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A fines de 1990, el Banco Central diseñó un programa que consistía en la fijación mes a mes de

tasas de expansión de la base monetaria, teniendo en consideración que se intervendría para


evitar fluctuaciones en el tipo de cambio. Sin embargo, el Banco Central no pudo cumplir con
su objetivo por la falta de liderazgo, poca experiencia en aplicar una política activa y
descoordinaciones entre las políticas monetaria y fiscal. Como consecuencia el tipo de cambio
real se deterioró. Este resultado revela que el principal objetivo del gobierno era reducir la
inflación, antes que mantener la competitividad externa.

En mayo de 1992, se anunció un cambio en la política monetaria, introduciendo instrumentos


para realizar operaciones de mercado abierto además de la emisión. La política monetaria
consistió en comprar divisas para garantizar un piso para el tipo de cambio y esterilizar el
exceso de emisión con obligaciones del Banco Central de Reserva en moneda nacional.

A partir de 1993, la política monetaria se encuentra enmarcada dentro de la Constitución de


1993, donde se establece que el Banco Central de Reserva del Perú cuenta con autonomía
dentro de su propia Nueva Ley Orgánica y que su finalidad es preservar la estabilidad
monetaria.

Mediante su Nueva Ley Orgánica, el Banco Central está prohibido de: financiar al sector
público, proporcionar garantías, dar créditos sectoriales y establecer regímenes de tipos de
cambio múltiples. Además considerando que el fin único del Banco Central es preservar la
estabilidad monetaria se fija una tasa de inflación objetivo siendo la meta intermedia la tasa de
variación de la emisión primaria debido a que existe una estrecha relación entre la inflación y
el crecimiento de la emisión de monedas y billetes.

Los instrumentos que utiliza el Banco Central sólo son mecanismos de mercado para inyectar o
retirar liquidez, a diferencia de lo aplicado en gobiernos anteriores donde los instrumentos de
política monetaria buscaban favorecer el financiamiento del sector público y de determinados
sectores productivos, mediante líneas de crédito con tasas de interés subsidiadas.

Las metas monetarias por parte del Banco Central de Reserva permitieron una reducción
importante de la inflación y la posibilidad de entrar en un proceso de recuperación del
producto agregado.

En febrero de 1991,10 se eliminó la mayoría de restricciones vigentes para la compra y venta


de moneda extranjera (topes máximos, cuotas por persona o por años entre otros). Asimismo
con el objetivo de simplificación de los trámites cambiarios, se autorizó a las entidades del
sistema financiero a atender y transferir moneda extranjera con la sola presentación de una
declaración jurada y a vender moneda extranjera (previa autorización del BCRP) para el pago
de la deuda pública externa. En marzo de 1991, se derogaron la totalidad de resoluciones
cambiarias, cartas circulares, circulares y otros documentos que normaban el mercado
cambiario, señalándose que el tipo de cambio se vería determinado por la oferta y la demanda
del mercado de activos. Se eliminó así, la obligatoriedad de entregar al BCRP las divisas
generadas por la exportación de bienes. Se dispuso que el BCRP intervendría en el mercado
cambiario cuando lo considerase necesario a través de las instituciones financieras y se eliminó
el Mercado Único de Cambios (MUC)
el gobierno de Alan García usó las reservas internacionales para llevar a cabo el plan y así subir
los salarios y financiar los subsidios de alimentos. Estas reservas se obtuvieron del recorte del
pago de la deuda externa al 10% de las exportaciones.

Dicho anuncio le costó caro al Perú, ya que el FMI calificó al país como un "país no elegible"
para recibir nuevos créditos. La devaluación del inti frente al dólar

Los subsidios estatales, el control de tipo de cambio, el incremento de los precios, la


hiperinflación (en 1987 llegó a 114,5%) sumado a la estatización de la banca y otras medidas,
hicieron entrar al Perú en una crisis.

Para 1990, casi todos los sectores registraron tasas negativas

Fujimori más que creer en un modelo nuevo, lo que no tenía era alternativa para hacer otra
cosa. Con el respaldo de organismos externos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o
el Banco Mundial recibe el financiamiento necesario vía préstamos, como era lógico, que le
permitió aplicar una política de sinceramientos",

Según la memoria anual de 1990 del Banco, el cambio de rumbo dispuesto por las nuevas
autoridades fue de largo alcance ya que se quitaron trabas al comercio exterior, tales como
eliminar las exoneraciones de gravámenes a las importaciones o el subsidio tributario a las
exportaciones no tradicionales, lo que permitía acumular mayores reservas internacionales y
mejorar la producción del país. También se busco salir del aislamiento internacional en el que
estábamos con los acreedores externos (FMI, principalmente) para lograr una renegociación
global de la deuda externa, lo que llevó a revertir la tendencia negativa de las cuentas
externas.

Una economía con sólidos cimientos macroeconómicos, una deuda externa renegociada, bajas
tasas de inflación y un déficit fiscal controlado, parecen palabras sin sentido en aquellos años.
La célebre frase con la que

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