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TEMA 4.

LA POESÍA EN EL NOVECENTISMO, LAS


VANGUARDIAS Y LA GENERACIÓN DEL 27. JUAN
RAMÓN JIMÉNEZ.

1. INTRODUCCIÓN:

Nos situamos, aproximadamente, entre los años 1910 y 1936. Cuando el reinado de
la poesía modernista aún no se ha extinguido, siguiendo el frenético ritmo de los
cambios políticos, sociales, culturales y económicos de las primeras décadas del siglo
XX, el espíritu innovador llevado al extremo por los herederos del Modernismo,
desembocará en la búsqueda de la poesía pura y una expresión poética liberada de
todo condicionamiento externo, como juego y ruptura con el pasado: es el arte de
Vanguardia.

También al comienzo de ese periodo en el que comenzaron a extenderse los


movimientos de Vanguardia, tomando como referencia el año 1914, cobra
protagonismo una nueva generación de intelectuales y escritores que, continuando en
cierto modo con el espíritu regeneracionista y noventayochista, toma sin embargo un
giro más moderno que favorecerá la llegada a España de los movimientos de
Vanguardia. Es el llamado Novecentismo o Generación del 14.

En la década de los años veinte, en plena efervescencia vanguardista, irrumpe en el


panorama literario español una serie de jóvenes poetas a quienes se integra en la
llamada “Generación del 27”. Se trata de un grupo de poetas que, entre los años
1925 y 1936, se convirtieron en el más notable grupo literario de la época, dando lugar
a lo que se ha denominado “Edad de Plata” de la literatura española

2. EL NOVECENTISMO. DEFINICIÓN. RASGOS GENERACIONALES:

Se designa así a un grupo de escritores que irrumpen en el panorama literario en


torno a 1914. Todos ellos muestran una clara preocupación por el problema de la
regeneración del país. En cuanto al lenguaje persiguen la pulcritud y la máxima
depuración expresiva. Suponen así un eslabón entre el Modernismo y las
Vanguardias.

Son un nutrido grupo de intelectuales que alcanzaron un notable prestigio en


distintos campos: José Ortega y Gasset (filósofo y guía del grupo), Eugenio D´Ors
(crítico de arte), Gregorio Marañón (eminente doctor), Manuel Azaña (presidente del
gobierno), Américo Castro (historiador), Menéndez Pidal (filólogo), Sánchez Albornoz
(historiador), Gabriel Miró (novelista), Ramón Pérez de Ayala (novelista), Juan Ramón
Jiménez (poeta).

Las características que dan unidad a todos estos autores son:


- Sólida formación universitaria, desempeñan una intensa labor académica e
investigadora, son especialistas en distintas ramas del saber.

- Espíritu científico. Abordan el problema de España desde el rigor y la


racionalidad, proponiendo soluciones concretas.

- Son optimistas y vitalistas, creen en el progreso y la posibilidad de encontrar


soluciones reales.
- Vocación europeísta. Superaremos nuestro atraso si seguimos el ejemplo de
los países más avanzados de Europa.

- Idea del arte puro. Defendían un arte de base intelectual, alejado del
sentimentalismo romántico, un arte formalmente complejo y dirigido a una
minoría cultivada.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (1881-1958).


Vida:
Nace en Moguer (Huelva). Su aguda sensibilidad hizo que se entregara desde muy
joven y de forma obsesiva a la poesía, actividad que le absorbió toda su vida. En 1916
se casa con Zenobia Camprubí, mujer de sólida formación intelectual y santa
paciencia. En los años 20 aparece consagrado como gran maestro de los jóvenes
autores del 27. Con el estallido de la Guerra Civil se exilia en América. Recibe el Nobel
en 1956. Muere en Puerto Rico.

Ideas poéticas:
Juan Ramón concibe su creación poética como parte de un único libro, dedicó toda
su vida a la creación de lo que él llamó: “la Obra”. Todo lo que escribe forma parte de
una unidad en la que se van integrando los nuevos textos, a la vez que se encuentran
en estado de permanente corrección los anteriores, siempre a la búsqueda de la
perfección absoluta.
Para Juan Ramón la poesía es una forma de conocimiento, tanto del yo, como de
la realidad que lo rodea. La poesía aspira a reconstruir una visión totalizadora del
universo, a revelar valores y significados nuevos de las cosas y a ampliar la realidad.
Se concibe así la poesía como una actividad espiritual.

Obra:
La poesía da sentido a la vida de Juan Ramón, vida y poesía se aúnan. Concibe la
poesía como salvación que sacia su sed de belleza (época sensitiva); de inteligencia
(época intelectual); y su sed de eternidad (época suficiente o verdadera).

Época sensitiva. (Hasta 1915)


Sus primeros libros (Almas de violeta) muestran la influencia de Bécquer y de los
simbolistas franceses. Los temas giran en torno a la muerte, la nostalgia y el misterio.
Más tarde se decanta por un modernismo intimista y simbolista que canta al paso del
tiempo, la soledad, la melancolía, los paisajes otoñales… Arias tristes es muestra de
esta evolución.
Al final de esta etapa se advierten rasgos que apuntan a una superación del
Modernismo, a un estilo más personal: la búsqueda de lo cotidiano, el descubrimiento
del paisaje, una leve ironía. En La soledad sonora se muestran estos rasgos.

Época intelectual. (1916-1923).


Se lanza en persecución de una poesía pura o desnuda: despoja al lenguaje de todo
ornamento innecesario buscando la palabra justa para expresar el concepto. Necesita
“el nombre exacto de las cosas”.
La obra clave de este periodo es Diario de un poeta recién casado, donde tenemos un
triple descubrimiento: el de la ciudad de Nueva York, el de la madurez amorosa y el de
la literatura anglosajona. Abre también la poesía española a las innovaciones
vanguardistas: el verso libre, las enumeraciones caóticas, el uso del collage…
En Eternidades o Piedra y cielo, profundiza en esta nueva poesía ensayando una
profunda reflexión sobre el lenguaje poético. Proclama una palabra nueva que sea el
nombre exacto de las cosas y que refleje la “verdadera realidad”. Esta realidad ya no
está en las cosas, sino en la experiencia del yo con las cosas. La realidad ya no existe
con antelación al hombre, es creada en la escritura poética, por eso al poeta ya no le
basta con nombrar los objetos en su realidad visible, precisa el nombre exacto que dé
cuenta de esa realidad invisible, ilimitada y eterna, de la que los objetos son solo
signos.

Época suficiente o verdadera. (1924-1958)


Siguiendo su camino de depuración en busca de la palabra exacta y perfecta, se
adentra en el terreno de lo metafísico y lo absoluto. Es clave ahora el concepto de
conciencia, que es lo que permite al yo escapar de los límites espaciales y temporales
que impone la muerte: tras la muerte, la conciencia sigue existiendo y es entonces
cuando todo adquiere sentido porque nos libramos de la angustia del tiempo. La
estación total y Animal de fondo, son las obras principales de este periodo.

3. LAS VANGUARDIAS. DEFINICIÓN. CARACTERÍSTICAS. PRINCIPALES


MOVIMIENTOS:

a. Definición y características:

A partir de 1910 surgen en toda Europa una serie de movimientos artísticos


fuertemente innovadores que alcanzarán su esplendor en el periodo intermedio entre
las dos guerras mundiales (1919-1939). En estos años se sucederá una larga serie de
“ismos” o movimientos de vanguardia que, a pesar de su diversidad, mantienen unas
características en común:
- Carácter innovador, provocador, escandaloso: se busca romper con el pasado de
manera violenta y, para ello, cualquier medio es lícito. Se experimenta con las
palabras y las ideas, se busca provocar sensaciones fuertes, sorprender, dinamitar lo
tradicional.
- Objetivismo, antisentimentalismo: los vanguardistas no hablan de sus
sentimientos, de sus pensamientos o de la realidad exterior, simplemente crean un
objeto artístico independiente, una realidad hecha de palabras que nada tiene que ver
con lo cotidiano.
- Ininteligibilidad: el sentido de la obra vanguardista es oscuro, ya que no se refiere a
la realidad externa. Se trata de un juego de palabras, de sonidos, de formas, de
imágenes sorprendentes y provocadoras de difícil traducción.
- Humorismo, intrascendencia: la literatura se convierte en un juego, en un
experimento lingüístico que no busca verdades trascendentes.

b. Principales movimientos de las vanguardias europeas:

. El Futurismo, primera vanguardia nacida en 1909 de la mano del italiano Marinetti.


Exalta la modernidad, la velocidad, la violencia, la destrucción del pasado, la
tecnología. Rechazan el pasado y defienden lo irracional.
. El Cubismo de Picasso, Apollinaire o Cocteau supone una nueva forma de concebir
el tiempo y el espacio, según la cual, el aquí y el allí, el presente, el pasado y el futuro
se mezclan y confunden.
. El Dadaísmo del suizo Tristan Tzara es el movimiento más rebelde y juguetón. Se
oponen a todo por principio, dudan y ven la realidad de forma deforme y grotesca.
. El Surrealismo es el más complejo y duradero de los movimientos de vanguardia, su
influencia perdura hasta nuestros días, transformando la sensibilidad y el modo de
percibir la realidad. André Breton y Louis Aragon son los líderes de un movimiento que
dará sus mejores frutos literarios en nuestro país. Sus principales características son:
- La imaginación y el sueño son tan poderosos y reales como nuestro vivir
cotidiano. La verdad profunda se revela a través del sueño y de la imaginación:
el artista es un ser con especiales cualidades para percibir los profundos
secretos de la existencia.
- Los estudios psicológicos de Sigmund Freud, su psicoanálisis, ponen de
manifiesto que la esencia del ser humano se halla en su subconsciente. Los
surrealistas se proponen crear sus obras partiendo de de esa parte nuclear y
oculta de nuestra mente.

- Proponen una escritura sorprendente, original, que rompa con las asociaciones
habituales de las palabras para provocar nuevas sensaciones. Defienden una
escritura libre del control racional, de pensamientos preconcebidos, es la
escritura automática, al dictado del subconsciente.

c. Las vanguardias en España:

Los movimientos de vanguardia europeos van a ir penetrando en España durante la


segunda década del siglo XX.
Ramón Gómez de la Serna es el vanguardista pionero en España, que asimila de
modo muy personal los nuevos movimientos. Para Ramón, el mundo es un circo
grotesco únicamente descriptible en términos de humor, distanciándose así de una
realidad que le parece incoherente. Escribe obras de teatro, novelas y cuentos, pero
sobre todo es recordado por sus Greguerías, una brillante combinación, ingeniosa y
absurda, de humorismo y metáfora.
Los miembros de la Generación del 14, alientan el vanguardismo. Ortega y Gasset
promociona y defiende los movimientos de Vanguardia en sus ensayos al asociarlos
con la modernidad.
Juan Ramón Jiménez con su poesía pura y desnuda, también se acerca a algunos
postulados vanguardistas.
Al filo del año 20, surgen dos movimientos de vanguardia hispánicos:
El Ultraísmo de Rafael Cansinos Assens, imita al Futurismo para rechazar la literatura
anterior, defendiendo una poesía basada en imágenes sorprendentes y bruscas
alejadas de los sentimental y lo cotidiano.
El Creacionismo busca una poesía pura basada en la yuxtaposición de imágenes
originales que no tienen un referente en la realidad cercana. El poeta del 27, Gerardo
Diego, es uno de sus valedores.
Después de estos escarceos vanguardistas, nuestros jóvenes poetas se hallaban en
condiciones de asimilar la más compleja y rica de las vanguardias: el Surrealismo. Es
introducido en España en 1926 pero en principio tiene una mala acogida. Si bien lo
cierto es que la mejor poesía surrealista que se ha escrito en el mundo fue la realizada
pro algunos de los poetas de la Generación del 27 que, a finales de la década de los
20, encuentran en el Surrealismo, asimilado de manera muy personal, el vehículo
idóneo para la expresión de su visión del mundo y de la vida. Así, Sobre los ángeles,
de Rafael Alberti o, Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, son dos
poemarios con un fuerte contenido surrealista.

4. LA GENERACIÓN DEL 27:

A. LA GENERACIÓN DEL 27: DEFINICIÓN, MIEMBROS, RASGOS


COMUNES Y ETAPAS

En la década de los años veinte, en plena efervescencia vanguardista, irrumpe


en el panorama literario español una serie de jóvenes poetas a quienes se integra en
la llamada “Generación del 27”. Se trata de un grupo de poetas que, entre los años
1925 y 1936, se convirtieron en el más notable grupo literario de la época, dando lugar
a lo que se ha denominado “Edad de Plata” de la literatura española. En la nómina de
autores pertenecientes a este grupo destacan Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo
Diego, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Luis
Cernuda, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.
El hecho de que habitualmente se englobe a autores tan diversos en un único
grupo generacional se debe a que todos ellos comparten una serie de situaciones y
características:

- Nacimiento en fechas cercanas, entre 1891 y 1905.


- Estrecha relación de compañerismo y amistad.
- Lugar de encuentro: la Residencia de Estudiantes, un centro universitario,
heredero de la famosa “Institución Libre de Enseñanza”, en el que convivieron
muchos de ellos, compartiendo toda serie de actos culturales, así como el
clima de tolerancia, curiosidad y apertura hacia las novedades.
- Acontecimiento generacional: conmemoración del tercer centenario de la
muerte de Góngora en 1927, celebrado en el Ateneo de Sevilla.
- Participación en revistas literarias y en antologías poéticas: Revista de
Occidente, Cruz y Raya, La Gaceta Literaria.
- Formación semejante: varios pasaron por la Residencia de Estudiantes,
tuvieron una rica formación y trabajaron como profesores.
- Ideales estéticos similares (aunque cada uno evoluciona en su poesía de
modo diferente). Reaccionan contra el academicismo y el mero esteticismo
modernista y exaltan una estética basada en la libertad de la imaginación y en
cierta deshumanización del arte.
- Maestros comunes: Juan Ramón Jiménez (poesía pura), José Ortega y
Gasset (deshumanización) y Ramón Gómez de la Serna (vanguardismo).
- Síntesis de tradición y vanguardia. Se abren a las aportaciones europeas y
americanas (influencia del simbolista Valéry, del Surrealismo y de los poetas
americanos César Vallejo y Pablo Neruda), y al mismo tiempo revalorizan el
pasado literario, rescatando autores y estilos diversos, desde la primitiva lírica
popular, pasando por los Siglos de Oro (Garcilaso, San Juan, Fray Luis,
Góngora, Lope, Quevedo…), y alcanza ya en la época reciente a Bécquer,
Rubén Darío Unamuno o Machado.
- Renovación poética. La renovación total de la poesía que protagonizaron se
basa, probablemente, en dos elementos unificadores: a) la valoración de la
imagen (crean la imagen irracional, en la que no existe relación lógica entre el
término real y el imaginario); b) la renovación métrica: consiguen incorporar
definitivamente el verso libre o versículo. Combinan estructuras tradicionales,
cultas o populares, con un lenguaje moderno que les dota de nueva vitalidad.

Etapas en la producción poética de la Generación del 27

 Primera etapa (hasta 1929). Etapa de juventud, en la que el grupo se formó como
tal. Coincidió con el esplendor de las vanguardias, que ejercieron su influencia en
los poetas del 27, aunque éstos no rechazaron el pasado literario y lograron un
equilibrio entre vanguardia y tradición. En estos años cultivaron, siguiendo el
magisterio de Juan Ramón Jiménez, la poesía pura, sobre todo en su rechazo del
exceso retórico. Se persigue la deshumanización del arte, reduciendo la expresión
a lo puramente artístico; ideal que no se llega a cumplir de forma tan radical.

 Segunda etapa (1929-1936). Hacia 1929, autores como Lorca, Alberti o Cernuda
sufrieron profundas crisis personales y encontraron en el Surrealismo una forma
de plasmar sus conflictos. Los nuevos temas produjeron un proceso de
rehumanización poética, pues la exploración del yo y de las emociones humanas
volvió a ocupar un primer plano. Este hecho coincidió con una complicada
situación política, que no permitía que los artistas se mantuvieran al margen. Se
dejó sentir la influencia del chileno Pablo Neruda, que reclamaba una "poesía
impura", una poesía de compromiso.
 Tercera etapa (desde 1939). En 1939 la Generación del 27 se desintegró
definitivamente como grupo de forma dramática debido a la muerte de algunos
miembros (Lorca) y el exilio forzoso de otros (solo V. Aleixandre, D. Alonso y G.
Diego permanecen en España). La poesía deriva hacia un humanismo
angustiado entre los que permanecen en España; mientras que, en el exilio, los
poemas se tiñen de resentimiento primero y de nostalgia después.

B. PRINCIPALES AUTORES Y OBRAS DE LA GENERACIÓN DEL 27

PEDRO SALINAS (Madrid 1891- Boston 1951).


Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Sevilla. Tras la guerra
se exilia a los Estados Unidos donde continuará su carrera de profesor universitario.
Sus primeras obras como Seguro Azar (1929) tienen una clara influencia de
Juan Ramón Jiménez. Para este poeta madrileño, influido por la poesía pura, el
Creacionismo y el Futurismo, la poesía supone un modo de acceder a la esencia de
las cosas y de las experiencias vitales.
En la década de los 30 escribe sus mejores obras La voz a ti debida (1933),
Razón de amor (1936). En ellas el tema fundamental es el amor en todas sus
vertientes: alegre y vital en su plenitud, angustioso ante la pérdida o la separación de
la amada.
Tras la guerra, la poesía de Salinas se tiñe de dramatismo y dolor: la muerte, la
guerra y el exilio pueblan su obra.

JORGE GUILLÉN (Valladolid 1893-Málaga 1984).


Vivió durante años en la Residencia de Estudiantes. Profesor universitario en
España y América. Se exilia a Estados Unidos en 1938. Retorna a España donde
recibe el Premio Cervantes en 1976, para morir ocho años después.
Es el miembro de la Generación más fiel a Juan Ramón Jiménez y su concepto
de poesía pura y desnuda.
Toda su obra se agrupa bajo el título general: Aire nuestro que engloba cinco
libros de los cuales el principal es Cántico, que reúne toda su obra escrita entre 1928 y
1950. Este poemario es una celebración de la alegría de extra vivo: las piezas del
mundo encajan, hay armonía, todo lo que existe tiene un sentido y una función.

GERARDO DIEGO (Santander 1896- Madrid 1987).


Premio Nacional de Literatura y Premio Cervantes. Sus antologías
contribuyeron a la formación y consolidación de la Generación del 27.
Su obra poética es de difícil clasificación debido a lo variado de la obra, ya que
en ella encontramos tanto las técnicas de las vanguardias, más concretamente las del
Creacionismo y Ultraísmo a los que perteneció (Manual de espumas, 1924) como las
formas más tradicionales de la poesía española.

VICENTE ALEIXANDRE (Sevilla 1898- Madrid 1984, Premio Nobel en 1977).


Eterno enfermo crónico e hipocondríaco. Recibe el Premio Nobel de Literatura
en 1977.
En su poesía, fuertemente influida por el Surrealismo, el amor, impulso erótico
y vital, se concibe como una fuerza cósmica que supone la destrucción del individuo al
unirse al otro, pero que, al mismo tiempo, constituye un medio para trascender,
mediante dicha unión, lo puramente individual e integrarse con la naturaleza, el todo,
desde una concepción panteísta (Espadas como labios, 1931; La destrucción o el
amor, 1933).

RAFAEL ALBERTI (El Puerto de Santa María 1902- El Puerto de Santa María
1999).
Personaje emblemático en la vida política y cultural, durante la Guerra Civil se
exilió a Argentina, Francia e Italia. Este gaditano con vocación de pintor murió de
vuelta en España con pleno reconocimiento de su labor poética.
Su poesía abarca tendencias como el neopopularismo, el barroquismo
gongorino, el surrealismo o la poesía social. En Marinero en tierra (1924) su poesía
se tiñe de nostalgia por el mar de Cádiz y por el paraíso perdido de la infancia,
empleando para ello recursos propios de la poesía tradicional. En Sobre los ángeles
(1928) predomina el sentimiento de angustia expresado a través de imágenes influidas
por el Surrealismo y mediante una constante dicotomía entre lo positivo y lo negativo.

LUIS CERNUDA (Sevilla 1902-México1963).


Su apoyo a la República le costó el exilio en Inglaterra, Estados Unidos y
México.
La obra de Cernuda está marcada por su carácter hipersensible y por su
homosexualidad, que explica su aislamiento y rebeldía, debido a la incomprensión de
la sociedad y de la época. La realidad que le ha tocado vivir choca con sus deseos y
sus sueños y de este conflicto nacen los temas de su poesía: la soledad, la frustración,
el ansia de belleza, la muerte, y sobre todo, el amor como experiencia suprema y
dolorosa.
Destacan sus obras Los placeres prohibidos (1931), Donde habite el olvido
(1933) y la compilación de toda su obra poética bajo el título La realidad y el deseo, a
partir de 1936.

DÁMASO ALONSO (Madrid 1898- Madrid 1990).


Profesor y director de la RAE durante 14 años.
Maestro indiscutible de los poetas de posguerra con su desgarrado libro Hijos
de la ira (1944), en el que domina la angustia existencial (Dios ausente, la muerte
como único destino cierto, la soledad y la injusticia). Se convertirá en el centro de lo
que él mismo ha llamado “poesía desarraigada”.

FEDERICO GARCÍA LORCA.

Aspectos biográficos

Nació en Fuente Vaqueros, Granada (1898). Su infancia en el ámbito rural le


permitió conocer la tradición popular andaluza, reflejada en su obra. Empezó las
carreras de Derecho y de Filosofía y Letras, y también se interesó por la pintura y la
Música, lo que le permitió conocer a Manuel de Falla, quien contribuyó a su
entusiasmo por el cante flamenco. De 1919 a 1928 vivió en la Residencia de
Estudiantes de Madrid, donde entabló amistad con numerosos artistas e intelectuales,
algunos ya consagrados (Juan Ramón Jiménez) y otros noveles (Buñuel, Dalí…). En
1929 viajó como becario a Nueva York, ciudad que le dejó profunda huella, y en 1932
a Buenos Aires, donde pronunció conferencias y dirigió representaciones teatrales.
Nuevamente en España, compaginó su labor poética con la dirección del grupo teatral
universitario La Barraca. Con el estallido de la Guerra Civil, fue fusilado en 1936 por
sus ideas republicanas y su orientación homosexual. Dotado de una gran simpatía
personal y una facilidad para las relaciones humanas, ocultó tras ese rostro amable un
mundo personal de frustración y amargura vital.

Obra poética

En lo que respecta a su temática, junto al amor (el poeta tiende a un


pansexualismo que borra las fronteras entre el amor homosexual y el heterosexual), el
tema más destacado es el de la frustración y el del destino trágico. Por sus obras
desfilan numerosos seres marginados, con los que el autor se identifica, que se
mueven en un mundo hostil y exhiben un dolor de vivir y una impotencia que les aboca
a la soledad y a la muerte. Otros temas recurrentes son la infancia, entendida como
la edad de la inocencia, y lo social, denunciando las imposiciones morales y el castigo
al indefenso.
El estilo poético de Lorca está marcado por su magistral dominio de la técnica
creativa, que combina con una estética personal de raíces costumbristas. La fusión de
lo culto con lo popular es su seña de identidad más clara. La simbología es otro de sus
rasgos esenciales: la luna, la sangre, el agua, el caballo, los colores…representan la
vida, la muerte, el erotismo, la fertilidad. También recurre a imágenes nuevas,
insólitas, de clara influencia vanguardista para lograr una expresión original e
impactante.
En su trayectoria poética se distinguen dos etapas divididas por su viaje a
Nueva York y su crisis de 1929:

Primera etapa (hasta 1928) En principio influyen en el poeta corrientes


populares modernistas, aunque la vanguardia, y sobre todo el Surrealismo, van a estar
pronto presentes en su obra. Los dos poemarios más importantes de este período son:
- Poema del cante jondo: es un ejemplo de la conjunción de lo culto y lo popular,
el lenguaje vanguardista y el tradicional. Plasma en esta obra temas como la
muerte, el amor o la Andalucía trágica, a través de versos llenos de dolor y
angustia.
- El Romancero gitano, (1928) el libro más representativo de esta época, refleja
una Andalucía centrada en el mundo de los gitanos, pero no desde un punto de
vista realista y objetivo, sino de un modo mítico y simbólico. Lorca exalta la
dignidad de esta raza marginada y perseguida, símbolo de libertad en lucha
contra la represión, como un marco lírico en el que plasmar el sentimiento
trágico de la vida que preside toda la obra, marcada por el amor y la muerte.

Segunda etapa (hasta 1936) Frente al popularismo anterior, aparece el Lorca


más universal. Su crisis personal, el impacto que le causa el viaje a América, las
convulsione sociopolíticas del país y su creciente interés por el género teatral
marcarán esta nueva etapa con obras como:
- Poeta en Nueva York, libro escrito entre 1929-1930, pero publicado
póstumamente en 1940, presenta cambios formales y en el tratamiento de los temas,
prevaleciendo la estética vanguardista y surrealista. Lorca trata en esta obra, de tintes
angustiosos, cuestiones como el poder del dinero, la esclavitud del hombre por la
máquina, la injusticia social, el racismo o la deshumanización. La ciudad
estadounidense constituye un marco hostil capitalista para el hombre, en el que no hay
cabida para el amor, la felicidad o la naturaleza. Formalmente, el versículo amplio y
la imagen alucinante le sirven para expresar ese mundo ilógico, absurdo, para
construir visiones apocalípticas y coléricas.

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