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Resumen Fromm

Su psicoanálisis humanista parte de la idea de que la separación de la humanidad del


mundo natural ha provocado sentimientos de soledad y aislamiento, la llamada ansiedad
básica .

Su psicoanálisis humanista estudia la humanidad desde una perspectiva histórica y cultural


más que estrictamente psicológica ya que le interesa menos el individuo y más las
características propias de cada cultura.

Cuando la especie humana evolucionó hasta llegar a ser una especie independiente, perdió
la mayoría de sus instintos animales, pero adquirió “un mayor desarrollo cerebral que hizo
posible la autoconciencia, la imaginación, la previsión y la capacidad para dudar” (Fromm,
1992, p. 5). Esta combinación de instintos débiles con un cerebro muy desarrollado
distingue a los humanos del resto de los animales.

Un hecho más reciente en la historia de la humanidad ha sido la aparición del capitalismo,


que, por una parte, ha contribuido al aumento del tiempo libre y la libertad personal pero,
por otra, ha generado sentimientos de ansiedad, aislamiento e impotencia.

El coste de la libertad, según Fromm, ha superado sus benefi cios y el aislamiento causado
por el capitalismo ha sido insoportable, dejando solo dos alternativas a los individuos: (1)
huir de la libertad creando relaciones de dependencia interpersonales , o (2) avanzar hacia
la autoconciencia mediante el afecto y el trabajo productivos.

Además creció en dos mundos muy distintos, por un lado, el mundo judío ortodoxo
tradicional y, por otro, el mundo capitalista moderno. Esta existencia dividida generaba
tensiones que le resultaban casi insoportables, pero enseñó al muchacho a considerar los
hechos desde varios puntos de vista, tendencia que mantendría durante toda su vida

Más adelante, Fromm interpretaría la dependencia irracional respecto de su padre como


una relación simbiótica improductiva , pero en aquellos primeros años se contentó con la
explicación freudiana.

“Mi interés principal estaba claro. Quería comprender las leyes que gobiernan la vida del
individuo y la sociedad” (Fromm, 1962, p. 9).

En 1926, el mismo año en el que abandonó el judaísmo ortodoxo, Fromm se casó con Frieda
Reichmann, su analista, que era más de diez años mayor que él; más adelante ella adquiriría
fama internacional por su trabajo con pacientes esquizofrénicos. G. P. Knapp (1989) afi rmó
que Reichmann fue claramente una fi gura materna para Fromm y que incluso se parecía a
su madre.

Tanto en Chicago como en Nueva York, Fromm reanudó su relación con Karen Horney, a
quien había conocido casualmente en el Instituto de Psicoanálisis de Berlín. Horney, 15 años
mayor que Fromm, se convirtió en una importante fi gura materna y mentora de Fromm
(Knapp, 1989), quien se hizo miembro de la recién formada Association for the
Advancement of Psychoanalysis (APP) de Horney en 1941.

Con Horney en su contra, Fromm, junto a Harry Stack Sullivan, Clara Thompson y otros
muchos miembros, abandonaron la asociación e inmediatamente se pusieron de acuerdo
para crear una organización alternativa (Quinn, 1987)

Fromm inició su actividad profesional como psicoterapeuta usando la técnica psicoanalítica


ortodoxa, pero después de diez años “se cansó” del enfoque freudiano y creó sus propios
métodos más activos y polémicos

El supuesto fundamental de Fromm es que la personalidad individual solo se puede


entender bajo la luz de la historia de la humanidad. “Antes de debatir sobre la personalidad,
se debe debatir sobre la condición humana, [y] la psicología debe estar basada en un
concepto antropológico-fi losófico de la existencia humana”

No tienen instintos fuertes para adaptarse a un mundo cambiante; a cambio, han adquirido
la capacidad de razonar, lo que Fromm denominó el dilema humano. Las personas sufren
este dilema básico porque han sido separadas de la naturaleza, pero tienen conciencia de sí
mismas como seres aislados.

La capacidad humana para razonar , por tanto, es, al mismo tiempo, una suerte y una
desgracia ya que, por una parte, permite a las personas sobrevivir, pero, por otra, las obliga
a intentar resolver dicotomías básicas que no tienen solución.

Fromm se refi rió a ellas con el término “dicotomías existenciales ” porque están enraizadas
en la existencia misma de las personas. Los humanos no pueden eliminar estas dicotomías
existenciales, solo pueden reaccionar a ellas según su cultura y sus personalidades.

La tercera dicotomía existencial es que, en última instancia, las personas están solas; sin
embargo, no pueden soportar el aislamiento. Son conscientes de su condición como
individuos independientes, pero al mismo tiempo creen que su felicidad depende de la
unión con otros seres humanos.

Estas necesidades existenciales han surgido en el curso de la evolución de la cultura humana


y nacen de sus intentos de encontrar una respuesta a la vida y evitar la locura

una diferencia fundamental entre los individuos mentalmente sanos y los enfermos
mentales reside en que las personas sanas encuentran respuestas para su vida, respuestas
que corresponden mejor a la totalidad de sus necesidades humanas. En otras palabras, los
individuos sanos tienen más capacidad para encontrar modos de unirse con el mundo
resolviendo de manera productiva las necesidades humanas de relación, trascendencia,
arraigo, sentido de identidad y marco de orientación.

Fromm postuló tres maneras fundamentales en las que una persona puede relacionarse con
el mundo : (1) sumisión, (2) poder y (3) amor
Una persona se puede someter a otra, a un grupo o a una institución, para unirse con el
mundo: “De este modo supera su condición individual para formar parte de algo mayor y
experimentar su identidad en relación con el poder al cual se ha sometido”

Mientras las personas sumisas buscan relaciones con personas dominantes, las personas
que buscan el poder prefi eren parejas sumisas, por lo que cuando una persona sumisa y
una persona dominante se encuentran, suelen iniciar una relación simbiótica.

Aunque esta simbiosis puede ser gratifi cante, bloquea las posibilidades de avanzar hacia la
integridad y la salud mental, los dos miembros de la pareja “viven del otro y para el otro,
satisfaciendo sus ansias de afecto, pero sufriendo la falta de fuerza interior y confi anza en sí
mismos que necesitan libertad e independencia” (Fromm, 1981, p. 2)

Bajo esta unión subyacen sentimientos inconscientes de hostilidad, ya que las personas con
relaciones simbióticas culpan a sus parejas por no ser capaces de satisfacer completamente
sus necesidades. Se dan cuenta de que necesitan otros focos de poder o sumisión y, como
consecuencia de ello, se hacen cada vez más dependientes de sus parejas y pierden cada
vez más su individualidad.

Según él, el amor es “una unión con alguien o algo, fuera de uno mismo, bajo la condición
de conservar la autonomía e integridad propias”

El amor implica compartir e intercambiar ideas con otra persona, pero deja libertad para
conservar nuestra identidad y autonomía, permite a la persona satisfacer su necesidad de
vínculos sin renunciar a su integridad e independencia. En el amor, dos personas se hacen
una, pero siguen siendo dos.

En El arte de amar, Fromm (1956) estableció que los cuatro elementos básicos comunes a
todas las formas de amor verdadero son el cariño, la responsabilidad, el respeto y el
conocimiento mutuo

Alguien que ama a otra persona debe sentir afecto por ella y estar dispuesto a cuidarla. El
amor signifi ca también responsabilidad, es decir, disposición y capacidad para responder.
Una persona que ama a los demás responde a sus necesidades físicas y psicológicas, las
respeta y acepta como son y evita la tentación de intentar cambiarlas. Pero las personas
solo pueden respetar a los demás cuando los conocen.

Pero, a diferencia de otros animales, los seres humanos están impulsados por la necesidad
de trascendencia , que se defi ne como el anhelo de superar una existencia pasiva y
accidental y entrar en “el reino de la determinación y la libertad”

Aunque otros animales pueden crear vida mediante la reproducción, solo los humanos son
conscientes de su capacidad para crear. Asimismo, los humanos tienen otras formas de ser
creativos ya que pueden crear obras de arte, religiones, ideas, leyes, objetos materiales y
amor. Crear signifi ca estar activo y cuidar de lo que creamos, pero también podemos
trascender a la vida destruyéndola e imponiéndonos, por consiguiente, a nuestras víctimas.
Fromm (1973) sostenía que los humanos son la única especie que usa la agresividad
maligna, es decir, que mata por motivos distintos de la supervivencia. Aunque la agresividad
maligna es una pasión dominante y potente en algunos individuos y culturas, no es común
en todos los humanos.

Cuando los humanos evolucionaron como especie independiente, perdieron su hogar en el


mundo natural y, al mismo tiempo, su capacidad para pensar les permitió darse cuenta de
que estaban sin hogar, sin raíces. Los sentimientos de aislamiento e indefensión derivados
de ello se hicieron insoportables.

Con la estrategia productiva , las personas salen de la órbita de su madre, se relacionan con
el mundo de manera activa y creativa y llegan a ser un todo con él, es decir, llegan a
alcanzar el equilibrio.

No obstante, las personas también pueden buscar arraigo mediante la estrategia


improductiva de la fi jación , una resistencia tenaz a superar la seguridad protectora que nos
ofrece la madre.

Según Fromm (1955, pp. 40-41), los deseos incestuosos están basados en “las ansias
profundamente arraigadas de permanecer en, o de volver a, ese vientre envolvente, al
pecho nutriente”

La clara preferencia de Fromm (1997) por la descripción de la situación edípica de Bachofen,


centrada en la madre, por encima de la noción de Freud, centrada en el padre, es coherente
con su preferencia por las mujeres mayores.

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