UN PROBABLE CONSTANTINO CAVAFIS A LOS 19 (Raúl Gómez-Jattin, 1981)
Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas
El amor entre hombres Fumar marihuana Y escribir poemas
Mañana se levantará pasado el mediodía
Tendrá rotos los labios Rojos los ojos Y otro papel enemigo
Le dolerán los labios
Y le arderán los ojos como colillas encendidas Y ese poema tampoco expresará su llanto
Calvin Klein underwear (Ana Rosetti)
Fuera yo como nevada arena
alrededor de un lirio, hoja de acanto, de tu vientre horma, o flor de algodonero que en su nube ocultara el más severo mármol travertino.
Suave estuche de telas, moldura de caricias
fuera yo, y en tu joven turgencia me tensara.
Fuera yo tu cintura, fuera el abismo oscuro de tus ingles, redondos capiteles para tus muslos fuera, fuera yo, Calvin Klein.
Nostalgie de la boue (Jaime Gil de Biedma)
Nuevas disposiciones de la noche,
sórdidos ejercicios al dictado, lecciones del deseo que yo aprendí, pirata, oh joven pirata de los ojos azules.
En calles resonantes la oscuridad tenía
todavía la misma espesura total que recuerdo en mi infancia. Y dramáticas sombras, revestidas con el prestigio de la prostitución, a mi lado venían de un infierno grasiento y sofocante como un cuarto de máquinas.
¡Largas últimas horas,
en mundos amueblados con deslustrada loza sanitaria y coronas manchadas de permanganato! Como un operario que pule una pieza, como un afilador, fornicar poco a poco mordiéndose los labios.
Y sentirse morir por cada pelo
de gusto, y hacer daño.
La luz amarillenta, la escalera
estremecida toda de susurros, mis pasos, eran aún una prolongación que me exaltaba, lo mismo que el olor en las manos -o que al salir el frío de la madrugada, intenso como el recuerdo de una sensación.
En la humedad cifrada (Coral Bracho)
Oigo tu cuerpo con la avidez abrevada y tranquila
de quien se impregna (de quien emerge, de quien se extiende saturado, recorrido de esperma) en la humedad cifrada (suave oráculo espeso; templo) en los limos, embalses tibios, deltas, de su origen; bebo (tus raíces abiertas y penetrables; en tus costas lascivas -cieno bullente- landas) los designios musgosos, tus savias densas (parva de lianas ebrias) Huelo en tus bordes profundos, expectantes, las brasas, en tus selvas untuosas, las vertientes. Oigo (tu semen táctil) los veneros, las larvas; (ábside fértil) Toco en tus ciénagas vivas, en tus lamas: los rastros en tu fragua envolvente: los indicios (Abro a tus muslos ungidos, rezumantes; escanciados de luz) Oigo en tus légamos agrios, a tu orilla: los palpos, los augurios -siglas inmersas; blastos-. En tus atrios: las huellas vítreas, las libaciones (glebas fecundas), los hervideros.
A unas muchachas que hacen eso en lo oscuro (Gonzalo Rojas)
Bésense en la boca, lésbicas
baudelerianas, árdanse, aliméntense o no por el tacto rubio de los pelos, largo a largo el hueso gozoso, vívanse la una a la otra en la sábana perversa, y áureas y serpientes ríanse del vicio en el encantamiento flexible, total está lloviendo peste por todas partes de una costa a otra de la Especie, torrencial el semen ciego en su granizo mortuorio del Este lúgubre al Oeste, a juzgar por el sonido y la furia del espectáculo. Así, equívocas doncellas, húndanse, acéitense locas de alto a bajo, jueguen a eso, ábranse al abismo, ciérrense como dos grandes orquídeas, diástole y sístole de un mismo espejo. De ustedes se dirá que amaron la trizadura. Nadie va a hablar de belleza.