Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1778)
Neoclasicismo; Arquitectura visionaria; Antichità romane; Le Carceri
d’Invenzione
Vida del autor: Arqueólogo, arquitecto, investigador y excelente grabador italiano. Destacaron
sus miles de grabados de edificios reales e imaginarios. Se le considera uno de esos arquitectos
visionarios de la primera mitad del siglo XVIII, cuando el Romanticismo no era más que una
premonición. Piranesi fue desde luego uno de esos iluminados. Estudió Arquitectura en
Venecia y se quedó fascinado por los edificios de la antigüedad y del Renacimiento. Sin
embargo, apenas llegó a ejercer como arquitecto. Prefirió la arqueología antes que la
arquitectura, pese a que en esos años no era ni mucho menos una ciencia seria. Más bien era
un arte: el arte del saqueo. De sus estudios de ruinas y hallazgos, sacó innumerables
ilustraciones de una sorprendente calidad y fidelidad. Se le considera hoy en día por ello casi
un notario de los tesoros que iban apareciendo en esa época neoclásica. De hecho, no es
exagerado decir que Piranesi, con sus grabados en aguafuerte, contribuyó a que el
neoclasicismo se extendiera por toda Europa. Sus obras eran un souvenir de obligada
adquisición para el turista en Roma. No obstante, pese a su exquisito afán descriptivo, Piranesi
no quiso renunciar a la creatividad y metió de vez en cuando visionarias piezas de fantasía. Son
edificios utópicos que ejercieron una enorme influencia en el posterior romanticismo e incluso
en los muy postreros surrealismo y expresionismo. Se percibe su huella en las escaleras
imposibles de Escher, hasta en videojuegos que basan su ambientación en sus impresionantes
edificios.
Esta colección de grabados aparte de dejar muy impresionados a los artistas de la época, tuvo
muchísima influencia en artistas del siglo XX como por ejemplo Escher y sus famosos dibujos
de escaleras o La cascada imposible. A arquitectos como Ricardo Bofill y su Muralla Roja.
Incluso en el terreno de los videojuegos tenemos Dark Souls, Doom, Silent Hills, BloodBorne;
súper laberínticos a la par que angustiosos. En la literatura, las cárceles imaginarias
constituyeron el eje central de El castillo de Otranto (1764) de Horace Walpole, novela gótica
admirada por los surrealistas en la que se describen lugares misteriosos y opresivos. Estos
mismos pasillos interminables y algarabía de escaleras laberínticas tuvieron su influencia
posterior en El proceso de Franz Kafka, y por supuesto, en escenarios surrealistas
cinematográficos como los de El gabinete del Doctor Caligari (1920) de Robert Wiene.