca”.
Ella niega con la cabeza, me mira como si hubiera perdido el hilo.
"No."
"¿Porque no?" Arrugo la frente. Luego me mira como un animal
herido mirarı́a a una persona que se le acerca y le doy una puñ alada,
asintiendo con la cabeza antes de decirlo. "No confı́as en mı́".
Su rostro se contrae. "¿Có mo podrı́a con iar en ti?"
Niego con la cabeza hacia ella.
"Morirı́a por ti."
“Eso, creo.” Ella asiente. "Yo tambié n confı́o en ti con mi vida".
“Simplemente no tu corazó n”. Suspiro.
Ella asiente lentamente. “Simplemente no mi corazó n”.
“Qué – joder. Magnolia... Me paso las manos por el pelo. "¿Qué carajo
se supone que debemos hacer?"
Me da un dé bil encogimiento de hombros, exhala una vieja tristeza
que siente por mı́.
"Solo sigue haciendo el baile, supongo".
Ella camina hacia mı́. Besa mi mejilla. La besa apropiadamente, los
labios en la mejilla, lota, respira sobre mı́: lo que le harı́a en esa mesa
del comedor en la casa de su novio si no estuviera tratando de ser un
mejor hombre...
la dejo Cierro los ojos. Que me haga sentir todo lo que Jordan nunca
me ha hecho sentir.
Inspı́rala.
Le ruego que se case conmigo cincuenta veces en un segundo pero
no puedo en voz alta porque Parks no confı́a en mı́ y no creo que sea lo
su icientemente bueno de todos modos. No creo que haya nada que
pueda hacer para que ella confı́e en mı́ má s que tiempo, y le daré todo
lo mı́o, eso no me importa. Ni siquiera estoy preocupado si nunca
salimos de este camino, no me importa, me quedaré en é l para siempre
con ella. Sin embargo, me preocupa que ella lo descubra y salga sin mı́.
Se aleja de mı́ y mientras lo hace, deslizo mi corazó n en su bolsillo
trasero.
Eso es una mentira. Ella ya lo tenı́a. Pero se lo doy de nuevo por si
acaso.
Ella me da una sonrisa triste, asiente con la cabeza hacia los
dormitorios.
“De vuelta a las minas de sal”.
Me rasco la nuca.
"¿Hazme un favor?"
Ella inclina la cabeza, asiente. "¿Sı́?"
"No lo despiertes".
SESENTA Y UNO

Magnolia

Julian fue un poco gracioso porque no lo desperté cuando subı́.


Sospecho que sabı́a que la razó n tenı́a que ver con BJ y no la razó n
que le di (“Te veı́as tan dulce durmiendo allı́”).
No dijo mucho al respecto, solo me dio una mirada que no entendı́
del todo y me besó y luego saltó a la ducha conmigo, recuperando el
tiempo perdido anoche, supongo.
Fue difı́cil hacer eso con BJ en la casa.
Siento que estamos demasiado conectados, como si é l pudiera
escuchar mis pensamientos. El sabrı́a lo que estaba haciendo, lo
sentirı́a en el aire, lo verı́a en mı́ despué s.
Y me divierto con Julian, y é l es muy bueno en lo que hace, pero besar
a BJ en su mejilla anoche fue lo que má s me gustó desde que BJ me
devolvió mi collar.
Julian salió un rato despué s de que terminamos. Dijo que tenı́a un
trabajo que tenı́a que hacer. No sé qué signi ica eso, pero me abrió la
tarde de par en par.
La casa está tranquila.
Christian y Daisy son la pareja má s linda del mundo, Henry está en el
lago con Taura y (extrañ amente) por separado, Jonah está en el lago
con Bianca.
No sé dó nde está BJ. Alrededor, espero.
Siempre hemos tenido la habilidad de robarnos momentos el uno
con el otro.
Deambulo por las escaleras y reviso la sala de estar. Nada.
Luego el comedor. Nada.
Miro hacia la piscina. En ningú n lugar.
Probablemente esté con Jordan, pero asomo la cabeza por algunas
esquinas solo por si acaso. Y luego, en la esquina de la casa, en una de
las salas de estar má s apartadas, lo encuentro, mirando National
Geographic.
Me paro en la puerta y solo lo miro por un segundo.
Con el torso desnudo y solo usando los pantalones de chá ndal de
punto con estampado de armonı́a de The Elder Statesman y los
calcetines Dip Yosemite que combinan adorablemente bien. Un brazo
estirado detrá s de su cabeza. En su iPhone, mordié ndose el labio. Todo
mi estó mago se retuerce solo de verlo. Me encanta verlo. Es mi
pasatiempo favorito. Solı́a perder horas siguié ndolo de habitació n en
habitació n los ines de semana. Có mo ponı́a mantequilla a su tostada,
có mo bebı́a del cartó n, có mo mordı́a una manzana, có mo abrazaba a su
madre. La forma en que sostenı́a su telé fono, la forma en que giraba el
control remoto en su dedo ı́ndice. La forma en que abrirı́a una puerta.
Me encantaba la forma en que se sentaba, la forma en que se inclinaba,
dó nde caı́an sus manos, y esas eran solo las cosas mundanas. No
importa có mo fue verlo nadar en la escuela o jugar al rugby. El en una
patineta, é l escalando cosas que no deberı́a, é l conduciendo un
automó vil...
Me mira y me ve, la comisura de su boca se levanta en una pequeñ a
sonrisa.
"Oye." Sus ojos caen sobre mı́.
No estoy en mucho. Jersey cepillado de cuello alto en punto de
jacquard de leopardo de Dolce & Gabbana y pantalones cortos de
canalé Mimie Cashmere In Love.
"Hola." Me quedo junto a la puerta.
Palmea una vez en el sofá junto a é l y me acerco.
"¿Qué está s haciendo?" Pregunto mientras me siento.
Asiente con la barbilla hacia la televisió n antes de mirar por el rabillo
del ojo. ¿Dó nde está Jules?
"Laboral." Me encojo de hombros.
El frunce el ceñ o. "¿En vacaciones?"
Me encojo de hombros de nuevo. "¿Dó nde está Jordan?"
Hace una pausa en la televisió n. "Compras."
"Derecha." Asiento con la cabeza.
El entrecierra los ojos hacia mı́ por un segundo. "¿Lo despertaste?"
Apenas lo miro a los ojos mientras niego con la cabeza. "No, no
anoche".
El huele una pequeñ a risa triste. "Una aclaració n interesante allı́".
Yo trago. "No me gusta mentirte".
Su cabeza cae hacia atrá s y suspira mientras cubre su rostro. “Tú y
yo teniendo sexo con otras personas en la misma casa, ¿quié n lo
hubiera pensado?” Me mira, trata de sonreı́r, pero solo suelta un poco
de aire por la boca. "La peor frase que he dicho".
Está . Lo odio y no sé qué decir, ası́ que solo miro la televisió n. "¿Cuá l
está s viendo?"
Uno de los de los osos polares. Lo despausa.
"¡Vaya!" Meto los pies debajo de mı́. "Amo esto."
Me mira por unos segundos. "Lo sé ."
Dejo caer mi mano en el espacio entre nosotros, no tiene sentido y la
apoyo ahı́, pero BJ se da cuenta.
Sus ojos parpadean hacia é l y luego deja caer su propia mano junto a
la mı́a.
El dorso de nuestras manos se toca y me congelo porque tocarlo,
incluso de la manera má s pequeñ a, es elé ctrico.
Sus manos son siempre tan cá lidas y me encantan sus manos de
todos modos, siempre lo he hecho. Siempre han sido grandes pero no
sucios. Dedos largos, no demasiado delgados, ni demasiado cuadrados,
ni demasiado redondeados, solo manos fuertes que me han sostenido a
travé s de todo lo que esta vida me ha arrojado.
Y luego esas manos que amo, que pienso en tocar mi cuerpo todos
los dı́as, en mi cabello, en mi cara, debajo de mi almohada, esas manos
se mueven muy levemente y su dedo meñ ique se une al mı́o.
Trago pesado y me aclaro la garganta.
Una sonrisa se dibuja en su rostro mientras mira al frente.
Frunzo los labios y no muevo la mano ni un centı́metro mientras
digo: "¿Comenzamos a ver esto antes o despué s de hacerlo?".
Me mira, con las cejas bajas, casi como si estuviera ofendido.
"Despué s."
"Vaya." Asiento con la cabeza en la televisió n. Entonces lo miro
entrecerrando los ojos. "¿Por qué estaba hablando de las abejas
entonces?"
Su boca se abre en una sonrisa apropiada y sus ojos parpadean sobre
mi cara. Estuviste en el Congo la semana anterior, ¿recuerdas? Con tu
familia."
"¡Vaya! Sı́—” Asiento con la cabeza. “La fase Jane Goodall de mamá ”.
Mi madre ha pasado por muchas fases, como todos sabemos. El de
Jane Goodall era uno de los má s sanos.
Los ojos de Beej se suavizan y asiente varias veces. “Jane Goodall te
habló de las abejas…”
Sonrı́o y hago un pequeñ o sonido de 'hm', feliz y contenta tanto de
estar aquı́ como de estar vagando por el camino de la memoria.
Fue lo má s largo que estuvimos separados desde que nos juntamos,
ese viaje, y no fue tanto. Solo diez dı́as má s o menos, pero para mı́, a la
avanzada edad de 15 añ os, estando lejos de BJ durante tanto tiempo,
bien podrı́a haber sido un prisionero de guerra. Le supliqué que
pudiera venir y mi madre dijo que sı́, pero luego Marsaili la convenció
de que BJ y yo pasá bamos demasiado tiempo juntos.
“¡Cada momento de vigilia!” dijo Marsaili y yo emitı́ un sonido desde
el fondo de mi garganta y dije: “Eso no es culpa mı́a, ¿verdad? No me
mandé a un internado a vivir con mi novio”.
Ella puso los ojos en blanco. ¡Nosotros no te enviamos a un
internado a vivir con tu novio! No vives c— Vas a un internado y
resulta que tu novio tambié n está allı́.
"¡Lily dijo que BJ podı́a venir!"
“Y estoy diciendo que necesitas un poco de espacio de é l”, dijo
Marsaili. Eso fue de initivo.
Probablemente se sembró en mı́ en ese momento que, de hecho,
tendrı́a anti-espacio. Lloré cuando le dije que ella habı́a dicho que é l no
podı́a venir, porque yo era ası́ de dramá tico, pero tambié n porque me
parecı́a injusto que me obligaran a formar mi propia familia y luego me
alejaran. de é l cuando me querı́an de vuelta.
Estaba soleado como siempre, se le ocurrió que no se le permitió
venir. (Tambié n archivado como: porque é l no me necesita).
Simplemente me besó mucho, me dijo que serı́a pan comido y que
tendrı́a a Bridget y que nos divertirı́amos mientras estuvié ramos fuera
y luego, cuando volvié ramos … no lo dijo, solo me miró .
El sexo habı́a sido el tema durante un tiempo para entonces y
cuando fui a casa de BJ ese domingo por la noche para decirle que
Marsaili dijo que no podı́a venir, el plan mandarı́n cobró vida como un
tipo de 'vete a la mierda' para ella.
—Qué perra que no me dejó correrme —dice BJ de la nada y me rı́o a
carcajadas.
"Creo que solo estaba asustada por lo mucho que yo... ¿sabes?"
'Amalo' es el inal de esa oració n. Tiempo presente, no pasado. Siempre
en tiempo presente amá ndolo. Marsaili siempre lo encontró
preocupante. Con buena razó n al inal, supongo.
"Sı́." El asiente, tragando. “No sé si alguna vez te dije esto…” Se rı́e
una vez, sacudiendo la cabeza. ¿Qué me dijo el señ or Kincaid?
Niego con la cabeza.
Llegué a casa desde el Congo en la madrugada del viernes por la
mañ ana, ası́ que mi madre habı́a dicho que Bridget y yo no
necesitá bamos ir a la escuela, pero uno de los conductores me trajo de
todos modos porque estaba muy emocionada. para ver a BJ.
"Viniste a mi ú ltima clase, ¿recuerdas?" Sonrı́e al pensar en ello.
“Estabas en este vestido sin mangas. Demasiado frı́o para marzo…
Inmediatamente despué s de salir con BJ, supe que si me vestı́a mal y
tenı́a frı́o, é l se verı́a obligado a abrazarme o darme sus sué teres, a
veces ambos, y me encantaban ambos resultados.
“Pararse fuera del aula de puntillas para mirar por la ventana…”
“Señ or Ballentine”, dijo Kincaid con un suspiro, notando que BJ me
miraba a travé s de la ventana mientras yo saludaba con entusiasmo.
"Ojos al frente, por favor".
El Sr. Kincaid era el maestro favorito de los niñ os en Varley y el
Housemaster de Carver.
"¿Puedo simplemente escabullirme por un segundo, señ or?" BJ
preguntó alegremente.
"No", dijo el Sr. Kincaid, moviendo sus ojos hacia mı́.
“Señ or, pero Parks está afuera. No nos hemos visto en, como, diez
dı́as.
“Señ or Ballentine, no son amantes devastados por la guerra, y esto es
ciencia, no estudios sociales”. Miró a BJ un poco.
“¿Es…” BJ levantó las cejas juguetonamente “…quı́mica, por
casualidad?”
“BJ, si no sabes la respuesta a esa pregunta, entonces te he fallado”,
dijo y la clase se rió mientras intentaba continuar con la lecció n.
'DIGA QUE VA AL BANO', le dije a BJ mientras é l comenzaba a
contestar, 'SOLO VE A TU HABITACION'. Má s señ alar. 'NOS VEMOS EN
TU HABITACION.'
"Magnolia." El señ or Kincaid asomó la cabeza por la puerta.
“Oh—” salté . "Hola señ or."
Me miró con mi vestido de tweed multicolor pastel RTW Chanel
Primavera 2014. “¿Y dó nde está tu uniforme?”
Negué con la cabeza hacia é l. "Estoy ausente hoy".
"Evidentemente no". Kincaid enarcó una ceja. “Está s distrayendo a
mi clase al pararte frente a mi puerta”. Volvió a entrar en su habitació n
y yo me asomé detrá s de é l. Entra, Magnolia, y por favor, cá llate.
Le sonreı́ y luego me lancé hacia BJ, quien se apartó de su mesa y le
dio unas palmaditas en el regazo justo a tiempo para que Kincaid
girara sobre sus talones y me mirara hacia abajo. Y, por el amor de Dios,
sié ntate en tu propia silla.
Le di una sonrisa cortante y me senté al lado de BJ. Deslizó su mano
en la mı́a inmediatamente, la besó tres veces, me robó el corazó n para
siempre con el cuarto de sonrisa que me dedicó , etcé tera, etcé tera.
"Muy bien, todos, ¿alguien puede decirme cuá l es la segunda ley de
Newton?"
Mi mano se disparó hacia arriba. El rostro del señ or Kincaid vaciló
por un momento.
"¿Magnolia?"
“F = MA”. Me frunció el ceñ o a pesar de que sabı́a que tenı́a razó n. “La
fuerza es igual a la masa por la aceleració n”.
"Correcto." El asintió , sonrié ndome antes de volverse hacia la clase.
"Multiplicar MA en la ecuació n signi ica que estamos multiplicando las
unidades, por lo que las unidades de F se convierten en..."
“—Kilogramo metros por segundo al cuadrado,” salté de nuevo. Los
ojos de BJ me miraron con orgullo.
Kincaid tituló su cabeza. "¿Tambié n conocido como?"
“KG por m/s/s.”
El asintió una vez. "¿Tambié n conocido como?"
"Newtons". Le di una pequeñ a sonrisa y é l cruzó los brazos sobre su
pecho.
"¿No está s en el añ o 11?" Araminta Bachman me preguntó , molesta.
"¿Si lo?" La miré ijamente.
Ella rodó los ojos, yo rodé los mı́os.
“Está bien…” El Sr. Kincaid miró entre nosotros, todavı́a un poco
divertido. "Hacia adelante."
Despué s de unos treinta minutos, sonó el timbre y BJ estaba de pie y
agarrando mi mano, sacá ndome del saló n de clases.
"¡Adió s señ or!" Le devolvı́ la llamada. “¡Muchas gracias, excelente
lecció n! Realmente disfruté có mo y—” Y entonces BJ agarró mi cara
con ambas manos y me presionó contra la pared fuera del saló n de
clases, besá ndome de una manera en la que todo el alumnado se volvió
cá lido.
—Señ or Ballentine... Kincaid puso los ojos en blanco y volvió a
cruzarse de brazos.
Y BJ, no dejaba de besarme, no disminuı́a la velocidad en absoluto, é l,
si puedes creerlo, y estoy seguro de que puedes, levantó un dedo para
que su maestra esperara.
“Y eso es una detenció n”. El señ or Kincaid asintió .
BJ sonrió contra mi boca, un gran beso má s que se sintió vergonzoso
porque habı́a una lengua obvia y luego tres pequeñ os, y mis mejillas
ardı́an, pero ¿quié n era yo para evitar que el amor de mi vida me
besara ası́?
"Sı́." Beej asintió . “Llamada justa. Todo eso está bien, solo que no este
in de semana, ¿sı́? Miró a su maestro con una sonrisa.
"¿Vaya?" El señ or Kincaid enarcó una ceja. "Lo siento, ¿tienes otros
planes?"
"Lo hago, sı́". BJ asintió y me rodeó con un brazo.
"¿Y cuá les podrı́an ser esos?"
“Bueno, señ or…” Me paré extra alto. “Vamos a tener sexo por primera
vez”.
BJ se golpeó la boca con la mano para no reı́rse.
"Vaya." Los ojos del Sr. Kincaid se abrieron de par en par, asintiendo.
“Está bien, correcto. Odio eso. Odio… El negó con la cabeza. "Odio que
lo hayas dicho tan alegremente tambié n, dios". Hizo una mueca como
si hubiera probado algo amargo. "¿Está s seguro que está s listo?"
“¡Tan listo como nunca lo estaré !” sonreı́.
Kincaid no parecı́a tan seguro. "Me pareces un poco joven..."
“Señ or…” Solté una carcajada como si estuviera loco. "Eres tan
gracioso. De todos modos, tengo que ir a buscar mi oso Paddington de
mi dormitorio…
Los ojos de Kincaid se agrandaron cuando BJ asintió mientras yo me
daba la vuelta y caminaba por el pasillo.
"¡Nos vemos el lunes, señ or!" Le devolvı́ la llamada con un saludo
alegre. "¡Ten un excelente in de semana!"
"Despué s de que te fuiste", BJ me sonrı́e en el sofá en Italia, "me
preguntó si habı́a usado un condó n antes".
Mi mandı́bula se abre. "No lo hizo."
"Sı́." Beej se rı́e. “Me dio una lecció n y todo. El estaba como, '¿Alguna
vez has usado...?' Y dije que no, y é l asintió de regreso a la habitació n y
suspiró y dijo: 'Está bien, vamos'".
"¡Oh Dios mı́o!" Me rı́o.
“Me hizo practicar con una engrapadora”. Se rı́e, sacudiendo la
cabeza. “Era un buen tipo”.
Me gusta có mo se pone su cara cuando hablamos de ser joven. Como
todo el dolor, el trauma y la mierda que nos hemos hecho pasar durante
un minuto y su rostro se ve como vive en mi mente de todos modos.
“Iba a posponerlo…” Se muerde el labio inferior, recordando.
"¿Posponer qué ?" Arrugo la frente.
Se encoge de hombros. "A nosotros. Haciendo eso."
"¿Eras tú ?" Me echo hacia atrá s, un poco sorprendido. "¿Por qué ?"
"No lo sé -" El mira hacia abajo a nuestras manos que aú n se tocan.
"Estaba nervioso."
"¿En realidad?" Parpadeo. "Porque-?" Mi voz se arrastra.
Se encoge de hombros. "Quizá s. No estaba pensando mucho en eso
entonces, lo enterré bastante profundo, pero estoy seguro de que eso
fue un poco. Y luego, como, creo que lo sabı́a. ¿Usted sabe lo que quiero
decir?"
Niego con la cabeza. “Como si tuviera la sensació n de que harı́amos
eso y luego dejarı́amos de ser niñ os”.
"Vaya." Me siento un poco triste por eso.
"Me encantaba ser un niñ o contigo". El me sonrı́e. “Iba a decirte
antes de verte que pensé que deberı́amos esperar. Pero entonces te vi.
Trago pesado. "¿Qué pasó cuando me viste?"
Se encoge de hombros.
"Te vi." El aplasta una sonrisa. “Eras tan moreno. Ya sabes có mo me
pongo cuando eres moreno…
"Hago." Asiento, sonrojá ndome. “Aunque lamento que lo hayas hecho
si no estabas listo…”
"No soy." El niega con la cabeza. “Probablemente mi noche favorita
de mi vida hasta entonces…”
“¿Y despué s de eso?”
"Dartmouth y la cerradura". Beej asiente con la cabeza hacia mi
estó mago. “Y luego probablemente nosotros en el á rbol el añ o
pasado…”
"¿Todas tus noches favoritas son conmigo?" Yo le pregunto.
"Sı́." El asiente sin pensar. "¿Por qué ? ¿Cuá les son los suyos?"
Con é l. Por supuesto con é l. Todas mis mejores noches, todas mis
peores noches, todas son con é l y me pregunto si ese es el punto. Hacia
esto estoy nadando: no solo enamorada de é l, sino toda una vida
maravillosa, aterradora, hermosa y dolorosa con é l.
Frunzo los labios. “Me encantan los que dijiste. Me encantó el dı́a que
me diste el escudo de armas de tu familia… Le doy una sonrisa de
disculpa por tirarlo. “Realmente me encantó la noche despué s de que
tuvimos sexo por primera vez”.
"¿Por qué ?" Se rı́e, confundido.
“Porque ya no está bamos nerviosos”. Me encojo de hombros. “Y fue
tan divertido y nuevo y me encantó escabullirme contigo”. Nuestros
ojos rozan y mi corazó n lanza una lı́nea hacia é l.
Se atrapa y trago pesado.
Asiente con la barbilla hacia mı́. "¿Quieres hacer otra noche favorita
pronto?"
Me enderezo un poco. “Podrı́amos hacer uno ahora mismo”.
Me da una sonrisa amable y niega con la cabeza.
Asiento una vez y luego alejo mi mano de la suya, colocá ndola en mi
regazo y sus hombros caen.
“Tú no quieres que yo, Parks—” El niega con la cabeza. "Ası́ no es
como me quieres".
"Solo te quiero a ti, Beej". Me encojo de hombros. "Pero mi deseo por
ti nunca ha sido realmente la pregunta".
¿No es ası́? é l responde y yo suspiro, me pongo de pie y empiezo a
caminar fuera de la habitació n.
"¿Vamos a buscar a Jules entonces?" me llama.
"¿Y qué si lo soy?" Giro sobre mi pie.
Eres tan jodidamente predecible... Aparta la mirada. “Luchamos por
un segundo y tú corres hacia otra persona”.
"Bueno, ¿qué quieres que haga?" Pregunto, mi voz un poco
temblorosa.
“¡Qué dense, Parques!” dice en voz alta. "Solo qué date jodidamente".
Lo miro y é l me mira a mı́ y es como si ambos estuvié ramos
perdidos en el mar en diferentes trozos de madera lotante y la marea
nos estuviera empujando en diferentes direcciones.
"Estoy de vuelta", anuncia Jordan detrá s de mı́.
Me doy la vuelta rá pidamente para mirarla, mostrando una sonrisa.
"Oh hola." Rá pidamente me limpio una lá grima.
Ella frunce el ceñ o un poco, mirando de mı́ a BJ y luego de nuevo a mı́.
"¿Está s bien?" pregunta, inclinando la cabeza confundida.
"Sı́-" Me encojo de hombros rá pidamente. “Simplemente, un oso
polar murió ”.
"Vaya." Ella se ve triste por eso. "¿Có mo?"
Frunzo los labios. "Ahogue. Estaba lejos en el océ ano. No pudo
hacerlo…” BJ me mira ijamente, con los ojos pesados. "Voy a subir y
empacar".
Oigo a Jordan decir mientras me alejo: “Guau. Le gustan mucho los
osos polares”.
SESENTA Y DOS

Magnolia

“Entonces, ¿dó nde está el monstruo paso?” Julian pregunta


alegremente. Mi padre me frunce el ceñ o.
Me rı́o incó modamente. Eso no es… yo no la llamo ası́. Eso fue... é l lo
inventó , no yo...
Julian presiona la punta de su lengua en su labio superior para no
reı́rse y Harley pone los ojos en blanco.
"Lo creas o no", bromea mi hermana, "ella no está tan emocionada de
conocer al capo de la pandilla que se está tirando a su hija".
Agarro su muñ eca y le dedico una sonrisa. El es muy guapo.
"No te lo tomes como algo personal". Muevo mi mano con desdé n.
“Ella tampoco estaba encantada cuando yo estaba follando con Tom
England, y ese es Tom England, quien no podrı́a ser menos un capo de
pandillas si lo intentara. Ademá s, sexualmente eres mucho má s su taza
de té ”.
Mi hermana se atraganta un poco con el vino y Julian frunce el ceñ o,
sin decir nada.
"¿Có mo está eso ahora?" pregunta mi padre.
—Bueno… —le doy una mirada impaciente mientras desabrocho los
botones de la cazadora bomber negra de Stone Island Shadow Project
de Julian porque se ve mejor ası́ y tiro de la camiseta blanca de Kiton
debajo para que quede como debe quedar—.
“Cada vez que un hombre moreno aparece en una pantalla con este
tipo de cabello oscuro y dorado con ojos azul profundo, ella hace todo
tipo de ruidos”.
"Vaya. Bueno." Harley pone los ojos en blanco.
Le doy una sonrisa incó moda. “Eso no es ideal para ti como su
esposo, como un hombre negro con cabello castañ o y ojos marrones”.
"Si un poco."
Asiento con simpatı́a y me encojo de hombros.
“Sin embargo, eres bastante moreno, amigo”, le ofrece Julian y eso
envı́a a Bridget al borde de la risa.
Vamos a cenar a Julie's en Notting Hill. La sugerencia de mi hermana,
si puedes creerlo, y ella no está en jeans por una vez en su maldita vida.
El sué ter de algodó n con intarsia The Beatles Get Back de Stella
McCartney y los pantalones sastre a cuadros vintage de Burberry:
recargados pero buenos, en realidad. Se está encariñ ando con Julian,
me di cuenta cuando entramos. Por un lado, está haciendo un esfuerzo.
Cuando é l la besó en la mejilla, ella se sonrojó un poco, lo cual no es su
culpa, con los ojos brillantes y la lı́nea de la mandı́bula que podrı́a rallar
queso.
Julian y mi padre se ponen al dı́a, hablando de un rapero
estadounidense que conocen y les disgusta. Bridget se inclina sobre la
mesa hacia mı́.
"Estos no son terribles". Toca mis pantalones cortos con estampado
de cuadros escoceses de Philosophy Di Lorenzo Sera ini.
"Santa mierda". La miro ijamente. "¿Fue un cumplido sobre mi
atuendo?"
“Te felicito”, me dice con el ceñ o fruncido que coincido cuando miro
sus pies.
“¿Por qué las hebillas de tus zapatos son tan grandes?”
"No lo sé , Magnolia". Ella frunce el ceñ o. "No los improvisé yo
mismo".
Sigo mirá ndolos. “Los zapatos son un á rea realmente problemá tica
para ti, ¿no es ası́?”
Ella rueda los ojos. "Me retracto, odio tus pantalones cortos".
“No, no lo haces. Son encantadores.
Ella me ignora. "¿Có mo estuvo Italia?"
Miro a Juliá n. "Bueno."
"¿Pasó algo interesante?"
“Um—” Considero la pregunta. “¿Lo hicimos en una sala de vapor?
Me desmayé de nuevo”.
Ella me frunce el ceñ o. "¿Que pasa contigo?"
"Nada. Creo que fue solo la combinació n del calor y la mo…
"-No, idiota", gruñ e, mirando de mı́ a Julian y de vuelta a mı́.
"¿Tuviste sexo con é l mientras BJ estaba en la misma casa?" Ella niega
con la cabeza hacia mı́. "¿Qué diablos está s haciendo?"
“El tambié n lo hizo”. Le doy una mirada.
Su rostro se suaviza pero todavı́a pone los ojos en blanco.
"Dijo que podı́amos parar", le digo mientras miro a Julian para
asegurarme de que no está escuchando, "si ondeaba la bandera blanca
primero".
"¿Qué dijiste?"
"Dije que no."
Su rostro cae.
Bajo mi susurro a uno aú n má s bajo. Le dije que lo amaba, que tuve
sexo con é l… Niego con la cabeza. “Agité la bandera. Me lo quitó de las
manos y lo usó como manta para tener sexo con Jordan”.
Bridget suspira.
"¿Có mo se va a resolver esto?" ella suspira
Me encojo de hombros, mi nariz en el aire. "Tal vez no lo haga".
Incluso la idea de eso se siente como una ola que me derriba y me
sumerge en el agua. Como si algo dentro de mı́ se estuviera ahogando,
saliendo a la super icie por un aire que no puedo alcanzar.
“Lo siento—” Marsaili suspira. Mi madre y mi abuela en dedo del pie.
Julian se pone de pie para saludarlos. Extiende su mano hacia mi
madre.
“Bueno…” La barbilla de mi madre cae sobre su pecho mientras mira
a Julian con ojos legañ osos. "¡Mı́rate!"
Ella toma su mano, lo tira hacia ella y lo besa alegremente en la boca.
Sus ojos se agrandan y su rostro se queda quieto.
"¡Madre!" salto
Julian retrocede un poco, sorprendido, pero mayormente tranquilo.
"Bien."
Ambos está n borrachos. Marsaili parpadea. “Completamente
salteado.”
La miro. "Deberı́a pensarlo-"
"¡Mi turno!" Bushka entra con sus dos manos hacia la cara de Julian.
"¡No no!" La rechazo, protegié ndolo de la cara de besos de mi abuela.
"¡Te mirarı́as!" Dice mamá , mirando a Julian. Se derrumba en una
silla. No sabı́amos que vendrı́a, ası́ que no es su silla, es solo una silla
que ella robó de la mesa junto a la nuestra.
Les doy una sonrisa de disculpa. “Cada familia tiene uno…”
Y lamentablemente, toda Inglaterra sabe quié n es el nuestro.
“Tú debes ser Julian…” Marsaili extiende su mano.
Lo sacude con los dos, sonriendo cá lidamente.
"El infame Marsaili". El le da su mejor sonrisa. Eres mucho menos
aterrador de lo que te describió Magnolia.
Ella le da una mirada compungida. "Te sorprenderias."
El se rı́e. "No. No me gustarı́a tener mis oportunidades contigo en un
callejó n oscuro… —El mira a mi madre juguetonamente—. “O tú , pero
tal vez por diferentes razones”.
Harley y Bridge se comen todo eso. Mamá está encantada.
Dios... Ella niega con la cabeza. “Si yo fuera unos añ os má s joven”.
Le doy una mirada.
"O tal vez, ya sabes, é l y yo no está bamos juntos..."
Tanto Bridget como Julian me miran.
Sus cejas está n un poco levantadas, y su rostro está haciendo un
trabajo terrible para ocultar su sorpresa.
Mis mejillas se ponen rosadas.
"Sabes lo que quiero decir", murmuro.
“De todos modos”, dice Marsaili, aclará ndose la garganta y tratando
de lanzarme una lı́nea, “ustedes dos se conocen…” Señ ala a Julian y mi
padre.
“A travé s del trabajo”. Juliá n asiente.
Agarro el brazo de Marsaili rá pidamente. “No temas, no somos de
dinero sucio. Bueno, en realidad…” Pienso por un segundo. "No eres de
ningú n dinero, de verdad, te acabas de casar, ası́ que..."
Julian presiona un nudillo en su boca, reprime una risa.
"¿Sabes lo que diré , sin embargo, Harley?" Lo miro. “Su casa en Italia
es mucho má s grande que la nuestra”.
“No tenemos una casa en Italia”, me dice Bridget.
Asiento, sin impresionarme. “Muy a mi punto.”
Ella rueda los ojos.
Mamá llama al mesero y mueve su mano alrededor de la mesa.
"¿Deberı́amos traer un poco de vodka para la mesa?"
Bridget entrecierra los ojos hacia ella.
"¿Vodka de mesa?" Mi hermana parpadea.
"Mmm". Nuestra madre asiente y sonrı́e.
Jules la mira por un segundo y creo que veo que su rostro se suaviza
un poco, como si estuviera triste por ella. Luego asiente enfá ticamente.
"Absolutamente. Una botella de tu mejor vodka de mesa.
Me mira, me da un pequeñ o guiñ o.
Mi madre lo mira con pestañ eo y me pregunto si deberı́amos
preocuparnos. Mamá ha sido una igura importante en la escena de las
iestas de Londres ú ltimamente. No es mi fase favorita de ella. Preferı́a
mucho má s cuando pasó por la fase Goop. Era má s sano. Habı́a mucho
cá ñ amo en el lugar, demasiada linaza para mi gusto, pero mucho vino
orgá nico. Eso estuvo bien. Siempre ardiendo en sá ndalo.
Esta fase de la iesta es desordenada y me parece que está tratando
de demostrarles a todos que se está divirtiendo, pero sospecho que en
realidad no se está divirtiendo. Ella está de iesta má s duro que los
mejores de nosotros. Y siempre ha ido de iesta, ella y mi padre. La
razó n por la que incluso contratamos a Marsaili en primer lugar fue
para que pudieran divertirse mucho y no volver a casa a veces sin ser
acusados de negligencia de los padres. Por lo general, mamá se pone
dura el in de semana de su cumpleañ os, tal vez algunas otras veces
durante el añ o, pero esto se siente diferente. Constante. Tengo la
persistente sospecha de que todo esto se debe a algú n tipo de tristeza
por haber perdido a mi padre.
Realmente no lo entiendo.
No sé si alguna vez los hubiera visto como si estuvieran
genuinamente enamorados, pero tal vez sé menos de lo que creo. O tal
vez está considerando el hecho de que nunca deja de sentirse
terriblemente imposible ver a alguien que una vez fue tuyo estar con
otra persona.
Despué s de la cena, Julian vuelve a mi casa. Se sienta en el borde de
mi cama italiana estilo Art Deco de mediados de siglo que compré
recientemente en La Maison London. No me suelen gustar las
antigü edades, pero supongo que Julian me ha estado contagiando, ası́
que cuando deambulamos por su sala de exposició n de Londres, tenı́a
que tenerlo o podrı́a haber muerto.
Sus dedos está n presionados en su boca. Me mira con los ojos
entrecerrados mientras me quito el anillo Serpent Bohè me de
Boucheron y presiono el collar de moñ o en mi pecho, tratando de
sentirme má s cerca de BJ de lo que estoy ahora. Entonces quı́tamelo
tambié n porque me siento raro usá ndolo para ir a la cama con Julian.
Todavı́a pienso mucho en el anillo con el escudo de BJ, el que tiré en
el Mandarin esa noche. No deberı́a haber hecho eso. Era de su padre
antes de que fuera suyo, al menos deberı́a habé rselo devuelto a Henry
para que se lo diera a Hamish.
No era mı́o perder ası́. Y hay un milló n de formas en que podrı́a darle
la vuelta a eso, decir que no era BJ para romper y é l me rompió , pero lo
era.
yo era, yo soy. Y el tiene.
"Juntos, ¿eh?" Julian me asiente con la cabeza desde mi cama,
interrumpiendo mi pequeñ o y triste ensueñ o.
“No, lo siento…” Niego con la cabeza, avergonzada al instante. "Lo sé .
No tienes citas.
El asiente una vez. "Yo no."
Niego con la cabeza mientras presiono mis manos en mis mejillas,
tratando de que no sepa que estoy avergonzado.
"No quise decir eso".
Sus ojos se entrecierran y me mira. "¿Có mo lo dijiste en serio
entonces?"
Me encojo un poco. "Lo siento."
“Está s enamorada de otra persona”, me recuerda.
"Lo sé ." Arrugo la frente.
"Entonces, ¿có mo diablos podrı́amos estar juntos entonces?" El mira
ijamente, con la mandı́bula apretada pero bastante sexy.
"¿Está s enojado conmigo?" Pregunto despué s de un minuto en voz
muy baja.
"Un poquito." El me mira.
Cruzo los brazos sobre mi pecho. "¿Por qué ?"
"No sé ." Me da una mirada sucia. “Porque eres tan jodidamente
molesto. ¿Qué quieres? ¿Sabes lo que quieres? Porque es todo y no es
nada”. No digo nada y é l desliza su mano por el aire. "Eres solo un
maldito dolor en el culo".
“Eso fue un poco cruel…” Hago un pequeñ o puchero.
Y luego Julian se precipita hacia mı́, agarra mi cara con ambas manos
y me besa hacia atrá s en mi có moda.
Doy un pequeñ o grito porque la perilla de extracció n se clava en mi
espalda, pero é l la ignora.
"¿Qué está s haciendo?" Pregunto, sin detenerlo.
“Esto, contigo”, dice mientras me baja la cremallera de mi
minivestido de crepé en dos tonos, blanco y negro, con los hombros
descubiertos de Balmain.
Me alejo para mirarlo con curiosidad. "¿Ahora?"
"Sı́." Se desabrocha su propia camisa de popelı́n de algodó n con C
bordada de Celine Homme.
"¿Por qué ?" Le frunzo el ceñ o, confundida.
El me mira, respirando pesadamente mientras pasa su mano por mi
cabello. “Porque esto—” Me mira ijamente para hacer un punto. "-es lo
que hacemos".
Me besa de nuevo, fuerte. Y luego se aleja y me señ ala
amenazadoramente. "Y no te atrevas a pensar en mı́..."
Solté una risa confusa. "¿Intentaré dar lo mejor de mi?"
Me besa má s mientras me acuesta en la cama.
"No estamos juntos", me dice mientras me mira.
Le doy una mirada. "¿Esto se siente como un mensaje mixto...?"
Sacude la cabeza, cernié ndose sobre mı́. "Tu lo amas. No amo a
nadie. ¿Sı́?"
Me encojo de hombros, un poco confundido. "¿De acuerdo?"
"De acuerdo." El asiente y deja caer su peso sobre mı́.
SESENTA Y TRES

BJ

"¿Có mo te va, encontrando un lugar?" Miro a Jordan mientras se


acuesta en mi cama, con los pies pateando en el aire viendo el fú tbol
conmigo.
"Bien, en realidad". Ella mira hacia atrá s. “Claudia encontró un lugar
que le gusta en Paddington”.
“Oh, bien,” le digo y ella sostiene mis ojos, una emoció n parpadeando
en su rostro que no puedo identi icar.
"¿Terminaste conmigo?" ella pregunta, sonriendo un poco.
Nada en mi cara vacila excepto mi ceja.
"¡Bromeo!" Ella se rı́e, golpeando mi pierna.
Me muevo en la cama, me acuesto de lado junto a ella, apoyo la
cabeza en mi mano.
"Probablemente necesitemos tener una charla".
Ella rueda los ojos un poco. "Está s enamorado de otra mujer".
"Mucho". Asiento una vez antes de hacerle una mueca.
Ella me da una sonrisa divertida. “Difı́cilmente son noticias de ú ltima
hora”.
Yo suspiro. Me preguntaba si lo sabı́as.
Su rostro tira, poco impresionado. "¿Tambié n te preguntaste si sabı́a
que los á rboles son verdes?"
Le doy una mirada y ella lo iguala.
“Jords, ¿por qué te quedaste? Si supieras." Frunzo el ceñ o un poco,
tratando de entenderlo.
"Porque eres divertido". Ella me da un empujó n juguetó n. “Fue
divertido ser tu novia…” Hace una pausa y hace una mueca. “La mayor
parte del tiempo.”
Ruedo sobre mi espalda, cubriendo mi cara. “Me he sentido tan mal
—”
“¡Deberı́as, idiota! Utilizá ndome ası́… Me da un puñ etazo en el brazo.
"Por suerte para ti, yo tambié n te estaba usando".
Le doy una mirada curiosa y ella se encoge de hombros ligeramente.
“Mis seguidores se han triplicado desde que estamos juntos”.
Pongo los ojos en blanco. “Henry tenı́a razó n”.
Ella rueda sobre su espalda tambié n, mirando hacia el techo.
"Mmhm". Ella asiente, mostrá ndome una sonrisa. "El es realmente
un buen juez del cará cter", dice ella, tirando su telé fono y atrapá ndolo
de nuevo.
"Me sentı́ mal al principio, pero luego revisé el historial de bú squeda
de tu iPhone en diciembre".
Mi cara tira incó modamente.
"Me gustabas-" Ella me da un codazo y dejo escapar una risa
desconcertada. “Como, cuando nos conocimos por primera vez”.
"Oh gracias." Le lanzo una mirada sarcá stica.
Ella me ignora.
“Estaba huyendo de una mierda que sucedió en Sydney, y cuando te
conocı́, pensé , genial, probablemente sea esto, estaremos juntos.
Tienes algo sobre ti... Ella me mira ijamente. Frunzo el ceñ o,
esperá ndola. “—como una, salvas a la gente, cosa.”
Respiro, un poco contenta.
“Y fue tan divertido ser buscado por alguien como tú . Fue un
sentimiento tan bueno. Entrar en una habitació n contigo, de la forma
en que la gente me mirarı́a. Ella levanta los hombros alegremente ante
la idea. "Me encantó . Y luego te vi con Magnolia… Me hace una pequeñ a
mueca. “Y pensé , bueno, joder. Ası́ es como se ve cuando é l te ama.
Mi cara tira lo siento. Deberı́a haberlo terminado la noche que te dije
que me acosté con ella.
Ella considera esto. Probablemente deberı́a haberlo terminado la
noche que me dijiste que te acostaste con ella.
Me rı́o.
"Me divertı́." Ella se encoge de hombros.
Asiento con la cabeza. "Yo tambié n."
La miro por un segundo. "¿Qué está pasando contigo y ese DJ?"
Ella empieza a reı́r.
"No sé ." Ella se encoge de hombros. "Tuvimos sexo una vez y luego é l
tenı́a miedo de que lo descubrieras y lo pusieras en la lista negra de
todos los buenos clubes".
Arqueo una ceja juguetonamente. "Podrı́a hacer. ¿Cuá l es su nombre
otra vez?
"Jet". Ella me lanza una mirada. Y no lo hará s.
"¿Te gusta é l?"
Ella estiró los brazos por encima de su cabeza. “No sé . Ya veremos."
La miro ijamente, mi cabeza da vueltas un poco. Un buen spinning,
pero sigue girando. "Lo siento", le digo. Lo digo en serio.
Ella se acerca y empuja su mano a travé s de mi cabello. "Estamos
bien." Ella rueda sobre su estó mago y sigue viendo la televisió n.
“Tampoco me voy a mudar todavı́a porque no tengo adó nde ir”.
“En ese momento,” me rı́o.
Y entonces oı́mos cerrarse la puerta principal. Las voces llenan la
casa.
"Oi", digo, mostrá ndoles a todos una sonrisa colectiva cuando llego a
la cima.
Magnolia me mira, con los ojos muy abiertos y brillantes, feliz de
verme.
Quiero tomar su mano, jalarla hacia un lado, decirle que terminé , que
no tenemos que hacer esto má s, pero luego Julian envuelve sus brazos
alrededor de su cintura y la aleja de la ventana en la que está sentada. y
en su regazo.
Jordan se acerca sigilosamente a mi lado, llama mi atenció n antes de
apoyar su cabeza en mi hombro.
“Nos hemos estado imaginando cuá n diferentes habrı́an sido
nuestros dı́as en Varley si hubiera existido Uber Eats”, me dice
Magnolia, mirá ndome a los ojos.
Juliá n rueda los ojos. “No es tan jodidamente diferente, porque ¿qué
habı́a en Uber Eats en Kent hace 15 añ os?”
Magnolia lo mira. No todos somos prá cticamente geriatras, Julian.
Jordan lo mira, interesado. "Tú tambié n fuiste a su escuela".
El asiente. “Pocos añ os por delante”.
Daisy pone los ojos en blanco. "Mas que unos pocos."
“Estabas en Upper Sixth cuando comenzamos el añ o 7”, le dice
Christian.
Julian pone los ojos en blanco, no amando la conversació n.
Me gusta, aunque.
Lo recuerdo de la escuela. Me sentı́ un poco como un dios. Era tan
bueno en el rugby. La gente me comparaba con é l cuando comencé a
jugar. Esa fue una buena sensació n porque é l era el mejor. El era el
mejor. Luego llegué y estaba mejor.
“Asqueroso”, dice Daisy, reconociendo la incomodidad de su
hermano. “Ası́ que cuando ella tenı́a 11 añ os, tú tenı́as 18”. Ella hace una
mueca.
"¡Entonces no está bamos bromeando!" Julian dice, muy molesto
ahora.
Magnolia se rı́e y se pone de pie, señ ala la cocina.
"¿Vino?"
No espera a que nadie esté de acuerdo, simplemente entra.
Está apoyada en el banco de la cocina cuando entro tras ella.
"¿Necesito una mano?" Pido en voz alta para cubrir mis huellas. ella
no Ella sabe dó nde encontrarlo.
Ella no está aquı́ por el vino. Está aquı́ porque sabe que la seguiré .
Siempre la seguiré .
Ella me mira ijamente, con los ojos pesados. Tengo este impulso de
decı́rselo ahora, pero no es como quiero hacerlo. Quiero decı́rselo
nosotros solos, solo nosotros. ¿Dunstan's, tal vez? Me pregunto si
podrı́a hacer que ella dé un paseo conmigo esta semana. Quizá s hasta
Dartmouth juntos. Ası́ que no digo nada, aunque quiero decirlo todo y
me muerdo el labio para callarme. Me paso las manos por el pelo y
camino hacia ella.
Saque su vino rosado favorito de la nevera de vinos frente a la que
está parada, tenga que mover las piernas hacia un lado para llegar a é l.
Agradecido por la oportunidad de rozarlos, aunque sea solo por medio
segundo. Sı́rvele un vaso. Dá selo a ella.
“Buena tapa.” Asiento con la cabeza hacia el gris que lleva puesto.
Se mira a sı́ misma, complacida. "¿Te gusta?"
Asiento una vez. “Me encanta, en realidad.”
Ella me mira, sus ojos un poco sorprendidos pero los sostengo de
todos modos. Espero que ella entienda mi punto.
Su boca se abre un poco. Pienso en simplemente besarla, podrı́a
hacerlo. Ella no me detendrı́a. Estoy a salvo. Quizá s lo haga. Doy un
paso hacia ella—
Entonces hay un golpe en el marco de la puerta. Ambos miran a
Julian llená ndolo.
Mira entre nosotros, frunciendo el ceñ o. No se ve enojado como
pensé que lo estarı́a. Sin embargo, parece algo.
"Oye-" Ella sonrı́e, empuja a mi lado para llegar a é l.
"Me tengo que ir", dice, agitando su telé fono. “Surgió lo del trabajo”.
"Vaya." Ella frunce el ceñ o. "De acuerdo. ¿Vendré ?"
“No—” El niega con la cabeza rá pidamente. “No, um, te quedas aquı́.
Me iré de Kekoa. El te llevará a casa.
Kekoa. Guardaespaldas principal de Julian. Eso es raro.
"Oh, no." Ella niega con la cabeza airadamente. "Tomaré un taxi".
—No —dice Julian, má s agudo de lo que pretendı́a, creo. Lo atrapa, le
toca la cara de una manera que odio. "Qué date aquı́. Que te diviertas."
Jo entra en la cocina, me mira, le sonrı́e a Parks. "Voy a quedarme en
tu casa esta noche de todos modos", dice.
"Vaya." Ella asiente.
Eso no es una cosa rara. Jo se queda allı́ todo el tiempo, pero Parks no
es un idiota y claramente algo anda mal.
"Podrı́a ir a la tuya má s tarde si puedo escaparme", dice Julian y la
besa. Luego se da la vuelta y se va.
Parks hace una pausa, pensando, tratando de resolverlo. Ella me mira
un poco confundida, luego se encoge de hombros y regresa a la sala de
estar.
“Oi,” llamo a Jo, asintiendo con é l hacia mı́. "¿Qué diablos está
pasando?"
"Nada hombre." Está siendo desdeñ oso. Tambié n está mintiendo.
Lo miro ijamente durante unos segundos. "¿Hay algo mal?"
Jonah niega con la cabeza, pero no lo compro.
"¿Está en peligro?"
Jonah pone los ojos en blanco. "No hermano. ¿Crees que alguna vez
dejarı́a que le pasara algo?
"Jo—"
“Me quedaré en el de ellos, Jules dejará a algunos chicos afuera”.
"¿Qué diablos está pasando?"
El vuelve a negar con la cabeza. "Precauciones."
Lo miro. ¿Precauciones para qué ?
Mierda. Me siento enferma.
"¿Deberı́a ir con ella?"
Si está en peligro, necesito estar con ella.
El niega con la cabeza hacia mı́. “Yo lo estoy manejando, Beej. Está
bien."
SESENTA Y CUATRO

Magnolia

"¿Está todo bien?" Parpadeo hacia Julian unas noches má s tarde.
Estamos parados afuera del Connaught y me doy cuenta de lo que
estoy haciendo, a quié n llevaré al vigé simo primer cumpleañ os de Allie
Ballentine.
El frunce el ceñ o un poco ante mi pregunta. “Sı́, todo está bien. ¿Por
qué ?"
“No sé —” Me encojo de hombros. “Las llaves se quedaron fuera de
mi apartamento toda la noche”.
Juliá n asiente. "Me confundı́. Pensó que iba a volver al tuyo.
"Vaya." Asiento con la cabeza. "Derecha."
Roza su boca sobre la mı́a.
"¿Arreglaste todo?" Le pregunto, con las cejas levantadas.
"¿Mmm?" Inclina la cabeza.
"¿Tu trabajo?"
"Oh-" El asiente, rascá ndose la barbilla. "Sı́. Clasi icació n."
Desliza su mano alrededor de mi cintura y me tira con fuerza contra
é l, besá ndome má s de lo que deberı́a con otras personas.
Le doy una mirada. "Te comportas."
"Sı́ claro." Juliá n resopla.
"Lo digo en serio." Le doy un pequeñ o ceñ o fruncido. “Amo a Allie.
Amo a los padres de BJ”.
“Amas a BJ”, me dice, poniendo los ojos en blanco. Lo ignoro.
“Nunca han sido má s que buenos conmigo y no quiero que se sientan
incó modos, ası́ que te comportará s lo mejor posible—” Lo señ alo. “Me
re iero a GQ Julian. Juliá n de la feria de las vanidades. Julian frente a
Julie Andrews”.
“Amor de mierda, Julie Andrews…” El asiente apreciativamente.
“Amplia de primer nivel.”
Responderá s a las preguntas, sonreirá s para las fotos, no me
quitará s la mano del culo...
Me mira juguetonamente. “No hay promesas allı́”.
“Será s respetuoso y encantador y hará s las delicias de todos los que
está n allı́, y lo digo en un sentido estrictamente metafó rico. Todos los
pantalones son para permanecer en todos los cuerpos en todo
momento, muchas gracias”.
Me mira, con los ojos entrecerrados, un poco molesto. Aunque puedo
decir que quiere besarme.
"¿Te das cuenta de que está s hablando con uno de los hombres má s
poderosos del paı́s?"
Parpadeo hacia é l. muy sexy Camisa blanca de esmoquin de algodó n
con doble puñ o y pechera de corte ajustado con el esmoquin de mezcla
de lana y mohair O'Connor, todo de Tom Ford. Un poco megaló mano
pero muy sexy.
“Me doy cuenta de que estoy hablando con un hombre que tuve de
rodillas anoche, dicié ndome que harı́a lo que yo quisiera…”
Aplasta una sonrisa en una mueca.
“Dolor en el culo”.
Beso su mejilla.
Han alquilado el Mayfair Room para una pequeñ a cena de cien de los
amigos má s cercanos de Allie. Podrı́a llorar porque tiene veintiú n añ os.
Mi favorita de las hermanas de BJ, fá cilmente.
Má s bien de ojos brillantes, muy inteligente, muy dulce. La misma
edad que Bridge y su amigo má s cercano. La amo muchisimo.
Entramos y BJ me ve de inmediato. Difı́cilmente su culpa. Llevo el
vestido de tul bordado con lazo de terciopelo y adornos de cristal de
Jenny Packham, los zapatos de tacó n con hebilla de joya de terciopelo
negro de Manolo Blahnik y la diadema plateada adornada con cristales
de Ellerie de Jennifer Behr. estoy deslumbrante
Intencionalmente ası́.
Me mira ijamente. Tira hacia atrá s todo su Negroni.
Se ve tan guapo, mi corazó n cae un pie en mi pecho.
Chaqueta de esmoquin blanca slim it en mezcla de lana y mohair con
ribetes de saté n y pantaló n de esmoquin negro Shelton slim it en
mezcla de lana con ribetes de saté n Grain de Poudre, ambos de Tom
Ford. Camisa blanca debajo, botones negros. Paul Smith, supongo.
Pajarita de terciopelo negro de Saint Laurent y mocasines de terciopelo
con ribete de Grosgrain de Christian Louboutin.
Emparejamos. Coincidimos completamente. Es hilarante y
accidental y me encanta porque me hace sentir seguro de que nuestros
cerebros todavı́a está n conectados y desearı́a que todo de mı́ estuviera
conectado con é l, pero supongo que tomaré lo que pueda.
Jules ve a Jonah y asiente con la cabeza hacia un lado.
Besa mi mejilla. "Estar de vuelta-"
Miro a mi alrededor, buscando a alguien familiar. No puedo ver a
Tausie o Bridget. Ni rastro de Enrique.
Y luego me traga un abrazo grupal.
"¡Tú viniste, cariñ o!" Lily Ballentine se aleja, tocando mis mejillas.
“¡Dios mı́o, mira esa cara! Hamish, mı́rala a la cara.
"Sı́, querido. Hermoso." El pone los ojos en blanco con cariñ o a su
esposa.
Asiento con la cabeza hacia Lil. "Sin embargo, nada en el de ella".
"Vaya." Ella rueda los ojos, cisne.
"¿Có mo estas cariñ o?" Hamish pregunta con una inclinació n de
cabeza paternal. "¿Escuché que está s saliendo con alguien?"
Asiento con la cabeza. "Soy un poco."
"¿Es verdad que es un capo de una pandilla?" Lily pregunta en voz
alta.
Hamish le da un codazo. "Pequeñ o-"
Me rı́o, agitando mi mano en el aire, no queriendo que se preocupen
por mı́. Es uno de los buenos amigos de Jonah.
Lily me mira y los extrañ o mucho.
Presiono mis labios juntos recatadamente.
“¿Cumple con todas las reglas todo el tiempo? No. Pero… —concedo.
El rostro de Hamish vacila un poco. "¿Está s teniendo cuidado?"
No. No es la respuesta, Hamish. Pero pre iero no tener cuidado y no
estar solo que tener cuidado y tener que cuidar a BJ con la chica que me
eligió .
"Lo soy", miento con un asentimiento.
BJ camina hacia nosotros con un poco de cautela sin Jordan a
cuestas.
Se para junto a mı́ y mi corazó n se balancea en una vid de regreso a
los dı́as en que solı́a ser yo, é l y sus padres. Solı́amos hablar toda la
noche y reı́r. BJ estarı́a tan avergonzado de lo enamorados que estaban,
pero creo que somos como ellos.
Solı́amos ser de todos modos.
Beej sonrı́e a sus padres y Lily le da un codazo a Ham con
entusiasmo.
Hamish le guiñ a un ojo a su hijo: es hereditario, su capacidad para
guiñ ar es tan asombrosa.
"Estoy tan feliz de verte, cariñ o". Hamish besa mi mejilla antes de
que se vayan.
Beej me enfrenta, me mira un poco.
"¿Trajiste a tu novio pandillero al cumpleañ os de mi hermanita?"
"No es mi novio", le digo con las cejas altas.
El me mira. “No es mi punto.”
Lo golpeo en el pecho solo por una razó n para tocarlo. "Compraste a
tu mejor amigo, el señ or de la pandilla".
Su rostro se contrae un poco, tratando de no sonreı́r.
“Tampoco es mi punto.”
"¿Es tu punto que querı́as que viniera aquı́ solo para que pudieras
presumir de esa novia tuya, a quien no amas, frente a mı́?" Pregunto,
ceja levantada. "¿Hacerme sentir triste porque está s aquı́ con ella en mi
lugar?"
Su rostro se pone serio. “Parques—”
Niego con la cabeza hacia é l, lo interrumpo. “No necesitas intentarlo,
Beej. Siempre estoy triste de que esté s con ella.
"Escucha, tenemos que hablar de ab-"
"¡Magnolia!" Allie lanza sus brazos alrededor de mi cuello con
entusiasmo, Bridge de pie detrá s de ella.
BJ suspira ante la interrupció n, le lanza una sonrisa a su hermana,
sus ojos está n cansados.
“¡Allie B!” Fuerzo una brillante sonrisa mientras tiro mis brazos
alrededor de ella. "¡Feliz cumpleañ os!"
“¿Te gusta mi vestido?” Se señ ala a sı́ misma con el vestido adornado
de crepé de seda y jersey elá stico con ribetes de terciopelo de Gucci.
Asiento con aprobació n. "Hago."
"Gracias." Ella se encoge de hombros. "La ex novia de mi hermano
mayor, a quien realmente pertenece, me lo dio".
Le sonrı́o con cariñ o, ajustando un poco el cinturó n. "Ella tiene un
gran gusto".
"Ella hace." Se alisa la falda.
“Cabeza tambié n”, interviene mi hermana y BJ se rı́e.
"¿Y dó nde está el señ or de la pandilla sexy?" Allie mira a su alrededor.
"Me gustarı́a conocerlo".
Beej hace un ruido en la parte posterior de su garganta y se aleja.
"A la mierda con é l". Ella asiente tras é l, resuelta.
“Honestamente, me encantarı́a. Aunque la ú ltima vez que lo hice
terminó bastante mal, ası́ que… La miro. Allie se rı́e y golpea mi brazo y
mi hermana pone los ojos en blanco mientras dice mi nombre.
"Vamos." Bridget toma la mano de Al y la conduce hacia Julian.
Los sigo, mirando por encima del hombro para encontrar dó nde está
BJ en la habitació n. Está parado en la esquina con Henry, Henry está
hablando con é l, usando vorazmente sus manos para hacer un punto y
BJ solo me está mirando.
“Danny Ocean”, le dice mi hermana al chico con el que estoy
durmiendo. “Esta es mi mejor amiga, Allie”.
“Hola…” Allie extiende su mano hacia é l. “Tú debes ser el señ or de la
pandilla sexy”.
Juliá n le sonrı́e. “Ası́ es como me llaman mis amigos”. Toma la mano
de Allie, la besa. “Feliz cumpleañ os, gracias por recibirme”.
"Eres muy bienvenido." Ella asiente.
“Para tu regalo de cumpleañ os, ¿hay alguien a quien te gustarı́a que
fuera por ti?” Julian pregunta juguetonamente.
"¡Julian!" Lo golpeo y Bridge pone los ojos en blanco, maldiciendo
por lo bajo.
“Estoy bromeando—” Se rı́e, luego cubre mis oı́dos mientras habla
con Allie. "No estoy bromeando."
Me retuerzo fuera de su agarre. “Está bromeando, está bromeando…”
Le digo a Allie y al hombre con el que Julian está con quien no me habı́a
dado cuenta hasta ahora.
Allie se rı́e, encantada, antes de que Bridget se la lleve.
“Te dije que era guapo”, le dice Bridget. “¡Pero qué imbé cil!”
Miro brillantemente a Julian, esperando que me preste atenció n.
Me sostiene por la cintura y me da un poco de una sonrisa forzada.
“Tiges, ¿podrı́as darme un par de minutos má s?”
"Oh-" Me alejo un poco sorprendida. "Sı́, por supuesto-"
Me lanza una sonrisa y besa mi mejilla.
El asiente con la cabeza hacia é l. "Te veré en el bar".
Deambulo hacia é l y encuentro a BJ allı́.
Estoy de pie junto a é l.
"¿Dó nde está Jordan?"
"No pude hacerlo", dice, mirá ndome.
"¿En realidad?" Le doy una mirada. “Por el vigé simo primer
cumpleañ os de tu hermana. No es una muy buena novia.
Lo miro para hacer mi punto.
Su cara tira.
Te gustarı́a má s de lo que crees.
No me gusta que la de ienda, ası́ que me inclino sobre la barra.
“Martini”, le digo al cantinero. Mojado y sucio, por favor.
BJ se atraganta con su bebida y lo miro con los ojos muy abiertos e
inocentes. Me mira, tratando de no sonreı́r mientras niega con la
cabeza. "Eres ridı́culo."
—A ti te encantaba eso de mı́ —le digo con una tranquila especie de
orgullo.
Mira ijamente la pared del fondo llena de diferentes espı́ritus.
"Todavı́a lo hago", dice sin mirarme. Asiente con la cabeza al camarero.
“Negroni por favor, hombre. Gracias."
Se vuelve hacia mı́, presiona sus manos en su boca, el rostro tenso.
"Tengo que preguntarte algo".
Yo trago. "¿De acuerdo?"
"¿Me has perdonado?"
"¿Para qué ?" lo enfrento
“Para Paili”, dice y es como si me tirara el corazó n desde el piso 35.
Respiro por la nariz, tomo un largo sorbo de mi bebida. "No."
El niega con la cabeza hacia mı́. Pero dijiste que me amabas.
Lo miro, frunciendo el ceñ o un poco. "¿Crees que no puedo amarte y
estar enojado contigo al mismo tiempo?" Niego con la cabeza ante su
ridiculez. “Si no puedo, nunca te he amado”.
El huele una risa. Se frota la nuca.
“Tú y yo liá ndonos—”
“—Nunca nos hemos conectado.” Lo miro ijamente mientras niego
con la cabeza, los ojos redondos por el dolor. “Tú y yo, nunca nos hemos
conectado. Nunca fuimos ası́”.
Suspira e inclina la cabeza. "Usted sabe lo que quiero decir…"
"Yo sé lo que quieres decir." Asiento hacia é l desa iante. Y quiero que
lo llames como era.
Hace una pausa.
Su boca busca las palabras. “Tú y yo durmiendo juntos esa noche en
Gales”, dice en cambio. "¿Nos jodió má s?"
La pregunta me deja un poco sin aliento, pero sé la respuesta. "Sı́."
El asiente para sı́ mismo. “Lo empujó hacia atrá s”.
Arrugo la frente.
"¿Qué espalda?"
Me da una mirada solemne. "Con iar en mı́".
Me muerdo el labio inferior, pensando. “No lo que hicimos, sino má s
bien saber que no te importaba”.
Su cabeza rueda hacia atrá s. “Por supuesto que me importaba”.
"¡Dijiste que no!" Grito y me toca el brazo para callarme, dá ndome
una mirada para recordarme que hay ojos y oı́dos en todas partes.
"Parques". El suspira. “Nunca lo hubiera hecho si hubiera sabido que
te irı́as como te fuiste…”
"¿Có mo me fue?" Lo miro desa iante, con los hombros rectos hacia
atrá s.
"Có mo te fue, sı́". El asiente, molesto de nuevo. "Có mo te va ahora".
Hago un gran parpadeo y lo miro. "¿Có mo voy ahora?"
"¿Crees que no puedo verlo en tu cara, có mo me miras?" Me hace un
gesto a la cara.
Mi cabeza tira hacia atrá s.
"¿Y có mo te estoy mirando?"
Me da una sonrisa. Es triste y rá pido. "Como si no fuera lo
su icientemente bueno".
"BJ". Parpadeo y mi mente se inunda con un milló n de recuerdos y
pensamientos que tengo para probar que está equivocado.
“—¿Está s listo para irte?” Julian aparece, lanzando un brazo
alrededor de mı́.
"Vaya." Lo miro con una sonrisa sorprendida. "Por supuesto. Sı́-"
BJ me da una sonrisa tensa. "Nos vemos." Asiente con la cabeza hacia
Jules.
Trago saliva, apenas sosteniendo sus ojos. "Adió s."
Julian toma mi mano entre las suyas y salimos a un auto suyo que
espera.
Estoy en silencio mientras conducimos y é l tampoco dice nada
durante un rato, solo me mira.
"¿Está s bien?" pregunta inalmente.
"Sı́." Asiento con la cabeza.
"¿Qué sucedió ?"
Le doy una sonrisa dé bil mientras niego con la cabeza. "No quieres
oı́r hablar de eso".
Me mira ijamente durante unos segundos. "Dime."
Yo trago. “Dormimos juntos”.
Echa la cabeza hacia atrá s por la sorpresa y todo su rostro se tensa
con una ira rá pida pero genuina.
"¿En Italia?"
"No." Pongo los ojos en blanco, toco su brazo. “No, recuerda hace
mucho tiempo… antes de que nosotros—” hago un gesto entre
nosotros. “Tú y yo… ya sabes… lo que sea. El y yo dormimos juntos, me
dijo que me amaba…
No quiero seguir.
"Vaya." El asiente. "Derecha. Yo recuerdo."
Frunzo la boca. “Pero todavı́a estaba con Jordan en ese momento. Ası́
que la engañ ó …
"-Contigo." El asiente.
Asiento con la cabeza. "Sı́."
"¿Crees que lo va a hacer de nuevo?" Juliá n adivina.
"No lo sé ", le digo, sin mirarlo a los ojos.
Julian se encoge un poco de hombros, indiferente a todo eso. "Tal vez
lo haga".
Lo miro. "¿Tu crees?"
“Las personas que se aman se lastiman todo el tiempo”. Me da un
codazo. "Deberı́as saber que eres un maldito profesional en eso".
Le doy una mirada sombrı́a antes de preguntar en voz baja:
"¿Entonces crees que lo hará de nuevo?"
“Yo tampoco dije eso—” Se rasca la mandı́bula, cansado. “Escucha,
niñ os como Ballentine nacen en familias donde se les enseñ a que
tienen que hacer lo correcto todo el tiempo para que é l sea aceptado”.
"Que extrañ o." Pongo los ojos en blanco con sarcasmo.
“Cá llate—” El me da una mirada. “Ese tipo de pensamiento,
Magnolia, jode a la gente. Todo está envuelto en su autoestima ahora.
Haz el bien para ser bueno. Hizo una mierda y tiene miedo de que le
salga una mierda. El no puede evitarlo. Pero las personas son personas,
y las personas hieren a las personas… Se encoge de hombros de nuevo.
“Es solo la naturaleza de ser humano. La cagamos.
Le doy una mirada triste.
“Y su problema—” Julian me da una mirada. "Es tu culpa, Parques".
Retrocedo un poco, ofendido, pero é l me ignora y continú a. “Tienes esa
cosa sobre ti que te hace querer ser diferente o mejor”. Julian se encoge
un poco de hombros, todo desesperanzado. "El solo está tratando de
ser lo su icientemente bueno para ti o alguna mierda".
"El dijo eso", le digo a Julian en voz baja. “Que lo miro como si no
fuera lo su icientemente bueno para mı́”.
Julian lanza un brazo alrededor de mı́ y huele.
“Bueno, eso es una completa mierda de caballo. Lo miras como si
fuera el maldito Michael Angelo”. El niega con la cabeza. "El no se siente
lo su icientemente bien por ti, eso es todo".
"Oh, eso es todo, ¿verdad?" Le doy una mirada.
"Sı́." Julian me da un codazo mientras me sube a su coche. “Sin
embargo, es una broma para é l. Poco sabe é l cuá nto disfrutas de un
chico malo”.
Pongo los ojos en blanco. "No eres un chico malo, Julian".
El se burla.
“Tú no eres—” Niego con la cabeza hacia é l. “Es tu mayor excitació n”.
Le doy una mirada desa iante y é l me da una pellizcada.
Luego huele y mira por la ventana y espero que sepa que tengo
razó n, porque estoy muy seguro de que la tengo.
SESENTA Y CINCO

BJ

Henry y yo estamos sentados en The Guinea Grill en Burton Place.


Nuestro pub favorito, pero no vamos mucho porque Parks dice que
no se la puede ver en nada parecido a una taberna. La ú ltima vez que la
llevé a uno, se quedó sentada desinfectá ndose las manos y todas las
super icies cercanas con una botellita de Carex.
"¿Có mo te va con Taurs?" Asiento con la barbilla hacia é l.
Se recuesta un poco en su silla. Exhausto.
"Ya lo superé , hombre". El niega con la cabeza. "Es demasiado."
"¿Qué le pasó a esa chica de Georgia?"
"Sı́." Se encoge de hombros. "Ella es genial. Muy inteligente.
Obviamente locamente caliente. Ella lee a la gente, es como un pequeñ o
mago con caras de personas, lo cual es jodidamente enfermizo, excepto
que ella supo la noche que la traje contigo que estaba enamorado de
Taura.
"Ah". Asiento con la cabeza. Huele una risa.
“Dijo que no le importaba y siguió saliendo un rato, pero no sé . No es
divertido sentirse transparente”.
"¿Está n bien tú y Jo?"
Henry inclina la cabeza, inseguro.
"¿Sı́? No sé ." Se encoge de hombros. “Se vuelve má s extrañ o y má s
difı́cil cada dı́a”.
"¿Has hablado de eso al menos?"
Mi hermano se encoge de hombros. "Un poquito. Principalmente que
simplemente no queremos ser tú y Christian 2.0”.
Respiro una risa. "Estas chicas, hombre".
Sacude la cabeza y me mira. Tenemos que salir de Londres.
Henry se pasa ambas manos por el cabello, estresado. Sacude la
cabeza como si pudiera quitá rsela de encima.
“Tú y Parks, ¿cuá l es el problema? ¿Algo nuevo?"
Le doy una mirada arrepentida. "Todavı́a no se lo he dicho".
Henry sonrı́e pero está molesto.
“Te amo, hombre”, me dice Henry. “Eres mi mejor amigo, no le digas a
Christian”.
Respiro una risa.
“Ası́ que cuando digo esto, lo digo porque te amo…”
Aquı́ vamos. Pongo los ojos en blanco.
"Pero, ¿qué diablos está s haciendo?"
Es una pregunta justa en este punto, en realidad.
Lo he estado esperando por un tiempo. Me preguntaba cuá ndo mi
hermano pequeñ o se volverı́a hermano mayor en mi trasero. Trate de
enderezarme.
Traté de decı́rselo en casa de Al. Toco mi Young's London Original.
Afrutado en la parte superior, amargo al inal.
"¿Y?" Henry me da una mirada impaciente.
Me encojo de hombros. “Nos interrumpieron”.
"Mierda." Se recuesta en su silla. “Si quisieras decı́rselo, ya lo habrı́as
hecho”.
Le doy una mirada. "Eso no es cierto."
"Oh sı́." El rueda los ojos. "Olvidé lo bueno que eres para controlarte
cuando se trata de Magnolia".
El me da una mirada y le doy la vuelta.
Pongo ambas manos detrá s de mi cabeza y golpeo mi espalda.
"Tiene que ser diferente esta vez, hombre".
Mi hermano me da una mirada exasperada.
"Acordado."
"Todavı́a no he descubierto esa parte". Me muerdo el labio inferior y
niego con la cabeza con un poco de impotencia.
"Bonito en mi cabeza al respecto, hombre".
"¿Acerca de?" Enrique suspira. Lo llamará con Jules en cuanto sepa
que lo has hecho con Jordan...
Niego con la cabeza hacia é l. “No se trata de eso”.
"¿Entonces que?" Henry pregunta con impaciencia antes de hundir
su cerveza.
exhalo “Ese dı́a, allá en Angsley, no viste có mo me miró ”.
"Joder, Beej". Henry exhala, cansado. “No ves có mo te mira, esto está
en tu jodida cabeza”.
"No, no es." Lo miro. “Casi lo dijiste tú mismo—”
"Escuchar." Henry golpea mi antebrazo con el puñ o. “¿Pienso,
objetivamente, que ella merece má s que la forma en que la trataste en
el pasado? Sı́."
Mi cabeza cae, pero é l continú a.
"¿Tambié n creo objetivamente que te mereces má s que la forma en
que te ha tratado?" Levanta una ceja. "Sı́."
Vuelvo a mirarlo.
“Ambos lo han jodido”, me dice Henry, ambas cejas levantadas ahora.
"No signi ica que no pertenezcan juntos".
Trago, presiono mi lengua en mi labio inferior. "Ella no me ha
perdonado, Hen".
"Lo sé ." El asiente lentamente. “Dale tiempo”.
Levanto los hombros, sintié ndome golpeado. "¿Cuá nto?"
Henry se encoge de hombros. “¿Importa, Beej? Son los parques.
Dejo caer mi cabeza entre mis manos y me froto los ojos. "Han
pasado muchos añ os."
Henry hace una mueca como si no estuviera seguro. “¿Lo tiene?”
Lo miro, confundida.
“Ella descubrió que era Paili hace poco má s de un añ o, ¿sı́? Luego se
fue por un añ o. Ella no pensó en eso, lo ignoró , te evitó a ti y lo evitó a
toda costa”.
Cruzo mis brazos sobre mi pecho, mirá ndolo ijamente.
“Luego ella regresa, te ve de nuevo, te ama de nuevo, o todavı́a,
dependiendo de có mo lo mires”. Se encoge de hombros para sı́ mismo.
“Y es justo ahora, por primera vez desde que sucedió , en realidad
lidiando contigo, maldito Cubo”.
Lo miro.
“Ahora, con esa lı́nea de tiempo en mente, en realidad solo ha estado
lidiando con eso durante unos 5 meses”.
Le frunzo el ceñ o, pero lo estoy rastreando. Supongo que tiene
sentido.
"Alguien deberı́a decirle que ası́ no es como funciona el tiempo". Lo
miro mientras tomo mi cerveza.
Henry hace una mueca. “Se siente como un problema tuyo”.
SESENTA Y SEIS

Magnolia

Julian y yo fuimos a cenar esta noche a Maison Francois en St. James, y


la cena fue extrañ amente citada. Pero siempre es un poco con é l,
supongo. Es tan encantador, inquietantemente tan a veces. Podı́a
hablar para entrar o salir de cualquier cosa.
Se sentó frente a mı́ en la mesa despué s de probar todo lo que
ordenó , solo mirá ndome.
Era un tipo divertido de mirada. Un poco lejos.
"¿Qué ?" Fruncı́ el ceñ o.
"Eres só lo..." Se desvaneció .
"¿Qué ?" Fruncı́ el ceñ o má s.
Me miró unos segundos má s antes de que frunciera el ceñ o.
"Caliente—" Gruñ ó . "Mierda."
Olı́ una risa.
"¿Caliente?" Parpadeé hacia é l. "¿Eso es lo que ibas a decir?"
"No." Me lanzó una mirada penetrante, metiendo las manos en el
bolsillo de su sudadera con capucha negra de mezcla de algodó n con
logotipo estampado de Vetements. “Lo que iba a decir es que eres la
chica má s hermosa que he visto en mi vida, pero eres un maldito dolor
en el trasero, ası́ que ahora eso es lo que estoy diciendo”.
Todavı́a me sentı́a má s alto de todos modos porque habı́a un
cumplido enterrado en alguna parte.
Cuando llegamos al club de Jonah, Julian me mira antes de entrar.
Me da una sonrisa divertida. Sus ojos está n intranquilos, su boca está
torcida.
Estú pida Bridget.
No sé por qué . Simplemente se siente como si fuera su culpa de
alguna manera.
Me acompañ a adentro y me besa a mitad de camino por las
escaleras.
Es un gran beso.
Detestable pero no necesariamente de una manera llamativa. Solo un
lagrante desprecio por todo y todos los que nos rodean. Un beso a toda
costa.
Es un buen beso tambié n.
Una mano en mi cara, una mano en mi pelo. Su cuerpo presionando
el mı́o contra la pared. Se aleja un poco, se cierne sobre mi cara.
Lo miro con curiosidad.
"¿Para que era eso?"
El me da un poco de un encogimiento de hombros. "Causa justa."
Luego me toma de la cintura, me empuja escaleras arriba, me
sostiene ası́ hasta que encontramos a Jonah y Beej.
Jules asiente con la cabeza para saludarlos a ambos y al instante me
siento cohibido por sus manos en mi cintura frente a BJ.
no sé por qué BJ me mira raro. Sus ojos son má s redondos que de
costumbre.
El traga. Yo trago.
El canario que vive en mi caja torá cica salta sobre su columpio de
pá jaro y comienza a trinar y la habitació n má s ruidosa de Londres
puede sentirse como un rı́o lento corriendo sobre pequeñ as piedras a
las doce y cuarto cuando é l me mira, cuando baja el volumen. volumen
del mundo con ojos que nunca pasaré .
Hola, boca.
Me da una sonrisa apenas visible y un guiñ o de parpadear y te lo
pierdes.
"Oye". Julian asiente con la barbilla hacia Beej. "Tengo algo que hacer,
¿puedes traerle un trago?"
Miro a Julian un poco perplejo. El solo me mira con una cara que no
puedo identi icar del todo.
Beej asiente. "¿Por supuesto?"
Jules asiente con la cabeza a Jo para que lo siga y supongo que eso
tiene sentido. Julian hace todo lo posible por mantener esta parte de sı́
mismo separada de mı́.
Beej mira el sofá y lo sigo.
"¿Dó nde está Jordan?" Pregunto mientras me siento a su lado.
Se inclina y casi hace una mueca. "Realmente necesitamos tener una
charla, tú y yo".
Me siento nervioso inmediatamente. Trago saliva, asiento, agito mi
mano permisivamente. "Adelante, habla".
Aplasta una sonrisa, mira a su alrededor y luego niega con la cabeza.
"Aqui no."
Lo miro, confundida. "¿Donde entonces?"
Asiente con la barbilla hacia mı́. "¿Qué vas a hacer mañ ana?"
Mi corazó n salta hasta mi garganta.
"No lo sé ", le digo en voz baja.
Me pincha en las costillas. "Ahora hazlo tú ."
Mis mejillas se sonrojan de inmediato y no me importa, ası́ que cruzo
los brazos sobre el pecho. “En realidad, no sé nada. Todo eso fue
terriblemente vago”.
Vivirá s. Me da una pequeñ a sonrisa antes de asentir hacia mı́”. ¿Qué
hiciste hoy?"
Me encojo de hombros. “Almuerzo con Bridge en Annabel's.”
El sonrie. "¿Ella es buena?"
"No sé . Tú me dices, tú con tus almuerzos semanales”.
Me da una mirada. "Ustedes viven juntos." Y luego se recuesta un
poco en el sofá , apoya la cabeza hacia atrá s y me sonrı́e.
"¿Quié n lo hubiera pensado, tú y Bridget viviendo juntos..."
Me rı́o y sacudo la cabeza hacia é l. "Ella es mi mejor amiga."
“No, lo sé , pero realmente no puedo creer que ella estuvo de acuerdo.
Serı́as una pesadilla de compañ ero de piso.
Le frunzo el ceñ o y é l suelta una carcajada.
“Lo harı́as”, insiste.
“Quiero que sepas que soy muy fá cil de vivir conmigo”.
“Me dijo que pusiste todas las verduras que acaba de comprar en el
lavavajillas”.
“¡Estaba tratando de limpiarlos!” Grito un poco y é l empieza a reı́rse.
“No querı́a que se contagiara de E. coli. No es mi culpa que las verduras
se marchiten”.
Me sonrı́e, me mira de esa manera que me hace sentir como si
estuvié ramos en la escuela otra vez. Tengo quince añ os en un yate en
las Baleares y su nariz está presionada contra la mı́a como desearı́a
que fuera ahora y me promete que me amará para siempre.
BJ se aclara la garganta. El recuerdo se desvanece.
"Como eso." Saca la barbilla de mi vestido de Rodarte. “Siempre te
imaginé con lunares”.
Me veo linda como un puto botó n esta noche.
Cá rdigan corto de punto acanalado negro de Versace, el vestido midi
de sarga de seda adornado con lunares y las sandalias con tacó n de
aguja de 105 mm rojo bombero amapola de Tom Ford.
Se lame el labio inferior y me mira mientras me sonrı́e.
"¿Sabes en qué estaba pensando?"
Lo enfrento un poco má s, toco su camisa porque Julian no está aquı́ y
puedo.
Chaqueta de franela azul con capucha de Greg Lauren, camiseta Saint
Laurent 50's Signature Destroyed y pantalones de trabajo azul claro
Cutoff 874 de Dickies.
"¿Qué ?"
"¿La noche que tú y Christian lo llamaron?"
Mi rostro vacila, confundido. "¿Por qué ?"
Se encoge de hombros. "Solo he estado en mi mente".
Me da una mirada, entrecerrando los ojos mientras lo hace.
¿Crees que lo hizo a propó sito?
“¿Paili?” Retrocedo, sorprendida.
El asiente.
Niego con la cabeza hacia é l. De ninguna manera.
Se encoge de hombros en tá cito desacuerdo. “Ya no sé ”.
Está bamos en la cena de cumpleañ os de Perry. BJ y yo no habı́amos
hablado desde la noche en que golpeó a Christian en Box. Lo vi en el
á rbol el 3 de diciembre, pero eso fue todo.
Entonces tampoco le dije nada.
Simplemente, se apoyó en su hombro. Escribı́ E = MC² en la tierra
con mi zapato mientras é l no estaba mirando, oré a quien fuera para
que me dejara encontrar el camino de regreso a é l, y luego me fui y
volvı́ con Christian.
Siempre he sido ası́. No sé có mo estar solo.
Todo es culpa de BJ.
Siempre ha sido muy bueno asegurá ndose de que nunca me sintiera
sola. Ası́ que en su ausencia estoy petri icado para sentarme conmigo
mismo.
De todos modos, para el cumpleañ os de Perry se suponı́a que todos
nos ı́bamos a ir todos juntos. Su insistencia. En la cena de esa noche,
Paili estaba repasando mentalmente la asignació n de habitaciones en
la mesa.
“Perry y yo, Beej y Jonah... Christian y Parks”.
Todos nuestros rostros se congelaron.
"No. Quiero decir... —trató de retroceder, pero ya era demasiado
tarde.
"¿Por qué habrı́a hecho eso a propó sito?" Miro a BJ.
"¿Tal vez ella querı́a que te atraparan?" Se encoge de hombros.
“Enivela el campo de juego, alivia su propia culpa”.
Y tal vez tenga razó n. Fue una cagada de proporciones é picas.
"No tiene sentido". Se encoge de hombros. “A nadie le gusta dormir
contigo. Todo el mundo siempre preferirı́a dejarte tener tu propia
habitació n porque es un puto dolor compartir contigo.
Hago un puchero y é l se encoge de hombros de todos modos.
“Ella tenı́a que saber lo que estaba haciendo”, dice, sonando seguro.
Luego me asiente con la barbilla. "¿Por qué tú y Christian llamaron
esa noche, de todos modos?"
"Mmm". Muevo mi boca, pensando. “Bueno, una vez que se hizo
evidente que é l y yo todavı́a nos está bamos viendo, Jonah comenzó a
perder la cabeza. Le estaba gritando a Jonah y tú estabas sentado allı́,
un poco estupefacto, y luego sacudiste la cabeza y dijiste: '¿Sabes qué
hombre? Está bien.' Cuando Christian me dijo que dijiste eso, se me
cayó la cara. Y é l sabı́a que todavı́a te amaba. Asiento para mı́ mismo.
“Ası́ que me llevó a un lado y me dijo que no era el marcador de
posició n de nadie. El lo terminó ”.
Beej asiente una vez, un poco molesto. “Y luego lo mantuvo durante
otros tres añ os despué s”.
Le doy una mirada y se rı́e de nuevo.
“Te acompañ é a casa esa noche, ¿te acuerdas? Podrı́a haber
vomitado, estaba tan emocionada de que me dejaras.
Dijiste que me llevarı́as a casa.
Caminamos por millas. Literalmente millas.
Casi habı́amos llegado a mi casa cuando lo miré con el ceñ o fruncido.
"Aparcaste muy lejos del restaurante".
El rió . "De hecho, tomé un auto".
Parpadeé hacia é l, frunciendo el ceñ o con incredulidad.
“Estoy estacionado enfrente en Park Lane”. Se encogió de hombros a
modo de disculpa. "Simplemente no estoy listo para terminar de hablar
contigo todavı́a".
"¡BJ!" Me reı́, mirá ndolo ijamente, esquivando los latidos de mi
corazó n. "¿Sabes lo doloroso que es caminar con estos zapatos?"
Le mostré mis Louboutins de seis pulgadas.
“Lo siento—” Soltó una carcajada y me sonrió . "Toma, te llevaré el
resto del camino".
"¿Qué ?" Parpadeé . “¿Como una mula de carga?”
Me dio una tierna sonrisa. "Serı́a cualquier cosa para ti".
"¿Quieres ser mi amigo?" Pregunté , mirá ndolo ijamente, deseando
mucho, mucho má s que eso.
Asintió una vez en esa esquina de la calle. "Lo que sea que necesites,
Parks".
Bajo estas luces del club, a menudo las cosas pueden verse mejor de
lo que son. Todos hemos sido vı́ctimas de esas gafas estroboscó picas
de color rosa, pero é l no. Todo dorado aunque no lo sea, mi boca
favorita en el mundo en la cara que veo cuando cierro los ojos. BJ
presiona su lengua en su labio inferior y tengo muchas ganas de
besarlo, é l está mirando mi boca, é l tambié n quiere besarme. Conozco
la mirada. Se está inclinando hacia mı́, creo. Me pregunto si lo hará ,
incliná ndose, incliná ndose, incliná ndose, y es por una fracció n de
segundo antes de que retroceda, sacuda un poco la cabeza, pero casi no
lo hace.
¿Dó nde está Jules? El mira a su alrededor. Deberı́amos encontrarlo.
"Vaya." Parpadeo un par de veces y asiento. "De acuerdo."
Eso me desconcierta un poco.
Pero supongo que somos nosotros ahora... BJ tratando de hacer lo
correcto para todos, incluso a costa de momentos entre nosotros.
El se para ası́ que yo me paro.
"¿Las o icinas tal vez?" BJ se encoge de hombros.
Yo dirijo el camino. Kekoa está de pie junto al pasillo que conduce a
las o icinas. Una señ al prometedora. Le doy una sonrisa, pero la que me
da es forzada.
¿Juliá n está aquı́ abajo?
"Si pero-"
Paso junto a é l mientras habla. No estoy siendo grosero, nunca he
sido capaz de ver a Julian cuando querı́a verlo antes, ası́ que paso a
Kekoa, doblo una esquina y me detengo en seco.
El tiene una chica levantada alrededor de su cintura.
Está empujando.
Puedo escuchar la fricció n del roce del material.
La niñ a está jadeando.
Claramente está n teniendo sexo. Claramente. Conozco sus rostros
sexuales lo su icientemente bien como para saber qué está pasando.
Y luego dejo escapar un par de respiraciones que suenan como risas.
Julian me mira por encima del hombro al mismo tiempo que BJ lo
agarra por los hombros y lo golpea contra la pared.
La chica se queda allı́, sobresaltada durante unos segundos,
cambiando su vestido.
Yo se quien es ella. La hermana de Bianca Harrington. La he visto por
ahı́ antes.
Demasiado maquillaje en los ojos y cabello castañ o y entrecortado.
Julian me mira, me mira a los ojos mientras se sube los pantalones
por completo. Pantalones holgados con estampado de lechas negros
de Off-White. Los compré para é l. Presiona su lengua en su labio
inferior.
"¿Qué carajo?" Le grito a Juliá n.
Mueve los brazos para quitarse a BJ de encima, pero BJ lo empuja de
nuevo. Escucho el golpe sordo de una mano golpeando su pecho.
"Sı́, ¿qué carajo?"
Julian vuelve su atenció n a BJ y me siento nervioso.
"Oh, ¿quieres ir?" Jules lo mira. Empujó n.
"Sı́." BJ asiente sin pensar. Empujó n.
Julian le da una sonrisa que me da un poco de miedo. “He querido
hacer esto los ú ltimos tres meses”.
Jules empuja a BJ de nuevo y luego, bam, BJ lo golpea en la boca.
Mierda.
“BJ, ¡detente!” —grito, corriendo hacia é l al mismo tiempo que lo
hace el equipo de seguridad de Julian.
Julian se dobló por un par de segundos antes de enderezarse,
presionar una mano en su boca ensangrentada y mirarla. El olfatea,
claramente un poco divertido con BJ y niega con la cabeza.
Santa mierda.
Julian presiona su lengua en la herida, escupe un poco de sangre.
Juliá n me señ ala y Kekoa me agarra por detrá s.
BJ ve y sus ojos se agrandan por el pá nico. "No toques jodidamente h
—"
Entonces Julian le da un golpe. BJ lo esquiva, pero luego Julian lo
socava y BJ cae hacia atrá s.
"¡Julian!" Grito.
BJ lo embiste, golpea a Jules limpiamente de sus pies.
Estoy corcoveando en los brazos de Kekoa, haciendo todo lo posible
para llegar a ellos. No puedo ver bien, pero puedo escuchar el sonido de
ellos golpeá ndose entre sı́. El sonido de un puñ o encontrá ndose con la
cara, el chasquido de una mandı́bula dando un fuerte golpe. El horrible
rechinar que hace una nariz cuando recibe un golpe.
Hay puñ os volando, crujidos y crujidos, y supongo que en un
momento debı́ haber empezado a llorar porque mi cara ahora está
mojada y estoy gritando para que paren, pero ninguno de ellos me
escucha. Estoy gritando por Henry, por Christian, por Jonah.
Jonah llega corriendo eventualmente desde algú n lugar profundo en
el vientre del club y me tira de los brazos de Kekoa, arrojá ndome a los
de Christian y luego se zambulle entre sus dos mejores amigos que
está n tratando de separarse. Arrastra a BJ lejos, retenié ndolo.
Julian se pone de pie, con el pecho agitado. Su rostro está
ensangrentado. Mira a BJ, niega con la cabeza. "Será mejor que lo
saques de aquı́", dice con los dientes apretados.
Jonah empuja a BJ por el pasillo y nuestros ojos se cruzan cuando é l
pasa junto a mı́, tambié n está ensangrentado, sus ojos lucen tristes y
pesados cuando se deslizan a mi lado.
Mi respiració n sigue quedando atrapada en mi pecho.
"¿Qué está s haciendo?" Le grito a Juliá n.
"¿Cuá ntas veces tengo que decı́rtelo?" Julian me grita, colocá ndose
justo en mi cara. El agarre de Christian sobre mı́ se aprieta. “¡No
estamos jodidamente saliendo! Solo hemos estado follando.
Tomo un respiro que suena como un grito. Tal vez lo sea.
No sé por qué estarı́a.
¿Porque estoy preocupado por BJ, tal vez? ¿Porque estoy
avergonzado? ¿Porque me entristece que Julian me haga eso? ¿Cuá ntas
veces me ha hecho eso? ¿Estoy siempre a la vuelta de la esquina?
Julian agita su mano en mi direcció n pero no me mira a los ojos.
“Llé vala a casa”, le dice a nadie en particular.
“Vamos…” Christian me aparta de Julian y mientras lo hace, Julian me
mira.
Su respiració n es desigual y los bordes de sus ojos se ven
deshilachados con un dolor que realmente no entiendo.
Y luego me alejo de é l.
SESENTA Y SIETE

BJ

"¿Está s loco de mierda?" Jonah me empuja. "¿Beej?" Me empuja de


nuevo. "¿Estas loco?"
Niego con la cabeza, tratando de empujar a mi mejor amigo para
volver con é l, para terminar esto de una vez por todas.
"¡BJ!" Jonah grita de nuevo, empujá ndome con fuerza. "¿Qué diablos
está s haciendo?"
"Estaba follando con una chica en un pasillo y Parks lo vio". Sacude
mi cabeza. No puedo creer a ese maldito hijo de puta.
"No me importa, Beej". Me empuja de nuevo. Es el hombre má s
peligroso de Inglaterra. El puede hacer lo que le dé la gana”.
Niego con la cabeza hacia é l, con la mandı́bula apretada. "No con ella
no puede".
“Beej—” Me sostiene por los hombros. “Necesito que me escuches y
te metas esto en la jodida cabeza: El. Pudo. Matar. Tú ."
Jonah exhala, con la cara tirante por el estré s. "Es posible que ya".
Me importa una mierda, vuelvo a mirar hacia el edi icio del que estoy
fuera ahora, me pregunto có mo puedo volver a entrar, volver con ella.
No puedo creer que la hayamos dejado con é l.
"Tenemos que irnos." Joná s niega con la cabeza. “Si sale por aquı́ y te
ve…”
“¿Dó nde está Parques?” La busco a mi alrededor.
Me empuja hacia su coche, sacudiendo la cabeza.
"Ese no es tu problema en este momento, hombre".
"Ella siempre es mi problema". Lo miro ijamente.
Jonah me observa desde el lado opuesto de su Escalade.
"¿Necesitas el hospital?"
Me limpio la boca sangrante. "No estoy bien."
Gira mi rostro para inspeccionarlo é l mismo. Hace un corte
profundo.
"Esto podrı́a usar una puntada".
Lo abofeteo. "Dije que estoy bien."
Miro por la ventana, con la mandı́bula apretada.
“Llé vame con ella”, le digo.
Joná s niega con la cabeza. “Beej, no—”
"Sı́."
"El podrı́a estar allı́".
"Me importa un carajo".
"Sı́, lo sé , hombre". Jonah me mira. “Tienes esa mirada en tus ojos
donde te importa una mierda la mierda, y sé que te pones ası́ con ella,
pero no sabes que ella no está con é l. Ella podrı́a ser-"
Niego con la cabeza hacia é l. “—Ella va a terminar con é l. Ahora."
Jo me da una mirada exasperada. "¿Como sabes eso?"
“Porque la voy a obligar”.
Jonah se lleva las manos a los ojos, exhala cansado y emite un
gruñ ido de frustració n. Sacude la cabeza y luego se vuelve hacia su
conductor.
"Cambio de planes. Grosvenor's Square, amigo.
Cuando nos detenemos frente al lugar de las chicas, Jo sale primero y
mira a su alrededor. Buscando otros coches armados, cualquiera de los
chicos de Jules que reconozca. Sacude la cabeza hacia mı́, ladea hacia la
puerta.
Llama a Taura, comprueba que Jules no está allı́ y luego tomamos el
ascensor.
Odio no haber estado aquı́ antes, odio que me tomó esto para venir
aquı́.
Taura nos deja entrar, me da un besito en la mejilla mientras lo hace.
“Orgullosa de ti”, me dice.
Miro a mi alrededor en busca de ella. "¿Donde esta ella? ¿Se
encuentra ella bien?"
Tausie asiente con la barbilla hacia una habitació n al inal del pasillo.
Pregú ntaselo tú mismo.
Sigo el sonido de una furiosa Bridget por el pasillo.
“¡Bastardo espinoso!” Bridget grita, pisando fuerte. Viscoso,
repugnante... Me ve. "Vaya." Ella parpadea. "No estaba hablando de ti, lo
creas o no".
Respiro una risa. "Por una vez."
Parks levanta la vista de su cama, con los ojos muy abiertos. Son
peligrosos esta noche, todos rojos y extra verdes. Ella se levanta
rá pidamente.
Bridget mira entre nosotros y luego retrocede, cerrando la puerta
detrá s de ella.
"¿Está s bien?" Le pregunto, sin moverme.
Ella corre hacia mı́, sostiene mi cara entre sus manos y mueve mi
cabeza, inspeccioná ndola. "¿Eres?"
Labio partido, ojo morado, mejilla cortada, nariz ensangrentada.
“Vamos—” Ella me toma por la muñ eca, me lleva a su bañ o.
Humedece un pañ o facial con agua tibia y comienza a limpiar la
sangre de mi rostro.
Joder, me encanta estar cerca de ella.
Sus ojos no se encuentran con los mı́os. Es a propó sito. Se ha vuelto
tı́mida conmigo.
Estamos lo má s cerca que hemos estado en meses, nuestras caras no
está n separadas por centı́metros, y ella no me mira a los ojos. Ella
inspecciona el corte en mi mejilla.
“Eso se ve bastante mal”, me dice.
Niego con la cabeza, mirando sus ojos, esperando que encuentren los
mı́os.
"Necesita una puntada, creo".
"No quiero una puntada".
Dejará una cicatriz.
Agacho la cabeza para que nuestros ojos se crucen. "Vale la pena."
Ella traga nerviosamente.
Lamo mi labio inferior.
"¿Qué diablos está s haciendo, Parks?" Niego con la cabeza hacia ella.
“Beej—” Ella suspira y niego con la cabeza hacia ella.
“No, lo digo en serio. ¿Qué está s haciendo con é l?
“BJ—” Ella cubre sus ojos con sus pequeñ as manos, sacudiendo su
cabeza hacia mı́. "Estoy muy enamorado de ti. Tan enamorado. Y verte
con otra persona me está pudriendo. No se-"
Y luego la beso.
Sus manos todavı́a está n cubriendo sus ojos. Ella no podı́a verlo
venir. Só lo bé sala.
Envuelvo mis brazos alrededor de su cuerpo, aprié tala fuerte contra
mı́ mientras se vuelve papilla.
Me doy cinco segundos y es un maldito gratis para todos. Estoy tan
enamorado de ella, hay mucho má s que quiero hacer que besarla, pero
no la voy a joder esta vez y lo estamos haciendo bien. Trago y luego me
alejo.
Ella me mira, las mejillas rosadas. Parpadeo. Respiració n rá pida.
Empujo un poco de cabello de su cara.
“Termina con é l”, le digo.
Ella asiente. "De acuerdo."
Presiono mi boca contra la de ella una vez má s y luego me voy.
SESENTA Y OCHO

Magnolia

Estoy nervioso mientras me dirijo a Knightsbridge al dı́a siguiente.


Y triste, supongo, si soy honesto.
Sé que no tengo derecho a serlo.
Estoy shakesperianamente enamorada de otro hombre y Julian lo
sabe, pero no me habrı́a acostado con BJ sin terminar con é l primero, y
sé que no somos iguales. Sé que Julian es Julian y no solo trata a las
mujeres como basura, sino a todas las personas como si fueran
desechables, pero en realidad, comencé a pensar que tal vez me veı́a de
manera diferente. Claramente, soy tan desechable para é l como
cualquier otra persona.
BJ me besó sin embargo.
Que suaviza todos los golpes.
No sé qué signi ica ese beso. No sé qué signi ica eso sobre Jordan,
pero me dijo que terminara con Julian.
Probablemente lo habrı́a hecho de todos modos despué s de anoche.
No puedo borrar el audio en mi mente de los pequeñ os sonidos que
la chica estaba haciendo con sus piernas alrededor de é l: los sonidos
sexuales son tan terriblemente invasivos desde la perspectiva de un
tercero, y nunca he querido ver a otras personas ası́. eso, pero lo vi y
ahora no puedo dejar de verlo. Ası́ que ahora, incluso si estoy un poco
triste por eso de una manera que, francamente, no entiendo, de todos
modos lo terminaré .
Subo a su dormitorio y llamo a su puerta.
"¿Qué ?" é l llama y lo abro.
Se sienta má s derecho cuando ve que soy yo.
Y luego veo a la hermana de Bianca ya otra chica rubia, ambas en su
cama.
“Vá yanse”, les dice sin contemplaciones.
Ambas chicas salen de su cama, recogen su ropa rá pidamente y salen
corriendo de su habitació n.
Me quedo allı́ observá ndolo a é l, no a ellos, con los brazos cruzados y
el ceñ o fruncido.
"Agradable", lo miro cuando se han ido.
Pone los ojos en blanco mientras se levanta de la cama. Está
completamente desnudo. Agarra un par de pantalones deportivos
negros que está n junto a su cama. Pantalones de chá ndal con motivo de
tigre negros de Kenzo. Pó ntelos.
“Te estabas follando a un capo de una pandilla. ¿Qué esperabas?
“Má s de ti”, le digo mientras me quito mi abrigo reversible con
capucha Damier Azur de Louis Vuitton.
El huele molesto y niega con la cabeza hacia mı́.
"Obtuviste lo que querı́as".
Le doy una mirada. “¿Qué obtuve que querı́a?”
Su cabeza tira hacia atrá s. ¿Crees que no sé que Ballentine fue a tu
casa anoche?
Parpadeo sorprendida, abro la boca para decir algo, pero no sé lo que
dirı́a.
“Tengo ojos en todas partes”, me dice. "Veo todo."
Cruzo los brazos sobre mi pecho y camino hacia é l, con el ceñ o
fruncido.
Lo recuperaste. Se encoge de hombros. "De nada."
Lo miro ijamente y niego con la cabeza. "¿Qué ?"
"¿Qué ?" El se burla. "¿Crees que no sabı́a que é l defenderı́a tu honor
cuando me vio follando con una chica en un club?" El rueda los ojos. “Es
dulce—” Agita su mano con desdé n. “Cuá nto te ama”.
Lo miro ijamente, un poco incré dulo.
No. ¿Realmente podrı́a haberlo hecho?
Le entrecerro los ojos. "¿Realmente hiciste eso por mı́ o es solo una
feliz coincidencia?"
Me da una larga mirada, la pregunta queda ahı́ y no sé cuá l es la
respuesta. Hay tanto que no está diciendo en el silencio, puedo sentirlo
lleno de cosas que no sé . Sea lo que sea, me hace sentir una ternura
peculiar hacia é l que no querı́a sentir mientras hacı́a esto.
Julian se aclara la garganta y me da una sonrisa tensa. "¿Sabes que?
Me avergü enza decir que he caı́do en las ilas de los hombres que
descubren que hay muy poco que no harı́an por ti, Magnolia Parks”.
Mi rostro se suaviza.
"Oh Dios mı́o." Me acerco a é l, me siento en su cama. "¿Hablas en
serio?"
Se encoge de hombros como si nada. Necesitaba sentirse lo
su icientemente bien para ti. Nada aumenta la con ianza de un
muchacho como luchar por la chica que ama…
“Julian—” Alcanzo su mano. Me deja tomarlo. “Eso es…” me arrastro.
"Gracias."
Se lleva la mano a la boca y la besa, pasa el pulgar por mi muñ eca y
debajo de la manga de mi sué ter blanco de punto acanalado Maddy de
Khaite.
"De nada", me dice y luego deja caer mi mano. “Y estoy aliviado”.
Parpadeo hacia é l, frunciendo el ceñ o un poco.
Me da una mirada por el rabillo del ojo mientras niega con la cabeza.
"Pensé que Daisy era un problema, pero que me jodan, eres un dolor
de cabeza absoluto".
Frunzo el ceñ o má s.
Mira mi cara y se rı́e.
"Un poco vale la pena", dice con un pequeñ o asentimiento.
"¿Ası́ que esto es todo?" Yo le pregunto. "¿Hemos terminado ahora?"
El asiente. "Sı́. Hemos terminado.
Lo miro con cariñ o. "Te extrañ aré ."
El asiente, con iado. "Estoy seguro de que lo haras. De ninguna
manera es tan bueno en la cama como yo.
Le doy una mirada.
Esboza una sonrisa que parece un poco tierna. "Estoy feliz por ti."
"¿Sı́?" Le sonrı́o, mis mejillas un poco rosadas.
El asiente.
"Oye." Lo empujo. “¿Me harı́as un favor y no le darı́as un golpe al
hombre que amo?”
El considera esto, asintiendo lentamente antes de ofrecerme un
encogimiento de hombros.
“Es un Hemmes a todos los efectos. Bajo su protecció n. Tú tambié n,
ası́ que no necesitas el mı́o. Pero lo tienes de todos modos. Me da una
mirada irme. "Necesitas cualquier cosa, nunca, nunca, soy tu hombre".
El me da un asentimiento solemne.
Me inclino y rozo mis labios contra los suyos.
"Sı́ es usted."
Me levanto y camino hacia su puerta antes de volverme a mirarlo. Me
mira ijamente.
Eres un hombre muy peligroso, Julian. Yo sé eso." Le doy una mirada.
"Pero espero que sepas que, ademá s de eso y antes de eso, en realidad
eres un buen hombre".
Me da una pequeñ a sonrisa y asiente una vez.
"Nos vemos, Tiges".
SESENTA Y NUEVE

Magnolia

¿Y adó nde, por favor, dime, crees que vas? Le pregunto a mi hermana
deliberadamente.
A cenar contigo. Coge mi bolso verde brillante Ghillies de edició n
limitada Birkin de la tercera ila del estante de mi bolso de mano.
"¿Puedo tomar prestado esto?"
"Sı́." Asiento con la cabeza y la miro ijamente con los ojos
entrecerrados, asegurá ndome de que combine con su atuendo:
camiseta con el logo del imperdible de Versace, cá rdigan de cachemira
Danni de Lisa Yang con los vaqueros negros originales de corte recto de
Totê me. Té cnicamente coincide, bastante bien en realidad. Pero
tambié n té cnicamente, estoy decepcionado... Sin embargo, siempre
estoy ansioso por que se aleje de esa bolsa de cuero sin marca de la que
se niega a desprenderse. Se lo compró a un vendedor ambulante en
Kuta en un viaje de mochilero que realizó en 2018. ¡Mochilero! Qué
asco. Aunque a Bridge le encantó . Ella dijo que allı́ es donde se casará
algú n dı́a, allá en Indonesia. Dije que me comunicarı́a por Skype debido
a mi estó mago sensible y en un momento dado solo estoy a una gripe
estomacal de ser considerada clı́nicamente desnutrida, por lo que no
vale la pena correr el riesgo.
“Vale 25.000 libras esterlinas”, le digo. "Ası́ que ten un poco de
cuidado".
Ella me parpadea un par de veces.
"¿Qué diablos, Magnolia?" Ella niega con la cabeza, dejá ndolo de
nuevo en el estante. “Eso es su iciente para alimentar a todo un pueblo
durante un añ o”.
“Parece racista…” Muevo mi cabeza alrededor.
"No." Ella me da una mirada aguda. "Pareces loco y ridı́culo".
“No me culpen a mı́, culpen a Pierre Alexis Dumas. Realmente me
tiene agarrado de las pelotas aquı́”.
Bridge niega con la cabeza. "El realmente no lo hace".
"¿Vienes esta noche?" Taura le pregunta a Bridge alegremente,
arrojá ndose en mi cama.
“No me lo perderı́a por nada del mundo.” Haces de puente
emocionados.
“Me encanta el entusiasmo.” Asiento apreciativamente. “Solo para
aclarar, ¿nos sentimos bien de que uses jeans y una camiseta para la
cena? ¿Es a eso a lo que hemos llegado como personas?
Bridget se mira a sı́ misma, confundida.
"¿Qué tiene de malo lo que estoy usando?"
Miro a Taura, confundida. “Lo siento, ¿no dije jeans y camiseta en voz
alta?”
"¿Qué hay de malo con los jeans y las camisetas?" Bridget frunce el
ceñ o má s.
"¡Nada!" Niego con la cabeza hacia ella. “Nada en absoluto si está s
pastoreando ganado o eres como un pilluelo callejero”.
Bridget pone los ojos en blanco.
"¿Considerarı́as cambiarte a tal vez a... pwha-?" Pienso en mis pies,
lanzá ndome a mi armario. "¿Este pequeñ o nú mero de Bottega?"
Le muestro el vestido camisero de punto de seda negra.
Ella niega con la cabeza. "Yo no lo harı́a."
"Derecha." Frunzo el ceñ o y señ alo sus pies vestidos con Air Force 1.
Yo protesto.
Bridget gime.
“Las zapatillas se pueden ir, Bridge”, concede Taura.
Taura se levanta de un salto para encontrar mis sandalias Medusa
negras adornadas con cadenas de Versace y se las pasa a mi hermana.
Estos coincidirá n.
"Mejor." Asiento con la cabeza.
"¿Está s siendo pedante con lo que me pongo esta noche porque está s
nervioso y no sabes qué está pasando contigo y BJ, ası́ que solo quieres
controlar algo?" pregunta mi molesta hermana.
"No." Le doy una mirada. “Estoy siendo pedante con lo que te pones
porque soy el editor de estilo de una de las revistas má s grandes del
paı́s y tú está s tratando de vestirte como un maldito peó n”.
Bridget me da una mirada.
Ademá s... Miro entre ellos. “No sabemos si algo va a pasar esta noche
de todos modos. Podrı́a ser una noche normal”.
"El te besó ", me dice Bridget como si ese momento no hubiera
estado en una repetició n activa en mi mente desde entonces.
Fue el beso perfecto.
No hay nada que ame má s en este mundo que su boca contra la mı́a,
excepto tal vez su cuerpo.
Me encojo de hombros nerviosa. “El no me ha hablado desde
entonces”.
"¿Has hablado con é l?" pregunta Tauro.
"No."
"¿Ni siquiera para decirle que terminaste con Jules?"
"Oh, 'Jules' ahora, ¿verdad?" Ruedo los ojos hacia ella. "¿Vas a
empezar a almorzar los mié rcoles con é l tambié n?"
"No", me imita con una voz molesta y me da una sonrisa tonta. (Pero
dice en voz baja: "... los jueves". La miro y no puedo decir si está
bromeando).
“Algo va a pasar”, me dice Taura, dá ndome una sonrisa alentadora en
el espejo mientras mira el vestido que lleva puesto. Vestido mini de
crepé con estampado loral fruncido de Magda Butrym.
"¿Está s diciendo eso porque uno de los chicos te ha dicho que algo va
a pasar o solo está s siendo una chica de buenas vibraciones?" Bridget
aclara.
"El segundo."
"Mierda." Gimo por lo bajo.
"¿Qué está pasando con Jordan?" pregunta Brı́gida.
Me encojo de hombros.
"¿Viene ella esta noche?"
Me encojo de hombros de nuevo.
Tausie frunce la boca, lo que generalmente signi ica que sabe algo
que no está diciendo, lo cual no es una cualidad que amo en ella, pero es
buena para no contar los secretos de otras personas, lo que supongo
que es teó ricamente admirable pero tambié n literalmente molesto, ası́
que...
"Vamos, tren descarrilado". Bridget tira de mı́ hacia la puerta.
"Vamos."
Cuando llegamos a casa de Annabel, todos los chicos (y Jordan no)
está n sentados a la mesa.
Creo que se supone que debe ser sutil, pero veo a Jonah darle un
codazo a BJ cuando entro y su mandı́bula se a loja un poco, lo cual es,
como siempre, mi esperanza e intenció n.
Su cabeza se inclina un poco y se pone de pie, caminando alrededor
de la mesa hacia mı́.
Se ve un poco tı́mido y me pregunto si me va a besar, si este es
nuestro gran momento, en Annabel's en Mayfair frente a todos
nuestros mejores amigos y la mitad de la sociedad londinense, si ası́ es
como lo anunciaremos. el mundo que todo es como debe ser y que
volvemos a ser nosotros, pero luego simplemente me rodea con sus
brazos. Me atrae hacia su pecho, me da uno de esos abrazos suyos que
me encantan, que solı́an ser mi pan y mantequilla. Tomo lo que puedo,
lo inhalo todo familiar, me presiono con fuerza contra é l, hago que la
camisa hawaiana de seda con estampado de mezcla de leones que lleva
puesto de Dolce & Gabbana huela a mı́, y me alejo un poco, mirá ndolo.
"Oye." Su boca se tuerce, sus brazos todavı́a alrededor de mi cintura.
"Hola." Parpadeo en é l, mis brazos todavı́a alrededor de su cuello.
Mira má s allá de mı́ y su rostro se ilumina.
“¡Bridget Dorothy Parks!” Me suelta para abrazar a mi hermana.
“¡Fuera de la ciudad y en tacones y esa mierda! ¿Cuá nto te pagó por
estar aquı́?
Bridget le da una mirada juguetona. "No es su iciente."
Pongo los ojos en blanco como si me molestara, como si lo mucho
que ama a mi hermana no fuera lo má s entrañ able del mundo.
Me siento al lado de Henry, que lanza un brazo a mi alrededor.
Me gustan tus pantalones. Asiento con la cabeza hacia ellos.
Chaqueta Sunset Army, pantalones de Greg Lauren.
Me da una sonrisa orgullosa antes de tirar de mi cabello,
acercá ndome a su rostro.
"¿Lo has hecho?" é l susurra.
Asiento con la cabeza.
El sonrı́e y presiona su frente contra la mı́a.
"Buena niñ a."
BJ asiente hacia nosotros desde el otro lado de la mesa.
"¿De qué está n hablando ustedes dos?"
“Nada…” Henry golpea su mano en el aire. “Có mo Parks ya no se
acuesta con un capo de la pandilla”.
Beej hace un trabajo terrible al reprimir una sonrisa. Se muerde el
labio inferior, asiente un par de veces y luego señ ala en la otra
direcció n.
Asiente con la barbilla hacia mı́. "¿Quieres ir a tener una charla?"
"Claro", digo en voz baja mientras me pongo de pie.
Camino delante de é l ası́ que tiene que mirarme porque me veo muy
bien y quiero recordarle que soy má s bonita que Jordan y que tengo las
piernas hasta los ojos. Me quito el Ludmilla Icon negro de Max Mara
para que pueda ver el resto de mi atuendo. Minivestido de gamuza con
detalles de cuero y cinturó n de Saint Laurent, botas de gamuza negra
hasta la rodilla de Gianvito Rossi y el bolso de mano Holy Bible 2004 de
Chanel.
Encontramos una mesa en la parte trasera del jardı́n. Saca mi silla y
luego se sienta frente a mı́, pasando una mano por su cabello.
Pensé que serı́a má s fuegos arti iciales, si soy honesto. Nosotros
volviendo a estar juntos. Me sentı́ como fuegos arti iciales la otra noche
cuando me besó en mi bañ o.
Se muerde el pulgar, con una sonrisa torcida. "Oye."
"Ya lo dijiste."
El se rı́e. “¿Qué te gustarı́a que dijera?”
"¿Que rompiste con Jordan?"
El entrecierra los ojos hacia mı́, juguetonamente.
"¿Acaso tú ?" Pregunto de nuevo, mis cejas levantadas en expectació n
nerviosa.
Su rostro se suaviza. "Sı́."
Se estira sobre la mesa y toma mi mano, jugando con mis dedos con
los suyos.
"De acuerdo." Asiento un par de veces, mis mejillas sonrosadas. "¿Por
qué no me besas entonces?"
"Quiero que seamos amigos."
Santa mierda.
Aparto mi mano de é l.
Mi cuello se siente caliente y mi pecho se aprieta.
"¿Le ruego me disculpe?"
Pone los ojos en blanco y extiende su mano, esperá ndome. "Dame tu
mano."
Siento un poco de ná useas. Podrı́a empezar a llorar. No frente a é l,
necesito mantenerme unido frente a é l.
"No." Niego con la cabeza.
Se estira má s a travé s de la mesa. “Dame tu maldita mano—”
"No." Me alejo de é l.
Exhala ruidosamente por la nariz, me mira un poco.
“Jordan y yo lo llamamos en marzo”.
Lo miro confundida. "¿Qué ?"
"Rompimos hace semanas-" Se encoge de hombros y luego inclina la
cabeza, concediendo. "Pero, quiero decir, probablemente ya habı́amos
superado el segundo en el que te vi en la boda".
Le frunzo el ceñ o. "Entonces, ¿y ahora qué ?"
“Quiero que seamos amigos”, me dice de nuevo.
Niego con la cabeza hacia é l. "No quiero ser tu amigo".
El huele una risa. “Yo tampoco quiero ser tu amigo, pero esto—” El
saluda entre nosotros. "-es ahora."
Mi cara se queda en blanco por un segundo antes de parpadear y
fruncir el ceñ o.
"¿Qué ?"
“Te amo, Parks…” BJ pone los ojos en blanco. “He estado enamorado
de ti desde que tenı́a seis añ os y me dijiste que podı́as patear una
pelota mejor que yo, y escucha, despué s de estar juntos de una forma u
otra durante casi dos dé cadas, tengo que decı́rtelo. , Magnolia, no es
verdad. El niega con la cabeza. "Tu coordinació n mano-ojo apesta".
Frunzo el ceñ o hacia é l, ofendida y un poco asombrada.
“No puedes patear una pelota por una mierda. Pero te amo”, me dice.
“Estoy enamorado de ti, nunca me he detenido, siempre lo haré hasta
que muera, te amaré . Y esto es todo—” Se encoge de hombros como si
fuera simple. “Ası́ que no vamos a joderlo apresurá ndolo. ¿Puedo
recuperar tu mano ahora, por favor?
El lo toma de todos modos, juega con mi dedo anular.
Mis mejillas está n sonrosadas y todo mi autocontrol está siendo
canalizado para no arrancarle esos pantalones de chá ndal de lana y
jersey de mezcla de algodó n reversibles de Theory.
"No tenemos que apresurarnos", le digo, pestañ eando mucho porque
realmente quiero apresurarme.
"Parques". Me da una mirada. "Si no nos apresuramos
conscientemente, te dejaré embarazada de nuevo en un par de horas..."
Yo suspiro. ¿Serı́a eso tan malo?
Le doy una mirada dubitativa.
"Nunca hemos sido amigos".
El arquea una ceja. “Ademá s, solo hemos estado juntos o hemos
intentado matarnos”.
"¿No podemos simplemente estar juntos?" Me encojo de hombros
con impotencia y é l niega con la cabeza.
“Quiero que veas que no puedo estar contigo y no tener sexo con
otras personas”.
Abro la boca para decir algo pero é l me interrumpe—
“—Y quiero ver que no necesitas salir con alguien para sentirte
seguro.”
"Pero-"
El niega con la cabeza hacia mı́. “Puedes con iar en mı́, Parks. Y
necesito ver que tú puedes. Se encoge un poco de hombros. “Y
necesitas ver que puedes. No puedes simplemente con iar en mı́. Tiene
que ser un corazó n, confı́a en mı́ tambié n”.
"Hago." Frunzo el ceñ o porque realmente quiero que sea verdad y
ambos sabemos que estoy mintiendo.
"No lo haces", me dice. Pero vas a hacerlo. Se pasa la mano por el pelo
de nuevo. "Verá s."
Lo miro, frunciendo el ceñ o mientras trato de no pensar en sus ojos y
en su lugar me concentro en lo que me está diciendo, tan estú pido
como es.
"Ni siquiera sé có mo ser tu amigo".
El huele una risa y considera esto.
"Ninguno de los dos."
hago una mueca "¿Amigos?"
El asiente una vez. "Amigos."
“¿Pasará s tiempo conmigo?” Pregunto.
Todo mi tiempo. El asiente con una pequeñ a sonrisa.
"¿Llé vame de compras?"
"Sı́."
"¿Dormir en mi cama?"
Sus ojos pinchan. "Quizá s."
"¿Quizá s?" Arrugo la frente.
"Quizá s." El asiente. “Si miras esas manos…”
Me da una sonrisa juguetona y luego inclina la cabeza suavemente.
“Es só lo por un minuto, Parks. Mientras descubrimos có mo hacer
esto correctamente.
"¿Como amigos?" Parpadeo.
El rueda los ojos.
"Deja de decir 'amigos' como si fuera una mala palabra".
Levanto las cejas con picardı́a. “Si te dijera palabras obscenas,
¿dejarı́as de intentar ser mi amigo?”
Me da una mirada. "Parques".
Coincido con su rostro. “Beej.”
Sacude un poco la cabeza. “Parques, esto es importante para mı́”.
Suspiro y trago.
"¿Me prometes que me amas?"
El asiente. "In initamente".
"¿Y quieres estar conmigo?" Arrugo la frente.
"Siempre." El asiente de nuevo. Y lo seré . Vamos a resolver esto”.
Presiono mis labios y gruñ o un poco desde el fondo de mi garganta.
"Multa."
Su rostro se ilumina.
"¿Sı́?"
Pongo los ojos en blanco. "Sı́."
Regresamos con nuestros amigos, quienes está n haciendo ruidos
estú pidos mientras regresamos al restaurante. Pongo los ojos en
blanco dramá ticamente mientras tomo asiento junto a Henry.
"¿Estamos todos bien?" Henry pregunta brillantemente, mirando
entre nosotros.
Me aclaro la garganta.
“A pedido de BJ, vamos a ser… amigos”.
"¿Qué carajo?" Bridget se inclina y golpea a BJ en la cabeza.
"¡No!" gime Henry.
Jonah se cubre la cara y deja escapar un gemido exasperado. “Esa fue
una decisió n no autorizada—”
Beej comienza a reı́r, mirá ndome desde el otro lado de la mesa.
Christian me lanza una mirada cautelosa. "Joder, esto suena como un
dolor de cabeza".
"¿Está s bien?" susurra Taura.
"El me dijo que me ama", susurro de vuelta.
Ella se aparta y mira a BJ. "¿Le dijiste que la amas y que aú n vas a
hacer que sea tu amiga despué s de la mierda que hiciste en mi
cumpleañ os?"
La miro ijamente, incré dulo. "Susurré eso por una razó n".
Me golpea con la mano con desdé n y mira a todos los demá s.
“¿Alguien aquı́ sorprendido de saber que Beej está enamorado de
Parks? Levanta rá pidamente la mano…” (“No”, “Es terriblemente obvio”,
“En realidad es de lo ú nico que habla”, “Realmente desearı́a que la
amara menos”, dicen todos al mismo tiempo).
BJ me mira, sus ojos está n ijos en los mı́os, sacudiendo la cabeza
ante la ridiculez de nuestros amigos.
El está sonriendo.
Y lo miro ijamente, tratando de parecer molesto, pero todo es mejor
con é l, todo es divertido, todo se siente especial, incluso ser su
estú pido amigo suena como el mejor momento de mi maldita vida, y
quiero ponerle mala cara, tratar de conseguirlo. que me abra las
puertas, pero se ve feliz y lo amo má s de lo que me amo a mı́, ası́ que
quiero que é l sea feliz má s de lo que quiero que yo sea feliz.
Ademá s.
Le doy una semana.
SETENTA

BJ

La mejor semana que he tenido en mucho tiempo, siendo su amiga otra


vez.
La llevó a jugar al golf. Impactante: ella es basura. Que es
exactamente lo que quieres de una chica que amas y con la que está s
tratando de tomarte las cosas con calma. La ayudé absolutamente con
su swing en cada hoyo, que era mucho má s de lo necesario.
Hemos vuelto al paso con demasiada facilidad.
Tomé un largo viaje hasta nuestra escuela el otro dı́a. No hay razó n
real, nos subimos al auto, manejamos hasta Kent. Realmente no hablé
de nada, solo disparando la mierda, que es algo que me hace sentir
diferente ahora.
La tranquilidad entre nosotros es otra cosa. No todo el mundo tiene
una facilidad como nosotros.
No es una relació n fá cil y no es fá cil estar con ella. Eso no es lo que
quiero decir, ella es una maldita pesadilla el 900% del tiempo, pero la
facilidad entre nosotros es probablemente una cosa ú nica en la vida. El
resultado del internado y los vı́nculos traumá ticos y su corazó n en mi
manga y el mı́o en su bolsillo trasero.
Me reuniré con Magnolia en Holland Park para cenar con su familia
en el nú mero 25 y, para ser sincero, me estoy cagando un poco. Jo me
dijo que Harley y Julian se llevaban muy bien. Harley le dijo que podı́a
casarse con ella si querı́a, lo que me parece una tonterı́a. Claro, sı́,
Harley ha sido un padre lojo, pero ¿quié n está enviando a su hija al
altar con un capo de una pandilla?
Un poco difı́cil de escuchar independientemente.
Su familia solı́a amarme, pero ahora (ademá s de Bridge) no sé en
qué me estoy metiendo.
Llamo a la puerta principal. Extrañ o. No he llamado a esta puerta
desde nuestra primera cita. Se abre y el rostro confundido de Magnolia
llena el marco.
"¿Golpes?" Ella me da una mirada. "Realmente te está s tomando las
cosas con calma".
Le sonrı́o, entro, agarro su muñ eca y la tiro hacia mı́. La chica de mis
sueñ os hasta los huesos.
Qué puto momento para estar vivo. Chica que amo en mis brazos, no
la he jodido, ella no se está enrollando con nadie con el ú nico propó sito
de destrozar mi jodida alma, y estamos parados en el vestı́bulo de la
casa en la que ella creció , abrazá ndola como yo solı́a cuando mi madre
me hacı́a volver a casa a veces y Parks no querı́a que me fuera.
“Bueno, esto es un cı́rculo completo”, dice Bridget mientras baja las
escaleras.
Parks suelta un pequeñ o suspiro y presiono mi boca en su cabello
porque todavı́a no la besaré y luego se aleja.
Paso un brazo alrededor de Bridge, siguiendo a Parks al comedor.
Muevo mi barbilla hacia ella. "¿Có mo es mi cali icació n de aullido
allı́?"
Bridget hace una mueca. "Difı́cil de decir."
Asiento, aceptando mi destino. "¿Algo que deba saber?"
Bridget asiente. "Nuevos BOTM's allı́-"
"¿Qué es eso ahora?" Parpadeo hacia ella.
“Novio del mes”. Parks gira sobre sus talones, poniendo los ojos en
blanco hacia su hermana.
—¿Arrie's?
“No, de Bushka”. Magnolia rueda los ojos.
Lanzarle una mirada. "No lo dejarı́a pasar".
"Este es bastante caliente, en realidad", le dice Bridget a Magnolia.
"Excelente." Pongo los ojos en blanco.
"Y joven." Bridget me mira.
Parks y yo intercambiamos miradas.
Entramos al comedor. Me encanta esta habitació n. Siempre tengo. Es
raro, no como nuestro comedor en casa. Mis padres provienen de
dinero, papá má s que mamá (el papá de papá fundó la cadena de
supermercados má s grande del Reino Unido, el papá de mamá era
abogado y su madre era una artista bastante reconocida), pero dinero
al in y al cabo. Pero aú n ası́, la forma en que crecimos fue muy
diferente. Mamá cocinaba todo, papá limpiaba despué s. El comedor de
casa se siente como un comedor familiar. Grabé mi nombre en la mesa
cuando tenı́a ocho añ os. Mamá lo guardó allı́. No dejaré que papá
consiga una mesa nueva.
El comedor aquı́ siempre me ha recordado esa escena de La Bella y la
Bestia donde está n comiendo en extremos opuestos de la mesa. Mesa
enorme, sillas enormes, sala enorme. Teatralmente opulento. Tienen
porcelana diferente para diferentes dı́as de la semana. Hoy es el set del
mié rcoles.
El favorito de los parques. Rosa Old Country de Royal Albert.
Me odio un poco por saber eso, pero ella ha parloteado sobre eso
durante añ os, me dijo que no serı́a nuestro mié rcoles sino nuestra
porcelana del domingo.
No puedo esperar a mis domingos con ella.
Harley se pone de pie cuando entro en la habitació n, extiende su
mano. "Está s de vuelta."
Asiento una vez, sonrı́o. “A largo plazo”.
Me quito la chaqueta (Burberry) y la tiro sobre la silla antes de darle
un beso a Arrie, luego a Bushka y luego a estrechar la mano del nuevo
novio. (Nathan. Rubio, parece un salvavidas. Muy joven.)
Me giro hacia Marte y hago una pequeñ a mueca. Su boca tira y
entrecierra los ojos hacia mı́ antes de tomar mi rostro entre sus manos.
Ella me mira pero los bordes son suaves.
“Nunca pensé que estarı́a feliz de ver tu cara, pero aquı́ estamos…”
Magnolia asiente, se sienta a mi lado. “Mi sexo con un capo de una
pandilla fue una verdadera revelació n para Mars. Las cosas podrı́an ser
mucho peores que tú engañ á ndome con mi mejor amigo y rompiendo
mi corazó n.
Miro a Parks y ella me da una sonrisa malcriada.
“Podrı́a ser peor, podrı́a ser mejor”, dice Marsaili, considerando esto.
"No podrı́a haberla engañ ado en primer lugar".
"¿Qué ?" me burlo —¿Y ahorrarte el viaje de tu vida en ese caballo
alto? Marte, nunca lo harı́a.
Lanzo una gran sonrisa y Harley me da una mirada de advertencia.
"Mı́ralo…"
Parks mira de su papá a Marsaili, señ alando a ambos.
"No amo esta amistad".
“Estamos casados”, le dice su papá .
"Bueno", Magnolia inclina la cabeza, "¿y tú ?"
"Sı́", dice Marsaili asintiendo al mismo tiempo que Harley dice:
"Literalmente, sı́".
Parks arruga la nariz. "Tal vez tal vez, té cnicamente, en algú n nivel,
está s casado-"
“El nivel literal”. Harley asiente. "Sı́."
Parks lo ignora.
"Es solo que a veces, cuando no estoy totalmente de acuerdo con
esto, me resulta má s fá cil categorizar su relació n en mi mente como
puramente amigos".
Harley me lanza una mirada, sobre todo divertida, un poco alarmada.
Presiona su lengua en su mejilla por un segundo antes de asentir de
nuevo.
"Sı́, pero cariñ o, en realidad estamos casados".
Parks se encoge de hombros felizmente. "Estoy de acuerdo en estar
en desacuerdo entonces".
Magnolia, querida. Su madre se inclina hacia ella. “Un vestido
espectacular, cariñ o. Me encanta, de verdad”.
"¡Vaya!" Magnolia se ilumina como lo hace, mirando en caso de que
alguien quiera acumular cumplidos. Bridget llama mi atenció n, me da
una mirada poco impresionada y aplasto una sonrisa. "¡Gracias! ¿No es
tan interesante?
Es un vestido. Bridget pone los ojos en blanco.
"Bridget". Parks frunce el ceñ o. “Es el vestido de cuero con recortes
festoneados de Chloé de su pasarela de otoñ o de 2021. Es
completamente hermoso”. Magnolia mira a Bridget como si fuera una
idiota. “Gabriela Hearst es una visionaria. Es tan simple pero tiene
guiñ os tan caprichosos al broderie anglaise…
“Esas son palabras inventadas”, le dice Bridget con una mirada de
mocosa en su rostro. Parks lo cumple.
“Bridget, eres má s lista que esto. Sabes que la moda es
increı́blemente importante y determinante. Ya es hora de que lo
aceptes por el importante papel que desempeñ a en nuestra sociedad”.
Bridget pone los ojos en blanco mientras se sirve má s vino. "¿Porque
te gusta esto? Como, ¿por qué te gusta tanto la ropa?
El rostro de Magnolia se pliega hasta fruncir el ceñ o un poco y exhala
por la nariz. De initivamente enojado, aunque ella no dice nada.
Entonces Harley se recuesta en su silla.
“Solı́a traerle ediciones de Vogue de cualquier paı́s en el que
estuviera”, dice, mirá ndola.
Ella lo mira ijamente, lo mira con furia, tal vez, parece que tiene
quince añ os otra vez y mi corazó n da vueltas como un trompo en mi
pecho porque la amo y se ve triste y esto es nuevo para mı́. ¿Sabes lo
raro que es aprender algo nuevo sobre alguien que conoces desde hace
veinte añ os? No tenia idea.
Ella mira a su padre como nunca lo hace, como si se preocupara por
é l, como si le importara una mierda que é l nunca lo hiciera, y se me
ocurre en algú n lugar en el fondo de mi pensamiento, como la forma en
que cae la nieve, en silencio sin que te des cuenta. , y luego miras detrá s
de ti y todo tu patio trasero, todo lo que creı́as saber, está cubierto de
blanco. Ella solo querı́a su aprobació n.
No es algo té cnicamente amigable, pero me estiro y le aprieto la
rodilla. Ella mira ijamente mi mano por un segundo antes de agarrar
mi pulgar y le da a su hermana una mirada que es una mezcla pesada de
tristeza, desafı́o y desprecio.
—Entonces, Nathan —digo en voz alta, manteniendo las cosas en
movimiento porque sé que ella querrı́a que lo hiciera. "¿Có mo os
conocisteis tú y Arrie?"
Nos conocimos en Ibiza. Sonrı́e a la habitació n. “Y fue amor a
primera vista. ¿Có mo podrı́a no estarlo?" El la mira ijamente. "Mira esa
boca".
Nathan parece no darse cuenta de que eso fue algo extrañ o de decir
frente al ex esposo y las hijas de Arrie. Para su cré dito, parece
completamente imperturbable que está saliendo con la ex esposa de
Harley Parks, quien está sentada allı́, luciendo molesta por su presencia
y levemente irritada por el aprecio de Nathan por los labios de su ex.
No puedo decir si son pelotas grandes o falta de conciencia, pero
hace que me guste un poco de cualquier manera.
“Ojos cerrados, labios cerrados…” Arrie le sonrı́e. (Magnolia hace un
sonido de mordaza a mi lado y le doy un codazo para que se calle).
“Pasé el resto de la noche bailando bajo las estrellas y entre las
sá banas”. Ella se rı́e.
"Madre." Bridget frunce el ceñ o.
Arrie simplemente lo mira con cariñ o, y me pregunto si le gusta un
poco de verdad.
Asiento con la cabeza hacia Nathan. "¿Cuá ntos añ os tienes, hombre?"
“Veintitré s”, me dice y luego toma un sorbo de su agua.
Harley casi se cae de la silla y la cabeza de Magnolia se tira hacia
atrá s.
“Dios mı́o, Arrie…” Harley la mira. "¿Veintitres?"
"¿Qué ?" Ella parpadea.
“Nuestras hijas tienen veintitré s…”
("En realidad tengo veinticuatro añ os, pero está bien". Magnolia se
encoge de hombros mientras Bridget asiente. "Veintidó s, pero sı́,
hagamos un promedio").
"¿Y qué ?" dice Arrie, luciendo cada vez má s molesta.
"Entonces, ¿qué tienes en comú n con un chico de veintitré s añ os?"
"Un montó n." Nathan se encoge de hombros.
Arrie le da a Harley una mirada de su iciencia.
Harley va a decir algo pero Bushka interrumpe—
"-No es tan malo." Bushka se encoge de hombros. “Salgo con una
chica de veintisé is añ os”.
Magnolia parece horrorizada. "¿Quié n?"
Bushka me señ ala. Marsaili pone los ojos en blanco.
“Te muestro muy buen tiempo.” Ella asiente y luego señ ala a Parks.
“Ella es tan pequeñ a que no sabe beber”.
Parks frunce el ceñ o.
“Bueno”, considero, “ella sabe beber bien. No sabe có mo sostenerlo
muy bien.
Parks frunce el ceñ o má s y le sonrı́o.
"Sé un buen amante". Bushka asiente y Magnolia escupe un poco de
vino.
("Guau". Bridget asiente mientras Mars niega con la cabeza. "Ya no
voy a poner vodka en tu jugo. No. No me importa cuá nto me pidas").
Le doy a Bushka una mirada juguetona. "¿Sabes que? Por muy
tentadora que sea la oferta, en realidad estoy enamorado de esta
chica… Deliberadamente no miro a Parks. “Y lo estamos tomando con
calma. Estimulá ndonos a nosotros mismos. Para ser honesto, nunca
habı́a sido tan bueno controlando nuestro ritmo”.
("Lo diré ", dice Harley en voz baja).
“Y es mi trabajo no bromear”. Le doy a Bushka una sonrisa triste.
"¿Có mo ha ido eso?" Bridget pregunta alegremente.
"Si bien." Asiento con la cabeza.
“—Ha pasado una semana”, interviene Magnolia.
“Hoy tuve una sesió n con unas chicas muy bonitas”, le digo a Parks
con orgullo. “Ni siquiera miré dos veces”.
"¿En realidad?" Bridget parpadea. "¿No miraste dos veces?"
"No."
"¿Có mo supiste que eran bonitas entonces?" Bridget pregunta y le
doy una mirada poco impresionada.
"¿Te gustarı́a algo de vino?" Magnolia pregunta en voz alta por
encima de su hermana, tendié ndole la botella a Nathan.
"Oh, no, gracias-" El niega con la cabeza. “No voy a beber durante el
mes de abril”.
Parks lo mira ijamente, con el rostro visiblemente confundido
mientras trata de procesar la informació n. "Pero... ¿eso ni siquiera rima
con 'seco'?"
"¿Le ruego me disculpe?" Nathan parpadea, confundido.
Harley y yo empezamos a reı́r.
"Hice Dry July una vez", anuncia Arrie, noblemente.
Y todos le dan diversos grados de miradas dudosas. Parks se tensa y
mueve sus ojos hacia mı́. Niego con la cabeza hacia ella sutilmente.
Se inclina hacia mı́ y susurra: "¿De verdad vamos a dejar que se
re iera al tiempo que estuvo en rehabilitació n como 'julio seco'?".
"Estamos." Le doy una mirada severa y trato de no mostrar en mi
rostro que estoy mareado con ella cerca de mı́ de esta manera.
Magnolia se aclara la garganta. “En realidad fue un septiembre”, le
dice a su madre secamente. “Despué s de un agosto muy, muy hú medo”.
Le doy un golpecito en el brazo y ella me mira con ojos que revuelven
la mierda y, joder, la amo.
Luché contra el impulso de no tomar su rostro entre mis manos y
besarla en el acto.
Recué rdame a mı́ mismo que tenemos que tomarlo con calma,
enrollar la holgura para no atragantarnos de nuevo.
Mi rostro se suaviza má s de lo que quisiera, pero me inclino y le
susurro: "A tu madre le gusta..."
El rostro de Parks frunce el ceñ o.
"¿Có mo lo sabes?" dice justo en mi oı́do.
Le doy un pequeñ o encogimiento de hombros. "Solo puedo decirlo".
Pero eso es mentira. Puedo decir por una razó n.
Las mejillas de Parks se sonrojan en un lugar especı́ ico cuando le
hago 'ciertas cosas', le digo cosas que hacen que su corazó n se vuelva
gracioso, toco su cara, presiono mi boca contra su oreja, lo ha hecho
siempre. Arrie tambié n lo hace.
Solı́a verlo en su rostro cuando Harley realmente le daba la hora del
dı́a. No creo que nunca la haya amado realmente, pero siempre me di
cuenta de que ella lo amaba. Amores, probablemente, si somos
honestos.
Despué s de la cena, llevo a las niñ as a casa.
Bridget pone los ojos en blanco mientras nos paramos abajo como
los idiotas idiotas que somos.
Meto mis manos en los bolsillos de mi chaqueta mientras estoy
frente a su apartamento, mirá ndola ijamente, haciendo todo lo posible
para no besarla. Ella cruza los brazos sobre su pecho. Tiene frı́o, no
trajo una chaqueta, ası́ que tendrı́a que abrazarla.
Parques antiguos.
La tiro hacia mı́ por la cintura y sus ojos se vuelven pesados de una
manera que conozco. Froto mis manos arriba y abajo de sus brazos,
calentá ndola.
“Siempre me ha gustado bastante con un raglá n”, me dice, tirando del
dobladillo de mi camiseta.
"¿Sı́?"
"Sı́." Ella asiente y luego sus ojos se pellizcan juguetonamente. "Me
encanta ser amigos, por cierto". Ella asiente. "Me encanta."
Le sonrı́o. "Mismo."
"Bueno." Ella asiente una vez y sigo frotando sus brazos.
“Genial, sı́—” Asiento de vuelta. "Es fá cil. Nunca pienso en ti sin tu
ropa puesta... nunca.
Aprieta los labios, tratando de no sonreı́r.
"¿Vas a subir?" pregunta con los ojos muy abiertos.
Hago un trabajo de mierda al no sonreı́rle cuando dice eso, niego con
la cabeza, rié ndome con la boca cerrada. "... Mmm, no".
Ella frunce el ceñ o. "¿Por qué ?"
Le doy una mirada. “Porque si subo me obligará s a quedarme”.
"¿Hacer que te quedes?" Ella me mira con las cejas altas. “Soy una
mujer pequeñ a e ine icaz”.
Inclino mi cabeza. Echale un vistazo.
"Tú ... eres la cosa menos ine icaz en mi vida".
Las mejillas hacen lo rosado. Eso la endulza un poco, aunque solo por
un segundo. Luego vuelve a hacer pucheros.
"¿Ası́ que no te vas a quedar?"
"No."
"Dijiste que lo harias."
Le doy una mirada. "Dije tal vez.'"
Ella frunce el ceñ o. "Entonces, ¿por qué no ahora?"
Pongo los ojos en blanco, le hago un gesto vagamente. “Porque tienes
cara”.
"No tengo cara", hace un puchero. “Quiero decir, bueno, tengo una
cara pero—”
Le doy una mirada. Tienes ojos de dormitorio.
Ella hace má s pucheros. “Estos son mis ojos normales”.
"Ellos no son." Le digo, a pesar de que lo son.
“Ası́ te miro siempre”, me dice y te digo, ahı́ mismo es la verdad.
Ademá s de la razó n por la que quedamos embarazadas en la escuela
secundaria.
Trago pesado.
“Me voy”, le digo.
"¡No!" Ella pisotea su pequeñ o pie.
Presiono mi boca en su frente.
"¿Desayuno mañ ana?" Ofrezco como una alternativa de mierda.
ella suspira "De acuerdo."
SETENTA Y UNO

BJ

Mi papá está en la junta directiva de una fundació n bené ica para la


pobreza alimentaria y todos los añ os organizamos esta gran gala para
que los donantes y patrocinadores recauden dinero.
Es un gran problema tanto en mi familia como fuera de ella.
Mi madre se derrite por completo todos los añ os en abril antes de
eso.
Parks y yo nos estamos arreglando en la casa de mis padres, lo que
me parece molesto y lleno de gente, pero a mamá y a mis hermanas les
gusta tenerla allı́ para vestirlas, lo cual ha hecho toda la tarde. Hubo
cierto caos sobre có mo el vestido de Jemima costaba £ 14,000 y el de
Madeline solo £ 8,000 porque Mads es un mocoso ası́. Parks ha estado
supervisando todo su cabello y maquillaje, amando el control. Está
mandando a todo el mundo y gritando sobre los colores que chocan y,
para citarla, "una espantosa falta de pigmentació n", pero me las arreglé
para mantenerme alejado de la mayor parte. Solo se arrastró
brevemente cuando Allie hizo llorar a Madeline porque la llamó "pecho
plano". No era una conversació n en la que quisiera participar, no era
una conversació n en la que quisiera tener que pensar. La mirada que le
di a Parks cuando dijo: "No, no llores, Madeline, tienes unos pechos
maravillosos, ¿verdad, Beej?".
Ası́ que ahora Henry y yo estamos jugando GTA 2022 con nuestros
esmó quines. Yo en Tom Ford, é l en Givenchy; ambos peinados por la
chica acostada a mi lado que todavı́a está en bata.
"Oye". Mi hermano le da un codazo y asiente con la barbilla hacia la
televisió n. "¿Esto te está dando lashbacks sexys del señ or del crimen?"
Ella lo mira desde su telé fono.
“El no era un ladró n de autos”. Ella rueda los ojos. “El no era un
ladró n en absoluto”.
Henry y yo intercambiamos miradas por encima de su cabeza. Ah
bueno, lo que ella no sabe no la matará .
"¡Magnolia!" Mamá lo regañ a, de pie en la puerta, con las manos en
las caderas mirando a Parks como si todavı́a tuviera quince añ os. "¡No
está s vestido!"
“Oh—” Parks golpea su mano con desdé n. "No yo se. Me gusta ser el
ú ltimo en estar listo, ası́ que cuando bajo las escaleras todos dicen: 'Oh,
guau, te ves tan increı́ble'. ¿Quié n está s usando? Eres tan bonita.'"
Henry comienza a reı́r, y desde otra parte de la casa, mi papá
tambié n. Me dirijo a ella.
"¿Crees que hay una alfombra roja aquı́?"
Mamá señ ala arriba. “Nos vamos en veinte minutos. Te mueves
exclusivamente a un ritmo lemá tico”. Magnolia hace pucheros pero cae
en oı́dos sordos con Lil. “¡Sube y vı́stete inmediatamente!”
Parks la obedece malhumorada, arrastrando sus pies hasta mi
habitació n. La sigo porque sé cuá l es mi papel aquı́.
Sea cual sea el vestido que lleve puesto, me necesitará . Ella habrá
elegido un vestido que necesita mi ayuda para ponerse. Y fuera de.
Viejos trucos suyos que espero nunca mueran.
Entro en la habitació n, mi habitació n de cuando era adolescente,
mamá la dejó como estaba. Todavı́a me quedo aquı́ a veces si Jo es
especialmente sospechoso.
Parks me ve entrar. Se quita la bata de los hombros y se acumula en
los tobillos.
Ella está de pie allı́ en nada má s que bragas. Cierro la puerta lo má s
rá pido que pueda, sostenié ndome contra ella.
Presiono mi mano en mi boca para mantenerla junta. Sus ojos son
divertidos.
"¿Qué ?" Ella parpadea intensamente. “Me cambio frente a mis otros
amigos todo el tiempo”.
“¿Qué otros amigos? Tienes dos amigas: tu hermana y Tausie.
"Y Henry", me dice.
Le doy una mirada. "¿Te cambias ası́ delante de Henry?"
"No, pero es mi amigo".
Pongo los ojos en blanco, trato de no mirarla. Lanzo una camiseta
mı́a y ella la esquiva, riendo, y mi determinació n se debilita.
“Magnolia Parks, te lo juro por Dios si no está s vestida cuando abra
esta puerta”, grita mamá desde el otro lado. Luego, sin esperar ni un
segundo, la abre de par en par y Parks se lanza detrá s de mı́.
"¡Mamá !" gruñ o.
"¡BJ!" Mi madre me da una mirada severa. "¿La está s distrayendo de
prepararse?"
"Sı́", Magnolia asoma detrá s de mı́, ansiosa por no recibir una bronca
de mi madre. Está siendo terriblemente molesto, Lil. Me tira camisetas
y me dice que no tengo amigos”.
“Fuera…” Mamá me mira mientras señ ala la puerta.
"¡Esta es mi habitació n!" Ruedo los ojos hacia ella.
“Ya no, cariñ o. Esta va a ser mi sala de manualidades, lo acabo de
decidir”.
"¿Lo es?" —pregunta Magnolia, asomando alegremente la cabeza a
mi alrededor. "¿Puedo ir y usarlo?"
—No te gustan las manualidades —le recuerdo—.
“Pero tal vez lo harı́a si hubiera un lugar para ello. ¿Qué tipo de
manualidades está s imaginando, Lilian? ¿Prensado de lores? ¿Quizá s
algo de fabricació n de velas?
Entrecierro los ojos hacia ella. “Te daré un milló n de dó lares si
puedes hacer una vela”.
"Muy bien, pantalones de sabelotodo". Ella me da una mirada. “Mejor
llama a Zú rich porque mañ ana hago una vela”.
"No, si no está s vestido en los pró ximos dos minutos, no lo está s".
Mamá la señ ala con un dedo de advertencia antes de cerrar la puerta.
“La ú nica noche del añ o en la que ella es un caso de cabeza total…”
Respiro, revisando mi re lejo de nuevo y aprovechando la oportunidad
de ver a Parks en el espejo.
Joder, ella es perfecta.
Empuje mis manos a travé s de mi cabello.
Abre la cremallera de un bolso grande que dice Giambattista Valli y
saca el vestido amarillo má s grande y esponjoso que he visto en mi
vida.
"¿Mataste a Big Bird para hacer esa cosa?"
Me mira como si le acabara de decir que maté a su madre.
"Este es el infame vestido de capas de tul amarillo crema de alta
costura de Giambattista Valli de 2017". Lo sostiene contra su pecho,
admirá ndose a sı́ misma. "Es el cielo."
Es un vestido bonito, le daré eso. Un poco como el de Bella de La
Bella y la Bestia .
Se da la vuelta, me sonrı́e todo perfecto y malcriado. Sabe que se ve
demasiado hermosa para ser una parte normal del mundo. Todos los
demá s en el planeta son una acera y ella es la lor que crece en la grieta.
Tomo una respiració n profunda, reprimo una sonrisa mientras la
miro ijamente.
"Mierda." Niego un poco con la cabeza.
"¿Qué ?" Ella parpadea.
Le doy una mirada. "Sabes que."
Ella me ignora y me muestra su espalda.
"¿Me levantas?"
Trago saliva y me acerco a ella. Pá rate má s cerca de lo que necesito,
pero lo necesito.
Cié rralo lentamente de abajo hacia arriba, una de mis manos
arrastrá ndola por la columna con la cremallera.
Una exhibició n olı́mpica de fuerza de voluntad, una medalla de oro y
un primer premio son cincuenta excusas para follar a esta mierda de
'amigos' y besarla.
Doy un paso lejos de ella. Tome un par de respiraciones profundas.
"¿Algo má s?" yo croar
Se da la vuelta y me mira, con ojos tı́midos. Se ha puesto rosa.
"Zapatos", apenas dice. Asiente con la cabeza hacia ellos en la
esquina.
Los agarro y le entrego la caja, pero ella no los toma. En cambio, hace
una risa nerviosa.
"Realmente." Frunce los labios. “No puedo agacharme con este
vestido”, me dice mientras levanta cuarenta y cinco toneladas de tul en
el aire y me encuentro con mi par de piernas favoritas en el mundo.
Le doy una larga mirada, sacudiendo la cabeza mientras me pongo
de rodillas lentamente.
jodeme exhalo
Ella levanta un pie y me deslizo en este zapato de tiras de color
amarillo brillante que está cubierto de mariposas. Hazlo hasta el
tobillo. Dejar caer mi cabeza en su pierna, gemir un poco. "Está s
tratando de matarme".
Ella se rı́e un poco, ebria de poder. Levanta su otro pie para mı́.
Empujo el otro zapato tan poco ceremonioso como puedo, lo subo
demasiado apretado solo para igualarme con ella y me pongo de pie lo
má s rá pido que puedo, poniendo un poco de espacio entre nosotros.
Darle la espalda, respirar fuerte. Recuerda todas las razones por las que
ser solo amigos es lo correcto por ahora.
En é l a largo plazo, me digo a mı́ mismo. Cuando apuramos las cosas,
las jodemos. Ella necesita con iar en mı́. Quiero ver que ella no necesita
estar con alguien—
¿Tal vez solo necesita estar conmigo?
La miro por encima del hombro, entrecerro los ojos, un poco jodido
porque es tan hermosa.
Molesto, en realidad. Un poco grosero.
Sacude mi cabeza. "A la mierda".
Y luego la apresuro. Levá ntala del suelo, empú jala hacia atrá s y en un
solo movimiento (porque todos los movimientos que tengo los aprendı́
en su cuerpo) la tengo en mi cintura, pegada a la pared.
Sucede tan rá pido. Conocemos el cuerpo del otro como tú conoces tu
camino alrededor de tu dormitorio en la oscuridad. Sé dó nde encontrar
el interruptor de la luz, sé qué rincones debo tener cuidado, sé dó nde
pisar para que crujen las tablas del piso.
“Toc, toc”, dice mamá , entrando una vez má s sin ningú n espacio
entre su toc, toc y la puerta que se abre.
"Oh mi." Sus ojos se disparan al techo.
Las manos de Parks está n literalmente debajo de mis pantalones.
"Uh, ¿está n ambos listos?" le pregunta a la unidad de aire
acondicionado.
"Sı́", resoplé , mirando a Parks con una sonrisa torcida. Su rostro está
congelado en una mezcla de deleite y horror.
Mamá asiente y sale de la habitació n, nunca habı́a mirado un
electrodomé stico con tanta atenció n en su vida. Cierra la puerta y
Parks se disuelve en un ataque de risitas en mi cuello, sostenié ndose
contra mı́ con fuerza.
La bajo de espaldas al suelo, sonrié ndole mientras lo hago.
Quiero decirle que la amo, pero en vez de eso, le empujo el cabello
detrá s de la oreja.
Ella me mira tı́mida, todavı́a sonriendo.
Me miro a mı́ mismo, me abrocho la bragueta y luego le sonrı́o.
“¿Está s listo para el viaje en auto má s incó modo de tu vida?”
Es un viaje insoportable al saló n de baile en Claridge's.
Mamá no puede hacer contacto visual conmigo o con Parks, lo que se
vuelve má s y má s divertido cuanto menos nos mira. Estoy
completamente fuera de mı́, doblado en dos en el auto de la ciudad
estirada, que por cierto odio, jodidamente, tan grosero. Pero a mamá le
gusta que lleguemos a estas cosas juntos.
"¿Qué pasó ?" Allie pregunta, frunciendo el ceñ o con curiosidad.
"¡No pasó nada!" dice Lily, incapaz de dejar de mirar por la ventana.
“Ella los encontró … ya sabes”, le dice papá .
"¡Hamish!" Mamá grita, morti icada.
Parks inclina la cabeza. “No é ramos exactamente…”
"Bueno, todavı́a no, de todos modos". Me encojo de hombros y mamá
deja escapar un grito abatido.
"Seguramente debes saber que tienen sexo, mamá ". Enrique la mira.
"Enrique." Mamá chasquea. "¡Por favor!"
“Han estado durmiendo juntos durante mucho tiempo”, interviene
Allie.
Me estoy riendo y Parks esconde su rostro detrá s de mi hombro.
Somos jodidos amigos basura esta noche.
"No ellos no han." Mamá está convencida, aunque sabe muy bien.
“Querida”, papá la mira, “Magnolia te dijo que estaba tomando la
pı́ldora cuando tenı́a 15 añ os”.
Mamá niega con la cabeza. "Ella ciertamente no lo hizo".
Ella ciertamente lo hizo. Cena del domingo por la noche, en la cocina:
Allie estaba allı́.
“Y tal vez lo necesitaba para su piel”, le dice mamá a sus uñ as, en
completa negació n.
“¿Piel, Lilian?” Parks la fulmina con la mirada. “Mi piel está radiante.
Siempre lo ha sido, siempre lo será ."
“Los vi hacié ndolo”, anuncia Madeline a nadie en particular.
"¿Qué carajo?" Parpadeo al mismo tiempo que Parks dice: "¡Oh, Dios
mı́o, Madeline!"
Parks la mira ijamente. "¿Cuando?"
Todos miran a Mads, bastante horrorizados.
"Oh, relá jate". Ella se encoge de hombros. “No es como si fuera un
maldito voyeur. Yo tenı́a unos trece añ os. Ası́ que estabas, ¿qué ? Mira
entre Parks y yo, pensando para sı́ misma. "¿Diecisé is? ¿De diecisiete?
De todos modos. Mamá y papá estaban fuera. Subı́ a buscar unas
paletas de la mesita de noche de mamá y lo estaban haciendo allı́
arriba”.
"¡¿EN MI CAMA?!" Mamá llora, con las manos en la cara.
"Bueno, en eso". Maddie se encoge de hombros, gesticulando con las
manos. “Como, encima. Como, no debajo de las sá banas ni nada.
Cierro los ojos, molesto con mi hermana. “Excelente, Madeline.
Gracias."
"¡EN! ¡MI! ¡CAMA! ¡Baxter James Ballentine! ¡En mi cama!" Mamá
sigue gritando.
"Adelante, mamá ". Le ofrezco una sonrisa y me rasco la nuca. "En."
“¡Hamish! ¿Está s escuchando esto? ¡En nuestra cama!
"No, lo siento, me lo perdı́, cariñ o". Papá se inclina hacia ella. “¿Fue en
la cama? ¿O en? Me lanza una mirada divertida.
Mamá me mira ijamente. "¿Cuá ntas veces has hecho eso en nuestra
cama?"
Parks frunce la boca y niega con la cabeza. “Solo una vez.”
Henry niega con la cabeza, con los pulgares en nuestra direcció n.
"¿Estos dos? ¿Está s bromeando? El ú nico lugar donde lo hicieron má s
que tu cama fue el pobre coche de Harley…
Magnolia balancea su embrague en la cabeza de Henry para hacerlo
callar.
Finalmente ( inalmente) nos detenemos en el lugar y es
probablemente lo má s feliz que he estado en añ os.
Parques con mi familia como si no hubiera pasado el tiempo.
Papá me da un golpecito en el pecho. "¿Supongo que tienes un plan
aquı́?"
Asiento con la cabeza hacia é l una vez. "Estoy jugando para siempre".
Me da un pequeñ o guiñ o. "Buen hombre."
Le ofrezco mi mano a Parks para ayudarla a salir del auto. Ella lo
toma sin pensarlo dos veces y luego lo sigue sosteniendo sin ninguna
razó n. Mı́ralo bailar en su rostro, recordando que somos 'amigos'. Mira
ijamente su mano en la mı́a durante unos segundos, se rı́e
incó modamente antes de retirarla.
Sacudo un poco la cabeza, sobre todo a mı́ mismo, porque ¿qué
diablos estoy haciendo?
"¿Haces eso con tus amigos?" me susurra mientras entramos. "¿Qué
está bamos haciendo en tu habitació n?"
Le doy una mirada. "No."
"Oh-" Sus cejas se elevan. "Que interesante."
"Dios, eres repugnante", dice Bridget, frunciendo el ceñ o a Magnolia.
"¿Quié n se parece a eso?"
“La mujer exquisita que te puso ese vestido rosa de seda con
cinturó n y escote en V de Carolina Herrera”. Magnolia le da una sonrisa
cortante.
Bridget levanta la falda de su vestido para mostrarme sus zapatos.
Air Jordan rosas. Los ojos de Magnolia atrapan los mı́os y le sonrı́o.
Mierda profunda para nosotros, su hermana en zapatillas.
"¿Có mo va ser amigos entonces?" Bridget nos pregunta, ingiendo
estar aburrida. Ella toma un gran sorbo de su vino y Henry lanza un
brazo alrededor de ella.
"Sı́, chicos". El sonrı́e. "¿Có mo te va siendo amigos?"
Bridge lo mira. "¿De qué está s siendo engreı́do?"
“Oh, nada—” Parks golpea su mano. “Lil nos vio a BJ y a mı́ casi
teniendo sexo, pero el momento pasó y volvimos a ser estrictamente
plató nicos”.
Magnolia parpadea sus ojos hacia mı́.
Bridget entrecierra los ojos. "¿Qué tan cerca?"
Parks entrecierra los ojos mientras piensa. "Pista de-"
“—No digas penetració n.” Enrique niega con la cabeza. "No lo digas."
"Penetració n", dice Magnolia solo para fastidiarlo.
Le lanza una sonrisa petulante.
Mi hermano inge secarse.
“Vintage ustedes dos. Vibraciones de Maserati. Agradable." Bridget
asiente.
"Ustedes dos se aman casi, ¿no?" Enrique suspira.
“¿Cuá nto vio Lily?”
“Oh, mira—” Saco dos champañ as de la bandeja de un mesero, le
paso una a Parks y me tomo la mı́a rá pidamente. “Má s de lo que quieres
que vea tu madre, sin duda”.
Puente entrecierra los ojos. "¿De qué estamos hablando aquı́?"
"Teniendo un poco de sequı́a, ¿somos Bridge?" Magnolia le pregunta
a su hermana.
Bridget le lanza una mirada sombrı́a y se acerca a la barra. Parks
corre tras ella, aú n no ha terminado de entrenar con ella.
Henry me da una larga mirada.
"Amigos, ¿eh?"
Aprieto la boca.
¿Han pasado, cuá nto, quince dı́as?
"Una jodidamente larga quincena, hombre".
"¿Has terminado?" pregunta, levantando las cejas. "¿Con esta mierda
de amigos?"
Niego con la cabeza hacia é l.
Me lanza una mirada y asiente con la cabeza hacia la barra.
Un tipo grande de nuestra escuela secundaria está charlando con
Parks.
Holden Carrick. añ o de julian
Hen y yo nos acercamos. Me deslizo detrá s de Parks. Extiendo mi
mano hacia é l. “Holden, hombre—”
Parece sorprendido de verme. “Ballentina”.
Mira de mı́ a Parks. "¿Eres?"
"No." Parks niega con la cabeza enfá ticamente. "Só lo somos amigos."
Y me caga. Me hace apretar el pecho. Jodidamente odio ser su amigo.
¿De quié n fue la puta idea de esto de todos modos?
"Vaya." Carrick frunce el ceñ o, mirá ndome, confundido. "Entonces,
¿puedo traerte un trago?"
"No." Ella niega con la cabeza antes de hacer un gesto hacia mı́.
“Dirige un barco muy estricto”.
El frunce el ceñ o má s, pero golpeo una sonrisa.
"¿Pensaste que dijiste que é l no es tu novio?"
"El no es." Ella niega con la cabeza. “Pero estamos enamorados, é l y
yo”. Gestos entre nosotros.
"Vaya." Frunce má s el ceñ o.
“Pero tenemos algunos rasgos tó xicos”, reconoce arrepentida y solo
quiero besarla. "La mı́a es que uso a los chicos lindos para lastimarlo, y,
en realidad, realmente está s en mi callejó n".
"Oh gracias." El asiente, un poco a irmado.
"De nada." Ella le sonrı́e. “¿Qué tan alto eres, de todos modos? ¿Seis y
uno?
"Parques". Le doy una mirada.
"Cierto, no, lo siento". Ella niega con la cabeza y me señ ala. “El en
realidad mide seis y tres y estamos enamorados y somos amigos
ahora, demostrando que podemos serlo, ya sabes…” Ella frunce los
labios, lucha por encontrar la palabra. "Normal."
“Esto se siente normal”, interviene Bridget sarcá sticamente.
“¿No es ası́?” Henry hace una mueca desde un lado.
Pongo los ojos en blanco hacia los dos.
"Bueno", Holden inclina la cabeza hacia ella mientras retrocede,
"llá mame si no funciona".
Pongo los ojos en blanco.
"Funcionará , compañ ero", le digo antes de mirarla.
Ella me mira ijamente, un poco desa iante y hermosa. "¿Có mo lo
sabes?"
Le doy una mirada, entrecerro los ojos un poco. Estamos en las
estrellas, Parks.
SETENTA Y DOS

Magnolia

Alguien publicó un video sexual de Christian y Vanna Ripley y está por


todo Internet. Y cuando digo que está en todas partes, quiero decir, está
en todos los medios de comunicació n, está en la portada de todos los
perió dicos, en TikTok, en Instagram, es tendencia en Twitter, todo.
Y Daisy no se lo está tomando bien, eso es lo que dice Christian.
Quiero decir, no hay sorpresas allı́. ¿De qué otra manera se supone que
debe tomarlo? Pero Christian me rogó que hablara con ella.
Ella no está respondiendo sus llamadas o sus mensajes de texto o
cualquier cosa. El dijo, y cito: "Ella tomó una hoja de tu libro de jugadas
y corrió hacia Romeo Bambrilla". A lo que dije. “Nunca he corrido hacia
é l, no sé a qué te re ieres” y luego todos los chicos (incluso Henry
(traidor)) gruñ eron, lo cual se sintió grosero pero como sea. No es
sobre mı́.
El video sexual es muy sexy, por cierto. Muy, muy sexy. Como, no veo
porno, no es para mı́. No es una industria que apruebe. Creo que no es
saludable y siempre he tenido una relació n muy estrecha con esos
muchachos acerca de la pornografı́a, pero lamento decir eso al hablar
de un video sexual con Christian, Bridget, Taura y yo reunidos en
silencio frente a la pantalla de mi computadora. y lo miré con una
especie de asombro aturdido, y me doy cuenta de que realmente me
perdı́ un gran momento con é l en esa capacidad, pero no necesito otro
leñ o en el fuego.
"¿Lo viste?" me preguntó por telé fono.
"¿Qué ?" Parpadeé . "Nada. No. Ahı́ — Pffft. Ni siquiera sé de lo que
está s hablando. ¿Qué video sexual?
Respiró , molesto. "Ası́ que lo viste".
Soplé un poco de aire de mi boca. “Bridget lo estaba viendo y lo vi
por una astilla de como…” y luego mi hermana se lanzó sobre mı́,
golpeá ndome sin piedad. (“¡MENTIROSA!”, gritó y la aparté de mı́. “¡Te
encantó !”, le grité de vuelta. “No fui yo quien dijo '¡mı́rale la espalda!'
ESPALDA.")
Magnolia... Christian suspiró con impaciencia. "¿Hola?"
Le quité el telé fono a mi hermana que chillaba y la aparté de una
patada. "¿Hola qué ? Lo siento, Bridget era solo... dios, la conoces. Tan
imposible a veces. De todos modos, ¿qué pasa?
Y luego dijo mis palabras favoritas: “Necesito tu ayuda”.
Christian fundamentalmente no entiende por qué o có mo Daisy está
enojada con é l. Y luego me enojé con é l cuando me dijo que no entendı́a
por qué ella estaba molesta por eso, y me enojé aú n má s cuando dijo
que le dijo que era, y lo cito directamente nuevamente aquı́, "solo
sexo". Pero luego fue a su casa por su propia voluntad y ella estaba en la
cama con Romeo Bambrilla.
“No hacer nada”, dice. Estaban sentados en la cama viendo una
pelı́cula. Y dije que tal vez ahora solo son amigos y ¿cuá l es el problema
con eso? Y luego lo comparó con BJ caminando hacia Christian y yo en
una cama juntos y dije: "No creo que le importe". Y Christian dijo: "Eres
un idiota". Y yo dije: "¡Eres un idiota!" Y é l dijo: "Está s tan privado de la
realidad que es una locura". Y yo dije: “¿QUIERES MI AYUDA O NO?” Y
luego dejó de decirme cosas malas.
Ası́ que estoy en una misió n de mantenimiento de la paz, parado en
los escalones de la entrada de los Haites, llamando.
La puerta se abre y Julian me mira. Su rostro cae en un ceñ o
juguetó n. No nos hemos visto desde entonces.
"¿Qué está s haciendo aquı́?"
“¿Qué está s haciendo abriendo tus propias puertas ahora?”
contraataco.
Suelta una carcajada y envuelve sus brazos alrededor de mı́ un poco
como solı́a hacerlo, con la barbilla en mi cabeza y todo. Me encuentro
exhalando un poco, como si tal vez lo extrañ ara un poco. O tal vez se
convirtió accidentalmente en un lugar seguro para mı́.
Se aleja para mirarme. "¿Está s bien?"
Asiento con la cabeza.
¿Has venido a verme?
Le doy una sonrisa de disculpa y niego con la cabeza.
"Ah". El asiente, a sabiendas. “Está s aquı́ en nombre del hombre con
má s streams en Gran Bretañ a”.
Reprimo una sonrisa.
Jules asiente con la barbilla hacia mı́. "¿Está bien?"
"Bueno, lo era". Asiento con la cabeza. "¿Y luego vino aquı́ a verla y la
encontró en la cama con Romeo?"
"¿Qué carajo?" Su cabeza tira hacia atrá s.
"¿Có mo no sabı́as eso?" Pregunto.
El niega con la cabeza. "¿Por qué ella-"
"-Oh, los conoces". Me encojo de hombros. “Son unos completos
idiotas”.
El asiente una vez. "Está n."
Lo miro con recelo. "¿Qué tan desprotegido está s?"
"Solo ocupado." Se encoge de hombros. "Con trabajo. Estoy bien."
"Bueno." Asiento, pero luego lo miro por un segundo má s. No se ve
muy bien. "¿Está s bien?" Le pregunto una vez que llegamos a su puerta.
Me mira ijamente durante unos segundos. "Sı́." Sonrı́e con una
sonrisa tensa. "¿Eres?"
Asiento con la cabeza.
"¿Ustedes dos idiotas de nuevo juntos?" Niego con la cabeza y su
cabeza cae hacia atrá s con exasperació n. "Magnolia-"
"¡Estamos trabajando en ello!" protesto.
El rueda los ojos y le sonrı́o.
"¿Me extrañ as?" Pregunto alegremente y su boca se tuerce. Creo que
tal vez veo algo pasar por su rostro, pero luego se arruga y niega con la
cabeza.
"No."
Parpadeo ante su rudeza. "¿Le ruego me disculpe?"
"No te extrañ o". El niega má s con la cabeza. Jodidamente feliz de
deshacerme de ti, en todo caso…
"Vaya." Frunzo el ceñ o un poco y tal vez mis sentimientos está n
heridos un poco, ası́ que lo empujo para pasar a su lado y llamar a la
puerta de su hermana antes de abrirla con cautela.
“Toc toc…” Me asomo y Daisy Haites me mira.
"¿Qué está s haciendo aquı́?" Ella frunce el ceñ o.
"Sé amable", le dice Julian por encima de mi cabeza.
"¿Por qué ?" Daisy se encoge de hombros, petulante. “Ella te dejó ,
¿recuerdas?”
El no dice nada, ası́ que miro a Julian, mis ojos se sienten tı́midos y
me pregunto si se ve un poco triste. Y el pensamiento traquetea en mi
mente solo por un segundo, pero me pregunto si tal vez he tenido má s
amores de los que sabı́a en esta vida. Por un momento me preocupa
que Gus tal vez tenga razó n.
Luego me sacudo todo y le doy una sonrisa agradable, con las cejas
levantadas.
Ella hace señ as hacia la puerta. "Puedes irte."
"Voy a suponer que esta hostilidad tiene má s que ver con el hecho de
que acabas de ver a tu novio empujar a otra chica y menos conmigo
personalmente..."
“Entonces eres un idiota,” me dice Daisy y Julian la señ ala.
"Cuidado", le dice con la barbilla y luego se aleja sin mirarme otra
vez.
Voy con cautela y me siento en el borde de su cama.
“Bueno…” suspiro, alisando la falda de mi vestido midi de encaje
plisado verde de Giambattista Valli. "Que semana."
Ella me parpadea.
"En primer lugar", le doy una sonrisa alentadora. "¡Felicidades! A
pesar de los persistentes rumores entre nuestros amigos de que
tuvimos sexo, NO lo hicimos y parece que é l es muy bueno en eso, ası́
que bien hecho… Me mira ijamente. “¿No es el momento? Vale, claro,
está bien… Niego con la cabeza. Una multitud tan dura. "Escucha, Daisy,
esos chicos son unos idiotas absolutos".
Ella me mira sospechosamente. "¿El te envió aquı́ para disculparte?"
“Sospecho que me enviaron aquı́ como difusor”. Le doy una dulce
sonrisa. “Tengo una presencia muy tranquilizadora”.
"De initivamente no lo haces", me dice y yo frunzo mucho el ceñ o.
“Bueno, mucha gente piensa que sı́”.
"No." Ella niega con la cabeza. “Literalmente nadie piensa eso”.
"Mucha gente-"
“—Nombra uno”, me dice.
"BJ". Le doy una mirada de su iciencia.
Eso se llama dopamina. Está drogado por amarte. Ella me da una
mirada molesta. “No hay nada tranquilizador en ti, eres obsesivo,
exasperante y raro”.
Soplo un poco de aire por la boca. "Bueno, acordemos no estar de
acuerdo con eso".
Recojo un trozo de algodó n suelto de mi vestido y luego pongo mis
manos delicadamente en mi regazo. "Tal vez me enviaron porque estoy
algo familiarizado con la sensació n de perder a la persona que amas
por otra persona, sexualmente, incluso si en realidad no la has
perdido".
"¿Qué ?" Ella rueda los ojos hacia mı́. "¿BJ tiene un video sexual en
algú n lugar por ahı́?"
“Bueno, no—” Aprieto mis labios. Aunque podrı́a hacerlo, supongo.
"Entonces no lo entiendes, ¿verdad?"
“Lo vi teniendo sexo con otra persona al menos una vez. Tuvo sexo
con mi mejor amigo. Se acostó con una celebridad muy guarra que dio
un relato muy vı́vido de ello. Lo he visto liarse con chicas en clubes, en
autos, en barcos, en aviones…” La boca de Daisy se abre un poco.
“Cuando le pregunté e hizo los cá lculos, sospechamos que la cantidad
de mujeres con las que ha tenido relaciones sexuales es de cientos”.
Su mandı́bula cae.
"Eso es gente". Asiento con la cabeza. “No tiempos. Lo que hace que
los tiempos se contabilicen en miles. Niego con la cabeza. Agı́talo como
si no me abriera de par en par y sié ntete como un veneno que corre por
mis venas.
Miro a Daisy y sus ojos está n llenos de lá grimas. Los mı́os tambié n lo
son un poco porque eso es exactamente lo que es: un tipo de dolor sin
palabras. Algú n tipo de traició n que va má s allá de las palabras, el tipo
de dolor que le da a la rodilla de tu corazó n una cojera que nunca puede
sacudirse del todo.
Frunzo los labios. “Entonces, ahora, entiendo que eso no es
exactamente lo mismo que un video sexual que se publica de tu novio y
su ex novia, pero creo que estoy en el vecindario”. Le doy una mirada
amable. "Daisy, ni siquiera puedo imaginar lo horrible que debe haber
sido para ti".
Me acerco y limpio las lá grimas de sus mejillas y luego coloco un
poco de cabello detrá s de mis orejas.
"Aquı́ está la cosa", le digo. “Todos esos chicos son innegablemente
estú pidos y demasiado arrogantes con respecto al sexo. Excepto
cuando está n enamorados… La miro. “De alguna manera han logrado
distinguir el sexo con otras personas del sexo con nosotros”.
Ella me mira, su labio inferior un poco tambaleante. “Parecı́a lo
mismo. El con ella. Se parecı́a a nosotros.
Suspiro, triste por ella.
"Tal vez lo hizo". Me encojo de hombros. “Pero no es lo mismo
porque é l nunca la ha amado, solo te ama a ti. Y para ellos esa es la
ú nica parte que cuenta”.
Se muerde el interior de la mejilla sin pensar.
“Vamos—” Asiento con la cabeza hacia la puerta. Te llevaré a verlo.
Ella asiente y se levanta de la cama. La observo, arrugando un poco la
nariz.
"Lo siento. ¿Vas a usar eso?”
SETENTA Y TRES

BJ

Entre a la o icina de Parks un viernes por la tarde. No he hecho esto en


añ os, pero siempre me ha encantado.
Como si recogerla fuera una declaració n pú blica de que es mı́a.
Le pregunto a la chica de la recepció n dó nde está la o icina de Parks y
me indica la direcció n correcta.
Algunos chillidos y me detengo para tomar algunas fotos en mi
camino. Hope Parks ve y es un regalo para enojarla.
Pero doy la vuelta a la esquina de su o icina y ella no está allı́.
Qué date ahı́ un minuto de todos modos porque estoy orgullosa de ella.
Ella siempre ha querido trabajar en la moda.
“Igualmente establecida, respetada e inaccesible como Anna
Wintour, pero menos gafas de sol”, era el objetivo profesional de
Magnolia en Upper Sixth.
Nunca supe lo que querı́a hacer, para consternació n de papá . Cayó en
lo del modelaje. Elite irmó con Parks cuando tenı́a trece añ os, lo hizo
durante un tiempo en la escuela secundaria, pero no le gustó . A travé s
de ella me icharon. Luego, lo de Instagram tambié n despegó . Nunca ha
sido algo consciente, solo algo que hice porque estaba frente a mı́.
Ganaba buen dinero, usaba ropa enferma, besaba chicas calientes.
Buen trato, de verdad. Pero a veces me pregunto có mo se sentirı́a saber
lo que quieres hacer. De lo ú nico que he estado seguro es de Parks.
Vuelvo al pasillo. Escucho risas en la o icina de Richard Dennen, sigo
el sonido, asomo la cabeza. Efectivamente, ella me mira, sorprendida
de que esté aquı́.
"Hola-" Ella se sienta un poco má s derecha.
Vestido de cuadros blanco y negro con mangas abullonadas, tacones
negros, diadema roja. Se ve como le fue en la escuela, cuando pensé que
no podı́a amarla má s de lo que lo hice en ese momento. La vida es ası́
de extrañ a, có mo te permite amar hasta el punto de quiebre, pero el
punto de quiebre son solo má s formas de amar a esa persona.
"¡Hola!" Dennen sonrı́e, se pone de pie y extiende la mano.
Ballentine, qué sorpresa.
Lo tomo, sonrié ndole. "Qué bueno verte, hombre".
"¿Simplemente de paso?" é l pide.
Asiento con la cabeza hacia Parks. "Vine a ver si este querı́a
almorzar".
"¿Cuidar a unirse?" Parks le pregunta alegremente.
"Ojala pudiera." Inclina la cabeza. "Recibı́ una llamada de Parı́s". El
mira entre nosotros. "¿Está n ustedes dos de vuelta?"
Magnolia deja escapar una pequeñ a risa y nuestros ojos se sostienen
por un largo segundo.
"En camino." Asiento con la cabeza.
"Vamos a tomar la ruta escé nica", le dice secamente.
El rı́e. "Feliz por los dos".
"No esté s demasiado feliz por nosotros todavı́a, Rich, todavı́a hay
mucho tiempo para que Beej vuelva a hacerlo". Ella se pone de pie,
alisando su vestido.
Se rı́e y me lanza un guiñ o.
Sı́guela fuera de su o icina.
"¿A dó nde me llevas?" Ella gira sobre sus talones para mirarme.
Me encojo de hombros. "¿A dó nde quieres que te lleven?"
"¿Má s o menos en el armario de suministros?" Ella me da una mirada
juguetona y yo me sonrojo. Niego con la cabeza hacia ella, tratando de
no reı́r.
Ella empuja su cabello sobre sus hombros.
"¿Me llevas a almorzar o a ir de compras?"
“A la mierda con eso—” le frunzo el ceñ o. "¿Dó nde está ese armario
de suministros?"
Se rı́e y me tira de la chaqueta hacia el ascensor. Una especie de
chaqueta camisera de ante marró n. Ella lo escogió . Salvatore Santoro.
“¿Có mo está n Christian y Daisy?” Ella me mira.
"Bueno." Asiento con la cabeza. "Mejor. Los arreglaste, lo hiciste.
"¿Sı́?" Ella me sonrı́e, contenta.
"Sı́." Asiento con la cabeza. "No usaste mi mé todo preferido de
deducció n para resolver ese caso, pero hizo el trabajo, supongo".
"¿Y ya no está triste?"
Niego con la cabeza.
"¿Y ya no está siendo un imbé cil?"
“No má s de lo habitual”. Sonrı́o y ella rueda los ojos.
Mews de Mayfair, ahı́ es donde vamos. Camine hacia Chanel despué s.
Ella está mirando la tienda, yo estoy comprando la tienda. Mı́rala con
má s atenció n que con una pelı́cula. Podrı́amos llamarlo recuperar el
tiempo perdido porque hemos perdido mucho pero nunca he dejado de
mirarla.
“¿Cuá ntos de tus amigos te llevan de compras?” Observo las bolsas
que ambos sostenemos.
"Oh, mmm... solo tú ". Ella se encoge de hombros. Y Enrique.
("Y a veces Christian, Jonah y Rush", dice en voz baja).
"¿Qué ?" La llamo con una risa. ¿Gus no te lleva?
"No", dice ella. Gruñ ó n por eso tambié n. "Lamentablemente no."
Dobla la esquina de Regent Street y luego se detiene en seco.
Se congela.
"¿Qué ocurre?" Choco contra la espalda de ella.
Ella está completamente quieta.
“Parques, ¿qué ?” Miro má s allá de ella y mis manos se convierten en
puñ os.
Paili Blythe está parada justo frente a nosotros.
“Magnolia…” Paili sonrı́e con cautela. Luego mira má s allá de ella. Me
ve.
"Joder", digo.
Parks es una estatua. Lo odio, odio có mo se ha ido. Puedo sentirlo en
ella, el miedo. Odio a mı́ mismo por ello. Que estar parada aquı́ en la
esquina de una calle concurrida en medio del dı́a en Londres conmigo y
su mejor amiga de la infancia es su peor pesadilla.
Yo le hice eso.
Ella podrı́a vivir con la traició n, y no digo que la mı́a sea peor, pero
tengo que vivir traicioná ndola.
Paili mira entre nosotros, con el ceñ o fruncido. "¿Habé is vuelto a
estar juntos?"
"Sı́", dice Magnolia a la defensiva, mirá ndola ijamente a los ojos y
enderezá ndose. Se mueve frente a mı́ como si me estuviera
protegiendo y tengo una oleada de amor por ella.
Da un paso má s cerca, engancha mi brazo alrededor de su cuerpo.
Una barrera entre ella y Paili.
"¡Eso es increı́ble!" Paili sonrı́e, miradas entre nosotros. "Estoy tan
feliz por ustedes dos".
El rostro de Magnolia vacila. "¿Qué está s haciendo aquı́?" Parques
niega con la cabeza. “¿Pensé que te habı́as mudado a Españ a?”
"Es el cumpleañ os de mi papá ".
Magnolia asiente una vez.
“En realidad esperaba encontrarme contigo…”, comienza Paili.
“—¿Cuá l de nosotros, Pails?” Magnolia pregunta bruscamente.
Los ojos de Paili caen un poco, miradas entre nosotros otra vez.
"Tú ", dice ella con una mirada a Parks.
"Bueno, no tengo nada que decirte". Magnolia niega con la cabeza.
Paili frunce el ceñ o. "Está n juntos de nuevo ahora, ¿qué signi ica-"
"-¿Asunto?" Parks salta.
Ella deja escapar un suspiro agudo que suena un poco como un grito
rá pido.
Abrá zala má s fuerte por si acaso.
Paili niega con la cabeza, parece cansada. “Magnolia, lo perdı́ todo
cuando salió eso…”
Soplo un poco de aire por la boca.
"¿Tú ?" Parks la mira ijamente. “Lo diste todo por una noche con mi
novio. Lo perdı́ todo." Sostiene mi brazo contra ella. "Tú me lo
quitaste".
Mi mandı́bula se aprieta, cuelga mi cabeza. Me odio a mı́ mismo má s
que antes.
ella suspira “Magnolia, yo—”
Parks la silencia con un movimiento de cabeza.
“Todas esas noches me quedé despierto, hurgando en mi mente,
tratando de adivinar quié n era. Yo acostado en tu regazo y llorando por
lo que me hizo… Y tú tambié n me lo hiciste”. Puedo escuchar que está
llorando en su voz ahora.
Ella niega con la cabeza, se limpia la cara con tanta rapidez que
prá cticamente se la golpea. Y me hiciste pensar que era Taura...
“Ese era Perry”, aclara Paili, sin sentido.
"Y no lo detuviste, ¿por qué ?" —pregunta Parks, enojado. "¿El forzó
tu mano?"
"No pero-"
"-No. Deja de hablar”, le dice Magnolia. Realmente nunca la habı́a
escuchado hablar con alguien ası́ antes. "No hay nada que puedas
decir".
Paili parece triste. Casi podrı́a sentir lá stima por ella si la situació n
fuera diferente.
"Magnolia, eras mi mejor amiga".
"Sı́, bueno, claramente no eras mı́a". Parks la mira.
Ella niega con la cabeza, sin entenderlo. Lo has perdonado... Me hace
un gesto.
¿Ella ha? No sé . La tristeza que lleva aquı́ en mis brazos se siente
demasiado espesa si me ha perdonado.
“El… es el amor de mi vida”, le dice Parks. "¿Tú ? Ya no eres nada para
mı́.”
La cabeza de Paili se tira hacia atrá s. "¿Có mo puedes decirme eso?"
“Tan fá cil como podrı́as hacerme eso”, escupe Parks.
Paili niega un poco con la cabeza. “¿Sabı́as lo que era ser tu mejor
amigo? ¿Crecer a tu lado? ¿La otra chica con Magnolia Parks? Paili se
chupa el labio inferior. Se encoge de hombros. No me mira cuando dice
la siguiente parte, mantiene sus ojos en Parks. “Yo tambié n lo amaba”.
El semblante fı́sico de Magnolia cae. Sié ntelo colapsar en mis brazos.
Un poco destrozado.
“El fue mi primer beso”, le dice Paili. Siete minutos en el cielo en el
armario de Jonah y nunca vio a nadie má s que a ti...
Eso es cierto. Eso es todo cierto.
Sabı́a que te gustaba, Pails. Le digo a Paili. Nunca debı́ besarte esa
noche en mi apartamento. Estaba jodido.
Paili sacude la cabeza desa iante. “No estabas borracho”, me dice y
creo que está buscando una razó n para pensar que yo tambié n la amo
un poco.
Niego con la cabeza hacia ella. "Diferente tipo de jodido". Ofré cele un
encogimiento de hombros. Siempre ha sido ella. Descanso mi cabeza
en la cabeza de Parks, trato de calmar su corazó n desmoronado.
La boca de Paili tira un poco.
Se ve triste, como si eso la lastimara un poco. Parece extrañ o que ella
no lo sepa ya. Parece triste que ella no se haya dado cuenta de eso ya.
Ella asiente.
“Fue un error”, le digo.
Ella asiente de nuevo. "Lo sé ."
"El error comenzó conmigo", le digo y Parks se pone rı́gido en mis
brazos, me abraza má s fuerte y algo en eso me hace querer llorar. “Lo
siento,” le digo a Paili.
Siento a Parks caer un poco má s en mis brazos. Como si la estuviera
desin lando en el acto.
“Magnolia…” comienza Paili.
“Por favor, vete”, le dice Parks, apenas.
Paili traga una vez. "Lo siento mucho", dice y luego se aleja.
Parks se aparta de mis brazos y camina delante de mı́. Coge las
maletas, trota tras ella. Toma un giro brusco hacia Burlington Arcade. El
pecho está agitado, la cara se ve pá lida. La tiro a un lado, tomo las
bolsas de sus manos. Sueltalos. Sosté n su rostro, encuentra sus ojos.
Lo siento mucho… Niego con la cabeza. “Parques. Lo siento mucho."
Me siento enferma. Su cara parece como si hubiera visto un
fantasma. Ella tiene, supongo. Sus manos está n temblando. La gente
está mirando. Quiero matarlos a todos. Lo ú ltimo que necesita es esto
en Internet tambié n.
De todas las formas en que Paili y yo la matamos, el hecho de que el
mundo supiera que la jodı́ con su mejor amiga fue probablemente la
parte que má s la dolió .
“Vamos…” Asiento con la cabeza hacia un taxi vacı́o, empujá ndola
hacia la parte trasera. “Park Lane, por favor”, le digo al taxista.
Vué lvete hacia ella. Me odio a mı́ mismo. No puede mantener los ojos
en alto, todos está n llenos de lá grimas. Empuje su barbilla hacia arriba.
"Parques". Niego con la cabeza hacia ella. "¿Qué puedo hacer?"
Respiració n entrecortada. Está mirando por la ventana, esos ojos
verdes ahora son todos azules.
“Dime que me amas”, dice ella. Ella ni siquiera puede mirarme.
"Te amo." Asiento con la cabeza. "Tanto, lo siento mucho".
“Y que no se trataba de mı́”.
Niego con la cabeza. No se trataba de ti.
Ella me mira. “Que no lo volverá s a hacer”.
“No lo volveré a hacer”. Sigo sacudiendo la cabeza mientras alcanzo
su mano. "Podemos detener esta mierda de amigos ahora".
Ella arrebata su mano hacia atrá s.
“Si sentiste que podrı́amos habernos detenido con la farsa de tus
estú pidos amigos, deberı́as haberlo detenido antes de que la vié ramos.
No quiero que cambie nada… Me frunce el ceñ o.
“Parques—”
"¡No! Ella no cambia nada. Ella me mira. “No puedes simplemente
hacerme ser tu amigo hasta que te apetezca y sacar una relació n como
una carta de triunfo para recuperarme cuando estoy triste”.
Eso me golpea en el pecho. Exhala lentamente.
Asiento una vez. Empuje un poco de pelo detrá s de la oreja.
"¿Qué necesitas para perdonarme?"
"Nada." Ella me mira rá pidamente antes de mirar por la ventana.
“¿Qué podrı́as darme que importarı́a? No puedes recuperarlo, ya está
hecho. Solo tengo que superarlo”.
Ella se encoge de hombros como si la idea de hacer eso fuera un
error en su hombro.
"¿Sabes como hacer esto?"
"No." Ella niega con la cabeza. “Pero te amo má s de lo que estoy
enojado contigo, ası́ que necesito resolverlo”.
ella suspira
No sé qué decir, ası́ que la agarro del cuello, la atraigo hacia mı́ y la
beso en la frente.
Ojalá pudiera besar su boca. Ya no quiero ser su amiga. He terminado
con eso.
No voy a pelear con ella en este momento, no quiero que piense que
lo superé solo por ver a Paili, eso la joderı́a un poco. Ella leyó eso, sé
que lo harı́a.
"¿Ya confı́as en mı́?" le pregunto
Ella frunce la boca. "No sé ."
Sostengo su cara en mi mano, la inclino para que me mire a los ojos.
Salgo tarde una noche… Levanto las cejas hacia ella. Má s tarde de lo
que dije que serı́a. ¿Có mo es tu espacio de cabeza en casa?
Ella frunce el ceñ o. "¿Por qué no estoy contigo en primer lugar?"
Le doy una mirada. "Porque confı́as en mı́ y puedo salir solo por la
noche".
"Derecha." Ella asiente pero parece insegura.
"¿Derecha?" Pregunto, con las cejas levantadas.
Ella hace una pausa. "Seguro, creo."
“Parques…” suspiro. "Tienes que con iar en mi. Nunca vamos a
trabajar si no lo haces”.
“La con ianza se gana, BJ”, me dice en voz baja, con la nariz en el aire.
¡Y me lo ganaré ! Me lo he estado ganando. Lame mi labio inferior,
sacude mi cabeza. “Joder, te he abrazado y protegido desde que era un
niñ o. Luché contra un puto capo de la pandilla por ti. ¿Qué necesitas
para que vuelvas a con iar en mı́?
"¿Un borrador má gico?" Ella me ofrece una sonrisa triste.
Yo suspiro. Pasa mis manos por mi cabello. Muevo mi barbilla hacia
ella. "¿A qué te dedicas? ¿Cuá ndo llego a casa despué s de esa noche
accidental?
"¿Por qué llegas tarde?" Ella entrecierra los ojos.
“Jonah… Se cayó sobre una mesa en un bar y se abrió la barbilla”.
"¿Por qué no me llamaste?" pregunta, sospechosa.
“Porque rompió mi telé fono al caer”. Me encojo de hombros.
Sus ojos pinchan. "¿Por qué no me llamaste al telé fono de otra
persona?"
“Porque no sé tu nú mero de memoria”.
"¿Por que no?" Ella frunce el ceñ o.
"¡Mierda!" Bufo una carcajada. “Porque soy normal. Magnolia,
necesito que confı́es en mı́. Necesito que confı́es en mı́ má s de lo que
necesito que me perdones.
Ella asiente.
“Confı́o en ti”, me dice en voz baja.
"¿Sı́?"
"Sı́." Ella frunce el ceñ o, asintiendo una vez mientras trata de
convencernos a ambos de que lo dice en serio.
Jo
17:38

Oye

Solo te digo que mamá está en el hospital.

Mierda hombre. ¿Está ella bien?

No sé . Dirigié ndome allı́ ahora.

¿Qué sucedió ?

Accidente.

Mierda.

Quiere que vaya

no

actualizarte pronto

Lo siento hombre.

Te amo

si necesitas algo

XX
SETENTA Y CUATRO

Magnolia

Tal vez deberı́a haberlo olido en el aire. Problema.


¿Despué s de Paili? ¿Có mo no iba a hacerlo?
Eso arrojó una llave inglesa en las obras de mi corazó n. Me hizo odiar
a BJ de nuevo. No lo he hecho en mucho tiempo. Amarlo tomó el asiento
del conductor.
Tomé un añ o de malas decisiones cuando lo odié a é l ya Paili por lo
que me hicieron. Una vez que me di cuenta de que solo odiaba a BJ
tanto como lo hacı́a porque lo amo tanto como lo amo, continué
tomando algunos meses má s de decisiones malas (y posiblemente
espectaculares) con Julian, y eso requiere todo mi ser. -control de no
volver corriendo allı́ mismo, porque podrı́a.
¿Có mo me miró la otra semana cuando fui a visitar a Daisy? Yo
podrı́a.
Pero no lo hago y no lo haré . Porque amo a BJ má s de lo que quiero
que yo esté bien, y eso es nuevo, creo. Progreso, dirá n algunos.
Por ahora creo que solo diré que me está matando.
Ver a BJ y Paili cerca el uno del otro fue como si me derribara una ola
y no pudiera regresar a la super icie a patadas.
Me hizo sentir estú pido.
¿Durante cuá ntos añ os habı́a estado frente a mı́ claramente y no lo
veı́a?
Habı́a pistas. Puedo ver eso ahora cuando pienso en ello, cosas que
ella harı́a y dirı́a cuando estaba borracha, como có mo se irı́a con é l.
Pero nunca fue abiertamente sexual, no muy diferente de có mo era yo
con los otros chicos. Chicos que solo eran lugares seguros para mı́.
Pensé que BJ era un lugar seguro para ella.
Nunca pensé , bueno, ya sabes lo que nunca pensé .
Odio sentirme estú pido. Odio en particular que no seamos solo
nosotros tres los que lo sabemos. Durante añ os Jonah lo supo, durante
añ os Perry lo supo. Y luego, despué s de esa noche en el Rosebery, todos
lo supieron. El mundo entero consiguió un asiento de primera ila para
descubrir que las dos personas que amaba má s que a nada no me
amaban lo su iciente como para no hacer eso.
Tuve ataques de ansiedad por eso. Los malos. Los tipos por los que
te llevan al hospital. Por lo general, por la noche, generalmente despué s
de haber estado con otro chico, tratando de no pensar en lo ú nico en lo
que pienso. Tom, Rush y Jack-Jack, todos ellos tuvieron que llevarme al
Monte Sinaı́ al menos una vez. Rush un montó n de veces, en realidad.
Amo a BJ má s de lo que quiero tener el derecho de estar enojado con
é l, y quiero estar con é l, como es debido, siempre. Sé que para que eso
suceda, el perdó n y la con ianza deben suceder.
Y en realidad, sinceramente, pensé que ya lo habı́a hecho.
Estú pido, lo sé , porque nunca fue consciente. Un dı́a dejó de ser lo
primero en lo que pensé , dejó de ser esa cosa que se asentaba en mi
garganta como un trozo de pan seco que nunca podı́a tragar
correctamente.
Eso solo sucedió cuando lo volvı́ a ver.
Un rostro ası́ lava multitud de pecados, cré eme, yo he cometido
muchos con é l y é l ha cometido muchos conmigo. Esa cara los cubre a
todos. Sus ojos frı́os son como una compresa frı́a en mi mente atareada
y curiosamente masoquista.
Pero luego la vi y todo lo que pude ver fue a mi viejo amigo, que vio a
mi novio, mi persona, mi amor de mi vida, desnudo. Ella pasó sus
manos por su cabello, lo tenı́a dentro de ella. Y é l, su boca
arrastrá ndose sobre su piel, sus ojos cerrados con fuerza mientras é l
empujaba dentro de ella como empujarı́a dentro de mı́.
Vomito de nuevo. Vomito cada vez que pienso en ello. Esto es lo que
BJ me hace. Esto es lo que me hace amarlo. Me arruina. Me vuelve
estú pido, hace que mi cuerpo actú e como si estuviera roto.
"¿Tal vez deberı́as quedarte en casa?" Taura me dice.
Alguna noche por algo en uno de los clubes de Christian, realmente
no quiero ir yo mismo, pero qué , con su madre en el hospital y ellos sin
querer que hagamos nada por ellos, creo que lo menos que puedo hacer
es aparecer. a sus eventos cuando me lo pide.
Me encanta Rebecca Barnes. Nunca olvidaré el secreto que guardó
para mı́ todos estos añ os. Siempre estaré agradecido por ella. Christian
y Jonah parecen extrañ amente tranquilos. Bridget dice que es por su
hermana, que solo está n internalizando cosas, pero los chicos Hemmes
siempre han sido é picamente estoicos.
Niego con la cabeza hacia Taura, aunque creo que probablemente
tenga razó n. A nivel personal quizá s deberı́a alejarme de é l. A nivel
relacional, necesito estar allı́.
Ademá s, con toda honestidad, he evitado a BJ desde ese dı́a con Paili,
lo cual es malo de mi parte, pero lo estoy intentando. He respondido a
sus llamadas, he respondido a sus mensajes de texto. Estoy tratando de
no usarlo, tratando de que no nos retrase diecisé is meses. Si no voy, sé
que se preocupará , o algo peor.
No quiero que se preocupe y de initivamente no lo quiero peor.
Ası́ que me puse el minivestido de crepé con lentejuelas y encaje con
hombros descubiertos de Saint Laurent y me calcé los zapatos de tacó n
de saté n negro de Dolce & Gabbana con adornos de pedrerı́a. Ponte el
abrigo de mezcla de cachemir y lana a cuadros en blanco y negro de
Valentino y eso deberı́a decirte todo lo que necesitas saber sobre mi
espacio mental. No necesito que me mantenga caliente esta noche.
Incluso si necesito desesperadamente que me abrace.
Hen se ofrece a recogerme. El sabe. Yo no le dije, ası́ que supongo que
Beej lo hizo. El no lo menciona, todo el camino hasta allı́.
"¿Está s bien?" pregunta en nuestro camino hacia arriba.
Le doy un vago encogimiento de hombros y é l me da un abrazo.
“Oye—” BJ se mete en mi lı́nea de visió n cuando llegamos.
Ojos má s pesados de lo que me gustan, agobiados por sus
preocupaciones sobre mı́, mejillas rosadas. Está nervioso.
Lleva una chaqueta camisera con el logo bordado de Pleasure y los
á ngeles traviesos en la parte trasera, una camiseta gris piedra de
manga corta con el logo estampado de Balenciaga y unos pantalones
holgados negros Iron de Axel Arigato. Guapo como siempre es y tal vez
extra porque esa camiseta hace que sus ojos sean má s verdes.
Envuelve sus brazos alrededor de mı́, se siente nervioso mientras lo
hace.
Se aleja, me mira de nuevo, parece preocupado. No quiero que se vea
preocupado.
Hago mi mejor esfuerzo para sonreı́r convincentemente. Trato de ser
má s ino de lo que siento. Trate de no sentir a Paili interponié ndose
entre nosotros, pero no puedo del todo, ası́ que tomo un gran trago.
Beej anda a mi alrededor, pero ¿qué puede hacer? Somos amigos.
No sé por qué somos amigos y sé que somos malos en eso, y aunque
hay ciertos aspectos de é l en los que me resulta difı́cil con iar, confı́o en
que solo estarı́a haciendo todo este iasco de amigos si fue por una
razó n, ası́ que aunque no lo entiendo, lo estoy intentando. Tratando de
respetarlo o lo que sea.
Una expresió n externa de la con ianza interna que mentı́ acerca de
tener.
Si pudié ramos besarnos, todo esto desaparecerı́a.
Todo se nos va cuando nos tocamos, pero los abrazos no cortan con
esto. Necesitamos una recalibració n completa. Me quité toda la ropa,
sus manos sobre mı́ hasta que volvimos a estar sincronizados, pero de
nuevo se me pasa por la cabeza que sus manos estaban sobre Paili y me
levanto y camino hacia el bar. Esta vez no me sigue.
“Está bien”, dice una voz profunda y un par de Timberland negros a
mi lado. "¿Qué diablos está pasando con ustedes dos?"
Miro a Julian Haites y pongo los ojos en blanco.
"Oh, ya sabes lo que dicen: golpea mientras el hierro está ... tibio".
Me mira sin impresionarse, mete las manos en los bolsillos de su
chaqueta bomber de mezcla de lana con paneles de cuero Hayes de
Golden Bear. Sué ter crema de cachemira con media cremallera de
Brunello Cucinelli debajo. El se ve guapo. Me siento culpable por pensar
eso. Estoy seguro de que no deberı́a, ası́ que me encojo de hombros.
"Nada. Lo estamos resolviendo”.
Julian levanta una ceja y mira a Beej, que nos observa con el ceñ o
fruncido. Se ve intranquilo.
"¿Averiguando?" Jules mira de Beej a mı́. "Me acaba de decir que solo
sois amigos".
Me siento avergonzado. Niego con la cabeza. “Es un té rmino vago”.
"Oi", Julian acerca su cabeza a la mı́a de lo que necesita, "No dejé de
tener el mejor sexo de mi vida para que pudieras irte y ser amigo de
Ballentine". Le doy una mirada y é l me la devuelve con irmeza. “Te
mereces má s, Parks”.
—Julian... —suspiro. "¿Qué está s haciendo?"
"Nada." Se encoge de hombros, inocente. Como si hubiera sido
inocente un dı́a en su vida.
"No te gusto ası́, ¿recuerdas?" le recuerdo "Tu nunca tienes. Aliviado
de librarse de mı́. Le doy una sonrisa tierna porque eso realmente hirió
mis sentimientos, pero no importa. “Lo amo… creo que hice un mal
trabajo mostrá ndole eso”.
Julian levanta un poco la barbilla y asiente. Y é l tú .
Lo miro, mis ojos pesados.
“Mı́rate…” Me hace un gesto. "Esa cara de estú pido que tienes, ¿quié n
no está contigo si puede estarlo?" Pongo los ojos en blanco y miro hacia
otro lado, pero su cabeza se agacha detrá s de mı́. Hablo en serio, Tiges.
¿A qué está jugando?
Suspiro porque no lo sé .
En realidad no lo hago. Esa es la verdad.
No sé por qué somos amigos, no sé por qué le costó vernos tristes a
Paili ya mı́ para decir que podı́amos ser má s que eso. Y creo que Julian
lo sabe porque me conoce. Má s de lo que desearı́a que hiciera, tal vez.
Creo que estuvo prestando má s atenció n de lo que pensé todo el
tiempo, y no tengo tiempo para racionalizar lo que eso realmente
signi ica en este momento, porque por cuadragé sima quinta vez este
añ o, siento que está n tirando de la alfombra. fuera de debajo de mı́.
Trago saliva y apenas lo miro a los ojos.
"No sé ." Mi voz es má s suave de lo que desearı́a porque las cejas de
Julian se hunden y su mandı́bula se tensa.
"¿Está bromeando?"
"No." Le doy una mirada cruzada.
"¿Có mo lo sabes?" Jules pregunta un poco con la barbilla.
“Simplemente no es—” Niego con la cabeza una vez. "Sé que no lo
es".
Julian huele una carcajada, niega con la cabeza, me mira con los ojos
entrecerrados. "Sé que te hace enloquecer y esa mierda, pero Parks,
honestamente, si te ama como dice que lo hace, ¿por qué diablos no
está contigo?" Se encoge de hombros una vez. "Tienes que preguntarte
eso".
Tiro mi bebida y me alejo. Por el pasillo hacia la o icina de Christian.
Necesito un minuto para llorar un poco, probablemente vomitar de
nuevo. No lo quiero en cá mara. No quiero que Paili vea que me ha
sacudido.
Abro la puerta de la o icina de Christian. Có digo PIN: 6969. Igual que
su iPhone. Estú pido.
Me siento en su escritorio durante un total de cuatro segundos antes
de que BJ irrumpa.
"¿Qué te dijo?" pregunta, cerrando la puerta detrá s de é l.
"Nada."
Levanta las cejas. no lo compra
“No fue nada…” Niego con la cabeza.
"¿Nada?" el repite. Su voz es aguda.
Lo miro con ojos de pelea.
“Nada que no estuviera pensando ya.”
El asiente hacia mı́ una vez. "Continú a entonces".
Me pongo de pie de un salto.
"Ya superé esta mierda, Beej".
"¿Qué mierda?" Parece molesto.
“¡Ser tu amigo! No soy tu amigo… Niego con la cabeza. Nunca he sido
tu amigo. No quiero ser tu amigo. ¡Prá cticamente tuvimos sexo la otra
noche! Es una mierda. Lo que sea que esté s diciendo es una mierda. Ya
no te creo.” Mi voz se hace má s fuerte y mis inseguridades son como
grietas en el barniz de nosotros. “Nada de lo que dijiste es sobre mı́,
nada de esto se trata de que confı́e en ti. Eso es una mierda.
Simplemente no está s listo para comprometerte conmigo o…
“—Eso viene de é l,” interrumpe, señ alando la puerta. "Eso no viene
de ti".
"¿Está equivocado?" Arqueo una ceja y su cabeza se tira hacia atrá s.
"¿Está s bromeando?" El parpadea. "Magnolia, eres lo ú nico con lo
que me he comprometido en toda mi vida".
"Entonces, ¿qué estamos esperando?" Muevo mis manos en el aire,
exasperado. “Dije que te perdonarı́a. Dije que con iarı́a en ti.
Y, es cierto, la medida de esos es quizá s menor de lo que cualquiera
de nosotros pensó originalmente, pero de todos modos. El niega con la
cabeza.
"Sı́, pero verá s, la cosa es, Parks, que no confı́o en ti", me dice, con la
cara completamente seria.
Lo miro ijamente. "¿Qué ?"
Presiona sus manos en sus ojos y luego me mira.
"No confı́o en ti, Magnolia". Se encoge de hombros. “No se trata solo
de que tú y tú puedas con iar en mı́, cosa que no haces, por cierto.
Obviamente. Se trata de mı́ y de có mo yo tampoco confı́o en ti”.
Parpadeo un par de veces y siento un poco como si me hubiera
abofeteado.
“Te fuiste”, dice con la barbilla. “Dijiste que me amabas, dijiste que
me perdonaste, dijimos que eso era todo, eso era todo para mı́, estaba
todo adentro, hecho. Juego terminado. Terminé de joder, terminé de
jugar, toda la mierda con las chicas y las iestas y las drogas, terminé
con eso y luego te fuiste… Me mira con ojos adoloridos.
Cruzo los brazos sobre el pecho, sintié ndome atacada. “Porque no
pude mirarte cuando descubrı́ toda la verdad”.
"Lo sé , Parques". El niega con la cabeza. "Lo entiendo. Entiendo por
qué te fuiste, pero cuando dije que era para mı́, lo decı́a en serio. Y
pensé que lo decı́as en serio tambié n. Se encoge de hombros, sus ojos
se ven hú medos y desearı́a poder alcanzarlo, pero no sé lo que somos.
"Pero te fuiste."
Se ve tan triste. Muy triste. Del tipo en el que me aplasta pensar que
lo causé , y se me ocurre por primera vez que hay dos personas
traicionadas en esta habitació n.
Se muerde el labio inferior. “No eres la ú nica aquı́ cuya con ianza ha
sido rota, Magnolia”.
Mi sentimiento de tristeza por é l se ve superado por la indignació n
en mi pecho porque piensa que lo que hizo y lo que hice yo son
comparables, y aunque quiero sostener su rostro entre mis manos y
besarlo, no lo hago. Lo miro ijamente en su lugar.
"No es lo mismo."
—No, sabes qué … Me da una mirada que no me gusta. “No es lo
mismo, Parks. Creo que lo que hiciste es peor. Porque me follé a Paili
una vez. Y saliste con mi mejor amigo, saliste con mi patinador
favorito, saliste con mi maldito hé roe de la infancia y luego, para
redondearlo, saliste con mi né mesis.
"El no es tu né mesis", le digo. no sé por qué
Sus ojos me pellizcan. "Eres lo peor, Parks". Mi cara cae. “Y te amo, y
siempre te amaré , pero vete a la mierda por eso”. El niega con la cabeza
hacia mı́. "Y no confı́o en ti para una mierda".
Creo que se arrepiente de decirlo en el momento en que sale de su
boca. Le sobreviene esta idea de que el disparo que hizo hizo contacto.
Me siento respirando. Eso nunca es una buena señ al. No lo siento
porque estoy atento, lo siento porque estoy perdiendo el control.
“Parks…” Se acerca a mı́, frunciendo el ceñ o.
Empujo má s allá de é l. "No me toques".
Me agarra por la muñ eca y lo empujo.
—Dije que no me toques—— Lo miro con furia.
Sus ojos está n en carne viva y le pido a Dios que estos sean solo los
problemas iniciales de aprender a con iar el uno en el otro
nuevamente.
Deja escapar un suspiro que es demasiado triste y demasiado
pesado para que no lo olfatee.
Me limpio los ojos porque de ninguna manera voy a dejar que me
toque.
El no aparta la mirada de mı́ y puedo ver en el cielo de sus ojos un
pequeñ o avió n que pasa volando con una pancarta detrá s que dice: "LO
SIENTO, PERDONAME".
Escribo en la arena del desierto entre nosotros que yo tambié n lo
soy y ya lo extrañ o. Mientras doy un paso hacia la puerta, me pregunto
qué tan lejos llegaremos esta vez antes de sentir nuestro camino de
regreso alrededor de la oscuridad de todo de regreso el uno al otro.
Está má s lejos de lo que pensaba, porque me giro para irme y me
deja.
SETENTA Y CINCO

Magnolia

Hablo de lo que me dijo BJ durante el siguiente dı́a y medio. Un dı́a y


medio parece demasiado tiempo para que no hayamos hablado,
considerando todas las cosas, pero no quiero ser el primero en ceder
porque todo lo que dijo fue muy malo. Incluso si fuera cierto. Si es
verdad, lo empeora.
Odio la idea de traicionarlo, que é l piense que lo hice.
Es extrañ o para mı́, y no sé qué dice de nosotros como personas, que
sintiera que dejarlo era una traició n igual a tener sexo con otra
persona. Siento que he traicionado a Beej antes, por cierto. No creo que
sea perfecto: he sentido esa sensació n pegajosa, pegajosa y de arenas
movedizas de que le estoy haciendo algo malo a la persona que má s me
importa cada vez que tuve relaciones sexuales con alguien que no sea
é l. Podrı́a haberse vuelto má s y má s pequeñ o cada vez que lo hacı́a con
esa persona especı́ ica. Julian era bastante experto en calmar la
retó rica de mi corazó n de que el sexo era algo solo para Beej y para mı́,
y lo harı́a cada vez má s a menudo como é l solı́a hacer, como si actuara
como si é l fuera un puente de regreso a é l. Trate de sentirse má s cerca
de BJ de esa manera, pero nunca funcionó . Simplemente lo extrañ arı́a.
No sé cuá ntas veces a lo largo de nuestras vidas nos hemos jurado
amarnos para siempre y, para ser justos, ambos hemos sido ieles a
nuestra palabra.
Nunca he dejado de amarlo. Puede que sea un corredor, pero siempre
lo he amado.
Puedo ver la traició n en la partida, entender có mo ha llegado allı́.
Có mo ha aprendido a no con iar en mi palabra... aunque mi palabra es
buena, lo prometo. Amaré a BJ Ballentine hasta que muera, de forma
irreversible, pero é l no puede prometerme que no me hará dañ o, ası́
que no sé có mo prometerle que me quedaré .
"¿Qué tan malo es?" Bridget me pregunta mientras me detengo
frente a Bala Baya. Restaurante de Oriente Medio en Southwark.
Silencio mi telé fono cuando comienza a sonar.
Estaba aquı́ almorzando con amigos de la universidad y querı́a que
me dijera que todo iba a estar bien porque podrı́a creerlo si me lo dice.
Realmente no puedo decirte por qué la estoy recogiendo del maldito
Southwark, como si fuera su propio conductor personal, un poco
molesto porque en realidad tiene su propio conductor personal,
simplemente se niega a usarlo.
Yo, en cambio, soy prá cticamente un pobre, con Simon de vacaciones
anuales. Estoy arrastrá ndome como una persona normal en mi Aston
Martin DBS Superleggera blanco. ¿Qué tan molesto es conducir usted
mismo?
Me encanta que me lleven, me encanta que BJ me lleve a lugares.
Una de sus manos en el volante, la otra en mi rodilla. Me encanta
estar en autos cuando estoy en autos con é l. Deberı́a vender mi auto
para que é l tenga que llevarme a todas partes.
"Su icientemente malo." Tiro febrilmente del vestido marró n de
mezcla de lino con adornos de cuero y monograma GG que llevo puesto
de Gucci.
“¿Su culpa o la tuya?” pregunta, silenciando mi telé fono de nuevo.
Frunzo los labios. "¿Ambas cosas?"
Agarro el volante con fuerza, nervioso por decı́rselo, como si
estuviera a punto de entrar en la o icina del director.
"El no confı́a en mı́", le digo, moviendo rá pidamente mis ojos para
evaluar su decepció n en mı́.
"Derecha." Ella asiente. “Porque lo dejas todo el tiempo”.
"¿Qué ?" Arrugo la frente. "Có mo-?"
"Oh-" Ella desliza su mano por el aire. “El ha estado procesando eso
por un tiempo. Me alegro de que inalmente se haya convertido en una
conversació n real”. Ella golpea mi brazo alegremente. "Bien hecho,
ustedes dos".
Le frunzo el ceñ o má s.
La miro ijamente, molesto. “¿Podrı́as bajar el tono del entusiasmo,
por favor? Mi relació n se está desmoronando”. Le doy una mirada
sombrı́a, los ojos hacen todo lo posible por no hincharse. "Otra vez."
Ella rueda los ojos. "Magnolia, no es gran cosa".
"¿Có mo está eso ahora?" Parpadeo hacia ella.
"Ası́ que é l no confı́a en ti". Ella se encoge de hombros,
desdeñ osamente.
"Lo siento, lo sé ". Niego con la cabeza. “Llá mame anticuada, solo soy
una de esas chicas a las que les gusta que sus novios confı́en en ellas”.
"Bueno", Bridget inclina la cabeza, "é l no es tu novio, ası́ que no nos
dejemos llevar".
La miro y ella se rı́e, sacudiendo la cabeza mientras nos detenemos
en el puente de Westminster.
"Es muy reparable, Magnolia", dice y me da una mirada seria. "Solo
qué date".
Me da un pequeñ o encogimiento de hombros como si fuera la cosa
má s simple del mundo.
Eso es todo lo que necesita de ti. Sabes que está s dentro, de esa
manera loca e imposible de deshacer. Siempre vas a ser. Solo sigue
quedá ndote”.
Incluso cuando... empiezo, pero ella me interrumpe.
"-Incluso cuando." Ella me da una mirada. "Incluso cuando algo, no
hay nada que puedas poner al inal de esa oració n que justi ique que te
vayas".
Frunzo el ceñ o.
“Esto es lo que es, Magnolia. Amarlo sin importar nada”.
"Hago." Frunzo el ceñ o.
"Tú haces." Ella asiente. “Ustedes dos tienen el amor mutuo al pie de
la letra. El resto está apareciendo”. Ella me da una dulce sonrisa. “Y no
huir y no acostarse con capos, etcé tera, etcé tera”.
“Julian me llevó a casa anoche,” le digo.
"¡Magnolia!" Ella me golpea en el brazo. "¿Acaso tú ? ¡No lo hiciste!”
"¡No!" Niego con la cabeza. "Dije que no podı́a".
"Porque…?" Bridget me mira ijamente, con las cejas levantadas.
“Porque amo a BJ”. Arrugo la frente.
Mi telé fono suena de nuevo y suspiro. “Contesta eso por mı́,
¿quieres?”
“Oh, hola—” Mi hermana gime. “Está bamos hablando de ti— No, no
puedes, ella está conduciendo— ¿Qué ? Lo siento, no puedo oı́rte…
Y luego hay un golpe en la parte trasera de mi auto y mi hermana
grita: “¡MAGNOLIA CUIDADO!”
Ni siquiera creo haber apartado la vista de la carretera. No miré el
telé fono, no se lo pasé , estaba en mi bolso en el suelo.
No me desvı́o. Estaba en mi carril y manejando al lı́mite.
No hay ninguno de los sonidos que su mente está entrenada para
escuchar: ni el chirrido de los neumá ticos, ni el claxon a todo volumen
como advertencia.
Conduzco normalmente un segundo y al siguiente alguien ha
chocado contra la parte trasera de mi coche. Sobre todo es só lo una
gran sacudida. Ambos nos lanzamos hacia adelante. Mi cinturó n de
seguridad me ahoga un poco, y sucede tan rá pido, empujá ndonos hacia
el otro lado de la carretera, que apenas tengo tiempo de mirar a Bridget
antes de que choque el siguiente auto.
Esta vez viene del lado del conductor y no veo el auto en sı́ sino lo
que está a punto de pasar en el rostro congelado de mi hermana.
"¡Magnolia!" llora antes de que el sonido má s fuerte que he
escuchado en mi vida nos envuelva.
Vidrio por todas partes, el chirrido del metal doblá ndose sobre sı́
mismo y envolvié ndose alrededor de mi cuerpo.
Todavı́a estoy mirando la cara de mi hermana pequeñ a, estalla en
una profunda especie de horror. Me está hablando pero no puedo oı́rla
porque todo lo demá s está demasiado alto de repente. Sé que
probablemente sea dramá tico de mi parte, como un terrible cliché ,
pero supongo que ası́ es como funcionan estas cosas, ¿no?
¿Cuá ntos amores recibes en una vida? Para mi es solo uno. He tenido
má s, pero mientras me alejo lotando, solo hay uno en el que estoy
pensando.
El es en lo que estoy pensando.
No có mo me lastimó , no lo que me hizo, no lo que nos hicimos el uno
al otro. Solo é l.
Có mo le cae el cabello sobre la cara, có mo se hunde el labio superior,
có mo se abre la boca cuando piensa, las pecas en el lado derecho de la
boca, la forma de la nariz. Trazo la lı́nea de su mandı́bula en mi mente,
cuento los colores en sus ojos. Me siento triste por una fracció n de
segundo porque siempre pensé que serı́an las ú ltimas cosas que verı́a
aquı́ en la tierra, que eventualmente llegarı́amos a Tobermory,
crecerı́amos y envejecerı́amos juntos, pero aquı́ estoy ahora,
agradecida de todos modos por haber tenido la oportunidad de amarlo,
aunque tal vez mucho a veces, pero al menos pude amarlo, y tal vez
ahora, parece que lo dejaré una vez má s. Espero que me perdone por
esto. porque no fue mi culpa Los sonidos se está n volviendo má s bajos
ahora, aunque tambié n podrı́an ser má s fuertes.
La boca de mi hermana se mueve, se acerca a mı́. ¿Mi cara se siente
hú meda? Los bordes de mi visió n comienzan a oscurecerse.
Y mi corazó n manchado de Ballentine se acelera al recordar cada
momento despierto de nuestra juventud que pasamos enredados el
uno con el otro, y un milló n de noches borrosas de lá grimas y malas
palabras y grandes sentimientos y besos desordenados y manos
agarradas y elecciones que nunca deberı́amos haber hecho, pero Estoy
tan contenta de haberlo hecho. Me encanta ese á rbol. Me encanta esa
puerta que nunca pudo cerrar con llave. Me encanta ese trozo de
arenisca que es mucho má s que un trozo de arenisca.
Trato de decirle a Bridget que la amo pero los sonidos salen
apagados.
Se pone má s oscuro y mi cabeza se siente má s clara.
Me está hundiendo y lo dejo.
Y me dejo llevar por el vacı́o in inito pensando en é l.
SETENTA Y SEIS

BJ

Estaba con Henry cuando recibı́ la llamada.


Soy su contacto de emergencia, supongo.
Habı́a habido un accidente. Eso es todo lo que sabı́a.
La llevaron a St Thomas, que era el hospital má s cercano.
No he hablado con ella en casi dos dı́as para hacer un maldito punto,
¿y para qué ? ¿Decirle sin decirle que me hizo dañ o? ¿Para hacerle dañ o
en la espalda?
No estaba haciendo nada, sentado en casa jugando Madden con
Henry cuando sonó el telé fono.
Se puso pá lido.
La gallina es buena en una crisis.
"¿Qué ?" Me miró ijamente.
—Parks tuvo un accidente automovilı́stico —le dije, la voz sonaba
extrañ a. Lejos.
Se puso de pie de un salto. "¿Dó nde?"
Niego con la cabeza. "No sé ."
Me agarró por los hombros. “BJ, piensa”.
Frunzo el ceñ o, tratando de recordar.
"Tomá s". Parpadeé . "Santo Tomá s."
Henry asintió , agarró sus llaves y me arrojó un sué ter. Me empujó
hacia la puerta.
Llamó a los chicos en el camino, les dijo. Creo que llamó a Tausie
despué s de eso.
Deberı́a llamar a su familia, ¿verdad? Alguien deberı́a Deberı́a ser yo,
pero no puedo hablar. Ademá s, soy su familia.
Golpeo con el puñ o el salpicadero de Henry.
"¿No puedes conducir má s rá pido?"
Me mira, me observa durante unos segundos. "Beej, ella va a estar
bien".
Le doy una larga mirada. "Tú no sabes eso".
"Hago." El asiente. "Ası́ no es como termina".
le digo. "¿Có mo lo sabes?"
El traga. Vuelve a mirar la carretera.
“Jesú s, Henry, lo ú ltimo que le dije…” Niego con la cabeza. Presiona
mi mano en mi boca. Sentirse enfermo.
"¿Sı́?" El frunce el ceñ o.
Lamo mi labio inferior. Mis ojos se han vuelto raros, todo está
borroso. "No confı́o en ti para una mierda".
Sujeta el volante con má s fuerza. Puede oı́rlo respirar. El asiente.
Presiona mis manos en mis ojos.
Si la pierdo, Hen... Me atraganto. Mirar por la ventana.
"No lo hará s".
Mi mente me ahoga con recuerdos de ella.
Nuestro primer beso en vacaciones, có mo olı́a a coco. Ella bajando
las escaleras en Holland Park para nuestra primera cita. Baile lento de
Billie Holiday. Sus mejillas sonrojadas y sus ojos muy abiertos en los
mı́os la primera vez que me cambié frente a ella. La forma en que me
mira cuando conduzco a sus lugares. La primera vez que la llevé a
escondidas a mi habitació n en la escuela, Jonah salió a caminar para
darnos un poco de espacio, tropezó , se dislocó la rodilla, desapareció
durante horas. Sin embargo, apenas me importó , porque toqué sus
senos por primera vez. Se quitó la blusa por primera vez esa noche
tambié n, encendió un fuego en mı́. Nuestro á rbol. Ella en mis partidos
de rugby con mis sudaderas al margen. Có mo va su cara por la mañ ana.
Desabrochá ndose los botones de su uniforme escolar, ella mirá ndome
con ojos redondos tragando pesado, inmó vil como una estatua,
respirando rá pidamente. Todo el pan en sus manos en nuestra primera
cita.
De vuelta en el auto, mis ojos no pueden ver a travé s de las lá grimas.
Recué rdalo todo, me digo. Su mano en mi cabello. Có mo olı́a antes.
Có mo huele ahora. Sus labios en mi piel. Su pequeñ o cuerpo
tembloroso se envolvió alrededor del mı́o debajo de las escaleras en
Varley. Envolvié ndome en su cuerpo que temblaba diferente aquel 3 de
diciembre que odio y amo a la vez, y pase lo que pase sé que tengo
suerte de haberla tenido.
Haber llegado a amarla como yo lo he hecho.
Desearı́a ser mejor en eso. Ojalá pudiera hacerlo de nuevo, que
tuviera má s tiempo. Cambiarı́a todo y nada.
¿Dó nde diablos está esa má quina del tiempo cuando la necesitas?
Voları́a a Nueva York, la traerı́a a casa conmigo.
Henry entra y sale de los autos, acelerando. Parece nervioso. Nunca
está nervioso. Eso me pone nervioso.
Estamos allı́ en menos de veinte minutos. Registre el tiempo para
esta hora del dı́a.
Hen se detiene y yo salgo disparado del auto y en emergencia.
“Parks…” Golpeo el escritorio para llamar la atenció n de la mujer.
“Parques Magnolia”.
Me mira ijamente durante unos segundos. Mirada extrañ a. No sé si
me reconoce o está a punto de darme malas noticias.
“Acabo de salir de la cirugı́a”. Ella asiente. "Habitació n 305".
No puedo llegar a ella lo su icientemente rá pido. Perno al ascensor.
Presione el botó n hacia arriba cuarenta veces. Pase junto a una mujer
embarazada que se mueve lentamente para correr por el pasillo.
Irrumpe a travé s de la puerta.
Bridget levanta la vista de la silla en la esquina de la habitació n, me
da una sonrisa cansada y creo que respiro por primera vez desde que
dejé mi lugar.
"¿Como es ella?" Me acerco a Parks.
Dormida en su cama.
Bridget asiente con cautela. "De acuerdo."
Toca la cara de Magnolia. Unos puntos de sutura en la mejilla
izquierda. Algunos moretones alrededor de ese ojo tambié n.
Niego con la cabeza ante la idea de que algo la lastime.
Pasar mi pulgar por su boca. Exhala un poco de alivio de que ella
todavı́a esté aquı́.
"¿Se sometió a una cirugı́a?" —pregunto sin apartar la mirada de ella.
“Se rompió la clavı́cula”, me dice Bridget.
Mierda.
Vuelvo a mirarla. "¿Está s bien?"
Ella asiente.
¿Estabas en el coche?
Ella asiente de nuevo.
Arrugo la frente. "¿Pero está s bien?"
Ella se encoge de hombros. “El auto golpeó su costado”.
Me paso las manos por el pelo.
"¿Qué sucedió ?"
“No sé —” Ella niega con la cabeza, parece confundida. “Está bamos
manejando, todo estaba normal. Entonces alguien se estrelló contra
nosotros por la espalda. Creo que debemos haber girado hacia el otro
lado de la carretera. Y luego este otro auto se estrelló contra ella”.
Presiono mi mano en mi boca.
Odio que esto le haya pasado a ella. Odio no haber estado allı́ con ella.
"¿Dó nde está n tus padres?"
"En su camino." Ella asiente. “Mamá está en Grecia con el niñ o-
juguete y papá y Mars está n en Estados Unidos pero ahora vuelan de
regreso”.
Asiento con la cabeza. Mı́rala bien. Aú n lleva la ropa del accidente.
Camina hacia ella.
"Oye." Me arrodillo frente a ella. "¿Está s realmente bien?"
Ella asiente, llorando. "Si estoy bien."
La pongo de pie, envuelvo mis brazos alrededor de ella.
"¿Te revisaron, Bridge?"
Ella se encoge un poco de hombros. “Solo un par de rasguñ os. Un
golpe en la cabeza”.
"Te ves bastante conmocionado".
Ella asiente. "Soy."
Vete a casa… Asiento hacia la puerta.
"No." Ella me frunce el ceñ o. "Ella es mi hermana."
“Bueno, ella es mi todo, ası́ que—” Dale una sonrisa tonta.
Ella mueve los ojos, falsamente molesta pero realmente complacida.
“Tengo esto, Bridge. Lo digo en serio." Le doy una mirada. “Henry
está abajo. El te llevará a casa. Dú chate, descansa.
Ella frunce el ceñ o, se muerde el labio inferior.
¿Me llamará s cuando se despierte?
Asiento con la cabeza.
"¿No la dejará s?" ella pregunta.
Le doy a Bridget una larga mirada.
"Nunca má s."
SETENTA Y SIETE

BJ

Ella vuelve en sı́ unas horas má s tarde. Los mejores ojos del mundo se
abren y me miran, cansados y adormecidos, algo ası́ como se siente mi
corazó n.
Me pongo de pie y empujo el pelo hacia atrá s de su cara.
Ella me da una sonrisa dé bil y santo cielo, la amo.
Ya no sé que estoy haciendo con mi vida con lo mucho que la amo. No
sé qué hacer con todas las formas. Tengo demasiadas cosas que
necesito hacer con ella, demasiadas cosas que decir, demasiados besos
para el tiempo—
Pasé las ú ltimas horas desde que Bridget se fue arreglá ndome las
cosas, las pró ximas semanas, có mo será cuidarla. Cancelé mis sesiones
de fotos, conseguı́ que Jo llevara mis cosas a su casa, un par de cosas
má s de limpieza, descubrir la mejor manera de decirle que la amo en
voz alta y en voz baja tambié n por el resto de nuestras vidas.
"Hola", se ahoga.
"Hola Parques". Le doy una sonrisa amable. Mis ojos está n llorosos.
"¿Có mo está s?" Frunzo el ceñ o, no muevo mi mano de su rostro.
Toma algunas respiraciones lentas, mira alrededor de la habitació n
confundida. "¿Dı́game usted?"
Le doy un pequeñ o asentimiento. Cuatro costillas rotas, clavı́cula
fracturada, una conmoció n cerebral, un par de puntos en la cara...
Instintivamente va a tocarse la cara con la mano derecha, pero se
estremece cuando se da cuenta de que está en un cabestrillo.
—Ese es el lado de la clavı́cula rota —le digo demasiado tarde.
"¡Estas despierto!" Bridget dice desde la puerta. Tiene un montó n de
lores y algunos globos. Me frunce el ceñ o mientras pasa. "Dijiste que
llamarı́as".
“Ella acaba de despertarse”. Pongo los ojos en blanco y ella arroja un
jardı́n en mis brazos para mimar a su hermana.
"¿Qué sucedió ?" pregunta Magnolia, tratando de sentarse.
“Accidente automovilı́stico…” Bridget frunce el ceñ o. "¿No te
acuerdas?"
"Yo recuerdo." Parks asiente. "¿Está s herido?"
Bridge niega con la cabeza.
“Tu lado fue el que recibió el golpe”. Le da a su hermana una sonrisa
de disculpa.
Magnolia huele un poco. "Me alegro."
Ella tambié n quiere decir eso. Ella morirı́a por su hermana.
“Escuché que mi paciente está despierto…” Su mé dico entra.
Hombre. Bastante joven. Treinta y tantos añ os. Guapo. Frunce el ceñ o
cuando me ve. Mueve sus ojos hacia Bridge.
"Lo siento amigo, solo familia inmediata".
Bridget hace una mueca.
Magnolia me mira sin decir palabra y enderezo los hombros. Juego
de mandı́bula. Molesto, este maldito payaso de doctor está forzando mi
mano aquı́ antes de que yo mismo pueda tener la conversació n con ella.
“Soy su pareja”, le digo.
"Ooh", arrulla Bridget. "¿Qué tipo de pareja?" Esa pequeñ a mierda.
Le doy una mirada exasperada. “Vida, sexual, baile, juegos—” Me
encojo de hombros y muevo mi barbilla hacia el doctor. "Elige tu
maldita elecció n, Bridge".
"No jugamos muchos juegos", dice Magnolia en voz baja a nadie en
particular y resoplo una carcajada, mirá ndola.
“Parques, tú y yo jugamos má s juegos que cualquier otra persona
que conozca”. Me paro sobre ella, beso su frente. "Pero he terminado
con esa mierda".
Ella me mira, traga nerviosamente.
"De acuerdo." El mé dico se aclara la garganta. “La cirugı́a salió bien.
Realizamos una ijació n intramedular…
Magnolia frunce el ceñ o.
—Puso un al iler —le susurro y ella asiente.
“Estamos contentos con tu progreso”, le dice. “Pero vamos a
mantenerte en observació n algunas noches”.
Ella asiente.
Ha llamado tu padre y, una vez que estemos seguros de que está s
estable, te trasladaremos al hospital de Weymouth Street...
("Oh, gracias a Dios", dice Magnolia en voz baja).
El doctor la escucha y frunce el ceñ o. "Lo siento. Gracias por
salvarme. No quiero faltarte el respeto, es solo que estas luces
luorescentes no nos está n haciendo ningú n favor a ninguno de
nosotros. No sanaré a mi yo ó ptimo debajo de ellos”.
Bridget gime. "Ella esta bien."
El doctor resopla, un poco divertido, y se disculpa. Dice que volverá
pronto para ver có mo está .
Magnolia me mira ijamente, con los ojos tan grandes como
cansados, y trago saliva, agradecida de que esté bien.
Miro a su hermana.
"¿Puedes darnos un minuto, Bridge?"
Ella mira entre nosotros, inge estar molesta mientras pone los ojos
en blanco. Sale.
Miro a Parks, deslizo mis brazos debajo de su cuerpo, la muevo con
cuidado (ella se estremece de todos modos) y luego me subo a su lado.
Sosté ngala lo mejor que pueda sin moverla demasiado.
Ella empieza a llorar tan pronto como yo lo hago. Supuse que lo
harı́a. Supuse que lo necesitaba.
Beso la parte superior de su cabeza. Bé sala mil veces y bá jala por la
cara hasta que se gire para mirarme.
Me mira con esos ojos que amo.
Empujo su cara con la mı́a hasta que nuestros labios casi se tocan.
Mi aliento es cá lido en su rostro y por unos segundos nuestras bocas
se acercan. Roza el mı́o contra el de ella. Ella respira
entrecortadamente.
Es suave al principio, ella se hunde en mı́, siento que se relaja, siento
que el trauma se derrite en su cuerpo roto y luego se presiona contra
mı́. Pierde un poco el aliento por el dolor, pero no se detiene.
Me besa como si pensara que no podrı́a volver a hacerlo.
"Lo siento", me dice, sin mover su boca de la mı́a.
"No yo soy." Sostengo su rostro. "Ya no soy tu amigo".
Ella me mira, con ojos brillantes y una sonrisa cansada.
¿Será s mi novio otra vez?
Presiono mi boca en su frente.
"Seré lo que sea que necesites, Parks".
SETENTA Y OCHO

Magnolia

Una vez que me trasladaron, me mantuvieron en Weymouth Street


durante otros cuatro dı́as antes de darme de alta y enviarme a casa.
Tuve muchas visitas, los niñ os, Tausie, los padres de BJ, las hermanas
(incluso Madeline), Gus. Ni Julian ni Daisy. Pensé que era un poco
grosero, pero de todos modos.
Las costillas rotas son una plaga, pero los analgé sicos son buenos.
Me duele moverme y lo hará por un tiempo, dijeron mis mé dicos, pero
apenas he tenido que hacer nada porque Bridget dice que BJ está
procesando el dolor de casi perderme al no dejarme en paz, nunca.
Eso casi podrı́a sonar molesto, pero en realidad, vivirı́a en su bolsillo
si me lo permitiera.
Cuando regresamos a Grosvenor Square, la casa está llena hasta los
topes de lores.
Beej se queda por un tiempo, eso parece.
“Podrı́a haber preguntado primero”, es lo que dijo mi hermana
cuando se enteró . “No quiero tener que escucharlos a ustedes dos
discutiendo toda la noche. Sabes, mi habitació n está justo al lado de la
tuya, Magnolia…
Taura la miró . “Mira su pequeñ o cuerpo destrozado. ¿Qué va a hacer
con eso?
"¿Está s bromeando? ¿Esos dos?" Bridget nos miró . "Donde hay
voluntad hay un camino."
Tengo una campanita que guardo junto a mi cama para llamar la
atenció n de Bridget principalmente porque ella la odia. A veces solo lo
toco para molestarla porque la reacció n es muy divertida.
Un montó n de ojos en blanco y sonidos desde el fondo de su
garganta. Una vez llamé para poder cronometrarla y ver cuá nto tardaba
en llegar a mı́. Estaba tan enojada que me arrojó su telé fono y me
golpeó en las costillas, lo que signi icaba que ella y BJ tenı́an una pelea.
El le gritaba tanto y nunca le grita —es horriblemente irracional
cuando me lastiman— pero todo está bien si termina bien porque
Bridget se sentı́a tan culpable por haberme lastimado que ahora,
cuando toco su timbre, he calculado que su respuesta el tiempo es
210% má s rá pido que antes.
Ducharme es difı́cil entre la clavı́cula y las costillas, tanto que me han
reducido a ducharme una vez al dı́a, lo cual es completamente bá rbaro,
pero cada vez que comparo mis privilegios de ducha actuales con los
de un detenido de Guantá namo, no estoy recibió una abrumadora
respuesta de compasió n.
Dicho esto, BJ se toma muy en serio su papel como mi bañ ista
personal.
Absolutamente cero asuntos divertidos (pero bastantes besos): el
cuidado de é l conmigo es muy dulce.
La gran ternura con la que me desnuda solo se suma a la
acumulació n de cuá nto lo deseo, y la parte en la que no puedo tenerlo
en este momento, bueno...
Es un tipo divertido de lı́mite entre nosotros, este fı́sico. Nunca
hemos tenido uno antes. Se lesionaba jugando al rugby, pero eso
apenas lo detenı́a en esta arena, pero no aquı́, no conmigo.
Y creo que se deleita un poco con eso, que quiero estar con é l tanto
como quiero y no puedo estar.
He sugerido una serie de formas de hacerlo posible, pero é l solo
pone los ojos en blanco. Se burla, "Sı́, claro-" Y luego me besa de todos
modos.
Eso es lo que hizo despué s de la ducha de esta mañ ana mientras me
ayudaba a ponerme el vestido sin tirantes adornado con un lazo de
Carolina Herrera. Las cosas sin mangas y correas son los MVP para mı́
en este momento.
Está parado al otro lado de la habitació n, recostado contra la pared,
mirá ndome con una pequeñ a sonrisa en su rostro.
Las ventanas detrá s de é l, iluminá ndolo en la forma en que lo veo en
mi mente en todo momento de todos modos.
Hoy lleva la camiseta blanca con estampado de etiquetas My Name Is
de Vetements, vaqueros holgados negros de Dolce & Gabbana de los 90
que saqué para é l de una sesió n fotográ ica el otro dı́a y la sudadera
con capucha negra de la campañ a polı́tica de Balenciaga alrededor de la
cintura. . Furgonetas. Como siempre. Asiente con la barbilla hacia mı́.
“Como tu casa…” Miro alrededor, contenta de que lo haga. Me gusta
cuando a é l le gustan mis cosas. “Buenos techos.” El asiente
apreciativamente. "Muy ligero... Es una pena que tengas que irte, ¿no?"
Le frunzo el ceñ o. "No, no lo hago".
“Sı́, lo haces—” El asiente.
"¿Qué ?" Estoy confundido. ¿Pasó algo mientras estaba en el hospital?
El me da un pequeñ o encogimiento de hombros. “Tienes que
mudarte”.
"¿Cuando? ¿Por qué ?" Hago un puchero hacia é l.
Se rasca la nuca. “Porque nos compré un lugar”.
Parpadeo hacia é l un par de veces. "¿Qué ?"
“Nos compré un apartamento de cuatro dormitorios en el complejo
de Lancer Square…” Un pensamiento cruza su mente. “—Lo que me
recuerda—Tengo algunos papeles que necesito que irmes.”
Sigo parpadeando. "¿Por qué ?"
Me mira como si fuera un idiota. "Ası́ que nuestros dos nombres
está n en é l".
“No—” Niego con la cabeza. "¿Por qué nos compraste una casa?"
"Oh-" El asiente. "Porque voy a pedirte que te cases conmigo en un
minuto, y las personas casadas por lo general viven juntas", dice
encogié ndose de hombros y luego se acerca a mı́ casualmente.
Trago saliva, parpadeando mucho. "¿Está s siendo gracioso?"
"No, realmente lo hacen".
Le frunzo el ceñ o. "BJ".
El cae sobre una rodilla.
“¿Có mo está el clima, Parks?” Me sonrı́e.
"Vaya." Lo miro ijamente, con los ojos muy abiertos. “Parece estar
bastante bien—”
"¿Bastante?"
Pongo los ojos en blanco. "Eternamente soleado, entonces".
"Oh-" El hace una mueca. “No puedo prometer eso. Las tormentas
siempre vienen, tienen que traer equilibrio”.
"¿Qué puedes prometer entonces?" Pregunto mientras me arrodillo
frente a é l para que estemos nivelados.
“Que te amaré por siempre”.
Pongo los ojos en blanco. “Bueno, eso no es nada especial, ¿verdad?
Ya lo has hecho toda tu vida.
Entonces, cá sate conmigo, ¿quieres?
Le frunzo el ceñ o, pero habla completamente en serio. Sus mejillas
está n rosadas, su respiració n es un poco rá pida, sus ojos está n
nerviosos. Y luego saca un anillo de su bolsillo.
Lo miro y luego frunzo el ceñ o.
Mi cabeza tira hacia atrá s. "¿Ese es mi anillo?"
Me da una mirada. “Mi anillo, en realidad—” Media sonrisa
arrogante. Sola ceja levantada. "-que te di, que arrojaste
dramá ticamente en medio de una pelea".
Le doy una mirada insegura. "¿Realmente nos estamos re iriendo a
esa instancia en particular como una 'pelea'?"
Hace una mueca. "De initivamente no fue una pelea, ¿verdad?"
Le frunzo el ceñ o, tratando de alcanzarlo. “¡Devué lveme eso!”
Lo sostiene fuera de mi alcance, me mira con los ojos entrecerrados
juguetonamente. "¿Está s diciendo que sı́?"
Aprieto los labios, tratando de no sonreı́r demasiado.
Asiento una vez. "Sı́."
"¿Sı́?" Se muerde una sonrisa. “¿Vas a ser mi esposa? ¿Tengo mis
bebes? Gastar todo mi dinero…
Le doy una mirada. "Tengo má s dinero que tú ."
El resopla. "Estoy seguro de que lo hará s despué s de la casa que te
acabo de comprar".
“Pon ese anillo en mi dedo”, le digo.
Toma mi mano izquierda en la suya, la sostiene con sus ojos en los
mı́os. Desliza mi viejo anillo de regreso a donde pertenece.
“Te amo”, me dice con una cara seria y algunos asentimientos.
Miro mi mano, sonrié ndole con orgullo antes de mirarlo a é l,
observá ndome como si se hubiera perdido en el mar y acabara de ver
tierra. Como si yo fuera la orilla contra la que se ha hundido.
Es cada soldado llegando a la estació n de tren en 1945.
Hemos regresado de la guerra.
Ası́ es como nos amamos. Ası́ es como se siente nuestro amor.
Maltratado y magullado, pero lo ú nico en este mundo a lo que me he
aferrado por mi vida es al chico que tengo aquı́ delante. No puedo
creerlo.
¿Que lo logramos?
Que despué s de todas las formas en que tratamos de matarnos,
todas las diferentes formas en que tratamos de apagarnos amá ndonos,
estamos aquı́.
Aquı́ ası́ en mi habitació n con mis huesos rotos y é l todavı́a sobre
sus dulces rodillas.
Entonces, ¿vas a besarme? Le pregunto con las cejas altas.
Me da una media sonrisa mientras se mueve hacia mı́.
“Sı́, Parks…” El asiente. "Por siempre ahora."
SETENTA Y NUEVE

BJ

Pedirle que se casara conmigo fue lo má s fá cil que he hecho. La
decisió n má s fá cil que he tomado, si vamos a llamarlo ası́. Era má s
como la resaca del universo tirando de mı́ hacia ella. Ella cree que
estamos en las estrellas, pero yo creo que ella es la corriente de todo y
yo siempre estoy a la deriva... Flotando a casa con ella.
Lo siento, molesto, lo sé . Pero ya me conoces, la amo demasiado y
una metá fora ná utica siempre parece estar en el horizonte.
Deberı́a haberlo hecho hace añ os, probablemente. Tal vez todo
hubiera sido diferente. Lo hice recié n salido de la escuela, un poco
inusual en nuestros cı́rculos, de initivamente, sin embargo, funcionó
para Sam y Clara England. Se casaron cuando tenı́an dieciocho añ os y
estuvieron vergonzosamente enamorados hasta que é l murió , pero
cuando sabes, sabes. Y supe cuando tenı́a seis añ os que la amaba. No
sabı́a que serı́a ası́, no sabı́a que amar tanto a alguien puede ser tan
bueno como joder.
Hay tantas cosas que desearı́a haber hecho de manera diferente,
demasiadas formas en las que la lastimé que desearı́a poder
retractarme. Pero luego me pregunto si las cosas ahora son
exactamente como deben ser para mı́. Porque estamos destinados a
ser.
No es una pregunta en mi mente. Es ella.
Siempre ha sido ella.
Y esta noche podemos decı́rselo a todos.
Cena en Heston Blumenthal's con el Full Box Set y cada una de
nuestras familias.
Es un buen dı́a. Dı́a emocionante.
Deberı́a serlo de todos modos, pero Parks está a punto de asesinar a
todo el maldito mundo porque su cabestrillo "no combina con nada".
"¡Esperé para casarme contigo toda mi maldita vida!" grita desde el
interior de su armario. “Y tú , gran imbé cil, decides preguntarme
cuá ndo tengo un puto al iler en el hombro”.
“Está en tu clavı́cula, Parks,” la llamo.
Ella asoma la cabeza fuera del armario el tiempo su iciente para
darme una mirada antes de volver a entrar resoplando.
"¿Podemos posponer?" Lo ofrezco porque me parece lo correcto.
Su cabeza asoma hacia atrá s. "Disculpe, ¿qué ?"
Me encojo de hombros. "¿Posponer si quieres?"
Ella me mira. "¿Posponer el matrimonio?"
Pongo los ojos en blanco. "Posponer decirles".
"Vaya." Ella parpadea un par de veces. "No."
"Deberı́amos hablar de una cita sin embargo", la llamo.
"Si claro." Ella vuelve a salir mientras se pone unos pendientes. "¿Un
compromiso largo o uno corto?"
“Odio los compromisos largos…” Niego con la cabeza hacia ella. "Me
casaré contigo mañ ana".
"¿Lo harı́as?" Ella sonrı́e, complacida.
Asiento con la cabeza.
Ella lo considera por un brevı́simo segundo y luego agita su mano en
el aire con desdé n. “No seas tonto. Elie ni siquiera sabe que estamos
comprometidos todavı́a, ¿có mo va a hacer mi vestido para la mañ ana?
Pongo los ojos en blanco.
Es casi mayo… Ella frunce los labios. “Me hubiera gustado casarme
en el verano si nos casamos aquı́”.
Frunce el ceñ o un poco. "¿Ası́ que quieres esperar hasta dentro de un
añ o?"
Ella camina hacia mı́ en nada má s que sus bragas. Muy divertido. La
novedad de eso todavı́a no ha desaparecido. Espero que nunca lo haga.
Sostenla por la cintura, inclina mi cabeza. Sonrı́e un poco.
Ella me entrega un gran vestido en una bolsa de ropa.
"¿Qué es esto? ¿Nos casamos ahora mismo?
"¿Fuera de la parrilla?" Me parpadea, luego se rı́e y niega con la
cabeza.
Cremalleras en el lateral, este vestido. Un poco de dolor meterse con
ese hombro suyo y esas costillas, literalmente un dolor. Pero ella
persevera de todos modos, jurando como un maldito marinero, pero
cualquier cosa por un buen vestido.
Tengo estos momentos en los que no puedo creerlo. Que estamos
haciendo esto. Bien, inalmente.
La estoy encerrando, ponié ndole un anillo y toda esa mierda.
Mis ojos se vuelven borrosos con este extrañ o nuevo deseo que
tengo por ella. Diferente de antes, diferente de los otros tipos que aú n
viven en mı́.
Hazla, bé sala en grande.
Ella se presiona contra mı́. Asoma en el dolor como ella lo hace.
El sexo es un tiempo para nosotros, supongo, con estas heridas de
ella.
Ella lo está tomando peor que yo.
Me mira con ojos grandes. “Podrı́amos… ya sabes…” Me da una
mirada. "Antes de irnos."
“Seguro—” Asiento con la cabeza y la señ alo. "Has experimentado
algú n tipo de intervenció n milagrosa que curó tus costillas rotas y tu
clavı́cula al instante, ¿sı́?"
Ella resopla. "Te gusta el sexo".
"Hago." Asiento con la cabeza. "Especialmente contigo. No puedo
esperar a tenerlo.”
"Entonces, ¿por qué no lo haces?" Ella hace pucheros.
Sostengo su rostro entre mis manos. “Porque literalmente tienes
huesos rotos, Parks…”
Sus ojos se vuelven un poco redondos y ella se encoge un poco. "¿No
te aburrirá s de esperarme?"
"Ah". Asiento con la cabeza. El corazó n se vuelve pesado. Odio que mi
jodienda la haya jodido. Fuerza una sonrisa. “Te he estado esperando
toda mi vida”.
Ella niega con la cabeza. "Usted sabe lo que quiero decir."
“Escucha…” Empujo mi mano a travé s de su cabello. “Ambos nos
hicimos cosas de mierda el uno al otro cuando está bamos tratando de
averiguar có mo volver el uno al otro. Sé que te engañ é … Sus ojos se
apartan de los mı́os. “Pero recuerda, eso no se trataba de ti, se trataba
de mı́”. Ella aprieta mi mano, sus ojos se agrandan cada vez que
hablamos de lo que me pasó .
Paso mi pulgar por su mejilla.
"Pero todas las demá s chicas con las que he estado han sido por ti".
Me encojo de hombros y ella frunce el ceñ o, confundida. “Sé que
piensas que soy, como, un maldito manı́aco sexual, pero no lo soy. Me
gusta. Soy bueno en eso, pregú ntale a cualquiera —le digo con una
sonrisa.
Ese no aterriza.
Ella me mira. "No ayuda."
Me muerdo una sonrisa. “Pero Parks, ademá s de esa vez con Paili,
serı́a difı́cil encontrar un momento que no fuera sobre ti, o por ti.
Porque te extrañ é , porque te deseaba, o porque te habı́as ido, porque te
estabas follando a Tom England o coqueteaste con un cantinero. El
sexo para mı́, durante la gran mayorı́a de mi vida, ha sido sobre ti”. Le
doy una mirada.
"Vaya." Ella parpadea. Mejillas rosadas. “Um…” Mueve sus ojos al
techo. “Soy codependiente—”
Silbo bajo porque es verdad y tambié n un eufemismo.
Sus cejas se contraen un poco, molesta, pero sigue adelante. “—Y
cuando me engañ aste, llené tu vacı́o con otros hombres.”
"Si lo se." Me encojo de hombros.
"Vaya." Ella frunce los labios. “Solo pensé que está bamos confesando
cosas”.
Asiento con la cabeza. "Eramos. Los tuyos son vergonzosamente
transparentes”.
Ella me frunce el ceñ o má s. "Brusco."
Asiento con la barbilla hacia ella. "Trata de amarme de ahora en
adelante". Dilo má s ligero de lo que se siente en mi pecho. Una de esas
verdades a medias de las que bromeas porque no sabes de qué otra
manera hablar de ello.
Su rostro cae. “Beej-”
Inclino la cabeza, le doy una mirada.
“Baxter James Ballentine, escú chame…” Ella se acerca a mı́ y deslizo
mis brazos alrededor de su cintura. “Con el tiempo, he enredado mi
corazó n con el de otras personas…”
Me muerdo el labio inferior. Asentir.
“Pero, desde que te conocı́, he anudado deliberadamente los
nuestros”.
Respiro una risa.
“Nunca he amado a nadie como te amo a ti”, dice ella. Sin sonrisa, sin
lujos. Y nunca lo haré . Y lo he sabido todo el tiempo.
Empujo mi mano a travé s de su cabello otra vez, le sonrı́o, ojalá
pudié ramos hacer lo que no podemos hacer ahora.
Ella se aparta, me mira.
"¿Es eso lo que te vas a poner?" Ella me mira ijamente, frunciendo el
ceñ o un poco. “¿Decirles a todos los que amamos en el mundo que nos
vamos a casar? Los vaqueros Life de pernera recta del cuello Bianca
Saunders x ISKO, la camisa de lino con estampado loral Moisson de
Jacquemus, y no te he mirado los pies, pero te juro por Dios, Beej, que si
llevas unas vans negras... Sacude la cabeza. cabeza hacia mı́, sin apartar
los ojos de los mı́os.
"Soy." Reprimo una sonrisa.
“Ayú dame Dios, Ballentine, si tratas de poné rtelos el dı́a de nuestra
boda, yo…”
“—Parques. Luzco bien." Miro por encima de ella y me miro en el
espejo.
“Sı́, BJ, pero podrı́as lucir bien con cualquier cosa. O nada. Te amo en
cualquiera de los dos.
Sigue fruncié ndole el ceñ o. “Creo que coincidimos”.
“Eso es ofensivo porque estoy en un vestido de seda naranja caqui
sin tirantes de Oscar de la Renta. Soy mucho má s elegante que tú .
“Siempre, Parks—” Dale la sonrisa má gica solo para apaciguarla.
no funciona Sacude la cabeza.
Hago un gesto hacia ella. "¿No deberı́as estar de blanco?"
"Estoy tratando de desviarlos de nuestro olor". Ella hace pucheros.
"¿No te gusta?"
"No, me encanta", le digo mientras la bebo.
"Bueno." Se aclara la garganta antes de señ alar mis pies.
“No puedes llevar Vans negras a Heston's”.
Destaca mi barbilla. "¿Beis?"
Ella hace un sonido en la parte posterior de su garganta. "Si debes."
"Yo debo." Asiento una vez, antes de ir y agarrarlos del armario.
“No está hecho para dos”, me habı́a dicho Magnolia cuando me
encontró colgando ropa en un vestidor del tamañ o de una suite
principal.
Le lancé una mirada. "Creo que te las arreglará s".
Ella me dio uno sufrido. "Creo que no lo haré ".
"Oi, en realidad, hablando de mierda elegante, te tengo algo". Me
acerco a ella.
"¿Qué ?" Ella mira hacia arriba.
Encogimiento de hombros. "Solo algunos diamantes".
Saco una caja de Harry Winston.
Lo mira ijamente durante unos segundos y luego, si puedes creerlo,
frunce el ceñ o. Sacude la cabeza.
"No quiero otro anillo"
Niego con la cabeza hacia ella. "Escucha, no voy a correr el riesgo de
que dentro de quince añ os me arrojes en la cara que nunca te compré
diamantes en medio de una discusió n porque olvidé recoger leche en el
camino a casa".
"¿Qué diablos nos sucede a ti y a mı́ en los pró ximos quince añ os que
nos deleguemos tanto que nos veamos obligados a comprar nuestra
propia leche?"
Niego con la cabeza por lo ridı́cula que es.
"Ademá s", se encoge de hombros, "me has estado comprando
diamantes desde que tenı́amos quince añ os..."
“Entonces, ¿por qué parar ahora?” Le doy una mirada.
“Porque no quiero otro anillo”. Se lleva la mano al pecho,
manteniendo el anillo de mi cresta apretado contra ella.
Se aleja de mı́ y abro la caja de Harry Winston.
"No, guá rdalo", gruñ e y luego toma dos veces. "¿Que es eso?" Ella lo
mira desde lejos. "¿Tres diamantes talla cojı́n seguidos?"
"Sı́." Asiento con la cabeza.
"¿Diseñ o personalizado?"
Pongo los ojos en blanco ante mi vida, respiració n, dolor en el culo.
"Como si usaras cualquier otra cosa—"
¿Dos quilates?
Echale un vistazo. "Tres."
Ella frunce los labios. "¿Claridad?"
"SI."
Ella entrecierra los ojos. "¿Color?"
Me burlo, ofendido. "D. Obviamente."
Ella pone sus manos en sus caderas, resopla un poco.
"¿Có mo supiste que ese es el anillo de mis sueñ os?"
Me rı́o una vez, niego con la cabeza hacia ella. “Porque jodidamente
te conozco, Parks. Y he pensado en casarme contigo desde que tenı́a
seis añ os. Levanto mis cejas. "Y tambié n su tabló n de Pinterest muy
sutil llamado 'anillos de compromiso de ensueñ o' fue de alguna ayuda".
"Ah". Ella asiente, un poco avergonzada.
“El mejor amigo de un esposo, Pinterest—”
Ella me da una mirada. “Aú n no eres esposo”.
"Bueno, si tan solo tomaras este maldito anillo, estarı́a un paso má s
cerca".
Ella pone los ojos en blanco y luego su rostro se calma un poco.
Suspira, mirando el anillo de Ballentine.
“No me gustarı́a quitarme este. Es lo má s importante que tengo”.
"¿Es por eso que me lo arrojaste en un ataque?" Pregunto
juguetonamente.
Ella me da una mirada. "¿De verdad quieres tirar de ese hilo ahora
mismo?"
“Yo no—” Niego con la cabeza. "Comentario redactado".
"Buena elecció n." Ella asiente.
"Gracias." Asiento con la cabeza y luego la beso, sonriendo en su boca
con la mı́a mientras lo hago. Deslice el anillo en su dedo y ella me da
una mirada que no quiere decir.
"¿Te gusta?"
Ella asiente, mirá ndolo. “¿Có mo lo hiciste tan rá pido? Me
preguntaste ayer.
Presiono mi dedo en mi boca, entrecerro los ojos un poco. Dale una
sonrisa tensa.
“Llamé a los chicos de Harry Winston el 6 de diciembre”.
Ella se echa hacia atrá s, parpadeando mucho.
"¿Qué ?" Ella rı́e.
Me encojo de hombros.
"¿6 de diciembre?" ella repite.
Asiento una vez. “Tan pronto como dijiste que te quedarı́as. Lo he
estado cargando en mi bolsillo desde… ” Pienso de nuevo. "Navidad."
"¡BJ!" Ella deja escapar una risa desconcertada.
“Lo tenı́a en mi bolsillo cuando te acompañ é a casa, lo pensé .
Probablemente deberı́a haberlo hecho, recordá ndolo ahora. Mis ojos
pinchan. “Nos habrı́a ahorrado un montó n de tiempo”.
Ella me da una mirada exasperada.
Dale un encogimiento de hombros porque realmente no me importa
có mo llegamos aquı́, solo feliz de haber llegado.
“Siempre ibas a ser tú , Parks. Solo es cuestió n de cuá ndo”.
Alquilamos todo el restaurante para esto. No porque haya tanta
gente viniendo, sino porque no querı́amos los ojos extra.
Llegamos unos veinticinco minutos tarde a nuestra propia cena, ası́
que cuando lleguemos todos ya han llegado menos Christian, raro, lo
comprobaré má s tarde.
Creo que todos piensan que estamos aquı́ solo para celebrar que
estamos juntos.
Nadie sabe. No le he dicho a nadie. Ni Jo ni los chicos. Parks ni
siquiera le ha dicho a Bridge.
Fue divertido tener un secreto solo para nosotros nuevamente por
un dı́a, sin embargo, listo para contá rselo a todos ahora.
Listo para que todos sepan que inalmente solucionamos nuestra
mierda.
No puedo esperar a ver la cara de mi papá . No puedo esperar a ver
Harley's.
Caminan de la mano y todos, especialmente Henry y Jo, aplauden.
Pero Bridget, maldita Bridget, nos mira ijamente durante unos
segundos, se pellizca los ojos y asiente hacia la mano de Parks en la
mı́a.
"¿Llevas un anillo?"
El rostro de Magnolia se congela.
"¿Llevas puesto un puto anillo?" ella repite.
Magnolia pone los ojos en blanco, le da a su hermana una mirada
sombrı́a y luego muestra su mano.
Mi mamá grita. Se tapa la boca en una especie de vergonzoso deleite
maternal y Bridget olvida que su hermana se ha roto los huesos
mientras la embiste, levantá ndola del suelo, emocionada.
Parks se retuerce de dolor, pero sonrı́e y lo soporta, luego Bridge me
mira ijamente durante un par de segundos y luego me tira al suelo con
un abrazo.
Despué s de eso, Parks y yo somos absorbidos por abrazos, besos y
felicitaciones de parte de todos. Es bueno lo felices que está n por
nosotros. Los pusimos a todos a prueba para llegar aquı́.
Jonah me agarra la cara, me besa en la boca antes de abofetearme
con entusiasmo. “Joder, hombre—” El sonrı́e. "¡Ya era hora!"
Mi papá está afuera ordenando el mejor champá n que tienen.
Henry abraza a Parks por detrá s mientras mi madre llora, sostiene
su rostro, le da la bienvenida, como si realmente se hubiera ido.
Supongo que lo fue por un tiempo. Aunque nunca má s.
Madeline es Instagram Live-ing todo el asunto.
Taura, Arrie, Allie y Jemima está n adulando el anillo y Bushka no me
habla porque está molesta porque no le pregunté .
Entonces Marsaili me aborda, entrecerrando los ojos.
"No pediste permiso".
Magnolia mira, curiosa. La pura verdad de Dios es que a ella no le
habrı́a importado si lo hubiera hecho o no, habrı́a dicho que sı́ de
cualquier manera.
Harley niega con la cabeza. "Eso no es cierto en realidad, amor". El la
mira, asintiendo con la cabeza hacia mı́. Me preguntó cuando tenı́a
diecisiete añ os.
Levanto una ceja a Mars porque me encanta que te jodan.
"¿De diecisiete?" Marsaili parpadea.
Harley asiente. “Está bamos en…” Hace una pausa, tratando de
recordar.
"San Juan." Le sonrı́o.
"Islas Virgenes." El asiente. “Y entré en algo…” El me mira y luego a
Parks, quien usa la mano de mi hermano para ocultar su rostro
avergonzado.
“Bloqueé esto”, dice Magnolia en voz baja antes de llamar a mi madre,
“Lily, deja de escuchar. No te importará esta historia.
“Lo llevé a un lado, traté de asustarlo un poco con '¿Qué haces con mi
hija?' y 'Si alguna vez te veo tocarla de nuevo...' Ya sabes..." Me sonrı́e,
un poco divertido. “Y este idiota engreı́do dice: 'Lo siento, pero voy a
tocarla para siempre, señ or'. Me eché hacia atrá s, no podı́a creer lo que
oı́a. El se rı́e.
Parks nos está mirando, sorprendido y con los ojos muy abiertos.
Nunca le conté esta historia. “Y yo dije, '¿Lo hará s ahora?' Y é l dijo:
'Mmhm, me voy a casar con ella si me dejas'. Y dije: '¿Eres tú quien me
pregunta?' Y se encogió de hombros y dijo: 'Supongamos que es...'”
Magnolia me mira ijamente, sus ojos vuelven a estar pesados con
ese viejo deseo. El mismo deseo que se estaba satisfaciendo ese dı́a en
Saint John, en realidad nos encontró .
Harley extiende su mano hacia mı́. "Me alegro de que inalmente le
hayas preguntado".
Lo sacudo. "Yo tambié n."
("Joder, te tomó su iciente tiempo", dice en voz baja mientras se
vuelve a sentar).
Hacia el inal de la noche, mi padre se acerca a mı́. Se sienta, me
golpea la rodilla un par de veces.
"Jugaste para siempre". El sonrı́e con orgullo.
Me encanta cuando está orgulloso de mı́.
Asiento con la cabeza. "Te dije que lo harı́a".
El asiente, recostá ndose en su silla. "Ha pasado mucho tiempo."
OCHENTA

Magnolia

"¿Te gusta?" pregunta Beej, mirá ndome un poco nervioso.


Estamos parados en el vestı́bulo de la casa que nos compró .
Un bonito apartamento de cuatro dormitorios en Kensington Church
Street. Pagó 16,5 millones de libras por é l, ası́ que Bridget dice que
tengo que dejar de referirme a é l como "lindo", aunque sea lindo,
porque cuatro es un nú mero lindo de habitaciones. El apartamento en
sı́ es perfecto. Completamente. No hay nada en el mundo que
cambiarı́a. Me gusta el protector contra salpicaduras, me gustan las
ventanas, el balcó n incluso está bordeado de lilas. Por no hablar de la
ventaja nú mero uno de la casa, ese chico en el vestı́bulo con el que me
caso que parece una estatua en todo momento, desde todos los á ngulos
con su cabello perfecto y su boca de almohada y esos ojos que hacen
que mi determinació n se disuelva con una mirada. Camisa de sarga de
seda con estampado barroco de Versace, pantalones rectos negros con
cintura elá stica de Jil Sander y mi né mesis, Old Skools negros.
“Me encanta”, le digo sinceramente al chico.
"¿Sı́?" Beej se acerca a mı́, mirando hacia los techos altos mientras
envuelve sus brazos alrededor de mı́ sin pensar. Me vestı́ como un
dueñ o de casa hoy. Minivestido de tweed de algodó n con cinturó n de
Versace en lila (cute), el cá rdigan con logo perforado crema de Sandro,
con las mules de tweed bouclé crema de Saint Laurent La 16.
“Sı́, yo tambié n”, dice Henry mientras sale de uno de los bañ os, con
las manos en los bolsillos de sus pantalones cargo negros con detalle de
cinta con el logotipo de Heron Preston. "¿Puedo vivir aquı́ tambié n?"
"¡Por supuesto!" Sonrı́o brillantemente al mismo tiempo que BJ
frunce el ceñ o, "No".
Los hombros de Henry se desploman.
Bridget está de pie en la puerta del balcó n, con los brazos cruzados
sobre el pecho, sacudiendo la cabeza hacia nosotros.
“No puedo creer que ustedes dos idiotas inalmente se hayan
arreglado…” Ella suspira profundamente y entra. “Nunca pensé que
vivirı́a para ver el dı́a”.
Frunzo el ceñ o hacia ella, bloqueando el brazo de BJ alrededor de mı́
como un cinturó n de seguridad. “No estuvimos tan mal”.
“Sı́, estabas…” Henry asiente. ("Lo é ramos". BJ asiente.)
Frunzo el ceñ o má s y salgo a la cocina.
“¿Dó nde estuvo Christian anoche?” Bridget pregunta, caminando
detrá s de mı́.
“Oh, sı́—” Me vuelvo hacia BJ. "Iba a preguntarte pero no querı́a que
pensaras en ello".
Me da una mirada. "¿En qué manera?"
Pongo una cara incó moda. “Al, ya sabes, al viejo estilo de 'é l me ama'”.
Me aclaro la garganta y le lanzo una sonrisa tı́mida.
"Sı́, claro", resopla. “Creo que todos hemos superado eso ahora”.
"Bien, genial". Asiento y paso mis dedos sobre la encimera de
má rmol blanco, admirá ndola por un segundo antes de fruncir el ceñ o a
los chicos. "Entonces, ¿dó nde diablos estaba?"
"¿Simplemente no vino?" —pregunta Bridget, molesta por mı́.
"Eso es tan grosero." Yo frunzo el ceñ o.
BJ niega con la cabeza. “Creo que algo pasó con é l y Daisy”.
"¿Se separaron?" Muevo la cabeza en direcció n a Henry. Ya está
sacudiendo la cabeza.
"Bueno, ¿está todo bien?" Miro entre los dos.
“Sı́…” BJ asiente pero frunce el ceñ o. Está mintiendo, creo.
"¿Juliá n hizo algo?" Pregunto con cuidado.
BJ sacude la cabeza con desdé n. "No".
Me muerdo el labio inferior porque creo que Julian siempre podrı́a
hacer algo.
“Christian envı́a su amor”. Henry asiente con una sonrisa. “No puedo
esperar para celebrar pronto”.
"De acuerdo." Arrugo la frente.
“¿Qué hay de estos artefactos de iluminació n?” Henry asiente hacia
el techo. "Espı́ritu, hombre".
Está intentando cambiar de tema.
"¿Ya has visto la piscina?" BJ le pregunta, llevá ndolo lejos.
Bridget los observa irse antes de acercarse a mı́.
"¿Está s preocupado?"
Frunzo los labios. Ha hecho algo.
"¿Cristiano?"
Le doy una mirada severa. "Julian."
"¿Has hablado con é l?"
Le frunzo el ceñ o por pensar que solo charlo casualmente con mis ex
todo el dı́a.
"No." Entonces le doy un recatado encogimiento de hombros. “Sin
embargo, nos envió lores para felicitarnos”.
Me mira ijamente durante unos segundos y luego une su brazo con
el mı́o, apoyando su cabeza en mi hombro.
No puedo creer que te vayas a casar con é l. Finalmente."
"Lo sé ."
"¿Recuerdas tu primera cita?"
Asiento con la cabeza.
"¿Y estabas tan enojado con é l porque estaba usando Sketchers para
la iesta cuando dijiste que no podı́a usarlos y é l dijo que yo era el tipo
de chica que podı́a usar lo que quisiera?"
Asiento con la cabeza, sonrié ndole. Estaba tan enojado.
Enojada porque ella estaba en Sketchers, enojada porque alguien le
compró sus Sketchers, enojada porque é l se puso de su lado, enojada
porque hizo que me gustara má s.
"¿Quié n diablos usa Sketchers en el Four Seasons?" Frunzo el ceñ o.
Ella levanta la mano, toda zalamera y molesta.
Bajo la mirada a sus pies.
“Y mira lo lejos que has llegado con esas botitas Prada Monolith de
cuero cepillado”. Le sonrı́o.
“No necesitas decir el resto de lo que estoy usando—” Ella me da una
mirada cortante mientras sale de la habitació n. "Está bien. No me
importa-"
Me burlo de ella.
“Camiseta sin mangas con logo bordado de Marine Serre, jeans de
tiro alto RE/DONE Stove Pipe y el cá rdigan con motivo de eslogan de
Stella McCartney”, la grito.
“Eres ridı́culo”, me dice sin mirar atrá s.
—Llevas una chaqueta de punto de 800 libras —digo, corriendo
detrá s de ella. "Podrı́a ser el momento de bajar de ese caballo alto".
"No, gracias", me dice, con la nariz en el aire.
“Te voy a extrañ ar cuando me mude”. Frunzo la boca.
Ella asiente. “Sı́, estoy seguro de que extrañ ará s el servicio de
cobertura que brindo”.
Niego con la cabeza. “BJ hace lo mismo y con mucha menos actitud”.
Ella rueda los ojos.
"Aunque te extrañ aré ".
Ella me da una tierna sonrisa y niega con la cabeza.
“No, no lo hará s…” Ella se encoge de hombros. “Estoy a la vuelta de la
esquina y inalmente está s, por primera vez en cinco añ os,
exactamente donde se supone que debes estar”.
OCHENTA Y UNO

BJ

La pró xima semana pasa en un poco de un borró n feliz.


Rá pidamente se corrió la voz de que está bamos comprometidos. Los
trapos lo promocionaron como la conclusió n é pica de 'La saga de amor
má s larga de Gran Bretañ a'.
“Me encanta eso para nosotros”, Parks hizo una mueca cuando vio
ese artı́culo.
Rodé los ojos, la besé mucho.
Hicimos una entrevista con Tatler . Arrie nos está haciendo hacer
una tirada de Parks and Ballentine en Country Living ("Pero ninguno de
nosotros vive en el maldito paı́s", gruñ ó Bridget ante la noticia).
Actualmente hay una guerra de ofertas sobre quié n obtiene los
derechos exclusivos de las fotos del dı́a de nuestra boda. Arrie dice
Vanity Fair , Parks dice que deberı́a ser Tatler por lealtad, su padre dice
que deberı́a dividirse entre GQ y Vogue porque ambos son propiedad
de Conde Nast y ganaremos el doble si cada uno hace una exclusiva con
ellos, Bridge dijo que deberı́a ser Good Housekeeping con un espı́ritu de
ironı́a, y estoy apuntando a Nat Geo , pero aú n no han mordido el
anzuelo.
Mamá me ofreció 200.000 libras esterlinas para que no dejara que
nadie tomara fotos. Dijo que necesitamos privacidad.
Le dije que se siente poco probable ya que me caso con quien me
caso, y me tocó la cara y me dijo que lo pensara.
Tambié n les conté a mis padres sobre el 3 de diciembre.
Parks dijo que no querı́a decı́rselo a sus padres. Creo que tiene
miedo de que Marsaili se enoje por eso, como si pudiera castigarla en
retrospectiva, pero dije que sentı́a que mis padres deberı́an saberlo y
ella estuvo de acuerdo.
Mamá solo lloraba la mayor parte del tiempo. Dijo que lamentaba
que lo atravesá ramos solos. Tenı́a mil millones de preguntas para
Parks. Casi tiró de ella hacia su regazo para acariciar el cabello de
Magnolia. Ella querı́a saber todo. Qué tan avanzado, có mo sucedió el
procedimiento, có mo se sintió despué s, có mo me sentı́ despué s. Ella
lloraba constantemente, pero llegaba a su punto má ximo de vez en
cuando, como cuando se enteró de su nombre. Y el señ or Gibbs.
Te diré algo, el Sr. Gibbs ahora recibirá una vida de cestas navideñ as
de parte de Lil. Sacó su telé fono a la mitad de la conversació n para
enviarle un jamó n.
No sé por qué un jamó n si te soy sincero.
Tal vez pena.
Despué s de que terminamos de decı́rselo, papá solo sostuvo mi
hombro por mucho tiempo, un par de lá grimas se escaparon. Asentı́a
mucho, apoyaba su frente en la mı́a. Creo que estaba orgulloso de mı́
por algunas razones que realmente no entiendo.
Me dijo que lo sentı́a mucho. Lamento que no sintié ramos que
podı́amos acercarnos a ellos, lamento que sentı́ que no podı́a
acercarme a é l, que tenı́a que navegar todo sola, pero Magnolia lo miró
con el ceñ o fruncido y dijo: "No estaba solo". , é l me tenı́a.” Y mi papá le
sonrió y dijo: “Disculpe, é l tambié n lo hizo”. Y luego dijo que entendió ,
piensa, por qué somos como somos. Ya ni siquiera sé lo que eso
signi ica porque todo lo que sé sobre nosotros ahora es que estamos
juntos.
Pero tal vez eso es lo que quiso decir. Quizá s ası́ hemos sido siempre.
Solo juntos. O tratando de serlo.
Hay algo acerca de dejar ir un secreto... te hace sentir nuevo o limpio
o algú n adjetivo que suena fresco. Solı́a preocuparme decirle a la gente
que a lojarı́a los lazos que nos unen, pero ahora sé que estamos atados
de todos modos. Billie nos unió .
Mamá quiere visitar el á rbol. Subimos la pró xima semana.
Realmente tuve que machacarlo en casa con Parks, sin mencionar a
mis padres que la razó n por la que el á rbol es especial para nosotros es
porque es donde se hizo el bebé , pero veremos cuá nto tiempo se tarda
en salir. su primer nieto fue concebido en una iesta de borrachos
debido a una cerradura defectuosa frente a unos patos pervertidos.
Parks contará una cuarta parte de la historia para que mamá se enfade,
yo contaré el resto porque estoy orgulloso de ello y no cambiarı́a nada
de eso. Mamá probablemente tendrá un ataque de nervios porque lo
hacemos en su cama otra vez (todavı́a no ha superado eso), pero a
quié n le importa porque me voy a casar con Magnolia Parks.
Henry y yo estamos tocando en The Grove.
Solo nosotros. Jo ha estado un poco MIA. Realmente no he tenido
noticias de Christian.
Salto en el cuarto hoyo. Mı́ralo aterrizar y luego vué lvete hacia mi
hermano.
"¿Qué diablos está pasando con los chicos?"
La cara de Henry tira, sacude la cabeza.
“No sé …” Se encoge de hombros. "Algo de mierda pasó ".
Lo miro. “Sı́, me imaginé . ¿Pero qué clase de mierda?
Christian no lo dirá . Cara tira de nuevo. "Solo que Daisy se ha ido
ahora".
Arrugo la frente. "¿Ha ido a dó nde?"
Se encoge de hombros de nuevo.
"¿Ha ido a dó nde?" Pregunto má s alto porque me gusta Daisy y me
preocupan algunas de las cosas que hacen esos chicos. Ella no es una
participante voluntaria. Ella nunca ha querido ser parte de eso,
siempre lo dejó claro.
"Ella no es-"
"-¿Muerto?" Henry adivina sombrı́amente. Sacude su cabeza.
Gracias carajo. Quié n sabe con ese lote ú ltimamente.
Los chicos siempre nos protegı́an de eso. Sabı́a que estaban
haciendo una mierda de la que no querı́a saber, pero el hecho de que
Parks estuviera con Julian abrió la conversació n.
“Julian se la llevó ”, me dice Henry.
Me lamo el labio inferior, pensando. "¿Por qué ?"
Henry se cuadra. suspiros
Chips la bola perfectamente. Me vuelve a mirar.
Jo terminó con Tausie.
"¿Qué ?" Parpadeo.
El asiente.
No puedo creer que no me lo haya dicho. ¿Qué carajo está pasando?
"Algo pasó ." Henry asiente para sı́ mismo. “Tiene que haberlo hecho,
de lo contrario no lo habrı́a hecho”.
Asiento, lo miro.
“Quiero decir, eso es bueno para ti, ¿verdad? Taurs y tú podé is
resolver vuestra mierda.
Mi hermanito exhala pesadamente por la nariz. Se pasa la mano por
el pelo.
"No sé ."
Le frunzo el ceñ o.
“Ella nunca hizo la llamada…” Se encoge de hombros.
exhalo Mierda.
"Y si empezamos a salir ahora, pasaré el resto de mi vida
preguntá ndome si ella está conmigo porque Jonah lo llamó ".
Asiento en silencio.
"Joder-" Lo miro ijamente. "Lo siento, hombre".
Algú n tipo de emoció n rueda por su rostro que no quiere sentir, ası́
que golpea otra pelota solo porque sı́.
"Sı́." El asiente. "Yo tambié n."
OCHENTA Y DOS

Magnolia

"No." Enrique niega con la cabeza. “Serı́a una maldita parodia”.


Asiento en irme acuerdo. "Una pesadilla absoluta, sı́".
BJ entra con demasiadas bolsas de comida china para llevar y frunce
el ceñ o.
"¿De qué está n hablando ustedes dos?"
“Bebé s con una sola ceja”, le dice Bridget, sin impresionarse. Está
sentada en el banco de la cocina de nuestro apartamento en Mayfair. BJ
y yo nos mudamos a nuestra casa la pró xima semana.
“Porque, quiero decir, ¿qué haces con eso?” Le doy a Beej una mirada
seria y dejo que la gravedad de la pregunta permanezca ahı́ por un
momento.
Enrique niega con la cabeza. “No es como si pudieras llevar a un niñ o
pequeñ o a depilarse con cera”.
“Pero entonces…” Le doy una mirada a Henry. "¿Tienes una opció n?"
"Tú haces." Beej asiente.
"¿Tú ?" Inclino mi cabeza.
"De initivamente lo haré ". Mi hermana asiente, extendiendo las
manos para que mi prometido le pase los ideos de Singapur.
“Cuando tengamos un hijo estaré rezando por dos cejas”, les digo a
todos.
Beej arruga la nariz. “¿Qué hay de orar por ojos que funcionen,
algunas manos, algunos pies?”
Henry pone los ojos en blanco y hago un sonido desde el fondo de mi
garganta. "No seas ese tipo".
Mi hermana empieza a reı́rse.
Bridget mira entre Henry y yo. "¿Con qué frecuencia hablan de
bebé s?"
Beej la mira. "Má s a menudo de lo que piensas".
“Los temas populares incluyen: padres que no saben que su bebé
parece una tina de baba, padres dispuestos a arrojar a su bebé debajo
del autobú s para obtener una buena foto de ellos mismos, padres con
hijos en los que uno es mucho, mucho má s lindo que el otro... ”
"Oh Dios." Henry suspira todo arrepentido. “¿Recuerdas la debacle de
Le Strange? Fó llame, eso fue una parodia”.
“Lo que da paso a nuestro tema favorito de todos: bebé s feos”.
BJ se mete un poco de comida en la boca, sacudiendo la cabeza hacia
mı́ y su hermano. “Odio cuando ustedes dos hablan de bebé s feos”
"Escucha", le frunzo el ceñ o mientras muerdo un rollo de huevo, "no
te molesto cuando hablas de cosas que te apasionan, como el golf, que
por cierto es estú pido".
Beej y Bridget intercambian miradas.
“Eso es—” El niega con la cabeza. "Está s bromeando con eso... Y... No
es lo mismo".
"Lo sé ." Le doy una mirada. “El golf es aburrido”.
“No lo es”, interviene Henry.
“Pero los bebé s feos son fascinantes”.
Enrique asiente. "Eso es verdad."
"¿Sabes de qué deberı́amos hablar?" BJ me apunta con sus palillos.
"Una cita para la boda".
"¿Quié n es tu dama de honor?" Henry salta, asintiendo hacia mı́ con
la barbilla.
Miro a mi hermana y hago una mueca incó moda.
“Quiero decir, ella es mi carne y sangre. Y la amo má s que a todos mis
otros amigos”.
"Gracias." Enrique asiente.
“Pero, de nuevo, Tausie se viste mucho mejor que Bridge…”
Bridget pone los ojos en blanco y se frota la sien.
BJ asiente con la barbilla hacia mi hermana. "¿Está s bien?"
Ella asiente. "Solo cansado."
Bridge me mira. "¿Vas a casarte en Inglaterra?"
Miro a Beej con los ojos entrecerrados. Realmente nunca pensé en
casarme en otro lugar.
“Siempre quise casarme en junio”.
"¿Junio?" Mi hermana parpadea. "¿Como, junio dentro de un mes?"
Frunzo el ceñ o un poco. “Bueno, no, supongo que no. ¿Supongo que el
pró ximo junio?
"¿El pró ximo junio?" La cabeza de BJ se echa hacia atrá s. "A la mierda
eso".
"¿Por qué junio?" —pregunta Enrique.
"No sé ." Me encojo de hombros. “Siempre es lo que imaginé ”.
BJ sigue negando con la cabeza. “No voy a esperar un añ o”.
"¡Pero quiero un aniversario de junio!" hago puchero
"¿Por qué ?" pregunta, con la ceja levantada y molesto.
Lo miro ijamente. "Solo haz."
"Sé por qué ", dice Henry, insertá ndose.
BJ agita la mano permisivamente.
“Porque su cumpleañ os es en febrero y el tuyo es agosto y junio está
en el medio. Buena manera de espaciar la entrega de regalos”.
“Sı́—” Mi hermana me da una mirada simplista. “Eso es lo que ella
necesita. Má s regalos.
Eso me recuerda... La señ alo. "Todavı́a no me has dado un regalo de
compromiso".
“Yo tampoco”, dice Bridget, ponié ndose de pie y frotá ndose la sien.
"Bueno, eso no es muy agradable". La miro. “Te di un regalo el añ o
pasado para celebrar que te sacaron las amı́gdalas”.
"Lo hiciste", reconoce ella. Y te rogué que no lo hicieras.
“Y sin embargo…” Le doy una mirada.
Ella huele una risa. "Estoy realmente cansado. Me voy a la cama."
“Puente Nocturno”, llama Henry.
Beej asiente con la barbilla hacia ella, la observa salir de la
habitació n, esperando hasta que esté fuera del alcance del oı́do.
“Creo que heriste sus sentimientos”, me dice.
"¿Qué ?" me burlo "No, no lo hice".
“Se puso rara”.
Pongo los ojos en blanco. "Ella no."
El asiente hacia mı́. "Ella hizo."
Le doy una mirada. "¿Cuando?"
Cuando dijiste que Tausie podrı́a ser nuestra dama de honor.
Nuestro. Lindo. Trato de no sonreı́rle por eso porque no me gusta
cuando se pone del lado de Bridget sobre el mı́o.
Dejo escapar una bocanada de aire para asegurarme de que sabe que
estoy molesto con é l, y me mira ijamente, con una sonrisa tranquila y
constante que parece engreı́da a pesar de que no ha dicho una palabra.
No puedo esperar a que me haga esa cara para siempre.
Me levanto y entro en la habitació n de mi hermana.
“Oye, vaca grande y gorda…” Me subo a su cama. "Necesito hablar
contigo sobre algo".
Ella no se da la vuelta.
Brusco.
"Escucha, aunque te vistas como un á rbol y tengas la sensibilidad
estilı́stica de una niñ a ciega, aú n serı́as la mejor dama de honor del
mundo..."
Ella no dice nada.
Gruñ o desde el fondo de mi garganta. "No me hagas rogar".
La miro. “Bridget, no seas grosera…” Dale un empujó n.
Su cuerpo se mueve sin fuerzas.
La sacudo de nuevo. ¿Bridget?
Nada.
Mi pecho se contrae instantá neamente.
La sacudo má s.
"¿Bridget?" Grito.
Le doy la vuelta y la forma en que su cuerpo se mueve es mala.
Fracasos.
Su boca se abre un poco.
Lentamente, con cuidado, sintiendo que me está n engañ ando de
alguna manera, acerco la oreja a su boca y escucho.
Espera a sentir una pequeñ a bocanada de aire.
Solo uno pequeñ o.
Nada en absoluto.
No hay nada.
Grito, creo? Debo hacerlo porque BJ y Henry entran corriendo.
Y luego todo cae en un extrañ o tipo de cá mara lenta, como si todos
estuvié ramos viviendo el momento bajo el agua.
BJ corre hacia la cama, cae de rodillas.
“Ella no está respirando”, le dice a Henry.
Hen ya está al telé fono.
“Grosvenor Square— Apartamento 12— Inconsciente— No, ella no
está respirando— No sabemos— No—”
Beej es bueno en una crisis. El la acuesta, revisa sus vı́as
respiratorias.
Su pecho está agitado mientras se inclina sobre mi hermana. El me
mira con ojos frá giles antes de taparle la nariz, acercar su boca a la de
ella y comenzar a bombear su pecho.
No puedo respirar, mi boca se ha secado y mi visió n... no puedo ver
bien. No puedo pensar con claridad. Todo lo que puedo pensar es en
tener nueve añ os en Parı́s con Bridget y estaba cerca de las horas del
crepú sculo.
“¡Magnolia, má s despacio!” Bridget se quejó mientras corrı́a detrá s
de mı́. “Vas a hacer que nos perdamos”.
“Conozco Parı́s como la palma de la mano”. Giré sobre mis talones,
frunciendo el ceñ o a pesar de que estaba mintiendo. "Sé que vamos".
“¡Estamos en un paı́s extranjero!” Parpadeó , exasperada conmigo
incluso entonces a la avanzada edad de siete añ os.
"Podemos hablar francé s". Me encogı́ de hombros y me di la vuelta,
con los ojos llenos de ilusió n, hacia el sendero de la avenida Montaigne.
"¿A dó nde vamos?" Bridget se quejó , caminando detrá s de mı́.
Nuestros padres estaban en un almuerzo tardı́o una calle má s o
menos atrá s. No nos habı́an mirado en má s de una hora y, lo creas o no,
no habı́an traı́do a Marsaili en este viaje. Creo que fue durante su fase
singular de 'podemos ser una verdadera familia', pero duró
aproximadamente un dı́a y medio, porque ahora que soy mayor,
cuando pienso en ese dı́a, estoy 70% seguro de que mi padre era
sintié ndome como una estrella del pop francé s debajo de la mesa y
100% seguro de que mi madre estaba borracha por eso.
“¡Cé line!” Grité , borracho de la emoció n de todo.
“¿Por qué te gusta la ropa?” preguntó ella, esforzá ndose por seguir el
ritmo. “Son solo ropa”.
Ella siempre ha estado genuinamente confundida acerca de por qué
amo la ropa como lo hago. Ella nunca habı́a querido muñ ecas mientras
crecı́a, siempre estuvo interesada en juegos y bloques de ciencia, y
pensé que era tan extrañ a y vergonzosa y mucho mejor que yo.
La miré , horrorizado por la pregunta. “Porque son hermosos y
cuando los usas te vuelves hermoso tambié n”.
Ella frunció el ceñ o y sacudió la cabeza. “No los necesitas para ser
hermosos”.
Se subió las gafas por la nariz.
“¿Te compro algo?” La miré con pestañ eo.
“No tienes dinero”. Ella frunció .
"Tomé la tarjeta de cré dito de Harley", susurré como si pudiera
oı́rme.
Ella me dio una mirada. “A é l no le gusta que lo llames ası́…”
Me encogı́ de hombros.
"¿El sabe que lo tomaste?"
"No." Sonreı́ con picardı́a antes de correr hacia la tienda.
Esa era mi tienda de dulces. Elegı́ unos veinticinco vestidos y los
llevé al mostrador.
"Bonjour", canté dulcemente.
“Salut—” La mujer sonrió , insegura.
“¿Parlez vous anglais?” Parpadeé .
"Oui". Ella asintió . "Sı́. ¿Có mo puedo ayudar?
Empujé los vestidos hacia ella. "Quisiera estos en mi talla, por favor".
Me parpadeó un par de veces. Bridget se movió incó modamente
detrá s de mı́. "¿Dijiste que me comprarı́as algo?"
"Lo que quieras, Puente". Le di una gran sonrisa.
Volvı́ mi atenció n a la dependienta, sonrié ndole. "Mi talla, por favor".
"Erm, esto no viene en tu talla".
Parpadeé hacia ella. "¿Me está s llamando gordo?"
"No." Soltó una carcajada mientras negaba con la cabeza. "Te estoy
llamando un niñ o". Miró a su alrededor. "¿Dó nde está n tus padres?"
“¡Somos hué rfanos!” Mentı́, dá ndole una gran sonrisa.
La mujer nos miró a Bridget ya mı́ con recelo. "¿Qué zort de
hué rfanos visten Dolce et Gabbana?"
Bridget frunció el ceñ o.
“Hay muchas maneras en las que puedes ser hué rfano”.
El rostro de la mujer se suavizó hacia mi hermana y luego me quitó la
tarjeta de cré dito.
"¿Tú robaste esto?" Ella me miró .
"Sı́." Me encogı́ de hombros. “De mi padre. Pero no se enojará , lo
prometo. Ni siquiera se habrá dado cuenta.
La mujer frunció los labios y luego asintió , repitiendo todo.
Cuando salimos de la tienda, estaba oscuro y hú medo. Bridget me
miró con los brazos cruzados, un pie pisando fuerte en un charco.
"¡Ahora realmente lo has hecho!" ella gruñ ó . "¿Dó nde estamos?"
Apreté los labios con nerviosismo. "No sé ." Miré alrededor y luego
señ alé . "Venimos de esa manera".
Ella sacudió su cabeza. "No, no lo hicimos".
Y luego lo sentı́, no sabı́a qué era en ese momento, pero ahora sé que
era ansiedad. Empecé a respirar má s rá pido, mis palmas estaban
sudorosas, mis ojos no podı́an enfocar bien. Entonces Bridget tomó mi
mano entre las suyas.
Ella negó con la cabeza con severidad.
"Va a estar bien. No tengas miedo.
Encontró un mapa en una tienda de la esquina y sacó la brú jula que
siempre guardaba en su bolsillo trasero durante las vacaciones, que
todos los dı́as hasta entonces la habı́a molestado por usar, pero
recordó la direcció n de nuestro hotel.
Y ella nos llevó allı́, solos, en la oscuridad.
Dije que deberı́amos haber tomado un taxi y ella dijo: '¿Nunca has
oı́do hablar de la trata de personas?', Lo cual era una locura porque
Taken ni siquiera habı́a salido todavı́a, entonces, ¿có mo diablos sabı́a
ella sobre la trata de personas?
Regresamos al hotel y nuestros padres no estaban allı́.
Nadie nos buscaba, nadie nos esperaba.
Ni siquiera se habı́an dado cuenta de que nos habı́amos perdido.
Nos duchamos, nos pusimos batas que nos quedaban demasiado
grandes y nos metimos en la misma cama aunque cada uno tenı́a una.
Pedimos servicio a la habitació n y vimos Más barato por docena y en
secreto deseamos vivir en una familia tan grande y pobre como la de
ellos.
Toda mi infancia está plagada de recuerdos de estar solo, solo,
abandonado y despreciado en nuestra familia, y la ú nica parte que me
hace sentir bien es que Bridget estaba allı́ conmigo. A pesar de todas
las formas en que nuestros padres nos fallaron, mi hermana no lo hizo.
Mi hermana es el adorno de encaje alrededor de todo y estoy viendo a
mi prometido hacer todo lo posible e innegable para que mi hermana
vuelva a respirar.
Pero no puede.
Ella ya se ha ido.
Kekoa
02 A.M

Despierta

Miguel contesta tu puto telé f ono

son las 2 a.m.

Jules recibe un disparo

En Londres

dame su direccion

Follando ahora miguel


Agradecimientos
Primer taxi de la ila, tengo que agradecer a los caballeros de la mesa
redonda de cosas que a nadie le importan excepto a mı́. Amanda, Madi
y Molly. Este libro se habrı́a estrellado y quemado sin su paciencia, su
amabilidad, su aliento y sus palabrotas. Respetuosamente, có meme el
culo.
Pero tambié n, los amo a cada uno de ustedes. Literalmente no podrı́a
haber hecho esto sin ti.
Emmy, có mo superaste la primera portada, literalmente nunca lo sabré .
Eres tan tremendamente talentoso, y he mirado este con asombro
durante meses, y como la portada del primer libro anterior, continuaré
hacié ndolo.
Gracias por ser paciente conmigo, gracias por actualizar las visiones
vagas y verrugosas que tengo en mi mente en un hermoso papel.
Tengo la suerte de que seas mi mejor amigo por muchas razones,
pero esta razó n en particular me ha resultado muy ú til.
Bill y Viv, por esos meses especiales en los que estuvimos atrapados en
Irlanda y yo trabajaba dı́a y noche y ustedes se ocupaban de nuestros
hijos, gracias siempre por su amabilidad y paciencia conmigo.
Camryn, Ashley, Lindsey y Kim, por cuidar a mis bebé s en Estados
Unidos cuando yo no puedo. Muy agradecido por ustedes.
Tori, gracias por tu paciencia cuando trato de entender el sistema
escolar del Reino Unido. El mejor amigo de conferencias que he tenido.
Para el equipo de ensueñ o de Avenir... Betty Luke, Jayboy, Maddi y todos
los demá s... Son tan buenos en lo que hacen, tan pacientes conmigo, tan
divertido trabajar con ellos, tienen el mejor ojo para los detalles, las
mejores ideas. Me ha encantado hacer esto contigo. Estoy agradecido
por todo lo que has hecho, lo duro que trabajas y lo bueno que eres
conmigo. te amo 3000.
A Nicole, gracias por toda su ayuda. Estaba en un lugar muy caó tico
cuando empezamos a trabajar juntos, gracias por realmente ver este
proyecto. Estoy agradecido por todo su trabajo en é l. Euan y Frances,
¡gracias a ambos por todo su arduo trabajo!
Benja, Juniper y Bellamy. Te amo todo lo má s.
Y, por ú ltimo, a todas las personas dulces que han abrazado la MPU de
una manera que realmente parecı́a que solo podı́a estar en mi
imaginació n, gracias. Gracias por amar a mis amigos imaginarios con
tanta fuerza y hacerlos tuyos.
Ha cambiado mi vida.
Biografı́a del autor

Nativa de Australia, Jessa Hastings ahora vive en Sherman Oaks,


California, con su esposo, dos hijos, su gato y un perro que casi lamenta
haber tenido. Se siente culpable al escribir eso aquı́, pero está muy
segura de que é l no lo leerá . Actualmente está exasperada por el
sistema mé dico de los EE. UU. (¿Pero quié n no lo está ?), Tambié n está
hasta las rodillas en las teorı́as de Stranger Things y es una aspirante a
conocedora del agua. Todavı́a extrañ a los desayunos australianos, se
broncea muy bien y recomienda mucho el Coconut Cake de Erewhon.
Magnolia Parks: The Long Way Home es su tercera novela y todavı́a
(obviamente) lucha por escribir una biografı́a de autor de actualidad.
Perdó n por esto.
Explora el universo.

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