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Introducción al Estudio del Derecho

Materia muy básica, pero muy importante, pues es el inicio de los conocimientos
básicos sobre las nociones del derecho. Por lo que vamos a identificar las
características del conocimiento científico y ubicar a la ciencia jurídica en el campo
de las ciencias sociales-humanísticas y normativas, así como revisar las
particularidades del Derecho como su objeto de estudio.

Ser humano

El ser humano tiene diversas acepciones. Aristóteles expresa que el hombre es un


animal meramente racional. Atento a lo anterior, el ser humano debe satisfacer
necesidades de índole espiritual e intelectual.

El ser humano es un ente social por naturaleza, que en la búsqueda de


sobrevivencia ha evolucionado por diversas etapas hasta llegar a modificar el
entorno que lo rodea. La modificación de ese entorno lo ha llevado a establecer
reglas de convivencia y de trato social que permiten armonizar la interacción entre
los miembros que integran esa comunidad.

Con la creación de las artes y las ciencias surge el derecho, y con él, se tuvo la
necesidad de constituir una serie de instituciones de carácter jurídico que dieran
estructura sólida a una civilización que, hasta hoy día, seguimos utilizando su
legado en nuestro quehacer cotidiano.

Introducción al estudio del Derecho es, quizá, una de las materias más estudiadas
por los doctrinarios, en razón de la importancia que reviste dentro de las
disciplinas jurídicas. La especial relevancia deriva por la serie de instrumentos que
le aporta al estudiante en su formación como futuro operario del derecho.

Sociedad

Por lo que se refiere a la sociedad, Recaséns Siches expresa que la sociedad es


la propia vida humana, por lo tanto, se desprende la imperiosa necesidad que
tiene el hombre de vivir en conjunto, no solo porque así su existencia es menos
complicada, sino porque juntos se ayudan e incluso, gracias a esa unión, existe
progreso.

Cabe destacar que el termino sociedad tiene diversos sentidos, generalmente se


aplica a todo conjunto de seres vivientes con cierto grado de organización interna,
cuya finalidad es la de conseguir la alimentación y defenderse de otros factores
que ponen en peligro su supervivencia como especie.

El ser humano, según Lapierre, tiene 4 grados de sociabilidad, que va desde un


agrupamiento temporal hasta las sociedades superiores, cuyas relaciones entre
sus miembros son complejas, de cooperación continua y en las que existe una
clara división del trabajo, observando jerarquía y liderazgo.

Cultura y Derecho

La cultura tiene una función de vida, puesto que gracias a ella toda sociedad es
capaz de perpetuarse. La cultura es transmitida de generación en generación,
porque los descendientes tomarán aquello que les sea de utilidad, desecharán lo
añejo e incorporarán las mejoras que sean más adecuadas y, una vez terminado
dicho proceso, éstos trasmitirán su cultura a los individuos contemporáneos.

Recaséns Siches resume claramente cultura al decir que es “lo que los miembros
de una determinada sociedad concreta aprenden de sus predecesores y
contemporáneos en esa sociedad, y lo que le añaden y modifican”.

En toda sociedad que tiene una cultura vemos la presencia del Derecho, ya que es
necesario para regular las relaciones entre los humanos, puesto que todo actuar
del hombre está encaminado a un interés particular, y habrá casos en que los
intereses se contraponen unos con los otros y surgen los problemas. Aquí es
donde entra el Derecho, para menguar los conflictos y tratar de que todos
consigan sus fines.

Definición de Derecho

Algunos estudiosos sostienen que el derecho es indefinible; sin embargo, en el


lenguaje común usamos esta palabra para indicar aquello que es recto o confiable.

En un sentido etimológico la palabra “derecho” proviene de las palabras latinas


digirere y regere, la primera indica una dirección de la conducta y la segunda
significa regir o gobernar.

No hay acuerdo entre los estudiosos para definir la ciencia del derecho, pero todos
coinciden en que es normativa y obligatoria.
Esta es una característica en la que coinciden diversos autores: “el derecho es el
conjunto de leyes de observancia obligatoria, fijada por el gobierno y que para su
cumplimiento puede emplear su fuerza”.

Varios filósofos y juristas han dado diferentes conceptos del Derecho:

Thomas Hobbes ( L eviat án, capí t u lo 26, 1651) .

Derecho es para cada sujeto aquellas reglas en las que el Commonwealth le ha


ordenado de forma oral, escrita o a través de otro signo de la voluntad para que
este haga uso de la distinción entre lo correcto e incorrecto, es decir, de lo que es
contrario y lo que es conforme a la regla.
Dr. Fernando Hinestrosa (Manual de Obligaciones).

El derecho es un conjunto de normas o preceptos de conducta cuya existencia y


efectividad son indispensables para la solidez y la armonía de las relaciones
sociales El derecho no es un fin en sí mismo sino un medio emanado de la
sociedad para mantener un equilibrio entre los hombres y proveer a la realización
de un ideal de justicia.

Immanuel Kant (Metafísica de las costumbres).

“El derecho es el conjunto de condiciones bajo las cuales el arbitrio de uno puede
conciliarse con el arbitrio del otro según una ley universal de la libertad.”

Karl Marx y Friedrich Engels (El Manifiesto Comunista, 1848).

“El derecho es la voluntad de la clase dominante erigida en ley”.

La palabra derecho se usa en dos sentidos, en primer lugar significa una facultad
reconocida al individuo por la ley para llevar a cabo determinados actos, en
segundo lugar, es un conjunto de leyes, o normas jurídicas, aplicadas a la
conducta social de los individuos.

Derecho.- En general se entiende por todo conjunto de normas eficaz para regular
la conducta de los hombres, siendo su clasificación más importante la de derecho
positivo y derecho natural. Estas normas se distinguen de la moral.

Derecho Positivo.- Es el conjunto de las normas jurídicas que integran la


legislación establecida por el legislador, vigentes y abrogadas.
Derecho Natural.- Es el conjunto de las normas que los hombres deducen de la
intimidad de su propia conciencia y que estiman como expresión de la justicia en
un momento histórico determinado.

Fuentes del Derecho

Es de vital importancia comprender las fuentes del Derecho, el procedimiento para


la creación de cada una de ellas, sus características más importantes y el uso de
las mismas para la aplicación que determina la ley en casos concretos.
Presentaremos brevemente algunas definiciones para hacer comprensible esta
clase.

¿Qué son las fuentes del derecho?

Las fuentes del derecho son todos aquellos actos, eventos y tradiciones


pasadas que sirven para la creación, modificación o extinción de las normas
jurídicas. Estas fuentes varían de acuerdo al sistema jurídico de cada nación,
pero suelen ser tratados, constituciones, códigos, costumbres, el derecho natural,
la jurisprudencia y los órganos de los que provienen las normas.

La noción de justicia, de ley y de orden fue variando a lo largo de la historia, por lo


que las primeras fuentes del derecho estuvieron influenciadas por la religión,
las costumbres, la moral y los primeros códigos de conducta de la humanidad,
como la Biblia o el Código de Hammurabi. Sin embargo, en tiempos modernos
también se incluye entre las fuentes del derecho a los tratados
internacionales, las constituciones, las leyes y reglamentos y a todo aquello
que forma parte de la historia del derecho escrito. También se tiene en cuenta al
derecho natural o universal, cuyos principios están asociados a la existencia
misma del ser humano.

Las fuentes del derecho son de utilidad porque permiten conocer el origen de


las normas. También son utilizadas desde una perspectiva histórica a la hora de
pensar de forma teórica o científica al derecho como disciplina.

Tipos de fuentes del Derecho.

Las fuentes del derecho, según la consideración tradicional, se clasifican en:

Fuentes materiales o fuentes en el sentido material. Son aquellos factores y


hechos históricos, sociales, económicos y políticos que inciden en el contenido, la
formulación o la modificación de una norma.
Fuentes formales o fuentes en el sentido formal. Son los documentos, textos y
libros en los que está recogida formalmente la ley. También incluye los procesos
en los que se crea, modifica o promulga una norma. Algunos ejemplos de fuentes
formales del derecho son:

Legislación. Conjunto de leyes y normas dictadas por la autoridad competente y


que tienen vigencia dentro de un determinado territorio. Las leyes rigen el
comportamiento de los individuos porque determinan deberes y derechos.

Jurisprudencia. Conjunto de fallos y resoluciones dictadas por la autoridad


jurídica competente, que pueden tener mayor o menor injerencia en sentencias
posteriores.

Costumbre. Conjunto de comportamientos y situaciones que se dan de forma


frecuente y sostenida dentro de un grupo social y que no deben ir en contra de la
ley.

Doctrina. Conjunto de estudios, opiniones y obras realizadas por juristas o fuentes


calificadas acerca de las normas y el derecho.

Principios generales del derecho. Conjunto de enunciados fundamentales del


derecho que expresan deberes o guían la conducta. Por ejemplo: el principio
de igualdad, el principio de jerarquía o el principio de proporcionalidad.

Fuentes históricas. Son los documentos heredados del pasado que contienen
información relevante sobre la materia jurídica o las leyes de su momento. Por
ejemplo: El Código de Hammurabi, proveniente de la antigua Mesopotamia.

Otros criterios posibles, de naturaleza teórica, sobre las fuentes del derecho,
distinguen entre:

Fuentes políticas. Son aquellas que aspiran a la organización colectiva o a los


procesos institucionales, como los programas de partidos políticos, por ejemplo.

Fuentes culturales. Son aquellas obtenidas mediante la observación del pasado


y el estudio teórico de la actualidad jurídica.

O entre:
Fuentes originarias. Son aquellas que crean el derecho a partir de la nada (ex
nihilo, “de la nada” en latín), como las de los procesos políticos revolucionarios.

Fuentes derivadas. Son aquellas que se inspiran en un marco jurídico previo.

Jerarquías de las fuentes del derecho

Las fuentes del derecho no tienen la misma importancia en todos los sistemas
jurídicos, por lo que cada Estado determina la jerarquía que tienen estas fuentes
a la hora de dictar normas o legislar. En todos los casos, las fuentes de menor
rango no pueden contradecir a las de mayor nivel.

En base a la jurisprudencia y a su tratamiento como fuente del derecho, se


diferencian dos sistemas principales:

Sistema continental. Es también conocido como derecho europeo (porque es


aquel que se deriva de sistemas como el romano y el griego) y es el que impera
en la mayoría de los países europeos y latinoamericanos. Para el derecho
continental, la principal fuente del derecho son las normas que emanan de los
poderes que tienen como función legislar. En este sistema la jurisprudencia no es
tenida en cuenta como fuente de derecho, sino como una fuente de interpretación.
La jerarquía de las fuentes dentro de este sistema incluye a la Constitución como
fuente máxima, seguida de las leyes, los decretos, los reglamentos, las
ordenanzas, los acuerdos, entre otras.

Sistema anglosajón. Es el sistema denominado common law, que forma parte del


derecho inglés, y en el que la principal fuente del derecho no es la legislación, sino
las resoluciones y sentencias que se realizan para cada proceso judicial concreto.
En el sistema anglosajón el derecho es creado en los tribunales teniendo en
cuenta la jurisprudencia, es decir, los casos previos con alguna similitud. En este
sistema la jerarquía está encabezada por la jurisprudencia seguida de las leyes.

Importancia de las fuentes del derecho

Las fuentes del derecho son la base para el derecho, que es el instrumento que
regula el funcionamiento de las diferentes sociedades. Conocer las fuentes
permite al individuo conocer y comprender el proceso que se utiliza para la
creación de las normas y la influencia que tienen en ellas los diferentes factores.

Las normas surgen a partir de las fuentes del derecho, que son las que
permiten ordenar y estructurar todas aquellas disposiciones que buscan regular el
comportamiento social e instaurar deberes y derechos. Es importante mencionar
que estas normas serán aplicadas siempre y cuando surjan de autoridades
competentes y se respete el procedimiento estipulado.

La importancia y jerarquía de las diferentes fuentes del derecho va a variar de


acuerdo al sistema jurídico que se aplica en cada Estado. En todos los casos, la
legislación se irá actualizando conforme al desarrollo histórico y social y
tendrá en cuenta gran diversidad de factores (inclusive algunos que van más allá
del derecho).

Diversas Acepciones de la Palabra Derecho y Disciplinas

En esta clase vamos a conocer las diversas ramas del derecho y su clasificación
doctrinal.

Derecho natural

Para definir al derecho natural, podemos recurrir a las distintas concepciones que
ha tenido a través de la historia, entre las que destacan:

• Derecho natural como derecho divino (Representación desde la antigüedad en


respuesta en Antígona de Sófocles).

• Derecho natural con sentido biológico, predominio de los fuertes sobre los
débiles. Justicia natural (Cálicles).

• Derecho natural con sentido de naturaleza racional y sociológica (hombre


político).

• Derecho natural: “conjunto de derechos o principios ejercidos y atribuidos al Ser


Humano y que son inherentes al mismo.”

Derecho vigente (positivo)

Son las normas aprobadas por ambas Cámaras, sancionadas por el Ejecutivo y
publicadas en el Diario Oficial de la Federación. Su vigencia inicia a partir del acto
de su publicación.

En este sentido, “llamamos orden jurídico vigente al conjunto de normas impero-


atributivas que en una cierta época y un país determinado la autoridad política
declara obligatorias.
Derecho eficaz

Para García Máynez, el derecho eficaz es derecho “positivo o factible”, a esta tesis
la conocemos como “Teoría de los 3 círculos”.

El derecho eficaz es un concepto propuesto por Kelsen, quien al respecto afirma


que “un orden jurídico es considerado válido, cuando sus normas, en términos
generales y a grandes rasgos son eficaces, es decir, son tácitamente acatadas y
aplicadas.”

Derecho objetivo

El derecho objetivo está constituido por una serie de normas, como afirma
Eduardo García Máynez, “el Derecho, en su sentido objetivo, es un conjunto de
normas. Tratase de preceptos impero-atributivos, es decir, de reglas que, además
de imponer deberes, conceden facultades.”

En relación con el derecho objetivo, Miguel Villoro argumenta que “el derecho
objetivo es un sistema de normas que rige obligatoriamente la vida humana en
sociedad.”

Derecho subjetivo

El concepto de derecho subjetivo se encuentra relacionado con la obligación de


cumplimiento de lo prescrito en las normas jurídicas, es un concepto que se
encuentra íntimamente ligado a la existencia de un sujeto que está obligado y otro
que está facultado para exigir el cumplimiento de la norma, Eduardo García
Máynez señala al respecto que “frente al obligado por una norma jurídica
descubrimos siempre a otra persona facultada para exigirle el cumplimiento de lo
prescrito. La autorización concedida al pretensor por el precepto es el derecho en
sentido subjetivo.”

Derecho sustantivo

Es el derecho de fondo que consiste en el conjunto de normas jurídicas de diverso


linaje. Establece los derechos y obligaciones de las personas, por ejemplo, en
derecho civil o de los delitos y las penas en derecho penal.

El derecho sustantivo es aquel que se encuentra en la norma que da vida a una


determinada figura jurídica, acto jurídico o figura típica, impone los
comportamientos que deben seguir los individuos en la sociedad, de igual forma
se encuentra relacionado con el derecho procesal, las normas procesales, plazos
sustantivos etc.

Por ejemplo, en materia penal podemos ver que el derecho sustantivo penal dice
“aquel que prive de la vida a otro se le aplicará una pena.”

En este sentido, podemos afirmar que el derecho sustantivo regula el deber ser,
es el que impone los comportamientos que deben seguir los individuos en la
sociedad.

La norma según la cual “aquel que cause un daño a otro, debe repararlo”, es una
típica norma de derecho sustantivo o material, es decir, impone una obligación
jurídica de reparación o indemnización a favor de la víctima, por parte de aquel
que realizó contra ella el hecho ilícito.

Derecho adjetivo

Es el derecho de forma, es decir, constituye el conjunto de normas y principios que


tienden especialmente a regular las relaciones jurídicas, poniendo en ejercicio la
actividad judicial, comprendiendo las leyes procesales y de enjuiciamiento. Por
ejemplo, la Ley de Enjuiciamiento Civil.

¿En qué se diferencian el derecho sustantivo del derecho adjetivo?

El derecho sustantivo es la norma consagratoria de un derecho, en cambio, el


derecho adjetivo está constituido por el mecanismo procedimental que permite
hacer valer ese derecho o darle efectividad a esa relación.

Derecho Público

El derecho público es el conjunto de normas que regulan la organización del


Estado y los procedimientos entre éste y los particulares. A su vez se divide en:

• Derecho constitucional: es el conjunto de normas relativas a la estructura


fundamental del Estado, a las funciones de sus órganos y a las relaciones de
éstos entre sí y con los particulares.

• El derecho administrativo es la rama del derecho público que tiene por objeto
específico la administración pública.
La administración pública es definida por Eduardo García Máynez como “la
actividad a través de la cual el Estado y los sujetos auxiliares de éste tienden a la
satisfacción de los intereses colectivos”.

El derecho penal es el conjunto de normas que determinan los delitos, las penas
que el Estado impone a los delincuentes y las medidas de seguridad que el mismo
establece para la prevención de la criminalidad.

• El derecho procesal es el conjunto de reglas destinadas a la aplicación de las


normas del Derecho a casos particulares, ya sea con el fin de esclarecer una
situación jurídica dudosa, ya con el propósito de que los órganos jurisdiccionales
declaren la existencia de determinada obligación y, en caso necesario, ordenen
que se haga efectiva.

Derecho privado

El derecho privado es el conjunto de disposiciones que rigen las relaciones de los


particulares entre sí. A su vez se divide en:

• Derecho civil: tiene por objeto regular los atributos de las personas físicas y
morales, organiza jurídicamente a la familia y al patrimonio, determinando las
relaciones de orden económico entre los particulares, que no tengan contenido
mercantil, agrario y/u obrero.

Esta rama suele ser dividida en cinco partes:

I. Derecho de las personas (personalidad jurídica, capacidad, estado civil,


domicilio);

II. Derecho familiar (matrimonio, divorcio, legitimación, adopción, patria potestad,


tutela, cúratela, etc.);

III. Derecho de los bienes (clasificación de los bienes, posesión, propiedad,


usufructo, uso, habitación, servidumbres, etc.);

IV. Derecho sucesorio (sucesiones testamentaria y legítima); y

V. Derecho de las obligaciones.

• Derecho mercantil: es el conjunto de normas jurídicas relativas a los


comerciantes y a los actos de comercio.
Derecho Social

Es un conjunto de normas jurídicas resultado de una nueva concepción del ser


humano acerca del derecho. Pretende regular equitativa y equilibradamente las
relaciones que se dan entre el Estado y los diferentes grupos de particulares
existentes en el contexto social, principalmente los más débiles y desprotegidos,
proponiéndose coartar la prepotencia de ciertas clases sociales, con el objetivo de
alcanzar la paz social.

El Derecho objetivo social se divide en:

• Derecho laboral: regula las relaciones de los particulares cuando éstos tienen el
carácter de patrones o trabajadores.

• Derecho agrario: es un conjunto de normas que rigen la solución de los


problemas derivados del reparto e inafectabilidad de tierras y aguas, y de la
dotación a los núcleos de población.

• Derecho económico: es el conjunto de normas jurídicas que rigen la cooperación


humana en las actividades de creación, distribución y consumo de la riqueza
generada por un sistema económico.

Derecho legislado

El derecho legislado es derecho objetivo al ser derecho vigente y al estar formado


por un conjunto de normas. El derecho legislado es el derecho creado por el
órgano legislativo. A este respecto, Kelsen afirma que “el derecho legislado es el
producto del intelecto humano y que su creación se lleva a cabo con base en un
procedimiento previamente establecido y que por lo tanto toda norma presupone a
su vez la existencia de una u otra norma que autoriza su creación.”

En México la función legislativa está encomendada al Congreso de la Unión que,


de conformidad con el artículo 50 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se compone de dos cámaras: una de Diputados y otra de Senadores.

Los artículos 71 y 72 de la Constitución se refieren a diversos aspectos del


procedimiento legislativo, es decir, al procedimiento mediante el cual un proyecto
de ley es sustituido y aprobado para convertirse en ley.
Derecho escrito

De acuerdo con Miguel Villoro Toranzo, el derecho legislado es también derecho


escrito, puesto que es aquel derecho cuyas disposiciones han sido redactadas en
documentos escritos como lo son la Constitución, las leyes o decretos. Éstas
deben ser promulgadas por una autoridad competente para constituirse como
derecho escrito.

Derecho consuetudinario

Es el derecho que tiene sus fuentes en la costumbre y en la jurisprudencia.


Jellinek invoca la fuerza normativa de los hechos, advirtiendo que la repetición
constante de un hábito social produce la conciencia de que es obligatorio. Geny
sostiene que si “los tribunales aceptan una costumbre es porque la consideran
derecho y, por lo tanto, la costumbre nació antes de su reconocimiento; que para
reconocer o aplicar algo es necesario que exista previamente.”

Ponemos de ejemplo los tribunales estadounidenses o británicos en donde


resuelven conflictos basados en la costumbre y toman menos en cuenta el
derecho legislado. Ese derecho se denomina common law.

Derecho federal, derecho estatal y derecho municipal

El derecho federal se vincula con la estructura y organización de la República y


sus relaciones con otros países. En este sentido, el derecho estatal tiene relación
con la forma de organización y el funcionamiento de cada Estado de la República,
con dos limitaciones:

a) Que esté organizado en forma de gobierno republicano, representativo y


popular, teniendo al municipio libre como base de su división territorial y de su
organización política y administrativa.

b) Que sus leyes no regulen las materias que están reservadas expresamente a la
Federación.

El derecho municipal es el que constitucionalmente cada municipio tiene para


regular situaciones que se desarrollen dentro de su ámbito de competencia.
Derecho nacional

El derecho nacional es aquel creado por un país, es su derecho positivo, el


conjunto de la norma positiva es llamado derecho nacional. En nuestro país, la
norma positiva vigente de jerarquía máxima es la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, de ella se desprenden las leyes federales, locales y
municipales.

Derecho internacional

Entre los romanos el derecho internacional era conocido como Ius gentium, éste
se aplicaba a aquellas personas que eran ajenas a Roma, es decir, a los
extranjeros, a diferencia del Ius civile, que era aplicado a los ciudadanos romanos.

Derecho internacional público

El derecho internacional público es “el conjunto normativo destinado a reglamentar


las relaciones entre sujetos internacionales.” Los sujetos de derecho internacional
son los Estados y los organismos internacionales.

El Derecho internacional público “no establece órganos especiales para la


creación y aplicación de sus normas.” Esto se debe a que las normas de esta
rama del derecho son creadas por los sujetos obligados, Estados y organismos
internacionales, quienes establecen sus deberes y derechos recíprocos y no por
un órgano legislativo especial.

En ésta última instancia, el Estado mismo es el que decide si sus derechos han
sido violados, o bien, si el mismo es responsable de alguna violación del derecho
internacional. Las sanciones típicas por parte de un Estado son la guerra y las
represalias.

El derecho internacional no carece de sanción, pero son imperfectas. La diferencia


de las sanciones depende de la gravedad del delito internacional contra el cual la
sanción constituye una reacción.

Derecho internacional privado

Llamamos derecho internacional privado al conjunto de normas que indican en


qué forma deben resolverse, en materia privada, los problemas de aplicación que
derivan de la pluralidad de legislaciones. A estos problemas se les ha dado el
nombre de problemas de aplicación de las leyes en el espacio. El ámbito espacial
de vigencia de un ordenamiento jurídico se halla limitado al territorio de la
organización estatal a que pertenece. Gracias a esa limitación es posible la
coexistencia de diversos Estados en el planeta.

Cuando la actividad de los Estados debe desarrollarse en el extranjero con


frecuencia se suscitan problemas sobre la ley que debe aplicarse a los actos
jurídicos realizados por tales personas. El objeto de esta ciencia consiste en
determinar la autoridad extraterritorial de cada ley. Sin embargo, existen estancias
internacionales como lo es el Consejo Internacional de Justicia de la ONU, que
pone en función a la Corte Internacional de Justicia, ubicada en la Haya, Holanda,
organismo que se encarga de los arreglos pacíficos de controversias
internacionales.

Clasificación de las Normas Jurídicas

Primeramente, habremos de definir que es una norma jurídica: Es una regla o


mandato que tiene por objetivo dirigir el comportamiento humano en sociedad.

En concreto, la norma jurídica confiere derechos e impones obligaciones a los


individuos en sociedad. Esta norma debe ser respetada por los individuos, de lo
contrario supone una sanción.

Según García Máynez:

Desde el punto de vista del sistema a que pertenecen.


Desde el punto de vista de su fuente.
Desde el punto de vista de su ámbito espacial de validez.
Desde el punto de vista de su ámbito temporal de validez.
Desde el punto de vista de su ámbito material de validez.
Desde el punto de vista de su ámbito personal de validez.
Desde el punto de vista de su jerarquía.
Desde el punto de vista de sus sanciones.
Desde el punto de vista de su cualidad.
Desde el punto de vista de sus relaciones de complementación.
Desde el punto de vista de sus relaciones con la voluntad de los particulares.

Por el sistema al que pertenecen: Todo precepto de derecho pertenece a un


sistema normativo. Tal pertenencia depende de la posibilidad de referir directa o
indirectamente la norma en cuestión a otra u otras de superior jerarquía y, en
última instancia, a una norma suprema, llamada constitución o ley fundamental.
Todos los preceptos que se hallan mediata o inmediatamente subordinados a la
Constitución Mexicana, por ejemplo, forman parte del sistema jurídico de nuestro
país.

Desde el punto de vista de la pertenencia o no pertenencia a un ordenamiento


cualquiera, los preceptos del derecho se dividen en nacionales y extranjeros. Pero
puede ocurrir que dos o más Estados adopten (mediante un tratado) ciertas
normas comunes, destinadas a la regulación de determinadas situaciones
jurídicas. A esas normas se les da entonces la denominación de derecho
uniforme.

En principio, las que pertenecen al sistema jurídico de un país se aplican sólo en


el territorio de éste. Mas el citado principio posee excepciones, como más
adelante veremos. No solamente existe la posibilidad de que las normas
nacionales se apliquen en territorio extranjero, sino la de que las extranjeras
tengan aplicación en el nacional.

Por su fuente: Los preceptos del derecho pueden ser formulados, según hemos
visto, por órganos especiales (poder legislativo); provenir de la repetición más o
menos reiterada de ciertas maneras de obrar, cuando a éstas se halla vinculado el
convencimiento de que son jurídicamente obligatorias, o derivar de la actividad de
ciertos tribunales.

A las creadas por órganos especiales, a través de un proceso regulado


formalmente, se le da el nombre de leyes o normas de derecho escrito; a los que
derivan de la costumbre se les denomina de derecho consuetudinario o no escrito;
a los que provienen de la actividad de determinados tribunales —como la Corte
Suprema entre nosotros— se les llama, por último, de derecho jurisprudencial.

Por su ámbito espacial de validez: El ámbito de validez de las normas del


derecho debe ser considerado desde cuatro puntos de vista: el espacial, el
temporal, el material y el personal.

El ámbito espacial de validez es la porción del espacio en que un precepto es


aplicable; el temporal está constituido por el lapso durante el cual conserva su
vigencia; el material, por la materia que regula, y el personal, por los sujetos a
quienes obliga.

Si nos colocamos en el primero de los cuatro, descubriremos que los preceptos


del derecho pueden ser generales o locales. Pertenecen al primer grupo los
vigentes en todo el territorio del Estado; al segundo, los que sólo tienen aplicación
en una parte del mismo. El Código Federal de Procedimientos Civiles, por
ejemplo, está integrado por normas generales; el Civil del Estado de Chiapas, en
cambio, tiene carácter local, como su nombre lo indica. Si aplicamos el citado
criterio al derecho mexicano, descubriremos que en nuestro país existen, desde
ese punto de viste, tres categorías de leyes, a saber: federales, locales y
municipales.

Esta clasificación se basa en los preceptos de la Constitución relativos a la


soberanía nacional y la forma de gobierno. Las federales son aplicables en toda la
República; las locales, en las partes integrantes de la Federación y del territorio
nacional; las municipales, en la circunscripción territorial del municipio libre.

Por su ámbito temporal de validez: Las normas jurídicas pueden ser de vigencia
determinada o indeterminada. Podemos definir las primeras como aquellas cuyo
ámbito temporal de validez formal se encuentra establecido de antemano; las
segundas, como aquellas cuyo lapso de vigencia no se ha fijado desde un
principio.

Puede darse el caso de que una ley indique, desde el momento de su publicación,
la duración de su obligatoriedad. En esta hipótesis, pertenece a la primera de las
dos categorías. En la hipótesis contraria pertenece a la segunda, y sólo pierde su
vigencia cuando es abrogada, expresa o tácitamente.

Por su ámbito material de validez: Los preceptos del derecho pueden también
ser clasificados de acuerdo con la índole de la materia que regulan. Esta
clasificación tiene su fundamento en la división del derecho objetivo en una serie
de ramas.

Desde este punto de vista, los preceptos jurídicos se agrupan en reglas de


derecho público y de derecho privado. Las primeras se dividen, a su vez, en
Constitucionales, Administrativas, Penales, Procesales e Internacionales; las
segundas, en civiles y mercantiles.

Las que pertenecen a las llamadas disciplinas de creación reciente (derecho del
trabajo, derecho agrario) no siempre son clasificadas del mismo modo. En nuestro
país tienen el carácter de preceptos de derecho público. La determinación de la
índole, privada o pública, de un precepto, así como la inclusión del mismo en
alguna de las ramas que hemos mencionado, no sólo posee interés teórico, sino
enorme importancia práctica.

Por su ámbito personal de validez: Desde el punto de vista de su ámbito


personal de validez, las normas del derecho se dividen en genéricas e
individualizadas. Se llaman genéricas las que obligan o facultan a todos los
comprendidos dentro de la clase designada por el concepto-sujeto de la
disposición normativa; reciben el nombre de individualizadas las que obligan o
facultan a uno o varios miembros de la misma clase, individualmente
determinados.

A diferencia de las genéricas, las individualizadas únicamente obligan o facultan a


uno o varios miembros, individualmente determinados, de la clase designada por
el concepto-sujeto de la norma genérica que les sirve de base. Por ejemplo: la
sentencia que condena a Juan Pérez a veinte años de cárcel, por la comisión de
un homicidio, es una norma individualizada, ya que solamente es aplicable al
acusado; pero el fundamento del fallo reside en una norma genérica, según la
cual, quienes den muerte a un semejante en tales o cuales circunstancias,
deberán sufrir tal o cual pena. Mientras la disposición genérica se refiere a todos
los emprendidos dentro de la clase designada por el concepto jurídico "homicida",
la sentencia judicial sólo se aplica a un miembro, individualmente determinado, de
la misma clase.

Las normas individualizadas se dividen en privadas y públicas. Las primeras


derivan de la voluntad de los particulares, en cuanto éstos aplican ciertas normas
genéricas; las segundas, de la actividad de las autoridades. Tienen carácter
privado los contratos y los testamentos; público, las resoluciones judiciales y
administrativas (sentencias, concesiones, etcétera). Los tratados internacionales
deben considerarse también como normas individualizadas de índole pública.

Por su jerarquía: Las normas pueden ser del mismo rango (código civil – código
penal). Las normas de menor jerarquía son aplicación o consecuencia de las de
mayor jerarquía.

El orden jurídico es una larga jerarquía de preceptos, cada uno de los cuales
desempeña un doble papel: en relación con los que le están subordinados tienen
carácter normativo; en relación con los supraordinarios son un acto de aplicación.
Las únicas normas que no tienen ese doble carácter son la norma base o
fundamental del sistema que solo tiene carácter normativo, y la norma más inferior
del sistema de la que no puede derivarse otra norma y solo constituye un acto de
aplicación. (normas constitucionales, tratados internacionales, leyes generales
expedidas por el congreso, leyes federales y estatales, y normas municipales.

Los preceptos que pertenecen a un sistema jurídico pueden ser del mismo o de
diverso rango. En la primera hipótesis hay entre ellos una relación de
coordinación; en la segunda, un nexo de supra o subordinación. La existencia de
relaciones de este último tipo permite la ordenación escalonada de aquellos
preceptos y revela, al propio tiempo, el fundamento de su validez.

Por sus sanciones: Las normas pueden ser perfectas, leyes más que perfectas,
leyes menos que perfectas y leyes imperfectas.

Se da el nombre de leyes perfectas a aquellas cuya sanción consiste en la


inexistencia o nulidad de los actos que las vulneran. Se dice que tal sanción es la
más eficaz, porque el infractor no logra el fin que se propuso al violar la norma.
Algunas veces el acto violatorio es considerado por la ley como inexistente para el
derecho, lo que equivale a privarlo de consecuencias jurídicas; otras, puede
engendrar ciertos efectos, pero existe la posibilidad de nulificarlos. Los autores de
derecho civil suelen distinguir tres grados de invalidez: inexistencia, nulidad
absoluta y nulidad relativa.

La sanción de las normas jurídicas no siempre tiende al restablecimiento de las


cosas al estado que guardaban antes del agravio. Este se consuma a veces de
modo irreparable, como ocurre, verbigracia, tratándose de los delitos de ultraje a la
bandera nacional o de homicidio. En tal hipótesis, la norma sancionadora impone
al infractor un castigo y exige, además, una reparación pecuniaria. Los preceptos
sancionados en esta forma recibían de los romanos la denominación de leyes más
que perfectas.

Un tercer grupo de normas está integrado por aquellas cuya violación no impide
que el acto violatorio produzca efectos jurídicos, pero hace al sujeto acreedor a un
castigo. A los preceptos de esta índole se les llama leyes menos que perfectas.

El último grupo de la clasificación está integrado por las leyes imperfectas, es


decir, las que no se encuentran provistas de sanción. Las no sancionadas
jurídicamente son muy numerosas en el derecho público y, sobre todo, en el
internacional. Las que fijan los deberes de las autoridades supremas carecen a
menudo de sanción, y lo propio ocurre con casi todos los preceptos reguladores
de relaciones jurídicas entre Estados Soberanos.

Por su cualidad: Desde este punto de vista se dividen en positivas (o permisivas)


y negativas (o prohibitivas). Son positivas las que permiten cierta conducta (acción
u omisión); negativas, las que prohíben determinado comportamiento (acción u
omisión). Lo que determina la cualidad de las normas jurídicas no es, como lo
afirman algunos autores, el hecho de que unas, a las que llaman preceptivas,
prescriban una acción, y otra" a las que llaman negativas, impongan una omisión.
Las que ordenan la omisión de una conducta prohibida, por ejemplo, no son
negativas, porque la omisión de tal conducta es, a un tiempo, obligatoria y lícita.
La cualidad, positiva o negativa, de las normas jurídicas no depende, pues, de que
prescriban acciones o impongan omisiones, sino de que permitan o prohiban, ya
una acción, ya una omisión. Esto equivale a sostener que las positivas atribuyen a
un sujeto la facultad de hacer o de omitir algo, en tanto que las prohibitivas le
niegan tal facultad. Objeto de las primeras es en todo caso una conducta
jurídicamente lícita (acción u omisión); objeto de las segundas es, en cambio, un
proceder jurídicamente ilícito (acción u omisión). Las prescriptivas son positivas,
pues es evidente que permiten lo mismo que mandan, según lo expresa el
siguiente principio de la ontología formal del derecho: "todo lo que está
jurídicamente ordenado está jurídicamente permitido”.

Y como los procederes jurídicamente obligatorios pertenecen a la clase de los


jurídicamente permitidos, es obvio que las normas que los prescriben son
implícitamente permisivas.

Por sus relaciones de complementación:

Hay normas jurídicas que tienen por sí mismas sentido pleno, en tanto que otras
sólo poseen significación cuando se les relaciona con preceptos del primer tipo.
Cuando una regla de derecho complementa a otra, recibe el calificativo de
secundaria. Las complementadas, por su parte, se llaman primarias. Las
secundarias no encierran una significación independiente, y sólo podemos
entenderlas en relación con otros preceptos.

Son secundarias:

Las de iniciación, duración y extinción de la vigencia;


Las declarativas o explicativas;
Las permisivas;
Las interpretativas;
Las sancionadoras,

Llamamos de iniciación de la vigencia a las que indican en qué fecha entrará en


vigor una disposición legal determinada. Los preceptos a que aludimos son
secundarios, porque se hallan referidos a otro u otros que, por tanto, tienen el
carácter de reglas primarias. Las normas sobre iniciación de la vigencia suelen
encontrarse contenidas en los llamados "artículos transitorios".
Son secundarias también las que fijan el tiempo en que una ley estará en vigor,
así como las que extinguen la fuerza obligatoria de otra norma.

Las de extinción de la vigencia pueden abolir todo un conjunto de leyes, caso en el


cual se llaman abrogatorias, o solamente algunas de las disposiciones de un
ordenamiento legal, y entonces reciben la denominación de preceptos
derogatorios. Tanto la abrogación como la derogación pueden ser tácitas o
expresas.

Las normas de que acabamos de tratar son especies de un mismo género, al que
correspondería el nombre de normas de vigencia.

Tienen igualmente carácter secundario las que explican o definen los términos
empleados en otros preceptos. En los códigos es frecuente el uso de vocablos que
poseen diversas significaciones, además de la propiamente jurídica. La acepción
en que el legislador toma los tecnicismos de que se vale suele explicarse en
nuevas normas, las llamadas de definición, o declarativas.

Las permisivas tienen carácter secundario cuando establecen excepciones en


relación con otras normas.

Pertenecen también a la categoría de las secundarias las de interpretación, o


interpretativas. La interpretación de un precepto legal puede ser hecha por el
legislador mismo, en una nueva ley (interpretación auténtica o legislativa). Las de
interpretación se refieren, por su misma esencia, a otros preceptos cuyo sentido y
alcance determinan. Éstos son, por consiguiente, frente a aquéllas, normas
primarias.

El grupo más numeroso e importante de las secundarias está constituido por las
sancionadoras. El supuesto jurídico de éstas es la inobservancia de los deberes
impuestos por la disposición sancionada.

Por sus relaciones con la voluntad de los particulares: Pueden ser taxativas y
dispositivas, las segundas, se pueden dejar de aplicar por voluntad expresa de las
partes. Las primeras, son aquellas que obligan a los particulares,
independientemente de su voluntad.

Son taxativas aquellas que obligan en todo caso a los particulares,


independientemente de su voluntad. Se llaman dispositivas las que pueden dejar
de aplicarse, por voluntad expresa de las partes, a una situación jurídica concreta.
Conceptos Jurídicos Fundamentales

El estudio y análisis de los conceptos jurídicos fundamentales han sido objeto de


preocupación y acuciosas investigaciones de parte de los juristas en su afán por
enumerarlos y clasificarlos, entre ellos, Hans Kelsen, quien propone la siguiente
clasificación:

 El hecho ilícito o antijurídico;

 La sanción;

 El deber jurídico;

 El derecho subjetivo;

 El sujeto de derecho o persona jurídica, y

 La responsabilidad jurídica.

El primer concepto jurídico fundamental, esto es, el hecho ilícito o antijurídico, está
indicado en el postulado kelseniano como hecho condicionante de la sanción. Es
la conducta (acto antijurídico) de aquel individuo contra el cual se dirige la sanción.
La sanción jurídica es impuesta por los órganos del Estado cuando los individuos
no observan la conducta debida. El derecho subjetivo, según Kelsen, queda
sobreentendido en virtud de que, frente al obligado a observar determinadas
conductas, existe el pretensor y, a su vez, el órgano que tiene el deber jurídico de
sancionar y exigir el cumplimiento. El deber jurídico significa la existencia de una
norma válida que ordena determinado comportamiento. Para Kelsen, la existencia
de un deber jurídico consiste en “la validez de una norma de derecho que hace
depender una sanción de la conducta contraria a aquella que forma el deber
jurídico”. Es simplemente la norma de derecho en su relación con el individuo a
cuya conducta la misma norma enlaza la sanción. Es la “obligación de obedecer la
norma del derecho”.

El sujeto de derecho constituye otro elemento fundamental referido al sujeto del


deber y sujeto de la sanción ante el hecho ilícito o antijurídico. La responsabilidad
jurídica es la consecuencia que se presenta por la sola voluntad de un sujeto que
quiere imponerse deberes para conferir derechos a otro sujeto siempre que el
orden jurídico lo permita.
Derecho Objetivo y Derecho Subjetivo.

Según el criterio predominante, el derecho en su sentido objetivo “es un conjunto


de normas”, de “reglas de conducta”. Estas normas o reglas de conducta tienen
siempre “un carácter imperativo; suele verse en él un conjunto de prohibiciones,
de normas que dispensan y obligan”. El derecho objetivo, en opinión de Rafael de
Pina, “es el conjunto de las normas que forman el sistema jurídico positivo”.

El distinguido jurista mexicano Óscar Morineau entendía por derecho objetivo “la
norma bilateral que regula la conducta”.

Por su parte, existen autores que otorgan prioridad al derecho objetivo. Señalan
que, si no existiera la norma, no podría derivarse de ella un derecho subjetivo.
Para Morineau tal posición no es sostenible, ya que el derecho subjetivo y el
objetivo se implican: “no es posible que exista una norma sin autorizar conducta,
pues ella es la autorización de conducta y no es posible que exista el derecho
subjetivo si no existe la norma que lo otorga. El derecho subjetivo es, por
definición, la autorización de la conducta hecha por la norma, a un sujeto”.

El derecho objetivo es, pues, el derecho como ordenación o norma, mientras que
el derecho subjetivo “es el derecho como prerrogativa o facultad”.

En la base del derecho está la necesidad de autorizar la conducta de los sujetos.


El derecho subjetivo es una derivación del objetivo, y tiene su reverso en el deber
jurídico, pues lo que implica facultad o poder para una persona; para otras, es
motivo de sometimiento o restricción que limita su actividad. Derecho objetivo,
derecho subjetivo y deber jurídico son tres aspectos que “se presuponen y
complementan mutuamente”.

El derecho norma es el lado objetivo, el derecho potestad y el deber jurídico


constituyen el lado subjetivo.

Relación Jurídica.

La vida social jurídicamente relevante se fundamenta en relaciones jurídicas.


Corresponde al derecho establecer entre los hombres una red complicada de
relaciones que constituye “una especie de tejido que afecta la vida social”.

El hecho de que la norma jurídica exprese una vinculación con el destinatario


revela la existencia de “una relación jurídica entre éste y aquélla”. Incumbe a las
normas jurídicas establecer entre los “sujetos a quien se asigna el poder y a quien
se impone el deber”. Es necesaria la preexistencia de la norma que imprima la
forma fijando los “límites de las exigibilidades recíprocas”. La ausencia de una
norma que las determine implicaría el que “no haya relaciones jurídicas”. Los
hechos y las relaciones sociales sólo tienen significación para el derecho si están
“insertos en una estructura normativa”. Por consiguiente, los requisitos necesarios
para que haya relación jurídica son una relación intersubjetiva, un vínculo entre
dos o más personas y que este vínculo corresponda a una hipótesis normativa, de
la cual se deriven consecuencias obligatorias. Esto presupone la intervención de
dos elementos: el material, constituido por el presupuesto de hecho o relación
social apta para la regulación jurídica; y el formal, que determina la consecuencia
jurídica que recae
sobre la relación de hecho.

La existencia de una obligación supone siempre la de una relación, ambas van


“inseparablemente unidas, sin relación no hay obligación”.

Al imponer la norma obligaciones y atribuir pretensiones, es indudable que vincula


al sujeto de la obligación con el de la exigencia, al deber con el poder. Esto es lo
que constituye la relación jurídica.

Toda relación de derecho es “un ligamen entre la norma y el destinatario”. La


relación jurídica sólo es posible entre personas, es decir, entre sujetos de derecho.
Ésta surge siempre con ocasión de algo, ya sea por un acontecimiento natural o
un acto de la voluntad.

Deber Jurídico.

El derecho es regulación de la conducta exterior del hombre. La realización de los


supuestos que las normas jurídicas presuponen producen determinadas
situaciones jurídicas que son las distintas circunstancias de la existencia personal,
en las que se contiene todas las posibilidades de la vida del sujeto de derecho,
conforme a las cuales puede realizar diversas formas de comportamiento.

El sujeto de derecho puede “crear, para sí o para otros, por medio de su libertad
jurídica nuevas situaciones”, las cuales pueden consistir en el “nacimiento,
transmisión, modificación o extinción de facultades y deberes”.

El deber jurídico consiste en la “necesidad de observar cierto comportamiento


(acción y omisión) que viene impuesto por las normas reguladoras de la relación o
personas que intervienen en él”.
Cuando la finalidad de la norma consista en provocar la acción en los deberes
positivos, por ejemplo, el deber de pagar impuestos, votar, tomar las armas,
etcétera, el precepto autoriza la acción de la persona obligada otorgándole un
derecho subjetivo; pero, al mismo tiempo, le prohíbe la omisión “imponiéndole un
deber jurídico”.

Así, pues, estar jurídicamente obligado a determinado comportamiento significa


que la conducta contraria es antijurídica y como tal representa “la condición de una
sanción establecida por la norma”. Es sujeto del deber el responsable de la
sanción estipulada.

La existencia de un deber jurídico es la validez de una norma de derecho que


hace depender una sanción de la conducta contraria a aquélla que forma el deber
jurídico. Éste es, simplemente, la “norma que enlaza la sanción, la conducta
opuesta es condición de la sanción y constituye
el contenido del deber jurídico”.

En principio, podemos afirmar que el fundamento del deber jurídico radica en la


“necesidad misma del derecho”.

El derecho subjetivo no puede desligarse del deber jurídico, ya que aparece bajo
la forma de la facultad, cuyo efecto puede ser directa o indirectamente la
producción de una norma de derecho. Por tanto, el acto facultativo es el supuesto
para la creación de una norma jurídica; se halla definido en la norma y debe a ésta
su existencia, no tiene existencia propia. El deber y el derecho subjetivos se
encuentran fundidos recíprocamente, puesto que “no pueden existir el uno sin el
otro. Siempre coexisten en la regulación jurídica”. El deber jurídico queda
justificado cuando aparece como objeto correlativo del derecho subjetivo,
integrando el concepto de consecuencia de derecho.

Por lo tanto, el deber jurídico es aquella acción del sujeto por medio de la cual y,
por virtud de ella, participa en el “proceso creador del derecho”, en razón de la
imposición de deberes de otro sujeto, y la creación de situaciones jurídicas nuevas
en beneficio propio o en el de un tercero. Por este motivo, el deber jurídico
adquiere sentido y queda justificado “cuando aparece como objeto correlativo del
derecho positivo”.

Hechos y Actos Jurídicos

La relación jurídica es un efecto de la combinación entre la voluntad y la norma. El


elemento volitivo constituye su parte dinámica y confiere vida a la relación jurídica.
Tal elemento se manifiesta con declaraciones, acciones, manifestaciones externas
de la voluntad para lograr efectos jurídicos.

Las acciones lícitas pueden desarrollarse entre voluntades cooperantes y,


entonces, se da el negocio jurídico. Así, los efectos que producen en armonía con
la norma pueden ser “unilaterales, bilaterales o plurilaterales”. En el negocio
jurídico unilateral, la voluntad sin el concurso de otras voluntades dispone por sí
misma de su poder jurídico (donación, testamento). En el negocio bilateral,
intervienen dos voluntades para determinar o modificar una relación entre ellas o
frente a terceros, con un cambio de poderes jurídicos (contratos). En el negocio
plurilateral, pueden encontrarse más voluntades que concurren a un fin común,
incluso la creación de un ente jurídico.

La norma jurídica por su estructura lógica es una regla hipotética: los supuestos
previstos en la parte condicional de la norma son los hechos jurídicos, y la parte
dispositiva se refiere a los efectos de tales hechos, los cuales implican siempre
una alteración en el mundo del derecho y, en particular, el nacimiento, la
modificación o la extinción de relaciones jurídicas. Los hechos dotados de eficacia
jurídica son “los hechos jurídicos”.

Las relaciones jurídicas pueden ser originadas por eventos naturales o por ciertas
condiciones de hecho, independientes de la voluntad humana. Los fenómenos
meramente físicos (los que no pertenecen a un sujeto) no son por sí ni lícitos ni
ilícitos, son extraños e indiferentes al derecho. Sin embargo, pueden asumir
indirectamente una importancia jurídica, en cuanto pueden constituir el
presupuesto considerado por las normas como condición para su aplicabilidad. En
tal sentido, pueden distinguirse dos especies: hechos simples y hechos jurídicos.

Los hechos simples son los que “no producen consecuencias relevantes para el
derecho (fenómenos meteorológicos) y los hechos jurídicos son aquellos que
producen tales efectos”; esto es, que son tomados en consideración por las
normas para hacer depender de ellos el nacimiento, la modificación o la extinción
de una obligación o facultad. Pueden citarse, como ejemplos, el nacimiento, la
muerte, alcanzar la mayoría de edad, etcétera.

En virtud de tales acontecimientos, se producen efectos jurídicos, conductas que


transforman la realidad y son producto de la naturaleza o resultado de la actividad
del hombre. El hecho es, pues, transformador de una realidad del mundo exterior,
es un suceso temporal y espacialmente localizado que provoca, al ocurrir, un
cambio en lo existente. Cuando la ley enlaza con un acontecer de esta especie de
consecuencias normativas, aquél “se transforma en hecho jurídico”. Estos
acontecimientos engendrados por la actividad humana o puramente material
producen “un efecto jurídico”, el cual puede ser “en favor o en contra de una o
varias personas”. En general, podemos agregar que los hechos adquieren
relevancia para el derecho y reciben el calificativo de jurídicos cuando “sus
características coinciden con los datos establecidos en la hipótesis de la norma”.

Las acciones humanas, cuando son objeto de la deliberación y decisión, producen


consecuencias jurídicas y pueden “constituir, modificar o extinguir una relación
jurídica”. Es decir, implican una invasión en la esfera jurídica de las personas y,
por consiguiente, dan legitimidad jurídica a la oposición, con las correspondientes
sanciones civiles (reparación del daño) o, a veces, también penales, en el caso de
los actos ilícitos.

En suma, podemos agregar que el acto, en sentido jurídico, supone un hecho


humano producido por voluntad consciente y exteriorizada. Cuando el acto
produce, conforme a las disposiciones del derecho objetivo, un efecto jurídico es
llamado acto jurídico. Éste es estrictamente el resultado
de la conducta del hombre; pero no de cualquier conducta, sino de aquélla que
“intencionalmente ha querido y buscado la realización de las consecuencias
jurídicas que se dan”.

Por lo tanto, el elemento básico diferencial entre el hecho y el acto jurídico


consistente en que, “produciendo ambas consecuencias en el mundo del derecho,
sólo éste es resultado de la voluntad del hombre”.

Concepto de Persona

El sujeto o persona, en su vida de relación como miembro de la sociedad, no


puede eludir el contacto con sus semejantes ni quedar fuera de la sujeción del
derecho, por lo que tampoco puede dejar de ser, en todo momento, sujeto de las
relaciones jurídicas. Es el derecho la fuente de las relaciones jurídicas; por eso,
las relaciones crean un vínculo de derecho y es el sujeto o persona “el portador o
titular del derecho subjetivo”.

Estas relaciones jurídicas crean entre los hombres vínculos que “suponen
obligaciones y facultades que constituyen la trama de la vida”.

Los elementos de la relación jurídica son: el sujeto, el objeto y el acto jurídico.

El concepto de persona es “una categoría necesaria y con valor universal”. Las


normas jurídicas, con su poder de abstracción, crean personas que no existen en
la naturaleza. Así, vemos que constituyen personas el Estado, municipios,
sociedades civiles o mercantiles, sindicatos, etcétera, objetos que las normas
jurídicas han hecho seres capaces de tener derechos y obligaciones.

En la antigüedad no todo hombre era persona. En el derecho romano, por


ejemplo, los esclavos no lo eran, porque no se les otorgaba capacidad para tener
deberes y derechos, y menos aún para poder transmitirlos.

García Máynez define la persona como “todo ente capaz de tener facultades y
deberes”, por lo que tiene razón Radbruch cuando afirma que “ser persona es el
resultado de un acto de personificación del orden jurídico”.

En otro sentido, con frecuencia se ha empleado la palabra persona para designar


el papel o personaje que “el hombre está llamado a representar en la escena
jurídica”.

El ser humano, considerado como centro de imputación de derechos y


obligaciones, constituye la persona.

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