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aprendizaje, lenguaje
escrito, lectura y
escritura, según la teoría
constructivista
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MTLP M16 Trastornos del lenguaje
escrito: Lectura-Escritura, dislexia,
digrafía, agrafía
Introducción
Introducción
Lectura y escritura
La teoría constructivista
Aspectos de la enseñanza
Ideas clave
Ideas clave
Contraportada
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Introducción
Introducción
Objetivos
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Lectura y escritura
Lectura y escritura
Ana Teberosky (1987) fue una de las primeras en plantear la necesidad de cambiar
la metodología para enseñar a leer y a escribir. Para ella, esta idea ha hecho daño
porque «tratar a un niño como un prelector es tratarlo como un prelingüís ca»,
sería lo mismo que no hablarle porque no sabe hablar.
Ejemplo
Lee con atención el texto que aparece a con nuación y responde a las
preguntas de comprensión lectora. Lectura:
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parcialmente?
Algo similar ocurre con el niño o la niña que lee, de forma entrecortada o no, una
frase, pronunciando correctamente todos los fonemas, pero sin llegar al
contenido. Por ello, los aprendizajes enen que ser significa vos. El consenso
general admite que la adquisición y aprendizaje de la lengua escrita se realiza a
partir del uso del texto en situaciones funcionales de comunicación.
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Esta idea es básica a la hora de enseñar a leer y a escribir. La persona que enseña
debe posibilitar que los alumnos manifiesten los conocimientos que poseen, así
como encontrar estrategias que faciliten y estimulen esta manifestación.
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Diferentes métodos de enseñanza
Estos autores afirman que, en una primera gran clasificación, podemos dis nguir
dos métodos bien diferenciados para la enseñanza de la lectura y la escritura: el
método sinté co o foné co y el analí co o global. Cada uno de estos dos métodos
corresponde a una de las dos rutas de acceso léxico: la ruta fonológica se
desarrolla con los métodos foné cos y la ruta visual en los globales. Ambas rutas
son necesarias para la lectura hábil de un sistema foné co. Desde un punto de
vista didác co, en pocas ocasiones uno u otro método es llevado a la prác ca en
su forma estrictamente pura. Con frecuencia, se ende a la prác ca de métodos
que impliquen un trabajo en ambas rutas, dando lugar a los denominados métodos
mixtos.
E n términos generales, los métodos sinté cos parten de los elementos más
simples y, al mismo empo, más abstractos del lenguaje, las letras (grafemas) y sus
correspondientes sonidos (fonemas), para llegar de forma progresiva a los
elementos más complejos, las palabras y las frases. En cambio, los métodos
analí cos parten de un todo con sen do, la palabra o la frase, para llegar al
grafema y al fonema siguiendo un proceso de análisis. Los métodos mixtos
combinan ambos procesos u lizando indis ntamente elementos simples y
complejos.
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S. Molina (1991) hace una clasificación de los diferentes
métodos que aparecen según el elemento del que se
parte, dando lugar a:
Parten del conocimiento de las unidades más simples, las letras. Primero, se
enseñan las vocales y, después, las consonantes. Una vez aprendidas estas, se
pasa a la sílaba, de ella a la palabra y por último a la frase.
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3. Métodos de progresión analítica suavizada
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La funcionalidad
Como vemos, los dis ntos métodos de enseñanza imponen al alumnado unas
determinadas vías de aprendizaje. En el método sinté co se parte de la
organización progresiva de las formas entendidas como más elementales (relación
sonido-gra a). En el método global analí co, el factor más importante es la
significación de los textos. Para llegar a la relación sonido-gra a se parte de
elementos con sen do, la palabra o la frase. Pero, a menudo, el trabajo sistemá co
sobre dichas frases con el fin de facilitar al niño la comparación y abstracción de
las correspondencias entre sílabas, sonido y gra as pone pronto en crisis la
funcionalidad. La importancia que inicialmente se quiere otorgar a los aspectos
semán cos del texto queda absorbida por los aspectos más mecánicos. Del mismo
modo, esas frases y esas palabras han de par r del interés de quien aprende, en
este caso, el niño o la niña. El valor del método analí co se perderá, si par mos de
elementos sin sentido para ellos.
Ejemplo
Algo similar ocurre con frases como las que hemos encontrado en antiguas
cartillas de lectura del po: «Zoilo zurcía zapatos en Zaragoza» para la enseñanza y
prác ca del fonema y sus diferentes gra as. Frase completamente desligada del
mundo infan l y sin significado alguno para niños y niñas en edad escolar (y, en
realidad, sin significado funcional tampoco para los adultos).
E n cualquier caso, cuando el sen do de los textos no llega hasta más tarde, la
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funcionalidad entra en crisis. Si segmentamos los contenidos en pequeñas partes
(letras) par mos de una lógica adulta. Ahora bien, si aceptamos una escritura
diferenciada, haremos la adecuación pensando en el alumnado. Hacer escribir a los
niños cosas que no enen sen do ni funcionalidad parte de la lógica de las letras.
Esta transposición hace que la lectura y la escritura se vacíen de sus significados
funcionales y culturales. El proceso de alfabe zación se disocia del uso funcional
del texto escrito. En consecuencia, puede provocar una pérdida del interés o la
motivación por el aprendizaje de la lectoescritura .
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Direccionalidad de la enseñanza
Entre los conocimientos que el niño aporta a los intentos del adulto para ayudarlo
a aprender a leer y escribir, cobra un valor fundamental la convicción de que el
texto escrito transmite un mensaje. Si el niño aprende que, en los libros, en los
periódicos, en las e quetas de productos, en los anuncios, los signos gráficos que
aparecen dicen, pronto querrá saber qué es ese algo. Enseguida, interactúa con el
adulto preguntando «¿qué pone aquí?» o solicitando «léeme esto». La mo vación
aparece por la necesidad de saber del propio niño. Por ello, el acceso al código ha
de estar inscrito en contextos significa vos para él. Si el código se trabaja de una
manera aislada, descontextualizada, no sólo no se aprovecha el bagaje, sino que se
en ende la lectura como la mera enumeración de sonidos, letras o palabras.
Aprovechar los conocimientos de cada niño, fomentar sus interrogantes y
responderlos es fundamental para una adecuada enseñanza de la lectura.
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El error
Ejemplo
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La teoría constructivista
La teoría constructivista
Función de la escritura
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Código de transcripción del Como sistema de
habla representación
Reflexión
Primero: hacer que el niño entre en el mundo del escrito por medio de
la interacción de portadores con soporte de texto.
Segundo: hacer que se apropie del lenguaje escrito, o sea, que esté
inmerso en toda una cultura letrada.
Tercero: leer y escribir.
Cuarto: producir y comprender textos escritos.
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El entorno
Cuando el niño aún no sabe leer, dos cosas enen que estar presentes en su
vida, tanto en la clase como en la familia: la capacidad de producir, desde el
punto de vista gráfico y la lectura del adulto. El adulto ene que ser lector
para que el niño sea escritor, porque si no escucha la lectura antes de escribir,
no podrá escribir.
La funcionalidad
Otra de las ideas es considerar que la alfabe zación inicial fue muy ú l por
todo el trabajo analí co, de cómo están formadas las palabras, sus partes,
enseñar las letras, etc. Pero no ene más funcionalidad que para el análisis
dentro de la enseñanza de la lectura y la escritura, el resto de la escritura está
en los libros, en los periódicos, en las revistas o en los productos comerciales.
Los soportes están presentes porque la escritura es simbólica, no ene una
realidad sica si no es por medio del soporte en el que está presente. Hay que
poner siempre soportes presentes dentro de la clase. Este soporte gráfico
presente, con el cual el alumno interactúa, es el principio de la interacción con
el material escrito. El lenguaje escrito ene una realidad. La escritura es un
objeto simbólico, representa otra realidad.
Deberá haber un agente social que pueda leer las marcas gráficas. Para que
estas se puedan conver r en objetos lingüís cos, el niño ene que escuchar a
alguien que hace la transformación de las letras en lenguaje. Desde el punto
de vista constructivista, todas las primeras experiencias en el conocimiento de
la lectura y la escritura son el producto de una interacción de diferente tipo:
Con el material gráfico, tal como está presente en el entorno, con el que
los niños y niñas interactúan.
Unos conocimientos que el adulto hace posibles por la transmisión
social.
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Estas dos fuentes, el niño, por una parte, en su interacción con el material y
sus esquemas de asimilación y el adulto con su transmisión del conocimiento
social, son las dos fuentes de elaboración del conocimiento.
El alumnado
El profesorado
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El contexto
Las actividades
El ambiente alfabetizador
Por otra parte, todos los conocimientos que llegan por parte del adulto, que
interactúa con el niño y con la escritura, dan también lugar a un proceso de
asimilación que es: escuchar, contextualizar el lenguaje de los libros y el
lenguaje de la conversación, la información sobre lo impreso, la simulación del
acto de lectura que hace el otro o la otra y que el niño o la niña puede imitar,
la identificación de los carteles, de las etiquetas, de los signos, etc.
Toda la producción propia del niño, junto con el material y la interacción con
el adulto, forma lo que el construc vismo denomina el ambiente
alfabetizador.
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El primero, dice Ana Teberosky, es más democrá co, está en todas partes, es
gra s. En cambio, el específico es más selec vo. Hay que comprarlo. Así
mismo, el primer po de texto suele ser una unidad pequeña una frase o una
sola palabra, en cambio, el segundo está configurado como texto.
La formulación de hipótesis
Lo primero que ene lugar es el descubrimiento por parte del niño de que
estos portadores de texto pueden decir algo, que sirven para leer, que enen
cosas que llevan nombres y que estos nombres dicen algo. Cuando se le
pregunta a un niño de 3 o 4 años ¿qué has escrito aquí?, puede aceptar que,
lo que es un objeto inerte, dice algo. Este es el punto de par da para dar
intencionalidad comunicativa a la lectura y la escritura.
Esta idea contrasta con la posición conduc sta de que existe una etapa
logográfica no lingüís ca antes de empezar a aprender a leer y a escribir. En
contra de esto, el construc vismo opina que el niño siempre se da cuenta de
que se ha de hablar, se ha de comentar el escrito y que puede pedir a un
adulto que se lo lea. A par r de aquí, hay todo un desarrollo hasta que se da
cuenta de que la relación entre la escritura y el lenguaje pasa primero por una
unidad como la sílaba.
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Pero no acaba ahí. Todo el proceso de alfabe zación y de contacto con
escritores lectores y con material escrito, no es una situación sólo de ida, sino
que ene un efecto recíproco sobre el propio desarrollo del lenguaje y sobre
la capacidad cogni va de la gente, o sea, actuando pedagógicamente sobre el
aprendizaje del niño, este proceso ya no será el mismo influenciado por el
contacto con la representación escrita. Por ejemplo, su conciencia de la
segmentación del habla no será la misma. Muchas inves gaciones
demuestran que contamos como fonemas segmentos que son grafemas, es
decir, signos gráficos, porque tenemos una representación influida por la
ortogra a de lo que es la pronunciación y la fonología. Contamos, como
fonemas, letras que son mudas, que no tienen sonido.
Sabemos que la percepción del habla no es la misma para una persona que ha
aprendido a leer y a escribir que para otra que no conoce el código
lectoescritor. Ana Teberosky pone el ejemplo siguiente, una persona que haya
oído, la palabra técnica Doupuytren, referido a la enfermedad síndrome, dirá
Duputrén, Dupitén, sólo hay posibilidad de reproducción exacta de
determinadas palabras cuando ha habido contacto con el escrito.
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provocar conflicto y cada niño lo aborda con diferentes recursos. Emilia
Ferreiro (1987), cuando habla de los procesos construc vos de apropiación
de la escritura, nos dice que, al principio, los intentos de escribir del niño dan
como resultado una gra a-dibujo que man ene una similitud figural con el
objeto. Es decir, se parece al objeto cuyo nombre quiere escribir. Esta es una
etapa en la que podemos hablar de iden ficación entre ambos códigos, el
icónico y el de los signos.
Después de superar la iden ficación entre letra y dibujo, cuando el niño pasa
a considerar las letras como gra as de cualquier forma, estas son vistas como
lo que no es el dibujo, pero nada más. Las letras sólo son letras y, por lo tanto,
dicen letras. No son todavía objetos sus tu vos de nada. La imagen y el texto
pueden compar r el mismo espacio gráfico sin mantener relación entre sí. En
particular porque se tratan como dos sistemas independientes.
Los inicios de las letras como objetos sustitutivos aparecen cuando el niño
atribuye el valor de significación del objeto a las grafías-letras. Sin embargo, al
principio, esta atribución es una puesta en relación del conjunto de letras con
el objeto de que representan, no con la pauta sonora que a su vez representa
oralmente el objeto. Ante un mismo conjunto de letras, el niño hace
atribuciones de significados diferentes. No le preocupa la repetición de letras.
Suele afirmar que las letras dicen el «nombre» del objeto, como si el «nombre»
fueran las mismas letras. El criterio o estrategia que utiliza para hacer esta
atribución de significado es, casi siempre, el de proximidad al objeto o dibujo.
De este modo, si situamos las mismas letras más cerca de otro dibujo, las
mismas letras pasarán a ser el nombre del nuevo dibujo. El niño no conserva
todavía la atribución del significado que otorga.
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la etapa a la que corresponden.
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Proceso interactivo
Hay que enseñar al niño a escuchar y también a mirar. Como enseñó Piaget
(Suiza 1896-1980), no podemos mirar sino aquello que conocemos. Sólo es
observable aquello para lo cual tenemos esquemas de observación. Por eso,
hay que enseñar también a mirar las ilustraciones, porque no es evidente que
sea legible todo lo que está en la imagen.
La corrección i
Ya hemos dicho que, en la mayoría de los métodos, los errores enden a ser
evitados, ya que se consideran nega vos para el aprendizaje. Par endo del
proceso evolu vo del alumnado y teniendo en cuenta las diferentes etapas
por las que ha de pasar, el error cobrará también otro sentido.
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El significado.
El sentido.
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Aspectos de la enseñanza
Aspectos de la enseñanza
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La programación
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Cómo enseñar
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Cómo evaluar
La técnica de evaluación debe explicitar los obje vos que concurren y cómo
se van aplicando y configurando. La pauta de evaluación ha de ser simple para
que sea ú l y permita ser ampliada en aquellos aspectos que interesen en
cada momento. Así mismo, se evaluarán también las estrategias que cada
alumno u liza en el proceso de aproximación a los contenidos que debe
adquirir e identificar en qué punto del proceso está.
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Ideas clave
Ideas clave
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Contraportada
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