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EL ORIGEN Y LA EVOLUCIÓN DEL UNIVERSO

El Universo nació, según muestran las observaciones


en diversos campos astrofísicos, hace
aproximadamente unos 14.000 millones de años.
Tanto las imágenes de campo profundo que el
telescopio espacial Hubble ha tomado de
las galaxias más primitivas, como las que ha tomado
los satélites COBE y WMAP de las irregularidades de
la radiación de fondo en la etapa del inicio de la
formación de las galaxias, muestran algunas de las
aglomeraciones de materia más primitivas que empezaron a ser visibles cuando el
Universo dejó de ser opaco a la radiación. Tenemos la oportunidad de ver estos
objetos (primitivas galaxias y cuásares) tal como eran en el pasado más remoto, hace
miles de millones de años. La razón es que la luz emitida desde estos objetos ha tardado
todo este tiempo para recorrer los millones de años luz que los separan de nosotros.

Figura 1.- Diferentes etapas en la evolución de nuestro Universo.


Figura 2-. Representación de la expansión del universo.

El Universo es esencialmente homogéneo e


isótropo, manteniendo una jerarquía ascendente
entre planetas - estrellas - cúmulos estelares -
galaxias - cúmulos de galaxias y supercúmulos de
galaxias. Está formado mayoritariamente por
hidrógeno (H) y helio (He) junto a otros elementos
químicos mucho menos abundantes que conforman
su diversidad química. Durante los primeros
minutos después del Big Bang la temperatura se
redujo lo bastante para producirse lo que se llama la
nucleosíntesis primordial. En esta nucleosíntesis se
sintetizó a partir de protones (hidrógeno) y neutrones, hidrógeno (H), helio (He) e ínfimas
cantidades de lítio (Li) y berilio (Be). Después de la formación de estos elementos
químicos primordiales, la materia bajo la atracción gravitatoria se agrupó en inmensas
nubes: las primitivas galaxias. A pesar de la expansión de las galaxias, localmente las
nubes de hidrógeno que en el Universo aparezcan, después de millones de años de
enriquecimiento químico, seres vivos tan complejos como nosotros.
EL INMENSO ZOO ESTELAR
AI observar el cielo, quizás hayamos percibido que algunas de las estrellas más
luminosas presentan ciertas tonalidades perceptibles a simple vista. Entre las más
evidentes y contrastadas podríamos destacar el rojo intenso de Antares o Betelgeuse y el
azul blanquecino de Rige1 o Vega. Estas diferentes tonalidades nos evidencian que las
estrellas que encontramos en nuestro cielo atraviesan diferentes etapas en su evolución.
Para estudiar la composición química de las estrellas se han desarrollado instrumentos
que analizan la luz que nos llega desde ellas: los espectrómetros. Éstos descomponen la
luz de una estrella mediante un prisma o una red de difracción para obtener las diferentes
líneas "de color" que constituyen la luz estelar. El espectro en que se descompone la luz
de cada estrella depende de la temperatura y la composición química que tenga. El
estudio espectral de miles de estrellas ha permitido hacer una clasificación y agruparlas
por el parecido entre sus espectros.
No obstante, el estudio de estos espectros ha permitido también identificar en ellas sus
diversas fases dentro de los modelos de evolución estelar. Las fases evolutivas de las
estrellas de diferentes masas generan elementos químicos nuevos y aumentan la
complejidad química, lo que permite correlacionarlas con los diversos tipos de espectros
estelares. Un hecho muy importante para ayudamos a interpretar la evolución química del
Universo.

DIFERENTES FASES EN LA VIDA DE LAS ESTRELLAS


En el Universo podemos distinguir dos tipos de estrellas: las que tienen una masa
parecida a la solar y las que la superan en unas tres veces o más. Una estrella como el
Sol, a causa de su limitada masa, no conseguirá en su interior la temperatura suficiente
para sintetizar elementos químicos después del carbono. Ahora el Sol sintetiza helio a
partir de una reacción primordial,
4H —> He + Energía ,
transformando en cada segundo miles de toneladas de hidrógeno en helio. En estos
momentos, después de unos cinco mil millones de años de continua fusión de su
hidrógeno, el helio se encuentra en el Sol en aproximadamente un 30% de su masa. Poco
a poco el helio irá aumentando en detrimento del hidrógeno. Esta reacción se mantendrá
dominante hasta que este elemento deje de ser abundante y se agote parcialmente en el
interior. Cuando la mayor parte del hidrógeno del núcleo se haya agotado, la estrella
necesitará una energía adicional para sostener la presión gravitatoria. Cuando tenga lugar
esto, la estrella usará el helio (He) almacenado para producir carbono (C) en la reacción:
3 4He -> C + Energía
Una estrella como el Sol, en estos procesos debe generar suficiente energía en cada
instante para contrarrestar la gravedad que aprisiona su contenido gaseoso. En el caso
del Sol, durante los aproximadamente diez mil millones de años que dura su combustible
nuclear, para producir energía en las reacciones de fusión la estrella tendrá que mantener
un ritmo de reacciones suficiente para que la fuerza hidrostática del gas hacia fuera no
sea vencida por la gravedad, sino que esté en un equilibrio constante.
De aquí a unos cinco mil millones de años el Sol dejará de tener combustible en su
interior. La mayoría del hidrógeno y el helio inicial ya se habrán transformado y la fusión
en sólo unas
estrechas capas no podrá continuar manteniendo la presión gravitatoria de la estrella.
Dada su pequeña masa no podrá conseguir en su interior la temperatura suficiente para
fusionar los productos químicos de los anteriores procesos de fusión. Los ciclos, no
obstante, continuarán para las estrellas más grandes que el Sol, que tienen más cantidad
de combustible y llegan a temperaturas más elevadas en su interior. La estrella paga un
precio importante precisamente por su mayor tamaño: la necesidad de fusionar más
cantidad de combustible para sostener la inmensa gravedad que la aprisiona. Así, en
contra de lo que podríamos pensar en un principio, las estrellas más grandes tienen una
vida más corta. Algunos monstruos estelares de más de cien veces la masa del Sol
incluso no pueden vivir más de unos cientos de millones de años. Estos gigantes
estelares viven aceleradamente, primero haciendo la misma síntesis de hidrógeno a helio
que hacen las estrellas pequeñas: más tarde, del helio al carbono, y seguidamente,
continúan produciéndose en ellas innumerables nuevas reacciones de fusión que sólo
pueden tener lugar a altísimas temperaturas en su núcleo. El destino que espera a estas
estrellas es una catastrófica destrucción en la que la estrella se hunde sobre sí misma
para después estallar con una potencia inimaginable. Este proceso final en la evolución
de las estrellas gigantes origina las llamadas supernovas. En pocos días, una supernova
emite al espacio luz y materia con una potencia inimaginable ya que, de hecho, en estos
procesos la luminosidad de una estrella puede ser del mismo orden de magnitud que
tienen conjuntamente el resto de las estrellas de la galaxia.
Pero no solamente tenemos que ver los procesos de supernova como una catástrofe, sino
como un ciclo que necesariamente ha de ocurrir en el Universo para que las estrellas
evolucionadas viertan su contenido químico excepcionalmente rico por su entorno
galáctico. Así, la explosión dispersa las capas estelares extemas por el espacio,
enriqueciéndolo y dando la posibilidad de formar otras estrellas. Los restos de una
supemova enriquecerán las nubes existentes en el medio interestelar con lo que se
consigue, a lo largo de millones de años, el aumento de complejidad química del
Universo.

¿DÓNDE Y CÓMO NACEN LAS ESTRELLAS?


Las estrellas nacen en inmensas nubes de
hidrógeno y helio que se denominan nebulosas. La
gravedad hace que esas inmensas nubes tiendan,
a formarse estrellas debido a la atracción de la
gravedad. La gravedad inestabiliza la nube de gas y
causa locales concentraciones de materia que tras
un lento colapso forma las estrellas.
Nuestra galaxia contiene miles de nebulosas,
regiones de formación estelar preferentemente
situadas en los
brazos espirales. En la actualidad se Figura 4.- La
están consiguiendo imágenes de alta Vía Láctea posee forma espiral debido a la rotación
resolución que evidencian cómo la alrededor del núcleo que siguen las estrellas que la
formación de estrellas se produce de forman. Se indica la posición del Sol en ella.
manera generalizada en todas las
galaxias.
¿CUÁNTAS ESTRELLAS HAY?
En la Vía Láctea se estima que deben existir cerca de trescientos mil millones de
estrellas. Sin embargo, nuestra galaxia es tan sólo una isla en el océano cósmico. Las
imágenes más profundas del Telescopio Espacial Hubble han revelado que deben existir
varias decenas de miles de millones de galaxias en todo el Universo. Considerando que
cada una de ellas contenga tantas estrellas como la Vía Láctea las cifras se hacen
abrumadoras. En el Universo debe haber, que sepamos, cerca de un cuatrillón de
estrellas. Hoy en día los crecientes descubrimientos de planetas extrasolares en nuestro
entorno galáctico apuntan a que podamos esperar encontrar tantos planetas como
estrellas en el Cosmos.

LA EXPANSIÓN DEL UNIVERSO: LEY DE HUBBLE.


A partir de los años veinte el aumento resolutivo de los telescopios proporcionó a V.
Slipher y E. Hubble unas imágenes tan detalladas de las galaxias que evidenciaron dos
importantes aspectos. Según observaban galaxias más alejadas, tanto más pequeñas
parecían y además presentaban sus espectros un mayor desplazamiento hacia el rojo
debido al efecto Doppler. De estas observaciones se derivó la ley de Hubble. Por tanto las
galaxias más alejadas se alejan más rápidamente y su velocidad es proporcional a la
distancia a través de la constante de Hubble (v=H0d)

Figura 5. Velocidad frente a distancia para 1355 galaxias. El ajuste lineal nos lleva a la ley
de Hubble.
¿Qué tipos de planetas existen?
Habiendo entendido qué es un planeta (y qué no lo es) y cómo se forman, podemos ya
analizar los distintos tipos. Nuestro Sistema Solar es hogar de “solo” 8 planetas, pero ya
podemos ver representantes de varios grupos.

1. Planetas rocosos
También conocido como telúrico, un planeta rocoso es aquel que tiene una superficie
rocosa y, por lo tanto, sólida. Tienen una
alta densidad, lo que permite deducir que
son también pequeños (nuestro mundo
tiene 12.742 km de diámetro). La Tierra, al
igual que Marte, Venus y Mercurio son
ejemplos. Los planetas cercanos a sus
estrellas son, por lo general, de naturaleza
rocosa.
Esto se explica, de nuevo, por cómo se
forman los planetas. Y es que las partículas sólidas, durante la formación de los
sistemas de estrellas, eran más fácilmente atraídas hacia el centro de la nebulosa, por
lo que los discos cercanos a ellas tenían más partículas sólidas que gaseosas.

2. Gigantes gaseosos
Estos planetas reciben este nombre porque, básicamente, son gigantes y están
compuestos enteramente de gas (a excepción del núcleo). En este sentido, los gigantes
gaseosos son planetas que no tienen una superficie rocosa ni de hielo.
Están compuestos en un 90% de hidrógeno y helio, de forma muy similar a las estrellas.
De hecho, normalmente se conocen también como “estrellas fallidas”, pues reúnen
todas las características de una estrella, a excepción de la más importante. Y es que su
masa no llega a ser suficientemente grande como para que en el núcleo sucedan
reacciones de fusión nuclear. Debido a la gravedad que generan, eso sí, suelen tener
discos de polvo a su alrededor y muchos satélites orbitando.
Al no tener una superficie sólida, al atravesar sus nubes (azotadas por vientos
increíblemente fuertes), se llegaría directamente al núcleo, el cual se cree que tiene
unas presiones y temperaturas mucho más altas que las de los planetas rocosos. Si el
núcleo de la Tierra está a 6.700 °C, el de estos gigantes de gas está a 20.000 °C.
Tienen una densidad mucho menor, pero son mucho más grandes. De hecho, Júpiter,
un claro ejemplo de ello (además de Saturno), tiene un diámetro de 139.820 km (en
contraposición a los 12.732 km de la Tierra).
3. Gigantes de hielo
Los gigantes de hielo son muy similares a los
gaseosos, pero cambian en un aspecto clave. Su
composición de hidrógeno y helio es de solo el 10%
(a diferencia de los de gas, que era del 90%), por lo
que la mayor parte de su masa está formada por
elementos más pesados como el nitrógeno, el
oxígeno, el carbono o el azufre. Siguen sin tener una
superficie rocosa.
Debido a esta composición, adquieren densidades mayores, por lo que, pese a no ser
tan pequeños como los sólidos, están a medio camino entre estos y los gaseosos.
Neptuno, un claro ejemplo de este tipo (el otro es Urano), tiene un diámetro de 24.622
km.
Tienen temperaturas del orden de -218 °C, lo que hace que sus compuestos (además
del agua) estén por debajo de su punto de congelación, cosa que hace que estén
hechos de forma prácticamente entera de amonio, agua y metano en forma sólida,
congelada.

4. Planetas enanos
Los planetas enanos están en la frontera entre lo
que realmente es un planeta y lo que es
“simplemente” un satélite. Como venimos diciendo,
orbitan alrededor de una estrella (y no de otro
planeta como los satélites), tienen una masa
suficiente como para mantener una forma esférica
y no emiten luz propia, pero no cumplen con la
condición de despejar su órbita.
Esto se debe a su pequeña masa, pues no es suficiente para “limpiar” su recorrido de
otros cuerpos celestes. Es el claro caso de Plutón, el cual, con sus 2.376 km de
diámetro, es demasiado pequeño como para ser considerado un planeta.

5. Planetas océano
Pasamos ya a ver tipos de planetas que no encontramos en nuestro Sistema Solar. Los
planetas océano podrían definirse como un tipo de
planeta rocoso en el que toda su extensión está cubierta
por agua, ya sea en la superficie o por debajo de ella.
La Tierra no es un planeta océano porque, a pesar de
ser el único planeta en el que se ha confirmado la
existencia de agua líquida, “solo” cubre el 71% de la
extensión. Sea como sea, su detección es muy
complicada, pues no podemos detectar, por ahora, agua
líquida directamente, sino que debemos hacerlo indirectamente a través de la
composición de su atmósfera, cosa que se consigue con técnicas de espectrometría.
Sea como sea, este tipo de planetas será el pilar en la búsqueda de vida extraterrestre.
6. Planetas interestelares
Por escalofriante que resulte la idea, hay planetas que están condenados a vagar sin
rumbo por el espacio durante toda la eternidad. Los planetas interestelares son aquellos
(de cualquiera de los tipos que hemos visto antes) que, ya porque fueran eyectados de
su órbita o porque se formaran independientemente, no están girando alrededor de
ninguna estrella.
No sabemos si es poco frecuente o simplemente que es difícil detectarlos, pero lo cierto
es que, por ahora, parece ser un fenómeno muy extraño. Estos planetas realmente sí
que orbitan el centro de la galaxia en la que se encuentran, pero al no recibir la energía
de ninguna estrella, además de vagar “perdidos”, son mundos increíblemente
inhóspitos, con temperaturas cercanas al cero absoluto.

7. Enanas marrones
Igual que los planetas enanos estaban a medio camino entre un planeta y un satélite,
las enanas marrones están a medio camino entre un gigante gaseoso y una estrella.
Como hemos comentado, planetas como Júpiter son estrellas fallidas, pues ni tienen
planetas orbitando a su alrededor ni tienen la suficiente masa como para “encender” las
reacciones de fusión nuclear.

En este sentido, las enanas marrones, pese a ser una estrella fallida, se han quedado
más cerca de serlo. De hecho, se consideran estrellas. Y es que a su alrededor orbitan
planetas y sus reacciones de fusión nuclear están al límite, por lo que no brilla
demasiado. Sea como sea, le hacemos mención ya que está en la frontera entre
planeta y estrella.
¿Qué es el Big Bang?
El Big Bang es cómo los astrónomos explican la forma en que comenzó el universo. Es
la idea de que el universo comenzó como un solo punto, luego se expandió y se estiró
para crecer tanto como lo es ahora, ¡y todavía se está extendiendo!
¿De qué se trata todo esto del Big Bang?
En el año 1927, un astrónomo llamado Georges Lemaître tuvo una gran idea. Dijo que
hace muchísimos años, el universo comenzó como un simple punto. Dijo que el
universo se había extendido y expandido hasta llegar a tener el tamaño actual, y que
podría seguir expandiéndose.

¡Qué ocurrencia!
El universo es un lugar muy grande y existe desde
hace muchísimo tiempo. Es muy difícil imaginar cómo
se originó todo.
Un poco más de información
Apenas dos años más después, un astrónomo
llamado Edwin Hubble observó que había otras
galaxias que se estaban alejando de nosotros. Y eso
no es todo. Las galaxias lejanas se estaban moviendo
más rápido que las que teníamos cerca.

Esto quería decir que el universo aún se estaba expandiendo, tal como lo había
anticipado Lemaître. Si las cosas se estaban separando, eso significaba que muchísimo
tiempo atrás, esas cosas habían estado unidas ente sí.
Un comienzo diminuto y caluroso
En sus orígenes, el universo estaba formado por partículas diminutas y calientes,
mezcladas con luz y energía. No se parecía en nada a lo que vemos ahora. A medida
que todo eso se fue expandiendo y fue ocupando más espacio, el universo se empezó a
enfriar.
Las pequeñas partículas se agruparon. Y formaron los átomos. Después esos átomos
se agruparon. Luego de muchísimo tiempo, los átomos se juntaron para formar las
estrellas y las galaxias.
Las primeras estrellas crearon átomos y grupos de átomos más grandes. De ahí
nacieron más estrellas. Al mismo tiempo, las galaxias se chocaban y agrupaban unas
con otras. A medida que nacían nuevas estrellas y morían otras, se formaban cosas
como asteroides, cometas, planetas y agujeros negros.
Problema fundamental de la filosofía
El problema fundamental de la filosofía es el de la
relación que existe entre el pensar y el ser, entre
el espíritu y la Naturaleza. Engels hace notar que
los filósofos se dividen en dos campos: idealistas
y materialistas, según consideren como primario el
ser o la conciencia. Todos los representantes de
la filosofía idealista toman como primario la
conciencia, la idea, el espíritu. En cambio, los
materialistas consideran lo primario la Naturaleza,
la materia, y la conciencia lo secundario, como una propiedad de la materia, derivada
de ella. El problema fundamental de la filosofía tiene, además, un segundo aspecto;
¿estamos en condiciones de conocer el mundo circundante? La mayoría de los filósofos
afirma la posibilidad de conocer el mundo, pero hay algunos agnósticos que la niegan.
El materialismo dialéctico refuta el agnosticismo. Nuestras sensaciones, nuestras ideas
y conceptos son copias, reflejos, del mundo objetivo. La práctica sirve de criterio de la
verdad o del error en nuestro conocimiento. “Desde el momento en que con arreglo a
las propiedades que percibimos en las cosas, las aplicamos a nuestro propio uso,
sometemos las percepciones de nuestros sentidos a una prueba infalible en cuanto a su
exactitud o falsedad” (Engels). Sólo el materialismo dialéctico da una solución
consecuente y correcta hasta el final del problema fundamental de la filosofía.

Disciplinas filosóficas
Las disciplinas filosóficas son aquellas ramas de la filosofía
que, por su objeto de estudio, metodología e historia,
constituyen una disciplina propia, formal y autónoma. La
mayoría de ellas se vieron consolidadas por las
universidades del siglo XIX y por quienes ejercían
académicamente la filosofía. Cada una tiene objetivos
propios y enfoques particulares de razonamiento.
Muchas de las áreas del saber que actualmente
consideramos parte de las ciencias, como la astronomía
(hoy parte de la física), fueron en algún momento ramas de
la filosofía natural. Por esta razón, se considera a la
filosofía como la madre de todas las ciencias.
Las actuales disciplinas filosóficas se formaron por la especificidad de su campo de
estudio. Muchas son tan antiguas como la filosofía misma, y en muchos casos,
obtuvieron sus nombres por la clasificación interna del corpus aristotélico, que es como
se conoce a la obra de Aristóteles en su totalidad.
Las más recientes fueron apareciendo a medida que se desarrollaron sus hermanas
mayores y, con el tiempo, fueron adquiriendo especificidad y formas de trabajo propias
y autónomas.
Las disciplinas más trabajadas hoy son:
 Metafísica
 Gnoseología
 Epistemología
 Lógica
 Ética
 Estética
 Filosofía política
 Filosofía del lenguaje
 Filosofía de la mente

DISPOSITIVOS DE ENTRADA
Son aquellos que sirven para introducir datos a la computadora para su proceso. Los
datos se leen de los dispositivos de entrada y se almacenan en la memoria central o
interna. Los dispositivos de entrada convierten la información en señales eléctricas que se
almacenan en la memoria central.

TECLADO
En informática, un teclado es un periférico de entrada o
dispositivo, en parte inspirado en el teclado de
las máquinas de escribir, que utiliza una disposición de
botones o teclas, para que actúen
como palancas mecánicas o interruptores electrónicos
que envían información a la computadora.

RATÓN
El ratón o mouse (del inglés, pronunciado [maʊs] en esa
lengua) es un dispositivo apuntador utilizado para facilitar el
manejo de un entorno gráfico en unacomputadora en América u
ordenador en España. Generalmente está fabricado en plástico,
y se utiliza con una de las manos.

PALANCA DE MANDO
Una palanca de mando o joystick (del inglés joy, alegría, y stick,
palo) es un dispositivo de control de dos o tres ejes que se usa
desde unacomputadora o videoconsola hasta un transbordador
espacial, los nuevos aviones de transporte como el Airbus A320 y
los nuevos diseños de aviones de caza, pasando por grúas de
carga y porta contenedores,

LÁPIZ ÓPTICO
Para otros usos de este término, véase Lápiz
(desambiguación).

El lápiz óptico es un periférico de


entrada para computadoras, tomando en la forma de una
varita fotosensible, que puede ser usado para apuntar a
objetos mostrados en un televisor de CRT o un monitor,
en una manera similar a una pantalla táctil pero con
mayor
MICRÓFONO
El micrófono es un transductor electroacústico. Su función es
la de traducir las vibraciones debidas a la presión
acústica ejercida sobre su cápsula por las ondas
sonoras en energía eléctrica, lo que permite por ejemplo
grabar sonidos de cualquier lugar o elemento.

CÁMARA WEB
Una cámara web o cámara de red1 (en inglés: webcam) es una
pequeña cámara digital conectada a una computadora la cual puede
capturar imágenes y transmitirlas a través de Internet, ya sea a una página
web o a otra u otras computadoras de forma privada.

ESCÁNER
Un escáner es un periférico de captura utilizado para
escanear documentos; es decir, convertir un documento de
papel en una imagen digital. En general, se puede decir que
existen tres tipos de escáner: Los escáneres planos
permiten escanear un documento colocándolo de cara al
panel de vidrio.

ESCÁNER DE CÓDIGO DE BARRAS


Escáner que por medio de un láser lee un código de barras y emite el
número que muestra el código de barras, no la imagen.

Hay escáners de mano y fijos, como los que se utilizan en las cajas de
los supermercados.

SENSOR DE HUELLA DIGITAL


En la actualidad, las contraseñas proporcionan algo de
protección, pero recordar y saber dónde están guardados
los diferentes códigos de cada máquina es un problema en
sí mismo. Con las tarjetas inteligentes, sucede algo similar:
si perdemos nuestra tarjeta no podremos hacer uso de las
facilidades que brinda.

DISPOSITIVOS DE SALIDA
MONITOR
El monitor de ordenador es un dispositivo de salida (interfaz),
que muestra datos o información al usuario.

Historia
Las primeras computadoras se comunicaban con el operador
mediante unas pequeñas luces, que se encendían o se
apagaban al acceder a determinadas posiciones de memoria o
ejecutar ciertas instrucciones.

ALTAVOZ
Un altavoz (también conocido como parlante en América del
Sur, Costa Rica, El Salvador, Honduras)1 es un transductor
electroacústico utilizado para la reproducción de sonido. Uno o
varios altavoces pueden formar una pantalla acústica

AURICULARES
Los auriculares o cascos son transductores que reciben
una señal eléctrica originada desde una fuente electrónica (como
por ejemplo una radio,sintoamplificador o reproductor de audio)
que por su diseño permiten colocar cerca de los oídos
unos altavoces para generar ondas sonoras audibles

IMPRESORA

Una impresora es un dispositivo periférico del ordenador que


permite producir una gama permanente de textos o gráficos
de documentos almacenados en un formato electrónico,
imprimiéndolos en medios físicos, normalmente en papel,
utilizando cartuchos de tinta o tecnología láser (con tóner).

PROYECTOR DE VÍDEO
Para otros usos de este término, véase proyector.
Un proyector de vídeo o vídeo proyector es un aparato
que recibe una señal de vídeo y proyecta la imagen
correspondiente en una pantalla de proyección usando un
sistema de lentes, permitiendo así mostrar imágenes fijas
o en movimiento.

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