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R=8Lη
π r4
R = resistencia
L = longitud
η = viscosidad
r = radio
En esta ecuación se puede observar que la importancia del radio del tubo a través del
cual pasa el aire es crítica. Si duplicamos la longitud del tubo la resistencia aumenta
tan solo al doble de su valor. En cambio, si el radio del tubo se reduce a la mitad la
resistencia aumenta 16 veces. Es decir, variaciones en el calibre de la vía aérea
(provocadas por ejemplo por broncoconstricción) provocan grandes variaciones en la
resistencia.
A medida que las vías aéreas se van dividiendo y son más periféricas su
calibre disminuye progresivamente hasta llegar a los bronquiolos terminales y
alvéolos. Sería natural pensar que el punto de máxima resistencia al paso del aire en
la vía aérea se localiza en las vías aéreas de pequeño calibre y los bronquiolos
terminales. Sin embargo, el principal sitio de resistencia de la vía aérea se localiza en
la vía aérea superior, la glotis y los bronquios principales y de mediano tamaño. Los
bronquiolos muy pequeños aportan una resistencia relativamente escasa a la
resistencia total del sistema respiratorio. Esta paradoja se explica por la enorme
cantidad de vías aéreas de pequeño tamaño. Es decir, la resistencia de cada una de
estas vías de pequeño calibre es relativamente elevada pero existe tal cantidad de
bronquiolos dispuestos en paralelo que la resistencia combinada de todos ellos es
mucho menor que la que puede existir en un bronquio de mediano calibre o la vía
aérea superior.
Si consideramos la vía aérea como un tubo, el aire circula a través de ella
debido a que la musculatura respiratoria genera una diferencia de presión entre la
boca y los alvéolos. Así, el flujo de aire a través de la vía aérea depende de la
diferencia de presiones entre la boca y el alvéolo y es inversamente proporcional a la
resistencia de la vía aérea. Para el sistema total de las vías aéreas se define la
resistencia mediante la siguiente ecuación:
V = Pbucal-Palv
Rva
Rva = Pbucal-Palv
V
Para realizar este cálculo es fácil medir la presión en la boca y también el flujo
mediante un neumotacógrafo. Sin embargo no es posible medir directamente la
presión alveolar por lo que se emplean otras estrategias. La primera posibilidad es el
empleo de un balón esofágico que registra la presión pleural y es una buena
aproximación a la presión alveolar. En este caso se habla de resistencia pulmonar ya
que incluye tanto la resistencia de la vía aérea como la resistencia viscoelástica del
parénquima pulmonar. Se trata de un método invasivo para calcular la resistencia ya
que requiere la colocación de un balón esofágico. Por ello no se puede emplear de
forma rutinaria en el estudio de la función pulmonar. En la practica diaria en un
laboratorio de función pulmonar la resistencia de la vía aérea se mide mediante la
técnica pletismografica descrita por DuBois y colaboradores. En este método el
volumen pulmonar es conocido mediante pletismografía y sujeto respira a través de
un neumotacógrafo. Se realizando maniobras de oclusión ya que cuando no hay flujo
a través de la vía aérea las presiones a ambos extremos están igualadas y la presión
registrada en la boca es una correcta aproximación a la presión alveolar.