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El resurgimiento del populismo

El populismo se ve a sí mismo, como la antítesis de las élites. Es la voz de los olvidados, del
“patriotismo” que surge históricamente, de la izquierda y hoy surge en los países occidentalesAl
final de la Guerra Fría, el mundo fue testigo del surgimiento de un sistema internacional liderado
por países cuyos gobiernos fueron moviéndose poco a poco, de la izquierda al centro dejando un
vacío político que ha sido ahora ocupado por el populismo. Ejemplo de esto, fue el gobierno de Bill
Clinton en los Estados Unidos y el periodo de Tony Blair en el Reino Unido.

Este vacío permaneció intacto hasta el 2008 cuando inició la crisis de los mercados
desencadenando el colapso del sector hipotecario en los Estados Unidos y generando daños en el
mercado laboral en Grecia y España; resultando en la peor crisis internacional desde la Gran
Depresión. Desde entonces, la agenda de la “nueva” izquierda da evidencia de su gran similitud
con la de la izquierda de antaño. Aquella que cobró importante fuerza en los países emergentes de
los años 70 que buscaba generar reformas económicas y gobiernos austeros para equilibrar más la
balanza en lo que respecta a la distribución de la pobreza y la igualdad social. Así transcurrieron los
primeros años del nuevo orden internacional, con el intento de la derecha por mantener la idea de
la globalización y la integración económica como un proyecto viable y sustentable; y por otro lado,
con la izquierda encontrando en el nuevo orden internacional los elementos necesarios para revivir
al populismo. Hoy en día, sabemos que el declive económico es el pivote más importante de la
política. El resurgimiento de gobiernos de centro-izquierda se ha dado en países con mayor gasto
público, con bases de Estado benefactor y con más regulación sobre el mercado. Esto, asociado a
bajos índices de votación y participación social efectiva y a qué los asuntos no económicos han
pasado a formar parte de una agenda para el desarrollo que incluye temas como la equidad de
género, el medio ambiente y los derechos humanos. El resurgimiento del populismo es un
fenómeno global, lo vemos en Europa,

En América Latina

Y en los Estados Unidos. El populismo encuentra un campo fértil en cada país en el que ha habido
poco crecimiento económico, en donde la clase media está a punto de la extinción, en dónde hay
un alto índice de desempleo, poco poder adquisitivo y en dónde los efectos de la globalización han
sido menos favorables. La realidad es que, en países como los Estados Unidos, el

Discurso populista

Apunta no sólo a temas económicos; sino que, lleva una carga discursiva nacionalista, de desarrollo
hacia adentro, anti-inmigrante, con la promesa de proveer de empleo a los estadounidenses, sin
olvidar por supuesto la lucha contra el terrorismo. Por otro lado, en países como el Reino Unido,
Francia y Alemania; el populismo regresa gracias a la fuerza que le imprimen los movimientos anti
Unión Europea, nacionalistas y proteccionistas; y también, anti-inmigrantes. Si bien es cierto que al
final de la Guerra Fría, la izquierda quedó desacreditada; en América Latina los gobiernos de los

Países bolivarianos

Intentaron reivindicar a la izquierda evitando su transición al centro; la crisis en Venezuela es el


parteaguas en el que también
Estos gobiernos

Con un nuevo discurso populista pertenecen ahora a la centro-izquierda. La convergencia en la


política económica y en el discurso populista de algunos gobiernos occidentales tienen un común
denominador: el re-establecimiento de patrones culturales, de instituciones, normas, ideas y
patrones sociales, que se materializaron en votos a favor de Trump, del Brexit o de los acuerdos de
paz en Colombia; por lo que no debe sorprendernos (negativamente, por supuesto) que el
Trumpismo (por ejemplo) perdure incluso, después de Trump.

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