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UNIVERSIDAD DE DEUSTO
Curso 2014/2015
1. Introducción página 1
i. La domesticidad página 5
1. Introducción
“Mafalda está vigente porque la humanidad sigue cometiendo los mismos errores”.-
afirma Quino (el autor del cómic) a la revista argentina Estilo, sobre la incapacidad de la
política de darle solución a los conflictos actuales, sin dejar de ser optimista mirando al futuro.
Esta entrevista coincide con el quincuagésimo aniversario de la tira de cómic latinoamericana
más vendida de la historia. Ésta se publica el 29 de septiembre de 1964 por primera vez.
Sería interesante introducir un poco los personajes del cómic más relevantes para tener
un punto de partida desde donde entender los dibujos:
Mafalda: esta chica de 6 años no se conforma con poco. Escucha todos los días
la radio y ve la televisión, su juguete favorito es un globo terráqueo y lo cuida
como su hijo. Tiene conflictos con todos los personajes que le rodean.
Susanita: es la mejor amiga de Mafalda. Es clásica, quiere tener una familia en el
futuro y un marido que la proteja. Su único objetivo en la vida es crecer y tener
hijitos. Choca con Mafalda por su ambición y competitividad.
Raquel: es la madre de Mafalda. Ésta le recrimina que dejara los estudios por
casarse. Tiene interiorizados absolutamente los mandatos de género.
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El objetivo de este estudio por tanto será analizar la perspectiva de género que el autor
incluye en el personaje de Mafalda, intencionadamente como veremos, y sobre la interacción
que tiene ella con su alrededor, que la intenta apocopar en los valores tradicionales del
patriarcado más arraigado. La metodología que usaré para comparar texto y dibujos será la de
nombrar en los epígrafes un número de figura (por ejemplo: figura 1, anexo 1) para que el
lector se pueda remitir al anexo correspondiente y cotejar con el cómic previsto.El material
elegido mayoritariamente para la consecución del trabajo ha sido el dado en clase, con las
fuentes que ambas docentes nos han aportado para el estudio de género y feminismo.
Además la red también es un suministro de información actualizada.
Este agravio comparativo que se desarrolla por un complejo proceso histórico – cultural
y como hemos dicho, en diferentes disciplinas, se entiende desde la perspectiva de género
como una construcción social que determina la llamada estructura de género (Figura 2, Anexo
1). Veremos también como en las elaboraciones de género (Rubin, 1975, p.179) se incluye los
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mecanismos de dicha estructura y cómo afecta a la posición que ocupa la mujer en las
relaciones de poder.
superior. Según Alda Facio este problema surge de que el término introducido del inglés,
gender, ha sido utilizado con otra significación, y en la traducción al español ha causado
numerosas confusiones (Facio, 1991, p.39), (Figura 8, anexo 2).
Es necesario por tanto realizar un análisis de género siempre que vayamos a tratar
algún aspecto científico o técnico, ya que primero cuestiona que lo masculino sea el parámetro
de lo humano. A su vez evita que la mujer se tome como el parámetro universal, dado que éste
por ejemplo luego incluye categorías de clase, raza, nacionalidad, etc. La ocultación del género
es otra institución del patriarcado que permite encubrir la conciencia de las relaciones de
poder entre géneros (Figura 9, anexo 2).
Introduciendo un poco el personaje del cómic Susanita, hay que decir que es la mejor
amiga de Mafalda la que tiene interiorizados y normalizados los mandatos patriarcales, está
orgullosa de ello. Dado su carácter competitivo, a esta niña de alrededor de 8 años no se le
puede llevar la contraria. La Mafalda que todos conocemos es revolucionaria, inquieta y
contestataria, lo que produce por iniciativa del dibujante que choquen muchísimo entre ellas.
Susanita está empeñada en crecer y formar una familia, tener en su marido la figura que la
dote de personalidad y ayudarlo a conseguir un alto cargo ejecutivo. Tiene la idea de que
ciertos trabajos no son para mujeres (Figura 10, anexo 2).
i. La domesticidad
Es un aspecto en el que Quino incide con perseverancia. Mafalda tiene en su casa una
situación verdaderamente desigualitaria desde la perspectiva de género. Su madre se ocupa de
las tareas de casa y considera prioritarias las necesidades de las demás personas a las suyas
propias. Lo que se llama el ser para el otro, cuestión que tradicionalmente se ha transmitido
desde las madres a las hijas.
momento del acceso al mismo, ha estado limitada por el mandato de género. Esta división
sexual del trabajo de la que hablamos está íntimamente relacionada por tanto.
Hay que tener en cuenta otro factor determinante que ayuda al rígido establecimiento
de este modelo. Se ha considerado históricamente que el trabajo reproductivo no es en sí
mismo un trabajo. Es decir, el trabajo productivo como empleo siempre ha estado ahí, pero el
trabajo reproductivo ha estado estimado como una propiedad que las mujeres llevaban
consigo y por tanto incorporada dentro de su esfera. Como consecuencia, aquella mujer que
está en casa cuidando de sus hijos o su familia, no trabaja. Es más, aquella persona que se
beneficie de ese trabajo en la sombra no agradece la carga que supone porque es lo normal
(Figura 16, anexo 4).
De esta promoción errónea del matrimonio es donde radica una de las más importantes
vindicaciones del feminismo: la autonomía femenina. Las políticas de empoderamiento
intentan promover la concienciación a la población femenina de que por independiente son
también personas y que en su psique están las respuestas a la autonomía. Susanita es incapaz
de pensar su vida en solitario, tiene la seguridad de que ella no es capaz de tenerla capacidad
de decidir en su vida, al menos en cuanto al futuro (Figuras 18 y 19, anexo 4 y 5).
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La identidad de cada mujer va ligada a la capacidad de tener hijos que tenga, y será
evaluada por ello. Es común concebir al sexo femenino como materno en cualquier
circunstancia, lo que limita a la mujer en los planos sociales a los que intente acceder (laboral,
político, económico). Susanita tiene normalizados los mandatos de maternidad de manera
absoluta y cualquier traspié le pone furiosa (Figura 20, anexo 5). Uno de los objetivos de
Susanita en su vida es tener hijos y ver cómo evolucionan a altos cargos ejecutivos. Esto
desquicia a Mafalda, que ve como su amiga no tiene amplitud de miras (Figura 21, anexo 5).
Este imaginario acerca de la buena madre dentro de una magnífica familia, la mujer es
definida como “ángel del hogar” y por lo tanto, responsable del bienestar de todos y cada uno
de los miembros de la familia (Anna Freixa, 2001, p.68) como hemos visto anteriormente.
c. Feminidad normativa
mayoría, limitada por estereotipos que parten de bases erróneas en cuanto al aspecto físico
que debe tener por el hecho de ser fémina.
Este proceso crea una carencia de autoestima provocada por la incidencia de numerosos
agentes que calan en lo profundo de lo cotidiano. Sino que se lo digan a la madre de Mafalda
(Figura 23, anexo 6). Por otro lado Susanita ha comprendido con total normalidad que para
conseguir un marido que la mantenga, es necesario mantener un tipo concreto de peso y estar
guapa para él (Figura 24, anexo 6).
El casting patriarcal del que hablamos conlleva multitud de factores que inciden en los
distintos estamentos socio-económicos donde el patriarcado sitúa a la mujer de forma
horizontal. Es decir, los accesos de la mujer en puestos laborales, políticos, económicos,
incluso culturales y sociales están restringidos por la perspectiva del mandato de género.
Cualquier mujer no está por lo general capacitada para ciertos puestos sociales por el mero
hecho de su formación o posibilidad intelectual, sino debe cumplir unos requisitos físicos que
la conviertan en un reclamo para el visionado patriarcal.
d. Violencia simbólica
Por tanto nos deberíamos cuestionar, ¿por qué en una sociedad tan avanzada como la
nuestra, continúa existiendo el patriarcado como poder? Lo vamos a intentar responder en el
siguiente epígrafe.
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Anón. Y (2004) ¿Qué significa la sororidad?, , Sororidad, nueva práctica entre mujeres, consultado el 14 de octubre de 2014,
www.mujerpalabra.net
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e. Género y Poder
Así por ejemplo, Rousseau las excluía tácitamente del famoso y relevante pacto social
por el mero hecho de no ser igualmente libres. Otro ejemplo claro lo encontramos en el
existencialismo feminista de Simone de Beauvoir. Desgraciadamente le encontramos en éste
un punto ciego. Esta feminista de mediados del siglo XX, profesaba una gran admiración al
filósofo francés Sartre y se auto-limitó a su teoría, considerando que ella no era una filósofa,
porque no era creadora del sistema. Una adelantada a su tiempo que se subrogaba al
pensamiento establecido como unitario. En los últimos años de Mafalda, la aparición de su
pequeñísima amiga Libertad, hace reflexionar al lector desde un punto de vista distinto al que
Quino acostumbraba (Figura 30, anexo 7).
El bloqueo ejercido por el patriarcado se usó en base a los estereotipos clásicos que
utiliza en el normal desarrollo de la realidad. Algunos de ellos fueron acuñados por el propio
movimiento feminista (Kirkwood, 1981 en Archenti, 1994, p.31):
Para las feministas marxistas debería existir una explicación “material” para el género.
Para ellas, el dominio capitalista y el patriarcado están separados pero actúan recíprocamente.
Esta causalidad económica tiene prioridad y el patriarcado se desarrolla y cambia siempre en
función de las relaciones de producción. Esta teoría puramente extraída del Manifiesto
Comunista, fue discutida por aquellos que afirmaban que los sistemas económicos no
determinan directamente las relaciones sociales.
f. El Techo de Cristal
pirámide económica (Mabel Burín, 2004, p.1) muy en interrelación con el trabajo doméstico,
base de la sociedad patriarcal.
El establecimiento de este techo impide alcanzar a las mujeres las metas profesionales
para las que están preparadas, estadísticamente demostrado con ciertos aspectos que
estructuralmente se han repetido en la historia en cuanto a los puestos de decisión se refiere:
Según Mabel Burín, (Burín ob. Cit. 2004, p.2) este techo de cristal se gesta en los
primeros años de la infancia y adquiere una dimensión más relevante a partir de la pubertad.
Estas etapas son cruciales en la formación psicológica de la niña, a la hora de una probable
oposición al sistema que establece este sistema de bloqueo invisible.
2. Conclusiones generales
En mi casa siempre ha habido Mafalda. Desde que tengo uso de razón, mi madre
compraba todos los fin de año un calendario en que cada día era una tira reivindicativa,
revolucionaria y contestataria ante el mundo. Aprovechando el 50º aniversario de la tira de
cómic latinoamericana más vendida de la historia y la sugerencia de un cómic para analizar la
perspectiva de género desde un aspecto de la realidad, no tuve dudas.
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Hasta que he tenido el privilegio de leer todas y cada una de las tiras de cómic de la
saga, puedo decir que no he conocido otro dibujo que represente de una forma tan explícita el
sentir del pueblo ante la dirección que ha tomado la sociedad. Considero que a pesar de darse
en los años 70, Quino supo plasmar en sus diseños la situación actual de un país oprimido
como era el argentino y a la vez enseñar al lector que los problemas del país sudamericano los
teníamos todos. Sobre todo en lo que se refiere a los temas más cotidianos de nuestra vida:
nuestra casa, nuestros amigos, nuestros colegios, nuestras vacaciones. En cosas que
consideramos normales y en relación a las conductas que tenemos hacia lo ajeno que
valoramos como corrientes para Mafalda era suficiente motivo de análisis.
Personalmente ha sido un placer volver a releer uno de los dibujos con los que me crié y
creo que la carga feminista que tiene es muy interesante. He pretendido sacar todo el jugo que
dan las 15 páginas del paper, en lo que a perspectiva de género se refiere dentro de esta
sensacional y cultural obra de los años 70.
En mayor o menor medida, tenemos en nuestra mano el darnos cuenta y actuar frente a
la historia y la tradición. De esta manera podemos (intentar) impedir que nuestro alrededor se
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Por ello uno de los engranajes más importantes de la cadena patriarcal desde mi punto
de vista es la falta de información. En esta colectividad donde los medios de comunicación
tienen tanta relevancia en la globalización, si cuando el bebé tiene un pequeño uso de razón y
su cerebro digamos a cero o en blanco, se está impregnando de las órdenes que desde el
enfoque patriarcal se dan, es muy difícil o incluso diría imposible cambiar la perspectiva de la
realidad.
Al más puro estilo del feminismo liberal, considero que la felicidad es el único valor de la
sociedad que el individuo merece preservar y por tanto en las manos del Gobierno debe estar
garantizado ese status quo que en la actualidad está resquebrajado por razón del sexo (Figura
41, anexo 10).
Por ello y por supuesto sin olvidar el resto de injusticias mundiales, creo que es
necesario a nivel de género un cambio real y efectivo de la forma de pensar y gobernar –
siempre dentro de un sistema gubernativo del que ya somos incapaces de escapar –; es decir,
necesitamos más “Mafaldas” y no actuar sin pensar. En la reflexión y la empatía está el
cambio. (Figura 42, anexo 10).
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