Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria
Universidad Bolivariana de Venezuela
Eje Gran Mariscal de Ayacucho Antonio Jose de Sucre
Sede Nueva Esparta
Unidad Curricular: Proyecto
PFG- Comunicación Social
INFORME SOBRE LA ASUNCIÓN Y LA RELIGIOSIDAD
Profesor(a): Ali Acosta
1- REVETTE, MIGUEL
2- SUNIAGA, ARISH
3- VIZCAINO, JOSE
PORLAMAR, FEBRERO 2024
El culto a Nuestra Señora de La Asunción tiene carácter universal. En el Oriente comienza a partir del siglo IV y cien años después lo hace Roma. En un hecho que en América esa manifestación religiosa que refleja el ascenso al cielo de la Virgen María, se inicia con el llamado descubrimiento atribuido a Cristóbal Colón y la posterior colonización iniciada por España. De aceptarse la información que el padre Francisco de Villacorta hace llegar a los reyes españoles, donde sostiene que ha fundado un pueblo con el nombre de Espíritu Santo y ha levantado una iglesia bajo la advocación de la Asunción de la Madre de Dios, lo cual ha dado pie para que se tenga el 26 de marzo de 1536, como la fundación de Porlamar, es sin duda alguna la manifestación que permite hablar del comienzo de su culto en la provincia de Margarita. Esta presencia bien merece una investigación más profunda por cuanto da la impresión que fue en Margarita donde comienza en América la identidad con esta Virgen que celebra sus festividades, casi en forma general, el 15 de agosto de cada año. En la revisión historiográfica, en Paraguay, el culto a la Asunción, según la fuente bibliográfica consultada, fue en 1537. De acuerdo con testimonios de Ángel Félix Gómez, en el espacio que hoy ocupa la capital neoespartana y como continuidad de los primeros pueblos fundados como San Pedro Mártir y Villa del Espíritu Santo, la Virgen acentúa su presencia entre 1605 y 1612, dándose por supuesto, el reemplazo de la imagen de Santa Lucía. El sentimiento hacia la Virgen tiene diferentes manifestaciones para organizar su culto. En Perú se habla de capitanes, mientras que en La Asunción, capital neoespartana, predomina la figura del mayordomo, quienes son los encargados de preparar sus festividades, quedando para el recuerdo que correspondía a las mujeres la celebración de la octava, reservada para el día 22, mientras que los hombres organizaban todo lo conducente al 15 de agosto. Ahora es una sola junta la conductora de la festividad, que desde hace unos 30 años incluye los Juegos Deportivos Asuntinos. La procesión que se programa para las siete de la noche, cumple el mismo recorrido que hacen las imágenes de la Semana Santa, como sus cargadores son también quienes llevan sobre sus hombros al Cristo, el Nazareno y el Sepulcro. El paseo de música, los cohetes, los globos de la Virgen y el estreno para lucir el vestido o pantalón nuevo, marcaron la pauta en una época, donde la familia asuntina acudía a la plaza para acompañar a la Patrona de la ciudad, que también es de toda Margarita. Otras costumbres se fueron con el tiempo. Fue motivo de orgullo la colaboración para con las festividades. Los mayordomos y mayordomas recurrían a sus habilidades. El dueño de conuco asignaba a la Patrona dos carreras de maíz, los surcos de chaco, el cochino para engordarlos y al venderlos, honraban el compromiso con la patrona. El banquete al cual asistía el Obispo de la Diócesis de Cumaná celebrado en espacios de la Casa cuna, es otro recuerdo de las festividades. Un nuevo elemento ha encajado en la programación, representada en la sesión solemne, donde se reconoce la vocación por la iglesia a representantes de la comunidad asuntina. En los últimos cuatro años, las directivas se han encargado de llevar una imagen viajera a cada una de las parroquias eclesiásticas de la isla. La imagen antigua permanece en reposo y sale en procesión la de los arcos iluminados. Los asuntinos celebramos el mes de nuestra Patrona y el mundo entero apegado al catolicismo hace lo propio. El mundo ha cambiado, pero la fe sigue transmitiéndose a las nuevas generaciones. La semana mayor es un tiempo de reflexión y devoción en todo el mundo, pero en la asunción se celebra con un sentido profundo de amor. Durante esos días las tradiciones, entre ellas las de palmeros y cargadores son muy valoradas. Los neoespartanos católicos se preparan para celebrar la Semana Santa, un tiempo para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Aunque todas las parroquias de la región insular organizan actividades en paralelo, definitivamente el epicentro de estas fiestas religiosas es La Asunción en la cual se realizan una serie de eventos que atraen a los devotos, tanto que este año se estima la asistencia de al menos unas ocho mil personas. El párroco de la Parroquia Sagrario Catedral Nuestra Señora de la Asunción, Darío Salazar explicó que la Semana Santa es el tiempo cumbre de la Cuaresma, y en estos días se recuerdan los acontecimientos inmediatos de la muerte de Jesús. “No nos quedamos en su muerte, sino a través de esta Jesucristo experimenta la muerte, vida y resurrección, que es el sentido mismo de nuestra fe. Jesucristo muerto y resucitado. El amor de Dios en Jesucristo su hijo que murió por nuestros pecados”. Indicó que en cada día que conforma la Semana Santa, se le denominan días santos, porque la imagen de” Jesús en el huerto” invita a reflexionar en el sufrimiento de Jesús cuando sabe que será entregado, juzgado y sentenciado. El Lunes Santo se contempla a “Jesús atado a la columna”, recibiendo azotes como “cordero llevado al matadero: manso, sin defensa, ofrecía la espalda a quienes lo golpeaban, las mejillas a quienes lo abofeteaban”. El Martes Santo “Jesús humilde y paciente” en el que experimenta el cansancio por los latigazos, los desprecios, por lo que debemos ver la acción de Dios en nuestra vida. El Miércoles Santo es un día en que se mueve mucha gente en las parroquias, por que es cuando Jesús lleva la cruz y el pueblo se identifica como un pueblo sufriente, que espera librarse de tantas circunstancias que lo oprimen. Asimismo, el padre Darío Salazar dijo que la gente espera también el encuentro de la Virgen María con su hijo, así como muchas madres están experimentando ese sentimiento del reencuentro en estos momentos. El Jueves Santo es el día que termina la Semana Santa, antes de las tres de la tarde cuando se inicia la liturgia de la institución de la Eucaristía más importante, la Eucaristía como signo de la presencia de Cristo Sacramentado entre nosotros para darnos vida, que el mismo signo de lavatorio de los pies que se hace en el sentido de servicio. “Muchas parroquias hacen ese día la procesión de Jesús crucificado, aunque hay un desfase en el tiempo”. Salazar comentó que el Viernes Santo es el día de ayuno, oración y limosna, además de abstinencia, porque ese día se prepara la entrega de Jesús a la Muerte, suele hacerse este día la procesión de Jesús hacia el sepulcro. El Sábado Santo no hay liturgia durante el día, es tiempo de preparación para la Vigilia Pascual que se hace desde la noche y en algunas parroquias hasta la mañana. “Es la celebración gozosa de Cristo resucitado. El Domingo conmemoramos el glorioso día de la resurrección del señor”, dijo el párroco Darío Salazar. Uno de las organizaciones más tradicionales y religiosas en el estado Nueva Esparta es la Asociación Civil de Palmeros Asuntinos, la cual está conformada por católicos que se preparan cada año para cosechar las palmas que utilizarán los fieles en el Domingo de Ramos. El presidente de la Asociación de Palmeros Asuntinos, Eduardo Marcano comentó que todos los años los miembros se preparan para la búsqueda de la palma real en el Cerro Copey, según la permisología que les otorgue Inparques. Explicó que son 80 palmeros quienes subieron ayer al campamento Juan Martha Rivas que está ubicado a 300 metros sobre el nivel del mar, para subir hoy a la parte más alta del cerro a recoger las palmas que serán repartidas en todo el municipio para su bendición el Domingo de Ramos. Marcano, infirió que para ser parte de esta asociación deben tener un año de trabajo en beneficio de la comunidad y el ambiente. “Pueden ingresar una vez que demuestren el amor por la naturaleza, el amor por el ambiente y su protección”. La labor de los palmeros asuntinos no se reserva exclusivamente a la recolección de la palma real, sino que también buscan retribuir al cerro lo que les da con el cultivo de la planta en viveros que tienen en la sede de la Asociación. “Una vez que el Ministerio del Ambiente a través de la providencia les otorga la permisología estos les colocan una meta de plantas que puedan retribuir a la montaña”. Comentó que un equipo de palmeros sube al sitio para hacer un monitoreo de las palmas que tienen semilla, con el fin de bajarlas hasta la sede y pasarlas a viveros. “Una vez que estas germinan y tienen un tamaño correcto para trasplantarlas, se devuelven a la montaña y no se pierde el equilibrio ecológico”, refirió Marcano. La meta que tienen los miembros de los Palmeros Asuntinos en esta Semana Mayor es traer a la capital de Arismendi unas 350 plantas, las cuales serán deshilachadas con el fin de que todos los fieles puedan llevarse un “gajito” bendecido a sus casas. Luego de ser bendecidas, muchos fieles suelen colocarlas en algún lugar privilegiado del hogar y las utilizan como un símbolo sacramental, es decir, como “signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia” (Catecismo de la Iglesia Católica n° 1667).
Otros de los personajes importantes dentro de la Semana Santa en La
Asunción y en Nueva Esparta son los cargadores. Estos personajes de incalculable fe se encargan de llevar el peso de las imágenes religiosas que salen en procesión. El presidente de Los Cargadores Asuntinos, Régulo Rafael Rivas dijo que tiene 64 años en este oficio y dijo que se unió cuando aún no se había creado la asociación. “Los cargadores eran de mi barrio en El Copey. El encargado era Casio Sanabria pero por su edad se alejó de esto y me nombraron a mi como presidente, luego se formó la asociación un viernes santo de hace 27 años, y he sido presidente hasta la fecha”. Añadió que todo el tiempo hay jóvenes que se inscriben en la Asociación, pero deben cumplir con una serie de requisitos para que puedan llegar a cargar imágenes religiosas. Lo primero es participar de las asambleas que realizan, en las cuales explican todo el trabajo y las pautas que deben cumplir. Los jóvenes tienen que ir a las procesiones para ver como son los pasos, luego van a las procesiones pequeñas para ir practicando. “Van a las ligas menores”. Rivas afirmó que aunque en las procesiones se ve mucha gente llevando a los santos, quienes la dirigen son los esquineros y los cuatros laterales. “Los demás colaboran, pero no llevan el mismo peso y tampoco son los que dirigen los pasos. El ritmo lo llevan los tambores y trompetas. En la procesión del Santo Sepulcro se debe tomar un tiempo de cinco horas desde la sede del Consejo Legislativo hasta la Catedral. Nunca nos hemos equivocado con ninguna procesión”. Rivas pidió este año a los cuerpos de seguridad hacer una cadena humana para evitar que la gente se aglomere alrededor de la imagen y no se atraviesen a los cargadores para quitar las flores, o tocar la imagen, pues esto puede ocasionar inconvenientes.