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Sobre La cursilería de Carlos Monsiváis y el Kitsch

Andrés Castillo

La cursilería es el idioma público de una sociedad, así lo explica Carlos Monsiváis


en su texto La cursilería. Monsiváis fue uno de los autores mexicanos más
importantes del siglo XX y afirmaba que en su país esta se manifiesta por medio de
la prosa, los discursos, la poesía, la canción romántica, los sermones, el teatro, la
pintura, la arquitectura y la política. La sociedad mexicana es muy diversa, sin
embargo, lo cursi tiene el poder de ponerlos a todos en una misma sintonía, de ahí
que sea un país de cursis. En todo caso, podemos entender la cursilería como el
lenguaje que pretende alcanzar un estatus fino o elegante valiéndose de lo
aparentemente estético, pero haciendo uso también de lo referenciable,
pretendiendo así, generar familiaridad o incluso cercanía con el observador. Lo cursi
es entendible para todos, se mueve en la esfera de lo público.

Según el autor, cuando la lírica está al alcance de todos y lo bello se vuelve


previsible y conocido, se retrasa el arribo de la poesía culta. La cursilería se
estaciona como referente estético de la cultura. Lo que más gusta entonces es lo
más sencillo, la prosa que pueden escribir los mismos oyentes.

Por otro lado, el Kitsch latinoamericano es comparado por Monsiváis con un


esnobismo de masas, se le refiere como una pretensión del éxtasis social. Es
sabido que el término kitsch es usado como sinónimo de cursi en algunos contextos,
para Monsiváis no es tan clara esa semejanza. Luego de que él explica que los
menos favorecidos depositan en la religión sus vínculos con la trascendencia
personal de una forma casi que ciega e impulsiva, afirma lo siguiente: “los pobres no
defienden razonadamente su gusto.” Personalmente considero que esta sentencia
generaliza al pobre y podría ser vista como un argumento de aporofobia. Creo que
es entendible si se tienen en cuenta el analfabetismo y la falta de educación en esta
población vulnerable, pero no es comprensible que una persona solo por nacer
pobre no pueda defender razonablemente sus gustos o disgustos. Monsiváis mismo
es un ejemplo de que un pobre puede llegar a realizarse un pensamiento crítico
propio y así mismo obtener la capacidad de razonar sus gustos.

Pedro Lemebel fue un escritor y artista chileno, defensor de la marginalidad, cronista


y performer. Narraba desde su mirada, la de un homosexual, pobre y comunista, a
Chile durante y después del Régimen Militar de Pinochet; lo menciono porque lo
considero un ejemplo de que cualquier persona, independientemente de sus
posibilidades socieconómicas puede crear arte y puede ser contestatario, razonado,
razonable y suficiente en sí mismo.

En definitiva el texto de Monsiváis, como análisis cultural de la cursilería en México,


presenta a este concepto y al kitsch de manera cercana, pero se encuentran ciertas
diferencias en el discurso a la hora de explicarlos.

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