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ACTUALIDAD Act. 08 sep 2018


‘Homo Videns’: el reto de conquistar a un nuevo ser humano
janice.leon
Ha muerto Giovanni Sartori, politólogo, sociólogo y uno de los intelectuales más importantes
de la segunda mitad del Siglo XX. Quizás, él haya sido quien dotó de teoría a la manida
frase: una imagen vale más que mil palabras.

Una de sus obras más emblemáticas es ‘Homo Videns: la sociedad teledirigida’, donde
planteó la influencia de los medios de comunicación, en especial de la televisión, sobre las
masas. Al momento de su publicación, en 1997, generó una gran polémica y despertó una
serie de reflexiones al respecto.

Veinte años después, la idea de un nuevo ser humano que solo entiende lo que ve y para el
que solo existe lo que mira, ha influido en algunos hábitos de comunicación de empresas
que pretenden llegar a las nuevas generaciones.

Giovanni Sartori. - BBVA

El viaje del conocimiento a la imagen


En 1758, el científico sueco Carlos Linneo denominó a la especie humana como ‘Homo
Sapiens’ en su obra ‘Sistema de la Naturaleza’. El nombre se basó en el rasgo biológico
más característico del hombre: ‘sapiens’ significa «sabio» o «capaz de conocer» y parte de
la consideración del ser humano como «animal racional», capaz de comunicarse, pensar y
conocer.

Sin embargo, a mediados del siglo XX, aparece un innovador medio que revolucionaría la
forma de obtener información y, sin querer queriendo, generaría un nuevo tipo de ser
humano: la televisión.

Antes de la TV, los acontecimientos del mundo se relataban a través de la palabra;


actualmente se muestran en imágenes, ya sean videos o fotografías, y el relato, es decir, su
explicación, reposa en la imagen. Este avance tecnológico abrió un horizonte distinto al
hombre y le permitió ser testigo de sucesos reales o de entretenimiento en cualquier
momento, desde cualquier lugar y distancia. El dato importante aquí, que parece inofensivo,
es que, con la televisión, la imagen comenzó a prevalecer sobre la palabra.

“La televisión estimula, pero también, frente a estos progresos, hay una regresión
fundamental: el empobrecimiento de la capacidad de entender

A partir de ello, el investigador italiano Giovanni Sartori propuso una nueva denominación
de la especia humana en su libro ‘Homo Videns’. El autor postula que, con la televisión y
posteriormente con Internet, el ‘Homo Sapiens’, producto de la cultura escrita, se ha ido
transformando en un ‘Homo Videns’, para el cual las imágenes cobran mayor sentido y valor
que lo escrito o hablado.
Como consecuencia de este cambio radical se fue formando lo que Sartori llamó
vídeo-niños: una nueva generación que ha crecido con la televisión como su primera
escuela, pasando horas frente a ella incluso antes de aprender a leer y escribir. Una
característica importante de estos niños es que, al estar familiarizados con un aprendizaje
visual, se restringen a ser adultos desacostumbrados a la lectura y que responden casi
exclusivamente a estímulos audiovisuales. Estos video-niños, hoy ya son jóvenes que
tienen una forma distinta de aprendizaje, llamados también ‘millennials’.

La imagen es el mensaje
A partir de este cambio de valoración que perjudica a la lectura e impulsa el material visual,
se puede ver cómo a lo largo de los años las empresas han decidido realizar cambios en su
forma de comunicación con sus clientes. Estas han percibido un cambio radical en los
consumidores que son cada vez más exigentes de información, pero pidiendo además que
esta no sea demasiada, o mejor dicho, que sea explicada de forma concisa, rápida y
entretenida. Las empresas deben ganarse la atención y el aprecio de aquellos jóvenes que
en el 2018 serán responsables del 50% del consumo global y que exigen una forma de
comunicación simple e inmediata. Un gran reto, ¿no?

Si bien las empresas siempre han considerado a la palabra como un recurso imprescindible
para transmitir un mensaje concreto, sobre todo si se trata de uno institucional, hoy deben
tener en consideración que para tener éxito en la comunicación con los clientes del futuro, o
incluso con sus propios colaboradores, deben lograr convertir eficazmente esas palabras en
imágenes.

Además, estos mensajes visualizados requieren ser concretos, rápidos y cortos, lo cual se
relaciona mucho con la cultura de Twitter e Instagram que ya se vive, por ejemplo, con el
mensaje de pocas palabras o la imagen que lo dice todo, que ayuda al déficit de atención de
la nueva generación y evita la infoxicación que satura de información a los usuarios y en vez
de atraerlos lo repele.

Actualmente, diarios como ‘El Comercio’, en Perú, o ‘El País’ o ‘La Vanguardia’, en España,
han optado por transmitir sus noticias por Internet en videos cortos al estilo PlayGround, de
formato cuadrado, para hacerlo más visible en redes sociales, y con un mínimo de texto que
resuma la noticia en imágenes.

Todos ellos han resultado muy exitosos. Incluso, la Fundación BBVA Continental está
implementando esta técnica también para contar sucesos históricos y de interés del Perú y
poder llegar a los más jóvenes.

Asimismo, lo que conocemos por ‘memes’ son también muestra de un tipo de comunicación
simple, quizás muy pobre, pero creativa, propia de los ‘millennials’.

“La televisión produce imágenes y anula conceptos, y de este modo atrofia nuestra
capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender

Palabra e imagen no se contraponen


Como Sartori lo postuló hace 20 años, la llegada de la televisión y posteriormente de la
tecnología multimedia ha sido inevitable, pero no por ser inevitable debe aceptarse a ciegas.
La palabra y la imagen no se contraponen, pero actualmente esta relación es más una resta
que una suma, ya que la imagen que se proyecta necesita ser explicada, y la explicación
que se da de ella en la televisión no es suficiente. “La televisión estimula, pero también,
frente a estos progresos, hay una regresión fundamental: el empobrecimiento de la
capacidad de entender. La televisión produce imágenes y anula conceptos, y de este modo
atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender”.

Sin embargo, la ventaja de Internet es que, a diferencia de la televisión, crea un espacio en


el que se fomenta la interacción, la búsqueda de información e, incluso, la creación de
contenido. Un espacio en el que no solo se transmiten imágenes sino también texto escrito,
donde las empresas ya no solo comunican información a un cliente pasivo, sino que se
estimula el diálogo y se crean relaciones de fidelización.

Las posibilidades de Internet son infinitas, sean buenas o malas. Pueden ser positivas
siempre y cuando el usuario utilice el instrumento para adquirir información y conocimiento y
no solo para entretenerse. Pero, a su vez, Internet abre las puertas a la violencia ilimitada
que existe en el mundo y los niños o jóvenes quedan expuestos también a toda esta maldad
que muchas veces es expresada con poca valentía tras el anonimato, como el escritor
español Javier Cercas lo afirma en su columna del diario El País que titula El gran basural,
refiriéndose a los contenidos que se pueden encontrar en la web.

Por esta razón, las empresas no deben rendirse ante este nuevo tipo de comunicación, más
audiovisual y menos intelectual, como si no hubiese otra salida y someterse a sus reglas.
Por el contrario, deben aprovechar estos recursos para transmitir mensajes intelectuales y
conocimiento de una forma distinta y mirar como una oportunidad lo que Sartori veía como
una regresión.

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Críticas Pintescas
Análisis de “Rebelión en la granja” de George Orwell
Pinto Pinto
hace 2 años
Bajo las garras del poder, los seres humanos hemos cometido autenticas atrocidades.
Invasiones en África aumentando el número de esclavo, el imperialismo en Latinoamérica
para tener más productos exclusivos del Nuevo Mundo y además expandir el territorio del
imperio… Guerras, hambre y fatiga son los mayores terrores que han asolado a la historia
de la humanidad. Normal que sean los jinetes del Apocalipsis…

Las guerras comenzaron a base palos y piedras así tomando el territorio del “enemigo” hace
millones de años. Actualmente, las cosas son muy distintas; tenemos todo tipo de armas
para masacrar al enemigo y disponemos de una tan peligrosa que no nos atrevemos a
tocarla: la bomba atómica. Su creación se remonta a la Segunda Guerra Mundial,
únicamente testadas en la guerra de EEUU contra Japón, como muchos ya sabemos. Pero
en la guerra no se gana contando el numero de victimas o el territorio conquistado, se gana
viendo cuanto PODER has ganado.

Los territorios no son nada si de estos no podemos extraer recursos, así que tras una
conquista, lo que esperamos es una gran fuente de recursos, de este modo aumentamos
nuestro poder económico, social o político. Con el tiempo los imperios cayeron y se
sometieron a los parlamentos y la decisión del pueblo que obviamente, al inicio, solo unos
pocos pudieron tomar. Esto llevó a tensiones entre los adinerados o burgueses y el
proletariado, o lo que es lo mismo, jefe y empleado. Por muy alto que estés, siempre habrá
un jefe que lo controle todo y acumula más riqueza. Solo el acaudalado podía votar y por lo
tanto, decidir el devenir político de aquellos que no eran nada a ojos del estado.

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Pero todo cambió con el comunismo y el Manifiesto Comunista de Karl Marx en 1848. Este
tratado político es de los más influyentes de la historia, ya que ve otro modo de organización
fuera del capitalismo de aquel entonces y renunciar a la entrega del poder a una única
persona. El pueblo debía despertarse y darse cuenta que eran la mayoría, por lo tanto su
bienestar era lo prioritario. No podemos equiparar las condiciones de los obreros de aquel
momento de la historia con nuestra calidad de trabajo, así que esa idea cuajo muy bien en
las mentes de la prole. Lo que Karl Marx planteó parecía ser complicado pero si hay una
correcta ejecución, podría llegar a ser la igualdad económica y sobre los derechos de las
personas. El problema era que sus exponentes jamás dieron el paso siguiente a la dictadura
del proletariado, quedándose estancados en el poder de

51QGrh1gzFL._SX326_BO1,204,203,200_uno solo proclamándose la voz del pueblo.

George Orwell (ya nombrado en este blog en la reseña de “1984”) escribió una novela corta
bastante desenfadada pero cargado de gran poder político, satirizando la llegada del
comunismo a Rusia, más conocido en aquel momento como Unión Soviética. Lenin había
tomado el poder del gobierno con el visto bueno del pueblo y organizaba a sus gentes
mediante los soviets y como era de esperar, Orwell metió las narices ahí para ver que se
cocía. La cosa se puso peliaguda tras la muerte de Lenin, tomando el mando del estado un
implacable Stalin que mandó al país a la miseria y hambruna y obligarte a cumplir las
ordenes del régimen. Un momento desolador que Orwell anotó como ideas para una de sus
grandes obras “Rebelión en la granja”.
Todos los animales somos iguales, pero unos más que otros

El libro comienza en una granja cuyo granjero es bastante malvado con los animales.
Tenemos cerdos, un caballo, un burro, perros, ovejas… Lo típico que podemos encontrar en
una granja, pero todos ellos tienen consciencia de si mismos, de su individualidad. Es un
punto positivo ver la fábula que nos ofrece el señor Orwell, así animando a las
comparaciones y no señalar con el dedos ciertos personajes históricos ya que podría darles
problemas. El dueño de la granja, cansado de su trabajo y de la vida en general, decide no
darles de comer a los animales por un día, acto que inicia una revolución. Liderados por el
Cerdo Mayor, el animal más anciano que allí reside, con sus patas derecha y izquierda,
Snowball y Napoleón, la granja cambia totalmente su rumbo y pasa a ser llamada “Granja
de los animales”.

Para iniciar una nueva etapa en sus vidas, deciden escribir en la pared los mandamientos
de este nuevo gobierno liderado solo por animales. Dice así:

Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo.

Todo lo que camina sobre cuatro patas, o tenga alas, es un amigo.

Ningún animal usará ropa.

Ningún animal dormirá en una cama.

Ningún animal beberá alcohol.

Ningún animal matará a otro animal.

Todos los animales son iguales.

Unas declaraciones muy potentes a la vez que directas. Es claro que el ser humano es
totalmente rechazado en esta granja, quedando en exclusiva para animales.

Pero no todo es de color de rosa. El Cerdo Mayor muere, ñas disputas internas entre
Snowball y Napoleón son constantes, llegado el punto en que Snowball (el menos
autoritario) se ve expulsado por su compañero Napoleón (el nombre creo que lo dice todo).
Con la llegada al poder de Napoleón, todo cambia. Es un autentico tirano que

noticia-netflix-rebelion-en-la-granjasomete a los demás animales a trabajos forzados. ¿Con


qué intención? Desea que tengan electricidad, agua corriente, un molino… Construcciones
humanas que rechazan pero que son realmente útiles y que sus hijos podrían salir
beneficiados. Con ese sentimentalismo barato, todos aceptan sus propuestas. Son
animales, así que el proceso de construcción les llega a tomar años. En el proceso, algunas
veces los edificios, como el molino, son derruidos por los humanos en acto de terrorismo
contra la nueva granja y otros por el clima que somete tanto a hombres y animales.
Napoleón en ese tiempo toma el poder de una forma tiránica. Los perros pasan a ser su
guardia personal, las asambleas son únicamente para alabar la figura del Cerdo Mayor y
con el tiempo la suya propia, olvidando quien fue el verdadero portador de la revolución, y
someter a su pueblo a través de cantares sobre gestas ocurridas a su figura. Todo se vuelve
un icono de la lucha que tomaron contra el granjero pero la corrupción del poder no tiene
limites. Para obtener mejores recursos, Napoleón llega a pactar con humanos, pero no
queda ahí, ya que mientras los otros animales de la granja duerme en el establo, él y sus
seguidores duermen en la casa del granjero, se ponen su ropa, fuman de sus puros y beben
de su alcohol. Al terminar la novela, podemos ver como estos cerdos se ponen en pie,
caminando sobre sus patas y ante la mirada de los animales, que todos los días observaban
los mandamientos escritos años atrás, ven como el mandamiento final es sustituido, sin
darse cuenta, por este: “Todos los animales son iguales, pero unos más que otros”.

Imágenes de la película “Rebelión en la granja” (1954)


Quitemos las caretas a los personajes de fábula

Está claro que la crítica al comunismo soviético es una puñalada contra la historia de la
nación rusa. George Orwell no deja títere con cabeza, pero su forma de contar los actos es
adicta. Pueden leer “Rebelión en la granja” tanto los jóvenes, adolescentes o adultos que
cada cierto tiempo entenderás detalles que por falta de experiencia ante la vida, no somos
capaces de comprender. Yo lo leí ya crecido, así que pude entender todas las referencias, o
eso espero.

Está claro que el Cerdo Mayor, el animal más sabio de la granja, es el mismo Lenin que
trajo las ideas de comunismo a la política rusa con la retirada del zar Nicolás II. Snowball y
Napoleón representan sus manos, Trotski y Stalin. El primero basaba sus políticas en algo
más cercano al pueblo, dividir en pos de que cada pieza del puzzle muestre las maravillas
del comunismo, en cambio, Stalin no era para nada un político, si no más bien un matón.
Este tomaba el poder por la fuerza bruta y si bien es cierto que el comunismo, antes de
llegar al gobierno, en el parlamento se mostraba con una actitud agresiva contra sus
contrarios, los partidarios de Zar. Creo que no hace falta decir que el dueño de la granja es
la realeza y quienes acumulan la riqueza, quien cree que está por encima de los animales
sin cuestionárselo. En esa granja estarían orgullosos del veganismo…

El caballo representa aquel que jamás cambiará de opinión con respecto a su líder. Es
quien traía las piedras de una cantina y pasó toda su vida con ese mismo propósito, hasta la
llegada de su muerte. Es clara la referencia, el caballo que únicamente mira enfrente y es
capaz de romperse por seguir el camino que le han enseñado; tal como solía decir:
“Trabajaré más duro” o “Napoleón tiene toda la razón.”

Trágica la muerte de un personaje muy fuerte durante toda la novela, creyendo que algún
día, terminaría todo.
El burro puede representar a aquellas personas que a pesar de ver como todo se va
derrumbando y a pesar de ser consciente de ello, no hace nada para evitarlo porque no es
lo suficiente poderoso como para efectuarlo. Algunos lo llegan a comparar con los
intelectuales; podría ser, ya que algunas interpretaciones están abiertas, pero yo prefiero
pensar que son aquellos que aún sabiendo lo que ocurre e imaginándose un futuro negro,
simplemente se quedan mirando a ver que pasa.

Mis personajes favoritos son las gallinas y las ovejas. Es meramente el pueblo, ya que en
una granja suele haber una gran cantidad de aves y un rebaño extenso de ovejas. El
sistema favorece a estos animales, ya que se les protege de las leyes injustas de los
humanos, pero no tienen ningún tipo de opinión al respecto. Cacarean las gallinas y las
ovejas efectúan su balido, pero nada importa. Es el pueblo más ignorante y los que menos
se cuestionan nada de lo que ahí ocurre.

El final de la novela es rompedor, ya que nadie se queda indiferente. Los cerdos, ansiosos
de poder y riqueza, acaban comerciando con los humanos. Si fuera un cuento,

Al final, todos caemos bajo las garras del poder.


no importaría, ya que cerraríamos el libro e iríamos a la cama pensando que es meramente
una historia. Pero lo siento, todo esto es, en parte, basado en hechos reales.

Stalin sometió a su pueblo al hambre, al cansancio, a los gulags (cárceles para disidentes
con trabajos forzados) y fingir que amaban al régimen. Jamás le importó el bienestar de su
pueblo y lo único que quiso fue la gran riqueza que acumuló y el poder de tener en sus
manos uno de los países más extensos. Mientras su gente llegaba incluso al canibalismo
por la falta de alimentos, Stalin vio oportuno meterse de lleno en una guerra con otra súper
potencia. Lo que parecía ser una salvación para las clases trabajadoras, de los humildes y
los desamparados, acabó siendo un fiel reflejo de las tiranías que han asolado el siglo XX y
el actual en muchos lugares del mundo.

Al fin y al cabo, Stalin acabó demostrando que todos eran iguales, pero unos más que otros.

Se despide vuestro crítico y analista favorito, Maese Pintesco. Recordad que un like, un
comentario o compartir en vuestras redes sociales es de grana ayuda para este humilde
escritor y a mantener su visión critica del mundo entero. ¡Nos volveremos a leer!

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Categorías: Sin categoría
Etiquetas: comunismo,dictadura,George Orwell,Lenin,Rebelión en la granja,Stalin
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Críticas Pintescas
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El Caleidoscopio de Lucy La cultura es una pieza fundamental de una sociedad. El hecho
artístico no está al margen de la misma.
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24
María Dolores Bejar: “La historia ayuda a organizar el análisis de la vida social”

Con su libro recientemente editado "Historia del Siglo XX" (Siglo XXI Editores), María
Dolores Bejar brinda un análisis ameno y serio de los acontecimientos ocurridos en la última
centuria. Con estilo claro y sencillo, Bejar explica el lado B del siglo XX, el Tercer Mundo, la
Segunda Guerra Mundial, las ideologías, la influencia de las nuevas tecnologías y sus
consecuencias para los próximos cien años.

- ¿Cómo surge la posibilidad de escribir la “Historia del Siglo XX”?


- Este libro es parte de una colección, "Biblioteca básica de historia", que fue pensada por la
editorial Siglo XXI y en cuya concreción se combinaron un conjunto de aportes. La principal
aspiración de la misma es llegar a un vasto público interesado por la historia, principalmente
argentina, a través de textos amenos de lectura ágil y que al mismo tiempo posibiliten
comprender la riqueza de la explicación histórica, que está muy lejos de reconocer “buenos”
y “malos” y descarta la cadena de “causas” y “consecuencias”.
En mi caso, esta iniciativa me posibilitó reorganizar, para un público amplio, las clases que
vengo dando desde hace muchos años. Fue una tarea díficil pero fascinante, en la que
primó el afán por ofrecer un cuadro de la historia contemporánea mundial atendiendo a las
distintas zonas del mundo y a través de las diferentes épocas que se pueden distinguir en
ese período. Lo pensé como un punto de partida, organizador de algunas ideas básicas
que, espero, suscitará nuevas preguntas y alentará otras lecturas.

- En la portada del libro, está el desembarco de Normandía. ¿Fue el hecho “bisagra” del
pasado siglo?
- No. En primer lugar, porque creo que el cambio de rumbo de la Segunda Guerra a favor de
los aliados se definió en la URSS a partir de Stalingrado y en segundo lugar, considero a la
crisis del comunismo combinada con la crisis del capitalismo keynesiano como los procesos
bisagra del siglo XX.

- ¿Cómo desarrolló al libro en si?


- La organización del libro se basa en la distinción de cinco grandes períodos en la historia
contemporánea mundial y en un modo de organizar el espacio mundial en grandes grupos.
Respecto a la organización del espacio, acabé adoptando agrupamientos “didácticos” sin
perder de vista que los grupos de países y regiones propuestos no pueden reconocerse en
todos los momentos de la historia contemporánea debido a las hondas transformaciones del
mundo actual. Desde el inicio de esta historia hasta su conclusión existen, aunque no con
las mismas denominaciones, ni los mismos integrantes, dos grandes conjuntos: los países
capitalistas más o menos estables y desarrollados y el de las sociedades que ­ya sea como
colonias, subdesarrolladas, dependientes, o del sur­no integran el grupo anterior. El tercer
conjunto, los estados comunistas, tuvieron una presencia significativa entre 1917 y 1991
mientras que hoy sólo existen experiencias aisladas, como la de Corea del Norte o la de
Cuba embarcada en una profunda reforma, o muy ambiguas, como la de China. Éste, a lo
largo del libro, recorre las tres categorías mencionadas: país dependiente, integrante del
bloque comunista y uno de los motores de la economía global capitalista.
El análisis de estos tres espacios históricos ha sido organizado en cinco grandes períodos:
La era del imperio y su derrumbe (1873 -1914/1918), la crisis del liberalismo y del
capitalismo y la consolidación del régimen soviético (1918-1939/1945), los años dorados en
el marco de la guerra fría (1945-1968/1973), la crisis del capitalismo y la disolución del
bloque soviético en el mundo bipolar (1973/1979-1989) y la globalización neoliberal,
(1989/1991- 2010).
En cada uno de estos momentos se caracterizan los diferentes grupos de países y regiones
y se precisan sus relaciones. El pasaje de un período a otro se basa en la identificación de
una serie de cambios significativos en diferentes dimensiones (política, económica,
ideológica, relaciones internacionales, principalmente), siendo la trayectoria de los países
capitalistas desarrollados el referente principal de esta organización temporal, de ahí que la
misma esté connotada por cierto grado de ambigüedad y tensiones cuando se incluye al
resto del mundo.

- El factor económico, ¿será el dominante del próximo siglo?


- No concibo la historia a partir del reconocimiento de factores dominantes. Me parece que
la clave de cada proceso y período es cómo se combinan las distintas dimensiones de la
vida social: la política, la economía, la vida privada, la cultura. Cuando hoy decimos que los
mercados ocupan una posición central, dejamos en la sombra que los Estados y la política
no están ausentes si no que se posicionan a favor de los intereses y objetivos de los
poderes económicos más concentrados. También dejamos de lado que en las sociedades
prevalece el afán de definir jerarquías basadas en las posibilidades de acceder y crear
bienes materiales y simbólicos que de propiciar condiciones de vida dignas para todos los
seres humanos.

- ¿Cual cree que será el papel de la Argentina en el contexto de las naciones del mundo?
- Uno de los capítulos, habla de los "años dorados". Creo que podrá haber en el futuro, un
período similar. No descarto que logremos superar este tiempo de crisis y derrumbes,
aunque no visualizo pasos consistentes en ese sentido. Si así fuera quizás recurramos a la
expresión “años dorados”, pero nunca repetimos lo vivido aunque suframos o seamos
dichosos en forma parecida a otros momentos del pasado.

- Si para finales del siglo XX se habló del fin de las ideologías, ¿el siglo XXI será el del
debate de las ideologías?
- No se produjo un fin de las ideologías, al margen de que se han producido cambios de
peso en los términos del debate ideológico. El gran desafío de cómo construir un proyecto
emancipatorio sigue en pie. Por un lado estamos quienes nos seguimos definiendo a favor
de la igualdad sin descartar la libertad y quienes menoscaban la igualdad en nombre de la
defensa de la libertad.

-¿El estudio de la historia, no se limita a un par de regiones únicamente?


- Conocemos más historias sobre Europa y Estados Unidos que del resto de países que
fueron sus colonias, excepto el caso de América Latina. De igual forma, conocemos más
historias sobre Rusia que del resto de los países que formaron parte del bloque soviético.
Los distintos desarrollos historiográficos nacionales y regionales asi como los diferentes
grados de contacto que tenemos con los mismos nos dificulta contar con piezas del mismo
grado de consistencia a la hora de armar el rompecabezas de una historia contemporánea
de alcance mundial. Además, el registro y el tratamiento articulado de diferentes regiones
encuentran otro obstáculo en los cambios operados en la configuración espacial de la
historia mundial contemporánea cuyo inicio ubico en la era del imperialismo en el último
cuarto del siglo XIX. En ese tiempo nos encontramos con dos grandes regiones: la de los
Estados nacionales capitalistas (un recorte que engloba países con destacadas similitudes,
junto a otros con fuertes diferencias) y por otro lado el mundo colonial. Después de la
Guerra Mundial a estas dos zonas se le suma el área comunista: la URSS (Rusia más sus
ex colonias que en la época del zarismo tuvieron un estatuto diferente al de las colonias
europeas).

- Usted habla de “desintegración del tercer mundo”, ¿por qué?


- El Tercer Mundo recién emerge en la segunda posguerra como un espacio heterógeneo y
cargado de ambigüedades. Este espacio se desintegra con la crisis global que, a partir de la
década de 1970, corroe ­el mundo capitalista central y el ámbito comunista. En el Tercer
Mundo­, afectó los principios claves en que se basaron los “años dorados”
(1945-1968/1973). A lo largo de la crisis global, cayó el bloque soviético, otro de los
espacios registrados para organizar la lectura del mundo contemporáneo a partir del fin de
la Segunda Guerra Mundial. En el presente vemos un mundo capitalista y un capitalismo
globalizado que dista de ser homogéneo y recurrimos a conceptos ambiguos porque aún no
sabemos bien qué emerge en medio de lo que se derrumba.
Quienes han encarado la interpretación de la historia contemporánea no han dejado de
proponer la existencia de diferentes espacios que, como se trabaja con un período que no
es acabadamente pasado y está aún siendo proceso, cambian en su integración y
significación según el momento en que aborde el estudio de la historia contemporánea. Es
muy ilustrativo comparar el tratamiento de las distintas áreas del mundo que hace Geoffrey
Barraclough en su Introducción a la Historia Contemporánea, de la década de 1960 con la
Historia del Siglo XX de Eric Hobsbawm publicada treinta años después.
Es, desde la era del imperialismo y no a partir del reconocimiento más reciente de la
globalización, cuando la labor de los historiadores requiere de una perspectiva mundial y
esto porque las sociedades se entrelazan más acabadamente sin perder por ello sus
especificidades y sin que esta afirmación implique negar la posibilidad de los recortes.

-¿Se puede enseñar historia sin caer en la discusión política?


- Si, desde el momento en que la historia ayuda a organizar el análisis de la vida social a
través de algunos principios básicos que deben ser tenidos en cuenta para explicar las
trayectorias de las sociedades. La explicación histórica es antireduccionista y evita deslindar
bandos (buenos y malos). Su afán principal es precisar cómo en determinadas
circunstancias (definidas por la combinación de diferentes elementos -ideas, economía,
política, cultura-), los diferentes actores sociales se perciben a sí mismos y a los otros.
Cómo conciben formas de acción para satisfacer intereses o concretar ideales y de qué
modo, ya sea a través del conflicto o la negociación, los cambios se articulan con las
continuidades. Las conclusiones de este trabajo intelectual complejo deben además estar
fundadas en argumentos sólidos y sujetos al debate. No obstante, todos los historiadores
tenemos posiciones políticas e ideológicas, pero no podemos hacerle decir al pasado lo que
nos complace. Casi siempre caminamos al filo del abismo.

- Con el antecedente inmediato de la revolución en Egipto, ¿cree que la influencia de las


redes sociales irá "in crescendo" en el acceso a la información?
- En general soy escéptica respecto a ver las nuevas tecnologías como elementos claves
para explicar lo que ocurre en los distintos planos de la vida humana. Las nuevas
tecnologías ofrecen una nueva gama de posibilidades, tanto en el mundo del trabajo, como
en la política y en el plano cultural, pero su impacto en cada uno de esos campos depende
de cómo son apropiadas, quiénes lo hacen y con qué fines. Un ejemplo claro de esto es lo
que ha ocurrido con el trabajo, en el que las nuevas tecnologías aparecen asociadas con,
por un lado, el enriquecimiento de las tareas y mayor formación de muchos sectores de los
trabajadores y por el otro, con un brutal crecimiento de los desocupados.
En mi labor docente utilizo con muchas expectativas las posibilidades que brinda internet,
pero la clave de mi tarea y la de los alumnos sigue siendo la de cómo analizar, comparar,
extraer conclusiones de los múltiples registros y huellas de las distintas dimensiones de la
vida humana, en sus diferentes formatos para elaborar explicaciones que admitan ser
debatidas.
Publicado 24th January 2013 por Daniel Gaguine
Etiquetas: Entrevistas. Escritores-Filosofos historia argentina politica Medio Oriente Maria
Dolores Bejar

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HISTORIA DEL SIGLO XX
Dayana Aguilar
Dayana Aguilar

HISTORIA DEL SIGLO XXDE BEJAR, MARIA DOLORES


Esta Historia del siglo XX ofrece un panorama razonado de los procesos que conducen al
presente y ayudan aentenderlo. María Dolores Béjar se propone captar los hilos
entrecruzados del espacio mundial en el que los paísescentrales se vinculan con una peri
feria de múltiples singularidades. Su punto de partida es “la era del imperialismo”, a
fines del siglo XIX: la expansión de las metrópolis, el reparto colonial de Asia, África y
Oceanía y el impacto delcapitalismo, destructivo y creativo a la vez. Luego, el relato recorre
el siglo XX y las primeras décadas del actual,registrando sobre todo los cambios y las
continuidades en la economía y la política. En los sucesivos períodos sedescriben, desde
esa perspectiva, las diferentes formaciones sociales: en la época del imperialismo, las
metrópolis, junto con los antiguos imperios y las colonias; en la primera mitad del siglo XX,
las potencias industrializadas

liberalesunas, fascistas otras y comunista la URSS

y el vasto mundo colonial; desde mediados del siglo XX, el bloquecapitalista central, el
comunista y el del heterogéneo Tercer Mundo; a fines de siglo, un mundo globalizado, cada
vezm& aacute;s desigual, bajo la égida de un capitalismo postindustrial y neoliberal.Béjar se
ocupa en detalle de cada una de las regiones y estados del complejo y cada vez más
articulado mundo delsiglo XX. Sin perder de vista la trama global, analiza con precisión los
cambios en Asia, África, América Latina yOceanía, usualrnente menos considerados. El
relato combina los panoramas generales con estudios de casos, eincluye textos breves que
se detienen en personajes y aspectos específicos del clima social y cultural.
María Dolores Béjar, “La era del imperialismo”, Historia del siglo XX, Argentina, Grupo
editorial siglo veinti
uno, 2012,pp. 17-56En la primera parte de la era del imperialismo explica algunos procesos
importantes del último cuarto del siglo XIX,para comprender el comienzo del siglo XX,
entendido como un periodo signado por la guerra total, las crisiscapitalistas, el surgimiento y
derrumbe del socialismo real y entre otras cosas como como la creciente
ingobernabilidaddel capital. Pero para entender todo ese proceso se centra en el siglo XIX
en especial en la primera guerra mundial quees lo que marco este período.La era del
imperio está marcada por dos instancias la Gran Depresión1874-1895 en la que se genera
una gran Crisis,caída de los precios, inflación y otra etapa que es conocida como Belle
Époque: 1895-1914 en la que se genera unasalida de la crisis, bajan los costos de la
producción hay un incremento de la productividad, ocupación de territoriosextra europeos,
concentración de Capitales, Abandono de la libre competencia, rivalidad entre estados,
nuevo OrdenMundial que la diplomacia procura controlar.Se generó un nuevo orden
geopolítico entre 1880 y 1914 las economías nacionales fueron insertándose en laeconomía
Mundial y en el Mercado Mundial donde se profundizó la brecha entre los países
industrializados y el restodel mundo.El mundo se hace económicamente más
interdependiente pueden distinguirse al menos cuatro grandes espacios: losimperios
multinacionales del este europeo los antiguos imperios en crisis las nuevas colonias
formales e informales loscentros capitalistas mundialesEn el nuevo orden Inglaterra ya no
es el único centro de la economía mundial. Su liderazgo no solo es disputado por Alemania,
Francia, Holanda, etc. Estados Unidos y Japón disputan a Europa su lugar central Europa
buscará adaptarseal nuevo orden a partir de una activa diplomacia y un complejo sistema
de alianzas.Se dan cambios ideológicos, políticos y culturales en Europa en el último cuarto
del siglo XIX de la notables son lasCrisis de las viejas autocracias, el desgaste del
liberalismo, el cuestionamiento del clase obrera al orden liberal, elsurgimiento de una
derecha radical y antisemita y los sistemas educativos nacionalizadores. ...Condensar la
historia de un siglo, y nada menos que la del siglo XX, es una tarea titánica, que el afán
didáctico de María Dolores Béjarlogró cumplir con creces. En una obra que se deja leer con
facilidad, la autora despliega las historias de Europa, América, Asia, Áfricay Oceanía, con
un eje conductor manifiesto: la periodización toma como referentes los países capitalistas
desarrollados. Béjar debiótomar esa decisión para darle una continuidad al relato que, de
otro modo, habría sido caótico.
Historia del siglo XX
se abre con la era del imperialismo, es decir que muerde los finales del siglo XIX para dar
un antecedente a lo quesería el principio del nuevo siglo hasta la Primera Guerra Mundial y
la Revolución Rusa, consideradas por algunos historiadores elverdadero nacimiento del
siglo. Béjar balancea en un capítulo la historia de la Gran Guerra y los acontecimientos que
sacudieron a
Rusia desde 1905 hasta 1917 para dedicar después su atención al período del llamado
“comunismo de guerra” y, finalmente, la
formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Cierra esa parte con la
oleada revolucionaria que se extendió pordiversos países, contagiados por el entusiasmo
que despertó la Revolución Rusa e impulsados por la creación de la
InternacionalComunista.El período de entreguerras es desarrollado por la autora con
amplitud temática y geográfica, ya que no sólo toma la historia de lospaíses centrales sino
que también enfoca el mundo colonial, que durante esa época sufre cambios notorios,
desde la India hasta

China. En este capítulo muestra cómo se deteriora la economía global, con la culminación
en la gran depresión de 1929 y sussecuelas políticas en Europa, con el auge del fascismo y
del nazismo. El final del capítulo está dedicado a América latina, con miradashacia la
Revolución Mexicana, la aparición de dictaduras feroces en América central y la repercusión
de los procesos europeos en América y, en especial, el impacto de la Guerra Civil Española.
A la Segunda Guerra Mundial, la autora le dedica amplia atención en todos los frentes, tanto
a los procesos que la antecedieron comoal desarrollo de las acciones bélicas.
Apunta información sobre la denominada “solución final” de los nazis sobre pueblos
sojuzgados y
se refiere a los acuerdos y desacuerdos entre los aliados hacia el fin de la guerra, lo que
desencadenaría finalmente la Guerra Fríaentre la URSS y las potencias occidentales.
Época en la cual estalló la guerra de Corea entre un sector norte dominado por
loscomunistas y una región sur con presencia estadounidense.Béjar describe asimismo la
crisis de los imperios coloniales y los procesos independentistas en diversos lugares del
mundo, quellevaron a la creación de la figura del Tercer Mundo, un conjunto de países no
alineados con ninguno de los dos grandes bloques enpugna. Fue un primer período
marcado por la distensión entre el bloque soviético y los países occidentales, que se
enrareció ante laoleada de revoluciones de izquierda en los países antes sometidos por las
potencias europeas. Este período es denominado por laautora como la segunda Guerra
Fría, durante la cual tuvo lugar la guerra de Vietnam, que significó un duro golpe para
EstadosUnidos.Esa segunda Guerra Fría tuvo su fin con los acuerdos entre las dos
superpotencias, representadas por Ronald Reagan y MijailGorbachov, que establecieron el
comienzo de un desarme nuclear progresivo y el fin del Pacto de Varsovia, que agrupaba
militarmente a los países del bloque soviético como consecuencia de la caída del Muro de
Berlín. “El mundo
-dice la autora- volvía a
ser capitalista, y el capitalismo era cada vez más global.”A partir de allí, Béjar analiza l
os años dorados del capitalismo, la creación dela Comunidad Económica Europea y su
continuación como Unión Europea, el proceso de desestalinización en la URSS y
losprocesos internos en China, que tuvieron en vilo a ese enorme país durante largo
tiempo.L
a obra finaliza con el 11 de septiembre de 2001 y los procesos terroristas en el territorio del
islam. “Al momento de conclui
r este libro -dice la autora-
el panorama es muy incierto”, una consideración muy apropiada cuando el historiador se
acerca tanto a
l presenteEl libro cuenta con un anexo muy completo, donde hay mapas comparativos y
cuadros que muestran la situación actual y el pasadode diferentes territorios que fueron
colonias y ahora son naciones independientes. A lo largo del libro hay recuadros que
explican unasituación, o describen un personaje o una serie de hechos, lo cual aporta al
propósito didáctico de la obra. La bibliografía no se limitasólo a textos, sino que también
sugiere películas que se refieren a los temas tratados en cada capítulo.

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