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La primera ley de Kepler que el sol ocupa una posición "privilegiada" y son los
planetas, entre ellos la Tierra, los que giran en torno a él. Con esta ley, Kepler demostró
la falsedad de la teoría egocéntrica que persistió durante muchos años.
El avance más significativo en la compresión de la gran maquinaria celeste está dado en
las dos ultimas leyes, que se relaciona más entre sí y que, sin embargo, tienen el valor
más teórico que mundano.
Ambas fortalecen la propuesta de kepler de un sistema solar con los planetas de órbitas
elípticas. La segunda ley de kepler proporciona sentido simétrico al movimiento de los
planetas, mientras la tercera ley ofrece una forma precisa para calcular posiciones
planetarias al partir de periodos y viceversa.
La relevancia de las tres leyes de Kepler es innegable, pues el posicionamiento de
satélites artificiales, el calculo de trayectoria de los cometas la trayectoria de sondas
espaciales así como simples predicciones de eclipse son tan solo algunos ejemplos de
los aplicaciones de este importante trabajo logrado en el siglo XVII.
TEORIA DE KANT
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En 1775, el filósofo alemán Emmanuel Kant propuso la idea sobre el origen de los
planetas y del Sol a partir de una gran nebulosidad que el achartarse y contraerse formó
los meteoros que originaron a los planetas. De la concentración central de esa nebulosa
se formó nuestro sol.
TEORIA LAPLACE
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En 1776, el astrónomo y matemático francés Pierre Simon Laplace, propuso su teoría
sobre el origen del Sol y los planetas, tambien basada sobre una gran nebulosa. Por esta
razón, ha sido identificada como teoría de Kant y Laplace.esta teoría explica que el
sistema solar se origino por condensación de una nebulosa de rotación que se contrajo
por la acción de la fuerza de su propia gravedad, adoptando la forma de un disco con
una concentración superior en el núcleo. La nebulosa se torno inestable al adquirir
mayor velocidad de rotación y en las capas externas se originaron anillos concéntricos
que al separarse formaron los planetas y los satélites, en tanto que el centro de las
nubes se formó el Sol. Dado que la nebulosa giraba en una misma dirección al rededor
de su eje, todos los planetas quedaron girando alrededor del Sol en ese mismo sentido.
Actualmente, una manera de ver la teoría de Kant y Laplace del sistema sola se
formaron hace 4 660 millones de años de una nube de gas, polvo y oras partículas
llamadas nube primordial compuesta de hidrógeno, helio, carbono, nitrógeno y
oxigeno.
Se especula que el cataclismo de una vecina explosión en supernova de una estrella
apartó una nube de gas y polvo para formar el Sol y los planetas. Los inicios de ellos se
encuentran el diferencia se isótopos ( átomos del mismo elemento con diferentes pesos
atómicos ) de los meteoritos con respecto a los que se encuentran en la Tierra. Esa nube
gaseosa se aplanó y condenso como consecuencia de su rotación, formando en su parte
central un protosol, es decir, un sol en formación. Esa parte central que formaba al
protosol se condensó y calentó hasta propiciar una combustión nuclear. De esa manera
se formo el sol en cuyo núcleo hay una transformación permanente de materia de
energía. Conforme el sol pudio situarse en la parte central de la masa gaseosa, otras
porciones ubicadas a diferentes distancias fueron agregándose para formar los
planetas.
TEORIA DE LA ACRECIÓN
Observaciones del programa especial Apolo han fortalecido de la teoría de la acreción
propuesto por el geofísico ruso Otto Schmidl en 1944. la teoría de la acreción explica
que los planetas se crearon de manera al tamaño mediante la acumulación de polvo
cósmico. La tierra después de estratificarse un núcleo, manto y corteza por el proceso
de acreción, fue bombardeada en forma masiva por meteorito y restos de asteroides.
Este proceso generó un inmenso calor interior que fundió el polvo cósmico que,
reacuerdo con los geólogos, provoco la erupción de los volcanes.
Su manera de posibilidad de que al formarse la corteza tenia una elevada temperatura
por lo que se encontraba fundida y era semilíquida. Pero al enfriarse permitió que el
vapor de agua – que por vulcanismo procedía de su interior--. Se condensara y
empezara a formar los océano junto con el agua de la s torrenciales lluvias. La
emanación de los gases de su interior posiblemente originó una atmósfera secundaria
compuesta por metano (CH4), amoniaco (NH), bióxido de carbono (CO2) monóxido de
carbono (CO), ácido sulfhídrico (SH2), vapor de agua (H2O) e hidrógeno(H2)
EL ORIGEN DE LA TIERRA
El desarrollo de la mecánica sísmica necesitaba, para su mejor comprensión, una definición más
clara del origen de la Tierra, pues era necesaria una teoría más lógica y coherente con la propia
realidad sobre cual era su verdadero origen, ya que las teorías actuales carecen de una base más
sólida que pueda ser creíble y explicar los demás procesos que se desarrollan en nuestro planeta.
No vamos hacer aquí referencia de ninguna clase sobre las viejas teorías, hipótesis o leyendas
de cómo fue la creación, formación o nacimiento de la Tierra, ya que para cada pueblo,
civilización o cultura, hay una historia, teoría o relato diferente de cómo fue su formación o
nacimiento, aunque, en conjunto, ninguna de estas historias o hipótesis tenga nada que ver con
la realidad, desde luego no han faltado nunca tentativas de solucionar el problema, creando
nuevas teorías más o menos plausibles, aunque sin un mínimo de coherencia entre las partes que
pudiera relacionar o transformar los distintos datos y confusos hechos, en parte de un todo
amplio y coherente consigo mismo.
Hoy estamos completamente seguros de que la Tierra no ha existido siempre. Si fuese eterna,
hace mucho tiempo que los diversos elementos radiactivos presentes en su corteza se habrían
transmutado totalmente, por desintegración atómica, en otros elementos inertes. Es lo que hoy
se conoce como transmutación atómica de la materia. Además otro descubrimiento es que la
gravedad disminuye con el tiempo y si estudiamos la gravedad de la tierra, tomando su periodo
de rotación como referencia, pronto podríamos ver que este planeta no tiene 4.500 millones de
años como hoy se afirma, esto no es verdad, porque en este caso su período de rotación no sería
de 23 h. 56 m. 41 s. Si no sería muchísimo más lento, más lento incluso que el periodo de
rotación deVenus, como podemos comprobar en la teoría del Origen y desarrollo de la fuerza de
gravedad.
variantes que la ciencia acepta para explicar el origen de la Tierra y del Sistema Solar
1. Una es la Teoria Naturista o Evolucionista, que concibió a los diferentes cuerpos como
un desarrollo natural, a partir de la
Nebulosa-primitiva.
2. La otra es la teoría catastrofista en la que se supone que la Tierra, junto al Sistema Solar, se
originó por la aproximación o casi colisión de una estrella que visitó al Sol, provocando el
desprendimiento o desgarro de parte de su masa, por la intensidad de la fuerza de gravedad de la
hipotética estrella visitante.
Fue desarrollada por estos dos científicos hacia el año 1900 para perfeccionar la teoría de Kant-
Laplace. Esta teoría defiende que la Tierra, junto con el Sistema Solar, se originó al pasar una
estrella cerca del Sol, produciendo movimientos de materia a modo de remolinos , sobre ciertas
zonas de la superficie del astro rey , debido a la contrapuesta fuerza gravitatoria que ejercía
entre ambos cuerpos. Como consecuencia, se podrían haber producido gigantescos chorros de
gas, algunos de los cuales pudieron escapar de dicha superficie, quedando libre de las fuerzas
gravitatorias de ambas estrellas para empezar a moverse a su alrededor, según órbitas elípticas
de gran excentricidad que, al enfriarse, habrían dado lugar a los planetas con sus satélites.
Después de estudiar detenidamente estas teorías y confrontarlas con la realidad, podemos
asegurar sin ningún tipo de pedantería, que el origen de las estrellas y los planetas es otro muy
distinto, que nada tiene que ver con las teorías expuestas hasta ahora; para comprender todo esto
debemos de partir del Origen y desarrollo de la fuerza de gravedad. Esta teoría nos mostrará una
idea más clara del entorno y del propio lugar donde vivimos, de cómo se originan las estrellas o
cada uno de los planetas.
haberse formado de dos formas distintas y que presentaremos en su momento como una nueva
teoría, ya que ahora nada tiene que ver con la
teoría del origen de la Tierra. Con esto queremos decir que el Sistema Solar deriva de la
concentración y evolución de diversas estrellas alrededor de un foco de gravedad mayor.
TEORIA DEL ORIGEN DE LA TIERRA
El origen de la Tierra deriva de una estrella; todas las estrellas, cuando se colapsan
exteriormente, dan lugar a planetas, satélites esféricos o cuerpos oscuros; los planetas son
esféricos porque las estrellas lo son.
La Estrella-Tierra
Al principio, la Estrella-Tierra era de un azul muy intenso y de unos 160.000 a 190.000 Km. de
diámetro ( una enana al lado del Sol). La evolución por la que atraviesan las estrellas es
parecida, siempre evolucionan a través de los grandes Períodos Geoestelares.
En el caso de la Tierra, ésta surgió del colapso de la Estrella-Tierra, dando paso al nacimiento
del planeta - Tierra, que al principio de surgir como planeta, pudo haber tenido un diámetro
entre 50.000 o 70.000 Km. de diámetro, aunque esto no es definitivo, sino una ligera
aproximación.
1ª Se desarrollan las Eras Geoestelares (etapas por las que atraviesa la evolución de las
estrellas). Esta parte se extiende en principio desde el
2ª Se desarrollan las Eras Geólogicas (etapas por las que atraviesa la evolución de los planetas).
Esta parte se extiende desde el colapso de la estrella, ya nacimiento de un planeta, hasta el
colapso total del núcleo interno, etapa que está todavía por venir, convirtiendo al planeta en un
cuerpo muerto, similar a un asteroide. El desarrollo de las etapas de la Tierra, comprenden la
división del tiempo geológico, que va desde la Era Colápsica hasta el final de la Era Cuaternaria
(periodo del Holoceno), tiempo actual por el que atraviesa nuestro planeta..
Todos los cuerpos que son oscuros y de forma esférica, como los planetas y algunos satélites,
son de origen estelar, derivados del
colapso exterior de estrellas, como: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Jupiter, Saturno, Urano,
Neptuno, Plutón, Luna, Io, Europa, Calixto, Ganímedes, Titania etc. Todos estos cuerpos son de
origen estelar; en el interior de todos ellos, en mayor o menor medida, hay un núcleo de materia
estelar en estado de termofusión-nuclear, que es el que produce la energía que desarrolla los
terremotos, los volcanes y mantiene activas las corrientes de convección, al mismo tiempo de
producir la fuerza de gravedad.
Todas las estrellas, desde el primer momento de su vida, empiezan a producir desechos o
residuos, que son las cenizas que se desprenden de la mecánica de termofusión –nuclear,
acumulándose y flotando sobre la superficie de cada una, lo que produce un oscurecimiento de
la estrella por una acumulación de las propias cenizas. Con el tiempo esas masas darán lugar a
la rígida y dura corteza que envuelve a los planetas. Así nacieron los planetas, tanto en el
sistema solar como en otros sistemas estelares, todos los planetas y algunos satélites son
derivados del colapso exterior de estrellas; por este motivo los planetas tienen gravedad y
mantienen en su interior una combustión continua debido a la termofusión-nuclear que es la que
genera la energía que en ocasiones emana del interior, produciendo la reactivación de los
volcanes y el desarrollo de los terremotos. La extinción del núcleo de cada planeta lleva a la
muerte total de la estrella que una vez fue. Entonces es cuando la energía interna de cada
planeta desaparece, y con ello desaparecen los terremotos, los volcanes y el interior del planeta
se enfría y se solidifica, desapareciendo al mismo tiempo y para siempre la mayor parte de la
fuerza de gravedad. De esta forma los planetas y satélites se convierten en cuerpos muertos
(pedruscos), que ya no producen ninguna clase de energía, fuerza o movimiento.
Cuando una estrella se colapsa, lo hace la primera vez por la contínua acumulación de los
desechos o residuos que se desprenden del proceso de termofusión-nuclear (mecánica que
desarrollan las estrellas ).
Estos residuos son las cenizas que produce la combustión de las estrellas; estas cenizas o
residuos son los que dan origen a la corteza o Litosfera en cada uno de los planetas,
desarrollando lo que conocemos hoy como placas tectónicas; así se extingue o apaga la
superficie de todas las estrellas.
Cuando en la superficie de una estrella aumentan excesivamente estos residuos o cenizas, ésta
pierde el brillo, la luz y la radiación se hace cada vez menor. De esta forma se inicia el colapso
exterior de la estrella. Esto se produce siempre a través de grandes periodos de tiempo que se
denominan eras geoestelares. Entonces crece la acumulación de cenizas o desechos no
combustibles que termina por acumularse en diversos puntos de la superficie, formando la
corteza del planeta, motivo por el cual decimos que los planetas son cuerpos derivados
directamente de las estrellas.
En el Sol hace ya tiempo que ha empezado a formarse esa corteza, que es lo que conocemos
como superficie granulada, semejante a los granos de arroz que han podido observar los
astrónomos, superficie que se mueve por el continuo afloramiento de la energía que genera la
termofusión–nuclear, así arde el combustible solar bajo la Fotosfera solar, es como si bajo su
superficie existiera un inmenso mar de helio e hidrógeno en ebullición y plena combustión.
De todo esto deducimos que cuando las estrellas se colapsan, éstas se convierten en planetas o
satélites, dependiendo de la situación de cada cuerpo. Cuando caen dentro del campo de
gravedad de una estrella, se dice que son planetas; si caen dentro del campo de gravedad de un
planeta, se dice que son satélites, pero su origen es el mismo ( son cuerpos derivados del
colapso exterior de estrellas). Cuando las estrellas se apagan dan origen a planetas.
estrella que se colapsó. Si el planeta o satélite es grande es porque la estrella que se colapsó era
grande. Las estrellas pueden ser pequeñas, grandes, medianas, supergigantes o enanas, depende
de la masa estelar existente en el momento de su formación o nacimiento. Las estrellas gigantes
producen planetas gigantes, por ejemplo: el Sol dará origen a un planeta 5 o 6 veces mayor que
Júpiter, podría tener entre los. 400.000 y 600.000 Km. de diámetro, un planeta pequeño si lo
comparamos con el planeta que derivará de Antares que podrá ser 800 veces más grande que el
Sol.
II PARTE
En esta figura mostramos el desarrollo de la XI Fase o Etapa del Planeta- Tierra o evolución de
la primera Era Geológica de nuestro planeta (Período Azóico). A este periodo lo podemos
conocer como la “Era Colápsica”, es decir, el período después del colapso de la estrella-Tierra.
Fue el periodo más temprano de la vida de nuestro planeta.
Esta primera Era fue lo que hoy
conocemos como el “Proterozoico”,
Este planeta nos muestra hoy en todo su esplendor el movimiento de las corrientes de
convección de baja velocidad, sobre todo alrededor del ecuador del planeta con el movimiento
de la gran mancha roja. Este movimiento de la superficie de Júpiter será cada vez más lento
hasta que la masa se solidifique, haciéndose una capa dura y rígida aún que cada vez más gruesa
que envolverá al planeta, como sucedió en la Tierra con la corteza terrestre o como pudo
suceder en la superficie de Marte, Mercurio o la Luna en sus primeras etapas como planetas o
cuerpos oscuros.
El movimiento de las corrientes de convección, que podemos ver hoy sobre la superficie de
Júpiter, ocurrió una vez en la superficie de la Tierra, cuando ésta atravesaba la “Era Colápsica”.
En esta figura mostramos el desarrollo de la XII Fase o Etapa del Planeta- Tierra o evolución de
la Segunda Era Geológica, lo que podemos conocer hoy como “Era Prearcáica” o primera parte
del “Precámbrico” uno de los dos Eones que
formaba parte de los primeros tiempos de nuestro
planeta.
Este período se caracteriza por la gran magnitud de los terremotos, verdaderos cataclismos y el
desarrollo de miles de cráteres, fisuras o bocas eruptivas repartidas por toda la superficie del
recién formado planeta y por donde de vez en cuando se producían erupciones, temblores,
llamaradas a modo de surtidores de gases y vapores, todo ello entre mezclado por convulsiones,
que levantaba regiones enteras debido a los primeros movimientos orogénicos y epirogénicos.
Así por distintas zonas o puntos de la superficie de la Tierra se abría una y mil veces, para ser
cubierta de nuevo por un mar de masa magmática que el frío exterior del espacio y el tiempo se
encargaban de volver a enfriar, mientras las bocas de algunos cráteres vomitaban columnas de
fuego, que, mezcladas con torrentes de lava, permitían el desahogo del vigoroso núcleo del
interior del planeta, sobre la joven superficie del recién formado cuerpo. Se cree que, durante
este período, tuvieron lugar los mayores cataclismos que cambiaban ocasionalmente la
superficie del planeta.
En esta figura se muestra el desarrollo de la XIII Fase o Etapa del Planeta- Tierra o evolución de
la Tercera Era Geológica, lo que podemos conocer también como “Era Preárcaica” o segunda
parte del Precámbrico, último de los dos Eones que formaron esa parte nebulosa de nuestro
planeta.
Esto, daba lugar a una atmósfera sulfurosa, es decir, un agua y una atmósfera muy distintas de la
que hoy conocemos. Esto hacía imposible la vida sobre nuestro planeta, hasta que el ph del agua
no se equilibró. Este agua la podemos apreciar hoy sobre los cráteres de algunos volcanes que
mantienen estancada un agua verde y ácida parecida al agua primitiva, pero esta era útil en la
superficie de la Tierra para el posterior enfriamiento de la corteza, proceso que provocaba
mayor cantidad de agua, “esto era como la pescadilla que se muerde la cola”, ( más agua daba
lugar a mayor grosor de corteza y todo ello a un mayor enfriamiento de la superficie de nuestro
planeta, lo que conducía a una mayor retención y cantidad de estos gases (H +O+ S) que
terminaban por convertirse en agua ácida, así se cerraba el circuito). Más información ver teoría
sobre el origen y formación del agua.
Cuando la corteza terrestre alcanza mayor grosor, ésta favorece la formación del agua en mayor
cantidad, saliendo al exterior más pura que en la primera etapa. Comienzan así los manantiales
que incluso hoy se conservan en muchos lugares de la superficie de la Tierra.
No pensemos que los manantiales de aguas termales son todas aguas subterráneas provenientes
de los periodos de lluvia, sino aguas que se siguen formando hoy como en aquel periodo de
tiempo, sólo que a una escala mucho menor.
Otro punto que tenemos que aclarar, y que hoy no se define correctamente, es el período de la
Era Arcaica. Por un lado se dice que esta Era se divide en dos Eones, El Proterozoico y el
Precámbrico, cuyo conjunto de tiempo lo estiman en 2.500 millones de años; esta afirmación no
se asienta sobre ningún estudio científico serio, sino que se ha especulado con una cifra para
toda la creación, que son los 4.500 millones de años.
De todas formas, los cálculos que hoy se hacen sobre la antigüedad de la Tierra no son
correctos, si tenemos en cuenta otras circunstancias que demuestran que esa antigüedad es falsa,
como es el periodo de rotación de nuestro planeta, que en la actualidad es de 23h. 56m. 41s.
Esto demuestra claramente y sin ninguna duda la verdadera edad de la Tierra, ya que se puede
asegurar que ésta no es tan vieja como hoy se dice, pero para esto se necesita un trabajo
exclusivo y más detallado o minucioso, que pudiera aclarar este tema definitivamente con más
exactitud.
En esta figura mostramos el desarrollo de la XVI Fase o Etapa de la evolución del Planeta-
Tierra, que representa la Sexta Era Geológica, que conocemos en la actualidad, como la “Era
Primaria o Paleozoica”. Esta Era la podemos representar en dos etapas desiguales.
Este período se divide en seis Sub-eras, distinta cada una en cuanto a su duración en el tiempo,
como son: el Cámbrico, Ordovícico, Silúrico, Devónico, Carbonífero y Pérmico. Estas etapas o
sub-eras han sido necesarias desde el punto de vista de la evolución de la Tierra o para
comprender mejor su historia.
El Cámbrico, primer período o sub-era de la Era Paleozoica y va desde los 570 a los 500
millones de años. En este período la vida estaría principalmente en el agua, aparecerían las
primeras plantas acuáticas y los primeros invertebrados. Continuaría la formación y
acumulación de las aguas. Entre tanto se siguen desarrollando los grandes terremotos y la
actividad volcánica, junto con grandes movimientos orogénicos.
El Ordovícico, segundo período o sub- era de la Era Paleozoica, va de los 500 a los 435
millones de años. Se produce la diversificación de familias de Metazoos. Aparecen los primeros
cordados, se extienden los invertebrados y tiene lugar el desarrollo de los peces sin mandíbula.
Crece la zona de la atmósfera y se hace cada vez más rica en oxigeno, al tiempo que baja el
nivel de radiación (ransd/h.).
En esta figura mostramos el desarrollo de la XVII Fase o Etapa, de la evolución del Planeta–
Tierra, que representa la Séptima Era Geológica, que conocemos en la actualidad como la
segunda parte de la Era Primaria o del Paleozoica.
II parte del Paleozoico, (Paleozoico Tardío), comprende el desarrollo del Silúrico, Devónico,
Carbonífero y Pérmico.
Algunas de las plataformas continentales se hundían, mientras que otras partes afloraban dando
forma caprichosa a una joven superficie. En ocasiones nacían nuevas islas por la acción
volcánica; otras veces emergían a la superficie zonas de corteza como buzamientos o
levantamientos del suelo marino por medio del aumento de la presión isostática, presión que
actúa sobre alguna zona de la parte baja de la recién formada corteza, punto que hoy se conoce
como Discontinuidad de Mohorovicic, fuerzas que daban origen a los plegamientos por el
desarrollo de los movimientos orogénicos, que a su vez iniciaban el nacimiento numerosas
montañas, así como la formación de nuevos continentes, hasta que la corteza o conjunto de la
Litosfera se hizo lo suficientemente gruesa, para el desarrollo de tales eventos y mostrando cada
vez mayor resistencia a tales cambios.
Segunda parte del “ Paleozoico Tardío”, vamos a continuar definiendo cada una de las Sub-
Eras, que en conjunto, conocemos como la Era Primaria o Paleozoica.
El Silúrico, tercer período de la Era Paleozoica, va de los 435 a los 400 millones de años. En
este periodo se origina el Plegamiento Caledoniano, se diversifican los peces y surgen los
primeros artrópodos.
El Devónico, cuarto período de la Era Paleozoica, va desde los 400 hasta los 345 millones de
años. Comienzan las transgresiones y regresiones marinas, surgen los primeros anfibios y los
artrópodos terrestres, se origina la primera radiación adaptativa.
El Carbonífero, quinto período de la Era Paleozoica, va desde los 345 a los 280 millones de
años. En Estados Unidos este período
El Permico, sexto y último período de la Era Paleozoica, va desde los 280 hasta los 230
millones de años. En este período se produce la extinción de muchos animales paleozoicos. Los
reptiles sufren la primera radiación.
Esta Era se divide en tres períodos desiguales en cuanto al tiempo de duración. Estos Períodos o
Sub-eras son: El Triásico, Jurásico y Cretásico.
El Jurásico, es el segundo período de la Era Mesozoica, va desde los 195 hasta los 140 millones
de años. De una rama de los reptiles, aparecen las primeras aves y los mamíferos adquieren sus
caracteres típicos. Evolucionan y se diversifican los dinosaurios.
El Cretásico, es el último período de la Era Mesozoica, va desde los 140 a los 65 millones de
años. En este período se produce la extinción de los dinosaurios y otros organismos mesozoicos.
Abundan los Foraminíferos, surge la diversificación de los insectos y aparecen los mamíferos
insectívoros, antecesores de los primates y evolucionan y se diversifican las aves.
En esta figura se desarrolla la XIX Fase o Etapa de la evolución del Planeta - Tierra, en la que
se representa la Novena Era Geológica, que hoy podemos conocer como la “Era Terciaria o
Cenozoica”.
Esta Era se divide en dos períodos desiguales, que son: el Paleógeno y el Neógeno.
En esta figura se desarrolla la XX Fase o Etapa de la evolución del Planeta – Tierra en la que se
representa la Décima Era Geológica, que hoy podemos conocer como la “Era Cuaternaria o
Neozoica”, que comprende un período de tiempo de unos 2 millones de años, desde finales del
Neógeno hasta nuestros días. Esta Era se divide en dos períodos de tiempo desiguales: El
Pleistoceno y El Holoceno.
El Pleistoceno es el primero de los de
los dos períodos de la Era Cuaternaria,
representa la última Era Glaciar.
Aparece el Homo Erectus y Homo
Sapiens, especies que derivaran en la
evolución del hombre actual.
Primero la evolución de la Estrella –Tierra y sus diversas fases y cambios de coloración a través
de las grandes Eras Geoestelares, hasta el colapso exterior de la Estrella, lo que lleva al
nacimiento de un planeta, “en este caso la Tierra”. Después continúa la evolución de este
planeta hasta nuestros días, ya a través de las Eras Geológicas que las hemos descrito tal y como
hoy se conocen.
Por este motivo en la superficie de los planetas se desarrollan los terremotos, los volcanes y
mantienen activas y en la zona del manto superior, las corrientes de convección así como el
desarrollo de otros fenómenos, como al principio eran los cataclismos, movimientos orogénicos
y epirogénicos, sobretodo dentro de las primeras Eras Geológicas, cuando la joven superficie
del planeta era frágil y delgada.
Como podemos comprender todo esto y mucho más se debe al núcleo o parte central del planeta
que es también el responsable de producir la fuerza de gravedad como tendremos ocasión de
comprobar en una nueva teoría que hemos desarrollado a este respecto para comprender mejor
el entorno y el planeta en que vivimos.
relativamente mejorable o corregible objeto del más puro perfeccionamiento pero si, lo
comparamos con el conocimiento que había anteriormente podemos ver que sea avanzar.
La idea que tenemos de la antigüedad de la Tierra y de su duración infinita, es errónea, ninguna
de las dos es verdad, la antigüedad que tiene ahora mismo la Tierra, no supera los 500 millones
de años como planeta; otra cosa sería como estrella, es decir, desde su nacimiento como tal
cuerpo.
Esto lo podemos extraer de su periodo de rotación. Lo primero que hay que tener presente, es
que un millón de años, son muchos años, y que la naturaleza trabaja dentro de periodos de
tiempo mucho más cortos de lo que hoy se cree, por ejemplo: en la actualidad se dice que la
antigüedad de la Tierra es de 4.500 millones de años y esto sencillamente no es verdad, si lo
contrastamos con el actual periodo de rotación de la Tierra, que es el que marca la verdadera
edad de ésta; ahora mismo no se sabe con exactitud cual es la verdadera edad de nuestro
planeta.
Para esto hace falta hacer un estudio que tenga en cuenta la intensidad de la gravedad de nuestro
planeta, no la que se da hoy, pues esta no tiene sentido. Lo primero que tenemos que hacer es
conocer bien la fuerza de gravedad y cómo se produce ésta.
Hoy podemos afirmar que la edad de la Tierra no es de 4.500 Millones de años, sencillamente
porque el periodo de rotación de nuestro planeta es de 23 h 56 m 41 s y que, aunque llegase al
final, el cual implicaría la paralización de este movimiento, nunca podría alcanzar los 4.500
millones de años; lo máximo que le queda a la Tierra para que este movimiento se detenga son
unos 670 millones.
No pensaremos que la rotación de cada unos de los cuerpos es siempre la misma, cada cuerpo
tiene un periodo de rotación que determina la edad de ese cuerpo, y que viene dada por la
intensidad de la gravedad del mismo, por ejemplo, esto lo podemos apreciar en Venus; este
planeta tiene un diámetro parecido al de la Tierra (Venus 12. 104 y la Tierra 12.756 Km), sin
embargo el periodo de rotación de Venus es 242 veces más lento que el periodo de rotación de
la Tierra ( la Tierra, 23 h, 56 m. 41 s. = 1 día, mientras que el periodo de rotación de Venus es
de 5.832 h. = 243 días).
¿Qué conclusión se puede extraer de todos estos datos, aunque estos sean aproximados?. Pues
que el periodo de rotación es variable en el tiempo, que la gravedad no es una fuerza eterna o
perpetua, que es una fuerza que disminuye con el tiempo o que la gravedad no es producida por
cualquier clase de masa, sino esta fuerza sería eterna, pensamos que la rotación cambia con el
tiempo, que estos movimientos disminuyen y disminuyen hasta desaparecer, dejando a los
cuerpos sin movimiento de rotación y mostrándonos siempre la misma cara o hemisferio al
centro de gravedad o al cuerpo que los hace girar que es el Sol.
Origen de la vida
Los progresos en esta área son generalmente lentos y esporádicos, aunque aún atraen la atención
de muchos dada la importancia de la cuestión que se investiga. Existe una serie de
observaciones que apuntan las condiciones fisicoquímicas en las cuales pudo emerger la vida,
pero todavía no se tiene un cuadro razonablemente completo acerca de cómo pudo ser este
origen. Se han propuesto varias teorías, siendo las más importantes en cuanto al número y
calidad de investigadores que la apoyan la hipótesis del mundo de ARN y la Teoría del mundo
de hierro-sulfuro[8]
Estas explicaciones al ser de carácter científico, no pretenden discernir sobre aspectos religiosos
que examinan el papel de la voluntad divina en el origen de la vida (creacionismo), ni sobre
aspectos metafísicos que ilustren acerca las causas primigenias.
Historia del problema en la ciencia
La tesis de la generación espontánea fue defendida por Aristóteles, quien afirmaba, por ejemplo
que era una verdad patente que los pulgones surgían del rocío que cae de las plantas, las pulgas
de la materia en putrefacción, los ratones del heno sucio, los cocodrilos de los troncos en
descomposición en el fondo de las masas acuáticas, y así sucesivamente (Aristóteles, Generatio
Animalium e Historia Animalium). Todos ellos surgían merced a una suerte de fuerza vital a la
que da el nombre de Entelequia. El término empleado por Aristóteles y traducido
posteriormente por espontáneo es αυτοματικóς, es decir, fabricado por sí mismo.
La autoridad reconocida durante siglos a Aristóteles hizo que esta opinión prevaleciera durante
siglos y fuera admitida por pensadores tan ilustres como Descartes, Bacon o Newton. Por
ejemplo, en el siglo XVI, el químico y naturalista Jan Baptista van Helmont, padre de la
bioquímica, llega a afirmar en su obra Ortus medicinae 1648 que:
Los piojos, garrapatas, pulgas y gusanos surgen de nuestras vísceras y excrementos. Si
juntamos con trigo la ropa que usamos bajo nuestro atuendo cargada de sudor en un
recipiente de boca ancha, al cabo de 21 días cambian los efluvios penetrando a través de los
salvados del trigo, y transmutando éstos por ratones. Tales se pueden ver de ambos sexos y
cruzar con otros que hayan surgido del modo habitual...
En el siglo XVII la generación espontánea comienzan a cuestionarse, por ejemplo Sir Thomas
Browne en su Pseudodoxia Epidemica, subtitulada Enquiries into Very many Received Tenets,
and Commonly Presumed Truths (Indagaciones sobre los principios tantas veces admitidos y las
verdades comúnmente supuestas), de 1646, un ataque a las falsas creencias y «errores
corrientes». Aunque sus conclusiones no se aceptaron por la mayoría. Por ejemplo, su
contemporáneo, Alexander Ross escribió:
Pues poner en cuestión esto [la generación espontánea] es poner en tela de juicio la razón, los
sentidos y la experiencia. Si duda de esto, que se vaya a Egipto y allí se encontrará con que los
campos se plagan de ratones, engendrados del barro del Nilo para gran calamidad de sus
habitantes.[9]
En 1676 Anton van Leeuwenhoek descubrió microorganismos, que según sus dibujos y
descripciones, podrían tratarse de protozoos y bacterias. Esto encendió el interés por el mundo
microscópico.[10] El descubrimiento de los microorganismos abre la puerta para que se deseche
la posibilidad de que los organismos superiores surjan por generación espontánea, estando
reservado este mecanismo para ellos. El primer paso en este sentido lo dio el italiano Francesco
Redi, quien probó en 1668 que no aparecía ninguna larva en la carne en descomposición cuando
se impedía que las moscas depositaran en ellas sus huevos. Desde el siglo XVII en adelante se
ha visto gradualmente que, al menos en el caso de todos los organismos superiores y visibles a
simple vista, era falso lo previamente establecido con respecto a la generación espontánea. La
alternativa parecía ser el aforismo omne vivum ex ovo: es decir, que todo lo que vive viene de
otro ser vivo preexistente (literalmente, del huevo). Sin embargo, el sacerdote católico inglés
John Needham defiende el supuesto de la abiogénesis para los microorganismos en su obra
Observations upon the generation, composition and descomposition of animal and vegetable
substances (Londres, 1749). Para ello realiza un experimento calentando un caldo mixto de
pollo y maíz puesto en un frasco de boca ancha. En el que aún aparecieron microbios a pesar de
haber sido tapado con un corcho.
En 1768 Lazzaro Spallanzani probó que los microbios venían del aire y se podían eliminar
mediante el hervido. Pero no fue hasta 1861 que Louis Pasteur llevó a cabo una serie de
cuidadosos experimentos que probaron que los organismos como los hongos y bacterias no
aparecían en los medios ricos en nutrientes por ellos mismos en materiales no vivos, lo cual
confirmaba la teoría celular.
Darwin
En una carta a Joseph Dalton Hooker del 1 de febrero de 1871,[11] Charles Darwin sugirió que la
chispa original de la vida pudo haber comenzado en un “pequeño charco cálido, con todo tipo
de sales fosfóricas y de amonio, en presencia además de luz, calor, electricidad, etc.; de modo
que se formara un compuesto proteico listo para sufrir cambios aún más complejos”. Continuó
explicando que “a día de hoy semejante material sería instantáneamente devorado o absorbido,
lo cual no habría sido el caso antes de que los seres vivos se hubieran formado”. [12] En otras
palabras, la presencia de la vida misma hace la búsqueda del origen de la vida dependiente de
las condiciones de esterilidad que se dan en el laboratorio. Más precisamente, el oxígeno
producido por las diferentes formas de vida es muy activo a escala molecular, lo cual perjudica
a cualquier intento de formación de vida.
Una vez desechada la generación espontánea, la cuestión del origen de la vida se retrotraía hacia
el origen de la primera célula. Los conocimientos de la astronomía y el origen del sistema solar
permitían especular sobre las condiciones en que surgió este sistema vivo. Simultáneamente,
Oparin y Haldane elaboraron una serie de hipótesis estableciendo, a partir de estas posibles
condiciones la secuencia probable de acontecimientos que originarían la vida.
Hasta 1924 no se realizó ningún progreso real, cuando Aleksandr Ivanovich Oparin demostró
experimentalmente que el oxígeno atmosférico impedía la síntesis de moléculas orgánicas que
son constituyentes necesarios para el surgimiento de la vida. Según el profesor Loren S. Graham
en su ensayo Science, philosophy, and human behavior in the Soviet Union. New York:
Columbia University Press.[13] Oparin recibió el impulso para comenzar sus investigaciones de
en un intento de demostrar el materialismo dialéctico en el contexto de la guerra fría en la
antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
En su obra El origen de la vida en la Tierra,[14] [15] Oparin exponía una teoría quimiosintética en
la que una «sopa primitiva» de moléculas orgánicas se pudo haber generado en una atmósfera
sin oxígeno a través de la acción de la luz solar. Éstas se combinarían de una forma cada vez
más compleja hasta quedar disueltas en una gotita de coacervado. Estas gotitas crecerían por
fusión con otras y se reproducirían mediante fisión en gotitas hijas, y de ese modo podrían haber
obtenido un metabolismo primitivo en el que estos factores asegurarían la supervivencia de la
"integridad celular" de aquellas que no acabaran extinguiéndose. Muchas teorías modernas del
origen de la vida aún toman las ideas de Oparin como punto de partida.
El mismo año J.B.S. Haldane también sugirió que los océanos pre-bióticos de la tierra, muy
diferentes de sus correspondientes actuales, habrían formado una «sopa caliente diluida» en la
cual se podrían haber formado los compuestos orgánicos, los constituyentes elementales de la
vida. Esta idea se llamó biopoesis, es decir, el proceso por el cual la materia viva surge de
moléculas autorreplicantes pero no vivas. [16]
Condiciones iniciales
Representación artística del "océano de magma" que se cree que existió en la tierra tras su
formación, y posiblemente tras el impacto que formó la Luna. Se observan pequeñas islas de
roca en estado sólido, que formarían la corteza primigenia.
Una de las formas de verificar la actividad biológica es una curiosa propiedad de los sistemas
celulares, como la fotosíntesis que incorporan CO2 de diversas fuentes para organificarlo.
Existen dos isótopos estables del carbono, C12 y C13, siendo sus abundancias relativas fijas en la
atmósfera. Cuando se incorpora CO2 por un sistema biológico, este prefiere ligerísimamente el
isótopo más ligero, enriqueciendo las rocas carbonatadas en el otro isótopo. [18]
La prueba de una aparición temprana de la vida viene del cinturón supracortical de Isua en
Groenlandia occidental y formaciones similares en las cercanas islas de Akilia. El carbono que
forma parte de las formaciones rocosas tiene una concentración de δ 13C elemental de
aproximadamente −5.5, lo que debido a que en ambiente biótico se suele preferir el isótopo más
ligero del carbono,12C, la biomasa tiene una δ13C de entre −20 y −30. Estas «firmas» isotópicas
se preservan en los sedimentos y Mojzis[19] ha usado esta técnica para sugerir que la vida ya
existió en el planeta hace 3.850 millones de años. Lazcano y Miller (1994) sugieren que la
rapidez de la evolución de la vida está determinada por la tasa de agua recirculante a través de
las fumarolas submarinas centrooceánicas. La recirculación completa lleva 10 millones de años,
por ello cualquier compuesto orgánico producido por entonces podría ser alterado o destruido
por temperaturas que excedan los 300 °C. Ambos estiman que el desarrollo a partir de un
genoma de 100 kilobases de un heterótrofo primitivo de ADN/proteínas hasta la generación de
un genoma de 7.000 genes de una cianobacteria filamentosa hubiera requerido sólo 7 millones
de años.[20]
La acreción y formación de la Tierra tuvo que haber tenido lugar en algún momento hace 4.500
- 4.600 millones de año, según diferentes métodos radiométricos.[21] La diferenciación del manto
terrestre, a partir de análisis de la serie samario/neodimio en rocas de Isua, Groenlandia, pudo
haber sido bastante veloz, tal vez en menos de 100 millones de años. [22] Posteriores estudios
confirman esta formación temprana de las capas de silicatos terrestres. [23]
Morse y MacKenzie han sugerido que los océanos podrían haber aparecido en el eón Hadeico
tan temprano como 200 millones de años después de la formación de la Tierra, [24] en un
ambiente caliente (100 °C) y reductor y con un pH inicial de 5.8 que subió rápidamente hacia la
neutralidad. Esta idea ha sido apoyada por Wilde[25] quien elevó la datación de los cristales de
zircón encontrados en cuarcitas metamorfizadas del Terrane de gneis del Monte Narryer, en
Australia occidental, del que previamente se pensaba que era de 4.100 - 4.200 millones de años
a 4.402 millones de años. Otros estudios realizados más recientemente en el cinturón de basalto
de Nuvvuagittuq, al norte de Quebec, empleando neodimio-142 confirman, estudiando rocas del
tipo faux-anfibolita, la existencia muy temprana de una corteza, con una datación de 4.360
millones de años.[26] Esto significa que los océanos y la corteza continental existieron dentro de
los 150 primeros millones de años tras la formación de la Tierra. A pesar de esto, el ambiente
hadeico era enormemente hostil para la vida. Se habrían dado frecuentes colisiones con grandes
objetos cósmicos, incluso de más de 500 kilómetros de diámetro, suficientes para vaporizar el
océano durante meses tras el impacto, lo que formaría nubes de vapor de agua mezclado con
polvo de rocas elevándose a elevadas altitudes que cubrirían todo el planeta. Tras unos cuantos
meses la altitud de esas nubes comenzaría a disminuir, pero la base de la nube continuaría aún
estando elevada probablemente durante los siguientes mil años, tras lo cual comenzaría a llover
a una altitud más baja. Durante 2.000 años las lluvias consumirían lentamente las nubes,
devolviendo los océanos a su profundidad original sólo 3.000 años tras el impacto. [27] El posible
bombardeo intenso tardío provocado probablemente por los movimientos posicionales de los
planetas gaseosos gigantes, que acribillaron la Luna y otros planetas interiores (Mercurio, Marte
y posiblemente la Tierra y Venus) hace entre 3.800 y 4.100 millones de años probablemente
habrían esterilizado el planeta si la vida ya hubiera aparecido en ese periodo.
Biogénesis en ambiente cálido contra frío
Si se examinan los periodos libres de cataclismos producidos por impactos de meteoros que
impedirían el establecimiento de protoorganismos autoreplicantes, la vida pudo haberse
desarrollado en diferentes ambientes primitivos. El estudio llevado a cabo por Maher y
Stephenson[28] muestra que si los sistemas hidrotermales marinos profundos propician un lugar
aceptable para el origen de la vida, la abiogénesis pudo haber sucedido en fechas tan tempranas
como entre hace 4.000 y 4.200 millones de años, mientras que si hubiera sucedido en la
superficie de la Tierra la abiogénesis sólo podría haber ocurrido hace entre 3.700 y 4.000
millones de años.
Otros trabajos de investigación sugieren un comienzo de la vida más frío. Los trabajos de
Stanley Miller mostraron que los ingredientes de la vida adenina y guanina requieren
condiciones de congelación para su síntesis, mientras que la citosina y el uracilo precisan
temperaturas de ebullición.[29] Basándose en estas investigaciones sugirió que el origen de la
vida implicaría condiciones de congelación y meteoritos impactando. [30]
No existe un modelo del origen de la vida generalizado. Los modelos actualmente más
aceptados se construyen de uno u otro modo sobre cierto número de descubrimientos acerca del
origen de los componentes celulares y moleculares de la vida, enumerados en el orden más o
menos aproximado en el que se postula su emergencia:
1. Las posibles condiciones prebióticas terminaron con la creación de ciertas moléculas
pequeñas básicas (monómeros) de la vida, como los aminoácidos. Esto fue
demostrado en el experimento Urey-Miller llevado a cabo por Stanley L. Miller y
Harold C. Urey en 1953.
2. Los fosfolípidos (de una longitud adecuada) pueden formar espontáneamente bicapas
lipídicas, uno de los dos componentes básicos de la membrana celular.
3. La polimerización de los nucleótidos en moléculas de ARN al azar pudo haber dado
lugar a ribozimas autorreplicantes (hipótesis del mundo de ARN).
4. Las presiones de selección para una eficiencia catalítica y una diversidad mayor
terminaron en ribozimas que catalizaban la transferencia de péptidos (y por ende la
formación de pequeñas proteínas), ya que los oligopéptidos formaban complejos con
el ARN para formar mejores catalizadores. De ese modo surgió el primer ribosoma y la
síntesis de proteínas se hizo más prevalente.
5. Las proteínas superan a las ribozimas en su capacidad catalítica y por tanto se
convierten en el biopolímero dominante. Los ácidos nucleicos quedan restringidos a un
uso predominantemente genómico.
Aún nadie ha sintetizado una protocélula utilizando los componentes básicos que tenga las
propiedades necesarias para la vida (el llamado enfoque "de abajo a arriba"). Sin esta prueba de
principio, las explicaciones tienden a quedarse cortas. No obstante, algunos investigadores están
trabajando en este campo, en especial Jack Szostak de la Universidad Harvard. Otros autores
han argumentado que un enfoque "de arriba a abajo" sería más asequible. Uno de estos intentos
fue realizado por Craig Venter y colaboradores en el Institute for Genomic Research. Utilizaba
ingeniería genética con células procariotas existentes con una cantidad de genes
progresivamente menor, intentando discernir en qué punto se alcanzaban los requisitos mínimos
para la vida. El biólogo John Desmon Bernal acuñó el término biopoiesis para este proceso, y
sugirió que había un número de "estadios" claramente definidos que se podían reconocer a la
hora de explicar el origen de la vida:
Bernal sugirió que la evolución darwiniana pudo haber comenzado temprano, en algún
momento entre el estadio 1 y 2.
El experimento de Miller y Urey intentó recrear las condiciones químicas de la Tierra primitiva
en el laboratorio y sintetizó algunos de los «ladrillos» de la vida.
Los experimentos, que comenzaron en 1953, fueron llevados a cabo por Stanley Miller, bajo
condiciones simuladas que recordaban aquéllas que se pensaba que habían existido poco
después de que la Tierra comenzara su acreción a partir de la nebulosa solar primordial. Los
experimentos se llamaron "experimentos de Miller". El experimento original de 1953 fue
realizado por Miller cuando era estudiante de licenciatura y su profesor Harold Urey. El
experimento usaba una mezcla altamente reducida de gases (metano, amoníaco e hidrógeno).
No obstante la composición de la atmósfera terrestre prebiótica aún resulta materia de debate.
Otros gases menos reductores proporcionan una producción y variedad menores. En un
momento se pensó que cantidades apreciables de oxígeno molecular estaban presentes en la
atmósfera prebiótica, que habrían impedido esencialmente la formación de moléculas orgánicas.
No obstante, el consenso científico actual es que éste no era el caso. El experimento mostraba
que algunos de los monómeros orgánicos básicos (como los aminoácidos) que forman los
ladrillos de los polímeros de la vida moderna se pueden formar espontáneamente. Las moléculas
orgánicas más simples están lejos de lo que es una vida autorreplicante completamente
funcional. Pero en un ambiente sin vida preexistente estas moléculas se podrían haber
acumulado y proporcionado un ambiente rico para la evolución química (teoría de la sopa).
Por otra parte, la formación espontánea de polímeros complejos a partir de los monómeros
generados abióticamente bajo esas condiciones no es un proceso tan sencillo. Además de los
monómeros orgánicos básicos necesarios, durante los experimentos también se formaron en
altas concentraciones compuestos que podrían haber impedido la formación de la vida.
Sidney W. Fox.
Se puede argumentar que el cambio más crucial que aún sigue sin recibir respuesta por esta
teoría es cómo estos "ladrillos" orgánicos relativamente simples polimerizan y forman
estructuras más complejas, interactuando de modo consistente para formar una protocélula. Por
ejemplo, en un ambiente acuoso, la hidrólisis de oligómeros/polímeros en sus constituyentes
monoméricos está energéticamente favorecida sobre la condensación de monómeros
individuales en polímeros. Además, el experimento de Miller produce muchas substancias que
acabarían dando reacciones cruzadas con los aminoácidos o terminando la cadena peptídica.
Experimentos de Fox
Entre las décadas de los 50 y los 60, Sidney W. Fox estudiaba la formación espontánea de
estructuras peptídicas bajo condiciones que posiblemente pudieran haber existido
tempranamente en la historia de la Tierra. Demostró que los aminoácidos podían formar
espontáneamente pequeños péptidos. Estos aminoácidos y pequeños péptidos podían haber sido
estimulados para formar membranas esféricas cerradas, llamadas microesferas. Fox describió
este tipo de formaciones como «protocélulas», esferas de proteínas que podían crecer y
reproducirse.
Joan Oró fue un español que obtuvo en sus experimentos sobre el origen de la vida bases
nitrogenadas, que son los elementos fundamentales del ADN.
En 1961 Juan Oró, añadió ácido cianhídrico al caldo primigenio y obtuvo algunas purinas. En
1962, en otro experimento, añadió formaldehído y consiguió la síntesis de dos azúcares, ribosa y
desoxirribosa, componentes de soporte de los ácidos nucléicos en el ADN y ARN.
Hipótesis de Eigen
A principios de los años 1970 se organizó una gran ofensiva al problema del origen de la vida
por un equipo de científicos reunidos en torno a Manfred Eigen del instituto Max Planck.
Intentaron examinar los estados transitorios entre el caos molecular de una sopa prebiótica y los
estados transitorios de un hiperciclo de replicación, entre el caos molecular en una sopa
prebiótica y sistemas macromoleculares autorreproductores simples.
Hipótesis de Wächstershäuser
Fumarolas negras. Algunas teorías afirman que la vida surgió en las proximidades algún tipo de
fuente hidrotermal submarina.
Otra posible respuesta a este misterio de la polimerización fue propuesta por Günter
Wächtershäuser en 1980, en su teoría del hierro-sulfuro. En esta teoría, postuló la evolución de
las rutas (bio) químicas como el fundamento de la evolución de la vida. Incluso presentó un
sistema consistente para rastrear las huellas de la actual bioquímica desde las reacciones
ancestrales que proporcionaban rutas alternativas para la síntesis de «ladrillos orgánicos» a
partir de componentes gaseosos simples.
Al contrario que los experimentos clásicos de Miller, que dependían de fuentes externas de
energía (como relámpagos simulados o irradiación UV), los «sistemas de Wächstershäuser»
vienen con una fuente de energía incorporada, los sulfuros de hierro y otros minerales (por
ejemplo la pirita). La energía liberada a partir de las reacciones redox de esos sulfuros
metálicos, no sólo estaba disponible para la síntesis de moléculas orgánicas, sino también para
la formación de oligómeros y polímeros. Se lanza por ello la hipótesis de que tales sistemas
podrían ser capaces de evolucionar hasta formar conjuntos autocatalíticos de entidades
autorreplicantes metabólicamente activas que serían los precursores de las actuales formas de
vida.
El experimento tal y como fue llevado a cabo rindió una producción relativamente pequeña de
dipéptidos (del 0,4% al 12,5 %) y una producción inferior de tripéptidos (0,003%) y los autores
advirtieron que «bajo estas mismas condiciones los dipéptidos se hidrolizaban rápidamente.»[35]
Otra crítica del resultado es que el experimento no incluía ninguna organomolécula que pudiera
con mayor probabilidad dar reacciones cruzadas o terminar la cadena (Huber y Wächsterhäuser,
1998).
La última modificación de la hipótesis del hierro-sulfuro fue propuesta por William Martin y
Michael Russell en 2002.[36] De acuerdo con su escenario, las primeras formas celulares de vida
pudieron haber evolucionado dentro de las llamadas «chimeneas negras» en las profundidades
donde se encuentran las zonas de expansión del fondo oceánico. Estas estructuras consisten en
cavernas a microescala que están revestidas por delgadas paredes membranosas de sulfuros
metálicos. Por tanto, estas estructuras resolverían varios puntos críticos de los sistemas de
Wächstershäuser «puros» de una sola vez:
Este modelo sitúa al último antepasado común universal (LUCA, del inglés Last Universal
Common Ancestor) dentro de una chimenea negra, en lugar de asumir la existencia de una
forma de vida libre de LUCA. El último paso evolutivo sería la síntesis de una membrana
lipídica que finalmente permitiera al organismo abandonar el sistema en el interior de la
microcaverna de las chimeneas negras y comenzar su vida independiente. Este postulado de una
adquisición tardía de los lípidos es consistente con la presencia de tipos completamente
diferentes de lípidos de membrana en arqueobacterias y eubacterias (más los eucariotas) con una
fisiología altamente similar en todas las formas de vida en otros aspectos.
Otro asunto sin resolver en la evolución química es el origen de la homoquiralidad, por ejemplo
todos los monómeros tienen la misma "mano dominante" (los aminoácidos son zurdos y los
ácidos nucleicos y azúcares son diestros). La homoquiralidad es esencial para la formación de
ribozimas funcionales (y probablemente también de proteínas). El origen de la homoquiralidad
podría explicarse simplemente por una asimetría inicial por casualidad seguida de una
descendencia común.
Los trabajos llevados a cabo en 2003 por científicos de Purdue identificaron el aminoácido
serina como la probable raíz que provoca la homoquiralidad de las moléculas. La serina produce
enlaces particularmente fuertes con los aminoácidos de la misma quiralidad, lo cual resulta en
un grupo de ocho moléculas que podrían todas ella ser diestras o zurdas. Esta propiedad se
contrapone a la de otros aminoácidos que son capaces de formar enlaces débiles con los
aminoácidos de quiralidad opuesta. Aunque el misterio de por qué acabó siendo dominante la
serina zurda aún está sin resolver, los resultados sugieren una respuesta a la cuestión de la
transmisión quiral: el cómo las moléculas orgánicas de una quiralidad mantienen la dominancia
una vez que se establece la asimetría.
John Parnell de la Universidad de Aberdeen sugiere que tales procesos formaron parte del
«crisol de la vida» en los comienzos de cualquier planeta rocoso hasta que éste fuera lo
suficientemente grande para generar un sistema de tectónica de placas que aportara minerales
radiactivos a la superficie. Puesto que se cree que la Tierra en sus orígenes estaba formada por
muchas «microplacas», se darían condiciones favorables para este tipo de procesos.
Homoquiralidad
Autoorganización y replicación
La cuestión de cómo unas moléculas orgánicas simples forman una protocélula lleva mucho
tiempo sin respuesta, pero existen muchas hipótesis. Algunas de éstas postulan una temprana
aparición de los ácidos nucleicos (teorías denominadas «primero los genes») mientras que otras
postulan que primero aparecieron las reacciones bioquímicas y las rutas metabólicas (las
«primero el metabolismo»). Recientemente están apareciendo tendencias con modelos híbridos
que combinan aspectos de ambas.
La hipótesis del mundo de ARN fue enunciada por Walter Gilbert, de Harvard con base en los
experimentos de Thomas Cech (Universidad de Colorado) y Sidney Altman (Yale) en 1980.[44]
Sugiere que las moléculas relativamente cortas de ARN se podrían haber formado
espontáneamente de modo que fueran capaces de catalizar su propia replicación continua. Es
difícil de calibrar la probabilidad de esta formación. Se han expuesto algunas hipótesis de cómo
pudo haber sucedido. Las primeras membranas celulares pudieron haberse formado
espontáneamente a partir de proteinoides (moléculas similares a proteínas que se producen
cuando se calientan soluciones de aminoácidos). Cuando están presentes a la concentración
correcta en solución acuosa, forman microesferas que, según se ha observado, presentan una
conducta similar a los compartimentos rodeados de membrana.
Otras posibilidades incluyen sistemas de reacciones químicas que tienen lugar en el interior de
sustratos de arcilla o en la superficie de rocas piríticas. Entre los factores que apoyan un papel
importante para el ARN en la vida primitiva se incluye su habilidad para replicar (véase el
Monstruo de Spiegelman); su habilidad para actuar tanto para almacenar información y catalizar
reacciones químicas (como ribozimas); su papel extremadamente importante como
intermediario en la expresión y mantenimiento de la información genética (en forma de ADN)
en los organismos modernos y en la facilidad de su síntesis química o al menos de los
componentes de la molécula bajo las condiciones aproximadas de la Tierra primitiva. Se han
producido artificialmente en el laboratorio moléculas de ARN relativamente cortas capaces de
duplicar a otras.[45]
Un punto de vista ligeramente distinto sobre esta misma hipótesis es la de que un tipo diferente
de ácido nucleico, como los ácidos nucleicos peptídicos (ANP) o los ácidos nucleicos de treosa
(TNA) fueron los primeros en emerger como moléculas autorreproductoras para ser
reemplazadas por el ARN sólo después.[46] [47]
Aún quedan algunos problemas con la hipótesis del mundo de ARN, en particular la
inestabilidad del ARN cuando se expone a la radiación ultravioleta, la dificultad de activar y
ligar los nucleótidos y la carencia de fosfato disponible en solución requerida para construir su
columna vertebral y la inestabilidad de la base citosina (que es susceptible a la hidrólisis).
Recientes experimentos también sugieren que las estimaciones originales del tamaño de una
molécula de ARN capaz de autorreplicación eran muy probablemente ampliamente
subestimadas. Formas más modernas de la teoría del mundo de ARN proponen que una simple
molécula era capaz de autorreplicación (que otro "mundo" por tanto evolucionó con el tiempo
hasta producir el mundo de ARN). En este momento, no obstante, las distintas hipótesis tienen
insuficientes pruebas que lo apoyen. Muchas de éstas pueden ser simuladas y probadas en el
laboratorio, pero la ausencia de rocas sedimentarias sin alterar de un momento tan temprano en
la historia de la Tierra nos deja pocas oportunidades de probar robustamente esta hipótesis.
Chimeneas de Tynagh (círculos oscuros) junto con burbujas. Según una teoría [48] los lugares
donde surgió el metabolismo podrían ser semejantes a estas formaciones.
Teoría de la burbuja
Las olas que rompen en las costas crean una delicada espuma compuesta por burbujas. Los
vientos que barren el océano tienen tendencia a llevar cosas a la costa, de forma similar a la
madera que se junta a la deriva en una playa. Es posible que las moléculas orgánicas se pudieran
concentrar en los bordes costeros de un modo parecido. Las aguas costeras más someras
también tienden a ser más cálidas, concentrando más tarde las moléculas orgánicas por
evaporación. Mientras las burbujas formadas mayormente por agua estallan rápidamente,
sucede que las burbujas de grasas son mucho más estables, dándole más tiempo a cada burbuja
en particular para llevar a cabo estos cruciales experimentos.
Los fosfolípidos son un buen ejemplo de un compuesto graso que se cree que fue prevalente en
los mares prebióticos. Debido a que los fosfolípidos contienen una cabeza hidrofóbica en un
extremo y una cola hidrofílica en el otro, tienen tendencia a formar espontáneamente bicapas
lipídicas en agua. Una burbuja de monocapa lipídica sólo puede contener grasa y una burbuja de
bicapa lipídica sólo puede contener agua y fue un probable precursor de las modernas
membranas celulares. Si una proteína acaba incrementando la integridad de su burbuja nodriza,
entonces la burbuja tiene una gran ventaja y acaba situándose en la cúspide de la selección
natural. La primitiva reproducción se podría visualizar cuando las burbujas estallaban, liberando
el resultado del experimento en su medio circundante. Una vez que se libera una cantidad
suficiente del "material correcto", el desarrollo de los primeros procariotas, eucariotas y
organismos multicelulares se podía lograr.[50] De modo similar, las burbujas formadas
completamente por moléculas similares a proteínas, llamadas microesferas, se formarían
espontáneamente bajo las condiciones adecuadas. Pero no hay precursores probables de las
modernas membranas celulares, puesto que las membranas celulares están compuestas
primariamente de componentes lipídicos más que de componentes aminoacídicos.
Un modelo reciente puesto a punto por Fernando y Rowe[51] sugiere que el confinamiento de un
metabolismo autocatalítico no-enzimático dentro de las protocélulas podría haber sido un modo
de evitar el problema de las reacciones colaterales que son típicas de los modelos de
"metabolismo primero".
Modelos híbridos
Una creciente comprensión de los fallos de los modelos que consideran puramente "primero los
genes" o «primero el metabolismo» está llevando a tendencias hacia modelos que incorporan
aspectos de ambos. Concretamente, y basándose en la implausibilidad logística del modelo de
mundo de ARN, Robert Griffith ha establecido un modelo de cooperación entre el ARN, los
primitivos péptidos y lípidos cuya secuencia sería como sigue: La materia orgánica generada
mediante síntesis abiótica en los océanos primitivos se separaría en fases por densidad y
solubilidad. La síntesis de monómeros complejos y también de polímeros tendría lugar en
superficies hidrofílicas y en sus proximidades (interfases) tanto con el medio acuoso como
aéreo. La replicación y la traducción encontraría su lugar idóneo en la interfase de elementos
emulsificados de caracter hidrofóbico. Los primeros ácidos nucleicos codificarían
preferentemente arginina. Estos péptidos enriquecidos en arginina servirían para secuestrar y
transferir enlaces de fosfato ricos en energía. Esto haría que los péptidos fueran esenciales para
el mantenimiento de los ácidos nucleicos, ricos en fosfato, y al mismo tiempo los mantendrían
cerca de las interfases lipídicas.[52]
Otros modelos
Autocatá lisis
El etólogo británico Richard Dawkins escribió sobre la autocatálisis como una explicación
potencial para el origen de la vida en su libro La historia del antepasado (2004). Los
autocatalizadores son substancias que catalizan su propia producción y tienen por tanto la
propiedad de ser un replicador molecular simple. En este libro, Dawkins cita experimentos
llevados a cabo por Julius Rebek y colaboradores en el Sripps Research Institute de California
en el que combinan aminoadenosina y éster de pentafluorofenilo con el autocatalizador éster
triacído de aminoadenosina (AATE). Un sistema del experimento contenía variantes de AATE
que catalizaban su propia síntesis. Este experimento demostraba la posibilidad de que la
autocatalisis podía mostrar competición entre una población de entidades con herencia, que
podía ser interpretada como una forma rudimentaria de selección natural.
Teoría de la arcilla
Peggy Rigou del Instituto Nacional de Investigación Agronómica de EE. UU. (INRA), en Jouy-
en-Josas, Francia, publicó en la edición del 11 de febrero de Science News que los priones son
capaces de unirse a partículas de arcilla y abandonar estas partículas cuando la arcilla se carga
negativamente. Mientras no se hace ninguna referencia en el apartado de implicaciones para las
teorías del origen de la vida, esta investigación podría sugerir que los priones son una ruta
probable hacia las primeras moléculas reproductoras. En 2007, Kahr y colaboradores publicaron
sus experimentos que examinan la idea de que los cristales pueden actuar como una fuente de
información transferible, usando cristales de ftalato de potasio hidrogenado. Los cristales
"Madre" con imperfecciones fueron cortados y usados como semillas para criar cristales "hijos"
a partir de la disolución. Entonces examinaron la distribución de las imperfecciones en el
sistema cristalino y encontraron que las imperfecciones de los cristales madre realmente se
reproducían en los hijos. Los cristales hijos tenían muchas imperfecciones adicionales. Para una
conducta paragenética las imperfecciones adicionales deberían ser mucho menores que las de
los padres, y de ahí que Kahr concluya que los cristales "no eran lo suficientemente fieles como
para almacenar información de una generación a la siguiente"[54] [55]
Modelo de Gold de "Biosfera profunda y caliente"
El descubrimiento de los nanobios (estructuras filamentosas más pequeñas que las bacterias que
contienen ADN) en rocas profundas, llevó a una teoría controvertida presentada por Thomas
Gold a principios de los años 1990 en la que se exponía que la vida se desarrolló al principio no
en la superficie de la Tierra, sino varios kilómetros bajo la superficie. Ahora se sabe que la vida
microbiana es abundante a más de cinco kilómetros bajo la superficie de la Tierra en forma de
arqueobacterias, que se considera que se originaron o antes o aproximadamente al mismo
tiempo que las eubacterias, muchas de las cuales viven en la superficie (incluyendo los
océanos). Se ha afirmado que el descubrimiento de vida microbiana bajo la superficie de otro
cuerpo del Sistema Solar daría un crédito significativo a esta teoría. También decía que un
suministro de nutrientes de una fuente profunda e inalcanzable promovería la supervivencia
porque la vida que surge en un montón de materia orgánica probablemente consumiría todo su
alimento y acabaría extinguiéndose.
El mundo de lípidos
Hay una teoría que afirma que las primeras substancias autorreplicantes eran de tipo lipídico.[56]
Se sabe que los fosfolípidos forman bicapas en el agua si están sometidas a agitación. Esta
estructura es idéntica a la de las membranas celulares. Estas moléculas no se encontraban en la
tierra primigenia, aunque otras cadenas anfifílicas largas también forman membranas. Además,
estos cuerpos se pueden expandir (por inserción de lípidos adicionales) y bajo una expansión
excesiva pueden sufrir escisiones espontáneas que conservan el mismo tamaño y composición
de lípidos en ambas progenies. La idea principal de esta teoría es que la composición molecular
de los cuerpos lipídicos es la primera forma de almacenar información y la evolución conduce a
la aparición de entidades poliméricas como el ARN o el ADN que pueden almacenar
información favorablemente. Aún no se ha hablado de ningún mecanismo que apoye la teoría
del mundo de lípidos.
El modelo de la ecopoiesis
El modelo de la ecopoiesis ha sido desarrollado por los científicos brasileños Félix de Sousa y
Rodrigues Lima.[62] Es un modelo que integra elementos y observaciones de varios otros. En
esta teoría es el ambiente físico (Οικος) el que promueve la aparición de la vida en los estadios
tempranos en lugar de hacerlo la aparición al azar de organismos que posteriormente
condicionan el entorno, en especial, en cuanto a la acumulación de oxígeno. Propone que los
ciclos geoquímicos de los elementos biogénicos, dirigidos por una atmósfera primordial rica en
oxígeno procedente de la fotólisis del vapor de agua evaporado de los océanos e hipercarbónica,
pudieron ser la base de un metabolismo planetario de carácter espacialmente continuo y global,
que habría precedido y condicionado la aparición gradual de una vida como la actual,
organizada en organismos discontinuos (individualizados). Algunas de sus predicciones serían
las siguientes:
Otra alternativa a la abiogénesis terrícola es la hipótesis de que la vida primitiva pudo haberse
formado originalmente fuera de la Tierra (adviértase que exogénesis está relacionado, pero no
es lo mismo que la noción de panspermia). Se supone que una lluvia de material procedente de
cometas que se precipitó sobre la Tierra primitiva pudo haber traído cantidades significativas de
moléculas orgánicas complejas y, quizás, la misma vida primitiva formada en el espacio fue
traída a la Tierra por material cometario o asteroides de otros sistemas estelares.
Una hipótesis relacionada con ésta es que la vida se formó en primer lugar en el Marte
primigenio y fue transportada a la Tierra cuando material de su corteza fue expulsada de Marte
por un asteroide e impactos cometarios para más tarde alcanzar la Tierra. Es difícil encontrar
evidencias para ambas hipótesis y puede que haya que esperar a que se traigan muestras de
cometas y de Marte para su estudio. Ninguna de ellas responde realmente a la cuestión de cómo
se originó por primera vez la vida, sino que meramente traslada este origen a otro planeta o
cometa. No obstante, esta hipótesis extiende tremendamente el abanico de condiciones bajo el
cual se pudo haber formado la vida, desde las posibles condiciones primitivas de la Tierra a
literalmente las condiciones de todo el Universo.
Teoría de la panspermia
El moderno concepto de abiogénesis ha sufrido las críticas de los científicos a lo largo de los
años. El astrónomo Sir Fred Hoyle se pronunció en este sentido basándose en la probabilidad de
que la abiogénesis suceda por azar. El físico Hubert Yockey criticaba la abiogénesis en el
sentido de creerla más cercana a la teología que a la ciencia.
Otros científicos han propuesto contrapuntos a la abiogénesis, como Harold Urey, Stanley
Miller, Francis Crick (biólogo molecular) y también cabría alinear en este sentido la hipótesis de
la panspermia dirigida de Leslie Orgel.
Más allá de la observación trivial de que la vida existe, es difícil probar o falsibilizar la
abiogénesis; por tanto, la hipótesis tiene muchas críticas, tanto de la comunidad científica como
desde posiciones no científicas. No obstante, la investigación y la generación de hipótesis
continúan con la esperanza de desarrollar un mecanismo teórico satisfactorio de la abiogénesis.
Hoyle
Sir Fred Hoyle, junto con Chandra Wickramasinghe, fue un crítico de la abiogénesis. En
concreto Hoyle rechazaba que la evolución química pudiera explicar el origen natural de la
vida: su argumento se basaba principalmente en la improbabilidad de que los que se estima que
fueron los componentes necesarios llegaran a agregarse por la evolución química. Aunque las
teorías modernas tratan este argumento, Hoyle nunca vio la evolución química como una
explicación razonable. Hoyle prefería la panspermia como una explicación natural alternativa
del origen de la vida en la Tierra.
Yockey
En un libro que escribió 15 años después, Yockey defendía la idea de que la abiogénesis había
surgido a partir de una sopa primordial es un paradigma fallido:[67]
Aunque cuando comenzó el paradigma era digno de consideración, ahora todo el esfuerzo
empleado en el primitivo paradigma de la sopa se ha tornado en decepción en la ideología de
sus campeones. (...) La historia de la ciencia muestra que un paradigma, una vez que ha
adquirido un estatus de aceptación (es incorporado en los libros de texto) y a pesar de sus
fallos, sólo es declarado inválido cuando se dispone de un paradigma para reemplazarlo. No
obstante, con objeto de generar progreso en la ciencia, es necesario hacer limpieza en los
anaqueles, por así decirlo, de paradigmas fallidos. Esto se debería hacer incluso si deja los
anaqueles completamente limpios y no sobrevive ningún paradigma. Es una característica del
verdadero creyente en la religión, filosofía e ideología de que debe tener un conjunto de
creencias pase lo que pase (Hoffer, 1951). La creencia en una sopa primitiva basándonos en
que no tenemos ningún otro paradigma es un ejemplo de la falacia lógica de la falsa
alternativa. En la ciencia es una virtud reconocer la ignorancia. Éste ha sido el caso
universalmente en la historia de la ciencia, tal y como Kuhn (1970) ha discutido en detalle. No
hay razón para que esto sea diferente en la investigación del origen de la vida.
Yockey, en general, manifiesta una actitud altamente crítica hacia los que dan crédito a los
orígenes naturales de la vida, a menudo haciendo uso de palabras como fe o ideología. Las
publicaciones de Yockey se han hecho las favoritas en manos de los creacionistas, aunque él no
se considera a sí mismo como creacionista (como aparece en un email enviado en 1995).[68]
Aún quedan algunos problemas con la hipótesis del mundo de ARN. No hay rutas químicas
conocidas para la síntesis abiogénica de las bases nitrogenadas pirimidinas, citosina y uracilo
bajo condiciones prebióticas.[69] Otros problemas son la dificultad de la síntesis de nucleósidos,
ligarlos con fosfato para formar el esqueleto del ARN y la corta vida de las moléculas de
nucleósido, en especial la citosina que es proclive a la hidrólisis. [70] Experimentos recientes
también sugieren que las estimaciones originales del tamaño de la molécula de ARN capaz de
autorreplicación han sido probablemente altamente subestimadas. Formas más modernas de la
teoría del mundo de ARN proponen que una molécula más simple fue capaz de autorreplicación
(que otro "mundo", por tanto, evolucionó al cabo del tiempo para producir un mundo de ARN).
Hasta ahora, no obstante, las distintas hipótesis no tienen suficientes evidencias que las apoyen.
Muchas de ellas pueden ser simuladas y probadas en el laboratorio, pero la carencia de una roca
sedimentaria sin perturbar en una época tan temprana de la historia deja pocas oportunidades
para probar esta hipótesis de forma incontestable.
El problema de la homoquiralidad
Otro asunto no resuelto en la evolución química es el origen de la homoquiralidad, esto es, que
todos los monómeros tienen la misma «mano dominante» (los aminoácidos son zurdos, y los
azúcares de ácidos nucleicos, diestros). Las moléculas quirales existen en la naturaleza como
mezclas homogéneas equilibradas aproximadamente al 50%. Esto es lo que se conoce como
mezcla racémica. No obstante, la homoquiralidad es esencial para la formación de ribozimas
funcionales y proteínas. La adecuada formación de moléculas es impedida por la misma
presencia de aminoácidos diestros o azúcares zurdos que distorsionan y malforman las
estructuras.
Un trabajo llevado a cabo en 2003 por científicos de Purdue identificaron el aminoácido serina
como la probable raíz causal de la homoquiralidad de las moléculas orgánicas. [71] La serina
forma enlaces particularmente fuertes con los aminoácidos de la misma quiralidad, lo cual
resulta en un grupo de ocho moléculas que deben ser todas o bien dextrógiras o levógiras. Esta
propiedad contrasta con otros aminoácidos que son capaces de formar enlaces débiles con los
aminoácidos de la quiralidad opuesta. Aunque el misterio de por qué la serina levógira acabó
siendo la dominante aún permanece sin resolver, estos resultados sugieren una respuesta a la
cuestión de la trasmisión quiral: cómo las moléculas orgánicas de una quiralidad mantienen la
dominancia una vez que la asimetría ha sido establecida.