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Darle estructura al día a día

El que un niño con TDAH viva en un ambiente relativamente estructurado contribuirá a su organización
para las actividades que deba realizar. Por el contrario, un contexto desestructurado, donde las mismas
actividades pueden cambiar el momento del día en que se realizan, se superponen o alternan en el
orden previsto; es más probable que generen confusión y fallos en su realización. Por ejemplo, será
preferible que siempre cuando llega del colegio se cambie, lave las manos, se siente a almorzar, cepille
los dientes y duerma una siesta para realizar las tareas escolares posteriormente; a que todos estos
mismos pasos los vaya realizando cada día en un orden distinto. En este último caso, es muy posible que
algunos elementos se omitan o no se realicen satisfactoriamente.

Recomendación N° 2: Cómo dar órdenes

Un comentario habitual de los padres de niños con TDAH es la poca obediencia de estos hacia las
normas e instrucciones proporcionadas. Una manera de aumentar las probabilidades de éxito cuando se
desea que el niño realice algo, consiste en seguir estas sencillas reglas:

No dar más de una orden a la vez. Es preferible esperar a la finalización de una tarea, antes de presentar
una nueva actividad.

Segmentar demandas generales. La indicación <<Ordena tu habitación>> puede ser separada en


<<Guarda tus juguetes/ Haz la cama/ Tira los papeles al cesto de basura>>.

No dar indicaciones que puedan ser ambiguas. Comunicar <<Pórtate bien en lo de la abuela>> puede
significar cosas muy distintas para un niño y un adulto (incluso para distintos adultos). En cambio, <<No
toques las cosas de la mesa / No corras por adentro de la casa/ No te metas en la habitación de la
abuela>> son instrucciones más concretas y fáciles de cumplir.

Pedirle al niño que repita la indicación dada. Esta es una forma de corroborar que haya entendido lo que
se espera de él.

Hay que evitar abusar del <<No>> como recurso. Siempre se es preferible formular enunciados en forma
positiva que negativa. Frases como <<No toques el televisor>> <<No apagues la luz>> <<No hables
ahora>> pueden, aunque sean concretas, formuladas de manera segmentada y repetidas por el niño,
sonar muy restrictivas, en especial cuando se van repitiendo a lo largo del día muchas veces. En su lugar,
se puede solicitar lo mismo pero en forma positiva, diciendo por ejemplo <<Me gustaría que te quedes
unos minutos sentado aquí>> <<Es preferible dejar la luz prendida>> <<Permanece en silencio algunos
minutos>>.

Recomendación N° 3: Descubra que habilidades posee su hijo y foméntelas

El estimular aquellas habilidades naturales que pueda tener incrementará su autoestima y sentimientos
de eficacia, y ayudará a los padres a centrarse en aspectos positivos de su hijo. En caso de no conocer el
pequeño que actividades le agradan y en las cuales puede tener buenos rendimientos, se los puede
acompañar en el descubrimiento de las mismas.
Dado que las personas con TDAH suelen presentar malos comportamientos, es muy fácil que se pierdan
de vista los aspectos positivos de los niños y en cambio nos centremos en sus puntos débiles. Tener
presentes las fortalezas cambia sustancialmente la mirada que se tiene sobre los pequeños, y evita tener
pensamientos del tipo <<le gusta desobedecer y hacerme enojar>>.

Recomendación N° 4: Cuando se apliquen premios y castigos, que sean inmediatos a los


comportamientos elegidos

Es muy frecuente que los padres intenten modificar la forma en que sus hijos se comportan aplicando
consecuencias temporalmente muy distantes de aquellos comportamientos apropiados e inapropiados.
El niño por un lado, puede olvidar o perder de vista cuál era esa consecuencia (buena o mala) que le
esperaba.

A su vez, puede frustrarse por el tiempo que debe esperar para acceder a la misma, incluso aunque sea
algo muy deseado.

En lugar de proposiciones del tipo <<si este año apruebas todas las materias vamos de vacaciones a
Disney>>, puede resultar más gratificante para el niño aplicar un sistema de recompensas por cada
exámen aprobado, por cada materia aprobada, y por último sí puede utilizarse el premio mayor (Disney)
en caso de cumplir todos los objetivos propuestos. El pequeño de esta forma tendrá acceso más
inmediato y constante a reforzadores, lo que mantendrá su motivación alta por períodos mayores de
tiempo. Y en caso de fallar en la consecución de la meta final, no tendrá el sentimiento de que nada ha
valido la pena, ya que a lo largo del año obtuvo numerosos beneficios por sus esfuerzos.

Una pequeña aclaración, al hablar de cumplir los objetivos propuestos me estoy refiriendo a aquellos
objetivos que sean alcanzables por el estudiante, no a los que aspiren los padres de manera ideal. La
constante y excesiva presión por rendir más de lo que se puede termina habitualmente produciendo los
resultados opuestos a los esperados. Como consecuencia adicional, produce estrés y frustración no solo
en los padres, sino también en sus hijos. Esto se relaciona directamente con el siguiente punto.

Recomendación N° 5: Concéntrense en los aprendizajes, no en las calificaciones

Muchos adultos han crecido con la convicción de que la nota escolar refleja lo aprendido, y que si no es
así al menos es lo más importante del paso por la escuela, ya que queda de forma objetiva plasmada en
documentos y certificados. Para un niño con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, la
presión impuesta para la obtención de buenas calificaciones puede ser excesiva, logrando que se frustre
y no solo que no obtenga los resultados esperados, sino que tampoco aprenda.

Un ligero ajuste en las expectativas de los padres sobre el recorrido académico, de seguro provocará una
disminución en la frustración que sienten tanto los niños como sus progenitores, y potenciará el
aprendizaje escolar.

Recomendación N° 6: Nunca criticar a la persona

Este punto es de vital importancia para todos los actores. Por un lado, el niño que es calificado como
vago, caprichoso, malo, etc, está de forma permanente registrando que los adultos significativos
observan eso en él, afectará a su autoestima y a su comportamiento posterior. Por el lado de los adultos,
etiquetar al niño de esta forma en general los dejará predispuestos a prestar atención a aquellas
conductas que estén de acuerdo con dicha percepción, lo que influye en la buena relación a mediano y
largo plazo.

En lugar de afirmar que es un vago porque no levantó sus juguetes del piso por ejemplo, es mejor
remarcarle la solicitud nuevamente, omitiendo todo tipo de apreciaciones personales. Si es necesario
realizar observaciones, siempre hacerlas sobre las conductas en lugar de sobre el sujeto.

Recomendación N° 7: Planificar potenciales situaciones conflictivas

Si ciertos momentos suelen producir de manera repetida malos comportamientos por parte del
pequeño, la anticipación de las situaciones, así como de lo que se espera por parte suya, incrementa las
posibilidades de evitar estos malos momentos.

Ante la repetida situación del correteo por medio de las góndolas del supermercado tocando los
productos que están exhibidos, los padres antes incluso de salir de su casa pueden comentar de manera
bien concreta y clara (tal como sugiere el Recomendación 2), que conductas puntuales esperan de su
hijo.

Recomendación N° 8: No intentar abordar todos los problemas al mismo tiempo

Esto mantiene relación con varios de los puntos ya abordados. Si partimos de la base que es preferible
que haya pautas claras, solicitadas secuencialmente y no al mismo tiempo, y de la preferencia de la
estructura frente al caos; solicitar a un niño que se quede quieto, callado, que si habla no diga malas
palabras, que preste atención a lo que dice el resto permanentemente y que mantenga por ejemplo
determinada postura corporal, será imposible de sostener.

La frase “Hay que elegir que batallas pelear” es perfectamente aplicable a estos casos. Siempre habrá
que estar atento a todos los problemas que presente una persona en cada situación determinada, y
frente a los mismos establecer cuales son prioritarios para atender y cuales no. Es necesario tener en
cuenta una serie de elementos al tomar estas decisiones, como por ejemplo la gravedad (para sí o
terceros) que presente, la imposibilidad que le traiga de adquirir nuevas habilidades, etc; pero siempre
sin perder de vista que no es posible enfrentar todas las situaciones problemáticas al mismo tiempo.

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