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Pautas de conducta
1.Tener reglas claras y razones por las que existen: Cuando un niño sabe claramente lo que se
espera de él y conoce las razones por las que existen reglas, las respetará.
Evitar órdenes difusas como “pórtate bien” o “no hagas eso” y cambiarlas por órdenes claras
como “no quiero que tires los juguetes al suelo, puedes romperlos”. Importante asegurarnos
de la proximidad y el contacto ocular en el momento de dar la orden.
NO OLVIDAR:
Un entorno tranquilo les permite concentrarse en lo que se les dice, lo que aumenta la
probabilidad de que sigan las órdenes correctamente.
Un tono suave y formulado en positivo hace que sea más probable que escuchen y entiendan
las instrucciones.
Coherencia
La coherencia entre progenitores a la hora de trasmitir las órdenes les proporciona un sentido
de seguridad y estructura. Sabe qué esperar y qué se espera de él en diferentes situaciones, lo
que reduce la ansiedad y el estrés asociados con la incertidumbre.
El refuerzo positivo proporciona una motivación intrínseca al reconocer y valorar sus esfuerzos
y logros. Los elogios ayudan a construir una autoestima saludable, ya que se sienten orgullosos
de sí mismos por seguir las órdenes y recibir reconocimiento por ello.
2. Dejarle hacer elecciones: Los niños incrementan su capacidad de auto-regulación con reglas
claras y consistentes, pero también cuando se les da la oportunidad de decidir y planear sus
propias conductas y actividades, y de las consecuencias que tengan estas elecciones.
Ofrecer alternativas: Aun cuando las cosas que debe hacer son obligatorias, darle oportunidad
de elegir entre alternativas. Por ejemplo: “¿quieres avena o fruta para desayunar? o ¿quieres
llevar a casa de la tía la pelota o el coche?”.
Jessica Serrano Psicología
3. Ayudarlo a tomar decisiones: Haciéndole preguntas sobre las consecuencias que obtendrá si
toma una u otra decisión. Por ejemplo, “si tiras todos tus juguetes y se rompen, no podrás
jugar con ellos otro día”.
Usar modelos para explicarle las consecuencias que se obtienen al actuar de cierta manera. Por
ejemplo, con cuentos, vídeos animados, películas o situaciones que observe con sus amigos.
4. Confiarle tareas: es necesario que haya acuerdo en qué responsabilidades se les va a exigir.
La incoherencia entre lo que exigen o permiten los padres, favorece el incumplimiento de las
tareas, su justificación para no hacerlas y genera mucha confusión para el propio niño.
Mostrarle confianza, hacerle sentirse capaz de realizarla bien y darle seguridad: "Hoy te vas a
vestir, bañar, etc. solo y sé que lo vas a hacer bien."
Explicar con claridad y con pocas palabras qué deseamos que haga y comprobar que lo ha
entendido bien.
Evitar mensajes como: "Lo voy a hacer yo porque tardas mucho, o “lo voy a hacer yo porque lo
estás haciendo mal." Con estos mensajes que desvalorizan al niño, se elimina la motivación que
pudiera tener, se anulan sus esfuerzos por mejorar y se resiente su autoestima.
Nunca hagas tú lo que tu hijo es capaz de hacer por sí solo. Es errónea la creencia de “si le
ayudo facilitándole la tarea, voy a evitarle un mal rato”.