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Tema 29. El texto dialógico.

Estructura y Características
0.- Introducción

El diálogo es la forma básica de la comunicación humana. La conversación es el


«protogénero» que mejor ilustra esta característica dialógica de la comunicación, que impregna
todas las demás formas de expresión discursiva.

En este tema abordaremos el concepto de texto dialógico y procederemos a su estudio,


dando cuenta de su estructura y analizando el diálogo según el planteamiento de Bobes Naves
que en su obra El diálogo indica que puede ser analizado bajo tres perspectivas principales: desde
el enfoque pragmático, considerándolo como un proceso interactivo que forma parte de las
relaciones sociales de la vida del hombre, desde la investigación puramente lingüística, viendo al
diálogo como una interacción verbal; y desde la teoría literaria, como un recurso utilizado por la
literatura. En nuestra exposición analizaremos estas perspectivas.

María Moliner define el diálogo como «la acción de hablar unas con otras dos o más
personas, contestando cada una a lo que la otra ha dicho antes». El diálogo ha sido objeto de
interés no solo por sus formas lingüísticas o literarias, sino que se proyecta también a su temática
religiosa, política y filosófica, de modo que se ha convertido en objeto fundamental de algunas
investigaciones hermenéuticas. El discurso verbal, en cuanto a su emisión se refiere, adopta dos
formas fundamentales: el monólogo y el diálogo. El monólogo es el discurso de un solo emisor;
mientras que el diálogo es un discurso organizado progresivamente, con los interlocutores cara a
cara en funciones alternativas de emisor y receptor.

A partir de Bajtin en Teoría de la literatura se denomina dialogismo a la concurrencia de


voces distintas en forma de diálogo interior, exterior e incluso de monólogo, lo que engarza con la
definición que da Bobes Naves, que realza el hecho de que el dialogismo tiene en cuenta al
receptor antes de formular su mensaje y, por tanto, es la relación que un emisor establece por el
mero hecho de serlo, a partir de la idea de que el mismo emisor se forma en él y que se proyecta
sobre el discurso para presentar del modo más adecuado al ser y al entender del receptor. En
este sentido, el dialogismo está en todos los textos literarios y no literarios, y supone unas
relaciones entre el lector y el autor que dan lugar a las estrategias con las que el autor planifica la
lectura de su lector ideal.

1.- Orígenes sobre los estudios del texto.

Los primeros estudios e interés por el estudio de la lengua los encontramos en los clásicos
como Aristóteles o Platón. La retórica constituye así la primera reflexión sobre el discurso o uso
lingüístico al servicio de una intención comunicativa En los tratados de retórica clásica se
sistematizan las reglas y preceptos relativos al «arte del bien decir» (ars bene dicendi) o retórica,
frente a las reglas de la gramática o «arte de decir correctamente» (ars recte dicendi). Ya en esta
Retórica existía una preocupación por la elaboración del texto que se dividía en 5 partes: inventio,
dispositio, elocutio, memoria y actio.
Posteriormente, los estudios sobre el texto vienen de la mano de La lingüística textual que
emerge a fines de los años 60 del siglo XX en las universidades de Europa Central, entre las que
cabe destacar la Universidad de Constanza (Alemania). Se presenta como una lingüística cuyo
objetivo es dar cuenta de la cohesión y coherencia de un texto, traspasando los límites de la
oración. Se presenta como una alternativa a otras gramáticas no como una ampliación o
modificación.

1.1.- Qué es un texto.

Una de las primeras definiciones de texto la encontramos en Lotman, que lo consideraba


como un conjunto sígnico coherente, aunque desde una perspectiva más amplia y con un
sentido semiótico que lo definen como cualquier comunicación registrada en un
determinado sistema sígnico. H. Casalmiglia y A. Tusón en Las cosas del decir definen el texto
como la unidad de análisis de la lengua. Es un producto verbal -oral o escrito-. El texto es la
unidad mínima con plenitud de sentido, que se establece mediante procedimientos de negociación
entre emisor y receptor, y que se mantiene en una línea de continuidad de principio a fin del texto.

Otros autores como Alcaráz Varó en el Diccionario de Literatura Moderna definen al texto
como un conjunto de oraciones que tienen textualidad, añadiendo el concepto de textura iniciado
por Halliday y Hassan. Posteriormente Dressler y Beaugrande definen este término como: el
conjunto de propiedades estrechamente relacionadas (cohesión, coherencia, intencionalidad,
aceptabilidad, situacionalidad, intertextualidad e informatividad) que hacen que entendamos un
acto verbal comunicativo como un texto.

1.2.- La lingüística del texto y las tipologías textuales.

Uno de los propósitos prioritarios de los estudiosos del texto ha sido clasificar los textos
según tipos. Esta preocupación ha sido compartida por un numeroso grupo de lingüistas de la
corriente europea de la lingüística textual (véase Bernárdez, Introducción a la lingüística de textos)
y por otros de orientación funcionalista o enunciativa (véase Adam, El texto narrativo).
El concepto central de estas propuestas es el de base textual. Según Werlich, las bases
textuales de los textos se pueden reducir a cinco modelos básicos, típicos de una clase: base
descriptiva, base narrativa, base expositiva, base argumentativa y base directiva.

1.2.1.- La secuencia textual. Adam

La teoría de Werlich tiene el valor de apuntar que las bases textuales se organizan en
secuencias, cosa que más tarde Adam recogerá en su propuesta de clasificación de secuencias
textuales prototípicas. Dado el valor instrumental y operativo que muestra la tipología de Adam,
nos basamos en ella para abordar la distinción entre tipos de textos.
La propuesta de Adam, inspirada en Van Dijk (La ciencia del texto), en Labov y Waletzy y
en Werlich (1975) es una de las que se ha considerado más útil y operativa, especialmente por
poner su atención en la “secuencia narrativa” y considerar, en cambio, que el texto puede ser
una combinación heterogénea de secuencias pues los textos se caracterizan por la complejidad
de su composición
La secuencia, como unidad constitutivamente inferior al texto, se describe como una
referencia modélica o prototípica que no necesariamente se realiza en todas sus fases y
componentes, ni en el orden establecido, sino que pueden quedar para la inferencia de los
receptores, a partir de la asunción de conocimientos compartidos. Adam distingue cinco
secuencias textuales prototípicas: narrativa, descriptiva, argumentativa, explicativa, y dialogal. Lo
más habitual es que un texto integre diversas secuencias. Para explicar cómo se combinan las
secuencias en los textos, Adam propone distinguir entre secuencia dominante y secundaria, por
un lado, y envolvente e incrustada, por otro. ((Se denomina secuencia textual a la unidad de
composición, de un nivel inferior al texto constituida por un conjunto de proposiciones que
presentan una organización interna que le es propia.))

2.- El texto dialógico

El diálogo se define como una cadena de intervenciones lingüísticas organizadas en un


progresivo presente con los interlocutores cara a cara, en situación compartida. Son dos o más en
funciones alternativas de emisor-receptor. Según Bobes Naves, en el proceso de expresión el
hablante no se limita a exponer un mero enunciado: aspira a comunicar. El emisor elige unas
formas que son el resultado de una elección de registros a que le obliga su oyente. Al ser un
intercambio entre varios sujetos, el diálogo se convierte en una actividad que adquiere una
dimensión social que se regula mediante normas. Estas leyes pragmáticas exigen que los
interlocutores intervengan activamente en el hablar, escuchar y el observar. También es el
carácter social el que impone que haya una fase previa de norma social con intercambio de
palabras de saludo, o para evitar el silencio, lo que Greimas (Semántica estructural) llama
«elementos encuadrantes del diálogo».

Los turnos de palabra son definitorios a la hora de distinguir conversación de diálogo,


puesto que las normas que rigen las primeras son más versátiles. Las normas sociales y
semánticas garantizan la producción de sentido que se va construyendo a través de las
intervenciones. BOBES NAVES distingue entre:

a) Normas semánticas: todas las condiciones externas y formales necesarias para iniciar,
proseguir y terminar el intercambio verbal y que afectan al sentido que se va logrando con el
diálogo. Grice es quien ha explicado estas normas semánticas

b) Normas de cortesía conversacional: afectan únicamente a la conducta de los sujetos


del diálogo.

Tannen (Talking voices) recoge y resume las estrategias de complicidad que están
omnipresentes en cualquier intervención verbal que quiera llegar a tener éxito, que busque la
colaboración del interlocutor. Los sujetos de diálogo establecen entre sí, locutor y alocutor,
relaciones de procesos de expresión e interpretación. La intervención competente de los locutores
se orienta por tres criterios generales: las modalidades del habla, el valor semántico y formal
de los enunciados y las normas lógicas, semánticas y gramaticales de todo discurso.

2.1.- Diferencia entre diálogo y conversación

La conversación es un intercambio comunicativo oral y presencial con el que queremos


darnos a conocer a los demás, conocer sus opiniones, ideas y sentimientos, y estrechar las
relaciones sociales. El diálogo tiene una voluntad teleológica más definida, contrastar ideas y
llegar a un entendimiento, un consenso.

El carácter esencial de los textos dialogados consiste en ser una interacción verbal de
varios contertulios. Los diálogos son esencialmente orales, pero pueden ser transcritos, caso del
diálogo teatral o del construido dentro de una narración. En uno y otro caso la escritura es un
código secundario que acoge al código primario en el que se produce y se concibe esencialmente
el diálogo.

El diálogo escrito, trasunto literario de un diálogo oral, ha constituido un género literario


desde que Platón lo consagrara para exponer, argumentar y contraargumentar teorías. Pero el
diálogo no literario es una comunicación oral, presencial e interactiva. Como tal se va
construyendo en un discurso espontáneo regido por leyes implícitas de tipo lingüístico y social.
Desde el ámbito periodístico existen, además de los comentados, otros géneros interlocutivos y
conversacionales, fundamentalmente los tres siguientes:

● La entrevista, cuyo contenido puede ser narrativo, expositivo, argumentativo o polémico,


en función del motivo por el que se hace;
● El debate se caracteriza por ser polémico y argumentativo, se enfrentan opiniones,
posturas personales, intereses, ideologías, etc., y
● La tertulia es una conversación distendida, con fines lúdicos, recreativos o sociales que se
practica por parte de una serie de personas que se reúnen con esa finalidad.

3.- Estructura del texto dialógico

Helena Calsamiglia en Las cosas del decir distingue una doble perspectiva en la
estructura dialogal: secuencial y jerárquica. Secuencial en el sentido de cualquier fragmento o
enunciado sólo se puede interpretar de forma cabal en función de lo que se ha dicho y lo que se
dirá a continuación (por la misma persona o por otra); jerárquico en tanto que nos señala la
existencia de unidades de diferente rango o nivel imbricadas unas en otras de menor a mayor en
la construcción conversacional, desde la unidad mínima monologal —el acto— hasta la unidad
máxima dialogal —la interacción—. Podemos distinguir en la intervención (unidad máxima
monologal que forma parte del intercambio) confirmadores (—¡A tu salud!, —¡A tu salud!) y
reparadores (gracias, de nada).
Con todo ello tiene que ver con mucha fuerza la noción de acto de habla propuesta por
Searle (Expresión and meaning) entendido como unidad mínima monológica que constituye la
intervención. En general podemos decir que son las actividades distintas que podemos llevar a
cabo con el lenguaje: agradecer, bautizar, explicar… Una gran serie de acciones que este autor
clasificó en cinco grandes grupos: expresivos, directivos, compromisorios, representativos y
declarativos.

Además, Adam defiende que en un intercambio dialógico suele haber unas secuencias de
apertura y cierre muy ritualizadas, que tienen una función claramente fática. Son expresiones del
tipo «—Perdone, ¿le molesta que le haga una pregunta?», «Ha sido muy amable, gracias».
También habla de las transacciones, núcleo y verdadero motivo del diálogo. De este modo, para
Adam el esquema del texto dialogal sería:

• Intercambio de apertura

• Intercambio transaccional (el esquema anterior)

• Intercambio de cierre

3.1.- Estructura externa (Turnos de habla)

La palabra «turno» es sinónimo de orden. Un mecanismo de orden en la vida y en el


lenguaje. Dar el turno es favorecer o hacer posible una acción, es un mecanismo de regulación
social en cualquier interacción. La conversación, manifestación prototípica de la interacción
lingüística, queda regulada a partir de este orden social, con la característica añadida de que la
toma y cesión de turnos, es decir la alternancia de habla, no está prevista ni establecida
previamente, sino que se produce sobre la marcha.

Como hemos visto antes, una conversación, desde el punto de vista de su estructura
interna, se organiza en unidades «monologales» o inferiores (Acto de habla e Intervención) y
unidades «dialogales» o superiores (Intercambio y Diálogo). Externamente se estructura en turnos
de habla. A partir de éstos se va regulando la actuación lingüística, la participación de los
interlocutores en la conversación y se logra que la conversación progrese dentro de un orden, un
orden social, que puede variar de acuerdo a ciertas culturas. Según lo anterior, teórica y
metodológicamente, conviene mantener separado el estudio de unas y otras unidades, puesto que
hacen referencia a órdenes distintas, respectivamente, a un orden estructural interno y a un orden
externo de carácter social. Una conversación, como producto lingüístico, se articula internamente
en constituyentes dialogales o superiores, los cuales resultan de la combinación de unidades
menores o monologales Como manifestación lingüística dinámica es un discurso que progresa de
acuerdo con el reparto, permuta y cambio de papeles enunciativos. Quién y cómo se reparten los
papeles, de qué modo progresen, se ordenan y distribuyen esos papeles son hechos externos y
lineales, que no afectan al armazón estructural jerárquico . Ello explica, por ejemplo, que la
conversación, el debate, la entrevista, el juicio oral, etc., sean productos discursivos similares en
cuanto a su estructura interna y, sin embargo, constituyan distintos tipos o géneros discursivos
atendiendo a su diferente dinámica interactiva y, en concreto, al modo y manera de alternar y
distribuir el habla, un hecho este, sin duda, más de carácter sociocultural.

4.- Características lingüísticas del diálogo

El diálogo como tipología textual presenta unas marcas lingüísticas características. Las
personas gramaticales más empleadas son el yo y el tú pues marcan la existencia del emisor y el
receptor, esto se amplifica con las fórmulas de función fática. Abundan los deícticos que ayudan a
contextualizar la situación comunicativa en un espacio y tiempo y, finalmente, son comunes las
fórmulas verbales de presente que rigen el marco actualizador de la situación.

Además de esto, al ser un género eminentemente oral, algunas de las características de la


lengua oral son frecuentes en el discurso dialogado, por ejemplo:

● Oraciones simples, ● Frases inacabadas,


● Ausencia de pasivas, ● Elementos anafóricos,
● Abundantes elipsis, ● Nexos sencillos
● Poca subordinación, ● Marcas de informalidad

Además, ROULET destaca la importancia de los «conectores conversacionales»,


marcadores de la estructura de la conversación que no tienen contenido pero indican el
encadenamiento ascendente o descendente en la jerarquía conversacional. Él los clasifica en:

• interactivos: pues, entonces…

• consecutivos: por lo tanto, así, también…

• conclusivos: finalmente, en el fondo, de todas maneras,al fin y al cabo…

4.1.- Características pragmáticas

En todo acto de habla hay que considerar el significado pragmático, en palabras de G.


Reyes (El abecé de la pragmática) aquello que se comunica, pero no se dice. El significado
pragmático de los enunciados depende de las inferencias o deducciones que realicen los
hablantes, y dichas inferencias obedecen a principios (pragmáticos) y no a reglas (semántica). El
enfoque pragmático es necesario porque hemos de tener en cuenta que el concepto de situación
de comunicación tiene importancia en el campo del uso del lenguaje. Un supuesto general
pragmático de cualquier intercambio comunicativo es el principio de cooperación, por el que se
espera un determinado comportamiento en los interlocutores, como consecuencia de un acuerdo
previo, de colaboración en la tarea de comunicarse. Puede definirse, por tanto, como un principio
general que guía a los interlocutores en la conversación. Este principio se desglosa en cuatro
normas o categorías, a las que Grice llama máximas, y que a su vez se desglosan en
submáximas. Grice enumera las máximas de cantidad, calidad, relación y manera, y asigna a
cada una un número variado de submáximas específicas:
1. Máxima de cantidad. Se relaciona con la cantidad de información que debe darse.
Comprende, a su vez, las siguientes submáximas:
2. Máxima de calidad. Esta categoría comprende una máxima: «Intente que su contribución
sea verdadera», que a su vez se desglosa en las siguientes submáximas:
3. Máxima relación. Contiene una única máxima:
4. Máxima de manera. Se relaciona con el modo de decir las cosas, más que con el tipo de
cosas que hay que decir. Comprende una máxima: «Sea claro». Y se complementa con
otras:

4.2.- Implicaturas.

Dentro del modelo pragmático que construye Grice son fundamentales las implicaturas,
una información que el emisor de un mensaje trata de hacer manifiesta a su interlocutor sin
expresarla explícitamente. Así pues, la implicatura es un tipo de implicación pragmática, en
oposición a las implicaciones lógicas o semánticas, como puede ser la presuposición. El término
fue acuñado por Grice, que elaboró un modelo pragmático de la comunicación. En su
planteamiento, distingue entre dos clases de implicaturas:

Implicaturas convencionales. Son aquellas que derivan directamente de los significados


de las palabras, y no de factores contextuales o situacionales. Así, ante un enunciado como [Por
fin han logrado alcanzar su objetivo] no sólo se enuncia la consecución de un objetivo, sino que
esta ha sido ardua y dificultosa. Implicaturas no convencionales. Son aquellas que se generan
por la intervención de principios conversacionales; de ahí que sean denominadas también
implicaturas conversacionales. A Grice le interesan especialmente un tipo de situaciones en las
que se viola o transgrede una máxima del principio de cooperación, pero no por ello se deja de
cooperar. Quien transgrede la máxima lo hace con el ánimo de que quien lo escucha lo descubra
e inicie un proceso inferencial que le lleve a desvelar la información implícita, esto es, la
implicatura.

A su vez, dentro de las implicaturas conversacionales, distingue entre generalizadas y


particularizadas. Las Implicaturas generalizadas no dependen de un contexto específico de
emisión. Implicaturas particularizadas: dependen de un contexto específico de emisión.

4.3.- Principio de cortesía. Principio de cooperación.

A esto se le suma el principio de cortesía de Leech. En lingüística, se entiende por


cortesía el conjunto de estrategias conversacionales destinadas a evitar o mitigar las tensiones
que aparecen cuando el hablante se enfrenta a un conflicto creado entre sus objetivos y los del
destinatario. A menudo se crean conflictos entre la cortesía y el principio de cooperación
establecido por Grice porque ambos persiguen objetivos diferentes. El principio de cooperación
prioriza la transmisión segura de la información; la cortesía, en cambio, requiere que en ocasiones
se rompan las máximas en favor del buen mantenimiento de las relaciones sociales.

5.- El diálogo literario.

El diálogo literario tiene la finalidad estética de romper la monotonía de la expresión


monologal, o la enunciación objetiva de un narrador extradiegético, para dar paso a las voces
alternantes de los personajes, así como una finalidad mimética. En cualquier texto literario
puede darse la existencia de un sujeto añadido que transmite el diálogo y que puede asomarse al
discurso o permanecer latente, es decir, sin tener signos directos en el discurso, pero formando
parte del sistema semiótico.

5.1.- El diálogo en la novela y el relato.

Las posibilidades de expresión y de relación que tiene el diálogo se realizan de un modo


particularmente complejo en el discurso de la novela y el relato. El narrador realiza un
monólogo para un lector ausente, aunque pueda representarlo de algún modo en el texto, y abre
así un proceso dialógico, siempre a distancia. El diálogo de personajes, en alternancia con el
monólogo, lo encontramos en las novelas de todos los tiempos, pero el discurso indirecto libre es
un procedimiento de cuyo potencial sólo a partir del Realismo y el Naturalismo el novelista toma
conciencia.

5.2.- El diálogo lírico.

El discurso lírico no es necesariamente un discurso dialogado como lo es el discurso


dramático... En principio el poema es la expresión de una subjetividad y no tiene necesidad de
acudir a la forma dialogada. El autor se manifiesta directamente en el texto, por medio de la
primera persona, creando un yo poético. Se da un proceso de comunicación a distancia entre un
emisor y un destinatario indirecto, que es el lector real, pero este receptor no figura dentro del
discurso literario. Sin embargo, hay matizaciones. La lírica medieval nos da estructuras dialogadas
del tipo niña-caballero o mujer-pastor.

5.3.- El diálogo teatral.

La palabra teatral es en su esencia una palabra dialogada. En la obra teatral se dan


diversas formas de diálogo que se combinan en el interior del conjunto textual dramático: diálogos
en largas tiradas, réplicas, diálogos falsos… Además, aparecen formas como el aparte, el
monólogo, la apelación al público, los diálogos interiorizados, más todo ello debe mostrarnos un
texto autosuficiente. La ley de informatividad exige al discurso dramático que proporcione los
datos necesarios para que el público se entere de lo que allí pasa. El público no tiene
comunicación verbal con los personajes, aunque estos sí con el público como lo demuestran los
apartes.
Hay que tener en cuenta, además, que el teatro no es solo la escena. El ámbito escénico
comprende escena y sala y esto influye en el proceso de comunicación general. La comunicación
con el público se inicia en el momento en que se alza el telón y la comunicación entre los
personajes se inicia con el lenguaje.

6.- Conclusión

A modo de conclusión, el diálogo, al ser un discurso formado por enunciados segmentados


en partes que emiten dos o más interlocutores, representa mejor que ningún otro la naturaleza
social de la lengua. Además, como variedad de discurso cuenta entre sus múltiples
manifestaciones con la forma más natural y espontánea de uso del lenguaje: la conversación. Esta
constituye la base de las relaciones sociales, por lo que es necesario abordar su estudio desde
múltiples perspectivas que permitan dar cuenta de su complejidad e importancia para el
mantenimiento del tejido social.

El Marco Común Europeo de Referencia hace hincapié en la importancia de la interacción


social de los hablantes, indicando que una competencia comunicativa óptima del alumnado le
permitirá expresarse con fluidez y espontaneidad sin tener que buscar de forma muy evidente las
expresiones adecuadas.Utilizar el lenguaje con flexibilidad y eficacia para fines sociales y
profesionales. Formula ideas y opiniones con precisión y relaciona sus intervenciones hábilmente
con las de otros hablantes.

Interesa para la didáctica de lenguas conocer el carácter ritualizado de los textos


dialogados propios de determinadas actividades sociales, y también interesa conocer la
conveniencia o propiedad de incorporar determinados componentes según el contexto
sociocultural. En este sentido, la especificidad de las partes del texto dialogado radica en su
elaboración por los participantes y en los diferentes fenómenos de ajuste y de negociación que se
pueden dar, sobre todo en las secuencias de inicio y de cierre. Son aspectos relevantes para la
enseñanza-aprendizaje de la lengua oral.

7.- Índice.
1.- Orígenes sobre los estudios del texto...........................................................................................................
1.1.- Qué es un texto.........................................................................................................................................
1.2.- La lingüística del texto y las tipologías textuales.......................................................................................
1.2.1.- La secuencia textual. Adam.............................................................................................................
2.- El texto dialógico..............................................................................................................................................
2.1.- Diferencia entre diálogo y conversación...................................................................................................
3.- Estructura del texto dialógico.........................................................................................................................
3.1.- Estructura externa (Turnos de habla)........................................................................................................
4.- Características lingüísticas del diálogo.........................................................................................................
4.1.- Características pragmáticas......................................................................................................................
4.2.- Implicaturas...............................................................................................................................................
4.3.- Principio de cortesía. Principio de cooperación........................................................................................
5.- El diálogo literario............................................................................................................................................
5.1.- El diálogo en la novela y el relato..............................................................................................................
5.2.- El diálogo lírico..........................................................................................................................................
5.3.- El diálogo teatral........................................................................................................................................
6.- Conclusión........................................................................................................................................................
7.- Índice.................................................................................................................................................................

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