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PRACTICA : 01

ALUMNO: ALEX ALEXANDER LEVANO HERNANDEZ


7° CICLO SECCION “E”

PRINCIPIO DE LA PRIMACIA DE LA REALIDAD.

El principio de la primacía de la realidad es un concepto fundamental en el derecho


laboral. Este principio establece que en caso de discordancia entre lo que ocurre en la
práctica y lo que surge de documentos o acuerdos, se debe dar preferencia a lo primero,
es decir, a lo que sucede en el terreno de los hechos.

La aplicación de este principio se da principalmente en la verificación de los verdaderos


hechos durante la relación laboral, considerando el valor de los hechos con mayor
detalle, en relación a los documentos o acuerdos que se dieron entre el trabajador y
empleador.
Por ejemplo, si los documentos no muestran claramente una vinculación mediante el
contrato laboral, pero sí existen los elementos esenciales del contrato, entonces se aplica
el principio de la primacía de la realidad.

Este principio es implícito dentro de nuestro ordenamiento jurídico y tiene su origen en


la naturaleza tuitiva de las relaciones laborales, el cual persigue cautelar los derechos de
los trabajadores. En otras palabras, busca proteger a los trabajadores de actos de
algunos empleadores que buscan evadir sus obligaciones aparentando la existencia de
contratos de naturaleza civil, cuando en los hechos se desarrolla una relación de carácter
laboral.

Es importante mencionar que aunque este principio no se encuentra de manera expresa


en nuestra legislación, es un mandato implícito que irradia a la aplicación de nuestro
derecho laboral.

1° Caso : Pedro aceptó un contrato con su empleador para una paga por sus actividades
de unos 400 dólares, pero a la larga, el empleador le termina pagando 150 dólares por
la misma actividad. Pedro se va a quejar con un juez por la injusticia que está viviendo
gracias a su jefe; es en ese entonces que el juez tiene que determinar quién va tener la
razón. Es ahí donde entra el principio de primacía de la realidad, que busca darle
preferencia a lo que sucede en el terreno de los hechos. Gracias a este principio, Pedro
se va a poder defender ante su propia injusticia , sin que el juez le dé prioridad al propio
contrato.

2° caso: Un empleador entrega anualmente una bonificación cuya razón de ser es


premiar el buen desempeño del trabajador en el año, y se calcula en función de las
ventas realizadas por el trabajador. Naturalmente, es adicional a las comisiones. El
empleador denomina este beneficio como “gratificación extraordinaria”, como ya
dijimos, para no incrementar su costo laboral colateral, pese a ser consciente de que
dicha denominación no es acorde a su real naturaleza.
En ese sentido, aplicando el principio de primacía de la realidad podremos determinar
que la real naturaleza del beneficio otorgado por el empleador es el de una
remuneración y no de una Gratificación extraordinaria, dado su carácter
contraprestativo y no a título de liberalidad o incondicional.

3° Caso: Un trabajador percibe cierta remuneración mensual, formalmente declarada en


la planilla electrónica y en las boletas de pago. No obstante, también percibe un ingreso
mensual, regular, permanente, de libre disposición y complementario a aquella; pero
que no es declarada en la planilla ni en las boletas sino que se entrega “por fuera”.

Como se aprecia, el verdadero ingreso remunerativo del trabajador no está constituido


únicamente por aquel monto formalmente declarado en la planilla y boletas de pago,
sino también por aquella otra suma entregada de manera informal. Arribamos a esta
conclusión en aplicación del principio de primacía de la realidad.
Esta situación se presenta de manera muy frecuente en los procesos judiciales iniciados
por ex trabajadores que exigen una revisión de sus liquidaciones, a fin de que el Poder
Judicial ordene el reintegro de beneficios ahora calculados en función de los reales
ingresos de los trabajadores, incluyendo como ingreso computable también aquellos
montos entregados “por fuera”.

4° Caso: Imagina que una empresa contrata a una persona bajo un contrato de servicios
profesionales, pero en la práctica, esta persona trabaja bajo las mismas condiciones que
un empleado regular: tiene un horario fijo, recibe órdenes de un superior, usa las
instalaciones y herramientas de la empresa, etc. A pesar de que el contrato dice que no
es un empleado, la realidad de la situación indica lo contrario.

En este caso, si surge un conflicto laboral, un tribunal aplicaría el principio de primacía


de la realidad. El tribunal observaría las condiciones reales de trabajo y probablemente
determinaría que la persona es, de hecho, un empleado, a pesar de lo que dice el
contrato. Como resultado, la persona tendría derecho a los beneficios y protecciones
laborales correspondientes a un empleado, como el salario mínimo, horas extras,
beneficios de salud, etc.

Este ejemplo demuestra cómo el principio de primacía de la realidad puede proteger los
derechos de los trabajadores y garantizar que se respeten las leyes laborales,
independientemente de cómo se etiqueten formalmente las relaciones de trabajo.

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