Está en la página 1de 15

Ficha: Antúnez García (1986)

Hechos: Antúnez García es detenido conforme al art.1 del edicto contra la ebriedad emitido por
la Policía Federal y presenta un hábeas corpus por considerar que el edicto es inconstitucional.

Cuestión presentada: Se debe resolver si el edicto va en contra de alguna de las garantías


constitucionales que dirigen el derecho penal.

Primera instancia: Hace lugar al hábeas corpus y el comisario titular de la seccional presenta
una apelación.

Razonamiento de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional: La


norma es inaplicable por ser arbitraria, al incluir tipos muy abiertos que requieren una
interpretación. Esto viola el art. 18 CN, que reclama que el proceso y la pena deben asentarse en
base a un juicio previo fundado en ley y del cual se desprende el principio de legalidad; ya que
estas categorías no definidas se basan en el estilo de vida del autor y en cómo es, en lugar de en
lo que hizo.

Regla: El art. 1 del edicto policial mencionado va en contra del art. 18 CN y del principio de
legalidad que este establece.

Decisión de la Cámara: El edicto es inconstitucional. Se hace y lugar al recurso de hábeas


corpus y se ordena la libertad inmediata de Antúnez García.

Principios elaborados: Principio de legalidad. Prohibición de la analogía.

Ficha: B.M.L (2000)


Hechos: B.M.L es imputado por ejercer la prostitución en la vía pública, lo cual es una
infracción según el art. 71 del Código Contravencional.

Cuestión presentada: Se debe resolver si la norma va en contra de alguna de las garantías


constitucionales que dirigen el derecho penal.

Primera instancia: Se lo condena por el término de dos meses, frente a lo cual el defensor
presenta una apelación.

Segunda instancia: Confirma la sentencia, frente a lo cual el defensor presenta un recurso de


inconstitucionalidad por considerar que el art. 71 afecta la esfera de intimidad establecida por el
art. 19 CN

Razonamiento del Tribunal Superior de CABA: La determinación de lugar de la oferta de


servicios sexuales, al haber sucedido en un espacio público que pertenece a todos, no afecta el
principio de reserva que se desprende del art. 19 CN. Es lícita toda actividad del Estado que
tienda a evitar las consecuencias de una acción privada que afecte la ética colectiva, la seguridad
y el bienestar generales. Se hace una referencia al caso “Montalvo” en el cual se menciona que
no es necesario que las acciones privadas sean ofensivas o perjudiciales, basta con que de algún
modo ponderable tengan ese carácter. No es una acción privada si existe una exteriorización que
pueda afectar el orden o la moral pública, o los derechos de un tercero.

Regla: El art. 71 del Código Contravencional no es inconstitucional, al no oponerse al principio


de reserva establecido por el art.19 CN.

Decisión del Tribunal: Se castiga el comercio sexual en espacios públicos.

Disidencia del juez Maier: Esa solución podría aplicarse a infinidad de acciones que son
llevadas a cabo diariamente, que es lo que el art. 19 CN busca evitar. Debe analizarse entonces
únicamente si la acción daña o no a terceros, ya que la conducta contenida en el art. 71 del
Código Contravencional puede ser reprobada o no por agentes con diferentes criterios morales
dentro de una misma comunidad. Así, considera que el art. 71 lesiona el principio de reserva
reconocido por el art. 19 CN.

Principios elaborados: Principio de lesividad.

Ficha: F.F (1943)


Hechos La Flota Mercante del Estado argentino denuncia a F.F porque presenta facturas
fraudulentas de un taller en el puerto de Nueva York.

Cuestión presentada: Se debe decidir la legislación de qué país se va a aplicar para resolver el
caso. Para ello, se debe resolver primero si se puede encuadrar al caso dentro del art. 1 del
Código Penal argentino.

Primera instancia. Opinión del Procurador General: Los efectos del delito no se produjeron
dentro de nuestro territorio. El mismo tampoco fue cometido en el territorio, ni pueden
considerarse a los empleados de la flota como agentes en desempeño de su cargo. Por otro lado,
la actividad principal de la Flota Mercante es el comercio, la cual es una actividad privada por lo
que no se la puede considerar como una actividad pública del Estado. Por lo tanto, el caso no se
encuentra encuadrado en el art. 1 del Código Penal.

Razonamiento de la Corte: Si bien es cierto que el delito no se cometió en nuestro territorio, se


trata de un fraude que afecta el patrimonio del Estado, al ser la Flota administrada por el Poder
Ejecutivo de la Nación y sostenida con fondos públicos. Sus empleados son, en consecuencia,
autoridades argentinas en desempeño de su cargo. Por lo tanto, se puede encuadrar al caso dentro
de lo establecido en el art.1 del Código Penal.

Regla: Se cumplen las condiciones establecidas en el art.1 del Código Penal para ubicar allí al
caso. Argentina tiene competencia para aplicar su legislación.

Decisión de la Cámara Federal: No hace lugar a la excepción de incompetencia.

Principios elaborados: Principio de defensa. Principio de universalidad. Principio de


nacionalidad.

Fallo Di Zeo - Asociación ilícita (2004)


Hechos: Se le atribuye a Rafael Di Zeo conducir una asociación ilícita, formando parte de los
“barrabrava” del Club Atlético Boca Juniors y coaccionando a diversos dirigentes del club con el
fin de que el grupo consiga beneficios principalmente de índole económica (financiación de
viajes, obtención gratuita de entradas etc.)

Cuestión presentada: Se deben puntualizar los requisitos subjetivos y objetivos para el tipo
penal analizado (Art. 210 Código Penal) para señalar cómo están presentes en el caso

Razonamiento de la sala: La asociación ilícita se integra con tres o más sujetos capaces o
incapaces, no siendo necesaria su actuación simultánea o que conozca cada uno el rol del otro.
Lo fundamental es el acuerdo de todos a realizar conductas criminales. No se requiere una
cualidad especial del autor, pudiendo ser sujeto activo cualquier persona. Es necesaria también la
permanente calidad de integrante como elemento temporal. La agrupación en cuestión está
conformada por más de tres integrantes, quienes se movilizan sobre fines delictivos. El delito se
activa por la mera pertenencia a la asociación: la no participación de un sujeto en uno de los
delitos los deja afuera del reproche penal por tales sucesos pero subsiste su responsabilidad como
integrante de la agrupación delictiva. Es un delito de peligro abstracto, ya que eleva
drásticamente la posibilidad de que se cometan delitos, lesionando así la tranquilidad pública
como bien jurídico. A diferencia de la participación criminal en general, la intervención en estas
organizaciones implica un sometimiento a la voluntad de los miembros restantes. En este caso, el
grupo funciona en bloque, respondiendo a la conducción de distintos líderes.

Regla: La figura de jefe de la asociación ilícita comprende al sujeto que manda a los cosocios,
controla la organización y ordena a ejecutar actos. Funciona como el ideólogo y la cabeza de la
asociación. Su presencia en la organización implica un aumento de peligrosidad dentro de esta.

Decisión del tribunal: Se cumple con los requisitos de la asociación ilícita, Art. 201 Código
Penal.

Principios elaborados: Asociación ilícita como delito que busca proteger la seguridad, la vida,
la libertad y el patrimonio de los particulares como bienes jurídicos.

Fallo Bragagnolo - Homicidios preterintencionales (2008)

Hechos: Se produce una pelea en un kiosco. La víctima recibe golpes por parte de XX1 y XX2
que cotribuyen a un edema cerebral que determinó su muerte.
Cuestión presentada: Se busca determinar cuál es la tipicidad de las conductas reprochadas a
XX1 y XX2.

Primera instancia: XX1 y XX2 son considerados coautores de homicidio preterintencional (Art.
81 inc. b Código Penal), frente a lo cual interponen una apelación.

Razonamiento de la sala: El homicidio preterintencional requiere que el autor dirija su dolo a


producir una lesión, sin extenderlo a la muerte. Si la muerte ha sido querida o eventualmente
aceptada, pasa a ser un homicidio en cualquiera de las otras figuras anteriores explicadas en el
código. Con respecto a la previsibilidad de la muerte, se considera que sea previsible como una
consecuencia del medio empleado, pero que el autor no haya tenido efectivamente esa previsión.
Hubo una falta de intención homicida por parte de los autores ya que el miedo empleado no
debía razonablemente causar la muerte.

Regla: La adecuada calificación legal asignada al hecho es la del homicidio preterintencional.

Decisión del tribunal: Confirmar la sentencia anterior en lo que respecta a XX1 y XX2.

Fallo plenario Costas - Agravante: robo con armas (1986)

Cuestión presentada: Si encuadra en el concepto de “arma” del art. 166 inc. 2 del Código
Penal, el uso de un arma descargada.
Razonamiento de la mayoría: Se entiende por arma a todo instrumento con el cual se puede
inferir una herida corporal capaz de poner en peligro la vida o integridad física, o bien pueda
aumentar el poder ofensivo del hombre. Un arma descargada o de juguete, si bien puede servir
para intimidar, no implica un riesgo real alguno para el sujeto pasivo. Se necesita que el dolo del
autor consista en emplear algo que también sea un arma para él, lo cual no ocurre si está
descargada. Por otro lado, sería injusto castigar con la misma pena al delincuente que está
dispuesto a matar y a aquel que lo hace con un poder intimidatorio pero que termina resultando
inocuo. Por lo tanto, un robo hecho con un arma descargada sigue siendo robo, pero no agravado.
Queda fuera de la cuestión que ese arma de fuego pueda ser luego utilizada como arma impropia.

Decisión del tribunal: No encuadra el concepto de arma del art. 166 inc. 2 del Código Penal el
uso de un arma descargada apta para disparar.

Fallo E.H.H s/ cohecho (1981)

Hechos: E.H.H ofrece una dádiva a un oficial de policía para que este dejara de cumplir un acto
funcional. El policía acepta la propuesta, asegurándose de que haya testigos, solamente para
poder denunciarlo luego.
Cuestión presentada: Si se cumplen con los requisitos de cohecho, ya que el oficial había
decidido de antemano rechazar la oferta y la consumación fue meramente experimental.

Primera instancia: Se interpone una apelación, porque se considera que hay una hipotética
atipicidad.

Razonamiento de la sala: H ofreció la dádiva al funcionario público con plena conciencia de la


naturaleza de lo ofrecido y además con el propósito de evitar la ejecución de un acto. Eso ya es
suficiente para calificar como cohecho su acción. El acusado no fue instigado ni hubo alguna otra
circunstancia externa que determinara su dolo. Además, se trata de un delito de pura actividad y
no es necesario un complemento externo o resultado material para su consumación, basta con
que se cumpla la actividad unilateral y genuina del agente corruptor.

Regla: La tipicidad es adecuada, pero al ser H un hombre joven, profesional, con una familia a
cargo y sin antecedentes, corresponde aplicarle la menor pena.

Decisión del tribunal: Se revoca la sentencia apelada y se condena a H una pena de seis meses.

Fallo M.A s/ procesamiento - Peculado (2005)

Hechos: M.A sustrae fondos del Banco de la Nación Argentina al no integrarlos a la institución,
los cuales fueron percibidos en su calidad de cajero de esa entidad.

Cuestión presentada: Se debe analizar la tipicidad del hecho en los términos del Art. 261 del
Código Penal por cuestionar la calidad de funcionario público del autor y de los fondos
sustraídos.
Primera instancia: Se lo procesa por el Art. 261 del Código Penal y se presenta una apelación
cuestionando la calidad de funcionario público que se le atribuyó al imputado.

Razonamiento de la sala: La idea de “funcionario público” es la participación en el ejercicio de


las funciones públicas, mediante la facultad delegada de manera permanente o accidental, de
ejecutar la voluntad estatal para realizar un fin público. Por lo tanto, se lo puede considerar
funcionario público al encargarse el autor de custodiar los caudales de un Banco estatal cuya
solvencia es responsabilidad de la Nación. Los fondos sustraídos también tienen un carácter
público al pertenecer a una entidad del Estado y fueron percibidos por M.A en razón de su cargo.

Regla: Se configuran los requisitos del Art. 261 del Código Penal para ser el autor considerado
penalmente responsable del delito de peculado.

Decisión del tribunal: Confirma la sentencia apelada.

Fallo Vélez Espíritu - Privación de libertad y secuestro extorsivo (2009)

Hechos: Vélez Espíritu golpea a Miranda Ferret haciendo que se decida a subir a su auto. La
captura fue hecha con el fin de que este cancelara una deuda.

Cuestión presentada: Se debe decidir dentro de qué figura encuadran los hechos: secuestro
coactivo, extorsivo o privación de la libertad.
Primera instancia: Se considera que fue un delito extorsivo y se lo sentencia al autor con
prisión preventiva.

Razonamiento de la sala: La figura del secuestro extorsivo no resulta aplicable porque en


ningún momento se exigió el pago de un rescate, lo que es uno de los elementos del secuestro
extorsivo. Existió una privación de la libertad de Miranda Ferret como medio para obligarlo a
hacer algo en contra de su voluntad, delito que se encuadra en el Art. 142 del Código Penal. Por
más de que se estaba reclamando algo lícito, lo ilícito en este caso fue el modo del reclamo
porque pretendieron de manera indebida cobrar una deuda o en su defecto resarcirse del daño
ocasionado al no pagar. Si bien al principio podía pensarse que el fin de los captores era cobrar
un rescate, a medida de que fueron pasando las horas se comprobó el verdadero motivo de ellos:
recuperar su dinero y los papeles que le habían entregado a Miranda Ferret; no el cobro de un
rescate.

Regla: Los hechos concuerdan con el art. 142 del Código Penal.

Decisión del tribunal: Modificar la sentencia anterior reformando la clasificación legal por la
figura prevista por el Art. 142 bis inc. 6 del Código Penal.

Fallo M.D.V s/ sobreseímiento - Prevaricato (2005)

Hechos: Se acusa a M.D.V y E.V.C de retardar la justicia, al dejar sin efecto un llamamiento de
autos para dictar sentencia, solicitando un informe al Instituto de la Propiedad Industrial en su
lugar.

Cuestión presentada: Si los hechos pueden encuadrarse dentro del delito de prevaricato.

Primera instancia: Se los sobresee y la parte actora presenta una apelación.


Razonamiento de la sala: No se corrobora la figura de prevaricato según el art. 269 del Código
Penal porque esta requiere el dictado de resoluciones contrarias a la ley, o citar para fundarlas en
hechos o resoluciones falsas. Esto no se advierte en este caso ya que su obrar fue para permitir
una mejor comprensión de la compleja cuestión que debían resolver. Los acusados no se negaron
a dar una respuesta o se demoraron con mala intención, sino que implementaron medidas que a
su parecer darían una mejor solución a la cuestión bajo su estudio.

Regla: Se considera que el delito investigado nunca se cometió.

Decisión del tribunal: Confirmar la sentencia anterior y sobreseer a los demandados.

Fallo Denicastro - Emoción violenta (1991)

Hechos: Edgardo Faustino Valiente Amaro se presenta en el negocio de Denicastro. El primero


extrae un arma de fuego dando a entender que se trataba de un asalto, ambos hombres se pelean
por la posesión del arma, que queda en manos de Denicastro. Amaro huye del negocio y
Denicastro dispara dos veces, matando a Amaro.

Cuestión presentada: Analizar la tipicidad del homicidio.

Primera instancia: Se considera que el homicidio fue cometido por un exceso en la defensa.
Razonamiento de la sala: La conducta de Denicastro traspasó los límites de la necesidad, al
haber disparado contra alguien que se encontraba de espaldas y desarmado. Él le disparó con la
intención de que se fuera asustado y no regresara, no con la intención de matarlo, por lo que no
se trata de un homicidio simple cometido por un puro dolo de matar. Se trata en cambio de un
homicidio en un estado de emoción violenta: Denicastro, desesperado por un nuevo atentado
ilegal contra su propiedad (había sufrido otros anteriormente, idea de “la gota que rebalsa el
vaso”) que puso también en peligro su vida y la de su mujer que se encontraba en el local, se vio
obligado a actuar en defensa de sus derechos.

Regla: Denicastro cometió un homicidio atenuado por haberse encontrado en un estado de


emoción violenta.

Decisión del tribunal: Se condena a Denicastro a la pena de un año de prisión por ser autor del
delito homicidio cometido en estado de emoción violenta. Se revoca la sentencia anterior.

Fallo Nogueira - Robo (1994)

Hechos: A la salida de un partido de fútbol, Nogueira, aprovechando el tumulto de gente, se


abalanza sobre María Bizancio de Sánchez para tironerarle la cadena de metal dorado que esta
tenía sobre su cuello, apoderándose de la misma.

Cuestión presentada: Se debe decidir si fue un robo consumado o tentativa: cuándo se consuma
el delito de robo.

Razonamiento de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional :


Respecto a la consumación del delito de robo, es necesario que el imputado haya tenido la
posibilidad material de disponer de la cosa, aunque sea por breves instantes. Siguiendo la teoría
de la disponibilidad, esta propone que la cosa sustraída se encuentre fuera de la esfera de
custodia del dueño, no basta con el solo apoderamiento. Esto se vio demostrado cuando Nogueira
arrojó la cadena que arrancó a la damnificada comprobando así su disposición sobre la misma.
Sin embargo, el ladrón hizo eso como consecuencia de encontrarse perseguido
ininterrumpidamente, por lo tanto, la posibilidad de disponer del bien sustraído no se concretó en
la cabeza del imputado, sino que ocurrió debido a una causa externa.

Regla: Se trata de un robo que ha quedado en grado de tentativa.

Decisión del tribunal: Se confirma la sentencia de la instancia anterior pero se modifica la


calificación legal ahí impuesta por la de robo en grado de tentativa.

Principio elaborado: Teoría de la disponibilidad.

Fallo Bazterrica - Estupefacientes (1986)

Hechos: Se condena a Bazterrica por considerarlo autor del delito de tenencia de estupefacientes.

Cuestión presentada: Debe decidirse si el art. 6 de la ley de drogas de ese momento viola o no
la esfera personal establecida por el art. 19 CN. ¿Basta con que haya un peligro abstracto para
sancionar la conducta o es necesario que haya un peligro concreto?

Primera instancia: Se lo condena a Bazterrica por considerarlo autor del delito de tenencia de
estupefacientes.

Segunda instancia: Este pronunciamiento fue confirmado por la Cámara Nacional de


Apelaciones en lo Criminal y Correccional, y contra ésta se interpuso recurso extraordinario,
sosteniendo la inconstitucionalidad del Artículo 6 de la ley 20.771 que por reprimir la tenencia
de estupefacientes para uso personal se viola el Art. 19 de la Constitución Nacional.
Razonamiento de la Corte: No basta la sola posibilidad de peligro potencial de que una
conducta trascienda la esfera privada para incriminarla, sino que es necesaria la existencia en
concreto de un peligro para la salud pública. Se menciona que no está probado que la
incriminación de la simple tenencia de estupefacientes pueda evitar consecuencias negativas y
concretas para el bienestar y la seguridad de la comunidad.

Regla:, El Art. 6 de la ley 20.771 es inconstitucional por invadir la esfera de la libertad personal
contemplada en el art. 19 CN.

Decisión de la Corte: Hace lugar al recurso y revoca el fallo de la Cámara

Disidencia de Doctores Fayt y Caballero: Consideran que no es impugnable el art. 6 de la ley


20.771 en cuanto incrimina la simple tenencia de estupefacientes para uso personal debido a que
existe un área de defensa social que puede ser más o menos ampliada de acuerdo a la valoración
de los bienes que se desea proteger. Basta, para ellos, con la mera posibilidad de peligro de daño
al bien resguardado para justificar que dicha acción resulte incriminada.

Principio elaborado: Principio de intimidad.

Fallo Montalvo - Estupefacientes (1990)

Hechos: Ernesto Montalvo es llevado detenido en un automóvil. Al llegar a la dependencia


policial y descender del vehículo, Montalvo arroja una bolsa que contenía 2,7 grs. de marihuana.

Cuestión presentada: Debe decidirse si el art. 6 de la ley de drogas de ese momento viola o no
la esfera personal establecida por el art. 19 CN.

Primera instancia: Se lo considera autor del delito de tenencia de estupefacientes en términos


del art. 6 de la ley 20.771. Se presenta una apelación por inconstitucionalidad de la ley, en contra
el art. 19 de la CN.

Segunda instancia: Se rechaza este planteo de inconstitucionalidad aplicando ahora el art. 14


segunda parte de la Ley 23.737, el cual modifica al anterior y establece lo siguiente. Sostuvo el
apelante que la resolución recurrida afecta a la garantía amparada por el art. 19 de la CN. Pide
una pena más benigna teniendo en cuenta el cambio de ley al respecto (20.771 a 23.737).
Razonamiento de la Corte: La incriminación de la tenencia de estupefacientes para consumo
personal no se dirige a la represión del tenedor, sino que reprime un delito contra la salud
pública. Lo que se quiere proteger no es el interés particular del adicto, sino el interés general
que está por encima de él y que aquél trata de alguna manera de resquebrajar, dado que su
conducta también constituye un medio de difusión de la droga. Este efecto contagioso de la
drogadicción es un hecho público y notorio que los jueces no pueden ignorar. En este delito está
implícita la trascendencia a terceros, pues detrás del tenedor están los traficantes. Se trata de una
figura de peligro abstracto, dicho peligro existe en tanto la sustancia conserve sus cualidades y
sea apta para ser consumida por cualquier persona y por ello es susceptible de ser castigada.

Regla: El art.14 de la ley 23.737 no es inconstitucional.

Decisión de la Corte: Confrima la sentencia apelada.

Disidencia de Belluscio y Petracchi: La mera tenencia de estupefacientes, al crear una


presunción absoluta de peligro abstracto, no satisface los requisitos del art. 19 de la CN que
exige como condición del reproche penal el daño o el peligro concreto a terceros, al orden o a la
moral pública. La sanción a este delito se ha revelado como no idónea para combatir la
drogadicción. Es inadmisible justificar la incriminación con el argumento de combatir por esa vía
al narcotraficante, en tanto la CN prohíbe utilizar a las personas como meros instrumentos para
alcanzar objetivos públicos.
Fallo Arriola - Estupefacientes (2009)

Hechos: En el marco de una investigación por tráfico y comercialización de estupefacientes se


realizó un allanamiento durante el cual resultaron detenidas ocho personas con marihuana en su
poder que, por su escasa cantidad, denotaba ser para uso personal.

Cuestión presentada: Debe decidirse si el art. 6 de la ley de drogas de ese momento viola o no
la esfera personal establecida por el art. 19 CN.

Razonamiento de la Corte: Sostiene los principios establecidos en “Bazterrica”. El art. 19 de la


CN sienta el principio de que el Estado debe tratar a todas las personas (y sus preferencias) con
igual consideración y respeto. Agrega que “las razones pragmáticas o utilitaristas” en las que se
basaba el enfoque punitivo fracasaron, pues el comercio de drogas aumentó notablemente pese a
que por más de 18 años se castigó la tenencia. La reforma constitucional de 1994 y los tratados
de derechos humanos a ella incorporados refuerzan la protección de la privacidad y la autonomía
personal y el principio de dignidad humana, que impide el trato utilitario de la persona. El
consumidor no es más que una víctima de los criminales que trafican drogas, y castigarlo
produce su revictimización. Esta decisión no implica legalizar la droga, todas las instituciones
deben comprometerse a combatir el narcotráfico. Se exhortan a todos los poderes públicos a
asegurar una política contra el narcotráfico y a adoptar medidas preventivas para la salud, con
información y educación que disuadan el consumo.

Regla: El art. 14 de la ley 23.737 es inconstitucional.

Decisión de la Corte: Se revoca la sentencia apelada.

Principio elaborado: Principio de intimidad.

También podría gustarte