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Los ‘80 suponen un diagnóstico sobre el territorio devastado que nos había dejado la
última y la más trágica de las dictaduras. En ese contexto, la producción cultural se rehacía.
Los 80 se vivieron con una alegría desbordante y efímera, una explosión de cultura nacional
(surgimiento del rock nacional). Sergio Bizzio integra el grupo “Shangai”, pero no tiene una
participación protagónica ni hegemónica en el elenco estable. En abril de 1988, en una
etapa histórica de la Argentina signada por los recurrentes levantamientos militares y la
hiperinflación, bajo la presidencia de Raúl Alfonsín, aparece Babel. Revista de Libros, que
reúne en su staff y da ingreso en diversas columnas a muchos de los antiguos integrantes
del grupo “Shangai”: Martín Caparrós, Jorge Dorio, Daniel Guebel, Sergio Chejfec, Alan
Pauls, etc. Son estudiantes universitarios y jóvenes escritores con obras publicadas o en
marcha. Pactos armados entre los escritores que se afirman mutuamente hablando bien
entre sí.
La revista Babel propuso actualizar los debates culturales a partir de notas y reseñas
sobre las novedades del mundo editorial y difundir o promover las nuevas textualidades que
emergieron en su época. “Todo sobre los libros que nadie puede comprar” rezaba como
slogan su subtítulo en clara alusión al proceso hiperinflacionario que vivía el país por esos
años. El ocaso de la breve primavera alfonsinista, mediante el embate de los mercados y
los intereses financieros, más las amenazas de nuevos levantamientos militares,
precipitaron un sabor amargo que derramó una sensación colectiva de malestar y
descreimiento de la clase política, manipulada a través de los medios de comunicación.
Todo termina con la salida apresurada de Alfonsín y la confianza que gradualmente se va
ganando Menem, a costa de las promesas dirigidas al futuro electorado, de “salariazo y
revolución productiva”. Menem asume la presidencia en julio de 1989 y se convierte en un
emblema del neoliberalismo. Grandes empresas estatales desaparecen y pasan a manos
privadas.
Eje importante para pensar la novela: relación que mantiene la nueva literatura
argentina con los medios masivos de comunicación y la intervención de muchos de los
protagonistas en esos medios. La literatura, y en especial la narración literaria, debe
competir contra las ofertas dominantes y hegemónicas de la era de los medios electrónicos
de comunicación. Competir con esa “selva de signos” provenientes de diferentes
imaginarios y con las nuevas formas de lectura que generan el cine, los seriales y la
televisión, el periodismo, el videoclip, los recitales de rock y la llamada cultura del zapping.
Relaciones entre la sintaxis que produce la cultura del zapping y la sintaxis narrativa
presente en algunos textos de época (Rabia entre ellos). Nueva forma de lectura que se
formula a saltos y es interrupta. Se trata de la fundación de un nuevo cannon: las novelas
que surgen en estos años, más que romper con criterios y formas instituidas, desvían
algunos de sus elementos para protegerse y avalarse mutuamente, desde una concepción
cultural que abre y contempla la posibilidad de intervenir en la escena pública desde los
medios masivos, las editoriales, la docencia universitaria.
Preguntas que hace Berg: sentidos que podríamos darle al título de la novela.
Relación del título con el desenlace. Expectativas de lectura en un comienzo y sentido final
de la novela. Pregunta de examen: ¿Por qué se llama Rabia? ¿Qué provoca la rabia?
¿Quién padece rabia? ¿Uno o varios personajes? ¿Qué efectos se producen entre el miedo
y la rabia? ¿Cómo se desvía la trama de lo que parece, al comienzo, una denuncia, un
testimonio, o la fotografía escrita de una época y de conflictos cruzados de una sociedad en
pugna? ¿Qué lugar tiene el humor aquí? ¿Y qué función desempeña, como procedimiento,
el diálogo, en tanto sistema de enunciación? De acuerdo con el modo de hablar del señor
Blinder, de qué manera juzga el narrador su lenguaje? ¿Cómo podemos definir los
ideologemas que actualizan su impronta política e histórica? El narrador forma un concepto
a través de las generalizaciones y abstracciones del conjunto de sus enunciados.
En la novela hay espacios bien diferenciados y dos órdenes sociales contrapuestos.
¿Cómo se construye el referente histórico-social?
¿Qué lugar podemos darle al epígrafe como marco de sentido? Fragmento que
corresponde al Dr. Wayne Dyer y Lua Senku. Nueva forma de entender la literatura: el
exotismo, proclive a las exploraciones de mundos y culturas. “Otros mundos” es un
concepto que se refleja en las motivaciones interplanetarias, pero también en los bordes
inestables del adentro y del afuera de las subjetividades modernas.
¿Cómo leer la remisión a Tus zonas erróneas? ¿Y la mención del narrador a la
lectura del Reader’s Digest y su famosa Selecciones, en tanto conformación cultural e
ideológica de las capas medias? Procedencia cultural del Dr. Dyer y contexto de recepción
en la cultura best-seller argentina. Tus zonas erróneas fue uno de los libros más vendidos
durante la última dictadura militar. Este libro acompañaba las aspiraciones de ilustración
express que la sociedad depositaba en miles de suscripciones al Reader’s Digest y su
famoso Selecciones (revista internacional de variedades, mezcla de entretenimiento,
noticias, cine, teatro y TV, con algunas referencias literarias instaladas en los circuitos
masivos y reflexiones sobre el buen gusto, los buenos modales y las conductas urbanizadas
que toda sociedad evolucionada debía acatar como prescripciones básicas). Sus artículos
se caracterizaban por su banalidad. Modo de ingresar en el retrato de la clase media
nacional, importadora de todo lo que viene de USA. Esto abre la puerta al problema del
realismo, de los modos de representación implicados con un segmento o fragmento de
realidad.
-Qué gallina judía negra hija de puta. Estos bolitas son todos iguales…
-Me parece que bolita no es. Es alto.
-Chileno.
-Capaz que peruano…
-Los peruanos también son unos negros judíos hijos de puta enanos. Pero
éste es chileno. Si no es bolita, es chileno. Mejor. Ya lo voy a agarrar. ¡Le voy a
hacer comer las Malvinas al chileno negro judío hijo de puta! -dijo, y se persignó,
besándose ruidosamente el pulgar.