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ItlFORMACIÓN &SOLUCIONES
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La responsabilidad civil
del Profesional liberal
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Responsabilidad civil de los profesionales
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JosÉ LUIS DIEZ SCHWERTER
NATURALEZA Y FUNDAMENTO
DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
DEL PROFESIONAL LIBERAL

CARMEN DOMÍNGUEZ HIDALGO

1. Introducción 1

121
N o cabe duda de que la responsabilidad civil es,
en el presente y por doquier, uno de los tópicos
jurídicos que más interés concitan y que más estudios
han generado. La enorme trascendencia que ella ha
ido adquiriendo como efecto de múltiples causas, entre
las cuales se destacan ciertamente el aumento de los
riesg<?~ en las sociedades modernas y el desarrollo de
una progresiva conci~n_,?:~a ~·esarcit?ria en los ciudada-
nos, resulta hoy evidente ante el incremento de las de-
mandas y, en muchos países, ante el crecimiento cons-
t..1nte de"las indemnizaciones fijadas por ese concepto.
La responsabilidad civil, por efecto de esa impor-
tancia alcanzada, ha resultado absolutamente transfor-
mada en muchos sistemas, en su fundamento, función
y estructura, 10 cual le permite tener en el presente unos
contornos muy diferentes a los que la marcaban en la
época ele la codificación. Ciertamente, dentro de la in-
finidad de temas a los que la responsabilidad civil apli-
ca, uno de los más desarrollados ha sido el de la respon-
sabilidad del profesional, en términos en los que se ha
contigurado como uno de los exponentes más nítidos
de las denominadas responsabilidades especiales.

----------~

Este artículo consigna parte de las investigaciones re:llizada~ dentro del contexto del Proyecto
Fondccyt n.o 1040351-2004.
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civil del profesional liberal

El panorama recientemente esbozado no es indiscutiblemente el chile- 2. Naturaleza de la responsabilidad civil del profesional liberal
no. La responsabilidad civil ha experimentado una cierta evolución, La determinación de la naturaleza de la responsabilidad del profesio-
pero no en los términos antes descritos, pues, en general. ella correspon- nal liberal, entendiendo por tal exclusivamente la determinación del ca-
de a la teoría desarrollada en la codificación y las bases que la informa- rúcler contractual o no del deber de reparar los daños ocasionados a su
ban siguen siendo las mismas que hoy la sustel1tan 2 . Tal es así que la cliente, es, como resulta evidente. una precisión inicial y básica en mate-
leoría expuesta en la materia se sigue construyendo a partir de una visión ria de responsabilidad civil, al mcnos en aquellos que, como el chileno,
dualista de la misma y el fundamento sigue siendo esencialmente la cul- construyen su sistema resarcitorio desde una visión dualista. En efecto,
pa. Su función, en cambio. ha sufrido cierta transformación desde que se admitiéndose desde el inicio que exislen dos regímenes distintos que otor-
le ha configurado, en el tiempo. con un acento fundamentalmente repa- gan diferente trato a [os eventuales partícipes de la acción reparadora-
rador.
responsable y víctima- deviene vital la calificación que corresponda,
En cuanto a la responsabilidad civil profesional. aunque ha existido teóricamente y con apego al derecho, a la acción indcmnizatoria que se
un aumento claro de las demandas en materia médica, las sentencias con- pretenda intentar.
denatorias son todavía escasas y el desarrollo doctrinal es a(¡n incipiente. Por otra parte, la determinación de su nalUraleza pareciera, a primera
No obstante, en la medida en que la globalización tiende a imponer con- vista, una cuestión sencilla de resolver si se tiene presente que la relación
cepciones y criterios también ell el ámbito jurídico. en términos en los entre el profesional y el cliente surge normalmente desde el consenti-
122 que las evoluciones habidas en otros sistemas tienden a reproducirse en miento. Por lo mismo, una aplicación muy bC:lsica de los principios que 123
otros, en particular, en aquellos que le son por tradición afines, no cabe informan toda la teorfa del negocio jurídico en Chile. permitiría sostener
duda de que este tópico específico de la responsabilidad civil irá adqui- que. existiendo consentimiento, no corresponda, sino hablar de conven-
riendo importancia. ción y que, destinada esta a generar derechos y obligaciones entre ambas
partes, no pueda, sino entenderse que existe un contrato.
Todo eHo obliga a plantearse, desde ya, los principales problemas que
De ahí que la doctrina nacional -encabezada, como es obvio, por
ella sugiere. Al fin y al cabo, si la función del derecho es estar atento a la
Alessandri- se adhiera a esa primera conclusión de un modo conteste.
tutela de la persona y la responsabilidad civil se erige cada día m<Ís como
"La responsabilidad de un médico, cirujano, dentista o matrona por los
un buen mecanismo de concreción ele la misma, el deber de profundizar
daños que cause al paciente que ha contratado sus servicios, ya por negli-
en la misma se impone.
gencia O imprudencia en su cuidado ( ... ) es contractual" afirma el referido
Ahora bien, el tema que se propone abordar dentro de la responsabi- autor3 y, la misma afirmación que extiende más adelante para los "aboga-
lidad profesional es ciertamente muy complejo y, por lo mismo, de entra- dos, procuradores, arquitectos, ingenieros, agrónomos, enfermeros y demás
da se debe advertir que no se pretende despejar las innumerables cuestio- profesionales por los peljuicios que causen a sus mandantes o clientes
nes que los temas de la naturaleza y el fundamento de la responsabilidad con el incumplimiento de las obligaciones que hayan contraído para con
civil del profesional liberal plantean, sino que simplemente se persigue, ellos en virtud de un contrato ele mandato, de trabajo o de arrendamiento
por un lado, mostrar la realidad del debate en el sistema chileno y, por el de servicios o de lIna estipulación a favor de otro"·I, también es contractual.
otro, dejar planteadas los interrogantes que, en opinión personal, ella su- Esa responsabilidad se gobernaría por los principios que emanan ele la
giere. aplicación de las reglas del mandato (e.e., art. 2118) y, en lo que no
fueren incompalibles con aquellas, por las del arrendamiento de servicios
A esto, entonces, estará dedicado este trabajo, en el cual se sigue el
inmateriales (e.C .. art. 2012) Y así también lo ha entendido la jurispru-
mismo orden de presentación. Primero, se hará referencia a las cuestio-
dencia chilenas.
nes relativas a la naturaleza y, luego, a las del fundamento.

Vl 3 All!ssandri. 01' la r,'sl'ollsabilidad exlmco/Jlrac/{I(¡/ el! el def<'dw ciril dlilello. Imprenla Uni-
Vl
(j) 2 Sobre el est'H.lo m:lual de la responsabilidad o:u Chile. Véase el artículo: Domíngm:z Hidalgo. versitaria. Santiago: 1l)·B. n.o 4:2. p.75. (j)
ro {.os prilld{lios <¡l/e h(¡¡mll/m fa I"<'.\'{J(!/!.I'ilbilida,{ ell c/ Códig(J cidl: I'l'rsión origIllal y !/!in;"a 4 Q
Akssandri. Oc lo 1<!.I'flO/l.whilidad. ... 01'. cit .. n. ·U. p.79. ro
e r!d pr.:I'C/II1'. En: So:s'IUicO:lIlo:nario del Clídigo Civil do: Andrés \3ello. Pasado, Pre~cnlO: y FUIlI. Curto: dI! Apdacioncs de San Migud. 15 dI! abril de 199:2. Gacel:llurídica 199:2. n.o 143. p.76. e
ro do: la Coditicacioll. Obra colectiva. t. JI. Ll."xisNexis. S:mliago: 2005. pp. 817 Y ss. considerando 7.
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civil del profesional liberal

Esa misma lectura es sustentada, de entrada, por ciertos autores en delictual o cUé1sidelictual como -de un modo tajante- se ha enlendido
Francia o España al sostener que la responsabilidad civil del profesional que se produce cada vez que se está ante la responsabilidad de los médi-
es contractual por regla general, en cuanto debe aplicüJ'sele el derecho cos, cirujanos, dentistas, farmacéuticos y matronas, cuyo hecho puede
común como afirma Le Tourtlem{'. constituir un delito o cuasidelito prescrito en el artículo 490 del Código
Penal. En tal caso, según se ha sostenido, la víctima tendría a su disposi-
Con todo, la conclusión impuesta por la lógica dista mucho ele ser la ción tanto la acción derivada del contrato como la del delilo o cuasidelitox•
que finalmente recogen todos los sistemas y, entre ellos, el chileno.
El mismo problema se plantea en general en la responsabilidad deri-
vada del contrato de prestación de servicios médicos, considerado por
2.1. Factores que complican la determinación de la naturaleza muchos como una típica hipótesis de zona fronteriza o gris, donde el pa-
de la responsabilidad del profesional ciente podría recurrir perfectamente a las reglas extracontractuales<J y dOll-
En efecto, varios factores contribuyen a hacer del tema uno complejo de, en definitiva, el problema de la concurrencia de responsabilidades,
y, en lo que es más imporlanle, incierlo. El primero proviene del hecho de mal denominado cúmulo, despliega toda su importancia lO •
que la relación que surge con el cliente no siempre emana del consenti- '~ Un tercer factor viene determinado por las situaciones de dependencia
miento. Así acontece cuando el profesional presta sus servicios "como - -~o no con otra entidad en la que se pueda encontrar el profesional, lo que
amigo, por caridad o espíritu de beneficencia", sin ningún afán de lucro o ha determinado toda una suerte de distinciones, por ejemplo, en materia
124 cuando, tal como lo señala Corral7 , haciendo una interpretación extensiva de responsabilidad médica " . Así, se suele distinguir enlre la responsabili- 125
del artículo 2122 del Código Civil, no existiendo consentimiento concu- dad civil personal del profesional de la salud y la responsabilidad civil del
rran respecto del interesado los supuestos de la agencia oficiosa, centro asistencial (hospitales y clínicas), afinmíndose que si la primera es
generalmente contractual, la del segundo es extracontractual, bien sea
Del mismo modo, ese es el marco en el que se desarrolla la relación
objetiva por falta de servicio en el caso de una entidad pública, o como
del profesional con su cliente cuando ella emana de una imposición legal
tercero civilmente responsable en virtud de la que incumbe al empresario
como, por ejemplo, cuando el Estado designa a un abogado de turno para
por el hecho del dependiente (cada vez también más objetiva)tz.
quien no puede pagar uno. En términos generales, además, es lo que su-
cede cada vez que la relación entre el profesional y el paciente o cliente Hay quienes inclusive en este último caso, consideran que la respon-
no es nacida de un vínculo jurídico previo como acontece, por ejemplo, sabilidad del centro asistencial por el daño causado por sus auxiliares
cada vez que la intervención médica se efectúa, entre otras, sin el consen-
timiento del paciente que es el supuesto que se da cuando este ílltimo está
imposibilitado de otorgarlo (en situaciones tales como de inconsciencia o 8 Así lo sostiene Aless<lndri, or, cil., n.o 42, p.77.
9 Es lo que, en definitiva, sostiene Santos Briz. cuando argumenta que, aunque entre el médico y
de capacidad disminuida). su paciente existe un contrato de servicios, y el incumplimiento del primero genera daños a los
bienes de la persoll<llidad del paciente cabe aplic~u'las reglas extraeontraetuales para decidir si
Igualmerlle cuando el paciente emitió su consentimiento para una in- existe el deber de reparar. Santos Briz. La rl.'spol!Sabilidad cil'il. Derecho sl!SIallliro y derecho
tervención médica determinada, pero en cuyo transcurso surgen nuevos procesal. Madl'id: [981. p. 715.
hechos que implican la necesidad de ampliar tal autorización. En todos 10 Sobre el problema de la concurrencia de responsabilidades en Chile. vid. Alonso. EI/Jlv!JJc/IIa
de la COIICIII'/'':lIda de n:spolIsabilidades. Perspectiva del derecho chileno. tesis de licenciatura.
estos casos, la naturaleza de la responsabilidad es naturalmente Pontilicia Universidad Cu\ólica de Chile. Santiago: 2003 y en prensa en LexisNexis. En el
extraconlractual o aquiliana. derecho comparado, vease, Cavanil1as y T¡lpia. La COIICIII'/'t'lIcia de la respolIsahi/idad collfrac-
IlIal y eXlmCol/lrar:lllal. 7hualllielllo Sllstalllil'O y procesal. Editorial Centro de Estudio$ Ra-
Un segundo factor proviene de la circunstancia de que, aun existiendo món Ar.:'ees S.A., Madrid: 1992; YzquierdoTolsada. Sis/emade respo!lSabilida¡{ dl·il. COIllrac-
lila! J' ex/mcon/racllml. Dykinson, Madrid: 2001, p. 99 Y Domíngu<!z Hidalgo. El d(//10 /IIoral.
consentimiento, su calificación puede concurrir con su posible carácter Editorial Jurídica, Santiago: 2000 [2003], pp. 593 Yss.
1¡ Sobre el 1<:l11a general de! profesional liberal en r.5gimen de dependencia. v¿ase Yzquierdo
Tolsada. Lal<?~1)o!lSabi/idad cMI del profesional liberal. Madrid: 1989, pp. 65 Y ss, ¡ -',
') ., )
12 Una sentencia d<! la Corte de Apelaciones d<: Santiago. conde!lü por responsabilidad
6 L.: Touflleau so~ticne que las reglas de der.:'cho común le son ph:'nameme aplicables y que solo <:xtracontractunl al s<:fvicio de salud como tercero civilmente r<!sponsnble -empresario por
<fl <fl
en cienos ca;;os e~a calificaeiün recibe inlkxiones. Le lourIlcau, Rt'sf'ollsabi/itc eil'ile hecho médico dcpendient<!- para que pagara el daño emergente, lucro cesante y 10.000.000 de (])
.'!!
ro pmfcsiVlllldle. Dalioz. Parfs: 2005, p. 11. pesos por dano moral por repcrcusión o rebote debido a la disminución de las manifestacioncs ro
e 7 Corral. 1-1. Lecciolles de rt'spoIIsa/¡ilid(/d eh'U eXlraclllllmcwal. Editorial Jurídil'a, Santiago: vitaks de una lIlujer por paro cardiorrespiratorio derivado de anestesia epidural mal aplicada. e
2003. p. 175. La cond<!na fue solidaria.
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civil del profesional liberal

puede sujetarse a las reglas contractuales, porque cuando este como deu- En erecto. dc existir un mismo régimen resarcitorio rara los daños o
dor se vale de la acción de tcrceros para desplegar su actividad y, por de entender quc. C01110 lo propugnaba la doctrina clúsica elel siglo XIX
ende, se beneficia de sus servicios, debe responder de los daños que ellos encabezada por Lefebre, se debe descartar esa distinción, [a variedad de
causen. Como ello no se encuentra expresamente dispuesto en la ley, ca- respueslas posil;:llcs en el tema no tendría importancia: víctima y respon-
bría aplicarle [as reglas generales del incumplimiento, artículos 1545 y sable se sujetarían a unas mismas reglas y, por ende, los riesgos de ralta
siguientes o en España 1101 Ysiguientes, ambos de [os respectivos códi- de certeza jurídica serían mínimos.
gos civiles lJ •
E[ problema proviene, por tanto, de lilectura dualista que tradiciona[-
El cuarto factor proviene del imperio del principio pro dmJllwlo que mente se ha otorgado a la responsabilidad civil y que. en el sistema chile-
marca la responsabilidad civil del presente y que determina que, muchas no, es uno de los pilares en los que se asicnta la misma.
veces, ante la posibilidad de dejar sin reparación a la víctima o, a una
M<Í.s aún. pcse a la evolución acaecida en ciertos aspectos de [a res-
desmejorada, la calificación dogmática de [a misma sea desplazada por
ponsabi[idad civiL el sistema chileno sigue reproduciendo esa concep-
aquella que en la práctica parece más conveniente a[ peljudicado. Esta es
ción pues, en general, se mantienen intactas todas las diferencias entre la
la que más incide y más fuente de incerteza implica, pues supone el juego
responsabilidad contractual y extracontractua[ planteadas en la versión
en la calificación de la acción, propio de las restricciones que plantea una
c[,-í.sica por la teoría dualista de Sainctelette l (,.
aplicación estricta de la visión dualista de la responsabilidad.
126 De este modo, sucede que, afirmándose que la relación entre médico y
ASÍ, no se ha producido una revisión general a la situación en la que 127
queda la víctima y, por tanto, a lajusticia o lógica de la existencia de dos
paciente es contractual se la califique de extracontractual respecto de la
regímenes resarcitorios tan distintos. Antes bien, subsisten en Chile una
cadera incorrectamente operada fundándose en que "respecto de la se-
larga lista de diferencias de régimen que determinan que [a respuesta sea
gunda cadera no se solicitó el consentimiento de la cónyuge del paciente
radicalmente distinta. De esta forma. se mantienen aquellas existentes en
(... ) y. por lo mismo, [a operación indebida de la cadera izquierda resulta-
cuanto a la prueba de la culpa que determinan que, si en el ámbito
ba ajena a todo contrato, obligación o vínculo preexistente (. .. )"1-1. Igual-
extracontractual, se debe probar este comportamiento subjetivo por la víc-
mente, a pesar de haberse demandado como extracontractual se le califi-
tima, en cambio, en el contractual, a partir elel artículo 1547 del Código
que como contractual porque. después de haber sido sobreseía la querella
Civil se presume culpable todo incumplimiento, presunción que, además,
contra el profesional dentista, el tribunal, tras afirmar que "es culpa pro-
se sostiene aplicable a todo contrato. En consecuencia, si el responsable
fesional aquella en que suelen incurrir determinados profesionales como
se quiere liberar de esa presunción tiene sobre sí el deber de probar su
los médicos. dentistas, abogados. etc. Y que esta se clasifica en contrac-
diligencia, caso fortuito o culpa de tercero.
tual y delictual o cuasidelictual", acto seguido, sin embargo, varía la cali-
ficación efectuada por el demandante. Esto por cuanto entiende que no En materia de culpa, además, se distingue entre [a graduación de la
existiendo responsabilidad criminal "en los términos de un cuasidelito negligencia que marca la responsabilidad contractual, como resulta de la
penal resta solo examinar si existe responsabilidad contractual"ls. relación de los artículos 1547, en concordancia con el artículo 44, ambos
del Código Civil. A ello se opone la prescindencia de distinción alguna en
el seno de la culpa aquiliana donde toda negligencia es sancionada, por
2.2. La importancia de la calificación viene determinada
mínima que sea, como se infiere de las reglas resarcitorias en materia
por un dualismo estricto
contractual, entre ellas, de los artículos 2314 y 2329 del Código Civil,
Llegados a este punto, y advertidos entonces del conjunto de distincio- que fijan el deber de reparar los daños causados a partir de [a culpa, sin
nes que se deben hacer para poder otorgar una respuesta a la pregunta re- introducir matiz alguno,
lativa a la naturaleza, conviene volver sobre la importancia de la cuestión.
En cuanto a la extensión del deber de indemnizar, en la responsabili-
dad extracontractual es plenamente aplicable el principio de reparación
Ul
()) lJ Véa~e el de~arrol1o de eSla argumentación cn cllibro de IlCluierdo Tolsada. La ¡<.'sfI(}}¡,I'abilidad Ul
(})
ro cidl d<!l profesional li!Jeral. ol'. dI .. pp. 75 a 77. ro
e I..J- Cone Supremil. 20dejnnio dc 1996, rallos del mes.n.°..J-51. 19%. pp. 122S y ~s. 16 Sobro.! la cuc~liün. vid. el anículll de Domíngucz I-Ih.lalgll. Los principios que iuj;>mwu la r,'s. e
15 Cone de Apelacioncs de San t'I.·liguel. 15 de abril dc 1992. antes citada. considerando 5. 1'001.\·uiJifidlld eH el Cúdigo Cid!.. .. op. cll .. pp. R26 a SJJ cn parlic'uIar.
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civil del profesional liberal

integral del peljuicio, de todo daño y de la forma más absoluta: en la !!eneral en cuanto a obligaciones con pluralidad ele sujetos: la solidaridad
responsabilidad contractual, en cambio, el referido principio solo recibe ¡¡ene que ser pactada. Así se obtiene de los artículos 1511, inciso 1.° y
una consagración parcial, pues la reparación únicamente alcanza a los 1526. inciso 1.° del Código Civil.
daños directos previstos si se actuó con culpa. Solo es integral, y, por lo
tanto, completa. en el caso de dolo, como resulta del artículo 1558 del Por último, subsisten también las diferencias relativas a la exigencia
Código Civil, pues se debe responder por los peljuicios directos previstos de constitución en mora l7 • Así mismo, los plazos de prescripción de la
e imprevistos. acción de indemnización de pCI:juicios siguen siendo distintos'~J.

Dclmismo modo, las modificaciones convencionales del deber de res- En lo que a la responsabilidad del profesional liberal respecta, si bien
poneler son perfectamente posibles en el ámbito contractual elonde las es cierto que todas interesan en cuanto determinan diferencias concretas
partes son libres para introducir cláusulas modificatorias de la responsa- que son tomadas en cuenta a la bora de indemnizar, dos ,son vitales y
bilidad, consistan ellas en agravar o atenuar la responsabilidad, como cla- determinantes. Primero, la relativa 11 la extensión del eleber de indemnizar
ramente se obtiene de los artículos 1547, inciso final y 1558, inciso final, que establece que si se califica de contractual no todo daño directo sea
que dejan entregada, en primer término, la regulación dc las consecuen- indemnizable, sino solo el previsto. A ella se añade, en segundo término,
cias del incumplimiento a las partes. En cambio, en la responsabilidad la carga de la prueba de la culpa, aplicada estrictamente en Chile, por
extracontraclUal, al no existir oportunidad previa para acordar naela, pues ejemplo, en materia de responsabilidad médica ',).
128 como bien lo expresa la fórmula "[as partes se conocen las caras por el 129
hecho ilícito", esa intervención anticipada de la va [untad de víctima y Con toelo, algunas señas de incipiente giro se pueden encontrar, nota-
responsable en las consecuencias del hecho ilícito resulta imposible. blemente, a través de la recepción ele la reparación del daño moral en sede
contractual, principio ya sentado por la Corte Suprema en una doctrina
También subsisten, en términos generales, las diferencias relativas a
jurisprudencial contundente y sólida20 • De ese modo, una de nuestras
las formas de exoneración de la responsa-
mayores diferencias de régimen que, desde 1917, hacía plenamente pro-
bilidad pues, en la extracontractual, ellas La deformación cedente la indemnización de esta partida de perjuicio en sede
son en cierto modo admitidas respecto del progresiva extracontractual, pero no en la contractual, ha desaparecido en términos
principal en los casos de responsabilidad del sistema clásico tales que al menos esa parle del principio de reparación integral ha sido
por hecho ajeno, como resulta del artículo si bien es acogida por el derecho chileno contemporáneo.
2320, inciso 5.°, que permite al eventual
comprensible para
tercero civilmente responsable liberarse del
deber de responder por los daños causados
quienes fueron
por el aulor directo, si prueba que, aunque abriendo puertas 17 Requcrida por el artículo 1550 del Código Civil y solo existc mora desde la interpelación

hubiese desplegado toda su diligencia y en pro de una efectuada por el acre(!dor al d(!udor, salvo los SUPU(!stos de mora automática (C.c., nrt. 1551.
n.o I y 2). Ello no se requiere. en cambio. en maleria extracontracllml la mora se produce
cuidado, el hecho ilícito no habrra podido mejor tutela preciSmn(!llle en el momento en que tiene lugar el <lcto ilícito. pues es la consecuencia dañosa
ser evitado. Así, en especial, el empleador de la persona, no 1<1 que constiluye en mora al responsable.
18 En la responsabilidad contractual: cinco niíos desde que la obligación se hizo exigible, que
se puede liberar de la responsabilidad por parece admisible normalmente correspo11l1e con la cel\!bración del conlrato al ser pura y simpl\!. Se des¡lro::nde de
el hecho del dependiente si demuestra que actualmente la regla general de prescripción de las acciones personales ordinarias contenida en el artículo
2515. inciso 1.°: la e:i.tracontr;\Clual. en cambio. pr<::scribe a los cuatro ailos contados desde la
actuó con la debida diligencia. La respon- en Chile perp<::tración de! aelo según lo ordena e:i.presamenh: e! artículo 2332 de! Código Civil.
sabilidad contractual, en cambio, es siem- 19 Sentencia de la Corte de Apelaciones de San Miguel. 1992, antes citada. que. des]mcs do.) apun-
pre incondicionada, pues el deudor no tiene cómo liberarse de la misma. tar a que a los profesionalc~ -como los delllista~ en el caso- Se les aplican las regla~ del
mandato en su eonsid(!rando S. establece "que en la cspecie -acorde lo seilalado- la prueba
La especie de responsabilidad que surge en el caso de daño causado de la C\\!p.! dd lllilod:\Iario (,,,) eS!:! sujela a las normas generales del d<!reeho com(m, o ~ea. que
basta que el mandante. esto es el actor L.) pruebe la e:i.islem:ia de la obligación incumplida
por pluralidad de autores, es también distinta desde que, en el asunto de la para que se presuma o entienda que dicho incumplimiento ha sido culpable. En seguida incum-
responsabilidad extra contractuaL ella es solidaria en virtud de lo dispues- birá al mandatario que pr.::tenda e:i.imirsc ti.:: la responsabilidad probar que hubo caso forwiltl o Vl
Vl
fuerza mayor en la especia. no hubo Il.::gligencia en los cuidados que prestó a su diente. Iodo GJ
~ to por el artÍCulo 2317 del Código Civil. La responsabilidad contractual,
ro dio acorde con lo prescrito en el articulo Ij·17 dd Código Civil"·. ro
e en cambio, es simplemente conjunta o mancomunada, dado que no existe 20 So!Jri'! el daño moral deri\'ado de contralO en detalle, vid. el libro de Domínguez Hidalgo. El e
,
norma que imponga la solidaridad y, como es bien sabido, esa es la regla c!(II!Ol/loral. op. eit.
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civil del profesional liberal

En otras palabras, -esta última- es una distinción que en la actua[i~ No existiendo en cl ordenamiento chileno una regla que resuelva la
dad se puede sostener de forma suprimida, [o que constituye un evidente procedencia o no de la concurrencia, la respuesta ha quedado entregada a
progreso de! sistema en la defensa de la persona. Con todo, siempre que la jurisprudencia. Y esta última se ha pronunciado desde siempre por el
se mantenga en sus adecuados cauces. rechazo a la concurrencia o acumulación, sosteniendo entonces [a impo~
sibilidad que tiene el peljudicaclo para eludir el régimen contractual si los
Por otra parte, quiz<Ís sea este el inicio de una revisión general de la
daños que reclama se han producido por la infracción de un contrato de-
distinción que parece imprescindible. Incluso se puede en;ontrar algún
bidamente suscrito. El recurso a la responsabilidad extraconlractual solo
cuestionamiento reciente en lajurisprudencia precisamente en aquella que
es factible cuando entre víctima y autor del daño no exista una previa
ha terminado por sentar el principio de plem\ reparación del daño moral
relación obligatoria o, cuando existiendo, los peljuicios -invocados no pro~
en el ,ímbito contractual y, en [o que es de interés, centrada en la respon-
vengan de su incumplimiento.
sabilidad civil del profesional liberal.

Así, se señala: " ... que aceptar Ull distinto tratamiento en sede contrac- En otros términos, la jurisprudencia, apoyada por la doctrina, ha aco-
tual y extraconlractual en la materia que nos ocupa, conduce a situaciones gido la teoría de la absorción o incompatibilidad, fundándose en la idea
absurdas, como sucede en los casos de responsabilidad profesionalmédi- de que la existencia de dos regímenes resarcitorios en [a ley, determina
ca, en que no resulta equitativo que si no existe vínculo contractual entre que la acción ejercida en conformidad a uno de ellos comprenda una pre~
tensión absolutamente distinta al que resulta de la otra. Así, la doctrina se
130 el médico y su paciente proceda la indemnización del daño moraL pero
no si esa relación existe, cuando se ha contratado por este los servicios de ha adherido a la opinión de Alessandri -cuya palabra ha sido considera-
131
aquel. El citado artículo l556 del Código Civil, como ya quedó estableci- da siempre ley en materia de responsabilidad-, quien sostenLa que: "La
do precedentemente, no limita la reparación en materia contractual al daño infracción de una obligación contractual, cuasi contractual o legal da ori-
emergente y al lucro cesante, desde que no excluye al daño moral"l'. gen a la responsabilidad contractual únicamente: el acreedor cuyo deudor
viola su obligación no podría demandarle peljuicios por esta violación
Con todo, a excepción de esta <Írea de aproximación, las diferencias se con arreglo a los art[culos 2314 y siguientes del Código Civil (... ). Admi-
mantienen, en especial aquellas que parecen de mayor incidencia en la tir que el acreedor pueda prescindir elel contrato y perseguir la responsa-
situación de la víctima y tales como la extensión del deber de indemnizar bilidad del deudor fuera de sus términos, con arreglo a los artículos 2314
y la prescripción, en este último COIl diferencias no tan siderales como en y siguientes, sería destruir la fuerza obligatoria de la convención":!:!.
otras legislaciones, aunque, es sabido que un día de diferencia puede im-
portar muchísimo para quien debe ejercer un derecho. y esa inadmisibilidad de la concurrencia -mal denominada cúmu-
lo- rige, y esto es lo que interesa a efectos de este trabajo, incluso si se
cstá ante una culpa profesional. "La misma solución debe darse aunque la
2.3. Consecuencias del dualismo: el problema de la concurrencia inejecución del contrato sea imputable a cidpa profesional del deudor,
esto es, a la omisión de los deberes esenciales que le impone la profesión
De este modo, la cuestión de la concurrencia de responsabilidad o del
que ejerce. Desde que el profesional contrató sus servicios con el cliente,
mal denominado "cúmulo" de responsabilidades sigue siendo una cues-
incorporó esos deberes al contrato (... ). Luego, la violación ele esos debe-
tión vital en la que el derecho sigue respondiendo del modo chIsico y que
res importa la violación ele una obligación contractual; si es así, la respon-
cobra vital importancia a efectos de la responsabilidad profesional.
sabilidad no puede ser sino de esta especie"]). En el mismo sentido se
Lo anterior determina que el problema pn.íctico que existe tras la con- pronuncia la unanimidad de la doctrina naciol1al~·I. Y esa ha sido también
currencia ele responsabilidades y que se plantea cada vez que a la víctima la doctrina ele lajurispruelencia25 •
le es más conveniente situarse en uno u otro tímbito, atendida las diferen-
cias del régimen resarcitorio, sea todavía de fundamental interés.
U) 22 A!cssandri, op.cit. p.-l6. U)
Q) Q)
~3 Alessandri, 01'. ei\., n.o 50.
ro 2-1 1\kza Barros. Abdillk: Tomasdlo. 1-1 .. e!llr~ otro~. ro
e 21 C(1rl~ Suprema. 5 de l10vklllbre d~12001. En: R~\'ista de Derecho y Jurisprudcllci;l, lo 9S. sec. 25 Corte Supr~ll1a. 30 deju!io de 1991. En: Revista de Dcr~ehll. t. SS. sec. l.". p. -10 Y las senten- e
l.'. pp. 23-1 Y ~s. cias en nota rckridas a esa sentencia.
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civil del profesional liberal

La respuesta a la cuestión de la concurrencia es ciertamente mayorita- 2.4. Los problemas que plantea la distinción determinan
ria. Con todo, en algunas sentencias pronunciadas en materia de acciden- su revisión en )01 materia
tes del trabajo y, en lo que interesa en materia de responsabilidad médica,
se asiste a una cierta recepción progresiva de la teoría de la opción, esto Como resulta de todo lo anteriormente rc1'erido. la calificación entre
es, que la víctima tiene libertad para elegir el cauce reparador. Ello no ha contractual y extracontractual plantea especiales dificultades en materia
sido formulado expresamente, sino en contadas ocasiones. Por todas, en de responsabilidad del profesional, desde que su aplicación no es nítida,
la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, del 28 de enero de en muchos casos el quehacer profesional constituye una zona fronleriza.
199Yr, que resuelve que la existencia de una relación contractual no impi- Adem,-ls, su aplicación estricta puede conducir a resultados aun peores
de "que el actor (pueda) acogerse a las disposiciones relativas a la respon- que los que se quiere evitar.
sabilidad extracontractual para lograr la satisfacción dc las pretensiones
formuladas en la demanda". En efecto, en muchos casos, los daños producidos por la negligencia
profesional alcanzan no solo a su cliente, parte del contrato de servicios
Con todo, su impacto en la comprensión general que de esle problema profesionales, sino a terceros. Es 10 que acontece, por ejemplo, en el caso
tienen la doctrina y la jurisprudencia ha sido escaso por no decir nulo, lo de la responsabilidad médica cuando, a consecuencia de una intervención
que se explica por la ausencia en ella de fundamentación a tal lectura. quirúrgica negligente para restaurar una lesión muy específica en la co-
Cabe decir, además, que la teoría del concurso de normas que enticnde lumna, se producen perjuicios no comprendidos dentro de las secuelas
132 que, ante los supuestos fronterizos de responsabilidad corresponde al tri- propias de la operación efectuada como cuando queda incapacitado de 133
bunal decidir la cuestión, en conformidad al principio iura l/ovil clIria sin por vida por pérdida de movimiento en ambas piernas.
estar ligado por la calificación de ellos que haga la víctima, permanece
absolutamente desconocida en la jurisprudencia. En tal caso, respecto del paciente, siguie-ndo la calificación
mayoritariamente asignada a la responsabilidad profesional, ella sería
Por otra parte, desde la óptica dogmática, ello no parece cuestionable,
considerada como contractual. En cambio, si el paciente muere como con-
en la medida en que esa solución es la única que permite mantener la
1: secuencia de esa intervención, el daño producido respecto de su cónyuge
coherencia interna del régimen dualista de reparación de los daños que se
II , defiende. En efecto, si toda la responsabilidad civil se ha construido a
partir de una distinción que se sostiene justa y fundada, es absolutamente
e hijos, se debería determinar en conformidad a las reglas extracontrac-
tuales. Paciente y terceros quedan sometidos a un régimen resarcitorio
radicalmente distinto cuando, en verdad, la responsabilidad del médico es
I ilógico que, luego, se permita a la víctima desentenderse del régimen
resarcitorio que, en aplicación de esa distinción, debe ser aplicado. exactamente la misma y se debiera juzgar por unas mismas normas y
principios27 .
Por el contrario, si ese esquema de la reparación se revela con el tiem-
po carente de esos fundamentos, y aparece, incluso, injusto para la vícti- De ahí que varios autores como Viney2S en Francia o sistemas como,
!i ma, resulta evidente que lo pertinente sea su revisión, pero no por vía de por ejemplo, en el argentino donde así se ha abogado en conclusiones de
permitirle a ella eludirlo, sino derechamente por el cuestiona miento de su varias jornadas de derecho civil, se esté propiciando la elaboración de un
subsistencia. En otros términos, si el desarrollo presente de la responsabi- régimen especial o autónomo que "atienda a la importancia o trascenden-
lidad hace ostensible cuán injusto e ilógico parece admitir que la víctima cia de la actividad,,29 y que supere la distinción entre la responsabilidad
tenga plena reparación si el daño se ha producido como consecuencia de contractual y extracontractllal, entendiendo que toda la responsabilidad
un hecho ilícito, pero, en cambio solo tenga ciertos aspeclos de la misma
si se encontraba ligada por un contrato con el responsable -contrato que ---~-~--

no fue objeto de ninguna negociación entre ellas, sino de una imposi- 27 Asílo resalta Vincy. Tmit¿de Droil Ciril flarGllestin. f¡¡lrodUí'/iOI1 a la Ivspol1sabililé, librairie
ción-, (o lógico es que se proceda a su íntegra revisión y no a hacerlo gél/,>mle ch' dmil et de jurisprudente. París: 1995. n.o 243. p. 446.
28 Viney. Trait,> de Dmit Cil·il.... op. cit.. n.o 2-14. pp. 447-450.
subsistir por el simple peso de la tradición. 29 Son ¡as palabras con las que se apunta la necesidad de crenr un régimen especial de responsa-
Vl
bilidad para los profesionales. expresadas en las 1 Joroadas Provinciales de Derecho Civil.
~
fU reali¿adas en l\'lcrcedes, provincia de Buenos Aires (Argentina). el 8 de agosto de 1981, seglÍn
e refieren Altcrilli y López Cabana. Telllas de respollsabilidad eh·i!. Ediciones Ciudad Argentina.
26 Gaceta n.o 151. pp. 5-1. BucllosAires: 1995. p. 179.
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civil del profesional liberal

dc los profesionales debc estar somctida a un mismo régimen, sca que el muy próximas al modo en quc el COflllJlOll!OH' enfrenta los peljuicios. A lo
daño afecte a una de las partes o a un tercero J (¡. anterior se agrega el quc, en Roma. la noción dc culpa, tal como se enticn-
de, no llegó a aceptarse. sino Illuy tardíamente.

3. Fundamento de la responsabilidad civil del profesional El fundamento subjctivo en torno al cual se construía la responsabili-
dad civil cn la codificación decimonónica, resultará completamente trans-
Tanto en Chile como en los restantes sistemas jurídicos de codifica- formado en los países más desarrollados en la matcria. por inllujo de los
ción decimonónica, el fundamento de la responsabilidad civil regulada en graves obstáculos que la culpa plantea a la necesidad de conceder repara-
csos cuerpos legales es indiscutido. En efecto, de ellas resulta ostensible ciones a las víctimas. En razón de ello, la exigencia de culpa se irá pro-
quc la existencia de culpa, o en su caso en el dolo, es decir de un compor- gresivamcnte debilitando hasta llegar, en muchos casos, a ser suprimido
tamiento subjetivo determinado dcl ofensor son la razón del por qué se mediante el expediente de la objetivación. De este modo, como lo expre-
debe reparar. san la mayoría de los autores, del principio recogido en todos los códigos
Por ello, no ha existido debate alguno en la doctrina general -y la decimonónicos -siguiendo al dc Napoleón- de que "no hay respon-
cátedra chilena sigue repitiéndolo así-, en cuanto a que el fundamento sabilidad sin culpa" se ha llegado al de que "tocio daño debe ser indemni-
de la responsabilidad civil es la culpa o el dolo. Solo se excepcionan los zado".
pocos casos de responsabilidad objetiva. Tal es así que la máxima obra
134 existente en esta materia, como lo ha sido la de Alessandri, lo afirma en
Esa evolución está lejos de haberse producido en Chile con esos al-
cances y la responsabilidad sigue, en general, incardinada en la culpa,
135
términos categóricos: "La responsabilidad subjetiva, la responsabilidad a
aunque, con todo, en varias áreas riesgosas la responsabilidad objetiva ha
base de culpa, que es la de nuestro Código Civil, constituye la doctrina
sido admitida. En cualquier caso, los casos de responsabilidad sin culpa
clásica o tradicional en materia de responsabilidad. Es también la que
siguen siendo excepcionales.
establecen casi todos los códigos vigentes, inclusive los dictados en el
presente siglo, y la que se adopta en el proyecto franco-italiano de código Ante tal panorama es indudable que siquiera plantearse la posibilidad
de las obligaciones y de contratos. Pero no es posible desconocer que la de una objetivación de la responsabilidad civil del profesional liberal pa-
responsabilidad objetiva ha ganado terreno de día en día, tanto en legisla- rezca un despropósito. Y ello por varías motivos.
ción como enjurisprudencia"31.
Desde luego, porque si bien ello pudiere ser considerado como una
Todo lo anterior determina que se entienda que la responsabilidad nace progresiva protección del cliente O del paciente indefenso, implica tam-
de la culpa en que ha incurrido el autor del daño. Y, ciertamente, así lo era bién una paulatina desprotección del profesional. En efecto, este, temero-
a la época en que el código fue dictado, constituyendo, por lo demás, la so de eventuales demandas, debe desembolsar importantes sumas para
concepción mayoritariamente aceptada en el derecho comparado. De ahí, asegurar la responsabilidad e incluso comienza a ejercer su profesión de
por tanto, la opinión de Alessandri transcrita. un modo defensivo, con todo el eventual perjuicio que ello significa para
En efecto, siempre se debe recordar que las reglas de responsabilidad la sociedad en general. Como se est<.Í. conteste, este efecto final debe ser
exlracontraclual chilenas no fueron tomadas del derecho romano, sino evitado, pues es indudable que a todos les interesa que existan profesio-
del derecho francés y español en su tradición antigua o vigente en el país. nales dispuestos a ejercer su profesión al servicio ele los demás -aunque
No lo fueron del derecho romano, pues este nunca llegó a formular un ello implique riesgos-, antes que tener unos que, por temor al riesgo de
principio general de responsabilidad como el actual 2314; por el contra- la condena por daños, eviten su intervención en servicios que son esen-
rio, por efecto de seguir el modelo de la ¡ex aCj/filia, las respuestas ante el ciales para la subsistencia humana.
daño fueron siempre específicas, fonnularias y, curiosamente, con ello No obstante, se debe resaltar que esa eventual objetivación no ha esta-
do fuera del debate jurídico. Por el contrario, ello ha sido analizado larga-
mente en el derecho comparado. Desde luego en Europa, y ya hace tiem-
30 Es la conclusión a 'lile S~ ha llegado en numerosas jornadas nacionales de Der<,cho Civil o po. Así, se discutió en su oportunidad con ocasión del análisis del
esp~cialcs do;: Respollsabilidau Civil. según resaltan Altcrini y LÓ[lO;:z Cabana. T"IIIIIS dt' resprm-
sl/hUidad...• cit.. p. 187. En o;:spceial, nota 50 donde se refieren todos ellos.
anteproyecto de propuesta de directiva sobre la responsabilidad por ser-
31 Akssandri. Di.' /a li/SPOlI.wbilidl/d ('xlracolltraCIIWl..., op. cit.. p. 93. vicios defectuosos de la entonces CEE. presentado en 1989, que proponía
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civil del profesional liberal

el establecimiento de la responsabilidad objetiva para [os daños produci- Por lo pronto, en un área concreta como la sanitaria, donde la objetivación
dos como consecuencia de servicios defectuosos sin hacer exclusión ex- de la responsabilidad de los hospitales acarrea paulatinamente la del mé-
presa de la asistencia sanitaria y contemplando algunas formas reconoci- dico. De un modo más general, así acontece con ciertos alivios probato-
das de objetivación. rios a la carga de la prueba de la culpa que el sistema reconoce como
büsicos.
Lo mismo se ha estudiado en Argentina cuando, por aplicación de [as
En efecto, un estudio exhaustivo de la jurisprudencia y la doctrina
ideologías jurídicas que propician ensanchar cada vez müs las posibilida-
c1üsica en la materia revela que estas reconocen ciertas soluciones que
des de obtener un resarcimiento, y por incidencia del concepto de consu-
importan una cierta objetivación. Así acontece con la presunción de culpa
midor --caracterizado, siguiendo a Polo, como "el sujeto del trMico fren-
del artículo 1547, inciso 2.° del Código Civil y la lectura que tradicional-
te a la empresa organizada"- se ha concluido que todo suministrador de
mente se le ha dado. Ella ha sido aplicada por lajurisprudencia, porejem-
bienes y servicios es un profesional; y como tal, su responsabilidad debe
plo, en materia de responsabilidad médica o, müs en general, de los profe-
estar agnlVada3l • Es el efecto que, ademüs, ha producido en ciertos casos 3
sionales de la salud como dentistas 33 y admitida por la doctrina ".
~como en la Fair Trading Act inglesa de 1973~ la inclusión de las
profesiones liberales en los estatutos de defensa del consumidor cuando Aludimos con ello al expediente objetivador que resulta en el ordena-
ellas son ejercidas con forma de empresa cllya responsabilidad es juzga- miento de la aplicación del artículo 1547, inciso 2.° del Código Civil a la
da con criterios de atribución de objetivos. responsabilidad en estudio, cada vez que ella es caliticada de contractual.
136 Como se repite y enseña ~para todo contrato- el incumplimiento se
137
Con todo, si la objetivación parece justificable cuando se trata de acti- presume culpable, con lo cual al acreedor perjudicado le basta con acredi-
vidades empresariales esencialmente riesgos as (por ejemplo, daños nu- tar la existencia del vínculo para que corresponda al deudor la carga de
cleares) donde parece lógico que el que obtiene el beneficio deba respon- tener que probar que tal incumplimiento se ha producido por una causa
der por el riesgo o en materias en las que, por la entidad y frecuencia de que no le es imputable. Y esa imputabilidad no es asimilada exclusiva-
los accidentes, las consecuencias dañosas solo pueden ser abordadas des- mente a la no culpa -esto es, a la acreditación de la ausencia de culpa-,
de una responsabilidad colectiva (petjuicios producidos a consecuencia sino a toda causa ajena o extraña, es decir, a la ruptura del nexo causal.
del terrorismo, daños por contaminación de enfermedades mortales como
el Sida, la Hepatitis C, etc.), pues la realidad comparada demuestra que la De este modo, la lectura otorgada a la presunción la transforma en
reparación solo es posible desde mecanismos que razonan sobre la base objetiva, en cuanto lo único que interesa es la obtención o no del resulta-
del seguro social, no puede llegarse a esa conclusión respecto de todos do prometido al acreedor. Si este no se obtuvo, aunque el deudor haya
los daños. efectuado todos los esfuerzos tendientes a obtenerlo, eso no incide en su
deber de responder. Hay un incumplimiento y por ello debe responder.
Por el contrario, parece excesiva en materia de responsabilidad de los
No obstante, la aplicación de esa lectura de la presunción --que como
profesionales donde la responsabilidad subjetiva puede efectivamente
se insiste ya ha sido admitida entre todos~ deviene compleja, más aún
cumplir con sus fines, en particular, con el resarcitorio. Debido a ello es
injustificable. cuando como sucede, en general, con el profesional que no
que se deben rechazar contundentemente algunas tesis que, en Chile, tra-
se ha comprometido -simplemente porque no puede- a obtener un re-
tándose por ejemplo de la responsabilidad del periodista, discutida con
sultado, una determinada prestación para el deudor. Como se suele expli-
ocasión del proyecto de ley de protección al honor, imagen e intimidad,
car, ni el abogado se obliga a ganar el juicio ni el médico a sanar, sino tan
han sostenido que debiera ser objetiva.
solo a actuar del modo más diligente posible. Por lo mismo, si pierde el
Con todo, si bien parece meridianamente claro que la objetivación juicio, de eso no se puede predicar automáticamente su deber de reparar
absoluta es inadmisible, ello resulta del análisis dogmático de la misma, los daños que ello haya podido ocasionar.
pues la cuestión igualmente se plantea en la práctica y por diversas vías.

33 Por todas. sentencia de la Corte de Apdaciones do:! San l\.'1igud. 15 de abril de 1992, antes
32 Alterini y Lópo:!z Cabaua. R"5pollsabilidad ch'il porí/G/losa! CO/ISlllllidOl: En: La Ley, t. 1987- ro:!ferida. que aplica esa presunción en términos absolutos.
A. p. 1O-tO. citado por ellos en: Alterini y Ldpez Cabana. Respollsa{Jilidad cidl de los pro(esio· 3-1- En la doctrina se pronuncian en tal sentido, Acosta. D,'!a responsabilidad cil'i1médica. Edito-
1I1Iks, op. eit .. p.188. . rial Jurídica de Chile. Santiago: 1990, n.o 276.
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civil del profesional liberal

Esto conduce ciertamente a la pregunta entonces si ¿cabe presumir~e Precisamente, existen dos reglas que permiten afirmar que la prueba
legalmente la responsabilidad de un profesional? El problema es propio ele la culpa en casos de responsabilidad médica o del abogado, le inc~lI1~be
al derecho chileno, pues, por un lado, en la mayor parle de los sistemas al que la alega. La primera, se encontrarla en el artÍCulo 2.144 d~1 ~Odlg0
pertenecientes a la familia rom:'lIlo-germ{¡nica que recogen una visión Civil colombiano, idéntico al 2118 chileno, que la doctnna comcld~ en
dualista de la responsabilidad, la distinción en materia probatoria ele la aplicarlo a la responsabilidad profesional J6 , servicios ~ue, en t~rl11l~OS
culpa contractual es simplemente de origenjurisprudencial. nenerales, están unidos a la facultad de representar y oblIgar a otIa pelso-
En otros términos, la presunción de culpa contractual solo encuentra ~a respecto de terceros, y por esa razón, se aplican las reglas de! mandato.
su origen en la doctrina acogida en las decisiones judiciales. De ahí que A ella se añade la regla contenida en el artÍCulo 2184 colombiano,
en cUas haya sido nUÍs sencillo llegar a una aproximación de regímenes, equivalente al artículo 2158 del Código Civil chileno,. que: al establecer
superando la distinción señalada mediante la aplicación en materia de las obligaciones del mandante respecto del mandatano, dispone que el
responsabilidad profesional de la diferenciación entre obligaciones de mandante no puede dispensarse de cumplir con ellas "alegando que el
medio y de resultado que parece indispensable con relación a ella. nerrocio encomendado al mandatario no ha tenido buen éxito o que pudo
Por otro lado, parece ser que solo en el sistema nacional la regla con-
a
desempeñarse a menos costos, salvo que le pruebe cu1"pa .
tenida en el artículo 1547, inciso 2.° del Código Civil, es leída en tal clave
De esta forma, estas reglas razonan del modo exactamente contrario al
de objetividad que la distinción recién referida parece inaplicable. En efec-
138 to, en otros países que, como el chileno, han acogido legalmente esta
que se ha leído el artÍCulo 1547, inciso 3.° del ~ódigo Civil, pues pres~l­ 139
men que el mandatario obró con diligencia y CUIdado, aunque, co1~o a,fl:-
regla -como acontece en Colombia que adoptó su Código Civil del nues-
ma Tamayo: "Los resultados materiales del mandato no hayan tellldo eXl-
tro-, la misma ha sido reinterpretada hasta llegar a entender que no im-
to para el mandante. Por lo mismo, aunque su resultado no se haya
pone ninguna diferencia con la responsabilidad extracontraetual del pro- obtenido, el mandante no puede alegar el incumplimiento culposo del
fesional en el sentido de que, en ambos casos, la culpa del profesional
mandatario si no acredita su culpa".
debe ser acreditada.
En otras palabras, siguiendo al mismo autor.: "Es claro que si el
Todo ello, sin perjuicio de la aceptación de la culpa virtual en ciertas
mandante tiene que probar la culpa del mandatano para exonerarse de
materias como, por ejemplo, en materia médica. Si el cirujano dejó el
cumplir con sus obligaciones es porque la culpa de este último no s~ ~r~­
bisturí en el estomago, si operó la cadera izquierda y no la derecha, la
sume. De lo contrario, bastaría al mandante con demostrar un perJu.lclO
aplicación del principio res ipsa loqllifur-bien sintetizado en la conoci-
causado por la ejecución del mandato para que el .mandant~ pucltese
da fórmula de que: "Cuando las cosas hablan por sí mismas no es necesa-
exonerarse de sus obligaciones, mientras el mandatano no deSVirtuase la
rio hacer hablar al hombre o que las cosas hablan por sí solas"- conduce
presunción que pesa en su contra,,37.
a deducir que el daño puede haberse producido por la negligencia del
médico. Como se ha resaltado, en estos casos, no cabe hablar de presun- Como todo eso es aplicable a las profesiones que suponen "largos
ción de culpa, porque se trata más de una prueba por indicio. -os den
estudio"
a , tales como la abogacía, la medicina, la. arquitectura,
.,
Así, como ha sostenido TamayoJ5 en Colombia, el artÍCulo 1604 del entre otras, se observa la trascendencia que adquiere esta mterpreta~lOn.
Código Civil, equivalente al 1547 chileno y que consagra el mismo texto, De ahí que la Corte Suprema de Justicia de ~olombia la haya adhe:l?O a
se ha entendido que no establece un principio general de culpa presunta, su código. En concreto, la misma ha sido aphcada para la responsabilidad
por dos motivos: El primero, por cuanto la norma estaría referida más médica entendiendo que, por ejemplo, el paciente o sus herederos ~o se
bien a la pérdida de la cosa que se debe y no a la prestación de servicios. pueden negar a pagar honorarios al médico, alegando que es~e C~~ISO da-
El otro, dado que aun cuando se entienda que consagra un principio gene- ños al paciente, a menos que le demuestren su culpa, lo que slgmfIca que
ral de culpa presunta, la misma regla establece en su inciso final que ello la ley presume que, aunque se le causen daños al paciente, o aunque este
se "entiende sin petjuicio que la ley o las partes puedan modificarla".

36 Así se sostiene por Stitchkin. D. El mmulato. 4: ed .. Editorial Jurídica de Chi1e. Santiago:


1989. p. 63.
35 Tamayo Jarnmillo. Sobre la prueba de la cu/plllllédica. Bogot,i: 2003, pp. 37. 37 Tamayo. So/m! la pflle!Ja .... op. cit., p. 40.
Primera jornada Naturaleza y fundamento de la responsabilidad civJl del profesional liberal

l~~. recupere su salud, el médico ha actuado diligentemente. Yeso se jus- puertas en pro de una mejor tutela de la persona, no parece admisible en
tIfica en 10 aleatoria que resulta la actividad del médico frente al paciente Chile, a esta altura de la evolución.
(que este se pueda sanar con el tratamiento dispensado, que el médico
pueda garantizar que no se producirán daños colaterales a su interven- De este modo, al parecer lo más sensato es discernir -desde el ini-
ción, cte.). cio- varias cuestiones. La primera es acordar, de una vez, cuál es la
función que se quiere asignar a la condena pecuniaria. Si esta es simple-
En síntesis. bien sea mediante el expediente de aplicar la distinción mente resarcitoria, los principios pro dWllllafo y de reparación integral
entre obligaciones de medios y de resultados, o bien sea mediante la fuerzan a ciertas conclusiones. Si, en cambio. se le quiere asignar un rol
reinterpretación del alcance de la presunción contenida en el artículo 1547 punitivo, la conservación de la culpa como factor indispcnsable de atribu-
del Código Civil. el resultado ha sido, en todos esos sistemas, por un lado, ción parece entonces imprescindible. Y esto aplica plenamente a tocla la
la aproximación de los regímenes resarcitodos contractual y extracon- responsabilidad civil y, por cierlo, a la del profesional liberal
t~'actual en materia de culpa y, por otro, la supervivencia de la rcsponsabi-
La segunda cuestión, estrictamente vinculada a la anterior, es que se
hdad por culpa en materia profesional.
debe proceder a un estudio global de los accidentes que permita dilucidar
justamente en qué áreas se justifica la subsistencia o no de la responsabi-
lidad clásica y en cuáles, en cambio. corresponde entrar a una nueva re-
4. Conclusiones
140 gulación. En otros términos, se debe entrar derechamente a regular LIIlO ti
otro sistema, pues el mecanismo de la deformación de la responsabilidad
141
La realidad chilena -todavía incipiente en el tema- ya permite mos-
trar la entidad de los problemas a que se enfrenta la responsabilidad civil subjetiva para conseguir una objetiva, como ha acontecido en Francia ele
del profesional liberal. Si a esto se añade el conocimiento que proviene de modo notable, solo conduce a la inseguridad y, a la larga, a la injusticia
lo que ya ha acontecido en los sistemas jurídicos m;:Ís desarrollados en la denostando el loable y, más aún, deseable anhelo de protección integral
materia, forzoso es aventlll'ar que existe un universo de problemas _ de la persona que se perseguía inicialmente o en cuyo nombre se ha ac-
largamente analizados- y que conminan a los juristas a aprender de la tuado.
experiencia ajena.
En síntesis, si es de esperar que la responsabilidad civil del profesio-
No se trata, entonces, de reproducir uno a uno los pasos experimenta- nal sc siga desarrollando en Chile, por consiguiente, se podría dar que
dos por la evolución habida en materia de responsabilidad civil en el mundo ello se efectúe en límites que efectivamente rindan adecuado homelU~e,
fluís desarrollado en ello, sino de tomar lo bueno, evitando los excesos. tanto a Iajusticia como al afán de tutela de la persona pues, de otro modo,
al final se puede asistir a una verdadera regresión de esos principios. Oja-
ASÍ, la aplicación estricta del dualismo se enfrenta en el presente a lá estas líneas sirvan al menos para introducir la preocupación por este
problemas sustantivos y prácticos que, por ejemplo, en maleria de res- resguardo.
ponsabilidad civil del profesional liberal surgen de modo ostensible. Esto
ob~iga a repensar la. distinción, y a revisar su fundamento y utilidad para
eVitar que, por seglllr anclados a una concepción tradicional en el razona-
miel~t~ jurídico en la materia, se mantengan soluciones injustas y sin apo-
yo loglco. Desde luego, ello no significa propender a la eliminación de la
distinción, pero sí a su revisión y reforma en aquellas materias en las que
ella aparece desprovista de sustento actual.

Por otra parte, la deformación progresiva del sistema clásico -mc-


- ) d~a~1te el expediente de la deformación de la noción de culpa y de su
(/)
reg1I11en o de la supresión de las diferencias de régimen entre los daños (/)
<lJ ~Iel:ivaclos del contrato o del hecho ilícito por medio de una aproximación <lJ
ro ro
e JUrIsprudencial o por el simple expediente de acoger la teoría del concur- C;
so de normas- si bien es comprensible para quienes fueron abriendo

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