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*El aparato psiquico es algo que se va construyendo según Freud a los 5 años.
*La estructura (complejo edípico) se vuelve a poner en juego, es decir, se vuelve a vivirlo
segundo nacimiento sexualidad (descubrimiento de interés por el mismo o diferente genero)
No existe una edad precisa que establezca esta fase del desarrollo, lo que hay es una influencia
que los empuja hacia esta zona de turbulencias, cada uno lo vive según su precocidad o por el
contrario, según sus retrasos.
La adolescencia es una fase de mutacion pasa por una muda respecto de la cual nada puede
deciry es para los adultos un objeto de cuestionamiento, que según los padres esta cargado de
angustia.
El estado de adolescencia se prolonga de acuerdo a las proyecciones que los jóvenes reciben de
los adultos y según lo que la sociedad les impone como limites de exploración.
El adulto esta ahí para ayudar a un joven a entrar a las responsabilidades y no a ser lo que se llama
un adolescente retrasado.
En el curso de dicha mutación, reproduce la fragilidad de ese bebe que nace sumamente sensible a
lo que recibe como mirada y oye como palabras.
Riesgo del primero amor experimentado como la muerte de la infancia, la muerte de una época
¿Podemos hablar sobre la transición de la adolescencia a través de ritos? poder afrontar la
realidad
La primera vida imaginaria 3-4 años pone la mira en las personas del grupo próximo al niño
11 años vivir una segunda vida imaginaria que va más allá de la familia del mundo exterior
Un individuo joven sale de la adolescencia cuando la angustia de sus padres no le produce ningún
efecto inhibidor.
Sus hijos han alcanzado un estado adulto cuando son capaces de liberarse de la influencia paterna.
RESUMEN:
Dolto habla sobre una trampa en que el adolescente se aisla masturbación (vía idónea para el
autoconocimiento = búsqueda del placer) = inicio de la adolescencia adolescente en mayor
riesgo = psicosis
Hay que poner atención cuando un adolescente no pasa por la “etapa del burro” porque puede
darse un cuadro patológico.
NAHOUL LA ADOLESCENCIA
Todas las épocas de la vida, son épocas de crisis: biológicas, emocionales, psicológicas, religiosas,
estéticas, etc.
LA ADOLESCENCIA NORMAL
Es una etapa de efervescencia, etapa en la que se producen juegos eróticos entre niños y niñas.
El placer es importante para el adolescente ya que puede entablar una relacion emocional
importante, intima e inconsciente con el otro.
Existen varias adolescencias ya que no existen etapas cronológicas, sino metas a cumplir las cuales
poseen su propia vulnerabilidad.
La época de latencia, por ejemplo, no necesariamente se da con exactitud entre los siete y los
nueve años, hay niños que pueden llegar a la latencia a los seis años y terminar a los diez. La
latencia termina con la primera polución o eyaculación en el varón -o la primera masturbación— y
la primera menstruación en la mujer.
Se manifiesta una distorsión normal del tiempo, como si predominara el proceso primario y el
tiempo no existiera. Existe el presente, el aquí y el instante, perdiendo importancia el pasado. Si se
alcanza a percibir el futuro, éste está lleno de angustia e incertidumbre. Las urgencias y
necesidades del adolescente son inmediatas, no soportan la demora. La vulnerabilidad está en no
adquirir destreza en la capacidad de espera.
Un proceso de identidad también en movimiento. Todos los hombres y mujeres atraviesan por un
momento bisexual consciente o inconsciente y luego uno homosexual, para posteriormente hacer
un recorrido hasta llegar a un momento heterosexual. Se puede quedar en cualquiera de los dos
anteriores si así le place.
Es entonces cuando surge el amor platónico y alguien que no haya vivido intensamente esta
época, no va a pasar de la adolescencia.
Cada nueva fase en el desarrollo del adolescente supone una pérdida o separación mayor de sus
guardianes yoicos.
Hay que recordar que el yo funciona mediante el principio de realidad, por lo tanto, a los que se
pierden son a los guardianes de la realidad, no del deber ser ni de las restricciones. También se
pierden modelos de vivir y de relacionarse: son las transiciones psicosociales, sobre todo en la
adolescencia. Esto conlleva procesos de duelo, porque se pierden roles, papeles, configuraciones y
seguridades, ya que se camina en el sentido de la maduración que implica responsabilidad,
autonomía y segundad para sobrevivir ante la pérdida de la dependencia.
FASES DE LA ADOLESCENCIA (ADOLESCENCIAS)
*PREADOLESCENCIA – 9 a 11 años
. En esta etapa, el adolescente no puede distinguir ob jetos amorosos ni metas pulsionales nuevas
El preadolescente tiene que sobreponerse a sus deseos de seguir siendo niño, dependiente del
vínculo materno y debe completar su tarea del periodo preedípico.
Desde el punto de vista externo, se presenta un preadolescente {varón o mujer), que va a intentar
iniciar su independencia familiar, la cual se logra en el momento en que ya no es necesaria la
tutela de los padres; esto no significa que el hijo sea indiferente a ellos, más bien implica que la
verdadera edad adulta a la que desea llegar conlleva que ama a sus padres.
Una falta de catexia (energía afectiva) en los objetos de amor incestuoso. Les deja de importar la
mamá, la hermana, y les empieza a importar la prima. El primer objeto incestuoso es la madre; el
segundo, un poco más lejano, es la hermana; y el tercero, todavía más lejos, es la prima. La
elección de objeto en esta etapa es, en esencia, narcisista.
En el sentido de poder necesita estar cerca de personas a las que pueda admirar y amar, además
es preciso que estén fuera del ámbito familiar; esta falta de afecto a los objetos de amor
incestuoso provoca que su libido flote libre mente LO CUAL PROVOCA:
El adolescente requiere figuras de identificación y es aquí donde la figura de los maestros adquiere
mayor importancia
Se favorece el ideal del yo, que en este periodo adolescente posee características narcisistas.
Asimismo, se presenta una ruptura repentina de las relaciones de objeto primarias, desplazándose
a una idealización de la amistad; posteriormente habrá una frustración, pero en esta etapa tener
amigos es un asunto de suma importancia.
Se promueve la identificación con el progenitor del mismo sexo. Esto es, los afectos tiernos y
agresivos, las sensaciones de dependencia e independencia, dirigidos hacía la madre en la etapa
anterior en que eran muy dependientes de ella, ahora se resuelven en parte al poner el afecto en
el progenitor del sexo opuesto, y queriendo ser como el del mismo sexo.
La conciencia de que existe una nueva meta instintiva: la procreación, situación que matiza y
afectiviza la fantasía de paternidad; tal fantasía es ambivalente: se desea, se niega, se aborrece, se
busca, se aborta, etcétera. La vulnerabilidad se da cuando él o la adolescente desean demostrar y
demostrarse que puede tener un hijo.
En esta etapa culmina la formación de la identidad sexual. Se hace una completa renuncia a los
objetos incestuosos y se abandona la posición homosexual y bisexual, para hacer posible la
orientación del sujeto hacia la heterosexualidad, con la probabilidad de lograr la nueva meta
impulsiva: la reproducción
La vida emocional del adolescente ahora es más intensa, más profunda y con mayores horizontes;
los deseos edípicos y sus afectos correspondientes resurgen, así como los celos, la envidia y la
culpa reaparecen; y los conflictos internos sobre la identidad alcanzan su máximo desarrollo.
Ayudar a que el adolescente conozca y controle sus afectos es apoyarle a que su futura vida
emocional sea más plena y cumpla sanamente con su rol sexual.
Blos adolescencia es una crisis que debe ser atravesada y de la cual se deberá salir.
Adolescencia tardía (algo que no apareció cuando se suponía debia hacerlo) – prolongada
(apareció, pero con manifestaciones clínicas que se mantienen en el tiempo mas allá de lo
esperado) sinónimos
2. Saber que emerge en la experiencia misma y cuando este aparece, el saber que cae
corresponde a la transferencia, expresándose en forma de duelo
La adolescencia temrinara cuando las experiencias sean asumidas por el sujeto como propias, por
el camino de la identificación, prescindiendo del sosten encarnado en la figura de los padres.
El humano es un ser social, un ser hablante, es la primera especie que tiene conciencia de su
propia existencia y por lo tanto es capaz de proyectar su futuro.
Françoise Dolto compara al estar adolescente con la muda de algunos insectos. Estos, para poder
crecer, deben cambiar la rígida cobertura externa. Al desprenderse de este “caparazón”, otro lo
reemplaza, pero pasa un tiempo hasta que endurece y se adapta a su nueva medida. Es ese el
momento de vulnerabilidad en que puede convertirse en presa fácil de algún depredador. Para el
insecto este riesgo es imprescindible para crecer. En el estar adolescente, se trata de una
transición crucial llena de amenazas y de oportunidades que empuja a buscar un “lugar en el
mundo” que incluye el crecer y el probarse siendo. Este estado de experimentación muchas veces
incluye el sentirse todopoderoso, y cuesta imaginar que exista algo que pueda amenazar su
integridad.
identidad
toma de conciencia de un cuerpo en transformación
lo que convierte a su cuerpo extraño de forma abrupta es el carácter sexual
no hay forma de imaginarnos quienes somos sin una imagen corporal
¿Qué significación psicológica tiene este cuerpo? el cuerpo/imagen de lo corporal posee un
significado importante ¿Qué es lo que re-escriben los padres en este?
1. Sentido de continuidad que tiene la propia biografía la perspectiva temporal por la que
un sujeto se sitúa en el presente, reconociéndose en su pasado, y también en una
proyección futura
Alguien que no se reconoce en su propia historia, constituiría un proceso alarmante de
desorganización psíquica.
2. Diferenciación con respecto de los demás reconocer la individualidad propia
(adolescencias), se identifican distintos tipos de vinculación (padres, hermanos, amigos,
etc)
El adolescente a lo largo de su recorrido utilizará múltiples maniobras para sentirse
diferente y único, buscando el lugar que a él le corresponde, y requerirá de sus «iguales»
para conseguir este objetivo.
3. Coherencia entre quien habla y quien se es discurso propio, fruto del autoconocimiento
«debes ser tú mismo y no dejarte llevar por lo que otros te digan... tienes que
tener tu propia personalidad... saber decir no a lo que no sea bueno para ti...». El
único problema es que hacer todo esto puede quedarse también en puro acto de
obediencia a los padres, es decir, sin que pueda pasar por el tamiz de lo propio.
Es curioso, pero este fenómeno tan habitual de la búsqueda de parecidos, como rodeo
para definir quién es uno, adquiere grandes dimensiones en la adolescencia. Para el
adolescente, los parecidos pueden actuar como referentes que proporcionan una
autovaloración positiva o, por el contrario, ser vividos como un estigma, si la figura a la
que otros o él mismo dicen que se parece no está cargada de esos afectos positivos.
En estos casos, el parecido se torna en persecutorio y aprisionador, puesto que no
permite ser uno mismo, sin referirse a otro a quien se rechaza. Estas situaciones
inciden en el proceso de construcción de la propia identidad, siendo muchas veces
obstáculos para la misma.
Sin la configuración temporal, el niño no será capaz de diferenciar lo que sucede antes
o después, organizar mentalmente hechos que le han ocurrido o anticipar de forma
adecuada lo que está por suceder. Esa construcción necesita de un buen soporte, que
se adquiere a lo largo del desarrollo. Es lo que permite al sujeto historizarse, hacerse
protagonista de su propia historia
Son frecuentes en los adolescentes las quejas referidas a su propio cuerpo, lo que hemos llamado
siempre complejos. Éstos son la expresión de ese malestar causado por no ser como uno quisiera
o, mejor dicho, como le gustaría a uno que otros le vieran; es decir, sin resquicio de imperfección,
ante el temor a ser descubiertos en alguna falta.
el deseo de ser ideal, sin ninguna fisura por la que se puedan colar las imperfecciones, a veces
magnificadas, es un componente presente en los trastornos de la alimentación, pero también en
otros trastornos relacionados con la imagen.
¿Qué sentidos les dan los adolescentes a sus circunstancias/problemática de vida? ¿Cómo lo vive?
¿Cómo pueden resignificar aquello?
La imagen es siempre una construcción imaginaria. Es lo que el sujeto ve y cree que ven los otros.
Nunca hasta la adolescencia había estado tan presente y tan consciente el mundo de las relaciones
a la hora de pensar en uno mismo. Concentrados en esa imagen aparecen ideales, temores y sobre
todo la búsqueda de la autoafirmación, que necesita de la aceptación de otros, aunque éstos ya no
sean los padres.
Si pensamos en otro tipo de maniobras, como es el caso de los piercings o los tatuajes, resulta
interesante su análisis, entendiendo de qué manera todo lo pulsional se moviliza en esta etapa.
impulsividad propia del adolescente
La omnipotencia de la que hacen gala algunos adolescentes con relación a su cuerpo es un buen
ejemplo. Nos referimos a la práctica de conductas de riesgo, desde actividades «paradeportivas»
hasta el consumo de tóxicos o al hecho de mantener relaciones sexuales sin protección, entre
otras.
todo lo que se refiere al cuerpo y, por tanto, a la imagen atañe, en algún grado, al proceso de
consolidación de la identidad.
El adolescente imagina lo que otro ve en él, y eso es lo que cuenta. Ese poder que se le supone al
pensamiento de los otros es un signo denotador de la dependencia en la que aún se está
instalado, y que, por otra parte, no es exclusivo de los adolescentes, puesto que también se
observa en etapas posteriores.
La mirada de los otros siempre está presente cuando el adolescente intenta verse a sí mismo;
incluso en los casos donde se recurre a ese «cuidado descuido», que también lleva su preparación,
y en los que también se tiene en cuenta cómo conjugar todos los detalles, para que el resultado
sea una imagen aparentemente despreocupada o abandonada.
Incluso en los casos de flagrante descuido y abandono de hábitos higiénicos, observamos (si estas
conductas no obedecen a cuadros psicopatológicos, como depresiones o episodios psicóticos) una
intencionalidad transgresora frente a las normas, o bien una muestra de omnipotencia hacia las
propias necesidades, en un intento de negar su existencia.
ese deseo de perfección en el cuerpo puede llegar a convertirse en vía de expresión de algunos
cuadros psicopatológicos.
Recordemos los trastornos de la alimentación, o los rechazos hacia sí mismo, que puede presentar
el adolescente que se percibe con «defectos» insoportables para él.
• El valor que adquiere dando lugar al rechazo hacia sí mismo y anticipando el rechazo de otros,
que son significativos.
• La existencia de un producto que hace desaparecer ese defecto para los demás. Recordemos
que para la chica del anuncio sigue existiendo su espinilla, pero si el chico no la ve, no hay de qué
preocuparse.
El deseo sexual, como ya hemos indicado, es la energía motivacional que mueve a las personas a la
búsqueda de satisfacción erótica, la cual se logra a través de la experiencia, es decir, de
comportamientos concretos.
el deseo se articula en tres dimensiones: el impulso, el anhelo y el motivo.
Comienzan las primeras fantasías eróticas, la atracción y la respuesta hacia estímulos eróticos. Tal
vez las primeras atracciones eróticas en púberes y adolescentes no son percibidas en un primer
momento como eróticas, aunque este sentimiento se vaya identificando paulatinamente. El deseo
sexual se orienta ya en momentos prepuberales. Posteriormente, el deseo sexual se satisfará a
través de experiencias sexuales, en primer lugar autoeróticas, posteriormente compartidas.
La masturbación es una actividad que ayuda a conocer el cuerpo, y la propia respuesta sexual
descubriendo todos sus matices. A través de ella se obtiene satisfacciones sexuales construyendo
en la fantasía situaciones idealizadas o inalcanzables; ayuda también a elevar la autoestima sexual;
tiene sentido en sí misma como una forma de acceso al placer.
la masturbación compulsiva debe ser interpretada como una manifestación del conflicto y no
como el origen del mismo. La integración saludable de la masturbación está mediatizada por las
actitudes hacia la sexualidad y estas a su vez por las reacciones emocionales ante la misma.
Los adolescentes seguros tienden a sentirse más eficaces manejando las situaciones afectivo-
sexuales. Por todo ello están en mejor disposición para desarrollar un aprendizaje valioso respecto
a la intimidad, la comunicación y la dependencia de los iguales como potenciales figuras de apego.