Está en la página 1de 8

Gemma Sala i Garcia y Maria Álvarez Blanco

De la fortaleza vacía a la casa compartida:


Una experiencia de trabajo grupal con
niños con TEA en pequeña infancia
1 2

– Gemma Sala i Garcia – Nos propusimos organizar un grupo


para niños con TEA, pero nos preguntá-
Psicóloga CDIAP Magroc. (Terrassa) bamos si sería un buen recurso dadas
las características del trastorno: ¿Cómo
crear un grupo cuando la dificultad es
– Maria Álvarez Blanco – estar en grupo?, ¿cómo ayudarlos a reco-
nocer y tolerar los estados mentales de
Psicóloga-psicoterapeuta. CDIAP los demás si no pueden diferenciarlos y
Magroc. (Terrassa) reconocerlos en ellos mismos? ¿Podrían
trastornos del desarrollo neurológico los participantes aprender a escucharse
y tiene como características generales: mutuamente?
RESUMEN deficiencias persistentes en la comuni- Nos preocupaba también si, como te-
Presentamos una experiencia de gru- cación y la interacción social y patrones rapeutas, seríamos capaces de contener,
po en pequeña infancia con tres niños restrictivos y repetitivos del compor- comprender y ayudar a elaborar aquellas
diagnosticados de TEA. A través del tamiento. Estos síntomas deben estar ansiedades que pudieran aparecer o am-
grupo hemos trabajado la contención presentes desde las primeras fases del plificarse estando en grupo.
de las ansiedades tempranas, el pro- desarrollo. Pensábamos que con un grupo po-
ceso de diferenciación e identidad, la Con el tratamiento psicológico y la dríamos trabajar aspectos a los que a ni-
mentalización de las emociones y la implicación de la familia y de la escue- vel individual no podríamos llegar, como
empatía entre los miembros del grupo. la, los niños suelen hacer progresos im- es la relación con los iguales.
Describimos los recursos y las estra- portantes, pero a pesar de ello la rela- Nuestros objetivos principales eran
tegias metodológicas que hemos utili- ción con los demás sigue estando, con los de acompañar a aquellos niños a per-
zado: estructura clara de las sesiones, frecuencia, afectada. der el miedo a estar con los demás a tra-
contención física y emocional, funcio- Por ello, nos planteamos si pudie- vés de una experiencia real contenida y
nes de reclamo y neutralidad (Anne Al- ra significar el grupo una manera de expresar y comprender los estados emo-
varez), verbalización de las emociones acompañar a estos niños en el proceso cionales en sí mismos y en los demás,
que la conducta provoca en los demás y de socialización que les resulta tan difí- para ir experimentando, poco a poco, la
la creación de una narrativa conjunta a cil y, muchas veces, insoportable. empatía.
partir de enlazar los juegos individuales. Tal y como describe la Dra. Torras de
Valoramos la eficacia del grupo me- Beà (1996), los grupos terapéuticos son ¿QUIÉN FORMA PARTE
diante los dibujos realizados por los ni- una experiencia social de comunicación DE NUESTRO GRUPO?
ños al inicio y al final del tratamiento e interacción a través del intercambio En un inicio, pensamos crear un grupo
grupal, donde se evidencia la introyec- verbal y de las actividades, en las que formado por dos niños y dos niñas de
ción del grupo como un objeto interno los participantes pueden aprender a cuatro años con diagnóstico de TEA y dos
que acompaña y ayuda. escucharse mutuamente. El objetivo es terapeutas, pero en el momento de em-
En los últimos años, en los CDIAP 3 modificar las relaciones interpersona- pezar sólo pudieron incorporarse tres de
observamos un crecimiento impor- les regresivas, mejorar la capacidad de ellos: Adrià, Ignasi y Noa y las terapeutas,
tante de los niños con Trastornos del compartir y aprender el uno del otro y, Gemma y Maria.
Espectro Autista. Según la definición de esta manera, desencallar y promo- Los tres niños llevaban un tiempo en
del DSM-V, el TEA forma parte de los ver la evolución. tratamiento individual en el servicio y ha-

1 Este artículo fue publicado en la Revista Desenvolupa, de la Asociación Catalana de Atención Precoz, en el año 2017. Su publicación en la
Revista eipea responde a un acuerdo de colaboración y fomento de la difusión de artículos, firmado entre las dos revistas en el año 2020.
2 Traducción realizada por el Equipo eipea del original en catalán.
3 CDIAP es el acrónimo para denominar los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Precoz.

28
Revista eipea número 10, 2021
bían hecho una buena evolución. Tenían do ser mirado continuamente. Mantenía Su juego era pobre y necesitaba que
habilidades comunicativas, entre ellas poco contacto visual y le costaba aceptar fuera inflexible y repetitivo: pedía jugar
el lenguaje que permitía poner de ma- las propuestas de los demás. Presentaba con cocinitas y hacer comida.
nifiesto sus emociones y pensamientos. una expresión seria, de enfado, con poco Presentaba un funcionamiento adhe-
Presentaban capacidades en el juego, control de las pulsiones agresivas, que sivo, repitiendo las ideas de los compa-
aunque éste con frecuencia era estereo- reflejaba un malestar interno muy im- ñeros, con poca iniciativa propia.
tipado y pobre para la edad. La dificul- portante. Desde un inicio, los tres niños nos hi-
tad en la relación era común a los tres y Motrizmente, era un niño rígido con cieron sentir contratransferencialmente
habían sido diagnosticados de TEA en la miedo al movimiento y a los cambios. Su el vacío en el que vivían inmersos. Los
reunión de valoración interdisciplinar del pensamiento también era rígido, con una tres hacían frente a ese vacío de diferen-
equipo. necesidad constante de control y muy te manera: a través de la sensorialidad,
Los padres de los niños tenían una baja tolerancia a la frustración. del control o de la fragmentación.
buena transferencia con el servicio. Tenía muy buenas competencias
lingüísticas, utilizando con frecuencia EL GRUPO: RECURSOS
Los niños: palabras y expresiones refinadas y re- METODOLÓGICOS
Adrià: En el momento de iniciar el gru- buscadas, con conocimiento del signi- Antes de iniciar el grupo, teníamos cla-
po, tenía alrededor de cuatro años. De ficado. ras algunas ideas de cómo organizar el
los tres, era el que tenía mayor capaci- Su juego era un juego de descarga setting. Para contener las ansiedades tan
dad de relación. Era un niño que se podía de emociones, con el que provocaba el desbordantes de los niños, necesitába-
mostrar preocupado por los demás. Te- malestar y el enfado de los demás niños. mos organizar sesiones semiestructura-
nía una situación familiar difícil, marcada Ignasi utilizaba sus capacidades cog- das con límites claros, donde quedara di-
por una enfermedad grave de un familiar nitivas para calmar la ansiedad que le ferenciado el inicio, el desarrollo y el final
muy cercano, que influía en su estado despertaba la relación con los demás. del grupo. Una estructura clara actuaría
anímico. En algunos momentos, se mos- Era un niño con mucha fragilidad emo- como continente de las ansiedades.
traba muy ausente. cional. Creemos que el miedo a la re- También sabíamos que, para que el
Le costaba diferenciar a las terapeu- lación está relacionado con el temor a grupo se convirtiera en una experiencia
tas y con frecuencia confundía nuestros ser rechazado. Nos hacía pensar en una emocional compartida, era preciso el pa-
nombres o inventaba alguno nuevo. vulnerabilidad narcisística importante. pel activo de las terapeutas, así como las
Le gustaba explicar vivencias y que actitudes que Anne Alvarez (2002) define
le escucháramos. En su discurso iba en- Noa: Al empezar el grupo tenía cuatro como necesarias en el trabajo con niños
trelazando temas, mezclando fantasía y años recién cumplidos. La relación con con trastorno autista: la neutralidad (no
realidad. Era difícil poder seguir su pen- los demás niños era fluctuante: podía juzgar, ofreciendo un nuevo modelo de
samiento y comprender lo que explicaba, interaccionar ratos cortos, pero su prin- relación), la contención (estar abierto
las terapeutas teníamos que dar forma a cipal actitud era la de observar lo que ha- a sentir el impacto de las proyecciones,
su discurso. cían sin participar. En otros momentos, sostener) y el reclamo (despertar, dar es-
Tenía un lenguaje rico y con frecuen- se aislaba. Podía pasar desapercibida, lo peranza).
cia copiaba frases aprendidas de los adul- que requería la atención de las terapeu- Una frecuencia semanal sería la ade-
tos. tas para rescatarla y hacerla presente en cuada, ya que, para introyectar un objeto
Su juego era repetitivo y pobre, prefi- el grupo. que dé confianza y seguridad a los niños,
riendo jugar solo y siempre con los mis- Ante la angustia en la relación, nece- que era uno de nuestros objetivos, es
mos juguetes: los trenes. sitaba ponerse objetos en la boca. Ence- necesaria la regularidad y la continuidad
Era un niño ágil, con un tono muscu- rrada en la sensorialidad, evitaba sentir del reencuentro. La duración sería de
lar bajo. las emociones que la experiencia con los una hora desde el mes de octubre hasta
Ante las ansiedades que le desperta- demás le despertaba. el mes de junio. Después de este trata-
ba la relación, respondía con una frag- Motrizmente, era una niña movida e miento, los niños serían dados de baja de
mentación del pensamiento, llevándolo inquieta. Necesitaba el movimiento para nuestro servicio por tener la edad máxi-
a un discurso incoherente. En esos mo- calmarse en momentos de espera y cam- ma de atención, en aquel momento, en
mentos, podía utilizar un tono de voz gra- bios. Poco ágil, con poca integración de nuestro CDIAP.
ve y extraño. su esquema corporal, aspecto que pen- El espacio físico nos parecía impor-
samos que tenía que ver con la pobre tante. Pudimos contar en una sala grande
Ignasi: Inició el grupo con cuatro años y diferenciación que hacía entre ella y los con espacios diferenciados: un espacio
pocos meses. Era un niño despierto, con demás. sensorio-motriz, con material de psico-
buenas capacidades mentales. Reclama- Su pensamiento era muy concreto. motricidad (colchonetas, cojines, ropas
ba intensamente la atención de las tera- En ocasiones, costaba entenderla si no se grandes, ladrillos de construcción) e ins-
peutas y de sus compañeros, necesitan- conocía el contexto del que hablaba. trumentos musicales. Un espacio sim-

29
Revista eipea número 10, 2021
Gemma Sala i Garcia y Maria Álvarez Blanco

bólico con una caja terapéutica donde y provocación. Era necesario estructu- pañeros para construir un camino con los
había muñecos, coches, trenes, maletín rar más ese momento, buscar elemen- ladrillos y pasar por encima, Noa quería
de médico, cocinita y plastilina. Y un ter- tos concretos para sostener los objetos montar una mesa para comer juntos y
cer espacio con una mesa con sillas para internos. Hicimos unas tarjetas con el entre los tres construían una mesa con
realizar la representación de lo que ha- nombre de cada niño. Las sacábamos al ladrillos.
bíamos vivido juntos, a través de material azar (al principio poco azaroso, ya que Los intereses repetitivos se estaban
para pintar y dibujar. hacíamos que cada vez saliera un niño di- convirtiendo en comunicación, en un pla-
Con esta organización del espacio, ferente para ayudar a contener el tiempo cer compartido entre los niños. Se estaba
dábamos la posibilidad a los niños de de espera) y ellos mismos las colgaban en creando un objeto interno grupal. Un ob-
moverse entre un espacio sensorial que la pared y así veían en qué momento y jeto en el que se podía confiar, que pro-
les permitiera comunicarse mediante delante y después de quién diríamos su tegía y que permitía la diferenciación y la
las sensaciones, un espacio motriz don- nombre. De esta manera, los niños re- conciencia de identidad propia, objetivo
de ayudarles a tomar conciencia de su cordaban quién había sido el primero en del tratamiento psicoterapéutico de per-
cuerpo e ir experimentando los límites la sesión anterior y sabían que, tarde o sonas con TEA, según la Dra. Llúcia Viloca
de este y, por último, un espacio más or- temprano, les tocaría a ellos. Debemos (2014).
ganizado donde pudieran desarrollar jue- decir que, en las sesiones finales, los ni- A medida que iban aceptando la pre-
gos pre-simbólicos e inicios de juego sim- ños ya toleraban que los nombres salie- sencia de los demás, aparecían aspectos
bólico. Así pues, utilizábamos cualquier ran al azar de verdad, aceptando el no regresivos de su desarrollo, que conver-
expresión de juego de los niños para ir salir primeros varias sesiones seguidas. timos en momentos de contacto emo-
descubriendo los estados emocionales La experiencia vivida les había hecho cional. Lo creábamos mediante juegos
propios y para que, poco a poco, pudie- sentir más seguros. Tenían la experiencia de falda en corro. Estos juegos ayudaban
ran irse interesando por los de los demás. de poder esperar y empezaban a sentirse a la proximidad física de los niños con-
seguros de tener un lugar en la mente del tenida por nosotras. Cantábamos una
EVOLUCIÓN DE NUESTRO GRUPO grupo. canción inventada con una parte de la
Describiremos a continuación la evolu- letra fija (hacer una tortilla) en la que los
ción de la dinámica del grupo. El nudo de las sesiones: ingredientes eran elegidos por cada uno
Empezamos organizando de una ma- Una vez finalizado el juego del Zapatito, de los niños de forma rotativa, en función
nera sistemática el inicio y el final de las preguntábamos a los niños a qué que- de su interés y deseo, principalmente de
sesiones, dado que eran los momentos rían jugar. Nos encontramos con el hecho contenido anal. La situación les hacía reír
más difíciles para los niños. de que los tres niños tenían preferencia con una cierta excitación, convirtiéndose
por unos juguetes fijos y por unos juegos en un encuentro emocional.
Inicio de las sesiones: repetitivos: Ignasi, los ladrillos; Adrià, el Al ir teniendo más conciencia de la
Iniciábamos las sesiones con el juego del tren y Noa, la cocinita. presencia del otro, aumentaba la rivali-
“Zapatito”. Consistía en cantar una can- Para despertar el interés en el otro, dad y los celos entre los niños. Ello lleva-
ción de bienvenida para saludar a cada verbalizábamos, utilizando la voz y las ba a momentos de agresividad, reflejo de
miembro del grupo. En la canción, intro- expresiones corporales de sorpresa e ilu- ansiedades de aniquilación y de perse-
ducíamos el nombre de los niños y de las sión, la actividad de cada niño (función cución muy fuertes que se proyectaban
terapeutas de manera aleatoria. Cuando de reclamo, Alvarez, 2002). Así, los niños en el grupo. Con frecuencia, actuaban
escuchábamos nuestro nombre, tenía- podían mirar el juego de los demás, ini- su malestar golpeando fuerte con ins-
mos que quitarnos los zapatos, mientras ciando el juego en paralelo: Ignasi y Noa trumentos de música para molestar a los
todos pataleábamos y nos saludábamos. podían ir a la cocinita y hacer cada uno demás, pegándose o tirándose objetos
Era un momento para mirarse, para una comida o los tres jugaban con la plas- entre ellos.
tener en cuenta al otro, pero a la vez tilina sin interaccionar entre ellos. Se hacía necesaria la contención de la
tener un espacio propio y así no sentir- Con el objetivo de ligar las individua- conducta, a menudo física, lo que ocasio-
nos diluidos por el grupo. Entendíamos lidades de cada niño para agruparlos, les naba que una de las terapeutas se que-
el contacto con el suelo en la línea de propusimos enlazar los juegos que reali- dara con el niño más actuador y la otra
Winnicott (1952), quien lo relaciona con zaban. Así, Noa empezó a hacer la comi- con los dos restantes. En los momentos
la función de apoyo de la madre ante la da de los pasajeros del tren de Adrià que en que bajaba la intensidad, verbalizába-
ansiedad de caer en el vacío. pasaba por el puente de los ladrillos de mos lo que había pasado y describíamos
La ansiedad que generaba en los ni- Ignasi. lo que había causado la situación, con la
ños el no saber qué nombre aparecería En las últimas sesiones, Adrià pedía intención de mentalizar el efecto de la
en la canción (pérdida de control), el no ayuda a Noa e Ignasi para hacer mantitas conducta en los demás. No siempre lo
ser ellos los primeros (frustración) y su para los pasajeros del tren que llevaban conseguíamos, con frecuencia sentíamos
incapacidad para tolerar la espera, sus- los nombres de los componentes del gru- que los niños no nos escuchaban y que
citaba en ellos desorganización, enfado po. Ignasi conseguía la ayuda de sus com- lo que decíamos no les llegaba. Muchas

30
Revista eipea número 10, 2021
veces nos sentíamos muy desbordadas El final de las sesiones: a los padres les costaba relacionarse en la
por el grupo. La finalización de las sesiones era otro sala de espera, consideramos necesario,
Como dice Recio (2014), con el obje- momento intenso de emoción que los aunque todos realizaban un trabajo indi-
tivo de transformar la agresividad más llevaba a la desorganización. Para ayu- vidual con una terapeuta de referencia,
descontrolada en una actividad más con- darlos a que no sintieran la separación ofrecer algunos encuentros de grupo con
creta, pensamos en organizar actividades como un vacío, recordábamos entre to- el objetivo de compartir las inquietudes
dirigidas que podrían ayudar al control dos a qué habíamos jugado y proponía- con relación a la crianza de sus hijos y,
de los impulsos en los niños: nos tirába- mos la representación a través del dibu- así, reforzar el grupo de niños.
mos almohadones, torres, tocábamos los jo de lo que quisieran de la experiencia
instrumentos siguiendo un ritmo, etc. A vivida en la sesión. Pretendíamos que VALORACIÓN DEL GRUPO Y
medida que se iba organizando el grupo, fuera un momento de introyección de la EVOLUCIÓN DE LOS NIÑOS
el malestar y la agresión estaban también vivencia de grupo, con la idea winnicot- Uno de los aspectos que debemos remar-
más organizados. tiana de que el dibujo se convirtiera en car es que la asistencia fue regular, hecho
Observamos que, a la vez que el grupo el objeto transicional que permitiera la que facilitó la cohesión del grupo.
se sentía más contenido, aparecía la emo- separación. Al inicio, Adrià dibujaba un Consideramos que, en este aspec-
ción. Pudimos hablar de lo que les pasa- tren, Ignasi hacía garabatos de descarga to, han influido las sesiones de grupo
ba, de lo que sentían. Pedían curas, como emocional con tanta fuerza que llegaba realizadas con los padres. Compartir las
consecuencia de la agresión. Jugábamos a romper la hoja y Noa dibujaba una casa ansiedades entre ellos reforzó el grupo
a médicos y enfermos. Hablamos de la con un niño de la escuela y un arco iris. de niños. Ello ha sido tan clave que ha
tristeza, del miedo, de la rabia. Iban apa- Fue en las últimas sesiones en las que permitido la derivación del grupo a otro
reciendo aspectos más depresivos. Las la representación estuvo más relaciona- dispositivo donde actualmente siguen la
terapeutas recibíamos estos sentimientos da con el grupo creando espacios en los atención grupal.
y los poníamos en el grupo de manera que nos representaban a todos los miem- El grupo se ha movido en diferentes
neutra (Alvarez, 2002), evitando cargar bros. niveles y modalidades comunicativas:
de significado la aportación del niño y con Acabábamos cada sesión con el juego momentos regresivos, momentos de
una actitud abierta a cómo era recibida y del Zapatito a la inversa, ahora teníamos mucha actuación y momentos más sa-
vivida la emoción en los otros niños. que ponernos los zapatos siguiendo el ludables de contacto emocional y cierta
Mostrábamos el enfado de Ignasi orden de la secuencia del inicio. A pesar aproximación empática. A lo largo del
cuando los demás niños no jugaban a lo de la anticipación con la que anunciába- proceso, hemos visto cómo el grupo ac-
que él quería, la tristeza de Adrià cuando mos la finalización, que sabían detrás y tuaba como continente y ayudaba a que
hacía referencia a su familia o el miedo delante de quién diríamos su nombre, apareciera la emoción.
de Noa a los ruidos; poniendo en el grupo aunque nos los pusiéramos en el regazo También se ha movido en etapas psi-
preguntas como: ¿qué nos enfada? ¿Qué para contenerlos mejor, era un momen- coevolutivas diferentes, permitiendo a
nos entristece? ¿Qué nos da miedo? to muy complicado. Los niños no querían los niños desencallar aspectos de etapas
Así fue surgiendo la demanda de marcharse y se comportaban disruptiva- evolutivas anteriores entrando en etapas
juegos con los que poder representar mente. Eran momentos en que Adrià po- más evolucionadas.
alguna de las emociones que más les día decir frases descontextualizadas, Noa El hecho de estar con los demás en
asustaba, como podía ser el miedo. Los gritar y llorar e Ignasi tiraba los juguetes, una situación de contención, aproximán-
niños pedían ayuda a las terapeutas para etc. Teníamos que volver a contener indi- doles a sus conductas y emociones, ha
organizar el juego de los tres cerditos. vidualmente a cada niño. ayudado en el proceso de individuación.
Construíamos con ladrillos la casa de los Al final del grupo, conseguíamos la Las dificultades de relación trabajadas
cerditos entre todos y, seguidamente, re- ayuda espontánea de los demás niños en el “aquí y ahora” de las sesiones, ha
presentábamos el cuento. para contener al que en aquel momento facilitado el reconocimiento de los pro-
La organización grupal iba avanzando mostrara más dificultades ante la separa- pios comportamientos y actuaciones
y cada vez se tenían más en cuenta entre ción. El grupo se hacía cargo de las difi- (comprender mejor e introyectar lo que
ellos, apareciendo juegos compartidos. cultades que surgían. les pasaba) y ha abierto la oportunidad
Noa y Adrià jugaban a ser una pareja de de encontrar nuevas formas de funcionar
reyes que dormían, mientras Ignasi era el Trabajo con los padres: estando con los demás.
Papá Noel y les llevaba regalos muy rela- En relación con el trabajo con los padres, Como dice J.M. Sunyer (2008), es en
cionados con los intereses de los niños: queremos hacer un pequeño apunte que el grupo terapéutico donde la experien-
trenes para Adrià y utensilios de cocina consideramos importante: en primer lu- cia de compartir vivencias comunes per-
para Noa. Desde una perspectiva psi- gar, sabemos que un grupo de niños des- mite iniciar la percepción de que lo que
co-evolutiva, este juego representaba el pliega unas fantasías y ansiedades en los nos pasa no es exclusivamente nuestro,
reconocimiento de la diferenciación se- padres que influyen en el trabajo con los sino que también les pasa a los demás.
xual entre ellos e inicios de triangulación. niños. Añadido a que observábamos que Nuestros niños pudieron reconocer emo-

31
Revista eipea número 10, 2021
Gemma Sala i Garcia y Maria Álvarez Blanco

ciones en sí mismos y en los demás, lo Adrià:


pudieron expresar en el grupo y, entre
todos, pensar maneras de acompañarlo.
A pesar de las dificultades de rela-
ción que presentan los niños del grupo,
éste ha sido un recurso terapéutico que
ha ayudado a mejorar la relación y la
aceptación entre ellos: han adquirido
más confianza en sí mismos, aumen-
tando la participación en las relaciones
sociales tanto dentro como fuera del
grupo.

La evolución de los niños ha sido la si-


guiente:
Noa se fue haciendo más presente en el
grupo, reivindicaba su lugar como niña.
Mejoró mucho la diferenciación entre
ella y los demás, hecho que la llevó a en-
tender más a sus compañeros y cuidar-
los. A lo largo del proceso, disminuyeron
las conductas autosensoriales, aumen-
tando la excitación y la agresividad hacia
los demás, sobre todo en los momentos Octubre 2014
de separación.
Adrià ha podido expresar más sus
angustias en relación a la enfermedad
familiar y compartirlas con el grupo. A
medida que iba conectando sus partes
fragmentadas, mostraba mucho miedo
y buscaba la contención física de las te-
rapeutas. Dejaba entrar más a los demás
en su juego, aunque éste seguía siendo
repetitivo.
Ignasi fue mostrándose más flexible,
tolerando mejor el enfado y la rabia, sin
tanta necesidad de control. Utilizaba el
juego para representar sus sentimien-
tos. Podía reír y aceptar alguna broma.
Disfrutaba de más momentos de juego
compartido y tenía un mejor control de
su conducta. Se mostraba más empáti-
co.
Para nosotras, como terapeutas, ha
sido un proceso costoso, que ha impli-
cado un esfuerzo emocional y de apren-
dizaje importante, pero que valoramos Mayo 2015
muy positivamente.
Podemos concluir, retomando las pa-
labras que citábamos en la introducción Octubre 2014: tren AVE de la RENFE.
de la Dra. Torras: el grupo promueve la Mayo 2015: crucero con un señor que conduce un coche dentro del crucero. El barco
evolución de los niños. Utilizaremos la tiene habitaciones para las personas. Él es el conductor del crucero.
comparación entre los dibujos del inicio Con estos dibujos, podemos ver cómo Adrià ha pasado de dibujar un tren vacío a po-
y del final del grupo como instrumento der representar un barco donde él es el conductor y hay espacio para pasajeros que
para valorar esta evolución. le acompañan.

32
Revista eipea número 10, 2021
Noa:

Octubre 2014

Mayo 2015

Octubre 2014: dibuja un sol, un niño del cole y nube con lluvia.
Mayo 2015: dibuja una casa con las ventanas cerradas, dice que cada miembro del grupo duerme en una
habitación, dibuja una vaca, una niña de la clase y un sol.
Dice que nosotros estamos dentro, después de oírselo decir a Ignasi. Su aportación es que cierra las venta-
nas, mostrando una aproximación hacia los demás, pero aún con miedo. Representa objetos que ella tenía,
ahora más organizados, como por ejemplo el sol y la figura humana, acompañados de elementos grupales.

33
Revista eipea número 10, 2021
Gemma Sala i Garcia y Maria Álvarez Blanco

Ignasi: Como conclusión general, observa-


mos en los dibujos la introyección del
grupo como un elemento que ayuda y
contiene. La relación todavía despierta
muchos miedos que es necesario seguir
trabajando.
Así pues, podemos decir que, en el
transcurso de los meses de tratamiento,
los tres niños pudieron ir abriendo, poco
a poco, las barreras de la fortaleza que
tanto les parecía que les protegía, pero
en la que tan solos se sentían, para ir de-
jando entrar y salir a sus compañeros de
grupo, iniciando de esta manera momen-
tos compartidos.

“Fem una rotllana


com una magrana.
Les mans agafades,
mirem bé les cares.
Els peus quiets...shht!
Un, dos, tres”.
Octubre 2014
“Hagamos un corro,
como una granada.
Las manos cogidas,
miremos bien las caras.
Los pies quietos… ¡shht!
Un, dos, tres”.

Canción de corro de Jaume Barri. l

Mayo 2015

Octubre 2014: mucha lluvia, tempestad muy fuerte… Aprieta tanto el rotulador que
agujerea la hoja.
Mayo 2015: dibuja una casa y cuatro círculos que nos representan a nosotros: Adrià,
Noa, Gemma y María. Cuando decimos que falta alguien, se dibuja a sí mismo en el
medio. Cuando acaba, dibuja un terremoto y un fuego.
Vemos una clara evolución ya que pasa de una descarga de los impulsos a una repre-
sentación del grupo. Cuando se dibuja a sí mismo a nuestro lado, muestra muchos
miedos.

34
Revista eipea número 10, 2021
BIBLIOGRAFÍA Centre educatiu i terapèutic Carrilet. Manzano, J. y Palacio, F. (1987). Estudio
Alcàcer, B. y Viloca, Ll. (2014). La psico- (2012). Comprensión y abordaje educati- sobre la psicosis infantil. Barcelona: Edi-
terapia psicoanalítica en personas con vo y terapéutico del TEA. Barcelona: Edi- torial científico médica.
trastorno autista. Una revisión histórica. torial Horsori.
Temas de psicoanàlisis, 7. Recuperado Sunyer, J. M. (2008). Psicoterapia de gru-
de: http://www.temasdepsicoanalisis. Coromines, J., Fieschi, E., Grimalt, A., po grupoanalítica. La co-construcción de
org /wp-content/uploads/2014/01/ Guardia, M., Oromi, I., Palau, M. y Vi- un conductor de grupos. Madrid: Biblio-
LL.-VILOCA-Y-B.-ALC%C3%81CER.LA-PSI- loca, Ll. (2008). Processos mentals pri- teca Nueva.
COTERAPIA-PSICOANALITICA-EN-PERSO- maris. Implicacions psicopatològiques
NAS-CON-TRASTORNO-AUTISTA.pdf i consideracions tècniques. Barcelona: Torras de Beà, E. (1996). Grupos de hijos
Fundació Orienta. y de padres en psiquiatría infantil psicoa-
Alvarez, A. (2002). Una presencia que nalítica. Barcelona: Ediciones Paidós.
da vida. Psicoterapia psicoanalítica con Gonzalez, S., Monreal, N., Morral, A., Re-
niños autistas, borderline, deprivados y cio, M., Vaimber, T., y Viloca, Ll. (2014). Winnicott, D. (1993). Realidad y juego.
víctimas de abuso sexual. Madrid: Biblio- El tratamiento de niños con trastorno del Barcelona: Gedisa.
teca nueva. espectro autista. Aportación multidis-
ciplinar del centre terapèutic-educatiu Winnicott, D. (1952). La angustia asocia-
Busto, A. (1999). Abordaje psicoanalí- carrilet. Temas de psicoanàlisis, 7. Re- da con la inseguridad. Biblioteca D. Win-
tico grupal en niños. Revista Urugua- cuperado de: https://comunepersoal. nicott. Recuperado de: http://www.psi-
ya de psicoanálisis. Recuperado de: files.wordpress.com/2014/03/gonzc3a- coanalisis.org/winnicott/anguidad.htm
http://www.apuruguay.org/apurevis- 1lez-monreal-morral-recio-vaimberg-vi-
ta/1990/1688724719999007.pdf loca-tratamientos-carrilet.pdf

35
Revista eipea número 10, 2021

También podría gustarte