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¿Qué es el derecho natural?

Se llama derecho natural a una doctrina de tipo ético y jurídico que defiende la existencia de ciertos derechos propios
y particulares de la condición humana, es decir, ciertos derechos fundamentados en la naturaleza misma del ser
humano y que por lo tanto resultarían inalienables. Este tipo de derechos serían universales, además de anteriores y
superiores a cualquier otro ordenamiento jurídico.

Al mismo tiempo, el derecho natural es considerado una de las fuentes del Derecho, junto a la costumbre
(consuetudinario) y al derecho escrito (positivo), ya que sus postulados nacen junto con el ser humano, y por ende son la
base de los Derechos Humanos Universales como los entendemos hoy en día.

El derecho natural tiene antecedentes antiguos, en las exploraciones filosóficas de la Grecia clásica, en especial de Platón
y Aristóteles; pero sus primeras formaciones provienen de la Escuela de Salamanca durante el Siglo de Oro español,
y fueron luego tomadas y reformuladas por teóricos del calibre de Thomas Hobbes, John Locke, Jean-Jacques Rousseau
en sus escritos. La transición entre las vertientes antiguas y el iusnaturalismo moderno lo constituye la obra del holandés
Hugo Grocio (1538-1645).

Incluso doctrinas religiosas como la cristiana tienen puntos en común con el iusnaturalismo, en el sentido de que admiten
en los seres humanos “una ley escrita en sus corazones”, que en este caso habría sido dictaminada por Dios directamente.
En todo caso, se trata de leyes enteramente humanas y previas a cualquier forma de organización judicial o régimen
político.

Características del derecho natural

A diferencia del derecho positivo, que está escrito, el derecho natural emana de la condición humana misma, por lo que no
requiere de estar asentado en soporte alguno, pues tampoco establece diferencias entre los individuos a los que
ampara. No hay distinción posible en la aplicación o defensa de los derechos naturales, sin importar condiciones
como etnia, nacionalidad, religión, orientación sexual, etc.

Las principales tesis de esta doctrina son las siguientes:

 Los derechos naturales actúan como un marco supralegal, dado que sus consideraciones sobre el bien y el mal
son universales.
 Al contenido del derecho natural sólo puede accederse mediante el raciocinio.
 El derecho descansa en la moral.
 Si un ordenamiento jurídico positivo cualquiera contraviene los derechos naturales del ser humano, no podrá
considerarse un verdadero ordenamiento jurídico.

Ejemplos de derecho natural

Algunos ejemplos de derecho natural son:

 Los derechos humanos contemporáneos. Ninguna ley del planeta puede contravenir legalmente los derechos
humanos, como son el derecho a la vida, a la educación, a tener un nombre y una nacionalidad, a un justo proceso
en caso de cometer algún crimen o a una legítima defensa.
 Los mandamientos católicos. En alguna época en que la Iglesia Católica controló jurídica y políticamente a
Occidente, lo hizo a través de sus leyes religiosas, que eran tenidas como leyes naturales del humano, es decir,
leyes divinas dictadas por Dios en el corazón mismo de la gente.
 Las leyes divinas de la antigüedad. Cuando las culturas ancestrales, como la helénica, acudían a las leyes de
sus dioses, éstas estaban por encima de Reyes y otras consideraciones terrenas. Por ejemplo, Zeus el dios Griego
protegía a los mensajeros, y se consideraba una afrenta al Dios Padre matar al que trajera malas noticias.
¿Qué es el derecho positivo?

Se llama derecho positivo, fundamentalmente, al corpus escrito de las leyes, es decir, al conjunto de normas jurídicas
establecidas por un órgano legislativo y recopiladas en una Constitución Nacional o código de normas (no solo las
leyes, sino todo tipo de norma jurídica).

El derecho positivo, a diferencia del natural (inherente al ser humano) o al consuetudinario (establecido por la costumbre),
obedece así a un pacto social y jurídico establecido por las comunidades mismas para su regulación y ejercicio de la paz,
dado que las leyes son escritas y aprobadas soberanamente.

Este tipo de leyes regulan la conducta ciudadana, la actuación de los cuerpos del Estado y las libertades privadas,
es decir, crean el marco de convivencia, de justicia y de resolución de problemas necesarios para la vida en sociedad.
Estas leyes permanecen vigentes hasta ser derogadas por un nuevo entramado jurídico o desechadas por la decisión
popular y soberana.

De allí que pueda hablarse de dos formas de derecho positivo: la de aplicación vigente y la no vigente. La primera
actúa conforme a lo ya dicho, mientras que la segunda constituye la historia jurídica de una nación o colectivo. A ella puede
sumarse la historia jurídica de la cultura a la que la comunidad pertenece.

Características del derecho positivo

El derecho positivo está en constante cambio y actualización.

En primer término, el derecho positivo es un sistema de normas coercibles, es decir, que pueden usarse para forzar a
otros a actuar de una manera determinada. La función primordial del Estado, visto así, es velar por el cumplimiento de
dichas normas, incluso mediante el monopolio de la violencia (la represión, los cuerpos de ley, etc.).

Por otro lado, toda norma positiva ha de estar escrita, publicada, difundida en la comunidad a la que rige, es decir,
debe ser de conocimiento público. Una ley no puede ser obedecida si nadie la conoce, y para eso existen los soportes
físicos en los que se imprime y hace circular la normativa jurídica: constituciones, códigos de diversa índole, normativas,
etc.

Y por último, el derecho positivo no es definitivo: está constantemente cambiando, remodelándose, actualizándose y
adaptándose a la realidad jurídica y social de las comunidades que regulan. La historia del derecho positivo es también,
de alguna manera, la de las necesidades legales de la ciudadanía.

Ramas del derecho positivo

El derecho penal castiga las acciones que ponen en riesgo el marco de convivencia social.

El derecho positivo se clasifica principalmente en dos categorías o ramas: derecho público y derecho privado. Esta división
data de los tiempos de la Antigua Roma y se fundamenta en la distinción entre los asuntos de la vida privada de
las personas, y los asuntos de la vida pública del Estado. Cada vertiente tiene sus propias ramas, que detallamos a
continuación:

Ramas del derecho público

 Derecho constitucional. Aquel que organiza los poderes públicos, las atribuciones propias del Estado y su
relación con la ciudadanía.
 Derecho administrativo. Aquel concerniente a la administración de los bienes y recursos del Estado.
 Derecho penal. Aquel que regula el modo en que el Estado reprimirá y castigará las acciones que pongan en
riesgo el marco de convivencia social contemplado en la Constitución y sus distintos códigos.
 Derecho internacional público. Aquel que rige y regula las relaciones entre los distintos Estados que existen en
una región geográfica determinada (que puede ser el mundo todo).
 Derecho eclesiástico. Aquel que rige la relación entre las instituciones religiosas y el Estado.
Ramas del derecho privado

 Derecho civil. Aquel que regula las relaciones privadas entre las personas, sus derechos, libertades, patrimonios
y transmisión de bienes hereditarios.
 Derecho comercial. Aquel que rige las transacciones e intercambios de bienes y servicios.
 Derecho laboral. Aquel que rige las relaciones de trabajo, es decir, patrones y trabajadores.
 Derecho rural. Aquel que regula los asuntos del campo y la producción de alimentos.

¿Qué son los derechos humanos?

Cuando hablamos de los derechos humanos o los derechos fundamentales del ser humano, nos referimos al conjunto de
derechos inherentes, propios, de la condición humana. En otras palabras, a los derechos con los que nace ya
toda persona, independientemente de su raza, nacionalidad, clase social, religión, género o cualquier otro tipo de distinción
posible.

Los derechos humanos están consagrados en las leyes de todas las naciones y tratados internacionales, son indivisibles,
interdependientes, inalienables y universales. Esto significa que deben cumplirse en su cabalidad (y no parcialmente),
que deben cumplirse todos siempre, que no pueden quitársele a nadie por ninguna circunstancia y que aplican a todos los
seres humanos sin distingo. Estos derechos, además, estarían por encima de cualquier tipo de ordenamiento jurídico.

De hecho, existen instituciones internacionales de alcance mundial que velan por la preservación de los derechos
humanos y pueden impulsar sanciones para los países en donde no se les preste la debida atención. La violación de los
derechos humanos se considera un delito que no prescribe y que debe ser mundialmente perseguido.

Sin embargo, la teoría de los derechos humanos no siempre se cumple a cabalidad, y en el complejo mundo político de
hoy son muchas las coyunturas que lo impiden. Resistencias culturales, conveniencias políticas o la pérdida de fe en
los valores detrás de estos derechos son algunas de esas razones.

Actualmente, todos los Estados del mundo han suscrito al menos uno de los numerosos tratados respecto a los derechos
humanos universales, y el 80% de los países ha suscrito alrededor de cuatro de ellos. De aumentar esta tendencia, podría
suponerse un futuro más igualitario y más justo para las generaciones humanas por venir.

Ver además: Libertad de Expresión.

Origen de los derechos humanos

Tratados más recientes abordan temas específicos como los derechos del niño.

Los derechos humanos se proclamaron por vez primera durante la Revolución Francesa de 1789, bajo el título
“Declaración de los derechos del hombre en sociedad”; aunque en realidad fueron el primer paso en firme de un largo
proceso cultural que tiene raíces en las distintas concepciones de la “dignidad humana” arraigada en las culturas
occidentales y orientales.

La Revolución Estadounidense, posteriormente, siguió los lineamientos de “libertad, igualdad, fraternidad” de los
revolucionarios franceses, en pro de fundar una nación más igualitaria, si bien la esclavitud de los negros seguía siendo
un ítem pendiente de la lista.

El nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al término de la Segunda Guerra Mundial, dio paso a la
Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), un intento de sentar las bases de un orden social mundial.

Posteriormente se aprobaron diversos tratados en la materia, como la Convención Europea de los Derechos Humanos
(1950), los Pactos Internacionales de Derechos Humanos (1966) y la Convención Americana sobre los Derechos Humanos
(1969). Tratados más recientes abordan temas específicos como los derechos del niño y el adolescente, o de las personas
con discapacidad.
Listado de los derechos humanos

Todo individuo tiene derecho a vivir, a la libertad y a la seguridad personal.

Los derechos consagrados en la Declaración de los Derechos Humanos son treinta. Algunos de los principales son:

 Todos los seres humanos nacen libres e iguales, en dignidad y en derechos. Dotados como están de razón
y de conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
 Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción de raza, color,
sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otro tipo, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición.
 Todo individuo tiene derecho a vivir, a la libertad y a la seguridad personal.
 Nadie podrá estar sometido a la esclavitud ni a servidumbre. La esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas
en todas sus formas.
 Nadie será sometido a torturas ni a vejaciones, penas o tratos que resulten crueles, inhumanos o degradantes.
 Todos los seres humanos tienen derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica en donde estén.
 Todos los seres humanos son iguales ante la ley y tienen derecho a igual protección de la ley, sin distinciones de
ningún tipo.
 Todos los seres humanos tienen derecho a una protección igualitaria contra toda forma de discriminación que
infrinja lo estipulado en esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
 Toda persona tiene derecho al amparo de los tribunales nacionales competentes, y a amparo
jurídico contra los actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos en la constitución o en la ley.
 Ningún ser humano podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
 Toda persona tiene derecho a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para
la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia
penal.

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