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© RICARDO SANDOVAL LÓPEZ


© EDITORIAL JURÍDICA DE CHILE
Ahumada 151, 4e piso. Santiago
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Inscripción № 246.493, año 2014
Santiago - Chile
Se terminó de imprimir esta séptima edición
en el mes de octubre de 2014
IMPRESORES: Dimacofi Negocios Avanzados S. A.
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
ISBN 978-956-10-2312-3
RICARDO SANDOVAL LOPEZ
Doctor en Derecho Privado, Universidad de Grenoble, Francia, 1974
Doctor de Estado en Derecho Privado, República de Francia, 1979
Profesor de Derecho Comercial
Profesor Catedrático Visitante, Universidad Carlos III, Madrid, España
Profesor Catedrático Visitante, Universidad Pablo de Olavide,
Sevilla, España
Miembro de la International Academy of Commercial and
Consumer Law, Pennsylvania, Estados Unidos
Presidente de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil Internacional (CNUDMI/UNCITRAL) 2010-2011

REORGANIZACION
Y LIQUIDACIÓN
DE EMPRESAS Y PERSONAS.
DERECHO CONCURSAL
Séptima edición actualizada con la Ley № 20.720
que sustituye el Régimen Concursal del Libro IV
De las quiebras del Código de Comercio
y la Ley № 18.175, Orgánica
de la Superintendencia de Quiebras

EDITORIAL
ÌURIDICA
DE CHILE
\

}
PREFACIO DE LA SEPTIMA EDICION

La promulgación de la Ley № 20.720, publicada en el Diario Ofi­


cial el 9 de enero de 2014, que entra en vigencia el 10 de octubre
del presente año, sustituyó el régimen concursal previsto en el
Libro IV del Código de Comercio, intitulado De las quiebras y
la Ley № 18.175, Orgánica de la Superintendencia de Quiebras,
por una normativa que establece la reorganización y liquidación
de empresas y personas, y perfecciona el rol de la citada Super­
intendencia.
El ámbito material de aplicación de la Ley № 20.720, o más
bien su objetivo, es establecer el régimen general de los proce­
dimientos concúrsales destinados a reorganizar y/o liquidar los
pasivos y activos de una empresa deudora, y a repactar los pasivos
у /o liquidar los activos de una persona deudora.
Se trata de la instauración de un conjunto de procedimientos
concúrsales que viene a reemplazar la legislación de quiebras y
convenios concúrsales, que en el hecho no estaba acorde con la s
realidad económica ni con el progreso jurídico existente en esta a
materia. Muchas veces para referimos a la legislación nacional de í
quiebras, hoy derogada, dÿimos metafóricamente hablando que ¿
la quiebra era una niña muy añosa, a la cual, cada cierto tiempo, le £
ponían una nueva capa de maquillaje (reformas de parche), pero §
con ello no lograban rejuvenecerla, sino simplemente disfrazar Э
su senectud. §
Con la promulgación de la Ley № 20.720, de 2014, no se lo- §
gra un total reemplazo del régimen anterior, sino más bien una g
suerte de refacción o remodelación del mismo, con ciertos cambios g
de terminología como ocurre, por ejemplo, en el caso del pro- 5

7 EDITORIAL J L K Í D r A DE CH IL
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

cedimiento concursal de renegociación judicial, que equivale al


convenio judicial preventivo; tratándose del procedimiento de
liquidación voluntaria, que no es otra cosa que la antigua quiebra
solicitada por el propio deudor y, con respecto al procedimiento
de liquidación forzosa, que sustituye, con similares causales y
efectos, a la quiebra pedida por los acreedores. Aun siendo una
remodelación del derecho anterior, se desconoce cuál puede haber
sido el modelo elegido por los autores del proyecto de ley, toda
vez que el Mensaje del Ejecutivo al Senado de la República nada
indica al respecto, sino que se limita a agradecer, indicando los
nombres y apellidos de los creadores de dicho proyecto.
Podría creerse que la nueva normativa tiene alguna inspi­
ración en los procedimientos concúrsales propios del sistema
jurídico angloamericano o derecho de Common Law, en cuanto
a la distinción básica entre procedimientos de reorganización y
de liquidación de empresas y de personas deudoras. Pero no se
trata de un apego evidente a las normas de Common Law, particu­
larmente a la regulación norteamericana, contenida en el Código
de Quiebras,TTítulo 11 del Código de EE.UU., en la cual gran
parte de la reglamentación proviene dé sentencias y resoluciones
judiciales que sientan jurisprudencia, todo lo cual sería ajeno a
nuestro derecho. Quizás los autores del actual texto legislativo
lo remodelaron sobre la base de alguna legislación concursal
sudamericana, que a su turno se habría inspirado en el derecho
angloamericano.- ■
Lo que resulta meridianamente claro es que la Ley № 20.270,
recoge textualmente una buena parte de las disposiciones del
derogado Libro IV del Código de Comercio que trataba De las
quiebras y las reubica en la estructura que ella adopta, según
correspondan a normas de reorganización o de liquidación de
empresas o de personas, que no tienen actividad empresarial.
No contamos con antecedentes que permitan descubrir que el
actual sistema concursal contenido en la Ley № 20.720 se haya
inspirado en las normativas propias del sistema de Derecho Eu­
ropeo Continental o sistema de Derecho Romanista, tales como
la Ley 22/2003, de 9 de julio, de España, ó en los procedimientos
colectivos de recuperación de empresas en dificultades econó­
micas de Francia; o la Ley № 25.589 de Argentina, modelos más
idóneos para ser adaptados a nuestra realidad.
PREFACIO DE LA SÉPTIMA EDICIÓN

Finalmente, se echa en falta una buena fundam entación


doctrinaria del actual texto normativo concursal, toda vez que no
fueron definidos conceptos esenciales, como, por ejemplo, el de
cesación depagos o insolvencia, a los efectos de establecer la causa de
los procedimientos concúrsales de reorganización o de liquida­
ción, sino que se vuelve a incurrir en el error de tomar algunos de
los mismos hechos reveladores de la legislación derogada, como
causales para demandar su aplicación ante los tribunales. Huelga
señalar que, tratándose de una normativa que forma parte del
Derecho Comercial, para la reorganización y liquidación de las
empresas, como entidades protagonistas de la actividad mercantil
del siglo XXI, debió contener una definición de empresa para los
fines de los procedimientos que ella regula, sin tener que remi­
tirse, como lo hizo, al concepto empresa propio de legislación
tributaria, particularmente el de la Ley de Impuesto a la Renta,
que pertenece al derecho público económico.
No hay constancia, en la historia fidedigna del establecimiento
del nuevo sistema concursal, del rol que pudo haber tenido la
doctrina más autorizada de nuestro medio en esta materia, segu­
ramente por la premura en legislar, algunos de sus representantes
no fueron oídos.
En la medida en que vayamos desarrollando el -contenido de
esta obra, iremos poniendo en evidencia los aspectos positivos y
negativos de los procedimientos concúrsales, que regula la Ley
№ 20.720, promulgada el 30 de diciembre de 2013 y publicada
en el Diario Oficial el 9 de enero de 2014.

ELAUTOR
LA ГОТОССЖЛ DE LIBROS ES UN DHJTO - LEY Kí° 1.7.336

Sevilla, España, mayo 2014

Ж
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN
DE EMPRESAS Y PERSONAS.
DERECHO CONCURSAL
1. Generalidades. “¡La quiebra ya no es lo que era!”. Esta célebre
firase acuñada por el destacado jurista francés Claude Champaud,1
pone en evidencia el importante cambio que ha intervenido en
la materia de que trata esta obra, toda vez que se reemplaza una
antigua institución jurídica por un conjunto de procedimientos
concúrsales, cuya finalidad pretende mejorar el sistema legal de
la insolvencia.
En Chile vivimos en épocas de reorganización económica,
en las cuales las prioridades van cambiando según la coalición
gobernante, siendo, en los últimos tiempos, las metas del pleno
empleo y la de llegar a ser un país desarrollado, aquellas en las
que se ha puesto el énfasis de alcanzar. Al ser de esta manera, la
empresa o la persona que se encuentra en situación económica
desfalleciente representa un peligro para la salvaguarda del empleo
y para la eficiencia del sistema económico, quedando entregada
a la merced de los acreedóres, generalmente los bancos y de los
competidores. Los poderes públicos, llamados a resolver la situa­
ción, lo han hecho bajo consideraciones de orden puramente
económico. La lógica económica propende a la recuperación de
las empresas y de las personas, mediante la reasignación de los
bienes y recursos y, mientras más rápido se logre, los resultados
serán más eficientes. Los procedimientos concúrsales bajo esta
óptica pasan a constituir la forma legal apropiada para reasignar los
recursos en el mercado. Así lo confirma el Mensaje con que se acom-

1 CHAMPAUD, C la u d e , Humanisme et entreprise, E d itio n s Si rey, P arís, 1983,


p. 4.

13 EDITORIAL JURIDICA. .DE CHILE


REORGANIZACIÓNYLIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

paño el Proyecto de Ley al Senado de la República, cuando dice:


“Además, un procedimiento concursal más ágjly eficiente permite utilizar
los recursos que quedan desaprovechados en esa ernpresafallida, en otras
actividades, mejorando así la productividad, permitiendo generar nuevos
puestos de trabajo y aportando al crecimiento económico del país”.
No nos asiste duda alguna que el Derecho Comercial, del cual
form a parte la normativa de procedimientos concúrsales, está
destinado más bien a regir fenómenos económicos que a hacer
triunfar principios de derecho natural. Sin embargo, el Derecho
Mercantil debe mantener su vocación preferente de encauzar la
actividad económica dentro del marco jurídico. El razonamiento
económico no tiene que suplantar la racionalidad jurídica que
preside el funcionamiento de un régimen concursal. Con la ins­
tauración de este nuevo régimen de procedimientos concúrsales,
destinados a reorganizar у /o liquidar los pasivos y activos de una
empresa deudora; y a repactar los pasivos y/o liquidar los activos
de ima persona deudora, según dispone el artículo I s del al Ley
№ 20.720, estamos ciertos qüe el derecho concursal chileno pasa a
ser más económico qüe jurídico, aunque mantenemos la esperanza
de recuperar el terreno cedido en u n tiempo no lejano.
Creemos que lo más preocupante en la futura aplicación
de la Ley № 20.720, podría ser una eventual falta de seguridad
jurídica, porque según el Mensaje del Ejecutivo: “El nuevo modelo
que se propone descentraliza elprocedimiento, reduciendo la intervención
judicial sólo a aquellas materias de carácterjurisdiccional, por lo que se
requiere una supervisión más relevante por parte de la Superintendencia
de Insolvencia y Reemprendimiento a los encargados de llevar el proceso,
para mantener la confianza en el sistema”. La intervención de entes
administrativos en la declaración y aplicación de procedimientos
concúrsales, aunque sean aquellos qüe se refieren a personas físicas
que no ejercen actividades empresariales, no estaba contemplada
en nuestra legislación y aun cuando las facultades con las que
intervienen estén señaladas expresamente, de todas maneras el
criterio con que suele actuar una autoridad administrativa no es
el mismo que emplea el juez al interpretar y aplicar la ley, cuan­
do asume un rol predominante en todos ios procesos del juicio
universal que tenía a su cargo.
Siendo esto así, habrá que esperar la aplicación práctica de la
nueva normativa de procedimientos concúrsales, para constatar
INTRODUCCIÓN

si ella logra cumplir con los fines que se propone alcanzar, por­
que de lo contrario más temprano que tarde surgirán voces que
afirmen que hay que reformar la reforma en esta materia.
Desde el punto de vista estructural, la Ley № 20.720, sobre
procedimientos concúrsales, es bastante compleja, sus numerosas
disposiciones (402 en total), son de una gran extensión, en des­
medro de la síntesis a la que estábamos acostumbrados, aunque
siguiendo ima tendencia actual, cada una de ellas tiene un título
que indica su contenido. El texto de la citada ley se presenta di­
vidido en diez capítulos y disposiciones transitorias.
El Capítulo I Disposiciones .Generales trata del ámbito material
de aplicación de la ley; de un conjunto de cuarenta definiciones
de conceptos cuyo sentido y alcance se fija po i el propio legislador
y que están destinados a facilitar su aplicación; de la competencia
y los procedimientos; de los recursos; incidentes; cómputo de
plazos y exigibilidad de las normas contenidas en leyes especiales
que prevalecen sobre esta ley. . . . . . . .
En el Capítulo II se regula minuciosa y detalladamente a los
veedores y liquidadores, personajes que entran en escena con
un rol protagónico, en los procedimientos concúrsales de reor­
ganización y de liquidación en empresa y personas, que crea la
normativa en comento.
Se destina el Capítulo HI a disciplinar el procedimiento concur­
sal de reorganización, que vendrá a sustituir la función que hasta
ahora tenían los convenios concúrsales, cuyo objeto es consagrar
un régimen de salvataje institucional, en el cual se contempla una
protección financiera concursal, durante la cual se suspenden las
ejecuciones para concretar el procedimiento de reorganización y
se integra a los acreedores titulares de créditos con garantía para
incentivar una solución global de la insolvencia de la empresa o
persona deudora.
Luego, se dedica el Capítulo TV de la ley a tratar del procedi­
miento concursal de liquidación, que opera en defecto o ante el
fracaso del procedimiento de reorganización, cuando los acree­
dores o el propio insolvente lo solicitan, cuyo propósito, como
su nombre lo indica, es realizar los bienes del deudor para pagar
los créditos adeudados.
Una cierta novedad representa el contenido del Capítulo V
de la actual normativa concursal, que se destina a tratar del pro-
r e o r g a n iz a c ïô n y l iq u id a c iô n j d M m^ M sà sÿ pe r so n a s. d er ec h o c o n c u r sa l
--------- _ -------- i — — — —^ -I. ..T., ' ----- - - vv; r

cedimiento de renegociación, y del procedimiento concursal de


liquidación de persona física-deudora, con intervención destacada
del órgano administrativo que actúa como facilitador, procedi­
mientos que reemplazan la quiebra de rni/ deudor no calificado
por su actividad profesional de comerciante, industrial, agricultor
o minero, que se reglamentaba en la ley de quiebras derogada.
El Capítulo VI de la ley que nos ocupa, trata de las acciones
revocatorias concúrsales, cuyo ejercicio-queda en manos de los
acreedores, del veedor o liquidador, sin intervención alguna de
la ju n ta de acreedores, como era antes, sujetas a presupuestos
objetivos en k>s~actos y contratos en los cuales el peijuicio a los
acreedores se presume, y al cumplimiento de exigencias subjetivas,
respecto .de actos y contratos en los cuales el pejjuicio y la mala
fe han de ser acreditados.
Sin duda que el establecimiento de reglas sobre arbitraje
concursal representa toda una novedad que se contiene en el
Capítulo VII de la normativa vigente y puede aplicarse tanto en
el caso de procedimiento de reorganización como en el de pro­
cedimiento de liquidación, a decisión del propio deudor o por
acuerdo de la jun ta de acreedores, respectivamente.
Asimismo, es relevante que Capítulo VIII de la ley haya incor­
porado en el derecho objetivo nacional ima parte substancial de
la Ley Modelo elaborada por la Comisión de las Naciones Unidas
para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI/UNCITRAL) ,2
sobre insolvencia transfronteriza, destinada a regir las situaciones
de esta naturaleza que presentan las empresas multinacionales,
actuando en un mercado sin fronteras constituido prácticamente
por todo el mundo.
ÍA FOTOCOPIA DE LIBROS VS UNT DI: I ITO - LEY № 17.336

2 El autor de esta obra, en calidad de Jefe de la Delegación chilena ante la


Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, fue
elegido como Relator del Grupo de Trabajo que elaboró la Ley Modelo de Insolven­
cia Transfronteriza. En los informes que presentamos al Ministerio de Relaciones
Exteriores de nuestro país durante el cumplimiento de nuestra misión, aconse­
jamos decididamente la incorporación de esta ley modelo, porque las empresas
multinacionales, tanto extranjeras como chilenas, necesitaban de esta normativa
uniforme para la seguridad jurídica de su actividad mercantil transnacional. En la
edición anterior de nuestra obra Derecho Comercial Tomo TV. Insolvencia de la Empresa.
Derecho Concursal: quiebras, convenios concúrsales y Cesión de Bienes, Editorial Jurídica de
Chile, 6- edición, pp. 222-237, destinamos el Capítulo VII, al estudio de la Quiebra
Transfronteriza.

EDI TORIAL JURÍDICA. DE CHI LE .16


“ IN T R O D Ù C C IÔ N ; ‘
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*м- •*:<Т*Т.--Z

:. En el Capítulo IX la actual legislación concursal se ocupa


de reglam entar el ente administrativo denotííinado Superin­
tendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (en adelante la
Superintendencia), cuya denominación no deja duda alguna del
propósito que tiene.
Por último, el Capítulo X de la Ley № 20.720 se destina a las
modificaciones a leyes, dado que los procedimientos concúrsa­
les se relacionan con una amplia gama de Códigos y otras leyes
que tienen la condición de especiales en nuestro ordenamiento
jurídico, en las cuales se limita más bien a reernplazar expresio­
nes de la terminología de la legislación de quiebras por las que
adopta el texto en actual vigencia. Finalmente, la ley concursal
de 2014 establece un título sobre disposiciones transitorias para
su implementación apropiada.

17 EDITORIALJURIDICA De CHILE
Capítulo I

ASPECTOS GENERALES DE
LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

Párrafo I
T utelas f r e n t e a l in c u m p l im ie n t o d e o b l ig a c io n e s

2. Incumplimiento de las obligaciones. Resulta evidente que una


obra cuyo contenido es el análisis de los procedimientos jurídicos
previstos para la situación patrimonial de personas y empresas
en dificultades económicas, en sus aspectos introductorios, deba
referirse a las situaciones que motivan la aplicación de los mismos,
especialmente distinguiendo aquellos que tienen lugar ante el
simple incumplimiento de obligaciones, de los que se emplean
ante la imposibilidad generalizada y permanente del patrimonio
para enfrentarlas.
Las obligaciones, de acuerdo con un concepto moderno,
son, más que un vínculo entre dos partes, una relación directa
entre los patrimonios del deudor y del acreedor. En efecto, si el
deudor no cumple la prestación prometida, es su patrimonio el
que responde por él y el acreedor ejercita precisamente sobre tal
patrimonio el derecho de prenda general que le corresponde. En
virtud del derecho de prenda general, el acreedor puede perseguir
; el pago de su crédito en todos los bienes del deudor (art 2465 del
Código Civil). Haciendo valer el derecho de prenda general, el
sujeto activo de la obligación puede exigir que se vendan todos los
bienes del deudor (salvo ios inembargables) hasta concurrencia
de sus créditos, incluso los intereses y los costos de la cobranza,
1 para que con el producto se le satisfaga íntegramente si fueren
suficientes los bienes y, en caso de no serlo, a prorrata, cuando
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS^ PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

no haya causas especiales para preferir ciertos créditos (art. 2469


del Código Civil).
Lo ideal para el acreedor es que el deudor cumpla la obligación
tal como había sido convenida, esto es, en naturaleza, pero en el
evento de que ella no se cumpla, puede hacer uso de los siguientes
derechos: la excepción del contrato no cumplido, la ejecución
forzada de la obligación y los derechos auxiliares. Mediante el
primer mecanismo, la parte que se defiende, además de sustraer­
se legítimamente al deber de cumplir a su vez, queda asimismo
eximida de las consecuencias del incumplimiento voluntario, es
decir, escapa a la posibilidad de sufrir la ejecución forzada, a la
compensación y a los intereses moratorios. La ejecución forzada
representa, por el contrario, un modo directo de obtener el cum­
plimiento de la obligación “en naturaleza”, haciendo uso de un
procedimiento de apremio o compulsivo. Pero es frecuente que el
acreedor no pueda obtener el cumplimiento en naturaleza de la
obligación, debiendo aceptar su cumplimiento “por equivalencia”,
que se traduce en el ejercicio de la acción de indemnización de
perjuicios. Por último, los llamados derechos auxiliares (medidas
conservativas, acción oblicua o subrogatoria, acción pauliana o
revocatoria y el beneficio de separación de patrimonios) permiten
al acreedor m antener intacto y eficaz el patrimonio del deudor,
de manera que pueda ejercitar en él, sin tropiezos, su derecho
de prenda general.

3. Defensas ante el incumplimiento. En el derecho civil contempo­


ráneo las instituciones se agrupan atendiendo a su carácter tutelar
o de resguardo de ciertos bienes. Siguiendo este criterio, algunas
instituciones tienen por objeto el resguardo de la constatación,
como las formalidades, la publicidad o la prueba; otras tienen por
finalidad cautelar la certeza, como la caducidad y la prescripción;
o, en fin, hay instituciones cuya mira es la de proteger la actua­
ción, como ocurre con las defensas de los derechos subjetivos en
general. Sin embargo, la expresión tutela de la actuación jurídica
sólo se emplea para referirse a las que protegen los derechos per­
sonales, porque interesan particularmente en cuanto constituyen
el supuesto de la circulación de la riqueza del crédito.
Para la defensa de los derechos personales existen tutelas
individuales y colectivas. Las primeras protegen la acreencia
considerada individualmente, en tanto que las segundas tutelan
las relaciones jurídico-patrimoniales consideradas como proceso
económico, y regulan,-por--ende, la totalidad de los derechos
personales vinculados con el patrimonio en crisis. Las dos clases
de defensas pueden ser preventivas o reparativas.
La tutela o defensa1es todo medio que el derecho dispone
para asegurar el efectivo cumplimiento de la orden contenida
en la norm a y llamado a actuar en el caso que sea infringida.
Son tutelas preventivas aquellas que precaven la violación de un
derecho o aseguran con antelación la: eficacia de la defensa re­
parativa eventual. Las principales tutelas preventivas individuales
son los llamados “derechos auxiliares del acreedor”. Forman parte
también de este grupo las garantías reales (hipoteca y prenda),
en cuanto el acreedor se ve favorecido con ellas al aum entar sus
posibilidades de éxito para el ejercicio de una defensa reparati­
va. Las garantías personales (fianza, aval) amplían el campo de
acción de la tutela reparativa, que puede dirigirse en contra de
un patrimonio adicional, el del fiador ó el del avalista. Los privi­
legios, como prelaciones concedidas por la ley a determinados
créditos, que en razón de su origen, de Sü naturaleza u otros
motivos permiten pagarse con preferencia, constituyen asimismo
tutelas establecidas por la ley. :‘ ■
Son tutelas reparativas individuales aquellas cuya finalidad es
remediar el mal causado por el hecho o situación antijurídica. El
cumplimiento forzado de la obligación o la resolución del contrato
constituyen defensas reparativas. La indemnización de peguicios
que en el fondo traduce el cumplimiento por equivalencia de la
obligación, es también otra tutela reparativa individual. En fin,
pertenece a esta categoría de defensas la indemnización morato­
ria de perjuicios, por el incumplimiento tardío de la obligación
imputable al deudor.
Las tutelas individuales descritas y enumeradas precedente­
mente se hacen efectivas sobre el patrimonio del deudor. Suele
ocurrir que el patrimonio del deudor no cuente con bienes em-
bargables suficientes para soportar las ejecuciones individuales o
que, contando con ellos, la diligencia de los acreedores no baste
para ubicarlos o para establecer su existencia.
Cuando el patrimonio del deudor no resiste las tutelas indi­
viduales, permitir su aplicación implica favorecer a ciertos acree-

21 вшто.шл1 JURIDICA d e c k jl h
K fcnpr.A N I^A rarìM Y IIftrtTnAnTÓNrtf.EM PRF.SA.SYPERfiONASSERECHOCONCURSAL

dores en peijuicio de los otros. En efecto, sólo los acreedores más


diligentes o mejor informados lograrían la satisfacción total de sus
acreencias. Como el deudor no puede cumplir sus obligaciones,
empieza a malvender sus bienes, a preferir ciertos acreedores en
vez de otros, lo que en suma da lugar a la cesación de pagos, que
compromete más la suerte del conjunto de los acreedores, la del
propio deudor y la comunidad toda, por el entorpecimiento en
el desarrollo de las relaciones jurídicas y del crédito.
En caso de insolvencia, los mecanismos de defensa individuales
son insuficientes para salvaguardar la igualdad de los acreedores
y para resguardar todos los intereses generales involucrados. Se
requiere, por lo tanto, un sistema que organice los diversos inte­
reses enjuego e impida la consumación de un mal mayor. Este
sistema está representado por las tutelas colectivas.
Las defensas colectivas no sólo son eficaces frente a una situa­
ción consumada, sino que actúan también preventivamente, en
el caso tie que, antes de producirse los incumplimientos efectivos
generados ponía situación patrimonial, se advierta por indicios
concluyentes-qué el deudor se encuentra en una situación pa­
trimonial crítica. Las, tutelas colectivas, sean de preservación o
de reparación, tienen un carácter coercitivo mucho más grave e
intenso que las defensas individuales. Por tal razón, sólo deben
aplicarse cuando los intereses enjuego las justifiquen.
La-concepción de los procedimientos concúrsales como tute­
las colectivas, preventivas o reparativas está fundada en la estricta
racionalidad jurídica, como lo hemos expuesto precedentemente
y no se aviene con el criterio puramente económico, en el cual se
h a sustentado el nuevo derecho nacional sobre la materia, como
lo corroboraremos más adelante.
К 1,
UY

4. La ejecución individual y la ejecución colectiva del deudor. Frente


DFU TO ~

al incumplimiento de parte del deudor, el acreedor puede hacer


efectivo su derecho de prenda general mediante la ejecución
ES UN

forzada de la obligación. Este derecho a ejecutar al deudor está


Di; LIBROS

regulado, en el derecho común,, con un criterio esencialmente


individualista, que mira a proteger exclusivamente los intereses del
acreedor, que se traduce en el hecho de que puede embargar tal
TOCONA

o cual bien y tramitar el procedimiento de apremio en forma más


o menos rápida, según sus intereses y deseos personales. El pago

e d i t o r ia l JURIDICA d e c h l i f . 22
de las acreencias depende de la diligencia, prontitud y decisión
de cada uno de los acreedores; no puede ser de otra manera, en
el derecho común, porque parece justo que cada uno vele por
sus propios intereses de manera que la primacía de la celeridad
parece merecida; si un acreedor es más previsor, diligente o
afortunado que los demás y logra llevar a cabo su cobranza, la ley
debe dejarlo hacer, a menos que actúe con fraude. Por otra parte,
se advierte que el interés particular del acreedor a ser pagado de
su crédito no es una cuestión de orden general. ■ •
La ejecución colectiva, por el contrario, propia de la ley mer­
cantil, considera tanto los intereses del acreedor como los del
deudor y los de la colectividad toda, que también se encuentran
involucrados. El empresario que no cumple oportunamente un
compromiso ha usado del crédito, privando a otros que pudieron
hacer uso de él y ocasionando una serie de consecuencias ál acree­
dor, que, a su turno, es deudor de otras personas ó empresas.
La adopción del sistema de ejecución individual o colectiva
depende, en la práctica, de las circunstancias que rodean cada
caso particular. Cuando el deudor que no cumple sus" obliga­
ciones origina consecuencias restringida^, enmarcadas en la
relación jurídica que dio origen a ellas, la ejecución individual
bastará para compelerlo a pagar. Pero cuando el deudor tiene
varias obligaciones que cumplir y sus medios patrimoniales son
escasos, la cesación en sus pagos tiene causas' objetivas y con­
secuencias más amplias, de suerte que la solución del derecho
común, consistente en la èjecución individualno satisface los
intereses de todos los acreedores, los del deudor, ni los de la
comunidad. Vale la pena pensar entonces en que la aplicación
- LEY N 4'17.33o

de las tutelas individuales es insuficiente y que éstas deben dar


el paso a las tutelas colectivas, entre las cuales ocupan un lu­
gar destacado los procedimientos concúrsales. El conjunto de
DE U ft ROS ES UNÍ DELITO

normas que regula la insolvencia, velando por el tratamiento


igualitario de los acreedores, por los legítimos derechos y por
los intereses de la comunidad, a través de su triple contenido,
sustantivo, procesal y penal, es el llamado derecho concursal o
derecho de los procedimientos concúrsales.
IA FOTOCOPIA

antijurídico que afecta principalmente al acreedor insatisfecho,

23
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

quien puede emplear contra el deudor las defensas individuales


que la ley le franquea.
Ante la insolvencia de la empresa o de una persona, que no
es un hecho antijurídico, debe emplearse una defensa colectiva,
porque ese estado patrimonial atenta contra los intereses de la masa
de los acreedores y de la sociedad toda. Siguiendo la concepción
estrictamente jurídica en la que se funda el derecho concursal,
siendo diversos los bienes jurídicam ente comprometidos en uno
y otro caso, son también diferentes las defensas que el derecho
ofrece para cada evento. Los procedimientos concúrsales perte­
necen a la categoría de las defensas o remedios dispuestos por
la ley contra las situaciones antijurídicas, y que constituyen una
reacción. Además de esta diferencia, existe otra: nunca el hecho
antijurídico incumplimiento autoriza a movilizar en su contra la
tutela o defensa de la quiebra, porque uno atacay la otra defiende
bienes jurídicos de distinta naturaleza.1
Interesa, tra to los procedimientos concúrsales como mecanis­
mos tutelares «jue pueden aplicarsetanto a la empresa como a la
persona deudora, a los efectos de su reorganización o liquidación,
sin peijuicio del tratamiento especial que puede darse al simple
consumidor en estado de imposibilidad de pagar sus deudas.

6. Evolución de losprocedimientos ante el incumplimiento y la impo­


sibilidad de pagar las obligaciones. El origen de tales procedimientos
aplicables al deudor se remonta a épocas bien pretéritas.2
Los ciudadanos romanos integrantes de un pueblo guerrero
y labrador, sentían un profundo desprecio por la actividad de
los comerciantes, para quienes no se había establecido ninguna
№I 7 J J 6

legislación especial que les fuese exclusivamente aplicable, no


- LEY'

1 Véase ZALAQUETT, JOSÉ F., La causa de la declaratoria de quiebra, Editorial


ОШГО

Jurídica de Chile, Santiago, 1968, № 15, p. 17. ■ -


2 En Atenas, Solón decretó el estado de sásachtheia (Rechazo del Proceso),
BS UN

mediante el cual se amnistió a miles de deudores de todas sus deudas, sin ninguna
indemnización para los acreedores, porque los campesinos se habían endeudado
BROS

mediante el sistema denominado “cotos de servidumbre”, que les obligaba a entregar


Di; Lì

parte de su cosecha a los acreedores, y al no poder cumplir con este compromiso


por razones de clima o de guerra, eran inexorablemente condenados a resarcirlos
FOTOCOPIA

con su propia persona y también con la entrega de su mujer e hijos, quienes eran
vendidos como esclavos en los confines de Ática. Véase DESURVIRE, D a n ie l, Histoire,
de la baqueroute et faillite contemporaine, EditionsTHarmattan, Paris, 1992, p. 13.

CAP. X. ASPECTOS GENERALES DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

obstante que al amparo de la unidad de las instituciones del De­


recho Civil Romano y del Derecho de Gentes, se había puesto en
práctica varios procedimientos destinados a resolver el problema
de la insolvencia del deudor.
En efecto, según el procedimiento denominado manus injectio,
el deudor disponía de un-plazo de 60 días antes que fuese pro­
nunciada su sentencia de muerte o de exilio como esclavo allende
el Tiber. En el intertanto, un sujeto llamado vindex, que actuaba
caritativamente en nom bre del deudor preso; se encargaba de
satisfacer, sin gran ilusión, las deudas del desdichado sujeto. Se
trataba deim procedimiento atávico, pues la ejecución se llevaba
a cabo primero sobre la persona misma del deudor.
Posteriormente, se introdujo u n procedimiento de origen
patrimonial llamado pignoris capio, que concedía al acreedor el
derecho de aprehender los bienes del deudor, para retenerlos o
destruirlos, como medio para compelerlo al pago de sús obliga­
ciones, pero sin que esta autorización comportara, la- facultad de
vender dichos bienes parai la satisfacción de su crédito. ~
Con la missio in bona se inicia ya un mecanismo procesal que
permitía transmitir el patrimonio del deudor a la comunidad de
acreedores, los que podían enajenarlo en bloque a-otra persona
(bonorum emptor), que subrogándose de los derechos y obligaciones
del deudor, como sucesor a título universal, pagaba proporcio­
nalmente las deudas cuando no hubiera bienes suficientes para
satisfacerlos íntegramente. En una última evolución, la bonorum
distractio permite a los acreedores promover la venta separada
de los bienes del deudor por medio de un curator bonorum, que
distribuía entre ellos el precio recibido.
Pero los procedimientos romanos de ejecución eran privados,
dirigidos por los propios acreedores. Hace falta entrar muy de
lleno en la Edad Media para que gane terreno la concepción
publicista de la ejecución colectiva contra los bienes del deudor
insolvente. En la Edad Media predomina el carácter público de
los procedimientos de ejecución del deudor, que se manifiesta
por la intervención de los tribunales en la administración de los
bienes y en la dirección de la ejecución. En el derecho medieval
italiano el tribunal proveía contra el deudor insolvente a petición
suya o de los acreedores, privándole de la administración y abrien­
do el concurso. Reunía a los acreedores, los cuales nombraban
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

uno o más curadores; el juez presidía la liquidación, fiscalizaba


la contabilidad y tomabá las medidas oportunas para el depósito
en manos del curador de aquellos bienes del quebrado que no
estuvieran en su poder, solicitando a los acreedores la presentación
de títulos. Por ;otra parte, las ordenanzas medievales no hacen
aplicables los procedimientos de ejecución colectiva sólo a los
comerciantes, sino también a los deudores civiles.
E n los tiempos modernos, predomina una concepción pu­
blicista de la quiebra, de la cual es un destacado exponente el
derecho español, especialmente el Código de las 7 Partidas, de
Alfonso X El Sabio. En efecto, en la Partida V del código Alfon­
sino se regulan instituciones tan características como la cesión
de bienes a los acreedores, el convenio preventivo extrajudicial,
la graduación de los créditos, la formación de la mayoría y de la
masa, la fuga de deudor, etc.
La doctrina mercantil ofrece en el siglo XVII, como fiel expo­
nente de la noción publicista de la quiebra, la obra inmortal de
Francisco Salgado de Somoza (Labyrinthus creditorum concurrentium
ad íitemper debitorem inter illos causatam, Lyon 1651), en la que se
construye y expone con rara precisión un sistema completo de
ejecuciónjudicialcolectiva. Esta obra constituye el primer tratado
sistemático de la quiebra que se publicó en el m undo.3
En la época contemporánea, el Código de Comercio francés
de 1807, regúlala quiebra en tanto institución de ejecución colec­
tiva del deudor comerciante, con carácter riguroso, permitiendo
el desasimiento y la liquidación de sus bienes, como asimismo
la aplicación de penas privativas de libertad. Tales reglas fueron
criticadas cuando la burguesía francesa devino más influyente,
a partir del reinado de Luis Felipe. En efecto, el rigor que las
caracterizaba al Código de Comercio, fue aminorado por una ley
de 28 de mayo de 1838 y más tarde fue creada la institución de la
liquidación judicial, por la ley de 4 de marzo de 1889.
Estas leyes francesas permanecieron en vigencia largo tiempo
y sirvieron de modelo a la legislación de varios países, entre ellos
Chile, siendo reformadas en 1935, Más tarde, el derecho fran-

3 VlGUERA RUBIO, JOSÉ M aría, “El Derecho Concursal: Concepto y Evolución


Histórica”, en Derecho Mercantil, Guillermo Jiménez Sánchez (coord.), Ariel Derecho,
1 P edición, Barcelona, España, 2006, t. П, p. 751.
CAP. I. ASPECTOS GENERALES DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

cés de quiebras fue de niievo modificado por-decreto de 20 de


mayo de 1955, cuyas disposiciones organizaron el estatuto de los
síndicos y continuaron aminorando la severidad de las sanciones
penales aplicables al fallido. Por una ley de 13 de julio de 1967 y
una ordenanza de 23 de septiembre del mismo año, el legislador
francés concilia, ingeniosamente, los imperativos económicos de la
supervivencia de las empresas con el mantenimiento necesario de
las instituciones penales de prevención de los delitos comerciales.4
La quiebra desaparece como institución de ejecución colectiva y
se la reemplaza, en la década de los años 1980, por varios procedi­
mientos aplicables alas empresas en dificultades económicas. Ante
el predominio de los criterios económicos con que fué creada la
normativa de los años 1980, fue necesario “reformar la reforma” y
establecer un derecho más jurídico que económico sobre proce­
dimientos concúrsales, que es el vigente en la actualidad. -*

7. La noción de quiebra y su posterior evolución. Las legislaciones


que se inspiraron o más que más bien tomaron como modelo
el Código de Comercio francés de 1807, regularon-la quiebra
como institución colectiva ante el estado de cesación de pagos
del deudor comerciante, que le impide atender el cumplimiento
cabal y oportuno de sus obligaciones. -- -
El derecho concursal chileno, fiel a la concepción francesa,
definía la quiebra en el artículo 1325, del Código die Comercio,
antes que fueran derogadas sus disposiciones p o rla Ley № 4.558
de 1929, en los siguientes términos: “la quiebra es el estado del comer­
ciante que cesa en el pago de sus obligaciones mercantiles”.Esta noción
sirvió de base para configurar otras definiciones de acuerdo con
el derecho vigente hasta antes de la Ley № 20.270, en actual vi­
gencia, porque la describía como un estado en vida de una persona,
lo que equivale a decir que ella comporta un aspecto sustantivo
determinante de consecuencias jurídicas o estado y no como
un simple procedimiento. La aludida definición indicaba que
la quiebra era el estado de un comerciante, toda vez que ella sólo
era aplicable a quien ejercía esa actividad, siempre que hubiere
cesado en el pago desús obligaciones mercantiles, presupuesto básico para
ser declarada por los tribunales.

4 GUYENOT, JEAN, Cours de Droit Commercial, Éditions Licet, París, 1968.


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS YPERSONAS. DERECHO CONCURSAL

La doctrina de los autores, en su tiempo formuló diversas


definiciones de la noción de quiebra, entre las cuales merecen
destacarse las que se transcriben a continuación. Para el Decano
Ripert,5 la quiebra es la situación legal de un comerciante que
ha cesado en sus pagos, declarada judicialmente.
Joaquín Garrigues6señala que se trata de un estado excepcio­
nal en el orden jurídico, producido por la falta de cumplimiento
de las obligaciones contraídas por el comerciante.
Antonio Brunetti,7 refiriéndose al tema, advierte que “si se
tiene presente que, en virtud de la quiebra, el patrimonio entero
del quebrado responde frente a todos los acreedores conjunta­
mente, atendiéndose a la satisfacción proporcional de los cré­
ditos mediante цп tratamiento igualitario, puede decirse que la
quiebra es la organización de los medios legales de liquidación
del patrim onio encaminada a hacer efectiva coercitivamente
la responsabilidad personal del deudor insolvente, por la que
sus acreedores, participarán de un modo igual (salvo legítimos
derechos de prelación) en la distribución del importe de la ena­
jenación dessus bienes, viniendo necesariamente a constituir una
comunidad de pérdidas”.
En la doctrina nacional se definió la noción de quiebra como
“un estado excepcional en el ardenjurídico de una persona producido por
lafalta o imposibilidad de cumplimiento igualitario de sus obligaciones
declaradas judicialmente”.8
El Libro IV del Código de Comercio intitulado “De las
quiebras”, hoy derogado, no contenía ninguna definición de la
quiebra. La Ley № 20.080, de 24 de noviembre de 2005, también
derogada, se limitaba a señalar en el artículo l 2, que ella trataba
de los siguientes concursos: “la quiebra; los convenios regulados en
el Título XII; y las cesiones de bienes del Título XV”. En el inciso 22 de
esta misma disposición se señala que “El juicio de quiebra tiene por
objeto realizaren un solo procedimiento los bienes de una persona natural

5 RIPERT, G eo rg es, Traité élémentaire deDroit Commercial, 6- ed., por René Roblot,
Librairie Générale de Droit et Jurisprudence, Paris, 1970, t. II, № 2790.
6 GARRIGUES, JOAQUÍN, Curso de Derecho Mercantil, Ъ~ ed., 1959, p. 402.
7 BRUNETTI, A n t o n io , Tratado de las Quiebras, Editorial Porrúa Hnos. y Cía.,
México, D. F., 1945, p. 12.
8 PUELMA ACCORSI, A lv a r o , Curso de Derecho de Quiebras, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago, 2a ed., 1971, № 6, p. 18.
CAP. I. ASPECTOS GENERALES DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

o jurídica, a fin de proveer al pago de sus сleudas, en los casos y en la


forma determinados por la ley”. Era ésta una definición relativa sólo
al aspecto adjetivo o al procedimiento aplicable a la quiebra, que
no cubría en su totalidad el concurso de que se trataba, aunque
destacaba su carácter unitario, al aludir a la realización, en un solo
procedimiento, de los bienes de una persona natural o jurídica,
para proveer al pago de sus deudas.
La Ley № 20.720, de 2014, en el artículo 2°, se limita a señalar
que “Para efectos de esta ley, se entenderá, en singular o plural, por: 27)
Procedimiento Concursal: cualquiera de los regulados en esta ley, denomi­
nados, indistintamente, Procedimiento Concursal de Reorganización de la
Empresa Deudora, Procedimiento Concursal d,eliquidación de laEmpresa
Deudora, Procedimiento Concursal de Renegociación de ia Persona Deudora
y Procedimiento Concursal de Liquidación dé los Bienes de la Persona
Deudora”. Se advierte, en consecuencia, que sólo se trata de señalar
el significado de la expresión procedimientos concúrsales, en él
ámbito de la mencionada ley. El mismo artículo 2a de la-ley de la
materia, señala en los números 28), 29) y 30, en qué capítulo de
ella se regula cada uno de los procedimientos concúrsales, pero
no se les define ni se les describe singularmente. *

8. Intereses comprometidos en losprocedimientos cohcursaks.'En ellos


se encuentran comprometidos no sólo el interés del deudor y el
del o de los acreedores, sino también los intereses de los terceros
y de la comunidad en general. Sin duda que el prim er interés
comprometido es el del deudor, por cuanto los concúrsales pro­
ducen efectos respecto de toda su actividad económica y en su
situación jurídica. La normativa sobre la materia ha de contener
los mecanismos que garanticen una adecuada protección de los
intereses de la empresa o de la persona deudora.
El interés del o de los acreedores resulta evidente desde que
los procedimientos concúrsales constituyen medios eficaces para
obtenerla reorganización del patrimonio del deudor, que facilite
el cumplimiento de sus obligaciones, al mismo tiempo que repre­
sentan el camino apropiado pará obtener la liquidación de sus
bienes, a fin de destinar el producto de la misma al pago de sus
deudas, cuando no es posible su recuperación económica.
Los terceros.también tienen intereses comprometidos en los
' procedimientos colectivos de concurso, toda vez que en ellos se
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

admite el ejercicio de acciones revocatorias que, al ser acogidas por


el tribunal, pueden quedar sin efecto actos o contratos celebrados
por ellos con el deudor, en el tiempo anterior a la aplicación de
los mismos. Existe, pues, tanto el propósito de reintegrar el pa­
trimonio del deudor, haciendo volver a él los bienes que salieron
en virtud de actos ejecutados o celebrados en peijuicio de los
acreedores, como asimismo el propósito de m antener la eficacia
de aquellas otras relaciones acordadas por el deudor con terceros,
cuando no h a existido peijuicio alguno para la masa.
Por último, los intereses de la comunidad toda resultan tam­
bién involucrados, cuando la aplicación de los procedimientos
concúrsales comporta el término de la actividad económica que
desarrolla la empresa o la persona deudora. La paralización en las
actividades económicas significa de ordinario cesantía, desocupa­
ción, repercusiones sobre la oferta y la demanda en el mercado,
etc.. Rqazo>Pmvinciali.señala sobre esto mismo: “El interés público
que imprime peculiar .naturaleza a los procedimientos concúrsa­
les está en función de la defensa de la economía general frente
al fenómeno, morboso de la insolvencia, que mina la vida de las
empresas mercantiles, los ganglios vitales de lá producción y el
crédito, de los cuales depende el bienestar del país”.9La comuni­
dad afectada puede ser local, regional, nacional o internacional,
dependiendo de la importancia y extensión de la actividad que
desarrolla la empresa o la persona deudora. Las relaciones mer-
cantilesse desenvuelven en el contexto de un mercado global,
por lo que los procedimientos concúrsales aplicables a empresas
multinacionales, dan lugar a repercusiones económicas en esa
misma dimensión, lo que justifica plenamente que la legislación
en actual vigencia, haya incorporado un capítulo destinado a
regular la insolvencia transfronteriza.
Como Delegado de Chile ante la Comisión de las Naciones
Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI/
UNCITRAL, en adelante la Comisión), cargo que desempeñamos
desde 1990 hasta 2011, nos correspondió participar, en calidad
de Relator del Grupo de Trabajo V Régimen de la Insolvencia,

9 PROVINCIALI, R e n z o , Tratado de Derecho de Quiebras, notas y adiciones de


derecho español por José Antonio Ramírez López, Editorial^A;H.R., Barcelona,
1959, vol. I, pp. 47 y 48.
CAP. I. ASPECTOS GENERALES DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

en la elaboración de la Ley Modelo de las Naciones Unidas sobre


Insolvencia Transfronteriza, que analizamos en la edición anterior
de esta misma obra.10
Las disposiciones de una ley modelo se elaboran por la Co­
misión con el fin de ofrecer una pauta a los legisladores para que
se planteen la posibilidad de incorporar el modelo de ley a su
derecho interno. Habida consideración del hecho que los Estados
que promulgan legislación basada en una ley modelo pueden
actuar con toda flexibilidad y apartarse del texto de lá misma, la
lista de países que indicamos al pie de esta página es sólo indica­
tiva de los textos legales promulgados sobre este modelo de ley,
que se han dado a conocer a la Secretaría de la Comisión con
sede en Viena, Austria. Para determinar la diferencia que puede
existir entre una ley modelo y un texto legislativo adoptado, sin
ajustarse totalmente a ella, habría que estudiar la legislación de
cada Estado. Los años que citamos en el pie de página indicado
corresponden a los años de promulgación de las leyesy no al'año
en que han entrado en vigencia.
~ La Ley № 20.720, de 2014, siguió el texto mismo ‘dtr las
disposiciones de la Ley Modelo de CNUDMi ^sobre Insolvencia
Transfronteriza (en adelante la Ley M odelo).

9. Aspectos procesales de los procedimientos concursales. Las ñgúxas


Jurídicas llamadas a resolver la situación de las empresas y de las
personas deudoras, comprenden aspectos de derecho material
o sustantivo y de derecho procesal o adjetivo. Por- tratarse en
la actual normativa de procedimientos concúrsales, sé advierte una
cierta predominancia del carácter procesal, no obstante que los
LA FOTOCOPIA DI- LIBROS i:S UN DE UTO - JLSY № 17.33o

contenidos sustantivos o materiales no están ausentes en ella. Al


ser esto así, debemos abocarnos a tratar, suscintamente, los as­
pectos procesales más relevantes de los procedimientos colectivos

10 En los Estados que indicamos a continuación, se han promulgado leyes


basadas en la Ley Modelo de la CNUDMI sobre Insolvencia Transfronteriza: Aus-
trália en 2008, Canadá en 2005, Chile en 2014, Colombia en 2006, Eritrea en 1998,
Esiovenia en 2007, Estados Unidos de América en 2005, Grecia en 2010, japón en
2000, Mauricio en 2009, México en 2000, Montenegro en 2002, Nueva Zelanda en
2006, Polonia en 2003, Reino Unido de Gran Bretaña e Irianda del Norte en 2006,
Islas Vírgenes Británicas en 2003, República de Corea en 2006, Rumania en 2002,
Serbia en 2004, Sudáfnca en 2000, y Uganda en 2011.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESASYPERSONAS. DERECHO CONCURSAL

de reorganización o de liquidación de las empresas y personas


deudoras.

10. Competencia. Los procedimientos concúrsales previstos e


la Ley № 20.720, de conformidad con lo previsto en su artículo 3a,
son de competencia del juzgado de letras que corresponda al
domicilio del deudor. No obstante, el acreedor está facultado
para formular incidente de incompetencia del tribunal, según
las reglas generales. Llama la atención esta nueva facultad con­
cedida al acreedor, que permite hacer variar la competencia en
esta clase de procedimientos, que tienen el rasgo definitòrio de
ser universales, porque afectan todo el patrimonio del deudor y
lo habitual es que los bienes que lo componen y los titulares de
los créditos, se encuentran justamente en el domicilio del deu­
dor. Así, lo establecía la legislación anterior ahora derogada, en
una disposición considerada de orden público, que como tal no
admitía, cambio de tribunal.
Tratándose de las ciudades de asiento de Corte de Apelaciones,
la distribución de las causas de esta naturaleza se rige por el auto
acordado dictado por el respectivo tribunal de alzada, teniendo
en consideración especialmente la radicación preferente de estos
juicios en tribunales que cuenten con la capacitación exigida por
la normativa vigente. En efecto, los jueces titulares y secretarios de
los juzgados de letras que conozcan preferentemente de materias
concúrsales, deben estar capacitados en derecho concursal, en
especial sobre las disposiciones de la Ley № 20.720 y de las espe­
ciales que rijan estos asuntos. Cada Corte de Apelaciones tiene que
adoptar las medidas pertinentes para garantizar la especialización
exigida. Sin embargo, los demás tribunales competentes se con­
sideran habilitados para conocer de procedimientos concúrsales
dentro de la-esfera de sus atribuciones si, excepcionalmente y por
circunstancias derivadas del sistema de distribución de trabajo,
esto fuese necesario.
El juez que deba conocer de una causa concursal, no pierde su
competencia por el hecho de haber entre los acreedores y el deudor,
personas que gocen de fuero especial.
Nos parece adecuada la exigencia de capacitación especial
exigida a los jueces que conocen de procedimientos concúrsa­
les, aunque en verdad lo que debiera reinstaurarse en nuestro
CAP. I. ASPECTOS GENERALES DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

ordenam iento jurídico, es la jurisdicción comercial, atendida la


compleja realidad económica que hoy regula la normativa mer­
cantil, pudiendo haberse seguido el ejemplo de España, en cuya
Ley 22/9 de julio de 2003, que contiene la reforma del derecho
concursal, restableció la jurisdicción mercantil especial, para el
conocimiento délas causas comerciales en general.

11. Recursos. En virtud de lo previsto en el artículo 42 de la


normativa vigente, las resoluciones judiciales que se pronuncian
en los procedimientos concúrsales de reorganización y de liqui­
dación son susceptibles de los recursos de reposición, apelación,
apelación subsidiaria de reposición y casación.
El recurso de reposición procede contra las resoluciones
que, de acuerdo con las reglas generales, son susceptibles de
su interposición, esto es, autos y decretos y, excepcionalmente,
sentencias interlocutorias. El plazo para hacerlo efectivo, es de
tres días, contado desde la notificación de la resolución contra la
cual se interpone y el tribunal puede resolverlo de plano-o previa
tramitación como incidente, según lo determine. La. resolución
que falla la reposición no admite recurso alguno en su contra.
La apelación es procedente respecto de las resoluciones que
la ley concursal señala expresamente y tiene que interponerse en
el plazo de cinco días, contado de la notificación de la resolución
recurrida. Por regla general la apelación se concede en el solo
efecto devolutivo, para no entorpecer el desarrollo del procedi­
miento concursal, salvo los casos excepcionales que la misma ley
señala. Tanto en ima como en otra situación, la apelación goza de
preferencia para su inclusión en la tabla, para su vista y fallo.
Cuansd o se trata de resoluciones contra las cuales pueden
hacerse valer los recursos de reposición y de apelación, este últi­
mo debe interponerse en subsidio del primero, según las reglas
generales.
Finalmente, el recurso de casación procede en los procedi­
mientos concúrsales, en los casos y según la forma establecida
en la ley.

12. Incidentes. Atendida la celeridad con que deben tramitarse


los procedimientos concúrsales para lograr los fines propuestos, la
reglamentación ahora vigente dispone en el artículo 5Sde la Ley
r e o r g á n í z a c I o n y l i q o i d a c x ó n d e e m Pr e s á s y p e r s ó n á s . d e r e c h o c o n c u r s a l

№ 20.720, que sólo pueden promoverse incidentes en aquellas


materias en las que ella lo admite expresamente. Los incidentes
se tramitan en los procedimientos concúrsales, según las reglas
generales previstas en el Código de Procedimiento Civil (en
adelante CPC) y no suspenden la sustanciación de los mismos, a
menos que la citada ley lo establezca expresamente.

13. Notificaciones. Durañte el desarrollo de los procedimientos


concúrsales en el tribunal competente, se mantiene la regla ge­
neral sobre la forma de las notificaciones, que es la notificación
por el estado diario, como lo era bajo la legislación anterior a la
reforma, las otras modalidades han sido objeto de cambio, como
lo veremos a continuación.
a) Notificación por avisos. En todos los casos en que el tribunal
decrete que una resolución se notifique por avisos, se debe hacer
mediante una publicación en el Boletín Concursal y se entiende
notificada d esd e la fecha de su inserción en él. Estas notificaciones
son dé carácter público, las realiza el veedor, el liquidador o la
Superintendencia,11 en su caso, dentro de los dos días12 siguientes
al pronunciamiento de la respectiva resolución, a menos que la
disposicióri legal aplicable disponga un plazo diverso. En general,
las resoluciones "respecto de las cuáles no se ha establecido ima
forma especial de' notificación, se entiende notificadas mediante
su publicación" én el Boletín Concursa!
Para poner eñ funciones este nuevo mecanismo de notificación
en los procedimientos concúrsales, la referida Superintendencia,
mediante norma de carácter general en uso de sus atribuciones,
№ 17.336

establece la forma de realizar las publicaciones, los prepuestos téc­


nicos de operación y de funcionamiento del Boletín Concursal y la
obligación de actualizarlo diariamente por quien corresponda.
IA FOTOCOPIA DE U& ROS F.S UN D iUlTO-UìY

Cuando finalizan los procedimientos concúrsales en la forma


prevista en la ley de la materia, la Superintendencia del ramo tie­
ne que proceder a la eliminación, modificación o bloqueo de los

11 Los entes nombrados son nuevos órganos que intervienen en los procedi­
mientos concúrsales, a los que nos referiremos en detalle cuando corresponda.
12 Este medio de publicación, de naturaleza electrónica, se crea en la nueva
normativa sobre la materia, con el proposito de nacer su consulta más accesible ai
público, que además es gratuita, en reemplazo del Diario Oficial.

EDITORIALJURÍDICA. DBСИНЕ 34
m tà& i g СШМЦЕНH¿ LOBPRUL'ËlMMlKMU!j ещщкьдьд,»

|@s del deudor en el Boletín Concursal, cumpliendo lo previsto


|á Ley № 19.628, sobre protección de la vida privada.
f¡¡tf Notificación por correo electrónico. De conformidad con los
|¡ f f i o s del artículo 6a de la Ley № 20.720, de la normativa
^ eito sál vigente, que disciplina las formas de notificación en los
^çedimientos que ella regula, cuando se establezca que la reso-
Ifaón se notifique por Correo Electrónico se observará lo dispuesto
a norm a de carácter general, en cuanto a forma de efectuarla.
*stÍL'norma general creemos que la dicta la Superintendencia
аЙ & п о, en ejercicio de sus potestades legales. En este orden de
feás; en la primera actuación que se realice ante el tribunal o
le la Superintendencia, según sea el caso, en los procedimientos
é>ñcursales, el deudor, los acreedores y los terceros interesados,
eben indicar una dirección de correo electrónico válida, a la cual
sfe han de dirigir las notificaciones realizadas de esta manera.
Là notificación por correo electrónico enviada ala dirección
|lad a por el notificado respectivo, es válida, aun cuando aquélla
^ ^fô to v iere vigente o se encontrase en desuso o no permitiere
*||ffécepción por destinatario. Al ser de esta manera, la tíorma
pfgál impone al notificado la obligación de informar eventuales
cambios o falta de operatividad de su dirección electrónica, bajo
jlarición que si no lo hace se entiende igualmente que la resolución
¡fíe fue notificada para todos los fines pertinentes. El destinatario
|f |é entiende notificado desde la fecha de envío del correo elec-
I" tronico respectivo, a la dirección por él indicada.
í Por otra parte, toda vez que la ley ordene al deudor indicar
. el correo electrónico de sus acreedores, se entiende que debe
к señalar el de los representantes legales de aquellos,
f ' : Nos parece adecuado que se haya establecido esta forma de
! notificar por correo electrónico, toda vez que implica incorporai;
í en la normativa de insolvencia, el empleo de las comunicaciones
electrónicas, como ya se ha hecho en la materia de sociedades
; mercantiles y en otras materias propias del Derecho Comercial,
que recoge oportunamente los cambios que traen aparejados el
progreso tecnológico, científico y social.13

13 Véase nuestra obra Contratos Mercantiles Modernos. Tomo II, 2~ edición au-
tt f
у bu.C4.A¿i ¿jCivací. vr r i- n ib ilr v r1oViUU.*
l o -Нчт I f-ro fA P i

se negocian, perfeccionan y ejecutan a través del empleo de las comunicaciones

/\A
35 EDITORÌA! JURIDICA. DECHUE
с) Notificación par carta certificada. Si bien es cierto hem
avanzado considerablemente en nuestro país en materia de uso
de medios electrónicos de comunicación, no es menos cierto que
la generalidad de las personas todavía no tiene acceso a ellos. Por
la razón antes indicada, el artículo 62 de la ley concursal que nos
ocupa, relativo alas notificaciones, dispone que en los casos en que
no sea posible notificar por correo electrónico, se notificará por
carta certificada, entendiéndose efectuada la resolución respectiva, al
tercer díá siguiente al de su recepción en la oficina de correos.
Finalmente, es preciso consignar que el artículo 6й de la ley
sobre la materia, obliga a dg'ar constancia por escrito en el ex­
pediente, de todas las notificaciones que se practiquen en virtud
de su contenido, sin que sea necesaria certificación alguna al
respecto.

141 Cómputo de plazos. Tal como lo establecía la antigua le­


gislación de quiebras, se mantiene en el artículo 7S, de la actual
normativa de procedimientos concúrsales, la regla que los plazos
de días, son derdías hábiles, en el entendido que son días inhábiles,
los domingos. y feriados, a menos que se establezca que un plazo
específico es áé'días corridos. .
Los'plazos sé computan desde el día siguiente a aquél en que
se notifique la resolución o el acto respectivo.
En los casos en los que se disponga en la ley concursal que un
plazo para actuaciones que hayan de realizarse antes de determinada
fecha, el término se cuenta hacia atrás a partir del día inmediata­
m ente anterior al de la respectiva actuación.

15. Prevalencia de leyes especiales y supletoriedad. Según lo previs


en el artículo 8° de la Ley Na 20.720, de procedimientos concúr­
sales, las normas contenidas en leyes especiales prevalecen sobre
las disposiciones de dicha ley.
Aquellas materias que no estén reguladas expresamente por
leyes especiales, se rigen supletoriamente por las disposiciones
de la aludida ley concursal.

electrónicas, como así también el análisis de la Convención de las Naciones Unidas


sobre la utilización de las Comunicaciones Electrónicas en los Contratos Interna­
cionales, que se encuentra actualmente vigente.

EDITORIAL JURÍDICA DB CHILE 36


P á r r a f o '.I1
LÔS PRINCIPIOS QUE INFORMAN EL DERECHO CONCURSAL

16. Ideas orientadoras básicas de los procedimientos concúrsales. El


derecho sobre esta materia está cimentado sobre la base de cier­
tos principios doctrinarios, entre los cuales es posible distinguir
aquellos que orientan a u n derecho clásico de quiebra y los que
sustentan el derecho moderno de los procedimientos concúrsales.
Lo que interesa es constatar en qué medida en el derecho concur­
sal, tanto nacional como comparado, ha recogido estos principios,
de qué forma ellos influyen en la interpretación dé las normas del
derecho positivo y cómo la recepción de los mismos ha provocado
cambios en diversas legislaciones sobre este dominio.

17. Principios clásicos: “par condictio creditorum”. La concepción


clásica del derecho de la insolvencia se orienta fundamentalmente
a dar solución a la situación crítica del deudor, desde un punto de
vista patrimonial, a través de ün juicio universal que comprende
todos los bienes embargables y todas las obligaciones. Se cumple
así una finalidad primaria, cual es: dar satisfacción a los acree­
dores frente a la situación patrimonial defalleciente del deudor.
Tal objetivo se busca distribuyendo entre ellos el producto de la
realización de los bienes bajo una ley de igualdad, principio de­
nominado de la par condictio creditorum y en función del cual giran
los fines de las normas concúrsales para lograr el .cumplimiento
armónico del crédito en forma igualitaria.
Por cierto que el derecho de cada uno de los acreedores está
establecido en relación con la importancia de su crédito, y más O TOCO HA DE II. 8ROS ÏS 'UN РШТО - U'iY Ní° ГЛ336

aún, en caso de acuerdo preventivo, en la votación se tiene en


cuenta una mayoría de montos y de acreedores concurrentes.

18. Consagración legal del principio “par condictio creditorum”.


Numerosas reglas del actual derecho de procedimientos concúr­
sales, contenido en la Ley № 20.720, consagran el principio en
estudio, particularmente en lo relativo a los efectos de la Resolu­
ción de Liquidación, que no hacen sino repetir las disposiciones
relativas a efectos de la quiebra, en la legislación anterior, com o
indicam os a co n tin u ació n : . .
.LA T

37 e d ito ria l JURIDICA d e c h ílle


' REORGANIZACIÓK Y UQ ÜIDAiCIÓÑ P S &MP&ÉS3& V P ËKSOMAS; DE&ÊCHO CÔNCUK.SAL

a) Suspension del derecho de los acreedores de ejecutar indi­


vidualmente al deudor (artículo 135, Suspensión de ejecuciones,
que corresponde al antiguo artículo 71, Libro IV De las quiebras
del Código de Comercio). Mediante este efecto se trata de hacer
incompatible un procedimiento colectivo tutelar, como es el con­
cursal de liquidación, con el ejercicio de defensas individuales
de los acreedores, como son los juicios ejecutivos, con lo cual se
preserva la igualdad de éstos ante la insolvencia del deudor;
b) Exigibilidad anticipada y reajustabilidad de todas las obliga­
ciones dinerarias a plazo, para que los acreedores puedan verificar
en el procedimiento concursal de liquidación y percibir el valor
actual de las mismas, regulada en el artículo 136. (Exigibilidad
y reajustabilidad de las obligaciones, de la nueva normativa, que
corresponde a los antiguos artículos 67 y 68, del Libro IV De las
quiebras del Código de Comercio). Gracias a esta consecuencia
legal, los acreedores de crédito no vencido se equiparan con los
titulares de crédito exigibles, pudiendo comparecer, en igualdad
de condiciónes, en el Procedimiento Concursal de Liquidación,
para verificar sus acreencias, las que se pagarán según su valor
actual, con los reajustes e intereses que les correspondan;
c) La prohibición de disponer de los bienes comprendidos
en el desasimiento y de pagar a cualquier acreedor en peijuicio
de los demás contenida en el artículo 130, de la nueva regulación,
relativo ála administración de bienes, que corresponde al antiguo
artículo 64, Libro IV De las quiebras, del Código de Comercio,
sobre el desasimiento. La inhibición del deudor para realizar actos
de administración y de disposición de los bienes del concurso,
protege por igual a todos los acreedores, siendo una expresión
más de la par condictio creditorum;
d) Las acciones de revocabilidad obj etiva y subjetiva o acciones
de reintegración del patrimonio, en los procedimientos concúrsales
de reorganización o de liquidación, que pueden ejercerse por los
acreedores, por el veedor o el liquidador, en su caso, contenidas
en los artículos 287 y 288, del texto legal vigente, corresponden
a los antiguos artículos 76 y 77 del Libro IV De las quiebras del
Código de Comercio. La reintegración del patrimonio del deudor
que se logra con el ejercicio de estas acciones, favorece a la masa

EDITORIALJURIDICA. DECHRK 38
CAf. I. ASPECTOS GENERALES DELOSPROCEDIMIENTOS CONCURSALES

conjunto de acreedores, quienes de esta suerte tendrán mayor


oportunidad de ser pagados.
л e) La prohibición de compensar deudas y acreencias con
él deudor después que se dicta la resolución de liquidación,
prevista en el artículo 140, de la actual ley de la materia, que
corresponde al antiguo artículo 69 del Libro IV De las quiebras,
del Código de Comercio, impide que algunos acreedores puedan
versé favorecidos con la compensación, que implica un pago de
sus obligaciones, sin atenerse a las resultas del procedimiento
concursal de liquidación ni tener que esperar la moneda de pago,
que se obtiene sólo una vez que se hayan aplicado las formas de
realización de los bienes.
f) La fijación irrevocable de los derechos de los acreedores,
establecida en el artículo 134,- de la normativa concursal vigen­
te, que corresponde al antiguo artículo 66, del Libro IV De las
quiebras del Código de Comercio, tiene por objeto evitar que los
créditos cambien de naturaleza una vez pronunciada la resolución
de liquidación, de manera que el acreedor valista siga siendo
quirografario y que el preferente conserve su calidad de tal. No
obstante, el monto de los créditos puede variar dependiendo de
que se trate de créditos no vencidos en m oneda nacional, reajus-
tables o no, con o sin intereses.
Se advierte, en consecuencia, que el actual derecho de proce­
dimientos concúrsales, contenido en la Ley № 20.720, se inspira
transversalmente del principio de par condictio creditorum, como lo
iremos señalando a propósito de los acuerdos de reorganización
judicial y extrajudicial y de la conclusión de los diversos procedi­
mientos concúrsales. Esto significa que en la elaboración de la actual
normativa de procedimientos concúrsales, no hubo esfuerzo por
recoger nuevas concepciones doctrinales sobre esta materia, sino
mantener la inspiración del derecho anterior de quiebras, que tiene
el Código de Comercio de 1865 que entró a regir en 1867.
Los juristas representativos de la doctrina del Derecho Co­
mercial clásico, entre ellos Bonelli, Thaller y Vivante, justificaron
que la antigua institución de la quiebra tuviese ima finalidad
privada, fuertemente inspirada en el principio de par condictio
creditorum. Sin embargo, la doctrina posterior reconoció en la
quiebra un interés estatal muy fuerte, atribuyéndole un carácter

39 EDÏTORML JURIDICA DE CHÍLE


juspublicístico. Alfredo Rocco sostiene que “la perturbación que
la quiebra produce sobre el crédito privado repercute sobre el
crédito público y viola el derecho del Estado, a quien corresponde
precisamente la tutela del crédito público”.14

19. Principio de la protección adecuada.del crédito. Se trata de o


idea orientadora clásica en virtud de la cual los ordenamientos
jurídicos se han preocupado permanentemente de dar protección
al crédito, especialmente en situaciones de insolvencia, instituyendo
acciones individuales y colectivas. Sin embargo, esta protección
ha sido diferente en las distintas épocas y según los dictados de
la filosofía económica y social de cada una de ellas.
a) Dentro del esquema liberal la tutela del crédito se realiza
mediante la eliminación de las unidades patrimoniales defi­
cientes, en tanto éstas son consideradas células enfermas de un
cuerpo social, cuya salud se mantenía mediante la extirpación
quirúrgica del mal.
b) En un sistema liberal más avanzado y en pleno auge del vo­
luntarismo, son los damnificados quienes administran sus
intereses au n en condiciones de insuficiencia. Ellos deben
dar solución al problema y, por consiguiente, el Estado y sus
jueces son meros ordenadores del procedimiento.
c) En otra postura -avanzando en el tiem po-, la defensa del
crédito para el acreedor comprometido es, dentro del con­
curso,la posibilidad de mayor recuperación del deudor. Aquí
interesa una justa y completa recuperación del patrimonio
del deudor, para que se dé cumplimiento a la garantía común
de pago a todos sus acreedores.
Según esta doctrina, el ordenamiento concursal no es el quiró­
fano donde se extraen del cuerpo social las partes enfermas, sino
que contempla la medicina preventiva de posibles crisis y lüego
da el tratamiento para devolver al uso a los cuerpos enfermos.
También contempla la reparación de los perjuicios que compar­
te la desaparición de estos entes. Se trata, en otras palabras, de
medicina integral y no de directa amputación.

14 ROCCO, ALFREDO, II fallimento, teoría generale e origine storica, Fratelli Bo


Editores, Turin, 1917, p.. 11.
GAP. I. ASBÉGr0 S-GE№RALE&DE'L©ÿïRg.GÉDmiENTOS CONCURSALES

Consagraciones legislativas de la protección del crédito en


los distintos ordenam ientos jurídicos, las encontramos en las
siguientes instituciones y procedimientos:
• Pago con cesión de bienes;
• Pago por consignación;
• Pago con subrogación;
• .Acciones ejecutivas individuales;
• Garantías reales y. personales;
• Prelación de créditos;
• Acciones revocatorias, y
• Procedim ientos concúrsales preventivos y de liquida­
ción.

20. Principios modernos: la conservación de la empresa. Tanto la


doctrina como las legislaciones de la segunda mitad del siglo. XX,
recién pasado, estiman que el principio de conservación de la empresa
es fundamental. Así, por ejemplo, la Exposición de Motivos de la
ley concursal argentina de 1972 estima qué la conservación de
la empresa es uno de los principios generales orientadores" más
importantes.15
El Derecho Mercantil de nuestros días se muestra cada vez más
como una normativa que se ocupa especialmente de una deter­
minada categoría de empresas: las empresas mercantiles, que se
califican por la realización profesional de actos en masa. De este
modo dejan de ser conceptos centrales del Derecho Comercial
los de comerciante y acto de comercio y pasa a~Ocupar aquel
lugar la noción de empresa mercantil. De ahí surge la necesidad
de consagrar legislativamente el principio de conservación de la
empresa, no sólo como tutela de los intereses privados que en
ella coinciden, sino sobre todo como salvaguardia de los intereses
colectivos que toda empresa mercantil representa.
La empresa, al asumir una importancia capital en el proceso
económico, constituye en sí un valor que es altamente intere­
sante de conservar, de preservar y tutelar. El valor objetivo de la
conservación de la empresa rebasa la esfera del interés privado,
constituyendo un interés general cuya tutela asume el Estado.

15 ROITMAN, HORACIO, “Presentación crítica de la reforma de la Ley de Con­


curso argentina”, en Revista de Derecho Mercantil, España, № 174,1984.

41 EОГСORLAI JURIDICA. DECHI!


REOEfìA NT7.ACT YT.TQTТТПACTON DE ÉWRESASYPERSÒNÀsTdERÈCHÒ CONCURSAL

Por tal razón, en los procedimientos colectivos de concurso, el


Estado no cumple con sus fines solamente haciendo desaparecer las
empresas mercantiles insolventes, sino que, por el interés propio,
debe perseguirse la perduración de ellas, antes que declararlas
en estado de insolvencia.
De acuerdo con el principio que estamos analizando, la con­
servación de la empresa debe ser la norma directiva y fundamental
en la regulación de los procedimientos concúrsales y para ello hay
que propender a que se evite la resolución de liquidación de la
misma, mediante la aplicación de procedimientos y de acuerdos
preventivos.

21. Aspectos a considerar en la normativa concursal sobre el princi­


pio de la conservación de la empresa. Este principio se hace realidad
cuando el derecho objetivo hace suyos las siguientes materias:
1. La situación de concurso no debe ser causa de la desaparición
de la empresa;
2. La ley concursal debe organizar la adecuada prevención de
las situaciones patrimoniales críticas que puedan dañar la
conservación de la empresa;
3. Si no.es posible preservar la explotación, la ley debe, a lo me­
nos,cuidar, la unidad patrimonial, “el conjunto empresa”;
4. Se debe procurar primero la enajenación de la empresa en
funcionamiento; luego, de no existir financiamiento para
m antener su explotación, es preciso adoptar disposiciones
para m antener los bienes como unidad, y sólo en caso de
IA Ю " OCOf'ìA DE Ы Ж OS В UN Di:).ITO - LEY Nft '17.336

imposibilidad de solucionar por los medios anteriormente


indicados, se llegaría a la venta de los bienes de la empresa
separadamente;
5. Hay que separar el destino de la empresa de la conducta
personal reprochable del empresario o, en su caso, de los
administradores, directorio o gerentes.

22. Consagraciones legislativas del principio de la conservación de la


empresa. El Derecho Comercial chileno no ha consagrado aún la
noción de empresa como centro de la mercantilidad. Empero, la
idea de empresa ha sido recogida en numerosos textos legales y,
(JAP:.I.' ASFECI US GENERALES UH LUÍS FKOUËUl'Ml&N ÍU S L U N C U R S A L E S
■ - . - • ■
----- — «■-----
_______________

’particularmente, en la legislación concursal contenida en la Ley


j\p 20.720, donde se define el concepto de “EmpresaDeudora”, en el
artículo 2a № 13 y se la convierte en sujeto pasivo de determinados
procedimientos concúrsales. Al ser de esta manera, es evidente
que el principio de la conservación de la empresa tiene amplia
acogida, como veremos a lo largo del desarrollo del contenido
de esta obra, sin perjuicio de precisar de momento algunas de
,sus consagraciones legales:
• Artículos 54 y siguientes, sobre procedimiento concursal de
reorganización judicial, en lo relativo a la protección finan­
ciera concursal;
• Artículos 102 y siguientes sobre el acuerdo de reorganización
extrajudicial o simplificado;
• Artículos 217 y siguientes, sobre la venta de activo como uni­
dad económica;
• Artículos 230 y siguientes, sobre la continuación de las acti­
vidades económicas de la emprésa, provisional y definitiva;
• Artículo 2a № 31, que define la idea de “Protección Financiera
Concursal” que se concede al deudor sometido al procedimiento
concursal de reorganización, que no hace sino reiterar el efecto
suspensivo que el artículo 177 bis del Libro IV De las quiebras,
hoy derogado, otorgaba al convenio judicial preventivo, cuan­
do sepresentaba apoyado por un número de acreedores, que
representaban un porcentaje de pasivo de dicho.convenio.

23. Principio del aumento de poder de los órganos administrativos en


- UY Ní° ГЛ336

los procedimientos concúrsales. En virtud de este principio, los órganos


jurisdiccionales y administrativos, encargados de la aplicación de
las normas respectivas, deben disponer de medios de investiga­
DFU.TO

ción y de información para resolver con conocimiento de causa


y de esta forma alcanzar los objetivos de interés general que se
Df: ШК.О& £5 UN

vinculan con el principio de la conservación de la empresa.


Los órganos jurisdiccionales tienen que estar preparados para
interpretar y aplicar la normativa concursal, considerando junto
con los intereses económicos y sociales de la empresa deudora,
LA. FO TOCOPIA

los de los acreedores y de los terceros interesados, procurando


adoptar resoluciones que permitan su reemprendimiento, cuando

4 3 Ш ГЮ Ю А1 JURIDICA d e c h í x h
sea del caso hacerlo. Las facultades de las autoridades judiciales
y de los veedores y liquidadores son importantísimas no sólo en
la perspectiva de la preservación de la empresa, sino en cuanto
a la declaración de ineficacia de los actos que pegudican a los
acreedores, a la tutela de la relación laboral; a la desestimación
de los créditos improcedentes; a las sanciones a terceros, etc.
En este principio se inspira la normativa concursal vigente,
al ampliar considerablemente las atribuciones de la Superin­
tendencia, a cuyo cargo se deja el procedimiento concursal de
renegociación de la persona deudora. Este tipo de deudor es una
persona física que no queda comprendida en el concepto de em­
presa deudora, según las definiciones del artículo 22 números 13
y 25, respectivamente.

24. Principio de la tutela de la relación laboral. Enunciado. Así


como. la. empresa tiene un fin económico cuya protección está
prevista por el ordenamiento jurídico, dentro de ella el elemento
humano representa un aspecto cuyo amparo debe ser primordial
para las legislaciones concúrsales.
Lo anterior, habida consideración de que los derechos y pre­
rrogativas que las leyes sociales reconocen a los trabajadores son
irrenünciablés*, deja traslucir un interés y protección de categoría
superior.
El Derecho Concursal debe también surgir como amparador
de la comunidad en su ámbito laboral. Esta tutela de la relación
laboral comprenderá entonces:
• El pago preferente a los acreedores laborales tanto en los
procedimientos de reorganización o como de liquidación de
. la empresa deudora;
• La continuación de las actividades económicas del deudor,
que permite la preservación de la relación laboral;
• La permanencia de los vínculos laborales en caso de enaje­
nación de la empresa deudora;
• El pago preferente de los créditos de las instituciones previ-
sionales, etc.

25. Consagraciones legislativas del principio de tutela de la relación


laboral. Podemos citar las siguientes, sin peijuicio de ías que se
indicarán en el posterior análisis de otras materias:
•. Artículo 2472 del Código Civil en su texto actual fijado por
la Ley, № 20.720, en sus numerandos 5, 6 y 8;
• Artículo 244, de la ley concursal vigente, que contempla el
pagò administrativo de los créditos laborales, con1cargo a
los primeros fondos dé que se pueda disponer, aun antes de
su verificación, m anteniendo lo que ya estaba previsto en el
artículo 148, inciso 4s del Libro IV De las quiebras, hoy de­
rogado, del Código de Comercio.

26. Principio de la racionalidad económica: Origen y contenido. El


razonamiento económico ha ido tomando cada vez Un ámbito
mayor en las legislaciones que regulan los concursos.
El análisis de los textos legales recientes, de las prácticas ob­
servadas y de las decisiones tomadas en aplicación de los textos
relativos a la apertura de los procedimientos de concursos, mues­
tra la preeminencia de los criterios basados en la oportunidad
económica.
Lo anterior es particularmente cierto en Francia, donde des­
pués de la reforma de 1967, se distinguía entré el'pago o arreglo
judicial (règlementjudiciaire) y la liquidación de bienes (liquidation
des biens). Asombra sin embargo constatar que es el derecho mismo-
el que organiza el empleo del criterio basado en la oportunidad
económica.
Una vez comprobado el estado de cesación de pagos, conforme
al artículo 7Qde la ley de 1967, el tribunal debía declarar règlement
judiciaire (arreglo o pago judicial), si consideraba qiie el deudor
estaba en condiciones de proponer un concordato serio y, en caso
contrario, debía dar lugar al procedimiento de liquidación de bie­ - UiY NP 17.336

nes. Pero, como en texto legal no existía ninguna definición del


concepto de concordato serio. El intento de explicación de este
concepto emana de la doctrina. Así, Rodière y Oppetit16 señalaban
О ТС'СОПЛ Olí UBKOS £5 'UN DFÜTO

que concordato serio “es Un plan depagos escalonado en un lapso razo­


nable y por un monto razonable de las deudas conocidas del deudor”. Tal
definición, basada en el objeto de la convención entre deudor y
acreedores, no resuelve el punto esencial de la determinación de
los criterios que justifican el carácter serio de un concordato.

16 RODIÈRE e t O p p e tit, Droit des faillites et restructuration du capital, Dalloz,


Paris, 1985, p. 18.
LA. Т

?
ED ITO RIAL JURIDICA. DE С.ШХЕ
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSON ASs^&EREGHO CONCURSAL

De ningún modo el legislador francés pretendió que este ca­


rácter serio correspondería a la exclusiva satisfacción del interés
legítimo de los acreedores.
La idea de seriedad se ajusta más bien a un criterio de orden
económico. Está en Condiciones de proponer un concordato
serio la empresa que es capaz de recuperarse.
La noción de concordato serio como criterio de opción para
aplicar el arreglo judicial o para decidir la liquidación de bienes,
se reduce a un análisis p u ram en te económico. Muchos juristas son
de esta idea al estimar que la elección del tribunal sólo puede ser
tomada por consideraciones emergentes de la situación económica
de la empresa.17 Algunos fallos, como el del Tribunal de Comercio
de Troyes, confirman este criterio al argumentarse por dichajuris-
dicción consular que “el deudor no obtuvo recursos financieros
exteriores que se estiman necesarios para que él mismo continúe
la explotación de su actividad.. .”,18 decretando, en consecuencia,
a falta dé concordato serio, la liquidación de bienes. En el mismo
sentido felló el Tribunal de Comercio de París.19
Pero la fuerza de las déterminantes económicas y su acogida en
los considerandos dé los fallos, no alcanzan a revestir el carácter
de exclusión de lo jurídico. Sean cuales fueren los criterios econó­
micos tomador en* cuenta por el juez para admitir o no respecto
de una empresa el beneficio del arreglo judicial, la legalidad de la
decisión que debe tomarse se fundamentará en la satisfacción de
un requisito único: que el tribunal considere o no que el deudor
está en condiciones de proponer un concordato serio.
Por otra parte, la Corte de Casación francesa dejó el concepto
de concordato serio a la apreciación de los tribunales de instruc­
IA i'O’ì OCOIMA Di: mwos IS UN Dl-1.1TO - U-Y N*17,336

ción, de instancia, lo cual agrega un carácter casi discrecional a


la opción entre arreglo judicial y liquidación de bienes.
También se advierte la preeminencia de los criterios económi­
cos, en el caso de arreglo judicial, para decidir la continuación de

17 H a e h l, JEAN P., Les techniques de renflouement des entreprises en difficulté, Librai­


ries Techniques, Pans, 1981, p. 284.
18 Tribunal de Comercio de Troyes, 30 de octubre de 1978, juicio “Mauchau-
fée”. Véase además Tribunal de Comercio de Troyes, 18 de febrero de 1980, juicio
“Dupré”.
19 Tribunal de Comercio de París, 23 de enero de 1978, juicio “Victor
Michael”.
CAP. I. ASPECTOS GENERALES DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

la explotación de la empresa y la prórroga del plazo de la que ya


ha sido autorizada, que se fundan en la mantención del empleo
para varios miles de trabajadores.
En la prim era etapa de los procedimientos concúrsales, en la
legislación francesa, es el mismo derecho que organiza la aplicación
de un criterio de oportunidad económica. La regla de derecho
pierde su carácter de hipótesis, que se refiere a una situación tipo;
, es reemplazada por el estándar, factor de oportunidad.
La preeminencia de los criterios de oportunidad trae como
consecuencia el carácter cada vez más negociado de las decisiones
de los tribunales que conocen los juicios sobre quiebra. Al decidir
la opción entre el arreglo judicial y la liquidación de bienes, las
decisiones son producto de la confrontación entre los intereses
económicos presentes.
Con el propósito de salvaguardar la empresa, el arreglo ju­
dicial encara su recuperación por vías internas y externas. Una
de estas últimas es la toma de control de ella por un tercero, si­
tuación a la cual se ha dado en denominar “cesión de empresa”,
que no está específicamente reglamentada por la ley concursal
francesa de 1967, y se advierte que las prácticas y las decisiones
judiciales imponen esta solución, basadas en un. criterio pura­
mente económico, aun con inobservancia o violación lisa y llana
de las normas de derecho que no la contemplan en periodo de
arreglo judicial.
Se llega así, entonces, a una realidad en la cual la violación de
la ley no es lo contrario de su aplicación. Para losjueces, autorizar
una “cesión concertada de una empresa” en la etapa de arreglo
judicial quizás signifique ajustarse al derecho más que violar la
ley, sobre todo si se sabe que con ello se logran ciertos fines que
el ordenamiento concursal persigue en el orden económico.
La voz del derecho es, tal vez en este caso más que en otros, la
voz del juez. En gran medida el derecho fundado en el criterio de
la oportunidad económica evoluciona al margen de la legalidad
comercial o en contravención a ella, ajustándose lo mejor posible
a dicha racionalidad económica.
En definitiva, si bien existe el derecho de los procedimientos
colectivos en Francia, ya no es lo que era, porque existe un mo­
vimiento que lo lleva a riberas muy cambiantes, a imagen de las
realidades económicas, que son esencialmente variables. <

47
27. Principio de la racionalidad econòmica en el derecho nacion
La racionalidad econòmica n o e stá ausente del derecho chile­
no. Tomemos,en consideración un solo fenómeno económico y
tratemos de demostrar cóm© la consideración del mismo se ha
convertido en criterio de aplicación o fundamento de normas
jurídicas: tratemos del fenómeno económico de la inflación.
Antes del Decreto Ley № 455-, de 1974, sólo la legislación so­
cial reconocía los efectos jurídicos de la inflación en los sueldos
y salarios, dictándose leyes anuales de reajustes. La Ley № 17.322
estableció la reajustabilidad de las cotizaciones a las instituciones
de previsión social.
La reajustabilidad de las obligaciones consistentes en pagar
una suma de dinero, compatible, además, con el pacto de inte­
reses,-ráyela que el legislador protege al acreedor del efecto de
la depreciación del dinero causada por la inflación. Al ser así, el
acreedor logra recuperar el mismo valor del cual se desprendió
al realizar una operación de crédito, porque en ella la entrega
dçl;dinero se produce en una oportunidad y la devolución en
otrap^sterioir. iGompatibilizando el pacto de reajustabilidad, que
solo.tiende al equilibrio de las prestaciones, con la convención de
intérgsfs, qu^se calculan sobre el capital previamente reajustado,
se permite que el acreedor obtenga la remuneración del capital
prestado (intereses) y esté dispuesto a efectuar operaciones de
crédíté^poraue no pierde el valor del dinero.
L^consagración legislativa del fenómeno económico de la
inflación y el: reconocimiento de sus consecuencias jurídicas la
encontramos claramente reflejada en la Ley № 18.010, sobre
Operaciones de Crédito de Dinero; en las disposiciones de la
Ley № 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré, que permiten
las cláusulas de re^ u ste y de intereses, en los títulos de crédito y
en la Ley № 18.175, sobre Quiebras, hoy derogada, a propósito
del valor actual de los créditos que se verifican y de la fijación
irrevocable de los derechos de los acreedores, criterio qué se
mantiene exactamente igual, con disposiciones rëdactadas en
idénticos términos en la Ley № 20.720, en actual vigencia.
Los criterios de oportunidad económica se mantienen hoy
vigentes en el contenido y para la aplicación de las normas sobre
procedimientos concúrsales de ia Ley № 20.720, en materia de
enajenación simplificada o sumaria y de realización ordinaria del

e d it o r ia ! JURIDICA d e c h il e 48
•cap.
• .L ASPECTOSGENEKALXsWMl^M^EìS^bà’C
"ты'-пJ&I& QNCÙRSAL' ÉS .

activó; en la realización de dicho activó £omo unidad económica;


en lo relativo'a la continuación de las actividades ecónómicas
del áeudór, provisoria y definitiva. La racionalidad económica se
encuentra organizada por la propia ñórm a jurídica, en la citada
ley, siñ otorgar la lógica disc-recionalidad al juez para aplicar los
preceptos legales. Tampoco disponen de discreciónalidád la Su­
perintendencia, los veedores y liquidadores, que deben seguir el
mandato de la ley, inspirada sólo eñ motivos económicos.
En efecto, en conformidad con lo previsto en el artículo 203,
de la Ley № 20.720, sobre procedimientos concúrsales, el ámbito
de aplicación de la realización sumaria o simplificada de bienes
del activo, depende de: a) si el deudor califica como micro em­
presa, según lo previsto en la Ley № 20.416, también inspirada
sólo en criterios económicos; b) si el liquidador informare en la
ju n ta constitutiva de acreedores que el producto probable de la
realización del activo no excederá de 5.000 unidades de fomen­
to.20 El empleo del indicador económico “unidad de fómfento”
para determinar la aplicación del procedimiento de realizacióii
sumaria del’activo, pone de manifiesto el critericí'de TaéiMiali-
dad económica utilizado en la norma. Si el deudor o cualquier
acreedor no estuviere de acuerdo con la estimación del valor del
activo presentada por el liquidador, agrega la dispbsiçioii citada,
deberá form ular verbalmente su oposición en la misma ju n ta
constitutiva. El tribunal, luego de escuchar a los interesados y al
liquidador, deberá resolver la controversia eií' lk misma Jknta y
contra su resolución no procederá recurso alguno. “Queda eñ ab­
soluta evidencia la aplicación del criterio económico indicado.
La enajenación del activo del deudor como unidad económica,
prevista en los artículos 217, y siguientes de là Ley № 20.720, nos
proporciona otro ejemplo del criterio de oportunidad económica,
pero en este caso tiene él mérito de constituir un mecanismo para
la conservación de la empresa y para la preservación de la relación
laboral. La facultad que el artículo 232, de la actual ley concursal,
otorga al liquidador para decidir la continuación provisoria de
las actividades económicas del deudor, con conocimiento del
20 En el caso b) de realización sumaria o simplificada se recoge la disposición
del artículo 109, del Libro IV De las Cjuiebras, del Codigo de Comercio, boy dero­
gado, con igual redacción y aumentando sólo la cantidad de unidades de fomento
de 2.000 a 5.000.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS] DERECHO CONCURSAL

trib u n a l y de la Superintendencia, cuya administración recae en


él, es otra expresión del criterio de oportunidad económica.
Por último, vamos a tratar, en forma pormenorizada, de los
efectos de la Resolución de Liquidación en relación con los de­
rechos de los acreedores y sus créditos, en los cuales tampoco
está ausente la racionalidad económica en la reglamentación
legal de los mismos.

28. Principio de la racionalidad económica y los efectos de la resolu­


ción de liquidación. Hemos señalado en nuestro desarrollo anterior
que la fijación irrevocable de los derechos de los acreedores, con­
templada en el artículo 134 de la ley concursal vigente, implica
que los créditos no pueden variar después del pronunciamiento
de la resolución de liquidación, no pueden cambiar su calidad
jurídica, pasar de valistas a preferentes oprivilegiados, ni tampoco
pueden alterar su monto.
Señalamos también que la fijación irrevocable produce efectos
en dos órdenes de materias:
• Las compensaciones que no hubieren operado antes por el
solo ministerio de la ley, no pueden tener lugar después de
la declaratoria de quiebra, y
• El segundo efecto, esto es, la suspensión del curso de los
intereses de los créditos vencidos, que se contempla bajo el
imperio de la Ley № 4.558, varió fundamentalmente con
la promulgación de la Ley № 18.175, permitiendo que las
deudas vencidas del fallido se reajustaran y ganaran intere­
ses, conforme a la convención que les dio origen, desde la
Ni0 17.336

declaratoria de la quiebra hasta el pago efectivo. Este cambio


de legislación se sustentó en el criterio de racionalidad econó­
HY

mica, que reconoce efectos legales al fenómeno económico


Ш :1 ! TO-

de la inflación. Este mismo criterio se sigue en la actual Ley


№ 20.720, cuyos artículos 136,137 y 139, repiten con similar
!;S UN

redacción los artículos 67 y 68, hoy derogados,, del Libro IV


De las quiebras, del Código de Comercio.
Dii UBfcOS

La consideración del fenóm eno económico está también


presente en el efecto de la exigibilidad anticipada y reajustabili­
LA F O T O C O P IA

dad de los créditos, para que los acreedores puedan verificarlos


y percibir el valor actual de los mismos.

EDITORIAL 1ШШЭ1СА D E C H ilE 50'


САР- I. ASPECTOS GENERALES DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

. _ En el derecho clásico de quiebras los principios de igualdad


ele los acreedores (par condictio creditorum), protección del crédito,
informaban tanto la apertura como los efectos y conclusión de
la quiebra.
Curiosamente la actual normativa concursal contenida en la
Ley № 20.720, aún se sustenta en algunas materias en el principio
clásico de la par condictio creditorum que le permitiría m antener la
preeminencia del criterio jurídico en la interpretación y aplicación
de las normas concúrsales.
Sin embargo, la idea orientadora básica predom inante de
nuestra actual normativa de los procedimientos concúrsales es la
consagración del criterio o factor económico tanto en el contenido
como para la aplicación de las reglas sobre la materia.
Se advierte en el nuevo derecho concursal que las decisiones
se adoptan inspiradas en razones puram ente económicas, por
facilitarlo la falta de normas o por permitirlo expresamente. El
derecho pierde su base jurídica al ser reemplazada la hipótesis legal
por un simple factor de oportunidad económica.
- 'Г -
CafntvÉyîî ф '"1
LOS PRESUPUESTOS DE LOS PROCEDIMIENTOS
CONCURSALES

29. Diversos presupuestos. Para que tengan aplicación los proce­


dimientos colectivos concúrsales se requiere que exista la causa,
esto es, la situación patrimonial de imposibilidad de pagar que
afecta a una empresa o persona deudora y la reacción de alguno
de los afectados, los acreedores y la propia empresa o persona
deudora, que ocurre ante el tribunal competente o ante el órgano
administrativo pertinente, para lograr que se dicte la resolución
respectiva. Salvo el caso en que se comparece ante una entidad
administrativa, en nuestro país ante la Superintendencia, la
iniciativa de los afectados p or la situación crítica del deudor, se
traduce en el ejercicio de una acción procesal, en este caso, la de
apertura del procedimiento concursal de que se trate. La causa
y la acción son, en consecuencia, los dos grandes presupuestos
de los procedimientos concúrsales.
Por cierto, la acción de apertura del procedim iento con­
cursal implica la actividad de un sujeto que la ejerce ante los

U f-OTOCOi’JA DI; ÜBROS ÏÏS UNÍ DELITO - I..KY N, ; 17.33í>


tribunales de justicia y ello conduce al resultado de obtener,
previa tramitación legal, la Resolución relativa al respectivo
procedimiento. En la generalidad de los casos el sujeto activo
de la acción es el acreedor, quien la ejerce velando por sus de­
rechos personales.
No obstante, en ciertas situaciones se dicta la resolución
referente al procedimiento concursal de que se trata, sin que
propiamente se ejerza la acción, como ocurre cuando el mismo
deudor la invoca en su favor o cuando el juez la dicta porque
una disposición legai así lo ordena frente a una determinada
circunstancia.

53 ЕШТСЖШ. JURIDICA DECKSLE


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DF.RF.CWO CONCT1KSAL

Así como la acción de quiebra tiene un sujeto activo que la ejerce,


también hay un sujeto pasivo en contra del cual ella se dirige. El
sujeto pasivo es la empresa o la persona deudora, cuyo patrimonio
está afectado por la situación crítica de impotencia de pagar, que
constituye la causa de los procedimientos concúrsales.
En el derecho concursal comparado, la tendencia predomi­
nante es considerar sujeto pasivo de la acción de quiebra al em­
presario individual de comercio o una sociedad comercial como
forma jurídica de organización de la empresa. Otra tendencia
que se advierte es la de ciertas legislaciones que, por el contrario,
establecen que el sujeto pasivo de la acción es tanto el deudor
comerciante como el que no ejerce esta profesión, limitándose
a establecer algunas reglas especiales respecto de los deudores
comerciantes, distintas de las aplicables a los deudores civiles.
Para el derecho italiano el sujeto pasivo de la acción concursal
es el empresario.
En fin, tratándose del derecho concursal vigente en nuestro
medio, la acción se dirige indistintamente contra toda empresa
deudora o persona deudora, atendido el procedimiento concur­
sal d eq u e se trate. La empresa deudora es toda persona jurídica
privada, con o sin fin de lucro, y toda persona natural contribu­
yente de prim era categoría o del número 2) del artículo 42, del
Decreto Ley № 824, del Ministerio de Hacienda, de 1974, que
aprueba la ley sobre impuesto a la renta.
Veremos por separado la causa de los procedimientos concúr­
sales y la acción para hacerlos efectivos ante el tribunal competente
o la autoridad administrativa en su caso.
S
NP

Sección I
DELI ГО - U.Y

LA CAUSA DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES:


ASPECTOS TEÓRICOS
i;S UN
Di; LIBROS

30. Noción de causa. La causa de los procedimientos con­


cúrsales es la situación de impotencia de pagar que en forma
generalizada y permanente afecta al patrimonio de la empresa o
LA F O T O C O PIA

persona deudora, lo que va más allá del incumplimiento de las


obligaciones.

EDITORIAL PJPJD1CA DE CHILE 54


CAP. II. LOS PRESUPUESTOS DE LOS PROCEDIMIENTOS m N fH TR SA T.ES

. fï Existé incumplimiento cuando el deudor no ejecuta, sea


' orque no lo hace en absoluto, sea porque lo hace parcialmente
de m anera distinta a la convenida, una prestación que es exigi­
ble a su respecto. El incumplimiento requiere, en consecuencia,
%na infracción a lo convenido, aunque sea sólo parcial. La obli-
fgaCión debe ser además pura y simple o que se hayan cumplido
'las modalidades a que pudo estar sujeta (plazo, modo o condi-
,., dón). Por último, la obligación debe estar vigente, esto es, no
^haberse extinguido por algún modo diverso al pago. En síntesis,
¿incumplimiento comporta omisión de la prestación debida, en
las obligaciones de dar y de hacer, o la acción contraviniente de
То pactado, en las obligaciones de no hacer.
La noción de cesación de pagos importa un estado patrimonial
■ del deudor que corrientemente, pero no necesariamente, provoca
•_incumplimiento y, a la inversa, los incumplimientos no implican
là existencia de dicha situación generalizada y perm anente de
1 impotencia de pagar. \ -
? Mientras el incumplimiento puede calificarse de hecho antijurí­
dico, que afecta principalmente al acreedor insatisfecho, la cesación
de pagos es una situación que involucra todo el patrimonio del
deudor y, en consecuencia, compromete los intereses del propio
' deudor, de todos sus acreedores y de la comunidad en general.
En el incumplimiento el bien protegido es u n derecho per­
sonal del acreedor de ser pagado, de ser acreencia,-considerada
individualmente. En la cesación de pagos el bien cautelado es el
crédito considerado colectivamente.
Si se tiene en cuenta el carácter de defensa colectiva que tienen
los procedimientos concúrsales; no pueden ser aplicados sino en
DI- LIBROS ÏÏS UN DEUTO" LEY N" 17.33o

los casos en que efectivamente se presenta una situación patrimo­


nial crítica, en la cual existen diversos intereses que proteger, y
no por el hecho del simple incumplimiento de parte del deudor,
ante el cual bastaría el ejercicio de las defensas individuales.

31. Diversas nociones de cesación de pagos. La doctrina de la cesa­


ción de pagos como causa de los procedimientos colectivos de las
empresas en insolvencia, proviene de la vertiente francesa, donde
dicho concepto estuvo definido en el artículo 447 del Código de
Í.A FOTOCOPIA

Comercio de 1807, junto con una lista de hechos reveladores,


enumeración que más tarde fue derogada del citado cuerpo de

55 EDíTOtUALJURIDICA DECHILE
REORGANIZACIÓN YJ.IQUroACIÓN DE EMPRESAS Y

leyes. A propósito la noción de cesación de pagos, existen distintas


corrientes interpretativas, que pueden agruparse fundamental­
mente en tres teorías: la teoría restringida o materialista, la teoría
intermedia y la llamada teoría amplia.
Para la teoría restringida o materialista, la cesación de pagos
es sinónimo de in cumplimiento y la quiebra es un arma con que
cuentan los acreedores del comerciante para obtener el pago de
sus créditos, sin importar la situación patrimonial del deudor.
La teoría intermedia difiere de.la anterior en que conceptúa
la cesación de pagos no como un hecho (incumplimiento), sino
como un estado patrimonial critico, pero sólo admite que este
estado patrimonial pueda exteriorizarse a través de incumpli­
mientos efectivos.
Según la teoría amplia, la cesación de pagos significa un es­
tado patrimonial crítico, pero postula que puede exteriorizarse
por varias situaciones que no son susceptibles de ser enumeradas
taxativamente. - . .
, Las'consecuencias prácticas de la adopción de las teorías
enunciadas son de mayor importancia, porque de ello depende
que ia quiebra se aplique con toda facilidad ante un simple in­
cumplimiento de obligaciones o que se haga uso de ella restricti­
vamente, como institución sancionatoria del derecho patrimonial,
ante la situación de impotencia de pagar general y permanente
que afecta al deudor.

32. Teoría restringida o materialista. Enunciado. En virtud de


esta doctrina, la cesación de pagos no es un estado patrimonial
que afecte al deudor, sino que debe ocurrir un simple hecho: la
НУ NT» 57.336

interrupción de los pagos. No se tiene en cuenta la circunstan­


cia de que el deudor pueda pagar, sino que basta el hecho del
incumplimiento para configurar la causa de la aplicación de los
ОШ ТО-

procedimientos colectivos o concúrsales. Tampoco se considera el


número de incumplimientos en que incurra el deudor ni el monto
i: S UN

de los mismos: uno solo basta, cualquiera que sea su cuantía. La


Dii U BRO S

insolvencia no existe según esta teoría cuando el deudor pueda


presentar una resistencia legítima, esto es, en el caso en que oponga
excepciones fundadas parajustificar el no pago. Es lógico que así
¡.Л ТОГО СОПЛ

sea, porque en Lai evenlo no habría ni siquiera incumplimiento,


que supone la existencia de obligaciones líquidas y actualmente

^ ED ITO RIAL JURIDICA D E C H U E 56
¡v;;: r ; c a p . i i . l o s p r e s u p u e s t o s -d e i Lo s

I exigibles, respecto de las cuales el-deudor no tiene-posibilidad


¿legal de oponer excepciones o teniéndola no opone las que la
|ley le franquea o no están debidam ente fundadas, por lo que
Ipüeden rechazarse de plaño.
||||ï Adoptando esta concepción en la práctica, no se presentaría la
I çausa de los procedimientos concúrsales cuando el deudor cumple
sus obligaciones, aunque para hacerlo haga uso de medios ruinosos
Wficticios que deterioren-más aún su situación patrimonial.

- 33. El fundamento de la noción restringida. Es básicamente el


texto de la ley concursal, atribuyendo a la expresión cesación de
pagos el significado de incumplimiento, porque no advierte en
élla la idea de estado patrimonial. Así ocurría en nuestro país con
él antiguo artículo 39 № 1) de la Ley № 4.558, de 1929, con el
; artículo 43 № 1) de la Ley № 18.175, posteriormente Libro IV
De las quiebras, del Código de Comercio, hoy derogados y aún
-persiste con el artículo 117 № 1) de la Ley № 20.720, que rig e ’
actualmente los procedimientos concúrsales, en el cual se em­
plean las mismas expresiones'para describir esta situación como
hecho revelador: “si cesa en el pago de una obligación-que conste en
título ejecutivo con el acreedor solicitante”, a la luz de esta doctrina, se
hace sinónimo de simple incumplimiento. Desdé el punto de vista
económico la doctrina se sostiene en el hecho que la actividad
mercantil supone el cumplimiento estricto de las obligacitínes,
toda vez que los empresarios de comercio hacen uso del crédito
que se distribuye entre todos ellos y lo m antienen en la medida
que dan cumplida satisfacción a sus obligaciones. Siendo esto
así, el empresario que no cumple sus obligaciones es porque no N ” 17 .3 3 o '

puede hacerlo, ya que no se concibe que voluntariamente quiera


perder el crédito, habida consideración de que es un elemento
D E U T O ” UV

esencial para el desarrollo de su actividad.


En este mismo orden de ideas, quienes propician la teoría en
estudio argumentan que ante la imposibilidad de hacer indagacio­
ÏÏS UK

nes acerca de la situación patrimonial del empresario mercantil,


LIBROS

protegido por el secreto de la contabilidad, es necesario prevalerse


de un hecho revelador claro y evidente que la exteriorice, como
Oh

es el incumplimiento.
FO TO C O PIA

En consecuencia, la causa que habilita la apertura del proce­


dimiento concursal existe cuando hay incumplimiento, aunque
¡:a

57 EDITORIAL JURIDICA m CHILE


KEUKUAJN iz.Ai_.lui4 ï u yu iD A Ç IO N DE EMPRESÀS YFERSÔVîaS. DERECHO CONCURSAL

no se presenten otras situ a cio n es reveladoras de un estado pa­


trimonial crítico.

34. Crítica de la teoría materialista. Desde el punto de vista de


la teoría general del derecho, se critica la noción restringida de
la cesación de pagos porque carece de fundamento. En efecto,
hemos tenido ocasión de señalar, las tutelas individuales son
suficientes para enfrentar los intereses afectados por el hecho
antijurídico del incumplimiento.
Las defensas colectivas, por la gravedad que revisten, sólo
pueden aplicarse para la protección de intereses mayores, en
subsidio y ante la insuficiencia de las tutelas individuales.
En el derecho comparado, particularmente en Francia, se
advierte que durante la evolución de la quiebra y posteriormente
de los procedimientos colectivos o concúrsales, que la reemplaza­
ron, aquélla ni éstos no se han aplicado al deudor incumplidor,
sino al que se encuentra en la imposibilidad de hacer frente a sus
obligaciones, debido a una situación patrimonial determinada.
En cuanto al fundamento económico, debe asimismo dese­
charse la afirmación que esta doctrina formula en orden a que
el incumplimiento lesiona gravemente el crédito del deudor.
La interrupción en los pagos motivada por causas imprevistas y
transitorias, por lo tanto superables, no origina necesariamente
la pérdida del crédito del empresario mercantil. No se justifica
poner término a la actividad del deudor por el solo hecho del
incumplimiento, fundado en la circunstancia de que no pueden
hacerse indagaciones relativas a su situación económico-finándera,
puesto que si bien es cierto que la ley lo ampara con el secreto de la
DB UBROS ES UN DFÜ ГО ~ IIY' N’" I7.3.S6

contabilidad, no es menos cierto que su estado patrimonial puede


manifestarse a través de otros hechos reveladores. Por último, desde
el punto de vista histórico, es errada la interpretación de la idea
de cesación de pagos como sinónimo de incumplimiento, basada
en el artículo 447 del Código de Comercio francés, porque este
cuerpo legal aludía a ella para significar el estado deparo, de cese o
detención de la capacidad objetiva de pagar, siendo indiferente que
se haya producido o no por incumplimiento. Los comentaristas
del Código de Comercio francés, al darle a la expresión cesación
j A FOTOCOPIA

de pagos un sentido gramatical, efectuaron una interpretación


exegética, hoy ampliamente superada, desconociendo los otros

EDITORIAL ПЖШ1СА DE СШ 1Е 58
•ÿ S ГАР IT. r.n S P R F ..4TrPrTF..S f 0 .^t>K T ñ S P P n r k m M T W T Ó S ^ N r . U R SA tJ.Sr

Льmen tos que también deben considerarse para desentrañar el


eritido de la ley.
t' Esa misma posición ha adoptado la mayor parte de la doctrina
de la jurisprudencia de los tribunales en nuestro país,1 al inter­
pretar las expresiones cese en el pago de una obligación mercantil...,
Contenida en el artículo 43 № 1 del Libro IV De las quiebras, del
eódigo de Comercio, aunque hay que reconocer que esa tendencia
5ía variado en los fallos recientes de la Corte Suprema.2

* 35. Teoría intermedia o ecléctica. Enunciado. De acuerdo con esta


doctrina, la idea de cesación de pagos significa la existencia de un
festado patrimonial de imposibilidad de pagar, pero tal situación
Sólo puede revelarse a través de incumplimientos efectivos.
En la práctica, si se adopta esta idea de cesación de pagos,
la causa de los procedimientos de concurso no tiene lugar antes
"que se produzca la detención en los pagos, aunque ellævaya a
producirse en el futuro, dado que, por otros hechos, no se advierte
-una situación patrimonial crítica.
V1 Puede advertirse que la noción de cesación de pagos esm ás
amplia que la empleada en la concepción restringida, porque
no todo incumplimiento constituye causa de la-insolvencia o de
imposibilidad de pagar, sino que se exige que tal incumplimien­
t o se origine en un estado patrimonial crítico, cuya apreciación
corresponde al juez. .

1 Véase Corte Suprema, 19 de diciembre de 2001 y Corte Suprema, 20 de


noviembre de 2007, causa Roí 4262-07; ambos fallos recogen la teoría materialista
o restringida de cesación de pagos.
2 En sentencia de fecha 8 de septiembre de 2008, la Corte Suprema señala:
“Cabe tener presente que la causa de la quiebra es la situación de impotencia de
pagar, que en forma generalizada y permanente afecta al patrimonio del deudor,
lo que va mas allá del incumplijniento de la obligación, si se considera el carácter
de defensa colectiva que la quiebra involucra, ella no puede ser aplicada sino en los
casos en que efectivamente se presenta una situación patrimonial crítica, en la que
existen diversos intereses que proteger y no por el hecho del simple incumplimiento
de parte del deudor, ante el cual bastaría el ejercicio de las defensas individuales.
En efecto, las ley vigente fija hechos reveladores absolutos y taxativos para acredi­
tar su existencia, entendida como estado económico patrimonial generalizado y
critico y no el mero incumplimiento de una obligación”. Se -advierte, sin lugar a
duda alguna, la recepción de la teoría amplia o m oderna de cesación de pagos y el
claro rechazo de la concepción restringida. Además, el lenguaje empleado por el
redactor del fallo es precisamente ei que utilizamos en esta obra para describir la
verdadera causa de la quiebra y ahora de los procedimientos concúrsales.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

36. Fundamento de la noción intermedia. Al igual que la noción


materialista, la teoría ecléctica se funda en los textos legales, dando
a la cesación de pagos el significado de incumplimientos, pero
requiere que tales incumplimientos sean producto del estado de
impotencia de pagar que afecta al deudor. En el plano económico,
esta concepción reiterala importancia que se atribuye al cumpli­
miento estricto de las obligaciones mercantiles, insistiendo en la
necesidad de atender al solo hecho de los incumplimientos, por
cuanto no es posible investigar el patrimonio del deudor.

37. Crítica a la noción intermedia. Si bien es cierto que ella implica


un avance al darle a la cesación de pagos el sentido de situación
patrimonial, no es menos cierto que al exigir que dicho estado se
revele únicamente por medio de incumplimientos efectivos ello
comporta incongruencias en el plano doctrinario y práctico.
Esta doctrina lleva a la incongruencia que siendo los procedi­
mientos concúrsales tutelas preventivas, ellos no pueden aplicarse
no obstante existir el estado patrimonial que constituye su causa,
tanto en cuanto no se presenten los incumplimientos efectivos, y
cuando ellos vengan a producirse, el resguardo preventivo será nulo.
Sabido es que encontrándose el deudor en estado de imposibilidad
de pagar, para evitar la aplicación de procedimientos concúrsales,
procurará por todos los medios no caer en incumplimientos, aun­
que para ello recurra a medios ruinosos, fraudulentos o ficticios,
todo lo cual agravará aún más su situación financiera.
Se reitera la objeción formulada a propósito de la noción
materialista en cuanto a que, históricamente, la quiebra se ha
aplicado en contra del deudor que se encuentra en la impo­
sibilidad de pagar, aunque en el hecho no haya incurrido en
incumplimientos efectivos.
Por último, en el orden práctico, la adopción de la teoría
intermedia origina también inconvenientes en lo que respecta
a los efectos retroactivos de los procedimientos colectivos. En
verdad, según esta concepción, la causa de la insolvencia del
deudor sólo se exterioriza por medio de incumplimientos efecti­
vos, de manera que el período de retroacción resulta demasiado
breve, quedando fuera del alcance de las acciones revocatorias
concúrsales, actos fraudulentos celebrados con anterioridad a los
incumplimientos efectivos.

60
CAP. II. LOS PRESUPUESTOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

38. Teoría amplia o moderna de la cesación de pagos. Enunciado.


Se trata de una concepción integral de la causa de la quiebra,
que aparece expuesta con toda claridad y precisión en las obras
de Gustavo Bonelli y de Raimundo Fernández.3
La causa de la insolvencia para esta doctrina es un estado
económico del deudor caracterizado por la impotencia de su
patrimonio para hacer frente a las obligaciones que lo gravan.
Esta situación patrimonial debe ser permanente, lo que excluye
la posibilidad de todo arreglo pasajero, de aquellos a los que
comúnmente se recurre en la actividad mercantil.
La expresión cesación de pagos no significa, en consecuencia,
una interrupción o detención en los mismos, sino un estado pa­
trimonial de imposibilidad de pagar, que se manifiesta mediante
un conjunto de hechos o situaciones indiciarías o reveladoras
difíciles de enumerar taxativamente.
Según esta noción, la determinación de los hechos reveladores
del estado patrimonial crítico queda entregada aljuez de la causa,
quien debe apreciar este conjunto de situaciones indiciarías y
decidir la aplicación del procedimiento concursal de tutela, sólo
cuando llega al convencimiento de que en el hecho se ha dado
la situación patrimonial prevista por la ley, como ataque al bien
jurídicam ente resguardado.

39. Fundamentos de la teoría amplia. Desde el punto de vista


histórico, esta teoría se funda en el hecho de que la quiebra no
se aplicó nunca frente al hecho simple del incumplimiento, sino
ante la existencia de un estado patrimonial crítico. Así, se afirma
que durante la vigencia del derecho estatutario podría aplicarse
la quiebra a un deudor aun cuando no hubiere incurrido en
incumplimientos efectivos.4 Las reglas estatutarias pasaron a la
Ordenanza de Colbert de 1673 y luego al Código de Comercio
francés de 1807, cuyo artículo 447 conceptuaba como fundamental
para la declaración de quiebra el estado de cesación de pagos,
enumerando los hechos que lo acreditaban. Una ley francesa de
1838 eliminó toda referencia a los hechos reveladores del estado

3 Véanse BONELLI, GUSTAVO, Delfallimento, 3- éd., Villardi, Milán, 1938, pp. 36


УSS.; FfRNÁJvIDEZ, PAIMUNDO L., L cl csscLciQTi de p a g o s C7i el derecho ¿ZTgsTiiiTio y 'ч т xjstzc l l
Compañía Impresora Argentina S.A., Buenos Aires, 1939, № 77.
4 G a r r ig u e s , ob. cit., t. II, p. 367.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

de cesación de pagos, consagrando esta situación como causa de


la quiebra, cuya apreciación dejó entregada a los jueces. En esta
ley se inspiraron las legislaciones que tomaron como modelo el
derecho francés en lo relativo a las quiebras, como fue y sigue
siendo el caso de la normativa chilena.
Por otro lado, los procedimientos colectivos de tutela, como
son los concúrsales, están destinados a resguardar un bien ju ­
rídico que trasciende el interés del acreedor individual, por lo
que resulta necesario determinar su aplicación, sólo en el caso
en que exista la situación que comporte un ataque a dicho bien
resguardado. No puede reconocer el rol que el crédito juega
en la actividad económico-mercantil ni las consecuencias que
implica el no cumplimiento efectivo de las obligaciones. Cuan­
do un patrimonio es impotente para enfrentar las deudas que
lo gravan, se originará detención en los pagos, lo que es preciso
remediar o prevenir según que tal interrupción en los mismos
se haya presentado o no. Carece de interés a este respecto si el
activo del deudor es un valor matemáticamente igual o superior a
su pasivo; lo que interesa es si, con sus bienes realizables y demás
recursos, puede hacer frente al pasivo que se le hace exigible. Si
no puede superar tal situación, el deudor se encuentra en estado
de cesación de pagos y es necesario remover el entorpecimiento
que su situación origina para la buena marcha de las relaciones
patrimoniales, recurriendo a la liquidación de sus bienes, de
acuerdo al procedimiento respectivo, como defensa de orden
colectivo de mayor eficacia que las tutelas individuales.
Por último, no debe perderse de vista que toda legislación
positiva tiene que consagrar con la debida correspondencia los
mecanismos o instituciones jurídicos hacia la obtención de un de­
terminado fin jurídico. Eñ materia concursal, sólo la teoría amplia
responde a esta exigencia de la teoría general del derecho, puesto
que las doctrinas materialista e intermedia desvirtúan el carácter
tutelar de los procedimientos de concurso, ampliando su campo
de aplicación por la excesiva drasticidad que le imponen, lo que
va contra la tendencia del derecho comparado contemporáneo,
que resuelve las dudas en favor del sujeto pasivo eventual, dado
el carácter sancionatorio que ella tiene.

40. Concepción actual de la cesación depagos en el derechofrancés. A


partir de la ley de 28 de marzo de 1938, la idea de cesación de pagos
CAP. II. LOS PRESUPUESTOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

no está definida en la legislación francesa de los procedimientos


colectivos y resulta de una larga evolución de la jurisprudencia. El
estado de cesación de pagos consiste en el simple hecho de que
un deudor no paga sus deudas exigibles. Pero como la vida de los
negocios concede un rol primordial al cumplimiento oportuno de
los pagos, la cesación de pagos no se confunde con la insolvencia,
que es el estado de un deudor cuyo activo total es inferior a la to­
talidad de su pasivo, que implica necesariamente una valoración
de todo el patrimonio. La insolvencia es requisito para aplicar
procedimientos colectivos propios del derecho común.
Lajurisprudencia francesa para admitir el estado de cesación
de pagos exige que se acredite una detención material de los pa­
gos, esto es, una falta o la negativa de pago de una deuda cierta,
líquida, exigible, comercial o civil, o bien el empleo de medios
fraudulentos o ruinosos tendientes a prolongar artificialmente la
vida de la empresa. En el primer caso se exterioriza una situación
financiera sin salida que la falta de pago hace presumir, en tanto
que en el segundo el deudor realiza una falsa apariencia de estar
en su sano crédito o de ser solvente. Las sentencias para referirse
a la cesación de pagos lo hacen en los siguientes términos: “situa­
ción irremediablemente comprometida, sin salida, que impide al deudor
hacerfrente a su pasivo exigible con su activo disponible”.5
La doctrina francesa reciente define la cesación de pagos
como “el estado de un deudor que por el hecho de encontrarse
en una situación desesperada que le impide hacer frente a su
pasivo exigible, no paga una deuda cierta, líquida y exigible o que
efectúa los pagos recurriendo a procedimientos fraudulentos o
contrarios a la honestidad de la práctica comercial”.6
Los autores franceses estiman que la cesación de pagos com­
prende dos elementos: una situación financiera desesperada y una
detención de los pagos o la utilización de medios fraudulentos o
ruinosos. Se caracteriza por ser un estado peligroso e irreversible,
una situación permanente de crisis financiera.7

0 Véase Com., 15 de enero de 1977, Dalloz, 1977. 1. R., p. 165, con observa­
ciones de À. HONORAT.
6 V a s se u r , MICHEL, Cours de Droit Commercial, E. Les cours de Droit, 1976,
Fase. VIII, p. 1007.
' PAILLUSSEA.U, J., “Les entreprises en difficulté”, Revue de Jurisprudence
Commerciale, 1976, septiembre-octubre, p. 379.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Al término de la década de los años setenta y comienzos


de 1980, la noción de cesación de pagos se transforma progre­
sivamente en Francia, por el predominio de una concepción
económica por sobre la noción estrictamente jurídica que había
sido aceptada hasta esa época. La jurisprudencia admite esta
evolución al señalar que “corresponde al tribunal verificar si en
verdad existe cesación de pagos, es decir, si el activo disponible
no alcanza para cubrir el pasivo exigible”.8 Por lo mismo, es
preciso distinguir entre dificultades transitorias o accidentales
y la verdadera imposibilidad de hacer frente al pasivo exigible.
El tribunal puede establecer la diferencia exigiendo de oficio la
presentación de balances y sancionando a los deudores que no los
presentan dentro de los quince días siguientes de la detención en
los pagos. Tal concepción permite la recuperación de la empresa
en dificultades, toda vez que posibilita una intervención judicial
precoz. Significa también dar una preeminencia a un criterio
económico, incluso contable, que permite prevenir una situación
financiera totalmente desesperada y hacer más eficaces los pro­
cedimientos colectivos, favoreciendo de antemano la búsqueda
de la recuperación de la empresa.

41. Sistema italiano de la insolvencia. En el derecho italian


según lo prescrito en el artículo 5s del Decreto № 267, de 1942:
“Será declarado fallido el empresario que se encuentre en estado
de insolvencia.
El estado de insolvencia se manifiesta por incumplimiento u
otros hechos exteriores que demuestren que el deudor ya no está
en condiciones de satisfacer regularmente sus obligaciones”.
No es esencialmente diferente el sistema italiano de la insol­
vencia del sistema francés de la cesación de pagos, conforme ala
interpretación o teoría amplia, por cuanto en ambas la causa de
la quiebra es una situación general: estado patrimonial.
Por otra parte, la causa de la quiebra en el sistema italiano,
según se desprende del texto mismo del artículo 5a. no es sus­
ceptible de ser identificada con un déficit de activo en relación
al pasivo.

s Véase Revue et Journal des Sociétés, Dalloz, París, 1980, p. 609.

tOLIORJAL ]U 'R 1D IC A DECHUE 64


CAP. II. LOS PRESUPUESTOS DELOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

A dem ás, en am bos sistemas el estado p atrim o n ial q ue origi­


n a la q u ie b ra d eb e ser permanente; en situaciones d e dificultades
tem porales, la ley italiana establece o tro procedim iento concursal:
“la adm inistració n co n tro lad a”.
L a diferen cia está en el mejoramiento de técnica legislativa del
sistem a italiano en relación con el sistem a francés, ya q ue se in ­
dica ex p resam en te en el p rim ero q u e la q u ieb ra es causada p o r
u n estado determinado y en seguida agrega que ese estado es susceptible
de exteriorizarse de varias maneras.
Satta, en su o b ra Instituciones de Derecho de Quiebras, destaca
que el adverbio de m o d o “regularmente” es esencial p ara e n te n ­
d er el co n ce p to de insolvencia: significa q u e los pagos d eb en ser
hechos a cada vencimiento por medios normales, tomados del ejercicio
ordinario de la empresa.
P or el co n trario , el em presario q u e p a ra h acer fren te a sus
pagos re c u rre a préstam os ruinosos o vende precip itad am en te
sus bienes, es u n em presario insolvente.
La idea de insolvencia así aclarada es sin lugar a dudas la que
está palpitando en la expresión cesar en el pago de una obligación
utilizada por el legislador chileno en el artículo 43 № P , como
demostraciones típicas de la misma noción.
L a insolvencia es u n a situación d e h ech o que el d erech o ita­
liano utiliza p a ra configurar la causa d e la quiebra. .

42. Características del estado de cesación de pagos. Considerada la


cesación de pagos como un estado patrimonial, su existencia debe
referirse a la totalidad de las relaciones jurídicas de contenido
patrimonial del deudor. Dicho en otros términos, la cesación
de pagos debe estimarse considerando todo el activo y todo el
pasivo del sujeto. Tal es el carácter de generalidad que a ella se
le atribuye.
La permanencia del estado de desequilibrio es una característica
también esencial de la cesación de pagos para que en ella pueda
fundarse la aplicación del resguardo que los procedimientos concúr­
sales comportan. Debe entenderse que existe este carácter cuando
aparece que la situación de déficit entre recursos y pasivo exigible
no puede subsanarse en un periodo de tiempo que, conforme alas
circunstancias particulares del caso, sea prudente. No puede fijarse
un plazo arbitrario, por lo que corresponderá ai juez apreciar la
referida característica del estado de cesación de pagos.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

43. Manifestación del estado de cesación depagos. Concebida como


situación patrimonial, la cesación de pagos debe exteriorizarse
mediante hechos que sean el efecto de tal estado y que permitan
deducir que tal causa los origina. Se requiere, en consecuencia,
que concurran varios hechos reveladores que en su conjunto
no dejen duda acerca de que existe un estado de imposibilidad
de pagar; esto no es necesario si hay hechos singulares de pleno
valor demostrativo, como la confesión del deudor, apoyada por
la presentación de sus libros y documentos justificativos, o como
la faga del deudor.
En doctrina, Bonelli9 estudia los hechos reveladores y los
agrupa de la siguiente forma:

Quiebra
Confesión Judicial ^
expresa Convenio
preventivo

Hechos de
manifestación directa
(confesión expresa -<
o tácita del estado
patrimonial)

Fuga
Ocultación
Confesión J Clausura del negocio
tácita Dispersión de bienes
o donación de todos
los bienes

a) Incumplimientos
Hechos de
manifestación
indirecta (el deudor *4 r
evita revelar b) Empleo
su estado) de medios Ilícitos
anormales para J Ficticios
evitar Fraudulentos
incumplimientos Ruinosos

3 b O iN E L U , ob. c it., № 46. Véase adem ás P r o v in c ia li, ob. c i t . , t. I, № 29,


p. 114.
CAP. И. LOS PRESUPUESTOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

A parte d e la clasificación de Bonelli, los hechos reveladores


p u ed en agruparse aten d ien d o su valor dem ostrativo:
a) H echos que p o r sí solos necesariam ente acreditan el estado
de im posibilidad de pagar; ejem plo: solicitud d e la p ro p ia
quiebra, o convenio preventivo, apoyado con docum entos,
fuga.
b) H echos que precisan d e circunstancias especiales o de otros
hechos dem ostrativos p ara acred itar el estado de cesación
de pagos m ediante m edios anorm ales, solicitud d e prórroga,
etc.

Sección II
LA CAUSA DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES
EN EL DERECHO POSITIVO NACIONAL

44. Aspectos generales. El Libro IV De las quiebras hoy derogado,


del Código de Comercio, al cual se incorporó la Ley № 18.175
y sus modificaciones, en virtud de la Ley № 20.080, de 24 de
noviembre de 2005, no establece una causa única o genérica
de la quiebra, sino que mantiene el criterio seguido por la Ley
№ 4.558, de 1929, también derogada, en orden a enumerar, en
el artículo 43, distintos hechos reveladores de cesación de pago,
como causas de la quiebra.
Tampoco lo hace la Ley № 20.720, en actual vigencia, sobre
procedimientos concúrsales, que a propósito del que se refiere a
la liquidación forzosa de una empresa deudora, en el artículo 117,
repite las causales de quiebra del artículo 43, del Libro IV De
las quiebras del Código de Comercio, con ligeros cambios de
redacción, pero sin definir una causa única y genérica de los
procedimientos concúrsales, como habría sido del caso esperar,
con el progreso del derecho en los inicios del siglo XXI, toda
vez que en la doctrina nacional de esta materia varios autores
habíamos denunciado esta carencia de nuestro derecho objetivo,
desde hace ya bastante tiempo.10

10 Véase en este sentido PüGA VIAL JUAN ESTEBAN Derecho Concursal El juicio
de Quiebras, E ditorial Ju ríd ica de Chile, 1989, 9. 40. V éanse adem ás las ediciones
REORGANIZACÍÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Algunos de estos hechos son meramente indiciarios de la


situación patrimonial del deudor, pero habilitan al sujeto activo
para solicitar la aplicación de procedimientos concúrsales. Otros
hechos más complejos revelan indubitablemente el estado patri­
monial crítico que afecta al deudor y traen aparejada la quiebra
refleja o consecuencial, como ocurre en el caso del rechazo del
convenio judicial preventivo por la junta de acreedores.
Por otra parte, algunos de los hechos reveladores de cesación
de pagos se encontraban señalados en el artículo 4S del Libro IV
De las quiebras, del Código de Comercio, hoy derogado, como
causales para el ejercicio de la acción de quiebra, hoy se reiteran
en el artículo 117, de la Ley № 20.720, para que los acreedores
puedan impetrar la aplicación del procedimiento de liquidación,
especialmente cuando se trata del de liquidación forzosa de una
empresa deudora, otros aparecen consignados en diversas otras
disposiciones de la normativa aludida.

45. Concepción doctrinaria seguida por la legislación nacional en


materia de causa de los procedimientos concúrsales. Históricamente,
tanto en la reglamentación contenida en el Libro IV del Código
de Comercio de 1865, en la normativa establecida por la Ley
№ 4.558, de 1929, que en esta materia es seguida básicamente
por la Ley № 18.175, inserta posteriormente como Libro IV De
las quiebras del Código de Comercio, como en la Ley № 20.720,
en actual vigencia, la causa de la quiebra y ahora de los pro­
cedimientos concúrsales, se origina por la cesación de pagos
del deudor, entendida como estado patrimonial de impotencia de
pagar.
En derecho objetivo que rige la materia, no es posible afir­
mar que cesación de pagos e incumplimiento de una obligación sean
términos sinónimos. Puede ocurrir que, en un determinado caso,
incumplimiento de una obligación coincida con el estado de ce­
sación de pagos que afecta al patrimonio del deudor. Pero esto
último no quiere decir que para el derecho positivo nacional la
causa de la quiebra sea el simple incumplimiento, sino que ella
anteriores de nuestra obra Derecho Comercial. Tomo Щ La Insolvencia de la Empresa.
Derecho Concursal: quiebras. convenios concúrsales y cesión de bienes. Editorial Jurídica
de Chile. 6- edición, en la cual hemos reclamado la necesidad de definir una causa
única de los procedimientos colectivos concúrsales.
CAP. II. LOS PRESUPUESTOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

Ha de ser entendida como u n estado patrimonial crítico, generalizado


y permanente que impide al deudor pagar sus obligaciones.
El legislador del Código de Comercio de 1865 dijo en el
Mensaje con que se acompañó este cuerpo legal al Congreso
Nacional, que cesación de pagos e incumplimiento eran sinóni­
mos, siguiendo la teoría restringida imperante en la época, pero
agrega que lo hizo para “no extraviar la conciencia del juez”, esto
es, solamente por el problema de la prueba. El aludido Mensaje
reconocía que la quiebra era una situación compleja, sobre cuyos
síntomas o circunstancias pudiera (eljuez) equivocarse. De ello se in­
fiere que para el legislador del Código de Comercio no es que la
causa de la quiebra fuese la cesación de pagos entendida como
incumplimiento de una obligación, sino que la causa de la quiebra
es un hecho complejo. Justifica el citado Mensaje la declaración de
quiebra causada por el mero incumplimiento de una obligación
mercantil: “porque ello facilita la quiebra del insolvente...”, porque
acreditarla insolvencia misma (cesación de pagos) era imposible. Puede
advertirse que las afirmaciones del legislador tienden a resolver un
problema de prueba y no son relativas al hecho probado. Lo que
acabamos de sostener se confirma con las siguientes expresiones
del Mensaje del Código de Comercio: “Para resolver el problema de
la solvencia o insolvencia de un comerciante sería indispensable aplicar
todos los procedimientos de la quiebra, hasta consumar la venta de todos
los elementos que compongan su activo... ”. “El Proyecto declara que la
suspensión de pagos no constituye estado de quiebra cuando los acreedores
unánimemente otorgan esperas al deudor”. Interpretando esta parte
del Mensaje hay quienes creen que la cesación de pagos significa
pasivo superior al activo.
Para determinar el estado de cesación de pagos del deudor
no es necesario liquidar su activo y luego compararlo con su pa­
sivo. El valor de liquidación del activo no es un criterio contable
real para determinar el valor de una empresa. La situación de
insolvencia o de cesación de pagos es algo diferente, que tiene
manifestaciones externas o hechos reveladores que la evidencian
en forma más o menos unívoca.
El Mensaje de la Ley № 4.558, de 1929, expresa que la causa de
la. quiebra es la cesación de pagos, esto es: “el estado del deudor, sea o
r<-ocomerciante, cuyo patrimonio hace muestra de un evidente desequilibrio
entre su activo y su pasivo ”. Además este mismo Mensaje señala que la

69
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

causa de la quiebra ‘era toda situación de ruinosafortuna... que detenga,


en manos inhábiles ’, la producción y circulación de la riqueza”.
Resulta claro que el legislador de 1929 tenía como base la
noción amplia de cesación de pagos, ajuzgar por lo que expresa
el Mensaje de la Ley № 4.558. Sin embargo, mantuvo en su texto
el precepto según el cual el comerciante que cesa en el pago de
una obligación mercantil puede ser declarado en quiebra. Pero, al
tratar de la fecha de la cesación de pagos, el Mensaje de la citada
ley reconocía que la cesación de pagos era un fenómeno general y
complejo, que es independiente de la fecha del incumplimiento de la obli­
gación que se emplea como hecho revelador o causal de quiebra.
La Ley № 18.175, de 1982, siguió a la Ley № 4.558, sin apar­
tarse de sus principios. Para ella la cesación de pagos es la causa
de la quiebra. Esta normativa fya hechos reveladores absolutos y
taxativos para acreditar la existencia de la cesación de pagos. En
este texto legal no hay una causa genérica única de la quiebra y
la cesación de pagos no es sinónimo de incumplimiento. Podría
admitirse que cesación de pagos significa simple incumplimiento
de una obligación mercantil, si ésta fuese la única causal legal que
habilite para invocar la declaración de quiebra, pero el incum­
plimiento de una obligación comercial era una de las diversas
causales que establecía esta ley, hoy derogada.
Las denominadas causales de quiebra que la legislación concursal
estableció no son sino hechos reveladores, más o menos comple­
tos, del estado de cesación de pagos. Se les llama así porque son
prueba estimada como suficiente y única por el legislador para
justificar el estado de cesación de pagos. Los hechos reveladores
o las causales no son la cesación de pagos en sí misma, sino que
constituyen el antecedente que comprueba dicho estado y que
habilitaba al juez para declarar la quiebra.
Acreditada una causal, el juez debía declarar la quiebra, pero
nada impedía, mediante la interposición del recurso especial de
reposición, controvertir la respectiva causal sosteniendo que no
existía cesación de pagos y, acreditando esto último, eljuez tenía que
reponer la declaratoria, devolviendo el deudor a su sano crédito.
La reposición era un recurso que se intentaba por el quebrado,
por los acreedores o por los terceros interesados, una vez decla­
rada la quiebra en virtud de un hecho revelador que insinuaba
la existencia de la cesación de pagos, pero se acreditaba que tal
г АР ТТ ТOS PRF.SUPUFSTOS DF. LOS PROCF.DTMTF.NTOS CONCURSALES

manifestación era equívoca y que el deudor no se encontraba en


estado patrimonial de impotencia de pagar, debiendo reponerse
la sentencia que establecía el estado de quiebra. El recurso de
reposición no existe en la normativa en actual vigencia, en la que
se estructura el Procedimiento de Liquidación Forzosa, dando ca­
bida a un juicio de oposición por parte de la empresa deudora.
En síntesis, la causa implícita de la aplicación de los procedi­
mientos concúrsales en el derecho positivo nacional, sigue sien­
do la cesación de pagos, concebida como un estado económico
patrimonial crítico, generalizado y permanente, porque en esta
materia la Ley № 20.720 no ha innovado en absoluto lo que es­
taba establecido desde antes, limitándose a reiterar algunos de
los mismos hechos reveladores.
Comprobada la ocurrencia de los hechos reveladores absolu­
tos y taxativos, respecto de una determinada empresa deudora,
una vez cumplida la tramitación prevista por la ley, demanda,
audiencia inicial, juicio de oposición y audiencia probatoria, el
juez en audiencia de fallo, pronuncia la sentencia definitiva de
primera instancia de liquidación forzosa, que corresponde muy
cercanamente a la antigua declaratoria de quiebra, en cuento a su
contenido y efectos. Contra tal resolución sólo procede el recurso
de apelación, que se concede en el sólo efecto devolutivo y goza
de preferencia para agregarse extraordinariamente a la tabla, para
su vista y fallo. Respecto de la sentencia de segunda instancia, no
procede recurso alguno, sea ordinario o extraordinario, lo que
es censurable porque se impide que la cuestión básica y esencial
de la causa de los procedimientos concúrsales sea examinada por
la Corte Suprema vía recurso de casación tanto de forma como
de fondo, para la correcta aplicación del derecho.
Por último, se puede sostener que la legislación nacional
vigente no se aparta de la noción esencial de cesación de pagos
como causa para la aplicación de los procedimientos concúrsales,
pero no permite demostrarla por otros hechos reveladores que
no sean los contemplados por ella misma. La jurisprudencia de la
Corte Suprema en los últimos años ha aceptado la noción amplia
de la idea de cesación de pagos.11

~ júii sentencia cíe o de septiembre de 2008, Is. Corte Suprema scjualai Cabe
tener presente que la causa de la quiebra es la situación de impotencia de pagar,

71
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS! DERECHO CONCURSAL

Sección III
LA ACCIÓN PAEA IMPETRAR LOS PROCEDIMIENTOS
CONCURSALES

46. Concepto de acción y sus titulares. La acción es aquel medio


procesal que permite iniciar el procedimiento concursal de que
se trata, respecto de la empresa o persona deudora, que ha con­
figurado el estado de cesación de pagos, como causa que habilita
su aplicación.
Habida consideración que en la aplicación de los procedi­
mientos concúrsales están comprometidos distintos intereses,
son también diversos los titulares de la acción cuyo objeto es la
apertura del juicio concursal procedente. Los acreedores son por
antonomasia los titulares de la acción y la ejercen en resguardo
de su derecho general de prenda. La propia empresa o persona
deudora que ha llegado a un estado patrimonial crítico de impo­
sibilidad de pagar sus deudas, está facultada para solicitar la apli­
cación de los diversos procedimientos de concurso. Entendiendo
que la acción es un mecanismo procesal para poner al derecho
en movimiento ante los tribunales de justicia, generalmente en
contra de un cierto sujeto pasivo, la empresa o persona deudora
que solicita la aplicación de un procedimiento concursal a su
respecto, teóricamente no estaría ejerciendo la acción corres­
pondiente, en cuanto a que no pide en justicia contra un sujeto
diverso de ella misma.
El juez en ciertos casos declara de oficio la aplicación de un
determinado procedimiento concursal, lo que no implica que él

que en forma generalizada y permanente afecta al patrimonio del deudor, lo que va


más allá del incumplimiento de la obligación, si se considera el carácter de defensa
colectiva que la quiebra involucra, ella no puede ser aplicada sino en los casos en
que efectivamente se presenta una situación patrimonial crítica, en la que existen
diversos intereses que proteger y no por el hecho del simple incumplimiento de
parte del deudor, ante el cual bastaría el ejercicio de las defensas individuales. En
efecto, las ley vigente fija hechos reveladores absolutos y taxativos para acreditar su
existencia, entendida como estado económico patrimonial generalizado y crítico
y no el mero incumplimiento de una obligación”. Se advierte, sin lugar a duda
alguna, la recepción de la teoría amplia o moderna de cesación de pagos y el claro
rechazo de la concepción restringida. Además, el lenguaje empleado p o r el redactor
del fallo es precisamente el que utilizamos en esta obra para describir la verdadera
causa de la quiebra y ahora de los procedimientos concúrsales.
CAP. II. LOS PRESUPUESTOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

¿sté ejercitando la acción respectiva, sino que interviene como


onsecuencia de otras actuaciones que lo habilitan para adoptar
- s a resolución. Más que una decisión de oficio, el tribunal actúa

‘fleja o consecuencialmente aplicando el procedimiento con-


arsal que corresponde.
. A medida que vayamos analizando los distintos procedimien­
tos concúrsales iremos precisando quién y con qué exigencias
o requisitos puede hacer valer la acción respectiva. Del mismo
modo, trataremos el sujeto pasivo en contra del cual se pueden
impetrar los diversos procedimientos concúrsales.
A continuación ños ocuparemos del procedimiento concursal
de reorganización, en capítulo separado.

73
Capítulo III
EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL
DE REORGANIZACIÓN

Sección I
EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL
DE REORGANIZACIÓN JUDICIAL

Párrafo I
I n ic io d e l P r o c e d im ie n t o C o n c u r s a l
d e R e o r g a n iz a c ió n J u d i c i a l

47. Tramitación de esteprocedimiento. El Procedimiento Concursal


de Reorganización (en adelante PCR) sólo se aplica a la empresa
deudora, que según lo previsto en el artículo 2Q№ 13, de la ley
del ramo, se define como: “ Toda personajurídica privada, con o sin
fines de lucro, y toda persona natural contribuyente de primera categoría
o del número 2) del artículo 42 del Decreto Ley № 824, del Ministerio de
Hacienda, de 1974, que aprueba la ley sobre impuesto a la renta\l~-

1 El artículo 42 del Decreto Ley № 824, de 1974, señala textualmente: “Se


aplicará, calculará y cobrará un impuesto en conformidad a los dispuesto en el artículo 43,
sobre las siguientes rentas: (246-a).
1 Sueldos, sobre sueldos, salarios, premios, dietas, gratificaciones, (246) participaciones
Уcualesquiera otras asimilaciones y asignaciones que aumenten la remuneración pagada por
servicios personales, montepíos y pensiones, exceptuadas las imposiciones obligatorias que se
destinen a laformación defondos de previsión y retiro, (248) y las cantidades percibidas por
concepto de gastos de representación (249).
Cuando los depósitos efectuados en la cuenta de ahorro volurdatio a que se refiere el
artículo 21 de Decreto Ley N Q3.500, de 1980, que no hayan estado acogidos a las normas
4ue se establecen en la letra A del artículo 57 bis, se destinen a anticipar o mejorar la
pensión, para los efectos de aplicar el impuesto establecido en el artículo 43, se rebajará de
base de dicho tributo el monto que resulte de aplicar a la pensión el porcentaje que en el
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Este procedimiento concursal se inicia mediante la presenta­


ción de una solicitud por la Empresa Deudora, ante el tribunal
correspondiente a su domicilio. Para los efectos de la redacción

total del fondo destinado a ella representen tales depósitos. Este saldo será determinado por
la Administradora de Fondos de Pensiones de acuerdo a lo establecido en el artículo 22 del
Decreto Ley № 3.500, de 1980, registrando separadamente el capital invertido, expresado
en unidades tributarias mensuales, el que corresponderá a la diferencia entre los depósitos y
los retiros netos, convertidos cada uno de ellos al valor que tenga dicha unidad en el mes en
que se efectúen estas operaciones (249-a).
Respecto de los obreros agrícolas el impuesto se calculará sobre la misma cantidad afecta
'a imposiciones del Servicio de Seguro Social, sin ninguna deducción (249-a)
Los choferes de taxi, que no sean propietarios de los vehículos que exploten, tributarán
con el impuesto de este número con tasa de 3,5% sobre el monto de dos unidades tributarias
mensuales, sin derecho a deducción alguna. El impuesto debe ser recaudado mensualmente
por elpropietario del vehículo el que debe ingresarlo en arcasfiscales entre el I йy el 12 del mes
siguiente (251) (252) (249-a).
2~. Ingresos provenientes del ejercicio de las profesiones liberales o de cualquiera otra
profesión и ocupación lucrativa no comprendida en la primera categoría ni en el número
anterior, incluyéndose los obtenidos por los auxiliares de la administración de justicia por
los derechos que conforme a la ley obtienen del público, los obtenidos por los corredores que
sean personas naturales y cuyas rentas provengan exclusivamente de su trabajo o actuación
personal, sin que empleen capital, y los obtenidos por sociedades de profesionales que presten
exclusivamente servicios o asesorías profesionales.
Para los efectos de lo dispuesto en el inciso anterior, se entenderá porc<ocupación lucrativa”
la actividad ejercida en forma independiente por personas naturales y en la cual predomine
el trabajo personal basado en el conocimiento de una ciencia, arte, oficio o técnica por sobre
el empleo de maquinarias, herramientas, equipos и otros bienes de capital.
Sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos anteriores, las sociedades de profesionales que
presten exclusivamente servicios o asesorías profesionales, podrán optarpor declarar sus rentas
de acuerdo con las normas de la primera categoría, sujetándose a sus disposiciones para todos
los efectos de esta ley. El ejercicio de la opción deberápracticarse dentro de los tresprimeros meses
del año comercial respectivo, presentando su declaración al Servicio de Impuestos Internos
en dicho plazo, acogiéndose al citado régimen tributario, el cual regirá a contar de ese mismo
año. Para los efectos de la determinación en el primer ejercicio de los pagos provisionales
mensuales a que se refiere la letra a) del artículo 84, se aplicará por el ejercicio completo, el
porcentaje que resulte de la relación entre los ingresos brutos percibidos o devengados en el año
comercial anterior y el impuesto de primera categoría que hubiere correspondido declarar, sin
considerar el reajuste del artículo 72, pudiéndose dar de abono a estos pagos provisionales
las retenciones o pagos provisionales efectuados en dicho ejercicio por los mismos ingresos en
virtud de lo dispuesto en el artículo 74, N° 2°y 84, letra b), aplicándose al efecto la misma
modalidad de imputación que señala el inciso primero del artículo 88. Los contribuyentes que
optaren por declarar de acuerdo con las normas de la primera categoría, no podrán volver al
sistema de tributación de la segunda categoría.
En ningún caso quedarán comprendidas en este número las rentas de sociedades de pro­
fesionales que exploten establecimientos tales como clínicas, maternidades, laboratorios и otros
análogos, ni de las que desarrollen algunas actividades clasificadas en el artículo 20. ”
2 Véase e n el № 94 de esta o b ra n u e stro co m e n ta rio acerca d e la n o c ió n
em p resa d e u d o ra , esp ecialm en te e n el caso de la p e rs o n a n atu ral.
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DÉ REORGANIZACIÓN

Ide la solicitud referida, la ley sobre la materia dispone que un


*m odelo de ésta q u e se regulará p o r la S uperintendencia, m ediante
r tin a n o rm a d e carácter g en eral y estará disponible e n sus d e p e n ­
d e n c ia s , e n su sitio web y e n las d ep en d en cias de los tribunales
I com petentes.
- Como la solicitud de aplicación del PCR requiere del nom-
1 bramiento de veedores titular y suplente, la empresa deudora o
'"indistintamente el deudor, debe presentar ala Superintendencia
una copia de la misma, con el cargo respectivo del tribunal compe­
tente o de la Corte de Apelaciones, en su caso. Asimismo, para los
fines ya indicados, el deudor tiene que acompañar un certificado
1 .emitido por un auditor independiente de él, que esté inscrito
en el Registro de Auditores Externos de la Superintendencia de
..Valores y Seguros, que deberá contener un estado de sus deudas,
con expresión del nombre, domicilio y correo electrónico de sus
acreedores o de sus representantes legales, en su caso; la natura-
’ leza de los respectivos títulos de acreencia y su monto, señalando
te -1 porcentaje que cada uno de ellos representa en el total del
■pasivo, con el nombre de los tres mayores acreedores, excluidas
* las personas relacionadas al deudor.3 El nombramiento de los
veedores titular y suplente se rige por el procedimiento señalado
en el artículo 22, de la ley de la materia, y la Superintendencia
concluido dicho proceso emitirá el certificado de nominación.
Una vez aceptado el nombramiento por el veedor titular y
suplente, la Superintendencia remite al tribunal competente el
certificado de nominación. Al mismo tiempo, el deudor deberá
acompañar los siguientes antecedentes:
1) Relación de todos sus bienes, con expresión de su avalúo co­
mercial, del lugar en que se encuentren y de los gravámenes
que les afecten, señalando además cuáles de estos bienes tienen
la calidad de esenciales para el giro de la empresa deudora;
3 Según el artículo 22 № 26 de la Ley № 20.720: “Persona Relacionada: Se
considerarán Personas Relacionadas respecto de una o más personas o de sus representantes,
s siguientes: a) El cónyuge, los ascendientes, descendientes y colaterales por consanguini-
0 ofinidad hasta el sexto grado inclusive y las sociedades en que éstos participen, con
excepción de aquellas inscritas en el Registro de Valores, b) Las personas que se encuentren
' “,íé una de las situaciones a que se refiere el artículo 100 de la Ley № 18.045, de Mer­
cado de Valores".

77
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

2) Relación de todos aquellos bienes de terceros constituidos


en garantía a favor del deudor, indicando también cuáles de
estos bienes tienen la calidad de esenciales para el giro de la
empresa deudora;
3) Relación de todos aquellos bienes que se encuentren en poder
del deudor en calidad distinta a la del dueño;
4) El certificado a la que alude el artículo 55, de la ley del ramo,
esto es, el emitido por un auditor independiente del deudor,
inscrito en el Registro de Auditores Externos de la Superinten­
dencia de Valores y Seguros, para la determinación del pasivo
afecto a los acuerdos de reorganización judicial. El pasivo que
se establezca en este certificado deberá considerar el estado
de deudas del deudor, con una fecha de cierre no superior
a cuarenta y cinco días anteriores a esta presentación, con
indicación expresa de los créditos que se encuentren garan­
tizados con prenda o hipoteca y el avalúo comercial de los
bienes sobre los que recaen las garantías. Este certificado sirve
de base para determinar todos los quorum de acreedores que
se necesitan en la adopción de cualquier acuerdo, hasta que
se confeccione la nómina de créditos reconocidos, conforme
al procedimiento establecido en el Párrafo 2 del Título I del
Capítulo III de la ley de la materia, con sus respectivas am­
pliaciones o modificaciones, y
5) El deudor que llevare contabilidad completa debe presentar
el balance correspondiente a su último ejercicio y un balance
provisorio que contenga la información financiera y conta­
ble, con una fecha de cierre no superior a cuarenta y cinco
días anteriores a la presentación de los antecedentes que
estamos indicando. Cuando el deudor sea persona jurídica,
los documentos antes referidos han de ser informados por
sus representantes legales.
Con algunas diferencias, los antecedentes que se acompañan
-i -i
por ei aeuaor en eiit-ч ___ _______ _ „ i „„
¿>on Mimidics ¿t 100 que utum pic.¿>ci±tcu.
el deudor que pedía su propia declaración en quiebra, según
el artículo 42, del Libro IV De las quiebras, hoy derogado, del
Código de Comercio.
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

48. Resolución de reorganización. Dentro del término de cinco


días contados desde que el deudor o empresa deudora acompa­
ñó los antecedentes señalados en el artículo 56, de la ley sobre
la materia, el tribunal competente ante el cual se presentó a la
solicitud de PCR, dicta la resolución designando a los veedores
titular y suplente, nominados de acuerdo con el artículo 22 de
la misma ley.

49. Contenido de la resolución de reorganización. Protecciónfinanciera


concursal. El tribunal en la resolución aludida, dispone en primer
lugar que el deudor o la empresa deudora, durante el plazo de
treinta días, contado desde la notificación de dicha resolución,
prorrogable según el artículo 58, de la ley del ramo, goce de una
protección financiera concursal, definida en el artículo 2a № 31,
de la ley sobre la materia, como: “Aquel período que esta ley otorga
al Deudor que se somete al Procedimiento Concursal de Reorganización,
durante el cual no podrá solicitarse ni declararse su liquidación, ni
podrán iniciarse en su contrajuicios ejecutivos, ejecuciones de cualquier
clase o restituciones en los juicios de arrendamiento. Dicho período será
el comprendido entre la notificación de la Resolución de Reorganización
y el Acuerdo de ReorganizaciónJudicial, o el plazo fijado por la ley si este
último no se acuerda”.
En virtud de la protección financiera concursal se producen
las siguientes consecuencias jurídicas:
a) No puede declararse ni iniciarse en contra del deudor un
procedimiento concursal de liquidación, ni pueden iniciarse
en su contra juicios ejecutivos, ejecuciones de cualquier clase
o restituciones en juicios de arrendamiento, con excepción
de los juicios laborales sobre obligaciones que gocen de pre­
ferencia de primera clase, suspendiéndose en este caso sólo la
ejecución y realización de los bienes del deudor, salvo que se
trate de juicios laborales de este tipo en que el deudor tuviere
tal carácter a favor de su cónyuge, de sus parientes o de los
gerentes, administradores, apoderados con poder general de
administración u otras personas que tengan injerencia en la
administración de su negocios;
b) Se suspende la tramitación de los procedimientos indicados en
la letra a) precedente y los plazos de prescripción extintiva.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Las disposiciones que adopta el tribunal en la resolución


de reorganización, indicadas en las letras a) y b) preceden­
tes, relativas a la denominada protección financiera concursal,
son similares a las medidas que debía adoptar el juez y a los
efectos de la proposición de un convenio judicial preventivo,
que se presenta con el apoyo indicado en al artículo 177 bis,
del Libro IV De las quiebras, hoy derogado, del Código de
Comercio.
c) Todos los contratos suscritos por el deudor mantienen su
vigencia y condiciones de pago. Por consiguiente, no pueden
terminarse anticipadamente en forma unilateral, exigirse an­
ticipadamente su cumplimiento o hacerse efectivas las garan­
tías contratadas, invocando como causal el inicio del PCR. El
crédito del acreedor que contravenga esta prohibición queda
pospuesto hasta que se pague la totalidad de los acreedores '
a quienes afecte el acuerdo de reorganización judicial;
d) El deudor que forma parte de algún registro público como
contratista o prestador de cualquier servicio, y siempre que
se encuentre al día en sus obligaciones contractuales con su
respectivo mandante, no puede ser eliminado de dicho re­
gistro ni se le puede privar de participar en los procesos de
licitación, fundado en el inicio del PCR. Si la entidad pública ;
titular del registro elimina o discrimina al contratista por la
razón ya indicada, deberá indemnizarle los peijuicios causados
por tal motivo.
Durante el período de protección financiera concursal, la
Ш

empresa deudora o el deudor quedan sometidos a las medidas


- M :-V № 17

cautelares y de restricción, que indicamos enseguida:


a) Queda sujeto a la intervención del veedor, designado en la
DPI ПО

resolución de reorganización, quien tiene los deberes conte­


nidos en el artículo 25, de la ley del ramo;
;S UN
ÍIÍMUjS

b) No puede gravar ni enajenar sus bienes, salvo aquellos cuya


enajenación o venta sea propia de su giro o que resulten
DI

estrictamente necesarios para el normal desenvolvimiento


Oi'ìA

de su actividad; y respecto de los demás bienes o activos, se


está a la previsto en el artículo 74 de la ley de la materia, que

80
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACION

regula la venta de activos y contratación de préstamos durante


la protección financiera concursal, y
c) Las empresas deudoras o los deudores que estén estructurados
como personas jurídicas no pueden modificar sus estatutos
sociales, pactos o régimen de poderes. La inscripción de cual­
quier transferencia de acciones de la empresa deudora en los
registros sociales pertinentes requiere de la autorización del
veedor, la que se extiende en la medida en que no afecte a
los acreedores. Esta prohibición no se aplica a las sociedades
anónimas abiertas que hacen oferta pública de sus valores.
En este mismo orden de ideas, la resolución de reorganización
debe contener también la fecha en la cual expira la protección
financiera concursal, cuyo plazo de treinta días es prorrogable
hasta por treinta días, si el deudor obtiene el apoyo de dos o más
acreedores que representen más del 30% del total del pasivo,
excluidos los créditos de personas relacionadas con el deudor.
Asimismo, el deudor puede solicitar una nueva prórroga, por
treinta días, del plazo anterior, hasta el décimo día anterior a su
vencimiento, si obtiene el apoyo de dos o más acreedores que
representen más del 50% del total del pasivo, excluidos también
los créditos de las personas relacionadas con el deudor. Con todo,
se admite que el deudor pueda solicitar en un solo acto la pró­
rroga del plazo inicial de treinta días de la protección financiera
concursal, hasta por sesenta días, si el deudor obtiene el apoyo de
dos o más acreedores que representen más del 50% del total del
pasivo, con la exclusión de los mismos créditos antes indicados.
Los acreedores prendarios e hipotecarios que presten apoyo a
la prórroga de la protección financiera concursal no pierden su
preferencia y pueden im petrar las medidas conservativas que
sean procedentes.
Asimismo, el legislador dispone en el artículo 72, de la ley
de la materia, que los proveedores de bienes y servicios que sean
necesarios para el funcionamiento de la empresa deudora, cuyas
facturas tengan como fecha de emisión no menos de ocho días
anteriores a la fecha de la resolución de reorganización y en la
pedida en que en su conjunto no superen el 20% del pasivo certi­
ficado como ya se indicó, se pagan preferentemente en las fechas
originalmente convenidas, siempre que el respectivo proveedor

81
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

mantenga el suministro a la empresa deudora, circunstancia que


debe acreditar el veedor. Si no llega a aprobarse el acuerdo y en
consecuencia se dicta liquidación de bienes para el deudor, es­
tos créditos gozan de la preferencia indicada en el artículo 2472
№ 4) del Código Civil.
Durante la protección financiera concursal, la empresa deudora
puede vender o enajenar activos cuyo valor no exceda del 20% de
su activo fijo contable. Puede asimismo contratar créditos para el
financiamiento de sus operaciones, con tal que no excedan del 20%
del pasivo certificado según el artículo 55 de la ley del ramo. Estos
préstamos no se consideran en las nóminas de créditos de la empre­
sa deudora y se pagan preferentemente en las fechas convenidas,
siempre que se empleen para el financiamiento de sus operaciones,
hecho que debe probar el veedor. Si no llega a suscribirse el acuerdo
en este PCR y, consecuencialmente, se pronuncia liquidación de
bienes del deudor, los créditos aludidos se pagan con la preferencia
prevista en el artículo 2472 № 4) del Código Civil.

50. Otros aspectos de la resolución de reorganización. Además de


las disposiciones propias de la protección financiera concursal,
el juez ordena en la resolución de reorganización las siguientes
otras medidas:
• La orden al deudor para que a través del veedor publique en
el Boletín Concursal y acompañe al tribunal competente, a
lo menos diez días antes de la fecha fijada para la reunión de
la junta de acreedores, su propuesta de acuerdo de reorgani­
zación judicial. En caso que el deudor no dé cumplimiento a
esta orden, el veedor certifica esta circunstancia y el tribunal
competente dictará Resolución de Liquidación, sin más trámi­
te. Resulta evidente que el procedimiento de reorganización
equivale al convenio judicial preventivo previsto en el Libro IV
De las quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio,
como lo acredita el hecho de que si el deudor no cumple con
presentar en tiempo su propuesta de acuerdo de reorganiza­
ción judicial, el juez pronuncia resolución de liquidación, lo
que corresponde a la antigua declaración en quiebra, ante
la no presentación del convenio judicial preventivo, cuando
el deudor era instado a hacerlo;
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

• La fecha, lugar y hora en que debe reunirse la junta de acree­


dores, llamada a conocer y a pronunciarse sobre la propuesta
de acuerdo de reorganización judicial que presente el deudor.
La fecha de lajunta es aquella en la que expira la protección
financiera concursal;
• Todos los acreedores deben acreditar ante el tribunal compe­
tente su personería para actuar en el procedimiento concursal
de reorganización, dentro del plazo de quince días contado
desde la notificación de la resolución de reorganización,
con indicación expresa de la facultad que le confieren a sus
apoderados para conocer, modificar y adoptar el acuerdo de
reorganización judicial;
• La orden para que el veedor inscriba copia de la resolución
de reorganización en los Conservadores de Bienes Raíces
correspondientes al margen de la inscripción de propiedad
de cada uno de los inmuebles que pertenecen al deudor;
• La orden al veedor para que acompañe al tribunal compe­
tente y publique en el Boletín Concursal su informe sobre la
propuesta de acuerdo de reorganización judicial, alo menos,
tres días antes de la fecha fijada para la celebración de lajunta
de acreedores que votará dicho acuerdo. Este informe del
veedor debe contener la calificación fundada acerca de:
a) Si la propuesta es susceptible de ser cumplida, habida
consideración de las condiciones del deudor;
b) El monto probable de recuperación que le correspondería
a cada acreedor en sus respectivas categorías, en caso de
un procedimiento concursal de liquidación, y
c) Si la propuesta de determinación de los créditos y sus
preferencias indicadas por el deudor se ajustan a la ley.
Si el veedor no presenta el respectivo informe dentro del plazo
indicado, el deudor o cualquiera de los acreedores o el tribunal
competente informa a la Superintendencia para que se le apliquen
las sanciones correspondientes. De todas maneras, el acuerdo de
reorganización judicial se vota sin el informe del veedor.
• Se ordena por el juez en la resolución que analizamos que
dentro de quinto día de efectuada su notificación deben asistir
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

a una audiencia el deudor y tres mayores acreedores indica­


dos en la certificación del contador auditor independiente
referido en el artículo 55 de la ley sobre la materia, donde
se tratará sobre la propuesta de honorarios que formule el
veedor. Si en esta audiencia no se logra acuerdo o no se lleva
a efecto por inasistencia, los honorarios del veedor los fija el
tribunal;
• Por último, se ordena al deudor que proporcione al veedor
copia de todos los antecedentes acompañados a la solicitud
de reorganización, los cuales junto con la resolución de
reorganización son publicados por el veedor en el Boletín
Concursal, dentro del plazo de tres días contados desde su
pronunciamiento.

P á r r a f o II
L a p r o p u e s t a d e a c u e r d o d e r e o r g a n iz a c ió n j u d i c i a l ,
SU APROBACIÓN Y EFECTOS

51. La propuesta del acuerdo de reorganización judicial: contenid


garantías y acreedores a quienes les afecta. La propuesta puede versar
sobre cualquier objeto tendiente a reestructurar los pasivos y
activos de una empresa deudora (artículo 60 Ley № 20.720). En
la propuesta del Acuerdo de Reorganización Judicial se pueden
separar los acreedores por clases o categorías, pudiendo formu­
larse una para los acreedores valistas y otra para los acreedores
prendarios e hipotecarios, cuyos créditos se encuentren garan­
tizados con bienes de propiedad del deudor o de terceros. Los
acreedores hipotecarios y prendarios que voten la propuesta de
acuerdo conservan sus preferencias. La propuesta de acuerdo
debe ser igualitaria para todos los acreedores de una misma
clase o categoría, salvo que medie acuerdo en contrario. Aquí se
recoge el principio de par condictio creditorum para mantener la
igualdad de los acreedores al menos dentro de una misma clase
o categoría de créditos.
Los acreedores hipotecarios y prendarios, cuyos créditos se
encuentran garantizados con bienes uel deudor o de terceros,
pueden votar la propuesta de acuerdo que se formule para los

84
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

-acreedores valistas, si renuncian a la preferencia de sus créditos


y no pueden votar la propuesta de acuerdo que se haga para los
-^creedores hipotecarios y prendarios, salvo que la renuncia sea
.parcial y se manifieste expresamente en tal sentido.
•7, En el evento en que los acreedores hipotecarios y prendarios
;voten la propuesta de acuerdo de los acreedores valistas, los montos
de sus créditos preferentes se descuentan del pasivo de su clase
Ъ categoría y se incluyen en el pasivo de la clase o categoría de
acreedores valistas para los efectos del cómputo de la mayoría
•para adoptar el acuerdo de reorganización judicial, porla sumas
a que hubiere alcanzado su renuncia.
Al igual que en el caso de los antiguos convenios concúrsales,
Та propuesta de acuerdo de reorganización judicial, en cada una
de las clases o categorías de créditos, puede contener una propo­
sición principal y otras alternativas para todos los acreedores de
la misma clase o categoría, caso en el cual éstos han de optar por
regirse por alguna de ellas, dentro del plazo de 10 días siguientes
a la fecha de lajunta de acreedores llamada a pronunciarse sobre
'la propuesta de acuerdo.
En los acuerdos de reorganización judicial puede convenirse
la constitución de garantías, para asegurar el cumplimiento de
las obligaciones del deudor, las que pueden formalizarse en el
acuerdo mismo o en instrumentos separados. Los acreedores
pueden designar a uno o más de ellos para que los represente
en el acto constitutivo de tales cauciones.
Los acreedores comprendidos en el acuerdo de reorganiza­
ción judicial son todos aquellos cuyos créditos se originan con
anterioridad a la resolución de reorganización y a ellos les afecta
este acuerdo. Los créditos cuyo origen sea posterior a la resolución
de reorganización, no se incluyen en el acuerdo.
Una vez notificada la propuesta de acuerdo puede ser retirada
por el deudor, salvo que cuente con el apoyo de acreedores que
representen a lo menos el 75% del pasivo. Retirada la propuesta
por el deudor sin que cuente con el apoyo ya indicado, el tribunal
competente tiene que dictar resolución de liquidación.

°2- La determinación del pasivo en el procedimiento concursal de


lculganización. De la misma manera que en el antiguo convenio
judicial preventivo, este procedimiento concursal de reorganiza-
REORGANIZAefÔNŸtiQüiBAfiiéN BE EMPRESAS У PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

ción que como ya dijimos se le parece mucho, en tantos aspee-


tos., pero no así en el nombre, requiere la comparecencia de los !!
acreedores, quienes deben verificar sus créditos ante el tribunal ;
competente, en el plazo de 8 días contados desde la notificación 1i
de la resolución de reorganización, acompañando los documentos í|
justificativos de los mismos, indicando también si se encuentran ?
garantizados con prenda o hipoteca y el avalúo comercial de los ';
bienes sobre los cuales están constituidas dichas garantías. 4
La verificación no es necesaria tratándose de los créditos y el -•
avalúo comercial de las garantías que se encuentran señaladas
a satisfacción del acreedor, en el estado de deudas que se debe
acompañar a la solicitud de aplicación del PCR, a que alude el
número 4) del artículo 56, de la ley del ramo, publicado en el í
Boletín Concursal. j
Una vez vencido el término para verificar y dentro de los I
2 días siguientes, el veedor publica en el Boletín Concursal todas j
las verificaciones de crédito que se presentaron, indicando los ï
créditos que se encuentran garantizados con prenda o hipoteca í
y el avalúo comercial de los bienes sobre los cuales recaen las f
- I
garantías.
Dentro del término de 8 días siguientes a la publicación en
el Boletín Concursal de las verificaciones efectuadas, el veedor,
el deudor y los acreedores pueden deducir objeción fundada
sobre la falta de títulos justificativos de los créditos, sus montos,
preferencias o sobre el avalúo comercial de los bienes sobre los
que recaen las garantías, que se indican en el estado de deudas
que presenta el deudor, según lo previsto en el artículo 56 № 4),
de la ley sobre la materia o en las verificaciones presentadas por
los acreedores. Las objeciones se presentan ante el tribunal que
conoce del PCR y una vez expirado el plazo para formularlas y
dentro de los 2 días siguientes el veedor debe publicar en el Bo­
letín Concursal todas las objeciones que se presentaron.
En el evento en que expire el término para formular obje-
dones, sin que ellas se presenten, los créditos y el avalúo comer­
cial de los bienes sobre los cuales recaigan las garantías quedan
reconocidos.
El veedor confecciona la nómina de créditos reconocidos,
la que indica los montos de los créditos si éstos están garantiza­
dos con prenda o hipoteca y el avalúo comercial de los bienes
CAP. III. ËL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

sobre los cuales recaen las garantías. La nómina se acompaña


al expediente dentro de quinto día de extinguido el plazo para
objetar y se publica en el Boletín Concursal, sirviendo ésta como
única nóm ina para los efectos de la votación del acuerdo de re­
organización judicial, sin pejjuicio de su posterior ampliación o
modificación.

53. Impugnación de créditos. En el caso en que se formulen


objeciones a los créditos verificados, el veedor debe arbitrar los
medios para subsanarlas. La solución prevista en el artículo 71,
de la ley del ramo, nos parece poco adecuada si se piensa que
el veedor no siempre será una persona que tenga la profesión
de abogado, porque las objeciones planteadas pueden incidir
precisamente en materias jurídicas para las cuales no estaría
preparado el veedor.
En el evento en que las objeciones no se subsanen, los cré­
ditos y los avalúos fiscales de los bienes sobre las cuales recaen
las garantías que fueron objeto de las objeciones se consideran
impugnados y el veedor los acumula y emite un informe acerca
de si existen o no fundamentos plausibles para ser considerados
por el tribunal competente y se pronuncia fundadamente sobre el
avalúo comercial del bien sobre el cual recae la garantía objetada.
De nuevo surge la duda acerca de la cualificación profesional del
veedor que no es abogado, para emitir informe sobre si existen o
no fundamentos plausibles para ser considerados por el tribunal
competente.
El veedor tiene que acompañar al tribunal competente la nó­
mina de créditos impugnados con su respectivo informe, como así
1 / ,Ъ:>

también la nómina de créditos reconocidos y debe publicarlas en


el Boletín Concursal, dentro de los 5 días siguientes a la expiración
- U'Y

del plazo previsto para objetar las verificaciones de créditos.


ITO

La impugnación de los créditos verificados en el PCR se


Í:S l.-’N DÜ

resuelve en una audiencia única y verbal que el tribunal com­


petente cita una vez agregados al expediente la nómina de
Di': U b R ü S

créditos impugnados y reconocidos, publicada en el Boletín


Concursal. La audiencia aludida se celebra dentro de tercero
día, contado desde la notificación de la resolución que tiene
i' -OTOCOí 'l A

por acompañada la nómina de créditos reconocidos e impug­


nados, a la cual pueden comparecer el veedor, el deudor y los

87
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

impugantes y los impugnados; en ella se resuelven los incidentes


que las partes pueden promover en relación con las impug­
naciones. El tribunal está facultado para suspender, si fuese
estrictamente necesario, la audiencia de que estamos tratando
y continuarla posteriormente. De todas maneras, la resolución
que se pronuncie acerca de las impugnaciones ha de dictarse a
más tardar el segundo día anterior a la fecha de celebración de
lajunta de acreedores que debe decidir acerca de la propuesta
de acuerdo. La resolución que falla las impugnaciones ordena
la incorporación o modificación de los créditos en la nómina
de créditos reconocidos o la modificación del avalúo comercial
de los bienes sobre los cuales recaen las garantías, cuando fuere
procedente y respecto de ella puede hacer valer el recurso de
apelación en el solo efecto devolutivo.

54. Acreedores con derecho a voto en la propuesta de acuerdo. El ar­


tículo 78, de la ley de la materia, dispone que sólo tienen derecho
de concurrir y votar en lajunta que se pronuncia sobre el acuerdo,
los acreedores cuyos créditos se encuentran mencionados en la
nómina de créditos reconocidos, a que alude el artículo 70 de la
misma ley y los que figuren en la ampliación de esta nómina he­
cha conforme a derecho, quienes están obligados a acreditar sus
respectivas personerías, de acuerdo a lo previsto en el artículo 57
№ 6) que rige este asunto.
Tratándose de los acreedores cuyas acreencias estén caucionadas
con hipoteca o prenda, votan de acuerdo al avalúo comercial de
los bienes sobre los cuales recaen sus garantías, de conformidad
con lo que conste en la nómina de créditos reconocidos y su
correspondiente ampliación o modificación, según su caso. Si el
avalúo comercial de los bienes sobre los cuales están constituidas
las cauciones aludidas excede el monto del crédito que garantizan,
el respectivo acreedor tiene que votar de acuerdo al valor de su
crédito, tal como figura en la nómina de créditos reconocidos y
en su ampliación o modificación, según corresponda.

55. Maycrríapara adoptar el acuerdo en lajunta de acreedores. En este


órgano deliberante, de conformidad con lo previsto en el artículo 79,
de la ley concursa! vigente, cada una de las ciases o categorías de
propuestas de acuerdo debe ser analizada, discutida y acordada en
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

forma separada, en la misma reunión de lajunta, pudiendo propo­


nerse modificaciones, sin perjuicio de la suspensión de la reunión
ite lajunta prevista en el artículo 82, de la ley del ramo.
4 La propuesta de acuerdo se entiende aprobada cuando cuente
■%n el consentimiento del deudor y el voto conforme de los dos
arcios o más de los acreedores presentes, que representen al
;menos dos tercios del total del pasivo con derecho a voto corres­
pondiente a su respectiva clase o categoría.
; . No pueden votar los acreedores que tengan la calidad de per-
-sonas relacionadas con el deudor, determinadas en el artículo 22
■№ 26 de la ley de la materia y sus créditos no se consideran en el
.‘pasivo. Los cesionarios de créditos adquiridos dentro de los 30
días anteriores a la fecha de inicio del PCR, según lo previsto en el
-artículo 54, de la ley concursal vigente, no pueden concurrir a la
•jimia de acreedores para deliberar y votar el acuerdo y tampoco
pueden impugnarlo.
Cuando se trate de la adopción del acuerdo sobre la pro-
" uesta de una clase o categoría, se entiende adoptado bajo la
óondición suspensiva de que se acuerde la propuesta de la otra
clase o categoría en la m ismajunta de acreedores, que se realice
■posteriormente si fuere suspendida.
Como hemos venido señalando, este procedimiento concur-
"sal de reorganización es prácticamente equivalente al convenio
. judicial preventivo, que regulaba el Libro IV De las quiebras,
hoy derogado, del Código de Comercio, lo que se corrobora con
.su tramitación y con la mayoría con que debe ser adoptado el
- acuerdo, toda vez que el artículo 79 de la norma actual adopta,
con pequeños cambios, la redacción del derogado artículo 190,
del Libro IV del Código de Comercio. Con todo, representa una
novedad el procedimiento de registro de firmas de acreedores
en documentos suscritos ante un ministro de fe o con firma elec­
trónica avanzada, para obtenerlas mayorías en el procedimiento
concursal que nos ocupa.
Al igual que la mayoría prevista para adoptar el convenio
judicial preventivo en la antigua legislación, la que se requiere
Para aceptar el acuerdo, es doble y además compleja. Es doble,
P°rque requiere el consentimiento del deudor y los acreedores
,h es compleja, porque requiere un porcentaje de acreedores
concurrentes a lajunta, que represente un cierto porcentaje del
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

total pasivo con derecho a voto. Ahora bien, la no concurrencia


del deudor a lajunta de acreedores destinada a deliberar y pro­
nunciarse sobre el acuerdo tiene como consecuencia jurídica
que el tribunal competente dicte en su contra la resolución de
liquidación, que equivale a la antigua quiebra en la mismajunta.
De lo anterior hay que colegir, porque no se señala expresamente,
que la referida junta se celebra ante el tribunal que conoce del
procedimiento que estamos tratando, porque de otra manera
no podría dictar la resolución de liquidación del deudor en ella
misma. El efecto de la ausencia del deudor en lajunta llamada a
acordar los convenios concúrsales, era diferente en la derogada
legislación de la materia, porque se entendía que abandonaba su
proposición de convenio judicial preventivo, pero no acarreaba
su quiebra refleja o consecuencial.
De la misma forma como estaba contemplado en el inciso final
del artículo 190, del Libro IV, hoy derogado, del Código de Comer­
cio, la modificación de los convenios concúrsales, el artículo 85,
de la normativa ahora vigente, dispone que las modificaciones
del acuerdo pueden adoptarse por el deudor y los acreedores que
la suscribieron agrupados en sus respectivas categorías, según el
mismo procedimiento y la misma mayoría establecido para su
aprobación en lajunta de acreedores, conforme lo previsto en
el artículo 79, de la ley del ramo. Sin embargo, el acuerdo que
establezca la creación de una Comisión de Acreedores, puede
darle la facultad de modificar dicho acuerdo, con el quorum que
se disponga al efecto, que en ningún caso puede ser inferior al
quorum simple, definido en el artículo 22 № 34, de la ley vigente
sobre la materia.
Adoptado que sea el acuerdo con sus modificaciones, según
corresponda, en lajunta de acreedores, el texto íntegro del mismo
es notificado en el Boletín Concursal por el veedor.

56. La impugnación de acuerdo de reorganizaciónjudicial. Causales


de impugnación. De conformidad con el artículo 85, de la ley de
la materia, cuyos términos de redacción y contenido son prác-
ticamente iws 1111511100
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que шь uci diutuiu 1 T T í г ТЧ _
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las quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio, el acuerdo
puede ser impugnado por los acreedores a quienes les afecte,
fundados en alguna de las siguientes causales:
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

1 ) Defectos en las formas establecidas para la convocatoria y


celebración de la ju n ta de acreedores, que hubieren im­
pedido el ejercicio de los derechos de los acreedores o del
deudor.
2) E rror e n el cóm puto de las mayorías req u erid as en capítulo
del PCR de la ley, siem pre que incida sustancialm ente en el
qu o ru m del acuerdo d e reorganización judicial.
3) Falsedad o exageración del crédito o incapacidad o falta de
p erso n ería p ara votar de alguno de los acreedores q ue hayan
concurrido con su voto a form ar el q u o ru m necesario para el
acuerdo, si excluido ese acreed o r o la p a rte falsa o exagerada
del crédito no se logra el q u o ru m del acu erd o .4
4) Acuerdo entre uno o más acreedores y el deudor para votar a
favor, abstenerse de votar o rechazar el acuerdo, para obtener
una ventaja indebida respecto de los demás acreedores.
5) Ocultación o exageración del activo o pasivo.
6) Por contener ima o más estipulaciones contrarias a lo dispuesto
en la ley sobre la materia.
Los acreedores legitimados pueden impugnar el acuerdo
dentro del plazo fatal de 5 días, contado desde su publicación
en el Boletín Concursal. Las impugnaciones formuladas fuera
de este plazo son rechazadas de plano por el tribunal, según lo
previsto en el artículo 86, de la ley del ramo.
Las impugnaciones del acuerdo se tramitan por el tribu­
nal como un solo incidente y se fallan conjuntamente en una
audiencia única, verbal, citada al efecto, dentro de los 10 días
de vencido el término previsto para deducirlas, que se celebra
con los que asistan y en la cual deben resolverse también las
incidencias que formularen las partes. Esta audiencia puede ser
suspendida por el tribunal si lo estima procedente y continuarla
en otra posterior.

Nos parece que la Ley № 20.720, no emplea correctamente la expresión


Яи°г и т , mediante la cual se alude a la cantidad de personas requeridas para
que pueda sesionar o constituirse un órgano colectivo, dándole el significado de
Mayoría, que es el porcentaje o número de personas que deben votar a favor para
lograr un acuerdo.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS.: DERECHO CONCURSAL

La resolución que se pronuncie sobre las impugnaciones al


acuerdo debe dictarse a más tardar dentro de los 30 días siguientes
a la fecha de celebración de la respectiva audiencia. Asimismo
esta resolución se publica en el Boletín Concursal y es apelable
en el solo efecto devolutivo (art. 87, ley vigente).
En el evento en que se acoja por sentencia firme y ejecuto­
riada la impugnación del acuerdo, por las causales previstas en
los números 1), 2), 3) y 6) del artículo 85 de la ley del ramo, que
no comportan una actuación culpable o dolosa del deudor, éste
está facultado para presentar una nueva propuesta de acuerdo,
dentro del plazo de 10 días siguientes contado desde que se
notifique la resolución que acogió la impugnación. Se admite la
nueva propuesta siempre que ella cuente con el apoyo de dos o
más acreedores que representen, a lo menos, un 66% o más del
total pasivo con derecho a voto. Al ser esto así, el deudor goza de
protección financiera concursal hasta la celebración de lajunta
destinada a conocer y pronunciarse sobre la nueva propuesta. El
tribunal mediante resolución dictada al efecto, tiene por presen­
tada la nueva propuesta y fija la fecha de lajunta de acreedores
que debe decidir acerca de ella, que habrá de celebrarse dentro
de los 10 días siguientes, contados desde la fecha en que el deu­
dor la presentó.
Si el deudor no formula la nueva propuesta con el apoyo
ya indicado y dentro del plazo establecido con tal propósito,
el tribunal competente dicta, de oficio y sin más trámite, la
resolución de liquidación de la empresa deudora. He aquí un
hecho revelador que autoriza el pronunciamiento de la resolu­
ción de liquidación, que corresponde a la antigua declaración
de quiebra, que en verdad no se pronuncia de oficio por el
N í'! b ’

tribunal, como señala la ley vigente, sino que se trata de una


- ItV

liquidación refleja o consecuencial, tal como el caso de la quie­


TO

bra, que tiene lugar porque el deudor inició judicialm ente el


Í.'H.U

PCR, pero durante su tramitación el acuerdo fue impugnado y


'i ’¡ H; UMvOS ií::: UN

habiéndosele concedido oportunidad para presentar una nueva


propuesta, no lo hace cumpliendo las exigencias formuladas
ni dentro del plazo previsto por la ley. Al ser de esta manera,
el rol del juez es meramente reflejo y no toma la iniciativa que
А К У м .л .л " ч '!

caracteriza a las actuaciones de oficio. Volveremos sobre esta


materia al tratar las causas o hechos reveladores de insolvencia
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

¿fe autorizan la aplicación del procedim iento concursal de


ujdación.
■ -.'En el evento que la impugnación del acuerdo sea acogida por
'•*eausales establecidas en los números 4) y 5) del artículo 85, de
'fey vigente en la materia, el tribunal de oficio y sin más trámites
tíena el inicio del procedimiento concursal de liquidación, en
.¿misma resolución que acoge la impugnación, y el deudor no
itáhabilitado para presentar una nueva propuesta de acuerdo.
*'e advierte que otra vez estamos ante una causal de liquidación
:éfieja o consecuencial, tal como lo indicamos precedentemente,
con la diferencia de que en este caso, por tratarse de motivos de
opugnación en los cuales existe una actuación culpable, dolosa
¿'fraudulenta del deudor y de algunos acreedores, no se permite
que éste presente una nueva propuesta de acuerdo y en la mis-
resolución que acoge la impugnación, el juez ha de abrir el
procedimiento concursal de liquidación. Durante la vigencia del
Libro IV del Código de Comercio De las Quiebras, hoy derogado,
la,impugnación de los convenios concúrsales, tanto preventivo
.Judicial como simplemente judicial, permitían al deudor presentar
Juna nueva proposición de convenio.

57. Aprobación y vigencia del acuerdo de reorganización judicial.


A este propósito conviene distinguir situaciones diferentes que
determinan la aprobación y vigencia de este acuerdo.
a) No seformularon impugnaciones. El acuerdo se entiende apro­
bado y entra a regir una vez vencido el plazo para impugnarlo, sin
que no se hubiere ejercitado la acción en tal sentido. El tribunal
competente debe declararlo aprobado y puesto en vigencia me­
diante una resolución que dicta al efecto actuando de oficio o a
petición de cualquier interesado o del veedor. Esta resolución se
notifica mediante su publicación en el Boletín Concursal.
El artículo 89 de la ley actual sobre la materia reproduce los
mismos términos del contenido del artículo 199, del Libro IV
las quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio, que
contemplaba esta misma situación respecto de la aprobación y
Agencia de los convenios concúrsales, lo que pone de manifiesto
¿a nueva normativa no hace sino reestructurar la antigua,
Sln revelarse como la creación efectiva de un nuevo régimen
DF. EMPRESAS Y PRESOLA,s, DERECHO ГПТЧГГТТКЯАТ.

de derecho concursal. Este PCR n o es sino u n convenio ju d icial


preventivo con ciertas m odificaciones que no alteran fu n d a m e n ­
talm ente su esencia.
b) Acuerdo impugnado y desechadas las impugnaciones. En tal situa­
ción el tribunal competente lo declara aprobado en la resolución
que rechaza la impugnación o las impugnaciones interpuestas y el
acuerdo entra a regir desde que dicha resolución cause ejecutoria.
El acuerdo rige no obstante las impugnaciones que se hubieren
formulado en su contra. Con todo, si las impugnaciones hubie­
sen sido interpuestas por acreedores de una determinada clase
o categoría, que representen en su conjunto a lo menos el 30%
del pasivo con derecho a voto de su respectiva clase o categoría,
el acuerdo no empezará a regir hasta que dichas impugnaciones
sean desechadas por sentencia firme y ejecutoriada. En este caso,
los actos y contratos ejecutados o celebrados por el deudor, en el
tiempo que media entre el acuerdo y la fecha en que quede eje­
cutoriada la resolución que acoja las impugnaciones, no pueden
dejarse sin efecto.
Aunque se interponga recurso de casación en contra de la
sentencia de segunda instancia que rechaza las impugnaciones,
no se suspende el cumplimiento de dicha resolución, incluso si
la parte vencida solicita que se otorgue fianza de resultas por la
parte vencedora.
c) Se acogen las impugnaciones al acuerdo por resolución firme y
ejecutoriada. En este caso el acuerdo de reorganización no nace a
la vida del derecho, de tal manera que las obligaciones y derechos
existentes entre el deudor y sus acreedores con anterioridad a
éste, se siguen rigiendo por los actos o contratos u otras fuentes
de las cuales traen su origen.

58. Efectos del acuerdo de reorganización judicial Tal como esta­


ba previsto por el artículo 200, de Libro IV De las quiebras, hoy
derogado, del Código de Comercio, a propósito de los convenios
concúrsales, el artículo 91, de la normativa vigente en la materia,
adoptando similar redacción, dispone que el acuerdo debidamente
aprobado obliga al deudor y a todos los acreedores de cada clase o
categoría de éste, hayan o no concurrido a lajunta que lo acuerde.
Su aprobación trae consigo la cancelación de las inscripciones
4
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGAN IZACIÓN

Je la resolución de reorganización en el Conservador de Bienes


Raíces, al margen de las inscripciones propietarias de cada uno
de de los bienes inmuebles del deudor.
Para hacer efectivas las consecuencias legales del acuerdo
es preciso contar con una copia autorizada del mismo que se
obtiene de la siguiente forma. Una copia del acta de lajunta de
acreedores en la que conste el voto favorable del acuerdo y su
texto íntegro, junto a la copia de la resolución judicial que lo
aprueba y su certificado de ejecutoria, puede ser autorizada por
un ministro de fe o protocolizarse ante un notario público. Una
vez autorizada o protocolizada, tiene mérito ejecutivo para todo
efecto legal.
Una mejor comprensión del alcance jurídico del acuerdo
lograremos distinguiendo a continuación diversas situaciones,
como lo hace la ley.

59. Efectos del acuerdo sobre los créditos. Las acreencias que for­
men parte del acuerdo de reorganización judicial se entienden
remitidos, novados o repactados, según corresponda, para todo
efecto legal pertinente. Esta es la idea general respecto de las
consecuencias jurídicas del acuerdo sobre los créditos, contenida
en el artículo 93, de la ley concursal vigente, aunque más adelan­
te se regulan otros aspectos de detalle, como los tributarios que
veremos a continuación.
En el orden de materias indicadas, el acreedor, contribuyente
de impuesto de primera categoría de la Ley de Impuesto a la Renta,
puede deducir como gasto necesario conforme a lo previsto en el
ÍJ'.V № 173.k>

artículo 31 № 42, de dicha ley, las cantidades que correspondan a


la condonación o remisión de deudas, intereses, reajustes u otras
cantidades que se hayan devengado en su favor, siempre y cuando
DÏ: ür>ROS FS UN i X Ü Ï O -

cumpla con las siguientes condiciones copulativas:


1) Que se trate de créditos otorgados o adquiridos con anterio­
ridad al plazo de un año contado desde la celebración del
acuerdo;
2) Que dicha condonación o remisión conste detalladamente
O'ÍV СОПЛ

en el acuerdo o sus modificaciones, aprobado conformo a la


ley de la materia;

95
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

S) Que no correspondan a créditos de personas relacionadas con


el deudor ni a créditos de acreedores personas relacionadas
entre sí, cuando éstos, en su conjunto, representen el 50% o
más del pasivo reconocido con derecho a voto. Lo anterior es
sin prejuicio de la obligación del deudor de reconocer como
ingreso, para efectos tributarios, aquellas cantidades que se
hubieren devengado en favor del acreedor y que se condonen
o remitan.

60. El acuerdo de reorganización y los bienes no esenciales para


continuidad del giro de la empresa. El artículo 94, de la ley sobre la
materia, faculta al acreedor cuyo crédito se encuentra garan­
tizado con prenda o hipoteca, para solicitar fundadamente al
tribunal competente que declare que el bien sobre el cual recae
su garantía no es esencial para el giro de la empresa deudora, en
el plazo de 8 días siguientes a la publicación de la resolución de
reorganización. Para pronunciarse sobre tal solicitud el tribunal
puede pedir al veedor un informe que debe contener calificación
si el bien es o no es esencial para el giro de la empresa deudora
y el avalúo comercial de dicho bien. El tribunal resuelve sobre
esta calificación, en única instancia, a más tardar el segundo día
anterior a la fecha de celebración de la junta de acreedores que
debe pronunciarse sobre las proposiciones del acuerdo.
El acreedor cuya garantía recae sobre un bien calificado como
no esencial concurre y vota en la clase o categoría de acreedores
valistas, únicamente por el saldo del crédito no cubierto por la
garantía. El saldo cubierto por la garantía no se considera en el
pasivo de la clase o categoría de acreedores garantizados.
Por otra parte, el acreedor cuyo crédito no haya sido ente­
ramente cubierto por la garantía, puede solicitar mediante un
procedimiento incidental ante el mismo tribunal que conoció
lEV

sobre el acuerdo, que éste se cumpla en su favor, mientras no se


iíS !>•) D I L I Í O -

encuentren prescritas las acciones que del mismo acuerdo pro­


vienen. Si resulta un excedente de la venta del bien declarado
no esencial, una vez solucionado el crédito respectivo, se destina
Uh LI ÜK05

al cumplimiento del acuerdo.

61. Efectos del acuerdo en las obligaciones garantizadas del deud


i.Л К '- ТО С С Ч Ч Л

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 95, de la ley del


ramo, las consecuencias jurídicas son las siguientes:

96
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

R especto de las obligaciones del d e u d o r garantizadas co n


Iv. p re n d a o h ip o teca so b re bienes de su p ro p ie d a d o de terce­
ros, declarados esenciales p ara las actividades de la em p resa
d eu d o ra, se aplican los térm inos y m odalidades establecidos
en el acu erd o de reo rg an izació n ju d icial.
Tratándose d e las obligaciones del d e u d o r garantizadas co n
, p r e n d a o h ip o teca sobre bienes de su dom inio, d eclarados
n o esenciales p ara el giro de la em presa d eu d o ra, se aplica lo
previsto en el artículo 94, de la ley del ram o, que com entam os
en el párrafo p re c e d e n te d e esta obra.
3. En el caso de las obligaciones del deudor garantizadas con
prenda o hipoteca sobre bienes de dominio de terceros,
declarados no esenciales para el rubro de actividades de la
empresa deudora, hay que distinguir:
a) Si el acreedor de que se trata vota a favor del acuerdo,
tiene que sujetarse a los términos y modalidades estable­
cidos en tal acuerdo y no puede perseguir el pago de su
crédito en términos diferentes a los estipulados.
b) Cuando el respectivo acreedor manifiesta su intención
de no votar o no asiste a la junta de acreedores llamada a
conocer y pronunciarse sobre el acuerdo, su crédito no
se considera en el pasivo con derecho a voto correspon­
diente a su clase o categoría y puede cobrarlo respecto
de las prendas o hipotecas otorgadas por terceros.
4. Si se trata de las obligaciones del deudor caucionadas con
garantías personales, debe distinguirse:
a) En el caso en que el respectivo acreedor vota en su clase
o categoría de valista en favor del acuerdo, queda sujeto
a los términos y modalidades previstas en el correspon­
diente acuerdo y no puede cobrar su crédito en términos
distintos de los convenidos.
b) Si el acreedor de que se trata manifiesta su intención de
no votar o no concurre a la junta de acreedores que se
pronuncia sobre el acuerdo, su crédito no se considera en
el pasivo con derecho a voto correspondiente a la clase o
categoría y puede cobr ar su eredito respecto de los fiadores
o codeudores, solidarios o subsidiarios, o avalistas en los
términos originalmente acordados. El fiador, codeudor,
solidario o subsidiario, avalista o tercero poseedor de la
finca hipotecada o propietario del bien prendado que
hubiere pagado, según las situaciones indicadas anterior­
mente, puede ejercitar, según corresponda, su derecho
de subrogación o de reembolso, en un procedimiento
incidental ante el mismo tribunal que conoció del acuer­
do, pidiendo que éste se cumpla a su favor, mientras no
prescriban las acciones que de él provengan.

62. Efectos del rechazo del acuerdo de reorganización judicial. En


el evento en que la propuesta de acuerdo es rechazada por los
acreedores por no haber obtenido la mayoría de aprobación ne­
cesaria o porque el deudor no da su consentimiento, el tribunal
dicta la resolución de liquidación, de oficio y sin más trámites,
en la misma ju n ta de acreedores destinada a conocer y pronun­
ciarse sobre el acuerdo, a menos que esta misma junta decida lo
contrario por quorum especial, esto es, según el artículo 2S№ 32,
de la ley de la materia, el conformado por los 2/3 del total pasivo
con derecho a voto verificado y reconocido, según corresponda,
en el procedimiento concursal de reorganización. Tomada esta
decisión por la junta de acreedores por el quorum indicado, el
deudor debe, a través del veedor, publicar una nueva propuesta
de acuerdo en el Boletín Concursal y acompañarla al tribunal,
10 días antes de la junta de acreedores que se pronuncia sobre
ella. El deudor conserva la protección financiera concursal hasta
la celebración de dicha junta, que debe tener lugar dentro de
los 20 días siguientes a la que rechazó el acuerdo. Aquí tenemos
una causal de apertura del procedimiento de liquidación refleja
o consecuencial, en el evento en que la junta no adopte la de­
cisión de dar oportunidad al deudor para presentar una nueva
propuesta de acuerdo.
Ahora bien, si el deudor no presenta la nueva propuesta de
acuerdo en el plazo señalado, el tribunal queda nuevamente fa­
cultado para dictar, según el texto legal, de oficio y sin más trámites,
la resolución de liquidación. En verdad, como ya lo dijimos, se
trata de un hecho revelador de cesación de pagos, que habilita
al tribunal para pronunciar la resolución de liquidación, pero
no lo hace por su propia iniciativa, sino como consecuencia de
CAP. IH. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACION

no haberse presentado oportunamente la nueva propuesta de


acuerdo. Como lo estamos demostrando, la nueva normativa
concursal no aprovechó la oportunidad para establecer una causa
única y genérica de cesación de pagos, que habilitara la apertura
del procedimiento concursal de liquidación, sino que persiste
en repetir la larga lista de hechos indiciarios que antiguamente
permitían declarar en forma refleja la quiebra del deudor. En
el párrafo relativo a las causales de liquidación forzosa reflejas o
consecuenciales, confirmaremos nuestro aserto.5

P á r r a f o III
La e x t i n c i ó n d e l a c u e r d o d e r e o r g a n iz a c ió n j u d i c i a l

63. La nulidad o la declaración de incumplimiento del acuerdo de


reorganización judicial. Así como la impugnación impide que el
acuerdo de reorganización nazca a la vida del derecho, su decla­
ración de nulidad o de incumplimiento importa, cualquiera de
ellas que tenga lugar, la extinción del aludido acuerdo que estuvo
un tiempo en vigencia. Trataremos en este mismo párrafo ambas
situaciones en sus aspectos más relevantes.

64. La nulidad del acuerdo. El artículo 97, de la actual legis­


lación comercial, repite con la correspondiente adaptación de
terminología, el contenido del artículo 210 del Libro IV De las
quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio, relativo a este
mismo tema respecto de los convenios concúrsales, lo que con­
firma nuestro aserto anterior, en cuanto a que estamos frente a
una refacción o readecuación legislativa y no ante una verdadera
reforma del sistema concursal chileno.
La causa que permite invocar la nulidad del acuerdo es exac­
tamente la misma que se establecía para los convenios concúrsales
en la legislación anterior, es decir, la ocultación o exageración del
activo o del pasivo, de la que se hubiere tomado conocimiento
después de vencido el plazo para impugnar, toda vez que esa misma
situación estaba y sigue estando prevista también como motivo

0 Véase: párrafo № 81, de esta obra.

99
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS, DERECHO CONCURSAL j

fundante de impugnación de los convenios concúrsales y ahora


del acuerdo de reorganización. De m anera que si no se logra
impedir que el acuerdo surja legalmente, mediante el ejercicio
de la acción de impugnación, ahora puede ser declarado nulo,
logrando así que se extinga.
Por aplicación del principio de lo accesorio, declarada que
sea la nulidad del acuerdo, se extinguen de pleno derecho las
cauciones que lo garantizaban, efecto que también estaba consig­
nado en la normativa anterior y no es otra cosa que la aplicación
del principio general del derecho común ya indicado.
Para que la nulidad del acuerdo produzca el efecto de ex­
tinguirlo, debe ser declarada judicialmente. La acción puede
ser ejercitada por todos aquellos a quienes el acuerdo afecte o
quienes tengan interés en él y el tribunal competente para pro­
nunciar la nulidad, es aquel ante el cual tuvo lugar la aprobación
del acuerdo.
Las acciones de nulidad prescriben en el plazo de un año
contado desde la fecha en que el acuerdo entró en vigencia. Es
una prescripción especial de corto tiempo que no se suspende,
pero sí puede interrumpirse ejercitando la acción correspondien­
te antes de vencer el plazo indicado. Las acciones de nulidad se
tramitan con arreglo al procedimiento sumario.

65. Declaración de incumplimiento del acuerdo de reorganizaci


judicial. Bajo la vigencia de la legislación contenida en el Libro IV
De las quiebras, hoy derogada, del Código de Comercio, atendida
la circunstancia que la resolución de los convenios judiciales pro­
ducía efectos más amplios y algunos no deseados, la normativa que
Ï 4.

surgió con la reforma de 2005, en materia de convenios concúrsales,


M 6 17

suprimió esta causa de resolución de los mismos y la sustituyó por


Ü-V

la declaración de su incumplimiento. El criterio adoptado por el


DRi ГГО

legislador de no mantener la resolución como un mecanismo de


extinción de los convenios judiciales, importa reconocer que ellos
! S UN

no tienen la naturalezajurídica de contratos, a los que efectivamente


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se les aplica la resolución ante su incumplimiento.6


" O ' Í O C O Í ’ iA ¡M

6 Véase en este sentido PRADO PUGA, ARTURO, Seminario “La Reforma a


Ley de Quiebras”, Colegio de Abogados de Chile A.G., charla efectuada el 14 de
marzo de 2006, s.e., p. 31.
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL.DE REORGANIZACIÓN

$a
л La normativa de la Ley № 20.720, como hemos venido seña­
do, adopta las reglas aplicables a los convenios concúrsales para
' j?CR y especialmente a propósito del acuerdo, estableciendo
- el artículo 98, que puede declararse incumplido a petición de
‘- ’quiera de los acreedores, por inobservancia de sus estipula-
^pps. tal como lo indicaba el artículo 211 del Libro IV, De las
tiiebras, hoy derogado, del Código de Comercio,
í Además, según el inciso 2a del artículo 98, de la ley concur-
!§áL vigente, la declaración de incumplimiento puede fundarse
%n la misma situación prevista en el artículo 208, de la antigua
legislación sobre la materia hoy derogada, es decir, cuando se ha
-agravado el mal estado de los negocios del deudor en forma que
haga temer un perjuicio para los acreedores.
La novedad que presenta la actual regulación consiste en
la posibilidad de enervar la acción de declaración de incumpli­
miento, fundada en la falta de observancia de las estipulaciones
de una de las clases o categorías del acuerdo, cumpliendo dichas
estipulaciones dentro del plazo de 60 días, contado desde la
notificación del ejercicio de la respectiva acción. Esta facultad
permite al deudor enervar la acción de incumplimiento por una
sola vez para cada categoría o clase del acuerdo.
Las acciones de declaración de incumplimiento del acuerdo
prescriben en el plazo de un año, contado desde que se produce
el incumplimiento. Al igual que las acciones de nulidad, se sujetan
al procedimiento sumario y son conocidas por el tribunal que
tramitó el acuerdo.
En cuanto a los efectos de la declaración de incumplimiento,
la consecuencia básica que ella origina es extinguir el acuerdo,
pero a diferencia de lo que ocurre con la nulidad del mismo, no
extingue las cauciones que hayan garantizado su ejecución total o
parcial. En este caso pueden hacerse efectivas las cauciones, porque
no se cumplieron las obligaciones principales garantizadas.
Al igual que los garantes de las obligaciones de un convenio
judicial y los terceros poseedores de los bienes gravados para
caucionarlas, según sea el caso, como lo establecía el derogado
artículo 212, del Libro IV De las quiebras, del Código de Comercio,
las personas que caucionan el acuerdo, según el artículo 98, de
¿2. ley vigen te, son oídos en el j uicio de declaración de incumpli­
miento y pueden impedir la continuación del mismo, enervando
la acción mediante el cumplimiento del aludido acuerdo, dentro
de los 3 días contados desde la citación que se les formule.
Las cantidades pagadas por el deudor antes de la declaración
de incumplimiento del acuerdo y durante el procedimiento con­
cursal de liquidación, sirven de abono a la deuda en caso que la
garantía se extienda a toda la suma convenida; pero si comprende
sólo una parte de ella, les servirá para imputarla a la parte que
reste de la cuota no caucionada.
Encontrándose firme la sentencia que declara la nulidad o
el incumplimiento del acuerdo, el mismo tribunal dicta la reso­
lución de liquidación de la empresa deudora, de oficio y sin más
trámite. A nuestro entender, es éste un caso de liquidación de
empresa refleja o consecuencial, porque fue el deudor el que
puso en marcha el sistema judicial con su propuesta de acuerdo,
que fue aprobada y luego declarada nula o incumplida, lo que
confirma la cesación de pagos del deudor y no queda otra salida
que no sea dictar la resolución de liquidación, en la cual el juez
no tomó ninguna iniciativa procesal determinante.

66. Reglas comunes a la nulidad y a la declaración de incumplimiento.


Tanto la nulidad como la declaración de incumplimiento, son me­
dios para restar eficacia o extinguir el acuerdo de reorganización
judicial, al igual que lo fueron en el caso de los convenios judicia­
les, bajo la vigencia de la legislación de quiebras hoy derogada.
Para que estos medios de extinción produzcan efectos jurídicos,
deben ser declarados judicialmente en procedimiento sumario.
Las acciones respectivas deben interponerse por acreedores que
tengan interés actual, esto es, por aquellos a quienes les interesa
y les afecta el acuerdo que nos ocupa y sobre ellas se pronuncia
el tribunal que conoció su tramitación.
Tal como lo establecía el artículo 212 de la normativa concursal
hoy derogada, el artículo 99, inciso 3S de la que está en vigencia
dispone que ni la declaración de nulidad ni la declaración de
incumplimiento del convenio judicial tienen efecto retroactivo.
De esta suerte, los aludidos mecanismos de sanción no afectan la
eficacia de los actos y contratos válidamente ejecutados o celebra­
dos en el tiempo intermedio entre la resolución que aprueba y
la que anula o declara incumplido el acuerdo de reorganización
judicial.
ПАР TTI FI. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACION

La sentencia que acoge tanto la declaración de incumplimien­


to co m o la nulidad del acuerdo es apelable en ambos efectos,
auedando el deudor sujeto a intervención de un veedor, dotado
de las facultades contenidas en los números 1 ), 7), 8), y 9, del
artículo 25, de la ley del ramo.
por último, señalamos que en la demanda de declaración de
nulidad o de incumplimiento del acuerdo, el demandante debe
proponer a un liquidador titular y a uno suplente de la nómina de
liquidadores vigentes, los cuales serán designados por el tribunal
en la resolución de liquidación.
En el caso que se formulare más de una dem anda de decla­
ración de nulidad o de incumplimiento del acuerdo, el tribunal
competente designa a los liquidadores titulares y suplentes nomi­
nados en la primera demanda que se acoja, quienes tienen que
actuar en procedimiento concursal de liquidación que seguirá
adelante respecto de la empresa deudora o del deudor.

Sección II
EL ACUERDO DE REORGANIZACIÓN EXTRAJUDICIAL
O SIMPLIFICADO

Párrafo I
A spe c t o s g e n e r a l e s de t ip o d e a c u e r d o

67. Sujeto legitimado y tribunal competente. Cuestión previa sobre


la denominación. No deja de llamar la atención que a este meca­
nismo concursal se le haya denominado acuerdo de reorganiza­
ción extrajudicial1 o simplificado, cuando en el hecho ha de ser
sometido a aprobación judicial para que produzca sus efectos.
El verdadero acuerdo extrajudicial sigue siendo el que conviene
privadamente el deudor con sus acreedores, sin intervención
alguna del órgano jurisdiccional que queda sujeto a las normas
del derecho común.

/ H em o s puesto en letras cursivas la expresión que fig u ra en el texto, p ara


p o n e r en evidencia la co ntrad icció n existente indicada.

103
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

De conformidad con lo establecido en el artículo 102, de la


ley vigente en la materia, toda empresa deudora puede celebrar
un acuerdo de reorganización extrajudicial o simplificado con
sus acreedores y someterlo a la aprobación judicial, de acuerdo
con lo previsto en la ley del ramo. Recordamos que el concepto
de empresa deudora tiene el significado que le da la definición
del mismo en el artículo 2S№ 13, de la ley de la materia y para los
efectos de lo previsto en el Título 3 del Capítulo III, de la misma
ley, se denomina indistintamente empresa deudora o deudor. Si se
atiende a la redacción del precepto legal citado, la facultad que se
otorga al deudor es tanto para proponer como para hacer aprobar
judicialmente el acuerdo que estamos tratando. Sin embargo, los
efectos de este acuerdo se obtienen precisamente a partir de su
aprobación por el órgano jurisdiccional competente.
El tribunal competente para aprobar el acuerdo simplificado
es el que tiene jurisdicción para conocer del procedimiento con­
cursal de reorganización del deudor, esto es, el de su domicilio.

68. Formalidades, objetoy reglas aplicables. El acuerdo simplificad


debe ser otorgado ante un ministro de fe de aquellos a quienes el
Código Orgánico de Tribunales les confiere dicha cualidad, como
son los notarios públicos, secretarios de tribunales o receptores
judiciales o bien ante un ministro de fe de la Superintendencia,
quien tiene que certificar, además, la personería de los represen­
tantes que comparezcan a su otorgamiento, cuyas copias autori­
zadas deben agregarse al acuerdo correspondiente.
El acuerdo que ahora nos ocupa puede versar sobre cualquier
materia u objeto destinado a reestructurar los activos y pasivos
del deudor. Creemos que la idea de reestructuración de activos y
pasivos tiene un significado y alcance netam ente económico,
que incluso puede ser puramente contable, que los autores de la
nueva normativa emplean reiteradamente, sin haberse detenido
a precisar su justo contenido o extensión jurídicos.
Tratándose de la normativa de esta clase de acuerdos, le son
aplicables, cuando corresponda y siempre que no contravengan
lo dispuesto en el Título 3, los Títulos 1 y 2 del Capítulo III de la
ley del ramo, en la relativo a los acuerdos por clase o categorías
de acreedores, determinación del pasivo, propuestas alternativas,
diferencias entre acreedores de igual clase o categoría, condona-

104
CAP. III. EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

?¿ qíi o remisión de créditos, constitución de garantías, cláusulas


'• arbitraje, nom bram iento de interventor y designación de
: misión de acreedores.
g
1 -69 . Requisitos para la aprobación judicial del acuerdo de reorgani-
-¿n simplificado. Para el fin señalado, el acuerdo simplificado
ebe presentarse ante el tribunal com petente ju n to con los
Ktecedentes determinados en el artículo 56, de la ley vigente
%n la materia, que son los mismos que se exigen para el acuerdo
c|e reorganización judicial, que a su tum o eran los mismos que
“"acompañaban al deudor que solicitaba su propia declaración en
' quiebra, bajo la legislación del Libro IV del Código, De las Quie-
,vibras, hoy derogado. Además, aquí está la novedad, el proponente
¿ ‘tiene que acompañar un listado de todos los juicios o procesos
¡^administrativos seguidos en su contra que tengan efectos patrimo-
-j/niales, con indicación del tribunal, órgano de la Administración
4" del Estado, rol o núm ero de identificación y materias sobre las
cuales tratan esos procesos,
f" Por otra parte, se exige también que junto con la presentación
|, .de acuerdo simplificado se adjunte un informe de un veedor de la
nómina de veedores, elegido por el deudor y sus dos principales
> acreedores, que tiene que contener la calificación fundada de
los siguientes aspectos:
\ 1) Si la propuesta es susceptible de ser cumplida, habida consi­
deración de las condiciones del deudor. Cuando el legislador
se refiere a “las condiciones del deudor”no queda claro si se trata
de la situación de cesación de pagos que revela la presentación
de la propuesta del acuerdo de que se trata, o si se refiere a
las fórmulas de pago para resolver, mediante el acuerdo, la
situación patrimonial que lo aqueja;
2) El monto probable de recuperación que correspondería a
cada acreedor en sus respectivas categorías, en caso de pro­
cedimiento concursal de liquidación;
2) Si la determ inación de los créditos y su preferencia, cuya
propuesta acompañó el deudor, se ajusta a la ley aplicable en
este dominio. En los dos números precedentes, se repite el
contenido del informe del veedor a que se refiere el punto
№ 8 del artículo 57, de la ley del ramo, relativo a la resolución
de reorganización en el procedimiento de reorganización
judicial sin los calificativos de “extrajudicial o simplificado”.

70. La resolución de reorganización simplificada. Una vez que


se presenta al tribunal competente la solicitud del acuerdo de
reorganización simplificado y hasta su aprobación prevista por el
artículo 112 , de la ley vigente en la materia, la empresa deudora
o el deudor, en su caso, goza de una suerte de protecciónfinanciera
concursal aminorada, que se traduce en las siguientes disposiciones
que adopta el juez en la resolución que nos ocupa:
a) La prohibición de solicitar la liquidación forzosa del deudor
y de iniciarse en su contra juicios ejecutivos, ejecuciones de
cualquier clase o restitución en los juicios de arrendamiento,
con la misma excepción relativa a los juicios laborales señala­
da en la resolución de reorganización judicial, prevista en el
artículo 57, de la ley de la materia, por lo que huelga referirse
a ella;
b) La suspensión de la tramitación de los juicios indicados en la
letra a) precedente y la suspensión de los plazos de prescrip­
ción extintiva;
c) La prohibición al deudor de gravar y enajenar sus bienes, salvo
los que resulten estrictamente necesarios para la continuación
de su giro de actividad económica. Hay que entender que
la excepción permite gravar esos bienes, no así enajenarlos,
porque no se divisa cómo podría continuar su giro sin ellos,
teniendo éstos el carácter de estrictamente necesarios.
Para que se apruebe judicialmente el acuerdo extrajudicial
o simplificado debe presentarse suscrito por dos o más acreedo­
res que representen al menos 3 /4 partes del total de su pasivo,
correspondiente a su respectiva clase o categoría. Las personas
relacionadas con el deudor no pueden firmar el acuerdo simpli­
ficado, ni sus créditos se consideran para determinar la mayoría
de su aprobación. Tampoco se consideran para los efectos de la
mayoría de aprobación de este acuerdo los cesionarios de crédi­
tos adquiridos dentro de los 30 días anteriores a la fecha de su
presentación a la aprobación judicial.

106
La presentación del acuerdo de reorganización simplificado
'unt° a l° s antecedentes documentales que lo acompañan, se
oublican en el Boletín Concursal y se adjuntan a los correos
electrónicos de los acreedores, gracias a una copia del referido
acuerdo y antecedentes que el deudor debe proporcionar al
veedor para tales fines.

71. Impugnación del acuerdo simplificado. Pueden objetarlo


los acreedores disidentes y aquellos que demuestren haber sido
omitidos en los antecedentes que deben acompañarse, siempre
y cuando la impugnación se funde en las causales previstas en el
artículo 85, de la ley de la materia, relativas al acuerdo de reorga­
nización judicial que, como ya dijimos, son las mismas que esta­
ban establecidas para los convenios concúrsales en la legislación
anterior hoy derogada. La objeción puede asimismo basarse en
la existencia, los montos y las preferencias de sus créditos.
La impugnación debe presentarse al tribunal dentro de los
10 días siguientes a la publicación del acuerdo simplificado en
el Boletín Concursal. Por la redacción del artículo 111, de la ley
vigente que trata de esta materia, estamos en presencia de un
plazo fatal, de suerte que las impugnaciones que se presenten
extemporáneamente deben ser rechazadas de plano por el juez.
Una copia de la impugnación presentada y los antecedentes
respectivos, deben ser publicados en el Boletín Concursal por
el veedor.
Las aludidas impugnaciones se tramitan como incidente y se
fallan conjuntamente en una audiencia única, que el tribunal cita
con tal propósito, que se celebra dentro de los 10 días siguientes
de vencido el plazo para impugnar. La audiencia referida ante­
riormente es verbal y se realiza con las personas que asistan. La
resolución que se pronuncia sobre las impugnaciones se publica en
el Boletín Concursal y es apelable en el solo efecto devolutivo.

72. Aprobaciónjudicial y efectos del acuerdo simplificado. Para tales


fines el tribunal, dentro de los 10 días siguientes a la publicación
del acuerdo simplificado, puede citar a todos los acreedores a
quienes dicho acuerdo afecte, para que den su aceptación en
estrados, la que debe contar con la mayoría de dos o más acree­
dores que representen las 3/4 partes del total de su pasivo.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSOGAS. DERECHO CONCURSAL

Aceptado que sea el acuerdo simplificado o vencido el plazo


de citación de los acreedores sin que el tribunal los haya citado,
porque no está obligado a hacerlo, y extinguido el plazo para
formular impugnaciones sin que éstas se hayan presentado o
interpuestas, se hubieren rechazado por resolución firme y
ejecutoriada, el tribunal competente, previa comprobación del
cumplimiento de los requisitos legales, debe pronunciar la reso­
lución que aprueba este acuerdo, la que se publica en el Boletín
Concursal por el veedor.
El acuerdo extrajudicial o simplificado, aprobado judicial­
mente de conformidad con la ley concursal en actual vigencia,
produce, cuando corresponde, los efectos previstos en el Párrafo 4
del Título 2 del Capítulo III, de dicha ley, que son las consecuen­
cias jurídicas que trae aparejadas el acuerdo de reorganización
judicial, sin apellidos, siempre que no contravenga lo dispuesto
en el Título 3, que trata especialmente del simplificado. Como ya
nos referimos a esos efectos, nos remitimos a ellos, por lo que no
vale la pena repetirlos en esta parte de nuestra obra.

73. Declaración de nulidad o de incumplimiento de acuerdo simpl


ficado. Tal como lo hemos venido sosteniendo, la Ley № 20.720
comporta tan sólo una reestructuración del derecho objetivo
sobre la materia, con ciertos cambios de nombre de figuras ju ­
rídicas ya conocidas y no una verdadera creación de un nuevo
régimen concursal chileno, que se corrobora con este acuerdo de
reorganización extrajudicial o simplificado, sometido a la aproba­
ción del órgano jurisdiccional competente para dar origen a sus
consecuencias jurídicas, que resulta ser una especie de mixtura
entre el acuerdo extrajudicial y el pago por cesión de bienes,
contemplados en el Libro IV De las quiebras, hoy derogado, del
Código de Comercio.
Por otra parte, en caso de nulidad o de incumplimiento del
acuerdo simplificado, se origina nuevamente una causal refleja
o consecuencial de aplicación de procedimiento concursal de
liquidación, tal como antes se originaba la quiebra refleja del
deudor.8

8 Véase párrafo № 88, de esta obra.


Capítulo IV
PROCEDIMIENTO CONCURSAL
DE LIQUIDACIÓN

Sección I
LA LIQUIDACIÓN VOLUNTARIA

74. Concepto, ámbito de aplicación y requisitos. Como tantas otras


nociones empleadas en la Ley № 20.720, que rige ahora los pro­
cedimientos concúrsales, la Liquidación Voluntaria está definida en
el artículo 2S№ 18 como “Aquella solicitada por el deudor, conforme al
Párrafo 1 del Título 1 del Capítulo TVde esta ley ”. Anticipamos que a
nuestro parecer este procedimiento no es sino la antigua quiebra
solicitada por el propio deudor, así como el procedimiento de
liquidación forzosa, corresponde a la quiebra solicitada por los
acreedores, regidas por el Libro IV De las quiebras, hoy derogado,
del Código de Comercio, naturalmente con algunos ajustes, que
los iremos corroborando en el desarrollo del presente capitulo
de esta obra.
Según lo dispuesto p o r el artículo 115, de la normativa
concursal vigente, la empresa deudora, concepto legalmente
definido en el artículo 2S№ 13, de la misma regulación, puede
solicitar ante el Juzgado de Letras competente su liquidación
voluntaria.
Se trata de un procedimiento concursal de naturaleza tutelar
que representa para la empresa deudora la posibilidad de resolver
su situación patrimonial crítica, cautelando en mejor forma sus
intereses que bajo el régimen de las defensas individuales ejerci­
das por sus acreedores. También pudo ia empresa en situación
patrimonial crítica impetrar un procedimiento de reorganización

109
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS V PERSONAS. DERECHO CONCUR3Ar

judicial o uno de reorganización extrajudicial o simplificado,


aprobado por la justicia ordinaria, para escapar a la aplicación
de las defensas individuales de sus acreedores.
La solicitud de liquidación voluntaria, al igual que la antigua
petición de quiebra por el propio deudor, constituye un hecho
revelador de su estado patrimonial crítico, es una confesión expresa
y judicial de cesación de pagos. Como no basta con formular la
confesión del mal estado de los negocios de la empresa deudora,
ella debe acreditarla y para tal efecto tiene que adjuntar, a la soli­
citud de liquidación voluntaria, los antecedentes que evidencian
el desequilibrio generalizado, permanente e irremontable entre
su activo expresado en la lista de bienes y su pasivo constituido
por el estado de deudas; a lo que se suma también la relación de
sus juicios pendientes, en los que sin duda tendrá la calidad de
demandada. Esta confesión del estado de cesación de pago se
podía acreditar en mejor forma según lo que estaba previsto en
el artículo 42 № 5 del Libro TV De las quiebras, hoy derogado,
del Código de Comercio,1 que regulaba la quiebra pedida por
el propio deudor, porque contenía la exigencia de acompañar:
“Una memoria de las causas directas o inmediatas del mal estado de sus
negocios, debiendo dar cuenta de la inversión del producto de las deudas
contraídas y de los demás bienes adquiridos en el año último... ”, que
no se recoge en la lista de antecedentes que deben adjuntarse a
la solicitud de liquidación voluntaria, aunque sí se repite en el
artículo 115, de la actual normativa, la exigencia de acompañar
otros documentos que estaban en el artículo 42 de la legislación
anterior derogada.
Pero el hecho de que la empresa deudora pida su liquidación
voluntaria, no significa que el juez esté obligado a declararla,
sino que se requiere que la confesión de la cesación de pagos se
ajuste a las normas probatorias para constituir plena prueba del
fundamento de su petición. No debe perderse de vista que en
los procedimientos concúrsales, tal como en la quiebra, no sólo
está comprometido el interés del deudor, sino también el de los
acreedores, el de los terceros y el de toda la comunidad.
Los instrumentos que debe acompañar a su solicitud de
liquidación voluntaria la empresa deudora o el deudor, como

1 Véase en este mismo sentido PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN, ob. cit., p. 42.
|Ç._____________ CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACION

.^distintamente se denominan en el Capítulo IV de la ley vigente,


son l°s señalados en el artículo 115, de la misma, a saber:
1 ) Una lista de sus bienes, el lugar en que se encuentren y los
gravámenes que les afecten;
2) Una lista de los bienes legalmente excluidos de la liquida­
ción;
3) Relación de sus juicios pendientes;
4) Estado de deudas, con nombre y domicilio y datos de contacto
de los acreedores, así como la naturaleza de sus créditos;
5) Nómina de los trabajadores, cualquiera que sea su situación
contractual, con indicación de las prestaciones laborales y
previsionales adeudadas y fueros en su caso;
6) Si el deudor llevare contabilidad completa debe presentar,
además, su último balance.
Si se trata de una empresa deudora organizada como persona
jurídica, los documentos antes indicados deben ser firmados por
sus representantes legales.

75. Tramitación de la solicitud de liquidación voluntaria. El tribu­


nal competente, que al igual que en el caso de los otros procedi­
mientos concúrsales, es el del domicilio de la empresa deudora o
del deudor, debe examinar la petición de que se trata y, cuando
cumple los requisitos legales ya comentados, procede dentro de
tercero día a la nominación del liquidador, de conformidad con
lo previsto en el artículo 37 de la ley de la materia. Este último
precepto legal dispone que tratándose de una petición de liquida­
- U:V №

ción voluntaria, el deudor debe acompañar a la Superintendencia


copia de la respectiva solicitud con cargo del tribunal competente
1л UN Di:UTO

o de la Corte de Apelaciones respectiva, como así también copia


de la nómina de acreedores y sus créditos. Con tales antecedentes
la Superintendencia notifica a los tres mayores acreedores del
deudor, que no sean personas relacionadas con éste, dentro del
día siguiente y por medio que estime más expedito. Dentro del
Г-F

segundo día siguiente a la respectiva notificación, cada acreedor


LA iï-KiCOPiA

propone por escrito o por correo electrónico a un liquidador


titular y uno suplente de la nómina de liquidadores. Dentro del
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

día siguiente al indicado precedentemente, la Superintendencia


nom bra como liquidador titular al que hubiere obtenido la pri­
mera mayoría de entre los propuestos por los acreedores y como
suplente al que hubiese obtenido la primera mayoría de entre los
propuestos por los acreedores en esta calidad. Otros detalles de la
nominación de liquidadores pueden consultarse en la disposición
legal citada, que se pone en todos los casos.
Además, si la solicitud de liquidación voluntaria se ajusta a las
exigencias legales, el tribunal debe dictar la resolución de liqui­
dación, con los requisitos indicados en el artículo 129, de la ley
vigente, cuyos efectos jurídicos son los establecidos en el Párrafo 4
del Capítulo IV, de la misma normativa, que trataremos después
de analizar el procedimiento concursal de liquidación forzosa.
Se advierte que la solicitud de liquidación voluntaria, en el
contexto de la actual normativa, no suscita controversia alguna,
porque si cumple con los requisitos legales debidamente acre­
ditados el juez está obligado a concederla, quedando a salvo
únicamente el recurso de apelación en contra de la resolución
de liquidación y contra el fallo de segunda instancia no procede
recurso alguno, ordinario ni extraordinario. Es lamentable que la
nueva normativa impida que una sentencia de segunda instancia
relativa a liquidación voluntaria, que produce los mismos efectos
de todo procedimiento concursal de liquidación, es decir, los que
eran propios de la quiebra bajo la legislación anterior, que afectan
no sólo al deudor sino a los acreedores, a los terceros y a toda la
comunidad, no pueda ser atacada por vía de recursos extraor­
dinarios como la casación en la forma y fondo, que velan por la
correcta secuela del proceso y de la aplicación del derecho.

Sección II
LA LIQUIDACIÓN FORZOSA

Párrafo I
T i t u l a r i d a d d e l a a c c ió n y á m b it o d e a p l i c a c i ó n

ejercicio de la acción para pedir la


liquidación forzosa corresponde al o a los acreedores, quienes

112
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DÉ LIQUIDACIÓN

al intentarla están ejercitando su derecho de prenda general,


previsto en el artículo 2468 del Código Civil. Esta idea la consagra
el artículo 117, la normativa actualmente vigente, tal como en
su tiempo lo hicieron el artículo 39 de la Ley № 4.558, de 1929
y-el artículo 43 del Libro IV De las quiebras, hoy derogado, del
Código de Comercio, indicando al mismo tiempo los hechos
reveladores de cesación de pagos o causales en las que se funda,
con algunas modificaciones.
Para ejercer la acción de liquidación forzosa el único requisito
q u e la ley exige es que se trate de un acreedor. No se exige que el
acreedor sea hipotecario, prendario o esté investido de otra calidad.
Basta que sea acreedor. Pero respecto de los acreedores prendarios
e hipotecarios, el procedimiento concursal que analizamos, al igual
que la antigua quiebra, ofrece la particularidad de que pueden entrar
a pagarse con preferencia a los demás sobre la cosa dada en prenda
o hipoteca, como consecuencia del derecho real que tienen sobre
dichos bienes. Se pudiera creer que esto les quita todo interés en
solicitar la aplicación de procedimiento concursal de liquidación
forzosa, pero no es así, por varias razones. Primero, porque es con­
veniente que sea el mayor número de acreedores los que la pidan
y, en segundo lugar, porque puede ocurrir que tengan efectivo in­
terés pecuniario en que el deudor sea declarado en quiebra, como
ocurre, por ejemplo, cuando el bien dado en garantía no alcanza
para pagarles todo su crédito, teniendo entonces que pagarse por
el resto en concurrencia con los demás acreedores.
A diferencia de lo que establecía el artículo 43 del Libro IV
De las quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio, que
autorizaba al acreedor para ejercer la acción de quiebra, “aun
cuando su crédito no sea exigible”, acogiendo el principio de la
igualdad de los acreedores o par condictio creditorum, la disposición
del artículo 117. de la actual normativa, en su enunciado o enca­
bezamiento eliminó la oración va citada, lo que implica que los
acreedores cuyas acreencias no sean exigibles no pueden impetrar
el procedimiento concursal de liquidación forzosa, fundados en
las causaïës~il y 2Ì de tal precepto, sino solamente en caso que
el deudor o los administradores de la empresa deudora no sean
habidos, situación prevista en su numeral 3).
La circunstancia de ser acreedor único no obsta al ejercicio
de la acción para pedir la liquidación forzosa, porque como se
REORGANIZACIÓN Y I -IQTIinAP.TON PF. EMPRESAS VPFPSr>xIAS P EF-E^H^ CONCURSAL

trata de un procedim iento concursal, tiene como causa la cesa­


ción de pagos de la empresa deudora o del deudor, que puede
configurarse perfectam ente con un acreedor único, aunque
al ser de esta m anera no se cumpliría el principio clásico de la
igualdad de los acreedores, el procedimiento de que se trata
no pierde su carácter tutelar, porque su aplicación perm ite
reintegrar el patrim onio del deudor m ediante las acciones
revocatorias.
El sujeto pasivo al cual se le aplica el procedimiento concursal
de liquidación forzosa es la “Empresa Deudora ”, concepto legalmente
definido en el artículo 2Q№ 13) de la ley de la materia, que ya
hemos transcripto en esta obra.

77. Clasificación de las causales de liquidación forzosa. En la ac­


tual normativa las causales o más bien los hechos reveladores de
cesación de pagos que autorizan la aplicación del procedimiento
concursal de liquidación forzosa, se pueden agrupar atendiendo
a la circunstancia que sean impetradas a petición del o de los
acreedores o que se tengan lugar en forma refleja, de oficio y sin más
trámites, en los términos equívocos empleados por el legislador.
Seguiremos este criterio de clasificación para el análisis de
las causas de la liquidación forzosa.

P á r r a f o II
_ L a s c a u s a s d e l i q u id a c ió n f o r z o s a
1 Л У ' М Л Г ’.ЗЗб

78^ Primem causal de liquidaciónforzosa^ Al tenor de la disposición


del artículo 117, de la ley vigente en la materia: “Cualquier acreedor
podrá demandar el inicio del Procedimiento Concursal de Liquidación de
ro-

una Empresa Deudora en los siguientes casos:


¡xu

1 ) Si cesa en el pago de una obligación que conste en título ejecutivo


i?:- T.íN

con el acreedor solicitante. Esta causal no podrá invocarse para solicitar el


!.5l; U Ü K O S

inicio del Procedimiento Concursal de Liquidación respecto de losfiadores,


codeudores solidarios o subsidiarios, o avalistas de la Empresa Deudora
que ha cesado en el pago de las obligaciones garantizadas por éstos”.
ocom

La causal renuiere
i rw
J. a configurarse
o la concurrencé He los
siguientes requisitos copulativos:
Que se trate de una empresa deudora, en los términos del
artículo 22 № 13, de la ley vigente;
Que la empresa deudora cese en el pago de una obligación;
/34 Que la obligación conste en un título ejecutivo con el acreedor
solicitante de la liquidación forzosa.
Trataremos separadamente cada uno de estos presupuestos.

© Que se trate de una Empresa Deudora. Como hemos indicado,


el procedimiento concursal de liquidación forzosa se aplica sola­
mente a la Empresa Deudora, concepto definido en el artículo 2Q
№ 13, en los siguientes términos: “Toda persona jurídica privada, ¡¡
Icon o sinfines de lucro, y toda persona natural contribuyente de primera ¡j
!categoría o del número 2) del artículo 42 del Decreto Ley № 824, del ;
*Ministerio de Hacienda, de 1974, que aprueba la ley sobre impuesto a laí¡
renta”.
Bajo la vigencia del Libro TV De las quiebras, hoy derogado,
del Código de Comercio, esta causal con mayores exigencias se
aplicaba al deudor que ejercía actividad comercial, industrial mi­
nera o agrícola, sujeto pasivo así caracterizado porque el Código
de Comercio no define el concepto de empresa, pero no cabía
duda alguna que cualquiera de esas actividades se ejercían bajo
una organización empresarial.
Nos parece adecuado que la actual normativa establezca con
toda claridad el sujeto pasivo al cual se le aplica el procedimiento
concursal de liquidación forzosa y que lo haya definido expresa­
mente para estos fines, de una manera bastante simple y amplia,
comprendiendo tanto a las empresas privadas que gozan del be­
neficio de la personalidad jurídica^ con o sin fines de lucro, y las
personas físicas que tributan en la primera categoría del impuesto.
a la renta. Con todo, se advierte el temor de los autores de la ley
para definir un concepto jurídico de empresa, respecto del cual
en la doctrina nacional hace mucho tiempo se tiene claridad2 y
sobre todo tratándose de la empresa organizada por una persona
física, que en vez de conceptualizarla se remite a una normativa
de derecho público fiscal o tributario.

2 Véase SANDOVAL LÓPEZ, RICARDO, Derecho Comercial. Actos de Comercio. Noción


general de empresa individual y colectiva. Tomo I Volumen 1, Editorial Jurídica de Chile,
edición aumentada y actualizada, Santiago, 2005, № 77 y ss., pp. 76 y ss.

115
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

j Resulta interesante destacar que para solicitar la aplicación


I del procedimiento concursal de liquidación forzosa, baste con
acreditar que el sujeto pasivo es una empresa deudora, tal como
la define la ley vigente, sin necesidad de entrar a precisar si ejerce
actividades comerciales, industriales, mineras o agrícolas, como !
ocurría bajo la vigencia de la legislación anterior sobre quiebras,
en la que este hecho revelador de cesación de pagos exigía que
el deudor se dedicara a alguno de esos giros económicos, cuyai
comprobación suscitaba un cierto número de dificultades que
en su oportunidad habíamos denunciado.3
En la práctica, la causal que estamos tratando puede tener
mucha aplicación, si concurren los demás requisitos, porque la
mayoría de las actividades económicas se ejercitan coordinando
los factores productivos con ánimo de intervenir en el mercado
de bienes o servicios, sea bajo la forma de personas jurídicas
privadas, sea como por personas naturales. Más aún si se amplía
el ámbito de aplicación de esta causal de liquidación forzosa, en
este caso en que no se exige que la empresa deudora, persona
jurídica privada, tenga o no fines de lucro, elemento o requisito
que forma parte del concepto de empresa mercantil. Se despeja
así la duda que existía acerca de la declaración de quiebra de las [
I corporaciones o fundaciones que siendo personas jurídicas de ¡j
Iderecho privado, sin fines de lucro, ahora pueden ser objeto de j{
! este procedimiento colectivo o de concurso.
d > - Que haya cesado en el baso de una obligación con el acreedor
solicitante. De la misma manera que bajo la vigencia de la legis­
lación anterior de quiebras, hoy derogada, este requisito que se
reitera en la normativa actualmente en vigor, es el que presenta
mayor interés desde el punto de vista doctrinario, por cuanto no
hav consenso sobre qué debe entenderse por “cese en el pago de
una obligación”.
Las expresiones “cesación de pagos”, “estado de cesación
de pagos”, “cesar en el pago de las obligaciones”, etc., tienen
en el Derecho Concursal un significado preciso, atribuido por
doctrina de los autores en los países cuyas legislaciones emplean

3 Véase SANDOVAL LÓPEZ. RICARDO. Derecho Comerri.nl. Tvsnhmda de la Empr


Derecho Concimai: quiebras, convenios concúrsales y cesiones de bienes. Tomo IV, Editorial
Jurídica de Chile, 6- edición, 2007, pp. 43 y 44.
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

fes fórmulas, reiterado por las decisiones de la jurisprudencia y


-:a fírm a d o por el origen histórico de las mismas. Tal significado
~ël d e n ta d o patrimonial de imposihilidad-fte-pagar.
’• pero el uso del verbo cesar, referido a una obligación singular
¿ o a un núm ero plural e indeterminado de obligaciones, ex-
'ye la posibilidad de darle la acepción de estado patrimonial
e imposibilidad de pagar. La dificultad de interpretación es aun
ayor si se considera que ningún precepto del Código Civil, del
"ódigo de Comercio o de otro cuerpo legal, que se refiere al
cumplimiento de las obligaciones, utiliza formas derivadas del
^erbo cesar, de suerte que para ilustrar el sentido de la ley en este
junto, bajo la vigencia a la legislación de quiebras, ahora dero­
gada, se recurría a los artículos 61 y 63, se establecían las normas
relativas a la fijación de la fecha de cesación de pagos, trámite
(¿ayo objeto era determ inar la época anterior a la declaratoria
<ie quiebra a la que se retrotraían los efectos de la misma. Esta
jecha la fijaba el tribunal a proposición del síndico, tratándose
del deudor que ejercía actividad comercial, minera, agrícola, de
manera que tanto para proponerla el síndico, como para fijarla
©el juez, debían hacer un estudio de la situación patrimonial del
pd'eudor, a fin de establecer cuándo se había producido la cesación
y de pagos, cualquiera sea la causa invocada para solicitar la decla-
''.ratoria de quiebra. Como esto era así, la expresión “cesación de
■ pagos”, para los efectos de establecer su fecha, tenía un significado
amplio, que no implicaba solamente incumplimiento, sino estado
patrimonial. Además, esta fecha se fijaba según el procedimiento
, indicado, respecto de toda quiebra, sea que la causal invocada se
fundase o no en incumplimiento.
La Lev № 20.720. que rige actualmente la materia no establece
í>N Л.П - o . ! . m c i

procedimiento alguno para fijar la fecha a la cual se retrotraen


l°s efectos de los procedimientos concúrsales de reorganización
Уde liquidación, que deben fijarse en cada una de las causas en
4.Ue ellos se apliquen y se limita sólo a indicar que las acciones
n
¡"¡

revocatorias se pueden ejercer respecto de los actos o contratos,


sj
so ^n

ejecutados o celebrados por la empresa deudora, dentro del año


^m ediatam ente anterior al inicio de los procedimientos concúr­

ym

sales de reorganización o de liquidación. Al ser de esta forma, la


x' v 'u .oj

exPresión “cese en el pago de una obligación”, no puede ahora ser


E strada por el contexto de la propia ley concursal vigente.
v ;

117
REORGANIZACIÓN V LIQUIDACIÓN PE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

En el sentido natural y obvio, la voz “cesar”, según el Diccionario


de la Lengua Española de la Real Academia, es “suspenderse o
acabarse una cosa”, en este caso lo que se acaba o suspende es la
posibilidad de pagar las deudas debido a la situación que afecta
todo el patrimonio del deudor.
Durante la vigencia del Libro IV De las quiebras, hoy derogado,
del Código de Comercio, la doctrina de los autores admitió dos
interpretaciones sobre el sentido que puede dársele a la expresión
cese en el pago de una obligación, contenida en el artículo 43 № 1 ,
de dicho cuerpo de leyes, que pueden ser consideradas respecto
de la causal № 1 , para solicitar la liquidación forzosa, emplea­
da también en el artículo 117, de la normativa actualmente en
vigencia.
Según una primera postura, lo que se exige por la ley es pura
y simplemente incumplimiento de la obligación por parte del
deudor. Esto quiere decir que, en consecuencia, la obligación
debe ser líquida, exigible y no litigiosa. Esta posición doctrinaria
se basa en el tenor literal de la expresión “cese en el pago de
una obligación”, vinculada la forma verbal al acusativo “pago de
una obligación”, que sólo puede significar incumplimiento, esto
es, un hecho y no un estado patrimonial. Tal interpretación es
mayoritaria entre los autores nacionales que han escrito sobre
derecho de quiebras, y los tribunales la acogen en forma predo­
minante, atendido el número de fallos publicados que contienen
esta solución del problema.4
La otra interpretación respecto del sentido de la expresión
en estudio atiende al origen de la misma, al significado preciso
que ella tiene en Derecho Concursal, donde a la idea de cesación
de pagos se le da el sentido de estado patrimonial de imposibi-
lidad de pagar y no de simple incumplimiento. Nosotros nos
"mclinamos por esta posición, por las razones que exponemos a
continuación.5

4 Véase Corte Suprema, 19 de diciembre de 2001 y Corte Suprema, 20 de


noviembre de 2007, causa Rol 4262-07; ambos fallos recogen la teoría materialista
o restringida de cesación de pagos.
5 En sentencia de 8 de septiembre de 2008, la Corte Suprema señala: “Cabe
tener presente que la causa de la quiebra es la situación de impotencia de pagar,
que en forma generalizada y permanente afecta ai patrimonio dei deudor, io que
va más allá del incumplimiento de la obligación, si se considera el carácter de de-
^AP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUi&ACiÓN-

Tal como se empleaba esta expresión en el artículo 43 № 1 de j¡


la legislación de quiebras hoy derogada y como se sigue utilizando
en el artículo 117, de la normativa ahora en vigor, denota, a primera ■
vista, que se refiere a un hecho, el incumplimiento, pero nada im- ;,
pide interpretarla como relativa a un estado patrimonial. Pensamos *
que la expresión alude a un incumplimiento debido a un estado
de imposibilidad de pagar. Se trata de una obligación que ha sido
cesada en su pago y no simplemente incumplida, cuando ella tiene
determinados caracteres que permiten suponer, fundadamente,
que la falta de pago se debió a la imposibilidad de hacerlo. Estos
caracteres son la exigibilidad, la liquidez y la indisputabilidad. Los
dos primeros son esenciales para que pueda existir incumplimiento.
Es la característica de indisputabilidad la que permite diferenciar
esta interpretación de la anteriormente expuesta. La indisputabi­
lidad no es sinónimo de obligación no litigiosa. Una obligación
es indisputada cuando el deudor no puede oponer excepciones o
pudiendo hacerlo no las opone, o las deduce tales que no son de
aquellas que la ley permite en ese caso, o que siendo de las que
la ley contempla según las circunstancias, resultan infundadas
sin mayor examen. Corrobora nuestro aserto el hecho que la Ley
№ 20.720, en actual vigencia, establezca que enjuicio de oposición
del deudor, para enervar la solicitud de liquidación forzosa, debe
oponer excepciones, aunque las limita a las del artículo 464, del
CPC, que son propias del juicio ejecutivo, en cuanto tutela indi­
vidual, olvidando que los procedimientos concúrsales son tutelas
colectivas, para las que deberían haberse creado medios de defensa
especiales o dejarlas sin limitación alguna.
Una obligación, aunque conste en un título que lleve apare­
jada ejecución, puede ser enervada por excepciones de fondo

fensa colectiva que la quiebra involucra, ella no puede ser aplicada sino en los casos
en que efectivamente se presenta una situación patrimonial crítica, en la existen
diversos intereses que proteger y no por el hecho del simple incumplimiento de
parte del deudor, ante el cual bastaría el ejercicio de las defensas individuales. En
efecto, la ley vigente fija hechos reveladores absolutos y taxativos para acreditar su
existencia, entendida como estado económico patrimonial generalizado y crítico
Уno el mero incumplimiento de una obligación”. Se advierte, sin lugar a duda, la
recepción de la teoría amplia o moderna de cesación de pagos y el claro rechazo
de la concepción restringida. Además, el lenguaje empleado por el redactor del
tallo es precisamente el que utilizamos en esta obra para describir la verdadera
causa de la quiebra y ahora el de los procedimientos concúrsales.

119
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Щ REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL ^
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I: y por defensas fundadas en vicios procesales. Por el contrario, i


una obligación que no conste en un título ejecutivo puede tener >
el carácter de indisputada si el deudor la reconoce o no opone ;
excepciones fundadas. i
La indisputabilidad no es un carácter jurídico inherente a la ;
obligación, no significa “ejecutividad”. La indisputabilidad es una í
condición de hecho, negativa, significa ausencia de excepciones
legales fundadas y oportunamente interpuestas. i
Si se exige que una determinada obligación incumplida sea
indiciaría de insolvencia, debe tener, además de los caracteres de
exigibilidad y de liquidez, el de indisputabilidad, como lo requiere ;
la jurisprudencia francesa, pues no cabe sino atribuir fundada- ;
mente la falta de pago a la imposibilidad de hacerlo (transitoria
o permanente), ya que no hay duda sobre su existencia, monto ni
exigibilidad. Evidentemente que el cese en el pago de una obliga­
ción indisputada no bastará por sí solo para que el tribunal acoja
un procedimiento concursal de liquidación forzosa; éste deberá
verificar por otros medios el estado patrimonial crítico que este
primer indicio le revela. En cambio, si la obligación no tiene el
carácter de indisputada, su falta de pago no tiene, en absoluto,
un significado revelador.
Por otro lado, conviene destacar que las dos interpretaciones
que en doctrina se han dado sobre el alcance de la expresión cese
en el pago de una obligación se encuentran estrechamente vincu­
ladas con el sentido que debe atribuirse al encabezamiento del
precepto legal que la contiene. La primera interpretación sobre
el encabezamiento de la norm a entiende que las causales que
enumeraba en el artículo 43 del Libro IV De las quiebras, hoy
V/Xìb

derogado, del Código de Comercio y, en consecuencia las que


- UYN"

indica el artículo 117, de la legislación vigente, bastan, una vez


acreditadas, para fundar la demanda de quiebra o solicitud de
Í.” M Ot uro

liquidación forzosa. La segunda interpretación estima que las


causales solamente habilitan al acreedor para presentar la petición
respectiva, debiendo además acreditarse el estado patrimonial
^
Dii U Ü f s O S

crítico de imposibilidad de pagar o, lo que es lo mismo, la cesación


de pagos, por otros medios, siempre que los hechos constitutivos
de la causal no sean suficiente prueba de ello. Creemos que esta
ОГМч

segunda posición es la que concuerda con el carácter de tutela


i Л R Vi'Oi

colectiva que siempre han tenido y que siguen teniendo los pro-

120
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

ggdfrriientos concúrsales, cuya aplicación es solamente subsidiaria,


%te la insuficiencia de las tutelas individuales.6
&-1' por otra parte, la posición doctrinaria que interpreta la
egkpresión cese en el pago de una obligación, como sinónimo de
^^cum plim iento, debe desecharse, por cuanto importa emplear
^ procedimiento concursal en contra de una persona natural o
Giuridica para satisfacer el pago de una deuda. En cambio, la inter­
pretación amplia del sentido de la expresión cese en el pago de una
'"obligación, significativa de estado patrimonial, concuerda con el
Kc a rá c te r colectivo de los procedimientos concúrsales, en los que
' no está involucrado el interés individual de un acreedor, sino el
-Jde un conjunto o masa de acreedores, el interés de los terceros
ly de toda la comunidad local, nacional o internacional.
® . Que la obligación cesada en su paso conste en título ejecutivo con
‘ el acreedor solicitante. Se trata de una exigencia para configurar
la causal introducida por la Ley № 18.175, de 28 de octubre de
i 1982, que recoge el texto del artículo 117, de la actual normativa
лУе concursos.
Es importante la existencia de este requisito toda vez que
•confirma el carácter amplio de la noción de cesación de pagos
como causa del procedimiento concursal de liquidación forzo­
sa, porque el deudor comienza a revelar su insolvencia dejando
de pagar obligaciones qu e no constan en documento alguno.
siguiendo más tarde por las que constan en documentos que no
tienen carácter de indubitados y cuando ya su patrimonio está,
en franca insuficiencia, deja de pagar obligaciones que constan
en títulos ñrm adosante notario público.
Ahora bien, es preciso tener en cuenta que no hay más títulos
ejecutivos que los que la ley ha establecido en el CPC y en otras
leyes especiales, lo que limita la aplicación del procedimiento
concursal de liquidación forzosa a aquellos casos en los que
la. obligación conste en alguno de ellos. Por otra parte, todo
Vicio que afecte al título y que le haga perder su ejecutividad,
constituirá un obstáculo para obtener la declaratoria de quie­
bra. En este sentido, sabemos que el legislador ha sido riguroso
en cuanto a las exigencias que deben cumplir los documentos

b Véase, en este sentido, ZALAQUETT, ob. cit., p. 124.


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL,

para que tengan fuerza ejecutiva, de manera que la omisión de


cualquiera de ellas hará perder al título su carácter ejecutivo e
impedirá que se le emplee como antecedente para la petición
de liquidación forzosa.
Además, el acreedor solicitante de la liquidación forzosa debe
ser titular de la obligación que conste en el documento que trae
aparejada ejecución. En consecuencia, cualquier situación que
le reste la legitimación activa del título invocado, le impedirá
dem andar la aplicación del procedimiento concursal de que
estamos tratando. A este efecto, el juez tendrá que comprobar
los requisitos de legimitación activa tratándose, por ejemplo, de
un título-valor representativo de dinero, letra de cambio, pagaré
o cheque, cuya forma de emisión determina la manera en que
circula y confiere titularidad a quien lo detenta, para verificar si
efectivamente el acreedor peticionario, es el portador legitima­
do del documento, porque en caso contrario deberá desechar
la solicitud. El concepto de portador legítimo, aplicable a todo
documento emitido con cláusula a la orden,1 está definido en el
artículo 26 de la Ley № 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré, en
los siguientes términos: “El tenedor de una letra de cambio se considera
portador legítimo si justifica su derecho por una serie no interrumpida de
endosos, aunque el último este en blanco.
Para este efecto, los endosos tachados o borrados se tienen por no
escritos. Cuando a un endoso en blanco sigue otro endoso, se reputa que
elfirmante de éste ha adquirido la letra por el endoso en blanco”.
Por último, la normativa que sustituye al Código de Comer­
cio en la materia, establece que este hecho revelador o causal de
liquidación forzosa no puede invocarse para solicitar el inicio
de este procedimiento, respecto de los fiadores, codeudores so­
lidarios o subsidiarios, o avalistas de la empresa deudora que ha
cesado en el pago de las obligaciones garantizadas por éstos, lo
que constituye una limitación al ejercicio de la acción correspon­
diente, que no estaba prevista bajo la legislación de la materia en
el Código de Comercio.

7 El artículo P , inciso 1Qde la Ley № 18.552, que regula el tratam iento de títulos
de crédito, señala que “El endoso previsto en el párrafo 2~ del Título I de la Ley № 18.092,
sobre letras de cambio y pagarés, será aplicable a cualesquiera otros títulos de crédito de dinero
emitidos con cláusula a la o rd en , e n favor de, a disposición de и otras equivalentes,
cualesquiera fuere la denominación con que se designare a dichos instrumentos”.

122
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL P E LIQUIDACIÓN

Se suprime por la normativa ahora vigente, la exigencia que la


obligación cesada en el pago sea de carácter mercantil, dado que
el sujeto pasivo de los procedimientos de concurso que ella regula,
puede ser una persona física o jurídica, que ejerza o no actividad
comercial, con o sin fines de lucro.

79... Segunda causal de liquidación forzosa. En virtud de lo previsto


en el artículo 117, № 2) de la ley vigente en la materia, cualquier
acreedor puede demandar el inicio del procedimiento concursal
de liquidación forzosa de la empresa deudora: “Si existieren en su
contra dos o más títulos ejecutivos vencidos, provenientes de obligaciones
diversas, encontrándose iniciadas a lo menos dos ejecuciones y no hubiere
presentado bienes suficientes para responder a la prestación que adeude y
a sus costas, dentro de los cuatro días siguientes a los respectivos requeri­
mientos”. La norma transcripta precedentemente repite con algu­
nas leves variaciones de redacción y número de títulos ejecutivos
contra el deudor, el texto del artículo 43 № 2, del Libro IV De las
quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio. De esta suerte
se va confirmando en tanto en aspecto de las causales como en los
efectos, el procedimiento concursal de liquidación forzosa, no es
sino la antigua quiebra pedida por los acreedores, con cambios
de terminología y con algunas otras modificaciones.
Para que la causal de inicio del procedimiento concursal de
liquidación forzosa tenga lugar, en este caso, se requiere la con­
currencia de los siguientes requisitos:
a) Que existan contra la empresa deudora dos o más títulos
ejecutivos y vencidos;
b) Que provengan de obligaciones diversas;
c) Que se encuentren iniciadas, a lo menos, dos ejecuciones, y
d) Que la empresa deudora no hubiere presentado suficientes
bienes, para responder a la prestación que adeude y a sus
costas, dentro de los cuatro días siguientes a los respectivos
requerimientos.
Analizaremos por separado y en detalle cada una de estas
exigencias.
a) Que existan en contra de la empresa deudora dos o más títulos eje­
cutivos vencidos. La ley vigente no establece que los títulos ejecutivos
vencidos en contra del deudor deban representar obligaciones de

123
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

dar una suma de dinero. Sin embargo, pensamos que tal exigencia
puede deducirse del contexto general del precepto que consagra la -
causal en estudio. En efecto, el artículo 117, de la ley de la materia,
establece que este hecho revelador de cesación de pagos requiere,
entre otros presupuestos, que la empresa deudora no hubiere :
presentado bienes suficientes para responder a la prestación que :
adeude y sus costas, dentro de los cuatro días siguientes a los res- '
pectivos requerimientos. La falta de presentación de bienes para -
cubrir la prestación adeudada destaca el carácter de obligaciones
de dar una suma de dinero, que deben tener las contenidas en los
títulos ejecutivos que se hacen valer en contra de la empresa deu­
dora, de las cuales debe responder con todo su patrimonio. Por
el contrario, los títulos ejecutivos que contengan una obligación :
de dar una especie o cuerpo cierto, en las que el sujeto pasivo no
responde con todo su patrimonio, no habilitan para solicitar el
inicio, del procedimiento concursal de liquidación forzosa, salvo
en el caso en que ellas se transformen eventualmente en obliga­
ciones de indemnizar peguicios. Los títulos ejecutivos vencidos
que dan cuenta de obligaciones de dar o de entregar una especie
o cuerpo cierto, no son indiciarios de un estado patrimonial de
imposibilidad de pagar. Respecto de los títulos que versen sobre
obligaciones de hacer y de no hacer puede decirse lo mismo. En
este tipo de obligaciones la exclusión es aún más clara, porque no
cabe la presentación de bienes para cubrir lo debido.8
Otra interpretación diversa de este primer requisito de la cau­
sal en estudio, sostiene que se cumple con las exigencias legales
tratándose de títulos ejecutivos vencidos, aun cuando su contenido
se refiera a obligaciones de dar, de género o de especie o cuerpo
cierto; de hacer o de no hacer, civiles o mercantiles, por cuanto
el legislador no distingue al respecto.
Por otra parte, los títulos ejecutivos deben estar vencidos, lo
que resulta totalmente lógico desde el punto de vista de la exigi­
bilidad de la obligación en ellos contenida.
Bajo la vigencia de la legislación de quiebras, hoy derogada,9
se planteó el problema de saber si un contrato garantizado con

8 Véase en este sentido Zalaquett , ob. cit., p. 19.


3 Revista de Derecho yjurisprudencia, t. XXXI, 2~ parte, secc. 1-, p. 414; Corte
Suprema, 8 de septiembre de 1933, Gaceta 1934,1er sem., № 27, p. 179.
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

^ipoteca por u n tercero constituye o no un título ejecutivo que


-bilitaba para solicitar la quiebra en virtud de la causal que nos
¿'cupa y que hoy en día podría igualmente plantearse, porque
íits requisitos son casi los mismos en la ley vigente. Al respecto
Jás opiniones en la doctrina estaban divididas. Manuel Somarriva
;Undurraga10 sostuvo que el título ejecutivo que contiene una
obligación accesoria garantizada por u n tercero permite recabar
ía declaratoria de quiebra de este último, porque estaría com­
prendido en la disposición legal aplicable que no hace distingo
de los títulos. Por su parte, Raúl Varela Varela11 afirmaba que en
el caso propuesto no se trataría de un título ejecutivo que quede
comprendido en la causal en estudio, porque la ley exige que el
documento contenga una obligación personal del deudor cuya
quiebra se está pidiendo, al expresar: “cuando el deudor contra
el cual existieren tres o más títulos ejecutivos y vencidos...”, de
donde resulta que no era suficiente para quedar comprendido en
dicha causal, que el título ejecutivo contuviese una “obligación
de garantía” asumidas por un tercero.
Durante la vigencia del Libro IV De las quiebras, hoy dero­
gado, del Código de Comercio, se discutió también si los títulos
ejecutivos invocados por el acreedor debían pertenecerle a él o
si podía pedir la quiebra fundado en títulos ejecutivos ajenos o
en ejecuciones iniciadas por terceros. En doctrina, sustentamos
la idea que para solicitar la declaratoria de quiebra en virtud de
la causal del № 2 del artículo 43 de la Ley de Quiebras, bastaba
ser acreedor, aunque la obligación no fuera exigible, pudien-
do invocar títulos ejecutivos vencidos ajenos contra el deudor.
Nuestra interpretación que se compadecía con el tenor literal
del encabezamiento del artículo 43 de la ley concursal, hoy dero­
gada, señalaba que “Cualquiera de los acreedores podrá solicitar
la declaración de quiebra, aun cuando su crédito no sea exigible,
porque exigir al peticionario de la quiebra que él fuera el titular
de los títulos ejecutivos vencidos contra el deudor, en el ámbito
de la aludida causal, era requerir una condición o requisito no
prescrito por la ley para la declaratoria. Además, la jurispruden-
10 SOMAjRMVA U ndurraga, MANUEL, Tratado de las cauciones, Editorial Nasci­
m en to 10/19 ^ АЪЛ

1 VARELA Varela , Raúl , Derecho Comercial Derecho de quiebras, Editorial Uni­


versitaria, Santiago, 1958, p. 104.

125
щ:- REORGANIZACIÓN V LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS V PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

cia de los tribunales había resuelto en el mismo sentido, en un


fallo de la Corte Suprema publicado en la Revista de Derecho y
Jurisprudencia, t. XXXI, secc. P , p. 414. Era claro también que
fundado en la causal de declaratoria de quiebra contenida en el
artículo 43 № 1 de la legislación hoy derogada, como así también
en la que está en actual vigencia, el acreedor no podía ni puede
ahora invocar título ajeno, porque él debe ser el titular de la
obligación cesada en el pago. La razón que se tenía en vista para
permitir al acreedor de crédito no vencido pedir la quiebra de
su deudor, haciendo valer títulos ejecutivos ajenos, era proteger
la igualdad que debe existir entre todos los acreedores, principio
este que informa toda la institución de quiebra. Para la norma­
tiva hoy derogada eran igualmente respetables los derechos de
los acreedores que tienen títulos ejecutivos vencidos como los
de aquellos cuyos títulos están sujetos a plazo o condición. En
efecto, es frecuente que en el estado de cesación de pagos que
antecede a la quiebra, los acreedores que tienen sus créditos
vencidos puedan obtener el pago mediante el ejercicio de tutelas
individuales, en peijuicio de los acreedores cuyos créditos, por
no estar exigibles, no pueden servir de base al juicio ejecutivo, y
para evitar esta eventual desigualdad la ley concursal permite a
estos últimos solicitar la declaratoria de quiebra del deudor, pu-
diendo invocar títulos ejecutivos vencidos ajenos para acreditar
los requisitos de la causal.
No se explica por qué razón en la actual Ley № 20.720, que
rige la materia, inspirada reiteradamente en el principio de par
condictio creditorum, no admite ahora que los acreedores de cré­
dito no vencido puedan invocar la aplicación del procedimiento
concursal de liquidación forzosa, basados en la causal número 2)
del artículo 117 y que sí puedan hacerlo tratándose del hecho
revelador previsto en el número 3) del precepto legal citado.
b) Que los títulos ejecutivos provengan de obligaciones divers
Este requisito se refiere a la fuente de la obligación, al origen de
la misma; contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito y ley. Me­
diante esta exigencia se impide que el acreedor que cuenta con
un título ejecutivo en el cual estén contenidas las obligaciones
derivadas de un mismo contrato, pueda dividirlo y valerse de esta
causal de liquidación forzosa en contra de la empresa deudora.

126
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQL4DA«ÓN- +

La circunstancia de que los títulos ejecutivos vencidos provengan


¿e obligaciones diversas revela el estado patrimonial crítico del
deudor que no puede hacer frente a ellas.
En relación con este requisito de la causal en estudio, que
estaba previsto en el artículo 39 № 2 de la Ley № 4.558, de 1929,
que se mantuvo vigente en el artículo 43 № 2, de la Ley№ 18.175,
de 1982 y que actualmente sigue reiterándose en el artículo 117,
de Ley № 20.720, de 2014, lajurisprudencia de nuestros tribunales
ha estimado que varias letras de cambio giradas con motivo de
un mismo contrato no provienen de obligaciones diversas, para
los efectos del artículo 37 № 2 de la Ley de Quiebras (actual
art. 43 № 2).12-13
En este mismo sentido se ha estimado, y se puede seguir soste­
niendo, que los títulos además de tener su origen en obligaciones
diversas, pueden asimismo provenir de obligaciones conexas. Así,
en un contrato de compraventa puede pactarse indemnización
convencional de peijuicios por incumplimiento de las presta­
ciones del contrato. En este caso, la obligación de indemnizar
perjuicios tiene su origen en el incumplimiento, luego proviene
de fuente diversa.
c) Que se encuentren iniciadas, a lo menos, dos ejecuciones. Este
presupuesto de la causal en estudio plantea, básicamente, dos
dificultades de interpretación.
En primer término, se presenta la duda de saber cuándo se en­
tienden iniciadas las ejecuciones. El punto es discutible en derecho
procesal, pero la doctrina predominante es aquella que sostiene
que las ejecuciones se entienden iniciadas desde el momento del
requerimiento de pago, que consta en el cuaderno de apremio y
que se hace en virtud de mandamiento de ejecución.
El segundo problema corresponde a otro aspecto de la pri­
mera dificultad planteada: cuándo se considera terminada una
ejecución. Este tópico es objeto de una discusión más amplia en
la doctrina procesal que el anteriormente formulado. Para los

12 Revista de Derecho yJurisprudencia, t. XLVI, secc. 1®, p. 207.


13 “Las letras de cambio aceptadas con motivo de renegociación de deudas
importan el incumplimiento de una sola obligación; en consecuencia, se rechaza la
^ucitud de quiebra...” (Corte de Apelaciones de Santiago, 21) de agosto de 1У84,
Gaceta Jurídica, 1984, № 50, p. 76).

127 iiDilüiUAL j ü RIDICA DI: CHU.F


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS YPERSONAS. DERECHO CONCURSAL ;

efectos de nuestro estudio estimamos que la ejecución se entiende;


terminada cuando se haya pagado totalmente al acreedor. Estai
posición la sustentaba Alberto Rioseco en su obra que deviene"
clásica De las causales de la declaratoria de quiebra y emana de unal
jurisprudencia con voto de mayoría.14 ¡
d) Que la empresa deudora no hubiere presentado suficientes bien
para responder a la prestación que adeude y a sus costas, dentro de los
cuatro días siguientes a los respectivos requerimientos. Como este presu- ;
puesto de la causal estaba previsto en la Ley № 4.558, de 1929, e n 1
la Ley № 18.175, de 1982 y se reitera en el artículo 117, de la Ley
№ 20.720, de 2014, analizaremos separadamente las cuestiones
de mayor interés que se presentaban y siguen presentándose en
torno a ella, que son las relativas a la presentación de bienes y al
plazo para hacerlo.
En cuanto a la presentación de bienes, no hay un concepto claro
de lo que por ello debe entenderse. Presentar bienes puede signi­
ficar consignar fondos en la cuenta corriente del tribunal, indicar
o señalar bienes en el momento del embargo o bien el embargo
mismo de bienes. La jurisprudencia no ha sido uniforme en esta
materia.15 Se ha entendido, en la actualidad, que la presentación
de bienes se refiere al embargo mismo de ellos. Con todo, se estima
que ello no es suficiente para configurar la causal en estudio, porque
la presentación de bienes implica un acto voluntario del deudor y
no un hecho contrario a su voluntad, como es un embargo.16Para
los tribunales resulta más práctica la doctrina que hace sinónima
la presentación de bienes con el embargo. Esta posición la susten­
taba Alvaro Puelma Accorsi, que señalaba al respecto: “La ley debe
interpretarse, según lo dispone el artículo 22 inciso l 2del Código
Civil, en forma armónica y en vista a que sus preceptos guarden
entre sí la debida correlación. Por consiguiente, estimamos que
si en las ejecuciones se ha realizado un embargo suficiente por
indicación del ejecutante, debe entenderse cumplido el requisito
legal que estamos tratando. No pensamos así cuando los bienes

14 RIOSECO VÁSQUEZ, A l b e r t o , De las causales de la declaratoria de quiebra, Ed.


Am érica, San tiago, 1941, p. 48.
15 Véanse Concepción, 28 de septiembre de 1935, Gaceta, 1935, 2e sem.,
№ 149, p. 504; Concepción, 22 de mayo de 1954, Revista de Derecho, Universidad
de Concepción, año XXII, 1954, p. 351.
16 RIOSECO VÁSQUEZ, ob. cit., p. 48.
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAÍL DE LIQUIDACIÓN

fera la traba de embargo los ha señalado el receptor, a falta de


Indicación del ejecutante y del ejecutado.
También es necesario recordar que los bienes presentados
"or el deudor o que están embargados por indicación del ejecu-
r nte deben ser distintos en ambas ejecuciones y ser en cada una
’e ellas suficientes para pagar el crédito respectivo, sus costas y,
idemás, los intereses.. Л 17
g ■ En lo relativo al plazo para la presentación de bienes, éste es
;de cuatro días a contar de los respectivos requerimientos. Se trata
ide un término fatal, de carácter procesal, por lo que se suspende
en días feriados. No existe, respecto de la causal contemplada
en estudio la ampliación de este plazo, como ocurre en el CPC,
cuando concurren determinados requisitos.
. En cuanto a la suficiencia de los bienes presentados para
•responder de la prestación que se adeude y a sus costas, se trata
-de una cuestión de hecho que corresponde resolverla, privativa­
mente, al juez competente, a quien no obliga la apreciación que
el receptor judicial haya hecho del valor de los bienes, al cumplir
con la diligencia del embargo en el juicio ejecutivo.
El requisito de la no presentación oportuna y suficiente
de los bienes para responder a la prestación que se adeude y
a sus costas, es indiciario de que la empresa deudora no tiene
capacidad objetiva para solucionar sus obligaciones y exterioriza
o revela su estado de cesación de pagos, causa que justifica el
inicio del procedim iento concursal de liquidación forzosa en
su contra.
Por último, se sostuvo que la causal del artículo 39 № 2 de la
Ley № 4.558, de 1929, del artículo 43 № 2 de la Ley № 18.175,
de 1982 y del actual artículo 117 № 2 de la Ley № 20.720, sobre
la materia, aludiría, a lo menos, a cinco títulos ejecutivos dife­
rentes contra el deudor y que estaban vencidos, los que ahora
en la última ley citada, serían sólo cuatro. En efecto, el precepto
se refiere en el enunciado de la causal a dos títulos ejecutivos y
vencidos, a los que habría que agregar los dos títulos ejecutivos
rlUe dieron lugar a las dos ejecuciones ya iniciadas. Sin embargo,
Se trataba y sigue tratándose de una interpretación errónea de la
^ey> porque en ella no se contiene tal idea, toda vez que los dos

17 P uelm a A ccorsi , ob. cit., p. 48.

129 ED rroíüA s. JURIDICA d iic ü u j:


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. ÜÉRÊCHO CONCURSAL

títulos ejecutivos y vencidos pueden ser los mismos que originan


las dos ejecuciones ya iniciadas.

80. Tercera camal de liquidación forzosa: El artículo 117 № 3,


ley vigente, recoge de nuevo la causal que antiguamente estuvo
prevista en el artículo 39 № 3 de la Ley № 4.558, de 1929, que
mantuvo la Ley № 18.175, de 1982 y ahora se contiene en el
artículo citado en el título de este párrafo, con algunas modifica­
ciones. El hecho revelador se enuncia señalando que se autoriza
demandar el inicio del procedimiento de liquidación forzosa:
“Ciumdo la Empresa Deudora o sus administradores no sean habidos y i■
hayan dejado cerradas sus oficinas o establecimientos sin haber nombra­
do mandatario con facultades suficientes para dar cumplimiento a sus
obligaciones y contestar nuevas demandas. En este caso, el demandante
podrá invocar como crédito incluso aquel que se encuentre sujeto a un
plazo o a una condición suspensiva”.
La causal tiene lugar cuando se reúnen los siguientes presu­
puestos:
a) Que la empresa deudora o sus representantes no sean
habidos;
b) Que hayan dejado cerradas sus oficinas o estable cimien-
tos, y ,
c) Que no se haya nom brado mandatario con facultades |
suficientes para dar cumplimiento a susobligaciones y <
contestar nuevas demandas. !
Los analizaremos en forma separada.
a) Que la empresa deudora o sus administradores no sean habidos.
Para que tenga lugar este hecho revelador de la cesación de pa­
gos es preciso, en primer lugar, que la empresa deudora sea una
persona natural contribuyente de primera categoría o del núme­
ro 2) del artículo 42, del Decreto Ley № 824, del Ministerio de
Hacienda, de 1974, que aprueba la ley sobre impuesto a la renta
o que se trate de los administradores de la empresa deudora,
persona jurídica privada, con o sin fines de lucro, quienes no
han sido habidos.
Se elimina el antiguo requisito contenido en la legislación de
quiebras hoy derogada, consistente en la fuga o el o cuitamiento
del deudor, que por tratarse de hechos negativos, su prueba
ш ■CAJP.1V. PROCFníMíFMTn p g r.inrunACIÓN

p rese n tab a algunas dificultades y se le reemplaza, con todo, por


otro hecho negativo consistente en que la persona física empresa
deudora o los administradores de la empresa deudora, persona
iurídica privada, con o sin fines de lucro, no sean habidos. Ahora
bien, si nos preguntamos ¿por qué no son habidos la persona
natural empresa deudora o los administradores de la empresa
deudora, persona jurídica privada? La respuesta sin duda será
porque están ausentes y esa ausencia puede deberse a muchas
razones, entre las cuales podrían estar la fuga o el ocultamiento,
viajes, enfermedades, etc. La exigencia, la fuga u ocultamiento
del deudor prevista en la normativa de quiebras, ahora derogada,
se consideraba doctrinariamente como un hecho revelador por
an to n o m asia de la cesación de pagos, debido a que tales circuns­
tancias estaban motivadas en la imposibilidad de pagar, excluyendo
otros motivos, toda vez que lo normal es que las personas hagan
su vida y desarrollen sus actividades en el seno de su familia o en
el lugar de sus negocios.
Ahora, el hecho de que la persona física, empresa deudora,
o los administradores de la empresa deudora, persona jurídica
privada, no sean habidos, no tiene por sí misma el sentido revela­
dor de su insolvencia, como en el caso de la huida del territorio
nacional o su ocultación. El hecho de no ser habidas las personas
indicadas, puede estar motivado por razones de salud, viajes,
vacaciones, etc.,18 por lo que, necesariamente, hay que agregar
o sumar a esta circunstancia los otros requisitos del artículo 117
№ 3), para configurar el hecho revelador en forma indiciaría e
indubitada.
b) Que deje cerradas sus oficinas o establecimientos. Entendemos
que esta exigencia implica, por una parte, que el deudor tenga
oficinas o establecimientos, ya que si careciere de ellos, mal
podría dejarlos cerrados. Aquí se aprecia el inconveniente de
mantener como requisito de una causal de liquidación forzosa
una circunstancia que viene del siglo XVIII, contemplada en el
Código de Comercio francés de 1807, que se basaba en la realidad
Mercantil de la indicada centuria, que trae como consecuencia

18 Revista, de Derecho y Jurisprudencia, t. XXXVI, 2S parte, secc. I s, p. 247;


CortArlp i lütiüuuuco
----Pu:n<v, q
ciJq
U.C v^jLiJLJLJL LX, a a 1097 109Q 9° ^^^^^_bCI-ii.,
2, p. 107.

131
REORGANIZACIÓN У LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS, DERECHO CONCURSAL '

que la causal no pueda aplicarse a una empresa deudora, persona


natural o empresa deudora, persona jurídica privada, que para el
desarrollo de sus actividades no tenga oficinas o establecimientos, i
lo que hoy en día, en el siglo XXI, en el que estamos viviendo, ■
es una situación muy frecuente por el empleo de las comunica-д
ciones electrónicas para la negociación, celebración y ejecución ]
de todo tipo de contratos propios de tráfico mercantil moderno, J
el empleo de los call centers que evita la localización física de las
empresas y de otros medios telemáticos.19A las empresas que ac­
túan en el comercio electrónico a través de plataformas virtuales
no se les puede aplicar la causal en estudio, porque carecen de
establecimientos comerciales que puedan dejarse cerrados.
Por otra parte, el requisito va más allá del simple hecho que
las puertas estén materialmente cerradas. Se requiere que no se
atienda al público y que, en consecuencia, no se lleven a cabo .
los negocios, actos o contratos propios de la actividad o giro de
la empresa deudora.
La falta de atención al público o el cese de la actividad eco- •
nómica mercantil del sujeto pasivo de la liquidación forzosa, en
cada caso, debe examinarse en relación con el presupuesto de no
haber sido habido, cuyos motivos la ley vigente no esclarece, toda
vez que esta causal no es sino un hecho revelador de la cesación
de pagos, fundamento de la aplicación del referido procedimiento
concursal. De esta manera se evitará incurrir en un grave error al
dar lugar a la tutela de que estamos tratando, cuando la empresa
deudora tenga cerrados sus oficinas o establecimientos por mera
ausencia del deudor.
17Y’b

c) Que el deudor no haya nombrado persona que administre sus bien


confacultades para dar cumplimiento a sus obligaciones y contestar nuevas
" l.!; V M°

demandas. Se trata de una situación en la cual la empresa deudo­


ra, persona natural o los administradores de la misma, persona
¡4ITO

jurídica privada, no son habidos, dejando cerradas sus oficinas


D

o establecimientos, sin designar apoderado con facultades para


i S UN

dar cumplimiento a sus obligaciones y contestar nuevas deman­


I l í m O- S

das. Es un presupuesto más que integra este hecho revelador de


Di
i A ¡ O ’K - C O r l A

19 Véase SANDOVAL LÓPEZ, RICARDO, Contratos Mercantiles. Editorial Jurídi


de Chile, 2a edición ampliada y actualizada, 2014, tomo II, Capítulo XVI Contratos
Electrónicos, p. 755.

-4 - . \ \ : 132
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

dación de pagos, que se suma a los anteriormente analizados,


ad as las cuales tienen el carácter de copulativos,
а*. La empresa deudora que desee evitar el inicio de la liquida-
g|ón forzosa en su contra, por la causal en estudio, debe dejar un
Mandato que cumpla con las siguientes exigencias:
¡E . • Que faculte expresamente al apoderado para dar cumpli-
S| miento a las obligaciones del mandante;
ip- • Que lo faculte asimismo para contestar nuevas demandas,
lo que supone que dicho mandato contiene atribuciones
en el orden judicial, y
“. • Que el mandatario comparezca aceptando expresamente
el mandato.
En relación con el último requisito del mandato, que no está
■expresamente establecido en la ley vigente, creemos que es exigible,
ya sea que acepte expresa o tácitamente, porque el mandato es
ün contrato y, por ende, un acto jurídico bilateral, en el cual debe
consentir el apoderado; desde luego que el empleo del mandato
por el apoderado implica que lo aceptó tácitamente. Además,
desde el punto de vista práctico, es más eficaz que el apoderado
comparezca en la escritura respectiva aceptando expresamente
el mandato, para evitar discusiones sobre este punto que podrían
incluso dar origen a juicios declarativos previos.
Al tenor del artículo 117, № S) de la ley concursal, basta
con que el mandato confiera expresamente facultades para dar
cumplimiento a las obligaciones del deudor, sin que sea necesa­
rio que el apoderado esté facultado para administrar los bienes
del mandante, porque a los acreedores sólo les interesa que les
paguen sus créditos.
En el caso del hecho revelador de insolvencia consignado
en el № 3) del artículo 117, la prueba de las circunstancias que
lo componen es un tanto difícil de producir, porque se trata de
hechos negativos: la empresa deudora persona física o los admi­
nistradores de la empresa deudora, persona jurídica privada, con
0 sin fines de lucro, no son habidos; oficinas o establecimientos
del sujeto pasivo que no funcionan por estar cerrados y falta
de nombramiento de apoderado con facultades para pagar sus
deudas y contestar nuevas demandas.
Se puede acreditar los presupuestos de este hecho revelador
de cesación de pagos, por todos los medios legales que contempla

133
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL'

nuestro ordenamiento jurídico. En la práctica se acostumbraba


hacerlo mediante información sumaria de testigos, en especial
la circunstancia de que el sujeto pasivo no es habido, aunque
también puede hacerse con las certificaciones hechas por el
receptor judicial, en los juicios en los cuales se ha intentado no­
tificarlo, los que pueden traerse a la vista en la causa relativa a la
liquidación forzosa. Ahora bien, si el requisito de no ser habidos
la empresa deudora, persona natural o los administradores de
la empresa deudora, persona jurídica privada, se debe al hecho
que se han fugado, que implica la huida del deudor del territo­
rio de la República, suelen allegarse a la solicitud documentos
emitidos por la Policía de Investigaciones, en los que conste que
esas personas han salido del país, amparados por sus respectivos
pasaportes o cédulas nacionales de identidad; comprobantes de
pago para adquisición de divisas, adquisición de pasajes, etc. En
algunos casos de la práctica, existe cierto conocimiento público
de la huida de esas personas, constituyendo una noticia publicada
en diarios locales, regionales o nacionales y por reportajes de la
televisión, situaciones en las cuales la prueba deviene más fácil
de producir.
Cuando la empresa deudora, persona física, ejerce la actividad
comercial en forma habitual, cumpliendo con los requisitos del
artículo 7" del Código de Comercio, o cuando la empresa deudo­
ra, personajurídica privada, está organizada jurídicamente como
sociedad comercial o ejerce el comercio, si confieren mandato
para el desarrollo de sus negocios, deben hacerlo por escritura
pública y ese instrumento debe ser inscrito en extracto en el Re­
gistro de Comercio, conforme lo previsto en los artículos 22 № 5a
y 339 del mismo texto legal. En tal caso, puede obtenerse una
certificación que acredite que no existe ese poder debidamente
inscrito en el Registro de Comercio. La prueba resulta más com­
pleja cuando la empresa deudora, persona física o jurídica, no
ejerce habitualmente la actividad comercial, pues en ese supuesto
el mandato que confiera no tiene por qué cumplirlas exigencias
antes indicadas.
Por último, tratándose de la causal del artículo 117 № 3),
el o los acreedores pueden valerse de ella aunque su crédito se
encuentre sujeto a plazo o a condición suspensiva. Sólo en este
caso se hace efectivo el principio de par condictio creditorum para el

134
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

inicio del procedimiento concursal de liquidación forzosa, pues


en los dos otros hechos reveladores de cesación de pagos de este
mismo precepto legal se requiere que el crédito del solicitante
sea exigible.
Como la legislación vigente que deroga al Código de Comercio
en materia de quiebras, no dio una definición única y genérica de
cesación de pagos o causa de los procedimientos concúrsales, el
acreedor o los acreedores que soliciten el inicio del procedimiento
concursal de liquidación forzosa, valiéndose de esta causal, como
de cualquiera de las indicadas en el artículo 117, debe acreditar
la concurrencia de todos los requisitos que hemos analizado.

81. Causales de liquidación forzosa reflejas o consecuenciales. Bajo


este epígrafe nos referiremos a diversos hechos reveladores de
cesación de pagos que la actual normativa establece como cau­
sales de liquidación forzosa, en las cuales no existe el trámite de
solicitud de uno o varios acreedores sino que este procedimiento
concursal tiene lugar por vía refleja o consecuencial, aunque el
legislador, repitiendo lo que decía la antigua ley de quiebras hoy
derogada, vuelve a describirlas como de oficio y sin más trámite.
Como lo señaláramos anteriormente, en las situaciones previs­
tas en la ley vigente, de las que trataremos a continuación, no
hay una iniciativa propia de tribunal para iniciar la aplicación
del procedimiento concursal de liquidación forzosa, sino una
intervención o actuación consecuencial o refleja, una vez que el
hecho revelador se configura por la concurrencia de los requisitos
legales previstos en cada caso.

82. Retiro de la propuesta de acuerdo de reorganizaciónjudicial. De


conformidad con la norma prevista en el artículo 77, de la ley
vigente, en el caso en que la propuesta de acuerdo de reorgani­
zación judicial sea retirada por el deudor, a quien se aplica este
procedimiento concursal, sin contar con el apoyo de acreedores
que representen a lo menos el 75% del pasivo, el tribunal com­
petente debe pronunciar la resolución de liquidación.
El hecho revelador de cesación de pagos que fundamenta la
dictación de la sentencia de liquidación, que sin duda es de una
liquidación forzosa, consiste en que la empresa deudora o el deu­
dor, confesando su situación de imposibilidad de pagar, esto es, su

135 TTOE.iAí KJRtDRJA Di: í :!


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

estado patrimonial crítico generalizado y permanente, acude al


tribunal competente para iniciar el procedimiento concursal de
reorganización judicial, que en el hecho, salvo algunas variantes,
equivale al antiguo convenio judicial preventivo previsto en la
legislación de quiebras ahora derogada y, durante su tramitación,
se ve obligado a retirar la propuesta del acuerdo de reorganiza­
ción judicial porque no cuenta con el apoyo de acreedores que’
representen el 75% del pasivo, de m anera que a la confesión'
expresa y judicial de cesación de pagos se suma la circunstancia
que la empresa deudora o el deudor no cuenta con el porcentaje
de apoyo de sus acreedores precisamente porque ellos tienen
conocimiento de su insolvencia y debe retirarla, configurándose
así la causal de liquidación forzosa refleja o consecuencial.

83. Ausencia del deudor en la junta de acreedores del acuerdo de .


reorganización judicial. Según lo establecido en el artículo 81, de
la ley concursal vigente, en el procedimiento de reorganización
judicial, cuando el deudor no comparece a lajunta de acreedores
destinada a conocer y pronunciarse sobre la propuesta de acuerdo,
el tribunal competente debe dictar la resolución de liquidación
en la misma junta.
Se trata asimismo de un hecho revelador que se integra tam­
bién con la confesión expresa yjudicial de cesación de pagos de
la empresa deudora o del deudor, consistente en la presentación
de la solicitud de inicio del procedimiento concursal de reorgani­
zación judicial, ante el tribunal correspondiente, requisito al que
ahora se agrega el hecho que este mismo sujeto no comparece a
lajunta de acreedores destinada a conocer y decidir sobre la pro­
puesta de acuerdo, falta de concurrencia que hay que entenderla
como la expresión de que cree que lajunta de acreedores no la
aprobará, lo que le da un carácter más indiciario e indubitado a
esta causal y ante esta situación no queda otro camino que aplicar
la tutela colectiva de la liquidación forzosa, para proteger todos
los intereses que están enjuego.

84. No presentación de nueva propuesta de acuerdo de reorganización


cuando ésta sea impugnada.
Cuando se acoge por sentencia firme y ejecutoriada la impug­
nación de la propuesta de acuerdo de reorganización fundada
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

gn las causales de los siguientes números del artículo 85, de la


vigente:
D efectos e n la form as de convocación y celeb ració n d e la
É '-ju n ta de acreedores, q u e h u b ie re n im p ed id o el ejercicio de
los derecho s d e estos últim os;
|f ) E rro r en el có m p u to d e las mayorías q u e incida sustancial­
m en te p a ra ad o p tar el acu erd o d e reorganización;
Falsedad o exageración del crédito o in capacidad o falta de
p erso n ería p ara votar d e alguno de los acreedores que hayan
co n cu rrid o a fo rm ar la mayoría, si excluido ese acreed o r o la
p arte falsa o exagerada del crédito, n o se logra tal m ayoría;

- 6) Por contener una o más estipulaciones contrarias a lo previsto


en la ley concursal. En cualquiera de estos casos, el deudor
• está facultado para presentar una nueva propuesta de acuer­
do, dentro de los 10 días siguientes contados desde que se
notifique la resolución que acoge la impugnación, siempre
que esta nueva propuesta se presente apoyada por dos o más
acreedores que representen, a lo menos, el 66% del pasivo
total con derecho a voto. En este caso la empresa deudora o
el deudor, cuenta con protección financiera concursal, hasta
la celebración de la junta de acreedores destinada a decidir
sobre la nueva propuesta.
Ahora bien, si la empresa deudora o el deudor no presenta
la nueva propuesta de acuerdo que cuente con el apoyo del por­
centaje de acreedores con derecho a voto ya indicado, dentro del
w .
término también señalado, el tribunal competente debe dictar de
oficio y sin más trámite, en el lenguaje del legislador, la resolución
de liquidación en su contra. En verdad el hecho revelador en este
caso se integra como en las causales anteriores, en primer lugar
con la confesión expresa yjudicial de cesación de pagos del sujeto
pasivo, elemento al que ahora se adiciona, en segundo lugar, el
hecho que durante la tramitación del acuerdo de reorganización,
la propuesta formulada por él fue impugnada por sentencia fir-
Ще>por los motivos de objeción que hemos referido, los cuales
revelan culpa o dolo o mala fe del proponente, a lo que se
aSrega en tercer lugar la circunstancia de darle la oportunidad

137 dí ” ¡a¡:
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN PE EMPRESAS Y PERSONA3. DERECIЮ CONCURSAL

de presentar una nueva propuesta, siempre que ella cuente con


el apoyo de acreedores que representen el 66% del pasivo con
derecho a voto, dentro del plazo indicado precedentemente y,
por último, el hecho que siendo esto así la empresa deudora o
el deudor no logra presentar la nueva propuesta de acuerdo en
el tiempo y con las exigencias de apoyo dispuestos por la ley. La
concurrencia de los requisitos copulativos de este hecho revelador
de cesación de pagos no deja duda alguna de la situación patri­
monial crítica de la empresa deudora yjustifica la declaración de
liquidación forzosa, que el tribunal tiene que adoptar en forma
refleja o consecuencial.

85. Impugnación de la propuesta de acuerdo de reorganización


por causales de los números 4) y 5) del artículo 85, de la ley vigente. Se
trata de una nueva causal de liquidación forzosa refleja o con­
secuencial, que se funda en el hecho de haber sido impugnada
la propuesta de acuerdo presentada por la empresa deudora o
el deudor, por sentencia ejecutoriada, basada en los siguientes
motivos de objeción:
1) Artículo 85 № 4) acuerdo entre uno o más acreedores y el
.deudor para votar a favor, abstenerse de votar o rechazar el
acuerdo, para obtener una ventaja indebida respecto de los
demás acreedores;
2) Artículo 85 № 5) ocultación o exageración del activo o pasivo.
Dado el hecho que en las dos situaciones que constituyen causas
de impugnación existe una conducta culpable, dolosa o de
mala fe de parte del deudor y una actitud similar de alguno
o algunos de sus acreedores. Ante la gravedad de los hechos
señalados, que se suman a las otras circunstancias de este
hecho revelador de cesación de pagos, indicadas en la causal
anteriormente analizada, el legislador dispone que el tribunal
ordene de oficio y sin más trámite el inicio del procedimiento
concursal de liquidación, en la misma resolución que acoge
la impugnación y el deudor no puede presentar una nueva
propuesta de acuerdo de reorganización judicial.
A diferencia de lo míe estaba nrevisfn en 1я lecnslarirm ríe
quiebras hoy derogada, en la cual la impugnación del convenio
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACION

If
.judicial preventivo, al cual se asemeja con ligeras diferencias, el
procedimiento concursal de reorganización permitía al deudor
la proposición de uno nuevo, cualesquiera hubiesen sido las
causales de impugnación, en la actual normativa, en la que los
motivos de objeción del acuerdo de reorganización son práctica­
mente los mismos, tratándose de las situaciones señaladas en los
números 4) y 5) del artículo 85, se autoriza el inicio de liquida­
ción forzosa, en forma refleja o consecuencial, obligando al juez
a hacerlo en la misma resolución en que acoge la impugnación
de la propuesta.

86. Rechazo del acuerdo de reorganizaciónjudicial. El artículo 96,


de la ley vigente, dispone que si la propuesta de acuerdo es recha­
zada por no haber obtenido la mayoría legal o porque el deudor
no otorga su consentimiento, el tribunal debe pronunciar la re­
solución de liquidación, en los términos propios del legislador de
oficio y sin más trámite, en la misma junta de acreedores destinada
a decidir sobre el acuerdo, a menos que la in dicada junta decida
lo contrario por quorum especial, es decir, por dos tercios del
pasivo total con derecho a voto verificado y /o reconocido, según
corresponda en el procedimiento concursal respectivo. En conse­
cuencia, si la junta no decide lo contrario por quorum especial,
ante el rechazo del acuerdo de reorganización, se configura
este nuevo hecho revelador de cesación de pagos que sirve de
fundamento a la liquidación forzosa refleja o consecuencial de
la empresa deudora o del deudor. En su tiempo y bajo la legisla­
ción de quiebras, hoy derogada, el rechazo del convenio judicial
preventivo originaba también la quiebra refleja del deudor.
Esta causal de liquidación forzosa se compone de la circuns­
tancia básica de haber presentado el propio sujeto pasivo la
solicitud para el procedimiento de reorganización judicial, con­
fesión expresa y judicial de su imposibilidad de pagar, a la que
enseguida debe sumarse el hecho que en la junta de acreedores
destinada a conocer y pronunciarse acerca de la propuesta de
acuerdo, no se obtiene la mayoría legal de aprobación y, además,
no hay decisión adoptada por quorum especial, en el sentido de
que el juez no pronuncie sentencia de liquidación en esa misma
Junta. El rechazo del acuerdo de reorganización por no alcanzar
la Mayoría de aprobación y la falta de decisión de la junta en or-

139
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

den a impedir que el tribunal dicte la resolución de liquidación J


son circunstancias que determinan que este hecho revelador dèi
cesación de pagos adquiera carácter indiciario e indubitado.
Cuando lajunta de acreedores acuerda por quorum especial!
que, no obstante el rechazo de la propuesta de acuerdo de reor-jjj
ganización por no alcanzar la mayoría de aprobación, no se dicte
por el tribunal en esa mismajunta la resolución de liquidación, eri 1
tal evento el deudor, a través del veedor, debe publicar una nueva
propuesta de acuerdo en el Boletín Concursal y acompañarla al
tribunal 10 días antes de lajunta de acreedores a pronunciarse so­
bre ella, conservando el deudor la protección financiera concursal
hasta la celebración de dicha junta, la que ha de tener lugar dentro
de los 20 días siguientes a aquella que rechazó el acuerdo.
En el caso en que la empresa deudora o el deudor no pre­
sente la nueva propuesta dentro del plazo señalado, el tribunal
pronuncia, en esta nueva situación, de oficio y sin más trámite, en
el lenguaje del legislador, la resolución de liquidación, que viene
siendo una variante de este hecho revelador o bien podría incluso
considerarse como una causal diversa de liquidación forzosa re­
fleja o consecuencial y que se va sumando a la lista de situaciones
que la legislación vigente sigue estableciendo, en vez de haber
definido una causa única y genérica de cesación de pagos, como
lo hacen las regulaciones modernas sobre esta materia.

87. Declaración de nulidad o de incumplimiento del acuerdo de reorg


nizaáónjudicial. De la misma manera que la declaración de nulidad
o de incumplimiento del convenio judicial preventivo, causaba la
quiebra refleja del deudor, bajo la vigencia de la legislación ante­
rior hoy derogada, una vez firme y ejecutoriada la resolución que
pronuncia la nulidad o el incumplimiento del acuerdo de reorgani­
zación judicial, el mismo tribunal tiene que dictar la resolución de
liquidación de la empresa deudora, de oficio y sin más trámite, como
acostumbra el legislador señalarlo, aunque en verdad lo hace solo
por vía de consecuencia o en forma refleja, ante la concurrencia
copulativa de los elementos o requisitos que componen este hecho
manifestativo de cesación de pagos, a saber:
a) Confesión expresa y ante órgano jurisdiccional de la em­
presa deudora de su imposibilidad de pagar, al recurrir
al procedimiento concursal de reorganización judicial;

140
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

£>) T ram itación d el acu erd o d e reo rganización ju d icial hasta


V y lo g rar su ad o p ció n p o r la ju n ta de acreedores;
• c) A probación del ju e z del acuerdo p o r falta de im pugnacio­
nes o p o r h a b e r sido desechadas las q u e se p re se n ta ro n y
su e n tra d a en vigencia;
\ d ) D em anda p o r declaración de nulidad o de incum plim iento
d el acuerdo, y
e) Sentencia firme y ejecutoriada que acoge la dem anda
de nulidad o de declaración de incum plim iento del
acuerdo.
• En estricto derecho, lo que sucede es que el acuerdo de
Reorganización judicial, mediante el cual se pretendía evitar la
"quidación forzosa de la empresa deudora, se ha extinguido por
"a declaración de su nulidad o de su incumplimiento, motivo por
él cual la única solución posible es pronunciar la resolución de
iquidación, respecto de este sujeto pasivo cuya insolvencia se ha
revelado de forma indudable.

88. Declaración de nulidad o de incumplimiento del acuerdo de


reorganización extrajudicial o simplificado. Esta situación se encuen­
tra prevista en el artículo 114, de la ley concursal vigente, que
establece que demandada la nulidad o el incumplimiento del
acuerdo simplificado, se aplicará lo dispuesto en el Párrafo 6
del Título 2 del Capítulo III, es decir, lo que está previsto para el
acuerdo de reorganización judicial, en el artículo 100, o sea, la
misma solución consistente en el pronunciamiento de la resolu­
ción de liquidación de la empresa deudora, por vía consecuencia!
o refleja, a la que el legislador califica de oficio y sin más trámite.
Como ya hemos analizado este caso en el párrafo anterior de esta
S'O - Uri Ы::'

obra, huelgan otras explicaciones.

89. El deudor no se decide por alguna de las actuaciones legales en


Id audiencia inicial del procedimiento concursal de liquidación forzosa
'i.'/ ЯЧЛ Г-í; í. i 11.КG 4 V.N Í.;N

0 bien no propone alguna de ellas o no comparece a dicha audiencia.


Tal como lo indicamos en el epígrafe, durante el desarrollo de
ja. audiencia inicial del procedimiento aludido, una vez que el
juez informa al deudor de la demanda presentada en su contra
У rl ^ i
. . O 4 -, t • * -, -,
; ios erectos ae un eventual procedimiento couciusai ae
liquidación, éste puede proponer por escrito o verbalmente,

141
REORGANIZACIÓN Y MQUIDACIÓN DE EMPRfcSASY PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

alguna de las actuaciones que indicaremos a continuación, de­


biendo siempre señalar el nombre o la razón social, domicilio y
correo electrónico de sus tres acreedores, o sus representantes
legales, que figuren en su contabilidad con los mayores créditos.
Si el deudor no cumple con este requisito, el tribunal tiene por
no presentada la actuación y dicta de inmediato resolución de
liquidación. He aquí, de nuevo una circunstancia que sin duda
constituye causal de aplicación del procedimiento concursal de
liquidación, originada consecuencialmente por la omisión del
supuesto ya indicado.
Las actuaciones que la empresa deudora o el deudor pueden
proponer por escrito o verbalmente en la audiencia inicial, son
las siguientes:
a) Consignar fondos suficientes para el pago del crédito
demandado y las costas respectivas, ante lo cual el juez ordena
practicar la liquidación del crédito y las costas y señala un plazo
para realizar el pago, que se cuenta desde que esas actuaciones
se encuentren firmes. Si el deudor no paga en el plazo fijado,
el tribunal dicta la correspondiente resolución de liquidación,
configurándose así otra causal de liquidación forzosa, refleja o
consecuencial;
b) Allanarse por escrito o verbalmente a la demanda, pro-
nuciándose en este caso la resolución de liquidación, la que sin
duda es de naturaleza refleja o consecuencial;
c) Acogerse expresamente al procedimiento concursal de
reorganización judicial contemplado en la ley concursal.
Ahora bien, creemos que si el deudor no ha optado por con­
signar fondos dando cumplimiento a la obligación de pagar los
créditos demandados y las costas correspondientes ni tampoco se
ha allanado expresamente a la demanda de liquidación forzosa, si
no expresa en la audiencia inicial su voluntad por escrito o verbal­
mente de acogerse al procedimiento de reorganización judicial,
el tribunal debe dictar también resolución de liquidación;
d) Oponerse a la demanda de liquidación forzosa, fundado
en las excepciones del artículo 464 del CPC.
Al hacerlo el deudor dará origen aijuicio de oposición. Pero
si no formula la oposición aludida en la audiencia inicial, ni ha
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACION"

tenido lugar n inguna d e las otras actuaciones, nuevam ente se


configura u n a causal p ara que el tribunal p ro n u n cie en su contra
resolución de liquidación.
Por últim o, si la em presa d eu d o ra o el d eu d o r n o com parece
a la audiencia inicial o com pareciendo n o efectúa n in g u n a d e las
actuaciones que hem os analizado en las letras a ) , b ) , с) y d ) , el tri­
bunal dicta consecuencialm ente la resolución de liquidación.

90. Bochazo de la oposiciónformulada por el deudor en elprocedimiento


concursal de liquidaciónforzosa. De conformidad con lo previsto en
el artículo 123, de la ley de la materia, deducida la oposición, el
tribunal debe constatar el cumplimiento de los requisitos legales
y si procede debe tener por opuesto al deudor a la liquidación
forzosa. En caso contrario, el tribunal tiene que pronunciar la
resolución de liquidación de la empresa deudora o del deudor,
que sin duda es una consecuencia del rechazo de la oposición del
deudor, por falta de cumplimiento de los requisitos legales.

91. Liquidaciónforzosa refleja de los socios de una sociedad colectiva


comercial o de los gestores de una sociedad en comandita mercantil. De­
clarada la liquidación forzosa de la sociedad colectiva comercial
o de una sociedad en comandita mercantil, se tiene que declarar
la liquidación forzosa de todos los socios colectivos y de los socios
gestores que la componen, en su caso.
Tratándose de la liquidación forzosa de una sociedad colec­
tiva comercial o de la liquidación de la sociedad en comandita
mercantil, la liquidación forzosa que afecta a todos los socios
colectivos y a los socios gestores, en su caso, se funda en la res­
ponsabilidad ilimitada y solidaria de éstos por las obligaciones
contraídas bajo la razón social (art. 370 С. de Comercio), en
ambos tipos de sociedades.
Este hecho revelador o causal pone en evidencia que la cesación
de pagos no responde a una concepción restrictiva que la hace
sinónimo de simple incumplimiento, porque los socios colectivos
o gestores, en su caso, no han incumplido personalmente ninguna
obligación mercantil. Fue la sociedad, persona jurídica distinta
de los socios individualmente considerados, la que incurrió en la
cesación de pagos nne nrovocó su linuidación forzosa v. en forma
i O i I ± / -

refleja o consecuencial, la de sus socios.


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Esta causal se funda en la teoría amplia de la cesación de


pagos, porque implica que la sociedad por sí misma es incapaz
de pagar sus obligaciones y los socios que la integran, unidos
por la affectio societatis y solidariamente responsables, tampoco
lo pueden hacer para evitar su propia liquidación forzosa, lo
que revela que se encuentran asimismo en cesación de pagos,
que en este caso no se exterioriza mediante incumplimiento de
obligaciones propias.
Pt>r el contrario, la liquidación forzosa de uno de los socios
solidarios no origina la resolución de liquidación de la sociedad,
sino habilita para pedir la disolución de la misma, conforme al
artículo 2106 del Código Civil, porque la compañía no es solidaria­
mente responsable de las obligaciones contraídas por sus socios.
Al parecer, esta circunstancia exteriorizadora de la cesación
de pagos se mantiene en la normativa actualmente vigente, no
obstante la derogación del artículo 51 del Libro IV De las quie­
bras, del Código de Comercio, porque el artículo 117 № 1), de
la actual legislación concursal, que establece la excepción en el
sentido que dicha causal no puede invocarse para solicitar el ini­
cio del procedimiento concursal de liquidación respecto de los
fiadores, codeudores solidarios o subsidiarios, o avalistas de la
empresa deudora que ha cesado en el pago de las obligaciones
garantizadas por éstos, se refiere a la liquidación forzosa solicitada
por imo o más acreedores, en concordancia con el enunciado del
precepto legal antes indicado y no a la que se produce en forma
refleja o consecuencial, respecto de obligaciones en las cuales la
responsabilidad del fiador, codeudor solidario o subsidiario o del
avalista, provienen de una caución, cuya fuente generadora es la
convención o el contrato. En el caso del artículo 370, del Código
de Comercio, la fuente de la solidaridad es la ley, por ende la
causa de la liquidación forzosa de los socios de la sociedad co­
lectiva comercial o de los gestores de la en comandita mercantil,
es la responsabilidad solidaria que ellos tienen respecto de las
obligaciones de la sociedad. Además, el artículo 370, inciso 22,
del Código de Comercio, dispone imperativamente que dicha
solidaridad no puede ser derogada por los socios en las sociedades
colectivas, lo que ha de entenderse aplicable también a los socios
gestores de las sociedades en comanditas, que por ley responden
como los socios colectivos.

144
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

- También podría sostenerse que siendo el Derecho Concur­


sal un derecho de tutela, de protección y sancionatorio contra
el atentado al crédito, que es el bien jurídico protegido, al no
existir ahora en la Ley № 20.720 la norm a expresa que disponga
la liquidación forzosa de los socios de una sociedad colectiva co­
mercial y de los gestores de una en comandita mercantil, que ha
sido objeto de este procedimiento concursal, no se produciría la
quiebra refleja o consecuencia! de los aludidos asociados.
Por último, la aparente excepción del artículo 117 № 1) de
la ley concursal en vigor, sólo tiene aplicación respecto de la cau­
sal a que él se refiere y no afecta el ejercicio de la acción de los
acreedores para lograr el inicio del procedim iento concursal de
liquidación forzosa, respecto de los garantes aludidos invocando
las otras dos causales previstas en la citada disposición legal, caso
en el cual ya no estaríamos en presencia de una liquidación for­
zosa refleja, sino de una pedida por los acreedores.

92. Falta de acuerdo de ejecución en el procedimiento concursal de


renegociación de la persona deudora. Cuando un sujeto insolvente
de esta categoría, durante el procedimiento concursal indicado,
no logra obtener acuerdo acerca de su pasivo o respecto de la
renegociación de sus obligaciones, la Superintendencia cita a los
acreedores a una audiencia de ejecución, para establecer la forma
en que serán realizados sus bienes y el pago de los créditos. En
caso que no se logre un acuerdo sobre la realización de los bienes
y del pago de los créditos, la Superintendencia debe remitir los
antecedentes al tribunal del domicilio del deudor, el que pronun­
cia la resolución de liquidación, según lo previsto en la ley de la
materia, que sin duda es una liquidación forzosa refleja o por vía
de consecuencia, ante el fracaso de procedimiento concursal de
renegociación de la persona deudora.

93. Reflexión acerca de las causales de liquidaciónforzosa. En gene­


ral, respecto de la liquidación forzosa, existen alrededor de 13 o
más hechos reveladores de cesación de pagos, que se establecen
como causales de inicio de este procedimiento; 3 de ellas para
miciarlo a solicitud de uno o más acreedores y 10, de carácter
reiiejo o consecuencial, a las que erradamente se las menciona
c°mo de oficio y sin más trámites, por el legislador. Además, se

145 0-. -, -¡n.i:


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS ¥ PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

advierte como lo hemos venido señalando, que los autores de


normativa actualmente vigente, han persistido en esta serie de
causales, recogiendo en gran parte las que estaban previstas en
la legislación anterior, hoy derogada, en vez de darse a la tarea
de definir una causa única y genérica de la cesación de pagos,
que habilite para impetrar los procedimientos concúrsales, no
obstante que la doctrina nacional hace años viene criticando la
idea de enumerar hechos reveladores que se confunden con la
cesación de pagos misma.20'21

Sección III
EL SUJETO PASIVO DE LA LIQUIDACIÓN FORZOSA

Párrafo I
E l s u j e t o p a s iv o e n g e n e r a l

94. Noción de sujeto pasivo. Se trata de una persona natural o


jurídica cuyo patrimonio sufre el estado generalizado y permanente
de impotencia de pagar las obligaciones contraídas y en contra
de quien se ejerce la acción de la aplicación del procedimiento
concursal de liquidación forzosa. Bajo la vigencia de la legisla­
ción de quiebra, hoy derogada, excepcionalmente se admitía la
quiebra de la sucesión del deudor, que no es persona natural
ni jurídica, sino más bien un patrimonio. La normativa vigente
en la actualidad no recoge esta situación, no obstante que en el
derecho comaparado aún se mantiene.
Determinar el tipo de sujeto pasivo de los procedimientos
concúrsales se relaciona con el presupuesto de la causa que los
origina, esto es, la imposibilidad de pagar, teniendo en cuenta
que una cierta clase de deudores son los más proclives en atentar
contra el bien jurídico que ellos cautelan.
El sujeto pasivo de la liquidación forzosa es la empresa deudora,
según lo previsto en el enunciado del artículo 117 de la ley del

20 Véase en este sen tid o PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN, ob. cit. p. 42.
21 Véase además SANDOVAL LÓPEZ, RICARDO, Derecho Comercial. La insolvencia de
la empresa. De/ec/ш CouluióoI: quiebras, conventos y cesiones de bienes, Editorial Jurídica
de Chile, tomo IV, 6- edición, pp. 43 y 44.

146
-GAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

ramo, donde se establecen asimismo las causales o más bien los


hechos reveladores de cesación de pagos, que cualquier acreedor
tiene que invocar para demandar el inicio de este procedimiento
concursal. El concepto de empresa deudora está definido en el
artículo 2Q№ 13, de la ley de la materia, en los siguientes térmi­
nos: “Para los efectos de esta ley, se entenderá, en singular o plural, por:
13) Empresa Deudora: Toda persona jurídica privada, con o sin fines
de lucro, y toda persona natural contribuyente de primera categoría o
del número 2) del artículo 42 del Decreto Ley № 824, del Ministerio de
Hacienda, de 1974, que aprueba la ley sobre impuesto a la renta”.22

22 El artículo 42 № 2 del Decreto Ley № 824, de 1974, señala textualmente:


“Se aplicará, calculará y cobrará un impuesto en conformidad a lo dispuesto en el artículo 43,
sobre las siguientes rentas: (246-a).
I a. Sueldos, sobre sueldos, salarios, premios, dietas, gratificaciones, (246) participaciones
y cualesquiera otras asimilaciones y asignaciones que aumenten la remuneración pagada por
servicios personales, montepíos y pensiones, exceptuadas las imposiciones obligatorias que se
destinen a la formación defondos de previsión y retiro, (248) y las cantidades percibidas por
concepto de gastos de representación (249).
Cuando los depósitos efectuados en la cuenta de ahorro voluntario a que se refiere el ar­
tículo 21 de Decreto Ley № 3300, de 1980, que no hayan estado acogidos a las normas que se
establecen en la letraA. del artículo 5 7 bis, se destinen a anticipar o mejorar la pensión, para los
efectos de aplicar el impuesto establecido en el artículo 43, se rebajará de la base de dicho tributo
el monto que resulte de aplicar a la pensión el porcentaje que en el total del fondo destinado a
ella representen tales depósitos. Este saldo será determinado por la Administradora de Fondos
de Pensiones de acuerdo a lo establecido en el artículo 22 del Decreto Ley № 3.500, de 1980,
registrando separadamente el capital invertido, expresando en unidades tributarias mensuales,
el que corresponderá a la diferencia entre los depósitos y los retiros netos, convertidos cada uno de
ellos al valor que tenga dicha unidad en el mes en que se efectúen estas operaciones (249-a).
Respecto de los obreros agrícolas el impuesto se calculará sobre la misma cantidad afecta
a imposiciones del Servicio de Seguro Social, sin ninguna deducción (249-a).
Los choferes de taxi, que no sean propietarios de los vehículos que exploten, tributarán
con el impuesto de este número con tasa de 3,5% sobre el monto de dos unidades tributarias
mensuales, sin derecho a deducción alguna. El impuesto debe ser recaudado mensualmente
por el propietario del vehículo el que debe ingresarlo en arcasfiscales entre el 1° y el 12 del mes
siguiente (251) (252) (249-a).
2°. Ingresos provenientes del ejercicio de las profesiones liberales o de cualquiera otra
profesión и ocupación lucrativa no comprendida en la primera categoría ni en el número
anterior, incluyéndose los obtenidos por los auxiliares de la administración de justicia por
los derechos que conforme a la ley obtienen del público, los obtenidos por los corredores que
sean personas naturales y cuyas rentas provengan exclusivamente de su trabajo o actuación
personal, sin que empleen capital, y los obtenidos por sociedades de profesionales que presten
exclusivamente servicios o asesorías profesionales.
Para bs efectos de lo dispuesto en el inciso anteñor, se entenderá por “ocupación lucrativa'
la actividad ejercida en forma independiente por personas naturales y en la cual predomine
et trabajo personal basado en el conocimiento de una ciencia, arte, oficio o técnica por sobre
el empleo de maquinarias, herramientas, equipos и otros bienes de capital

147
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Hemos hecho la transcripción completa del artículo 42 de '


la Ley de Impuesto a la Renta, al pie de página, para poner en
evidencia el desacierto del legislador de haberse remitido a este ^
artículo, propio de la legislación tributaria de derecho público,
en vez de crear una definición de empresa deudora o más bien .
empresario deudor, persona natural, o remitirse a una norma del
Código de Comercio, como lo indicamos más adelante. En efecto,
del texto del citado precepto se colige que lo regulado y sujeto
al impuesto de primera categoría, son las rentas provenientes de
las actividades que en él se señalan, por lo que en una primera
aproximación, para esclarecer qué se entiende por empresa o
empresario deudor persona natural, habría que creer que se
trata de los individuos que obtienen o generan las rentas sujetas
a este impuesto, son aquellas que constituyen el sujeto pasivo de
la liquidación forzosa. Aparecen nombrados expresamente en
el artículo 42, de la Ley de Impuesto a la Renta, los obreros agríco­
las, categoría laboral hoy derogada y reemplazada simplemente
por trabajadores, en reformas bien pretéritas de la legislación de
esta materia, a quienes también habría que considerar empresa
deudora persona natural. Asimismo, la disposición en comento
menciona señaladamente a los choferes de taxi, respecto de los
cuales se podría concluir lo mismo. Un poco más clara resulta la
remisión al № 2, del artículo 42 de la Ley de Impuesto a la Renta,

Sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos anteriores, las sociedades deprofesionales que
presten exclusivamente servicios o asesorías profesionales, podrán optarpor declarar sus rentas
de acuerdo con las normas de la primera categoría, sujetándose a sus disposiciones para todos
los efectos de esta ley. El ejercicio de la opción deberá practicarse dentro de los tresprimeros meses
del año comercial respectivo, presentando su declaración al Servicio de Impuestos Internos
en dicho plazo, acogiéndose al citado régimen tributario, el cual regirá a contar de ese mismo
П У М ''

año. Para los efectos de la determinación en el primer ejercicio de los pagos provisionales
mensuales a que se refiere la letra a) del artículo 84, se aplicará por el ejercicio completo, el
porcentaje que resulte de la relación entre los ingresos brutos percibidos o devengados en el año
!.Л l-Ç'ï(.:CO Г1! А !.;(■ IJHiiOS i::' i.¡N i>í UTO

comercial anterior y el impuesto de primera categoría que hubiere correspondido declarar, sin
considerar el reajuste del artículo 72, pudiéndose dar de abono a estos pagos provisionales
las retenciones o pagos provisionales efectuados en dicho ejercicio por los mismos ingresos en
virtud de lo dispuesto en el artículo 74, № 2°y 84, letra b), aplicándose al efecto la misma
modalidad de imputación que señala el inciso primero del artículo 88. Los contribuyentes que
optaren por declarar de acuerdo con las normas de la prímera categoría, no podrán volver al
sistema de tributación de la segunda categoría.
En ningún caso quedarán comprendidas en este número las rentas de sociedades de pro­
fesionales que exploten establecimientos tales como clínicas, maternidades, laboratorios и otros
análogos, ni de las que desarrollen algunas actividades clasificadas en el artículo 20. ”

148
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DÉ LIQUIDACIÓN

í;órque alude a los sujetos que generan ingresos provenientes del


¡ p rc ic io de las profesiones liberales o cualquiera otra profesión u
¿>cupación lucrativa no comprendida en la primera categoría ni
el número l 2 del mismo artículo, incluyendo las personas que
Obtienen esas rentas como los auxiliares de la administración de
f e n icia por los derechos que logran del público, los corredores
‘"^u e son personas físicas y cuyos ingresos provengan exclusivamen-
Шё de su trabajo o actuación personal, sin que empleen capital y
>íás personas que obtienen ingresos por pertenecer a sociedades
^profesionales que presten exclusivamente servicios o asesorías
^profesionales. Para ilustrar este pasaje del precepto legal que nos
F; ocupa, se define la idea de ocupación lucrativa como la actividad
f 'ejercida en forma independiente por personas naturales y en la
jlícual predomine el trabajo basado en el conocimiento de una
Ж ciencia, arte, oficio o técnica por sobre el empleo de maquinarias,
.^.herramientas, equipos u otros bienes de capital.
Ahora bien, todo este galimatías para describir la empresa
^¿deudora persona natural sujeto pasible de liquidación forzosa,
gi ;5e habría evitado recurriendo al propio Código de Comercio,
Ж fuente por excelencia del Derecho Comercial, al cual pertenece
el derecho concursal, m ateria de la Ley № 20.720. En efecto,
fgp el artículo 166, inciso final del citado cuerpo de leyes, define el
I concepto de empresario de transportes, señalando textualmente:
clue Ia industria de hacer transportar personas o mercaderías
: , Pcjr sus dependientes asalariados y en vehículos propios o que se hallen a
su servicio, se llama empresario de transportes,23 aunque algunas veces
-Л- ejecuta el transporte por sí mismo”. Este concepto puede ser enten-
x" • dido y aplicado como una definición genérica de empresario,
^ ; en cuanto a que queda en evidencia que se trata de una persona
vD natural que reúne y coordina los factores productivos (en el caso
del citado artículo, trabajo de dependientes asalariados y capital,
- vehículos propios o que se hallen a su servicio), para participar
. . ■ en el mercado de bienes o servicios. Incluso de este mismo pre-
Cepto legal puede extraerse un concepto general de empresa,
clUe tanta falta hace en nuestro derecho mercantil objetivo. Si
nos atenemos a la definición de empresario de transporte del

Hemos puesto en letra negritas estas palabras para destacar su significado


; alcance.

149
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Código de Comercio, habría que concluir además que los choferes


de taxi no son empresarios y por ende no debieran ser pasibles
de liquidación forzosa, dada la circunstancia que para hacer
transportar las personas, ellos no cuentan con vehículos propios o
que se hallen a su servicio, sino conducen o trabajan, como se dice
en la práctica, el vehículo que pertenece a otra persona y que
tampoco está a su servicio como dice el artículo 166, inciso final
del Código de Comercio.
En conclusión, no nos parece acertado que para concep-
tualizar la empresa deudora, persona natural, el legislador haya
remitido a la legislación fiscal o tributaria, que forma parte del
Derecho Público, en el cual existen principios generales y normáis
de interpretación distintas a las del Derecho Privado. Más aún, la
regulación tributaria es objeto de cambios frecuentes, como lo
demuestra el hecho de que, en el tiempo presente, se está trami­
tando una Reforma Tributaria que será aprobada y derogará o
modificará sustancialmente la Ley de Impuesto a la Renta.
La definición legal de empresa deudora, tratándose de las
personas jurídicas privadas, resulta a todas luces de fácil com­
prensión e interpretación y además tiene una considerable
extensión, toda vez que comprende tanto a las entidades que
persiguen fines lucrativos como a las que no lo hacen. De esta
suerte, son sujetos pasivos de la liquidación forzosa, procedi­
miento concursal que ahora reemplaza a la antigua quiebra,
todas las sociedades civiles o comerciales, que persiguen fines
de lucro, las cooperativas que persiguen beneficios cooperativos
y las corporaciones y fundaciones, que no tienen por objeto la
consecución de fines de lucro. Así, se despejan ciertas dudas
que existieron durante el régimen de la quiebra, regulado por
el Código de Comercio, hoy derogado en esta materia, espe­
cialmente respecto de las corporaciones, personas jurídicas de
derecho privado sin fines lucrativos.
Muchas veces toca a la doctrina hacer un aporte en orden a
resolver algunas dificultades que se suscitan por los vacíos o caren­
cias del contenido de la ley, por lo que nos atrevemos a proponer
una definición de empresa, que podría ser considerada para
futuras reformas de la legislación mercantil nacional, porque los
autores de la Ley № 20.270, no lo hicieron, aún para los fines de
la materia concursal que ella regula. Para la normativa mercantil
-T- a p nr уаг.^ 1гпТИ[Г|П ТО ГГ|Пс и р<.лт n p т rouiDACIOX'

se entiende por empresa la entidad que organiza los factores de


producción con el propósito de intervenir en el mercado de bienes
o servicios, generalmente con fines de lucro. El sujeto, persona
n a tu ra l o jurídica que asume la actividad profesional constitutiva
de empresa, se denomina empresario.
En el derecho concursal italiano el sujeto pasivo de la insolven­
cia es el empresario, lo que se aviene con la concepción moderna
del Derecho Comercial, como rama del ordenamiento jurídico
que reglamenta la actividad constitutiva de empresa.

P á r r a f o II
A l g u n o s c a s o s e s p e c ia l e s d e s u je t o pasivo
DE LA LIQUIDACIÓN FORZOSA

95. La mujer casada. La Ley № 18.802, publicada en el Dia­


rio Oficial de 9 de junio de 1989, que entró en vigencia el 8 de
septiembre del mismo año, permitió que la mujer casada dejara
de ser relativamente incapaz, condición que tenía antes de la
ley mencionada, que no se justificaba ni por el hecho de ser
mujer ni por la circunstancia de ser casada, sino por el régimen
patrimonial bajo el cual contraía el matrimonio. El № 57 del
artículo P de la Ley № 18.802, de 1989, sustituye el inciso 32 del
artículo 1447 del Código Civil, eliminando a las mujeres casadas
no divorciadas a perpetuidad ni separadas totalmente de bienes
y a las separadas parcialmente de bienes, en cuanto a los bienes
no comprendidos en la separación, de la categoría de los relati- ?
vamente incapaces. S
De esta suerte, la mujer casada, aun en régimen de sociedad >
conyugal, es plenamente capaz. Según la norma del artículo 137 J
del Código Civil, en el texto actual modificado por la Ley № 18.802, %
los actos y los contratos de la mujer casada en sociedad conyugal 5
solo la obligan en los bienes que administre en conformidad a los í;
artículos 150,166 y 167 de la misma codificación. En el inciso 22 I
de la disposición legal citada se establece una excepción en virtud %
de la cual las compras que la mujer casada en sociedad conyugal %
~ i.Í£iu.o Lie ubjC lOS XÏjlU.0bles naturalmente destinados al g
c°nsumo ordinario de la familia, obligan al marido en sus bienes ;

151
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS YPERSONAS. DERECHO CONCURSAL |

y en los de la sociedad conyugal; y obligan además los bienes l


propios de la mujer, hasta concurrencia del beneficio particular ?
que ella reportare del acto, comprendiendo en este beneficio I
el de la familia común en la parte en que de derecho haya ella í
debido proveer a las necesidades de ésta. !
De conformidad con el artículo 150 del Código Civil, en el j
texto fijado por la Ley № 18.802, de 1989, la mujer casada de ']
cualquier edad puede dedicarse libremente al ejercicio de un -*
empleo, oficio, profesión o industria, sin que el juez a petición
del marido pueda ahora prohibírselo, como podía hacerlo antes
de la reforma del precepto legal indicado. La mujer casada que
desempeñe algún empleo o que ejerza una profesión, oficio o
industria separados de los del marido, se considerará separada
de bienes respecto del ejercicio de ese empleo, oficio, profesión
o industria y de lo que en ellos obtenga, no obstante cualquiera .
estipulación en contrario; pero si fuere menor de veintiún años,
necesitará autorización judicial, con conocimiento de causa, para
gravar y enajenar los bienes raíces.
Si la mujer casada en sociedad conyugal ejerce además un
empleo, profesión, oficio o industria separados de los del marido,
puede ser sujeto pasivo de liquidación forzosa, intentándose la >
petición directamente en contra de ella, y este procedimiento
concursal comprenderá los bienes que administre conforme al
artículo 150 del Código Civil y los bienes que administre según
los artículos 166 y 167 del mismo cuerpo de leyes.
Si la mujer casada en sociedad conyugal no ejerce ningún
oficio, empleo ni profesión separados de los de su marido y
contrae obligaciones, puede ser sujeto pasivo de liquidación
forzosa y dicha liquidación com prenderá los bienes propios
que administre en conformidad con los artículos 166 y 167 del
Código Civil.
En el caso de haber efectuado compras al fiado de objetos
muebles naturalmente destinados al consumo ordinario de la
familia, compromete los bienes del marido y los de la sociedad
conyugal. Además, resultan obligados los bienes propios de la
mujer, hasta concurrencia del beneficio particular que ella repor­
tare del acto, comprendiendo en este beneficio el de la familia
común en la parle eu que de derecho haya ella debido proveer
a las necesidades de ésta (art. 137 del Código Civil).
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

JK-1:
ge; 96. El menor adulto. La actual legislación concursal no con-
íáervó el artículo 48, del Libro IV De las quiebras, del Código de
Com ercio, hoy derogado, que establecía que el m enor adulto
tódministrador de su peculio profesional podía ser declarado en
¡kuiebra, comprendiendo ésta sólo los bienes de este peculio. Dada
lía-circ u n stan c ia que el m enor adulto que administra su peculio
profesional es capaz para ejercer el comercio, según el artículo 10,
!del Código de Comercio, puede sostenerse que el ejercicio de la
i-actividad mercantil lo sitúe en la calidad de empresa deudora,
•¿persona natural, que tributa en primera categoría o del núme-
" To 2) del artículo 42, del Decreto Ley № 824, del Ministerio de
‘.Hacienda, de 1974, que contiene la Ley de Impuesto a la Renta,
: caso en el cual puede ser sujeto pasivo del procedimiento con­
cursal de liquidación forzosa, cumpliéndose los demás requisitos
/ p a ra su aplicación.
En este caso se diferencia de la mujer casada que ejerce una
. industria o empleo separados de su marido, pues en la liquidación
forzosa del m enor adulto no se incluyen los bienes que adminis-
' tre su padre o guardador, en tanto quedan comprendidos en la
. liquidación forzosa los bienes propios de la mujer que administre
el marido.

97. Otros incapaces. Bajo la vigencia del artículo 49 del Libro IV


De las quiebras, hoy derogado,1del Código de Comercio, se disponía
que los incapaces en general podían ser declarados en quiebra,
por incumplimiento de obligaciones válidamente contraídas por
intermedio o con intervención de sus representantes legales o
con autorización de la justicia. Al igual que en el caso del m enor
adulto, esta norm a no fue recogida por la Ley № 20.720, sobre
procedimientos concúrsales en actual vigencia, por lo que al pa­
recer, debido a la carencia de una disposición expresa al respecto
У dado su carácter de incapaces, podría concluirse que no son
sujetos pasivos a quienes pueda aplicárseles la liquidación forzosa,
que reemplaza la antigua quiebra.
Con todo, se puede creer también que si los incapaces en
general pueden ser sujetos pasivos de liquidación forzosa, si
ejercen a través de sus representantes actividades empresariales,
4ue ios ubiquen en la condición de empresa deudora, persona
natural.

153
•i V LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSA г

98. La sucesión del deudor como sujeto pasivo de liquidación for­


zosa. Como lo hemos venido indicando, la normativa concursal
vigente no mantuvo el artículo 50 del Libro IV De las quiebras,
hoy derogado, que contemplaba la posibilidad de declarar en
quiebra a la sucesión del deudor, a petición de los herederos o
de cualquier acreedor, siempre que la causa que la determinara
se hubiera producido antes de la muerte del deudor y que la
solicitud se presentase dentro del año siguiente al fallecimiento
del causante. Esta declaración de quiebra producía de pleno
derecho el beneficio de separación a favor de los acreedores del
difunto y las normas de la quiebra se aplicaban sólo al patrimonio
del de cuyus.
No obstante que la liquidación forzosa, en la actual regula­
ción de procedimientos concúrsales es el sustituto de la quiebra,
el vacío o laguna legal al que nos referimos anteriormente, nos
lleva a concluir que la liquidación forzosa no tiene aplicación
tratándose de la sucesión del deudor.
La falta de una norma que regule expresamente la insolvencia
de la sucesión del deudor es reprochable, si se tiene en cuenta
que los procedimientos del derecho común para resolver esta
situación, como la declaración de herencia yacente, nombra­
miento de curador de la misma, declaración judicial del beneficio
de separación de patrimonios, notificación de títulos ejecutivos
a la sucesión, son complejos y de lenta tramitación. En cambio,
la quiebra de la sucesión del deudor resolvía el problema de los
acreedores del causante, permitiéndoles liquidar el patrimonio
de éste y la concurrencia de éstos con los acreedores de los here­
deros del deudor fallecido en insolvencia, gracias al beneficio de
separación de patrimonios que se producía por el solo ministerio
de ley.

99. La sociedad anónima como sujeto pasivo de liquidaciónforzosa.


Por ser persona jurídica de derecho privado que persigue fines
de lucro, la sociedad anónima es sujeto pasivo del procedimiento
concursal de liquidación forzosa, porque queda comprendida en
la definición de empresa deudora, que hemos indicado.
Interesa com entar algunas normas especiales de la Ley
№ 18.046, sobre sociedades anónimas, relativas al tema. De
conformidad con el art. 101 del citado texto legal, el directo-

154
-C A P TV. PR O C E D IM IE N T O C O N C U R S A I. DE LIQ U ID A CIO N

jio de Ia sociedad anónima, abierta o cerrada, que ha cesado


en el pago de una o más de sus obligaciones o respecto de la
cual ha sido declarado el inicio del procedimiento concursal
¿e liquidación, debe citar a junta de accionistas dentro de los
treinta días siguientes de acaecidos estos hechos para informar mSm
ampliamente sobre la situación legal, económica y financiera •fSf
de la sociedad.
Tratándose de sociedad anónima abierta que cese en el pago
de una o más de sus obligaciones, el gerente, o el directorio en su
ausencia, debe dar aviso al día siguiente hábil a la Superintenden­
cia de Valores y Seguros. Igual comunicación debe enviar si algún
acreedor de la sociedad solicitare el inicio de un procedimiento
concursal respecto de ella, sin peijuicio de que el juzgado ante
el cual se entablare la acción debe poner este hecho en conoci­
miento de la Superintendencia, como asimismo comunicarle la
resolución de liquidación.
Según el texto actual del artículo 102, de la Ley № 18.046,
fijado por el artículo 363, de la Ley № 20.720, si un deudor agrava
el mal estado de sus negocios en forma que haga temer peijuicio
para los acreedores, puede ser sometido a una intervención más
estricta que la pactada o resolverse el acuerdo de reorganización,
por su incumplimiento de conformidad con lo establecido en el
artículo 98 de la ley concursal antes mencionada y se presume
el conocimiento de los directores, liquidadores y gerentes de la
sociedad anónima deudora, en los siguientes casos: 7‘
1. Si la sociedad hubiere celebrado convenios privados con
algunos acreedores en peijuicio de los demás, y
2 . Si después de la cesación de pagos la sociedad ha pagado a
un acreedor, en peijuicio de los demás, anticipando o no el
vencimiento de su crédito.24

100. La sociedad de hecho como sujeto pasivo de liquidaciónforzosa.


Tratándose de sociedades de hecho de carácter comercial, según
lo previsto en los artículos 357 del Código de Comercio, la socie­
dad que adolezca de nulidad por incumplimiento de lo previsto
24 Véase oñcio iN- 599, ele 24 de lebrero cíe 1984, de ía Superintendencia de
valores y Seguros, en Valores y Seguros № 63, junio de 1984, p. 11.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

en el artículo 350, del mismo cuerpo legal, goza de personalidad !


jurídica y es liquidada como una sociedad, si consta en escritura
pública o de instrumento reducido a escritura pública o protoco­
lizado, no cabe duda que si la empresa deudora es una sociedad ]
de hecho dotada de personalidad jurídica puede ser sujeto pasivo 1
de liquidación forzosa. Los socios no pueden oponer la nulidad a '
los terceros interesados en la existencia de la sociedad, creemos
que los acreedores pueden solicitar la liquidación forzosa, sin -
perjuicio del derecho de otros acreedores para solicitar la quiebra
individual de los asociados.

101. La sociedad disuelta por nulidad como sujeto pasivo de liqui­


dación forzosa. De conformidad con la reforma introducida por
la Ley № 19.499, de 11 de abril de 1997, en el Código de Co­
mercio y en las leyes de sociedades de responsabilidad limitada
y de sociedades anónimas, se distingue entre nulidad absoluta de
pleno derecho y nulidad absoluta saneable. En el primer caso,
ella opera ipso iure y se forma una comunidad, de manera que
careciendo de personalidad jurídica la sociedad afecta a esta
sanción no puede ser sujeto pasivo del procedimiento concursal
de que estamos tratando.
En cambio, cuando la sociedad está afecta a nulidad absoluta
saneable, ella debe ser sujeto pasivo de liquidación forzosa, por­
que tiene el beneficio de la personalidad jurídica, de manera que
no hay inconveniente en que, aun declarada la nulidad, puede
aplicársele este procedimiento concursal.
La Ley № 19.499 se aplica a todas las sociedades cuya cons­
titución es solemne, salvo las sociedades colectivas civiles que se
forman consensualmente.
С С.О^л. i.)h Í.1ÜK0S !:S UN in U TO- I.ÍV N 1

102. Situación de las personas jurídicas de derecho público a


la liquidación forzosa. A ellas no se les aplica el procedimiento
concursal de liquidación forzosa, porque están excluidas del
concepto de empresa deudora, sujeto pasivo de este procedi­
miento concursal, que alude expresamente a personas jurídicas
privadas, con o sin fines de lucro. En consecuencia, respecto de
las personas jurídicas de derecho público, sólo se puede perse­
guir el cumplimiento forzado ue las obligaciones, por meuio
del juicio de hacienda.

156
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

Sección IV
I l a t r a m it a c ió n d e l p r o c e d i m i e n t o c o n c u r s a l
DE LIQUIDACIÓN FORZOSA

103. Aspectos generales. No basta con que exista el estado patri-


feronial crítico que configura la causa del procedimiento concursal
¿ijé liquidación forzosa, respecto de la empresa deudora, sino
I que es necesario que este estado jurídico sea declarado por una
í resolución de los tribunales de justicia, a petición de cualquier
i acreedor, que invoque y justifique la existencia de alguna de las
Causales o hechos reveladores de cesación de pagos previstos en
. la ley de la materia. Es a partir de la resolución de liquidación,
que se originan sus efectos jurídicos que el procedimiento trae
.'aparejados.
i Aun bajo la vigencia de la antigua legislación de quiebras, hoy
reemplazada por la Ley № 20.720, tanto en el derecho positivo
- nacional cuanto en la opinión de los comentaristas25 no tenía
cabida la llamada quiebra virtual o quiebra de hecho, cuyos efectos
podían originarse no obstante que no hubiere sido declarada
judicialmente. Como la antigua quiebra equivale, con algunas
diferencias, a la actual liquidación forzosa, esta última tampoco
puede tener el carácter de virtual o de hecho.
Nos referimos separadamente a la demanda de liquidación
; forzosa y su tramitación, para continuar con la resolución de
liquidación y sus efectos jurídicos.

Párrafol i?
L a d e m a n d a y l a a u d ie n c ia in ic ia l
DE LIQUIDACIÓN FORZOSA

104. Requisitos de la demanda de liquidación forzosa. El libelo se


presenta ante el tribunal del domicilio de la empresa deudora,
cumpliendo los requisitos comunes a todo escrito o presentación
r4Ue se hace ante los tribunales, y las exigencias generales de toda
demanda del artículo 254, del CPC, indicado la causal invocada

Zala q u ett , ob. cit., p. 135; P uelm a A cc o r si , ob. cit., p. 58.

157 / к -,
KHUKl>AÑ i'ZACION V 1lQUTOA¿ION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSA r

y sus hechos justificativos, acompañada de los siguientes antece­


dentes, previstos en el artículo 118 de la ley de la materia:
(T) Los documentos o antecedentes escritos que acreditan 1д
_ causal invocada. Esta exigencia se contrapone con las normas del
artículo 128 del Código de Comercio que permite probar por testi­
gos los actos o contratos mercantiles, cualquiera que sea el importe
de la obligación que se trate de probar, salvo en los casos en que
la ley exija escritura pública. Es evidente que si el sujeto pasivo de
la liquidación forzosa es la empresa deudora, tal como la define la
propia ley concursal, lo lógico es pensar que su actividad empre­
sarial pueda consistir precisamente en el ejercicio del comercio o
que contraerá obligaciones mercantiles, las que al ser cesadas en su
pago originarán la causa del procedimiento de concurso de que se
trata, de manera que exigirle al acreedor solicitante que acredita el
hecho revelador invocado en su demanda sólo acompañando docu­
mentos o antecedentes escritos, nos parece una inconsecuencia. La
legislación de quiebras, hoy derogada, no establecía este requisito,
habida consideración que los sujetos pasivos de la quiebra y de los
procedimientos concúrsales han sido, históricamente y por anto­
nomasia, los comerciantes o empresarios de comercio. Posterior­
mente la quiebra se extendió a los no comerciantes y a todo sujeto
que ejerciere actividades industriales, mineras o agrícolas. Además
cuando no se podían aportar las pruebas de la causal junto con la
solicitud de quiebra, el acreedor podía simplemente ofrecerlas.
(%) Vale vista o boleta bancaria expedida a la orden del tribu­
nal por una suma equivalente a 100 unidades de fomento., para
subvenir a los gastos iniciales del procedimiento concursal de
liquidación forzosa. En caso de que se dicte la respectiva resolu­
ción de liquidación, dicha suma se considera como un crédito
del solicitante en contra del fallido, que goza de la preferencia
establecida en el № 4 del artículo 2472 del Código Civil. Aquí se
está recogiendo, casi en los mismos términos en que lo establecía la
ley de quiebras, hoy derogada, esta exigencia que fue severamente
criticada por casi toda la doctrina nacional, porque importa un
atentado contra la gratuidad de lajusticia y lo que es más grave el
requisito debe satisfacerse para estar enjusticia, para poder iniciar
un procedimiento y no para hacer valer algunos recursos, como
lo establece excepcionalmente el CPC. Al ser de esta manera, la
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL PE LIQUIDACIÓN

imposición de esta carga que deja sin posibilidad de intentar la


tutela de la liquidación forzosa, que protege los derechos persona-
les o de crédito, a cualquier acreedor que no cuente con tal suma
je dinero, lo que en buenas cuentas significa que el que ocurre
en justicia impetrando este procedimiento concursal, tiene que
contar con ciertos medios económicos, de lo contrario no puede
hacerlo. La exigencia de que estamos tratando ha sido y sigue
siendo contraria a la garantía constitucional de igualdad ante la
ley. No se trata de disuadir a los acreedores con una exigencia
económica, para que no intenten el procedimiento concursal de
liquidación forzosa, sino que lo que había que hacer era definir
la noción de cesación de pagos, en términos generales y obligar
a los acreedores a acreditarla respecto del deudor contra el cual
se solicita la tutela colectiva, como se establece en el derecho con­
cursal comparado y no reincidir en la enumeración de causales o
hechos reveladores, que se confunden con el estado patrimonial
crítico, cuando sólo se trata de manifestaciones o exteriorizaciones
del mismo.
f 3) El acreedor peticionario puede designar un •
delà nómina nacional de veedores, que asume en el caso en que
el deudor se opone a la liquidación forzosa. Este veedor supervi-
gilará las actividades del deudor mientras dure la tramitación del
juicio de oposición y tiene las facultades de interventor previstas
en el artículo 25 de la ley del ramo. Los honorarios del veedor no
pueden ser superiores a 100 unidades de fomento y son de cargo
del acreedor solicitante. De nuevo se impone una carga económica al
acreedor que demanda la liquidación forzosa, cuando el deudor
se opone a dicho procedimiento concursal, aunque en este caso
se trata de una facultad del peticionario en orden a la designa­
ción del veedor. Además, en la misma demanda de liquidación
forzosa, el acreedor puede solicitar cualquiera de las medidas
precautorias y prejudiciales precautorias, previstas en los Títulos IV
УV del Libro II del CPC. Asimismo, el veedor está facultado para
impetrar las medidas cautelares que estime necesarias, con cargo
al acreedor solicitante, para garantizar la mantención del activo
del deudor mientras dure el juicio de oposición, quedando el
C 5 U JC LU £t ld ^ I t ò U i L L i m i t ò O L lim a U d Ò C -L A L i X X Ы -jLjLjLV ^ì < U y

artículo 57, de la ley de la materia, que son las que aplican por

159
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS; DERECHO CONCURSAL

vía de protección financiera concursal, en el procedimiento соп4§


cursal de reorganización. Una vez más se impone un gravamerdl
económico al acreedor solicitante de la liquidación forzosa, claros!
está que siempre que él pida el nombramiento del veedor y q u áf
éste solicite las medidas cautelares del caso.
Esta facultad concedida al demandante de la liquidación fojál
zosa, es una novedad que concuerda con la existencia del juiciójf
de oposición, que antes no contemplaba la legislación concursara
hoy derogada. 1
4) El nombre de los liquidadores titular y suplente, para e li
caso en que el deudor no comparezca o no realice actuación!
alguna en la audiencia inicial, establecida en el artículo 120, de-f
la ley de la materia. |
Finalmente, el artículo 118, de la ley concursal vigente, que 3
dispone sobre los requisitos de la demanda de liquidación forzosa,,!
establece que el liquidador o veedor que hubiere ejercido como -
tal en algún procedimiento concursal, no puede asumir en otro -j
procedimiento respecto de un mismo deudor. -f

■ 105. Labor del tribunal ante la demanda de liquidación forzosa. Ante '
este libelo el tribunal competente debe examinar en el plazo de 3 días 1
j si esta solicitud cumple las exigencias previstas en el artículo 118, -
! de la ley aplicable en la materia, que acabamos de analizar. En el
; evento en que el juez estime que los requisitos se han cumplido, .
I tiene por presentada la demanda de liquidación forzosa, orde-
I nando su publicación en el Boletín Concursal y cita a las partes a
una audiencia que tiene lugar al quinto día desde la notificación
personal del deudor o la que se realice según el artículo 44 del
CPC. aun cuando no se encuentre en el lugar del juicio .
Si la demanda de liquidación forzosa no cumple los requisitos
legales, el tribunal ordena al demandante la corrección perti­
nente y establece un plazo de 3 días para que los subsane, bajo
apercibimiento de tenerla por no presentada. 1

106. AuAimáa inicial m h, Еаи^жюп^шо^,. Como lo indicam


recién, esta audiencia tiene lugar al quinto día hábil26 siguiente

26 Según el artículo 7Q, de la Ley № 20.720, aplicable en la materia, los plazos


de días que ella establece son de días hábiles.
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN
Л _ _ ----------------------------------------------------------------- --------------- _ _ _ _ _ — _ _ ----------------------------------------------------

p;
j e notificado personalmente o por el artículo 44, del CPC, el deu-
demandado en este procedimiento concursal. La audiencia
^aicial tiene por objeto y se desarrolla según las siguientes reglas
«revistas en el artículo 119 de la ley del ramo:
' El tribunal informa a la empresa deudora o al deudor respecto
de la demanda presentada en su contra y de las consecuencias
12- jurídicas de un eventual procedimiento concursal de liquida-
ción;
Acto seguido, el deudor puede proponer por escrito o verbal-
mente algunas de las actuaciones que se indican más adelante,
debiendo señalar siempre el nombre o razón social, domicilio y
correo electrónico de sus tres acreedores, o sus representantes
legales, que figuren en su contabilidad con los mayores créditos.
Si el deudor no cumple esta exigencia, el tribunal tiene por no
presentada la actuación de que se trata y dicta de inmediato la
resolución de liquidación, designando a los liquidadores titular
y suplente, ambos en calidad de provisionales, que el acreedor
peticionario haya nombrado en su libelo.
Las actuaciones que el sujeto pasivo de la demanda de liqui­
dación puede proponer son las siguientes:
a) Consignar fondos suficientes para el pago del crédito de­
mandado y las costas respectivas. En este caso el tribunal tiene
por realizada la consignación, ordena practicar la liquidación
de la acreencia, la regulación y tasación de las costas y señala el
plazo en que el deudor debe pagarlas, término que se cuenta
desde que quedan firmes esas actuaciones. La alternativa de con­
signar fondos en la audiencia inicial, evita la liquidación forzosa
de la empresa deudora, tal como estaba previsto también en el
artículo 45 de la legislación de quiebra, hoy derogada, en la que
esta actuación podía tener lugar precisamente en el trámite de
audiencia del deudor. Nada nuevo se aporta en esta situación
por la ley vigente en la materia, salvo el hecho que si no paga
los créditos y las costas liquidados y fijados, respectivamente, en
el plazo que se le confiere, se producirá la declaración refleja o
consecuencial de su liquidación forzosa.
b ) Allanarse por escrito o verbalmente a la demanda, pro-
nuciándose en este caso la resolución de liquidación, la que sin
REORGANIZACIÓN Y I.TQUtDACIÓN DE EMPRE3A3 Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

duda es de naturaleza refleja o consecuencial. Esta actuación de


la empresa deudora reitera la situación de su cesación de pagos,
con lo cual el hecho revelador o causal que se había invocado
para demandar la liquidación forzosa, adquiere la naturaleza de
indiciaría e indubitada, ante este renunciamiento de cuestionar
su estado patrimonial crítico de imposibilidad de pagar;
'I I ':
c) Acogerse expresamente al procedimiento concursal de
reorganización judicial contemplado en la ley concursal. He aquí i-
una novedad aportada por la normativa concursal actualmente
vigente, en el sentido de permitir una suerte de cambio de proce­
dimiento concursal, por iniciativa del deudor o empresa deudora.
En efecto, recordemos que durante el desarrollo de la audiencia
inicial del procedimiento concursal de liquidación forzosa, éste o
aquélla, opta por evitar la prosecusión del procedimiento incoa­
do en su contra, por uno diverso, que comporta el beneficio de
protección financiera concursal, la propuesta, eventual adopción
y aprobación de un acuerdo de renegociación judicial, el que si
no logra cumplir alguna de las etapas previstas por la ley, origina
su liquidación forzosa refleja o consecuencial. Si se presenta esta
última situación, se comprueba el carácter demostrativo e incon­
testable de la cesación de pagos que afectaba al sujeto pasivo de
estos procedimientos.
d) Oponerse a la demanda de liquidación forzosa, fundado en
las excepciones del artículo 464 del CPC. No nos parece correcto
que al deudor se le permita solamente oponerse a la demanda
de liquidación forzosa mediante el empleo de las excepciones
previstas en el artículo 464, del CPC, propias de una ejecución
individual, cuya naturaleza jurídica es precisamente la de una
tutela individual, en circunstancias que la liquidación forzosa,
es la de una tutela colectiva, en la cual no sólo está enjuego el
interés del acreedor solicitante, sino el interés de la colectividad
de acreedores, de los terceros y de toda la comunidad, local, na­
cional o internacional. Siendo esto así, debió permitirse al sujeto
pasivo de la liquidación forzosa defenderse por todos los medios
previstos por la ley, sin limitación alguna.
Cuando el deudor formula su oposición dará origen al jui­
cio de oposición. Pero si no formula la oposición aludida en la
audiencia inicial, ni ha tenido lugar ninguna de las otras actua-
CAP. IV. PROCEDIMIENTO ГОЧРтткяАТ. DR T.IOUIDACIÒN

nuevamente se configura una causal para que el tribunal


c lo n e s,
pronuncie en su contra resolución de liquidación.
Por último, el si la empresa deudora o el deudor no comparece
a la audiencia inicial o compareciendo no efectúa ninguna de las
actuaciones que hemos analizado en las letras a), b), с) y d), el
tribunal dicta consecuencialmente la resolución de liquidación.
De todo lo obrado en la audiencia inicial se confecciona acta,
firmada por los comparecientes y por el secretario del tribunal.

P á r r a f o II
E l ju ic io d e o p o s ic ió n

107. Contenido de la oposición. Este trámite se evacua mediante


un escrito en el cual el sujeto pasivo de la acción, empresa deu­
dora o deudor, tiene que señalar lo siguiente:
0 Indicar las excepciones opuestas y defensas invocadas, así como
sus fundamentos de hecho y de derecho. Ya sabemos que las
excepciones sólo pueden ser algunas de las establecidas en el
artículo 464, del CPC, propias del juicio ejecutivo, limitación
que como ya dijimos nos parece inadecuada, habida conside­
ración de la naturaleza jurídica del procedimiento colectivo
concursal de liquidación forzosa. Como el legislador agrega
además de la oposición de excepciones, defensas que puede
formular el deudor demandado de liquidación forzosa, ha­
brá que señalar que ellas pueden consistir en incidentes y en
oposiciones relativas a las medidas cautelares que pueda haber
solicitado el veedor designado a instancias del demandante.
d ) Ofrecer todos los medios de prueba de que intenta valerse, y
© Acompañar toda la prueba documental pertinente.
En esta defensa del sujeto pasivo del procedimiento concursal
que nos ocupa, no se exige como debiera serlo, que mediante
eHa se trate de enervar la existencia de la cesación de pagos,
c°mo causa del mismo, sino pura y simplemente se opongan las
excepciones autorizadas por la ley con sus fundamentos de hecho
Уde derecho, relativas al hecho revelador o causal invocada por
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

el demandante, como si estuviéramos en presencia de un juicio


ejecutivo de cobro y no ante el procedimiento colectivo y universal
del pago, como es realmente la liquidación forzosa.
La exigencia de que en el mismo escrito de oposición se
ofrezcan todos los medios de prueba de que el sujeto pasivo
del juicio concursal pretenda valerse, como asimismo, aquella
de acompañar toda la prueba documental pertinente, sólo se
condice con el carácter abreviado y predom inantemente oral
que la ley da a este juicio de oposición, no obstante que en él se
debate una cuestión de suyo relevante, como es la cesación de
pagos, en que pueda o no encontrarse el sujeto pasivo de este
procedimiento concursal.

108. La prueba en el juicio de oposición. La prueba de que deb


valerse el sujeto pasivo de la demanda de liquidación forzosa, para
acreditar las excepciones y defensas planteadas en su oposición,
se sujetan a las siguientes normas, prevista en el artículo 122 de
la ley de la materia:
1) Prueba testimonial: el escrito de oposición debe incluir la
completa individualización de los testigos que deponen en este
juicio, así como las razones que justifican su comparecencia.
Estos requisitos que debe cumplir la prueba testimonial del
demandado, nos parecen injustificados y lo limitan o entorpecen
para acreditar por ese medio probatorio su oposición, sobre
todo aquello de las razones que justifican la comparecencia
de los testigos en la causa, condición que no se impone por
ningún otro cuerpo legal en materia probatoria.
2) Prueba de confesión: al escrito de oposición debe acompañarse
el pliego de posiciones. Cuando el acreedor demandante de la
liquidación forzosa sea una personajurídica, puede comparecer
cualquier persona habilitada a nombre del representante legal,
con tal que se exhiba en el día de la diligencia la respectiva
delegación de poder, otorgada por escritura pública y en la
cual conste expresamente la facultad de absolver posiciones
a nombre del demandante.
3) Prueba de informe de peritos: a ella se aplican las normas
de los artículos 409, 410 y 411, del CPC, en lo relativo a la
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

procedencia de este medio probatorio. Si se trata de informe


de peritos solicitado en forma facultativa, el deudor debe ex­
poner las razones que justifican que el tribunal decrete esta
diligencia.
4) Prueba documental: los documentos empleados a este fin
sólo pueden acompañarse ju n to al escrito de oposición. Por
excepción, el tribunal puede aceptar la agregación de docu­
mentos con posterioridad a dicha actuación, siempre que la
parte que los presente acredite que se trata de antecedentes
que han surgido después de la audiencia inicial o que siendo
anteriores no pudieron acompañarse oportunamente por ra­
zones ajenas a su voluntad. El tribunal resuelve esta solicitud
de plano, con los antecedentes que se han proporcionado en
la misma petición y contra lo que decida no procede recurso
alguno.
En general, no se advierten razones justificativas de tantas trabas
impuestas por la ley, a la prueba del demandado que se opone a
la demanda de liquidación forzosa y a la forma de producirla.

109. Resolución del tribunal respecto de la oposición, trámites pro­


batorios. Una vez formulada la oposición, el tribunal competente
verifica el cumplimiento de los requisitos legales de procedencia
y las exigencias relativas a la prueba. En caso afirmativo, tiene
por opuesta a la empresa deudora a la liquidación forzosa y por
acompañados los documentos.
Si la oposición no cumple los requisitos de procedencia o los
relativos a la prueba, el tribunal pronuncia en forma refleja la
resolución de liquidación del demandado.
En caso que la oposición sea decretada, el tribunal competente
dispone lo siguiente:
1) Si existen hecho sustanciales, pertinentes y controvertidos que
requieran ser acreditados para una adecuada resolución de la
controversia, recibe la causa a prueba y fija los puntos sobre los
cuales ha de recaer. En contra de la resolución que recibe la
causa a prueba y fíjalos puntos sobre los cuales ella recae, sólo
procede el recurso de reposición, que debe interponerse dentro
de tercero día, contado desde su notificación a las partes.
REORGANIZACIÓN ¥ -tIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

De no existir hechos controvertidos que autoricen la


recepción de la causa a prueba, el tribunal cita a las partes a
audiencia de fallo. La posibilidad que esta situación se pre­
sente en la práctica, nos parece excepcional sino imposible,
toda vez que si se formula oposición, dándole lugar al llamado
juicio de oposición, es precisamente porque se controvierte la
pretensión del o de los acreedores demandantes de la liqui­
dación forzosa, lo que equivale a decir que la cesación de pagos,
causa de este procedimiento concursal o al menos el hecho
revelador o causal, con el cual la legislación la confunde, no
existe respecto del sujeto demandado y por tal razón éste
opone las excepciones y hace valer otras defensas. Se trata
pues de una oposición o controversia sobre el fondo de la
materia propia del juicio, en la cual es impensable que no
haya hechos que justifiquen la recepción de la causa a prueba
y, a falta de este trámite esencial, pueda haber lugar a una
audiencia de fallo.
2) Una vez recibida la causa a prueba y fijados los puntos sobre
los cuales debe recaer, el tribunal:
a) Se pronuncia sobre la admisibilidad y pertinencia de las
pruebas recibidas;
b) Tratándose de la prueba pericial, determinará la calidad
del perito y los puntos sobre los cuales debe pronunciarse,
instando a las partes para que acuerden su nombre; en
caso de desacuerdo, el perito debe ser designado en ese
mismo acto por el juez, fijándole un plazo de 7 días para
que evacúe el informe, no siendo necesario en estos casos
practicar la audiencia de reconocimiento.
с ) Concede al acreedor demandante la oportunidad de ofrecer
pruebas, las que deben ser singularizadas y acompañarse
al día siguiente. La resolución relativa a la admisibilidad y
pertinencia de las pruebas del acreedor, debe ser dictada
antes de la audiencia de prueba. En contra de esta resolu­
ción el deudor puede interponer recurso de reposición,
verbalmente, tramitándose esta acción como cuestión
previa.
3) Cita a las partes a ima audiencia de prueba, que tiene lugar al
quinto día hábil siguiente, debiendo indicar la fecha y hora
-G A P . I V . P K O P .F D T M T F N T O Г П М Гттр ^ т p y т T Q T IT D A C I Ó N

de su celebración. Las partes se entienden notificadas en ese


mismo acto. En el evento en que se fijen nuevos puntos de
prueba por haberse acogido el recurso de reposición inter­
puesto por alguna de las partes, el tribunal tiene que resolver
acerca de la admisibilidad o pertinencia de las nuevas pruebas,
antes de la audiencia de prueba.

110. Recursos en contra de decisiones de la audiencia inicial y acer­


ca de la admisibilidad de la prueba ofrecida, puntos de prueba y forma
de hacerla valer o cualquiera otra circunstancia sobre esta materia. Al
respecto, sólo es procedente el recurso de reposición, que debe
interponerse verbalmente por las partes y que se resuelve en la
misma audiencia inicial.

111. Audiencia de prueba en el juicio de oposición. El día y hora


establecidos tiene lugar esta diligencia que se realiza con las partes
que asistan a ella. En esta audiencia se rinde la prueba declarada
admisible, en el orden siguiente, conforme a lo establecido en el
artículo 126 de la ley de la materia:
a) Prueba confesional y testimonial, procediéndose primero
por la ofrecida por el deudor;
b) Sólo se admite la declaración de 2 testigos por cada parte
respecto de cada punto de prueba; se aplican las reglas
de los artículos 356 y siguientes del CPC, respecto de la
rendición de la prueba testimonial y lo previsto en el
artículo 385, del mismo cuerpo legal, respecto de la ab­
solución de posiciones;
c) Concluida la recepción de la prueba, las partes pueden
formular verbal y brevemente las observaciones del exa­
men de la misma, de un modo preciso y concreto.
Terminada esta audiencia, se elabora el acta que se suscribe
por las partes asistentes, el juez y el secretario del tribunal. A partir
de ese instante las partes que hayan asistido como así también las
que no hayan concurrido a esta audiencia, se entienden citadas
Уnotificadas de pleno derecho para la audiencia de fallo, la que
tiene lugar al 10s día hábil, contado desde el término de la au­
diencia de prueba, cuya fecha consta en el acta levantada con tal
finalidad, existan o no diligencias pendientes; correspondíéndole
al tribunal fijar la hora de inicio.

167
REORGANIZACION Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Las pruebas rendidas en la audiencia respectiva se aprecian


por el tribunal de acuerdo con las reglas de la sana crítica. Esta J
forma de apreciar la prueba puede constituir un paliativo respecto
de una serie de trabas y limitaciones establecidas por la ley para 4
ofrecerla y producirla, como lo indicamos precedentemente.

112. Audiencia de fallo y sentencia definitiva en el juicio de opo


sición. Se celebra con las partes que concurran y ella tiene por
objeio el pronunciamiento de la sentencia definitiva de primera
instancia, la que se notifica a las partes. El secretario del tribunal
certifica el hecho de haberse dictado esta sentencia, la asistencia"
de las partes a la audiencia de fallo y la copia autorizada que se
it les entrega de ella. La parte inasistente se considera notificada
И
V. de pleno derecho con el solo mérito de la celebración de la au­
diencia de fallo.
Este fallo ha de cumplir los requisitos del artículo 170, del
CPC y puede librarse tanto acogiendo como rechazando la pre­
tensión del acreedor solicitante del procedimiento concursal de
liquidación forzosa.
La sentencia definitiva que acoge la oposición del deudor debe
cumplir los requisitos del artículo 170, del CPC y ella comporta el
il rechazo de la pretensión del acreedor solicitante en orden a la
■> aplicación del procedimiento concursal de liquidación forzosa,
Irt* en contra de la empresa deudora de que se trate. Por tal motivo
cesa la función del veedor que pudo haber sido nombrado en la
oportunidad correspondiente.
La parte agraviada sólo puede interponer recurso de apelación
en contra del fallo que acoge la oposición del deudor, el que se
concede en ambos efectos y beneficia de preferencia extraordinaria
para su inclusión en la tabla y para su vista y fallo en la Corte de
Apelaciones. En contra de la sentencia de segunda instancia, no
procede recurso alguno, sea ordinario o extraordinario. Creemos
que esta limitación para interponer recursos, sobre todo los extraor­
dinarios de casación en la forma y fondo, no es adecuada porque
de esta suerte se impide que la cuestión controvertida básica de
todo juicio concursal, como es precisamente el de oposición que
estamos tratando, esto es, la existencia de la cesación de pagos,
sea conocida y decidida por el tribunal de más alta jerarquía del
país, mediante las vías de recursos ya indicados.

168
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

I Cuando se encuentra acogida la oposición del deudor, por


S e n t e n c i a firme y ejecutoriada, éste puede demandar indemni­

z a c ió n de peijuicios al acreedor demandante de la liquidación


¡forzosa, a su representante legal, o al administrador solicitante,
¿ i se prueba que actuó culpable o dolosamente.
E Por su parte, la sentencia definitiva que desecha la oposición
•del deudor ordena la liquidación en los términos señalados por
f¿l artícu lo 129, de la ley del ramo y, una vez notificada, el vee-
•dor propuesto en la dem anda de liquidación forzosa, cesa en el
•cargo.

113. Resolución de liquidación forzosa. Esta sentencia es de gran


^importancia dentro del procedimiento concursal, porque recae
"'sobre la cuestión debatida, es decir, la existencia del estado de
i cesación de pagos respecto del sujeto pasivo de la acción. Las
exigencias que deben cumplirse en su pronunciamiento son de
!dos clases:
' a) Requisitos propios de toda resolución judicial previstos en
■ los artículos 169 y 170, del CPC, y
b) Requisitos especiales contenidos en el artículo 129, de ley de
la materia, que examinaremos a continuación:
1) En caso de ser pertinente, contiene las consideraciones
de hecho y de derecho que sirven de fundamento para
el rechazo de las excepciones opuestas por el deudor.
2) La determinación de si el deudor es una empresa deudora y su
individualización. Esta precisión es fundamental porque
sólo este tipo de sujeto es pasible del procedim iento
concursal de liquidación forzosa, sea que se trate de una
persona jurídica privada, persiga o no fmes de lucro o de
una persona natural que tributa en primera categoría o
del núm ero 2, del artículo 42, de la Ley de Impuesto a la
Renta.
3) La designación de un liquidador titular y de uno suplente,
ambos en carácter de provisionales, y la orden al liquida­
dor para que se incaute de los bienes del deudor, libros y
documentos bajo inventario, y de que se ie preste, para este
objeto, el auxilio de la fuerza pública, con la exhibición

169
REORGANIZACIÓN Y I.lQHm A rTÓN ПК F.M PffFSaS УРГРДПМЛ я п г п г г г п о г :о м г г т » ч<гг-

de la copia autorizada de la resolución de liquidación.


Este requisito de la resolución de liquidación alude, tal
como en su tiempo lo hacía el artículo 52 № 2, de la le­
gislación de quiebras, hoy derogada, a dos materias muy
diversas, por una parte la designación de los liquidadores
provisionales, antes los síndicos provisionales y la orden de
incautación que sea al liquidador. Esta última diligencia
es fundamental para la preservación de los bienes y docu­
mentos del deudor y, por ende, para un mejor resultado
del juicio concursal.
4) La orden de que las oficinas de correos entreguen al liquidador
la correspondencia cuyo destinatario sea el deudor. Habrá que
entender que el liquidador está facultado para abrir la
correspondencia de la empresa deudora, con intervención
del tribunal y retener las cartas y documentos que tengan
relación con sus negocios, aunque esta facultad no está
expresamente establecida en el artículo 36, de la ley del
ramo, que contiene sus deberes y facultades, como lo hacía
el artículo 27 № 5 de la antigua legislación de quiebras,
hoy derogada.
Esta facultad del liquidador implica una excepción a
la garantía constitucional de inviolabilidad de la corres­
pondencia epistolar y sólo se justifica por la aplicación
de procedimiento concursal de liquidación forzosa, en
la que deben cautelarse los intereses del deudor, de la
colectividad de acreedores, de los terceros y de toda la
comunidad.
La nueva legislación que data de 2014, debió prever
lo relativo a los correos expedidos en forma electrónica
y dirigidos a la empresa deudora sometida a liquidación
forzosa, dado que la Ley № 19.799, de 12 de abril de
2002, sobre Documentos Electrónicos, Firma Electrónica
y Servicios de Certificación de dichas Firmas, estableció
en su artículo P incisos 22 y 32, el principio de equiva­
lencia funcional entre el documento escrito en soporte
material y suscrito con firma autógrafa y el documento
electrónico suscrito con firma de igual naturaleza. Л1 ser
de esta manera, los correos electrónicos que en el hecho

170
-CAP. IV. PROCEDIMIENTO CQNfìITRSAT. DE LIQUIDACION

son cartas dirigidas al deudor debieran ser objeto de en­


trega al liquidador. Tal vez al incautarse los ordenadores
o computadores del deudor, sus discos duros contengan
estas comunicaciones electrónicas que pueden ser de
relevancia para el procedim iento concursal y para las
sanciones penales que traiga aparejadas.
La orden de acumular al juicio al procedimiento concursal de
liquidación todos losjuicios pendientes contra el deudor quepuedan
afectar sus bienes, seguidos ante otros tribunales, de cualquier
jurisdicción, salvo las excepciones legales. La acumulación de
juicios es una consecuencia del carácter unitario de la li­
quidación forzosa en tanto procedimiento concursal y del
efecto del desasimiento, en cuanto a que el deudor queda
inhibido de estar en justicia, salvo los casos expresamente
exceptuados por la ley.
La acumulación o competencia atractiva de la liquida­
ción forzosa tiene lugar cuando concurren los siguientes
requisitos:
• Que se trate de juicios en los que el deudor tenga el
carácter de demandado;
• Que los juicios estén pendientes, y
• Que puedan afectar sus bienes.
La ley establece excepciones relativas a ciertos juicios
que no se acumulan al de liquidación forzosa, como vere­
mos al tratar de los efectos inmediatos del procedimiento
concursal que nos ocupa.
6) La advertencia al público de que no pague ni entregue mercade­
rías al deudor, bajo pena de nulidad de los pagos y entregas, y la
orden a las personas que tengan bienes o papeles pertenecientes
al deudor, para que los pongan a disposición del liquidador,;
Hay dos aspectos que considerar en este requisito del
contenido de la resolución de liquidación, a saber:
a) Los pagos y entregas de mercaderías al fallido, y
b) La entrega al liquidador de bienes o documentos del
deudor que se encuentran en manos de terceros.
La advertencia al público que no debe hacer pa-
O ni entreras
cros O de mercaderías al deudor se debe al
hecho que el desasimiento lo inhibe para administrar

171
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

sus bienes y consentir en estos actos jurídicos de natu­


raleza bilateral. La sanción que ahora se establece es f¡
la nulidad de los pagos y entregas, en concordancia j
con lo establecido en el artículo 130, inciso 2a de la ley
vigente en la materia. Bajo la vigencia del Libro IV De
las quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio,
el artículo 72 disponía que eran inoponibles los actos *1
y contratos que el fallido ejecute o celebre después de
dictada la sentencia que declara la quiebra, con rela­
ción a los bienes de la masa, aun cuando no se hayan
practicado las inscripciones en los registros respectivos
del Conservador de Bienes Raíces. La sanción de la
legislación hoy derogada era más adecuada y contaba
con el respaldo de la doctrina, sobre todo debido a
las diferencias existentes sobre los efectos de la ino- ■
ponibilidad y de la nulidad, cuestión que subsiste en
la actualidad.
b) Los documentos y bienes de propiedad del fallido
que se encuentren en manos de terceros deben ser
entregados al liquidador. Es básico que la sentencia
contenga esta orden para el éxito del procedimiento
concursal que comprende todos los bienes del deudor
para realizarlos y pagarles a todos sus acreedores. No
se establece ahora ninguna sanción a los terceros ante
la negativa de entregar los documentos o bienes del
deudor.
y;<6

7) La orden de informar a todos los acreedores residentes en el terri­


г/

torio de la República que tienen el plazo de treinta días, contados


■o :v м"

desde la fecha de la publicación de la resolución de liquidación,


para que se presenten con los documentos justificativos
ito
on

de sus créditos, bajo apercibimiento de ser afectados por


:ио 'Xîi’îAdì niua.;;s •;sun

los resultados del juicio sin nueva citación. Se trata del


llamado que se hace a los acreedores para apersonarse al
procedimiento de liquidación forzosa. Esto se denomina,
en lenguaje de derecho concursal, verificación de créditos. Es
fundamental verificar en el procedimiento concursal de
que estamos tratando, porque en él sólo se consideran los
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

créditos que se hayan hecho valer y que posteriormente


se declararen reconocidos.
Según el artículo 170, de la ley concursal vigente, los
acreedores tienen el plazo de treinta días, a contar de la
notificación de la resolución de liquidación, para verifi­
car sus créditos y alegar sus preferencias ante el tribunal
que conozca del procedimiento concursal de liquidación
forzosa.
8) La orden de notificar, por el medio más expedito posible, la re­
solución de liquidación a los acreedores que se hallen fuera de
la República. Es el llamado a verificar que se hace a los
acreedores residentes en el extranjero. Hay que suponer,
porque ahora la ley lo no dice, que ellos tienen el mismo
plazo de treinta días, que los acreedores situados en el
territorio nacional, sin el aumento de la tabla de empla­
zamiento que corresponda al lugar donde se encuentren,
como ocurría bajo la vigencia de la normativa anterior,
hoy derogada. Además habrá que suponer que a estos
acreedores les afectaría el apercibimiento que se les aplica
a los acreedores del territorio de la República, indicado
en el № 7, anterior.
9) La orden de inscribir la resolución de liquidación en los con­
servadores de bienes raíces correspondientes a cada uno de los
inmuebles pertenecientes al deudor, y de anotarla al margen
de la inscripción social de la empresa deudora en el Registro
de Comercio, si fuere procedente. Esta inscripción no es
un requisito especial del procedimiento concursal de
liquidación forzosa, por lo que su omisión no tiene con­
secuencias respecto del tal procedimiento ni tampoco
tiene importancia respecto de los actos o contratos que
ejecute o celebre posteriorm ente el deudor sobre estos
bienes, porque el artículo 130, de la ley de la materia,
establece como sanción su nulidad, desde el momento
mismo en que se dicta la resolución de liquidación. El
objeto de esta inscripción es sólo de publicidad, para que
los terceros se enteren del estado de liquidación forzosa
que afecta a la empresa deudora o al deudor. Su impor­
tancia radica en m ateria de prueba, para prevalerse de
1
REORGANIZACIÓN Y

la acción destinada a declarar nulos los actos o contratos


de que se trata.
10) La indicación precisa del lugar, día y hora en que se celebrará la
primera junta de acreedores. Como veremos más adelante,
la junta de acreedores es un importante órgano, particu­
larmente en este procedimiento concursal de liquidación
forzosa, que sustituye a la antigua quiebra, porque debe
tomar decisiones importantes relativas a la administración
y realización de los bienes.
El concepto de ju n ta de acreedores aparece definido
en el artículo 2a № 15, de la ley del ramo, como: “órgano
concursal constituido por los acreedores de un deudor sujeto a
un procedimiento concursal de conformidad con esta ley ”. La
primera ju n ta de acreedores es la junta constitutiva del
órgano, según el artículo 193, de la ley de la materia, se
celebra una vez iniciado el procedimiento concursal de
liquidación, es presidida por el juez que está conociendo
de ese procedimiento, y tiene lugar el trigésimo segundo
día contado desde la publicación en el Boletín Concur­
sal de la resolución de liquidación, en dependencias del
tribunal o donde éste señale, a la hora que se fije dicha
resolución. Ella se aboca al conocimiento de las materias
señaladas en el artículo 196 de la Ley № 20.720.

114. Notificación de la resolución de liquidación y recursos en su


contra. Se notifica a la empresa deudora o el deudor, a los acree­
dores y a los terceros por medio de su publicación en el Boletín
Concursal.
La resolución de liquidación puede ser recurrida únicamente
por vía de apelación, recurso que se concede en el solo efecto
devolutivo y beneficia de preferencia para su agregación extraor­
dinaria a la tabla, como así también para su vista y fallo.
Contra de la sentencia que se libra en segunda instancia
respecto de la resolución de liquidación, no procede recurso al­
guno, sea ordinario o extraordinario. No compartimos el criterio
impuesto por el legislador en orden a excluir la interposición de
los recursos ordinarios o extraordinarios respecto de sentencia
de segunda instancia recaída en la resolución que comentamos,

174
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL Ut! LlllUm AH UH

¿ado que ella se pronuncia precisamente sobre la cuestión con­


trovertida en el juicio de oposición, esto es, la existencia de la
cesación de pagos del sujeto pasivo del procedimiento de liqui­
dación forzosa, desechando su oposición, por lo que debería ser
susceptible de recursos de casación en la forma y fondo, ante la
Corte Suprema, cuya misión es velar por la correcta aplicación
del derecho.

115. Características de la resolución de liquidación. A diferencia


de las demás resoluciones judiciales, que sólo producen efectos
relativos, la resolución de liquidación crea un estado o situación
respecto de la empresa deudora o del deudor, que es de carác­
ter universal e indivisible. Sus efectos, en otras palabras, son
absolutos, es decir, aplicables erga omnes, el estado de empresa
deudora o deudor en liquidación forzosa, es oponible a todos y
respecto del sujeto pasivo sólo puede haber un procedimiento
concursal de esta naturaleza. La excepción relativa a la unicidad
de los procedimientos concúrsales, en general, se presenta en
el caso de la insolvencia transfronteriza, como lo veremos en su
oportunidad.
Por otra parte, no sólo origina efectos para el futuro como las
otras resoluciones judiciales, sino que la resolución que comenta­
mos produce efectos retroactivos relativos a situaciones ocurridas
antes de su pronunciamiento, como las acciones revocatorias,
destinadas a reintegrar el patrimonio del deudor.
Además, los efectos que crea la resolución de liquidación se
producen desde que se dicta, aun antes de ser notificada, como
aparece claramente establecido en el enunciado del artículo ISO,
de la ley de la materia. No ocurre lo mismo con las otras reso­
luciones judiciales, que empiezan a producir sus consecuencias
jurídicas desde que se notifican.
Como rasgo distintivo puede también anotarse que la resolu­
ción de liquidación, además de los requisitos generales comunes
a todas las resoluciones judiciales de su tipo, debe contener las
enunciaciones especiales que señala el artículo 129 de la ley del
ramo.
Finalmente, la ley concursal ha creado un solo recurso en
contra de esta resolución, que es el recurso de apelación, conce­
dido en el solo efecto devolutivo.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Sección V
EFECTOS DE LA RESOLUCIÓN DE LIQUIDACIÓN

116. Ideas generales. La resolución de liquidación origina un


conjunto de efectos o consecuencias en el plano jurídico-económico 1
sobre la persona y bienes del deudor, como así también respecto =
de los acreedores y sus créditos y, por último, en relación con los 21
actos y contratos de la empresa deudora, que se encuentran en |
curso de ejecución cuando ella es dictada.
Al igual que las causales los efectos del procedimiento concur­
sal de liquidación son prácticamente los mismos que originaba
la antigua legislación de quiebras, hoy derogada, con algunas
mínimas diferencias. Tales efectos, se mantienen mientras dura
el estado que crea la resolución de liquidación y se producen
desde que esta resolución se pronuncia, afectando también a las
relaciones jurídicas que el sujeto pasivo había celebrado con ¿in­
terioridad a ella. Conviene, entonces, establecer una clasificación
y enumeración de los efectos de la resolución de liquidación,
como lo haremos a continuación.

117. Clasificación de los efectos de la resolución de liquidación. Un


primer criterio de agrupación distingue entre:
a) Efectos de la resolución de liquidación sobre el deudor perso­
na natural, representados por ciertas inhabilidades que otras
leyes establecen a su respecto y por las figuras penales que le
son aplicables, y
b) Efectos sobre los bienes del deudor y derechos de los acreedores. ■4
i*' 'I-'

Tratándose de los bienes, la sentencia de este procedimiento


concursal comporta medidas especiales, como la inhibición de
01 I ПЧЮ> ! S UN DR ITO - J.H

administrarlos y disponer de ellos. En cuanto a los derechos


de los acreedores, algunos de ellos sufren restricciones, o no
pueden ejercitarse, pero asimismo la resolución de liquidación
da nacimiento a otras facultades que antes no tenían.
Otro criterio de agrupación distingue, atendiendo al tiempo
en que se producen los efectos de la resolución de liquidación:
Y ПОСОИЛ

a) Efectos inmediatos, es decir, los que se originan con posteriori­


dad al pronunciamiento de esta resolución, y

ærrcMUAL ¡URIDICA теши 176


CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

b) Efectos retroactivos, son aquellos que afectan relaciones jurídicas


celebradas con anterioridad a la época en que se dicta esta
sentencia. Los efectos retroactivos de la resolución de liqui­
dación son las acciones revocatorias, que pueden agruparse
en las siguientes categorías, a saber:
a) La revocabilidad objetiva, que se establece respecto de los actos
obsequiosos o de m era liberalidad de la empresa deudora,
que son los mismos que la legislación anterior, hoy derogada,
asimilaba a los celebrados a título gratuito;
b) La revocabilidad subj etiva que afecta los contratos celebrados
con la empresa deudora, inmediatamente anteriores al inicio
del procedimiento concursal de reorganización o de liquida­
ción, con conocimiento de su cesación de pagos y que causen
peijuicio a los acreedores: Estas acciones corresponden a la
regla general de las inoponibilidades de actos jurídicos cele­
brados a título oneroso, en la antigua legislación de quiebra,
hoy derogada por la ley vigente en la materia, y
c) Las acciones revocatorias aplicables a los actos o contratos
ejecutados o celebrados por una persona deudora.
Nos ocuparemos en primer lugar de la enumeración de los
efectos inmediatos de la resolución de liquidación, los cuales
trataremos separadamente.

118. Enumeración de los efectos inmediatos de la resolución de liqui­


dación. De acuerdo con lo previsto en el Párrafo 4 del Capítulo IV,
de la ley de la materia, los efectos inmediatos que produce son
los siguientes:
a) La administración de bienes, que corresponde al desasimiento
de la quiebra, a que se refieren los artículos 130 y siguientes
de la ley vigente en la materia;
b) La fijación irrevocable de los derechos de los acreedores y las
compensaciones, prevista en los artículos 134 y 140;
c) La suspensión del derecho a ejecutar individualmente al
deudor, establecida en el artículo 135;
d) La exigibilidad anticipada y reajustabilidad de todas las obliga­
ciones de la Empresa Deudora, contenida en los artículos 136,
137, 138 y 139;
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECI IO CONCURSAL

e) La acumulación de juicios, contemplada en los artículos 142,


143,145 y 146;
f) Los juicios iniciados por el deudor o empresa deudora;
g) Medidas cautelares, artículos 148 y 149;
h) Reivindicación de títulos de crédito o efectos de comercio y
de mercaderías, establecidas en los artículos 151,152 y 159;
i) Derecho legal de retención, previsto en el artículo 160;
j) Acción resolutoria en la compraventa, regulada en los artícu­
los 154 al 158.
Se elimina el derecho de alimentos del fallido, que por ra­
zones humanitarias se contemplaba en la legislación anterior de
quiebras, atendido el hecho que ahora el sujeto pasivo de la liqui­
dación forzosa es la empresa deudora, persona jurídica privada o
el deudor, persona natural que tributa en primera categoría del
impuesto a la renta, como las empresas.
En general, podemos señalar que los efectos de la resolución
de liquidación están informados por el principio de la igualdad de
los acreedores, que se mantiene durante todo este procedimiento
concursal, y por el principio de la integridad del patrimonio de
la empresa deudora o del deudor, mediante el cual se pretende
asegurar que se haga efectiva la realización de los bienes para
asegurar el pago de los créditos a los acreedores.

Párrafo I
La a d m in is t r a c ió n d e b ie n e s o e l d e s a s im ie n t o

119. Concepto. Es el efecto más importante de la resolución


de liquidación, porque sirve para cumplir con el objetivo de
ella, esto es, realizar en este procedimiento concursal los bienes
de una empresa deudora y atender al pago de sus deudas. Para
la consecusión de esta finalidad, la ley priva al sujeto pasivo del
derecho de administrar y disponer de los bienes del concurso y
de sus frutos, facultades que se entregan al liquidador.
Este efectO; esta inhibición o desasimiento se produce en el
instante mismo en que se dicta la resolución de liquidación, de
CAP. IV. PROCEDIMIüm i и CONCURSAL DE LIQUIDACION

manera que el sujeto pasivo queda inhibido, aun antes que la


resolución se notifique mediante su publicación en el Boletín
Concursal. Tal efecto aparece como contrario a los principios
del derecho procesal, en especial a la norm a del artículo 38, del
CPC, que dice que las resoluciones judiciales sólo producen efecto
desde su notificación. Se justifica esta excepción por tratarse de
un procedimiento concursal, en el cual hay que velar por el in­
terés del propio deudor y de los acreedores, impidiendo de esta
suerte, que el primero nombrado administre y disponga de los
bienes afectos a la tutela colectiva.
Con todo, debe considerarse también que el desasimiento afecta
a terceros, en cuanto a que comporta la inhibición de celebrar
los actos y contratos relativos a los bienes del concurso, desde el
momento del pronunciamiento de la resolución de liquidación,
por lo que de acuerdo a los principios generales sobre el efecto
de las decisiones judiciales, debería exigirse que esta resolución
produjera sus efectos respecto de terceros desde su publicación
en el Boletín Concursal.
Predomina en el derecho objetivo nacional y comparado la
tendencia que confiere a la resolución de liquidación o a la sen­
tencia de quiebra, efectos jurídicos desde que se dicta, de pleno
derecho y sin esperar su notificación. En efecto, en nuestro me­
dio, el texto del artículo 130, de la ley concursal vigente, sigue
con una redacción distinta, la idea prevista en el artículo 64, de
la legislación de quiebras, hoy derogada, que establecía que la
limitación de administrar se producía: “pronunciada la declaración de
quiebra”, diciendo ahora en su enunciado, que esta consecuencia
se produce: “Desde la dictación de la Resolución de Liquidación... ”.
Luego este mismo precepto insiste en la idea cuando dispone en
el número 1) : “Quedará inhibido de pleno derecho... ”, y más adelante
al establecer que los bienes, respecto de los cuales queda privado
de administrar y disponer, son los sujetos al procedimiento con­
cursal de que se trata y existentes en su patrimonio “a la época de
la dictación de esta resolución... ”.
La disposición del artículo 135, de la ley de la materia, reitera
esta misma tendencia cuando señala: “La dictación de la Resolución de
Liquidación suspende el derecho de los acreedores... ”. En caso contrario
tendría, que haber dicho, por ejemplo: “Notificada la Resolución
de Liquidación se suspende...”. Asimismo, el artículo 136, de la

179
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

misma ley, también sigue el criterio de dar efecto a la resolución-


que nos ocupa desde su pronunciamiento, cuando indica que '
“Una vez dictada la Resolución de Liquidación, todas las obligaciones
dinerarias se entenderán vencidas y actualmente exigibles... ”.

120. Naturaleza de la pérdida del derecho de administrar: Inhibición-


temporal. Podría pensarse que esta inhibición implica ima suerte de
incapacidad que afecta a la empresa deudora o al deudor sujeto
al procedimiento concursal de liquidación forzosa, de aquellas
contempladas en el artículo 1447 del Código Civil.
Nosotros no compartimos esta idea porque las incapacidades
existen para proteger los intereses de los incapaces y, en el caso de
esta pérdida del derecho de administrar o desasimiento, no se trata
de amparar al sujeto pasivo del procedimiento concursal aplicado,
sino de cautelar los derechos de los acreedores. No es efectivo
que la empresa deudora o el deudor sujeto a liquidación forzosa
sea incapaz y que no pueda ejecutar actos ni celebrar contratos,
pues la limitación se refiere sólo a los actos y contratos relativos a
los bienes del concurso, porque sobre los demás bienes es plena­
mente capaz para disponer de ellos y su inhibición se mantiene
sólo mientras el procedimiento concursal está vigente.
Como veremos también en el orden judicial, el desasimiento
significa que el deudor no puede actuar enjuicio como deman­
dante ni como demandado, pero sólo respecto de los juicios
relativos a bienes comprendidos en la masa, sin peijuicio de
tenérsele como coadyuvante. Sin embargo, puede ejercitar por
sí mismo todas las acciones que se refieren exclusivamente a su
persona y que tengan por objeto derechos inherentes a ella y
ejecutar todos los actos conservatorios de sus bienes en caso de
negligencia del liquidador
En resumen, creemos que la pérdida del derecho de admi­
nistrar o desasimiento es sólo una especie de inhibición, restric­
ción o limitación que afecta al sujeto pasivo del procedimiento
concursal de liquidación, respecto de los bienes del concurso y
mientras éste no haya concluido.

121. Alcance ds la inhibición que afecta al sujeto pasivo. Ella tiene


dos aspectos que hay que considerar:
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

a) En el orden puramente material, implica el desapoderamien­


to de los bienes respecto de la empresa deudora, que por lo
general trae consigo el cierre de sus establecimientos, sustraer
de su poder los bienes muebles, etc., y
f 2) En el plano jurídico importa la limitación o pérdida del de-
f::' recho de administrar, lo cual involucra, a su vez, dos aspectos:
U el judicial y el extrajudicial.
En el aspecto jurídico extrajudicial, la inhibición es la
pérdida del derecho de administrar y disponer de los bienes
del concurso y de sus frutos, que afecta a la empresa deudora,
facultad que pasa al liquidador, sin que implique la pérdida
del dominio de esos bienes, sino solamente la facultad de
disponer de ellos y de sus frutos. En el derecho comparado
no es ésta la misma solución, así por ejemplo, en el derecho
inglés, el deudor pierde el dominio de sus bienes, que pasa
a manos del trustee o síndico, para que los destine a un fin
especial; equivale a lo que hoy día son las comisiones de
confianza que contratan los bancos. En el derecho alemán se
atribuye a los acreedores un derecho real sobre las especies
desasidas, semejante al dominio que se ejerce sobre la cosa
directamente. La legislación concursal chilena que tiene su
origen y se ha inspirado en el derecho francés, razón por la
cual establece que el deudor conserva la propiedad de los
bienes y sólo pierde la administración de ellos.27
Ahora bien, el artículo 130, de la ley de la materia, que regula
la administración de bienes o el desasimiento, dispone que desde
el pronunciamiento de la resolución de liquidación, tienen lugar
los siguientes efectos en relación al deudor y a sus bienes:
1) Queda inhibido depleno derecho de la administración de todos
sus bienes presentes, esto es, aquellos sujetos al procedimiento
concursal de liquidación y existentes en su patrimonio a la época
de la dictación de la resolución de liquidación, excluidos aquellos

27 VARELAVARELA, RAÚL, en su obra Derecho de Quiebras, Editorial Universitaria,


Santiago de Chile, 1958, p. 53, señala al respecto: “El desasimiento es una especie
de embargo general que paraliza los poderes de disposición y goce que el fallido
tenía antes de la quiebra, como atributos de su dominio, para entregarlos a los
acreedores para que se paguen de sus créditos”.
DE EMPRESAS V PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

que la ley declare inembargables. La administración de los bienes


que ingresan al concurso pasa a manos del liquidador.
Agrega a continuación que, en consecuencia, son nulos los actos
y contratos posteriores que el deudor ejecute o celebre en relación
con estos bienes. Durante la vigencia de la normativa de quiebras
ahora derogada, la sanción era la inoponibilidad frente a la masa
o conjunto de acreedores, de los actos o contratos ejecutados o
celebrados por el fallido, después de declarada la quiebra (art 72,
libro IV De las quiebras del Código de Comercio), porque sus efec­
tos son menos drásticos que los de la nulidad y sobre todo porque
la inoponibilidad se establece a favor de quienes pueden resultar
afectados, de manera que al no haber pegudicados la sanción no
se aplica, como por ejemplo cuando la quiebra quedaba sin efecto
por la acogida del recurso especial de reposición o terminaba por
convenio simplemente judicial o por sobreseimiento definitivo. En
la normativa prevista en la Ley № 20.720, de 2014, se establece en
el artículo 257, que el procedimiento concursal de liquidación que
estamos analizando, puede terminar por un acuerdo de reorganiza­
ción judicial, adoptado por lajunta de acreedores y aprobado por
resolución judicial, al igual que el convenio simplemente judicial
de la legislación de quiebras hoy derogada. Al ser esto así, los actos
y contratos ejecutados y celebrados por sujeto pasivo a quien se
aplicó el procedimiento concursal de liquidación se mantienen
afectos a la sanción de nulidad, tanto en cuanto no prescriba la
acción respectiva que, tratándose de contratos prohibidos por la
ley, la nulidad aplicable será la absoluta. En cambio, si la sanción
fuese la inoponibilidad frente a la masa de acreedores, como de­
biera ser, terminado el procedimiento concursal de liquidación por
acuerdo de reorganización judicial, no habría sujeto perjudicado
por la celebración de tales actos y contratos, por lo mismo ellos
mantendrían su plena eficacia.
2) No pierde el dominio sobre sus bienes, sino sólo la facultad
de disposición sobre ellos y sobre sus frutos. Atendida la circuns­
tancia que anteriormente nos hemos referido a esta materia, no
vamos a hacer otros comentarios a su respecto, para dedicamos a
explicar cuáles son los bienes afectos a la inhibición de administrar
o desasimiento y cuáles están excluidos de esta restricción^ corno
lo haremos a continuación.
CAF. IV. PROCEDI MIEN Ш CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

122. Bienes comprendidos en el desasimiento. Los bienes compren­


didos en el desasimiento son los siguientes:
a) Bienes presentes;
b) Bienes que el deudor tiene en usufructo, y
c) Bienes futuros.
a) Bienes presentes. Son bienes presentes de la empresa deu­
dora o del deudor, aquellos sujetos al procedimiento concursal
de liquidación y existentes en su patrimonio a la época del pro­
nunciamiento de la resolución de liquidación (art. 130№ l),Ley
№ 20.720). Se trata de bienes patrimoniales, de donde resulta
que no se consideran para este efecto bienes extrapatrimoniales.
Quedan comprendidos en la categoría de bienes presentes los
que, perteneciendo al deudor, se encuentran en poder de un
tercero. El momento para determinar la existencia de los bienes
presentes, es la época en que se dicta la resolución de liquidación,
según la norma legal antes citada.
b) Bienes que tenga el deudor en usufructo. Cuando el sujeto pasivo
de la liquidación forzosa es una persona natural, que tenga el usu­
fructo legal de ciertos bienes, como el caso del marido respecto de
los bienes de su cónyuge, o del padre respecto de los bienes del hijo
de familia, este deudor conserva la administración de esos bienes,
pero con las excepciones que establece la ley de la materia.
De conformidad con lo previsto en el artículo 132, de la ley
vigente, la administración que conserva el deudor sobre los bienes
personales de la mujer o hijos, de los que tenga el usufructo legal,
queda sujeta a la intervención del liquidador, mientras subsista
el derecho del marido, padre o madre sujeto al procedimiento $
concursal de liquidación. El liquidador cuida de que los frutos ¿
líquidos que produzcan estos bienes ingresen a la masa, deducidas >
las cargas legales o convencionales que los graven. El tribunal, con ;
audiencia del liquidador y del deudor, determinará la cuota de 5
los frutos que correspondan a este último para su subsistencia y la \
de su familia, habida consideración a sus necesidades y la cuantía ;;;
de los bienes bajo intervención. El liquidador puede comparecer I
como coadyuvante en los juicios de separación de bienes y de 3
divorcio del deudor sea demandado o demandante. 2
De la disposición citada se deduce que el deudor conserva 2
ta administración de los bienes que tenga en usufructo como £

183
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL,!

marido o como padre y que pertenezcan a su mujer o a sus hijosJl


Sin embargo, el liquidador debe intervenir con el objeto de velari!
porque los frutos líquidos de esos bienes ingresen al activo d e a
concurso. jj
Son fmtos líquidos de los bienes en usufructo los que quedara
después de deducir: ..J
1. Los costos de producción de esos frutos;
2. Las cargas legales o convencionales. Son cargas legales^
las impuestas por el ordenamiento jurídico; por ejemplo; Ì
impuestos, contribuciones, etc. Son cargas convencionales
las establecidas por voluntad de las partes; por ejemplo, '
este caso: una carga convencional puede estar represen­
tada por un gravamen impuesto a los bienes que se han
recibido en herencia;
3. La pensión alimenticia que el juez puede determinar para
el deudor, con audiencia del liquidador de la cuota de
los frutos, para su subsistencia y la de su familia, habida
consideración a sus necesidades y de la cuantía de los
bienes sometidos a intervención.
Deducidos estos tres rubros, tenemos los frutos líquidos que
ingresan a la masa y que están bajo intervención del liquidador.
La administración de los bienes en usufructo que el deudor
tenga como marido o como padre continúa bajo intervención
del liquidador “mientras subsista el derecho del marido, padre o madre .
sujeto al Procedimiento Concursal de Liquidación ”. Con esta frase
el legislador quiso dejar a salvo la posibilidad misma de que
el marido llegue a perder el usufructo por el hecho de que la í
mujer inicie en su contra un juicio de separación de bienes o de
divorcio, a consecuencia de lo cual deban restituirle los bienes
de su propiedad, que estaba administrando y gozando el marido,
causa en la cual el liquidador está facultado para comparecer
como coadyuvante.
c) Bienes futuros. Respecto de los bienes que el deudor hay
adquirido con posterioridad a la resolución liquidación, deno­
minados bienes futuros, para establecer si ellos quedan o no com­
prendidos en el desasimiento, es necesario distinguir:
a) Bienes futuros adquiridos a título gratuito, y
b) Bienes futuros adquiridos a título oneroso.
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

■ a) Bienesfuturos adquiridos a título gratuito. Su administración se


■CYCC por el liquidador, porque ingresan al activo del concurso.
embargo, como puede ocurrir que estos bienes provenientes
e herencias, legados o donaciones, estén afectos a ciertas cargas
‘ gravámenes, con las que le han sido transmitidos o transferidos
deudor, se mantiene la responsabilidad por ellas, sin peijuicio
gjé los derechos de los acreedores hereditarios. El hecho de que
JIqs bienes adquiridos a título gratuito, después de la resolución
-'líe liquidación, ingresen en el activo del concurso, no es sino la
'aplicación del aforismo fácil llega, fácil se va, propio del derecho
común, como tantos otros en base de los cuales se establecen
.muchas de sus normas.
; b) Bienes futuros adquiridos a título oneroso. El deudor bajo el
-procedimiento concursal de liquidación conserva el dominio y la
'- administración de estos bienes, pero esta administración puede
ser sometida a intervención del liquidador y los acreedores sólo
tienen derecho a los beneficios líquidos que se obtengan.
Como hemos expresado anteriormente, el desasimiento no
importa una incapacidad para el deudor, persona natural en
liquidación forzosa, en consecuencia puede ejercer una profe­
sión, industria o comercio, siempre que no grave el patrimonio
que está afecto al procedimiento concursal de que se trata. Los
nuevos acreedores no pueden pretender pagarse con los bienes
del activo del concurso, cuya realización está comprometida o
reservada para el pago a los acreedores cuyos créditos resulten
reconocidos en el juicio de liquidación, pero se pagan en los
nuevos bienes adquiridos por el deudor.

123. Bienes excluidos del desasimiento. Dos categorías de bienes


quedan fuera de la inhibición de administrar y disponer, que
afecta al deudor, persona natural, ellos son:
1- Los bienes inembargables, ya sea que este carácter se les dé
por el Código Civil, por el CPC o por leyes especiales, y
2. Los bienes ajenos, que en el caso que hayan sido incautados
por el liquidador, van a ser objeto de una acción reivindicatoría,
de tercerías de dominio y posesión en los juicios ejecutivos
que se acumulen al procedimiento concursal de liquidación
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN PE EMPRESAS Y PERSONAS. D ERECHO CONCURSAL

o de petición incidental o administrativa de devolución, por


parte de sus verdaderos dueños. En este caso se encuentran los
títulos de crédito o efectos de comercio, como los denomina
el legislador y las mercaderías entregadas al deudor por un
título no traslaticio de dominio.

124. Aspecto jurídico judicial del desasimiento. Esta materia es


regulada en los números 3, 4 y 5 del artículo 130, de la ley con­
cursal vigente.
En virtud del numeral 3) de la disposición legal recién citada,
la empresa deudora o el deudor no puede comparecer enjuicio
como demandante ni como demandado, en los relativo a los
bienes objeto del procedimiento concursal de liquidación, pero
puede actuar como coadyuvante. Esto significa que el liquidador
asume la representación del deudor, para tales efectos procesales,
de manera que el que quiera intentar acciones civiles en su contra
debe demandar al liquidador.
El deudor puede interponer por sí todas las acciones que se
refieran exclusivamente a su persona y que tengan por objeto
derechos inherentes a ella, según lo establecido por el número 4)
del artículo 130, de la normativa concursal. De conformidad con
la misma regla, el deudor tampoco es privado del ejercicio de sus
derechos civiles, por lo que, en consecuencia, si es una persona
física puede, por ejemplo, casarse, divorciarse, heredar, adoptar,
legitimar, cambiarse de nombre, etc. El hecho de estar sometido al
procedimiento concursal de liquidación no le impone al deudor
inhabilidades especiales, sino en los casos expresamente determi­
nados por las leyes, verbigracia el Código Civil, el Código Orgánico
de Tribunales y la Ley № 18.046, por mencionar algunas.
Finalmente, en el aspecto que estamos tratando, en caso de
negligencia del liquidador, puede solicitar al tribunal que ordene
la ejecución de las providencias conservativas que sean pertinentes.
Así lo dispone el artículo 130 de la ley vigente que, con algunas
ligeras variantes, reproduce los términos del artículo 64 del Libro IV
De las quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio.
La novedad que aporta el texto legal en actual vigencia, en su
artículo 131, es la relativa a regulación de las controversias que se
susciten entre el deudor, el liquidador y cualquier otro interesado
en relación a la administración de los bienes sujetos al procedi-
■Д А Р . IV. РКО ПГП Ш ТЕЦХП г т К 1 1й ?Д1, р в I ТОГТТПACIÓN

m iento concursal de liquidación, esto es, el desasimiento, que son


resueltas por el tribunal que conoce de este juicio, en audiencias
verbales, a solicitud del interesado y conforma a las siguientes
norm as dispuestas por el citado precepto legal, a saber:
1) El peticionario debe exponer por escrito al tribunal la solicitud
que formula como asimismo los antecedentes que le sirven
de fundamento;
2) El ju e z analizará la p etició n y p u ed e desecharla de plan o si
estim a que carece de fundam ento;
3) Si la solicitud es fundada, el tribunal cita a las partes a una
audiencia verbal que se notifica por el estado diario, se publica
por el liquidador en el Boletín Concursal y se celebra dentro
del m enor tiempo posible;
4) El liquidador puede comparecer personalmente o por man­
datario judicial. La audiencia verbal aludida se celebra con
las partes que asistan y la decisión que el juez adopte sólo es
susceptible de recurso de reposición, que se debe interponer
y resolver en la misma audiencia.

P á r r a f o II
LA FIJACIÓN IRREVOCABLE DE LOS DERECHOS
DE LOS ACREEDORES

125. Alcance del efecto. Está previsto en el artículo 134, de la Ley


№ 20.720, que regula los procedimientos concúrsales, cuyo tenor
literal es el mismo del artículo 66 de la legislación de quiebras,
hoy derogada, sustituyendo solamente las expresiones “sentencia
que declara la quiebra”por “Resolución de Liquidación”. En efecto, el
precepto legal mencionado anteriormente señala: “La Resolución
de Liquidación fija irrevocablemente los derechos de todos los acreedores
en el estado que tenían el día de su pronunciamiento, sin perjuicio de los
casos especialmente previstos por la ley”.
En principio, este efecto inmediato significa que los créditos
■' o pueden \anai en cuanto a su monto ni a su calidad, despues
del pronunciamiento de la resolución de liquidación. En otras

187
REORGANIZACION Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL J

palabras, ello implica que el pasivo del concurso queda inmóvil J


petrificado, sin poder alterarse por ninguna circunstancia sobr<
viniente con posterioridad a la referida resolución.
Sin embargo, el alcance de este efecto no es tan amplio eri*
la actualidad como lo fue bajo la vigencia de la antigua Ley^
№ 4.558, de 1929, era más preciso en cuanto a establecer que la3
fijación irrevocable de los derechos de los acreedores se producía'^
en el estado que tenían el día anterior al pronunciamiento d e'
la declaración de quiebra, lo que concordaba plenamente con
la forma de computar los plazos según las normas del Código
Civil. La normativa actualmente vigente que recoge la redacción
del artículo 66, del Libro IV, De las Quiebras, hoy derogado,
del Código de Comercio, dispone que la fijación irrevocable se
produce en el estado que tienen los derechos de los acreedores
eldía delpronunciamiento de la resolución de liquidación. Por otra
parte, bajo el imperio de la Ley № 4.558, de 1929, la fijación
irrevocable tenía consecuencias en dos órdenes de materias: en
las compensaciones y en los intereses de los créditos comunes,
vencidos al tiempo de la declaración, que se suspendían respecto
de la masa. La prim era consecuencia se mantiene en la ley con­
cursal vigente, porque la resolución de liquidación impide toda 1
compensación que no haya operado antes por el ministerio de
la ley. La segunda consecuencia ha variado fundamentalmente
porque las deudas vencidas y actualizadas de la empresa deu­
dora se reajustan y devengan intereses, según los artículos 137
y 139 de la nueva ley. No puede ahora hablarse de suspensión
del curso de los intereses como se hacía antes, porque desde
la promulgación de la Ley № 18.175, de 1982, el legislador in­
corporó a la normativa concursal el principio de racionalidad
económica, que importa reconocer en esta materia, los efectos
jurídicos del proceso económico de inflación.
Puede señalarse entonces que la fijación irrevocable tiene aho­
ra efectos más restringidos. Esto lo apreciaremos mejor tratando
separadamente de las consecuencias que se originan en las com­
I pensaciones y en la reajustabilidad e intereses de las deudas.

126. Consecuencias de lafijación irrevocable en las compensaciones.


La compensación es un modo de extinguir las obligaciones que
opera cuando dos personas son deudoras una de otra y acreedo-

188
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

recíprocamente. Está definida en el artículo 1655 del Código


ivil-
P ara q u e o p e re la co m p en sació n com o fo rm a de ex tinguir se
¿equiere q u e las deudas re ú n a n las siguientes calidades:
• Q u e ambas sean de dinero o de cosas fungibles o indeter­
minadas de igual género y calidad, y
• Que ambas sean actualmente exigibles.
' : R eunidos estos requisitos, la co m p en sació n o p era p o r el solo
m inisterio d e la ley y au n sin el co n ocim iento de los deudores.
El pronunciam iento de la resolución de liquidación, al
igual que la sentencia de quiebra, impide toda compensación
que no hubiera operado antes por el ministerio de la ley, m odo
de extinguir que no puede originarse después, de acuerdo con
lo previsto en el artículo 140 de la materia. La razón es que la
compensación no tiene p o r objeto satisfacer una necesidad
jurídica, sino que representa una economía en cuanto se evita
un pago doble.
Por otra parte, mediante la compensación las obligaciones
se extinguen de una m anera diversa del modo normal que es el
pago, de suerte que, si se permitiera operar una compensación
con posterioridad a la resolución de liquidación, estaríamos
quebrantando el principio de la fijación irrevocable de los de­
rechos de los acreedores, ya que implicaría una especie de pago
preferencial al acreedor o acreedores que se valen de la compen­
sación y, por lo mismo, una violación del principio clásico de par
condictio creditorum, que aún inspira nuestra normativa actual de
procedimientos concúrsales.
Según lo previsto por el artículo 140 de la ley del ramo: “La
dictación de la Resolución de Liquidación impide toda compensación
que no hubiere operado antes por el ministerio de la ley, entre las obliga­
ciones recíprocas del deudor y acreedores... ”. La disposición transcrita
establece que los presupuestos de la compensación existan antes
de que se dicte la referida resolución, en cuyo caso ésta opera
válidamente. Pero cuando dichos requisitos se reúnen después
de la resolución de liquidación, entonces la compensación no
opera válidamente, porque precisamente lo impide la sentencia
indicada. En relación con lo que acabamos de señalar, se presenta
un problema respecto de ia exigibilídad anticipada de todas las
obligaciones a que se refiere el artículo 136, de la ley vigente,
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

que p o d ría p erm itir que se cu m p la el requisito de exigibilidad щ


de las obligaciones, p ara que ten g a lugar la com pensación. Sin Щ
em bargo, n o es así, p o r dos razones: Щ
1. La exigibilidad anticipada a que se refiere el artículo 136, de %
la ley concursal, es para el solo efecto de verificar los créditos 1
y pagarse posteriormente si son reconocidos, y 1
2. El artículo 140, de la misma ley, impide las compensaciones I
que se produzcan después de la resolución de liquidación, i
es decir, aquellas cuyos requisitos se reúnen después de su I
pronunciamiento y, en este caso, la señalada resolución haria ^■
exigibles las obligaciones en forma anticipada, reuniéndose ;i i
en ese instante los requisitos de la compensación, por lo que ';
ésta carece de valor.28
No obstante lo que venimos señalando, existen algunos casos jj
excepcionales en los cuales opera la compensación. El artículo 140, í;
de la ley del ramo, agrega: "... salvo que se trate de obligaciones conexas, ¡
derivadas de un mismo contrato o de una misma negociación y aunque \
sean exigibles en diferentes plazos ”. \
La excepción consiste en que se admite una compensación i;
cuyos requisitos se reúnen después del pronunciamiento de la
resolución de liquidación, y va a producir efectos válidos en dos
casos*.
1. Cuando se trata de compensar obligaciones conexas derivadas j
de un mismo contrato, como sería el caso de una compañía j
de seguros que tuviera que pagarle una indemnización a la \
empresa deudora por haber ocurrido el siniestro, obligación )
que permite compensar con la deuda que ésta tenga respecto j
del pago de la prima. La compañía aseguradora, en este caso, :
puede compensar la indemnización adeudada con prima
insoluta, y
2. Cuando se trata de compensar obligaciones que provienen de
una misma negociación. Aquí el legislador emplea un término
más amplio que contrato. Negociación a nuestro parecer es
sinónimo de operación, es decir, de una serie de actos jurídicos
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

o contratos, que producen efectos en el tiempo y que tienen


un fin común que les sirve de nexo o vínculo que los une y
con los cuales se logra también una determinada finalidad.
Estas operaciones son frecuentes en la actividad bancaria, por
ejemplo, la cuenta com ente es más que un contrato porque
implica, entre otros actos jurídicos, depósito irregular de di­
nero, libramiento o expedición de órdenes de pago contra el
banco o cheques, compensación de remesas depositadas y los
giros efectuados para establecer el saldo, etc. En este caso la
operación de boleta bancaria de garantía admite la compen­
sación entre la acreencia del depositante con la deuda que
él tiene por el préstamo que el banco le hizo para tomar la
boleta, aunque se haya expedido en su contra la resolución
de liquidación.
Por último, digamos que la compensación podría ser afectada
por las acciones revocatorias concúrsales, en caso de la revocabili­
dad subjetiva, por tratarse de un acto a título oneroso, tema sobre
el cual volveremos a tratar especialmente de tales acciones.

127. La fijación irrevocable y el reajuste y cálculo de intereses. En


esta materia la legislación concursal sustitutiva de la quiebra, en
su artículo 139, no hace sino seguir los contenidos del antiguo
artículo 67, hoy derogado, distinguiendo, como veremos, crédi­
tos reajustables con intereses, créditos reajustables sin intereses,
créditos no reajustables con intereses y sin intereses.
Las reglas del artículo 137, de la ley vigente, relativas a la
determinación del valor actual de los créditos se aplican en la
siguiente forma:
1. Créditos reajustables con intereses. Los créditos reajustables que
devenguen intereses se reajustarán y devengarán intereses
según lo pactado en la convención, en el caso del № 1, del
artículo 137;
2. Créditos reajustables sin intereses. Los créditos reajustables que
no devenguen intereses se reajustarán según lo pactado, de
acuerdo al № 2 del artículo 137, y
3. Créditos no reajustables con o sin intereses. Los créditos no reajusta-
bles, sea que devenguen o no intereses, devengarán intereses

191
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSA^

corrientes para operaciones de crédito de dinero no reaji


tables, en el caso de los número 3 y 4, del artículo 137.
Los reajustes e intereses, en su caso, gozan de iguales pi*j
ferencias y privilegios que los respectivos capitales (art. 13g|¡
Tal regla está contemplada en el artículo 2491 del Código Ci\
respecto de los intereses, pero el legislador consideró necesaria
reiterarla aquí y enunciarla en forma expresa en relación con lá
reajustabilidad.
Puede apreciarse que desde que se dicta la resolución del
liquidación, las deudas del sujeto pasivo de este procedimientoi
concursal se reajustan y devengan intereses de acuerdo con lo -
pactado. Esta nueva forma de tratar los créditos con posterioridad^
a la resolución de liquidación no atenta contra el principio de l a |
igualdad de los acreedores, sino que, por el contrario, trata d e j
mantenerlo. Constituyen una excepción los créditos no reajusta-J
bles, sea que devenguen o no intereses, los cuales desde la fecha t
de la resolución de liquidación comienzan a producir intereses í
corrientes para las operaciones de crédito de dinero no reajus-f
tables. Esta solución resulta extraña en el caso de los créditos no
reajustables que devenguen intereses, porque lo lógico sería que' •
ellos continuaran produciendo los intereses convenidos. Sin em­
bargo, tratándose de los créditos no reajustables que no devengan
intereses, el criterio seguido por el legislador es equitativo, porque
en tales casos el acreedor no estipula intereses creyendo que el
crédito se le pagará totalmente a su vencimiento, pero como en
caso de aplicarse el procedimiento concursal de liquidación, debe
aceptar lo que de él resulte, la ley establece que su crédito deven­
gará intereses corrientes para operaciones de crédito de dinero
no reajustables (Ley № 18.010). Una vez más se advierte que el
legislador se esfuerza en preservar la igualdad de los acreedores
en los procedimientos de concurso.
Por otra parte conviene precisar que la reajustabilidad de
los créditos sólo se aplica respecto de aquellas obligaciones en
las cuales se hubiere convenido expresamente. Esto significa
que el legislador mantiene, en esta materia, el principio nomi­
nalista.
Finalmente, señalaremos que los intereses que se devenguen
con posterioridad a la fecha en que se dicta la resolución de H-
CAR IV- PROCEDIMIENTO: CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

Iridación, q u ed an pospuestos p ara su p ag o h asta q u e se p ag u e


' capital de los dem ás créditos en el p ro ced im ie n to concursal
I liquidación.
V ■

* 128. Las obligaciones pagaderas en moneda extranjera. El ar-


eulo 139, de la Ley № 20.720, de procedimientos concúrsales,
' pone que las obligaciones contraídas en m oneda extranjera
V paguen en la misma m oneda establecida en la convención y
devenguen el interés convenido en ella. Esta regla se establecía
antes sólo respecto de las obligaciones pagaderas en m oneda
extranjera, no así respecto de las convenidas en m oneda extran­
jera, que se solucionan en m oneda nacional, al tipo de cambio
vendedor de la moneda de que se trata el día del pago.

Párrafo III
L a exigibilidad anticipada de todas las deudas

129. Enunciado. Esta consecuencia jurídica inmediata de la


resolución de liquidación está prevista en el artículo 136, de la ley
de la materia, con el propósito de cumplir uno de los principios
fundamentales de los procedimientos concúrsales: la igualdad
de los acreedores. Dispone el precepto legal citado: “Una vez
dictada la Resolución de Liquidación, todas las obligaciones dinerarias
se entenderán vencidas y actualmente exigibles respecto del Deudor, para
que los acreedores puedan verificarlas en el Procedimiento Concursal de
Liquidación y percibir el pago de sus acreencias. Estas últimas sepagarán
según su valor actual más los reajustes e intereses que correspondan, de
conformidad a las reglas del artículo siguiente”.
Es frecuente que el sujeto pasivo del procedimiento concursal
de liquidación tenga deudas por vencer a la fecha de la resolución
de liquidación. Ahora bien, si se le concedió plazo para pagarlas
fue gracias a la confianza que le inspiraba al acreedor, la que des­
aparece precisamente con la sentencia aludida. Es justo, entonces,
que en estas circunstancias el acreedor pueda hacer efectivas
sus acreencias sin esperar el vencimiento del plazo convenido.
Por otra parte, la exigibilidad anticipada evita las dificultades
que implicaría en el procedimiento concursal de liquidación el
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DF. F.MEE ESAS Y PERSONAS. DEÜ F.CHO CONCURSA-b

mantenimiento de los plazos para la determinación del monto M


de los créditos. 11
La exigibilidad anticipada de las deudas del sujeto pasivo del Ц
procedimiento concursal en estudio no hace sino reiterar una ^
norma del derecho común, el artículo 1496 № 1 del Código Civil, '?
que establece la caducidad del plazo, respecto del deudor que 1
tenga dicha calidad en un procedimiento concursal de liquidación '-i
o se encuentre en notoria insolvencia y no tenga la calidad de *~í
deudor en un procedimiento concursal de reorganización. '•

130. Alcance de la exigibilidad anticipada. La aplicación de Ì


este efecto de la resolución de liquidación es restringida y sólo ;
afecta a la empresa deudora o al deudor y no a sus codeudores
y fiadores. El legislador lo ha establecido en esta forma, porque
los codeudores y fiadores del sujeto pasivo del procedimiento
concursal de liquidación no tienen responsabilidad alguna de que
éste haya sido sometido a dicha tutela colectiva. Por excepción,
la ley contempla algunos casos en que terceras personas que han
garantizado el cumplimiento de obligaciones del deudor, como
avalistas o como codeudores solidarios, puedan verse afectados
por la exigibilidad anticipada y responder, antes del vencimiento
de tales obligaciones, situaciones previstas en el artículo 138, de
la ley concursal vigente, que trataremos a continuación:
a) Deudor aceptante de una letra de cambio en liquidación forzosa.
La letra de cambio contiene una prestación que, generalmente,
se cumple dentro de un plazo determinado. Vigente este plazo,
esto es, antes que la letra llegue a su vencimiento se dicta resolu­
ción de liquidación respecto del aceptante, originándose como
efecto inmediato de dicha sentencia la exigibilidad anticipada
de las deudas que, en principio, sólo afecta al sujeto pasivo del
procedimiento de que se trata, pero en este caso alcanza a los
obligados por garantía, como son el librador, los endosantes y
los avalistas.
Librada la resolución de liquidación del aceptante de la letra
de cambio, no hay duda de que no podrá cumplir la prestación
incorporada al título-valor dinerario, porque se lo impide el
desasimiento. Tampoco podrá p a g a r l a el liquidador mientras no
haya realizado los bienes del activo del concurso. Como la letra
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUTÜACTÓN

eStá aceptada, el tomador o beneficiario no puede recurrir a los


demás obligados cuya responsabilidad surge por el protesto por
falta de aceptación. Hay que entender que según los artículos 79
inciso 2S y 81 № s 1 y 2, de la Ley № 18.092, de 14 de enero de
1982, sobre Letra de Cambio y Pagaré, que la acción que emana
de este título puede ejercerse antes del vencimiento, en caso que
se dicte resolución de liquidación respecto del aceptante, porque
la Ley № 20.720, de 2014, en su artículo 365, sólo corrigió el
lenguaje anterior ( “en caso de quiebra”) respecto del artículo 57 y,
en ninguno otro más, de la citada ley cambiaria. Se entiende que
ocurre lo mismo en caso de que se dicte resolución de liquidación
respecto del librado o cualesquiera de los librados conjuntos,
“hayan o no aceptado la letra”. Además, esta norma contempla la
misma solución si antes de la aceptación se dicta resolución de
liquidación en contra de uno de los librados subsidiarios y nin­
guno de los restantes accede a aceptar la letra, o si la resolución
aludida afecta al librado subsidiario que otorgó la aceptación.
b) El librador de una letra no aceptada cae en liquidación forzosa.
El artículo 138, de la ley concursal de la misma manera que el
artículo 81 № 4 de la Ley № 18.092, sobre Letra de Cambio y
Pagaré, reglamenta esta situación. En efecto, dictada la resolución
de liquidación del girador de una letra de cambio no aceptada,
el librado no admite la orden que éste le da en el documento de
pagar una suma determinada o determinable de dinero. Al ser
de esta manera, el portador puede ejercer su acción antes del
vencimiento de la letra y es justo que la exigibilidad anticipada
afecte a los obligados por garantía, en este caso endosantes de la
letra y los avalistas del librador.29
c) El suscriptor de un pagaré bajo liquidaciónforzosa. Si en relación
con el suscriptor de un pagaré se libra resolución de liquidación,
se sabe positivamente que no va a pagar porque está inhibido
por el desasimiento. En tal caso, el portador no puede esperar el
vencimiento del título y la ley lo autoriza para dirigirse en contra
de los demás obligados, como son los endosantes y avalistas que
aparecen en el texto de instrumento de pago. La exigibilidad

25 А к misma solución se llegaba bajo la vigencia de los arts. 678 y 679 de!
Código de Comercio, hoy derogados en virtud de la Ley № 18.092, de 1982.

195
anticipada afecta a los deudores por garantía cambiaria, p o é
situación de concurso forzoso en que se encuentra el deu‘
directo (art. 138, Ley № 20.720 y arts. 81, 106 y 107 de la £
sobre Letra de Cambio y Pagaré). ;>
El fundamento de estas excepciones al efecto restringido"
la exigibilidad anticipada se encuentra en la seguridad de J
el legislador ha querido siempre revestir a los títulos de crédf
por la im portante función que éstos desarrollan en el tráfx
mercantil. Los obligados por garantía que pagan la prestado
contenida en el título al portador del mismo, afectados por 1
exigibilidad anticipada, pueden repetir contra la empresa deudo'
o el deudor, verificando su crédito en la quiebra.
Al regular la exigibilidad anticipada la normativa de quiebr '
hoy derogada, en el artículo 67 empleaba la expresión “deudk
pasivas ” para referirse a las obligaciones en las cuales el fallid
era deudor y no aquellas en las que es acreedor, expresiones qu
no recoge el texto del artículo 136, la ley concursal vigente, per'
debe entenderse lo mismo porque este efecto, como ya dijimo
tiene por fundamento el principio de par condictio creditorum, qu
es aplicable a los acreedor del concursado.
La exigibilidad anticipada favorece a todos los acreedores*,
sean éstos comunes, privilegiados o preferentes. Durante la vi-'
gencia del Libro IV De las quiebras, hoy derogado, del Códig
de Comercio, se estimó por algunos autores que los acreedores:
hipotecarios, prendarios y retencionarios no resultarían benefi-;
ciados por la exigibilidad anticipada de las deudas, porque tenían
bienes afectos especialmente al pago de sus créditos, agregando
que a ellos no les interesa el activo de la quiebra, toda vez que
ellos podían llevar adelante sus acciones en los bienes afectos a
la seguridad de sus respectivos créditos (art. 71 del Libro IV De
las quiebras). Sin embargo, la Corte Suprema declaró que los
acreedores prendarios e hipotecarios estaban también favorecidos
con la exigibilidad anticipada de las deudas, por dos razones:
• Ellos debían pagarse en el concurso, aunque tengan bienes
afectos a la seguridad de su crédito, puesto que los han veri­
ficado para que se les pagare en forma preferente, y
* Si a estos acreedores no se Ies pagaba con el producto de
la realización de los bienes afecto a la garantía de sus ere-
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN
—------------------------------ -------- ------------------------------------------------

jíditos, quedarían en la situación de acreedores comunes о


p alistas.
§BÈft fin, la exigibilidad anticipada se produce solamente para los
^ttos de verificar el crédito y percibir el pago de sus acreencias.
‘ tiéne otro alcance, aunque el artículo 136, de la ley vigente, no
ite en su texto las expresiones “para el solo efecto... ”, empleadas
*;¡el artículo 67, de la legislación anterior, que permitían despe-
^toda duda al respecto. En materia de compensación podría
irisarse que la exigibilidad anticipada serviría para configurar
É | requisitos, pero, como hemos señalado anteriormente a pro-
fésito de ía fijación irrevocable de los derechos de los acreedores,
jfedgibilidad anticipada no tiene ese alcance.

Ü> 131. Determinación del valor actual de los créditos no vencidos. La


Aigibilidad anticipada de las deudas se ha establecido para que
ifeacreedores puedan verificarlas en el procedimiento concursal
||e liquidación y percibir el pago de sus acreencias, con el valor
Jfetual que les corresponda, de acuerdo al artículo 137 de la ley
Me la materia.
El tratamiento de los créditos no vencidos fue diferente a lo
.tablecido en la antigua Ley № 4.558, de 1929, a partir de la
||é y № 18.175, de 1982, incorporada al Libro IV De las quiebras,
Iftoy derogado, del Código de Comercio, porque esta normativa
contiene reglas más complejas que admiten la posibilidad de re-
Jrajustes e intereses, disposiciones que repite casi textualmente el
^artículo 137, de laL ey№ 20.720, con los ajustes de terminología
necesarios.
N"'' I Ш 6

Para determ inar el valor actual de los créditos en m oneda


nacional, no vencidos a la fecha en que se dicta la resolución de
Ì 'M : U Ì C ; - U:'V

liquidación, se distingue si son reajustables o no y si devengan


o no intereses. Siendo así, se forman cuatro grupos diferentes
de créditos no vencidos cuyo valor actual se determ ina por la
UN

ftr; ley:
Di:' í.íí.'R O " -. 1'л

* Créditos no vencidos en moneda nacional reajustables con


intereses;
Д ’ !Л

Créditos no vencidos en moneda nacional reajustables sin


¡o
Г-/Р

intereses;
LA

197
REORGANIZACIÓN ¥ LIQ U IDACIÓN DE EMPRESAS V PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

• Créditos no vencidos en m oneda nacional no reajustables


con intereses, y
• Créditos no vencidos en moneda nacional no reajustables y
sin intereses.
Analizaremos separadamente las diversas categorías de cré­
ditos.
a) Créditos reajustables con intereses. El valor actual de los créditos
reajustables en moneda nacional, no vencidos a la fecha en
que se dicta la resolución de liquidación y que devengan inte­
reses, será el capital más el reajuste convenido e intereses para
operaciones reajustables hasta la fecha de dicha resolución
(art. 137 № 1).
b) Créditos reajustables sin intereses. El valor actual de los créditos
reajustables en moneda nacional, no vencidos a la fecha de la
resolución de liquidación y que no devenguen intereses, será
el capital más el reajuste convenido hasta la fecha de dicha
resolución (art. 137 № 2).
c) Créditos no reajustables con intereses. El valor actual de los créditos
no reajustables en moneda nacional, no vencidos el día en
que se dicta la resolución de liquidación y que devenguen
intereses, será el capital más los intereses para operaciones
no reajustables devengados hasta la fecha de dicha resolución
(art. 137 №3 ) .
d) Créditos no reajustables sin intereses. El valor actual de los créditos
no reajustables en moneda nacional, no vencido a la fecha de
expedición de la resolución de liquidación y que no deven­
N 1'" 17

guen intereses, se determinará descontando del capital los


l.PV

intereses corrientes para operaciones de crédito de dinero


no reajustables, desde la fecha de la resolución de liquidación


ПО

hasta el día de los respectivos vencimientos (art. 137 № 4). Si


DH
UN

no es posible determinar el índice de reajustabilidad o si éste


ÍS

ha perdido su vigencia, se aplica a esta categoría de créditos


H BR OS

lo previsto en el número 3) de la disposición legal antes cita­


Г -ï

da.
\ Г О 'Ю С О И Л

198
üxp. IV. mji'mMimo ¿onorai.цц ицшидио*

P á r r a f o IV
SUSPENSION DEL DERECHO DE LOS ACREEDORES DE EJECUTAR
INDIVIDUALMENTE AL DEUDOR

1S2. Fuente legal y alcance de este efecto de la suspensión. El ar­


tículo 135 de la Ley № 20.720, de procedimientos concúrsales,
dispone que la resolución suspende el derecho de los acreedores
para ejecutar individualmente al deudor. Sin embargo, los acree­
dores hipotecarios y prendarios podrán iniciar o llevar adelante
sus acciones, en los bienes afectos a la seguridad de sus respec­
tivos créditos, sin peijuicio de la posibilidad de realizarlos en el
procedimiento concursal de liquidación.
Esto significa que, dictada la resolución de liquidación, no
se puede iniciar en contra del deudor ninguna acción ejecutiva
de los acreedores por vía separada del procedimiento concursal
de que se trata. Incluso, como tendremos ocasión de verlo, las
acciones iniciadas antes de que se dicte la sentencia de liquida­
ción, se acumulan al procedimiento concursal.30
Se explica este efecto porque el procedimiento concursal
de liquidación es una tutela unitaria y universal, que declarada
judicialmente respecto de la empresa deudora o del deudor,
crea un estado o situación jurídica, con los efectos que estamos
estudiando. De no producirse este efecto de suspensión, no
se lograría la unidad de las gestiones del juicio concursal de
liquidación que se tramita en un solo procedimiento. Existen
además otras razones relacionadas con la consagración legal
del principio de par condictio creditorum y con el carácter tutelar
de los procedimientos colectivos concúrsales, que justifican la
existencia de este efecto. Por tanto, la única forma de mante­
ner el principio de la igualdad es im pedir que cada acreedor
pueda iniciar sus acciones ejecutivas en contra del deudor se­
paradamente. En caso contrario, el acreedor más diligente se
pagaría primero, perjudicando a los demás. Los procedimientos
colectivos de insolvencia son incompatibles con el ejercicio de
las tutelas o defensas individuales.

^ Véanse Corte Suprema, 8 de octubre de 1941, 0?.cetэ., 1941. sern.. № 84,


P -135; R., t. XXXIX, secc. Ia, p. 270.
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

La suspensión sólo se refiere a los juicios ejecutivos, vale decir,


a los procedimientos compulsivos que los acreedores podrían
invocar en contra del quebrado. De manera que nada impide a 1
los acreedores iniciar juicios ordinarios en contra del fallido, por 1
cuanto en ellos se persigue la declaración de un derecho que es I
negado por el deudor.
Sin embargo, la regla enunciada, que suspende el derecho
de los acreedores para ejecutar individualmente al fallido, tiene
las siguientes excepciones:
• Los acreedores hipotecarios o prendarios, y
• Los créditos que gozan del derecho legal de retención.

133. Situación de bs acreedores hipotecarios y prendarios. Constituye


una excepción al efecto de la suspensión del derecho de ejecutar
individualmente al deudor, el hecho de que estos acreedores
puedan iniciar y continuar sus ejecuciones en forma separada,31
sin peijuicio de que puedan realizarlos en el procedim iento
concursal de liquidación. En ambos casos, para percibir deben
garantizar el pago de los créditos de primera clase que hayan sido
verificados ordinariamente o antes de la fecha de liquidación de
los bienes afectos a sus respectivas garantías, por los montos que
en definitiva resulten reconocidos.
Se fundamenta esta excepción en que la hipoteca y la prenda
son créditos preferentes y privilegiados, respectivamente, que
gozan de una situación especial.
En cuanto al procedimiento y realización de las garantías de
los acreedores prendarios e hipotecarios, diremos que si bien es
cierto que pueden actuar independientemente, están obligados a
pagarse su crédito a través del procedimiento concursal de liqui­
dación y para percibir deben garantizar el pago de los créditos de
primera clase que hayan sido verificados ordinariamente o antes
de la fecha de la liquidación de los bienes afectos a sus respectivas
cauciones, por los montos que en definitiva resulten reconoci­
dos, modalidad esta última que fue incorporada en el texto del
artículo 135, de la normativa actualmente vigente, poniendo fin

51 Véase, en este sentido, Corte de Apelaciones de Concepción, 14 de julio de


1932, Gaceta, 1932, 2a sem., № 113, p. 433.
I
2 0 0
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

p a úna discusión doctrinaria que existió antes, bajo el imperio de


legislación de quiebras, hoy derogada.32'33
|r>;
¡|:’ 134. Situación de los créditos con derecho legal de retención en el
fi contrato de arrendamiento. Para que exista el derecho legal de
С retención es necesario que haya una disposición legal que lo
p contemple y que una resolución judicial lo declare expresamen­
te te. Este derecho se define como aquella facultad que permite al
í " acreedor de una obligación no cumplida retener la cosa en su
\ . poder, mientras la prestación se cumpla. El CPC, asimila el derecho
i legal de retención a la prenda o a la hipoteca, lo que no hace la
b-. Ley № 20.720, sobre procedimientos concúrsales, rompiendo de
¿ esta suerte tal principio.
?" Por otra parte, el derecho legal de retención no constituye
- ahora una excepción al desasimiento, porque el artículo 141, de la
У ley recién citada, dispone que no se puede declarar este derecho,
después de la resolución de liquidación. En efecto, durante los 30
días siguientes a la notificación de la resolución de liquidación, el
acreedor no puede perseguir la realización de los bienes muebles
destinados a la explotación de los negocios del deudor por las
rentas de arrendamiento vencidas, sin peijuicio de su derecho
I para solicitar medidas conservativas, las que deben ser resueltas
i por el tribunal, conforme al artículo 131, de la ley del ramo. Si el
- contrato de arrendamiento ha expirado por alguna causa legal,
^ el arrendador puede exigir la entrega del inmueble y entablar
las acciones correspondientes.

Párrafo V
L A ACUMULACIÓN DE JUICIOS

135. Cuestión previa. Este efecto de la declaración de quiebra está


contemplado en el artículo 142, de nuestra ley concursal. Hemos
32 Corte de Apelaciones de Santiago, 16 de julio de 1963, R., t. LX, secc.
p. 99.
33 Corte de Apelaciones de Valparaíso, 25 de octubre de 1932, Gaceta, 1932,
sem., № 100, p. 361. Véase, además, VERGARA F., A m a u a , “De la facultad de
ejecutar dentro del juicio de quiebra”, en: Revista de Derecho y Jurisprudencia,
t. XLV, 1- parte, pp. 85 a 104.

201 ; 4' . 4 ' ' 4 \ 'i ; - ,


REORGANIZACIÓN Y LIQ U IDACIÓN nF. F.MPR F.SAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

visto que, de acuerdo con el artículo 129 № 5, de la citada ley, la |


resolución de liquidación debe contener la orden de acumular al 1
juicio de quiebra todos los juicios contra el fallido que estuvieren 1
pendientes ante otros tribunales de cualquiera jurisdicción y que j
puedan afectar sus bienes, salvo las excepciones legales. 1
Antes de analizar los presupuestos y el alcance de este efecto '
de la resolución de liquidación, es necesario distinguir la acumu­
lación de juicios de la acumulación de autos a que se refiere el
CPC. Las diferencias son las siguientes:
a) La acumulación de juicios es un efecto inmediato de la reso- '
lución de liquidación, que se produce en virtud de una orden
contenida en dicha resolución. En cambio, la acumulación
de autos es un incidente especial contemplado en el CPC, que
tiene lugar cuando las partes lo hacen valer;
b) La finalidad que se persigue con la acumulación de juicios es
mantener los principios de unidad y universalidad del proce­
dimiento concursal de liquidación; en tanto que el objetivo
del incidente de acumulación de autos, es fallar en una misma
sentencia asuntos de igual naturaleza;
c) Para que proceda el incidente de la acumulación de autos es
necesario que se trate de juicios que se tramitan ante iguales
instancias y sujetos a un mismo procedimiento. La acumula­
ción de juicios procede respecto de todos ellos, cualquiera
que sea la jurisdicción ante la cual se están tramitando.
Como lo hemos expresado, la acumulación de juicios tiende
a mantener las características de universalidad y de unidad que
informan a los procedimientos colectivos de insolvencia. Precisa­
mente se acumulan los juicios que dicen relación con bienes del
activo del concurso y estos juicios tienen interés para el deudor,
para los acreedores y para el liquidador.

136. Regla general de la acumulación al procedimiento concursal


de liquidación. Al procedimiento concursal de liquidación se acu-
mulanjuicios, esto es, contiendas actuales entre partes sometidas
al conocimiento de los tribunales. En consecuencia, no se acu­
mulan los asuntos no contenciosos o de jurisdicción voluntaria,
como, por ejemplo, una posesión efectiva, una rectificación de
&U>. IV. PRflCEbtMiENTo CQNCu¿5ALPk И Ц иш лиО н

inscripción de nacimiento, etc. Tampoco se acumulan los pro­


cedimientos de carácter penal, porque el artículo 142, de la ley
concursal vigente, que contiene la regla general en esta materia,
dispone que sean juicios civiles.
Los requisitos que deben cumplirse para que tenga lugar este
efecto inmediato de la resolución de liquidación son, a saber, los
siguientes:
a) Que se trate de juicios civiles en los que el deudor sea el
demandado y no a aquellos en los cuales él es demandante,
puesto que el artículo 142, de la ley de la materia alude a
juicios “contra el Deudor”;
b) Que sean juicios civiles pendientes, es decir, aquellos ya inicia­
dos en los que no se haya dictado sentencia definitiva que se
encuentre ejecutoriada. Todos los juicios que se inicien con
posterioridad a la notificación de la Resolución de Liquidación,
se deben promover ante el tribunal que está conociendo del
Procedimiento Concursal de Liquidación;
c) Debe tratarse de juicios civiles que se ventilan ante tribunales
de jurisdicción común. Por ley se excluyen los juicios que se
sustancian ante tribunales especiales y los que se tramitan
ante jueces árbitros.
Los juicios civiles acumulados al procedimiento concursal de
liquidación siguen tramitándose con arreglo al procedimiento que
corresponda según su naturaleza, hasta que quede ejecutoriada
la sentencia definitiva.
No aparece en el texto del artículo 142, de la ley de la mate­
ria, la exigencia que contemplaba el artículo 70, de la legislación
de quiebras, hoy derogada, en cuanto a que los juicios que se
acumulaban eran aquellos que, estando pendientes contra el
fallido ante otros tribunales de cualquiera jurisdicción, puedan
afectar sus bienes, lo que en verdad constituye la razón de ser de
este efecto inmediato. Ante esta omisión del nuevo texto legal,
nos inclinamos porque tal exigencia debiera cumplirse, dado que
el procedimiento concursal de liquidación sustituye a la antigua
quiebra, con prácticamente las mismas causales de apertura y
similares efectos, como lo estamos constatando ahora.
En caso que el deudor sea condenado en algunos de los jui­
cios acumulados al procedimiento concursal de liquidación, el

203
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSA¿*

i
liquidador da cumplimiento a lo resuelto, de conformidad cori
lo previsto en la ley concursal. Dicho de otra forma, el litigante!
que obtenga en estas causas, debe verificar su crédito invocando,
como título la sentencia respectiva. I
Por último, esta acumulación de juicios constituye una ex-"
cepción al principio de la radicación contenido en el Código*
Orgánico de Tribunales.

137. Excepciones a la acumulación dejuicios. La ley de procedi­


mientos concúrsales señala en su artículo 143, excepciones en las :
que no procede la acumulación y por ende esos juicios siguen
tramitándose o deben iniciarse ante el tribunal competente. Las
excepciones son las siguientes:
1. Los que a la fecha estuvieren siendo conocidos por árbi­
tros; .
2. Los que fueren materias de arbitraje forzoso;
3. Aquellos sometidos por ley a tribunales especiales. En esta
última clase se encuentran, entre otros, los juicios del traba­
jo, juicios de familia, juicios tributarios, juicios previsionales,
etc.

138. Procedimiento de losjuicios acumulados. ¿Cómo siguen tra­


mitándose los juicios acumulados a procedimiento concursal?
Para responder a esta interrogante es menester hacer el si­
guiente distingo:
1) Juicios declarativos, y
2) Juicios ejecutivos.
1) Los juicios declarativos. La Ley № 20.720, en su artículo 142,
inciso 2Q, señala que los juicios civiles acumulados seguirán
tramitándose con arreglo al procedimiento que corresponda
según su naturaleza, hasta que quede ejecutoriada la sentencia
definitiva. Aunque la ley vigente en el precepto legal citado
no emplea las expresiones juicio ordinario, como lo hacía el
artículo 70, inciso 32, de la legislación de quiebras, hoy dero­
gada, no hay duda que la disposición de la actual normativa
se está refiriendo a los procedimientos declarativos, porque
los artículos 144, 145 y 146, regulan el procedimiento por el
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSÂL DE LIQUIDACIÓN

cual se siguen tramitando losjuicios ejecutivos, como veremos


a continuación.
Losjuicios ejecutivos. En esta materia hay que hacer una distinción
entre juicios ejecutivos de obligaciones de dar yjuicios ejecu­
tivos de obligaciones de hacer y, respecto de estas categorías,
es preciso hacer otra distinción, como veremos enseguida:
1. Procedimiento en los juicios ejecutivos de obligaciones de dar.
Según el artículo 144, de la ley del ramo, el procedimiento
a seguir se sujeta a las siguientes reglas:
a) Si no se han opuesto excepciones losjuicios se suspen­
den en el estado en que se encuentren al momento
de notificarse la resolución de liquidación. El tribunal
que esté conociendo del juicio ejecutivo pronuncia
una resolución que suspende su tramitación y ordena
rem itir los antecedentes al tribunal que está cono­
ciendo del procedimiento concursal de liquidación,
para que continúe su tramitación. En esta situación,
los acreedores demandantes tienen que verificar sus
créditos de acuerdo con las reglas generales.
b) Si se han opuesto excepciones, el tribunal de la eje­
cución ordena rem itir los expedientes al tribunal
que está conociendo del procedimiento concursal de
liquidación y, una vez recibidos, se sigue adelante su
tramitación particular hasta que se dicte la sentencia de
término. Al ser de esta manera, el liquidador asume la
representación del deudor y los acreedores ejecutantes
pueden verificar sus créditos en forma condicional,
en espera de lo que se decida en el juicio ejecutivo
acumulado.
2. Procedimiento en los juicios ejecutivos de obligaciones de hacer.
De conformidad con lo previsto en el artículo 146, de la
ley vigente, esta acumulación se rige por las normas que
señalamos enseguida, las cuales implican la siguiente
distinción:
1. Si los fondos para cumplimiento al objeto del litigio se
encuentran depositados antes de la notificación de la
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ordena remitir los autos al tribunal que está cono

205
REORGANIZACION Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS ¥ PERSONAS. DERRCHQ CONCURSAL

ciendo del procedimiento concursal de liquidación,


continuándose su tramitación hasta la inversión total
de los fondos o la conclusión de la obra que con ellos
deba pagarse, y
2. En caso contrario, es decir, de no existir fondos de­
positados para llevar a efecto la obra, los juicios se
acumulan sin importar el estado en que se encuentren
y el acreedor sólo puede verificar el monto de los
pequicios que el tribunal respectivo haya declarado o
que se declaren con posterioridad por el tribunal que
conoce del procedimiento concursal de liquidación.

139. Norma común para los juicios ejecutivos y acumulación d


juicios ejecutivos iniciados por el deudor. Nos referiremos en primer
lugar a la situación prevista en el artículo 146, de la ley concursal
aplicable, relativa a todos los juicios ejecutivos en los que existan,
como partes, personas distintas de la empresa deudora o del
deudor. En estos casos, el tribunal que está conociendo de ellos
debe, en primer término, suspender la tramitación respecto del
aludido deudor, luego remitir al tribunal que está sustanciando
el procedimiento concursal de liquidación copias autorizadas
del expediente para que continúe la tramitación respecto de la
empresa deudora o del deudor y, finalmente, conservar para sí
el expediente original, para continuar la ejecución radicada en
él respecto de los demás demandados.
Tratándose de las demandas ejecutivas que hubieren sido
interpuestas por la empresa deudora o el deudor, a las que se
refiere el artículo 147, de la ley concursal vigente, antes de la
resolución de liquidación, destinadas a controvertir la validez,
legitimidad o procedencia de los créditos justificativos de la li­
quidación forzosa, deben acumularse al procedimiento concursal
de liquidación. Esta acumulación es excepcional porque la regla
general es que se trata de acumular juicios pendientes contra
el deudor, es decir, cuando él sea el demandado en la relación
procesal. Ahora bien, cuando en dichas demandas las defensas
del deudor fueren similares a las que hizo valer en el juicio de
oposición, el tribunal que está conociendo del procedimiento
concursal de liquidación, tiene que resolver estas controversias
y la oposición en una misma sentencia. En lo relativo a lo mera-
CAP. tv. P R f lü E B t № j T O CONCURSAL M U U U IIM U Ú N

mente procesal, prevalecen las disposiciones propias del juicio


de oposición, en las cuales como vimos existen limitaciones a la
admisibilidad y producción de las pruebas.

140. Situación de las medidas cautelares en general. Los embargos


y medidas precautorias que se decretan en los juicios sustanciados
contra la empresa deudora o el deudor y que afecten los bienes
que deban realizarse o ingresar en el procedimiento concursal de
liquidación, quedan sin efecto desde que se dicte la resolución
de liquidación.
En caso que los juicios en los cuales se decretaron las indica­
das medidas cautelares se acumulen al procedimiento colectivo
que nos ocupa, sólo el liquidador está facultado para solicitar el
alzamiento correspondiente, ante el tribunal que las decretó o
ante el juez que está conociendo el procedimiento concursal de
liquidación. El tribunal ante el cual se solicitó el alzamiento, lo
decreta sin más trámite, con el solo mérito de la resolución de
liquidación, porque como ya dijimos la sentencia indicada, ori­
gina un estado jurídico respecto del sujeto pasivo, una de cuyas
consecuencias es el desasimiento, que comporta ima inhibición
similar a un embargo general en relación con los bienes que ingresan en
el concurso, por lo que huelgan los embargos de los juicios indi­
viduales y las otras medidas cautelares. Este criterio se seguía en
la legislación anterior de quiebras, hoy derogada, en el inciso
final del artículo 70, confirmado por lajurisprudencia de los tri­
bunales,34 y que ahora mantiene el artículo 148 de la normativa
vigente de insolvencia.

141. Medidas cautelares ante la jurisdicción criminal. Conforme


lo previsto por el artículo 149, de la ley del ramo, las medidas cau­
telares decretadas con motivo del ejercicio de acciones penales,

34 “Por la sola circunstancia de haberse declarado la quiebra por sentencia


definitiva y, aún más, de agregarse copia autorizada de la misma antes de realizarse
el remate, el juicio se acumuló a la quiebra y no pudo verificarse válidamente la
subasta tanto por este concepto cuanto porque el embargo del inmueble había
R edado sin valor, de pleno derecho, desde la declaración de quiebra de acuerdo
con lo dispuesto en el inciso último del artículo 70 de la Ley de Quiebras y no exis­
tiendo embargo no era posible su realiz3.ción” (Corte -Suprem?. ?4 de septiembre
de 1984, Gaceta Jurídica, 1984, № 51, p. 41).

207
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURS^

provenientes de los delitos establecidos en el Título IX del Iibrg¡fi


del Código Penal, que afecten a bienes de la empresa deudora о гД
deudor, para responder o garantizar el pago de futuras indem ne!!
ciones civiles, multas o cualquier otra condena en dinero, queriaM
sin efecto tan pronto como el liquidador comunique por escriill
al Juzgado de Garantía que corresponde, que se ha pronunciadii
la resolución de liquidación, adjuntando los documentos que Щ
acreditan. El tribunal respectivo entrega los bienes al Hquidadòì§j
para su administración y prosigue la tramitación de los correspond
dientes procedimientos, en los cuales el liquidador actúa comoi
coadyuvante cuando se trate de delitos concúrsales. La multas e •
indemnizaciones pecuniarias que se concedan, cualquiera sea su-
especie, deben verificarse en el procedimiento concursal de liqui- '
dación, según las reglas generales. Se advierte que se mantiene el
criterio legal indicado en el párrafo precedente de esta obra, por
las razones también señaladas.

P á r r a f o VI
L a s in h a b il id a d e s

142. Concepto y enumeración. De acuerdo con lo prevenid


en el artículo 13 N2 4) de la Ley № 20.720, de procedimientos
concúrsales, la resolución de liquidación le permite al deudor
interponer por sí todas las acciones que se refieren exclusiva­
mente a su persona y que tienen por objeto derechos inherentes
a ella. Tampoco es privado del ejercicio de sus derechos civiles,
ni se le imponen inhabilidades sino en los casos expresamente
señalados por las leyes.
Las inhabilidades constituyen efectos inmediatos de la resolución
de liquidación sobre la persona del deudor y son independientes
de toda condena de carácter criminal.
Las inhabilidades que las leyes contemplan respecto del deu­
dor, sujeto pasivo del procedimiento concursal de liquidación,
son las siguientes:
9 De acuerdo con lo previsto en el artículo 497 № 4e del Código
Civil, el deudor, mientras no haya satisfecho a sus acreedores,
no puede ser tutor o curador;
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL D E LIQUIDACIÓN

Por disposición del artículo 1272 del Código Civil, que se


remite al 497 del mismo cuerpo legal, el deudor no puede
ser albacea, es decir, no puede ser designado ejecutor testa­
mentario;
Si se librare en contra del deudor la resolución de liquida­
ción, mientras estaba ejerciendo el cargo de tutor o curador
de conformidad con el artículo 509 del Código Civil, se pone
fin a la tutela o curatela por esta causa;
El artículo 256, № 72 del Código Orgánico de Tribunales,
cuyo tenor no fue modificado por la ley concursal, señala
que no pueden ser jueces los sujetos pasivos de liquidación
forzosa, “a menos que hayan sido rehabilitados en conformidad a
la ley”. Esta parte del artículo no tiene ahora aplicación;
El juez expira en sus funciones si sobreviene alguna incapa­
cidad de las establecidas en la ley para ejercer su cargo, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 332 № 1 del Código
Orgánico de Tribunales. De manera que el pronunciamiento
de la resolución de liquidación respecto de un juez le hace
expirar en sus funciones;
Por último, según lo establecido por los artículos 461 a 464
del Código Orgánico de Tribunales, el sujeto pasivo contra
el cual se dicta resolución de liquidación, no puede ser fiscal
de Corte de Apelaciones o de Corte Suprema, secretario o
relator de Corte Suprema o de Corte de Apelaciones, oficial
del ministerio público o defensor público.

Sección VI
EFECTOS DE LA RESOLUCIÓN DE LIQUIDACIÓN EN
LOS ACTOS Y CONTRATOS PENDIENTES DEL DEUDOR

Párrafo I
I d e a d e a c t o s o c o n t r a t o s p e n d ie n t e s y su a l c a n c e

143. Noción de actos o contratos pendientes. Como se trata de deter­


minar ias consecuencias jurídicas que la resolución de liquidación
origina en los actos o contratos celebrados porla empresa deudora

209
р к гш г.л м1-7,'г-1пмут T n rn n A rtrtM n P F M P R F S A g v p fîp Sr>v ^g п г в г с н о CONCURSA!.

o el deudor, es preciso, en primer término, señalar qué se entiende


por actos o contratos pendientes o por relaciones jurídicas preexistentes.
Para la doctrina italiana,35 las relaciones jurídicas preexistentes
son aquellas que se encuentran perfeccionadas pero todavía no
terminadas al tiempo de que se dicta la sentencia que acoge el
procedimiento de insolvencia del deudor que ha intervenido en pü
ellas. No quedan comprendidos en esta noción los actos o con­ «
*;k
tratos que todavía no se han celebrado, aunque eventualmente
existiese una obligación de celebrarlos, como en el caso de los i
contratos preparatorios y de las promesas de contrato. En esta r
clase de convenciones el liquidador o el síndico, no puede ser
compelido a cumplir las obligaciones, generalmente de hacer
celebrar el contrato prometido; pero si él estima que el contrato
es beneficioso para el conjunto de los acreedores, puede, cum­
pliéndolo o allanándose a cumplirlo, exigir la ejecución de la
obligación de la contraparte.
Tampoco son relaciones jurídicas preexistentes, en el sen­
tido estricto del concepto, aquellas en las cuales la obligación
I ; de una de las partes ya ha sido totalmente cumplida, de manera
que no quede más que una deuda o un crédito respecto de la
empresa deudora o del deudor. El acreedor, en su caso, veri­
ficará su crédito en el concurso y es pagado ateniéndose a las
resultas del mismo.

144. Alcance de los efectos de la resolución de liquidación en las


relaciones jurídicas preexistentes. En virtud del carácter universal
del procedimiento concursal de liquidación y de su principal
■c efecto inmediato, el desasimiento, todos los bienes de la empre-
¿ sa deudora, salvo los inembargables, quedan destinados a ser
> realizados para satisfacer el pago de los créditos. Este efecto que
\ se establece sobre los bienes de la empresa deudora, como ya
3 dijimos, es similar al embargo, de suerte que la masa o conjunto
i de acreedores, representada por el liquidador, queda en situación
“ de tercero respecto de ciertos actos o contratos ejecutados o cele-
I brados por el sujeto pasivo del procedimiento de concurso, cuyas
I obligaciones no han ejecutado completamente al tiempo en que

35 SATTA, SALVATORE, Instituciones delD¿rrecho de Quiebras, Eds. Jurídicas Europa-


- América, Buenos Aires, 1951, pp. 285 y ss.; A. BONELLI, Delfallimento, № 265.

: „ , \ V- ' , 210
П А Р. IV. P R O C E D IM IE N T O п о м е т IR SAL DE LIQ U ID A CIÓ N

se dicta la resolución de liquidación. Por ser así, en algunos casos


los efectos de estos actos no pueden oponerse al procedimiento
concursal de liquidación aplicado al deudor, como ocurre, por
ejemplo, con las cesiones de créditos que no le han sido notifica­
das en su calidad de deudor cedido, antes del pronunciamiento
de la resolución de liquidación, las que no pueden hacerse valer
posteriormente por el cesionario.
Por otra parte, la resolución de liquidación implica que la
administración de los bienes de la empresa deudora o del deu­
dor pase a manos del liquidador, con el propósito de realizarlos
para atender al pago de los créditos. Esto crea el problema de
la suerte que correrán las relaciones jurídicas convenidas por el
deudor, formalmente bien celebradas, respecto del procedimiento
concursal de liquidación. No se trata ahora de un conflicto entre
el colectivo de acreedores representado por el liquidador como
tercero y los que contrataron con el deudor, sino de considerar
al procedimiento concursal de liquidación, como continuador
del sujeto pasivo sometido a esa tutela colectiva, respecto de los
actos o contratos ejecutados por éste con terceros y, por ende,
en los derechos y obligaciones que derivan de tales relaciones
jurídicas.
Siendo así, los derechos del tercero contratante son tempera­
dos por este estado de cosas, sea en interés del concurso mismo,
para no crear desigualdades en menoscabo del principio de la par
condictio creditorum, sea en interés del mismo tercero, que no debe
sufrir los daños que puedan derivar de la situación de insolvencia
declarada en que se encuentra su contraparte.

P á r r a f o II
S i t u a c ió n d e l o s a c t o s y c o n t r a t o s p e n d ie n t e s
DEL DEUDOR

145. Principio aplicable y sus fundamentos. La legislación de


quiebra, hoy derogada, no establecía una regla general aplicable
a las relaciones jurídicas preexistentes al tiempo de la declaratoria
de quiebra del deudor limitándose tan sólo a contemplar oertas
normas especiales relativas a determinados actos y contratos. No

2 1 1
REORGANIZACION V LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL \

obstante la existencia del referido vacío legal, la doctrina36 y là


jurisprudencia37 habían logrado establecer el siguiente principa
general: la quiebra no es causal de resolución de terminación de los actoi
o contratos pendientes del deudor fallido, siguiendo la tendencia del
derecho comparado que contempla expresamente este principio, '
como ocurre con la legislación de insolvencia de España y Fran-á
eia, o de la jurisprudencia y doctrina extranjeras que también lo:
reconocen, como sucede en Italia. !
En el derecho objetivo nacional, la Ley № 20.720, de 2014,
vigente sobre la materia, mantiene la misma laguna legal, por
no haber incorporado una disposición expresa al respecto, en el
Capítulo IV relativo al procedimiento concursal de liquidación,
aunque hay referencia a esta idea básica en el procedimiento de
reorganización, artículos 52, inciso 22 y 57 № 1, como hemos
visto en su oportunidad.38
El principio general de que los procedimientos concúrsales
no originan, de pleno derecho, la resolución o la terminación
de los contratos pendientes del sujeto pasivo afecto a ellos, existe
como regla general. En efecto, tanto la ley civil como la comer­
cial, cuando han querido que tal consecuencia se produzca, lo
han establecido expresamente, como ocurre con el mandato
(art. 2163 № 6s del Código Civil) y con la cuenta corriente mer­
cantil (art. 611 del Código de Comercio). En los casos en que la
ley nada dice, se debe entender que la resolución de liquidación
no causa la resolución o la terminación de las relaciones jurídicas

36 Véanse en este sentido PARRY, ADOLFO, Efectos de la quiebra en las obligaciones y


contratos, pp. 212 y ss.; LE-FORT, GUILLERMO, Los efectos de la quiebra en algunos contratos
en curso de ejecución; PUELMA ACCORSI, ÂLVARO, Curso de Derecho de Quiebras, 4r ed.,
p. 90; SANDOVAL L., R icardo , Derecho Comercial,, t. IV, 6- edición, p. 469.
37 Repertorio Código Civil, t. IV, № 24, p. 93.
38 Art. 57, letra c) Ley № 20.720, dispone que durante el período de protección
financiera, esto es, durante 30 días contados desde la notificación de la Resolución
de Reorganización, el deudor goza de protección financiera concursal, y to d o s lo s
contratos suscritos por e l d eud or m antend rán su vigen cia y co n d icio n es de p ago. E n
consecuencia, n o p u e d e n term inarse anticip adam ente en fo r m a unilateral, ex igirse
anticip adam ente su cu m p lim ien to o h a cerse efectiv a s las garantías contratad as,
in vocan d o la causal d e in icio d e l P r o c ed im ie n to C on cu rsal d e R eorgan ización .
El artículo 58, de la misma ley, establece la prórroga de la protección financiera
concursal, en la que el sujeto pasivo goza del mismo beneficio. Lo propio hace el
artículo 72, de lev concursal, respecto del contrato de suministro que debe mante­
nerse a la empresa deudora en el aludido procedimiento de reorganización.

2 1 2
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

e e x is tentes de la empresa deudora, sujeto pasivo cuya definición


¿porta la propia ley de la materia.
Por otra parte, se reconoce plena validez a las estipulaciones
ontractuales mediante las que se conviene que el pronuncia­
miento de una resolución de liquidación, respecto de uno de los
' o n tra tan te s, produce la resolución o la terminación ipsofacto del
co n tra to o bien habilita a la otra parte para darlo por terminado.
Tales estipulaciones son condiciones resolutorias ordinarias bajo
,.ja forma de pactos comisorios, reconocidas por el Código Civil,
í'cuyo efecto reglamentado por este mismo cuerpo legal es el de
■originar la resolución ipso facto o en la forma convenida, sin que
sea necesaria una declaración judicial al respecto.
De manera que el principio mantiene su vigencia porque para
que la resolución de liquidación tenga como consecuencia la
resolución del contrato, es preciso que la ley así lo señale inequí­
vocamente o que las partes lo hayan convenido expresamente en
él. En caso contrario, el hecho que se dicte la referida sentencia
en el procedimiento concursal de liquidación, respecto de una
de las partes contratantes, no resuelve o pone término, de pleno
derecho, a las relaciones jurídicas preexistentes, entendiendo
por tales, como ya dijimos, las que habiéndose perfeccionado se
encuentran en curso de ejecución.

146. Efectos de la resolución de liquidación sobre los contratos pen­


dientes en general. La mencionada resolución origina ciertos efectos
diversos de su resolución o terminación, tratándose en general
de los actos y contratos que están en curso de ejecución. Para
dilucidar cuáles son estas consecuencias, es preciso distinguir 3
diferentes posiciones contractuales en que la empresa deudora
se puede encontrar respecto de ellos:
1) Actos o contratos en los cuales la empresa deudora es el
acreedor del contrato;
2) Actos o contratos en que la empresa deudora ha contraído
obligaciones recíprocas, y
3) Actos o contratos en los cuales la empresa deudora es la
única obligada.
i ) Actos o contratos en que la empresa deudora es el acreedor. Tratán­
dose de esta clase de relaciones jurídicas preexistentes, la
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO C O N f im .S AL

situación es muy simple: el liquidador, actuando en interés


del conjunto de acreedores, está obligado a exigir el cumpli­
miento judicial o extrajudicial de todo lo que se le deba a la
empresa deudora, ejercitando todas las acciones y derechos
que la legislación común le otorga, tanto por la vía de las
tutelas individuales como por la vía de las ejecuciones colec­
tivas.
2) Actos o contratos en que la empresa deudora ha contraído obligaciones
recíprocas con su cocontratante. Se trata de contratos bilaterales
que generan obligaciones para ambas partes. Encontrándose
en curso de ejecución estas convenciones al tiempo en que
se dicta la resolución de liquidación:
1. Que el contrato sea beneficioso para la masa. En tal evento el
liquidador, como representante de la empresa deudora,
está facultado para recabar el cumplimiento del contrato,
a condición de que por su parte lo cumpla o se allane a
cumplirlo, pues, en caso contrario, el cocontratante pue­
de eximirse legítimamente de ejecutarlo, oponiendo la
excepción del contrato no cumplido (art. 1552 del Código
Civil).
2. Que el contrato no sea beneficioso para la masa. Siendo así, el
liquidador por lo general se abstendrá de ejecutar las obli­
gaciones que pesan sobre el sujeto pasivo del procedimiento
concursal, dejando la iniciativa al cocontratante de exigir el
cumplimiento forzado o la resolución, con tal de que tenga
la calidad de contratante in bonis, porque de lo contrario la
masa o conjunto de acreedores, debidamente representada,
!:>што- uyní-1i?

le opondrá la exceptio non adimpleti contractus. ,


3) Actos o contratos en que la empresa era únicamente obligada. La
contraparte que detenta, la calidad de contratante in bonis
tiene una serie de derechos frente al sujeto pasivo, a saber:
derecho a pedir el cumplimiento de la obligación, derecho
;•=г>: oí. üKKOS is

a solicitar la resolución del contrato y facultad de recabar


indemnización de perjuicios por incumplimiento, que ana­
lizaremos por separado.
я '/t Derecho a pxioir
<b el cumplimiento
i de la obligación.
о Con el oro-
I
pósito de determinar qué ocurre con esta prerrogativa, es

214
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

preciso distinguir en qué consiste el objeto de la prestación.


si la empresa deudora debe una suma de dinero, si debe
una cosa que no sea dinero, si adeuda un hecho o se
comprometió a una abstención:
- cuando lo debido es una suma de dinero, el cocontratan-
te que ha cumplido o se allana a cumplir tiene una sola
forma de exigir la ejecución de la obligación, verificar su
crédito en el procedimiento concursal de liquidación.
- si el objeto de la obligación pendiente es diverso de dinero,
se considera que el contratante in bonis no está autorizado,
después de dictada la resolución de liquidación, para exigir
judicialmente el cumplimiento de la prestación. Tal sería
el caso en que lo debido es una cosa de género y no una
especie o cuerpo cierto. Diversos fundamentos se dan en
la doctrina para negar este derecho a la contraparte del
sujeto pasivo bajo liquidación forzosa. Para un sector de
los tratadistas39 es en virtud del desasimiento que la persona
sometida a concurso de bienes queda inhibido de cumplir
con las obligaciones que estaban pendientes al tiempo de la
resolución de liquidación, y la colectividad de acreedores,
representada por el liquidador, tampoco puede ejecutarlas
por no haber sido parte en tales contratos. La base jurí­
dica estaría, ajuicio de otros autores,40 en el efecto de la
fijación irrevocable de los derechos de los acreedores al
día del pronunciamiento de la resolución de liquidación,
en virtud del cual estos acreedores no pueden mejorar su
situación, después de su pronunciamiento, mediante el
ejercicio de las acciones de cumplimiento del contrato. »
Ello implicaría además atentar contra el principio de la f
par condictio, de donde resulta innegable el imperativo >
de reglamentar estas situaciones y no dejarlas a la suerte ¿
de interpretaciones doctrinarias, por muy fundadas que §
ellas parezcan ser. La Ley № 20.720, de 2014, en actual i
vigencia, tampoco llena esta laguna de nuestro derecho ;:J
objetivo sobre procedimientos concúrsales. Si el objeto I
de la obligación fuese una especie o cuerpo cierto, puede g

ш P r o v in c ia li, ob. cit., t. II, p. 304.


40 Satta , ob. cit., p . 291.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL,

exigirse su cumplimiento, porque no afecta al activo d e îl


concurso en su conjunto ni comporta quebrantam iento^
de la igualdad de los acreedores. %
- Si el deudor debe un hecho. Para resolver esta situación
es preciso distinguir si el hecho debido que constituye el:I
objeto de la prestación adeudada afecta o no a los bienes |
comprendidos en el activo del procedimiento concursar!
al que está sometido. En el primer caso, cuando el objeto- i
de la obligación consiste en una prestación personal que no
compromete los bienes del concurso como, por ejemplo,
que toque el piano en un concierto, se estima que el con- ‘
tratante puede compelerlo a realizar el hecho debido,
conforme al artículo 1553 № 1 del Código Civil, pero '
no está autorizado para hacer ejecutar el hecho debido
por cuenta del obligado ni hacer rem atar bienes para
pagar los gastos, según lo previsto en el № 2 del mismo
artículo 1553 en relación con el artículo 536 del Código
de Procedimiento Civil. ;
Tratándose de obligaciones de hacer cuya ejecución
pueda comprometer bienes del activo del procedimien­
to concursal aplicado, el acreedor sólo tiene derecho al
cumplimiento por equivalencia, es decir, cobrando los
peijuicios que se hayan declarado o que se declaren, me­
diante la verificación de esos créditos en el juicio universal
de concurso.
- Si el objeto de la obligación es una abstención, el incum
plimiento se traduce en la ejecución del hecho a cuya
abstención se había comprometido el deudor, lo que da
derecho al cocontratante a demandar la indemnización de
peijuicios, conforme a lo indicado precedentemente.
En los casos que hemos analizado, cualquiera sea el
objeto de la prestación adeudada, sea que consista en di­
nero, cosas de género u obligaciones de hacer, el síndico
está facultado para cumplirla si la ejecución interesa a la
masa, o sea, si estima que produce ventajas pecuniarias
para todos los acreedores. Lajunta de acreedores puede
instruir al síndico en este sentido y a falta de acuerdo el
propio síndico resolverá sobre la conveniencia de cum­
plirla.
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSA!. DE LIQUIDACIÓN

b) Derecho a pedir la resolución del contrato. El cocon tratante por


regla general puede demandar la resolución del contrato
en el evento de incumplimiento del deudor respecto del
cual se ha librado resolución de liquidación, salvo en
determ inados casos de excepción que se reglam entan
respecto de ciertos contratos pendientes, como el caso
de la compraventa de bienes muebles que han llegado a
poder de éste, que estaba previsto en el artículo 86, del
Libro IV De las quiebras, hoy derogado y que recoge el
artículo 154, de la ley vigente sobre la materia. Se advier­
te, en consecuencia, que la normativa concursal chilena
no altera la regla del artículo 1489 del Código Civil, que
faculta al contratante in bonis para demandar la resolución
de un contrato bilateral por incumplimiento. Tampoco
existe, en la legislación antes aludida, una norma que
limite el derecho del contratante para ejercer, conjunta
o posteriormente a la resolución del contrato, la acción
reivindicatoría correspondiente. Por el contrario, la ley
concursal declara expresamente procedentes las acciones
reivindicatorías a que haya lugar, según las reglas del de­
recho común. De manera que el contrato con el sujeto
pasivo del concurso, cuya obligación está incumplida, tiene
derecho a liberarse, mediante la demanda de resolución,
del contrato pendiente y a reivindicar lo ya dado o pagado
en virtud del mismo.
c) Derecho a cobrar perjuicios. La facultad de cobrar perjuicios
derivados del incumplimiento de contratos pendientes,
sólo se encuentra reglam entada en nuestro derecho
tratándose de obligaciones de hacer, permitiendo al contra­
tante diligente verificar en el procedimiento concursal de
liquidación los peijuicios declarados o que se declaren
(art. 145, inc. 4e), sin necesidad de declaración previa de
resolución, conforme con lo previsto en el artículo 1553
№ 32 del Código Civil.
Según lo dispuesto en el artículo 134, de la Ley № 20.720,
la resolución de liquidación fija irrevocablemente los de­
rechos de los acreedores en el estado que tenían al día de
su pronunciamiento. En consecuencia, los créditos contra
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

el sujeto pasivo del aludido procedimiento concursal, na­


cidos con posterioridad a la resolución de liquidación, no
participan en el concurso. Tratándose de los peijuicios, el
problema que se plantea consiste en determinar si el derecho
a cobrarlos existe desde antes o nace con la sentencia que
los regula, siempre que ella sea posterior a la resolución
de liquidación. La doctrina de los autores franceses, fun­
dándose en numerosos fallos, ha estimado que la sentencia
que regula los peijuicios es meramente declarativa,41 por
lo cual se considera que no hay inconveniente en verificar
créditos por peijuicios derivados de incumplimiento del
concursado. Sin embargo, conviene dejar claro que el
procedimiento concursal mismo no es la fuente de donde
nace la obligación de indemnizar los peijuicios, sino el
hecho del incumplimiento de la obligación pactada. Así
lo plantea sin lugar a dudas la doctrina italiana.42
Para algunos autores,43 en el caso de que el incum­
plimiento del obligado se deba precisamente al concurso
que lo afecta, no tendría derecho el contratante in bonis
a cobrar peijuicios, porque no sería imputable al deudor,
toda vez que la ley ha hecho imposible la ejecución del
contrato. No compartimos este criterio, porque la normativa
de procedimientos colectivos no ha restringido, en parte
alguna, la regla general según la cual el incumplimiento
de un contrato da derecho a ser indemnizado. Tratándose
de obligaciones pecuniarias, se autoriza en forma expresa
el cobro de intereses, según el artículo 139, de la ley con­
cursal vigente, los que constituyen indemnización de la
un ы.иго- uyn° гл,и>>

mora, y en el caso de las obligaciones de hacer se faculta


para demandar peijuicios. No se divisa un fundamento
jurídico para privar a los acreedores de cosas genéricas del de­
recho de cobrar indemnización de perjuicio en caso de
incumplimiento contractual por parte del obligado bajo
procedimiento concursal. Sostener lo contrario comporta
un um::ò

atentado al principio de la igualdad de los acreedores.


41 DE JUGLART, M. e IPPOLITO B., Droit Commercial, Ed. Montchrestien, París,
1979, p. 344.
42 Satta, ob. cit., p. 290.
43 Véase, en este sentido, PARRY, ob. cit., p. 217.

5' ^ \ / ' \ s- 2 1 8
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONTI'RSAI. ПК LIQUIDACION

En consecuencia, pueden verificarse y pagarse en el


procedimiento concursal de liquidación los créditos por
peijuicios derivados de responsabilidad contractual del
obligado sometido a esa tutela colectiva, con tal que la
causa generadora de tales responsabilidades sea anterior
al día en que se dicte la resolución de liquidación, para
respetar el efecto de la fijación irrevocable de los derechos
de los acreedores.
Conviene, por último, consignar que si un acreedor ha
iniciado juicio ordinario demandando el cobro forzado de
una obligación consistente en pagar una suma de dinero,
este juicio se acumulará al juicio concursal y continuará
tramitándose ante el juez que conoce de él, de manera
que si el obligado es condenado al pago, el liquidador
deberá ejecutar lo ordenado en la sentencia respectiva.
Aquí no tiene lugar la limitación expuesta anteriormente
en virtud de la cual se impide el cumplimiento forzado
de obligaciones pecuniarias durante el procedimiento
concursal de liquidación.

147. Derecho comparado sobre las relaciones jurídicas preexistentes.


Nos referiremos en particular al derecho francés de los procedi­
mientos colectivos en el cual se consagra el principio general según
el cual los contratos pendientes de ejecución no se resuelven ni
se terminan, pero se deja al síndico la facultad de demandar la
ejecución de los mismos. Ahora bien, si el síndico no ejerce dicha
prerrogativa, de todas maneras se asegura la protección de los
cocontratantes del deudor sometido al procedimiento colectivo
de que se trata. Existen, sin embargo, ciertos contratos cuya reso­
lución se produce de pleno derecho y otros cuya ejecución puede
exigirla el síndico, pero están sometidos a una reglamentación
particular, como veremos a continuación.
A) El principio de la mantención de los contratos cuya ejecución está
pendiente. De conformidad con lo previsto en el artículo 38
inciso I s de la Ley de 13 de julio de 1967, “el síndico conser­
va, en caso de arreglo judicial o de liquidación de bienes, la
facultad de exigir la ejecución de los contratos cuya ejecución
está pendiente, cumpliendo la prestación prometida a la
REORGANIZACIÓN У LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSALA

otra parte”. Este principio, formulado ahora de una manera,


expresa, había sido admitido antes de la legislación de 1967:
en el derecho francés, aunque limitado respecto de ciertos
contratos.
I s. La opción del síndico. El síndico, actuando en nombre de i
la masa de acreedores, puede tener interés en exigir lajj
ejecución de los contratos que no quedan resueltos dé?
pleno derecho por el fallo declarativo. En efecto, la man~Í
tención del contrato puede ser ventajosa para la masa y .
puede evitar eventualmente una condena a indemnizar
peijuicios que podrían originarse en caso de resolución
del contrato por incumplimiento de parte del deudor
falente. Es el síndico mismo quien toma la decisión sin
autorización del juez comisario ni consentimiento del
deudor, tanto en el caso de arreglo judicial como en el
de procedimiento de liquidación de bienes. Su intención
de ejecutar el contrato debe manifestarse con claridad,
sea declarándola expresamente, sea dando principio de
ejecución a las obligaciones del contrato; en este último
caso, por ejemplo, utilizando los bienes arrendados.
2a. La protección del cocontratante. El que ha contratado con el
fallido puede ejercer su derecho de retención o demandar
la resolución del contrato.
a) Tratándose de un contrato sinalagmático pendiente
en su ej ecución al tiempo de la declaratoria, el cocon­
tratante del fallido puede invocar la excepción del
contrato no cumplido (exceptio non adimpleti contractus),
y si su obligación tiene por objeto la entrega de una
cosa, la excepción se traducirá en el ejercicio del de­
recho de retención de la misma; así, por ejemplo, el
vendedor se negará a entregar la cosa al comprador
fallido que no puede pagarle el precio. Es cierto que
el cocontratante no puede hacer vender la cosa rete­
nida, pero el síndico no puede exigir la entrega de la
misma sino pagando su precio.
b) El cocontratante puede asimismo demandar la resolu­
ción judicial del contrato basado en el incumplimiento
de las obligaciones del mismo por el deudor quebrado,

2 2 0
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CÒNCURSAL DE LIQUIDACIÓN

a menos que el síndico ofrezca cumplirlas. Pero si el


síndico no se allana al cumplimiento del contrato,
el cocontratante puede dem andar la resolución con
indemnización de peijuicios. Se ha admitido que ni el
arreglo judicial ni la liquidación de bienes constituyen
un caso de fuerza mayor que exonere al deudor de su
responsabilidad contractual. La falta de cumplimiento
del contrato debida a la cesación de pagos del deudor
es una causa de responsabilidad contractual del mismo.
Este principio está ahora consagrado en el artículo 38
inciso 2S de la ley de 1967, que precisa que el monto
de los peijuicios deberá verificarse en el pasivo del
arreglo judicial o de la liquidación de bienes. Pero se
trata de un crédito en la masa y de una deuda de la
masa, porque la culpa proviene de un contrato anterior
al fallo declarativo.
De una manera general, la jurisprudencia francesa
acuerda sin dificultad indemnización de peijuicios en
caso de resolución de contrato por incumplimiento
del fallido, pero no admite que el cocontratante pueda
compensar los anticipos recibidos con los peijuicios
que se le deban por la resolución del contrato. Tratán­
dose en este caso de obligaciones conexas: devolver los
anticipos por el cocontratante y pagar los peijuicios
ocasionados por el deudor, que provienen de un mis­
mo contrato, se admite sin embargo que el tribunal
pueda dar lugar a la compensación judicial.
B. Los contratos que se resuelven de pleno derecho por el arreglojudicial
o la liquidación de bienes.
P . Están en prim er lugar los contratos celebrados intuito
personae, que son resueltos de pleno derecho en caso del
arreglo judicial o de liquidación de bienes de una de
las partes. La ley francesa lo prevé expresamente para
ciertos contratos como las sociedades de personas y los
mandatos, salvo acuerdo en contrario. La misma regla se
admite por analogía para la comisión y el corretaje. Otro
tanto sucede para el contrato de cuenta corriente banca­
ria o de apertura de crédito, como asimismo respecto del

2 2 1
REORGAN IZACIÓN ¥ LIQUIDACIÓN-DE EMPRESAS V PERSONAS. DERECHO CONCURSAI..

contrato de concesión de una licencia de explotación. En


cambio, la ley concursal francesa decide que el contrato de
promoción inmobiliaria no se resuelve de pleno derecho
por el arreglo judicial o la liquidación de bienes, y toda
estipulación en contrario se reputa no escrita,
f 2a. Cláusulas contractuales que prevén la resolución de pleno derecho
* del contrato por el solo hecho del arreglojudicial o de la liquidación
¿ de bienes. Antes de la ley sobre procedimientos colectivos
:í de 1967, la validez de estas cláusulas se admitía sin discu­
tí sión, en Francia, por aplicación del derecho común, que
reconocía el valor de pactos comisorios en este sentido,
a pesar de la hostilidad creciente que les manifestaban
la ley y la jurisprudencia, con el propósito de asegurar la
protección de los intereses de la masa.44 Los tribunales
habían admitido la validez de estas cláusulas en el arren­
damiento de inmuebles y en la venta de bienes muebles
cuando el contrato comportaba entregas sucesivas.
Pero aun en el caso de que no se hubiere efectuado
la entrega, la Corte de Casación francesa decidía que “el
síndico tenía la facultad de exigir la entrega de las mer­
caderías pagando el precio convenido”.45

P á r r a f o III
C o n s e c u e n c ia s d e l a r e s o l u c i ó n d e l iq u id a c ió n e n c ie r t o s
CONTRATOS EN CURSO DE EJECUCIÓN

§ 148. Enumeración. Nos referiremos a los efectos que la reso-


ï lución de liquidación ocasiona respecto de determinados con-
r tratos. Algunas de estas consecuencias han sido objeto de reglas
ë especiales en nuestro derecho positivo. En lo no previsto por estas
5 reglas particulares y en lo que no las alteren o modifiquen, rigen
1 las reglas generales analizadas relativas a las relaciones jurídicas
§ preexistentes.

44 MAZEAUD E TD e JUGLART, Leçons de Droit Civil, t. Ill, vol. 2s, № 1.011, y t. II,
vol. P , № 1.104.
43 Véase art. 551 inc. P del Cod. de Comercio francés, casación 29/5/62,
Jurisclasseur Périodique, 1962, II, 12886; Gazette du Palais, 1959, 1.74.

Л
2 2 2
OAF. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACION,

Trataremos la situación de dichos contratos, entre los cuales cabe


señalar el de cuenta corriente mercantil y bancaria; el de mandato
civil y comercial, y dentro de esta última clase, la comisión; los con­
tratos de arrendamiento, compraventa, sociedad, etc. Asimismo nos
interesa dilucidar estas consecuencias respecto de los títulos-valores
dinerarios, esto es, la letra de cambio, el pagaré y el cheque.

149. Contrato de cuenta corriente mercantil. Este contrato está


definido por el artículo 602 del Código de Comercio. Las partes
que lo celebran se obligan a efectuar o a recibir remesas en pro­
piedad de dinero u otros valores, a acreditar al remitente por sus
remesas, a liquidarlas en las épocas convenidas, a compensarlas
de una sola vez hasta concurrencia del débito y crédito y a pagar
el saldo. Se caracteriza este contrato por ser de aquellos que se
celebran en consideración a la persona y por la confianza que
en ella se tiene.
Atendidos los efectos que este contrato origina no puede
menos que terminarse en el caso de que se libre resolución de
liquidación de alguno de los contratantes. Así lo establece el
artículo 611 inciso 22 del Código de Comercio.
La solución del legislador concuerda con la naturaleza y efec­
tos del contrato de cuenta corriente mercantil, como asimismo
con las consecuencias que la resolución de liquidación ocasiona
respecto de los bienes del sujeto pasivo, de los acreedores y sus
créditos.
• Desde que se pronuncia la resolución de liquidación de alguno
de los contratantes, éste queda inhibido de administrar sus
bienes, luego no puede hacer ni recibir remesas de dinero u
otros valores en propiedad, lo que constituye el objeto de las
obligaciones esenciales del contrato;
• La resolución de liquidación asimismo impide que opere
válidamente toda compensación, que no se haya producido
antes por el solo ministerio de la ley. En el contrato que esta­
mos analizando, es preciso que tenga lugar la compensación
del crédito con el débito, para establecer el saldo con que
cuentan los contratantes;
® A n V\ /^-1 T П -y~\ /">1 n o i /-1 rt - T I O í o тт/л V* О О О oí оО ю +-r\ f /л ^ ni i
x X U ii ^ U c liiU -O C i O cX l <Jl \ J lá V U X L te <XL L U i i Li CiLClll LC CÒ L<X C i l ÒLI

sano crédito, haya sido determinado en virtud de la com-

223
pensación que operó antes de la resolución de liquidado'
éste no puede pagarse después de ella, porque lo impiden;'
desasimiento y la fijación irrevocable de los derechos de 1~
acreedores;
• Por último, el hecho que respecto de un contratante de cuen
corriente mercantil se haya dictado resolución de liquidado *
implica pérdida de la confianza que en él se tuvo al tiemp
de celebrar el contrato y que determinó que se le eligiera
entre muchos para trabar con él esta relación intuito personae;
justifica plenamente su terminación.

150. Cuenta comente bancaria. El Decreto con Fuerza de Ley |


№ 707, publicado en el Diario Oficial de 7 de octubre de 1982,1

w ... .4. .
que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley
de Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, hace aplicable el
artículo 611, del Código de Comercio, a la conclusión de esta •
clase de cuentas corrientes. Las razones se fundan sin duda en 1
la naturaleza y efectos del contrato, cuya vigencia no se concilia \
con el estado de insolvencia declarada de una de las partes con- ;
tratantes. No puede perderse de vista que para que este contrato -
tenga aplicación práctica se requiere que el banco librado pueda
cumplir las órdenes de pago, a la vista, que emite el cuentaco- -
rrentista, quien con ese propósito debe depositar dinero o efectos
de comercio al día. La resolución de liquidación de uno de ellos
impide, por las consecuencias que ella origina, la continuación
de este contrato, motivo por el cual la ley declara que se termina
o concluye. Los efectos que esto tiene respecto de los cheques
expedidos por el cuentacorrentista concursado, los veremos al
tratar de los títulos de crédito.

151. Mandato. Según lo previsto en el artículo 2163 № 6e del


Código Civil, el mandato termina por tener la calidad de deudor
en un procedimiento concursal de liquidación, del mandante o
del mandatario.
Tratándose del mandante sometido al procedimiento indi­
cado, éste no puede administrar los bienes comprendidos en el
concurso, por sí ni por mandatario, en virtud del desasimiento.
La terminación del mandato se produce, en este caso, respecto
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

4 mandatario, desde que se notifica por aviso en el Boletín


ncursal la resolución de liquidación del mandante. Después
e esa notificación, que se hace para poner en conocimiento la
eferida resolución del propio deudor, de los acreedores y de
rceros, el mandatario no puede alegar que lo ignoraba y seguir
esempeñando el encargo.
■' En el caso que se dicte resolución de liquidación del mandatario,
'"tendido el hecho de que los derechos y obligaciones de los actos
ó contratos que celebre el apoderado se radican en el patrimonio
del mandante, en virtud de la representación, la aludida senten­
cia, en principio, no debiera ocasionar el término del mandato.
Sin embargo, siendo el m andato un contrato de confianza, que
se celebra en consideración a la persona del apoderado en este
caso, se justifica la solución legal de ponerle término. En efecto,
la confianza del mandante desaparece al librarse resolución de
liquidación respecto del mandatario, porque revela que si no
ha sido capaz de administrar con éxito sus propios bienes, mal
puede encargarse de negociar ajenos. Con mayor razón se admite
que la resolución de liquidación ponga fin al mandato en el cual
el mandatario estaba facultado para actuar en nombre propio.
Como la terminación del mandato en este caso está establecida
en favor del mandante, no hay inconveniente en que este último,
manteniendo confianza en su mandatario, pueda conferirle uno
nuevo, dado que el desasimiento no importa una incapacidad
para él, sino una simple inhibición para administrar los bienes
comprendidos en el concurso que lo afecta, de manera que podría
legalmente cumplir el encargo y la remuneración que reciba será
un bien inembargable o adquirido a título oneroso después de
la resolución de liquidación.
Por otra parte, conviene recordar que el propio deudor puede
ejecutar o celebrar actos o contratos respecto de los bienes que no
integran el activo del concurso, por lo que precisamente puede
otorgar mandatos válidos para la administración y disposición de
tales bienes, de conformidad con el artículo ISO № 4) de la Ley
№ 20.720, sobre la materia.46
46 En el procedimiento de reorganización judicial de la empresa deudora,
el artículo 57 № 2, letra c) de la ley del ramo, dispone que durante la protección
financiera concursal, las personas jurídicas no pueden modificar sus pactos, estatutos
sociales o régimen de poderes.

225
R F n R r.A N rZ A n T Ó M V r.IQ in nA C IÓ N n F .E M P R F .S A .S V P F P gr'M A S р дР В Г Н Г ) CONCURSAT.

A propósito de la comisión, especie de mandato comercial que


recae sobre una o más operaciones mercantiles individualmente
determinadas, se mantiene la regla general del artículo 2163 № 62
del Código Civil ya analizada, pero el Código de Comercio da
normas especiales en los siguientes casos:
a) Comisión para vender. En el evento de que el comisionista en­
cargado de vender mercaderías tenga el carácter de deudor
en un procedimiento concursal de liquidación, el comitente
puede reivindicarlas del activo del concurso del cual no forman
parte. Si las mercaderías hubieren sido vendidas, el contratante
puede reivindicar en el procedimiento indicado el precio que
el comprador estuviere adeudando. Cuando el comprador ya
ha pagado el precio, no es posible su reivindicación, pero si el
pago se ha efectuado mediante documentos de crédito firmados
o transferidos por el comprador al deudor y ellos se encuentran
en poder de éste, el propietario de las mercaderías y comitente
puede reivindicarlos, siempre que acredite su origen, según lo
previsto en el artículo 151 de la ley concursal.
b) Comisión para comprar, resolución de liquidación respecto del comi­
tente. En virtud de lo establecido en el artículo 159, de la ma­
teria, el comisionista que ha pagado o se ha obligado a pagar
con sus propios fondos mercaderías compradas por orden y
cuenta del deudor, puede ejercitar las mismas acciones que
el artículo 157 de la referida ley otorga al vendedor a quien
no se le ha pagado el precio, esto es, puede dejar sin efecto
la tradición, adquirir la posesión y pedir la resolución de la
compraventa. Puede también retener las mercaderías hasta
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el completo pago de su crédito.


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Para favorecer al comisionista del deudor, que ha pagado con


fondos propios o que está obligado a pagar mercaderías remitidas
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a éste, que aún no han llegado a su poder, la ley lo subroga en los


derechos del vendedor y de esta manera el comisionista puede
llegar a ser dueño de las mercaderías, cuando ejerce el derecho
que le corresponde al vendedor de dejar sin efecto la tradición.
La facultad que la ley concede de ejercer el derecho legal de
retención al comisionista, en conformidad con los artículos 151 y
152 de la ley concursal vigente, es una reiteración de este mismo
T A i1.IV. fKUULUiVllKMTò güSCTRSAL UH и ц ш р лс ю н

derecho otorgado a los mandatarios en virtud de los artículos 2162


del Código Civil y 284, 287 y 300 del Código de Comercio.

152. Contrato de confección de obra material. Según Arturo


Alessandri R., el contrato de confección material “es aquel por
el cual una persona llamada artífice se obliga, mediante cierto
precio, a realizar una obra”. Cuando el artífice proporciona
todo el material o la parte principal de él, el contrato es de venta,
y se perfecciona por la aprobación del que encargó la obra. En
el evento de que la persona que encarga la obra proporcione la
totalidad de la materia, el contrato es de arrendamiento. Así lo esta­
blece el artículo 1996 del Código Civil.
1) Resolución de liquidación respecto del artífice. Debido a esta senten­
cia el artífice, en principio, no podrá dar cumplimiento a la
obligación esencial del contrato de ejecutar la obra encomen­
dada. Tal situación, aplicando las reglas generales, da derecho
al que encargó la obra, si tiene la calidad de contratante in
bonis, para pedir la terminación del contrato, porque es de
tracto sucesivo, cobrando los peijuicios correspondientes.
Sin embargo, conviene señalar que si el artífice, en virtud
del contrato de confección de obra, ha contraído obligaciones
que no afectan a los bienes comprendidos en el activo del
concurso, como son las obligaciones de hacer que pueden
ejecutarse con su solo trabajo, como sería el caso de pintar
un mural, en que la resolución de liquidación no afecta para
nada la ejecución de este contrato, pudiendo el cocontratan-
te compelerlo al cumplimiento (art. 1553 № I s del Código
Civil). Sin embargo, no puede el contratante in bonis hacer
ejecutar la obra por cuenta del deudor y rematarle bienes
para cubrir los gastos.
Ahora bien, en el caso de que la resolución de liquidación
del artífice, por una cláusula estipulada o por un motivo legal,
pone término al contrato de confección de obra material, se
plantea el problema de saber ¿a quién pertenece la obra inconclusa
que está en poder del artífice?
Para responder a esta interrogante, es preciso distinguir:
a) Si la obra material versa sobre cosa mueble. En esta situación
y además en el evento de que el contrato pueda calificarse

227
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

de arrendamiento de servicios, porque el que la encargó


puso los materiales, la obra inconclusa pertenece a este
último, quien puede reivindicarla en el procedimiento
concursal de liquidación.
b) Si a la confección de la obra material sobre cosa mueble
puede dársele la naturaleza jurídica de venta, porque
el artífice puso la totalidad de los materiales y el que la
encargó no ha dado su aprobación, la obra inconclusa
pertenece al artífice que tiene la calidad de deudor en el
procedimiento concursal de liquidación, quedándole a
salvo al primero nombrado la facultad de pedir la termi­
nación del contrato, cobrar lo que haya pagado a cuenta
y los peijuicios correspondientes.
c) Si se trata de la construcción de un inmueble por adhe­
rencia, no cabe duda de que la obra inacabada pertenece
siempre al dueño del terreno que la encargó, aunque
no haya intervenido su aprobación sobre la misma. Para
llegar a esta conclusión se tienen en cuenta los siguientes
fundamentos:
• Nuestro legislador considera que la construcción de
edificios debe ser calificada de arrendamiento de servicios,
porque el terreno constituye en todo caso la materia
principal, aunque el artífice proporciona todos los
materiales. Así se desprende de la historia fidedigna
del Código Civil, según la cual Andrés Bello en esta
parte se inspiró en Pothier (Du contrat de louage), para
quien la confección de obra material sobre inmuebles
es un simple arrendamiento;
• No obstante que el contrato de confección de obra ma­
terial pudiera calificarse de venta, el dueño del terreno
deviene propietario de los inmuebles por adherencia,
en virtud de la accesión o por el mismo contrato de
confección de obra, que es de tracto sucesivo.
2. Resolución de liquidación respecto del que encargó la obra. En este
evento el sujeto pasivo queda imposibilitado de cumplir su
obligación de pagar el precio, como consecuencia del efecto
de desasimiento que trae consigo el procedimiento concursal
que se le ha aplicado. El artífice puede pedir la terminación
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

del contrato con indemnización de peijuicios y verificar su


crédito en el juicio concursal del que encargó la ejecución
de la obra.

153. La sociedad. Analizaremos en este caso los efectos que


la resolución de liquidación de un socio origina en la vida de la
sociedad y la suerte de los derechos sociales en cuanto a que si
ellos forman parte o no del activo del procedimiento concursal
aplicado.
1. Efectos de la resolución de liquidación de un socio en la existencia de
la sociedad. Conviene al respecto hacer una distinción entre
sociedades de capitales y sociedades de personas.
a) Resolución de liquidación del socio de sociedades de capitales. Si
se dicta esta sentencia respecto de un accionista de una
Sociedad Anónima (S. A.) o de Sociedad por Acciones
(SpA) o de un comanditario de una en comandita por
acciones (CPA), dicha resolución no afecta en nada la
existencia de la sociedad a la cual pertenece, porque ella
se fundó sin consideración de los individuos, sino en base
alas aportaciones de capital. Con todo, si el asociado bajo
procedimiento concursal de liquidación no ha pagado su
acción o acciones, la sociedad puede verificar su crédito
en el concurso o aplicar las otras soluciones legales que
la ley respectiva contempla.
b) Resolución de liquidación del socio de una sociedad de personas.
De conformidad con lo previsto en el artículo 2106 del
Código Civil, la sociedad colectiva por la insolvencia de
uno de los socios. Esta causa de disolución se aplica a las
sociedades colectivas comerciales y a las sociedades de res­
ponsabilidad limitada (arts. 407 del Código de Comercio
y 4r de la Ley № 3.918).
Sin embargo, según el inciso 2Qdel artículo 2106 del Có­
digo Civil, la sociedad puede continuar con el fallido, y en tal
caso los acreedores de la sociedad ejercerán sus derechos en el
patrimonio social. Como el Código Civil emplea la expresión
“fallido”, no hay duda de que la causal se refiere al caso de
quiebra de un socio, que ahora habrá que entender que se trata de
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS YPgRSUNAS. DERECHO CONCURSAL

resolución de liquidación que se pronuncia respecto de un socio, toda


vez que el procedimiento concursal de liquidación no hace otra cosa
que sustituirla, con cambio de denominación y algunas variantes.
Ahora bien, el hecho de que la sociedad pueda subsistir
con el socio deudor bajo procedimiento de liquidación, impli­
ca que la disolución no se produce en este caso de pleno derecho,
quedando facultados los demás socios y el propio deudor,
representado por el liquidador, para solicitar la terminación
de la misma. También puede sostenerse que la norm a del ar­
tículo 2106 del Código Civil, que establece la expiración de la
sociedad colectiva en caso de que se pronuncie resolución de
liquidación respecto de uno de sus socios, no es una norma
de orden público, por lo que nada obsta a la continuación
de la sociedad.
Finalmente, como la sociedad suele ser, por lo general, la
estructura jurídica de la empresa deudora, persona jurídica
privada -el artículo 162 de la ley del ramo dispone la razón
social de ella cuando está sometida a un procedimiento con­
cursal de liquidación-, debe ser complementada con la frase
final “en Procedimiento Concursal de Liquidación”y su uso debe
ser precedido por la firma del liquidador y demás habilitados.
En caso contrario, son solidariamente responsables tanto el
liquidador como los que hayan ejecutado el acto o celebrado
el contrato respectivo.
2. Derechos sociales y la resolución de la liquidación del socio. El pro­
blema consiste en determinar si ingresan o no al activo del
concurso los derechos que el socio sometido a procedimiento
concursal de liquidación tenía en la sociedad de la cual for­
maba parte. Para dilucidar este problema, conviene mantener
la distinción entre sociedades de personas y sociedades de
capitales.
a) Sociedades depersonas. En doctrina son conocidas las opinio­
nes de Arturo Alessandri R. y de Manuel Somarriva U.,4/
según las cuales los acreedores de un socio de una socie­
dad de personas no tienen otros derechos que los que les
reconoce el artículo 2096 del Código Civil, de manera que

47 A le s s a n d r i y S om arriva, Apuntes de clases, t. IV, p. 529.


CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQU ш л ь п л ч

no pueden embargar los derechos sociales, porque este


embargo y el posterior remate de dichos derechos pueden
conducir al ingreso de otros socios en la sociedad, sin el
consentimiento de los restantes asociados, violando la ley
del contrato y la naturaleza intuito personae que éste tiene.
Para Enrique Munita Becerra,48 los derechos sociales, en
- sociedades de personas, son bienes que la ley no ha de­
clarado expresamente inembargables, por lo que pueden
ser objeto de embargo.
Los derechos en sociedades constituidas en razón de
las personas, no ingresan en el activo del procedimiento
concursal que afecta al socio y, en consecuencia, no pueden
ser rematados por el liquidador, a menos que el contrato
social establezca que ellos pueden cederse sin necesidad
del consentimiento de los demás socios. Los acreedores
personales del socio que tiene la calidad de deudor en
el procedimiento concursal de liquidación, sólo pueden
ejercer las facultades que les conceden los artículos 380,
del Código de Comercio y 2096 y 2106 del Código Civil,
sobre la parte de interés, las operaciones sociales y los
resultados de la liquidación.
Excepcionalmente, cuando el contrato social autoriza
la cesión del derecho social sin necesidad del consenti­
miento de los demás socios, el liquidador, en uso de la
facultad que le otorga la ley de la materia, puede ceder a
título oneroso los derechos que el socio deudor tenía en
la sociedad de que formaba parte.
La jurisprudencia de nuestros tribunales, en un fallo
de mayoría de la Corte Suprema de fecha 30 de junio
de 1983, en un recurso de queja causa Hott conEluchans,
declaró que pueden embargarse los derechos del socio en
una sociedad de personas y subastarse, pero en el enten­
dido de que el deudor no pierde la calidad de socio ni la
administración de la sociedad, si la tuviere, y el subastador
sólo adquiere el derecho a percibir las asignaciones que
le hagan al ejecutado a cuenta de los beneficios o de sus

43 Informe en derecho de MUNITA BECERRA Enrique en Revista de Derecho


Hurisprudencia, t. LVII, I a parte, p. 89.

231
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

aportes al momento de producirse la disolución de lai


sociedad o la liquidación del haber social, según se trate
de sociedades civiles o comerciales.
Tanto en las sociedades civiles como mercantiles se'
pueden embargar las utilidades que la sociedad deba al
socio y los derechos sociales, para percibirlas o subastarlos,
respectivamente, al tiempo de la disolución y liquidación
de la sociedad. Pero no pueden embargarse utilidades
futuras, porque tal derecho del socio sólo nace cuando se
aprueba el balance del ejercicio financiero respectivo.
b) Tratándose de sociedades de capitales, las acciones que el
socio que tenga la calidad de deudor en un procedimiento
concursal de liquidación, haya suscrito y pagado en so­
ciedades anónimas o en sociedades por acciones (SpA) o
en sociedades en comandita por acciones, ingresan en el
activo del concurso y, en consecuencia, serán enajenadas
por el liquidador para el pago de los créditos.
En el caso de que dichas acciones estuvieren suscritas
pero no pagadas, ellas no ingresarán automáticamente
en el activo del procedimiento concursal de liquidación
del socio, porque en realidad no son verdaderos “bienes”
del deudor. Más bien se trata de derechos y obligacio­
nes del deudor emanados de un contrato cuyos efectos
están pendientes al tiempo del pronunciamiento de la
resolución de liquidación. El liquidador puede cumplir
el contrato de suscripción de acciones si estima que ello
es beneficioso para el colectivo de acreedores, pagando
el precio y exigiendo la entrega de los títulos (acciones)
para su posterior enajenación. Puede, si considera que
tal convención no es favorable al concurso, abstenerse
de cumplirla, y en ese caso la sociedad acreedora ejerce­
rá los derechos que le otorgan el artículo 17, de la Ley
№ 18.046 o los estatutos sociales, entre los cuales está la
prerrogativa de reducir el título, resolver el contrato con
indemnización de peijuicios o exigir que se cumpla la
suscripción verificando su crédito en la quiebra.
Existen asimismo otros efectos de la resolución de li­
quidación en la sociedad, como ocurre con el artículo 162,
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

de la ley concursal, que exige que el nombre o la razón


social de la compañía deudora, sujeta al procedimiento
concursal de liquidación, debe ser complementado con
la frase final “en procedimiento concursal de liquidación ” y
su uso debe ser precedido por la firma del liquidador y
demás habilitados. En caso contrario, son solidariamente
responsables de las obligaciones contraídas bajo la razón
social, tanto el liquidador como los que hubieren ejecutado
el acto o celebrado el contrato respectivo.
También es del caso señalar que el artículo 289, de
la ley de la materia, establece la posibilidad de revocar
las reformas de pactos o estatutos sociales, que se realice
dentro de los 6 meses inmediatamente anteriores al inicio
del procedimiento concursal de reorganización o de liqui­
dación de la empresa deudora, si importan disminución
de su patrimonio.49

154. Resolución de liquidación y títulos-valores dinerarios. Trata­


remos las consecuencias que la referida sentencia origina en los
derechos y obligaciones que emanan de los títulos de crédito,
que reciben esta denominación dentro del género de los títulos-
valores, porque su contenido es el pago de una suma de dinero,
como son aquellos que más se conocen: la letra de cambio, el
pagaré y el cheque.
1. Letra de cambio. Analizaremos las normas de la Ley № 18.092,
que rige en la materia, respecto de la resolución de liqui­
dación de algunos de los sujetos que intervienen en este
documento:
a) Resolución de liquidación del portador. Puede ser portador
de la letra el tomador o beneficiario de la misma cuando
ella no ha circulado por endoso. Cuando el documento
ha circulado, el tenedor de la letra se considera portador
legítimo si justifica su derecho por una serie no interrum­
pida de endosos, aunque el último esté en blanco, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 26 inc. I s de
la Ley № 18.092.

49 Véase № 167 de esta obra sobre acciones revocatorias concúrsales.

233
REORGANI2ACt ó .M-¥ U Q jUiaA jgQ NnK EMPRESAS Y PERSON Afe-DERECHO CONCURSAL

En caso de resolución de liquidación que afecte al


portador, el artículo 57, de la Ley de Letra de Cambio y
Pagaré, establece que no puede prohibirse ni entrabarse el
pago o la circulación de la letra, salvo en caso del inicio de
tin procedimiento concursal de liquidación del portador
o cualquier otro suceso que lo prive de la libre adminis­
tración de sus bienes. La citada norma concuerda con el
efecto fundamental que el procedimiento concursal de
liquidación produce en los bienes del deudor, esto es, el
desasimiento, en virtud del cual queda inhibido de ejecutar
actos de administración y disposición de bienes, por lo que
no puede recibir el pago de los títulos de créditos en general
de los que sea portador, ni disponer de ellos mediante su
endoso en propiedad. Tales actos sólo pueden ejecutarlos el
liquidador en su representación. El tribunal que conoce del
procedimiento concursal de liquidación podría dictar pro­
videncias especiales, prohibiendo el pago o la transferencia
de títulos de crédito de los cuales el deudor sea portador,
para cautelar el activo del concurso, aunque en la práctica
tales providencias no se dictan, porque la resolución de
liquidación debe contener una advertencia al público de
que no debe pagar ni entregar mercaderías al deudor, so
pena de nulidad de los pagos o entregas, según lo previsto
en el artículo 129, № 6 de la Ley № 20.720.
b) Resolución de liquidación de librado-aceptante. El librado es la
persona a cuyo cargo el librador gira la letra. No asume
ninguna responsabilidad cambiaria mientras no preste su
aceptación, porque él no interviene con su voluntad en
la emisión del título. Si respecto del librado se pronun­
cia resolución de liquidación, antes del vencimiento de
la letra y antes de haber dado su aceptación, no puede
aceptarla después, porque admitir la orden de librador
de pagar al beneficiario o al portador legítimo una suma
determ inada o determinable de dinero, es un acto de
disposición de bienes, que no puede realizar debido al
efecto de desasimiento que lo inhibe para ejecutarlo.
Surre
О
la responsabilidad
X
cambiaria del librador,5 de los
endosantes traslaticios de dominio que no la han limita­

234
rv
Ш-
TAR IV. PRUl'kDlMIEMTB CÔSJCÜRSA.L UK и ц и ш л и и .ч

do у de los avalistas de ambos, aun cuando la letra no se


proteste oportunamente.
El librado que ha aceptado la letra queda responsable
directo de su pago, pero si se libra en su contra resolución
de liquidación antes del vencimiento de la letra de cambio,
no puede pagarla válidamente porque el desasimiento
se lo impide. Se producen las mismas consecuencias
respecto del librador, endosantes y avalistas de ambos,
aun cuando el protesto sea inoportuno o simplemente
se omita hacerlo.
Ahora bien, el artículo 78 de la Ley № 18.092 dispone
que el portador “no queda dispensado de la obligación deprotestar
la letra por la quiebra, interdicción o muerte del librado”. La
norm a es exacta en cuanto al protesto por falta de fecha
de aceptación, pero no en el caso del protesto por falta
de aceptación o del protesto por falta de pago. De con­
formidad con lo previsto en el artículo 79 inciso 22 de la
Ley № 18.092, la letra no se peijudica si no se protesta por
falta de pago en caso de quiebra del librado o aceptante
‘ ocurrida antes del vencimiento. En cuanto al protesto por
falta de aceptación, que permite cobrar antes del vencimiento
la letra al librador, endosante y avalistas de ambos, en caso
de quiebra del librado o aceptante, no es necesaria esta
diligencia para efectuar el cobro anticipado:
1. Cuando quiebra el librado o cualquiera de los librados
conjuntos, y
2. Quiebra antes del vencimiento de alguno de los libra­
dos subsidiarios o del librado subsidiario que otorgó
la aceptación (art. 81 Nos 2 y 3 de la Ley № 18.092).
Cuando quiebra el librado o aceptante después
del vencimiento de la letra, el portador en este caso
no queda exonerado de la obligación de protestar la
letra por falta de pago para hacer efectivos sus derechos
contra el librador, endosante y avalistas de ambos.
Lo que se dice en estas disposiciones respecto de
la quiebra, hay que entenderlo ahora en relación con
la resolución de liquidación que afecte a los sujetos
intervinientes en la letra de cambio, porque la Ley
№ 20.720, en su artículo 365, sólo actualizó la termino-

235
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

logia respecto del artículo 57, de la Ley № 18.092, de


Letra de Cambio y Pagaré, y no de otras disposiciones,
que todavía siguen refiriéndose a la institución, hoy
derogada.
c) Resolución de liquidación del librador. Este sujeto es el crea­
dor del documento y prim er obligado cambiario, porque
garantiza al portador la aceptación y el pago de la letra
de cambio.
Si se pronuncia la referida resolución respecto del
librador de una letra no aceptada, es lógico que el librado
no admita la orden que éste le da en el documento. La
ley autoriza el cobro anticipado de la letra, sin necesidad
de protesto, en virtud de lo establecido en el artículo 81
№ 4 de la Ley № 18.092. El portador tiene como alter­
nativa verificar el crédito en la quiebra del librador para
ser pagado en m oneda concursal, o bien, en el caso de
que la letra tenga endosantes traslaticios de dominio que
no hayan limitado su responsabilidad y avalistas, cobrarla
anticipadamente respecto de dichos responsables por
garantía. Sin duda que esta segunda posibilidad es más
favorable para el portador de la letra, que se beneficia con
la exigibilidad anticipada de las deudas del sujeto sometido
a procedimiento concursal de liquidación, de acuerdo con
lo previsto en el artículo 138 de la ley concursal.
d) Resolución de liquidación del suscriptor de un pagaré. A dife­
rencia de la letra de cambio, que contiene una orden del
librador al librado para que pague al beneficiario una
cantidad determinada o determinable de dinero, lo que
supone una relación entre tres personas o a lo menos dos
(librador-beneficiario y librado), el pagaré es una confe­
sión o reconocimiento de deuda que hace al suscriptor
del mismo respecto de un beneficiario nominativamente
designado, a su orden o al portador. El pagaré no requie­
re aceptación, por ende, sólo interesa la resolución de
liquidación que afecta al suscriptor, como único obligado
directo a su pago. Cuando se pronuncia esta resolución
respecto del suscriptor, el beneficiario o portador puede,
sin esperar el vencimiento del título, cobrarlo anticipa-
CAP- IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACION

dam ente respecto de los endosantes o del avalista del


suscriptor o avalistas de los endosantes, de acuerdo con
lo dispuesto en el artículo 138 de la ley de la materia, sin
necesidad de protesto. En el caso de que la resolución
de liquidación del suscriptor del pagaré se pronuncie
después del vencimiento del título, es necesario efectuar
el protesto por falta de pago para cobrar el documento,
respecto de los otros obligados por garantía.
El portador m antiene la posibilidad de verificar su
crédito en el procedimiento concursal de liquidación del
suscriptor del pagaré, aunque las posibilidades de pago son
limitadas, porque su crédito es valista o quirografario.

155. Contrato de arrendamiento y la resolución de liquidación. Como


lo hemos expresado en términos generales, la aludida sentencia
no pone término al contrato de arriendo. Sin embargo, en cierta
medida, el contrato sufre algunas consecuencias jurídicas, que
analizaremos en seguida en relación con las partes.
a) Respecto del arrendador. La resolución de liquidación del
arrendador no pone fin al contrato de arrendamiento y el
arrendatario seguirá siendo beneficiado de esta convención,
pero en virtud del desasimiento está obligado ahora a pagar
la renta al liquidador y esta suma ingresa en el activo del
procedimiento concursal a que está sometido el arrendador,
sin pequicio, también, de la posterior realización del bien,
que pondrá término al contrato.
b) Resolución de liquidación del arrendatario. En este caso, en el
derecho común se han establecido normas de excepción. En
efecto, de conformidad a lo que dispone el artículo 1968 del
Código Civil, “la insolvencia declarada del arrendatario no pone
necesariamente fin al arriendo.
El acreedor o acreedores podrán sustituirse al arrendatario, prestando
fianza a satisfacción del arrendador.
No siendo así, el arrendador tendrá derechopara dar por concluido el
arrendamiento; y le competerá acción deperjuicios contra el arrendatario
según las reglas generales ”.
Interesa destacar que el Código Civil emplea los términos
“insolvencia declarada', que según sabemos no significan solamen­
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PF RSOM AS DERECHO CONCURSAL

te quiebra, porque la historia fidedigna del establecimiento del


precepto legal en estudio revela que el legislador quiso abarcar
con estas expresiones tanto la cesión de bienes como la quiebra.
El artículo del Código Civil citado precedentemente ratifica el
principio general de que la quiebra no constituye por sí una
causal de terminación o resolución de contratos. Además, esta
misma disposición faculta al colectivo de acreedores o masa para
sustituirse en los derechos del deudor como arrendatario.50
Como la terminología del artículo 1968 del Código Civil no fue
modificada por la Ley № 20.720, para ponerla al día con la de los
procedimientos concúrsales que ella regula, entenderemos que
la alusión a insolvencia declarada, ha de tenerse como equivalente
a la resolución de liquidación, en el procedimiento concursal de
liquidación, que ahora sustituye a la antigua quiebra.
, Algunos comentaristas estiman que, por operar en este caso una
subrogación personal, las obligaciones del arrendatario emanadas
del contrato de arrendamiento serían deudas de la masa y no del
deudor y, por lo tanto, se pagarían con preferencia al pasivo.
Sólo si el liquidador, como órgano ejecutivo de la comunidad
de acreedores, no ejerce la facultad de sustituirse en los dere­
chos al deudor bajo procedimiento concursal de liquidación, el
arrendador puede solicitar la terminación de contrato, invocando
como causa la insolvencia del arrendatario y los correspondientes
peijuicios.
El artículo 141, de la concursal vigente, reglamenta el derecho
legal de retención en el contrato de arrendamiento, disponien­
do que esta prerrogativa no puede ser declarada después de la
resolución de liquidación. Se trata de una norma exactamente
contraria a la contenida en el artículo 71 inciso 4a del Libro IV

50 La declaración de quiebra de una sociedad arrendataria no trae aparejado


necesariamente el fin del contrato de arriendo; pueden los acreedores sustituirse
al arrendatario (Código Civil, arts. 1968 y 2466 inc. 22).
Aprobado un convenio judicial, la ju n ta de acreedores en él designada, al
continuar el arriendo, se sustituye al arrendatario. Los créditos que emanan de este
arrendamiento, devengados después de la aprobación del convenio, son créditos ‘de
la masa5y no ‘en la masa5; a los acreedores no les afecta el convenio, por lo que no
están obligados a verificar las rentas insolutas y, por el contrario, pueden accionar
válidamente para solicitar la terminación inmediata del contrato ele arrendamiento
por el no pago de las rentas deveng?tdas desde la aprobación del convenio” (Corte
Suprema, 25 de octubre de 1973, R., t. LXX, secc. P , p. 74).
CA P. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

De las quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio, que


establecía que cuando a un acreedor correspondiera el derecho
legal de retención, en los casos señalados por las leyes, no podía
privársele de la cosa retenida sin que previamente se le pagara
o asegurara el pago de su crédito, más aún la norma derogada a
que estamos aludiendo disponía que la procedencia del derecho
legal de retención podía ser declarada “aun después de la sentencia
de quiebra”. No se divisa la razón de ser de este cambio legal, so­
bre todo si se considera que el derecho legal de retención sólo
procede cuando la ley excepcionalmente lo establece y para
ejercitarlo se requiere una declaración judicial en tal sentido,
que bien estaba prevista como excepción al desasimiento. A
mayor abundamiento, cuando este derecho se admite por la ley
y se declara judicialmente, comprende tan sólo la cosa singular
retenida y no todo el patrimonio del deudor.
Sin embargo, tratándose del contrato de arrendamiento, el
artículo 141, de la ley concursal vigente, repite las normas del inciso
final del artículo 71, de la derogada legislación de quiebras, en
cuanto a que durante los treinta días siguientes a la noüñcación
de la resolución de liquidación, el arrendador no podrá perseguir
la realización de los muebles destinados a la explotación de los
negocios de la empresa deudora o del deudor, por las rentas de
arrendamiento vencidas, sin peijuicio de su derecho para solicitar
las providencias conservativas, las que deben ser resueltas por el
tribunal, de conformidad con lo previsto en el artículo 131 de
la ley de la materia. Ahora bien, en el evento de que el contrato
de arrendamiento hubiere expirado por alguna causa legal, el
arrendador puede exigir la entrega del inmueble arrendado y
y?

entablar las acciones a que haya lugar en derecho. Esta regla


n ,j

prevista en el inciso final del artículo 141 de la ley concursal


s rv

ratifica la aplicación del derecho común a los arrendamientos


d i s six:- -

celebrados por el deudor.


Concluimos en que el artículo 141 inciso 2a de la ley concur­
í-s un

sal, al disponer la suspensión, durante los treinta días siguientes


пы хо:;

a la notificación de la resolución de liquidación, de la realización


de los bienes destinados a la explotación de los negocios de la
dì-

empresa deudora, paraliza en el indicado lapso el ejercicio del


. :м 'о . .: о г ;л

derecho legal de retención de que se beneficia el arrendador,


según el artículo 1942 del Código Civil.

239
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

156. Efectos de la resolución de liquidación en el leasing. El leasin


es una operación financiera mediante la cual una empresa de
leasing adquiere de un fabricante o proveedor ciertos bienes de
capital productivo, elegidos por un usuario determinado, con la
finalidad de ceder su uso, por un plazo convenido, a este último,
mediante un pago periódico y facultándolo para optar, al término
del mismo, por la compra de los bienes a un precio estipulado, por
la renovación de la cesión del uso bajo otras condiciones, por la
devolución de los bienes u otra opción que pueda convenirse.51
La operación financiera de leasing está integrada por varios
contratos, en los cuales intervienen diversos sujetos. En efecto,
entre la empresa de leasing y el fabricante o proveedor existe un
contrato de compraventa, generalmente de bienes muebles, bienes
de capital o un contrato de aprovisionamiento con el proveedor
de los mismos, contratos que generan los derechos y obligacio­
nes que les son propios. Entre la empresa de leasing y el usuario
se conviene un contrato de leasing, mediante el cual la primera
nombrada cede el uso de los bienes al segundo indicado, con la
facultad de llevar a cabo una de las opciones que hemos señalado
en la descripción de este negocio u operación. El contrato de
leasing genera sus propios efectos jurídicos, pero es integrante
de la operación, como también lo son la compraventa o el apro­
visionamiento, existiendo entre ellos un nexo de dependencia,
ya que aisladamente no se celebrarían tales convenciones.
Veremos enseguida los efectos que produce la resolución de
liquidación en esta operación, cuando se encuentra pendiente al
tiempo en que ella se pronuncia, respecto de la empresa deudora
o del deudor.
A propósito de la medida de conservación del activo llamada
incautación, el artículo 224 de la ley concursal, dispone que los
bienes que la empresa deudora o el deudor tenga en su poder en
virtud de un contrato de leasing o arrendamiento con opción de
compra, denominación esta última que, como vemos, el legisla­
dor hace sinónima de contrato de leasing deben ser incautados
,5 2

51 Véase SANDOVAL LÓPEZ. RICARDO, Contratos Mercantiles, tomo II, 2- edición


ampliada y actualizada, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 2014,
p. 400.
52 La denominación de contrato de arrendamiento con opción de compra,
empleada por el legislador como sinónimo de leasing, no es afortunada, porque
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

por el liquidador, dejando constancia de que se trata de ellos


en el acta de dicha diligencia. Los gastos asociados deben ser
soportados por el colectivo de los acreedores o masa, con cargo
al activo del concurso.
El artículo 225 de la ley concursal establece de manera ex­
presa que la resolución de liquidación no constituye causal de
terminación inm ediata del contrato de leasing. Agrega que la
junta constitutiva de acreedores debe pronunciarse acerca de esta
relación contractual y adoptar las siguientes medidas:
1 . Continuar con el cumplimiento de este contrato, en los tér­
minos en que originalmente está pactado;
2. Ejercitar de forma anticipada la opción de compra, en las
condiciones estipuladas en el contrato respectivo;
3. Terminar anticipadamente este contrato, restituyendo el bien
que fue su objeto a la empresa financiera de leasing.
En el evento de que no tenga lugar la aludidajunta de acree­
dores, o ésta no se pronuncie al respecto, se entiende que opta
por el cumplimiento del contrato.
El inciso final del artículo 225 de la ley de la materia estable­
ce que se tiene por no escrita cualquier cláusula pactada en el
contrato de arrendamiento con opción de compra, en contrario
de lo regulado en este artículo.
Cuando el órgano constitutivo de los acreedores acuerda con­
tinuar con el cumplimiento del contrato de leasing, se originan
las consecuencias jurídicas que señalamos enseguida. En primer
lugar, las rentas por la cesión de uso del bien que se devengan
después de la fecha de la resolución de liquidación, son de cargo
del colectivo de acreedores o masa y se pagan en los términos y
condiciones originalmente convenidos en el contrato. En segun­
do término, cuando se ejercita en forma anticipada la opción de
compra del bien de que se trata, su pago es asimismo de cargo del
esta operación no sólo da la opción de compra al usuario, sino otras que hemos
indicado en su descripción, como así también insistimos en que la figura del
leasing no debe asimilarse al arrendamiento, por tratarse de un contrato diver­
so, cuyo origen está en el sistema jurídico de Common Law, en particular en el
derecho contractual norteamericano. Cf. SANDOVAL LÓPEZ, RICARDO, Contratos
Mercantiles, tomo II, 2~ edición ampliada y actualizada, Editorial Jurídica de Chile,
2014, p. 400.

241
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPRESAS V PgftjÒ N A S. DERECHÍ*) CONtJU KbAL

conjunto de acreedores y el liquidador debe efectuarlo dentro


de los 30 días siguientes a la fecha en que adoptó el acuerdo, ■:
plazo prorrogable por idéntico período, previa autorización del i
tribunal. Si el pago no se efectúa en el plazo señalado, la empresa
financiera de leasing puede poner término al contrato, caso en el !
cual el liquidador debe restituirle el bien objeto del contrato. Por
último, si laju n ta constitutiva de acreedores decide el término
anticipado del contrato, se tiene que devolver a la empresa de
leasing el bien materia del contrato respectivo, dentro de los 30 ’■
días siguientes a la fecha en que se adoptó el acuerdo, término :?
que puede prorrogarse por igual lapso, previa autorización del
tribunal que conoce el procedimiento concursal. Ahora bien, si
el contrato al que se pone término anticipado incluye el pago
de multas, ellas pueden verificarse en la causa concursal, con el
solo mérito de una sentencia firme o ejecutoriada que declara i
su procedencia y otorgue las cantidades reclamadas, procedi­
miento este último que se sustanciará según las reglas del juicio ;
sumario. r
El artículo 226 de la ley del ramo dispone también que la
empresa de leasing, a la que le atribuye la calidad de arrendado­
ra, puede verificar siempre en el procedimiento concursal de
liquidación de la empresa deudora usuaria, a quien le atribuye
la condición de arrendataria del bien objeto del contrato, las
cuotas devengadas e impagas hasta la fecha de la resolución de
liquidación. Las rentas por la cesión de uso, que se devengan con
posterioridad a la fecha de la resolución de liquidación, son de j
cargo siempre de la comunidad de acreedores o masa. i
Finalmente, según lo dispuesto por el artículo 227 de la ley j
concursal, laju n ta constitutiva de acreedores, mediante mayo- ?
ría calificada, definida como quorum calificado en su artículo 22 \
№ 33, puede acordar con la empresa de leasing una fórmula de ;
realización que incluya los bienes objeto del contrato de leasing,
en cuyo caso ha de estarse a lo convenido, que debe constar en
el acta del órgano colectivo indicado, la cual debe incluir el valor
que se les asigna a dichos bienes. El mismo precepto añade que
la parte del crédito verificado con motivo del contrato de leasing,
que no alcance a ser cubierta con el producto de la realización
de bienes objeto del aludido contrato, se considera incobrable
para todos los efectos legales pertinentes. “
CAP.. ГУ, .TRQCEDIM IfiNTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

157. Efectos de la resolución de liquidación en el contrato de compraven­


ta. Haremos el análisis distinguiendo las siguientes situaciones:
a) Resolución de liquidación respecto del vendedor. Es necesario hacer
igualmente una distinción:
1 ) Si la empresa deudora que tiene la posición contractual
de vendedora había transferido el dominio o había efec­
tuado la tradición respecto de la cosa vendida. En este
caso, la resolución de liquidación no afecta al contrato
de compraventa ni a la tradición de la cosa, sin peijuicio
de lo que veremos más adelante al tratar de las acciones
revocatorias.
2) Si la resolución de liquidación del vendedor se pronuncia
entre la celebración del contrato y la tradición de las cosas
objeto del mismo, a falta de una solución expresa en la
ley concursal, hay que recurrir a las reglas generales del
derecho común. Según dichas normas, como las cosas
objeto del contrato no han salido de la propiedad del
vendedor porque no ha operado el modo de adquirir
tradición a favor del comprador, estos bienes entran en
el activo del concurso.
Esta situación se complica cuando el comprador ha
pagado el precio sin recibir nada a cambio de la cosa objeto
del contrato, caso en el cual puede pedir la resolución de
la compraventa, para obtener la devolución de lo pagado
y la indemnización de peijuicios que corresponde.
Durante la vigencia de la normativa de quiebras, hoy
derogada, se presentó la situación en la cual el deudor
había vendido un bien raíz por escritura pública, de fecha
anterior a la declaración de quiebra, pero este título de
tradición no se había inscrito en el Registro de Propiedad
del Conservador de Bienes Raíces. La Corte de Apelaciones
de Santiago53 se pronunció a favor de esta inscripción,
en una sentencia que fue muy criúcada. En tal caso, hay
que considerar que por no haber tenido lugar la tradi­
ción del inmueble, antes de la declaración de quiebra, el
comprador no llega a ser dueño y no puede después de

33 Revista de Derecho yjurisprudencia, t. XXVI, 2a parte, secc. 2-, p. 55.


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

pronunciada la sentencia de quiebra, exigir que se le haga


esa traslación de dominio, pero conserva su derecho a
pedir la resolución de la compraventa y la indemnización
de perjuicios.54 La Ley № 20.720, sobre procedimientos
concúrsales en actual vigencia, no aporta solución especial
en esta materia, por lo que los problemas y sus posibles
soluciones, siguen siendo los mismos.
b) Resolución de liquidación del comprador. De conformidad con lo
dispuesto por el artículo 154 de la ley concursal, que repite la
norma del artículo 86, de la legislación de quiebras, hoy dero­
gada, el contrato de compraventa puede resolverse por falta
de cumplimiento de las obligaciones del deudor comprador,
salvo cuando se trate de cosas muebles que hayan llegado a
poder de éste.55 La excepción sólo concierne a la compra­
venta de bienes muebles, no así la relativa a los bienes raíces
en que la acción resolutoria puede ser ejercitada en contra
de la empresa deudora o el deudor, que tenga la calidad de
comprador y no haya cumplido sus obligaciones.
La situación excepcional requiere además que los bienes
muebles hayan llegado apoderàeì deudor cuando se pronuncia
la resolución de liquidación que lo afecta.56 Por el contrario,
se puede resolver la venta cuando la especie mueble vendida

54 “Si la anotación en el Repertorio de la adjudicación del inmueble, hecha en


juicio ejecutivo contra el deudor, se practicó un día antes que éste fuera declarado en
quiebra, el inmueble dejó de pertenecerley pasó al patrimonio del adjudicatario desde
que se practicó esa anotación. Nada importa que la inscripción de dominio a favor
del último se realizara después de la quiebra del deudor; esa inscripción se retrotrae
a la fecha de la anotación y le es inaplicable el artículo 69 (actual art. 72) de la Ley
de Quiebras” (Corte Suprema, 4 de junio de 1969, R., t. LXVI, secc. 1-, p. 65).
Compartimos el criterio seguido en este fallo por tratarse de una adjudicación
consecuencia de una enajenación forzada, por el juicio ejecutivo seguido contra el
deudor. No sucede lo mismo tratándose de enajenaciones voluntarias, en las cuales se
acostumbra incluir en la escritura la cláusula sacramental “las partes facultan al portador
de copia autorizada.. la que por tener la naturalezajurídica de una oferta a persona
indeterminada, mientras no sea aceptada o se dé principio de ejecución, caduca en
el caso de que alguna de las partes del contrato sea declarada en quiebra. Véase el
interesante y original trabajo “Las partes facultan al portador de copia autorizada..
del profesor PEÑAILILLO ArÉvalo, DANIEL, en Estudios, Universidad de Concepción,
№ 1, Facultad de Derecho, 1982.
55 Corte Suprema, 26 de enero de 1967, R., t. LXTV, secc. P , p. 25 (conside­
rando 11, p. 31).
56 ídem nota precedente (considerando 12, pp. 29-30).
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

no ha sido materialmente entregada al deudor, sino que ha


tenido lugar una tradición ficta o simbólica, porque la cosa
no ha llegado a su poder. La regla excepcional, como la del
artículo 154 de la ley concursal vigente, debe interpretarse
restrictivamente.
Por otra parte, tratándose de cosas muebles vendidas y
remitidas al deudor de acuerdo con los artículos 155 y 156,
de la ley de la materia, se entiende que las mercaderías están
en tránsito desde el m om ento que las reciben los agentes
encargados de su conducción hasta que quedan en poder
de la empresa deudora com pradora o de persona que la
represente. Ahora bien, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 156 de la ley vigente en la materia, mientras
están en camino las cosas muebles vendidas y remitidas a la
empresa deudora o al deudor, el vendedor no pagado puede
dejar sin efecto la tradición, recuperar la posesión y pedir la
resolución de la compraventa.57 Esta norma es diferente del
artículo 154, desde que faculta al vendedor de mercaderías en
tránsito para dejar por su sola voluntad sin efecto la tradición
y recuperar la posesión sin necesidad de ejercitar la acción
reivindicatoría.
El vendedor podrá también retener las cosas vendidas
hasta el entero pago de su crédito.
Según el artículo 157 de la ley del ramo, en el caso de que
las cosas en camino hayan sido vendidas durante su tránsito
a un tercero de buena fe, a quien se le hubiere transferido la
factura, conocimiento o carta de porte, el vendedor no puede
ejercer los derechos que le otorga el artículo 156 del mismo
texto legal, es decir, recuperar la posesión y pedir la resolución
del contrato. Pero si el nuevo comprador no hubiere pagado
el precio antes de la resolución de liquidación, el vendedor
primitivo podrá demandar su entrega hasta la concurrencia
de la cantidad que se le deba.
En fin, dejaremos constancia de que conforme a lo pre­
venido en el artículo 90, en caso de resolución de la compra­
venta, el vendedor estará obligado a reembolsar a la masa los
abonos a cuenta que hubiere recibido.

57 Corte Suprema, 18 de julio de 1910, R., t. VIII, secc. I a, p. 265.

245
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DEREC'HU CLWCURSAL

Por último, el artículo 158 de la ley concursal dispone


que en caso de resolución de la compraventa, el vendedor
esté obligado a reembolsar al activo del concurso los abonos
a cuenta que hubiere recibido.

158. Resolución de liquidación y los cheques girados por el deudor.


Como ya tuvimos oportunidad de señalar, dictada la resolución
de liquidación respecto de cualquiera de las partes del contrato
de cuenta corriente bancaria, esta convención termina, porque el
artículo 9a de la Ley sobre Cuentas Comentes Bancarias y Cheques
se remite al artículo 611, del Código de Comercio, que establece
igual solución respecto de la cuenta corriente mercantil.
Los cheques que se giran por el deudor después de la reso­
lución de liquidación deben ser protestados por el banco por
cuenta cerrada, o si es el banco el que ha sido objeto de la referida
resolución, se protestan por tener el banco librado la calidad de
deudor en un procedimiento concursal de liquidación.
¿Qué ocurre con los cheques girados antes de que se dicte
la resolución de liquidación y se presentan al cobro después de
ella? El banco, en este caso, debe abstenerse de pagarlos, porque,
de acuerdo con el artículo 11 inciso 32 de la Ley sobre Cuentas
Corrientes Bancarias y Cheques, el cheque dado en pago se sujeta
a las reglas generales de la letra de cambio, bajo sanción de que
si los paga lo hace por su cuenta y riesgo, debiendo reintegrar
los fondos al activo del concurso. La causa del protesto sería en
este caso la resolución de liquidación del girador. De cualquier
modo el portador del documento puede hacer efectivas las ac­
ciones civiles y penales con que la ley asegura el cumplimiento
de la prestación contenida en el título de crédito.58

159. Efectos de la resolución de liquidación en el contrato de trabajo.


De conformidad con lo previsto en el artículo 1° del Código del
Trabajo, el contrato de trabajo: “Es una convención por la ley cualel

38 Corte Suprema, 22 de agosto de 1947, Gaceta, 1947, 2a sem., № 16, p. 94;


R., t. XLV, secc. I a, p. 162; Corte Suprema, 18 de agosto de 1948, R., t. XLV, secc. Р>
p. 702; Corte Suprema, 9 de mayo de 1949, R., t. XLVIII, secc. 1®, p. 364; Corte Su­
prema, 2 de julio de 1949, R., t XLVI, secc. 1®, p. 795; véase además Silva BASCULAN,
ALEJANDRO, “El cheque ante la quiebra”, en Revista de Derecho -/Jurisprudencia,
t. XLIV, 1®parte, pp. 155 a 168.
■GA¥. IV. РКОСЕВГМТРЛГТП ГП МГТШЯА!, DE LIQUIDACION

empleadory el trabajador se obligan recíprocamente, éste a prestar servicios


personales bajo dependencia y subordinación del primero, y aquél apagar
por estos servicios una remuneración determinada ”.
Los principios relativos a la relación laboral antes descrita
son la continuidad de la relación laboral, incorporado en el dere­
cho laboral y la tutela de la relación laboral, la conservación de la
empresa y la par condictio creditorum, que son propios del derecho
concursal, a los cuales hemos tenido ocasión de referirnos en
esta obra.59
Respecto del contrato de trabajo se mantiene la regla ge­
neral de que la resolución de liquidación no tiene por efecto
producir la resolución o terminación de las relaciones jurídicas
preexistentes.
Tratándose de la resolución de liquidación del trabajador,
sin duda no significa una causal de terminación del contrato
de trabajo, de suerte que los sueldos o salarios que se le paguen
con posterioridad a ella no ingresan a la masa concursada, por
pertenecer a la categoría de bienes inembargables.
Bajo la vigencia de la legislación de quiebras, hoy derogada,
sostuvimos que la declaración en falencia del empleador, no
configuraba una causal de terminación del contrato de trabajo,
porque el artículo 155 del Código del Trabajo, Ley № 18.620,
no contemplaba, dentro de los motivos que justifican ponerle
término, la quiebra del empleador. Además, lajurisprudencia de
los tribunales se alineó finalmente por este mismo criterio.60
Al ser de esta manera, se suscitó la cuestión de saber si se po­
dían verificar los créditos de remuneraciones de los trabajadores
en la quiebra del empleador. Puga Vial sostuvo que el contrato de
trabajo es un título anterior a la quiebra, como el del acreedor
condicional, y que las remuneraciones devengadas después de
la quiebra son una deuda de la masa, agregando que las indem­
nizaciones laborales son obligaciones condicionales que la ley

09 Véanse números 23, 26 y 28 de esta obra.


60 Corte de Apelaciones de Santiago, 1999: “...la declaración de quiebra de
una empresa no es causal suficiente para poner término a los contratos de trabajo
de los dependientes sin derecho a indemnización, tanto en razón del texto al no
estar contemplada tal circunstancia como justificativa del despido como por los
motivos de equidad al no tener que soportar los trabajadores las consecuencias del
mal estado financiero del empleador”.

247
incorpora como un elemento de la esencia de los contratos de
trabajo y que no emanan del peijuicio que hubiere sufrido el
trabajador a consecuencia del despido. Todo ello en la mira que
el contrato de trabajo no termina por el solo hecho de la quiebra
del empleador.
Antes de la entrada en vigencia de la Ley № 20.720, sobre
procedimientos concúrsales, la Ley № 19.631, denominada Ley
Bustos, fijó el nuevo texto del artículo 162 inciso 52 del Código V
del Trabajo, disponiendo que para proceder al despido del tra- 4
bajador: .. el empleador le deberá informar por escrito el estado de pago í
de las cotizaciones previsionales..., adjuntando los comprobantes que
lo justifiquen. Si el empleador no hubiere efectuado el integro de dichas
cotizaciones previsionales al momento del despido, éste no producirá el
efecto deponer término al contrato de trabajo”.
A propósito de las relaciones laborales, la ley concursal vigente
establece en su artículo 246 la renunciabilidad de los montos de ori­
gen laboral y las preferencias de los créditos de origen laboral, previstos
en los números 5 y 8, del artículo 2472 del Código Civil, en la
forma y en los casos que indica dicha disposición legal, a saber,
mediante conciliación celebrada ante un juzgado de letras del
trabajo, la que puede tener lugar en audiencia preparatoria o
de juicio y debe contar con la expresa aprobación del juez, y en
virtud de transacción judicial o extrajudicial, que se celebre con
posterioridad a la notificación de la sentencia definitiva. Nos pa­
rece que, en la mira de proteger a la empresa, que se advierte del
contexto y normas expresas de la Ley № 20.720, de 9 de enero
2014, se lesionan los derechos de los trabajadores que, por su
naturaleza son irrenunciables, tal como está previsto en el Código
del Trabajo. La renunciabilidad de los montos y del carácter preferente
de los créditos de origen laboral, aunque se realice en la forma y
en los casos que señala el artículo 246 de la ley concursal, es una
notable desventaja para los trabajadores y su pago administrativo
pierde así toda la relevancia que antes tenía.
Por otra parte, el artículo 346 de la ley concursal modifica la
redacción de artículo 2472, números 5 y 8, del Código Civil. En
efecto, en el caso del № 5, se refiere ahora a las remuneraciones
de los trabajadores, las asignaciones familiares, la indemnización
establecida en el número 2 del artículo 163 bis del Código del Trabajo con
un límite de 90 unidades defomento al valor correspondiente al último día
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

¿el mes anteñor a su pago, considerándose valista el exceso si b hubiere,61


y las cotizaciones adeudadas a las instituciones de seguridad social
o que se recauden por su intermedio, para ser destinadas a ese
fin. La indemnización que se crea en virtud del artículo 163 bis
del Código del Trabajo, incorporado a ese cuerpo legislativo por
el artículo 350, de la Ley № 20.720, de 9 de enero de 2014, es la
que tiene lugar precisamente porque ese precepto del Código del
Trabajo establece ahora el término del contrato de trabajo por
la resolución de liquidación de la empresa deudora, que oficia
como empleadora, como veremos más adelante.
En el caso del núm ero 8 del artículo 2472, del Código Civil,
se trata como sabemos de las indemnizaciones legales y conven­
cionales de origen laboral que corresponde a los trabajadores,
que estén devengadas a la fecha en que se hagan valer 31 hasta un
límite de tres ingresos mínimos mensuales remuneracionales por cada año
de servicio y fracción superior a seis meses por cada trabajador, con un
límite de 11 años.&- Por el exceso, si lo hubiere, se considerarán
valistas. Asimismo, la indemnización establecida en el párrafo
segundo, numeral 4 del artículo 163 bis del Código del Trabajo
(fuero maternal) está sujeta a los mismos límites anteriormente
indicados.
Lo más relevante de todas las modificaciones introducidas
por la Ley № 20.720, de 9 de enero de 2014, sobre procedimien­
tos concúrsales, respecto de las relaciones laborales, vigentes al
tiempo del pronunciam iento de la resolución de liquidación,
es la prevista en su artículo 350, mediante el cual se agrega el
artículo 163 bis al Código del Trabajo que dispone: “El contrato
de trabajo terminará en caso que el empleador fuere sometido a un pro­
cedimiento concursal de liquidación. Para todos los efectos legales, la
fecha de término del contrato de trabajo será la fecha de dictación de la
resolución de liquidación ”.
La citada ley al establecer la terminación del contrato de
trabajo, rompe con el principio básico que informaba la dero­
gada legislación nacional de quiebras en esta materia, como lo
señalamos precedentemente y que aún se consagra en el derecho
61 Hemos puesto en letras cursivas aquella parte clel texto del artículo indicado
que fue objeto de la modificación, porque este artículo ya existía en el Código Civil,
con el texto que le fijó la Ley № 18.175, de 1982.
62 ídem nota anterior.

249
fi-
REORGAN '¿ACIÓN У LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL-----

comparado de los procedimientos colectivos de insolvencia. La


terminación del contrato de trabajo se sujeta ahora a las siguientes
reglas, establecidas en la ley concursal vigente:
1) El liquidador, dentro del plazo de 6 días hábiles contados
desde la fecha de notificación de la resolución de liquidación,
debe:
a) Comunicar al trabajador el término de la relación la­
boral;
b) Adjuntar un certificado emitido por la Superintendencia
que debe indicar el inicio del procedimiento concursal
de liquidación respecto del empleador, así como el
tribunal competente, la individualización del proceso
y la fecha en que se dictó la resolución de liquidación
correspondiente;
c) Enviar copia de la comunicación de la Inspección del
Trabajo.
2) El liquidador debe pagar la trabajador una indemnización en
dinero, sustítutiva del aviso previo, equivalente al promedio
de las tres últimas remuneraciones mensuales devengadas,
si es que las hubiere. En caso de que existan menos de 3 re­
muneraciones mensuales devengadas, se indemnizará por el
monto equivalente al promedio de las 2 últimas o, en defecto
de lo anterior, el monto a indemnizar equivaldrá a la última
remuneración mensual devengada.
3) Si el contrato de trabajo hubiere estado vigente un año o más,
el liquidador, en representación del deudor, debe pagar al
trabajador una indemnización por años de servicio equiva­
lente a aquella que el empleador estaría obligado a pagar en
caso de que el contrato terminara por alguna de las causales
señaladas en el artículo 161, del Código del Trabajo. Esta in­
demnización es compatible con la establecida en el número 2
anterior.
4) No se requiere solicitar la autorización previa del juez com­
petente respecto de los trabajadores que al momento del
término del contrato tuvieren fuero:
a) Tratándose de trabajadores que estuvieren gozando del
fuero maternal, el liquidador debe pagar una indemnización

\
250
CAP. IV. PROCEDIMrFNJTn rONCüRSAL DE LIQUlUAClUiT

equivalente a la última remuneración mensual devengada


por cada uno de los meses que restare de fuero;63
b ) Esta indemnización será compatible con la indemnización
por años de servicio y no lo será respecto de la indemni­
zación sustitutiva de aviso previo.
5) El liquidador debe poner a disposición del trabajador el res­
pectivo finiquito a lo menos 10 días antes de la expiración
del período de verificación ordinaria de créditos:
a) El finiquito suscrito por el trabajador se entiende como
antecedente documentario suficiente para justificar un
pago administrativo;
b) El finiquito suscrito por el trabajador debe ser autorizado
por un Ministro de Fe, sea Notario Público o Inspector
del Trabajo, aun cuando las cotizaciones previsionales se
encuentren impagas.
c) Este finiquito debe, además, ser acom pañado por el
liquidador al Tribunal que conoce del procedimiento
concursal de liquidación, dentro de los 2 días siguientes
a su firma.
Por otra parte, de conformidad con lo previsto en el ar­
tículo 244 de la ley concursal, relativo a los pagos administrativos,
tan pronto existan fondos suficientes para ello y precaviendo que
el activo remanente sea suficiente para asegurar los gastos del
procedimiento concursal de liquidación y el pago de los créditos
de mejor derecho, pueden pagarse por el liquidador los créditos
contenidos en el artículo 2472, del Código Civil, según las reglan
que el citado artículo 244 indica a continuación:

63 La Corte Suprema, en causa Rol 3531-2008, estableció el siguiente criterio:


“la declaración de quiebra de una empresa no se concilia con la subsistencia del
fuero sindical, como quiera que el juicio concursal tiene por objeto realizar en un
solo procedimiento los bienes que el fallido ha adscrito a la empresa para proveer
al pago de sus deudas, como se desprende del artículo I e de la Ley № 18.175”.
Más tarde, la misma Corte Suprema, en causa Rol № 3574-2008, resolvió lo
contrario: “estimando que la declaración de quiebra de la empleadora no puede
afectar la inamovilidad de la mujer en estado de gravidez, pues se trata de un de­
recho personalísimo e independiente de la actividad misma de la empresa, de tal
la n e r a que aun cuando se extinga la fuente de trabajo, permanece la causa que
motivó la protección legal”. Noia: ambos fallos son anteriores a la Ley № 20.720.
de procedimientos concúrsales vigente.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

a) Los incluidos en el número 5 pueden pagarse previa revi­


sión y convicción del liquidador sobre la suficiencia de los
documentos que les sirven de fundamento, sin necesidad
de verificación ni de acuerdo de ju n ta de acreedores que
apruebe el pago;
b) Los créditos establecidos en el número 8 se pagan en los
mismos términos del número precedente, hasta el límite
equivalente a un mes de remuneración por cada año de
servicio y fracción superior a 6 meses, por indemnizaciones
convencionales de origen laboral y por las indemnizacio­
nes legales del mismo origen que sean consecuencia de
la aplicación de la causal señalada en el artículo 163 bis
del Código del Trabajo.
Al menos la actual normativa de procedimientos con­
cúrsales mantiene las reglas previstas en esta situación por
el artículo 148, del Libro IV De las quiebras, hoy derogado,
del Código de Comercio, que en cierta medida vienen a
morigerar los efectos que la grave situación que importa
para el trabajador que su contrato laboral termine por
la resolución de liquidación de la empresa deudora, en
este caso que hace de empleador, en cuya insolvencia
no tiene ninguna responsabilidad, y sobre todo porque
no es necesario tener la sensibilidad social a flor de piel
para advertir que son los trabajadores quienes resultan
más afectados por los procedimientos colectivos de sus
empleadores;
c) Con todo, pueden verificarse condicionalmente los créditos
<)U . { . I . Л:П • O.Ü и О МП S ! SO;biì ! JO УЫСУ

que gocen de las preferencias de los números 5 y 8, con el


solo mérito de la demanda interpuesta con anterioridad al
inicio del procedimiento concursal de liquidación o con
la notificación al liquidador de la demanda interpuesta
con posterioridad al referido inicio.
Por último, las reglas a que se somete el finiquito para los
efectos del tema que estamos tratando son las siguientes:
a) Se entiende como suficiente verificación de los créditos
por remuneraciones, asignaciones compensatorias e in­
demnizaciones que consten en dicho instrumento;

252
CAP. IV. PROCEDIMIENTO,CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

b) Si el trabajador hiciera reserva de acciones al suscribir


el finiquito, la verificación o pago administrativo estará
limitada a las cantidades aceptadas por el trabajador;
c) Cualquier estipulación que haga entender que el traba­
jador renuncia total o parcialmente a sus cotizaciones
previsionales se tiene por no escrita;
d) El liquidador debe reservar fondos, si los hubiere, respecto
de aquellos finiquitos no suscritos por los trabajadores
o no acom pañados p or el liquidador al tribunal, por
el período de 30 días contado desde la fecha en que el
correspondiente finiquito fue puesto a disposición del
respectivo trabajador.

Sección VII
EFECTOS RETROACTIVOS DE LA RESOLUCIÓN
DE LIQUIDACIÓN

160. Aspectos generales. La resolución de liquidación produce


los efectos inmediatos que hemos estudiado, dentro de los cuales
se destaca la importancia del desasimiento, que priva al deudor
del derecho de administrar y disponer de sus bienes y de sus
frutos.
Como consecuencia del desasimiento, el artículo 130 de la
Ley № 20.720, que rige la materia, declara nulos todos los actos
y contratos ejecutados o celebrados por el deudor con posterio­
ridad a la resolución de liquidación, respecto de los bienes para
cuya administración y disposición está inhibido. Esta sanción ha
sido establecida por el legislador para proteger los intereses de
los acreedores, que podrían fácilmente ser burlados de permitirse
que el deudor sometido de procedimiento concursal de liquida­
ción, pudiera seguir celebrando actos y contratos.
Tuvimos ocasión de señalar a propósito del estudio del desasi­
miento que la legislación anterior de quiebras, hoy derogada, en
la Ley № 18.175, estableció que la sanción de los actos o contratos
ejecutados o celebrados después de la declaración de quiebra,
era ia inoponibilidad frente a la masa o colectivo de acreedores.
Esta sanción era jurídicamente la más adecuada, sobre todo si

253
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSO N AS.'DERECHO CONCURSAL

se piensa en los diferentes efectos que tienen inoponibilidad


respecto de la nulidad. En efecto, la inoponibilidad existe para
proteger a quienes se ven afectados por los actos o contratos de
que se trata y en la medida del perjuicio que les ocasione, en el
caso de la insolvencia es la masa de acreedores la entidad prote­
gida y sólo hasta el monto del peijuicio que le ocasione el acto o
contrato del deudor. Al ser de esta manera, si el procedimiento
concursal al que estaba sometido el deudor termina o se alza, los
actos o contratos quedan afirme, porque ya no hay sujeto a quien
proteger ni peijuicio que pueda ocasionarse. Por el contrario, al
hacer revivir la Ley № 20.720 la sanción de nulidad, aunque sea
sólo para los actos o contratos ejecutados o celebrados después
del pronunciamiento de la resolución de liquidación, sin precisar
siquiera de qué clase de nulidad se trata, aunque creemos que será
la nulidad absoluta, porque sanciona contratos prohibidos por la
ley. Al ser de esta manera, mientras no se extinga por prescripción
la acción de nulidad, los actos y contratos ejecutados o celebra­
dos con posterioridad a la resolución de liquidación pueden ser
declarados nulos, no obstante que el procedimiento concursal
haya terminado, porque no existe un interés que proteger a quien
resulte peijudicado con esta sanción.
La protección que brinda el desasimiento a los acreedores
resulta insuficiente y es necesario dar la posibilidad de revocar
ciertos actos o contratos ejecutados o celebrados con anterioridad
al pronunciamiento de la resolución de liquidación. En efecto,
puede ocurrir que el deudor se encuentre en estado de cesación
de pagos de sus obligaciones, pero los acreedores no hayan aún
decidido pedir su liquidación forzosa, en la errónea creencia de
que se trata de un mal estado transitorio de sus negocios. Durante
este tiempo el deudor puede recurrir a toda suerte de artificios
con el objeto de mantenerse en actividad, como por ejemplo,
vender mercaderías bajo el costo, malvender sus bienes, contratar
préstamos con intereses usurarios, hacer pagos anticipados, otor­
gar garantías reales, etc., todo lo cual, a la larga, va a redundar
en peijuicio de los acreedores.
La aplicación de los procedimientos concúrsales es, en conse­
cuencia, el resultado de una situación preexistente, producida en
l l f l Ì Я Г>ÇП ГПЯЧ O T T tP n O S n r o ì ^ n ГГЯ H О ПИР Г О П 1*3

de pagos. Por esta razón, la ley se preocupa de dar ciertas acciones


CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCUKMÀL bk LIUUIPACIOM

que permiten revocar o dejar sin efectos ante la comunidad de


acreedores los actos celebrados con anterioridad a la resolución
de liquidación. Estas acciones constituyen los llamados efectos re­
troactivos de los procedimientos concúrsales, en este caso del de
liquidación, que reemplaza a la antigua quiebra.
En el derecho objetivo nacional en actual vigencia, los efectos
retroactivos de la resolución de liquidación son ciertas acciones
de nulidad o revocatorias concúrsales, que pueden ejercitar los
acreedores para dejar sin efecto los actos o contratos ejecutados o
celebrados p orla empresa deudora o el deudor, en el espacio de
tiempo anterior al pronunciamiento de la indicada resolución.

Párrafo I
LA LEGISLACIÓN CONCURSAL Y LAS ACCIONES REVOCATORIAS

161. Cuestión previa. Al tratar de las acciones revocatorias como


efectos retroactivos del procedimiento concursal de liquidación,
vale la pena recordar qué se entiende por cesación de pagos.
En el derecho comparado existen varias doctrinas que explican
la idea de cesación de pagos como causa genérica de quiebra,
interpretando al Código de Comercio francés.
Para el criterio materialista o restringido, la cesación de pa­
gos es sinónimo de incumplimiento, sin atender para nada a la
situación patrimonial del deudor. Cualquier incumplimiento,
no interesa su monto, permite pedir la liquidación forzosa. Este
criterio lo acoge nuestra legislación en el artículo 117 1 ) de la
Ley № 20.720, de igual manera como estaba establecido en la
normativa anterior.
Por otra parte, de acuerdo con la teoría intermedia, los proce­
dimientos colectivos pueden solicitarse cuando existe un estado
patrimonial crítico que se manifiesta precisamente a través de
incumplimientos efectivos.
Por último, la cesación de pagos se concibe como un estado
patrimonial de imposibilidad de pagar que se manifiesta por me­
dio de hechos que lo revelan. Estos hechos reveladores del estado
patrimonial de imposibilidad de pagar, como ya lo vimos, son de
manifestación directa, y están representados por la petición de

255
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

solicitud de liquidación del propio deudor, por las proposiciones


de convenios, cartas circulares a los acreedores, publicación de í
balances, fuga u ocultación del deudor, etc.
No podemos afirmar, con absoluta propiedad, que nuestra
legislación concursal acoja la noción arqplia de cesación de pagos
para la apertura del procedimiento concursal de liquidación,
como lo hiciéramos también anteriormente respecto del juicio
de quiebra.64Sin embargo, ha aceptado la teoría amplia para fijar
o determinar la época anterior al inicio de los procedimientos
concúrsales, en la cual pueden hacerse efectivas las acciones
revocatorias, lo que se conoce dentro del derecho de procedi­
mientos colectivos con el nombre de “período de cesación de pagos
o período sospechoso ”.

162. El plazo de retroacción para el ejercicio de las acciones. Los


artículos 61 al 63 de la Ley de Quiebras, hoy derogada, señalaban
el procedimiento para determinar en cada juicio la fecha de la
cesación de pagos, estableciéndose así el período sospechoso en
el cual debían ejecutarse o celebrarse los actos o contratos que
eran objeto de las acciones revocatorias concúrsales, lapso que se
contaba hacia atrás desde la fecha de la declaratoria de quiebra
hasta la que fuera asignada a la cesación de pagos del fallido y
que podía tener una retroacción máxima de dos años.
Estas disposiciones ahora no tienen recepción en la Ley
№ 20.720, en la que sólo se alude a términos diferentes en los
cuales deben haberse celebrado los actos o contratos que son
materia de las acciones revocatorias concúrsales. En efecto, el
artículo 287 de la ley concursal vigente establece que los actos
o contratos ejecutados o celebrados por la empresa deudora,
dentro del año inmediatamente anterior al inicio de los procedimientos
concúrsales de reorganización o de liquidación, son objeto de la lla­
mada revocabilidad objetiva, cumplidos además los otros requisitos
que esa disposición establece. Más adelante, el mismo precepto

64 La Corte Suprema ha expresado que “la cesación de pagos es un hecho


complejo de carácter jurídico, resultante de la apreciación de diversos hechos
particulares que tienden a demostrar que el deudor, por circunstancias fortuitas
o no. se halla en la imposibilidad de solucionar sus obligaciones, aun cuando esta
imposibilidad no sea general” (Gaceta, 1914, 2~ sem., № 306, p. 855; R., t. XXVIII,
secc. P , p. 199).

256
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

legal establece que tratándose de cualquier acto a título gratuito


y los señalados en sus números 1), 2) y 3) que se hayan cele­
brado con personas relacionadas con la empresa deudora, el
plazo se amplía a 2 años, aunque se proceda por interposición
de un tercero.
Por su parte, el artículo 288 de la ley de la materia, en el caso
de la llamada revocabilidad subjetiva, establece que son también
revocables los actos o contratos ejecutados o celebrados por la
empresa deudora con cualquier persona dentro de los 2 años
inmediatamente anteriores al inicio del procedimiento concursal
de reorganización o de liquidación.
En el caso de las reformas de los pactos o estatutos sociales, el
artículo 289 dispone que ellas son revocables si se realizan dentro
de los 6 meses inmediatamente anteriores al inicio del procedi­
miento concursal respectivo, cuando importan disminución del
patrimonio del deudor.
Tratándose de la revocación de los actos o contratos ejecutados
o celebrados por una persona deudora, concepto definido en el
artículo 2S 25) de la ley concursal, el artículo 290 establece que
afecta a los actos que ese precepto señala, ejecutados o celebrados
dentro del año inmediatamente anterior al inicio de los proce­
dimientos que se siguen contra ella. Este término se amplía a 2
años en el caso de cualquier acto celebrado a título gratuito y de
los que el mismo precepto legal indica en sus números preceden­
tes, que se hayan celebrado con personas relacionadas, concepto
definido en el artículo 22 26) a la persona deudora, aunque se
haya procedido por interposición de un tercero.
Con respecto a la determinación de este plazo, surge el pro­
blema de dilucidar cuándo está iniciado un procedimiento de
reorganización o de liquidación, sea este último de liquidación
voluntaria o de liquidación forzosa. En el caso de procedimiento
concursal de reorganización judicial, el problema está resuelto
porque el artículo 54 inciso 22 de la ley de la materia dispone
que este procedimiento comienza: “mediante la presentación de
una solicitud por la empresa deudora ante el tribunal correspondiente a
su domicilio ”.
Ahora bien, tratándose del acuerdo de reorganización extraju­
dicial o simplificado, el problema no está resuelto expresamente
en la ley concursal. Tampoco podríamos estimarlo resuelto en
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN Ш EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

razón de lo previsto por su artículo 106, que le hace aplicable:


“cuando corresponda y siempre que no contravengan lo dispuesto en el
presente Párrafo, los Títulos 1 y 2 del Capítulo III, en lo relativo a los
acuerdos por clases o categorías de acreedores, determinación del pasivo,
propuestas alternativas, diferencias entre acreedores de igual clase o ca­
tegoría, condonación o remisión de créditos, constitución de garantías,
cláusulas de arbitraje, nombramiento del interventor, y designación de
la Comisión de Acreedores”. Recordemos que este acuerdo extra-
judicial no se inicia con la presentación de una solicitud ante
el tribunal del domicilio de la empresa deudora, sino que debe
ser otorgado ante un ministro de fe o ante un ministro de fe
de la Superintendencia y para su aprobación debe presentarse
ante el tribunal competente con los antecedentes respectivos,
de m anera que habría que imaginar que el inicio del procedi­
miento en este caso sería el día de la presentación del acuerdo
“extrajudicial”a la aprobación judicial, según el artículo 107, de
la ley del ramo.
En el caso del procedimiento concursal de liquidación, si
se trata de la liquidación voluntaria, su inicio sería el día que la
empresa deudora presente al tribunal competente la solicitud
de liquidación voluntaria, de conformidad con lo previsto en el
artículo 115 de la ley concursal, aunque también podría creerse
que el inicio se produce cuando el tribunal competente revisa la
presentación de esta solicitud de la empresa deudora y si cum­
ple con los requisitos del artículo indicado, procede dentro de
tercero día a la nominación del liquidador, según lo dispuesto
en el artículo 116, del mismo texto legal.
Por último, tratándose del procedimiento concursal de liquida­
ción forzosa, se debería considerar que su inicio tiene lugar el día
en que se notifica a la empresa deudora o al deudor la demanda
presentada por cualquier acreedor, mediante su publicación en el
Boletín Concursal. Como el aludido procedimiento concursal es
un juicio, estimamos que para que se entienda iniciado es preciso
que esté trabada la litis.

163. La acción pauliana civil Antes de analizar las acciones


revocatorias concúrsales conviene recordar los aspectos genera­
les de la acción pauliana civil, que se aplica según el artículo 290
inciso final de la ley del ramo, respecto de la revocación de los
otros actos o contratos a título oneroso, ejecutados o celebrados
por una persona deudora, con anterioridad al inicio del proce­
dimiento concursal respecüvo.
La acción pauliana es aquella que tiene por objeto hacer
volver al patrimonio del deudor bienes que no se encuentran
en su poder y de los cuales se ha desprendido mediante actos
ejecutados en fraude de sus acreedores. Constituye una de las
tutelas individuales que se pueden hacer valer contra el deudor,
junto con el beneficio de separación de patrimonio, la acción
oblicua o subrogatoria, etc.
Requisitos: Los requisitos de la acción pauliana civil son de
dos clases:
• Objetivos y
• Subjetivos.
Dentro de los presupuestos objetivos de la acción revocatoria
civil podemos enumerar los siguientes:
1. Existencia de un crédito anterior al acto o contrato que se
trata de revocar;65
2. Existencia de un acto jurídico del deudor, válido y ruinoso
para sus intereses. Para que este requisito concurra se debe
tratar de:
a) Un acto o contrato celebrado por el deudor;
b) Que este acto sea válido, aun cuando nada impide que se
trate de un acto anulable, cuya nulidad no haya sido aún
declarada;
c) Que este acto o contrato sea ruinoso para el deudor, en
el sentido de que produzca empobrecimiento;
3. Existencia de daño, consistente en la creación o agravamiento
de la insolvencia del deudor. Dentro de este presupuesto se
exige:
a) Relación de causa a efecto entre el acto y el daño;
b) El acreedor debe probar la creación o agravamiento de
la insolvencia del deudor.
El requisito subjetivo es el denominado fraude pauliano,
que puede analizarse respecto del deudor, concilium fraudis,

65 Corte Suprema, 17 de mayo de 1963, R., t. LX, secc. I a, p. 87.

259
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

como en relación con el tercero que contrata con él, partici- '
patio fraudis. El fraude pauliano no es sino el conocimiento '
del mal estado de los negocios del deudor. Lo que debe
acreditarse para el éxito de la acción revocatoria civil es,
en cuanto al requisito subjetivo, que el deudor y el tercero
contratante, en su caso, sabían, al tiempo de ejecutar o
celebrar el acto o contrato que se trata de revocar, del mal
estado de los negocios del deudor. No se exige acreditar la '
mala fe o el dolo, en tanto la intención positiva de peijudi-
car, como se entiende en el derecho común. Resulta, con
todo, difícil acreditar este elemento subjetivo y en especial
de parte del tercero, participatio fraudis; de ahí que se estime
que basta probar que el conocimiento del mal estado de
los negocios del deudor era previsible cuando se celebró el
acto o contrato.
Tratándose de la acción destinada a revocar contratos
onerosos, hipotecas, prendas y anticresis, según lo previsto
en el artículo 2468 del Código Civil, el fraude pauliano debe
existir tanto en el deudor como en el tercero que contrata
con él, concilium fraudis y participatio fraudis.
En cambio, cuando la acción se intenta para revocar ac­
tos unilaterales y contratos gratuitos, se requiere solamente
que exista mala fe de parte del deudor, concilium fraudis,
no interesando que el tercer adquirente esté de buena o
mala fe.
La diferencia de exigencias para el ejercicio de la acción
se justifica por la razón siguiente: en los contratos onerosos
los derechos del tercero contratante, que se encuentra de
ïii>

buena fe, son tan legítimos como el interés de los acreedo­


Г/

res en reintegrar el patrimonio del deudor; por tanto, la ley


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prefiere los primeros frente al conflicto con los segundos; en



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los actos unilaterales y en los contratos gratuitos, la revoca­


ción del acto no origina peijuicio al tercero, que sólo se ve


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privado del beneficio que le reportaba. La revocación de los


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ï'O'Tv ï'-.'Xïi*I Д Di U:U\OS

actos onerosos exige la mala fe del tercero adquirente junto


a la del deudor. La impugnación de los actos unilaterales y
gratuitos sólo exige la mala fe del deudor para lograrla. El
tercero nada ha dado o pagado en razón del acto, cumplién­
dose el af orismo jurídi co f ácil llega, fácil se va.
í -4
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

P á r r a f o II
A spectos generales de las acciones revocatorias
CONCURSALES

164. Naturaleza jurídica y clasificación. Los procedimientos


concúrsales producen efectos retroactivos que perm iten restar
eficacia a ciertos actos o contratos, ejecutados o celebrados por la
empresa deudora o por la persona deudora, durante una época
anterior al inicio del respectivo procedimiento. Los mecanismos
jurídicos que el legislador establece para dejar sin efecto esos actos
o contratos son la acción pauliana del artículo 2468 del Código
Civil y las acciones revocatorias concúrsales.
La Ley № 18.175, de 1982, que más tarde pasó a ser Libro IV
De las quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio, en sus
artículos 74 y siguientes contemplaba estas acciones y calificaba
de inoponibles a la masa los actos o contratos ejecutados o ce­
lebrados en periodo sospechoso. La antigua Ley № 4.548, de
1929, declaraba que estos actos eran “nulos relativamente a la
masa”. La Ley № 18.175 reconoció expresamente que la verda­
dera naturaleza jurídica de las acciones revocatorias concúrsales
es la de ser acciones de inoponibilidad. Bajo la vigencia de la Ley
№ 4.558, la doctrina se había inclinado mayoritariamente por
sostener que la sanción que com portaban las acciones revo­
catorias era la inoponibilidad, porque estaba implícitamente
reconocida al disponer la ley que la nulidad operaba sólo en
relación con la masa.
La circunstancia de que desde la época de la Ley № 18.175
se califique expresam ente de inoponibilidad estos efectos y
no de nulidad, tiene im portancia no sólo en cuanto implica
un progreso que recoge las enseñanzas de la doctrina, sino
fundam entalm ente en cuanto a que las consecuencias de esta
sanción son doblem ente relativas: prim ero, respecto de las
personas que pueden pedir su declaración, y segundo, porque
la ineficacia opera frente a la persona en cuyo favor está esta­
blecida y en la medida necesaria para evitar que dicha persona
sufra perjuicio.
La inoponibilidad, en consecuencia, sólo puede ser solicitada
por el colectivo de acreedores o la masa, representada por el vee-

2 6 1
REORGANIZACIÓN Y I.TQffîDACrON DF. EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CQNCI.IRSAL

dor o liquidador, en su caso, o por cualquiera de los acreedores


actuando en beneficio de todos. Una acción de inoponibilidad
no puede ser ejercida por cualquiera persona que tenga interés
en ello, como sucede con la nulidad absoluta. Por otra parte, si
el estado jurídico que genera el procedimiento concursal apli­
cado concluye por algún medio legal, los actos que el deudor
haya podido ejecutar durante el periodo sospechoso respectivo
mantendrán su valor pleno y no estarán expuestos al ataque de
terceros invocando su nulidad por este motivo.
La Ley № 20.720, de 2014, no se pronuncia expresamente
por la naturaleza de las acciones revocatorias, pero del contexto
de sus disposiciones se colige que la sanción que ellas originan
es la inoponibilidad de los actos y contratos ante los acreedores,
como se advierte por la legitimidad activa que se les reconoce
para ejercitarlas, como así también al veedor o liquidador, en
su caso.
En cuanto a la clasificación de las revocatorias, la normativa
concursal vigente establece dos grandes grupos de acciones. En
el primer grupo encontramos las acciones que se pueden intentar
respecto de los actos ejecutados o contratos celebrados por empre­
sas deudoras, de los cuales se ocupa el Título 1 del Capítulo VI,
De las acciones revocatorias concúrsales. En este primer grupo se
distingue entre revocabilidad objetiva, relativa a los actos señalados
en el artículo 287, y revocabilidad subjetiva, aplicable a los actos
señalados en el artículo 288 del texto legal citado. Dentro de este
mismo grupo se encuentran las acciones revocatorias de pactos
o estatutos sociales, en el artículo 289.
El segundo grupo de acciones son las que se refieren a los
actos o contratos ejecutados o celebrados por una persona deu­
dora, de los cuales se ocupa el Título 2 del Capítulo VI de la ley
concursal. El Título 3 del mismo capítulo se destina a establecer
las reglas comunes a los dos títulos anteriores.
Trataremos de ellas en forma separada de las acciones re­
vocatorias, siguiendo el criterio de distinción que hace el texto
legal vigente.
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL РЕ И Ц и ш д ь .и п

PárrafoIII
I
A nálisis de acciones revocatorias de los actos j
o contratos de la empresa deudora ¡

165. Revocación de los actos de la empresa deudora. Revocabilidad


objetiva. Atendido el tenor del artículo 287 de la ley de la materia,
una vez iniciados los procedimientos concúrsales de reorganiza­
ción y de liquidación, pueden ejercer la acción revocatoria con­
cursal los acreedores, y el veedor o el liquidador, en su caso, debe
ejercerla respecto de los siguientes actos o contratos ejecutados j
o celebrados por la empresa deudora, dentro del año inmedia- ¡
tamente anterior al inicio de estos procedimientos:
• Los pagos anticipados;
• Dación en pago, y
• Constitución de ciertas garantías reales de obligaciones
contraídas anteriormente.
Para que esta acción pueda ejercitarse es necesario que con-
curran dos presupuestos: la naturaleza del acto, que debe ser í
uno de los taxativamente indicados en el artículo 287, y la época
de celebración, dentro del año inmediatamente anterior al de j
inicio de los procedimientos concúrsales de reorganización o de ]
liquidación. No exige el requisito de mala fe de los contratantes, j
ya que éstos por su propia naturaleza envuelven una presunción j
de mala fe. Veremos separadamente los actos a que se refiere el
artículo 287 de la ley aplicable a la materia.
a) Pagos anticipados. No hay duda de que el deudor con el s
solo hecho de efectuar pagos anticipados ha querido romper la У
igualdad que debe existir entre los acreedores, favoreciendo a í
algunos de ellos en desmedro de los demás. Esto significa que en ¿
el periodo sospechoso el deudor ha renunciado a un plazo para §
cumplir anticipadamente una obligación, y esta situación, que es
objetiva, porque no se atiende a la época de constitución de la v
obligación ni a la forma de pago, le merece dudas al legislador |
Es por eso que la ley concursal declara que significa renuncia o g
pago anticipado el descuento que hace el deudor de sus propios g
documentos. T,iiept> del enunciado, el artículo 287 describe de ;
la siguiente forma los actos que son revocables: %

263
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

“1. Todo pago anticipado, cualquiera fuere la forma en que haya


tenido lugar. Se entiende que la empresa deudora anticipa el pago también
cuando descuenta efectos de comercio ofacturas a su cargo, y cuando lo
realiza renunciando al plazo estipulado en su favor”.
La razón de ser de esta acción revocatoria concursal es
preservar el principio de par condictio creditorum, que informa
nuestro derecho positivo en la materia, toda vez que el deudor
al renunciar al plazo en su favor solucionando la acreencia antes
de su normal vencimiento, está quebrantando la igualdad de los
acreedores en favor de aquel que se beneficia con este pago.
Incluso bajo la vigencia de la legislación de quiebras hoy dero­
gada, el artículo 220 № 6 establecía una presunción de quiebra
fraudulenta cuando el deudor paga anticipadamente una deuda
después de la cesación de pagos y con peijuicio de los acreedores.
En los términos del artículo 221 № 6 del mismo texto legal, se
presumía que son cómplices de quiebra fraudulenta “los que,
con conocimiento de la cesación de pagos, obtuvieren el pago
anticipado del todo o parte de su crédito”. Estas normas penales
no fueron recogidas en la Ley № 20.720, que rige actualmente
la materia concursal.
2) Todo pago de deudas vencidas que no sea ejecutado en la forma
estipulada en la convención. La dación en pago de efectos de comercio
equivale al pago en dinero. La dación en pago es un modo de ex­
tinguir las obligaciones, que consiste en solucionar una deuda
vencida en una forma diversa a la contemplada en la convención. La
ley concursal estima que en las circunstancias en que se emplea,
este modo de extinguir obligaciones es sospechoso y rompe el
principio de la igualdad. En este caso se presume una actuación
de mala fe del deudor, porque mediante él podrían sustraerse
al activo del concurso bienes de mayor valor y, además, implica
preferencia de un acreedor respecto de otro.66
No obstante, existe una dación en pago que se acepta por ser
de uso frecuente en la práctica mercantil. Se trata de aquella que se

66 “Es nulo el acto celebrado el mismo día fijado como fecha de cesación de
pagos y por el cual el fallido reconoce adeudar a uno ele sus acreedores cierta can­
tidad de dinero, y le vende en pago su negocio y demás especies que se enumeran.
Tales bienes corresponden a la masa de la quiebra” (Corte Suprema, 26 de julio de
1916, Gaceta, 1916, 2S sem., № 7, p. 18; R., t. XIV, secc. P, p. 93).
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

hace mediante la entrega de títulos-valores dinerarios a los cuales


nuestro legislador les denomina efectos de comercio, dación en pago
que se equipara al pago en dinero, según el artículo 287 № 2 de la
ley concursal. En efecto, según el artículo 12 de la Ley № 18.092,
el giro, aceptación o transferencia de una letra no extinguen, salvo
pacto expreso, las relaciones jurídicas que les dieron origen ni
producen novación. Esta misma regla se aplica, en lo pertinente,
al pagaré. Debe recordarse, asimismo, que el artículo 37, de la
Ley de Cuentas Comentes Bancarias y Cheques dispone, en una
redacción poco afortunada, que “el cheque girado en pago de obliga­
ciones no produce la novación de éstas cuando no es pagado”.
En consecuencia, debemos tener presente que según el ar­
tículo 287 № 2 de la ley aplicable a la materia, la dación en pago,
mediante endoso u otra forma de circulación según la literalidad
del título, de letras de cambio, pagarés, cheques y otros instrumen­
tos representativos de dinero, constituye una excepción respecto
de la acción revocatoria que estamos analizando.
3) Toda hipoteca, prenda o anticresis constituida sobre bienes del
deudor para asegurar obligaciones anteriormente contraídas. Mediante
el ejercicio de la acción revocatoria contenida en el artículo 287
№ 3 de la ley concursal chilena, puede obtenerse asimismo la
invalidación de estas cauciones. El fundam ento de acción radica
en que la constitución de tales garantías implica un atentado
contra el principio de la igualdad de los acreedores que informa
los procedimientos concúrsales. Aceptarlas equivale en el fondo
a dar preferencia para el pago a ciertos acreedores cuyos créditos
quedarían de esta suerte garantidos.
La ley supone en este caso que el deudor había contraído una
obligación principal sin garantía, y que durante el periodo de re­
troacción concede o constituye una hipoteca, prenda o anticresis,
sobre sus propios bienes para caucionarla. La diferencia de fecha
entre la obligación principal y la constitución de la garantía hace
presumir el ánimo de favorecer a un acreedor en peijuicio de los
derechos iguales de los demás.
Es necesario insistir en el hecho de que se trata de garantías
reales determinadas: prendas, hipotecas y anticresis. No queda
comprendida entre ellas la fianza, por ser una caución personal
que afecta bienes del tercero garante, que está en su sano crédito
REORGANIZACIÓN Y LIQU IDACIÓN DE EMPRESAS Y PER30NAS. DERECHO CONCURSAL

y no al patrimonio del deudor baj o procedimiento concursal de


reorganización o de liquidación.
En el evento de que la constitución de las aludidas cauciones
sobre bienes del deudor se realice en favor de personas relacio­
nadas a la empresa deudora, como así también tratándose de
cualquier acto a título gratuito, aunque se ejecuten por interpo­
sición de un tercero, el plazo se extiende a dos años, contados
hacia atrás desde el inicio de los procedimientos concúrsales de
reorganización y de liquidación.

166. Constatación de los presupuestos de la acción y actitud de


la empresa deudora. Ejercitada la acción correspondiente a esta
revocatoria concursal, de conformidad con lo previsto en el ar­
tículo 287 de la ley de la materia, el juez debe constatar si el acto
ejecutado o el contrato celebrado han tenido lugar dentro de los
plazos señalados y si corresponde a alguna de las descripciones
previstas en el mismo precepto legal. En caso afirmativo, dicta la
sentencia que acoge esta acción revocatoria concursal, a menos
que la empresa deudora o el tercero contratante acrediten que el
acto ejecutado o el contrato celebrado no han producido peijuicio
al conjunto de acreedores o la masa. Hay que entender que si la
empresa deudora o el tercero que contrató con ella acreditan que
el acto no produjo perjuicios para el colectivo de acreedores, el
tribunal en tal caso desecha la acción revocatoria. La circunstancia
de probar que el acto o contrato no origina peijuicios a la masa,
para enervar esta acción revocatoria, viene a confirmar que su
naturaleza es la de una acción de inoponibilidad y no una acción
de nulidad, como lo son también las otras acciones revocatorias
reguladas en la Ley № 20.720.
Ya sea que la sentencia acoja o deseche la revocatoria que nos
ocupa, lo anterior es sin peijuicio de los recursos que procedan
en su contra.
Vale la pena consignar que los actos o contratos señalados
en la disposición del artículo 287 de la ley concursal no tienen
jurídicamente considerados la naturaleza de gratuitos, sino que
constituyen meras liberalidades o bien actos obsequiosos que el deudor
no estaba obligado a realizar. Por tal razón, bajo el imperio de
ilación de quiebras
la legislación qui* hoy derogada, estaban asimilados a los
actos a título gratuito, criterio que mantiene la normativa en actual

266
CAP, IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

vigencia. Confirma este aserto el hecho de que antes ni ahora se


exija acreditar el requisito de la mala fe de los contratantes, de
ahí que se le haya bautizado como revocabilidad objetiva.
Asimismo, hay que insistir en el hecho de que los actos o con­
tratos previstos en el artículo 287 de la ley del ramo deben haberse
ejecutado o celebrado por la empresa deudora dentro del año o
de los 2 años, en caso de que el plazo se extienda, inmediatamente
anteriores al inicio de los procedimientos de reorganización o
de liquidación entablados contra ella. Si estos mismos actos tu­
vieran lugar fuera del plazo de retroacción indicado, podrían ser
revocados en virtud de la acción pauliana del Código Civil, que
procede aun sin los procedimientos concúrsales indicados.

167. Revocabilidad subjetiva. Esta acción aparece contenida en


el artículo 288 de la Ley № 20.720, sobre procedimientos concúr­
sales, de cuyo texto se desprende que requiere la concurrencia
copulativa de los siguientes requisitos:
1) Que se trate de actos ejecutados o celebrados por la empresa
deudora con cualquier persona, dentro de los dos años inme­
diatamente anteriores al inicio del procedimiento concursal
de reorganización o de liquidación;
2) Conocimiento del contratante del mal estado de los negocios
de la empresa deudora, y
3) Que el acto o contrato cause un peijuicio a la masa o altere
la posición de igualdad que deben tener los acreedores en el
concurso.
En cuanto al primer requisito, la disposición legal alude en
general a los actos o contratos ejecutados o celebrados por la
empresa deudora con cualquier persona, sin describirlos específi­
camente ni calificarlos de onerosos ni de gratuitos. Creemos que,
fundamentalmente, se trata de actos o contratos a título oneroso
en general, porque el artículo anterior relativo a la revocabilidad
objetiva se refiere a ciertos y determinados actos o contratos, cuya
naturaleza es de actos obsequiosos o de mera liberalidad, a los
cuales el deudor no estaba obligado, por lo que se les asimila a
los actos o contratos gratuitos. Ahora bien, siendo más grave su
celebración de actos gratuitos por un sujeto en cesación de pagos,

267
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

respecto de ellos se exigen menos requisitos para revocarlos, como


por ejemplo, no se requiere probar la mala fe del que contrata
con el deudor; como ocurre precisamente con la acción del ar­
tículo 287 de la ley concursal. En cambio, la revocación de los
actos o contratos onerosos requiere la concurrencia del requisito
de conocimiento del mal estado de los negociosos del deudor, lo
que se exige en el artículo 288, para la revocabilidad subjetiva.
Por otra parte, esta revocabilidad subjetiva viene siendo la
equivalente a la acción prevista en el artículo 77 inciso I s de la
legislación de quiebras hoy derogada, es decir, la regla general
relativa a los pagos normales y contratos onerosos en general,
porque no se requiere un gran esfuerzo para advertir que la acción
del artículo 287 de la ley actual recoge las situaciones previstas
en el artículo 76 de la antigua ley de quiebras y su artículo 288
se enuncia diciendo: “Serán también revocables...”, lo que indica
que ahora se referirá a otros actos o contratos, vale decir, los
onerosos.
Postulamos asimismo que en virtud de esta acción de revoca­
bilidad subjetiva pueden revocarse también los actos o contratos
a título gratuito en general, que se ejecutaron o celebraron por
la empresa deudora fuera del plazo de retroacción de un año a
que alude el artículo 287 de la ley aplicable a la materia.
En lo relativo al plazo de retroacción en que deben haberse
ejecutado o celebrado los actos o contratos revocables por la
empresa deudora, es de 2 años, cualquiera sea la persona con la
que ella haya contratado.
El segundo requisito de la acción prevista en el artículo 288
de la ley concursal es el conocimiento del contratante del mal
estado de los negocios de la empresa deudora. Debiera tratarse
del conocimiento de la cesación de pagos de la empresa deudo­
ra, porque se trata de una acción revocatoria en el contexto de
ciertos procedimientos concúrsales, pero el legislador de la Ley
№ 20.720 elude referirse a este concepto. Con todo, dado que a
esta acción se la ha denominado por la citada ley de revocabilidad
subjetiva, es evidente que este conocimiento del mal estado de
los negocios de la empresa deudora debe exigirse para dar lugar
a la revocación porque refleja la idea de que el que contrata
con ella está de mala fe. Como la buena fe se presume, será ne­
cesario acreditar la mala fe del tercero, prueba bastante difícil
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

de producir, pero que puede rendirse sin ninguna limitación.


El fraude que se exige en el artículo 288 de la ley de la m ateria
es el mismo de la acción pauliana, es decir, que el tercero esté
en conocimiento del mal estado de los negocios de la em presa
deudora.
Recordemos que los efectos retroactivos de los procedimien­
tos concúrsales im portan u n conflicto de intereses entre los que
contratan con la empresa deudora antes que ésta sea sometida
a ellos y quienes pretenden la validez de los contratos, porque
cuando se celebraron ella no estaba afecta a dichas tutelas colec­
tivas y el conjunto de acreedores o masa, que aspira a reintegrar
el patrimonio del sujeto pasivo mediante el ejercicio de las revo­
catorias. Para dar preferencia a uno u otro de estos intereses, el
legislador atiende, entre otros requisitos, además de la época en
que se celebran los contratos, al conocimiento que pueda tener
el contratante del mal estado de los negocios del deudor o de
su cesación de pagos. Existiendo este conocimiento de parte del
contratante y acreditado en los autos, la balanza se inclina a favor
del colectivo de acreedores.
Por último, se exige, en tercer lugar, que el acto o contrato
cause peijuicio a la masa de acreedores o altere la posición de
igualdad que deben tener los acreedores en el concurso. Hay
aquí una referencia expresa que la ley concursal vigente hace del
principio de par condictio creditorum que, como hemos señalado,
informa los procedimientos colectivos de insolvencia.67
Con el objetivo de facilitar la labor del intérprete o del juez,
el legislador ha precisado en qué casos se entiende que el acto o
contrato causa peijuicio al colectivo de acreedores del concurso.
En efecto, se entiende que el peijuicio existe cuando las estipu­
laciones contenidas en el acto o contrato se alejan de las condi­
ciones y precios que normalmente prevalezcan en el mercado
para operaciones similares a la época del acto o contrato. En el
caso de la venta o permuta de activos, sólo se consideran como
ingresos los montos efectivamente percibidos por la empresa
deudora, producto del negocio a la fecha de la interposición de
la acción revocatoria o el valor que el tribunal asigne respecto de
los bienes dados en permuta.

67 Véase el núm ero 24 de esta obra a propósito de este principio.

269
H>E EMPRESAS Y PERSONA S, DERECHO ГПМГТГК^АТ

Corresponderá al tribunal determinar la concurrencia del


requisito alternativo a los peguicios de la masa, es decir, el caso
en que el acto o contrato ejecutado o celebrado por la empresa
deudora con cualquier persona, en el tiempo y con las otras exi­
gencias ya estudiadas, “altere la posición de igualdad que deben tener
los acreedores en el concurso”. Estimamos que ello ocurrirá en el
evento de que el contratante obtenga con dicho acto o contrato
una ventaja apreciable frente a los acreedores.
Señalamos finalmente a propósito de la revocabilidad sub­
jetiva, que el requisito de peijuicio a la masa o la alteración de
la par condictio creditorum, confirma nuestra afirmación en orden
a que esta acción se refiere básicamente a los actos o contratos
onerosos y vendría siendo la regla general de las revocatorias,
tratándose de la empresa deudora sometida a los procedimientos
concúrsales de reorganización o de liquidación.

168. Acción revocatoria de reformas de pactos o estatutos sociales. Es


una novedad introducida por el artículo 289, de la Ley № 20.720,
de procedimientos concúrsales, porque esta situación no estaba
prevista en la legislación anterior sobre la materia. Se justifica su
incorporación en el derecho positivo si se tiene en cuenta que
esta acción revocatoria está ubicada en el Título 1, que trata De
los actos ejecutados o contratos suscritos por la empresa deudora, que
pudiendo ser una persona jurídica privada, con o sin fines de
lucro, en la práctica asumirá una forma jurídica societaria o de
empresa individual de responsabilidad limitada o de corporación,
regida por un determinado pacto social o estatuto.
La acción revocatoria que nos ocupa, se refiere a las reformas de
los pactos o estatutos sociales que se realicen dentro de los 6 meses
inmediatamente anteriores al inicio del procedimiento concursal
de reorganización o de liquidación, que importen una disminución
del patrimonio de la empresa deudora o del deudor.
En consecuencia, los requisitos que deben reunirse para la
procedencia de esta acción revocatoria aluden a la estructura
jurídica de la empresa deudora, al tiempo en que tuvo lugar
la reforma del pacto social o del estatuto y, por último, a la cir­
cunstancia de que la modificación importe una disminución de
su patrimonio. Es evidente que ios conceptos de capital social y
de patrimonio social son diversos, toda vez que el primero es de
at ;
270
-C A P . IV. PRQCFDTMTFMTO rO M rH R S A L DE L IQ U ID A C IO N

' naturaleza contable y se mantiene fijo, en cuanto no se reformen


Ir- l°s estatutos para aumentarlo o disminuirlo. Por el contrario, el
Щ"' concepto de patrimonio social comprende tanto los bienes que
•: ' la entidad adquiere con el capital social, formando los diferentes
- 1. activos, como así también los diversos pasivos que se generan y es
■ esencialmente evolutivo, porque su incremento o disminución
I depende de las vicisitudes de los negocios sociales.
!, - El legislador al crear esta acción revocatoria exige que ella
i importe específicamente: “disminución del patrimonio del deudor”,
: de manera que lo que deberá acreditarse es efectivamente una
¡r: disminución del patrimonio como consecuencia de la reforma
;, estatutaria y no bastaría con probar la adopción de una reforma
í destinada a disminuir el capital social, que podría no importar
una disminución del patrimonio social. Planteamos este pro-
n' blema porque el lenguaje empleado por el legislador induce
lamentablemente a dificultades de interpretación, que más tarde
; tendrán que ser disipadas por la doctrina y por jurisprudencia
de los tribunales.
Finalmente, el artículo 289 de la ley vigente, relativo a esta
acción, dispone que las reformas a los pactos o estatutos sociales
que tengan lugar dentro del plazo establecido en él, que impor-
Ì ten la disminución del patrimonio de las filiales o coligadas de
í la empresa deudora, cuando estas últimas actúan como fiadoras
! o codeudoras solidarias del deudor, son oponibles a quienes
? hubieren contratado con la empresa deudora con anterioridad
! a dicha reforma.

Párrafo IV
L a s a c c io n e s r e v o c a t o r ia s d e l o s a c t o s o c o n t r a t o s
DE UNA PERSONA DEUDORA

169. Ideas previas. La noción de persona deudora está definida


en el artículo 22№ 25 de la ley concursal como: Toda persona natural
no comprendida en la definición de empresa deudora. Así definida la idea,
se trata de una persona física que no es contribuyente de primera
categoría o del número 2s del artículo 42 de la Ley de Impuesto
a la Renta. Dicho en otros términos, esta persona natural es de

271
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

aquellas que no ejercen actividades empresariales ni profesionales


indicadas en el citado precepto de la normativa fiscal.
Respecto de la persona deudora la ley de la materia ha esta­
blecido procedimientos concúrsales que le son exclusivamente
aplicables, en su Capítulo V, distinguiendo entre procedimientos
de renegociación y procedimiento de liquidación, estos últimos
pueden ser de liquidación voluntaria de bienes o de liquidación
forzosa de bienes. No es de extrañar entonces que haya también
regulado acciones revocatorias aplicables a los actos y contratos
que ellas ejecutan o celebran con anterioridad al inicio de esos
procedimientos.
En el hecho, la ley concursal ahora vigente mantiene el doble
tratamiento de deudores como venía ocurriendo en la legislación
de quiebras, hoy derogada, sólo que ahora la distinción concierne
básicamente entre los procedimientos concúrsales aplicables a la
empresa deudora y los procedimientos de concurso propios de
la persona deudora.

170. Acción destinada a revocar actos o contratos de una perso


deudora. De conformidad con el texto del artículo 290 de la ley de
la materia, iniciados los procedimientos concúrsales de renego­
ciación o de liquidación de los bienes de una persona deudora,
los acreedores están facultados para ejercer acción revocatoria
respecto de los actos o contratos celebrados por ella, dentro del
año inmediatamente anterior al inicio de dichos procedimientos.
Al igual que en el caso de las revocatorias de los actos o contratos
de la empresa deudora, los acreedores están igualmente facul­
tados para ejercerlas tratándose de los actos o contratos de ima
persona deudora. La diferencia está en cuanto a que tratándose
de las revocatorias de los actos de la empresa deudora, el veedor
0 el liquidador, en su caso, están obligados a intentarlas.
Los requisitos que deben concurrir para ejercitar esta acción
destinada a revocar actos o contratos de la persona deudora, que
se desprenden del tenor del artículo 290 de la ley de la materia
son los siguientes:
1) Que se trate de actos ejecutados o contratos celebrados por la
persona deudora dentro del año inmediatamente anterior al
inicio de los procedimientos concúrsales que se pueden incoar
CAP. IV. PROCEDIMIENTO; CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

en su contra. Cuando se trata de cualquier acto o contrato а


título gratuito o de alguno de los descritos expresamente en
el citado precepto legal, ejecutado o celebrado por la persona
deudora con personas relacionadas, situación en la cual el
plazo se amplía a 2 años;
2) Que se trate de algunos de los actos o contratos específica­
mente descritos y enumerados en el artículo 290 de la ley
concursal, y
3) No se exige la mala fe del que contrata con la persona deudora
y la ausencia de perjuicios a la masa acreditada en los autos es
fundamento para enervar la acción revocatoria y evitar que
el juez la acoja.
Respecto del prim er requisito nos remitimos a lo expresado
en relación con la denominada revocabilidad objetiva, en el caso
de la revocación de actos o contratos de la empresa deudora,
porque el artículo 290 repite lo expresado en este aspecto por
el artículo 287, ambos de la Ley № 20.720.
En lo relativo a los actos o contratos descritos y enumerados
en el artículo 290, se trata prácticamente de los mismos aludidos
en el artículo 287, con algunas morigeraciones. En efecto, se
indica en prim er lugar: “Todo pago anticipado, cualquiera fuere la
forma en que haya tenido lugar”, pero se elimina el descuento de
títulos-valores dinerarios o efectos de comercio y de facturas a su
cargo, como así también el pago de que se hace renunciando al
plazo establecido en favor del deudor, dado que se trata de una
persona deudora y no de una empresa deudora.
La razón de existencia de esta revocatoria, al igual que en el
caso de la revocabilidad objetiva, es el quebranto del principio de
par condictio creditorum por parte de la persona deudora.
Luego en el núm ero 2) el artículo 290 repite exactamente lo
establecido en el artículo 287, número 2), en lo que se refiere a
todo pago de deudas vencidas que no sea ejecutado en la forma
estipulada en la convención, es decir, la dación en pago, agregán­
dole también que la que se haga respecto de efectos de comercio
equivale a pago en dinero.
Asimismo, en cuanto a las demandas que se interpongan de
conformidad con el artículo 290, se repite exactamente lo previsto
en el artículo 287, en lo relativo a la constatación que el juez debe
hacer del tiempo de ejecución o celebración de los actos o contratos
y de la concurrencia de los requisitos de su descripción, para acoger
dichos libelos, como así también para desecharlos en el evento de
que la persona deudora o el tercero contratante acrediten que
el acto ejecutado en el contrato celebrado no produjo peijuicios
a la masa concursal. Por último, se repite también que tanto en el
caso en que la acoja la acción como en aquel en que se rechace,
el agraviado puede hacer uso de los recursos legales procedentes.
Al ser de esta materia huelgan otros comentarios y nos remitimos
a los que hicimos a propósito de la revocabilidad, objetiva.
En el inciso final del artículo 290 de la ley del ramo se dispo­
ne tratándose de otros actos o de contratos celebrados a título
oneroso, con anterioridad al inicio del procedimiento concursal
respectivo, se estará a lo previsto en el artículo 2468, del Código
Civil, presumiéndose que la persona deudora conocía el mal estado
de sus negocios antes del inicio del procedimiento concursal res­
pectivo. Se trata de la aplicación de la acción pauliana a la persona
deudora, por actos onerosos ejecutados en cualquier tiempo, con
anterioridad al procedimiento concursal correspondiente.
Creemos que la acción pauliana permite revocar actos obse­
quiosos como los indicados en el artículo 290 y a otros actos a
título gratuito ejecutados o celebrados fuera del plazo que señala
esta disposición legal, que sin duda recoge lo previsto en el ar­
tículo 75 de la legislación de quiebras hoy derogada, incluyendo
la presunción del conocimiento del mal estado de sus negocios
por parte de la persona deudora, como asimismo lo establecía
el precepto derogado.
'í ' o - U Y N - ’ г л л ; < >

Párrafo V
o i u

E l EJERCICIO DE LAS ACCIONES REVOCATORIAS CONCURSALES


í:S un

171. Disposiciones comunes a todas las acciones. Como hemos


u b k o s

expresado estas acciones tienen por objeto declarar inoponibles


frente a la masa68 los actos y contratos ejecutados o celebrados
ut
ccom

68 Basta un solo acreedor para que haya “masa”: “Si lia quedado establecido
el hecho de que está acreditada la calidad de acreedor del demandante y la veri-
CAP. IV. PROr.FniMTFMTO CONCURSAL PE LIQU lUAUHJN

por la empresa deudora о por una persona deudora, para que


vuelvan a su patrimonio los bienes que han salido en virtud de
ellos, logrando así su reintegración, por lo que el ejercicio de
ellas debiera corresponder al conjunto y no a los acreedores
individualmente considerados. Era éste el criterio que había
seguido nuestro legislador, en los artículos 74, 76, 77 incisos I e
y 2Sy 79 de la legislación de quiebras, hoy derogada, en la cual
los citados preceptos se enunciaban disponiendo textualmente
que: “Son inoponibles a la masa’’tales actos o contratos, lo que sig­
nifica que las acciones deben ser ejercidas en el interés colectivo
de los acreedores. Lo anterior estaba corroborado por el hecho
de que la Ley № 20.004, de 8 de marzo de 2005, que estableció
un nuevo texto del artículo 81 de la Ley № 18.175, en el cual
dispuso que las acciones de inoponibilidad se tramitarían con
arreglo al procedimiento sumario en vez del juicio ordinario,
como ocurría antes de esa modificación legal, y que podían ser
ejercitadas por el síndico, previo acuerdo de lajunta de acreedores
o individualmente por cualquiera de los acreedores, en ambos
casos, “en interés de la masa”.
La Ley № 20.720, de 2014, que sustituye la antigua normativa
de quiebras, no señala expresamente que la naturaleza jurídica
de las acciones revocatorias que ella regula, sea la inoponibili­
dad o produzcan dicho efecto frente a la masa o colectivo de los
acreedores, aunque se puede deducir de su artículo 291, cuando
señala que dichas acciones se “entablarán en el interés de la masa”.
Como ya lo indicamos a propósito de los aspectos ideas generales
sobre las acciones revocatorias,69 sostenemos que ellas son de
inponibilidad y no de nulidad, por las razones allí indicadas.

172. Plazo para interponerlas, sujeto pasivo y procedimiento aplicable.


Las acciones revocatorias concúrsales relativas a los actos de la
empresa deudora o de una persona deudora, en los procedimien­
tos concúrsales, que pueden incoarse, respectivamente, contra

ficación de su crédito en la quiebra, aun en el supuesto de que no hubiera otros


acreedores por no haber verificado créditos, la ‘masa’ estaría constituida, en todo
caso, por el demandante, quien solicitó la quiebra” (Corte Suprema, 17 de mayo
de 1963, R., t. LIX, secc. I a-, p. 87).

69 Véase el № 164 de esta obra.


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

ellas, deben interponerse en el plazo de 1 año contado desde la


fecha de la resolución de reorganización, de liquidación o de
admisibilidad, según corresponda. Se someten a la tramitación
del procedimiento sumario, ante el tribunal que conoce de cual­
quiera de los indicados procesos, tal como estaba previsto en la
legislación de quiebras, hoy derogada.
En la acción pauliana ordinaria del derecho común, el deman­
dado es el deudor o la persona que contrató con él, defraudando a
los acreedores.70Este mismo predicamento mantiene la normativa
actualmente vigente, en el artículo 291, cuando establece que se
interponen: “... contra el deudor y el contratante, si correspondiere”.
La empresa deudora o la persona deudora demandada en es­
tos juicios revocatorios tiene que asumir por sí misma su defensa,
sin requerir la autorización o representación del liquidador o del
veedor. En los casos en que sea necesario asegurar el resultado de
las acciones revocatorias interpuestas, el juez, de oficio o a peti­
ción de parte, puede decretar medidas precautorias o cautelares
sobre los bienes que correspondan.

173. Efectos de la sentencia que acoge las acciones revocatorias y


recursos en su contra. La sentencia definitiva que acoge la demanda
debe declarar la revocación solicitada, ordenar la restitución y la
práctica de las inscripciones o cancelaciones que sean pertinentes.
Asimismo, el fallo debe señalar en forma expresa el monto que
el tribunal estime correspondiente a la diferencia de valor entre
el acto o contrato revocado y el valor que considere prevaleciente en
el mercado bajo similares condiciones a las existentes a la época
de dicho acto o contrato.71
En virtud de la sentencia que acoge la revocatoria, la parte
condenada debe restituir efectivamente la cosa objeto del acto
o contrato a la masa o conjunto de acreedores y tiene derecho a
la devolución de lo que haya pagado en razón de él, para lo cual
debe verificar ese monto en el procedimiento concursal respectivo,

70 “Cuando la acción pauliana se entabla por el síndico de quiebras, es en


representación de los acreedores, o sea, el síndico obra como demandante, con
sujeción a las reglas del juicio ordinario, como previene el artículo 78 de la Ley de
Quiebras” (Corte Suprema, 27 de agosto de 1952, R., 1.1, secc. I a, p. 1).
71 Este lenguaje de los autores de la ley concursal revela su inspiración pre­
dominantemente economicista.

2 7 6
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

quedando pospuesto el pago hasta que se paguen íntegramente


los créditos de los acreedores valistas.
Sin embargo, el demandado dentro del plazo de 3 días contado
desde la notificación del cumplimiento incidental del fallo, puede
acogerse al beneficio de mantener la cosa en su patrimonio, previo
pago de la diferencia de valor del bien referida anteriormente,
debidamente reajustada, incluyendo los intereses fijados por el
juez, desde la fecha de la celebración del acto o contrato hasta
la fecha del pago efectivo, una vez que la sentencia que recae en
la acción resolutoria se encuentre firme o ejecutoriada. Con tal
propósito, el tribunal debe practicar la liquidación de la suma
a pagar inmediatamente después que dicte la resolución que se
pronuncia sobre el ejercicio de la facultad antes señalada. Cuando
el dem andado que h a hecho efectivo el derecho de mantener la
cosa en su patrimonio, debe efectuar su pago dentro del plazo de 3
días, contado desde que eljuez entregue la liquidación de la suma
respectiva. Por otra parte, el que hace valer la acción revocatoria
no puede oponerse al ejercicio del derecho del demandado de
conservar el bien pagando su valor precio, a menos que exista
error de hecho o meramente numérico. En el evento de que el
demandado no restituyere la cosa o el valor determinado por el
tribunal, puede exigirse el cumplimiento forzado. Para los fines
de la valoración de los bienes que sean objeto del acto o contrato,
contra el cual se hace valer la acción revocatoria, se admite sólo
la prueba de informe de peritos.
Estas reglas fijadas por el artículo 292 de la Ley № 20.720,
actualmente vigente, confirman nuestro aserto en cuanto a que
la naturaleza jurídica de las revocatorias concúrsales sigue siendo,
como lo fue bajo el imperio de la legislación de quiebra por ella
! A iOTOí Oí'iA i.;r. Üi-ikOS f-'S ÜM L>Í'.UTO ~ ¡J'V

derogada, la inoponibilidad de los actos o contratos respecto del


colectivo de acreedores o masa y su efecto es sólo el de reintegrar el
activo concursal en la medida en que resulta afectado por ellos.
La sentencia que se pronuncia sobre las acciones revocatorias
concúrsales sólo es susceptible del recurso de apelación, que
debe interponerse en el término de 10 días, contado desde la
notificación del fallo recurrido. Este recurso se concede en ambos
efectos y tiene preferencia para su inclusión en la tabla, su vista
Уfallo en la Corte de Apelaciones respectiva.

277
HBrtBC-AW X Ar iñ M V t ГПТППЛРТПМПГ FM PR FSA SV Pgps,^ , ^ n cp F C H O CONCURSAL

174. Costas y recompensas por el ejercicio de las acciones revocatorias.


Los acreedores que no sean personas relacionadas con la empre­
sa deudora o el deudor, que individualmente interpongan las
acciones revocatorias concúrsales en beneficio del colectivo de
acreedores y obtengan la revocación de los actos o contratos por
sentencia definitiva firme o ejecutoriada, tienen derecho a que les
pague con los fondos de los procedimientos concúrsales de reor­
ganización o de liquidación todos los gastos del juicio respectivo
y los honorarios del abogado patrocinante, los que gozan de la
preferencia del número 1 del artículo 2472, del Código Civil. Asi­
mismo, el acreedor demandante tiene derecho a que la sentencia
definitiva le reconozca una recompensa de un monto equivalente
a un 10% del beneficio que le reporte al patrimonio del deudor
o a la masa. Dicha recompensa no puede exceder al monto de
su crédito verificado o reconocido, según corresponda, y debe
fijarse en la aludida sentencia definitiva, señalando si es de cargo
del deudor o del conjunto de acreedores del concurso, atendido
el procedimiento concursal de que se trate. Así está dispuesto en
el artículo 293 de la ley concursal vigente, que recoge en gran
medida y con los ajustes terminológicos respectivos lo que estaba
establecido en el artículo 81 inciso final de la legislación de quie­
bras, hoy derogada. Además, el precepto citado de la normativa
actualmente en vigor establece con gran minuciosidad de detalles
una serie inagotable de reglas sobre los gastos y costas cuando la
acción es ejercitada por el liquidador o el veedor o por cualquier
acreedor mandatado al efecto por la junta de acreedores, que no
estimamos en esta ocasión comentar, salvo aquella establecida para
el caso en que los acreedores demandantes pierden el juicio, en
que se recoge de nuevo la regla del artículo 81, de la legislación
de quiebra derogada, poniendo de su cargo el pago de los gastos
y de los honorarios profesionales.

175. Efectos de las acciones revocatorias respecto de terceros. Las


acciones revocatorias acogidas por el tribunal producen conse­
cuencias jurídicas respecto del contratante del deudor sometido
a procedimientos concúrsales y de terceros cuando estos últimos
conozcan el mal estado de los negocios del deudor, al momento
de ejecutar el acto o de celebrar el contrato respectivo. Nótese
que el legislador insiste en referirse al mal estado de los negocios
CAP. IV . PROCEDÍT V Î T F M T n rn N C T T R S A L DE LIQUIDACIÓN

del deudor y no a su cesación de pagos, como debiera ser por


tratarse de una acción revocatoria concursal.
La sentencia definitiva que acoge la revocación de los actos
y contratos que afecten a los terceros que conocían la situación
patrimonial del deudor concursado, determina el valor de los
bienes objeto de la acción correspondiente, para los fines del
reintegro del bien o de su valor al activo del concurso.
Asimismo, el aludido fallo ordénala cancelación de la inscrip­
ción de los títulos del demandado vencido en la causa y las de
terceros que corresponda, disponiendo a su turno la inscripción
a nombre del deudor sometido a los procedimientos concúrsales
respectivos.

P á r r a f o VI
O t r a s a c c io n e s q u e p u e d e n in t e n t a r s e e n c o n t r a
DEL DEUDOR

176. Enumeración. La Ley № 20.720, de 9 de enero de 2014,


en sus artículos 150 y siguientes regula el ejercicio de las accio­
nes reivindicatoría, resolutoria y del derecho legal de retención,
recogiendo las situaciones y los términos de los artículos 82 y
siguientes del Libro IV De las quiebras, hoy derogado por ella,
del Código de Comercio.
Sabemos que en principio puede intentarse cualquiera acción
en contra de la empresa deudora o del deudor, representado por
el liquidador, no obstante se regula en particular el ejercicio de
estas acciones, por la incidencia especial que tienen sobre los
intereses comprometidos en los procedimientos concúrsales.

177. La acción reivindicatoría. La ley concursal vigente en su


artículo 150 confirma el principio de que la acción reivindicatoría
puede intentarse contra la empresa deudora o el deudor, aparte de
los casos especialmente establecidos por ella, de acuerdo con las
reglas generales, tal como en su tiempo lo contemplaba el artículo 85
de la legislación de quiebras. De igual manera, el artículo 150 de
la ley en actual vigor, en su inciso 2e, establece 1 r*g>rrioo especi3.1ss
relativas a las tercerías de dominio, que no son sino una forma de

279
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

acción reivindicatoría, las que continúan tramitándose, en el caso


de haber sido iniciadas a la fecha de la resolución de liquidación,
según el procedimiento que corresponda.
La ley concursal contiene normas que rigen la reivindicación
en dos tipos de bienes:
1) De los títulos-valores dinerarios, que denomina efectos de co-l
mercio, y ;j
if
2) Respecto de mercaderías consignadas al deudor.

178. Reivindicación de los títulos-valores dinerarios o “efectos d


comercio”. Como ya dijimos, el legislador sigue denominando efec­
tos de comercio a los títulos-valores que contienen una prestación
consistente en pagar una suma de dinero a la orden del benefi­
ciario indicado o al portador.72 Son pagaderos a corto plazo, de . ¿
fácil circulación, por lo que se les considera como sustitutos d e l,|
dinero. Los títulos-valores, considerados en su aspecto jurídico-1,
material, pueden salir de manos de su titular, no obstante que éste .|
conserve su legitimación activa o titularidad. Desde este punto I
de vista, los títulos-valores como bienes materiales, en este caso J
los llamados efectos de comercio, son perfectamente reivindicables, \
siempre que se cumplan todos los requisitos de la acción reivin- •
dicatoria especialmente establecida para ellos. *
En la práctica, es frecuente que los títulos-valores dinerarios 4
como la letra de cambio, el pagaré o el cheque, se entreguen volun­
tariamente a una persona sin transferirle el dominio, como ocurre
cuando se endosan en comisión de cobranza. ¿Qué suerte corre
un título-valor representativo de dinero, pronunciada la resolución
de liquidación de la empresa deudora o del deudor, a quien se ha
entregado voluntariamente sin transferirle el dominio? El título de
crédito, mientras no se haya cobrado ni pagado por el tercero deudor,
puede ser reivindicado cumpliéndose los siguientes requisitos:
• Que se trate de un “efecto de comerció’ o cualquier otro título
de crédito, existente a la fecha en que se dicta la resolución
de liquidación;

Véase SANDOVAL LÓPEZ, RICARDO, Derecho Comercial. Teoría General de los títulos
de crédito, letra de cambio, pagaré, cheque y títulos electrónicos o desincorporados, tomo lis
5a edición, Editorial Jurídica de Chile, 2005, № 5, p. 20.
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

• Que no se haya pagado;


• Que el deudor lo tenga en su poder por sí, o por otra persona
que lo tenga a nombre de él, y
• Que haya sido entregado al deudor por un título no traslaticio
de dominio.
Los requisitos señalados se coligen del texto del artículo 151
de la ley concursal vigente, que en el fondo no constituyen sino la
aplicación de las reglas generales de la acción reivindicatoría. Si
el documento se hubiere pagado, no es reivindicable. Pasa enton­
ces a confundirse lo pagado con los demás bienes del deudor. Se
convierte en género, se pierde la identidad jurídico-material del
instrumento que se reivindica, por lo que no procede la acción.
En este caso el comitente o endosante en cobro del documento
debe verificar su crédito en el procedimiento concursal respectivo
y someterse a las resultas del mismo.
Una vez dictada la resolución de liquidación, el liquidador no
debe cobrar el documento, porque a partir de ese instante cesa
de pleno derecho el mandato para el cobro que tenía de parte
del deudor sometido al respectivo procedimiento concursal. En
caso contrario, ejecutaría un acto indebido y tendría que restituir
íntegramente el monto de lo recibido.

179. Reivindicación de mercaderías consignadas al deudor. Esta


situación está tratada en el artículo 152 de la Ley № 20.720 de
procedimientos concúrsales, que recoge en los mismos términos,
con los ajustes terminológicos, el contenido del artículo 83 de la
Ley de Quiebras, que ella deroga. De conformidad con lo dis­
puesto en el inciso I s del citado precepto legal, todas las especies
muebles que la empresa deudora o el deudor tenga en su poder
Уde las cuales no es dueño, pueden reivindicarse siempre que
concurran los siguientes requisitos:
- Que se trate de mercaderías73 consignadas al deudor a
título de depósito, comisión de venta o a cualquier otro
título que no transfiera dominio.74

73 El concepto de mercancía está definido en el artículo 976 del Código de


Comercio, a propósito de contrato de transporte marítimo, en los siguientes tér­
minos: “Se entiende por mercancía toda clase de bienes muebles, comprendiendo
también los animales vivos”.
74 Corte de Apelaciones de Iquique, 30 de mayo de 1922, Gaceta, 1922,1er sem.,
^ 128, p. 506; estima que la voz “mercaderías” comprende también el mobiliario de

281
R F A »r;*N t7 AriÓM v r .iq n m À ^ ltr a DE EMPPRSd S YPF,nSO MA6 . DERBCHO m N C U R S A f

- Que se trate de mercaderías identificables, y


- Que no hayan sido vendidas estas mercaderías por el
deudor.
Cuando las mercaderías han sido vendidas, el propietario de
ellas puede reivindicar el precio o la parte del precio que, a la
fecha de la resolución de liquidación, no hubiere sido pagado o
compensado entre el deudor y el comprador.
No se entiende pagado el precio por la simple dación de do­
cumentos de crédito, firmados o transferidos por el comprador
a favor del deudor, y si existieren tales documentos en poder de
éste, el propietario podrá reivindicarlos, siempre que acredite su
origen e identidad.

180. La acción resolutoria. Es aquella que emana de la condi­


ción resolutoria tácita o del pacto comisorio y en virtud de la cual
el contratante cumplidor o diligente puede solicitar que se deje
sin efecto el contrato por incumplimiento de parte del otro con­
tratante.75 Vale la pena recordar simplemente que la condición
resolutoria ordinaria no da lugar a la acción resolutoria, porque
sus efectos se originan de pleno derecho.
En términos generales, podemos señalar que, de acuerdo
con la regla contenida en su artículo 154 de la Ley № 20.720, de
procedimientos concúrsales, que recoge el texto del artículo 86,
de la legislación de quiebras hoy derogada, mantiene vigente el
principio contenido en el artículo 1489 del Código Civil, sobre
la procedencia de la acción resolutoria en los contratos bilate­
rales. Con todo, este mismo precepto contempla una excepción
relativa al contrato de compraventa de cosas muebles que hayan
llegado a poder del comprador fallido, en cuyo caso no podrá
hacerse efectiva la acción resolutoria en su contra. La ley exige
que se trate de compraventa de cosas muebles que se encuentren
en poder del deudor al tiempo de la resolución de liquidación,
aun cuando no haya pagado el precio.

la casa-habitación que el fallido ten ía a título de a rren d a tario , p o rq u e la ex p resió n


aludida, no estando defin id a, debe tom arse en su sentido n atu ral y obvio.

75 PRIETO R av est, E n riq u e , T e o r ía g e n e r a l d e la s o b lig a c io n e s , E d itorial ju ríd ic a


de Chile, Santiago, 1959, p. 45.
САР. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL Dii n y U lU A L !Ó .4

La excepción al ejercicio de la acción resolutoria prevista


en la parte final del citado artículo 154 de la ley concursal, se
funda en el conocimiento que los terceros tienen de la situación
aparente del deudor comprador, en cuyo poder se encuentran
estos bienes muebles, quienes pueden contratar con él basados
en tal apariencia.
No ocurre lo mismo tratándose de los bienes inmuebles,
cuya venta y posterior tradición están sometidas a las formalida­
des legales de escritura pública e inscripción en el Registro de
Propiedad del Conservador de Bienes Raíces. Esto permite a los
terceros tomar conocimiento acerca de la circunstancia de si el
comprador ha pagado no el precio, hecho que debe constar en
los aludidos instrumentos públicos, para los efectos del eventual
ejercicio de la acción resolutoria.
Lo que la ley concursal exige para negar el ejercicio de la ac­
ción resolutoria en contra del deudor comprador, es que las cosas
muebles “hayan llegado a poder de éste”. Sin duda que esta norma
se refiere a tenencia o apoderamiento material de dichos bienes
y no al poder jurídico o dominio sobre ellos. Por otra parte, de
conformidad con lo previsto por el artículo 148 del Código de Co­
mercio, “el envío de las mercaderías hecho por el vendedor al domicilio del
comprador o a cualquier otro lugar convenido, importa la tradición efectiva
de ellas ”. Concordando esta norma con el artículo 154 parte final de
la ley concursal vigente, podría pensarse que realizada la tradición
de las mercaderías vendidas en esta forma, no podría intentarse la
acción resolutoria contra el deudor comprador, porque se requiere
que los bienes muebles estén en poder del comprador al tiempo
de la resolución de liquidación. Pero en verdad el vendedor puede
hacer valer la acción resolutoria en este caso, contra el comprador
sometido a procedimiento concursal.
Esta interpretación es consecuente con lo establecido en el
artículo 156 de la ley de la materia, que permite al vendedor no
pagado de mercaderías que se encuentren en tránsito dejar sin
efecto la tradición, recuperar la posesión y pedir la resolución
de la compraventa. Ahora bien, según el artículo 155 de la ley de
procedimientos concúrsales, se entiende que la mercadería está
en tránsito “desde el momento en que las reciben los agentes encargados
de su conducción, hasta que queden en poder del comprador deudor o de
la persona que lo represente”.

283
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Puede ocurrir también que las cosas muebles en tránsito ha­


yan sido vendidas durante la conducción a un tercero de buena
fe, a quien se le transfiere la factura, conocimiento o carta de
porte, caso en el cual el vendedor primitivo no podrá intentar
la acción resolutoria. Sin embargo, si el nuevo comprador no
hubiere pagado el precio antes de la resolución de liquidación,
el vendedor primitivo podrá demandar su entrega hasta concu­
rrencia de la cantidad que se le deba. Tal es la situación prevista
en el artículo 157 de la Ley № 20.720, ley concursal, a la que
tuvimos ocasión de referirnos al tratar los efectos inmediatos de
la resolución de liquidación.
Vale la pena señalar que la resolución no opera de pleno de­
recho y que requiere en consecuencia de una decisión judicial. El
ejercicio de esta acción por el contratante cumplidor o diligente
puede asimismo enervarse mediante el cumplimiento de lo de­
bido, pagando la deuda, intereses, costas y peijuicios, o dando
caución que asegure el pago. Claro está que por encontrarse bajo
procedimiento concursal de liquidación el comprador, la acción
resolutoria debe enervarla el liquidador en su representación. Así
lo establece el artículo 161 de la ley concursal vigente.
Por último, declarada judicialmente la resolución de la com­
praventa, el vendedor está obligado a reembolsar en favor del
conjunto de acreedores o masa los abonos a cuenta del pago del
precio que haya recibido, tal como está previsto en el artículo 158
de la ley del ramo.

181. El derecho legal de retención. De conformidad con lo dis­


puesto por el artículo 160 de la ley de procedimientos concúrsales
vigente: “Fuera de los casos expresamente señalados por las leyes, el derecho
legal de retención tendrá lugar siempre que la persona que ha pagado o
que se ha obligado a pagar por el deudor tenga en su poder mercaderías
o valores de crédito que pertenezcan a éste, con tal que la tenencia nazca
de un hecho voluntario del deudor, anterior al pago o a la obligación, y
que esos bienes no hayan sido remitidos con un destino determinado”. La
normativa vigente no hace sino repetir el contenido del artículo 92
de la legislación de quiebras hoy derogada.
Para que opere el derecho legal de retención se requiere, de
acuerdo con la disposición legal trascripta, la concurrencia de
los siguientes requisitos:
CAP. IV. PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

• Que la persona haya pagado o se haya obligado a pagar


por el deudor;
• Que tenga en su poder mercaderías o valores de crédito
que pertenezcan a aquél;
• Que la tenencia de estas especies haya nacido de un
hecho voluntario del deudor, anterior al pago o a la
obligación, y
• Que tales bienes no hayan sido remitidos con un destino
determinado.
Por último, dejamos constancia de que, según el artículo 218
de la ley concursal, acordada la enajenación del activo como
unidad económica, se suspende el derecho de los acreedores
hipotecarios, prendarios, retencionarios y de otros acreedores
para iniciar o proseguir en forma separada las acciones dirigidas
a obtener la realización de los bienes comprendidos dentro de
la unidad económica, afectos a la seguridad de sus respectivos
créditos.

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285
Capitulo V
LA LIQUIDACIÓN DEL PASIVO
EN EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL
DE LIQUIDACIÓN

182. Aspectos generales. La liquidación del pasivo del procedi­


miento concursal de liquidación supone determinar cuáles son los
acreedores a quienes se les va a pagar y cómo se les van a solucionar
sus acreencias. En efecto, la persona que se encuentra en estado
patrimonial de imposibilidad de pagar declarado por resolución
judicial, puede tener varios acreedores con derecho de participar
en el concurso, pero de ellos sólo algunos se interesan en concu­
rrir efectivamente al procedimiento concursal aplicado para hacer
valer sus derechos. En consecuencia, de todos los acreedores con
derecho de participar a la ley le interesan en particular aquellos
que efectivamente concurren para ser pagados en el concurso.
Para determinar cuáles son los acreedores concurrentes se
ha establecido, en el procedimiento concursal, el trámite de la
verificación de créditos y la alegación de preferencias. No obs­
tante, vale la pena señalar que no basta con verificar los créditos
para obtener su pago, puesto que en algunos casos concurren
personas que no tienen la calidad jurídica de acreedor del deu­
dor o bien carecen de la preferencia que invocan respecto de su
crédito. Con tal propósito se ha establecido la impugnación de
los créditos y preferencias destinadas a determinar cuáles son los
acreedores concurrentes que tienen derecho a ser pagados en el
concurso y en qué orden.
La concurrencia de los acreedores a hacer valer sus derechos
en el procedimiento concursal y la posibilidad de impugnarlos,
conducen a un resultado indispensable para la liquidación del
pasivo, cual es el reconocimiento de los créditos, sometidos en
nuestra ley concursal a una serie de formalidades.

287
REORGANIZACION Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Reconocidos los créditos en el concurso, corresponde pagarlos


de acuerdo con las preferencias invocadas y reconocidas y con
la situación particular en que se encuentre dicho acreedor con
respecto al deudor.

183. Plan. Trataremos separadamente la comparecencia de


los acreedores al procedim iento concursal o verificación de
créditos y alegación de preferencias; la impugnación de los cré­
ditos y preferencias invocadas y pago de los créditos, y algunas
situaciones especiales.

Sección I
LA VERIFICACIÓN DE CRÉDITOS Y ALEGACIÓN
DE PREFERENCIAS

184. Generalidades. Hemos señalado que los procedimientos


colectivos de insolvencia se caracterizan porque comprenden a
todos los acreedores y todos los bienes del deudor sometido a
ellos. El conjunto de los acreedores compone el pasivo y el con­
junto de bienes representa el activo del concurso. Para cumplir
con la finalidad del procedimiento concursal, es indispensable la
determinación del pasivo del deudor, y la verificación de créditos
es una de las diligencias para lograrla.1
Verificar un crédito significa, ante todo, hacerlo valer en
el juicio colectivo o el concurso. Para tal efecto, el acreedor
concurrente debe demandar ejecutivamente al colectivo de los
acreedores o a la masa. Puede decirse, en consecuencia, que
verificación es sinónimo de una dem anda ejecutiva intentada
en el procedim iento concursal contra los acreedores en su
conjunto.
En efecto, en la presentación que el acreedor concurrente hace
al tribunal competente, debe señalar el título de su acreencia, la

1 “El procedimiento de verificación se resuelve en la determinación del pasivo


de la quiebra, o en otras palabras, en la fijación del número de acreedores, monto
ele sus créditos con las preferencias que los garanticen, y se inicia con la solicitud
de verificación, que es una verdadera demanda del acreedor para que su crédito le
sea reconocido” (Corte de Apelaciones de Temuco, 1 de abril de 1965, R., t. LXII,
secc. Ia, p. 159; considerando 6°, p. 164).

288
CAP. V. LA LIQUIDACIÓN DEL PASIVO EN EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

preferencia invocada en su caso y los intereses que la deuda ha


devengado. El tribunal debe poner en conocimiento de los de­
más acreedores, del liquidador y del deudor esta demanda, para
que hagan valer los derechos que les corresponden, mediante la
impugnación. Si transcurre el término que la ley señala sin que
los créditos sean impugnados o si la impugnación es rechazada,
se tendrán por reconocidos para ser solucionados en el procedi­
miento concursal respectivo.

Párrafo I
LA VERIFICACIÓN ORDINARIA

185. Conceptoy alcance. La concurrencia del acreedor al juicio


de quiebra dentro de los plazos que la ley contempla se denomina
verificación ordinaria de créditos. Si la ley se ocupa exclusivamente
de aquellos acreedores que hacen valer sus derechos en el pro­
cedimiento concursal, interesa saber en consecuencia quiénes
son los que están obligados a verificar sus créditos.
Vale la pena tener presente que hay dos grandes grupos de
acreedores: aquellos que existen al tiempo de la resolución de
liquidación, es decir, cuyos títulos nacen antes de ella, llamados
por la doctrina acreedores en la masa, y aquellos cuyos títulos son
posteriores, denominados acreedores de la masa. Sin duda que los
acreedores en la masa están obligados a verificar sus créditos, y
este trámite representa para ellos la única manera de hacer valer
sus derechos.2 En cambio, los acreedores de la masa, como son,
por ejemplo, el arrendador del local comercial en el que el deu­
dor ejercía su actividad, los titulares de créditos solicitados por el
liquidador para continuar provisoriamente el giro del deudor, no

2 “Todo acreedor anterior a la declaración de quiebra, o sea, todo acreedor


cuya acreencia en contra del fallido emana de actos o contratos celebrados por
éste antes de la quiebra, tiene la obligación ineludible de realizar la verificación.
Tales acreedores llámanse en doctrina ‘acreedores en la masa’, y se contraponen a
los ‘acreedores de la masa’. Estos últimos son los que, por una causa posterior a la
quiebra, contratan con el síndico que representa a la masa; ellos no tienen la obli­
gación de verificar, pero sí la tienen todos los acreedores en la masa, sin exclusión
alguna” (Corte de Apelaciones de Temuco, 1 de abril de 1965, R., t. LXII, secc. P,
p. 159, considerando 7Q, p. 164).

289
ВЕПВГ-А.М17.АГ1ПМУГ.ТПТТТПАГТп>!ПР. F.MPRF.SAS V PFPsr>>T|l g p F R F C H O CONCURSAL

deben verificar sus créditos, sino que el liquidador debe pagarles


inmediatamente.
El hecho de que los acreedores de la masa no verifiquen
sus créditos y se les pague de inmediato, tiene fundamentos de
orden práctico, doctrinarios y jurisprudenciales. En la práctica,
si los acreedores que contratan con el liquidador no tuvieran la
certeza de que se les va a pagar, simplemente no lo harían. En
la doctrina y la jurisprudencia francesas anteriores a la ley de 13
de julio de 1967, se sostuvo que la masa constituía una persona
jurídica, de suerte que los créditos que contrata esta nueva entidad
son distintos de los créditos del deudor. En el derecho nacional,
si bien es cierto que no se admite la tesis de la personalidad ju ­
rídica de la masa, la jurisprudencia de la Corte Suprema señaló,
bajo la vigencia de la legislación anterior, que la quiebra crea
un estado o asociación virtual de todos en un plano de igualdad
para el efecto de realizar los fines que la institución persigue. Esta
asociación virtual implica también que los créditos de la masa
deben tener un tratamiento especial. No hay cambio alguno en
la legislación actualmente rigente que permita variar el criterio
de interpretación antes señalado.
De conformidad con lo previsto por el artículo 170, de la Ley
№ 20.720, de procedimientos concúrsales, los acreedores que
tengan el carácter de tales a la fecha de la resolución de liqui­
dación, deben hacer valer sus derechos mediante la verificación
de créditos.
La sanción al incumplimiento de la obligación de verificar el
crédito consiste en que el acreedor no es pagado por el liquidador,
porque su crédito tampoco puede ser reconocido.3

186. Plazo para verificar ordinariamente. De conformidad con


previsto en el artículo 170 de la ley concursal, los acreedores tienen
el plazo de 30 días contados desde la fecha de la notificación de
la resolución de liquidación para verificar sus créditos y alegar

3 “El acreedor hipotecario que no ha verificado su crédito no puede particip


en las distribuciones de fondos que se realizan por intermedio del síndico. Sólo
puede solicitar que la suma a que asciende el valor de su hipoteca (habiéndose
subastado la propiedad) quede consignada a la orden del juez de la causa” (Corte
ele Apelaciones de Chillán, 12 de mayo de 1937, Gaceta, 1937, l ei sem., № 104,
p. 431; R., t. XXXVI, secc. P , p. 113).
ТА И V. LA Lll¿U lU A LlO l4 UE.L НАМ VU fc..V j. L УЦЦСЕШМИйЧ ГЧ1 COHOUtlOiVIj DE LIQUIBAfilá iH t

su preferencia ante el tribunal que conoce del procedimiento,


acompañando los títulos justificativos de sus acreencias, como así
también indicando una dirección válida de correo electrónico,
para recibir las notificaciones correspondientes.
Por su parte, el artículo 172 de la ley de la materia establece
que vencido el término de 30 días indicado en su artículo 170,
se entiende cerrado de pleno derecho el período ordinario de
verificación de créditos, sin necesidad de resolución ni notifica­
ción alguna. Sin peijuicio de lo anteriormente señalado, el mis­
mo precepto legal dispone que, dentro de los 2 días siguientes,
el liquidador está obligado a publicar el cierre de este plazo en
el Boletín Concursal, junto con el listado de todos los créditos
verificados con sus montos y preferencias invocadas.
El plazo para verificar ordinariam ente se aplica también
respecto de los acreedores prestadores de servicios de utilidad pública,
definidos en el artículo 2s № 384 de la ley concursal, a los que se
refiere el artículo 171 de la misma ley, quienes deben verificar
los créditos correspondientes a la suministros anteriores a la
resolución de liquidación, y no pueden con posterioridad a ella
suspender tales servicios, salvo autorización del tribunal, previa
audiencia del liquidador, como lo vimos al analizar los efectos
de dicha resolución respecto de las relaciones contractuales
preexistentes o en curso de ejecución de la empresa deudora o
del deudor.
Los créditos correspondientes a los servicios de utilidad pú­
blica que se suministren con posterioridad a la notificación de la
resolución de liquidación, se consideran incluidos en el número 4
del artículo 2472 del Código Civil. La suspensión del suministro
en contravención a lo dispuesto por el artículo 171 de la ley de
procedimientos concúrsales, se sanciona sumariamente por el
tribunal, con multa de 1 a 200 unidades tributarias mensuales,
debiendo restablecerse el suministro tan pronto como el tribunal
lo decrete.
En el evento de que, a la fecha del pronunciamiento de la
resolución de liquidación, los suministros se encuentran sus-
4 El precepto legal citado define los servicios de utilidad pública como:
“Aquéllos considerados como consumos básicos, cuyos prestadores se encuentran
regulados por leyes especiales y sujetos a la fiscalización de la autoridad, tales como
agua, electricidad, gas, teléfono e internet”.

291
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

pendidos, el liquidador puede solicitar al tribunal que ordene


su inmediata reposición, petición que el juez debe resolver a
más tardar al día siguiente, sin necesidad de oír al prestador del
servicio. Las acreencias provenientes del ejercicio de la facultad
recién mencionada se consideran asimismo comprendidas en el
artículo 2472 № 4 del Código Civil. El costo de la reposición es
de cargo del correspondiente prestador del servicio.
Respecto de los acreedores residentes en territorio extranjero,
ante la falta de norma expresa, habría que entender que pueden
comparecer en el período de verificación ordinaria, aumentado
por el término de emplazamiento que les correspondan, depen­
diendo del lugar donde se encuentren. Esto puede deducirse del
artículo 252 de la ley concursal vigente.

187. Estudio de los créditos verificados, su preferencia y objeción.


Se trata de nuevas diligencias o actuaciones que la ley concursal
vigente pone de cargo del liquidador, que antes no estaban pre­
vistas en la normativa de quiebras ahora derogada. En efecto,
según lo previsto en el artículo 173 de la actual ley de la materia,
el liquidador está obligado a examinar todos los créditos que se
verifiquen y las preferencias que se invoquen, investigando su
origen, cuantía y legitimidad por todos los medios a su alcance,
especialmente aquellos que se verifican por personas relacio­
nadas de la empresa deudora o del deudor. En caso de que el
liquidador no encuentrajustificado algún crédito o preferencia,
debe deducir la objeción que corresponda, de conformidad
con lo previsto en el artículo 174 de la misma ley. Nos parece
atendible que se haga el examen de los créditos verificados y sus
preferencias, pero como este estudio puede conducir a su obje­
ción o la omisión de la misma, el liquidador tendría que ser una
persona calificada jurídicamente al efecto, por las consecuencias
que tiene la falta de esa objeción, caso en el cual los créditos se
tienen por reconocidos, conforme lo establece el artículo 174
antes aludido.
La facultad o más bien el deber de objetar los créditos verifica­
dos, respecto de su existencia, montos y preferencias, corresponde
a los acreedores, al liquidador y la empresa deudora o el deudor,
porque de los términos del artículo 174 de la ley concursal no se
desprende claramente que sea lo uno o lo otro, aunque puede
CAP. V. LA LIQUIDACIÓN DEL PASIVO EN EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

afirmarse que sea una obligación. El plazo para presentar las ob­
jeciones es de 10 días contado desde el vencimiento del período
de verificación ordinaria y hay que hacerlas valer ante el tribunal
que conoce del procedimiento concursal aplicado. Expirado el
término recién señalado sin que se deduzcan las objeciones, los
créditos no objetados quedan reconocidos y, dentro de los tres
días siguientes a la extinción del mismo plazo, el liquidador
tiene que publicar en el Boletín Concursal todas las objeciones
presentadas, confeccionando asimismo la nómina de créditos
reconocidos que acompaña al expediente del juicio concursal y
que también publica en el mencionado Boletín.
No se establece si la objeción la formulan los acreedores que
han verificado sus propios créditos en el procedimiento de que
se trata, o por el contrario, basta con que tenga sólo la calidad
de acreedor para deducirla.

188. La impugnación de créditos. Atendido el tenor del artículo 175,


de la ley concursal en actual vigor, en el caso de que se haya dedu­
cido objeciones, el liquidador debe adoptar las providencias nece­
sarias para que se obtenga el debido ajuste entre los acreedores o
entre éstos y el deudor, y se subsanen dichas objeciones. La misma
disposición legal agrega que si no se subsanan las objeciones, los
créditos que fueron materia de ellas se considerarán impugnados y
el liquidador los acumula y emite informe acerca de si existen o
no fundamentos plausibles para ser considerados por el tribunal.
Insistimos en la calificación profesional adecuada que el liquida­
dor deberá tener para expedir tal informe. Luego, el liquidador
acompaña la nómina de créditos impugnados al tribunal junto
í /.j

con su informe y la publica en el Boletín Concursal dentro de los


10 días siguientes a la expiración del plazo para objetar.


- uv

Una vez agregada a los autos la nómina de créditos impugnados


n a r ro

con el informe del liquidador, el tribunal cita a una audiencia única


y verbal, para el fallo de las respectivas impugnaciones, dentro del
un

décimo día contado desde la notificación de la resolución que tiene


p - í; u c r o -s

por acompañada a los autos la nómina de créditos impugnados.


A esta audiencia pueden comparecer los impugnantes, el deudor,
л

el liquidador y los acreedores impugnados en su caso.


La resolución del tribunal que falla las impugnaciones ordena
la incorporación o modificación de los créditos en la nómina de

293
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

créditos reconocidos, según corresponda. La aludida nómina de


créditos así modificada debe publicarse en el Boletín Concursal,
dentro de los 2 días siguientes a la fecha en que se dicte la reso­
lución señalada.
Nos llama poderosam ente la atención la forma en que la
Ley № 20.720, de procedimientos concúrsales, trata la impug­
nación de los créditos, no obstante que ella es una etapa de la
determinación del pasivo, porque no da oportunidad al deudor,
a los acreedores y al liquidador para formular una verdadera de­
manda en tal sentido, como lo hacía la legislación anterior, hoy
derogada. En efecto, la legislación de quiebras si bien es cierto
que no establecía causales de impugnación, no es menos cierto
que todo dependía de si se atacaba la existencia, la validez, la
legitimación activa, el monto o la preferencia, se esgrimían como
fundamento la inexistencia, nulidad, falta de titularidad del ve­
rificante, monto diverso al demandado o falta o ineficacia de la
preferencia reclamada, todo lo cual se planteaba en un juicio de
impugnación. Con tal propósito se fijaba como procedimiento
supletorio aplicable el de los incidentes, una vez que se notificaba
personalmente al acreedor impugnado y se le daba traslado por
6 días para controvertir la pretensión del impugnante, existiendo
asimismo la oportunidad de recibir la causa a prueba para que
se acreditaran los hechos materia del juicio, concluyendo todo
ello en una sentencia definitiva, susceptible de todos los recursos
legales. Más grave aún nos parece el hecho de que los créditos
no objetados se tengan por legalmente reconocidos y que la
impugnación proceda sólo en el evento de que las objeciones
deducidas no sean subsanadas. Asimismo, la resolución del juez
que se pronuncia sobre las impugnaciones es apelable en el solo
efecto devolutivo, como viene siendo la regla general en estos
procedimientos concúrsales. Seguramente de esta m anera se
ha cumplido el propósito de los autores de la ley concursal, de
“desjudicializar” diversos aspectos de los procedimientos colecti­
vos de insolvencia, como aparece consignado en el Mensaje del
Ejecutivo,5 aunque en este caso no correspondía hacerlo.
5 Véase el Mensaje del Ejecutivo al Congreso Nacional de la Ley № 20.720,
de 9 de enero de 2014, promulgada el 26 de diciembre de 2013, donde de señala:
“El nuevo modelo que se propone descentraliza el procedimiento, reduciendo la
intervención judicial sólo a aquellas materias de carácterjurisdiccional..”.

294
'ТАК V. LA и ц ш и л и и .ч ü t L И М VU HL PHUUkUlMbN 1U U JH C U IUWL PE LIQUIDACIÓN

Se dispone también que el impugnante vencido debe ser


condenado en costas en beneficio del acreedor impugnado, a
menos que el tribunal estime que ha tenido motivos plausibles para
litigar. Las que se determinan son equivalentes al 10% del monto
del crédito impugnado y no pueden exceder de 500 unidades de
fomento. Esta condenación en costas al impugnante es un curioso
arbitrio que el legislador ha creado en la actual normativa, para
disuadir a los eventuales titulares de las objeciones que pueden
devenir más adelante en impugnaciones. La condenación en
costas no se aplica cuando el impugnante es el liquidador, quien
además tiene el deber de perseguir judicialmente el pago de las
costas y multas establecidas en favor del colectivo de acreedores o
la masa y descontarlas administrativamente de cualquier reparto
practicado al acreedor obligado a su pago.

P á r r a f o II
Verificación extraordinaria de créditos

189. Concepto de verificación extraordinaria. Es extraordinaria la


comparecencia de los acreedores del procedimiento concursal que
se realiza fuera del plazo que la ley dispone al efecto. Se trata de los
acreedores que no concurrieron en el término de 30 días, contados 'Xf
desde la notificación de la resolución de liquidación, fijado por el
artículo 170 de la ley del ramo, a demandar el pago de sus créditos,
invocando, en su caso, alguna preferencia. Es pues una verificación
morosa, que puede hacerse mientras no esté firme o ejecutoriada la
cuenta final de administración del liquidador. Los créditos verificados i
morosamente son considerados sólo en los repartosfuturos, una vez
que han sido reconocidos y sus titulares tienen que aceptar todo lo
obrado en el procedimiento concursal de que se trate. Este mismo
principio sustentaba la verificación extraordinaria bajo la legislación
de quiebras, hoy derogada, en la cual existía una morigeración,
cuando el verificante moroso lo hacía al tiempo del anuncio de
un reparto por el síndico, podía solicitar reserva de fondos para el
evento de que su acreencia fuese reconocida.
Al ioíjal aue
J. en el caso de la verificación efectuada en período
ordinario, la que se realiza fuera de plazo, pero en la época indi­

295
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

cada en el artículo 179 de la ley concursal, puede ser objetada o


impugnada, de conformidad con lo previsto en los artículos 174
y 175, dentro del plazo de 10 días contado desde su notificación
en el Boletín Concursal.
Atendida la circunstancia de que ya hemos tenido ocasión de
referirnos a la objeción e impugnación tratándose de la verifica­
ción ordinaria, no vamos a volver sobre estos temas.

Sección II
EL PAGO DEL PASIVO DEL CONCURSO

Párrafo I
I deas orientadoras generales

190. Orden en que se hacen los pagos. Las ideas básicas acerca d
orden en que se pagan los créditos en el procedimiento concursal
de liquidación, están previstas en los artículos 241, 242 y 243 de
la ley concursal vigente. La primera disposición citada establece
que los acreedores serán pagados de conformidad a lo dispuesto
en el Título XLI, del Libro IV del Código Civil y en el caso de los
acreedores valistas, con pleno respeto a la subordinación de créditos
establecida en dicha normativa. Para su eficacia la subordinación
debe ser alegada al momento de la verificación del crédito por
parte del acreedor beneficiario o bien debe notificarse al liquidador
si se establece en una fecha posterior. Se recoge en la normativa
actualmente vigente el texto del artículo 147 del Libro TVDe las
quiebras, hoy derogado, del Código de Comercio.
El mismo artículo 241 dispone que los créditos de la primera
clase señalados en el artículo 2472 del Código Civil, prefieran a
todo otro crédito con privilegio establecido por leyes especiales.
Por último, queda establecido en el precepto legal antes citado
que los acreedores personas relacionadas del deudor, cuyos
créditos no estén debidamente documentados 90 días antes de
la resolución de liquidación, son pospuestos en el pago de sus
créditos aun después de los acreedores valistas.
También en lo referente a ios principios generales del pago
de los créditos, el artículo 242 de la ley concursal, al igual que en
CAP. V. LA LIQUIDACIÓN DEL PASIVO EN EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

su tiempo lo hacía el artículo 149 de la legislación de quiebras,


hoy derogada, establece que los acreedores prendarios y los que
benefician del derecho legal de retención legalmente declarado,
pueden optar por ejecutar individualmente los bienes gravados,
en cuyo caso deben iniciar ante el tribunal que conoce del proce­
dimiento concursal de liquidación losjuicios que correspondan, o
continuarlos en él previa acumulación, debiendo siempre asegurar
los créditos de mejor derecho. En este mismo orden de materia,
el liquidador puede, si lo estima conveniente para el colectivo de
acreedores o masa, exigir la entrega de la cosa dada en prenda
o retenida, siempre que pague la deuda o deposite, a la orden
del tribunal, su valor estimativo en dinero, sobre el cual se hará
efectiva la preferencia.
Finalmente, en el artículo 243 de la ley vigente, se recoge la
idea general otrora prevista en el artículo 150 de la antigua legis­
lación de quiebras, en cuanto a que los acreedores hipotecarios
se pagan en la forma que determinan los artículos 2477, 2478,
2479 y 2480 del Código Civil.

Párrafo II
Pagos administrativos

191. Noción depago administrativo. En el artículo 148 de la Ley


№ 18.175, de 1982, se estableció que los créditos del número 5
del artículo 2472 del Código Civil se pagarán con cargo a los
primeros del deudor de que se pueda disponer, administrati­
vamente, siempre que existieren antecedentes docum éntanos
que los justificaren y aun antes de su verificación. Asimismo, el
precepto legal citado dispuso que igualmente se pagaran, sin ne­
cesidad de verificación previa y en los mismos términos, esto es,
administrativamente, con cargo a los primeros fondos, los créditos
por las indemnizaciones convencionales de origen laboral, con
los límites que en él se indican. De esta manera surgió la idea de
pago administrativo en la quiebra, que se mantiene ahora, con
ciertas variaciones, en la normativa de la Ley № 20.720, sobre
procedimientos concúrsales.

297
Р 1 ? Г > Р Г -Л М Т 7 Д Г Ч Т ,М V I 1П Г И 1 1 Д Г Т 0 М П 1 Г Е М П П В В К У М р г п У ! ^ p ir n u r -H n r O N n H R S A T .

En síntesis, el pago administrativo se opone al pago ju d i­


cial y se lleva a cabo sin necesidad de verificación, con cargo
de los primeros fondos del deudor de que se pueda disponer.
Se refleja de esta suerte una especie de sensibilidad social del
legislador de 1982, ante el drama que la quiebra significaba y
que los procedimientos concúrsales siguen representando para
los trabajadores.

192. Casos de pagos administrativos de créditos y tramitación. El


artículo 244 de la ley concursal vigente mantiene con ciertas
modificaciones la procedencia de los créditos que se pagan ad­
ministrativamente y las diligencias que han de cumplirse para
llevarlos a cabo, como se establecía en su tiempo por la legislación
de quiebras hoy abrogada. En efecto, según la disposición antes
citada, tan pronto como existan fondos suficientes para ello y
precaviendo que el activo remanente sea suficiente para asegurar
los gastos del procedimiento concursal de liquidación, como así
también el pago de los créditos de mejor derecho, pueden pagarse
por el liquidador los créditos contenidos en el artículo 2472 del
Código Civil, de acuerdo con las siguientes normas:
1) Los descritos en los números 1 y 4 pueden pagarse sin nece­
sidad de verificación. Se trata, respectivamente, de las costas
judiciales que se causen en interés general de los acreedores
y de los gastos para poner a disposición de la masa los bienes
del deudor, los gastos de administración del procedimiento
concursal de liquidación, de realización del activo y los prés­
tamos contratados por el liquidador para esos fines. Aquí la
ley concursal vigente remite el mismo contenido que tenía
en el artículo 2472 № 4 del Código Civil, según el texto que
le había fijado la Ley № 18.175, de 1982, sobre quiebras. Son
los créditos que hemos denominados de la masa, que se gene­
ran después de la resolución de liquidación y que tienen que
estar premunidos de esta preferencia y ser pagados en este
orden, porque de lo contrario ningún acreedor concedería
los créditos para atender a los gastos ni haría los préstamos
ya mencionados;
2) Los incluidos en el número 5 pu crien оэ^зхзе orevia revisión
de los documentos que les sirven de fundamento, sin necesi­
Г. АР. У. LA LIQUIDACIÓN DEL PASIVO y.N Ft PKOP.FTMMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACION

dad de verificación ni acuerdo de la junta de acreedores que


apruebe el pago. En este caso, se trata de las remuneraciones
de los trabajadores,6 de las asignaciones familiares, de la in­
demnización establecida en el número 2 del artículo 163 bis
del Código del Trabajo (que es la que corresponde a los
trabajadores por el término del contrato de trabajo por re­
solución de liquidación del empleador), con un límite de 90
unidades de fomento al valor correspondiente al último día
del mes anterior a su pago, y de las cotizaciones adeudadas
a las instituciones de seguridad social o que se recauden por
su intermedio, para ser destinadas a ese fin;
3) Los establecidos en el número 8 se pagan en los mismos tér­
minos que los indicados en el número precedente, hasta el
límite equivalente a un mes de remuneración por cada año
de servicio y fracción superior a 6 meses, por indemnizaciones
convencionales de origen laboral y por las indemnizaciones
del mismo origen, que sean consecuencia de la aplicación de
la causal señalada en el artículo 163 bis del Código del Tra­
bajo, es decir, la indemnización por término del contrato de
trabajo debido a la resolución de liquidación del empleador.
Las restantes indemnizaciones de origen laboral, así como
la que es consecuencia del reclamo del trabajador, según
el artículo 168 del Código del Trabajo, se pagan con el solo
mérito de la sentencia definitiva firme o ejecutoriada que así
lo ordene, y
4) Sin em bargo, pueden verificarse condicionalm ente los
créditos que gocen de las preferencias de los números 5 y
8 del artículo 2472 del Código Civil, con el solo mérito de
la dem anda interpuesta con anterioridad al inicio del pro­
cedimiento concursal de liquidación o con la notificación
al liquidador de la demanda interpuesta con posterioridad
al aludido inicio. En este caso, el liquidador debe reservar
fondos para el evento de que se acoja la demanda, sin per­
juicio de los pagos administrativos que procedan, según los

6 El concepto de rem uneraciones debe ser entendido como lo define la legislación


laboral vigente y ei derech o a la asignación fam iliar se e n tie n d e que c o rresp o n d e a
los trabajadores a los que la norm ativa social les c o n ced e d ich o beneficio.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

núm eros precedentes del artículo 244 de la ley concursal


que estamos analizando. Esta misma situación había sido
prevista por la Ley № 20.073, de 29 de noviembre de 2005,
que modificó la Ley № 18.175, estableciendo que los titulares
de los créditos laborales que gozan de las preferencias de
los números 5 y 8 del artículo 2472 del Código Civil pueden
verificar condicionalmente sus respectivos créditos, con el
solo mérito de la presentación de la demanda interpuesta con
anterioridad a la quiebra, o con la notificación al síndico de
la demanda interpuesta con posterioridad a la declaración
de quiebra ante el tribunal competente, y el síndico debe
reservar fondos suficientes para el evento de que se acoja
dicha demanda, sin peijuicio de los pagos administrativos
que procedan respecto de tales créditos. Puede advertirse
que sólo se cambió la terminología para adecuarla con la
de la actual ley concursal.
Por otra parte, la legislación anterior establecía que una vez
declarada la quiebra, se prohibía legalmente, so pena de incurrir
en objeto ilícito, la renuncia de cualquier monto de los créditos
amparados por la preferencia contenida en los números 5, 6 y
8 del artículo 2472 del Código Civil, porque de esta suerte el
legislador protegía los créditos consistentes en remuneraciones,
asignaciones familiares, cotizaciones de la entidad de seguridad
social e indemnizaciones de los trabajadores. El artículo 246 de
la ley concursal vigente admite ahora expresamente la renuncia-
bilidad de los montos y preferencias de los aludidos créditos, en
los siguientes casos:
1 ) Mediante conciliación celebrada ante el Juzgado del Trabajo,
la que puede tener lugar en la audiencia preparatoria o de
juicio y debe constar en la expresa aprobación del juez, y
2) En virtud de transacción judicial o extrajudicial que se celebre
con posterioridad a la notificación de la sentencia definitiva
de primera instancia del juicio laboral respectivo. No obstante
las condiciones señaladas, nos parece que se está atentando
directamente contra el principio que informa la legislación
laboral nacional y comparada, relativo al carácter irrenunciabk
de los derechos que ella establece, todo ello en la mira de

300
CAP. V. LA LIQUIDACIÓN DEL PASIVO EN EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

mantener la inspiración económica que tiene la Ley № 20.720,


de 9 de enero de 2014, promulgada el 13 de diciembre de
2013.
También se regula especialmente por el artículo 245 de la ley
concursal vigente el pago de las costas personales, que se somete a
las siguientes normas:
1) Tratándose del procedimiento concursal de liquidación for­
zosa, sólo proceden las costas personales correspondientes al
acreedor peticionario, que benefician de la preferencia del
núm ero 1 del artículo 2472 del Código Civil. Esta situación
ya había sido prevista en las últimas reformas que fueron
introducidas en la legislación de quiebra, hoy derogada, y
2) En el caso de la liquidación voluntaria, que sustituye a la
quiebra pedida por el propio deudor, las costas personales del
solicitante gozan de la preferencia indicada en el número 4
del artículo 2472 del Código Civil.
Tanto en uno como en el otro caso de los precedente­
m ente indicados, se aplican las siguientes limitaciones para
el cálculo de dichas costas:
a) El 2% del crédito invocado, si éste no excede de 10.000
unidades de fomento, y
b) El 1% en lo que exceda del valor señalado en la letra
anterior.
En el caso de la liquidación voluntaria y siempre que el
deudor invocara más de un crédito, se debe estar a aquel en
cuyo pago hubiere cesado en prim er lugar. El saldo, si lo hay, s
se considera crédito valista.
Con respecto a los demás créditos de la primera clase, i
que no se m encionan en el artículo 244 de la ley concursal
vigente, hay que atenerse al texto del artículo 2472 del Código
Civil, en los términos que ella ahora fija en el artículo 346
№ 4.7

7 Los créditos n o m encionados en el p recep to aludido son los de los n úm eros 2.


3, 6, 7 y 9 del artículo 2472 del C ódigo Civil, q u e se p agan en el o rd e n d e p relació n
establecido p o r este ú ltim o artículo.

301 . ,;'л. \У i \
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS- DERECHO CONCURSAL

P á r r a f o III
LOS REPARTOS DE FONDOS PARA EL PAGO DE LOS CRÉDITOS

193. La propuesta de reparto defondos. El liquidador está, obligado


a proponer a los acreedores un reparto de fondos, concurriendo
los siguientes requisitos copulativos:
1) Disponibilidad de fondos para abonar a los acreedores reco­
nocidos una cantidad no inferior al 5% de sus acreencias;
2) Reserva previa de los dineros suficientes para sufragar los gas­
tos del procedimiento concursal de liquidación y los créditos
de igual o mejor derecho cuya impugnación se encuentra
pendiente;
3) Reserva para responder a los acreedores residentes en el
extranjero que no hayan alcanzado a comparecer, según los
plazos previstos en el artículo 252, y
4) Debe sujetarse el liquidador al procedimiento fijado en el
artículo 248 de la ley del ramo.

194. Procedimiento para el reparto de fondos. Esta materia está


regulada en el artículo 248 de la ley de procedimientos concúr­
sales, que dispone al efecto las siguientes reglas que el liquidador
tiene que observar:
1) La propuesta se presenta al tribunal conjuntamente con un
detalle completo del reparto que se pretende realizar, sus
montos, fórmula del cálculo utilizada y acreedores a quienes
se va a pagar;
2) El tribunal, al día siguiente de la presentación de la proposición,
debe tener por propuesto el reparto y ordena al liquidador
publicarlo en el Boletín Concursal;
3) Los acreedores que conjunta o separadamente representen al
menos el 20% del pasivo con derecho a voto, pueden objetar el
reparto propuesto, dentro del plazo de 3 días, contado desde
la notificación de resolución que lo tiene por propuesto. Si
la objeción planteada afecta la totalidad del reparto, éste no
puede llevarse a cabo mientras la oposición no sea resuelta

302
CAP. V. LA LIQUIDACIÓN DFT P A S iv r. д м FI р р г ^ с ш ш г а т п CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

en prim era instancia. Si la objeción formulada es parcial, el


reparto puede ejecutarse en la parte no disputada;
4) El tribunal confiere traslado al liquidador de todas las objecio­
nes planteadas, el que tiene que evacuarlo dentro de tercero
día;
5) Transcurrido el plazo señalado anteriormente, haya o no
evacuado el liquidador el traslado conferido, el tribunal re­
suelve sin más trámite la objeción. La resolución que se dicte
al respecto no es susceptible de recurso alguno;
6) El objetante vencido es condenado al pago de las costas,
las que se calculan sobre la base del monto objetado, salvo
que haya tenido motivo plausible para litigar. En el caso
en que la objeción sea deducida por dos o más acreedores
conjuntamente, y fuese rechazada, todos ellos son solida­
riam ente responsables del pago de las costas. El liquidador
debe perseguir en beneficio de la comunidad de acreedores
el cobro de las costas por cuerda separada ante el mismo
tribunal que conoce del procedimiento concursal de que se
trata y puede solicitar que las fijadas sean descontadas del
reparto presente o futuro que les correspondería al o a los
objetantes vencidos;
7) La resolución que acoja la impugnación debe ordenar la
confección de una nueva propuesta de reparto;
8) En el caso de que no se formulen objeciones, rechazadas las
interpuestas o modificado el reparto en la forma decretada
\V¡\ >ÜOf iA ÏÆ nftROS §•;* i.'N DI.UTO - ¡IV N*' i73.b

por el juez, éste debe ordenar al liquidador la distribución


del reparto dentro del plazo de 3 días, contado desde la ex­
piración de término para objetar, y
9) La resolución que ordene la distribución del reparto se notifica
en el Boletín Concursal y a partir de ese instante los acreedo­
res incluidos en el reparto pueden reclamar al liquidador el
pago de las sumas respectivas. Tratándose de créditos afectos a
subordinación, el oíos acreedores subordinados contribuyen
al pago de sus respectivos acreedores beneficiarios, a prorrata,
con lo que les corresponda en dicho reparto de su crédito
subordinado.

303 - ■ • \ :
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

P á r r a f o IV
L a situación especial de algunos acreedores

195. Situación del acreedor condicional. Se entiende por acreedor


condicional aquel cuyo crédito está sujeto a la ocurrencia de un
hecho futuro e incierto del cual depende su nacimiento o extin­
ción. Si el crédito pende de una condición suspensiva, en princi­
pio no tendría, de acuerdo con el artículo 1485 del Código Civil,
derecho a invocarlo en la quiebra. Sin embargo, la ley contempla
una situación especial respecto del pago de un crédito sujeto a
este tipo de condición. En efecto, conforme a lo dispuesto por
el artículo 249 de la Ley № 20.720 sobre la materia, el acreedor
condicional puede solicitar al tribunal que ordene la reserva de
los fondos que le corresponderían cumplida la condición, o su
entrega bajo caución suficiente de restituirlos a la masa, con el
interés corriente para operaciones reajustables, para el caso de
que la condición no se verifique. La consignación señalada debe
constar en boleta de garantía bancaria o póliza de seguro, la cual
tiene que ser reemplazada o renovada sucesivamente hasta que
se cumpla la condición a la que está sujeta la acreencia de que
se trata.
El acreedor condicional resolutorio, cuyo crédito ha nacido
a vida del derecho, puede verificarlo amparado en la legislación
concursal asimismo por la normativa común. Una vez reconocido
este crédito, puede reclamar su pago en la forma ordinaria, sin
peijuicio del derecho de la masa a repetir, en caso de cumplirse
el hecho previsto como condición.
Para el ejercicio del derecho que el artículo 249 de la ley del
ramo acuerda al acreedor condicional se requiere la iniciativa del
interesado, pues el liquidador no está obligado sino a realizar la
reserva de fondos cuando el tribunal así lo ordene. La ley tam­
poco señala un plazo para hacer valer la reserva de fondos, pero
se subentiende que para solicitarla es preciso que el crédito haya
sido verificado ordinaria o extraordinariamente.

196. Situación del acreedor que es a la vez deudor del concursado.


Puede ocurrir en la práctica que el acreedor que verifica sea a la
vez deudor del sujeto pasivo sometido al procedimiento concursal

304
CAP. V. LA LIQUIDACIÓN DEL PASIVO EN EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

de liquidación, sin que hubiere operado la compensación; las


sumas que le correspondan a este acreedor se aplican al pago de
la deuda que tiene con el concursado, aunque no esté vencida.
Así está previsto en el artículo 250 de la ley de la materia.

197. Situación del acreedor que ha verificado extraordinariamente.


El problema básico que aquí se presenta consiste en saber cómo
se va a pagar al acreedor que ha hecho uso del derecho a verifi­
car extraordinariamente. De conformidad con lo dispuesto en
el artículo 251 de la ley concursal, la verificación morosa o ex­
traordinaria no suspende la realización de los repartos, pero si al
encontrarse pendiente el reconocimiento de estos nuevos créditos
se ordena otro reparto, estos acreedores son comprendidos en
él por la suma que corresponda, manteniéndose en depósito las
sumas que se invocan hasta que tales créditos sean reconocidos
en el procedimiento concursal. Una vez reconocidos los crédi­
tos verificados fuera del período ordinario, sus titulares tienen
derecho a exigir que los fondos objeto del reparto que les haya
correspondido en las distribuciones precedentes sean cubiertos
de preferencia con los fondos no repartidos, pero no pueden
demandar a los acreedores pagados en los repartos anteriores
la devolución de ninguna cantidad, aun cuando el activo sujeto
al procedimiento concursal de liquidación no alcance a cubrir
íntegramente sus dividendos impagos.

198. Situación de los acreedores residentes en el extranjero. De confor­


midad con el artículo 252 de la Ley № 20.720 de procedimientos
concúrsales, la cantidad reservada para acreedores residentes
fuera del territorio de la República perm anecerá en depósito
hasta el vencimiento del duplo del término de emplazamiento
que les corresponda y, vencido este plazo, se aplicará al pago de
los créditos reconocidos. Se repite lo previsto en el artículo 155
de la legislación de quiebras hoy derogada.

199. Situación del acreedor que no comparece a recibir dividendo.


Este caso está regulado en el artículo 253 de la ley concursal, que
indica que si algún acreedor comprendido en la nómina de distri­
bución no comparece a recibir lo que le corresponda tres meses
después de la notificación del reparto, el liquidador depositará

305 -• .'
Я Я - ) К Г . А ? Л 7 Д Г .1 0 \ 1Y 1 Т П Ш П А Г Т Г М 14F F M P R F S A S V Р У Р Ч П ТМАЯ . D F .R E C H O C Q N C I i R S ^

su importe en arcas fiscales a la orden de dicho acreedor. Agrega


el mismo precepto que transcurridos 3 años desde la fecha de
dicho depósito sin que se haya cobrado su monto, la Tesorería
General de la República lo destinará en su totalidad al Cuerpo de
Bomberos. Esto último constituye una novedad introducida por
la ley vigente, toda vez que en todo lo demás se repite el texto del
artículo 156 de la legislación de quiebras, hoy derogada.
Gapítulo V I -------------------------
LA CONSERVACIÓN Y REALIZACIÓN
DEL ACTIVO

200. Objetivo. Mediante la liquidación del pasivo se logra de­


terminar a quiénes se va a pagar, en qué forma y en qué orden.
Los créditos se pagan con el producto de la realización de los
bienes.
El procedimiento de conservación y realización comprende
el conjunto de normas relativas a las facultades que la ley en­
trega a la ju n ta de acreedores y al liquidador para administrar
los bienes del deudor, para realizarlos en la forma y según los
procedimientos que ella determina. En efecto, según lo previsto
en el artículo 207 de la ley concursal vigente, salvo lo previsto
respecto de la realización simplificada o sumaria del activo, la
determinación de la forma de realización ordinaria de los bie­
nes del deudor, sus plazos, condiciones y demás características,
corresponde a la junta de acreedores.
Por su parte, el artículo 36 de la ley de. la materia, que con­
tiene las atribuciones y deberes del liquidador, dispone en sus
números 1) y 2), que debe incautar e inventariar los bienes del
deudor. Además le corresponde al liquidador administrar los
bienes del concurso en conformidad a la ley, realizarlos para pa­
gar a los acreedores, continuar provisional y definitivamente las
actividades económicas del deudor y llevar a cabo todas las otras
actuaciones que quedan bajo su competencia, en este mismo
orden de materias.
La conservación de los bienes requiere de un acto previo en
virtud del cual el liquidador toma a su cargo dichos bienes. Este
acto se denomina “incautación” y no tiene otro alcance jurídico
que el simple apoderamiento de los libros, documentos y bienes

307
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

del concursado, para ponerlos en un lugar seguro si el liquida­


dor estima que peligran o corren riesgos donde se encuentran,
regulado en los artículos 163 y 164 de la ley concursal vigente.
Además, la diligencia de incautación conlleva la confección de
un inventario de los bienes incautados, medidas esenciales de
conservación del activo del concurso, que será administrado y
realizado posteriormente para cumplir con los fines del proce­
dimiento tutelar de liquidación.

Sección I
CONSERVACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DEL ACTIVO

Párrafol
La incautación e inventario de los bienes del deudo r

201. Concepto de incautación. Es un acto en virtud del cual


liquidador, en presencia del secretario o de otro ministro de fe
designado por el tribunal, procede a recoger los libros, documen­
tos y bienes del deudor sometido a procedimiento concursal de
liquidación y a ponerlos en un lugar seguro si estima que peligran
o corren riesgos donde se encuentran.
Durante la vigencia de la Ley № 4.558, de 1929, se entendía
que la incautación era un aspecto material del desasimiento, por
cuanto no tenía una reglamentación especial.
La Ley № 18.175, de 1982, sobre quiebras, en su Título VII,
artículos 94 y siguientes, bajo el epígrafe De la incautación e
inventario, reguló este aspecto esencial de la conservación del
activo, reconociendo así que la incautación es algo diferente del
desasimiento. Este mismo criterio sigue la ley concursal vigente
que recoge, con algunas variantes, el contenido de las citadas
disposiciones de la antigua ley de quiebras.
Recordemos que mientras el desasimiento es un efecto jurí­
dico que se produce de inmediato con el pronunciamiento de
la resolución de liquidación, que priva al deudor de la adminis­
tración de los bienes comprendidos en el activo del concurso,
la incautación es un efecío material o cíe hecho, en virtud del cual
el liquidador recoge los libros, documentos y bienes del deudor

308
CAP. VI. LA CONSERVACIÓN Y REALIZACIÓN DEL ACTIVO

para ponerlos a buen recaudo, si estima que corren peligro


donde se encuentran.
Por otra parte, en la incautación no se distingue, como ocurre
en el desasimiento, entre bienes comprendidos en el activo del
concurso y bienes excluidos de éste. El liquidador recoge, prote­
ge y custodia todos los bienes que al tiempo de la resolución de
liquidación están en poder del deudor sometido al procedimiento
concursal de que se trata. Como la incautación se hace seguida de
inventario, con posterioridad las personas cuyos bienes hubieren
sido erróneam ente incautados pueden, por la vía de reclamos
administrativos ante el liquidador o ante la ju n ta de acreedores
o mediante la acción reivindicatoría, lograr la restitución de esos
bienes.
La incautación debe practicarse dentro del más breve lapso
una vez que el liquidador haya asumido su cargo, para que surta
efecto como acto de conservación del patrimonio del deudor
concursado. Bajo la vigencia de la Ley № 4.558, de 1929, su
artículo 97 establecía que “el síndico, desde el momento en que tenga
conocimiento de la declaración de quiebra... ”, practicará la incautación.
La Ley № 18.175, de 1982, señalaba en su artículo 94: “Asumido
oficialmente el cargo, el síndico deberá practicar... ” y enumeraba las
diligencias de incautación e inventario. La Ley № 20.720, de
2014, vigente en la materia, separa las diligencias de incautación y
facción de inventario en artículos diferentes, aunque en el hecho
recoge, con pequeñas modificaciones, el mismo contenido de las
normas ahora derogadas.

202. Cómo se lleva a cabo la incautación. Cuando la empresa


deudora o el deudor ha solicitado la aplicación del procedimien­
to concursal de liquidación voluntaria, debe presentar una lista
de sus bienes, lugar en que se encuentran y los gravámenes que
les afectan, como asimismo una lista de los bienes legalmente
excluidos de la liquidación, de conformidad con lo establecido
en el artículo 115, números 1) y 2), de la ley concursal. En este
caso, estas listas de bienes servirán al liquidador para llevar a
efecto la diligencia de incautación, para proteger y custodiar los
bienes del deudor.
Ahora bien, como en la mayoría de los casos son los acreedores
los que solicitan la liquidación forzosa de la empresa deudora o

309
REQRQANI7.AP Ó N Y I .TOTTITÌACTÓN D E EM PR ESA RV PEPQ rW A S nF R F .fflO CONCURSAT

del empresario deudor, el artículo 163 de la ley vigente regula


el procedimiento para efectuar la diligencia de incautación. En
efecto, el precepto legal recién citado dispone que una vez que
haya asumido oficialmente el cargo y en presencia del secretario
o de otro ministro de fe designado por el tribunal, el liquidador
está obligado a:
1) Adoptar de inmediato las medidas conservativas necesarias
para proteger y custodiar los bienes del deudor, si estima que
peligran o corren riesgos donde se encuentran, y
2) Practicar la diligencia de incautación y confección de inven­
tario de los bienes del deudor.
Se advierte que la ley concursal ahora vigente distingue entre
la adopción de medidas conservativas necesarias para proteger
y custodiar los bienes del deudor, si estima que peligran o co­
rren riesgos donde se encuentran, y la incautación misma, que
consiste en recoger los bienes, libros de contabilidad y otros
documentos del mismo deudor para posteriormente confeccio­
nar el inventario.
De las diligencias comprendidas en la incautación se debe
levantar un acta, que, según el artículo 164 de la ley de la materia,
tiene que contener, al menos, las siguientes enunciaciones:
1) La determinación de cada uno de los domicilios, sucursales
o sedes del deudor en que ellas se hayan practicado;
2) El día, hora y los nombres de los asistentes a las diligencias
realizadas;
3) La circunstancia de haber sido necesario o no el auxilio de
la fuerza pública;
4) La constancia de todo derecho o pretensión formulados por
terceros en relación con los bienes del deudor;
5) El inventario de bienes señalado en el artículo 165, de la ley
del ramo, y
6) El nombre y firma del liquidador y del ministro de fe que
estuvo presente en la incautación y facción de inventario de
los bienes.
-CAP. VI. T.A rO N SF T?VA ÇIÔM y R F.A T T7.Ar .T0 N DEL ACTIVO

Si aparecen nuevos bienes que inventariar, se aplica el mismo


procedimiento antes señalado.

203. La facción de inventario. Según lo dispuesto por el ar­


tículo 165 de la ley concursal, el inventario que el liquidador
confecciona de los bienes del deudor debe incluir, a lo menos,
las siguientes indicaciones:
1) Un registro e indicación de los libros, correspondencia y
documentos del deudor, si los hubiere;
2) La individualización de los bienes del deudor, dejando especial
constancia del estado de conservación de las maquinarias,
útiles y equipos, y
3) La identificación de los bienes respecto de los cuales el liqui­
dador constate la existencia de contratos de leasing (arrenda­
miento con opción de compra como se denominan en esta
ley) y todos aquellos que se encuentren en poder del deudor
en una calidad distinta de la de dueño.

204. Publicidad del acta de incautación e inventario. Asesorías del


liquidadory colaboración del deudor. Es deber del liquidador agregar
a los autos del concurso el acta de las diligencias de incautación
y el inventario, como así también el de publicarlo en el Boletín
Concursal, a más tardar al quinto día contado desde la última
diligencia realizada. Lo propio debe hacer respecto de incauta­
ciones posteriores y las que excluyan bienes del inventario.
El liquidador está facultado para llevar a cabo la diligencia de
incautación y facción de inventario asesorado por un especialista
en el giro del deudor, cuyos honorarios se consideran gastos de
administración del procedimiento concursal de liquidación. El
liquidador debe dejar constancia también en el acta de la ido­
neidad técnica del asesor, indicando los antecedentes que sirvan
para acreditarla. De todas maneras, corresponde a la junta de
acreedores inmediatamente posterior aprobar o rechazar en de­
finitiva el gasto relativo a los honorarios del especialista. Así está
previsto en el artículo 167 de la ley del ramo.
Por otra parte, en las diligencias de incautación e inventario
pueden asimismo acompañar al liquidador sus dependientes o

311
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL \

A
asesores de confianza, cuyos honorarios son de exclusivo cargo .
del liquidador.
Finalmente, el deudor, Ьгуо procedim iento concursal de •
liquidación, está obligado a indicar y a poner a disposición del "
liquidador todos sus bienes y antecedentes. Si el deudor se niega, >
o no puede dar cumplimiento a la obligación antes señalada, el -
deber de colaboración recae en cualquiera de sus administrado­
res, si los hubiera. No obstante, el liquidador puede solicitar el
auxilio de fuerza pública en caso de oposición del deudor o de
sus administradores, para cuyo efecto bastala exhibición de copia
autorizada de la resolución de liquidación al jefe de turno de la
respectiva unidad de Carabineros de Chile.

P á r r a f o II
La adm inistración de los BIENES DEL d eu d o r

205. Objetivo de la administración. De conform idad con lo ;


prevenido en los artículos 86 y 130 de la ley concursal, la adm i-,
nistración de que es privado el deudor pasa de derecho al liqui- ;
dador, que se hará cargo de los bienes de aquél. Se trata de una
administración diferente a la que puede ejercer un mandatario
o un representante legal; ella está destinada a la conservación e
incremento y realización de los bienes del sujeto pasivo sometido
al procedimiento concursal de que se trata.
Puede parecer sorprendente el propósito de esta adminis­
tración en orden a incrementar el patrimonio del deudor, sobre
todo si se tiene en cuenta que los procedimientos colectivos de
insolvencia no tienen fines lucrativos. Sin embargo, el incremento
aludido se logra mediante la reintegración de los bienes que han
salido del patrimonio del deudor, gracias al ejercicio exitoso de
las acciones revocatorias.

206. Facultades de la administración. Las facultades que la ley


confiere al liquidador para administrar los bienes del deudor son
de diversa índole y se avienen con la finalidad de conservación,
incremento y posterior realización de ellos. El artículo 36 de la
ley de la materia, que contiene los deberes del liquidador, seña­
CAP. VL LA CONSERVACIÓN Y:REALIZACIÓN DEL ACTIVO

la también algunas facultades relativas a la administración, que


comentamos a continuación.
Sin duda que una de las atribuciones primordiales en materia
de administración es la contenida en el enunciado del aludido
artículo 36 de la ley concursal, que dispone: “El liquidador representa
judicial y extrajudiciálmente los intereses generales de los acreedores y los
derechos del deudor en cuanto puedan interesar a la masa, sin perjuicio
de las facultades de aquéllos y de éste determinadas por esta ley”. No se
advierte, en este aspecto general de la administración, ninguna
diferencia con lo que en su tiempo disponía el encabezamiento
o enunciado del artículo 27 de la legislación de quiebras hoy
derogada, cuyo texto repite el artículo 36 de la ley vigente. Las
diferencias las encontram os en el detalle de los deberes del
liquidador, comparado con las obligaciones y atribuciones que
antiguamente tenía el síndico de quiebras.
Como hemos tenido oportunidad de señalar los deberes del
liquidador en el contexto de la actual normativa, como asimismo los
efectos que el desasimiento origina respecto de la administración
de los bienes del deudor, no volveremos sobre estos temas.1

Sección II
REALIZACIÓN DE LOS BIENES DEL DEUDOR

207. Idea de realización de bienes. Se conoce con este nombre


el conjunto de operaciones destinadas a convertir en dinero
los bienes del deudor sometido al procedimiento concursal de
liquidación, para pagar a los acreedores.
La ley concursal vigente mantiene el principio de la legisla­
ción de quiebras, hoy derogada, en orden a entregar el proceso
de realización de los bienes del concurso, fundamentalmente,
a los acreedores reunidos en junta, quienes pueden acordar, en
cualquier tiempo, la forma de realización y las modalidades de la
misma. Así queda de manifiesto en las materias de competencia de
lajunta constitutiva de acreedores, y de la prim erajunta ordinaria
de acreedores, previstas por los artículos 196 № 5 y 198 № 2 de

1 Véanse los números 20, 119, 120 y 121 de esta obra.

313
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

1
la ley vigente, que aluden al “plan o propuesta circunstanciada de la
realización de los bienes del deudor. |
El liquidador viene a ser una suerte de ejecutor de las deci­
siones de la junta de acreedores respecto de la realización de los
bienes del deudor, salvo que expresamente la ley de la materia
le conceda facultades en este sentido.
Asimismo, la actual normativa mantiene la regulación de los
tres procedimientos de realización de los bienes que estaban
establecidos en la legislación anterior, a saber:
• La realización simplificada o sumaria;
• La realización ordinaria de bienes, y
• La venta como unidad económica.
Trataremos por separado cada uno de ellos.

Párrafo I
LA realización simplificada o SUMARIA -

208. Ámbito de aplicación. Este tipo de realización de bienes


tiene lugar en los casos que indica el artículo 203 de la ley con­
cursal, a saber:
1) Si el deudor califica como microempresa, según lo previsto
en el artículo 22 de la Ley № 20.416, circunstancia que debe
ser acreditada por el liquidador, para lo cual puede requerir
al Servicio de Impuestos Internos la información relativa al
nivel de ventas del deudor;
2) Si el liquidador informa a los acreedores en la junta consti­
tutiva que el producto probable de la realización del activo
a liquidar no excede las 5.000 unidades de fomento. En caso
de que el deudor o cualquier acreedor no esté de acuerdo
con la estimación efectuada por el liquidador, debe formular
verbalmente su oposición en la misma ju n ta constitutiva y el
tribunal, luego de escuchar a los interesados y al liquidador,
tiene que resolver el conflicto en esa misma junta. Contra la
resolución que se pronuncie al respecto no procede recurso
alguno;

314
CAP. VI. LA CONSERVACIÓN Y REALIZACIÓN DEL a C i 1v u

3) Si la ju n ta constitutiva no se celebra en segunda citación por


falta de quorum;
4) En caso de que la junta constitutiva se celebre en segunda
citación con asistencia igual o inferior al 20% del pasivo total
con derecho a voto;
5) Si la ju n ta de acreedores lo acuerda, y
6) Si fuese procedente la aplicación del artículo 210 de la ley
concursal vigente. Esta disposición se refiere al caso en que
los acreedores no han acordado la forma de realización de
los bienes, dentro de los 60 días contados desde la fecha de
la ju n ta constitutiva o desde la notificación del acta de in­
cautación del activo, si esta última diligencia se practica con
posterioridad.

209. Normas bajo las cuales se efectúa la realización sumaria. Estas


reglas están previstas en el artículo 204 de la ley de la materia, que
establece, en primer lugar, que los valores mobiliarios que tienen
cotización bursátil se venden en remate en bolsa de valores. En
segundo término, el precepto legal recién citado dispone que los
demás bienes muebles e inmuebles se liquiden mediante venta
al martillo, conforme las siguientes reglas:
1) El liquidador debe designar a un martiliero concursal. Este
último está definido en el artículo 2a № 20 de la ley concur­
sal vigente como: “Aquel martiliero público que voluntariamente
se somete a la fiscalización de la Superintendencia de Insolvencia y
Reemprendimiento, cuya misión principal es realizar los bienes del
deudor, en conformidad a lo encomendado por lajunta de acreedores
y de acuerdo a lo establecido en esta ley ”. Ahora bien, dado que de
acuerdo con lo previsto en el artículo l 2 de la Ley № 18.118 los
martilieros públicos sólo pueden vender en pública subasta y
al mejor postor sólo bienes corporales muebles, el artículo 367
de la ley concursal agrega un inciso 22 del precepto legal
recién citado para permitir que los martilieros públicos que
pasan a constituirse también como martilieros concúrsales,
puedan vender públicamente y al mejor postor, además de
toda clase de bienes corporales muebles, todo tipo de bienes
raíces o inmuebles;

315
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

2) Las bases y demás condiciones de venta son confeccionadas


por el liquidador, presentadas al tribunal y publicadas en el
Boletín Concursal. Los acreedores y el deudor pueden, dentro
de segundo día, objetar las bases, caso en el cual el tribunal cita
a las partes a una única audiencia verbal, notificándolas por el
estado diario, que se celebra a más tardar el quinto día desde el
vencimiento del plazo para objetar, con las partes que asistan.
El juez resuelve las objeciones planteadas en la audiencia ya
referida y contra lo que decida sólo puede interponerse verbal­
mente reposición, la que se fallará en la misma oportunidad.
El costo de la redacción de las bases pesa sobre el liquidador,
con cargo al honorario que perciba según la ley del ramo;
3) Una vez resueltas las objeciones, las bases y las demás condi­
ciones se publican en el Boletín Concursal, con a lo menos 5
días de anticipación a la fecha del remate y sin peijuicio de
las restantes formas de publicidad que se contemplen en las
mismas bases;
4) Tratándose de bienes inmuebles, las bases deben considerar
el otorgamiento de una garantía de seriedad exigible a todo
postor de, a lo menos, el 10% del mínimo por cada predio a
rematar, la que subsiste hasta que se otorgue la escritura defi­
nitiva de compraventa y se inscriba el dominio del comprador
en el conservador de bienes raíces respectivo, libre de todos
los gravámenes según lo previsto en las bases;
5) El mínimo del remate de los bienes raíces o de los derechos
sobre ellos corresponde fijarlo a lajunta constitutiva de acree­
dores, o en su defecto, al avalúo fiscal vigente al semestre en
que ésta se efectúe, o a la proporción que corresponda según
dicho avalúo, respectivamente. Si no se presentan postores,
se efectuará un nuevo remate de estos bienes en un plazo
máximo de 20 días, y el mínimo corresponde al 50% del que
se había fijada originalmente. En caso de que tampoco hubiera
postores en este segundo remate, se efectúa uno nuevo en un
plazo de 20 días, sin mínimo;
6) El mínimo del remate de los bienes muebles corresponde
establecerlo también a lajunta constitutiva de acreedores, o
en su defecto, se subastan sin mínimo.

316
CAP. VI. LA CONSERVACIÓN Y REALIZACIÓN DEL ACTIVO

7) El martiliero concursal debe rendir cuenta de su labor en los


términos fijados por el artículo 216 de la ley de la materia, de
los cuales trataremos más adelante, y
8) Los bienes deben venderse dentro de los 4 meses siguientes a
la fecha de celebración de lajunta constitutiva de acreedores
o desde que ésta debió tener lugar en segunda citación. Res­
pecto de los bienes incautados con posterioridad a aquélla, el
plazo para venderlos se cuenta desde la fecha de la diligencia
de incautación.
En el evento de que no sea posible cumplir con los plazos de
realización anteriormente indicados, el liquidador está obligado
a informar este hecho a la Superintendencia, con a los menos 15
días de anticipación a la expiración de dichos términos, expli­
cando las razones del retraso. Lo anterior no libera al liquidador
del deber de perseverar en la venta de los bienes, quien debe
justificar su demora cada 30 días. Si el retraso fuese por culpa
del liquidador, la Superintendencia puede aplicar las sanciones
que la ley concursal establece al respecto.
Sin duda que el procedimiento de realización sumaria del
activo, creado por la Ley № 18.175, de 1982, sobre quiebras, im­
plicaba una innovación de gran utilidad práctica, tratándose de
procedimientos concúrsales cuyo activo es de reducido monto,
motivo por el cual la Ley № 20.720, de 2014, lo mantiene, con
algunas variantes en los artículos 203 y siguientes.
Finalmente, en lo relativo a la regulación específica de la reali­
zación sumaría del activo, el artículo 206 de la ley vigente establece
la facultad de los acreedores para acordar, en junta constitutiva y
con mayoría o quorum calificado, una fórmula de realización de
los bienes, diferente de la regulada en la ley como sumaria. De
todas maneras, el procedimiento de realización diverso acordado
debe cumplirse en el plazo de 4 meses siguientes a la fecha de
celebración de lajunta constitutiva o desde que ésta debió tener
lugar en segunda citación. Tratándose de los bienes incautados
después de lajunta indicada, el plazo se cuenta desde la fecha
de la diligencia de incautación.
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

P á r r a f o II
LA REALIZACIÓN ORDINARIA DE BIENES

210. Idea orientadora. Se encuentra contenida en el artículo 207


de la ley de la materia, que dispone que la determinación de la
forma de realización de los bienes del deudor, sus plazos, condi­
ciones y demás características, corresponde acordarla o decidirla
a la junta de acreedores, en tanto órgano colectivo del procedi­
miento concursal de liquidación. Este principio general ya había
sido incorporado en nuestra legislación por el artículo 120 de la
Ley № 18.175, de 1982, y se mantiene como regla general de la
realización de bienes en la normativa actualmente vigente.

211. Reglas sobre las modalidades de realización ordinaria de bienes.


Están previstas en los artículos 208 y siguientes de la ley concursal,
que conserva en gran medida las que a su tiempo fijó la legislación
de quiebras hoy derogada, en sus artículos 122 y siguientes, en
defecto de los acuerdos de la junta. Trataremos a continuación
de estas fórmulas, en el orden previsto por la ley vigente:
1) La venta de los bienes muebles e inmuebles se hace al mar­
tillo. Respecto de los bienes raíces, se innova permitiendo
esta modalidad de remate por los martilieros concúrsales,
para lo cual fue necesario modificar la Ley № 18.118, sobre
martilieros públicos, que sólo estaban facultados para vender
en pública subasta bienes corporales muebles.
2) La venta de valores mobiliarios sujetos a cotización bursátil
И 1" 17 ;.sí>

se lleva a cabo mediante remate en la Bolsa de Valores;


3) Otra forma distinta de realización de bienes, incluyen la venta
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como unidad económica establecida en el artículo 271 de la


D r ! ПО

ley concursal y las ofertas de compra directa, reguladas en esa


misma ley.
í S UN
U^ROS

Los aspectos novedosos de la realización ordinaria de bie­


nes se advierten en cuanto al establecimiento de los plazos en
lM

los que tiene que llevarse a cabo. Como principio elemental se


i X V i í ) C O S' I A

señala en el artículo 209 de la ley del ramo que cualquiera sea


la forma de realización de los activos, ella debe efectuarse en el
i
CAP. VI. LA CON SER V AC IÓN Y REALIZA CIÓN DEL ACTIVO

Щ menor tiempo posible, el que no puede exceder de 4 meses para los


p bienes muebles y de 7 meses para los bienes raíces, ambos plazos
[i- contados desde la fecha en que se realiza lajunta constitutiva de
и acreedores o en que debió efectuarse en segunda citación. Sin
embargo, los acreedores pueden acordar fundadamente, con
? quorum calificado y antes del vencimiento de los términos ya
ij. señalados, su extensión por 4 meses más. Asimismo, se admite la
!: concesión de nuevas prórrogas, que deben decidirse con el mis-
mo quorum antes indicado y contar además con la autorización
>; fundada de la Superintendencia. La extensión del plazo puede
referirse a bienes determinados o, en general, a todos los bienes
cuya enajenación esté pendiente.
Por otra parte, aquellos bienes cuya forma de enajenación
■ no haya sido decidida por los acreedores, dentro de los 60 días
contados desde la fecha de celebración de lajunta constitutiva o
H desde la notificación del acta de incautación del activo, en caso
de que esta diligencia hubiere sido practicada con posterioridad,
% se enajenan de acuerdo con las reglas de la realización sumaria o simpli-
ficada. El liquidador tiene que dejar constancia de esta situación
en el expediente del juicio concursal, y desde la fecha en que el
r juez la tenga presente, se cuenta el plazo de 4 meses al que alude
la letra h) del artículo 204 de la ley del ramo.
I En este mismo orden de materias, cuando el liquidador estima
I que no puede cumplirse con los plazos de realización ya indicados,
I está obligado a comunicarlo a la Superintendencia, junto con dar
las razones del retraso. El incumplimiento del deber de informa-
I ción recién señalado se considera falta grave para los efectos de
J lo previsto en el artículo 338, número 2, de la ley vigente.
; De la misma manera que lo hacía el artículo 121 de la norma-
" 1.1:V N c’

^ tiva de quiebras hoy derogada, la ley concursal vigente establece


; en su artículo 212 la regla especial para ciertos bienes cuya enaj e-
D Í:L irO

; nación no puede esperar. En efecto, el liquidador puede realizar


en cualquier momento, al martillo o en venta directa, los bienes
UN

muebles del deudor que considere que están expuestos a próximo


¡.Л
Ш .К О '

j deterioro o desvalorización inminente o exijan una conservación


j dispendiosa. En el caso de que se lleve a cabo la enajenación de
P¡:

alguno de estos bienes, el liquidador debe informar a los acree-


R ;i': ¡COIM A

: dores en la iunta
U inmediatamente posterior,
JL señalando también
los recursos obtenidos de ella. De no haber juntas posteriores, el

319
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

liquidador debe informar de ello a la Superintendencia y dejar


constancia en las cuentas provisorias que deba rendir.

212. Ventas al martillo en la realización de bienes y adopción del


acuerdo. En virtud de lo establecido por el artículo 213 de la ley
aplicable en la materia, no obstante las disposiciones de la Ley
№ 18.118, relativa al ejercicio de la actividad de martiliero públi­
co, se entiende como martilieros habilitados para rematar bienes
de un procedimiento concursal sólo a aquellos incluidos en una
nómina que al efecto confecciona y lleva la Superintendencia.
Asimismo, cualquier martiliero que cumpla con los requisitos
establecidos en el artículo 214 de la ley concursal, en lo que le sean
aplicables, y que se someta voluntariamente a las disposiciones
de la mencionada ley y a la fiscalización de la Superintendencia
exclusivamente en lo relativo a los procedimientos concúrsales
en los que participe, puede solicitar su inclusión en la nómina
de martilieros concúrsales.
El acuerdo de enajenación de bienes al martillo puede versar
tanto sobre bienes muebles como inmuebles del deudor, desig­
nando asimismo al martiliero concursal, elegido de una tem a
propuesta por el liquidador y confeccionada sólo con aquellos
martilieros concúrsales incluidos en la nómina llevada por la Su­
perintendencia. Otras condiciones de estas ventas deben constar
en las bases que proponga el liquidador a lajunta, para la apro­
bación de los acreedores. Con 5 días de anticipación a la fecha
del remate, el liquidador debe publicar en el Boletín Concursal
las bases aprobadas por lajunta de acreedores, sin peijuicio de
otros medios adicionales de publicación que las mismas bases
puedan establecer, dado que el aludido Boletín pudiera no tener
otra difusión que no fuese la que tenía el Diario Oficial, en el que
antes se publicaban los avisos de remate en las quiebras.
La remuneración del martiliero concursal está determinada
bajo forma de una comisión, cuyos montos se fijan por el ar­
tículo 215 de la ley de la materia.
Finalmente, dentro del quinto día siguiente a la fecha del
remate, el martiliero concursal debe rendir a la Superintendencia
una cuenta detallada y desglosada de los bienes rematados, como
así también de los ingresos, gastos y resultado final de la subasta y
publicarla en el Boletín Concursal, cuenta que puede ser objetada
CAP. VI. LA CONSERVACIÓN Y REALIZACIÓN DEL ACTIVO

por el organismo público fiscalizador ya mencionado, según sus


atribuciones. También pueden ser objetadas las cuentas presen­
tadas por el martiliero concursal, el liquidador y los acreedores,
conforme a lo previsto en los artículos 49 y siguientes de la ley
concursal.

P á r r a f o III
LA REALIZACIÓN COMO UNIDAD ECONÓMICA

213. Antecedentes legislativos. Ninguno de los procedimientos


de realización que hemos analizado con anterioridad tiene como
finalidad preservar la existencia de conjuntos de bienes que cons­
tituyen unidades económicas, que formen parte del activo de un
procedimiento concursal. La necesidad de establecer una moda­
lidad de enajenación que preservara los conjuntos de bienes fue
llenada en su tiempo por el Decreto Ley № 1.509, de 1976, que
más tarde fuera derogado por la Ley № 18.175, de 1982, conser­
vándose en ella su contenido esencial, relativo a la enajenación
de los conjuntos de bienes o unidades económicas.
Por el interés que este texto presenta como antecedente de la
actual normativa, nos referiremos suscintamente a su contenido y
fundamentos doctrinarios. La finalidad perseguida por el legislador
al promulgar el Decreto Ley № 1.509, de 1976, fue lograr que se
enajenaran, como un solo todo, los establecimientos industria­
les, comerciales, agrícolas, mineros o de servicios y, en general,
los conjuntos de bienes que constituyen unidades económicas,
pertenecientes al activo de una quiebra, cuando su enajenación
en diversas partidas puede significar un deterioro o menoscabo
de dichas unidades económicas. A este efecto, facultaba a la Sin­
dicatura General de Quiebras para llevar a cabo dichas ventas en
la forma que el mismo decreto ley disponía.
En cuanto a los principios que sustentaron al Decreto Ley
№ 1.509, de 1976, podemos señalar que a pesar de que no definía
la idea de unidad económica ni la de establecimiento industrial,
comercial, agrícola, minero o de servicios, creemos que el legislador
no se apartaba mucho de las nociones de empresa y de estableci­
miento comercial. Sin duda que el propósito de esta legislación

321
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMP RIMAS V PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

fue el de separar la suerte que corre la empresa y los conjuntos de


bienes destinados a su explotación, de la situación de las perso­
nas naturales o jurídicas declaradas en quiebra, finalidad que no
aparece en forma tan clara y nítida como ocurre en la legislación )
francesa de 15 de julio de 1967, en la cual el legislador disocia la
suerte del sujeto que explota o dirige la empresa del destino de la
unidad económica que ella constituye.2Ahora bien, por el hecho i
de no ser el Decreto Ley № 1.509 un procedimiento de apertura
concursal sino de realización de bienes, se comprende que la tutela
que el legislador quiso imponer no fuera de orden preventivo,
como ocurre en el derecho comparado cuando la distinción a
que aludimos plasma en el texto legal, sino meramente reparativa,
para evitar los perjuicios que implica el desmembramiento de los
bienes afectados a la explotación de ima empresa.
Es verdad que el derecho comercial chileno positivo no llega
a ser todavía el conjunto de normas que reglamenta la actividad
constitutiva de la empresa, como es la tendencia actual en el
derecho comparado. Sin embargo, desde hace un tiempo a esta
parte se han venido haciendo referencias cada vez más claras a la
noción de empresa, como piedra angular de la actividad económi­
co-mercantil, ya sea en leyes de orden tributario, social, previsionai
y económico. No cabe duda de que las leyes que reconocen la
continuidad de la previsión, por el trabajo prestado en diversas
empresas, estaban implícitamente haciendo lugar a la idea de
empresa como sujeto de la actividad económico-mercantil. El
Decreto Ley № 1.509, aun cuando no definía la idea de unidad
económica ni la de establecimientos industriales, comerciales,
agrícolas, mineros o de servicios, aludía de hecho al conjunto de
bienes que un empresario destina al giro de su actividad, elemento
objetivo o material de la empresa que, en el derecho comercial
moderno, se conoce como “establecimiento de comercio”. Incor­
porando estas nociones, que constituyen el fundamento actual de
nuestra rama del saber jurídico, dicho decreto ley tiene el mérito
de haber contribuido en cierta medida a su avance.
La normativa actualmente vigente al distinguir procedimien­
tos concúrsales aplicables a la empresa deudora y a una persona
deudora, contribuye en cierta medida a la incorporación de

2 G u yen o t , ob. cit., p. 830.


ПАР. VI. Т.А т м т е р у д г .т п м Y REALIZACIÓN DEL ACTIVO

: la noción de empresa como sujeto de ellos, pero no la define


' apropiadamente. La Ley № 20.720, de 2014, mantiene el pro­
cedimiento de realización de bienes como unidad económica,
; en los aspectos esenciales que contemplaba la Ley № 18.175, de
1982, y sus posteriores modificaciones, con algunas variantes que
señalaremos en su oportunidad.

214. Procedimiento de enajenación como unidad económica. De


conformidad con lo establecido en los artículos 217 y siguientes
1 de la ley concursal, se regula el acuerdo de lajunta de acreedores
de vender un conjunto de bienes bajo la modalidad de venta como
unidad económica y los efectos que esta decisión trae consigo,
la determinación del monto de realización de los bienes hipote­
carios, prendados o retenidos, la calificación de esta venta como
la de un establecimiento de comercio y los trámites posteriores
que deben efectuarse para su completo perfeccionamiento, de
todo lo cual trataremos enseguida.
L ajunta de acreedores puede acordar la enajenación de los
bienes del deudor bajo la modalidad de venta como unidad eco­
nómica, decisión que se sujeta a las siguientes reglas:
} 1) El acuerdo debe incluir los bienes afectos a la venta, cual­
quiera sea la naturaleza de ellos. En el caso de que se venda
un conjunto de bienes situados en un bien raíz que no es
de propiedad del deudor, se incluirán en la enajenación los
derechos que les correspondan en tal inmueble, cualquiera
sea el tenor de la convención o la naturaleza de los hechos
en que se funda la posesión, uso o mera tenencia del predio.
Encontramos aquí una alusión evidente al derecho al local
como elemento integrante del establecimiento de comercio,
que ya estaba contenida en el artículo 125 № 1 de la ley de
quiebras, hoy derogada, y que se repite en el artículo 217
№ 1 de la ley concursal ahora vigente. Esta referencia a un
elemento del establecimiento mercantil es una confirmación
de los principios doctrinales que informan este procedimien­
to de enajenación, a los cuales tuvimos ocasión de referirnos
pre cedentemente.
2 ) Asimismo, el acuerdo de la щп ta debe señalar el Drecio mínimo
de venta del conjunto de bienes, forma de pago y garantías,
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

sin peijuicio de las demás modalidades y condiciones de la


enajenación que laju n ta pueda decidir. Acordada la enaje­
nación del conjunto de bienes como unidad económica, se
suspende el derecho de los acreedores hipotecarios, pren­
darios y retencionarios para iniciar o proseguir, en forma
separada, las acciones destinadas a lograr la realización de
los bienes afectos a la garantía de sus respectivos créditos y
que forman parte de la unidad económica. La aprobación
de las bases se considera como suficiente autorización para
los fines previstos en los números 3 y 4 del artículo 1464 del
Código Civil. Estas consecuencias jurídicas del acuerdo de la
junta de acreedores son las mismas que a su tiempo establecía
el artículo 126 de la legislación de quiebras hoy derogada,
que era lógico m antener para la finalidad que se persigue
con este tipo de realización de bienes en el procedimiento
concursal de que se trata.

215. Determinación del monto de realización de los bienes afectos


a hipoteca, prenda o derecho legal de retención. Dada la existencia
del estado de cesación de pagos del deudor que precede la
aplicación del procedimiento concursal de liquidación, es fre­
cuente que los bienes que integran la unidad económica estén
afectos a hipoteca, prenda o derecho legal de retención. En
tal caso, lajunta de acreedores puede acordar que se indique
específicamente en las bases la parte del precio de venta de la
unidad económica que corresponde a cada activo en garantía,
tanto del precio mínimo como de un eventual sobreprecio en
caso de remate, para el único efecto que los acreedores garan­
tizados puedan hacer valer los derechos que procedan según
la ley concursal. La parte del precio asignada al bien gravado
con hipoteca, prenda o derecho de retención, no puede ser
inferior al avalúo fiscal o a la valorización que efectúe el liqui­
dar el bien gravado con prenda, salvo aceptación expresa del
acreedor beneficiario de las cauciones señaladas y del derecho
también indicado.
Los acreedores hipotecarios, prendarios o retencionarios
que votaron en contra de la valorización asignada por lajunta,
pueden solicitar ai tribunal su rectificación, dentro de tercero
día contado desde la adopción del acuerdo correspondiente,

324
CAP. VI. LA CONSERVACIÓN Y REALIZACIÓN DEL ACTIVO

pudiendo en tal caso acompañar un informe pericial de tasación


del respectivo bien, el que se tiene presente por el juez p arala
determ inación final del valor. En este caso, el tribunal cita a
una audiencia verbal, que se celebra a más tardar el quinto día,
con las partes que asistan, notificándolas por el estado diario,
resolviendo las rectificaciones en la misma audiencia, resolución
del juez contra la que sólo procede reposición verbal, que debe
decidirse en esa misma oportunidad. Durante la tramitación de
la rectificación solicitada no se suspende el acuerdo adoptado
por la junta de acreedores en orden a realizar los bienes como
unidad económica.

216. Escritura pública. La enajenación como unidad económica


debe constar en escritura pública, en la que se indican los hechos
y requisitos que acreditan el cumplimiento de las formalidades
establecidas en la ley concursal. El texto de esta escritura debe
ser aprobado por el tribunal, el que ordena el alzamiento de los
gravámenes y prohibiciones que afecten a los bienes que forman
parte de la unidad económica.

217. Hipoteca o prenda legales. Los bienes que integran la unidad


económica se entienden constituidos en hipoteca o en prenda
sin desplazamiento, según sea la naturaleza de ellos, por el solo
ministerio de la ley, para caucionar los saldos insolutos de precio y
cualquiera otra obligación que el adquirente haya asumido como
consecuencia de la adquisición, salvo que la junta de acreedores,
al aprobar las bases respectivas, hubiera excluido expresamente
determinados bienes de tales gravámenes (art. 221 inciso 2Qde
la ley concursal).
La garantía que la ley constituye es una contrapartida de la
liberación de los gravámenes, prohibiciones o embargos que pu­
dieran afectar a los bienes comprendidos en la unidad económica,
los que se purgan con su enajenación por este procedimiento.
Constituye asimismo un contrapeso de la liberación de respon­
sabilidad por deudas anteriores a la adquisición.
Como se trata de hipotecas o prendas legales, según la natu­
raleza de los bienes, no se requiere de inscripción ni publicidad
alguna de estas garantías de enajenación.

325
REORGANIZACION V fcîQUIBACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Párrafo IV II
L a OFERTA DE COMPRA DIRECTA

218. Deber de información del liquidador. Se trata de un aspecto i


de la realización de bienes que no estaba regulado en la legisla- §-
ción de quiebras hoy derogada y que ahora está previsto en los
artículos 222 y 223 de la ley vigente. f
En esta materia todas las ofertas de compra directa que se '
formulen por los interesados en adquirir bienes del activo del
concurso, deben dirigirse por escrito al liquidador, quien las
tiene que dar a conocer a los acreedores en la junta que tenga
lugar en forma más inmediata, para que adopte las decisiones '
correspondientes.
La aceptación por parte de lajunta de acreedores de una oferta :
de compra directa requiere quorum especial, esto es, el conforma- I
do por 2 /3 del pasivo total con derecho a voto verificado y/o ■
reconocido, según corresponda, en el procedimiento concursal
respectivo, según la definición del artículo 2S№ 32 de la ley de la f
materia. En el caso de ofertas cuya venta no se pudo celebrar por |
no haberse logrado el acuerdo con el quorum exigido, lajunta l
puede acordar, por quorum calificado y con el conocimiento del !
oferente, que los bienes incluidos en la oferta de compra directa
sean previamente ofrecidos en remate al martillo a cualquier
interesado. Las condiciones del remate deben ser incluidas en
las bases que se confeccionen y, en ellas, el precio mínimo de los
bienes a rematar debe ser igual al monto ofrecido por el oferente
de compra directa. Si no hay postores en esa oportunidad, se lleva a »
cabo la venta propuesta por el oferente en sus términos originales.
Recordemos que el quorum calificado, según el artículo 22 № 33
de la ley del ramo, es el conformado por la mayoría absoluta del
pasivo total con derecho a voto verificado y/o reconocido, según
corresponda, en el procedimiento concursal respectivo.

mrroiUAL TUllíDICA 326


----------- --------------------- Gnpüulo V I I -----------------------------
LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS
CONCURSALES

Sección I
ASPECTOS GENERALES

219. Diversos órganos intervinientes. Los procedimientos con­


cúrsales comprenden aspectos sustantivos, procesales, penales
y administrativos, en los cuales tienen intervención numerosos
órganos cuya organización y funcionamiento es importante de
precisar para determinar la misión de los mismos y su naturaleza
jurídica.
Señalemos, en primer lugar, que para que los procedimientos
concúrsales se apliquen a una determinada persona y produzcan
los efectos que le son propios, se requiere la intervención de
un órgano jurisdiccional: el tribunal competente. Prácticamente
ningún ordenamiento concursal m oderno admite la llamada
insolvencia virtual o de hecho, reconocida en algunas legislaciones
de comienzos del siglo XIX. Ante el tribunal se desarrolla todo
el juicio concursal, organizándose la instancia, plazos y recursos
a través de los cuales deben encaminarse procesalmente los dis­
tintos intereses enjuego.
En el caso del procedimiento concursal de liquidación, que
ahora sustituye a la quiebra en nuestro derecho positivo, dictada
la resolución de liquidación, el deudor queda inhibido de ad­
ministrar sus bienes, de donde surge la necesidad de que opere
una sustitución por el liquidador, quien lo representará judicial
'
v exfraiiidicialmente. en relación con la administración y dispo-
J " J -L

sición de los bienes comprendidos en el concurso.

327
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Asimismo, como consecuencia del estado jurídico que se crea


con la resolución de liquidación, los acreedores que verifican sus
créditos en el juicio concursal pasan a configurar un colectivo
denominado masa, cuyos intereses generales los representa el li­
quidador, sin peijuicio de los derechos que la ley les reconoce para
actuar individualmente. Los acreedores se organizan en juntas o
asambleas, en las cuales toman determinadas decisiones propias de
la competencia que se les atribuye por el ordenamiento jurídico
concursal, entre ellas las relativas a la realización de los bienes.
La normativa concursal vigente reemplazó la Superintenden­
cia de Quiebras por la denominada ahora Superintendencia de
Insolvencia y Reemprendimiento (en adelante, la Superintenden­
cia) , como institución destinada a supervigilar la actuación de los
veedores y liquidadores en los procedimientos colectivos.
De manera que referirse a los órganos de los procedimientos
concúrsales en el derecho objetivo nacional, importa tratar de:
1. El tribunal competente;
2. La función de veedores y liquidadores;
3. Las juntas de acreedores, y
4. La Superintendencia.

Párrafo I
E l t r ib u n a l c o m p e t e n t e

220. Rol del tribunal competente. La aplicación de los procedi­


mientos concúrsales genera un verdadero estado excepcional en
la vida de la empresa deudora o de la persona deudora, razón
por la cual es ineludible la intervención del órgano jurisdiccional,
ante el cual se desarrolla el procedimiento respectivo y es el que
debe dictar la resolución que crea el estado jurídico al que esta­
mos aludiendo, cuando se cumplen los presupuestos legales. La
creación del estado jurídico excepcional afecta al deudor que lo
sufre, a los acreedores, a los terceros y produce asimismo efectos
erga omnes, no sólo para quienes intervienen en el juicio. Se ad­
vierte que el rol del tribunal competente es a tal punto decisivo
que los procedimientos concúrsales más relevantes no se pueden
aplicar sin su participación.
CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

La misión del tribunal competente consiste esencialmente


en resolver la cuestión debatida en el juicio concursal o respecto
de la solicitud formulada, resolviendo si corresponde acogerla
o denegarla. En el procedim iento concursal de liquidación le
corresponde además conocer de los juicios acumulados, de la
liquidación del pasivo, de las acciones revocatorias concúrsales, de
las acciones resolutorias, reivindicatorías, del ejercicio del derecho
legal de retención, tercerías de dominio, incidentes y, en general,
toda materia atingente a este tipo de procedimiento.

221. Misión del tribunal en el derecho comparado. En el derecho


de los procedimientos colectivos en Francia, es el Tribunal de
Comercio o Tribunal de Gran Instancia el que declara el arreglo
judicial o la liquidación de bienes y ante él se desarrolla todo el
procedimiento. Aunque la ley no lo denomina expresamente así,
es el órgano de tutela en la quiebra, llamado a tomar las decisiones
más importantes o más graves en el curso del proceso.
La competencia normal del tribunal concierne al desarrollo
del procedimiento, donde destacan tres funciones exclusivas:
Iе. Designa los órganos del proceso de la quiebra:
a) Nombra y reemplaza al juez comisario;
b) Designa y revoca al síndico, y
c) Revoca los contralores nom brados por el juez comisa­
rio.
2a. Concede su autorización o se pronuncia sobre los actos más
importantes; ejemplos: autoriza la continuación del giro co­
mercial del deudor, se pronuncia sobre la modificación de la
fecha de cesación de pagos, declara la inoponibilidad de los
actos ejecutados en periodo sospechoso, etc.
32. Homologa el concordato para que tenga vigencia legal;
convierte el arreglo judicial en liquidación de bienes a falta
de concordato serio; pronuncia la clausura del proceso por
insuficiencia de activo; declara reabierto el procedimiento
cuando corresponde.
La competencia excepcional del tribunal de la quiebra se
refiere, en general, a la decisión de todas las contiendas e inci­
dentes que se formulen durante los procedimientos de arreglo

329
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS V PERSONAS. DERECHO CONCURSA L

judicial o de liquidación de bienes. Se trata de una competencia


excepcional que tiene por objeto centralizar ante él todas estas
controversias que podrían, en razón de la materia o del territorio
quedar sometidas al conocimiento de otra jurisdicción.
Dentro de esta competencia excepcional, corresponde al juez
conocer y decidir todo lo concerniente a la quiebra personal y
las otras sanciones de carácter civil.
Le corresponde pronunciarse sobre todas las acciones que
pueden nacer del proceso de quiebra o aquéllas respecto de las
cuales el estado de quiebra ejerza alguna influencia en su ejer­
cicio o aplicación: acciones reivindicatorías, resolutorias, acción
pauliana del Código Civil, acción destinada a resciliar un aporte
hecho por un deudor a una sociedad, cuando el socio aportante
es declarado en falencia, etc.
Por último, esta competencia excepcional tiene como límite
la competencia propia de otros órganos jurisdiccionales, por
ejemplo, lasjurisdicciones administrativas respecto de contiendas
de impuestos.
En el derecho concursal italiano, además de la actividad del
tribunal que debe resolver todas las cuestiones jurídicas que pue­
dan surgir en la quiebra, existe, en segundo lugar, en el seno de
dicho tribunal, un órgano directivo, dotado de poderes de impulso
procesal y de comando y, en general, de tutela respecto de los
varios intereses concurrentes, denominado “juez delegado”.
El juez delegado es el órgano directivo de la quiebra. Es nom­
brado en la sentencia que la declara y tiene una función procesal
que consiste en tomar las medidas para el desenvolvimiento de la
ejecución colectiva; está facultado para convocar a las juntas de
acreedores y para hacer los nombramientos que sean necesarios
en resguardo de los intereses de la quiebra.
La función tutelar del juez delegado consiste en otorgar al
curador o síndico todas las autorizaciones que sean necesarias,
ya sea para estar enjuicio como actor o como demandado, ya sea
para cumplir actos de administración extraordinaria.1
La tarea esencialmente jurisdiccional o cognoscitiva deljuez
delegado consiste en instruir las causas de impugnación y las
demandas relativas a reivindicación, restitución y separación de

1 Satta , ob. cit., p. 122.


ПАР VÎT r o s ÓRGANOS n t t r.g ppnrgnTM TTNTOS CONCURSALES

cosas muebles. Tramita un pronunciamiento sumario, y de sus


fallos se puede reclamar ante el juez o tribunal de la quiebra.
En los procedimientos colectivos de arreglo judicial o de liqui­
dación de bienes propios del derecho francés, bajo la autoridad
del tribunal de la quiebra actúa el juez comisario, encargado
especialmente de controlar las operaciones del procedimiento,
dotado de amplias facultades de investigación, de facultades de
control respecto del síndico y del deudor; encargado de elaborar
informes al tribunal sobre todas las controversias que pueden sur­
gir y de tomar decisiones bajo la forma de ordenanzas o decretos
para acordar determinadas autorizaciones.2
La sentencia que declara el arreglo judicial o la liquidación de
bienes designa al juez comisario. El nombramiento debe recaer
en uno de los miembros del tribunal y su misión se extiende,
en principio, hasta el término del procedimiento, pudiendo ser
reemplazado por el órgano jurisdiccional que lo nombró, con
las mismas formalidades de su designación.
Aparte de su función general de supervigilancia y de acele­
ración del procedimiento, el juez comisario tiene atribuciones
bien precisas:
• Recibe los reclamos dirigidos contra el síndico;
• Puede proponer el reemplazo del síndico;
• Convoca, preside y levanta acta de la reunión de la asam­
blea concordatoria;
• Informa al tribunal sobre la situación del arreglo judicial
sobre la admisibilidad del concordato (convenio), antes
que el tribunal le dé su homologación;
• Elabora la nómina de créditos a proposición del síndi­
co;
• Ejerce de una manera general control sobre el síndico;
propone sus honorarios, arbitra las sumas que éste debe
conservar para hacer frente a los gastos, recibe las cuentas
del síndico al término de la administración;
• Decide respecto de ciertas actuaciones o gestiones que
sobrepasan la competencia del síndico, sin necesidad de

2 DE jUGLART, Michel e IPPOLITO, BENJAMIN, Droit Commerciai, voi. III, 2a ed.,


Editions Montchrestien, París, 1977, p. 130.

331
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

intervención del tribunal y que no pueden efectuarse sino


con la autorización de este juez comisario;
• Autoriza al síndico para proceder a los actos de conserva­
ción del patrimonio del deudor;
• Fija los alimentos para el deudor y su familia, y
• Elabora, por último, informe al tribunal sobre todas las
contiendas que se planteen durante el desarrollo del
procedimiento.

P á r r a f o II
V e e d o r e s y l iq u i d a d o r e s

222. Evolución y situación actual. La Ley № 18.175, de 28 de


octubre de 1982, suprimió la Sindicatura General y trasladó el
problema de la administración de bienes de personas declaradas
en falencia, de la realización de los mismos, de la liquidación y
pago de sus deudas, a síndicos privados, que no tenían el carácter
de funcionarios públicos, sino que se designan de una nómina
nacional integrada por aquellas personas legalmente investidas
como tales por la autoridad competente. El órgano público encar­
gado de supervigilar la actuación de los síndicos privados fue la
Fiscalía Nacional de Quiebras, que más tarde pasó a denominarse
Superintendencia de Quiebras.
La normativa que actualmente regula la materia, Ley № 20.720,
contiene en el Capítulo II las normas sobre los veedores y liqui­
dadores, entes que asumen las funciones que se les asignan en los
procedimientos de reorganización y liquidación, respectivamente.
En el Capítulo IX, de la misma ley, se reglamenta la Superinten­
dencia, que es la entidad pública administrativa que interviene en
los procedimientos concúrsales para fiscalizar la actuación de los
veedores y liquidadores. Trataremos a continuación, en síntesis, del
concepto legal, del rol y de las principales funciones que desarrollan
los entes ya indicados y el organismo público mencionado.

223. Los veedores y sus funciones. La. uefmiàón del concepto


de veedor está prevista en el artículo 22№ 40 de la ley concursal

332
CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

vigente, en los términos que transcribimos textualmente a conti­


nuación: Veedor: Aquella persona natural sujeta a lafiscalización de la
Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, cuya misión prin­
cipal es propiciar los acuerdos entre el deudor y sus acreedores, facilitar la
proposición de acuerdos de reorganizaciónjudicial y resguardar los intereses
de los acreedores, requiriendo las medidas precautorias y de conservación
de los activos del deudor, de acuerdo a lo establecido en esta ley ”.
El cargo de veedor lo nom bra la Superintendencia y recae en
personas físicas que integran la Nómina de Veedores, form ada
por la aludida entidad fiscalizadora, que se mantiene debida­
mente actualizada, a disposición del público, en su página web.
Esta nóm ina contiene la identidad de los veedores, domicilio,
datos de contacto, regiones donde ejercen sus funciones, califi­
caciones obtenidas durante los últimos cinco años en el examen
exigido a su respecto, el núm ero total de procedimientos con­
cúrsales de reorganización en que han intervenido, honorario
promedio percibido y registro de sanciones aplicadas (art. 12
Ley № 20.720).
Las exigencias que ha de reunir la persona natural que solicite
a la Superintendencia su inclusión en la Nómina de Veedores
son: contar con un título profesional de contador auditor o de
una profesión de, a lo menos, diez semestres de duración, otor­
gado por universidades del Estado o reconocidas por éste, o por
la Corte Suprema, en su caso; contar con a lo menos cinco años
de ejercicio de la profesión que haga valer; aprobar el examen
para veedores que establece la ley concursal; no estar afecto a
las prohibiciones que establece el artículo 17 de la misma ley y
otorgar, en tiempo y forma,- la garantía de fiel desempeño exigida
al respecto.
La normativa de procedimientos concúrsales regula asimismo
О - JJY

una serie de otros aspectos relativos al nombramiento en el cargo


Di'.I.П

de veedor, las inhabilidades, la cesación en sus funciones, etc.,


los cuales, en el contexto de esta obra, estimamos no es del caso
Í;S UN

examinar, porque basta la simple remisión a las disposiciones


Oí: U b R O S

legales pertinentes. Con todo, interesa entrar en detalle para


precisar las funciones de estos nuevos personajes introducidos en
el escenario de los procedimientos colectivos de concurso, como
". i'OTOCOi'iA

lo haremos enseguida, al tenor de las disposiciones pertinentes


de la ley de la materia.

333
REORGANIZACION Y LIQUIDACION' DE EMPR USA s V PF.RSONAS. DERECHO CONCUR Яд l

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 25 de la nor­


mativa concursal, la función principal del veedor es propiciar los
acuerdos entre el deudor y sus acreedores, facilitando la proposición
y negociación del acuerdo. Para cumplir ese cometido, el ente que
nos ocupa está facultado para citar al deudor y a sus acreedores en
cualquier momento a partir de la publicación de la resolución de
reorganización hasta la fecha en que deba acompañar al tribunal
competente el informe sobre la propuesta de un acuerdo de reorga­
nización judicial, con el propósito de facilitar la convergencia entre
las partes y propiciar la celebración del acuerdo antes aludido.
Aparte de las indicadas funciones que concuerdan con la
definición de veedor prevista en el artículo 2Q№ 40 de la ley
concursal, en el ejercicio de su misión debe especialmente:
1) Imponerse de los libros, suponemos que son los de contabi­
lidad, porque la ley no lo dice, documentos y operaciones de
deudor;
2 ) Incorporar y publicar en el Boletín Concursal copia de todos los
antecedentes y resoluciones que le ordene la ley del ramo;
3) Realizar las inscripciones y notificaciones que disponga la
resolución de reorganización;
4) Realizar las labores de fiscalización y valorización que se le
imponen en los artículos 72 y siguientes de la ley concursal,
referidas a la continuidad del suministro, a la venta necesaria
de activos y a la obtención de nuevos recursos;
5) Arbitrar las medidas necesarias en el procedimiento de de­
terminación del pasivo previsto en los artículos 70 y 71 de la
ley de la materia;
6) Realizar la calificación de poderes para comparecer a lasjuntas
de acreedores e informar al tribunal competente sobre la legali­
dad de éstos, cuando corresponda. Nos parece que esta función
la cumplirá apropiadamente el veedor que tenga la profesión
de abogado y habrá que esperar que aquel que no tenga dicha
profesión reciba la capacitación adecuada para hacerlo;
7) Impetrar las medidas precautorias y de conservación de los
activos del deudor que sean necesarias para resguardar los

334
GAP. VII. LOS ORGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSA LES

intereses de los acreedores, sin perjuicio de los acuerdos que


éstos puedan adoptar;
8) Dar cuenta al tribunal competente y a la Superintendencia
de cualquier acto o conducta del deudor que signifique una
administración negligente o dolosa de sus negocios y, con
autorización de dicho tribunal, adoptar las medidas nece­
sarias para m antener la integridad de los activos, cuando
corresponda;
9) Rendir mensualmente cuenta de su actuación y de los negocios
del deudor a la Superintendencia, y presentar las observacio­
nes que le merezca la administración de aquél. Esta cuenta
es enviada, además, por correo electrónico a cada uno de los
acreedores, y
10) Ejecutar todos los actos que le encomiende la ley concursal.
Se advierte que las funciones atribuidas al veedor se con­
dicen con la misión que le corresponde llevar a cabo en el
procedimiento concursal de reorganización de empresas y
de personas deudoras.

224. Liquidadores. La definición legal de este concepto la


encontramos en el artículo 2S № 19 de la ley concursal, cuyo
texto es el siguiente: “Liquidador: Aquella persona natural sujeta a la
fiscalización de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento,
cuya misión principal es realizar el activo del deudor y propender al pago
de los créditos de sus acreedores, de acuerdo a la establecido en esta ley”.
Al igual que en el caso de los veedores, la Superintendencia
forma una Nómina de Liquidadores, que es un registro público
integrado por las personas naturales nombradas en ese cargo por
la entidad fiscalizadora ya indicada. Esta nómina debe mantenerse
debidamente actualizada y a disposición del público en la página
web de la Superintendencia.
Para ser nombrado liquidador, la persona física ha de reunir
los siguientes requisitos, establecidos en el artículo 32 de la ley
concursal vigente: contar con el título profesional de contador
auditor o de una profesión de a lo menos diez semestres de du-
ración, otorgado por universidades del Estado o reconocidas por
éste, o por la Corte Suprema, en su caso; contar con, a lo menos,

335
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

cinco años de ejercicio de la profesión que se haga valer; aprobar


el examen de conocimientos para liquidadores que establece la
ley del ramo; no estar afecto a alguna de las prohibiciones esta­
blecidas en el artículo 17 de la misma ley, aplicable a los veedores,
y otorgar en tiempo y forma la garantía exigida por la ley de la
materia.
En términos generales, son las mismas exigencias formuladas
para el cargo de veedor, sólo que en este caso ha de rendir el exa­
men previsto para el cargo de liquidador. Además, son aplicables
a los liquidadores las normas del Título 1 del Capítulo II de la
Ley № 20.720, sobre procedimientos concúrsales, relativas a los
veedores, en todo aquello que no esté expresamente regulado
en el Título 2 de la misma ley, que trata especialmente de los
liquidadores y, en todo caso, siempre que no sea contrario a la
naturaleza de la función que desempeñan.
Al ser de esta manera, interesa sólo comentar la responsabi­
lidad civil que pesa sobre el liquidador y los deberes que la ley
pone de su cargo.
Tratándose de la responsabilidad civil, ella alcanza hasta la
culpa levísima y puede hacerse efectiva, cuando corresponda, en
juicio sumario, una vez que haya presentado la cuenta final de
administración, según lo previsto en los artículos 49 y siguientes de
la ley de la materia, y sin peijuicio de la responsabilidad legal (sic)
en que pudiere incurrir. Así lo dispone el inciso l 2 del artículo 35
de la citada ley. Creemos que en la última frase del citado precepto
legal hay un error porque debería referirse a la responsabilidad
penal y no a la “legal” como allí se indica. Vale la pena destacar el
alcance de la responsabilidad civil del liquidador que se extiende
hasta la culpa levísima, lo que es concordante en la circunstancia
de que se trata de un administrador y realizador de bienes de una
empresa o persona deudora, sometida al procedimiento concursal
por su estado de insolvencia, caracterizado por la imposibilidad
generalizada y permanente de pagar sus deudas.
No obstante lo anterior, en caso de que el liquidador no rinda
su cuenta final de administración, dentro del plazo previsto en
el artículo 50 de la ley del ramo, su responsabilidad civil puede
asimismo hacerse efectiva desde el vencimiento del aludido
plazo.
CAP. VII. LOS ÓRGANOS 1>E LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

225. Deberes del liquidador. Son casi los mismos que la legisla­
ción anterior imponía a los síndicos, empleando el artículo S6 de
la actual normativa una redacción similar al antiguo artículo 27
de la ley hoy derogada. En efecto, de conformidad con el ar­
tículo 36 de la actual regulación el liquidador representa judicial
y extrajudicialmente los intereses generales de los acreedores y
los derechos del deudor en cuanto puedan interesar a la masa,
sin peijuicio de las facultades de aquéllos y de éste determinadas
por la ley.
Vale la pena destacar que la representación de los intereses de
los acreedores por el liquidador es de carácter general, es decir,
que éste no representa en particular a ninguno de ellos, sino al
conjunto. El carácter general de la representación de los intereses
de los acreedores fluye de la disposición del artículo 36 antes citado
y del hecho de que la ley da oportunidad a cada acreedor para
concurrir individualmente a verificar sus acreencias, actuación
que es en su solo interés, sin que lo represente el liquidador. Por
el contrario, él interés general de los acreedores está enjuego en
el ejercicio de las acciones revocatorias concúrsales, destinadas
a reintegrar algunos bienes al patrimonio concursado, en cuyo
caso la ley faculta, además de los propios acreedores, al liquida­
dor o al veedor para hacerlas valer. En todas las presentaciones
que el liquidador hace en los procedimientos concúrsales en los
que interviene, destinadas a velar por los intereses del total de
los acreedores, asume la representación de todos ellos, sin hacer
determinación particular de uno o de varios de ellos. Al ser así,
cada acreedor está habilitado para interponer individualmente en
los respectivos procedimientos de concurso todas las acciones y
recursos y para hacer todas las peticiones que la ley de la materia
contempla en su favor.
El liquidador representa los derechos del deudor en cuanto
puedan interesar a la masa, sin peijuicio de las facultades de los
acreedores y del deudor determinadas por la ley de la materia,
quienes pueden ejercitarlas, actuando en defensa de sus intereses
y prescindiendo de la representación del liquidador.
De conformidad con el artículo 36 de la ley concursal vigente,
en el ejercicio de sus funciones, al liquidador se le imponen ios
siguientes deberes:

337
KKUUI.TN1ZAIIIWJ VLljHJlUAtJIUN 13g R ip r e sa s V PERSONA A. DEREÒHO CONCURSATp

1) Incautar e inventariar los bienes del deudor;


2) Liquidar los bienes del deudor;
3) Efectuar los repartos de fondos a los acreedores en la forma *
dispuesta en el Párrafo 3 del Título 5 del Capítulo IV de la ;
ley del ramo;
4) Cobrar los créditos del activo del deudor;
5) Contratar préstamos para solventar los gastos del procedi- '
miento concursal de liquidación;
6) Exigir rendición de cuentas de cualquiera que haya admi­
nistrado bienes del deudor;
7) Reclamar del deudor la entrega de la información necesaria
para el desempeño de su cargo;
8) Registrar sus actuaciones y publicar las resoluciones que se
dicten en el procedimiento concursal de liquidación en el
Boletín Concursal;
9) Depositar a interés en una institución financiera los fondos
que perciba, en cuenta separada para cada procedimiento
concursal de liquidación y a nombre de éste, y abrir una
cuenta corriente con los fondos para solventarlo;
10) Ejecutar los acuerdos legalmente adoptados por lajunta de
acreedores dentro del ámbito de su competencia.
11) Cerrar los libros de comercio del deudor, quedando respon­
sable por ello frente a los terceros desde la dictación de la
resolución de liquidación;
12) Transigir y conciliar los créditos laborales con acuerdo de la
junta de acreedores, según lo dispuesto en el artículo 246 de
la ley de la materia, y
13) Ejercer las demás facultades y cumplir las otras obligaciones
que le encomienda la ley vigente.

226. Derecho comparado. El derecho italiano del fallimento,


ante la inhibición del deudor para administrar y disponer de
los bienes, instituye un órgano que se interpone entre éste y el
tribunal, llamado curador. Se trata de un órgano de acción y de
voluntad en la quiebra, que se diferencia del juez delegado, que
es el órgano de dirección y de control.

338
CAP. VII. LOS ORGANOS ПК т QS T>l?tT^7m^ENTOS CONCURSALES

Las funciones del curador rio derivan del deudor falente, de


fuien no es mandatario ni representante legal. Su administración
originaria, porque se justifica por el fin que con ella se persigue:
satisfacción de los acreedores. Para demostrar esta afirmación
lasta considerar el hecho de que no hay coincidencia entre las
acultades del deudor y los poderes del curador, como tampoco
jjay coincidencia entre el patrimonio del deudor y el sometido a
¡a administración del curador en la quiebra.
' Además de la administración sustitutiva que asume el curador
¡por el deudor, representa o sustituye a los acreedores, con algunas
¡facultades que son idénticas o coïncidentes con las de éstos, como
¡pn el caso típico del ejercicio de las acciones revocatorias.
Las funciones de órgano de ejecución colectiva que asume el
ju ra d o r en el derecho italiano tienen un carácter de exclusividad,
j|ea respecto del deudor como respecto de los acreedores; unos
íy otros tienen asignadas por ley facultades de control, pero sólo
f el curador está legitimado para cumplir actos necesarios para la
frealización de la tutela de los acreedores, valorando la oportu­
nidad de ellos.3
Junto con las funciones de administración, el curador tiene
' también otras funciones independientes de la ejecución colectiva
de los bienes del fallido. Tales funciones son las que le permiten
actuar como colaborador o auxiliar de la justicia. Así sucede, por
ejemplo, cuando el curador debe presentar el informe sobre las
causas que han provocado el desequilibrio económico del deu­
dor, conforme a lo dispuesto en el artículo 33 de la normativa
concursal italiana.
La misión del curador en la ejecución colectiva de la quiebra
la ejerce bajo la dirección del juez delegado. Actúa como órgano
de la quiebra en virtud de un poder originario que le pertenece,
no derivado del fallido, y la ley le reconoce la calidad de oficial
público. Es designado por el tribunal de la quiebra, que lo elige
de un Registro de Administradores Judiciales. Su nombramiento
está sustraído a toda influencia de intereses privados.
Tratándose del derecho francés, sabemos que existen dife­
rencias fundamentales entre el procedimiento llamado “arreglo
judicial” y otro denominado “liquidación de bienes”. En el caso

3 SATTA, ob. cit., pp. 124 y ss.

339
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

del arreglo judicial, que tiene lugar cuando el deudor propone un


concordato serio, éste no queda bajo el efecto del desasimiento,
pero debe nombrársele una persona encargada solamente de
supervigilarlo y de asistirlo en la administración de sus bienes.
Esta persona, a la cual antes se le denominaba “administrador”,
es ahora el síndico, que con esta denominación única interviene
en ambos procedimientos colectivos. Cuando se aplica el proce­
dimiento de liquidación de bienes, a falta de concordato serio,
el deudor es privado de la administración de bienes, la cual pasa
al síndico, quien se encarga de llevarla a cabo y de liquidarlos
para pagar los créditos.
El fallo declarativo de arreglo judicial o de liquidación de
bienes designa, en carácter de mandatarios de justicia, uno a tres
síndicos, según la importancia de la empresa sometida al procedi­
miento colectivo. Los síndicos se eligen de una nómina establecida
por las Cortes de Apelaciones, a proposición de los Tribunales de
Comercio de Gran Instancia. La revocación del o de los síndicos
la decide el tribunal a proposición del juez comisario.
Las funciones del síndico, tanto en el arreglo judicial como
en la liquidación de bienes, consisten, por una parte, en repre­
sentar la “masa de acreedores” que tiene personalidad moral.4
Por otra parte, respecto del deudor sus funciones varían según el
procedimiento colectivo aplicado. En el caso de la liquidación de
bienes representa al deudor, afecto al desasimiento para los actos
de administración como para los de disposición de los bienes. Al
mismo tiempo representa a la masa de acreedores. Tratándose de
procedimientos de arreglojudicial, el síndico asiste obligatoriamente
al deudor, tanto respecto de los actos de administración como en
relación con los actos de disposición. Como ya lo dijimos, en el acto
de aplicación del arreglo judicial el deudor no queda sometido a
desasimiento. Excepcionalmente el síndico puede ejecutar sólo
un acto de salvaguardia del patrimonio del deudor, cuando éste
rehúsa efectuarlo, además, con la autorización del juez comisario.
El rol del síndico es muy limitado en el arreglo judicial.
En el procedimiento de liquidación de bienes, el síndico tiene
poderes más amplios para la realización del activo y el pago de
los créditos. Tiene facultades para:

4 Véase DEjUGLART e IPPOLITO, ob. cit., vol. Ill, № 1.146, p. 142.

340
■' , « . •«
CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

• Vender bienes muebles e inmuebles;


• Interponer y tramitar todas las acciones en justicia;
• Ejercer los derechos del deudor bajo desasimiento;
• Para actos graves requiere autorización del juez comisario
y excepcionalmente del tribunal.

P ár raf o III
L a S u p e r i n t e n d e n c i a d e I n s o l v e n c ia y R e e m p r e n d i m i e n t o 5

227. Noción de Superintendencia. La Ley № 20.720, sobre pro­


cedimientos concúrsales, crea la Superintendencia de Insolvencia
y Reemprendimiento (en adelante la Superintendencia) como
servicio público descentralizado, con personalidad jurídica y pa­
trimonio propios, entidad a la que le corresponde supervigilar y
fiscalizar las actuaciones de los veedores, liquidadores, martilieros
concúrsales, administradores de la continuación de actividades
económicas del deudor, asesores económicos de insolvencia y, en
general, a toda persona que por la ley quede sujeta a su supervi-
gilancia y fiscalización.
Como ya tuvimos oportunidad de señalarlo, la actual nor­
mativa de procedimientos concúrsales destina el Capítulo IX a
reglamentar, con minuciosidad de detalles, a la Superintenden­
cia, su estructura y atribuciones, por lo que basta remitirse al
articulado legal, sin que sea necesario hacer análisis sobre esta
materia, correspondiente al Derecho Público Administrativo y
que no debería formar parte de una ley concursal de derecho
comercial privado. Nuestra obra se enmarca en el dominio del
derecho recién mencionado y está dedicada básicamente a la
insolvencia y procedimientos concúrsales.
Con todo, sólo haremos mención de la facultad que le con­
cede el artículo 337 número 2 de la ley del ramo, en orden a que
se le permite: “Interpretar administrativamente las leyes, reglamentos y
demás normas que rigen a losfiscalizados, sin perjuicio de las facultades

5 El artículo I s transitorio de la Ley № 20.720 dispone que las normas de su


Capítulo IX, relativas a la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento,
se ajustarán a lo dispuesto en el num eral 8 del artículo 3Qtransitorio, es decir,
cuando sea determinada la fecha de la iniciación de sus actividades y la supresión
de la Superintendencia de Quiebras.

341
BFjnEr-AM rz^rTñM Vi.TninnAnTÓ Nm FFM PRFSA<;vpi,psr'>iA<; nFRF.CHOCONCURSAI

jurisdiccionales que correspondan a los tribunales competentes”. En la Ley


№ 18.175, hoy derogada, se establecía que la facultad de fiscalizar
que se atribuía a la Superintendencia de Quiebras comprendía
la de interpretar administrativamente las leyes, reglamentos y
demás normas que rigen a las personas fiscalizadas, con la misma
limitación en cuanto a que esa facultad se ejercía, sin peijuicio
de las atribuciones jurisdiccionales de los tribunales competen­
tes. La novedad está ahora en que la Ley № 20.720 le reconoce
directamente a la entidad fiscalizadora la facultad de interpretar
administrativamente las leyes, reglamentos y demás normas atin-
gentes a los fiscalizados, con la restricción ya indicada.

P á r r a f o IV
LAS JUNTAS d e a c r e e d o r e s e n l o s p r o c e d i m i e n t o s
CONCURSALES DE LIQUIDACIÓN

228. Ideas generales sobre lajunta de acreedores y su evolución. C


el pronunciamiento de la resolución de liquidación tiene lugar
la formación del colectivo de acreedores, denominado masa de
acreedores o simplemente masa. Se trata de una unión virtual que
se produce entre los acreedores del concurso, que permite que la
mayoría de ellos pueda imponer su criterio a la minoría. Consciente
el legislador de esta realidad organiza esta masa de acreedores,
instituyendo órganos que le permitan cumplir sus objetivos, que
fundamentalmente conciernen a la administración y realización
de los bienes del deudor. Los órganos de la masa son las juntas
de acreedores, como entidades deliberantes y resolutivas, y el
liquidador, en tanto ejecutor de los acuerdos de las juntas.
A través de la evolución de nuestro derecho positivo concur­
sal, numerosas disposiciones legales han reconocido la existencia
de la masa de acreedores,6 siendo sin duda las más destacadas
el artículo 2° de la Ley № 4.558, de 1929, precepto recogido en
iguales términos en la Ley 18.175, de 1982, que señalaba que la
quiebra producía para elfallido y “todos sus acreedores un estado in­
divisible”. Además, la ley recién citada en sus artículos 27, 60, 64,
CAP. VIL LOS ÓRGAN O S f)F ТЛ Я PR O C ED IM IEN T O S C O N C U R SA L E S

72, 74, 75, 77, 78, 81 y 101 y siguientes, mencionaba expresamente


a la masa y se regulaba la organización y funcionamiento de las
juntas de acreedores.7
La jurisprudencia de nuestros tribunales también ha reco­
nocido la existencia de la masa al señalar: “El juicio de quiebra
implica una especie de asociación virtual de todos los acreedores
del fallido, destinada a m antener la igualdad entre todos ellos y a
facilitar la realización del patrimonio del deudor y la repartición
proporcional del producto entre todos ellos...”.8
Lo propio hace también la Ley № 20.720, de procedimientos
concúrsales en actual vigencia, en numerosas disposiciones que
ya hemos tenido la oportunidad de advertir y especialmente en
lo relativo a la realización de los bienes, a acciones revocatorias
concúrsales y a las juntas de acreedores.
Se discute en doctrina sobre la naturaleza jurídica que puede
atribuírsele a la masa de acreedores. Las opiniones de los autores
no son coincidentes:
- De Juglart e Ippolito, en el derecho francés, señalan al res­
pecto: “Todos los acreedores son agrupados de pleno derecho en
una especie de asociación de defensa de sus intereses que tiene
personalidad jurídica y que es representada por el síndico. Se
trata de una agrupación legal que se ha dicho era ‘obligatoria y
automática’ (Riperty Roblot). Ella no cuadra verdaderamente
con ninguna de las categorías conocidas (sociedad o asociación)
y representa un carácter original tanto por su estructura y su
composición como por sus prerrogativas”.9
-Joaquín Garrigues estima que la masa de acreedores es “un
ente jurídico transitorio creado por consecuencia de la declara­
ción de quiebra y dotado de capacidad para actuar en la esfera
patrimonial por medio de sus representantes legales”.10
- Salvatore Satta destaca que el rol de la masa de acreedores,
su organización y atribuciones son más relevantes en los sistemas

7 Valderrama Castro , Severo y Cabello Villanueva , F ernando , “¿El estado


de quiebra en una empresa pone fin a los contratos de trabajo?”, en Información
Jurídica Chilena y Extranjera, publicación mensual de la Facultad de Derecho,
Universidad de Concepción, № 61, p. 60.
8 Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. XXXII, 2~ parte, secc. P , p. 489.
y De J uglart e íp p o l it o , oh. cit., vol. Ill, № 1.182, p. 225.
10 Garrigu es , J o a q u ín , ob. cit., t. II, p. 115.

343
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCU RSAE

que dan a la quiebra un carácter predominantemente p riv a d »


en tanto que aquellos sistemas en los que la quiebra se empapjg
de un carácter público, la función de ella no es significativa. п Я
En la legislación chilena no cabe sostener que la masa sel!
una persona jurídica, porque carece de los atributos que se le*
reconocen por el derecho a estas entidades, especialmente dJg
patrimonio. En efecto, los denominados bienes de la masa no l | |
pertenecen al conjunto de acreedores, sino que son de propiedad
del deudor, para quien el desasimiento no importa la pérdida dé'*
su dominio, sino la inhibición de administrarlos y disponer del
ellos y de sus frutos. -i

Nos referiremos enseguida a las juntas de acreedores como-',


entidades de organización del colectivo de acreedores o de las
masa.
L aju n ta de acreedores es el órgano donde los acreedores:
expresan su voluntad en relación con sus intereses y con los fines "
del procedimiento concursal.
A partir de la vigencia del Código de Comercio en materia
de quiebras, las juntas de acreedores jugaron un rol importante,
correspondiéndoles el nombramiento del síndico; el procedi­
miento de verificación e impugnación de los créditos se realizaba
ante ellas, como así también decidían todo lo concerniente a los
alimentos del fallido y su familia. El sistema resultó engorroso y
de difícil aplicación práctica. Sin duda que debido a ello la Comi­
sión Redactora de la Ley № 4.558, de 1929, abandonó totalmente
este predicamento, como se expresa en el Mensaje de dicho texto
legal,12 dejando reducido el rol de lajunta de acreedores a los
principales aspectos de la administración de los bienes.
LaLey№ 18.175, de 1982, fuertemente inspirada en un criterio
económico en cuanto a la finalidad de la quiebra, les otorgó de nuevo
un papel protagónico a las juntas de acreedores. En un enfoque
económico, la quiebra representa uno de los tantos mecanismos
de reasignación de bienes en el proceso productivo. Cuando una
empresa o un individuo cae en falencia, su activo queda retirado
de la producción como consecuencia de los efectos jurídicos de

11 Satta, ob. cit., p. 36.


12 Véase ÛBERG, HÉCTOR, “La Sindicatura de Quiebras”, en Revista de Derecho
y Ciencias Sociales, Universidad de Concepción, № 174, p. 55.
CAR VIL LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

la quiebra. Se requiere para el normal desarrollo de la actividad


económica que esos activos se reasignen a otros individuos, quienes
pueden incorporarlos nuevamente a la producción.
Este mismo enfoque lo mantiene la Ley № 20.720, de 2014,
dejando entregado el problema de la administración y realización
de los bienes del concurso solamente a cargo de los acreedores,
quienes, organizados en juntas, deben adoptar las decisiones
más importantes relativas en estas materias, como así también
respecto de la continuación de las actividades económicas del
concursado, etc. Además, el liquidador sólo se encarga de ejecutar
los principales acuerdos relativos a la administración y realización
de los bienes del concurso. En consecuencia, la intervención de
los poderes públicos en los procedimientos concúrsales queda
reducida a la simple labor de fiscalización que ejerce la Superin­
tendencia sobre los veedores y liquidadores.
Las juntas de acreedores son de diferentes clases, según la
materia que les corresponde conocer y decidir; así pueden dis­
tinguirse tres tipos de juntas:
1. Juntas para deliberar y decidir sobre acuerdos de reorganiza­
ción, que tuvimos oportunidad de tratar a propósito de esos
procedimientos concúrsales;
2. La ju n ta constitutiva, que es la primera junta de acreedores
en la cual el órgano colectivo se organiza y la cual la ley le
concede ima competencia propia, y
3. Las juntas ordinarias y extraordinarias, que conocen de las
materias propias de la administración y realización del acti­
vo, reuniéndose periódicamente o cuando lo requieran los
intereses de los acreedores.

229. Características de la junta de acreedores. Atendiendo a su


generación, estructura y funcionamiento, la junta de acreedores
tiene diversas características que vale la pena analizar con cierto
detalle.
1. Desde el punto de vista de su generación la ju n ta de acree­
dores es:
a) U n órgano creado por la ley para que cumpla ciertas y
determinadas funciones tendientes a alcanzar los fines

345
REORGANIZACtÓ N ^IQ UIDA CiÓ N DE EMPRESAS Y~P£R30NAS. DERECHO CONCURSAL

de los procedimientos concúrsales. El órgano no nace


del concierto de voluntades de sus integrantes, sino por
requerimiento de la ley cumplido el supuesto de pronun­
ciamiento de una resolución de liquidación, porque en
caso contrario sólo puede constituirse para deliberar sobre
proposiciones de acuerdo de reorganización judicial,
b) Un órgano necesario. La creación de lajunta responde a
la necesidad de dar a la masa de acreedores un órgano
jurídico a través del cual pueda expresar su voluntad como
colectividad. En la medida que a lajunta de acreedores
corresponde llevar a cabo gran parte de las operaciones
de administración y realización de los bienes del concurso,
la ley la ha dotado de una competencia que posibilita el
ejercicio de sus funciones. Se ha perdido, pues, el carác­
ter facultativo que antes se atribuía a la participación de
los acreedores en la quiebra, sustituyéndosele por el rol
activo que ahora se les confiere en este órgano cuya cons­
titución y funcionamiento es indispensable para cumplir
cabalmente los objetivos del concurso.
2. Desde el punto de vista de su estructura, es un órgano colegia­
do. La determinación de la voluntad del órgano resulta ser el
producto de la conjunción de las voluntades de los acreedores,
en el número que señala la ley y según las condiciones de
representatividad que ésta establece.
El carácter de órgano colegiado emana de las reglas que
la ley establece para que su funcionamiento tenga lugar y de
las normas que consagra para la formación de su voluntad:
• Lajunta se reúne previa convocatoria, en la forma y tér­
minos legales;
• La presencia de un número de acreedores es indispen­
sable para que la reunión tenga lugar. La asistencia debe
ser además representativa del pasivo comprometido en el
procedimiento concursal;
• Las decisiones se adoptan por mayoría numérica de acree­
dores, representativa también del pasivo del concurso, en
algunos casos;
• En fin, el órgano actúa según el principio mayoritario y
la voluntad no se genera por la suma de las voluntades
individuales de sus integrantes.
CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCUKSALLS

3. Desde el punto de vista funcional es un órgano complejo, en


cuanto a que su actividad no se agota en un solo cometido,
sino que se le ha dotado de facultades que permiten su inter­
vención en diferentes materias; así, por ejemplo, aparte de
intervenir en la administración y realización de los bienes,
puede decidir la continuación de las actividades del deudor
y dirigir y controlar la actuación del liquidador.
Además, es un árgano ordinario, porque su funcionamiento está
preestablecido por la ley y su intervención se extiende durante
todo el procedimiento concursal, no tiene carácter ocasional o
extraordinario.
También desde el punto de vista funcional es un órgano deli­
berante y resolutivo, porque considera detenida y atentamente las
ventajas o desventajas de cada decisión, tomando en cuenta las
razones que las hacen aconsejables. El carácter deliberante se
concreta en los acuerdos que toma por las mayorías necesarias
en cada caso.
Es un órgano resolutivo en cuanto a que sus decisiones las
impone a los demás órganos de la quiebra cuando ellas se han
adoptado legalmente.
Actúa como órgano consultivo en aquellas materias en las cuales
no tiene expresamente competencia deliberativa y resolutoria.
Así sucede, por ejemplo, en lo relacionado con la realización
sumaria del activo.
La ju n ta de acreedores presenta asimismo el carácter de
órgano fiscalizador, en la medida que ejerce funciones de control
respecto del síndico, quien debe rendirle cuenta periódica de
su actuación y también al término de su administración. Tiene
incluso la facultad de revocarlo.
Finalmente, el rasgo más destacado de lajunta de acreedores
es su carácter de órgano administrativo. Ello se entiende en dos
sentidos: asume la administración propiamente tal de los bienes,
adoptando los acuerdos al respecto, y decide la realización de
los bienes, ratificando la competencia normal del síndico o bien
otorgándole facultades extraordinarias, según las necesidades
del caso y particularidades de la quiebra.
Fn la etana de liouidación del activo es esencial el rol de
i A

lajunta, toda vez que el síndico debe limitarse a cumplir los

347
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS YPERSONAS. DERECHO CONCURSAL

acuerdos que ella adopte. A propósito de la enajenación de los '


bienes como unidad económica, es lajunta de acreedores la que ’
tiene que decidirla, fijando las bases de la misma: bienes que la
integran, precio mínimo, forma de pago, plazos, garantías y otras
condiciones de esa enajenación.
Su misión resulta restringida sólo en el caso de que proceda -
la realización sumaria del activo, por cuanto ésta la lleva a cabo
el síndico en la forma que sea más conveniente para la masa y la
junta de acreedores no tiene competencia específica como no
sea actuar como órgano consultivo.

230. Naturaleza jurídica de lajunta de acreedores. L ajunta de


acreedores es sin duda un órgano de los procedimientos concúr­
sales, en el sentido de que tiene una competencia, los medios y
una actividad que desarrollar en ellos.
Normalmente son los acreedores reconocidos los que forman
parte de lajunta, aunque en ciertos casos se autoriza participar a
otros acreedores que no tienen esa calidad, bajo ciertas condicio­
nes. No la integran, por el contrario, los acreedores cuyo crédito
ha sido impugnado.
A través de los acuerdos las deliberaciones de las juntas
adquieren eficacia ejecutiva y son el medio jurídico que tienen
para actuar. La actividad a desarrollar es toda la que sea necesaria
para la defensa de los intereses de sus miembros, en cuanto estén
comprometidos en el estado jurídico del deudor.
Lajunta de acreedores es por esencia un órgano deliberativo,
con facultades resolutorias, que expresa su voluntad a través de
acuerdos que adoptados por mayoría se imponen a la minoría,
sea que hayan votado en contra, se hayan abstenido o no concu­
rrido a ella.
• i s:

Además, tiene facultades consultivas y de control.


vi D i ' ! П О

231. Naturaleza jurídica de los acuerdos de lajunta de acreedores.


La expresión “acuerdo”, en sentido estricto y legal, significa la
resolución dictada por un cuerpo colegiado que tiene la compe­
tencia y el imperio de hacerla cumplir.13

13 EnciclopediaJurídica Omebci, Buenos Aires, 1967,1.1, p. 447.


CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

L a ju n ta de acreedores expresa su voluntad por medio de


estos acuerdos, que se adoptan ya sea por unanimidad o por las
mayorías determinadas por la ley. Los acreedores reunidos en
la ju n ta deliberan y resuelven sobre los asuntos propios de la
competencia del órgano, de manera que los acuerdos traducen
la voluntad de la masa de acreedores.
Los acuerdos tienen por finalidad producir efectos jurídicos,
como determinar las modalidades de realización del activo del
concurso, por ejemplo, venderlos como unidad económica. En
tanto expresiones de voluntad destinadas a originar consecuen­
cias jurídicas, los acuerdos de la ju n ta de acreedores, pueden
calificarse como actos jurídicos. Ellos pueden ir encaminados
a regular relaciones de orden interno, por ejemplo, designar
presidente y secretario, o bien tener el propósito de proyectar
su voluntad hacia el exterior, a través de su órgano ejecutivo que
es el liquidador, quien puede unir la voluntad de la ju n ta con
la de terceras personas, dando lugar a la formación de un acto
bilateral, un contrato.
Ahora bien, admitido que los acuerdos de lajunta de acree­
dores tienen la naturaleza de actos jurídicos, cabe plantear el
problema de determ inar si se trata de un acto complejo, de un acto
colectivo o de un acto colegiado.
Acto complejo es el constituido por dos o más declaraciones
de voluntad que, teniendo un mismo contenido y persiguiendo
un mismo fin, se un en y se funden en una sola manifestación
para form ar la expresión de una voluntad única y unitaria.14
Lo característico del acto complejo es que las voluntades de
los individuos se unifican, se funden en una sola, que confi­
gura la decisión adoptada. Siendo así, si una de las voluntades
está viciada, el vicio afectará necesariamente el acuerdo que
contribuyó a formar. Considerar que el acuerdo de la ju n ta
de acreedores es u n acto complejo implicaría admitir que el
vicio que afecta la voluntad de un acreedor viciaría consecuen-
cialmente el acuerdo, lo que no parece aceptable. Además,
al fundirse las voluntades en una sola, rasgo esencial del acto

14 Alessandri R., A rturo y Somarriva U., M an u e l , Curso de Derecho Civil,


Primera Parte, Parte General y los Sujetos del Derecho, Ed. Nascimento, Santiago,
1972, p. 308.

349
--------------------------------------- ----------------------------------- щ
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS V p g p e m i л c n t C ïïC HO CONCHH s a T:---------- %

complejo, se requeriría la unanim idad de los pareceres, sin


que haya opiniones divergentes. Sabemos que en las juntas de
acreedores los acuerdos se adoptan por mayorías legales. Por
las razones indicadas, nos inclinamos a excluir el carácter de
actos complejos para determ inar la naturaleza jurídica de los
acuerdos de lajunta de acreedores.
Por acto colectivo se entiende aquel constituido por dos o más
declaraciones de voluntad que teniendo el mismo contenido y
persiguiendo un mismo fin, se suman, sin fundirse, para formar
la expresión de voluntad colectiva.15A diferencia de lo que ocurre
en los actos complejos, en que las voluntades se funden en una
sola, en los actos colectivos, si bien es cierto que ellas se unen,
no es menos verdadero que quedan individualizadas y perfec­
tamente distintas, sólo que convergen a una sola finalidad. Esta
independencia de las voluntades es importante, ya que el vicio
de una de ellas no se transmite a las demás y el acto colectivo no
queda afectado.
Ahora bien, el acto colectivo reconoce como una de sus espe­
cies al acto colegiado, que es aquel en el que las declaraciones
de voluntad están dirigidas a formar la voluntad de un sujeto
diferente,16las declaraciones emitidas por los acreedores a través
de su voto de lajunta de acreedores. En la formación del acto
colegiado intervienen varios acreedores que integran un solo
órgano, el que actúa como una sola parte. El acto colegiado es una
especie de acto colectivo cuya finalidad es formar la voluntad de un
sujeto diverso; en este caso, lajunta de acreedores.
En virtud del principio mayoritario que rige el funcionamiento
de los órganos colegiados, la formación de la voluntad social no
requiere la participación de todos y cada uno de los que tengan
derecho a votar ni tampoco necesita la unanimidad de pareceres
de los que concurren al acuerdo: basta un número determinado
de votos que representen un porcentaje también determinado
del pasivo.
Sostenemos, en consecuencia, que la naturaleza jurídica de
los acuerdos de lajunta de acreedores es la de actos jurídicos
colegiados, de manera que la voluntad de ella se forma con la

15 ALESSANDRI R„ AJRTÜRO y SOMARRIVA U., MANUEL, ob. Cit., p. 308.


16 Ibid., p. 308.
CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS u u .n i JK5ALÆ3

convocación de todos los acreedores, con la presencia de un


quòrum determinado de ellos para que la reunión sea válida y,
por último, el acuerdo debe tomarse por un número suficiente
para constituir mayoría. En algunas legislaciones, tanto el quorum
como la mayoría, además de un núm ero cierto de acreedores,
requieren que ellos representen un porcentaje dado del total
pasivo de la quiebra.

232. Impugnación de los acuerdos de lajunta de acreedores. El


Código de Procedimiento Civil contenía un procedimiento de
impugnación de los acuerdos de laju n ta de acreedores que fue
derogado por la Ley № 4.558.
La Ley № 18.175, de 1982, no obstante el destacado rol que
asignaba a los órganos en estudio, no estableció ninguna regla
concerniente a la impugnación de los acuerdos. El artículo 186 de
la citada ley se refiere a la impugnación de un convenio acordado
en junta de acreedores reunida con ese objetivo, pero esa regla
no puede aplicarse en general a la impugnación de los acuerdos
de lajunta, órgano de administración de la quiebra.
Acorde con la naturaleza de acto jurídico, el acuerdo de la
junta debe presentar condiciones de existencia y de validez. Los
requisitos de existencia son aquellos sin los cuales el acto no
puede formarse o nacer a la vida jurídica: voluntad, objeto, causa
y solemnidades legales. Las condiciones de validez son: voluntad
libre de vicios, capacidad de las partes, objeto y causa lícitos; sin
ellas el acto existe, pero está viciado y puede anularse.
El derecho de impugnar los acuerdos de las juntas de acree­
dores, las causales que permiten ejercerlo, el o los sujetos activos
y el procedimiento aplicable no están señalados expresamente
en la Ley № 20.720.
La formación de la voluntad de lajunta requiere de la obser­
vancia de varios requisitos formales: convocatoria, quorum para
sesionar, mayorías para adoptar acuerdos, cuya omisión puede
determinar que el requisito de voluntad del acto no concurra o
esté afecto a un vicio. Atendida la causal de impugnación de que
se trate, puede originarse la falta de validez de un determinado
acuerdo o de todos los adoptados en la reunión de lajunta; ejem­
plo del primer caso: se acordó la enajenación del activo como
unidad económica sin la mayoría legal exigida; ejemplo de la

351
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

segunda situación: se reunió laju n ta extraordinaria sin previa


convocatoria.
En el evento de que se alegue un vicio que afecta a un acuer­
do determinado y se obtenga en el pleito, los demás acuerdos
tomados en esa reunión son perfectamente válidos. Ahora bien,
si se acoge una impugnación basada en una causal que afecta
la reunión en sí, todos los acuerdos adoptados en ella quedan
invalidados.
¿Quién tiene derecho a impugnar un acuerdo?
La respuesta a esta interrogante es: cualquier acreedor que
no haya concurrido con su voto favorable a tomarlo. El deudor
también puede considerarse como sujeto activo de la impugnación
de un acuerdo de laju n ta de acreedores, porque tiene interés j
en los resultados de la quiebra y no puede resultar peijudicado
por una decisión ilegalmente acordada.
La sanción creemos que puede ser la nulidad absoluta o
relativa, según la clase de vicio que afecte al acuerdo de que se
trate. La nulidad absoluta que procede en los casos indicados
en el artículo 1682 del Código Civil parece ser la sanción que
más se aviene con los vicios posibles de un acuerdo de ju n ta de ¿
acreedores, aun cuando también puede presentarse algún caso
de nulidad relativa. Adolece de nulidad absoluta el acuerdo
adoptado con omisión de los requisitos y formalidades prescritos
por la ley; ejemplo: haberse omitido la convocatoria o faltando
el quorum para sesionar. Para cierto sector de la doctrina la falta
de requisitos esenciales acarrearía como sanción la inexistencia
jurídica del acuerdo.
Creemos, por último, que el conocimiento y decisión de las
impugnaciones de los acuerdos de lajunta de acreedores debieran
corresponder al tribunal que conoce del procedimiento concur­
sal de que se trate, por la competencia atractiva que éste ejerce
respecto de todas las cuestiones que interesan al procedimiento
concursal.

233. Funcionamiento de las juntas de acreedores: quorum para s


sionar. Al tenor del artículo 181 de la ley de la materia, todajunta
de acreedores se entiende constituida legalmente para sesionar si
cuenta con la concurrencia de uno o más acreedores que repre­
sentan al menos el 25% del pasivo con derecho a voto, salvo que
CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

la misma ley señale expresamente un quorum de constitución


distinto. Los acuerdos se adoptan con quorum simple, a menos que
la ley establezca un quorum diferente. El concepto de quorum
simple está definido en el artículo 2a № 34 de la ley vigente, como
aquel conformado por la mayoría del pasivo verificado у /o reco­
nocido, según corresponda, con derecho a voto, presente en la
junta de acreedores, en el procedimiento concursal respectivo.
Reiteramos que en la terminología de la ley, la idea de quorum se
emplea tanto para indicar la cantidad o porcentaje de acreedores
para constituir la sesión de lajunta, caso en el cual la expresión
está bien empleada, como asimismo para indicar la cantidad o
porcentaje de acreedores que deben votar un acuerdo, situación
en que está mal utilizada, porque debió emplear la expresión
mayoría, que es la que corresponde.

234. Asistencia de derecho de voz y nómina de asistencia. Por dispo­


sición del artículo 182 de la ley concursal, lasjuntas de acreedores
son públicas y el liquidador puede disponer que, por razones de
seguridad y previa autorización judicial, se celebren sesiones con
presencia limitada de público general.
En las juntas de acreedores tienen derecho de voz:
1) todos los acreedores que hayan verificado sus créditos,
tengan o no derecho a voto;
2) el liquidador;
3) el deudor bajo procedimiento concursal, y
4 ) el Superin tendente de Insolvencia y Emprendimiento (en
adelante el Superintendente) o quien éste designe.
Los acreedores que asistan a las juntas de acreedores que se
celebren de conformidad con la ley de la materia, deben suscribir
la correspondiente nómina de asistencia que al efecto proporcione
el liquidador, indicando su nombre completo o razón social y la
individualización del apoderado que asiste en su representación,
en su caso. El deudor de la causa concursal debe cumplir esta
misma obligación.
De todo lo obrado en las juntas de acreedores, incluyendo
acuerdos adoptados y propuestas desestimadas, se deja constan­
cia en un acta que debe ser firmada por el liquidador, el deudor,
si lo estima conveniente, y los acreedores que se designen en la

353
- . i---. 1 i .4... -'I,,■)-- j " -1 ' '

REORGANIZACIÓN V LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PEKS tlNAS. DKKKCHO CONCUKSAI

misma junta para tal efecto. El liquidador debe publicar al día


siguiente el acta en el Boletín Concursal.
En el evento de que no se celebre una junta de acreedores por
falta de quorum, el liquidador tiene que certificar esta circuns­
tancia y publicar el certificado respectivo en el Boletín Concursal
al día siguiente de aquel en que laju n ta debió celebrarse.

235. Suspensión y reanudación de las juntas. Como una forma


de asegurar el adecuado funcionamiento de las juntas de acree­
dores, que siendo órganos colectivos es difícil reunir los quorum
necesarios para su constitución y las mayorías para adoptar los
acuerdos propios de su competencia, la ley concursal establece
en su artículo 186 la posibilidad de suspenderlas y de reanu­
darlas, en las circunstancias y con los requisitos que veremos a
continuación.
Si durante la reunión de cualquier junta de acreedores no se
adoptan uno o más acuerdos debido a la abstención de los acree­
dores presentes con derecho a voto, el liquidador puede, a su solo
arbitrio, suspender lajunta una vez tratadas y votadas las respectivas
materias, con el propósito de lograrlas mayorías para adoptar tales
propuestas o acuerdos. Lajunta suspendida se reanuda al segundo
día en el mismo lugar y hora, pudiendo en todo caso fijarse otra
oportunidad por quorum simple. Cuando el liquidador hace uso
de su facultad de suspensión, se deben observar las siguientes reglas
previstas por el artículo 186 de la ley de la materia:
1) Los acreedores se entienden legalmente notificados de la
fecha, hora, lugar y materias de la junta que se reanudará,
por el solo ejercicio de la facultad de suspender prevista en
el citado artículo;
2) Se confecciona un acta de todo lo obrado hasta el momento
de la suspensión, dejándose constancia del ejercicio de la
facultad de suspensión por parte del liquidador, así como
del porcentaje de votación favorable que haya alcanzado el o
los acuerdos no adoptados por la abstención de votar de los
acreedores presentes;
3) Los acuerdos que se hayan obtenido antes de la suspensión
no pueden ser modificados o alterados en lajunta que se re-
-CAP VIT LOS ÓHr.AM Qg pp T O SP R O rpm M IE N T O S CONCURSALES

anuda y deben ejecutarse conforme a las reglas generales, a


menos que los mismos acreedores y por las mismas acreencias
que concurrieron con su voto, consientan en modificarlos o
dejarlos sin efecto;
4) En lajunta reanudada se presume de derecho la mantención
del quorum de asistencia que existía al momento de la sus­
pensión;
5) Si los acreedores que se abstuvieron de votar un cierto
acuerdo antes de la suspensión de laju n ta no asisten a la
reanudación de la misma, o si asistiendo se abstienen de
votar de nuevo, se adiciona de pleno derecho su voto a la
mayoría obtenida para ese acuerdo, consignada en el acta
que se levantó al efecto, y
6) Se debe confeccionar una nueva acta de lo tratado en lajunta
reanudada, que tiene que ser firmada por el liquidador y los
acreedores asistentes. El acta se publicará por el liquidador
en el Boletín Concursal al día siguiente.

236. Mandato para asistir a lasjuntas de acreedores. Habida con­


sideración del principio general del derecho privado que todo lo
que sepuede hacerpor sí sepuede hacerpor mandatario, salvo la facultad
de testar, que es indelegable, la asistencia de los acreedores y del
deudor concursado a las juntas de acreedores que se celebren
puede ser personal o por mandatario. Tratándose de lasjuntas de
acreedores que se reúnen ante el tribunal, los acreedores deben
concurrir debidamente representados de conformidad con lo
previsto en los artículos 6Sy 7a del CPC.
Respecto de las demás juntas de acreedores, el mandato para
asistir a ellas debe otorgarse por instrumento público o privado
y, en este último caso, la firma del mandante debe ser autorizada
por el secretario del competente o por un ministro de fe.
En cuanto al contenido del mandato, se endende que el apode­
rado tiene idénticas facultades que las de su poderdante y se tiene
por no escrita cualquier limitación que se haya podido estipular
en el mandato. El mandatario puede votar todos los acuerdos
que se presenten en cada una de las juntas de acreedores que se
celebren, actuando en representación de su mandante.
REORGANIZACIÓN У LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Se prohíbe conferir poder para asistir a juntas de acreedores


a más de una persona, salvo para el caso de su reemplazo, pero
nada impide que un mismo mandatario pueda serlo de uno o
más acreedores.

237. La prohibición de fraccionar los créditos. Después de pro­


nunciada la resolución de liquidación, se prohíbe fraccionar
los créditos y otorgar mandato por una parte o fracción de un
crédito. El infractor de esta prohibición y los que representan las
porciones de crédito pierden el derecho de asistir a las juntas de
acreedores. Todos los que hacen valer porciones de un crédito
fraccionado dentro de los 30 días anteriores al pronunciamiento
de la resolución de liquidación, se cuentan como una sola persona
y emiten un solo voto, procediéndose como si se tratara de una
acreencia perteneciente a una comunidad.
Las reglas relativas al fraccionamiento de créditos no se aplican
cuando se trata de aquellos que han sido divididos como consecuencia
de la liquidación de una sociedad o la partición de una comunidad
que no esté exclusivamente constituida por ese crédito.
En el caso de un crédito perteneciente a una comunidad, debe
ser representado por uno solo de los comuneros que la integran.
Si no se acuerda la designación del representante del crédito de
la comunidad, cualquiera de ellos puede solicitar la designación
al tribunal competente

238. Derecho a voto, audiencia para determinarlo, excepción y limi­


tación de su ejercicio. El derecho a voto en las juntas de acreedores
corresponde a aquellos cuyos créditos están reconocidos y aque­
llos a los que se les haya concedido esta facultad, de acuerdo con
la ley de la materia, aunque sus créditos no estén reconocidos,
hayan sido o no objetados o impugnados.
Al tribunal que conoce del procedimiento concursal le corres­
ponde determinar el derecho a voto, respecto de los acreedores
cuyos créditos no están reconocidos, hayan sido o no objetados
0 impugnados, el que ha de resolver observando las siguientes
reglas previstas en el artículo 190 de la ley del rubro:
1) Debe celebrarse una audiencia el día inmediatamente anterior
a la reunión de lajunta de acreedores, ante el tribunal y en
CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

presencia del secretario, a la que deben asistir el liquidador,


el deudor concursado y los acreedores, los dos últimos nom­
brados, si lo tienen a bien;
2) La audiencia se celebra a las 15.00 horas, horario que puede ser
modificado por el tribunal, de oficio o a petición de parte;
3) La audiencia comienza con la entrega de un informe escrito
del liquidador al juez respecto de la verosimilitud de la exis­
tencia y monto reclamado de los créditos no reconocidos.
El informe se tiene que referir, especialmente, a los créditos
que han sido objeto de fraccionamiento o de mandatos por
una parte o fracción de los mismos, cuyos titulares y sus
representantes pierden el derecho de asistir a las juntas. Asi­
mismo el informe debe aludir a los créditos que pertenezcan
a comunidades de acreedores y su representante. Por último,
el informe contiene todos los créditos no reconocidos, que
se hayan verificado hasta el día inmediatamente anterior al
de la audiencia;
4) Acto seguido el tribunal oye a los acreedores que solicitan
verbalmente argumentar acerca de la inclusión o conservación
de su propio crédito en el informe del liquidador, o bien la
exclusión de otros;
5) A continuación el juez del concurso resuelve, en única ins­
tancia, con los antecedentes disponibles, en dicha audiencia,
los que debe apreciar de acuerdo con las normas de la sana
crítica, dejando constancia en el acta respectiva. En contra de
la decisión del tribunal sólo procede el recurso de reposición,
N 1' l . / J ' f 6

que se debe interponer y decidir en la misma audiencia;


- LÏ:V

6) El acta de la audiencia indica los acreedores y el monto pre­


ciso que beneficia del derecho a voto en lajunta que se va a
Oí;UTO

celebrar;
1Л UN

7) El reconocimiento del derecho a voto sólo produce efectos


DI:' Ü S Í i O s

para la ju n ta de acreedores en referencia y no limita en


absoluto la libertad del liquidador y de los acreedores para
objetar o impugnar el crédito y sus preferencias, según la ley
FOT' СОГЧЛ

concursal, ni la facultad uel juez para pronunciarse sobre la


impugnación, y
LA

357
REORGANIZACIQN.Y.U QT.ímAníÓNr)F. EMPRESAS YPERS0 N A $. 0 £&ECHQ CONCURSAL

8) Por último, el liquidador debe asistir personalmente a las


audiencias de determinación del derecho a voto previas a la
junta constitutiva y a la primera junta ordinaria de acreedores,
quedando autorizado su mandatario judicial para asistir a las
restantes.
Por excepción las personas relacionadas con el deudor, defi­
nidas por la ley del ramo, no gozan de derecho a voto ni se con­
sideran para los fines del cálculo del quorum correspondiente. El
acreedor o su mandatario que tengan un conflicto de interés o un
interés distinto del propio de la calidad de acreedor del deudor
sometido a concurso, respecto de un determinado acuerdo, deben
abstenerse de votar dicho acuerdo y tampoco se consideran a los
efectos del cálculo del quorum respectivo.
Los acreedores no tienen derecho a voto por los créditos que
hayan sido totalmente pagados gracias a un reparto, pago admi­
nistrativo o por cualquiera otra forma, incluido el pago hecho
por un tercero. En caso de pago parcial del crédito, el acreedor
tiene derecho a voto sólo respecto del saldo insoluto.

239. Lajunta constitutiva. Es la primera junta de acreedores


que se celebra una vez iniciado el procedimiento concursal de
liquidación, por esta razón en la edición anterior de esta obra de­
jamos establecido que era aquella mediante la cual se constituía el
órgano deliberante de la antigua quiebra y la denominamos junta
constitutiva, nos complace en consecuencia que la Ley № 20.720,
de 2014, le haya dado este mismo nombre.17
Se reúne en la sede del tribunal competente o en el lugar
específico que éste designe al trigésimo segundo día, contado
desde la publicación de la resolución de liquidación en el Boletín
Concursal, a la hora que la mencionada resolución fije al respecto.
Estajunta es presidida por el juez que está conociendo el proce­
dimiento concursal de liquidación y actúa como ministro de fe
el secretario del tribunal. De las materias tratadas, los acuerdos
adoptados y demás asuntos que el tribunal estime pertinentes,

17 Véase SANDOVAL LÓPEZ, RICARDO, Derecho Comercial La insolvencia de la


empresa. Derecho concursal: quiebras, wnveniosy cesiones de bienes, tomo IV, b~ edición,
Editorial Jurídica de Chile, p. 164.
CAP. V IL L O S Ó R G A N O S D E L O S P R O C E D IM IE N T O S C Ò N lu K b A L U S

debe dejarse constancia en un acta que se confecciona al efecto,


que debe ser firmada por el juez, el secretario, el liquidador,
los acreedores que lo soliciten y el deudor, si así lo decide. Una
copia autorizada de dicha acta se agrega al expediente, se publi­
ca en el Boletín Concursal dentro de tercero día de haber sido
confeccionada y se incorpora en el libro de actas que tiene que
llevar el liquidador.
Si no se reúne el quorum para la reunión de laju n ta cons­
titutiva, ella debe celebrarse el segundo día, a la misma hora y
lugar. El secretario del tribunal debe dejar constancia en el acta
que se confeccione y desde esa ocasión los acreedores se consi­
deran legalmente notificados para la segunda citación. L ajunta
convocada en este evento se tiene por constituida y se reúne con
los acreedores que asistan, adoptando sus acuerdos por quorum
simple (mayoría simple) de los acreedores presentes, sin peijuicio
de las decisiones que requieran quorum diferentes. En caso de
que a la segunda citación no asista ningún acreedor con derecho
a voto, el secretario del tribunal certifica este hecho, que da ori­
gen a las siguientes consecuencias jurídicas, sin que sea necesaria
declaración judicial alguna:
1) Los liquidadores titular y suplente provisionales se conside­
ran ratificados de pleno derecho en sus cargos, asumiendo
ambos la calidad de definitivos, sin peijuicio de que puedan
ser revocados por junta extraordinaria de acreedores en el
ejercicio de sus atribuciones;
2) El liquidador publica en el Boletín Concursal, dentro de ter­
cero día contado desde aquel en que lajunta de acreedores
debió reunirse en segunda citación, un aviso con el siguiente
contenido:
a) Una referencia a la certificación practicada por el secre­
tario del tribunal, en cuanto a que en la segunda citación
no concurrió ningún acreedor con derecho a voto;
b) La cuenta sobre el estado preciso de los negocios del deu­
dor, de su activo y pasivo y de la labor por él realizada;
c) El lugar, día y hora en que se celebrarán las juntas ordi­
narias, que el mismo liquidador tiene que establecer;

359
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

3) El liquidador debe dar comienzo al procedimiento de reali­


zación sumaria o simplificada.

240. Atribuciones de la junta constitutiva de acreedores. A ella


le com pete el conocim iento y decisión sobre las siguientes
materias:
1) El liquidador titular provisional debe presentar una cuenta
escrita, la que asimismo tiene que exponer verbal y circuns­
tanciadamente, respecto del estado preciso de los negocios
del deudor, su activo y pasivo, y de la gestión por él realizada,
incluyendo un desglose de los gastos incurridos a la fecha.
También tiene que informar a los acreedores si el producto
probable de la realización del activo a liquidar no excederá
las 5.000 unidades de fomento;
2) La ratificación de los liquidadores titular y suplente provisio­
nales, o bien, el nombramiento de sus reemplazantes. Los
liquidadores que no hayan sido ratificados por lajunta cons­
titutiva continúan en sus cargos hasta que asumen quienes
los reemplacen. Dentro del plazo de 10 días contados desde
la nueva designación, debe suscribirse entre el liquidador
no ratificado y el que le reemplaza un acta de traspaso en que
conste el estado preciso de los bienes del deudor y cualquier
otro aspecto relevante para una adecuada continuación del
procedimiento concursal de liquidación. En dicho término
deben entregarse todos los documentos y otros antecedentes
del deudor que se encuentran en poder del liquidador que
no fue ratificado. Una copia del acta de traspaso debe ser
enviada a la Superintendencia;
3) La determinación del día, lugar y hora de las reuniones de
las juntas ordinarias, las que han de tener lugar, al menos,
semestralmente;
4) La designación de un presidente titular y uno suplente y se­
cretario titular y uno suplente, de entre los acreedores con
derecho a voto o sus representantes, para las futuras reunio­
nes;
5) Un plan o propuesta circunstanciada de la realización de los
bienes del deudor, la estimación de los principales gastos del

360
CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

procedimiento concursal de liquidación y la continuación de


las actividades económicas, en conformidad a la ley del rubro,
en los casos en que proceda;
6) Cualquier otra materia o acuerdo que lajunta estime condu­
cente, salvo aquellos que forman parte de las atribuciones de
lajunta extraordinaria.

241. Competencia de la primera junta ordinaria. Esta ju n ta es di­


ferente de lajunta constitutiva, tanto por la oportunidad en que
se reúne, fijada por esta última, como por las atribuciones que
especialmente le confiere la ley concursal. En efecto, a la prime­
ra ju n ta ordinaria de acreedores le corresponde tratar y decidir
sobre las siguientes materias, si éstas no se hubieren acordado
en laju n ta constitutiva:
1) El informe que el liquidador debe presentar por escrito y
exponer verbalmente acerca del activo y pasivo del deudor,
especialmente las variaciones que hayan experimentado desde
la reunión de laju n ta constitutiva;
2) El plan o propuesta circunstanciada de realización de los
bienes de deudor, y
3) La estimación de los principales gastos del procedimiento
concursal de liquidación.
Asimismo, a esta prim era ju n ta ordinaria le corresponde
deliberar y decidir, a proposición del liquidador, del deudor o
de cualquier acreedor asistente con derecho a voto, acerca de
la continuación de las actividades económicas del deudor, en
conformidad con lo previsto en la ley de la materia.
También los acreedores pueden acordar, con quorum especial,
la no celebración de juntas ordinarias por un período determi­
nado, o bien su reunión por citación expresa del liquidador o
de acreedores que representen a lo menos el 25% del pasivo
con derecho a voto. En estos casos el liquidador notifica estos
acuerdos en el Boletín Concursal, dentro del plazo de 2 días,
contados desde que se adoptan tales decisiones y no se requiere
que el secretario otorgue el certificado de no celebración de la
ju n ta a que se refiere el artículo 185 de la ley del ramo.

361
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS YPERSONAS DRRF.CHO CONCURSAL

242. Junta extraordinaria de acreedores y su competencia. Como su


nombre lo señala, ella tiene lugar sólo en los casos en que la ley
concursal establece su procedencia, los cuales, de conformidad
con lo previsto en su artículo 199, son los siguientes:
1) Cuando el tribunal que conoce del procedimiento concursal
de liquidación así lo ordena;
2) A petición del liquidador o de la Superintendencia;
3) Cuando un acreedor o acreedores que representen a lo menos
el 25% del pasivo con derecho a voto lo solicitan por escrito
al liquidador, quien adopta las providencias necesarias para
su reunión, y
4) Cuando así lo hayan acordado los acreedores en junta ordi­
naria con quorum simple.
Lajunta extraordinaria de acreedores conoce y decide sobre
las materias solicitadas por el o los peticionarios de su convoca­
toria. Además, la ley concursal establece en su artículo 200 que
la junta extraordinaria tiene competencia exclusiva para adoptar
acuerdos sobre las siguientes materias:
1) La revocación de los liquidadores titular y suplente defini­
tivos;
2 ) La presentación de proposición de acuerdos de reorganización
judicial, en los términos y con los requisitos previstos por la
misma ley;
3) Los acuerdos sobre contrataciones especializadas previstas en
el artículo 41 de la misma ley;
4) Los anticipos de honorarios que solicite el liquidador durante
el procedimiento concursal de liquidación.

243. Requisitos formales de la citación de junta extraordinaria de


acreedores. Atendido el carácter excepcional y las materias que
la ley pone dentro de la esfera de su competencia, la citación a
junta extraordinaria de acreedores está sujeta al cumplimiento de
ciertas formalidades que señalamos a continuación, establecidas
por el artículo 201 de la ley de la materia.
El solicitante debe requerir por
a. escrito al limiiHador
i la cita-
ción a reunión de esta junta, acreditando el cumplimiento de

362
CAP. VII. LOS P i R P . a m o s n r г o s PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

los requisitos de su procedencia, establecidos en el artículo 199.


Cuando el peticionario es el juez de la causa concursal o la Su­
perintendencia, basta cualquier medio idóneo de comunicación
con el liquidador. En la solicitud que se presenta al liquidador
debe precisarse las materias a tratar en lajunta extraordinaria y
en ella sólo puede discutirse y decidirse sobre tales asuntos. En
lo relativo a la fijación del día, hora y lugar, la disposición legal
citada anteriormente establece las siguientes normas:
1) Si el peticionario es el tribunal o la Superintendencia, hay
que estarse a la fecha que éstos fijen, correspondiéndole al
liquidador arbitrar los medios que permitan la reunión de la
junta;
2) Si el solicitante es uno o más acreedores que representen a lo
menos el 25% del pasivo con derecho avoto, debe estarse a la
fecha que de común acuerdo determinen con el liquidador.
En caso de desacuerdo, ha de estarse a lo señalado por el o
los acreedores peticionarios;
3) Cuando la decisión ha sido adoptada por lajunta ordinaria
de acreedores, el acuerdo debe indicar la fecha de reunión
de lajunta extraordinaria y el liquidador tiene que ajustarse
a esa decisión.
El liquidador publica la citación a lajunta extraordinaria de
acreedores en el Boletín Concursal, al día siguiente de la petición
formulada en tal sentido, adjuntando copia de dicha solicitud.
L ajunta extraordinaria tiene que celebrarse transcurridos a lo
menos 3 días desde la publicación de la citación hecha por el
liquidador en el Boletín Concursal.

244. La comisión de acreedores. Se trata de una nueva entidad


colectiva creada por la Ley № 20.720, de 2014, seguramente te­
niendo en consideración que las juntas de acreedores son órganos
que funcionan con cierta dificultad, dado el hecho de que los
titulares de acreencias se interesan por asistir sólo a algunas de
ellas, en particular la constitutiva y la primera junta ordinaria. Al
ser de esta manera, el artículo 202 de la ley concursal vigente facul­
ta a lajunta de acreedores para acordar, con quorum calificado,
la constitución de una comisión de acreedores, con el propósito de

363
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

adoptar los acuerdos que se comprenden dentro de la esfera de


su competencia con validez general. La composición, facultades,
duración y procedimientos aplicables son determinados por la
propia ju n ta de acreedores, también con quorum calificado.

245. Crítica al sistema de los órganos de los procedimientos concúr­


sales. Hemos podido constatar que los ordenamientos jurídicos
concúrsales en el derecho comparado, especialmente en Francia
e Italia, contemplan la intervención de una mayor cantidad de
órganos en los procedimientos colectivos que ellos regulan, en
comparación con los que están previstos en nuestra legislación
sobre la materia. En efecto, el derecho nacional no consagra la
intervención del juez delegado ojuez comisario, como ocurre en el
derecho de Italia y Francia, cuya misión fundamental es la de
ocuparse del procedimiento de administración y realización
de los bienes, contribuyendo de esta suerte a acelerar el juicio
concursal, con facultades respecto del curador o síndico y de la
comisión o junta de acreedores otorgadas precisamente con el
propósito de llevar a término con éxito y en breve plazo los pro­
cedimientos colectivos. Ocurre, en nuestro medio, que el juez
competente es el iónico órgano jurisdiccional que interviene en
todo el procedimiento concursal de liquidación e incluso debe
tramitar y fallar los juicios que a él se acumulan. Es más, se trata
de un juez ordinario de mayor cuantía que, por lo general, ejer­
ce jurisdicción en lo civil y en lo comercial, actuando en ciertos
casos también en materia penal. Siendo así, resulta evidente que
no dispone del tiempo suficiente para ocuparse, con especial
dedicación, del procedimiento concursal de liquidación, que
es complejo y requiere de oportuna tramitación para lograr los
fines que con él se persiguen. Un órgano acelerador del procedi­
miento, como el juez delegado o el juez comisario, podría jugar
un rol destacado en nuestro sistema concursal, sin implicar un
costo a la administración de justicia porque tal función podría
quedar en manos del secretario del tribunal, que en el caso del
derecho chileno sólo autoriza como ministro de fe las actuaciones
y decisiones del juez.
En lo concerniente a los actuales liquidadores, antiguos síndi­
cos, la discusión se centra en el punco de saber si la administración
y realización de los bienes del concurso deben estar en poder
CAP. VII. LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

de un organismo público dependiente de la administración del


Estado, que actúe a través de funcionarios públicos rem unera­
dos en consecuencia, con cargo al erario nacional, cumpliendo,
además, una función auxiliar a la administración de justicia, o
bien en manos de los propios acreedores organizados en juntas,
quienes designan liquidadores o síndicos privados, a los que se les
retribuye con los fondos del activo del procedimiento concursal
de liquidación. Nuestro país ha aplicado ambos sistemas. Como
ya señalamos, el Código de Comercio dio un rol determinante a
las juntas de acreedores, el que fue derogado en virtud de la Ley
№ 4.558 por ser inoperante. Sin embargo, la Ley № 18.175, de
1982, volvió al sistema de juntas de acreedores, dotadas de amplias
facultades, que tienen como órganos ejecutores de sus acuerdos
a los síndicos privados. Lo propio hace ahora la Ley № 20.720,
de 2014, que sustituye el rol de los síndicos por los liquidadores,
que actúan bajo la supervigilancia de la Superintendencia.
Por otra parte, habida consideración que lajunta de acreedores
tiene un destacado papel en la administración y realización del
activo del concurso, la normativa aplicable debería contemplar
un sistema para impugnar sus acuerdos, donde se establezcan las
causales, procedimientos y sanciones en forma clara y precisa,
pero la ley en actual vigencia aún no lo ha establecido.
La función de los actuales liquidadores o de los antiguos
síndicos concuerda con la filosofía del sistema impuesto por la
Ley № 18.175, de 1982, de traspasar, a los acreedores, en cierta
medida el manejo de la quiebra, como lo hace también la Ley
№ 20.720, de 2014, respecto del actual procedimiento concursal
de liquidación, que pasan a ser regulados con un criterio más eco­
nómico que jurídico para convertirse en mecanismos de reasignación
de recursos en la actividad económica productiva. Se confirma el
rol protagónico de los acreedores en el procedimiento concur­
sal de liquidación, porque además de las facultades que tiene la
ju n ta de acreedores, para el caso en que ellas no se reúnan en la
práctica por falta de quorum, se crea por la ley vigente la comisión
de acreedores, que nace por decisión de la propia junta, adoptada
con quorum calificado, y se la faculta para adoptar los acuerdos
que se comprenden dentro de la órbita de su competencia con
validez general. La composición, facultades, duración y procedi­
mientos aplicables de la comisión de acreedores son determinados
...

REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACION DE EMPRKSAS V PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

por la propia junta de acreedores, con el mismo quorum antes


señalado. La comisión de acreedores “suple”, en consecuencia,
las funciones de lajunta de acreedores, aun con riesgo de actuar
fuera de su competencia.
La Superintendencia surge como la institución estatal des­
tinada a supervigilar y controlar la actuación de los veedores y
liquidadores privados y martilieros concúrsales y a desempeñar
algunas funciones en determinados procedimientos regulados por
la Ley № 20.720, de 2014. Con todo, este organismo de control
ya existía con otro nombre, bajo la vigencia de la Ley № 18.175,
de 1982, cuyas atribuciones fueron notablemente incrementa­
das mediante la reforma introducida por la Ley № 20.004, de 8
de marzo de 2005, sin abandonar el sistema de administración
privada de la quiebra, que se extendió en esa oportunidad a los
convenios concúrsales y a las cesiones de bienes.
Es interesante destacar en este orden de ideas que la Super­
intendencia, gracias a las aludidas reformas y a la regulación
que establece la legislación vigente de 2014, cuenta ahora con la
facultad de interpretar administrativamente las leyes, reglamentos
y demás normas que regulan las personas fiscalizadas y que de
esta suerte puede proteger los intereses públicos involucrados
en los procedimientos concúrsales, todo ello sin peijuicio de las
facultades jurisdiccionales de los tribunales de justicia, en el caso
que se discrepe de la interpretación administrativa.
Finalmente, cabe destacar también la facultad que tiene la
Superintendencia de actuar como parte interviniente en los
procesos criminales respecto de los delitos que cometan los vee­
dores, liquidadores y demás personas fiscalizadas, interponiendo
la querella respectiva ante el juez de garantía competente.

Sección II
LA CONTINUACIÓN DE LAS ACTIVIDADES
ECONÓMICAS DEL DEUDOR

246. Antecedentes. Durante la vigencia de la Ley № 4.548, de


1929, se establecía la continuación del giro del fallido, provisio­
nalmente, como facultad del síndico, con conocimiento del que-

366
'CAf. VU. LOS ÔRGÀNOS DE LÒSPftOCKDIMIEN ЮЬ CON CURSALES

brado y definitivamente con acuerdo de lajunta de acreedores.


Por su parte, el Decreto Ley № 1.509, de 1976, contemplaba la
facultad de la Sindicatura General de Quiebras para proponer,
en nombre e interés de la masa, la continuación del giro total о
parcial de las actividades del fallido. La continuación del giro se
acordaba por laju n ta de acreedores у era de cuenta y riesgo de
todos los acreedores. Además, el texto legal citado establecía la
continuación del giro, por decreto supremo del Ministerio de
Economía, Fomento y Reconstrucción, de las unidades económicas
comprendidas en el activo de la quiebra. Dicha continuación se
decretaba por un plazo de dieciocho meses, era financiada con
fondos del erario nacional y con plena responsabilidad civil del
Estado. Este mecanismo se empleó en reiteradas ocasiones durante
la vigencia del referido decreto ley, con el propósito de paliar los
efectos económicos y sociales producidos como consecuencia de
la quiebra de importantes industrias nacionales.
La Ley № 18.175, de 1982, sobre quiebras, como ya dijimos,
derogó expresamente el Decreto Ley № 1.509, de 1976, pero
recogió gran parte de sus disposiciones, sin establecer la conti­
nuación del giro por decreto supremo, para estar en armonía con
el propósito de restar injerencia a los poderes públicos en esta
institución concursal. La preceptiva de 1982 consagraba dos clases
de continuación del giro del quebrado: provisoria y efectiva.
Recordemos que la continuación de giro del fallido, ahora
denominado deudor, es una expresión legal del principio de
conservación de la empresa, que informa la quiebra y los demás
procedimientos concúrsales tanto en el derecho comparado como
en el derecho objetivo nacional.
En la Ley № 20.720, de 2014, el tema que nos ocupa se deno­
mina “continuación de actividades económicas ” y se realiza con los
activos del deudor, distinguiendo asimismo entre la continuación
provisional y la definitiva.
La continuación provisional es aquella que se decide por el
liquidador, con el propósito de:
a) aumentar el porcentaje de recuperación por parte de los
acreedores del deudor;
b) facilitar la ejecución de prestaciones que se encuentran
pendientes y de las cuales se deriva un beneficio para el
conjunto de acreedores, y

367
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

c) propender a la realización de los activos del deudor сощ0


unidad económica.
El ejercicio de la facultad de continuar provisionalmente las
actividades económicas del deudor sólo puede tener lugar desde
que el liquidador asuma su cargo y se extiende hasta la reunión
de lajunta constitutiva de acreedores.
La continuación definitiva es aquella que se acuerda con quorum
especial por laju n ta constitutiva de acreedores u otra posterior,
y a proposición del liquidador o de cualquier acreedor.

247. Continuación provisional de las actividades económicas del


deudor. Según lo preceptuado por el artículo 232 de la ley con­
cursal, este tipo de continuación de actividades se rige por las
siguientes reglas:
1) El liquidador debe informar al tribunal y a la Superintendencia
de las razones que justifican su decisión, los bienes adscritos
a la continuación provisional y la fecha exacta de su inicio.
Tales comunicaciones han de efectuarse al día siguiente de
aquel en que el liquidador disponga la continuación;
2) La administración de esta continuación provisional de activi­
dades económicas corresponde exclusivamente al liquidador,
quien tiene derecho a percibir un honorario adicional por
esta gestión, cuyo monto se determina por lajunta constitutiva
de acreedores y, en caso de desacuerdo, por el tribunal en la
misma junta y sin que proceda ulterior recurso;
3) En laju n ta constitutiva de acreedores el liquidador debe
presentar a los acreedores un informe pormenorizado res­
pecto de todas las operaciones realizadas en el desarrollo de
la continuación provisional de las actividades económicas
del deudor, conjuntamente con un detalle de los ingresos y
egresos del período y un resumen sobre la situación tributaria
de la referida continuación.
Recibido el informe del liquidador, laju n ta de acreedores
puede acordar la continuación definitiva de dichas actividades,
que se nge por las normas legales pertinentes, como veremos
enseguida.

368
CAP. VIL LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

248. Continuación definitiva de las actividades económicas del


deudor. Ya sabemos que ella tiene lugar por acuerdo de laju n ta
constitutiva de acreedores, con quorum especial o por otrajunta
posterior y a proposición del liquidador o de cualquier acree­
dor. La Ley № 20.720, de 2014, no mantuvo la disposición del
artículo 99 inciso 22 parte ñnal de la legislación de quiebras, hoy
derogada, que autorizaba al síndico para iniciar de inmediato la
continuación efectiva del giro del fallido, con autorización del
tribunal cuando existieran causas graves que la justifiquen. En
la práctica hubo casos de quiebras en los cuales se aplicó esta
norma y esta decisión fue de gran valor para la conservación de
las empresas fallidas y para la mantención de la relación laboral
de los trabajadores vinculados con ellas. La continuación efectiva
del giro en la actual normativa se llama continuación definitiva.
El acta de la junta de acreedores en que se decida la conti­
nuación definitiva debe contener a lo menos las siguientes enun­
ciaciones, que reflejan el contenido del acuerdo de lajunta, tal
como se regulaba bajo la legislación de quiebras, hoy sustituida
por la actual ley concursal:
1) Actividades económicas a continuar;
2) Bienes adscritos. En caso de que esta continuación comprenda
bienes hipotecados, prendados o sujetos al derecho legal de
retención, se suspende el derecho de los acreedores respectivos
para ejercitar sus acciones respecto de dichos bienes, siempre
que ellos hayan votado en favor de la continuación;
3) Identificación del administrador siempre que sea distinto del
liquidador y sus facultades. El acuerdo de nombramiento del
liquidador requiere de quorum especial;
4) Honorarios totales o fórmula de cálculo correspondiente al
plazo que se acuerde o resultados que se proyecten. Cuando
se trata de pagos periódicos se aplica al liquidador el deber
de retención previsto en el artículo 39 de la ley concursal
vigente;
5) Plazo que no puede ser superior a un año contado desde la
adopción del acuerdo respectivo, prorrogable por una sola vez,
con quorum especial, mediante acuerdo tomado en junta de

369
K E O R g A N H A flflM V L i q u i d a c i ó n d e e m p r e s a s y p e r s o n a s , d e r e c h o c o n c u r s a l

acreedores ordinaria o extraordinaria, celebrada, a lo menos,


10 días antes del vencimiento. Si üene lugar la prórroga del
plazo, laju n ta debe designar un administrador de la conti­
nuación de las actividades económicas, designación que no
puede recaer en la persona del liquidador. En caso de que la
junta acuerde la venta de los activos del deudor como unidad
económica, puede asimismo decidir, con quorum especial,
proseguir la continuación por el tiempo indispensable para
la concreción de ese acuerdo, no obstante que exceda del
plazo máximo ya señalado.
Cuando la administración de la continuación definitiva de las
actividades económicas del deudor recae en una persona diversa
del liquidador, esta gestión queda sujeta a las normas previstas
en el artículo 234 de la ley del ramo, a saber:
1) Tratándose de los bienes que no están adscritos a esta conti­
nuación, el liquidador mantiene su administración y procede
de acuerdo con las reglas generales;
2 ) Respecto de los bienes comprendidos en dicha continuación, el
liquidador tiene las facultades establecidas por el artículo 294
del CPC, reportando a laju n ta ordinaria de acreedores las
circunstancias que considera oportunas para el resguardo de
los intereses de los acreedores y del deudor;
3) Cualquiera controversia que se suscite entre el liquidador y el
administrador de la continuación definitiva de las actividades
económicas, debe ser resuelta por el tribunal en una audiencia
verbal citada al efecto, para lo cual puede solicitar informe a
la Superintendencia;
4) La Superintendencia tiene sobre el adm inistrador de la
continuación definitiva iguales facultades que las que tiene
respecto de los liquidadores;
5) El administrador debe presentar informe pormenorizado
acerca de todas las actividades realizadas y un detalle de los
ingresos, egresos y utilidades o pérdidas del período de con­
tinuación definitiva.
En el evento de que tenga lugar la continuación definitiva
de las actividades económicas, el nombre o la razón social del

370
CAP. VIL LOS ORGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

deudor se complementa con la frase final “en continuación de las


actividades económicas ” y su uso debe ser presidido por la firma
del administrador, en su caso, y de los demás habilitados. En caso
contrario, son solidariamente responsables de esas obligaciones
tanto el administrador como los que hayan ejecutado el acto o
celebrado el contrato correspondiente.
En la práctica pueden existir razones para que la continuación
definitiva de las actividades económicas del deudor termine antes
del plazo previsto o acordado, materia que corresponde decidir a
lajunta de acreedores, con quorum especial, acuerdo que debe ser
comunicado de inmediato al administrador. Al ser de esta manera,
los honorarios pactados pueden reducirse proporcionalmente,
previo acuerdo de las partes y, en su defecto, resuelve el juez, sin
ulterior recurso y en el m enor tiempo posible.
Tratándose de la responsabilidad civil del administrador de la
continuación definitiva de las actividades económicas del deudor,
ella se extiende hasta la culpa leuísimay subsiste hasta la aprobación
de su cuenta definitiva de dicha gestión. Esta responsabilidad
puede hacerse efectiva enjuicio sumario una vez presentada la
cuenta correspondiente, según los artículos 49 y siguientes de
la ley concursal, sin peijuicio de la responsabilidad legal en que
pueda incurrir. Sin embargo, si el administrador de la continua­
ción definitiva no rinde su cuenta definitiva de administración,
dentro del plazo de 30 días contado desde el término de dicha
continuación, su responsabilidad civil también puede perseguirse
desde el vencimiento del aludido plazo.

249. Riesgo de la continuación de las actividades. La continuación


definitiva de las actividades económicas del deudor es de cuenta
y riesgo de los acreedores.
Los créditos que se originan en este tipo de continuación
pueden perseguirse tan solo en los bienes comprendidos en ella
y gozan de la preferencia establecida en el artículo 2472 № 4 del
Código Civil, para su pago respecto de los demás acreedores del
deudor. Asimismo, los créditos de la continuación definitiva pre­
fieren a los acreedores hipotecarios, prendarios y retencionarios,
que hayan dado su aprobación a dicha continuación, sólo en el
caso de que ios bienes gravados comprendidos en ella sean insu­
ficientes para el pago. La diferencia, si existe, es soportada por

371
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL i'

los indicados acreedores a prorrata del monto de sus respectivos Jl


créditos en el procedimiento concursal de liquidación y hasta Jj
la concurrencia del valor de liquidación de los bienes dados en J
garantía de sus respectivos créditos. Щ
El acreedor hipotecario, prendario o retencionario que pa^J
gue más del porcentaje que le corresponda según lo señalado* «
anteriormente, se subroga por el exceso en los derechos de los
acreedores de la continuación de actividades, según las normas **
pertinentes del Código Civil. ;
Cuando la continuación de actividades genere excedentes,
éstos corresponden a los acreedores del deudor hasta la concu­
rrencia del monto que corresponda pagar en el procedimiento
concursal de liquidación, deducidos los gastos. El remanente, si '
lo hay, pertenece al deudor.
Finalmente, se aplican al administrador de la continuación
definitiva las disposiciones sobre la cuenta final del liquidador,
sin entorpecer el procedimiento concursal de liquidación ni la
realización de los bienes. Los honorarios que correspondan y la
participación en las utilidades o el remanente retenido sólo pue­
den ser percibidos una vez que la referida cuenta se encuentre
firme y ejecutoriada.
Capítulo VJJJ
EL TÉRMINO DEL PROCEDIMIENTO
CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

U;

250. Aspectos generales. En la normativa vigente, por regla ge­


neral, el procedimiento concursal de liquidación finaliza cuando
se dicta por el tribunal la resolución de término, cumplidos los re­
quisitos establecidos al respecto y se originan las consecuencias
jurídicas que le son propias. Asimismo, el procedimiento concursal
de liquidación puede terminar por acuerdo de reorganización
judicial. Estas situaciones de conclusión del aludido procedi­
miento colectivo equivalen, en cierta medida, al sobreseimiento
definitivo y al convenio simplemente judicial, contemplados en
la legislación de quiebras sustituida por la ley concursal vigente.
Trataremos por separado las causas de finalización del procedi­
miento concursal de liquidación.

Párrafo I
N ‘; 1733:: .

L a r e s o l u c ió n d e t é r m in o d e l p r o c e d im ie n t o c o n c u r s a l
DE LIQUIDACIÓN
íiV
О Ш 'Г О -

251. Procedencia y efectos. Según el texto del artículo 254, de


la ley de la materia, una vez publicada la resolución que tuvo por
¡; S UN

aprobada ía cuenta final de administración en los términos previstos


1Л i /Ì: U i s i l O -

por el artículo 49 y siguientes, de la misma ley, el juez, de oficio


o a petición de parte o de la Superintendencia, pronuncia una
resolución que declara terminado el procedimiento concursal de
Л.М

liquidación. Con ei pronunciamiento de la resolución indicada


precedentemente, el deudor recupera la administración de sus

373
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS У PERSONAS'DERECHO CONÇUE,S AL

bienes o, en otros términos, cesa el efecto inmediato de desasi­


miento que lo tenía inhibido de hacerlo.
Al quedar firme o ejecutoriada la resolución que pone fin
al procedimiento concursal de liquidación, se consideran extin­
guidos por el solo ministerio de la ley y para todos los efectos
legales, los saldos insolutos de las obligaciones contraídas por
el deudor antes del inicio del aludido procedimiento colectivo.
Como consecuencia de lo anterior, el deudor queda rehabilita­
do para todos los efectos legales, a menos que la resolución de
liquidación indique algo diverso.
Contra la resolución de término del procedimiento concursal
de liquidación, procede el recurso de apelación, que se concede
en el solo efecto devolutivo, conservando entretanto el deudor
la libre administración de sus bienes.

P á r r a f o II
TÉRMINO DEL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN
POR ACUERDO DE REORGANIZACIÓN JUDICIAL

252. Procedencia y tramitación. De conformidad con lo previsto


por el artículo 257, de la ley del ramo, en el transcurso del proce­
dimiento colectivo de liquidación, una vez que ha sido notificada
la nómina de créditos reconocidos, el deudor puede acompañar
al tribunal que está conociendo de éste una propuesta de acuerdo
de reorganización judicial y le son aplicables las disposiciones
que regulan dicho acuerdo en la ley vigente, en todo lo que sea
pertinente y en todo aquello que se reglamente en los artículos
siguientes de la misma ley. Reiteramos nuestro parecer en cuan­
to a que la propuesta de acuerdo de reorganización judicial,
su tramitación y efectos, son el equivalente de la proposición,
tramitación y consecuencias jurídicas del convenio simplemente
judicial, regulado por la legislación de quiebras hoy derogada
por la actual ley concursal.
Una vez ingresada la propuesta de acuerdo de reorganización
judicial, el juez dicta la resolución que la tiene por presentada y
una copia autorizada se publica por el liquidador en el Boletín
Concursal. En dicha resolución el tribunal competente fija la
CAP. v n i EL TÉRM INO №LркойШ Ш Й П 'О CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

fecha, lugar y hora en que se debe reunir laju n ta de acreedores


que tiene que deliberar y decidir sobre la propuesta de acuerdo
de reorganización judicial, presentada por el deudor.

253. Adopción del acuerdo de lajunta de acreedores sobre la propuesta.


Durante la reunión de laju n ta los acreedores deben deliberar
y acordar, separadamente, respecto de cada una de las clases o
categorías de propuestas del acuerdo de reorganizaciónjudicial,
que acompaña el deudor, sin peijuicio que pueda acordarse por
quorum calificado la suspensión de la reunión de laju n ta por
el plazo de a lo más 10 días, en los términos previstos por el ar­
tículo 82, de la ley concursal, fijándose con este propósito nuevo
día y hora para su reanudación.
La propuesta de acuerdo de reorganizaciónjudicial se considera
aprobada cuando cuenta con el consentimiento del deudor y el
voto conforme de 2 /3 o más de los acreedores que representan
las 3 /4 partes del pasivo con derecho a voto, que corresponda
a su respectiva clase o categoría. Las personas relacionadas con
el deudor están privadas del derecho a voto y sus créditos no se
consideran en el monto del pasivo.

254. Vigencia del acuerdo de reorganizaciónjudicial que pone término


al procedimiento concursal de liquidación. Este acuerdo rige una vez
vencido el plazo para impugnarlo, sin que haya sido objeto de tal
impugnación. En esta situación el acuerdo se entiende aprobado
y el tribunal competente así lo declara, de oficio o a petición de
cualquier interesado o del veedor. En esa misma resolución el
juez declara también el término del procedimiento concursal de
i OTOCOiMA Di: H hRü:> FS UN D LÜ TO - JJ'Y N '; 17 3.k>

liquidación.
En el caso en que el acuerdo de reorganización judicial es
impugnado, entra en vigencia desde que cause ejecutoria la reso­
lución que desecha la o las impugnaciones y esta misma resolución
lo declara aprobado. Tanto la resolución de término y aprobación
del acuerdo, como la que desecha impugnaciones y lo declara
asimismo aprobado, se notifican en el Boletín Concursal.
El acuerdo de reorganización judicial rige no obstante las
impugnaciones interpuestas en su contra. Con todo, si las im­
pugnaciones se hacen valer por acreedores de determinada clase
o categoría, que representan en su conjunto a lo menos el 30%
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

del pasivo con derecho a voto de su respectiva clase o categoría,


dicho acuerdo no empieza a regir hasta que esas impugnaciones
sean desechadas por sentencia firme o ejecutoriada. En esta si­
tuación, como asimismo en el caso en que el acuerdo entra en
vigencia cuando causa ejecutoria la resolución que rechaza las
impugnaciones, los actos y contratos ejecutados o celebrados por
el deudor, en el tiempo que media entre el acuerdo de reorgani­
zación judicial y la fecha en que queda ejecutoriada la resolución
que acoja las impugnaciones, no pueden dejarse sin efecto.
El recurso de casación deducido en contra de la sentencia
de segunda instancia que desecha la o las impugnaciones, no
suspende el cumplimiento de dicha resolución, incluso si la par­
te vencida solicita que se otorgue fianza de resultas por la parte
vencedora.
En el evento de que se acogen las impugnaciones del acuerdo
de reorganización judicial, por resolución firme o ejecutoriada,
las obligaciones y derechos existentes entre el deudor y sus acree­
dores, con anterioridad a dicho acuerdo, vuelven al estado en que
se encontraban en el procedimiento concursal de liquidación.
Capítulo IX
PROCEDIMIENTOS CONCURSALES
DE UNA PERSONA DEUDORA

Sección I
PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE RENEGOCIACIÓN
DE UNA PERSONA DEUDORA

255. Ámbito de aplicación y “causales”. Comenzaremos recor­


dando la definición contenida en el artículo 2fi № 25, de la ley
concursal, de Persona Deudora, como: “Toda persona natural no
comprendida en la definición de Empresa Deudora”. El concepto legal
se opone al de empresa deudora, definida como persona jurídi­
ca privada, con o sin fines de lucro y toda persona natural que
no es contribuyente de prim era categoría ni del núm ero 2, del
artículo 42, de la Ley de Impuesto a la Renta. En el contexto de
la ley que regula procedimientos concúrsales, la idea de persona
deudora, a quien se le aplica exclusivamente los procedimientos
que vamos a analizar, debió ser definida pura y simplemente
como una persona física que no ejerce actividad constitutiva
de empresa, prescindiendo de la referencia a la legislación de
derecho público tributario.
Para que la persona deudora pueda someterse voluntaria­
m ente al procedim iento de renegociación, se requiere que
concurra el hecho revelador de cesación de pagos, descrito por
el artículo 260, de la ley concursal, porque como ya señalamos
ella no contiene una definición única y genérica de la causa de
los procedimientos, sino que alude a los hechos manifestativos
dei estado de imposibilidad de pagar. En efecto, el procedimien­
to que estamos tratando se aplica cuando la persona deudora:
REORGANIZACION Y LIQUIDACION DE EMPBF.sa s у ру b s ' " 1¿ g F P H O ГПМГТ11) g >т

“tuviera dos o más obligaciones vencidas por más de 90 días corridos


actualmente exigibles, provenientes de obligaciones diversas, cuyo monto
total sea superior a 80 unidades de fomento, siempre y cuando no haya
sido notificada de una demanda que solicite el inicio del Procedimiento
Concursal de Liquidación o cualquier otro juicio ejecutivo iniciado en
su contra que no sea de origen laboral”. Llama la atención que en
el citado texto legal se describa la situación de la persona que
tenga 2 o más “obligaciones vencidas”y que además indique que
esas obligaciones sean “provenientes de obligaciones diversas”, en vez
de señalar que provengan de una fuente de creación distinta, lo
que revela, que en alguna medida, se repiten los términos del
artículo 43 № 2, de la legislación de quiebras, hoy derogada.
Este procedimiento se ventila al margen de los tribunales
ordinarios de justicia, porque corresponde su conocimiento y
resolución a la Superintendencia, la cual genera un expediente de
carácter público que lo contiene, sin peijuicio de lo previsto en el
número 2 del artículo 21 de la ley de transparencia de la función
pública y de acceso a la información de la administración del
Estado, contenida en el artículo primero de la Ley № 20.285.

256. Inicio del procedimiento. Comienza como ya sabemos a


instancia de la persona deudora mediante la presentación ante la
Superintendencia de una solicitud cuyo formato está disponible
en el sitio web y en las dependencias de la mencionada entidad,
en este último caso se supone que lo está en un soporte material
de papel. Esta petición debe ser presentada por la persona deu­
dora o quien la represente, acompañando los documentos que
se indican a continuación.
1) Declaración jurada con una lista de las obligaciones del deudor,
vencidas o no, sean o no actualmente exigibles, y de todos
sus acreedores con indicación del monto de lo adeudado a
cada uno, o su saldo, según corresponda, indicando el nom­
bre, domicilio, teléfono, correo electrónico del acreedor y su
representante legal, en su caso, y si lo conociera, y cualquier
otro dato de contacto de cada uno de ellos;
2) Declaración jurada con la determinación de todos los ingresos
que perciba, por cualquier causa, sean éstos fijos o esporádicos,
acompañando los antecedentes que los acreditan;

378
CAP. IX. PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE UN A PERSONA pfcUDQRA

3) Declaración jurada con el listado completo de sus bienes, con


indicación de aquellos que las leyes declaran inembargables,
y de los gravámenes y prohibiciones que les afectan;
4) Una propuesta de renegociación de todas sus obligaciones
IГ vigentes;
5) Una declaración jurada en que consta que es persona deudora
o que, habiendo iniciado actividades comerciales, no haya
; ; 'f
prestado servicios por tales actividades durante los 24 meses
anteriores a la presentación de su solicitud, y
6) Una declaración ju rad a en la que consta que no ha sido
notificado de una demanda de liquidación o de cualquier
juicio ejecutivo iniciado en su contra que no sea de carácter
laboral.
No se señala expresamente en la disposición del artículo 261,
de la ley concursal, si las declaraciones juradas exigidas han de ser
otorgadas ante notario u otro ministro de fe. Tampoco se indica
en el aludido precepto legal si en vez de presentar cada una de
las distintas declaraciones juradas puede presentarse una sola
con todo el contenido de las allí referidas.
La Superintendencia, dentro de los 5 días siguientes a la pre­
sentación de la solicitud de inicio de este procedimiento concursal
puede adoptar las decisiones que indicamos enseguida, de acuerdo
con lo previsto por el artículo 262 de la ley de la materia.
1) Declarar admisible la solicitud;
2) Ordenar a la persona deudora que rectifique sus antecedentes
o entregue información adicional, caso en el cual ésta debe
subsanar los defectos o proporcionar los antecedentes com­
plementarios que le son solicitados, según corresponda, en el
término que la entidad supervisora le indique, contado desde
la respectiva resolución. Si la persona deudora no cumple lo
exigido, la petición se declara inadmisible, o
3) Declarar inadmisible la solicitud por resolución fundada,
cuya inadmisibilidad sólo puede basarse en que la petición
de inicio del procedimiento de que se trata, no cumple los
requisitos legales o por haber transcurrido los plazos legales

379
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

para subsanarlos, indicados en el núm ero 2) precedente,


del mismo precepto citado, sin que hayan sido reparados los
defectos u omisiones advertidas por la autoridad de control
competente en la materia.

257. Resolución de admisibilidad. Esta resolución de la Superin­


tendencia que declara admisible la solicitud de inicio del procedi­
miento concursal de renegociación presentada por una persona
deudora, debe contener las enunciaciones establecidas por el
artículo 263, de la ley concursal, que se indican a continuación.
1) Nombre y núm ero de cédula de identidad de la persona
deudora;
2) El listado inicial de los acreedores informado por la persona
deudora solicitante, con indicación de los montos adeudados
por concepto de capital e intereses y sus preferencias;
3) El listado de los bienes de la persona deudora informados por
ella, con indicación expresa de aquellos que son inembarga­
bles, y los gravámenes y prohibiciones que los afectan, si los
hay, individualizando a los beneficiarios de estos últimos;
4) La comunicación de los acreedores y a los terceros del inicio
del procedimiento concursal de renegociación y de la fecha
de celebración de la audiencia de determinación del pasivo.
Dicha audiencia se celebra no antes de 15 ni después de 30
días, contados desde la publicación de la resolución de ad­
misibilidad en el Boletín Concursal;
La resolución de admisibilidad y los antecedentes que se acom­
pañan a ella se publican en el Boletín Concursal. Los acreedores
individualizados en el listado inicial contenido en la resolución de
admisibilidad se consideran legalmente notificados en virtud de la
publicación de la misma, sin perjuicio de que se les envíe copia de
dicha resolución por correo electrónico, si éste ha sido indicado
en los documentos presentados por la persona deudora.
Nos parece que el emplazamiento a los acreedores para que
concurran a la audiencia de determinación del pasivo, hecho me­
diante la publicación de la resolución de admisibilidad en el Boletín
Concursal, que los entiende legalmente notificados, no es lo más
CAP. IX. PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE U N A PERSONA DEUDORA

idóneo, dado que dicho Boletín es una plataforma electrónica,


a cargo de la Superintendencia, que aunque sea de libre acceso
al público y gratuito se requiere contar con un computador con
acceso a internet para ser consultado, infraestructura tecnológica
con la cual no cuenta el público en general en nuestro país. Más
aún, si la dirección de correo electrónico del acreedor no fue
indicada en la solicitud de la persona deudora, no se advierte
cómo va a recibir la copia de la resolución de admisibilidad. Ahora
bien, una audiencia de determinación de pasivo en un procedi­
miento concursal, aunque sea éste de una persona deudora sin
actividad empresarial, no es indiferente para sus acreedores, que
precisamente integran ese pasivo y cuyos derechos podrían verse
seriamente lesionados, si no tienen oportunidad de enterarse del
día, hora y lugar de la celebración de dicha audiencia.

258. Efectos de la resolución de admisibilidad. Las consecuencias


jurídicas que produce la resolución de admisibilidad, desde
su publicación hasta el térm ino del procedimiento concursal
de renegociación, según lo previsto en el artículo 264, de la
ley de la materia, son las que indicaremos y comentaremos a
continuación:
1) No puede solicitarse la liquidación forzosa ni puede tener
lugar la liquidación voluntaria de la persona deudora, ni
iniciarse en su contra juicios ejecutivos o ejecuciones de
cualquier clase o restituciones en juicios de arrendamiento
desde la publicación de la resolución de admisibilidad hasta
el término del procedimiento concursal de que se trata. Para
oponerse al inicio de las ejecuciones, la persona deudora debe
acompañar al tribunal que conoce de ellas copia autorizada de
la resolución de admisibilidad, la que puede hacer valer sólo
como una excepción y, para tales fines, puede comparecer
personalmente, sin necesidad de patrocinio de abogado.
En verdad, lo que el legislador pretende es brindar una
protección financiera concursal a la persona deudora, cuya soli­
citud de inicio de procedimiento concursal de renegociación
ha sido declarada admisible, por la entidad que conoce de
eila, manteniendo así la desjudicialización propis. del aludido
procedimiento colectivo;
R F .O R O A N I7 . A C IÓ N V T . t f y ТТП А ГТбК T)F. F M P B E S t S y № R f p M Д g n t n g .f ìM f ì ---------

2) Se suspenden los plazos de prescripción extintiva de las obli­


gaciones de la persona deudora. Esta suspensión del curso de
la prescripción extinüva es un aspecto que sin duda favorece
a los acreedores;
3) No se continúan devengando los intereses moratorios que se
hayan pactado en los respectivos actos o contratos vigentes
ejecutados o celebrados por la persona deudora.
Esta medida es consecuente con el estado patrimonial
crítico que lleva la persona deudora a solicitar el inicio del
procedimiento que estamos tratando y se justifica tan sólo
porque el sujeto pasivo no ejerce actividades empresariales,
de manera que se beneficia con una suerte de congelación de
su pasivo;
4) Todos los contratos celebrados por la persona deudora man­
tienen su vigencia y condiciones de pago, en su caso, y no es
posible hacer efectivas cláusulas de resolución o caducidad
fundadas en el inicio del procedimiento concursal de rene­
gociación, con la sola excepción de suspender las líneas de
crédito1o de sobregiro que se hayan convenido. Sin embargo,
las obligaciones ya contraídas por la persona deudora man­
tienen sus condiciones de pago, sin que se pueda “acelerar”2
0 aplicarles multas fundadas en el inicio del referido pro­
cedimiento concursal. En caso de que el cocontratante de
la persona deudora realice cualquier acción que importe el
término de los contratos o exija anticipadamente el pago de
su crédito, dicha acreencia queda pospuesta en su pago hasta
que se paguen la totalidad de los acreedores a quienes afecta
el acuerdo de renegociación.
A propósito de este efecto de la resolución de admisibilidad,
interesa destacar que la ley recoge aquí el principio según el
1 La expresión “líneas de crédito” que hemos puesto en cursivas es propia de
jerga bancaria, para referirse a la operación de apertura de línea de crédito, como
debe denominarse en derecho.
2 La expresión “acelerar” empleada en la ley y que hemos puesto en letras
cursivas para destacarla, no corresponde a un lenguaje jurídico apropiado, si lo
que se trata de indicar es la idea de anticipar el vencimiento o lo que es lo mismo,
convenir caducidad de plazo. Algunos comentaristas emplearon esta desafortunada
expresión para referirse a la cláusula de caducidad de plazo, que puede incorpo­
rarse en los pagares con vencimientos sucesivos, conforme con lo previsto en el
artículo 105 de la Ley № 18.092, sobre esta materia.

382
CAP. IX. PROCF.nTMTKMTns r.DM mKSAl.KS DE U N A PERSONA DEUDORA

cual la quiebra o cualquier procedimiento colectivo no pone


fin ni resuelve por sí solo los contratos vigentes del deudor al
tiempo que en ella se declara o en que tales procedimientos
se inician;
5) Cualquier interesado puede observar u objetar los créditos
indicados en el listado indicado en la resolución de admisi­
bilidad, como así también el listado de bienes señalado en la
misma resolución, hasta 3 días antes de la celebración de la
audiencia de determinación del pasivo, pudiendo concurrir
a esa audiencia con derecho a voz y a voto.
Respecto de esta consecuencia de la resolución de ad­
misibilidad, tenemos fundadas dudas que los acreedores
puedan ejercer el derecho de objetar las listas de créditos y
de bienes de la persona deudora que se consignan en dicha
resolución, porque como ya dijimos la forma en que ellos han
sido notificados de la misma, no asegura que hayan tomado
conocimiento oportuno de su contenido.
6) La persona deudora no puede ejecutar actos ni celebrar con­
tratos relativos a sus bienes embargables que forman parte del
procedimiento concursal de renegociación, bajo apercibimiento
de considerársele como depositario alzado en los términos en
que esta figura ilícita es descrita en el artículo 444 del Código
Penal.
En general, las consecuencias jurídicas establecidas por
el artículo 264, de la ley concursal, se extinguen con la pu­
blicación en el Boletín Concursal, del acta que contiene el
acuerdo de renegociación o el acuerdo de ejecución, según
corresponda.
La limitación que se impone a la persona deudora, para
no ejecutar actos ni celebrar contratos relativos a los bienes
embargables que formen parte del activo del procedimiento
concursal de renegociación, equivale a una suerte de desasi­
miento reducido, atendida la circunstancia que la cesación de
pagos que afecta a este individuo que no ejerce actividad
empresarial tiene consecuencias más limitadas que aquella
en la cual el sujeto pasivo es una empresa deudora y, por
ende el legislador debía pqi-яЫегег efectos más restringidos
> O " * ~ ................... . ' O

y circunscritos en el tiempo.

383
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

259. Audiencia de determinación del pasivo. El desarrollo del pro


cedimiento concursal de renegociación de una persona deudora,
una vez notificada la resolución de admisibilidad dictada por la
Superintendencia, tiene lugar la audiencia de determinación del
pasivo, a la cual deben comparecer, obligatoriamente, todos los
acreedores individualizados en la referida resolución que hayan
sido notificados legalmente mediante la publicación de la mis­
ma en el Boletín Concursal, bajo apercibimiento de proseguirse
la tramitación sin volver a notificar a los acreedores ausentes y
asumiendo lo obrado durante dicha audiencia. Reiteramos que
habida consideración de la importancia que para los acreedores
tiene la audiencia de determinación del pasivo, la forma de noti­
ficarlos nos parece que no es la más acertada, lo que deviene más
grave con el apercibimiento que acabamos de indicar, previsto
en el artículo 265 de la ley concursal.
La audiencia de la cual estamos tratando se celebra ante el
Superintendente del ramo o ante quien éste designe, median­
te una resolución que dicta al efecto, con los acreedores que
asistan y la persona deudora, compareciendo personalmente o
legalmente representada. En el desarrollo de esta audiencia, el
Superintendente o quien designa, actúa como facilitador, ayudando
a las partes a adoptar una solución satisfactoria. Para determinar
esta suerte de facilitación que más se asemeja a una mediación, la
propia Superintendencia debe regularla a través de una norma de
carácter general, que fije su verdadero alcance, como lo anuncia
el artículo 265, cuyo contenido estamos analizando.
En esta misma audiencia, la autoridad administrativa en­
cargada del procedimiento concursal, presenta una propuesta de
nómina de pasivo, teniendo en cuenta el listado acompañado por
la persona deudora, lo indicado por quienes hayan observado u
objetado ese listado, y las observaciones que la misma entidad
pueda sugerir.
Con el consentimiento de la persona deudora y el voto de
la mayoría absoluta del pasivo señalado en la propuesta de la
Superintendencia, se determina el pasivo con derecho a voto de
este concurso administrativo de renegociación, sin considerar los
créditos de las personas relacionadas con el sujeto pasivo, que no
se toman en cuenta a los fines de establecer el quorum ni para
las votaciones a que haya lugar.
CAP. IX. PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE U N A PERSONA DEUDORA

En caso de que no se llegue a un acuerdo respecto de la deter­


minación del pasivo de la persona deudora, la Superintendencia
puede suspender la audiencia por una vez, hasta por 5 días, con
el objeto de lograr la adopción de dicho acuerdo. Si no obstante
la medida de suspensión, tampoco se arriba al acuerdo de de­
terminación del pasivo, el Superintendente que actúa como una
especie de tribunal administrativo, debe citar a una audiencia de
ejecución, que tendrá lugar no antes de 15 ni después de 30 días,
contados desde la publicación de la resolución de admisibilidad
en el Boletín Concursal. Esta decisión de d tar a una audiencia
de ejecución que adopta el Superintendente o quien él haya de­
signado para actuar en la audiencia de determinación del pasivo,
comporta el fracaso del procedimiento de renegociación y el paso
a una ejecución diferente.
Ahora bien si, por el contrario, se acuerda la determinación
del pasivo de la persona deudora en la audiencia celebrada al
efecto, la Superintendencia debe dictar la resolución correspon­
diente, que contiene el acta con la nómina de créditos y la citación
a todos los acreedores cuyos créditos hayan sido reconocidos, a
la audiencia die renegociación. El acta que contiene la nómina de
créditos se publica en el Boletín Concursal dentro del segundo
día siguiente. La audiencia de renegociación debe tener lugar
no antes de 15 ni después de 30 días, contados de la publicación
recién indicada.
A modo de reflexión concluyente diremos que no nos parece
adecuada la forma de establecer el pasivo de la persona deudora
en este procedimiento administrativo concursal, que en defini­
tiva queda entregado a lo que ocurra en la audiencia respectiva,
a la cual la comparecencia de los acreedores no está asegurada
como corresponde debido a la forma en que son notificados y,
en consecuencia, sus derechos no están bien cautelados.

260. Audiencia de renegociación. El artículo 266, de la ley concursal


que regula esta audiencia, como la mayoría de las disposiciones
que reglamentan el procedimiento concursal administrativo de
renegociación de la persona deudora, es extraordinariamente
extenso en su contenido y extremadamente minucioso en sus
detaiies, ai punto que es muy poco lo que queda por analizar
o comentar, situación que no era hasta ahora la habitual en el

385
REORGANIZACION Y LIQUIDACIÓN ПУ FMPB.ESAS Y PERSONAS. DEB,ECHO nnNnT.IE.SAL

derecho objetivo chileno, en el cual estábamos acostumbrados a


la síntesis de nuestros códigos tradicionales.
Como todo el desarrollo del procedimiento administrativo
concursal que ahora nos ocupa, la audiencia de renegociación se
lleva a cabo ante el Superintendente o a quien éste designe, que
actúa como si fuera tribunal, con los acreedores que asistan o los
representantes legales en su caso y la persona deudora, personal
y debidamente representada. Tal como en el caso de la audien­
cia de determinación del pasivo, el Superintendente o quien lo
reemplaza, debe actuar en la audiencia de renegociación, como
facilitador para lograr los acuerdos entre las partes, labor que
como ya dijimos corresponde más bien a un mediador que a un
tribunal administrativo unipersonal y cuyo alcance hasta ahora
se desconoce porque la entidad administrativa no ha dictado aún
la norma general para regularla.
Para lograr el acuerdo de renegociación se requiere el voto
conforme de la persona deudora y el voto favorable de 2 o más
acreedores que en conjunto representen más del 50% del pasivo
reconocido. No se consideran para los efectos de esta mayoría ni
para las votaciones que haya lugar, los créditos de las personas
relacionadas con el sujeto pasivo de este procedimiento ni el de
los acreedores garantizados que asistan y voten en contra del
acuerdo de renegociación propuesto en la audiencia. Se advierte
que la intención de los autores de la ley no es otra que se logre
el referido acuerdo, para que este procedimiento administrativo
concursal se convierta en la solución de la situación patrimonial
crítica, generalizada y permanente, que afecta a la persona deu­
dora que no ejerce actividad empresarial.
Tratándose de los acreedores cuyos créditos están caucionados
con garantías personales, la ley dispone que haya que distinguir
las siguientes situaciones:
a) Si el respectivo acreedor vota a favor del acuerdo de renego­
ciación, o no asiste a la audiencia, su crédito se sujeta a los
términos y modalidades estipulados en el referido acuerdo y
no puede cobrarlo en otros términos ni modalidades.
b) Si el respectivo acreedor asiste y vota en contra del acuerdo
de renegociación propuesto, su crédito no se considera en
el referido pasivo y puede perseguirlo respecto de fiadores,
CAP. IX. PROCEDIMIENTOS HQNCURSALES DE U NA l'fc.KSUIvIA DEUUUKA

avalistas o codeudores solidarios o subsidiarios, en las condi­


ciones originalmente pactadas. Al fiador, avalista o codeudor
solidario o subsidiario que haya pagado le afectan los términos
y condiciones del acuerdo de renegociación celebrado.
En el caso de los acreedores cuyos créditos están garantizados
con prenda e hipoteca, es preciso hacer la distinción siguiente:
1) Si el respectivo acreedor vota a favor del acuerdo de renego­
ciación o no asiste a la audiencia de que se trata, queda sujeto
a los términos y condiciones del referido acuerdo y no puede
cobrarlo en términos distintos de los estipulados;
2) Si el acreedor respectivo asiste y vota en contra del acuerdo de
renegociación, su crédito no se considera dentro del pasivo y
puede ejecutar su garantía únicamente para el pago del crédito
caucionado con la garantía específica. Tratándose de los demás
créditos que tenga el mismo acreedor en contra de la persona
deudora, en su caso, y que no se encuentren caucionados con
garantías específicas, quedan sujetos a los términos y condicio­
nes pactados en el referido acuerdo y no pueden ser cobrados
en condiciones distintas a las convenidas.
En el evento de que la obligación de la persona deudora está
garantizada con prenda o hipoteca sobre bienes de propiedad
de terceros, y el respectivo acreedor asiste y vota en contra del
acuerdo de renegociación propuesto, su crédito no se considera
en el pasivo y puede cobrarlo respecto de las prendas e hipote­
cas otorgadas por terceros. Al poseedor de la finca hipotecada o
propietario del bien pignorado que haya pagado de acuerdo a
lo anteriormente señalado, le afectan los términos y condiciones
del acuerdo de renegociación convenido.
Si no se acuerda la renegociación, la Superintendencia puede
suspender la audiencia, por una sola vez y hasta por 5 días, con el
objeto de propender al acuerdo. Reiteramos nuestro parecer en
orden a que el legislador arbitra todos los medios a su alcance,
para que el procedimiento administrativo concursal de que es­
tamos tratando logre su objetivo, como se advierte con este caso
de suspensión de la audiencia para el fin ya indicado.
Pues bien,’ si no loara
O acuerdo en la inrim era o secunda
o
audiencia de renegociación, entendiendo que la segunda sería

387
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

aquella que tiene lugar después de la suspensión de la primera,


la Superintendencia debe citar a una audiencia de ejecución, la que
debe tener lugar no antes de 15 ni después de 50 días contados
desde la publicación en el Boletín Concursal la citación antes
indicada.
En el caso en que se acuerde la renegociación, la Superinten­
dencia dicta una resolución que contiene el acta con el acuerdo
de renegociación, suscrito por la persona deudora, los acreedo­
res presentes y el Superintendente o quien él haya designado.
El acta con el acuerdo de renegociación que se confecciona en
la indicada audiencia, se publica en el Boletín Concursal dentro
de los 2 días siguientes.
El acuerdo de renegociación afecta únicamente a los acreedo­
res que figuren en la nómina de créditos reconocidos, según lo
previsto en el artículo 265, de la ley concursal, hayan o no concu­
rrido a la audiencia de renegociación. Este acuerdo puede versar
sobre cualquier objeto que propenda a repactar, novar o remitir
las obligaciones de la persona deudora y no puede ser revocado
con posterioridad conforme a lo previsto en el artículo 290, de
la ley de la materia, relativo a las acciones revocatorias de la per­
sona deudora, si ella es sometida a un procedimiento concursal
de liquidación.

261. Audiencia de ejecución. Cuando no se logra acuerdo acerca


de la persona deudora o respecto de la renegociación de sus obli­
gaciones, la Superintendencia cita a los acreedores a una audiencia
de ejecución. Dicha audiencia se celebra ante el Superintendente,
o ante quien éste designe mediante resolución dictada al efecto,
con los acreedores que asistan o sus representantes legales, y la
persona deudora, personalmente o debidamente representada,
correspondiéndole al Superintendente o a quien lo sustituya
el rol de facilitador de acuerdos entre las partes, tal como se ha
previsto en las otras audiencias de este mismo procedimiento
administrativo concursal, cuya regulación no está aún establecida
por la propia entidad de control.
En la audiencia de que estamos tratando, la Superintendencia
presenta una propuesta de realización del activo del deudor. La persona
deudora y dos o más acreedores que representen a lo menos el
50% del pasivo reconocido con derecho a voto o más del 50% del
CAP. IX. PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE U NA PERSONA DEUDORA

pasivo que consta en la propuesta de la Superintendencia hecha


en la audiencia de determinación del pasivo, conforme al inciso 3s
del artículo 267, de la ley de la materia, en su caso, acuerdan la
fòrmula de realización del activo del deudor. No se consideran para
los efectos del quòrum ni para las votaciones a que haya lugar los
créditos de las personas relacionadas con la persona deudora. De
todas maneras, pueden formularse vías alternativas de realización
de bienes de la persona deudora, las que son sometidas al quorum
de aprobación precedentemente indicado.
En cuanto a su contenido el acuerdo de ejecución debe es­
tablecer la forma en que son realizados los bienes de la persona
deudora y el pago de los acreedores señalados en dicho acuerdo,
en la forma establecida en el Título XLI del Libro IV del Código
Civil, De la Prelación de Créditos.
Ahora bien, si se llega a un acuerdo sobre la propuesta de
realización del activo de la persona deudora, la Superintendencia
remite los antecedentes al tribunal competente del domicilio
de aquélla, el que debe pronunciar la respectiva resolución de
liquidación, conforme a la ley de la materia. He aquí una nueva
causal de liquidación forzosa refleja o consecuencial, que se suma
a las que anteriorm ente hemos tenido ocasión de señalar, ante
el fracaso del procedim iento de renegociación de la persona
deudora, hecho revelador indubitado de su cesación de pagos o
estado patrimonial de imposibilidad de pagar.
Por otra parte, venido el plazo señalado en el acuerdo para
la realización de los bienes, el liquidador, si lo hubiere, procede
al reparto de fondos en los términos del título 5 del capítulo IV,
de la ley concursal. Toda objeción o incidencia respecto de la
gestión de liquidador en este reparto de fondos debe interponer­
se por los acreedores ante la Superintendencia, la que resuelve
administrativamente, en única instancia y sin ulterior recurso. El
plazo para la realización del activo y para el reparto de fondos
contenido en el acuerdo de ejecución no puede ser superior a
6 meses, contados desde la publicación del acuerdo referido en
el Boletín Concursal. El acta del acuerdo de ejecución se publica
en el Boletín Concursal dentro de los dos días siguientes de su
adopción por la audiencia respectiva.
Como si las disposiciones que regalan estas materias no fuesen
suficientes no obstante su extenso contenido y minuciosidad de

389
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS V PËR30NA3. DERECHO CONCURSAL

detalles, la ley concursal autoriza a la Superintendencia para dic­


tar una norma de carácter general que regule, en todo lo que no
está establecido en ella, los contenidos del acuerdo de ejecución
que propone dicha autoridad administrativa y la forma en que se
debe desarrollar la audiencia señalada.

262. Terminación delprocedimiento concursal de renegociacióny de la


ejecución. La resolución en este sentido corresponde pronunciarla
a la entidad que está a cargo de este procedimiento administrativo
concursal. En efecto, una vez vencido el plazo para impugnar el
acuerdo de renegociación o el acuerdo de ejecución, según co­
rresponda, o bien una vez resuelta y rechazada la impugnación, la
Superintendencia declara finalizado el procedimiento concursal
de renegociación de la persona deudora.
En el evento en que el procedimiento que nos ocupa haya
finalizado mediante un acuerdo de ejecución, se consideran
extinguidos, por el solo ministerio de la ley, los saldos insolutos
de las obligaciones contraídas por la persona deudora respecto
de los créditos que forman parte de dicho acuerdo, a contar de
la publicación de la resolución de terminación en el Boletín
Concursal.
Por otra parte, cuando el procedimiento que estamos tratando
haya finalizado por un acuerdo de renegociación, las obligaciones
respecto de los créditos que forman parte de ese acuerdo se con­
sideran extinguidas, novadas o repactadas, según lo acordado, y
la persona deudora se entiende rehabilitada para todos los fines
legales. A este último propósito, la Superintendencia emite un
certificado de incobrabilidad a solicitud de los acreedores titulares
de las deudas remitidas, que les permita castigar sus créditos en
conformidad a la ley, cuando corresponda.

263. Término anticipado del procedimiento concursal de renegociación


y efectos. La Superintendencia debe declarar anticipadamente el
término del procedimiento administrativo concursal de renego­
ciación, en las situaciones previstas en el artículo 269, de la ley
de la materia, a saber:
1) Cuando la persona deudora infringe la prohibición de celebrar
actos y contratos respecto de los bienes que forman parte del

390
CAP. IX. ^KÒCEDIMIENTOS СОМ0У UüALtb U t UJ14AI EROOiii'i D M ¡'B 81U

activo del procedimiento, prevista en el número 6 del artículo 264,


de la ley del ramo, sin perjuicio de la sanción propia establecida
para el depositario alzado, en el artículo 444, del CPC;
2 ) Si la persona deudora dej a de cumplir alguno de los requisitos
previstos en el artículo 260, de la ley concursal, referente a
las causales que justifican la procedencia del procedimiento
concursal de renegociación;
3) Si no se llega a acuerdo en la audiencia de ejecución, y
4) Cuando con posterioridad al inicio del procedimiento apa­
recen bienes no declarados por la persona deudora en los
antecedentes que acompañó a su solicitud, a los que se refiere
el artículo 261, de la ley del ramo.
Una vez que se declara por la entidad de fiscalización el tér­
mino anticipado del procedimiento administrativo de renegocia­
ción, finalizan las consecuencias jurídicas que se originaron con
la resolución de admisibilidad, previstos en el artículo 264 de la
ley concursal, que ya analizamos.
Vencido el plazo para interponer el recurso de reposición
administrativo, sin que se haya presentado un recurso de esta
naturaleza o habiéndose presentado se haya rechazado, la Su­
perintendencia remite los antecedentes al tribunal competente,
el que pronuncia la respectiva resolución de liquidación de los
bienes de la persona deudora. Encontramos aquí otra causal de
liquidación forzosa refleja o consecuencial que se agrega a la larga
lista que hemos tratado en su oportunidad en esta obra.
La terminación anticipada en los casos que se han indicado
precedentemente refleja el fracaso del procedimiento concursal
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de renegociación de la persona deudora y, cuando no se interpone


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recurso de reposición administrativa o cuando éste se desecha, la


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situación de este sujeto pasivo vuelve a los tribunales ordinarios


de justicia, donde no habría salido si no fuera la creación de este
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procedimiento ventilado ante la autoridad administrativa.


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264. Recursos contra la resolución de terminación. Respecto de la


resolución que declara terminado el procedimiento concursal de
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renegociación o que lo declare concluido anticipadamente, procede


el recurso de reposición administrativa, tal como está previsto al tenor
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

del artículo 59 de la Ley № 19.880. Tratándose de la resolución que


rechaza la reposición administrativa interpuesta, procede el recurso
de reclamación, en los términos previstos por el artículo 341, de la
ley concursal, en cuanto sea aplicable. El hecho de interponer el
recurso de reclamación ya indicado, no suspende los efectos del
procedimiento concursal de renegociación, el que sigue tramitán­
dose de acuerdo a las normas de la ley de la materia.
Se advierte que los autores de la Ley № 20.720, de 2014, pu­
sieron especial cuidado para que el procedimiento administrativo
concursal de renegociación de la persona deudora no saliera
nunca del ámbito de competencia de la entidad que lo tiene a su
cargo, ni siquiera por la vía de la interposición de recurso, como
hemos podido apreciar, al punto que incluso esta ley crea en su
artículo 34 un recurso de reclamación administrativa, sobre el
cual se pronuncia la propia Superintendencia, con lo cual se evita
la intervención de los tribunales de la jurisdicción ordinaria en
el curso del aludido procedimiento.
Sólo en el caso de la resolución de la Superintendencia que
se pronuncia sobre el recurso de reclamación procede excepcio­
nalmente en su contra el recurso de apelación, que se otorga en
el solo efecto devolutivo y, en contra de segunda instancia, no
procede recurso alguno, con lo que se elude la posibilidad de
intervención de la Corte Suprema en este procedimiento admi­
nistrativo concursal, que bien podría haber sido revisado por vía
de casación de forma o de fondo.
Asimismo, el caso de la impugnación de los acuerdos de re­
negociación y de ejecución se establece excepcionalmente en la
intervención de los tribunales de la jurisdicción común, como
veremos en el párrafo siguiente.

265. Impugnación del acuerdo de renegociación o del acuerdo de


ejecución. Estos acuerdos pueden ser impugnados por los acree­
dores a quienes les afecte, con tal que esta impugnación se base
en algunas de las siguientes causales que establece el artículo 272,
de la ley concursal:
1) Error en el cómputo de las mayorías requeridas por la ley de
la materia, siempre que incida en el quorum necesario para
el acuerdo;
CAP. IX. PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE UNA PERSONA DEUDORA

2) Falsedad o exageración del crédito de alguno de los acree­


dores que haya concurrido con su voto a formar la mayoría
necesaria para adoptar el respectivo acuerdo y si, excluida
la parte falsa o exagerada del crédito, no se logra el quorum
necesario para el acuerdo;
3) Concierto entre uno o más acreedores y el deudor para votar
a favor, abstenerse de votar o rechazar el acuerdo de rene­
gociación o el acuerdo de ejecución, falseando, omitiendo o
adulterando información para obtener una ventaja indebida
respecto de los demás acreedores;
4) Si con posterioridad a la celebración de un acuerdo aparecie­
ran bienes, se entiende que han de ser de la persona deudora
y de carácter embargable.
Se advierte que las causales de impugnación de los referidos
acuerdos fueron tomadas de las que la legislación de quiebra
contemplaba para la impugnación de los convenios concúrsales,
en su artículo 196, con algunas modificaciones.
La impugnación de los acuerdos ya indicados se formula ante
el tribunal al que corresponde conocer del procedimiento con­
cursal de liquidación de los bienes de la persona deudora, dentro
del plazo de 10 días, contado desde la publicación del acuerdo
respectivo en el Boletín Concursal. Esta impugnación se tramita
según las reglas del procedimiento sumario y contra la resolución
que pronuncia respecto de ella, no procede recurso. Con el objeto
de dar estabilidad respecto a la situación de la persona deudora,
el legislador evita la intervención de la segunda instancia por vía
de recurso de apelación.
En el caso que se haga lugar a la impugnación de los acuerdos
de renegociación o de ejecución, el tribunal de oficio y sin más
trámite dicta la resolución de liquidación de los bienes de persona
deudora, en la misma resolución que acoge la impugnación. En­
contramos aquí, como en tantas otras oportunidades, una causal
de quiebra refleja o consecuencial de liquidación de bienes de la
persona deudora, cuya situación de crisis patrimonial no puede
quedar sin solución, razón por la cual se justifica el pronuncia­
miento de la resolución de liquidación, caso en el cual el juez
no actúa de propia iniciativa como sería una actuación de oficio,

393
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDAC IÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS DF.RFCHO CONCURSAT,

sino por vía de consecuencia, al haber declarado la impugnación


de alguno de estos acuerdos y por mandato expreso de la ley en
tal sentido.
Por el contrario, en el evento en que los acuerdos de renegocia­
ción o de ejecución hayan sido impugnados, y las impugnaciones
rechazadas, la Superintendencia declara terminado el procedimiento
concursal de renegociación de la persona deudora, de conformidad
con lo previsto en el artículo 268 de la ley concursal.
Los acuerdos de renegociación o de ejecución rigen no
obstante las impugnaciones formuladas en su contra. Con todo,
si ellas fueron deducidas por acreedores que representan en su
conjunto a lo menos el 30% del pasivo, el acuerdo impugnado
no produce efectos hasta que la impugnación sea rechazada por
sentencia firme y ejecutoriada.
Los actos y contratos ejecutados o celebrados por la persona
deudora en el tiempo que transcurre entre el acuerdo de rene­
gociación o de ejecución y la fecha en que queda ejecutoriada
la resolución que acoja las impugnaciones, no pueden dejarse
sin efecto, se entiende por vía de acciones revocatorias, aunque
el legislador no lo señala expresamente en el procedimiento de
liquidación de bienes que se sigue en contra de este sujeto pasivo
concursal.
Por otra parte, si la persona deudora cuya solicitud de aplica­
ción del procedimiento concursal de renegociación es declarada
admisible, no puede pedirla nuevamente, sino una vez transcu­
rridos 5 años contados desde la fecha de la publicación de la
resolución de admisibilidad.
En el procedimiento administrativo concursal que estamos
tratando, son inembargables aquellos bienes comprendidos en
el artículo 445, del CPC, como así también todos los que las leyes
declaran inembargables.
Tratándose del caso de la persona deudora que se encuentra
casada, se aplican a la realización de sus bienes, cuando es pro­
cedente, las normas establecidas en las disposiciones pertinentes
del Código Civil y en leyes especiales (que el legislador no men­
ciona expresamente), atendido el régimen de bienes que hayan
convenido los cónyuges.
Como reflexión concluyente diremos que este procedimiento
administrativo concursal de renegociación equivale, en cierta
-CAT. IX. PROCEDIMIENTOS CONCUASALES PE U N A PERSONA DEUDORA

medida, al convenio extrajudicial, sólo de naturaleza preventi­


va, propuesto por el propio deudor, que no ejerce actividades
empresariales, bajo la legislación de quiebras hoy derogada, por
cierto con algunas modificaciones.

Sección II
PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN
DE LOS BIENES DE UNA PERSONA DEUDORA

Párrafo I
L a liquidación voluntaria de bienes
DE LA PERSONA DEUDORA

266. Procedencia y requisitos. Ahora estamos frente a un procedi­


miento concursal que se ventila ante los tribunales de lajurisdicción
ordinaria. En efecto, toda persona deudora tal como se entiende
en el concepto definido por la ley concursal en su artículo 22
№ 25, puede solicitar ante el tribunal de su domicilio, que es el
competente, la liquidación voluntaria de sus bienes, para cuyo
fin acompaña los documentos enumerados en el artículo 273, de
la misma ley, que indicamos y comentamos enseguida:
1) Lista de sus bienes, lugar en que encuentran los gravámenes
que les afectan;
2) Lista de bienes legalmente excluidos de la liquidación de
bienes de la persona deudora;
3) Relación de losjuicios pendientes con efectos patrimonia­
les, y
4) Estado de deudas, con nombre, domicilio y datos de contac­
to de los acreedores, como así también la naturaleza de sus
créditos.
No se requiere de gran esfuerzo para advertir que esta lista
de antecedentes es muy similar o por no decir la misma, prevista
por el artículo 42, ia legislación de quiebras hoy derogada, que
debía presentar el deudor que solicitaba su propia quiebra, para

395
1¡?
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

acreditar su cesación de pagos, con la variante que se elimina


en el artículo 273, la ley concursal vigente, la exigencia de ima
memoria de las causas directas o inmediatas del mal estado de
sus negocios, que era esencial para probar su estado patrimonial
crítico.

267. Tramitación de la solicitud de liquidación de bienes y decisión.


Junto con los antecedentes que debe acompañar la persona deudora
a su petición de liquidación voluntaria de bienes, debe solicitar
asimismo la nominación de un liquidador en conformidad con
lo previsto en el artículo 37 de la ley de la materia.
Una vez recibido el certificado de nombramiento del liquida­
dor, el tribunal debe pronunciar la resolución de liquidación de
los bienes de la persona deudora, que debe contener las enun­
ciaciones establecidas por la artículo 129, de la ley concursal, ya
analizadas en su oportunidad en esta obra,3la que es publicada en
el Boletín Concursal, de acuerdo con el precepto legal citado.

268. Consecuencias jurídicas de la resolución de liquidación de bie­


nes de una persona deudora. Al tenor del artículo 275, de la ley de
la materia, se aplican al procedimiento que estamos tratando, lo
dispuesto en los Párrafos 4 y 5 del Título I del Capítulo IV, de la
misma ley, en todo aquello que no sea contrario con la naturaleza
de este sujeto pasivo, persona deudora.
Como en su oportunidad analizamos los efectos inmediatos y
retroactivos de la resolución de liquidación de la empresa deudora,
que se aplican supletoriamente, con la limitación ya indicada, a
la persona deudora, nos remitimos a los párrafos respectivos de
esta obra.

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269. Límite a la inembargabilidad de bienes. Sin peijuicio de lo


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dispuesto en el№ 2, del artículo 445, del CPC, sólo puede embar­
garse la remuneración de la persona deudora hasta por 3 meses
después de dictada la resolución de liquidación de sus bienes.
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En el evento en que la persona deudora se encuentre casada,


se aplican a la realización de sus bienes, cuando sea procedente,
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las normas establecidas en los artículos pertinentes del Código


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3 Véase el párrafo n ú m e ro 113.

396
CAP. IX. PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE U N A PERSONA DEUDORA

Civil y en leyes especiales, atendido el régimen de bienes que


hayan convenido los cónyuges.

270. La determinación del pasivo. A estos fines se aplican su­


pletoriam ente a este procedim iento concursal, lo establecido
en el Párrafo 6 del Título I del Capítulo IV de la ley concursal.
En consecuencia, nos remitimos a lo señalado a propósito de
esta materia en el procedimiento de liquidación de la Empresa
deudora.

271. Las juntas de acreedores en este procedimiento. En virtud de


lo previsto en el artículo 278, de la ley concursal vigente, lajun­
ta constitutiva tiene lugar en la sede del tribunal o en el lugar
que éste determine y se celebra el trigésimo segundo día de la
publicación de la resolución de liquidación de los bienes de la
persona deudora.
Esta junta constitutiva tiene competencia para deliberar y
decidir sobre las siguientes materias:
1) El liquidador titular provisional debe informar respecto de
los activos de la persona deudora, efectuar una propuesta de
realización de los mismos y una estimación de los gastos;
2) La ratificación de los liquidadores titular y suplente provisio­
nales o el nombramiento de sus reemplazantes. Los liquidado­
res no ratificados continúan en sus cargos hasta que asumen
los definitivos. Entre el liquidador no ratificado y el que lo
reemplace debe firmarse un acta de traspaso, dentro de 10
días contados desde la nueva designación, en la cual conste el
estado preciso de los bienes de la persona deudora y cualquier
otro aspecto relevante para una adecuada continuación del
procedimiento concursal de liquidación, debiendo entregarse
todos los antecedentes, documentos y otros instrumentos del
deudor que se encuentren en poder del primero nombrado.
Una copia de esta acta tiene que ser enviada a la Superinten­
dencia;
3) El nombramiento de un presidente y de un secretario titulares
y de un suplente para cada uno de estos cargos, designación
que se hace de entre los acreedores con derecho a voto o

397 -4. ■ ,. 1 ........... . ■


И Е О В Г . А М 17 Д P T Ô M V I Т О Т Ц П Д Г Т П М Г 11 ? Р М Р « к < л < г у р у р <;г> м A S n F .R F Г Н О С.ПКГЛГЙ S A Т

sus representantes, quienes desempeñarán su labor en las


próximas juntas, si las hubiere;
4) Los honorarios del liquidador, los que se rigen por las normas
previstas en los artículos 59 y 40 de la ley de la materia, y
5) Cualquier otro acuerdo que la ju n ta estime conducente,
entre ellos la celebración de otras juntas, salvo que ellas sean
citadas por el liquidador o por cualquiera de los acreedores
que representen a lo menos el 25% del pasivo.
En los aspectos no regulados por el artículo 278, se aplica lo
previsto en el artículo 189, relativo al derecho a voto, ambos de
la ley concursal.

272. Realización del activo y pago del pasivo. En estas materias


se aplican las disposiciones previstas en el artículo 204, y en los
Párrafos 1 y 3 del Título 5 del Capítulo IV, respectivamente, de
la ley concursal, que ya hemos tenido ocasión de analizar en esta
obra, por lo qué nos remitimos a lo ya expresado.

273. Cuenta final de administración y término del procedimiento.


A la liquidación de bienes de la persona deudora se le aplica lo
dispuesto en los Párrafos 2 del Título 3 del Capítulo II, relativo
a la cuenta fmal de administración y el Párrafo 4 del Título 5 del
Capítulo IV, sobre el término del procedimiento concursal de
liquidación, temas que ya han sido tratados en esta obra y a cuyo
desarrollo nos remitimos ahora.

P á r r a f o II
Y NT

L a l iq u i d a c i ó n f o r z o s a DE LOS BIENES
-U
UlUVO

DE UNA PERSONA DEUDORA

274. Hecho revelador de cesación de pagos o “causal”. Reiteramos


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que como los autores de la ley concursal vigente no definieron


o n Л i. ) Г; U Ü U O S

una causa única y genérica de cesación de pagos aplicables a los


procedimientos concúrsales que ella regula, en cada caso han
recogido hechos reveladores de la legislación de quiebras hoy
derogada y los han adaptado a la sistemática y a la terminología
de la actual normativa. Así ocurre con el artículo 282, de la ley
CAP. IX. PROCEDIMIENTOS nONrilRTSAbES DE U N A PERSONA DEUDORA

del ramo, que describe la causal para solicitar el inicio del pro­
cedimiento concursal de liquidación de bienes de una persona
deudora, de la siguiente forma, como veremos enseguida.
Mientras no se declare la admisibilidad de un procedimiento
concursal de renegociación de una persona deudora, cualquier
acreedor puede solicitar el inicio del procedimiento concursal
de liquidación de los bienes de la persona deudora, “siempre que
existieren en su contra 2 o más títulos ejecutivos vencidos, provenientes
de obligaciones diversas, encontrándose iniciadas 2 ejecuciones y no se
hubieren presentado bienes suficientes para responder de la prestación que
se adeude y sus costas”.
Como con anterioridad ya hemos tenido ocasión de comen­
tar este mismo hecho revelador, nos parece que huelgan otras
explicaciones, por tratarse además de una materia ampliamente
conocida, desde hace ya mucho tiempo.
Además, deben considerarse todas aquellas situaciones que
ocasionan la liquidación de bienes de una persona deudora, en
forma refleja o consecuencial que ya hemos analizado preceden­
temente en este texto.4

275. Tramitación. La solicitud para la aplicación del procedi­


miento de liquidación forzosa de bienes de la persona deudora,
se presenta ante el tribunal del domicilio de ésta, que es el com­
petente según la ley, describiendo la causal que se invoca y sus
hechos justificativos, acompañada de los documentos indicados
en el artículo 283, de la ley de la materia, que detallamos y co­
mentamos a continuación:
1) Los documentos o antecedentes escritos que acreditan la
causal invocada. Parece lógico que el legislador limite im­
plícitamente la presentación de la prueba testimonial y de
otras pruebas legales para establecer la existencia del hecho
revelador de cesación de pagos o causal invocada, atendida
la descripción legal que de él se hace, exigiendo solamente
documentos o antecedentes escritos, aunque ciertos aspectos de la
causal, como por ejemplo, que las obligaciones contenidas en
los títulos ejecutivos vencidos provengan de fuente de creación

4 Véase el № 78 y ss., de esta obra.


REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

diversa, como debió haberse dicho, es un hecho que puede


acreditarse por cualquier medio de prueba, incluyendo la
testimonial, cuya aplicación está expresamente permitida en
materia comercial, como es la relativa a los procedimientos
concúrsales, cualquiera sea la cuantía de la obligación de que
se trate de probar, salvo los casos en que la ley exija escritura
pública, según el artículo 128 del Código de Comercio.
2) Vale vista o boleta bancaria emitida a la orden del tribunal
por la suma equivalente a 200 unidades de fomento, para
subvenir a los gastos iniciales del procedimiento concursal
de liquidación de los bienes de la persona deudora. Nos
parece que la ley concursal vigente no debió repetir el error
de formular esta exigencia, creada por la Ley N2 18.175, de
1982, oportunidad en que el Congreso Nacional no estaba
funcionando, porque ella es contraria a la gratuidad de la
justicia y la garantía constitucional de igualdad ante la ley,
porque sólo los acreedores que cuentan con la cantidad de
200 UF pueden impetrar la aplicación de este procedimiento
concursal, discriminando a quienes no cuentan con ella. El
requisito del vale vista o boleta bancaria no cumple ningún
rol disuasivo ni se justifica para financiar los primeros gastos
del procedimiento concursal, porque no se exige cuando la
persona deudora presenta su solicitud de liquidación volun­
taria, como no se exigía cuando el propio deudor pedía su
quiebra y en estos casos existen los mismos gastos iniciales
que afrontar.
3) El nombre de los liquidadores titular y suplente, para el caso
que el deudor no efectuare actuación alguna por escrito en
la audiencia prevista para este tipo de procedimiento.
El acreedor que pide la aplicación del procedimiento que
estamos analizando, puede nombrar a un veedor vigente a la
nómina que existe al respecto, quien asume en caso de que
la persona deudora se oponga al procedimiento concursal de
liquidación de sus bienes, que tiene la misión de supervigilan-
cia de las actividades del deudor mientras dure la tramitación
del juicio de oposición, sustanciado según las normas de la
ley concursal y tiene las facultades de interventor previstas
en el artículo 25 de la misma ley. Los honorarios del veedor
CAP. IX. PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE U NA PERSONA DEUDORA

no pueden ser superiores a 50 unidades de fomento y son


de cargo del acreedor peticionario, al cual como vemos se le
aplica un nuevo gravamen para solicitar este procedimiento.
Por último, el solicitante puede pedir en su libelo cualquiera
de las medidas cautelares indicadas en los Títulos IV y V del
Libro II del CPC.

276. Revisión, primera providencia, notificación de la demanda y


audiencia. Ingresada a solicitud de aplicación de este procedimiento,
el tribunal competente examina el cumplimiento de los requisitos
legales ya indicados, en el plazo de 3 días. Si el juez estima que
se han cumplido las exigencias legales, tiene por presentada la
demanda, ordena su publicación en el Boletín Concursal y cita a
las partes a una audiencia que tiene lugar el 52 día, contado desde
la notificación personal del deudor o conforme al artículo 44 del
CPC, aun cuando no se encuentre en el lugar del juicio.
En el evento de que la petición no satisfaga los requisitos le­
gales, el tribunal ordena al demandante la corrección pertinente
fijando un plazo de 3 días para que subsane, bajo apercibimiento
de tener por no presentado el libelo.
La audiencia se desarrolla según las reglas establecidas en el
artículo 284, de la ley de la materia, que indicamos y comentamos
a continuación.
1) El juez inform a a la persona deudora sobre la dem anda
interpuesta en su contra y de los efectos del procedimiento
concursal de liquidación de bienes que se le aplica;
2) A continuación la persona deudora puede proponer, por
escrito o verbalmente, alguna de las alternativas que señala­
remos más adelante, debiendo siempre indicar el nombre o
razón social, domicilio y correo electrónico, si lo conoce, de
los 3 mayores acreedores o de sus representantes legales. En
caso de que el deudor no cumpla con esta última exigencia,
el tribunal tiene por no presentada la actuación de que se
trata y dicta de inmediato resolución de liquidación de los bienes de
la persona deudora, nombrando a los liquidadores titulares y
suplentes, ambos en carácter de provisionales, que el acreedor
solicitante del procedimiento haya indicado en su deman­
da. Se advierte que en este procedimiento concursal, existe
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS У PERSOGAS. PERECI Ю CONCURSAL "CAP. IX. PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE U N A PERSONA DEUDURA

también otra causal refleja o consecuencial de liquidación demandado puede oponer en el juicio ejecutivo, previstas
forzosa de bienes de la persona deudora, como lo acabamos en el artículo 464, del CPC. Esto último es una limitación
de constatar, que se suma a otras tantas que hemos señalado injustificada al derecho de defensa del demandado, como
en este texto. lo señalamos también en el juicio de oposición, del proce­
Las alternativas de solución que la persona deudora puede dimiento concursal de liquidación forzosa de la empresa
proponer en la audiencia que estamos analizando, son las que deudora.
indicamos y analizamos enseguida.
a) Consignar fondos suficientes para el pago del crédito de­ 3) Finalmente, si el deudor no comparece a la audiencia o al
mandado y las costas correspondientes. El tribunal tiene comparecer no realiza ninguna de las actuaciones recién
por realizada la consignación, ordena practicar la liqui­ señaladas, el tribunal pronuncia la resolución de liquidación de
los bienes de la persona deudora y nombra los liquidadores titu­
dación del crédito, la regulación y tasación de las costas, y
lares y suplentes en calidad de provisionales, que el acreedor
establece un plazo en que la persona deudora demandada
solicitante del procedimiento haya mencionado en su libelo.
debe pagarlos, que se cuenta desde que las actuaciones
Hemos podido constatar que en esta audiencia, respecto del
recién señaladas quedan firmes. En el evento de que el
deudor, pende como la espada de Damocles, la resolución de
deudor demandado no pague en el término señalado, el
liquidación forzosa refleja consecuencial.
tribunal pronuncia la respectiva resolución de liquidación de
los bienes tie la persona deudora. Esta alternativa de solución
277. Resolución de liquidación de los bienes de una persona deudo­
no constituye ninguna novedad porque ya existía en la
ra. Esta resolución se dicta conforme al tenor del artículo 274,
legislación de quiebras hoy derogada, que tenía lugar en la
de la ley concursal, por lo que debe contener las enunciaciones
audiencia del deudor y evitaba la declaración de quiebra.
previstas en el artículo 129, de la misma ley, que tratamos en su
Lo que cambia ahora, es el hecho de que si no se entera
oportunidad. Una vez dictada esta resolución, la tramitación
dentro del plazo fijado la consignación de fondos, el tribu­
del procedimiento continúa como en el caso de la liquidación
nal pronuncia la resolución de liquidación de bienes de la
voluntaria de los bienes de la persona deudora.
persona deudora, situación que constituye de nuevo otra
causa refleja o consecuencial de liquidación forzosa, que
278. Antecedentes que se envían a la Superintendencia. Cuando
se agrega al inventario que de ellas hace la ley concursal
la ley concursal ordena que la Superintendencia remita antece­
vigente. dentes al tribunal para que dicte la resolución de liquidación de
b) Allanarse a la demanda, por escrito o verbalmente, caso
los bienes de una persona deudora, se considera que debe enviar
en el cual el tribunal dicta la respectiva resolución de liqui­
los siguientes:
dación de bienes de la persona deudora. He aquí otra causal
refleja de liquidación forzosa de bienes al sujeto pasivo a 1) Copia de los antecedentes aportados por la persona deudora
quien se aplica este procedimiento concursal. a los que se refiere el artículo 261, de la ley concursal, es de­
c) Oponerse a la demanda de liquidación forzosa, caso en cir, aquellos que este sujeto debe acompañar al mencionado
el cual se aplican las disposiciones del juicio de oposición organismo de fiscalización, cuando solicita el inicio del pro­
de la liquidación forzosa del procedimiento concursal de cedimiento concursal administrativo de renegociación;
liquidación de la empresa deudora (Párrafo 3, del Título 1 2) Copia de la resolución a que alude el artículo 263, de la ley
TV Ir ЛАП ГЧ1 o 1\ TJluC
ОL А1Л П1/'-*-»/S-y-» r)V_A
UjJUOiCiUii oí
V_J. de la materia, relativo a la resolución de admisibilidad del
deudor sólo puede fundarse en las excepciones que el procedimiento antes indicado;

402 403
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

3) Copia de la propuesta de determinación del pasivo, a la que


se refiere el artículo 265, de la ley del ramo, relativa al mismo
procedimiento;
4) Copia del acta de audiencia de ejecución, en que conste que
se llegó a acuerdo, y
5) Copia de la resolución que declara terminado anticipadamente
el procedimiento concursal de renegociación.

404
Capítulo X
EL ARBITRAJE CONCURSAL

279. La arbitralidad de losprocedimientos concúrsales. Concordante


con el propósito de desjuicializar expresado en el Mensaje con que
la Ley № 20.720, de 2014, fue enviada al Congreso Nacional, el
legislador incorpora en su artículo 295 la facultad de someter a
arbitraje los procedimientos concúrsales de renegociación y de
liquidación, entendiéndose que se refiere a los que se aplican a
la empresa deudora, tal como esta última está definida.
Tratándose del procedimiento concursal de renegociación,
el deudor debe manifestar su voluntad de someterse a arbitraje,
acompañando al tribunal competente, conjuntamente con los
documentos indicados en el artículo 56, de la ley de la materia,
las cartas de apoyo suscritas por acreedores que representan a lo
menos la mayoría absoluta del pasivo, las cuales deben indicar
el nombre de los árbitros titular y suplente designados por ellos
y sus honorarios.
En el caso del procedim iento concursal de liquidación, la
ju n ta constitutiva aludida en el artículo 193, de la ley del ramo o
cualquier jun ta posterior, puede acordar con quorum especial,
someterse a arbitraje, designar los árbitros titular y suplente y
fijar sus honorarios.
Tanto en el caso del procedimiento de renegociación como
en el de liquidación, el nombramiento de los árbitros titulares y
suplentes, debe recaer en uno que esté vigente en la Nómina de
Arbitros Concúrsales y puede ser reemplazado por otro árbitro de
la misma nómina, por acuerdo de los acreedores, con las mayorías
señaladas anteriormente, y con el consentimiento del deudor en
los procedimientos de renegociación. Para formar parte de esta

405 í:q : t í . ) í - u a . l fü R ID 1C A d üс ;m. i;


ИЕГУВГ.А МИ * Д цУ ч V I ,t f)l ¡ITiAflIÓN ПВ FM PR FSAS V P g P S n M A S DF.RF.CHO CONCURSAL

nómina se requiere ser abogado con una experiencia no inferior a


10 años de ejercicio de la profesión, de la cual no pueden formar
parte los veedores y los liquidadores.1
Dado el hecho que la ley concursal establece disposiciones
sobre Insolvencia Transfronteriza, puede ocurrir que alguno
de los aspectos del procedim iento extranjero sea sometido
a arbitraje, caso en que se trataría de un arbitraje comercial
internacional.2

280. Naturaleza de arbitraje y constitución del árbitro. Aceptada


la arbitralidad de los procedimientos concúrsales ya indicados,
nos parece lógico que la ley lo califique de arbitraje de derecho,
atendida la complejidad de los mismos, no podía ser de otra ma­
nera, más aún considerando que la normativa vigente exige que
los jueces que ya están en ejercicio de sus cargos, se capaciten en
su contenido para su correcta aplicación.
El tribunal arbitral es unipersonal, se considera constituido
con su aceptación y debe prestar juramento ante el secretario del
tribunal al que le hubiera correspondido conocer del procedi­
miento concursal respectivo, acto en el cual el árbitro tendrá que
fijar el domicilio de la sede arbitral, que debe estar situada dentro
de la misma jurisdicción del tribunal competente. Asimismo, el
árbitro designa a un secretario que debe recaer en un abogado
en ejercicio de la profesión.
Tratándose de la competencia del tribunal arbitral, ella se
extiende a toda materia necesaria para la tramitación de los pro­
cedimientos sometidos a su conocimiento y resolución, como así
también a los incidentes que se promuevan durante su desarrollo.
En el evento de que el acuerdo de reorganización judicial sea
rechazado, el árbitro envía el expediente al tribunal que dictó la
resolución de reorganización.

1 Los abogados que postulan a la nómina de árbitros concúrsales deben


estar capacitados en derecho concursal y en particular sobre las disposiciones de
la Ley N2 20.720, de 2014, y de otras leyes especiales que rijan estas materias. La
Superintendencia dicta los cursos de capacitación cada año, según lo previsto por
el artículo 297 de la ley de la materia.
2 Véase SANDOVAL LÓPEZ, RICARDO, “Régimen Jurídico del Arbitraje Comercial
internacional Análisis de ia Ley № 19.971, de 29 de septiembre de 2004, sobre
arbitraje comercial internacional”, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2005.
CAP.X. EL ARBITRAJE CONCURSAL

En este mismo orden de materias, el árbitro está investido a


ciertas facultades especiales consistentes en:
1) Puede admitir además de los medios probatorios establecidos
en el CPC., cualquiera otra clase de prueba y decretar de oficio
las diligencias probatorias que considere conveniente, con
citación de las partes. Asimismo tiene acceso, en todo mo­
mento, a los libros, documentos y medios de cualquier clase
(incluyendo los electrónicos), en los cuales estén contenidas
las operaciones, actos y contratos del deudor, y
2) Aprecia la prueba de acuerdo con las reglas de la sana crítica,
dejando constancia en la resolución respectiva, los fundamen­
tos de esa apreciación.

407 ■■............ . . . . . . . . . . *...........


V щ и. ,л;
Capítulo XI
LA INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA

281. Antecedentes acerca de la insolvencia transfronteriza. Es sabi­


do que durante el último tercio del siglo XX y en los inicios del
siglo XXI, las relaciones económicas se presentan globalizadas
dentro de un mercado que pretende abarcar a todo el mundo. Por
ser de esta manera, cuando una empresa enfrenta una situación
de insolvencia, los efectos de la misma trascienden las fronteras
del país donde fue declarada y para su buen fin se requiere que
dichas consecuencias puedan hacerse efectivas también en todos
aquellos países en los cuales ellas han de producirse respecto de
los bienes, acreedores y relaciones jurídicas pendientes de la enti­
dad deudora. Dicho de otra forma, los procedimientos colectivos
aplicables a las empresas en dificultades económicas son ahora
de naturaleza transfronteriza (Crossborder Bankruptcy).
Atendida la circunstancia de que los tratados bilaterales o
multilaterales sobre cooperación judicial que hasta ahora se han
celebrado no importan una solución al problema de los efectos
transfronterizos de la insolvencia, la Comisión de las Naciones
Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (en adelante
CNUDMI/UNCITRAL o la Comisión), durante su 302 período de
sesiones celebrado en Viena, Austria, del 12 al 30 de mayo de
1997, aprobó la Ley Modelo sobre Insolvencia Transfronteriza
(en adelante la Ley Modelo), que la Ley № 20.720, de 2014,
incorporó prácticamente adoptando su texto.
En lo relativo a los antecedentes de este texto uniforme, cabe
señalar que en el Congreso de UNCITRAL, celebrado en Nueva
York en mayo de 1992, para celebrar los 25 años de existencia
de la Comisión, en el cual tuvimos oportunidad de participar, se

409
R FORCEA N 17. AC.TON Y T.ICy IIP ACIÓ N DF. F.M PR FSA 4 YPEPSPÌM^ С n B U g flW O r .O N r.WRSAT-,

planteó el tema de la insolvencia como uno de los posibles traba­


jos futuros, dada la circunstancia de que en la práctica se había
advertido que las situaciones de insolvencia a menudo trascienden
los límites fronterizos de un Estado, por lo que no pueden quedar
sometidas a un solo ordenamiento jurídico nacional.
Durante el 262 período de sesiones, celebrado en Viena en
1993, la Comisión pidió a la Secretaría que preparara un estudio
en profundidad acerca de la conveniencia y la viabilidad de un
régimen armonizado sobre insolvencia transfronteriza, indicándose
las materias susceptibles de armonización y la forma adecuada
para llevarla a cabo.1
La Secretaría de la Comisión, p ara cum plir con el aludido en ­
cargo y recabar la inform ación necesaria, se puso en contacto con
International Association ofInsolvency Practitioners (INSOL), en tid ad
conform ada p o r prácticos y profesionales q ue se dedican a los
problem as concretos que plantean los procedim ientos concúrsales
internacionales, con sede en L ondres, o rg an izan d o co n ju n ta­
m e n te con ella el Coloquio UNCITRAL-INSOL, sobre insolvencia
transfronteriza realizado en V iena del 17 al 19 de abril de 1994,
d o n d e se apreció el interés d e u n eventual rég im en u n ifo rm e
sobre la m ateria, au n q u e los objetivos fu ero n m enos ambiciosos,
lim itándose a la cooperación internacional, el acceso a los tribunales
de los representantes del procedimiento extranjero y el reconocimiento del
proceso extranjero de insolvencia.
El segundo Coloquio UNCITRAL-INSOL se realizó los días 22
y 23 de marzo de 1995, en Toronto, Canadá, con asistencia de
jueces y dedicado fundamentalmente al tema de la cooperación
judicial en materia de insolvencia internacional, por lo que se le
calificó de coloquio judicial.2
La Comisión, habida consideración del informe de los co­
loquios aludidos, decidió encomendar a un Grupo de Trabajo
la elaboración de un marco legal modelo para la cooperación

1 Véase Informe de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho


Mercantil Internacional, del 26й período de sesiones (1993), Documentos Oficiales
de la Asamblea General, 48Qperíodo de sesiones, suplemento № 17 (А /48/17),
párrafos 302 a 306. El autor de esta obra, en su calidad de Jefe de la Delegación
chilena ante la Comisión, ocupó el cargo de Relator durante la elaboración de la
Ley Modelo de Insolvencia Transfronteriza.
2 Véase Informe sobre Coloquio Judicial presentado por la Secretaría de la
Comisión en su 28Qperíodo de sesiones, documento A/CN.9/413.

410
'(AP.’Xt. LAtN'éóLVE^CtA'rra.NM-RUN 1ERUA

judicial, el acceso de los tribunales y el reconocimiento de los


procedimientos en caso de insolvencia transfronteriza. Se creó
en consecuencia un nuevo Grupo de Trabajo en la Comisión de­
nominado Grupo de Trabajo sobre Régimen de la Insolvencia, en
reemplazo y sustitución del Grupo de Trabajo sobre Nuevo Orden
Económico Internacional, que había concluido sus labores.
El Grupo de Trabajo sobre Régimen de la Insolvencia, en ade­
lante el Grupo de Trabajo, realizó su primera reunión en Viena
en octubre de 1995, correspondiente al 18a período de sesiones.
Los resultados del primer período de sesiones pueden calificarse
de satisfactorios si se tiene en cuenta que durante el mismo se
abordaron cuestiones tan importantes como las definiciones de
procedimiento extranjeroy representante extranjero, laprueba, la cooperación
judicial y los efectosjurídicos del reconocimiento del procedimiento extran­
jero. El Grupo de Trabajo pidió a la Secretaría de la Comisión que
preparara proyectos de disposiciones sobre las materias que habían
sido objeto de sus deliberaciones, teniendo en cuenta las opiniones
expresadas en dicho período para su análisis en el siguiente período
de reuniones, celebrado en Nueva York en 1996.3
Durante el segundo período de reuniones, las deliberaciones
se llevaron a cabo sobre la base del documento A/CN.9/WG.V./
WP.44, preparado por la Secretaría de la Comisión, denominado
Insolvencia Transfronteriza. Proyecto de disposiciones para un régimen
de la cooperación judicial y de acceso y reconocimiento en los casos de
insolvencia transfronteriza. A proposición de España y con el apoyo
unánime de todos los miembros, el autor de este libro fue elegido
Relator del Grupo de Trabajo sobre Régimen de la Insolvencia, siendo
reelegido hasta que se concluyeron las labores del mismo. En
este período de reuniones se debatieron como temas centrales
la forma del instrumento jurídico de armonización, la unidad
y universalidad frente a la pluralidad y territorialidad de los
procedimientos de insolvencia y la definición de procedimiento
extranjero de insolvencia y sus efectos legales.
Tras sus deliberaciones, el Grupo de Trabajo pidió a la Secre­
taría de la Comisión que preparara una nueva versión revisada

3 Véase Informe del Grupo de Trabajo sobre Régimen de la Insolvencia, rela­


tivo al 18° período de sesiones, Viena, 30 de octubre al 10 de noviembre de 3995,
documento A /C N .9/419.

411
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

del proyecto de disposiciones y un anteproyecto de guía para la


promulgación de las normas modelo. El Grupo de Trabajo pre­
sentó el texto de las disposiciones modelo a la Comisión para su
aprobación, en el transcurso del 302período de sesiones celebrado
en Viena, en mayo de 1997.

282. Sistemática de la Ley Modelo. El texto de disposiciones


uniformes se sistematiza con un Preámbulo, donde se da a co­
nocer que su finalidad es establecer mecanismos eficaces para la
resolución de los casos de insolvencia transfronteriza, con miras a
promover una cooperación eficiente entre los tribunales y demás
autoridades competentes del Estado promulgante y de los Estados
extranjeros que han de intervenir en estas situaciones.
En el Capítulo I, denominado Disposiciones Generales, se trata
del ámbito de aplicación, de las definiciones de los conceptos más
importantes sobre la materia, de las obligaciones internacionales
del Estado promulgante, de la excepción de orden público y de la
interpretación de la Ley Modelo, algunas de las cuales trataremos
sucintamente a continuación.
El Capítulo II trata del acceso de los representantes y acree­
dores extranjeros a los tribunales del Estado que adopte la Ley
Modelo.
En el Capítulo III se regula el reconocimiento de un proce­
dimiento extranjero, los efectos que produce y las medidas que
pueden concederse a partir de dicho reconocimiento.
El Capítulo IV contiene las normas que regulan la cooperación
con tribunales y representantes extranjeros.
Finalmente, el Capítulo V está destinado al régimen de los
procedimientos. Veremos a continuación los aspectos más rele­
vantes de la normativa uniforme sobre insolvencia transfronte­
riza, tal como fue incorporada a nuestro derecho objetivo, en el
Capítulo VIII, de la ley concursal vigente.

Sección I
DISPOSICIONES GENERALES

283. Objeto ele la regulación de la insolvencia transfronteriza. El


legislador chileno tomando en gran medida los términos que se

412
CAP. XL LA INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA

emplean en el Preámbulo de la Ley Modelo, establece la finali­


dad del Capítulo VIII de la Ley № 20.720, destinado a establecer
mecanismos eficaces para la resolución de los casos de insolvencia
transfronteriza, con miras a promover el logro de los siguientes
objetivos señalados en su artículo 299:
a) La cooperación entre los tribunales y demás organismos in­
volucrados en los procedimientos concúrsales de Chile y de
los Estados extranjeros que hayan de intervenir en los casos
de insolvencia transfronteriza;
b) Una mayor seguridad jurídica para el comercio y las inver­
siones;
c) Una administración equitativa y eficiente de las insolvencias
transfronterizas que proteja los intereses de todos los acreedores
nacionales o extranjeros, y de las demás partes interesadas,
incluido el deudor;
d) La protección de los bienes del deudor y la optimización de
su valor, y
e) Facilitar la reorganización de empresas en dificultades fi­
nancieras, a fin de proteger el capital invertido y preservar
el empleo.

284. Ámbito de aplicación. El artículo 300 de la ley concursal


chilena, tomando el contenido del artículo l 2 de la Ley Modelo,
establece que las disposiciones del Capítulo VIII, que trata esta
materia, serán aplicables a los casos en que:
a) Un tribunal extranjero o un representante extranjero solicite
asistencia a los tribunales competentes, administradores concúr­
sales y demás organismos involucrados en los procedimientos
concúrsales con arreglo a esta ley u otras normas especiales
relativas a la insolvencia en relación con un procedimiento
extranjero;
b) Se solicite asistencia en un Estado extranjero en relación con
un procedimiento que se está tramitando con arreglo ala ley
concursal nacional o con arreglo a otras normas relativas a la
insolvencia;
c) Se están trami tan cío simultaneamente y respecto del mismo
deudor un procedim iento extranjero y un procedimiento

413
B ia a n A M i7 .¿ r iñ M Y i i n u r n a n ó M w FMPm - S A s y P B P w ^ ^ г.тпгт.г.но noN C U R SA l

concursal en Chile, con arreglo a la ley vigente u otras norméis


relativas a la insolvencia, o
d) Los acreedores u otras personas interesadas, que estén en un
Estado extranjero, tengan interés en solicitar el inicio de un
procedimiento o en participar en un procedimiento concursal
que se esté tramitando con arreglo a ley concursal chilena u
otras leyes especiales relativas a la insolvencia.
La piedra angular sobre la que se sustenta el ámbito de aplica­
ción de la Ley Modelo y, por lo mismo de la ley concursal chilena
que la incorpora en su texto, es la noción de procedimiento extranjero,
porque gracias a ella se describen las situaciones a las cuales se
aplican las reglas uniformes. De manera que la Ley Modelo en
vez de definir el concepto de insolvencia, cuestión que resultaba
en extremo difícil, por las distintas acepciones que el término
tiene en los diversos derechos internos, se privilegió la idea de
procedimiento extranjero, que aparece más adelante definido en su
artículo 2Q, letra a), como: “el procedimiento colectivo, ya seajudicial
o administrativo, incluido el de índole provisional, que se tramite en un
Estado extranjero con arreglo a una ley relativa a la insolvencia y en
virtud del cual los bienes y negocios del deudor queden sujetos a control
o ala supervisión del tribunal o representante extranjero, a los efectos de
su reorganización o liquidación ”. Esta misma definición la adopta
textualmente la ley concursal chilena.
La definición del procedimiento extranjero deja fuera de
la Ley Modelo y por lo mismo de la ley concursal chilena, toda
actuación de carácter privado destinada a solucionar el estado
patrimonial crítico del deudor, pues resulta evidente que un pro­
cedimiento es una actuación pública sometida al conocimiento
/Л «¡4 Л:П

de un tribunal o de un ente administrativo.


Además, queda claro que este procedimiento extranjero que
•• Oi. l t -i < i Niì

determina el campo de aplicación de la Ley Modelo y de la ley


nacional sobre la materia, posee ciertos rasgos que lo determinan
con precisión frente a otros. En efecto, se trata de un procedi­
i SO XN ll

miento colectivo, a través del cual se encamina procesalmente


el ejercicio de una acción o tutela colectiva, que involucra un
10
V i< H X X \U '

colectivo de acreedores, por oposición a un proceso individual


d on d ^ çç ^rei te una acción singular. Es un procedimiento
extranjero, porque se sigue en un Estado extranjero distinto del
CAP. XI. LA IN SO LV EN C IA TRANSFKUiN 1E.KÍ¿A

que adopta o promulgue la Ley Modelo, en este caso diverso de


Chile. Se trata de un procedimiento sometido a la ley de insolvencia
del Estado ante el cual se tramita. Asimismo, es un procedimien­
to que importa una suerte de desasimiento o desapoderamiento de
los bienes y negocios del deudor, porque ellos quedan bajo el
control, la administración o la supervisión de tribunal extranjero
y, por último, es un procedimiento que puede tener por objeto
o finalidad tanto la reorganización como la liquidación de los bie­
nes y negocios del deudor. En síntesis, es un concepto amplio y
meridianamente claro que permite determinar tanto el objeto
como el ámbito de aplicación de las disposiciones relativas a la
insolvencia transfronteriza.
Durante el debate del párrafo l 2 de este artículo en el seno
de la Comisión, se propuso que se colocara una nota al pie para
permitir que los Estados adoptantes de la Ley Modelo pudieran
excluir su aplicación en el caso del deudor que cae en insolvencia
por obligaciones contraídas primordialmente parañnes persona­
les o del lugar y no con propósitos comerciales o empresariales,
pero la propuesta no logró ser aprobada, dejándose constancia
de esto en la guía que se elaboró para ayudar a los estados en la
promulgación de la Ley Modelo.
En algunos derechos internos sobre procedimientos concúrsales,
como en el caso del derecho de Chile, la nota habría sido útil por­
que existen los procedimientos concúrsales de la persona deudora,
que se aplican específicamente de sujetos pasivos que no ejercen
actividades empresariales, porque se trata de uniformar el derecho
del comercio internacional, en el cual predomina claramente la
concepción de un sujeto pasivo de los procedimientos concúrsales
que ejerce actividades organizado como empresa.
En el párrafo 2) del artículo I e se establece que la Ley Mode­
lo no será aplicable a un procedimiento relativo a los bancos o
entidades financieras que en el Estado promulgante sean objeto
de un régimen especial de la insolvencia y que dicho Estado
desee excluir de la normativa uniforme. La razón de ser de esta
exclusión consiste en que la quiebra de estas empresas puede
producir el llamado efecto sistèmico, es decir, afectar considerable­
mente a todo el sistema financiero. Siguiendo este criterio, las
disposiciones de la lev concursal chilena relativas a la insolvencia
transfronteriza, según su artículo 300, inciso final, no se aplican a

415
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

los procedimientos concúrsales regulados por la Ley General de


Bancos y por el DFL № 251, de 1931, sobre Compañías de Seguros,
Sociedades Anónimas y Bolsas de Comercio. De todas maneras
vale la pena esclarecer que el DFL № 251, de 1931, no se aplica
a las sociedades anónimas, materia en la cual está derogado por
la Ley № 18.046, de 1981, por ende las normas de insolvencia
transfronteriza se aplican a las sociedades anónimas que no sean
compañías de seguros ni bolsas de comercio.

285. Algunas definiciones importantes. Para la correcta aplicación


e interpretación de la Ley Modelo fue imprescindible definir al­
gunos conceptos relativos a las materias de mayor trascendencia,
como procedimiento extranjero, procedimiento extranjero principal y
no principal, representante extranjero, establecimiento, etc. Por la misma
razón la ley concursal chilena define estos mismos conceptos, en
su artículo 301, según el texto de la Ley Modelo.
Sin duda que una de las definiciones más interesantes es la
de procedimiento extranjero, cuya definición ya hemos transcripto,
pero como a propósito de este concepto pueden existir algu­
nas categorías del mismo, como por ejemplo, procedimientos
principales y no principales, fue preciso tam bién establecer
en la Ley Modelo las definiciones respecto de ellos. Lo propio
hace nuestra ley sobre la materia, siguiendo al modelo de ley
uniforme.
Así, al tenor del artículo 301 letra b ), de la ley chilena sobre la
materia, se define como: “procedimiento extranjero principal, el proce­
dimiento extranjero que se tramite en el Estado donde el deudor tenga su
domicilio, entendiendo por tal el centro de sus principales intereses ”. Cabe
hacer presente que la Ley Modelo se refiere al “Estado donde el deudor
tenga el centro de sus principales intereses”, para definir el concepto
de procedimiento extranjero principal, expresiones que aluden
a la noción de “establecimiento ”, noción respecto de la cual en los
derechos internos de los Estados existen conceptos diversos, mo­
tivo que llevó a referirse a ella con las palabras recién transcriptas,
evitando así definirla. Sin embargo, en el artículo 2a letra f), la Ley
Modelo define el concepto de establecimiento, criterio que sigue
después la Convención de Naciones Unidas sobre la utilización de
las Comunicaciones Electrónicas en los Contratos Internacionales,
CAP. XI. LA INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA

en su artículo 42 letra f) ,4 pero esta última definición se da con


carácter general. La ley concursal chilena, en este caso, se refiere
al Estado donde el deudor tenga su domicilio, haciendo sinónimo
de este último “el centro de sus principales intereses ”.
En cambio, se entiende por procedimiento extranjero no principal
aquel que no tenga el carácter de principal y que tenga lugar en
un Estado donde el deudor tenga un establecimiento, es decir,
lugar de operaciones en que el deudor ejerza de forma no tran­
sitoria una actividad económica con medios humanos y bienes
o servicios (art. 2Qletras с) y f) de la Ley Modelo y artículo 301,
letras с) y f) de la ley concursal chilena).
La jerarquía de los procedimientos se estableció teniendo en
cuenta la competencia del tribunal o autoridad que declara la quie­
bra o abre el procedimiento colectivo, basada en la circunstancia
de encontrarse allí el centro de los principales intereses del deudor. Se
desechó el criterio basado en el tiempo, es decir, oportunidad en que
se inician el procedimiento extranjero y el criterio funcional.
La noción de procedimiento extranjero y sus diversas categorías
constituye el núcleo de las disposiciones modelo, toda vez que fija
su objeto y aplicación. Además, es al procedimiento extranjero al
cual se le otorga el reconocimiento y a partir de ese instante surge
una serie de interesantes consecuencias jurídicas y de medidas
que pueden concederse para proteger los intereses enjuego, en
los casos de insolvencia transfronteriza.
Nuestra ley concursal define asimismo el concepto de representante
extranjero, en su artículo 301, letra d ), como: “la persona o el órgano,
incluso el designado a título provisional, que haya sido facultado en un
procedimiento extranjero para administrar la reorganización o la liquida­
ción de los bienes o negocios del deudor o para actuar como representante
del procedimiento extranjero”. Este representante extranjero juega un
rol importante en el régimen de la insolvencia transfronteriza, de
ahí la necesidad de establecer una definición al respecto, como
lo hizo la Ley Modelo en los mismos términos.
Interesa trascribir las definiciones de la Ley Modelo y de nLies-
tra ley concursal, sobre la noción de establecimiento, descrita de
4 Véase SANDOVAL LÓPEZ, Ricardo , “La Convención de las Naciones Unidas
sobre la utilización de las Comí mi raciones Electrónicas en ios Contratos Interna­
cionales”, Revista de Derecho Comercial, Facultad de Derecho Universidad de
Chile, año 1 № 1.

417 ' * \ '; . :


REORGANIZACIÓN Y LTQUrPACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

la siguiente forma: “P or‘establecimiento’, todo lugar de operaciones en


que el deudor ejerza deforma no transitoria una actividad económica con
medios humanos y bienes o servicios” (artículo 22letra f) Ley Modelo
y artículo SOI, letra f) ley concursal chilena).
La ley concursal vigente en nuestro país define también la
idea de administradores concúrsales señalando que para ella son
el liquidador, el veedor y el administrador de la continuación
de las actividades económicas del deudor, que participen en los
procedimientos concúrsales según dicha ley.
Por último, por tribunal competente se entiende el tribunal
que le hubiere correspondido o que le correspondiera cono­
cer de un procedimiento concursal con arreglo a ley chilena,
o, en caso de un deudor que no tenga su domicilio en Chile,
cualquiera de los tribunales con competencia en lo civil donde
se encuentren situados los bienes del deudor en el territorio
del Estado de Chile.

286. La excepción de orden público. Al igual que en el caso de


otros instrumentos internacionales de la Comisión, el artículo 62
dispone que nada de lo dispuesto en ella impedirá que el tribunal
se niegue a adoptar ima medida manifiestamente contraria al
orden público del Estado promulgante. La ley concursal chilena
repite esta misma noción en su artículo 305, indicando que lo
dispuesto, relativo a la insolvencia transfronteriza, no impedirá
que el tribunal competente y la Superintendencia se nieguen a
adoptar una medida específica dictada por un tribunal extranjero
contraria al orden público de Chile.

287. Interpretación. Según lo previsto en el artículo 307, en la


interpretación de las disposiciones de ley concursal chilena relati­
vas a la insolvencia transfronteriza, habrá de tenerse en cuenta su
origen internacional y la necesidad de promover la uniformidad
de su aplicación y la observancia de la buena fe.
Esta misma norma la encontramos en el artículo 82 de la Ley
Modelo y otros textos de la Comisión, en tanto agencia formula-
dora de reglas para el derecho uniforme del comercio interna­
cional, tales como la Convención de Viena sobre Compraventa
Internacional de Mercaderías, la Ley Modelo sobre Transferen­
cias Internacionales de Crédito, la Ley Modelo sobre Comercio
CAP. XI. LA INSOLVENCIA TRAJJSFRUiNTfcKiZA

Electrónico, la Ley Modelo de Firma Electrónica, la Convención


de Naciones Unidas sobre la utilización de las Comunicaciones
Electrónicas en los Contratos Internacionales y en el Convenio de
Naciones Unidas sobre el Contrato de Transporte Internacional
de Mercancías total o parcialmente Marítimo (Reglas de Rotter­
dam) , por mencionar algunos.

288. Tribunal o autoridad competente. Es asimismo una idea muy


relevante que la Ley Modelo no podía dejar de definir, toda vez
que a éste o a ésta le corresponde pronunciarse sobre el recono­
cimiento del procedimiento extranjero. Desde luego que la ley
nacional de la materia tenía que seguir el mismo camino y lo hace
en su artículo 303, señalando que tribunal o autoridad competente,
para las funciones a las que se refieren su Capítulo VIII, relativas
al reconocimiento de procedimientos concúrsales extranjeros, son
ejercidas por los tribunales ordinarios de justicia, los tribunales
arbitrales cuando les corresponda intervenir y por la Superin­
tendencia en el caso en que se haya iniciado un procedimiento
concursal de renegociación de la persona deudora, y en materia
de cooperación con tribunales extranjeros esas funciones son
ejercidas además por los administradores concúrsales cuando así
se les haya requerido por la Superintendencia.
En cuanto a la autorización para actuar en un Estado extran­
jero, la Superintendencia es el organismo legitimado para hacerlo
en representación de un procedimiento iniciado en Chile con
arreglo a nuestra ley concursal o a toda otra norma especial relativa
a la insolvencia, en la medida en que lo permita la ley extranjera
aplicable. El organismo fiscalizador chileno puede delegar esta
autorización para actuar en el administrador concursal que esté

conociendo del procedimiento. La responsabilidad civil y admi­


" U:Y

nistrativa en que puedan incurrir en el ejercicio de sus funciones


•i D i:U T O

en el procedimiento extranjero, se hace valer según los términos


de nuestra ley concursal.
Por último, según el artículo 306, de la ley concursal chilena,
nada de lo dispuesto en su capítulo de insolvencia transfronteriza,
limita las facultades que puedan tener el tribunal competente, la
Superintendencia y los administradores concúrsales, para prestar
asistencia adicional al representante extranjero con arreglo a
alguna otra norma chilena.

419
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

Sección II
ACCESO DE LOS REPRESENTANTES Y ACREEDORES
EXTRANJEROS A LOS TRIBUNALES DEL ESTADO

289. Acceso del representante extranjero. El representante extranjero


es la persona o el órgano, designado aun a título provisorio, que
ha sido facultado en un procedimiento extranjero para adminis­
trar la reorganización o la liquidación de los bienes o negocios
del deudor o para actuar como representante del juicio extran­
jero. Siendo así, este representante extranjero debe tener acceso
directo, esto es, estar legitimado para comparecer directamente
ante el tribunal del Estado promulgante de la Ley Modelo, lo
que implica que se evitan algunas diligencias dilatorias como los
exhortos internacionales, que se encaminan generalmente por
la vía diplomática, que no se condicen con el carácter urgente
de las providencias que se adoptan en los juicios concúrsales
(art. 9a Ley M odelo). Siguiendo la Ley Modelo, el artículo 308,
de la ley de procedimientos concúrsales chilena, dispone que
todo representante extranjero facultado en el país donde se
lleve el procedimiento de insolvencia y reconocido como tal por
las autoridades chilenas competentes, está legitimado para com­
parecer directamente ante el tribunal del Estado de Chile. De
todas maneras la comparecencia de dicho representante ante el
tribunal del Estado de Chile debe efectuarse siempre por medio
de un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión.
Formalmente, el representante extranjero se apersona ante el
tribunal del Estado donde se tramita el procedimiento concursal,
mediante la presentación de una solicitud, acompañada de ciertos
documentos y sometida a una tramitación determinada por el
derecho del país ante el cual se presenta, de manera que el reco­
nocimiento no es automático y como acabamos de señalar debe
hacerlo por medio de abogado patrocinante y mandatario.
Sin embargo, el solo hecho de presentar dicha solicitud no
implica que el representante extranjero ni los bienes o negocios
del deudor en el extranjero, queden sometidos a la competencia
de los tribunales del Estado ante el cual se presentó, para cual­
quier efecto distinto de la solicitud (art. 10 Ley Modelo, art. 309,
ley concursal chilena). Asimismo, el representante extranjero está
CAP. XI. LA INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA

facultado para pedir la apertura de un procedimiento con arreglo


al derecho interno de procedimientos concúrsales, si porlo demás
se satisfacen los presupuestos para iniciar dicho juicio. Una vez que
se ha obtenido el reconocimiento del procedimiento extranjero, el
representante extranjero está autorizado para actuar en todo juicio
iniciado respecto del deudor conforme al derecho nacional de la
materia (art. 11, Ley Modelo, art. 311, ley concursal chilena).

290. Acceso de los acreedores extranjeros. Los acreedores extranjeros


tienen los mismos derechos que los acreedores nacionales en cuanto
a la apertura o el inicio de un procedimiento en el Estado de Chile,
y para participar en dicho juicio, de acuerdo con nuestra ley de
insolvencia (art. 13, párr. I й Ley Modelo, art. 312, ley concursal
chilena). Con todo, los derechos reconocidos a los acreedores
extranjeros no afectan el orden de prelación de los créditos en
un juicio iniciado conforme al derecho de procedimientos con­
cúrsales chileno, es decir, las normas del Título XLI del Libro IV
del Código Civil y las demás leyes especiales aplicables.
Respecto de la notificación de los acreedores extranjeros
para que comparezcan al procedimiento concursal iniciado en
nuestro país, se efectúa en la forma y plazos establecidos en la ley
concursal chilena, a menos que el tribunal competente considere
que alguna otra forma de notificación sea más adecuada, según
las circunstancias del caso.

Sección III
R e c o n o c im ie n t o d e u n p r o c e d im ie n t o e x t r a n je r o
y m e d id a s o t o r g a b l e s

291. Reconocimiento del procedimiento extranjero. Solicitud y requi­


sitos. El propósito esencial de crear un régimen jurídico aplicable
a la insolvencia transfronteriza es facilitar el reconocimiento de
los procedimientos extranjeros sobre esta materia. Para lograr
este objetivo, la Ley Modelo establece en el artículo 4S, situado
en el Capítulo I de las Disposiciones Generales, que el tribunal
o la autoridad competente paia cumplir las funciones relativas
al reconocimiento de procedimientos extranjeros y en materia

421
REORGANIZACtÓ N Y T.ig U rm C T Ó N ПК F.MPR.F.SAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL 4.

de cooperación con tribunales extranjeros, serán determinados


conforme al derecho interno del país que adopte esta normativa
uniforme, en este caso Chile.
Fuera de señalar el tribunal o la autoridad competente, la Ley
Modelo en su artículo 15, regula asimismo la solicitud de reconoci­
miento, sus requisitos y los documentos que deben acompañarse,
quedando entregada su tramitación al derecho interno del Estado
ante el cual se presenta. Conforme con lo que acabamos de indicar,
el artículo 314, de la ley concursal chilena, señala los requisitos
y documentos que debe acompañar el representante extranjero
al presentar la petición de reconocimiento de un procedimiento
extranjero, son los que señalamos a continuación.
a) Una copia autorizada de la resolución en la que se declara
iniciado el procedimiento extranjero y se nombre al repre­
sentante extranjero, o
b) Un certificado expedido por el tribunal extranjero en que
se acredite la existencia del procedimiento extranjero y el
nombramiento del representante extranjero, o
c) Cualquier otro documento emitido por una autoridad del
Estado extranjero en cuyo territorio se haya abierto el refe­
rido procedimiento, y que permita al tribunal competente
llegar a la convicción de su existencia y del nombramiento
del representante extranjero.
Toda solicitud de reconocimiento debe presentarse acompa­
ñada de una declaración en la que se indiquen debidamente los
datos de todos los procedimientos extranjeros iniciados respecto
del deudor de los que tenga conocimiento el representante ex­
tranjero. Todo documento presentado en apoyo de la solicitud de
reconocimiento que se encuentre redactado en idioma extranjero
debe ser traducido al castellano.
Asimismo, todos los instrumentos públicos emitidos en el
extranjero a los que alude la ley nacional de procedimientos con­
cúrsales, deben acompañarse legalizados conforme a lo dispuesto
por el artículo 345 del CPC, para su validez en nuestro país. Las
comunicaciones que realicen los distintos tribunales intervinientes
en el proceso de insolvencia transfronteriza no se sujetan a las
reglas de los exhortos internacionales, siendo suficiente la certifi­

422
CAP. XT T A IN S O L V E N C IA T R A N jx F k l> M T t .K l¿ A

cación que se haga en el expediente por el secretario del tribunal


competente, del hecho de la comunicación y su contenido.
En el caso en que la resolución o el certificado referidos
precedentemente, indican que el procedimiento extranjero y el
representante extranjero pueden ser calificados como tales, según
la ley concursal chilena, el tribunal debe estarse a lo señalado en
la resolución o en el certificado acompañados por el solicitante.
Los documentos que se acompañan a la solicitud de reconoci­
miento del procedimiento extranjero, se consideran auténticos
en el caso de haber sido legalizados según la ley chilena. Además,
se presume salvo prueba en contrario, que el domicilio social del
deudor o su residencia habitual, tratándose una persona física,
es el centro de sus principales intereses.

292. Resolución de reconocimiento de un procedimiento extranjero.


A menos que se invoque por el tribunal competente la excepción
de orden público contemplada en el artículo 305, de nuestra
ley concursal que corresponde al artículo 6a, de la Ley Modelo
para denegarlo, el reconocimiento debe otorgarse, cuando el
procedimiento extranjero sea el que se define como tal en el
artículo 301, letra a), de la misma ley (art. 2s letra a) del texto
uniforme); cuando el representante extranjero sea la persona o el
órgano habilitado para requerirlo, cuando la solicitud cumpla los
requisitos y cuando ella se presente ante el tribunal o la autoridad
competente, conforme al artículo 317, de la ley nacional.
El procedimiento extranjero se reconoce como procedimiento
principal si se está tramitando en el Estado donde el deudor tiene el
centro de sus principales intereses o como procedimiento no principal
si el deudor tiene en el territorio del Estado del foro extranjero un
establecimiento en el sentido que se define en el artículo 301, letra f)
correspondiente al artículo 22, letra f), de la Ley Modelo. Cumpli­
do lo anterior se dicta, a la mayor brevedad posible, la resolución
relativa al reconocimiento de un procedimiento extranjero.
En todo caso, el tribunal que confiere el reconocimiento está
facultado para modificarlo o revocarlo, si se acredita la ausencia
parcial o total de los motivos por los que se concedió, o si tales
motivos han dejado de existir.
Por último,3 desde el. momento en emeJL
se i.oresenta la solicitud
de reconocimiento de un procedimiento extranjero, el represen-

423
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

tante extranjero debe informar sin demora al tribunal competente


de todo cambio importante en la situación del procedimiento
extranjero reconocido o en el nombramiento del representante
extranjero y de todo otro procedimiento extranjero que se siga
respecto del mismo deudor y del que tenga conocimiento el
representante extranjero.

293. Medidas otorgables. Desde el instante en que se presenta


la solicitud de reconocimiento de un procedimiento extranjero
y hasta que se resuelva sobre ella, si el representante extranjero
requiere la adopción de medidas urgentes que sean necesarias
para proteger los bienes del deudor o los intereses de los acree­
dores, el tribunal está facultado para conceder medidas de carácter
provisional, destinadas particularmente:
a) Suspender toda ejecución individual contra los bienes del
deudor.
b) Encomendar al representante extranjero o a alguna persona
designada por el tribunal competente, la administración o la
realización de todos o de parte de los bienes del deudor que se
encuentren en el territorio del Estado de Chile, para proteger
y preservar el valor de aquellos que, por su naturaleza o por
circunstancias concurrentes, sean perecederos, expuestos a
devaluación, o estén amenazados por cualquier causa;
c) Aplicar cualesquiera de las medidas previstas en el artículo 320,
letras с) y d) de la ley concursal chilena, que veremos más
adelante.
Para los efectos de aplicar las medidas que estamos analizando,
es necesaria la notificación a los acreedores extranjeros, en la forma
prevista por la ley nacional de procedimientos colectivos.
Admitir la existencia de medidas cautelares antes que el procedi­
miento extranjero haya sido reconocido origina dificultades, toda
vez que la gran mayoría de los sistemas legales de procedimientos
colectivos concúrsales, entre ellos el chileno, no contemplan este
tipo de medidas antes de la resolución de liquidación, de suerte
que el representante de un procedimiento extranjero, al solicitar
su reconocimiento, obtiene el privilegio de hacerse conceder estas
medidas, lo que no puede hacer un acreedor nacional. Por otra
CAP. XI. LA INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA

parte, la pretendida conveniencia de liquidar bienes aun antes


de otorgado el reconocimiento, gracias a estas medidas, obedece
a una concepción economicista de los procedimientos concúrsales, consi­
derada como un mecanismo reasignador de bienes en el mercado, que
no tiene acogida en los derechos romanistas continentales, por lo
que el criterio predominante en orden a admitirlas no se condice
con el objeto de unificación que pretende el nuevo régimen de
la insolvencia transfronteriza.
Con todo, las medidas otorgables a partir de la solicitud de
reconocimiento son de carácter provisional y no constituyen los
efectos mismos de la resolución por la cual se concede reconoci­
m iento al procedimiento extranjero ni son idénticas a las que se
pueden conceder una vez dado dicho reconocimiento.
Por último, el tribunal com petente puede denegar toda
m edida prevista en el artículo 318, de la ley chilena que estamos
analizando, cuando dicha m edida afecte al desarrollo de un
procedimiento extranjero principal.

294. Efectos del reconocimiento del procedimiento extranjero. El re­


conocimiento concierne básicamente a la sentencia o resolución que
declara abierto el procedimiento extranjero. Sin embargo, como hemos
podido advertir de lo señalado precedentemente, no se trata de un
reconocimiento automático, lo que se habría podido lograr si el
instrumento jurídico elaborado por la Comisión hubiese adoptado la
forma de tratado o convención internacional, pero como predominó
la idea de establecer el régimen de la insolvencia transfronteriza tan
sólo bajo la forma de Ley Modelo, se requiere la intervención del
tribunal o autoridad competente del Estado promulgante ante la
cual se presente la solicitud por el representante extranjero.5
De conform idad con el artículo 20, párrafo I e, de la Ley
Modelo, que corresponde al artículo 319, de la ley concursal
chilena, desde el instante en que se reconoce un procedimiento
extranjero principal y durante todo el período en que se tramita
el aludido procedimiento, se originan las siguientes consecuen­
cias jurídicas:

5 Véase OlivuNcIa Rüïz, M anuel, f<Ei tema eie la insolvencia en la agencia


de UNCITRAL”, en Revista de Derecho Bancario y Bursátil, año XV, abril-junio
1996, p. 423.

425
ВЕПВПАМ17-АР.1Г1М Y T ГППТПАГГОМ ПК F.MPRF.SAS Y PER SON AS. DF.RF.CHO C O N C U R SA L

a) Se suspende el inicio o la continuación de todas las acciones o


procedimientos individuales que se tramiten respecto de los bie­
nes, derechos, obligaciones y responsabilidades del deudor;
b) Se suspende asimismo toda medida de ejecución contra los
bienes del deudor, y
c) Se suspende todo derecho a transferir o gravar los bienes del
deudor, así como la facultad de disponer de algún otro modo
de esos bienes.
El alcance, la modificación y la extinción de los efectos sus­
pensivos están supeditados a lo previsto en la ley concursal chilena
y se refieren exclusivamente a los bienes que se encuentran en
territorio del Estado de Chile.
La suspensión del inicio y continuación de acciones individua­
les respecto de los bienes del deudor, antes indicada, no afecta
el derecho de iniciar acciones o procedimientos individuales en
la medida en que ello sea necesario para preservar un crédito
contra el deudor.
El hecho de que se produzcan los efectos ya indicados desde
el reconocimiento del procedimiento extranjero, no afecta el
derecho de solicitar el inicio de un procedimiento concursal con
arreglo a la ley chilena, en este caso, o a verificar créditos en el
procedimiento respectivo.
Puede advertirse que los efectos del reconocimiento del pro­
cedimiento principal extranjero se traducen en una especie de
desasimiento de los bienes del deudor, contemplado en la mayor
parte de las legislaciones de procedimientos colectivos en el mun­
do. Sin embargo, su alcance, modificación o revocación quedan
supeditados al derecho interno de insolvencia del país donde se
concede el reconocimiento, en cuanto a las excepciones, limita­
ciones, modificaciones o revocaciones relativas a la paralización y
suspensión ya indicada (art. 20, párr. 2a de la Ley Modelo y № 4)
del art. 319, de la ley chilena de la materia).
Los efectos del reconocimiento del procedimiento extranjero
principal, contemplados en los artículos 20 de la Ley Modelo y
319, de la ley chilena, que acabamos de comentar, constituyen
n r iQ « i i H p r q tisвczí6tictas m ífiim c is o efectos cl'lííqtíicíízcqs d e b i d o 2,
la dificultad de establecer efectos más amplios que los previstos

426
CAP. XL LA INSOLVEN CIA TBAN3FRQNT£RIZA
¥

en el derecho del Estado que otorga el reconocimiento o más


extensos que los que concede el país que da el reconocimiento
al Estado que los solicita.6
Debido a lo que acabamos de señalar, fue necesario incluir
en el texto modelo una disposición concerniente a medidas cau­
telares protectoras de los bienes del deudor y de los intereses de
los acreedores, que se otorgan una vez que se ha dado el reco­
nocimiento del procedimiento extranjero, y que la ley chilena
también establece recogiendo el texto uniforme.

295. Medidas otorgables después del reconocimiento. A partir del


reconocimiento de un procedimiento extranjero, sea principal o
no principal, cuando resulte necesario para proteger los bienes
del deudor que se encuentren en el territorio del Estado de Chile
o los intereses de los acreedores, el tribunal competente puede,
a instancias del representante extranjero, decretar las medidas
que sean apropiadas, incluidas las siguientes:
a) Suspender la iniciación o la continuación de acciones o pro­
cedimientos individuales relativos a los bienes, derechos, obli­
gaciones o responsabilidades del deudor, en cuanto no hayan
sido paralizados como consecuencia del reconocimiento;
b) Suspender, asimismo, toda medida de ejecución contra los
bienes del deudor, en cuanto no se haya suspendido como
efecto del reconocimiento;
c) Suspender el ejercicio del derecho a transferir o gravar los
bienes del deudor, como asimismo a disponer de esos bienes
de algún otro modo, en cuanto dicho derecho no haya sido
objeto de suspensión como consecuencia del reconocimiento
del procedimiento extranjero principal;
d) Decretar el examen de testigos, la presentación de pruebas o
el suministro de información respecto a los bienes, negocios,
derechos, obligaciones o responsabilidades del deudor;
e) Encomendar al representante extranjero, o a alguna otra per­
sona nombrada por el tribunal competente, la administración

6 Véase Informe del 30Qperíodo de sesiones de CNUDMI, Viena, 12 al 30 de


mayo de 1997, A/CN.9/XXX/CRP2.Add.2.

427
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

o la realización de todos o de parte de los bienes del deudor


que se encuentren en el territorio del Estado que otorga el
reconocimiento, en este caso de Chile;
f) Prorrogar toda medida cautelar concedida a partir de la pre­
sentación de la solicitud de reconocimiento, y
g) Conceder cualquier otra medida que, conforme a la ley con­
cursal chilena, en este caso, se le confiera al administrador
concursal.
Todas estas medidas de protección, contempladas en el ar­
tículo 21, párrafo l 2, del instrumento uniforme que analizamos,
pueden otorgarse de oficio por el tribunal que concede el reco­
nocimiento y vienen a complementar las consecuencias jurídicas
de este último. Sin embargo, el precepto citado, en su párrafo 22,
reglamenta otras medidas que se otorgan a instancia o a petición del
representante extranjero, como encomendar a dicho represen­
tante o a otra persona nombrada por el tribunal, la distribución
de todos o de parte de los bienes del deudor que se encuentren
en el territorio del Estado que da el reconocimiento, siempre
que el juzgado se asegure de que los intereses de los acreedores
en dicho Estado están suficientemente protegidos.
Desde el reconocimiento de un procedimiento extranjero,
principal o no principal, el tribunal competente puede, a solicitud
del representante extranjero, encomendarle a éste o a otra per­
sona nombrada por el mismo juez, la distribución de todos o de
parte de los bienes del deudor que se encuentren en el territorio
de nuestro país, siempre que el referido tribunal se asegure de
que los intereses de los acreedores en el Estado de Chile están
suficientemente resguardados.
' Por último, al adoptar las medidas que estamos tratando a
favor del representante de un procedimiento extranjero no prin­
cipal, el tribunal competente debe asegurarse de que las medidas
atañen a bienes que, con arreglo al derecho chileno, hayan de
ser administrados en el marco del procedimiento extranjero
no principal o que conciernen a información requerida en ese
procedimiento extranjero no principal.

296. Protección de los acreedores y otros interesados. Al otorgar


rechazar una medida a partir de la solicitud o después de otor-
CAP. XL LA INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA

gado el reconocim iento de un procedim iento extranjero o al


modificarla o dejarla sin efecto, a instancia del representante
extranjero, el tribunal competente debe cerciorarse que quedan
debidamente protegidos los intereses de los acreedores y de otras
personas interesadas, incluido el deudor. Asimismo, el tribunal
puede supeditar toda medida otorgada a partir de la solicitud o
del reconocimiento del procedimiento extranjero, a las condi­
ciones que estime convenientes.
Finalmente, a requerimiento del representante extranjero o
de toda persona afectada por alguna de las medidas que tantas
veces hemos aludido, o de oficio, el tribunal competente puede
modificar o dejar sin efecto la medida objetada.

297. Acciones revocatorias concúrsales. Desde el momento en


que se ha reconocido un procedimiento extranjero, el repre­
sentante extranjero queda legitimado para ejercitar las acciones
revocatorias concúrsales, con arreglo a la legislación del Estado
que confirió el reconocimiento, en este caso Chile.
Cuando se trata de un procedimiento extranjero no principal,
el tribunal competente debe asegurarse de que la acción revoca­
toria afecte a bienes que, de acuerdo con la ley chilena, en este
caso, deban ser administrados en el contexto del procedimiento
extranjero no principal.

298. Intervención de un representante extranjero en procedimientos


que se tramiten en Chile. A partir del reconocimiento de un procedi­
miento extranjero, el representante extranjero puede intervenir,
según las condiciones previstas en la ley concursal del Estado que
dio dicho reconocimiento, en este caso, Chile, en todo procedi­
miento en que el deudor sea parte.

Sección IV
COOPERACIÓN CON TRIBUNALES Y REPRESENTANTES
EXTRANJEROS

299. Cooperación y comunicación directa entre los tribunales. Otro


de los objetivos de la Ley Modelo es facilitar la cooperación y

429
4
B F n K P .A M I ? A P T r tN Y r .T q n T n A r r r tN n F .F .M P R F .S A .S Y P F .K .S n > J A S П Г Р Г Г Н П m m i R S A !

coordinación entre los tribunales del Estado que la adopta y los


tribunales o representantes extranjeros, en las materias relativas a su
aplicación, determinadas en el artículo I s del texto uniforme.
Para el logro de esta meta se impone el deber del tribunal del
Estado promulgante de cooperar en la medida de lo posible con
los tribunales o los representantes extranjeros, ya sea directamente
o por conducto de los administradores concúrsales.
Asimismo el tribunal queda facultado para ponerse en comu­
nicación directa con los tribunales o representantes extranjeros o
para recabar información o asistencia directa de los mismos (art. 25,
2s de la Ley Modelo y art. 324, de la ley concursal chilena). Toda
cooperación y comunicación directa efectuada según la última
norma citada, debe ser publicada en el Boletín Concursal dentro
del plazo de 2 días contado desde que se realice, pero su omisión
no invalida la actuación efectuada.

300. Cooperación y comunicación directa entre los administradores


concúrsales y los representantes extranjeros. En las materias en las
que tiene aplicación la insolvencia transfronteriza, señaladas
en el artículo I s, de la Ley Modelo y en el artículo 300, de la ley
concursal chilena, el administrador concursal debe cooperar,
en la medida de lo posible, con los tribunales o representantes
extranjeros, ya sea directa o indirectamente.
También el tribunal competente está facultado para estable­
cer comunicación directa con los tribunales o los representantes
extranjeros para recabar información directa de ellos. Toda co­
operación y comunicación efectuada de acuerdo con lo previsto
en el artículo 325, de nuestra ley concursal, debe publicarse en
el Boletín Concursal, dentro del plazo de 2 días contado desde
su realización, aunque la omisión de esta publicación no invalida
la actuación realizada.
La cooperación que hemos venido señalando puede ponerse
en práctica por cualquier medio apropiado y, en especial, de la
siguiente forma:
a) El nombramiento de una persona o de un órgano que actúe
bajo dirección o supervisión del tribunal competente;
b) La comunicación de información por cualquier medio que
el tribunal competente considere oportuno;
-GAP. XI. LA INSOLVENCIA TK ANSFRQNTERIZA

c) La coordinación de la administración y la supervision de los


bienes y negocios del deudor;
d) La aprobación o la aplicación por los tribunales competentes
de los acuerdos relativos a la coordinación de los procedi­
mientos, y
e) La coordinación de los procedimientos que se están siguiendo
simultáneamente respecto de un mismo deudor.

Sección V
PROCEDIMIENTOS PARALELOS

301. Procedimientos paralelos en diversos Estados. Las deliberacio­


nes en el seno de la Comisión pusieron de relieve la aspiración de
lograr la unidad y la universalidad de los procedimientos colectivos
concúrsales. Para lograrla, en la medida de lo posible, se admitió
la pluralidad de procedimientos concúrsales declarados en di­
versos estados, cuyos efectos habría que reconocer en territorios
distintos al del Estado de la apertura, mediante la cooperación
judicial y la coordinación apropiada de los diferentes procesos
simultáneos.
Admitido que un mismo deudor puede ser sujeto pasivo de
diversos juicios concúrsales, se establecen normas que regulan la
existencia de los procedimientos paralelos en diversos Estados.

302. Apertura de un procedimiento concursal con arreglo al derecho


interno de insolvencia después del reconocimiento de un procedimiento ex­
tranjero principal. Una vez que se ha reconocido un procedimiento
extranjero principal, sólo puede iniciarse un juicio concursal con
arreglo al derecho interno de insolvencia, en el caso de Chile,
según el artículo 327, de la Ley № 20.720, sobre procedimientos
concúrsales, cuando el deudor tenga bienes en Chile y los efectos
de este procedimiento se limitan a los bienes del deudor que se
encuentren en territorio nacional, y en la medida necesaria para
la puesta en práctica de la cooperación y coordinación reglamen­
tadas por ia referida ley, a otros bienes que, según la misma ley
concursal chilena, deban ser administrados en ese proceso. Así

431
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

lo establece el artículo 29 de la Ley Modelo, cuyo texto recoge


la ley nacional de la materia.

303. Coordinación de un procedimiento seguido con arreglo a l


ley concursal chilena y un procedimiento extranjero. El artículo 29 del
texto uniforme de Naciones Unidas, que recoge el artículo 328
de la ley nacional de la materia, dispone las reglas que son apli­
cables cuando se está tramitando simultáneamente y respecto de
un mismo deudor un procedimiento extranjero y un juicio con
arreglo al derecho interno de procedimientos concúrsales, en
este caso de Chile, situación en la cual el tribunal que conozca
de este último, básicamente, debe procurar colaborar y coor­
dinar sus actuaciones con el otro procedimiento, de acuerdo
con las normas de los artículos 25, 26 y 27 de la Ley Modelo,
que regulan la cooperación judicial, que corresponden a los
artículos 324, 325 y 326 de la ley nacional del rubro, en los
siguientes términos:
a) Cuando el proceso concursal tramitado en Chile esté en desa­
rrollo al tiempo de presentarse la solicitud de reconocimiento
del procedimiento extranjero:
i. Toda medida otorgada al tiempo de presentarse la solicitud
o cuando se ha dado el reconocimiento del procedimiento
extranjero, debe ser compatible con el procedimiento
concursal tramitado en Chile.
ii. De reconocerse el procedimiento extranjero en Chile
como procedimiento extranjero principal, no se aplica
el artículo 319, de la ley concursal chilena, que regula los
efectos del reconocimiento de un procedimiento extran­
jero principal;
b) Cuando el procedimiento concursal tramitado en Chile se
inicie tras el reconocimiento, o una vez presentada la solicitud
de reconocimiento del procedimiento extranjero:
i. Toda medida que estuviera en vigor con arreglo a los
artículos 318 o 320, de la ley nacional de la materia, será
examinada por el tribunal competente y modificada o re­
vocada en caso de ser incompatible con el procedimiento
concursal en Chile;
CAP. XI. LA INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA

ii. De haberse reconocido el procedimiento extranjero como


procedimiento extranjero principal, la suspensión a la que
alude el número 1) del artículo 319, de la ley chilena, será
modificada o revocada según el núm ero 2) del mismo
precepto nacional, en caso de ser incompatible con el
procedimiento concursal iniciado en Chile, y
iii. Al conocer, prorrogar o modificar una medida otorgada a
un representante extranjero de un procedimiento extran­
jero no principal, el tribunal competente debe asegurarse
de que esa medida afecta a bienes que, con arreglo a la
ley nacional de la materia, deban ser administrados en
el procedimiento extranjero no principal o concierne a
información necesaria para ese procedimiento.

304. Coordinación de varios procedimientos paralelos. Existen


deudores que configuran una situación patrimonial crítica en
los diversos Estados donde desarrollan sus actividades, lo que
implica que a su respecto pueden existir varios procedimientos
de insolvencia paralelos.
Dentro del campo de aplicación del nuevo régim en de la
insolvencia transfronteriza, determinado en su artículo I s, de la
Ley Modelo y en el artículo 300, de la ley concursal chilena, cuan­
do se siga más de un procedimiento extranjero en relación con
un mismo deudor, el tribunal procurará que haya cooperación
y coordinación, con arreglo a los artículos 25, 26 y 27 del texto
internacional uniforme, correspondientes a los artículos 324,325
y 326 de la ley chilena de la materia y son aplicables además las
siguientes reglas:
a) Toda medida otorgada al presentarse la solicitud de recono­
cimiento o después del mismo, a un representante de un
procedimiento extranjero no principal, una vez reconocido
un juicio extranjero principal, debería ser compatible con
este último;
b) En el evento de que un procedim iento extranjero prin­
cipal sea reconocido o una vez presentada la solicitud de
reconocimiento de un procedimiento extranjero no principal,
toda m edida que se hubiere concedido con arreglo a los
artículos 19 o 21 de la Ley Modelo, que corresponden a los

433
REOKSÀMftÀCtóK V Ц фН ЬАИ ОМ t>E e ^ f e SXgÿftÉRSÔNAS. p ë r ë c h o c o m j u s A L

artículos 318 о 320, de la ley concursal chilena, tendrá que


ser reexaminada por el tribunal competente y modificada о
revocada en caso de ser incompatible con el procedimiento
extranjero principal, y
c) Cuando un procedimiento extranjero no principal esté reconocido
o se le otorgue reconocimiento, el tribunal debe conceder,
modificar o revocar toda medida que proceda para facilitar
la coordinación de los procedimientos.

305. Regla del pago de un acreedor pagado parcialmente en los


procedimientos paralelos. De conformidad con lo previsto en el
artículo 330, de la ley concursal chilena, sin peijuicio de los titu­
lares de créditos garantizados o de derechos reales, un acreedor
que haya percibido un pago parcial respecto de su crédito en un
procedimiento tramitado en un Estado extranjero, con arreglo a
una norma relativa a la insolvencia, no puede percibir un nuevo
pago por ese mismo concepto en un procedimiento concursal que
se tramite según la ley concursal chilena, respecto de ese mismo
deudor, cuando el pago percibido por los demás acreedores de
la misma categoría sea proporcionalm ente inferior a la suma
percibida por el acreedor.

306. Conclusiones sobre la insolvencia transfronteriza. La Ley


Modelo sobre insolvencia transfronteriza es un aporte importante
al derecho uniforme que regula el comercio internacional.
Sin embargo, debido al hecho de que en el Grupo de Tra­
bajo y en la Comisión predominó la forma de Ley Modelo y no
la forma de un Tratado o Convención Internacional, su fuerza
vinculante para los Estados es nula, quedando entregada a ellos
la posibilidad de adoptarla o no y, al admitirla, puede hacerse
en su totalidad o en parte. De esta suerte, como instrumento de
uniformidad del derecho del comercio internacional, tiene, a
nuestro parecer, un rol muy limitado.
Con todo, nos felicitamos que la Ley № 20.720 de procedi­
mientos concúrsales chilena, la haya incorporado en su contenido,
siguiendo casi textualmente sus disposiciones.
Se han promulgado leyes basadas en la Ley Modelo de Insol­
vencia Transfronteriza en los siguientes Estados y en años que se
t'AJJ.m LA r^ULVMUH- ТОАНОГГШНТПМЕД 1 ‘Д Ц

indican a continuación: Australia en 2008, Canadá en 2005, (31^


en 2014, Colombia en 2006, Eritrea en 1998, Eslovenia en 2007^
Estados Unidos de América en 2005, Grecia en 2010, Japón en-Г-
2000, Mauricio en 2009, México en 2000, Montenegro en 2002,
Nueva Zelanda en 2006, Polonia en 2003, Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte en 2006, Islas Vírgenes en 2003 y
República de Corea en 2006.7

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CNUDM I sobre la Insolvencia T ransfronteriza. Situación actual.
Capítulo XII
LOS DELITOS CONCURSALES
Y LAS DEFRAUDACIONES

307. Sustitución introducidaper la Ley № 20.720. El artículo 345 de


la ley concursal vigente sustituyó en el Título IX del Libro Segundo
la denominación del Párrafo 7 Las Defraudaciones por el ahora
denominado “De los delitos concúrsales y de las defraudaciones”,
con lo cual se eliminó de la legislación de procedimientos con­
cúrsales el tratamiento de las figuras ilícitas penales relacionadas
con ellos y se incorporó toda esta normativa, mediante los nuevos
artículos 463,463 bis, 463 ter, 463 quáter, 464,464 bis, 464 ter, 465
y 465 bis, al Código Penal, en el párrafo ya indicado.
Las disposiciones recién citadas que aluden al deudor se
aplican solamente a lo señalado en el artículo 2e № 13, de la ley
concursal vigente, que define el concepto de empresa deudora,
al que ya hemos tenido ocasión de referimos en esta obra. De
esa manera el legislador quiere excluir de la aplicación de la ley
penal a las personas deudoras, definidas en el artículo 2a № 23,
de la ley concursal.

308. Actos o contratos que producen disminución del activo o au­


mento del pasivo con ánimo de perjudicar a los acreedores. En virtud
del artículo 463, del Código Penal, el sujeto que dentro de los 2
años anteriores a la resolución de liquidación a la que se refiere
el Capítulo IV de la Ley № 20.720, de Reorganización y Liquida­
ción de Activos de Empresas y Personas (ley concursal), ejecuta
actos o contratos que disminuyan su activo o aumentan su pasivo,
sin o tra justificación económica o jurídica que la de peijudicar
a los acreedores, es castigado con ia pena de presidio menor en
su grado medio a máximo.

437
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

309. Diversas conductas concúrsales ilícitas relativas a los bienes.


Se sanciona en el artículo 436 bis, del Código Penal, con la pena
de presidio menor en su grado medio a presidio mayor en su
grado mínimo, al deudor que realiza algunas de las siguientes
conductas:
I s. Si dentro de los 2 años anteriores a la resolución de reorga­
nización o liquidación, oculta total o parcialmente sus bienes
o sus haberes.
22. Si después de la resolución de liquidación percibe y aplica a
sus propios usos o de terceros, bienes que deban ser objeto
del procedimiento concursal de liquidación.
3Q. Si después de la resolución de liquidación, realiza actos de
disposición de bienes de su patrimonio, reales o simulados,
o si constituye prenda, hipoteca u otro gravamen sobre los
mismos.

310. Conductas penales durante el procedimiento concursal En


virtud del artículo 463 ter del Código Penal, se castiga con pre­
sidio menor en su grado mínimo a medio, al deudor que realiza
alguna de las siguientes conductas ilícitas:
I e. Si durante el procedimiento concursal de reorganización o
liquidación, proporciona al veedor o liquidador, en su caso, o
a los acreedores, información o antecedentes falsos o incom­
pletos, en términos que no reflejen la verdadera situación de
su activo y pasivo.
2Q. Si no ha llevado o conservado los libros de contabilidad y sus
respaldos exigidos por la ley que deben ser puestos a disposición
del liquidador una vez dictada la resolución de liquidación, o
si ha ocultado, inutilizado, destruido o falseado en términos
que no reflejen la situación verdadera de su activo y pasivo.

31L Figuras delictivas aplicables al representante o administrador


del deudor. Se castiga como autor de los delitos establecidos en los
artículos 463, 463 bis y 463 ter, la persona que, en la dirección
o administración de los negocios del deudor, sometido a un
procedimiento
i- concursal de reorganización
O o He liquidación
1 '
haya ejecutado algunos de los actos o incurrido en alguna de las

438
■ГДР Y ri г n i n cr í-T-rw r r> N c r m s Ar.F..SVI.AS DEFRAUDACIONES

omisiones en ellos señalados, o haya autorizado expresamente


dichos actos u omisiones.

312. Conductas ilícitas del veedory del liquidador. De conformidad


con lo previsto en el artículo 464, del Código Penal, se castiga con
la pena de presidio menor en su grado máximo a presidio mayor
en su grado mínimo y con sanción accesoria de inhabilitación
especial perpetua para ejercer el cargo, el veedor o liquidador
designado en un procedimiento concursal de reorganización o
liquidación, que realiza alguna de las siguientes conductas.
I е. Si se apropiare de bienes del deudor que deban ser objeto de un
procedimiento concursal de reorganización o liquidación.
2S. Si defraudare a los acreedores, alterando en sus cuentas de
administración los valores obtenidos en el procedimiento
concursal de reorganización o liquidación, suponiendo gastos
o exagerando los que haya hecho.
3e. Si proporcionare ventajas indebidas a un acreedor, al deudor
o a un tercero.

313. Veedor o liquidador que aplica en beneficio propio o de un tercero


bienes del deudor. Por su parte el artículo 464 bis, del Código Penal,
sanciona al veedor o liquidador en un procedimiento concursal
de reorganización o liquidación, que aplica en beneficio propio
o de un tercero, bienes del deudor que sean objeto de dichos
procedimientos, con presidio m enor en su grado medio a máxi­
mo y con la pena accesoria de inhabilitación especial perpetua
para ejercer el cargo.

314. Ejercicio ilícito de calidades ofunciones concúrsales o administra­


tivas. Dentro de la gama de delitos concúrsales y defraudaciones,
se sanciona asimismo, como autor del delito respectivo, al sujeto
que, sin tener la calidad de deudor, veedor, liquidador o de ad­
ministradores de los negocios del deudor, incurra en alguno de
los delitos previstos en el Párrafo de los delitos concúrsales y de
las defraudaciones del Código Penal, valiéndose de una persona
que sí tenga esa calidad. Así está previsto en el artículo 164 ter
del Código Penal.

439 . en
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

315. La persecución penal de los delitos concúrsales y defrauda­


ciones. Ella sólo corresponde iniciarla previa instancia particu­
lar del veedor o liquidador del proceso concursal respectivo.
También puede iniciarse a instancias de cualquier acreedor
que haya verificado su crédito si se trata de un procedimiento
concursal de liquidación, lo que se debe acreditar con copia
autorizada del respectivo escrito y su providencia. En el caso del
procedimiento concursal de reorganización, puede comenzar
a impulso de todo acreedor a quien le afecte el acuerdo de
reorganización conforme con lo establecido en el artículo 66,
de la ley concursal vigente.
En el caso de los delitos cometidos por veedores o liquida­
dores, la Superintendencia debe denunciarlos si alguno de los
funcionarios de su dependencia toma conocimiento de aquéllos
en el ejercicio de sus funciones. Además, puede interponer que­
rella criminal, considerándose para este efecto cumplidos los
requisitos que establece el artículo 111, inciso 32, del Código de
Procedimiento Penal (en adelante CPP).
En el caso que se celebren acuerdos reparatorios de confor­
midad al artículo 241 y siguientes del CPP, los términos de esos
acuerdos deben ser aprobados previamente por lajunta de acree­
dores respectiva y las prestaciones que derivan de ellos benefician
a todos los acreedores, a prorrata de sus respectivos créditos, sin
distinguir para ello la clase o categoría de los mismos.

316. Tribunal competente. Conoce de los delitos concúrsales y


de las defraudaciones de que tratan los artículos 463 y siguientes
del Código Penal, el tribunal con jurisdicción en lo criminal del
domicilio del deudor.

317. Nuevas tendencias en la configuración y sanción de los delitos


concúrsales. A mediados del siglo XIX se reemplaza el concepto
subjetivo que se empleaba para concebir el objeto de protección
del Derecho Penal, como consecuencia de haberse incorporado
en las Constituciones Políticas de los Estados, junto con la pro­
tección de las garantías individuales, el amparo de los derechos
sociales y económicos.
A pardr de la mencionada época, ias legislaciones penales se
preocupan de extender el concepto de bien jurídico que ellas
CAP. XII. LOS DELITOS CONCURSALES Y LAS DEFRAUDACIONES

deben amparar y sancionar, exigiendo que se cumplieran al menos


dos condiciones básicas:
a) Servir para fundam entar la acción punitiva del Estado, y
b) Implicar una garantía para el ciudadano.
Cumplidos estos requisitos, lo que el Derecho Penal tiene
que proteger no sólo son los bienes jurídicos individuales o mi-
crosociales, sino que también los bienes jurídicos macrosociales,
como expresiones de determinadas necesidades de carácter co­
lectivo. En este orden de materias, conviene tener presente que
un derecho fundamental o una garantía constitucional no es lo
mismo que un bien jurídico macrosocial. Así, por ejemplo, la fe
pública es un bien jurídico macrosocial, pero no es un derecho
fundamental porque no tiene protección a nivel constitucional.
Además, el bien jurídico macrosocial es más amplio y dinámico
que una garantía constitucional, aunque a veces coincida con
ella, como es el caso del medio ambiente, que la Constitución
Política consagra, estableciendo el derecho a vivir en un medio
ambiente descontaminado.
Por otra parte, el progreso tecnológico que ha tenido lugar a
fines del siglo XX y que sigue incrementándose en los inicios del
siglo XXI, ha dado origen a la protección de nuevos bienes jurídi­
cos o ha obligado a reformular los que antiguamente se tutelaban
como ocurre, por ejemplo, con la violación de correspondencia
epistolar y telegráfica, que ahora debe protegerse respecto de
los ilícitos penales que se cometen con el empleo de los medios
electrónicos, telemáticos y de la informática.
Los bienes jurídicos protegidos por el Derecho Penal del
siglo XIX, estaban afincados exclusivamente en la persona humana,
de ahí que se sancionara toda acción u omisión que atentara contra
la vida, la integridad física, patrimonio y la honra del individuo,
siendo los tipos penales más comunes, los delitos de homicidio,
lesiones, robo, hurto, injurias y calumnias, etc.
La reformulación en la Constitución alemana de Weimar
de las garantías individuales, incluyendo los derechos económi­
co-sociales, permitió el paso del Estado Democrático al Estado
Democràtico-Social. Esta evolución constitucional determinó
que el Derecho Penal, junto con seguir protegiendo los bienes
jurídicos individuales, se ocupara de cautelar ios bienes jurídicos
macrosociales, que son indispensables para el funcionamiento

441
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓ N DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCORSA fcr

del sistema y para el desarrollo de las personas en la comunidad


nacional, de manera que se mantiene por ejemplo la protección
de la vida y de la salud de las personas, para también amparar la
salud pública.
Los bienes jurídicos macrosociales tienen un carácter difundido,
como por ejemplo un atentado al medio ambiente afecta a todos;
la calidad y la seguridad en el consumo compromete o peijudica a
toda la comunidad. Además, el costo social en los bienes jurídicos
macrosociales es más alto, ya que en el caso por ejemplo de un
delito de lesiones, se atenta contra un bien jurídico individual,
el costo lo soporta una sola persona, el que sufrió las lesiones, en
cambio un atentado contra el crédito o contra la transparencia
del mercado, que son bienes jurídicos macrosociales, lo sufren
todos los que hacen uso de esos bienes o que participan dentro
del mercado, siendo en consecuencia un costo más alto por ser
de carácter colectivo.
Asimismo atenían contra los bienes jurídicos colectivos o
macrosociales, los delitos que se cometen en el contexto del Or­
den Público Económico. Desde fines del siglo XX se considera
al mercado como un bien jurídico protegido, de manera que la
libertad del mercado no se contrapone a la regulación jurídica
del mismo, justamente para asegurar la libertad del mercado, la
libre competencia, de manera que una empresa no debe incurrir
en abuso de posición dominante en el mercado, para conseguir
por esa vía, la eliminación de otra empresa que también participa
de él. Otro bien jurídico macrosocial en este dominio es la trans­
parencia del mercado, en particular en el mercado de valores, que
puede verse seriamente afectado con el uso ilegal de información
DEI ITO •• l.ì:V М'Ч7 336

privilegiada (insider trading) delito civil y penal, que se consagra en


la Ley de Mercado de Valores № 18.045. En este orden de mate­
rias, famoso es el caso de la aerolínea Braniff que desarrolló un
programa informático que le permitía hacer reservas de asientos
en los aviones, pagando por él un costo sideral. Más tarde esta
f$UN

información privilegiada se filtró y las otras compañías aéreas la


Dí DB ROS

obtuvieron sin mayor costo, lo que desencadenó la falencia de


la compañía Braniff. El problema del uso ilegal de información
privilegiada fue descrito en los tribunales norteamericanos a raíz
I Л i'0"p. >СОИЛ

de este caso y, como en otros, los culpables fueron sancionados


penalmente.

442
CAP. XII. LOS DELITOS Ц Ж Ш К ЬАЬЦЬ 4 LAS UiLP KAUIJAClOHEfl

Durante mucho tiempo los delitos tributarios o fiscales fueron


sancionados teniendo en cuenta que el bien jurídico afectado por
la acción u omisión era probar el peijuicio y además el elemento
subjetivo de intención de defraudar o engañar, lo que redundó
en graves dificultades para configurar sanciones a estos ilícitos
penales. Sin embargo, más tarde se entendió que el bien jurídi­
co es de carácter macrosocial y que el individuo que lo comete
dispone de su propio patrimonio y afecta a los recursos que el
Estado requiere para la salud, la educación y la vivienda y, en
general, para el bien común de todos los ciudadanos, incluido
el que atentó contra el bien jurídico colectivo.
En las legislaciones de Estados Unidos de Norteamérica, tanto
a nivel estadual como federal, constituye un delito el hecho de
alterar la contabilidad, porque esta acción pone en peligro la
posibilidad de ingresos de los estados y de toda la federación,
siendo afectado un bien jurídico macrosocial o colectivo.
Los delitos relacionados con la quiebra durante los siglos XIX
y XX fueron tipificados y sancionados como ilícitos de carácter
patrimonial y se discutió si se trataba de lesionar el patrimonio de
los acreedores o si el fallido era quien atentaba contra su propio
patrimonio al realizar las acciones u omisiones del caso. También
se consideró que estos delitos lesionaban la parcondictio creditorum
o la igualdad de los acreedores en el concurso.
La tendencia actual es hacia la despenalización de los delitos
relacionados con la quiebra o con los actuales procedimientos
concúrsales, porque en realidad el delito no puede tipificarse
tomando como bien jurídico afectado al patrimonio, porque al
ser así se requiere acreditar el elemento subjetivo, la intención de
defraudar y, si este elemento no se logra probar, el delito queda
sin sanción.
El criterio que se sigue a fines del siglo XX e inicios del
siglo XXI, consiste en considerar los delitos relacionados con
los procedimientos concúrsales que afectan o atenían contra
un bien jurídico macrosocial o colectivo, en este caso, el crédito
dentro del sistema económico, ya que en la economía moderna
el crédito es un bien que está a disposición de todos y debe ser
correctamente empleado y distribuido en todo el mercado.
Para que los delitos concúrsales configuren un atentado al
sistema económico crediticio, es preciso que sean cometidos por

443
REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS. DERECHO CONCURSAL

empresas o empresarios que tengan una posición de poder en el


mercado y que a través de sus acciones u omisiones lleguen a abusar
de dicha posición. De manera que si una pequeña empresa o un
pequeño empresario carece de la señalada posición económica, el
procedimiento concursal no debe generar consecuencias penales,
porque su acción u omisión no afecta al sistema económico cre­
diticio, que es el bien jurídico macrosocial protegido, o cuando
mucho a ella o a él, en su caso, se le pueden aplicar sanciones de
carácter administrativo, como por ejemplo, no otorgarle patente
para ejercer actividades económicas. No cabe duda que cuando
un banco, una entidad financiera, una compañía aseguradora,
una administradora de fondos de pensiones o una gran empresa
mercantil, es sometida a un procedimiento concursal de liquida­
ción compromete un bien jurídico macrosocial, lo que autoriza la
aplicación de una drástica penalización por los vastos efectos que
esa situación ocasiona en todo el sistema económico crediticio. Así
lo hace la legislación norteamericana estadual y federal, que se ha
ido poniendo cada vez más drástica ante los grandes escándalos
económicos financieros que han tenido lugar en ese país.
Llama enormemente la atención que siendo el criterio re­
cién señalado el que se impone en el derecho comparado de
procedimientos colectivos concúrsales, el legislador chileno no
haya aprovechado la promulgación de la Ley № 20.720 de 2014,
para regular adecuadamente esta materia y que haya continuado
tipificando los ahora llamados delitos concúrsales, sobre la base de
bienes jurídicos que afectan al patrimonio junto con las defrau­
daciones, en el modificado Párrafo 7, del Título IX del Libro
Segundo del Código Penal, como claramente se advierte por los
elementos constitutivos de las figuras ilícitas que se establecen en
los artículos 463, 463 bis, 463 ter, 463 quáter, 464, 464 bis, 464 ter,
465 y 465 bis, de dicho cuerpo legal.

318. Disposiciones transitorias de la Ley N° 20.720. En virtud


del artículo prim ero transitorio esta ley entra en vigencia 9
meses después de su publicación en el Diario Oficial, es decir,
el 10 de octubre de 2014, salvo las disposiciones contenidas en
el Capítulo IX, relativas a la Superintendencia, y la norm a del
artículo 344, que deroga ia Ley Na 18.175, las que se ajustan a lo
dispuesto en el artículo tercero transitorio, numeral 8, esto es,
CAP. XII. LOS DELITOS CONCURSALES Y LAS DEFRAUDACIONES

el que faculta al Presidente de la República para que dentro del


plazo de 6 meses determine la fecha de inicio de actividades de
la ahora denominada Superintendencia de Insolvencia y Reem-
prendimiento.
Las quiebras, convenios y cesiones de bienes en actual trami­
tación y aquellas que se inicien antes de la entrada en vigencia de
la nueva ley concursal, se rigen por las disposiciones del Libro IV
del Código de Comercio.
De conformidad con lo previsto en el artículo segundo tran­
sitorio de la ley concursal, para dar cumplimiento a lo dispuesto
en sus artículos 14,16 y 31, los síndicos que figuren inscritos en
el Nómina Nacional de Síndicos, a la fecha de su publicación, es
decir, 9 de enero de 2014, se consideran incorporados en las Nó­
minas de Veedores y Liquidadores, debiendo constituir garantía
y rendir examen en los términos indicados por las mencionadas
disposiciones legales, a más tardar dentro de los 6 meses siguientes
a la publicación de dicha ley, bajo apercibimiento de ser excluidos
de las nóminas correspondientes.
Por otra parte, para los efectos de la ley de procedimientos
concúrsales, se entiende que los asesores económicos de insol­
vencia de la Ley de Reorganización o Cierre de Micro y Pequeñas
Empresas en Crisis, contenida en el artículo 11 de la Ley № 20.416,
que además tengan la calidad de síndico, continúan en el nó­
m ina de asesores económicos de insolvencias una vez que entre
en vigencia la ley concursal, sea que opten por incorporarse a la
nóm ina de los liquidadores o a la de los veedores.
Los artículos transitorios tercero al undécimo son de orden
puram ente administrativo, por lo que no nos corresponde ni vale
la pena comentarlos en esta obra.
Por último, sí interesa el artículo duodécimo transitorio relati­
vo a las disposiciones penales que contempla la ley concursal. En
efecto, para mantener el principio de la irretroactividad de la ley
penal, dicha norma de transición ordena que las normas penales
se aplican a los hechos ocurridos con posterioridad a su entrada
en vigencia. En consecuencia, el artículo 38 y el Título XIII, ambos
dçl Libro IV del Código de Comercio, quedan vigentes para los
efectos relativos a la persecución de los delitos contemplados en
sus disposiciones y perpetrados con anterioridad a la entrada en
vigencia de la ley concursal, sin peijuicio de las normas relativas

445
REORGANIZACION Y LIQUIDACIÓN DE EME&ESA S Y PEJ&^QNAS. DKRE6HÒ-GQNCURSAI,

a la pena, en que rige lo dispuesto por el artículo 18, del Código


Penal.

319. Conclusiones. La Ley № 20.720, promulgada el 30 de di­


ciembre de 2013, publicada en el Diario Oficial de 9 de enero de
2014, en vigencia a partir del 10 de octubre de 2014, que sustituye
el régimen concursal anterior por un sistema de reorganización
y liquidación de empresas y personas, no ha tenido aplicación en
la práctica cuando aparece esta nueva edición de nuestra obra,
motivo por el cual desconocemos si se van a cumplir los objetivos
que se tuvo en cuenta para su promulgación.
De todas maneras, las comparaciones y apreciaciones que
hemos hecho en relación con el derecho anteriormente vigen­
te y con el derecho comparado sobre la materia, obedecen de
manera exclusiva a nuestro leal saber y entender, toda vez que
tampoco hemos tenido oportunidad de conocer la opinión de
otros autores de nuestra doctrina ni jurisprudencia de los tribuna­
les, en aquellos aspectos en que realmente esta nueva normativa
constituye innovación.
-Ш Н1,1()(Ж АЬ1Л

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ÍNDICE ----------------------— ------ Г-ШШш,
' !— I S S I S I

Prefacio de la séptima edición................................................................................ 7

REORGANIZACIÓN Y LIQUIDACIÓN
DE EMPRESAS Y PERSONAS.
DERECHO CONCURSAL
Introducción......................................................................................................... 13
1. G e n e ra lid a d e s....................................................... .................................... 13

Capítulo I
ASPECTOS GENERALES DE LOS PROCEDIMIENTOS
CONCURSALES

Párrafo I. Tutelas frente al incumplimiento de obligaciones.............................. 19


2. El incum plim iento de las o b lig a c io n e s................................................. 19 o
3. Defensas ante el incum plim iento .......................................................... 20 H
4. La ejecución individual y la ejecución colectiva del d e u d o r ............. 22 J
5. Incum plim iento e in so lv e n c ia ................................................................ 23 ^
6. Evolución de los procedim ientos ante el incum plimiento y la impo- £
sibilidad de pagar las obligaciones....................................................... .. 24 ?
7. La noción de quiebra y su posterior evolución.................................... 2/ £
8. Intereses comprometidos en los procedimientos concúrsales............ 29 ¿
9. Aspectos procesales de los procedim ientos concúrsales ................... 31 |
10. C o m p e te n c ia .............................................................................................. 32 ~
11. R ecu rso s.................................................................................................... .. 33 £
12. Incidentes ................................................................................................ .. 33 g
io
JlU. 1NU .............................................«......................... .. • • , 34 i”
14. C ó m p u to d e p l a z o s ....................................................................................................... 5

455
ÍNDICE

15. Prevalencia de leyes especiales y supletoriedad ...................................

Párrafo II. Los principios que informan al derecho concursal ..........................


16. Ideas orientadoras básicas de los procedim ientos c o n c ú rsa le s .........
17. Principios clásicos: par condictio creditorum............... ..............................
18. Consagración legal del principio par condictio creditorum...................
19. Principio de la protección adecuada del crédito ................................
20. Principios m odernos: la conservación de la e m p re sa ..........................
21. Aspectos a considerar en la normativa concursal sobre el principio
de la conservación de la em presa ...........................................................
22. Consagraciones legislativas del principio de la conservación de la em­
presa ...............................................................................................................
23. Principio del aum ento de p o der de los órganos administrativos en
los procedim ientos concúrsales .............................................................
24. Principio de la tutela de la relación laboral. Enunciado ....................
25. Consagraciones legislativas del principio de tutela de la relación
laboral ........................................................ .................................................
26. Principio de la racionalidad económica: O rigen y c o n te n id o ...........
27. Principio de la racionalidad económica en el derecho nacional . . .
28. Principio de la racionalidad económica y los efectos de la resolución de
liq u id ació n ....................................................................................................

Capítulo II
LOS PRESUPUESTOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

29. Diversos presupuestos ..............................................................................

Sección I. La causa de los procedimientos concúrsales: Aspectos teó­


ricos .................................................................................................
30. Noción de causa .........................................................................................
31. Diversas nociones de cesación de pagos ................................................
32. Teoría restringida o materialista. Enunciado .......................................
33. El fundam ento de la noción re strin g id a ................................................
34. Crítica de la teoría materialista ...............................................................
35. Teoría interm edia o ecléctica. E n u n c ia d o .............................................
36. Fundam ento de la noción in te rm e d ia ....................................................
37. Crítica a la noción in te rm e d ia .................................................................
38. Teoría amplia o m oderna de la cesación de pagos. E n u n c ia d o .........
39. Fundamentos de la teoría amplia ..........................................................
40. Concepción actual de la cesación de pagos en el derecho francés . .
41. Sistema italiano de la insolvencia.............................................................
42. C aracterísticas del e sta d o d e cesació n d e p a g o s .......................................
43. Manifestación del estado de cesación de pagos ..................................
INDICE

Sección II. La causa de los procedim ientos concúrsales en el derecho


positivo nacional .......................................................................... 67
44. Aspectos generales ..................................................................................... 67
45. Concepción doctrinaria seguida por la legislación nacional en m ateria
de causa de los procedim ientos co n cú rsales.......................................... 68

Sección III. La acción p ara im petrar los procedim ientos concúrsales . . 72


46. Concepto de acción y sus titu la re s ........................................................... 72

Capítulo П1
EL PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE REORGANIZACIÓN

Sección I. El Procedim iento Concursal de Reorganización Judicial . . . . 75


Párrafo I. Inicio del Procedimiento Concursal de ReorganizaciónJudicial . . . . 75
47. Tramitación de este p ro c e d im ie n to ............... ; ...................................... 75
48. Resolución de re o rg a n iz a c ió n ................................................................. 79
49. Contenido de la resolución de reorganización. Protección financiera
c o n c u rs a l...................................................................................................... 79
50. Otros aspectos de la resolución de reorganización ............................ 82

Párrafo II. La propuesta de acuerdo de reorganización judicial, su aprobación y


efectos................................................................................................ 84
51. La p ro p u e sta del acuerdo de reorganización judicial: contenido,
garantías y acreedores a quienes a fe c ta .................................................. 84
52. La determ inación del pasivo en el procedim iento concursal de reor­
ganización .............................................................................. ..................... 85
53. Im pugnación de c r é d ito s .......................................................................... 87
54. Acreedores con derecho a voto en la propuesta de acuerdo . . . . . . . 88
•55. Mayoría p ara adop tar el acuerdo en la ju n ta de a c re e d o re s ............. 88
56. La im pugnación de acuerdo de reorganización judicial. Causales de
im p u g n a c ió n ............................................................................................. . 90
57. A probación y vigencia del acuerdo de reorganización ju d ic ia l......... 93
58. Efectos del acuerdo de reorganización judicial ................................... 94
59. Efectos del acuerdo sobre los c ré d ito s.................................................... 95
60. El acuerdo de reorganización y los bienes no esenciales para la con­
tinuidad del giro de la e m p r e s a ............................................................ .. 96
61. Efectos del acuerdo en las obligaciones garantizadas del deudor . . . 96
62. Efectos del rechazo del acuerdo de reorganización j u d i c i a l ... 98

Párrafo III. La extinción del acuerdo de reorganización judicial .................... .. 99


63. La nulidad o la declaración de incum plim iento del acuerdo de reor­
ganización judicial ..................................................................................... 99

457
ÍNDICE

64. La nulidad del a c u e rd o .............................................................................. 99


65. Declaración de incum plim iento del acuerdo de reorganizaciónju­
dicial ......................................................................... .................................... 100
66 . Reglas com unes a la n u lid a d y a la d e c la ra ció n de in c u m p li­
m iento .......................................................... ............................................... 102

Sección II. El acuerdo de reorganización extrajudicial o simplificado .. 103


Párrafo I. Aspectos generales de tipo de acuerdo.................................................. 103
67. Sujeto legitimado y tribunal com petente. Cuestión previa sobre la
d e n o m in a c ió n ............................................................................................. 103
68 . Formalidades, objeto y reglas a p lic a b le s............................................... 104
69. Requisitos para la aprobación judicial del acuerdo de reorganización
sim plificado................................................................................................. 105
70. La resolución de reorganización simplificada ..................................... 106
71. Im pugnación del acuerdo sim plificado.............................. ................... 107
72. Aprobación judicial y efectos del acuerdo sim plificado...................... 107
73. Declaración de nulidad o de incum plim iento del acuerdo simplifi­
cado .............................................................................................................. 108

Capítulo TV
PROCEDIMIENTO CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

Sección I. La liquidación voluntaria ............................................................ 109


74. Concepto, ámbito de aplicación y requisitos ....................................... 109
75. Tramitación de la solicitud de liquidación v o lu n ta ria ........................ 111

Sección II. La liquidación f o r z o s a ................................................................. 112


Párrafo I. Titularidad de la acción y ámbito de aplicación .............................. 112
U V N '1 !?.3л0

76. Legitimación ac tiv a .................................................................................... 112


77. Clasificación de las causales de liquidación fo rz o s a ............................ 114

Párrafo II. Las causas de la liquidación forzosa........................................... 114


78. Prim era causal de liquidación fo rz o s a .................................................... 114
79. Segunda causal de liquidación forzosa ................................................. 123
!-S UM

80. Tercera causal de liquidación f o r z o s a .................................................... 130


Uh Ui>UOS

81. Causales de liquidación forzosa reflejas o consecuenciales............... 135


82. Retiro de la propuesta de acuerdo de reorganizaciónjudicial ........ 135
83. Ausencia del deudor en laju n ta de acreedores del acuerdo de reorga­
;.Л K 'v ^ o c o P iA

nizaciónjudicial ........................................................................................ 136


84. No presentación de nueva propuesta de acuerdo de reorganización
cuando ésta sea im p u g n a d a ..................................................................... 136

458
«— ;— i
IND ICE
-............

85. Im pugnación de la p ro p u esta de acuerdo de reorganización p o r


causales de los núm eros 4) y 5) del artículo 85, de la ley vigente . . . 138
86 . Rechazo del acuerdo de reorganización judicial ................................ 139
87. Declaración de nulidad o de incum plim iento del acuerdo de reor­
ganización judicial .................................................................................... 140
88 . Declaración de nulidad o de incum plim iento del acuerdo de reor­
ganización extrajudicial o sim p lificad o .............................. ................... 141
89. El deudor no se decide p o r alguna de las actuaciones legales en la au­
diencia inicial del procedimiento concursal de liquidación forzosa o bien
no p ropo n e alguna de ellas o no com parece a dicha audiencia . . . . 141
90. Rechazo de la oposición form ulada por el deudor en el procedimiento
concursal de liquidación f o r z o s a ............................................................ 143
91. Liquidación forzosa refleja de los socios de una sociedad colectiva co­
mercial o de los gestores de un a sociedad en comandita mercantil .. 143
92. Falta de acuerdo de ejecución en el procedimiento concursal de renego­
ciación de la persona d e u d o r a ................................................................. 145
93. Reflexión acerca de las causales de liquidación fo rzo sa..................... 145

Sección III. El sujeto pasivo de la liquidación f o r z o s a .............................. 146


Párrafo I. El sujeto pasivo en general................................................................ 146
94. Noción de sujeto pasivo ........................................................................... 146

Párrafo II. Algunos casos especiales de sujeto pasivo de la liquidación forzosa . 151
95. La m ujer casada ...................................................................................... 151
96. El m enor adulto ...................................................................................... 153
97. Otros in capaces........................................................................................ 153
98. La sucesión del deudor como sujeto pasivo de liquidación forzosa . . 154
99. La sociedad anónim a como sujeto pasivo de liquidación forzosa . . 154
100. La sociedad de hecho como sujeto pasivo de liquidación forzosa . 155
101. La sociedad disuelta por nulidad como sujeto pasivo de liquidación
 _
forzosa ....................................................................................................... 156
102. Situación de las personas jurídicas de derecho público ante la liqui­ w
dación forzosa .......................................................................................... 156 Ф

Sección IV. La tramitación del procedim iento concursal de liquidación


forzosa .......................................................................................... 157
103. Aspectos generales .................................................................................. 157

Párrafo I. La dem anda y la audiencia inicial de liquidación forzosa 157

104. Requisitos de la dem anda de liquidación forzosa ............................ 157 O


105. Labor del tribunal ante la dem anda de liquidación fo rz o s a ........... 160
106. Audiencia inicial en la liquidación fo rz o sa ......................................... 160
Ф

459 л: ”
ÍNDICE

Párrafo II. El juicio de oposición........................................................................ 163


107. Contenido de la o p o sic ió n ..................................................................... 163
108. La prueba en el juicio de oposición .................................................... 164
109. Resolución del tribunal respecto de la oposición, trámites proba­
torios .......................................................................................................... 165
110. Recursos en contra de decisiones de la audiencia inicial y acerca de la
admisibilidad de la p ru eb a ofrecida, puntos de prueba y form a de
hacerla valer o cualquiera otra circunstancia sobre esta m ateria . . 167
111. Audiencia de prueba en el juicio de oposición .......................... 167
112. Audiencia de fallo y sentencia definitiva en el juicio de oposición . 168
113. Resolución de liquidación fo rzo sa........................................................ 169
114. Notificación de la resolución de liquidación y recursos en su contra . 174
115. Características de la resolución de liquidación ................................ 175

Sección V. Efectos de la resolución de liquidación .................................. 176


116. Ideas generales......................................... ................................................. 176
117. Clasificación de los efectos de la resolución de liquidación ........... 176
118. Enum eración de los efectos inm ediatos de la resolución de liqui­
dación ....................................................................................................... 177

Párrafo I. La administración de bienes o el desasimiento.................................. 178


119. C o n c e p to .................................................................... .............................. 178
120. Naturaleza de la pérdida del derecho de administrar: Inhibición
temporal ................................................................................................... 180
121. Alcance de la inhibición que afecta al sujeto pasivo ........................ 180
122. Bienes comprendidos en el desasim ien to........................................... 183
123. Bienes excluidos del desasimiento ...................................................... 185
124. Aspecto jurídico judicial del desasimiento ......................................... 186

Párrafo II. La fijación irrevocable de los derechos de los acreedores.................... 187


125. Alcance del e fe c to .................................................................................... 187
126. Consecuencias de la fijación irrevocable en las compensaciones . . 188
127. La fijación irrevocable y el reajuste y cálculo de in te re se s............... 191
128. Las obligaciones pagaderas en m oneda e x tra n je r a .......................... 193

Párrafo III. La exigibilidad anticipada de todas las deudas ............................ 193


129. E n u n c ia d o ................................................................................................ 193
130. Alcance de la exigibilidad anticipada ................................................. 194
131. Determinación del valor actual de los créditos no v e n c id o s ........... 197

Párrafo IV. Suspensión del derecho de los acreedores de ejecutar individualmente


ai deudor.......................................................................................... 199
132. Fuente legal y alcance de este efecto de la suspensión . ................ 199

ш пчж ш . ШRÌDILA d ec : 460


ÍNDICE

133. Situación de los acreedores hipotecarios y prendarios .................... 200


134. Situación de los créditos con derecho legal de retención en el con­
trato de arrendam iento .......................................................................... 201

Párrafo V. La acumulación de juicios......................*.......................................... 201


135. Cuestión p r e v ia .......................................................................................... 201
136. Regla general de la acum ulación al procedim iento concursal de
liquidación ................................................................................................ 202
137. Excepciones a la acum ulación de juicios ............................................ 204
138. Procedim iento de losjuicios a c u m u lad o s............... : .......................... 204
139. N orm a com ún p ara losjuicios ejecutivos y acum ulación de juicios
ejecutivos iniciados p o r el d e u d o r ......................................................... 206
140. Situación de las m edidas cautelares en g e n e r a l................................. 207
141. M edidas cautelares ante la jurisdicción c r im in a l............................... 207

Párrafo VI. Las inhabilidades............................................................................ 208


142. Concepto y e n u m e ra c ió n ........................................................................ 208

Sección VI. Efectos de la resolución de liquidación en los actos y contratos


pendientes del d e u d o r ................................................................. 209
Párrafo I. Idea de actos o contratos pendientes y su alcance............................... 209
143. Noción de actos o contratos p e n d ie n te s .............................................. 209
144. Alcance de los efectos de la resolución de liquidación en las rela­
ciones jurídicas preexistentes ............................................................... 210

Párrafo II. Situación de los actos y contratos pendientes del deudor................. 211
145. Principio aplicable y sus fundam entos ................................................ 211
146. Efectos de la resolución de liquidación sobre los contratos pendientes
en g e n e r a l.................................................................................................. 213
147. D erecho com parado sobre las relaciones jurídicas preexistentes . . 219

Párrafo III. Consecuencias de la resolución de liquidación en ciertos contratos en


curso de ejecución............................................................................ 222
148. E n u m e ra c ió n ..................................................................................... 222
149. C ontrato de cuenta corriente m e rc a n til............................................. 223
150. Cuenta corriente b a n c a r i a ..................................................................... 224
151. M andato .................................................................................................... 224
152. C ontrato de confección de obra m a te ria l........................................... 227
153. La s o c ie d a d ............................................................................................... 229
154. Resolución de liquidación y títulos-valores d in e ra rio s.................... 233
155. Contrato de arrendam iento y resolución de liq u id ació n................. 237
156. Efectos de la resolución de liquidación en el leasing...................... 240
ÍNDICE

157. Efectos de la resolución de liquidación en el contrato de compra­


venta ......................................................................................................... 243
158. Resolución de liquidación y los cheques girados por el deudor .. . 246
159. Efectos de la resolución de liquidación en el contrato de trabajo . 246

Sección VII. Efectos retroactivos de la resolución de liq u idación ........... 253


160. Aspectos g e n e r a le s .................................................................................. 253

Párrafo I. La legislación concursal y las acciones revocatorias.......................... 255


161. Cuestión p re v ia ............................................. .......................................... 255
162. El plazo de retroacción para el ejercicio de las a c c io n e s ................. 256
163. La acción pauliana civil ......................................................................... 258

Párrafo II. Aspectos generales de las acciones revocatorias concúrsales............. 261


164. Naturaleza jurídica y clasificación........................................................ 261

Párrafo III. Análisis de acciones revocatorias de los actos o contratos de la empre­


sa deudora...................................................................................... 263
165. Revocación de los actos de la empresa deudora. Revocabilidad obje­
tiva ............................................................................................................. 263
166. Constatación de los presupuestos de la acción y actitud de la empresa
d e u d o r a ..................................................................................................... 266
167. Revocabilidad subjetiva ......................................................................... 267
168. Acción revocatoria de reformas de pactos o estatutos sociales . . . . 270

Párrafo IV. Las acciones revocatorias de los actos o contratos de una persona
deudora .......................................................................................... 271
169. Ideas previas............................................................................................... 271
170. Acción destinada a revocar actos o contratos de u n a persona deu­
dora ........................................................................................................... 272
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Párrafo V. El ejercicio de las acciones revocatorias concúrsales......................... 274


171. Disposiciones comunes a todas las a c c io n e s...................................... 274
172. Plazo para interponerlas, sujeto pasivo y procedim iento aplicable . 275
173. Efectos de la sentencia que acoge las acciones revocatorias y recursos
en su c o n tra .............................................................................................. 276
174. Costas y recom pensas por el ejercicio de las acciones revocato­
rias ............................................................................................................. 278
175. Efectos de las acciones revocatorias respecto de terceros ............... 278

Párrafo VI. Otras acciones que pueden intentarse en contra del deudor.......... 279
176. E nu m eració n ............................................................................................ 279

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INDICE

177. La acción reivindicatoría ....................................................................... 279


178. Reivindicación de los títulos-valores dinerarios o “efectos de co­
m ercio” ................................... ................................................................ 280
179. Reivindicación de m ercaderías consignadas al d e u d o r ................... 281
180. La acción resolutoria ............................................................................. 282
181. El derecho legal de r e te n c ió n ........ ..................................................... 284

Capítulo V
LA LIQUIDACIÓN DEL PASIVO EN EL PROCEDIMIENTO
CONCURSAL DE LIQUIDACIÓN

182. Aspectos generales .................................................................................. 287


183. Plan ........................................................................................................... 288

Sección I. La verificación de créditos y alegación de p re fe re n c ia s......... 288


184. G e n e ra lid a d es.......................................................................................... 288

Párrafo I. La verificación ordinaria.................................................................. 289


185. Concepto y a lc a n c e ................................................................................. 289
186. Plazo para verificar ordinariam ente ................................................... 290
187. Estudio de los créditos verificados, su preferencia y ob jeció n ......... 292
188. La im pugnación de créditos ................................................................ 293

Párrafo II. Verificación extraordinaria de créditos............................................. 295


189. Concepto de verificación extraordinaria ........................................... 295

Sección II. El pago del pasivo del concurso ............................................... 296


Párrafo I. Ideas orientadoras generales............................................................ . 296
190. O rden en que se hacen los pagos ........................................................ 296

Párrafo II. Pagos administrativos .................................................................... 297 >


191. Noción de pago ad m in istrativ o ............................................................ 297 g
192. Casos de pagos administrativos de créditos y tra m ita c ió n ............... 298 g
X

Párrafo III. Los repartos defondos para el pago de los créditos........................... 302
193. La propuesta de reparto de fo n d o s ..................................................... 302 ™
194. Procedim iento para el reparto de f o n d o s ........................................... 302 3

Párrafo IV Leí situación especial de algunos acreedores................. ............ ** * 304 ~


195. Situación del acreedor co n d icio n al................................................... .. 304

463
ÍNDICE

196. Situación del acreedor que es a la vez deudor del concursado . . . . 304
197. Situación del acreedor que ha verificado extraordinariam ente . .. 305
198. Situación de los acreedores residentes en el extranjero ................. 305
199. Situación del acreedor que no com parece a recibir su dividendo . 305

Capítulo VI
LA CONSERVACIÓN Y REALIZACIÓN DEL ACTIVO

200. O b je tiv o ............................................................... ............... 307

Sección I. Conservación y administración del a c tiv o ................................. 308


Párrafo I. La incautación e inventario de los bienes del deudor....................... 308
201. Concepto de in c a u ta c ió n ....................................................................... 308
202. Cómo se lleva a cabo la incautación .................................................... 309
203. La facción de in v e n ta rio .......................................................................... 311
204. Publicidad del acta de incautación e inventario. Asesorías del
liquidador y colaboración del d e u d o r .................................................. 311

Párrafo II. La administración de los bienes del deu d o r..................................... 312


205. Objetivo de la a d m in istra c ió n ............................................................... 312
206. Facultades de la adm inistración............................................................. 312

Sección II. Realización de los bienes del d e u d o r ....................................... 313


207. Idea de realización de b ie n e s ................................................................. 313

Párrafo I. La realización simplificada o sumaria ......................................... 314


208. Ámbito de a p lic a c ió n ................................................. ............................ 314
209. Normas bajo las cuales se efectúa la realización su m a ria ................. 315

Párrafo II. La realización ordinaria de bienes.................................................... 318


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210. Idea o rie n ta d o ra ...................................................................................... 318


211. Reglas sobre las modalidades de realización ordinaria de bienes . . 318
212. Ventas al m artillo en la realización de bienes y ad o p ció n del
acuerdo................. ...................................................................................... 320
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Párrafo III. La realización como unidad económica......................................... 321


213. Antecedentes legislativos ....................................................................... 321
214. Procedim iento de enajenación como unidad e c o n ó m ic a ............... 323
215. D eterm inación dei m onto de realización de los bienes afectos a
hipoteca, prenda o derecho legal de r e te n c ió n ................................. 324

464
ÍNDICE

216. Escritura p ú b lic a ........................................................................................ 325


217. H ipoteca y p ren d a legales ...................................................................... 325

Párrafo IV. La oferta de compra d irecta ............................................................. 326


218. D eber de inform ación del liq u id a d o r .................................................. 326

Capitulo VII
LOS ÓRGANOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES

Sección I. Aspectos g en erales.......................................................................... 327


219. Diversos órganos in te rv in ie n te s............................................................. 327

Párrafo I. El tribunal competente........................................................................ 328


220. Rol del tribunal com petente ................................................................. 328
221. Misión del tribunal en el derecho c o m p a ra d o ................................... 329

Párrafo II. Veedores y liquidadores...................................................................... 332


222. Evolución y situación a c tu a l................................................................... 332
223. Los veedores y sus f u n c io n e s ................................................................. 332
224. L iq u id a d o re s............................................................................................. 335
225. Deberes del liq u id a d o r............................................................................ 337
226. Derecho c o m p a ra d o ................................................................................ 338

Párrafo III. La Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento............. 341


227. Noción de S u p e rin te n d e n c ia ................................................................. 341

Párrafo IV. Las juntas die acreedores en los procedimientos concúrsales de liqui­
dación ............................................................................................... 342
228. Ideas generales sobre la ju n ta de acreedores y su ev o lu ció n ........... 342
229. Características de la ju n ta de acreedores ........................................... 345
230. Naturaleza jurídica de la ju n ta de acreedores .................................. 348
231. N aturaleza juríd ica de los acuerdos de la ju n ta de acreedores . . . . 348
232. Im pugnación de los acuerdos de la ju n ta de a c re e d o re s............... .. 351
233. F u n cio n am ien to de las ju n ta s de acreedores: q uorum para se­
sionar .......................................................................................................... 352
234. Asistencia de derecho de voz y nóm ina de asistencia....................... 353
235. Suspensión y reanudación de las ju ntas ............................................. 354
236. M andato para asistir a las ju n tas de acreedores ................................ 355
237. La prohibición de fraccionar los c ré d ito s ........................................... 356
238. Derecho a voto, audiencia para determ inarlo, excepción y limita­
ción de su e je rc ic io .................................................................................. 356
239. L aju n ta c o n stitu tiv a................................................................................ 358

465 V ч ’ * \ i N' ' ч' :


ÍNDICE

240. Atribuciones de la ju n ta constitutiva de a c re e d o re s.......................... 360


241. Competencia de la prim era ju n ta o r d in a r ia ....................................... 361
242. Junta extraordinaria de acreedores y su c o m p eten c ia ...................... 362
243. Requisitos formales de la citación de ju n ta extraordinaria de acree­
dores .......................................................................................................... 362
244. La comisión de a c re e d o re s..................................................................... 363
245. Crítica al sistema de los órganos de los procedim ientos concúr­
sales ........................................................................................................... 364

Sección II. La continuación d e las actividades económicas del deudor . 366


246. A ntecedentes............................................................................................. 366
247. C o ntin uació n provisional de las actividades económ icas del
d e u d o r ....................................................................................................... 368
248. Continuación definitiva de las actividades económicas del deudor . 369
249. Riesgo de la continuación de las actividades ..................................... 371

Capítulo Vili
EL TÉRMINO DEL PROCEDIMIENTO CONCURSAL
DE LIQUIDACIÓN

250. Aspectos g e n e ra le s .................................................................................. 373

Párrafo I. La resolución de término del procedimiento concursal de liquidación .. 373


251. Procedencia y e fe c to s ............................................................................. 373

Párrafo II. Término delprocedimiento concursal de liquidación por acuerdo de reor­


ganizaciónjudicial ......................................................................... 374
252. Procedencia y tra m ita c ió n .................................................................... 374
253. A dopción del acuerdo de la ju n ta de acreedores sobre la p ro ­
puesta ......................................................................................................... 375
254. Vigencia del acuerdo de reorganizaciónjudicial que pone térm ino
al procedim iento concursal de liquidación ....................................... 375

Capítulo IX
PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE UNA PERSONA DEUDORA

Sección I. Procedimiento concursal de renegociación de una persona


d eu d o ra .......................................................................................... 377
2oo. Ambilo de aplicación y 4causales ....................................................... 3/ /
256. Inicio del p ro c e d im ie n to ...................................................................... 378
257. Resolución de admisibilidad ................................................................ 380
258. Efectos de la resolución de adm isibilidad........................................... 381
259. Audiencia de determinación del pasivo ............................................. 384
ÍNDICE

260. Audiencia de renegociación ................................................................. 385


261. Audiencia de ejecución ......................................................................... 388
262. Terminación del procedim iento concursal de renegociación y de
la e je c u c ió n ............................................................................................... 390
263. Término anticipado del procedim iento concursal de renegociación
y e fe c to s ..................................................................................................... 390
264. Recursos contra la resolución de te rm in a c ió n ................................... 391
265. Im pugnación del acuerdo de renegociación o del acuerdo de eje­
cución ........................................................................................................ 392

Sección II. Procedim iento concursal de liquidación de los bienes de una


persona d e u d o ra ........................................................................... 395
Párrafo I. La liquidación voluntaria de bienes de la persona deudora............. 395
266. Procedencia y re q u isito s......................................................................... 395
267. Tramitación de la solicitud de liquidación de bienes y decisión . . . 396
268. Consecuencias jurídicas de la resolución de liquidación de bienes
de u n a persona deudora ....................................................................... 396
269. Límite a la inem bargabilidad de bienes ............................................ 396
270. La determ inación del pasivo ............................................................... 397
271. Las juntas de acreedores en este procedim iento ............................. 397
272. Realización del activo y pago del pasivo ............................................ 398
273. Cuenta final de adm inistración y término del procedim iento . . . . 398

Párrafo II. La liquidación forzosa de los bienes de una persona deudora......... 398
274. H echo revelador de cesación de pagos o “causal” ........................... 398
275. T ram itació n ............................................................................................... 399
276. Revisión, prim era providencia, notificación de la dem anda y au­
diencia ....................................................................................................... 401
277. Resolución de liquidación de los bienes de una persona deudora . . 403
278. A ntecedentes que se envían a la S u p erin ten d en cia......................... 403

Capítulo X
EL ARBITRAJE CONCURSAL

279. La arbitralidad de los procedimientos concúrsales .......................... 405


280. Naturaleza de arbitraje y constitución del á r b i t r o ............................ 406

Capítulo XI
LA INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA

281. Antecedentes acerca de la insolvencia transfronteriza...................... 409


282. Sistemática de la Ley M o d e lo ................................................................ 412
INDICE

Sección I. Disposiciones generales ............................................................... 412


283. Objeto de la regulación de la insolvencia tra n sfro n te riz a ............... 412
284. Ámbito de a p lic a c ió n .............................................................................. 413
285. Algunas definiciones im p o rta n te s ................................ ....................... 416
286. La excepción de o rd en p ú b lic o ............................................................. 418
287. In te rp re ta c ió n ........................................................................................... 418
288. Tribunal o autoridad c o m p e te n te ........................................................ 419

Sección II. Acceso de los representantes y acreedores extranjeros a los tribu­


nales del Estado ............................................................................ 420
289. Acceso del representante e x tra n je ro .................................................... 420
290. Acceso de los acreedores extranjeros .................................................. 421

Sección III. Reconocimiento de un procedim iento extranjero y medidas


otorgables .................................................................................... 421
291. Reconocimiento del procedim iento extranjero. Solicitud y requi­
sitos ............................................................................................................ 421
292. Resolución de reconocim iento de u n procedim iento extranjero . . 423
293. Medidas o to rg ab les..................................... ........................................... 424
294. Efectos del reconocim iento del procedim iento e x tra n je ro ........... 425
295. Medidas otorgables después del reco n o cim ien to ............................. 427
296. Protección de los acreedores y otros in te re sa d o s............................. 428
297. Acciones revocatorias co ncúrsales....................................................... 429
298. Intervención de un representante extranjero en procedim ientos
que se tram iten en Chile ....................................................................... 429

Sección IV. Cooperación con tribunales y representantes extranjeros . . . . 429


299. Cooperación y comunicación directa entre los tribunales ............. 429
300. Cooperación y comunicación directa entre los administradores con­
cúrsales y los representantes extranjeros ........................................... 430

Sección V. Procedim ientos p a ra le lo s............................................................ 431


301. Procedimientos paralelos en diversos Estados ................................... 431
302. A pertura de u n procedim iento concursal con arreglo al derecho
interno de insolvencia después del reconocim iento de u n procedi­
miento extranjero principal ................................................................... 431
303. Coordinación de un procedim iento seguido con arreglo a la ley
concursal chilena y u n procedimiento e x tra n je ro ............................ 432
304. Coordinación de varios procedimientos p a ra le lo s............................ 433
305. Regla del pago de un acreedor pagado parcialm ente en los proce­
dimientos p aralelos.................................................................................. 434
306. Conclusiones sobre la insolvencia tra n sfro n te riz a ............................ 434
ÍNDICE

Capítulo ХП
LOS DELITOS CONCURSALES Y LAS DEFRAUDACIONES

307. Sustitución introducida p o r la Ley № 20.720 ..................................... 437


308. Actos o contratos que producen dism inución del activo o aum ento
del pasivo con ánim o de peijudicar a los a c re e d o re s........................ 437
309. Diversas conductas concúrsales ilícitas relativas a los b ie n e s ............ 438
310. Conductas penales durante el procedim iento c o n c u rsa l................. 438
311. Figuras delictivas aplicables al representante o adm inistrador del
d e u d o r ......................................................................................................... 438
312. C onductas ilícitas del veedor y del l iq u id a d o r ................................... 439
313. V eedor o liquidador que aplica en beneficio propio o de u n tercero
bienes del d e u d o r ..................................................................................... 439
314. Ejercicio ilícito de calidades o funciones concúrsales adm inistra­
tivas ............................................................................................................. 439
315. La persecución penal de los delitos concúrsales y defraudacio­
nes ............................................................................................................... 440
316. Tribunal com petente .......................................................................... .... 440
317. Nuevas tendencias en la configuración y sanción de los delitos con­
cúrsales ...................................................................................................... 440
318. Disposiciones transitorias de la Ley № 20.720 ............................ 444
319. C o n clu sio n es............................................................................................. 446

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