Capriccio,en pintura, es una fantasía arquitectónica que une edificios, ruinas arqueológicas y otros

elementos arquitectónicos de ficción y a menudo combinaciones fantásticas que pueden incluir

figuras. También se usa para otras obras de arte con un elemento de fantasía.

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Capriccio es un estilo que permite a los artistas reimaginar paisajes y recombinar elementos
arquitectónicos para crear escenas más hermosas, caprichosas y decorativas. Ojo, las pinturas de
capriccio eran más que un atractivo decorativo. También se trataba de ganar dinero.
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La pintura Capriccio permitió a los artistas crear y vender pinturas que representaban no solo uno,
sino muchos puntos de referencia y monumentos visitados por los viajeros en su recorrido.
El antecesor de este tipo de pinturas se encuentra en la pintura italiana del siglo XVI y, en particular,
en los escenarios arquitectónicos que fueron pintados como marco de frescos de gran formato y
decoraciones de techo conocidas como quadrattura. A.Mantegna, Camera degli Sposi
Ya en el siglo XVII, Viviano Codazzi, en Roma, realizó pinturas arquitectónicas,
que representan ruinas imaginarias, como puede verse en sus Fantasías
arquitectónicas del Palacio Pitti.

Marco Ricci, que puede considerarse el iniciador de un nuevo estilo paisajístico veneciano, fué el
que llevó éste género a un nivel hasta entonces desconocido.
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Giovanni Paolo Panini, pintor y arquitecto es un precursor del movimiento neoclásico con sus vistas
que retratan la ciudad y escenas de ruinas antiguas, en las que se incorporan detalles inexistentes
pero que contribuyen a la atmósfera evocada.
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Este estilo fue ampliado por Canaletto en su vedute ideali. Considerado miembro importante de la
escuela veneciana del siglo XVIII. Pintó vistas imaginarias (denominadas capricci), aunque la
demarcación en sus obras entre lo real y lo imaginario nunca está del todo clara.
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Michele Marieschi se presta a las libertades del Capriccio con la representación de la escalera de un
patio interior de palacio. Se basa en trece versiones de motivos inspirados en los dibujos de
escenarios de Marco Ricci para darle a su composición una perspectiva teatral.

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Su Capriccio con edificio gotico ed obelisco muestra una Venecia fantaseada, con un pórtico gótico
y un obelisco apuntando a un muelle, y al fondo, relieves de colinas y montañas apoyadas contra
casas junto al agua.

Giovanni Battista Piranesi, arqueólogo, arquitecto y artista clásico italiano

también siguió este estilo. Famoso por sus grabados de Roma y de "prisiones"
ficticias y atmosféricas (Le Carceri d'Invenzione)
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Francesco Lazzaro Guardi. Se le considera uno de los últimos practicantes, junto

con sus hermanos, de la clásica escuela de pintura veneciana. Aunque aprendió de
Canaletto, adoptó un estilo más suelto caracterizado por pinceladas enérgicas y
una arquitectura libremente imaginada.
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Gianbattista Tiepolo, quien redujo los elementos arquitectónicos a trozos de

estatuas y ruinas clásicas, entre los que se encuentran pequeños grupos formados
por un elenco de exóticas y elegantes figuras de soldados, filósofos y bellos
jóvenes que realizan su enigmáticas tareas.
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La serie de ochenta grabados de Goya Los Caprichos, y el último grupo de

grabados de su serie Los desastres de la guerra, que denominó "caprichos
enfáticos", distan mucho del espíritu de fantasía desenfadada que suele sugerir
el término.
Toman el formato de Tiepolo de un grupo de figuras, ahora extraídas de la vida
española contemporánea, y son una serie de salvajes sátiras y comentarios sobre
su absurdo, explicados solo en parte por títulos breves.

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Uno de los artistas arquitectónicos británicos más talentosos fue Joseph Michael
Gandy, un arquitecto frustrado que encontró una producción más productiva como
el artista fantasma del brillante y eminentemente más práctico y exitoso Sir
John Soane.

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Charles Robert Cockerell, también se entregó a esta inventiva arquitectónica en

su propio capriccio llamado The Professor’s Dream. En él, en lugar de centrarse
en un arquitecto, abarca gran parte del canon de la arquitectura clásica
occidental que abarca un período de 4.000 años.

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Carl Laubin continúa esta maravillosa tradición de los capricci, cuyas últimas
obras, entre ellas "Vanbrugh Fields", capturan la variada brillantez de Sir John
Vanbrugh.