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UNIVERSIDAD TECNICA DE

ESMERALDAS
LUIS VARGAS TORRES

FACULTAD:
CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y ECONOMICAS

CARRERA:
CONTABILIDAD Y AUDITORIA 1 “A”

INTRODUCCIÓN AL DERECHO I

NOCIONES GENERALES, ETIMOLOGÍA Y


ORIGEN DEL DERECHO, CONCEPTOS DEL
DERECHO

INTEGRANTES:
 BARRE SANTAMARÍA NAHOMY NICOLLLE
 CATAGUA VELEZ MICHELLE LILIBETH
 COX GONZÁLEZ JULISSA ALEJANDRA
 CHEME HERNÁNDEZ JAIR PAÚL
 GODOY PALMA WINNER ARLEY
 PROAÑO CARVAJAL DIEGO ARMANDO
 TUFIÑO GILCES LUIGGY RENATO

PROFESOR:
Abg. JOSÉ CORTEZ ALTAFUYA
¿QUÉ ES EL DERECHO?

La palabra proviene del vocablo latino directum, que significa no apartarse


del buen camino, seguir el sendero señalado por la ley, lo que se dirige o es bien
dirigido. En general se entiendo por Derecho, conjunto de normas jurídicas,
creadas por el estado para regular la conducta externa de los hombres y en caso
de incumplimiento esta prevista de una sanción judicial.

Y es que el derecho puede ser analizado desde múltiples dimensiones,


todo depende de la perspectiva que estemos analizando. El derecho constituye
un mecanismo específico de ordenación de la existencia social humana. Con ello
podemos observar que el derecho no está constituido por el tipo de actividades
o dimensiones de la vida humana regulada por él, sino por la determinada forma
en que se produce la regulación de aquellas.

Cuando afirmamos que el derecho es un fenómeno humano estamos


diciendo dos cosas a la vez, el derecho es un producto humano que regula
comportamientos humanos, por otra, el derecho es producido por los seres
humanos en el marco de diversas circunstancias y contextos históricos. En el
marco de esas circunstancias es que debe de ser entendido. De ahí que se diga
que el derecho tiene una vinculación circunstancial con el conjunto de realidades
concretas en el seno de las que surge.

El derecho es resultado de los distintos contextos históricos, de las


ideologías, de los intereses y conflictos predominantes en los mismos. Por eso
varía en sus contenidos en función de las circunstancias históricas y refleja los
caracteres de esas circunstancias. El derecho se destaca por su naturaleza
normativa, los modelos de conducta incluidos en un ordenamiento jurídico
constituyen criterios de comportamiento a los que están sujetos los destinatarios
de ese sistema. En este contenido se afirma que el derecho pertenece al mundo
del deber ser (Alfonso Ochoa , 2005)

Se puede decir que el Derecho es el conjunto de normas que imponen


deberes y normas que confieren facultades, que establecen las bases de
convivencia social y cuyo fin es dotar a todos los miembros de la sociedad de los
mínimos de seguridad, certeza, igualdad, libertad y justicia (Atienza, Manuel,
2001).
Según otros autores:

Para Ulpiano, el Derecho es el "arte de lo bueno y lo equitativo". Para


Kant, el Derecho es el "complejo de las condiciones por las cuales el arbitrio de
cada uno puede coexistir con el criterio de todos los demás, según una ley
universal de libertad". Para Marx, el Derecho "es la voluntad de la clase
dominante, elevada a la categoría de ley" (Orna Sanchez Oswaldo).

Para Herbert Lionel Adolphus Hart en su libro de “El concepto de


derecho”, hay que tener en cuenta las tres principales perplejidades de la teoría
jurídica tal como él las menciona:

1. La primera, es la reducción de las normas jurídicas a ordenes respaldadas


por amenazas.

2. La segunda, es la separación entre el derecho y la moral.

3. La última, es la consideración axiomática del derecho, esto con el fin de


intentar dar una definición aproximada a lo que es el Derecho.

El Derecho según (Hart), es la suma del conjunto de reglas que cumplen


con criterios de validez que establece una regla maestra del sistema a la que le
denomina regla de reconocimiento.

Según Hart, el Derecho debía concebirse como una práctica social,


observable y describible, separada de la moral y desarrollada por las autoridades
estatales, sobre todo por los jueces.

De acuerdo con Fernando Flores Gómez González y Gustavo Carvajal


Moreno, el Derecho es el conjunto de normas que imponen deberes y normas;
confieren facultades, establecen las bases de convivencia social y su fin es dotar
a todos los miembros de la sociedad de seguridad, certeza, igualdad, libertad y
justicia.

El derecho puede abordarse desde diferentes puntos de vista, puede ser


visto como ordenamiento, fenómeno social, como valor o como argumentación.
El derecho como ordenamiento es el conjunto de normas que tratan de regular
la conducta humana mediante ordenamientos, permisiones y prohibiciones;
como fenómeno social, es aquel ordenamiento jurídico que nace para regular la
conducta entre los individuos como grupo y resulta aplicable siempre que se
encuentre en sociedad.

Por otro lado, el derecho como valor corresponde al conjunto de


disposiciones que son de carácter obligatorio y que se encuentran al servicio de
valores sociales, además de tener una finalidad axiológicamente respetable.

En lo que respecta al derecho como argumentación, es aquel conjunto de


normas que se materializan a través del lenguaje, pues éste corresponde al
instrumento fundamental del legislador debido a que las palabras diseñan
normas jurídicas. Asimismo, es relevante señalar el derecho tiene como fin
principal tres cosas: seguridad, justicia y bien común (Michelle williams).

Derecho penal

Se entiende por derecho penal a la rama del Derecho que se encarga de


normar y concebir las capacidades punitivas, es decir, de castigo, que se reserva
el Estado para aquellos que violentan las normas de convivencia o de conducta,
siempre a partir de un principio de proporcionalidad y de imparcialidad.

El derecho penal comprende la creación y el estudio de las leyes penales,


aquellas que contemplan justamente lo que es y lo que no es un delito, así como
el acompañamiento y orientación de las decisiones judiciales en la materia. Pero
no sólo eso, sino que también de los mecanismos con los que la sociedad se
protege a sí misma y la filosofía que existe detrás del castigo y/o la reclusión.

El derecho penal es tan antiguo como la vida en sociedad, aunque existía


inicialmente en leyes de venganza tribal como la Ley del Talión. Gracias al
Derecho Romano surge en Europa como institución jurídica, a pesar de que
luego fue reemplazado por la voluntad inquisitorial de la Iglesia Católica, y
resurgió en la Edad Moderna con las leyes de la República (Equipo editorial,
2021).
Elementos del derecho penal

Todo acto de interés para el derecho penal consta de los siguientes


elementos:

Un delincuente: A quien se acusa de haber quebrantado la ley y quien


ha sido apresado por ello.
Un delito: Una ruptura concreta de la ley atribuible a un delincuente y del
cual haya pruebas, evidencias y versiones.
Una pena: Un castigo o sanción proporcional a la gravedad del delito
cometido e impartido por las fuerzas mismas del Estado.
Un juez: Un ciudadano experto en leyes que supervisa el funcionamiento
del juicio y dictamina finalmente la decisión tomada tras oír a las partes.

¿Qué son los derechos humanos?

Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres


humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen
étnico, lengua, religión o cualquier otra condición. Entre los derechos
humanos se incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni
a esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación
y al trabajo, entre otros muchos. Estos derechos corresponden a todas las
personas, sin discriminación alguna.
Derecho internacional de los derechos humanos

El derecho internacional de los derechos humanos establece la obligación


de los Gobiernos a actuar de una manera determinada o abstenerse de
emprender ciertas acciones, para promover y proteger los derechos humanos y
las libertades fundamentales de los individuos o de los grupos.

Uno de los grandes logros de las Naciones Unidas es la creación de una


normativa integral sobre los derechos humanos: un código protegido a nivel
universal e internacional al que todas las naciones pueden adherirse y al que
toda persona aspira. Las Naciones Unidas han definido un amplio abanico de
derechos aceptados internacionalmente, entre los que se encuentran derechos
de carácter civil, cultural, económico, político y social. También han establecido
mecanismos para promover y proteger estos derechos y para ayudar a los
Estados a ejercer sus responsabilidades.

Los cimientos de este cuerpo normativo se encuentran en la Carta de las


Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
aprobadas por la Asamblea General en 1945 y 1948, respectivamente. Desde
entonces, las Naciones Unidas han ido ampliando el derecho de los derechos
humanos para incluir normas específicas relacionadas con las mujeres, los
niños, las personas con discapacidad, las minorías y otros grupos vulnerables,
que ahora poseen derechos que los protegen frente a la discriminación que
durante mucho tiempo ha sido común dentro de numerosas sociedades.

Los derechos humanos

Son derechos que tenemos básicamente por existir como seres humanos;
no están garantizados por ningún estado.

Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres


humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico,
lengua, religión o cualquier otra condición. Entre los derechos humanos se
incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni a esclavitud
ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo,
entre otros muchos. Estos derechos corresponden a todas las personas, sin
discriminación alguna.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es un


documento que marca un hito en la historia de los derechos humanos.
Redactada por representantes de todas las regiones del mundo de diferentes
culturas y tradiciones jurídicas, la Declaración fue proclamada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su
Resolución 217 A (III) como un ideal común para todos los pueblos y naciones.
Estableció, por primera vez, derechos humanos fundamentales que deben
protegerse universalmente. Desde su aprobación en 1948, la DUDH se ha
traducido a más de 501 idiomas. Es el documento más traducido del mundo, y
ha servido de inspiración para las constituciones de muchos nuevos Estados
independientes, así como para numerosas nuevas democracias. Junto con el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y sus dos Protocolos
Facultativos (sobre el procedimiento de denuncia y sobre la pena de muerte) y
con el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y su
Protocolo Facultativo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos
forman la conocida como Carta Internacional de Derechos Humanos.

Derechos económicos, sociales y culturales

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales


entró en vigor en 1976 y, a finales de octubre de 2016, ya contaba con 164
Estados parte. Entre los derechos humanos que este Pacto busca promover y
proteger se encuentran:

el derecho a trabajar en unas condiciones justas y favorables;


el derecho a la protección social, a un nivel de vida adecuado y al disfrute
del más alto nivel posible de salud física y mental;
el derecho a la educación y a gozar de los beneficios derivados de la
libertad cultural y el progreso científico.
Derechos civiles y políticos

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su primer


Protocolo Facultativo entraron en vigor en 1976. Este Pacto contaba con 167
Estados parte a finales de 2010. El Segundo Protocolo Facultativo fue aprobado
en 1989.

El Pacto recoge derechos como la libertad de movimiento; la igualdad ante


la ley; el derecho a un juicio justo y a la presunción de inocencia; la libertad de
pensamiento, de conciencia y de religión; la libertad de opinión y de expresión;
la reunión pacífica; la libertad de asociación; la participación en asuntos públicos
y elecciones; y la protección de los derechos de las minorías. Asimismo, prohíbe
la privación de la vida; la tortura, las penas o los tratos crueles o degradantes; la
esclavitud y el trabajo forzoso; la detención o prisión arbitraria; las injerencias
arbitrarias en la vida privada; la propaganda en favor de la guerra; la
discriminación y la apología del odio racial o religioso.

Convenciones de derechos humanos

Una serie de tratados de derechos humanos internacionales y otros


instrumentos adoptados desde 1945 han ampliado el derecho internacional de
los derechos humanos. Entre otras figuran la Convención para la Prevención y
la Sanción del Delito de Genocidio (1948), la Convención Internacional sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (1965), la Convención
sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
(1979), la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) y la Convención sobre
los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006).
Clasificación del derecho

El derecho efectivo o positivo: está formado por las leyes, normativas,


reglamentos y resoluciones creadas por el Estado para la conservación del orden
social. Se trata de normas cuyo cumplimiento es obligatorio para todos los
ciudadanos.

El derecho subjetivo: en cambio, es la facultad propia de un sujeto para


realizar o no una cierta conducta. Se trata de la potestad que el hombre tiene, en
conformidad con una norma jurídica, para desarrollar su propia actividad frente
a otro.

El Derecho se divide en público y privado.

El Derecho Público: corresponde a la parte del ordenamiento jurídico


que regula las relaciones entre las personas o entidades privadas con los
órganos que ejercen el poder público, cuando estos últimos actúan en ejercicio
de sus legítimas potestades públicas, sean jurisdiccionales, administrativas,
según la naturaleza del órgano que las ejerce. Esto ocurre de acuerdo con el
procedimiento legalmente establecido y de los órganos de la Administración
Pública entre sí.

Las ramas del Derecho público son:

Derecho Administrativo. Es el conjunto de normas que regula el


funcionamiento del Estado como poder administrador, entre los distintos órganos
administrativos y su relación con los particulares.

Derecho constitucional o político: Se ocupa del análisis de las leyes


fundamentales que define un estado.
Derecho Privado

Este es el que se ocupa de las relaciones jurídicas entre particulares. En


otras palabras, entre individuos y empresas con personalidad jurídica, parte de
la igualdad de condiciones y sin interferencia de los intereses del estado.
Derecho Laboral:

Se refiere a las relaciones entre los patrones y sus empleados, fijando


sus deberes y derechos recíprocos, así como la protección del trabajador.

Derecho Tributario:

Es el conjunto de reglas, normas y principios que se encargan de regular


la relación jurídico-tributaria entre la administración y el contribuyente.

Características del derecho

Proviene de la Antigüedad.

Cuando surgieron las primeras formas de Ley y de Estado. La


comprensión actual de las leyes y del mundo jurídico debe mucho de su ser a
las leyes de la Antigua Roma (el Derecho romano), y a los profundos cambios
filosóficos que se dieron en Occidente durante el Renacimiento, gracias a la
influencia del Humanismo y después de la Ilustración.
Es de carácter normativo.

Abarca un conjunto de normas, reglas y directrices válidas dentro de una


realidad social y un marco cultural determinados. Se trata generalmente de
reglas obligatorias de conducta.

Se sustentan en la bilateralidad.

Requiere de la interacción de dos o más personas, de manera recíproca,


dado que las leyes funcionan de manera heterónoma: la sociedad (afuera) nos
impone las normas a los individuos con los que debemos regirnos, sin importar
en principio si estamos o no de acuerdo.

Aspira a la inviolabilidad.

Castiga con sanciones a quienes violentan las normas, para impedir que
el hábito de romperlas termine por despojarlas de su sentido.

Opera como un sistema de normas.

Se establecen de manera ordenada, convergente, evitando


yuxtaposiciones y arbitrariedades. Se trata de un aparato jurídico.
¿CUAL ES LA ETIMOLOGIA DEL DERECHO?

El primer antecedente conocido de una disciplina de iniciación a los


estudios jurídicos se halla en el siglo XIII con la obra Spculum iuris de Guillermo
Duarte, posteriormente las cátedras de derecho natural existente en las
principales universidades europeas a partir del siglo XVII, se proponía exponer
los fundamentos éticos fisiológicos del derecho y también dar un tema de visión
sistemática del mismo en sus diferentes ramas pero fue en el siglo XIX cuando
apareció la disciplina que ofrecía un cuadro completo del mismo a través del
estudio de sus nociones fundamentales, en 1808 el profesor Carré decano de la
facultad de derecho de Rennes, pública la introducción general al estudio del
derecho 1819 aparece la obra Lerbette introducción al estudio fisiológico del
derecho por fin en 1840 el filósofo Víctor Cousin crea la primera cátedra de
introducción al derecho en universidad de París

Desde entonces en su breve y joven historia la introducción al derecho se


desarrolla en una trayectoria accidentada a causa del influjo que ejercen sobre
ella las diversas corrientes de pensamiento algunas veces cambia su nombre
por principios generales de derecho, principios de la legislación universal etc. En
otras el cambio afecta a la originación de su contenido por la lucha que sostiene
en la época, el socilogismo, la dogmática jurídica y la filosofía del derecho
renacida a fines del siglo XlX.

En las diversas lenguas modernas, germánicas y latinas, se usa


indistintamente la palabra derecho y la palabra recto, para significar el Derecho.
Así, en inglés, se dice right; en alemán, recht; en holandés, reght; en francés,
droit; en italiano, diritto; en rumano, dreptu, etc.

La palabra Derecho se usa en dos sentidos:

1. Como facultad reconocida al individuo por la ley para llevar a cabo


determinados actos, o un conjunto de leyes o normas jurídicas, aplicables
a la conducta social de los individuos.
2. Como conjunto de reglas o disposiciones que rigen la conducta de los
hombres en sus relaciones sociales.

Terminología del derecho administrativo

Atendiendo a las materias o actividades que afectan a la sociedad surge


la necesidad de regularlas jurídicamente, por lo que el Derecho Administrativo
se ha formado con una terminología jurídica, técnica, económica y contable.

La terminología jurídica la podemos subdividir en la propia, la que adopta


del derecho común y la que va surgiendo o tiene su origen en la doctrina.
La terminología propia va en aumento con la evolución del derecho
Administrativo, la doctrina se está encargando de enriquecerla.
La terminología técnica es la segunda en importancia dentro del Derecho
Administrativo. Hay que acudir al técnico correspondiente para que nos
resuelva el alcance que tiene una terminología técnica.
La terminología económica. La mayoría de las leyes expedidas o que
están en vigor tiene un origen económico, así como las reformas
constitucionales y a ordenamientos del derecho privado.
La terminología contable no tiene en el Derecho Administrativo la
influencia que posee en el derecho tributario, pero se le encuentra con
cierta frecuencia.
CONCEPTO Y DEFINICIÓN DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

Rafael Entrena Cuesta, tratadista español, define el Derecho


Administrativo como “el conjunto de normas del derecho público interno que
regulan la organización y actividad de las administraciones públicas”. Para el
autor argentino Rafael Bielsa, el Derecho Administrativo es el conjunto de
normas jurídicas que regulan las relaciones entre la administración pública y los
administrados. Es el conjunto de normas positivas y de principios de Derecho
público de aplicación concreta a la institución y funcionamiento de los servicios
públicos y al consiguiente contralor jurisdiccional de la administración pública.
Para Emilio Margáin Manautou el Derecho Administrativo es el conjunto de
normas y de principios que regulan la administración pública en sus relaciones
con los particulares, con los demás poderes de la Unión y entes públicos, su
organización interna, la prestación de los servicios públicos y explotación de sus
bienes, así como el control de la legitimidad de sus actos.

La palabra ius de origen romano es traducida en la lengua portuguesa


como “direito” El término diritto, sin embargo, no proviene de ius, sino de
directum, siendo éste el término que dio origen a las traducciones de ius en las
lenguas modernas, por ejemplo: derecho, droit, diritto, recht, right, etc. (Sara,
2018).

En la Edad Media, se prestó mayor atención a los procesos de


transformación fonética, pero definidos de manera acomodaticia, para satisfacer
el prejuicio de encontrar el vocablo originario (étimo) en una lengua
predeterminada4. La etimología cobra un carácter científico con la Lingüística
Histórico-Comparativa. El punto de partida fue el anuncio en 1786 por sir William
Jones de su convicción de que el sánscrito, el griego y el latín y probablemente
también el gótico, el celta y el antiguo persa procedían de una fuente común
quizá desaparecida. La hipótesis la demostraron en la primera mitad del siglo
XIX lingüistas de la talla de Franz Bopp, Friedrich von Schlegel, Rasmus
Christian Rask y Jakob Grimm, que pusieron las bases de la reconstrucción de
aquella lengua común conocida como indogermánico o indoeuropeo5. Desde el
punto de vista terminológico, se abandonó la denominación “etimología”
alternando con “analogía” para designar la morfología. (porque enseñaba a
remitir una palabra a su forma flexiva considerada original: el nominativo en los
nombres, el infinitivo en los verbos), para pasar a significar la “ciencia que
investiga los étimos de las palabras de una lengua dada, tratando de determinar
las causas y circunstancias del proceso evolutivo” (Díaz, 2019).

RELACIONES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO CON LAS DEMÁS


RAMAS DEL DERECHO

- Derecho Constitucional. El Derecho Constitucional encierra todas las


normas que se refieren a la estructura misma del Estado, a la organización y
relaciones entre los poderes públicos y a los derechos fundamentales de los
individuos. Han derivado del Derecho Constitucional dos ramas: la del Derecho
Administrativo y la del Derecho Procesal, reguladora cada una de ellas de la
organización y funcionamiento de los Poderes Ejecutivo y judicial
respectivamente. Las leyes que regulan al detalle la organización de las
autoridades administrativas, y que forman parte del Derecho Administrativo,
habrán de tomar como base los principios que la Constitución establece al crear
el Poder Ejecutivo, al determinar sus relaciones con los otros Poderes del
Estado, al precisar la intervención que los Secretarios de Estado y Jefes de
Departamentos Administrativos tengan en la actuación de aquel Poder.

Las actividades patrimoniales del Estado que originan múltiples relaciones


de carácter administrativo, tendrán que desarrollarse sobre las bases que la
Constitución establezca al organizar el patrimonio del Estado.

Las normas relativas al funcionamiento de la Administración tendrán que


ser necesariamente influidas por la mayor o menor extensión que dentro del
sistema constitucional se dé a las atribuciones del Estado.

Las normas de Derecho Constitucional, del cual se desprende el


Administrativo, constituyen las bases, o como dicen algunos autores, los
encabezados de capítulo del Derecho Administrativo.
Fuentes del derecho

Encontramos que las fuentes del Derecho se dividen en tres grandes


apartados:

I. Fuentes Formales: Son los procesos de creación de las normas


jurídicas, éstas a su vez se dividen en:

Ley o legislación: Proceso por el cual uno o varios órganos del Estado
formulan y promulgan reglas jurídicas de observancia general a las que
les da el nombre de leyes.
Costumbre: Es el uso implantado en una colectividad y considerado
obligatorio. Es considerada como la manifestación histórica del Derecho.
Es la observancia uniforme y constante de reglas de conducta
obligatorias, elaboradas por una comunidad social para resolver
situaciones jurídicas. Las normas que tienen como origen la costumbre,
reciben, en conjunto, el nombre de Derecho Consuetudinario (nacido de
la costumbre).

II. Fuentes Reales: Son los factores y elementos que determinan el


contenido de las normas.

III. Fuentes Históricas: Son los documentos que encierran el contenido de


una ley o conjunto de leyes.

Para Emilio Margáin Manatou las fuentes de esta rama del Derecho son:
La ley, el reglamento, la jurisprudencia, los convenios o tratados internacionales
y la doctrina. De acuerdo a nuestro criterio, nos vamos a quedar con la siguiente
clasificación de las fuentes del Derecho Administrativo: La ley, el reglamento, la
costumbre y la jurisprudencia.

Para poder comprender mejor lo mencionado anteriormente, vamos a


referirnos a los principios generales del Derecho como los principios que explican
y justifican las reglas jurídicas, y dan sentido al funcionamiento del sistema
jurídico. Son los informadores del Derecho Administrativo y controlan las
potestades administrativas.
Las teorías del derecho público se preocupan por encontrar sus propias
soluciones, en las que predomina el interés público, sin menoscabo de cualquier
otro interés, que puede ser considerado en la estructura general de una
institución administrativa las opiniones del derecho público han definido la
relación de los funcionarios y empleados con el Estado en la siguiente forma:

1° La que sostiene que es un acto unilateral del Estado.

2° La que afirma que es un acto contractual.

3° La que lo considera como un acto condición.

4° La teoría del estatuto legal y reglamentario.


La teoría del estatuto legal y reglamentario, se presenta cuando las relaciones
del Estado con sus trabajadores se regulan de manera estatutaria o
reglamentaria.

Los derechos y obligaciones de los servidores públicos se fijan en las


leyes y reglamentos. Es un acto unilateral del Estado que fija las condiciones
que juzga necesarias para el servicio, sin que intervenga la voluntad del
empleado, pues es facultad exclusiva de los Poderes de la Unión.

El funcionario además de los derechos que le reconoce la ley, tiene


obligaciones que aseguran el interés del servicio.
Aquí nace la teoría del servicio civil, que estipula que, en este régimen
jurídico, el. Estado es el único que debe vigilar que se asegure el interés
general y las ventajas de los propios servidores públicos. Correlativamente el
sistema reconoce derechos a los trabajadores, que ningún caso se deberán
oponer al interés general. El nombramiento de estos trabajadores descansa en
un acto de soberanía, que casi siempre se regula por la Ley Federal del
Trabajo, el Código Federal de Procedimientos Civiles, las leyes del orden
común, la costumbre, el uso, los principios generales de derecho y la equidad y
sobretodo la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado
reglamentaria del artículo 123 constitucional.
¿Cuál es el origen del derecho?

Desde las más antiguas organizaciones sociales, tenemos algunas


referencias que nos permiten afirmar, sin lugar a dudas, que, en toda
organización social, el derecho está presente, como el factor de cohesión para
el desarrollo de la civilización, las primeras ciudades y los grandes reinos de la
antigüedad. Tanto en Egipto, como en el creciente fértil, los reinos crecieron
con el orden que impone el derecho, por ello el derecho y la justicia nace con
las primeras civilizaciones.

Las evidencias de las primeras civilizaciones, nos dejan una huella clara
de un proceso de organización que permite distinguir un orden primigenio, la
simple cacería, por ejemplo, implica un proceso organizativo para llevarla a
cabo con éxito y de forma breve, evitando el ataque de otros animales, la
competencia con otros grupos o dejar expuestos a sus familias al ataque de
algunos depredadores o enemigos, mientras se salía a cazar. Y es que las
primeras evidencias de los antecesores de los seres humanos, ya sea que se
le denomine hombre de Java1, hombre de Pekín2 o de Cro Magnon3, siempre
están asociadas a un grupo, de las especies que habitan nuestro planeta, el ser
humano constituye el menos dotado para cazar y combatir, por ello la cacería
de los grandes animales ya sea para alimento o por defensa, debía realizarse
en forma grupal, la coordinación que se requería es producto de un orden a
respetar, así como la posterior división de las ganancias, si esos grupos
primitivos solo hubieran respetado la fuerza se habrían aniquilado entre ellos,
pero por el contrario esos grupos florecieron y fueron desarrollando formas más
avanzadas de cacería y de defensa, dejando vislumbrar que cierto orden debió
estar presente tanto en la actividades de caza y recolección como de
convivencia en las cuevas.

Antes del desarrollo de la civilización en Egipto y Mesopotamia,


podemos suponer que existía un orden para los pueblos primitivos, pero
después de ellos queda claro, que ya existía una clara organización basada en
el derecho, lo que permitió su florecimiento y también fruto de las evidencias
arqueológicas, podemos suponer, que existían una separación entre una clase
dominante y el pueblo en general. No podemos afirmar que existían derechos
humanos, pero resulta lógico suponer que no solo la fuerza mantenía la
cohesión del grupo, también un grado de respeto a los miembros de la
sociedad, ya que de otra manera se hubieran desintegrado, por ello me atrevo
a afirmar, que la organización social da origen al derecho y a la creación de los
Estados, el derecho es entonces, la amalgama que permite la cohesión en la
sociedad.

El derecho es una importante figura jurídica de larga tradición, pues su


origen se remonta al siglo XIII, por lo tanto, estamos en presencia de una
realidad jurídica muy antigua y de enorme trascendencia para la tutela de los
derechos humanos, que inicia su recorrido por muy variados ordenamientos
jurídicos internos, una vez que estos llegan a tomar forma en el derecho
internacional; asimismo es importante destacar la fuerte tradición del derecho al
debido proceso, la que ha sido posible por su carácter tan pretérito en el mundo
de las ideas jurídicas, lo que le ha permitido estar dotada de una gran fuerza
moral que a su vez ha revestido con fuerza el carácter normativo en una doble
vía: legal y axiológica o dicho de otra forma en esta igura encuentra acomodo
perfectamente la legalidad y la legitimidad.

Es una institución jurídica que como ya se pudo señalar se originó, tomo


forma, sentido, se desarrolló y se difundió fuertemente en los países de
tradición jurídica del civil law, así como también en los del common law.
Resulta importante destacar que este derecho se caracteriza por su carácter
dinámico y cambiante que, mostrado a lo largo de su evolución, pero
salvaguardando siempre y en todo momento su esencia que lo ha
caracterizado siempre como fuerza garantista de los derechos humanos de la
persona, más bien este carácter dinámico ha sido muy positivo al permitirle
fortalecer su esencia protectora adoptando los nuevos paradigmas que han
aparecido a lo largo del tiempo.

Se remonta necesariamente a los primeros intentos por conducir las


sociedades agrícolas de la humanidad antigua hacia un objetivo común,
garantizándole la paz social y algún tipo de orden productivo. De esta manera,
el derecho habría surgido de la mano de las primeras formas primitivas de
Estado.
En el momento en que se hizo indispensable delegar en ciertas
autoridades (caciques, reyes, chamanes, sacerdotes) el poder, se hizo también
necesario determinar cuáles serían las reglas de sucesión de dicho poder,
cuáles serían sus alcances, sus formas, sus métodos. De esa manera, se fue
estableciendo una costumbre, una manera de hacer las cosas, que fue
fundamental para el nacimiento del derecho.

Las primeras normas y leyes se ejercieron y preservaron oralmente, y


eran sólo fórmulas breves que regían el intercambio, o que solventaban
posibles disputas en torno a la propiedad o la violencia. Pero a medida que la
sociedad se hizo más compleja, también se complejizaron las leyes, y surgió
así la necesidad de tenerlas por escrito para conservarlas, o siendo ya
demasiado complicadas para memorizarlas.

Los primeros textos de esta naturaleza, escritos en tablillas de arcilla y


procedente de la antigüedad mesopotámica, fueron:

• El código de Uruk Gina (c. 2380 a. C.) que regía en la antigua


ciudad sumeria de Uruk.

• El código de Ur-Nammu (c. 2050 a. C.), decretado por el rey de la


ciudad-estado de Ur.

• El célebre código de Hammurabi (circa 1790 a. C.), dictado por el


antiguo Rey babilonio, en el que se establecían las medidas a tomar como
castigo ante violaciones, muertes o actitudes desleales.

En toda comunidad surgen conflictos, y las normas que conforman el


Derecho tienen el objetivo de solucionarlos, por lo cual desde las más
primitivas sociedades humanas se requirió de ellas, para establecer jerarquías,
división de funciones, regulación de la vida sexual, resolución de disputas por
bienes, etcétera, hasta consolidar modelos de Estado como, por ejemplo, la
protección de la protección privada en el capitalismo.

El sistema de normas, incluye los usos, las costumbres, las normas


morales, las religiosas, y las jurídicas, requiriéndose en este último caso,
órganos públicos encargados de su elaboración, aplicación y sanción.
Origen y desarrollo de la Solución Alternativa de Conflictos en
Ecuador

La existencia de la solución alternativa de conflictos, entendida ésta


como la comente que trata de incorporar mecanismos de apoyo a la
administración de justicia formal, tiene larga data en la República del Ecuador.
Nuestra legislación procesal civil ha reconocido, desde su entrada en vigencia,
la importancia de la conciliación como una etapa obligatoria de los diferentes
procesos de conocimiento. Como antecedente legislativo, en 1963 se dicta la
primera Ley especial sobre la materia, llamada Ley de Arbitraje Comercial, la
cual regulaba el sistema arbitral como medio idóneo para la solución de
conflictos entre comerciantes. Se daba a las Cámaras de Comercio la
prerrogativa de prestar el servicio de forma privativa. A pesar de ser una Ley
bien concebida, no fue mayor el uso y aplicación de esa normativa por
desconocimiento, falta de promoción, entre otras razones.

El objetivo del presente trabajo es poder analizar la vida desde el punto


de vista creacionista, y que sirva de medio para aportar elementos adicionales
a los ya existentes, aporte que nos permitan formarnos un criterio, entendiendo
la función principal que ocupa el derecho en la vida de los seres humanos. Se
concebiría que la vida es el instrumento por el cual ese creador o divinidad en
la que se basan los que somos creyentes, habita en cada uno de nosotros con
un solo propósito, el de guiarnos por el camino correcto, normando nuestra
conducta y acciones, en primera instancia mediante un orden de carácter
moral, divino, y que luego se traduciría en derechos plasmados en
ordenamientos jurídicos.

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos constituye hoy la

definición de la política internacional sobre derechos humanos, esto quiere

decir que este sistema traduce los requerimientos exigidos por la comunidad

internacional para los Estados. Esta Política Internacional de Derechos

Humanos, logrará definir políticas exteriores y a su vez la misma moral con

la que serán juzgados o señalados los Estados que no acaten estas directivas

de orden universal.

Los sistemas de protección de Derechos Humanos, universal-regional y


nacional-, conforman la estructura de protección de Derechos Humanos a la

cual los Estados deben acogerse. El sistema Universal liderado por la

Organización de las Naciones Unidas -ONU-, el Sistema Regional definido por

los diferentes sistemas que desde las diferentes regiones del mundo se han

establecido para la protección, garantía y respeto de los Derechos – Sistema


Europeo, Sistema Americano, Sistema Africano y Sistema Árabe-, cada uno

de ellos definido y delimitado por las políticas y necesidades manifiestas de los


Estados que hacen parte. (Carrillo, 2018).

La protección interna de los Derechos derivados de la dignidad humana se

logra a través la aplicabilidad de mecanismos que pretenden dar garantizar

eficiente y eficaz los derechos que tienen características de asistenciales;

esto quiere decir que para la materialización del ser de estos derechos es

necesario implementar una institucionalidad que represente los intereses

del Estado en proteger y respetar los derechos de sus ciudadanos.

El sistema Internacional de protección de Derechos Humanos plantea la

política internacional que en la materia deben cumplir los Estados. Pero este

sistema requiere que lo que nace en el Sistema Universal tenga que

materializarse en el derecho interno de cada Estado.

El enfoque basado en derechos humanos

El enfoque basado en derechos humanos (en adelante, EBDH) como


base de la política de desarrollo sostenible implementada por la ONU, se
sustenta en la relación entre democracia, desarrollo y derechos humanos.
Frente a estos tres aspectos de relevancia no solo teórica sino aplicativa,
encontramos que el desarrollo es un concepto que ha cambiado a través de la
historia, convirtiéndose en un proceso de participación centrado en los
ciudadanos como titulares de derechos.

El desarrollo es la unión de la democracia, los derechos humanos y el

desarrollo quien da fruto a la verdadera protección de los derechos de los

ciudadanos de un Estado, generando esto la implementación de políticas

públicas que procuren mejorar las condiciones de vida digna. (Instituto


Universitario de Desarrollo y Cooperación-IUDC, 2015.

Todos los seres humanos son titulares de derechos que la comunidad

internacional debe promover, respetar y proteger. Esta afirmación se opone

hoy a la era de la globalización y de flexibilización de los derechos básicos,

pues han sido transformados en mercancías y por tanto convertidos en

privilegios que solo unos pocos pueden disfrutar. Los derechos humanos

están dotados de fuerza, y brindan importancia al discurso de solidaridad y

responsabilidad compartida, los cuales darán origen a las acciones de

cooperación a favor del Desarrollo Humano.

El desarrollo con enfoque basado en derechos humanos procura mutar las

relaciones de poder que existen, censurando las desigualdades, la

discriminación y el injusto reparto de poder, por ser éstos los principales

problemas que obstaculizan el desarrollo. Ello implica cambios en lo político,

lo administrativo y organizacional de un país. (Institut de Drets Humans de

Catalunya, 2014).
Estas máximas anteriormente mencionadas, se hacen exigibles, con la

creación normativa y en la implementación de políticas públicas que

desarrollen los derechos contenidos en las normas y que se derivan de la

dignidad humana, así se expone en el siguiente cuadro:


Esta exigibilidad de derechos lleva a plantearse dentro del EBDH que el
pilar fundamental para alcanzar el desarrollo humano es que sea incorporado el
acceso, la disponibilidad, la aceptabilidad, acceso, calidad, sostenibilidad y
participación en el análisis de cada derecho.

El EBDH propone una nueva mirada a las necesidades del ciudadano; a


la familia; organizaciones sociales y al Estado como titular de obligaciones;
este enfoque pretende que los derechos se interrelacionan con las obligaciones
a través de la asignación de roles para la comunidad internacional, Estado, la
sociedad civil y el sector privado para que estos cumplan con los reclamos de
derechos.
Materialización del EBDH en el derecho interno

2.1. Políticas públicas

La Corte Constitucional (sentencia T- 136, 2006) manifestó que los


derechos fundamentales tienen dos fases, una de abstención y otra de acción.
La primera hace referencia a la protección del contenido del derecho mismo, y
la segunda está encaminada a garantizar la ejecución de los mecanismos,
tendiente a hacer eficaz el goce efectivo del derecho, e indica quién tiene la
obligación de sancionar cuando estos sean violentados. De acuerdo con lo
anterior, las políticas públicas son el mecanismo que tiene el Estado actual
(Estado social de derecho) para cumplir con la segunda fase, la de garantizar el
goce efectivo del derecho, el cual promueve gran cantidad de servicios
afectando a la vida cotidiana de los ciudadanos (Pallares, 1988. El deber de
adoptar y realizar políticas públicas permite generar condiciones de vida digna
para la ciudadanía, en especial para quienes viven en situación

La política pública termina siendo la facilitadora del conflicto entre la


norma y el sujeto final al cual se le busca satisfacer la necesidad. Peters (1982)
definió las políticas públicas como “el conjunto de actividades de las
instituciones de gobierno, actuando directamente o a través de agentes, que
van dirigidas a tener una influencia determinada sobre la vida de los
ciudadanos”

EL DERECHO COMO NORMA DE CONDUCTA

El estudio del derecho es normativo, lo cual quiere decir que


es un sistema de características o reglas de conducta. La humanidad, en
cambio, se desarrolla a lo largo de su vida según las reglas, el derecho se
vuelve omnipresente, y su historia se nos presenta como un orden normativo
continuo que surge, se superpone, se confronta y se complementa.

Para estudiar el sistema normativo de una civilización hay que


determinar cuáles fueron las acciones prohibidas, obligatorias y permitidas. El
mundo de las normas es amplio y variado; las normas jurídicas no son sólo
parte de la experiencia normativa, pues también existen diferentes tipos de
normas, tales como religiosas, sociales, consuetudinarias, etc. Todas las
normas tienen algo en común que es influir en el comportamiento de
los individuos y de los grupos, de dirigir la acción de aquellos y de estos hasta
ciertos objetivos.

Existen dos teorías normativas: derecho como institución y derecho


como relación.

Teoría del derecho como institución: Comparación del concepto de


derecho como norma y el concepto de derecho como institución.

Y la teoría de los derechos como relaciones: significa que todas las


manifestaciones sociales se ordenan, al menos en relación con los
compañeros, gracias a este hecho.

La teoría institucional rompe el circuito cerrado donde la jurisprudencia


nacional considera solo la legislación nacional y equipara el dominio legal con
el dominio nacional.

Según Romano el derecho consta con 3 elementos constitutivos: La


Sociedad, El Orden y La Organización y el concepto de derecho debe contener
los siguientes elementos esenciales:

Comprender el concepto de sociedad, ósea que todos los individuos se


complementan hasta formarla con ayuda de lo jurídico.

Comprender la idea del orden social: toda manifestación social por solo
el hecho de serlo está ordenada por lo menos con relación a sus asociados.

El orden social que establece el derecho: antes de crearse una norma


para la sociedad, el orden social es una organización, estructura, es una
consecuencia de la misma sociedad.

El argumento básico del positivismo jurídico es que la existencia y el


contenido de las normas jurídicas depende de un conjunto relativamente
homogéneo de hechos sociales tradicionales. Esto significa, entre otras cosas,
que cualquier organismo interesado en comprender el significado y el alcance
de una declaración legal debe referirse solo a los estándares verificables
establecidos por la Convención, y no a la conveniencia o equidad inherentes al
sistema legal. Tradicionalmente se asume que las "directrices autoritarias" o
"reglas sociales" son los hechos más comunes sobre el origen de las normas
jurídicas, es decir, hechos sociales complejos que los sujetos pueden
reconocer que bajo ciertas condiciones y según instituciones, si el
comportamiento general es o debería ser No hacer legalmente. De esta
manera, el ordenamiento jurídico conforma un sistema institucional en el que
las conductas y actitudes de los diferentes sujetos tienden a ser consistentes, y
la principal energía de la investigación científica jurídica se concentra en
describir el contenido de los órdenes de poder, en general, cualquier efectivo
uno. ley.

La preocupación filosófica del positivismo por explicar la naturaleza del


derecho en términos empíricos está, sin embargo, conectada con dificultades
que aparentemente no pueden explicarse en los mismos términos: la
normatividad del derecho. Los reclamos legales pueden ser identificados por
mandatos autoritativos o reglas sociales, pero parece incorrecto afirmar que
sus características normativas se derivan simultáneamente del mismo conjunto
de hechos. Un deber u obligación parece requerir la aceptación previa de
razones o juicios de deber más abstractos que lo sustenten racionalmente. De
lo contrario, los agentes que aceptan órdenes autoritativas o reglas sociales
como base de sus acciones particulares cometen la famosa falacia de Humé y
vuelven irracional el proceso de deliberación real.

La dificultad de la teoría jurídica en estos términos es explicar la


naturaleza de la premisa principal, cuya función es incorporar directamente
rasgos normativos a la argumentación. A veces se piensa que la premisa es de
naturaleza genuinamente moral, otros la ven como reglas sociales compartidas
por autoridades que adoptan una visión interna, otros la ven como una regla
conceptual sin contenido normativo, y algunos teóricos incluso se refieren al
punto que tratarlas como hipótesis -similar a la categoría lógica a priori de Kant-
permite que las normas jurídicas sean propiamente entendidas como juicios
que "deberían ser". En su mayor parte, estas posiciones están diseñadas para
evitar los problemas lógicos comúnmente encontrados por tales fundamentos
(evitación de preguntas, regreso al infinito, suposiciones dogmáticas) y para
proporcionar argumentos conceptuales lo suficientemente amplios para explicar
las implicaciones de las obligaciones legales.
La normatividad de la legislación no siempre se ha considerado un
verdadero problema teórico. Para quienes argumentan lo que Joseph Raz
(1998) llamó la “tesis semántica reduccionista” de las normas jurídicas, su
función no es exigir o imponer comportamientos generales en determinadas
circunstancias, sino describir determinadas. Ocurrencia de una determinada
condición: p., la probabilidad de realizar un acto determinado y ser sancionado,
o la autoridad que dictó la orden.

Para los gustos de A. Ross y J. Austin también parece estar de acuerdo


en que lo que caracteriza a los enunciados jurídicos no es exactamente la
encarnación del propósito práctico de un acto normativo, sino la expresión
teórica o descriptiva de un conjunto de hechos relevantes para el derecho (y
puede variar considerablemente según el enfoque reduccionista). Sin embargo,
como se ha denunciado reiteradamente, la falla de todas estas teorías es
precisamente la interpretación parcial de las expresiones que contienen los
términos normativos: si bien otorgan al lenguaje jurídico sólo una función
descriptiva, evitan el uso característico, es decir, no. Las personas que tengan
interés en justificar o criticar sus acciones lo harán.

En los términos popularizados por Hart, ninguno de estos enfoques deja


de dar cuenta del concepto general de normas jurídicas porque "una sociedad
con leyes es un comportamiento reconocido" (1998, pp. 101 y 249). Es esta
perspectiva interna como una actitud práctica de aceptación de normas
(Shapiro, 2006) la que nos permite ver ciertas reglas sociales o mandatos de
autoridad como fuentes de responsabilidad o razones para la acción, en lugar
de simplemente describir el comportamiento.

Pero para evitar las particularidades de las teorías reduccionistas, estoy


más interesado en considerar otros argumentos que no entran en la categoría
de "reduccionismo semántico", es decir, aquellos que consideran las reglas
como declaraciones prescriptivas según las cuales el comportamiento o estado
de cosas "debería ser" (o, en última instancia, se le permite ser). Este ha sido
uno de los temas más controvertidos del positivismo jurídico, del que depende
en gran medida el éxito o el fracaso de la teoría jurídica: explicar las
dimensiones fáctica y práctica del derecho. Como señala Raz: "En muchos
aspectos, este es el conjunto de cuestiones más importante que debe afrontar
cualquier filosofía del derecho porque plantea la cuestión del aspecto dual del
derecho: ser una institución social con un aspecto normativo" (Raz), 1998, Pág.
240, la traducción es mía). Aunque el problema parece reducirse a una simple
explicación de sentido común sobre la naturaleza de las "obligaciones
jurídicas", sus posibles soluciones suelen implicar -como se verá más adelante-
aspectos teóricos más complejos que, en última instancia, se vinculan con la
justificación práctica. Se conecta la naturaleza, la relación entre la moral y el
derecho, el papel de la autonomía de la voluntad en la adopción de las normas
jurídicas, etc.

En este artículo, identificaré algunos de los problemas más comunes


que enfrenta la teoría jurídica al explicar la normatividad de las normas jurídicas
y proporcionaré un breve análisis de cada uno. Si bien mi objetivo inicial se
limitó a mostrar las implicaciones e incompatibilidades de cada elemento del
análisis, la estructura del trabajo en sí revela lineamientos generales para la
construcción de una teoría normativa del derecho. En concreto, me limitaré a
seis aspectos de la reflexión filosófica: en primer lugar, analizaré las diferencias
que existen entre lo que llamo los enfoques subjetivo y objetivo de la
normatividad jurídica (ii), y luego desarrollaré con más detalle la incidencia de
la racionalidad. y la autonomía individual cuando surgen obligaciones legales
(III), y señala las posibles consecuencias de enfoques regulatorios
injustificados (IV). A continuación, desde un enfoque subjetivo, enfatizaré las
diferencias entre el comportamiento ajustado a la norma y el cumplimiento de
las obligaciones legales, así como la importancia de distinguir entre razones
prudenciales y morales (V). En conclusión, señalaré algunas implicaciones de
la tesis de la diferencia práctica (VI), luego presentaré algunos argumentos en
contra del llamado dilema regla-observancia (VII) y revelaré algunas posiciones
teóricas sobre la naturaleza de las normas jurídicas en el razonamiento práctico
(VIII).).

La primera cuestión que debe abordar una teoría normativa del derecho
es el papel de la autonomía de los individuos, determinada por la autoridad o
las reglas sociales, en el surgimiento de las obligaciones jurídicas. 4 Puede
decirse, en primer lugar, que la obligación decisiva o evidencia inmediata para
la realización de una acción resulta de actos de habla (órdenes) emitidos por la
autoridad o de la convergencia de conductas y actitudes de los sujetos (reglas
sociales), independientemente del objeto de la acción. las reglas (o cualquier
otra acción) la consideran justificada o coercitiva (es decir, independientemente
de la actitud real del sujeto a quien se dirige la orden o regla social). La
dimensión normativa de la regla tiene así cierta objetividad, ya que no es
incoherente suponer que "el sujeto x tiene (o está obligado a) hacer p", aun
cuando nadie más que la institución suponga que la acción ha sido realizada. x
debe ser p. En otras palabras, las normas jurídicas pueden imponer
obligaciones o crear justificación para la acción, independientemente de las
opiniones o actitudes normativas de los destinatarios o terceros de la norma.

Tal posición ciertamente enfrenta una gran dificultad: el fundamento de


la objetividad de las "obligaciones jurídicas". Hay al menos dos estrategias que
se pueden utilizar. De acuerdo con el primero de ellos —y desafiando la falacia
de Humé—, la naturaleza normativa de las normas jurídicas es una
consecuencia del contexto pragmático en el que se emiten las órdenes
autoritarias: se podría argumentar, por ejemplo, que dada la naturaleza
institucional del acto de habla que llamamos una "tarea", a partir de
declaraciones descriptivas es posible derivar tareas normativas simplemente
asumiendo, como sugiere Searle (1964), el contexto institucional relevante.

Pero, en otras palabras, si lo que se busca es una base sin culpa como
esta, donde los juicios de responsabilidad se extraen de hechos institucionales,
entonces podemos elegir modelos de razonamiento pragmático como (a) y
proponer que la naturaleza obligatoria de normas jurídicas. no directamente del
mandato o del acto de mandato, sino de la evaluación objetiva de la obligación
-como condición (1)- otorga a dicho acto de habla una virtud incondicional que
crea una obligación u obligación (y el punto es que la existencia objetiva, ni la
obligación, que cualquiera dependería necesariamente de la actitud del sujeto o
de la aceptación real). Llamo a este punto de vista el "enfoque normativo
objetivo del derecho" (en adelante, "EON").

En el extremo opuesto de estas teorías (basadas ambas en supuestos


bastante contradictorios sobre el lenguaje y el razonamiento práctico) se
encuentran quienes sostienen que la responsabilidad jurídica es el resultado de
las actitudes normativas de algunos sujetos hacia órdenes y reglas. La
normatividad en este sentido no dependería únicamente del acto de habla de la
autoridad, pues también se supondría que el destinatario del deber o cualquier
otra persona ve las normas jurídicas como base para la acción. Bayón (1991, p.
289) parece hacerlo así, al decir que "es necesaria alguna aceptación real,
aunque no necesariamente por parte del receptor autorizado, para decir que se
ha 'creado' un 'verdadero ser'". Para Bayón (1991, p. 286), la aceptación como
actitud práctica forma parte de la condición pragmática necesaria para la
ocurrencia de los actos de habla mandatarios y permite explicar la normatividad
del derecho con la ayuda de modelos inferenciales como (a). La premisa (1)
claramente no se basa aquí en normas objetivas, como se sugirió en la sección
anterior, sino en juicios de responsabilidad, que siempre dependen de la
opinión, que nuevamente es un conjunto más o menos accesible de Puntos de
apoyo. Muchas razones diferentes para que alguien te acepte.

En este segundo enfoque es necesario que se haga evaluación de los


efectos

de la política pública social, a fin de corroborar si contribuyó a que el

ciudadano aprendiera que puede resolver sus necesidades por sus


medios.

En este sentido, se entiende la calidad de vida como “agenciamiento de

capacidades”. Desde esta perspectiva, “Agenciar es administrar


recursos de

todo tipo en función de unos objetivos. Este es conocido también como


el

enfoque promocional, con el cual el punto de partida es la capacidad de


los

individuos para transformar sus situaciones” (Álvarez, 2015.)

El último concepto es el de calidad de vida como garantía de derechos,


el

cual “(…) defiende una visión en que lo económico depende de lo


político,
donde el Estado tiene la obligación de materializar la vida digna

suministrando los servicios básicos como agua, salud, educación y


empleo”

(Álvarez, 2015.).

La enfática y ampliamente conocida distinción entre «norma» y «ley


penal» planteada por BINDING permitió el establecimiento de una
diferenciación no reconocida con suficiente claridad hasta ese momento: el
agente, al cometer el delito, no «infringe» la ley, sino que actúa conforme a ella.
En ese sentido, «el delincuente solo puede transgredir la proposición que le
prescribe el modelo de su comportamiento». Conforme a esto, a quien se le
imponga la pena que corresponda al delito de homicidio (escenario en el que
una persona mata a otra) tiene que haber cumplido el presupuesto de ese
delito, a saber: haber matado a otro. Dicho de otra manera, tiene que haber
actuado conforme a la ley penal. La idea de que la comisión de un delito no
representa la transgresión de la ley sino, en realidad, su cumplimiento, no
implica desconocer que este expresa un atentado contra el Derecho (pese a
que la afirmación de que el delito supone «cumplir la ley» parece ser
intuitivamente contraria a la idea de que el delito es la forma más grave de
afectación del Derecho). Sostener que solo la norma es la proposición jurídica
que puede ser infringida por el delincuente deja en evidencia la existencia de
un elemento que, al reflejar la «esencia» del delito, ha de ser necesariamente
objeto de análisis.

. La idea del delito como «contrariedad a la ley», que se puede


reconocer ya en FEUERBACH y que, a mi modo de ver, es expresión del
desplazamiento de la filosofía para un posterior ensalzamiento de las ciencias
naturales en el ámbito del Derecho penal, por tanto, puede ponerse en tela de
juicio con el planteamiento iniciado por BINDING, en virtud del cual será posible
sostener que la punibilidad de una conducta.
Los mecanismos alternativos de solución de conflictos obligan al análisis
de la relación entre el conflicto y el derecho. Su importancia surge cuando se
analizan las conductas de los seres humanos en el ámbito de la interacción
social y se trata de comprender y dar significados a sus actos, guiándonos para
la interpretación y comprensión de sus actuaciones en el marco de lo social.
Así conductas de tipo conflictivas, cooperativas y competitivas nos muestran
diversos modos de comportamientos, pero también diversas formas a través de
los cuales las personas solucionan sus conflictos, los cuales finalmente derivan
en la mayoría de los casos, del sistema jurídico propio de cada país, que se
caracterizan por la intervención o no, de terceros que actúan como facilitadores
o decisores del conflicto. El presente artículo, resultado de una investigación
doctoral, tiene como objetivo analizar cómo el Derecho define el conflicto y al
mismo tiempo cómo lo regula, con el propósito de analizar la importancia de los
desarrollos legales que vienen dando sobre formas diferentes al proceso
judicial pero que tienen los mismos efectos jurídicos en relación a la solución
del conflicto, y que en países como Colombia, resultan ser formas de
administración de justicia, diferentes al proceso judicial, operadas por
particulares que tienen facultad para administrar justicia de manera ocasional y
transitoria. De ese modo, el Estado tiene el deber de garantizar, siempre que
exista un conflicto, el que las partes pueden acceder a la justicia ordinaria pero
también a los mecanismos alternativos, para solucionarlos. De ahí, que el
derecho tiene como una de sus funciones más importantes, la resolución de
conflictos.

¿Cuáles son las 4 normas de conducta?

Ante tal situación, se inventaron distintos órdenes normativos para


regular la conducta social de manera simultánea, dando como resultado la
configuración de cuatro tipos de normas: jurídicas, morales, religiosas y
convencionalismos sociales. A continuación, estudiarás cada una de ellas.
El enfoque es el normativo, es decir el mejor modo para acercarse a la
experiencia jurídica es aprehender los rasgos característicos y considerar el
derecho como un sistema de normas, o reglas de conducta. La experiencia
jurídica es una experiencia normativa.

Nuestra vida se desenvuelve dentro de un mundo de normas. Estamos


encerrados en reglas de conducta, que desde el nacimiento y hasta la muerte
dirigen nuestras acciones. Estas normas se han vuelto tan comunes y
ordinarias que no nos damos cuenta de su presencia.

En relación al sometimiento permanente de nuevas reglas, la vida


entera, es un proceso educativo continuo.

¿Qué finalidad tienen las normas de conducta?

Regulan y guían el comportamiento.


Las normas ejercen control sobre la conducta de las personas. Al regular el
comportamiento individual y hacer que cada persona no pueda comportarse
como quiera se cuidan las necesidades de la propia sociedad.

Asuntos destacados y controvertidos sobre la teoría de la norma y


el concepto de delito

2.1. Norma de carácter imperativo

Las primeras indagaciones sobre el concepto de norma se referían a lo


que hoy se conoce como «norma de conducta»38. Esto queda claro al
observar que las reflexiones de diversos autores de finales del siglo XIX se
concentraron en la discusión sobre las condiciones que debía reunir el
individuo para ser destinatario de la norma: si este debía ser imputable o capaz
de culpabilidad o si podía ser también un inimputable o incapaz de
culpabilidad40. Así como sobre estas primeras reflexiones se puede decir que
se llevaron a cabo en el marco de la disputa sobre el así llamado «problema del
destinatario»41, también se puede aseverar que tuvieron repercusiones en una
determinada forma de pensar en el delito en general (de manera
conceptualizante o de manera clasificatoria, respectivamente) y en el injusto en
particular (contraposición entre un injusto culpable y un injusto objetivo)42.
De manera paralela, una tercera orientación (denominada actualmente
como «planteamiento minimalista»43) propuso que las normas jurídicas no se
dirigen en ningún caso a los individuos (pues en la medida que estos no
pueden conocer aquellas proposiciones, discutir sobre las condiciones
necesarias para que sean destinatarios idóneos de ellas no ocupaba un lugar
central en su planteamiento), sino que, en realidad, las normas jurídicas solo
podían dirigirse a los órganos del Estado44. Esta tercera orientación, pese a
haber encontrado algunos importantes defensores, no trascendió en el Derecho
penal.

En la actualidad parece estar difundida la idea de que la norma, en la


medida que orienta conductas, está dirigida al ciudadano. Esa idea es tan
relevante que la utilización de las denominaciones «norma de conducta» y
«norma de sanción» solo se explica si es que ambas normas son observadas,
precisamente, desde la perspectiva del ciudadano. Una visión más amplia, sin
embargo, que tome en cuenta también al juez, debería llevar a estimar la
utilización preferente de las denominaciones «norma primaria» y «norma
secundaria» pues, independientemente de la perspectiva que se emplee para
analizar esas normas (la del ciudadano o la del juez), esa utilización resalta lo
realmente importante: la relación lógica48 y teleológica entre ambas normas.

Norma objetiva de causación

Una segunda forma de abordar la relación entre la teoría de la norma y


el concepto de delito se vincula con la posibilidad de comprender a la norma de
una manera distinta a la forma en la que es entendida mayoritariamente, es
decir, desde una perspectiva distinta al imperativismo. En efecto, un importante
sector doctrinal, influido por la teoría clásica de la imputación y la filosofía
analítica del lenguaje, ha señalado que la norma subyacente al tipo penal no
podría ser comprendida como una norma de carácter imperativo (un mandato o
una prohibición), sino que debería ser entendida como una norma objetiva de
causación64. KINDHÄUSER, por ejemplo, propone la comprensión de la norma
de conducta como una «prohibición de causación» («Verursachungsverbot»), la
que es, además, formulada de manera contradictoria a partir de un tipo
delictivo.
Este planteamiento, según sus defensores, resultaría necesario si se
quiere evitar el «error categorial» en el que habría incurrido el finalismo: la
confusión entre el contenido y la función de la norma de conducta66 o, en otras
palabras, la vulneración de la prohibición de autorreferencialidad de las
normas.

Si se observa bien, esta discusión está estrechamente vinculada con la


relación entre la teoría de la norma y la teoría de la imputación73. La
pretensión radicalmente analítica de los autores que propugnan la orientación
antes comentada les conduce a separar el momento de la infracción de la
norma (que, en su comprensión, sería, como se dijo, un «estado de cosas
antinormativo») para luego aplicar reglas de imputación74 (en dos niveles):
primero, se imputa al agente su conducta como lesión de un deber.

Naturaleza jurídico-pública o jurídico-penal de la norma

Una cuarta forma de analizar la relevancia de la teoría de las normas en


el Derecho penal tiene que ver con el examen de su propia naturaleza: si la
norma posee un carácter jurídico-público o si tiene un carácter jurídico-penal.
La primera orientación –que es mayoritaria–106 parece encontrar una
vinculación directa con el planteamiento original de BINDING, quien, como se
sabe, consideró que la norma, que era conceptualmente previa e independiente
a la ley penal, formaba parte del Derecho público107. Como contrapartida, la
segunda orientación propone entender a la norma de conducta como una
norma de carácter jurídico-penal.

Norma como imperativo de carácter «general» o «individual»

Una última forma de entender la relación entre la teoría de la norma y el


concepto de delito sería la que, teniendo como punto de partida la comprensión
de la norma como imperativo orientado a la regulación de conductas humanas,
se considere que tal imperativo posee carácter «general» o carácter
«individual»120. Cada una de estas orientaciones tiene, además,
repercusiones importantes en el propio concepto de delito, concretamente, en
la relación entre las categorías del injusto y la culpabilidad. Se podría sostener,
por tanto, que aquella diferenciación (entre un imperativo de carácter «general»
o de carácter «individual») tiene que ver directamente con el debate sobre si la
teoría de la norma puede ser la base para la construcción del concepto de
delito.

La comprensión nomológica dominante, como se dijo, entiende que la


norma posee un carácter «abstracto» y «general» y, por tanto, «se dirige a
todos». Esta comprensión, sin embargo, se realiza sacrificando la propia idea
de norma como mensaje imperativo en favor de una comprensión del concepto
de delito caracterizado por la arraigada distinción categorial entre injusto y
culpabilidad126. Frente a lo desarrollado por la doctrina dominante, la segunda
orientación, por la que la norma es una norma de carácter individual, termina
reconociendo que la distinción entre injusto y culpabilidad no resulta sostenible,
precisamente, en virtud del punto de partida asumido.

NORMAS DE CONDUCTAS

Normas educativas- Escuchar a la maestra


Normas religiosas –Vestir de blanco al casarse, bautismo o
purificaciones, no comer carne roja durante semana santa.
Normas sociales- Saludar a los presentes al llegar a un lugar, no
interrumpir a otros cuando hablen.
Normas jurídicas- Está prohibido hacer trabajar a un niño, todas las
personas tienen derecho a una identidad.
Normas morales- Decir siempre la verdad, asumir la responsabilidad de
las acciones.
Normas de trato social
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derecho/#:~:text=De%20acuerdo%20con%20Fernando%20Flores,%2C
%20igualdad%2C%20libertad%20y%20justicia.

Orna Sanchez Oswaldo. (s.f.). ¿QUÉ ES EL DERECHO? . Obtenido de ¿QUÉ


ES EL DERECHO? : file:///C:/Users/PERSONAL/Downloads/538-
Texto%20del%20manuscrito-1085-1-10-20161126.pdf

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