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Hola Saludos desde San Félix. En su recorrido por Galilea Jesús llegó a
Nazaret. El sábado siguiente a su llegada fue a la sinagoga y se levantó a
hacer la lectura. Bajo los ojos de Jesús caen las palabras que Isaías donde
se proclama al Mesías como liberador del hombre y portador de la gracia
del perdón divino. Después de leer el texto, Jesús devolvió el rollo y se
sentó. Las palabras del Señor comienzan atribuyéndose el cumplimiento
de ese pasaje. Sus conciudadanos perciben las palabras de Jesús llenas
de gracia, y están admirados, pero los confunde todo cuanto sabían de Él
ya que lo conocen desde pequeño; para darle definitivamente crédito
exigen milagros. Y el Señor les niega lo que piden: no hará allí lo que
ellos han oído que hizo en Cafarnaúm por su falta de fe en él. Los
hombres necesitamos revestir de un halo de misterio a aquel en quien
depositamos la confianza. Preferimos pensarlo como poderoso, sin
defectos, sobrenatural. Los paisanos del Señor, no pudieron aceptar que
quien viene a cumplir todas las expectativas mesiánicas era un simple
carpintero, parecía demasiado. Por eso el Señor les pone como ejemplo dos
prodigios obrados por Elías y Eliseo: el de la viuda de Sarepta y el de Naamán.
Ambos milagros fueron hacia gente ajena al pueblo judío, una fenicia y un sirio; y eso
que había muchas viudas y leprosos en Israel. La iracunda reacción de estos parece
desmedida, sacaron a Jesús a empujones con la intención de despeñarlo desde un
barranco. Pero, Jesús, con autoridad y sin decir una palabra, se abrió paso por medio
de ellos. Ojalá tengamos la fe suficiente para que el Señor no pase de largo en nuestra
vida. Bueno que pases un feliz día Habló para ustedes el Padre Gustavo, desde la
Comunidad Salvatoriana en Vista Al Sol, San Félix. Chao. Nos vemos en el espejo.
Martes 5 de marzo.
Hola Saludos desde San Félix. El Evangelio de hoy comienza con una
discusión ocasionada por un exorcismo de Nuestro Señor, en el que
expulsa a un demonio mudo. Es evidente para todos que aquí se ejercita
un verdadero poder sobre el demonio. Tal poder manifiesta la
superioridad de Jesús sobre estos espíritus. Esto empuja a algunos
fariseos, a afirmar, en su afán de restar autoridad divina a Jesús, que ese
poder le viene del mismo Príncipe de los demonios, Belzebú. Otros, le
pedían una señal del cielo, para ponerlo a prueba. Jesús utiliza contra
todos ellos un argumento único que se desarrolla en dos partes. La
primera sostiene que un reino dividido no subsiste y camina a la ruina, lo
que vale incluso para el reino infernal. A estos los une el común odio que
dio origen a la común rebelión contra Dios. De ahí que todos obedezcan
a un Príncipe tenebroso, y se unifiquen en un programa común que es el
combate contra el Reino de Dios. Por eso, ningún demonio, y menos su
Príncipe, expulsaría a otro demonio para que un hombre deje de estar
atormentado. Si no puede imputarse esta acción a Satanás, debe ser
atribuida al dedo de Dios. Es el poder liberador y misericordioso de Dios
quien actúa repeliendo el dominio diabólico sobre los hombres. Y esto
equivale a la llegada del Reino de Dios. Jesús es el más fuerte que vence, al que tiene
cautivo al endemoniado, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus
despojos. Y añade una advertencia: El que no está conmigo, está contra mí, y el que
no recoge conmigo, desparrama. Frente a Cristo no podemos tener una posición
neutral. Bueno que pases un feliz día Habló para ustedes el Padre Gustavo, desde la
Comunidad Salvatoriana en Vista Al Sol, San Félix. Chao. Nos vemos en el espejo.
Viernes 8 de marzo del 2024.