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CONCLUSIONS CAP 1

El tráfico de personas obligó a las familias restantes del grupo de estudio a adentrarse en las
cabeceras altas de los ríos, escapando de las atrocidades cometidas en su contra. Este
desplazamiento hacia las partes altas de los ríos les ofrecía una seguridad alimentaria para sus
familias y el desarrollo de sus actividades básicas de sustento. Los comuneros matsigenka
estaban caracterizados por los lazos de solidaridad y reciprocidad con sus pares estando en las
cabeceras de los ríos. Esto obedecía a la diversidad de recursos alimenticios que les ofrecía el
bosque.

Las salidas grupales en las expediciones de caza, pesca o recolección servían como medio para
socializar y educar a los miembros más jóvenes del grupo familiar en las actividades cotidianas
de las familias. Los niños y niñas aprendían a través de la observación y repetición, las
habilidades y capacidades que los preparaban para su desempeño en su adultez. Mientras que
para los niños el aprendizaje era más flexible, las niñas estaban colectiva y socialmente
presionadas para aprender desde pequeñas las labores del hogar. A través de este proceso de
socialización temprana, los niños y las niñas aprendían a través de la observación y repetición
de las actividades de sus padres en el itinerario del día relacionado a la caza, chacra y pesca.
Asimismo, se hacían pesca y caza de manera individual para poner en práctica estos
conocimientos adquiridos.

Se practicaban actividades de pesca, caza, el cultivo de la chacra y la recolección. Las técnicas


de pesca estaban orientadas al pankonarentsi, con el uso predominante de la flecha y el uso
posterior de la escopeta. Los hombres fabricaban canastas llamadas kántiri para usos en la
pesca con barbasco y transporte de los peces. Las mujeres fabricaban canastas de uso para el
cultivo de la chacra. La caza era predominante masculina con unas dietas alimenticias que
prescribían abstinencia sexual, el no consumo de alimentos ricos en azucares y de sal.
Asimismo, los perros eran parte de los medios para adquirir alimentos para las familias
matsigenka a través del consumo de un brebaje de piripiri preparado por el hombre. Existían
también dietas restrictivas relacionadas con lo anteriormente mencionado en el párrafo
anterior. Aún en la actualidad, algunas familias lo mantienen así.

La poliginia era una institución aceptada socialmente entre los matsigenkas, siendo los
hombres los más beneficiados ya que podían contraer matrimonios con varias mujeres al
mismo tiempo. Las características de estos matrimonios eran de carácter sororal, es decir,
casarse con dos o varias hermanas a la vez. Además, las niñas que servían a las esposas podían
convertirse en la siguiente esposa del hombre matsigenka. Los matrimonios eran de residencia
matrilocal y la unidad doméstica era la familia extensa conformada por este tipo de
matrimonio resultado de la poligamia.

Dentro del contexto del contacto con los misioneros dominicanos y los del ILV inicia el proceso
de evangelización en el Bajo Urubamba, bajo la autorización del Obispo del Vicariato de Puerto
Maldonado, logrando la conversión de los matsigenka al catolicismo. En este escenario, el
contacto posterior que se hizo con los abuelos matsigenka a través de la “seducción” con las
herramientas de metal y el acceso a una educación para los niños y niñas matsigenkas, ha
cambiado su patrón de alimentación tradicional. En otras palabras, con este cambio respecto a
los hábitos y dietas alimenticias debido al contacto a través del asentamiento en los caseríos
construidos alrededor de una misión o del instituto lingüístico de verano, se tomó contacto por
primera vez con los alimentos procesados. Se produjo un choque cultural alimentario donde
intervinieron varios elementos gustativos, mágico-religiosos, económicos, sociales y culturales.
Existía una relación entre la educación de los primeros docentes bilingües con la adaptación de
los nuevos alimentos en su lugar de destino (Yarinacocha), al estar “acostumbrados” a comer
la dieta tradicional consistente a base de pescado, carne de monte y cultivo de tubérculos en la
chacra.

En este capítulo hablo también de una añoranza hacia un pasado caracterizado por la
diversidad de recursos naturales relacionados con la alimentación. La mayoría de los
comuneros abuelos maneja este tipo de discursos cuando hablan de su añoranza al pasado;
según ellos, en el pasado todo era mejor por la diversidad de recursos alimenticios. La
añoranza hacia los alimentos del pasado estaba relacionada con el placer en la búsqueda de
los mismos, por la enorme disponibilidad que había en las cabeceras altas de los ríos donde
habitaban las primeras familias matsigenkas. Por ello, los lugares de procedencia eran
símbolos de diversidad de recursos alimentarios mientras que los lugares de destino final de
estas familias se caracterizan por una escasez de recursos alimentarios.

En relación a los jóvenes y los alimentos de “afuera” estamos presenciando la disociación de la


identidad matsigenka al preferir comer lo de “afuera”, lo cual está relacionado además con el
gusto adquirido en estos espacios urbanos

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