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Escuela Politécnica Nacional

Comunicación Oral y Escrita

2023-B C1

Estrés Académico

El exceso de estrés en estudiantes de educación superior es considerado como un


trastorno donde el cuerpo responde de forma negativa. El estrés académico representa uno de
los factores más perjudiciales no solo para el desarrollo académico, sino también para el
desarrollo mental, social y personal de los estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional. La
presión que genera la acumulación de actividades tanto curriculares como personales y la
preocupación constante por obtener un rendimiento sobresaliente en todas las materias afecta
el sistema motor, cognitivo y fisiológico de la persona. Desencadena un deterioro físico y
mental en la vida del estudiante, de tal manera que lo induce y mantiene en un estado de
ansiedad, agotamiento y falta de energía. El resultado de esto se puede ver reflejado en el
bajo rendimiento académico y lento aprendizaje. Cuando se presentan situaciones estresantes,
el hipotálamo activa una alarma la cual libera cortisol. El sistema inmunológico disminuye su
funcionamiento y es proclive a enfermedades de alto riesgo y desequilibrio mental. Quienes
sufren de esta enfermedad son más susceptibles a cambios emocionales, dolencias, problemas
de concentración y depresión. El estudiante comienza a mostrar un desinterés por la
convivencia y apego hacia quienes son parte de su entorno social y personal. Presenta
problemas de conducta y la persona entra en un estado de aislamiento total en donde la
relación con sus pares se ve severamente afectada, lo que implica altos niveles de agobio.
Para quienes pasan por esto requieren de ciertos apoyos tanto por parte de la sociedad como
del campo familiar. Las actividades recreativas que el estudiante realice a diario o en tiempos
de ocio permiten que su cuerpo produzca endorfina con el fin de incorporar en el mismo una
sensación de estabilidad y bienestar. El uso de estos recursos reduce el estrés, estabiliza las
interrelaciones sociales, consolida la confianza en sí mismo y favorece el manejo de la
presión.

El ingreso a la universidad puede ser un cambio drástico en la vida de los estudiantes


que hacen parte de este proceso. Durante el transcurso del período académico, se presentan
diversos objetivos por cumplir. Sin embargo, cuando resulta difícil alcanzar las metas
establecidas, puede surgir una preocupante situación conocida como estrés. Esta condición es
una respuesta natural del cuerpo ante factores externos como una situación difícil, una
amenaza o factores internos ligados a pensamientos de frustración y desvalorización. La
respuesta se manifiesta en distintos entornos, y cuando alcanza niveles elevados, provoca una
sobrecarga de tensión tanto física como mental, teniendo repercusiones negativas en la
persona. Este trastorno se visualiza en gran manera en el ámbito académico, como es el caso
de los estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional, quienes enfrentan una fuerte demanda
de responsabilidades. Según el Dr. Mazo (2018), “una de las causas más frecuentes de estrés
es la acumulación de compromisos o tareas, lo que hace que aumente la tensión por tener
cosas pendientes” (párr.1). La acumulación de pruebas, tareas, exámenes o trabajos exigen
demasiado esfuerzo, dedicación y tiempo que muchas veces no son suficientes para cumplir
con todo. Añadido, a la inadecuada metodología de enseñanza utilizada por algunos
profesores que dificulta la capacidad de resolución de actividades planteadas en cada
asignatura. Incluso, lograr un desempeño destacado es un objetivo significativo para muchos
estudiantes y aquellos que no lo alcanzan experimentan frustración y desánimo. Además, la
estabilidad económica de algunos estudiantes no es suficiente para cubrir los costos
educativos y la separación familiar de aquellos que provienen de otras provincias son factores
que contribuyen significativamente a que experimenten niveles elevados de estrés. Quienes
experimentan la acumulación de estas situaciones, ya sean de índole académica, familiar o
económica, están susceptibles a desarrollar y a enfrentar posibles consecuencias derivadas del
estrés.

Los estudiantes que sufren este trastorno experimentan un significativo aumento en


sus niveles de cortisol, lo que afecta fisiológicamente a su organismo. El cerebro y el cuerpo
entran en un estado de alerta, y da lugar a una disminución en la capacidad de su sistema
inmunológico. En este estado de "lucha o huida", las hormonas liberadas en respuesta al
estrés pueden suprimir temporalmente el sistema inmunológico, en donde aumenta la
sensibilidad a enfermedades e infecciones. “Se han identificado tres fases en la respuesta al
estrés: alarma, resistencia y agotamiento” (Naranjo, 2009, p. 175). La alarma crea una idea de
supervivencia, donde el individuo estará alerta a todas las posibles amenazas. Sin embargo, si
esto excede ciertos límites, puede desencadenar consecuencias negativas. La resistencia
provoca que el cuerpo trate de adaptarse a la situación estresante y que mantenga la respuesta
de alerta prolongada, donde el cuerpo va a intentar mantenerse en equilibrio y conservar
recursos. Si el estrés persiste y los recursos se agotan, empieza la fase de agotamiento en
donde el cuerpo ya no puede mantener la respuesta de alarma y los sistemas fisiológicos
fallan, lo cual aumenta el riesgo a enfermedades. En el caso de los estudiantes universitarios,
la acumulación de tareas dificulta la recuperación de la estabilidad emocional, lo que
intensifica su respuesta frente a este trastorno. Tienden a procrastinar en donde dejan sus
responsabilidades académicas inconclusas cuando tienen dificultad para concentrarse, o en su
contraparte, tienen una preocupación excesiva por los detalles en las tareas, lo que puede
resultar en una parálisis de la acción. Acumulan más tareas de las que pueden cumplir, lo que
puede conllevar bajas calificaciones. Conforme aumenta la carga de tareas, los estudiantes
experimentan una disminución en su autoeficacia, lo que puede hacerles sentir que no
lograrán completarlas en su totalidad. Vive de manera monótona en donde la ausencia de
diversidad resulta en una existencia plena y poco satisfactoria, lo que ocasiona estrés debido a
la apatía y el aburrimiento. Ante tanta ansiedad, las personas suelen suprimir sus emociones,
aun así, estas tienden a manifestarse de alguna manera, lo cual resulta en episodios de
ansiedad y trastornos alimenticios. Al modificar el entorno, las emociones se ven afectadas,
lo que genera un estado de tensión que perturba la tranquilidad e impide sentirse seguro en
ese espacio en específico. En lo antes mencionado, la fuente del estrés proviene de las
demandas impuestas, saturadas por pensamientos y estándares personales para alcanzar
ciertas expectativas.
Prevenir y manejar eficazmente el estrés no solo contribuye a la estabilidad personal,
sino que también fortalece tanto la salud física como psicológica de aquellos que enfrentan
este trastorno. Es crucial gestionar los elementos que promueven o provocan el estrés, siendo
necesario tener en cuenta ciertas consideraciones para lograrlo. Establecer una rutina de
estudio equilibrada con períodos de descanso regulares es esencial para gestionar la carga de
tareas, evaluaciones y exámenes que forman parte del proceso académico. Cómo una
persona maneja el estrés y selecciona la estrategia más apropiada para afrontarlo está
determinado por la evaluación emocional y cognitiva de cada individuo. Sin embargo, según
Ruano y Serra (2000). “La resolución de problemas, la reestructuración cognitiva y la
búsqueda de apoyo social son las estrategias más utilizadas” (pág. 1). Por esta razón, el
respaldo psicológico, familiar y social de su entorno es vital, ya que garantiza su
participación efectiva en el ámbito universitario. En ocasiones, involucrarse en actividades
externas de índole cultural, deportiva o artística libera endorfinas, lo que favorece la
regulación del organismo y su respuesta a estímulos que generan niveles elevados de estrés.
Seguir una alimentación saludable y evitar el aislamiento social fortalece las relaciones
interpersonales, establece un sistema de apoyo y mejora el estado de ánimo. Un descanso
adecuado regenera el cerebro y mejora la capacidad de concentración. Asimismo, el
estudiante tiene la opción de participar en las conferencias ofrecidas por la Escuela
Politécnica Nacional. En estos encuentros se abordan aspectos fundamentales para gestionar
de manera más efectiva la vida universitaria. Al ser correctamente orientado, se fomenta el
bienestar físico, mental y emocional que contribuye con el desarrollo armonioso de la mente
y el cuerpo, lo que hace más accesible el rendimiento académico, la relación social, familiar y
consigo mismo. La etapa universitaria puede ser intensa; sin embargo, es fundamental velar
por el propio bienestar.

En conclusión, es evidente que el estrés en los alumnos de la Escuela Politécnica


Nacional se debe a la acumulación de responsabilidades educativas y al agotamiento
emocional. La salud física y mental se ven deterioradas, por ende, impactan en el desempeño
de sus actividades diarias. Los estudiantes que experimentan estrés académico están inmersos
en un estado de aislamiento social que provoca ruptura en sus relaciones interpersonales. Para
combatir el estrés es necesario un acompañamiento psicológico que aporte con técnicas de
manejo que permitan moderar el estado de ansiedad. Por esta razón, se debe organizar el
tiempo invertido en los estudios, así como participar en actividades recreativas. En definitiva,
el estrés académico es común entre los estudiantes universitarios de la EPN y afecta su salud
mental, lo que resulta en un bajo rendimiento académico. Aunque la EPN ofrece programas
de apoyo y talleres para el manejo del estrés, superarlo depende en gran medida de la
estabilidad física y emocional del estudiante, así como de su fuerza de voluntad, organización
y capacidad de control para enfrentar las demandas de la vida académica.

Referencias Bibliográficas

Centro de Escritura Javeriano. (2020). Normas APA, séptima edición. Pontificia Universidad
Javeriana, seccional Cali.
https://www2.javerianacali.edu.co/centro-escritura/recursos/manualde-normas-apa-septima-
edicion#gsc.tab=0%C2%A0

Rearte Emma, S. (2013). Factores causales del estrés en los estudiantes universitarios.
https://n2t.net/ark:/13683/edbf/Vgk

Escuela Politécnica Nacional. (2023, julio 5). EPN comprometida con la formación de los
estudiantes.
https://www.epn.edu.ec/epn-comprometida-con-la-formacion-de-los-estudiantes/

JOSÉ PÉREZ MARTÍNEZ. Editorial Universitaria Ramón Areces (2009) TRATA EL


ESTRÉS CON PNL.
https://www.cerasa.es/media/areces/files/book-attachment-1677.pdf

Mazo, R. (2018). La estresante acumulación de tareas inconclusas. Phrónesis. El arte de


saber vivir. (párr.1).
http://blog.elartedesabervivir.com/la-estresante-acumulacion-tareas-inconclusas/

Naranjo, M. (2009). Una Revisión Teórica sobre el estrés y algunos aspectos relevantes de
éste en el ámbito educativo. Revista Educación. 33 (2). 175-176.
https://www.redalyc.org/pdf/440/44012058011.pdf

Valdivieso-León, L.; Lucas Mangas, S.; Tous-Pallarés, J. y Espinoza-Díaz, I. M. (2020).


Estrategias de afrontamiento del estrés académico universitario: educación infantil-
primaria.
https://www.redalyc.org/journal/706/70664431007/html/

Webconsultas. (2016, 16 de marzo). Cómo hacer frente al estrés. Webconsultas.com.


https://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/emociones-y-autoayuda/como-hacer-
frente-al-estres-6640

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