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LA ANCHOVETA
Y EL EJEMPLO DE CARAL
Hace 5.000 años, los integrantes de la sociedad Caral del valle de Supe y los
pobladores de otros valles del área norcentral intensificaron el aprovechamiento de
esta especie mediante la organización del trabajo colectivo, la aplicación de una
tecnología de pesca con redes de algodón, el salado y secado masivo y su
distribución a través de esferas de interacción implementadas en el territorio
regional e interregional.
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Entre todas las especies que viven en el área norcentral del Océano Pacífico, que ha
sido calificado como uno de los mares más productivos del planeta, la anchoveta
ocupó un lugar preferencial en la mesa de los habitantes de entonces debido a sus
condiciones físicas que facilitan su deshidratación y conservación y a sus
propiedades nutritivas. Restos de anchoveta han sido recuperados tanto en las
viviendas como en los edificios públicos de los asentamientos urbanos de la
civilización Caral; esto revela que fue utilizada en la dieta cotidiana y en los
festines que se celebraban en las ciudades y pueblos. Su importancia simbólica y su
significado sociocultural están indicados en el uso recurrente que se hizo de esta
especie en las ofrendas incineradas en los fogones de los salones ceremoniales de
los edificios piramidales. Por su alto valor nutritivo, su contribución a la dieta
alimenticia habría sido crucial para sustentar el precoz desarrollo de la civilización
Caral.
Mediante procedimientos de salado y secado sobre los cerros cercanos al mar, las
poblaciones de la civilización Caral conservaron y almacenaron este pescado por
largo tiempo. Con esta abundante especie marina se promovió, primero, el intenso
intercambio entre pescadores y agricultores y así, mediante el comercio se
enriquecieron determinados grupos, y se estableció una compleja esfera de
circulación de bienes en la que participaban poblaciones de costa, sierra y selva en
el área norcentral.
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cerros vecinos al litoral norcentral y, asimismo, la continuidad del comercio de la
anchoveta seca con pueblos de la sierra y de la selva.
Aspectos nutricionales
Actualmente, la American Heart Association y numerosas investigaciones
biomédicas señalan la importancia del consumo de pescado, específicamente del
pescado graso o azul, en la dieta cotidiana con la finalidad de prevenir
enfermedades cardiovasculares y estimular una adecuada nutrición. En el mar
peruano contamos con este tipo de pescados, como la caballa, el jurel, la sardina, el
atún, el bonito y en especial, por su abundancia y sus excelentes características
nutricionales, con la anchoveta, también conocida en varios lugares con los
nombres de boquerón, bocarte y seito.
Resulta incorrecto, y atenta contra los derechos de los peruanos, destinar el uso de
la anchoveta solo para la producción de harina de pescado, cuando tenemos a un
gran sector de la población de la costa, sierra y selva del país con serias deficiencias
nutricionales. Se hace necesario retomar la tradición de nuestros antepasados
caralinos, que sostuvieron una dieta balanceada para ellos y para los habitantes de
otros valles, enriqueciendo su propia economía. En esas condiciones construyeron
asentamientos urbanos con arquitectura monumental, sus autoridades organizaron
el espacio construido y las actividades de cada población local y de la sociedad de
la cuenca, y sus especialistas se dedicaron a la ciencia y su aplicación tecnológica.
Son destacables sus logros en arquitectura, ingeniería, genética, hidraúlica,
astronomía, medicina, agronomía, entre otros. Se adelantaron, así, en organización
económica, social, política y en la producción de conocimientos a otras poblaciones
contemporáneas del Perú y de América.
Recuperando la tradición
El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe, con la colaboración del Dr. Carlos
Cavero, a quien debemos también la información nutricional, organizó en junio del
2005, en el pueblo de Caleta Vidal en Supe, el Primer Festival Gastronómico de la
Anchoveta. El objetivo era promover la reinserción del consumo de esta especie
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para mejorar la alimentación del poblador supano y, por extensión, de los peruanos;
y que podamos tener acceso a una extraordinaria fuente de nutrientes a muy bajo
costo. Esta actividad pretendió recuperar comportamientos tradicionales en
gastronomía y fomentar la comercialización de esta especie en beneficio de los
habitantes de la costa y del interior del país. Entre los platos tradicionales que se
degustaron en aquella ocasión destacaban: charquican, picante de anchoveta con
olluquito, causa escabechada de anchoveta, cebiche de anchoveta al estilo de
Carquín y ensalada de anchoveta con pallares.
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CARAL
ESTAMBOTE:
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Publicado por ALBERTO MOSQUERA MOQUILLAZA en 15:25 0 comentarios
Etiquetas: Caral, Germán Súnico y Elbita Vásquez Vargas
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