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Tipos de vivencias.
Ya hablamos en primer lugar del tema de la intencionalidad y luego de la epoché,
como método que permite realizar descripciones propiamente fenomenológicas, y que
se aplica, por ejemplo, para distinguir tipos de vivencias. Ya mencionamos que la
conciencia es una corriente de vivencias, y entre ellas podemos distinguir vivencias
intencionales de otras vivencias no intencionales. Las vivencias intencionales son los
actos intencionales noéticos de dar sentido o forma a vivencias no intencionales, que
son la materia de la percepción, sensaciones -en lo que respecta a la vida cognoscitiva-.
La hýle o material sensible es un elemento intermediario entre la actividad de dar
sentido y el sentido. Es necesario distinguir este elemento intermedio, en la medida en
que una misma sensación puede adquirir distintos sentidos o, a la inversa, distintas
sensaciones pueden ser “leídas” de una misma manera, con un mismo sentido. La
sensación, el material sensible, no aparece por sí mismo en la percepción. Lo que se ve,
o más generalmente, lo que se intenciona, es directamente el sentido. El material
sensible aparece por medio de la reflexión, a través de la cual puede ser objetivado. Es
decir que al percibir no se tienen primero sensaciones a las que después se da sentido,
sino que este elemento intermedio es distinguido sólo en el análisis y por reflexión. En
la experiencia, en cambio, se intenciona a través de la sensación directamente el sentido,
y la sensación o hýle “se transparenta”.
sentido de que estoy intencionando o apuntando –en vacío- hacia un objeto que no está
presente en la percepción.
decirlo, que las líneas y figuras coloreadas prosiguen en el sentido de lo que se ve), pero no
esperamos nada. Podríamos esperar, si un movimiento nos prometiese una vista más amplia. …
Las percepciones nos suministran una infinidad de ejemplos de esto. Las propiedades, que caen
en cada momento dentro de la percepción, aluden a las propiedades complementarias, que
aparecen en nuevas percepciones posibles, y esto en un modo determinado, ya en un modo
gradualmente indeterminado, según la medida de nuestra experiencia del objeto. Un análisis
más exacto revela que toda percepción y toda conexión de percepciones constan de
componentes, que pueden entenderse todos desde estos dos puntos de vista, intención y
cumplimiento (real o posible); situación que se extiende sin necesidad de más a los actos
paralelos de la fantasía y de la imaginación en general. Normalmente las intenciones no tienen
en estos casos el carácter de expectaciones; no lo tienen en ningún caso de percepción o de
imaginación estática; lo adquieren únicamente cuando la percepción fluye y se expande en una
serie continua de percepciones pertenecientes a la multiplicidad de percepciones que
corresponden a uno y el mismo objeto. Dicho objetivamente: el objeto se muestra por diversos
lados; lo que visto desde un lado era sólo una indicación figurativa, resulta desde el otro
percepción corroborativa y plenamente suficiente; o lo que desde aquél era sólo mentado
indirecta, implícitamente, como elemento limítrofe, era sólo presentido, resulta desde éste
indicación figurativa por lo menos; aparece en perspectiva escorzado y difuminado, para
aparecer ‘enteramente como es’ sólo desde un nuevo lado. Según nuestra concepción, toda
percepción e intención es un tejido de intenciones parciales fundidas en la unidad de una
intención total. El correlato de esta última es la cosa, mientras que los correlatos de aquellas
intenciones parciales son partes y momentos de la cosa” (§10).
Además de los actos intencionales vacíos, hay actos que son intuiciones, en las
que sí se me da un objeto en sí mismo, inmediatamente –es decir que no son menciones
vacías, no son actos que apuntan en vacío-. Son intuiciones tanto las percepciones, de
las que hablábamos recién, como también otros tipos de actos intencionales que después
enumeraremos más ordenadamente, pero que, por ejemplo, pueden ser rememoraciones:
en la rememoración también se me da un objeto en sí mismo (de modo directo), aunque
no en persona (como en la percepción). Y asimismo en la fantasía. Otros ejemplos de
tipos de intuiciones en las que no nos detendremos en este curso son también aquellas
que Husserl llama la intuición de esencias y la intuición categorial. También la reflexión
es intuitiva, en la medida en que accede directamente a su objeto, en este caso, las
vivencias de la conciencia. Y también veremos más adelante que la empatía, es decir, la
experiencia de otras conciencias, también involucra intuiciones, ya que supone, por un
lado, la percepción del cuerpo de lx otrx, y también supone, en la empatía auténtica, un
tipo particular de fantasía. Y veremos también luego que hay para Husserl una intuición
del tiempo, del ahora en la impresión y de lo recién pasado en la retención.
1) “en carne y hueso” o “en persona” (no como al recordarlo o imaginarlo, por
ejemplo) y
2) “en sí mismo”, o sea, directamente, sin intermediarios (no como en una imagen
pictórica o una descripción lingüística, por ejemplo).
Vemos ya anticipada esta idea del párrafo recién citado de Ideas, si bien con otra
terminología, en Inv. Lógicas VI §14 a-b, donde Husserl dice que la percepción nos da el objeto
mismo, a diferencia de una imagen que es semejante al objeto; en la percepción “la cosa se
confirma por sí misma, presentándose por diversos lados y siendo a la vez siempre una y la
misma”. Agrega Husserl que si bien la percepción cumple o plenifica lo intencionado en vacío,
el objeto intuido perceptivamente “aparece sólo ‘por el lado anterior’, sólo ‘escorzado y
difuminado en perspectiva’, etc. … Las partes integrantes del reverso invisible, del interior, etc.
son, sin duda, mentadas también de un modo más o menos determinado, son indicadas de un
modo simbólico por lo que aparece primariamente, pero ellas mismas no caen dentro del
contenido intuitivo [patente, presentado] de la percepción. De esto depende la posibilidad de
infinitas percepciones de uno y el mismo objeto, diversas por su contenido. Si la percepción
fuera siempre lo que pretende, la real y auténtica presentación del objeto mismo, sólo habría de
cada objeto una percepción, puesto que la esencia peculiar de ésta se agotaría en dicha
presentación auténtica. Mas por otra parte es de observar que el objeto tal como es en sí -en sí
en el único sentido pertinente y razonable aquí, sentido que el cumplimiento de la intención de
la percepción realizaría- no es totalmente distinto de como la percepción lo realiza, aunque sólo
sea de un modo imperfecto. Está implícito, por decir así, en el sentido propio de la percepción,
el ser la aparición del objeto mismo. Aunque -para retornar a lo fenomenológico- la percepción
corriente pueda componerse de muchas intenciones, en parte puramente perceptivas, en parte
meramente imaginativas y aun signitivas, es el caso que como acto total aprehende el objeto
mismo, siquiera sea sólo en el modo del escorzo”. … “En una percepción aparece el objeto por
este lado, en otra por aquél, una vez cerca, otra vez lejos, etc. En cada una está ‘ahí’, a pesar de
todo, uno y el mismo objeto; en cada una es objeto de la intención él mismo, como suma total
de aquello que de él nos es conocido y se halla presente en esta percepción.
Fenomenológicamente corresponde a esto el curso continuo del cumplimiento o la
identificación en una serie ininterrumpida de las percepciones ‘correspondientes al mismo
objeto’ ” (IL VI §14 b). En un ejemplo de Husserl: la expresión lingüística “mi tintero” se
cumple o plenifica con la percepción de mi tintero, la percepción me da el objeto mismo que se
identifica con lo mentado en la expresión, aun si siempre mi tintero se me da perceptivamente
en algunos escorzos, desde una perspectiva. Esto hace que en la percepción el objeto mismo está
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dado, la intención cumplida, pero “la relación de cumplimiento tiene en sí algo del carácter de
una relación de aumento” (§16) que apunta hacia un “límite ideal”. “Son muy posibles series de
identificaciones que se prolonguen sin término hasta el infinito. Hay por ejemplo, infinitas
expresiones aritméticas que tienen el valor numérico idéntico 2. … Igual acontece con la
multiplicidad infinita de las percepciones posibles de una y la misma cosa” (§ 16).
Tanto en alemán (Anschauung) como en el español que deriva del latín intuitio
(de tueri, mirar), la palabra intuición y sus equivalentes hacen referencia a la visión:
tener una visión directa de. Pero el uso del concepto en Husserl -como ya pasaba con la
intuición cartesiana- no refiere sólo a la intuición sensible: puede haber también una
intuición de esencias, una intuición categorial, una rememoración, una fantasía. Todos
ellos son para Husserl tipos de intuiciones en los que se me da inmediatamente un
objeto. Intuición es el término genérico más amplio que Husserl prefiere para hablar de
la experiencia, porque él considera que el término experiencia fue reducido por el
empirismo a la experiencia solamente sensible, y por eso él prefiere hablar en cambio de
intuición, que tiene más alcance. Resumiendo en un esquema las distinciones que
hicimos hasta este punto:
un tipo particular de intuición, no sensible, sino intelectual o categorial, por la que intuimos
objetos categoriales, tales como conjuntos, disyuntivas, predicados, situaciones objetivas, etc.
(§45). Estos objetos categoriales o ideales son “de grado superior” a los objetos sensibles o
reales de grado inferior, y esto significa que “suponen” y “se fundan” (§46) en lo percibido. Por
ejemplo, en la percepción, intuimos sensiblemente un escorzo de un objeto, luego otro, pero
siempre intuimos por medio de esos escorzos el mismo único objeto. Pero podemos tener otro
tipo de intuición, fundada en la primera pero ya no sensible, en la que intuimos el escorzo, por
ejempo, como parte del objeto, o el rojo como una cualidad suya. Lo mismo sucede en la
intución de las relaciones extrínsecas entre objetos, la intuición de “situaciones objetivas”. “En
el todo sensible las partes A y B están unidas por el momento del colindar, que las enlaza de un
modo sensible. El destacar estas partes y momentos, la formación de las intuiciones de A y B y
de colindar, no proporciona aún la representación: ‘A colinda con B’. Esta exige un nuevo acto,
que se apodera de aquellas representaciones, dándoles la forma y el enlace adecuado” (§49). “El
objeto no ofrece nuevas propiedades reales; está presente como el mismo de antes, pero en un
modo nuevo” (§49). Ahora “es puesto en relación”, o “toma una forma”, “la cual se revela por
medio de la forma de expresión nominal, en el caso de la expresión adecuada” (Idem). En el §52
Husserl agrega, como un tipo de intuiciones categoriales, la intuición de la idea, lo universal o la
especie (de rojo, de triángulo, etc.), que se da como intuición por medio de la abstracción sin
necesidad de ser llevada a cabo por medio de una nominación universal, la cual puede expresar
luego esta intuición previa de lo universal.
Anticipando algunos elementos que veremos luego, agrego que todo esto que
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Es decir (aquí agrego un comentario propio de la cita de Husserl): puedo decir que este
gato es blanco, puedo creerlo, puedo comprender el sentido del enunciado sin creerlo, puedo
percibir el gato blanco; en estas muy diversas intenciones hay un elemento común, el sentido (o
la “materia intencional” en términos de IL) “gato blanco”, el objeto y sus determinaciones; a
continuación habrá que precisar en qué otros aspectos reside la diferencia entre estos diversos
modos de intencionar el mismo sentido. Hasta ahora distinguimos este invariante esencial a todo
lo intencionado, el sentido (objeto más determinaciones).
Husserl introduce la distinción entre el objeto tal como es intencionado y el objeto que es
intencionado en el §17 de la V Inv. Lóg. Dice que en todo acto es intencionado un objeto “como
determinado de esta u otra manera; y en cuanto tal es … el objetivo de variadas intenciones,
judicativa, afectiva, apetitiva, etc. Ahora bien, hay conexiones cognoscitivas, reales o posibles,
externas al objeto [intencionado] como idéntico, cualidades objetivas que no toca la intención
del acto presente; o lo que es lo mismo, pueden brotar múltiples representaciones nuevas, todas
las cuales pueden pretender [intencionar] el mismo objeto … El objeto que es intencionado es el
mismo en todas ellas, pero la intención es distinta en cada una; cada una mienta el objeto en un
modo. Así, por ejemplo, la representación del Emperador de Alemania representa su objeto
como emperador y más concretamente como el de Alemania. Este mismo objeto es el hijo del
emperador Federico III, el nieto de la reina Victoria, …”.
Antes de pasar a las otras dimensiones del nóema, puede ser útil responder a la
siguiente pregunta: ¿el nóema es lo mismo que el "objeto" de la intención, el objeto de
conciencia? Estrictamente, es posible distinguir en los estratos del nóema el “objeto sin
más” (Gegenstand schlechthin) o “x vacía” (por ejemplo, el árbol) y el objeto que es
intencionado tal como es intencionado (por ejemplo, el árbol recordado como
efectivamente visto desde tal perspectiva, etc.), que corresponde al nóema completo
(das volle Noema). Pero es importante aclarar que
Husserl mismo aclara que no debe entenderse que la conciencia se relaciona con
un objeto “a través” del nóema, sino que el objeto es el nóema; de otro modo se recaería
en aquella idea moderna que la fenomenología descarta de que la conciencia intenciona
representaciones y no los mismos objetos mundanos:
En los §§34 ss. de la V Inv. Lóg. Husserl habla de “actos ponentes” y “no ponentes”, es
decir, de intenciones que “ponen” a su objeto como existente o que no lo hacen (lo cual no
significa que lo pongan como inexistente, sino que no lo ponen en absoluto), teniendo incluso el
mismo “contenido”, es decir, el mismo sentido. Entender un sustantivo como “mesa”, por
ejemplo, es intencionar su sentido, pero no es un acto ponente como el del juicio que afirma que
existe (en la esfera lingüstica, sí es ponente, en cambio, la expresión de un nombre propio que
se refiere por ejemplo a “este pizarrón frente a mí”). El signo por sí mismo, sin embargo, no
intenciona intuitivamente, como ya vimos. En el caso de las intuiciones que plenifican las
expresiones lingüísticas, dice Husserl, “son actos ponentes la percepción, el recuerdo y la
expectación sensibles. … No ponente es la correspondiente percepción anómala por estar
despojada de su valor de ser; por ejemplo la ilusión que permanece libre de toda posición
respecto a la realidad del objeto aparente y lo mismo todo caso de mera fantasía” (§34).
Tampoco es ponente por sí misma la imagen pictórica, por ejemplo: “como en la contemplación
de un cuadro al que dejamos obrar sobre nosotros de un modo meramente estético, sin tomar
posición alguna sobre el ser o el no ser de lo representado en él” (IL V §39). También agrega
Husserl que la lectura de una novela es “no ponente” o “neutral” (en contraste con los actos
aseverativos o “creyentes”): “no creemos, pero tampoco negamos ni ponemos en duda lo que se
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nos narra” (IL V §40). (Sin embargo, Husserl agrega la aclaración de que “no podemos decir en
modo alguno que todos los actos no ponentes sean imaginativos y todos los ponentes no
imaginativos”; IL V §40; igualmente en las Lecciones de Fenomenología de la Conciencia
Interna del Tiempo §45 dice que "las modalidades de creencia [correlativas del carácter de ser],
empero, no coinciden en modo alguno con las del carácter presente o no presente [plenitud],
sino que se cruzan con éstas").
serie de caracteres de creencia (del lado noético) que son correlativos de caracteres de
ser (del lado noemático). Hay una correlatividad entre el modo en que yo intenciono la
cosa y los caracteres de ser, es decir, los grados de ser (de realidad) que tiene la cosa
para mí. Del lado noético hay mayor o menor grado de creencia en el objeto. Y del lado
noemático hay mayor o menor ser o realidad. La forma madre de los caracteres de
creencia es la certeza, y la forma madre de los caracteres de ser es la efectividad.
Conjetura Probabilidad
Sospecha o presunción Posibilidad
Pregunta Cuestionabilidad
Duda Dubitabilidad
Negación Cancelación
Neutralización Neutralizado
Dice el parágrafo 151 de Ideas I: "Hay que caracterizar sistemáticamente, en lo que respecta a
sus esenciales contenidos noéticos y noemáticos, los procesos de percepción en que surgen
roturas parciales de la coherencia y ésta solo logra conservarse por medio de "correcciones": los
cambios de apercepción, los procesos téticos sui generis, las revalorizaciones y
desvalorizaciones de lo anteriormente apercibido, por ejemplo, como "mera apariencia",
"ilusión", el paso a una "pugna" no resuelta durante toda una porción del trayecto, etc."
Hasta este punto vimos, entonces, que hay un objeto con determinaciones, que
aparece como más o menos efectivo, de acuerdo a cómo se va desarrollando la
experiencia, es decir, según la convergencia armónica de mis vivencias (en el caso
paradigmático de una intención perceptiva, pero también se da de otros modos en otras
modalidades, por ej. a nivel lingüístico cuando digo "hay efectivamente una mesa" o
"probablemente" o "dudosamente" una mesa, etc.). Y así vemos que hay una correlación
entre los grados de creencia y los grados de ser o de efectividad o realidad de la cosa. Y
todo lo expuesto hasta este punto respecto del nóema es lo que Husserl llama esencia
intencional, es decir, el sentido más la tesis. Es denominado “esencia intencional” por la
razón de que el correlato de todo acto intencional contiene necesariamente estos
elementos: sentido (x vacía y determinaciones) y tesis.
Como aclaré antes, en Inv. Lógicas V y VI Husserl usa el término “materia intencional”
para lo que también llamará “sentido” (el objeto y sus determinaciones), y “cualidad” para lo
que llamará también “carácter de ser o tesis”. Husserl introduce así la “esencia intencional” en
el §21 de la V Inv. Lógica de este modo: “Dado que debemos considerar la cualidad y la materia
como los componentes absolutamente esenciales de que un acto no puede carecer nunca, parece
adecuado designar la unidad de ambos, que sólo constituye una parte del acto íntegro, como la
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esencia intencional del acto. … Por ejemplo, una representación de la fantasía … no se altera
esencialmente en el aspecto considerado, cuando aumenta o disminuye la plenitud y la
vivacidad de los contenidos sensibles que contribuyen a componerla; o refiriéndonos al objeto:
cuando el objeto aparece con gran claridad y distinción, o se disipa en nebulosa confusión,
palidece en sus colores, etc.”
Pero hoy habíamos dicho que todo acto intencional puede ser o bien una simple
mención vacía o bien una intuición. El conocimiento, que es lo que entra en juego a
partir de ahora con lo que llamaremos la esencia cognoscitiva, supone un modo de
plenitud o de plenificación de lo intencionado en vacío. (Husserl distingue la esencia
intencional (sentido y tesis) de la esencia cognoscitiva (sentido, tesis y plenitud) en Inv.
Lóg. VI §28).
2
El término alemán para “presentificación” es Vergegenwärtigung. A. Serrano de Haro, en su traducción
a las lecciones husserlianas sobre el tiempo, prefiere traducir en cambio el término como “re-
presentación” (separado con guión), siguiendo las traducciones al inglés y al francés. Sin embargo, en tal
caso es necesario aclarar -como lo hace el traductor- que la “re-presentación” (Vergegenwärtigung) como
intuición no perceptiva no equivale a lo que traduce como “representación” (Vorstellung) como cualquier
acto objetivante, ni a “representación vicaria” (Repräsentation) como el caso de una imagen.
3
"Yo puedo también representarme algo presente como existiendo ahora sin tenerlo ahora en persona ante
mí, ya sea sobre la base de percepciones anteriores, ya sea de acuerdo con una descripción o un
procedimiento similar" (Lecciones sobre el tiempo, §29).
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rememoración
presentación (o percepción) pres. de presente
Plenitud simples temporales espera
presentificaciones fantasía
complejas imagen
signo
La plenitud alude entonces a estos modos de darse que pueden ser de un mismo
objeto, en el sentido de que puedo percibir la columna, puedo recordarla, puedo tener
una imagen, puedo tener un signo de la columna (la palabra “columna”); todas ellas son
distintas maneras en que intenciono el mismo objeto, el mismo sentido noemático. En
este análisis de la plenitud, como se ve, existe una jerarquía que va desde la mayor
presencia e inmediatez que se da en la percepción, hasta la mínima que se da en el
signo: la plenitud está presente en los actos intuitivos, cuyo paradigma es la percepción,
y ausente en los signitivos, que son intenciones vacías. Las presentificaciones, además,
remiten a anteriores percepciones en las que se fundan y que son sus condiciones de
posibilidad.
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Como consta en el esquema completo que vimos al inicio de este tema, Husserl
habla también de otros tres modos de darse además de la plenitud: habla de la claridad,
de la perspectiva y de la atención. La claridad es relativa a la distancia a la que se me da
el objeto, y a la luminosidad, que determinan diferente vivacidad o intensidad, hasta la
oscuridad. Y la atención concierne a la focalidad o la marginalidad del objeto en mi
campo perceptivo, algo que ya mencionamos al hablar del horizonte externo. La
focalidad o marginalidad del objeto es correlativa de la atención que se fija en él, en el
sentido de que el objeto se me da destacándose respecto de un trasfondo, pasa de la
indiferenciación del fondo a ser figura, de ser inactual a ser actual, cuando la atención se
fija en él. Y hemos comentado antes también el último de los modos de darse
mencionados, la perspectiva, cuando nos referimos al horizonte interno, esto es, los
aspectos no presentados sino apercibidos del objeto, que espacialmente se organizan en
torno al cuerpo propio como punto cero de la orientación espacial.
Estos son los estratos del nóema, es decir, el análisis estructural o estático que
desarrolla Husserl del nóema, que es el objeto en general de un acto o vivencia
intencional. Es el nóema completo, que tiene como núcleo el objeto sin más y sus
determinaciones, que puede ser intencionado como más o menos efectivo, en las
modalidades de la percepción, la fantasía, la rememoración, la imagen, etc., con mayor
o menor claridad, desde distintas perspectivas y con más o menos atención, en la
medida en que es focalizado como figura o pasa al trasfondo.
Conceptos de verdad
Una intención que apunta a un objeto puede ser plenificada por una intuición, y
ese acto de plenificación o cumplimiento tiene como correlato objetivo la identidad de
lo mentado en la intención y de lo dado en la intuición. Este es un primer sentido básico
de la verdad: “la plena concordancia entre lo mentado y lo dado como tal”. La verdad en
este sentido, aclara, no está en la concordancia entre, por ejemplo, las palabras “mi
tintero” y el tintero percibido, sino entre el tintero mentado y el tintero percibido. La
verdad es un fenómeno noemático, la coincidencia del sentido noemático que intenciona
la expresión lingüística y el sentido noemático que intenciona la percepción, por
ejemplo (pero no solamente, como veremos enseguida). Esta coincidencia, la verdad, es
un tercer fenómeno.
Del lado subjetivo, noético, hay un acto intencional propio de la expresión, otro
acto intencional perceptivo, y hay un tercer acto que intenciona la identidad o la
concordancia entre lo mentado y lo dado (o, dicho de otro modo, hay una conciencia de
la verdad), que es la evidencia: “la concordancia es vivida en la evidencia” (§39). Ahora
bien, este primer sentido de verdad como coincidencia de lo mentado y lo dado, no sólo
alude a la relación entre el significado lingüístico mentado y lo dado perceptivamente
sino, que es más amplio, ya que en la misma percepción, como dijimos antes, lo
percibido se da como una articulación de aspectos dados y mentados en vacío que van
plenificándose. De modo que hay una verdad que se da en la percepción misma, en la
medida en que el objeto intuido perceptivamente tiene horizontes intencionados en
vacío que se van plenificando4 concordantemente: el objeto percibido se corresponde
consigo mismo, “se confirma a sí mismo”, como dice Husserl.
De este primer sentido de verdad surgen otras tres nociones, si ponemos énfasis en
el proceso de repleción o cumplimiento de lo mentado por lo dado, o en cada uno de los
dos polos del proceso, lo intuido y lo mentado.
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“Plenificación” es Erfüllung: impleción, repleción, cumplimiento.
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