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Facultad de Ciencias de la Educación

Trabajo de Repercusiones de los Contextos


fin de grado de Pobreza sobre el Desarrollo
Infantil

Alba Abal Dozo


Febrero 2023

Trabajo de Fin de Grado presentado en la Facultad de Ciencias de la Educación da Universidade de Santiago de


Compostela para a obtención do Grao en Educación Social
Título. Repercusiones de los contextos de pobreza sobre
el desarrollo infantil.

Título. Repercusións dos contextos de pobreza sobre o


desenvolvemento infantil.

Title. The impact of poverty contexts on child


development.
Resumen

La pobreza, en sus distintos tipos, afecta, actualmente, a millones de menores en el


mundo lo que la convierte en una de las principales amenazas para el adecuado
desarrollo de este colectivo. Por ello, este Trabajo de Fin de Grado se centró en estudiar
cómo las situaciones de vulnerabilidad económica influyen en el desarrollo físico,
cognitivo, y psicosocial durante la infancia. El objetivo fue analizar los efectos y
repercusiones de vivir en contextos de pobreza sobre las diferentes áreas del desarrollo
en la infancia y en la niñez e identificar cuáles se ven más afectadas. Para ello se llevó a
cabo una investigación documental. Se revisaron y analizaron 25 estudios que tuvieron
como muestra niños/as de entre 0 y 12 años pertenecientes a ambientes de bajo nivel
socioeconómico. Los resultados evidenciaron consecuencias negativas en todos los
dominios del desarrollo, destacando: peores medidas antropométricas; déficit en
habilidades motoras, lingüísticas y sociales; problemas de salud mental; retrasos en las
funciones ejecutivas; y comportamientos desadaptativos. Concluyendo, urge la
prevención y detección de esta problemática para intervenir socioeducativamente, con
la mayor celeridad, a fin de preservar la integridad física, intelectual y emocional de
los/as menores.
Palabras clave: Desarrollo; Pobreza; Nivel socioeconómico; Infancia; Educación
Social.

Resumo

A pobreza, nos seus diferentes tipos, afecta, actualmente, a millóns de menores no


mundo, o cal a convirte nunha das principais amezas para o debido desenvolvemento
de este colectivo. Por iso, este Traballo de Fin de Grao centrouse en estudar como as
situacións de vulnerabilidade económica inflúen no desenvolvemento físico, cognitivo e
psicosocial durante a infancia. O obxectivo foi analizar os efectos e repercusións de vivir
en contextos de pobreza sobre as diferentes áreas do desenvolvemento na infancia e a
nenez, así como identificar cales se ven máis afectadas. Para isto levouse a cabo unha
investigación documental. Revisáronse e analizáronse 25 estudos que tiveron como
mostra nenos/as de entre 0 e 12 anos, pertencentes a ambientes de baixo nivel
socioeconómico. Os resultados evidenciaron consecuencias negativas en tódolos
dominios do desenvolvemento, destacando: peores medidas antropométricas; déficit
en habilidades motoras, lingüísticas e sociais; problemas de saúde mental; retrasos nas
funcións executivas; e comportamentos disruptivos. Concluíndo, urxe a prevención e
detección desta problemática para intervir socioeducativamente, coa maior celeridade,
a fin de preservar a integridade física, intelectual e emocional dos/as menores.
Palabras chave: Desenvolvemento; Pobreza; Nivel socioeconómico; Infancia;
Educación Social.
Abstract
Poverty, in its different forms, currently affects millions of children in the world, which
makes it one of the main threats to the proper development of this group. For that
reason, this thesis is focused on studying how situations of economic vulnerability
influence cognitive, physical and psychosocial development during childhood. The
objective of this research was to analyse the effects and repercussions of living in
poverty contexts on the different areas of development in infancy and childhood and
to identify which ones are the most affected. To this end, desk research was carried out.
Twenty-five studies were reviewed and analysed with a sample of children between 0
and 12 years of age from low socio-economic environments. The results showed
negative consequences in all developmental domains, highlighting: worse
anthropometric measurements; deficits in motor, language and social skills; mental
health problems; delays in executive functions; and maladaptive behaviors. In
conclusion, it is urgent to prevent and detect this problem in order to intervene socio
educationally, as quickly as possible to preserve the physical, intellectual and emotional
integrity of minors.
Keywords: Development; Poverty; Socioeconomic status; Childhood; Social
Education.
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Índice

Introducción .............................................................................................................1

1. Marco Teórico.......................................................................................................2

1.1. Desarrollo Humano ........................................................................................ 2

1.1.1. Conceptualización y Caracterización .............................................. 3

1.1.2. Los Contextos del Desarrollo y su Influencia Sobre el Mismo........ 4

1.2. El Desarrollo en Contextos de Pobreza ......................................................... 7

1.2.1. Pobreza Infantil y Efectos Sobre el Desarrollo ............................... 7

1.2.2. Moduladores del Desarrollo Asociados a la Pobreza ................... 10

2. Justificación y Objetivos ......................................................................................15

3. Metodología .......................................................................................................17

4. Resultados ..........................................................................................................19

4.1. Características de los Estudios Incluidos en la Revisión .............................. 20

4.2. Repercusiones de la Pobreza Sobre la Salud y el Desarrollo Físico y


Psicomotor .......................................................................................................... 21

4.3. Repercusiones de la Pobreza Sobre el Desarrollo Cognitivo y del Lenguaje


............................................................................................................................ 22

4.4 Repercusiones de la Pobreza Sobre el Desarrollo Personal y Socioafectivo ..25

4.5. Edad y Repercusiones de la Pobreza en el Desarrollo ................................. 27

4.6. Condicionantes del Desarrollo Asociados a la Pobreza ............................... 28

4.7. Amortiguadores de los Efectos Negativos de la Pobreza Sobre el Desarrollo


............................................................................................................................ 29

4.8. Repercusión Sobre el Rendimiento Académico .......................................... 31

5. Discusiones y Conclusiones .................................................................................31


Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Referencias Bibliográficas .......................................................................................39

Anexo. Tabla Estudios ............................................................................................... i


Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Introducción

El desarrollo humano es el conjunto de cambios a nivel cognitivo, físico y


psicosocial que se producen en un individuo a lo largo de su ciclo vital como
consecuencia de la interacción de factores biológicos, ambientales y madurativos
(Papalia et al., 2009). Los diferentes contextos sociales que rodean a una persona,
especialmente durante la infancia, condicionan las posibilidades y capacidades de esta
para conquistar diversos hitos en todos los dominios del desarrollo. Así, los contextos
del desarrollo más influyentes son: la familia, el vecindario, la cultura e ideología de la
sociedad de la que forma parte el individuo, y el momento sociohistórico en el que vive
(Bee, 1975/1977; Papalia et al., 2012).
Mientras que un entorno seguro y estimulante favorece que las personas
alcancen su máximo potencial biológico, un ambiente nocivo y privativo influye
negativamente en las distintas esferas del desarrollo. En este sentido, los contextos
marcados por la pobreza son especialmente perjudiciales para la infancia, etapa clave
en la adquisición de habilidades y en la formación del menor.
Como educadores/as sociales, entendemos que el ámbito de la infancia,
especialmente aquella en situación de riesgo o vulnerabilidad, es uno de los campos más
importantes de nuestro trabajo. La pobreza es una de las principales problemáticas
actuales y, en consecuencia, nos preocupa cómo los factores socioeconómicos pueden
dificultar el desarrollo pleno e integral de niños y niñas. El Trabajo de Fin de Grado tiene
como finalidad sistematizar el conocimiento actualizado sobre las principales áreas
afectadas por las condiciones o situaciones de pobreza para tener una mejor
comprensión de las necesidades que pueden tener estos menores y, además, servir
como orientación para el desempeño de funciones típicas de la profesión como: la
identificación y atención a situaciones de riesgo y/o exclusión social, así como la
detección de carencias y demandas; la puesta en marcha de proyectos con infancia en
riesgo o en situación de desprotección; y la creación, implementación y seguimiento de
proyectos socioeducativos individualizados que promuevan el desarrollo integral de los
menores (Ceesg, 2017).

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Por este motivo, identificar cómo y en qué medida incide la pobreza sobre el
desarrollo cognitivo, físico y psicosocial durante la infancia, más concretamente de los 0
a los 12 años, fue la pregunta de investigación que guío la realización de este estudio.
Para darle respuesta, se llevó a cabo un trabajo de iniciación a la investigación
documental cuyos resultados se han plasmado en este documento, que sigue la
siguiente estructura: (i) marco teórico, donde se conceptualiza el desarrollo humano y
sus contextos, así como la situación actual de la pobreza y su influencia sobre el mismo;
(ii) justificación del tema de estudio y objetivos planteados; (iii) metodología; (iv)
resultados de los estudios analizados; y, por último (v) discusión de aspectos relevantes
del trabajo y conclusiones resultantes de la investigación.
Para concluir, conviene señalar cuáles son las competencias de la asignatura
“Trabajo de fin de Grado”, que la realización de este TFG ha contribuido a alcanzar: (i)
“analizar críticamente las realidades socioeconómicas, políticas, educativas y culturales,
así como los ámbitos de la acción educativa en los que los educadores sociales
desarrollan su labor profesional” y emitir “juicios razonados sobre las informaciones
obtenidas y su utilidad para el desarrollo de su práctica profesional” al profundizar en la
influencia de la pobreza sobre el desarrollo y reflexionar sobre el papel del/a educador/a
social; (ii) “realizar y hacer uso de informes técnicos, de investigación y evaluación sobre
acciones, procesos y resultados socioeducativos”; (iii) “capacidad de autonomía en la
búsqueda, selección y tratamiento de información relevante para el objetivo de trabajo
propuesto”; (iv) “capacidad de aplicación integrada de los conocimientos y habilidades
adquiridos a lo largo del grado” como base de los nuevos conocimientos; (v) “capacidad
de sistematización y presentación de información de manera organizada y correcta
desde el punto de vista académico y profesional, empleando diferentes códigos y
recursos lingüísticos, materiales y tecnológicos”, la cual ha ido mejorando a lo largo del
trabajo; y (vi) “capacidad de reflexión y reformulación sobre el trabajo desarrollado,
incorporando una actitud autocrítica constructiva sobre lo mismo” (USC, 2022, sección
Programa, subsección de Competencias).

1. Marco Teórico

1.1. Desarrollo Humano

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

1.1.1. Conceptualización y Caracterización

El desarrollo humano hace referencia a los cambios que se producen en un


individuo desde su concepción hasta su muerte, como resultado de la interacción de
factores internos y externos. La ciencia que estudia este fenómeno, la Psicología del
desarrollo, tiene como objetivo identificar y describir estas transformaciones; analizar y
explicar su origen; y determinar sus repercusiones (Newman & Newman, 1978/1983;
Papalia et al., 2009). Para facilitar su investigación y estudio, es habitual distinguir tres
dominios o ámbitos del desarrollo: físico, cognitivo y psicosocial. El desarrollo físico
engloba las capacidades sensoriales, las habilidades motoras, la salud y el crecimiento
corporal y cerebral. Por su parte, en el desarrollo cognitivo están catalogadas aquellas
competencias relacionadas con el aprendizaje, la memoria, el lenguaje, el pensamiento,
el razonamiento moral y la creatividad. La última área, el desarrollo psicosocial, está
ligada a la personalidad, las emociones y las relaciones sociales (Papalia et al., 2009).
Las principales características definitorias del desarrollo, aceptadas en la
actualidad, son las siguientes (Baltes, 1987 , como se cita en Papalia et al., 2009): (i) es
multidireccional, ya que los avances no siempre se producen a la vez en todas las áreas
y, mientras en una se evoluciona, otra puede estar estable o empeorar; (ii) cuenta con
períodos sensibles en los que la persona es más susceptible a realizar ciertos cambios o
alcanzar hitos concretos y no hacerlo puede tener efectos irreparables, sin embargo, la
plasticidad permite que muchas habilidades mejoren a través del entrenamiento,
incluso en la vejez; (iii) la repercusión relativa de la biología y la cultura cambia con la
edad, de manera que la cultura termina compensando las pérdidas biológicas; (iv) se
distribuyen los recursos durante el ciclo vital en función de si prima el crecimiento, el
mantenimiento o la recuperación de capacidades; y, para terminar, (v) el desarrollo se
ve condicionado por el contexto histórico y cultural.
A pesar de hablar de un proceso universal, las peculiaridades individuales juegan
un papel fundamental y por eso han de ser contempladas a la hora de investigar las
características, influencias y resultados (Papalia et al., 2012). Profundizando en las
influencias que lo modulan, la comunidad científica apunta a la combinación de
elementos hereditarios, madurativos y ambientales. Por una parte, a través de la

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

herencia genética, los seres humanos adquieren de manera innata rasgos o


características que los diferencian (como el color de ojos, los rasgos físicos, ciertas
enfermedades, componentes del carácter etc.). La maduración hace referencia a
aquellos cambios físicos y conductuales, derivados de una secuencia natural, que siguen
patrones internos y que no precisan de instrucción o enseñanza, como puede ser la
acción de gatear. No obstante, estos cambios madurativos se pueden ver alterados por
el ambiente y en escasas ocasiones se producen de manera pura y aislada. Aunque
ambas influencias tienen un componente genético, las cualidades heredadas se
mantienen desde el nacimiento, mientras que la maduración se basa en la
transformación. Otra diferencia destacable radica en que, si bien las primeras son
elementos discernientes entre personas, los segundos son comunes a la raza humana.
Por último, el medio ambiente, alude a moduladores externos que inciden en las
personas a través de experiencias. El medio ambiente puede afectar de diferente
manera a dos individuos, o a un mismo individuo en función del momento del ciclo vital
en el que se encuentre (Bee, 1975/1977; Papalia et al., 2012). Es en este último aspecto
en el que se centra este TFG y al que se dedica el siguiente apartado.

1.1.2. Los Contextos del Desarrollo y su Influencia Sobre el Mismo

El ambiente o contexto social -e histórico- en el que se desarrollan las personas,


desde el más inmediato (como la familia) a los más alejados (la sociedad en su conjunto)
proporciona numerosas influencias que afectan a los procesos de cambio y estabilidad
durante todo el ciclo vital, y que tienen repercusiones especialmente importantes en las
primeras etapas del mismo.
El desarrollo humano puede describirse y/o explicarse desde distintas
perspectivas teóricas y, concretamente, los teóricos que se encuadran dentro de la
perspectiva contextual, defienden la visión de los individuos como parte inseparable del
contexto social o ambiente en el que se desarrolla (Papalia et al., 2012).
Uno de los principales representantes de esta corriente es Urie Bronfenbrenner,
que propone, en su Teoría biopsicosocial (Bronfenbrenner y Morris, 1998, como se cita
en Choi et al., 2019), cómo el ambiente, a base del aprendizaje que aportan las
experiencias y la socialización, influye en las características heredadas. Este

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

condicionante puede provenir de los siguientes cuatro niveles ambientales que rodean
a la persona, desde el más próximo al más alejado:
- Microsistema: está compuesto por aquellos agentes que afectan de forma
directa e inminente al individuo en desarrollo, como pueden ser los/as
amigos/as, la escuela y, por supuesto, la familia.
La familia es la unidad básica donde los/as niños/as se desarrollan desde el
nacimiento y viven sus primeras experiencias. El número de convivientes y las
diferencias de edad entre ellos pueden condicionar las relaciones y la distribución de
bienes entre los miembros. A rasgos generales, la conducta, ideología, valores familiares
y cantidad de cuidadores modulan el estilo de vida del/a menor y su educación. Así, la
calidad y tipo de crianza recibida ejerce un papel fundamental en su desarrollo íntegro.
En cuanto a los cuidadores principales, normalmente los padres y/o madres, su empleo,
su status social, el nivel educativo que hayan alcanzado, el vínculo que mantengan con
la familia extensa y la cantidad y calidad de recursos que aportan al hogar influyen en
las experiencias que vivirán sus hijos/as. De esta manera, los progenitores llevan a cabo
un rol protector, cuidador y socializador al mismo tiempo que ejercen como figuras de
imitación e identificación (Bee, 1975/1977). El nivel socioeconómico de las familias
puede determinar la eficiencia con la que estas consiguen satisfacer las necesidades
básicas del menor. Las tres variables principales que lo configuran son el nivel de
ingresos, el nivel educativo y la ocupación (Papalia et al., 2009).
El vecindario constituye otro espacio fundamental para la exploración y el
desarrollo, otorgando al niño/a posibilidades para invertir su tiempo no organizado y
desarrollar sus capacidades. Las variables relacionadas con el vecindario que tienen un
mayor efecto sobre el desarrollo son (Bee, 1975/1977): (i) la densidad de población, ya
que las áreas que cuentan con una alta densidad poblacional tienden a ser comunidades
más comprometidas, con un mayor vínculo y gestos de solidaridad con sus vecinos,
mientras que un bajo nivel suele estar relacionado a la escasez de oportunidades de
relación, lo que en ocasiones obliga al niño/a a jugar únicamente con miembros de la
familia o a pasar tiempo solo; (ii) el nivel de ingresos o poder adquisitivo, que a menudo
condiciona la diversidad de posibilidades y experiencias que el barrio ofrece a sus

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

habitantes, así como las interacciones. Las familias de bajos ingresos suelen vivir en
hogares pequeños con un número excesivo de convivientes. Esto, además de incidir en
la frecuencia con la que se relacionan los miembros de la familia y la cantidad de veces
que deben compartir un mismo espacio para fines distintos, está demostrado que
aumenta el riesgo de padecer enfermedades mentales. Además, los vecindarios de bajos
ingresos tienden a presentar índices de criminalidad más elevados que reducen la
seguridad. Cuando existe una criminalidad juvenil representativa, este grupo de edad se
ve sometido a una fuerte estigmatización, afectando a su participación e integración en
el vecindario; (iii) la estabilidad de la población, puesto que cuando los vecinos cambian
con frecuencia se debilitan los vínculos relacionales y disminuye la intención de
establecer amistades; (iv) la diversidad de la población, en el sentido de que una infancia
caracterizada por ambientes muy homogéneos, con pocas oportunidades de conocer
nuevas experiencias y valores, aumenta las probabilidades de desencadenar
posteriormente actitudes discriminatorias hacia aquellas personas que no comparten
las mismas posturas culturales, económicas, religiosas etc.; (v) el clima, pues está
demostrado que interfiere en el estado de humor y en el nivel de actividad. Además, en
función de la climatología los/as niños/as pasan más tiempo en espacios cerrados o al
aire libre; (vi) el nivel de seguridad que permite o restringe la libertad y exploración de
los menores y puede reducir el número de encuentros entre los/as niños/as; y (vii) la
variedad de ambientes, que engloba las facilidades y recursos que un barrio ofrece, así
como las posibilidades de aprendizaje que permite (transporte público, entornos
naturales, bibliotecas…). Una de las ofertas más significativas son las instalaciones y
áreas destinadas al juego infantil, en especial su adecuación y accesibilidad. Crecer en
un entorno con ambientes y ofertas variadas facilita a los/as niños/as adquirir
conocimientos sobre sus usos.
- Mesosistema: hace referencia a la interacción entre dos o más microsistemas;
por ejemplo, la relación entre los padres y los/as profesores/as.
- Exosistema: aquel grupo de elementos que afectan al menor, pero en los que
él/ella no participa activamente. Entrarían en este grupo factores relacionados
con actitudes, comportamientos o sentimientos que los agentes del

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

microsistema transmiten indirectamente al infante, por ejemplo, el ambiente de


trabajo de los padres y el humor con el que llegan a casa.
- Macrosistema: comprende los aspectos más generales en los que se enmarca el
sujeto; cultura, ideología y momento sociohistórico. Por una parte, la cultura y
la etnia marcan diferencias en cuanto a la estructura familiar, la dieta, el
aprendizaje, los tipos de juegos, el sistema escolar, los empleos y la ideología en
torno a los que se crían los niños/as. Por otra parte, la raza influye en función de
la percepción social, y puede interferir en factores como las oportunidades de
empleo, la residencia, la asistencia sanitaria y la integración en la sociedad
(Papalia et al., 2012). Por último, nacer o criarse en determinada época y lugar
influye en las circunstancias y experiencias que vive una persona en función de
la sociedad, el estilo de vida, los recursos y los acontecimientos históricos del
momento, entre otros factores.
Los contextos del desarrollo afectan al individuo y se ven afectados por él en un
proceso de interacción continuo. Por ello, es importante recordar, como se señaló en el
apartado anterior, que el desarrollo es fruto de la acción conjunta de factores de
diferente naturaleza (genéticos, madurativos y ambientales). En este sentido, del Huerto
(2015), aludiendo a la teoría de la Epigénesis probabilística de Gottlieb (2007), recalca la
“importancia de la interacción continua y acumulativa entre los factores genéticos y sus
contextos ambientales” (p. 83) en las variaciones funcionales y estructurales del
cerebro. Apoyando esta idea, Colombo (2007), citado por la misma autora, alerta del
riesgo que supone para el desarrollo sufrir carencias internas o estar expuesto/a a un
entorno falto de estimulación, aumentando las probabilidades de padecer una
minusvalía o mutación.

1.2. El Desarrollo en Contextos de Pobreza

1.2.1. Pobreza Infantil y Efectos Sobre el Desarrollo

“Desde la concepción y durante toda la vida, el sistema nervioso se organiza y


se modifica en base a la interacción dinámica entre las características individuales y
contextuales de cada persona” (Lipina y Segretin, 2019, p. 15). Por esta razón, resulta
primordial estudiar cuáles son los factores y experiencias que perjudican el desarrollo

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

humano, siendo la pobreza una de las amenazas más universales. Antes de la pandemia
de la Covid-19, más del 16% de niñas y niños en el mundo (350 millones) se encontraban
en situación de pobreza extrema, más del 40% (840 millones) en situación de pobreza
moderada y casi 1000 millones sufrían pobreza multidimensional. Tras la crisis sanitaria,
estos datos aumentaron un 10%, elevando la cifra a más de 2400 millones de menores
en situación de vulnerabilidad económica (World Bank y Fondo de las Naciones Unidas
para los Niños [UNICEF], 2022, p.5). En lo tocante al estado español, previo a la
pandemia, el índice de riesgo de pobreza infantil alcanzaba el 29,5%, siendo los hogares
monoparentales los más afectados. El 46,8% de este tipo de familias se enfrentaban a
esta amenaza, porcentaje que se incrementó en casi ocho puntos (54,3%) después de la
Covid-19. Sin embargo, los datos de pobreza infantil se mantuvieron prácticamente
inmutables (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado
Español [EAPN-ES], 2020, pág.13-19; Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la
Exclusión Social en el Estado Español [EAPN-ES], 2022, pág.8-11). En América Latina los
datos van en la misma línea y destaca el grupo de edad de los 0 a los 14 años como el
más perjudicado (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2021,
pág.74).
Así, la pobreza es definida en el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo 2000 como “la falta del ingreso necesario para satisfacer las necesidades
esenciales no alimentarias como el vestuario, la energía y la vivienda, así como las
necesidades alimentarias” (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2003, p. 22).
Colombo (2007) citado en del Huerto (2015), hace una diferenciación en función de su
origen e identifica dos tipos de pobreza: coyuntural y estructural. La pobreza de origen
coyuntural está ligada a efectos dependientes de los ciclos económicos, por lo cual es
más probable que sea transitoria y de más fácil recomposición. Por su parte, la pobreza
estructural tiene un origen más profundo y extenso a lo largo del tiempo, influyendo en
los comportamientos y estilos de vida de las personas que la sufren. Este fenómeno
se conoce como cultura de la pobreza y se transmite de generación en generación. De
este modo, las limitaciones en la infancia derivadas de la falta de medios y
oportunidades pueden restringir el éxito alcanzado en la vida adulta, derivando en

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

dificultades para salir de la situación de desventaja económica. Esto se debe, en parte,


a que la carencia y/o deficiencia de recursos en cuanto a nutrición, acceso a la educación
y cobertura sanitaria, junto con la exposición a situaciones adversas y de inseguridad,
dificultan gravemente conquistar el potencial biológico del individuo y su inserción
social (Díaz et al., 2017; Lipina & Segretin, 2019). En esta línea, Pina (2020) afirma que
las personas que habitan en contextos de pobreza y exclusión social parten con
desventaja en relación al resto de la sociedad y señala las ocho dificultades
generalizadas que Wilkison y Picktt (2009) asocian a dichos contextos: una salud física y
mental precaria, aislamiento social, bajo rendimiento escolar, episodios de violencia,
delincuencia, embarazos a cortas edades, sentimiento de desconfianza e importantes
niveles de estrés.
Prosiguiendo con la repercusión de la pobreza en el desarrollo, las consecuencias
de un entorno socio-económico adverso aparecen ya en los primeros años de vida e
interfieren negativamente tanto en el área cerebral (Lipina y Segretin, 2019) como en
las esferas física y mental (Díaz et al. 2017). Además, los niños/as de hogares
empobrecidos padecen desde cortas edades riesgos relacionados con disfunciones
familiares y peligros ambientales, entre los que destacan: viviendas abarrotadas,
ruidosas y de mala calidad; una baja previsibilidad y un escasa rutina en su vida diaria;
trastornos familiares; cambios frecuentes de residencia; y un cuidado deficiente
(Bobbitt y Gershoff, 2016). En concordancia, Carmona-Fonseca y Correa (2014)
demostraron que la incapacidad para construir un tejido social que genere perfiles
favorables en cuanto a: salud biopsíquica y social; relaciones de amistad y solidaridad; y
acciones de poder y participación, deterioran la salud individual, familiar y colectiva.
También Cerdá, citado en Vilardi et al. (2021), comprobó que los/as menores criados en
contextos desfavorecidos tienen más posibilidades de padecer disminuciones en el
crecimiento físico, dificultades en el aprendizaje en general y retrasos en el desarrollo
psicológico, emocional, cognitivo y simbólico. De esta manera, podemos concluir que
existen evidencias de una correlación entre salud, condiciones de vida y desarrollo. La
magnitud de las consecuencias que puedan producir estos daños dependerá en cada
persona de: (i) la cantidad, simultaneidad e importancia de las adversidades sufridas; (ii)

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

el periodo vital en el que se produce la pobreza y el tiempo que se prolonga; (iii) la


cantidad y gravedad de factores de riesgo acumulados; (iv) la capacidad del menor para
adaptarse y, por último, (v) la susceptibilidad de cada niño/a (Lipina & Segretin, 2019;
Vilardi et al., 2021).

1.2.2. Moduladores del Desarrollo Asociados a la Pobreza

Los efectos de la pobreza sobre el desarrollo no son exclusivos de los países poco
desarrollados, sino que incluso en los países con mayor desarrollo económico existe una
fuerte asociación entre la situación socioeconómica y la salud que repercuten
directamente en el desarrollo. Así, aunque “situaciones de privación severa pueden
tener importantes efectos epigenéticos (...) en los países desarrollados, las situaciones
de privación material en la infancia entrañan pocas veces experiencias extremas, pero
acarrean desventajas relativas que pueden ser muy profundas y tener importantes
implicaciones” (Marí-Klose, 2020, p. 29).
Entre los principales moduladores del desarrollo asociados a la pobreza podemos
señalar el nivel socioeconómico NSE. Román y Carbonero (2009) citados por Pina (2020),
indican y separan las necesidades básicas de los menores en cinco grupos: biológicas,
como alimentación, temperatura, higiene, sueño, ejercicio físico, protección de riesgos;
cognitivas como estimulación sensorial, exploración del medio físico y social,
comprensión de la realidad física y social, adquisición de un sistema de valores y normas;
afectivas como seguridad emocional, identidad personal, autoestima, protección de
riesgos imaginarios y cuidado; sociales como red de relaciones sociales, participación y
autonomía progresiva e interacción lúdica; y, por último, educativas como soporte para
la crianza de un ciudadano democrático. En situaciones de vulnerabilidad social o
pobreza muchas de estas necesidades no logran ser cubiertas y los/as niños/as ven
repercutida su salud física y mental, educación e integridad.
El nivel socioeconómico puede determinar la eficiencia con la que una familia
consigue satisfacer las necesidades básicas del menor, marca a la persona desde el
nacimiento y condiciona su vida futura. Para Korzeniowski et al. (2017) citado por Muñoz
(2018) el nivel socioeconómico es un constructo social complejo con indicadores como
salud psicofísica, ambiente familiar, educación temprana, vivienda y vecindario.

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Algunas de las consecuencias de un NSE bajo son: daño en el bienestar físico,


cognitivo y psicosocial; problemas emocionales y conductuales; bajo rendimiento
académico; desarrollo más lento; deficiencia o problemáticas en el funcionamiento
familiar y la educación parental; estrés crónico; pocos juguetes y juegos; baja variedad
de actividades y escasa estimulación por parte del tutor (Aguilera, 2016; Muñoz, 2018;
Papalia et al., 2009; Pollit y Caycho, 2010).
A continuación se comentan algunos de los principales componentes que se
incluyen dentro del NSE y que tienen una repercusión clara sobre el desarrollo infanto-
juvenil.
- Nivel educativo de los padres. Se ha constatado una relación positiva entre los
años de estudio de los padres y el desarrollo de sus hijos/as. Unos/as
cuidadores/as con mayor nivel educativo proporcionarán ambientes más
enriquecidos y con una mayor preocupación por el aprendizaje mientras que, la
monotonía, la baja formación académica de los padres y la falta de actividades
que contribuyen a la formación y autoestima afectan a los/as menores debido a
la carencia de estímulos psicosociales intradomiciliarios (Carmona-Fonseca y
Correa, 2014).
- Nivel de ingresos. Marí-Klose (2020) entiende la carencia económica como la
incapacidad de hacer frente a gastos imprescindibles o que estos supongan un
detrimento para su situación financiera. Por su parte Herrera et al. (2019)
expone que un buen nivel socioeconómico ofrece oportunidades de desarrollo
como “actividades extraescolares, cursos de verano o estancias en otros países”
(Marí-Klose, 2020, p. 30) a las que un niño/a desaventajado no puede acceder
generalmente. Así pues, “las familias que no pueden pagar bienes materiales
básicos, alimentos y experiencias niegan a sus hijos los estímulos esenciales que
mejoran su función ejecutiva y sus experiencias de aprendizaje” (Mazza et al.,
2017, p. 38).
- Malos tratos familiares y fuentes de estrés. Según Pina (2020) se consideran
hogares deficitarios para el desarrollo aquellos que no cuentan con los recursos
humanos y materiales básicos y, o bien no poseen formación para formar un

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Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

espacio de crecimiento seguro, o no muestran interés en hacerlo. Parra Martínez


et al. (2017) citado en Pina (2020) llevan el papel de la familia más allá de las
necesidades básicas y defienden la idea de que esta debe asegurarle al niño/a un
ambiente con un cuidado de calidad, atención, escucha activa, protección y
educación. Numerosos estudios han demostrado que la pobreza puede influir
negativamente sobre el funcionamiento familiar, el estado emocional y las
prácticas de crianza. Conger y Donnellan (2007) y Hackman et. al. (2015) citados
por Muñoz (2018), con el fin de entender mejor las vías domésticas por las que
el NSE puede condicionar el desarrollo infantil, proponen hablar de un modelo
de estrés familiar que asegura que el estrés afecta a la calidad, la sensibilidad y
la responsabilidad de los padres en las prácticas de crianza y un modelo
relacionado con la implicación parental que hace referencia a “los recursos
materiales y de aprendizaje, las oportunidades, el tiempo dedicado y las
orientaciones realizadas por parte de los padres” (Korzeniowski et al., 2017,
citado por Muñoz, 2018, p. 49).
Las dificultades económicas suponen un importante estresor para los padres
que, a su vez, actúan de estresor para los menores. Estados emocionales negativos en
los adultos a cargo del hogar, debido a situaciones de incertidumbre o estrés por
privaciones económicas, pueden afectar a las prácticas de crianza con consecuencias en
la constitución de una personalidad saludable (Lacunza, 2010). Por otra
parte, según Muñoz (2018), este sentimiento afecta al rendimiento académico y a la
inteligencia de los menores. Además, el estrés tóxico provocado por abandono, abusos
físicos, negligencia u otro tipo de maltrato hacen mella en la salud psicológica de los/as
niños/as, el aprendizaje, la memoria y la atención, en función de la gravedad y la
resiliencia individual de cada sujeto.
En cuanto a los cuidados parentales, el estrés perjudica la forma en la que se
implicarán los progenitores, así como a la calidad de los cuidados que les proporcionen.
Un NSE bajo se caracteriza por altos niveles de irritabilidad, depresión, ansiedad,
conflictos familiares y estrategias educacionales inconscientes.

12
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Las familias que viven en situaciones financieras adversas son más propensas a
emplear un estilo educativo autoritario, siendo este poco efectivo y beneficioso para el
desarrollo infantil. Concluyendo la importancia del papel de la familia como instructora,
una mala crianza, un patrón de apego inseguro y una disciplina inconsciente disminuyen
conexiones cerebrales, crean estructuras cerebrales de menor dimensión, repercuten
en las capacidades socializadoras, aumentan los problemas conductuales y menoscaban
el estado de ánimo (Aguilera, 2016; de los Reyes-Aragón et al., 2016).
- Vecindario. Siguiendo a Marí-Klose (2020) y Aguilera (2016) podemos señalar
que aunque el vecindario y la comunidad pueden resultar un factor de
protección, como se expondrá más adelante, en general los niños/as pobres
suelen vivir en zonas deprimidas y vecindarios caracterizados por escasas
opciones de ocio y falta de referentes de éxito social en el entorno comunitario,
ya que la mayoría del vecindario son personas conocidas o familiares con una
trayectoria profesional estancada o frustrada. Por todo esto, las posibilidades de
terminar en conductas y ambientes de riesgo son mucho mayores que en otros
entornos.
No obstante, es importante señalar algunos de los factores que influyen en el
desarrollo de forma positiva y que pueden ayudar a paliar las consecuencias de un bajo
nivel socioeconómico. En este sentido, Lipina y Segretin (2019) hacen hincapié en el
valor de crear “un entorno seguro rico en oportunidades de aprendizaje” (p.68) que sea
capaz de transmitir al niño/a una sensación de afecto y acompañamiento. Por su parte,
de Castro (2017) pone el acento en el hogar, la situación laboral de los padres y las
transferencias sociales. Así mismo, a nivel individual, potenciar la competencia, la
libertad, el respeto, el control, el éxito y el afecto supone impulsar el desarrollo del
menor (Andueza, 2009). Del mismo modo, cuidar la alimentación, el juego y la
interacción desde pequeños está demostrado que tiene resultados positivos a nivel
funcional en el cerebro, observables a la temprana edad de doce años (Amar et al.,
2007). Por último, otro de los grandes factores de protección es la participación en
programas de intervención socioeducativa.

13
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

A continuación, se abordan de forma resumida el papel de la familia y el hogar,


la comunidad y la escuela; los determinantes individuales relacionados con la capacidad
de autorregulación, la resiliencia y el autoconcepto; y, por último, los beneficios de
algunos ejemplos de programas de intervención socioeducativa.
- Familia y hogar. Un vínculo afectivo paterno-filial y un modelo de disciplina
basada en un estilo democrático (Amar, 2000); la predisposición de los
cuidadores a prestar apoyo y ayuda al niño para probar sus estrategias de
autorregulación (Aguilera, 2016); un mayor nivel educativo de los progenitores -
especialmente de la madre- unido a un alto nivel de estimulación cognitiva en el
hogar, buenas infraestructuras en la vivienda y un buen empleo de los padres
(Amar, 2000; Díaz et al., 2017; Muñoz, 2018), son algunos de los factores
familiares que contribuyen a un mejor desarrollo infantil.
- Comunidad y escuela. La escuela y la comunidad brindan la posibilidad de
cultivar y arraigar sentimientos de pertenencia, estabilidad y continuidad
disfrutando del apoyo social. Además de incidir directamente sobre el menor, lo
pueden hacer indirectamente a través del amparo que brindan a los padres en
el rol de crianza. Hemos de destacar también la influencia positiva de relaciones
sociales sanas y la influencia positiva que supone compartir aula con compañeros
de un estatus socioeconómico más alto (Muñoz, 2018).
- Autorregulación, resiliencia y autoconcepto. “Los niños que viven en contextos
de pobreza y exclusión social logran superar sus adversidades debido a
diferentes factores de su personalidad como son la autoestima, la confianza, la
autonomía, la independencia, la sociabilidad, y las competencias” (Pina, 2020,
p.80). Aguilera (2016) define la autorregulación como el proceso que, a través de
planificar, plantear objetivos, inhibir estímulos y centrarse entre otras acciones,
lleva al individuo a dominar su conducta motora, cognitiva, emocional y social.
Menciona como beneficios de la autorregulación la capacidad de gestionar
situaciones adversas, solucionar problemas y ser un individuo resolutivo. De
forma semejante, la resiliencia, entendida como la capacidad para afrontar y
adaptarse a experiencias traumáticas, ayuda al menor a luchar por mejorar su

14
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

situación. Esta se ve fortalecida a través del cuidado, la disciplina, la


comunicación y la sensibilidad emocional (Muñoz, 2018). Por último, un buen
autoconcepto definido por Amar (2000) como “la capacidad de entenderse a uno
mismo” (p. 100), otorga al niño/a la facultad de minimizar los estresores
familiares.
- Participación en intervenciones y programas socioeducativos. Los programas de
intervención socioeducativa son una herramienta de equidad y existen
evidencias que demuestran que mitigan las disparidades cognitivas, minoran las
actividades criminales, mejoran el comportamiento, aumentan la escolarización
y el rendimiento académico, reducen el abandono escolar, reducen la pobreza,
mejoran la nutrición, acortan la tasa de fertilidad no deseada e inciden
favorablemente en la autoestima y la competencia social (Amar et al., 2007;
Muñoz, 2018). Algunos ejemplos de este tipo de intervenciones pueden
encontrarse en: (i) Yagual (2019), quien trabajó la autoestima y el
autoconocimiento, los valores de respeto e igualdad, la comunicación y la
creatividad en niños de cuatro a cinco años a través del ocio; (ii) Estellés (2010),
que realizó una recopilación de intervenciones comunitarias centradas en
mejorar la calidad de vida infantojuvenil a través de los ámbitos personal, social,
político y cultural; y, por último, (iii) Pratham (s.f) que organizó visitas
domiciliarias y sesiones grupales orientadas a reducir el estrés que sufrían las
madres, a la vez que las formaba en procesos educativos y trabajaba el desarrollo
físico, socioemocional, cognitivo y lingüístico de niños/as de entre tres y ocho
años.

2. Justificación y Objetivos

Las estadísticas más recientes apuntan a que más de 2400 millones de niños y
niñas en el mundo sufren hoy en día algún tipo de pobreza (World Bank y UNICEF, 2022,
p. 5). Según Eurostat, en la Unión Europea el índice de pobreza o exclusión social en
menores de 18 años aumentó un 0,4% entre 2020 y 2021, alcanzando el 24,4%. Por su
parte, España es el quinto país en la lista AROPE, con un 34,4%, y el segundo en la lista
europea de niños y niñas que viven en hogares en situación de pobreza, con un 29,6%.

15
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Estos datos ponen de relieve la gravedad de esta problemática y la importancia de


estudiar el impacto a corto y largo plazo que puede producir en la infancia.
Conocer el alcance de los daños causados en el desarrollo por las situaciones de
vulnerabilidad económica resulta de gran relevancia para la intervención con menores
en un contexto mundial cada vez más caracterizado por las disparidades económicas,
especialmente después de la crisis provocada por la pandemia COVID-19. De esta
manera, el desarrollo humano, entendido como un proceso modulable y sensible a
factores externos como el ambiente, necesita ser estudiado desde una perspectiva
contextualista. Uno de los mayores referentes de este paradigma es Urie
Bronfenbrenner con su Teoría biopsicosocial (Bronfenbrenner y Morris, 1998, citado en
Choi et al., 2019). En esta, expone cómo la socialización y las experiencias, clasificadas
en cuatro niveles (microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema), modulan
las características hereditarias.
La revisión bibliográfica que se lleva a cabo en este TFG tiene como finalidad
contribuir a esclarecer cuáles son los efectos de nacer y criarse en un ambiente
caracterizado por las dificultades económicas y la carencia de recursos, identificando
qué áreas se ven afectadas en mayor medida y cómo. Así mismo, sin perjuicio de la
validez y utilidad que pueda suponer para diversas disciplinas, consideramos que este
conocimiento resulta trascendental en el campo de la Educación Social, íntimamente
ligado al trabajo con grupos, colectivos e individuos en situación de vulnerabilidad y/o
exclusión social. En este sentido, en su obra Los menores vulnerables. Aproximación
sociológica a los orígenes de la desigualdad social Morente (1997), citado por Castillo
(2005), resalta la necesidad de estudiar el comportamiento de los menores en riesgo
desde una perspectiva social, teniendo en cuenta su contexto y las características de la
estructura social en la que viven para poder comprender la magnitud y la raíz de la
vulnerabilidad a la que se encuentran expuestos/as.
Por consiguiente, el objetivo general de esta investigación es analizar los efectos
y repercusiones de vivir en contextos de pobreza sobre las diferentes áreas del
desarrollo en la infancia y la niñez (de 0 a 12 años) e identificar cuál o cuáles son las más

16
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

afectadas. Con el fin dar respuesta a este interrogante, se plantean los siguientes
objetivos específicos:
- Describir las características de los estudios que abordan los efectos de la pobreza
sobre el desarrollo entre el nacimiento y los doce años.
- Examinar la influencia de los contextos de pobreza en el desarrollo físico,
psicomotor y en la salud de los/as niños/as.
- Analizar las repercusiones de vivir en contextos de pobreza sobre el desarrollo
cognitivo y lingüístico de los/as niños/as.
- Analizar los efectos de crecer en contextos de pobreza sobre el desarrollo
personal y socioafectivo de los/as niños/as.
- Identificar las principales problemáticas en el desarrollo infantil derivadas de las
situaciones de pobreza.
- Examinar la repercusión de los contextos de pobreza sobre el rendimiento
académico de los/as niños/as.

3. Metodología

Para dar respuesta al problema planteado, se escogió realizar una revisión de


documentos académicos y científicos publicados entre 2015 y 2022, resultantes de
consultar las bases de datos: Dialnet, CSIC, Google Academic, Catálogo Iacobus, Eric y
PsycINFO. Adicionalmente, se llevó a cabo una búsqueda manual, incluyendo materiales
que se encontraban fuera de dichas bases electrónicas. Este proceso tuvo lugar durante
los meses de abril, mayo y junio de 2022.
En función de la base de datos, se procedió de manera dispar en cuanto a la
utilización de los descriptores. Por un lado, en las cuatro primeras bases mencionadas,
la búsqueda se realizó en español mediante diferentes combinaciones, empleando los
operadores “AND” y/o “OR” y los siguientes términos libres: desarrollo, infantil, infancia,
niño, cognitivo, psicomotor, físico, afectivo, emocional, social, socioafectivo,
socioemocional, personal, moral, autoconcepto, autoestima, lenguaje, pobreza,
problemas socioeconómicos, vulnerabilidad, problemas económicos, dificultades
económicas, precariedad, socioeconómico, bajos ingresos, pobre, privación, apoyo
económico, dependiente de apoyo económico y carencias económicas. Por otro lado,

17
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

en las bases Eric y PsycINFO se ejecutó una exploración en inglés usando la ecuación:
(“child development” OR “cognitive development” OR “psychomotor development” OR
“physical development” OR “affective development” OR “emotional development” OR
“social development” OR “socio-affective development” OR “socioemotional
development” OR “personality development” OR “ethical development” OR “moral
development” OR “self-concept development” OR “self-esteem development” OR
“language development”) AND (“infancy” OR “childhood”) AND (“poverty” OR
“socioeconomic problems” OR “financial problems” OR “economic issues” OR
“economic difficulties” OR “precariousness” OR “low income” OR “poor” OR “ economic
deprivation” OR “economic hardship” OR “economic privation” OR “penury” OR
“misery” OR “financial support” OR “financial aid” OR “dependent on financial support”
OR “economic shortcomings”).
Se emplearon algunas modificaciones o herramientas extra con el fin de mejorar
la búsqueda. Así, en la base dialnet, se hizo uso de los filtros: psicología, educación y
ciencias sociales. Además, se amplió el rango de años hasta el 2000 con el fin de
aumentar el volumen de resultados. En la misma línea, en Psycinfo se seleccionó el
grupo de edad Childhood (birth-12 yrs) y se usaron filtros para descartar los tipo de
estudio que no se correspondiese con los criterios que posteriormente mencionaremos.
Por último, en Google Academic se rebajó la fecha hasta 2005 para la búsqueda
avanzada “allintitle: desarrollo infancia pobreza”.
Una vez obtenidos los resultados, se efectuó una primera fase de selección
atendiendo a la idoneidad o intrascendencia del título con respecto a nuestro problema
de investigación. Posteriormente, se aplicó otra reducción al descartar aquellos que no
parecían ajustarse por la información que transmitían sus resúmenes y, finalmente, se
comprobó que los documentos escogidos cumpliesen los requisitos marcados,
atendiendo a los siguientes criterios de inclusión y exclusión.
- Criterios de exclusión: (i) Resultados de investigaciones sistemáticas o de
metanálisis; (ii) estudios centrados exclusivamente en repercusiones sobre la
salud física; (iii) estudios que traten únicamente sobre procesos o
procedimientos de inclusión de niños/as que están en situación de pobreza o

18
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

vulnerabilidad; (iv) estudios que analizan el desarrollo infantil en contextos


bélicos y/o conflictos armados; y (v) estudios en los que la pobreza se analiza
como un factor secundario en relación al déficit de desarrollo.
- Criterios de inclusión: (i) que sea un artículo o capítulo de libro (ii) publicado en
castellano o inglés (iii) con texto completo accesible de forma libre o a través de
medios gratuitos; (iv) que estén centrados en niños/as de 0 a 12 años o con
información desglosada por edad que permita ver ese grupo específico; (v) que
analice el efecto de la pobreza sobre el desarrollo físico y motor, cognitivo y
lingüístico y personal y socioafectivo; y (vi) que incluya programas, prácticas,
propuestas y/o políticas de prevención y/o intervención en el desarrollo.
Sin embargo, en la búsqueda manual se hicieron excepciones y se incluyeron
otro tipo de documentos (como tesis doctorales) y otros idiomas (como el portugués).
De cada estudio se extrajo información concerniente a: la metodología
empleada, la edad de los participantes, el tamaño de la muestra, el objetivo principal,
los resultados y las conclusiones. Toda esta información se fue plasmando en una tabla
(ver Anexo).
Conjunta y simultáneamente, todo conocimiento considerado de interés para el
trabajo fue añadido a un documento a modo de resumen.

4. Resultados

Mediante el proceso de selección que se puede apreciar en la Figura 1, se


incluyeron 25 artículos en el trabajo. Inicialmente, se recopilaron 1.290 registros; 1.273
resultantes de las búsquedas en bases de datos y 17 incorporados manualmente de
otras fuentes. En primer lugar, este material fue cotejado y revisado de manera
superficial eliminando 890 artículos por duplicidad y/o por su título. Los 400
documentos restantes fueron excluidos o escogidos en función de la relevancia y
adecuación que transmitían sus resúmenes, lo que supuso una reducción de 279.
Finalmente, se analizaron a texto completo 121 estudios de los cuales 96 fueron
descartados por no cumplir los criterios de inclusión establecidos.

19
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Figura 1
Diagrama de flujo del proceso de revisión y selección de estudios

Nota. Adaptado de Preferred reporting items for systematic reviews and meta-analysis:
The PRISMA statement, por D. Moher, A. Liberati, J. Tetzlaff, D.G., Altman, & The
Prisma Group, 2009, PLoS Medicine, 6(6), p. 3.

4.1. Características de los Estudios Incluidos en la Revisión

Los estudios incluidos en la revisión incluyen tanto investigaciones con diseño de


tipo descriptivo transversal como longitudinal, ubicadas, la mayoría, en Latinoamérica.
Gran parte de estos estudios fueron publicados en 2016, no obstante, el más antiguo
data de 2007 y los más recientes de 2021.
Los tamaños muestrales son muy dispares, oscilando en un rango de 19 a 97.731
sujetos. El 52% de los estudios contaban con menos de 500 participantes; el 16% con
más de 500 y menos de 1000; un 12% con más de 1000 y menos de 2000; y otro 12%
con más de 2000 y menos de 3000. El 8% restante se corresponde con estudios que
superaban los 3000 sujetos. Respecto a la edad, aunque solo eran objeto de análisis los

20
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

trabajos que analizaban casos entre 0 y 12 años, se seleccionó, por su interés, un estudio
que incluía a sujetos de hasta 15 años, y se optó por ignorar los datos correspondientes
a niños y niñas de más de 12 años. Los grupos de edad más repetidos en las
investigaciones fueron: 2 a 4 años (12%), 3 a 5 años (8%), 3 a 6 años (8%) y 0 a 5 años
(8%). Como se puede observar en la Figura 2, que refleja la cantidad de estudios en los
que aparece una edad concreta, la más recurrente fue 3 años y las menos 10 y 12 años.
Figura 2
Distribución de los estudios en función de las edades de los sujetos incluidos en los
mismos

Nota. Gráfico de elaboración propia en base a los rangos de edades de los estudios
revisados.

4.2. Repercusiones de la Pobreza Sobre la Salud y el Desarrollo Físico y Psicomotor

Los resultados de los estudios incluidos en la revisión han permitido comprobar


la influencia del nivel socioeconómico (NSE) sobre la salud, y el desarrollo físico y
psicomotor, afectando especialmente a este último.
En cuanto al estado de salud de los/as menores y su condición física, se
observaron desigualdades tanto a nivel físico como mental. Muñoz (2018) comparó
grupos de diferentes categorías socioeconómicas advirtiendo peores hábitos

21
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

alimenticios, así como medidas antropométricas inferiores, en aquellos niños y niñas


pertenecientes al grupo de nivel más bajo. Anteriormente, Maddio y Greco (2010) -en
su investigación sobre la flexibilidad cognitiva para resolver problemas-, dejaron
constancia de cómo el rechazo por parte de menores de estatus más elevado hacia sus
pares con menos recursos aumentaba, en estos últimos, las posibilidades de sufrir
problemas relacionados con la salud mental, como síntomas de depresión.
En relación al desarrollo psicomotor, algunas investigaciones como la de Tella et
al. (2018), apuntan a una correlación entre el NSE, los años de educación de los padres
y/o madres y el desempeño en tareas motoras. En este sentido, un menor desarrollo
motor se asoció con un nivel educativo de la madre igual o inferior a educación primaria,
residir en una vivienda con necesidades básicas insatisfechas o crecer en un área rural.
Por el contrario, un alto nivel educativo de la madre, un hogar en buenas condiciones y
vivir en áreas urbanas se vinculó con un desarrollo motor por encima de la media por
edad (Díaz et al., 2017). Otros factores que incidieron negativamente en el desarrollo
motor, más específicamente en el fino, fueron la falta de estimulación y/o la
desnutrición (Carmona-Fonseca y Correa, 2014). Destacar que, esta habilidad para
controlar movimientos pequeños y precisos, fue una de las áreas en las que se observó
un menor grado de afectación con un índice del 5,2% (Nazaré et al., 2018). Sin embargo,
Muñoz (2018) apreció un déficit significativo en el área de la coordinación visomotora.
A su vez, de los Reyes-Aragón et al. (2016) demostraron que las deficiencias en
el área motora tendían a empeorar a medida que los/as niños/as crecían, arrojando los
siguientes datos: el porcentaje inicial de retraso desde el nacimiento hasta los 6 meses
era del 4.9 %, aumentando esta cifra hasta el 8.5 % de los 7 a los 11 meses y alcanzando
el 28,7 % en el rango de los 12 a los 60 meses.

4.3. Repercusiones de la Pobreza Sobre el Desarrollo Cognitivo y del Lenguaje

Los resultados de los diferentes estudios incluidos en esta revisión ponen de


manifiesto que el desarrollo en los ámbitos cognitivo y lingüístico se ve particularmente
afectado como consecuencia de un contexto socioeconómico desfavorable. Así, da Rosa
et al. (2016) concluyeron con su investigación que la pobreza afecta especialmente al
desarrollo lingüístico y cognitivo y, dentro de este último, gravemente a las funciones

22
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

ejecutivas, sobre todo, a la memoria. La explicación reside en el desarrollo prolongado


a nivel neuroanatómico de estas áreas, lo cual aumenta su susceptibilidad ante las
influencias ambientales. Coincidiendo con este estudio, de los Reyes-Aragón et al.
(2016) observaron cómo los/as menores analizados mostraron un mayor grado de
retraso en los dominios comunicativo y cognitivo y, de Nazaré. et al. (2018) resaltaron
que el área con mayor incidencia negativa en su investigación fue el lenguaje, con un
47,4%.
En cuanto al desempeño de tareas cognitivas, Fernald et al. (2011) y Tella et al.
(2018) encontraron diferencias en función del nivel socioeconómico en niños/as de
corta edad. Por su parte, Lacunza (2010) comprobó que estas desigualdades en el
rendimiento eran proporcionales a la cantidad de necesidades básicas insatisfechas. Los
estudios analizados reflejaron problemáticas en el manejo de información de modo
seriado y temporal (Lacunza, 2010); alteraciones y dificultades en el aprendizaje a causa
de múltiples estresores económicos y sociales (Muñoz, 2018) y un bajo desarrollo del
coeficiente intelectual provocado por la privación (da Rosa et al., 2016; Hartinger et al.,
2016). Además, el grado académico de los progenitores se relacionó con peores
resultados en el desarrollo cognitivo general, las funciones ejecutivas y la memoria,
cuando este era inferior o igual a la primaria (da Rosa et al., 2016; Fernald et al., 2011;
Maddio & Greco, 2010).
Centrándonos en las funciones ejecutivas, estas se ven afectadas tanto por la
carencia de recursos como por los eventos adversos y/o estresantes ligados a la pobreza
(Kokosi et al., 2021; Muñoz, 2018). Así, da Rosa et al. (2016) asociaron un estatus
socioeconómico bajo a un menor rendimiento en el control inhibitorio. Recientemente,
Vogel et al. (2021) iniciaron un estudio con el propósito de comprobar si los factores de
riesgo y las situaciones adversas podían ejercer un papel positivo en las funciones
ejecutivas, como apuntaban algunos científicos. Lejos de verificar esta hipótesis, los
autores comprobaron que la privación perjudicaba gravemente esta área. Por otra
parte, Fernald et al. (2011), investigando la variable edad, descubrieron que las
desigualdades aumentaban especialmente en las funciones ejecutivas a partir de los seis
años. Dentro de las funciones ejecutivas, pudimos observar cómo en los estudios

23
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

llevados a cabo por Muñoz (2018) y Markant et al. (2016) los/as niños/as que vivían en
situaciones de vulnerabilidad económica mostraron un déficit significativo en las tareas
relacionadas con la memoria. Intentando encontrar una explicación, Kokosi et al. (2021)
estudiaron la influencia de la proteína C reactiva sobre la memoria y comprobaron que
esta era sumamente elevada en la infancia de bajo nivel socioeconómico. Así,
aquellos/as niños/as que a los 9 años mostraron elevados índices de proteína C en
sangre tuvieron un peor desempeño memorístico a los 10 años. Dichos investigadores
declararon que sufrir dificultades financieras en la primera infancia puede predecir
problemas memorísticos años más tarde. Los tipos de memoria más afectados fueron:
de trabajo, de frases, la semántica, la episódica verbal y la visuo verbal (da Rosa et al.,
2016; Fernald et al., 2011).
Otro de los procesos cognitivos más perjudicados fue la atención. Al respecto,
Fernald et al. (2011) y Muñoz (2018) cotejaron los resultados de grupos de ambientes
empobrecidos con los de grupos con una buena situación socioeconómica y
demostraron que los/as menores con más recursos sacaron mejores puntuaciones en
las pruebas de atención sostenida. En esta línea, Mazza et al. (2017) y Muñoz (2018)
comprobaron que la cantidad de tiempo vivido en estado de pobreza y la exposición a
estresores económicos y sociales aumentaban el riesgo de sufrir déficit de atención e
hiperactividad.
Por último, se comprobó que los diferentes dominios del lenguaje se ven
afectados por el nivel socioeconómico, relacionándose una peor situación económica
con un peor desempeño (da Rosa et al., 2016; Fernald et al., 2011; Muñoz, 2018) desde
edades muy tempranas (Tella et al., 2018). Díaz et al. (2017) comprobaron que habitar
una vivienda con necesidades básicas insatisfechas y/o residir en una zona rural, estaba
ligado a dificultades en el desarrollo del lenguaje. Por su parte, Carmona-Fonseca et al.
(2014) encontraron niveles deficientes en el área de la audición-lenguaje en aquellos/as
infantes con desnutrición. Los/as niños/as en contextos económicamente
desfavorecidos obtuvieron resultados negativos en tareas de: vocabulario receptivo
(Fernald et al., 2011); sustitución, asimilación y estructuración de la sílaba y/o la palabra
(Pavez et al. 2009); y lenguaje escrito (da Rosa et al., 2016). Además, los menores de

24
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

ambientes empobrecidos tuvieron un desarrollo del lenguaje expresivo más lento que
sus pares con más recursos (Tella et al. 2018). Cabe resaltar que las diferencias reflejadas
en el estudio de Pavez et al. (2009) aumentaron progresivamente cuanto más delicada
era la situación económica del menor. De esta manera, observaron cómo los/as
menores que pertenecían al grupo de nivel socioeconómico bajo usaban una mayor
cantidad de procesos de simplificación fonológica que los/as del nivel medio y estos, a
su vez, que los/as del nivel alto. Sin embargo, a partir de los 5 años el grupo medio y alto
se fusionaron y aumentó el distanciamiento con el grupo de nivel bajo. Uno de los
factores ligados al estatus socioeconómico que más influyó en el desarrollo del lenguaje
fue el nivel de instrucción de los progenitores (da Rosa et al., 2016; Tella et al., 2018) al
repercutir en la calidad de la estimulación lingüística que reciben sus descendientes
(Maddio y Greco, 2010), pues la ausencia o deficiencia de esta perjudica el área de la
audición-lenguaje (Carmona- Fonseca et al., 2014). En el estudio de Díaz et al. (2017)
los/as hijos/as con madres que no habían alcanzado la educación primaria o que no
habían continuado su formación, mostraron retraso en la adquisición de hitos del
lenguaje. Respaldando este resultado, Fernald et al. (2011) observaron que, por el
contrario, aquellos/as menores cuyas madres habían terminado la secundaria, como
mínimo, se desenvolvieron mejor en casi todos los dominios.

4.4 Repercusiones de la Pobreza Sobre el Desarrollo Personal y Socioafectivo

Diferentes estudios han encontrado evidencias de la asociación entre ambientes


desfavorecidos socialmente y un desarrollo bio-psico-social deficitario.
De los Reyes-Aragón et al. (2016) y Coronel et al. (2011), demostraron que la
vulnerabilidad económica afecta gravemente a la conducta, las habilidades sociales y el
estado emocional. Así mismo, se comprobó que los niños y niñas de bajo NSE tienden a
obtener peores resultados en relación al autoconcepto (Andueza, 2009) y a la
autorregulación (Muñoz, 2018).
Las investigaciones de Muñoz (2018) utilizando el test CBCL-prueba que mide
problemas emocionales y comportamientos desadaptativos-, le permitieron comprobar
que los participantes pertenecientes a ambientes empobrecidos manifestaban mayores
deficiencias en ambos aspectos. Al respecto, esta y otras indagaciones apoyaron la idea

25
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

de que la conducta de una infancia marcada por la pobreza se caracterizaba por


actitudes de oposición (Mazza et al., 2017), un estilo disruptivo (Muñoz, 2018) y
respuestas agresivas. Esta agresividad es especialmente de tipo físico entre los 0 y los 3
años (Mazza et al., 2017) y puede surgir, en ciertas ocasiones, como respuesta al rechazo
social (Maddio y Greco., 2010).
Choi et al. (2019), Muñoz (2018) y Bobbitt y Gershoff (2016) se interesaron por
el nivel de repercusión que juegan los estresores económicos y sociales, los eventos
caóticos y las experiencias adversas en la infancia sobre dichas formas de actuar. Los
tres estudios aportaron evidencias de que vivir bajo un contexto de pobreza aumentaba
la probabilidad de verse afectado/a por estos fenómenos perniciosos que, a su vez,
aumentan las desviaciones en la conducta.
En esta misma línea, Mazza et al. (2017) señalan que los estresores y las
situaciones adversas se configuran en función, entre otros factores, de la cantidad de
tiempo vivido en circunstancias de vulnerabilidad económica, la época de desarrollo en
la que se encuentra el menor y la acumulación de riesgos. Estos moduladores tienen
impacto en la frecuencia e intensidad de comportamientos antisociales, hostiles y/o
provocadores, y pueden llegar a influir hasta doce años después de haberlos
experimentado. En cierta medida, se debe a que los/as niños/as que crecen
en contextos desfavorecidos carecen de los recursos y el apoyo adecuados (Choi et al.,
2019). Por su parte, Coronel (2011) constató que los/as menores con un perfil
socioeconómico bajo obtuvieron puntuaciones altas en los ítems de “retraimiento
social” y “ansiedad/timidez”, concluyendo que el temor a las relaciones sociales, la
timidez y el sentimiento de aislamiento eran comportamientos disfuncionales asociados
a la pobreza.
Por otra parte, se ha comprobado que el riesgo de hiperactividad aumenta en
contextos de pobreza (Mazza et al. 2017). Esto conlleva, además de un hándicap a la
hora de mantener la concentración para realizar tareas o prestar atención continuada,
limitaciones para controlar la impulsividad, acatar órdenes y/o relacionarse, lo que
implica deficiencias en el sistema autorregulatorio y las habilidades sociales.

26
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Profundizando en las competencias relacionales, Bobbitt y Gershoff (2016)


informaron que estas se ven deterioradas por las situaciones caóticas; Carmona-
Fonseca y Correa (2014) destacaron la influencia negativa de los contextos
intrafamiliares de NSE bajo en el área social; y de los Reyes-Aragón et al. (2016)
identificaron retrasos en los dominios personales-sociales y adaptativos.
Para concluir, en cuanto a la perspectiva emocional, Muñoz (2018) halló tasas
más altas en cuanto a alteraciones emocionales en aquellos menores que se
encontraban sometidos a múltiples amenazas económicas y sociales, externalizando
señales como el miedo o la ansiedad. Para Maddio y Greco (2010), estas manifestaciones
se podrían ver intensificadas por un sentimiento de soledad, causado por el repudio y la
marginación que, en ocasiones, sufren las personas pobres.

4.5. Edad y Repercusiones de la Pobreza en el Desarrollo

Los estudios incluidos en este trabajo permiten constatar que la brecha en el


desarrollo de los/as menores que pertenecen a núcleos familiares con altos y bajos
recursos socioeconómicos se ve incrementada con la edad. Así lo han puesto de
manifiesto distintos trabajos en los que se analizó esta variable. Muñoz (2018) observó
más diferencias a los 11 años que a los 7 en algunas funciones ejecutivas, Fernald et al.
(2011) vio como a los 6 años las diferencias aumentaban especialmente en el área del
lenguaje y las funciones ejecutivas, y de los Reyes-Aragón et al. (2016) comprobó que
los niños/as de mayor edad tenían un porcentaje superior de retraso en el desarrollo
general. Además, de los Reyes-Aragón et al. (2016) observaron que este desequilibrio
era ya notorio a los seis meses de vida y que se potenciaba a partir de los doce.
Adicionalmente, Saitadze (2021) señaló que la exposición a la pobreza en los primeros
años de vida es más perjudicial que la tardía y que, a su vez, la crónica resulta más dañina
que la transitoria.
En contraposición a los estudios mencionados hasta el momento, da Rosa et al.
(2016) percibieron que los efectos de vivir en situaciones de pobreza disminuían a partir
de los 9 años. Los autores justificaron estos resultados atribuyendo la mejora a una
influencia positiva de la escuela y el vecindario y/o a la resiliencia y al optimismo
individual.

27
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

4.6. Condicionantes del Desarrollo Asociados a la Pobreza

Después de analizar repercusiones en el desarrollo relacionadas con la pobreza,


resulta pertinente analizar cuáles son los principales condicionantes de las dificultades
que muestran los/as niños/as que viven y crecen en entornos económicamente
deprivados. El análisis de los trabajos seleccionados, permite clasificarlos en tres
categorías: recursos, estrés y cuidados parentales.
En relación a los recursos, en términos generales, los países con un índice de
desarrollo humano bajo presentan hogares con menos materiales de aprendizaje, más
obstáculos para ingresar en programas de educación preescolar y reducidos suministros
de libros (Tran et al., 2016). En concordancia con esta idea, da Rosa et al. (2016)
constataron en su investigación que las familias de nivel socioeconómico alto eran más
propensas a invertir en sus hijos a través de libros, lecciones especiales, recursos
tecnológicos etc. Mientras que lo contrario ocurría en las familias vulnerables, que
contaban con una escasa variedad de materiales de juego y aprendizaje (Knauer et al.,
2019) y llevaban a cabo escasas prácticas de alfabetización (da Rosa et al., 2016).
En esta categoría, una variable sustancial fue la vivienda. Bobbitt y Gershoff
(2016) reflejaron en su estudio que, con frecuencia, los/as niños/as pobres vivían en
infraestructuras deficientes y con un excesivo número de convivientes. Por su parte, de
Nazaré et al. (2018) vincularon la escasez de vivienda con una baja renta, situaciones de
inseguridad, insuficiencia de otros recursos, falta de acceso al conocimiento y carencias
en el desarrollo.
Este estilo de vida acostumbra a acompañarse de factores estresantes y traumas
que precisan de una gran cantidad de servicios y tratamientos, tal como señalan Choi et
al. (2019). Asimismo, Vogel et al. (2021) relacionaron la pobreza con una mayor
exposición a privaciones y amenazas. De manera similar, Bobbitt y Gershoff (2016)
especificaron que el caos es más prevalente en este contexto y que la falta de rutina y
de previsibilidad en el día a día juegan en contra del desarrollo infantil. Más
específicamente, estos mismos autores recalcaron que el estrés producido en el
ambiente familiar resultaba más perjudicial para los/as menores que aquel que
pudiesen experimentar en las aulas.

28
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

La tensión financiera altera la capacidad de los progenitores para ejercer una


crianza cálida y receptiva (Saitadze, 2021), lo cual eleva las probabilidades de sufrir
daños sustanciales en el crecimiento. Así, en el estudio de Tran et al. (2016) los padres
y madres de Estados menos desarrollados obtuvieron peores calificaciones en los ítems:
participación en actividades educativas y el uso de castigos severos. Del mismo modo,
Knauer (2019) se interesó por esta problemática y demostró que las dificultades
económicas podían disminuir la capacidad de los/as progenitores/as para interactuar y
socializar con sus hijos/as, de manera que las relaciones no resultasen beneficiosas para
el bienestar y la salud física y mental de los/as infantes. En relación a esto, Tella et al.
(2018) afirmaron que el nivel educativo materno también incide en la interacción,
siendo las mujeres con un nivel superior de estudios más propensas a exponer a sus
hijos/as a estímulos lingüísticos y a leerles durante la niñez. Anteriormente, da Rosa et
al. (2016) obtuvieron ese mismo resultado y, a mayores, encontraron que el nivel
educativo materno es más influyente que el paterno.

4.7. Amortiguadores de los Efectos Negativos de la Pobreza Sobre el Desarrollo

Algunos de los autores revisados (Amar et al., 2007; Andrew et al., 2019;
Carmona-Fonseca et al., 2014; Hartinger et al., 2016; Knauer et al., 2019; Mazza et al.,
2017; Saitadze, 2021; Tran et al. 2016) orientaron parte de su trabajo a investigar
aquellos moduladores del desarrollo que permiten prevenir o paliar las consecuencias
negativas de la pobreza. Destacan, por una parte, los programas de intervención y el
sistema educativo formal y, por otra parte, la calidad y el tipo de crianza.
Con respecto a la intervención educativa, Amar et al. (2007) registraron
resultados alentadores en el desarrollo de aquellos niños y niñas que habían participado
en programas, demostrando que las actuaciones efectivas pueden compensar la tensión
generada por los factores de exclusión social y las condiciones precarias vinculadas a los
contextos de pobreza. Similarmente, Andrew et al. (2019) advirtieron mejoras en las
áreas cognitiva, lingüística y motora de 378 menores residentes de zonas urbano
marginales que recibían visitas domiciliarias. Al mismo tiempo, estas actuaciones
redujeron los síntomas depresivos que sufrían algunas madres, contribuyendo así al
fortalecimiento de la relación materno-filial, tan influyente en el desarrollo. Como

29
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

precedente, Hartinger et al. (2016) ya habían apreciado progresos en los intercambios


en el hogar en relación al juego y el cuidado.
Otro dominio que se vio beneficiado gracias a estas prácticas fue el
comportamental. Mazza et al. (2017) afirmaron que los programas de intervención
familiar son cruciales para disminuir los problemas de conducta durante la primera
infancia. Esto último nos lleva a hacer hincapié en la necesidad de implementar medidas
desde edades muy tempranas. Si bien se hallaron progresos en niños/as mayores,
autores como Saitadze (2021) ponen de relieve la trascendencia de los programas de la
primera infancia como protectores del desarrollo. También Hartinger et al (2016)
defienden las intervenciones precoces al considerarlas rentables y prometedoras para
influir en el éxito y la productividad hasta la adultez. Este mismo grupo de investigadores
se propuso medir la disparidad en cuanto a eficacia entre las estrategias con un enfoque
únicamente material y las que persiguen abordar deficiencias más allá de la carencia de
recursos. Por consiguiente, analizaron un grupo perceptor de ayudas en relación a
calefacción e higiene y otro destinatario de un programa de estimulación. Este último
conjunto se desempeñó mejor en todas las esferas del desarrollo, constatando lo
conveniente y fructíferas que alcanzan a ser estas metodologías educativas.
Aludiendo a actuaciones con las que el desarrollo se puede ver salvaguardado,
Rosa et al. (2016) identificó la escuela como un espacio donde contrarrestar los efectos
adversos de la pobreza después de comprobar que en una muestra de niños y niñas
disminuían dichos impactos a partir de los 9 años gracias al ambiente académico.
Simultáneamente, Tran et al. (2016) defendieron la relevancia de la educación
preescolar tras evaluar su incidencia positiva.
En lo que concierne a la crianza, se ha acreditado la relevancia que puede
alcanzar el contexto familiar en el desarrollo infantil. Es, presuntamente, una de las
razones por la cual se atenúan las desigualdades en los países con un Índice de
Desarrollo Humano más alto, donde la calidad general del cuidado es más uniforme
(Tran et al., 2016). Como reflejan las investigaciones de Saitadze (2021), Knauer et al.
(2019) y Tran et al. (2016), la participación de los/as progenitores/as en el juego y las
actividades de aprendizaje, la sustitución de duros castigos por posturas que aboguen

30
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

por el manejo del comportamiento, los entornos hogareños estimulantes y la crianza


cálida y receptiva son pilares fundamentales para hacer frente a experiencias
potencialmente menos estimulantes y/o variadas, así como a vivencias nocivas. En
conformidad con estas conclusiones, Carmona-Fonseca y Correa (2014) expusieron la
fuerza que ejerce el vínculo afectivo sobre el desarrollo motor y cognitivo.

4.8. Repercusión Sobre el Rendimiento Académico

Dos de los estudios analizados aportaron información concreta acerca del


rendimiento académico. Por una parte, Maddio y Greco (2010) comprobaron que el
rechazo ejercido por parte de los/as niños/as de nivel socioeconómico alto hacia los/as
niños/as pertenecientes al grupo de nivel socioeconómico bajo disminuía los logros
académicos de este último grupo. Por otra parte, Bobbitt et al. (2016) observaron que
los/as menores que disfrutaban de hogares no caóticos le sacaron más beneficio al curso
de preescolar que aquellos/as que vivían en ambientes caóticos, más comunes en
familias en situación de vulnerabilidad económica.

5. Discusiones y Conclusiones

El presente Trabajo de Fin de Grado tuvo como finalidad identificar y analizar


cómo afecta la vulnerabilidad económica al desarrollo infantil, a través del estudio de
los efectos y consecuencias de la pobreza sobres sus diferentes ámbitos (físico y
psicomotor, cognitivo y psicosocial).
En cuanto a los estudios seleccionados para dar respuesta a este objetivo,
destacamos lo siguiente: (i) son muy heterogéneos en cuanto a tamaño muestral e
incluyen sujetos de todo el rango de edad considerado (0 a 12 años); (ii) gran parte
proceden de países de Latinoamérica, lo cual puede deberse a sus altos índices de
pobreza y desigualdad, a la fuerte concienciación de las repercusiones de la pobreza y
la exclusión sobre el desarrollo, así como a la gran preocupación por mejorar la calidad
del sistema educativo (Escribano, 2017); (iii) el año de publicación que más se repite es
2016, fecha próxima a la finalización y publicación de resultados del Informe de
Seguimiento de la Educación Para Todos en el Mundo de la UNESCO (2015). Puede que
las conclusiones extraídas, las cuales reflejaban la necesidad de avances, incentivaran la

31
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

realización de nuevas investigaciones. Además, 2015 y 2016 fueron años de retroceso


económico e importantes cambios políticos.
La revisión realizada puso de manifiesto la influencia de un contexto
socioeconómico desfavorecido en el crecimiento y el desarrollo físico, así como en la
salud mental de los/as niños/as. Las diferencias en las medidas antropométricas entre
niños/as de distintos niveles encontradas por Muñoz (2018) pueden tener su origen,
como señala el propio autor, en la falta de hábitos alimenticios adecuados, que, a su vez,
estarían ligados a la falta de recursos económicos. Los problemas relacionados con la
salud mental pueden estar causados por la marginación a la que se ven sometidas las
personas de estatus social bajo, como afirman Maddio y Greco (2010), pero, en otros
casos, podrían vincularse con una crianza autoritaria, la falta de autoestima y las
experiencias adversas que desde edades muy tempranas tienen que afrontar los/as
niños/as de ambientes empobrecidos.
El retraso y/o deficiencia en el desarrollo psicomotor se ha vinculado a
moduladores propios de un nivel socioeconómico bajo, especialmente el nivel educativo
materno. Resulta pertinente profundizar en este resultado que, posiblemente, está
relacionado con la cantidad y calidad de estimulación que las progenitoras brindan a sus
hijos/as. Así, aquellas con un nivel educativo igual o inferior a la primaria suelen acceder
a empleos de peor calidad y vivir situaciones económicas menos favorables. Esto
repercute en el tiempo y materiales que pueden ofrecer a sus hijos, ejerciendo una
educación menos involucrada, con experiencias y juguetes menos enriquecedores y
complejos. Se sabe, por ejemplo, que los infantes que son más tomados en brazos
muestran un mejor desarrollo motor (Bee, 1975/1977). Esta misma variable resultó
significativa en estudios centrados en el desarrollo lingüístico, como el de da Rosa et al.
(2016). En este caso, apenas leer a los/as niños/as, emplear un vocabulario reducido o
no incentivarlos/as a hablar son factores frecuentes y negativos para el desarrollo del/a
menor. El hecho de que los procesos de sustitución fonológica fuesen más comunes en
los/as niños/as de bajo nivel socioeconómico (Pavez et al., 2009) también podría estar
relacionado con la formación materna. De este modo, cabe la posibilidad de que las
propias madres cometan errores fonológicos y/o léxicos que transmitan a sus hijos o

32
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

que, en su defecto, no los detecten, no sean capaces de corregirlos o no los vean como
una problemática relevante.
Siguiendo con la estimulación y el desarrollo cognitivo, es presumible pensar que
la baja implicación paterna y materna en la educación de los/as hijos/as también
repercute sobre el rendimiento académico. Esta idea coincide con los planteamientos
de Şengönül (2021) que asegura que “los padres pobres que muestran menos calidez,
sensibilidad y capacidad de respuesta a sus hijos pueden tener dificultades para animar
a sus hijos a aprender e involucrarse en oportunidades de aprendizaje para mejorar su
desarrollo cognitivo y rendimiento académico” (p.10). A pesar de que los únicos
resultados recogidos en este trabajo aluden al rechazo social (Maddio y Greco 2010) y
al caos en el hogar (Bobbitt y Gershoff, 2016) como las causas de los bajos logros
académicos de los/las menores criados en ambientes empobrecidos, es necesario tener
en cuenta que el desarrollo cognitivo per se, y todos los factores que lo modulan,
condicionan el desempeño escolar. Resulta evidente que un bajo coeficiente intelectual,
dificultades memorísticas, retrasos en el lenguaje y/o déficits de atención limitan la
capacidad de los/as menores para desenvolverse correctamente en el ámbito escolar.
Para respaldar esta apreciación puede tomarse como referencia el estudio realizado por
de las Bayonas y Saura (1990), pues en su investigación los/as estudiantes con un menor
nivel cognitivo, además de pertenecer a familias de bajo nivel socioeconómico,
obtuvieron peores calificaciones en tareas relacionadas con competencias académicas.
Otro de los moduladores que más se repitió a lo largo de los estudios seleccionados para
este TFG fue el estrés y la exposición a situaciones adversas, por ejemplo, en el dominio
psicosocial y, más concretamente, en las habilidades sociales y comportamentales. En
este sentido, valorando cómo los problemas de conducta pueden disminuir gravemente
la integración y el desarrollo del menor, resulta indispensable sopesar esta cuestión.
Teniendo en cuenta el trabajo de Fernald et al. (2011) que evidenciaba una relación
entre dificultades económicas; disminución de las capacidades socializadoras e
interactivas de los progenitores hacia los/as hijos/as, y riesgos para la salud mental de
los menores; la calidad y el tipo de crianza deben contemplarse como factores clave. Así,
aunque no se hayan obtenido muchos resultados al respecto en esta revisión, es

33
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

importante considerar que un trato negativo por parte de los/as padres y madres puede
alterar la percepción que los/as menores tienen de las conductas sociales, imitar
estrategias de gestión emocional disruptivas, generar sentimientos de incomprensión y
soledad, recurrir a respuestas violentas, aislarse etc. Otra gran preocupación es el
aumento de la probabilidad de llevar a cabo actos delictivos, teniendo en cuenta que
vivir en contextos sin recursos y marginales puede incrementar el riesgo. En relación con
estas observaciones pueden señalarse los trabajos de: (i) Bee (1975/1977), quien afirma
que las madres de clase socioeconómica baja ejercían una postura autoritaria
caracterizada por la ausencia de reglas claras y explicaciones, frente a las madres de
mejor estatus que recurrían a la lógica y a los sentimientos para controlar el
comportamiento de sus hijos/as; (ii) Franco et al. (2014) que asocian una crianza menos
comprometida con mayores índices de agresividad, reactividad emocional, conducta
agresiva y retraimiento social, así como menores habilidades sociales; y, por último, (iii)
Durán (2017) quien explica en su trabajo sobre delincuencia en contextos de exclusión
social, que el estilo de crianza autoritario y el negligente aumentan las posibilidades de
inadaptación social y personal, desmotivación, conductas agresivas y actos delictivos.
Para finalizar conviene destacar que, recordando que el desarrollo se caracteriza
por ser multidimensional, es importante prestar atención a la interrelación de los
diferentes dominios. Ya en 1975, Bee afirmó que, a pesar de no haber encontrado una
relación clara entre el lenguaje y el desarrollo motriz, sí se habían observado indicios de
esta relación; por ejemplo, un niño/a no alcanza un aumento notable del vocabulario
hasta saber caminar perfectamente. Esto puede estar relacionado con la
multidireccional y la distribución de recursos a lo largo del ciclo vital típicos del
desarrollo (Baltes, 1987, como se cita en Papalia et al., 2009). Por otra parte, en la
actualidad existen evidencias de que los niños que tienen dificultades psicomotrices
pueden tener más problemas en el desarrollo cognitivo y del lenguaje (Campo Ternera,
2010).
En base a la información recabada a lo largo del trabajo, podemos concluir que
los factores ambientales y sociales interfieren notablemente en el desarrollo infanto-
juvenil. De esta manera, los resultados obtenidos se corresponden con las premisas de

34
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

la perspectiva teórica contextual. Así, guiándonos por la Teoría biopsicosocial de


Bronfenbrenner (Bronfenbrenner y Morris, 1998, como se cita en Choi et al., 2019),
puede comprobarse cómo todos los datos arrojados en las investigaciones están ligados
a alguno de los cuatro niveles expuestos por el autor. Por ejemplo, dentro del
microsistema, se demostró que un contexto intrafamiliar caracterizado por la
vulnerabilidad económica está asociado a retrasos en el área social (Carmona- Fonseca
y Correa, 2014) y que ser criados/as por padres/madres con estudios inferiores a la
secundaria repercute en las funciones ejecutivas de los/as menores (Maddio y Greco,
2010). También se encontraron resultados referentes al exosistema, pues el estrés al
que se ven sometidos los progenitores al lidiar con problemáticas relacionadas con la
pobreza termina siendo transmitido a los/as hijos/as, perjudicando su comportamiento
(Mazza et al. 2017). En cuanto al mesosistema, estudios como el da Rosa et al. (2016)
que demuestran una mayor implicación educativa en las familias de alto nivel
socioeconómico que en las de bajo, nos pueden llevar a suponer que la relación y
presencia de los padres y madres en el ámbito escolar de los/as hijo/as serán más
reducidas. Y, por último, aludiendo al macrosistema, la marginación instaurada
socialmente hacia las personas en situación de pobreza provoca que, en numerosas
ocasiones, los/as niños/as de bajo nivel socioeducativo sean marginados/as por el resto
de menores, provocando daños en su desarrollo (Maddio y Greco, 2010).
Para finalizar este TFG es necesario reflexionar sobre la utilidad de esta revisión
para las/os profesionales de la Educación Social, así como qué intervenciones educativas
podrían ser útiles para contrarrestar los efectos de la pobreza en el desarrollo infantil.
Teniendo presente que los/as educadores/as sociales son agentes de cambio
involucrados con la realidad social que los rodea, resulta primordial conocer los
principales aspectos de una problemática tan presente y habitual como lo es la pobreza.
El hecho de que las personas y colectivos en situación de exclusión social o
vulnerabilidad, así como los menores, sean ámbitos concretos de la Educación Social,
respalda más la adecuación e importancia de este trabajo. Así, la posición privilegiada
de este/a profesional en la detección de problemáticas y las subsiguientes
intervenciones conlleva la responsabilidad de estar cualificado/a y mantener una

35
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

formación continua para poder aprovecharla en beneficio de la sociedad y desempeñar


correctamente sus deberes (Asedes, 2007).
En torno a las prácticas para lograr reducir la pobreza y su impacto en el
desarrollo de niños y niñas provenientes de hogares en riesgo de exclusión, se debe
abordar la situación desde una óptica multidimensional e interprofesional. Para esto, se
debe incidir en los principales moduladores de la pobreza en el desarrollo:
- En cuanto al nivel de ingresos, sería útil toda aquella intervención relacionada
con el asesoramiento y acompañamiento en la búsqueda de empleo, la difusión
de información sobre ayudas y prestaciones, la cobertura de necesidades básicas
o la facilitación del acceso a programas y actividades extraescolares.
- Respecto a la intervención familiar, es importante la implementación de
programas de promoción de hábitos saludables, la instrucción en competencias
y habilidades parentales y educativas, la habilitación de centros que faciliten la
conciliación familiar y laboral o la puesta a disposición de recursos psicológicos
que ayuden a los padres/madres e hijos/as a lidiar con el estrés y las situaciones
adversas entre otros.
- En relación al trabajo con la comunidad y la escuela, resultaría favorable
potenciar la relación e implicación de la familia con la escuela, favorecer la
integración y participación en la comunidad, llevar a cabo actividades
comunitarias y de tiempo libre que resulten de interés para la infancia y juventud
y/o crear grupos de resolución de conflictos en los barrios, por ejemplo.
Por tanto, teniendo en cuenta lo anterior, este trabajo aporta información
relevante y sistematizada acerca del desarrollo humano y cómo este se ve afectado por
el contexto, así como una presentación de la panorámica actual de esta problemática.
No obstante, el conocimiento más importante expuesto en esta investigación es la
corroboración de la influencia negativa que las situaciones económicamente
desfavorables ejercen sobre el desarrollo cognitivo, físico y psicosocial durante la
infancia. Como futura educadora social, considero que la información aportada puede
resultar de utilidad para la Educación Social y otras disciplinas a modo de orientación
para la planificación y el desarrollo de intervenciones socioeducativas en contextos de

36
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

pobreza o vulnerabilidad económica, especialmente con menores. Conocer los


principales factores que afectan a las personas en situación de pobreza favorece la
aplicación de medidas más oportunas y convenientes, facilitando a los profesionales
identificar y entender mejor cada situación individual o colectiva.
Por otra parte, aún habiendo respondido a los objetivos fijados al inicio del
trabajo, deben señalarse algunas limitaciones y posibles mejoras. Por una parte, el
periodo de edad marcado (0 a 12 años) facilitó el estudio al centrarse en una etapa
concreta. Sin embargo, resultaría interesante aumentar la muestra hasta la adolescencia
con el fin de comprobar cómo se siguen prolongando las consecuencias y efectos de la
pobreza. En cuanto a la metodología, ampliar los términos de búsqueda para lograr una
ecuación más completa es posible que hubiese permitido obtener más resultados,
especialmente en el catálogo Iacobus, donde no se encontró ningún estudio. Además,
podría ser de utilidad incluir nuevas bases de datos. A pesar de manejar una
considerable cantidad de estudios, no haber incluido ningún término referente al
rendimiento académico provocó que tan solo dos trabajos aportaran información
concreta sobre el tema. Al tratarse de una importante problemática, este podría ser un
aspecto a abordar en futuras investigaciones. Del mismo modo, este trabajo podría ser
completado con un estudio que profundizase más en la interrelación de las diferentes
áreas del desarrollo, pues es un aspecto que se ha comentado de manera superficial y
que quizás podría aportar información relevante.
Por último, se recogen a continuación las principales conclusiones extraídas de
esta investigación:
- El nivel socioeconómico afecta a los menores tanto en el área material como en
los dominios físico, cognitivo y psicosocial del desarrollo. Por eso, es necesario
abordar todas las esferas con el fin de preservar su integridad física, intelectual
y emocional.
- Destacaron el área del lenguaje como la más afectada y la motora como la
menos.
- Algunas problemáticas en el desarrollo identificadas en niños de 0 a 12 años a
consecuencia de vivir en contextos empobrecidos son: peores medidas

37
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

antropométricas, déficit en habilidades motoras finas y gruesas, problemas de


salud mental y alteraciones emocionales, menor coeficiente intelectual, niveles
deficientes en el área de audición-lenguaje, déficit de atención, mayor
hiperactividad, peor desempeño en tareas de memoria, bajos niveles de
autoconcepto y autoestima, problemas de comportamiento y mayor índice de
agresividad, y habilidades sociales disfuncionales.
- Las condiciones adversas y/o las amenazas tienen efecto acumulativo. Así, el
desarrollo de los menores con dos o más factores de riesgo se ve más
comprometido.
- Las repercusiones de las situaciones económicamente desfavorables se
magnifican a medida que aumenta la edad. Además, la exposición a la pobreza
en los primeros años de vida es más perjudicial que la tardía y, a su vez, la crónica
resulta más dañina que la transitoria.
- Los condicionantes del desarrollo asociados a la pobreza más recurrentes y
relevantes son los recursos, el estrés y los cuidados parentales.
- Los principales amortiguadores de los efectos negativos de la pobreza son las
intervenciones educativas, con las familias y con los propios niños/as; la crianza
cálida, receptiva y estimulante; y el acceso al sistema educativo desde
preescolar.
- Teniendo en cuenta que el entorno familiar y social juegan un papel fundamental
en el desarrollo infantil, la calidez, la asertividad, la implicación educativa, los
cuidados y la generación de medidas protectoras deberían ser aspectos clave
bajo los que regirse la relación entre los/as niños/as y su ámbito familiar y social.
- Los progenitores, especialmente las madres, con un mayor nivel educativo
ofrecen a sus hijos, por lo general, una mejor estimulación en todos los dominios
del desarrollo.

38
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

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*: estudios recogidos en el Anexo


Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Anexo. Tabla Estudios

Autor y año Participantes Objetivo Resultados

Maddio y Greco n=120; 8 años Comparar la flexibilidad - Asociación entre ambientes desfavorecidos
(2010) Estudio transversal cognitiva para solucionar socialmente y un desarrollo bio-psico-social
descriptivo problemas en escuelas deficitario, con repercusión en lenguaje y
urbanas y urbano-marginales funciones ejecutivas.

Carmona- n=46; 2´5 a 4 años Evaluar condiciones de vida - La falta de estimulación y/o la desnutrición se
Fonseca y Correa Estudio transversal familiares, el estado asociaron con un desarrollo motor fino y un
(2014) descriptivo nutricional y el desarrollo desarrollo de audición y lenguaje deficientes.
infantil en NSE bajo - Un contexto familiar inadecuado
provoca retrasos en el área social.
- Un buen vínculo afectivo mejora el desarrollo
motor y cognitivo.

Lacunza (2010) n=283; 3 a 5 años Describir el procesamiento - A mayor condición de pobreza, menor
Encuesta cognitivo de niños rendimiento cognitivo.
sociodemográfica desnutridos en situación de - Importante diferencia en el manejo de
pobreza información, seriado y temporal, según el nivel
socioeconómico a la edad de 4 y 5 años.
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Díaz et al. (2017) n=1176; 0 a 5 años Mostrar la influencia de - Relación entre un nivel educativo materno igual o
Estudio transversal factores socioeconómicos en inferior a educación primaria, una vivienda
descriptivo el desarrollo motor y del con necesidades básicas insatisfechas y/o residir
lenguaje en un área rural, con un menor desarrollo motor y
de lenguaje.
- Brechas más marcadas en el área del lenguaje que
en el motor.

Amar n=42; 10 a 11 años Evaluar el impacto del - Las intervenciones mitigaron los efectos negativos
et al. (2007) Estudio correlacional Programa Hogares de de la exclusión social y las condiciones precarias
descriptivo Bienestar de Colombia en el desarrollo.

de Nazaré et al. n=19; 2´5 a 4 años Analizar la relación entre - El 57,9% de los/as niños/as pobres presentaron
(2018) Estudio transversal desarrollo neuropsicomotor e sospecha de retraso en el desarrollo.
descriptivo índice de pobreza familiar - Área más afectada: lenguaje; área menos
afectada: motricidad fina.

Muñoz (2018) n=749; 7, 9 y 11 años Investigar el desarrollo - Déficit significativo en todas las áreas del
Estudio transversal neuropsicológico y desarrollo en función del NSE
socioemocional en niños/as - Un NSE bajó perjudica: coordinación visomotora,
de bajo NSE atención sostenida, memoria, lenguaje, funciones
ejecutivas,medidas antropométricas, hábitos
alimentarios, conducta y alteraciones
emocionales.
- Áreas más afectadas: lenguaje, memoria y función
ejecutiva.
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Andueza (2009) n=20; 2´5 a 4 años Estudiar las características - Los/as menores de ambientes favorecidos
Investigación de teoría diferenciales del tuvieron un mayor grado de autoconcepto que
crítica autoconcepto en dos grupos los/as de NSE bajo.
de diferente NSE

Coronel et al. n= 283; 11 y 12 años Analizar y comparar las - Los/as niños/as de NSE bajo mostraron mayores
(2011) Estudio descriptivo habilidades sociales en niveles de sensibilidad
función del contexto - social, iniciativa y liderazgo en actividades, pero
socioeconómico también en retraimiento, ansiedad y timidez.

Knauer et al. n=603; 4 a 18 meses y Analizar la relación entre la - Hogares de bajo nivel socioeconómico
(2019) 3 a 5 años calidad de crianza en la caracterizados por: escasa variedad de materiales
Estudio longitudinal infancia y el desarrollo de juego y aprendizaje, poca organización y
escasa participación de los progenitores.
- La crianza cálida y receptiva puede amortiguar los
efectos negativos por déficit de experiencias
estimulantes y variadas.

Fernald et al. n=1332; 3 a 6 años Documentar y examinar los - Niños/as de mayor NSE mejores en: vocabulario
(2011) Análisis longitudinal gradientes socioeconómicos receptivo, memoria de trabajo, memoria de frases
descriptivo en una población que vive en y atención sostenida.
pobreza extrema - Las dificultades económicas pueden perjudicar la
interacción y socialización entre progenitores e
hijos/as.
- Ampliación de la brecha a medida que aumenta la
edad.
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Tella et al. n=444; 6 a 9 meses Investigar la influencia del - Bebés de hogares de ingresos más bajos: 50% de
(2018) Investigación NSE y la escolaridad materna probabilidad de padecer retraso en el desarrollo.
transversal en el desarrollo lingüístico, - A inferior NSE y nivel educativo materno, peor
motor y cognitivo del bebé desarrollo motor y lingüístico.
- Relación positiva entre nivel educativo materno y
estimulación.

da Rosa et al. n= 419; 6 a 12 años Evaluar el efecto del NSE - NSE bajo asociado a un menor desempeño en: CI,
(2016) Estudio cuantitativo sobre el coeficiente memoria episódico- verbal y semántica, memoria
descriptivo intelectual, el lenguaje, la de trabajo, lenguaje escrito, memoria visuo-
memoria y las funciones verbal y control inhibitorio.
ejecutivas - Factores amortiguadores: ambientes escolares y
vecinales, resiliencia y positividad.
- El nivel educativo materno es más influyente que
el paterno.
- A menor NSE, menos prácticas de alfabetización y
menos inversión en recursos educativos.

de los Reyes- n=629; 0 a 5 años Medir el desarrollo de - El 17% de los participantes presentaron retraso en
Aragón et Investigación niños/as que viven en áreas una o varias de las áreas: personal-social,
al. (2016) experimental rurales de bajos ingresos adaptativa, motora, cognitiva y comunicativa.
- Los retrasos se observaron desde los 6 meses,
pero fueron más acusados a medida que
aumentaba la edad.
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Tran et n=97731; 36 a 59 Estudiar la relación entre - La calidad e involucración de los progenitores en


al. (2016) meses pobreza familiar, cuidado el cuidado y educación, así como la asistencia a
Análisis secundario parental, acceso a la programas de educación preescolar son
educación y desarrollo determinantes en el desarrollo.
infantil - Países con un Índice de Desarrollo Humano
inferior: métodos de crianza menos efectivos y
menor acceso a recursos educativos.

Choi et al. (2019) n=2750; 3,5,9 y 15 años Analizar el efecto de la - Los efectos de las experiencias adversas pueden
Modelo de regresión exposición a experiencias perdurar más de 12 años y se traducen en
logística adversas en niños/as pobres problemas de comportamiento frecuentes e
intensos.

Bobbitt y n=2447; 3 a 4 años Investigar la relación entre - Las experiencias caóticas y la falta de rutina o
Gershoff (2016) Estudio observacional experiencias caóticas y previsibilidad provocan: comportamientos más
crecimiento socioemocional problemáticos, disminución de habilidades
sociales, menor rendimiento académico y peor
desarrollo general.
- El caos es más prevalente entre familias de bajos
ingresos y más perjudicial en el hogar que en el
aula.

Mazza et al. n= 2120; 0 a 12 años Examinar los efectos de la - Asociación entre pobreza y problemas de
(2017) Estudio longitudinal pobreza en el nacimiento, la conducta a lo largo de la vida, tanto por
infancia y la adolescencia acumulación de riesgos, como por la sensibilidad
de la época de desarrollo.
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

- Peores resultados en los ambientes


desfavorecidos en las categorías: agresión física,
hiperactividad y comportamientos de oposición.

Kokosi et n=4525; 0 a 9 años Investigar la relación entre - Asociación entre tensión financiera en el hogar y
al. (2021) Estudio longitudinal proteína C reactiva, peor desempeño en: funciones ejecutivas y
dificultades financieras y memoria.
memoria de trabajo en la - Los/as menores de bajo NSE mostraron déficits en
infancia la memoria de trabajo a causa de elevados niveles
de proteína C en sangre.

Markant et al. n=136; 9 meses Comprobar si los mecanismos - El NSE está relacionado con el rendimiento de la
(2016) Investigación de atención selectiva pueden memoria, siendo un nivel bajo perjudicial para
experimental contrarrestar la influencia de esta. Pero su impacto se vio disminuido cuando la
la pobreza atención espacial selectiva se involucró, por lo
que filtrar el ruido de los distractores ayuda en la
codificación.

Pavez et al. n=360; 3 a 6 años Estudiar el desarrollo - Relación entre el uso de procesos de
(2009) Estudio transversal fonológico en la infancia simplificación fonológica y el NSE, con brechas
descriptivo más acusadas a partir de los 5 años.
- El grupo de bajos ingresos obtuvo peores
resultados en procesos relacionados con la
estructura de la sílaba y de la palabra, así como en
los de sustitución.
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

Andrew et al. n= 421; 10 a 20 meses Evaluar una intervención de - La visita domiciliaria mejoró el desarrollo de los
(2019) Ensayo controlado estimulación psicosocial menores desfavorecidos, especialmente en
aleatorio aquellos con madres de mayor grado educativo.
También influyó positivamente en el crecimiento
y en los síntomas depresivos maternos.

Hartinger et n= 534; 6 a 35 meses Evaluar el efecto de la - La privación afecta negativamente al desarrollo


al. (2016). Ensayo aleatorizado estimulación sobre los del coeficiente intelectual.
comunitario no ciego efectos adversos de la - El grupo de intervención integral se desempeñó
pobreza mejor en todos los dominios del desarrollo que
aquel que solo recibió ayuda en calefacción e
higiene. Además, se vio fortalecida la crianza y el
juego paternofilial.

Vogel et n= 1292; 15, 24 y 48 Analizar el efecto de la - A menor NSE, mayor exposición a situaciones de
al. (2021) meses privación y la amenaza sobre privación y a amenazas. Estas afectan
Investigación las funciones ejecutivas en un negativamente al funcionamiento ejecutivo.
longitudinal ambiente socioeconómico
bajo

Saitadze (2021) n= 342; 16 a 46 meses Estudiar los efectos de la - La pobreza aumenta los niveles de estrés de los
Estudio longitudinal pobreza en el desarrollo progenitores y afecta a su capacidad para ejercer
descriptivo cognitivo a través de la una crianza cálida y receptiva.
participación en programas - Los programas de intervención temprana y los
de intervención entornos hogareños estimulantes amortiguan los
efectos de las experiencias negativas vinculadas a
la pobreza.
Repercusiones de los contextos de pobreza sobre el desarrollo infantil

- La pobreza precoz y/o crónica es más dañina que


la tardía y/o transitoria.

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