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La política monetaria
La política monetaria o política financiera es una rama de la política económica
que usa la cantidad de dinero como variable para controlar y mantener la
estabilidad económica. Comprende las decisiones de las autoridades monetarias
referidas al mercado de dinero, que modifican la cantidad de dinero o el tipo de
interés. Cuando se aplica para aumentar la cantidad de dinero, se le denomina
política monetaria expansiva -expansión cuantitativa-, y cuando se aplica para
reducirla, política monetaria restrictiva (República, 2021).
Para las autoridades monetaria es común establecer cuatro objetivos básicos de la
política monetaria, que pueden enunciarse de diferentes formas: 1) estabilidad del
valor del dinero (contención de los precios, prevención de la inflación); 2) tasa más
elevada de crecimiento económico; 3) Plena ocupación o pleno empleo (mayor
nivel de empleo posible); y, 4) evitar desequilibrios permanentes en la balanza de
pagos y mantenimiento de un tipo de cambio estable y protección de la posición
de reservas internacionales.
El banco central puede influir sobre la cantidad de dinero y sobre la tasa de
interés, a través de cambios en el tipo de interés y en Operaciones de Mercado
Abierto (OMA). La elección del mecanismo intermedio a utilizar depende de su
facilidad de manejo, de la cantidad de información al respecto disponible sobre
cada medida, y del objetivo final que se quiere conseguir. Un buen candidato es la
tasa de interés, ya que se conoce en el acto, mientras que determinar la cantidad
de dinero lleva algunos días (República, 2021).
¿Qué métodos se utilizan para controlar la cantidad de dinero circulante?
Encontramos estos 4 procesos: política de descuento, variación del coeficiente de
caja, las OMA y los instrumentos cualitativos.
Política de descuento
La política de descuento consiste en determinar el tipo de redescuento y la fijación
del volumen de títulos susceptibles de descuento. Es decir, el banco central (el
banco de los bancos) establece las condiciones con las que está dispuesto a
conceder créditos a los bancos comerciales (Bancolombia, Banco Bogotá,
Colpatria, entre otros) a corto plazo. El alcance de esta política depende de las
necesidades y comportamiento que tengan estas entidades financieras.
Mediante la variación del tipo de descuento, que es el tipo de interés de los
préstamos que concede el banco central a los bancos comerciales. Un banco pide
préstamos al banco central cuando tiene una cantidad de reservas inferior a la que
necesita, bien sea porque ha concedido demasiados préstamos, o porque ha
experimentado recientes retiradas de dinero. Cuando el banco central concede un
préstamo a un banco, el sistema bancario tiene más reservas y estas reservas
adicionales le permiten crear más dinero (República, 2021).
Como se requiere mantener controlado la cantidad de dinero circulando en una
economía, el banco central puede alterar la oferta monetaria modificando el tipo de
descuento, es decir, una subida del tipo de descuento disuade a los bancos de
pedir “créditos” al banco central; por lo tanto, reduce la cantidad de reservas que
hay en el sistema bancario, lo cual reduce, a su vez, la oferta monetaria. En
cambio, una reducción del tipo de descuento anima a los bancos a pedir
préstamos al banco central, eleva la cantidad de reservas y aumenta la oferta
monetaria.
El banco central utiliza los créditos por los que cobra el tipo de descuento no sólo
para controlar la oferta monetaria, sino también para ayudar a las instituciones
financieras cuando tienen dificultades.
Variación del coeficiente de caja
El encaje bancario es un porcentaje de los depósitos recibidos por cada entidad
financiera que no puede ser utilizado. Por ley, dicho capital debe mantenerse en
efectivo en las bóvedas de la propia institución o en sus cuentas en el banco
central del país. Ello, con el objetivo de mantener su liquidez y evitar riesgos.
¿Qué pasaría si el banco central reduce este coeficiente a los bancos? Esto
permitiría que las entidades financieras guarden menos dinero en el banco y
concedan más prestamos, aumentando la cantidad de dinero en circulación. Si,
por el contrario, el coeficiente aumenta, el banco reserva más dinero, y no puede
conceder tantos préstamos, por lo tanto, la cantidad de dinero en circulación baja.
De esta forma, el banco puede aportar o quitar dinero del mercado.
Operaciones de mercado abierto, OMA
Las OMA son el principal instrumento que tiene el Banco de la República para
aumentar o disminuir la cantidad de dinero en la economía. Cuando es necesario
aumentar la liquidez, el banco central compra títulos o papeles financieros en el
mercado, inyectando dinero a la economía; por el contrario, cuando el banco
quiere disminuir la liquidez, vende títulos y, por lo tanto, recoge dinero del
mercado.
Existen dos tipos de OMA: de expansión y de contracción, y cada uno de estos
tipos se subdividen en otros dos subtipos: OMA transitorias (o Repo) y OMA
permanentes.
Las OMA de expansión: Se denominan así cuando la operación se hace
para aumentar la cantidad de dinero. En estos casos, el Banco de la
República interviene comprando títulos para inyectar la cantidad de dinero
que sea necesario, se puede hacer de dos formas:
Ilustración 1 (República, El proceso de toma de decisiones de política monetaria, cambiaria y crediticia del Banco de la
República, 2021)
Anuncia metas de inflación con anticipación para que puedan ser tomadas
en cuenta por los agentes económicos en sus decisiones.
CONCLUSIONES
El presente artículo tiene como objetivo principal analizar la dinámica de la política
monetaria en Colombia a través del tiempo y como ésta se fue modificando con
las llegadas de diferentes crisis monetarias en las distintas administraciones
nacionales. Desde que Nueva Zelanda adoptó el régimen de inflación objetivo en
1990, muchos otros países han adoptado la estrategia para conducir la política
monetaria y mantener bajo control la inflación. Las experiencias son variadas y se
concluye resaltar el control de la inflación de dos dígitos a uno solo. No es absurdo
resaltar la apreciación de Gómez (2006) cuando dice que la inflación fue de dos
dígitos (23.5%) durante prácticamente la totalidad del último cuarto del siglo
pasado; y que mantener una inflación de un solo digito es un récord mundial de
“inflación moderada.”
El país desarrolló esquemas de indexación con los que aprendió a tolerar la
inflación. Como se mencionó anteriormente, el objetivo de la política no era el de
bajar la inflación sino el de mantener la inflación en estos niveles. Así las cosas, el
régimen de metas de inflación ha ayudado a la economía colombiana a mantener
la inflación en niveles bajos y estables.
La inflación de un dígito de comienzos del siglo XXI es algo que no había sucedido
en Colombia desde 1971. A principios de los años setenta, la inflación aumentó
sorpresivamente por una combinación de factores similar a los factores que
causaron una caída de la inflación a fin de los años noventa, pero que en aquella
ocasión operaron en sentido inverso. A principios de los años setenta la fase
expansiva del ciclo económico, el aumento en la inflación de los productos
importados y un choque de oferta en la agricultura de alimentos llevó la inflación a
dos dígitos y el Banco de la República ha logrado sostener la tasa de cambio
durante la coyuntura de entrada de capitales en diversas épocas, así como en la
pandemia del COVID-19 que a pesar de que no se cumplió la meta trazada, el
índice de inflación pudo mantener bajo y controlado.
No es muy lejos conocer las consecuencias de una inflación desbordada como es
el caso de Venezuela, donde el régimen chavista en los últimos 13 años, por
cuenta de las tres reconversiones monetarias que ha efectuado el Banco Central
de Venezuela (BCV), ha eliminado 14 ceros del valor nominal de la moneda, el
bolívar. La tasa de inflación interanual de este país llegó a 2.719% en el quinto
mes del 2021, una cifra que, si bien es excesivamente alta, sigue estando por
debajo de la registrada en marzo, cuando el indicador alcanzó a superar 3.000%.
La modificación monetaria atañe un problema relacionado con la tasa de cambio,
que durante mucho tiempo ha estado sobrevalorada y no responde a la realidad
económica del país. En la actualidad, 100 millones de bolívares equivalen
aproximadamente a 25 dólares. La volatilidad de la moneda venezolana sigue
siendo tan alta que el comercio se ha tenido que dolarizar para no cambiar los
precios cada día de los productos y servicios que ofrece el comercio aún vigente.
Bibliografía
Gómez, J. G. (19 de Septiembre de 2006). La Política Monetaria en Colombia. Colombia.