Está en la página 1de 70

Resumen Final Psicología Evolutiva

Adolescencia (Programa 2020)

Unidad 1: Introducción al estudio de la adolescencia en


Psicología Evolutiva. Construcción, historia y tiempos
lógicos.
La causa Adolescente - Francoise Doltó. Cap 1
Algunos prolongan la infancia hasta los 14 años y sitúan la adolescencia entre los
14 y los 18, como una simple transición hacia la edad adulta. Aquellos que la
definen en términos de crecimiento, como un período de desarrollo muscular y
nervioso se sienten tentados incluso de prolongarla hasta los 20. Los sociólogos
toman en cuenta el fenómeno actual de los adolescentes retrasados, estudiantes
prolongados que viven en casa de sus padres mucho más allá de su mayoría.
Algunos psicólogos reducen la adolescencia a un capítulo final de la infancia.
¿Es una edad cerrada, una edad marginal, o una etapa original y capital de la
metamorfosis del niño en adulto?
En mi opinión, es una fase de mutación. El adolescente pasa por una muda
respecto de la cual nada puede decir, y es, para los adultos, objeto de un
cuestionamiento que, según los padres está cargado de angustia o pleno de
indulgencia.
El estado de adolescencia se prolonga según las proyecciones que los jóvenes
reciben de los adultos y según lo que la sociedad les impone como límites de
exploración. Los adultos están ahí para ayudar a un joven a entrar en las
responsabilidades y no ser lo que se llama un “adolescente retrasado”. ❗
En el curso de esta mutación es sumamente sensible a lo que recibe como mirada
y oye como palabras que le conciernen. Un bebé cuya familia lamenta que sea
como es, corre el riesgo de quedar marcado para toda la vida, mientras la gente
piensa que no comprende nada. A esa edad, todos los juicios surten efecto. Se trata
de algo que puede comprometer de por vida sus relaciones con la sociedad.❗

Rocío Acosta
Desgraciadamente la gente no sabe cuál es el período sensible para dicho joven.
Las personas secundarias juegan un papel muy importante en la educación de los
jóvenes durante este período. Todo lo que hacen puede favorecer la expansión y la
confianza en sí, al igual que el valor para superar sus impotencias, o, al
contrario, pueden estimular el desaliento y la depresión. En este momento de
extrema fragilidad, se defienden contra los demás, bien mediante la depresión, o
por medio de un estado de negativismo que agrava aún más su debilidad.
La sexualidad podría ser un recurso para ellos
No tienen aún vida sexual sino es a través de la imaginación: la masturbación. En
el momento difícil en que los jóvenes se sienten incómodos en la realidad de los
adultos por falta de confianza en sí mismos, su vida imaginaria les sostiene. De
ese modo, la masturbación que da remedio a su depresión se convierte en
trampa, porque de este modo se descargan nerviosamente y tienen mayor
dificultad para afrontar la realidad. La masturbación es un sostén a la
excitación de las pulsiones que le permitirían superar esta depresión. ❗❗ Como se
satisface de una manera imaginaria, carece ya de la fuerza para ir a buscar en la
realidad, en otro ser humano, el apoyo, la camaradería o el amor que les
sostenga y le ayude a salir de esta trampa en que le han encerrado algunos adultos
indiferentes o agresivos.
Cuando un joven comienza a tener ideas propias y a mezclarse en la
conversación de los adultos, no pierden un instante en desalentarlo, cuando sería
el momento de darle la palabra. Es él quien debe tener la supremacía. Hay muchos
padres que no saben ser padres del adolescente y lo curioso es que no saben serlo
delante de su mujer y su hija, pero cuando están solos con los muchachos los
entienden mejor. Eso se debe a que no desean que al muchacho se le preste la
misma atención. El padre quiere que su opinión prevalezca sobre la de su hijo. El
joven queda marcado por una depresión y cree que no tiene derecho a pensar.
En este momento los educadores parecen muy indicados aquí para tomar el relevo.
A ellos corresponde darle la voz al niño, pidiéndole su opinión, su juicio, su
parecer.
¿Los once son un punto de máxima fragilidad?
Si, de 11 a 13: tienen rubores, se tapan el rostro con los cabellos, azotan el aire con
las manos para vencer su malestar, su vergüenza, o pueden incluso enmascarar una
gran herida que quizás sea indeleble.
¿Es la pubertad la cresta de esta travesía crítica?
La época difícil es el momento de la preparación de la primera experiencia
amorosa. El joven siente que hay en ello un riesgo, lo desea y lo teme a la vez. El
riesgo del primer amor es experimentado como la muerte de la infancia.❗❗
Tras la crisis llamada edipiana que opone al muchacho enamorado de su madre a
su rival, el padre, en quien ve un motivo de admiración, los fuegos se apagan, y el
niño llega a la edad que denominamos “latencia”. Sabiendo que no es más que un
niño, se resigna a esperar el futuro. Comprende que no podrá encontrar el objeto
de amor en la familia; al final de Edipo, conserva una gran ternura idealizada por
su madre, y también por su padre, aunque con un sentimiento dividido entre la
confianza y el temor de apartarse de la ley que el padre quiere que guarde. El
niño ve en el padre el garante de la ley y al mismo tiempo al testigo ejemplar
dueño de sus pulsiones.
A los 11 años se manifiestan los primeros indicios de una sexualidad que se
anuncia con un componente imaginario antes de que el cuerpo entre en juego.
Esto corresponde en el varón a las primeras poluciones nocturnas, y en la mujer a

Rocío Acosta
las primeras menstruaciones. Una especie de fiebre psíquica de amor imaginario
por modelos que actualmente se conocen como ídolos de masa, lo imaginario
desplaza la realidad.
La primera vida imaginaria❗que se inicia a los 3-4 años, pone la mira en las
personas del grupo próximo al niño: el padre, la madre, hermanos y hermanas, y
en el entorno familiar íntimo. La visión que el niño tiene del exterior queda
obstruida por su interés por la familia y por el modo en que esta reacciona ante la
sociedad por los eslóganes del padre.
Pero a esa edad (11) estallará el problema latente: en su segunda vida
imaginaria❗, los temas de interés que encuentra fuera del campo familiar.
Conflictos de relación transforman la vida imaginaria de un niño entre los 9 y los
11, pero si todo ha ido bien el niño ya no necesitará tomar sus modelos intramuros
de la familia; sus modelos serán exteriores. Sigue contando con la familia como un
valor-refugio, pero pone su empeño en triunfar socialmente. Toda su energía se
dirige ahora hacia el grupo de compañeros de la escuela, y hacia la vida
imaginaria que puede proporcionarle la televisión, las lecturas o sus invenciones
en los juegos. Entrará en su adolescencia mezclándose con grupos constituidos,
pequeñas bandas de jóvenes mayores, que tendrán un papel de sostén
extrafamiliar. No puede abandonar los modelos del medio familiar sin antes
disponer de modelos de relevo. No son sustitutos, sino relevos.

¿Qué representa el final de la adolescencia?


Un individuo sale de la adolescencia cuando la angustia de sus padres no le
produce ningún efecto inhibidor y no tienen sentido de culpabilidad por
abandonarlos. Sus hijos han alcanzado el estado adulto cuando son capaces de
liberarse de la influencia paterna tras alcanzar este nivel de juicio: “Mis padres son
como son, no los cambiaria y no trataría de cambiarlos. No me toman como soy,
peor para ellos: los abandono”.

¿Puede este final de la adolescencia ser vivido mucho antes de los 16?
No, porque la sociedad no lo permite. Si, si la sociedad permitiera que se trabaje
fuera de casa a partir de los 14 años, y que se gane uno la vida. El joven no
encuentra soluciones legales para abandonar a sus padres asumiendo su condición
sin aparecer como un marginal, un delincuente o a cargo de alguien que quiere
ocuparse de un adolescente en peligro de perversión. Los jóvenes se ven obligados
a venderse.
Un joven tiene la necesidad de amar a las personas de su edad, y de formarse a
través de los de su generación, y no de seguir dependiendo de alguien de una
generación anterior que en un momento dado ha sido un modelo. Si la influencia
se prolonga, es un modelo desestructurador. El joven cree estar en deuda pues no
fue él quien lo buscó, sino que la generosidad le cayó encima por elección del
adulto que fijó su atención en él.
Hoy en día el paso a la edad adulta se traduce muy concretamente en términos de
independencia económica, de potencialidad creadora y de aprendizaje que
permiten adaptarse, insertarse en un grupo social. Dejar de recibir o de admitir
dinero de los padres no resuelve el problema, si uno lo sigue recibiendo de otro
adulto. Lo que los padres nos han dado, lo devolveremos a nuestros hijos.

Rocío Acosta
Adolescencia: de la complicación a la complejidad – Magdalena Echegaray
Donde niño era, adulto ha de devenir. La paráfrasis indica un tránsito y una
mutación. La adolescencia es ese fenómeno que indica dicha mutación y es a la
vez la estación de trasbordo. ❗❗
La categoría de adolescencia no existía antes de la modernidad, y aún hoy
existen reductos culturales en el mundo donde la misma no existe, y no se la puede
pensar reduciéndola a un fenómeno puramente evolutivo.
Sin embargo los cambios hormonales, físicos y anatómicos en tanto significan la
posibilidad de concreción real de las fantasías incestuosas siempre han
confrontado a lo largo de la historia a los sujetos con una transformación a realizar.
Shakespeare nos remite a los trabajos psíquicos a que se ve obligada la psique de
los que dejan atrás la infancia:
● La puesta en ejercicio de la sexualidad genital
● La discriminación de las generaciones anteriores vía de la rebeldía
● Tramitar la excitación sexual de algún modo.
La autora agrega otros dos trabajos psíquicos:
● Remodelación identificatoria
● Cambios en el interior de las instancias psíquicas y sus relaciones
Freud en Tres Ensayos, en el ensayo dedicado a “La metamorfosis de la
pubertad”; plantea como un logro necesario y doloroso para el progreso de la
cultura, contemporáneo a la desestimación de las fantasías incestuosas, el
desasimiento de la autoridad de los padres.
La adolescencia es un momento de la vida en el que el aparato psíquico se
encuentra especialmente fuera del equilibrio. El embate puberal somete al
psiquismo a un esfuerzo de trabajo ya que deberá procesar el mismo. ❗❗
Los duelos abren las posibilidades de neocreaciones en la subjetividad, en la crisis
adolescente marcada por las pérdidas y duelos a procesar, se produce no solo una
remodelación identificatoria sino también cambios en el interior de las diversas
instancias psíquicas y en la relación entre ellas.❗❗
Silvia Bleichmar dice: “Realidad exterior que opera bajo dos modos una vez
constituido el sujeto psíquico: por un lado como realidad significada o
significable (insustituible, capturada por el lenguaje, no sólo como código
organizador, sino por los discursos significantes que le dan forma y la transforman
en instituyente) y por otro lado la realidad no significada, no capturable, exterior
a la subjetividad y a los modos con las cuales el discurso socialmente producido
permite su captura, pero que ejerce sin embargo, impacto traumático en el borde
de lo significable.”❗❗❗❗
Definiré realidad como un constructo complejo, no dada por sí misma, que se
captura en la medida en que se la inviste. No hay realidad en bruto (si a la psique
llega algo en bruto, no significado ni significable, entra en la categoría de lo
traumático)❗❗❗. No toda la realidad se inscribe en el aparato.
Podemos pensar en la adolescencia, representaciones que estaban en espera,
pueden reinscribirse de un modo novedoso, dado los cambios que se operan en
esa época.
El Inc sufre el impacto de la realidad exterior, está abierto a la realidad pero no
a la realidad significada.
Todo lo que es del orden externo al aparato ingresa por dos polos al mismo
tiempo:

Rocío Acosta
1. Del lado del Inc→ la realidad ingresa desarticulada, pero el Inc le da
“sentido” a lo que ingresa sin que ello implique “significarlo”;
2. Del lado del polo perceptivo→ interpretando el mundo exterior.
Es en la adolescencia, a partir de la definitiva instalación del pensamiento
abstracto que los procesos de autorreflexión e historizacion podrán realizarse:
1. El preconsciente aporta la lógica de los enunciados.
2. El Yo la significación emocional de los mismos. El Yo es una masa libidinal,
lugar habitado por el sujeto, es el que aporta la significación.
Las identificaciones que tienen que ver con el género se consolidarán
definitivamente, dando una identidad sexual estable, en la medida que la salida
exogámica es posible.
Y el Superyó? Si bien no tiene contacto directo con la realidad exterior sigue
transmitiendo de generación en generación los mandatos que regulan la
circulación del deseo y las prohibiciones que gobiernan los intercambios entre los
humanos.
Será del lado del Ideal Del Yo donde habrá que buscar los profundos cambios que
se producen en el ámbito de lo que será trasgredido o acatado por cada
generación, valorizado o ignorado.❗❗
Si bien subjetividad no es sinónimo de aparato psíquico, los cambios en la
subjetividad(que derivan del lado del yo) producen cambios en cada una de las
instancias, producirán cambios en el Inc. ❗ Subjetividad sería el Yo, aparato
psíquico sería: Yo, ello, Superyo
Resulta difícil hablar de transferencia. Los modos en que la transferencia se
despliega en el interior de un análisis o una psicoterapia, dependen de cada
paciente y del momento singular por el que atraviesa y con ese analista en
particular.
Si el tiempo de la adolescencia es el tiempo de la búsqueda de un lugar en el
mundo, el espacio analítico tiene que ser un lugar de acogida benevolente. El
espacio analítico es hoy por hoy un lugar privilegiado para propiciar la producción
de subjetividad, además de sus objetivos terapéuticos. ❗
La devaluación y la caída del adulto impide que el adolescente pueda rebelarse
contra la autoridad paterna, que como Freud nos proponía es la consumación de
un logro psíquico muy importante si culmina en un posicionamiento autónomo.
Autonomía y no independencia porque nadie es independiente de sus objetos de
amor.

Tres ensayos de una teoría sexual infantil. Freud


III. Las metamorfosis de la pubertad:
● Con el advenimiento de la pubertad se introducen los cambios que llevan la
vida sexual infantil a su conformación normal definitiva.
● La pulsión sexual era hasta entonces predominantemente autoerótica;
ahora halla al objeto sexual.
● Hasta ese momento actuaba partiendo de pulsiones y zonas erógenas
singulares que, independientemente unas de otras, buscaban un cierto
placer en calidad de única meta sexual; para alcanzarla, todas las
pulsiones parciales cooperan, a la par que las zonas erógenas se
subordinan al primado de la zona genial.
● Puesto que la nueva meta sexual asigna a los dos sexos funciones
diferentes, su desarrollo sexual se separa mucho en lo sucesivo.

Rocío Acosta
● La normalidad de la vida sexual es garantizada por la coincidencia de las
dos corrientes dirigidas al objeto y a la meta sexuales; la tierna y la
sensual.
● La nueva meta sexual para el varón es la descarga de los productos
genésicos. En modo alguno es ajena a la anterior meta, el logro del placer; a
este acto final del proceso sexual va unido el monto máximo de placer: la
pulsión sexual se pone ahora al servicio de la función de reproducción.
● Todas las perturbaciones patológicas de la vida sexual han de considerarse
como inhibiciones del desarrollo.

El primado de las zonas genitales y el placer previo


El desarrollo de los genitales internos ha avanzado hasta el punto de poder ofrecer
productos genésicos, o bien recibirlos, para la fecundación de un nuevo ser.
Ha quedado listo un aparato complicado que debe ser puesto en marcha
mediante estímulos, que pueden alcanzarlo por tres caminos:
1. Desde el mundo exterior, por excitación de las zonas erógenas;
2. Desde el interior del organismo.
3. Desde la vida anímica, que a su vez constituye un repositorio de
impresiones externas y un receptor de excitaciones internas.

LA TENSIÓN SEXUAL: El estado de excitación sexual representa, el carácter de una


tensión. Un sentimiento de tensión tiene que conllevar el carácter del displacer.
MECANISMO DEL PLACER PREVIO: Diferencia de naturaleza entre: el placer
provocado por la excitación de zonas erógenas, que arranca con el incremento de
la tensión y ofrece la energía motriz necesaria para llevar a término el acto (placer
previo) y el producido por el vaciamiento de las sustancias sexuales (placer final
o placer de satisfacción de la actividad sexual). El placer previo es lo mismo que
ya podía ofrecer, aunque reducida, la pulsión sexual infantil; el placer final es
nuevo, depende de condiciones que solo se instalan en la pubertad.
PELIGROS DEL PLACER PREVIO: El nexo del placer previo con la vida sexual
infantil se acredita por el papel patógeno que puede corresponderle. Del
mecanismo del placer previo deriva, un peligro para el logro de la meta sexual
normal: ese peligro se presenta cuando, en cualquier punto de los procesos
sexuales preparatorios, el placer previo demuestra ser demasiado grande, y
demasiado escasa su contribución a la tensión. Falta la fuerza pulsional para que
el proceso sexual siga adelante; la acción preparatoria reemplaza a la meta
sexual normal. Tiene que ver con que la zona erógena respectiva, o la pulsión
parcial correspondiente, haya contribuido a la ganancia de placer en medida
inhabitual ya en la vida infantil. Y si se suman factores que contribuyen a la
fijación, fácilmente se engendra una compulsión a que este placer previo se
integre en una nueva trama en la vida posterior. De esta clase es el mecanismo
de muchas perversiones.❗
El malogro de la función del mecanismo sexual por culpa del placer previo se
evita cuando en la vida infantil se prefigura de algún modo el primado de las
zonas genitales. Los dispositivos para ello parecen estar presentes en la segunda
mitad de la niñez (desde los 8 años hasta la pubertad). En esos años, las zonas
genitales se comportan de manera similar a la época de la madurez; ese efecto
sigue careciendo de fin, en nada contribuye a la prosecución del proceso sexual.
Las exteriorizaciones infantiles de la sexualidad marcan el destino de las
desviaciones respecto de la vida sexual normal y el de su conformación normal.

Rocío Acosta
Historización en la adolescencia - Ignacio Lewkowicz
Lewkowicz plantea que hay alteraciones en la estructuración psíquica que
constituyen la subjetividad característica de una época, se presentan mutaciones
prácticamente instituidas que hacen que el concepto práctico de hombre varíe de
una situación histórica a otra.
La adolescencia puede ser tomada como una institución característica significada,
estructurada y representada de distintas maneras en distintos universos de
discursos y prácticas.
Se involucra también otro término: la adolescencia como un momento de
historización.
La historización de la adolescencia es un proceso que se juega en torno a dos
marcas distintas, una previa y una actual:
Una marca 1 (cronológicamente) previa y una marca 2 (cronológicamente
posterior o actual).
En relación al concepto de historización el autor menciona tres concepciones
distintas de temporalidad.
SUCESIÓN: La historia es el pasaje al acto o la actualización de lo que está en
potencia en los comienzos. Es decir, que la 2 marca es una realización de lo que
ya está contenido en la 1; manifestación de lo ya constituido.
SUSTITUCIÓN: El instante 1 cae en el puro pasado y se anota una marca 2, pero el
instante que pasó cae sin eficacia sobre el siguiente. Es decir, que el tiempo no es
el de la sucesión sino que es el de la sustitución. En realidad esta sería otra
marca 1 y nunca saldríamos de la marca 1 porque nunca se historiza, en el sentido
en que siempre hay una sola marca.
ALTERACIÓN(esta es la más activa dentro del discurso histórico): Es la que dice que
la 2 marca historiza solamente si se inscribe después de una primera, pero altera
a la primera; no viene a repetir ni viene a eliminar. Lo que aparece aquí no es la
realización de lo que en 1 era en potencia sino que algo ocurre en 2 que hace que
pierda su omnipotencia, pierda su capacidad de significarlo todo;
La institución del concepto de hombre es práctica, es decir, es un mecanismo de
estructuración de la vida psíquica. La institución del concepto de humanidad es
la institución de las etapas de la vida. Ser hombre es recorrer una serie de etapas,
según el concepto de hombre con el que trabajemos van a ser las etapas que van
a quedar instituidas.
La significación de las etapas vitales que el hombre recorre depende de tres
términos:
- 1: Las marcas reales y corporales que exigen significación y son
inexorables, no se pueden evitar.
- 2: Las marcas biológicas (lo anterior) quedan socialmente instituidas por
unas prácticas y unos discursos que significan; que acompañando a esas
marcas biológicas hay señalamientos, rituales, instituciones, hacen que
esas marcas estén socialmente investidas con un poder de afectación, a la
vez hay unas significaciones sociales ofrecidas para soportar esas marcas.
- 3: Es el sujeto el que significa: hay unas marcas biológicas que exigen y
exceden las significaciones. Tanto las marcas biológicas como las marcas
sociales producen un sujeto que significa eso, que tiene que absorberlo, y
armar con eso una biología y una ideología, una vida.

Rocío Acosta
No es una relación a solas entre el cuerpo del individuo y el individuo tratando de
significarlo, sino que los elementos socialmente ofrecidos son decisivos en esa
constitución, que llamaríamos adolescencia.
Si hay historización en la adolescencia es porque la serie de las primeras marcas
con que se estructura la vida psíquica no son suficientes para estructurar el
segundo momento o segundas marcas.
Hay dos motivos distintos para el desorden de la adolescencia:
● Liberación de lo reprimido: lo latente de la vida sexual se libera, se
levanta la represión, es decir, que hay algo latente en 1 que finalmente se
libera y se manifiesta en 2 (esa es la idea que el historiador NO admitiría
como historización).
● Irrupción de lo radicalmente nuevo: el desquicio que se produce en el
terreno de la adolescencia se debe a que entre la representación anticipada
(constitutiva de la marca 1) y la realidad efectiva en que se inscriba (marca
2) hay un desacople.

“La pubertad y sus transmudaciones. Sobre el desarrollo normal y patológico”


– Moreira, Diego Cap 2.
El tiempo y su duración
TIEMPOS LÓGICOS NO CRONOLÓGICOS
La temporalidad conforma una unidad en la cual podemos descondensar
momentos lógicos y cronológicos.
Estos tiempos cronológicos, cercanos al equilibrio, permanecen enlazados a los
lógicos, en sus profundidades deben desplegarse los procesos anímicos.
A esta concepción del tiempo podemos ligar algunos conceptos como el de
anticipación, efecto a posteriori, progresión, regresión, fijación patógena o no,
tanto del yo como de las pulsiones. Se trata de un tiempo interno, que goza de
cierta autonomía del tiempo externo .
La direccionalidad psicológica del tiempo, se despliega en sistemas alejados del
equilibrio, fundando tiempos lógicos no cronológicos, exigen una secuencia en la
constitución psíquica, tanto en el plano del yo como de la pulsión.
Anticipación = la sexualidad intenta responder anticipadamente por el placer
genital (Emma retorno al pastelero una 2da vez después de que en la primera vez le
haya pellizcado los genitales, como si hubiera vuelto en búsqueda de un goce no
logrado).
En la pubertad el sujeto puede anticipar temporalmente la muerte del propio yo.
Las exteriorizaciones (síntomas) son sostenidas por el pensar anticipatorio de un
desempeño que el joven logrará obtener posteriormente.
Efectos a posteriori: surgen en función de que los enlaces de estas
representaciones pueden ser modificados de tal manera que adquieran un nuevo
sentido/significación y eficacia psíquica en función de la actividad de nuevas
pulsiones en un segundo momento. Son pensamientos que generan un efecto
retardado y frecuentemente generan un resultado traumático. (En Emma en
recuerdo del pastelero toma otra significación con el advenimiento de de las
alteraciones de la pubertad, deriva en un efecto retardado y traumático).
Progresión = se refieren a ciertos decursos anímicos, pueden ser descompuestos
en 3 sentidos diferentes:

Rocío Acosta
1. Como una corriente que tiene una dirección desde el extremo perceptivo al
motor del aparato psíquico, recorriendo los sistemas intermedios (sentido
tópico).
2. Según el desarrollo de la libido y del yo (sentido temporal).
3. Conforme a la construcción de modalidades de expresión y figuración cada
vez más complejas (sentido formal).
Regresión= implica una inversión de estos decursos anímicos en las 3
modalidades consideradas por la progresión:
1. Tópica, indaga fundamentalmente en el sueño, en la alucinación
patológica y en ciertos procesos normales con relación a la memoria.
2. Temporal, se refiere a las pulsiones, al yo, y a los objetos que de él
segregan.
3. Formal, como retorno de las modalidades de funcionamiento de proceso
secundario al primario.
Freud en “Sinopsis de las neurosis de transferencia” establece una serie de
acuerdo al punto temporal de aparición habitual de neurosis tanto
transferenciales como narcisistas:
● La histeria de angustia es la patología de aparición “más temprana”.
(Menos de 4 años)
● Alrededor del 4to año suele emerger la histeria de conversión que “se
dirige en contra del primado de los genitales”.
● La neurosis obsesiva suele aparecer en los años de la prepubertad (8-10) y
está “en contra del desarrollo libidinal consumado”.
● En la pubertad suele manifestarse una patología narcisista como lo
demencia precoz (hebefrenia) en la cual se recupera el auto-erotismo.
● La paranoia en cambio corresponde a la madurez.
● Melancolía/Manía también a la madurez, pero de manera más
indeterminada.
Entonces se puede concluir:
Cuando más tarde en manifestarse una patología, más temprano es el estadio al
cual regresa la libido.❗❗
Modelo de Ecuación Etiológica: se requiere de condiciones necesarias y suficientes
para la producción de la vida anímica.
Para la causación como tal de las neurosis se discriminan dos series: una primera
que implica → predisposición por fijación libidinal en la constitucion sexual
(incluye el vivenciar prehistórico y el vivenciar infantil) y el llamado vivenciar
accidental traumático del adulto.
Agrega una serie más extraña: las fantasías primordiales→ de seducción, de la
escena primaria, la castración, el regreso al vientre materno y la novela
familiar.
La novela familiar cobra eficacia en la prepubertad y su fundamento tiene que
ver con el mito del héroe, del destino final de un héroe que ha cumplido una vida
heroica.

Moreira, Diego. Guía de Cátedra: La adolescencia y los destinos del otro.


¿A qué me refiero con el término adolescencia?
“Adolescente” del verbo castellano “adolecer”, del verbo latino “adolecere”,
implica padecer alguna dolencia habitual, caer enfermo, tener o estar sujeto a
vicios, las pasiones o afectos, o tener malas cualidades. En ocasiones, también se

Rocío Acosta
lo suele vincular al verbo “crecer”: “El crepitar de los fuegos sagrados: los que llevan
y transmiten el fuego; el crecer, desarrollarse, desenvolverse, la razón, el ardor”.
Se trata de un proceso de sustracción etimológica donde la carencia que se
adjudica al adolescente encubre su función de portación de lo nuevo, del que lleva
y transmite el “fuego sagrado” en un vínculo social específico.
Esta función opera como respuesta del sujeto ante lo real del goce, que implica:
un cuerpo pulsional que irrumpe como éxtimo.
El Joven Prometeo: es una ficción griega, en ella podemos inferir una
redistribución del goce basada en la renuncia de Prometeo a apagar el fuego, lo
cual le permite conservarlo y transportarlo en un vínculo social. Prometeo
significa previsión.
Freud rescata 3 elementos de la saga:
1. La manera en que el joven Prometeo transportó el fuego. La importancia del
fuego es que es un bien cultural, Prometeo se instaura como un héroe
cultural.
2. El carácter de la hazaña (sacrilegio, robo, fraude a los dioses-padres). Estos
dioses padres están enlazados al ello, a la pulsión.
3. El sentido del castigo. El buitre devora el hígado de Promete día tras día.
Hígado como lugar de las pasiones y el apetito;
Pero prometeo no había sido alentado por las pasiones, por el contrario había
renunciado a ellas por los beneficios del vínculo social con los hombres.
Es el beneficio cultural promovido por un adolescente el que es tratado como un
crimen por los sectores de la población a los que se les impone la renuncia, un
apartamiento del goce.
Adolescente encubre lo nuevo: no se queda alienado a los padres (dioses) sino
que se separa. Desasimiento de la autoridad parental, pasaje endogámico a la
exogamia: Prometeo renuncia a la satisfacción pulsional en pos de la cultura. ❗
El Joven narciso: queda alienado en el goce del Otro, en el destino del Otro;
enamorado de su imagen reflejada en al agua del dios río Cefiso (padre), fue
convertido en la flor que hoy lleva su nombre.
La muerte de Narciso está vinculada a la desestimación y al goce del Dios-padre
implica en dejarse morir. Se trata de un pasaje al acto, que pone en evidencia el
fracaso del recurso de la palabra.
Los dos mitos explican el lugar del adolescente y del Otro, las 2 posibilidades que
pueden tener (separarse o quedar alineado). La ruptura con el destino del Otro
implica la constitución del sujeto en otra posición. Un sujeto que en su
singularidad remite a una relación con el deseo.

Historización en la Adolescencia - Puget, J.


Puget sugiere → la adolescencia no necesariamente corresponde a una edad
cronológica, es adolescente quien puede serlo. La adolescencia se origina a
partir de una marca primitiva.
Puget → Ubica la adolescencia como un momento de la vida de un sujeto que
inaugura una historia basada en la puesta en acción de un cuerpo sexuado
vincular, diferente del cuerpo erógeno autoerótico, correspondiente a la
sexualidad infantil.
Esta puesta en acción en realidad es el comienzo de una práctica posible de una
sexuación dentro de un vínculo de amor con posibilidades de procreación.

Rocío Acosta
Es un momento en el que la estructura familiar se abre sin poder volverse a
cerrar nunca, y deja de ser origen para uno o varios miembros de la familia.
En esto se separa de Piera que habla de dos etapas que el adolescente debe
recorrer: una en la que selecciona y mantiene a resguardo el olvido de los
materiales necesarios para la construcción del fondo de memoria; y otra
caracterizada por la organización del espacio relacional. Cuando una pareja o un
vínculo en vías de ser pareja hace ingresar la historia familiar de cada uno.
La adolescencia debe realizar un doble trabajo de historización: el que se
construye a partir de una nueva marca que adquiere significado en la vida
vincular; y otro en el que sigue perteneciendo a una historia de la que es
portador (dos historias.)
La adolescencia tiene que ver con las prácticas relacionadas con un cuerpo
sexuado esencialmente vincular; cuerpo inherente a una vincularidad que es la
que le da su cabal significación. El cuerpo erógeno del bebé no necesita de otro
para constituirse, y en sí está completo.
El cuerpo sexuado de la adolescencia se determina con otro que es condición.
Una de las características de la adolescencia es que el cuerpo es un cuerpo que
no puede ser anticipado por el encuadre familiar, o por la mirada de las figuras
parentales.
El adolescente en su espacio “inter” crea un vínculo que inventa un pasado;
Puget propone pensar en una sexuación de carácter endogámico, según la cual se
intenta reproducir la sexualidad de la estructura familiar, y por otro lado una
sexuación novedosa, que se inscribe en el marco de la exogamia.
En un caso, es prolongación de la infancia, en el otro es entrada en la
adolescencia. La marca fundamental de la adolescencia es la de crear un nuevo
espacio extrafamiliar, signado por el lugar que la adolescencia da al proyecto de
pareja, o a la pareja sexual misma.
Siguiendo con eso se podría pensar en un autoerotismo y un erotismo
correspondiente a la sexuación que tiene dos vertientes: endosexuación de
carácter incestuoso, cercano al deseo de los padres, que lleva a que la elección
sea coincidente con el modelo parental (aquellas familias que incorporan al novio
de la hija como un hijo más); y otro exoerotismo o sexuación propiamente dicha
(aquellas familias para las cuales la pareja abre el sistema familiar sin jamás
completarlo).
La no complementariedad del adolescente con su familia de origen hace síntoma
cuando la adolescencia se manifiesta bajo la forma de pareja;
Elegir una pareja que pueda ocupar el lugar pensado por los padres o elegir por
oposición.
La adolescencia impone una nueva marca y no una resignificación de marcas
anteriores, y dicha marca inicia una historización que sólo pertenece a esta
nueva modalidad vincular, la que se inicia a partir de la pertenencia de un hijo-
hija a un otro vínculo sexuado.❗
La adolescencia se organiza cuando la experiencia de la sexuación pasa a ser
posible, y se registra como un acontecimiento que se torna origen de un proyecto.
❗❗ Esta nueva marca sólo puede ser construida con un otro en una relación con la
intervención del cuerpo significado sexualmente.
El adolescente se equipara con adolecer, algo así como padecer de una falta de
soporte, el que incumbe a una nueva marca. El adolescente es entonces el que
sufre de una falta de historia, y que tan sólo inicia algo que luego podría ser

Rocío Acosta
historia. La adolescencia se puede explicar dentro de una continuidad, aunque
discontinua con la historia familiar.
Una historización en la que se superponen dos modelos: uno ligado a la familia
que dio un origen y otro fuera de dicha historia, que habrá de construirse en otro
espacio, el de la vincularidad del adolescente.

Rocío Acosta
Unidad 2: Ejes posibles para la lectura de los fenómenos de
la pubertad y la adolescencia. Revisión de conceptos
psicoanalíticos fundamentales: Metapsicología, pulsión,
repetición, transferencia inconsciente. El mito de narciso. El
mito de Edipo. Modalidades de la falta. La metamorfosis de
la pubertad. Organismo y cuerpo: su incidencia en lo anímico.
Caracteres sexuales primarios y secundarios. El gozo y su
redistribución.
La pubertad y sus trasmudaciones - Diego Moreira. Capítulo 3
El ciclo vital, sexual y tanático
Latencia sexual: Tiempo lógico delimitado por la declinación de la sexualidad
infantil, al término de la fase fálica y al comienzo de la emergencia de la tensión
genital en la prepubertad.
Tareas de la latencia:
● El sepultamiento del complejo de Edipo.
● La formación y la consolidación del superyó que proviene del ello.
● La generación de barreras éticas y estéticas en el interior del yo (diques
anímicos)
El desarrollo del yo se enlaza a condiciones de angustia:
● La pérdida del objeto amenaza a los primeros tiempos del niño.
● La castración se articula con la fase fálica.
● La angustia ante el superyó se adecúa al período de latencia.
El desarrollo libidinal del niño implica que el yo ocupe diversas posiciones ante el
trauma de la castración. Una se despliega vía desmentida, y otra implica una
oleada de represión, a la cual suele sucumbir el complejo de Edipo, donde los
restos de esos fragmentos eróticos se expresan como un afecto de ternura.
Otros fragmentos eróticos siguen el camino de:
- Sublimación (la pulsión/la libido cambia el fin sexual y se descarga en
actividades socialmente aceptadas)
- Formación reactiva (transformación de un afecto en lo contrario.
amor/odio, como defensa contra la descarga pulsional)
- La identificación secundaria, que posibilita la instauración de frases que
adquieren un carácter imperativo al formar una nueva instancia (ligada al
ideal del yo, instancia de la personalidad que resulta de la convergencia del
narcisismo y de las identificaciones con los padres)
- La desestimación, será “una modalidad defensiva más enérgica y exitosa”
que la represión. Este mecanismo supone cierto trámite de energía que
erosiona aquello sobre lo cual recae, a diferencia de la represión en la que lo
“desalojado” conserva toda su virulencia.

Rocío Acosta
La latencia para Moreira responde a una lógica totémica. A partir del parricidio
se rige un tótem que recuerda las prohibiciones. El tótem está asociado a la figura
del padre del Edipo; coincide con el inicio de la escolaridad, que es posible en la
medida que la tarea educativa se sirve de esto para la transmisión de la cultura.
Capítulo 4
Lo genital lo sitúa iniciando en la prepubertad, con la activación de la moción
genital y de la conservación de la especie. (lo genital, libido genital, moción
genital, pulsión genital, es todo lo mismo 🙄)
Este 2º momento se configura como un límite del período de latencia y desde un
punto de vista cronológico, ubicamos su inicio alrededor de los 8 o 9 años.
Libido genital: los primeros inicios de esta libido tienen que ver con cierto grado de
tensión previo a sus posibilidades de descarga y satisfacción. Se activa la
moción genital pero todavía no están dadas las condiciones psíquicas ni físicas
para la descarga; eso puede generar distintas modalidades conflictivas.
La tensión displacentera tiende a intensificarse y es acompañada por una
sensación de estímulo o picazón, que marca una nueva oleada del desarrollo
pulsional. Con eso va a tener que empezar a construir una nueva erogeneidad que
involucra un nuevo espacio psíquico;
Podemos discriminar dos modalidades de proyección:
1. Defensiva: se puede descomponer en una forma patológica y otra que no lo
es. La proyección defensiva patógena procura arrojar al exterior aquello
que corresponde a lo interior pero que le produce malestar. En cambio, la
defensiva no patógena intenta devolver al exterior aquello que le produce
placer que cree que proviene desde afuera.
2. No defensiva, se esfuerza por generar lo novedoso en la vida anímica, a la
par que suele reordenar y complejizar elementos anteriores.
La emergencia de la libido genital requiere de diversos trabajos en la vida
anímica:
● Su enlace con el erotismo fálico - uretral y con las otras pulsiones parciales.
● La articulación de las metas sexuales y tiernas.
● La oposición y ensamble con la conservación de la especie.
● Entre la tensión sexual y la no posibilidad de la descarga se produce el
desfasaje, esto hace que pierda el equilibrio el sistema psíquico, lo que
implica un estancamiento libidinal.
Con respecto al autoerotismo infantil podemos discriminar:
● El referido al período de lactancia
● Masturbación fálica
● Onanismo de la pubertad
● Resurgen de antiguos interrogantes esforzados por la pulsión de saber y la
de investigación ligados a las teorías sexuales.
A partir de esto, los destinos van a ser: la represión, la sublimación,
sobreinvestidura del pensar fantaseador. La desmentida, como un mecanismo
transitorio: tener conciencia de un hecho y desmentirlo para vivir mejor. En la
adolescencia, por los cambios que atraviesa, la desmentida es uno de los caminos
que se adopta.
Freud considera que todo adolescente porta dentro de sí el germen de la
histeria: se basa en el desfasaje que se da entre el desarrollo sexual de la
pubertad y los otros aspectos de la vida anímica. Este germen histérico requiere
como condición necesaria, que un pensar defensivo adquiera un valor

Rocío Acosta
estructurante de la vida anímica. La estructura anímica de la pubertad normal
se caracteriza por la activación de un conjunto de defensas tales como la
desmentida, la formación reactiva como destino de pulsión predominante. Este
mecanismo contrarresta el desarrollo directo de las pulsiones.

Notas sobre pubertad - Urribarri


Durante las profundas modificaciones de la adolescencia, al joven le plantean
numerosas situaciones potencialmente traumáticas que jaquean su estabilidad
narcisista.
Las modificaciones corporales de la pubertad constituyen una situación
potencialmente traumática por su incapacidad de controlarlos y de tramitarlos a
comienzo de la adolescencia en tanto comprometen aspectos del sujeto y su
identidad y autoestima, requieren de un intenso trabajo psíquico respecto a:
características externas corporales, sensaciones y efectos, representaciones,
modificación del esquema corporal, genitalización, pujanza pulsional
incrementada y expectativas en relación a cómo es visto y valorado por pares y
adultos.
Con Freud conocemos la importancia de lo corporal como sustrato de lo pulsional
y sede de lo erótico.
Crecimiento infantil: luego del 1er año es parejo, armónico y lento, con
progresiva expansión.
Crecimiento puberal: es disarmónico, se modifican algunas partes mientras otras
permanecen igual, lo que crea sensaciones de cambio caótico que alteran el
sentimiento de identidad. Se desarrollan los caracteres sexuales primarios y
emergen los secundarios: nuevas formas, sensaciones y excitaciones que, aunque
separadas, desajustan.
El joven se ve y es mirado de manera diferente, y se desencuentra con la imagen
previa (infantil) que tenía de sí.
A nivel metapsicológico: debe realizar una ardua labor de inscripción y
reinscripción de su cuerpo a causa de las modificaciones que se le imponen.
Generalmente, estos cambios devienen traumáticos cuando son tempranos,
bruscos, intensos y se producen en corto lapso (o cuando hay un retraso en ellos).
Problemática puberal: si se agudiza en lo referente al vínculo de ajenidad de los
cambios corporales se da una búsqueda de soluciones externas como tratamientos
cosméticos, regímenes e intervenciones quirúrgicas o conductas como el
desenfreno sexual.
Elemento de gran importancia: se ve desfasado de su grupo de pares, que no
puede comprenderlo ni acompañarlo en la situación. El adolescente queda sumido
en la soledad, genera vínculos de “ser raro”, encuentra la injuria narcisística, como
maniobra defensiva, intenta a veces tomarlo en un emblema de superioridad.
● Extrañamiento frente al cuerpo, que lo sabía propio y a la vez desconoce
como tal: DESMENTIDA
● Aún no está lograda la integración del cuerpo propio, surge necesidad de
sostén y contacto corporal regresivo da cuenta de la fragilidad narcisística.
Conducta alimentaria alterada: libra batalla en un doble frente. Por un lado, lleva a
cabo el combate contra la pujanza pulsional desbordante, por otro, se intenta
volver al orgullo narcisístico en el intento de doblegar y dominar hasta la
necesidad alucinatoria, con el beneficio secundario de hacer decrecer las formas
corporales femeninas.

Rocío Acosta
Dependencia de los padres: marcada detención del proceso adolescente.
● Luego de las 2 o 3 primeras menstruaciones algunas jóvenes pasan por un
periodo con marcada dismenorrea o amenorrea, los cambios no pueden ser
psíquicamente tramitados. Lo mismo con el uso de vestimentas sueltas que
incumben formas corporales, o con posiciones para disimular la figura de
los pechos.
Varones → elemento inquietante: ocurrencia inesperada de la erección y la
eyaculación. Vivencia de ajenidad y descontrol, angustia, miedo a ser
descubiertos por los otros, sentimientos de vergüenza. Declinación de la
autoestima y sentimiento de infantilización al no poder significarlos. Estado de
alerta, ansioso y daño a la autoestima.
Estas 6 situaciones de descontrol injuriantes narcisisticamente atentan contra el
sentimiento de integridad y el dominio del propio cuerpo. En una escala menor:
● Practica masturbatoria de los varones: destinada a lograr el control de la
genitalidad a la vez se trata de incluir los genitales y su funcionalidad en el
esquema corporal.
● Comienzo de la práctica sexual (situación frecuentemente se torna
traumática). En niñas con un desarrollo temprano se vuelcan hacia la
actividad sexual con la expectativa de solventar el desequilibrio mediante la
descarga y el teñido de fantasías románticas idealizadas muy alejadas de
la realidad de su compañero. La situación se torna traumática y se tiende a
fijar disfunciones sexuales.
● Embarazo antes de los 16 años: el desconocimiento del cuerpo y la carencia
de representaciones psíquicas adecuadas se traducen en un NO registro de
sus alteraciones corporales por el embarazo, e incluso ser desmentido.
● Potencialidad traumática que puede ejercer lo transgeneracional en el
psiquismo de un joven, lo que implica una desmentida de la alteridad (ser
otro o distinto), de la diferencia generacional y del tiempo.
● Cuando los cambios puberales comienzan temprano, de manera brusca,
intensa y en un corto lapso, generan esa BLITZKRIEG (ataque inesperado
rápido), lo traumático ataca lo modular del aparato psíquico en diversas
funciones y estructuras.
● Otro procesamiento clave para el devenir de la adolescencia es cómo se
instituyó y desarrolló el periodo de latencia. Cuando menos asentada se
encuentre la organización previa, menos recursos tendrá el joven para
interpretar el embate puberal.
Para los jóvenes cuyo desarrollo se produce más tardíamente, la vivencia suele ser
de extrañeza por la “demora”, con un incremento de la inquietud a medida que
transcurre el tiempo.
El desarrollo tardío suele tornarse en intensas ideas persecutorias de ser
diferente, un “coso raro” que “no va a crecer”, y una preocupación por el futuro
como adulto, con marcados sentimientos de inferioridad y vergüenza, y la
consecuente autodesvalorización y pérdida de autoestima que señalan la tensión
entre el yo y el ideal, así como la injuria narcisística aparente. Este es el síndrome
del patito feo.

Rocío Acosta
Unidad 3: El segundo despertar. Lenguaje, metamorfosis y
enamoramiento. La metamorfosis de la pubertad. Lenguaje y
narcisismo. Fenómenos de enamoramiento. La identificación
como asunción de la nueva imagen en el yo.
“La adolescencia normal: Un enfoque psicoanalítico” - Aberastury y Knobel
Entrar en el mundo de los adultos constituye la etapa decisiva de un proceso de
desprendimiento que comenzó con el nacimiento.
Los cambios psicológicos que se producen en este periodo, y que son el correlato
de cambios corporales, llevan a una nueva relación con los padres y con el
mundo, lo cual sólo es posible si se elabora lenta y dolorosamente el duelo por el
cuerpo de niño, por la identidad infantil y por la relación con los padres de la
infancia.
La imagen que tiene de su cuerpo ha cambiado y también su identidad, por lo que
el adolescente necesita adquirir una ideología que le permita su adaptación al
mundo y/o su acción sobre él para cambiarlo.
En este período fluctúa entre una dependencia y una independencia extrema; Y
solo la madurez le permitirá más tarde aceptar ser independiente dentro de un
marco de necesaria dependencia.
Tanto las modificaciones corporales incontrolables como los imperativos del
mundo externo, que exigen del adolescente nuevas pautas de convivencia, son
vividos al principio como una invasión. Esto lo lleva a retener, como defensa,
muchos de sus logros infantiles, aunque también coexiste el placer de alcanzar un
nuevo estatus; a su vez lo conduce a un refugio en su mundo interno para así
poder reconectarse con su pasado y desde allí enfrentar el futuro.
La pérdida que debe aceptar el adolescente al hacer el duelo por el cuerpo es
doble: 1. la de su cuerpo de niño cuando los caracteres sexuales secundarios lo
ponen ante la evidencia de su nuevo estatus, 2. la aparición de la menstruación
en la niña y el semen en el varón, qué les imponen el testimonio de la definición
sexual y del rol que tendrán que asumir en la pareja y en la procreación.
Sólo cuando el adolescente es capaz de aceptar simultáneamente sus aspectos de
niño y de adulto, puede empezar a aceptar los cambios de su cuerpo y comienza a
surgir su nueva identidad.
No solamente el adolescente padece este largo proceso, sino que los padres tienen
dificultades para aceptar el crecimiento a consecuencia del sentimiento de
rechazo que experimentan frente a la genitalidad y a la libre expresión de la
personalidad que surge de ella.
Cuando la conducta de los padres implica una incomprensión se dificulta la labor
de duelo, en la que son necesarios permanentes ensayos y pruebas de pérdida y
recuperación de ambas edades: la infantil y la adulta.
Cuando su madurez biológica está acompañada por una madurez afectiva e
intelectual, estará equipado de un sistema de valores, de una ideología que
confronta con la de su medio y donde el rechazo a determinadas situaciones se
cumple en una crítica constructiva. Confronta a su teoría y se embandera
defendiendo un ideal y adquiere teorías estéticas y éticas.

Rocío Acosta
Pero antes de llegar a esta etapa nos encontramos con una multiplicidad de
identificaciones contemporáneas y contradictorias; por eso el adolescente se
presenta como varios personajes: es una combinación inestable de varios cuerpos
e identidades; todavía no puede renunciar a aspectos de sí mismo y no puede
utilizar y sintetizar los que va adquiriendo, y en esa dificultad de adquirir una
identidad coherente reside el principal obstáculo para resolver su identidad
sexual.
El adolescente va a provocar una verdadera revolución en su medio familiar y
social, creando un problema generacional. Debe abandonar la imagen
idealizada de sí mismo que su hijo ha creado y en la que él se ha instalado. Ya no
podrán funcionar como líder o ídolo y deberán aceptar una relación llena de
ambivalencias y críticas. Al mismo tiempo, la capacidad y los logros del hijo lo
obligan a enfrentarse con sus propias capacidades y fracasos.
El adolescente busca la solución teórica de todos los problemas trascendentes y de
aquellos a los que se verá enfrentado a corto plazo: el amor, la libertad, el
matrimonio, la paternidad, la educación, la religión.
Sufre crisis de susceptibilidad y de celos, exige y necesita vigilancia y
dependencia, pero sin transición surge en él un rechazo al contacto con los
padres y la necesidad de independencia y de huir de ellos. Esta crisis lo hace
buscar refugio en la fantasía; ambivalencia entre el impulso al desprendimiento y
la tendencia a permanecer ligado.
Con frecuencia el adolescente se somete a un líder que lo politiza y, en el fondo,
reemplaza las figuras paternas de las que está buscando separarse.
A más presión parental, a más incomprensión frente al cambio, el adolescente
reacciona con más violencia, es en este momento decisivo de la crisis adolescente
cuando los padres recurren por lo general a dos medios de coacción: el dinero y la
libertad.
Son 3 las exigencias básicas de libertad que plantea el adolescente a sus padres:
● la libertad en salidas y horarios
● la libertad de defender una ideología
● la libertad de vivir un amor y un trabajo
Necesitan vivir sus experiencias para ellos; exigir información es tan patológico
como prohibir. Esos padres no se han dado cuenta de que escuchar es el camino
para entender lo que está pasando en sus hijos.
El adolescente de hoy está harto de consejos, necesita hacer sus experiencias y
comunicarlas, pero no quiere ni acepta que sus experiencias sean criticadas ni
confrontadas con la de los padres. El adolescente percibe que cuando los padres
comienzan a controlar el tiempo y los horarios están controlando algo más: su
mundo interno, su crecimiento y su desprendimiento. La posición útil en los
padres es la de espectadores activos.
Es necesario dar una libertad y para ello hay 2 caminos: dar una libertad sin
límites, que es lo mismo que abandonar a un hijo; o dar una libertad con límites,
que impone cuidados, cautela, observación, contacto afectivo permanente,
diálogo, para ir siguiendo paso a paso la evolución de las necesidades y de los
cambios en el hijo.
Si piden la emancipación no lo hacen en búsqueda de llegar rápidamente al estado
de adultos, sino porque necesitan adquirir derechos y libertades similares a los que
los adultos tienen, sin dejar su condición de jóvenes.

Rocío Acosta
Toda adolescencia lleva el sello individual, el del medio cultural, social e histórico
desde el cual se manifiesta, y el mundo en que vivimos nos exige la búsqueda del
ejercicio de la libertad sin recurrir a la violencia para coartarla.
Es un momento crucial en la vida del hombre y necesita una libertad adecuada con
la seguridad de normas que le vayan ayudando a adaptarse a sus necesidades o a
modificarlas, sin entrar en conflictos graves consigo mismo, con su ambiente y
la sociedad.

Díaz y Hillert - “El tren de los adolescentes” Cap. 3


El género humano necesita aportar a la diferencia sexual anatómica un acto
psíquico, una operación que permite acceder a la sexualidad.
Amor y relaciones sexuales: la mayoría de las veces allí donde aparece el amor, no
acude el deseo sexual, y allí donde surge el deseo no hay amor.
No hay un saber universal sobre la sexualidad que se transmita genéticamente,
tampoco existe un modo universal de lo que hay que hacer en cada situación, en
ello reside el drama humano: siempre está sujetado al enigma del deseo.
El saber sobre el amor y el sexo siempre se busca en el Otro.
En la actualidad han comenzado a producirse encuentros cibernéticos, donde ya
no cuenta la presencia del partenaire y toma relieve la realidad virtual.
“Una nueva forma de amar es la que surge con el llamado sexo tecnológico. El
placer está tecnológicamente garantizado con la ayuda de algunos elementos:
computadores, cascos, guantes sensoriales, etc.”
El segundo despertar sexual: cambios con la llegada de la pubertad: crecimiento
y maduración de los genitales internos, que tendrá como consecuencia la
evolución de los llamados caracteres secundarios → vello pubiano, crecimiento de
los genitales, acceso a la capacidad de procreación.
Tenemos una anticipación biológica respecto de un tiempo subjetivo de espera.
● Que el joven se encuentre en condiciones biológicas de engendrar un nuevo
ser no es equivalente a estar en condiciones de asumir el lugar simbólico
que representa la paternidad.❗
La sexualidad es autoerótica hasta ese momento en que encuentra por fin su
objeto sexual.
● El despliegue de la sexualidad implica que la sensualidad y la ternura
deberán confluir como dos corrientes sobre el objeto y el fin sexual.
→ Se trata de un tiempo de pasaje, incluye el pasaje de las prácticas
masturbatorias a las primeras relaciones con un partenaire. Pasaje de los objetos
parciales de la infancia a la elección de un nuevo objeto sexual.❗
Con el acceso a estas experiencias la sexualidad no se halla colmada, porque
sexualidad y relaciones sexuales no son equivalentes.
Otro acceso más estructurante que el acceso genital es el de reconocerse hombre
o mujer, acceder a la sexuación, que no es un proceso natural. No se nace sino
que se accede a ser hombre o mujer, en relación a un otro.❗❗
Siempre hay dos sexos: el de uno y el de otro, el del partenaire, aun cuando se elija
como objeto sexual a alguien de su mismo sexo.❗
Esta presencia del otro sexo anuncia que su semejante le hace presente la
alteridad mas radical, cae una ilusion: no solo no se sabe lo que quiere el otro,
sino que fundamentalmente se cuentra exiliado de su propio saber. ❗❗

Rocío Acosta
→ El llamado segundo despertar sexual remite a un despertar para el sujeto, el
centro del cuerpo como cuerpo sexuado, la emergencia de un deseo que irrumpe
en la tranquilidad, un mal encuentro con el propio cuerpo.
❗La condición del deseo es la de mantenerse insatisfecho, ya que no hay un objeto
que satisfaga el deseo, así desde la incompletud, el sujeto sigue deseando.
Lo que se produce en la adolescencia es el encuentro con →lo real del sexo←, que
es del orden de lo imposible, el tiempo donde se rompe la ilusion de un encuentro
total, completo.
→En el momento de acceder a la capacidad de reproducción también se logra la
posibilidad de inscripción de la muerte, de la muerte no se tiene representación
psíquica. (dos vertientes: procreación y muerte)
¿Qué sucede cuando el humano no se conforma con el mini cibernético que está
programado para el confort? una máquina puede satisfacer una necesidad, realizar
una fantasía, pero es incapaz de dialogar amorosamente. La dimensión propia de
la sexualidad entre los humanos resulta del fracaso de saber cómo goza el otro❗;
el cuerpo y las relaciones con otros son lugares privilegiados para la relación
enigmática y de desencuentro con el deseo, desencuentro que otorga brillo y
matices a la sexualidad.
→Cuerpo y deseo: El cuerpo está en relación con el ideal de cuerpo que habita a
cada uno y con la imagen que nos devuelven los demás; también hay un cuerpo
erógeno, de bordes y fronteras, produce placer, es el cuerpo pulsional.
Cuerpo para el psicoanálisis, presentes tres dimensiones: real, simbólico e
imaginario. ❗
Por la complejidad del acceso a la sexuación no es posible afirmar que los
encuentros a través de la virtualidad equivalen a un acceso a la genitalidad.
El sexo cibernético aparece como una nueva versión de satisfacciones
autoeróticas.❗
Función de las máquinas de placer: el interesado queda al resguardo de
cualquier situación de frustración. Está todo preparado para un encuentro sin
fallas, cuando ya no resulta interesante, la desconexión se logra inmediatamente,
el sujeto no arriesga nada.
Vicisitudes del encuentro sexual: el encuentro personal por si mismo tampoco
garantiza que se produzca un encuentro.
Si la relación del sujeto con objeto de goce se reduce a la reproducción infinita de
satisfacción, no se hace lugar a la aparición de un otro como alteridad
subjetiva.❗❗
La promesa del goce total, ilimitado, indica la ausencia de la ley ordenadora del
deseo.
El desfallecimiento de la función paterna impide la instauración de esa ley que
impone restricciones a los modos de goce ilimitados; cuando esa ley no se
transmite simbólicamente el individuo es empujado a procurarse en lo real.

Donzino – Los primeros amores


En la adolescencia, los primeros amores encarnan experiencias decisivas, pero
también representan un tiempo estructural necesario para el devenir del sujeto.
Los primeros encuentros amorosos y sexuales de los adolescentes le permitirán
encontrarse con un compañero amoroso en una tentativa de fusión, tentativa que
fracasa frente a la imposible complementariedad con el otro.

Rocío Acosta
● Salir exogámico 1° momento.“salir” es una consecuencia de una pulsión,
de un impulso a salir más allá del espacio familiar, de los límites de su
propio cuerpo.
● El ideal a alcanzar 2° momento.“salir con”: es una especie de ideal a
alcanzar, un ideal que conjuga la salida del espacio conocido para reunirse
con lo desconocido del encuentro con el otro enamorado.
“El sujeto se constituye en el corazón del Otro” El sujeto aprenderá así la
naturaleza engañosa del objeto que, sin embargo, lo constituye y despierta su
deseos.
● Procesos de ambivalencia en relación con cualquier tipo de dependencia,
en especial de la de sus primeros objetos.
El encuentro y lo imposible. La incompletud
● La destitución progresiva de las imágenes parentales hace que el sujeto
procure encontrar imágenes identificatorios que se sostengan y que le
hagan constituir una posición de sujeto.
● El encuentro es el acontecimiento que inaugura para el sujeto el hecho de
que hay otro.
● Lo imposible del encuentro amoroso reside en el hecho de que esa relación,
como la relación sexual, “no hace uno”.
● Lacan dice “amar es dar lo que no se tiene, a quien no es”. Eso me lleva a
sostener que el encuentro “con” es fundamentalmente para que el sujeto
encuentre su ser, una posición del sujeto del icc en su totalidad.
El enloquecimiento del cuerpo en la adolescencia
El cuerpo se vuelve loco: con un doble sentido, modificaciones del propio cuerpo y
del otro.
● El otro sexuado será rápidamente puesto en el lugar de su ideal
magnificado, de un imaginario con múltiples connotaciones fálicas.
● En ese “salir con” se va a producir, como en el estado de enamoramiento,
una “enamoración”, como un desborde de la libido del yo sobre el objeto.
● El riesgo de despersonalización está muy cerca. Para un adolescente que no
puede hallar sus propios límites y los del otro, el riesgo de sumergirse en el
otro y de fundirse.
Amor cortés. Amor y goce.
→ El amor cortés se trata de poner a distancia el deseo. A pesar de la atracción, el
miedo al encuentro predomina por un tiempo. El adolescente, en sus comienzos
del juego con el otro, se sitúa en un lugar que quisiera ser fuera del cuerpo, libre
del deseo y del aspecto carnal de su atracción hacia el otro.
Los primeros amores adolescentes estarían calcados del modelo del amor
romántico sólo hasta el punto del verdadero encuentro con el otro, pues creo que
la comparación llega hasta ahí; una vez que se ha aprehendido al otro de “la
enamoración”, el encuentro se desarrollará en un acercamiento del ser del otro y
en una relación sexualizada; ante la constatación radical de que no hay relación
sexual que haga uno, este encuentro no puede traer más que despecho; las
ilusiones comienzan a vacilar.
Hito→ la etapa siguiente será el encuentro con el cuerpo del otro, su carne. El
sujeto vive un reanudamiento al cuerpo de la madre, con sensaciones de
proximidad o de fusión corporal. El objeto de amor no es más materno, se trata
del cuerpo del otro.
“Salir con” del tiempo de los 1eros amores, el sexo es un decir y se define por una
relación: no hay relación sexual. Esta relación sexual es un conjunto vacío. La

Rocío Acosta
chica busca amor del chico que ama, y el chico busca goce en su compañera
femenina. Ella le dará quizás su cuerpo por amor, él le dará amor a cambio de
goce. Los dos verán rápidamente los límites y lo real que se inserta entre ellos.
Características 1° amores: Resumen
● Encuentro con un compañero amoroso en una tentativa de fusión, fracasará
frente a lo imposible complementariedad con el otro.
● Encuentro imaginario para el sujeto el hecho de que hay en el otro. Relación
sexual no hace uno.
● Modificaciones cuerpo propio y del otro.
● El otro sexuado = lugar ideal magnificado.
● Enamoración: desborde de la libido del yo sobre el objeto.
● Rasgo “despersonalización”, adolescente no puede hallar los límites
propios y del otro, riesgo sumergirse en el otro, de fundirse.
● Amor cortés: distancia del deseo, libre del aspecto carnal hacia el otro.
● Hito: encuentro con el cuerpo del otro, su carne. Reanudamiento al cuerpo
de la madre, proximidad de fusión, objeto de amor diferente a la madre, es
el cuerpo del otro.
● 1° amores: se inician en la adolescencia, pero pueden recomenzar a
cualquier edad.
● 1° amores tiempo estructural en la constitución del sujeto del icc:
● “el sujeto se constituye en el corazón del Otro”, el sujeto aprenderá la
naturaleza de la enseñanza del objeto que, sin embargo, lo constituye y
despierta su deseo.
● El encuentro “con” es fundamental para que el sujeto encuentre su ser, esto
es, una posición del sujeto del icc, en esa totalidad.

Mabel Belgaguy, Juliana Gomez y Alejandra Menis - La metamorfosis de la


pubertad y el despertar de la primavera
Freud y “la metamorfosis de la pubertad”
En la época que Freud escribió que no existía en el idioma alemán “adolescencia”,
la palabra utilizada era “pubertad” se refería tanto a la etapa de maduración
física como a las características psicológicas concomitantes.
Explica que los procesos que Freud adscribe a la pubertad (desasimiento de la
autoridad de los padres y el hallazgo de objeto exogámico), tienen un decurso
prolongado que excede al periodo de la pubertad.
Este término hace referencia al 1°periodo de la adolescencia (cambios corporales
derivados de la madurez sexual).

En 3 ensayos de la teoría sexual 1905 Freud formula su teoría, formulando 2


tiempos de la sexualidad humana:
1. Sexualidad infantil, interrumpido por la latencia
Sexualidad infantil (1° tiempo): las primeras elecciones de objeto (complejo de
Edipo) que sucumben a la represión, dando lugar al periodo de latencia. En la
latencia, la producción de excitación sexual en modo alguno se suspende, sino que
perdura y ofrece un acopio (gran acumulación de energía) que en su mayor parte
se emplea para otros fines diferentes a los sexuales, favoreciendo estos
sentimientos sociales y para edificar las ulteriores barreras sexuales (mediante la
represión y formación reactiva).
Características del primer tiempo de la sexualidad infantil o pre genital:

Rocío Acosta
● La sexualidad es autoerótica: placer se obtiene en el propio cuerpo sin
participación de un objeto externo.
● Autonomía de las pulsiones parciales: cada una de las pulsiones parciales
(oral, anal, fálica) busca su satisfacción de manera independiente a través
de las zonas erógenas. El placer es provocado por la estimulación de las
zonas erógenas, que a partir de la pubertad se va a constituir como placer
previo al placer final.
● 2 a los 5 años: “primer tiempo de la elección de objeto” (Edipo), que
suelen ser los propios padres. El segundo tiempo tendrá lugar en la pubertad.
● Premisa universal fálica: tanto para la niñita como para el varón solo existe
un órgano genital, el masculino (falo), lo que instaura la polaridad fálica /
castrado. En la pubertad, con la representación del órgano sexual
femenino, se establece claramente la diferencia entre los sexos.El placer de
la sexualidad infantil es el de las pulsiones parciales, propio de la
disposición perversa polimorfa del niño.
Con la pubertad finaliza el periodo de latencia y se inicia la 2da oleada de la
sexualidad humana.
2. Sexualidad propiamente dicha, pubertad.
“Con el advenimiento de la pubertad se introducen los cambios que llevan la vida
sexual infantil a su conformación normal definitiva” Freud – 1905
● En el 2do tiempo pulsional puede ubicarse los siguientes procesos:
● Desde el punto de vista pulsional, se produce la subordinación de las
pulsiones parciales bajo el primado de la genitalidad, a través del
mecanismo de placer preliminar.
● El autoerotismo correspondiente a la estimulación de las distintas zonas
erógenas aporta la elevación de la tensión necesaria para hacer surgir la
energía motora que permitirá llevar a término el acto sexual.
● La penúltima fase del acto sexual es la excitación de las zonas genitales
(pene- vagina) conduce a la eyaculación.
● El placer final en el coito es de mayor intensidad y es nuevo porque está
ligado a condiciones que no habían aparecido antes de la pubertad.
● El 2do tiempo es también el de la elección de objeto: con la aparición de la
tensión genital tiene lugar la reedición del complejo de Edipo y de la
castración.
● Parricidio e incesto son ahora posibles, porque a la oleada de la
sexualidad habrá de oponerse una nueva oleada de represión, de modo
que pueda ser abandonada la fijación a los objetos edípicos. Esto trae como
consecuencia el desasimiento de la autoridad de los padres.
● La desinvestidura de los padres va a posibilitar el hallazgo del objeto
exogámico y heterosexual. Para Freud es “propiamente un reencuentro”. Se
reestablece la relación originaria con aquel primer objeto de la pulsión,
reencuentro con el 1° objeto de amor (madre, pecho materno).
Hallazgo de objeto (1914):
→Por apuntalamiento: modelo de la 1° infancia, el padre protector o la madre
nutricia
→Modo narcisista: busca en los objetos el reencuentro con el yo propio.
● La elección de objeto en la pubertad es, al principio, llevada a cabo solo
imaginativamente. La vida social “en maduración” tiene poco campo de
acción más allá de las fantasías.

Rocío Acosta
● Confluencia de la corriente sensual y la tierna en el mismo objeto: una de
las consecuencias del naufragio del Edipo es que la pulsión queda escindida.
La corriente sensual es reprimida y el niño queda ligado a sus padres a
través de la ternura (pulsión sexual inhibida en su fin). En la adolescencia
es esperable que ambas corrientes se unifiquen en un mismo objeto.
(“normalidad de la vida sexual”).
La sexualidad se pone al servicio de la función reproductora como una nueva
meta.
La oposición fálico/castrado deja su lugar a la diferenciación masculino-
femenino.
2 Críticas a Freud, teniendo en cuenta la vigencia en el contexto socio-histórico-
cultural de Freud y su diferencia en el marco actual.
● “La pulsión se pone al servicio de la reproducción”à Los jóvenes tienen
relaciones sexuales en busca de una satisfacción pulsional que no implica
necesariamente la parentalidad como meta, aunque esta sea ahora posible.
● “La conciliación del hallazgo de objeto externos heterosexual”à No hay
discusión con respecto a que la elección debe ser exogámica, no ocurre lo
mismo con lo que plantea Freud con respecto a la heterosexualidad del
objeto. Lo esencial es que el sujeto pueda tomar un posicionamiento sexual
y se relacione desde allí con el objeto, sea de otro sexo o del mismo.
El sujeto se encuentra atravesado por lo histórico-socio-cultural que lo determina
a través de procesos identificatorios, que se ubican en el vínculo con el Otro
familiar.
La compleja tarea que supone construir un proyecto propio plantea doble trabajo:
desasirse del deseo del otro y enfrentar una realidad del mercado o sistema
productivo con escasas o mezquinas posibilidades para la juventud y para un cada
vez mayor número de desempleados o despedidos. Un capitalismo salvaje, que
impone el mandato de construir, produce sus propios excluidos y exige
desocupación, siendo los adolescentes la franja etaria más vulnerable a este tipo de
violencia. (Barrionuevo)
Lacan y “El despertar de la primavera”
Mientras que Freud expone en su teoría diversas líneas evolutivas (fases de la
evolución libidinal, sucesión de identificaciones, de yos, etc.). Lacan es muy
crítico con respecto a una postura que tome en cuenta lo evolutivo. No niega que
exista un desarrollo psicológico, pero lo que va a decir es que eso no tiene nada
que ver con la cuestión del sujeto del inconsciente del que se ocupa el
psicoanálisis tal como él lo entiende.
● “El despertar de la primavera”hace referencia al encuentro del
adolescente con la sexualidad y al lugar de la fantasía como primera
instancia psíquica. La irrupción de los cambios somáticos es pensada por
Lacan como la irrupción de lo real del cuerpo, que es un real que el
adolescente no puede impedir ni dominar.
Los cambios corporales de la pubertad, la exigencia de asumir una posición
sexuada, la admisión de la propia muerte, sexualidad y muerte, en fin, son las
manifestaciones de lo real que irrumpe y que los adolescentes tratarán de
simbolizar o representar. Cada uno, de modo singular, se los verá ante el
encuentro con su imposible de simbolizar pues, al decir de Lacan, no hay una
fórmula general para “zafar bien del asunto”.❗❗❗
“Despertar de primavera”: Obra de WedeKind 1891, tratamiento de las temáticas
de la sexualidad y el suicidio. El encuentro imposible entre los sexos, en el sentido

Rocío Acosta
de la inexistente complementariedad entre el hombre y la mujer, queda
claramente plasmada en la obra, se muestra como los obstáculos en el encuentro
con la sexualidad y la imposibilidad de significarla, puede llevar a los
adolescentes a los más trágicos desenlaces.
● Lacan dice “No hay relación sexual”, en tanto nunca hay una adecuación
perfecta entre el sujeto y su objeto, y este es sobre todo determinado por
el lenguaje. El joven se enfrenta a la ausencia de un saber sobre el sexo y el
acceso a la sexualidad esta mediatizada por el Otro del discurso, es por
el Otro que se posibilita el acceso al otro sexo. Los humanos, al ser sujetos
de discurso, se encuentran atravesados por el mismo y sus vínculos están
mediatizados por la palabra, hecho que de por sí la pérdida de la
naturalidad en el encuentro con el otro sexo (es del orden del deseo a
diferencia de los animales que es de la necesidad).
La obra: tragedia infantil, protagonistas 14 y 15 años. Refleja el modo de
funcionamiento de una sociedad a fines del siglo XVIII.
La represión proviene del mundo adulto que proscribe todo lo relativo a la
sexualidad de los jóvenes: la información está velada.
En el momento de enfrentase a lo real de los cambios corporales inherentes a la
irrupción de la 2da oleada de la sexualidad, las manifestaciones de los jóvenes
vinculadas a la curiosidad, la experimentación, el deseo de mejorar su imagen,
son violentamente reprobados y castigados por padres y profesores.
Adolescentes quedan literalmente por fuera de un mundo que no les prestó
palabras cuando ellos no sabían que decir.
El encuentro con lo real de la sexualidad tendría sus consecuencias en ellos, y
responder en lo real puede llevarlos a la muerte: como accidente o como pasaje
al acto suicida.
Wendla (14 años) → La madre desmiente el crecimiento de su hija. No legitima
las nuevas imágenes que esta se da “grande y sexuada”. La madre no quiere
devolverle a su hija una imagen de mujer que implicaría perderla como una niña,
objeto de su goce. En consecuencia, no la habilita para la sexualidad femenina,
encierra el camino que la conduciría a la exogamia y a la vida.
Melchor/Mauricio→ dificultad para poner en palabras las primeras sensaciones
ligadas a la genitalidad: rodeos, balbuceos, silencios. Lo real es percibido a la
manera de sentimiento traumático repentino, como un “rayo” proveniente del
exterior, del que es imposible sustraerse, acompañado de un afecto displacentero
concomitante, que es la angustia, “angustia mortal” de este algo que no se puede
nombrar. Algo real ante lo cual todas las palabras se detienen: “el objeto de
angustia por excelencia”, dice Lacan.
Mauricio: “el ser hombre” es solo ser un buen estudiante (para sus padres). La
invasión del pensamiento por lo sexual lo lleva al fracaso de la sublimación.
Después de reprobar 1 examen, alienado en el deseo de los padres, no pudiendo
soportar estar a la altura de sus expectativas, se pegó un tiro, se suicida.
Melchor: A causa de un escrito sobre el coito destinado a Mauricioy del embarazo
de Wendla, es encerrado en un correccional, apuntado además como responsable
de la muerte de sus amigos. “inclinación hacia lo inmoral”, dice el padre sobre él.
Escapa de la correccional y llega a la tumba de sus amigos, aparece el fantasma
de Mauricio para llevarlo al mundo de los muertos.
Aparece un caballero enmascarado (adulto iniciador). Elimina el discurso
engañoso de Mauricio (su culpabilidad del suicidio) y le ordena retirarse. Con su
intervención lo anima a la vida.

Rocío Acosta
El enmascarado es la figura de un adulto, podría ser una figura parental o
analista, funciona como alguien que impone la ley del falo, una regulación que
permite poner en palabras, constituir un borde a que lo que, quedando fuera de la
ley, resultaría inarticulable para el adolescente.
Enmascarado = nombres- del- padre- Lacan. La importancia de la intervención de
las figuras parentales o sus sustitutos para dar a los adolescentes amparo y
acompañamiento, pero sin retenerlos, de modo que puedan desprenderse de sus
objetos edípicos y atravesar el encuentro con lo real de la sexualidad y con el
otro sexuado en la exogamia, dentro del registro Simbólico o del registro
Imaginario, sin responder desde real, con lo real de la acción que los arrastra a
la muerte.

Identidad sexual, identidad de género y derechos de niños/as-adolescentes-


Adrián Grassi
Problemáticas en relación a las consultas desde varios ámbitos por los pedidos de
cambios de identidad de género por parte de niños, niñas y adolescentes.
Sexo→ indicadores biologicos basicos a partir de los cuales los humanos se dividen
en categorias e hombres y mujeres. Diferencias en las capacidades reproductivas.
Género→ indica variables históricas y culturales mediante las cuales las
sociedades organizan las diferencias sexuales; en distintas épocas o contextos
sociales cambia lo que se espera de un hombre o mujer según criterios de
masculinidad o feminidad.
El pensamiento de la modernidad produce una soldadura entre sexo y género,
privilegiando el paradigma biológico.
Lo que se aparte de esta correspondencia sexo/genero queda caracterizado como
desviacionismo psicopatologizante, discriminatorio y excluyente.
Campo jurídico: se introdujo una dimensión de la vivencia subjetiva en la elección
de género, cambiando el paradigma biológico, ubica al niño con su vivencia
corporal subjetiva y como sujeto de derecho.
El psicoanálisis no comparte el paradigma biologicista, cuestiona el
determinismo, la identidad de género no deviene como consecuencia de la
anatomía sino que es una construcción psíquica❗❗ en la cual intervienen el
cuerpo-su imagen y variables que requieren de una tópica externa al sujeto
mismo. La percepción subjetiva del cuerpo toma vital importancia.
El psicoanálisis hace intervenir un concepto de imagen del cuerpo, dice Nasio: “No
somos nuestro cuerpo de carne y hueso, somos lo que sentimos y vemos de
nuestro cuerpo: soy el cuerpo que siento y el cuerpo que veo” “considero la
imagen del cuerpo como la sustancia de nuestro yo❗❗; compuesto por la imagen
mental de nuestras experiencias corporales y la imagen especular”
Instancia psíquica→ Yo (Freud, segunda tópica); autopercepción del cuerpo. Nasio
“el yo no es más que un sentimiento, el sentimiento de existir, de ser uno,
sentimiento subjetivo que se basa en la vivencia subjetiva de nuestras imágenes
corporales”❗
El yo percibe y se percibe a sí mismo definiendo su identidad.
La autopercepción es un sentimiento engañoso “el yo es un conjunto de imágenes
de uno mismo cambiantes y contradictorias, no hay un yo puro, el yo siempre es
resultado de la interpretación personal de lo que sentimos y vemos nuestro
cuerpo”.❗

Rocío Acosta
Lacan cuestiona al Yo como garante de la verdad del sujeto, lo considera una
entidad imaginaria cincelada de ignorancias, lugar de desconocimiento.
Sin embargo, el Yo hace constantes esfuerzos por procurar certeza de ser uno
mismo.
El nacido bebe tendrá que metabolizar el cuerpo en tanto soma viviente, estos
procesos psíquicos van registrando el cuerpo como cuerpo propio (narcisismo
primario). A los 3 años encuentre una primera forma de consolidación con el
reconocimiento de su imagen en el espejo, primero lugares de asentamiento del
Yo y la identidad del cuerpo.
Los procesos puberal-adolescente le dan una nueva vuelta a la imagen
inconsciente del cuerpo, con la irrupción de los caracteres sexuales secundarios
y el cuerpo genital❗; ahí se consolida una imagen del cuerpo reorientando lo
infantil a lo genital.
→ La imagen del cuerpo que el niño hace de sí lleva las marcas del vínculo con la
madre, sus sustitutos, sus acompañantes. Esta imagen inconsciente del cuerpo
(IIC) está soldada al cuerpo-deseo del Otro.
Que el niño pueda decir nene-nena referido a sí mismo requiere de procesos que se
dan entre él y su medio ambiente que lleva inscripto, que permiten se reconozca
en ese “su cuerpo” en el cual se mira y es mirado.
El cuerpo y su imagen siempre es vincular, como es también vincular la inscripción
del cuerpo puberal-genital.❗
Podríamos decir que hasta que el niño de dos o tres años no tenga
suficientemente consolidada la imagen especular, su imagen inconsciente
corporal, es difícil encontrarse en condiciones de iniciar un proceso relativo a las
diferencias de género. Hasta que la subjetividad no pase por los procesos
puberal-adolescentes la construcción de la identidad y la identidad de género
no encuentran un momento conclusivo.
Para el psicoanálisis la sexualidad humana se constituye en dos tiempos:
sexualidad infantil y sexualidad adulta. ←
Silvia Bleichmar→ Sexualidad infantil: desgranada de los cuidados precoces,
implantada por el adulto, productora de excitaciones que encuentran vías de
ligazón y descarga bajo formas parciales. Sexualidad adulta: primacía genital,
establecida en la pubertad.
Lacan→ sexualidad infantil asexuada, lo cual no quiere decir no concernido por la
sexualidad, sino a la diferencia de los sexos, en términos de encuentro de dos
cuerpos sexuados, en términos de lazo sexual.
El proceso de sexuacion en su primer tiempo es de disposición bisexual,
inconcluso hasta que se haga la experiencia del cuerpo puberal/genital.❗
Todo lo que comienza a organizarse en la niñez, requiere de una segunda vuelta: el
entretiempo puberal adolescente.
La castración en la adolescencia opera diferenciado los sexos y las generaciones.❗
Pubertad-adolescencia resignifican la infancia, historizan su pasado, proyectan
su futuro. Vuelve a la infancia para dar nuevos sentidos.
La pubertad deconstruye y reconstruye la imagen infantil de sí mismo para volver
a construir una nueva identidad y una identidad de género, consolidadas las
marcas genitales.
La llegada del cuerpo puberal significa un acontecimiento→ el Yo encuentra
apoyaturas para su reformulación en tres direcciones: 1. un cuerpo desarrollado
maduro par las relaciones sexuales y la procreacion. 2. la creación de un espacio

Rocío Acosta
de exterioridad a lo familiar 3. Creación de un espacio intergeneracional con
proyección de futuro.
Cuando en el trabajo psicoanalítico con los pacientes aparece la certeza en forma
de “ser mujer en un cuerpo de varón” o viceversa o la idea fija de que la
naturaleza se equivocó de sexo, alertamos. La otra cara de la certeza es el
negativismo psicótico.❗❗
La certeza no debiera conducir un proceso dando credibilidad a lo que se obstina
en afirmar; si la certeza se torna consistente es porque hay un proceso
patológico, la certeza no afirma al ser del sujeto en dicha verdad; es muestra de
un self (winnicott) que organiza al Yo de manera rígida.
Nuestra hipótesis es que en el periodo de 2-9 años, al sentir amenazada su
integridad, el Yo se construye una identidad falsa como defensa,bajo las
diferencias de género marcando su territorio identitario.❗❗
Algo interfiere la capacidad de pregunta y espera del niño, puede que el niño no
tolere la espera exige resolución inmediata de la identidad de género con el.
Apresurar, salteando momentos del proceso, conlleva a soluciones falsas,
demanda acciones mágicas e iatrogénicas.
Cuando el niño reniega de su nombre, cuando desconoce o reniega de su
identidad sexual, el Yo produce un desconocimiento, una forclusión local, una
negación inconsciente a integrar en el yo una representación que es inaceptable.
→La certeza como proceso psiquico hay q tratar de relacionarla con la
interrogacion y la duda, interrogacion que se ve en casos donde el adolescente se
pregunta como hacer para vivir con esta diferencia entre sexo e identidad de
género, para vivir en un cuerpo que no le gusta y con una identidad representada
por el nombre.
La pregunta es constitutiva de la sexualidad infantil, la investigación sexual
infantil introduce al niño en los dilemas de la sexulidad❗❗, la duda abre planteos
sobre que lleva a los padres a elegir tal nombre, que significa ser varón o mujer,
preguntas sobre el origen del sujeto, el placer, el deseo.
Hay que considerar el sufrimiento que conllevan estos procesos, vividos como
trastornos o síntomas. El psicoanálisis dispone de dispositivos clínicos que pueden
ayudar a contener y acompañar su elaboración, dispositivos que permitan un
tránsito por las ambigüedades sexuales.
Nuestro aporte desde el psicoanálisis a la salud mental → promover periodos de
espera en la definición de género con una identidad en tránsito, acompañar estos
procesos en contextos terapéuticos e interdisciplinarios adecuados, que
contengan angustias del niño y la familia.
Nos referimos a casos que no implican intervenciones quirúrgicas sino de cambios
de identidad en el Registro Civil, una vez que se toma una decisión y se cambia,
tiene efectos en el orden simbólico y es un acto que constituye un antes y un
después.
Pensamos que los 18 años es un momento propicio para las definiciones de la
identidad de género; ¿por qué no género en tránsito? un proceso que no implique
un final anticipado, que admita la pregunta, que no apresure, al derecho de una
espera creativa.

Rocío Acosta
Unidad 4: Adolescencia: Lenguaje, Edipo y castración.
Muerte y asesinato del padre. El duelo y su tramitación. La
elección de objeto. Sexualidad y muerte. La producción
fantasmática.
Duelo y melancolía. Freud
Duelo: Es la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una
abstracción que haga sus veces (como un ideal, por ejemplo la libertad).
Aunque el duelo trae consigo graves desviaciones de la conducta normal en la
vida, nunca se nos ocurre considerarlo como un estado patológico, ya que pasado
cierto tiempo se lo superará y juzgamos inoportuno y dañino perturbarlo.
EL DUELO
contiene:
→ la pérdida del interés por el mundo exterior
→ la pérdida de la capacidad de escoger algún nuevo objeto de amor
→ el extrañamiento respecto de cualquier trabajo productivo que no tenga
relación con la memoria del muerto.
¿En qué consiste el trabajo del duelo? El examen de la realidad ha mostrado que el
objeto amado ya no existe, y de él emana ahora la advertencia de quitar toda la
libido de sus enlaces con ese objeto. Esa renuncia puede alcanzar tal intensidad
que produzca un extrañamiento de la realidad y una retención del objeto por vía
de una psicosis alucinatoria de deseo. Se ejecuta pieza por pieza con un gran
gasto de tiempo y de energía de investidura.
Una vez cumplido el trabajo del duelo, el Yo se vuelve otra vez libre y desinhibido.
El duelo normal vence sin duda la pérdida del objeto, y mientras persiste, absorbe
de igual modo todas las energías del yo.
Para cada uno de los recuerdos y de las situaciones de expectativa que muestran
a la libido anudada con el objeto perdido, la realidad pronuncia su veredicto: el
objeto ya no existe más; y el yo, si quiere compartir ese destino, se deja llevar por la
suma de satisfacciones narcisistas que le da el estar con vida, y desata así su
ligazón con el objeto aniquilado. Podemos imaginar que esa desatadura se
cumple tan lentamente y tan paso a paso que, al terminar el trabajo, también se ha
disipado el gasto que requería.
LA MELANCOLÍA:
La melancolía se singulariza en lo anímico por:
→ una pena profundamente dolida.
→ una cancelación del interés por el mundo exterior.
→ la pérdida de la capacidad de amar.
→ la inhibición de toda productividad.
→ una rebaja en el sentimiento de sí que se exterioriza en autorreproches y auto
denigraciones y se extrema hasta una delirante expectativa de castigo.
El melancólico nos muestra un enorme empobrecimiento del yo. Sus quejas son
realmente querellas; ellos no se avergüenzan ni se ocultan: pero todo eso rebajante
que dicen de sí mismos en el fondo lo dicen de otro.

Rocío Acosta
Mientras que, en el duelo, el mundo se ha hecho pobre y vacío, en la melancolía eso
le ocurre al yo mismo.
→El melancólico describe su yo como indigno y moralmente despreciable; se
hace reproches, se denigra y espera repulsión y castigo. Presenta insomnio,
repulsa del alimento y un desfallecimiento de la pulsión que obliga a todos los
seres vivos a aferrarse a la vida.
● El complejo melancólico se comporta como una herida abierta, que atrae
hacia sí energías de investidura (que en las neurosis de trasferencia hemos
llamado «contrainvestiduras») y vacía al yo hasta un empobrecimiento
total, por ello es fácil que se muestre resistente contra el deseo de dormir del
yo.
El duelo muestra los mismos rasgos excepto uno; falta en él la perturbación del
sentimiento de sí.
La melancolía también puede ser reacción frente a la pérdida de un objeto
amado, pero esa pérdida es de naturaleza más ideal. Lo que la definiría como una
pérdida de objeto sustraída de la consciencia, a diferencia del duelo, en el cual no
hay nada Icc en lo que corresponde a la pérdida. ❗❗
La melancolía toma prestados una parte de sus caracteres al duelo, y la otra
parte a la regresión desde la elección narcisista de objeto hasta el narcisismo.
La investidura de amor del melancólico, en relación con su objeto ha
experimentado un destino doble; en una parte ha regresado a la identificación,
pero, en otra parte, bajo la influencia del conflicto de ambivalencia, fue
trasladada hacia atrás, hacia la etapa del sadismo más próxima a ese conflicto.
Sólo este sadismo nos revela el enigma de la inclinación al suicidio por la cual la
melancolía se vuelve tan interesante y peligrosa. El conflicto de ambivalencia está
incluido en las premisas de la melancolía. Si el amor por el objeto se refugia en la
identificación narcisista, el odio se ensaña con ese objeto sustitutivo,
insultándolo, denigrándolo, haciéndolo sufrir y ganando en este sufrimiento una
satisfacción sádica.
La peculiaridad más notable de la melancolía, es su tendencia a volverse del revés
en la manía❗❗, un estado que presenta los síntomas opuestos. Según se sabe, no
toda melancolía tiene ese destino. La manía no tiene un contenido diverso de la
melancolía, y ambas afecciones pugnan con el mismo «complejo» al que el yo
sucumbe en la melancolía, mientras que en la manía lo ha dominado o lo ha hecho
a un lado.
Resumen→ hubo una elección de objeto, una ligadura de la libido a una persona
determinada, ya sea por obra de una afrenta real o un desengaño de parte de la
persona amada, sobrevino un sacudimiento de ese vínculo de objeto. La
investidura de objeto resultó poco resistente, fue cancelada, pero la libido libre
no se desplazó a otro objeto, sino que se retiró sobre el yo❗❗ y sirvió para
establecer una identificación del yo con el objeto resignado.
De esa manera la pérdida del objeto se mudó en una pérdida del yo.
Tiene que haber existido: una fuerte fijación en el objeto de amor y, por el otro
lado, una escasa resistencia de la investidura de objeto.
Esta contradicción parece exigir que la elección de objeto se haya cumplido sobre
una base narcisista, de tal suerte que la investidura de objeto pueda regresar al
narcisismo si tropieza con dificultades.
La identificación narcisista con el objeto se convierte entonces en el sustituto de
la investidura de amor, lo cual trae por resultado que el vínculo de amor no deba
resignarse a pesar del conflicto con la persona amada.❗

Rocío Acosta
Aquella ejecución del desasimiento de la libido pieza por pieza, es también
adscribible a la melancolía de igual modo que al duelo, pero la melancolía
contiene algo más que el duelo normal → La relación con el objeto se complica con
el conflicto de ambivalencia.
En la melancolía se urde una multitud de batallas parciales por el objeto; en ellas
se enfrentan el odio y el amor; donde el primero pugna por desatar la libido del
objeto, y el otro por salvar del asalto esa posición libidinal. A estas batallas
parciales no podemos situarlas en otro sistema que el Inconsciente.
Ahí mismo se efectúan los intentos de desatadura en el duelo, pero en este caso
nada impide que tales procesos prosigan por el camino normal que atraviesa el
Prcc hasta llegar a la conciencia.
→ Este camino está bloqueado para el trabajo melancólico. Así, de estas batallas
de ambivalencia, todo se sustrae de la conciencia hasta que sobreviene el
desenlace característico de la melancolía, el cual consiste en que la investidura
libidinal amenazada, abandona finalmente al objeto, pero sólo para retirarse al
lugar del yo del cual había partido. ❗
Tras esta regresión de la libido, el proceso puede devenir consciente, y se
representa ante la conciencia como un conflicto entre una parte del yo y la
instancia crítica.
De las tres premisas de la melancolía:
● pérdida del objeto
● ambivalencia
● regresión de la libido al yo
A las dos primeras las reencontramos en los reproches obsesivos tras
acontecimientos de muerte. Ahí, sin duda alguna, es la ambivalencia el resorte del
conflicto, y la observación muestra que, expirado este, no resta nada parecido al
triunfo de una complexión maníaca. Nos vemos remitidos, pues, al tercer factor
como el único eficaz.
Aquella acumulación de investidura antes ligada, que se libera al término del
trabajo melancólico y posibilita la manía tiene que estar en trabazón estrecha
con la regresión de la libido al narcisismo. El conflicto en el interior del yo, que
la melancolía recibe a canje de la lucha por el objeto, tiene que operar a modo de
una herida dolorosa que exige una contrainvestidura grande en extremo.

Grassi, Adrián (2010) Metamorfosis de la pubertad: el hallazgo (?) de


objeto.
Freud dice que “existen dos caminos para el hallazgo de objeto: en primer lugar
el que se realiza por apuntalamiento en los modelos en la temprana infancia y en
segundo lugar el narcisista”.
La cátedra agrega otra forma de encuentro, la alteridad del objeto, por su
amenidad y extrañeza por lo que conlleva de no conocido.
Nuevamente en el texto de Freud, dice que “la pulsión tenía un objeto por fuera
del cuerpo propio: el pecho materno. Lo perdió más tarde. Después la pulsión
sexual pasa a ser autoerótica y solo después de superar el periodo de latencia se
vuelve a la situación originaria. El hallazgo (encuentro) de objeto es propiamente
un reencuentro”.
La cátedra abre así, una polémica acerca de este encuentro: Hallazgo no es
encuentro.
Hallazgo no es encuentro

Rocío Acosta
No es equivalente ni sinonimo. Hallazgo implica la actividad que hace aparecer un
objeto mediatizado por la creatividad del sujeto. Es descubrir con ingenio algo
hasta entonces no conocido. Por lo cual, hallazgo no es tanto la acción de
encontrar, como una cualidad de la actividad subjetiva. Si el encuentro de objeto
es un hallazgo, lo es porque el proceso estuvo comandado por la creatividad del
sujeto. Este objeto es un hallazgo del sujeto, resulta de una formulación cercana a
los planteos de Winnicott sobre creatividad y espacio transicional, de P. Aulagnier
sobre lo imprevisto del sentido que pueda tomar el proyecto identificatorio en la
adolescencia.
Hallazgo y re-encuentro
El bebé se encuentra con un objeto exterior a sí, fuera de su cuerpo, aunque él no
experimente nada aún de la exterioridad del mismo, y esa exterioridad hace al
objeto “no-yo ajeno”. Que en los comienzos, esa ajenidad esté al servicio del bebe
y de la ilusión de objeto propio, depende de que la función materna sea
suficientemente adecuada.
Se reduce así, la exterioridad del objeto y pictograma de fusión mediante la
pulsión pasa a ser regularmente autoerótica; el objeto toma cuerpo en el niño.
Luego, y una vez que alcanza la representación del objeto por fuera de la propia
corporeidad, se producirá la elección infantil de objeto. Es necesario tener en
cuenta que cuando Freud habla de objeto, se refiere a representaciones psíquicas
de los objetos y no al objeto del mundo exterior.
Se crean e inician diferencias yo-no yo, sujeto-objeto, interno-externo, dentro-
fuera, y la representación global de la persona a quien pertenecía el órgano que
le dispensaba satisfacción. Proceso este que no se da de una vez y para siempre,
sino que a lo largo de toda la estructuración psíquica vuelve y re-vuelve desde el
pecho y lo oral, y todos los momentos de la constitución del psiquismo en la
niñez/adolescencia. Modelo que no va a ser ajeno a la genitalidad y al hallazgo de
objeto.
El cuerpo puberal
Llegada la pubertad, la sexualidad (genitalidad) ya no puede ser diferida. Una vez
instalada la barrera de la prohibición del incesto y los diques morales que hacen
al sujeto de la ética y la búsqueda de alteridad propia de la pulsión genital con
la pulsión puberal, al psiquismo le urgen trabajos específicos.
El cuerpo puberal requiere de nuevas inscripciones y nuevos circuitos
pulsionales. El objeto, para terminar de constituirse como tal (exterior-ajeno-
extraño), requiere de tiempos y espacios donde hacerlo, de ensayos y
exploraciones.
Le urge que el objeto sea investido siguiendo las vías corrientes tierna y sensual❗
de la pulsión por el olor, la mirada, el tacto, la voz, por todo lo no corporal propio,
por todo lo no familiar ya conocido y con mucho gusto intergeneracional.
Hallazgo ❗ es fundamentalmente nueva inscripción e inscripción de lo nuevo,
creatividad propia, por fuera del cuerpo familiar. Objeto marcado a fuego con la
angustiosa extrañeza del afuera. Re-encontrar la exterioridad del objeto es
reencontrar su recreación.
El trabajo clínico de procesos adolescentes se detiene como uno de sus lugares
privilegiados en el especial uso del cuerpo puberal. Y esto tanto en el campo de los
procesos saludables como en las patologías graves (accidentes frecuentes,
desarrollo de enfermedades psicosomáticas, procesos adictivos que comprometen
de manera muy importante funciones vitales como en la anorexia y bulimia,
actuaciones que recaen sobre el cuerpo con cortes y amputaciones que sin ser

Rocío Acosta
necesariamente intentos de suicidio ponen en riesgo su integridad, temores
hipocondríacos, cambios bruscos de peso, obesidad), además de todos los ropajes
que acompañan el cambio de piel, con sus dibujos, adornos y perforaciones.
Se llega a lo descrito como vivencia de extrañamiento corporal. El sentimiento de
extrañeza (bajo la forma de angustia no mentalizada) asociado al cuerpo
puberal, la pérdida de los reparos y los límites corporales llevan al adolescente a
tratar su cuerpo como un “objeto externo (extraño)”. Este cuerpo tratado como
ajenidad y el uso de defensas paradojales que supone traen resonancias en
dirección de la autodestructividad y el masoquismo.
Lo originario puberal insiste y nuevamente busca repetir los modelos vividos ya
conocidos, investidos a lo largo de la historia de las identificaciones corporales,
incestuosas familiares. Elaboración de lo originario puberal de no repetición en el
hallazgo de objeto, de identificaciones infantiles familiares. Trabajo de des-
identificación del objeto con los modelos familiares, búsqueda de lo altero en un
espacio extrafamiliar.
Una de las condiciones para el hallazgo de objeto, una primera condición es la
creación de la espacialidad exterior al propio cuerpo (transformación del
autoerotismo y del narcisismo) y espacialidad extrafamiliar donde hallarlo. Otras
condiciones serán hacer de lo extrafamiliar lo heterofamiliar y que en el vínculo
el objeto se deje crear.
El hallazgo de objeto no es sin el pasado historizado, no es sin la re-interpretación
de la historia infantil, no es sin su construcción, sin su ligadura con la genealogía.
Lo puberal, empuja al autoerotismo, al narcisismo, a los objetos incestuosos, a
lo familiar conocido.❗ Lo adolescente que ataca la prohibición del incesto (con
las barreras morales de la pulsión), es trabajo de simbolización, de elaboración de
lo puberal, de creatividad-hallazgo de objeto por fuera del propio cuerpo familiar.
Por lo originario puberal, la repetición pulsa. La creatividad adolescente
diferencia, es hallazgo, encuentra objeto otro, es alteridad. Entro lo puberal y lo
adolescente, la repetición, la creatividad.

El trabajo de duelo - Diego Moreira


Cuando se afirma la ausencia de un objeto investido libidinalmente, se produce
un desprendimiento de afecto: el dolor psíquico, que se manifiesta como
nostalgia o añoranza.
Este dolor psíquico promueve la sobreinvestidura de un deseo previo de carácter
narcisístico.
En muchas ocasiones tanto el sujeto como el objeto que se pretende duelar en la
niñez y en la adolescencia son narcisistas y desde luego la investidura también lo
es.
En realidad, la añoranza remite a un anhelo del yo por reencontrarse espejado en
el objeto.
Esta investidura narcisista y las tramitaciones se despliegan bajo la hegemonía de
la desmentida, como recurso defensivo del yo placer, que fundamenta el deseo
del joven de ser iniciado sexualmente por el padre del sexo opuesto. Esta
configuración permite que la compulsión la repetición se despliegue sin obstáculos.
En "Inhibición síntoma y angustia", Freud nos dice que cuando el yo es requerido
por actividades gravosas como un duelo, se suelen generar inhibiciones generales,
intensivas y de carácter transitorio.

Rocío Acosta
El yo sé empobrece libidinalmente, y no dispone de energía para un gasto
simultáneo en otras tareas.
Freud va a decir que en el trabajo de duelo es posible diferenciar cuatro tiempos
lógicos no cronológicos a saber:
Dictamen de la ausencia: un juicio que dictamina la ausencia del objeto,
derivado de un pensamiento examinador. Puede tratarse de un juicio de existencia
o bien un juicio crítico derivado de un pensar examinador del propio yo. Estos
dictámenes suelen ser contrarrestados vía desmentida, ubicando diversos recursos
como sustitutos de lo refutado. Cuando cede la defensa en su hegemonía, cobra
privilegio un momento lógico diferente qué llamamos adolescencia media, en
donde se despliegan los procesos de elaboración.
El proceso de clausura: se deslindan las huellas de memoria del objeto perdido
de la realidad, lo cual implica que la representación del objeto ausente ya no
tendrá su correlato en el mundo exterior, a la vez que se disciernen las huellas del
objeto en cuestión de otras inscripciones anímicas.
Añoranza o nostalgia: se ocupa el objeto con libido narcisista y
autoconservación. En su intensidad esta investidura puede derivar en una cierta
estasis, qué implica un estado tóxico y desprendimiento de dolor psíquico. El
crecimiento de la investidura añoranza se debe al carácter "irrestañable" del objeto
decretado ausente.
Desasimiento pieza por pieza: los actos del pensar activados en el proceso de
duelo implican el retiro de la investidura de cada una de las huellas que forman la
representación-cosa y la representación-palabra, qué son las que permiten que
el núcleo del objeto se constituya como tal y se discrimine el núcleo del yo.
El proceso de desasimiento implica un compromiso entre las exigencias
derivadas de la fijación al objeto, y el imperativo enlazado al dictamen del
juicio de existencia de la ausencia.

Sahovaler, Jose (2007) Los trabajos de la adolescencia tardía en Revista


Actualidad Psicológica, pág. 14 a 17.
Introducción
Desde Freud sabemos que la pubertad y adolescencia temprana comienzan con
una nueva ola del impulso sexual, esta vez genital y con la recatectización del
complejo de Edipo infantil. El joven debe abandonar los objetos incestuosos y
endogámicos, la fantasía que Freud nombra como “La novela familiar del
neurótico” será esa tramitación fantasmática del complejo de Edipo infantil.
Es a través de un conflicto generacional que se realiza el desasimiento de los
objetos primordiales; los autores kleinianos nos aportan la idea de duelo: duelo
por el cuerpo infantil, duelo por los padres de la infancia, duelo por las
seguridades perdidas.
Freud se interesa por estudiar la vida infantil para entender la patología adulta, no
se hace un estudio minucioso de la adolescencia, por ende, actualmente es
necesario pensarla como una nueva etapa en un psiquismo que aún no ha
terminado de desarrollarse.
Implica una idea de un psiquismo: abierto, incompleto y en transformación.❗ Y
la emergencia de la pulsión genital como acontecimiento inédito e inaugural.❗
Adolescencia como momento inaugural, su advenimiento es una etapa fundante
que resignifica todo el pasado; resignificación que no solo cambia el sentido de lo
acontecido previamente sino que funda un pasado que se inaugura en esa etapa y

Rocío Acosta
se convierte en al novela que los adultos, este construirse una pasado implica
terminar de construir un psiquismo que estaba en desarrollo.
Clinica con adolescentes, dos premisas básicas:
a. Es imposible pensar a un adolescente si su grupo de pares, el adolescente es
un ser social, el adolescente aislado debe ser pensado en relación al
contexto que él rechaza o que lo rechaza.
b. Hablar de adolescencia es incluir el tiempo como eje, pensar en el desarrollo
y la complejización de las instancias psíquicas es indispensable para
entender el funcionamiento psíquico de niños y adolescentes.
Las condiciones de época hacen que los adolescentes llevan a cabo tareas de
diversos modos. A lo estructural se le agregan las particularidades del contexto
interpersonal y social.
Tareas de los adolescentes:
1) adquisición del pensamiento abstracto: el adolescente debe complejizar su
manera de pensar y construir su mundo, llegar a estabilizar logicas
hipotético-deductivas abstractas.De lo contrario será incapaz de acceder a
una real profundidad simbólica en su vivir. Queda en una discapacidad
simbólica en su pensamiento.
2) El joven debe realziar su salida exogamica : la ruptura de la familia
nuclear, la conquista del mundo exterior y el alejamiento de los objetos
primarios hace que aparezca el interes pr los amigos del mismo sexo y del
sexo opuesto.La adolescencia tardía es el momento de consolidar al grupo
de amigos que nos ha de acompañar a lo largo de la vida asi com estabilizar
la elección de pareja.
3) El objeto de elección sexual: la salida normativa esperada es la
heterosexualidad, la reactualización adolescente de los complejos de Edipo y
de castracion junto al surgimiento de la pulsión genital hacen trastabillar la
identidad sexual, hay un momento lógico de duda acerca de la definición
sexual. Para definir la sexualidad el adolecente debe articular tres
cuestiones: la de elección de objeto sexual,la asunción de género en tanto
comportamiento social reglado y la capacidad de obtener placer en el acto
sexual. Menos prejuicio frente a formas de sexualidad no heterosexual. Las
ideas de fidelidad, monogamia y los modelos de familia tradicional están
siendo cuestionarios por los jóvenes.
4) La asunción del cuerpo adulto: en la misma línea de la obtención de la
satisfacción sexual, se debe realizar un duelo por el cuerpo infantil y la
construcción de una representación cuerpo-adulta. El adolescente debe
enfrentarse a mandatos sociales en cuanto al valor del cuerpo como bien
estético. La relación del joven con el cuerpo estará mediada por la publicidad
de la television.
5) Apropiación de la idea de muerte propia: descubrimiento de lo azaroso del
morir es traumático, nueva vuelta de la amenaza de castración.
6) Construcción de un Ideal del Yo: el ideal que guía el accionar del Yo a lo
largo de la vida se consolida en la adolescencia tardía. Superyó e Ideal del
Yo son estructuras necesarias y entrelazadas para la conformación del
aparato psiquico, hay ideas modernas que cuestionan la instauración de la
culpa superyoica. Actualmente los ideales yoicos a los que el joven puede
acceder se resumen en: ganar dinero; predomina un planteo hedonista e
individualista que cuestiona la culpa socializadora. La promoción de un ideal

Rocío Acosta
de juventud eterna atenta contra el conflicto generacional necesario, los
adultos dejan su lugar e intentan transvestirse de jóvenes.
7) Realización de la elección vocacional-laboral: no hay salida exitosa de la
adolescencia si no se ha hecho una elección laboral-vocacional que lleva la
satisfacción; salida que implica la represión de la sexualidad y el despliegue
de mecanismos de descarga pulsional sublimatorios que permitan obtener
placer en el hacer, en relación a lo laboral y el dinero.
Algunos aspectos de la metapsicología del adolescente tardío:
→El Yo como instancia que debe lidiar con el Ello.
→El Superyó y la realidad deben fortalecerse para poder lidiar con la pulsión
genital.
→Adolescencia tardía como el tiempo donde deberá afianzarse un Superyo adulto.
→Superyo 3 subestructuras: Autoconservación,Conciencia Moral, Creacion de
Ideales. Tiene un doble origen: es heredero del Complejo de Edipo, de las relación
objetales abandonadas, y hereda a su vez las relaciones narcisistas del Yo.Ideal
infantil.
→El Superyó, como instancia erótica investida con la libido objetal de los objetos
primordiales y la libido narcisista, deberá deserotizarse. Esto habilita al Yo para
ejercer dominio sobre esta instancia y no caer bajo las pulsiones sexuales
desenfrenadas.
→ A su vez, esta deserotizacion lo debilita ante la Pulsión de Muerte, pudiendo
llegar a la Melancolía.
→ El conflicto generacional es necesario para debilitar el Superyó infantil
abriendo un proceso de rearmado superyoico adolescente.❗❗❗

Urribarri, Rodolfo (2015) "Sobre Adolescencia, duelo y a posteriori" en


Adolescencia y clínica psicoanalítica. Bs As: Fondo de Cultura Económica
El decurso de la adolescencia involucra una serie de modificaciones que se
producen en el psiquismo y en las relaciones con su medio a partir de la
maduración física y genital.
¿Qué es lo que se duela? ¿Qué es lo que duele y apena perder de lo anterior?
Revisión Bibliográfica
● La primera referencia al papel que la aflicción cumple en la adolescencia es
la de Nathan Root, ligada al desprendimiento afectivo de los padres y a la
orientación hacia nuevos objetos, de acuerdo con lo que postulaba S.
Freud.
● Un año más tarde, Ana Freud relaciona las dificultades en el tratamiento de
los jóvenes y las que se presentan en pacientes que están en duelo o que han
sufrido un infortunio amoroso reciente. Hace hincapié en la similitud
emocional y comportamental.
→“Son estados emocionales en los que la libido del individuo está totalmente
comprometida con un objeto de amor real del presente o del pasado inmediato;
el dolor mental es el resultado de la difícil tarea de retirar la catexia y renunciar
a una posición que ya no ofrece posibilidades de retorno del amor.”❗
● Poco después, Peter Blos refiere a que la adolescencia está ligada a dos
temas dominantes: la revivencia edípica positiva y la desconexión con los
primeros objetos de amor. Dice que se puede describir esta fase en
términos de dos amplios estados afectivos: duelo y enamoramiento.

Rocío Acosta
“La elaboración del proceso de duelo es esencial para el logro gradual de la
liberación del objeto perdido; requiere tiempo y repetición. Similarmente en la
adolescencia, la separación de los padres edípicos es un proceso doloroso que
sólo puede lograrse gradualmente”.
● Edith Jacobson caracteriza la adolescencia como “el período entre la triste
despedida de la infancia y un gradual, ansioso y esperanzado pasaje de
barreras a través del camino que permite la entrada al todavía
desconocido país de la adultez”
● Aberastury y sus colaboradores relacionaron la adolescencia con el duelo
desde otra perspectiva. Se refieren en primer lugar al carácter invasivo que
las modificaciones corporales y las exigencias ambientales tienen para el
adolescente y el modo en que esto “lo lleva como defensa a retener
muchos de sus logros infantiles, aunque también coexisten el placer y el
afán de alcanzar su nuevo estatus”, así como el refugio en su mundo
interno.
Añaden que los cambios en los que el niño pierde su identidad implican la búsqueda
de una nueva.
Toda elaboración de duelo, exige tiempo para ser una verdadera elaboración y no
tomar las características de una negación maníaca.
La pérdida que debe aceptar el adolescente al hacer el duelo por el cuerpo es
doble: la de su curpo de niño, a partir de la aparición de los caracteres sexuales
secundarios y el abandono de la fantasia de doble sexo implícita en todo ser
humano, como consecuencia de su bisexualidad básica.
● Mauricio Knobel dice al respecto que el adolescente realiza tres duelos
fundamentales: a) el duelo por el cuerpo infantil perdido, base biológica de
la adolescencia, que se impone al individuo, que no pocas veces tiene que
sentir sus cambios como algo externo frente a lo cual se encuentra como
espectador impotente de lo que ocurre en su propio organismo; b) el duelo
por el rol y la identidad infantil, que lo obliga a una renuncia a la
independencia y a una aceptación de responsabilidad que muchas veces
desconoce; c) el duelo por los padres de la infancia, a los que
persistentemente trata de retener en su personalidad buscando el refugio y
la protección que ellos significan, situación que es cómplice por la propia
actitud de los padres. Se une a estos duelos el duelo por la bisexualidad
infantil también perdida.
● Octavio Fernández Moujan Distingue 3 etapas en la adolescencia. Durante la
pubertad el duelo se centra en el cuerpo, sobre dos perdidas: la del cuerpo
físico tangible y la del esquema corporal, que incluye la idealización del
cuerpo adulto esperado. A los 15 años el duelo se centra el yo psicológico,
en las identificaciones y la función imaginativa y pensante. La última etapa
adolescente se caracteriza por el desplazamiento hacia nuevos objetos y
supone el logro de una identidad básica que posibilita al sujeto el estar solo.
Fernández Moujan relaciona estas fases con los tres periodos del duelo,
según Bowlby: el de protesta, el de desesperación y el de desapego y
búsqueda de nuevos objetos.
Revisión Crítica
El duelo ocupa el lugar central en las formulaciones teóricas y clínicas sobre la
problemática adolescente, al punto que se lo señalaba casi como un axioma o
postulado que se daba por aceptado y desde el cual se partía. Esta situación
esquematizo y empequeñeció el pensamiento de Aberastury sobre el tema.

Rocío Acosta
Replanteos
El autor considera una de las dificultades en torno al duelo proviene de un equívoco
sobre el desarrollo: se enfatiza lo que se deja y se lo significa como pérdida.
Pero el adolescente no pierde, sino que cambia, se transforma.
Cuesta dejar lo conocido, desea fervientemente lo nuevo y puja por lograrlo y
ejercitarlo, tanto o más que lo que se apena por alejarse de su pasado.
Esta es una concepción del desarrollo radicalmente diferente. No solo cuenta para
el sujeto lo que puede perder, sino lo que gana a cambio.
En la adolescencia el acceso a la genitalidad y a la independencia lo fascina y
resarce de cualquier posible pérdida parcial. La creencia en la necesidad de
elaborar duelos frente a lo cambios promueve una visualización equívoca de los
jóvenes, que son tildados de actuadores que no pueden sentir las pérdidas, lo que
los acerca peligrosamente a la psicopatía o a las reacciones maniacas, por
negación del duelo
Para mí, no hay pérdida ni duelo. Por un lado porque el cuerpo se desarrolla
desde el cuerpo infantil previo, con señales progresivas de cambio, por otro, porque
las nuevas capacidades físicas, la potencia muscular, la maduración genital y
consecuentemente la capacidad reproductora, así como la voluptuosidad en el uso
del cuerpo dan es prima de incentivación y de placer que promueve hacia lo
progresivo y compensa con creces lo que se deja.
En cuanto a la representación psíquica del cuerpo, tampoco se pierde, por lo
contrario, a partir de la percepción se captan modificaciones externas del cuerpo,
aparecen nuevas funciones, se es visto por lo otros de manera diferente, estos
elementos son significados e incorporados gradualmente, y se va produciendo asi
una parcial y continuada modificación de la representación psíquica del cuerpo.
La identidad tampoco se pierde, sino que se transforma o complejiza, o que la
relación con los padres varia en contenidos, modos y lapsos de tiempo.
¿Qué se pierde o duela en la adolescencia?
En primer lugar, privilegio la reactualización edípica por la resignificación que el
advenimiento del erotismo genital y la maduración física propicia y lleva al
complejo a bordear la tragedia.
El lugar del sujeto en tanto aceptación de la castración y ubicado en un orden
social y familiar regido por el tabú del incesto, promueve su renuncia forzada a
los padres como objeto eróticos de amor. Esta si es una ardua y lenta tarea de
duelo.
Por un lado el joven debe renunciar a los padres aun cuando están presentes, sin
perder el vínculo por eso. Por otro lado esa renuncia al ligamen tan preciado y
anhelado debe trocarse por una relación tierna y cariñosa.
Este duelo se ve dificultado por la ambivalencia afectiva, si los sentimientos de
odio y resentimiento prevalecen se promueve el enfrentamiento que bordea lo
criminoso o se cristaliza en un vinculo persistente y cruel. Para poder realizar la
renuncia deben ser más intensos los sentimientos amorosos.
Este duelo es lento, arduo y paulatino, en cierto sentido se cumplen los tres
momentos señalados por Freud, el joven se aparta reactivamente de sus padres,
predomina la conducta en lo externo. Los padres son reemplazados por el grupo de
pares, que pasa a cumplir alguna de sus funciones. O sea que en este periodo
también hay coexistencia de objetos.
En la etapa posterior son más evidentes las sensaciones de vacío, tristeza y
reactivación narcisista, producto del apartamiento y el desligamiento del objeto

Rocío Acosta
edípico positivo y la vuelta hacia la propia persona de la libido anteriormente
ligada a ese objeto.
Otro proceso de duelo propio de la adolescencia es la renuncia del niño a la
imagen ideal forjada en la infancia sobre cómo sería de joven o adulto. Esta
discordancia entre lo anhelado y lo que aparece crea a veces un intenso conflicto y
su resolución implica un penoso duelo por la pérdida de un ideal de perfección
física que la realidad contraria y que nunca se alcanza.
Procesos conexos con el duelo en la adolescencia
El autor diferencia procesos propios de este periodo y diferencia los del duelo.
● Al proceso de desidealización, tanto del self como del objeto, proceso más
doloroso por el cual transcurre el adolescente. Se trata de un proceso de
modificación de las imagos parentales, de cambio, de resignificación, no de
duelo; Avanza así en el doloroso desasimiento de la autoridad parental, que
plantea Freud; se va perfilando una representación más realista de uno
mismo y se dejan de lado las representaciones omnipotentes y las fantasías
megalómanas.
● Otro aspecto importante es el cambio que se opera en el eje temporal, que
adquiere otro sentido a partir de la adolescencia. El joven, en sus
oscilaciones regresivo – progresivas, reactualiza y reinscribe su pasado a
partir de las resignificaciones y la remodelación de sus estructuras psíquicas,
historiza su vida y le otorga un sentido de continuidad yoica. Esta noción
diferente del tiempo no solo modifica el pasado, sino que carga el futuro
como el momento en que se pueden concretar los anhelos y satisfacer los
deseos, que se amalgaman con las capacidades, las posibilidades y los
ideales a los que aspira y a partir de los cuales organiza un proyecto de
vida.
Sobre las diferencias entre el adolescente y el que está en duelo o sufre un
infortunio amoroso
El que sufre por un revés amoroso o duela está “acaparado” por ese conflicto, y
dicho proceso lo ocupa consciente e inconscientemente; recuerda, imagina, sueña,
dialoga, se enoja., con el objeto perdido, sumergiéndose en el pasado y deteniendo
el presente. Por su parte, el joven no tiene noción clara de su proceso, sino más
bien una vivencia difusa; además, a la vez que añora el pasado, duela o tiene mal
de amores, se ocupa y se interesa en otras cosas, busca, crea otros vínculos y
situaciones, realiza actividades sublimatorias y creativas, imagina y se proyecta
a futuro.
Los duelos de los padres durante la adolescencia de sus hijos y los procesos
conexos
La problemática de la adolescencia no atañe solo al joven, sino que involucra a
toda la familia, particularmente a los padres, quienes también tienen que realizar
acomodaciones conductuales, duelos y modificaciones psíquicas.
Los padres vuelcan expectativas y forjan ilusiones sobre su hijo, y esperan que se
cumplan al finalizar el desarrollo.
La reestructuración adolescente, la búsqueda de autonomía y el desasimiento
de la autoridad parental, el arribo a la plenitud física y genital que posibilita a
los hijos enfrentarse a los padres, pueden generar en mayor o menor grado que se
opongan o desvíen los deseos parentales, o que se dirijan a cumplirlos pero por
caminos o formas diferentes de los esperados. Esta situación de injuria narcisista
confronta a los padres con la pérdida del hijo ideal anhelado.
Consideraciones finales

Rocío Acosta
Es cierto que en el tratamiento psicoanalítico de jóvenes pueden observarse
algunos fenómenos de dificultad para aceptar el cambio y las modificaciones del
crecer; pero esto no alcanza para teorizar los duelos como ejes centrales del
proceso adolescente.
Otro escollo en la teorización de la adolescencia se ha debido a dos errores.
El primero: que la pérdida implica automáticamente duelo. Si bien el joven deja de
tener algo que poseía, no implica necesariamente que esto sea significado como
pérdida por él; sino que puede significarlo como ganancia por la prima de
incentivación y de placer ante lo nuevo.
El segundo se refiere al uso del término “duelo” cuando en realidad no lo es. No
toda pérdida se procesa según ese trabajo de duelo, propio de la pérdida
objetal.
La fuerza para el proceso de cambio en la adolescencia no está centrada en la
revivencia de lo infantil, con un duelo casi patológico que va declinando con el
tiempo. Está motorizada por la emergencia de lo nuevo, que promueve nuevas
configuraciones estructurales, en un arreglo con miras al porvenir. Su apoyatura
está brindada por cierta condición narcisista, por cierta identificación totalmente
nueva que hace de por sí gozoso el ser como uno es en ese momento, o en relación
con cómo será en un futuro muy cercano.

Winnicott, D. Muerte y asesinato en el proceso adolescente


En la época del crecimiento los jóvenes salen en forma torpe y excéntrica, de la
infancia, y se alejan de la dependencia para encaminarse a su condición de adultos.
Si todavía se puede usar a la familia, se la usa, y mucho; y si ya no es posible
hacerlo, ni dejarla a un lado, es preciso que existan pequeñas unidades sociales
que contengan el proceso de crecimiento adolescente.
Resulta valioso compararlas ideas adolescentes con las de la niñez. Si en la
fantasía del primer crecimiento hay un contenido de muerte, en la adolescencia
el contenido será de asesinato. En la fantasía inconsciente, el crecimiento es
intrínsecamente un acto agresivo.
Winnicott hace alusión a un juego de niños llamado “soy el rey del castillo”. Este
juego corresponde al elemento masculino que hay en niñas y varones. Es un
juego en la primer etapa de latencia y en la pubertad se convierte en una
situación de la vida. El juego se interpreta como una formulación de existencia
personal. Es una consecución del crecimiento emocional individual, una
situación que implica la muerte de todos los rivales o el establecimiento de
dominio.
Traduciendo ese juego infantil al lenguaje de la motivación inconsciente de la
adolescencia y la sociedad, si se quiere que el niño llegue a adulto, ese paso se
logrará por sobre el cadáver de un adulto. Su rebelión corresponde a la libertad
que se ha otorgado al hijo, al educarlo de tal modo que exista por derecho propio.
En la psicoterapia del adolescente, la muerte y el triunfo personal aparecen como
algo intrínseco del proceso de maduración y de la adquisición de la categoría de
adulto.
El tema inconsciente puede hacerse manifiesto como la experiencia de un impulso
suicida, como un suicidio real. Los padres están en condiciones de ofrecer muy
escasa ayuda; lo mejor que pueden hacer es sobrevivir, y sin abandonar ningún
principio importante.

Rocío Acosta
Es posible que de pronto un niño de cualquier edad necesite hacerse responsable,
quizá por la muerte de uno de los padres o por la separación de la familia. Ese niño
será prematuramente viejo y perderá espontaneidad y juegos, y el alegre
impulso creador. En estos casos ya no tiene sentido la rebelión, y el dolescente
que triunfa desasiado temprano resulta presa de su propia trampa, tiene que
convertirse en dictador y esperar a ser muerto por sus propios hermanos, y
como es lógico, trata de dominarlos.
El adolescente es inmaduro; éste es un elemento esencial de la salud en esta
etapa. La cura para ella es el paso del tiempo y la maduración que éste puede
traer. La inmadurez contiene los rasgos más estimulantes del pensamiento creador,
sentimientos nuevos y frescos. Si los adultos abdican, el adolescente se convierte
en un adulto de manera prematura, y por un proceso falso. El triunfo corresponde
a la consecución de la madurez por medio del proceso de crecimiento.

Rocío Acosta
Unidad 5: Las novelas y el goce. La novela familiar y la
adolescencia. La novela de iniciación. La novela de
prostitución. El Don Juan. Del goce no adviniente al
hallazgo de objeto. Tipos particulares de elección de objeto.

Freud, S. (1914) La novela familiar de los neuróticos


En el individuo que crece, su desasimiento de la autoridad parental es una de las
operaciones más necesarias, pero también más dolorosas del desarrollo. Es
necesario que se cumpla.
Para el niño pequeño, los padres son al comienzo la única autoridad y la fuente de
toda creencia. Llegar a parecerse a ellos, al progenitor de igual sexo, a ser grande
como el padre y la madre: he ahí el deseo más intenso y más grávido en
consecuencias de esos años infantiles. A medida que avanza en su desarrollo
intelectual el niño no puede dejar de ir tomando noticia de las categorías a que
sus padres pertenecen. Conoce a otros padres, los compara con los propios, lo
cual le confiere un derecho a dudar del carácter único a ellos atribuido. Pequeños
sucesos en la vida del niño, le dan ocasión para iniciar la crítica a sus padres y
para valorizar en esta toma de partido contra ellos la noticia adquirida de que
otros padres son preferibles en muchos aspectos.
Rara vez recordado con conciencia, pero casi siempre pesquisable por el
psicoanálisis, es el estadio siguiente en el desarrollo de esta enajenación respecto
de los padres, estadio que se puede designar como novela familiar de los
neuróticos. Es enteramente característica de la neurosis, una particularísima
actividad fantaseadora, que se revela primero en los juegos infantiles y luego,
más o menos desde la época de la prepubertad, se apodera del tema de las
relaciones familiares. Hacia la edad que hemos mencionado la fantasía del niño se
ocupa en la tarea de librarse de los menospreciados padres y sustituirlos por
otros, en general unos de posición social más elevada.
La novela familiar experimenta una curiosa limitación, a saber: se conforma con
enaltecer al padre, no poniendo ya en duda la descendencia de la madre,
considerada inmodificable. Este segundo estadio (sexual) de la novela familiar
tiene por portador, un segundo motivo que faltaba en el primer estadio (asexual).
Con la noticia sobre los procesos sexuales nace una inclinación a pintarse
situaciones y vínculos eróticos en que entra como fuerza pulsional el placer de
poner a la madre, que es asunto de la suprema curiosidad sexual, en la situación
de infidelidad escondida y secretos amorosos. De esta manera, aquellas
primeras fantasías, en cierto modo asexuales, son llevadas hasta la cúspide del
actual discernimiento.
Son las más de las veces estos niños neuróticos los que han sido castigados por sus
padres a raíz del desarraigo de las malas costumbres sexuales, de lo cual se vengan
mediante fantasías de venganza y represalia.
Una notable variante de esta novela familiar consiste en reclamar el héroe
fantaseador para sí mismo la legitimidad, a la vez que así elimina por ilegítimos
a sus otros hermanos. Y en todo esto es posible todavía que un interés particular

Rocío Acosta
gobierne la novela familiar, que, por su carácter polifacético y su múltiple
aplicabilidad, puede establecer transacción con toda clase de afanes. De este
modo el pequeño fantaseador puede eliminar mediante ella el vínculo de
parentesco con una hermana, que acaso lo atrajo sexualmente.
Si uno escruta en los detalles las más frecuentes de esas fantasías noveladas, esa
sustitución de ambos progenitores o del padre solo por unas personas más
grandiosas, descubre que estos nuevos y más nobles padres están íntegramente
dotados con rasgos que provienen de recuerdos reales de los padres verdaderos,
de suerte que el niño en verdad no elimina al padre, sino que lo enaltece. Y aun
el íntegro afán de sustituir al padre verdadero por uno más noble no es sino
expresión de la añoranza del niño por la edad dichosa y perdida en que su padre
le parecía el hombre más noble y poderoso, y su madre la mujer más bella y
amorosa.
Se extraña del padre a quien conoce y regresa a aquel en quien creyó durante la
primera infancia; la fantasía no es en verdad sino la expresión del lamento por la
desaparición de esa dichosa edad.

Freud, S. (1914) Sobre la psicología del colegial


Las actitudes afectivas hacia otras personas, tan relevantes para la posterior
conducta de los individuos, quedaron establecidas en una época
insospechadamente temprana. Ya en los primeros seis años de la infancia el
pequeño ser humano ha consolidado la índole y el tono afectivo de sus vínculos
con personas del mismo sexo y del opuesto; a partir de entonces puede
desarrollarlos y trasmudarlos siguiendo determinadas orientaciones, pero ya no
cancelarlos.
Las personas en quienes de esa manera se fija son sus padres y sus hermanos.
Todas las que luego conozca devendrán para él unos sustitutos de esos primeros
objetos del sentimiento, y se le ordenarán en series que arrancan de las «imagos»,
del padre, de la madre, de los hermanos y hermanas, etc.
Así, esos conocidos posteriores han recibido una suerte de herencia de
sentimientos, tropiezan con simpatías y antipatías a cuya adquisición ellos
mismos han contribuido poco; toda la elección posterior de amistades y
relaciones amorosas se produce sobre la base de huellas mnémicas que aquellos
primeros arquetipos dejaron tras sí.
Entre las imagos de una infancia que por lo común ya no se conserva en la
memoria, ninguna es más sustantiva para el adolescente y para el varón maduro
que la de su padre. Una necesidad objetiva orgánica ha introducido en esta
relación una ambivalencia de sentimientos cuya expresión más conmovedora
podemos asir en el mito griego del rey Edipo. El varoncito se ve precisado a amar
y admirar a su padre, quien le parece la criatura más fuerte, buena y sabia de
todas; Dios mismo no es sino un enaltecimiento de esta imagen del padre, tal como
ella se figura en la vida anímica de la primera infancia. Pero muy pronto entra en
escena el otro lado de esta relación de sentimiento. El padre es discernido
también como el hiperpotente perturbador de la propia vida pulsional, deviene el
arquetipo al cual uno no sólo quiere imitar, sino eliminar para ocupar su lugar.
Ahora coexisten, una junto a la otra, la moción tierna y la hostil hacia el padre, y
ello a menudo durante toda la vida, sin que una pueda cancelar a la otra. En tal
coexistencia de los opuestos reside el carácter de lo que llamamos «ambivalencia
de sentimientos».

Rocío Acosta
En la segunda mitad de la infancia se apronta una alteración de este vínculo con
el padre, alteración cuyo grandioso significado apenas imaginamos. El varoncito
empieza a salir de la casa y a mirar el mundo real, y ahí fuera hará los
descubrimientos que enterrarán su originaria alta estima por su padre y
promoverán su desasimiento de este primer ideal. Halla que el padre no es el más
poderoso, sabio, rico; empieza a descontentarle, aprende a criticarlo y a discernir
cuál es su posición social; después le hace pagar caro el desengaño que le ha
deparado. Todo lo promisorio, pero también todo lo chocante, que distingue a la
nueva generación reconoce por condición este desasimiento respecto del padre.
Es en esta fase del desarrollo del joven cuando se produce su encuentro con los
maestros. Estos hombres, que ni siquiera eran todos padres, se convirtieron para
nosotros en sustitutos del padre. Por eso se nos aparecieron, aun siendo muy
jóvenes, tan maduros, tan inalcanzablemente adultos. Trasferíamos sobre ellos el
respeto y las expectativas del omnisciente padre de nuestros años infantiles, y
luego empezamos a tratarlos como a nuestro padre en casa.

Moreira, Diego (1997) La pubertad y sus transmudaciones. Fau. Ed. Cap. 6.


El Súper Yo y las nuevas lógicas
El yo es exigido a educar su preconsciente a las nuevas lógicas, exteriorizando
sus resistencias de diversas maneras, y apelando fundamentalmente a procesos de
fantasías y a teorías sexuales infantiles. El efecto traumático de los nuevo se
relaciona con un yo que se aleja cada vez mas de su ideal, con cual se obtura la
posibilidad de un pensar judicativo que los iguale.
Las fantasías noveladas y la adolescencia
Las fantasías noveladas propias de la adolescencia los formaciones psíquicas
alentadas por investiduras de añoranza.
La novela familiar
Las nuevas exigencias de la libido genital en la pubertad, junto a la conservación
de la especie modifican la economía psíquica e imponen nuevos (y/o antiguos)
destinos de pulsión.
Algunos de ellos son resistidos por lo que se inviste un pensar fantaseador. ❗
Estos actos se constituyen como un producto transaccional, ante ciertos
recuerdos, que adquieren un carácter traumático, puesto que generan una herida
narcisista que fragmenta sus enlaces lógicos.
Las fantasías se van a organizar de acuerdo a ciertas huellas de memoria
filogenética y funcionan distribuyendo las impresiones sensoriales y las vivencias,
implican una especie de “preparación para entender”, cuyo esfuerzo deriva de las
investiduras pulsionales. Estas configuraciones anímicas tienen un carácter típico
y universal, formando el núcleo del icc. Estoy hablando de las fantasías
primordiales. La novela familiar cobra una eficacia específica en la pubertad.
En las novelas familiares, se ponen en escena la relación del joven ante la
diferencia que se establece entre la actitud que tiene hacia sus padres y sus
exteriorizaciones del pasado cuando era un niño.
Dichas novelas se fundamentan en el apoderamiento que el pensar fantaseador
realiza de las relaciones familiares, en la discriminación y/o posición de las
diferentes generaciones, derivando en un esfuerzo por desasirse de la autoridad
paterna.

Rocío Acosta
Estas fantasías, suelen tener por contenido la infidelidad de la madre, cuya meta
tiende a transformar el vínculo fraterno, y que requieren de un trabajo previo de
comparación de sus padres con otros padres y de críticas.
Esta enajenación de los padres, puede ser diferenciada en dos estadios:
● El primero, que de alguna manera pueda ser considerado “asexual” en el
sentido de la libido genital, donde el niño aun no conoce las condiciones de
procreación. El pequeño se fantasea desde la primer infancia como un hijo
adoptivo o bastardo, puesto que el pleno amor de los padres ya no es
posible a partir de la generación de otro que desea [el amor paterno] lo
mismo que él y que ocupa la oposición de rival.
● El tiempo de la novela familiar propiamente dicho, donde el esfuerzo de la
libido genital permite el acceso a la información sobre las diferentes
condiciones sexuales del padre y de la madre, lo cual deriva en un
cuestionamiento del progenitor, estamento que luego va a caer bajo los
efectos de la represión. A partir de este momento, el padre suele ser
enaltecido a la par que ya no se duda de la madre como progenitora. Se
despliegan entonces diversas fantasías eróticas, donde cobra especial
vigencia el placer de ubicar a la madre en situaciones de infidelidad
amorosa y secreta. También alcanza su satisfacción un deseo de venganza.
Los nuevos padres poseen rasgos que derivan de los recuerdos de los antiguos y
verdaderos padres. En realidad son la expresión de las investiduras de
añoranza, de los padres de la infancia ya perdidos, de “la edad dichosa y
perdida en que su padre le parecía el hombre más noble y poderoso, y su
madre la mujer más bella y amorosa”
La novela de iniciación
El iniciador es portador de lo nuevo que posibilita otro recurso para lo anímico
pero también le genera una herida narcisista, que se articula con la renuncia al
placer por destruir lo novedoso.
Podríamos hablar de iniciadores específicos, suelen ocupar una posición
intermedia entre el yo y el ideal. El ideal del yo no necesariamente coincide con el
iniciador.
El trabajo del iniciador es primero y fundamentalmente intrapsíquico para luego
exteriorizar su eficacia en lo interindividual. Las investiduras que ocupan al
iniciador dependen de su relación con el ideal.
Al yo del prepuber solo le queda el camino demarcado por el portador para
acceder a las nuevas lógicas instaladas en el ideal, para lo cual deberá ubicarse
en una posición pasiva, que lo habilitara para colocarse activamente, como
iniciado frente a jóvenes que forman su grupo de pares.
Las cuatro exigencias primordiales que provienen del cuerpo: pulsiones sexuales,
de autoconservación, de conservación de la especie y de muerte.
Generan en su despliegue y combinatoria ciertos productos que requieren de
iniciadores específicos, los cuales cobraran vigencia en diferentes momentos del
desarrollo.
Para los desprendimientos de afectos se requiere de un introductor en el goce
sexual masturbatorio, como desprendimiento de libido narcisista, y desde luego
en el placer con el otro. El goce en la adolescencia será un derivado de la libido
genital, el cual requiere en un comienzo del padre o de la madre como
introductor para luego admitir su desplazamiento sobre otras personas.
Para la autoconservación, iniciadores en el trabajo que suelen combinarse en su
origen con la angustia generada con la necesidad de seguir el destino del

Rocío Acosta
progenitor. La configuración del iniciador le permite al yo anticiparse y cumplir
ilusoriamente el trabajo de sustitución de una generación ya antigua por otra
nueva, que cobra predominio a partir de ambos predicados del sujeto. El otro
predicado implica los desprendimientos de afectos basados en la pubertad.
La degradación de la vida erótica
La novela de prostitución se constituye como un derivado de las novelas
familiares y de iniciación, el pensamiento mítico posibilita la formación de una
representación grupo en el preconsciente. El grupo ya no es considerado
necesariamente como una familia y aparece la figura de un tercero narcisista: el
proxeneta. Por otra parte, el concepto de “prostituta” es resignificado en las notas
que lo componen al ser investido por la libido genital ocupando de esta manera el
lugar de iniciador.
También se configura la exigencia fantaseada de constituir un nuevo grupo
familiar, casándose con la prostituta a fin de rescatarla o salvarla de su
degradación. El acto de salvación implicaría que la prostituta-madre recuperara
una forma previa de funcionamiento, se sustrajera de la pura sensualidad y del
contexto laboral y retornara entonces al ámbito familiar caracterizado por un
vínculo de ternura. En el devenir de estas tramitaciones, podemos hablar de un
momento intermedio donde el prepúber puede llegar a definirse como hijo de una
prostituta en su esfuerzo por sustraerse de la ley paterna. Alrededor de los 11
años, el “hombre de las ratas” es iniciado por un primo en “los secretos de la vida
sexual” le presentó a todas las mujeres como unas putas, también a su madre y
hermanas.
El mito femenino de “Don Juan”
El sujeto ubicado en la posición de Don Juan busca en la mirada de la serie de
mujeres, sin nombre, sustituibles, aquella mirada (materna) que lo invistió
narcisísticamente, mirada que presenta un núcleo voluptuoso ajeno a toda
investidura-atención.

Rocío Acosta
Unidad 6: Grupo, familia, cultura y modos de producción.
Blanco, C. y Brea, N. (2019) Vínculos adolescentes atravesados por la
virtualidad
NTICS → nuevas tecnologías informáticas comunicacionales y sociales . Estas
cambian nuestra manera de vivir, establecer vínculos, adquirir conocimientos,
trabajar, divertirse, la intimidad tanto como los encuentros amorosos, los modos de
sociabilización, el uso del tiempo libre, y nuevos modos de la cultura del
entretenimiento.
Hacen referencia al conjunto de aparatos, redes y servicios que se integran en un
sistema de información, interconectados, compuesto por distintos dispositivos
electrónicos que permiten el uso de las diversas redes sociales.
La pantalla, lo digital, lo virtual produce en los chicos, desde antes de cumplir el
primer año, una violenta atracción, correspondiente al cuerpo.
Desde este medio se amplía ilimitadamente la posibilidad de conexión, mediante
un bloqueo o desbloqueo, que permite que todo aquello que se denomina
instantáneo, se exija cada vez más a la sociedad actual.
Este mundo nuevo es responsable de muchas reconfiguraciones: una primordial,
que corresponde al cuerpo, donde sus límites no se pliegan a lo anatómico; otra
reconfiguración que hace al grupo, donde lo grupal se amplía en nuevos diseños
que ya no se ajustan a los límites del barrio o la escuela, y lleva a repensar la
categoría de la grupalidad, fundamental en la constitución de la identidad de los
adolescentes.
Podríamos pensar que estamos en la era de la virtualidad ya que, a partir de la
concepción de la virtualidad, la digitalización y las nuevas tecnologías, se ve como
atravesaron tanto la realidad, como la cotidianidad y la subjetividad.
Para poder hablar de un concepto de realidad nos debemos remitir a dos
categorías centrales: a lo espacial y lo temporal. En primer lugar, a lo espacial,
considerándolo como lo que se despliega dentro de un ámbito o espacio, el cual
hoy se encuentra interrogado sobre si su constitución es concreta o virtual; y por
otro lado, está la categoría de lo temporal, en tanto modo de registrar el
transcurso del tiempo, que se encuentra en relación a la cultura de la inmediatez.
El autor aborda algunas consideraciones respecto a los procesos adolescentes, los
cuales privilegian el pasaje del vínculo familiar, al vínculo social y a la
construcción del lazo social.
Este recorrido exploratorio, en la medida que no esté al servicio de la represión o
al servicio de la pulsión, orientada a la destrucción, facilita la puesta en desorden
del lugar que ocupa en el circuito de deseo funcional primario.
Así el uso de las NTICS termina siendo un provocador de cuestiones presentes en
la escena contemporánea, según los usos y sentidos que adquieren las prácticas
en los distintos contextos sociales.
En lo planteado respecto al “entre generaciones” se observa un fenómeno que
tiene que ver con la “exhibición de la intimidad”; esto lo hacen con el soporte del
mundo tecnológico digital y de las NTICS, las cuales podrían generar formas
exteriorizadas, donde el sentido de la subjetividad se construye y realiza en el
campo de lo visible. Brindan la posibilidad de mostrarse, de exponerse con el plus
de poder elegir qué mostrar de sí mismos y que no, donde la mirada del otro tiene

Rocío Acosta
un valor fundamental, ya que en las redes sociales se pone en juego la dimensión
narcisista de la mirada: ser visto, ser reconocido, y ser aceptado.

Dueñas, G. Kahasky, E Silver, R (Comps) (2013) Producción social de la


subjetividad adolescente: Consumismo, Patologización, Medicalización,
Criminalización en Problemas e intervenciones en la clínica.
Todo pensar es un pensar situado, correspondiente al contexto y la situacion que lo
reclaman; deben haber pocos enunciados cientificps que gocen de neutralidad.
Según Silvia Bleichmar → lo que se llama producción de subjetividad es del orden
político e histórico. Tiene que ver con el modo con el cual cada sociedad define
aquellos criterios que hacen a la posibilidad de construcción de sujetos capaces de
ser integrados a su cultura de pertenencia.
No hya muchos dispositivos sociales en donde el adolescente pueda confiar en que
su palabra va a ser valorada y reconocida.
Criminalizar comprende un complejo sistema de conductas que desubjetivizan al
otro con el pretexto de su presunta culpabilidad, criminalizacion seria, uno de los
maogrados resultados de la desubjetivacioon adolescente.
Existe cierto pensar que intenta preservarse del enganche co los discursos de una
sociedad ¿Es posible tan nivel de abstracción para estar al amparo de nuestros
prejuicios, ideologia, atravesamientos de poder?
Algunos enunciados científicos han pretendido resolver el problema poniendo todo
en un plano universal y totalizante. Pero cuando se lo traslada a los problemas
concretos en ámbitos, culturas y condiciones socio históricas particulares, resultan
poco útiles.
Según Lewcowich, para una perspectiva no totalizadora, lo que determina la
situación es el problema que se investiga.
Se naturaliza un lazo social que se advierte en el modo en que son tratados
socialmente los adolescentes marginales. La escuela, el juzgado,el hospital,
intentan unificar lo diverso, nombrar lo inefable.
Hay instancias que en una sociedad instauran vínculos primordiales que enlazan
a los individuos con el conjunto al que pertenecen. Las distintas instituciones
cumplen de diversos modos con la misión de unificar lo diverso, categorizar lo
desordenad, nombrar lo inefable.
La presunción de atrapar conceptualmente un objeto externo deja por fuera a los
determinantes sociales.
Hablar de criminalizar es referirnos a la estigmatización. Esta funciona a partir de
enunciados totalizantes-totalitarios. Si se criminaliza a los adolescentes, se los
ubica en el segmento peligroso de la sociedad, se unifica a la íntima diversidad
de cada sujeto adolescente. Se criminaliza a la adolescencia cuando se pone bajo
sospecha a los jóvenes de sectores marginales por el hecho de ser tales; se los
señala en primer lugar cuando hablamos de adicciones y delincuencia.
¿Por qué se criminaliza? ¿Cuál es la dinámica psíquica y social que favorece la
criminalización? ¿Quién lo hace? ¿Quién se beneficia?
Desde el punto de vista psíquico, la estigmatización se relaciona con la búsqueda
de un chivo emisario, un culpable de los males. Según Oded Balan “quien
discrimina moralmente pone a su servicio diferencias reales entre seres humanos,
busca en los hechos fundamentos que justifiquen sus pre-juicios.

Rocío Acosta
Estas reflexiones requieren también un encuadre ideológico y político y no solo
técnico.
Foucault define los dispositivos de poder, como el conjunto heterogéneo, que
comprende discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones
reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos,
proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, en resumen, los elementos del
dispositivo pertenecen tanto a lo dicho como a o no dicho. El dispositivo es la red
que puede establecerse entre esos elementos.
No se trata entonces de considerar la criminalización como un error o un juicio
desacertado, ni siquiera como una ideología solo basado en lo represivo. Es la
resultante de distintos dispositivos de poder al servicio de instaurar un tipo de
subjetividad en la sociedad.
A lo largo de nuestra historia se han ido produciendo subjetividades dominadas
por concepciones colonialistas, imperiales o trasnacionales. Cada momento
histórico fue instaurando su deber ser, sus ideales y lo excluible y diferente.
Mientras hacia un lado el poder dice “no”, hacia otro lado afirma un instituido, un
tipo subjetivo ideal. Se desubjetiviza cuando se presentan ciertos tipos subjetivos
como un negativo, se los excluye.
¿Cuáles son los dispositivos dominantes en la producción de esta nueva
subjetividad?
En la modernidad, son los aparatos ideológicos del mercado, privilegiado por los
mercados son los medios de comunicación.
Por tanto, la criminalización del adolescente va dejando de ser solo un hecho de la
justicia. Sino que también paso a ser noticia en los medios de comunicación.
Manera por la cual también pasa a ser condenado por la sociedad.

Guía de cátedra: Moreira, D. La función de residuo y la familia como negación


de la negación
¿Por qué persiste la familia? Por una parte porque el destino es su protagonista y
por otra porque se ha impuesto en las diversas formaciones sociales y modos de
producción su inexorable función de residuo y singularización.
Las relaciones de parentesco en la familia poseen un sentido, que es necesario
distinguir de significación. Lacan diferencia el matrimonio como institución de la
familia. Sostiene que la realización de la familia está en el matrimonio que se
instaura como una institución social que crea un vínculo conyugal. En este
contexto, Lacan considera excelente el término de “familia conyugal” propuesto
por el sociólogo Emile Durkheim, para designar a la familia actual. Esta familia
encierra en sí la posibilidad de constituir al niño en sus primeros actos de carácter
identificatorios.
Lacan introduce los celos como arquetipo de los sentimientos sociales. En el
drama de los celos se constituyen el yo y el otro. El sujeto se encuentra apresado
en los celos por identificación.
“Reconoce al otro con el que se compromete la lucha o el contrato, encuentra al
mismo tiempo al otro y al objeto socializado. En este caso, los celos humanos se
distinguen de la rivalidad vital inmediata, ya que constituyen su objeto en mayor
medida de lo que él los determina, se revelan asi como el arquetipo de los
sentimientos sociales”.

¿Cuál es la función del padre y de la madre? “

Rocío Acosta
Se juzgan según una tal necesidad. La de la madre en tanto sus cuidados están
signados por un interés particularizado. Se trata de una madre con carencias o
fallas, que hace de obstáculo a una madre ideal que para Lacan suele tener
consecuencias catastróficas.
Ahora bien, el Nombre del Padre: “es el vector de de una encarnacion de la Ley
en el deseo” lo que implica que la función materna está articulada con la del
padre, hablando de la metáfora paterna. No se trata de encarnar la ley en un
ideal, sino de conformar un nudo estrecho entre la ley y el deseo.

LA TRANSMISIÓN Y LO INEXORABLE DEL RESIDUO:


En la familia opera la transmisión de una función de residuo que implica
interrogar el deseo del Otro. En ella se despliega una transmisión que es
irreductible y que no se corresponde con la satisfacción de las necesidades o de
la autoconservacion, sino más bien con la constitución de una subjetividad que
implica la relación con un deseo que no es anónimo.
Familia puede ser considerada como el nombre de una formación social en el cual
es estado escribe la necesidad de crianza de la especie.
Para Freud en “Tres ensayos” la familia en tanto grupo social se constituye como
un compromiso o copertenencia de posiciones anímicas de sus diferentes
miembros, en la cual adviene el nuevo sujeto.
La familia se conforma como una transacción sintomática, se despliega en una
lengua que implica un malentendido entre diversas formas de gozar. Se trata de
una lengua privada, propia de cada familia.
Un lugar donde se escucha y se oye la palabra enlazada a una fantasía originaria,
la novela familiar; esta fantasmática de carácter ficcional opera como una
protofamilia, en ella se figura la interdicción del goce endogamico.
En términos de Lacan la familia se configura como una holofrase o condensación.
La holofrase es una frase o expresión que no puede ser descompuesta y que
implica una situación tomada en su conjunto.

LA FAMILIA Y SUS FUNCIONES:


● De conformación de un espacio donde se constituye el sujeto. En dicha
espacialidad se despliega la escritura de los diferentes miembros que la
integran en torno de un “apellido” común y los nombres específicos, por lo
cual persisten sus recuerdos como restos de lo vivenciado más allá de su
presencia física.
● De residuo. Se puede pensar a la familia como un residuo irreductible e
inevitable en las diferentes formaciones sociales y modos de producción.
Ha persistido a través del tiempo sin poder ser desestimada por las diversas
formas de organización del estado.
● De reproducción de la ideología dominante. El sujeto y la familia no viven
solo en el presente, sino que en la ideología pervive el pasado, que solo
lentamente cede a las exigencias del presente; es el pasasdo el que opera
mediante las ideologías del superyó.
● De reproducción de la fuerza de trabajo. De acuerdo al modo de producción,
podemos hablar de unidad de producción o unidad de consumo como
esfuerzo de la querencia o pulsión de autoconservacion.
● La configuración de la familia es regulada por dos funciones básicas que
suelen ser atribuidas a los padres (o sustitutos). La madre y el padre suelen
ser los soportes reales de la función materna y paterna.

Rocío Acosta
LA FAMILIA Y SUS LINAJES:
Parece notorio que nuestra subjetividad y la familia argentina se constituyen en el
desgarro entre diferentes lenguas y culturas. Esta condensación dialéctica que
llamamos familia argentina deriva de tres modalidades de familia: la indígena, la
africana y la europea. Estos orígenes le otorgan un sesgo particular a la
tramitación del conjunto de deseos que forman el entramado familiar.
En algunas naciones originarias que ocupaban y ocupan el actual territorio
argentino, la cultura era y es predominantemente matrilineal, mientras la española
recién llegada era patrilineal, generándose una formación de compromiso que
aún perdura en nuestra población. El linaje matrilineal insiste y retorna en diversas
construcciones o instituciones al estilo de la Pachamama.

Palazzini, L. (2006) Movilidad, encierros, errancias: avatares del devenir


adolescente. EN M. C. Rother de Hornstein (comp) Adolescencias:
trayectorias turbulentas (137-160) Buenos Aires: Paidós
Consideración iniciales
Históricamente la adolescencia surge como expresión social luego de los cambios
socioeconómicos surgidos de la Revolución Industrial. En las sociedades
precapitalistas la adolescencia no existía como la conocemos hoy, el pasaje de la
infancia a la adultez era facilitado por rituales de iniciación.
→El desarrollo biológico de la pubertad perturba y obliga al niño a resituarse
fuera de la posición infantil, careciendo de tiempo para construir
representaciones.
→Aunque el movimiento adolescente acarrea trastorno y angustia, más lo
ocasiona la ausencia de su despliegue.
● La adolescencia instala funciones nuevas: crece la capacidad de pensar, se
complejiza el universo emocional, el encuentro sexual es orientado por la
genitalidad, instalando nuevos sentidos y formas de vinculación, se
potencia la creatividad junto a la apropiación simbólica de la capacidad
reproductiva y se afirma la identidad sexual.
Si este proceso no encuentra espacio de instauración da lugar a patologías.
Doltó: adolescencia como segundo nacimiento donde individuación y
vulnerabilidad van de la mano.
La metamorfosis corporal inaugura una centralidad genital del cuerpo erógeno,
lo puberal crea el acontecimiento de reestructuración psíquica como trabajo de
elaboración de este tiempo. Cambia el cuerpo y el psiquismo.
● Transformaciones como movimiento de la libido hacia la primacía genital,
cambio en la elección de objeto exogámico, ofrecimiento de un marco de
comprensión de la subjetividad adolescente, articulación entre psiquismo,
cuerpo, ilusión y realidad.
La noción de trabajo es medular en la teoría psicoanalítica: contiene la idea de
movimiento pulsional, de construcción representacional, de dinámica de juego,
de creación, elaboración. Lleva implícita la noción de fuerzas en el interior del
aparato.
Como tiempo de tramitación psíquica constitutiva la adolescencia promueve
recomposiciones libidinales, fantasmáticas, identificatorias y vinculares.

Rocío Acosta
La adolescencia se define más por la movilidad de funcionamiento psíquico que
conlleva que por una categoría de edad, lejos del sentido cronológico/evolutivo.
Pero el tiempo real tiene importancia: algo se pierde si no hay tramitacion
adolescente acompasada con los cambios corporales, ausencia que será
presencia en futuros malestares.❗
Una de las labores del analista consistirá en ser testigo y partícipe transferencial
de la creación de nuevas condiciones psíquicas.❗
Tramitaciones de la transformación adolescente que posibilitan un despliegue en
la salud, verdaderas construcciones psíquicas:
1. Trabajo de sustitución generacional: con la confrontación como operación
de impugnación y crítica de lo heredado.
Freud ubica el fracaso de esta tarea en los límites de la neurosis. La
confrontación no alude a una batalla aunque implica odio; es una operación
resultante de un tipo de vínculo entre padres e hijos basado en el reconocimiento
mutuo.
Winnicot refiere a la confrontación destacando componentes agresivos y de
ternura. Parte de la idea de inmadurez adolescente como elemento esencial de la
salud, que no requiere otra cruz que el paso del tiempo, con función indispensable
de sostén la familia y la sociedad.
Crecer es un acto agresivo de posesión de un lugar que se gana al otro a traves
de la pelea, cuando el niño se tranforma en adulto lo hace sobre el cadaver de un
adulto; la propuesta winnicottiana de asesinato consolida un pasaje simbolico,
sin la desidealizacion de los padres no es posile acceder a la instalacion de la
brecha generacional, para ello es necesario el cuestionamiento de las certezas de
los enunciados de los adultos.
Operatoria de confrontación: importancia radical del otro en la constitución
subjetiva. La agresividad es inherente al proceso de estructuración subjetiva, en
la medida en que hay corte y separación, el objeto se vuelve real y externo.
Tiempo tumultuoso tanto para los hijos como para los padres que reviven algunos
puntos de su propio transcurrir adolescente.
Gutton introduce el concepto de obsolescencia, refiriéndo a cómo los padres deben
afrontar el convertirse en objetos inadecuados, por la desinvestidura parental
que se realiza para posibilitar la búsqueda de otros objetos.
Este devenir confronta a los progenitores con circunstancias difíciles de
metabolizar: la genitalización del hijo, su desprendimiento y el propio
envejecimiento.
Esto se puede ver perturbado por la pérdida de la adultez como modelo; o por
respuestas demasiados autoritarias por parte de los padres, dejando estados de
sometimiento y hostilidad; Si se eclipsa el resultado de la adolescencia, el joven
no reconoce un lugar ganado sino que se queda con un lugar perdido, la
inscripción de crecimiento no tendrá cabida.
La confrontación suministra entonces un capital libidinal: aporta un sentido
organizador del psiquismo, separa y conserva la separación de espacios.
2. Reorganización identificatoria: la adolescencia es un momento clave de
esta reorganización, las nuevas significaciones desencadenan cambios en
la subjetividad.
Esta remodelación permite un progreso desde el yo ideal de la infancia a la
construcción de ideales, que será despejada de condiciones infantiles.
Reformulación de la historia a partir de la cual el adolescente puede desprenderse
del niño que fue y del ideal infantil constituido en superposición de su deseo con el

Rocío Acosta
de los padres. El proyecto identificatorio incluye la brecha del tiempo, se abre la
dimensión del futuro; el proyecto identificatorio implica movilidad psíquica;
sostener un proyecto requiere soportes vinculares exogámicos, ningún proyecto
se realiza en aislamiento. Las identificaciones portan una historia que transmite la
historia de generaciones anteriores, por ello implica desidentificación, lo que
acarrea la amenaza de pérdida de amor y reconocimiento.
Operatoria identificación-desidentificación: tiene un papel importante en la
tramitación adolescente. Este interjuego complejiza el psiquismo y rearticula
pasado, presente y futuro.
El trabajo de historización en la adolescencia permite la operación de
construcción del pasado y la posibilidad de investir el futuro, está en juego la
construcción de una memoria como organizador psíquico.
¿Que es la identidad?
La identidad es imagen y sentimiento, un estado del ser, una experiencia interior
que corresponde a un reconocimiento de sí.
Concepto enlazado al narcisismo y a las identificaciones, al propio cuerpo y todo
lo que aportó al estado actual de una persona.
La autoestima tiene que ver con el investimento positivo de la representación de
sí.
El cambio adolescente que compromete cuerpo, pensamiento y vínculos se
sustenta en identificaciones pre-existentes,la ausencia de estas da lugar a la
creación de una nueva realidad, presente en algunas psicosis.
A su vez, el déficit identificatorio reproduce un vacío que toma forma de
disfunción intelectual, obturando el alcance de la cualidad simbolizante del
pensar.
El concepto de espacio transicional subraya el lazo social en la constitución
subjetiva; pero la adolescencia no es sólo una transición.
3. Construcción del afuera: la capacidad del adolescente a acceder a un
lugar simbólico se dará por la construcción de una categoría del afuera
que posibilita la introducción del crecimiento.
Esto supone atravesar los límites de lo endogámico, un encuentro con lo nuevo y
diferente → la clave del proceso adolescente reside en que lo extra familiar
devenga más importante que el campo familiar.
Aquí se hace presente la desidentificación con los objetos de la cultura
endogámica, para la remodelacion identificatoria es esencial la inserción del
adolescente en los grupos de pares sin la interferencia de adultos, el adolescente
podrá crear, imaginar y jugar, invistiendo espacios y objetos nuevos; la creación
de lazos facilita la salida del ámbito familiar.

Consideraciones finales
Los movimientos constitutivos derivados del pasaje por el Complejo de Edipo, son
reafirmados en la adolescencia.
Podemos decir que el trabajo de la adolescencia consigue un segundo momento
de reorganización del psiquismo.
Transicionalidad y juego tienen que ver con que la acción no es excluida, el
adolescente construye su pensamiento, elabora ideas, procesa emociones, inscribe
representaciones en la medida en que “hace”.
Aquellos adolescentes que han tenido una historia de déficits, de trauma, de
obstáculos en la narcisización están en desventaja para realizar el trabajo
adolescente.

Rocío Acosta
Aquí la labor terapéutica transita por el límite entre restitución y pérdida de la
organización psíquica, el analista ocupa un lugar central, queda comprometida su
persona.
Según Winnicott esto incluye el aporte de su propio potencial simbolizante para
hacer el enlace de representaciones de las que el paciente no dispone.
Si la operación de confrontación no se habilita, el riesgo es que el adolescente en
vez de adquirir una madurez que sienta real, sostenga una vida adaptativa,
perdiendo la creatividad; si la agresión no haya vías de tramitación nos
encontraremos con sujetos reactivos que viven entre el sometimiento y la
hostilidad; si la tramitación de un proyecto identificatorio no se alcanza, el
adolescente podrá quedarse alimentando el vacío, tal vez la depresión, o un
llenado artificial como adicciones o embarazos prematuros; si el futuro no se
inviste como prometedor se vive como una promesa vacía; si la inclusión en el
grupo no se logra, la consecuencia es el encierro y la inhibición.
Individuos, aislados, erráticos, síntomas que se anidan a la organización del
intelecto (desconcentración, parálisis vocacionales) o al cuerpo (obesidad, bulimia,
anorexia)

Quiroga, S. (1999). La adolescencia: fenómeno de multideterminación. Parte


II. En Adolescencia: del goce orgánico al hallazgo de objeto. (Cap. 2) Buenos
Aires: Eudeba. Cap. I
Una visión general de lo psicosocial
Freud plantea que la relación de la familia con la cultura es conflictiva.
La familia tiende a no desprenderse de sus hijos, y cuanto mayor haya sido la
unión desde la infancia, más difícil será ingresar en la cultura.
Desasirse de la autoridad de los padres es una tarea ardua para el joven y, por
tal razón, la sociedad suele dar cuenta de este pasaje, a través de ritos de
iniciación que constituyen formas de pasaje de la niñez a la adultez.
En este sentido, analizaremos la adolescencia en el seno de dos organizaciones
grupales primarias: 1. la familia como agente socializador del individuo. 2. el
grupo, que conduce al pasaje hacia los primeros contactos exogámicos.
La aparición de estos fenómenos en el pasaje del adolescente a la cultura se puede
plantear al menos desde tres perspectivas:
1. el adolescente y la familia,
2. el adolescente y el grupo,
3. y los distintos tipos de grupos.
El adolescente y la familia
A partir de esta experiencia vincular afectiva fundante con la madre, se van
constituyendo diferentes lugares psíquicos, en relación con el Otro.
Primero, la familia, y más tarde, los entramados de relaciones interindividuales
producen formaciones sustitutivas de las figuras primaria.
Los padres también enfrentan un duelo de difícil elaboración, por varias causas: la
renuncia de las propias ilusiones, el inevitable pasaje del tiempo, la angustia por
lo vivido, lo no vivido e imposible de realizar, lo muerto, y lo imposible de
recuperar. El tipo de elaboración que los padres realicen de este momento vital
dará paso, en el adolescente, a una mejor o peor configuración psíquica
definitiva de ese futuro adulto.

Rocío Acosta
Una base para la evaluación de la capacidad familiar para soportar este proceso
de separación se observa en el predominio del uso de ciertas defensas en el
ámbito familiar, como una forma de sostener los vínculos de afecto entre sus
miembros. Nos referimos al uso de la identificación secundaria, como forma de
constitución del Yo y el Superyó, de la represión como forma de expresión de la
neurosis, la desmentida como propia de los cuadros narcisistas y la
desestimación de las psicosis.
A través de salidas reiteradas, los adolescentes comienzan a interactuar con otros
grupos y con otras familias, otras costumbres, otros ambientes socioeconómicos.
Estas interacciones le permiten hacer comparaciones y establecer nuevos juicios
acerca de su propia familia, juicios que son siempre traumatizantes,
decepcionantes para el hijo, porque hasta este momento sus padres habían sido
idealizados, modelos, garantes de su ser.
El adolescente y el grupo
Entre la multiplicidad de grupos posibles, existe una formación bastante universal
que aparece en la adolescencia: la formación de "la barra". Es un grupo formado
en un momento crítico del desarrollo, con el fin (generalmente inconsciente) de
resolver problemas comunes, de crear un eslabón intermedio entre el mundo
familiar del que hay que desprenderse y el mundo adulto, del que aún no se puede
participar. Una forma de elaborar la rivalidad, los celos y la competencia fraterna,
unido a una descarga pulsional, que aún no está preparada para la vida sexual.
En el caso de los adolescentes tempranos, el espacio tabú pronto se constituye en
la sede para hablar de lo supuestamente prohibido: la sexualidad.
Pero puede ocurrir que al promediar la adolescencia media, cuando el tema de la
sexualidad no es el único centro de interés, o en parte se halle en vías de
satisfacción más directa con el objeto, el encuentro fraterno se derive hacia
temas referidos a la lucha generacional (el juicio acerca de los padres) y otros de
meta inhibida: argumentaciones acerca de valores e ideales del Yo, que pueden
centrarse en los ideales de verdad, amor, justicia, orden, dignidad, belleza.
Las instituciones que albergan adolescentes, tienen como fin la contención del
adolescente, constituyéndose en el cuerpo social, el esqueleto que sostiene el
desarrollo de la identidad del adolescente que aún no se ha terminado de
conformar.
La multiplicidad de "yoes" escindidos que el adolescente despliega en los distintos
roles que ejercita, en los distintos lugares en los que interactúa, tiene como
continente a aquellos "iniciadores" que el adolescente busca como transacción
entre la familia y la sociedad adulta.
Dos enfoques sobre la constitución del grupo en la adolescencia
Abordamos este punto desde dos aspectos:
1. el estudio del grupo como tal en su aspecto objetivo,
2. y el grupo como representación intrapsíquica del adolescente.
Encontramos que el adolescente realiza un pasaje por organizaciones grupales
formales o informales, en función de aspectos placenteros diversos.
Durante la prepubertad, la conclusión del desarrollo del sistema nervioso brinda
al niño un manejo diestro de su musculatura, que, unido al funcionamiento
hormonal ya comenzado, permite que se incremente el placer por el movimiento
en grupos organizados, a través de la práctica de deportes, campamentos, etc.
Paralelamente, esta organización grupal, que está dividida por sexos, va
proponiendo encuentros esporádicos y comunicación entre ambos, y surgen así

Rocío Acosta
los primeros bailes o reuniones donde se realizan juegos reglados con
características eróticas.
La razón de la constitución del grupo adolescente se debe a varias causas, entre
ellas, la necesidad de socializar la culpa frente al Superyó, y colocar el conflicto
en el exterior para que disminuya esa culpa. Por lo tanto, se necesitan líderes que
regulen y controlen las acciones adolescentes y organicen el pensamiento
grupal. Estos líderes son ideales del Yo grupales, que funcionan como iniciadores.
Los iniciadores
Los iniciadores son estructuras intrapsíquicas que se constituyen en la
adolescencia y forman parte de la fantasía de iniciación. ❗
Los iniciadores tienen un lugar preponderante como precursores del
enamoramiento, la sexualidad, el hallazgo de objeto, el lugar laboral, el
diálogo comprensivo acerca de los misterios de la vida.
En esta etapa aparecen en la mente como seres con características idealizadas,
constituyen héroes míticos, y se insertan como líderes, ideales del Yo que dirigen
la acción del adolescente y lo colocan dentro de un grupo de pares ya iniciados.
El líder debe poseer su mito, su gesta heroica, que actúa como garante del ser del
grupo y del iniciador-héroe. Esta gesta heroica debe ser conocida por sus
miembros y actúa para ellos como enlace afectivo a través del mecanismo de
identificación.
Existen distintos tipos de iniciadores→ el iniciador laboral, el iniciador en la
adolescencia (es alguien que se concibe tal como se lo ve, en una escena de
consagración), el iniciador en la sexualidad y el iniciador en el diálogo
comprensivo.
Distintos tipos de grupos en la adolescencia - Representación psíquica del grupo
Como dijimos, la pulsión genital desorganiza al Yo, identificado durante la
latencia, con el Superyó, conflicto que debe resolverse en esta etapa. En un
principio, el Yo no halla salida psíquica a este conflicto entre las dos instancias y
recurre a una defensa primitiva, la proyección, de manera que el conflicto se
transforma en conflicto con el contexto.
La escisión, la proyección, la desmentida y la omnipotencia, son mecanismos
que defienden al sujeto de la angustia de castración y de la aniquilación del
sentimiento de sí.
Es por esta razón que el grupo en la adolescencia temprana es la agrupación por
excelencia que permite proyectar en él partes escindidas y rechazadas de sí en
los otros miembros. Mediante la participación en el grupo, el adolescente se
defiende de ansiedades preedípicas y edípicas que no pueden ser verbalizadas
aún por vía del preconsciente.
Tres tipos de grupo son los que aparecen en esta etapa: grupo totémico, mítico y
religioso
a. El grupo totémico corresponde al espacio físico y los espacios psíquicos en
los cuales se desarrollan. La organización mítica corresponde al espacio
mental del tiempo, un espacio y una historia distintos de los actuales,
donde se narra acerca de sus orígenes.
b. El grupo como subcultura. Los espacios funcionan como mediadores, pues
es allí donde el adolescente realiza aprendizajes. Constituyen espacios
transicionales que necesitan un líder real que funciona como iniciador,
donde los adolescentes aprenden el contacto entre ellos y con el otro sexo,
a través de un control externo que los tranquiliza ante la posibilidad del
desenfreno.

Rocío Acosta
El concepto de Winnicott de "espacio transicional" resulta fructífero para explicar
ese lugar donde el adolescente va templando sus pulsiones, a través de un Yo
confuso y visiblemente escindido y, como tal, empobrecido en cuanto a sus
funciones.

Sternbach, S (2016) Adolescencias: entre padres e hijos. En: Sternbach,


Tramas, teoría, clínica y ficciones para un psicoanálisis contemporáneo (105-
110). Buenos Aires: Letra viva.

No solo los modos de ser adolescente se han ido modificando junto con las
transformaciones de la sociedad, sino también los propios adultos han trastocado
la noción de adultez.
Nuestros adultos, padres de los actuales adolescentes, formaron parte de
generaciones que se rebelaron frente a sus mayores, desde el lado del
inconformismo y del cuestionamiento de lo establecido; habiéndose prometido
convertirse en padres flexibles y comprensivos, con la función de amparo y
sostén, hacia un rol más fraterno o de complicidad que de padres.
A esto se le agrega el salto que implica el mundo tecnovirtual en la vida cotidiana,
que ubica a los más jóvenes en posesión de un saber que sus mayores no tienen;
inversión generacional en el plano del saber, que forma parte de una valorización
de los más jóvenes en detrimento de las generaciones precedentes.
¿Cómo se espera que los adolescentes aspiren a un crecimiento cuando sus
mayores se esfuerzan por parecer tan jóvenes como ellos?
Ambas generaciones enfrentan una paradoja: el adulto constituye el porvenir del
adolescente, pero la adolescencia encarna el ideal social juvenil propuesto para
el adulto.
Muchas conductas de riesgo de los adolescentes como consumo de sustancias o
accidentes, pueden ser pensados como llamados a los adultos, para que asuman
su rol de padres, contengan, fijen límites y escuchen.
Los adolescentes han ganado independencia, pero la frontera entre autonomía y
desamparo se torna borrosa.
Por otro lado, es imposible brindar un marco sostenedor y normas como
referencia segura, si el propio adulto las transgrede. Las distancias entre los
dichos y los hechos distancian acciones autodestructivas en los hijos, que
denuncian esto.
En este caso el pasaje adolescente no se caracteriza por la tarea psíquica de
desidealizar a los padres de la infancia, sino por la inexistencia de padres a
quienes valorar y respetar.
Problemáticas adolescentes
La familia y la escuela han sido sustituidas por otros referentes; de las redes
familiares educativas se ha pasado a las redes virtuales y tecno mediáticos desde
donde la cultura ingresa de modo constante, anulando fronteras geográficas y
generacionales; esto modifica subjetividades y vínculos. A veces las redes
sociales otorgan estas referencias y amparos identificatorios; afecta también a
una faceta descripta como pérdida del pudor y de la noción de intimidad. Intimo y
público se entremezclan, en la sociedad del espectáculo somos actores y
espectadores.

Rocío Acosta
El predominio de la imagen forma parte del ideario de una época que privilegia
los cuerpos en su dimensión estética, lo que se muestra también debe adecuarse a
criterios de alegría, de disfrute y de felicidad.
Bajo el imperativo de la visibilidad,otros aspectos del yo quedan opacados. El
cuerpo es un Yo-envase que incita a severas disciplina dietarias, gimnásticas y
quirúrgicas, develando un cuerpo dócil que obedece a los mandatos culturales.
En relación a la sexualidad, hoy en día los adolescentes tienen posibilidad de
encuentros sexuales previamente vedados. Es frecuente que hoy en día muchos
adolescentes tengan permiso para encuentros sexuales y amorosos en la casa
familiar, lejos de escenas de otros tiempos cuando coexisten la virginidad de las
jóvenes con la frecuentación de prostitutas por parte de los varones.
A su vez, transformaciones con respecto a los géneros, la aceptación social del
lazo amoros entre personas del mismo sexo, la distintincion entre identidad de
genero y sexo se ecuentra hoy establecida, los géneros pueden multiplicarse
entendidos cmo construcciones culturales y no imperativos biologicos.
La diversidad de las prácticas sexuales incluyen el sexo virtual; los adolescentes
protagonizan las fuertes transformaciones que implican un giro en la subjetividad y
en el lazo amoroso y erotico.

Angelli, Eva; Altobelli, Hernán; Otero Ma. Eugenia (colaboración)


Posmodernidad y Adolescencias. Recuperando У creando la dimensión del
tiempo y el espacio.
Sujetados a la Postmodernidad
Un modo de pensar al sujeto de la posmodernidad es verlo enfrentado a la
ausencia de garantes simbólicos, de instancias de terceridad, sujeto que ya no
puede definirse en su relación de dependencia con Dios, el Rey o la República; ya no
se define heterorreferencial mente sino autorreferencial mente.
Algunos pensadores hablan de mutación antropológica: el giro producido por el
capitalismo reduce las mentes. El capitalismo moderno ya no se basaría en la
apropiación de los cuerpos como fuerza de trabajo sino en la apropiación de las
mentes.
Dufour explica que lo que caracteriza a la historia posmoderna es la extinción de
formas filosóficas del sujeto de la modernidad que le servían de referencia: el
sujeto crítico kantiano y el sujeto neurótico freudiano. En la posmodernidad se
abandonó toda referencia a un sistema de valores para estar libres de los
intercambios. El sujeto se ve impulsado al goce, al consumo sin trabas que
propone el discurso capitalista. Dufour propone que en la actualidad es necesario
un sujeto precario, acrítico y psicotizante, es decir, abierto a todas las
fluctuaciones identitarias, dispuesto a seguir las ramificaciones comerciales, lo
que no significa que todos los individuos sucumben sin combatir a esta nueva
forma de sujeto que se está imponiendo.
Subjetividades adolescentes, la fundación del entretiempo
Ignacio Lewcowicz plantea que las condiciones socioculturales en las que vivimos
no componen un escenario que condiciona desde el exterior, sino que es una red
de prácticas que intervienen en la constitución misma de los tipos subjetivos
reconocidos en una situación sociocultural específica. Tipos subjetivos sostenidos
en una lógica social que hace posible y necesario a este tipo de prácticas.

Rocío Acosta
Para hablar de adolescencia importan entonces las condiciones sociales que
producen subjetividades adolescentes amenazadas de caer en la violencia, la
marginalidad y en el abismo de la segregación.
Nos encontramos con subjetividades que se constituyen en la superficie de
escenarios fluidos y movedizos. La dimensión de futuro se desdibuja cuando las
prácticas de consumo, el discurso massmediático, atraviesan silenciosamente,
penetrando de un modo persistente y tenaz en la cotidianidad.
Nuevos rasgos se producen en la subjetividad actual, desligados de las funciones
tradicionales de la familia y la escuela.
En estos espacios habitan los niños y adolescentes, produciéndose.
De acuerdo a Grassi, acercarse al entretiempo puberal adolescente como un
trabajo de fronteras, momento de repeticiones, nuevas inscripciones, estaciones
de recambio, restituye las coordenadas de espacio y tiempo.
Tiempo y espacio necesarios para que la dimensión de la pregunta se despliegue
como movimiento instituyente dando lugar al alojamiento del sin sentido, de lo
novedoso, al advenimiento de una subjetividad capaz de agujerear la frontera de
lo instituido.
La pluma de René Kaes, dibuja el Preconciente
Siendo uno de los sistemas del aparato psíquico el preconciente aparece, desde el
punto de vista metapsicológico, regido por el proceso secundario y separado del
inconsciente por la censura, que no permite que los contenidos y procesos
inconscientes accedan al preconsciente sin experimentar transformaciones.
El proceso secundario tiene un papel fundamental, cumple la función reguladora
para el proceso primario, transforma los contenidos que están asociados a él en
una estructura inteligible.
Para Kaes, el preconsciente tiene como condición inscribirse en la
intersubjetividad, la función del otro es fundamental en la formación de esta
instancia.
La actividad del preconsciente debe ser considerada como una función
intersubjetiva: la capacidad de alojamiento, de contención, de significación y de
transformación, interpretación que caracteriza la actividad del prcc tiene como
condiciones algunas cualidades de los prcc de los otros.
Como desenlace… algunas estaciones que trazan lazos
Pensaremos el entretiempo puberal adolescente como un espacio y tiempo que
debe construirse, habitar, para poder trabajar. Realizacion de trabajaos psiquicos
como: identificaciones, desidentificacion de lo parental, apropiación de las
transformaciones del cuerpo, simbolizacion del trauma puberal, exportación de lo
social, del cuerpo, del otro sexo, pasaje del yo ideal al ideal del yo, construcción
del proyecto dientificatorio….
El entretiempo puberal adolescente como potencialidad creadora de
subjetividad.
→ Propiciar condiciones para habitar este entretiempo es nuestra tarea, las
intervenciones deben tener este horizonte: tiempo y espacio para la producción
de subjetividad, para la creación de un sinsentido, una desaceleración.
→ La intersubjetividad requiere del establecimiento del preconsciente y el grupo
permite tener acceso al mismo. El grupo es el lugar en el cual se transforman las
relaciones de identidad y alteridad.

Rocío Acosta
Unidad 7: Psicopatología y problemáticas socio-culturales de
mayor incidencia en este momento lógico.
Donzino, G. y Morici, S. (comps) (2015) "Subjetividad en los bordes.
Intervenciones con adolescentes en riesgo"
Con la pubertad comienzan los cambios somáticos, productores de una
movilización psíquica refundacional, característica común a todos los seres
humanos.
La adolescencia es un periodo pasivo de sujeción a normas, un momento de
ruptura, de cuestionamiento y de transformación, que da lugar a situaciones
límites y problemáticas como a la creación y la apertura a lo nuevo.
La metamorfosis adolescente implica un momento de mayor vulnerabilidad
psíquica y así el sujeto se anime a independizarse y decidir por sí mismo, por lo
que su búsqueda de autonomía lo aleja de la contención de los padres y de los
otros adultos.
¿Cuáles son las variaciones que se producen a partir de las transformaciones
sociales y culturales de la posmodernidad, tanto respecto de las problemáticas
adolescentes como en el trabajo analítico?
Vivimos en contextos inestables, tiempos de fluidez y de incertidumbre, en los
que el adolescente aspira a lograr el desasimiento de la autoridad de los padres
que no tienen autoridad, de valores sometidos a una permanente revisión.
Las instituciones de la modernidad sostenían una serie de premisas que suponían
y alentaban la represión como mecanismo psíquico. En la vida cotidiana del
adolescente, los procesos de subjetivación ponen en crisis la hegemonía de esos
procesos psíquico-culturales.
Se incorpora también la noción de riesgo en alusión a quienes están expuestos a
condiciones desfavorables y perjudiciales. Pero es importante complementarlo con
la idea de inequidad, por un lado y de daño subjetivo o sufrimiento psíquico por
el otro, ya que esta idea de inequidad permite no atribuir el riesgo sólo a una
condición inherente al sujeto.
Por otro lado, el concepto de sufrimiento o daño psíquico habilita incorporar la
dimensión subjetiva en donde es aún menos posible cuantificar causas y efectos,
y corresponde encontrar pistas atendiendo a la singularidad de cada caso.
Si existen adolescentes en los márgenes, el mismo enunciado que pretende dar
cuenta de esa realidad al mismo tiempo provee de entidad estigmatizante. Bordea
un modo de existencia, un estatus por fuera del considerado normal para la
sociedad. En ese sentido, un dispositivo que busca reconocer la subjetividad del
otro adolescente debe advertir el riesgo al que queda expuesto en ese lugar.
Marcelo Viñar considera que muchas situaciones de sufrimiento adolescente son
una enfermedad del lazo social que afecta a individuos y al conjunto.

Rocío Acosta
Fernández, Ana María (2007) Abatimientos existenciales: algunas vidas
grises. Primeras jornadas Sobre depresión "Diversos Abordajes clínicos y
terapéuticos" FUNDEP

Me voy a referir a ciertas modalidades existenciales a las que he denominado


“vidas grises” y que hay que distinguir de las depresiones.
Muchas veces llegan medicados con antidepresivos y dicen estar deprimidos,
suelen presentar: poca vitalidad, ausencia de proyectos personales,
aburrimiento, poca intensidad, cansados, sin energía, sin relatos de felicidad,
poco interés sexual, olvido del juego, la seducción, poca disposición a interactuar,
muchos amigos, poca práctica de vida social; pero buenas escolaridades,
eficiencia en el trabajo, sin dificultades económicas, pero sin saber ubicar lo que
les gusta, apego en sus parejas, pero sin saber decir si están enamorados o no,
pueden traer diagnósticos de stress, fatiga, suelen concurrir cuando alguna
situación nos sobrepasa: fallecimientos, divorcios, crianza de los hijos,
dificultades en la vida doméstica.
Tal vez estemos en presencia de un modo de subjetivación donde lo valorado es la
ausencia de conflicto o confrontación. Han sido hijos cuidados, sin marcadas
carencias materiales, que parecieran no haber necesitado fuertes rebeldías
adolescentes, pero que rápidamente quedan sobrepasados por las contingencias
cotidianas de la vida.
Modalidades existenciales que despliegan un tipo particular de sobreadaptación
donde se trata de vivir con lo dado, hacer lo que se espera, con ausencia de anhelo
por transformar sus condiciones de existencia.
Creo que deberíamos pensar la dimensión histórico social de estas vidas grises,
preguntarnos cómo y porqué se estaría in-significando, produciendo
vaciamientos de las significaciones imaginarias sociales (castoriadis), vacío, a
diferencia de falta.
Con el término “instituciones estalladas” he querido dar cuenta de un modo
particular de transformación de las instituciones que funcionan como si fueran
las mismas, pero que operan (en argentina, a partir de los ´90) vaciadas o carentes
de sentido: “nos casamos hasta que la muerte nos separe,varias veces…”
De allí la importancia de tensionar la escucha clínica y abrir interrogantes.
¿Estamos en presencia de una mutación de las significaciones clásicas que
instituyen la tensión deseo-represión? de ser asi, se vuelve necesario repensar las
distinticiones con la clinica de las neurosis, en la que pensamos el síntoma como
compromiso entre la exigencia pulsional y la ley simbólica del Otro, entre el
deseo inconsciente del sujeto y la dialéctica de la represion-retorno de lo
reprimido.
Del lado opuesto de la sobreadaptación nos encontramos con lo pulsional salido
de cauce, accionando abusos de diverso orden, violencias, trastornos
alimentarios, adicciones,etc.
Si realizamos una distinción clínica de estas vidas grises, podemos estar
advertidos de no convalidar un uso indebido de psicofármacos.
Estas vidas grises, gente sin júbilo, forman parte de nuevas estrategias
biopolíticas de sujeción, propias del paso de las sociedades disciplinarias a las
sociedades de control.

Rocío Acosta
Quisiera diferenciar estas reflexiones de aquello que algunos colegas lacanianos
llaman la clínica del vacío, me parece necesario reconocer que “lo histórico social
ha estado ausente de nuestras teorías y nuestros consultorios”, señalan algunos
que esta la clinica de la época del Otro que no existe, donde falta la falta.
Hasta allí podrá acordar, pero cuando se establecen conceptualizaciones
universales, se realiza un extensión indebida que excede el plano de la clínica, se
hace de una situación particular, esencia universal, y pone en tal marco, como
características de ese nuevo sujeto universal, algo que en realidad es resultante
de nuevas estrategias biopolíticas de dominio.
¿Qué sería de nuestra época sino el nuevo orden mundial del capitalismo
globalizado? Además estas estrategias no operan de igual modo en todos los
sectores sociales. Invisibilizar o naturalizar una estrategia biopolítica de
dominio alejada a cada quien sus posibilidades de resistencia.
¿Que tienen en común la analizante que cambia su expresión apagada luego de un
juego grupal, los obreros de las fábricas sin patrón y los alumnos de las jornadas
que hacemos en la UBA? El júbilo; la alegría de los cuerpos en acción en situación
colectiva, citaciones que estallan la repetición del fantasma personal.
Las vidas grises, los cuerpos cansados, la gente aislada y sola forman parte de
dispositivos biopolíticos imprescindibles para la reproducción del capitalismo; y
producción de soledades, separa, aísla a cada quien de sus potencias, cada vez
pienso que puedo menos, cada vez hago menos, anhelo menos.
Pero siempre hay posibilidad de líneas de fuga a los poderes de dominio, Spinoza
plantea frente a las pasiones tristes, las que el tirano impone para someter a sus
súbditos, hay que configurar pasiones alegres, en el registro de las propias
potencias que o se realizan nunca en soledad; se compone con otros, entre otros,
entre muchos, algunos.
Si las relaciones de dominio constituyen relaciones de poder donde operan
diferencias desigualadas: geopolíticas, culturales, de clase, de etnias, religiosas, de
opción sexual, de género, se trata de articular multiplicidades de estrategias de
inversión colectiva y anónima de emancipaciones y libertades.
Estrategias sin tiempo: por fuera de calendarios.
No se trata del futuro, sino de lo por venir, de las libertades por venir. Ya no como
futuro utópico sino como experiencias posibles hoy. Forzar los límites de lo
posible, resistir e inventar desde potencias deseantes, formas libres de amar, de
trabajar, de estar, de pensar. Intentar abrir nuestras preocupaciones clínicas en
un campo de problemas transdisciplinarios de la Subjetividad.

Rother Hornstein, M. C. Identidades borrosas en Adolescencias:


trayectorias turbulentas.
Los adolescentes nos enfrentan a situaciones límites.
Algunos autores consideran en cómo la adolescencia es el estado es el límite entre
el embate pulsional y las exigencias de la realidad que dificultan la salida hacia la
exogamia.
Manifestándose a veces como fragilidades del yo, potencia habilidades
psicóticas, y estados depresivos cuando se pierden espacios u objetos que eran
importantes sostenes narcisistas.
En la adolescencia y la primera juventud no es fácil diferenciar entre
organizaciones fronterizas, como comienzo de la esquizofrenia o de una
enfermedad bipolar.

Rocío Acosta
La frecuencia de las organizaciones fronterizas en la consulta actual constituye
una proporción cada vez más importante; en estos casos las disfunciones del yo
ponen en evidencias las carencias, falencias y violencias del objeto primario, no
sin intensificar las razones para seguir fijado a él, cuestiones que se reproducen en
la transferencia.
Son pacientes que muestran una susceptibilidad extrema al rechazo, a la herida
narcisista y a las pérdidas, y no toleran el alejamiento del otro. Ese otro que
nunca los satisface.
Hay una imposibilidad de reconocer a la alteridad, no sólo en el ámbito de la
relación terapéutica, sino en casi todas las relaciones.
Son pacientes que sufrieron severas privaciones en su desarrollo, las cuales los
predisponen a la desconfianza, a las reacciones defensivas, a lo largo de la vida
estos pacientes repiten formas de relacionarse que tienen finales traumáticos,
estas repeticiones les confirman que, en cada nuevo encuentro, serán rechazados,
denigrados, abandonados, traicionados.
Entran en un círculo que comienza con la idealización del objeto que aportaría
supuestamente la satisfacción total, seguida de furia y de fantasmas asesinos
cuando sobreviene el desfallecimiento del otro. Obstinados por establecer una
relación indisoluble y eterna, crean un lazo funcional, imaginario, que
inevitablemente se revelara imposible.
Las organizaciones fronterizas siguen siendo un interrogante para los
psicoanalistas, diversos autores los categorizan bajo en término de fronterizos o
borderline, considerando lo afectivo, lo cognitivo, lo relacional y el predominio
defensivo más próximo a la psicosis que a las neurosis.
Lo característico de los estados límites un modo de relación dual que no es
relación fusional ni la indiferenciación yo- otro de las psicosis, aquí el sujeto y el
objeto permanecen diferenciados, pero se da una dependencia fundamental del
primero con respecto del segundo, de forma que el sujeto no puede conservar su
integridad si pierde al otro. Esa dependencia en la relación culmina en una
especie de escisión de la personalidad en dos sectores típicos de los estados
límites, un sector adaptativo con lo real (de ahí la aparente normalidad) y un
sector que implementa defensas arcaicas del tipo psicótico.
El analista de lo fronterizo (Winnicott) acentúa la importancia del ambiente
facilitador como el lugar de un buen objeto transicional, interesándose por el
juego recíproco entre lo interno y lo externo.
Invita a pensar la falta de respuesta del objeto primario, la madre en duelo,
deprimida, sin actitud amorosa hacia su niño, puede dejar secuelas desastrosas,
heridas no fáciles de cicatrizar o nunca cicatrizables siendo su consecuencia en la
esfera sexual menos importantes que los desgarros a nivel del yo y las diferentes
formas sintomáticas que producen.
Las diversas organizaciones psicopatológicas pueden ser abordadas desde el
psicoanálisis, con más o menos éxito. Los éxitos o fracasos de cada tratamiento
dependerán de la respuesta de cada analista, de su solidez, amplitud teórica y
practica de un proyecto específico para cada persona en el que interviene la ética
en el manejo de la transferencia y la contratransferencia, que apunta a investir
un proyecto de autonomía.
Estar al día
Se ven cada vez más las formas mixtas en la clínica, en las cuales detrás de la
fachada neurótica se revela la intensa actividad proyectiva esquizo-paranoide o
una fragilidad narcisista. Que marcan el comportamiento en una serie de locura

Rocío Acosta
sin delirio, los cuadros clínicos de neurosis puras son cada vez más raros,
predominan las dificultades en las relaciones con los otros y con uno mismo, la
depresión o los comportamientos autodestructivos y somatizaciones. Nos
enfrentamos a los pacientes borderline, o de organizaciones fronterizas teniendo
que dilucidar si son distintas maneras de referirse a una misma problemática o
de agrupar pacientes difíciles de diagnosticar.
¿Qué entendemos por límites?
Los límites son zonas de intenso trabajo que posibilitan modificaciones en las
diferentes instancias psíquicas.
En las organizaciones fronterizas dijimos que el problema se da en el lugar de los
límites y sobre todo con respecto a los límites del yo, en estos pacientes hay una
gran porosidad y escuchamos con frecuencia las expresiones “soy una esponja,
todo lo absorbo” o por el contrario hay una gran distancia con el otro, extrema
desconfianza, todo lo cual da cuenta de la enorme sensibilidad y del miedo a la
intrusión y también a la contrapartida del deseo de fusión y exceso de intrusión.
Con estos paciente los analistas también trabajan en los límites, aportar un yo
que no desfallezca por la proyección de la desesperanza, y encuentre la manera
en que el paciente acceda a incrementar la capacidad simbólica sin que el
paciente caiga en la angustia de esa desintegración, es un juego delicado que
debe evitar generar el sentimiento de abandono.
Al mismo tiempo es necesario poner un límite a una angustia masiva que re edita
el encuentro con esa madre que no pudo regular los estímulos (internos y
externos) y propone un proceso de elaboración y de simbolización que impida un
desborde traumático, con fallas en el sentimiento de identidad y de existencia.
El polimorfismo sintomáticos y defensas
Debemos estar atentos en la clínica a la problemática depresiva, a las tentativas
de suicidio, a las conductas adictivas, a los pasajes al acto, a los trastornos del
sentimiento del sí, a los arranques delirantes que propician la ansiedad flotante y
difusa, a los síntomas obsesivos compulsivos o las fobias múltiples, a las
reacciones disociativas, y a las preocupaciones hipocondriacas, a las
mutilaciones del cuerpo.
Con frecuencia los pacientes border se dan cuenta de la carencia de interioridad,
de la dificultad para estar solos, y la dependencia adictiva.
Las fallas en la constitución del narcisismo promueven desorganizaciones del
yo, falso self, fragilidad del yo. Los límites internos y externos desdibujan los
espacios psíquicos, el fracaso de la represión se da en favor de los mecanismos
de negación y de escisión, la debilidad del trabajo de la elaboración y de
simbolización, riesgo de desbordamiento traumático, de hundimiento depresivo,
de la pérdida de sentimiento de identidad, y más precisamente del sentimiento de
continuidad, y del valor de la experiencia de sí.
Finalmente en el nivel de las relaciones con los objetos, la escisión, la proyección,
y la identificación se conjugan en el campo de la identificación proyectiva.

Waserman, Mario (2007) Los límites rebasados, un clásico de la


adolescencia posmoderna, en Revista Actualidad psicológica.
El forzamiento de los límites en la adolescencia más que una anormalidad parece
ser una regla universal, tanto es así que su no ocurrencia se puede leer como un
problema psicopatológico.

Rocío Acosta
El problema del límite rebasado debe ser objeto de una reflexión que incluya las
circunstancias histórico-sociales en las cuales se produce la construcción de la
subjetividad; es respecto a la pulsión que el límite se muestra.
En la adolescencia se produce una revuelta en la historia personal, allí se aúna un
mandato histórico social a un momento evolutivo, el momento de corte
generacional, uno de los acontecimientos sociales y familiares que marcan el
pasaje por la pubertad y la adolescencia hacia la adultez.
Corte (generacional) y rebasamiento (de límites) son dos fenómenos donde el
segundo es la cara visible del primero.
En las sociedades pre-modernas, lineales, el sujeto se concibe en una continuidad
sin cortes con la generacion que lo precede, los ritos de pasaje estan
rigurosamente pautados bajo la ley del padre, el asesinato simbolico del padre
se contiene en los ritos de iniciación; si bien el parricidio en el deseo inconciente
es necesario, se pone cuidado en el modo en que esa muerte se haga, sin que
suponga enfrentarlo, perderle respeto como persona ni a las leyes que lo
sostienen; la superación de los ritos de iniciación le otorgan el certificado de estar
en condiciones de portar la insignia fálica.
Para el púber de nuestra época el padre idealizado o sus subrogados, directores,
jefes, líderes, de la infancia se presentan como figuras muy debilitadas,
cuestionadas.
Es una sugerencia implícita de la sociedad que el padre real sea desautorizado a
través de actings de independencia agresivos sobre lo que se construye, al final
de la adolescencia, el superyó y el yo definitivos.
El proceso de estructuración subjetiva no se completa hasta después de la
adolescencia.
Pueden coexistir independencia y sometimiento, adolescentes tardíos con
desarrollo independiente pero que siguen regidos por los mandatos del padre sin
distancia crítica alguna.
El asesinato del padre se realiza en nuestra época sobre un padre herido de una
debilidad extrema, se asesina a un rival desestimado.
Estas son las sociedades “de corte”, las que se instalan bajo ideas del
modernismo de progreso, de velocidad, que empuja al cambio veloz, la
adolescencia se alarga por la organización de la economía.
En las familias de corte nadie quiere ser una fotocopia del ancestro, como se
quería en las sociedades lineales, las instituciones son cuestionadas, hay
desesperación por la individualidad.
Los mensajes que provienen del imaginario social parecen estar de acuerdo con la
posibilidad de no castración, van en dirección de que el goce imposible es
posible.
Si la exhumación del goce y la furia al límite son un fenómeno puberal y
adolescente en una sociedad de corte, esto lo consideramos un fenómeno no
psicopatológico, sino una forma concordante del desarrollo personal en el
interior de nuestra sociedad.
Ahora bien, si se extiende más allá de la adolescencia hay dos cuadros
psicopatológicos a diferenciar:
a) La adolescencia interminable, caracterizada por un romanticismo fanático
con una incapacidad del sujeto para ocupar el lugar del padre.
b) La instalación de una perversión se caracteriza por los mecanismos de
renegacion y los contenidos sado masoquistas tanatos de su sexualidad.

Rocío Acosta
Por otro lado, en los casos de no transgresión y sometimiento exageradamente
pasivo, en una sociedad de corte hay varios cuadros psicopatológicos:
a) La instalación de una niñez interminable.
b) La instalación de una severa desviación -con renegación- en los cuadros
donde los valores lineales son mantenidos como fachada mientras el
delirio puberal actúa por detrás.
c) una severa sobreadaptación con una represión global, un cuadro de
pseudo adultez y el peligro de somatizaciones.
d) instalación de un estado depresivo y una queja permanente, típica del
adolescente a quien le está impedida la transgresión, por ansiedades fóbicas
o restricciones ambientales inamovibles.
e) un estado melancólico de postración por no poder salir de la posición de
objeto.
Los ritos de iniciación en nuestra sociedad y su relación con los limites
Los ritos de iniciación marcan un momento de pasaje de niño a adulto, puntúan
el momento en el cual un sujeto no dotado de capacidad genital, se transforma -
metamorfosis mediante- en un sujeto que empieza a dotarse con capacidad de
resolución genital.
Funcionan como una estructura creada para contener la crisis que se esta
produciendo, formas sociales para contener el derrumbre del mundo significante
(el incesto y el parricidio).
Los ritos de iniciación en la sociedad lineal tienen como fin que el sujeto supere la
crisis sin poner en peligro su propio equilibrio narcisista ni al otro (el discurso
social y su conjunto de reglas y prohibiciones).
En las sociedad posmoderna están encubiertos, han perdido su poder de
autorización por parte del discurso social, es la edad de veintiún años la que
autoriza al sujeto la propia autonomía, además de otras marcas que se tienen en
cuenta.
El enfrentamiento por los límites se da en el contexto de un enfrentamiento
generacional; se trata siempre de un símbolo que representa la fractura de la
autoridad familiar, de la ley que está bajo la égida del padre simbólico, a veces
sostenida por la madre.
En los problemas de límite de nuestra época hay una confluencia de un ideal de
revuelta y crítica y una debilidad de la función paterna que no encuentra los
límites de su función, siempre los padres preguntan hasta dónde deben llegar.
El Límite, una cuestión de vida o muerte
Para nosotros, un índice de la psicopatología del límite es que este se convierta en
una cuestión de vida o muerte para el adolescente o para sus padres, tanto su
aceptación como su rechazo.
La autorización para portar la insignia fálica en la sociedad actual consiste en
enfrentar el discurso de las generaciones precedentes. El puber se hace hombre
o mujer al fumar, emborracharse, drogarse, ser gay, violento, bisexual, ponerse
aros, tatuarse, ir a un recital, etc.
En el adolescente posmoderno transgresor hay una falta de ideales nobles; los
adultos no parecen mostrar en su discurso una vida de placer alguno, los ideales
se han devaluado y se han cambiado por fetiches. El romper el límite se hace desde
un vacío y un escepticismo cuya manifestación más clara es el aburrimiento entre
acto y acto.
Este tipo de revuelta sin ideales sociales parece contener un elemento más
autodestructivo porque no hay nada por lo cual luchar o soñar. El estado de

Rocío Acosta
falta de ideales puede ser tan agudo que ataca el pensamiento produciendo una
suerte de boludificación, algo que ataca el pensamiento sea hacia la locura o hacia
el vacío.

Rojas, M. y Sternbach, S. (1997) Entre dos siglos. Una lectura


psicoanalítica de la posmodernidad. Lugar Editorial. Cap. 5.
Patologías del fin de milenio
Psicopatología y espíritu de época
Las consultas predominantes se entraman en las actuales discursividades
sociales.
A los cuadros neuróticos clásicos se han agregado en los últimos tiempos
numerosas consultas por problemáticas denominadas pre neuróticas o de borde.
Las epidemias de anorexias y bulimias, las adicciones, algunas formas de
violencia, enfermedades psicosomáticas y cierto tipo de depresiones.
En el terreno vincular la clínica nos enfrenta hoy a configuraciones novedosas,
parejas homosexuales, familias constituidas a partir de uno o más divorcios,
problemáticas en la niñez o adolescencia ligadas a la separación precoz.
Esto ha ido a reformular importantes cuestiones atinentes a nuestros dispositivos y
modos de intervención.
Continuamos redescubriendo dia a dia en los pacientes las eficacias del
inconsciente y los avatares del Edipo: el sueño, el lapsus, el síntoma, forman
parte de una división subjetiva que subsiste más allá del cambio histórico.
Sin embargo, los modos de despliegue de estas formaciones subjetivas no son
ajenas a la cultura. Si bien el síntoma consigue una formación de compromiso
universal, es también una apelación al Otro. El carácter significante del síntoma lo
sitúa dentro de una cultura.❗
Consideramos al abanico psicopatológico también como una respuesta sintomal
a las discursividades de la época. Foucault enfatiza la historicidad social del eje
salud-enfermedad.
A la vez, las definiciones psicopatológicas se postulan en el seno de teorías
también gestadas dentro de marcos históricos, tampoco el discurso científico
escapa a la presencia ideológica.
El psicoanálisis iluminó aspectos esenciales de la subjetividad, la salud absoluta
no sería posible dado el carácter estructural del complejo de castración y el
irreductible antagonismo entre pulsión de vida y pulsión de muerte. La cura
propende a la asunción de la castración y posibilita el rodeo deseante frente a la
inercia del goce.
El prototipo sano
Toda época histórica favorece el surgimiento de patologías vinculadas a la
sobreadaptación. Cada momento histórico formula un prototipo sano, un
conjunto de modalidades subjetivas acorde con los ideales predominantes.
Los ideales promueven hoy un ritmo hipomaniaco ligado a la abolición de todo
conflicto, el éxito y la eficacia; poco sujetado a lazos y limitaciones de cualquier
índole, el prototipo sano tendrá como una de sus posibilidades la búsqueda de la
fama y el poder; se le permitirá jerarquizar sin interés propio aun en detrimento
de los otros.

Rocío Acosta
Aquello que la psicopatología psicoanalítica considera modalidad perversa,
ligada a la renegación de la castración, adquiere cierto consenso social e
impregna el prototipo sano.
La función paterna de carácter simbólico se ve hoy destituida cuando quienes se
identifican con la regla misma la colocan al servicio del propio ejercicio del
poder o de sus intereses individuales. La mostración directa y constante de la
violencia favorece el acostumbramiento y la banalización.
El prototipo podrá optar por mostrarse indiferente ante su vida y la de los otros,
atenuará sentimientos solidarios, podrá permanecer insensible ante la muerte
misma.
Las características del prototipo se articulan alrededor del individualismo,
predominio de formas narcisistas.
Lipovetsky destaca el “neo narcisismo” que colocaría al ego en un protagonismo
total dentro de las redes de la cultura. Destaca que el surgimiento del individuo
puro, aislado, solo obsesionado por sí mismo, lo torna más vulnerable, capaz de
desfallecer y hundirse.
El prototipo sano padece del denominado estrés o ciertos trastornos de sueño ya
incorporados a la habitualidad, suele sufrir cefalea, contracturas, astenia; todos
ellos signos de esta era, buscan rápida solución a través de medicamentos.
El imperativo de juventud conduce a extremos patológicos, el cuerpo se ve
sometido a torturas a fin de borrar las marcas del transcurso temporal.
El prototipo ha de mostrarse bello, superficial y divertido, desestimando la
interioridad, esto conlleva a problemáticas del pensamiento y la simbolización.
Del sujeto sano de la posmodernidad se espera la autonomía, una dosis de
hedonismo e individualismo que lo libere de las culpas.
El prototipo sano de nuestra época queda aprisionado por ese Superyó que
ordena el goce, disfrazado bajo las formas de placer y libre elección.
La cultura actual promueve tendencias adictivas desde momentos precoces de la
vida, al pretender la saturación permanente de la carencia.
● Las adicciones, o la obligatoriedad de consumir
Proponemos una importante conexión entre la lógica del consumo y el universo de
las adicciones, si bien estas constituyen un cuadro psicopatológico determinado a
la vez por factores intrasubjetivos y vinculares.
La sociedad de consumo estimula la convicción de que adquirir y poseer objetos
otorga plenitud, al saturar lo imposible del deseo humano;
La adicción representa la posibilidad de escape de sentimientos de fracaso e
impotencia, generados a partir de ideales homogeneizantes y absolutos,
presentifica la tendencia a la evitación del dolor psíquico.
La publicidad será la encargada de promover un paraíso ligado al cigarrillo, el
alcohol, el chocolate u otro objeto de consumo.
En los grupos, los otros no son relevantes en sí mismos sino por su relación con el
tóxico, que se eleva de esta manera por sobre las subjetividades objetalizadas.
En lo que hace a la sexualidad del toxicómano también se desjerarquiza, el efecto
de algunas drogas desplaza al cuerpo sexuado, el cuerpo se hace presente con
intensidad y dolor en el momento de carencia de la sustancia.
Con referencia a la relación del adicto con la dra, Piera Aulagnier la incluye dentro
de la relación pasional, el objeto se ha convertido para él Yo en fuente exclusiva
todo placer y ha sido desplazado por el en el registro de las necesidades.
Dougall propone a la sexualidad misma como droga, caracteriza como
sexualidad afectividad a los diferentes tipos de relación sexual en la que es el

Rocío Acosta
acto y no el otro quien se inviste, el otro es más un objeto de necesidad que un
objeto de deseo.
En el mundo de las toxicomanías el sujeto construye otro planeta, una dimensión
en la cual el objeto que puede cubrir la falta existe y se concreta. Al no
confrontarse con su carencia de ser, el adicto va renunciando a su subjetividad
deseante.
Para algunos el adicto es un perverso, para otros no puede ser encuadrada dentro
de una entidad nosológica.
● Las anorexias, o el cuerpo consumido
La delgadez, impuesta por los ideales actuales, no se vincula solamente al
criterio de belleza sino que es un rasgo peculiar de los grupos sociales
privilegiados. Sin embargo, solo las articulaciones entre la dimensión macro
contextual y una historia familiar subjetiva.
Expresión extrema de lo mortífero, la anorexia afecta el sustento nutricio que
sostiene la vida, al mismo tiempo sugiere una suprema omnipotencia, quien no
come parece situarse más allá del plano de la necesidad universal.
El rechazo de la oferta del entorno no libera ni autonomiza a la anoréxica, sino que
la va consumiendo en una posición de objetivación, encarnadura de lo inerte y
desvitalizado.
Para Lacan “Es el niño al que alimentan con más amor el que rechaza el
alimento y juega con su rechazo como un deseo(anorexia mental)”. Desde esta
perspectiva, la anorexia constituye una tentativa de diferenciación respecto de
una madre que se anticipa a la formulación de la demanda y obtura el deseo a
través de la satisfacción de la necesidad.
La anorexia plantea la cuestión de un deseo que no llega a articularse en un
discurso. Un cuerpo que rehúsa ingresar en las cadenas significantes, queda
fijado en un goce ligado a la pulsión de muerte.
● Las enfermedades psicosomáticas: cuerpo sufriente y levedad
Consideramos a nuestra época como una facilitadora de las respuestas
corporales al conflicto, aun en su lucha contra la enfermedad y la muerte.
Patologías psicosomáticas: se trataría de manifestaciones corporales que
irrumpieron en sujetos con poca conexión con su propia conflictiva psíquica y
que, apegados a la realidad exterior concreta, presentaron un marcado déficit a
nivel de la fantasmatización y la simbolización. Conformismo, sobreadaptación y
sometimiento a las reglas, caracterizan a estos sujetos donde la sintomatología
corporal surge a menudo como una ajenidad; una cierta despreocupación y
descompromiso emocional recorren la vida de estos sujetos.
Esta suerte de pobreza emocional es referida como desafectación y alexitimia;
los investigadores hacen referencia a pacientes que no poseen palabras para
nombrar sus emociones; ausencia de registro del mundo emocional,
empobrecimiento del lenguaje, que adquiere carácter formal y desafectivizado;
déficit en los niveles imaginario y simbólico.
Podríamos relacionar estas problemáticas con tempranas fallas en la
subjetivación; esto condenaría a una vida operatoria, carenciada de los niveles
fantásticos y simbólicos que caracteriza a la singularidad.
Hipotetizamos que la relación distante con la propia vida emocional -
desafectación, alexitimia e indiferencia-, podría verse favorecida en parte por
ideales sociales fuertemente vigentes que enfatizan la levedad del ser y de la
relación con los otros. Esto podría promover una acomodación obligada al mundo

Rocío Acosta
y una desconexión profunda con respecto a una vida emocional que debería
atenuarse.
Pensamos que la llamada era del vacío, su banalización y el aligeramiento de la
vida subjetiva y relacional, podría facilitar la expresión psicosomática.
Paradoja una época que,paralelamente a la enorme producción de tecnología
médica, no cesa de producir un elevado número de enfermos. Es observable hoy
una tendencia a la sobremedicación.

Rocío Acosta

También podría gustarte